Teoria Cognitiva - Teoria Interaccionista
Teoria Cognitiva - Teoria Interaccionista
Teoria Cognitiva - Teoria Interaccionista
La teoría cognitiva, impulsada por el psicólogo Jean Piaget que expone sobre el desarrollo
de la capacidad de aprendizaje en los niños, y sostiene que la infancia transita en etapas
definidas, acordes con el intelecto y la capacidad de percibir;
en otras palabras, si una persona empieza a aprender otro idioma desde la niñez, lo
adquirirá como su segunda lengua.
Los procesos cognitivos del niño son distintos de los adultos, en la niñez, desarrollara toda
las habilidades verbales, sistematicas y tendrá una mejor retención de todo...
Otros autores como Eric Lenneberg, lingüista y neurólogo, pionero de la hipótesis sobre
la adquisición del lenguaje y la psicología cognitiva, basa sus argumentos en cuestiones
fisiológicas, tales como las modificaciones en la composición química de la corteza
cerebral, la neurodensidad o la frecuencia de las ondas cerebrales; afirman las hipótesis del
periodo crítico que se presenta cuando los niños llegan a la pubertad, a partir de la cual
disminuye su capacidad para adquirir una segunda lengua concordando así con Piaget,
quien asegura que a esa edad el cerebro está cada vez menos habilitado para el aprendizaje
de un segundo idioma.
Lenneber (1975) afirma que uno de los conceptos fundamentales de su hipótesis es la
lateralización cerebral, es decir que cada hemisferio se especializa en determinadas
funciones: los procesos del lenguaje tienen lugar predominantemente en el izquierdo,
mas el derecho también interviene en el procesamiento de la entonación. (PUEDE
SER)
Por su parte, según Theo Bongaerts (1989), no es solamente una cuestión fisiológica la que
restringe la habilidad para aprender otro idioma a cierta edad, sino que también deben
tomarse en cuenta otros factores relacionados directamente con la edad: la motivación, la
integración a una comunidad de habla extranjera, la disponibilidad de tiempo para estudiar
y practicar, la colaboración de los interlocutores nativos, la interferencia de la lengua
materna, el temor a hacer el ridículo, entre otros; y todo esto ya que normalmente los niños
no tienen prejuicios para asimilar algo nuevo y sienten menos temor a equivocarse que los
adultos, a quienes se les dificulta más aprender un idioma.
CONCLUSIÓN De todo esto se puede afirmar en esta teoria, que la etapa idónea para
aprender una segunda lengua es la infancia, dada la plasticidad del cerebro y la falta
de especialización cortical que caracteriza a esta etapa.
Este autor explica que desde el nacimiento hasta los dos años de edad, el niño
ejerce control para obtener y organizar todas sus experiencias del mundo
exterior: sigue con los ojos, explora con ellos, voltea la cabeza; con sus manos
toca, aferra, suelta, avienta, empuja; con la boca explora los sabores y
texturas; mueve su cuerpo y extremidades. Esto le proporciona experiencias
que se integran en esquemas psíquicos o modelos acuñados. La acuñación
suele ser más profunda cuando el niño se encuentra con una experiencia
intensa e interesante que lo invita a repetirla continuamente, o en intervalos.
(POR SI PREGUTAN DE LAS TEORIAS DE PIAGET)
TEORIA INTERACCIONISTA
Tiene como máximo representante a Lev Vygotsky, quien es un psicologo ruso, que
propone que para adquirir una nueva lengua es importante la influencia social que
tengamos de la lengua que se quiere aprender. Considera que el ser humano es un ser social y
la interacción social juega un papel central en el aprendizaje. Todo aprendizaje, incluidos los
aprendizajes de la primera y segunda lenguas son fruto de la relación social. Para él la base de
todo aprendizaje es el éxito alcanzado cooperativamente y la base de ese éxito reside en la lengua
y la comunicación.
Por otro lado, un interaccionista que apoya a Vygotsky es Mead, considerado el gran
interaccionista simbólico, menciona que el interaccionismo simbólico de una persona se
lleva a cabo mediante el intercambio de actos simbólicos como son gestos, palabras,
entonación o la expresión de la cara; ese manejo de símbolos en nuestra comunicación la
dota de significado. De esta manera, permite transmitir información y expresar ideas,
entender las experiencias propias y la de los otros, así como compartir sentimientos y
entender el de los demás. Entonces, si queremos adquirir un nuevo idioma, los
interaccionistas sugieren hacer intercambios y relacionarse con otros.
Por ejemplo: cuando una persona desea aprender italiano, lo más conveniente sería viajar a
un lugar en donde hablen esta lengua, pues viviendo en ese entorno, obtendrá más rápido
todos los conocimientos que necesita.
Piaget explica que el periodo entre los dos y siete años comprende la etapa pre-
operacional, donde los niños aprenden a interactuar con su ambiente de forma
compleja, ya que utilizan palabras e imágenes mentales. Son egocéntricos, creen que
las demás personas conciben el mundo de la misma manera que ellos, y que los
objetos inanimados sienten, ven o escuchan como ellos lo hacen. La etapa de
operaciones concretas se desarrolla de los siete hasta los doce años aproximadamente;
en ella se observa la disminución del egocentrismo para enfocarse más en los
estímulos. El niño tiene ya en su mente el concepto de agrupar, pero lo aplica sólo a
aquellos objetos concretos que ha experimentado con sus sentidos. Lo que ha
imaginado, pero no ha percibido con la vista, tacto, olfato... le resulta extraño, y esto
se debe a que aún no se ha desarrollado el pensamiento abstracto. La última etapa del
desarrollo cognitivo es la de las operaciones formales, que va de los doce años en
adelante. Para Piaget, al cierre de esta última etapa es cuando se desarrolla el
pensamiento abstracto y se utiliza la lógica formal. Así mismo añade que no sólo se
percibe una mayor comprensión del mundo y de la idea de causa y efecto, sino que
esta etapa también se caracteriza por la formulación de hipótesis para la resolución de
problemas.
En este mismo sentido, Bongaerts (1989) arguye que no es solamente una cuestión
fisiológica la que restringe la habilidad para aprender otro idioma a cierta edad, sino
que también deben tomarse en cuenta otros factores relacionados directamente con la
edad, como la motivación para adquirir una segunda lengua, la integración a una
comunidad de habla extranjera, la disponibilidad de tiempo para estudiar y practicar, la
colaboración de los interlocutores nativos, la interferencia de la lengua materna, el
temor a hacer el ridículo, entre otros. Normalmente los niños no tienen prejuicios para
asimilar un nuevo sistema fónico, semántico y gramatical, y sienten menos temor a
equivocarse que los adultos, a los que se les dificulta más aprender un idioma.
De lo anterior se puede afirmar que la etapa idónea para aprender una segunda lengua
es la infancia, dada la plasticidad del cerebro y la falta de especialización cortical que
caracteriza a esta etapa.
Otros autores como Krashen (1983) advierten que diversos factores emocionales y
actitudinales pueden detonar un aprendizaje deficiente; por ejemplo, los estudiantes
en niveles básicos sienten más ansiedad que los que cursan niveles intermedios o
avanzados, de lo cual se deduce que a medida que aumenta el aprendizaje, la
ansiedad disminuye.
TEORIA COGNITIVA. psicólogo suizo Jean Piaget, presupone que el lenguaje está
condicionado por el desarrollo de la inteligencia, es decir, se necesita inteligencia para
apropiarse del lenguaje.
La escuela sociológica de Chicago es el ámbito dentro del cual Mead desarrollará el marco
de referencia del interaccionismo simbólico. Presentaremos las principales ideas expuestas
por Blumer (1900-1987), quien le diera el nombre de “Interaccionismo simbólico” a esta
corriente de
Esta orientación resulta más efectiva para ofrecer una ayuda a los
pequeños para que crucen la zona de desarrollo proximal (ZDP), que
podríamos entender como la brecha entre lo que ya son capaces de
hacer y lo que todavía no pueden conseguir por sí solos.
Los niños que se encuentran en la ZDP para una tarea en concreto está
cerca de lograr poder realizarla de forma autónoma, pero aún les falta
integrar alguna clave de pensamiento. No obstante, con el soporte y la
orientación adecuada, sí son capaces de realizar la tarea exitosamente.
En la medida en que la colaboración, la supervision y la responsabilidad
del aprendizaje están cubiertas, el niño progresa adecuadamente en la
formación y consolidación de sus nuevos conocimientos y aprendizajes.
El andamiaje consiste en el apoyo temporal de los adultos (maestros,
padres, tutores…) que proporcionan al pequeño con el objetivo de
realizar una tarea hasta que el niño sea capaz de llevarla a cabo sin
ayuda externa.
Todos sabemos que en LE los aprendientes que tienen oportunidades para comprender
activamente la lengua, en una conversación frente a frente, adquieren la lengua más rápidamente,
y con más éxito que los estudiantes expuestos sólo a ejercicios que no son significativos y que
ponen el foco en la forma de la estructura. Son varias las teorías que han puesto de manifiesto, de
un modo u otro, la importancia de la interacción en el desarrollo de la adquisición de una LE.
LE-LENGUA EXTRANJERA
El trabajo desarrollado por Vygotsky (1896-1934) -una teoría sociocultural del procesamiento
mental humano- también destaca la importancia de la interacción social en el desarrollo de la
adquisición de una lengua. Su visión del aprendizaje y del desrrollo en el niño difiere notablemente
de la de Piaget, para quien ambos son procesos independientes. Para Piaget (1979), el aprendizaje
no afecta el curso del desarrollo puesto que la maduración precede al aprendizaje. En este marco,
el que aprende debe estar cognitivamente listo para encargarse de ciertas tareas de aprendizaje.
Para Vygotsky (1978), por el contrario, el aprendizaje precede a la maduración.(SEPUEDE DECIR,
NO ES NECESARIO) El aprendiente cuenta con dos niveles de desarrollo en una tarea de
aprendizaje: un nivel de desarrollo real que representa lo que él puede hacer, o mejor, lo que ya
es capaz de hacer; y un nivel de desarrollo potencial, que representa lo que será capaz de hacer en
el futuro. A través de la interacción con los otros, el aprendiente progresa del nivel real al
potencial. Entre estos dos niveles se encuentra la zona de desarrollo próximo, es decir, la distancia
entre el nivel real determinado por la resolución independiente de un problema y el nivel
potencial determinado por la resolución de un problema, con la guía de un adulto -un experto-, o
en colaboración con un compañero más capaz. La interacción con el otro aumenta sus habilidades
cognitivas y el nivel potencial se convierte en el siguiente nivel de desarrollo.
Desde otra perspectiva, el interaccionismo social, (Vygotski 1962, 1978) considera que el ser
humano es un ser social y la interacción social juega un papel central en el aprendizaje. Todo
aprendizaje, incluidos los aprendizajes de la primera y segunda lenguas son fruto de la relación
social. Para él la base de todo aprendizaje es el éxito alcanzado cooperativamente y la base de ese
éxito reside en la lengua y la comunicación. Así la adquisición de una lengua tiene lugar en la
conversación con un hablante más experto, ya sea el profesor o un compañero, que actúa de
mediador. El concepto de zona de desarrollo próximo es clave en la teoría vygotskiana y se refiere
a las habilidades y conocimientos que están justo por encima de los que posee el aprendiz. La
cooperación entre el hablante experto y el aprendiz en esta zona crea unas condiciones que
favorecen la comprensión y la producción de mensajes por este último, y el avance y consolidación
de su repertorio lingüístico. Según esta perspectiva, lo que hoy el alumno puede hacer hoy en
cooperación con otro, es lo que en el futuro podrá hacer solo. Este proceso de facilitación se
denomina andamiaje. Diferentes investigadores trabajan actualmente con una óptica vygotskiana.
Entre ellos destacan los trabajos de Donato, de entre los cuales se ha extraído la siguiente
conversación, en la que se observa cómo tres aprendices de francés que llevan a cabo una tarea
de resolución de problemas construyen unos para los otros un andamio que facilita la producción: