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295-La Cobertura Educativa en La Educación Superior en México2

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POLÍTICA EDUCATIVA DE COBERTURA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN

MÉXICO

¿AMPLITUD DE MATRÍCULA Y/O CALIDAD EDUCATIVA?

M.T.E. SILVIA ANDRELI DÍAZ NAVARRO1

M.T.A. LUIS GABRIEL MATEO MEJÍA2

Resumen: En el siguiente ensayo de plantea el debate que subsiste de fondo en


las políticas públicas y educativas, buscando ante los hechos contrastables, la
asertividad del criterio que puede conducir a la búsqueda de la matrícula, sin
demerito en la calidad de los procesos educativos o de enseñanza-aprendizaje. Al
revisar las últimas cifras y estado del arte en la educación superior se visualizan
aspectos a concientizar en los jóvenes que pretenden lograr una formación
profesional.

Palabras Clave: Política educativa, cobertura, calidad educativa, índice de


deserción y reprobación, índice matricular.

Abstrac: On this essay it´s considered the discussion of educational public policy.
Especially higher education, which contents are focused to coverage, more than
quality. On this paper it´s looking for criteria for evaluating creative solutions or
ideas for new philosophy of education. Young proffesionals need to have more
conscience of training.

1
M.T.E. Silvia Andreli Díaz Navarro. Licenciada en educación Preescolar, Licenciada en Pedagogía y Maestra
en Tecnología Educativa. Adscrita al área de Desarrollo Académico en el Instituto Tecnológico Superior
P´urhépecha. Casto 280. Col. Centro. C.P. 60250. Paracho, Michoacán, <[email protected]>.
2
M.T.A. Luis Gabriel Mateo Mejía. Licenciado en Filosofía por el IF de Guadalajara y Maestro en Tecnología
para el Aprendizaje por la UDG., Jalisco. Docente del Instituto Tecnológico Superior P´urhépecha.
Actualmente estudiante de la Ingeniería en Desarrollo de Software en UNADMÉXICO. Amado Nervo. 222-9.
C.P. 60250. Paracho, Michoacán, <[email protected]>.

1
Key Words: Educational policy, coverage, educative quality, registration, school
retention.

1.- Introducción

Sin lugar a dudas, la educación es un aspecto trascendental en el progreso de las


naciones, es el elemento que brinda las habilidades, conocimientos y aptitudes, a
través de las cuales, el ser humano promoverá el desarrollo social, cultural,
tecnológico, etc., requerido por cualquier sociedad.

Dentro del conjunto de tópicos que engloba el estudio de la educación, se


encuentra el relacionado con las políticas educativas. Así pues, la educación tiene
como una de sus partes medulares, el establecimiento de leyes o políticas que
orientan el rumbo a seguir por dicho proceso. En ésta ocasión, se considera
indispensable retomar el análisis de la política educativa de cobertura y su impacto
en la calidad de la educación tecnológica superior en México.

El tema de política educativa, específicamente lo relacionado con la cobertura, es


uno de los aspectos educativos, que se han estudiado en numerosas ocasiones,
debido a su trascendencia y política. No obstante, se desea tener un panorama
más amplio y concreto, acerca de las consecuencias que puede traer al sector
estudiantil, el ingreso, sin cubrir el rendimiento adecuado o la calidad educativa
necesaria. Hecho que puede originarse por el motivo de abastecer un indicador o
meta en el crecimiento de la matricula.

En este sentido, cabe señalar que no se plantea un punto negativo a generalizar


para todas las instituciones, sino más bien, este análisis, pretende ser un espacio
de reflexión, sobre las posibles consecuencias que origina el buscar matrícula sin
tomar en cuenta al individuo como tal o las habilidades de ingreso requeridas, para
el nivel superior.

2
Ante todo, se presenta una reflexión, que lejos de minimizar la importancia de la
cobertura a nivel nacional, intenta razonar sobre la eficacia de las políticas
educativas en instituciones de educación superior tecnológica.

2.- Política educativa en México.

Con respecto al Estado mexicano, se han elaborado diversas políticas educativas


a lo largo de los últimos sexenios; las cuales, han repercutido sobre su efectividad
los procesos de enseñanza – aprendizaje.

Primeramente, es primordial responder a la pregunta ¿Cómo se definen las


políticas educativas? Las políticas educativas son la base de los modelos
académicos y administrativos, aplicados en las instituciones de educación. Es
decir, son aquellas elaboradas por un sector de la población, considerando
criterios sociales, económicos o constitucionales, las cuales definen el rumbo a
seguir por las escuelas, en aspectos relacionados con su organización escolar,
cuestiones administrativas, curriculum e infraestructura (Iyanga, 2011).

Así pues, a través de la definición dada, se puede inferir el impacto que estas
normas tienen en la educación de un país, México en nuestro caso. Un aspecto a
considerar, reside en el hecho de que las políticas educativas tienden a ser
planeadas en base a requerimientos, como son: el nivel económico de la
población a la que se dirigen, la situación social de la misma, así como las
necesidades mostradas en ella, (Iyanga, 2011).

En ocasiones, se ha visto como las instituciones de nivel superior, se debaten


entre un conjunto de dilemas. Ejemplo de esto: la necesidad de adquirir un cierto
número de matrícula o la calidad educativa que debe ofrecerse al educando.
Puede parecer peculiar, no obstante, si se analiza con detenimiento, son aspectos
que deben tomarse al momento de emitir un juicio de valor, pues de ello, se
obtienen los mecanismos para mejorar el funcionamiento de estos sistemas.

Como resultado, surgen dos preguntas ¿Es conveniente sacrificar la calidad de la


educación que se ofrece a los estudiantes, en vías de ofrecer una mayor

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cobertura? ¿Las instituciones educativas están ‘obligadas’ a cumplir con un
indicador de matrícula, pese a las deficiencias con las que puedan ingresar los
alumnos? Preguntas que no se alejan de un controversial debate, pero que
requieren ser precisadas con el paso cambiante del tiempo y con la necesidad de
precisar el contexto actual de la educación mexicana.

Se precisa que la promoción de la exclusividad de la educación no es parte de las


políticas educativas señaladas, sino por el contrario, es la profundidad del criterio
que implican, lo que se hace objeto de análisis, de forma especial, se quiere
profundizar en las consecuencias de aquellas instituciones que acrecientan su
matrícula, en una proporción mayor a su calidad educativa. Uno de los desafíos de
las políticas públicas del siglo XXI, es sin duda, mejorar la calidad y no sólo
limitarse a aumentar la cantidad de los servicios, (Hernández, 2008).

De la misma manera, su aspecto controversial recae en sus bases filosóficas,


donde se plantea como una de las finalidades dentro del ámbito de las políticas
educativas, la cuestión del bien común, (Sophia, 2007). Partiendo de las ideas
externadas en dicha revista, una política educativa tiene como objetivo buscar el
beneficio para toda la sociedad, - dejando atrás los intereses particulares o de un
grupo de personas -. Con el objetivo de lograr fácilmente la incorporación de éstos
a la sociedad. Con base en ello, las políticas anteriores están cubriendo la
necesidad de los jóvenes a acceder a la educación, no obstante, ¿están cubriendo
ese bien común al cien por ciento?

Reflexionando sobre ello, se infiere que la incorrecta aplicación de políticas de


cobertura, puede no permitir que el alumno o el joven estudiante, se integre a la
vida social y laboral. La oportunidad de estudiar una carrera en particular, como
las que se ofrecen en el nivel superior de índole tecnológico, sin contar con las
habilidades necesarias, origina la deserción o el bajo rendimiento académico. Lo
cual será motivo de una falta de integración a la sociedad. En otras palabras: “En
México nos hemos enfocado en aumentar los espacios educativos al alcance de
los jóvenes; pero hemos puesto menos atención a cuidar la calidad de la

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enseñanza. Los resultados están a la vista: el sistema educativo está fallando, en
todos sus niveles, en desarrollar habilidades”, (Rivera, 2012, s.p.)

En este sentido, a nivel mundial se observan cambios en cuestión de políticas


educativas, pues hay un interés evidente por mejorar la calidad de la educación.
Lo cual se forja como una prioridad ante aspectos como cobertura y costos. Por
ejemplo, en México hay una necesidad de aplicar sistemas de evaluación con el
objetivo primordial de buscar una manera de mejorar la calidad educativa
(Hernández, 2008).

Ahora bien, definiendo las políticas educativas de México, es preciso mencionar


que hay diversidad de reglamentos, los cuales, han sido elaborados con el objetivo
de regir al interior del sistema educativo. Como ley reguladora de la educación en
general, que se encuentra el Artículo 3° Constitucional, y Ley General de la
Educación por ejemplo. De los documentos anteriores y del análisis social,
económico, cultural, etc. emanan distintos programas, de los cuales, para efectos
de este ensayo, destaca el Programa Sectorial de Educación 2013 – 2018 y el
Programa Institucional de Innovación y Desarrollo 2013-2018 del Tecnológico
Nacional de México (PIID 2013-2018).

a) Programa Sectorial de Educación 2013 – 2018

Primeramente, es prudente hacer una presentación sobre qué es el programa


sectorial, cuáles son sus fundamentos y las propuestas establecidas en lo relativo
a la educación superior para el periodo 2013 – 2018.

Constitucionalmente, los Artículos 25 y 26 refieren la importancia de llevar a cabo


un proceso a través del cual se planteen las estrategias o mecanismos para
establecer las propuestas para el desarrollo del país. Derivado de lo anterior, se
formuló la Ley de Planeación, que en su Artículo 21, expone la necesidad de que
al inicio de cada periodo de la Presidencia de la República, se elabore el Plan
Nacional de Desarrollo. Este plan constituye la base para la realización de los
demás programas sectoriales, es decir, los correspondientes a los diversos

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sectores sociales del país. En consecuencia, se desprende el Programa Sectorial
de Educación 2013 – 2018 (Secretaría de Educación Pública, 2013).

El programa Sectorial de Educación 2013 – 2018, tiene como fundamentos


teóricos, dos leyes muy importantes: el Artículo 3° de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos y la Ley General de Educación (Secretaría de
Educación Pública, 2013).

Para tener un panorama general de la estructura de este programa, se mencionan


los elementos que lo conforman. Un marco normativo; un primer capítulo sobre el
diagnóstico de los diferentes niveles educativos del país; el capítulo dos, donde se
presentan las metas nacionales que se pretenden alcanzar en el periodo de
gobierno 2013 – 2018; el capítulo tres, conformado por objetivos, estrategias y las
líneas de acción respectivas; capítulo cinco, donde muestran los indicadores a
alcanzar; por último, el apartado de Glosario y recursos y responsables de
ejecución.

En efecto, el Programa Sectorial de la presente administración, pretende


implementar estrategias para mejorar la calidad educativa como una de sus
prioridades, sin dejar a un lado la estrategia de cobertura. De hecho, los seis
objetivos que plantea dicho programa, han sido enfocados al logro de la cobertura
y la calidad (Secretaría de Educación Pública, 2013). De la totalidad de esos
objetivos, este análisis se realizará en los objetivos dos y tres, debido a que son
directamente relacionados con el tema de la educación superior.

Para ello, conviene hacer la siguiente pregunta ¿La calidad sugerida para el
desarrollo del nivel superior, específicamente en los tecnológicos del país, implica
el acceso y permanencia de alumnos, con perfil de ingreso fuera de los
parámetros considerados como deseable?

En primer lugar, es preciso revisar el objetivo número 3, del Programa Sectorial


2013 – 2018:

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“Objetivo 3. Asegurar mayor cobertura, inclusión y equidad educativa entre todos
los grupos de la población para la construcción de una sociedad más justa”
(Secretaría de Educación Pública, 2013, p.54).

Es importante considerar el tema la cobertura y su relación con la calidad


educativa de los estudiantes, planteamiento primordial. Consecuentemente, es
preciso definir, ¿qué es la cobertura? La cobertura es la capacidad de ofrecer
educación a toda la población de cualquier lugar de un país, desde la educación
básica hasta el nivel superior, con la finalidad de acrecentar el nivel educativo de
cada una de las personas, independientemente del contexto en el cual se
desenvuelven, (UNESCO, 2004).

Es conveniente también explicar el término inclusión, el cual puede confundirse


con la definición de equidad educativa. Dicho concepto alude a un significado
distinto, pues la inclusión es un proceso a través del cual se pretende que la
educación sea dirigida a todas las personas que corren el riesgo de ser excluidas
de este derecho, por cuestiones culturales, de discapacidad, etc. (UNESCO,
2015). Aunado a lo anterior y de forma general, inclusión es el término que
significa eliminar todos aquellos obstáculos, que impiden a las personas expresar
sus habilidades (Sen, 1999, mencionado por Buvinic, 2004).

Por último, equidad educativa no limita su aplicación al acceso de los individuos a


un sistema educativo, sino que su concepción es mucho más amplia, al englobar
una estrategia que asegurara la calidad y cantidad de los recursos empleados en
un proceso educativo, con la finalidad de asegurar resultados significativos
relacionados con el desarrollo de habilidades y competencias por parte de los
alumnos (Aguilar, 2008). Específicamente el Programa Sectorial 2013- 2018, ha
delimitado la finalidad de la cobertura, inclusión y equidad educativa dentro de las
siguientes estrategias:

 Fortalecer la planeación y mejorar la organización del Sistema Educativo


Nacional para aumentar con eficiencia la cobertura en distintos contextos.

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 Impulsar nuevas acciones educativas para prevenir y disminuir el abandono
escolar en la educación media superior y superior

Como se puede observar en las definiciones anteriores, la educación en México


está centrada en seguir ampliando la oferta educativa de los diferentes niveles, en
toda la población del país, independientemente de su condición social, económica,
etc., buscando que esa educación cubra las necesidades de México. Sin embargo,
es evidente que no es suficiente incrementar la educación en cantidad, pues
aunque es un aspecto importante, el reto que persiste, es conseguir una
educación de calidad (Amador, 2008). Ahora bien ¿Qué promueve dicho programa
para fortalecer la calidad educativa?

Para iniciar, dentro del Programa Sectorial 2013-2018, es preciso mencionar el


objetivo y las estrategias que hacen referencia a esta característica. El objetivo
número 2 y la estrategia 2.3 plantean lo siguiente: (Secretaría de Educación
Pública, 2013):

Objetivo 2. Fortalecer la calidad y pertinencia de la educación media superior y


formación para el trabajo, a fin de que contribuyan al desarrollo de México.

Estrategia 2.3. Continuar el desarrollo de los mecanismos para el aseguramiento


de la calidad de losprogramas e instituciones de educación superior.

El objetivo general, busca desarrollar una educación en la cual los estudiantes


acrecienten al máximo sus destrezas, habilidades – es decir, sus competencias –,
para su vida laboral. Lo cual beneficia la obtención de aspectos cultuales, bagaje
científico y tecnológico en el país. A nivel de la estrategia 2.3, el análisis de sus
acciones específicas, deriva en la identificación de actividades, como la búsqueda
de fondos económicos extraordinarios para apoyar la educación, la aplicación de
evaluaciones a programas académicos, regulaciones administrativas, formación
docente, becas a estudiantes, reformas legales en cuestión de capacitación del
personal académico, cuidar el perfil de egreso de los alumnos para un desempeño
académico posterior y la generación de programas académicos flexibles
(Secretaría de Educación Pública, 2013).

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Consecuentemente, se hace alusión al objetivo 3 y las estrategias 3.1 y 3.2,
debido a que retoman aspectos relacionados a la calidad. Se mencionan dichos
apartados establecidos en el Programa Sectorial 2013-2018, de la Secretaría de
Educación Pública (2013):

Objetivo 3. Asegurar mayor cobertura, inclusión y equidad educativa entre todos


los grupos de la población, para laconstrucción de una sociedadmás justa.

Estrategias:

3.1. Fortalecer la planeación y mejorar la organización del Sistema Educativo


Nacional para aumentar con eficiencia la cobertura en distintos contextos.

3.2. Impulsar nuevas acciones educativas para prevenir y disminuir el abandono


escolar en laeducación media superior y superior.

Analizando con detenimiento las acciones que engloba la estrategia 3.1, es


evidente que el gobierno busca dotar de los recursos financieros y de planeación,
para el acrecentamiento de centros escolares. En tanto que, el punto 3.2 está más
orientado a la asignación de los apoyo pedagógicos, culturales y académicos
necesarios para asegurar la permanencia de los alumnos en las instituciones.

Como se observa, existe una clara tendencia a asegurar un mayor número de


personas logren ingresar al nivel superior, es decir, una mayor cobertura. En
cuestión de calidad se resaltan aspectos de apoyo académico como son: tutoría,
capacitación docente, actividades extraescolares, principalmente.

En base a lo anterior, se infiere el interés creciente del gobierno nacional, por


generar los recursos humanos, económicos y académicos suficientes, para el
buen desempeño de los estudiantes, tanto dentro de la institución educativa como
fuera de ella. Es decir, cobertura y calidad se han vuelto pilares indispensables
para el desarrollo de la educación, lo cual debe ser un punto de partida para
valorar si la realidad educativa del país, muestra tal situación. Ahora bien, es
conveniente revisar el Programa Institucional de Innovación y Desarrollo 2013 -

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2018, programa que permitirá aterrizar un poco al tema que atañe a este ensayo:
la educación superior tecnológica.

b) Programa Institucional de Innovación y Desarrollo 2013 -2018

En lo relativo a este apartado, se presentan las reglas que orientan la actuación de


los Institutos Tecnológicos. Y debido a que se están retomando conceptos como
cobertura y calidad, se exponen los argumentos de los objetivos y estrategias que
se exponen.

De acuerdo con el Tecnológico Nacional de México (2014), el Programa


Institucional de Innovación y Desarrollo, se elaboró tomando como base al
Programa Sectorial de Educación 2013 – 2018. Este programa ha fijado alcanzar
la meta nacional, esta es: ‘México con Educación de Calidad’, para ello, tienen
como fundamentos el alcance de seis objetivos principales. Para los fines que aquí
atañen, se revisan los objetivos 2 y 3.

“Objetivo 2. Incrementar la cobertura, promover la inclusión y la equidad


educativa” (Tecnológico Nacional de México, 2014, 44). El objetivo anterior,
promueve que todos los individuos puedan acceder al nivel superior, evitando la
exclusión de la población, debido a diversas condiciones como clase social,
cultura, etc. De dicho objetivo se crearon estrategias para su consecución.

La estrategia 2.1, destaca por la definición de líneas de acción, cuyo propósito


primordial recae en la creación de nuevos tecnológicos para la captación de una
mayor cantidad de alumnos. Así mismo, se espera que los Tecnológicos que ya
están en funcionamiento, den más cabida a los interesados. Hoy en día, el sistema
educativo tecnológico nacional, cuenta con más de doscientos sesenta
instituciones, de las cuales ciento treinta son descentralizadas que dan educación
a nivel superior, (SES, 2016).

La estrategia 2.2, busca que los estudiantes accedan, permanezcan y egresen con
éxito de un sistema tecnológico. Para conseguirlo, plantean acciones como el
establecimiento de becas, el seguimiento a alumnos reprobados o desertores, el

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fortalecimiento de los Programas de Tutorías, mejorar los procesos administrativos
y los relacionados con los procesos de titulación, como los más destacables.

Tomando en cuenta a lo mencionado en la UNESCO (2004), uno de los factores


que pueden mostrar la eficacia o calidad de la educación es la reprobación y
deserción. Consecuentemente, para deducir el impacto que tienen las políticas
educativas en el aumento de la matricula y en el aumento de la calidad de la
educación, es necesario comparar dichos índices con los reportados por los
programas de la Dirección General de Planeación y Estadística Educativa.

c) Indicadores de reprobación y deserción escolar en el nivel superior.

En base, a lo establecido por la Dirección General de Planeación y Estadística


Educativa (2015), en las estadísticas correspondientes al ciclo escolar 2014 –
2015. Se hace un estudio de las principales tendencias de reprobación y deserción
que se suscitan en el nivel superior.

Primeramente, dentro de dicha estadística, el número total de alumnos de nivel


superior en la modalidad escolarizada y no escolarizada es de 3, 718, 995, esta
cifra no incluye a las personas que cursan el nivel de posgrado. Representa el
76.4% de los estudiantes de nuevo ingreso en una institución de educación
superior, con respecto al 100% de los alumnos egresados de la educación media
superior.

La cobertura, en cuestión de edad, según estas estadísticas, comprende entre los


18 a los 23 años, a sólo un 27.1% de la población de jóvenes de estas edades.
De la matrícula expuesta (3, 718, 995), el 7.1% de los estudiantes de 18 a 22 años
aproximadamente, ha abandonado sus estudios, lo cual significa un total de
264,048.64 desertores (Dirección General de Planeación y Estadística Educativa,
2015).

Como se observa, hay varios datos que reflejan que la educación a nivel superior,
se gesta en muy pocos alumnos, si se compara con el resto de la cobertura
nacional. Se infiere que los matriculados en el nivel superior, son todavía muy

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pocos, con respecto al porcentaje de alumnos que reciben cobertura en una edad
de 18 a 22 años. Por otra parte, el nivel de sigue siendo significativo con un
número de 264, 048, 64 desertores; y, más aún, no existe ningún indicador que
manifieste el estatus de reprobación de los estudiantes de nivel superior.

Sin embargo, atendiendo al indicador de Deserción que se ha expuesto, es viable


preguntarse ¿Está siendo la cobertura la solución a los problemas de la
educación? ¿La ampliación de la cobertura implica beneficios en la calidad
educativa?

3.- La cobertura y su relación con la calidad educativa.

Ya analizadas las políticas educativas que imperan en México, es imperativo


definir si efectivamente cobertura está teniendo un impacto positivo en la calidad
de la educación del país.

Anteriormente, se analizaron el Programa Sectorial de Educación 2013 – 2018, el


Plan Institucional de Innovación y Desarrollo 2013 – 2018 y los indicadores de
deserción y reprobación del ciclo escolar 2014 – 2015.

Ahora se analiza la categoría de calidad educativa, que es un elemento a


retomarse en mayor medida, sobre todo en la oferta educativa de nivel superior
tecnológico. El hecho de aceptar una gran cantidad de estudiantes, no garantiza
una mejora en la situación del país, si no se ofrecen las condiciones de calidad
necesarias para que los futuros egresados generen cambios sociales
significativos. De acuerdo con Tuirán, (2011), la cobertura alcanzada es una
tendencia positiva con la cobertura que se ha planeado para el desarrollo del
programa educativo a nivel superior, considerando a casi tres millones de
matriculados.

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Si bien Tuirán, (2011), analiza un fortalecimiento en los programas de instituciones
tecnológicas, que acrecientan y garantizan la calidad educativa, se reconoce
también la falta de matrícula que la representa, con respecto a los alumnos que
estudian en entidades vulnerables o con respecto a la creciente oferta de los
programas no escolarizados a nivel superior.

La cantidad de REVOES, (Reconocimiento de Validez Oficial por el Gobierno


Federal y la Secretaria de Educación Pública), otorgados, constituye para 2010 un
número calculado de 6000, implicando que la cantidad de REVOES cancelados,
no supera los mil. Se infiere una permanencia de instituciones y programas, más
que de aumento superior en alumnos acreditados con niveles de competitividad,
(Tuirán, 2010).

Es claro por una parte, el incremento de recursos económicos para el


fortalecimiento de la cobertura y la calidad, resaltando la cobertura de los
programas por sobre la calidad de los mismos, (Tuirán, 2010). Esto debido a que
los sistemas de evaluación en la educación superior, consideran el paradigma
tradicional como pertinente. El cual implica una integración y vinculación de las
necesidades de la sociedad con las de la formación profesional, (Municio, 2009).

El cambio al concepto calidad educativa, hoy en día, implica un mayor esfuerzo e


integración de las partes implicadas en los modelos formativos y matriculares,
debido a las necesidades y retos del sector económico, lo que contribuye a la
necesidad de obtención de certificaciones, aún con las deficiencias que pueda
implicar el proceso de aprendizaje, (Municio, 2009).

Debido a que los procesos de admisión han seguido los principios básicos de la
revisión de los contenidos esenciales de los programas educativos, (De los
Santos, 2001), se tienen una suposición del saber del sujeto, que en
consecuencia, puede distar de la verdadera realidad de dicho conocimiento. Ello
contribuye a una formación en competencias que lleva a los alumnos, a formarse
con cierto proceso de elementalidad, generando al egreso, una búsqueda de
trabajo que atiende más a las necesidades de una complementariedad de la

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carrera, más que una aplicación de competitividad profesional, (De los Santos,
20001). Se observa que la política de ingreso al nivel superior, se sigue
presentando como un proyecto de desarrollo gubernamental, cuyos objetivos
pueden evadir las verdaderas necesidades de aprendizaje.

Hoy en día, la estructura económica y política de México, implica alcances


internacionales y globales, lo que gesta una demanda de educación y formación
superior, que en muchas ocasiones sobrepasa a la oferta de las universidades
públicas o del estado, (De los Santos, 20001).

Se observa que la cobertura bruta sigue siendo prioridad de las políticas


educativas, debido al fuerte rezago educativo o a las necesidades de
comunidades alejadas del desarrollo citadino que tiene el mercado global en los
principales estados productivos del país, (Ordorika, 2012). El rendimiento y la
eficiencia terminal de las estructuras de nivel superior en gran medida se desfasan
de la necesidad de crecimiento que demanda el país. Dicha lentitud ocasiona una
compleja problemática de formación y aprendizaje, reto que requiere observación
a corto y mediano plazo, (Ordorika, 2012).

Se hace patente la continua necesidad de comprender el cambiante paradigma de


la funcionalidad y la formalidad en la que se desarrolla la educación, corriendo la
calidad, como imperativo y como estrategia para el nuevo uso de herramientas,
tanto digitales como no digitales. Se hace necesario, la exigencia de la superación
de medianos resultados en las estructuras burocratizadas del estado, de lo
contrario, el logro de los objetivos de educación plasmados en el plan nacional de
desarrollo, se alejan de la sustancialidad que implica el mismo proceso educativo,
(UNESCO, 2005).

De calidad en el concepto educativo a calidad en la escuela, es en definitiva, en


enorme reto en el marco de una filosofía de la educación postmoderna, cargada
de diversidad y pluralismos, espacios de injustica y colectivos de democratización
y autocrítica, (Schmelkes, 1994). Por lo que los ideales de justicia, consenso,
relevancia, derechos, equidad de género, pensamiento crítico, inclusión en los

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procesos de enseñanza-aprendizaje y aprendizaje significativo, vienen a resultar
referentes obligados para el éxito de cualquier proyecto educativo.

Conclusiones:

Resaltan algunos aspectos de importancia en el análisis sobre políticas


educativas. Hoy en día, el aspecto cobertura, implica un desarrollado aparato
estructural con el fin de llevar la educación a todo el país, sin embargo, resalta de
igual manera, la necesidad de falta de mecanismos pedagógicos que nos ayuden
como sociedad a integrar el proceso formativo más allá del espacio de la geografía
escolar.

Los nuevos paradigmas de educación, contienen una complejidad que resulta


visible y contrastante, con las formas tradicionales que pretenden obtener
resultados a toda costa. En este sentido, la concientización de una sociedad que
pueda asimilar el fenómeno educativo es no solamente favorable, sino altamente
recomendable.

Al momento de hablar de fenómeno educativo se busca plantear una filosofía


educativa que pueda integrar el crecimiento y el desarrollo, tanto humano como
profesional. En la actualidad, el imperativo de la calidad resulta obligado, más allá
del cumplimiento de la escolaridad y de las tradiciones de los modelos educativos
a corto plazo.

La calidad en los procesos de ingreso, certificación y egreso de todos los niveles


educativos, debe implicar una nueva perspectiva en la sociedad en conjunto. Se
precisa considerar los ideales de los valores que la civilidad contiene dentro del
ámbito educativo, es decir, asumir la responsabilidad del valor formativo como un
auto-proceso y no simplemente la obtención del trabajo institucional.

Para ello, las nuevas generaciones debemos asumir el reto de auto-conocernos,


autoformarnos y auto-educarnos, sin menospreciar los procesos institucionales,
pero sin caer en la tentación del autoengaño. La sociedad exige el reto de un

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profesional capaz de enfrentar los errores gestados por el prejuicio de las
tradiciones sociales.

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