MODULO 2 UNIDAD I Original

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UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

CREACIÓN POR LEY 2115 DEL 15 DE SEPTIEMBRE DE 2000


AUTÓNOMA POR LEY 2556 DE 12 DE NOVIEMBRE DE 2003
RECONOCIDA POR EL CEUB – SNA n° 117/2009

MUDULO II:
DIDACTICA Y DOCENCIA
UNIVERSITARIA

UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA


UNIVERSITARIA EN EL SIGLO XXI
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

Dirección de Posgrado
DIPLOMADO EN INNOVACIONES EDUCATIVAS EN LA
DOCENCIA UNIVERSITARIA

MÓDULO II: DIDACTICA Y DOCENCIA


UNIVERSITARIA

UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

2020
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

INTRODUCCIÓN

Los cambios sociales y la tecnología van prefigurando un mundo totalmente


transformado respecto de lo que era un siglo atrás. La ciencia nos ha cambiado la
vida de una manera que nunca antes había ocurrido en semejante extensión en
tan poco tiempo. Nos trajo a la modernidad vertiginosamente. Si hoy revivieran mis
bisabuelos fallecidos a fines del siglo XIX, seguramente no reconocerían el mundo
en el que vivimos. Dentro de poco veremos circular autos sin nadie que los
conduzca, no es ciencia ficción, ya están los prototipos circulando. Tal es el
cambio en todos los órdenes que nada es igual, pero mejor deberíamos decir que
casi nada es igual. Mis bisabuelos sí reconocerían perfectamente un aula
moderna, es casi igual a la de cien años atrás y, mucho peor aún, casi igual a la
de hace 2.500 años, en las épocas en que los filósofos griegos enseñaban en la
academia de Platón. Modernizar la educación es imperioso. Hoy nuestro sistema
educativo es anacrónico. Modernización. El conocimiento está disponible, en
forma rápida, gratuita y con diversidad de fuentes y en cualquier lugar que tenga
una conexión a internet. Internet y la telefonía celular están produciendo la
revolución más democrática e inclusiva que se ha dado en la humanidad. Hay más
celulares que habitantes en el mundo. Así como la imprenta amplió el acceso a la
educación desde la Edad Media, internet nos permite poner el conocimiento en el
teléfono móvil de cualquier habitante en cualquier momento y lugar en el mundo.

Es icónico hoy ver a un docente competir por el interés de sus estudiantes contra
los teléfonos celulares; en vez de integrarlos al proceso de enseñanza-aprendizaje
los prohibimos. Es una lucha desigual la de los docentes: un sistema del Medioevo
en el medio de la revolución de la informática y las comunicaciones. Tenemos la
obligación de modernizar la educación. Los estudiantes se aburren escuchando
sin participar. Necesitan percibir con claridad el valor de los contenidos que se les
ofrecen y de las habilidades que incorporan en su proceso de estudio. Cada vez
son más los que se resisten a cursar asignaturas o completar ciclos educativos
regulares. Muchos estudiantes sienten las clases como una pérdida de tiempo,
sólo un compromiso legal para acceder a una certificación. Yo me eduqué con
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metodología tradicional en un sistema educativo, escolástico, autoritario,


discriminador, desmotivante donde el concepto primordial según sus exégetas era:
“Se aprende sufriendo, se aprende sólo con sacrificio. Para cultivar el espíritu, nos
decían. El estudiante debe aceptar sin ningún juicio personal la iluminación que
proviene del docente que, omnipotente, todo lo sabe”. Tuve la fortuna de descubrir
la belleza del conocimiento y amar el aprender. Eso me hizo más tolerable
soportar los años y currículos de estudio. Con el tiempo, como docente descubrí
que el estudiante aprende más cuando disfruta que cuando sufre, y eso marcó mi
vida de educador. Necesitamos que la educación deje de ser una obligación
desagradable, que haya una juventud entusiasta por educarse, no sólo por la
promesa de progreso que trae sino porque es placentero y motivante hacerlo.
Cambios. Para lograr lo anterior se requiere no sólo presupuesto para mejorar la
educación y aumentar la inclusión. Se requiere coraje para abordar los cambios y
adecuar la educación a los usos y costumbres del siglo XXI. Ya no se necesita
formar operarios adocenados que realicen tareas rutinarias en los procesos de
producción ni profesionales con buena memoria, eso lo hacen hoy mejor las
máquinas, los robots de todo tipo que cotidianamente se incorporan a la vida
cotidiana. Ya es difícil distinguir cuando hacemos una consulta telefónica si nos
responde un bot o un humano; en poco tiempo una gran parte de las actividades
serán realizadas por robots. Se requiere formar técnicos y profesionales
pensantes, críticos, con capacidad de aprender y con competencias profesionales
adaptadas a las necesidades de hoy. Desde la universidad creemos que la
educación mejora la vida de la gente y la vida de los países. Como también
estamos convencidos de que todo lo que hagamos por llevar más y mejor
educación a más gente contribuirá a que nuestra sociedad sea más civilizada, con
progreso, con mejor calidad de vida y convivencia. Lograr el desarrollo como país
y eliminar la pobreza requiere que toda la población alcance niveles de educación
superiores a los actuales. Pero también diferentes a los actuales. Muchos oficios
de hoy desaparecerán y se necesitarán nuevos conocimientos y competencias.
Así como desapareció el mecanógrafo y el telefonista, desaparecerán muchas de
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las actividades que hoy hacemos en cada una de las actividades donde nos
desempeñamos.
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1. EL RETO DE CONSTRUIR UNA SOCIEDAD JUSTA BASADA EN EL


CONOCIMIENTO

Posiblemente el desafío que más englobe a nuestras universidades en el siglo XXI


sea el de contribuir significativamente a construir una sociedad basada en el
conocimiento, que afronte con eficacia y equidad los grandes problemas de la
región.

América Latina ha sido un verdadero laboratorio de teorías y experiencias desde el


final de la segunda guerra mundial. Los decenios de crecimiento y sustitución de
importaciones transcurridos entre los años 50 y 70 fueron seguidos por la década
perdida de los 80, con la gran crisis de la deuda. Los cambios económicos de
todos conocidos, en los años 90, parecen haber alcanzado cierto grado de
estabilidad económica, luego de largos años de inflaciones, desequilibrios
macroecónomicos y desorden en las instituciones. Junto a la recuperación
económica se han establecido nuevos mecanismos de integración, modernización
del Estado y apertura al resto del mundo.

Por otra parte, el hecho más


característico de la sociedad
contemporánea es que cada vez
más depende del conocimiento.
No sólo la producción y el uso de
aparatos complejos, como
computadoras, instrumentos de
telecomunicación, herramientas de
laboratorio y maquinaria industrial
implican ahora un considerable
grado de conocimiento, sino también los procesos productivos de todo lo que
consumimos y empleamos día a día. Lo mismo ocurre con nuevos conceptos que
son ahora claves para la competitividad en los mercados internacionales, tales
como calidad total, entrega a tiempo, automatización, producción flexible y
productos hechos a la medida de las necesidades de cada usuario. Estos
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conceptos no pueden hacerse realidad de forma competitiva sin tecnologías


sofisticadas, cuyo soporte fundamental es el conocimiento científico.

Con el advenimiento de las biotecnologías y la próxima «era genética» del siglo


XXI, con la química fina, con los nuevos materiales y con tantas otras tecnologías
revolucionarias, esta tendencia se agudizará sin duda en el futuro; la capacidad de
producir y usar conocimiento será considerada crecientemente como el recurso de
mayor importancia de las naciones y como el aspecto determinante de su
productividad. El problema del desarrollo económico será un problema de dominio
del conocimiento en expansión y de crecimiento de las capacidades de la
población para emplearlo eficazmente, que ya se han convertido en los países
desarrollados en un factor aún más dinamizador que la misma acumulación de
capital.

Lamentablemente, nuestra región es muy débil en el campo de la capacidad para


trabajar con el conocimiento y para utilizarlo agregando valor a nuestra producción
económica. En este nuevo siglo, la
única forma en que podremos
aumentar la productividad
sostenidamente, cerrar las brechas
sociales, mantener altas tasas de
crecimiento económico, crear
nuevos empleos mejor remunerados
y ser competitivos a escala mundial,
es afrontando en serio el tema del
conocimiento, tan asociado a la
educación superior.

Equidad y conocimiento son, entonces, las dos grandes asignaturas pendientes de


nuestra región, que deberían fundirse indisolublemente en el quehacer
universitario latinoamericano.
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2. AFIANZAR LA IDENTIDAD CULTURAL IBEROAMERICANA EN UN


MUNDO GLOBALIZADO

En efecto, la función universitaria de preservación, difusión y creación de cultura


incide profundamente en la concepción y valoración de sí mismas de las
respectivas sociedades, mientras las publicaciones universitarias, la
conceptualización de fenómenos y valores, la creación de discursos, modos de
pensamiento y entornos intelectuales impactan continuamente la conciencia
colectiva. La literatura, las artes, la elaboración histórica, los modelos de
enseñanza, la filosofía, las concepciones de la divinidad, todas las ciencias y las
técnicas, los paradigmas de sociedad, las valoraciones éticas, la política y las
leyes, son afectados por lo que ocurre y lo que deja de ocurrir en esas
instituciones, cuyo secreto de supervivencia milenaria tiene mucho que ver con la
importancia de su impacto en la cultura de las sociedades. Estas instituciones son,
pues, una parte insustituible del acervo y de la identidad cultural de las naciones, y
no vale enjuiciar su labor con los reducidos parámetros de una disciplina limitada.

La función cultural de las universidades tiene una especial importancia en un


mundo globalizado que, a través de otras influencias, tiende a la masificación
mimetizante de la expresión cultural y a la correspondiente pérdida de identidad de
los conglomerados humanos. La rica pluralidad de la globalización sólo se puede
realizar desde la especificidad del sentido de cada grupo que la integra, y éste
sólo lo otorgan aquellas cosas que valora cada colectividad y las propias
manifestaciones de su vida, es decir, la propia cultura. La tensión entre
globalización y particularización, tan importante en el mundo del futuro, sólo puede
ser creadora y pacífica a través de la compatibilización de diferentes expresiones
culturales, a las que la educación superior tiene tanto que aportar.
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3. TRANSFORMAR LOS SISTEMAS EDUCATIVOS DE LA REGION

En nuestra región se ha venido produciendo un consenso cada vez más


generalizado de que la educación es, simultáneamente, crucial para el crecimiento
económico, clave para mejorar la equidad social y necesaria para la participación
de los ciudadanos en la vida política de todos los países. Sin embargo, persisten
problemas de baja cobertura en muchas zonas y, sobre todo, uno grave referido a
la baja calidad de la educación, que está además asociado a la estratificación
social y tiene, por tanto, una imbricación profunda con el problema de la equidad.
Es más, en virtud de la
expansión de la matrícula
en las últimas décadas, el
gran problema de equidad
educativa en la región ya
no radica tanto en el
acceso cuanto en la
diferencia abismal de
calidades entre la
educación de los niños
ricos y los niños pobres.

Eso quiere decir que el punto focal de una reforma educativa en la región debe ser
la elevación significativa y generalizada de la calidad de la educación, porque ahí
está ahora su principal problema y porque en esa dirección se irán articulando las
necesidades y demandas de la sociedad. Dicho cambio debe responder a las
tendencias más relevantes de la época actual, que condicionan el desarrollo de
toda sociedad, tales como la democratización, la globalización y la revolución
tecnológica mundial. Tiene que realizarse con el mayor consenso, participación y
esfuerzo posibles de los agentes sociales. Debe involucrar a todos los recursos y
procesos de la educación, tiene que sostenerse en un esfuerzo prolongado y
sistémico y atender a todas las dimensiones de la tarea educativa, sin engañarse
con nuevas panaceas ni acudir a simples recetas organizativas y financieras.
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Los mecanismos para evaluar y certificar fiablemente la calidad de la educación


tienen mucha importancia para todos los niveles y modalidades de la misma. Si
resulta tan importante, ¿qué es la calidad de la educación? La calidad es un
concepto multidimensional que se refiere tanto al producto de la educación como a
los recursos y procesos que lo producen; tanto al nivel absoluto de sus resultados
como a los incrementos generados en el proceso; tanto a elementos cognoscitivos
como a elementos éticos del aprendizaje. No existe esa calidad si no hay avance
cognoscitivo de los educandos, incluyendo no sólo la comprensión de los
fenómenos sino la dimensión práxica del saber, es decir, saber hacer o destrezas
de todo tipo derivadas de la aplicación del conocimiento. También es esencial a la
educación de buena calidad la transmisión de valores socialmente consensuados,
como pueden ser los asociados a la responsabilidad individual, el respeto a los
derechos humanos, la solidaridad y la protección del ambiente, entre otros.

A ese proceso pueden y deberían contribuir mucho las instituciones de educación


superior, con los docente bien preparados, con modelos didácticos eficaces, con
diseños y revisiones pertinentes de los currícula, con textos y otros materiales
educativos de buena calidad, con ensayos de nuevos medios tecnológicos que
demuestren su buen uso, con investigaciones que iluminen los problemas, con
desarrollo experimental e imaginación creadora para encontrarles soluciones, y
tantas cosas más que sólo pueden venir de una educación superior que sea, ella
misma, también de alta calidad.

4. PROLONGAR LA EDUCACION DURANTE TODA LA VIDA

Si uno observa las tendencias de mediano y largo plazo, como debe hacerse
cuando se trata de los sistemas educativos, es evidente que el desarrollo
tecnológico continuamente hace obsoletas las anteriores formas de trabajar, exige
adaptarse a nuevas técnicas y valora la capacidad de aprender muy por encima
de las destrezas específicas para el manejo de determinadas máquinas,
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especialmente las destrezas manuales que pueden ser sustituidas por nuevas
máquinas.

Lo anterior enfatiza la necesidad de la educación continua, o bien, si se prefiere, la


conveniencia de un sistema iterativo de formación y capacitación para toda la vida,
como el propuesto por el conocido Informe Delors. Este sistema dividiría la
educación a que toda persona tendría derecho y obligación en dos períodos: uno
inicial, de educación general, que pusiera las bases de todo lo que viene después,
y otro posterior que la persona podría elegir de diversas maneras según su
conveniencia, fragmentándolo en varios lapsos breves a lo largo de la vida, o
estudiando por más tiempo en un plan de mayor contenido, u otro posiblemente
vinculado a cambios drásticos en la ocupación. Para todo esto tiene particular
importancia lo antes dicho sobre los sistemas de acreditación, es decir, la
evaluación y certificación confiables de calidad.

Lo más interesante de esta y de otras posibilidades alternativas es que romperían


con la idea de que hay un tiempo para estudiar, otro para trabajar y otro para
esperar la muerte; y sustituirían esas secuencias por una sola vida de estudio y
praxis continuamente alternados. Sin duda que ello es también más cercano a las
exigencias del desarrollo tecnológico contemporáneo. Aportar constructivamente a
tal sistema del futuro es uno de los grandes retos de la educación superior en el
siglo XXI en todo el mundo.

5. EMPLEAR EFICAZMENTE LOS NUEVOS MEDIOS DE TECNOLOGIA

Las nuevas tecnologías de la información y de las telecomunicaciones ofrecen


unpotencial enorme de transformación de los sistemas educativos de todo el
mundo, todavía no realizado. Dice un proverbio africano que«hace falta toda una
aldea para educar a un niño» . En esencia, la promesa de las nuevas tecnologías
es la de ampliar considerablemente las fronteras de esa aldea, es decir, la de
romper las barreras de espacio, tiempo, cultura y condición socioeconómica que
limitan la educación de cualquier persona, y la de emplear recursos y experiencias
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que hasta hace poco eran inaccesibles para el aprendizaje. Viajar a otro planeta,
asistir a las clases de los mejores docentes, vivir eventos que ocurrieron en otra
época, operar virtualmente el corazón de
un paciente, ensayar una nueva técnica,
simular un método de producción, consultar
cualquier referencia documental, recibir
realimentación instantánea sobre lo que
uno hace, y comunicarse con cualquier
persona con sonido, imagen y percepción
tridimensional, deberían ser relativamente
pronto aspectos integrantes de «la aldea»
encargada de educar a todas las personas.

La increíble ampliación del acceso a la información que permite la conexión a


Internet, las nuevas formas de interactividad y los nuevos usos de las
computadoras y los dispositivos multimedia como recursos didácticos, agregados
a los medios antes disponibles, tienen el poder de revolucionar las metodologías
de la educación, con un énfasis cada vez mayor en el aprendizaje que en la
enseñanza. En la educación del futuro será más importante aprender a aprender
que memorizar contenidos específicos, la búsqueda y el uso de la información
para resolver problemas que la transmisión de datos, los métodos activos y
personalizados que los pasivos y estandarizados. Todo ello puede cambiar
también la concepción y la realidad de lo que significa ser docente: de transmisor
de conocimientos a facilitador del proceso de aprendizaje, que aprende
continuamente él mismo.

Las nuevas tecnologías podrían permitir el desenvolvimiento de sistemas de


aprendizaje paralelos al sistema educativo formal que ahora conocemos; sistemas
con sus propios títulos y certificaciones, con una flexibilidad institucional mucho
mayor, más adaptados a las necesidades específicas de aprendizaje de cada
educando, y sin barreras nacionales que impidan su libre desarrollo. Como ocurrió
en el pasado, la aparición de alternativas de educación radicalmente nuevas
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probablemente ejercerá una irresistible presión transformadora sobre el sistema


anterior.

Sin embargo, no hay que olvidar que los


nuevos medios tecnológicos son
justamente eso: medios, que por sí
mismos no pueden transformar la
educación y que pueden emplearse bien
o mal. Hay también algunas cautelas
sobre este tema, relativas a la relación
costo/eficacia y a posibles efectos sobre
la equidad educativa del empleo de los
medios, que no es el caso discutir aquí,
pero que deberían observarse y estudiarse. Sobre todo, hace falta ensayar,
analizar los resultados, hacer desarrollo experimental e ir generalizando lo que
mejor funcione. Nadie mejor que las instituciones de educación superior para
hacer esas cosas. En nuestra región ya hay algunos ejemplos importantes de todo
esto.

6. HACER BUENA INVESTIGACION CIENTIFICA Y TECNOLOGICA

El desarrollo científico y tecnológico del mundo es un fenómeno de rápida


acumulación de conocimiento y de generación y difusión de sus aplicaciones
productivas, que se logra mediante una actividad sistemática de alto nivel de uso
de las capacidades de la mente, conocida como investigación y desarrollo
experimental (I+D).

Es verdad que gran parte del desarrollo de las técnicas productivas se hizo en el
pasado de una manera empírica, que descansaba en la experiencia y en el
ingenio de expertos artesanos, obreros, campesinos y otros trabajadores
manuales, sin mayor instrucción ni conocimiento de las ciencias. Pero esa forma
de progresar tecnológicamente, aún bastante presente en algunos sectores y
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países, es una parte muy pequeña del fenómeno mundial mediante el cual se
crean y transforman ahora los productos y los procesos productivos. Esa parte es
insignificante en el caso de los bienes y servicios de muy alto valor agregado, y
resulta muy claro que la importancia de las transformaciones tecnológicas
empíricas se reducirá continuamente en el curso del siglo XXI, que será el siglo de
los que saben.

La I+D no sólo es lo que


produce nuevos
conocimientos y técnicas,
sino también lo que
contribuye a la formación
de profesionales creativos.
Los estudiantes de ahora
deberán desempeñarse en
un contexto caracterizado
por la rápida evolución de
todas las disciplinas, así
como por la creciente interdependencia y fertilización cruzada de las mismas y la
necesidad de enfrentar y resolver problemas nuevos que nadie pudo prever en el
curso de su formación inicial. Cuando algunos ridiculizan la investigación básica
de las universidades en el tercer mundo, malentienden el problema.
Fundamentalmente, no se trata en esos países de acrecentar el acervo mundial de
conocimientos, sino de preparar profesionales que sean realmente capaces de
resolver los problemas del futuro. Es verdad que no todos los niveles, contenidos y
formas de la docencia exigen hacer I+D y que hay Instituciones docentes que no
la practican, pero un país donde ninguna de sus instituciones educativas hace
investigación de buena calidad es, sencillamente, un desastre de postración e
impotencia, con incalculables repercusiones negativas para su futuro.

La educación superior forma y determina la calidad del recurso fundamental de la


I+D y las actividades productivas de alto valor agregado, es decir, a los científicos
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e ingenieros. Además, crea gran parte del conocimiento básico, acumula masas
críticas interdisciplinarias de recursos que, generalmente, son las mayores de un
país, afecta a todo el ambiente en que se realiza la producción intelectual e incide
sobre el desempeño de los otros niveles de la enseñanza. Las instituciones
educativas pueden jugar directamente un papel importante en el desarrollo
tecnológico, como lo hicieron los Land Grant Colleges en el sector agrícola de
Estados Unidos, por citar sólo un ejemplo muy conocido. Todo esto tiene una
especial importancia para nuestra región, donde las universidades poseen, de
hecho, una proporción muy alta de toda la capacidad de I+D de los respectivos
países.

7. VINCULAR A LAS UNIVERSIDADES CON LAS EMPRESAS

De manera genérica, las empresas existen en cualquier sociedad para producir


bienes y servicios que satisfagan necesidades humanas. En la medida en que
dicha producción requiere conocimientos y habilidades que son creados en y por
las universidades, en última instancia la cooperación entre ambos tipos de
entidades redunda en un mayor nivel de satisfacción de necesidades de la
sociedad y de sus miembros.
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En la actualidad existen razones más específicas para pensar que la cooperación


de la universidad con el sector productivo se está haciendo más importante en
todo el mundo y, por supuesto, en nuestra región. En primer lugar, la revolución
tecnológica basada en la ciencia origina continuamente nuevas ventajas
comparativas, deshace las tradicionales y afecta la competitividad de todas las
ramas productivas. Dicho de otra forma, la capacidad de competir depende ahora
mucho más de fortalezas científicas y técnicas que de los recursos naturales, de
mano de obra barata o de cualquier otro factor. En segundo lugar, casi todos los
países de nuestra región han adoptado modelos de apertura que exigen una
inserción eficaz de sus economías en mercados cada vez más globales y
competitivos. En tales circunstancias, tanto las exportaciones como las ventas de
muchas empresas en los mercados domésticos pueden ser favorecidas por esa
cooperación. Las condiciones actuales exigen, como condición de éxito y
supervivencia, que las unidades productivas de la región aprendan a utilizar mejor
el conocimiento y que las universidades ayuden más a las empresas a afrontar
justamente ese reto.

En nuestra región también parecen haberse incrementado las condiciones que


posibilitan la cooperación entre empresas y universidades, que en otras épocas se
encontraban con frecuencia en extremos opuestos de sociedades ideológicamente
polarizadas. Gracias a diversas
investigaciones es posible determinar con
evidencia empírica cuáles son ahora los
campos más fértiles para esa
cooperación. Enuncio, simplemente, los
resultados de esos estudios:
actualización y perfeccionamiento de
profesionales; I+D por contrato; asesorías
y asistencia técnica; servicios técnicos
repetitivos; proyectos de empresas y
parques tecnológicos.
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La gran ventaja de esa relación para la empresa es el aumento de su


productividad y competitividad. Las universidades pueden obtener ingresos y la
correspondiente diversificación de sus finanzas; experiencia práctica de los
académicos; pasantías de estudiantes en empresas y ejecución de tesis de grado
con apoyo empresarial; aprovechamiento de capacidad subutilizada; mayor
conocimiento de la realidad nacional, inserción en el medio y oportunidad de
contribuir a la solución de problemas de desarrollo. No obstante las grandes
ventajas para ambas, la cooperación entre universidad y empresa requiere que
cada una respete el ámbito de la otra y sea fiel a sus propias funciones. Por
ejemplo, la universidad no es sólo una empresa consultora, ya que
desnaturalizaría su misión si actuara únicamente como tal. La empresa no debe
perder dinero por su relación con la universidad; tiene derecho a exigir un servicio
de valor igual o superior al precio de mercado de éste y la obligación de pagar por
lo menos ese precio.

8. RESOLVER EL PROBLEMA DEL FINANCIAMIENTO UNIVERSITARIO

Según lo que hemos venido discutiendo, es claro que la educación superior tiene
aspectos de los llamados bienes públicos, y también que favorece a determinados
individuos y empresas en forma de bien privado. En efecto, nadie puede
apropiarse con exclusividad del conocimiento básico, de las tecnologías genéricas,
del fortalecimiento y diversificación nacional de capacidades profesionales, de la
preservación de la identidad cultural, del estímulo de los entornos intelectuales
serios, del mejoramiento de la educación en los otros niveles, de la capacidad de
un país para insertarse con eficacia en los mercados internacionales, y de realizar
las demás tareas colectivas de construcción de un futuro digno para nuestra
región en el siglo XXI.

Por otra parte, los estudios universitarios incrementan de tal forma los ingresos
personales de sus beneficiarios directos que muchas veces ello compensa con
creces todos los costos de esos estudios. Este es un beneficio privado que
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frecuentemente favorece a personas que ya se encuentran en estratos


económicos medios y a veces altos de nuestros países. Los beneficios privados
para otros individuos y empresas, derivados de todas las actividades
universitarias, suelen ser muy apreciables y a veces espectaculares. Este carácter
mixto de la educación superior de ser a la vez bien público y privado, conduce a
dos grandes principios rectores para su financiamiento, que sólo podemos
enunciar aquí sin discutir los detalles de las fórmulas concretas que pueden
convenir a uno u otro país, de acuerdo con sus propias realidades y posibilidades.

En primer lugar, sólo el Estado puede hacerse cargo de los costos de un bien
público en la más ortodoxa de las teorías de la hacienda pública. Por ello, hay que
afirmar con claridad que el Estado tiene la responsabilidad ineludible de financiar
la educación superior, en cuanto ello es indispensable para asegurar los
beneficios para toda la sociedad que este nivel de la educación puede y debe
producir. Naturalmente, las finanzas públicas tienen límites y hay muchas otras
necesidades públicas insatisfechas. Pero las continuas sugerencias o
insinuaciones de que el Estado debería reducir su prioridad en el financiamiento
de la educación superior justamente suscita una firme oposición en los sectores
universitarios, porque se origina una incomprensión desvalorizante de lo que las
universidades pueden aportar a la sociedad, los costos reales de ello y la
importancia para nuestros países de que lo hagan bien.

Dicho lo anterior, es necesario sostener con igual claridad que no sólo el Estado
tiene responsabilidades financieras en esta materia. Las universidades deben
emplear con la mayor honestidad y eficiencia los recursos públicos que reciban,
rendir cuentas estrictas de ello a la sociedad mediante los mecanismos que esta
establezca, y diversificar todo lo posible sus propias finanzas, incorporando pagos
razonables de los beneficiarios directos por los beneficios privados que estos
reciban de la universidad.
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9. CONTRIBUIR A LA INTEGRACION DE AMERICA LATINA

Aunque viejo y trillado, sigue siendo cierto el dicho de que la unión hace la fuerza.
Es demostrable en teoría económica del comercio internacional que los espacios
económicos amplios no sólo permiten aprovechar economías de escala que no
están al alcance de países pequeños y aislados, sino que pueden conducir a un
mayor grado de especialización y eficiencia productiva que las que son posibles
en economías reducidas y cerradas. Estos han sido los argumentos tradicionales a
favor de la integración económica latinoamericana, reforzados en las últimas
décadas por el éxito de los esfuerzos integracionistas de otras regiones,
particularmente la europea, y la integración a vastos mercados internacionales de
los países del sureste de Asia.

Es evidente también que el poder negociador para cualquier transacción o logro


de condiciones adecuadas en la escena internacional es proporcional a las fuerzas
que respalden determinada posición, y que esta consideración se hace cada vez
más importante al constituirse en el mundo grandes bloques de poder económico,
ante los cuales cualquier país latinoamericano resulta demasiado débil.

Pero más allá de las ventajas económicas, de las semejanzas de lengua, religión,
costumbres y visiones de la vida, la identificación con un todo que los
latinoamericanos sentimos diferente al resto del mundo, las viejas utopías de su
historia que conforman las aspiraciones de sus pueblos y la misma unidad
geográfica de la región, apuntan todas a constituir una gran patria latinoamericna,
cuyo anhelo han expresado siempre los grandes ciudadanos y los poetas
visionarios de nuestros respectivos terruños: Bolívar, Morazán, San Martín, Darío,
Neruda y Martí, entre tantos.

Hay circunstancias más estructurales que hacen pensar que esta vez sí podría ser
posible la fuerza que vendría de la unión de los países latinoamericanos: sus
intereses más interdependientes con los del mundo globalizado, la nueva
semejanza de sus modelos económicos y de sus regímenes políticos, las
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tendencias y ejemplos de otras regiones del mundo, y el enorme desarrollo del


transporte, las comunicaciones y la vida de relación entre los pueblos.

Las universidades pueden y deberían contribuir a la integración de América Latina


en el siglo XXI en una doble vertiente: la de su propia colaboración pragmática y
fraternal, tan necesaria para hacer más eficaz su labor científica necesitada de
masas críticas significativas, y la integración de sus países mediante
investigaciones que faciliten la tarea, la formación de profesionales imbuídos de
espíritu integracionista, y el refuerzo de la conciencia colectiva regional que se
requiere para hacer realidad esas viejas y truncadas aspiraciones de la historia
latinoamericana.

10. CUMPLIR BIEN LAS FUNCIONES UNIVERSITARIAS TRADICIONALES

Desde la creación de las primeras universidades en Europa, en el siglo XII, estas


instituciones han estado haciendo fundamentalmente lo mismo: preservar, crear y
transmitir conocimientos y cultura, si bien sus contenidos concretos han variado
mucho a través de los siglos. Son instituciones de acervo, en cuanto sirven de
depositarias de los saberes y de los valores universales de las sociedades que les
dan vida y las mantienen. Son también fábricas del intelecto, en cuanto producen
nuevos saberes, ideas, información, teorías, comprobación de relaciones
causales, comprensión de fenómenos, nuevas técnicas y métodos. Son crisol
donde se mezclan y se forjan las influencias de su medio y de su tiempo, y son
también conducto que transmite contenidos cognitivos y valorativos de una
generación a la siguiente.

Mientras estas entidades hagan bien aquello que constituye su misión


fundamental “realizar las funciones especializadas del conocimiento y la cultura de
una sociedad”, continuarán existiendo indefinidamente, si bien las formas de su
actividad y las disciplinas que cultivan continuarán cambiando con el tiempo y
quizás más rápido ahora que nunca, porque la revolución científica y tecnológica
también está alterando la forma misma en que se guardan y organizan los
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contenidos del conocimiento, así como los instrumentos con que se transmiten y
operan. Nunca, desde la invención de la imprenta, ocurrió esto con tanta
envergadura e intensidad. Es probable que, en el siglo XXI, los libros no sean de
papel, que las experiencias de laboratorio se realicen en todas partes y que las
aulas virtuales, con nuevas formas de interactividad, sustituyan en gran medida las
de ladrillo y cemento. Las universidades que no vean esto y que no sean capaces
de adaptarse a esos y otros cambios previsibles, probablemente desaparecerán.
Pero nada cambiará las funciones esenciales de la institución.

Es generalmente aceptado, e incluso especificado en las legislaciones de muchos


países, que las universidades realizan su misión a través de las funciones de
docencia, investigación y extensión. Estas son las que concretizan en actividades
su razón de ser. Mediante la docencia, las instituciones transmiten conocimientos,
habilidades y valores a los educandos; se preparan los profesionales de todo tipo
que requiere cualquier país para su funcionamiento habitual y su desarrollo futuro.
La I+D crea nuevos conocimientos, procesos y productos o modificaciones
sustanciales de estos; como antes se indicó, la I+D es la concretización del
esfuerzo creativo de más alto nivel mental, así como el motor que continuamente
alimenta la innovación en los sistemas de producción y las otras funciones
universitarias. Mediante la extensión (llamada a veces «proyección social»), las
instituciones de educación superior prestan servicios directos, distintos a los de la
I+D y la docencia formal, a personas naturales y a otras entidades. Se trata de una
amplia gama de actividades que incluye las asesorías técnicas, los cursos no
formales, las publicaciones, el servicio social de los estudiantes, las conferencias y
seminarios, los conciertos, las exposiciones de arte y muchas otras.

Todo lo que se ha dicho en esta exposición no es sino un intento de especificar


formas de realizar bien esas funciones tradicionales de la universidad, con
referencia a sus desafíos en el siglo XXI. Se trata, realmente, de cómo cumplir
ahora la prescripción bíblica de echar vino nuevo en odres viejos y de asegurar
que el producto sea bueno para quienes habrán de beneficiarse de él o de sufrirlo,
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

es decir, los pueblos de nuestra América, que le dan un sentido propio a la misión
de sus universidades.

11. RETOS DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Es evidente que, con el surgimiento de la Globalización, la Sociedad de


la Información y del conocimiento, han influido en la transformación de
la estructura de la sociedad, dando lugar a nuevas formas de organización política,
social económica y cultural. La educación, para bien o para mal, no escapa a la
influencia de estos cambios.

En el momento actual, sabemos que en nuestra región, hay una crisis de la


educación, que deviene de la insatisfacción de las demandas y del incumplimiento
de los objetivos que le son asignados. Frente a estos problemas los investigadores
en el campo educativo, sugieren una educación que desarrollará las
potencialidades del individuo optimizando su desarrollo.

Nos preguntamos entonces ¿Qué tipo de demandas ocurrirán en éste nuevo


siglo?

¿Qué habilidades necesitarán nuestros jóvenes para tener éxito en éste nuevo
milenio?

Hoy sabemos que entre las demandas que encuentra nuestra juventud están:

La globalización del planeta, el continuo desarrollo de instrumentos y aparatos


computacionales, la gran necesidad de desarrollar habilidades para establecer
conexiones y contactos internacionales, la sobreabundancia de la información,
sobre todo de tipo electrónico, continuo desarrollo de programas de computación,
bibliotecas virtuales con sistema integrado de información, nuevas tensiones
raciales y culturales, creciente aumento del énfasis en la productividad , la
necesidad de dominar otras lenguas, la creciente deuda externa de nuestro país y
el aumento de la criminalidad y de la violencia
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

A éstas demandas socioeconómicas, educativas y tecnológicas, los jóvenes se


enfrentan a los problemas de salud entre estos; el estrés, tensión,
ansiedad, presión para alcanzar las metas y el medio al fracaso, el consumo en
exceso de alcohol, drogas y tabaco, problemas de salud sexual . como el
SIDA, enfermedades venéreas, embarazos no deseados , interés en la nutrición,
necesidad de llevar una dieta saludable y control del peso.

Todas estas demandas, nos llevan a la necesidad de aprender nuevas maneras


de usar las habilidades que tenemos y a desarrollar otras nuevas.

Según un estudio realizado por Carlos P. Zalaguett Lic. Mg. Psicólogo de la


Universidad del South Florida, después de haber analizado las demandas arriba
mencionadas para los jóvenes de hoy, investigó sobre el tipo de habilidades que
requieren los estudiantes de educación para el futuro, se hace la interrogante
siguiente ¿Cuáles son las habilidades y destrezas que el estudiante de educación
superior debe adquirir y desarrollar para tener éxito en el siglo XXI?

En su investigación participaron 17 psicólogos, 10 miembros agentes


gubernamentales, y 28 de distintas áreas profesionales relacionados con
educación.

Usaron la Teoría basal para analizar datos cualitativos. En esta teoría la respuesta
se separaba por unidad de significación, incluyendo las siguientes : comunicación,
conocimiento multicultural, habilidades en idiomas, trabajo en equipo, creatividad,
habilidad de adaptación, empatía, manejo de estrés, autodisciplina,
responsabilidad, habilidades gramaticales, razonamiento analítico, economía
negocios, habilidades matemáticas, habilidades en computación y
telecomunicación.

Los resultados de ésta investigación determinaron que el éxito del estudiante en el


futuro está basado tanto en sus características como persona así como en el tipo
de educación que recibe.
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

Dentro de las habilidades más importantes que los estudiantes deben adquirir es
la comunicación eficaz con otros, y la segunda habilidad es aplicar
la tecnología computacional básica. En tercer lugar la capacidad de pensar
críticamente y la última el del conocimiento multicultural que se refiere a la
habilidad para trabajar con personas de diferentes culturas o étnicas.

Sabemos hoy en día que la cultura de la comunicación es tan básica como las
matemáticas, es la nueva ciencia del siglo XXI. Mediante esta ciencia, el ser
humano utiliza todas sus posibilidades y puede tener una comprensión racional de
su entorno.

De esto deducimos que el estudiante debe tener una combinación de habilidades


interpersonales é intra personales, junto con principios y habilidades tecnológicas
y educativas, si logran esto, podrán competir en éste complejo y cambiante
mundo.

Los planes de estudio de las Instituciones de Educación Superior deben satisfacer


las demandas de éste siglo, proporcionando a los estudiantes la oportunidad para
aprender estas habilidades. Además deberán informarles a los estudiantes el tipo
de preparación profesional que se requiere para el futuro, para que puedan tomar
las mejores opciones de estudio posible y lograr de este modo el éxito.

Considero realmente un reto para la Educación en esta Sociedad de la


Información como lo plantea Antonio Aguilera de formar individuos completos
dotados de conocimientos y de competencias más amplias que profundas,
capaces de aprender a aprender é interesados en incrementar continuamente sus
conocimientos.

Es importante señalar que, el desarrollo del talento humano , cuyos conocimientos


y habilidades no sólo hace posible mejorar las ventajas competitivas en la
economía mundial, sino también de encontrar alternativas de solución a los
problemas económicos y sociales en los entornos nacionales y locales.
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

El papel de la Educación Superior en la formación profesional ya no sólo se centra


en el desarrollo de ciertas habilidades especializadas , sino en la capacidad de
resolver problemas imprevistos que se presenten en la práctica laboral., con el fin
de mejorar la calidad de vida de la población , promover el desarrollo cultural y la
conservación del medio ambiente .

Debemos asegurar que de nuestras universidades é institutos superiores egresen


profesionales que requiere no sólo nuestra sociedad sino el mundo y que las
habilidades , capacidades y destrezas técnicas y cognitivas les permitan ingresar
con eficiencia y eficacia en el sistema de producción de bienes y servicios.

Es deber de nuestros gobernantes otorgar a la educación uno de los tres primeros


lugares en importancia junto con la salud, la seguridad social y económica dentro
de cualquier plan de desarrollo nacional, supeditando las políticas económicas a
las necesidades educativas.

12. DIDACTICA EN LA EDUCACION SUPERIOR

En el desarrollo del proceso de enseñanza – aprendizaje, el educador juega un


papel determinante en la identificación de las características del grupo, la
planificación y la instrumentación de estrategias didácticas adecuadas para lograr
la formación de los estudiantes.

En el mundo actual se reconoce la necesidad de una didáctica centrada en el


sujeto que aprende, lo cual exige enfocar la enseñanza como un proceso de
orientación del aprendizaje, creando diseño curriculares acordes a las distintas
áreas o profesiones; creando las condiciones para el estudiante no solo se
apropien de los conocimientos, sino que desarrollen habilidades individuales y
grupales, formen valores y adquieran estrategias que se les permitan actuar de
forma independiente, reflexiva y critica, para resolver los problemas a los que
deberá enfrentarse en su futuro personal y profesional.
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

Esto nos llevará a la aplicación de estrategias didácticas y métodos modernos que


propicien un aprendizaje intencional, reflexivo, consciente y autorregulado, regido
por objetivos y metas propios, como resultado del vínculo entre lo afectivo y lo
cognitivo, y de las interacciones sociales y la comunicación que tengan en cuenta
la diversidad del estudiantado y las características sociales y formativas de la
generación presente en las aulas universitarias, con la aplicación Tecnológica de
la Información y las Comunicaciones (TIC). Logrando, estar sintonizados con la
realidad global en materia de enseñanza – aprendizaje, obteniendo beneficios en
el amplio campo de la educación.

Es vital en la actualidad la importancia que tiene la profesionalización del docente


a nivel superior, porque los constantes retos a que se enfrenta actualmente y a
futuro, es vital una sólida formación pedagógica, actualizarse permanentemente,
como también la actualización en su disciplina o especialidad, ya que los cambios
transcurren sin detenerse en los campos sociales, culturales y tecnológicos.

Para lograr una efectividad debemos estar involucrados en los cambios con
respecto a los diseños curriculares, ya que allí se estaría impregnando el
pensamiento pedagógico de las diferentes disciplinas y que nos están señalando
los nuevos enfoques didácticos, para lograr abrir las didácticas especiales y una
comprensión mejor de los sujetos de aprendizaje, en las situaciones complejas
que ocurren en su entorno.

En este sentido todas influencias quedan registradas en la labor del docente,


como en las decisiones tomadas, en la manera que se proyecta en clases, estilo
de enseñanza teórica – practica, formando a través del tiempo, estructuras que se
modifican o permanecen, de acuerdo a la dinámica que aporta la casa de
estudios, tomando en cuenta el pensamiento filosófico o hegemónico que domina
o perdura.

Nos encontramos en frente a cambios globales de toda índole, en el cual la


educación y la efectiva enseñanza por los educadores sigue siendo la respuesta
pedagógica estratégica para brindarles a los estudiantes herramientas
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

intelectuales, para que se adapten a los constantes cambios en el mundo


educativo, social, laboral y a la expansión del conocimiento.

Dejando a un lado los viejos paradigmas, es vital la planificación, como también el


uso de estrategias docentes que impulsen los aprendizajes reflexivos, así como
también una educación para afrontar las barreras, cambios y dinamismo de estos
tiempos, que se fundamentan por los siguientes aspectos:

 El rápido y constante crecimiento de la información y la infinitud del


conocimiento del hombre.
 El vertiginoso avance de las tecnologías de la información y comunicación.
 La necesidad de que la educación sea para toda la vida, la cual pone al
docente a preparar al estudiante para que aprendan por su cuenta y dirigir
su propio aprendizaje, por medio de los recursos que generan estrategias
para definir, emplear y resolver problemas, evaluando sus procedimientos:
atendiendo las condiciones del medio y las suyas.
 Las nuevas formas de aprender, enfocados en el descubrimiento y la
participación, con normas y sistemas más flexibles, como también agiles,
que ayuden a incorporar herramientas tecnológicas para buscar y compartir
investigaciones, proyectos y tareas.

Para poder abordar el estudio de las estrategias didácticas se requiere de una


precisión conceptual, porque hay diferentes criterios en su conceptualización
desde las ciencias pedagógicas, es importante considerar alguna de sus
acepciones y explicar el significado que se otorga a cada uno de ellos sin que
pierdan la diversidad de posiciones al respecto.

Podemos encontrar las siguientes denominaciones: estrategias de enseñanza, de


aprendizaje, de enseñanza – aprendizaje, estrategias o técnicas didácticas,
estrategias docentes y muchas más, que son usadas indistintamente. esto
obedece a que sus límites son difusos y son usadas con múltiples significaciones,
y en escasas oportunidades se usa la palabra táctica, procedimiento o técnica,
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

para referirse a las estrategias, lo cual trae diferentes problemas de interpretación,


y al llevarlos a la práctica se obtendrán resultados no esperados.

Es importante de acuerdo a las consideraciones anteriores definir la relación entre


estrategia y táctica. Consultando bibliografía especializada sobre el particular, nos
permite obtener las consideraciones siguientes:

Las estrategias son consideradas a nivel a nivel global; en cuanto a las tácticas
estas se aplican en una dimensión micro o especifica.

El termino estrategia se enfoca en el empleo consciente, regulando, reflexionado


las acciones y procedimientos de educación, enseñanza-aprendizaje, según los
casos o bajo condiciones específicas.

Es cuando a las tácticas, están se ven como procedimientos para conseguir un fin.
Estas son procedimientos claros y específicos que se aplican a todo el proceso,
como también a la estrategia en general.

Ortiz destaca como los rasgos importantes de las estrategias en el campo


pedagógico general la planificación de acciones a corto, mediano y largo plazo; las
cuales no son estáticas y son susceptibles al cambio, modificación y adecuación
de su alcance, por la naturaleza de la diversidad de los problemas a resolver;
poseen un alto grado de generalidad de acuerdo con los objetivos y los principios
pedagógicos que se asuman, como también la posibilidad de ser llevadas a
diversas situaciones; y que permitan la racionalidad del tiempo, recursos y
esfuerzos.

Lo expuesto con anterioridad nos permite expresar los aspectos más generales de
las estrategias en el ámbito de la pedagogía, sin llegar a una definición, logrando
obtener mejores resultados grupales, manteniéndolos dispuestos a innovar y
estará actualizados.

La investigación sobre estrategias de enseñanza ha abordado aspectos como el


diseño y el empleo de objetivos de enseñanza, preguntas insertadas,
organizadores anticipados, redes semánticas, mapas conceptuales, así como
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

también esquemas de estructuración de textos. Así también las investigaciones


sobre estrategias de aprendizaje se enfocan en el aprendizaje estratégico, con los
modelos de intervención, que tiene como finalidad brindarle al estudiante las
estrategias para que logre el aprendizaje independiente, según Díaz y Hernández.

Mediante estas estrategias los estudiantes logran tomar las decisiones adecuadas
para cumplir con proyecto de estudio.

Estas estrategias son procedimientos que el educador emplea de acuerdo a la


tarea o nivel cognoscitivo del grupo, para ejecutar, controlar, seleccionar los
métodos y técnicas para procesar la información, y para evaluar y regular los
procesos cognitivos que participan en dicho proceso.

Es de importancia señalar que las estrategias de aprendizaje son susceptibles de


ser enseñadas por el docente, de esta manera el aprendizaje no es solo adquirir
conocimientos, ya que, mediante la aplicación de esta es conjunto con la
motivación, el estudiante buscará los medios que lo conducirán a la solución de
los problemas, así un aprendizaje estratégico, en donde el estudiante de forma
consciente planifica, evalúa y elige los métodos para lograr un objetivo de
aprendizaje.

Las estrategias de enseñanza y las de aprendizaje se encuentran involucradas, en


virtud de la unidad entre enseñar y aprender. Por lo que cada vez es más
frecuente la utilización de la expresión estrategias de enseñanza-aprendizaje, las
cuales pueden ser consideradas como secuencias integradas, más o menos
extensas y complejas, de acciones y procedimientos seleccionados y organizados
que, atendiendo a todos los componentes del proceso, persiguen alcázar los fines
educativos propuestos.

La aplicación de un sistema secuencial de acciones y procedimientos para la


enseñanza superior presupone el condicionamiento de las acciones del
estudiante, para lograr plasmar en los formatos de sesiones de clases, las
estrategias de enseñanza separadas de las estrategias de aprendizaje, que deben
ser consideradas en secuencias integradas, con límites de volumen y complejidad,
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

de acciones y procedimientos seleccionados y ordenados, logrando así los


objetivos educativos.

De esta forma debemos enfocarnos en la forma como enseña el educador y bajo


qué condiciones, así como también como aprende el estudiante, mediante un
proceso ellos aprendan a pensar, a participar activamente, reflexivamente y
creadora. Las estrategias didácticas incluyen acciones que tienen en cuenta el
conjunto de procedimientos, técnicas y habilidades que tienen los estudiantes para
aprender, las cuales forman las tendencias actuales de didáctica.

Así también está la estrategia docente, que alude al empleo consciente, reflexivo y
regulativo de acciones que se crean para lograr los objetivos del proceso-
educativo; considerada como un plan flexible y global.

La influencia de estos aspectos en el proceso de enseñanza- aprendizaje, implican


un proceso de dirección, que incluyen el uso de estrategias por parte del educador
para dar respuesta a las exigencias y necesidades sociales de los estudiantes,
institución y país.

Según lo analizado, podemos utilizar el término estrategia docente aplicar las


secuencias de acciones que, atendiendo todos componentes de procesos, llevan
al educador a seleccionar los métodos y recursos didácticos para la dirección del
aprendizaje, tomando en cuenta diversos aspectos como son la diversidad de los
estudiantes, contenidos y los procesos planteados para los objetivos propuestos.

Las estrategias docentes pueden estar sustentadas en diferentes modelos de


aprendizaje y tener diversos enfoques. Actualmente la tendencia es hacia modelos
y enfoques integradores, mediante los cuales se intentan unir lo más valioso de los
aportado por las concepciones precedentes con resultados científicos de las
ciencias pedagógicas, buscando la integración de los estudiantes, donde
participan logrando el consenso, partiendo de una diversidad de opiniones.

Los aportes de estos enfoques parta crear las estrategias docentes tenemos: la
personalización del proceso, el carácter activo del estudiante, la vinculación de los
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

cognitivo con lo afectivo, ambiente donde se produce el aprendizaje, la armonía


entre los trabajos individuales y colectivos, la comunicación entre docente -
estudiante y entre los estudiantes, impulsar el autoaprendizaje y el papel del
docente como gestor tanto de la enseñanza, como del aprendizaje, como también
creando el ambiente para la investigación continua.

Como características esenciales de las estrategias docentes para lograr el


aprendizaje y un proceso estratégico tenemos:

 Las acciones de enseñanza se subordinan al aprendizaje y son la guía de


los estudiantes para obtener los objetivos.
 Los métodos elegidos se enfocan en promover el cuestionamiento,
investigación, criterio propio y solución de problemas mediante estrategias.
 El estudiante debe ser capaz de tener un control de su proceso de
aprendizaje, ya que este identifica sus estrategias y métodos para
resolverlos, como también identificando sus debilidades.
 El trabajo en equipo logrando la cooperación y colaboración en el proceso
enseñanza-aprendizaje, logrando fortalecer sus conocimientos y
compartiéndolos en su grupo de estudio.
 Motivación hacia el aprendizaje, apoyo y respeto por los criterios expuestos
por el estudiante.

Los métodos de enseñanza aprendizaje representa la ruta a seguir en el proceso


enseñanza-aprendizaje, mediante su diseño, los estudiantes puedan llegar al
objetivo.

Estos métodos se diferencian de las estrategias docentes por su practicidad y


operatividad, mientras las estrategias presentan un carácter global y coordinan
acciones a mediano largo plazo.

La didáctica reconoce en los últimos tiempos métodos de enseñanza-aprendizaje,


los cuales deben plasmarlos los docentes, entre estos tenemos:
UNIDAD I: RETOS Y DESAFIOS DE LA DOCENCIA UNIVERSITARIA DEL SIGLO XXI

 El aprendizaje basado en problemas, es un método de trabajo activo, donde


los participantes buscan constantemente el conocimiento grupal, investiga y
el aprendizaje surge del trabajo en equipo, donde los problemas son
diseñados por el educador, favoreciendo las relaciones interpersonales y
habilidades en equipo.
 El aprendizaje basado en proyectos: propicia un proceso permanente de
reflexión, donde se enfrentan los estudiantes a situaciones reales,
solucionándolas con las herramientas aprendidas, logrando su aplicación y
comprensiones, evaluando estrategias para ruta a seguir, además de
favorecer un aprendizaje vivencial.
 Método de casos: un caso se propone a un grupo para individual y en grupo
lo sometan a un análisis y toma de decisiones, estudiando la situación,
definiendo los problemas y lleguen a una conclusión a pesar de las
diferentes opiniones, mediante la reflexión y consenso.

La adecuada utilización y variación de los métodos mejora la autoestima, la


habilidad de los estudiantes, promoviendo el autoconocimiento, trabajo en
situaciones reales, autonomía para el aprendizaje, propicia el dialogo, además del
intercambio y dialogo, para lograr las estrategias docentes, estas dependerán de
los objetivos a lograr características del contenido de acuerdo al área a tratar,
características de los estudiantes en espacio de aprendizaje, recursos y del
eficiente dominio de los métodos por parte del educador, de las competencias a
desarrollar.

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