Didáctica y Curriculum Tramo
Didáctica y Curriculum Tramo
Didáctica y Curriculum Tramo
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
UNIDAD 1
Las relaciones entre Didáctica y Curriculum
UNIDAD 2
Curriculum e institución
UNIDAD 3
Analizar la programación de la enseñanza
UNIDAD 4
La planificación de la enseñanza
UNIDAD 5
La evaluación en la enseñanza
UNIDAD 6
Sobre la organización de la enseñanza: formatos y contenidos
2
INTRODUCCIÓN
Este documento reúne temas que no siempre se tratan de manera conjunta. Son los que
corresponden a "didáctica" y a "currículum". Es sabido que ambos campos de estudio se
han desarrollado de manera relativamente separada y que esto respondió a distintas
maneras de tratar los problemas educativos.
La teoría del currículum adquirió importante desarrollo en los países anglosajones
caracterizados históricamente por sistemas educativos descentralizados y con bastante
autonomía por parte de las comunidades en la definición del currículum. En nuestro país, el
marco de decisión se desarrolla, habitualmente, entre el Plan de estudios y la enseñanza,
ya que el currículum es una decisión gubernamental. Distintos temas referidos a la teoría del
currículum se subsumieron, entonces, en unidades como "selección y organización del
contenido" o "programación".
En el Plan del Tramo De Formación Pedagógica de la formación se consideró adecuado
ofrecer elementos de ambos campos, tanto en lo que hace al aspecto más específicamente
"didáctico" del currículum, como a los problemas más generales de las políticas curriculares.
En este trabajo se realiza un planteo general con relación a la didáctica que propone
elementos metódicos para la comprensión de la actividad en clase, para su programación y
para la toma de decisiones ligadas con la enseñanza y con el marco institucional en la que
se desenvuelve.
Se quiere proponer que la utilidad de un trabajo en didáctica general -en las condiciones
actuales del conocimiento didáctico, de funcionamiento de los sistemas de formación y de
actividad docente en las escuelas- reside en su capacidad de operación sobre cuatro
dimensiones. La primera se relaciona con el establecimiento de una perspectiva o enfoque
general de trabajo (un marco general para la interpretación y la dirección de la actividad en
clase). La segunda, con la obtención de elementos conceptuales que permitan ubicar la
actividad de enseñanza en el marco de las políticas curriculares que la condicionan y
participar de la discusión político educativa en torno de esas cuestiones. La tercera consiste
en la adopción de una modalidad para la definición y la resolución de problemas, en
particular, para realizar opciones metodológicas. La cuarta, con el desarrollo de
competencias básicas en el plano instrumental.
Objetivos
❖
Examinar y comprender la complejidad de la enseñanza.
❖
Adentrarse en la complejidad del campo curricular, y en la comprensión de los
modos en que el curriculum atraviesa y significa las prácticas de enseñanza.
❖
Reconocimiento de los componentes de la programación de la enseñanza.
❖
Análisis de diversos recursos y técnicas didácticas en función de los contenidos, las
expectativas de logro, el grupo de alumnos y los fundamentos pedagógicos
❖
Valoración de la importancia de sostener prácticas pedagógicas que resaltando el
tratamiento de los contenidos, generen mejores aprendizajes con la real
participación del alumno.
❖
Reconocer elementos metódicos para la comprensión de la actividad en clase, para
su programación y para la toma de decisiones ligadas con la enseñanza y con el
marco institucional.
3
• Introducción
• Comencemos por Didáctica
• Continuemos con Curriculum
• Primera concepción desde la perspectiva pedagógica: el currículum
es un modelo de la práctica
• Problematizando los vínculos entre la Didáctica y el Curriculum
• Primera ampliación de la concepción modélica: el currículum es
el conjunto de experiencias formativas
• La perspectiva sociológica: el currículum es una compleja realidad
socializadora
Introducción
Más allá de las vicisitudes por las que ha transitado la Didáctica como disciplina,
cuya profundización no es absolutamente pertinente a los fines de este capítulo, ya
que se desarrolla en la materia 6, podemos decir que la Didáctica se encuentra en la
actualidad en un “momento de reconceptualización” (Feldman, 1999, 2002; Cols,
2003) o de nueva reconceptualización.
Una acepción dada por el uso: el currículum es una norma oficial escrita
6
En el mundo de la escuela, lo primero que se entiende cuando se habla de
currículum es un texto o conjunto de textos elaborados por los Ministerios de
Educación que contienen temas e instrucciones, orientaciones y sugerencias
destinadas a guiar la actividad de maestros y profesores. Para la mayor parte de los
docentes en nuestro país, el currículum es ese libro que se debe leer para pensar
qué hacer en el aula. Se trata de un objeto material, un texto perfectamente
identificable (“¿Me trajiste el currículum?”, “Yo al currículum lo consulto cuando
hago la planificación anual” o “Ese currículum es igual al anterior”. De este modo,
surge con el uso práctico una primera acepción: El currículum es la prescripción –
unificada, sistemática, oficial, escrita de lo que se debe transmitir y lo que se debe
hacer en la escuela. Leyendo ese libro, uno puede tener información acerca de lo
que la sociedad –a través de sus autoridades político-educativas– determina lo que
debe ser enseñado y los modos de hacerlo.
De acuerdo con esta perspectiva, propia de la situación de docentes y
alumnos, el currículum aparece como una norma externa a la escuela, algo que
“viene de arriba”; es un texto que dice “lo que hay que hacer” y que cada maestro
debe leer, estudiar y consultar con el fin de organizar sus planes de trabajo.
La acepción de uso, en la Argentina, define una concepción simple, evidente
y restringida de currículum. De este modo, la denominación currículum reemplazó
al antiguo programa o plan de estudios sin cambiar totalmente su significado. En
cambio, en otros niveles del sistema educativo argentino –en el nivel medio, en los
profesorados y en las universidades– se sigue utilizando la denominación “plan de
estudios”, o se utilizan ambas nociones como sinónimos.
7
b. El currículum es una declaración de objetivos de aprendizaje
1 Tyler, R.: Principios básicos del currículo. Buenos Aires, Troquel, 1973, pág. 7.
8
Según se deriva de este esquema, el diseño del currículum no se restringe
sólo a los temas o los contenidos sino que incluye aspectos propios de las tareas de
enseñanza. El modelo de R. Tyler es aplicable tanto al currículum como a la
programación de la acción. Como puede verse, en este proceso de toma de
decisiones, el diseño de los contenidos a enseñar y de las estrategias de enseñanza
se subordina a una serie de metas previamente fijadas: los objetivos. Estos
objetivos generales deben ser operacionalizados en objetivos específicos,
evaluables en términos de una conducta observable, tal como lo reclama la
psicología conductista.
Lo que R. Tyler propone es un modelo científico para concretar el contenido a
través de una serie de pasos fijos. Según este modelo, los planificadores
curriculares deben comenzar por especificar objetivos conductuales, diseñar
experiencias y evaluar el aprendizaje para determinar si la instrucción fue adecuada.
Aquí, el currículum define la sustancia de la educación, mientras que la misión de los
docentes es desarrollar fiel y efectivamente lo especificado por el diseño.
Otra de las posturas más representativas de este enfoque sobre el currículum
es el de H.Taba (currículum Development, 1962). Esta autora define el currículum
como el instrumento que expresa una toma de decisiones ordenadas en la
escuela.
El currículum no se reduce a una lista de conocimientos o a una declaración
de intenciones de lo que el alumno debe saber, sino que es el producto de un
método para tomar decisiones racionales. Este proceso se plasma en un documento
que incluye objetivos, asignaturas, unidades, contenidos, actividades y estrategias
de evaluación.
El currículum es considerado como un plan-modelo de lo que se desea que
suceda en las escuelas y la práctica pedagógica es concebida como una aplicación,
un desarrollo del modelo. De acuerdo con diversos autores, esta forma de regular el
qué y el cómo a partir de un plan-modelo, presenta algunos aspectos críticos:
1. intenta ordenar la compleja realidad educativa como si todo lo que sucede fuera
previsible y controlable; asigna un rol subordinado al docente en la definición de los
contenidos y las estrategias de enseñanza;
2. genera un empobrecimiento de la práctica, al menospreciar aquellos
conocimientos, valores, culturas y problemas no incluidos en el modelo y a los que
considera “no científicos” o “saberes vulgares”;
3. olvida que lo que se aprende en la escuela no se puede ordenar total-mente de
acuerdo con los temas de una disciplina ni con un programa más o menos detallado;
9
“Es el conjunto de experiencias planificadas y proporcionadas por la escuela
para ayudar a los alumnos a conseguir, en el mejor grado, los objetivos de
2
aprendizaje proyectados, según sus capacidades”.
¿Pero cuál es el fundamento de esta concepción? Partiendo desde una
tradición menos estética del conocimiento y de las funciones de la educación, otras
corrientes de pensamiento han ampliado la clásica definición que concibe el
currículum como un cuerpo definido de conocimientos que estructuran un curso, un
ciclo o un nivel escolar. J. Dewey sostiene que la educación no es sólo un proceso
reproductor de una serie de saberes y valores definidos y estáticos sino un proceso
permanente de reconstrucción de los conocimientos y de los intereses del individuo.
Desde esa perspectiva, no acepta identificar el currículum escolar con la transmisión
de una disciplina académica o de un conjunto de valores y hábitos estables sino
como un proceso abierto. La base del currículum se desplaza, ya no está centrado
en un cuerpo definido de saberes sino en un progresivo proceso de ampliación del
mundo infantil.
El currículum en una sociedad democrática, tal como lo entendía Dewey,
debe ser experimental y abierto a diversos fines sociales, lo importante del
currículum es la experiencia, la recreación de la cultura a partir de la vivencia
infantil:
“... cuando se concibe la educación en el sentido de la experiencia, todo lo que
pueda llamarse estudio, sea la aritmética, la historia, la geografía o una de las
ciencias naturales, debe ser derivado de materiales que al principio caigan dentro
del campo de la experiencia vital ordinaria”.
a. El currículum oculto
Una primera cuestión se relaciona con lo que Philip Jackson –en su libro La
vida en las aulas (1968) – denominó el “currículum oculto”. El currículum oculto es
el conjunto de influencias formativas que la escuela ejerce sistemáticamente
pero que no están explicitadas ni formalmente reconocidas. Esto incluye
diversos tipos de resultados: a) resultados no previstos y que los docentes
consideran negativos, b) resultados buscados pero no explicitados, c) resultados
ambiguos y genéricos. Estos resultados pueden implicar aprendizajes tan
importantes para el alumno como: a) el reconocimiento de los modos de satisfacer
las exigencias y los gustos de un docente, b) saber cuándo engañar o simular es
una conducta tácitamente aceptada, c) el modo en que se simula poseer
determinados conocimientos, d) las maneras de hacer transcurrir el tiempo, e) las
formas de agradar a sus compañeros, etcétera.
Su importancia tampoco es menor para el docente, ya que el funcionamiento
de un currículum oculto más o menos reconocible permite prever cómo funcionará
una clase o cuánto tiempo tardan los alumnos en realizar una tarea en forma
“normal”.
Gracias a ese funcionamiento, todo maestro sabe que, buena parte del
tiempo de clase, los chicos trabajan “a reglamento”; en este sentido, este currículum
no es “oculto” sino “no dicho”. El problema es lo que el docente hace a partir de este
“descubrimiento” Pero la experiencia del alumno y del docente también está
marcada por aquello que ha sido excluido de la escuela. Por eso, otros autores
distinguen entre el “currículum explícito”, “el currículum oculto” y el “currículum
ausente” (o “currículum nulo”). Esta última noción se refiere a todos los
conocimientos, valores y experiencias que el alumno no encontrará en la escuela y
que determinan su formación. En definitiva, no aprender o no conocer determinados
aspectos de la realidad social, es “aprender” a no ser o a no poder hacer tal o cual
cosa. Estas nociones (“currículum oculto”, “currículum nulo”, “currículum no escrito”)
11
son sumamente útiles para analizar aspectos no contemplados o no reconocidos
por la noción del currículum como modelo de la práctica.
3 Puede verse el libro de Gimeno Sacristán, J.: El currículum: Una reflexión sobre la práctica. Madrid,
Morata, 1988. Este texto desarrolla una visión procesual del currículum.
12
18
Joseph Schwab, Elliot Eisner, Lawrence Stenhouse son algunos de los
teóricos de un movimiento –llamado “enfoque práctico”, “reconceptualista”,
“centrado en el profesor”– que sienta las bases para un cambio radical en las
concepciones pedagógicas del currículum. Este cambio se asienta sobre la idea de
que no es posible sostener propósitos educativos ni postular contenidos y
procedimientos de enseñanza si no se consideran las condiciones que definen la
práctica escolar de cada escuela. Estos autores, entre muchos otros, intentan definir
una nueva forma de concebir la regulación de las prácticas de enseñanza y se
proponen mostrar que el campo del currículum está siempre abierto al debate. Las
escuelas y sus problemas no admiten soluciones científicas ni meramente técnicas,
sino que deben tomarse en cuenta las diversas creencias, las concepciones y las
formas de hacer que tienen los padres, los docentes, los alumnos y los
especialistas. Al mismo tiempo, los problemas curriculares son situacionales y no
pueden ser resueltos por adhesión a una ideología o metodología particular.
Esta perspectiva del currículum destaca el carácter contextual de toda
enseñanza y todo significado y la necesidad de no disociar el contenido del método,
la definición de un cuerpo de saberes de las formas en que docentes y alumnos se
relacionan con el conocimiento y las diversas actividades sociales. La definición de
fines, contenidos y estrategias debe incluir los modos en que la enseñanza se
realiza en forma concreta en la vida cotidiana:
4 Stenhouse, L.: Investigación y desarrollo del currículum. Madrid, Morata, 1987, pág. 30.
5 Ídem, pág. 29
13
de las decisiones sea tomada en la escuela, 2) considerar que no existe un único
modelo de referencia, sino múltiples perspectivas en diálogo.
Podemos sintetizar lo dicho afirmando que hay dos grandes concepciones
pedagógicas acerca del currículum: el currículum como modelo y el currículum
como proceso. En la primera concepción, se confía en la capacidad operativa del
diseño para transformar lo que sucede en las escuelas: el currículum es un modelo
de la práctica, una idea predeterminada que debe ser plasmada. La segunda
concepción piensa el currículum como una hipótesis de trabajo, en la que el
desarrollo no es un proceso de implementación o de aplicación, sino un proceso de
investigación y acción que promueve el intercambio de perspectivas.
15
creciente distanciamiento entre las propuestas curriculares y la realidad del
desarrollo del currículo en las escuelas” (Davini, 2008: 69).
Bibliografía Unidad 1
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sobre curriculum, el contenido escolar y el profesor en los procesos de
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https://investigacioneducativacoloquio.wordpress.com/coloquio-2015/
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“Didáctica I”, Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de Buenos Aires
Oficina de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras.
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16
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en el diseño y desarrollo del currículum” (Período 2000-2002), directora
Alicia Camilloni. Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y
Letras, IICE. Mimeo.
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(1991). “Curriculum y planificación educativa”. En Aguerrondo, I. El
planeamiento educativo como instrumento de cambio (pp. 69-87). Buenos
Aires: Troquel.
17
• Introducción
• El proyecto educativo y la Institución
El proyecto y los sentidos asociados
• Proyecto: organización y objetivos
• Proyecto, sujetos y recuperación del poder
Introducción
Desde un punto de vista contextual, consideramos que todo proyecto vincula con
aspectos sociales más amplios que la propia organización, siendo los conflictos y
contradicciones sus constantes dinamizadoras. En este marco se destaca el poder
18
convocante del proyecto siempre que constituya una vía de transformación en el
que los sujetos partícipes puedan ejercer su propio acto-poder (Mendel, 1993).
Un aspecto de importancia para el análisis es dar cuenta del carácter cultural del
proyecto y de cómo contribuyen en su configuración y se reflejan en él, la historia
institucional y las condiciones de su devenir, como así también su potencialidad,
bajo ciertas condiciones, de contribuir a la recuperación del propio poder de las
personas.
- Concibe el sistema de que trate regido por leyes o normas cuyas variables
pueden ser modificadas y cuyo comportamiento es predecible. Predomina una idea
determinista de la realidad y de máxima racionalidad en las previsiones. En la
perspectiva compleja y relacional de lo social es difícil prever el efecto de una
acción, se puede prever un espacio de posibilidades.
20
Proyecto: organización y objetivos
Con respecto a la faz política, toda organización tiene un sistema de autoridad que
se ocupa de la conducción, distribución y coordinación de tareas. Junto con este
sistema, surgirá espontáneamente, un nivel político paralelo que conforman grupos
de poder con intereses diversos y que producirá presiones manifiestas y
encubiertas.
En cuanto a las modificaciones del contexto, éstas no sólo se traducen allí sino que,
se manifiestan en la dinámica interna y según sea su magnitud pueden llevar a la
21
transformación y hasta desaparición de las organizaciones. Las crisis afectan la vida
institucional, impactando muchas veces en forma devastadora. Esta situación, se
agudiza en aquellos casos en que el proyecto no es claro, ni compartido o al que se
ha debilitado. No obstante, las organizaciones con proyectos enraizados en la
gente, con capacidad de transformación se han mantenido a pesar de condiciones
adversas.
Bibliografía Unidad 2
22
• Introducción
Introducción
23
Algunas especificaciones
En tercer lugar, la enseñanza puede ser definida como aquella práctica intencional
en la que se ponen en diálogo al menos dos sujetos en torno a un contenido.
Fenstermacher (1989) caracteriza esta definición como concepción genérica. Es una
definición que busca aproximarse de una manera descriptiva a una práctica
compleja resaltando sus rasgos básicos.
24
De esta primera y sencilla definición podemos recuperar la intencionalidad como
central para la enseñanza. Sin intencionalidad no hay enseñanza. Entonces, es
fundamental pensar en la programación como un proceso complejo que ayuda a
darle concreción a esa intención de enseñar.
25
detalle en el capítulo anterior, sobre todo en lo que respecta a las características de
la institución, de lo institucional, del proyecto y los sujetos que le dan vida).
Todas las decisiones que se toman y las acciones que se desarrollan en las
escuelas deben converger en la posibilidad de hacer efectivas más y mejores
oportunidades de aprendizaje para todos los alumnos. De este modo, todas las
decisiones tienen un sentido curricular (aunque a veces este sentido no esté lo
suficientemente explícito o permanezca oculto).
27
Cada institución escolar construye su propia planificación institucional, que recoge y
comunica una propuesta integral para dirigir y orientar coherentemente los procesos
de intervención educativa que se desarrollan en ella.
Este proyecto define las señas de identidad de la institución, formula los objetivos
generales que la misma persigue y expresa su estructura organizativa, de forma
coherente con el contexto escolar en el que está inmersa
La tensión que presenta entre programa y programación ubica del lado del primero
todos aquellos controles propios de todo curriculum que busca ser llevado a la
práctica, mientras que reserva para el segundo término aquellos espacios
decisionales del docente en la bisagra que se configura en la articulación, siempre
compleja, entre el programa, lo prescripto, y los sujetos destinatarios. Nos interesa
recuperar este sentido de programación por el espacio que reserva para la
toma de decisiones por parte del docente en materia de enseñanza.
Funciones de la programación
Enfoques de programación
30
programación, la enseñanza, el aprendizaje, las relaciones entre la enseñanza y el
aprendizaje, y la capacidad y el sentido de anticiparse a las prácticas de enseñanza.
Esta premisa tiene varias consecuencias que pueden ser analizadas en el marco de
la Didáctica. En primer lugar, que hay una Didáctica de base tecnicista asentada
sobre estos supuestos, concebida como una disciplina que debe ayudar a los
docentes a enseñar bien pero también a planificar bien. Asimismo se entiende que
un docente que sabe planificar, que sabe redactar correctamente los componentes
de una planificación, es un docente que sabe enseñar.
En tercer lugar, las decisiones del docente en torno a la programación y a cada uno
de sus componentes, en el marco de la perspectiva técnica, quedan limitadas a
decisiones técnicas. Los problemas vinculados a la programación de la enseñanza
se resuelven técnicamente, como puede ser, apoyándose en los distintos materiales
disponibles destinados a la correcta redacción de los objetivos del curriculum. Es
decir, son problemas acotados, delimitados, para los cuales hay una solución ya
disponible o a construir pero con saberes disponibles que el docente puede
implementar. En este sentido, muchos de los problemas complejos relativos a la
programación (de orden cultural, social, profesional, político, ético), quedan
reducidos a problemas técnicos referidos a cómo redactar tal o cual componente.
Retomando el texto de Cols (2004), dijimos que la autora identifica además del
enfoque precedente, el procesual-práctico. Podemos decir que este enfoque se
posiciona en las antípodas del enfoque técnico, o que se configura en la crítica a
muchos aspectos defendidos por el enfoque técnico.
31
Es importante recuperar al respecto la definición de curriculum de Stenhouse (1991):
el curriculum es la tentativa de comunicar ciertos rasgos básicos y principios
formativos generales de manera tal que puedan ser trasladados críticamente a la
práctica.
[ No puede haber desarrollo educativo sin el del profesor y el mejor medio para esto no se
obtiene clarificando los fines, sino criticando la práctica […] (Stenhouse, 1991: 126).
Sobre la base de estas críticas se edifica el modelo de proceso, que recupera dos
posibilidades de diseño curricular desechadas por Tyler. Recordamos que este
último opta por la especificación de los objetivos al comienzo del diseño descartando
la entrada por las actividades que debe desarrollar el profesor así como también por
el contenido que tienen que aprender los estudiantes. Ambos casos, para Tyler,
adolecen de clarificar qué es lo que los estudiantes de-ben lograr con el contenido,
perdiendo eficacia para la orientación del proceso de aprendizaje.
32
Estos principios de procedimiento adquieren un lugar central en la formulación
curricular para la perspectiva práctica ya que expresan orientaciones para la
práctica del docente en íntima vinculación con las finalidades. Las reglas dentro de
un enfoque técnico o de una didáctica preceptiva, son del tipo “si usted quiere
alcanzar tal objetivo, realice tal acción”. Son reglas prácticas orientadas al logro
eficaz de los objetivos. Este planteo didáctico no está comprometido con
determinados fines, valores ni con un proyecto político-educativo en particular. Por
su parte, las orientaciones propias de un enfoque procesual o de una didáctica
normativa, son orientaciones asentadas en las finalidades que permiten al docente
fundamentar sus decisiones.
¿Existe un tercer enfoque superador de los dos anteriores que nos permita
volver a pensar la programación de la enseñanza?
34
Cabe aclarar que cuando hablamos de intenciones, incluimos los propósitos y los
objetivos. Aunque íntimamente relacionados, podemos diferenciarlos diciendo que
los primeros se formulan en términos de lo que los docentes pretendemos con las
prácticas de enseñanza. Algunos autores y en algunos documentos curriculares, se
habla de objetivos de enseñanza para aludir a este tipo de intenciones. Los objetivos
a secas o los objetivos de aprendizaje, como algunos diseñadores prefieren
especificar, se enuncian dando cuenta de lo que esperamos que los estudiantes
alcancen, logren, hagan con determinados contenidos que circulan en la enseñanza
y en el aprendizaje (Cols, 2004; Basabe y Cols, 2007).
Por otro lado, otro componente básico de toda programación, refiere a los
contenidos. Definidos genéricamente como todo aquello que se enseña y se
aprende, o como lo que se transmite en la enseñanza, ese tercer polo que junto con
el docente y los estudiantes integra el triángulo didáctico
Es válido destacar también aquí los márgenes de realización del docente porque, si
bien los contenidos, al igual que las intenciones, aparecen definidos en el curriculum
oficial, los docentes tomamos en este sentido importantes decisiones,
principalmente en torno a su selección, secuenciación y organización en el marco de
nuestra programación.
Bibliografía Unidad 3
36
• Frigerio, G. y Poggi, M. (1996). El análisis de la institución educativa. Hilos
para tejer proyectos. Buenos Aires: Santillana, Aula XXI.
• Gimeno Sacristán, J. (1988). Teoría de la enseñanza y desarrollo del
curriculum. Buenos Aires: REI.
• Terigi, F. (2010). “Las cronologías de aprendizaje: un concepto para pensar
las trayectorias escolares”. Conferencia de apertura del ciclo lectivo 2010,
Santa Rosa, La Pampa. Ministerio de Cultura y Educación de La Pampa
37
• ¿Para qué hacer planes en la escuela?
• La planificación: ¿problema o desafío para los docentes?
• ¿Desde qué posición se piensa a la planificación?
• La planificación en la actualidad
• Los condicionantes de la planificación
• Un modelo básico
• Las variables de la planificación de la enseñanza
Las metas, objetivos o expectativas de
logro La selección del/de los contenido/s
La organización y secuenciación del/de los contenido/s
Las tareas y actividades
La selección de materiales y recursos (hablar sobre las
nuevas tecnologías)
La organización de la clase
La participación de los alumnos
La evaluación de los aprendizajes
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La planificación no resulta una tarea sencilla para docentes. Generalmente es
percibida como algo tedioso y burocrático. Si creyéramos que realmente es una
tarea netamente burocrática, no estaríamos a favor de ella. Pero si la planificación
es un organizador de la acción didáctica en el aula y una ayuda en el trabajo de
trazar un camino sobre lo que se quiere hacer, entonces, la planificación es
necesaria.
La planificación implica, por parte de quien la realiza, una síntesis entre lo subjetivo
y lo objetivo. Esto es, en el momento en que se construye, se pone en marcha y se
evalúa la planificación, el docente pone en juego deseos, intereses y emociones
junto con aspectos objetivos (normativas, marco teórico). La instancia de planificar
es un momento cargado de emoción, compromiso y responsabilidad: emoción
porque realizar una planificación despierta en quien la hace sentimientos variados
(gusto, deseo, placer/ displacer, etc.); compromiso con la tarea de enseñar desde un
posicionamiento político• pedagógico; responsabilidad de poner en diálogo el
currículo prescripto con las necesidades de aprendizaje de los niños.
39
coherencia a una determinada teoría curricular y en el marco de un momento
histórico donde la educación tiene una función pedagógica y social determinada.
La planificación resulta una tarea que el docente debe realizar, en tanto anticipación
y representación escrita, para enseñar determinados contenidos.
40
Se intenta resaltar aquí el carácter flexible de la planificación, dado que ella se
desarrolla en un escenario complejo, en una realidad que es dinámica y cambiante.
A partir del conocimiento -que es parcial y provisorio- que tenga el docente sobre
esta realidad (sobre sus alumnos, el contenido, la psicología, las estrategias de
enseñanza, etc.), prepara un plan de acción. Pero como la realidad es dinámica,
este plan nunca se ajustará completamente a ella; dado que la situación de
enseñanza es impredecible, suceden situaciones no pronosticadas que modifican el
plan trazado.
Para comprender mejor esta idea, pensemos en un ejemplo de nuestra vida diaria.
Muchos adultos tenemos una agenda en donde organizamos (anticipamos) lo que
haremos durante la semana. Pero en el transcurso de la semana suceden
situaciones imprevistas que nos llevan a modificar ese plan previo, se enferma un
hijo y tenemos que llevarlo al médico, hay un paro de transporte y ese día no se
puede llegar al trabajo, hay corte de luz y no podemos trabajar en la computadora,
etc. La realidad no coincide con lo planificado en la agenda, porque es compleja,
cambiante y dinámica.
Comparar este ejemplo de la vida cotidiana con la vida en las aulas ayuda a
entender que la complejidad de la situación de enseñanza, al igual que la
complejidad de la vida cotidiana, no puede ser programada en su totalidad, ni puede
ser aprehendida por la escritura de la planificación. No todo se puede anticipar en el
acontecer de la realidad suceden muchas cosas no contempladas en el plan escrito.
Muchas veces, esta percepción es tomada por los docentes como excusa- o al
menos como un obstáculo para escribir la planificación, lo importante es poder
comprender la puesta de marcha de ese plan escrito que -al cobrar vida en la
complejidad y el dinamismo de la situación de enseñanza- se ve modificado por la
interacción dinámica del clima de la clase, las relaciones entre el docente y los
alumnos, el contexto, etcétera.
La planificación en la actualidad:
8 Al lector interesado en profundizar sobre las formas en que los docentes planifican en las escuelas y
realizan la adaptación del currículum, ver: Palamidessi, M.: Del currículum a la planificación: Los maestros y
la construcción del contenido enseñado. Informe Final de Investigación. SCYT-Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires, 1991.
44
discusión. Queremos llamar la atención sobre ciertas cuestiones: ¿quiénes
participan del diseño y de la planificación? O, ¿quiénes no participan? ¿En qué
participan? En nuestro sistema educativo la actividad de planificar está planteada,
tradicionalmente, como un acto individual que realiza cada maestro o cada profesor
para organizar las actividades de enseñanza que desarrolla con un grupo de
alumnos o enseñando una asignatura. Pero esta forma de hacer planes no es la
única forma existente. Se puede planificar por grado en forma individual, con otros
docentes del mismo año, con otros docentes de la misma área, con otros docentes
del mismo ciclo, con los docentes de materias especiales, con otros docentes en
función de un proyecto especial que abarque distintos años, con todos los docentes
de la institución, con los padres y, ¿por qué no?, con los alumnos. Claro está que en
cada instancia se pueden discutir, acordar o planificar distintos tipos de acciones, de
diverso alcance o complejidad. Lo cierto es que si la escuela quiere que exista una
cierta coherencia en los mensajes de la enseñanza, no debería dejar librada al buen
entender e iniciativa de cada docente la acción de diseñar y planificar. De allí puede
entenderse el carácter público -abierto a la discusión y al debate- de la planificación.
Debemos pensar que planificar es un acto de gobierno y de control sobre los otros;
es un proceso de toma de decisiones que involucra la vida de los demás. Decir esto
no implica quitarle al docente la responsabilidad central que le cabe en esta tarea.
Simplemente, es un modo de recordar que los demás implicados en el asunto
también tienen cosas para decir y aportar.
Un modelo básico
Primeramente desarrollaremos los tipos de planificaciones se tienen en cuenta para
organizar la tare
b. Planificación periódica: Parten del plan anual y toman un período acotado. Son
más específicas que el plan general. Su duración dependerá de la propuesta y del
ritmo de aprendizajes de los alumnos y alumnas. Pueden tomar forma de unidad
45
didáctica, proyecto o secuencias didáctica. Deben plantearse con claridad los
objetivos, los contenidos, las actividades, los recursos y las formas de evaluación.
Deberá estructurarse de manera sencilla y clara, porque lo que importa es su
funcionalidad y comunicabilidad.
Esta serie de variables cambia según el planteo de los distintos autores. La cuestión central es que las variables
que se destaquen sean coherentes con la concepción de enseñanza que se quiere poner en práctica.
46
a. Las metas, objetivos o expectativas de logro
Las metas u objetivos aluden a la intención con las que se llevan a cabo las
acciones. Actúan como guía orientadora, son aspiraciones que se proponen.
Las metas y los objetivos suelen aludir a aspiraciones más bien concretas,
puntuales, más relativas a la tarea cotidiana del docente. Las finalidades y los
propósitos, en cambio, se refieren a aspiraciones más amplias, más generales y por
tanto mucho más básicas.
Estas finalidades suelen ser definidas por los responsables políticos de los sistemas
educativos, pero deberían responder a las finalidades que el conjunto de la sociedad
plantea como compartidas y necesarias. En el camino que conduce al logro de las
grandes finalidades se van realizando las pequeñas metas que hacen posibles a las
primeras.
En el lenguaje en nuestro país en este momento, las metas u objetivos han recibido
el nombre de expectativas de logro. Así es como en el Diseño Curricular para la
escuela secundaria encontramos por ejemplo, Expectativas de logros del bloque 1
10
de Lengua de Primer Año :
Toda acción de enseñanza supone la fijación de objetivos; sea para una clase
determinada, un ciclo lectivo o una unidad de aprendizaje. Un objetivo puede ser
identificar los continentes y océanos por su nombre y ubicarlos en el mapa o
iniciarse en el conocimiento de la literatura argentina. Los objetivos pueden ser muy
específicos o generales, según sea la acción de enseñanza que se esté
planificando. Por lo general, un objetivo (como Describir gráficamente las parte de
una planta) se formula vinculando un contenido a enseñar (las partes de una planta)
con algún tipo de actividad (describir en forma gráfica). Aquí debemos recordar que
10
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscurriculares/documentosdescarga/s
ecundaria1.pdf
47
toda situación de enseñanza supone la existencia de un problema para el
estudiante, algo que el estudiante es capaz de resolver si recibe la ayuda y el
contenido necesario para enfrentarlo. Cuando se piensa el objetivo de una clase se
está intentando explicitar el problema que queremos plantear a los alumnos.
Hay muchas maneras y diversas técnicas para formular objetivos precisos y útiles.
Lo que no debe olvidarse es que, así como lo enseñado es múltiple, los objetivos de
la tarea que se propone también lo deben ser. Puede que el maestro no los formule
por escrito o que no los piense de manera explícita, pero son objetivos que están
actuando y que se intentan alcanzar (que los alumnos trabajen en forma individual
de manera eficiente o que realicen sus trabajos de acuerdo con ciertas pautas de
orden y de acuerdo con ciertas convenciones). Claro que no siempre es útil o
práctico escribir en una planificación estos “otros objetivos”. Pero es importante que
el docente los tenga en cuenta: puede anotarlos en una libreta para recordarlos
durante la clase, puede reflexionarlos previamente, puede plantearlos a los alumnos
para que los conozcan y expresen su acuerdo o presenten sugerencias, etc.
11 Es aquí donde cobran relevancia los textos y manuales escolares, con su selección y tratamiento de
los temas, sus propuestas de actividades, de utilización de recursos, etcétera.
48
efectuada a partir de ciertos criterios, el docente debe ir un poco más allá de lo que
éste le plantea y abordar otros textos para poder realizar la selección de los
contenidos.
Es evidente que, así como están planteados estos contenidos, no podrán ser
presentados a los alumnos del primer año de la escuela secundaria. Habrá que
pensar qué es lo que hay que presentar a los chicos para concretar estos contenidos
que aquí se plantean. Los manuales y los libros de texto, realizan su propia
interpretación del currículum y, sobre esa base, seleccionan contenidos a enseñar.
Pero el docente deberá profundizar sus conocimientos lingüísticos para poder
realizar su propio recorte de contenidos. Esto es lo que le permitirá poner más el
acento en una problemática o en otra, dedicarle más tiempo aun contenido que a
otro, etcétera.
b) o se puede elegir tratar unos pocos temas en la creencia que estos serán
profundamente formativos y sustanciales.
49
La necesidad de la selección nos confronta con la cuestión de la extensión y la
profundidad, con el problema de la cantidad y la calidad. Generalmente, en la
curricula de los sistemas educativos se elige la primera opción. Brindar panoramas
amplios o promover trabajos temáticamente más acotados y complejos; no hay una
regla para decidir en forma objetiva. La decisión depende de muchos factores: la
disciplina, los recursos disponibles, los intereses y capacidades del docente y del
alumno, la amplitud de textos y materiales con los que se cuenta, la posición de los
directivos, la tradición de la escuela, etcétera.
Las formas de organización del contenido son diversas y, según sean los objetivos y
las estrategias de enseñanzas propuestas, el/los docente/s puede/n -dependiendo
del nivel de enseñanza y si no hay una orientación de la escuela en sentido
contrario- organizar los contenidos que va a presentar a sus alumnos de acuerdo
con su mejor entender, siempre que se sienta seguro de que puede llevar esta tarea
a cabo. Pero el marco general para organizar el contenido le viene dado al docente
por la parcelación previa en áreas curriculares y por las especialidades de los
docentes mismos: contenidos de Física, de Matemáticas, de Ciencias Sociales.
También podemos hablar hoy de contenidos del Bloque 1 o del Bloque 3.
Cuando tenemos un único docente que desarrolla todas o varias áreas curriculares -
como es el caso de los docentes de 1° y 2° ciclo de la Escuela Primaria éste tiene
mayor libertad para organizar y ordenar en el eje temporal (secuencia) los
contenidos, estableciendo las relaciones entre ellos. Cuando éste no es el caso, sólo
la planificación conjunta entre varios profesores puede lograr una organización y
secuenciación eficaz entre los contenidos. El trabajo en equipo y la organización
escolar exigen de una coordinación en materia de contenidos. Esta coordinación
puede trabajar sobre la secuencia (contenidos que se siguen de un año a otro), la
organización (contenidos que se tratan en cada área) y la integración (contenidos
que se trabajan en forma simultánea o conjunta entre dos docentes o áreas).
Para que los objetivos puedan ser plasmados y para que los contenidos sean
presentados, experimentados e internalizados por los aprendices es preciso
desarrollar diversas actividades y tareas escolares. Aquí reside uno de los
principales retos que enfrentan los docentes: convertir los contenidos en actividades
que constituyan verdaderas experiencias de aprendizaje.
Las tareas son las formas como los alumnos entran en contacto con los contenidos.
Dependiendo de lo que hagan se implicarán y se relacionarán con el contenido de
determinada manera. Lo que sucede a partir de lo que el docente propone depende
de la complejidad de los contenidos, de la actitud del docente, del grupo de
alumnos, de la edad de los alumnos, del contexto más general en que esta situación
educativa transcurra, etc. Al realizar las actividades, el alumno lee, comprende,
asimila, relaciona, expresa, observa, analiza, discute con los demás, aplica,
compara, deduce, generaliza, transfiere, siente, razona, construye, produce. Y, a
través de todo esto, aprende de determinada manera.
Los docentes necesitan contar con un repertorio de tareas apropiadas, para poder
elegir en el momento preciso aquellas más adecuadas y estimulantes. Este
repertorio puede ser construido por el docente mismo en el desarrollo de su práctica
o puede ser organizado por los especialistas de las empresas editoriales y plasmado
en las actividades propuestas por los manuales y los libros de texto. El docente
puede desplegar un patrón reiterativo, monótono, previsible de actividades. Es el
caso del docente que se suela denominar "tradicional", apegado a las rutinas de la
copia, el cuestionario, el dictado, las cuentas y el calcado de mapas. Otros docentes,
confiados en su capacidad de inventiva, organizan las actividades de aula sobre la
marcha: miran el tema a desarrollar y sugieren a los alumnos una actividad. Pero el
resultado de este modo último modo de actuar se asemeja en muchos aspectos al
del docente más tradicional: el patrón de actividades se empobrece, los desafíos
planteados a sus alumnos se rutinizan, la actividad empieza a girar sobre la
actividad misma y no sobre los contenidos que se intentan transmitir. En este
segundo modo de actuar se corre el riesgo de proponer trabajos de equipo porque
eso "es bueno" en cualquier circunstancia y para cualquier contenido; lo que
constituye un supuesto altamente cuestionable.
12 19 Raths, J. D.: "Teaching without specific objectives", en Educational Leadership. Abril, 1971, 714-
720. Citado por Gimeno Sacristán, J.: La pedagogía por objetivos. La obsesión por la eficiencia. Madrid,
Morata, 1982
52
de actividades. Según Raths, Son más valiosas aquellas actividades o propuestas
de actividad que:
• La actividad tendrá más valor educativo si les exige a los alumnos detenerse,
reflexionar y examinar temas o aspectos en los que la mayor parte de las personas
no se detiene y que además son abordados de manera fragmentaria y caótica por
los medios de comunicación (los problemas de género, desigualdad social,
responsabilidad hacia los semejantes, guerra, paz, etcétera.
53
• La actividad debería permitir al alumno controlar lo que va haciendo -como
forma de autorregulación- a través de la aplicación y dominio de reglas significativas.
• La actividad tendría que incluir los intereses de los alumnos de modo que
éstos se comprometan personalmente en ella.
La presentación del contenido a los alumnos requiere de soportes sobre los que los
alumnos realizarán las actividades; estos soportes son herramientas materiales y
simbólicas que permiten la expresión y el desarrollo de habilidades cognitivas,
prácticas y afectivas. El recurso más utilizado en la situación educativa es también
el más utilizado fuera de la escuela: el lenguaje. El lenguaje hablado o escrito es el
medio principal a través del cual el conocimiento y la sensibilidad se construyen,
almacenan y expresan. Conocemos y codificamos nuestra experiencia a través de
las palabras, pero también a través de fórmulas, gráficos, imágenes fijas y en
movimiento, de modelos y del contacto directo con las cosas.
Y una máxima que conviene a toda enseñanza, pero que sirve especialmente en el
caso de los recursos a utilizar, es la de la pluralidad: los textos sobre un tema -así
como las visiones o perspectivas- deben ser, en la medida de lo posible, plurales. La
historia se puede enseñar con libros de historia comparando las opiniones de
diversos historiadores, pero también se puede promover el aprendizaje a través de
55
filmes, de músicas, de novelas, de cuadros estadísticos, de mapas. La capacidad de
la lectura y la riqueza de la interpretación se desarrollan con la abundancia de
registros, de sensaciones y de informaciones. Cabe, eso sí, al maestro, disponer
una cierta intención educadora para que esa abundancia no derive en confusión o
en sinsentido para el aprendiz poco entrenado en ciertas áreas del saber y del
hacer.
13 "Galaxia Gutemberg" es la denominación -creada por el gran teórico de la comunicación de origen canadiense
Marshall McLuhan (1911-1980)- para referirse al sistema cultural organizado alrededor de la impresión mecánica de la
palabra escrita. Entre las obras más destacadas de Mc Luhan podemos citar La galaxia Gutemberg: La creación del hombre
tipográfico (1962); Los medios de comunicación: Las extensiones del hombre (1964), Guerra y paz en la aldea global
(1968) y La ciudad como aula (1977).
56
El docente debe, por lo tanto, abordar la diversidad de su alumnado y la
individualidad de cada estudiante a partir de estrategias que le permitan atender a la
variedad sin remitir a casos individuales. Así, por ejemplo, es conveniente que las
tareas no sean siempre las mismas ni idénticas para todos los alumnos. Trabajar
sobre un mismo contenido en equipos variables con diversas actividades permite dar
cuenta de esa diversidad de capacidades e intereses. También puede ser útil
generar consignas y formas de trabajo que los alumnos puedan seguir solos,
independientemente del docente (con guías de aprendizaje o proyectos
individuales), de modo que éste pueda ir acompañando a cada uno cuando presente
dificultades, orientando la tarea en los casos puntuales, mientras todo el grupo la
está realizando.
La participación de los alumnos no significa que éstos son los que van a decidir lo
que se va a aprender o no en el aula. Los alumnos pueden analizar y enriquecer el
plan de trabajo propuesto por el docente, generar tareas alternativas, analizar el
trabajo individual o colectivo realizado, buscar materiales y recursos más allá de la
escuela, organizar actividades propias en forma autónoma.
g. La organización de la clase
57
interrupciones en la actividad. Si los pupitres están atornillados al piso será difícil
cambiar la disposición espacial y relacional dentro del aula.
58
instrumentos, y consignar cómo estos entregarán evidencia de que los objetivos
planteados se han cumplido. Una vez definida la evaluación, el profesor podrá
planificar los pasos hacia ese objetivo.
59
Es relevante que se oriente el análisis con las siguientes preguntas:
60
Bibliografía Unidad 4
61
• Camps, A. (2003). Secuencias didácticas para aprender a escribir. España:
Editorial Grao.
• Coll, C (1996). “Constructivismo y educación escolar: ni hablamos siempre de
lo mismo ni lo hacemos siempre desde la misma perspectiva epistemológica”.
En: Anuario de Psicología, N° 69, pp.153-178. Barcelona: Universidad de
Barcelona.
• Cols, E. (2004). “Programación de la enseñanza”. Ficha de la cátedra de
“Didáctica I”, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires
Oficina de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras.
• Díaz Barriga, A. (2009) Pensar la didáctica, Buenos Aires: Amorrortu.
• Díaz Barriga, A. (2013). “TIC en el trabajo del aula. Impacto en la planeación
didáctica”. En: Revista Iberoamericana de Educación Superior, Vol. IV, núm.
10 pp. 3-21. México: Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la
Educación.
• Dirección General de Cultura y Educación. (2008). Diseño Curricular para la
educación inicial. Provincia de Buenos Aires. Recuperado de:
http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscu
rriculares/
• Dirección General de Cultura y Educación. (2008). Diseño Curricular para la
educación primaria. Provincia de Buenos Aires. Recuperado de:
http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscu
rriculares/
• Dirección General de Cultura y Educación. (2008). Diseño curricular para la
educación secundaria. Provincia de Buenos Aires. Recuperado de:
http://servicios.abc.gov.ar/lainstitucion/organismos/consejogeneral/disenioscu
rriculares/
• Feldman, D. y Palamidessi, M. (2001). “Programación de la enseñanza”.
Material de trabajo para docentes. Ciclo Básico Común (CBC), Universidad
de Buenos Aires Mimeo. Recuperado de
http://www.cbc.uba.ar/noti/jornada_iep/CT_Feldman.rtf
• Fregona, D. y Báguena, P. (2011). La noción de medio en la teoría de las
situaciones didácticas: una herramienta para analizar decisiones en las
clases de matemática. Buenos Aires: Libros del Zorzal.
• Meirieu, P. (2002). Aprender sí. Pero ¿cómo? Barcelona: Octaedro.
• Perrenoud, P. (2012). Cuando la escuela pretende preparar para la vida.
Barcelona: Grao-Colofón.
• Piaget, J. (1985). El nacimiento de la inteligencia en el niño. Barcelona:
Crítica.
62
• ¿Qué es evaluar?
Primer modelo: evaluar es medir productos de aprendizaje para calificar
a los estudiantes
• Segundo modelo: la evaluación es un juicio
¿Qué es evaluar?
La evaluación -por medio de una prueba o algún otro tipo de instrumento- produce
una cierta información. Una evaluación se propone probar, comprobar algo relativo a
las cualidades esperadas de una persona o una cosa. Como la prueba tiene el fin de
demostrar la bondad o la calidad de algo, también tiene un fin moral: demostrar que
alguien o algo e probo. Evaluar es fijar o establecer el valor social de una cosa o
persona en función de una situación de examen y de una prueba. Se puede valora
los conocimientos de un alumno, su obediencia; se puede valorar el precio fijado a
un inmueble o el costo de oportunidad de realizar una inversión. Evaluar es un acto
de sopesar, medir, estimar. Y el resultado de una evaluación suele ser una
calificación
Evaluar es una acción que supone el ejercicio de un poder; el poder del evaluador.
El que evalúa es reconocido como una autoridad capaz de preguntar, inspeccionar,
63
examinar, valorar, calificar, jerarquizar personas y cosas; puede tratarse de un
economista destacado, de un periodista deportivo reconocido, de un crítico de arte o
de un docente. Evaluar se parece mucho a la situación de administrar justicia. Se
trata de sopesar y valorar pruebas, calificar a un individuo y tomar una decisión
respecto de su situación. Evaluar es establecer un juicio acerca de una cosa o
persona. El evaluador no es un mero analizador de datos sino alguien que juzga,
que toma una decisión. No por casualidad la evaluación escolar se relaciona muy a
menudo con el poder de premiar, castigar o vigilar.
La evaluación en la enseñanza
La evaluación es una práctica pedagógica muy vieja. Mucho antes de que hubiera
una institución escolar, la educación contaba con formas específicas para evaluar
14
los saberes y las conductas de las personas. Algunos historiadores, incluso,
sostienen que la evaluación formó parte de las primeras formas de
institucionalización de la educación. Pero además de ser una práctica casi tan
antigua como el propio fenómeno educativo, la evaluación es una práctica muy
difundida y de uso diario en los sistemas escolares en la actualidad. Toma las
formas más diversas: un profesor que observa un recreo puede estar evaluando, un
maestro que conversa con un alumno puede estar evaluándolo, cuando un directivo
toma una prueba oral o escrita está evaluando.
Los instrumentos utilizados para la evaluación son muchos y muy variados; también
son muchos y muy diversos los sujetos/actores de la institución escolar que pueden
15
ser evaluados. Si bien tradicionalmente los únicos evaluados eran los alumnos,
hoy en día las cosas han cambiado. Los maestros también son evaluados y, con
ellos, toda la institución escolar. Un supervisor que observa una clase puede estar
evaluando a un maestro o incluso, observando los cuadernos puede estar
evaluando la marcha de esa institución escolar. Pero no hay una única manera, sino
diversos modelos, tradiciones o concepciones acerca de lo que es evaluar.
14 Los ritos de iniciación que diversos antropólogos han descripto como parte de la cultura en las sociedades
denominadas "primitivas" constituyen instancias de evaluación signadas por una prueba; si el individuo supera la
prueba (cazar
15 Para estudiar las cuestiones relacionadas con la evaluación de lo aprendido y el diseño de instrumentos de
evaluación, se puede consultar los capítulos 3 y 4 ("La evaluación de los 'saberes' aprendidos" y "La evaluación de las
pruebas de evaluación") de/libro de Bertoni, A., Poggi, M. y Teobaldo, M.: Evaluaci6n. Nuevos significados para una
práctica compleja. Buenos Aires, Kapelusz, 1996. También se puede consultar los trabajos de Stuf- flebeam, D. y Shinkfield,
A.: Evaluación sistemática. Guía teórica y práctica. Buenos Aires, Paidós, 1987 y Santos Guerra, M. A.: La evaluación: un
proceso de diálogo, comprensión y mejora. Málaga, El Aljibe, 1993.
64
Básicamente, la evaluación en educación se relaciona con la producción de un juicio
en función de cuatro tipos de decisiones:
En este capítulo veremos cómo se relacionan estos tipos de decisiones con dos
modelos de evaluación. Para comprender y diferenciar al primer modelo del
segundo, plantearemos una situación de aula.
65
66
67
Primer modelo: evaluar es medir productos de aprendizaje para calificar a los
estudiantes
Las evaluaciones que se realizan sobre los productos del aprendizaje son llamadas
evaluaciones sumativas. La evaluación sumativa se propone apreciar el grado de
apropiación de los contenidos por parte del alumno. Su objetivo es emitir un juicio
sobre los resultados, sobre lo que el alumno ha aprendido. El enfoque de este tipo
de evaluación es retrospectiva: juzga al aprendiz desde el final del proceso y se
preocupa por ver qué y cuánto ha aprendido un alumno.
Entre los problemas que presenta este modelo de evaluación basado en la medida
de los productos del aprendizaje, está el que el evaluador efectúa una valoración y
emite un juicio pero no explica ni investiga las causas que llevaron a ese
desempeño. El problema es que no cuenta con mucha información adicional porque
los instrumentos que ha dispuesto para examinar a sus alumnos por lo general no le
aportan otro tipo de datos.
68
Segundo modelo: la evaluación es un juicio
69
4. La evaluación formativa es una tarea de carácter continuo que se puede
realizar a partir de pruebas o de otros instrumentos. En general, combina distintos
tipos de instrumentos formales e informales: la observación, las guías de
evaluación, el análisis de descripciones de clase, las entrevistas a alumnos, los
buzones de sugerencias, etcétera.
70
1. ¿Qué se evalúa?
2. ¿Cómo se evalúa?
3. ¿A quién/es se evalúa?
4. ¿Quién evalúa?
Las evaluaciones del sistema. En ellas, los exámenes evalúan a la escuela y/o al
sistema educacional. Son exámenes administrados a toda una población de
estudiantes o a una muestra representativa de la población de un determinado nivel
de escolaridad para conocer grado de aprendizaje en las escuelas, los municipios,
los estados o el país.
Los dos primeros tipos de evaluaciones no son desconocidas por las prácticas
educacionales en América Latina. El primer tipo tiene que ver con la evaluación del
aprendizaje, con las pruebas que realizan los maestros y los profesores para poder
calificar a sus alumnos, para saber cómo continuar el dictado de sus clases o para
diagnosticar lo aprendido en los anteriores cursos. El segundo tipo hace referencia a
los exámenes de ingreso en la escuela primaria, secundaria o en la universidad.
También hace referencia a un tipo de examen: los exámenes de acreditación. Los
exámenes de acreditación son aquellos que se realizan una vez finalizado el
71
cursado de un nivel educativo como requisito para la obtención del título
correspondiente; tal el caso de los exámenes finales que deben rendir los médicos
para obtener su matrícula. Las evaluaciones de competencia acreditan la
finalización de un nivelo seleccionan a población para entrar en un nivelo una
carrera determinados.
4. Elocución fácil.
73
16
Ejercicio de evaluación para 6º año. Aprender 2018
Se evalúan las escuelas y se las califica/clasifica según lo que saben sus alumnos.
Se compara a todos los alumnos, los docentes y las escuelas. En síntesis, lo que el
tercer tipo de evaluación propone es un sistema de medición de la calidad y del
rendimiento del sistema y de las escuelas partiendo del desempeño de los alumnos
en una prueba. Lo que es seguro es que la evaluación de las competencias y la
evaluación de los sistemas implican nuevas funciones de la evaluación. Nuevas
funciones que van más allá de la evaluación de los procesos de enseñanza y
aprendizaje de los alumnos.
16 https://www.argentina.gob.ar/educacion/aprender2018
74
El problema es que esta evaluación de las competencias y del sistema puede
condicionar muy marcadamente el trabajo de la institución. Pero, al mismo tiempo
puede, si se utiliza cuidadosamente, servir para repensar y mejorar los procesos de
enseñanza en una escuela.
La escuela tiene que asumir poder de decisión -y no ser una mera aplicadora de
normas demandas de la burocracia educativa- de esta manera se hacen necesarias
ciertas condiciones. Y sin ellas, la autonomía de la escuela, del docente y de todos
los miembros de la comunidad educativa puede reducirse a elegir el mejor método
para llegar a los objetivos decididos por otros.
75
Necesidad de renovar la evaluación
¿En qué consistiría esta nueva cultura evaluativa? Esbozaremos algunas ideas y
ciertos rasgos que nos parecen fundamentales:
7. En la escuela todos son evaluadores: los directivos, los docentes, los padres,
los alumnos, el personal auxiliar. En la revisión de la tarea, también se puede incluir
otras personas significativas: miembros de la comunidad comprometidos con la
escuela, profesionales, representantes de instituciones que mantienen vínculos
pertinentes con la educación.
Bibliografía Unidad 5
77
• Secuencias didácticas: Construcción y planificación
• ¿Qué es una secuencia didáctica?
• ¿Cómo organizar una secuencia didáctica?
• Elementos o componentes de una secuencia didáctica
• Profundicemos sobre la evaluación de las secuencias didácticas
• Las secuencias didácticas en los Diseños Curriculares
• Planificar propuestas de enseñanza disciplinar y entre disciplinas en
formatos diversos
• Estrategias didácticas y formatos de enseñanza
• Desarrollo de propuestas basadas en la resolución de problemas y
proyectos
• Características de los problemas
• Enseñar a partir de la resolución de casos
• Enseñar a partir de proyectos
Como sucede con las narraciones, las secuencias didácticas presentan una
estructura básica que se asemeja a la de una clase: introducción, desarrollo y cierre.
Para organizar dicha estructura, es necesario pensar en la selección y secuencia de
los contenidos, los objetivos de aprendizaje, las tareas y actividades con sus
tiempos, y los modos de evaluar. De esta manera, las secuencias de clase
establecen no solo un orden en los contenidos y tiempos de trabajo, sino también un
orden lógico para estudiantes y docentes.
❖
Desarrollo. Es muy importante prestar atención al tratamiento de los
contenidos y la vinculación con el presente y la realidad social, institucional y
de ese contexto en particular, para que los saberes y las capacidades
puestas en juego resulten significativos y, a la vez, desafiantes
intelectualmente para los estudiantes. Es decir, que ellos encuentren relación
con el presente, con lo cercano y con sus experiencias y saberes previos.
Estas estrategias permitirán consolidar aprendizajes y alcanzar relaciones de
complejidad creciente y de mayor profundidad e interioridad con el saber.
Para ello, es fundamental presentar consignas claras, actividades de distinto
tipo en un orden secuenciado y lógico que demanden distintas operaciones a
los estudiantes (saber, saber hacer) y asegurar momentos de
retroalimentación, buenas devoluciones y orientaciones que generarán
mayores oportunidades para que los aprendizajes se construyan.
❖
Cierre. Con el objetivo de sistematizar lo aprendido, institucionalizar saberes,
repasar, fijar, realizar autoevaluaciones y programar a futuro, se piensa en
79
ciertas actividades que permitan cerrar la secuencia. Algunos ejemplos
podrían ser:
80
• Evaluación. Es necesario pensar en una propuesta de evaluación de la secuencia,
así como en los instrumentos por utilizar, que deben ser acordes a los aspectos a
evaluar y a los criterios de evaluación establecidos.
Hasta aquí, los componentes estructurales, los elementos comunes que integran y
tendrán que tenerse en cuenta a la hora de planificar las clases para construir una
secuencia didáctica.
Por último, situar la evaluación desde una perspectiva formativa, es decir, para
mejorar el proceso de aprendizaje, así como también del proceso de enseñanza.
Que colabore a estimar el trayecto recorrido por cada uno de los estudiantes y el
que aún queda por recorrer, y así nos permita tomar decisiones didácticas (de ser
necesarias) para reorientar el proceso de enseñanza. De este modo la evaluación
se inserta en el proceso de formación, ya sea en su inicio, en el transcurso o al final,
pero siempre con la intención de contribuir a los logros de los estudiantes y al
desarrollo de su autonomía
Es importante aclarar que sólo puede evaluarse aquello que fue enseñado. Por ello,
es necesario definir a lo largo de la secuencia el o los momentos en los que el
docente decide evaluar y en cada uno de ellos una explicitación acerca de: ¿para
qué vamos a evaluar?, ¿qué vamos a evaluar?, ¿a través de qué producciones de
los alumnos?, ¿con qué frecuencia?
82
¿qué forma adoptarán estos instrumentos más allá del trabajo cotidiano?, ¿cómo
están preparados los alumnos?, ¿qué tienen en claro?, ¿cuál es el grado de
sorpresa?, ¿en qué medida representa un desafío?; poniéndose aquí en juego una
tarea conjunta del equipo docente que incorpore y sistematice los modos de evaluar
de acuerdo con las distintas estrategias de enseñanza. Lo más importante en este
caso es que el docente explicite los contenidos y la modalidad de la evaluación. La
explicitación del qué y el cómo garantiza, en parte, la incorporación de la evaluación
a los procesos de enseñanza y de aprendizaje.
83
Por otra parte, encontramos que el Diseño Curricular para el Nivel Secundario
referido a 1er año, plantea que respecto de la secuencia de contenidos: existe
muchas veces la creencia de que la secuencia didáctica debería reproducir la lógica
disciplinar, suponiendo que la única manera de enseñar cierto contenido es
ordenándolo en la misma secuencia que el índice de un texto disciplinar
Sabemos que los Diseños Curriculares se ven acompañados por una cantidad de
materiales de desarrollo curricular. No es una novedad la existencia de secuencias
didácticas elaboradas y presentadas a los docentes desde diversidad de equipos de
especialistas que realizan investigación didáctica. Estas secuencias han sido muy
extendidas en la práctica docente pero también muy criticadas. El motivo de crítica
se refiere al riesgo de caer en un “aplicacionismo” de dichas secuencias a cualquier
contexto y situación, independientemente del grupo de estudiantes, la multiplicidad
de conceptualizaciones presentes en dichos grupos, la diversidad de trayectorias,
etc. En estos casos, la intervención docente, pensada como central desde esta mira-
da, queda reducida a la de réplica y repetición. La consecuencia es que en ausencia
de un adecuado enigma –el cual como dijimos debe ser presentado por el docente a
través de condiciones didácticas–, la situación problemática, deja de funcionar como
tal. Vemos que la dificultad se presenta en la posibilidad del docente de trabajar
sobre un interrogante, sostenerlo y acercarlo a sus estudiantes para que éstos
puedan construir un conocimiento nuevo en la necesidad de atender a sus
esquemas o construcciones conceptuales previas. En relación con esto, otra
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cuestión a destacar es que muchas veces se olvida la importancia de generar
estrategias de trabajo colaborativo con los estudiantes tomando como ventaja los
diferentes puntos de partida. Por ejemplo, el intercambio, las prácticas de
complementación, de análisis grupal, de trabajo por parejas, por grupos, etc. en pos
de sostener la situación problemática para todos los estudiantes. Advertimos
entonces, que el riesgo es desconocer la importancia del rol docente como
constructor en el momento de llevar a la práctica este tipo de secuencias didácticas.
Talleres
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la expresión de los estudiantes. Estas instancias podrán adoptar la forma de
talleres.
Los talleres suman experiencias que les permiten a los estudiantes acceder a otros
saberes y prácticas de apropiación y producción científica, académica y cultural. Por
definición, están centrados en la producción (de saberes, experiencias, objetos,
proyectos, lecturas).
Tendrán que contemplar los contenidos que el recorte específico que cada docente
plantee –en diálogo con otros docentes o con el coordinador del año o del ciclo– y,
separadamente, aquellas cuestiones, casos, perspectivas, problemas o abordajes
del campo de conocimientos que se enseña, definidos para trabajar con los
estudiantes.
Los talleres podrán estar a cargo de los docentes de cada disciplina y deberán tener
una extensión temporal acotada (según acuerden los equipos de enseñanza);
durante su duración, esta actividad se desarrollará a tiempo completo y dentro del
horario semanal regular. Dos o más talleres podrán ofrecerse simultáneamente, para
que los estudiantes de un mismo año o ciclo, según defina la institución, puedan
elegir cuál de ellos cursarán. Esto implicará que en cada taller se agrupen
estudiantes de distintas clases, cursos o secciones.
Seminarios y jornadas
Las propuestas de enseñanza que exploran formatos que organizan el trabajo entre
disciplinas tienen la intención de priorizar temas de enseñanza que requieren del
aporte de distintas asignaturas o áreas curriculares. Estas pueden adoptar la forma
de seminarios temáticos intensivos o jornadas de profundización temática.
Seminarios
Jornadas
Como se vio, y para dar un ejemplo, aquellos formatos que proponen instancias de
mayor participación y elección de los estudiantes requerirán de estrategias
didácticas menos expositivas y mucho más interactivas, donde la posición docente
encuentre momentos para la explicación pero las actividades estén más centradas
en los estudiantes que en las intervenciones directas del profesor. Estas también
son cuestiones que deben tenerse en cuenta en el momento de planificar el proceso
de enseñanza y aprendizaje: el docente o los equipos docentes eligen qué
actividades, técnicas, etc., llevar adelante en función de los objetivos propuestos que
se quieren alcanzar; estas son decisiones didácticas que deben tomarse de manera
consciente y reflexiva.
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Las estrategias didácticas directas
Exposición-discusión:
Exposición:
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los plazos, en la selección de tareas y actividades por realizar y en los procesos e
instrumentos de evaluación. Como en toda programación didáctica, tiene que
contemplarse un proyecto flexible, abierto, susceptible de cambios a partir de las
respuestas y del avance del grupo. Los plazos y las tareas previstas deben proveer
un guión que ayude, no un obstáculo por sortear.
El ABP se caracteriza por tener como meta un producto o resultado tangible, y una
serie de tareas y actividades encaminadas al desarrollo del producto final. Es
importante que este resultado final se vincule a los intereses del grupo para que los
motive a aprender, en tanto el proyecto se convierte en una propuesta potente
cuando es significativo y está conectado directamente con la realidad. También,
cuando permite poner en juego saberes previos, explorar instancias de investigación
y trabajar en grupo.
Compartir el trabajo final permite a los estudiantes mostrar lo que han aprendido y
tener devoluciones dialogadas sobre el proceso de aprendizaje. Además de resultar
muy motivador compartir los resultados, permite a los estudiantes autoevaluarse,
evaluarse entre pares y reflexionar sobre su propio aprendizaje. Aquí pueden
utilizarse rúbricas, como, por ejemplo la rúbrica general de capacidades ajustada
por el docente o equipo docente junto al grupo de trabajo. El proceso de
autoevaluación es fundamental para desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo
sobre el aprendizaje.
Se sugiere que:
•Se agrupe a los estudiantes de distintos modos para potenciar la calidad de sus
aprendizajes.
•El desarrollo de las experiencias se realice en espacios que den lugar a un vínculo
pedagógico más potente entre los estudiantes, los docentes y el saber, dentro de la
propia escuela o fuera de ella.
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Las secuencias didácticas deben ayudar a que:
Existen algunos principios compartidos que interesa destacar, entre diversos autores
que se ocupan del diseño y desarrollo de unidades de enseñanza que incorporan el
aprendizaje a partir de casos o problemas.
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Las propuestas se inician con la presentación y construcción de una situación-
problema o problema abierto, punto focal de la experiencia de aprendizaje y que da
sentido a la misma.
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• Con frecuencia deben abordarse repetidamente a lo largo del tiempo, en la
medida en que cambian los modelos explicativos o teóricos, o bien cuando
cambian los enfoques de intervención o las condiciones mismas en que se
manifiesta la situación-problema y, por ende, se dispone de más o diferente
información al respecto.
• Pueden abordarse mediante procesos de solución que emplean la
información de manera cada vez más compleja.
Según algunos autores los “buenos problemas”, los apropiados para trabajar en el
aula, son los que se definen como abiertos o no estructurados, ambiguos,
susceptibles de cambiar y de plantear diversas soluciones.
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Wasserman distingue distintos momentos en el diseño e implementación del uso de
casos:
Los proyectos constituyen otra modalidad para organizar la enseñanza que permite
un fuerte involucramiento de los estudiantes. Formulado originalmente por William
Kilpatrick, el método de proyectos busca aproximar la escuela lo más posible a la
realidad de la vida. En los proyectos, lo que guía el trabajo es la realización de un
propósito: una meta, una finalidad, un producto. El propósito puede ser de diversa
naturaleza: realizar una intervención sociocomunitaria; investigar acerca de un tema
de interés; desarrollar un microemprendimiento; llevar adelante una producción o
una intervención artística o comunicativa; entre otras posibilidades.
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• el diseño de las actividades necesarias;
Bibliografía Unidad 6
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Astolfi, Jean Pierre. Aprender en la escuela. Chile, Dolmen, 200017.
• Consejo Federal de Educación. Resolución 93/2009, Orientaciones para la
Organización Pedagógica e Institucional de la Educación Obligatoria.
[consulta: marzo de 2018]
• Díaz Barriga, A. Guía para la elaboración de una secuencia didáctica. México
D. F., UNAM, 2013.
• Nemirovsky, M. “Secuencias didácticas” en Sobre la enseñanza del lenguaje
escrito, Serie Maestros y Enseñanza. Buenos Aires, Paidós, 1999.
Material ampliatorio
• Planificación docente en Caminos de tiza. ¿Qué lugar ocupa la planificación
en la tarea docente? ¿antenta contra la improvisación?
https://www.youtube.com/watch?v=iDH0wp2x5M8&t=184s
https://www.youtube.com/watch?v=CMscvQd01sE
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Ejemplos de Proyectos
Talleres
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