Meteo Educativo Onda Tropical

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Meteo educativo

Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMEH)


Gerencia de Meteorología
Cnel. Antonio José Magdaleno

Nociones sobre las Ondas Tropicales u Ondas del Este


La atmósfera es un fluido compuesto fundamentalmente de gases y como tal responde a
cualquier perturbación generando ondas mecánicas para alcanzar su estado de equilibrio. Estas
ondas transportan energía en forma de calor y energía cinética, por eso son muy importantes
para el estado del tiempo y el clima, y están asociadas a fenómenos que inciden en nuestra vida
diaria. El mecanismo que forma la onda pueden ser provocadas por efectos dinámicos o térmicos.
La mayor parte de los sistemas meteorológicos pueden ser considerados como fenómenos
ondulatorios de longitudes de onda particular, excitados por diferentes fuerzas actuando en la
atmósfera. Como las ondas atmosféricas transportan energía y momento, pueden también originar
zonas de convección y por lo tanto de precipitación fuerte, señales que se detectan desde el
espacio con los sensores que portan los satélites.
Las Ondas del este u Ondas tropicales son perturbaciones de tipo ondulatorio en la
profunda corriente del este tropical (vientos alisios), las que en su mayoría presentan curvatura
ciclónica y deforman el campo de presión (un área alargada de relativa baja presión); se presentan
como líneas de flujo onduladas perpendiculares a los vientos del este o isobaras alargadas en
forma de “V” invertidas (pero no isobaras cerradas), son esencialmente vaguadas orientadas de
norte a sur y exhiben su mayor intensidad en el nivel de 850-700 hPa (entre los 1.500 y 3.000
metros de altura) (Figura 1).
Las ondas tropicales de la cuenca atlántica se desarrollan a partir de perturbaciones que
derivan en el continente africano, estas son generadas o potenciadas por la corriente en chorro del
este. La circulación horaria del gran anticiclón de las Azores impulsa las ondas (por los vientos
alisios que soplan paralelos a los trópicos), que se mueven desde las áreas costeras del norte de
África hacia América.
En términos generales, se trata básicamente de sistemas de escala sinóptica de una
extensión latitudinal considerable, en el orden de 10 a 15 grados de latitud, se desplazan de
este a oeste a una velocidad que oscila entre los 20 a 30 Km/h y tienen un período entre cada
onda de 3 a 5 días. En promedio se originan 60 Ondas Tropicales y se propagan hacia
el oeste cruzando el Atlántico.
Generalmente, en la parte delantera de la onda el aire desciende provocando aire más
seco (el viento sopla desde el noreste) y con ello cielos despejados, en tanto que en su parte
trasera (luego de pasar la línea de vaguada) la humedad se incrementa abruptamente y la
atmósfera se desestabiliza, el aire asciende favoreciendo nubes de gran desarrollo vertical o de
gran espesor con chubascos extendidos y tormentas, a veces severas (el viento rola hacia el
sudeste) (Figura 2). Sin embargo, las características asociadas a cada onda tropical, van a
depender del modelo conceptual y de las condiciones atmosféricas encontradas en su trayectoria.

Las ondas tropicales pueden aparecer tan temprano como en abril o mayo, y continúan
surgiendo hasta octubre o noviembre y suelen existir apartadas de la zona de convergencia
intertropical (ZCIT), aunque pueden extenderse hasta dicha zona.
La importancia de estas ondas del este, frecuentes en el periodo lluvioso de nuestro país,
radica en que al paso de una de ellas sobre un lugar dado, produce alteraciones en el estado del
tiempo, bien sea por ella misma o por la modulación de la Zona de Convergencia Intertropical
(ZCIT), la cual se activa y asciende latitudinalmente, afectando a una gran parte del territorio
nacional (los efectos locales tales como la acción del viento sobre el relieve y el calentamiento diurno
juegan un papel importante en dicha activación). Además, aunque solo un número reducido de ellas
se intensifica, pueden conducir a la formación de Ciclones Tropicales en las cuencas del Océano
Atlántico norte y del Océano Pacífico nororiental (aproximadamente el 60 % de los ciclones
tropicales se originan a partir de ondas tropicales, mientras que cerca del 85 % de
los huracanes más intensos del Atlántico se desarrollan a partir de estas).
El primer modelo teórico considerado para las ondas tropicales es el modelo “clásico” de H.
Riehl, por ser el primero que se creó para seguir estos sistemas. Riehl y sus colaboradores (año
1945) usaron datos de la atmósfera superior en el Caribe para analizar la tendencia de la presión
atmosférica (centros isalobáricos) dentro de la corriente de los vientos alisios. Descubrieron que
estos centros isalobáricos iban acompañados de oscilaciones similares a ondas que se
desplazaban hacia el oeste en niveles bajos de la atmósfera. Por eso se emplea el término
onda. Otro modelo de estudio, el de “V” invertida, se basa en el trabajo realizado por N. Frank en
la década de los 60. Frank utilizó imágenes de satélite para estudiar la nubosidad de sistemas de
tormentas del Atlántico y descubrió que la nubosidad asociada con algunos de estos sistemas estaba
organizada en bandas de acuerdo con un patrón parecido a una serie de letras “V” invertidas y
anidadas (Figura 3). Finalmente, el modelo más aceptado y reciente es el de R. W. Burpee, que
en 1972 documentó en sus estudios que la inestabilidad en la corriente en chorro oriental de África
generaba estas ondas (fenómeno denominado como la "inestabilidad baroclínica- barotrópica").
La corriente en chorro surge por un gradiente inverso de la temperatura en las capas bajas de la
tropósfera sobre las partes centrales y orientales del Norte de África, principalmente entre las altas
temperaturas del desierto del Sahara que contrasta con las temperaturas más bajas en la costa del
Golfo de Guinea.

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