Coixet Isabel - Mi Vida Sin Mi

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MI VIDA SIN MÍ

Guión cinematográfico de Isabel Coixet

Basado en el cuento

“Pretending the bed is a Raft”, de Nancy Kincaid


SEC. 0. EXTERIOR PATIO. EXTERIOR. DÍA

Lluvia. Alguien, una chica, una mujer, se descalza con


decisión. Pies descalzos firmemente aposentados en la
hierba mojada. Manos sobre las que se desliza el agua.
Pestañas vencidas por el peso de las gotas.

Cejas, rodillas, pelo, labios, espalda, nariz... Una voz:

ANN (OFF)

Ésta eres tú. Con los ojos cerrados, bajo la lluvia.


Nunca pensaste que estarías así, nunca te viste, cómo
lo dirías... como..., como esas personas que disfrutan
mirando la luna, que se pasan horas mirando las olas
o los atardeceres o, o el viento en los sauces, supongo
que sabes de qué clase de personas hablo, a lo mejor
no. Pero resulta que te gusta estar así, pelándote de
frío, notando como el agua traspasa tu chaqueta, te
llega a la piel.

Y el olor. Y el tacto de la tierra que se ablanda. Y el


sonido del agua chocando contra las hojas. Todas las
cosas de las que hablan los libros que no has leído.

Ésta eres tú, quién iba a pensarlo. Tú.

Unos ojos vivos, hambrientos se abren. Deja de llover.

TÍTULOS.

Los títulos transcurren sobre imágenes de un grupo


de mujeres y hombres que limpian una universidad
vacía. Es de noche. Los vemos vaciando papeleras
abrillantando el suelo, despegando chicles, pasando
un spray por las mesas, barriendo, canturreando al
fondo de un largo pasillo despoblado... La
universidad vacía tan sólo iluminada por los
fluorescentes de seguridad tiene algo de submarino
fantasma.

Una de estas personas es Ann, la chica a la que hemos


entrevisto empapándose en la secuencia 0, que se
dedica a fregar con vigor los cristales de la biblioteca.
Perece muy concentrada en ello, como si en vez de
sacar brillo, estuviera cincelando una escultura. Lleva
unos jeans debajo de la bata

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de trabajo y unos auriculares puestos. Oímos lo que
ella oye: un audiobook que narra un fragmento de una
novela de Barbara Cartland.

Ahora estamos en un cuarto de baño enorme que se


abre ante nosotros con veinte puertas cerradas. Oímos
a alguien vomitar. Los regüeldos del vómito superan
las palabras almibaradas de la abuelastra de Lady Di.
Ann sale con el rostro descompuesto del baño. Agua
fría por la cara. Papel de esos que dejan las mejillas
enrojecidas. Mirada al espejo: ¿quién soy?, ¿adonde
voy?, ¿cuánto tiempo hace que no formulo un deseo?,
¿habrá suficiente leche para el desayuno de las niñas?

FIN DE LOS TÍTULOS.

SEC. 1. EXTERIOR PARKING UNIVERSIDAD.


EXTERIOR. NOCHE

Ann y una mujer de unos treinta y cinco años, más


bien gordita, Laurie, se dirigen a sus respectivos
coches. Se nota que hace frío porque caminan
encogidas, sujetando las chaquetas con las manos.
Laurie come una chuchería de esas rosas con el
interior blanco y fuma e intenta lanzar el humo lejos
de Ann, pero el humo, que conoce muy bien a los que
no fuman, se dirige inexorablemente hacia ella. Ann
agita la mano, intentando apartarlo.

ANN

Laurie...

LAURIE

Ann, lo sé, lo sé, intento fumar hacia el otro lado,


pero...

ANN

Pero, ¿no era que lo estabas dejando?

LAURIE

Y lo estoy dejando... Estoy dejando lo de dejar de


fumar...
Laurie le pega un mordisco a la chuchería.

ANN

Vaya... Ya veo.

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LAURIE

No puedo dejar de fumar y dejar de comer al mismo


tiempo... Hay que establecer prioridades.

Han llegado a sus coches. Digamos que tendrían


dificultades en venderlos a un desguace. Los han
aparcado juntos y hablan antes de entrar en ellos.

LAURIE

Tú no puedes entenderlo, tú, tú... adelgazas cuando te


da la gana, ahora mismo estás más delgada que el mes
pasado... la bata te queda más ancha...

ANN

Ya.

LAURIE

No, las gordas siempre nos fijamos en los cuerpos de


las demás. Es en lo único que nos fijamos.

ANN

Como siempre. Ayer mismo me comí un litro entero


de helado.

LAURIE

Hace siglos que no pruebo el helado... Oye, ¿no


estarás haciendo una de esas dietas a base de helado?

ANN

Sí, la dieta milagro de Ben and Jerry.

LAURIE

¿En serio?

ANN

Sí... No.

LAURIE
Pero si estuvieras haciendo una nueva dieta me lo
dirías, ¿no?

ANN

Laurie, te lo diría, te lo prometo...

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LAURIE

Oh, es horrible, ahora mismo estoy pensando en un


sandwich de ternera fría con mostaza y pepinillos y
mayonesa y pan de centeno... Hablar de dietas
siempre me da hambre. No sé si me queda pan en la
nevera... Hasta mañana.

ANN

Hasta mañana...

Suben a los trastos. Ann se ata el cinturón y mira un


reloj diminuto que lleva en la muñeca. Arranca.

SEC. 2. INTERIOR COCINA INDUSTRIAL.


INTERIOR. NOCHE

Una inmensa cocina industrial perteneciente a un


hotel. Sobre una mesa galvanizada reposan decenas de
tartas perfectas de manzana, queso, cerezas, nueces,
chocolate, también muffins de diferentes tamaños,
croissants ... Una mujer de unos 45 años, despeinada,
con harina en el pelo y la expresión cansada y adusta
de los que tienen turno de noche, se está poniendo
encima un abrigo de color y forma indefinible. La
vemos depositar un delantal y una redecilla en un
cubículo metálico. Lleva una bolsa de papel marrón en
la mano: muffins estropeados. En el reflejo de las
mamparas se da cuenta de la harina del pelo e intenta
quitárselo a manotazos. Renuncia.

SEC. 3. EXTERIOR HOTEL. EXTERIOR. DÍA

Estamos en la parte exterior trasera de un hotel. Pasan


proveedores con contenedores llenos de pollos, agua,
cervezas; otros empujan carretillas de sábanas. La
mujer a la que hemos visto en la cocina está sentada
arrebujada en su abrigo, fumando un cigarrillo. Los de
las sábanas la saludan, ella apenas hace un gesto con
la cabeza. Ve un coche acercarse. Se levanta. Le da dos
caladas al cigarrillo antes de entrar en el coche.

SEC. 4. INTERIOR COCHE. INTERIOR. NOCHE

Suena el cásete de Barbara Cartland en el coche. Ann y


la mujer que es su madre no se miran.

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MADRE

¿Va a buscarse Don otro trabajo?

ANN

Don siempre está buscando otro trabajo.

MADRE

Podría mirarle algo en el hotel...

ANN

Déjalo... Sólo faltaría que también os pelearais ahí.

Pasan unos segundos en los que se acentúa la cara de


el-mundo-está-con-fabulado-contra-mí de la madre.

MADRE

¿Por qué siempre estás escuchando esto, por qué no


puedes escuchar música como la gente normal?

Ann apaga el cásete. Mira un instante a su madre.


Vuelve a fijar la vista en la carretera. Son las cuatro de
la mañana y no circula nadie.

ANN

Nadie es normal, madre, ya no hay gente normal.

Ninguna de las dos vuelve a hablar en el coche. Parece


que estén circulando en medio de la nada, hacia
ningún sitio.

SEC. 5. EXTERIOR CASA. EXTERIOR. DÍA

El coche de Ann llega una casa pequeña y


destartalada con un patio lleno de trastos, entre los
que se halla un remolque. Ann y su familia viven en
este, mientras que la madre vive en la casa. Ambas
bajan del coche en silencio y se dirigen a sus
respectivos lugares. En la casa de al lado, parecida a la
de la madre de Ann, una mujer sale corriendo y se
mete en un coche. La madre de Ann le da la bolsa de
los muffins a Ann que está mirando a la desconocida.
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MADRE

Son unos muffins... para el desayuno de las niñas. Me


han quedado un poco chafados, pero están buenos...

ANN

¿Quién ha alquilado la casa de Nathan?

MADRE

No lo sé. Llegó el domingo.

Oímos el sonido de las dos puertas que se cierran y ya


nada más.

SEC. 6. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. NOCHE

Ann está sentada en la cama de las niñas, Penny y


Patsy. Ambas duermen pacíficamente. Penny
agarrada a un libro del Dr. Seuss y Patsy, a un osiio
panda. Ann coge cuidadosamente el libro de Patsy y
lo deja en una estantería encima de la cama. La cama
está encajada en un extremo del remolque y no hay
más espacio para nada más. Ann mira a sus hijas con
ternura y las besa. Corre la cortina que separa su cama
del resto del remolque. Se dirige al otro extremo y
abre otra cortina. Allí duerme roncando Don, su
marido. Ann se desviste y se pone una especie de
jersey inmenso para dormir. Se acumica al lado de
Don, cierra los ojos, los vuelve a abrir, está demasiado
cansada para dormir. Se oyen unos perros a lo lejos y
una televisión a todo volumen. Don se despierta.

DON

Agg, ¿son tus pies o me estás frotando con cubitos de


hielo?

ANN

Cubitos de hielo...

Don se arrastra bajo las mantas y empieza a calentarle


un pie a Ann. Ann cierra los ojos. Suspira levemente.
ANN

Ahora el otro, por favor...

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Don procede a calentar el otro pie con éxito. Emerge
de las mantas encima de la pierna de Ann.

DON

¿Y ahora?

Se besan.

ANN

Ahora...

Vuelven a besarse. Ahora con urgencia.

SEC 7. INTERIOR CASA MADRE. INTERIOR.


NOCHE

La madre de Ann está sentada en la penumbra de su


habitación, fumando y llorando delante del televisor.
Joan Crawford en «Mildred Pierce» es la causa de sus
lágrimas. Cuando éstas rebasan los contornos de su
rostro, las recoge con los mismos gestos enérgicos con
los que intentaba sacarse la harina del pelo.

SEC. 7. A. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

Ann está adormilada en la cama, sola. A través de la


cortina llegan nítidos los sonidos de las niñas
desayunando, mezclados con los dibujos animados
mañaneros.

PENNY

Tú no lo sabes porque todavía eres muuuy pequeña,


pero pronto te lo contaré.

PATSY

Por favor, por favor, por favor, yo no se lo diré a nadie


Penny, lo juro, lo juro...

PENNY

Se te ha caído toda la leche, ¿ves cómo eres


pequeña? Papá, Patsy ha tirado toda su leche.
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DON

Joder, Patsy, ¿es que no puedes tomar la leche bien por


una vez? Ahora tendré que ponerte otro jersey

PATSY

Papá, ¿porqué los Picapiedra no van a la playa nunca?

DON

Y yo qué cono sé, no intentes despistarme ahora.


¿Dónde habrá metido tu madre los jerseys?

Ann, ya despierta, decide levantarse e intervenir en la


escena familiar. Las niñas al verla, corren a abrazarla.
La pequeña cocina, centro de la casa, está atestada de
cajas de cereales, cacharros, cartones de leche,
cuadernos de las niñas...

PENNY

Mami, mami, me he tomado todos los cereales y


Patsy, nada.

PATSY

Es que Penny no quiere decirme por dónde entran los


niños en el cuerpo de sus mamas y se me ha caído la
leche.

ANN

Vaya, vaya... El otro jersey está en la caja verde, debajo


de la cama de las niñas... hay que quitarse el jersey
mojado, cielo.

PENNY

Mami, mami, puedo no decirle lo de los niños,


¿verdad? Yo creo que es muy pequeña...

PATSY

No soy muy pequeña, sólo un poco pequeña.

DON
Ayer me llamó el hermano de Lance, a lo mejor tiene
algo para mí, voy a ver, ¿dónde dejaste las llaves del
coche?

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ANN

Están puestas, creo, ¿qué es lo que tiene? Niñas,


poneos los guantes y los gorros.

DON

Han abierto una constructora de piscinas en Wil-


mington Drive.

Penny ya está lista y contempla con conmiseración


cómo Patsy intenta infructuosamente colocarse las
manoplas.

ANN

Por el amor de Dios, Penny, ayuda a tu hermana.

PENNY

Es que no sabe hacer nada...

Patsy se echa a llorar. Ann la consuela. Don termina el


café.

DON

Volveré esta noche. ¿Puedes ir a recoger a las niñas?


Voy a calentar el coche.

Ann sonríe con intención, mirando a Don.

ANN

Sí, claro. Eres bueno calentando, ¿sabes?

DON

Lo sé, sólo necesito una oportunidad y unos cubitos


de hielo...

Don besa a Ann y sale del remolque.

DON

Adiós, princesitas.
PENNY

¿Nos disfrazaremos esta tarde, mami, de princesas y


hadas? Di que sí, di que sí.

ANN

Veremos, ¿vale? Si cuidas de Patsy puede que sí.


Dadme un beso, vamos.

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Las dos niñas besan a su madre y recogen las
mochilas. Don las espera con el coche con el motor
encendido. A juzgar por el vaho en los cristales parece
una mañana fría. Las niñas entran en el coche. Ann
desde la puerta les dice adiós.

SEC. 8. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

Ann está recogiendo los restos del desayuno de las


niñas. No tiene muy buena cara. Lentamente, coloca
los cacharros en la diminuta pica, tirando los restos de
cereales en un cubo de basura. Toma un sorbo de café
y 10 escupe rápidamente. Se apoya en la mesa con la
barbilla hacia el pecho. Una mueca de dolor le cruza el
rostro. Intenta respirar a conciencia pero eso no
interrumpe el dolor. Cae al suelo, arrastrando una caja
de cereales y dos naranjas.

SEC. 9. EXTERIOR PATIO. EXTERIOR. DÍA

La madre de Ann está colgando ropa en el patio.


Fuma y la ceniza cae en una sábana recién tendida.
Intenta retirarla sin éxito. Suspira. Se dirige al
remolque de Ann. Llama a la puerta.

MADRE

Ann, Ann, estoy tendiendo ropa, ¿tienes algo para


tender?

Vuelve a llamar. No hay respuesta.

MADRE

Ann, ¿estás ahí?

La madre abre el remolque.

SEC. 10. HOSPITAL INTERIOR. DÍA

Ann todavía vestida como se levantó está sentada en


una cama de hosp1' tal, rodeada de cortinas. Una
enfermera corre una de las cortinas y le entre -ga una
bolsa de plástico y una bata de hospital.

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ENFERMERA

Meta ahí su ropa y póngase la bata.

ANN

¿Sabe si van a tenerme mucho rato aquí? Tengo que ir


a recoger a mis hijas...

ENFERMERA

No puedo decirle nada.

ANN

¿Puedo avisar a mi madre para que las

recoja ella?

La enfermera está visiblemente cansada de atender


excepciones.

ENFERMERA

¿Está ahí fuera su madre?

ANN

Sí, ha venido conmigo. Ann Pruitt. Por favor, estaba


tan aturdida al venir que no se lo dije.

ENFERMERA

Veré lo que puedo hacer. Ahora desvístase o la


tendrán aquí todo el día. La ropa interior también.

ANN

Gracias. Gracias.

La enfermera desaparece entre las cortinas. Ann


empieza a desvestirse rápidamente. Cuando llega la
hora de ponerse la bata no sabe muy bien como
atársela y mira, perpleja, los cordones, intentando
varias maneras de ponérsela.

SEC.11. SALA HOSPITAL. INTERIOR. DÍA


Una hilera de siete hombres cuyas edades oscilan
entre los sesenta y los Ochenta, sentados, vestidos con
la misma bata que Ann, atada de diferentes maneras,
probablemente ninguna correcta. Uno de ellos lleva
botas de cowboy; otros zapatillas de deporte cuya
marca se ha borrado; calcetines;

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descalzo alguno. Ann cruza ante ellos, murmurando
apenas «Buenos días, con esa repentina timidez que le
entra al más extrovertido al entrar en la sala de espera
de un hospital. Toma asiento al final de la fila, al lado
de un hombre de poblado bigote canoso. Ann
empieza maquinalmente a morderse las uñas con
fruición.

HOMBRE DEL BIGOTE

¿Están buenas?

ANN

¿Perdón?

HOMBRE DEL BIGOTE

Las uñas, te pregunto si están buenas.

ANN

Sí... No sé por qué lo hago. Nunca consigo tenerlas lo


suficientemente largas para hacerme la manicura.

HOMBRE DEL BIGOTE

Mi mujer tenía un salón de manicura. A veces me la


hacía a mí. Me encantaba aunque siempre protestaba
como si no me gustara. No sé por qué... Murió hace
tres meses.

ANN

Vaya... Lo siento... ¿De qué murió?

HOMBRE DEL BIGOTE

De cáncer de pulmón. Ella no fumaba, pero yo sí... Dejé


de fumar el día que murió... Siempre me decía que
prefería que tuviera la boca llena de tabaco que llena de
mentiras... y yo tenía la boca llena de ambos... Ahora
estoy aquí porque tengo a fe mía, se supone que el
cáncer de pulmón me tenia que haber tocado a mí y la
anemia a ella, ¿acaso no es algo de mujeres?...
¿Cuántos años tienes?
ANN

Veintitrés, cumplo veinticuatro en diciembre.

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HOMBRE DEL BIGOTE

Eres demasiado joven.

ANN

Tengo dos hijas.

HOMBRE DEL BIGOTE

Te has dado prisa... pero sigues siendo demasiado


joven, ¿eres feliz?

ANN

¿Feliz? ¿Qué clase de pregunta es ésa?

HOMBRE DEL BIGOTE

No hay nada de malo en ser feliz. Eso es lo único que


he aprendido. No es mucho si tenemos en cuenta que
tengo medio siglo más que tú... Y si el maldito médico
que nos está haciendo esperar me da algún año más
de vida, voy a ser feliz. He decidido ser feliz.

ANN

Yo... no sabría por donde empezar... Recuerdo un día


en la playa cuando Penny era todavía un bebé... hacía
sol y hacía frío, eso siempre me ha gustado... Hay
momentos... hay momentos en los que he sentido algo
que debe ser parecido a la felicidad, pero el resto...

HOMBRE DEL BIGOTE

Estoy harto de eso de los momentos de felicidad. ¡Los


momentos deberían ser de infelicidad! Y todo el resto,
pues... ¿Cómo te llamas?

Entra una enfermera y llama diferentes nombres que


se van levantando. El hombre del bigote también se
levanta.

ANN

Ann, me llamo Ann.


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HOMBRE DEL BIGOTE

Yo soy Seymour. Eres preciosa Ann. Hazme caso


aunque no me conozcas y creas que estoy loco, bueno
lo cierto es que estoy loco... Hasta pronto.

ANN

Suerte ahí dentro.

Todos desaparecen y al quedarse sola, Ann vuelve a


morderse las uñas.

SEC. 12. INTERIOR SALA HOSPITAL. INTERIOR.


DÍA

Ann está dando una cabezada con la cabeza apoyada


en la pared. Una enfermera gordita con gafas de pasta
negra, la despierta. Ann la mira como si no supiera
dónde está.

ENFERMERA 2

Acompáñeme.

ANN

¿Sabe si... si la otra enfermera avisó a mi madre para


que fuera a recoger a mis hijas? Es que hoy tenía que
recogerlas yo y...

ENFERMERA 2

¿A quién se lo dijo?... Se deja la bolsa.

Ann regresa a su asiento a recoger la bolsa con sus


cosas.

ANN

A otra enfermera, no recuerdo su nombre.

ENFERMERA 2

¿Sabe cuántas enfermeras trabajan en este hospital?

Ann se detiene un momento y la mira con rabia.


ANN

¿Y sabe lo horrible que es quedarse en la puerta del


colegio, solo, con la nariz congelada de frío, mientras a
todos los demás niños los recogen su madres?

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(Aquí vemos un flash de la enfermera gordita con
gafas, con siete años, sola, en la puerta de un colegio,
con la nariz roja de frío y una expresión de desolación
total.) Volvemos al presente, a la enfermera que mira a
Ann fijamente Ente unos momentos.

ENFERMERA 2

Sí, lo sé... Veré si encuentro a su madre.

La enfermera conduce a Ann a una puerta donde dice


RAYOS X y parte rápidamente.

SEG 13- INTERIOR SALA RAYOS X. INTERIOR. DÍA

Ann está tendida en una camilla, mientras le pasan el


aparato de rayos X por el abdomen. El médico que
lleva a cabo la exploración es un hombre, pequeño y
frágil, de aspecto simpático.

DOCTOR THOMPSON

¿Tiene frío..., Ann?

ANN

No, nunca tengo frío.

DOCTOR THOMPSON

¿Qué edad tienen sus hijos?

ANN

La mayor, Penny tiene seis años... y Patsy tiene tres...


Estoy preocupada porque no sé si han avisado a mi
madre y hoy tenía que recogerlas... y

DOCTOR THOMPSON

Ahora no se preocupe, ¿de acuerdo? Relájese.

ANN

Es curioso, cuando te dicen que te relajes es cuando


más tensa te pones, ¿se ha fijado?
DOCTOR THOMPSON

Sí, sí, tiene razón...

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El médico mira la pantalla con rostro que intenta ser
impasible. Ahora mira a Ann.

DOCTOR THOMPSON

¿Me disculpa un momento?

ANN

Sí, claro...

El médico sale de la habitación, dejando sola a Ann.


Ella cierra los ojos. Vemos lo que ve: olas que acarician
los pies de Penny, Don intentando infructuosamente
meter un carrete en una máquina de hacer fotografías
del todo a cien, Penny riendo con ganas, «Mami,
vamos a buscar una sirena» una playa invernal
enorme y vacía...

Las imágenes son interrumpidas por la entrada de dos


médicos más que llegan con el doctor Thompson.

DOCTOR THOMPSON

Ann, éstos son el doctor Stuart y la doctora Lance.

ANN

Hola... ¿Sabe si han avisado a mi madre sobre lo de las


niñas...?

DOCTOR THOMPSON

Sólo van a ser unos minutos.

Ann vuelve a cerrar los ojos: las manos de Penny se


abren llenas de conchas y arena.

SEC. 14. PASILLO HOSPITAL. INTERIOR. DÍA

Ann está ya vestida, llamando desde un teléfono


situado en el mostrador de la recepción de
enfermería.

ANN

¿Tuvieron que esperar mucho? Bien, gracias, mamá, te


debo una... No, ahora me están haciendo unos análisis
de sangre... Parece que tengo anemia... Por eso me
desmayé, ya sabes como

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son... una vez te tienen y ya no te sueltan... Están
probando una nueva máquina, son como niños con
juguetes... Creo que ya viene la enfermera a buscarme,
te dejo...

Ann cuelga el teléfono y se dirige a un depósito de


agua, de donde se sirve vasito minúsculo. Nadie viene
a buscarla.

SEC. 15- SALA HOSPITAL INTERIOR. DÍA

La misma sala de la secuencia 12, ahora vacía. Ann


está sentada en el mismo asiento. Aparece el doctor
Thompson y se sienta a su lado. Lleva diversos
papeles en la mano.

DOCTOR THOMPSON

Ann, ¿sabes si tu madre ha recogido a los niños?

ANN

Sí... acabo de hablar con ella. Todo está bien...

DOCTOR THOMPSON

¿Su marido vive con ustedes?

ANN

Sí... Es... Construye piscinas... Hoy estaba fuera todo el


día...

DOCTOR THOMPSON

¿Y usted trabaja en la universidad?

ANN

Limpio la universidad. Por la noche.

DOCTOR THOMPSON

Tiene veintitrés años...

ANN
Sí..., en diciembre cumplo veinticuatro, soy acuario...
¿Y usted? ¿Qué signo tiene? ¿Qué coño me pasa?

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DOCTOR THOMPSON

¿No preferiría llamar a su marido?

ANN

No. No lo preferiría.

DOCTOR THOMPSON

Hemos repetido la ecografía tres veces y jje encargado


una prebiopsia...

ANN

¿Y eso qué significa?

DOCTOR THOMPSON

Tiene un tumor. En los dos ovarios. Le ha alcanzado


los intestinos y empieza a tocarle el hígado...

Ann deja de morderse las uñas porque ya no le


quedan.

ANN

Está lanzado, ¿eh?

DOCTOR THOMPSON

Ann, si tuviera veinte años más, todo iría más lento y


podríamos operarla, habría tratamientos... pero sus
células son muy jóvenes... demasiado jóvenes y no
hay nada que podamos hacer.

Ann tiene una expresión pétrea, intenta hablar varías


veces sin conseguirlo.

ANN

¿Cuan...? ¿Cuánto tiempo?

DOCTOR THOMPSON

Dos meses, quizás tres.


ANN

Creí que estaba embarazada...

DOCTOR THOMPSON

Desgraciadamente, no...

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Ann y el médico miran cada uno para un lado.

ANN

Supe que era algo malo, cuando se sentó a mi lado.

DOCTOR THOMPSON

Mi despacho está en obras... Están cambiando los


conductos del aire...

Ann le mira como a un bicho raro.

DOCTOR THOMPSON

No, no es cierto... es que... me siento incapaz de


sentarme frente a alguien y decirle que va a morir...
Nunca he podido... Las enfermeras me critican
siempre por eso... Quizás quiera consultar con otro
médico su familia... Puede que quieran una segunda
opinión...

ANN

Un médico que me diga lo mismo que usted pero


mirándome a los ojos...

Una pausa dolorosa, los dos mirando al frente, como


si pretendieran no estar allí.

DOCTOR THOMPSON

¿Quiere un café?

ANN

No.

DOCTOR THOMPSON

¿Un wiskhy?

ANN

¿También va a ofrecerme un cigarrillo?


DOCTOR THOMPSON

No. Lo siento.

ANN

¿Tiene un caramelo?

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DOCTOR THOMPSON

¿Un caramelo? Sí.

Se saca un caramelo del bolsillo de la bata y se lo da.


Ann le saca el papelito y se lo mete en la boca.

DOCTOR THOMPSON

¿Quiere que hable con su familia?

ANN

No... Está bueno... ¿De qué es?

DOCTOR THOMPSON

De jengibre.

ANN

Pica un poco, pero está bueno.

DOCTOR THOMPSON

¿Quiere que la lleve a su casa?

ANN

No.

DOCTOR THOMPSON

Le he preparado unos folletos que... explican... más o


menos todo...; también unas recetas de calmantes para
las náuseas y espero verla la semana que viene... Le he
apuntado la cita... y mi teléfono directo por si quiere
llamarme... Tenemos urtí psicóloga muy amable, está
acostumbrada a lie-var... a tratar casos como el suyo.

ANN

Bien... ¿Tiene más de esos caramelos para e camino?

DOCTOR THOMPSON
Lo siento, era el último...

ANN

Vaya... pues... adiós.

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Ann se levanta, cruza ante el doctor y abre la puerta
para irse.

DOCTOR THOMPSON

La semana que viene tendré más... caramelos.

El médico ha pronunciado la palabra «caramelos»


muy bajito, como para sí mismo.

SEC 16. PASILLO HOSPITAL. INTERIOR. NOCHE

Ann avanza a velocidad normal por el pasillo del


hospital, pero todas las demás personas con las que se
cruza van a otra velocidad mucho más pausada: la
enfermera de las gafitas que le sonríe con timidez, dos
vieje-citas gemelas con idénticos tacataca, una familia
entera de hispanos que entran en tromba rodeando a
una mujer visiblemente embarazada, un hombre que
empuja una silla de ruedas con un niño de cuatro años
con toda la cabeza vendada.

ANN (OFF)

Tu padre bebía una botella de bourbon y llamaba a


eso desayuno. A ti una cerveza ya te pone en órbita.
Ni siquiera tomaste drogas en el instituto, alguna
calada al porro de Don, sin inhalar, como Bill
Clinton...

Ahora sientes deseos de probar todas las drogas del


mundo. Pero todas las drogas del mundo no van a
parar la sensación de que tu vida ha sido un sueño y
que sólo ahora estás despertando.

SEC 17. PARKING HOSPITAL. EXTERIOR. NOCHE

Silencio. Ann está parada en el parking del hospital,


rodeada de coches y ambulancias. Un viento ligero
agita su jersey. No intenta protegerse del frío. Está allí,
quieta, vulnerable, intentando descifrar el aire de la
noche. Oímos ertas de un autobús que se abren.

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SEC 18. AUTOBÚS. INTERIOR. NOCHE

Ann apoya la cabeza en el cristal del autobús. Se mira


las manos con las uñas comidas. Tras ella dos mujeres
hispanas cotorrean, salpicando su conversación de
risotadas.

MUJER 1

Ella viene a pesar dos quintales, you understand? Y yo


le digo como vuelvas a echarle el ojo a mi Rubén, te
saco la grasa del culo, do your hear me, ballena?

MUJER 2

A Elena le paso eso mismito y ya tuvieron problemas


con la gorda, what's happening con esas mujeres?,
¿dónde metieron la dignidad?

MUJER 1

Yo te digo, mi reina, donde metieron la dignidad, por


el culo, la metieron, rigbt in the ass.

Ann mira por la ventana, como si el rastro de moteles,


taco bell y Wendy's que deja el autobús, acabara de
aparecer en la faz de la Tierra. Ahora se levanta
porque ha llegado a su parada. En el asiento quedan
los folletos «Todo lo que debe saber la familia del
enfermo» y «Hablando del cáncer sin miedo».

SEC. 19. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Ann entra en el remolque. Penumbra rota por la


cambiante luz de una lámpara infantil que proyecta
estrellas en el techo. Se oye la voz de Don contándoles
un cuento a las niñas, que gritan el nombre de Ann en
cuanto la oyen entrar. Ella corre la cortina que separa
la cocina del rincón de la cama de éstas.

PENNY

Mamá, yo he cuidado de Patsy, pero la abuela no ha


querido disfrazarse de princesa.
PATSY

Cuéntanos un cuento, mamá, que papá lo cuenta muy


deprisa.

36
DON

Muchas gracias, ¿qué tal estás?

ANN

Bien, bien... Es anemia, me desmayé por la anemia, me


han dado vitaminas y... hierro y estaré bien... ¿Y lo de
Lance?

DON

Voy a empezar el lunes, no está mal... Hay trabajo


para un año como mínimo...

ANN

Bien. ¿Han cenado las niñas?

DON

Joder, Ann, no iba a meterlas en la cama sin cenar,


¿verdad, niñas?

PENNY

Papá nos compró batidos y french fríes. Dijo que no te


lo dijéramos. Cenamos muuuuy bien.

PATSY

Mami, mami, yo me comí todas las french fries y el


batido.

DON

Bueno, los batidos tienen leche, ¿no? Y las french fríes


son verdura, al fin y al cabo.

ANN

No tiene gracia, Don... No... tiene ninguna gracia...


Vamos a ver, qué cuento contamos hoy...

PENNY

El de la canoa, mamá, hagamos la canoa.


PATSY

Sí, mami, la canoa, la canoa.

37
Don sale del cubículo. Ann se coloca en el centro de la
cama abrazando a sus hijas. Penny y Patsy, con
mirada estática, cierran los ojos.

ANN

Bien, ya hemos embarcado, uff, parece que las aguas


están revueltas hoy, chicas, vamos a tener un viaje
muy agitado... Agarramos los remos y adelante, agg,
esas rocas han pasado muy cerca, tenemos que andar
con cuidado, ay, por poco no lo contamos, guau...
Vaya salto acabamos de dar, hemos estado en el aire
y... volvemos a caer, chaff, menos mal que esta canoa
es resistente... Oh, qué estoy viendo... tiburones en el
río... ¿es posible?, habrá que darles con los remos,
están enfurecidos porque han confundido este río con
el mar...

SEC. 20. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Don está sentado en la mesa de la cocina, viendo la


tele, con una cerveza en la mano. Ann aparece tras la
cortina, las niñas ya dormidas. Se sirve un vaso de
agua y se sienta a su vez a la mesa.

DON

¿Vas a ir a trabajar? Tu madre dijo que ya se las

apañaría para volver.

ANN

Sí, estoy bien, voy a ir a trabajar...

En la televisión hablan de deportes con ese,


inasequible al desaliento, tono de los presentadores
deportivos.

DOW

Pensé que estabas embarazada...

ANN
Yo también lo pensé...

DON

¿Seguro que estás bien?

38
ANN

Sí, estoy bien, sólo un poco cansada.

DON

El mes que viene, cuando cobre, iremos a


Whalebay beach... ¿Te gustaría?

ANN

Sí, Patsy no ha visto el mar todavía...

DOW

Ann, tengo un buen presentimiento... con lo de las


piscinas... quiero decir... Siéntate aquí.

Ann se sienta en las rodillas de Don. Apoya la cabeza


en su hombro.

DON

Si todo va bien, a final de año podremos mudarnos a


una casa... a una casa de verdad.

ANN

Sí, eso estaría bien...

DOW

¿No me crees?

ANN

Sí, claro que te creo... Me gustaría volver a


Whalebay beach... Me gustaría mucho.

Don besa a Ann en el brazo, con un beso automático,


pero cariñoso. Ann le acaricia la nuca. En la tele, un
anuncio de coches muestra a una modelo esquelética
de mirada despectiva, saliendo de una supercasa
californiana de ésas que hacen las delicias de los
redactores de Wallpaper (vamos, como la de Kelly
Lynch), al tiempo que una voz aterciopelada y
misteriosa dice «would you mind have a house like
this... and a woman like this... and a car like... this».

ANN

Voy a ir a trabajar...

39
SEC. 21. INTERIOR COCHE. INTERIOR. NOCHE.

Ann está sentada en el interior de su coche. Parada.


Escucha un trozo de la misma novela de Barbara
Cartland. Mira al exterior. El coche está aparcado en el
parking de un minimall, ante un coffe shop feo,
grasiento y vulgar.

ANN (OFF)

Pensar. No estás acostumbrada a pensar. Cuando


tienes tu primer hijo a los diecisiete con el único
hombre al que has besado en tu vida, y después otro
hijo a los diecinueve, con el mismo hombre, y vives en
un remolque en el patio trasero de tu madre y tu
padre está en la cárcel desde hace diez años, nunca
tienes tiempo de pensar. A lo mejor has perdido tanta
práctica que ya no sabes cómo hacerlo.

Ann sale del coche, sin apagar el radiocasete que sigue


desgranando las increíbles historias de las mujeres
que aman demasiado a hombres que no lo merecen.

SEC. 22. INTERIOR COFFEE SHOP. INTERIOR.


NOCHE

Sobre la mesa de fórmica verde poblada de recipientes


de ketchup, mostaza, azúcar y swettadlow, las manos de
Ann abren una libreta infantil bastante manoseada
con el diablo de Tasmania en la cubierta. Ann pasa las
primera páginas llenas de palabras sueltas y dibujos
de Penny hasta encontrar una en blanco. Intenta
escribir algo con un bolígrafo de plástico con el
nombre de un motel en él, pero el bolígrafo se niega a
escribir. Ann, con un suspiro, levanta la mirada. La
camarera está atendiendo al único cliente que hay,
aparte de Ann, un hombre en sus early thirties, que
pide un trozo de tarta de queso y un expresso, y que no
pestañea cuando le dicen que se ha estropeado la
máquina que hace expreso y capuccino. Está leyendo
una especie de informe y le dirige una brevísima
mirada a Ann.

La camarera, una mujer de sesenta años, con el pelo


gris violeta se acerca a Ann.
40
ANN

Hola, ¿podría prestarme un bolígrafo, por favor?

CAMARERA

Claro, cariño, pero antes dime lo que quieres, así, yo lo


apunto, te presto a ti el bolígrafo y todos tan
contentos.

ANN

Oh... sí... Tráigame... un

CAMARERA

No digas expreso porque se nos ha estropeado la


máquina... ni capuchino... los hace la misma
máquina...

ANN

No, ahhh, esteeeee... ¿pastas danesas?

CAMARERA

No habrá hasta mañana...

ANN

¿Pecan pie?

CAMARERA

Está bien. Tú ganas. Te presto el bolígrafo y no hace


falta que pidas nada. Me he tirado las cartas esta
mañana y decían que si hoy era paciente, me tocaría la
loto esta semana.

ANN

No, espere... Tráigame café y algo dulce, lo que sea.

CAMARERA

¿Pastel de queso con crema de pina? Es lo más dulce


que tenemos. Bueno, y lo único.
ANN

Bien, sí.

41
La camarera apunta el pedido y le entrega con gesto
solemne el bolígrafo a Ann que sonríe, a su pesar.
Ahora Ann abre de nuevo el cuaderno. Con gesto
decidido, empieza a escribir.

Escribe en mayúsculas: COSAS QUE HACER ANTES


DE MORIR.

Decirles a mis hijas que las quiero varias veces al día.

Buscarle a Don una nueva esposa a la que le gusten


los niños.

Grabarles a mis hijas mensajes de cumpleaños hasta


que cumplan dieciocho años.

Ir todos juntos a Whalebay beach y hacer un gran


picnic.

Fumar y beber todo lo que quiera.

6. Decir todo lo que se me pase por la cabeza.

Hacer el amor con otros hombres para ver cómo es.

Hacer que alguien se enamore de mí.

Ir a ver a mi padre a la cárcel.

Ha escrito todas esas cosas de corrido, como si las


palabras hubieran estado agazapadas en su interior.
Ahora está intentando recordar la última, mientras la
camarera se acerca con el café y el pastel. Se mira las
uñas.

10. Ponerme uñas de porcelana.

CAMARERA

Aquí tiene el pastel más dulce del mundo. Puede


quedarse el bolígrafo todo el tiempo que quiera. Ya he
rellenado el boleto de la loto antes.

ANN

¿Ha pensado qué va a hacer cuando le toque?


CAMARERA

Pues sí. Claro que sí.

La camarera saca un recorte de revista bastante ajado


y le enseña a Ann una foto de Cher.

42
CAMARERA

Quiero ser como ella, quiero su nariz, sus labios, su


pelo, sus ojos, su cintura... Eso es lo que haré si me
toca la loto. Seré otra persona. Seré tan parecida a
Cher que en el supermercado la gente me parará y me
dirá «¿No es una tragedia lo que le ocurrió al pobre
Sonny?» ¿Qué le parece? (Tararea un trozo de «And the
beat goes on».)

Ann mira el recorte. Mira a la mujer. Mira su libreta.


Sonríe.

ANN

Me parece... me parece una completa estupidez.

Fundimos en círculo sobre la sexta «cosa»: «decir todo


lo que se me pase por la cabeza». Está tachado.

SEC. 23. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Todos duermen todavía en casa de Ann. Ella está en


su diminuta cocina, buscando un lugar donde guardar
la página de su lista de cosas, que ha arrancado de la
libreta del diablo de Tasmania. Antes de guardarla en
una caja de galletas oxidada, añade algo más con un
rotulador que encuentra encima de la mesa de la
cocina:

11. Hacer algo con mi pelo.

SEC. 24. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

Ann está preparando pancakes. Despierta a las niñas.

ANN

Penny, Patsy, estoy haciendo una montaña de


pancakes y si no venís pronto, ¡me los comeré yo todos!

PENNY

Ya voy, mami.
43
PATSY

Y yo también voy.

Aparecen detrás de la cortina, los rostros dulces y


somnolientos de las niñas. Ann las abraza y las
transporta a la mesa de la cocina.

PENNY

¿Es domingo, mami? ¿Es mi cumpleaños?

ANN

No, pero esta noche he soñado que os levantabais


como si fuerais unos leones y que devorabais
muuuucha comida.

Las niñas empiezan a fingir que son leones y a rugir


mientras devoran los pancakes que rezuman syrup.
Don aparece en calzoncillos.

DOW

¿Vas a llevar tú a las niñas?

Ann le responde con un rugido. Las niñas también


rugen a su padre.

SEC. 25. EXTERIOR COLEGIO. EXTERIOR. DÍA

Ann está despidiendo a las niñas en la entrada del


colegio.

ANN

Os quiero, leonas mías, os quiero mucho.

Las niñas abrazan a su madre con cariñosos rugidos.


Corren saltando cogidas de la mano. Ann se queda en
la puerta, arrebujada en su chaquetón barato. Las
niñas se vuelven caminando para atrás y la saludan
con las manos, fingiendo que son garras. Patsy se cae
y Penny la ayuda a levantarse. Ann musita como una
oración «Os quiero, os quiero, os quiero, os quiero..

SEC. 26. INTERIOR PELUQUERÍA. INTERIOR. DÍA


Una peluquería anclada en los 80. Asientos de vynil
negro con rotos espejos con marcos de plástico
rayados. Estanterías metálicas desportilla-

44
das llenas de productos para el pelo de marcas que ya
han dejado de fabricarse. Nada de chicos con
camisetas negras de Helmut Lang ofreciéndote herbal
tea y galletas integrales. Y por todas partes, fotos de
Mili Vanili, Mili Vanili en Shorts, Mili Vanili rodeados
de fans, Mili Vanili recogiendo discos He platino, Mili
Vanili con cara de circunstancias el día en que se
descubrió el pastel de que no cantaban... Ann está
sentada frente a un espejo, mirando una revista con la
incombustible Liz Hurley en la portada. Aparece de
detrás de una cortina de tiras de plástico la peluquera,
una mujer oriental de treinta años, con gafas y el pelo
lleno de trencitas (a lo Mili Vanili, of course). Se coloca
tras Ann y empieza a manosearle el pelo con esa fami-
liaridad insoportable de los peluqueros. Ann no las
tiene todas consigo.

ANN

Quiero algo diferente.

PELUQUERA

Diferente....

ANN

De lo que llevo ahora... quiero decir.

La peluquera sigue agitando el pelo de Ann, como


estudiándolo.

PELUQUERA

Podría hacerle trencitas... pero tendríamos para todo


el día... y los miércoles estoy sola, así que...

ANN

No, no, trencitas, no.

PELUQUERA

Ha pedido algo diferente.

Ann parece visiblemente alarmada.


ANN

No trencitas. No... quiero decir que están muy bien.


Le quedan bien a... pero... yo pensaba en... algo
como... ¿más rubia?

PELUQUERA

Rubia...

45
ANN

Sí... Algo que me de más luz a la cara.

PELUQUERA

Aja, luz...

ANN

Bueno, es la idea que traía...

Definitivamente la peluquera no es de este planeta.

ANN

Sí... y las uñas, quiero uñas de porcelana, no tengo


uñas y...

PELUQUERA

La chica de las uñas no viene los miércoles.

El rostro de Ann se ilumina repentinamente.

ANN

En ese caso puedo volver mañana. Así lo hacemos


todo mañana, ¿no?

PELUQUERA

¿Las trencitas también?

ANN

Puede... no sé, ya lo pensaré. Hasta pronto.

Ann se levanta rápidamente del asiento, coge su bolso


y sale. La peluquera sacude sus trenzas y empieza a
bailar sola en la peluquería con una coreografía que
vagamente recuerda las de Mini Vanili.

SEC. 27. INTERIOR UNIVERSIDAD. INTERIOR.


NOCHE

Ann está limpiando una pizarra gigantesca llena de


fórmulas matemáticas. Lleva los auriculares puestos
escuchando un capítulo especialmente jugoso de su
audiobook. Laurie está comiendo una barra de
cereales cubierta de chocolate. Tiene que gritarle a
Ann para que la oiga.

46
LAURIE

Ann, Ann, ¡Ann! quítate esos malditos auriculares.

ANN

Lo siento, no te había oído...

LAURIE

¿Quieres una barrita?

ANN

No, ahora no, no tengo hambre.

LAURIE

¿Sigues con el régimen?

ANN

Te he dicho que no hago régimen.

LAURIE

Ya, seguro...

Laurie, con media barrita en la boca, pasa el


abrillantador por el suelo, sin ningún entusiasmo.

LAURIE

¿Sabes qué se me ocurrió el otro día?

ANN

No, ¿qué?

LAURIE

Que las personas que nacen delgadas o bueno... las


personas que no le dan ninguna importancia a la
comida, ¿sabes?, esas mujeres que separan las cosas
con el tenedor, en el plato, como si la comida les diera
asco, deberían pagar una especie de impuesto, no sé,
algo que las hiciera sentirse mal... ¿Qué te parece?
ANN

Me parece que es la tontería más grande que he


escuchado en mucho tiempo. Me parece que estoy

47
harta de oírte hablar de dietas y comida, y si estás
gorda o delgada o yo qué sé... Y me parece que
necesitas un polvo con urgencia, eso es lo que creo.

LAURIE

No necesitas ponerte borde para decirme eso.

Laurie se pone a llorar.

ANN

Lo siento, Laurie, lo siento, estoy un poco... qué sé yo,


estoy nerviosa con lo del trabajo de Don, imagino, que
tengo miedo a que lo pierda o a confiar en que esta
vez sí nos iremos del remolque.

Ann pasa su brazo por los hombros de Laurie que


llora desconsoladame! te. Laurie habla con un hilo de
voz, entrecortado por las lágrimas.

LAURIE

Gracias por hacerme llorar... así se me quita el


hambre...

Ann suspira.

SEC. 28. EXTERIOR PARKING HOTEL EXTERIOR.


NOCHE

Ann está esperando dentro del coche a que salga su


madre por la parte trasera del hotel. Ésta sale por fin
con su bolsita de papel marrón. Entra en el coche.

MADRE

Se me ha metido el frío en los huesos... Hoy teníamos


dos convenciones y he tenido que hacer un pastel en
forma de neumático para trescientas personas y estoy
hecha polvo... Me parece que me duelen hasta las
caderas... Creo que tendré que ir al médico mañana...
Vuelve a dolerme también la rodilla... El maldito
pastel pesaba quince kilos.

48
Ann no contesta, ni mira a su madre. La radio está
puesta en una emisora , de clásicos de ayer, de hoy y
de siempre»: the INKSPOTS, «Someone's ocking my
dreamboat». Ambas fingen escuchar la música.

MADRE

¿Y tú, te encuentras mejor?

ANN

Sí. Ya estoy bien.

MADRE

Decían que iba a nevar este fin de semana. No creo.

SEC. 29. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Ann entra en el remolque. Va a ver a sus hijas. Patsy


está dormida abrazada a Penny. Ann las besa. Del otro
lado Don ronca ocupando toda la cama. Ann le mira.
Abre un pequeño cajón y saca un cepillo y un brillo de
labios. Recoge ropa tirada por el suelo. Deja una nota
encima de la mesa «He ido a la lavandería, ya no
quedaba nada limpio». Sale del remolque con
decisión.

SEC. 30. EXTERIOR REMOLQUE. EXTERIOR.


NOCHE

Ann abre la puerta trasera del coche y tira la ropa.


Entra en el coche y arranca.

SEC. 31. EXTERIOR «TINA'N TONY». EXTERIOR.


NOCHE

Ann está cepillándose el pelo al lado de su coche.


Luego, se pone un poco de brillo en los labios,
entreviéndose apenas en el espejo retrovisor del coche.

SEC 32. INTERIOR TINA'N TONY. INTERIOR.


NOCHE

El Tina n 'Tony es un local pequeño y oscuro con


billar, lleno de memorabilia de los dueños (trofeos,
fotos con famosos que nadie conoce,

49
banderines de clubes que ya no existen). La clase de
local que organiza noches temáticas, donde la gente
moriría antes de admitir que se aburre, con música
hortera que pincha un tipo que lleva una camiseta de
Def Leppard y con camareras siempre enfadadas y
siempre con ropa dos tallas más pequeña. Ann entra
con timidez y se dirige a la barra. Pide una cerveza. Le
piden el ID. Lo enseña. Mientras espera a que se la
sirvan, se sienta a su lado la peluquera de las trencitas.

PELUQUERA

Hola, nunca te había visto por aquí.

ANN

No...

PELUQUERA

Siento lo de las trencitas, de veras no tenía ni que


habértelo propuesto, es que tenía una mañana rara...
una de esas mañanas en las que no te puedes
enfrentar con el mundo y... la peluquería es de mi
hermana... Está fuera dos meses y me ha dejado a
cargo de todo... Normalmente sólo hay mujeres
mayores que quieren esas permanentes horribles, ya
sabes... y bueno...

ANN

No te preocupes, yo tampoco tenía muy buena


mañana...

PELUQUERA

¿Te gustan Mili Vanili?

ANN

¿Esos tipos con shorts que no cantaban?

PELUQUERA

Sí, sí cantaban... pero el productor no les dejaba... Así


les tenía acojonados con revelar el secreto y todos los
royalties eran para él... ¿comprendes? Es una enorme
injusticia... pero luego demostraron que sí podían
cantar y nadie les hizo

50
caso... Eran demasiado frágiles para la industria,
tengo mi propia web sobre ellos, casi cien visitas a la
semana... ¿Qué clase de música te gusta a ti?

ANN

¿Música? Hace siglos que no escucho nada. Me


gustaba Nirvana... Yo fui al último concierto de
Nirvana... de hecho fue el último concierto al que fui...
allí conocí a...

El tipo de la camiseta de Def Leppard pone una


canción de Mili Vanili. La peluquera lanza un grito.

PELUQUERA

Yujuuui... Tengo que dejarte... el tipo que pincha aquí


me conoce... y

ANN

Claro...

La peluquera se lanza a la pista y empieza a bailar


siguiendo las coreografías milivanilescas. Ann se
vuelve a mirarla, sorbiendo la cerveza. Un chico de
unos veintiún años se pone a su lado. Es guapo, con
una belleza casi infantil, sin barba, lleva una camiseta
demasiado planchada.

CHICO

Hola.

ANN

Hola.

CHICO

¿Quieres bailar?

ANN

¿Con la música de Mili Vanili?

CHICO
¿Mili Vanili? ¿Esos tipos con trenzas que no cantaban?

51
ANN

Sí... Y no, no quiero bailar. ¿Estás en la universidad?

CHICO

Sí... Segundo año.

ANN

¿Y estudias para ser...

CHICO

...rico?

Ambos ríen. El chico escudriña el rostro de Ann, que


no la mira, como para adivinar las claves para
entrarle.

CHICO

¿Quieres otra cerveza?

Ann le muestra la que tiene en la mano, apenas


empezada.

CHICO

No, claro... ¿Y tú? ¿No te he visto antes en la


biblioteca?

ANN

Suelo ir por ahí...

Hay unos instantes de silencio. El chico la mira. Ann


por fin le devuelve la mirada.

ANN

Me voy a ir.

CHICO

No te vayas, por favor.


ANN

¿Por qué?

CHICO

Porque la cosa que más me gustaría del mundo ahora


es hacer el amor contigo.

52
ANN

Pídemelo entonces.

El chico la mira atónito, como si no esperara que esta


vez el truco le saliera bien.

CHICO

Quiero hacer el amor contigo... ¿Cómo te

llamas?

Ann, por toda respuesta acerca su rostro al del chico y


le besa al tiempo que le pone suavemente la mano en
el pantalón. El chico le responde, aún asombrado,
cogiéndole la cara con las manos. Ahora toma él la
iniciativa y coge de la mano a Ann para llevarla fuera
del local.

ANN (OFF)

No puedes creer lo que estás haciendo pero lo estás


haciendo. ¿Vas a dejar que un tipo con cara de bebé al
que hace apenas cuatro minutos no habías visto
nunca, te folle sólo porque vas a morir dentro de poco
y quieres saber cómo es hacerlo con otro hombre? Sí,
claro, la respuesta es «sí».

Ambos salen del bar.

SEC. 33. EXTERIOR COCHE. INTERIOR. NOCHE

Los cristales del coche están empañados. Ann y el


chico están follando dentro. No vemos lo que pasa
pero la voz de Ann nos acompaña.

ANN (OFF)

Qué extraño, dejar que este tipo te chupe los pezones,


te lama el cuello, te acaricie entre las piernas... Casi te
dan ganas de reír, como si tuvieras cosquillas. Está
muy excitado... no ha hecho el amor muchas más
veces antes de ésta, pero está tan cachondo, te está
deseando tanto que empiezas a desearlo tú también y
él se da cuenta y se pone aún más cachondo y te está
follando y a ti

53
te gusta y de repente... te corres antes que él luego él
cae sobre ti con un gemido. Y ahora a preguntarte otra
vez cómo te llamas.

SEC. 34. INTERIOR COCHE. INTERIOR. NOCHE

Los rostros congestionados, el pelo revuelto, la ropa


desabrochada de Ann y el chico.

CHICO

¿Cómo te llamas?

Ann empieza a abrocharse el sujetador por debajo de


la camisa.

ANN

No voy a decírtelo. No quiero que lo olvides.

SEC. 35. EXTERIOR LAVANDERÍA. EXTERIOR.


NOCHE

Empieza a amanecer. Una aún despeinada e insomne


Ann lleva el fardo de ropa en brazos, y entra en una
lavandería que no cierra nunca.

SEC. 36. INTERIOR LAVANDERÍA. INTERIOR.


AMANECER

Ann está frente a la lavadora llena de colada en pleno


prelavado. Sólo hay otra persona en la lavandería, el
hombre que leía el dossier en el coffe shop y que ahora
lee un libro delante de su lavadora: Middlemarch. El
hombre la mira, parece reconocerla. Ella la mira
brevemente, se fija en el libro. Ann parece ahora
fascinada por el bombo que gira. El hombre se levanta
y se dirige hacia ella.

LEE

Voy... voy a buscar un café aquí al lado, ¿quiere que le


traiga uno?

ANN
No... Bueno sí, se lo agradezco... con azúcar y leche, sí.

54
El hombre sale de la lavandería. Ann parece muy
cansada. Cierra los ojos. Se tumba un momento en los
incómodos asientos de la lavandería. Se duerme.

SEC. 37. INTERIOR LAVANDERÍA. INTERIOR.


AMANECER

Lee entra en la lavandería con dos cafés en la mano.


Ve a Ann durmiendo.

SEC. 38. INTERIOR LAVANDERÍA. INTERIOR. DÍA

Ann despierta repentinamente. Tiene la chaqueta de


Lee puesta encima. Se incorpora. La chaqueta cae. Lee
está acabando de sacar su ropa de la lavadora y
metiéndola en un saco.

LEE

Se le ha enfriado el café...

ANN

Estaba tan cansada...

LEE

Le estoy poniendo la ropa en esta bolsa...

ANN

Gracias... ¿No olvidé el suavizante, verdad?

LEE

No... olvidó el detergente...

ANN

¿Me ha estado mirando mientras dormía?

LEE

Sí. Lo siento. La vi el otro día en el coffe shop. Estaba


escribiendo algo en una libreta y... Yo..., bueno, ...era
mucho mejor que mirar la secadora.
ANN

¿Y que leer Middlemarch?

Lee sonríe, asiente. Sigue metiendo ropa en la bolsa.

55
Ann mira a su alrededor. Los primeros rayos de sol le
dan de lleno en la cara Cierra los ojos. Los abre. Mira a
Lee fijamente como si le viera por primera vez. Lee
también la mira, le tiende la ropa.

LEE

Lee, me llamo Lee.

ANN

Ann... Gracias por la chaqueta, ¿es suya, no?

LEE

Sí... ¿quiere quedársela? Quiero decir... hace un frío


tremendo fuera ahora y... yo estoy acostumbrado...
Pasé tres años en Alaska.

ANN

No... no se preocupe. Me gusta el frío. Hace que me


sienta... viva. Ahora tengo que irme... Tengo dos hijas
pequeñas, ¿sabe?...

LEE

Claro.

ANN

Adiós.

Ann sale de la lavandería y unos segundos más tarde


vuelve a entrar.

ANN

¿Seguro que no va a necesitar la chaqueta?

LEE

Llévesela.

ANN

Gracias... Nunca he estado en Alaska, pero siempre


me ha gustado como suena, Alaska... Le devolveré la
chaqueta.

LEE

Puede quedársela... Aunque quizás es demasiado


grande.

56
ANN

No... no lo es... Se la devolveré.

Ann sale de la lavandería con la chaqueta puesta y la


bolsa de ropa. Lee la ffljra alejarse. Ann se vuelve un
instante a mirarle. Es una mañana fría y soleada de las
que a ella le gustan.

SEC. 39. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

Ann llega al remolque. Los platos del desayuno están


sobre la mesa. Los recoge. Tira sobre la cama todas las
prendas de la lavandería. En la bolsa, hay también un
libro: Middlemarch. Se sienta sobre la cama, lo hojea.
Lee ha puesto también su teléfono. Ann se deja caer
sobre la cama arrebujada en la chaqueta de Lee.

SEC. 40. INTERIOR TIENDA ELECTRÓNICA.


INTERIOR. DÍA

Ann está comprando un cásete. Está tensa porque


lleva rato en la tienda. La vendedora es muy joven y
está embarazada y no parece saber muy bien cómo
funcionan ni los aparatejos ni nada.

VENDEDORA

Vaya... éste es grabadora también... No... aquí no dice


nada... Vamos a ver, había uno de oferta... pero no sé
si... si grababa... porque tiene que grabar, ¿no?

La vendedora está inmensa y se da golpes todo el rato


con el mostrador. Este tiene ya unas cuantas cajas.
Ann intenta calmarse.

ANN

Sí, grabadora, grabar, es lo que necesito.

VENDEDORA

Ya... es que cada vez fabrican menos de éstos... La


gente ya no quiere cintas...

ANN
Sí... Bueno, los compact disc no han acabado con los
vinilos, ¿no?

57
VENDEDORA

No... Es cierto... Bueno no sé qué es un vinilo así que...


Aquí, por fin... éste sí es grabadora.

ANN

¿Seguro?

La vendedora parece no saber leer muy bien. Le


enseña el folleto a Ann.

VENDEDORA <j

Sí... lo pone aquí, ¿verdad?

ANN

Sí, Sí lo pone. Me lo llevo.

VENDEDORA

Efectivo o tarjeta.

ANN

Tarjeta. Póngame también un paquete de cintas.

La vendedora se dirige a la caja, orgullosa de haber


encontrado por fin lo que le pedían. Mientras pasa la
tarjeta de Ann torpemente por la máquina y espera
respuesta, oímos la voz de Ann.

ANN (OFF)

Antes te avergonzabas de tus ataques de rabia...


porque siempre siempre en el fondo, querías ser una
buena chica... Ahora ya no... Y piensas: Venga, vamos,
llevamos una hora, dame el puto cásete y quítate de
mi vista. Porque ella va a vivir, ella no tiene cáncer
como tú. Ella tendrá trillizos y morirá en su cama a los
ochocientos años sin saber qué es un vinilo, sin saber
nada, de nada. La ignorancia es siempre una
bendición.

Estás llena de rabia. Estás tan llena de rabia que eres


capaz de ponerte a gritar. Pero si gritaras tu grito
haría explotar todos los televisores de la tienda.

La vendedora mira a Ann, sonriendo inocentemente,


ajena a todo.

58
VENDEDORA

Ooops, lo siento... olvidé cargarle las cintas.


Tengo que empezar otra vez. Lo siento.

Ann cierra los ojos. Vemos un rápido plano silencioso


de todos los televisores de la tienda estallando.

SEC. 41. INTERIOR MALL INTERIOR. DÍA

Un mall. Pensado para llenar los agujeros que nada de


lo que hay en un mall puede llenar. ¿Tu marido te
engaña?, cómprate siete cremas nutritivas y tres faldas
que no te vas a poner nunca. ¿Tu mejor amigo está
raro contigo?, entra en el próximo «Radioshack» y
llévate el último modelo de play station y cuatro
juegos nuevos. Y el último disco de Britney Spears con
un juego interactivo que te permite cambiarle el color
a las gomitas del pelo. ¿Esta mañana has pensado
casualmente en suicidarte? Un paseo por la foot court y
tu pelo olerá tanto a comida que se te quitarán esas
ideas de la cabeza. Al menos, durante un cuarto de
hora.

Ann pasea como una sonámbula mirando sin ver los


escaparates de Grap, de J. Crew, de Nine West...

ANN (OFF)

Sientes una náusea flotante que te impide vomitar,


pero que te impide estar bien... Un dolor... difuso...
como de regla. Miras todas las cosas que no puedes
comprar. Que ahora ni siquiera quieres comprar.
Todas las cosas que seguirán aquí cuando te vayas.
Cuando te mueras. Y te das cuenta de que todos los
escaparates brillantes, todas las modelos de los
catálogos, todos los colores, las ofertas, las recetas,
Martha Stewart, el Día de Acción de Gracias, las
películas de Julia Roberts, las montañas de comida
grasienta intentan alejarnos de la muerte. Sin
conseguirlo.

Ahora vemos a diferentes personajes que pasean como


Ann, perdidos en el mall, y oímos sus voces.

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CHICO CARGADO DE BOLSAS

Ojalá estuviera muerto.

CHICA CON RAMO DE FLORES

Ojalá se muriera.

MUJER ANCIANA

No duraré tanto como mi madre. Debí dejar la


mantequilla hace años.

HOMBRE GORDO

Una segunda opinión. Y una quinta si hace falta...


Esos médicos no van a matarme así como así.

MUJER DELGADÍSIMA

Al menos no seré un cadáver gordo.

EMPLEADO DE LIMPIEZA COLOMBIANO

Así que esto es a lo que la gente llama morir de amor...


morir de amor... morir de amor... Morir soñando.

DEPENDIENTE DE GAP

Si ya no existe el infierno, ¿dónde iremos los tíos como


yo al morir?

POLICÍA

Es su vida o la mía y la Biblia me enseña a preferir la


mía...

Un plano general de mall, todas las voces confundidas.


Ann cerrando los ojos llenos de lágrimas.

SEC. 42. INTERIOR CASA MADRE. INTERIOR. DÍA

La madre de Ann está contándoles a sus embelesadas


nietas, que están en pijama y con el pelo mojado, un
cuento no precisamente de hadas: Ia historia de
Mildred Pierce.
60
MADRE

Resulta que ella quería tanto a su hija que para que no


sufra, no le dice que es su madre, porque cree que así
la familia de ese chico la aceptará mejor y él se casará
con ella, que es lo que más quiere en el mundo la hija,
pero claro, eso es un sacrificio enorme y Mildred sufre
muchísimo y llora pensando en su hija... y, bueno, lo
hace finalmente...

Ann ha escuchado las últimas frases de su madre con


el ceño fruncido. Penny y Patsy corren a abrazarla
cuando se dan cuenta de que está allí.

PENNY

Mami, la abuela nos contaba una historia muy bonita,


de una mamá que lo pasa muy mal. Y muy triste
también.

ANN

Vaya, qué raro...

PATSY

Mami, yo no quiero ir al colegio mañana... No quiero,


no quiero, no quiero.

MADRE

Las he bañado y han cenado. Penny ha comido tres


rebanadas de banana bread... y Patsy ha tomado
bastante leche, últimamente no quería probarla.

ANN

Gracias.

PENNY

La historia de la abuela es una película, mamá, la


abuela nos cuenta una película que a ella le gusta
mucho.

ANN
¿Ah, sí?

61
MADRE

De Joan Crawford... Una película de Joan Crawford.

ANN

Claro, la actriz más adecuada para hablar de madres e


hijas... Vamonos, niñas.

La madre de Ann mira a Ann muy seria. Empieza a


recoger los cacharros de la mesa haciendo ruido.

MADRE

Sólo quería distraer a las niñas... Para que no vieran


tanta televisión... Otra vez me callaré y ya está.

ANN

Madre, te he dicho que te lo agradezco, ¿de acuerdo?

MADRE

No necesito que me des las gracias.

ANN

Entonces no te las doy.

MADRE

Todo lo que he hecho es atender a tus hijas mientras


tú ibas de compras. Tú me lo has pedido.

La madre coloca los cacharros con furia en la pica.

ANN

Sí, yo te lo he pedido, lo que no te he pedido es que les


llenes la cabeza con historias estúpidas de madres y
sacrificios, y familias que no aceptan a no sé quién.

MADRE

¿Qué quieres que les cuente? ¿Cenicienta. ¿Historias


de madrastras asesinas? ¿Es eso lo que quieres? ¿O
esas novelas rosas que tanto te gustan-
62
Penny y Patsy dicen «Síííííí», cuando oyen lo de
madrastras asesinas.

ANN

Vamonos, niñas.

La madre le da la espalda a Ann y a sus nietas.

MADRE

Voy a decirte una cosa: hay momentos en que me


recuerdas a tu padre y no me gusta.

ANN

No, te equivocas, hay momentos en los que te


recuerdo a ti y a mí tampoco me gusta.

Ann y las niñas, que ahora están muy calladas, salen


de la casa de la madre. La madre coge un cuchillo y
empieza a rascar con furia el fondo de un molde de
banana bread que está bastante sucio.

SEC. 43. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Ann está cepillando el pelo a las niñas, al lado de su


cama. Las niñas están bostezando y Patsy emite
pequeños gritos cuando Ann encuentra un enredo.

ANN

Lo siento, Patsy, es que está superenredado.

PENNY

Es que Patsy es muy quejica...

ANN

No critiques a tu hermana. ¿Por qué siempre tienes


que criticarla? Tú también te quejas cuando te cepillo
el pelo.

PENNY
Yo no la critico.

ANN

Ah, no, decir que es una quejica no es criticarla,


¿verdad?

63
PATSY

Pero si ya no me quejo.

PENNY

Yo no la critico.

ANN

Está bien, está bien, basta...

Penny se acuesta en la cama y se cubre con las mantas,


agarrándose al oso panda.

PENNY

Yo no la critico.

ANN

Penny, basta ya.

PATSY

Yo ya no me quejo.

Ann acuesta a Patsy al lado de Penny. Besa a Patsy y a


Penny que no le devuelven el beso. Les apaga la luz.
Corre las cortinas.

PENNY

Es verdad que recuerdas a la abuela.

La cara de Ann es todo un poema al oír eso.

SEC 44. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. NOCHE

Ann está acabando de cenar sola ante el televisor. El


clásico reportaje americano sobre shopping en Roma
presentado por una rubia de cincuenta años muy
operada. Entra Don, todo mejillas enrojecidas.

DON

Hola, cariño.
ANN

¿Has cenado ya? Queda pollo.

64
DON

¿No vas a decirme hola?

ANN

Hola. ¿Cuántas cervezas has bebido?

No hay mal rollo en el tono de Ann, sólo una tibia y


leve ironía.

DON

Una, no, bueno dos..., ¿cuatro?

ANN

¿Quieres pollo o no?

DON

Quiero besos, muchos besos.

Don se coloca detrás de Ann y empieza a besarla en el


cuello. Ann se deja hacer un rato. Se deshace con
suavidad de él. Se levanta. La vida doméstica consiste
en pasar sin transición de los besos a los platos sucios.
El problema es cuando los besos saben a comida fría.
Ahora Don se sienta. Ann le coloca el plato de pollo
delante. Don roe un muslo.

DON

¿Hace rato que se han dormido las niñas?

ANN

Un poco, Penny está criticando siempre a Patsy, le he


reñido y se ha enfadado...

Don ha concentrado su atención en la tele.

DON

Hemos empezado una piscina en Rushmore en forma


de media luna. Va a ser espectacular. La casa también
era increíble. Un porche como el de «Lo que el viento
se llevó», tres plantas...

ANN

¿Estás contento? Con las piscinas quiero decir...

65
DON

Sí, está bien, no es como lo de la fábrica... pero está


bien. Lance me ha dejado llevar la máquina hoy... es
como la que llevaba antes en Wilgminton... Lance es
un buen tipo, tendríamos que invitarle a cenar un
día... Tu madre nos puede prestar su casa... no, mejor
no, mejor esperamos al buen tiempo y hacemos algo
en el patio...

ANN

Sí... eso será mejor... Me voy a trabajar...

DON

¿Y me dejas aquí solo, royendo un hueso de pollo frío?

ANN

Si quieres puedes calentarlo...

Don deja el hueso y sin limpiarse las manos, abraza la


cintura de Ann. Ann tiene la misma mirada entre
ternura y temor que tiene cuando está con sus hijas.

ANN

Eres un completo cerdo...

DON

Cántame, Ann, venga, cántame.

ANN

Ahora, no...

DON

Ahora sí.

Ann canta «Smell like teen spirit», como si fuera una


canción de cuna.

SEC. 44. A. EXTERIOR REMOLQUE. EXTERIOR.


NOCHE
Ann se dispone a entrar en el coche, cuando se da
cuenta de la presencia de la vecina sentada en el
porche de su casa fumando en la oscuridad.

66
ANN

Hola...

VECINA

Hola.

ANN

Adiós...

VECINA

Adiós...

Ann entra en el coche y sale con él del patio.

SEC. 45. REMOLQUE. EXTERIOR. NOCHE

El coche de Ann, aparcado en el descanso de una


carretera muy poco concurrida.

SEC. 46. INTERIOR COCHE. INTERIOR. NOCHE

Ann está leyendo atentamente las instrucciones de la


grabadora. Parece que, a diferencia de la vendedora
embarazada, sí entiende los folletos. Le pone una cinta
al aparato. En el asiento de al lado del conductor está
la libreta donde Ann apuntó todas las cosas que tiene
que hacer. Leemos: «7.° cumpleaños de Penny».

ANN

Querida Penny, no, no voy a estar en tu fiesta de


cumpleaños aunque no hay otra cosa en el mundo que
me gustaría más... Seguro que la abuela te ha hecho
un patel especial con tu nombre muy grande hecho de
trocitos de nuez. Cariño, quiero que sepas que el día
que naciste y te pusieron en mis brazos, fue el día más
feliz de mi vida, me quedé sin palabras, no hacía más
que acariciarte los pie-cecitos y llorar de alegría y que
ahora mientras grabo esta cinta siento... siento que
eres lo más importante que me ha pasado. Te quiero
muchísi-
67
mo, Penny, muchísimo. Sin ti, nunca hubiera
descubierto que mi cama puede ser una canoa o que a
los leones les gustan los pancakes. Sin ti mi vida
hubiera sido muy aburrida y triste...

Cuida de Patsy, aunque a veces te fastidie, ya sé que


no es fácil ser la hermana mayor, amor mío, pero sé
que tú sabrás cómo hacerlo. Mamá te envía muchos
miles de montones de besos.

Ann parece exhausta y a punto de llorar después de


grabar el mensaje. Pero saca la cinta, la mete en su
cajita y vuelve a meter otra.

Querida chiquitina Patsy, así que ya tienes cinco años.


Seguro que Penny ya deja de meterse contigo, seguro
que ahora te cuida y ya no te critica, Cariño, no quiero
que estés triste porque no estoy en tu fiesta de
cumpleaños. Me acuerdo muy bien de tu primer
cumpleaños, ¿sabes?, cuando te pusiste a llorar sin
parar porque no te gustaba cómo cantábamos
«cumpleaños feliz». Cada vez que empezábamos te
ponías a llorar y a chillar que no, que no querías que
te cantáramos. Y nunca más lo volvimos a cantar en
tus cumpleaños, aunque a lo mejor ya te gusta más...
Muchas felicidades, chiquitína, mamá te quiere un
montón y más aún…

Ann saca otra vez la cinta y empieza otra. Ahora


vemos un montaje de cómo graba diferentes
fragmentos de las cintas correspondientes a diferentes
años.

ANN

...diez años, debes estar tan alta. Imagino que ya no te


gustan las Barbies... Cariño, quiero que seas feliz, ya
sé que a veces es muy difícil porque las cosas que
pasan y las personas te lo ponen difícil. …

ANN

...pregúntale a papá todas las cosas que te preocupan,


él sabe más de lo que parece, en serio y si no sabe lo
preguntará y te lo dirá.
68
ANN

La abuela también sabe muchas cosas, espero que te


las sepa explicar. Ten paciencia con ella, es buena
aunque a veces no lo parezca... Ella... ninguna de las
cosas con las que había soñado se han cumplido.
Intenta entenderla y no dejes que te irrite...

ANN

...si tienes una nueva madre, quiérela, no vayas a


hacerle la vida imposible, sólo por lealtad a mí o algo
por el estilo, ¿vale? Ya sé, ya sé que no es lo mismo...

ANN

.. .cuando yo tenía quince años, odiaba al mundo,


odiaba el colegio, odiaba a mi madre, odiaba a mis
amigos, bueno, no tenía amigos. Odiar las cosas es
normal. Penny, de hecho a veces es más normal que
quererlas, pero no gastes más energía en ello de la
necesaria, cariño...

ANN

¿Te acuerdas de la historia que te conté del arcoi-ris y


lo que se encuentra al final...?

ANN

.. .y pase lo que pase, termina el colegio, aunque te


parezca odioso, pero qué estoy diciendo, cariño, a lo
mejor a ti te encanta, ojalá te guste, ojalá no seas como
yo...

ANN

...me gustaría poder decirte cosas sobre los chicos,


cosas que te pudieran ayudar, pero me temo...

ANN

Yo tenía diecisiete años cuando tú naciste Penny, justo


los que tú tienes ahora...

69
ANN

...tienes que confiar en ti, confiar en tu capacidad para


hacer cosas, para salir adelante...

ANN

...abrazos fortísimos, de ésos que cortan la respi-


ración...

ANN

.. .besos y muchas caricias, aunque ya no seas una


chiquitina...

SEC. 47. CARRETERA. EXTERIOR COCHE.


AMANECER

Ann sale del coche. Es ese momento en que la noche


se rompe. Ann mira el cielo arrebujada en la chaqueta
de Lee.

SEC. 48. COFFEE SHOP. INTERIOR. AMANECER

Lee está sentado, solo, en la misma mesa de la primera


vez que lo vimos. Está mirando un dossier nuevo.
Mira a Ann con una tímida sonrisa cuando ésta entra
y se dirige hacia él.

ANN

He venido pero tengo que irme.

LEE

Ya han arreglado la máquina de expresos.


¿Quieres uno?

ANN

No, quiero algo dulce.

La camarera del otro día se acerca bostezando.

CAMARERA

Ah, eres tú, bueno, estuve pensando y a lo mejor


tienes razón, quizás sea mejor esta otra...

70
Se saca del bolsillo una foto de Laettitia Casta del
catálogo Victoria's secret

ANN

Aja, muchísimo mejor, esto es otra cosa... ¿Hay pastas


danesas?

CAMARERA

Acaban de traerlas.

La camarera se aleja a buscar las incomestibles y


superdulces danish pastries y Ann se sienta frente a
Lee. Se miran sin decirse nada por unos segundos.

ANN

Me miras como si me conocieras pero no sabes nada


de mí.

LEE

No te conozco pero tengo la impresión de saberlo todo


de ti. Por ejemplo sé que no has dormido en toda la
noche.

ANN

Eso es fácil. Debe notárseme. Yo también sé cosas,


¿sabes?

LEE

¿Sí?

ANN

Sé que te sientes tan solo que te duele, sé que no te


gusta la gente, sé que tomas demasiados cafés, sé que
piensas que la vida está pasando a tu lado y no sabes
exactamente cómo y sé que te has obligado a no
pensar en mí, porque es ridículo fantasear sobre
alguien a quien has visto apenas dos veces.

Lee parece conmovido por las palabras de Ann.


71
LEE

¿Estás segura de que no quieres un expreso?

ANN

No, no quiero. Tengo que irme. Te devolveré la


chaqueta otro día porque he olvidado traer una.

LEE

Me gustaría que te la quedaras. Me gusta... la idea de


que la llevas...

ANN

Te devolveré el libro entonces. No tengo tiempo de


leer ahora mismo...

Ann se levanta y sale al mismo tiempo que llega la


camarera con las danish pastries.

CAMARERA

Hoy que hay pastas danesas, hoy no las quiere. Es la


historia de mi vida. Usted no querrá la pastas, ¿no?

Lee mira como Ann desaparece y aún entonces sigue


mirando. Intrigado.

LEE

Sí. ¿Por qué no?

SEC. 49. INTERIOR PASILLO UNIVERSIDAD. INTERIOR.


NOCHE

Ann y Laurie están pasando las máquinas


abrillantadoras por el pasillo principal de la
universidad. Ann tiene mala cara. Se para un
momento. Vuelve a emprender la marcha. Laurie la
mira intrigada.

LAURIE

Ann, ¿te pasa algo? Seguro que es el régimen ese...


Ann está intentando controlar la náusea, pero no
puede y sale corriendo al baño.

72

SEC. 50. INTERIOR BAÑO. INTERIOR. NOCHE

Ann está inclinada, vomitando y golpeando la taza del


váter.

SEC. 51. INTERIOR CUARTO DE BAÑO. INTERIOR.


NOCHE

Laurie está esperando a Ann a la salida, comiendo un


tubo de smarties. Ann abre el grifo y se lava la cara.

LAURIE

¿Qué te pasa, Ann, por qué estás vomitando? No


estarás tomando esas pastillas para adelgazar que...

Ann mira lentamente a Laurie, con la cara todavía


congestionada.

ANN

¿Sabes por qué estoy vomitando? ¿De verdad quieres


saberlo? Vomito porque cuando tenía ocho años la
que se suponía que era mi mejor amiga dijo de mí que
era una sucia, vomito porque a los quince años no...
no me invitaron a la única fiesta a la que he querido ir
en mi vida, vomito porque porque porque... a los
diecisiete años tuve un bebé y tuve que crecer de
golpe, ...vomito porque ya no me quedan sueños y sin
los putos sueños no se puede vivir, vomito porque
cada vez que pongo la televisión no veo más que a
gente que sufre de una manera atroz en guerras que
no entienden y otros van al programa de Jerry
Springer y... descubren que su hermana se está
tirando a su marido desde el mismo día de la boda y
vomito porque metieron a mi padre en la cárcel y no
le he vuelto a ver y ni siquiera me ha escrito una
jodida postal nunca nunca y eso es lo único que yo
quería, una puta postal de un padre para el que no
existo, es ridículo... y vomito porque en los jodidos
anuncios todo el mundo es feliz y mis hijas se pasan el
día cantando las putas canciones de los putos
anuncios...

73
Laurie la está mirando estupefacta con un puñado de
smarties en la mano.

LAURIE

Aunque te lo suplique, ¿eh?, aunque me ponga de


rodillas y te lo suplique, no me digas la clase de
régimen que estás haciendo.

Ann a su pesar, sonríe amargamente y vuelve a


lavarse la cara.

SEC. 52. EXTERIOR PARKING HOTEL. EXTEROPR-


NOCHE

La madre de Ann sale de la parte trasera del hotel con


algo que parece un pastel en la mano.

SEC. 53. INTERIOR COCHE ANN. INTERIOR.


NOCHE

La madre de Ann entra en el coche con el pastel.

MADRE

Hoy es mi cumpleaños, felicítame.

ANN

Felicidades, madre.

MADRE

¿No arrancas?

ANN

Tengo que decirte algo.

MADRE

Supongo que será malo, si no me lo dirías con-


duciendo.

ANN

Necesito saber dónde está mi padre.


MADRE

¿Vas a ir a verle?

74
ANN

Sí. Quiero saber si está en el Estado o...

MADRE

Está en el Estado. Salem. A 80 millas de aquí.

Ann arranca el coche y empieza a conducir.

ANN

Supongo que te molesta.

MADRE

No, ya ves, ni siquiera eso me saca de mis casillas...


estoy envejeciendo... Y sabía que algún día querrías
verle... No, creo que sí deberías verle, está bien.

La madre apoya la cabeza en el cristal de la ventanilla.


Parece muy cansada. Transcurren unos segundos de
embarazoso silencio.

MADRE

El año pasado, este mismo día, mi cumpleaños, fui a


un bar, sola, creí que tenía que hacer algo, no sé
porqué, así que me maquillé, me puse lo menos viejo
que tenía y me fui a un bar, bueno en realidad fui al
bar del hotel... Cuando me dejaste en casa cogí el
coche y volví aquí... y bueno, me senté en la barra,
pedí un wiskhy y empecé a hablar con el barman. Me
imaginé que era una turista de paso en el hotel. Él era
simpático, acababa de empezar a trabajar en el hotel,
era su primer trabajo, hablamos de esto y de lo otro, y
le dije que era mi cumpleaños, al cabo de cinco
minutos se presentó con un cuenco de cacahuetes en
el que había puesto una veli-ta. Me eché a llorar tan
fuerte que el chico se asustó y apagó la vela y
escondió los cacahuetes y yo le pedía que no, que no
apagara la vela, ni escondiera los cacahuetes, que era
el mejor detalle que había tenido nadie, ya ves, un
puñado de cacahuetes y una vela, a eso se ha reducido
mi vida..., todo este
75
último año no he podido dejar de pensar en ese
cuenco de cacahuetes y en cómo lloré...

LA madre de Ann se suena la nariz con un kleenex.

MADRE

Así que este año, me he hecho un pastel a mí misma...


Si volviera a ese bar, al chico le daría un ataque al
corazón...

Ann sonríe. Acaricia la cabeza de su madre. Ésta le


coge la mano, se la besa. Éste es el único momento en
que desaparece la tensión entre ellas.

SEC.54. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. NOCHE

Ann entra en la oscuridad del remolque. Ve como


duermen pacíficamente Penny y Patsy y como Don
ocupa toda la cama. Saca la libreta del diablo de
Tasmania de la lata de galletas. La abre. Recorre con
los dedos las cosas que aún debe hacer. Vuelve a
meter la libreta en la lata, coge el libro de
Middlemarch, sale del remolque. Lleva puesta la
chaqueta de Lee.

SEC.55. CABINA CARRETERA. INTERIOR. NOCHE

El libro de Middlemarch está abierto y Ann está


marcando el número que to en él. Está lloviendo.

ANN

¿Estabas dormido?... ¿No? Me alegro... Yo... ¿puedo


devolverte el libro, ahora?... Sí, sé donde es... llegaré
en diez minutos...

Ann cueIga el teléfono. Se queda quieta unos


instantes. Escribe «Lee» en el el vaho que se ha
formado en la cabina. Se encoge en el interior de la
chaqueta que cada vez parece más grande. Sale.

SEC. 56. EXTERIOR CASA LEE. EXTERIOR. NOCHE

Sigue lloviendo. Ann sale del coche, que ha aparcado


delante de una pequeña casa años 70 aislada. Lee está
en la puerta.

76
LEE

Debí haberte regalado un chubasquero. Pasa.

Ann pasa, sin mirarle.

SEC. 57. INTERIOR CASA LEE. INTERIOR. NOCHE

La casa de Lee está completamente vacía. En las


paredes quedan huellas de cuadros y muebles, como
si unos acreedores supersónicos se lo hubieran llevado
todo. En el salón están esparcidos por el suelo
centenares de libros que, quién se llevó todo lo demás,
no juzgó útiles. En una pared están apoyadas las
herramientas de un agrimensor. Ann le tiende el libro
a Lee, que está visiblemente emocionado y nervioso
ante la visita de Ann.

ANN

Se ha mojado un poco...

LEE

No importa.

ANN

¿No has pagado los plazos de tus muebles y se los han


llevado?

LEE

No... bueno, tengo que comprar muebles cualquier día


de éstos... Sólo que no tengo tiempo y... Lo siento, no
tengo nada para tomar en casa. Tampoco tengo vasos,
nada... es un desastre.

ANN

¿Ni siquiera una galleta?

LEE

Nada. ¿Quieres sentarte?

Ann se sienta al lado de la ventana que deja ver la


lluvia, en el suelo. Lee a mira, vacila unos momentos y
se sienta a su lado.

77
LEE

Si hubiera sabido que venías, hubiera comprado


galletas. Hubiera comprado algo.

ANN

Puedo pasar sin galletas... ¿Quién se llevó los


muebles?

LEE
Alguien... se los llevó, sí, sí...

ANN

¿Y no compras muebles porque crees que volverá?

LEE

No va a volver...

ANN

¿Qué hacías en Alaska?

LEE

Soy agrimensor. Mido espacios para construir


carreteras, puentes y cosas así. Antes de Alaska estuve
en Chile. Y antes, en Virginia del Norte y antes, en
Afganistán. ¿Cómo se llaman tus hijas?

ANN

Penny y Patsy. ¿Quieres ver una foto?

LEE

Sí.

Ann se saca del pantalón una pequeña cartera con una


foto de Penny y Patsy muy sonrientes. Lee la mira.

LEE

Parecen tan felices... Se parecen a ti.


ANN

¿Te parezco feliz?

78
LEE

Me pareces preciosa. Como tus hijas.

ANN

Eso me ha gustado... ¿Has pensado en mí?

Ann está desafiante, seductora...

LEE

Sí. He pensado mucho en ti. He pensado demasiado


en ti.

Pasan unos instantes en silencio. Ann mira por la


ventana. Lee la mira a ella.

LEE

Tengo una hermana, ¿sabes? Trabaja en una emisora


de radio y... a veces me envía cintas que graba para
mí... con canciones que ha descubierto... cintas para
días de lluvia, cintas para días que te levantas con el
pie izquierdo... Tengo la última en mi coche, si quieres
podemos ir a escucharla...

Ann se levanta. Lee se levanta.

SEC. 58. INTERIOR COCHE LEE. INTERIOR. NOCHE

Lee y Ann entran algo mojados en el coche de éste.


Lee pone la cinta. Suena una romántica y algo cursi
canción italiana de los 60 que se llama “Senza fine”. A
medida que la canción avanza Lee se acerca a Ann,
ésta pone la cabeza en su hombro, Lee le toma la
mano, se la besa, se la acerca a su cara, se la acaricia...

ANN

Si no me besas ahora, gritaré...

Lee le coge la cabeza entre sus manos. Empieza a


besarle la frente, los ojos, las mejillas, cerca de las
orejas, la comisura de los labios, la boca por fin er> un
largo y apasionado beso. Ann se deja hacer y ahora
empieza a responderle.

79
LEE

Si dejas de besarme ahora, yo gritaré...

ANN

No...

Se siguen besando. Con desesperación ahora. Como si


fuera esta noche la última vez.

SEC. 59. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. TARDE

Ann está durmiendo. Se acercan las niñas


sigilosamente. Cuchichean. Ann se despierta. Las
niñas se tiran encima de ella para darle un susto. Ann
finge haberse dado el gran susto. Las niñas llevan
zapatos llenos de barro que ponen perdida la cama.

PENNY

Mamá... no nos has reñido por subir a la cama con los


zapatos llenos dé barro...

ANN

¿Queréis que os riña?

PENNY

Sííííííí.

PATSY

Sííííííí.

ANN

¡Pues no quiero reñiros!

PENNY

Sííííííí.

ANN

Noooooo.
PATSY

Sí, sí, sí, sí.

80
Penny y Patsy empiezan a revolcarse en la cama,
gritando y chillando, con Ann.

SEC. 60. SALA DE ESPERA DE HOSPITAL.


INTERIOR. DÍA

Ann está sentada en la misma sala donde el doctor


Thompson le comunicó la noticia de que iba a morir.
Está sola. Ya ni siquiera se muerde las uñas. De hecho
no le quedan uñas que morderse. Tiene una mirada
opaca. Está más delgada y pálida que hace quince días
cuando estuvo allí por primera vez. En el asiento de al
lado hay un paquete. Hace su aparición el doctor
Thompson. Esta vez trae una silla y se sienta frente a
ella, a horcajadas en la silla.

DOCTOR

Hola, Ann...

Ann señala la silla.

ANN

Doctor... ¿es alguna clase de terapia para superar la


timidez?

DOCTOR

Algo así... No vino la semana pasada.

ANN

¿Para qué?

DOCTOR

Deberíamos hacer otra ecografía... Y una biopsia más


completa... y

ANN

Escúcheme, quiero que me escuche porque no me


queda tiempo... Siempre, durante toda mi vida... me
han dicho cómo debo vivir. Ann haz esto, Ann tienes
que hacer aquello, Ann no pasees bajo la lluvia porque
te resfriarás... Ahora quiero... quiero sentir que; al
menos tengo control sobre cómo quiero morir ¿lo
entiende? No

81
quiero más pruebas si no van a salvarme, no quiero
estar en este sitio, no quiero morir en este sitio, no
quiero que todo lo que recuerden mis hijas de mí, sea
una habitación de hospital. Prefiero, prefiero por una
vez, por una sola vez, hacerlo a mi manera...

DOCTOR

¿A qué ha venido, entonces?

ANN

Tengo algo que pedirle... Es este paquete. Quiero que


usted se haga cargo de él. Si de verdad quiere
ayudarme...

DOCTOR

No sé... ¿Qué es?

ANN

He grabado mensajes para mis hijas para sus pró-


ximos cumpleaños, hasta que cumplan dieciocho
años... Está todo apuntado dentro.

DOCTOR

¿Quiere que yo se los entregue? ¿Por qué no se lo dice


a su marido?

ANN

Mi marido los perdería... se los daría el año que viene


y el otro quizás... o se los daría todos de golpe y las
niñas no entenderían nada. Por favor, dígame que lo
hará.

DOCTOR

Sólo lo haré si me promete venir cada semana, tengo


que darle medicación, imagino que las náuseas están
siendo fuertes y que no tiene apetito y se siente muy
débil... Ann, morirse no es tan fácil como parece,
¿sabe? No tiene por que pasarlo mal...
82
ANN

Es que me da miedo, entrar aquí y no volver a salir...


Y tengo que hacer tantas cosas antes de morir, tengo
que hacerlas todas porque de lo contrario, de lo
contrario sentiré que he desperdiciado mi... mi vida...
No quiero que la gente empiece a tratarme como a
una moribunda, no lo soportaría, esas miradas
furtivas cuando a alguien se le escapa la palabra
muerte... No me pregunte cómo lo sé, pero lo sé, sé
que voy a aguantar...

El doctor Thompson mira a Ann con admiración.

DOCTOR

Sólo serán unos calmantes. Le prometo que no habrá


más pruebas... Sólo algo para mitigar el dolor... Y
además le he traído sus caramelos.

El doctor saca una bolsa de caramelos de jengibre del


bolsillo. Ann sonríe. Toma la bolsa. Abre un caramelo.

ANN

¿Se encargará de las cintas?

DOCTOR

Sí, lo haré... Digamos que es parte de su terapia.

ANN

O parte de su terapia.

DOCTOR

Sí, eso también...

ANN

Están buenos estos caramelos...

El doctor sonríe dolorosamente y acaricia el rostro de


Ann.

SEC. 60. A. PARKING HOSPITAL. EXTERIOR.


ATARDECER

Ann sale caminando despacio por la puerta del


hospital. Está lloviendo. A Su alrededor todo el
mundo corre a refugiarse de la lluvia. Ella sigue cami-

83
nando despacio. Se para. Recibe la lluvia en la cara. Su
rostro está sereno, como si la lluvia se fuera llevando
todas sus preocupaciones.

SEC 61. UNIVERSIDAD. INTERIOR. NOCHE

Ann y Laurie están en la biblioteca, fregando el suelo


con sendas fregonas. Laurie está mascando un chicle.

LAURIE

No lo entiendo, he contado las calorías que h tomado


hoy y no superan las 1500... se supon que necesito
2000, o sea que debería haber adel gazado y me he
pesado antes de salir de casa pesaba 400 gramos más
que ayer...

Ann no contesta. Parece sumida en sus pensamientos.

LAURIE

...el problema está en mi metabolismo, deberían


indemnizarnos a los que tenemos un metabolismo
lento, darnos una especie de pensión o algo...

ANN

¿Quieres venir a cenar mañana a casa?

LAURIE

Sí, me encantaría... Comida de régimen, espero.

ANN

Te lo prometo.

Laurie parece encantada con la invitación de Ann.

SEC. 62. SUPERMERCADO. INTERIOR. NOCHE

Ann está llenando su carrito de pollos, ciruelas, pan,


mantequilla, cervezas... Parece que va a preparar un
festín para Laurie.

ANN (OFF)
Hace frío en el supermercado y eso te gusta. Lo único
malo es es música ridicula, esas horribles

84
versiones, «Light my fire» como chachachá o mambo.
Seguro que han hecho un estudio de la influencia del
mambo en la compra de mantequilla de cacahuete. La
gente estudia atentamente las etiquetas para saber
cuántos productos químicos llevan sus marcas
favoritas y con un suspiro de resignación las ponen en
sus carritos, como diciendo, sí es malo para mí y para
mi familia, pero nos gusta, y de todas maneras con
toda la química que tomamos seguro que ya estamos
vacunados contra los pesticidas, ¿no? Nadie piensa en
la muerte en un supermercado...

De repente en los altavoces del supermercado suena la


música de «Senza fine» y todos los clientes, excepto
Ann, empiezan a moverse coreográficamente a ritmo
de vals y a coger las cosas de los estantes con
elegantes movimientos que están en contradicción con
sus apariencias. La secuencia se corta abruptamente
cuando una cajera cambia de pasar rítmicamente y
con ampulosos movimientos el contenido del carro de
Ann por el escáner, a mascullar la suma total con
indiferencia.

CAJERA

Sesenta dólares y cuarenta y ocho centavos.

SEC. 63. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Toda la familia de Ann está reunida y amontonada


alrededor de la mesa con Laurie. Las niñas miran a
Laurie con curiosidad mientras devora chuletas de
cerdo en una salsa de barbacoa. Don también la mira,
sirviéndose puré de patatas y bebiendo cerveza. Como
en todas las comidas con niños, las conversaciones se
superponen. Ann mordisquea un trozo de pan con
mantequilla. Penny está extrañamente callada.

ANN

Niñas, acabaos el puré, pero ya.

LAURIE

Estas costillas están buenísimas. ¿Cómo has hecho


para que estén tan tiernas? A mí no me quedan así.

85
ANN

Las dejo en la nevera con leche, un par de horas...

LAURIE

Con leche, un par de horas en la nevera,… a ver si me


acuerdo.

DON

Patsy deja de jugar con el puré, ¿me oyes? Ann dile a


Patsy que deje de jugar con el puré.

ANN

Haz lo que dice papá, Patsy ¿Ok? Venga, come un


poco más.

PATSY

Es que es más divertido jugar que comer.

LAURIE

Bueno, Patsy, comer es divertido también.

PATSY

¿Por qué?

LAURIE

Porque, bueno, porque pruebas cosas nuevas y están


buenas y... es divertido.

PATSY

El puré de patatas no es nuevo y es más divertido


hacer cosas con él.

ANN

Laurie, ¿quieres más salsa? La ha hecho Don…

LAURIE
¿En serio? Vaya, no sabía que tu marido cocinaba, de
hecho, no sabía que existían maridos que cocinaban...

86
DON

No es exactamente cocinar... le añado miel a la salsa


barbacoa embotellada...

LAURIE

Bueno, algo es algo, podías haberme engañado y decir


que la habías hecho tú...

ANN

Don nunca engaña. Don no sabe mentir.

LAURIE

Y ¿cómo os conocisteis?, qué buena la salsa...

DON

En un concierto de Nirvana, bueno, en el último


concierto de Nirvana, antes de lo de Kurt Cobain...

LAURIE

¿En serio? ¿Habéis guardado la entrada? Ahora val-


dría una fortuna...

DON

No, no la guardamos.

ANN

Estábamos demasiado emocionados para guardarla.


Fue un concierto... Bueno, no sé... no sé contarlo.

Don pasa la mano por encima del hombro de Ann.

DON

Ann se pasó el concierto llorando, yo había ido con


unos amigos, a mí ni siquiera me gustaba Nirvana, así
que estaba distraído, por eso pude fijarme en Ann... Vi
a esa preciosa chica llorando a moco tendido y me
acerqué a ofrecerle un pañuelo, pero no llevaba
pañuelo, ni siquiera uno de papel, así que me saqué la
camiseta.

87
Ann mira a Laurie como diciendo, ¿has visto qué
marido tengo? Pero a Laurie la historia parece haberla
dejado bastante indiferente, porque sigue comiendo...

LAURIE

Vaya, qué romántico, ¿queda más puré?

Penny mira a Laurie con ese asco indisimulado de los


niños.

PENNY

Eres una vaca.

Se hace un silencio en el remolque.

SEC. 64. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Ann y Don están en la cama yaciendo en la penumbra.


Don está abrazando a Ann por detrás.

ANN

Es una buena chica...

DON

Por Dios, Ann, Penny tiene...

ANN

No hables tan alto.

DON

Penny tiene razón. Se ha comido ocho chuletas. Y eran


de las grandes.

ANN

Su novio la dejó el día antes de casarse.

DON
¿Qué pasó? ¿La invitó a comer en un All you can eat y
querían hacerle pagar triple?

ANN

No tiene gracia. Es buena persona, vale, le gusta


comer, ¿y qué? Bueno, Ok, está obsesionada con la
comida... Eso no es tan malo...

88
DON

Últimamente a ti te pasa lo contrario.

ANN

Es la anemia... voy a ir al hospital la semana que


viene... creo que necesito más vitaminas.

DON

¿Quieres que vaya contigo?

ANN

No, no, no es necesario...

DOW

¿Sabes? Esta noche me he dado cuenta de la suerte


que tuvimos encontrándonos esa noche, a pesar de
todo, a pesar de vivir aquí, a pesar de no tener nunca
nada nuevo, a pesar de no ir nunca de vacaciones... Tú
nunca me has hecho un solo reproche. Ni uno solo...
me hubiera gustado... me gustaría... no sé... ser mejor
para ti, que hubieras podido volver a la universidad y
no a limpiarla precisamente...

El rostro de Ann se ensombrece mientras Don habla.


Sus ojos se humedecen.

...darte una vida mejor, pero ahora pienso que


tenemos tiempo... ¿sabes? A veces olvido lo jóvenes
que somos, y que las cosas pueden cambiar, que van a
cambiar, que todo va a ser mejor a partir de ahora.

ANN

Sí, yo también lo creo...

Ann se aferra al cuerpo de Don con pasión.

ANN

Te quiero. ¿Me oyes? No lo olvides nunca. Te quiero.

Pero Don ya está dormido y emite una especie de


suspiro.

89
SEC. 65. PATIO. REMOLQUE. EXTERIOR. DÍA

Es un hermoso día de invierno. Penny y Patsy están


jugando en el patio a pillarse con unos sombreros de
brujas de Halloween. Ann las mira en silencio, hay
momentos en que cierra los ojos y pone la cara al sol.
En el patio de al lado la vecina a la que todavía no
hemos visto está limpiando el jardín de hojas.

Suena el teléfono. Ann entra dentro a contestar. Las


niñas se acercan a la valla a ver lo que hace la vecina.
Es una mujer de treinta años, pelo largo despeinado,
ropa que indica que la ropa le importa un bledo, de
una belleza serena, como si un pasado tortuoso no
hubiera conseguido cambiarla

PENNY

¿Qué haces?

VECINA

Estoy limpiando el patio de hojas y de trasto Alguna


vez hay que hacerlo. ¿Y vosotras?

PENNY

Yo soy la reina de las brujas y le enseño a est brujita a


hacer encantamientos.

PATSY

Yo soy la bruja pequeña.

VECINA

¿Y qué clase de encantamientos hacéis?

PENNY

Oh, lo normal... transformar sapos en coches lagartijas


en aviones.

VECINA

Tienes que enseñarme cómo se hace.


Ann sale algo alterada del remolque.

ANN

Hola, me llamo Ann. Y éstas son Penny y Patsy.

90
VECINA

No lo va a creer, yo también me llamo Ann.

ANN

Vaya... oiga ya sé que es tener mucha cara pedírselo,


pero, puede echar un vistazo a las niñas... Tengo que
salir media hora y ni mi marido, ni mi madre están...

VECINA ANN

No se preocupe... Además iban a enseñarme a hacer


encantamientos.

ANN

Muchas gracias. De verdad. Será media hora.

VECINA

Tranquila.

ANN

Portaos bien, niñas, ¿de acuerdo?

Las niñas asienten.

SEC. 66. PROMONTORIO. EXTERIOR. DÍA

El coche de Lee está aparcado en un promontorio. Al


lado sus utensilios de agrimensor están desplegados.
Él está mirando por el bycompass, cuando Ann llega.
Suena por el radiocasete la música de Senza fine. Lee
se vuelve y mira a Ann. No dicen nada. Se abrazan.

LEE

Me dolía el cuerpo pensando que no ibas a venir.

ANN

No iba a venir...

Lee le coge la cara entre sus manos, como intentando


descifrar qué clase de persona es la mujer de la que se
acaba de enamorar. La besa.

91
LEE

¿Quieres bailar?

Ann ríe. Empiezan a bailar lentamente. Más deprisa


después hasta que caen riendo uno en los brazos del
otro.

SEC 67. EXTERIOR PATIO. EXTERIOR. DÍA

Ann ha vuelto a su casa. No ve a las niñas en el patio.


Mira al patio de la vecina. Allí está. La vecina está
haciéndole unas trenzas a Penny, cosa que ya ha
hecho con Patsy, mientras les cuenta un cuento a las
niñas, que están fascinadas con ella.

VECINA ANN

...bueno, la sírenita no conocía New York así que le


dijo al taxista: «Estaría encantada de conocer la ciudad
contigo», así que el taxista la llevó primero de todo al
Empire State Building, allí subieron en un ascensor
que iba tan rápido como un cohete, y luego a otro,
porque aquel edificio era tan alto que no habían
encontrado cables lo suficientemente largos para
construir un solo ascensor, así que habían construido
dos. Cuando llegaron arriba, todo se veía pequeñísimo.
El taxista dijo: «¿Ves aquella mancha verde allí?, aquello
es Central Park y ese puente es el Brooklyn Bridge...

Las niñas se dan cuenta de que Ann ya ha llegado y


van a abrazarla.

PENNY

Hemos jugado a brujas y princesas.

PATSY

Y Ann nos ha hecho trenzas.

ANN

¿Os habéis portado bien? Siento haber tardado tanto...


Gracias.
92
VECINA ANN

Lo he pasado muy bien con ellas. Son estupendas...


son unas niñas adorables.

PENNY

¿Podremos volver mañana a que nos cuente el cuento


de la sirenita y el taxista?

VECINA ANN

Pues claro.

ANN

Ya veremos. Ahora baño y cena.

Las niñas se despiden de la vecina con besos.

SEC. 68. CLASE UNIVERSIDAD. INTERIOR. NOCHE

Ann está borrando con una bayeta la pizarra llena de


anotaciones metafísicas de la clase de Filosofía,
cuando la sorprende un fuerte dolor que la hace
doblarse. Laurie se da cuenta y acude.

LAURIE

Ann, ¿qué te pasa? Contéstame. ¿Qué tienes?

Ann saca con dificultad una pastilla del bolsillo de su


bata. Se la mete en la boca.

ANN

¿Tenías una botella de agua por ahí?

LAURIE

Sí, ahora la traigo.

Laurie corre a buscar una botella de agua y se la da a


Ann que bebe un trago.

LAURIE
Ann, vete a casa, yo haré tu parte, ¿o quieres que te
lleve al hospital?

ANN

No. Estuve esta mañana... Es normal, me dijeron que


esto podía pasarme, por eso me dieron estas
pildoras... Me iré a casa.

93
LAURIE

¿Crees que podrás conducir?

ANN

Sí...

Ann se incorpora. Parece que está mejor.

ANN

Laurie, eres una buena persona..., ¿sabes? Lo eres.

LAURIE

Por favor, Ann, no soporto los sentimentalismos... sólo


voy a limpiar un poco de polvo por ti, ¿ok?, tampoco
es para tanto.

Ann abraza a Laurie que se queda un poco asombrada


ante el abrazo pero le responde. Ann sale por la
puerta del aula y Laurie se queda allí sola, mirándola.

SEC. 69. INTERIOR COFFEE SHOP. INTERIOR.


NOCHE

La adicta a la cirugía plástica le sirve a Ann un pastel


indescriptible y un batido de chocolate. Ann está
escribiendo algo en una libreta.

ANN

¿Y bien? ¿Quién queremos ser esta semana?

CAMARERA

Ah, bueno, creo que he decidido olvidarme de eso, sí,


estoy pensando en algo más espiritual ¿me
comprende? Si me hago rica, me haré de la iglesia de
la cienciología para hacerme amiga de todos esos
actores...

ANN

Creo que no funciona así, creo que te apuntas a esa


iglesia y ellos te ayudan a ser rico.
CAMARERA

Vayaaa, entonces ni siquiera tendré que jugar a la loto.

94
La camarera se va, dejando a Ann sola, con una nueva
lista de cosas.

«COMO QUIERO QUE ME ENTIERREN»

- Jeans (Los Levi's que compramos en Akron, ¿te


acuerdas?).

- La camiseta rosa de manga larga con la inscripción


«Try your wings».

- Las Reeboks (bien limpias).

- Sobre todo, no dejes que mamá me compre un


vestido, no quiero que me entierren con un vestido
con un estampado de flores magenta o fucsia o lo que
sea y unos zapatos de charol o algo peor. Por favor.

Ann parece más aliviada después de haber escrito esta


lista.

SEC. 70. EXTERIOR PATIO. REMOLQUE.


EXTERIOR. DÍA

Ann está en el patio tendiendo ropa y ve que la vecina


está haciendo lo mismo.

ANN

¿Quiere tomar un café? Ann, iba a hacerme uno.

VECINA ANN

Sí, me encantaría.

SEC. 71. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

Ann le sirve un café a la otra Ann, que está sentada en


la pequeña mesa. Las dos mujeres parecen estar
cómodas juntas.

ANN

Es raro llamarla Ann... ¿Azúcar?

VECINA ANN
No, gracias, nunca tomo.

ANN

No estarás a dieta.

VECINA ANN

¿Yo? No, no...

95
ANN

Tengo una amiga obsesionada con las dietas, las


calorías y todo eso.

VECINA ANN

He visto a demasiada gente enferma con bulimia y


anorexia como para preocuparme de mi peso. Soy
enfermera... Tienes unas hijas estupendas.

ANN

Sí..., lo son, a pesar de mí y de su padre.

VECINA ANN

¿Por qué lo dices?, ¿porque las has tenido demasiado


joven?

ANN

Sí... De hecho nunca había pensado en tener hijos, a


los diecisiete años, uno no piensa en que es posible,
simplemente no lo piensas, ya sé que suena ridículo...
pero cuando me quedé embarazada, lo primero que
sentí fue incredulidad... Y luego supe que iba a
tenerlo, que nada me apartaría de mi hija, aunque
fuera a cambiar lo que había pensado que iba a ser mi
vida... de hecho ni siquiera me acuerdo de qué planes
tenía, si tenía alguno.

VECINA ANN

A mí me encantan los niños, pero no, no voy a


tenerlos.

ANN

¿No puedes tenerlos?

VECINA ANN

No, no es eso...

La mirada de la vecina se ha ensombrecido. Bebe en


silencio. Hay un silencio sólo roto por el grifo que
gotea. Ann se levanta a cerrarlo. Vuelve a sentarse.

96
VECINA ANN

Estaba en el último año de Enfermería, hacíamos


prácticas en un hospital de pediatría, yo había
decidido especializarme en niños, siempre me han
gustado... a lo mejor porque soy hija única... Una
noche, de guardia, me llamaron para asistir a un
parto. La mujer había salido de cuentas y los niños,
porque eran dos, corrían peligro... Iban a hacer una
cesárea... La madre estaba anestesiada.

La vecina bebe un sorbo de café, Ann la mira


conmovida.

Eran siameses, un niño y una niña..., con un solo


tronco... y unos pulmones... apenas lloraban... no
pienses que eran repulsivos, no, de verdad, cuando
los tienes en los brazos, son sólo unos bebés... No iban
a sobrevivir. Los metimos en una incubadora y los
médicos hablaron con el padre sobre lo que había que
hacer. El padre ni siquiera quería verlos... Decidieron
sacarlos de la incubadora y esperar a que murieran.
Yo me ofrecí a estar con ellos hasta que... No podía
soportar la idea de que murieran solos en una
habitación fría de hospital... Tardaron treinta horas.
Estuve con ellos treinta horas en brazos, les canté
todas las canciones que sabía, les conté cuentos,
cuentos del mundo en el que nunca vivirían... Creo
que les recité Walt Withman entero, porque son los
únicos poemas que consigo recordar. Se iban haciendo
pequeños en mis brazos. Primero murió el niño, seis
horas más tarde la niña... Ya sabes, las niñas resisten
más.

Ann está llorando por unos niños que no conoció,


todo lo que es incapaz de llorar por ella misma.

Desde entonces me dedico a la Geriatría...

La vecina se levanta.

97
Siento habértelo contado, lo siento... No llores por
favor, he sido una estúpida. Me voy... Lo siento. No sé
por qué lo he hecho. Nunca se lo había contado a
nadie.

Ann abraza a Ann, que llora desconsoladamente. Así


transcurre un rato Ann intenta recomponerse, sin
mucho éxito.

ANN

No lloro por los bebés, ¿sabes? No es por ellos...

VECINA ANN

No sé por qué he tenido que contarlo... Lo siento.

ANN

¿Quieres venir a cenar esta semana?

VECINA ANN

¿Estás segura?...

ANN

Sí, me gustaría que vinieras y a las niñas también,


tienes que contarles el final de la historia de la
sirenita...

SEC. 71. A. INTERIOR CASA LEE. INTERIOR.


NOCHE

Ann y Lee están abrazados, sentados en el suelo del


salón. Lee la besa en la sien.

ANN

Léeme algo. Léeme algo de lo que estés leyendo.

LEE

Estoy leyendo un libro triste. Hermoso, pero triste...

ANN
No será tan triste como la historia que me han contado
hoy...

98
LEE

Cuéntamela.

ANN

No, me echaría a llorar...

LEE

No quieres contármela porque esa historia pertenece a


la vida de la que no me cuentas nada...

ANN

Me gusta que no me preguntes...

LEE

No te pregunto porque he aprendido a no preguntar,


¿sabes? Sé que cuando alguien mira a alguien no ve
más que la mitad, y las ganas de saberlo todo... hacen
que todo se destruya, eso he aprendido...

ANN

Eso te lo enseñó la que se llevó los muebles, ¿eh?

LEE

Sí, algo me dejó a cambio, ¿de verdad quieres que te


lea?

ANN

Sí.

Lee se levanta, coge un libro que está abierto en el


suelo y se vuelve a Poner al lado de Ann. Empieza a
leer un fragmento de «Hacia la boda». Es el fragmento
en que Gino y Ninon van en la barca cruzando el Po y
él quiere hacer el amor con ella en la isla. Ann está
súbitamente entristecida. Lee deja el libro, la mira y la
abraza.

LEE
No es cierto que cuando miramos a alguien sólo
vemos la mitad. De ti sólo puedo ver, digamos el diez
por ciento, y ese diez por ciento por sí solo hace...
hace... que...

99
Ann le interrumpe, besándole con desesperación.

LEE

Ann, Ann, tú me has devuelto algo, ¿sabes?, algo que


pensé que había perdido... Quiero que lo sepas... tú...

Ann no le contesta y se siguen besando, ahora ambos


en el suelo.

SEC. 72. INTERIOR SALÓN PELUQUERÍA.


INTERIOR. DÍA

A Ann le están poniendo uñas de porcelana en el


salón de la fanática de Mili Vanili. Pero la que se las
pone no es la de las trencitas, sino una chica muy
tímida de acento extranjero que probablemente
aborrece a Mili Vanili.

MANICURA

¿Le hago daño?

ANN

No. Nada.

PELUQUERA

Ella es fantástica con las uñas, ahora, no le pidas que


haga una permanente o trencitas o lo que sea.

La peluquera se mueve con los gestos estudiados de


las coreografías de Mili Vanili, atendiendo a un par de
ancianas que parlotean.

MANICURA

Soy manicura diplomada. Nada de peinados, ni


cabezas. No es lo mío.

ANN

¿Ni Mili Vanili?

La manicura da los últimos toques a las diez uñas de


porcelana que parecen bastante reales.
MANICURA

Soy de Lleida. En Lleida no hay Mili Vanili.

100
SEC. 73. EXTERIOR CARRETERA. EXTERIOR. DÍA

Es un día desapacible, nublado, gris marrón. El coche


de Ann va por una carretera que cruza un paisaje
árido. Vemos un cartel que indica que la penitenciaría
está a 10 millas.

SEC. 73. A. BAÑO DE GASOLINERA. INTERIOR.


DÍA

Ann, más rubia, se peina cuidadosamente ante el


espejo del baño de una gasolinera. Se aplica brillo de
labios. Se mira con preocupación.

SEC. 74. INTERIOR LOCUTORIO VISITAS.


INTERIOR. DÍA

Ann está en un cuarto pequeño, mirando por una


ventana enrejada, cuando oye a su espalda el sonido
de cerrojos que se abren. Es su padre, un hombre de
unos cincuenta años, de rostro agradable y curtido,
con un jersey que no es de presidiario y jeans. Hay un
doble cristal entre ellos y tienen que hablar con
micrófonos. Hay un funcionario de la penitenciaría
tras él. Ann y su padre se miran y semisonríen con
timidez. El padre parece avergonzado, siempre evita
la mirada directa con Ann.

ANN

Hola.

PADRE

¿Qué tal?... Annie.

Por un momento no saben qué decirse. El padre sé


mira las manos cruzadas. Ann saca una foto de Penny
y Patsy, la pega al vidrio para enseñársela a su padre.

ANN

Son Penny y Patsy. Penny tiene seis años y Patsy


cuatro...

PADRE
Vaya, son muy guapas... No has perdido el tiempo...

101
ANN

No.

PADRE

¿Y tu marido?

ANN

¿Don? Construye piscinas...

PADRE

Conque piscinas.

ANN

Sí... Le va bien...

PADRE

Yo, aquí hago algún trabajo, ¿sabes? Ensámblame


zapatillas deportivas... Una zapatilla deportiva
puede tener hasta 86 piezas. ¿Lo sabías?

ANN

No.

PADRE

Aquí cosemos los laterales, luego en otras peni-


tenciarías las terminan. Es un buen trabajo.

ANN

Sí...

PADRE

No tienes que pensar en nada si coses zapatillas...

ANN

No, claro...
PADRE

Y la gente siempre va a necesitarlas...

Ann asiente sin emitir sonido alguno. El padre parece


más animado al hablar de la única cosa de la que
puede hablar sin avergonzarse.

102
PADRE

Ann, supongo, supongo que tu madre me odia aún...

ANN

Mamá odia al mundo..., papá.

PADRE

Ya, pero debe odiarme más a mí...

ANN

A ratos...

PADRE

Algunas personas no podemos... no podemos llevar la


vida que otros quieren para nosotros...

ANN

No, no...

El padre parece estar hablando de cosas sobre las que


ha pensado mucho tiempo sin llegar a ninguna
conclusión.

PADRE

No es posible, aunque lo intenten... Yo lo intenté...

ANN

Sí.

PADRE

¿Me crees, verdad?

ANN

Sí.

PADRE
Vino a verme una vez... hace cinco o seis años, no
recuerdo.

ANN

No me lo dijo.

103
PADRE

Me dijo que iba a pedir el divorcio para casarse con el


dueño de una cadena de concesionarios de algo, no
recuerdo de qué... freidoras o algo así y que os ibais a
Canadá a vivir... Yo le dije que sí que le daba el
divorcio, lo que quisiera, que me alegraba por ella y
por ti... que por fin iba a tener la vida que quería...
Pero los papeles del divorcio no llegaron nunca y
además se lo noté, que no era verdad, que no existía
ningún dueño de concesionario, que no iríais a
Canadá, ni a ningún otro sitio.

ANN

Sigue trabajando en el hotel...

PADRE

Es duro no saber hacer feliz a alguien a quien quieres,


¿sabes? Es como querer a alguien y no quererle de la
manera en que quiere ser querido... Bueno, es un lío...
¿Y tú?

ANN

¿Yo?

PADRE

El de las piscinas, ¿te hace feliz?

ANN

Don y yo nos llevamos bien... Discutimos pero nos


llevamos bien...

PADRE

Tu madre, ¿está bien?

ANN

Sí... está bien.

PADRE
Si me das el número de pie de las niñas puedo
enviarte zapatillas...

104
ANN

Bien.

PADRE

La comida no es mala, ¿sabes? Y no te creas todo lo


que dicen de los funcionarios de prisiones.

Hay unos momentos de silencio. Ann mira con


intensidad a su padre.

ANN

Me gustaría tocarte la cara... recuerdo el tacto de tu


cara... He olvidado muchas cosas pero recuerdo eso y
recuerdo, me acuerdo... que muchas veces, ponías un
disco en el que sonaban cascabeles y que
inmediatamente salías de casa.

PADRE

Me gustaba oír esa música desde la calle, mientras me


alejaba. No sé porqué.

ANN

Era bonita, siempre ponías la misma.

PADRE

Era la serenata de las mulas...

ANN

Era muy bonita...

Ann se levanta, como si se diera cuenta de que eso es


todo lo que quería decirle a su padre.

ANN

Cuídate, papá...

PADRE

Sí, tú también cuídate... Acuérdate de las tallas de las


niñas, ¿ok?

ANN

Sí.

105
Ann deposita un beso en el cristal con la mano y se va.
Su padre se queda allí, visiblemente afectado como si
supiera que Ann no le va a enviar las tallas de sus
nietas. Se levanta.

SEC 75. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

Ann está en la cama, pálida y demacrada,


empequeñecida. Las niñas se despiden de ella. Don la
mira con preocupación.

PENNY

Ponte buena, mami, descansa mucho.

PAT5Y

Abrázame...

Ann abraza a sus hijas.

DOW

¿Estás segura que es sólo una anemia? ¿No deberías


ver a otro médico?

ANN

No, en serio, me hicieron toda clase de pruebas, he


estado tomando vitaminas... y... y me recomendaron
mucho reposo, así que ya sabéis... enfermeros... ahora
tenéis que cuidarme a mí... y venga, que llegaréis
tarde al colegio...

Ann intenta por todos los medios estar animada. Al


fin Don sonríe también, se inclina para besarla.

DON

Me gusta la idea de cuidarte...

ANN

A ver qué tal lo haces...

Don sale con las niñas del remolque. Ann se tumba en


el lecho y cierra los ojos.
106
SEC. 76. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

Ann está en la mesa de la cocina, bebiendo un vaso de


leche, despacio y grabando dos nuevas cintas...

ANN

Querido Don, quiero que entiendas porqué no te dije


que me iba a morir, es que, ése era... el único regalo
que podía haceros a ti y a las niñas, ahorraros el
sufrimiento, los viajes al hospital, la espera... Es mejor
que haya pasado todo esto sola, si lo piensas bien, es
así... aunque ahora te des golpes en la pared y me
maldigas un rato por no haber confiado en ti... Ahora
tienes que sacar adelante a las niñas y estar alegre y
hacerles la vida alegre. Invéntate un cielo para mí, no
dejes que me recuerden con pena, recuerda todas las
cosas buenas que hemos pasado juntos, tú siempre
serás el chico que se quitó la camiseta para que
pudiera secarme las lágrimas...

Ann empieza a cantar la canción de «Smell like teen


spirit».

SEC. 77. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR. DÍA

El vaso de leche está vacío y Ann se dispone a grabar


otra cinta.

ANN

Querida mamá, imagino que tú no me perdonarás


nunca que no te dijera que iba a morir... Una cosa más
que reprocharle al mundo y a Dios, en el que no
crees... Mamá, hubo un momento en mi vida en que
yo te perdoné por haber amargado mi infancia y
adolescencia con tu incapacidad para disfrutar de la
más pequeña cosa en nombre de los agravios que has
sufrido y sigues sufriendo, como si el hecho de ser
pobres y de que papá estuviera borracho ese día en
que llovía y mató a esos niños fueran parte de un plan
concebido por

107
alguien que te odiaba para arruinarte la vida. Basta,
mamá. Oh, ahora sé que estoy siendo dura contigo,
perdóname. Siempre he sido dura contigo, lo siento, te
quiero y sé que me quieres y que adoras a las niñas.
Por favor, díselo, demuéstraselo cada día. Intenta
disfrutar un poco, sólo un poco de las cosas, ayuda a
Don y cuéntales a las niñas los cuentos que tú quieras,
aunque sean las películas de Joan Crawford...

SEC. 78. COCHE DE LEE. INTERIOR. DÍA

Lee conduce, llevando a Ann dormida. De cuando en


cuando la mira, como si no pudiera creer que la lleva
al lado. Suena una canción de Blossom Dearie “Try
your wings”. Ann despierta.

ANN

¿Dónde vamos?

LEE

¿Tú qué crees?

ANN

¿Vamos a Shrimps'n prawns?

LEE

Sí, dijiste que te gustaban las gambas. ¿Quieres que


vayamos a otro sitio?

ANN

No... me gustan... Me gusta ese sitio, nunca he estado,


pero me gusta...

LEE

¿Estás bien?

ANN

Sí... Tu hermana sabe escoger las canciones.

Ann vuelve a colocar la cabeza en el hombro de Lee.


108
SEC. 80. INTERIOR RESTAURANTE. INTERIOR. DÍA

Uno de esos restaurantes de madera oscura,


especializados en pescado, donde te dan un babero de
papel si pides un bogavante. Un camarero les sirve un
plato lleno de gambas a cada uno. Lee parece muy
animado. Y Ann intenta estar animada. Están cogidos
de la mano.

LEE

¿Por qué todos estos sitios tienen las paredes de


madera oscura?

ANN

Intentan que creamos que estamos en un barco...

Ann intenta sonreír a Lee. Coge un trocito de pan, lo


mordisquea. Obviamente es incapaz de comer una
sola gamba.

LEE

Me gustaría llevarte a tantos sitios...

ANN

Cuéntame los sitios a los que me llevarías.

LEE

Te llevaría al sur de Chile, a Atacama, es un desierto


blanco, con casas azules, el amanecer más extraño que
he visto nunca, el cielo era verde, te lo juro... y al sur
de Argentina, en la época del deshielo, cuando
bloques del tamaño de un edificio caen a un lago y
sientes el golpe en el corazón... No sé si te gustaría
Alaska, a mí empezó a gustarme justo cuando tenía
que irme. Esas cosas pasan a menudo cuando eres un
agrimensor, porque cuando dejas de medir, es cuando
lo ves todo de verdad... Ann, no estás comiendo...

Ann empieza a llorar.

ANN
Nunca veré nada de todos esos sitios, nunca... Sigue
contándome, por favor...

109
LEE

¿Qué te pasa? ¿Qué te pasa, amor mío?

Ann se levanta y vuelve a caer en el asiento. Se saca


una pastilla del bolsillo y con dificultad la traga con
un vaso de agua.

LEE

No vas a contármelo, ¿verdad?

ANN

Recuerda mi diez por ciento... Por favor. Necesito salir


de aquí...

Ann se levanta y Lee corre a su lado, la coge por la


cintura. Ann le susurra algo al oído.

ANN

¿Puedes decirles que te envuelvan las gambas?

Lee ayuda a Ann a salir del restaurante.

SEC. 81. EXTERIOR PARKING RESTAURANTE.


EXTERIOR. DÍA

Ann está llamando desde una cabina en el parking del


restaurante. Lee está a unos metros de ella, apoyado
en un muro gigante donde anuncian el restaurante,
con los recipientes de shrimps to go en la mano, sin
querer oír lo que está diciendo. Ahora ella cuelga el
teléfono y se reúne caminando despacio con él.

ANN

Tienes que irte... Va a llegar en diez minutos. Trabaja


cerca de aquí.

LEE

¿No quieres que vayamos al hospital?

ANN
No... no es nada grave, me pasa a veces, necesito
descansar, es todo... Es mejor que Don venga a
recogerme...

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LEE

Ann, yo... tengo algo que decirte y tengo que decírtelo


ahora...

ANN

Lee...

LEE

Te quiero... Estoy enamorado de ti. Creo que el


mundo es un poco menos malo porque tú existes,
siento que podría pasar el resto de mi vida contigo y,
todas esas cosas... ya sabes... palpitaciones, temor,
angustia, alegría, miedo... ganas de tocarte
constantemente... Y protegerte a ti, y a tus hijas y hasta
conseguirle un buen trabajo a tu marido y una casa
que no tuviera ruedas.

Lee intenta bromear, pero no le sale muy bien. Ann


intenta bromear también. Está más pálida que nunca.

ANN

¿No te estarás pasando? Suena como el clásico caso de


enamoramiento.

LEE

Sí, el clásico, con el clásico marido que va a llegar de


un momento a otro y con el clásico bajón, cuando te
vayas con él en el coche y las clásicas lágrimas, en fin...

Ann le besa levemente. Él la abraza.

LEE

Ya me voy. Pero voy a vigilarte.

Lee se va, pero vuelve y abraza a Ann un instante. Se


vuelve a ir.

LEE

Estaré en el coche... No se te ocurra irte con otro... que


no sea tu marido.
Ann intenta sonreír, sin mucho éxito...

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SEC. 82. INTERIOR COCHE LEE. INTERIOR. DÍA

Desde el punto de vista de Lee, vemos a Don bajar del


coche, abrazar a Ann y a ambos, entrar en el coche y
partir. Ann ha dirigido una breve mirada a Lee. Él se
aparta de un manotazo las lágrimas con rabia. Como
si supiera que ésta es la última vez que va a verla.
Pone la música de Senza Fine. La apaga enseguida.

Arranca el coche. Lo apaga. Sale del coche. Intenta


respirar.

SEC. 83. INTERIOR REMOLQUE. INTERIOR.


NOCHE

Don, las niñas y la vecina, están poniendo la mesa.


Ann está tendida en la cama, oímos su voz detrás de
la cortina...

ANN

Ann, es una vergüenza invitar a alguien para que lo


haga todo él mismo...

VECINA ANN

No tengo que hacer nada... sólo calentar las gambas...

DON

Todavía no he entendido porqué tuviste que ir a


Shrimps'n Prawns, encontrándote así...

ANN

Creí que me encontraba mejor de lo que me encon-


traba, ya te lo he dicho...

VECINA ANN

Una anemia fuerte no es cosa de tomársela a la ligera,


Ann, debes descansar.

DON

Haz caso a la enfermera Ann, Ann.


La vecina y Don se echan a reír, también las niñas.

PENNYYPATSY

Ann, Ann, Ann, ANN, ANN, ANNANNANN...

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VECINA ANN

Niñas, Don, lavarse, manos, vamos...

Ahora estamos tras la cortina con Ann, tendida,


escuchando los sonidos en sordina del grifo, las risas
de las niñas, las bromas de Don, que parece sim-
patizar con la enfermera. Los sonidos de los cubiertos
entrechocando, las niñas pinchándose al intentar pelar
las gambas. Los vasos que se derraman con gritos: la
vida doméstica en su trágico esplendor. Ann cierra los
ojos despacito.

ANN (OFF)

Rezas para que ésta sea tu vida, tu vida sin ti... Para
que las niñas quieran a esa mujer que se llama como
tú, para que tu marido acabe por quererla, para que
vivan en la casa de al lado y las niñas jueguen a
muñecas en el remolque recordando apenas a su
madre, que dormía de día y las llevaba en canoa...
Rezas para que tengan momentos de felicidad tan
intensos que cualquier pena a su lado parezca
pequeña. Rezas no sabes a qué, ni a quién, pero rezas.
Y ni siquiera sientes nostalgia por la vida que no
tendrás porque para entonces, habrás muerto y los
muertos no sienten nada, ni siquiera nostalgia.

Fundimos a blanco lentamente.

SEC. 84. INTERIOR COCHE LEE. INTERIOR. DÍA

Unas manos depositan una cinta en una cásete.

ANN (OFF)

Querido Lee, imagino que cuando te llegue esta cinta


ya sabrás que he muerto y en fin, esas cosas... A lo
mejor estás enfadado conmigo, o dolido, o triste o
hecho polvo o todo junto... Sólo quiero que sepas que
me enamoré de ti, que no me atreví a decírtelo porque
pensé que de alguna manera lo sabías y no creía que
tuviera tan poco tiempo... bueno, tiempo es la única
cosa que no

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me ha sobrado últimamente... La vida vale más de lo
que crees, amor mío, eso lo sé, porque tú llegaste a
enamorarte de mí, sólo viendo un, ¿cómo era?, ¿un
diez, un cinco? Quizás si me hubieras conocido del
todo no te hubiera gustado... O me hubieras
querido a pesar de todo, ya no lo sabremos...

Ah, una última cosa, por amor de Dios, Lee, pinta las
paredes de tu casa y COMPRA muebles, ¿me oyes? No
quiero que la próxima mujer que lleves a casa se lleve
una idea equivocada y salga corriendo, no todas están
tan mal de la cabeza como yo. Me encantó bailar
contigo.

Con estas palabras de banda sonora, vamos viendo


diversas de personajes que han salido en la película: la
camarera del coffe shop recortando una foto de
Britney Spears; la obsesa de Mili Vanili enseñando a la
de Lleida unos pasos de coreografía, sin mucho éxito;
el doctor Thompson ordenando las cintas en su
despacho por años; Laurie comiendo una zanahoria
con cara de mala leche; las niñas, Don y la vecina
paseando por Whalebay beach; la madre de Ann
flirteando en un bar con Seymour, y finalmente Lee en
su casa, todavía vacía, pero en la que hay un
televisor... En fin, FIN.

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