100% encontró este documento útil (1 voto)
436 vistas23 páginas

Libro I - Relaciones Tóxicas

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 23

RELACIONES TÓXICAS

Juan Baxzzilio

1
Índice

CAPITULO I

1. Introducción

2. Relaciones tóxicas

3. Tomar conciencia

4. Tomar responsabilidad

5. Autoestima

6. Las cuatro patas de la relación

CAPITULO II

1. Quien te quiere NO lastima

 Analizar
 Hacer balance
 Conexión con el pasado
 ¿Soy mi mejor versión?
 Sobre el autor

Juan Baxzzilio
1. INTRODUCCIÓN

Al comenzar a escribir este pequeño libro tenía en cuenta que era un tema muy delicado,
pero sobre todo, necesario abarcarlo. Las relaciones tóxicas, las cuales vienen a crearnos
la falsa idea que sufrir todo tipo de maltrato, es un rol que en nombre del amor tenemos
que asumirlo y soportarlo. Muchas veces porque tenemos la esperanza de que esa persona
cambiará a bien y al final no cambia. Aunque el punto no debería ser cambiar, sino
porque el porqué de su actuar. No hay justificación para admitir recibir violencia física o
psicológica, sin embargo nos creamos la idea de que nos lo merecemos, a tal punto que
nos culpamos a nosotros mismos del mal actuar de la persona tóxica. Tanto si hay
dependencia emocional como si no. En muchas ocasiones no la hay y nuestro problema es
que no nos planteamos si estamos bien o no, si es lo que queremos o no y si quizá deberíamos
hacer un cambio. A lo mejor no tenemos ninguna dificultad en dejar la relación si vemos que
no funciona, pero no nos lo habíamos ni siquiera planteado.

Por ello, el objetivo de éste pequeño libro, es el de ayudar a pensar un poco más en cómo es
nuestra relación de pareja y a reflexionar sobre ello. Siempre digo que nadie nos enseña a pensar
en el amor, a plantearnos qué es lo que queremos, lo que no, lo que nos hace felices y lo que no
podemos tolerar. Y si no nos inspiran a pensar en ello, en muchas ocasiones no lo hacemos. Y
tenemos problemas, somos infelices, sufrimos mucho y derramamos muchas lágrimas. No hay
amor, porque el amor no surge entre dos que están en lucha o en un constante enfrentamiento.
Debemos comprender que al final, todo es cuestión de autoestima, ese pilar básico en nuestra vida
que lo mueve todo. Si vamos bien es porque nuestra autoestima está bien. Si tenemos problemas,
en el ámbito que sea, es muy probable que la autoestima esté dañada.

Está dirigido a cualquier persona, de cualquier género, edad, clase social o cultura. Cualquiera que
tenga, haya tenido o desee tener una pareja o que conozca a otras personas que la tienen, puede
ayudarle a plantearse si está donde realmente desea estar o si debe aprender que puede haber otras
realidades diferentes mucho más sanas y satisfactorias.

Juan Baxzzilio
Muchas veces nos esmeramos tanto en tener buenas relaciones con los demás y nos
olvidamos de la buena relación que debemos tener con nosotros mismos, a veces buscamos la
falla en otros ó en el exterior, pero en ocasiones el problema está dentro de nosotros, en como
asumimos los conflictos y en como reaccionamos a las situaciones desagradables.

Hay que tener en cuenta que las relaciones que creemos con aquellos que nos rodean,
determinará en gran medida nuestro bienestar y la felicidad que experimentemos en nuestra
vida, ya sean relaciones de amistad, de trabajo, con familiares o con nuestra pareja.

Pero para comprender el tipo de relación que tenemos con los demás, las dificultades con las
que nos encontramos y los conflictos que se repiten una y otra vez, debemos tener muy claro
cómo es la relación más importante y determinante de todas: la relación con uno
mismo.

Y a su vez, para comprender la relación con uno mismo, debemos remontarnos a la relación
que tuvimos con nuestros padres. Y si quisiéramos comprender por qué nuestros padres se
relacionaron con nosotros de aquella forma determinada, tendríamos que analizar cómo fue su
relación con sus padres, y la de sus padres entre ellos, etc.

Así funcionamos, vamos repitiendo patrones sin darnos cuenta. A veces actuamos por
imitación, y nos comportamos con nosotros y con los demás igual que nos trataron (aunque
hubiera sido un claro maltrato) y otras veces actuamos por rebeldía y nos convertimos en
justo lo opuesto. De lo que no hay duda es que tanto si imitamos como si funcionamos de
manera rebelde, no estamos siendo nosotros los que elegimos de manera consciente qué
conducta es la que de verdad queremos.

Una vez comprendemos de dónde venimos y por qué somos como somos, es cuando debemos
plantearnos y analizar cómo nos relacionamos con los demás. La relación más
importante que tenemos con otra persona, es sin duda, la relación de
pareja. Si la relación es sana, puede hacernos crecer y fortalecernos
muchísimo, pero si se trata de una relación tóxica, puede llegar a destruirnos
por completo. Nos volvemos vulnerables, manipulables, más inseguros,
tristes y pueden sacar lo peor de nosotros, hasta vernos con conductas que
jamás habríamos imaginado tener (como tener celos enfermizos, enojos
desmedidos ó incluso perder la propia dignidad).
Por ello creo que es básico que dediquemos éstas páginas a reflexionar sobre
nuestra autoestima y sobre cómo nos relacionamos con los demás, en especial
con nuestra pareja.

Juan Baxzzilio

AUTOESTIMA

¿Por qué hay personas que vemos que lo tienen todo y no obstante, no se quieren? ¿Por qué
nos auto convencemos con creencias absurdas y falsas de que no podemos, de que no somos
capaces, de que somos menos que los demás, etc…poniendo así unos límites en nuestro
camino que van a impedir que lleguemos donde sin duda podríamos llegar? ¿Qué sentido
tiene todo esto?
¿Por qué lo hacemos? Y lo más importante…¿Por qué permitimos que nos digan cosas o nos
traten con unas formas que nos hacen sentir mal, minúsculos, ridículos o tontos?

Cuando hablamos de autoestima, hacemos referencia a cómo nos sentimos con nosotros mismos.
Hablamos de las capacidades y el potencial que creemos tener para resolver aquellos problemas y
dificultades que la vida nos tenga preparadas y también para conseguir aquellos objetivos y metas
que nos hayamos fijado.

Si bien es cierto que nuestros genes determinan gran parte de lo que somos, nuestra
autoestima no nos viene “de serie”, sino que la construimos. Se forma principalmente en la
infancia y nuestros padres tienen gran responsabilidad sobre ella.
No se trata nunca de investigar y ahondar en nuestro pasado para juzgarles a ellos por si lo
han hecho bien o mal, pero si que es importante que tengamos claro qué es lo que hemos
vivido, cómo nos han tratado y con qué tipo de mensajes nos han educado, para que podamos
comprender por qué nuestra autoestima, ahora que somos adultos, es la que es.

Debemos comprender que nuestra autoestima se construye a partir de la relación que hemos
tenido con nuestros padres. Ellos han sido las personas de referencia, con las que nos
identificamos, de los que aprendemos y a quienes admiramos y copiamos. En caso de no
haber tenido la figura de los padres, debemos fijarnos con las personas que nos cuidaron
durante esta etapa de nuestra vida.

En el siguiente esquema podéis ver representado que : la autoestima se forma a partir de cómo
se han relacionado nuestros padres con nosotros (si nos han dado afecto, reconocimiento, etc).
En función de estos mensajes directos e indirectos que yo reciba durante mi infancia, voy a
adquirir un auto-concepto, que determinará la relación que voy a tener conmigo misma. Y a
partir de cómo me relaciono conmigo, de cómo me siento y me veo, me relacionaré luego con
los demás de una manera determinada, siendo más abierta, tolerante, relajada o a la defensiva.

Juan Baxzzilio
Así pues, vamos a ver cuáles son los dos pilares más importantes que debemos tener en
cuenta si queremos apostar por tener una autoestima más fuerte y sana y en consecuencia,
poder crear relaciones satisfactorias.

Tomar conciencia

Tomar conciencia es despertar, poner luz, ver…y en consecuencia, comprender. Es básico,


imprescindible y absolutamente necesario si queremos crecer y mejorar en la vida. Cuando
hablamos de tomar conciencia, estamos hablando de darnos cuenta de qué es lo que hemos
vivido en nuestra infancia, como nos hemos sentido, como nos han tratado nuestros padres, el
afecto que nos han dado, lo importantes que nos han hecho sentir, etc.…y cómo nos sigue
afectando y determinando eso en nuestra vida de adultos.
Hay una relación directa entre esos factores. Está claro que aquello que vivimos, nos influirá en
mayor o menor grado en función de nuestra parte genética, pero en cualquier caso, influirá en
nosotros.

Básicamente, lo que ayuda o impide que se construya una autoestima fuerte en un niño, son
dos ingredientes: el reconocimiento y la desaprobación.

Hay padres que tienden a desaprobar a sus hijos, con la mejor de las intenciones, para que
mejoren, aprendan y lleguen más alto. Grandísimo error, pero a veces lo hacen con la falsa
convicción de que es la mejor opción, y otras porque a ellos les educaron igual y lo repiten sin
ser conscientes de ello (por imitación).
Sería el caso de un niño a quien le transmiten constantemente mensajes tipo:
-“Si lo hubieras hecho un poco más así, estaría mejor”
-“¿Un siete? Deberías haber sacado un ocho”
-“¿Un ocho? Deberías haber sacado un nueve”
-“Bueno…no está mal pero fíjate en tu hermano, él si que sabe hacerlo bien, muy bien, a ver si
aprendes y lo haces como él”
-“Pero mira que eres inútil ehhh…¿De verdad no eres capaz de resolver éste problema???
-“No, tu no puedes hacer esto. Que lo haga él que él si que sabe”
-“Vigila con esto, vigila con aquello, vigila, vigila, vigila…”

Todos ellos, son ejemplos de situaciones que vivimos muy a menudo de desaprobación. Los
padres no se dan cuenta, no lo hacen para hacernos daño ni mucho menos con el objetivo de
que crezcamos con una autoestima pésima…pero lo hacen y lo hacen muy mal. Tampoco es
necesario, si al hacer un proceso de crecimiento personal y tomamos conciencia de ello, que
vayamos a recriminarles nada porque se sentirán mal y de todos modos aquello ya no se
puede cambiar. Lo mejor es que nosotros lo veamos para que podamos ver cómo nos afecta
en el “hoy”, y podamos cambiarlo para mejorar el “mañana”.

Juan Baxzzilio
Cuando hemos recibido este tipo de mensajes, crecemos pensando que eso es así, sin ni
siquiera analizarlo. Para nosotros es como una verdad absoluta y sentimos ese “No soy capaz”
o ese “No puedo” o el “No soy valioso” desde el fondo de nuestro ser, como algo indudable.
Tenemos la certeza de que es así, a pesar de no ser cierto. Hemos aprendido que somos eso,
porque eso es lo que nos han enseñado con su manera de relacionarse con nosotros.
De niños, somos como libros en blanco y lo que hacemos es captar información de todos
lados. Lo captamos todo, información sobre los demás, sobre el dinero, sobre el trabajo, sobre
la comida, etc…y sobretodo, captamos información sobre nosotros mismos. Es así como
adquirimos e incorporamos nuestra propia autoimagen, aquello con lo que nos
identificaremos a partir de ese momento.

Si nos han comparado con los demás, empezaremos a fijarnos en ellos para identificar aquello
que tienen y que es mejor, para intentar acercarnos a su altura. Cuanto más alto los pongamos
a ellos, más bajitos nos sentiremos nosotros. Es por eso que nos sentimos pequeños, porque
magnificamos e idealizamos a los demás, a pesar de estar siempre todos en la misma altura y
posición. Podemos tener más carreras, más títulos, más bienes materiales, más dinero, etc…
pero estamos hechos exactamente del mismo material. Lo que unos consiguen, si los otros
hicieran igual también podrían conseguirlo. El problema siempre es el mismo, esas creencias
que tenemos en nuestra mente que nos limitan y nos bloquean. Esa certeza que tiene uno de
que “no es capaz” o de que “no puede” cuando no es cierto.

Ejercicio:

Como ves, es muy importante revisar nuestra propia historia e identificar qué es lo que
recibimos cuando atravesamos esa etapa de la infancia. Traer de nuevo aquellos recuerdos a la
conciencia, nos permitirá recuperar la información y con ello, el poder para realizar cambios
si es necesario. Mientras permanezca oculto, nos afectará igual pero no sabremos por qué y
no podremos evitarlo. Hay que verlo para conseguir apartar aquello que no nos interese
conservar.

¿Cómo fue la relación con tu padre? ¿Te daba el afecto que tu necesitabas de él? ¿Le tenías
suficiente, o por cuestiones de trabajo, hobbies,… no estaba mucho en casa? ¿Te reconocía?
¿En ese momento te hacía sentir que estaba orgulloso de ti?

¿Y cómo fue la relación con tu madre? ¿Te daba el afecto que necesitabas de ella? ¿Te daba
seguridad, protección, te cuidaba? ¿Sentías que estaba allí para ti? ¿Te hacía sentir importante?
¿Valioso/a? ¿Merecedor/a?

Juan Baxzzilio
Cierra los ojos unos instantes. Haz unas cuantas respiraciones profundas y lentas, conecta con
tu cuerpo y deja que las respuestas vengan a ti. Si no te acuerdas o no lo sabes, tu intuición te
traerá la información que necesitas. A lo mejor te será más fácil si piensas en una foto que te
ayude a recordar aquellos tiempos, momentos, familiares, etc…No olvides que son momentos
que están almacenados en tu cerebro. Gran parte está en el inconsciente, pero siempre
podemos acceder a ellos si vamos a buscarlos.
Anota todo lo que has visto o recordado.

Tomar responsabilidad

Cuando somos conscientes de lo que hemos vivido y de dónde venimos, ya podemos


comprender mejor porqué ahora somos como somos. Por qué nos sentimos inseguros, por qué
nos comparamos con los demás, por qué sentimos que somos inferiores, que no somos
suficientes, o por qué nos hemos vuelto adictos al afecto, a tener a alguien siempre a nuestro
lado para que nos de cariño o lo que es peor, por qué no sabemos estar solos.
Cuando nos damos cuenta de todo esto y ya lo vemos, no podemos seguir con nuestra vida
como si nada. Ya nada es igual. En este momento hay que responsabilizarse y tener claro que
no somos víctimas de las circunstancias o de aquello que nos tocó vivir, sino que somos
responsables de lo que haremos a partir de éste momento. Cuando ya sabemos donde está el
barranco, éste deja de ser excusa para seguir tropezando en él. Ya podemos esquivarlo. El
barranco seguirá estando en el mismo sitio, pero nosotros podemos decidir hacer otra ruta y
no caer de nuevo en él. Esto es lo que debemos hacer con nosotros. Tenemos que tomar
decisiones nuevas teniendo claro que el cambio, depende única y exclusivamente de nosotros.

Ya no puedo seguir diciéndome a mi misma que no soy capaz o que no soy importante, ni
continuar maltratándome de esta manera por mucho que a mi, de pequeña me lo hubieran
repetido hasta la saciedad. Ya no tiene sentido. Si quiero estar bien y sentirme bien, debo
cambiar la manera de comunicarme conmigo misma, debo utilizar mensajes positivos y
constructivos. ¿Quién se sentiría bien si le dijeras que “no es capaz de nada” o que “es un
inútil”? Nadie…¿verdad? Entonces, ¿qué te hace pensar que contigo es diferente y que te lo
puedes decir y no te va a afectar? Eres igual al resto de mortales. Todo aquello que hagas
contigo, imagínate que lo haces con otra persona y cómo se sentiría. Si crees que le dolería,
eso mismo te ocurre a ti aunque te hayas acostumbrado al dolor. Sigue estando ahí y te sigues
haciendo daño, no lo olvides.

Tomar responsabilidad es decidir a tu favor. Es no resignarte con una situación que no te


gusta y que te hace daño, porque sabes que tienes otras opciones mejores para ti.
Responsabilizarte es dejar de quejarte, dejar de comportarte como una víctima y recuperar el
control porque sabes que es tuyo. Es preguntarte qué puedes hacer con lo que no te gusta o
no te hace

Juan Baxzzilio
sentir bien. Siempre hay algo que uno puede hacer para mejorar aquello que no funciona.
Responsabilizarte, es dejar de hablar y pasar a la acción. ¿Te animas?

A veces solo con leer, reflexionar y auto analizarnos un poco, podemos mejorar muchísimo
nuestra autoestima. Es como si despertáramos y nos diéramos cuenta de todo lo que hemos
hecho con nosotros mismos, de las barreras que nos hemos puesto, de los trenes que hemos
dejado escapar en nuestra vida…y quedamos tan asombrados que nuestro cerebro hace una
especie de “clic” y cambiamos, empezamos a funcionar diferente, a nuestro favor.

Otras veces no es suficiente, y debemos pedir ayuda y hacer un proceso terapéutico de


crecimiento personal, ya sea individual o en grupo para conseguir conectar con nosotros
realizando un trabajo más vivencial. Los talleres grupales son ideales para fortalecer la
autoestima.

Lo importante, es que dejemos de tratarnos mal a nosotros mismos con esos comentarios que
hemos aprendido en algún momento de nuestras vidas. Esas creencias que nos limitan
tantísimo y nos impiden avanzar en nuestro camino. Pensamientos que nos hacen sentir
inseguros, poco capaces, o diminutos y que nos llevan a dejar escapar muchísimos trenes que
probablemente nos acercarían a destinos más altos.

Ya tenemos claro, que tomar conciencia y tomar responsabilidad son los pilares básicos para
conseguir poner luz y empezar a hacer cambios en nuestra autoestima. En el siguiente punto,
vamos a ver qué relación hay entre la autoestima y las relaciones tóxicas que creamos a lo largo
de nuestra vida.

2. RELACIONES TÓXICAS

Cuando hablamos de relaciones tóxicas, podríamos extendernos tanto como quisiéramos, pero
siempre hay una característica que es común cuando nos encontramos en una de ellas: no
somos felices. Y el motivo por el que no somos felices es porque estamos al lado de esa
persona.

Vamos a imaginar la relación de pareja, como una silla. Dicha silla se aguanta sobre cuatro
patas, que nos da firmeza y nos hace sentir seguros al sentamos en ella. Si pensamos en la
relación, diríamos que estas cuatro patas, en las que debe sustentarse son:

-‐ Deseo. Cuidar la parte sexual, el erotismo, seguir deseando al otro y


esforzarnos para gustarle son características de esta parte tan importante de la
relación de pareja. El deseo sexual está en nosotros

Juan Baxzzilio
siempre (a menos que haya un problema orgánico). Puede que debido a haber
atravesado un período complicado sintamos que ha disminuido, o incluso puede
parecernos que ha desaparecido, pero sigue allí y en cualquier momento puede
aparecer otra persona que nos lo despierte.
Si sentimos que tenemos un problema relacionado con el deseo hacia nuestra
pareja o si se trata de alguna otra dificultad a nivel sexual, debemos pedir ayuda y
solucionarlo lo antes posible.
De no hacerlo, esto nos puede llevar a que la nuestra se acabe convirtiendo en una
relación tóxica (pueden aparecer terceras personas, engaños, etc…).

-‐ Confianza. Confiar en el otro es un ingrediente indispensable para que sintamos paz


y tranquilidad en nuestro interior. Si no confiamos, esto siempre acabará
generando conflictos, discusiones, reproches, control, manipulación, etc. Debemos
plantearnos si la falta de confianza es debida a un engaño anterior (con lo que
tendríamos que hacer terapia de pareja para ver si podemos aceptarlo y seguir a su
lado o no), o a un problema de inseguridad en nosotros (con lo que habría que pedir
ayuda terapéutica para fortalecer la autoestima y ganar seguridad). Lo que está claro
es que si no hay confianza, la relación no va a funcionar nunca y se convertirá en
una relación tóxica.

-‐ Cuidar al otro. Sentir que el otro nos cuida cuando lo necesitamos, que está ahí y
podemos contar con él o tener la seguridad que nunca va a hacer nada que sepa que
nos puede hacer daño, es también algo imprescindible en una relación de pareja. Nos
aportará tranquilidad y paz interior, nos sentiremos seguros y relajados a su lado. Si
me doy cuenta que el otro hace cosas o tiene actitudes que a mi me hacen daño y aun
sabiéndolo sigue haciendo lo mismo, no hay que tener ninguna duda de que esa
persona no nos quiere. Estamos en una relación tóxica y deberíamos salir de allí
cuanto antes.

-‐ Valores. Tener los mismos valores significa que consideramos importantes /


básicas, las mismas cosas. Que miramos hacia la misma dirección. Aunque no
sean exactos, por lo menos deberían ser parecidos. Valorar lo mismo significa
estar en sintonía con el otro, y esto es lo que nos permitirá fluir, proyectar y
crecer juntos. Cuando sentimos que no tenemos los mismos valores, entraremos
en conflicto. No podemos avanzar con una persona que mira hacia otra dirección
porque esto nos hará sentir que no vamos de lado. Son casos en los que hay uno
que cede y se esfuerza por encajar en el otro o por transformarse en lo que cree
que el otro quiere. Son casos en los que uno se pierde a si mismo y deja de ser
feliz. Está claro que se trata de casos en lo que creamos una relación tóxica.

Juan Baxzzilio
¿Por qué a veces, seguimos allí a pesar de ser una relación tóxica?

La respuesta, de nuevo es sencilla: por la dependencia emocional debida a una baja autoestima

Hemos dicho que la autoestima es la manera como nos vemos y nos sentimos con nosotros
mismos. Que esta manera de vernos y sentirnos viene condicionada por la relación de
nuestros padres con nosotros y las vivencias que experimentamos en la etapa de la infancia. Y
también que todo ello condiciona a cómo nos relacionaremos nosotros con los demás. Es por
esto que nuestra autoestima es la causa explicativa de cómo será la relación de pareja que voy
a crear, tanto si pongo los límites necesarios donde haga falta, como si me quedo atascada en
una relación de lo más tóxica. Vamos a ver algunos casos reales.

Analicemos el Caso de Jenny

Rubén era un chico muy cerrado a quien le costaba hablar de emociones y sentimientos.
Cuando ella le expresaba sus quejas él la escuchaba, pero todo seguía igual. Jenny había
evolucionado, había crecido a nivel individual y Rubén seguía en el mismo punto. Quedó
atrás y ella ya no era feliz con él. Y como él no la veía feliz, se preocupaba, se sentía
amenazado ante el miedo de que ella pudiera dejarlo y romper la relación, y se esforzaba
más aún en complacerla, en darlo todo…pero ella ya estaba demasiado lejos.
En éstas situaciones, debemos pedir ayuda. Si sentimos que tenemos claro que no
queremos seguir al lado del otro, debemos irnos. Si no lo tenemos claro, lo mejor
es hacer terapia de pareja.
Seguir allí, es hacer que la relación sea cada vez más tóxica para ambos y acabaremos
sufriendo más de la cuenta.

Juan Baxzzilio
Como podés ver, en el ejemplo es un caso de relaciones que acaban siendo tóxicas porque no
nos hacen felices. Relaciones en las que sufrimos más de lo que disfrutamos. Relaciones que
no nos permiten construir, mejorar, crecer, sumar y ser felices sino todo lo contrario. En ellas
sentimos que estamos estancados, que no fluimos, que todo es complicado, no sabemos
discutir, no nos comunicamos con asertividad, no hay el afecto que necesitamos y en
consecuencia nos hacemos daño.
Si no estamos dando y recibiendo a partes iguales, estamos en una relación que es o acabará
siendo tóxica para nosotros o para ambos. De esto no hay ninguna duda.

Y yo me pregunto…

¿Por qué hay gente que aún a día de hoy se empeña en seguir afirmando que “quien te
quiere te hará llorar”? ¿Por qué aún repiten que amor y sufrimientos van juntos????
¡¡Jamás!!! Nooooo noooooo noooooo y no me cansaré de repetirlo hasta la saciedad. Amar no
es sufrir. Jamás lo ha sido y jamás lo será. Sufriremos si perdemos de manera inesperada a
quien amamos, sufriremos cuando nuestra vida nos traiga sorpresas que impliquen cambios
importantes porque tendremos que adaptarnos a ellos, pero ¿sufrir porque el otro nos genera
ese sufrimiento con su manera de ser, de comportarse o de tratarnos??? NO NO y NO. Esto
jamás debe ser aceptable.

Son demasiadas personas, demasiadas culturas y en demasiados países que se ha relacionado


el amor con la desdicha y el sufrimiento. Frases como:

“Cuántas cosas se aguantan por amor” o “Es que le quiere demasiado”, “El
amor puede con todo”.

¿Qué cosas deben aguantarse por amor? ¿Debemos aguantar cosas inaguantables? ¿A eso se
refieren los que afirman ese tipo de sentencias??
¿Cuando queremos demasiado es porque hemos atravesado la barrera de lo tolerable y ya estamos
aceptando otras cosas más allá de este límite? ¿Por amar de una manera exagerada o por amar
más de la cuenta?”.

No. Ya sabés que tolerar todo esto tiene un nombre: DEPENDENCIA EMOCIONAL. Y sabés
que la dependencia emocional es algo de lo más tóxico y destructivo.

Juan Baxzzilio

QUIEN TE QUIERE NO TE HARÁ LLORAR

¿Qué significa esta frase? Esta frase tiene un mensaje mucho más profundo del que puedas
imaginar. Vamos a analizarlo.
En mi trabajo en la consulta, por mi experiencia y conocimientos, me centro sobretodo en
clientes con problemas de autoestima y con relaciones que no funcionan y que les hacen sufrir
demasiado. Por ello, puedo asegurar que al final, a todos nos suceden cosas muy parecidas.
Los problemas siempre acaban siendo los mismos, por lo cual se pueden establecer unas
herramientas que le servirán a la mayoría de personas. Vamos a verlas.

-‐ Atrévete a analizar. Debes atreverte a analizar tu relación desde el inicio hasta el


momento actual. ¿Habéis construido? ¿Habéis crecido juntos? ¿Os habéis fortalecido
como pareja? ¿Sientes que vuestro vínculo ha madurado y se ha estrechado? Debes
observar y darte cuenta de si miráis hacia delante y habéis avanzado o si lo que
sientes es todo lo contrario. Si te sientes estancada y te da la sensación de que todo se
queda en promesas, en planes soñados durante agradables charlas junto a unas copas
de vino pero que nunca llegan a materializarse, que cuando llega la hora nada sucede,
si siempre tienes que ser tu la persona que mueve, organiza y planifica, etc.…Es
posible que si esto es lo que sucede, poco a poco tu energía se vaya desgastando hasta
agotarse y que te sientas sin fuerzas. A no ser que él te compense mucho por otro
lado, te acabarás desencantando y la magia de la relación desaparecerá. Te habrás
convertido en una persona que se deja llevar, que está sometida en una rutina y una
manera de funcionar que no la hace feliz y te irás sintiendo cada vez más frustrada y
poco complacida. Más infeliz y con mayor sensación de vacío, soledad y tristeza.
Debes atreverte a analizar cual es tu realidad, con apertura y claridad y aceptar lo que
sea que veas, por mucho que te de miedo o te conecte con la inseguridad. Volvemos a
la autoestima, si la fortalecemos, nos sentiremos capaces y fuertes para enfrentarnos a
este cambio, si es que nos damos cuenta que es necesario.

-‐ Hacer balance. Creo que es interesante también, que nos detengamos a hacer un
poco de balance de cómo funciona nuestra vida a nivel de relación. Incluso podemos
anotar los datos en una hoja de registro. Anota cada día que acabes llorando, o que
acabes sintiendo emociones negativas en tu interior por alguna conducta suya. A veces
sus conductas pueden ser de claro maltrato como humillarte, faltarte al respeto,
menospreciarte o dejarte de hablar. Otras puede que no sean conductas tan extremas y
que simplemente se trate de su manera de ser. Por ejemplo, si siempre piensa antes en
él que en los dos, si no te incluye en sus planes, si no actúa como tu quieres o
esperas, si te sientes decepcionado/a a menudo por su forma de comportarse o por las
decisiones que toma.

Juan Baxzzilio
Está claro que éstas no son conductas de maltrato, pero sí que son conductas que si
somos sinceros, no nos gustan y no son lo que buscamos ni queremos. Bien, aquí
entramos de nuevo en el tema de la Autoestima. Debo conectar con ese amor hacia
mi mismo/a, porque es lo que me ayudará a desear lo mejor para mi, y es en ese
punto donde podré decidir si lo mejor es el otro o no. Probablemente si siento todas
esas carencias a nivel de relación, es que no estoy con la persona que quiero estar y
tendré que asumirlo cuanto antes.

¿Pregúntate, querrías una persona como él/ella para tu hijo? Y no importa si ya tenéis
hijos juntos, no pasa nada. Solamente hazte esta pregunta, reflexiona sobre si es la
persona que tu sentirías como adecuada para que uno de tus hijos pase el resto de su
vida. Si tu respuesta es un SI rotundo, está claro que tu pareja NO te hace llorar, y
por lo tanto, te quiere de manera sana y eres feliz a su lado. Pero si tu respuesta es un
claro y veloz NO, entonces debes plantearte seriamente si estás con quien quieres
estar o si hay algún otro problema añadido (dependencia emocional) y por eso sigues
a su lado a pesar de no ser la persona correcta.

-‐ Entender la conexión con nuestro pasado. Tal y como os comentaba antes, es


completamente necesario que comprendamos la conexión que hay entre lo que vivimos
en aquella parte de nuestra vida (en la infancia) y lo que nos está sucediendo ahora o
dicho de otro modo, lo que estamos eligiendo o permitiendo en nuestro presente.
Muchos no entienden por qué hay personas que permiten insultos o malos tratos,
agresiones o claros intentos de manipulación. Pues bien, la respuesta, una vez más
está en nuestra infancia, en nuestra historia personal. Si de pequeños hemos crecido
en un entorno en el que se ha faltado al respeto, nosotros tenemos aquellas conductas
incorporadas en nuestro disco duro como “conductas normales o habituales en casa”.
Lo mismo ocurre si hemos visto a nuestros padres pegarse, gritarse o dejarse de
hablar. Nos puede parecer bien o nos puede parecer mal, pero lo tenemos archivado
como algo “normal”. Es algo que nos es familiar y por mucho que nos siente mal o
nos haga sufrir, es lo conocido y nos sentimos “en sintonía” con ese tipo de
conductas. En cambio un niño que ha crecido en una familia con armonía, equilibrio
y unos valores firmes y claros, cuando sea adulto le costará mucho más aceptar o
comprender según qué maneras de actuar, porque no formaran parte de su repertorio
habitual y de lo que tiene archivado como “normal”.

Si en mi infancia me trataron bien y no tuve que presenciar escenas duras y traumáticas


pero mi padre o mi madre no me daban mucho afecto, eso también dejará una huella en
mi, a nivel emocional. Aunque me lo hubieran dado todo a nivel material y aunque yo en
el fondo sepa que me querían muchísimo, cuando era esa niña yo no comprendía y
simplemente necesitaba ese cariño, ese afecto, ese contacto.

Juan Baxzzilio
Si no lo recibí, es muy probable que yo me convierta en un adulto que busca sin
cesar sentirme querida y que me den grandes dosis de afecto. Debo cubrir todas mis
carencias. Es posible que exija mucho afecto pero, aunque parezca contradictorio,
que elija personas que no sean muy afectuosas. Personas frías a quienes les cuesta
mucho mostrar esa calidez con los demás. Si eso sucede, yo le empezaré a exigir
más, me enfadará y me quejaré. Sin razón, evidentemente, porque yo le elegí
siendo así, y por ello, no debería inducirle hacia ningún cambio, pero lo haré. Esto,
no hay ninguna duda que nos traerá problemas a nivel de relación,
enfrentamientos, discusiones y malestares, que solo acabaran, si asumimos que
queremos alguien con unas características diferentes. Yo siempre voy a necesitar y
buscar ese afecto porque eso forma parte de mi y no podré cambiarlo jamás.

Por lo tanto, comprendemos la relación entre el ayer y el hoy en nuestra vida,


podemos entender que el que está tolerando esto hoy, es el niño de ayer que llevamos
dentro, el niño que vivió aquello que fue parecido y por ese motivo lo ve normal. De
nuevo, tenemos que responsabilizarnos de la situación, hacernos cargo de ese niño
que llevamos dentro y comportarnos como el adulto que somos. Si fuera otro el que
viviera aquello, nuestro adulto no lo permitiría. Por esto mismo, no debemos
permitirlo.

-‐ ¿Junto a él/ella, soy mi mejor versión? Esta pregunta también es muy importante
que la respondamos. A menudo, cuando estamos con la persona incorrecta, nos damos
cuenta que poco a poco nos vamos transformando en alguien diferente ( y no
precisamente una mejor versión, sino todo lo contrario).
Muchas personas me han explicado que se han vuelto extremadamente celosas
cuando nunca lo habían sido con sus parejas anteriores.
¿Curioso, verdad? Otras personas, llegan a extremos de tanta tensión que tienen
ataques de ira en los que pueden incluso llegar a ser agresivas, rompiendo objetos o
gritando de manera descontrolada y poco habitual en ellas. Es como un goteo frágil
pero constante que va desgastando cada vez más la roca. De la misma manera nos
vamos acercando al límite hasta que ya cruzamos una barrera en la que perdemos el
control. Y a partir de allí vamos de mal en peor, porque entonces se suma la
infelicidad que nos producen tantas discusiones, peleas y desacuerdos, con el miedo a
vernos a nosotros mismos actuando con conductas impensables por nuestra forma de
ser y nuestros valores.
Si te das cuenta que con tu pareja, te comportas de una manera negativa que no te gusta
para nada y que desconoces en ti, puede que no estés con la persona adecuada.

Juan Baxzzilio
-‐ Pedir una opinión objetiva. Sea cual sea la situación que estemos viviendo,
debemos tener claro que nos acabamos acostumbrando a ello, hasta el punto de pensar
que quizá es normal (aunque en otro momento nos hubiera parecido de lo más grave).
¿Qué sucede entonces? ¿Es que va dejando de ser tan grave? No es eso. Yo soy la
misma persona, y eso tiene para mi la misma gravedad. Lo que sucede, es que cuando
estoy dentro de aquella relación, el otro puede manipularme, con sus palabras puede
hacerme creer que yo soy la que acaba creando esos malestares, y al final, le quitamos
importancia mientras nos repetimos que debemos intentar cambiar para que aquello
no suceda más. Es probable que eso se vaya repitiendo con el tiempo, y que el nivel
de gravedad aumente, pero al estar tan implicada emocionalmente y tener tan claro
que no quiero perderle, evitaré cualquier posibilidad de conflicto. Y al final, lo que
haré es asumir que debo ser yo la causante de todo y tragarme mi malestar y mi pena.

Sabemos que siempre que estamos en una relación problemática, la gente que tenemos
alrededor coincide con que aquello no va a ninguna parte y no entienden por qué
seguimos allí. Parece que todos lo tienen claro y es como si se hubieran puesto de
acuerdo. ¿Casualidad? ¿Tienen un poder que va más allá y pueden ver cosas que yo no
veo? Para nada. La única diferencia es que ellos no están implicados emocionalmente
con el otro y yo si. Ellos no ven el hecho de cortar aquella relación como un problema,
porque la relación no funciona y él no me hace feliz, entonces es una suerte poder cortar.
Eso es lo que ven y por ello no entienden como es que no lo hago.

Yo en cambio, en algunos momentos veo que aquello no funciona pero se que si no


funciona, voy a quedarme sola de nuevo y no quiero. Y me autoengaño y sigo pensando
que si que puede funcionar.

Mi consejo en estos casos es que hablemos con los demás. Que les demos un voto
de confianza y nos atrevamos a reflexionar de manera más profunda sobre lo que está
ocurriendo, permitamos que nos den su opinión y su punto de vista. No es casualidad
que la familia, los verdaderos amigos (aquellos que solo quieren mi felicidad), y
todos los que me quieren, vean una misma realidad con una claridad absoluta. Es por
algo…es porque esa es la realidad de lo que ocurre. Yo veo otra cosa fruto de mis
miedos y mis inseguridades. Debo fortalecer mi autoestima para sentirme segura y
que pueda enfrentarme a esos miedos

El miedo es como un monstruo que tiene la espalda blindada. Solamente puedes


derrotarlo si lo atacas de frente. Hay que enfrentarse a él, es la única opción. Si algo
te da miedo, hazlo ya.

Juan Baxzzilio
Y quiero dejar muy claro que NUNCA JAMÁS, estamos diciendo que el otro sea el culpable
de mi desdicha, de que yo saque lo peor de mí o de tratarme mal. En una relación de pareja
siempre, todo aquello que sucede, es responsabilidad de ambos al 50%, ni más ni menos. Uno
hace y el otro permite y al revés. Somos los dos juntos los que acabamos creando aquella
tormenta tan peligrosa.

Ya sabéis que cuando estamos así, aparece esa vocecita que es nuestra intuición, nuestra parte
sabia a la que deberíamos aprender a escuchar y ponerle más atención, que nos dice que
aquello puede que no sea lo mejor, que quizá no estamos donde verdaderamente queremos
estar, que puede que no sea la persona adecuada. Y eso nos hace dudar. Cuando dudamos, es
que ya no hay los sentimientos que debería haber, es que ya hemos vivido situaciones que son
tan graves para nosotros como para que nos planteemos la posibilidad de separarnos. Si esto
sucede, y la parte positiva de la relación pesa mucho, lo mejor es que pidamos ayuda y
hagamos terapia de pareja los dos juntos. Es la mejor manera que tenemos para aprender de
aquello que ha sucedido, que ha sido tan grave como para llevarnos a plantear el fin de la
relación. La terapia de pareja nos va a ayudar a reconducir la situación si es que eso es
posible, o a romper nuestro vínculo si es que realmente ya no hay nada que arreglar porque a
nivel emocional ya nos hemos distanciado demasiado.

4- CUANDO TENEMOS HIJOS

He querido incluir también en éste ebook el apartado de los hijos porque es un tema muy
recurrente para la mayoría de personas. Es fácil que no sepamos qué es lo mejor, si mantener
la estructura de la familia intacta y no dañarla más, o si es mejor cortar la relación porque está
claro que no funciona.

Pues bien, una vez más hay que tener muy claro que lo mejor para nuestros hijos es que nos
vean felices. Somos sus ejemplos y sus maestros en todo. Absolutamente todo. Nos copian en
TODO: copian como nos relacionamos con nuestros amigos, con ellos, con los problemas,
con el dinero, con la enfermedad, con nuestro cuerpo, y copian al milímetro nuestra manera
de comportarnos en la relación de pareja. Igual que nos hemos dado cuenta de cómo influyó
la relación de nuestros padres en nosotros, estamos creando la misma influencia en nuestros
hijos, de la misma manera. Puede nosotros lo hacemos diferente, que nosotros vigilamos más
o disimulamos mejor, que no discutimos nunca delante de ellos o que somos muy cautelosos.
Nada. Lo primero que debemos hacer es desengañarnos. Los hijos lo ven y lo perciben
absolutamente todo. Lo que ven y lo que no ven. Están pendientes en todo momento y la
capacidad de su cerebro para aprender, copiar y moldear está a máxima potencia.

Juan Baxzzilio
Toman notas mentales de todo cuanto sucede y si el padre y la madre tienen una relación fría,
distante, con sufrimiento, con angustia o con faltas de respeto, ellos lo ven, lo copian, lo
aprenden y lo automatizan como una conducta más.
Por lo tanto, aunque a veces nos cueste aceptarlo, para ellos es mejor que nos vean separados
pero que estemos bien cada uno por su lado, que no vivir en un drama diario, por mucho que
lo disimulemos.

Lo importante para ellos es que les dejemos claro que la separación no tiene nada que ver con
ellos, que les queremos igual los dos, y que nos tendrán a los dos también por igual. Es
importante que vean en igual medida al padre y a la madre. Si queremos lo mejor para ellos,
eso es lo que hay que hacer. Cuando por despecho o rabia entramos en dinámicas tan tóxicas
como las de no dejarle ver el niño al otro progenitor o llevárnoslo a otra ciudad demasiado
lejana, etc. estamos pensando en todos menos en el niño. Los pequeños se adaptaran al
cambio que implica la separación, por esto no habrá problema si nos ven felices y bien, pero
eso sí, necesitan a ambos por igual, si queremos lo mejor para ellos, esto es lo que hay que
conseguir.

5- CONSIDERACIONES FINALES

Una vez leídas estas páginas, espero que hayas hecho un proceso de introspección, análisis y
balance de quién eres, de dónde vienes y con quién estas compartiendo tu vida. Mi objetivo
principal, es haberte ayudado a pensar en todos los aspectos de tu historia que te han llevado
a ser quien eres y sobre todo a comportarte de la manera que lo haces. Que tengas un poquito
más claro si las diferentes relaciones de pareja que has tenido, tienen algo en común, o si en
una de ellas has sufrido especialmente sin saber el por qué. Que comprendas el motivo por el
que puede que hayas permitido demasiado o por el que llega un día, que en una relación que
puede parecer perfecta digas “Ya no quiero seguir aquí”.

Como has visto, todo está conectado: nuestra familia de origen, las carencias afectivas en esa
lejana etapa de nuestra vida, la autoestima que a partir de ahí se va construyendo en nuestro
interior, cómo nos vemos a nosotros mismos, lo que esperamos de los demás y en
consecuencia de todo esto, lo que permitimos con ellos.

A menudo estamos en relaciones en las que lloramos más de lo que jamás hubiéramos
imaginado. Lloramos tanto que nuestra sonrisa se borra y desaparece y nos olvidamos de lo
que se sentía siendo libre y feliz … y eso ya no es más que un lejano y borroso recuerdo de un
pasado que ya ni siquiera estamos seguros de que hubiera existido de verdad…

Debemos detenernos y hacernos esta necesaria pregunta: “¿Quien te quiere…te hará llorar? ¿Eso
es querer para mí? ¿Yo le haría daño a alguien a quien quiero?” Solo hay una respuesta posible
a todas esas preguntas, NO.

Juan Baxzzilio
Como siempre digo, si tu día a día está compuesto por grandes dosis de tristeza, culpa,
rechazo, pena, rabia, menosprecio, debilidad, maltrato, ansiedad, llanto,
apatía, desilusión… y lo único que te mueve es la idea de lo que puede llegar a ser esa
relación y no es…estamos con la persona equivocada.

Apuesta por ti y por la persona adecuada, que te haga vibrar, te quiera y te trate con amor.

* * * *

Juan Baxzzilio
Aviso Legal

Ninguna parte de este documento o archivo puede ser reproducida o transmitida en cualquier
forma, electrónica o cualquier otro, por cualquier medio, sin el permiso previo y por escrito
de la autora y editora del mismo. Por favor, no piratees este ebook.

Este libro se presenta a ti solo para fines informativos y no constituye sustitución de un


asesoramiento profesional. Los contenidos de este documento están basados en la experiencia,
formación y opiniones de la autora.

© Copyright 2014 Silvia Congost

Todos los derechos reservados para el autor


7. SOBRE LA AUTORA

¿Quieres saber más sobre la autora y su trabajo?

Silvia Congost es psicóloga y coach personal, experta en


autoestima y en relaciones tóxicas con dependencia
emocional. Con su método centrado en el problema y con una
eficaz terapia breve, en menos de 10 sesiones consigue notables
y radicales cambios en sus clientes.

-Entra ahora en la web: www.silviacongost.com

Allí encontrarás muchísimos artículos que te servirán de gran


ayuda para comprender lo que te sucede y
para sentirte mejor. Obtendrás herramientas y nuevas maneras de enfocar tu vida y las
relaciones que creas con los demás.

No te pierdas:

-‐ El blog con cientos de artículos

-‐ Los testimonios que cuentan su experiencia de éxito y mejora tras realizar unas pocas
sesiones con Silvia o con los profesionales de su equipo, así como los de aquellos que
han participado en sus Grupos de Autoestima.

-‐ Decenas de vídeos que regularmente Silvia va colgando, para ayudar a tomar conciencia de
lo que nos sucede.

-‐ Sus participaciones regulares en televisión (TVE)

-‐ Los artículos y entrevistas que Silvia ha realizado en los medios de comunicación.

-‐ Suscríbete al newsletter y serás el primero en enterarte de todas las actividades y


novedades de Silvia

Sigue a Silvia en las redes para poder estar al día de todas sus charlas y actividades :

@silviacongost

facebook.com/silvia.congost

https://www.youtube.com/user/rumbohaciaelexito
LIBROS PUBLICADOS

Cuando amar demasiado es depender (Ed. Zenith)

Manual práctico para comprender qué es la Dependencia


emocional, por qué tantas personas acabas sufriendo por ello
y cómo hacerlo para salir de las relaciones tóxicas y
recuperarnos a nosotros mismos cuanto antes.
Puedes leer más sobre el libro y comprarlo (en formato
impreso o en formato Ebook) a través de este enlace:
http://www.silviacongost.com/publicaciones/

Descárgate el primer capítulo desde la misma web de Silvia.

Es sin duda el libro que ya ha ayudado a miles de personas


en todo el mundo.

¡TE ENCANTARÁ!!

Autoestima Automática (Ed. Zenith)

Manual práctico para entender qué es la autoestima, cómo se


forma, por qué tenemos el concepto que tenemos de
nosotros mismos y principalmente: cómo hacerlo para
fortalecer esa autoimagen que tantas veces nos perjudica. El
libro ofrece herramientas prácticas para reconciliarnos con
nosotros mismos y volver a sentirnos la persona más
importante de nuestra vida.

Puedes leer más sobre el libro y comprarlo (en formato


impreso o en formato Ebook) a través de este enlace:
http://www.silviacongost.com/publicaciones/

Descárgate el primer capítulo desde la misma web de Silvia.


La llave de las emociones (Ed. Comanegra)

Este libro explica la historia de Alicia, una joven con un gran


potencial que queda atrapada en una relación que claramente la
frena y le resta pero de la que no se puede apartar.
Desesperada, acudirá a un prestigioso psicólogo que la ayudará
a descubrir cuáles son las tres emociones que la están
reteniendo en esa relación y le impiden que siga creciendo: la
pena, la culpa y el miedo.

Puedes leer más sobre el libro y comprarlo a través de este


enlace: http://www.silviacongost.com/publicaciones/

Descárgate el primer capítulo desde la misma web. www.silviacongost.com

También podría gustarte