Muysken y O'Connor - Las Lenguas Indígenas de América Del Sur

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Introducción.

Las lenguas indígenas de América del Sur: orígenes, desarrollo, tipología 1

Loretta O’Connor y Pieter Muysken

Este capítulo trata temas generales relacionados con las relaciones entre las lenguas indígenas
de América del Sur y brinda las bases para el resto del volumen. ¿Por qué hay tantas familias
de lenguas y por qué tantas lenguas aisladas? ¿Cuál es la distribución de las familias más
grandes y las aisladas? Dada la aparente diversidad genealógica, ¿por qué hay tantos patrones
areales específicos compartidos, algunos de los cuales caracterizan la mayor parte del
continente, y otros, partes individuales? ¿Los patrones compartidos reflejan vínculos
genealógicos históricos más antiguos, o son el resultado de la convergencia? ¿Qué podemos
aprender sobre estos temas desde la perspectiva de la historia de la lengua (transmisión
vertical) y el contacto lingüísticos (transmisión horizontal)? También describimos y justificamos
nuestra metodología de investigación resumimos brevemente los capítulos del volumen.

1. La resolución de un enigma intelectual

Las relaciones entre las lenguas indígenas de América del Sur plantean problemas
intelectuales complejos que invitan a metodologías de investigación innovadoras. Hasta hace
poco, estas lenguas eran relativamente desconocidas. No solo se dio que la gran mayoría fue
en absoluto o mal documentada, sino que las complejas relaciones entre ellas también se
mantuvieron incomprendidas. Nuestro conocimiento resultaba lamentablemente inadecuado
con respeto a la clasificación, historia y tipología. En los últimos años, nuestro conocimiento de
estas lenguas ha crecido significativos, pero los enigmas permanecen.
Con respecto a la clasificación de lenguas, utilizando el método comparativo el consenso actual
reconoce unas 108 familias lingüísticas separadas en el continente, la mitad de los cuales son
lenguas aisladas. Este total representa una gran parte del inventario general de familias
lingüísticas del mundo (420, según Campbell 2012a: 59).
Con respecto a la tipología de lenguas, hay menos diversidad. Mientras que ciertamente hay
diferencias considerables entre las lenguas, hay muchas similitudes también, como se muestra
a continuación.
Nuestro rompecabezas se divide en tres partes:

(A) ¿Por qué hay tantas familias de lenguas y por qué tantas aisladas? ¿Cuál es la distribución
de las familias más grandes y las aisladas? Dado que América del Sur fue el continente más
recientemente poblado (15–13.000 BP, ver O'Connor y Kolipakam, este volumen), la diversidad
genética es realmente sorprendente.
(B) Dada la aparente diversidad genética, ¿por qué hay tantos patrones tipológicos areales
específicos compartidos, algunos que caracterizan la mayor parte del continente y otros solo

1
Extracto tomado de O’Connor, L. y P. Muysken. 2014. Introduction: South American indigenous
languages; genealogy, typology, contacts. En: Loretta O’Connor and Pieter Muysken (eds.) The Native
Languages of South America: Origins, Development, Typology. Cambridge: Cambridge University Press.
Traducción hecha por Martín Califa para uso exclusivo en el seminario.
partes individuales? ¿Los patrones compartidos reflejan vínculos genéticos más antiguos o son
el resultado de convergencia? En cualquier caso, por qué las metodologías comparativas
clásicas basadas en datos léxicos no brinda mejores resultados para la clasificación de
lenguas?
(C) ¿Qué podemos aprender sobre la relación entre los problemas en (A) y (B) desde la
perspectiva de la historia de la lengua (transmisión vertical) y el contacto lingüístico
(transmisión horizontal)?
En nuestra opinión, un avance en esta dirección requerirá de una extensión del análisis
histórico de las lenguas sudamericanas a la tipología lingüística y el contacto lingüístico.
Auspiciosamente, el continente ofrece una oportunidad única, ya que el momento relativamente
reciente de su asentamiento coincide aproximadamente con el límite superior de la profundidad
temporal que puede investigarse razonablemente a través de la investigación comparativa.

2. Relaciones lingüísticas en América del Sur

[Sección 2.1 omitida]

2.2 La amerindia de Greenberg

En un influyente pero controvertido libro de 1987, Joseph Greenberg asumió, basándose en


comparaciones masivas de material léxico, que todos las lenguas de América del Sur
pertenecían a una solo familia lingüística denominada amerindia. Esta hipótesis no ha contado
con mucho apoyo entre los especialistas en lenguas de América del Sur, a pesar de que fue
aceptada por los que no pertenecen a este campo, tanto lingüistas como otros. Greenberg fue
criticado por cuatro razones:
● La idea de una sola familia puede no ser incorrecta, pero no puede ser demostrada
empíricamente.
● Las macrofamilias intermedias o agrupamientos postulados han sido criticados; otras
macrofamilias alternativas postuladas como las ya mencionadas tupí, caribe y el grupo
familiar jê (TuCaJê) tienen más apoyo.
● Muchos datos utilizados por Greenberg eran inexactos; el trabajo está plagado de
errores en la interpretación y reproducción de datos.
● Su método, la comparación léxica masiva, es superficial y no puede reemplazar el
método comparativo tradicional basado en reconstrucciones.
No obstante, las ideas de Greenberg aún resultan pertinentes, por varias razones. Primero, hay
semejanzas extrañas, algunas muy específicas, entre lenguas que se considera que no tienen
ninguna relación. Hay una serie de "panamericanismos" (Kaufman 1990: 26; Campbell 1997:
257–259), aunque no nos permiten crear de manera confiable unidades familiares más
grandes. En segundo lugar, hay un sentido de "tipo lingüístico amerindio”, aunque no es muy
preciso. Tercero, conforme se incrementa nuestro conocimiento de las lenguas individuales y
se realiza más trabajo comparativo, la evidencia para las macro-familias también lo hace,
incluso si estas no se corresponden con a las postuladas por Greenberg. Sin un optimismo
indebido, podemos predecir que se establecerán aún más vínculos en los próximos años.
Actualmente, el método de comparación masiva difundido por Greenberg ha sido reemplazado
por los juicios automatizados de similitud sobre el léxico básico en el ASJP (Programa de
Juicios Automáticos de Similitud; Holman et al. 2008); ver Hammarström (este volumen).

2.3 Distribución actual de las familias y aislamientos lingüísticos

La Tabla 1.1 presenta algunas de las familias más grandes en América del Sur, así como una
serie de familias más pequeñas y lenguas aisladas, y dos entidades que podríamos denominar
grupos, familias relativamente superficiales con una extensión más amplia. Las categorías se
ilustran en la tabla 1.1.

Las partes bajas de los Andes y la franja amazónica incluyen focos de extrema diversidad
lingüística, como la región de Vaupés en el noroeste y las regiones de Mamoré-Guaporé y
Chaco en el suroeste (ver van Gijn, este volumen). Algunas lenguas en estas regiones son
arawak y tupí, pero muchas representan familias menores y aislamientos. Esta fragmentación
contrasta con las más homogénea llanuras centrales y orientales, donde la mayoría de las
lenguas pertenecen a grupos como el macro-jê, arawak, caribe, y tupí-guaraní. El Mapa 1.1 da
un panorama general.
2.4. Explicaciones para la actual diversidad

¿Por qué hay tanta diversidad lingüística en el continente, concentrada en su mayoría en los
bordes del área andina? Considérense cinco hipótesis posibles:

(a) La fragmentación genealógica es la situación original de toda América del Sur.


Las áreas étnica y lingüísticamente más homogéneas simplemente resultan de expansiones
más recientes. Nótese que podemos fechar la expansión de algunas de las familias más
grandes con bastante precisión. Aikhenvald (2012: 4) escribe: "La Amazonía y las Américas en
general tienen una gran cantidad de familias lingüísticas distinguibles. Esto es compatible con
el poblamiento relativamente tardío de los continentes. En áreas de asentamientos de mayor
antigüedad como Australia (estimado en 50.000 años), la profundidad temporal promovió la
convergencia intensiva de lenguas hacia un prototipo común". Esta explicación vincula la
diversidad misma a la fecha tardía de asentamiento. Sin embargo, la población original pudo no
haber sido lo suficientemente grande como para incluir el número completo de más de cien
familias (más las que ya han desaparecido). Debemos asumir que una parte sustancial de la
diversidad es más reciente que el momento de dispersión por todo el continente, y resulta por
tanto más superficial.
(b) La fragmentación en las zonas marginales surgió porque estas áreas funcionaban como
zonas de refugio, a las cuales muchos grupos pequeños huyeron cuando fueron expulsados de
zonas más ricas por grupos más fuertes. Los trabajos recientes sobre etnogénesis (por ej.
Hornborg 2005, Eriksen 2011) ponen esto en duda, citando la diversidad lingüística como
posible resultado del contacto y no necesariamente de aislamiento. Ciertamente, el aislamiento
no pudo haber sido la única causa de la fragmentación lingüística, ya que los hablantes de
muchas lenguas aisladas no estaban para nada en una situación de aislamiento. Más bien,
participaban en redes comerciales intensivas. Las áreas a lo largo de la periferia del Amazonas
eran una zona de contacto para los intercambios de tierras bajas y altas.
La diversidad léxica puede ir de la mano con el contacto y, de hecho, ser un producto del
contacto lingüístico. Bowern et al. (2011) comparó los préstamos léxicos en poblaciones de
cazadores-recolectores en todo el mundo y afirman que aunque “los niveles de préstamos
variaban tanto dentro como entre las regiones, generalmente eran bajos en todas las
regiones..., pese a la considerable variación demográfica, ecológica y social. Los niveles
amazónicos eran uniformemente muy bajos, con ninguna lengua exhibiendo más del 4%. Las
tasas fueron bajas, pero más variables en las otras dos regiones del estudio, en parte debido a
varias lenguas atípicas donde las tasas de préstamos fueron especialmente altas". Los autores
interpretan este resultado como muestra de "una asociación entre lengua e identidad de grupo
que es relativamente fuerte en comparación con muchas otras partes del mundo, y se verifica
ampliamente dentro de la Amazonía ".
(c) La fragmentación a lo largo de los flancos orientales de los Andes, las llamadas “montañas”,
se debe al hecho de que esta era la zona habitada más antigua de América del Sur, el camino
por el cual los grupos se movieron hacia el sur cuando llegaron a través del istmo de Panamá
(Dahl et al. 2011). No es probable este que sea el escenario correcto, dada la profundidad
temporal involucrada. Un problema clave es que la evidencia paleoarqueológica no apunta
necesariamente a que las montañas hayan sido las zonas habitadas más antiguas (ver
O'Connor y Kolipakam, este volumen y van Gijn sobre las zonas bajas de los Andes, este
volumen).
(d) Ciertas características de los sistemas de lenguas sudamericanas pueden contribuir al
rompecabezas de la diversidad. Nichols (1992) argumenta tentativamente que en las lenguas
de marcación en el núcleo, el cambio lingüístico tiende a eliminar la información necesaria para
la reconstrucción de unidades genealógicas más profundas, mientras que en lenguas de
marcación en el dependiente es más probable que esta información se conserve a lo largo del
tiempo. Este argumento amerita una mayor investigación.
(e) Los factores sociales también juegan un papel (y ver 4.1). Thurston (1987) argumenta que
hay dinámicas grupales que fortalecen desarrollos históricos específicos. Estos se pueden
agrupar bajo la rúbrica general de exotericidad y esoterogenia. La exotericidad está involucrada
en las relaciones intergrupales y puede conducir a la indigenización de una variedad por un
grupo particular. En la esoterogenia, la lengua es vista como un emblema interno de la
pertenencia al grupo, lo que lleva a la elaboración, la aparición de formas morfológicamente
complejas que involucran supleción e irregularidad, la creación de modismos y vocabulario
nuevo. En general, la dinámica de imposición de normas de dicho proceso grupal es
considerable, y podría conducir a la diferenciación. Una línea similar de argumentación ha sido
desarrollado en Nettle (1999) y Trudgill (2011).

3. La tipología lingüística y la distribución areal de rasgos

Las lenguas sudamericanas tienden a tener una serie de rasgos tipológicos recurrentes que las
distinguen de las lenguas del Viejo Mundo (Wichmann et al. 2010c). Hay menos diferencias con
las lenguas América Central y del Norte, pero esto ha sido aún menos investigado. La tabla 1.2
da un muy resumen preliminar de algunas de las características mencionadas en la literatura
hasta ahora, organizado en términos de las cuatro categorías principales de elementos
estudiados en este volumen.
Nótese que la frase nominal y el marcado de argumentos verbales han sido más
exhaustivamente estudiados que el Tiempo-Aspecto-Modo-Evidencialidad (TAME). De manera
similar, ciertas áreas geográficas han sido exploradas más a fondo que otras.
Tipológicamente, las lenguas involucradas son muy interesantes, pero la información
sobre el carácter marcado de patrones tipológicos está sesgada por la subrepresentación de
América del Sur que suele constatarse en los estudios tipológicos previos. Las lenguas
sudamericanas han estado desproporcionadamente ausentes en las grandes muestras de
lenguas, en parte importante porque era poca la disponibilidad de las gramáticas descriptivas
con las que a los tipólogos les gusta trabajar. La mencionada clasificación de Greenberg (1987)
de todas las lenguas sudamericanas en una sola familia amerindia no ayudó, ya que esto
justificó la subrepresentación relativa en las muestras, sobre cuya base algunos tipólogos han
extraído conclusiones estadísticas.
Desde la perspectiva cualitativa, los tipos de patrones inusuales encontrados en las lenguas de
América del Sur eran insuficientemente conocidos. El reconocimiento de nuevas propiedades
tipológicas de las lenguas de América del Sur cambiarán nuestra perspectiva
considerablemente. Las características tipológicas prometedoras para la fonología incluyen la
diseminación nasal, la armonía nasal y varios patrones tonales; para el léxico, encontramos la
reduplicación, los ideófonos y el simbolismo sonoro, la incorporación nominal (especialmente
involucrando la distinción entre incorporación nominal y la afijación), los sistemas de
clasificación nominal y los clasificadores nominales y verbales (ver Krasnoukhova, este
volumen, para las propiedades de la frase nominal). En la morfosintaxis, las características de
interés incluyen la posesión (especialmente en los tipos de sustantivos que pueden
considerarse inalienables y alienables) así como el número, los deícticos posicionales (por
ejemplo, sentado, de pie, acostado), los marcadores direccionales en el verbo (por ejemplo, la
morfología verbal gramaticalizada para 'río arriba', 'río abajo', etc.), las relaciones reflexivas y
recíprocas, la composición de verbos y la serialización.
Con respecto a las variables enfocadas en este proyecto, TAME no ha sido estudiado
sistemáticamente, pero entre las características más notables están el marcado de tiempo en el
sustantivo en varias familias, sistemas complejos de evidenciales y un marcado de tiempo de
grano muy fino (por ejemplo, futuro más allá de esta noche) (ver Müller, este volumen). La
realización de argumentos en la franja amazónica es altamente compleja e implica sistemas de
referencia marcados en el verbo, marcado diferencial de objeto y otros efectos de animacidad
(donde los marcadores de objeto ocurren en los sustantivos dependiendo de su animacidad), y
el alineamiento activo / estativo / inverso (ver Birchall, este volumen). La ocurrencia, las
propiedades precisas y la distribución de estos rasgos a través de la franja amazónica aún
deben ser explorados. Esta línea de investigación ya ha demostrado ser muy prometedora (por
ejemplo, Grinevald y Seifart 2004, Crevels y van der Voort 2008). En el campo de la
subordinación, Everett (2005) ha argumentado que el pirahã carece de recursividad en el
dominio clausal y, por lo tanto, de verdadera subordinación.
Para tomar solo un ejemplo del vínculo entre tipología y clasificación, hasta donde se sabe, el
tiempo o aspecto nominal está fuertemente arraigado en la familia caribe y puede haberse
extendido desde allí a los miembros individuales de otras familias, como el tariana y el
chamicuro (arawak); el wari ’(chapacuro); el nambikwara; el movima (aislada); el mosetén
(mosetena); el cofán (aislada); el weenhayek’ (mataguaya); así como el guaraní, el sirionó y el
yuki (tupí). Sin embargo, también es muy posible que sea una característica original de otras
familias, incluida la tupí. Resultan urgentemente necesarios más estudios sobre la distribución
geográfica precisa de los rasgos involucrados, también a la luz de la posible gramaticalización
de sufijos léxicos que se refieren a ’fallecido’ y ‘futuro’ (ver Müller, este volumen).

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