Por Que No Llorar Por La Leche Derramada
Por Que No Llorar Por La Leche Derramada
Por Que No Llorar Por La Leche Derramada
Las festividades judías no son conmemoraciones de eventos históricos; sino que son
reformulaciones espirituales. No hay dos festividades iguales —cada festividad presenta una
energía espiritual distinta, dándonos la oportunidad de lograr inspiración y los poderes espirituales
necesarios en un área específica de nuestro servicio a Di-s. En Pesaj recibimos las fuerzas para
liberarnos de nuestra esclavitud natural a nuestros impulsos y hábitos destructivos; en Shavuot
nos adentramos en el corazón de la Torá, volviendo a comprometernos a conectarnos con Di-s a
través de su estudio; y en Sucot llenamos las reservas de nuestros corazones con verdadera
alegría. Almacenamos esos poderes espirituales únicos lo suficiente como para que duren todo un
año, hasta que vuelva la festividad. Las mitzvot particulares de cada festividad son las
herramientas que nos posibilitan internarnos en las energías espirituales presentes en ese
momento.
De acuerdo con la Cabala los meses de Nisan e Iyar son diametralmente opuestos: Nisan es un mes
impregnado por la Bondad Divina; el mes cuando Di-s redimió —y redime —aun a aquellos que
nos merecedores de la redención. Iyar, por el otro lado, es un mes de disciplina y auto-
mejoramiento; el mes durante el cual contamos el Omer y estamos involucrados en el
refinamiento personal para ganar el derecho a recibir la Torá al mes siguiente. Sin embargo el
judío penitente ¡tiene la habilidad de experimentar una festividad redentora de Nisan aun durante
el mes de Iyar!
La enseñanza de Pesaj Sheni es que nunca es demasiado tarde. Nunca piensen: "Todos los demás
ya han dejado Egipto hace varias semanas y están en camino de recibir la Torá — ¡Y yo ni siquiera
he comenzado mi viaje espiritual! ¡Soy impuro!" No desesperen, ustedes también pueden dar el
gran salto de Pesaj y unirse a los demás en su estado de Redención, merecedores de recibir la Torá
en la festividad de Shavuot.
No se acostumbre a llorar por la leche derramada, pues Di-s tiene un abundante suministro de
leche al que se puede llegar en cualquier momento —probando que tenemos una sed verdadera, y
expresándole este sentimiento.
Que pronto merezcamos ver la venida del Mashíaj, cuando nosotros —quienes en nuestra actual
condición de exiliados (en Galut) somos considerados "impuros" debido a nuestra "distancia" de
Di-s —traigamos el Cordero Pascual al Tercer Santo Templo en Jerusalén. ¡Amen!