National University College
NUC online division
Nursing Care In Mental Health
Ley 408
3.2 Tarea
Introducción
Las enfermedades mentales, a diferencia de los huesos rotos, son invisibles para todos
menos para quienes las experimentan. Pero su realidad no es diferente ni menos dolorosa. Muchos
sufrirán en silencio, sin saber que hay tratamientos útiles disponibles. Las enfermedades mentales
son condiciones de salud que implican cambios en las emociones, el pensamiento o el
comportamiento o una combinación de estos. Las enfermedades mentales están asociadas con
angustia y/o problemas que funcionan en actividades sociales, laborales o familiares.
En este trabajo estaremos exponiendo la utilidad de la Ley 408 para el enfermo psiquiátrico.
Se resumirán los derechos del paciente mental. En adición se explicará cuál es el deber del
profesional de la salud en cuanto al riesgo de suicidio. También se resumirá el sistema de cuidado
de salud mental para adultos descrito en el capítulo IV de la Ley Núm. 408 del año 2000. Finalmente
se resumirá los datos significativos y aportación personal en la conclusión.
La Ley Núm. 408 de 2 de octubre de 2000 es de suma importancia para la enfermería, ya que
los profesionales de enfermería son los encargados de prestar los cuidados necesarios a estos
pacientes en el nivel que lo necesiten y de velar por sus derechos. También es importante conocerla
para poder ofrecer un cuidado de calidad según los estándares establecidos y evitar errores que
conlleven a una acusación por mala práctica. En fin, todo profesional de enfermería debe tener como
prioridad el conocimiento de toda ley que envuelve el cuidado del paciente. La Ley número 408 o Ley
de Salud Mental de Puerto Rico fue creada en octubre de 2000 con el fin de establecer las
necesidades de prevención, tratamiento, recuperación y rehabilitación en salud mental.
Todo paciente de salud está cobijado por los siguientes derechos según se ha establecido en
el Capítulo III, de la Carta de Derechos de Adultos que reciben Servicios de Salud Mental de la Ley
408 del 2 de octubre de 2000, conocida como la Ley de Salud Mental de Puerto Rico:
A ser tratado con respeto y dignidad en un ambiente humano, que brinde seguridad y un cuidado
efectivo. A que se le diseñe un plan individualizado de tratamiento, recuperación y rehabilitación.
Tiene el derecho a ser informado del plan individualizado de tratamiento, recuperación y
rehabilitación y participar en el mismo. A ser escuchado, atendido y consultado en todos los asuntos
que afecten su condición y progreso. A conocer todo lo relativo a los servicios o tratamientos
propuestos en su plan. A negarse a recibir cualquier tipo de tratamientos y/o servicios, esta negativa
se extiende a medicamento y se le informará sobre los servicios y tratamientos alternos disponibles,
los riesgos y consecuencias que puede sufrir a rehusar recibir tales servicios y el pronóstico de
recibir o negarse a recibir los mismos. A tratamiento que imponga la menor restricción y aislamiento
físico- social. A la confidencialidad de su información como paciente. A solicitar participación de
Grupos o Personas de Apoyo. A recibir visitas en el lugar y horario designado para las mismas. A
que la hospitalización sea por el menor tiempo posible, hasta que esté en condiciones de trasladarse
a un nivel de cuidado de menor intensidad. A estar representado por un abogado y la libertad de
comunicación. A poseer y utilizar efectos personales y manejar sus bienes. También a presentar
quejas o querellas sobre violación a los derechos descritos en la Ley 408. A recibir servicios
ambulatorios médico hospitalarios, sin sufrir discrimen por razón de su condición mental. A no ser
Identificado como Paciente de Salud Mental, ni como expaciente, excepto cuando el paciente así lo
solicite o lo autorice bajo el procedimiento establecido para ello en la Ley 408.Finalmante tiene el
derecho al apoyo de su padre, madre, tutor y agencias de protección o asistencia a la persona al
momento de darle de alta.
La valoración del riesgo suicida es una de las más difíciles en la práctica psiquiátrica, debido a
la existencia de falsos positivos y negativos, y a la ansiedad que genera en el evaluador. Puede ser
realizada por la Enfermera Especialista en Salud Mental (correspondiendo la evaluación clínica al
psiquiatra y/o psicólogo), resaltando que en este tipo de pacientes los problemas encontrados serán
de colaboración, por lo que será necesario abordarlos en conjunto y por parte de todo el equipo
multidisciplinar, pues las actuaciones serán parte importante y necesaria dentro de un plan
terapéutico conjunto. Para la realización del protocolo de cuidados se realiza una Valoración de
Enfermería según los Patrones Funcionales de Gordon. Determinar la existencia y el grado de riesgo
de suicidio. Considerar la hospitalización del paciente si tiene un alto riesgo de conducta suicida.
Relacionarse con el paciente a intervalos regulares para transmitirle atención y franqueza, y para dar
oportunidad al paciente de hablar de sus sentimientos. Animar al paciente a buscar a sus cuidadores
para hablar, cuando se produzca el deseo de autolesión.
En resumen, sobre el sistema de cuidado de salud mental para adultos descrito en el capítulo
IV de la Ley Núm. 408 del año 2000 indica que los servicios de salud mental serán provistos en el
nivel de cuidado de mayor autonomía y terapéuticamente más efectivo dentro del concepto del
sistema de cuidado de salud mental, de acuerdo al diagnóstico y a la severidad de los síntomas y
signos de la persona al momento de ser evaluado. En cualquier nivel de tratamiento, se puede
requerir el uso de medicamentos, de acuerdo al diagnóstico y la severidad de los síntomas y signos
de la persona al momento de ser evaluado. Los niveles de cuidado de salud mental incluyen
servicios que van desde los más intensivos, como el Hospital Psiquiátrico, hasta los de mayor
autonomía como los servicios ambulatorios.
Conclusión
Cuando un ser querido tiene un trastorno psiquiátrico, es un desafío para toda la familia:
padres, hermanos, amigos y parientes. La voluntad de reunirse como una unidad, aceptar el
diagnóstico, buscar ayuda, ir más allá de la crítica, la culpa y el juicio no garantizará la recuperación,
pero lo hace mucho más probable. La negación y la desaprobación sólo empeorarán la situación. El
apoyo familiar es vital para la recuperación. El apoyo ayuda a minimizar las indignidades y el daño
que las enfermedades mentales pueden infligir a un individuo que de otro modo tendría lugar si el
apoyo no hubiera estado allí en primer lugar. También puede salvar la vida de un ser querido. Por
tanto, es muy importante conocer los derechos y reglamentación para los pacientes de salud mental
como los es la Ley 408 para garantizar una pronta recuperación de estos pacientes. Podemos
concluir que esta Ley indica que las personas con enfermedades mentales tienen derecho a un trato
justo, y deben ser tratados con respeto y dignidad. En adición aprendimos que su privacidad está
protegida y tienen el derecho de recibir servicios apropiados para su edad y cultura, entender
opciones de tratamiento y alternativas y finalmente y no menos importante, a obtener atención que
no discrimine en función de la edad, la raza o el tipo de enfermedad.
Referencias
www.popjuris.com. (2010). Ley de salud mental de Puerto Rico, Ley Núm. 408. recuperado de:
http://www.popjuris.com/biblioteca/ley-de-salud- mental-de-puerto-rico-ley-num-408-de-2-de-
octubre-de-2000/
Organización Mundial de la Salud. Sección de Prevención del suicidio. recuperado de:
http://www.who.int/mental_health/prevention/suicide/suicideprevent/es/
Joana Fornés Vives. Enfermería de Salud Mental y Psiquiátrica, valoración y cuidados. 2ª ed.
Madrid: Panamericana. 2011