Alemany Bay, Carmen. - La Forma Externa Del Poema en La Poesia Chilena PDF

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América sin nombre, no 16 (2011) 54-62

ISSN: 1577-3442 / eISSN: 1989-9831

Carmen Alemany Bay


Profesora titular de literatura his-
panoamericana de la Universidad
de Alicante y directora del Centro
de Estudios Iberoamericanos Mario
Benedetti de la citada Universidad.
Ha sido antóloga y editora de obras
de Miguel Hernández, entre ellas,
la Obra completa. Es autora de los
libros La novelística de Carmen
Martín Gaite. Aproximación críti-
ca, Poética coloquial hispanoame-
LA FORMA EXTERNA DEL POEMA
ricana, El meridiano intelectual en
Hispanoamérica, Mario Benedetti,
Residencia en la poesía: poetas
EN LA POESÍA CHILENA:
latinoamericanos del siglo XX y La
narrativa de la alteridad en Améri-
ca Latina (a partir del boom). Ha
DE LA VANGUARDIA A
publicado más de sesenta artículos
sobre literatura hispanoamericana
y otros sobre literatura española
LOS ALBORES DEL SIGLO XXI
del siglo XX. CARMEN ALEMANY BAY
Universidad de Alicante, España
[email protected]

RESUMEN

La experimentación vanguardista en poesía se destacó por ofrecer formas de expresión exter-


na que en mayor o menor grado cimentaron en la poesía posterior. En Chile, la poesía ofrecerá,
a partir de la vanguardia y con Vicente Huidobro, numerosos ejemplos de renovación que inten-
tarán rebatir el tradicional poder de la escritura en pro de la democratización de esta. Un cúmulo
de propuestas que se incentivaron con Nicanor Parra y que seguirán con los neovanguardistas.
Palabras clave: poesía chilena, forma externa del poema, vanguardia, Vicente Huidobro,
Nicanor Parra, Raúl Zurita, Juan Luis Martínez.

ABSTRACT

Vanguard poetic experimentation is is known for providing external forms of expression that
shaped poetry of later periods in many ways. In Chile, after the vanguard and Vicente Hui-
dobro, poetry offers many examples of renovation which attempt to contradict the traditional
power of writing by its democraticisation. These proposals were initiated by Nicanor Parra and
continued with the neovanguardists.
Key words: Chilenan poetry, poem format, vanguard, Vicente Huidobro, Nicanor Parra,
Raúl Zurita, Juan Luis Martínez.

Reflexiones sobre la forma externa del poe- entendida como vehículo de transmisión de
ma en Hispanoamérica sentimientos o estados de ánimo, a indagar
en las posibilidades de la factura del poema y
Las vanguardias supusieron la traslación expresar, desde esta coyuntura, sus diferencias
al terreno artístico de una nueva época en la con la visión canónica de lo poético.
que se prescindía del pasado y se proponían Los artificios literarios externos han exis-
otras formas más acordes con el presente. tido de forma continuada a lo largo de toda
Desde el rechazo a la tradición, la experi- la historia; sin embargo, en la vanguardia
mentación vanguardista en poesía se destacó pasarán a primer orden: nuevos formalismos
La forma externa del poema en la por ofrecer formas de expresión externa que (entiéndase la utilización de variada tipografía
poesía chilena: de la vanguardia a
los albores del siglo XXI
dejaban en un segundo plano los contenidos o diversas disposiciones versales) que estarán
CARMEN ALEMANY BAY representativos; es decir, se pasó de la poesía abocados a un marcado visualismo que en

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ocasiones desembocará en la «geometriza- todos asumido– la negación del solipsismo


ción» de la palabra. Más allá de la poesía en verbal del poeta.
forma de collages o de caligramas, proceden- Como suele ser habitual en los movimien-
tes fundamentalmente de Stéphan Mallarmé y tos artísticos, tras un periodo de expansión se
de Guillaume Apollinaire, y que poca trascen- pasa a la regresión. Fueron muchas las aristas,
dencia tendrán en la historia literaria –salvo los despropósitos que se configuraron en el
como síntoma de una transformación social interior de los movimientos vanguardistas,
de la escritura–; los movimientos de vanguar- y el peligro de caer en la caricatura era ya
dia europeos, y específicamente los hispano- evidente; por lo que muchos de aquellos que
americanos (creacionismo, ultraísmo argenti- la promovieron –Vicente Huidobro, César
no, estridentismo, etc.), dotaron al poema de Vallejo, Pablo Neruda y tantos otros–, in-
una nueva factura que contrastaba con la línea tuitivamente, se acercaron a nuevas formas
métrica más tradicional: se prescindía de la poéticas que se encerrarían bajo el nombre de
estrofa y de la rima, y el verso derivaba hacia posvanguardia.
una libertad inusitada que se alimentaba de las La posvanguardia asumirá con timidez los
rupturas sintácticas. De forma explícita, los mejores logros vanguardistas concernientes a
vanguardistas pusieron en evidencia la crisis la forma externa del poema. Aunque adverti-
de la noción de ritmo, y también de la métrica, do de estos mecanismos, y ante la incapacidad
como vía por la cual distanciarse del discurso quizá de mostrar nuevas fórmulas estructu-
poético tradicional. rales, el poeta –apabullado por los aconteci-
A esta línea experimental se uniría otra, mientos históricos y sociales– se vuelca en los
quizá más decisiva por la trascendencia que contenidos, y la poesía, atendiendo a estos, se
tendrá en poéticas posteriores y no desligada fracciona en poéticas que asumen de forma
totalmente de la primera, que será el intento radical lo humano y lo social. La poesía se en-
de acercar la escritura a la oralidad real para simisma, pero no se abstrae, se vuelve solida-
con ello ofrecer una amplia libertad lectora. ria, comprometida con el hombre. Se seguirá
De este modo, y considerémoslo una varia- manteniendo la libertad del verso, que ya no
ción de primer orden, prescindirán de los rima ni se estrofa, la ruptura de la sintaxis y
signos de puntuación en el poema dotando el pensamiento lógico; pero se prescindirá de
al discurso de sus propias pausas y sus pro- otros abalorios externos. La ejemplificación
pias caídas, como una llamada a recuperar es evidente, baste sólo remitirnos a Poemas
la oralidad y dejar en manos del lector una humanos de César Vallejo o a la tercera Re-
modulación distinta. sidencia en la tierra de Pablo Neruda para
Con estas innovaciones el discurso poético comprobar la humanización de lo poético.
tenderá a lo fragmentario, alejándose así del La forma externa del poema en la posvan-
discurso público –es decir, el canónicamente guardia –como ya advertimos– sufrió un no-
literario– y aproximándose al discurso real, al table retroceso. Quizá la explicación esté en
cotidiano. En su perpetua crítica a lo estable- lo que Octavio Paz dijo sobre este momento
cido la vanguardia logró con estos cambios poético en Los hijos del limo:
evidenciar la crisis del discurso público por
su falta de identificación con el discurso real. No se trataba, como en 1920, de inventar, sino de
Este conjunto de evoluciones poemáticas explorar. El territorio que atraía a estos poetas no
–que incluían también, por ejemplo, otras estaba afuera ni tampoco adentro. Era esa zona
voces en el poema que se señalaban en oca- donde confluyen lo interior y lo exterior: la zona del
siones con diferente tipografía– involucraban lenguaje. Su preocupación no era estética; para aque-
la renuncia del poeta al solo vocal, al rechazo llos jóvenes era, simultánea y contradictoriamente,
de la preeminencia de la voz poética en pro un destino y una elección. Algo dado y algo que
de la inclusión de la polifonía de voces. Quizá hacemos (1990, pp. 208-209).
los propios creadores, y también la crítica,
resaltaron lo más epidérmico de este proceso, Sin embargo, estas palabras no acaban de
los hallazgos caligramáticos, y no ahondaron explicar la recatada factura de la poesía en
suficientemente en lo que estas transforma- estos años y la explicación podría estar, al
ciones implicaban: libertad para el creador, menos en aquella escritura que se acerca más La forma externa del poema en la
poesía chilena: de la vanguardia a
que ya podía prescindir de férreas normas a lo social, en que el poeta, una vez asume los albores del siglo XXI
compositivas, e indirectamente –y no por la responsabilidad de una voz pública asocia CARMEN ALEMANY BAY

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ésta, en parte, a las formas antiguas, a la con- lará desde el poema pintado a la poesía visual,
cepción tradicional de lo poético. Asimismo, esta última ya presente en la revista Musa
y debido a la escasa distancia temporal, los Joven en la que publicó su poema «Triángulo
nuevos formatos de escritura que propuso la armónico»; composiciones visuales que segui-
vanguardia aún no se habían socializado. rán presentes en Canciones en la noche. En
Será en la segunda mitad de los años 50, Adán (poema) (1916), nuestro escritor dará
y fundamentalmente en los 60, cuando la muestras de la libertad inusitada del verso,
poesía hispanoamericana empiece a ofrecer que adquirirá una nueva concepción rítmica;
muestras de renovación. Frente a la convic- también en esos años, con la publicación de
ción del tradicional poder de la escritura, El espejo de agua (1916), las disposiciones
numerosas voces apostarán –ante los cambios verticales o diagonales de algunos versos, los
«Moulin» de Vicente Huidobro.
políticos y sociales tan intensos que se dieron espacios en blanco de la página o el juego
en la primera mitad del siglo XX y la poste- con diferentes tipografías serán novedades
rior impronta de los mass media en la vida que se incrementarán en libros posteriores:
cotidiana– por la viabilidad de incorporar la desde Horizon carré (1917) hasta Automne
inventiva formal de raíz vanguardista en justa régulier (1925). Nuevas percepciones poéti-
adecuación con los contenidos poéticos. cas, desplazamientos de sentido o recursos
Así procederá el chileno Nicanor Parra cinéticos, en pro de la estructura autónoma
desde su propuesta antipoética y el exterio- del poema, serán tangibles en estas obras que
rismo, encabezado por Ernesto Cardenal; y en definitiva serán ensayos de su obra mayor,
no muy lejos de similares planteamientos es- Altazor (1931).
tarán los poetas coloquiales. Todos ellos, con Publicado ya fuera de la vanguardia más
mayores o menores diferencias, y sin olvidar eufórica, Altazor supuso el afianzamiento de
la prioridad de lo que se comunica, emplearán una nueva forma de concebir lo poético pero
los recursos heredados de las vanguardias para también, y por lo que concierne a nuestro
enriquecer el aspecto visual del poema en un tema, la consolidación imperecedera del verso
afán de dinamizar el texto e, implícitamente, libre o la certeza de que este podía tener una
hacer al lector participe del hecho literario. La longitud mucho más variable; una dialécti-
factura del poema se convierte en un espacio ca de ruptura que en su caso comportó la
abierto que ayuda a reforzar la comunicación, destrucción del lenguaje denotativo, nuevos
por ende cada día más visual, rompiendo las significados en la estructura lingüística, la
diferencias tradicionales del discurso público desgramaticalización y hasta la misma disgre-
y el discurso privado. gación del poema.
Vicente Huidobro, con estos avances, su-
La forma externa del poema en la poesía po asentar sólidos cimientos que, en parte,
chilena: de la vanguardia a los preludios de cambiaron la concepción que se tenía de lo
un nuevo siglo poético. Sus aportaciones no caerán en saco
roto, sobre todo en su país, en Chile; y a lo
De todos los países hispanoamericanos, es largo del siglo XX, los poetas, de forma di-
sin duda Chile la nación en la que los poetas recta o indirecta, resurgirán continuadamente
pondrán una especial atención en la forma su legado. El cultivo de la forma externa del
externa del poema, y quizás ello se explique poema seguirá vigente.
en las siguientes palabras de María Nieves En la posvanguardia, al igual que en otros
Alonso: «los poetas chilenos están permanen- países hispanoamericanos, las representacio-
temente fugándose hacia lo otro, haciendo nes poemáticas sufrirán un retroceso tal y
huir los sistemas del saber y del poder como como es comprobable en las últimas entregas
se agujerea un tubo, atravesando el horizonte, poéticas del propio Huidobro, El ciudadano
penetrando en otros reinos» (2001, p. 11). del olvido y Ver y palpar, ambos de 1941. Ha-
En los inicios de la vanguardia, surgirá brá que esperar unos años para que la poesía
una voz, la de Vicente Huidobro (1893-1948), se desligue de su buscado recato, y quizás
que pergeñará una utopía artístico-poética, el necesario, y que las composiciones asuman
creacionismo, en la que la forma externa del nuevamente que la forma externa del poema
La forma externa del poema en la poema tendrá un lugar de excelencia. Su expe- puede ofrecer renovadas versatilidades.
poesía chilena: de la vanguardia a
los albores del siglo XXI rimentalismo poético, en consonancia con las El nuevo adalid en esta empresa será Nica-
CARMEN ALEMANY BAY novedades científicas del momento, se modu- nor Parra (1914), el creador de la antipoesía.

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En sus Poemas y antipoemas (1954) intentará gará en 1983 con Chistes par(r)a desorientar
dinamitar las bases de lo canónicamente poé- a la (policía) poesía –tarjetas ilustradas por
tico; entre ellas, separar la implicación del diversos artistas en las que el chiste (como el
autor con el sujeto poético, y lo hará a través artefacto) es reelaborado a partir de refranes,
de un nuevo alfabeto que conlleva, entre aforismos, sentencias, epigramas, slogans o ti-
otras cosas, un lenguaje coloquial insertado tulares de periódico. Un nuevo paso, el de los Artefacto de Nicanor Parra.
en poemas descoyuntados que nos recuerdan, chistes, hasta llegar a sus «trabajos prácticos»
aunque eliminando el referente pictórico, a y a sus «artefactos visuales», rebautizados en
los caligramas. Como ya observó Niall Binns, otro momento como «obras públicas»; otra
«sus discursos se encarrilan en un collage variación serán sus Fotopoemas (1988). Final-
fragmentario de lenguajes de diversa proce- mente, lo poético se convertirá en Artefactos
dencia, fiel y urgente reflejo de su propio caos visuales expuestos en la Fundación Telefónica
interior. Por eso, las rupturas sintácticas y el de Madrid en 2001.
aire onírico de las vanguardias perviven en los La intención del poeta, en cualquier caso,
antipoemas» (2008, p. 788). será la de denotar las fallas de la poesía con-
Una atención a lo externo del poema que temporánea y la necesidad de acompañarla de
tuvo su antecedente en 1952, cuando junto otros resortes más inherentes a los tiempos
con Enrique Lihn y Alejandro Jodorowsky que corren. Con estos intentos, la poesía se
expusieron en El Quebrantahuesos un pro- va renovando con sus incesantes utopías que, Artefacto visual de Nicanor Pa-
yecto de poesía mural hecha a base de recortes sin renegar de lo clásico, se nutren de otros rra.
de diario siguiendo las normas del collage. enseres como podemos comprobar en este
Años después, en el 58, Parra editó La cueca primer soneto de «Los 4 sonetos del apo-
larga con imágenes de Nemesio Antúnez, calipsis», pertenecientes a su libro Hojas de
anticipándose a una práctica cada día más Parra (1985):
presente en los libros de poemas.
En su avance hacia la diversificación de lo 1
poético, Nicanor Parra editará, en 1972, Arte-
factos, conjunto de tarjetas postales sin nume- †††† ††† ††††† †† †† †††††† †††
rar –y presentadas en una caja de cartón– en †† †† †††† ††††† † ††††† †† †††††† †††
las que se combinaban códigos lingüísticos ††††† †† †† †††† †††††† †††† ††† †††††††
y visuales. Estos «artefactos» serán el resul- †† ††† ††††††† ††† ††† †††† ††† ††††††
tado de la explosión del antipoema y, como
explicara el autor, «los antipoemas estaban †† ††† †††† ††††††† ††††† ††† ††† †† ††††††
cargados de pathos y tenían que reventar»; no ††††††† † †††† †††††††††† †††† †††† †††
solo se atenúa el pathos si no que lo poético se †††† †††† ††††† † †††† †††† †††† †††† ††††††
equilibra con la imagen visual. En estos textos ††† ††† ††††††††† †† †† †††† †††† †††††
breves: «CUBA SÍ / YANKEES TAMBIÉN»
o «LA IZQUIERDA Y LA DERECHA ††† ††† †† †††† ††††††† †††††† †††† †††
UNIDAS / JAMÁS SERÁN VENCIDAS», †††† †† † †††† †††††† † †††† ††† †††††
con claras influencias del graffiti y de la pu- ††††††† †† †† †††† †††† ††††† †††† ††††††††
blicidad, el antipoeta intentó aproximar el
lenguaje poético a otras vías de comunicación †† †† ††† ††††† †††† ††† ††††† ††††††††
con la intencionalidad (democratización de la †††† †††† †† †††††††† † †††† ††† †††
poesía) de que la poesía, insertada ahora en ††† ††† ††††† †††† †††††† ††††††† †† †† (Parra,
tarjetas, fuese patrimonio de todos y circulase 1989, p. 185)
como un objeto más de consumo. Para Niall
Binns, «la revolución formal de Artefactos En estos años de producción del longevo
[…] se extendía a un cuestionamiento agresivo Nicanor Parra, otros poetas chilenos intenta-
de la polarización ideológica del país» (2008, rán a su modo seguir afianzando los instru-
p. 793). mentos que contribuyen al enriquecimiento
En 1975 dio a conocer, en la revista Ma- de la forma externa del poema. Recurrirán,
nuscritos de Santiago de Chile, sus «news con evidente frecuencia, a la supresión total o
from nowhere», textos de diversos formatos parcial de los signos de puntuación para que La forma externa del poema en la
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y entre los que destacan especialmente sus cada lector ajuste su propio ritmo de lectura, los albores del siglo XXI
poema-dibujo. Una nueva renovación lle- con lo que se le obliga a realizar otro tipo de CARMEN ALEMANY BAY

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recitación, y no la puramente gramatical y planteamientos científico / matemáticos en la


correcta como preconiza la poesía canónica; elaboración de sus textos. También está muy
sino una lectura que en cierto modo sea un presente la utilización de un lenguaje lógico y
simulacro de ficción de oralidad. Sin embar- el problema del conocimiento versus el pro-
go, este será solo un mero procedimiento de blema de la percepción sensorial e intuitiva.
los muchos que intentarán poner en práctica, Privilegian la búsqueda de una imagen de
fundamentalmente a partir de los años seten- contenido semiológico y la pérdida del ritmo
ta, los llamados «neovanguardistas» encabe- si así se requiere» (2005, p. 30). Y así podemos
zados por Juan Luis Martínez, Raúl Zurita y comprobarlo en el poema que Zurita incluyó
James Cameron, y a los que se unirán Gon- en la sección titulada «Mi amor de Dios»:
zalo Millán, Floridor Pérez, Rodrigo Lira,
Encefalograma incluido en Pur- Diego Maquieira, Clemente Riedemann o Áreas N = El Hambre de Mi Corazón
gatorio de Raúl Zurita.
Elvira Hernández1. Como ha señalado Tomás Áreas N = Campos N = El Hambre de
Harris, Áreas N =
Y el Hambre Infinita de Mi Corazón
este grupo desplaza su textualidad del ámbito habi- En LOS CAMPOS DEL DESVARIO:
tual de la poesía, hacia la experimentación que los N=1
relaciona con cierto sector de las vanguardias de La locura de mi obra
Versos de Zurita escritos sobre comienzos de siglo (Artaud, Duchamp, Huidobro, N=
el cielo. Vallejo, Girondo) […] en tanto experimentación a La locura de la locura de la locura de la
través del lenguaje incluyendo múltiples formas de N
codificación y lo que Luis Bocaz denomina fluidez «Los campos del hambre»
semiótica, un esfuerzo por incorporar una pluralidad
de códigos disímiles dentro del poema (2002, p. 305). O los electroencefalogramas insertados
en la octava y última sección, «La vida nue-
Todos ellos son poetas que en su juventud va». Estamos ante formas evolucionadas que
vivieron las fauces de la dictadura pinochetis- proponen la mezcla de un lenguaje verbal con
ta, y quizá por ello se vieron en la necesidad otro no verbal que surgieron ya en el proyecto
de construir un discurso acusador que, cree- estético de texto absoluto de Stéphan Mallar-
Verso de La vida nueva de Zu-
rita.
mos, tuvo también su incidencia en la factura mé (en Igitur, 1869); pero en el caso de Zurita,
del poema. La resistencia ante el poder esta- opinamos, que se va más allá. El poema «La
blecido dejó su huella en el discurso poético. vida nueva», que abre Anteparaíso (1982), fue
Siguiendo a Tomás Harris, «esta escritura escrito en el cielo de Nueva York con el humo
1
Tal como recuerda Iván Carras- experimental se constituye como una inte- lanzado por cinco aviones en junio de 1982;
co, «La neovanguardia se inició rrogante a la historia y la identidad chilena, y en el desierto chileno de Atacama grabó
hacia 1970 en el grupo del Café
Cinema de Valparaíso, desta-
dentro del contexto hispanoamericano y a en 1993 el verso «ni pena ni miedo» que fue
cando Juan Luis Martínez, Raúl la función del lenguaje en interacción de la incorporado en La vida nueva (1994). Otra
Zurita y James Cameron. Su producción textual, en un intento de reorga- experiencia poética aparecerá en INRI (2003)
postura era antitradicionalista,
polémica, experimental, crítica, nizarlo para constituirlo como un espacio de con la incorporación de algunos versos escri-
como la lírica vanguardista, de resistencia y trasgresión al sistema dominante. tos en Braille y dedicados a «aquellas víctimas
la cual adoptaron rasgos tex-
tuales como la ruptura de las Una nueva aventura, una nueva mirada sobre a quienes la tiranía les sofocó la mirada».
normas convencionales en la el orden acostumbrado del lenguaje y el mun- La inserción de otros formatos en lo poé-
construcción del poema median-
te la incorporación de elementos
do poetizado» (2002, p. 307). tico tiene como referencia obligada –en el ám-
no verbales de índole gráfica y El libro Purgatorio (1979) de Raúl Zurita bito chileno, pero también en el hispanoame-
objetal, de un sujeto despersona- nos presenta en la portada una fotografía ricano– La nueva novela (1977) de Juan Luis
lizado, múltiple y escindido, víc-
tima de las alienaciones, torturas de la mejilla del escritor con los restos de Martínez. Para Elizabeth Monasterios, este
y anormalidades de la época, una herida autoinfligida. Esta es solo una libro es «un proyecto poético que cuestiona la
de la expansión del significante
fuera del espacio de la página» forma más de experimentación que se com- primacía del sujeto en la filosofía occidental,
(1999, p. 161). plementará con la incorporación de signos desestabiliza la hegemonía del pensamiento
matemáticos y geométricos junto a signos racional en cuanto organizador del conocer;
verbales. No olvidemos que, tal como señala subvierte el concepto canónico de texto poé-
Julio Espinosa Guerra, la preocupación de los tico e involucra al lector en la producción y
La forma externa del poema en la neovanguardistas «se centra en el esquema de experiencia del acto creador» (1994, p. 868).
poesía chilena: de la vanguardia a
los albores del siglo XXI comunicación y en los códigos mismos, ya no Nuevamente una fotografía en la portada
CARMEN ALEMANY BAY solo lingüísticos, pues incorporan imágenes y será un reclamo para el lector, y en ella encon-

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tramos tanto el nombre del autor como el del fue novedad y rareza 2
Como detalla Juan Herrera,
editor, tachados. Otras fotografías, y algún en tiempos de anta- «En la contratapa aparece una
dibujo, compartirán espacio junto a los textos ño se convierta en instrucción como encabezado:
“Dibuje el contorno de cada
poéticos; asimismo, la contratapa supondrá aportes necesarios cuarto incluyendo puertas y
otra llamada de atención al lector a través para que el objeto ventanas. Marque dos rutas de
de un diseño gráfico2. En su siguiente obra, poético pueda actua- escape para cada miembro de
su familia” y una nota en el
La poesía chilena (1978), Juan Luis Martínez lizarse en nuevas y margen inferior derecho: “Cada
abogará por un objeto poético, una caja en sucesivas lecturas. cuadradito equivale a 2 cm2”.
Entre la instrucción y la nota
forma de ataúd que lleva dentro una bolsa de Además de los se inscribe un rectángulo de
plástico con tierra del valle central de Chile elementos señalados, 16,3 centímetros de ancho por
22,1 centímetros de alto, que se
junto a los certificados de muerte y versos de y a los que recurrire- encuentra reticulado, o sea, que
Mistral, Neruda, Huidobro y del padre del mos posteriormente, conforma una red de 36 cuadra-
escritor, Juan de Dios Martínez3. la libertad versal será Portada La nueva novela de Juan dos de ancho por 48 de alto, los
Luis Martínez. cuales están en razón de 3 es a
En definitiva, una neovanguardia que nos otro de los atributos 4. Los cuadrados son blancos y
remite a métodos tan primitivos como los de los que continua- están delimitados por trazos o
líneas negras» (2007).
signos o los dibujos que los prehistóricos mente han hecho gala estos poetas: el verso
escribieron en las paredes de una cueva, o las puede llegar a tener una extensión inusitada 3
Niall Binns nos recuerda que
palabras que cualquiera de nosotros marca- (aunque esta no sería una particularidad ex- Juan Pablo Riveros en De la tie-
ríamos en la arena de una playa4. Con estas clusiva de los neovanguaristas); tanto es así, rra sin fuegos (1986) «incorpora
muestras poéticas podríamos afirmar, como que la poesía rompe la barrera de los géneros no solo citas, sino fotografías,
notas y un glosario en su crónica
sostenía Martin Heidegger, que la poesía no y regulariza las distancias entre la poesía y la de la desaparición de los ona y
es ya la fundación del ser por medio de la pa- prosa. Así podemos visualizarlo en el poema alacalufes en Tierra de Fuego,
relacionada con el autor con
labra de la boca, sino que -por el contrario- es de Elvira Hernández, «Carta de viaje», per- los que murieron allí durante la
un «trabajo» con los restos, con los desechos: teneciente a su libro con título homónimo y dictadura de Pinochet» (2008,
p. 799).
se trata de jugar y explorar con los límites de publicado en 1989:
las palabras; y en esta nueva dimensión, como 4
hemos visto y continuaremos verificando, En esa blancura torta boreal no encontrarán las hue- Otras iniciativas de arte concep-
tual y poesía pueden apreciarse,
también jugará su papel la factura del poema. llas de mis extremidades. aún dentro de Chile, en La nueva
La trasgresión de estos poetas chilenos No intento una plusmarca con las ruedecitas de mi novela (1977) de Juan Luis Mar-
tínez; posteriormente, a partir
es tal que merece ser reseñada por múltiples trasero. de los años 80, Enrique Lihn
aspectos y no solo por romper los tabúes trabajará en la incorporación
de fotografías, plástica y videos
sobre la forma de las composiciones o que No soy el capitán Ávalos a sus creaciones.
el papel pueda ser sustituido por formatos No soy el Tiburón Contreras
alternativos. A menudo, estas evidencias y Soy lengua ampollada por la 5
Algunos poetas chilenos como
reclamos –tal como ocurrió con los poemas electricidad6 Eduardo Llanos, próximo a los
caligramáticos de antaño5– no nos dejan ver neovanguardistas, en la parte
más experimental de su obra
con claridad la presencia de ciertos «utensi- Esa implicación entre lo poético y lo pro- seguirá haciendo uso de caligra-
lios» que colaboran en la significación activa sístico –no olvidemos que el gran paso dado mas y poemas visuales.
del envoltorio del poema; aparejos que fueron por la poesía de los últimos años es haber 6
novedad superlativa en la vanguardia, que se regularizado la distancia entre los géneros, Las referencias a los poemas que
mantuvieron con timidez en la posvanguar- fundamentalmente entre la poesía y la prosa– citaremos de ahora en adelante
pertenecen a las antologías ya
dia, y que en los años sesenta circularon con no solo se cercará en el espacio del texto sino citadas de Julio Espinosa Guerra
suficiente regularidad hasta hacer efectivo el que, en ocasiones, los títulos de los poemas (2005) y María Nieves Alonso,
Gilberto Triviños, Juan Carlos
paso del discurso privado al público. Nos simularán encabezamientos de tratados his- Mestre y Mario Rodríguez (to-
referimos a la integración en el poema de dife- tóricos con una finalidad totalmente paródica. mos I y II) (2001); salvo alguna
excepción que señalaremos.
rentes tipos de letra, una disposición estrófica Buen ejemplo de ello es el título de una de las
inesperada, el aislamiento o la separación de composiciones de La nueva novela de Juan
algunas palabras en el texto; o bien, recurrir Luis Martínez: «Observaciones relacionadas
sin reparos al uso de la vírgula (la barra), el con la exuberante actividad de la «Confabu-
paréntesis o notas al pie, etc. Estos poetas lación fonética» o «lenguaje de los pájaros»
neovanguardistas, que según algunos «hacen en las obras de J.-P. Brisset, R. Roussel, M.
una lectura posmoderna de las propuestas Duchamp y otros». Otros ejemplos en este
de las vanguardias europeas de principios de mismo libro son «Fox Terrier desaparece en La forma externa del poema en la
poesía chilena: de la vanguardia a
siglo y sus símiles en Latinoamérica» (Espino- la intersección de las avenidas Gauss y Lo- los albores del siglo XXI
sa, 2005, p. 169), han logrado que aquello que batchewski», de cierto carácter descriptivo; o CARMEN ALEMANY BAY

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«Silogismo homenaje a René Crevel “El más de Ricardo Lira en la única obra del autor
buen mozo de los surrealistas”», de carácter y que se publicó tras su muerte, Proyecto
supuestamente laudatorio. de obras completas (1984). A ello también
Como en numerosos textos prosísticos, el recurre Elvira Hernández en su poema
diálogo aparece como pieza fundamental y así «Letras y letrinas», perteneciente a Santiago
se nos presenta, con algunos de sus ingredien- Waria. Se incluyen en su propio texto las
tes (la inclusión de comillas que potencian y siguientes palabras de A. Artaud (la autora
simulan el carácter dialógico de lo poético), en indica la autoría en nota al pie): «el alma
«Un poco de calma» (perteneciente a Sabor a no ha sido más que un viejo refrán» (en el
mí, de 1973), de Cecilia Vicuña; aunque en las texto aparece en letra negrita).
respuestas se siga conservando la disposición El avance prosístico de lo poético se ve
versal: acompasado por el afianzamiento de la orali-
dad. De este modo, la poesía presenta nuevas
y me decías: alternativas como la utilización del paréntesis
«no respondo si tú…» (( )) que sirve para marcar cierto carácter po-
y yo te decía: lifónico: supone un añadido o un comentario
«no me importa que no respondas a lo que se está diciendo desde un punto de
porque no te voy a preguntar nada» vista externo, tal como sucede en el lenguaje
oral. También, y como ahora veremos, puede
Recurrentemente, Raúl Zurita se acogerá a servir como acotación; pero además, en estos
este tipo de diálogos, incluso con acotaciones, versos de Juan Luis Martínez se hace uso de
en, por ejemplo, «Allá lejos» de Anteparaíso. otros signos para acercar lo real a lo metafóri-
Por su parte, Juan Luis Martínez, en aquellas co; y, en un triple salto mortal, que esas refe-
composiciones que llevan por título «La rea- rencias se conviertan en literarias, en darianas
lidad», configura el espacio textual en bloques concretamente:
de preguntas y respuestas que se multiplican
y, como despiste para el lector, otros conjun- (¿Y el signo interrogante de su cuello (?) ?:
tos son sustituidos por otros referentes de la reflejado en el discurso del agua: (¿)  : es una
comunicación: errata)

A. PREGUNTA: También la oralidad nos ha demostrado


¿Qué es la realidad? ¿Cuál es la realidad? que las pausas pueden no ser precisamente las
RESPUESTA: convencionales, y es en este punto en el que
Lo real es sólo la base, pero es la base. el poeta introduce mecanismos formales que
RESPUESTA: enfatizan otras visualizaciones que implicarán
Lo real es aquello que te chocará como realmente otra manera de ver la escritura, como el uso
absurdo. de la vírgula (/) entre fragmentos versales;
tal como hicieron en repetidas ocasiones los
B. AFIRMACIÓN: llamados poetas coloquiales de los años 60
El ser humano no soporta mucha realidad. (Alemany, 1997, p. 133). A ello recurrirá con
fruición Rodrigo Lira en algunas compo-
Como nota final a la prosificación del siciones de su Proyecto de obras completas,
texto poético, estarían las notas al pie, en especial en «El espectador imparcial: una
empleadas en ocasiones por estos escrito- escrituración exasperada»:
res con claros fines paródicos. Estas nos
ofrecen una información adicional para LOS QUE Vienen desde el siniestro costado/
complementar o contrastar lo dicho en el Acarrean –a tracción sanguínea–/
texto principal: les sirven para pedir dis- Una máquina/ que se desliza sobre rodillos
culpas al lector, como en «Ars poetique» cilíndricos/ una armazón
de Ricardo Lira; para hacer comentarios de
poca trascendencia, en contraposición con De este modo se nos ofrece una marca de
lo establecido en los cánones de la prosís- lectura que sirva de rectificación, de duda, o
La forma externa del poema en la tica; o para incluir versos de otros poetas. de complemento a lo dicho, o simplemente la
poesía chilena: de la vanguardia a
los albores del siglo XXI Estos dos últimos casos pueden observarse sustitución de la tradicional coma (,) con el fin
CARMEN ALEMANY BAY en el poema «El angustioso caso de soltería» de causar un efecto inesperado.

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Otro procedimiento será el sangrado –o numerosos casos, pero sírvanos de botón


el espaciado– entre palabras que buscará no de muestra algunos fragmentos del poema
sólo diferenciar entre la pausa prosódica y «A modo de explicación» de Rodrigo Lira
la pausa gráfica, normalizando de este mo- en el que el escritor, además, aprovecha esos
do el conflicto entre la pausa prosódica y la desplazamientos inusitados para recurrir al
psíquica; sino también convertir en menos anaforismo:
violento el encabalgamiento y otorgarle más
dinamismo al texto. Así, el espacio en blanco Soplando trompetas tañendo campanas rezando
pierde el sentido de intervalo y se integra con   en voz alta
valor propio, eliminando toda concepción descansa
simbólica o descriptiva de la escritura. El corriendo despacio por los arenales llorando miserias
mismo Francisco Lira hará uso de este recur- descansa
so en su «Ars poetique»; y Elvira Hernández entonando un tango muriendo de a poco fumando
en «M…», perteneciente a Santiago Waria  cabañas
(1992): descansa

tanto amor o igual empuje Frente a ese descoyuntamiento del poema


tanto tanto tanto encontraremos su reverso, que es la presencia
y nada en las composiciones de versos que se agrupan
en bloques enumerados mediante números o
Asimismo, provocarán falsos encabalga- letras. Quizás, en medio de la irracionalidad
mientos mediante el guión como ya hiciera política que tuvieron que vivir estos poetas
Enrique Lihn en algunas de sus composi- en su juventud, en medio de un mundo caó-
ciones, en concreto en «Varadero de Rubén tico, se vieron en la necesidad de reorganizar
Darío»: su mundo poético a través de mecanismos
reconstructores. Algunos de sus poemas, in-
La acción, es un acto; la poesía una exigencia; una fluidos por la corriente estructuralista, se or-
«revo- ganizarán en series numeradas, como ejemplo
lución permanente», un trabajo de los mil de- los poemas de Raúl Zurita «El desierto de
monios (1969, p. 62) Atacama III» de Purgatorio, «Las playas de
Chile V» o «Las utopías» (del que mostamos
Y a ello recurrirá también Rodrigo Lira en los primeros versos) ambos de Anteparaíso:
la ya mencionada composición «El espectador
imparcial…». i. Todo el desierto pudo ser Notre-Dame
La finalidad de estos mecanismos será pero fue el desierto de Chile.
incentivar otras lecturas más próximas a la ii. Todas las playas pudieron ser Chartres
intencionalidad psíquica, lo que sin duda pero sólo fueron las playas de Chile.
aleja al poema de cualquier escritura canóni- iii. Chile entero pudo ser Nuestra Señora
ca. Pero no lo olvidemos, semejantes arrojos pero áridos estos paisajes no fueron
provienen de ese gran atrevimiento que fue la sino los evanescentes paisajes chilenos
vanguardia y en este caso, sin duda, de Vicente
Huidobro. Nos bastaría visualizar el poema La inclusión de estos recursos formales
«Ars poetique, Deux» de Rodrigo Lira para contribuirá a una mayor polifonía del poema
comprobar la huella permanente del autor de que supondrá en definitiva la democratiza-
Altazor. ción de lo poético, algo que evidentemente
Todos estos mecanismos contribuyen a no se logró en los años veinte. Pero en la poe-
la creación de una escritura pensada para la sía, a diferencia de otros géneros, no existen
concepción visual, y de esta también se ha grandes brechas; por ello los poetas, tal como
heredado la división estrófica inesperada. Se hemos visto, seguirán manteniendo aquello
descoyunta el poema, aislando o separando que incorporó con audacia la vanguardia. Para
algunas palabras, con el fin de que surja al- Iván Carrasco,
gún efecto en el lector; pero sobre todo para
que el verso no sólo diga o sugiera, sino que la poesía neovanguardista se asemeja a su modelo La forma externa del poema en la
poesía chilena: de la vanguardia a
exprese la sensación poética. En todos estos vanguardista en la actitud rebelde y provocativa los albores del siglo XXI
poetas neovanguardistas podemos encontrar ante los valores y discursos de la tradición y el afán CARMEN ALEMANY BAY

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de transformar la sociedad mediante la interacción la vanguardia y lo ha ido transformando


arte-vida. Pero se diferencia en la radicalización de y mutando hasta nuestros días, donde la
diversas estrategias y figuras, como la parodia, la factura del poema ha sabido equilibrar la
distorsión de citas y de tópicos, la transtextualidad en importancia de los contenidos con las for-
sus variadas formas, el uso constante de la alusión re- mas del poema.
ferencial de tipo histórico y biográfico, la ampliación
de la capacidad expresiva del verso, la frase y también Bibliografía
del libro y del macrotexto, concebidos como signifi-
cantes globales de la reflexión poética y la experiencia Alemany Bay, Carmen (1997), Poética colo-
del mundo (1999, p. 161). quial hispanoamericana, Alicante, Publi-
caciones de la Universidad de Alicante.
A ella se le debe en gran parte el uso de di- Alonso, María Nieves; Triviños, Gilberto;
ferentes tipografías que tienen como finalidad Mestre, Juan Carlos; Rodríguez, Mario
que el poema se centre en la letra misma y en (2001), Informe para extranjeros. Anto-
sus posibilidades artísticas, lo que supone una logía de la poesía chilena contemporánea
escritura pensada para una percepción global, (tomos I y II), Colección Juan Ramón
visual. De ello podemos percatarnos en al- Jiménez de Poesía, Huelva, Diputación
gunos versos de Vírgenes del sol inn cabaret de Huelva.
(1986) de Alexis Figueroa, e incluso en los tí- Binns, Niall (2008), «Cincuenta años de poe-
tulos de algunos poemarios de Cecilia Vicuña: sía chilena», en Trinidad Barrera (coordi-
PALABRARmás (1984) o QUIPOem (1997). nadora), Historia de la literatura hispano-
En definitiva, la continuidad en el cultivo americana. Siglo XX, tomo III, Madrid,
de la factura del poema ha sido decisiva para Cátedra, pp. 787-802.
seguir explorando en las posibilidades del Carrasco, Iván (1999), «Tendencias de la poe-
texto poético; pero no en el sentido lúdico, sía chilena en el siglo XX», Anales de Lite-
estético y diferencial en el que incidió la van- ratura Hispanoamericana, 28, pp. 157-169.
guardia, sino en la activación del texto en ver- Espinosa Guerra, Julio (ed.) (2005), Anto-
so (Alemany, 1997, pp. 127-141). La sensación logía. La poesía del siglo XX en Chile,
de que las normas métricas son una sombra Madrid, Visor.
del pasado ha alcanzado definitivamente a la Harris, Tomás (2002), «La voz de los 80 (pro-
poesía; los cortes versales, por ejemplo, están mociones poéticas 1979-1989)», en Kart
más marcados por la velocidad que por el Kohut y José Saravia (eds.), Literatura chi-
ritmo, y la cadencia es ya la de la oralidad. En lena hoy. La difícil transición, Frankfurt/
este camino, que no es más que la continuidad Madrid, Vervuert, pp. 297-313.
de lo que se gestó en la vanguardia, los poetas Herrera, Juan (2007), «La nueva nove-
no dejarán de alimentar la idea de que la arbi- la de Juan Luis Martínez: Poesía pro-
trariedad en la significación del lenguaje es un tohipertextual en el contexto de la vi-
hecho, como también lo es el extrañamiento deósfera» Acta Literaria, 35. Disponible
del habla. desde internet en www.scielo.cl/scielo.
Asentados ya en una sociedad global, php?script=sci_arttext&pid=S0717-
donde la sombra de la posmodernidad asoma 68482007000200002&lng=es&nrm=
también en América Latina, el gran hallazgo, Lihn, Enrique (1969), Escrito en Cuba, Méxi-
la identidad de la poesía actual, es la mezcla co, Ediciones Era.
de códigos y el discurso poético se configura Monasterios, Elizabeth (1994), «La nueva no-
como un sistema de crítica a los registros vela: el texto que ríe», Revista Iberoameri-
establecidos. Un cúmulo de propuestas que cana, LX:168-169, pp. 859-872.
convergen en pro de la construcción de una Parra, Nicanor (1989), Chistes para desorien-
poética heterodoxa y que tendrá sus seguido- tar a la poesía (edición de María Nieves
res, también en Chile, en Nadia Pardo o en Alonso y Gilberto Triviños), Madrid, Vi-
otros poetas como «Mardones, Cárcamo, que sor.
buscan variantes a la neovanguardia» (Carras- Paz, Octavio (1990), Los hijos del limo, Bar-
co, 1999, pp. 167-168). celona, Seix Barral.
La forma externa del poema en la La poesía hispanoamericana, fiel a su
poesía chilena: de la vanguardia a
los albores del siglo XXI estilo de continua renovación, ha arbitrado Fecha de recepción: 06/06/2011
CARMEN ALEMANY BAY con sabiduría todo el legado que acumuló Fecha de aprobación: 26/09/2011

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