Implantes Dentales

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD PILOTO DE ODONTOLOGÍA

CIRUGIA ORAL Y MAXILOFACIAL


HISTORIA DE LOS IMPLANTES,
INDICACIONES, CONTRAINDICACIONES Y
SUSTITUTOS OSEOS

ESTUDIANTE:
YASHIN CORONEL

DOCENTE:
DRA. NARDA AGUILERA

PARALELO:
9/5

GUAYAQUIL - ECUADOR
2018-2019 CII

HISTORIA DE LOS IMPLANTES


Los implantes dentales son uno de los tratamientos más utilizados para reemplazar los
dientes perdidos y devolver al paciente su función masticatoria y mejorar la estética de
su sonrisa.

La implantologia del Dr. Per-Ingvar Branemark


La historia de los implantes dentales de titanio empieza con los estudios del Dr. Per-
Ingvar Branemark, un cirujano ortopédico sueco y profesor de investigación. Se le ha
llegado a promocionar como el “padre de la implantología dental modera” por sus
descubrimientos en este campo.
En 1952 el Dr. Branemark empezó a realizar una serie de estudios científicos que le
llevaron a descubrir el proceso de osteointegración. La investigación se centraba en
observar la médula ósea, la tibia y el peroné de conejos para mejorar la cura de los
traumatismos óseos.
Al introducir la cámara óptica de titanio en el hueso del conejo, el equipo de
colaboradores junto al Dr. Branemark se dieron cuenta de que al intentar sacar la
cámara les era imposible ya que el titanio se había adherido al hueso y el tejido
circundante se había mineralizado.
A partir de esas investigaciones se empezó a aplicar el término de
“osteointegración” del titanio y se empezó a introducir en el mundo de la odontología.
Inicialmente se realizaron pruebas con animales desdentados para conocer el éxito y
grado de osteointegración.
Este descubrimiento hizo que el Dr. Branemark hiciese comprender el proceso biológico
de cicatrización al introducir un cuerpo extraño, siendo este el titanio.

Implantologia contemporánea
El tercer gran país europeo por su importancia en la implantología de esta época fue
España. Vallespín, en Zaragoza, realizó novedosas modificaciones en la técnica de
implantes subperiósticos, introduciendo conceptos vigentes hoy en día, como es el
realizar la incisión fuera de la cresta alveolar para cubrir perfectamente el implante. Por
estoa años Trobo Hermosa ya realizaba, en Madrid, la técnica descrita por él como
“reimplantación inmediata de raíces aloplásticas metálicas”. En dicha técnica, tras una
extracción dentaria cuidadosa y hemostasia de la herida, atascaba amalgama en el
alvéolo seco hasta bel borde gingival, introduciendo posteriormente un dispositivo para
retener la prótesis. Murillo colocó en 1954 varios implantes intraalveolares de acrílico
que fracasaron. En 1956, Salagaray puso sus primeros implantes yuxtaóseos, en Madrid.
En 1957, en Valencia, modificó el diseño de los implantes intraóseos, ideando el
implante prismático hueco y posteriormente escribió, en 1967, el primer libro sobre el
tema en España, “Conceptos fundamentales de endoimplantología”. En 1959 se crea la
Sociedad Española de Implantología (SEI) , una de las más antiguas del mundo. 
En 1974, Salagaray y Sol se enfrentaron en Nueva York, en el Hospital Munt Sinai, a
muchos colegas contrarios a los implantes dentales, en un curso impartido. Estos
profesionales popularizaron la técnica de implantes yuxtaóseos que lleva su nombre.
Otros grandes nombres que colaboraron al auge de la implantología fueron Santino
Surós, que diseñó su implante plano intraóseo; Cosme Salomó y su implante endoóseo
de esfera y, sobre todo Irigoyen y Borrell, con su implante universal en profundidad de
acero inoxidable, estos en 1980 idearon el AB autoroscable y la lámina universal
colados en cromo-níquel. 
La década de los años sesenta estuvo dominada por el trabajo de Linkow, que desarrolló
el implante de rosca de Lew y el de hoja, que predominó hasta la década de los ochenta.
A pesar de muchos esfuerzos bienintencionados, la historia de la implantología dental
ha sido análoga a los fuegos artificiales; grandes destellos de excitación seguidos de un
desvanecimiento de la escena. 
En la conferencia celebrada en Harvard en 1978, se presentaron los estudios
experimentales del grupo sueco de Goteborg dirigido por P.I. Brǻnemark y T.
Albrektsson. En 1952, el profesor Brǻnemark comenzó a realizar una investigación con
estudios microscópicos “in vitro” de la médula ósea en el peroné de conejo para conocer
mejor la vascularización tras practicar traumatismos óseos. El estudio se llevó a cabo
introduciendo una cámara óptica de titanio en el hueso del conejo; al ir a retirar esta, se
comprobó que era imposible, ya que la estructura de titanio se había incorporado por
completo en el hueso, y el tejido mineralizado era totalmente congruente con las
microirregularidades de la superficie de titanio. A este hecho se le denominó
osteointegración y a partir de entonces se comenzaron a realizar estudios para rehabilitar
animales desdentados, que resultaron eficaces, por lo que surgió la idea de crear un
sustituto para la raíz de los dientes que estuviera anclado en el hueso. En esta misma
línea se han encaminado los trabajos de Adell; en 1982 presentaron los resultados de sus
ensayos clínicos a largo plazo sobre una muestra de 2768 implantes colocados en 410
maxilares de 371 pacientes. 
Prácticamente coincidiendo en el tiempo, Schroder en los años cuarenta desarrolló el
concepto de “anquilosis funcional”, equivalente a la osteointegración. Al frente de un
equipo que realizó sus trabajos de investigación en Suiza, contribuyó a desarrollar un
sistema de implantes que se conoce con el nombre de ITI Bonefit. Su contribución al
desarrollo de la implantología, por lo tanto es superponible a la de Brǻnemark. 
Con la publicación de los trabajos de Brǻnemark en 1965 que demostraban que podía
lograrse la osteointegración, la implantología experimentó un cambio muy sustancial.
Este descubrimiento se aplicó posteriormente a un revolucionario sistema de implantes,
validado en la Universidad de Goteborg con estudios preclínicos y clínicos de larga
duración. 
En 1967, Shahaus desarrolló los implantes cerámicos roscados y Linkow aportó el
implante Ventplant con tornillo autoroscable. Posteriormente, en 1968, partiendo de
experiencias previas, apareció el implante endoóseo en extensión, más conocido como
implante laminar, realizado en titanio ligero y resistente a la corrosión. 
En 1970, Roberts y Roberts diseñaron el implante endoóseo “lámina de rama”, al año
siguiente Salomó idea el implante a esfera, consistente en una esfera y un vástago
cilíndrico de tantalio. En 1973, Grenoble colocó por primera vez implantes de carbono
de vítreo. 
Otro diseño de implantes osteointegrados constituye el IMZ (Intra Movil Zylinder),
desarrollado a partir de trabajos de investigació universitarios en Alemania sobre
implantes cilíndricos no roscados con tratamiento de superficie a base de plasma de
titanio y con un dispositivo de rompefuerzas sobre la base del implante, intentando
remedar la resilencia del ligamento periodontal. A principios de los ochenta , Calcitek
Corporation desarrolló la calcitita, hidroxiapatita cerámica policristalina. Más tarde, a lo
largo de esta misma década, son desarrollados por distintos centros de investigación y
con apoyo industrial implantes con estructura de titanio recubiertos hidroxiapatita, por
lo general endoóseos. 
Desde la década de los años noventa, la implantología dental ha conseguido
consolidarse como una nueva disciplina quirúrgica dentro del campo estomatológico.
Hoy en día, el tratamiento con implantes dentales en pacientes con desdentamiento total
o parcial se considera un procedimiento quirúrgico-prostodóncico predecible. 
Las mayores exigencias implantológicas y los continuos avances experimentados en
este campo han permitido el desarrollo y perfeccionamiento de implantes, aditamentos
protésicos y procedimientos quirúrgicos como las técnicas de regeneración ósea y la
manipulación de tejidos blandos, mejorando con ello las condiciones de recepción de
los implantes y su posterior mantenimiento. Las aportaciones de los investigadores
determinaron las bases de la implantología moderna, profusamente desarrollada, con un
abanico de posibilidades en constante evolución. 
Implantologia en Cuba
La enseñanza de la Cirugía Bucal, en Cuba, data de finales del siglo XVIII, en el
período de la Real y Pontifícia Universidad del Máximo Doctor de la Iglesia de San
Gerónimo de La Habana. Durante esta época la dependencia socioeconómica de la
Metrópoli española provocó que los avances tecnológicos llegaran con retrasado
respecto a esta. Se reportan transplantes dentarios aislados con una escasa tasa de éxito.
En enero de 1884 aparece en "El Progreso Dental", publicación mensual de cirugía y
prótesis dental, un artículo titulado "Modificaciones en el injerto dentario" de Federico
Poey, primero de factura nacional respecto al tema de que tenemos referencia. Otro
trabajo de relevancia al respecto, "Implantaciones Dentarias", de Oscar Amoedo,
aparece en 1891 en las páginas de la "Revista Dental". Los distintos tópicos en ella
tratados son un reflejo del estado de la profesión en aquella época.
Al estallar la guerra de independencia contra España, se produjo una etapa de
decaimiento en la práctica estomatológica, cuando se cerraron casi todas las academias
dentales; algunos dentistas decidieron exilarse y otros partieron a la manigua redentora.

La disciplina comenzó de nuevo a tener cierto empuje cuando el 19 de noviembre de
1900 el gobierno interventor norteamericano dictó el decreto que autorizó la creación
oficial de la Escuela Dental de la Universidad de La Habana. Durante la pseudo
república la corrupción de los gobernantes de turno, con severas limitaciones de los
presupuestos de salud pública, impidió un desarrollo sostenido de la implantología, en
relación con el experimentado a escala mundial. 
En Cuba, sujeta a bloqueo económico, financiero y comercial desde hace 45 años por
los Estados Unidos de Norteamérica, las posibilidades de generalización de los
implantes endoóseos han mínimas debido a su alto costo en el mercado mundial,
cuestión que se agudiza cada día más. El impedimento impuesto provoca elevadas
pérdidas económicas, en algunos casos ha sido una verdadera persecución, y su fin es
que carezcamos de los ingresos en divisas para importar medicinas, equipos médicos y
alimentos con destino a la población e insumos vitales para el desenvolvimiento de la
economía nacional y de servicios sociales básicos. Todo el sistema de salud cubano ha
tenido que enfrentar dificultades similares, pues nos impiden el acceso a la tecnología
necesaria. Solo el ingenio y la preparación profesional nos han permitido desarrollarnos
y nunca colapsar. 
En 1995 se sistematiza el empleo de los implantes dentales en forma de convenios de
colaboración docente y asistencial con España, siendo la provincia de Cienfuegos
pionera en el desarrollo de esta actividad y constituyendo en nuestros días un centro de
referencia nacional por su calidad. Posteriormente se incorporó Villa Clara con
resultados satisfactorios y dando la posibilidad al resto de las provincias centrales de
entrenamiento profesional y valoraciones terapéuticas de pacientes. 
Actualmente, el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) y particularmente la
Dirección Nacional de estomatología ha realizado grandes esfuerzos en el desarrollo e
introducción de nuevas tecnologías, dentro de ellas los implantes dentales; extendiendo
su empleo mediante inversiones con la firma italiana Novaxa para distribuir a todo el
país implantes semi-sumergidos "Leader". Camagüey participa de esta posibilidad,
dándose los primeros pasos en este sentido. La voluntad política de La Revolución a
posibilitado convertir en realidad el Programa Nacional de Implantología, en función de
ofrecer a la población tratamientos cada vez más eficientes. Sea este, pues, un modesto
tributo de consideración y respeto a los que tuvieron la iniciativa de crearlo y de hacerlo
llegar hasta nuestros días. 

INDICACIONES Y CONTRAINDICACIONES
Indicaciones
Los implantes dentales tienen unas indicaciones especificas que deben ser tomadas en
cuenta y que le explicará su implantologo en la primera visita.
Las indicaciones de los implantes dentales son las siguientes:
 Rebordes maxilares con marcada reabsorción ósea (edentulismo total en el
maxilar inferior que impide la sujeción de prótesis mucosoportada).
 Baja tolerancia de los tejidos blandos. Desaparición total de la encía adherida, la
encía libre y mucosa son muy sensibles.
 Hábitos parafuncionales de origen oclusal. La reabsorción extrema de los
maxilares genera hábitos parafuncionales que son tratados con prótesis dentales.
 Reflejos nauseosos hiperactivos.
 Incapacidad psicológica para portar prótesis removible.
 Rehabilitación de desdentados parciales, con brechas entre dientes sanos,
excitando su utilización como pilares de prótesis fija.
 Rehabilitación de brechas extensas o extremos libres, en los cuales no es posible
realizar prótesis fija.
Los implantes dentales son recomendables cuando una persona ha sufrido la pérdida de
dientes debido a:
 La caries dental: es el proceso que da lugar a una cavidad en el diente. Se
produce cuando las bacterias en la boca fabrican ácidos que corroen el diente.
Una caries no tratada puede causar dolor, infección y finalmente la pérdida del
diente.
 Fracaso del tratamiento radicular: se trata del fracaso de una endodoncia. Si
después del tratamiento por endodoncia, el interior de los dientes o los tejidos
alrededor de la raíz permanecen infectados, el procedimiento se considera
fallado. Los síntomas habituales de fracaso del tratamiento del conducto
radicular incluyen dolor dental y dolor o inflamación de las encías en la zona
cercana al diente. Esta complicación puede aparecer inmediatamente después del
tratamiento o incluso después de muchos años desde su realización. Los
implantes dentales son una solución valiosa ante este problema.
 Periodontitis: Se inicia con una gingivitis (inflamación de las encías) pudiendo
progresar a periodontitis En una etapa temprana de la gingivitis, las bacterias de
la placa se acumulan, causando que las encías se inflamen y sangren con
facilidad durante el cepillado de dientes. A pesar de que las encías se encuentren
irritadas, los dientes aún están plantados firmemente. En esta etapa no existen
aún daños irreversibles. Cuando la gingivitis no se trata, es cuando se puede
producir la periodontitis. En este caso la capa interna de la encía y el hueso se
separan de los dientes y se forman bolsas. Estos pequeños huecos entre los
dientes y las encías se pueden infectar y se puede producir la destrucción del
periodonto. lo que puede finalizar con la pérdida del diente.
 Traumatismos: Un traumatismo en los dientes se puede producir por accidentes,
caídas o lesiones. Pueden ser debidos a la práctica de deportes cuando se
produce un golpe importante en la cabeza o por una caída desde cierta altura.
Con frecuencia el trauma puede afectar a los dientes pero no se manifiesta de
manera inmediata, sino hasta meses o años después. La fractura de la raíz puede
no ser evidente hasta algún tiempo después, cuando se desarrolla una infección.
 Uso y desgaste excesivo del diente: Un uso excesivo o un desgaste como por
ejemplo el bruxismo puede llevar a la pérdida del diente. El bruxismo puede
aplicarse a aquellos que rechinan los dientes durante la noche mientras duermen,
o personas que son extremadamente ansiosas y rechinan los dientes o aprietan
las mandíbulas durante las horas de vigilia. Este desgaste anormalmente
excesivo puede causar daño produciendo la pérdida de los dientes
permanentemente.
 Ausencia congénita de dientes: La falta de uno o más dientes es quizás nuestra
malformación congénita más común. Muchos de nosotros carecemos de una o
varias muelas del juicio o de incisivos. La falta de una gran cantidad de dientes,
sin embargo, es muy rara. Son muy normales las caídas de dientes de leche en
niños, sin un diente sucesor para reemplazarlo.
Contraindicaciones Absolutas
Las contraindicaciones para implantes absolutas son el tratamiento con implantes
osteointegrados basándose en los riesgos quirúrgicos y anestésicos inmediatos serían
todas aquellas situaciones en las que el paciente presente una enfermedad aguda,
enfermedad terminal, enfermedad metabólica incontrolada, embarazo o expectativas
poco realistas.
En algunos casos no es posible el uso de implantes dentales para rehabilitar una zona
edéntula, si bien son pocos, tenemos que tenerlos en cuenta:
 Alteraciones de la coagulación NO controlados.
 Pacientes con el sistema inmunológico alterado y/o debilitado
(inmunodeprimidos).
 Las personas con inmunodepresión, ya sea por tratamientos médicos tales como
la quimioterapia o radioterapia, corticoides, etc.; o con enfermedades como el
VIH, pueden presentar serios problemas de cicatrización y una reacción
deficiente del sistema inmunológico.
 Problemas graves de medicina interna. p.ej Artritis reumatoide
 Trastornos del metabolismo óseo. p.ej la osteomalacia o la osteogénesis
imperfecta. La osteoporosis no representa ninguna contraindicación para la
colocación de implantes dentales.
 Trastornos de la coagulación no controlados
 Alcoholismo, drogadicción. Psicosis: No es posible asegurar la capacidad de
seguir las indicaciones del médico y de cooperar con éste durante el tratamiento.
 Sistema inmunológicas debilitado: Los pacientes con inmunosupresión
provocada por infecciones víricas (VIH) o una determinada medicación
(corticosteroides, quimioterapia oncología u otros inmunosupresión) pueden
presentar problemas de cicatrización así como una reacción inadecuada del
sistema inmunológico.
 Enfermedades endocrinas no controladas

Contraindicaciones Relativas
La primera contraindicación para implantes dentales relativa serán todos aquellos casos
en los que el paciente refleje unas expectativas poco realistas, por ello es necesario
realizar un estudio serio e informar al paciente de toda la problemática de su caso
sabiendo lo que se puede o no corregir en el ámbito estético y funcional así como las
limitaciones que pueda tener.
 Hueso previamente irradiado: En caso de radioterapias existe el riesgo de
fibrosis vascular y trombosis, con la consiguiente atrofia tisular y el desarrollo
de heridas crónicas no cicatrizantes. Por esta razón, los huesos irradiados
representan un factor de riesgo para la colocación de implantes dentales
debendose tener un periodo de espera de por lo menos 6 meses desde la ultima
sesión de radioterapia.
 Diabetes mellitus: La diabetes grave, y principalmente la diabetes juvenil (de
tipo I), se considera igualmente un factor de riesgo, si bien la diabetes controlada
de forma adecuada del tipo II no representa contraindicación alguna para el
tratamiento con implantes del paciente.
 Anticoagulantes orales: La predisposición a hemorragias en la diátesis
hemorrágica, así como cualquier trastorno de la coagulación sanguínea a causa
de la medicación, deben considerarse como factores de riesgo en el tratamiento
implanto lógico.
 Bruxismo o hábitos parafuncionales.
 Condiciones anatómicas desfavorables.
 Abuso del tabaco o alcohol.
 Periodontitis no tratada o no controlada.
 Artropatías temporomandibulares.
 Embarazo.
 Higiene bucal deficiente.
Antes de colocar implantes la cavidad bucal debe estar libre de patologías, es decir, sin
placa bacteriana ni sarro, sin caries dentales activas, sin focos infecciosos, con tejidos y
mucosas sanas y con un estado periodontal sano.

TIPOS DE HUESO APTOS PARA IMPLANTES


DENTALES
Los tipos de hueso para implantes dentales son importantes a la hora de planificar
un tratamiento de implantes dentales en clínicas Propdental. Ya que el implantólogo
especialista tiene en cuenta el tipo y la calidad de su hueso antes de realizar un
procedimiento implantológico rehabilitador.
Para la clasificación del tipo de hueso de un paciente que se somete a un tratamiento
implantología actualmente se emplea la clasificación de Branemark y Alberktsson que
estudiaron tanto la calidad del hueso como la cantidad de hueso.

Cantidad de hueso
La cantidad de hueso se valora en función de la reabsorción ósea existente y se clasifica
en las siguientes categorías:
 Hueso tipo A: Cresta alveolar casi completa. Existe una reabsorción insipiente
del proceso alveolar.
 Hueso tipo B: Reabsorción mínima de la cresta alveolar. Existe una reabsorción
del proceso alveolar moderada.
 El Hueso tipo C: Reabsorción completa de la cresta alveolar hasta el arco basal.
Existe una marcada reabsorción del proceso alveolar.
 El Hueso tipo D: Reabsorción insipiente del arco basal. El proceso alveolar ha
desaparecido, comenzando a existir una reabsorción insipiente del hueso basal.
 Y el Hueso tipo E: Reabsorción extrema del arco basal. Es el caso extremo en el
que ya existe una reabsorción acusada del hueso basal.

Calidad de hueso por Lekholm & Zarb


 La calidad de hueso se valora en función de la densidad ósea existente y se
clasifica en las siguientes categorías:
 Hueso tipo 1: El hueso se compone casi exclusivamente de hueso compacto. La
mayoría del hueso maxilar es compacto y homogéneo. Lo que significa que asi
todo el hueso es compacto y homogéneo.
 Hueso tipo 2: Hueso compacto ancho rodeado de hueso esponjoso denso. Una
gruesa capa de hueso compacto rodea un núcleo de hueso esponjoso, denso y
con buena trabeculación. Lo que significa una gruesa capa de hueso compacto
rodea un núcleo de alta densidad de hueso trabecula.
 El Hueso tipo 3: Cortical delgada rodea hueso esponjoso denso. El hueso
cortical periferico se encuentra adelgazado, rodeando a un hueso medular de
buena densidad y trabeculación. Lo que significa una fina capa de hueso
compacto rodea un núcleo de alta densidad de hueso trabecular de favorable
resistencia.
 Y el Hueso tipo 4: Cortical final hueso esponjoso poco denso. El hueso cortical
es muy fino, y rodea a un hueso esponjoso de mala calidad y poco denso. Lo que
significa una muy fina capa de hueso cortical rodea un núcleo de baja densidad
ósea trabecular.
La pérdida de los dientes, por caries y enfermedad periodontal como causas más
frecuentes, conlleva el inicio de un proceso natural de reabsorción de la cresta alveolar,
que es casi siempre independiente de la edad, sexo o el estado de salud del paciente.
Esta reabsorción es cuatro veces mayor en mandíbula que en el maxilar superior, y es
más rápida entre los primeros 6 meses y dos años postextracción, aunque puede
prolongarse durante el resto de la vida y verse incrementada por la compresión
producida por el uso de prótesis removibles.
Por otra parte, el volumen y densidad ósea puede verse alterada por el propio
envejecimiento y afecciones como la osteoporosis, sobre todo a partir de los 50 años,
donde se ha demostrado que la pérdida por año del contenido mineral óseo es mayor en
las mujeres que en los hombres.

Tipos de hueso en implantología


Cuando valoramos el paciente que acude al dentista de la clínica Propdental para
colocación de implantes dentales, podemos clasificar 4 tipos de hueso para
implantes según su disponibilidad.
Hueso clase A (Hueso abundante)
La clase A con hueso abundante a menudo se forma pronto tras la extracción dental.
Este hueso abundante permanece durante unos pocos años, aunque la altura del hueso
interseptal se reduce y la anchura original de la cresta disminuye en más de un 30% en
los dos primeros años.
Este hueso se caracteriza por:
 Anchura mayor a 6 mm.
 Altura mayor a 12 mm.
 Longitud medio distal superior a 7 mm.
 Angulación de la carga oclusal menor a 25·.
 Altura del espacio para la corona aproximadamente 15 mm.
Hueso clase B (Hueso casi suficiente)
Según se produce la reabsorción ósea, disminuye la dimensión transversal disponible
del hueso.
Esto ocurre sobre todo a expensas de la cortical vestibular, puesto que es más fina que la
bucal, especialmente en el sector anterior. Se estima que tras la extracción o pérdida de
la pieza dental existe una pérdida transversal de un 25% el primer año y de un 40%
durante los tres primeros años.
En estos casos la cresta ósea muchas veces es insuficiente para implantes con forma de
raíz de 4 mm de diámetro.
Este hueso de división B ( a veces descrito como una atrofia leve-moderada), se
mantiene estable durante unos quince años en la mandíbula anterior, sin embargo, en
sectores posteriores mandibulares, la reabsorción en altura es 4 veces más rápida.
En el maxilar posterior la reabsorción es máxima (la más rápida en las superficies ósea
intrabucales), a lo que se une la expansión del seno maxilar edéntulo. El resultado de
todo esto es que los sectores posteriores muestran una altura insuficiente antes que los
anteriores.
Hueso clase C (Hueso comprometido)
El reborde de clase C (Hueso comprometido) es deficiente en una o más dimensiones
(anchura, altura o angulación), independientemente de la posición del implante dental
en el área edéntula.
El patrón de reabsorción se produce primero en anchura y posteriormente en altura.
Como consecuencia de esto, a pesar que la altura se mantiene, el reborde de clase B se
reabsorbe en anchura hasta que resulta inadecuado para cualquier diseño con implantes
dentales.
El hueso de clase C se puede también describir como una atrofia moderada avanzada.
El hueso de clase C se caracteriza por:
 Anchura de 0 a 2,5 mm.
 Altura inferior a 12 mm.
 Angulación de la carga oclusal superior a 30·.
 Espacio disponible para la corona en altura superior a 15 mm.
Hueso clase D (Hueso deficiente)
La reabsorción ósea a largo plazo puede producir una pérdida completa del reborde
residual acompañado de una atrofia del hueso basal. La atrofia intensa se corresponde
con el reborde clínico de clase D.
El hueso de clase D cumple:
 Pérdida de hueso basal.
 Maxilar plano.
 Mandíbula con espesor de lapicero.
 Más de 20 mm de altura de corona.

SUSTITUTOS OSEOS
La utilización de injertos óseos en la implantología dental, tiene que ver con el origen y
estructura de los mismos, lo cual se incluye en la clasificación actual de injertos, con el
propósito de establecer algunas de sus características más importantes, que permitan al
cirujano realizar la elección adecuada basándose en las necesidades estructurales y
funcionales requeridas. Según estos criterios, los injertos han sido clasificados en:
 Autólogos (autoinjertos): este tipo de injerto se compone por tejido tomado del
mismo individuo, y proporciona mejores resultados,  es el único que cumple con
los tres mecanismos de regeneración ósea, osteogénesis, osteoinducción y
osteoconducción, evita la transmisión de enfermedades y el rechazo
inmunológico.
 Homólogos (aloinjertos): estos se componen de tejido tomado de un individuo
de la misma especie, no relacionado genéticamente con el receptor, cuenta con
capacidad osteoinductiva y osteoconductora, se comporta como una estructura
que permitirá la neoformación ósea a partir del remplazo gradual que sufre el
injerto por el hueso del huésped, haciendo este proceso lento y con considerable
pérdida de volumen. Existen 3 tipos de aloinjertos óseos: congelados, desecados
(liofilizados) y desmineralizados.
 Isogénicos (isoinjertos): se componen por tejido tomado de un individuo
genéticamente relacionado con el individuo receptor.
 Heterólogos (xenoinjertos): se componen de tejido tomado de un donador de
otra especie, además clínicamente no son aceptables debido a su gran
antigenicidad.
En cuanto a su estructura, los injertos óseos pueden ser: corticales y esponjosos; cada
uno posee determinadas características y cualidades.
 La estructura cortical produce un buen relleno mecánico debido a su
composición, ya que se puede adaptar y contornear fácilmente. Para su óptima
función debe ser correctamente fijado al lecho receptor, por medio de placas o
tornillos a presión.
 La estructura esponjosa se fusiona más rápidamente al lecho receptor debido a
que los grandes espacios abiertos que presenta, permiten una rápida
revascularización propiciando la neoformación ósea; sin embargo, tiene ciertas
limitantes, ya que no tiene suficiente resistencia mecánica para tolerar tensiones
en defectos de gran tamaño.
Es por ello que la unión natural de una lámina cortical y esponjosa proporciona mejores
resultados colocando la porción trabecular contra el huésped y la cortical hacia la
superficie externa. Sin embargo, se han considerado otras variedades de injertos óseos,
tales como: médula, partículas, y pasta de hueso, entre otros.
Estos sustitutos óseos actúan sobre el hueso huésped por medio de tres mecanismos
diferentes: osteoconducción, osteoinducción y osteogénesis.
 Osteoconducción: tiene como característica el crecimiento óseo por aposición, a
partir del hueso existente y por encima del mismo. Por consiguiente, se necesita
para dicho proceso la presencia de hueso o de células mesenquimatosas
diferenciadas. La cicatrización ósea alrededor de un implante osteointegrado es
un proceso de osteoconduccion y sigue las fases típicas de remodelación a nivel
de la interfase hueso- implante. Es un proceso lento y prolongado, donde el
injerto tiene la función de esqueleto. Este tipo de curación predomina sobre todo
en los injertos corticales, donde el injerto es progresivamente colonizado por
vasos sanguíneos y células osteoprogenitoras de la zona receptora, que van
lentamente reabsorbiéndolo y depositando nuevo hueso. Los materiales
osteoconductivos son biocompatibles, siendo los más utilizados en
implantología productos aloplásticos. Los materiales aloplásticos son
exclusivamente productos sintéticos biocompatibles desarrollados para satisfacer
un gran número de indicaciones. Pueden clasificarse en cerámicas, polímeros y
composites.
 Osteoinducción: un material osteoinductivo es capaz de inducir la
transformación de células indiferenciadas en osteoblastos y condroblastos en una
zona donde no cabe esperar dicho comportamiento. Los materiales
osteoconductivos contribuyen a la formación ósea durante el proceso de
remodelación. Se inicia por medio de la transformación de células
mesenquimales indiferenciadas perivasculares de la zona receptora, a células
osteoformadoras en presencia de moléculas reguladoras del metabolismo óseo.
La fuente de estas proteínas son los injertos autólogos, el plasma rico en factores
de crecimiento y las proteínas morfogenéticas obtenidas mediante técnicas de
ingeniería genética. Esta y otras proteínas deben ser removidas antes del inicio
de esta fase, que comienza 2 semanas después de la cirugía y alcanza un pico
entre las 6 semanas y los 6 meses, para decrecer progresivamente después. Los
materiales osteoinductivos mas utilizados en la implantología son los aloinjertos
óseos.
 Osteogénesis: hace referencia a los materiales que pueden formar hueso, incluso
sin la presencia de células mesenquimatosas indiferenciadas locales, depende
exclusivamente de la supervivencia de las células trasplantadas, principalmente
de los preosteoblastos y osteoblastos. Los materiales de injerto osteogenos están
formados por células óseas vivas, que producen gran cantidad de factores de
crecimiento para el hueso. En la actualidad, el hueso autógeno es el único
material osteogeno disponible. Las zonas donantes más utilizadas son los
injertos óseos autógenos de cresta iliaca o injertos óseos locales de tuberosidad
maxilar, rama ascendente y sínfisis mentoniana. El hueso medular o trabecular
contiene las mayores concentraciones de osteositos. Estas células deben
almacenarse en suero salino estéril, lactato de ringer o solución estéril de
dextrosa al 5% y agua para mantener la vitalidad celular. Está contraindicado el
uso de agua destilada para este cometido, y la sangre venosa no es tan eficaz
como el suero salino o la dextrosa con agua. Dado que el material de injerto
debe obtenerse mediante una intervención quirúrgica adicional, se emplea
cuando las condiciones para el crecimiento del hueso son malas o junto con los
otros materiales si se necesita mas volumen.
Las 3 fases, osteoconducción, osteoinducción y osteogénesis, ocurren simultáneamente
siempre y cuando se trate de un injerto autólogo trabecular, cortico-trabecular o cortical.
El hueso trabecular induce el proceso de osteogénesis. El cortico-trabecular además de
ser útil para la reconstrucción anatómica, provee la mayor parte de la proteína
osteogénica, de gran importancia en la segunda fase de la cicatrización ósea. La cortical
sola como injerto provee una estructura muy resistente, para su cicatrización se da
únicamente la fase de osteoconducción, además puede actuar como barrera de invasión
del tejido blando, comportándose de manera similar a una membrana microporosa
utilizada para la regeneración ósea guiada.
El hueso autógeno tiene una matriz inorgánica, formada fundamentalmente por
hidroxiapatita, que contiene osteositos, osteoblastos, osteoclastos y proteínas
osteogenas. El hueso  membranoso obtenido de la sínfisis mandibular representa una
excelente fuente de hueso autógeno con muy buenas propiedades, como  la
revascularizacion precoz, el gran potencial y el gran número de células vivas. Con este
método se puede aumentar zonas reducidas e uno a cuatro dientes.
El mecanismo del crecimiento óseo con hueso autógeno, como ya se menciono  incluye
los tres métodos. Las células vivas, fundamentalmente de la región trabecular, pueden
vivir y formar realmente un producto osteoide. Sin embargo, el suministro sanguíneo y
el número de células  influyendo notablemente en el resultado. Este proceso de efecto
osteogeno disminuye al cabo de cuatro semanas. Al reabsorberse el hueso puede liberar
proteínas para formar hueso por el proceso osteoinductivo. Este comienza
aproximadamente al cabo de seis semanas y se puede prolongar durante seis meses. El
hueso cortical es la principal fuente de estas proteínas. Una gruesa placa cortical sobre
el injerto puede impedir que el tejido fibroso invada la zona y actúa como una
membrana de poros pequeños dirigiendo la regeneración. El andamio del injerto óseo
autógeno también puede formar tejido óseo por el efecto osteconductivo al ir
formándose nuevo hueso  mediante sustitución progresiva.

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