JURISPRUDENCIA

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EXP. N.

° 05961-2009-PA/TC
LIMA
TRANSPORTES VICENTE,
EUSEBIO, ANDREA S.A.C.
(TRANSP VEA S.A.C.)

SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

En Lima, a los 4 días del mes de junio de 2010, el Tribunal Constitucional en


sesión de Pleno Jurisdiccional, con la asistencia de los magistrados Vergara Gotelli,
Mesía Ramírez, Landa Arroyo, Beaumont Callirgos, Calle Hayen y Eto Cruz, pronuncia
la siguiente sentencia, con el fundamento de voto del magistrado Vergara Gotelli, que se
agrega; y el voto singular del magistrado Calle Hayen, que se agrega.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por Transportes Vicente, Eusebio,


Andrea S.A.C. contra la resolución expedida por la Octava Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas 388, su fecha 15 de julio de 2008, que declaró
la nulidad de todo lo actuado en el proceso de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 5 de octubre de 2006, la Sociedad recurrente interpone demanda de


amparo contra el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, solicitando que se
declare inaplicables, a su caso, los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, los
Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC, y el artículo 3º del Decreto
Legislativo N.º 843; y que, en consecuencia, se le permita importar vehículos
automotores usados que tengan una antigüedad mayor de cinco años. Refiere que los
decretos cuestionados vulneran sus derechos constitucionales a la libre contratación y al
trabajo.

El Procurador Público Adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio


de Transportes y Comunicaciones propone las excepciones de prescripción y de
incompetencia, y contesta la demanda señalando que el contenido normativo establecido
por los decretos cuestionados para la importación de vehículos automotores usados se
sustenta en razones de seguridad vial y de conservación y protección del medio
ambiente.

Con fecha 26 de octubre de 2006, la Superintendencia Nacional de


Administración Tributaria solicita intervenir en el proceso como litisconsorte del
Ministerio demandado; y con fecha 31 de octubre de 2006, el Juzgado Mixto de
Huaycán resuelve incluirla como litisconsorte facultativo pasivo.

La Superintendencia Nacional de Administración Tributaria propone las


excepciones de prescripción y de incompetencia, y contesta la demanda señalando que
los fundamentos de ésta no se encuentran directamente vinculados con el objeto
normado en los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, por cuanto la
Sociedad demandante no se dedica a la actividad de reparación o reacondicionamiento
de vehículos automotores usados. Asimismo, señala que lo normado en los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC no contraviene lo establecido por el
Tribunal Constitucional en la sentencia de inconstitucionalidad emitida en el Exp. N.º
00017-2004-AI/TC, por cuanto estos decretos no disponen que se suspenda la
importación de vehículos automotores usados.

Con fecha 8 de febrero de 2007, Inversiones Carbajal S.R.L. solicita su


intervención como litisconsorte facultativo de la Sociedad demandante; y con fecha 13
de febrero de 2007, el Juzgado Mixto de Huaycán declara improcedente su pedido de
intervención litisconsorcial.

El Juzgado Mixto de Huaycán, con fecha 12 de marzo de 2007, declaró no


sanear el proceso, nulo todo lo actuado y concluido el proceso, por considerar que no es
el Juzgado competente para conocer la demanda.

La Sala revisora confirmó la apelada, por estimar que la demanda debió ser
interpuesta en el distrito de Lima y no en el de Huaycán, porque el Juez competente
para conocer el presente proceso, por razón de territorio, es el Juez del distrito de Lima.

Con fecha 9 de diciembre de 2008, la Sociedad demandante interpuso recurso de


agravio constitucional; con fecha 6 de enero de 2009, la Sala revisora declaró
improcedente el recurso de agravio constitucional. Con fecha 23 de marzo de 2009, la
Sociedad demandante interpuso recurso de queja; y con fecha 4 de mayo de 2009,
mediante la resolución recaída en el Exp. N.º 00097-2009-Q/TC, este Tribunal declaró
fundado el recurso de queja.

FUNDAMENTOS

§.1. Análisis de procedencia de la demanda

1. Antes de ingresar a evaluar el fondo de la controversia constitucional, corresponde


evaluar si la demanda fue interpuesta, o no, ante el Juez competente. Asimismo, este
Tribunal debe analizar si la demanda también fue interpuesta, o no, dentro del plazo
de prescripción previsto en el artículo 44º del CPConst.

2. Con relación al Juez competente para conocer la demanda de autos, debe señalarse
que para determinarlo resulta aplicable la redacción original del artículo 51º del
CPConst., cuyo texto establecía que son competentes para conocer del proceso de
amparo “el Juez civil del lugar donde se afectó el derecho, o donde tiene su
domicilio el afectado, o donde domicilia el autor de la infracción”.

Ello debido a que la modificación del artículo 51º efectuada por la Ley N.° 28946,
no es de aplicación al caso de autos, por cuanto la demanda fue interpuesta con
anterioridad a la entrada en vigencia de dicha modificación.

3. En el presente caso, con la Constancia Policial emitida por la Comisaría de


Huaycán, de fecha 15 de marzo de 2007, obrante a fojas 264, se demuestra que la
Sociedad demandante domicilia en el distrito de Huaycán, motivo por el cual la
excepción de incompetencia resulta desestimable.
En sentido similar, este Tribunal debe destacar que si bien el domicilio fiscal de la
Sociedad demandante se encuentra ubicado en el distrito de Lima, según se aprecia
del Registro Único de Contribuyente, obrante a fojas 3, ello no significa que éste, en
todos los casos, sea el mismo domicilio que prevé la redacción original del artículo
51º del CPConst. para efectos de interponer la demanda de amparo. En algunos
casos ambos domicilios pueden coincidir, pero en otros casos el domicilio fiscal
puede ser distinto al domicilio del demandante, tal como sucede en el caso de autos.
Por esta razón, también resulta desestimable la excepción de incompetencia.

De otra parte, también debe precisarse que el aparente conflicto entre el contenido
de las constancias policiales emitidas por la Comisaría de Huaycán, obrantes a fojas
264 y 282, debe ser resuelto conforme al principio pro actione reconocido en el
artículo III del Título Preliminar del CPConst., que preceptúa que cuando en un
proceso constitucional se presente una duda razonable respecto de si el proceso debe
declararse concluido, el Tribunal Constitucional optará por su continuación.

En efecto, del contenido de las constancias policiales mencionadas se puede advertir


la existencia de una duda razonable sobre el domicilio de la Sociedad demandante
en el distrito de Huaycán, pues en la constancia policial obrante a fojas 264 se señala
que sí domicilia en el distrito de Huaycán, mientras que en la constancia policial
obrante a fojas 282 se señala lo contrario, que no domicilia en el distrito de
Huaycán. Esta aparente duda razonable sobre el domicilio de la
Sociedad demandante tiene que ser resuelta conforme al principio pro actione, en
virtud del cual corresponde también desestimar la excepción de incompetencia, a fin
de proseguir con la continuación del proceso.

4. Con relación a la excepción de prescripción, este Tribunal debe señalar que ésta
resulta desestimable, pues se denuncia una supuesta afectación de naturaleza
continuada, por lo que el cuestionamiento de la constitucionalidad de los decretos
mencionados a través del proceso de amparo no está sujeto a plazo prescriptorio,
conforme lo ha sostenido este Tribunal en la sentencia recaída en el Exp. N.º 03610-
2008-PA/TC.

En dicha sentencia, con relación a los decretos que establecen requisitos para la
importación de vehículos automotores usados, este Tribunal señaló que
“encontrándonos frente a una supuesta afectación de naturaleza continuada, su
impugnación a través del proceso de amparo no está sujeta a plazo prescriptorio,
conforme lo ha sostenido este Tribunal en reiterada jurisprudencia, de conformidad
con lo establecido en el artículo 44º del Código Procesal Constitucional”.

§.2. Delimitación del petitorio y de las materias constitucionales controvertidas

5. Como ha quedado expuesto en los antecedentes de la presente sentencia, la


demanda de amparo se dirige a que se declare inaplicables los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000 y 086-2000, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-
MTC y el artículo 3º del Decreto Legislativo N.º 843.

La Sociedad demandante aduce que los decretos cuestionados vulneran sus derechos
fundamentales al trabajo y a la libertad de contratación, pues considera lesivo a sus
derechos el impedimento de poder importar vehículos automotores usados que
tengan una antigüedad no mayor de cinco años.

6. Por su parte, el Ministerio emplazado señala que los decretos cuestionados no


impiden la importación de vehículos automotores usados, sino que establecen los
requisitos para la importación de ellos, a fin de cautelar la seguridad vial y la
conservación y protección del medio ambiente.

Refiere que, en coherencia con tal objetivo, el establecimiento de los requisitos para
la importación de vehículos automotores usados tiene por finalidad la tutela del
medio ambiente y de los derechos fundamentales a la salud y a la vida de los
ciudadanos, debido a que buscan evitar el ingreso de vehículos automotores que por
su antigüedad y su sistema de combustión puedan ocasionar un grave perjuicio al
medio ambiente.

7. Centrada así la cuestión, la controversia se circunscribirá entonces en determinar si


los requisitos para la importación de vehículos automotores usados constituyen, o
no, un límite constitucionalmente legítimo y razonable al ejercicio de los derechos
fundamentales al trabajo y a la libertad de contratación. Del mismo modo,
corresponde determinar si la vigencia efectiva de los derechos fundamentales a un
medio ambiente equilibrado y adecuado y a la salud justifica la limitación impuesta
por los decretos cuestionados al ejercicio de los derechos fundamentales al trabajo y
a la libertad de contratación.

8. Para resolver la presente controversia, este Tribunal considera necesario recordar su


jurisprudencia sobre la constitucionalidad de los decretos que establecen requisitos
para la importación de vehículos automotores usados, así como para la importación
de motores, partes, piezas y repuestos usados para vehículos de transporte terrestre.

Ello a fin de verificar si la jurisprudencia constitucional mencionada es, o no,


uniforme, clara y precisa. Pues en caso que no lo sea, esto es, si es ambigua, confusa
o imprecisa, resultará oportuno establecer una línea uniforme, a través de una
sentencia de unificación, tal como se hizo ya en el caso de la protección previsional
por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales mediante la sentencia
recaída en el Exp. N.º 02513-2007-PA/TC.

O en todo caso, si sobre esta materia la jurisprudencia constitucional es reiterada y


uniforme, este Tribunal puede evaluar si concurre alguno de los seis presupuestos
básicos para la aprobación de un precedente vinculante, a fin de que exista
predictibilidad y seguridad jurídica sobre la constitucionalidad del contenido
normativo de los decretos cuestionados.

§.3. Jurisprudencia sobre los requisitos para la importación de vehículos


automotores usados

9. Sobre el particular, debe destacarse que en reiterada jurisprudencia este Tribunal ha


evaluado la constitucionalidad del contenido normativo de los decretos legislativos,
de los decretos supremos y de los decretos de urgencia que establecen
requisitos para la importación de vehículos automotores usados. Es particularmente
útil reseñar los siguientes casos:
a. Exp. N.º 01196-2003-AA/TC

En esta caso, Transportes Rivas S.R.L. demandó que se declare inaplicable


el Decreto Supremo N.° 045-2000-MTC, posteriormente precisado por el Decreto
Supremo N.° 053-2000-MTC; y que, por consiguiente, se le aplique
ultractivamente el Decreto Legislativo N.° 843 y el Decreto Supremo N.° 100-96-
EF, porque consideraba que vulneraban sus derechos constitucionales a la inversión
privada, a la libertad de contratación, a la libertad de trabajo y de empresa.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


desestimada en segundo grado, para luego ser resuelta en forma definitiva por este
Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en la página web el 27 de abril de
2004, se declaró infundada la demanda porque se consideró que:

“5. (...) con respecto a la libertad de empresa, comercio e industria, es necesario


señalar que tales derechos están sujetos a ciertos límites y que su ejercicio no
debe ser lesivo a la moral ni a la salud ni a la seguridad públicas. La libertad no
puede ir contra la salud de las personas o el daño al entorno ambiental. La
seguridad pública es la garantía de que las personas no sufrirán daños
provenientes de su vida cotidiana en la sociedad. Por lo tanto, no se han
vulnerado los derechos constitucionales invocados.

6. Si bien en el ordenamiento constitucional coexisten diversos derechos


constitucionales –los cuales, en principio, son de igual importancia– hay
circunstancias que legitiman la restricción de unos derechos en salvaguarda de
otros, atendiendo a finalidades superiores del ordenamiento constitucional.
Desde este punto de vista, debe tenerse en cuenta, con respecto al acto que se
reputa violatorio, que no puede primar el interés individual o de un grupo sobre
el interés colectivo, permitiéndose una emisión de monóxido de carbono de los
vehículos automotores que supere el límite del 4% en volumen, ya que esto es
perjudicial para la salud de los ciudadanos”.

De los fundamentos transcritos, puede concluirse que la demanda fue desestimada


porque este Tribunal consideró que el ejercicio de las libertades de empresa, de
comercio y de industria, no debe ser lesivo a la salud de las personas o dañar al
entorno ambiental, tal como sucede con la libre importación sin requisitos de
vehículos automotores usados. Por ello, en la sentencia mencionada se confirmó la
constitucionalidad de la regulación contenida en el Decreto Supremo N.° 045-2000-
MTC, precisada por el Decreto Supremo N.° 053-2000-MTC, por cuanto ésta
buscaba tutelar la salud de los ciudadanos y porque la libre importación sin
requisitos de vehículos automotores usados supondría que inconstitucionalmente
prime “el interés individual o de un grupo sobre el interés colectivo”.

b. Exp. N.º 08881-2006-PA/TC

En este caso, don Jaime Wiliam Avellaneda López demandó que se declare
inaplicable el Decreto Supremo N.º 017-2005-MTC, porque consideraba que su
contenido normativo vulneraba sus derechos constitucionales al trabajo y a la
libertad de contratación.
La demanda, luego de ser admitida y desestimada en primer como en segundo
grado, fue resuelta en forma definitiva por este Tribunal. En la sentencia, que fue
publicada en la página web el 18 de marzo de 2008, se declaró infundada la
demanda porque se consideró que:

“4. (...) los derechos a la libertad de trabajo y empresa, así como el derecho a la
libre contratación, no resultan absolutos, sino que el ejercicio de los mismos
debe ser compatibilizado con otros derechos y bienes constitucionales tutelados,
como en este caso lo es la protección del medio ambiente y la salud pública
(...)”.

En buena cuenta, en esta sentencia el Tribunal confirmó la constitucionalidad del


contenido normativo del Decreto Supremo N.º 017-2005-MTC, en la medida que los
requisitos para la importación de vehículos automotores usados constituyen un
límite legítimo al ejercicio de los derechos a la libertades de trabajo, de empresa y
de contratación, por cuanto los requisitos para la importación buscan proteger el
medio ambiente y la salud pública.

c. Exp. N.º 03610-2008-PA/TC

En este caso, World Cars Import demandó que se declare inaplicables el artículo 1º
del Decreto Legislativo N.º 843, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC,
017-2005-MTC y 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y
086-2000, porque consideraba que su contenido normativo vulneraba sus derechos
constitucionales al trabajo, a la libre contratación y a la libertad de empresa.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


desestimada en segundo grado, para luego ser resuelta en forma definitiva por este
Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en la página web el 5 de noviembre de
2008, se declaró infundada la demanda porque se consideró que:

“40. (...) si la defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad son el fin


supremo de la sociedad y del Estado, y la protección del medio ambiente es una
obligación no solo estatal sino de la sociedad en su conjunto, tales limitaciones
al recurrente devienen a todas luces proporcionales pues dicha intervención de
menor intensidad optimiza en mayor medida la salvaguarda del medio ambiente
y, en especial, el derecho a la vida y a la integridad de la población.

41. Ahora bien, el Tribunal Constitucional estima pertinente resaltar que si bien
el recurrente ha cuestionado la constitucionalidad de tales medidas,
simplemente se ha limitado a señalar, de manera vaga, que sus derechos, entre
ellos, su derecho a la libre contratación, vienen siendo conculcados, sin tomar
en consideración, por un lado, que el ejercicio de ningún derecho fundamental
puede efectuarse al margen de los principios, valores y demás derechos
fundamentales que la Constitución reconoce, y por otro, desconociendo
además la función supervisora y reguladora del Estado, más aún en un sector
estratégico como el transporte, que es tan trascendente para el progreso
económico y la cohesión del país”.

En buena cuenta, este Tribunal desestimó la demanda y ratificó la constitucionalidad


del contenido normativo del artículo 1º del Decreto Legislativo N.º 843, de los
Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC y de los
Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, bajo el argumento de que la
Constitución Ecológica permite que el Poder Ejecutivo imponga requisitos
razonables y proporcionales para la importación de vehículos automotores usados,
por cuanto estos tienen por finalidad proteger los derechos a la vida, a la seguridad y
al medio ambiente equilibrado y adecuado de la población.

d. Exp. N.º 03048-2007-PA/TC

En este caso, Importaciones Fukuroi Company E.I.R.L. demandó que se declare


inaplicable el Decreto Supremo N.º 017-2005-MTC, porque consideraba que su
contenido normativo vulneraba sus derechos constitucionales al trabajo y a la libre
contratación.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


desestimada en segundo grado, para luego ser resuelta en forma definitiva por este
Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en la página web el 19 de diciembre de
2008, se declaró infundada la demanda porque se consideró que:

“12. (...) el Decreto Supremo N.° 017-2005-MTC constituye una medida


legislativa legitima e idónea que busca prevenir y proteger la afectación del
medio ambiente, específicamente la contaminación del aire, ya que los
requisitos establecidos para la importación de vehículos usados, motores, partes,
piezas y repuestos usados tratan de neutralizar en la medida de lo posible los
efectos negativos que sobre el medio ambiente produce la presencia del azufre
en los combustibles Diesel 1, Diesel 2 y Diesel 2 Especial, pues recién a partir
del 1 de enero del 2010 el contenido de azufre en los combustibles antes
mencionados alcanzará los estándares internacionales.

(...)

15. (...) la empresa demandante no ha demostrado que la importación de


vehículos usados, motores, partes, piezas y repuestos usados para vehículos de
transporte terrestre sea una actividad económica que no degrada ni daña al
medio ambiente, específicamente la contaminación del aire. Por el contrario,
con el informe presentado por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones
se encontraría demostrado que la importación de vehículos y partes usadas
constituye una actividad económica dañina para el medio ambiente. En este
sentido en el Cuarto Informe de Observancia Pública, elaborado por el Centro
de Investigación y de Asesoría del Transporte Terrestre, obrante de fojas 43
a 66 del cuadernillo de este Tribunal, se señala en el punto 2.1. que la
“importación de vehículos usados es la principal responsable de la alta
contaminación ambiental y sus impactos sobre la salud y la vida de la
población”.

(...)

21. (...) el Decreto Supremo N.º 017-2005-MTC constituye un límite legítimo al


ejercicio de los derechos a la libertad de trabajo y empresa, pues el
establecimiento de requisitos para la importación de vehículos usados, así como
de motores, partes, piezas y repuestos usados para vehículos de transporte
terrestre, tiene como fin constitucional la protección de los derechos al medio
ambiente equilibrado y adecuado y a la salud. Y ello porque la protección del
medio ambiente impone un tratamiento cuyo propósito es mejorar
progresivamente las condiciones de vida de las personas, pues la creciente
degradación del medio ambiente pone en peligro potencial la propia base de la
vida”.

Cabe destacar que en esa ocasión, este Tribunal enfatizó que la constitucionalidad
de los requisitos establecidos por el Decreto Supremo N.° 017-2005-MTC para la
importación de vehículos automotores usados se fundamenta en que constituye una
medida legislativa legítima e idónea que busca prevenir y proteger la afectación del
medio ambiente, específicamente la contaminación del aire. Y porque en autos
existían medios de prueba (informes técnicos) que demostraban que la importación
de vehículos automotores y partes usadas constituía una actividad económica dañina
para el medio ambiente.

e. Exp. N.º 01157-2008-PA/TC

En este caso, Importaciones y Servicios Barrera S.A. demandó que se declare


inaplicables los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000 y los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC, porque consideraba que su
contenido normativo vulneraba sus derechos constitucionales al trabajo y a la libre
contratación.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, en primer grado se declaró la nulidad


de todo lo actuado y en segundo grado fue declarada improcedente, para luego ser
resuelta en forma definitiva por este Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en
la página web el 7 de setiembre de 2009, se declaró infundada la demanda porque
se consideró que:

“10. (...) a través de la STC N.º 3610-2008-AA este Tribunal ya ha analizado el


supuesto cuestionado por la demandante. Así en dicha oportunidad, este
Tribunal estableció que los derechos alegados por la empresa demandante
“…no son absolutos, sino que deben ser compatibilizados con otros derechos y
bienes constitucionalmente legítimos, como la protección de los daños al medio
ambiente y a la salud pública…”.

(...)

13. (...) la medida no sólo resultaba idónea y necesaria para la salvaguarda de


los derechos a la vida, a la salud y a un medio ambiente equilibrado, sino
además proporcionada en atención a las circunstancias concretas, toda vez que
por un lado la medida no restringía absolutamente la importación de vehículos
usados, sino sólo selectivamente; y por otro, porque la restricción practicada, al
estar referida sólo a aquellas fuentes contaminantes que se había mostrado como
más nocivas para el aire, potenciaba los efectos benéficos de la medida, de tal
suerte que la medida tenía la virtualidad de lograr una importante reducción de
la contaminación de la contaminación del aire en el tiempo, con una mínima
restricción de las importaciones; o, dicho de otra manera, el mayor beneficio de
derechos colectivos posible con la menor limitación de derechos individuales
posible.

(...)

15. (...) el Estado tiene como función primordial la protección y seguridad de la


sociedad, por lo que puede legítimamente tomar las medidas necesarias para
ello. En esa medida, corresponde tener presente que en el caso de autos, no sólo
se discute un tema de importación de vehículos, sino que además, resultan
involucrados el derecho a la vida y la seguridad de la sociedad en su conjunto”.

Como primera cuestión debe destacarse que en esta sentencia, además de evaluarse
la constitucionalidad del contenido normativo de los Decretos de Urgencia N.os 079-
2000 y 086-2000 y de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-
MTC, también se evaluó la constitucionalidad del Decreto Supremo N.º 042-2006-
MTC. Como segunda cuestión, debe resaltarse que la fundamentación utilizada por
esta sentencia para desestimar la demanda se remite a lo argumentado por este
Tribunal en la sentencia recaída en el Exp. N.º 03610-2008-PA/TC.

Finalmente, en esta sentencia se destacó que el contenido normativo de los Decretos


de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000 y de los Decretos Supremos N.os 045-2000-
MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC constituía una manifestación de la función
primordial del Estado en la protección del derecho a la vida y a la seguridad de la
sociedad.

f. Exp. N.º 03816-2009-PA/TC

En este caso, Dan Export S.A.C. demandó que se declare inaplicables el Decreto
Supremo N.° 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-
2000, porque consideraba que su contenido normativo vulneraba sus derechos
constitucionales al trabajo, a la libre contratación y a la libertad de iniciativa
privada.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


desestimada en segundo grado, para luego ser resuelta en forma definitiva por este
Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en la página web el 30 de marzo de
2010, se declaró infundada la demanda porque se consideró que:

“11. (...) el Decreto Supremo N.° 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia


N.os 079-2000 y 086-2000 constituyen una medida legislativa legítima e idónea
que busca prevenir y proteger la afectación del medio ambiente,
específicamente la contaminación del aire, ya que los requisitos establecidos
para la importación de vehículos usados, tratan de neutralizar en la medida de lo
posible los efectos negativos que sobre el medio ambiente produce la presencia
del azufre en los combustibles Diesel 1, Diesel 2 y Diesel 2 Especial, pues
recién a partir del 1 de enero del 2010 el contenido de azufre en los
combustibles antes mencionados alcanzará los estándares internacionales”.

(...)

19. (...) los decretos cuestionados constituyen un límite legítimo al ejercicio de


los derechos a la libertad de trabajo y empresa, pues el establecimiento de
requisitos para la importación de vehículos usados tiene como fin constitucional
la protección de los derechos al medio ambiente equilibrado y adecuado y a la
salud. Y ello porque la protección del medio ambiente impone un tratamiento
cuyo propósito es mejorar progresivamente las condiciones de vida de las
personas, pues la creciente degradación del medio ambiente pone en peligro
potencial la propia base de la vida”.
En esta última sentencia, nuevamente, se reafirma la constitucionalidad del
contenido normativo del Decreto Supremo N.° 042-2006-MTC y de los Decretos de
Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, en tanto que se destaca que los decretos
mencionados constituyen un límite legítimo al ejercicio de los derechos a las
libertades de trabajo y de empresa, pues el establecimiento de requisitos para la
importación de vehículos automotores usados tiene como fin constitucional la
protección de los derechos al medio ambiente equilibrado y adecuado y a la salud.

§4. Fuerza vinculante de las sentencias del Tribunal Constitucional y razones para
emitir un precedente constitucional vinculante

10. De la reseña hecha puede concluirse que la jurisprudencia de este Tribunal, en lo


que se refiere a la importación de vehículos automotores usados, es uniforme, clara,
precisa y reiterada, por lo que no cabe emitir una sentencia de unificación. Todas
las sentencias citadas señalan en forma clara que los requisitos para la importación
de vehículos automotores usados constituyen un límite legítimo, razonable y
proporcional al ejercicio de los derechos constitucionales al trabajo y a las libertades
de trabajo, de empresa, de contratación y de iniciativa privada, porque persiguen
como fin constitucional la protección de los derechos a un medio ambiente
equilibrado y adecuado y a la salud de las personas.

11. Asimismo, de la ratio decidendi de las sentencias mencionadas también puede


concluirse que la constitucionalidad del contenido normativo del artículo 1º del
Decreto Legislativo N.º 843, de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-
2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC y de los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000 y 086-2000, ha sido confirmada en forma reiterada por este Tribunal.

Estando a ello, y por virtud del tercer párrafo del artículo VI del Título Preliminar
del CPConst. y de la Primera Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal
Constitucional, los jueces y salas del Poder Judicial no pueden dejar de aplicar los
criterios mencionados en la resolución de casos similares, pues en los artículos
mencionados se dispone expresamente que los Jueces y Tribunales interpretan y
aplican las leyes y toda norma con rango de ley y los reglamentos respectivos según
los preceptos y principios constitucionales, conforme a la interpretación de los
mismos que resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional en
todo tipo de procesos, bajo responsabilidad.

12. Advirtiéndose que no es necesaria la emisión de una sentencia de unificación por


que la jurisprudencia sobre los requisitos para la importación de vehículos
automotores usados, es uniforme, clara, precisa y reiterada, corresponde entonces
evaluar si concurre alguno de los seis presupuestos básicos para la aprobación de un
precedente vinculante.

En este sentido, debe recordarse que en las sentencias recaídas en los Exps.
N.os 0024-2003-AI/TC y 03741-2004-PA/TC, se establecieron los seis presupuestos
básicos que deben observarse en forma alternativa para establecer un precedente
vinculante, que son:
a. Cuando se evidencia que los operadores jurisdiccionales o administrativos vienen
resolviendo con distintas concepciones o interpretaciones sobre una determinada
figura jurídica o frente a una modalidad o tipo de casos; es decir, cuando se acredita
la existencia de precedentes conflictivos o contradictorios.
b. Cuando se evidencia que los operadores jurisdiccionales o administrativos vienen
resolviendo en base a una interpretación errónea de los derechos, principios o
normas constitucionales o de una norma del bloque de constitucionalidad; lo cual, a
su vez, genera una indebida aplicación de tal norma.
c. Cuando se evidencia la existencia de un vacío o laguna normativa.
d. Cuando se evidencia la existencia de una norma carente de interpretación
jurisdiccional en sentido lato aplicable a un caso concreto, y en donde caben varias
posibilidades interpretativas.
e. Cuando se evidencia la necesidad de cambiar o revocar de precedente vinculante.
f. Cuando en el marco de un proceso constitucional de tutela de los derechos, el
Tribunal constata la inconstitucionalidad manifiesta de una disposición normativa
que no solo afecta al reclamante, sino que tiene efectos generales que suponen una
amenaza latente para los derechos fundamentales. En este supuesto, al momento de
establecer el precedente vinculante, el Tribunal puede proscribir la aplicación, a
futuros supuestos, de parte o del total de la disposición o de determinados sentidos
interpretativos derivados del mismo; o puede también establecer aquellos sentidos
interpretativos que son compatibles con la Constitución.

13. En el presente caso, con las resoluciones judiciales obrantes de fojas 87 a 123 del
cuadernillo de este Tribunal, se comprueba que en el caso de los requisitos para la
importación de vehículos automotores y partes usadas concurre el primer
presupuesto para establecer un precedente vinculante, pues con ellas se acredita que
existen decisiones judiciales que contradicen la jurisprudencia de este Tribunal.

Así, con la finalidad de demostrar de que en la praxis judicial existen decisiones


judiciales que contradicen en forma manifiesta la jurisprudencia de este Tribunal
sobre la materia referida, puede citarse que en el proceso de amparo (cuaderno
cautelar) recaído en el Exp. N.º 40431-2007, el Noveno Juzgado Constitucional de
Lima, con fecha 15 de febrero de 2010, declaró fundada la medida cautelar
solicitada por don Saúl Rodríguez Alva y ordenó que se declare inaplicables el
Decreto Legislativo N.º 843, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-
2005-MTC y 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000,
050-2008 y 052-2008.

14. Sobre la constitucionalidad del contenido normativo de los Decretos de Urgencia


N.os 050-2008 y 052-2008, este Tribunal debe precisar que hasta la fecha no ha
emitido pronunciamiento alguno sobre ellos, por lo que corresponde hacerlo. Ello en
la medida que mediante la presente sentencia se va a establecer un precedente
vinculante sobre los decretos legislativos, los decretos supremos y los decretos de
urgencia que establecen requisitos para la importación de vehículos automotores y
partes usadas.

Mediante el Decreto de Urgencia N.º 050-2008 se modificó el artículo 1º, literal a)


del Decreto Legislativo N.º 843 a fin de mantener requisitos mínimos de calidad
para la importación de vehículos automotores usados, que después fueron precisados
mediante el Decreto de Urgencia N.º 052-2008. Los requisitos establecidos y
precisados por estos decretos tienen por finalidad “la satisfacción de los intereses de
los usuarios, el resguardo de sus condiciones de seguridad y salud, así como la
protección del ambiente y la comunidad en su conjunto”.

Por esta razón, este Tribunal también considera que los requisitos para la
importación de vehículos automotores usados establecidos en los Decretos de
Urgencia N.os 050-2008 y 052-2008 constituyen un límite legítimo, razonable y
proporcional al ejercicio de los derechos constitucionales al trabajo y a las libertades
de trabajo, de empresa, de contratación y de iniciativa privada, porque persiguen la
protección de un fin constitucional, como lo es la protección de los derechos a un
medio ambiente equilibrado y adecuado y a la salud de las personas.

15. En sentido similar, puede destacarse la sentencia de primer grado del proceso de
amparo recaído en el Exp. N.º 03816-2009-PA/TC. En los antecedentes de aquella
sentencia, se consignó que:

“El Segundo Juzgado Especializado Civil Transitorio de Descarga de Trujillo,


con fecha 8 de setiembre de 2008, declara infundadas las excepciones
propuestas y saneado el proceso; y con fecha 3 de noviembre de 2008,
declara fundada, en parte, la demanda, e inaplicables a la demandante los
Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000 y el Decreto Supremo N.°
042-2006-MTC en cuanto modifica el inciso a) del artículo 1º del Decreto
Legislativo N.º 843, por considerar que dichos decretos no pueden ser aplicados
en forma retroactiva al contrato de promesa de venta que celebró la demandante
con la Importadora y Exportadora Rato Ltda. el 9 de octubre de 2006; e
improcedente en el extremo que se solicita la inaplicación del Decreto Supremo
N.° 042-2006-MTC en cuanto modifica el inciso b) del artículo 1º del Decreto
Legislativo N.º 843”. (Subrayado y negritas de este Tribunal).

16. Es más, también debe destacarse que en el presente proceso de amparo el Juzgado
Mixto de Huaycán, con fecha 12 de octubre de 2006, estimó parcialmente la
solicitud de medida cautelar peticionada por la Sociedad demandante y ordenó la
inaplicación de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000 y de los
Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC.

Lo particular de esta medida cautelar es que, a pesar de que fue anulada con fecha
12 de marzo de 2007, mediante la Resolución N.º 4 (cuaderno cautelar), como
consecuencia de que ese mismo día el Juzgado Mixto de Huaycán emitió la
Resolución N.º 12 (cuaderno principal) que declaró no sanear el proceso, nulo todo
lo actuado y concluido el proceso, con fecha 3 de junio de 2009, el mismo Juzgado
Mixto de Huaycán a cargo de la Jueza María Cecilia de los Ángeles Ruidas Sánchez
emitió la Resolución S/N, obrante a fojas 51 del cuadernillo de este Tribunal, cuya
parte resolutiva precisa que:

“(...) en tanto no exista un pronunciamiento definitivo o firme, continúa en


vigencia la medida cautelar dictada mediante resolución número uno, de
fecha doce de octubre del año dos mil seis (...)”. (Subrayado y negritas de
este Tribunal).

De la lectura de esta última resolución judicial se advierte que ha existido un trámite


manifiestamente irregular en el procedimiento cautelar del presente caso que
tampoco ha sido elevado a este Tribunal, pues mediante la resolución de fecha 3 de
junio de 2009 se revivió la medida cautelar que fue anulada por el propio Juzgado
Mixto de Huaycán, lo cual, además de ser irregular, vulneró el derecho al debido
proceso de los demandados, pues un razonamiento lógico-racional hace predecir a
las partes del proceso que si el Juzgado Mixto de Huaycán el 12 de marzo de 2007
se consideraba como incompetente para conocer el proceso de amparo, no podía
después de esa fecha emitir acto procesal alguno relacionado con el fondo de la
pretensión. Sin embargo, a pesar de dicha imposibilidad jurídica derivada de su
propia declaración de incompetencia, el 3 de junio de 2009 el Juzgado Mixto de
Huaycán sí se consideró competente para revivir los efectos de una medida cautelar
anulada.

Este comportamiento irregular debe ser investigado y sancionado por la Oficina de


Control de la Magistratura del Poder Judicial. Por dicha razón se remite copia de lo
actuado a la Oficina de Control dela Magistratura para que inicie las acciones
administrativas que estime pertinente contra la Jueza María Cecilia de los Ángeles
Ruidas Sánchez, por haber emitido la Resolución S/N, de fecha 3 de junio de 2009,
en el Exp. N.º 2006-0170 (cuaderno cautelar). El resultado de dicha investigación
deberá ser puesto en conocimiento del Consejo Nacional de la Magistratura, para los
fines pertinentes.

17. Del recuento de la jurisprudencia reseñada sobre los requisitos para la importación
de vehículos automotores y partes usadas, puede apreciarse que desde el 5 de
noviembre de 2008, con la publicación de la sentencia recaída en el Exp. N.º
03610-2008-PA/TC, este Tribunal ha tenido y mantenido un posición uniforme y
reiterada sobre la constitucionalidad del contenido normativo del artículo 1º del
Decreto Legislativo N.º 843, de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-
2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC y de los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000 y 086-2000, y que, a pesar de ello, los jueces del Poder Judicial han
venido resolviendo demandas de amparo y medidas cautelares en contra de la
jurisprudencia de este Tribunal, infringiendo de este modo el tercer párrafo del
artículo VI del Título Preliminar del CPConst. y la Primera Disposición General
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.

Debe resaltarse que no es la primera vez que se demuestra este comportamiento de


desacato de los jueces del Poder Judicial a la jurisprudencia de este Tribunal. En el
caso de la legislación que regulaba el impuesto a la explotación de los juegos de
casino y máquinas tragamonedas también sucedió algo similar, lo que terminó
siendo proscrito mediante el precedente vinculante emitido en la sentencia recaída
en el Exp. N.º 04227-2005-PA/TC.

§4.1. Efectos del precedente: amparo contra resoluciones judiciales

18. En este orden de ideas, debe precisarse que a partir del día siguiente de la
publicación de la sentencia recaída en el Exp. N.º 03610-2008-PA/TC en la página
web, esto es, el 6 de noviembre de 2008, ninguna resolución judicial podía inaplicar
el artículo 1º del Decreto Legislativo N.º 843, los Decretos Supremos N.os 045-
2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia N.os 079-
2000 y 086-2000, y ello pese a que, con anterioridad se habían emitido las
sentencias recaídas en los Exps. N.os 01196-2003-AA/TC y 08881-2006-PA/TC.
De otra parte, también debe precisarse que, en caso de que con anterioridad a la
fecha de emisión de la sentencia recaída en el Exp. N.º 03610-2008-PA/TC se
hubieren emitido sentencias y/o medidas cautelares inaplicando el Decreto
Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC
y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y
052-2008, tales resoluciones deben mantenerse vigentes (eficaces y ejecutables)
hasta el 5 de noviembre de 2008.

19. Atendiendo a todo ello, este Tribunal concluye que toda resolución judicial que a
partir del 6 de noviembre de 2008, haya inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843,
o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o
los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, es
ineficaz porque ha sido emitida en desacato de la jurisprudencia uniforme y
reiterada de este Tribunal, porque contradicen la cosa juzgada constitucional y
porque también han sido expedidas en contravención del tercer párrafo del artículo
VI del Título Preliminar del CPConst. y de la Primera Disposición General de la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.

No debe obviarse que el constituyente ha decidido consagrar a este Tribunal como


guardián de los derechos fundamentales y órgano supremo “de control de la
Constitución” (artículo 201º), entonces, si bien no es el único intérprete, a él le
corresponde decir la última palabra de lo que es o no constitucional, y ningún poder
u órgano constitucional puede contradecirlo o desvincularse de sus decisiones, sino
a costa de poner en cuestión nuestro sistema de justicia constitucional y el sistema
democrático mismo.

A dicha razón debe agregársele que si bien el conocimiento de los procesos


constitucionales de la libertad constituye una competencia compartida entre el Poder
Judicial y el Tribunal Constitucional, en materia de procesos constitucionales existe
una relación de grado inferior de aquél con respecto a éste, por el hecho de que el
Tribunal Constitucional es instancia final de fallo ante las resoluciones denegatorias
del Poder Judicial en los procesos constitucionales de hábeas corpus, amparo,
hábeas data y cumplimiento (artículo 200º, inciso 2 de la Constitución) e instancia
única, final y definitiva en los proceso de inconstitucionalidad y competencial.

20. Teniendo presente lo dicho, este Tribunal advierte que las resoluciones judiciales
firmes que hayan inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC
o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, generan
un conflicto entre el principio de seguridad jurídica y la garantía de la cosa juzgada
constitucional.

Ello debido a que las resoluciones judiciales firmes que inaplican los decretos
mencionados no pueden ser declaradas nulas mediante la sentencia del presente
proceso, por cuanto las partes de aquellos procesos no han formado parte de este (no
han podido ejercer su derecho de defensa), lo cual no impide que dichas
resoluciones puedan ser declaradas ineficaces, es decir, que no sean ejecutadas en
sus propios términos por contravenir la jurisprudencia uniforme y reiterada de este
Tribunal.
Ante tal conflicto suscitado, este Tribunal estima que la solución más adecuada,
proporcional y racional no es la declaración de nulidad de todas las resoluciones
judiciales firmes que inapliquen los decretos mencionados, pues ello conllevaría la
afectación del derecho de defensa de todas aquellas partes que no han actuado ni
participado en el presente proceso, sino la de habilitar excepcionalmente el plazo de
prescripción previsto en el segundo párrafo del artículo 44º del CPConst., para que
el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a través de su Procurador Público,
pueda demandar la nulidad de las resoluciones a través del proceso de amparo
contra resolución judicial firme.

Esta solución es la más adecuada, proporcional y racional para resolver el conflicto


entre el principio de seguridad jurídica y la garantía de la cosa juzgada
constitucional, pues en estos nuevos procesos de amparo se podrá evaluar si las
resoluciones judiciales firmes contravienen, o no, la jurisprudencia uniforme y
reiterada de este Tribunal sobre los requisitos para la importación de vehículos
automotores y partes usadas.

21. En tal temperamento, en virtud del artículo 201º de la Constitución y del artículo
VII del Título Preliminar del CPConst, este Tribunal establece como precedente
vinculante las siguientes reglas:

a. Que el contenido normativo del Decreto Legislativo N.º 843, de los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC
y de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008 es
conforme con la Constitución, por cuanto no vulnera en forma directa ni indirecta el
contenido constitucional de los derechos al trabajo y a las libertades de trabajo, de
empresa, de contratación y de iniciativa privada, por lo que los decretos
mencionados no pueden ser inaplicados en ninguna clase de proceso por los jueces
del Poder Judicial.

En tal sentido, todos los jueces del Poder Judicial que conozcan de cualquier clase
de proceso en el que se cuestione la constitucionalidad del Decreto Legislativo N.º
843, o de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-
MTC y 042-2006-MTC o de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000,
050-2008 y 052-2008, por imperio del tercer párrafo del artículo VI del Título
Preliminar del CPConst. y de la Primera Disposición General de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional, tienen el deber de confirmar la constitucionalidad de su
contenido normativo.

b. Las resoluciones judiciales que hayan inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843,
o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y
042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y
052-2008, son eficaces y ejecutables hasta el 5 de noviembre de 2008.

A partir del 6 de noviembre de 2008, todas las resoluciones judiciales que hayan
inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos N.os 045-2000-
MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos de
Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, son consideradas
contrarias a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, al tercer párrafo del
artículo VI del Título Preliminar del CPConst. y a la Primera Disposición General
de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, por lo que carecen de eficacia.

Para que se declare la nulidad de las resoluciones judiciales firmes emitidas a partir
del 6 de noviembre de 2008, que hayan inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843,
o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y
042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y
052-2008, excepcionalmente, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a
través de su Procurador Público, tiene habilitado el plazo de prescripción previsto en
el segundo párrafo del artículo 44º del CPConst. para interponer la respectiva
demanda de amparo contra resolución judicial firme.

Dicho plazo de prescripción, habilitado en forma excepcional, se inicia a partir del


día en que la presente sentencia le sea notificada al Ministerio de Transportes y
Comunicaciones.

§.4. Análisis del caso

22. Como la demanda tiene por objeto que se declare inaplicables los Decretos de
Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y
017-2005-MTC y el artículo 3º del Decreto Legislativo N.º 843, este Tribunal para
desestimar la demanda se remite a los argumentos expuestos en los fundamentos 9
a 11, supra.

Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le confiere la


Constitución Política del Perú

HA RESUELTO

1. Declarar IMPROCEDENTES las excepciones de incompetencia y de prescripción.

2. Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado que los Decretos


de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC
y 017-2005-MTC y el artículo 3º del Decreto Legislativo N.º 843 vulneren los
derechos constitucionales a la libre contratación y al trabajo.

3. Establecer conforme al artículo VII del Título Preliminar del Código Procesal
Constitucional, como PRECEDENTE VINCULANTE las reglas contenidas en el
fundamento 21, que son las siguientes:

a. Que el contenido normativo del Decreto Legislativo N.º 843, de los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-
MTC y de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-
2008 es conforme con la Constitución, por cuanto no vulnera en forma directa ni
indirecta el contenido constitucional de los derechos al trabajo y a las libertades
de trabajo, de empresa, de contratación y de iniciativa privada, por lo que los
decretos mencionados no pueden ser inaplicados en ninguna clase de proceso
por los jueces del Poder Judicial.
En tal sentido, todos los jueces del Poder Judicial que conozcan de cualquier
clase de proceso en el que se cuestione la constitucionalidad del Decreto
Legislativo N.º 843, o de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-
2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o de los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, por imperio del tercer párrafo
del artículo VI del Título Preliminar del CPConst. y de la Primera
Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, tienen el
deber de confirmar la constitucionalidad de su contenido normativo.

b. Las resoluciones judiciales que hayan inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843,
o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC
y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-
2008 y 052-2008, son eficaces y ejecutables hasta el 5 de noviembre de 2008.

A partir del 6 de noviembre de 2008, todas las resoluciones judiciales que hayan
inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos N.os 045-
2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos
de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, son consideradas
contrarias a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, al tercer párrafo del
artículo VI del Título Preliminar del CPConst. y a la Primera
Disposición General de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, por lo que
carecen de eficacia.

Para que se declare la nulidad de las resoluciones judiciales firmes emitidas a


partir del 6 de noviembre de 2008, que hayan inaplicado el Decreto Legislativo
N.º 843, o los Decretos Supremos N.os045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-
2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-
2000, 050-2008 y 052-2008, excepcionalmente, el Ministerio de Transportes y
Comunicaciones, a través de su Procurador Público, tiene habilitado el plazo de
prescripción previsto en el segundo párrafo del artículo 44º del CPConst. para
interponer la respectiva demanda de amparo contra resolución judicial firme.

Dicho plazo de prescripción, habilitado en forma excepcional, se inicia a partir


del día en que la presente sentencia le sea notificada al Ministerio de Transportes
y Comunicaciones.

4. Poner la presente sentencia en conocimiento del Presidente del Poder Judicial, del
Consejo Nacional de la Magistratura y de los jefes de las Oficinas de Control
Interno de la Corte Suprema de Justicia y del Ministerio Público.

5. Poner en conocimiento de la Oficina de Control de la Magistratura del Poder


Judicial para que proceda a investigar el comportamiento de la Jueza María Cecilia
de los Ángeles Ruidas Sánchez en este proceso.

Publíquese y notifíquese.

SS.

VERGARA GOTELLI
MESÍA RAMÍREZ
LANDA ARROYO
BEAUMONT CALLIRGOS

ETO CRUZ

EXP. N.° 05961-2009-PA/TC


LIMA
TRANSPORTES VICENTE,
EUSEBIO, ANDREA S.A.C.
(TRANSP VEA S.A.C.)
FUNDAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI

Al igual que lo hice en las sentencias de las causas N.os 03610-2008-PA/TC y


03048-2007-PA/TC, emito el presente voto por los fundamentos siguientes:

Petitorio de la demanda

1. Que con fecha 5 de octubre de 2006 la Sociedad recurrente interpone demanda de


amparo contra el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, solicitando que se
declare inaplicables, a su caso, los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000,
los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC, y el artículo 3º del
Decreto Legislativo N.º 843; y que, en consecuencia, se le permita importar
vehículos automotores usados que tengan una antigüedad mayor de cinco años.
Refiere que los decretos cuestionados vulneran sus derechos constitucionales a la
libre contratación y al trabajo.

Contestación de la demanda

2. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones propone las excepciones de


prescripción y de incompetencia, y contesta la demanda señalando que el contenido
normativo establecido por los decretos cuestionados para la importación de
vehículos automotores usados se sustenta en razones de seguridad vial y de
conservación y protección del medio ambiente.

La SUNAT con fecha 26 de octubre de 2006 solicitó su incorporación al proceso en


calidad de litisconsorte facultativo, siendo aceptada con fecha 31 de octubre de
2008.

Pronunciamiento de las instancias precedentes

3. El Juzgado Mixto de Huaycán, mediante resolución de fecha 12 de marzo de 2007,


declaró no sanear el proceso, nulo todo lo actuado y concluido el proceso, por
considerar que no es el Juzgado competente para conocer la demanda.

La Sala revisora confirmó la apelada por el mismo fundamento.

Titularidad de los derechos fundamentales

4. En la causa Nº 00901-2007-PA/TC emití un fundamento de voto en el que expresé


que:

“La Constitución Política del Perú de 1993 ha señalado en su artículo 1º-parte de


derechos fundamentales- que “La defensa de la persona humana y el respeto de su
dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado.” agregando en su artículo
2º que “toda persona tiene derecho ….”, refiriendo en la aludida nomina derechos
atribuidos evidentemente a la persona humana a la que hace referencia sin lugar a
dudas el citado artículo 1º.
El Código Procesal Constitucional estatuye en su artículo V del Título Preliminar
al referirse a la interpretación de los Derechos Constitucionales, que “El
contenido y alcances de los derechos constitucionales protegidos por los procesos
regulados en el presente Código deben interpretarse de conformidad con la
Declaración Universal de Derechos Humanos, los tratados sobre derechos
humanos así como las decisiones adoptadas por los tribunales internacionales
sobre derechos humanos, constituidos por tratados de los que el Perú es parte.”

De lo expuesto en el fundamento precedente se colige que los derechos


constitucionales tienen que ser interpretados en concordancia con los tratados
internacionales en los que el Perú es parte con la finalidad de evitar
incompatibilidades entre éstos.

Entonces debemos remitirnos al contenido de los Tratados Internacionales para


interpretar los derechos constitucionales protegidos por el Código Procesal
Constitucional. La Declaración Universal de Derechos Humanos, como su misma
denominación señala, declara derechos directamente referidos a la persona
humana, precisando así en su articulo 1º que: “Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”, nominado
en el articulo 2º la enumeración de los derechos que se les reconoce.

También es importante señalar que la Convención Americana sobre Derechos


Humanos -“Pacto de San José de Costa Rica”- expresa en el artículo primero,
inciso dos, que debe entenderse que persona es todo ser humano”, haciendo
referencia marcada al precisar que los derechos reconocidos en la señalada
disposición internacional están referidos sólo a la persona humana.
En conclusión extraemos de lo expuesto que las disposiciones internacionales al
proteger los derechos referidos a la persona humana están limitando al campo de
las denominadas acciones de garantías constitucionales a los procesos
contemplados por nuestro Código Procesal Constitucional.

Por ello es que expresamente el artículo 37º del Código Procesal Constitucional
señala que los derechos protegidos por el proceso de amparo son los que enumera
el articulo 2º de la Constitución Política del Perú, referida obviamente a los
derechos de la persona humana, exceptuando el derecho a la libertad individual
porque singularmente dicho derecho está protegido por el proceso de habeas
corpus y los destinados a los procesos de cumplimiento y habeas data para los que
la ley les tiene reservados tratamientos especiales por cuanto traen conflictos de
diversa naturaleza. Esto significa entonces que el proceso de amparo está
destinado exclusiva y excluyentemente a la defensa de los derechos fundamentales
directamente relacionados a la persona humana.

De lo expuesto queda claro que cuando la Constitución habla de los derechos


fundamentales, lo hace con las particularidades anotadas pensando en la persona
humana, esto es en el ser humano física y moralmente individualizado. Hacia él
pues se encuentran canalizados los diversos atributos, facultades y libertades,
siendo solo él quien puede invocar su respeto y protección a título subjetivo y en
sede constitucional.
La Persona Jurídica.

El Código Civil en su Libro I desarrolla el tema de “personas” colocando en la


Sección Primera a las Personas Naturales (personas humanas), y en la Sección
Segunda a las Personas Jurídicas.

Esto quiere decir que nuestra legislación civil ordinaria ha contemplado tal
separación precisando los derechos y obligaciones de una y otras. En lo que
respecta a las personas morales que denomina jurídicas, hace la distinción al
señalar la decisión libre de varias personas naturales de formar un conglomerado
con objetivo igual pero con identidad propia distinta a la de cada una de las
personas naturales que crearon dicha “persona” ideal. Dotada así de derechos y
obligaciones la “persona jurídica” tiene atribuciones que no corresponden a los
derechos de las personas naturales que la crearon con entera libertad. Cabe por
ello recalcar que los fines de la persona jurídica son distintos a los fines de las
personas naturales que la formaron puesto que la reunión de éstas se da por
intereses comunes, y que conforman un interés propio y distinto a los intereses
personales de cada uno de sus integrantes, pudiendo tener fines de lucro el aludido
conglomerado venido a conocerse con la denominación legal de persona jurídica.

Las personas jurídicas que tienen interés de lucro destinan sus actividades en
función de los capitales que aportan sus integrantes con la expectativa de obtener
utilidades que se destinaran al fin de cuentas a estas personas naturales y en
proporción de sus aportes. Por esto se afirma en el lenguaje mercantil que la
persona jurídica más que una sociedad de personas es una sociedad de capitales.
Entonces cuando estas personas jurídicas denominadas empresas consideran que
se les ha vulnerado un derecho fundamental directamente vinculado a sus intereses
patrimoniales, deben de buscar un mecanismo idóneo para la solución del
conflicto, teniendo en cuenta prima facie que los jueces ordinarios son los
encargados de velar por la defensa y protección de estos derechos, también
protegidos por el amplio manto de la Constitución Política del Estado. Sin
embargo estas empresas cada vez que ven afectados sus intereses económicos,
teniendo a su alcance el proceso ordinario correspondiente igualmente
satisfactorio, suelen recurrir, interesadamente, al proceso constitucional que, como
queda dicho, es exclusivo y excluyente de la persona humana. Esta determinación
arbitraria, además de ser anormal y caótica, coadyuva a la carga procesal que
tiende a rebasar la capacidad manejable del Tribunal Constitucional y a sembrar
en algunos sectores de la sociedad la idea de un afán invasorio que por cierto no
tiene este colegiado.

En el caso de las personas jurídicas que no tienen fines de lucro la propia ley civil
establece la vía específica para solicitar la restitución de los derechos particulares
de sus integrantes como el caso de las asociaciones para las que la ley destina un
proceso determinado en sede ordinaria.

Por lo precedentemente expuesto afirmamos que las personas jurídicas tienen


también derechos considerados fundamentales por la Constitución, sin que con
esta etiqueta cada vez que vean afectados sus intereses patrimoniales, puedan
servirse para traer sus conflictos a la sede constitucional sin importarles la ruptura
del orden que preserva el proceso, el que señala la tutela urgente en sede
constitucional exclusivamente para la solución de conflictos en temas de solo
interés de la persona humana.

De lo expuesto concluyo afirmando que si bien este Tribunal ha estado admitiendo


demandas de amparo presentadas por personas jurídicas, esta decisión debe ser
corregida ya que ello ha traído como consecuencia la “amparización” fabricada
por empresas para la defensa de sus intereses patrimoniales, utilizando los
procesos de la sede constitucional destinados exclusivamente a la solución de los
conflictos sobre derechos de la persona humana. Por ello por medio del presente
voto pretendemos limitar nuestra labor a solo lo que nos es propio, dejando por
excepción eventuales casos en los que la persona jurídica no tenga a donde
recurrir, encontrándose en una situación de indefensión total para defenderse de la
vulneración de derechos constitucionales que pongan en peligro su existencia.”

En el presente caso

5. De autos se observa que la empresa demandante tiene como objetivo principal la


continuidad de sus actividades económicas, como es la importación de vehículos
usados y de motores, partes, piezas y repuestos, motivo por el cual solicita la
inaplicación de una serie de dispositivos legales.

6. Es preciso señalar que si bien he manifestado anteriormente que el proceso


constitucional de amparo está destinado a la protección de los derechos
fundamentales de la persona humana y no a la defensa de derechos constitucionales
de las personas jurídicas, ya que éstas tienen expeditas la vía ordinaria para resolver
sus conflictos de tipo eminentemente patrimonial, en el presente caso se presenta
una cuestión singular en la que este colegiado ya ha tenido un pronunciamiento de
fondo –causa en la que intervine en atención a las repercusiones sociales que ésta
implicaba-, por lo que en atención a ello considero que es preciso realizar un
pronunciamiento de fondo en este caso ya que la temática traída está vinculada al
servicio de transporte público. Respecto a ello este colegiado en la STC Nº 7320-
2005-AA/TC, caso de los Buses Camión, ha manifestado que “(…) Conforme a lo
expuesto en la STC N.º 2945-2003-AA/TC, actualmente, la noción de Estado social
y democrático de derecho concreta los postulados que tienden a asegurar el mínimo
de posibilidades que tornan digna la vida. La vida, entonces, ya no puede
entenderse tan solo como un límite al ejercicio del poder, sino
fundamentalmente como un objetivo que guía la actuación positiva del Estado, el
cual ahora está comprometido a cumplir con el encargo social de garantizar, entre
otros, el derecho a la vida y a la seguridad.

Nuestra Constitución Política de 1993 ha determinado que la defensa de la persona


humana y el respeto a su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado;
la persona está consagrada como un valor superior, y el Estado está obligado a
protegerla. El cumplimiento de este valor supremo supone la vigencia irrestricta del
derecho a la vida, pues este derecho constituye su proyección; resulta el de mayor
connotación y se erige en el presupuesto ontológico para el goce de los demás
derechos, ya que el ejercicio de cualquier derecho, prerrogativa, facultad o poder
no tiene sentido o deviene inútil ante la inexistencia de vida física de un titular al
cual puedan serle reconocidos”.
7. En el presente caso la empresa demandante solicita la inaplicación de normas
destinadas a regular la importación de vehículos automotores, considerando que con
éstas se vulneran sus derechos constitucionales. De la revisión de autos y conforme
lo expresado en la citada jurisprudencia el Estado tiene como función primordial la
protección y seguridad de la sociedad, por lo que puede legítimamente tomar las
medidas necesarias para ello. Debe tenerse presente que en el caso de autos no sólo
se discute un tema de importación de vehículos sino que existe temática relevante
como es el derecho a la vida y a la seguridad de la sociedad ya que dichos
transportes formaran parte del servicio público que se brindará a la sociedad, para lo
cual deben exigirse todas las medidas de seguridad tendientes a garantizar un
servicio optimo a la sociedad.

8. Por lo expuesto concluyo declarando infundada la demanda considerando que la


aplicación de las normas cuestionadas están basadas en el bienestar de la sociedad,
por lo que no puede acusar la empresa demandante la vulneración de sus derechos
constitucionales en desmedro de los derechos fundamentales que ostentan los seres
humanos integrantes de la sociedad, especialmente la salud y la vida.

En consecuencia es por estas razones que considero que la demanda debe ser
declarada INFUNDADA.

SR.
JUAN FRANCISCO VERGARA GOTELLI
EXP. N.° 05961-2009-PA/TC
LIMA
TRANSPORTES VICENTE,
EUSEBIO, ANDREA S.A.C.
(TRANSP VEA S.A.C.)

VOTO SINGULAR DEL MAGISTRADO CALLE HAYEN

Con el debido respeto a lo sostenido por mis distinguidos colegas Magistrados, no


comparto su opinión, por la razón, que la justificación de los presupuestos básicos para
la existencia de un precedente vinculante en el proceso de la referencia carece de
fundamentación idónea, ya que, las resoluciones supuestamente contradictorias o
conflictivas entre el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional provienen de medidas
cautelares otorgadas por órganos de primera instancia, lo cual no constituye siquiera una
sentencia firme y entiendo que aunque no esté taxativamente normado o expuesto, se
debe tratar, por lo menos, de una resolución en la que haya precedido la doble instancia.
Por ello; en aras de preservar el principio de seguridad jurídica y la cosa juzgada, emito
el presente voto singular.

ASUNTO

Recurso de agravio constitucional interpuesto por Transportes Vicente, Eusebio,


Andrea S.A.C. contra la resolución expedida por la Octava Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia de Lima, de fojas 388, su fecha 15 de julio de 2008, que declaró
la nulidad de todo lo actuado en el proceso de autos.

ANTECEDENTES

Con fecha 5 de octubre de 2006, la Sociedad recurrente interpone demanda de


amparo contra el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, solicitando que se
declare inaplicables, a su caso, los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, los
Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC, y el artículo 3º del Decreto
Legislativo N.º 843; y que, en consecuencia, se le permita importar vehículos
automotores usados que tengan una antigüedad mayor de cinco años. Refiere que los
decretos cuestionados vulneran sus derechos constitucionales a la libre contratación y al
trabajo.

El Procurador Público Adjunto a cargo de los asuntos judiciales del Ministerio


de Transportes y Comunicaciones propone las excepciones de prescripción y de
incompetencia, y contesta la demanda señalando que el contenido normativo establecido

por los decretos cuestionados para la importación de vehículos automotores usados se


sustenta en razones de seguridad vial y de conservación y protección del medio
ambiente.
Con fecha 26 de octubre de 2006, la Superintendencia Nacional de
Administración Tributaria solicita intervenir en el proceso como litisconsorte del
Ministerio demandado; y con fecha 31 de octubre de 2006, el Juzgado Mixto de
Huaycán resuelve incluirla como litisconsorte facultativo pasivo.

La Superintendencia Nacional de Administración Tributaria propone las


excepciones de prescripción y de incompetencia, y contesta la demanda señalando que
los fundamentos de ésta no se encuentran directamente vinculados con el objeto
normado en los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, por cuanto la
Sociedad demandante no se dedica a la actividad de reparación o reacondicionamiento
de vehículos automotores usados. Asimismo, señala que lo normado en los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC no contraviene lo establecido por el
Tribunal Constitucional en la sentencia de inconstitucionalidad emitida en el Exp. N.º
00017-2004-AI/TC, por cuanto estos decretos no disponen que se suspenda la
importación de vehículos automotores usados.

Con fecha 8 de febrero de 2007, Inversiones Carbajal S.R.L. solicita su


intervención como litisconsorte facultativo de la Sociedad demandante; y con fecha 13
de febrero de 2007, el Juzgado Mixto de Huaycán declara improcedente su pedido de
intervención litisconsorcial.

El Juzgado Mixto de Huaycán, con fecha 12 de marzo de 2007, declaró no


sanear el proceso, nulo todo lo actuado y concluido el proceso, por considerar que no es
el Juzgado competente para conocer la demanda.

La Sala revisora confirmó la apelada, por estimar que la demanda debió ser
interpuesta en el distrito de Lima y no en el de Huaycán, porque el Juez competente
para conocer el presente proceso, por razón de territorio, es el Juez del distrito de Lima.

Con fecha 9 de diciembre de 2008, la Sociedad demandante interpuso recurso de


agravio constitucional; con fecha 6 de enero de 2009, la Sala revisora declaró
improcedente el recurso de agravio constitucional. Con fecha 23 de marzo de 2009, la
Sociedad demandante interpuso recurso de queja; y con fecha 4 de mayo de 2009,
mediante la resolución recaída en el Exp. N. º 00097-2009-Q/TC, este Tribunal declaró
fundado el recurso de queja.

FUNDAMENTOS

§.1. Procedencia de la demanda

1. Antes de ingresar a evaluar el fondo de la controversia constitucional, corresponde


evaluar si la demanda fue interpuesta, o no, ante el Juez competente. Asimismo, este
Tribunal debe analizar si la demanda también fue interpuesta, o no, dentro del plazo
de prescripción previsto en el artículo 44º del CPConst.

2. Con relación al Juez competente para conocer la demanda de autos, debe señalarse
que para determinarlo resulta aplicable la redacción original del artículo 51º del
CPConst., cuyo texto establecía que son competentes para conocer del proceso de
amparo “el Juez civil del lugar donde se afectó el derecho, o donde tiene su
domicilio el afectado, o donde domicilia el autor de la infracción”.
Ello debido a que la modificación del artículo 51º efectuada por la Ley N.° 28946,
no es de aplicación al caso de autos, por cuanto la demanda fue interpuesta con
anterioridad a la entrada en vigencia de dicha modificación.

3. En el presente caso, con la Constancia Policial emitida por la Comisaría de


Huaycán, de fecha 15 de marzo de 2007, obrante a fojas 264, se demuestra que la
Sociedad demandante domicilia en el distrito de Huaycán, motivo por el cual la
excepción de incompetencia resulta desestimable.

En sentido similar, este Tribunal debe destacar que si bien el domicilio fiscal de la
Sociedad demandante se encuentra ubicado en el distrito de Lima, según se aprecia
del Registro Único de Contribuyente, obrante a fojas 3, ello no significa que éste, en
todos los casos, sea el mismo domicilio que prevé la redacción original del artículo
51º del CPConst. para efectos de interponer la demanda de amparo. En algunos
casos ambos domicilios pueden coincidir, pero en otros casos el domicilio fiscal
puede ser distinto al domicilio del demandante, tal como sucede en el caso de autos.
Por esta razón, también resulta desestimable la excepción de incompetencia.

De otra parte, también debe precisarse que el aparente conflicto entre el contenido
de las constancias policiales emitidas por la Comisaría de Huaycán, obrantes a fojas
264 y 282, debe ser resuelto conforme al principio pro actione reconocido en el
artículo III del Título Preliminar del CPConst., que preceptúa que cuando en un
proceso constitucional se presente una duda razonable respecto de si el proceso debe
declararse concluido, el Tribunal Constitucional optará por su continuación.

En efecto, del contenido de las constancias policiales mencionadas se puede advertir


la existencia de una duda razonable sobre el domicilio de la Sociedad demandante
en el distrito de Huaycán, pues en la constancia policial obrante a fojas 264 se señala
que sí domicilia en el distrito de Huaycán, mientras que en la constancia policial
obrante a fojas 282 se señala lo contrario, que no domicilia en el distrito de
Huaycán. Esta aparente duda razonable sobre el domicilio de la
Sociedad demandante tiene que ser resuelta conforme al principio pro actione, en
virtud del cual corresponde también desestimar la excepción de incompetencia, a fin
de proseguir con la continuación del proceso.

4. Con relación a la excepción de prescripción, este Tribunal debe señalar que ésta
resulta desestimable, pues se denuncia una supuesta afectación de naturaleza
continuada, por lo que el cuestionamiento de la constitucionalidad de los decretos
mencionados a través del proceso de amparo no está sujeto a plazo prescriptorio,
conforme lo ha sostenido este Tribunal en la sentencia recaída en el Exp. N. º
03610-2008-PA/TC.

§.2. Delimitación del petitorio y de las materias constitucionales controvertidas

5. Como ha quedado expuesto en los antecedentes de la presente sentencia, la


demanda de amparo se dirige a que se declare inaplicables los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000 y 086-2000, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-
MTC y el artículo 3º del Decreto Legislativo N.º 843.
La Sociedad demandante aduce que los decretos cuestionados vulneran sus derechos
fundamentales al trabajo y a la libertad de contratación, pues considera lesivo a sus
derechos el impedimento de poder importar vehículos automotores usados que
tengan una antigüedad no mayor de cinco años.

6. Por su parte, el Ministerio emplazado señala que los decretos cuestionados no


impiden la importación de vehículos automotores usados, sino que establecen los
requisitos para la importación de ellos, a fin de cautelar la seguridad vial y la
conservación y protección del medio ambiente.

Refiere que, en coherencia con tal objetivo, el establecimiento de los requisitos para
la importación de vehículos automotores usados tiene por finalidad la tutela del
medio ambiente y de los derechos fundamentales a la salud y a la vida de los
ciudadanos, debido a que buscan evitar el ingreso de vehículos automotores que por
su antigüedad y su sistema de combustión puedan ocasionar un grave perjuicio al
medio ambiente.

7. Centrada así la cuestión, la controversia se circunscribirá entonces en determinar si


los requisitos para la importación de vehículos automotores usados constituyen, o
no, un límite constitucionalmente legítimo y razonable al ejercicio de los derechos
fundamentales al trabajo y a la libertad de contratación. Del mismo modo,
corresponde determinar si la vigencia efectiva de los derechos fundamentales a un
medio ambiente equilibrado y adecuado y a la salud justifica la limitación impuesta
por los decretos cuestionados al ejercicio de los derechos fundamentales al trabajo y
a la libertad de contratación.

8. Para resolver la presente controversia, este Tribunal considera necesario recordar su


jurisprudencia en el transcurso del tiempo sobre la constitucionalidad de la
normativa que establecen requisitos para la importación vehículos automotores
usados.

Ello a fin de verificar si la jurisprudencia constitucional mencionada es, o no,


uniforme, clara y precisa. Pues en caso que no lo sea, esto es, si es ambigua, confusa
o imprecisa, resultará oportuno establecer una línea uniforme, a través de una
sentencia de unificación, tal como se hizo ya en el caso de la protección previsional
por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales mediante la sentencia
recaída en el Exp. N. º 02513-2007-PA/TC.

§.3. Jurisprudencia sobre los requisitos para la importación de vehículos


automotores usados de carga o de pasajeros

9. Sobre el particular, debe destacarse que en reiterada jurisprudencia este Tribunal ha


evaluado la constitucionalidad de los decretos legislativos, de los decretos supremos
y de los decretos de urgencia que establecen requisitos para la importación de
vehículos automotores usados. Es útil reseñar los siguientes casos:

g. Exp. N.º 00325-2001-AA/TC

En este caso, la empresa Kanagawa Corporation S.A.C. demandó que se declare


inaplicable el Decreto de Urgencia Nros. 079-2000, porque consideraba que su
contenido normativo vulneraba sus derechos constitucionales al trabajo y a la
libertad de contratación, libre competencia, así como el principio de irretroactividad
legal.

La demanda, luego de ser admitida es revocada en segunda instancia, fue resuelta en


forma definitiva por este Tribunal. En la sentencia, de fecha 7 de junio de 2002, se
declaró fundada la demanda porque se consideró que:

“1. Respecto de la no aplicación del Decreto de Urgencia Nro. 079-2000,


conforme lo establece el artículo 118º, inciso 19), de la Constitución, el
Presidente de la República puede expedir decretos de urgencia con fuerza de
ley, pero sólo en materia económica y financiera, cuando así lo requiera el
interés nacional, y con cargo a dar cuenta al Congreso; sin embargo, la
motivación textual de la norma cuya no aplicación se solicita, es proteger la
vida y la salud de las personas, lo cual no concuerda con el supuesto fáctico
establecido por la Constitución. (...)”.

h. Exp. N.º 0510-2001-AA/TC

En este caso, Import Export Viz Car E.I.R.L demandó que se declaren inaplicables
el Decreto de Urgencia N.º 079-2000, Decreto Supremo N.° 045-2000-MTC,
y la Circular N.º INTA-CR-124; porque consideraba que vulneraban sus derechos
constitucionales a la libertad de contratación, a la libertad de trabajo y de empresa y
a la irretroactividad de la ley.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


declarada improcedente en segundo grado, para luego ser resuelta en forma
definitiva por este Tribunal. En la sentencia, de fecha 24 de julio de 2002, se
declaró, fundada en parte, la demanda porque se consideró que:

“1. Respecto de la no aplicación del Decreto de Urgencia Nro. 079-2000,


conforme lo establece el artículo 118º, inciso 19), de la Constitución, el
Presidente de la República puede expedir decretos de urgencia con fuerza de
ley, pero sólo en materia económica y financiera, cuando así lo requiera el
interés nacional, y con cargo a dar cuenta al Congreso; sin embargo, la
motivación textual de la norma cuya no aplicación se solicita, es proteger la
vida y la salud de las personas, lo cual no concuerda con el supuesto fáctico
establecido por la Constitución. (...)”.

“2. Respecto de la supuesta amenaza de impedimento de desaduanaje de los


vehículos que a la fecha de expedición del Decreto Supremo N.º 045-2000-
MTC, esto es, el 19 de setiembre de 2000, se encontrasen en tránsito hacia un
puerto de destino peruano o ya ingresados; debe ampararse la demanda en
virtud del principio de irretroactividad legal, tal como, por lo demás, resulta del
Decreto Supremo N.º 053-2000-MTC, del 8 de noviembre del 2000, en el cual,
al dictarse las medidas complementarias para su aplicación, se decreta, en
efecto, en su artículo 1º, que no están comprendidos en los alcances de tal
norma: a) los vehículos automotores usados que se hubiesen encontrado en
tránsito hacia el Perú antes de su entrada en vigencia; b) que se hubiesen
encontrado en los CETICOS y no hubiesen sido solicitados al régimen de
importación definitiva antes de su entrada en vigencia. Asimismo, considera que
no hay razón para excluir a los vehículos en proceso de despacho, debidamente
documentado, hacia el Perú, de los beneficios que brinda a los demás el citado
Decreto”.

i. Exp. N.º 01196-2003-AA/TC

En esta caso, Transportes Rivas S.R.L. demandó que se declare inaplicable


el Decreto Supremo N.° 045-2000-MTC, posteriormente precisado por el Decreto
Supremo N.° 053-2000-MTC; y que, por consiguiente, se le aplique
ultractivamente el Decreto Legislativo N.° 843 y el Decreto Supremo N.° 100-96-
EF, porque consideraba que vulneraban sus derechos constitucionales a la inversión
privada, a la libertad de contratación, a la libertad de trabajo y de empresa.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


desestimada en segundo grado, para luego ser resuelta en forma definitiva por este

Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en la página web el 27 de abril de


2004, se declaró infundada la demanda porque se consideró que:

“5. (...) con respecto a la libertad de empresa, comercio e industria, es necesario


señalar que tales derechos están sujetos a ciertos límites y que su ejercicio no
debe ser lesivo a la moral ni a la salud ni a la seguridad públicas. La libertad no
puede ir contra la salud de las personas o el daño al entorno ambiental. La
seguridad pública es la garantía de que las personas no sufrirán daños
provenientes de su vida cotidiana en la sociedad. Por lo tanto, no se han
vulnerado los derechos constitucionales invocados.

6. Si bien en el ordenamiento constitucional coexisten diversos derechos


constitucionales –los cuales, en principio, son de igual importancia– hay
circunstancias que legitiman la restricción de unos derechos en salvaguarda de
otros, atendiendo a finalidades superiores del ordenamiento constitucional.
Desde este punto de vista, debe tenerse en cuenta, con respecto al acto que se
reputa violatorio, que no puede primar el interés individual o de un grupo sobre
el interés colectivo, permitiéndose una emisión de monóxido de carbono de los
vehículos automotores que supere el límite del 4% en volumen, ya que esto es
perjudicial para la salud de los ciudadanos”.

De los fundamentos transcritos, puede concluirse que la demanda fue desestimada


porque este Tribunal consideró que el ejercicio de las libertades de empresa, de
comercio y de industria, no debe ser lesivo a la salud de las personas o dañar al
entorno ambiental, tal como sucede con la libre importación sin requisitos de
vehículos automotores usados. Por ello, en la sentencia mencionada se confirmó la
constitucionalidad de la regulación contenida en el Decreto Supremo N.° 045-2000-
MTC, precisada por el Decreto Supremo N.° 053-2000-MTC, por cuanto ésta
buscaba tutelar la salud de los ciudadanos y porque la libre importación sin
requisitos de vehículos automotores usados, de carga o pasajeros, supondría que
inconstitucionalmente prime “el interés individual o de un grupo sobre el interés
colectivo”.

j. Exp. N.º 08881-2006-PA/TC

En este caso, don Jaime Wiliam Avellaneda López demandó que se declare
inaplicable el Decreto Supremo N.º 017-2005-MTC, porque consideraba que su
contenido normativo vulneraba sus derechos constitucionales al trabajo y a la
libertad de contratación.

La demanda, luego de ser admitida y desestimada en primer como en segundo


grado, fue resuelta en forma definitiva por este Tribunal. En la sentencia, que fue
publicada en la página web el 18 de marzo de 2008, se declaró infundada la
demanda porque se consideró que:

“4. (...) los derechos a la libertad de trabajo y empresa, así como el derecho a la
libre contratación, no resultan absolutos, sino que el ejercicio de los mismos
debe ser compatibilizado con otros derechos y bienes constitucionales tutelados,
como en este caso lo es la protección del medio ambiente y la salud pública
(...)”.

En buena cuenta, en esta sentencia el Tribunal confirmó la constitucionalidad del


contenido normativo del Decreto Supremo N. º 017-2005-MTC, en la medida que
los requisitos para la importación de vehículos automotores usados constituyen un
límite legítimo al ejercicio de los derechos a la libertades de trabajo, de empresa y
de contratación, por cuanto los requisitos para la importación buscan proteger el
medio ambiente y la salud pública.

k. Exp. N.º 03610-2008-PA/TC

En este caso, World Cars Import demandó que se declare inaplicables el artículo 1º
del Decreto Legislativo N.º 843, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC,
017-2005-MTC y 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y
086-2000, porque consideraba que su contenido normativo vulneraba sus derechos
constitucionales al trabajo, a la libre contratación y a la libertad de empresa.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


desestimada en segundo grado, para luego ser resuelta en forma definitiva por este
Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en la página web el 5 de noviembre de
2008, se declaró infundada la demanda porque se consideró que:

“40. (...) si la defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad son el fin


supremo de la sociedad y del Estado, y la protección del medio ambiente es una
obligación no solo estatal sino de la sociedad en su conjunto, tales limitaciones
al recurrente devienen a todas luces proporcionales pues dicha intervención de
menor intensidad optimiza en mayor medida la salvaguarda del medio ambiente
y, en especial, el derecho a la vida y a la integridad de la población.

41. Ahora bien, el Tribunal Constitucional estima pertinente resaltar que si bien
el recurrente ha cuestionado la constitucionalidad de tales medidas,
simplemente se ha limitado a señalar, de manera vaga, que sus derechos, entre
ellos, su derecho a la libre contratación, vienen siendo conculcados, sin tomar
en consideración, por un lado, que el ejercicio de ningún derecho fundamental
puede efectuarse al margen de los principios, valores y demás derechos
fundamentales que la Constitución reconoce, y por otro, desconociendo
además la función supervisora y reguladora del Estado, más aún en un sector
estratégico como el transporte, que es tan trascendente para el progreso
económico y la cohesión del país”.
En buena cuenta, este Tribunal desestimó la demanda y ratificó la constitucionalidad
del contenido normativo del artículo 1º del Decreto Legislativo N.º 843, de los
Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC y de los
Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, bajo el argumento de que la
Constitución Ecológica permite que el Poder Ejecutivo imponga requisitos
razonables y proporcionales para la importación de vehículos automotores usados,
por cuanto estos tienen por finalidad proteger los derechos a la vida, a la seguridad y
al medio ambiente equilibrado y adecuado de la población.

l. Exp. N.º 01157-2008-PA/TC

En este caso, Importaciones y Servicios Barrera S.A. demandó que se declare


inaplicables los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000 y los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-MTC, porque consideraba que su
contenido normativo vulneraba sus derechos constitucionales al trabajo y a la libre
contratación.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, en primer grado se declaró la nulidad


de todo lo actuado y en segundo grado fue declarada improcedente, para luego ser
resuelta en forma definitiva por este Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en
la página web el 7 de setiembre de 2009, se declaró infundada la demanda porque
se consideró que:

“10. (...) a través de la STC N.º 3610-2008-AA este Tribunal ya ha analizado el


supuesto cuestionado por la demandante. Así en dicha oportunidad, este
Tribunal estableció que los derechos alegados por la empresa demandante
“…no son absolutos, sino que deben ser compatibilizados con otros derechos y
bienes constitucionalmente legítimos, como la protección de los daños al medio
ambiente y a la salud pública…”.

(...)

13. (...) la medida no sólo resultaba idónea y necesaria para la salvaguarda de


los derechos a la vida, a la salud y a un medio ambiente equilibrado, sino
además proporcionada en atención a las circunstancias concretas, toda vez que
por un lado la medida no restringía absolutamente la importación de vehículos
usados, sino sólo selectivamente; y por otro, porque la restricción practicada, al
estar referida sólo a aquellas fuentes contaminantes que se había mostrado como
más nocivas para el aire, potenciaba los efectos benéficos de la medida, de tal
suerte que la medida tenía la virtualidad de lograr una importante reducción de
la contaminación de la contaminación del aire en el tiempo, con una mínima
restricción de las importaciones; o, dicho de otra manera, el mayor beneficio de
derechos colectivos posible con la menor limitación de derechos individuales
posible.

(...)

15. (...) el Estado tiene como función primordial la protección y seguridad de la


sociedad, por lo que puede legítimamente tomar las medidas necesarias para
ello. En esa medida, corresponde tener presente que en el caso de autos, no sólo
se discute un tema de importación de vehículos, sino que además, resultan
involucrados el derecho a la vida y la seguridad de la sociedad en su conjunto”.
Como primera cuestión debe destacarse que en esta sentencia, además de evaluarse
la constitucionalidad del contenido normativo de los Decretos de Urgencia N.os 079-
2000 y 086-2000 y de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y 017-2005-
MTC, también se evaluó la constitucionalidad del Decreto Supremo N.º 042-2006-
MTC. Como segunda cuestión, debe resaltarse que la fundamentación utilizada por
esta sentencia para desestimar la demanda se remite a lo argumentado por este
Tribunal en la sentencia recaída en el Exp. N. º 03610-2008-PA/TC.

Finalmente, en esta sentencia se destacó que el contenido normativo de los Decretos


de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000 y de los Decretos Supremos N.os 045-2000-
MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC constituía una manifestación de la función
primordial del Estado en la protección del derecho a la vida y a la seguridad de la
sociedad.

m. Exp. N.º 03816-2009-PA/TC


En este caso, Dan Export S.A.C. demandó que se declare inaplicables el Decreto
Supremo N.° 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-
2000, porque consideraba que su contenido normativo vulneraba sus derechos
constitucionales al trabajo, a la libre contratación y a la libertad de iniciativa
privada.

La demanda, luego de ser admitida a trámite, fue estimada en primer grado y


desestimada en segundo grado, para luego ser resuelta en forma definitiva por este
Tribunal. En la sentencia, que fue publicada en la página web el 30 de marzo de
2010, se declaró infundada la demanda porque se consideró que:

“11. (...) el Decreto Supremo N.° 042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia


N.os 079-2000 y 086-2000 constituyen una medida legislativa legítima e idónea
que busca prevenir y proteger la afectación del medio ambiente,
específicamente la contaminación del aire, ya que los requisitos establecidos
para la importación de vehículos usados, tratan de neutralizar en la medida de lo
posible los efectos negativos que sobre el medio ambiente produce la presencia
del azufre en los combustibles Diesel 1, Diesel 2 y Diesel 2 Especial, pues
recién a partir del 1 de enero del 2010 el contenido de azufre en los
combustibles antes mencionados alcanzará los estándares internacionales”.

(...)

19. (...) los decretos cuestionados constituyen un límite legítimo al ejercicio de


los derechos a la libertad de trabajo y empresa, pues el establecimiento de
requisitos para la importación de vehículos usados tiene como fin constitucional
la protección de los derechos al medio ambiente equilibrado y adecuado y a la
salud. Y ello porque la protección del medio ambiente impone un tratamiento
cuyo propósito es mejorar progresivamente las condiciones de vida de las
personas, pues la creciente degradación del medio ambiente pone en peligro
potencial la propia base de la vida”.

En esta última sentencia, nuevamente, se reafirma la constitucionalidad del


contenido normativo del Decreto Supremo N.° 042-2006-MTC y de los Decretos de
Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, en tanto que se destaca que los decretos
mencionados constituyen un límite legítimo al ejercicio de los derechos a las
libertades de trabajo y de empresa, pues el establecimiento de requisitos para la
importación de vehículos automotores usados tiene como fin constitucional la
protección de los derechos al medio ambiente equilibrado y adecuado y a la salud.

10. De la reseña hecha puede concluirse que la jurisprudencia de este Tribunal, en lo


que se refiere a la importación de vehículos automotores usados, de carga o
pasajeros, ha tenido más de un criterio en el transcurso del tiempo pero que a partir
del 5 de noviembre de 2008, con la expedición de la STC 03610-2008-PA/TC debe
entenderse a la jurisprudencia como uniforme, clara, precisa y reiterada. Todas
las sentencias citadas señalan que el Tribunal ha ido evolucionando su
jurisprudencia por diversas razones, de índole jurídica, política, económica o de la
propia realidad, hasta llegar a establecer en forma clara que los requisitos para la
importación de vehículos automotores usados constituyen un límite legítimo,
razonable y proporcional al ejercicio de los derechos constitucionales al trabajo y a
las libertades de trabajo, de empresa, de contratación y de iniciativa privada, porque
persiguen como fin constitucional la protección de los derechos a un medio
ambiente equilibrado y adecuado para la salud de las personas.

11. Asimismo, de la ratio decidendi de las sentencias mencionadas también puede


concluirse que la constitucionalidad del contenido normativo del artículo 1º del
Decreto Legislativo N.º 843, de los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-
2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC y de los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000 y 086-2000, ha venido siendo confirmada en forma reiterada por este
Tribunal. Estando a ello, y por virtud del segundo párrafo del artículo VI del Título
Preliminar del CPConst. y de la Primera Disposición General de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional, los jueces y salas del Poder Judicial no pueden dejar de
aplicar los criterios mencionados en la resolución de casos similares.

12. Sobre la constitucionalidad del contenido normativo de los Decretos de Urgencia


N.os 050-2008 y 052-2008, este Tribunal debe precisar que hasta la fecha no ha
emitido pronunciamiento alguno sobre ellos, por lo que corresponde hacerlo.

Mediante el Decreto de Urgencia N.º 050-2008 se modificó el artículo 1º, literal a)


del Decreto Legislativo N.º 843 a fin de mantener requisitos mínimos de calidad
para la importación de vehículos automotores usados, que después fueron precisados
mediante el Decreto de Urgencia N.º 052-2008. Los requisitos establecidos y
precisados por estos decretos tienen por finalidad “la satisfacción de los intereses de
los usuarios, el resguardo de sus condiciones de seguridad y salud, así como la
protección del ambiente y la comunidad en su conjunto”.

Por esta razón, este Tribunal también considera que los requisitos para la
importación de vehículos automotores usados establecidos en los Decretos de
Urgencia N.os 050-2008 y 052-2008 constituyen un límite legítimo, razonable y
proporcional al ejercicio de los derechos constitucionales al trabajo y a las libertades
de trabajo, de empresa, de contratación y de iniciativa privada, porque persiguen la
protección de un fin constitucional, como lo es la protección de los derechos a un
medio ambiente equilibrado y adecuado y a la salud de las personas.

13. Cabe hacer hincapié en que desde el 5 de noviembre de 2008, con la publicación de
la sentencia recaída en el Exp. N.º 03610-2008-PA/TC, este Tribunal ha tenido y
mantenido un posición uniforme y reiterada sobre la constitucionalidad del
contenido normativo del artículo 1º del Decreto Legislativo N.º 843, de los Decretos
Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC
y de los Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, y que, a pesar de ello, los
jueces del Poder Judicial han venido resolviendo demandas de amparo y medidas
cautelares en contra de la jurisprudencia de este Tribunal, infringiendo de este modo
el segundo párrafo del artículo VI del Título Preliminar del CPConst. y la Primera
Disposición Final de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.

Debe resaltarse que no es la primera vez que se demuestra este comportamiento de


desacato de algunos de los órganos jurisdiccionales del Poder Judicial a la
jurisprudencia de este Tribunal. En el caso de la legislación que regulaba el
impuesto a la explotación de los juegos de casino y máquinas tragamonedas también
sucedió algo similar, lo que terminó siendo proscrito mediante el precedente
vinculante emitido en la sentencia recaída en el Exp. N. º 04227-2005-PA/TC.

14. En este orden de ideas, mediante la presente sentencia, debe precisarse que a partir
del día siguiente de la publicación de la referida sentencia recaída en el Exp. N. º
03610-2008-PA/TC en la página web, esto es, el 6 de noviembre de 2008, ninguna
resolución judicial podía inaplicar el artículo 1º del Decreto Legislativo N. º 843, los
Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC y los
Decretos de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, y ello pese a que, con anterioridad
se habían emitido las sentencias recaídas en los Exps. N.os 01196-2003-AA/TC y
08881-2006-PA/TC. Sin embargo, se considera esta sentencia como “fecha de
corte” ya que hace un análisis pormenorizado del fenómeno de la importación de
vehículos usados, su normativa y restricciones constitucionales.

De otra parte, también debe precisarse que, en caso de que con anterioridad a la
fecha de emisión de la sentencia recaída en el Exp. N. º 03610-2008-PA/TC se
hubieren emitido sentencias y/o medidas cautelares inaplicando el Decreto
Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC
y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y
052-2008, tales resoluciones deben mantenerse vigentes (eficaces y ejecutables)
hasta el 5 de noviembre de 2008.

15. Atendiendo a todo ello, este Tribunal concluye que toda resolución judicial que a
partir del 6 de noviembre de 2008, haya inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843,
o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o
los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, es nula
porque ha sido emitida en desacato de la jurisprudencia uniforme y reiterada de este
Tribunal y contradicen la cosa juzgada constitucional, porque también han sido
expedidas en contravención del segundo párrafo del artículo VI del Título
Preliminar del CPConst. y de la Primera Disposición Final de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional.

No debe obviarse que el constituyente ha decidido consagrar a este Tribunal como


guardián de los derechos fundamentales y órgano supremo “de control de la
Constitución” (artículo 201º), entonces, si bien no es el único intérprete, a él le
corresponde decir la última palabra de lo que es o no constitucional, y ningún poder
u órgano constitucional puede contradecirlo o desvincularse de sus decisiones, sino
a costa de poner en cuestión nuestro sistema de justicia constitucional y el sistema
democrático mismo.

A dicha razón debe agregársele que si bien el conocimiento de los procesos


constitucionales de la libertad constituye una competencia compartida entre el Poder
Judicial y el Tribunal Constitucional, en materia de procesos constitucionales existe
una relación de jerarquía por razón de la materia, de aquél con respecto a éste, por el
hecho de que el Tribunal Constitucional es instancia final de fallo ante las
resoluciones denegatorias del Poder Judicial en los procesos constitucionales de
hábeas corpus, amparo, hábeas data, cumplimiento (artículo 200º, inciso 2 de la
Constitución) e instancia única, final y definitiva en el proceso de
inconstitucionalidad y en el proceso competencial.

§.4. En cuanto al caso concreto

16. Como la demanda tiene por objeto que se declare inaplicables los Decretos de
Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC y
017-2005-MTC y el artículo 3º del Decreto Legislativo N.º 843, este Tribunal para
desestimar la demanda se remite a los argumentos expuestos en los fundamentos
precedentes y en particular a lo dispuesto en la STC 03610-2008-PA/TC

Por estas razones, mi voto es por:

1. Declarar IMPROCEDENTES las excepciones de incompetencia y de prescripción.

2. Declarar INFUNDADA la demanda, porque no se ha acreditado que los Decretos


de Urgencia N.os 079-2000 y 086-2000, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC
y 017-2005-MTC y el artículo 3º del Decreto Legislativo N. º 843 vulneren los
derechos constitucionales a la libre contratación y al trabajo.

3. Establecer que las resoluciones judiciales que hayan inaplicado el Decreto


Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC,
017-2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-
2000, 050-2008 y 052-2008, son eficaces y ejecutables hasta el 5 de noviembre de
2008.

4. A partir del 6 de noviembre de 2008, todas las resoluciones judiciales que hayan
inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos N.os 045-2000-
MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos de
Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, son consideradas
contrarias a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, al segundo párrafo del
artículo VI del Título Preliminar del CPConst. y a la Primera Disposición Final de la
Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, por lo que devienen en nulas.

5. Poner la presente sentencia en conocimiento del Presidente del Poder Judicial, del
Consejo Nacional de la Magistratura y de los jefes de las Oficinas de Control
Interno de la Corte Suprema de Justicia y del Ministerio Público.

CALLE HAYEN

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