Levitación magnética
La levitación magnética, también conocida por su acrónimo inglés Maglev, es un método por el
cual un objeto es mantenido a flote por acción únicamente de un campo magnético. En otras
palabras, la presión magnética se contrapone a la gravedad. Cabe decir que cualquier objeto
puede ser levitado siempre y cuando el campo magnético sea lo suficientemente fuerte.
El teorema de Earnshaw demuestra que utilizando únicamente el ferromagnetismo estático es
imposible hacer a un objeto levitar establemente contra la gravedad, pero el uso de materiales
diamagnéticos, servomecanismos o superconductor hacen posible dicha levitación.
Las aplicaciones más comunes de la levitación magnética son los trenes Maglev, el rodamiento
magnético, y la levitación de productos para su exposición. En un futuro, y si llegamos a controlar
la fusión nuclear, otra utilidad de la levitación magnética podría ser la levitación del plasma. Esta
sería la única manera posible ya que a los millones de grados en los que ocurre este fenómeno
derretirían cualquier contenedor.
¿Qué es levitación magnética?
Llamamos levitación magnética al fenómeno por el cual un material puede levitar gracias a la
repulsión existente entre los polos iguales de dos imanes o bien debido a lo que se conoce como
“Efecto Meissner”, que explicaremos más adelante, que es una propiedad inherente a los
superconductores.
La superconductividad es una característica de algunos compuestos, los cuales, por debajo de una
cierta temperatura crítica, no oponen resistencia al paso de la corriente; es decir: son materiales
que pueden alcanzar una resistencia nula. En estas condiciones de temperatura son capaces de
transportar energía eléctrica sin ningún tipo de pérdidas, y además poseen la propiedad de
rechazar las líneas de un campo magnético aplicado. Se denomina “Efecto Meissner” a esta
capacidad.