La Humedad en La Atmosfera - 466

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LA HUMEDAD

EN LA
ATMÓSFERA
Bases físicas, instrumentos y aplicaciones

Adalberto Tejeda-Martínez
Con la colaboración de
Irving R. Méndez Pérez
Norma Catalina Rodríguez
Elisa Tejeda-Zacarías
ADALBERTO TEJEDA MARTÍNEZ
Es profesor investigador de la NORMA CATALINA RODRÍGUEZ
licen- ciatura en ciencias Es meteoróloga por la Universidad
atmosféricas de la Universidad Nacional de Buenos Aires y realizó
Veracruzana en la ciudad de Xalapa, estudios de postgrado en la
de la que es egresado. Es doctor Pennsylva- nia State University
en geografía por la UNAM. Ha (USA). Laboró en el Servicio
propuesto diversos modelos Meteorológico Nacional de
sencillos para estimar variables Argentina y ha impartido cátedra en
climatológicas, algunas de las las Universidades Nacionales de
cuales se recogen en el Prontuario Buenos Aires y Córdoba, así como
solar de México: en la Tecno- lógica Nacional de
www.ucol.mx/publicacionesenlinea/. Córdoba, Santa Fe y Tucumán (de
Argentina), y en la Univer- sidad
Veracruzana (México). Ha publi-
cado diversos trabajos en revistas
IRVING R. MÉNDEZ PÉREZ
indi- zadas sobre física de la
Es licenciado en ciencias
atmósfera.
atmosféricas por la Universidad
Veracruzana (UV) y maestro en
geografía por la UNAM. Es
investigador del Centro de Ciencias ELISA TEJEDA ZACARÍAS
de la Tierra de la misma UV. Su Es física egresada de la UNAM,
principal área de trabajo es la donde se tituló con una tesis
bioclimatología humana, sobre óptica cuántica aplicada a las
particularmente las conse- cuencias telecomunica- ciones. Tiene
del clima en el confort y salud de estudios de maestría por la
las personas. Universidad Saclay de París,
Francia.
LA HUMEDAD
EN LA
ATMÓSFERA
Bases físicas, instrumentos y aplicaciones

enfoque académico
Universidad de Colima
Mtro. José Eduardo Hernández Nava, Rector
Mtro. Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño, Secretario General
Mtra. Vianey Amezcua Barajas, Coordinadora General de Comunicación
Social Mtra. Gloria Guillermina Araiza Torres, Directora General de
Publicaciones
LA HUMEDAD
EN LA
ATMÓSFERA
Bases físicas, instrumentos y aplicaciones

Adalberto Tejeda Martínez

Con la colaboración de
Irving Rafael Méndez
Pérez Norma Catalina
Rodríguez
Elisa Tejeda Zacarías
© Universidad de Colima, 2018
Avenida Universidad 333
C.P. 28040, Colima, Colima, México
Dirección General de Publicaciones
Teléfonos: (312) 316 10 81 y 316 10 00, extensión
35004 Correo electrónico: [email protected]
http://www.ucol.mx

ISBN: 978-607-8549-50-4

Derechos reservados conforme a la ley

Proceso editorial certificado con normas Iso desde 2005


Dictaminación y edición registradas en el Sistema Editorial Electrónico Pred
Registro: LI-001-17
Recibido: Enero de 2017
Publicado: Diciembre de 2018
Índice

Índice de variables...............................................................................13

Introducción........................................................................................15

CapítUlo 1. La atmósfera, el agua, la temperatura


y la humedad del aire..................................................................19
La atmósfera.................................................................................19
El agua en el planeta.................................................................22
Calor y temperatura...................................................................24
El punto triple del agua.................................................................28
La humedad: conceptos y cálculos básicos...............................33
La estructura vertical de la atmósfera...........................................42
La humedad en la variación vertical de la temperatura..............46
Ciclos y variaciones de la temperatura y humedad...................51
Preguntas y problemas..............................................................53
Para saber más..............................................................................54

CapítUlo 2. Termodinámica del aire húmedo .....................................55


La termodinámica: principios cero y uno.................................55
Sistema termodinámico.................................................................56
Equilibrio termodinámico.............................................................56
Estado de un sistema.................................................................57
Procesos termodinámicos.............................................................57
Ecuación de estado........................................................................58
Leyes de la termodinámica.......................................................58
El aire: su composición.................................................................72
Variables para temperatura y calor...........................................78
Mezcla adiabática isobárica..........................................................81
Procesos adiabáticos. Temperatura potencial...............................83
Agua precipitable..........................................................................84
Preguntas y problemas..............................................................91
Para saber más..............................................................................92

CapítUlo 3. Más sobre la evaluación de la humedad atmosférica ......93


Fórmulas de recurrencia............................................................93
Punto de rocío...............................................................................99
Bulbo húmedo (Tw).....................................................................100
Termodiagramas.........................................................................107
Relaciones empíricas entre punto de rocío, bulbo húmedo
y bulbo seco................................................................................114
Propiedades de conservación de distintos parámetros................115
Preguntas y problemas.............................................................127
Para saber más.............................................................................131

CapítUlo 4. Instrumentación higrométrica ........................................133


Higrómetros y sensores de humedad.......................................135
Higrómetros in situ.........................................................................140
Sensores remotos.........................................................................157
Preguntas y problemas.............................................................169
Para saber más.............................................................................171

CapítUlo 5. Vapor, ciclo hidrológico y clima ........................................173


La parte atmosférica del ciclo hidrológico...................................173
Cartografía de la humedad global y en México..........................178
Humedad y estabilidad atmosférica.........................................183
La conversión de la humedad en nubes.......................................185
El vapor de agua y el calentamiento global.............................190
Preguntas y problemas.............................................................199
Para saber más............................................................................201

CapítUlo 6. La humedad del aire y los seres vivos ...............................203


Flujos de humedad planta-animal-atmósfera................................204
Humedad en la salud...................................................................211
Efectos de la humedad en el bioclima humano.......................217
El hábitat humano y la humedad.............................................223
Preguntas y problemas.............................................................230
Para saber más.............................................................................230

CapítUlo 7. La humedad atmosférica, la industria y las artes ............231


Humedad en la industria alimentaria.......................................233
Influencia de las condiciones ambientales en la producción... .237
Atmósfera controlada y modificada.............................................239
Control de humedad durante el transporte...................................240
Industria de textiles y papel.....................................................241
Plantas industriales..................................................................245

Industria farmacéutica.................................................................251
Humedad en la industria de la construcción.................................253
La humedad y las artes............................................................256
Preguntas y problemas.............................................................263
Para saber más.............................................................................263
Banquo: Son sin duda espíritus vaporosos que engendra la
tierra, como los produce también el agua. ¿Por dónde
habrán desaparecido?
Macbeth: Los cuerpos se han disuelto en el aire, como se
pierde en el aire la respiración.

William Shakespeare
Agradecimientos

A Jorge Villegas Ávila, Diego Villegas de la


Portilla, Hiram Meza Landero, Aranza
Baruch Vera,
J. Martín Cortés Aguilar, Brenda Y. Mendoza Aguilar,
Ana Gabriela Moguel Flores,
J. Adrián Álvarez Pérez, Martha Pérez
Méndez, José Antonio Guzzi Férez, Eduardo
Luna Munguía,
J. Omar Castro Díaz y Daniela Paola Lunagómez Cruz,
quienes apoyaron con varias
figuras, ideas y revisiones de textos y
ecuaciones;
y al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
por el financiamiento otorgado al proyecto CB2012-
183040: Interacción superficie/atmósfera en la zona
montañosa central de la vertiente del Golfo de México:
Observaciones y modelación
a alta resolución que, en buena medida, detonó la idea de este
libro.
Índice de variables

Q Calor
Qm Calor por unidad de
masa c Calor específico
CP Calor específico a presión constante
CV Calor específico a volumen
constante L Calor latente de
transformación
Lu Calor latente de
evaporización R* Constante de
gases ideales
R' Constante de gases ideales para aire húmedo
Ru Constante de gases ideales para vapor de agua
g Constante de aceleración
gravitacional U Energía interna
u Energía interna por unidad de masa
G Energía libre de Gibbs
g Energía libre de Gibbs por unidad de
masa F Energía libre de Helmholtz
f Energía libre de Helmholtz por unidad de
masa H Entalpía
h Entalpía por unidad de
masa S Entropía
s Entropía por unida de masa
g Gradiente térmico
ambiental G Gradiente

13
adiabático
rw Humedad absoluta

14
q Humedad específica
qs Humedad específica de
saturación HR Humedad relativa
P Presión
e Presión de vapor
es Presión de vapor de saturación
rw Razón de mezcla
T Temperatura
Tw Temperatura del bulbo húmedo
Te Temperatura isobárica equivalente
q Temperatura potencial
Td Temperatura de punto de rocío
T *
Temperatura virtual
W Trabajo
V Volumen
a Volumen específico
r Densidad del aire
Introducción

A l vapor de agua disuelto en el aire del ambiente se le


conoce como humedad atmosférica. Apenas representa dos mil
millo- nésimas del agua planetaria. Si toda se condensara y
precipitara, la superficie terrestre quedaría cubierta por una
delgadísima pelícu- la de agua de 25 mm de espesor; en
promedio sólo hay tres gramos por cada kilogramo de aire y
difícilmente se le encuentra más allá de los 20 km sobre el
nivel del mar. No obstante es de gran impor- tancia: el
precursor de la formación de nubes y de precipitación o de la
presencia de hielo superficial, transporta calor de las regiones
del planeta que captan mayor radiación solar a las que
presentan déficit, alimenta de energía a fenómenos
meteorológicos como los huracanes, es determinante en la
sensación térmica de los mamí- feros, particularmente de los
humanos —exacerba las sensaciones de frío o de calor—, en
los desiertos propicia la vida en ausencia de lluvia, corroe las
instalaciones industriales, su escasez es causante de las islas
térmicas de las ciudades, es un gas de efecto inverna- dero y
por lo tanto corresponsable —con otros gases como el CO2— de
que las temperaturas de nuestro planeta sean cercanas al pun-
to triple del agua y en consecuencia esté poblado por seres
vivos, ayuda a que se deterioren los alimentos y remedios y
se desafinen algunos instrumentos musicales, y a que
proliferen gérmenes pa-
tógenos que provocan alergias o infecciones.
Si bien las civilizaciones antiguas tenían una idea más
o me- nos clara del ciclo hidrológico, por ser invisible el
vapor de agua disuelto en la atmósfera les representó un
15
misterio, hasta el siglo XVIII cuando Charles Le Roy de
Montpellier formuló una teoría consistente de la evaporación
del agua. Las primeras mediciones

16
adalberto tejeda martínez

se basaron en medios gravimétricos al comparar materiales


secos con otros impregnados de la humedad del aire en virtud
de su ca- lidad higroscópica. En los quinientos años recientes se
han desa- rrollado instrumentos de medición, algunos realmente
ingeniosos pues usan como elementos sensores semillas de
avena, cuerdas de violín, maderas, tejidos de seres vivos como
el cabello humano, tripas de gato, fibras de cuerno o partes
intestinales de reses. El de- sarrollo rápido de esos instrumentos
se ubica en la media centuria que va de 1780 a 1830, pero del
último tercio del siglo XX a la fe- cha se han modernizado al
aprovechar propiedades ópticas como la refracción de la luz en
las partículas atmosféricas o la emisión de fluorescencia,
además de la nanotecnología y los capacitores higroscópicos.
Casi en sincronía con el avance instrumental de hace
más de dos siglos se desarrolló la termodinámica del aire
húmedo, que estudia los intercambios de energía y las
conversiones de estado del agua en la atmósfera, disciplina
que se conoce como higrome- tría o psicrometría, este último
término en razón del instrumento clásico para medir la
humedad del aire: el psicrómetro.
Hacia la segunda mitad del siglo XX se daba por hecho
que el conocimiento sobre la humedad del aire había llegado
a ser su- ficientemente completo como para que sólo fuera
objeto de ma- nuales o libros de texto que retomaban
desarrollos previos. Sin embargo, a raíz de avances en la
instrumentación buscando una precisión cada vez mayor, de
que no se tiene documentada a ca- balidad la distribución
geográfica y temporal del vapor de agua atmosférico y de que
es un gas clave en los procesos de retroali- mentación de los
cambios en el clima por ser, como ya se dijo, un gas de efecto
invernadero, el tema ha recuperado relevancia en este siglo,
cuando han reaparecido textos originales sobre su medi- ción,
métodos de cálculo y descripciones de su comportamiento en
regiones atmosféricas poco exploradas, como la estratósfera.
El objetivo central de este libro es poner a disposición
del lector los conceptos fundamentales, las principales
técnicas de medición y cálculo, y las aplicaciones de la
higrometría en distin- tos campos de las ciencias y las
ingenierías, desde un punto de vis- ta físico con apoyo en
herramientas estadísticas.
IntroduccIón

El primer capítulo trata de la atmósfera, el agua, la


tempe- ratura y la humedad del aire desde un enfoque básico,
introdu- ciendo conceptos y cálculos elementales, para dar paso
al capítulo 2 que, de manera más formal, aborda la
termodinámica del aire húmedo partiendo de la Ley de Dalton
(o de las presiones parciales) y la ecuación de Clausius-
Clapeyron, para llegar a distintas varia- bles de humedad, su
deducción matemática e interpretación física (presión de vapor,
presión de vapor de saturación, humedad espe- cífica, absoluta,
relativa, temperaturas de punto de rocío y de bulbo húmedo, por
ejemplo), presentadas con mayor profundidad en el capítulo 3,
prescindibles para los interesados sólo en las ecuacio- nes
básicas mostradas en el capítulo 2.
El capítulo 4 es sobre instrumentación higrométrica. Se
hace mención de sensores en uso, antiguos y modernos, de la
humedad atmosférica cercana a la superficie terrestre, así
como sensores remotos como radiosondas, radares, lidares,
sodares y sa- télites meteorológicos, y hace un repaso de
fórmulas de recurren- cia y diagramas térmicos y
psicrométricos.
Las relaciones del vapor de agua, el ciclo hidrológico y
el clima se describen en el capítulo 5, donde se comenta
sobre el transporte de vapor como mecanismo para
redistribuir la energía térmica en el planeta y se muestra su
distribución promedio en el mundo y en México, así como su
presencia en la estratósfera y su papel como gas de efecto
invernadero y retroalimentador del cam- bio climático.
La relación de la humedad con los seres vivos —plantas
su- periores y mamíferos, fundamentalmente— se muestra en el
capí- tulo 6: flujos de humedad planta-animal-atmósfera; los
efectos de la humedad en la salud y en el bioclima y el hábitat
de los huma- nos, y la carta psicrométrica como herramienta
para comprender estas relaciones.
El capítulo 7 cierra el libro con una descripción de la
rela- ción de la humedad atmosférica con las industrias
alimentaria, del papel, textil, farmacéutica y sus efectos en
dos tipos de instalacio- nes emblemáticas de la evolución
cultural: las plantas industriales y los objetos artísticos,
17
incluyendo instrumentos musicales.

18
adalberto tejeda martínez

Esperamos que este libro responda a las expectativas de


los interesados en el estudio de la higrometría y sus aplicaciones
a la meteorología, agrometeorología, calidad del aire, ingeniería,
ecología, medicina o la arquitectura, quienes lo pueden ver
como una obra de lectura ordenada o como un prontuario para
consultas puntuales.
Capítulo 1
La atmósfera, el agua,
la temperatura y la humedad del
aire

Adalberto Tejeda Martínez y Elisa Tejeda Zacarías

La atmósfera

L a atmósfera de la Tierra es una capa de aire en cuyo fondo


ha- bita la mayoría de los seres vivos. Es relativamente
delgada, pues su profundidad es de unos 100 km contra más
de 12,700 km del diámetro terrestre. Si comparamos a la
Tierra con una manza- na grande, la atmósfera sería apenas la
cutícula. Envuelve al pla- neta en capas concéntricas de
espesor y densidad variables y se compone esencialmente de
aire seco, agua y diversas partículas. El aire seco es una
mezcla de gases como nitrógeno, oxígeno, argón, bióxido o
dióxido de carbono, hidrógeno, helio, criptón y xenón. El
nitrógeno y el oxígeno, que constituyen 99% de la
composición del aire, son gases transparentes que permiten
que los rayos del Sol lleguen a la superficie de la Tierra
(tabla 1.1). El vapor de agua también es transparente a la
radiación solar, pero al condensarse y convertirse en nubes se
comporta como una tapa-espejo que refle- ja tanto la

19
radiación solar como la terrestre, y el vapor por sí mismo
inhibe la salida de radiación terrestre, es decir que presenta
efecto invernadero. Dicho efecto es clave para entender el
clima del pla-
neta y el actual proceso de cambio climático.

20
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

Tabla 1.1
Composición química del aire
seco
Sustancia Concentración (ppm)
Nitrógeno 780.900 N2
Oxígeno 209.400 O2
Argón 9.300 Ar
Dióxido de carbono 315 CO2
Neón 18 Ne
Helio 5.2 He
Metano 2.3 CH4
Criptón 1.4 Kr
Hidrógeno 0.5 H2
Xenón 0.08 Xe
Dióxido de nitrógeno 0.02 NO2
Ozono 0.01-0.04 O3
Nota: ppm es una abreviatura para expresar partes por millón. Para convertir una
concen- tración expresada como ppm a otra expresada como el porcentaje de un total, se
debe divi- dir la concentración de ppm entre 10,000.

La atmósfera actual es el resultado de un largo proceso


evo- lutivo que no ha terminado, principalmente porque
desde hace dos siglos el hombre es capaz de alterar
intensamente su composi- ción mediante emisiones de gases
contaminantes como el dióxido de carbono o el metano.
Aunque no existe una teoría única sobre el origen de la
atmósfera, se piensa que en sus primeras fases su naturaleza
fue determinada por procesos similares a los que for- maron
al Sol o a otros cuerpos del Sistema Solar, esto es, a partir de
una nube de polvo y gases existentes en la Vía Láctea. Es
probable
que la atmósfera primitiva contuviera nitrógeno (N 2),
monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), vapor
de agua (H2O), hidrógeno (H2) y gases inertes, formando una
masa de polvo cós- mico y gas. El vigoroso viento solar pudo
haberse llevado la mayor
parte de esta atmósfera primitiva durante los primeros mil
millo- nes de años —cuya existencia como planeta se remonta a
unos cuatro mil setecientos millones de años— pero a medida
que ésta se solidificaba, la pérdida de gases de la parte interna
más caliente dio lugar a la formación de la atmósfera de
nuestros días, domina- da por N2, O2, Ar y CO2.
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

Por la actividad volcánica, grandes cantidades de lava,


ce- nizas y gases comenzaron a cubrir el planeta, y hace
aproxima- damente cuatro mil millones de años la fuerza
gravitacional de la Tierra fue capaz de retener la atmósfera.
El proceso de emisión de gases en erupciones volcánicas
resultó en emisión de CO2, H2O y algunos otros gases como
metano (CH4), amoníaco (NH3) y bióxido de azufre (SO2).
Aunque a mucha menor escala que hace millones de años,
aún se producen erupciones volcánicas que resultan en
emisiones de dióxido de carbono, vapor de agua y algunos
otros gases como metano, amoníaco, dióxido de azufre y
cenizas. Con- forme se enfrió el planeta, parte del vapor de
agua de la atmósfera se condensó hasta formar nubes y
lluvias que se convietieron los primeros océanos. La
aparición de vida en los mares y los procesos de fotosíntesis
de las primeras plantas alteraron la composición de la
atmósfera al punto de aumentar la concentración de oxígeno.
Con el tiempo, el planeta ha pasado por etapas en las
que las proporciones de agua en un estado particular —
líquido, sóli- do o gaseoso— varían en función de la
temperatura. En las etapas más recientes de la evolución de la
atmósfera se han producido cambios en su composición
inducidos por oscilaciones entre con- diciones glaciales e
interglaciares y algunos procesos geológicos en escalas de
miles de años. En el siglo más reciente, las activi- dades
humanas han alterado la composición de la atmósfera y la
superficie del planeta produciendo cambios sin precedentes
en el clima. Quizás se deba definir a esta era como el
antropoceno, pues la influencia del hombre sobre la
atmósfera y el clima es incuestio- nable, como lo afirmó el
Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático en su
Cuarto Informe de Evaluación (ar4, por sus siglas en inglés)
en 2007, y lo refrendó en su Quinto Informe de 2013 (ar5).
Aunque desde siempre ha habido una estrecha conexión en-
tre la biósfera y la atmósfera, es en épocas recientes que
comen- zamos a entender la magnitud de tales interacciones.
Falta mucho por entender sobre los aspectos del clima
resultantes de las activi- dades humanas, en particular en lo
21
referente a cambios en el uso de suelo y sus efectos sobre el
ciclo hidrológico y su relación con el contenido de vapor en
la atmósfera.

22
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

El agua en el planeta
El agua, a pesar de haber estado presente en la Tierra en
cantida- des casi invariantes a lo largo de millones de años,
dependiendo de las proporciones en que se encuentra en sus
distintos estados
—líquido, sólido o gaseoso—, determina lo que se llama el
clima planetario. Las cantidades aproximadas en el presente se
muestran en la tabla 1.2.
En promedio hay en la atmósfera apenas 3 g de agua por
cada kilogramo de aire, merced a que la atmósfera y el océano no
se en- cuentran en equilibrio termodinámico, lo que da pie al
ciclo hidroló- gico. Si el océano y la atmósfera estuvieran en
equilibrio a 15 °C de temperatura, habría 11 g de agua por cada
kilogramo de aire.
Como se dijo en la sección anterior, la diferencia en la
evo- lución de nuestra atmósfera terrestre con respecto de los
planetas interiores, radica en que la nuestra evolucionó hacia
un estado cer- cano del punto triple del agua; es decir,
cercano a una condición de temperatura y humedad en la que
es probable encontrar los tres estados del agua.
Tabla 1.2
Proporciones de agua en el planeta en sus distintos estados
Volumen Superfici
Masa
aproximado e
Estado (millone (millones cubierta
s de kg) de km3) (millones
de km2)
Agua líquida en océanos y
1.348x1015 1348 361
cuerpos superficiales
Glaciares, icebergs, casquetes
po- lares y nieve (media anual y 2.9x1013 29 68
per- manente)
Agua líquida subterránea y
1.5x1013 15 No aplica
disper- sa en suelos (incluye
humedad)
Atmósfera (incluye vapor de
1.3x1010 1.3x10-2 No aplica
agua, cristales de hielo y nubes)
Vapor de agua en la atmósfera 5x107 5x10-5 No aplica
Tierra sólida 5.972x10 18
1.081x106 149
Planeta 6x1018 106 510
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

La razón de ser de la meteorología —ciencia que


estudia el tiempo atmosférico— está en entender las formas y
transfor- maciones del agua en la atmósfera, o como lo dijo el
matemático y meteorólogo estadunidense Edward Lorenz al
recibir la meda- lla Gustaf Rossby de la American
Meteorological Society en 1969: “Sería muy conveniente
describir la circulación de la atmósfera con referencia a los
patrones de contenido de agua”. La Tierra es un cuerpo sólido
con la mayor parte de su superficie cubierta por agua líquida,
aunque una parte considerable es agua sólida (hielo). En las
regiones relativamente secas, es decir en los continentes e
islas, con montañas, valles y llanuras, el agua también está
presen- te en el desarrollo de nubes a varias alturas o en
forma de aguas superficial o subterránea.
La figura 1.1 es un esquema de la evolución de las
atmósfe- ras de los planetas interiores del sistema solar
(flechas). Su tempe- ratura inicial (base de la flecha) está
determinada por su cercanía al Sol. Conforme se forman las
atmósferas planetarias, aumenta la cantidad de vapor de agua
y otros gases de efecto invernadero, la temperatura se
incrementa hasta llegar hasta su estado actual. En suma, los
humanos vivimos bajo tal riqueza de fenómenos atmos-
féricos, gracias a la mayor variedad de cambios de fase del
agua en la Tierra en comparación con el resto del sistema
solar.
Figura 1.1
Evolución de la atmósfera desde la formación de los
planetas, y diagrama de transiciones de fase de la
atmósfera

23
Fuente: Modificada de Webster, G.A. y Ainsworth, R.A. (1994). High temperature
component life assessment. New Delhi: Champman and Hall.

24
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

Calor y temperatura
Es muy común escuchar a alguien decir que su hijo tiene
tempera- tura, aunque no tendría que preocuparse pues el
cuerpo humano siempre tiene una temperatura; probablemente
lo que preocupa a la persona es que esa temperatura sea más
alta de lo saludable. Muchas veces al hablar de calor y
temperatura, suelen confundir- se los términos. Temperatura es
una magnitud que refleja el nivel térmico de un cuerpo; es decir,
su capacidad para ceder o perder energía calorífica e indica en
qué sentido fluye el calor: de mayor a menor temperatura. Así
entonces, el calor es una forma de ener- gía que, para dos
cuerpos en contacto, fluye del que tiene mayor hacia el de
menor temperatura, siguiendo la tendencia de la natu- raleza al
equilibro térmico.
Toda la materia está formada por moléculas en
continua agitación. No todas las moléculas se mueven en la
misma direc- ción y con la misma velocidad, pero a cada
estado de la materia se le puede asignar una velocidad media.
De este modo, podemos decir que la temperatura depende de
la velocidad media de las moléculas; es decir, que a mayor
velocidad media mayor será la temperatura.
Mediante el tacto se pueden detectar diferencias de
tem- peratura, pero los humanos carecemos de capacidad en
el cuerpo para medirla con rigor y cuantificarla con precisión,
si no es con la ayuda de termómetros.
El primer termómetro (palabra que viene del griego
thermes y metron, medida de calor) se atribuye a Galileo
Galilei, quien di- señó uno en 1592 con un bulbo de vidrio
del tamaño de un puño y abierto a la atmósfera a través de un
tubo delgado; para medir la temperatura ambiente, calentaba
con la mano el bulbo e intro- ducía parte del tubo en un
recipiente con agua coloreada. El aire circundante, más frío
que la mano, enfriaba el aire encerrado en el bulbo y el agua
coloreada ascendía por el tubo. La distancia entre el nivel del
líquido en el tubo y en el recipiente se relacionaba con la
diferencia entre la temperatura del cuerpo humano y la del
aire. A mediados del siglo XVII el físico inglés Robert Boyle
des- cubrió las dos primeras leyes que involucran el concepto
de tem-
peratura:
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

• Cuando la temperatura no varía, la presión y el volu-


men son inversamente proporcionales; por ejemplo, si
la presión de un gas se duplica, su volumen quedará
re- ducido a la mitad. En otras palabras, el producto
de la presión por el volumen de un gas debe ser
constante.
• La temperatura de ebullición en un líquido
disminuye con la presión.
En 1717 y el alemán Gabriel Fahrenheit, fabricante de
in- strumentos técnicos, construyó el termómetro de mercurio
con bulbo y tomó dos puntos de referencia: el de congelación
de una solución saturada de sal común en agua y la
temperatura del cu- erpo humano; dividió la distancia que
recorría el mercurio entre esos dos estados en 96 partes
iguales, finalmente ajustó la esca- la para que el punto de
congelación del agua fuera de 32 °F y la temperatura de
ebullición del agua de 212 °F.
En 1730 el francés René-Antoine de Réaumur había
estab- lecido una escala de 0° (congelación) a 80°
(ebullición). Un poco más tarde, en 1737, el físico sueco
Anders Celsius propuso los pun- tos de fusión y ebullición
del agua al nivel del mar como puntos fijos y una división de
la escala en 100 partes, ésta es la escala centígrada y forma
parte del sistema métrico decimal.
Así, estando al nivel del mar se puede calibrar un
termómetro poniéndolo en hielo y marcando el nivel
alcanzado por el mercu- rio; luego se coloca en agua
hirviendo y también se marca dicho nivel, entre estas dos
marcas se divide la columna en cien espacios y así se obtiene
la escala Celsius o centígrada (desde luego, si el vidrio resiste
ese cambio de hielo a agua hirviendo).
Actualmente es de uso común una tercera escala
termomé- trica, pero para definirla es necesario referirse al
punto triple del agua, que se encuentra muy cercano a 0 °C y
donde el agua, el hielo y el vapor de agua pueden coexistir en
equilibrio. En 1848 el físico inglés William Thomson —más
conocido como Lord Kelvin, título que le otorgó el gobierno

25
británico en 1892— estableció la escala de temperatura
absoluta mediante la teoría del punto donde cesa la ac- tividad
molecular de la materia (cero absoluto), que resultó 273 gra-
dos centígrados por abajo del punto triple (0 °C), de modo que
en la escala Kelvin no existen las temperaturas negativas.

26
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

Las reglas de conversión entre las escalas


termométricas son muy sencillas. Las escalas Celsius y
Kelvin siguen la regla:
K = 273 + °C 1.1

Nótese que la ecuación 1.1 se usa para conversión de


una a otra escala termométrica, pero para incrementos de
temperatura 1 °C es igual a 1 K.
En la transformación de grados centígrados a grados
Fahr- enheit, es importante tener en cuenta las divisiones de
cada escala (mientras la escala Celsius va de 0 a 100, la escala
Fahrenheit va de 32 a 210), es decir, que cada grado centígrado
equivale a 1.8 °F, por lo tanto se deben multiplicar los grados
centígrados por 1.8 (equiva- lente a 9/5); pero como 0 ºC
corresponde al 32 °F se le suman esos 32°:

( 9 ) °C +
°F = — 1.2
32 5

La transformación inversa será:

9 1.31
°C = — (°F -
32)
5

Para medir temperaturas del ambiente hay en el


mercado desde los tradicionales termómetros de alcohol o
mercurio en un tubo capilar de vidrio, o de placas bimetálicas
—dos metales de co- eficientes de dilatación diferentes que
ante variaciones de tempe- ratura producen una torcedura de
la placa que se transmite a una pluma que grafica sobre un
papel graduado—, o los más modernos como los termistores
y los termopares.
La temperatura del aire será entonces la medida de la
canti- dad de calor contenida en él, pero si una persona o un
objeto están expuestos al sol, además de intercambiar calor
con el aire, estarán

1
Hay otras escalas pero de menor uso, como la escala Rankine (°R), que consiste en
medir la temperatura en grados Fahrenheit (°F) sobre el cero absoluto, de modo
que °R = °F +
459.67 o °R = (9/5) K; o la ya mencionada escala Réaumur (°Re), en desuso y cuya
equi- valencia es °Re = 0.8 °C.
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

ganando energía calorífica por los rayos solares que inciden en


ellos; además, si hay viento y éste tiene una temperatura menor
que la persona u objeto, éstos se estarán enfriando
constantemen- te; lo contrario ocurrirá si el viento tiene una
temperatura mayor que la persona o cosa expuestas a él. Es
decir, que la razón de en- friamiento o la razón de calentamiento
dependen del viento.
Por tales consideraciones, la forma de medir la
temperatura del aire es mediante un termómetro colocado a la
sombra y con una ventilación mínima. Las estaciones
climatológicas o meteorológicas miden la temperatura adentro
de un abrigo meteorológico, que es una caseta o garita de
madera blanca, con paredes en forma de per- siana
entreabierta. Los termómetros electrónicos modernos tienen
igualmente un abrigo de material plástico que simula las
antiguas garitas. Los termómetros de los sondeos atmosféricos
van igualmen- te protegidos de los rayos del sol y de la
ventilación excesiva.
Como ya se comentó, al aire lo calientan
principalmente los rayos del sol que fueron absorbidos por la
superficie y luego reemi- tidos a la atmósfera; entonces, al
final de la noche se ha escapado la mayoría de la radiación
que absorbió la superficie durante el día y entonces, antes de
la salida del sol, se alcanza la temperatura mí- nima. La
temperatura máxima se presenta pasado el mediodía, un par
de horas después de que la radiación solar fue máxima
(medio- día). Desde luego, lo anterior no es cierto si a media
mañana entra un frente frío o por la noche arriba un frente
caliente.
La termodinámica —palabra que proviene de los vocablos
griegos termos (calor) y dinamycs (potencia)— es la rama de
la fí- sica que estudia la transferencia de calor entre los
cuerpos (siste- mas) y sus estados de equilibrio. El Universo
está compuesto de materia y energía: la materia está formada
de átomos y moléculas, y la energía hace que los átomos y
las moléculas estén en constan- te movimiento rotando
alrededor de sí mismas o chocando unas con otras.
Este movimiento de átomos y moléculas está
27
relacionado con el calor o energía térmica. Si se calienta una
sustancia la ve- locidad media de sus moléculas aumentará,
obteniendo una can- tidad total de energía interna susceptible
de cederse a otro cuerpo. Ese tipo de energía es el calor, que
fluye de dos cuerpos a distintas

28
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

temperaturas; es así como el cuerpo que recibe el calor


aumenta su temperatura, y cuando estos cuerpos logran tener la
misma tempe- ratura, podemos decir que han alcanzado el
equilibrio térmico.
Como muchas otras disciplinas, la termodinámica
surge de procedimientos empíricos que terminaron siendo
útiles para el de- sarrollo de la vida del hombre. El británico
James Prescott Joule efectuó varios experimentos con los
cuales estableció que tanto el calor como el trabajo mecánico
representan una transferencia de energía; además determinó
que una cantidad dada de traba- jo realizado siempre es
equivalente a una cantidad particular de calor.
Cuantitativamente se encontró que 4.186 Joules de trabajo
(un Joul equivale a la aplicación de una fuerza de un Newton
a lo largo de un metro) son equivalentes a una caloría (la
cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de un
gramo de agua de
14.5 ºC a 15.5 ºC). A esta equivalencia se le conoce como el
equi- valente mecánico del calor.

El punto triple del agua


Partamos de la idea de que el aire es una mezcla de dos gases:
aire seco (que contiene nitrógeno, oxígeno y otros componentes,
como ya se dijo) y vapor de agua. La Ley de Dalton 2 establece
que una mezcla de gases ejercerá una presión total igual a la
suma de las presiones parciales de cada componente; así
podemos hablar de una presión de vapor; si el aire ya no admite
más vapor, de modo que parte de él está a punto de o ha
iniciado la condensación en go- tas de agua, le llamaremos la
presión de vapor de saturación (o pre- sión de vapor saturado o
de vapor saturante).
En todo este texto se hará referencia a la presión de vapor
de saturación y al hecho de que dicha presión depende
únicamente de la temperatura del aire, como lo describe la
ecuación de Clau- sius-Clapeyron3 (ecuación 1.4). Es una
presión hipotética, oca- sionalmente alcanzada o incluso
superada, pero que se calcula a partir del dato de temperatura
del aire; no es una variable que se

2
Por John Dalton, físico y químico inglés (1766-1844).
3
Por el físico polaco-alemán Rudolf Emmanuel Clausius (1822-1888) y el físico francés
Be- noit Paul Émile Clapeyron (1799-1864).
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

mida directamente. En ambientes muy húmedos la presión de


va- por observada adquiere valores cercanos, ligeramente
inferiores o incluso superiores a la presión de vapor de
saturación, y en aire muy seco la primera está muy por
debajo de la segunda.
Conviene precisar que la relación de Clausius-Clapeyron
describe los cambios de fase entre dos estados de la materia,
como líquido y gaseoso; por ejemplo, en un diagrama de presión
contra temperatura (como la figura 1.2), la línea que separa dos
fases (es- tados de la materia) corresponde al conjunto de
valores de presión y temperatura donde coexisten estos estados
o fases. Como el agua puede presentarse de manera sólida,
líquida o gaseosa, habrá un punto en ese diagrama en que
puedan coexistir los tres estados, y es el llamado punto triple del
agua. La relación de Clausius-Clapey- ron da la pendiente de la
línea que separa —o representa la coex- istencia— de dos
estados o fases. Matemáticamente, y de manera particular para
el caso de la presión de vapor de saturación:

dP L
= v 1.4
dT TDV
dP
donde dT es la pendiente de la curva de coexistencia de dos
fases
Lv, es el calor latente de evaporización (es decir, la cantidad
nece- saria de calor para evaporar cierta masa de agua) 4, T es la
tempera- tura y Dv es el cambio de volumen en la transición de
fase, como
lo muestra la figura 1.2, en la que, por cierto, se señala el
punto crítico, es decir, el límite a partir del cual el vapor no
puede con- densarse.
La ecuación de Clausius-Clapeyron para condiciones
atmos- féricas típicas se puede expresar como:

des Lves
= 1.5
dT RvT2

donde es es la presión de vapor de saturación, T es la


29
temperatu- ra, Lv es el calor latente de evaporación y es la
constante del vapor

4
Que a su vez depende de la temperatura, por ejemplo es igual a 2.5 x 10 6 Jkg-1 a una
tem- peratura de 0 °C, o 2.25 x 106 Jkg-1 a 100 °C

30
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

de agua como gas ideal. Si se integra la ecuación anterior se


tiene entre -30 °C y 50 °C (las temperaturas más o menos
comunes de la biósfera tropical):

17.67T
e = 6.112 exp
s (T+243.5 1.6

donde es está en ) antiguamente


hectopascales, llamados
milibares, y T en grados centígrados o Celsius. Como se ve,
la presión de va- por de saturación cambia exponencialmente
con la temperatura.
Figura 1.2
Representación gráfica del punto triple del
agua, consecuencia de la ecuación de Clausius-
Clapeyron

Hay muchas otras formas de calcular la es —como se


verá en el capítulo 3— pero por el momento sólo se anota el
polinomio propuesto por Adem5 (ecuación 1.7), y de manera
más directa se puede recurrir a la tabla 1.3:

es=6.115+0.421915T+1.4206x10-2T2+3.046x10-4T3+3.2x10-6T4 1.7
5
Adem, J. (1967). Parameterization of Atmospheric Humidity Using Cloudiness and Tem-
perature. Mon. Wea. Rev., 95 (2): 83-88.
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

La ecuación 1.7 ayuda a explicar la relación no lineal


entre la precipitación y la temperatura de la superficie del
mar. En al- gunas regiones oceánicas tropicales, la
temperatura de superficie rebasa los 28 ºC formando lo que
se conoce como una alberca de agua caliente. En estas
regiones la actividad convectiva (es decir el ascenso de aire
caliente y húmedo que da lugar a la formación de nubes) es
más intensa que en zonas donde la temperatura de superficie
del mar es menor. La mayor temperatura en superficie
permite mayor contenido de vapor de agua en la atmósfera,
si- guiendo la ecuación de Clausius-Clapeyron, lo que se
traduce en más agua precipitable y en lluvias más intensas.
El caso de las lluvias mensuales en Colima y la
temperatura de superficie del mar en la costa del Pacífico
Mexicano, muestra el comportamiento casi exponencial que rige
dicha relación (figura 1.3).
Figura 1.3
Relación empírica ente la precipitación mensual ( pCp, eje Y) en
Colima, México, y la temperatura superficial del mar ( sst, eje X)
en las costas mexicanas del Océano Pacífico

Por la atmósfera, los océanos y continentes, fluye el


agua pasando de una fase a otra en diversas escalas de
31
espacio y tiempo como parte del ciclo hidrológico; por ello,
el sistema climático de

32
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

la Tierra (figura 1.4) se puede analizar a partir de las


interacciones de la atmósfera con el océano, la hidrósfera, la
litósfera, la criós- fera y la biósfera.
Figura 1.4
Arriba: el sistema climático terrestre.
Abajo: los principales cambios en sus componentes
que pueden producir cambios climáticos

Cada vez es mejor entendida la capacidad de la


biósfera de modificar el clima, ya que cambios en las
características de la superficie terrestre, la composición
gaseosa de la atmósfera o la turbiedad del océano pueden
reflejarse en variaciones en la tem- peratura y la
precipitación. En todo caso, el agua está presente en todas las
componentes del clima a través de una gran variedad de
procesos hidrológicos; por tanto, los pronósticos del tiempo y
del
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

clima6 requieren de una representación cuidadosa del agua en


la atmósfera. Es difícil imaginar un pronóstico del tiempo sin
hablar de lluvia, aun cuando la descripción de la dinámica del
agua en los modelos atmosféricos sigue siendo un problema
difícil y la mayor fuente de error en los pronósticos.

La humedad: conceptos y cálculos básicos


La humedad está presente en la mayor parte de la atmósfera
cerca- na a la superficie del planeta. No es algo que se pueda
ver, pero sí es posible sentirla e incluso olerla indirectamente,
por los hongos que viven gracias a ella. En las zonas tropicales
—de México o de Cen- troamérica, por ejemplo— si se entra
a una casa que estuvo cerrada por mucho tiempo, se dice que
“huele a humedad”, por el contra- rio, en las zonas áridas, por
falta de humedad se resecan los ojos y la nariz, y en algunas
partes de la piel se genera comezón o incluso se agrietan.
Imaginemos que esa casa ubicada en ambiente húmedo
tie- ne algunas ventanas y puertas con vidrios que han
permanecido cerradas durante el tiempo en que sus habitantes
salieron de viaje. Adentro de la casa no hay animales ni
plantas que estén transpi- rando y las llaves (grifos) del agua
están bien cerradas; en algunas madrugadas será posible notar
que los vidrios se empañan porque se forman en ellos
minúsculas gotitas de agua, ¿de dónde salen?,
¿por qué en el día vuelven a desaparecer? En la casa de
enfrente, que sí está habitada, alguien saca un jugo enlatado
del refrigera- dor y de inmediato se forman gotitas de agua
alrededor del envase. Igualmente podemos preguntarnos de
dónde salieron esas gotitas. En un sitio árido —donde
posiblemente están pasando una temporada los habitantes de
la casa tropical— alguien derrama un vaso de agua en el piso,
supongamos que de mármol impermeable, unos minutos
después el pequeño charco ha desaparecido porque se
evaporó. A veces al abrir la puerta o estrechar la mano de al-
guien, saltan unas chispas eléctricas que asustan a cualquiera.
Es- tos fenómenos de la vida cotidiana tienen que ver con el
contenido

33
de humedad en el ambiente.
6
El tiempo (meteorológico) se refiere a las condiciones de la atmósfera en un cierto mo-
mento (cómo está) y el clima, a la síntesis de esas condiciones (cómo es).

34
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

Se dice que los antiguos egipcios se las ingeniaron para


medir la humedad del aire. Secaban una poca de arena en una
plancha caliente —un comal, como se le conoce en México
— y la pesaban. Después la dejaban unas horas o días en
contacto con el aire —¡pero no con la lluvia, desde luego!—
y volvían a pesarla. Había aumentado su peso porque le había
robado humedad al aire. Así nació la higrometría, es decir, la
ciencia de medir la humedad. Después se inventaron el
psicrómetro, el higrómetro de cabello, los higrostores,
etcétera, pero de ellos se hablará más tarde.
Esa humedad del aire no es otra cosa que vapor de
agua, gas invisible e inodoro que cuando se enfría puede
condensarse: con- vertirse en gotitas de agua, como sucede en
las ventanas de la casa vacía o en la lata de jugo.
Posiblemente en el lugar árido que se mencionó había
unos ocho gramos de agua por cada kilogramo de aire seco (8 g
kg-1) y en la casa vacía unos 20 gramos de agua por cada
kilogramo de aire seco (20 g kg-1). A esta magnitud —masa de
agua por unidad de masa de aire seco— se le conoce como
razón de mezcla.
También el cociente se puede obtener dividiendo la
masa de agua entre la masa de aire húmedo (aire seco más
vapor). Es decir, en lugar de dividir ocho gramos entre mil
gramos debemos hacerlo entre 1008 (o sea 1000 + 8 para
tener la masa total de aire seco más agua), o bien 20 entre
1020. La masa de agua por unidad de masa de aire (seco más
vapor) es la humedad específica. Pero debe notarse que los
valores son muy parecidos a los anteriores de la razón de
mezcla: 7.94 g kg-1 y 19.60 g kg-1, respectivamente. En-
tonces, en términos prácticos se puede decir que la razón de
mez- cla y la humedad específica son casi sinónimas.
Otras veces se prefiere dar las unidades de masa de
agua por unidad de volumen de aire (seco o húmedo, pues su
masa casi es la misma, como acabamos de ver). Suponiendo
que los sitios a los que nos hemos referido se encuentren a
unos 1,000 m de al- tura sobre el nivel del mar (como las
ciudades de Torreón, en el norte de México, y Fortín de las
Flores en el centro sur del estado de Veracruz, en las
montañas frente al Golfo de México), donde la densidad del
aire es de 1 kg m-3 (figura 1.5), la humedad absoluta (masa de
vapor por unidad de volumen) sería de 8 g m -3 y de 20 g m-3,
respectivamente. ¡Pero desde luego la humedad absoluta se
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

puede medir o calcular para cualquier altura, siempre y


cuando haya humedad! Sólo que al nivel del mar la densidad
del aire es un poco superior a 1 kg m-3 y va disminuyendo con
la altura, de modo que el valor numérico de la humedad
absoluta, sólo en ciertos ca- sos (como éste, para lugares a
1,000 m de altitud, es decir, donde la densidad del aire es de 1
kg m-3) tiene el mismo valor que la hume- dad específica (o
su casi sinónima, la razón de mezcla).
Como hipótesis de trabajo aceptemos que el aire es una
mez- cla de sólo dos gases: aire seco y vapor de agua. Recordemos
que la Ley de Dalton establece que una mezcla de gases ejercerá
una presión total, que es la suma de las presiones parciales de cada
componente; así, el vapor ejerce una presión parcial que cuando el
aire inicia la condensación de gotitas se le llama presión de vapor
de saturación.
Figura 1.5
Variación de la densidad del aire (kg m-3) en función de la altitud

Para aclarar este concepto hagamos un experimento


mental. Cubramos con una tapadera —en forma de cúpula— una
palangana llena de agua pura. El aire contenido debajo de la
campana está casi seco al inicio. El agua se evapora poco a poco,
pero algunas molécu- las de agua que están cerca de la superficie
se condensan sobre ésta. En un momento la misma cantidad de
agua que se está evaporando por unidad de tiempo se está

35
condensando, entonces el aire se sa- tura de humedad y ha
alcanzado la presión de vapor de saturación; alguien diría que
para entonces la humedad relativa es de 100%.

36
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

La humedad relativa —a diferencia de la absoluta o de


la es- pecífica— no estipula el contenido de vapor de agua por
unidad de masa o volumen, simplemente indica el porcentaje
de vapor disuel- to en un volumen de aire en razón del vapor
necesario para saturar- lo; o bien, indica el cociente entre la
presión de vapor y la presión de vapor de saturación, que en el
caso anterior era de 1 (o 100%). Si ese cociente fuera de 0.22
se diría que la humedad relativa es de 22%.
Tabla 1.3
Presión de saturación de vapor (es) en hectopascales (hPa, o
milibares, mb) como una función de la temperatura (°C)
T/ 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9
0 6.1 6.2 6.2 6.2 6.3 6.3 6.4 6.4 6.5 6.5
1 6.6 6.6 6.7 6.7 6.8 6.8 6.9 6.9 7.0 7.0
2 7.1 7.1 7.2 7.2 7.3 7.3 7.4 7.4 7.5 7.5
3 7.6 7.6 7.7 7.7 7.8 7.9 7.9 8.0 8.0 8.1
4 8.1 8.2 8.2 8.3 8.4 8.4 8.5 8.5 8.6 8.7
5 8.7 8.8 8.8 8.9 9.0 9.0 9.1 9.2 9.2 9.3
6 9.4 9.4 9.5 9.5 9.6 9.7 9.7 9.8 9.9 9.9
7 10.1 10.1 10.2 10.2 10.3 10.4 10.4 10.5 10.6 10.7
8 10.7 10.8 10.9 10.9 11.0 11.1 11.2 11.2 11.3 11.4
9 11.5 11.6 11.6 11.7 11.8 11.9 12.0 12.0 12.0 12.0
10 12.3 12.4 12.4 12.5 12.6 12.7 12.8 12.9 12.1 12.2
11 13.1 13.2 13.3 13.4 13.5 13.6 13.7 13.7 13.8 13.9
12 14.0 14.1 14.2 14.3 14.4 14.5 14.6 14.7 14.8 14.9
13 15.0 15.1 15.2 15.3 15.4 15.5 15.6 15.7 15.8 15.9
14 16.0 16.1 15.2 16.3 16.4 16.5 16.6 16.7 16.8 16.9
15 17.0 17.2 17.3 17.4 17.5 17.6 17.7 17.8 17.9 18.1
16 18.2 18.3 18.4 18.5 18.6 18.8 18.9 19.0 19.1 19.3
17 19.4 19.5 19.6 19.7 19.9 20.0 20.1 20.2 20.4 20.5
18 20.6 20.8 20.9 21.0 21.2 21.3 21.4 21.6 21.7 21.8
19 22.0 22.1 22.2 22.4 22.5 22.7 22.8 22.9 23.1 23.2
20 23.4 23.5 23.7 23.8 24.0 24.1 24.3 24.4 24.6 24.7
21 24.9 25.0 25.2 25.3 25.5 25.6 25.8 26.0 26.1 26.3
22 26.4 26.6 26.8 26.9 27.1 27.3 27.4 27.6 27.8 27.9
23 28.1 28.6 28.4 28.6 28.8 29.0 29.1 29.3 29.5 29.7
24 29.8 30.0 30.2 30.4 30.6 30.7 30.9 31.1 31.3 31.5
25 31.7 31.9 32.1 32.2 32.4 32.6 32.6 33.0 33.2 33.4
26 33.6 33.8 34.0 34.2 34.4 34.6 34.8 35.0 35.2 35.4
27 35.7 35.9 36.1 36.3 36.5 36.7 36.9 37.1 37.4 37.6
28 37.8 38.0 38.2 38.5 38.7 38.9 39.1 39.4 39.6 39.8
29 40.1 40.3 40.5 40.8 41.0 41.2 41.5 41.7 42.0 42.2

Continúa tabla en página siguiente.


Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

Viene tabla de página anterior.

T/ 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9


30 42.4 42.7 42.9 43.5 43.4 43.7 43.9 44.2 44.4 44.7
31 44.9 45.2 45.4 45.7 46.0 46.2 46.5 46.8 47.0 47.3
32 47.6 47.8 48.1 48.4 48.6 48.9 49.2 49.5 49.8 50.0
33 50.3 50.6 50.9 51.2 51.5 51.7 52.0 52.3 52.6 52.9
34 53.2 53.5 53.8 54.1 54.4 54.7 55.0 55.3 55.6 55.9
35 56.2 56.6 56.9 57.2 57.5 57.8 58.1 58.5 58.8 59.1
36 59.4 59.8 60.1 60.4 60.7 61.1 61.4 61.7 62.1 62.4
37 62.8 63.1 63.5 63.8 64.1 64.5 64.8 65.2 65.6 65.9
38 66.3 66.6 67.0 67.4 67.7 68.1 68.5 68.8 69.2 69.5
39 69.9 70.3 70.7 71.1 71.5 71.8 72.2 72.6 73.0 73.4

Pero como vimos en la casa vacía o en el jugo enlatado,


hay otra forma de alcanzar la saturación: bajando la
temperatura. En la casa, por el enfriamiento de la noche; en el
jugo, porque al sacar- lo del refrigerador se enfría el aire del
ambiente aledaño a la lata. Esto quiere decir que el valor de la
presión de vapor de saturación es menor en cuanto la
temperatura es menor, como se puede in- ferir por lo expuesto
con relación a la ecuación de Clausius-Clape- yron. La tabla 1.3
y la figura 1.6 muestran la relación que guarda la presión de
vapor de saturación con la temperatura.
Figura 1.6
Representación gráfica de la ecuación de Clausius-Clapeyron:
la presión de vapor de saturación (hPa) en función de la
temperatura (°C).

37
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

La casa vacía y el aire que aloja durante el día han sido


ca- lentados por el sol —por los rayos que provienen del Sol
—, pero en la noche se enfrían hasta que alcanzan la
temperatura necesa- ria para que la presión que ejerce el
vapor pase a ser la presión de vapor de saturación. Se
empiezan a formar gotas de rocío en la ventana: ésa es la
temperatura del punto de rocío; es decir, que si partimos de la
temperatura ambiente, la figura 1.6 o la tabla 1.3 se obtiene la
presión de vapor de saturación, pero si se parte de la
temperatura de punto de rocío se obtendrá la presión de
vapor. Desde luego ese enfriamiento también puede
alcanzarse porque una burbuja de aire se eleva, se expande y
se enfría, y se forman gotitas de agua que dan lugar a las
nubes.
No debe confundirse la temperatura de punto de rocío
con la temperatura de bulbo húmedo, que se obtiene con el
psicróme- tro (tanto esta temperatura como el instrumento se
discutirán a de- talle en el capítulo 3). Sólo cuando la
humedad relativa es de 100% se cumple que las temperaturas
ambiente, de bulbo húmedo y de punto de rocío adquieren el
mismo valor.
Hagamos unos cálculos sencillos: tenemos dos sitios a
1,000 m sobre el nivel del mar, ambos están a 25.2 ºC, pero
uno es árido (como por ejemplo Torreón) y en cierto
momento presenta una humedad relativa de 36%; el otro es
húmedo (como Fortín de las Flores, en el estado de Veracruz,
en la montaña frente al Golfo de México) y su humedad
relativa en ese momento es de 90%. La pre- sión de vapor de
saturación en ambos sitios es de 32.1 hPa (véase tabla 1.3),
pues depende sólo de la temperatura ambiente, que en ambos
sitios es la misma. Es un valor a alcanzar para saturar el aire
y no un valor medido. Abreviemos estos datos de la siguiente
manera:
ZTorreón = ZFortín = 1,000
m PTorreón = PFortín = 900
hPa TTorreón = TFortín =
25.2 °C HRTorreón = 36%
HRFortín = 90%
eSTorreón = eSFortín = 32.1 hPa
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

Ya se dijo que la humedad relativa (HR en %) se puede


cal- cular como el cociente de la presión de vapor (e) y la
presión de vapor de saturación (eS) multiplicado por 100:
e
HR = 100
1.8
es
si se despeja y se hacen los cálculos
resulta:
eTorreón = 11.5 hPa
eFortín = 28.8 hPa

Como se ve la presión de vapor en Torreón (11.5 hPa) es


36% de la presión de vapor de saturación (32.1 hPa); por eso se
dice que su humedad relativa es de 36%. Igualmente 28.8 hPa es
90% de 32.1 hPa. Si localizamos los valores de presión de vapor
en la tabla 1.3, encontraremos las temperaturas de punto de rocío
(Td):
TdTorreón = 9°C
TdFortín = 23.4°C
Es decir, que si por la noche en Fortín la temperatura
al- canza valores menores a 23.4 ºC se formarán la gotitas en
la ven- tana de la casa vacía. Eso no ocurre fácilmente en el
ejemplo de Torreón, pues para formarse gotitas en las
ventanas la temperatura tendría que bajar a menos de 9 ºC.
La estimación de la tempera- tura de bulbo húmedo y el
cálculo analítico de la temperatura de bulbo húmedo la
reservamos para el capítulo 3. Ambas se pueden calcular a
partir de tener la temperatura ambiente y la humedad relativa,
pero su cálculo es un poco más complicado que los proce-
dimientos seguidos en este capítulo.
Hay una fórmula muy sencilla para calcular la
humedad específica (q en g kg-1), si se tienen los valores de
las presiones (P) en hPa:
e t
q = 622 e
P
n
Sustituyendo los valores respectivos d
39
remos:
qTorreón = 8 g kg- 1.9
1
qFortín = 20 g kg-
1

40
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

Podría calcularse incluso la humedad específica de


satura- ción (es decir, la humedad específica necesaria para
saturar una muestra de aire):
qsTorreón = qsFortín = 22.2 g kg-1

Dicho de otra manera, la humedad relativa en Torreón


es de 36% porque sólo se tiene 36% del agua necesaria para
saturar en ambiente: 8 g kg-1 de 22.2 g kg-1; mientras que en
Fortín se tiene 90% del vapor necesario para la saturación (20
de 22.2 g kg-1).
Por último calculemos la humedad absoluta ( en g m-
3
). Se usa la fórmula siguiente, en la que T es la temperatura
en Kelvin:
e
 = 217 1.10

T
Resultará
que: Torreón = 8.4 g m-3
Fortín = 21.4 g m-
3

Como habíamos adelantado, por tratarse de lugares


donde la densidad del aire es aproximadamente 1 kg m-3, la
humedad ab- soluta y la específica tienen casi el mismo valor
numérico.
La razón de mezcla es la masa de vapor por unidad de
aire seco; en gramos de vapor por kilogramos de aire (seco)
será:
e
r = 622

P-e
con e y P en hPa.

Ejercicio resuelto: García Márquez, la humedad y


las calorías
La obra de teatro de Gabriel García Márquez (1987)* Diatriba de
amor contra un hombre sentado, inicia con una acotación que dice:
“Transcurre en Cartagena de Indias, con treinta y cinco grados a la
sombra y noven- ta y cuatro por ciento de humedad relativa, después
de que Graciela y su marido regresan de una cena informal casi al
amanecer de un tres de agosto”.
*
Tomado de la primera edición. Editorial Plaza y Janés, Barcelona.
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

Cartagena está al nivel del mar, así que su presión atmosférica es


en promedio de 1,013 hPa y la densidad del aire es de 1.25 kg m-
3
. Resuelva las siguientes cuestiones:
a) ¿Qué es una diatriba?
b) Ubique a esa ciudad en un mapa y comente con sus compañeros
so- bre si el 3 de agosto será ahí invierno o verano.
c) ¿Qué es una acotación en una obra de teatro?
d) Calcule la humedad específica bajo esas condiciones.
e) Calcule cuánta agua se pierde en 24 horas por evaporación en los
pulmo- nes, y compare los resultados con los de Torreón y Fortín.

Respuestas
a) Por diatriba se entiende al discurso o escrito violento e
injurioso para criticar personas o acontecimientos, puede ser
oral o escrito.
b) La ciudad y puerto de Cartagena, Colombia (país de
nacimiento del escritor Gabriel García Márquez), se
encuentra al nivel del mar, a una latitud de 10° 25’ norte y
una longitud de 75° 32’ oeste. En un 3 de agosto se
encontraría en verano, pues para el hemisferio Norte dicha
estación va del 22 de junio al 23 de septiembre.
c) Es la nota que en la obra teatral explica lo relativo a la acción
de las personas y el servicio de la escena.
d) Con una temperatura de 35 °C, una humedad relativa de 94%,
la presión de vapor (e) es de 52.8 hPa y la humedad específica
se cal- cula con la fórmula:
e
q=622
p
sustituyendo valores,
tenemos:
52.8 hPa
q=622g/kg =32.4 g kg-1
1,013 hPa
e) Los pulmones tienen una humedad absoluta de 44 g m-3 (si se
con- sidera una temperatura de 37 °C y 100% de HR). Con
las condicio- nes dadas para la ciudad de Cartagena habrá una
humedad absoluta exterior de:
e
 = 217 T

 =217g∙K/hPa∙m3 52.8 hPa =37.2 g m-3



308 K

41
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Suponiendo que la persona respira 30 veces por minuto, y que en


cada respiración inhala y exhala 0.5 litros, en una hora habrá
respirado prác- ticamente mil litros (1 m3). Entonces, en un día el
cuerpo pierde (44 g m-3
– 37.2 g m-3) x 1 m3 x 24 horas, que equivalen a 0.163 litros.
Comparemos ahora con las ciudades de Torreón y Fortín (véase
resultados que pro- siguen a la ecuación 1.10), en éstas la pérdida
por evaporación en los pulmones serán: para Torreón: (44 – 8.4) g
en una hora, o sea 0.854 litros al día; para Fortín: (44 – 21.4) g en
una hora, y al día se acumulan 0.542 litros. Es decir, 5.2 y 3.4

La estructura vertical de la atmósfera


La atmósfera tiene un espesor aproximado de dos mil
kilómetros, pero en los primeros cien contiene 99% de su masa
y en los prime- ros diez (la tropósfera) 75%. A pesar de su
relativa delgadez, la at- mósfera hace posible la vida gracias a
los gases que la forman, espe- cialmente el oxígeno, que
permiten respirar y que actúan a modo de termostato al regular
la temperatura sobre la superficie terrestre. La atmósfera no es
uniforme y su estructura vertical se des-
cribe por capas que pueden diferenciarse a partir, por
ejemplo, de cambios de la temperatura con la vertical (figura
1.7). Según este criterio, desde la superficie la temperatura
desciende con la altura aproximadamente a razón de 6.5 ºC
por cada kilómetro de ascen- so, pero sólo hasta llegar a los 8
o 10 km de elevación en los polos y de 15 a 18 km sobre el
ecuador. Dicho valor de cambio de la tem- peratura puede
variar dependiendo de la cantidad de humedad en la
atmósfera. La capa atmosférica más cercana a la superficie
que presenta esa variación térmica promedio con la altura se
denomi- na tropósfera y es en ella donde ocurren el tiempo y
el clima, por lo que es la más directamente relacionada con
los procesos bioló- gicos. Entre la atmósfera y la superficie
terrestre se produce un in- tercambio permanente de calor,
humedad y momento mecánico a través de los movimientos
constantes del aire, de la evaporación y de la condensación
del vapor de agua.
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

Figura 1.7
Estructura vertical de la atmósfera
siguiendo criterios de cambio en la
temperatura

La tropósfera se calienta de abajo hacia arriba, razón


que vuelve al relieve un factor importante del clima, pues a
mayor alti- tud el clima se vuelve por lo general más frío.
Puede haber, sin em- bargo, condiciones en que a la misma
altura la atmósfera cerca de una montaña no se enfríe. Si la
condición del suelo es tal que lleva a un mayor calentamiento
de la superficie se produce una especie de fuente elevada de
calor que altera los patrones locales y has- ta regionales de
circulación atmosférica, forzando con frecuencia
circulaciones atmosféricas directas. De manera general la
tempe- ratura disminuye con la altura, aproximadamente a
6.5 °C por kiló- metro en la atmósfera libre pero húmeda, y a
10 °C por kilómetro si el aire está muy seco; pero los datos
medidos sobre la superficie presentan una disminución
43
aproximada de 5 °C por kilómetro. El uso de suelo puede ser
un factor de gran importancia para el clima

44
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

local y regional. Las ciudades han alterado enormemente el


entor- no, cambiando vegetación por concreto y creando con
ello la isla de calor, que se refleja en mayores temperaturas en
las ciudades con respecto de los alrededores donde hay
vegetación.
Por encima de la tropósfera aparece una capa en la que
la tem- peratura aumenta, primero lentamente hasta una altura
de alrededor de 30 km y luego rápidamente hasta los 50 km.
Esta capa se denomi- na estratósfera y es muy rica en ozono.
Aunque la temperatura pare- ce alcanzar valores muy altos, la
escasa masa de aire hace que sea muy poco el calor que
contiene. Más arriba de la estratósfera se en- cuentran la
mesósfera, la termósfera y por último la exósfera, formada por
moléculas sueltas cuya concentración va disminuyendo progre-
sivamente hasta los dos mil kilómetros de altitud, límite en el
que se suele fijar la barrera entre la atmósfera y el espacio
interestelar. Algunas capas de la atmósfera actúan como filtros
que impiden que ciertas longitudes de onda de los rayos del sol
lleguen a la superficie de la Tierra, las cuales tendrían impactos
negativos sobre las diversas formas de vida (véase capítulo 2).
La atmósfera media (estratósfera y mesósfera) filtra los rayos X
y los ultravioleta: los primeros son absor- bidos en las capas
altas y los ultravioleta son absorbidos en la capa de ozono,
situada entre los 25 y los 40 km de altura.
La descripción de la estructura vertical de la atmósfera,
a partir de gradientes de una temperatura estándar, no es la
única; se puede hablar de capas por su composición química
dominante, como la ozonósfera, o a partir de elementos
dinámicos como los que caracterizan la capa límite planetaria,
parte de la atmósfera que, por estar en contacto con la
superficie de la Tierra, es turbulenta. Tales concepciones de la
atmósfera permiten establecer regiones en don- de ocurren
procesos de relevancia para el tiempo y el clima.
Los fenómenos meteorológicos tienen lugar en su
mayoría en la tropósfera e interactúan con la biósfera, la cual
comprende (aproximadamente) la hidrósfera, la zona más
superficial de la li- tósfera y la parte inferior de la tropósfera;
es decir, abarca desde unos 50 km de altitud en la atmósfera,
hasta los fondos de los océa- nos más profundos.
Considerando que la Tierra tiene 12,756.8 km de diámetro en
el ecuador y es de superficie irregular, la biósfera es sólo una
delgada capa del planeta. En la biósfera las formas de
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

vida se han desarrollado dependiendo de la circulación de


nutrien- tes, del transporte de calor y de la disponibilidad de
agua, entre otras cosas. Todos estos elementos se ven
afectados, y en buena medida afectan, al tiempo y al clima.
La visión tradicional de sólo pensar en los efectos
unidireccionales de una esfera terrestre, por ejemplo la
atmósfera, sobre otra, como puede ser la hidrósfera o la
biósfera, están cambiando y el estudio de procesos de
interacción entre ellas parece volverse cada vez más
importante.
Los océanos (figura 1.8) conforman otra gran esfera del
pla- neta, y su importancia en la variabilidad del clima es
innegable. Se sabe que la temperatura y el calor en el mar
determinan, en gran medida, las características de la temporada
de lluvias, de los hura- canes, de los periodos de frío o de calor.
Esto se debe, entre otras cosas, a que la temperatura en la cual
ocurren los procesos anterio- res determina la cantidad de vapor
de agua que pueda existir en la atmósfera y los cambios de fase
que en ella ocurran. Los gradientes de temperatura de la
superficie del mar también influyen en los gradientes de presión y
en los vientos. Los fenómenos de El Niño o La Niña son
ejemplos de la importancia de los océanos en el clima del
planeta, actuando como condiciones de frontera. Son diversos los
problemas de interacción océano–atmósfera que cobran impor-
tancia hoy en día y que, en el caso de México, situado entre los
tró- picos y las latitudes medias, requieren ser considerados de
forma especial, no sólo para procesos climáticos sino incluso de
tiempo meteorológico.

45
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Figura 1.8
Los océanos aledaños a la Península de Baja California

Fuente: Tomada de http://earthobservatory.nasa.gov/IOTD/view.php?id=7795.

La humedad en la variación
vertical de la temperatura
Se entiende por transferencia de calor al intercambio de
energía en forma de calor entre distintos cuerpos, o entre
diferentes partes de un mismo cuerpo que están a distinta
temperatura. El calor se transfiere mediante convección,
radiación o conducción; aunque estos tres procesos pueden
tener lugar simultáneamente, puede ocurrir que uno de los
mecanismos predomine sobre los otros dos, por ejemplo, el
calor se transmite a través de la pared de una casa
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

fundamentalmente por conducción, el agua de una cacerola


situa- da sobre una hornilla se calienta en gran medida por
convección y la Tierra recibe calor del Sol casi
exclusivamente por radiación.
En los sólidos la única forma de transferencia de calor
es la conducción: si se calienta un extremo de una varilla
metálica el ca- lor se transmite hasta el extremo más frío por
conducción.
Si existe diferencia de temperatura en el interior de un lí-
quido o un gas se producirá un movimiento del fluido, que
trans- fiere calor de una parte del fluido a otra por un proceso
llamado convección y el movimiento puede ser natural o
forzado. Si se ca- lienta un líquido o un gas su densidad (masa
por unidad de volu- men) suele disminuir. Si el líquido o gas se
encuentra en el campo gravitatorio, el fluido más caliente y
menos denso asciende, mien- tras que el fluido más frío y más
denso desciende.
Supongamos que calentamos desde abajo una cacerola
lle- na de agua. El líquido próximo al fondo se calienta por el
calor que se transmite por conducción a través de la cacerola.
Al expandirse, su densidad disminuye y como resultado el
agua caliente asciende y parte del fluido más frío baja hacia
el fondo, con lo que se inicia un movimiento de circulación.
El líquido más frío vuelve a calen- tarse por conducción,
mientras que el más caliente, situado arriba, pierde parte de
su calor por radiación y lo cede al aire situado por encima.
El calentamiento de una habitación mediante un
radiador no depende tanto de la radiación como de las
corrientes naturales de convección, que hacen que el aire
caliente suba hacia el techo y el aire frío del resto de la
habitación se dirija hacia el radiador. Debido a que el aire
caliente tiende a subir y el aire frío a bajar, los radiadores
deben colocarse cerca del suelo (y los aparatos de aire
acondiciona- do, para enfriar el ambiente, cerca del techo) para
que la eficien- cia sea máxima. La convección también
determina el movimiento de las grandes masas de aire sobre la
superficie terrestre, la acción de los vientos, la formación de
nubes, las corrientes oceánicas y la transferencia de calor
47
desde el interior del Sol hasta su superficie.
La radiación presenta una diferencia fundamental
respecto a la conducción y la convección: las sustancias que
intercambian calor no tienen que estar en contacto, sino que
pueden estar sepa- radas por un vacío.

48
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

En la capa más baja de la atmósfera, llamada tropósfera,


la temperatura en términos generales disminuye con la altura,
¿por qué? Pues porque al nivel del mar la presión es mayor.
Así, cuando el aire está seco, la temperatura disminuye a razón
de 10 ºC cada ki- lómetro, pero si la atmósfera está saturada de
humedad o próxima a ella, esta disminución es de 6.5 ºC en
cada kilómetro. Al primer valor los meteorólogos le llaman
gradiente adiabático seco: gradiente significa variación en el
espacio, adiabático porque resulta de cál- culos que suponen
que una burbuja de aire asciende y se va expan- diendo sin
intercambiar calor con los alrededores, y seco porque el vapor
de agua en esa burbuja de aire no se alcanza la saturación, por
lo que en rigor debería llamarse gradiente adiabático no
saturado. El de 6.5 ºC/km se conoce con el gradiente
adiabático saturado.
Esa disminución de la temperatura con la altura facilita
la convección; es decir, que el aire más caliente tiene una
menor den- sidad que lo induce a ascender, mientras que el
aire frío y denso tiende a descender. Sin embargo, por diversas
causas a veces la tem- peratura aumenta con la altura, y es lo
que se conoce como inversión térmica.
Una inversión térmica puede deberse a que por la
noche la superficie se enfría más rápidamente que el aire
superior y, en- tonces, las capas más bajas tienen
temperaturas inferiores a las intermedias. Si el ambiente está
húmedo se puede alcanzar la satu- ración y se forman nieblas
bajas que en cuanto empiezan a calen- tar los rayos solares se
disipan y desaparece la inversión térmica: son las llamadas
inversiones radiativas o nocturnas. También puede ocurrir que
haya una corriente de aire inferior y frío que proven- ga de
una montaña o sea parte de un frente frío, o bien puede ser
una corriente oceánica de bajas temperaturas: son las
inversiones por advección (que es el término que usan los
meteorólogos para referirse a la convección horizontal). Su
efecto es similar al de las inversiones radiativas, con la
diferencia de que el simple calenta- miento solar no las
disipa.
Las inversiones térmicas en general, tienen el efecto de es-
tabilizar la atmósfera; es decir, que el aire frío lo dejan
confinado abajo y el caliente arriba y se inhibe la convección.
Por eso, en los centros industriales o urbanos las inversiones
térmicas son peli-
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

grosas, pues impiden la dispersión de contaminantes


atmosféricos. En la Ciudad de México, por ejemplo, las
inversiones suelen ser ra- diativas y nocturnas, pues salvo en
situación de mucha nubosidad, el calentamiento solar las
deshace alrededor del mediodía, pero en otras partes pueden
persistir mucho tiempo, porque en latitudes mayores en otoño
e invierno el calentamiento solar es mínimo; o en la costa de
Baja California (México) y de California (EU) la in- versión
es por advección, pues la produce la corriente marítima fría
de California.
Un ejemplo curioso del papel de la humedad en las
varia- ciones verticales de la temperatura es el llamado efecto
Föhn (o Foehn, si no quiere escribirle las ¨ a la o). Así se le
llama a los vientos del verano que, provenientes del
Mediterráneo, ascienden húmedos y relativamente frescos
sobre los Alpes, y descienden hacia el continente como
vientos cálidos y secos. Pero el fenóme- no se presenta en
cualquier lugar montañoso sobre el que inciden vientos
húmedos. Veamos un ejemplo hipotético: supongamos que
frente al mar se encuentra una cadena montañosa de unos
2,000 metros de altitud, los vientos que provienen del mar
están casi sa- turados de humedad, chocan con la montaña y
ascienden (figura 1.9); por cierto que esta cara de la montaña,
la que da al viento, es la de barlovento, mientras que la cara
contraria es la de sotavento.
Si el aire al nivel del mar está a 30 ºC y muy húmedo
(con humedades relativas cercanas a 100 %), en su ascenso a
barloven- to irá disminuyendo su temperatura a razón de 0.65
ºC cada 100
m. Entonces, a los 1,000 m de altitud tendrá una temperatura de
23.5 ºC y a los 2,000 m una de 17 ºC. Esta disminución de la
tem- peratura hizo que se alcanzara el punto de rocío, se
condensara el vapor y se formaran nubes o nieblas, de modo
que a sotavento el aire descenderá con una humedad relativa
baja; ¡entonces, al des- cender aumentará su temperatura a 1
ºC por cada 100 m! Es decir, que si a sotavento hay un valle a
1,000 m sobre el nivel del mar, ahí la temperatura sería de 27
ºC contra 23.5 ºC que habría a la misma altitud pero a
49
barlovento.

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adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

Figura 1.9
Esquema del efecto
Foehn

Ejercicio resuelto
Para el ejemplo de la figura 1.9 la montaña tiene una altitud de
2,000
m. Considere que la capa nubosa se forma entre los 1,000 y 1,500
m de altitud, de modo que por arriba de 1,500 m y hasta alcanzar
la cima el aire está lejos de la saturación.
a) ¿Qué temperatura alcanzará en un valle a 500 m de altitud a
bar- lovento?
b) ¿Y en un valle a la misma altitud pero a sotavento?

Respuestas
a) Si el descenso de la temperatura a barlovento es de 0.65 ºC
cada 100 m, en el valle a 500 m de altitud a barlovento será
(30.00 – 3.25
ºC) aproximadamente de 26.80 ºC.
(Redondee la respuesta a una centésima, porque normalmente
los termómetros analógicos tienen una resolución de hasta
una centé- sima, por lo que no tiene sentido hablar de
milésimas de ºC).
b) La temperatura a la cima de la nubes será de 20.3 ºC
(consideran- do una disminución de la temperatura de 0.65 ºC
por cada 100 m), después el aire asciende 500 m más, pero
como ya está seco, dismi- nuye su temperatura a 1 ºC por
cada 100 metros; es decir, que llega a 15.3 ºC cuando alcanza
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

Ciclos y variaciones de la temperatura y humedad


Las variaciones espaciales de la humedad atmosférica en
niveles bajos están asociadas directamente al tipo de
superficies por deba- jo del aire. Los cuerpos de agua —
océanos, lagos y ríos— al igual que selvas y cubiertas
vegetales densas, dejarán sentir su influen- cia al inyectar
vapor de agua a la atmósfera, pero su área de in- fluencia
dependerá de hasta dónde el viento pueda llevar el vapor de
agua, y en la vertical se propagará hasta donde se alcance la
sa- turación y se formen las nubes, en el caso de que la
atmósfera esté inestable y permita el ascenso de burbujas de
aire con alto conteni- do de humedad (convección). Por el
contrario, donde la atmósfera sea estable o incluso se
presenten descensos de aire (subsidencia), será escasa la
formación de nubes y la dispersión del vapor alcan- zará sólo
la vecindad de la superficie.
El vapor de agua suspendido en la atmósfera cambia
las pro- piedades térmicas del aire y además presenta efecto
invernadero, de modo que las variaciones de temperatura
entre el día y la noche son mayores en lugares con atmósferas
menos húmedas (desiertos y zonas áridas, por ejemplo).
Veamos lo que ocurre en dos sitios con humedades
muy diferentes: Monterrey y Veracruz, en México. La tabla
1.4 mues- tra las llamadas normales climatológicas, que son
las estadísticas de 30 años, para este caso de 1971 al año
2000. Las temperaturas medias de agosto en ambos lugares
son muy parecidas (27.8 ºC en Monterrey y 28.0 ºC en
Veracruz); sin embargo, el promedio de temperatura máxima
(el valor que en promedio se alcanza como a las 14:00 hrs)
difiere en 2.5 ºC (33.7 ºC en Monterrey y 31.2 ºC en
Veracruz), algo similar ocurre con el promedio de la
temperatura mínima (22.3 ºC contra 24.1 ºC), y lo mismo
pasa con las tempera- turas extremas (que son las que, en
términos deportivos, podemos considerar como los records
alcanzados en temperaturas máximas o mínimas).

51
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

Tabla 1.4
Normales climatológicas de los observatorios
meteorológicos de Monterrey y de Veracruz, en México

Nótese que la llamada oscilación térmica es la


diferencia entre los promedios de temperaturas máximas y
mínimas, y que es mayor en cuanto la humedad es menor,
como ya lo habíamos comentado. Al comparar la humedad
relativa para este mes, cla- ramente resulta mayor en
Veracruz que en Monterrey y lo mismo pasa con la presión de
vapor, que en la tabla dice: tensión de vapor: 78% contra 63%
y 29.5 hPa contra 22.9 hPa.
Si seguimos haciendo la comparación para agosto, se ve
que por estar más húmedo Veracruz, la evaporación (medida
sobre un tinaco al descubierto) es menor, aunque el viento
también juega un papel importante en la cantidad de
evaporación, y para esta comparación no lo hemos tomado en
cuenta.
Capítulo 1 | la atmósfera, el agua, la temperatura...

A partir de las normales climatológicas puede


imaginarse cómo es un día promedio de cierto mes. La
temperatura mínima se registra al amanecer y la máxima se
presente después del medio- día, como a las 14:00 o 15:00
hrs. En un día particularmente calu- roso se alcanzará la
temperatura máxima extrema y en un día muy frío se estará
próximo a alcanzar la mínima extrema de ese mes.

Preguntas y problemas
1. Suponga que toda el agua presente en la atmósfera
caye- ra a la superficie terrestre como lluvia, calcule
el espesor de agua que subiría el nivel del mar si
sólo lloviera en los océanos. ¿Y si sólo lloviera en
los continentes? Discuta la factibilidad de que haya
ocurrido el diluvio universal tal como lo dice la
Biblia. ¿Cuál debió ser la lluvia media dia- ria en
todo el planeta? Use los datos de la tabla 1.2.
2. Discuta sobre el hecho de que los meteorólogos
miden la precipitación en mm, que suponen
equivale a un litro por cada metro cuadrado
(demuéstrelo). ¿La evapora- ción podrá medirse
también en mm?
3. ¿Es visible el vapor de agua que hay en la atmósfera
de la habitación donde está leyendo este libro? Trate de
de- finir el vapor de agua y qué entiende por humedad
(en la atmósfera y en otros objetos como suelo, ropa,
cabello humano).
4. ¿Qué porcentaje de la masa del planeta es agua, qué
por- centaje es aire seco y qué porcentaje es aire
húmedo?
5. En un día de primavera la temperatura ambiente en
Villa- hermosa, Tabasco (en el trópico húmedo
mexicano), y en Mexicali, Baja California (en la
zona desértica del noroes- te de México), alcanza los
40 °C. ¿Cuánto valdrá la presión de vapor de
saturación en ambos sitios? ¿De qué orden estimas, a
“ojo de buen cubero”, que estará la presión de vapor
53
observada o medida en cada uno de estos sitios?
6. Para los datos del problema 5, calcule las
humedades es- pecíficas, considere que las
humedades relativas son 80 y 30% para esa
situación en Villahermosa y en Mexicali,
respectivamente.

54
adalberto tejeda martínez | elisa tejeda zacarías

7. En una hoja de cálculo, como por ejemplo Excel,


calcule la presión de vapor de saturación para cada 1
°C desde
-20 ° a +55 °C, haciendo uso de las ecuaciones 1.6
y 1.7. Compárelas gráficamente mediante una
inspección a ojo en una gráfica de es en función de
T.
8. La figura 1.10 muestra la marcha anual de las tempera-
turas medias en Monterrey y Veracruz. Haga una
gráfica similar pero con las temperaturas mínimas y
máximas (promedios o extremas, como guste). Si desea
utilizar las normales climatológicas de su lugar de
residencia, pue- de consultarlas en la página:
http://smn.cna.gob.mx/es/ component/content/article?
id=42.
Figura 1.10
Marcha anual de la temperatura
media en Monterrey y en Veracruz,
México

Para saber más


Acot, P. (2003). Historia del clima, desde el Big Bang a las catástrofes
climáti- cas. Editorial El Ateneno [ver capítulos 1 y 2].
Hartmann, D.L. (2016). Global Physical Climatology. Washington, Usa:
Academic Press Inc. [vea capítulos 1 y 5].
Linacre, E. y Geerts, B. (1997). Climates and Weather Explained. London,
Uk: Routledge [ver capítulos 1, 3 y 6].
Stull, R.B. (2000). Meteorology for Scientists and Engineers. Pacific Grove,
Ca: Brooks Cole Thomson Learning [ver capítulos 1 y 5].
Capítulo 2
Termodinámica del aire húmedo

Norma Catalina Rodríguez


Adalberto Tejeda Martínez

L o expuesto en el capítulo 1 se fundamenta en la


termodinámica aplicada al aire seco y al aire húmedo. Quien
sólo requiera uti- lizar las fórmulas de recurrencia enunciadas
anteriormente, puede
prescindir de la revisión de este capítulo 2.

La termodinámica: principios cero y uno


La termodinámica se ocupa fundamentalmente de las
transformacio- nes del calor en trabajo mecánico y viceversa, y
se basa en dos leyes generales de la naturaleza, que son el
primero y el segundo principios de la termodinámica. Su
aplicación a la atmósfera constituye lo que se llama
termodinámica de la atmósfera. Dado que el aire es una mez-
cla de gases cuyos componentes se encuentran casi en
proporciones constantes, a excepción del vapor de agua —gas
invisible presente en la atmósfera, distinto de las gotas de agua
que salen de una olla a pre- sión, de un aspersor o de las que
forman nieblas o neblinas—, cuyas concentraciones son
altamente variables en el tiempo y el espacio, se hace la
distinción entre procesos termodinámicos secos y húmedos. A
continuación se establecen algunas definiciones:
55
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Sistema termodinámico
En termodinámica clásica o tradicional llamamos sistema a
un tro- zo del Universo, pequeño o grande, sobre el que
centramos la aten- ción para estudiar la transformación del
calor y el trabajo mecáni- co que realiza o se realiza sobre él.
El trozo no puede ser tan pe- queño que no pueda ser visible a
simple vista, ni tan grande como el orden de magnitud de una
galaxia; no obstante a esta escala le llamamos macroscópica.
En la noción de sistema están implícitas las ideas de materia y
límite, el cual puede o no ser real.

Equilibrio termodinámico
Un sistema aislado es aquel que no intercambia materia ni
energía con sus alrededores, de hacerlo en alguna o en ambas
se dice que el sistema está abierto. Si un sistema intercambia
sólo energía y no materia con el entorno se dice que es
cerrado, y por lo tanto la masa de un sistema cerrado
permanece constante: por otra parte, se dice que el sistema está
en equilibrio térmico si sus condiciones de tem- peratura son
constantes y más o menos similares en todo el sistema.
Rigurosamente, la atmósfera es un sistema abierto, pues
intercam- bia masa y energía tanto en su base como en su tope.
Si bien su masa permanece casi constante en el orden 5x1018
kg desde hace millones de años, difícilmente se puede decir
que esté en equilibrio térmico, pues constantemente está
variando la energía solar que recibe e in- ternamente hay
diferencias sustanciales de temperatura tanto en la vertical
como la horizontal. No obstante, en porciones debidamen- te
pequeñas y para periodos adecuados —ciclos diarios o
anuales, o instantes cortos— bien pueden tratarse como
sistemas aislados o, eventualmente, cerrados.
La figura 2.1 presenta un sistema en equilibrio. Es una ban-
deja con agua hasta cierto espesor y tapado; en realidad sus
pare- des y tapas no son aislantes absolutos, pero para fines
prácticos consideremos que sí lo son. Probablemente un tiempo
atrás de este instante no estaba en equilibrio térmico, pero
después de un lapso prolongado la temperatura del agua y del
aire y el interior de las paredes, es la misma.
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Figura 2.1
Sistema termodinámico aislado en equilibrio térmico, formado
por un volumen de agua en contacto con un volumen de aire.

Nota: Después de cierto tiempo no intercambian calor y la evaporación y


condensación del agua sobre la superficie líquida están también en equilibrio.

Estado de un sistema
En algunos sistemas, por ejemplo un gas en un cilindro, para
defi- nir su estado es necesario conocer su temperatura, presión
y la re- lación entre su masa y volumen, es decir su densidad o
volumen específico; para sistemas más complicados será
necesario especifi- car otras variables, como la concentración de
una solución, la po- larización de un dieléctrico, etcétera.
Las cantidades cuyos valores determinan el estado de
un sistema se le llaman coordenadas termodinámicas o
variables de estado, por ejemplo la temperatura, presión,
densidad.
Al hablar de la temperatura y la presión de un sistema se
está suponiendo que son las mismas en todo punto del sistema.
Esta hi- pótesis se fundamenta en el hecho elemental de que con
el paso del tiempo se llega a un estado termodinámico en el que
los valores de estas variables son los mismos en cualquier punto
del sistema.

Procesos termodinámicos
Se llama así a cualquier variación de las coordenadas
termodiná- micas de un sistema. Un proceso termodinámico se
dice reversible si se realiza de tal forma que en todo momento el
57
sistema se en- cuentra en estado de equilibrio. En la práctica,
una transformación reversible se realiza variando muy
lentamente las condiciones ex-

58
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

ternas para permitir que el sistema se ajuste gradualmente a


las nuevas condiciones. Cabe señalar que en un proceso
irreversible, el sistema pasa por sucesivos estados que no son
de equilibrio, lo que en termodinámica no significa
necesariamente que el sistema no pueda volver a su estado
inicial.

Ecuación de estado
Como antecedentes de la ecuación de estado de los gases
ideales se encuentran tres leyes empíricas sobre su
comportamiento: 1) que a temperatura constante el producto de
la presión por el volu- men específico es constante (Ley de
Boyle, 1660) o que la presión es proporcional al inverso del
volumen (P  1/V); 2) que si la pre- sión permanece constante,
a mayor temperatura mayor volumen específico (T  V, Ley de
Charles, 1787); 3) que si mantenemos el volumen fijo, a mayor
temperatura mayor presión y viceversa (P  T, Ley de Gay-
Lussac, ca. 1800).
La ecuación de estado de una sustancia es una relación
entre sus variables de estado. Se sabe por experiencia que
para cualquier sustancia homogénea —ya sea sólida, líquida
o gaseosa— existe una función de estado, aunque no siempre
es posible expre- sarla en forma analítica simple.
La ecuación de estado es una función de la forma
¦ (P,,T)=0

donde
P=Presión
=Volumen específico
T=Temperatura

Leyes de la termodinámica
Ley cero
Este principio es la base de la termometría y dice algo
sencillo pero fundamental: cuando dos sistemas están a la
misma temperatura que un tercero, entonces los dos primeros
están a la misma tem- peratura uno con otro.
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

La primera ley de la termodinámica


Un concepto básico de la física es que la energía debe
conservarse, y el primer principio de la termodinámica es la
conservación de la energía para sistemas termodinámicos, de
él se deduce que hay un equivalente mecánico del calor que
permite afirmar que una caloría1 es igual a 4.186 Joules (J).
En términos generales expresa que el intercambio total de
energía, a través de los límites, es igual a la variación de
energía del sistema; es decir, que el aporte de ca- lor a un
sistema es la diferencia de energía interna entre los esta- dos
inicial y final menos el trabajo realizado en el proceso, en
otras palabras, la diferencia de energía interna más el trabajo
realizado sobre el sistema.
La ecuación general de la primera ley es:
dQ=dU+dW 2.1

donde
dQ=la cantidad de calor que el sistema recibe o entrega al
medio ambiente.
dU=la variación de la energía interna del sistema.
dW=el trabajo hecho sobre el sistema.
Conviene aclarar que, por lo general, +dQ se refiere al
calor absorbido por el sistema y –dQ al calor que emite el
sistema. A su vez, -dW quiere decir el trabajo que se realiza por
el sistema y +dW el que se realiza sobre el sistema.
La ecuación 2.1 es una expresión general de la primera
ley. En el caso de que el trabajo que se realice o realice el
sistema sea solamente trabajo de expansión, veamos la forma
que toma dW. Supongamos un gas encerrado en una
superficie elástica, cuando el volumen del gas es constante, la
superficie elástica está ejercien- do una fuerza por unidad de
área que es exactamente igual a la pre- sión del gas; sea la
superficie elástica esférica, el trabajo hecho por

1
Una caloría es la cantidad de calor necesaria para elevar un grado centígrado o
Kelvin la temperatura de un gramo de agua, y un Joul es el trabajo necesario para
desplazar una masa de un kg la distancia de un metro aplicando una aceleración
59
constante de un metro en cada segundo al cuadrado (o bien, el trabajo necesario
para aplicar una fuerza constan- te de un Newton a lo largo de un metro.

60
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

el gas por unidad de área, dW/A sobre la superficie cuando el


gas se expande desde su radio inicial r a r+dr estará dado por
la fuerza por unidad de área por la distancia
dW=Pdr
A
porque la presión se supone constante dentro de la esfera. El
tra- bajo total se obtiene multiplicando por el área
dW=PAdr

Dado que se está hablando de un trabajo radial, el área en


la que se realiza dicho trabajo corresponderá al área de un
círculo,

dW=P4r2 dr=P4 dr3


3
pero 4/3 r3 es el volumen de la
esfera. Tenemos:
dW=PdV 2.2

Veamos ahora que la energía interna de un gas ideal es


sólo función de la temperatura.
La experiencia de James Prescott Joule, hacia 1840,
consistió en colocar dentro de un calorímetro un recipiente con
dos cámaras conectadas por una llave de paso; en una de ellas
colocó gas y en la otra hizo el vacío; una vez alcanzado el
equilibrio térmico, abrió la llave y permitió al gas desplazarse
a la otra cámara hasta que la presión de todo el recipiente fuese
la misma, y observó que la tem- peratura era prácticamente la
misma; es decir, que no se había pro- ducido intercambio de
calor entre el calorímetro y las cámaras. Si aplicamos la
primera ley al sistema cámara más gas, tenemos:
dU+dW=0,

como el volumen de las dos cámaras no varía durante el


experi- mento, el sistema no efectúa trabajo y, por lo tanto,
dU=0; es de- cir, que la energía del sistema y en
consecuencia la energía del gas no cambian. El volumen del
gas sí cambió y sin embargo la energía
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

interna no, lo que significa que una variación de volumen a


tem- peratura constante no produce variación de la energía o,
en otras palabras, que la energía de un gas ideal es
únicamente función de la temperatura del gas.
Como resultado podemos escribir la primera ley como

dQ = ( ¶U) dT + PdV
¶T v

Calor específico
El calor específico se define como el cociente del calor por
unidad de masa entregado en determinadas circunstancias
para conseguir un aumento de temperatura específico.
Un calor específico importante es el que se obtiene por
la entrega de calor a volumen constante por unidad de masa
(Qm):

cv = ( ) = dT
1 dQ
m dT
dQ
v
m

pero cuando el volumen es constante, por la primera ley tenemos:


dQ =
¶U
( )
dT
m
¶T v

dQm
dT
=
¶U
¶T
( ) cv v

Para el aire seco se tienen los valores


cVaire= 717 JK-1 kg-1
cPaire=1,004 JK-1 kg-1
mientras que para el vapor:
cVvapor= 1,463 JK-1 kg-1
cPvapor= 1,952 JK-1 kg-1
El cociente de los calores específicos del aire seco es
cPd 1,004
xd = = 1.4
cVd 717
61
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Rd
/c Pd = 0.286

Procesos adiabáticos
Se denomina proceso adiabático al que se realiza sin
intercambio de calor con los alrededores. En ese caso la
primera ley de la ter- modinámica se puede escribir como:
0 = cndT + Pda

reemplazando P de acuerdo a la ecuación de estado de un gas


ideal (ecuaciones 2.19 y 2.20), y donde R* es la constante de
los gases ideales:
dT * da
cv= T +R a =0

integrando se
obtiene R*
Tacv= cte 2.3

O bien, la primera ley para procesos adiabáticos en


función de P y T será:
cPdT - adP = 0
2.4(a
dT R* dP
- =0 )
T cP P
- R*
TP Cp=cte 2.4 (b)

usando P y a como variables independientes resulta:

da dP = 0
c +c
P
a v
P 2.5
cP
= cte
Pac
v
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Las ecuaciones 2.4 a 2.5 pueden escribirse en función


c
de la relación P =c, y que quedan de la siguiente forma:
cV
c-1
Ta = cte
1-c
TP c
= cte
c
Pa = cte

Energía interna
Para un gas ideal es conveniente considerar el concepto de dife-
rencial exacta. Por definición, la integral de una diferencial
exacta es función de los límites de integración e independiente
de la tra- yectoria. Con la ayuda de la primera ley se puede
demostrar que dQm no es una diferencial exacta. Tanto el trabajo
hecho por o so- bre el sistema y el calor que este recibe o
entrega, dependerán del camino seguido en el plano
termodinámico, es decir, del tipo de transformación que se
realiza.
En la primera ley la única diferencial exacta es la
energía interna y como es función de la temperatura
solamente, no puede definir por completo el estado de un
sistema termodinámico.

Segundo principio de la termodinámica


Supongamos la expansión libre de un gas ideal a través de una
lla- ve hacia un recipiente vacío. La temperatura permanece
constante, pero la presión final es menor que la presión inicial y el
volumen fi- nal mayor que el inicial. En esta transformación, de
acuerdo con el primer principio, la energía total del sistema
permanece constante.
Supongamos que tenemos el sistema en el estado final
y que se produce la transformación inversa, esto es, que el
gas se comprima espontáneamente pasando a través de la
válvula hasta ocupar su recipiente original. Este proceso
inverso no puede ocu- rrir, lo sabemos, la pregunta es ¿por
qué no ocurre si la energía to- tal permanece constante y no

63
está en contra del primer principio? Debe existir otro
principio natural, además del primer principio que determina
el sentido en que se producen los procesos en un sistema
aislado. Este principio es el segundo de la termodinámica.

64
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Si se dan dos estados de un sistema aislado que tienen


igual energía interna, interesa saber qué criterio utilizar para
saber cuál es el posible estado inicial y final para una
transformación que se realice en el sistema termodinámico en
equilibrio, cuando las va- riables termodinámicas
permanecen invariantes.
El segundo principio de la termodinámica puede
enunciar- se así: existe una función de las variables de estado
de cualquier sistema aislado, llamada entropía, definida para
los estados de equilibrio. Dicha función debe satisfacer que
en cualquier trans- formación que se produzca en el sistema,
la entropía sólo aumenta o permanece invariante.
Si un sistema aislado se encuentra en un estado tal que
su entropía tenga un valor máximo, cualquier cambio de
estado produ- cirá necesariamente una disminución de la
entropía y, por lo tanto, dicho cambio es imposible. La
condición necesaria para que un sis- tema aislado esté en
equilibrio es que su entropía sea máxima.
Si escribimos la primera ley para los gases ideales como
dQm=cP dT – adP

y usamos la ecuación de estado para reemplazar el valor de a,


ob- tenemos

dQm R T
= cP dT - P* dP
dQm
T es una diferencial exacta, o sea una función de estado del
sis- tema. Integrando entre dos estados de equilibrio

2 dQm 2
ò = ò dS = S 2.6
-
1
T 1 2
S1

la función S es la entropía del sistema para procesos


reversibles y se cumple:
S2 - S1
2 dQm
ò1
T
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Es importante señalar que:


1. La entropía de un sistema se define únicamente
para estados de equilibrio.
2. Por la ecuación 2.6 pueden calcularse únicamente
va- riaciones de entropía.
3. La entropía de un sistema es la función únicamente
del estado del sistema y, por lo tanto, independiente
de su historia pasada. La entropía puede expresarse
como una función de las coordenadas
termodinámicas del sistema.
4. La ecuación 2.6 permite calcular variaciones de
entro- pía únicamente para procesos reversibles.
5. La variación de entropía cuando un sistema pasa de
un estado de equilibrio a otro estado de equilibrio
median- te un proceso irreversible, puede calcularse
por varios métodos, por ejemplo, imaginando un
proceso reversi- ble entre los mismos estados
extremos y utilizar la ecua- ción 2.6; o si se conoce
la ecuación de la entropía como función de las
coordenadas termodinámicas del siste- ma, pueden
calcularse la entropía de los estados final e inicial y
restarse.
6. Cuando un sistema experimenta una transformación
adiabática reversible no habrá variación de entropía
por la ecuación 2.6; por lo tanto, un proceso
adiabático re- versible se realiza a entropía constante
y se denomina isentrópico. La entropía no es
constante para procesos adiabáticos irreversibles.
Entalpía
Se denomina entalpía y se la representa con la letra H a la
siguien- te combinación de cantidades:
H=U+PV
En esa expresión tanto U (energía interna) como la presión
(P) y el volumen (V) son funciones de estado del sistema y la
entalpía es también una función de estado.

65
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

La entalpía específica, por unidad de masa, será:


h=u+Pa

La variación de la entalpía de un sistema, en una


transfor- mación (dH o dh) dependerá de los estados inicial y
final y no del camino seguido, ya que dH y dh son
diferenciales exactas.
Veamos ahora algunas propiedades importantes de la
ental- pía. Para una transformación reversible se tiene:
h=u+Pa

dh=du+Pda+adP

pero por el primer principio:


du+Pda=dQm

entonces
,
dh=dQm+adP 2.7
en un proceso a presión constante dq=cP dTP y dP=0, por lo tanto:
dhP=cP dTP

(h/T)p=cp

y en una transformación finita a presión constante


(h2 – h1)p= (u2 – u1)p+P(a2 – a1)p

Si la transformación es reversible, por el primer principio


el segundo miembro de esta ecuación es igual al de calor
absorbido por el sistema Qmp, de manera que:
(h2 – h1)p= Qmp

El calor absorbido en cualquier transformación reversible


a presión constante es igual a la diferencia de entalpías del
sistema entre los estados extremos de la transformación. El
resultado im- portante aquí es que, como se vio anteriormente,
el calor no es una
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

propiedad del estado del sistema y no se puede construir una


tabla de los calores de un sistema, como función de los estados
del mis- mo y utilizarla para hallar el calor absorbido en
cualquier proceso; en cambio, la entalpía si es una función del
estado del sistema y puede tabularse. Asimismo, teniendo este
tipo de tabla puede de- terminarse el calor absorbido en
cualquier transformación isobá- rica reversible por diferencia
entre los valores de entalpía inicial y final.
La entalpía desempeña en los procesos isobáricos el
mismo papel que la energía interna en transformaciones
isocoras (volu- men constante), es decir:

c= ( ¶h ) Qmp = h - h
2 1
P
¶T
p

Qmp = u - u
c = ( ¶u )
v
¶T v 2 1

para un proceso a presión constante la ecuación 2.7 puede


escri- birse:
Qmp = du+Pda

pero du= Qmv para procesos a volumen constante, y reemplazan-


do queda:
Qmp = Qmv + Pda

Por esta ecuación se ve que el calor absorbido en un


proceso a presión constante es mayor que el del mismo
proceso realizado a volumen constante por la cantidad Pda.

Energía libre de Helmholtz y energía libre de Gibbs


Al igual que la entalpía, las funciones de Helmholtz y de
Gibbs son combinaciones de variables termodinámicas que
tienen un nom- bre y símbolo específicos, dado que se
presentan con suficiente frecuencia y, por ser combinaciones
67
de funciones de estado —a su vez—, son funciones de
estado.

68
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

La energía libre de Helmholtz se muestra a


continuación y se simboliza con la letra F:
F=U - TS

La energía libre de Gibbs se simboliza con la letra G y


se define como
G=U - TS+PV

Para un proceso infinitesimal


dF=dU - TdS - SdT
dG=dU - TdS - SdT+PdV+VdP

o para la unidad de masa:


df=du - Tds - sdT

dg=du - Tds - sdT+Pda - adP


Por el primer y segundo principio, para un proceso
reversible se cumple que
dW=T dS - dU
Reemplazando en la ecuación 2.2 se tiene
dF=- dW - S dT
o bien,

dW=– dF - SdT 2.8


En una transformación isotérmica la ecuación 2.8 queda:
dWT= -dFT
donde el subíndice T indica que el proceso es a temperatura
constan- te, es decir que el trabajo total realizado en un
proceso isotérmico es igual a la disminución de la función de
Helmholtz.
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Análogamente para un proceso reversible, la ecuación


2.8 puede escribirse:
dG=–dW - SdT+PdV+VdP 2.9
Si llamamos dA al trabajo realizado por un sistema
termodinámico, excluido el trabajo de expansión, queda:
dA=dW - PdV
En un proceso isotérmico e isobárico la ecuación 2.9 queda:
dG= -dW+PdV

dATP= -dG 2.10


El trabajo que realiza un sistema en un proceso
isotérmico e isobárico reversible, excluyendo el trabajo de
expansión, es igual a la disminución de la energía libre de
Gibbs del sistema. Lógica- mente, un gas ideal no puede
experimentar un proceso en el cual tanto la temperatura como
la presión sean constantes.

Cambios de fase. Ecuación de Clausius-Clapeyron


El agua en la biósfera está cambiando de fases
constantemente, lo que implica liberación de calor para la
condensación o licuefac- ción (de vapor a líquido), la
congelación (de líquido a sólido) o la solidificación (de vapor
a sólido), y absorción de calor para la eva- poración (de
líquido a gas), la fusión (de sólido a líquido) y la subli-
mación (de sólido a vapor).

Superficies P, a,T
Existe siempre una relación entre la presión, temperatura y la
densi- dad (o volumen específico) de toda sustancia real, que
es la ecuación de estado de la sustancia. Por lo tanto es posible
representar todos los estados de equilibrio de una sustancia en
una superficie P, a,T.
Las sustancias reales pueden existir en la fase gaseosa
a pre- siones bajas y temperaturas elevadas. Cuando la
temperatura des- ciende y se hace lo suficientemente baja y la

69
presión es alta se producen transiciones al estado líquido
(fase líquida) y al estado sólido (fase sólida). En las
superficies P, a,T se pueden representar todas las fases de una
sustancia.

70
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Las figuras 2.2 y 2.3 muestran esquemáticamente una


re- gión de la superficie P, a,T para dos sustancias reales. La
figura 2.2 corresponde a una sustancia que se contrae al
solidificarse y la 2.3 a una sustancia que se dilata al
solidificarse, como el agua.
En los diagramas puede verse que hay ciertos
intervalos de las variables (regiones) en los cuales la
sustancia puede existir en una sola fase; estas regiones se
indican con las denominaciones de sólido, líquido o gas. En
otras regiones pueden existir dos fases en equilibrio y se les
señala con el nombre de las dos fases, por ejem- plo: zona
sólido-líquido, significa que allí coexisten la fase sólida y
líquida en equilibrio; lo mismo vale para las zonas líquido-
vapor y sólido-vapor. Las tres fases pueden coexistir a lo
largo de una línea del diagrama llamada: línea triple.
En una superficie P, a,T cualquier curva representa una
trans- formación reversible, es decir una sucesión de estados
de equilibrio.
Figura 2.2
Superficie P, a, T de una sustancia que se contrae al solidificarse

Figura 2.3
Superficie P, a, T de una sustancia que se dilata al solidificarse
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Calores de transformación
Cuando se produce un cambio de fase en una sustancia se libera
o absorbe calor. Consideremos la porción e – d del proceso
isotér- mico marcado en la figura 2.2. En esa zona donde
coexisten sólido y líquido, si hacemos una transformación
isotérmica (es decir, un movimiento a lo largo de e – d)
variando el volumen (ya que P es constante en esa porción del
proceso) de manera tal que una masa m se transforme de sólido
a líquido, el sistema absorbe calor. Igual- mente se absorberá
calor si la transformación se realiza de manera tal que una masa
m de líquido se convierte en vapor (línea b – c en nuestro
ejemplo) o de sólido a vapor.
El calor absorbido por el sistema en estos cambios de
fase se denomina calor latente de transformación (L) y se
define como el cociente entre el calor absorbido (Q) y la masa
(m) que experi- mente el cambio de fase.

Q
L= =Q 2.11
m m

Si las transformaciones se realizan en sentido opuesto


se li- beran las mismas cantidades de calor.
Denominaremos para los cambios de fase del agua:
• LS–L=334 kJ kg–1 a 0 °C, calor latente de fusión.
• LS–v=2500 kJ kg–1 a 0 °C, calor latente de vaporización.
• LS–v=2834 kJ kg–1 a 0 °C, calor latente de
sublimación (que es la suma de los anteriores).

En todo cambio de fase siempre hay un cambio de


volu- men, por lo tanto, en los cambios de fase el sistema
recibe o en- trega trabajo; si el cambio se efectúa a
temperatura constante, la presión también es constante y el
trabajo específico será:
W=P(a2 – a1)
Este resultado representa un caso particular de la
propiedad general de la entalpía, discutido anteriormente,

71
donde se mostró que, en cualquier proceso isobárico
reversible, el calor absorbido es igual a la entalpía.

72
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Ecuación de Clausius-Clapeyron
Hemos visto que para procesos reversibles isotérmicos e
isobáricos en los cuales el único trabajo era el de expansión,
la energía libre de Gibbs se mantiene constante. Cuando a
presión y temperatu- ra dadas dos fases están en equilibrio,
las funciones específicas de Gibbs serán las mismas en ambas
fases.
Supongamos líquido en equilibrio con su vapor a una
pre- sión P y temperatura T. Sean gL y gV las funciones de Gibbs
del líquido y del vapor. Si variamos la temperatura de T a
T+dT, la
presión de vapor varía de P a P+dP y las funciones de Gibbs
serán gL+dgL y gV+dgV, pero como el líquido y el vapor para
los nuevos valores de P y T están en equilibrio, entonces en
este nuevo estado
se cumple también que las funciones de Gibbs, de ambas
fases, son iguales, lo que significa:
dgL = dgV
Para un proceso reversible tenemos:
dg = – SdT + adP
Como dP y dT son iguales para ambas fases
–SL dT+aL dP = –SV dT+aV dP

(aV – aL )dP = (SV – SL)dT


LLV
pero S – S =
V L

T dP LLV 2.12
\ =
dT T(aV - aL)

Esta es la ecuación de Clausius-Clapeyron para el


equili- brio líquido-vapor, sin embargo, es importante
mencionar que esta ecuación se satisface para dos fases
cualesquiera en equilibrio.
El aire: su composición
La presión parcial de cada gas en una mezcla se define como
la presión que el gas ejercería si solamente él ocupase todo el
volu- men de la mezcla a la misma temperatura. La presión
total de una
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

mezcla de gases es igual a la suma de las presiones parciales


de los gases que la constituyen.

Ley de Dalton

P= i Pi 2.13

Consideremos el aire seco como una mezcla de gases


que se comporta idealmente. Para cada uno de los
constituyentes vale:
Pi V=mi Ri T

donde el subíndice i se refiere al componente i de la mezcla y Pi


es la presión parcial en la mezcla.
Sumando las ecuaciones de estado de todos los constituyentes:

V å P =T
i
i
i
miRi

Pero por (2.12) i Pi =Ptotal

PTOTAL V= T
å mRi
i i

PTOTAL mR T
V= m i mi i

m
= åm i

Si utilizamos el subíndice d para referirnos al aire seco,


la ecuación anterior resulta:
Ptotal V= mdRdTd 2.14

donde

miRi Joule 2.15


Rd = =287
Kg k
m

73
es la constante específica del aire seco. El peso molecular del
aire seco Md será:

74
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

R*
Md = = 28.97
Rd

El aire húmedo
Para el vapor de agua se satisface:
e aV=RV T

donde
e: presión parcial de vapor de agua
aV: volumen específico
RV: constante específica
R
R= * 8313.6 Joule
= =461.5
v
MV 18.016 Kg k

pero
R*=MV RV=Md Rd
Md
R = R
v
MV d

1
R =_ R 2.16
v
e d
Mv
donde e= =0.622.
Md
La humedad específica se define como el cociente entre
la masa de vapor y la masa total de aire húmedo

M
q= mv

Constante específica del aire húmedo


Lo más práctico es obtener una constante del aire húmedo como
la media ponderada de las respectivas constantes y masas
moleculares
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

del aire seco y del vapor de agua, en función de la concentración


de vapor o humedad específica, como se muestra a continuación:

md Rd +mVRV md mV
R¢= = R + R
m m d
m V

y aplicando
(2.16)
R¢=(1 - q) Rd+qRV

R¢=Rd
[1+q ( -1 )]
1
e
R'=Rd [1+0.61 q]

y la ecuación de estado del aire húmedo puede


escribirse

Pa=(1+0.61 q) Rd T
2.17
Pa=R T*

T*=T(1+0.61

q)
T es la temperatura virtual y se la define como la
*

temperatura del aire seco que tendría los mismo valores de P


y a que el aire húme- do considerado.

Relación o razón de mezcla


Se define como el cociente entre la masa de vapor y la masa
de aire seco
m
r= v 2.18
w
md
de las definiciones de q y rw se deduce
75
1_ m md+mV 1
q =mV = mV =r +1
w

76
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

rw
q= 1+r
w

En las condiciones atmosféricas tanto q como rw son menores que


0.04. Por lo tanto, no se comete error si se usa q@rw.
Relaciones entre e y rw
Tomando la unidad de aire húmedo, la ecuación de estado del
aire seco y del vapor de agua serán:
Pd V=md Rd T 2.19

e V= mV RV T 2.20

Pd y e son las presiones parcial de aire seco y del vapor de agua, res-
pectivamente. Dividiendo las ecuaciones anteriores:
e RV r
=r = w
Pd w Rd e

ee
r=

Pero Pd=P – e w
Pd

ee
r w=
o bien, P-e
rw P
e=
e+rw 2.21

Presión de vapor de saturación


En presencia de una superficie plana de agua líquida, algunas
mo- léculas de agua escapan de la superficie (evaporación) y se
trans- forman en vapor. Al incrementarse el número de
moléculas en es- tado de vapor habrá un incremento
correspondiente en el número que condensa en la superficie
líquida; esta transferencia continúa
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

hasta que se llega a un estado de equilibrio en el cual, el


número de moléculas que pasan del estado líquido (o sólido)
al vapor es igual al que pasan del vapor al líquido.
En estas condiciones de equilibrio se dice que el aire está
saturado y la presión de vapor se llama presión de vapor de
satu- ración es.
es es sólo función de la temperatura. Si aplicáramos Clau-
sius-Clapeyron (ecuación 2.12) tendríamos
deS LLV
dT = T(aV - aL)
pero

aL << aV
lo que hace que aL sea insignificante, por lo que se puede
aproxi- mar (aV - aL)~aV
deS LLV
dT = T aV

reemplazando aV por la ecuación de estado:

deS LLVeS
dT = T2RV

deS LLV dT2


dT = RV T

La humedad relativa: indica la razón de vapor presente


en una muestra de aire en razón del vapor necesario para
saturar di- cha muestra, y se calcula como el cociente entre la
presión de va- por y la presión de vapor de saturación:

e
HR=
eS

Hallaremos ahora rw en función de HR y rws, con rws la


razón de mezcla de saturación:
e=es HR y es=¦(rws)

77
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

eHRPrwS
eHRe e+rwS
r P-HReSS= HRPrwS
W=

P- r +
wS
e

eHRPrws HR+rwS
rW= =
rws P+eP-HRPws
1+r (e1 -HR)
ws

La fórmula anterior puede escribirse en forma aproximada:


rw @ HRrws
La variable que se determina experimentalmente es HR,
T y P también son variables medibles, y una vez conocida T se
ob- tiene es y entonces se calculan rw y q utilizando las fórmulas
ante- riores.

Variables para temperatura y calor


Temperatura de rocío: Td
Es la temperatura a la cual se saturaría una masa de aire si se
en- fría isobáricamente, sin que exista flujo de vapor hacia o
desde el medio ambiente y sin cambio de fase del vapor. En
el capítulo 3 se presentan varias formas de calcularla, al igual
que para la tempe- ratura de bulbo húmedo que se define a
continuación.

Temperatura isobárica del bulbo húmedo: T iw


La temperatura de bulbo húmedo (Tw) se define como la tempera-
tura que toma el aire cuando en él se evapora agua hasta saturarlo,
mientras el sistema permanece a presión constante y aislado
térmi- camente. Se mide con el psicrómetro (que se describirá en
el capítu- lo 4), pareja de termómetros, uno de los cuales tiene su
sensor seco y el otro mojado con agua destilada. Su relación con
la humedad re- lativa (HR en %) involucra a la presión
atmosférica (P en hPa) y a la
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

temperatura de bulbo seco (T en °C), como se muestra en la


ecua- ción psicrométrica:
HR
e- e = kP (T- T ) 2.22
sw
100 S w

esw es la presión de vapor de saturación evaluada en términos de


Tw en lugar de T, y k resulta de multiplicar el cociente de las ma-
sas moleculares del aire seco entre la del vapor de agua (1/0.622,
de acuerdo a la ecuación 2.16) por el calor específico del aire a
presión constante (1,004 J Kg-1 K-1) entre el calor latente de
condensación (o de vaporización) del vapor aproximado para las
temperaturas próxi- mas a la superficie terrestre (2,500 x 106 J Kg-
1
K-1 para 0°C), que da
6.46 x 10-4 K-1, pero al incorporar los efectos de la ventilación en
los psicrómetros, este valor resulta ligeramente superior (por
ejemplo, de 6.53 x 10-4 K-1 para un psicrómetro ventilado a 3 ms-1
(tabla 3A en el capítulo 3).

Temperatura isobárica equivalente: Tie


Se define como la temperatura que adquiriría el aire húmedo
si se le secara totalmente por condensación del vapor de agua,
saliendo el agua líquida del sistema a medida que se produce
y mantenien- do el sistema a presión constante y
térmicamente aislado (a menos de la eliminación del agua).

Temperatura del bulbo húmedo y temperatura isobárica


equivalente
Supongamos un sistema cerrado, cuyos constituyentes sean
aire y agua líquida. Si realizamos una transformación a
presión constan- te y en forma adiabática, aumentando o
disminuyendo la tempe- ratura del aire húmedo, el calor que
gana o pierde el aire no pue- de entregarlo al medio ambiente
porque el proceso es adiabático, entonces debe cederlo o
tomarlo de otra parte del mismo sistema, produciendo un
cambio de fase; es decir, que el sistema que consta de dos
fases (sistema heterogéneo) en una gana masa a expensas de
la otra y la masa total de ambas fases en conjunto se
79
mantiene constante, es decir, es cerrado.

80
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Sea la masa de aire húmedo compuesta de un gramo de


aire seco, es decir:
md=1g
mv: gramos de vapor de agua
T: su temperatura inicial
T ¢: su temperatura final (luego de realizado el proceso)
mv ': la masa de vapor luego del cambio de fase

Entonces si (1+mv) g de aire húmedo se enfrían o


calien- tan desde T a T ¢, el calor desprendido o absorbido
por este proceso será utilizado para evaporar o condensar
respectivamente (mv¢–mv) g de vapor. Se satisface entonces
que:
(cPd+mv cPv)(T–T ')=Lv (mv¢–mv )
m m
Como m =1, podemos escribir m =w, puesto que w= v = v
d v
y la ecuación anterior queda: md 1

(cPd+wcPv)(T–T ¢)=Lv (w¢–w)

w es del orden de las centésimas y wcPv (T–T ') es pequeña


compa- rada con cPd(T–T ¢), por lo que:

Lv
(T - T)= (w¢ - w)
cPd

o sea
Lv L
T+ w=T ¢ v w=cte
cPd cPd

donde W es la relación de mezcla del aire a temperatura T y W¢


es la relación de mezcla a T ¢.
Si en el proceso se enfría el aire hasta saturarlo a la
tempe- ratura T ¢, entonces W ¢=W(T ¢) y por definición de
temperatura de bulbo húmedo T ¢=Tiw:

L L
T+ v W=T + v W
cPd iw
c S
Pd
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Si por el mismo proceso se calienta el aire hasta


condensar todo el vapor de agua, sería W=0 y T ¢=Tie por
definición de tem- peratura isobárica equivalente.
Haciendo los remplazos en la ecuación anterior queda:
Lv
T =T+ W 2.23
ie
cPd

Veamos ahora cómo se determinan Tiw y Tie en una carta hi-


grométrica, para ello retomemos la ecuación original:
L
(T - T ¢)= v (w ¢ -
w) cpd
Y reemplacemos w y w' por su expresión en función de e:

w=
ee
ee P - eP
L e
(T - T ¢)= v
cPdP (e¢- e)
cpdP
(e - e¢)= (T - T ¢)
Lv e

Ésta es la ecuación de una recta en el plano e,T


(e–e')=A(T–T ¢)
A=cLPdP
(e,T v e es
A la
es pendiente de layrecta
único a P=Cte que pasa
tendremos porcon
rectas el punto
distin-
). El valor de
tas pendientes para distintos valores de P. Las rosetas que
figuran en el lado derecho de la curva r = 100%.

Mezcla adiabática isobárica


Otro proceso adiabático e isobárico, y por lo tanto isoentálpico,
es la mezcla de dos masas de aire de distinta temperatura y
humedad pero a igual presión. En la atmósfera, la presión en la
81
horizontal

82
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

varía muy poco respecto a las variaciones en la vertical, por


lo tan- to este proceso corresponde a mezcla horizontal.
Sean dos masas de aire designadas con subíndices 1 y 2.
La variación total de entalpía (DH) será nula, pero las masas m1
y m2 están entregando o recibiendo calor entre ellas; en un
proceso is- obárico dh = dQm.
dh1=cP1 (T–T1)

dh2=cP2 (T–T2)
donde T es la temperatura final de la mezcla, pero (DH)=
dh1+dh2=0, por lo tanto dh1=–dh2; reemplazando cPi por sus
res- pectivas expresiones:
m1 cPd (1+0.90q1)(T–T1)+m2 cPd (1+0.90q2)(T–T2)=0

T [cPd m+0.90(m1q1+m2q2)] – cPd(T1m1+T2m2)

–0.90 cPd (m1q1T1+m2q2T2)=0


donde m=m1+m2:

(T1m1+T2m2)+0.90(m1q1T1+m2q2T2)
T= m+0.90 (m1q1+m2q2)

pero m1q1+m2q2=mVTotal=mv1+mv2.
Si se desprecian los términos del vapor de agua, entonces
la temperatura final aproximada de la mezcla será:

m1T1+m2T2
T m 2.24

Y la humedad específica q de la mezcla, como la masa


total de vapor se conserva:
mq= m1 q1+m2 q2

m1q1+m2q2
q= m 2.25
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

ee
Si se aplican las fórmulas aproximadas q , resulta:
P
w
e1m1+e2m2
e m 2.26

La ecuación 2.21 es válida para cualquier mezcla de dos


ma- sas de aire sin condensación, aunque las presiones sean
distintas o varíen; en la 2.26 sólo vale para mezclas isobáricas,
ya que se obtu- vo suponiendo P1=P2=P.
Las ecuaciones 2.20, 2.21 y 2.22 indican que la T, q y e fina-
les de una mezcla isobárica se obtienen haciendo un promedio
pe- sado con respecto a las masas, de los respectivos valores
iniciales.

Procesos adiabáticos. Temperatura potencial


Definimos como temperatura potencial q del aire a la
temperatu- ra que éste tendría si lo llevásemos
adiabáticamente a la presión P=1,000 hectopascales (hPa).
Para procesos adiabáticos se cumple la ecuación:

-R -R
CP C
TP = T¢P¢ P
si hacemos P’= 1,000 hPa entonces T’ =q por
definición:
2.27
q=T ( 1,000) PR
P C

donde P debe expresarse en (hPa).


El exponente R/cP varía con el contenido de vapor que
ten- ga el aire. Si el aire fuese totalmente seco:

83
R Rd
CP = CPd

84
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

En presencia de vapor de agua


R Rd
(1 - 0.29q)
CP CPd

o sea que
R Rd
CP < CPd

la diferencia es tan pequeña que en general se usa:

R Rd
CP = CPd

Si derivamos logarítmicamente la 2.27

R
d ln q=d ln T - d ln P
Cp

Si recordamos la expresión de la entropía para procesos re-


versibles:
ds=dQm=cPd1nT - Rd ln P
ds R
=d ln T - d ln P
CP CP
ds=CPd ln q

S=CP ln q+cte

La temperatura potencial es una medida de la entropía


y se mantiene constante para procesos isentrópicos.

Agua precipitable
Mediante sondeos atmosféricos es posible obtener perfiles
vertica- les de temperatura y alguna variable de humedad
(temperatura de punto de rocío, de bulbo húmedo, humedad
relativa u otra), como
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

función de la altitud o la presión atmosférica, que se puede


calcu- lar con la expresión:
z
W=ò0 rW dz

si se tiene la razón de mezcla (rw) en función de la


altitud (z). Si se tiene en función de la presión habría que
incorporar la densidad del aire (r), como en la ecuación 2.28,
o como la 2.29 si se tiene la humedad específica (q),
ecuaciones en las que g determina la constante de la
aceleración de la gravedad.
P
s rW 1
W= dP 2.28
p
rg
ò P
1 s
2.29
q dP
=
g
ò P

Son de uso más frecuente las ecuaciones 2.30 (a y b),


en las que el agua precipitable se calcula a partir de los
perfiles verticales de presión y de presión de vapor. Nótese
que las unidades de esta variable corresponden a espesor de
lámina de agua (centímetros o milímetros, por ejemplo).
P
0.622 e dP
s
2.30 (a)
W=
g
ò P P

W=
0.622
ò Ps d (In 2.30 (b)
P) g

85
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Cuadro 2.A Repasando la ecuación de Clausius-


Clapeyron
El aire puede contener cualquier proporción de vapor de agua; por
tan- to, para humedades mayores a un límite —llamado humedad de
satura- ción—, el vapor de agua tiende a condensarse a fase líquida
más rápido que a re-vaporizarse. Este proceso de condensación
reduce la humedad hacia el valor de equilibrio (saturación). El
proceso es tan rápido que las humedades rara vez superan el valor de
equilibrio. Así, mientras que el aire puede contener alguna porción
de vapor de agua, el límite es rara- mente superado por más de 1%
en la atmósfera real.
Si el aire contiene la máxima cantidad límite de vapor de
agua, está saturado; si el aire contiene menos que tal cantidad,
entonces no está saturado. El valor de equilibrio de presión de
vapor (saturación) sobre una superficie plana de agua pura se le
da el símbolo es. Para aire
no saturado es e<es.
El aire puede ser ligeramente súper saturado (e>e s) cuando
no hay, sobre la cual el vapor de agua pueda condensarse (por
ejemplo:
usualmente aire limpio, sin nubes, núcleos de condensación, ni
líquido o partículas de hielo). La súper-saturación temporal también
ocurre cuan- do el valor límite cae tan rápidamente que la
condensación no elimina el vapor de agua lo suficientemente rápido.
Incluso en la saturación hay un intercambio continuo de moléculas
de agua entre el agua líquida y el aire. El rango de evaporación
depende principalmente de la tempera- tura del agua líquida. El
rango de condensación depende sobre todo de la humedad en el aire.
En equilibrio esas dos razones están en balance.
La ecuación de Clausius-Clapeyron describe la relación entre
tempera- tura y vapor de presión de saturación:

L 1 1
e =e × exp [ ×( - )]
s 0
Rv T0 T

donde e0 =0.611 kPa y T0=273 K son parámetros constantes, y


Rv=461 J K-1 kg-1 es la constante del gas para el vapor de agua. La
temperatura absoluta en Kelvin puede ser usada para T en la
ecuación 2.12.
Ya que las nubes pueden estar compuestas por gotas líquidas y
cris- tales de hielo suspendidas en aire, podemos considerar
saturación con respecto al agua y al hielo. Sobre una superficie
plana de agua se usa el calor latente de vaporización L=Lv=2.5x106 J
kg-1, en la ecuación 2.12, la
cual da L⁄Rv=5,423 K. Sobre una superficie plana de hielo se usa el calor
latente de deposición L=Ld=2.83x106 J kg-1, y entonces L⁄Rv=6,139 K.
Fuente: Stull, R.B. (2000). Meteorology for Scientists and Engineers, Pacific
Grove, CA, EU: Brooks Cole Thomson Learning.
Nota: Véase Stull (2000).
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

superficie plana de agua líqui- da pura y hielo, a temperatura por debajo de 0 °C. Se muestra la dife- rencia entre la presión d

Tabla 2-A1
Valores para una superficie plana de agua líquida

T o Td es o e rws o rw qs o q rws o rw
(°C) (kPa) (g kg-1) (g kg-1) (kg m-3)
-20 0.127 0.78 0.78 0.00109
-18 0.150 0.92 0.92 0.00128
-16 0.177 1.09 1.09 0.00150
-14 0.209 1.28 1.28 0.00175
-12 0.245 1.51 1.51 0.00204
-10 0.287 1.77 1.76 0.00237
-8 0.335 2.07 2.06 0.00275

Continúa en la página siguiente.

87
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Viene de la página anterior.

T o Td es o e rws o rw qs o q rws o rw
(°C) (kPa) (g kg-1) (g kg-1) (kg m-3)
-6 0.391 2.41 2.40 0.00318
-4 0.455 2.80 2.80 0.00367
-2 0.528 3.26 3.25 0.00422
0 0.611 3.77 3.76 0.00485
2 0.706 4.37 4.35 0.00557
4 0.814 5.04 5.01 0.00637
6 0.937 5.80 5.77 0.00728
8 1.076 6.68 6.63 0.00830
10 1.233 7.66 7.60 0.00945
12 1.410 8.78 8.70 0.01073
14 1.610 10.05 9.95 0.01217
16 1.835 11.48 11.35 0.01377
18 2.088 13.09 12.92 0.01556
20 2.371 14.91 14.69 0.01755
22 2.688 16.95 16.67 0.01976
24 3.042 19.26 18.89 0.02222
26 3.437 21.85 21.38 0.02494
28 3.878 24.76 24.16 0.02794
30 4.367 28.02 27.26 0.03127
32 4.911 31.69 30.72 0.03493
34 5.514 35.81 34.57 0.03896
36 6.182 40.43 38.86 0.04340
38 6.921 45.61 43.62 0.04827
40 7.736 51.43 48.91 0.05362
42 8.636 57.97 54.79 0.05947
44 9.627 65.32 61.31 0.06588
46 10.717 73.59 68.54 0.07287
48 11.914 82.91 76.56 0.08051
50 13.228 93.42 85.44 0.08884

e y pv son valores de pre- sión. T es temperatura, Td es temperatura de punto de rocío, e es presión de vapor, rw es razón de mezcla, q es hum
Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Algo de historia
Para construir mejores máquinas de vapor durante la revolución
indus- trial, ingenieros trabajaron para descubrir la
termodinámica del vapor del agua. Ingenieros de vapor B.P.E.
Clapeyron en 1834 y R. Clausius en 1879 aplicaron el principio
de S. Carnot (principios de 1800), estu- diando la compresión
isotérmica de vapor de agua pura en un cilindro para encontrar la
presión de vapor de saturación en el punto donde la condensación
ocurre.

Variación de presión de vapor con la temperatura


Mediante repetición del experimento para varias temperaturas,
encon- traron que:

des = Lv 1 1 -1
dT T [r v -r L ]

donde rv es la densidad del vapor de agua y rL es la densidad del


agua líquida. Ya que rL>> rv, así 1⁄rL<< 1⁄rv, lo que nos permite
despreciar el termino rL:

des L
@ v rv
dT T

La ley del gas ideal puede ser usada para relacionar la presión de
vapor de saturación a la densidad de vapor: es=rvRvT, donde Rv es la
constante del vapor de agua. Resolviendo para rv e insertando dentro
del resultado de la ecuación anterior, tenemos:

des L ∙e
@ v s
dT Rv∙T2

Usando separación de variables: movemos todos los términos es a


la iz- quierda y todos los términos T a la derecha:

des Lv dT2
e s @ Rv T

89
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Al integrar, cuidando los límites:

 es des @ Lv  T dT
e0 esRv T0 T 2

donde e0 es conocida como presión de vapor en referencia a la tempe- ratura T0. La integración resulta:

ln ( es )@- Lv [ 1 - 1]
e0Rv TT0

Aplicando el antilogaritmo (exp) a ambos lados de la ecuación:

L1 1
es0 =e × exp×
v
[(-)]
RTT
v0

es una expresión empírica para la presión de va- por con respecto a agua líquida que incluye la variación de calor latente con

b × (T - T 1)
e =e
s0 × exp
[ ]
T-T2

ión constante es llamada temperatura del punto de rocío, Td. Está dada por la ecuación 2.12 o se encuentra en la tabla 2-A1,

1R e -1
Td = [-
T L
0
v

v
× ln ( )]e0

donde e0=0.611 kPa, T0=273.15 K, y Rv⁄Lv=0.0001844 K-1.


Capítulo 2 | termodinámiCa del aire húmedo

Tres expresiones semiempíricas para el cálculo de Td que serán vueltas a mencionar en el capítulo 3 son las siguientes:

Td = Ö100HR × [112+(0.9 T)]+(0.1 T) - 112;

Td=T - (100 - HR)/5, o

1R v
( )]ee
-1
Td = [-In
T0 Lv 0

con To= 273.15°C, Rv/Lv=0.0001844 K-1 y eo= 6.11 hPa.

Preguntas y problemas
1. Deje clara la diferencia entre los conceptos de calor
es- pecífico, calor latente y capacidad calorífica, e
indagar el valor de ésta para el agua, el aire seco y
una mezcla de aire con humedad relativa de 50% y
temperatura de 25 °C a una presión de 1,000 hPa.
2. Ante las mismas condiciones de temperatura y
presión en dos puntos, ¿dónde será más denso el aire,
donde la humedad relativa es de 10 o de 90%? ¿Por
qué? Intente una demostración formal que sustente su
respuesta.
3. A partir de la ecuación 2.12 obtenga la expresión 1.6.
4. ¿Qué importancia tiene para un proceso
termodinámico que las variables involucradas se
puedan expresar como derivadas exactas?
5. A partir de las definiciones de temperatura
potencial y de temperatura virtual, obtenga una
expresión matemá- tica y una definición de
temperatura potencial virtual.
6. Si se integrara la ecuación 2.12 podría expresarse como
es=C exp[–(lL–V/Rv)(1/T), ¿qué significado físico tiene C?
7. A partir de las ecuaciones 2.19 y 2.20 deducir:

dT da
cv = T +R* a =0

91
norma catalina rodríguez | adalberto tejeda martínez

Para saber más


Byers, H.R. (1974). General Meteorology. Usa: Chicago University
Press [ver capítulos 7 y 8].
Sears, F.W. (1959). An Introduction to Thermodynamics, The Kinetic
Theory of Gases and Statistical Mechanics. Massachusetts, Usa:
Addison- Wesley Publishing Company, Inc. [ver capítulos 1 a 7].
Stull, R.B. (2000). Meteorology for Scientists and Engineers. Pacific
Grove, CA, Usa: Brooks Cole Thomson Learning [ver capítulos
1 y 5].
Wallace, J.M. y Hobbs, P.V. (2006). Atmospheric Science: An
Introductory Survey. (segunda edición). New York, Usa:
Elsevier y Academic Press Inc. [ver capítulo 3].
Capítulo 3
Más sobre la evaluación de la
humedad atmosférica

Adalberto Tejeda Martínez

C omo se comentó en el capítulo 1 y se profundizará en el


capítulo 4, la evaluación de la humedad atmosférica requiere de la
combi- nación de mediciones y cálculos; sobre estos últimos, en el
presente capítulo se hace una recapitulación de fórmulas de
recurrencia más utilizadas para calcular valores de humedad
relativa, absoluta y espe- cífica, así como las temperaturas de punto
de rocío, bulbo húmedo o virtual. Al final se muestran algunos
diagramas termodinámicos (o
termodiagramas) y su uso para el cálculo termohigrométrico.

Fórmulas de recurrencia
La descripción de la humedad del aire puede ser a partir de la
con- centración de vapor (razón de mezcla, humedad
específica o hume- dad absoluta, también llamada densidad del
vapor), o en función del vapor requerido para alcanzar la
saturación en una muestra de aire (humedad relativa o el punto
de rocío). Cualquiera de ellas, asocia- da al dato de
temperatura ambiente y presión atmosférica, permite deducir
todas las demás.
La ecuación de Clausius-Clapeyron para condiciones
93
atmos- féricas típicas se puede expresar de acuerdo a la
ecuación 2.12.

94
adalberto tejeda martínez

des Lves
dT = 3.1

RvT2

donde, como se indicó en el capítulo 2, es es la presión de


vapor de saturación, T es la temperatura, Lv es el calor latente
de evaporación y Rv es la constante de los gases para vapor de
agua. Si se integra la ecuación anterior entre -30 °C y 50 °C
(las temperaturas más o me- nos comunes en la biósfera
tropical) se tiene:

e =6.112 exp ( 17.67T 3.2


)
s
T+243.5

Esta ecuación muestra el cambio exponencial de la pre-


sión de vapor de saturación —en hectopascales (hPa) o
milibares (mb)— como función de la temperatura (T, en grados
centígrados).
En las tablas 3.1 y 3.2 se muestran los valores de la
presión de vapor de saturación sobre una superficie de agua (o
de agua sobre-enfriada). Debe decirse que en rigor a esta
presión debería llamársele presión de vapor de equilibrio, y no
de saturación, pues no es que en realidad el aire esté saturado de
humedad y no admi- ta una molécula más de vapor, sino que en
un ambiente sobre una superficie de agua (o de hielo) la tasa de
evaporación es igual a la de condensación.
Cabe aclarar que las Smithsonian Meteorological Tables1 tie-
nen valores más precisos de la presión de vapor de saturación
en función de la temperatura. En la actualidad son fáciles de
localizar y de libre consulta en internet.
1
Smithsonian Meteorological Tables. Based on Guyot’s Meteorological and Physical
Tables (1918). Smithsonian Miscellaneous Collections, 69 (1). Fourth Revised Edition.
Washington D.C. Consultada en junio 2014 en:
http://fisicaatmo.at.fcen.uba.ar/practicas/cu31924002999831.pdf.
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Tabla 3.1
Presión de vapor de saturación sobre agua y sobre hielo (en hPa)
T 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
40 73.777 77.802 82.015 86.423 91.034 95.855 100.89 106.16 111.05 117.4
30 42.430 44.927 47.551 50.307 53.2 56.236 59.422 62.762 66.264 69.934
20 23.373 24.861 26.430 28.080 29.831 31.671 33.608 35.549 37.796 40.055
10 12.272 13.119 14.017 14.969 15.977 17.044 18.173 19.367 20.630 21.954
0 6.1078 6.3662 7.0547 7.5753 8.1294 8.7192 9.3465 10.013 10.722 11.474
0 6.1078 5.623 5.173 4.757 4.372 4.015 3.685 3.379 3.097 2.837
6.1078 5.678 5.2753 4.8981 4.5451 4.2145 3.9061 3.6177 3.3484 3.0971
-10 2.597 2.376 2.172 1.984 1.811 1.652 1.506 1.371 1.248 1.135
2.8627 2.6443 2.4409 2.2515 2.0755 1.9118 1.7597 1.6186 1.4877 1.3664
-20 1.032 0.937 0.8502 0.7709 0.6985 0.6323 0.572 0.517 0.4669 0.4213
1.254 1.15 1.0558 0.9649 0.8827 0.807 0.75 0.6727 0.6154 0.5559
-30 0.3798 0.3421 0.3079 0.2769 0.2488 0.2233 0.2002 0.1794 0.1606 0.1436
0.5085 0.4628 0.4205 0.3818 0.3465 0.3159 0.2842 0.2571 0.2325 0.2097
-40 0.1283 0.1145 0.1021 0.09098 0.08097 0.07198 0.06393 0.05671 0.05026 0.04449
0.1891 0.1704 0.1554 0.1379 0.1259 0.1111 0.09961 0.08918 0.07975 0.07124
-50 0.03935 0.03476 0.03067 0.02703 0.0238 0.02092 0.01838 0.01612 0.01413 0.01235

Nota: Datos reportados por Byers (1974). La temperatura está en °C, las decenas en la
pri- mera columna y las unidades en la primera fila. En sombreado los valores de
temperatura sobre agua sobre-enfriada.

Tabla 3.2
Presión de vapor de saturación sobre agua (en hPa)
T 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9
0 6.1 6.2 6.2 6.2 6.3 6.3 6.4 6.4 6.5 6.5
1 6.6 6.6 6.7 6.7 6.8 6.8 6.9 6.9 7.0 7.0
2 7.1 7.1 7.2 7.2 7.3 7.3 7.4 7.4 7.5 7.5
3 7.6 7.6 7.7 7.7 7.8 7.9 7.9 8.0 8.0 8.1
4 8.1 8.2 8.2 8.3 8.4 8.4 8.5 8.5 8.6 8.7
5 8.7 8.8 8.8 8.9 9.0 9.0 9.1 9.2 9.2 9.3
6 9.4 9.4 9.5 9.5 9.6 9.7 9.7 9.8 9.9 9.9
7 10.1 10.1 10.2 10.2 10.3 10.4 10.4 10.5 10.6 10.7
8 10.7 10.8 10.9 10.9 11.0 11.1 11.2 11.2 11.3 11.4
9 11.5 11.6 11.6 11.7 11.8 11.9 12.0 12.0 12.1 12.2
10 12.3 12.4 12.4 12.5 12.6 12.7 12.8 12.9 13.0 13.0
Continúa en la página siguiente.

95
adalberto tejeda martínez

Viene de la página anterior.


T 0 0.1 0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7 0.8 0.9
11 13.1 13.2 13.3 13.4 13.5 13.6 13.7 13.7 13.8 13.9
12 14.0 14.1 14.2 14.3 14.4 14.5 14.6 14.7 14.8 14.9
13 15.0 15.1 15.2 15.3 15.4 15.5 15.6 15.7 15.8 15.9
14 16.0 16.1 16.2 16.3 16.4 16.5 16.6 16.7 16.8 16.9
15 17.0 17.2 17.3 17.4 17.5 17.6 17.7 17.8 17.9 18.1
16 18.2 18.3 18.4 18.5 18.6 18.8 18.9 19.0 19.1 19.3
17 19.4 19.5 19.6 19.7 19.9 20.0 20.1 20.2 20.4 20.5
18 20.6 20.8 20.9 21.0 21.2 21.3 21.4 21.6 21.7 21.8
19 22.0 22.1 22.2 22.4 22.5 22.7 22.8 22.9 23.1 23.2
20 23.4 23.5 23.7 23.8 24.0 24.1 24.3 24.4 24.6 24.7
21 24.9 25.0 25.2 25.3 25.5 25.6 25.8 26.0 26.1 26.3
22 26.4 26.6 26.8 26.9 27.1 27.3 27.4 27.6 27.8 27.9
23 28.1 28.6 28.4 28.6 28.8 29.0 29.1 29.3 29.5 29.7
24 29.8 30.0 30.2 30.4 30.6 30.7 30.9 31.1 31.3 31.5
25 31.7 31.9 32.1 32.2 32.4 32.6 32.6 33.0 33.2 33.4
26 33.6 33.8 34.0 34.2 34.4 34.6 34.8 35.0 35.2 35.4
27 35.7 35.9 36.1 36.3 36.5 36.7 36.9 37.1 37.4 37.6
28 37.8 38.0 38.2 38.5 38.7 38.9 39.1 39.4 39.6 39.8
29 40.1 40.3 40.5 40.8 41.0 41.2 41.5 41.7 42.0 42.2
30 42.4 42.7 42.9 43.5 43.4 43.7 43.9 44.2 44.4 44.7
31 44.9 45.2 45.4 45.7 46.0 46.2 46.5 46.8 47.0 47.3
32 47.6 47.8 48.1 48.4 48.6 48.9 49.2 49.5 49.8 50.0
33 50.3 50.6 50.9 51.2 51.5 51.7 52.0 52.3 52.6 52.9
34 53.2 53.5 53.8 54.1 54.4 54.7 55.0 55.3 55.6 55.9
35 56.2 56.6 56.9 57.2 57.5 57.8 58.1 58.5 58.8 59.1
36 59.4 59.8 60.1 60.4 60.7 61.1 61.4 61.7 62.1 62.4
37 62.8 63.1 63.5 63.8 64.1 64.5 64.8 65.2 65.6 65.9
38 66.3 66.6 67.0 67.4 67.7 68.1 68.5 68.8 69.2 69.5
39 69.9 70.3 70.7 71.1 71.5 71.8 72.2 72.6 73.0 73.4
Nota: La temperatura está en °C, las unidades en la primera columna y las décimas en la
primera fila.
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Aproximaciones para calcular la es


Como se mencionó anteriormente, la es —dada en milibares
(mb) o en hectopascales (hPa), que son equivalentes entre sí, o
en kilopas- cales (kPa) que son iguales a 10 hPa— se calcula a
partir de la tem- peratura del aire mediante la integración de la
ecuación 1.5. Para un intervalo de -50 a 50°C es útil la
ecuación 1.6; sin embargo, los lími- tes de integración de la
ecuación 1.5 pueden variar, y de ahí provie- nen varias
expresiones más o menos equivalentes que —a menos que se
diga algo diferente— es estará en hPa y T en °C. Debe acla-
rarse que los siguientes son sólo ejemplos, pues una revisión
amplia de expresiones sería exhaustiva. Cada usuario debe
escoger la de- seada en función de las dificultades de cálculo,
del rango de validez de cada ecuación o de la exactitud
buscada, principalmente. En el Apéndice 3.A Ecuaciones de
precisión para la presión de vapor de satu- ración, de este
capítulo, se presentan ecuaciones válidas por debajo de 0 °C,
sobre superficie de agua o de hielo.
Clausius-Clapeyron (-10 a 50 ºC):2

e =exp ( 21.4T+494.41) 3.3


s
T+273.15

Fórmula de Tetens sobre agua, según


Buck:3

e =6.112 exp ( 17.502T ) 3.4


s
T+240.97

Fórmula de Tetens sobre hielo, según


Buck:

e =6.11 exp ( 21.87T ) 3.5


s
T+265.5

97
2
Tejeda-Martínez, A. (1994). On the Evaluation of the Wet Bulb Temperature as a
Function of Dry Bulb Temperature and Relative Humidity. Atmósfera, 7: 179-184.
3
Buck, A.L. (1981). New Equations for Computing Vapor Pressure and Enhancement Factor.
J. Appl. Met., 20 (12): 1527-1532.

98
adalberto tejeda martínez

Fórmula de Tetens sobre agua, según


Stull:4
3.6
e =6.11 exp ( 17.2694T )
s
T+273.3

Fórmula de Tetens sobre agua, según


Möller:5

e =6.1087 exp ( 17.2694T ) 3.7


s
T+273.3

O usando antilogaritmos en base 10 (con T en K):6

es=10–2346/T+9.373 3.8
O bien, la expresión de Rosenberg: 7

es= 100.82488+0.02604 T 3.9


La serie de ecuaciones de recurrencia para calcular o
estimar se puede prolongar hasta el infinito si —a partir de datos
experimen- tales u obtenidos por la ecuación de Clausius-
Clapeyron— se gene- ran regresiones estadísticas, particularmente
polinomiales, como en los siguientes ejemplos, válidos para
temperaturas de -10 a 50 °C, ex- cepto la ecuación 3.13:
Adem:8

es=6.115+0.42915T+1.4206×10-2T2+3.046×10-4T3+3.2×10-6T4 3.10

Steadman:9
es=6.46+0.555T+7.1×10-4T3 3.11

4
Stull, R.B. (2000). Meteorology for Scientists and Engineers. Usa: Brooks Cole Thomson Learning.
5
Möller, F. (1973). Einführung in die Meteorologie. Alemania: Bibl. Inst. Mannheim.
6
Zwatz-Meise, V. (1987). Satellitenmeteorologie. Würzburg, Alemania: Springer-Verlag.
7
Rosenberg, N.J. (1974). Microclimate: the Biological Environment. Usa: Jhon Willey and Sons.
8
Adem, J. (1967). Parameterization of Atmospheric Humidity Using Cloudiness and
Tempe- rature. Mon. Wea. Rev., 95 (2): 83-88.
9
Steadman, R.G. (1979). The Assessment of Sultriness. Part I: A Temperature-Humidity
In- dex Bases on Human Physiology and Cloting Science. J. App. Met., 18: 861-873.
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Tejeda-Martínez:10
es=6.63+0.458T+4.6×10-3T2+6.6×10-4T3 3.12

Lowry y Lowry (válido para 5 °C£T£35 °C):11


es=8.51+0.037T2 3.13

y por último en este bloque:12


T
[
e =0.6107 1+Ö2 sen ( )]
8.827 3.14
s
3

Las ecuaciones 3.15 y 3.16 aproximan el valor de es


dada una T en K:13

e = exp (
31.9602 -
6270.3605
) 3.15
s
T - 0.46057*ln T

e = exp ( 60.433 - 6834.271


) 3.16
s
T - 5.16923*ln T

La ecuación 3.15 se utiliza para temperaturas menores a


0°C (entre 255.38 K y 273.15 K) y la 3.16 es para temperaturas
superiores a 0°C (273.16 K a 366.5 K).

Punto de rocío (Td)


El conjunto de expresiones para el cálculo o estimación de la
pre- sión de vapor de saturación (como función de la
temperatura am- biente) debería ser útil para calcular el punto
de rocío, si en vez de la presión de saturación se tiene la
presión de vapor (e en vez de es)

99
10
Tejeda-Martínez, A. (1994). On the Evaluation of the Wet Bulb Temperature as a
Function of Dry Bulb Temperature and Relative Humidity. Atmósfera, 7: 179-184.
11
Lowry, W.P. y Lowry II, P.P. (1989). Fundamentals of Biometeorology, Interactions of
Orga- nisms and the Atmosphere. Oregon: Preavine Publications, McMinnville.
12
Consultada en: http://ocw.bib.upct.es/pluginfile.php/5826/mod_resource/content/2/07_ PARTE
%20II_TecInv_Lectura%20Complement.PDF.
13
Fuente: http://www.tutiempo.net/silvia_larocca/Temas/ecuaciones.htm.

99
adalberto tejeda martínez

y se despeja la temperatura. No obstante, en ocasiones el


despeje no es simple o se propagan errores tales que el
resultado es equivoca- do. Dos expresiones semiempíricas para
el cálculo de Td son las si- guientes:
8
Ö HR 3.17(a)
Td= [112+(0.9 T)]+(0.1.T) - 112
10 ×
0

Rv e
T
-1
= [1 - In ( )] 3.17(b
)
d T0 L v e0

En la ecuación 3.17b, T0=273.15°C, =0.0001844 K-1 y eo=


6.11 hPa.
Si

e =0.611 exp ( 17.502T )


s
T+240.97

entonces
e
240.97 In ( )
Td = 0.611 3.18
17.502 - In ( e )
0.61
1

Bulbo húmedo (Tw)


A diferencia de la temperatura de punto de rocío, que se alcanza
en- friando una muestra de aire hasta la saturación —por ejemplo,
en los intersticios de una muselina en el termómetro de bulbo
húmedo alcanzando la saturación por enfriamiento al evaporar
agua—, cuan- do se habla de enfriamiento evaporativo,
principalmente en arqui- tectura, es Tw la que mejor representa el
proceso. Cabe aclarar que su cálculo, a partir de conocer los
datos de temperatura y de hume- dad relativa (o absoluta,
específica o razón de mezcla), no es simple. Un par de
100
procedimientos se presentan en el cuadro 3.A.

101
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Cuadro 3.A. Estimación de la Tw


Es posible expresar la humedad relativa (HR en %) en términos
de la presión atmosférica (P en hPa), la temperatura de bulbo seco
(T en °C) y la temperatura de bulbo húmedo (Tw en °C) de la
relación psicrométrica:
HR
e-e( )= kP(T - T ) 3.A1
sw s
100 w

donde esw es la presión de vapor e evaluada en función de Tw en


lugar de T. En principio k es 1/0.622 veces el cociente del calor
específico de vapor de agua a presión constante entre el calor
latente de condensa- ción, teóricamente 6.53 x 10-4 °C-1. Un
psicrómetro es un instrumento que mide la humedad relativa
mediante dos termómetros: uno mide la temperatura del aire y el
otro la temperatura del bulbo húmedo (Tw). Para psicrómetros
específicos, en la ecuación 3.A1 la constante k depen- de del tipo
de instrumento pues involucra a la ventilación como fuente de
energía para la evaporación. Algunas constantes psicrométricas
se muestran en la tabla 3.A.
Tabla 3.A
Constantes psicrométricas para el agua (K w) y hielo (Ki).
Kw (°C-1) Ki (°C-1) Ventilación Fuente
6.53 x 10 -4
5.703 x 10 Casi 3 m s
- -1
Termodinámica
4

Adecuada
6.62 x 10-4 — Psicrómetro de
(mayor que 2.5 m s-
aspersión
1
)
Psicrómetro de Jelineks,
6.56 x 10-4 5.79 x 10-4 Ídem
1929
Psicrómetro de
12.0 x 10-4 10.6 x 10-4 Casi 0 m s-1
Jelineks y Jafeln, 1929
Psicrómetro de
8.00 x 10-4 7.06 x 10-4 1 a 1.5 m s-1
Jelineks y Jafeln, 1929
Servicio Meteorológico
6.50 x 10-4 5.80 x 10-4 Ídem
de Francia, 1956

Si en la ecuación 3.A1 para calcular esw se aplicara cualquiera


de las expresiones de la 3.3 a la 3.9, no sería posible despejar Tw. El
carác- ter exponencial de las ecuaciones 3.3 a 3.9 no permite el
simple despeje algebraico de Tw, dato que eventualmente es
necesario —sobre todo en bioclimatología humana—, cuyos
cálculos de la sensación de confort suelen involucrar a las
temperaturas de bulbo húmedo y seco, pero con datos de entrada del
bulbo seco y la humedad relativa. Por lo anterior se proponen dos
métodos de cálculo de Tw: la solución de una ecuación de tercer
grado y un proceso iterativo.
adalberto tejeda martínez

rado
etro se calcula la presión de vapor de sa- turación con un polinomio de tercer grado, como la siguiente (a=6.6 x 10-4, b=4.6 x 1

es=aT-3+ bT-2+cT+d 3-A2

entonces el cálculo de Tw se reduce a resolver una ecuación de tercer grado, que con el método de Cardano queda:

2 31/3
QQ
+ [ + S] ] }
1/2
TW= {-
24 27
} {+ --Q [Q24+S273a
2 3 1/2 1/3 b 3-A3

donde:
c+kP 1 b
S= a
-
3
( a )2

HR
2b3b(c+kP)d
3
- +100()s e - kPT
Q= -
27a33a3 a

La constante del psicrómetro (k) utilizada en este cálculo bien puede


ser la teórica anotada al inicio de este recuadro, y la Tw obtenida será igualmente la teórica.
Para sustituir en la ecuación 3-A3 los valores de S, Q y b/3a, se obtienen de las expresiones:
S = 662.23 + 0.97p
Q = 8264.65 – 1480.45 (HR/100) es – 0.966 pT
b/3a = - 1°C

Método iterativo
Otra opción es evaluar Tw de la ecuación 3-A1 fue implementada como sigue:
Tesw0 - (HR/100) es W= T -kP

102
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

donde esw0 es el valor obtenido de la ecuación 3-A1 aplicado al valor


ini- cial propuesto de Tw0=T - 5°C, el cual puede ser aproximado al
valor correcto de Tw así:
a) Si | Tw - Tw0 |  0.1°C, entonces la evaluación de Tw es correcta.
b) Si (Tw - Tw0) > 0.1°C, entonces un nuevo valor de Tw0, por
ejemplo: Tw0=T - 5°C - N x 10-3, es propuesto donde N es un
número mayor que indica el orden de recurrencia iterativa
necesitada para obtener la con-
dición (a).
c) Si (Tw -Tw0 < -0.1°C, entonces Tw0=T - 5°C - N x 10-3, y las
iteraciones se prolongaran hasta que (a) es obtenida.
Fuente: Tomado de Tejeda-Martínez, A. (1994). On the Evaluation of the Wet
Bulb Temperature as a Function of Dry Bulb Temperature and Relative
Humidity. At- mósfera, 7: 179-184.

Para la estimación de valores de Tw promedios mensuales


en México, a partir de datos climáticos de temperatura, precipi-
tación, o frecuencia de condiciones del cielo, se presenta un
con- junto de ecuaciones empíricas en el Apéndice 3.B
Estimación de valores medios mensuales de Tw.
Otras variables que ya han sido mencionadas pero que
vale la pena recordar, son:
• Déficit de humedad. Se llama así a la diferencia
entre la presión de vapor de saturación y la presión
de vapor presente en algún momento: e – es.
• Humedad relativa (HR en %):
e
HR=100
es 3.19

• Humedad específica (q, en gramos de vapor por


unidad de masa de aire, en este caso g kg-1):
e
q=622
P 3.20

donde P es la presión del aire.


• Razón de mezcla (rw, en gramos de vapor por
unidad de masa de aire seco, en este g kg-1):
adalberto tejeda martínez

e
r =622 3.21
w
P-e

• Humedad absoluta, también llamada densidad del


vapor (gramos de vapor por unidad de volumen, en
este caso g m-3):
e
r =217 3.22
w
T
donde T es la temperatura del aire en grados absolutos.

El álgebra de la humedad
Humedad absoluta, razón de mezcla, humedad
específica y temperatura virtual
Partiendo de la Ley de Dalton (la presión de una mezcla de gas es
igual a la suma de las presiones parciales PT= SPi), para un gas en
particular la ecuación de estado será:

riR*T
Pi=
Mi

donde Pi, ri y Mi son respectivamente la presión, la densidad y la


masa molecular del gas i; T es la temperatura de la mezcla y R* la
constante universal de los gases ideales (8.3143 J mol-1 K-1). Para
el vapor de agua Pi=e, ri= rw y Mw=18.02 g mol-1, entonces,
despejando rw (que también es conocida como la humedad
absoluta), en g m-3 queda:

e,
r =217
w
T*

con e en hPa y T en K.
La razón de mezcla, es decir, la masa de vapor de agua por
unidad de masa de aire seco (rw) será:

104
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

rw
rw=217 r
d

donde Pd, rd y Md son respectivamente la presión, la densidad y la masa molecular del aire seco, entonces:

e(Mw/RT)
rw =
P (M / )
dd RT

promedio ponderado para una mezcla de 78% de N2 (masa molecular de 28.01) y 21% de O2 (masa molecular de 32). Debe co
n los textos de termodinámica del aire húmedo es:

Mv
Î = Md =0.622

entonces, en gramos de vapor por kilogramos de aire seco será:

r =622 e
w
P-e

apor en la at- mósfera es la humedad específica (q), que se puede derivar de manera análoga a como se hizo con la razón de m
e

Rd e
rwrw RvTRv Îe
q= = = ==
r rw+rw Pd + PwRd e Pd+Îe
P+
R TdvR T
dR v
adalberto tejeda martínez

O de manera aproximada y práctica, q en g kg-1 se puede obtener


como q=622 e/P, e y P en hPa. Nótese que en la superficie del planeta
e << P, de modo que:

q  rw

Ejercicio
Calcular la razón de mezcla para el ejercicio resuelto del capítulo
1 lla- mado “García Márquez, la humedad y las calorías” y
comentar sobre sus diferencias.
Regresando a la Ley de Dalton, la presión atmosférica se
puede ex- presar como la suma de la presión del aire seco (Pd) más
la del vapor (Pv).

P= Pd +Pv

Si los términos del segundo miembro se escriben en función de la


ecua- ción de estado:
R R
P=r T+r T
d v
Md Mv

con R/Md=Rd , la constante de la ecuación de estado para el aire


seco y para el vapor Rv. La densidad del aire (seco más vapor) es r.
Entonces: R
r +r v/R
P=rRdT ( d v d )

P=rRdT ( r
rd+ v/Î
) ¨¨
Pd +rv
r
1+ v/ Î 1
rv Î
/
P=rRdT ( )=rR Td ( +
d

r
)
1+rv
R
R /M M
dv d
Î= = = v=0.622
Nótese que el coeficiente Rv Md , como ya
es
R/ M
v
se había anotado, y que la razón de mezcla (rw) también se puede
escri- bir como el cociente de las densidades r v y rd.
106
La ecuación ¨¨se puede escribir como:

P=rRT =rRdTv

107
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

donde

rv/Î
1+
R=Rd( )=R (11+q
d

)= R (1+0.608q)
d
1+r v Î

Es decir, que
Tv=T (1+0.608q)
es la temperatura virtual: una muestra de aire seco a la misma densidad y presión que una muestra de aire húmedo.

Termodiagramas14
Los diagramas termodinámicos o termodiagramas aplicados a
la atmósfera, surgieron cuando todavía no existían
calculadoras elec- trónicas para realizar los cálculos de las
variables de la termodiná- mica del aire húmedo, pero se
siguen aplicando. Hay distintas pre- sentaciones, la mayoría
contiene cinco grupos de líneas que son: isobaras, isotermas,
adiabáticas secas, adiabáticas saturadas y lí- neas de razón de
mezcla.
Los termodiagramas son transformaciones del diagrama
vo- lumen específico versus presión (llamado diagrama a–P) o
diagra- ma de Clapeyron, pero como el volumen específico no
se mide directamente en la atmósfera se prefiere en la abscisa
tener la tem- peratura.
Se necesita hacer una transformación para que las
isoter- mas, que representan hipérbolas rectángulas en un
diagrama de Clapeyron (figura 3.1) se conviertan en líneas
verticales.
Al hacer esta transformación es importante mantener la
presión, o una función sencilla de la presión, como ordenada,
de- creciendo hacia arriba, como sucede en la atmósfera. Otra
caracte- rística que conviene mantener al hacer los cambios, es
que el área determinada por cualquier par de isotermas e
isobaras se conser- ve igual que en el diagrama a–P, excepto por
un factor de escala, constante para toda la proyección. Esta
necesidad de conservación

14
A partir de notas de clases de Norma Catalina Rodríguez.
adalberto tejeda martínez

de áreas se debe a que en el diagrama de Clapeyron las áreas re-


presentan energía.
Figura 3.1
Base para la elaboración de un diagrama de Clapeyron, con las
isotermas perpendiculares a las isobaras

Emagrama
El emagrama (figura 3.2) se obtiene rotando las isotermas del
diagra- ma a–P hasta una posición vertical. La ordenada es el
negativo del logaritmo natural de la presión y es un
termodiagrama equivalente
—es decir, que tiene la propiedad de que las áreas representan
ener- gía—. Las adiabáticas secas están ligeramente curvadas,
cóncavas hacia arriba y convergen hacia las bajas presiones y
temperatura. El ángulo que las adiabáticas secas forman con las
isotermas es apro- ximadamente de 45°. Las isolíneas de relación
de mezcla de satura- ción son casi rectas y verticales. Al igual
que en los otros diagramas termodinámicos, las
pseudoadiabáticas son curvas (convexas hacia las bajas presiones
y altas temperaturas), a bajas temperaturas se vuelven asintóticas
a las adiabáticas secas.
Tefigrama
El tefigrama (figura 3.3) se obtiene si en un emagrama se
dejan fi- jas las isotermas, mientras que las adiabáticas se
rotan hasta una posición horizontal. Sus coordenadas son la
temperatura y la en- tropía, o sea que la ordenada de un
tefigrama es la temperatura po- tencial en una escala
108
logarítmica. En cada isoterma la presión va- ría
logarítmicamente, como en el emagrama, pero la escala de la

109
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

presión varía de una isoterma a otra. Las isobaras están


curvadas e interceptan a las adiabáticas secas y a las
isotermas en ángulos de aproximadamente 45°.
Figura 3.2
Emagrama

Tomado de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/1/13/Emagram.


gif/700px-magram.gif.

Figura 3.3
Diagrama de T inclinada
adalberto tejeda martínez

Diagrama de Herlofson o T inclinada


Este diagrama propuesto por Herlofson incorpora las isobaras
rec- tas horizontales del emagrama y la característica del gran
ángulo entre las isotermas y las adiabáticas secas que tiene el
tefigrama (figura 3.4). La ordenada del diagrama es función
del logaritmo de la presión.
A lo largo de cualquier isobara la temperatura varía
lineal- mente, pero la pendiente de las isotermas forma un
ángulo de 45° con las isobaras. Las adiabáticas secas están
ligeramente curvadas (cóncavas hacia el extremo superior
derecho) e interceptan las iso- termas en ángulos de
aproximadamente 90°.
Figura 3.4
Diagrama de T

inclinada

Cálculo de variables en un termodiagrama


En un termodiagrama se grafican los distintos niveles en los
cuales se tiene información de temperatura, humedad y
presión, como por ejemplo los medidos durante un
110
radiosondeo. En este último caso se genera una curva de
temperatura y otra de la humedad (temperatura de punto de
rocío, las más de las veces), como fun-

111
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

ción de la presión, y así se puede ver la estructura térmica y


la dis- tribución de la humedad en la atmósfera a lo largo de
la vertical. Y a partir de lo anterior, se pueden calcular los
restantes parámetros de temperatura y humedad en cada nivel
altitudinal. Explicaremos aquí el cálculo de variables en un
diagrama T inclinada (figura 3.5) pero el método para
obtenerlas vale para cualquier diagrama.

Cálculo de razón de mezcla y razón de mezcla saturada (rw y rs )


Dado los valores de P, T y Td se ubican en el diagrama, la línea
de razón de mezcla que pasa por el punto T, P (figura 3.5a) es
rws y la línea de relación de mezcla que pasa por el punto Td, P
(figura 3.5b) da el valor de rw.
La humedad relativa se calcula fácilmente aplicando la fór-
mula aproximada HR=rw/rws.

Temperatura potencial q
Por definición de la temperatura potencial se obtiene llevando
adia- báticamente una muestra de aire que está a T y P hasta
1,000 mb. En el diagrama, partiendo del punto inicial, se sigue
la adiabática seca que pasa por allí, hasta los 1,000 mb y la
isoterma que intersecta la adiabática seca en este nivel da el
valor de q (figura 3.5c).

Nivel de condensación por ascenso (nca)


Es el nivel en el cual el aire, cuyas condiciones de presión,
tempe- ratura y humedad están dadas por la triada (P, T, rw), se
satura por ascenso adiabático. Para calcularlo en un diagrama
se asciende por la adiabática seca que pasa por el punto inicial
hasta que corte a la línea de rw correspondiente, allí el aire se
satura y por tanto se ubica el nivel de condensación por
ascenso (figura 3.5d). La isoterma que pasa por ese punto
corresponde a la temperatura de saturación Ts.

Temperaturas del bulbo húmedo y equivalente (Tw,Te


) y respectivas potenciales (qw ,qe )
En un termodiagrama no se pueden calcular directamente Tw y
Te pero se estiman dos parámetros de valores similares. La
figura 3.5a caracteriza al aire hasta saturarse (figura 3.5d) y por
ese punto pasa también una adiabática saturada que seguimos
hacia las presiones,
adalberto tejeda martínez

creciendo hasta llegar a la presión original (figura 3.5e), a cuya


tem- peratura llamamos adiabática del bulbo húmedo Twi.
Si una vez expandido el aire hasta saturarlo (figura 3.5d) se
sigue expandiendo —el aire ya saturado deberá seguir la
adiabática saturada—, es decir que si el proceso continúa, se
llega a un pun- to en donde la adiabática saturada se
aproxima asintóticamente a una adiabática seca, en otras
palabras, que el vapor de agua se con- densa y sale del
sistema hasta que el aire se seca completamente, desde donde
descendemos por la adiabática seca; es decir, compri- mimos
el aire hasta su presión original en ese nivel (figura 3.5f) y la
temperatura que alcanza es equivalente a Te.
Para calcular la temperatura potencial del bulbo húmedo se
continúa el proceso que determina Twi hasta 1,000 mb, y
alcanza en ese nivel la potencial del bulbo húmedo q wi (figura
3.5g).
Análogamente, para obtener la temperatura potencial equi-
valente se continúa la compresión adiabática por la cual se
determi- nada Te, pero en lugar de llegar a la presión original
se va hasta 1,000 mb; la temperatura que se alcanza por este
proceso y a esa presión
es la potencial equivalente qe (figura 3.5h).
Figura 3.5
Cálculo de variables termodinámicas
en un termodiagrama de la T
inclinada

a) Procedimiento para determinar la razón de mezcla de saturación

112
b) Procedimiento para determinar la razón de
mezcla en un diagrama oblicuo T-log P

Continúa figura en página siguiente.

113
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Viene figura de página anterior.

c) Procedimiento para determinar la temperatura d) Procedimiento para determinar el nivel de


potencial condensación por ascenso (nCa) en un diagrama
(q) en un oblicuo T oblicuo T-log P

e) Determinación de la temperatura del bulbo húmedo en f) Determinación de la temperatura equivalente en un dia-


un diagrama oblicuo T-log P grama oblicuo T-log P

g) Procedimiento para determinar la temperatura potencial h) Procedimiento para determinar la temperatura


de bulbo húmedo poten- cial equivalente
adalberto tejeda martínez

Relaciones empíricas entre punto de rocío,


bulbo húmedo y bulbo seco15
Tres expresiones semiempíricas para el cálculo de la temperatura
de punto de rocío (Td) que ya fueron mencionadas en capítulo 2
son:
8

T=
Ö HR
[112+(0.9 T)]+(0.1.T) - 112
d 10 ×
0
Td=T - (100 - HR)/5, o

1 Rv e -1
Td=[ - ln ( )]
T0 Lv e0

con T0=273.15 °C, Rv/Lv=0.0001844 K-1 y e0= 6.11 hPa.

Por su parte, en la figura 3.5e se aprecia que la temperatura


de bulbo húmedo, entendida en el sentido termodinámico del tér-
mino que le confiere la ecuación 3.A1, se encuentra intermedia
en- tre el bulbo seco y el húmedo, o igual a ambas, cuando la
humedad relativa es de 100%; de ahí que dos aproximaciones
posibles sean:
Tw=(T+Td)/2 y Tw=T–(T–Td)/3

Diagrama psicrométrico
La figura 3.6 muestra un esquema que relaciona la presión de
vapor (líneas horizontales con su escala en el eje vertical
izquierdo), tem- peratura (verticales con su escala en el eje
horizontal), humedad re- lativa (curvas con escala en el eje
vertical derecho) y temperatura de bulbo húmedo (diagonales
con escala sobre la humedad relativa correspondiente a 1 o 100%.
Este diagrama será retomado para la representación de las
condiciones de confort higrotérmico en el ca- pítulo 6.

114
15
Lawrence, M.G. (2005). The Relationship Between Relative Humidity and the Dewpoint
Temperature in Moist Air: A Simple Conversion and Applications. Bull. Am. Met. Soc.,
Fe- bruary. | Stull, R.J. (2011). Wet-Bulb Temperature from Relative Humidity and Air
Tempe- rature. Appl. Met. and Clim, 50: 2267-2269.

115
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Figura 3.6
Diagrama psicrométrico

Propiedades de conservación de distintos parámetros


En la tabla 3.3 figuran las variables de temperatura y
humedad así como algunos procesos de la termodinámica del
aire húmedo que se han venido comentando, también se
indica en cada uno de ellos cuáles son las variables que se
conservan y cuáles no.
Tabla 3.3
Propiedades de conservación de parámetros meteorológicos
Parámetro Calentamient
Condensació
oo Expansión Expansión
no
enfriamiento adiabática adiabátic
evaporación
isobárico no a saturada
Proceso adiabática
(sin saturada
isobárica
condensación
o evaporación)
rw NC NC NC C
e C NC NC NC
qoW C NC C NC
Td C NC NC NC
Te = Tie NC C NC NC
Tw = Tiv NC C NC NC
q NC NC C NC
qv NC C C C
qe NC C C C
NC: No
conservativo C:
Conservativo
adalberto tejeda martínez

presión

de saturación del vapor de agua sobre una superficie de agua o de hielo. Esta es una breve compilación de las más importante

Gratch, 1946):

Log e =-7.90298 ( 373.16 - 1)+5.02808 × log ( 373.16 ) + ...


10 s 10
T T

T
-7
- 1.3816 x 1010( ()
11.344 1 - 373.16
-)1 +...

373.16
+8.1328 x 1010( -3-3.49149-1 ()
T -)1 + log1013.246
10 ( )

con T en K y es en hPa.
World Meteorological Organization, wmo (Goff, 1957):

Log e =10.79574 (1 - 273.16 ) - 5.02800 × log ( T) + ...


10 s 10
T 273.16

T
-4
+1.50475 x 101 [
- 10 -8.2969 (- 1
273.16
) ] +...

-3
+0.42873 x 1010 [ 4.76955
273.16
(+1)
T
]
- 1 +0.78614

con T en K y es en hPa.

116
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

La recomendación de la wmo está basada en un artículo de Goff


, y la recomendación de 1988, también por la wmo, tiene varios errores tipográficos por lo que no puede ser usada. Una corre

[ 273.16
terior (wmo , 2000) muestra el término +0.42873 x 10 × 10-34.76955 ()1- T -1 ]
nea comparada a la publicación original de Goff (1957); note el signo diferente del exponente. La edición de 1984 muestra la
ler (1983):

104 ⁄ +0.13914993 x 101—…

x 10-1∙T+0.41764768 x 10-4∙T2—…
x 10-7 T3+0.65459673 x 101∙log(T)
s en Pa y log el logaritmo natural.

6) actualizada de la de Buck (1981):

T T
(18.678 )
- 234.5

e =6.1121 ×e 257.14+T [1996]


s

17.502T

e =6.1121 ×e 240.97+T [1981]


s

con T en °C, es en hPa.


Sonntag (1994)

6096.9385
Log es = - + 16.635794 - 2.711193 x 10-2× T +...
T

+1.673952 x 10-5 × T-2 +2.433502 × log (T)

con T en K y es en hPa.
Magnus Teten (Murray 1967)

7.5T
Log10 es= T+237.3 +0.7858
con T en °C y es en hPa.
adalberto tejeda martínez

• Bolton (1980)

17.67T

es=6.112 × e T+243.5

con T en °C y es en hPa.
• Murphy y Koop (2005)

6763.22
Log e =54.842763 - - 4.21 log (T)+0.000367 × T + ...
s
T

1331.22
+tanh(0.0415(T-218.8))×(53.878 - - 9.44523 log (T)+0.014025T )
T

con T en K y es en Pa.

• International Association for the Properties of Water


and Steam (iapws 1995; Wagner y Prub, 2002)
es
Log ( )= 647.096 × (- 7.85951783 × v)+ ...
22.064 x 106 T

+1.84408259∙v1.5 - 11.7866497∙v3+22.6807411∙v3.5 - …

- 15.9618719∙v4+1.80122502∙v7.5
T
con T en K, e en Pa y v=1 -
s
647.096
A bajas temperaturas la mayoría de estas relaciones se basan
en estudios teóricos y únicamente un número pequeño en
mediciones de presión de vapor. La ecuación de Goff Gratch para
presión de vapor so- bre agua líquida cubre de -50 a 102 °C
(Gibbins, 1990). Este trabajo es generalmente considerado como la
ecuación de referencia, pero otras son usadas por la comunidad
meteorológica (Elliot y Gaffen, 1993). Hay un número muy limitado
de mediciones del vapor de agua sobre agua líquida sobreenfriada
por debajo de -50 °C. Detwiler (1983) refiere algunas evidencias
indirectas para apoyo de la extrapolación de la ecua- ción de Goff-
Gratch con temperaturas por debajo de -60 °C; sin embar- go,
actualmente sigue siendo una cuestión abierta.

118
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

La formulación de Hyland y Wexler es usada por la empresa de


instru- mentos meteorológicos Vaisala y es similar a la fórmula
utilizada por Sonntag, y la de Magnus Teten es extensamente
usada en meteorología debido a su simplicidad. La comparación
para las ecuaciones de presión de vapor de saturación anteriores
con la ecuación de Goff-Gratch se muestra en la figura 3.A.1,
donde la incertidumbre a bajas temperaturas se vuelve cada vez
más grande, y lo afirman algunos sensores de HR.
Figura 3.A.1
Comparación de ecuaciones (continuación) para la presión de
vapor de saturación sobre agua líquida

Las mediciones son de Fukuta y Gramada (2003). Se basan en


Goff (1957) con el signo diferente de un exponente, probablemente
debido a un error tipográfico.
A -60 °C el rango de desviación es de -6 a +3% y a -70 °C el
ran- go de desviación es de -9 a +6%. Para valores de HR
reportados en baja y media tropósfera, la influencia de la fórmula
de presión de vapor de saturación usada es muy pequeña y sólo
significativa para estudios cli- matológicos (Elliott y Gaffen,
1993). La fórmula recomendada por wmo es una derivada de la
ecuación de Goff-Gratch, originalmente publicada por Goff
(1957). La diferencia entre Goff (1957) y Goff y Gratch (1946) es
menor que 1% sobre todo el rango de temperatura. La formulación
publicada por wmo (1988) no puede ser usada debido a varios
errores tipográficos.
adalberto tejeda martínez

La formulación corregida (wmo 2000) aún difiere en el signo


de un exponente comparado a Goff (1957). Esta formulación
incorrecta concuer- da más a la formulación de Hyland y Wexler.
La revisión más reciente de presiones de vapor de hielo y agua
súper fría, por Murphy y Koop (2005), basa su formulación en
datos para entonces recientes de la capacidad ca- lorífica molar de
agua súper fría. La comparación de las ecuaciones de presión de
vapor mencionadas contra la formulación de Murphy y Koop se
muestra en la figura 3.A.2.
Figura 3.A.2
Comparación de las ecuaciones para la presión de vapor de saturación
sobre agua líquida

*wmo (2000) también se muestran. Se basan en Goff (1957) con el


signo diferente de un exponente, probablemente debido a un error
tipográfico.

El estudio de Fukuta y Gramada (2003) muestra


directamente me- didas de la presión de vapor sobre agua líquida
por debajo de -38 °C. Sus resultados indican que a temperaturas
más bajas la presión de vapor medida puede ser 10% más bajo
que el valor dado en las Smithsonianas Tables, y se muestra en la
figura 3.A.2 que son más bajas que cualquier otra formulación de
presión de vapor; sin embargo, esos datos están en conflicto con
los datos medidos de capacidad calorífica molar (Murphy y
Koop, 2005), los cuáles han sido medidos a pequeñas gotas de
120
agua.

121
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Como la mayoría de otras formulaciones, la de iapws 1995


(Wagner y Prub, 2002) son válidos únicamente sobre el punto
triple. Dicha formu- lación (iawos 1995) es válido en el rango de
temperatura 273.16 K < T
< 647.096 K.
Es importante notar que en la tropósfera superior, las
medicio- nes de vapor de agua reportadas en la convención de la
wmo, como la humedad relativa con respecto a agua líquida,
dependen críticamente de la ecuación de presión de vapor de
saturación que fue usada para calcular el valor de HR.

Presión de vapor sobre hielo


• Ecuación Goff Gratch (Smithsonians Tables, 1984):

Log e = - 9.09718 ( 273.16 - 1) - 3.56654


log ( 273.16
) + ...
10 i
T 10
T
T
+0.876793 (1 )+log (6.1071)
-
10
273.16

con T en K y ei en hPa.

• Hyland y Wexler (1983):

e = - 0.96778430
0.56745359 x x 10-2T -
104 1
Log10 i +0.63925247 x + ...
10
T

+0.62215701 x 10-6 × T2 +0.20747825 ´ 10-8 × T3 - ...

- 0.94840240 x 10-12 × T4 +0.41635019 x 101 × log(T)

con T en K y ei en Pa.

• Magnus Teten (Murray 1967)

T
log e =9.5 +0.7858
10 i
T+265.5

con T en °C y ei en hPa.
adalberto tejeda martínez

• Buck (Manuals 1996)

T
(23.036 - )T
es=6.1115 ×e 333. [1996]
7
279.82 +T

22.452T
e =6.1121 ×e
[1981]
s
272.55+T

con T en °C y ei en hPa.

• Marti y Mauersberger (1993)

log -2663.5
ei = +12.537
10
T

con T en K y ei en Pa.

• Murphy y Koop (2005)

log ei =9.550426-5723.265/T+3.53068 log(T)-0.00728332∙T

con T en K y ei en Pa.

La ecuación Goff Gratch para la presión de vapor sobre


una región cubierta de hielo de -100 a 0 °C, generalmente es
considerada la ecuación de referencia; sin embargo, otras
ecuaciones también han sido ampliamente usadas. Las ecuaciones
discutidas aquí son en su mayoría de interés para mediciones del
punto de congelación usando higrómetros de espejo refrigerado,
dado que estos instrumentos miden directamente la temperatura a
la que una capa helada y el vapor están en equilibrio. En la
práctica meteorológica, la humedad relativa está dada sobre agua
líquida y esta diferencia debe ser tomada en cuenta. Buck
Research, que manufactura higrómetros de punto de congelación,
usa la formulación en sus instrumentos, e incluye un factor de
mejo- ramiento que corrige las diferencias entre el vapor puro y el
aire hú- medo, y que es a su vez, una débil función de
temperatura y presión, además corrige alrededor de 0.5% a nivel
del mar. Para la discusión actual esto puede omitirse.

122
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

La ecuación de Marti Mauersberger es la única ecuación basada


direc- tamente en mediciones de la presión de vapor con
temperaturas por debajo de 170 K. La comparación de las
ecuaciones con la ecuación de Goff-Gratch (figura 3.A.3) muestra
que, con la excepción de la fórmula de Magnus Teten, las
desviaciones en los rangos meteorológicos típicos de -100 a 0 °C
son menores que el 2.5%, y más pequeños que los errores
instrumentales típicos de frost-point higrómetros de 5-10%. No se
muestra la ecuación de presión de vapor sobre hielo recomendada
por la wmo, ya que es casi idéntica a la ecuación de Goff-Gratch.
Figura 3.A.3
Comparación de las ecuaciones con la ecuación de Goff Gratch para
la presión de vapor de saturación sobre hielo

Referencias
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Temperatu- re. Mon. Weather Rev., 108: 1046-1053.
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°C. J. Appl. Meteorol., 22: 503-504.
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adalberto tejeda martínez

Fukuta, N. y Gramada, C.M. (2003). Vapor Pressure Measurement


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Gibbins, C.J. (1990). A Survey and Comparison of Relationships for
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of Hea- ting and Ventilating Engineers (pp. 347-354).
Presented at the Semi-Annual Meeting of the American
Society of Heating and Ventilating Engineers. Murray Bay,
Que. Canada.
Goff, J.A. y Gratch, S. (1946). Low-Pressure Properties of Water from
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American Society of Heating and Ventilating Engineers,
New York.
Hyland, R.W. y Wexler, A. (1983). Formulations for the Thermodyna-
mic Properties of the Saturated Phases of H 2O from 173.15 to
473.15 K. ashrae Trans., 89 (2): 500-519.
Manuals, B.R. (1996). Buck Research Manuals.
Marti, J. y Mauersberger, K. (1993). A Survey and New
Measurements of Ice Vapor Pressure at Temperatures
Between 170 and 250 K. Geophys. Res. Lett., 20 (5): 363-
366.
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of Ice and Supercooled Water for Atmospheric
Applications. Quart. J. Royal Met. Soc., 131: 1539-1565.
Murray, F.W. (1967). On the Computation of Saturation Vapor Pressure,
J. Appl. Meteorol., 6: 203-204.
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Wagner, W. y Prub, A. (2002). The iapws Formulation 1995 for the
Ther- modynamic Properties of Ordinary Water Substance
for Gene- ral and Scientific Use. J. Phys. Chem. Ref. Data,
31 (2): 387-535.
World Meteorological Organization (1988). General Meteorological
Standards and Recommended Practices. Appendix A. wmo-No.
49, Technical Regulations.
World Meteorological Organization (2000). General Meteorological
Standards and Recommended Practices. Appendix A. wmo-No.
49, Technical Regulations, corrigendum.

124
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Apéndice 3.B Estimación de valores medios mensuales


de Tw
Tejeda et al. (1991)* propusieron modelos estadísticos para estimar la
temperatura media mensual (Tw) del bulbo húmedo en México a
partir de las normales climatológicas 1941-1970, los cuales son
útiles para es- timaciones que no requieran de una resolución menor
a 1°C, a partir de las medias mensuales de temperatura (T),
oscilación térmica (T), precipitación acumulada (r) y frecuencia de
días parcialmente nubla- dos (M) y nublados (N), de la forma:

Tw=A0+A1+A2 T+A3 r+A4 M+A5 N

Tabla 3.B.1
Coeficientes de regresión para el modelo 1, que no incluye r, M ni N.
A0 A1 A2
Enero -2.04 1.02 -0.18
Febrero -2.51 1.05 -0.22
Marzo -2.81 1.08 -0.29
Abril -1.17 1.02 -0.36
Mayo -0.37 0.96 -0.32
Junio 4.14 0.84 -0.42
Julio 4.80 0.81 -0.40
Agosto 2.60 0.86 -0.31
Septiembre 2.14 0.89 -0.31
Octubre 1.76 0.91 -0.31
Noviembre 0.24 0.94 -0.24
Diciembre -2.59 1.02 -0.14

*
Tejeda, A.; Maruri, J.M. y Martínez, A. (1991). Three Statistical Models for Simulation
of the Mean Monthly Wet Bulb Air Temperature in Mexico. Atmósfera, 4: 279-282.
adalberto tejeda martínez

Tabla 3.B.2
Coeficientes de regresión para el modelo 2, que no incluye M ni N

A0 A1 A2 A3
Enero -2.93 1.02 -0.15 0.03
Febrero -4.20 1.06 -0.16 0.06
Marzo -4.27 1.07 -0.24 0.08
Abril -2.40 1.03 -0.36 0.04
Mayo -1.50 0.97 -0.30 0.02
Junio 2.55 0.84 -0.37 0.01
Julio 3.30 0.82 -0.35 0.01
Agosto 1.23 0.90 -0.27 0.01
Septiembre 0.88 0.86 -0.23 0.01
Octubre 1.07 0.87 -0.26 0.01
Noviembre -0.47 0.93 -0.20 0.02
Diciembre -3.30 1.01 -0.10 0.03

Tabla 3.B.3
Coeficientes de regresión para el modelo 3, que no incluye r
A0 A1 A2 A3 A4
Enero -6.8 1.06 -0.10 0.19 0.18
Febrero -6.9 1.08 -0.16 0.26 0.16
Marzo -6.0 1.08 -0.24 0.15 0.18
Abril -3.4 1.03 -0.31 0.01 0.20
Mayo -5.6 1.04 -0.27 0.11 0.23
Junio -1.7 0.90 -0.35 0.21 0.12
Julio 1.2 0.86 -0.36 0.01 0.11
Agosto -2.7 0.92 -0.26 0.16 0.12
Septiembre -4.1 0.96 -0.22 0.15 0.15
Octubre -4.1 0.97 -0.22 0.23 0.10
Noviembre -3.0 0.95 -0.20 0.19 0.08
Diciembre -6.5 1.04 -0.09 0.21 0.11

126
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Tabla 3.B.4
Comparaciones del error estándar de regresión y
coeficientes de determinación de los modelos 1, 2 y 3.
Error estándar
Coeficientes de determinación de regresión
(°C) de los
modelos
Modelo 1 Modelo 2 Modelo 3 1 2 3
Enero 0.94 0.95 0.96 1.26 1.19 1.01
Febrero 0.91 0.93 0.93 1.50 1.40 1.24
Marzo 0.86 0.90 0.88 1.80 1.60 1.63
Abril 0.81 0.84 0.82 2.00 1.87 1.95
Mayo 0.78 0.80 0.80 2.20 2.07 2.00
Junio 0.83 0.86 0.86 1.80 1.66 1.61
Julio 0.82 0.85 0.83 2.00 1.86 1.92
Agosto 0.90 0.92 0.92 1.50 1.32 1.35
Septiembre 0.92 0.95 0.95 1.30 1.09 1.06
Octubre 0.91 0.93 0.94 1.40 1.30 1.20
Noviembre 0.88 0.89 0.89 1.70 1.66 1.59
Diciembre 0.93 0.94 0.95 1.30 1.22 1.11

Preguntas y problemas
1. Para las normales climatológicas de Monterrey y
Vera- cruz que se incluyen en el capítulo 1, calcule
la tempe- ratura de bulbo húmedo media mensual
del mes de su nacimiento, a partir de la temperatura
y la humedad re- lativa medias mensuales.
2. En una situación húmeda y cálida, la superficie de
la piel está a unos 35 °C de temperatura y cubierta
de transpiración, ¿cuál es la presión de vapor en la
vecin- dad de la piel? ¿Qué hipótesis consideró para
realizar este cálculo?
3. Una forma simple de calibrar un sensor de
humedad re- lativa es introducirlo en un contenedor
cerrado, de pa- redes impermeables que contiene —
por ejemplo— una
adalberto tejeda martínez

décima de metro cúbico de aire seco. ¿Cuánta agua


ha- bría que evaporar en su interior si se quiere
alcanzar una humedad relativa de 50% y la
temperatura del aire (y del agua) es de 10 °C? ¿Y si
la humedad deseada fuera de 80% con un
temperatura de 25 °C?
4. Un método más usual para calibrar higrómetros que
el mencionado en el problema 3, es bombear aire
sobre agua a temperatura controlada, por ejemplo a
15 °C. Su- poniendo que la temperatura del aire
después de estar en contacto con el agua fuera de 20
°C, ¿qué humedad debería tener después de
humedecerse? Y si la tempera- tura del aire no
fuera 20 °C sino de 21 °C, ¿qué error se cometería
en la medida de la humedad relativa?
5. En una hoja de cálculo —como Excel, por ejemplo—
cal- cule la presión de vapor de saturación para cada 1
°C desde -20° a +55 °C, haciendo uso de al menos
tres ecuaciones. Compárelas mediante una inspección
a ojo
en gráficas de es en función de T y discuta sobre los
ran- gos de validez de cada ecuación.
6. Si la temperatura en el exterior es de -5 °C y en el
inte- rior de un salón de clases es de 18 °C, ¿cuáles
son los valores de la humedad relativa en el exterior
y en el in- terior?
7. En el proceso de respiración humana, el aire sale de
la tráquea a una temperatura aproximada de 37 °C.
Su- poniendo que las condiciones medias de un día
son de 25 °C de temperatura ambiente y 60% de
humedad rela- tiva, ¿cuánta líquido debe tomar una
persona para recu- perar el agua exhalada en un
día? Usar datos promedio de frecuencia respiratoria
y volumen de aire respirado por los humanos.
8. Mediante los datos de presión y temperatura de
punto de rocío, obtenidos de un radiosondeo y
128
mostrados en la siguiente tabla, obtenga el agua
precipitable para la columna atmosférica
presentada.

129
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

La Paz, Baja California Sur, 11 de junio de 2014 (7:00 hrs tiempo local)

P Td e Wi P Td e Wi
1008 17.8 20.294007 0.00901449 628 -4.0 4.6070208 0.01275649
8 596 -6.5 3.84778993 0.00425602
1000 15.8 17.842817 0.01754652 585 -7.4 3.60337503 0.00199002
7
580 -7.2 3.65646733 0.01179784
985 16.2 18.310867 0.00117927
3 553 -6.3 3.90406777 0.00811205
984 16.2 18.310867 0.0171697 533 -7.9 3.47359581 0.00393205
3 5 523 -8.7 3.27439985 0.00075508
952 4.2 8.1915867 0.00362096 521 -9.4 3.10822024 0.00191736
9
515 -11.7 2.61071741 0.00146808
947 8.3 10.844949 0.00479217
3 505 -20.9 1.18086377 0.00051749
942 12.4 14.277187 0.00578429 500 -24.3 0.82024988 0.00036234
1 496 -25.5 0.71147988 0.00041395
936 12.4 14.277187 0.01189245 491 -26.3 0.64438056 0.00112865
1
469 -30.1 0.3883798 0.00040008
925 14.0 15.866229 0.00108815
457 -34.5 0.24346053 0.0002075
6
924 14.0 15.866229 0.0147284 451 -36.7 0.24763402 0.00033237
6 9 444 -39.3 0.33511789 0.0035061
911 14.5 16.394553 0.0190296 400 -41.9 0.5303494 0.00237912
9 9 384 -44.9 0.91930988 0.00148609
895 15.0 16.938625 0.0109254 376 -46.0 1.1133096 0.00756405
2
353 -49.3 1.89061357 0.00784739
886 15.1 17.049361 0.01474104
3 337 -51.7 2.66872079 0.00668272
874 15.1 17.049361 0.0213717 326 -53.0 3.176309 0.01526775
3 2 308 -55.3 4.24072774 0.00377626
857 15.2 17.160745 0.00754559 304 -55.9 4.55618863 0.00420133
3
300 -56.7 5.00279251 0
851 15.0 16.938625 0.0012627
7
850 15.0 16.938625 0.00500032
adalberto tejeda martínez

Solución
a) Mediante el polinomio e=6.115+0.42915T +0.014206 Td2
+0.0003046 T 3+0.0000032 T 4 se calculód la tercera co-
d d
lumna para cada valor de Td.
b) Para calcular Wi (cuarta columna) se utilizó la ecuación:
1.244
W= (p - pi- 1)
i
g
i i
å
(pi+pi - 1)
y se obtuvo su sumatoria (que es una manera
aproxima- da de la ecuación 2.30b, con g en m s-2, e
y P en hPa.
c) Finalmente, la suma de Wi da como resultado la
cantidad de agua precipitable para la columna de
1,008 a 300 hPa, Wi=0.4229, dm=4.2294 cm.

Siguiendo el procedimiento anterior, calcular el agua


preci- pitable del siguiente radiosondeo:
Ciudad de México, 11 de junio de 2014 (7:00 hrs tiempo local)
P Td P Td P Td
775 13.2 563 -6.1 412 -34.1
770 8.4 560 -6.6 400 -22.7
764 9.6 553 -7.9 396 -22.1
755 10.3 545 -9.3 383 -35.7
750 9.9 539 -11.8 382 -34.8
741 9.3 526 -17.3 375 -28.1
732 8.6 525 -18.9 368 -34.9
714 7.2 513 -38.3 364 -38.9
705 6.6 503 -19.1 358 -34.7
700 6.2 500 -21.5 353 -31.1
696 6.0 499 -21.9 348 -33.1
669 4.8 497 -22.7 346 -33.9
660 3.5 480 -25.4 338 -36.2
658 3.2 463 -28.3 322 -41.1
628 0.7 454 -39.1 317 -50.5
597 -2.0 453 -40.3 310 -50.7
590 -2.7 437 -41.1 305 -52.2
565 -5.0 432 -39.7 300 -53.7

130
El resultado que debes obtener es W i=0.1942, dm=1.9420 cm.

131
Capítulo 3 | más sobre la evaluaCión de la humedad...

Para saber más


Byers, H.R. (1974). General Meteorology. Chicago, EU: Chicago
University Press [ver capítulos 5, 7 y 8].
Campbell, G.S. y Norman, J.M. (1998). An Introduction to
Environmental Biophysics. Nueva York, EU: Springer-Verlag
[ver capítulo 3].
DeFelice, T.P. (1998). An Introduction to Meteorological
Instrumentation and Measurement. EU: Prentice Hall [ver
capítulo 6].
Linacre, E. (1992). Climate: Data and Resources. A Reference and Guide.
London, Uk: Routledge [ver capítulos 1 y 2].
Kämpfer, N. (editor) (2013). Monitoring Atmospheric Water Vapour.
Ground- Based Remote Sensing and In-Situ Methods. Nueva York,
EU: Springer- Verlag.
Capítulo 4
Instrumentación
higrométrica

Elisa Tejeda Zacarías y Adalberto Tejeda Martínez

L a medición del vapor de agua es importante en meteorología


y climatología, pues es un gas que participa en el balance de la
radiación solar y terrestre en el sistema océano-continente-
atmós- fera y es la fuente para la formación de nubes y lluvias;
además, dispersa, remueve y reacciona con gases y partículas
disueltas en la atmósfera. Tomando en cuenta que se requieren
de unos 44 kJ de energía para convertir un mol de agua en vapor,
lo que equiva- le a 580 veces la energía requerida para cambiar
la temperatura de un mol de agua un grado centígrado, podemos
inferir que una gran cantidad de energía irradiada por el Sol y
absorbida por la super- ficie terrestre es utilizada para evaporar
agua y posteriormente es liberada cuando el vapor se condensa
en la atmósfera. Pensemos, además, que el vapor de agua es el
gas natural con mayor efecto invernadero, o bien, que las nubes
sirven como una capa que evita la entrada de cierta radiación
solar y refleja de vuelta hacia la su-
perficie parte de la radiación terrestre.
La clave para entender el comportamiento del vapor de
agua en la atmósfera son las observaciones de humedad.
Desafor- tunadamente, mediciones de la humedad atmosférica
confiables a escala global son difíciles de obtener, ya que
133
presenta variaciones frecuentes tanto espaciales como
temporales. Resulta poco afortu- nado que uno de los datos más
comunes —en bases de datos pú-

134
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

blicas— sea la humedad relativa, que a diferencia de la


humedad absoluta o de la específica, no estipula el contenido
de vapor de agua por unidad de masa o volumen, sino que
simplemente indica el porcentaje de vapor disuelto en un
volumen de aire en razón del vapor necesario para saturarlo.
En sí es un dato poco útil como una variable ambiental; sólo
en combinación con el de la temperatura del aire es posible
obtener la presión de vapor, fracción molar o la temperatura
de punto de rocío, como se ha venido mostrando en los
capítulos precedentes.
Mediciones comunes como la humedad atmosférica
prome- dio de periodos mayores o iguales a un día, resultan
inútiles debido a la dependencia de ésta con los patrones de
variación de la tempe- ratura, como puede apreciarse en las
figuras 4.1a y 4.1b. Es mejor convertir los datos de humedad
en presión de vapor o punto de ro- cío y, entonces, reportar el
promedio de éstos. Instrumentalmente, mediciones confiables
de la humedad atmosférica son difíciles de obtener, pero
mediciones confiables de la presión de vapor son más
factibles. En la ausencia de cambios de la masa de aire y
advección, la presión de vapor del aire es relativamente
constante durante el día y de día a día, y varía poco entre
espacios interiores y exteriores, lo que permite generar
estimaciones de la variación diurna de la humedad relativa si
se conoce el ciclo de la temperatura ambiente.
Figura 4.1
a) Variación de la temperatura durante cada hora en un día
claro, estación de Laguna Verde, Veracruz
(México)
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

b) Variación de la humedad relativa (en decimales) durante el


día y déficit de vapor atmosférico (kPa), el 23 de diciembre
de 2017

A pesar de su importancia, hasta el día de hoy no ha sido


posible proponer una descripción completa de los factores que
controlan la humedad y los mecanismos que influencian a los
pro- cesos atmosféricos relativos al vapor de agua; incluso se
conoce muy poco sobre su concentración en varias regiones de
la atmós- fera, poco de sus tendencias temporales. Por otra
parte, ha habido progresos considerables en los últimos años
sobre algunos temas clave sobre la observación y medición de la
humedad atmosféri- ca. En este capítulo se presentará una
descripción de varios tipos de higrómetros y sus principios
básicos de operación, así como la mención de sus ventajas y
desventajas respecto a su tiempo de res- puesta y rango de
operación, entre otros.

Higrómetros y sensores de humedad


Se dice que hace más de dos mil años los egipcios se las
ingeniaron para medir la humedad del aire: secaban una poca de
arena en una plancha caliente —un comal, como se le conoce en
México— y la pe- saban, después la dejaban unas horas o días en
contacto con el aire, pero no con la lluvia, y volvían a pesarla. El

135
aumento de su peso era proporcional a la humedad que le había
robado al aire. Esta es una

136
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

versión del nacimiento de la higrometría o psicrometría, la


ciencia de medir la humedad. Otra cuna pudo ser China, donde
—hacia 179 a.n.e.— se usaba un higrómetro de balanza,
similar al que se tiene documentado que inventó Leonardo da
Vinci hacia el año 1500, con una esponja o una bola de
algodón o lana —un material higroscó- pico, es decir,
absorbente del vapor de agua disuelto en la atmósfe- ra- en un
plato y una bola de cera en el otro plato—, de modo que el
aumento (o disminución) del peso en el plato con algodón
indica- ba un aumento (o disminución) en la humedad del aire
(figura 4.2). Parece que Leonardo se basó en un texto de
Nicolás de Cusa, quien hacia 1430 inventó un higrómetro por
cambio de peso de una sus- tancia. John Coventry —en el
siglo XVIII, en Londres— inventó uno que aprovechaba la
deformación del papel por la humedad, y en 1663 Guillaume
Amontons presentó un higrómetro a la Academia de Ciencias
de Francia, ahora ya en desuso. Los que se muestran en la
figura 4.3.a están en uso en la actualidad.
Figura 4.2
Higrómetro de Leonardo da Vinci, alrededor del año 1500
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

Los primeros higrómetros —o algunos que no llegaban


a la cuantificación, por lo que se les llamaba higróscopos—
se basaban en propiedades higroscópicos de algunas
sustancias, y se clasifican en gravimétricos (como el de
Leonardo da Vinci o los atribuidos a los antiguos chinos o
egipcios) y de dilatación (que usan la propie- dad de ciertos
materiales para deformarse con la humedad, como el papel, el
cabello humano —que usó Horace de Saussure en 1783 para
su higrómetro de cabello— o incluso la membrana del
intesti- no de la res, llamada en inglés goldbeater’s skin, y
que fue el sensor de humedad en los primeros sondeos
atmosféricos en la década de 1930, pero que ya había sido
utilizada en un instrumento que inventó el monje capuchino
Giovanni Battista da San Martino más de dos siglos atrás),
mostrados en las figuras 4.3a y 4.3b. Otros más se basaban en
la cantidad de agua condensada en superficies o re- cipientes
fríos.
En 1563 Galileo Galilei inventó el termómetro, y cien
años más tarde, en Florencia, un inventor anónimo fraguó un
higró- metro de bulbo húmedo; en 1892 se inventó el
psicrómetro tipo Assman, que mide la humedad relativa al
comparar las temperatu- ras medidas por un bulbo húmedo y
uno seco, pero antes de entrar a estos temas conviene apuntar
que las propiedades de algunos materiales que repelen el vapor
de agua (higrofóbicos) y otros que lo absorben (higroscópicos)
permiten las mediciones de esta varia- ble atmosférica.
Figura 4.3a
Higrómetro de cabello (izquierda) e higrógrafo de cabello
(derecha)

137
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Figura 4.3b
Izquierda: higrómetro de disco de papel inventado por J. Coventry y
G. Adams; centro: plano de construcción del primer higrómetro de
De Luc; derecha: higrómetro de De Luc

Entre las principales sustancias higroscópicas están el


clo- ruro de calcio, cloruro de sodio, hidróxido de sodio,
hidroxilamina, ácido sulfúrico, sulfato de cobre, óxido de
fósforo, óxido de calcio, gel de sílice y miel. Las sustancias
que absorben cantidades rela- tivamente altas de humedad del
ambiente y forman una solución líquida, se dice que
presentan delicuescencia, como el cloruro de calcio, cloruro
térrico, cloruro de magnesio, cloruro de zinc, carbo- nato de
potasio, hidróxido de potasio e hidróxido de sodio.
Los instrumentos de medición de la humedad, para uso
ru- tinario, no deben cometer un error mayor a 0.5 °C en la
medición de temperaturas de bulbo húmedo o seco, o en el
punto de rocío, o
0.5 hPa en la presión de vapor, o 5% en la humedad relativa.
La fuente de error más común para los instrumentos me-
teorológicos es la exposición inadecuada. La exposición
correcta depende en buena medida de lo que se desea medir. Si
bien para las estaciones climatológicas o meteorológicas
comunes se reco-
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

mienda que los sensores se ubiquen a una altura de un metro o


metro y medio sobre el pasto, no necesariamente debe cubrirse
este requisito si se desea conocer el comportamiento de un eco-
sistema en particular, cuando interesaría el dato a unos cuantos
centímetros del suelo o varios metros sobre un bosque, o sobre
pavimento si se trata de aplicaciones en climatología urbana o
en bioclimatología humana.
En la sección de problemas del capítulo 3 se menciona-
ron dos procedimientos relativamente sencillos para calibrar
psi- crómetros, que en realidad podrían aplicarse a cualquier
tipo de higrómetro. La forma tradicional de calibración era
colocando el higrómetro unos centímetros por arriba de una
lámina de solución saturada de determinada sal, y cubrir —el
instrumento y la lámina de solución— con un campana de
vidrio o de acrílico transparente, y dependiendo de la sal usada
es la humedad relativa máxima que debería alcanzarse, como lo
muestra la tabla 4.1.
Tabla 4.1
Humedad relativa a alcanzarse en un ambiente saturado de vapor
proveniente de soluciones a 25 °C.
Masa aproximada de sal (en
Humedad relativa
Solución gramos) por 100 g de agua
para obtener la solución alcanzada (%)
saturada
Agua 0 98
destilada
LiCl 200 11.3
MgCl2 800 32.8
NaCl 300 75.3
BaCl2 200 90
Elaborada a partir de Dávila-Pacheco, J.A. y Martinez-López, E. (2007). Validación del
mé- todo de calibración de higrómetros capacitivos con soluciones sal-agua como
generadoras de hu- medad. enme. Consultado en mayo 2014, en:
https://www.cenam.mx/dme/pdf/TM06.pdf.

En el caso particular de los higrómetros


convencionales, como el de cabello, debe evitarse el polvo
sobre el cabello, puede quitarsele con un pincel de pelo de
camello mojado con agua des- tilada. En los psicrómetros

139
(Assman, de honda o fijo), algunos erro- res comunes son: no
usar las tablas psicrométricas específicas para ese tipo de
instrumentos, que debe proporcionar el fabricante; que

140
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

el agua utilizada para el bulbo húmedo esté sucia o contenga


sales, por lo que debe ser destilada; o que su temperatura sea
distinta de la temperatura ambiente. De ahí que el
psicrómetro no pueda ser un instrumento para recorridos en
campo.

Higrómetros in situ
En general, es posible catalogar los higrómetros en dos grupos:
los sensores que se colocan para medir en un punto en
particular, es decir, aquellos que funcionan como sensores in
situ, y los que lo hacen a distancia, o sea los sensores remotos.

Higrómetro e higrógrafo de cabello


En 1783 Horace de Saussure inventó el higrómetro de
cabellos, que se basa en que el cabello humano al absorber
humedad se alarga, por lo que se usa para medir directamente
la humedad relativa. El higrógrafo tiene el mismo principio, y
hasta la fecha se usa coloca- do en la garita de los
observatorios meteorológicos tradicionales. El haz de
cabellos mueve una palanca que en un extremo lleva una
plumilla que grafica el valor de la humedad relativa sobre un
pa- pel graduado y adherido a un tambor que gira por un
mecanismo de relojería.
Los higrómetros de cabellos tienen el inconveniente de
un tiempo de retardo relativamente alto, aumentado en el
higrógrafo por la inercia de las palancas y la fricción de la
plumilla sobre el papel, amén de que la graduación de la gráfica
no es muy precisa, de modo que difícilmente se alcanzan
valores extremos de hume- dad relativa, que sí logran medir
instrumentos electrónicos que cada vez más sustituyen a los
instrumentos tradicionales. Tómese en cuenta que si un
observatorio tradicional o un higrómetro en particular es
sustituido por una estación meteorológica automáti- ca o un
higrómetro electrónico, cuando posteriormente se haga el
análisis de la serie de tiempo, por causa de los cambios de
instru- mentos, puede observarse mayor amplitud de la
variación de la humedad a partir de los registros electrónicos.
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

Psicrómetros
Un psicrómetro es un instrumento que consta de dos
termómetros, uno mide la temperatura del aire y el otro, cuyo
bulbo está cubier- to con una muselina o mecha de algodón, mide
la temperatura del bulbo húmedo (Tw). En general son utilizados
para mediciones de humedad relativa, pero también son
necesarias en mediciones de la humedad absoluta. Esta es
posible calcularla mediante mediciones de humedad relativa y de
temperatura, sin embargo se presenta un problema al volverla
dependiente de mediciones de la temperatura.
Un verdadero psicrómetro no es un sistema adiabático,
ya que tanto el calor como el vapor de agua se intercambian
con el aire de los alrededores, además de que los termómetros
absorben y emiten radiación. Haciendo uso de este
instrumento, la presión de vapor (e) puede determinarse
mediante la siguiente ecuación:
e=es (Tw)–kP (T–Tw) 4.1

donde k representa la constante del psicrómetro, P es la presión


at- mosférica, Tw es la temperatura de bulbo húmedo, T es la
tempe- ratura de la atmósfera y es (Tw) es la presión de vapor de
saturación obtenida con el valor de Tw.
Figura 4.4.a
Psicrómetros

antiguos

141
Izquierda: J.M. Bryson (Edimburgo, 1870); centro: esquema de Daniell; derecha: de
Daniell en versión de J. Newmann (Londres, 1830)
Fuente: Tomados de Kämpfer (2013, p. 249).

142
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Figura 4.4.b
Psicrómetros de ventilación

Nota: Izquierda: ventilación natural; centro: de honda; derecha: tipo Assman.

En 1820 John F. Daniell inventó el higrómetro de punto


de rocío con enfriamiento por evaporación de éter y, veinticinco
años después, Henri-Victor Regnault lo perfeccionó (véanse
figuras 4.4.a).
En 1835 Ernest Augusto desarrolla el psicrómetro, un
medidor de humedad a partir de datos de temperaturas de bulbo
seco y húme- do, y fue hasta 1892 que Richard Assman desarrolló
psicrómetro de aspersión, por eso lleva su nombre.
El psicrómetro de ventilación natural tiene conectado el
bulbo húmedo a una fuente de agua destilada mediante una mu-
selina o mecha; su medición es válida después de una a dos
horas de colocado en la garita meteorológica y el frasco de
agua destila- da con que irá proveyendo al depósito del
psicrómetro, también debe mantenerse en la garita para
garantizar que tenga la misma temperatura que el aire. El de
honda se debe mojar (con agua des- tilada a la temperatura del
aire) y posteriormente girar para que se ventile, mientras que
el de Assman está provisto de un ventila- dor eléctrico o
mecánico (véanse figuras 4.4.b). Recién mojado el sensor de
bulbo húmedo, las temperaturas de ambos termómetros deben
ser iguales; la lectura se hace una vez que, por efectos de la
ventilación, la temperatura de bulbo húmedo se estabiliza. Para
los tres instrumentos, usualmente se leen las temperaturas y se
les relaciona sobre una tabla para conocer la humedad relativa.
Esas tablas son la expresión numérica de la ecuación 4.1 y, por
tanto, para cada tipo de psicrómetro son diferentes pues sus
constantes de calibración son también diferentes.
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

Resulta claro que la temperatura de bulbo húmedo,


leída en estos instrumentos, no necesariamente coincide con
la calcula- da teóricamente con la ecuación 4.1; la que más se
le acerca es la del psicrómetro Assman, que se basa en el
efecto refrigerante por evaporación, es decir que enfría el aire
mediante la evaporación de agua. En otras palabras, se
emplea la gran entalpía de vaporiza- ción del agua para
reducir la temperatura del aire seco mediante la transición de
fase de agua líquida a vapor de agua, lo que requiere de un
consumo de energía mucho menor que el de instrumentos que
funcionan mediante refrigeración, por ejemplo.
La tabla 4.2.a es utilizada para obtener datos de
humedad relativa a partir del bulbo seco y húmedo. Para
niveles altitudina- les de 1,000 a 2,000 metros; para el sector
señalado se usa la tabla 4.2.b, y para altitudes de 2,000 a
2,500 m se deben hacer correccio- nes para los casos del
ángulo inferior derecho indicado.
Higrómetro de absorción
Es un instrumento que funciona con base a sustancias químicas
hi- groscópicas y mide directamente la humedad relativa; se usa
para hacer lecturas directas de humedad relativa, pero con el
avance de los instrumentos digitales, su uso se restringe
prácticamente a es- taciones meteorológicas de aficionados
(figura 4.5).
Figura 4.5
Higrómetro de

143
absorción

144
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Tabla 4.2.a
Tabla psicrométrica válida para presiones alrededor de 1,000
hPa (0 a 1,000 m de altitud)

Humedad relativa (cuerpo de la tabla), a partir de la temperatura de bulbo húmedo


(primera co- lumna) y diferencia de bulbo seco menos húmedo (primera fila), válida
por debajo de 1,000 m de altitud. De 1,000 a 2,500 m corregir para la sección inferior
derecha con las tablas 4.2.b y 4.2.c.
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

Cuadro 4.2.b
Tabla psicrométrica válida para presiones alrededor de 850 hPa
(1,000 a 2,000 m de altitud)
Diferencia entre bulbo seco y bulbo húmedo
Bulbo húmedo

7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10.5 11.0 11.5 12.0 12.5

15 50 47 45 42 40 38 36 34 32 31 29 27
14 48 46 43 41 39 37 35 33 31 29 27 26
13 47 45 42 40 38 35 33 31 30 28 26 23
12 46 43 41 38 36 34 32 30 28 26 24 23
11 45 42 39 37 35 32 30 28 26 25 23 21

10 43 40 38 35 33 31 29 27 25 23 21 19
9 42 39 36 34 31 29 27 25 23 21 19 18
8 40 38 34 32 29 27 25 23 21 19 17 16
7 38 35 33 30 28 25 23 21 19 17 15 13
6 36 33 31 28 25 23 21 19 17 15 13 11

5 34 31 29 26 23 21 19 16 14 12 11 9
4 32 29 26 24 21 18 16 14 12 10 8 6
3 30 27 24 21 18 16 14 11 9 7 5 4
2 28 24 21 18 16 13 11 8 6 4 2 1
1 25 24 19 16 13 10 8 5 3 1

0 22 19 16 13 10 7 5 2 0

-1 19 16 12 9 6 4 1
-2 16 13 6 6 3 0
-3 13 9 5 2
-4 9 5 2
-5 5 1

-6 1
-7
-8
-9
-10

145
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Cuadro 4.2.c
Tabla psicrométrica válida para presiones alrededor de 780 hPa
(2,000 a 2,500 m de altitud)
Diferencia entre bulbo seco y bulbo húmedo
B. Húmedo

3.0 3.5 4.0 4.5 5.0 5.5 6.0 6.5 7.0 7.5 8.0 8.5 9.0 9.5 10.0 10. 11. 11.5 12.0 12.5 13.0 13.5 14. 14. 15.
5 0 0 5 0

20 66 63 60 58 55 53 51 49 47 45 43 41 39 38 36 34 33 32 30 29 28
19 65 62 59 57 55 52 50 48 46 44 42 40 38 37 35 33 32 31 29 28 27

18 64 61 59 56 54 51 49 47 45 43 41 39 37 36 34 32 31 30 28 27 26

17 63 61 58 55 53 50 48 46 44 42 40 38 36 34 33 31 30 29 27 26 24

16 63 30 57 54 52 49 47 45 43 41 39 37 35 33 32 30 29 28 26 24 23

15 62 59 56 53 51 48 46 44 42 39 38 36 34 32 30 29 27 26 24 23 22

14 61 58 55 52 50 47 45 43 40 38 36 34 33 31 29 28 26 25 23 22 21

13 60 57 54 51 49 46 44 41 39 37 35 33 31 29 28 26 25 23 22 20 19

12 59 56 53 50 47 45 42 40 38 36 34 32 30 28 26 25 23 22 20 19 18

11 58 55 52 49 46 44 41 39 36 34 32 30 28 26 24 23 22 20 19 17 16

10 72 68 64 60 57 54 51 48 45 42 40 37 35 33 31 29 27 25 23 22 20 18 17 16 14

9 71 67 63 59 56 53 49 46 43 41 38 36 33 31 29 27 25 23 21 20 18 17 15 14 13

8 70 66 62 58 55 51 48 45 42 39 37 34 32 29 27 25 23 21 20 18 16 15 13 12 11

7 69 68 61 57 53 50 46 43 40 37 35 32 30 28 25 23 21 19 18 16 14 13 11 10 9

6 68 64 60 56 52 48 45 42 39 36 33 30 28 26 23 21 19 17 16 14 12 11 9 8 7

5 67 63 58 54 50 47 43 40 37 34 31 28 26 23 21 19 17 15 13 12 10 9 7 6 5

4 66 61 57 53 49 45 41 38 35 32 29 26 24 21 19 17 15 13 11 9 8 6 5 3 2

3 65 60 55 51 47 43 39 36 33 30 27 24 21 19 17 14 12 10 9 7 5 4 2 1 -

2 63 59 54 49 45 41 37 34 30 27 24 22 19 16 14 12 10 8 6 4 3 1

1 62 57 52 47 43 39 35 32 29 25 22 19 16 14 11 9 7 5 3 1

0 61 55 50 45 41 37 33 29 26 22 19 16 13 11 8 6 4 2

-1 59 53 48 43 39 34 30 26 23 19 16 13 10 8 5 3 1

-2 57 52 46 41 36 32 28 24 20 16 13 10 7 4 2

-3 55 49 44 39 34 29 25 21 17 13 10 7 4 1

-4 53 47 41 36 31 26 21 17 13 10 6 3

-5 51 45 39 33 28 23 18 14 10 6 2

-6 49 42 36 30 24 19 14 10 6 2

-7 46 39 33 27 21 15 10 6 1

-8 44 36 33 27 17 11 6 1

-9 41 33 26 19 13 7 2

-10 38 30 22 15 8 2
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

Higrómetros eléctricos y sensores capacitivos


Los higrómetros eléctricos utilizan como sensores dos
electrodos y cloruro de litio, que generan un voltaje que se
convierte en el dato de humedad relativa al multiplicarse por
una constante de calibra- ción. Lo hace directamente el
instrumento. Este tipo de sensores suelen estar presentes en las
estaciones meteorológicas automáti- cas, normalmente
acompañado del termómetro, ambos cubiertos por un abrigo
para evitar la incidencia directa de los rayos solares (véanse
figuras 4.6).
Figura 4.6
Higrómetros

eléctricos
Nota: Izquierda: de lectura directa; centro: de tipo hobo; derecha: abrigo meteorológico
de una estación automática. Adentro están los sensores eléctricos de temperatura y
humedad.

El tipo hobo y las estaciones automáticas tienen un


sistema de almacenamiento de datos y posibilidades de
programación de la frecuencia del sensado,1 de modo que
pueden almacenar datos por periodos prolongados que hay que
ordeñar periódicamente, aunque de manera eventual tienen
también la posibilidad de transmitir la información en tiempo
real a una estación receptora o computado- ra. En la web se
encuentra información abundante de este tipo de sensores e
instrumentos, cuyos precios van desde unos cuantos dó- lares
hasta diez mil o más, dependiendo de la precisión, tiempo de
respuesta y sensibilidad del instrumento, así como del sistema

147
de almacenamiento o de transmisión de los datos. La mayoría
de las ve- ces, los instrumentos y los sistemas de
almacenamiento o de trans-

1
Este neologismo proviene de sensor y no de censo, de ahí su ortografía.

148
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

misión se venden por separado, de modo que el comprador


puede armar un paquete adecuado a su presupuesto y
necesidades.
Más de tres cuartas partes de los sensores de humedad
en miniatura, integrados por ejemplo a circuitos eléctricos,
utilizan la técnica capacitiva y son, en general, de mayor
exactitud que los psi- crómetros. Los sensores capacitivos
aprovechan que el aire cambia su permitividad de acuerdo a la
humedad del ambiente y al penetrar en el campo eléctrico que
hay entre las placas del sensor, se produ- ce un cambio
dieléctrico que produce una variación en la capacitan- cia. La
delgada capa del capacitor del sensor de humedad responde a
cambios de humedad relativa mayoritariamente, y responde
tam- bién a cambios de temperatura. Entre los sensores
capacitivos de humedad destacan los higrómetros de punto de
rocío, y se utilizan de manera frecuente en radiosondas
empleadas en globos meteoro- lógicos, que miden durante su
ascenso parámetros como la presión, temperatura, viento y
humedad, hasta la parte baja de la estratósfera. El
procedimiento de calibración de fábrica de las radioson-
das relaciona la capacitancia medida con la humedad relativa,
con respecto al agua líquida a 20 °C. Primero, la humedad
relativa se calcula de una curva de calibración derivada de
cada sensor a 20 °C a 0 y 75% de humedad relativa; después,
la humedad relativa cal- culada se ajusta a la temperatura
ambiente de acuerdo a la curva de humedad relativa y en
función de la temperatura obtenida de una muestra amplia de
datos de distintos sensores.
Las mediciones han demostrado que la dependencia de
la temperatura del sensor capacitivo no es lineal y, junto con el
retraso de sus mediciones, se produce una fuente de error
adicional respec- to a los perfiles de humedad relativa a
temperaturas bajas.
Otro problema que se presenta en las radiosondas es que
a gran altura se escarcha el sensor, por lo que se ha
implementado en varias de ellas usar dos sensores que se
calientan a intervalos cons- tantes de tiempo y se utiliza una
resistencia integrada dentro de un sustrato de vidrio. Debido al
pequeño tamaño de cada sensor, su respuesta es mucho más
rápida. Después de enfriar la temperatura ambiente, el sensor
continúa operando en modo de medición, mo- mento en el que
el segundo sensor inicia su ciclo de calentamiento. Durante el
día, el error sistemático más común de las medi-
ciones es el dry bias, o sesgo por secado, producido por la
radiación
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

solar. Es dependiente de la altitud por la disminución del


enfria- miento convectivo del sensor. Durante la noche, la
radiación no con- tribuye a errores de las mediciones,
solamente se presentan errores de calibración y del mismo
sensor.
Entre muchos otros, el sensor sht71 es de fácil acceso en
el mercado —por unos 50 dólares—, funciona a partir de un
polímero capacitivo para medir humedad relativa y lo fabrica la
empresa Sensi- rion (www.sensirion.com). Debe acoplarse a
una tarjeta inteligente y de memoria, por ejemplo la
RaspberryPi, lo que permite hacer son- deos con globos
cautivos o drones, como lo muestran las figuras 4.7.
Figura 4.7
Sensor y

sondeos
149
Izquierda arriba: Sensor SHT71 de Sensirion acoplado a una tarjeta RaspberryPi. /
Centro: Inflado de globo de sonda. / Abajo: Caja con sensores (F: termométrico y de
humedad). Derecha: Gráfica de valores de temperatura de punto de rocío y ambiente.

150
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

Globos sonda
En el primer tercio del siglo XX se desarrollaron los medidores
de humedad a partir de materiales cuya resistencia, conductivi-
dad o capacitancia eléctricas varían dependiendo de la humedad
ambiente. Así, entre 1920 y 1930 se pudieron armar equipos
para sondeo atmosférico con globos y transmisión por radio,
por Yrjö Väisälä en Finlandia y Pävel Aleksändrovich
Molchanov en la an- tigua Unión Soviética. En la actualidad se
lanzan globos, normal- mente inflados con helio y
eventualmente con hidrógeno, para si- multáneamente realizar
sondeos atmosféricos dos veces al día en varias partes del
mundo, a las cero y doce horas de Greenwich. Los sensores
atados al globo pueden ser de bulbo seco y húmedo o eléctricos.
Los perfiles verticales de humedad van desde la superfi- cie
hasta el final de la tropósfera o inicios de la estratósfera; es de-
cir, hasta un nivel de presión cercano a los 200 hPa.
Para estudios específicos también se usan globos
cautivos, es decir que se elevan y descienden mediante un
malacate.
En general, el desarrollo de radiosondas con sensores ca-
pacitivos de película delgada (figura 4.7, abajo), provee datos de
humedad que pueden ser utilizados a largo plazo en estudios de
clima. Los sensores capacitivos más usados son los Humicap
(de tipo A- o H-) desarrollados por Vaisala e integrados en sus
radio- sondas. El tiempo de respuesta de estos sensores aumenta
expo- nencialmente conforme disminuye la temperatura, por lo
que los perfiles de humedad de estructuras atmosféricas
verticales se suavizan con el descenso de la temperatura. Una
corrección en el tiempo de retraso del sensor reducirá la
incertidumbre de la me- dición para perfiles individuales,
incrementará la significancia de conjuntos de datos más grandes
y reducirá el sesgo de los sistemas de medición en regiones de
la atmósfera, donde el gradiente de la humedad relativa vertical
tiene preferencia climatológica.

Monitoreo de la humedad desde vuelos comerciales ( mozaic)


El programa Measurement of Ozone and Water Vapour on Airobus
In- service Aircraft (mozaiC) es un proyecto fundado por la Unión
Euro- pea para la medición de la distribución de diversos gases
como ozo- no, vapor de agua, óxidos de nitrógeno y monóxido
de carbono. Los
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

vuelos cubren rutas en gran parte del hemisferio norte y


algunas del hemisferio sur, y llevan más de 15 años haciendo
mediciones con- tinuas de vapor de agua, por lo que se utilizan
sensores capacitivos para medir la humedad relativa y la
temperatura.
Dichos sensores se colocan en una caja adiabática en la
par- te externa del avión, lo que protege a los instrumentos del
colapso con partículas de polvo y humedad; sin embargo, la
compresión adiabática causa el aumento de la temperatura de la
muestra de aire, provocando una disminución del rango
dinámico del sensor. En general, el tiempo de respuesta del
sensor en las partes baja y media de la tropósfera es bueno, no
obstante aumenta de manera considerable a bajas temperaturas,
llegando a valores cercanos a un minuto a altitud de crucero; es
decir, a la altitud promedio de vuelo de los aviones. Nuevos
métodos de calibración en vuelo han sido desarrollados para el
control y disminución del tiempo de res- puesta del sensor, en
los que la compensación del éste es monito- reada de manera
quasi-continua y ajustada durante el vuelo.
Higrometría de punto de escarcha
La higrometría de punto de escarcha tiene como principio el
equi- librio termodinámico de dos fases de un sistema. La
ecuación de Clausius-Clapeyron, como se vio en el capítulo 3,
describe la rela- ción entre la presión de vapor y la temperatura
de un sistema de dos fases que están en equilibrio.
Los higrómetros de punto de rocío mantienen
activamente el equilibrio de un sistema de dos fases que
consiste en agua líqui- da y vapor de agua, ajustando
continuamente la temperatura de la fase líquida tal que ésta se
mantenga estable y constante; es de- cir, la fase líquida no
crece ni disminuye. Si este control activo es exitoso, entonces
las variaciones de temperatura de la fase líquida necesarias
para mantener el equilibrio son pequeñas y la tempera- tura
media es aproximadamente la de punto de rocío, que se
utiliza para calcular la presión parcial del vapor.
Existen también higrómetros de punto de escarcha cuyo

151
funcionamiento se basa en el mismo principio que rige el
funcio- namiento de los de punto de rocío, pero utilizando hielo
en lugar de agua líquida. Ambos difieren en la fase del
condensado y, por lo

152
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

tanto, en el rango de temperatura para el que están diseñados.


En el caso de los de punto de escarcha, la fase del
condensado es hielo por lo que el rango de mediciones es en
general bajo 0 °C.
Para la detección de la fase condensada se utilizan dos
méto- dos: el primero y más común consiste en el uso de
detección óptica para percibir una capa de hielo en un espejo; la
segunda utiliza un cristal de cuarzo como sustrato, y detecta la
masa acumulada que se depositó sobre él como un cambio en la
frecuencia de oscilación. Para los higrómetros de punto de
escarcha se utiliza un es-
pejo, usualmente un disco metálico con baño de plata que
sirve como sustrato, y un detector que monitorea la luz
reflejada. La cantidad de condensado se mide con la
reflectividad del espejo que es disminuida por la cantidad de
hielo que lo cubra.
En caso de contar con un cristal de cuarzo, éste se hace
vi- brar con un piezoeléctrico a una frecuencia constante. La
deposi- ción de material en la superficie del cristal afecta la
amplitud y la velocidad de la onda generada por la vibración del
cristal, con lo que es posible medir la cantidad de condensado
en el cristal.
Lo que los higrómetros de punto de escarcha tienen en
co- mún es el ciclo de retroalimentación que regula la
temperatura del espejo, en el cual un detector percibe la capa
de hielo en el sustrato y cuantifica la cantidad de hielo. El
controlador de retroa- limentación regula la temperatura del
sustrato, de tal manera que permanezca constante la cantidad
de hielo sobre él, entonces esta temperatura se aproxima a la
de punto de escarcha.
El controlador de retroalimentación puede calibrarse al
cal- cular el exceso o la falta de hielo/condensado en el
espejo o cristal para recalcular la temperatura. Es importante
mencionar que debi- do a que la presión parcial de vapor se
deriva a partir de la tempe- ratura del espejo o el cristal,
entonces este cálculo sólo es válido si el controlador de
retroalimentación mantuvo de manera constante la cantidad
de condensado.
Entre los higrómetros de punto de escarcha más
utilizados en mediciones de vapor de agua se encuentran el
Cfh y el gts1, y representan prototipos de esta clase de
sensores. Para su funciona- miento, un pequeño espejo se
calienta eléctricamente contra una llave criogénica fría
para mantener la capa condensada en equili- brio con el
agua de vapor del ambiente. Bajo esta condición, la tem-
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

peratura del espejo es igual a la temperatura de punto de


rocío si la fase condensada es líquida, o a la temperatura de
punto de escar- cha si el condensado es hielo y, entonces, la
razón de mezcla del vapor de agua y la humedad relativa se
miden utilizando la ecua- ción de Clausius-Clapeyron.
Por su parte, el sensor de humedad gts1 es una pequeña
pie- za con sustrato de plexiglass con dos electrodos, que está
cubierta con una mezcla de hidroxietilcelulosa, carbón y algún
otro material auxiliar. La medición de la humedad relativa se
realiza de acuerdo a los cambios de la resistencia del sensor,
sin embargo debe hacerse una corrección debido a la
dependencia de dicha resistencia con la temperatura; además,
la humedad relativa no se calcula de manera directa de la
resistencia medida, sino por el cociente de la resisten- cia
medida respecto a la resistencia de referencia, que se mide
bajo condiciones de referencia (0 % de humedad relativa
generalmente). Una comparación2 detallada del
funcionamiento de ambos higrómetros muestra que su
respuesta varía entre el día y la noche, en gran medida por la
variación de temperatura, y es cuantificable también la
variación del sesgo por secado de cada aparato. Dichas
diferencias provocan que el rango de medición de humedad
en la atmósfera óptimo para cada aparato, sea distinto. Se
observó que el gts1 fracasó en la medición de la humedad en
la tropósfera alta, e incluso en algunas ocasiones en la
tropósfera media; sin embar- go, es capaz de capturar ciertas
estructuras finas de la humedad relativa de la tropósfera
media. Mientras que el Cfh es capaz de medir
constantemente agua de vapor desde la superficie hasta la
estratósfera media.

Aplicaciones del método de fluorescencia


La fluorescencia es un tipo particular de luminiscencia que
ocurre cuando un objeto absorbe energía en forma de
radiación electro- magnética y luego emite parte de esa
energía con una longitud de onda diferente.
La fotodisociación, por su parte, es un proceso en el cual
moléculas grandes se separan en moléculas más pequeñas, iones
153
2
Bian, J. y Chen, H. (2011). Intercomparison of Humidity and Temperature Sensor
gts1, Vai- sala rs80 and Cfh. Adv. Atmospheric Sci., 28 (1): 139-146.

154
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

o radicales, por acción de los fotones incidentes. Recuerde que


la energía es proporcional a la frecuencia (n), E=hn y n=1/l
, esto significa que se requiere de una energía mínima para
partir una
molécula de agua, que puede disociarse para longitudes de
onda menores a 137 nm, de acuerdo a la siguiente reacción:
H2O Û OH–+H+
La molécula OH– tiene un electrón de más, lo que
provoca que tenga más energía de la que suele tener en su
estado normal (estado base); es decir, se encuentra en un
estado excitado. El OH excitado regresa al estado base
liberando el excedente de energía en forma de luz
(fluorescencia), o bien, por colisiones con otras moléculas. Si
lo hace mediante fluorescencia emitirá luz con una longitud
de onda entre 305 y 325 nm.
Suena razonable pensar que si se mide la cantidad de luz,
cuya longitud de onda se encuentra entre 305 y 325 nm, se
tendrá información sobre el número de moléculas de OH –
presentes en el aire y, luego entonces, sobre el número de
moléculas de agua.
1. Se pueden relacionar el número de moléculas OH– con
la cantidad de moléculas de agua de acuerdo al factor
de disociación del agua (J), que depende de T (las
cantida- des entre corchetes indican los moles de cada
molécula).

[OH-][H+]
J=
[H2O]

2. La cantidad de luz detectada para este rango de longi-


tudes de onda dependerá de la eficiencia de detección
del fotodetector usado, llamada formalmente
eficiencia cuántica del estado excitado de la molécula
OH– (F).
3. La cantidad de luz emitida dependerá de la
probabilidad de que la molécula OH – excitada pase
al estado base emitiendo luz, que está descrita por
el coeficiente de Einstein (A0).
4. El número de moléculas OH– en el aire depende también
del factor de extinción del radical OH en el aire (kq).
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

El número de fotones fluorescentes Nf satisface que:

Nf= [H O] JF
2
[aire] kq+A0

Para altitudes menores a 20 km se satisface que kq [aire] >>


A0, entonces la ecuación anterior puede aproximarse a

[H2O]
Nf = [aire]

Se mencionó que la fotodisociación del agua se lleva a


cabo para longitudes de onda menores a 137 nm, sin
embargo, ¿qué lon- gitud de onda es conveniente usar para la
disociación de estas mo- léculas? Tomando en cuenta que el
agua y el oxígeno tienen un espectro de absorción similar en
la región ultravioleta, resulta con- veniente saber que para
l=121.6 el agua absorbe luz y el oxígeno no tanta (3 % del
oxígeno en el aire absorberá luz de esta longitud de onda a 50
hPa). Esta es la razón por la que los higrómetros de
fluorescencia operan a esta longitud de onda (figura 4.8).
Figura 4.8
Funcionamiento de higrómetro de fluorescencia

Es posible resumir las propiedades de los higrómetros de


fluorescencia:
• Rango de medición de vapor de agua: 0.5 a 1,000 ppmv
• Límite de detección: 0.1 ppmv
155
• Tiempo de respuesta: 0.2 s

156
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

• Precisión de la medición: 5.5%


• Rango de temperatura: -95 a 40 °C

Higrómetro de kriptón
Este instrumento es de la empresa Campbell Scientific y tiene
una respuesta tan rápida que se pueden hacer hasta 50
mediciones en un segundo. Fue patentado en 1984 y
actualmente es de uso co- mún para medir flujos de vapor —
como la evapotranspiración de una superficie— o de calor
latente asociado a esos flujos, si sus mediciones se hacen
simultáneamente a las de un anemómetro de respuesta
igualmente rápida. Se le conecta a un sistema de ad- quisición
o transmisión de datos en el que, a su vez, se programa su
frecuencia de medición y su asociación con otros sensores.
Fun- ciona con una lámpara de fuente de kriptón que se
encuentra en uno de los dos tubos mostrados en la figura 4.9
y que emite una luz a 123.58 nm; el vapor de agua disuelto
en el aire atenúa el rayo y, de esta manera, el tubo receptor
mide la razón de mezcla o la hu- medad absoluta.
Figura 4.9
Higrómetro de

kriptón
Diagrama de emplazamiento Escala
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

Sensores remotos
Los sensores de medición remota son instrumentos que
pueden estimar valores de la humedad de la atmósfera sin
tener que estar en contacto con ella. En general aprovechan
que la incidencia de luz (radiación electromagnética) en la
atmósfera brinda informa- ción sobre la composición de las
moléculas y partículas del aire. La información puede
recabarse de distintas maneras, una de ellas es recolectar la
luz que ha atravesado la atmósfera, otra es lanzar un haz y
recolectar lo que es reflejado.
Pero, ¿cómo es que la luz puede hablarnos de la
distribu- ción de las moléculas y partículas en el aire? Lo
hace mediante el análisis de los espectros electromagnéticos
que reflejan las interac- ciones de las moléculas con
radiación. Llamamos espectro electro- magnético a la
distribución de energía de cierto conjunto de ondas
electromagnéticas, puede provenir de la emisión o absorción
de la luz por ciertas partículas, y sirve para distinguirlas de
manera aná- loga a una huella dactilar, pues la interacción de
la luz con la mate- ria en un régimen lineal permite
simultáneamente la absorción y la emisión de luz que se
ajusta a los niveles de energía ya definidos por los electrones.
Los métodos ópticos de medición se basan en la Ley de
Lambert-Beer, que relaciona la intensidad de luz entrante en
un
medio (I0) con la intensidad saliente, después de que en dicho
me- dio se produzca absorción (I); dicha absorción varía de
acuerdo a la cantidad de humedad del aire. La Ley de
Lambert-Beer se enuncia:
c
-b×d
I=I0e c0

donde b corresponde al coeficiente de absorción, d es la longitud


del camino que atraviesa la luz, C es la concentración en el medio
y C0 es la concentración del absorbente previa a entrar a ese
medio.
Se utilizan dispositivos con luz ultravioleta o infrarroja
157
en el rango ultravioleta son preferibles para la medición de
humedades absolutas bajas; para la presión de vapor de agua
mayor a 10 hPa resulta más adecuado el rango infrarrojo.

158
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

La calibración de estos dispositivos resulta fundamental


en la medición de humedad absoluta, y los dispositivos en el
rango ul- travioleta una calibración más precisa que los de rango
infrarrojo. Existen dos métodos de calibración principales: uno
consiste en usar la calibración dentro de un flujo de gas con una
concentración constante de vapor de agua y el otro utiliza una
cámara climática. Además, la calibración in situ es posible
cambiando la longitud de recorrido por una humedad casi
constante.
Radiometría de microondas
La radiometría de microondas consiste en el análisis de la
radia- ción electromagnética —en el rango de las
microondas, frecuencia de 30 a 300 GHz— que ha
atravesado la atmósfera. La interacción de la radiación
electromagnética proveniente del Sol tiene un ran- go de
frecuencias muy amplio y a cada frecuencia se le asocia una
energía. Cada molécula que compone el aire requiere de una
ener- gía específica que la hará vibrar y, si esto sucede, dicha
molécula habrá absorbido un fotón que al vibrar emitirá
energía en forma de fotón y con una energía característica. A
esto se le conoce como transiciones vibracionales, mismas
que pueden medirse detectan- do la radiación
electromagnética.
En el rango que se realice la detección se observarán
picos de intensidad para frecuencias particulares,
correspondientes a la frecuencia vibracional de la molécula, y la
intensidad de estos pi- cos puede relacionarse con el número de
moléculas.
Una misma molécula puede tener distintas frecuencias
de vibración, como es el caso del vapor de agua; sin
embargo, no es posible observar todas las líneas que
describen la cantidad de va- por de agua desde el nivel del
suelo hasta la tropósfera, ya que la radiación
electromagnética que emiten se va atenuado, depen- diendo
de la altura a la que se encuentre la molécula y de su fre-
cuencia vibracional, por lo que se utilizan rangos de
frecuencias distintas para cada capa de la atmósfera.
En el caso del vapor de agua, las transiciones que se
utilizan y su uso son las siguientes:
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

Mediciones realizadas a nivel del mar, debido a la


22.235 GHz opacidad de la tropósfera. Puede tomarse en condiciones
nubladas, pero no con lluvia o nieve.
Mediciones desde lugares secos, como montañas, o bien
183.310 des- de aviones operando. Es una línea mucho más intensa
GHz en el espectro y presenta mejor relación señal a ruido.
Son líneas más débiles que solamente es posible medir
448.1 GHz desde satélites que observan la Tierra.
556.936
GHz

Los radiómetros —instrumentos utilizados para este


tipo de mediciones— consisten en una antena que recibe la
radiación que ha atravesado la atmósfera y la dirige a una
guía de onda que ali- menta la señal de entrada a la parte
electrónica del receptor. Estas señales arrojan un espectro en
el que, en la parte de microondas, es posible observar, a
frecuencias específicas, las líneas provenien- tes de
transiciones rotacionales del vapor de agua; un ejemplo de
una medición espectral obtenida con un radiómetro de
microon- das se muestra en la figura 4.10, que es una gráfica
de frecuencia contra temperatura de brillo (K), este último
término está direc- tamente relacionado con la intensidad de
la radiación. En dicha figura se muestran tres espectros
obtenidos para tres alturas de medición distintas, y se puede
observar que:
1. Para mediciones realizadas a mayor altura se
pierden menos componentes espectrales. Esto se
debe a que hay menor atenuación de la radiación,
pues ésta recorre un camino menor respecto a la
radiación medida a nivel del mar, por ejemplo.
2. A mayor altura se observa un menor
ensanchamiento de las líneas y puede deberse a un
fenómeno conocido como ensanchamiento Doppler,
que se explicará a deta- lle más adelante en esta
sección.
3. A nivel del mar la línea de transición de vapor de
agua a 22.235 GHz es clara, sin embargo, la línea

159
espectral a
183.310 GHz no tanto. En cambio, para las
mediciones realizadas a mayores alturas, sucede lo
contrario. Resul- ta claro que deben usarse rangos
de frecuencias distin- tas para cada capa de la
atmósfera.

160
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

Figuro 4.10
Ejemplo de espectro electromagnético infrarrojo recuperado de la
atmósfera a distintas altitudes

En la radiometría de microondas es bastante común


expre- sar la intensidad de la señal como temperatura radiante
Tb, en uni- dades de Kelvin. Esta variable se obtiene al
analizar la trasferencia de radiación en la atmósfera, para lo
que es necesario describirla en términos de la intensidad
específica In. Se refiere a la cantidad de energía que atraviesa
una unidad de área en dirección q, por unidad de frecuencia y
ángulo sólido. El ángulo sólido es el ángulo espacial que
abarca un objeto visto desde un punto dado y mide el tamaño
aparente de ese objeto.
La variación de la intensidad específica en un punto s a
lo largo de la línea de propagación se obtiene al considerar
las fuen- tes y absorbentes de radiación en un elemento de
volumen a lo largo de esa línea. Esto lleva a escribir la
ecuación de transferencia en forma diferencial:
dlv
=I a+S
ds v
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

En esta ecuación a corresponde al término de


absorción y S es el término de la fuente, ambos toman en
cuenta la ganancia o pérdida de la intensidad específica dada
la dispersión de radiación. Si no se considera la dispersión, el
término de la fuente pue-
de expresarse como S=aBn (T), donde Bn (T) se conoce como
brillo de superficie que, de acuerdo a la Ley de Planck,
satisface:

2hv3 1
Bv (T)=
c2 ehv/kT-1
con h la constante de Planck, k la constante de Boltzman, n la fre-
cuencia de radiación y c la velocidad de la luz. Cuando se trabaja
con microondas se tiene que hn << kT, entonces se puede realizar la
si- guiente aproximación, conocida como límite de Rayleigh-Jeans

2v2kT
B (T)»
2kT = 4.2
v
c 2
l2

Con lo que se puede deducir

2
l 4.3
Tv (v)= I
2k v
A esta cantidad se le conoce como temperatura de
brillo y juega el papel de la intensidad, pero ha sido
convertida a unidades de Kelvin. La ecuación de trasferencia
radiativa que se usa, gene- ralmente en radiometría de
microondas, se deriva de las ecuacio- nes presentadas
anteriormente y se escribe

Tb (v)=Tb0 4.4
e -t(S0)+òS T(s)e -t(s) a ds
0

0
En este caso, Tb0 corresponde a la temperatura de brillo
de fondo, T(s) es la temperatura de brillo, t es la profundidad

161
óptica (optical depth) y s0 es el camino recorrido.
En la ecuación anterior la emisión de radiación de los ele-
mentos atmosféricos se representa por el coeficiente aT(s), que
es atenuado por un factor e–t(s), ambos factores son
dependientes de

162
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

la frecuencia. También debe considerarse que cada línea


espectral tiene un ancho que se debe a distintas razones, una
de ellas es el de línea natural, que surge de la incertidumbre
en la energía de los estados involucrados en la transición.
Otro es el ensanchamiento Doppler, cuyo efecto se refiere al
cambio de frecuencia aparente de una onda producida por el
movimiento relativo de la fuente res- pecto a lo observado;
en el caso de la detección de microondas, con el movimiento
térmico de los átomos —aquellos que viajan hacia el detector
con una velocidad v—, serán detectados con frecuen- cias de
transición que difieren de las de los átomos en reposo, por el
desplazamiento Doppler.
El ensanchamiento Doppler es provocado por la
diferencia de velocidades de las partículas en la atmósfera,
que depende de la distribución de temperatura; una partícula
que se acerca o se aleja del sensor emitirá, por el efecto
Doppler, una línea espectral con menor o mayor longitud de
onda, respectivamente, a la predicha por la teoría. Debido a
que el desplazamiento Doppler depende di- rectamente de la
velocidad, las partículas de la atmósfera emitirán líneas
espectrales siguiendo una distribución en particular, ensan-
chando ciertas líneas del espectro.
Espectrometría infrarroja
Cuando la radiación electromagnética interactúa con las
moléculas de la atmósfera puede provocar que éstas roten o
vibren de mane- ra individual, dependiendo de la longitud de
onda de la radiación que haya sido absorbida por dicha
molécula en particular. Las lí- neas del espectro provocadas
por las rotaciones o vibraciones indi- viduales de distintos
absorbentes atmosféricos (O3,H2O,HDO,CH4), tienen distintas
longitudes de onda correspondientes a la energía liberada de
cada molécula al reemitir la luz absorbida. La mayoría de
estas interacciones suceden en el infrarrojo, lo que hace de la
detección infrarroja remota una herramienta importante en la
in- vestigación atmosférica.
Para llevar a cabo mediciones de espectros en el rango in-
frarrojo se utiliza un espectrómetro de transformada de Fourier
(ftir, por sus siglas en inglés), que presenta como ventaja mejor
acceso a longitudes de onda ente los 30 y 300 micras (a las que
no
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

pueden acceder los espectrómetros de infrarrojo normales);


está basado en el interferómetro de Michelson, que consiste
en un divi- sor de haz que divide la radiación incidente en dos
haces. Uno de ellos es reflejado por un espejo fijo o
retroreflector, mientras que el otro es enviado a un espejo
móvil que permite variar la diferencia de camino óptico. Un
detector mide la intensidad de la interferen- cia como función
de la diferencia de camino óptico, mientras que la diferencia
de caminos es medida con un láser monocromático. Las
fluctuaciones de intensidad son graficadas como un interfero-
grama, que es convertido en un espectro mediante la
transformada de Fourier. Un esquema básico se muestra en la
figura 4.11.
Figura 4.11
Esquema simple de funcionamiento del ftir

Un ftir promedio permite la recuperación de perfiles


ver- ticales con una resolución de 2 km en la tropósfera baja,
4 km en la tropósfera media y 6 km en la parte superior de la
tropósfera. En general, los perfiles de vapor de agua
obtenidos mediante esta técnica son validados con
mediciones de radiosonda. Cuando son comparados se debe
tomar en cuenta la resolución de cada uno, pues el sistema
del ftir sólo puede tomar en cuenta estructuras gruesas de
distribuciones verticales de vapor de agua.
La cantidad total de vapor de agua de una columna y
sus distribución en las distintas capas atmosféricas pueden
163
calcular- se; sin embargo, las incertidumbres en las líneas
espectroscópi- cas, debidas al gradiente vertical de la
distribución del vapor de

164
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

agua y su variación temporal, presentan la mayor adversidad


para la detección remota de vapor de agua atmosférico, se
espera po- der resolver estos problemas en los próximos años.
El ftir ofrece la posibilidad única de monitorear perfiles
troposféricos, mismos que, en la estratósfera media y alta,
son tema clave para el estudio atmosférico actual, pues el
vapor de agua en estas capas tiene un impacto importante
como gas de efecto invernadero.

Radares, sodares y lidares


El radar (nombre derivado de RAdio Detection And Ranging,
figura 4.12) se basa en el eco de una onda de radiofrecuencia
que se pro- duce cuando la emisión encuentra un obstáculo. En
meteorología se usan para observar nubes desde mediados del
siglo XX, y de manera sistemática a partir del último tercio.
Los radares Doppler —capaces de advertir el traslado de
objetos como las nubes— se usan desde la década de los
ochenta del siglo pasado y su alcance puede ser de en- tre 100
y 500 km en la horizontal. Los radares de alta frecuencia (vhf,
por sus siglas en inglés, del orden de megahertz) son capaces
de esti- mar el contenido de humedad atmosférica en
prácticamente toda la tropósfera, debido a la resonancia de la
moléculas de agua en longi- tudes de onda cercanas a los 1.35
cm del espectro electromagnético.
Figura 4.12
Radar meteorológico (izquierda) y radar meteorológico, muestra
precipitaciones sobre el sul de la capital del país (derecha)
En meteorología, sobre todo para estudios de la baja atmós-
fera —dispersión de contaminantes atmosféricos, intercambios de
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

vapor de agua entre la superficie y la atmósfera, etcétera— se


usan cada vez más el sodar y el lidar (figuras 4.13), funcionan
de ma- nera similar al radar; el primero mediante ondas
acústicas (SOnic Detection And Ranging), mientras que el
lidar mediante luz (LIght Detection And Ranging).
Normalmente se usan para la exploración vertical de la
atmósfera y su alcance llega a lo más a un par de kiló- metros.
El sodar tiene la dificultad de provocar ruidos no intensos pero
persistentes, por lo que pueden ser molestos.
Figura 4.13
Lidar (izquierda) y sodar transportable (derecha).

En la figura 4.14 se muestra, mediante esquema, el


princi- pio del lidar, donde el pulso de un láser con longitud de
onda lE se emite a la atmósfera, la luz se dispersa por las
moléculas que se encuentran en la atmósfera y una fracción
de ésta es colectada por un telescopio que se encuentra en el
suelo y cuya área es AL. Cono- ciendo la velocidad de la luz,
la distancia r desde donde se difractó la luz es calculada con
el tiempo de vuelo de los fotones en su ca- mino hacia arriba
y luego hacia abajo (por eso se manda un pulso y no un
continuo). Dado que el lidar incluye la fuente de luz, la
técnica del lidar es conocida como una técnica activa de
medición remota, en contraste con otras técnicas remotas

165
como radiómetros o espectrómetros, que son pasivas.

166
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

La luz colectada por el telescopio es separada


geométrica y espacialmente, y detectada con instrumentos
fotosensibles y foto- diodos de avalancha (apd), capaces de
detectar cantidades de luz del orden de unos cuantos fotones,
donde es convertida a señales eléc- tricas que, a su vez, son
muestreadas en tiempo (es decir, distancia) y después de varias
correcciones son proporcionales al número de fotones emitidos
por el láser y de moléculas dispersoras de la luz.
Figura 4.14
Principio de funcionamiento de un lidar

El número de fotones detectados es proporcional al


número de fotones emitidos y multiplicado por el coeficiente
de dispersión total, la transmitancia atmosférica y un factor
referente a la efecti- vidad de detección del lidar (como se
muestra en la ecuación 4.5):
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

P (r, l )=P (r, l )K (lOL(r)ALdrb(r, l ® l )t (r, l )(r, l


)t 4.5
D D E E L D
) r2 E D E ¯ D

Donde los subíndices D, L, E viene de: detectado, lidar y


emitido, respectivamente. PE es el número de fotones emitidos,
PD es el número de fotones detectados, KL es la transmitancia
total y efectividad cuántica del canal receptor, OL es el campo
de visión del telescopio y el factor de superposición (entre 0 y
1), AL es el área receptora del telescopio, b es el coeficiente de
dispersión to- tal, t y t¯ son las transmitancias atmosféricas
totales (entre 0 y 1) para el rayo emitido (que sube) y el que
será detectado (que baja).
Satélite
En 1960 se puso en órbita el primer satélite artificial con
fines ex- presamente meteorológicos, el “Tiros 1”.
Actualmente el sistema mundial de satélites meteorológicos
está conformado por los de ór- bita polar y los
geoestacionarios (figura 4.15), los primeros circun- dan al
planeta en aproximadamente día y medio a 850 km de al-
tura, y los geoestacionarios a 36 mil kilómetros de altura y
rotan a la misma velocidad que el planeta, de modo que
permanentemen- te observan la misma área. La función de
los satélites es ver, oír y hablar; es decir, tomar imágenes y
sirven de canales de comunica- ción de datos meteorológicos.
En cuanto a las imágenes, las hay en la franja visible,
que sir- ven para observar la parte alta de la nubes y la
superficie; en la in- frarroja, que dan buena medida de la
temperatura del planeta; y las de vapor de agua, por los
sensores en las franjas de 1 a 2, de 3 a 7 y por arriba de 17
micrones (figura 4.16).
Recientemente se utiliza una técnica de sensado remo-
to ingeniosa. Mediante la comparación de retardos relativos
de la recepción de la señal satelital por equipos de sistemas
de posicio- namiento global (gps, por sus siglas en inglés) es
posible conocer o estimar el contenido de vapor de agua en la
tropósfera, o más con- cretamente del contenido de agua
167
precipitable (Wang et al., 2013 en Adv. in Space Res., 52;
Ryu et al., 2015 en J. of Hydromet., 16).

168
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

Figura 4.15
Sistema mundial de satélites meteorológicos

Fuente: The Comet Program/eUmetsat/nasa/noaa/omm. Tomado de: www.meted.ucar.edu.

Figura 4.16
Imagenes de

satélite
a) Satélite geoestacionario de vapor de agua.
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

b) Imagen de órbita polar de canal visible donde se observan


los diferentes recorridos de polo a polo.

Preguntas y problemas
1. Las lecturas en un psicrómetro tipo Assman son 32 y
28 °C de bulbo seco y húmedo, respectivamente.
Median- te cálculos y evitando el uso de tablas,
encuentre la pre- sión de vapor, la de vapor de
saturación y la temperatura de punto de rocío.
2. Para el problema anterior, calcule la humedad
relativa, la humedad específica y la densidad del
vapor (o hume- dad absoluta) si el sitio está a unos
1,500 m sobre el nivel del mar en México.
3. Si no se conocieran los datos de humedad relativa
hora- ria de la figura 4.1, sino sólo los de
temperatura horaria y la humedad relativa media
del día, combinando ésta (86.7%) con la
temperatura media (25.6 °C), se obten- dría una
presión de vapor de saturación de 32.6 hPa y una
presión de vapor media de 28.3 hPa. De cada valor
horario de temperatura se puede obtener el valor de
la presión de vapor de saturación, y con la presión
de va- por media antes calculada y considerada
invariante, se estimaría la humedad relativa horaria.

169
Realice este ejer- cicio y calcule la humedad
relativa de cada hora y el

170
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

error estándar de estimación o raíz cuadrada del


error cuadrático medio, entre la humedad relativa
así estima- da y la que se muestra en la figura 4.1.
Nótense que el error es relativamente grande en un
sitio con advección como Laguna Verde (a la orilla
del mar), sujeto al ciclo diario brisa marina/brisa
terral. Los datos de tempera- tura y humedad
relativa horarias de la figura 4.1 se indi- can en la
tabla siguiente.

Hora Temperatura (°C) Humedad relativa


(%)
0 23.11 88.0
1 23.11 90.7
2 23.69 90.6
3 23.11 92.2
4 23.47 91.6
5 23.72 89.4
6 24.10 82.7
7 24.47 84.0
8 24.41 84.2
9 26.06 77.1
10 28.18 70.6
11 28.09 76.3
12 27.53 85.1
13 26.98 88.4
14 27.37 87.7
15 27.43 87.4
16 27.19 88.1
17 26.77 88.3
18 26.21 86.8
19 26.38 84.9
20 25.96 88.4
21 25.57 91.1
22 25.29 94.4
23 25.11 94.6
Capítulo 4 | instrumentaCión higrométriCa

4. En los psicrómetros, ¿a qué se debe la dependencia de


las mediciones de humedad de las mediciones de tem-
peratura?
5. ¿En qué radican los errores de los sensores
capacitivos? Fundamentar matemáticamente.
6. ¿Cuál es la diferencia entre la higrometría de punto
de ro- cío y la de punto de escarcha?, ¿en qué son
semejantes?
7. ¿Cuál es el principio en común de los sensores
remotos mencionados en este capítulo?
8. ¿Cómo es que el análisis de espectros de radiación
elec- tromagnética brinda información sobre la
cantidad de vapor de agua en la atmósfera?, ¿qué
fenómenos deben considerarse y en qué consisten?
9. Analice la figura 4.10, ¿a qué corresponde este espectro?,
¿qué información se puede obtener de él?
10. Explique el principio físico de los higrómetros de
fluo- rescencia, ¿con éstos se analizan espectros de
luz? ¿por qué?

Para saber más


Bian, J., y Chen, H. (2011). Intercomparison of Humidity and
Temperatu- re Sensors: gts1, Vaisala RS80, and Cfh.
Advances in Atmospheric Sciences, 28 (1): 139-146.
Byers, H.R. (1974). General Meteorology. Chicago University Press
[ver ca- pítulos 5, 7 y 8].
Campbell, G.S., y Norman, J.M. (1998). An Introduction to
Environmental Biophysics. Nueva York: Springer-Verlag [ver
capítulo 3].
DeFelice, T.P. (1998). An Introduction to Meteorological
Instrumentation and Measurement. New York, Usa: Prentice Hall
[ver capítulo 6].
Frisinger, H.H. (1977). The History of Meteorology to 1800. Nueva York:
Science History Publications.
Kämpfer, N. (editor) (2013). Monitoring Atmospheric Water Vapor.
171
Ground- Based Remote Sensing and In-Situ Methods. Nueva
York: Springer.

172
elisa tejeda zacarías | adalberto tejeda martínez

Linacre, E. (1992). Climate: Data and Resources. A Reference and Guide.


London, Uk: Routledge [ver capítulos 1 y 2].
Middleton, W.E.K. (1969). Invention of the Meteorological Instruments.
Bal- timore, Usa: The Johns Hopkins Press.
Capítulo 5
Vapor, ciclo hidrológico y clima

Adalberto Tejeda Martínez

La parte atmosférica del ciclo hidrológico

E l ciclo hidrológico comprende el conjunto de procesos


físicos, químicos e incluso biológicos que intervienen en la
circulación
del agua por la atmósfera, los cuerpos hídricos superficiales, el
sue- lo y el subsuelo, ya sea en sus fases líquida, gaseosa o de
hielo. En otras palabras, es una cadena cuyos eslabones son la
evaporación, la condensación, la precipitación, la infiltración y
los escurrimientos superficial y subterráneo. Es un ciclo casi
cerrado, pues en el orden de miles de años, tras estar
transitando de un estado físico a otro, la masa de agua
contenida en el planeta se ha mantenido prácticamen- te
invariante.
La cantidad de agua movida durante un año por el
ciclo hi- drológico es equivalente a una lámina de un metro
de espesor que cubrió toda la superficie planetaria, pero si
todo el vapor de agua presente en la atmósfera en este
momento fuera condensado y lle- vado a la superficie, apenas
alcanzaría una altura de 2.5 cm. Ese metro de agua que
mueve el ciclo hidrológico al año, significa que el agua
atmosférica es removida por precipitación cuarenta veces en
el año, es decir una vez cada nueve días.
173
Cuantitativamente, el vapor de agua representa un
porcen- taje muy bajo en el contenido de agua en el planeta,
como se des- prende de las cifras citadas en la tabla 1.2 o en
el esquema de la

174
adalberto tejeda martínez

figura 5.1. Con respecto a la masa total de la atmósfera, el


agua in- mersa en ella apenas alcanza unas 25 millonésimas.
Figura 5.1
Cantidades de agua involucradas en el ciclo hidrológico

Las magnitudes sobre las flechas están en 1012 toneladas, y dentro de los rectángulos en
1015 toneladas.
Fuente: Linacre, E. y Geerts, B. (1996). Climates and Weather Explained. London, Uk: Rout-
ledge [capítulo 6].

No obstante, tan sólo en Norteamérica la atmósfera trans-


porta alrededor de seis veces más agua que todos los ríos, hecho
que evidencia dos aspectos: uno, que la atmósfera es capaz de
transportar vapor a través de grandes distancias y que pese a ser
relativamente poca el agua en la atmósfera, su transporte es más
cuantioso por aire que por tierra; y dos, que la fase del vapor de
agua es fundamental en la secuencia de la conservación de la
ener- gía. En efecto, el calor latente de vaporización —es decir,
el calor necesario para evaporar agua— es del orden de 2,257.0
KJ kg-1 a una temperatura de 0 °C (el de fusión es de 335.5 KJ
kg-1, y el de su- blimación, la suma de los anteriores, es de
2,592.5 KJ kg-1).
Esa energía que fue tomada por el agua del medio
ambien- te circundante (aire, superficie) para evaporarse (o
sublimarse) y ser convertida en calor latente. Es devuelta al
medio cuando ocu- rre el proceso contrario, la condensación (o
solidificación), como calor sensible, el cual es fundamental en la
dinámica de las tor- mentas. Un huracán típico puede producir
en promedio 15 mm de precipitación diaria en un radio de 600
km, lo que daría 1.7 x 1013 (17 millones de millones) de dm3 o
litros por día. Como un litro de
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

agua equivale aproximadamente a un kilogramo, significaría


la li- beración de 3.8 x 1019 Joules día-1, o sea 4.4x1014 watts,
alrededor de 200 veces la energía eléctrica generada en el
mundo en ese mismo tiempo. Pero, ¿cómo se distribuye el
vapor de agua en la atmósfe- ra? Desde luego su contenido es
mayor en la vecindad de la super- ficie del planeta y
disminuye hacia la altura, y de latitudes bajas a altas, como
puede apreciarse en las figuras 5.2.
Figura 5.2
Perfiles verticales de la humedad específica (g
kg-1) para enero y julio (1981-2010)

175
adalberto tejeda martínez

Un esquema sencillo es el de la figura 5.3, que muestra


cómo decae rápidamente el contenido de vapor de agua con
la al- tura sobre un sitio tropical húmedo (Ylang Ylang en la
ciudad de Veracruz, ubicada en el centro de la costa mexicana
del Golfo de México) y sobre San Diego, CA. Se nota el
contraste entre ambos sitios y entre invierno y verano.
Figura 5.3
Decaimiento de la razón de mezcla (g kg-1) con la altura

Ciudad de Veracruz, al centro del Golfo de México (1 de enero y 27 de julio


de 2016, 12 Z)

San Diego, CA. (1 de enero y 27 de julio de 2016, 12 Z).

Fuente: Datos tomados de la Universidad de Wyoming. Disponible en: weather.uwyo.edu/


upperair/sounding.html.
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

La figura 5.2 muestra promedios pero, como ya se dijo,


hay un transporte continuo de vapor entre diversas latitudes,
entre ma- res y continentes, y entre la atmósfera y las
superficies, sean de suelo, edificaciones, plantas o animales,
que se detallarán en el ca- pítulo 6. A nivel planetario, los
balances realizados hace décadas por Sellers,1 siguen siendo
vigentes y muestran el panorama general (fi- gura 5.4) que
muestra la nasa con tecnología actual (figura 5.5).
Por su parte, los transportes que se ilustran en la figura
5.5 dan origen a lo que desde hace un par de décadas se ha
llamado en la literatura ríos atmosféricos (atmospheric rivers),
dada la cantidad de agua que transportan en forma de vapor y
que, como se dijo al inicio de este capítulo, superan la cantidad
de líquido transporta- do por tierra, sobre todo en latitudes
tropicales, asociados dichos transportes con los vientos alisios.
Lo anterior lleva a preguntarse hasta qué punto la
precipita- ción de alguna región proviene de los trasportes o
ríos de aire que cruzan los océanos, o del recicle del vapor de
agua sobre el propio continente. En general, el recicle es
mayor en zonas continentales ubicadas a sotavento de los
vientos dominantes; es decir, como en el occidente de África
o al oriente de Euroasia o de Sudamérica.2
Figura 5.4
Izquierda: promedios anuales de evaporación (línea continua)
y precipitación (punteada). Derecha: escurrimiento (línea
continua) y la diferencia de precipitación menos evaporación
(punteada),
en g cm-2 año.

Fuente: Adaptada de Sellers (1966)

177
1
Sellers, W.D. (1966). Physical Climatology. Chicago, EU: Chicago University Press.
2
Para más detalles véase: Van der Ent et al. (2010). Water Resource Reserch, 46.

178
adalberto tejeda martínez

Figura 5.5
Arriba: divergencia del transporte de humedad (mm/día)
Abajo: diferencia entre evaporación y precipitación

Cartografía de la humedad global y en México


Una visión global de la humedad relativa en superficie se
puede apreciar en las figura 5.6. Es claro que en las zonas de
convergencia se alcanzan los valores máximos, tanto en
superficie como a mitad de la tropósfera (500 mb), e incluso
cerca de la tropopausa (300 mb), cuya distribución es similar a
la de la nubosidad y la precipitación.
La circulación atmosférica se refleja en las figuras 5.7
y 5.8, donde se muestra la convergencia y divergencia de la
humedad relativa media; mientras que sobre el mapamundi
(figuras 5.9a y 5.9b) se aprecia el agua precipitable total y la
capa de 1,000 a 700 hPa (o mb), respectivamente; también
para las capas de 700 a 500 (figura 5.9c), 500 a 300 hPa
(figura 5.9d) y de 300 a 100 hPa (figura 5.9e), y finalmente el
total en la figura 5.9f.
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

Figura 5.6
Presión de vapor (mb) en enero (izquierda) y julio (derecha) a
diferentes niveles de presión, promedios de 1981 a 2010

Fuente: Elaboradas por medio de reanálisis ( nCep/nCar Reanalysis Monthly Means


and Other Derived Variables).

179
adalberto tejeda martínez

Figura 5.7
Humedad relativa de la tropósfera, 14 de mayo de 1998 a 8.30
UtC, determinada por mediciones simultáneas de emisión de
radiación de calor dentro de la banda de 6-7μm de vapor de agua
por cinco satélites geoestacionarios

Se observan patrones bien conocidos de la circulación atmosférica: regiones


relativamente secas se muestran en tonos oscuros. En las zonas más húmedas de las
señales predominan las nubes. Fuente: Tomada de Hantel (2005).
Figura 5.8
Divergencia (líneas punteadas) y convergencia (líneas
continuas) de campos de flujo de aire en la tropósfera alta
y humedad relativa promedio observada en marzo de 1994

Los contornos son intervalos de 2×10-6s-1. Las áreas azules marcan regiones secas y
las áreas rojas denotan regiones húmedas en esta capa atmosférica, sobre los 4-5 km.
Fuente: Tomada de Hantel (2005).
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

Figura 5.9
Promedios anuales de la columna de vapor de agua para periodos
entre 1990 a 1995 (agua precipitable en mm)
a) b)

c) d)

e) f)

a) Promedio anual de la columna de vapor de agua total (periodo: 1991-1995, valores de 60.3 a 0.9 mm).
b) Promedio anual de la columna de vapor de agua acotada entre 1,000 a 700 hPa en la tropósfera baja (periodo:
1991-1995, valores entre 44.3 y 0.8 mm).
c) Promedio anual de la columna de vapor de agua acotada entre 700 y 500 hPa (periodo: 1991-1995, valores de 13.2 a 0.7 mm).
d) Promedio anual de la columna de vapor de agua acotada entre 500 y 300 hPa (periodo: 1991-1995, valores de 4.0 a 0.1 mm).
e) Promedio de la columna de vapor de agua acotada entre los 300 y 100 hPa en la tropósfera alta (periodo: julio de 1990 a
junio de 1995).
f) Promedio anual de la columna de vapor de agua total en toda la tropósfera (periodo: julio de 1990 a junio de 1995).

181
Fuente: Tomadas de Hantel, 2005.

182
adalberto tejeda martínez

La panorámica de la distribución de la humedad


específica en México a lo largo del año se puede ver en las
figuras 5.10.
Figura 5.10
Panorámica de la distribución de la humedad específica (g
kg-1) en México a lo largo del año

Datos de Reanálisis Regional Norteamericano (NARR, por sus siglas en inglés) en formato
NetCDF, correspondientes a la región de Norteamérica, 1981-2010.
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

Humedad y estabilidad atmosférica


Para la generación de una nube es necesario que el aire húmedo
próximo a la superficie ascienda hasta que, por enfriamiento
abia- bático o seudoadiabático,3 alcance una temperatura menor
a la de punto de rocío y el vapor contenido en ese aire
ascendente se con- dense o incluso se congele si la temperatura
está por debajo del punto de congelación.
Supongamos un volumen o paquete 4 de aire seco que
as- ciende verticalmente en un proceso no acelerado y
adiabático; cumpliría, por la primera condición, con la
ecuación hidrostática, que resulta de considerar que, en la
vertical, el empuje resultante
de las diferencias de presiones en dP y la aceleración gravitacio-
( )
nal (g) están en dz
equilibrio:
dP
5.1
=-rg
dz
con r la densidad del aire combinando la ecuación anterior con la
2.4 se obtiene:

dT P* dP
T - cP P =0,

que combinada con la ecuación de estado, establece el llamado


lap- se rate, o gradiente adiabático vertical del aire seco:

dT -g
=
dz cP

equivalente a una disminución de 9.8 °C/km por cada


kilómetro de ascenso, casi 1 °C por cada cien metros (G=9.8
C/km). Sin embar- go, si el aire no estuviera seco y el vapor
que contiene se fuera con- densando conforme asciende el
paquete de aire, iría liberando calor

3
Ambos términos serán aclarados más adelante

183
4
A veces se usa el término parcela, falso amigo del término inglés parcel, cuya
traducción más adecuada sería paquete.

184
adalberto tejeda martínez

latente y entonces el gradiente térmico vertical, llamado


seudoadi- bático, saturado o húmedo, sería de un decremento
de 6.5 °C/km de ascenso, o 0.65 °C por cada cien metros
(Gs=6.5 K/km).
Ahora bien, la condición de aire ascendente requerida para
que el aire provisto de humedad disminuya suficientemente su
tem- peratura como para formar nubes, se puede alcanzar por
el choque del viento con obstáculos que obligue su ascenso —
a lo que se llama convección forzada— o por el ascenso libre
de paquetes de aire que son empujados por tener una densidad
menor a la del aire que los circunda; esto es lo que se llama
inestabilidad atmosférica.
En resumen, si g es el gradiente térmico ambiental y G
es el gradiente adiabático (es decir, el que experimenta al
ascender un paquete de aire no saturado), las condiciones de
estabilidad o ines- tabilidad se establecen con la siguiente
regla:
g<G, estable
g=G, neutro o indiferente
g>G, inestable

También, para establecer estos criterios de estabilidad,


los meteorólogos hacen uso de la variación o gradiente de la
tempera- tura potencial (q) —que es la temperatura que
alcanzaría un pa- quete de aire si es llevado adiabáticamente
a un nivel de presión de 1,000 hPa— con la altura (z):

¶q
>0, estable
¶z
¶q
=0, neutro o indiferente
¶z
¶q
<0, inestable
¶z

Si el paquete en ascenso eventualmente estuviera


saturado, habría que considerar esa posibilidad, en cuyo caso
aparecen las posibles condiciones de estabilidad siguientes:
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

g<Gs, absolutamente estable


g=Gs, neutro o indiferente, si el paquete está saturado
Gs<g<G, condicionalmente (in)estable; la condición la
esta- blece el hecho de que el paquete esté saturado
de hume- dad (inestable) o no (estable)
g=G, neutro o indiferente seco
g>G, absolutamente inestable.

La conversión de la humedad en nubes


Las nubes se forman cuando el aire está sobresaturado de
hume- dad, es decir que rebasa 100% de humedad relativa. Por
lo común esta condición se alcanza cuando asciende aire, se
expande adiabá- ticamente y disminuye su temperatura. Aire
supersaturado podría formar gotitas de agua en lo que se llama
nucleación homogénea. En presencia de aerosoles que actúan
como núcleos de condensación ocurre la nucleación
heterogénea, que con mayor facilidad tienden a formar
conglomerados de gotitas de agua; es decir, nubes.
Cuando dos masas de aire se tienden a mezclar se modi-
fican las condiciones térmicas e hígricas de ambas, lo que desde
luego repercute en la formación o no de nubes. Consideremos
dos masas de aire húmedo a la presión P: la primera de masa
M1, tem-
peratura T1 y humedad especifica q1; y la segunda con masa M2,
temperatura T2 y humedad especifica q2. Supongamos que
dichas masas se mezclan simplemente a presión constante.
La humedad específica de la mezcla resultante vendrá
dada por una media, ponderada en masa, entre las humedades
especifi- cas individuales.

M1q1 M2q2
q= M +M+ M +M 5.2
1 2 1 2

M1rw1 + M2rw2
r» 5.3
185
W
M1+M2 M1+M2

186
adalberto tejeda martínez

M1e1 M2e2
e= M +M + M +M
1 2 1 2
5.4
Suponiendo que no hay ganancia (ni pérdida) neta de
calor durante el proceso de mezcla, la cantidad de calor
perdido por la masa más caliente será igual a la ganada por la
otra; es decir, si T representa la temperatura final de la
mezcla:
M1 (cP+rw1 cPu)(T1-T)=M2 (cP+ rw2 cPu)(T-T2)

Despreciando en este balance la pequeña contribución


del vapor de agua:

M T1 + M2T2
T= M 1+M M +M 5.5
1 2 1 2

En el ejemplo anterior, la mezcla está sobresaturada y,


por tanto, tendrá lugar la condensación; ésta continuará hasta
que la mezcla resulte justamente saturada. Esto no ocurrirá a
la tempera- tura T, puesto que durante la condensación, la
mezcla se irá calen- tando debido al calor latente. Como la
razón de mezcla disminuye en drw, durante la condensación
el calor latente determinará un calentamiento dado
aproximadamente por:
dq = –Ldrw 5.6
Introduciendo la ecuación 2.12 para expresar w en
función de e, y suponiendo que el proceso es isobárico, resulta:

de P CP
= e 5.7
T L
La ecuación 5.2 da la pendiente de la línea que, en el dia-
grama higrométrico, describe el proceso de condensación
isobári- ca. La intersección de esta línea con la curva define un
punto de coordenadas T´ y e´, que corresponde a la mezcla de
las dos masas de aire, tras haberse producido la condensación.
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

Mezcla adiabática
Supongamos que las dos masas de aire están inicialmente a
presio- nes distintas y que su mezcla tiene lugar después de
que cada una de ellas ha sido llevada adiabáticamente, hasta
la misma presión. Lo mismo que antes, la humedad específica
de la mezcla vendrá dada por la ecuación 5.2. Por otra parte,
en este proceso de mezcla adiabática la temperatura potencial
de la mezcla resulta ser tam- bién una media ponderada de las
temperaturas potenciales indivi- duales, de la misma forma
que las temperaturas estaban relaciona- das por la expresión
5.5.
En consecuencia, cuando una columna de aire está
com- pletamente mezclada, la humedad específica tendrá a
alcanzar un valor constante en toda ella, dada por:

q m= ò rqdz
Zz
con M= ò rdz la masa total de la columna.
Z1

Mediante la ecuación hidrostática, la última expresión


pue- de escribirse en función del espesor de la columna dado
en pre- sión, lo que conduce a
1
q = òP2 qdP 5.8
m
DP P1

Análogas expresiones pueden escribirse para la razón


de mezcla y la presión de vapor de las masas mezcladas. La
tempera- tura potencial tiende a un valor constante de
1
q = òP2 qdP 5.9
m
DP P1

Mediante una mezcla total, el gradiente térmico en una


colum- na vertical tiende al gradiente adiabático seco y la razón
de mezcla a un valor constante; los valores límites de la
temperatura potencial y de la razón de mezcla son promedios
187
respecto a la presión.

188
adalberto tejeda martínez

Formación de gotitas de nubes


Los cambios de fase del agua indicados abajo de izquierda a
dere- cha, conducen a la formación de las nubes.
Vapor « líquido (condensación,
evaporación) Líquido « sólido
(congelamiento, fusión)
Vapor « sólido (condensación,
sublimación)
Las gotitas de agua están caracterizadas por unas
intensas fuerzas de tensión superficial, de modo que para que
una pueda aumentar de tamaño, por condensación de vapor,
la tensión super- ficial tiene que ser contrarrestada por un
fuerte gradiente de pre- sión de vapor.
Debido a la barrera de energía libre de las pequeñas goti-
tas, el cambio de fase no tiene lugar en las condiciones de
equili- brio correspondientes a la masa de agua; en otras
palabras, si una masa de aire húmedo es enfriada
adiabáticamente hasta el punto de saturación de equilibrio, no
hay que esperar que se formen go- titas; en realidad tales gotitas
empezarán a condensarse en vapor de agua puro, solamente
cuando la humedad relativa (definida en términos del equilibrio
respecto al agua) alcance valores del orden de ¡varios cientos
por cien!
¿Por qué, entonces, las gotitas nubosas llegan a formarse
en la atmósfera cuando el aire ascendente alcanza la
saturación de equilibrio? Por el hecho de que la atmósfera
contiene importantes concentraciones de partículas, de tamaño
micrométrico y submi- crométrico, que tienen gran afinidad
por el agua y actúan como núcleos de condensación. El
proceso en virtud del cual las gotitas de agua se forman sobre
los núcleos a partir de la fase de vapor, se denomina nucleación
heterogénea. La condensación de vapor en forma de gotitas en
un medio puro, gracias a la existencia de una elevada
sobresaturación, no es importante en la atmósfera y se de-
nomina homogénea. Todos los procesos en los que debe
superarse una barrera de energía libre —tal como las
transiciones de vapor a líquido o de líquido a hielo— se
denominan proceso de nucleación.
En la atmósfera existen muchos tipos diferentes de
núcleos de condensación; algunos de ellos se humedecen a
rangos infe- riores a 100% y son los responsables de la
producción de calimas
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

perturbadoras de la visibilidad. Los núcleos de condensación


rela- tivamente grandes, son aquellos que pueden crecer hasta
alcanza el tamaño de las gotitas nubosas. El aire húmedo al
enfriarse por ascenso adiabático llega a alcanzar una humedad
relativa próxima a 100%; en estas condiciones los núcleos más
higroscópicos empie- zan a actuar como centros de
condensación. Si el ascenso continúa el enfriamiento produce
sobresaturación, y ésta se agota por con- densación sobre los
núcleos. Por sobresaturación se entiende el ex- ceso de humedad
relativa respecto al valor de equilibrio de 100%; así, por
ejemplo, un aire cuya humedad relativa es de 101.5%, tie- ne
una sobresaturación de 1.5%. En el interior de las nube, suelen
existir núcleos suficientes para evitar que la sobresaturación
supe- re el valor de 1%. Una característica importante de la
atmósfera es la de contener por lo general núcleos de
condensación suficientes, en orden a facilitar la formación de
nubes cando la humedad rela- tiva excede apenas de 100%, y el
tamaño de las gotitas suele depen- der de la sobresaturación de
vapor de agua (figuras 5.10).
En caso de que la nube continúe ascendiendo, su cima
eventualmente puede alcanzar temperaturas inferiores a 0 °C;
las gotitas de agua subfundidas, dentro de la nube, pueden o
no con- gelar, pues ello depende de la existencia de núcleos
de hielo. Para las gotitas de agua pura, la congelación
homogénea no tiene lugar hasta que se alcanzan los -40 °C;
no obstante, cuando existen los núcleos adecuados la
congelación puede ocurrir a unos pocos gra- dos por debajo
de cero. Aunque el desempeño de estos aerosoles no está del
todo explicado, resulta curioso señalar que su número es más
bien escaso en la atmósfera, frente a la gran abundancia de
núcleos de condensación. En consecuencia, las
sobresaturaciones, de más de algunas décimas, son
extraordinariamente raras en la atmósfera y, sin embargo, la
presencia de gotitas subfundidas es de lo más corriente, hasta
el extremo de que son más frecuentes sobreenfriamientos de
1 °C o más. Por esta razón y como veremos más adelante, la
forma más corriente de modificar artificialmente las nubes es
mediante la adición de núcleos de hielo.
189
Una nube es un agregado de pequeñísimas gotitas, en nú-
mero aproximado de unas 100 por centímetro cúbico, cuyos
radios son del orden de las 10 micras. En general esta
estructura es muy

190
adalberto tejeda martínez

estable y las gotitas manifiestan muy poca tendencia a


juntarse o a cambiar de tamaño, como no sea en un proceso
general en el que toma parte toda la población. La
precipitación se origina cuando el conglomerado se hace
inestable y, entonces, unas gotas crecen a expensas de otras.
Dos son los mecanismos mediante los que la microestructura
nubosa se inestabiliza: el primero implica la coli- sión o
choque directo y la coalescencia (o reunión) de las gotitas de
agua, y puede resultar importante en cualquier tipo de nube;
el segundo entraña la interacción entre gotitas de agua y
cristales de hielo y está reservado a aquellas nubes cuyas
cimas se extienden por encima del nivel de los 0 °C.
Figura 5.11
Valores de humedad relativa por arriba del 100 %
(supersaturación) y radio de las gotas para una temperatura de
equilibrio inestable de 5 °C

Fuente: Wallace y Hobbs (2006).

El vapor de agua y el calentamiento global


El vapor de agua es un componente fundamental del
comportamien- to de la atmósfera en su conjunto, desde la
superficie hasta las capas superiores. Por ejemplo, es el gas
de efecto invernadero (gei) más importante del sistema
climático, responsable de un 60% del efecto invernadero
natural y un retroalimentador positivo de los gei antro-
pogénicos. En la tropósfera baja es un oxidante que
interviene en re-
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

acciones que alteran la calidad del aire —formando óxidos o


ácidos contaminantes—, modifica las propiedades ópticas de la
atmósfera y en combinación con los aerosoles forman las nubes y
la precipitación. El vapor de agua absorbe en distintas regiones
del espectro electromagnético, por lo que —como se ha insistido
— se constituye en el principal gas de efecto invernadero de la
atmósfera terrestre. En la figura 5.12 se muestra la emisión
normalizada de un cuerpo negro a 6,000 K (temperatura
aproximada de la superficie del Sol) y a 255 K (temperatura
media del exterior de la atmósfera terrestre). El vapor de agua
absorbe radiación solar en el trayecto de ésta de la superficie
terrestre a la tropopausa en las regiones del espectro de 1 a 2
micras y de 5 a 8 micras, en esta última región también en la
alta atmósfera, de la tropopausa al límite superior de la
atmósfera.
Figura 5.12
Emisión normalizada de un cuerpo negro a 6,000 K
(temperatura aproximada de la superficie del Sol) y a 255 K
(temperatura media del exterior de la atmósfera terrestre)

a) Como una función de la longitud de onda.


b) Fracción de radiación absorbida al pasar de la superficie al tope de la atmósfera,
en fun- ción de la longitud de onda.

191
c) Fracción de radiación absorbida al pasar de la parte superior de la atmósfera hacia
la su- perficie terrestre.

192
adalberto tejeda martínez

El clima es la síntesis de tres o más décadas del tiempo


meteorológico, y éste a su vez consiste en las condiciones
atmos- féricas en cierto momento. Esta sección se ocupará de la
relación entre la humedad atmosférica y el cambio climático
global indu- cido por el incremento en las concentraciones
atmosféricas de los gei. Las afirmaciones se basan en el Cuarto
Reporte (2007) y en el Quinto Reporte (2013) de Evaluación del
Panel Intergubernamen- tal sobre Cambio Climático. 5
Los gei son poliatómicos, como el vapor de agua, el
bióxido de carbono y el metano, y han estado presentes en la
atmósfera te- rrestre en tal cantidad que logran una
temperatura adecuada para la vida. A su vez, el efecto
invernadero consiste en el hecho de que la radiación que
proviene del Sol llega principalmente en forma de luz, la
superficie terrestre absorbe una parte y después la emite con
otra longitud de onda, otra frecuencia, otras propiedades,
tales que esa radiación no puede traspasar los gei y el
resultado es que el clima tiende a calentarse poco a poco,
principalmente porque desencadena retroalimentaciones: una
pequeña ganancia de radia- ción desencadena un proceso de
derretimiento de la capa de hielo y el planeta se vuelve
menos blanco y por tanto atrapa más ener- gía, que origina, a
su vez, un calentamiento que derrite más hielo, opaca al
planeta y provoca que retenga más energía, etcétera.
Desde luego, el clima de algún lugar será el resultado
de la superposición de diferentes causas, o forzantes. Si
alguien dice que vamos hacia una glaciación tiene razón,
pero antes de que eso ocu- rra dentro de varios miles de años,
es altamente probable que nos calentemos porque desde la
revolución industrial, por la quema de carbón y petróleo,
principalmente, le estamos inyectando gei a nuestra
atmósfera. Ese calentamiento también se propicia por la
deforestación, pues los bosques son el principal sumidero de
bióxi- do de carbono en los continentes. En suma, que por
emisiones de gases y por deforestación en los últimos
cincuenta años el conteni- do de bióxido de carbono en la
atmósfera ha aumentado un 25%. También es cierto que
análisis de los últimos cuatrocientos mil años de historia del
clima, con métodos sofisticados en hielos pro- fundos,
muestran que a valores altos de concentraciones de bióxi-

5
http://www.ipcc.ch/
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

do corresponden temperatura más elevadas, hasta en unos cuatro


o cinco grados en promedio planetario.
Dependiendo de las emisiones de gei para el resto del
siglo, y de los modelos climáticos aplicados para prever
escenarios futu- ros, por esta causa se espera un calentamiento
promedio mundial de dos a cinco centígrados, con
consecuencias posibles en incre- mento del nivel del mar,
intensificación de tormentas, aumento de olas de calor —pero
disminución de las de frío—, inundaciones y se- quías más
severas, actuando sobre una población creciente y cada vez
más concentrada en ciudades, con frecuencia en zonas
altamen- te vulnerables.
Los llamados modelos de circulación general ( gCm, por
su siglas en inglés) son los utilizados para prever escenarios
climáti- cos futuros. El sistema climático se puede
representar por medio de ecuaciones que describen la
conservación de la energía, del momento y de la materia y las
interacciones entre las distintas componentes del sistema: la
biósfera, la atmósfera, el océano, la criósfera, etcétera. Un
incremento de gases de efecto invernadero se puede
introducir al modelo, como un forzante o forzamiento de la
energía radiativa que alimenta al sistema (es decir, al
modelo), por lo que se llama forzante radiativo.
El vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono (CO2), el
óxi- do nitroso (N2O), el metano (CH4) y el ozono (O3) son los
gases de efecto invernadero primarios de la atmósfera terrestre.
La atmósfe-
ra contiene, además, cierto número de gases de efecto
invernadero enteramente antropógenos, como los halocarbonos
u otras sustan- cias que contienen cloro y bromo, contemplados
en el Protocolo de
Montreal. Además del CO2, del N2O y del CH4, y habría que
agregar al hexafluoruro de azufre (SF6), los
hidrofluorocarbonos (hfC) y los perfluorocarbonos (pfC). El
vapor de agua es el más importante
gei y el CO2 el segundo más importante. En las regiones
húmedas ecuatoriales hay tanto vapor de agua en el aire que
el efecto inver-
nadero es muy grande, agregar un poco de vapor de agua o de
193
CO2 tiene un impacto directo muy pequeño en la radiación
infrarroja hacia abajo; sin embargo, en regiones más secas el
efecto de agre-
gar vapor o CO2 es más importante.
La emisión directa de vapor de agua provocada por activida-
des humanas contribuye muy ligeramente al forzamiento
radiati-

194
adalberto tejeda martínez

vo. No obstante, a medida que aumenta el promedio mundial


de la temperatura, las concentraciones de vapor de agua en la
tropósfera aumentan y se convierten en una retroalimentación
positiva de pri- mer orden.
Conforme la atmósfera se caliente por incremento de
los niveles de gei, la concentración de vapor de agua se
incrementa- rá e intensificará el gei, causando más
calentamiento. El efecto de retroalimentación es tal, que
duplicará el efecto del simple incre- mento del CO2.
Con base en estudios de modelos de transporte químico, el
forzamiento radiativo del incremento del vapor de agua en la
es- tratósfera, debido a oxidación del metano (CH 4), es
estimado en
0.07 ± 0.05 W m-2 con un nivel bajo de entendimiento atmosférico;
otras causas humanas de su incremento se entienden de
manera muy superficial.
El vapor de agua es el más abundante e importante gei
en la atmósfera y las actividades humanas tienen un pequeño
efecto directo en la cantidad de vapor de agua atmosférica.
Indirectamen- te, los humanos tienen el potencial de afectar
sustancialmente el vapor de agua por cambio climático; por
ejemplo, una atmósfera más caliente contiene más vapor de
agua. Las actividades huma- nas también influyen en ello con
las emisiones de CH4, debido a
que experimenta una destrucción química en la estratósfera y pro-
duce una pequeña cantidad de vapor de agua.
Hasta el Cuarto Informe de Evaluación del Panel
Interguber- namental de Cambio Climático ( ar4) los cálculos
de forzamiento radiativo no incluían el forzamiento negativo
resultante del incre- mento de vapor de agua en la
estratósfera; el quinto reporte (ar5) lo incorpora pero no
resulta significativo en la formulación de es- cenarios futuros
de cambio climático. Otra consideración a incluir es que los
incrementos de CO2 reducen la transpiración vegetal
global y, por tanto, disminuyen la humedad, pero no hay estima-
ciones claras hasta el momento. En cambio, el ar5 es
concluyente en cuanto a que el efecto de la retroalimentación
por nubes es po- sitivo, con cierta incertidumbre atribuible a
las nubes bajas.
El uso antropogénico de agua es menor a 1% de las
fuentes naturales de vapor de agua, y alrededor de 70 % del uso
de agua
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

por actividades humanas es para riego. Estudios regionales


seña- lan un impacto del riego en la temperatura, humedad y
precipita- ción. Sobre Asia, donde tiene lugar la mayor parte
de la irrigación, las simulaciones muestran un cambio en el
contenido de vapor de agua en la baja atmósfera, de más de
1%, resultando en un forza- miento de 0.3 W m-2; sin
embargo, el efecto de irrigación sobre la temperatura
superficial fue dominado por el enfriamiento evapo- rativo en
vez de por el excedente del efecto invernadero (ei), por lo que
el resultado final es un ligero enfriamiento.
Desde la década de los ochenta, el contenido de vapor
de agua en la atmósfera se incrementó sobre continentes y
océanos, así como en la alta tropósfera, en consistencia con el
contenido de vapor entrante que induce el calentamiento
troposférico.
La sensibilidad del clima en equilibrio es una medida de
la respuesta al forzamiento radiativo sostenido; no es una
proyección pero se define como el calentamiento superficial
global correspon-
diente a una duplicación del contenido de CO2, que es de
alrededor de 2 a 4.5 °C. Los cambios en el contenido de vapor
de agua re- presentan el mecanismo de retroalimentación más
importante que
afecta la sensibilidad climática, mejor entendida en el (ar4)
que en el tercer reporte (ar3).
El vapor de agua en la tropósfera se incrementa. La
hume- dad específica superficial también se incrementa de
manera general desde 1976 y en estrecha asociación con las
altas temperaturas so- bre océanos y continentes. El total de
vapor de agua en la columna
atmosférica creció sobre un 1.2 ± 0.3% por década (confidencialidad
de 95%) de 1988 a 2004. Los cambios regionales son
consistentes en trayectoria y cantidad con los cambios en
temperatura superficial del océano y la suposición de una cuasi-
constante humedad relati- va y el consecuente incremento de la
razón de mezcla (figura 5.13).
El vapor de agua en la alta tropósfera también se
incrementa y, debido a dificultades instrumentales, es difícil
195
evaluar cambios de un largo periodo cuando adquiere
importancia radiativa. En la baja atmósfera y en la tropósfera
superior, las concentraciones del vapor de agua están teniendo
consecuencias en el balance radiativo y la sensibilidad del
clima, y tendrá efectos potenciales en la generación de ozono;
además, en el orden de décadas, los incrementos en la

196
adalberto tejeda martínez

estratósfera la enfrían pero calientan a la tropósfera; sin


embargo, los datos disponibles muestran evidencia de
incrementos globales, como se aprecia en las figuras 5.14 y
5.15.
Figura 5.13
Tendencias lineales de agua precipitable o contenido de vapor
atmosférico, en % / década, para el periodo 1988-2004

Fuente: Adaptada del AR4 del


ipCC.

Figura 5.14
Series de tiempo de las anomalías mensuales de agua
precipitable sobre los océanos y tendencia lineal a partir de
imágenes de satélite

Arriba: para la temperatura en °C (1.2% por década); abajo: 0.17 °C (por


década). Fuente: Adaptada del AR4 del ipCC.
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

Figura 5.15
Incrementos y decrementos de la humedad atmosférica cercana a
la superficie, en porcentaje respecto al promedio 1975-1995

Fuente: Hantel (2005).

Las observaciones son consistentes con el


entendimiento físico de la relación entre calentamiento y
contenido de vapor de agua, así como con la intensificación
de eventos de precipitación en un mundo más caliente. Desde
el ar3 hay un mejor entendimien- to en los patrones
proyectados de precipitación. Los incrementos en la cantidad
de precipitación se presentarán muy probablemente en
latitudes altas, mientras que se esperan decrementos en regio-
nes subtropicales (alrededor de 20% según el viejo escenario
de emisiones A1B), por el incremento en el contenido de
vapor de agua y en el transporte desde latitudes bajas.
Emisiones de CH4, por sí solas, causan un forzamiento
ra- diativo de 0.97 (0.74 a 1.20) W m -2, más que la
concentración base estimada de 0.48 (0.38 a 0.58) W m -2 en el
ar4. La diferencia en las
estimaciones se debe a cambios en la concentración de ozono
y vapor de agua estratosférico por las emisiones de CH4, y
otras que afectan indirectamente al CH4.
La retroalimentación neta de los cambios en el vapor de agua
y las diferencias entre calentamiento superficial y atmosférico
es probablemente positiva y amplifica el cambio climático. La
197
retroali- mentación radiativa, debida a todos los tipos de nubes
combinadas,

198
adalberto tejeda martínez

es probablemente también positiva; la incertidumbre en el


signo y magnitud de la retroalimentación de las nubes se debe
al impacto del calentamiento por nubes bajas.
Los incrementos esperados de temperatura y humedad
comprometerán la realización de actividades humanas normales,
pues se verán afectadas las condiciones de bienestar térmico de
los individuos y serán más propicias las condiciones para la
prolifera- ción de gestores patógenos.
El incremento de vapor de agua en la atmósfera media,
en décadas recientes, al ser una fuente primaria de radicales OH,
im- pacta un gran número de procesos químicos. Con imágenes
de sa- télite se ha podido inducir que hay una oscilación
semianual del vapor de agua en la mesósfera a 75 m de altitud,
el máximo ocurre alrededor de los equinoccios.
¿Está aumentando la humead atmosférica por el cambio climático?
Es claro que el contenido de vapor de agua en la atmósfera
(hume- dad específica o absoluta a cierta altura, o el agua
precipitable en una columna) varía fundamentalmente por los
sistemas de circu- lación atmosférica que prevalecen en algún
sitio o región en cada época del año. La alternancia de
monzón de verano e invierno (o de brisa marina contra brisa
terral) generan un ciclo anual (o dia- rio) del contenido de
humedad que no debe confundirse con el ci- clo que induce la
variación de la temperatura sobre la humedad re- lativa que,
como ya se ha dicho, no representa per se el contenido de
vapor en un ambiente, y que ante contenidos de humedad
inva- riantes oscila de manera inversa a la temperatura.
En cuanto a periodos más largos, en la década reciente
se ha tratado de documentar, para varias regiones del mundo,
si se presen- ta una tendencia clara en el contenido de
humedad en la atmósfera. La mayoría de los resultados indican
una tendencia positiva, pero no es una conclusión absoluta.
Para el hemisferio norte Durre et al. (2009, en J. of Geophysical
Research, 114) encontraron un incremento de 0.45 mm/década
para el periodo 1973-2006, lo que corroboraron para la mayor
parte del mundo Ross y Elliot (2000, en J. of Climate,
14) y Trenberth et al. (2005 en Climate Dynamics, 24), que es
aproxi- madamente de 1.3% (1 a 5%) por década, lo que está
de acuerdo con
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

el resultado ya citado de un incremento en el contenido de


vapor at- mosférico de 7% por cada ºC de calentamiento
global.
Sería prolijo abundar en este tipo de estudios. Sólo para
ex- plorar las tendencias en la región de México, para redactar
este recuadro se usaron datos de radiosondeos a las 12 horas del
meri- diano de Greenwich obtenidos de la Universidad de
Wyoming para el periodo 1973-2016
(http://weather.uwyo.edu/upperair/soun- ding.html). En la
Ciudad de México (Cdmx) se obtuvo una media de 15.57 mm con
una tendencia de 1.2% decadal; para Tucson, Ari- zona, la
media es de 15.8 mm con una tendencia de 2.3%/década. En
cambio para la alta atmósfera (a unos 10 km de altura, es decir,
entre 300 y 200 mb de presión) las tendencias son contrastadas
en- tre ambos sitios: para la Cdmx es positiva, de 18 mg kg-1 por
década, y en Tucson es negativa, de -8 mg kg-1 por década.
En todos estos resultados, prevalece el hecho de que la
hu- medad relativa se mantiene prácticamente sin cambios.

Preguntas y problemas
1. Consiga los datos de la precipitación diaria de un
huracán reciente que haya afectado a México, y
calcule la preci- pitación total en su área de
influencia. Estime con esos datos la cantidad de
energía liberada como calor sensible.
¿Cómo es esa energía comparada con la electricidad
pro- ducida en un día por la nucleoeléctrica de
Laguna Verde?
2. Es razonable suponer que el aire exhalado por los
pul- mones estará saturado y a la temperatura
corporal. ¿Cuál será la temperatura ambiente por
debajo de la cual se for- mará el vaho? Discuta si el
resultado corresponde con su experiencia o no; en
caso negativo, ¿por qué?
3. Deduzca una expresión para la variación de la
humedad relativa con la altura. Si la capa de aire no

199
está saturada, pero sí bien mezclada, demuestre que
siempre la hume- dad relativa aumentará con la
altura.
4. Dos muestras de aire de masas iguales, al
mezclarse, for- man niebla. Una masa tiene una
temperatura de 35 °C y una humedad relativa de
90%, mientras que la segunda

200
adalberto tejeda martínez

tiene 1.5 °C y 78%. Si la mezcla se realiza


isobáricamen- te a 850 hPa, calcule la temperatura del
aire neblinoso y la humedad absoluta (o densidad del
vapor, en g kg-1) de la mezcla resultante.
5. Un radiosondeo en el puerto de Veracruz, cuando
em- pezaba a entrar a las capas superiores aire frío
prove- niente del norte, arrojó los datos que se
muestran en el siguiente cuadro:

P (hPa) T (°C) Td (°C) P (hPa) T (°C) Td (°C)


1,013 28 26 650 8 1
900 24 22 550 -5 -7
850 18 15 500 -9 -14
800 13 10 400 -15 -20
750 9 9 300 -25 -32
700 8 3 200 -30 -38

• Para el nivel de superficie calcule la temperatura


po- tencial, la razón de mezcla, la humedad
relativa, la temperatura de bulbo húmedo, la
temperatura equi- valente y la temperatura
potencial equivalente.
• Suponiendo que una burbuja asciende
adiabáticamen- te, ¿a qué nivel de presión
alcanzará la saturación?,
¿cuál será el contenido acuoso adiabático a los 300
hPa?, y ¿el calor latente liberado al llegar a los 300
hPa?
• ¿Cuál es la cantidad de agua precipitable entre la
su- perficie y los 300 hPa? (Nota: consulte los
capítulos 2 y 3 para resolver este problema).
6. La humedad relativa media al nivel de superficie
sobre una ciudad lacustre es de 80%, y tiene una
temperatu- ra media de 24 °C. Un escenario de
cambio climático es que incremente su temperatura
para dentro de 40 años en 2 °C, ¿cuál será entonces
su humedad específica, si la humedad relativa se
mantiene invariante?, ¿y la hu- medad específica
presente? Responda las preguntas an- teriores si a
los 2 °C de calentamiento global se adiciona 1 °C
por calentamiento urbano.
Capítulo 5 | vapor, CiClo hidrológiCo y Clima

Para saber más


Hantel, M. (editor) (2005). Observed Global Climate. Germany:
Springer [ver capítulo 5].
Intergovernmental Panel on Climate Change (2007). ar4, Work Group
1. Intergovernmental Panel on Climate Change (2013). ar5, Work
Group 1. Kämpfer, N. (editor) (2013). Monitoring atmospheric water vapor.
Ground-based remote sensing and in-situ methods. New York, Usa:
Springer [ver ca-
pítulo 1].
Rogers, R.R. (1977). Física de las nubes. Barcelona, España: Editorial
Re- verté [ver capítulos 3, 4 y 5].
Wallace, J.M. y Hobbs, P.V. (2006). Atmospheric Science. An Introduction
Sur- vey. London, Uk: Elsevier y Academic Press Inc. Segunda
edición [ver capítulo 6].

201
Capítulo 6
La humedad del aire y los seres vivos

Irving Rafael Méndez Pérez

P ara el filósofo griego Tales de Mileto (624-547 a.n.e.), el


agua era el principio de todas las cosas, debido a que
impregnaba la atmósfera en forma de vapor de agua y los
seres nacían del proce-
so de la condensación y evaporación de las sustancias húmedas.
Por su parte, Aristóteles (384-322 a.n.e.) dividía el aire
en vapor y humo, y decía que el vapor era húmedo y frío. En
su obra Problemata (libro de planteamientos y respuestas) se
preguntaba:
¿Por qué el aire no se humedece al contacto con el agua?
La palabra humedad proviene del vocablo latino
humidus, compuesto por el sufijo idus (mojado) y (h) mere
(estar húmedo). Puede tener varios significados y
expresiones, por ejemplo: la hu- medad es de 90%, tengo
humedad en el techo, el libro huele a humedad, sentí la
humedad en la habitación, etcétera. Es decir, coloquialmente
se podría decir que la humedad la podemos cuan- tificar, ver,
oler y sentir. En el idioma inglés se diferencian entre
humidity, moisture y dampness. La palabra humidity se refiere
a la cantidad de vapor de agua en la atmósfera; moisture es en
ocasio- nes sinónimo de humidity pero se asocia más al
contenido de vapor de agua condensado, formándose en

203
gotitas de agua en una super- ficie; mientras que dampness se
refiere a la mancha obscura pro- ducto del exceso de
humedad en alguna superficie y se caracteriza por el
crecimiento de moho y mal olor.

204
irving rafael méndez pérez

Flujos de humedad planta–animal–atmósfera


La biósfera es una de las cuatro capas que rodean al planeta
Tierra junto con la litósfera, hidrósfera y atmósfera. Del
griego bios: vida, y sphaira: esfera, es la capa donde se
desarrolla la vida.
La biofísica ambiental estudia el intercambio de
masa y energía entre los organismos vivos y su entorno; y la
energía se puede intercambiar como energía química,
radiante, mecánica o calorífica. Existen tres modos de
transferencia de energía, siem- pre que existe una diferencia
de temperatura entre un cuerpo y su alrededor: conducción,
convección y radiación. Así, la energía puede ser
particionada en diferentes flujos y convertida en distin- tas
combinaciones de formas de energía y de modos de
transporte.
Un ejemplo de la ley de la conservación de la masa
entre el organismo y el medio ambiente es el balance
energético de una superficie con vegetación:
Rn+M–H–lE=G 6.1
donde Rn es la radiación neta sobre la superficie, M es el
suminis- tro de energía a la superficie por metabolismo o
absorción de ener- gía por la fotosíntesis, H es la tasa de
perdida de calor sensible (ya sea por convección o
conducción), lE es la tasa de pérdida de calor latente desde la
superficie y G es el almacenamiento o pérdida de calor en la
vegetación y el suelo.
Las ecuaciones de transporte pueden aplicarse a todo el
sis- tema biosférico o a un solo componente, dependiendo del
interés en particular; por ejemplo, el componente puede ser el
animal o la planta.

Sistema planta-atmósfera
La biogeofísica estudia la interacción suelo-vegetación-atmósfera
dentro de los procesos físicos, químicos, hidrológicos y biológicos.
Las plantas aprovechan la radiación solar para llevar a cabo sus
pro- cesos energéticos y morfogénicos, particularmente hacen uso
de la radiación fotosintéticamente activa para llevar a cabo la
fotosíntesis. Dentro de la fotosíntesis, de sus principales
participantes destacan los estomas, que son poros en la
epidermis de las plantas
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

y que permiten el intercambio de gases (absorben dióxido de


car- bono y liberan oxígeno), éstos se abren cuando la
intensidad de la luz aumenta y se cierran por la noche o
durante periodo de seque- dad para prevenir pérdida de agua;
igualmente son sensibles a los cambios en la concentración
de CO2, abriéndose cuando disminu- ye y cerrándose cuando
aumenta; también se cierran en respuesta a un déficit de
vapor de agua entre la hoja y el aire.
Un modelo que combina todo estos efectos es:
AnhS
g =m +b 6.2
c cSS

donde, hs y css son la humedad y la concentración de CO 2 en la


su- perficie de la hoja; An es la tasa de asimilación neta y m y b
son constantes determinadas por análisis de regresión lineal de
datos de intercambio de gases con hojas simples en una cubeta
de labo- ratorio.
Aplicando la primera ley de la termodinámica en una
hoja de planta, la diferencia entre todos los flujos de energía
dentro y fuera del sistema debe ser igual a la tasa de
almacenamiento, por lo tanto:
Rn–H–lE=M+St 6.3
donde Rn es el calor neto por radiación o radiación neta
(diferencia entre la radiación de onda corta y larga incidente
y saliente), H es el calor sensible, lE es el calor latente por
evaporación, M es el ca- lor neto almacenado en reacciones
químicas y St es el calor alma- cenado, todos en W m-2. El calor
latente lE no es más que la energía que es absorbida o emitida
cuando hay un cambio de fase de agua. El calor latente varía
estacionalmente debido a los cambios de la radiación solar
entrante y a la precipitación.
En la figura 6.1 se muestran seis tipos de vegetación
ubicados en diferentes zonas climáticas: en la región amazónica
del Brasil, don- de el clima es selva tropical, las altas
cantidades de lluvia mantie- nen el suelo húmedo y gran parte

205
de la energía disponible se utiliza para evaporar el agua; en las
praderas de California tienen un clima mediterráneo, el calor
sensible predomina durante el verano (pre-

206
irving rafael méndez pérez

domina la marchites de sus praderas) y el flujo de calor latente


es insignificante, contrario a lo que ocurre en invierno donde el
calor latente supera al sensible; en los bosques caducifolios de
Massachu- setts, el flujo de calor latente supera al sensible
durante los meses de verano, ya que el follaje mantiene altas
tasas de transpiración, algo similar ocurre en el bosque boreal
en Manitoba, Canadá, donde el frío invierno con nieve y tierra
helada restringe el flujo de calor la- tente hasta los meses más
cálidos. En climas fríos pronunciados como la tundra ártica, el
flujo de calor latente es bajo durante casi todo el año ya que
hay poca energía disponible para evaporar el agua y au- menta
ligeramente unos pocos meses en verano.
Figura 6.1
Calor latente lE (W m ) en diferentes tipos de vegetación
-2

Fuente: Bonan (2016).

La evaporación es el proceso por el cual el agua pasa


de la fase líquida a la gaseosa: el agua se evapora de la
superficie y au- menta la cantidad de vapor de agua en el aire
circundante, cuando el aire se satura con vapor de agua, la
evaporación cesa; mientras que la transpiración es la
vaporización de agua de las hojas de la planta a medida que
se mueve, desde el suelo a través de las plan- tas y hacia
fuera a través de las hojas al aire.
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

Cuando los estomas están abiertos, el agua de la hoja se


di- funde hacia el aire más seco circundante durante la
transpiración. Si se pierde demasiada agua, la planta se
desecará y si su agua interna no se repone del agua del suelo
morirá. Como la transpiración au- menta durante el día, el
agua se extrae primero del almacenamiento interno de la planta
y luego del suelo cerca de las raíces.
En la práctica es difícil distinguir la evaporación de la
trans- piración, ya que ocurren simultáneamente, por lo que
comúnmen- te se combinan en evapotranspiración. Bajo
condiciones de calma, esta última disminuye a medida que el
aire se satura con vapor de agua; y con condiciones ventosas,
las parcelas de aire son llevadas y reemplazadas por otras
menos húmedas. Cabe mencionar que el tipo de suelo y su
contenido de agua son también reguladores de la
evapotranspiración.
En la superficie del planeta Tierra, la
evapotranspiración global oscila entre 544 a 631 milímetros
por año y la transpiración representa 80-90% de ella. La
pérdida de agua varía de acuerdo a diferentes biomasas
(figura 6.2).
Figura 6.2
Evapotranspiración mensual por día (línea sólida) y acumulativa
(línea entrecortada) en diferentes biomasas

207
Fuente: Bonan (2016).

208
irving rafael méndez pérez

Sistema animal-atmósfera
El intercambio de energía térmica es un aspecto de los más
impor- tantes en la relación entre animales y medio ambiente,
implica varios procesos que afectan las características
morfológicas, fisiológicas y de comportamiento de los
animales.
Los animales se pueden dividir en cuatro categorías de
rela- ciones térmicas, de acuerdo con el desarrollo de
endotermia (pro- ceso por el cual los tejidos de un animal se
calienta por medio de la producción metabólica de calor) y
termorregulación (figura 6.3).
Figura 6.3
Clasificación de
animales
MR: razón metabólica, Ta: temperatura ambiente, Tb: temperatura
corporal. Fuente: Willmer et al. (2005).
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

Los poiquilotermos (poiquilo=variable) se caracterizan


por- que la temperatura interna varía con el ambiente y se les
denomina de sangre fría, ejemplo de ellos son las lagartijas,
peces, anfibios. Los mamíferos, aves e insectos son
homeotérmicos (de sangre caliente). Los animales de sangre
caliente expuestos a un entorno cam-
biante son capaces de controlar la temperatura corporal profunda
dentro de estrechos límites, ajustando la velocidad a la que el
calor es producido por el metabolismo o disipado por
evaporación.
El animal intercambia calor con su ambiente por conduc-
ción, convección, radiación y evaporación (figura 6.4).
Figura 6.4
Intercambio de energía en un animal y el ambiente

Fuente: Willmer et al. (2005).

La pérdida de calor latente es la suma de componentes


209
que representan pérdidas del sistema respiratorio y de la piel
cuando

210
irving rafael méndez pérez

el sudor se evapora. Cuando la temperatura ambiente se


aproxima a la temperatura corporal, los animales emplean el
enfriamiento evaporativo mediante la transpiración y el jadeo.
En la figura 6.5 se muestran valores de grado de enfriamiento
en diversos anima- les terrestres.
Figura 6.5
Grado de enfriamiento evaporativo en animales terrestres (en
comparación con agua libre y superficie impermeable superficial)

Fuente: Willmer et al. (2005).

Las ovejas y los cerdos carecen de glándulas


sudoríparas, pero especies como el ganado y los caballos
pueden perder cantida- des sustanciales de agua por
sudoración. Los perros y los gatos tie- nen glándulas
sudoríparas solamente en sus almohadillas de pie, así que
pierden poco calor por este modo. Las ovejas, los perros y los
gatos compensan su incapacidad para sudar jadeando, mientras
que los pollos lo hacen abriendo el pico.
Para el ganado expuesto al estrés por calor, el sistema
respi- ratorio puede representar 30% de la pérdida total de calor
por eva- poración, 70% restante proviene de la evaporación del
sudor de la superficie de la piel y del pelaje mojado.
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

La pérdida de calor latente por evaporación respiratoria


en el ganado a una temperatura de 40 °C asciende
aproximadamente en- tre 10 y 14% de la evaporación total; en
aves, 75% del total; y en la ovejas en tiendas higrotérmicas,
10%.
Los artrópodos tienen dos células higroreceptoras que
fun- cionan prácticamente como detector de humedad, un
receptor hú- medo responde a un aumento de humedad y el
receptor seco a una caída de humedad; por ejemplo, las larvas
de la libélula viven típicamente en estanques pequeños y poco
profundos, y tienen la habilidad para buscar manchas húmedas;
las garrapatas y tarántu- las las utilizan para evitar agua líquida;
algunos vertebrados como el sapo bufo pueden detectar
cambios en la presión atmosférica y la humedad.
Factores climáticos, como la temperatura ambiental y
hu- medad, influyen en la incidencia de enfermedades en
animales; también está documentada la relación que existe
en alta tempera- tura con el estrés térmico.
En un experimento en pavos se inocularon por vía nasal
bacterias Alcaligenes faecalis para estudiar los efectos en la
rinotra- queitis, se expusieron de 75 - 80 y 20 - 30% a una
temperatura entre los 29 y 35 °C, las aves expuestas con alta
humedad fueron las más afectadas y el tiempo de recuperación
fue prolongado en compara- ción con las aves a baja humedad.
Una humedad relativa de 35% a 30 °C tiene un efecto de
se- cado en el epitelio del tracto respiratorio superior de los
terneros.

Humedad en la salud
El aire que respiran los humanos requiere de un
acondicionamien- to que regularmente consiste en
calentamiento, humidificación y filtración.
El aire inspirado (inhalado) se calienta por convección
del mismo organismo y posteriormente se humidifica por el
agua que se evapora del recubrimiento mucoso de las vías
aéreas. El aire es- pirado (exhalado) es lo inverso, y se enfría
y se seca. La condición ideal para que el aire pueda llegar a

211
los alveolos es que alcance una temperatura de 37 °C y una
humedad relativa de 100%, esta condi- ción se le conoce
como límite de saturación isotérmica.

212
irving rafael méndez pérez

La condensación de la humedad en un ambiente cerrado


tie- ne muchas probabilidades de que favorezca el crecimiento
de orga- nismos infecciosos o alergénicos, tales como
bacterias, virus, ácaros, hongos, etcétera. En 1986,
investigadores de la Universidad de Simon Fraser de la
Columbia Británica de Canadá, realizaron un estudio so- bre
los efectos de la humedad relativa en la salud humana en
medios interiores, y demostraron que la supervivencia o la
efectividad de los organismos infecciosos o alergénicos se
reducen al mínimo cuando la humedad relativa es entre 40 y
70% (figura 6.6).
Figura 6.6
Rangos óptimos de humedad relativa de los patógenos

En estudios experimentales demuestran que la


humedad relativa y la temperatura pueden afectar la
incidencia de enferme- dades infecciosas transmitidas por
patógenos en el aire, ya que se cree que afectan la
supervivencia mediante la alteración de la in- tegridad de la
pared celular o la cubierta viral.
Generalmente, a una humedad relativa baja, los virus
con envolturas lipídicas tenderán a sobrevivir más tiempo,
ejemplo de ellos son la mayoría de los virus respiratorios,
como la gripe, coro- navirus, parainfluenza, así como
infecciones de erupción febriles causadas por el sarampión,
rubéola, varicela zoster.
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

La humedad en el ambiente afecta principalmente a


ojos, piel y mucosas. En un espacio con una humedad
relativa baja (entre 20 y 25%) para algunas personas puede
ser causa de una sequedad ocular, esto debido a que la baja
humedad provoca la eva- poración de los fluidos y produce la
pérdida de lubricación ocular. Se ha encontrado que en
pacientes sin problema de síndrome de ojo seco (película
lagrimal normal), la tasa de evaporación se in- crementó un
28% cuando la humedad relativa disminuye un 10%. La piel
es el órgano sensorial más grande del cuerpo hu-
mano y está expuesto al medio que lo rodea. En los meses de
in- vierno, resulta una mala combinación el uso del calefactor
y una temperatura baja, ya que provoca que el aire sea de
seco a extre- madamente seco, lo que puede causar problemas
en la piel como sequedad, picazón, labios partidos, dermatitis
atópica e irritación en los senos paranasales y garganta. Las
cabinas de los aviones de los sitios donde normalmente la
humedad relativa es baja, alrede- dor de 10 a 20%. En el
metro de la Ciudad de México se han regis- trados valores de
la humedad relativa de hasta 10%.
Las principales fuentes de humedad en el aire de la
cabina de un avión son la respiración y la evaporación de la piel
de los viajeros. Una alta humedad al interior del avión (por
ejemplo del 70 - 80%) puede provocar incomodidad de los
pasajeros, además que puede conducir a la condensación y por
consiguiente a un po- sible crecimiento biológico que afecte la
calidad del aire al interior.
Existen estudios publicados en The Journal of
Reumatology que demuestran que la alta humedad relativa y
el frío influyen cla- ramente sobre el dolor en enfermedades
como la artritis reumatoi- de y osteoartritis.
En la revista American Journal of Epidemiology se ha
publica- do lo contrario, en días de calor y una baja humedad
se ha encon- trado que en pacientes con enfermedad de gota
aumentan los casos. En un día con una temperatura alta y una
humedad baja, ocurre que el enfriamiento evaporativo
termorregulador relacionado con la sudoración sea más eficaz,
y ello conlleva a que exista una deshi- dratación y aumenten
213
los niveles de cristales de urato monosódico (sal derivado del
ácido úrico), mismo caso ocurre con aparición de dolores de
cálculos renales, quince días después de que la humedad
relativa es baja, según un estudio hecho en Taiwán.

214
irving rafael méndez pérez

En el caso de enfermedades tropicales como la malaria


y el dengue, la temperatura y humedad altas pueden ser
determinan- tes en el desarrollo de los huevos del mosquito
Anopheles y Aedes, así como una humedad elevada acorta su
incubación. En las guías de pruebas de laboratorio de la
Secretaría de Salud recomiendan, en las pruebas de
producción y colonización del mosquitos Aedes aegypti, una
temperatura entre los 27 y 30 °C y una humedad re- lativa
óptima de 70%; sin embargo, el Aedes aegypti puede criarse
hasta en un rango mínimo de entre 20 y 25 %.
Por otra parte, se ha encontrado que en la
leishmaniasis cu- tánea por cada 1% de aumento de la
humedad relativa por encima de 57.8% provoca 5% de
incremento en la enfermedad.
Se han realizado estudios sobre la relación del ingreso
a hospitales por efectos de variables meteorológicas, entre los
que destacan temperatura y humedad. En Darwin, Australia,
se utiliza- ron registros de ingresos en cinco hospitales en el
periodo 1993 a 2011, por problemas isquémicos del corazón,
insuficiencia cardia- ca, insuficiencia renal e infecciones en
las vías respiratorias, entre otros. Utilizando modelos de
regresión de Poisson univariado y bi- variado, encontraron
que la humedad relativa por la noche fue el predictor
estadísticamente más significativo, seguido de la tempe-
ratura durante el día y la humedad relativa media diaria. Los
días de calor tienen mayores tasas de ingreso cuando fueron
precedidas por una alta humedad durante la noche.
¿Cuáles son las condiciones ideales de humedad en un
recin- to hospitalario? Los hospitales son ambientes que requieren
mucha atención así como microclimas específicos para controlar
la presen- cia de partículas infecciosas, microorganismos y
agentes químicos peligrosos para los pacientes, personal y
familiares de enfermos. Existen cuatros áreas: 1) áreas críticas o
de alto riesgo de infección,
2) área semi-crítica, 3) áreas no críticas y 4) servicios
generales. El área crítica la integran los quirófanos, sala de
cuidados intensivos, área de neonatología, central de
esterilización y unidad de diálisis. La Asociación Americana
de Ingenieros de Calefacción y Acondicionamiento de Aire
(ashrae, por sus siglas en inglés), siempre ha sido un
referente mundial en torno a la climatización, ventilación y
confort de edificaciones. La ashrae publicó en 2003
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

y 2013 el hvac Design Manual for Hospitals and Clinics, en


gene- ral se recomienda una humedad relativa entre los 30 y
60% y una temperatura entre 20 y 26 °C. En la tabla 6.1 se
muestran las re- comendaciones por parte de la ashrae en las
distintas áreas del hospital, y se agrega una columna con los
valores sugeridos por la Norma de Diseño de Ingeniería en
Acondicionamiento de Aire del Instituto Mexicano del
Seguro Social (nd-01-imss-aa-97).
Tabla 6.1
Condiciones de humedad relativa y
temperatura en diferentes espacios en
hospitales
Humedad relativa Temperatura (°C)
Espacio (%)
ashrae IMSS ashrae IMSS
Sala de operación 30 a 60 50 a 60 20 a 24 21 a 24
Sala quirúrgica de citoscopía 30 a 60 50 a 60 20 a 24 21 a 24
Sala de parto (cesárea) 30 a 60 50 a 60 20 a 24 21 a 24
Cuidados críticos e intensivos 30 a 60 50 21 a 24 24
Cuneros (pediatría) 30 a 60 50 22 a 26 24
Prematuros (pediatría) 30 a 60 55 a 65 22 a 26 25 a 27
Unidad posquirúrgica 30 a 60 50 a 60 21 a 24 21 a 24
(recuperación)
Unidad de quemados 40 a 60 60 21 a 24 28
Sala de espera en radiología Máxima 50 21 a 24 24
60
Rayos x (cirugía, cateterismo) Máxima 50 21 a 24 24
60
Oficinas administrativas 30 a 60 50 21 a 24 24
Consultorio 30 a 60 50 21 a 24 24
Almacenamiento equipo estéril < 60 50 21 a 25 24
Farmacia 30 a 60 50 21 a 24 24
Sanitarios — — 22 a 26 —
Fuente: ASHRAE (2013); IMSS (1997).

Por su parte, la normativa española Une-100713:2005


(Insta- laciones de Acondicionamientos de Aire en Hospitales),
recomien- da valores entre 45 y 55% de humedad relativa;

215
mientras que para hospitales japonés, ligeramente diferencian
los valores de la hu- medad relativa de 50 a 60% en verano y de
40 a 60% en invierno.

216
irving rafael méndez pérez

La Norma Oficial Mexicana nom-025-ssa3-2013 (Para la


Or- ganización y Funcionamiento de las Unidades de Cuidados
Inten- sivos), recomiendan una humedad entre 30 y 60%, de
acuerdo con la región geográfica, pero no específica ni detalla
dichas regiones. En la central de esterilización se recomienda
una tempe-
ratura entre los 18 y 25 °C y una humedad relativa de 35 y
50%. Un ambiente con mayor temperatura y alta humedad
favorece el crecimiento microbiano en gasas, apósitos o ropa
esterilizada; sin embargo, en un estudio utilizaron las bases
de datos medline, pUb- med y lilaCs junto con manuales y
guías de asociaciones hospi- talarias brasileñas y
encontraron que la humedad relativa puede alcanzar hasta
70%.
Para proveer humedad a los gases que reciben los
pacien- tes sometidos a una respiración artificial mecánica, se
hace uso del humidificador. Es importante la correcta
humidificación al aire que llega a los pulmones, con la
finalidad de evitar la hipotermia, bron- coespasmo, aparición
de tapones mucosos, secreciones espesas, le- siones en los
cilios pulmonares o bien complicaciones infecciosas.
El funcionamiento óptimo supone una temperatura de
37 °C y una humedad absoluta de 44 g m -3 (humedad relativa de
100%). Con esta humedad y en caso de que la temperatura su-
perara los 37 °C puede ocasionar una condensación y reducir la
viscosidad del moco, así como un aumento del fluido profundo
pericelular. En la literatura existen diferentes valores en torno a
la humedad absoluta; de acuerdo a la International
Standarization Or- ganization 9360 se recomiendan valores
mayores a 33 g m-3, la Ame- rican National Standars Institute
mayores o iguales a 30 g m-3, y la Asociación Americana de
Cuidados Respiratorios recomienda valores mayores de 30 g m-3.
En la industria farmacéutica es importante tener un
con- trol estricto de las condiciones del sistema de
ventilación, calefac- ción y aire acondicionado (hvaC) en la
producción y almacenaje de medicamentos. El sistema hvaC
toma en consideración al me- nos los siguientes parámetros:
temperatura y humedad relativa de las áreas que alimenta,
volumen de inyección de aire, diferencia- les de presión entre
las áreas, número de cambios de aire, conteo de partículas,
flujos de aire, niveles de limpieza, velocidad de flujo y
pruebas de integridad de los filtros hepa.
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

La Norma Oficial Mexicana nom-059-ssa1-2013 establece


los requisitos ambientales en el proceso de fabricación de
medica- mentos, y señala mantener un rango de temperatura de
18 a 25 °C para todas las clasificaciones, mientras que para la
humedad rela- tiva es entre 30 y 65 % (tabla 6.2).
Tabla 6.2
Valores termohigrométricos en las distintas
áreas de fabricación de medicamentos
Temperatur Humedad
Clasificació Ejemplos de clasificación
a (°C) relativa ( %)
n
• Llenado aséptico
A • Muestreo, pesado y surtido de insu- 18 a 25 30 a 65
mos estériles
• Esclusas a cuartos de llenado
B 18 a 25 30 a 65
• Cuartos vestidores para áreas de clase
A
• Llenado de productos con esteriliza-
ción terminal
• Preparación de soluciones para
filtra- ción esterilizante, para
C 18 a 25 30 a 65
esterilización terminal y elementos
del sistema de contenedor-cierre
• Almacenamiento de accesorios
para
formas farmacéuticas estériles
• Cuartos de aisladores
• Cuartos de incubadores y de refrige-
D ración 18 a 25 30 a 65
• Preparación y envasado primario
de
formas farmacéuticas no estériles
Fuente: Diario Oficial de la Federación (2016).

Efectos de la humedad en el bioclima humano


Desde la antigüedad, la especie humana ha sobrevivido a los
diver- sos cambios del planeta debido a su capacidad de
adaptación, inclu- so a aspectos morfológicas según el
ambiente externo, por ejemplo: en regiones frías extremas los
esquimales presentan estatura baja y con exceso de grasa
corporal para retener más calor, una nariz pe- queña y gran
cantidad de mucosa para calentar el aire que entra; en regiones

217
extremadamente calurosas, como en el desierto africano,
encontramos los bosquimanos, quienes presentan un tono de
piel color amarillo-ocre con pelo rizado, que les permite que
disminuya

218
irving rafael méndez pérez

la velocidad de evaporación por sudor y sus extremidades


alargadas les ayuda a aumentar la pérdida de calor.
El intercambio térmico que se efectúa entre el
organismo humano y el medio que lo rodea y se puede
representar mediante el balance térmico:

M±Cd±Cu±R±E=0 6.4
donde M es el calor que por unidad de tiempo produce el
metabo- lismo humano; Cd, Cu y R son el calor que gana o
pierde el cuerpo por conducción, convección y radiación,
respectivamente; y E es el calor que gana o pierde por
evaporación.
La bioclimatología es la ciencia que estudia la influencia
ejer- cida por el clima sobre los organismos vivos. Uno de sus
principales objetivos es encontrar una zona de bienestar o confort
térmico de los individuos ante condiciones climáticas específicas.
Existen di- ferentes definiciones del confort térmico, la más
utilizada sería “la condición mental que expresa satisfacción con
el ambiente térmi- co”, otra más completa es “la satisfacción
psicofisiológica del huma- no con respecto a las condiciones
climáticas del entorno”.
Existen diferentes variables climáticas y factores que
in- fluyen en los intercambios térmicos entre la persona y el
medio ambiente, y que contribuyen a la sensación de confort
térmico: temperatura, humedad, temperatura media radiante,
velocidad del aire, actividad física y vestimenta.
El papel que juega la humedad atmosférica sobre el
confort térmico consiste en que, en cantidades elevadas, impide
o dificulta la transpiración del cuerpo humano y, en niveles
muy bajos, propicia la sequedad de las mucosas, irritación de
la piel y el cuero cabelludo. Cuando se combina alta
temperatura y alta humedad se pro-
duce una sensación de incomodidad porque se reduce la
disipación de calor del cuerpo por evaporación; es decir, la
humedad relativa elevada disminuye la capacidad de perder calor
por evaporación.
El total de sudor evaporado de la piel depende de tres factores:
1) la superficie expuesta al ambiente, 2) la temperatura y la
humedad del aire ambiental, y 3) las corrientes convectivas de
aire alrededor del cuerpo. Sin duda, la humedad es el factor
más importante que de- termina la eficacia de la pérdida de
calor por evaporación.
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

Tabla 6.3
Escala de la temperatura aparente (°C) a través de la
combinación de temperatura de bulbo seco (°C) y humedad
relativa (%)
HR (%)
Temperatura
bulbo seco (°C)
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

20 16 17 17 18 19 19 20 20 21 21 21
21 18 18 19 19 21 20 21 21 22 22 23

22 19 19 20 20 22 21 22 22 23 23 24

23 20 20 21 22 23 23 23 24 24 24 25

24 21 22 22 23 24 24 24 25 25 26 26

25 22 23 24 24 26 25 25 26 27 27 28

26 24 24 25 25 27 26 27 27 28 29 30

27 25 25 26 26 28 27 28 29 30 31 33

28 26 26 27 27 29 29 29 31 32 34 36

29 26 27 27 28 30 30 31 33 35 37 40

30 27 28 28 29 31 31 33 35 37 40 45

31 28 29 29 30 33 33 35 37 40 45

32 29 29 30 31 34 35 37 40 44 51

33 29 30 31 33 36 36 39 43 49

34 30 31 32 34 37 38 42 47

35 31 32 33 35 39 40 45 51

36 32 33 35 37 41 43 49

37 32 34 36 38 44 46

38 33 35 37 40 46 49

39 34 36 38 41 47

40 35 37 40 41

41 35 38 41 42

42 36 39 42 47

43 37 40 44 49

44 38 41 45 52

45 38 42 47

46 39 43 49

47 40 44 21

48 41 45 21

49 42 47

50 42 48

219
irving rafael méndez pérez

Cuando la humedad es alta, la presión de vapor del am-


biente se acerca a la de la piel húmeda y se reduce mucho la
eva- poración, por lo tanto, esta vía para perder el calor se
encuentra esencialmente cerrada; es decir, el sudor en sí no
refresca la piel, es la evaporación la que lo hace.
Una manera indirecta de mostrar los resultados del
confort térmico es a través de diagramas, cartas o índices, estos
últimos son los más utilizados. En un estudio de revisión
bibliográfica se encontró que en los últimos cien años se han
identificado alrede- dor de 160 índices bioclimáticos, y también
se determinó que las principales variables climáticas que
influyen en la sensación tér- mica son temperatura, humedad,
temperatura radiante, radiación solar y viento.
Al interior de una edificación el viento y la radiación
pue- den controlarse, quedan entonces como las más
importantes la temperatura y la humedad atmosférica.
Entre los índices que des- tacan en considerar una
combinación termohigrométrica están la temperatura
aparente, la temperatura efectiva y el índice de calor. La
temperatura aparente (ta) fue propuesta por Robert G.
Steadman en 1979, se define como “la temperatura a la
cual, a una combinación dada de temperatura de bulbo seco y
humedad relati- va, una persona típica percibe lo mismo”, o
en otras palabras, es la temperatura ambiente con
variaciones de humedad relativa sobre o bajo algún valor
base. Steadman resumió la ta a través de una escala (véase
tabla 6.3) Missenard (1937) definió la temperatura
equivalente (te) como el equivalente a la temperatura del
aire en calma que experimentaría un sujeto sedentario,
sano, a la sombra, vestido con ropa de trabajo, si la
humedad relativa fuera de 100%.
Su expresión matemática es:

TE=Ta - - 10) 1 -( 6.5


0.4(Ta HR )
100
donde Ta es la temperatura del aire (°C) y HR es la humedad
rela- tiva (%).
El índice de calor es utilizado por la Administración
Nacio- nal Oceánica y Atmosférica (noaa, por sus siglas en
inglés) y des-
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

de el verano de 1984 el Servicio Nacional del Tiempo de


Estados Unidos ha usado un modelo de regresión múltiple de
tercer grado, el cual es usado principalmente para alertar al
público de los ries- gos de las ondas de calor. Su expresión
matemática es:
HI=17.423+0.185212T+5.37941HR - 0.100254T*HR+0.941695
*10-2T2+0.728898*10-2HR2+0.345372*10-3T2*HR - 0.814971*10-3T*
HR2+0.102102*10-4T2*HR2 - 0.38646*10-4T3+0.291583*10-4HR3+ 6.6
0.142721*10-5T3*HR+0.197483*10-6*HR3 - 0.218429*10-
7 3
T *HR2+
0.843296*10-9T2*HR3 - 0.481975*10-10T3*HR3

donde T es la temperatura del aire (°F) y HR es la humedad


rela- tiva (%). Sólo es aplicable cuando la T sea de 70 °F (21.1
°C) o ma- yor. Mientras que en la versión canadiense se le
conoce como índi- ce humidex. Creada en 1979 por J.M.
Masterton y F.A. Richardson. Se calcula usando la siguiente
fórmula:
Humidex=T+5/9 (e-10) 6.7
donde T es la temperatura (°C) y e es la presión de vapor
(mbar). Los diagramas o ábacos bioclimáticos más
utilizados en pro-
yectos arquitectónicos y urbanísticos son los de Olgyay y
Givoni. Básicamente el primero está diseñado para permitir
determinar las características climáticas que ayudan la
elección del emplaza- miento y orientación de la edificación,
mientras que el segundo permite evaluar las necesidades
energéticas de calentamiento o ventilación necesarias para
una confortabilidad. Básicamente se tratan de diagramas
psicométricos (en el apartado 6.4 se detallan). El diagrama
bioclimático de Olgyay establece una zona de comodidad con
una temperatura entre 18.32 y 29.45 °C y una hu- medad
relativa entre 20 a 80%. Esta zona de confort aplica para una
persona con vestimenta de traje u oficina, con actividad lige-
ra, sin viento y a la sombra (figura 6.7). Aun cuando este
221
diagrama tiene cierta regularidad en su uso, se han
identificado limitaciones en cuanto a la subestimación del
factor de la inercia térmica, por lo
que su aplicación y grado de precisión pueden ser limitados.

222
irving rafael méndez pérez

Figura 6.7
Diagrama bioclimático de Olgyay

Por su parte, la zona de confort propuesta por Givoni está


dada en un polígono delimitada por los 22 y 29 °C de
temperatura y de 20 a 75% de humedad relativa. El diagrama
utiliza los valores máximos y mínimos de la temperatura y
humedad relativa men- sual del lugar a estudiar. En la figura 6.8
se muestra un ejemplo del diagrama de Givoni para la ciudad de
Alcalá de Henares. Se obser- va que los meses de mayo hasta
septiembre existe confortabilidad, mientras que el resto de los
meses requieren de calefacción por ganancia interna, solar
pasiva y activa.
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

Figura 6.8
Diagrama de Givoni para Alcalá de Henares, España.
Área sombreada indica la zona de confort

1) confort, 2) confort permisible, 3) calefacción por ganancias internas, 4)


calefacción solar pasiva, 5) calefacción solar activa, 6) humidificación,
7)calefacción convencional, 8) protec- ción solar, 9) refrigeración por alta masa
térmica, 10) enfriamiento por evaporación, 11) re- frigeración por alta masa térmica
con ventilación nocturna, 12) refrigeración por ventila- ción natural y mecánica, 13)
aire acondicionado.
Fuente: Tomado de http://ecococos.blogspot.mx/2011/03/diagrama-de-givoni.html.

El hábitat humano y la humedad


Desde la antigüedad, la especie humana busca un espacio
cerrado para su seguridad y confortabilidad.
En la obra La casa. Historia de una idea se hace un recuento
histórico de la palabra confort. Primeramente significaba
confortar o consolar, se utilizaba en frases como “confortó
mucho a su madre cuando se hizo vieja”; en el siglo XVI, en
Inglaterra, un confortador era el cómplice de un crimen;
también llegó a significar tolerable o suficiente, por ejemplo,

223
se hablaba de una cama confortable o de

224
irving rafael méndez pérez

tener una posición confortable, suficiente, pero no lujosa; fue


has- ta el siglo XVIII que adquirió el sentido de bienestar físico:
“Me da igual que hiele en la calle, aquí dentro estamos
confortables”.
En la Edad Media no se tenía el concepto de una
vivienda privada como hoy en día. Para el siglo XVII la
distribución de la casa comenzó a diferenciar los espacios; la
conciencia individual fue cambiando a tomar en cuenta el
bienestar doméstico, buscan- do lo privado y lo familiar.
A raíz de la revolución industrial se hizo necesaria la
crea- ción de espacios cercanos a los centros de trabajo para
el alojamien- to de la masa obrera, pero éstos eran de mala
calidad. Rápidamente dichas zonas empezaron a presentar
hacinamientos y problemas de salubridad, por lo que se
tomaron medidas para permitir habitar cómodamente, que
pronto se extendieron a toda Europa; estas me- didas fueron:
instalaciones sanitarias, provisión de agua corriente, sistemas
de calefacción, cocinado y seguridad e iluminación con
lámparas de aceite.
La explosión comercial de sistemas de climatización a
prin- cipios del siglo XX junto con la creación de la ashrae,
dio paso a que los investigadores de las ciencias de la
ingeniería y de la cons- trucción empezaran a tener como
objetivo definir los parámetros fisiológicos y psicológicos de
la comodidad.
La creación de un ambiente térmico cómodo ha sido una
de las prioridades del hombre a la hora de crear un espacio o
refugio habitable. Un ejemplo de ello es un manual del siglo
XIV titulado Ménagère de París, donde se aconsejaba que el
piso de la sala se re- cubriera de paja en invierno y de hierbas y
flores en el verano, lo anterior para conservar el suelo caliente
en invierno y fresco en verano.
Considerando que el habitante moderno pasa entre un 80
y 90% de su tiempo en un espacio al interior, ya sea en su casa
o tra- bajo, es común acondicionar de manera natural o artificial
el am- biente, calentándolo en invierno o enfriándolo en verano.
En la figura 6.9 se muestra una visión general de la
interac- ción entre el hombre y el interior de un espacio,
destacándose la ventilación, humidificación,
deshumidificación, aire acondiciona- do y fuentes de
humedad.
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

La humedad incontrolada en los edificios puede


contribuir a una mala calidad del aire interior, a la incomodidad
de los ocu- pantes y a daños en la infraestructura y mobiliario
del edificio. La ashrae Estándar 62-2001 recomienda mantener
los niveles de humedad relativa al interior entre 30 y 60%;
niveles inferiores a 30 % puede causar en algunas personas
molestias en las vías respi- ratorias y en la piel; mientras que
superiores a 60% maximizan el crecimiento del moho y agentes
patógenos o alergénicos. Una baja humedad en un espacio
cerrado favorece la creación de la elec- tricidad estática en la
superficie de determinados materiales. La nom-022-stps-2008
muestra una serie de condiciones de seguridad de la electricidad
estática en centros de trabajo, recomienda man- tener una
humedad relativa entre 60 y 70%.
Figura 6.9
Interacciones en

edificio
1) Condensación por alimentos fríos o calientes, 2) transpiración o evaporación de una planta,
3) Respiradero de ventilación, 4) sistema de aire acondicionado, 5) transpiración de

225
una perso- na, 6) ventilación por ventana, 7) deshumidificador, 8) humidificador, 9)
filtración en paredes.

226
irving rafael méndez pérez

Una manera de poder controlar el nivel de humedad es


a través de la humidificación o deshumidificación, según sea
el caso. La humidificación no es más que agregar cantidad de
agua a la masa de aire, mientras que la deshumidificación es
la remoción de vapor de agua del aire. Existen diferentes
procesos para poder remover la humedad del aire, por
ejemplo: enfriamiento por com- presión mecánica (sistema de
aire acondicionado), por compresión del aire y por materiales
disecantes. Para el caso de humidificado- res, podemos
encontrar los de tipo adiabático (sin intercambio de calor con
el medio ambiente) y los isotérmicos (la temperatura del aire
permanece prácticamente constante).
Diagrama o carta psicrométrica
El diagrama psicrométrico es un gráfico de líneas trazadas
de do- ble entrada que relaciona las propiedades
termodinámicas del aire húmedo (aire más vapor de agua).
Existen diferentes opciones de diagramas psicrométricos:
Mollier, ashrae, Carrier, etcétera; bási- camente todas tienen
la misma función de analizar gráficamente las propiedades
esenciales del aire.
Los valores del diagrama varían de acuerdo a la altura so-
bre el nivel del mar, el más habitual es a 1,013.25 hPa —a nivel
del mar— (figura 6.10). En el diagrama encontramos la
temperatura de bulbo seco, temperatura de bulbo húmedo,
temperatura de punto de rocío, humedad relativa, humedad
absoluta, entalpía y volumen específico (figura 6.11). A manera
de ejemplificar su uso podemos tomar el ejercicio del cálculo de
la temperatura de punto de rocío de Torreón y Fortín de las
Flores (véase capítulo 1). Nos dice que:
TTorreón=TFortín=25.2 °C

HRTorreón=36%

HRFortín=90%
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

Figura 6.10
Carta psicrométrica a nivel del mar

Figura 6.11
Líneas que integran un diagrama psicrométrico

227
irving rafael méndez pérez

Para calcular la Td de Torreón en el diagrama


psicrométrica, el primer paso es ubicar en el eje x el valor de
25.2 °C y subir en la línea hasta interceptar el valor de 36%
(líneas curvas de la hu- medad relativa), a este punto le
denomina A. Posteriormente y de forma paralela se desplaza a
la izquierda hasta encontrar la curva de saturación de 100%,
dando el resultado de 9 °C. Para el caso de Fortín se realiza el
mismo procedimiento obteniendo el punto B y arroja un valor
de 23.4 °C (figura 6.12).
Figura 6.12
Temperatura de punto de rocío (°C) en Torreón y Fortín de las
Flores y humedad absoluta (g/Kg) en Veracruz

Utilizando las normales climatológicas del Observatorio


Meteorológico de Veracruz (véase tabla 1.4), se tiene una
tempera- tura media anual de 25.3 °C y una humedad relativa de
79%, ¿cuál será su humedad absoluta?
El primer paso es ubicar el valor de 25.3 °C en el eje x
(tem- peratura de bulbo seco) y subir en la línea vertical
hasta inter-
Capítulo 6 | la humedad del aire y los seres vivos

ceptar el valor de 79% (línea punteada curveada de la humedad


relativa), ubicándolo como punto C. Posteriormente se traza una
línea paralela al eje de las X hacia la derecha, hasta encontrar la
escala de la humedad absoluta y dando un valor de 16 g kg -1.
Un proceso psicrométrico ocurre cuando el aire, con un
de- terminado estado de equilibrio inicial, sufre un cambio con
nuevas condiciones. El diagrama psicrométrico no se limita
únicamente a calcular las propiedades del aire, también puede
determinar los procesos de acondicionamiento del aire con
transferencia de calor y vapor de agua:
• Calentamiento o enfriamiento sensible
• Enfriamiento y deshumidificación
• Calentamiento con humidificación.

Calentamiento o enfriamiento sensible


Al agregar o remover calor sensible del aire húmedo provoca
un cambio en la temperatura de bulbo seco y mantiene
constante el contenido de humedad absoluta. Se puede
obtener la cantidad de calor a agregar o disminuir, según sea
el caso, para calentar o en- friar (diferencia de entalpías H).
Si existe un calentamiento, no hay variación de la humedad
absoluta pero la humedad relativa disminuye; mientras en un
enfriamiento sensible aumenta la hu- medad relativa.

Enfriamiento y deshumidificación
Este proceso es común en un aire acondicionado
convencional, y ocurre cuando se enfría el aire a una
humedad absoluta constante hasta una temperatura inferior a
la del punto de rocío, con lo cual se condensa parte del vapor
de agua presente en el aire.

Calentamiento con humidificación


Calentar el aire a una humedad constante, posteriormente se
ato- miza agua o vapor en la corriente de aire, por lo que el
calor laten- te de vaporización producirá enfriamiento en la
corriente de aire.

229
irving rafael méndez pérez

Preguntas y problemas
• Expresa cinco razones para explicar las diferencias
en- tre las figuras 6.1 (a) y 6.1 (f).
• Completa la explicación anterior con la
comparación de las figuras 6.2 (a) y 6.2 (f).
• En la tabla 6.1 se discuten las tres mayores
discrepan- cias entre la humedad relativa
recomendada por el imss y la ashrae. ¿Son
razonables tales diferencias?
• Para la tabla 6.2 calcula la humedad absoluta
máxima y mínima al combinar los rangos de
humedad relativa con los de temperatura ambiente.
• Para una temperatura fija de 20°C presenta, en una
mis- ma gráfica, la temperatura efectiva (ecuación
6.5), el ín- dice de calor (ecuación 6.6) y el
humidex (ecuación 6.7).

Para saber más


Asociación Americana de Ingenieros de Calefacción, refrigeración y
airea- condicionado (ashrae) (2013). hvac Design Manual for
Hospitals and Clinics. Second Edition. Atlanta, eU: ashrae [ver
capítulos 2 y 3].
Bonan, G. (2016). Ecological Climatology. Concepts and Applications.
Third Edi- tion. eU: Cambridge University Press [ver capítulos 15 al
17].
Bradshaw, V. (2006). Human Comfort and Health Requirements. En:
The Building Environment: Active and Passive Control Systems.
Third Edi- tion. New Jersey, eU: John Wiley & Sons, Inc. [ver
capítulo 1].
Campbell, G.S. y Norman, J.M. (1998). An Introduction to Environmental
Bio- physics. Second Edition. New York: Springer [ver capítulos
12 al 14].
Diario Oficial de la Federación (2016). Norma Oficial Mexicana ( nom.
059-55A1-2015), Buenas prácticas de fabricación de medicamen-
tos, 5 de febrero de 2016.
Gatley, D.P. (2013). Understanding Psychrometrics. Third Edition. Atlanta:
ashrae [ver capítulos 3 al 5 y 13].
Monteith, J.L. y Unsworth, M.H. (2013). Principles of Environmetal
Phy- sics. Plants, Animals and the Atmosphere. Fourt Edition.
Poland: Elsevier [ver capítulos 13 y 14].
Willmer, P.; Stone, G. y Johnston, I. (2005). Environmental
Physiology of Animals. Second Edition. Australia: Blackwell
Publishing [ver ca- pítulos 6 al 8].
Capítulo 7
La humedad
atmosférica, la industria
y las artes

Elisa Tejeda Zacarías

L a composición química de la atmósfera cerca de la


superficie terrestre es, relativamente, bien conocida
debido a las numero-
sas mediciones de concentración y variabilidad de los gases
cons- tituyentes. El agua es importante en la formación y
evolución del planeta; la cantidad de agua presente en la
atmósfera, en sus tres estados, rige tanto el clima global como el
tiempo local. El balance climático global y la transferencia de
calor son determinados prin- cipalmente por la circulación de
masas de agua oceánicas; además, la capa atmosférica de vapor
de agua refleja el calor emitido por la superficie terrestre, por
lo que previene al planeta de helarse, mientras que al mismo
tiempo es uno de los gases con mayor efecto invernadero.
¿Qué características del agua la hacen un compuesto
atmos- férico tan importante? Para responder esta pregunta es
necesario analizar la molécula del agua: a pesar de que tiene
carga neutra, la diferencia de la electronegatividad entre el
oxígeno y el hidrógeno y el arreglo de los orbitales, la
convierten en una molécula dipolar. La disposición de los
231
átomos de hidrógeno y oxígeno es tal que las cargas positivas
y negativas no se solapan por completo en la ma- yoría de las
moléculas, lo que puede interpretarse como una mo-

232
elisa tejeda zacarías

lécula que está cargada positivamente de un lado y


negativamente del otro (figura 7.1). Su naturaleza dipolar
provoca la formación de fuertes enlaces intramoleculares con
el hidrógeno, lo que ocasio- na agrupaciones de moléculas de
agua y que reaccione fácilmente con otras moléculas.
Figura 7.1
Molécula del agua. La disposición de sus
átomos la convierten en una molécula
dipolar

El agua se forma tras el proceso de oxidación de la


molécu- la de hidrógeno, éste es un proceso exotérmico. Los
metales sólo son corroídos por agua líquida y en ambientes con
humedad rela- tiva a 70%. La disociación de moléculas de agua
da lugar a iones hidróxidos desenlazados OH –, que reaccionan
con facilidad. En la atmósfera, los iones OH – reaccionan con
muchas sustancias y con- taminantes, por lo que actúan como
agentes de limpieza.
¿Cómo es que la humedad afecta a los objetos? ¿Qué
carac- terísticas de los objetos hay que tomar en cuenta para
conocer la afección de la humedad del ambiente a éstos?
Resulta lógico pensar que la repercusión de la humedad
dependerá de la sustancia de que están hechos los objetos.
Interesa hablar de sustancias higroscópi- cas e higrofóbicas, ya
que el material que compone cada objeto va a determinar su
relación con la humedad atmosférica y sus efectos.
Primeramente hablemos de las sustancias higroscópicas:
son aquellas que tienen la capacidad de absorber humedad del
me-
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

dio circundante, razón por la cual son utilizadas con frecuencia


como desecantes. Ahora bien, ¿cómo afecta la absorción de
agua a estas sustancias? Algunos de los compuestos
higroscópicos atra- pan el vapor de agua como agua de
hidratación en su estructura cristalina, por ejemplo, el sulfato de
sodio; mientras que en otros, simplemente es absorbida
físicamente. En ambos casos la reten- ción del líquido es
reversible y el agua puede ser expulsada; sin embargo, existen
compuestos higroscópicos que reaccionan quími- camente con
el agua, como los hidruros o los metales alcalinos y, al haber
reaccionado, ésta no se puede recuperar de forma simple. Estos
procesos son exotérmicos. Casi todas las sustancias orgánicas
tienen la propiedad de ser higroscópicas, entonces en
condiciones de alta humedad se expanden.
Así como existen sustancias que, por decirlo de alguna
for- ma, atraen el agua de la atmósfera, existen otras que la
repelen y se conocen como sustancias higrofóbicas.
La relación entre humedad atmosférica y los objetos
equi- vale a hablar de la relación entre la humedad
atmosférica y la in- dustria, pues se deben hacer
consideraciones al respecto para la implementación o control
de ciertos procesos. A lo largo de este capítulo se hablará de
la industria alimentaria, textil y del papel, farmacéutica y de
la construcción, además de mencionarse las principales
afecciones de la humedad a plantas industriales; tam- bién se
mencionará el impacto de la humedad en las artes, tratan- do
las condiciones óptimas de humedad en museos y
exposiciones y en el cuidado de instrumentos musicales.

Humedad en la industria alimentaria


La industria alimentaria se encarga de todos los procesos
relaciona- dos con la cadena alimentaria, involucra el
transporte, recepción, al- macenamiento, procesamiento y
conservación de alimentos de con- sumo humano y animal. La
eficiencia y el aumento de producción en esta industria son
primordiales para el sector económico y re- quiere de la
regularización de sus procesos.

233
El contenido de agua en los alimentos es importante
para su calidad, elaboración y durabilidad; su control tiene
como obje- tivo aumentar el tiempo de vida del alimento,
conservar su cali-

234
elisa tejeda zacarías

dad, sabor y aroma y evitar su pérdida de peso y putrefacción.


Para garantizar la humedad del producto en cada paso del
proceso de elaboración, deben efectuarse constantes
mediciones, directamen- te en el proceso de producción o bien
en muestras; sin embargo, la humedad del producto se afecta
por la humedad del ambiente. Cabe entonces la pregunta ¿cómo
se relaciona la humedad del am- biente con la humedad del
producto?, pues la relación entre es- tas dos cantidades
determina las condiciones ambientales óptimas para la industria
alimentaria que las trata.
La actividad acuosa es una cantidad adimensional que
de- nota el valor de la humedad que está presente al
alcanzarse el equi- librio de humedad entre un material y sus
alrededores, se denota
con la abreviatura aw (del inglés, water activity) y es un
parámetro importante para asegurar la calidad de los
productos; además de medir el contenido absoluto de agua,
permite concluir sobre la ac-
tividad microbiológica en alimentos perecederos. De manera
más específica, el valor de a w permite caracterizar el
microclima (tem- peratura y humedad) alrededor de los
productos, lo que determina
el crecimiento de bacterias, moho y levaduras. Entonces la
medi- ción del valor de la cantidad acuosa puede utilizarse
como un pa- rámetro de la duración de un alimento.
La actividad acuosa se define como la relación entre la
pre- sión de vapor de agua en la sustancia (e) y la presión de
vapor del agua pura (e0) a la misma temperatura;
matemáticamente queda:
aw=e/e0 7.1

Existe una definición alternativa que la actividad


acuosa in- terpreta como el factor de actividad química del
agua por fracción molar, y se expresa como
aw=lw xw 7.2
donde lw es el coeficiente de actividad del agua y xw es la
fracción molar del agua en la fracción acuosa. Ninguna de
estas dos defini- ciones relaciona la actividad acuosa con la
humedad del ambien- te. La humedad relativa del aire en
equilibrio con una muestra se denomina: humedad relativa
de equilibrio (erh, por sus siglas en inglés) y satisface:
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

ERH=aw×100% 7.3

Las unidades de erh corresponden a las de la de


humedad relativa (HR en %).
Las bases para la medición de la actividad acuosa en
una sustancia se basan en el siguiente modelo: una muestra
del ma- terial (en bulto) se coloca en un volumen cerrado con
un sensor de temperatura y humedad para medición continua;
después de cierto tiempo se alcanza un estado de equilibrio
entre el vapor de agua en la muestra y sus alrededores, se
mide la temperatura y la humedad de equilibrio del volumen
de aire y se relacionan con la actividad acuosa de acuerdo a la
ecuación 7.3.
Como se menciona en capítulos precedentes, es posible
em- plear diferentes métodos para la medición de la humedad
del aire, por ejemplo: medición de la humedad relativa,
medición del pun- to de rocío, medición criostática (por
congelación) o medición de presión de vapor de agua.
Recordemos que el valor de la actividad acuosa caracteri-
za el microclima alrededor de los productos, y determina el
creci- miento de bacterias, moho y enzimas. En la tabla 7.1 se
muestran las condiciones de crecimiento de microorganismos en
productos alimenticios.
Además, varias reacciones químicas están fuertemente in-
fluenciadas por el valor de la actividad acuosa, en términos de la
taza de reacción y tiempo; por ejemplo, reacciones enzimáticas
de carbohidratos, descomposición catalítica de lípidos y
oxidación de lípidos. Cabe mencionar que el valor de a w es un
parámetro impor-
tante para la evaluación de calidad, pues brinda información del
estado microbiológico, duración y degeneración de productos
pere- cederos, carga electrostática, interacción química con el
ambiente y contenido de agua del producto.

235
elisa tejeda zacarías

Tabla 7.1
Condiciones de crecimiento de
microrganismos de acuerdo a la actividad
acuosa
Activida Humeda
d acuosa d relativa Microorganismos Alimento
(aw) (HR)
Pseudomonas, Escherichia,
Pro- teus, Shigella, Klebsiella, Fruta, vegetales, carne,
1-0.95 100-95% Bacillus, Clostridium pescado, leche, pan.
perfringens. Levadu- ras y
hongos.
Bacteria, Salmonella, Vibrio pa-
rahaemolyctus, C. botulinum, Queso, carne ahumada o
0.95-0.91 95-91%
Se- rratia, Lactobacillus, salada, jugo de fruta
Pediococcus, Rhodotorula, concentrado.
Moho, Pichia
Hongos de levadura (Candida, Salami, merengue, queso
0.91-0.87 91-87%
torulopsus, Hansenula) seco, margarina
Jugo de fruta concentrado
(dul- ce), leche condensada,
Moho, Staphylococcus aureus,
0.87-0.80 87-80% jarabe de chocolate, jarabe
Saccharomyces, Debaryomyces.
de fruta, cereales, granos,
pasteles, carne ahumada.
Jalea, mermelada, mazapán,
0.80-0.75 80-75% Bacterias halófilas
fruta seca
Moho xerofílico (Aspergillus Productos de avena con
0.75-0.65 75-65% che- valieri, A. candidus, grandes cantidades de azúcar,
Wallemia sebi), Saccharomyces frutas se- cas, nueces.
bisporus
0-65-0.60 65-60% Hongos de levadura osmófilos Caramelos, miel
Reproducción microbiológica
0.60-0.50 60-50% Pasta, hierbas
lenta
Reproducción microbiológica
0.40-0.30 40-30% Huevo seco
lenta
Reproducción microbiológica Biscuits, pasteles, migajas de
0.30-0.20 30-20%
lenta pan
Reproducción microbiológica Leche en polvo, vegetales
0.20-0.00 20-0%
lenta secos, sopas secas, hojuelas
de maíz.
Fuente: Wernecke y Wernecke, 2014.
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Influencia de las condiciones ambientales en


la producción
Ahora que se conoce la relación entre la humedad del medio
am- biente y la humedad del producto, así como las
condiciones de cre- cimiento de microrganismos para estos,
es necesario determinar en qué etapas debe controlarse la
humedad ambiental. Los produc- tos alimenticios están
expuestos al aire del ambiente durante prác- ticamente todas
las etapas del procesamiento. Un amplio rango de
mecanismos puede implicar el intercambio de agua del
producto con el aire, por ejemplo, su almacenamiento, el
transporte del pro- ducto y secado con aire caliente, por
nombrar algunos. La cantidad de agua que intercambia el
producto con el aire es determinada por sus propiedades
higroscópicas, la temperatura del ambiente, la humedad del
aire y el tiempo de exposición bajo estas condiciones. Debe
tomarse en cuenta que el aire del medio ambiente presenta
fluctuaciones importantes en el contenido de agua absoluto y
rela- tiva, a lo largo del día y a lo largo del año. Los procesos
de produc- ción alimenticia generalmente se llevan a cabo a
una temperatura entre los 10 y 40°C. La condensación de
agua en la superficie del producto ocurre si la temperatura del
entorno disminuye por de- bajo de la temperatura de punto de
rocío, lo que puede provocar la absorción de agua por parte
del producto alimenticio.
Dado que la humedad absoluta del aire en las
instalaciones de producción, generalmente depende de las
condiciones meteo- rológicas y es necesario determinar si se
requiere de un sistema de aire acondicionado. Para una
producción óptima éste puede ayu- dar a ahorrar energía,
evitar el desperdicio de materias primas, au- mentar la
calidad del producto y reducir el tiempo de producción. Por
otra parte, para el aire acondicionado son necesarias
mediciones constantes de la humedad y la temperatura, con la
fi- nalidad de realizar ajustes en estos parámetros, de ser
necesarios. En la vida diaria es común que las industrias no
utilicen aire acon- dicionado en los procesos de producción

237
alimenticia para ahorrar recursos; sin embargo, el no tener
control de la humedad y la tem- peratura del ambiente en el
proceso de producción puede causar
daños irreversibles en las propiedades de los productos.

238
elisa tejeda zacarías

Ejemplo. Control de contenido acuoso del


producto alimenticio
Cuando se tiene un sistema de aire acondicionado, los
parámetros de interés son la temperatura, humedad y el flujo de aire
que entra y sale de la instalación. Si se tiene un flujo de aire normal,
de V=15,000 m3 h-1 y una temperatura constante del aire que entra y
sale de la ins- talación, DT=0K, una diferencia en la humedad
relativa de DHR=20% provoca que se requiera añadir o extraer 60 l
h-1 de agua del material.
La sensibilidad de la medición puede expresarse como

DERH
S= DG
m

donde S es la sensibilidad, DERH es la diferencia de la humedad


relativa de equilibrio y DGm es la diferencia en el contenido
gravimétrico de agua. Un cambio del 1% w/w del contenido de agua
del producto se logra con un cambio de 10.15 % de HR entre el aire
de entrada y de salida. Un sensor de humedad común tiene una
incertidumbre del 1.5 % de HR. Por lo tanto, el contenido de agua
de un producto puede ser monitorea-

Condiciones climáticas especiales para el almacenamiento


de alimentos
Existe un amplio rango de productos alimenticios en el que
cada uno demanda condiciones de almacenamiento
específicas. A pesar de que varios productos pueden
categorizarse en grupos, dentro de cada grupo los productos
pueden tener distintos requerimientos de almacenamiento.
Con una finalidad meramente ilustrativa, en la tabla 7.2 se
presentan dos grupos de alimentos y sus condiciones de
almacenamiento de manera muy general.
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Tabla 7.2
Condiciones generales de almacenamiento de productos
alimenticios para frutas y vegetales y pan y pasteles
Frutas y vegetales
Condiciones de -3 a 10 °C
almacenamiento regulares 80 – 98% HR
En una atmósfera controlada con
Almacenamiento óptimo un contenido de CO2 entre 0-5% y
un contenido de O2 entre 3-5%
Deterioro por almacenamiento Pérdida de peso
deficiente Pérdida de vitaminas
Sensibilidad al frío (cítricos,
tomates, pimientos); la maduración
de la fru- ta está relacionada con la
Especialidades biosíntesis: el aumento o
disminución de etileno puede
acelerar o alentar el proceso de
maduración
Pan y pasteles
Condiciones de Temperatura ambiente
almacenamiento regulares. 3 - 10 °C para pasteles de frutas
No empacar herméticamente
a 10 - 20 °C
Almacenamiento óptimo
La humedad óptima depende del
producto específico
Deterioro por almacenamiento Presencia de moho para aw>0.7
deficiente Aroma volátil se pierde con
facilidad
A altas temperaturas, retrogradación
del almidón
Especialidades
A bajas temperaturas, pérdida de
agua,
endurecimiento
Fuente: Wernecke y Wernecke (2014).

Atmósfera controlada y modificada


Si bien es necesario el control de parámetros como la
humedad y la temperatura durante la mayoría de procesos de
la industria alimen- ticia, también resulta imprescindible la
capacidad de modificar las condiciones ambientales. Un claro

239
ejemplo es el de la industria de frutas y verduras.

240
elisa tejeda zacarías

Los procesos biológicos de frutas y verduras después


de su cosecha están fuertemente influenciados por las
condiciones cli- máticas de su entorno. La duración, sabor,
color, preservación de nutrientes y maduración, dependen de
las condiciones de alma- cenamiento. El control de la
cantidad de oxígeno y de dióxido de carbono, así como la
temperatura, repercuten en la velocidad de maduración.
Durante el almacenamiento y en periodos largos de transporte
se aplican dos métodos distintos para la regulación de las
condiciones climáticas:
• En atmósfera modificada: se reduce la temperatura de al-
macenamiento y del contenido de oxígeno.
• En atmósfera controlada: se regula el oxígeno,
dióxido de carbono y etileno, se reduce la
temperatura y se optimi- za la humedad relativa.
Además del almacenamiento óptimo, es necesaria la
sincro- nización de la variación de parámetros de las
condiciones ambien- tales con el proceso de maduración.

Control de humedad durante el transporte


El control de las condiciones óptimas de almacenamiento se
debe mantener durante el transporte de los productos, por lo
que se debe realizar una planeación de las condiciones
ambientales y to- mar en cuenta los periodos de transporte.
Probablemente, el transporte por barco sea el más
proble- mático, ya que presenta periodos más largos; además
de que los barcos transportan grandes cantidades de
alimentos de distintos tipos, con distintos requerimientos de
almacenamiento y, por si fuera poco, durante el transporte
para largas distancias suelen atra- vesarse varias zonas
climáticas, por lo que HR variaciones de 30 K y 60% pueden
ocurrir; así mismo, cambios rápidos en las condi- ciones
meteorológicas locales también pueden presentarse. Resul- ta
claro entonces la importancia del monitoreo de las
condiciones ambientales dentro de la nave y del seguimiento
de éstas para ase- gurar la calidad de los productos
alimenticios.
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Industria de textiles y papel


Los procesos de fabricación en la industria del papel y textil
re- quieren, generalmente, de un alto consumo de energía y
agua. Me- diciones confiables de la humedad ayudan a
optimizar las fases de procesamiento y mejoran la calidad del
producto, haciendo de su fabricación un proceso más
eficiente, además de ahorrar energía.
El papel, cartón y los textiles son en general sustancias
al- tamente higroscópicas, por lo que condiciones de
transporte y al- macenamiento poco favorables pueden
conllevar a cambios no deseados en las propiedades
tipográficas y mecánicas del producto. Por tanto, la cantidad
de agua de la celulosa contenida en los pro- ductos, debe ser
monitoreada durante todo del proceso de produc- ción: desde
fabricación, almacenamiento, transporte y procesos
sucesivos. En las secciones siguientes se hablará
específicamente de la industria del papel y el carbón, sin
embargo, la industria tex- til es muy similar a éstas.
Propiedades del papel y clima de los alrededores
La humedad relativa del ambiente es un factor importante
que contribuye de manera significativa en las propiedades de
calidad del papel. El equilibrio entre la humedad del
ambiente y la hume- dad relativa del papel es particularmente
importante durante el proceso de impresión. Condiciones no
favorables de humedad cau- san la absorción de agua, que
resulta en problemas durante la im- presión; por ejemplo,
carga estática, errores de duplicación, arru- gado o que la
tinta no se impregne lo suficiente.
El monitoreo de la humedad de equilibrio en interiores
con- tribuye a un proceso de fabricación efectivo. El origen de las
altas propiedades higroscópicas del papel y cartón se deben al alto
con- tenido de celulosa, y que a su vez consiste en grupos
hidrofílicos de hidroxilos con una fuerte afinidad a la absorción
de agua. Además, la estructura fibrosa provoca que el papel y el
cartón sean sustancias porosas y con muchos capilares, por lo que
el vapor de agua del am- biente puede ser absorbido rápidamente,
241
almacenado en los poros y capilares y posteriormente distribuido
en todo el material, razón por la que la fracción de agua en papel
y cartón es alta.

242
elisa tejeda zacarías

Ahora, resulta claro que el valor de la fracción de agua


en el papel y el cartón debe relacionarse de manera directa
con la hu- medad del ambiente. El contenido de humedad en
el papel puede determinarse por varios métodos: cantidad de
agua en el papel Gm se define como la masa relativa de
contenido de agua de acuerdo a:

mW
G = m +m
m W ds

donde Gm es el contenido de agua gravimétrio del papel


(%w/w), mw es la masa de agua en el papel (g) y mds es la
pase de papel to- talmente seco.
La humedad relativa de equilibrio erh se usa para
caracte- rizar las propiedades higroscópicas del papel y el
intercambio de vapor de agua entre el papel y el ambiente, y
se define como:

ERH|T=cte= h|T=cte

donde erh es la humedad relativa de equilibrio (%), T es la


tempe- ratura del ambiente y del papel, y h es la humeda
relativa del am- biente en porcentaje.
La isoterma de absorción del papel, que se muestra en
la fi- gura 7.2, muestra la dependencia del contenido de agua y
la hume- dad relativa de equilibrio para una temperatura
constante. Es una función de la estructura interna, la
composición y las característi- cas de la superficie del papel, y
debe obtenerse experimentalmente para cada tipo de papel.
Generalmente no es posible obtener un mo- delo teórico de la
isoterma de absorción debido a la complejidad de las
interacciones y correlaciones a tomarse en cuenta. Determinar
la isoterma de absorción del material es de gran importancia
para la optimización de las condiciones de producción.
Influencia de la humedad en las propiedades del papel
Las propiedades constantes del papel son importantes para la
in- dustria de impresión, ya que las impresoras y la tinta
deben adap- tarse de acuerdo a ellas. Las propiedades físicas
y mecánicas del papel se ven influenciadas por la cantidad de
agua. A mayor can- tidad de celulosa, mayores son los
efectos de incorporación acuo-
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

sa, que tienen como consecuencia la hinchazón del papel,


contrac- ción o aparición de tensiones internas, lo que tiene
una gran in- fluencia en su capacidad de impresión.
Figura 7.2
Isoterma de absorción general del papel

Fuente: Wernecke y Wernecke (2014)

Si el papel está muy seco acumula carga electrostática,


lo que provoca que varias hojas de papel se peguen —por
decirlo de al- guna manera— e incluso puede provocar que
las hojas se adhieran al sistema de impresión; además, el
polvo se acumula en el papel y en los rollos de impresión.
Para evitar estas situaciones, la mayoría de los tipos de papel
son almacenados en ambientes con humedad relativa mayor a
40%. La absorción y expulsión de agua causa cam- bios en
las dimensiones del papel, lo que modifica el hecho de que
las hojas de papel sean completamente lisas y uniformes. El
papel suele absorber agua desde las orillas y hacia el centro,
lo que pro- voca que el agua se acumule en los bordes,
ocasionando tensiones internas y que se curve la pieza de
papel.
Se han realizado pruebas para determinar la influencia
de la humedad del ambiente en la absorción de agua del
papel. Las curvas características de diferentes tipos de papel
se muestran en la figura 7.3. Cuando se expone el papel a un
243
ambiente con hu- medad relativa de 50%, con fluctuaciones
de 10%, el cambio en la

244
elisa tejeda zacarías

longitud del papel es de alrededor de 0.1-0.2%. Durante la


impre- sión, la aplicación de tinta provoca la absorción de
cantidad extra de agua y el resultado es la expansión
longitudinal de la pieza de papel: para un papel con longitud
de 1 m, dicha expansión será de 1 a 2 mm, si la humedad
ambiental es muy alta, la tinta tardará más en secarse y estos
tiempos de secado no son considerados por las imprentas, lo
que puede provocar que se corra la tinta.
Figura 7.3
Curvas características de masa gravimétrica del agua contra
tiempo de aclimatación para diferentes tipos de papel

El papel presentará deformaciones en los bordes si su


valor de erh es diferente al de la humedad relativa del
ambiente. Si está por debajo, presentará bordes ondulados,
mientras que si está lige- ramente arriba, presentará bordes
cóncavos. El papel se contrae- rá y resecará, generalmente
para humedades relativas menores a 20%. En general, si la
diferencia entre la humedad relativa de equi- librio del papel
y la humedad relativa ambiental es menor a 5%, el papel no
presentará cambios críticos en sus dimensiones, estas
variaciones se vuelven significativas para diferencias entre
ambas humedades mayores a 10%.
Las condiciones de almacenamiento y transporte
pueden ser monitoreadas usando termómetros e higrómetros.
Muchas cla- ses de papel pueden se almacenados a 20 °C y
una humedad relati- va del ambiente de 50 - 60% sin pérdidas
en su calidad. Los sistemas
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

de aire acondicionado deben ser lo suficientemente potentes


para compensar rápidamente fluctuaciones temporales en la
humedad (de manera general, las variaciones permitidas en
humedad relati- va ambiental son de 8% y de 3 K en
temperatura).

Plantas industriales
A pesar de la diversidad de los procesos industriales, algunas
de las mediciones de humedad son una constante, por
ejemplo la medi- ción de humedad a altas temperaturas en
atmósferas con un alto contenido de polvo o contaminantes y
a presiones muy altas; tam- bién determinar el contenido de
agua de los materiales se realiza en prácticamente todos los
procesos industriales.
Muchos procesos industriales se llevan a cabo a
temperatu- ras mayores a los 100 °C, para los cuales la mayor
dificultad en la medición de humedad es la falta de pruebas
de referencia para la calibración y para la determinación de
dependencias de tempera- tura. En la industria es muy común
que se lleven a cabo procesos de secado, generalmente a
temperaturas mayores a los 200 °C. La humedad relativa no
es significativa para temperaturas mayores a los 100 °C,
donde es más útil la humedad absoluta (g m-3). Resul- ta
importante mencionar que no todas las técnicas de medición
y aparatos pueden usarse para temperaturas mayores al punto
de ebullición del agua, debido a restricciones físicas o
técnicas.
El ambiente gaseoso donde se llevan a cabo las
mediciones de humedad en aplicaciones industriales suele
presentar compli- caciones para el equipo, debido a
componentes gaseosos agresivos, aceite en el flujo de aire o
bien mediciones a largo plazo en ambien- tes
extremadamente secos. La presencia de sustancias agresivas
y corrosivas causan la desintegración de los componentes
metálicos del equipo de medición, y las mediciones no son
posibles si los componentes agresivos del gas entran en
contacto directo con la capa sensible del sensor. Como regla

245
general, los componentes de aceite en el gas no deben entrar
en contacto con el sensor, pues la formación de una capa
delgada distorsiona de manera importante las mediciones. En
este tipo de situaciones sugiere llevar a cabo un filtrado del
aire que debe medirse. Además, es común que se requiera
realizar mediciones de temperatura para altas presiones.

246
elisa tejeda zacarías

Como se mencionó en el capítulo 2, la presión de vapor


de saturación es de un gas es función de la temperatura. Un
factor de corrección, específico para cada tipo de gas, se
introduce para medi- ciones con presiones altas. El cálculo
preciso de la humedad del gas puede llevarse a cabo si se
conoce el factor de aumento, mismo que debe incluirse en
particular en el caso de fluctuaciones importantes de presión.
El valor certificado de la humedad para gas es conocido
para una presión en particular, por lo que utilizando el factor
de aumento se puede calcular el valor real de la presión de
vapor de saturación, con la cual se calcula la humedad (figura
7.4).
A pesar de todas estas dificultades que pueden
presentarse en la medición de temperatura, es importante
llevarla a cabo du- rante el proceso de producción de cada
industria, pues el monito- reo constante de la humedad permite
controlar y optimizar estos procesos, asegura la calidad del
producto, reducir los costos de ma- terial y energía, y aumentar
la productividad y eficiencia de los procesos de producción, sin
mencionar que permite cumplir los estándares de calidad de los
productos.
Figura 7.4
Factor de aumento para presión de vapor de agua a 20°C

Wernecke y Wernecke (2014).


Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Corrosión
La corrosión se define como el deterioro de un material a
conse- cuencia de un ataque electroquímico por su entorno.
Siempre que la corrosión esté originada por una reacción
electroquímica (oxida- ción), la velocidad a la que tiene lugar
dependerá en alguna medi- da de la temperatura, de la
salinidad del fluido en contacto con el metal y de las
propiedades de los metales en cuestión. Otros mate- riales no
metálicos también sufren corrosión mediante diferentes
mecanismos. Su proceso es natural y espontáneo.
La corrosión es una reacción química en la que
intervienen tres factores: la pieza manufacturada, el ambiente
y el agua, o a tra- vés de una reacción electroquímica.
Los factores más conocidos son las alteraciones
químicas de los metales a causa del aire, como la herrumbre
del hierro y el ace- ro o la formación de pátina verde en el
cobre y sus aleaciones. Sin embargo, es un fenómeno más
amplio que afecta a todos los mate- riales y todos los
ambientes. Es un problema industrial importante, pues puede
causar accidentes (ruptura de una pieza) y representa un costo
significativo, ya que se calcula que cada pocos segundos se
disuelven cinco toneladas de acero en el mundo, procedentes
de unos cuantos nanómetros o picómetros (invisibles en cada
pieza) pero que, multiplicados por la cantidad de acero que
existe en el mundo, constituyen una cantidad sustancial.
La corrosión es un campo de las ciencias de materiales
que invoca a la vez nociones de química y de física
(fisicoquímica).
Industria automotriz
La industria automotriz es un conjunto de compañías y
organiza- ciones relacionadas en las áreas de diseño,
desarrollo, manufactu- ra, marketing y ventas de automóviles.
La humedad atmosférica afecta también a esta industria con
la corrosión de metales utiliza- dos en la fabricación de
automóviles, hasta con humedad presente en aceites y
combustibles.

247
Durante el proceso de producción de automóviles, es
nece- sario el monitoreo constante de los sistemas de
enfriamiento y lu- bricación; los aceites y lubricantes
absorben agua líquida y gaseosa y la cantidad absorbida (c 0)
depende de la presión y temperatura

248
elisa tejeda zacarías

del sistema, así como de la humedad relativa del ambiente. El


lími- te de saturación de absorción de agua (csat) es una
constante carac- terística de cada tipo de aceite. Utilizando
estos dos valores, el agua relativa de saturación (crel) puede
expresarse como:

c0
c = ´100%,
rel
csat

expresión que se utiliza como un parámetro de medición.


Varios sensores basados en métodos de mediciones indirectas
pueden aplicarse para llevar a cabo esta medición, a bordo de
vehículos que utilizan estos aceites.
Los materiales que se utilizan comúnmente para el
equi- pamiento interno de los vehículos son plásticos y
materias pri- mas renovables, como madera, cáñamo y yute y
se utilizan para dar forma a cojines y coberturas. Estos
materiales son amoldados mediante proceso de compresión, y
la fracción de materia seca debe mantenerse constante, con la
finalidad de asegurar la forma geométrica correcta dentro de
la tolerancia requerida. Durante el proceso de compresión,
casi toda el agua dentro del material es evacuada, por lo que
resulta indispensable determinar el conteni- do de agua del
material para reemplazar la fracción de agua per- dida
durante la compresión. El contenido gravimétrico de agua es
generalmente de 1% w/w para plásticos y cerca de 7% w/w
para materias primas naturales.
Las mediciones del contenido de agua en los
materiales se realizan de manera indirecta, a través de
mediciones de erh y uti- lizando sensores cuya forma se
adapta a la del material. Las iso- termas de absorción de las
materias primas se determinan en el laboratorio y se
implementan en los procesos de control. Es enton- ces
posible integrar completamente las mediciones de humedad
al proceso de control del sistema. El parámetro fijo debe de
ser el va- lor de erh o de contenido gravimétrico de agua (%
w/w).
La corrosión de partes metálicas es de los impactos más
im- portantes que tiene la humedad en la industria automotriz
y se pre- senta en partes metálicas de los automóviles puede
clasificarse en:
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

• Electroquímica o polarizada. Se debe a una


diferencia de potencial entre zonas metálicas muy
cercanas entre sí y que ocasiona la redistribución de
electrones del mate- rial metálico. Suele suceder
cerca de piezas eléctricas.
• Microbiológica. Algunos microorganismos son
capaces de crear corrosión en superficies metálicas, se
presenta generalmente en zonas sumergidas en
sustancias líqui- das donde proliferan
microorganismos.
• Galvánica. Surge cuando dos metales distintos
actúan uno como ánodo y otro como cátodo. El
ánodo será la pieza que se oxide, pues cede
electrones, y el cátodo al aceptarlos, se dice en
términos químicos, que se reduce.
• Por actividad salínica diferenciada. La presencia de
sales en superficies metálicas favorece el
comportamiento de algunas zonas de la superficie
como ánodos y otras como cátodos, dependiendo de la
cantidad de sal que posean.
• Por oxígeno. Ocurre en superficies expuestas a
oxígeno diatómico disuelto en el agua o en el aire.
Se ve favoreci- do por altas temperaturas o
presiones elevadas.
En las primeras cuatro categorías de corrosión es claro
que la humedad ambiental no influya en el proceso. La
humedad del aire únicamente influye en la corrosión por
oxígeno.
La corrosión atmosférica puede clasificarse en corrosión
hú- meda y seca. La primera requiere de la humedad
atmosférica y au- menta cuando ésta excede de un valor crítico
(frecuentemente por encima de 70%), en este debe
considerarse, además, la condensa- ción de humedad, que se
origina cuando la humedad relativa de la atmósfera sobrepasa
100%. La corrosión atmosférica seca es la que favorece el
intercambio de electrones entre superficies metálicos debido a
249
la baja humedad del aire.
Humedad en la electrónica
El monitoreo de las condiciones atmosféricas en espacios
donde se manufacturan componentes electrónicos tiene un
significado im- portante en la calidad y rendimiento de
procesos. El monitoreo de

250
elisa tejeda zacarías

la humedad en un rango de temperaturas de entre -70 °C y 70


°C puede realizarse con equipo estándar; sin embargo,
procesos con baja humedad y temperaturas menores a los -80
°C son cada vez más comunes en el desarrollo de nuevas
tecnologías. El reto prin- cipal de mediciones de humedad
para estas temperaturas es la fal- ta de estándares de
referencia.
Las pruebas y revisiones de los componentes
electrónicos son etapas importantes en el control de calidad.
Para componentes convencionales existen procesos
estándares y se desarrollan nue- vos algoritmos a la par de
nuevas tecnologías. Han surgido varias preguntas respecto a
los problemas que conlleva la humedad at- mosférica en los
procesos de producción y mantenimiento de com- ponentes
electrónicas, por ejemplo: ¿cuál es la escala de tiempo y la
cantidad de vapor de agua que penetra la cubierta y entra en
contacto con los componentes funcionales de un sistema
electró- nico? ¿Cuál es el impacto de la deposición de agua
en las propieda- des de un componente electrónico?
Se sabe que el cableado se corroe debido a la presencia
de alta humedad. Los transistores pueden romperse o disminuir
su vida útil, además de que es imposible el crecimiento
uniforme de cristales que se requiere en algunos procesos de
esta industria.
En aplicaciones militares, industriales, comerciales o
de consumo de electrónicos, algunos equipos pueden
contener dis- positivos sensibles a las condiciones
ambientales a las que son expuestos. Entender los efectos y
controlar las condiciones (de hu- medad, polvo, vibraciones,
aire acondicionado y calefacción, entre otras) no sólo para
darles mantenimiento sino también para pro- cesos de diseño
y producción, puede incrementar la confiabilidad del equipo,
además de reducir fallas y costos de mantenimiento.
En casos extremos, la humedad alta puede ocasionar alta
condensación de agua en las superficies metálicas del equipo; es
decir, la concentración de moléculas de H 2O aumenta con el
incre- mento de la humedad relativa del ambiente y puede
permitir la conducción iónica que acelera el proceso de
corrosión.
Además, es necesario realizar mediciones de seguridad
para evitar combustiones súbitas en sistemas de alto voltaje. La
con- ductividad del aire es una función de la humedad relativa
y el aire
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

seco, por sí mismo, es un buen aislante. Es por esta razón que


com- ponentes electrónicas potencialmente peligrosas, en este
sentido, se rodean de un gas o líquido protector. Estos
materiales aislantes no son combustibles y aseguran el
aislamiento homogéneo duran- te cambios en las condiciones
ambientales. Un gas comúnmente usado con este propósito es
el hexafluoruro de sulfuro, sin embar- go, también actúa de
manera muy agresiva con los metales y los corroe. Como
consecuencia, el contenido de vapor de agua debe mantenerse
muy bajo.
La pureza y la humedad relativa del ambiente de
operación comúnmente son ignoradas cuando se diseñan
elementos electró- nicos de potencia y de alto rendimiento,
incluso para productos que son sensibles a la humedad se
mantiene una humedad relativa de entre 35-60% en los
procesos de fabricación. A pesar de ello, el saber cómo
modelar las consecuencias de la humedad relativa en el
desempeño electrónico es escaso.
Existen pocas publicaciones de investigaciones acerca
de los efectos de la humedad relativa en el desempeño
eléctrico de fuentes de alimentación. El comportamiento de
una fuente de ali- mentación depende fuertemente de su
estructura mecánica y del diseño del tablero o interfaz con el
usuario. Igualmente, el efecto de la humedad en dichas
fuentes de alimentación depende no sólo de los materiales de
los que están hechos los componentes, tam- bién depende de
sus dimensiones y del diseño del tablero.

Industria farmacéutica
En la industria farmacéutica todos los procesos de elaboración
de fármacos son complejos y requieren del control de las
condiciones ambientales donde son realizados. Cada fármaco se
extrae y pro- cesa de manera específica, por lo que requiere de
condiciones am- bientales particulares, difíciles de tratar de
manera general. La pre- sencia de cantidades no deseadas de
humedad en el aire ocasiona problemas; por ejemplo, los
fármacos pueden perder sus propieda- des medicinales e incluso
251
pueden llegar a descomponerse a causa de la absorción de agua
proveniente del aire. Si la humedad es alta, los fármacos en
polvo no se adhieren de manera correcta y no per- miten su
compresión en forma de tabletas; además, puede provo-

252
elisa tejeda zacarías

car el apelmazamiento o bien un secado deficiente en las


cápsulas hechas a base de gelatina.
En los procesos de producción es también importante
la medición de contenido de agua de cada componente de los
medi- camentos. Existen distintos métodos de medición y
para cada sus- tancia, algunos son mejores que otros; entre
los métodos directos se pueden mencionar el tirador de Karl
Fischer, la cromografía de gas y la termogravimetría, cuyos
fundamentos pueden consultar- se en Wernecke y Wernecke
(2014). Asimismo existen sustancias para las que no es
práctico ninguno de los métodos anteriores ya que requieren
de mayor sensibilidad, por lo que es necesaria una medición
indirecta del contenido de agua. Un ejemplo es el caso de
polvos y gránulos con bajo contenido de humedad, el
parámetro de medición es la humedad de equilibrio entre el
aire y la hume- dad de los gránulos: se coloca un sensor de
humedad para medir la humedad relativa de la muestra de
aire, que debe estar a la tem- peratura a la que se realiza el
proceso que involucra los polvos y gránulos (la figura 7.5
muestra un esquema sencillo de esta medi- ción); se tiene el
flujo de material y mediante una pipa se extrae una muestra
del material, a la que posteriormente se filtra el con- tenido
de partículas; se mezcla con una muestra de aire a la misma
temperatura que se lleva a cabo el proceso del material, y
cuando alcanzan el equilibrio de humedad, se mide la erh.
Figura 7.5
Medición indirecta del contenido de agua para una sustancia
constituida por gránulos
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Condiciones de almacenamiento
La mayoría de los productos farmacéuticos y químicos sólo
pueden almacenarse por un largo periodo de tiempo si se
encuentran en un ambiente y a una temperatura y humedad
bien definidas, incluso al- gunos deben ser almacenados dentro
de un gas específico, todo ello para prevenir cambios en las
propiedades del producto. Asimismo deben tomarse pruebas de
las condiciones ambientales de manera regular para asegurar la
alta calidad en el producto.
La humedad relativa se determina en un rango estrecho
y preciso, generalmente de 30-60%±1.5%, y el clima debe
mante- nerse homogéneo en todo el almacén. Las variaciones
en la tem- peratura de almacenes grandes son inevitables, y
se traducen en fluctuaciones de la humedad relativa de ±3%.
Los tipos de sen- sores de humedad más comunes son los
capacitivos, que pueden integrarse a un sistema de control y
no requieren de mucho man- tenimiento, son estables y de
tamaño pequeño.
Es necesario, además, el control atmosférico en distintos
puntos del almacén, para asegurar su homogeneidad. En
muchos casos se utilizan, además, contenedores climatizados,
en los que la temperatura se controla de forma externa y la
humedad relativa alrededor de la muestra se controla en el
interior del contenedor utilizando un desecante o gas. Los
desecantes son gránulos o pol- vos con un área superficial
higroscópica muy grande. La humedad de los alrededores es
absorbida hasta que se alcanza la saturación del desecante.

Humedad en la industria de la construcción


Las mediciones de humedad son también importantes en el
sector de la construcción. El agua, que es uno de los
componentes de los materiales de construcción, tiene gran
impacto en la estabilidad y durabilidad de los edificios debido a
diferentes procesos como:
• El agua es capaz de penetrar los ladrillos en forma
de vapor de agua (presente en la atmósfera).
253
• Químicos disueltos en el agua pueden desintegrar ladrillos.

254
elisa tejeda zacarías

• Si el agua que ha penetrado los ladrillos se congela


en los huecos y poros, al expandirse puede provocar
frac- turas y grietas.
• La humedad del ambiente provoca la formación de
moho y de salitre en las paredes.
• El agua puede filtrarse y formar cavidades.

La mayoría de los materiales de construcción consisten


en minerales que son sustancias higroscópicas. Como
consecuencia, el agua en su fase líquida o gaseosa es
absorbida en la superficie de los granos o entre ellos, pero no
puede penetrar a través de los capilares y hacia el centro. El
enlace entre los granos y el agua usualmente es débil. La
cantidad de agua que puede ser absorbida depende del área
total de los granos. Distintas cantidades de agua representan
características específicas de cada material, de acuer- do a la
tabla 7.3.
Tabla 7.3
Contenido gravimétrico de agua y propiedades de absorción para
materiales de construcción
Gm (% w/w) Características de absorción de agua
<3 Las superficies de grano están parcialmente cubiertas por
una capa de agua
4-7 Las superficies de grano están totalmente cubiertas por una
capa de agua
7-12 El espacio entre los granos está lleno de agua, las fuerzas
gravita- cionales exceden las fuerzas de tensión superficial
y jalan el agua
>12 Charcos formados en el fondo de contenedores cerrados
Fuente: Wernecke y Wernecke (2014).

La superficie total de grano decrece con el incremento


de su diámetro, lo que resulta en una disminución en la
capacidad de absorber agua. La mayoría de los tipos de grava
pueden absorber agua hasta una cantidad de 5% w/w.
Los métodos de medición de humedad más comunes
para materiales de construcción deben de ser lo
suficientemente flexi- bles para enfrentarse con condiciones
como exposición perma- nente a la intemperie, grandes
fluctuaciones de temperatura,
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

vibraciones mecánicas fuertes y choques, la presencia de aire


y polvo, además de operar de manera continua y confiable.
En ocasiones es necesario llevar a cabo proceso de
secado y disparo (firing), y monitorear y controlar
mediciones de humedad del aire. La instalación de sensores
en posiciones específicas de la cámara de secado ayudan en
el cuidado del material.
Además, se llevan a cabo mediciones de humedad para
exá- menes estructurales y de construcción. Una parte
importante de estas investigaciones es determinar la
humedad, con la finalidad de evaluar el tiempo de secado del
material de construcción, el estado de penetración de
humedad y la presencia y ubicación de charcos. Existen
distintos métodos, algunos requieren tomar mues- tras y otros
no, algunos son directos y otros indirectos. Como se ha
mencionado a lo largo de este capítulo, para otro tipo de
indus- trias es común utilizar el método de medición de
humedad relativa de equilibro (erh) como un método indirecto
para la medición de la humedad en ladrillos o paredes. El
procedimiento para realizar esta medición es el siguiente: se
hace un agujero en el ladrillo y se sella, de tal manera que
una muestra de aire quede atrapada den- tro, cuando se
alcanza el equilibro de humedad, generalmente en- tre media
y cuatro horas, se introduce un sensor de humedad para medir
la humedad relativa de equilibro. Un esquema sencillo se
muestra en la figura 7.6.
Figura 7.6
Medición de ERH en
ladrillos

255
La evolución de mohos y bacterias en las paredes
depende prácticamente de la temperatura y la humedad de
equilibro de la superficie. Cambios drásticos en las
condiciones meteorológicas causan condensación del vapor
de agua; si esto ocurre de manera

256
elisa tejeda zacarías

frecuente, aparece moho en las paredes. Sin embargo, sólo es


po- sible generar conclusiones confiables de la aparición del
moho en las paredes si la temperatura y humedad son
monitoreadas de ma- nera constante.

La humedad y las artes


Como se ha mostrado a lo largo de este capítulo, los efectos de
la hu- medad en los objetos son muy variables y dependen de
la tempera- tura. En diversas industrias, la humedad afecta no
sólo los proceso de producción sino también los de
almacenamiento y conservación. Resulta natural entonces que,
al pensar en arte se hable de las condi- ciones de humedad y
temperatura óptimas para la conservación de piezas artísticas,
en el caso de muesos y exhibiciones, así como de la
conservación de instrumentos musicales.
El monitoreo de la humedad en interiores de edificios
es una práctica frecuente, sin embargo, en el caso de los
museos y exhibiciones resulta común que se utilicen
estándares de confort humano y no estándares de
conservación de pinturas, cerámica, etcétera. Es claro que los
estándares para museos deben conside- rar también el confort
humano, pero resulta incorrecto suponer que al satisfacer a
éste último no se afecte a las exhibiciones.
Haciendo referencia a piezas artísticas e instrumentos
mu- sicales, los efectos de exponerlos a condiciones de
humedad in- apropiadas los dañan de manera acumulativa y
generalmente irreversible.
Control de la humedad en museos y exhibiciones
Es necesario controlar temperatura, humedad, niveles de luz
y ca- lidad del aire, de acuerdo a consideraciones respecto a
la estructu- ra y materiales de construcción del edificio, el
clima de la región y la cantidad de visitantes que se presentan
en el museo o exhibi- ción, por mencionar algunos aspectos.
Estas consideraciones pue- den complicarse si, por ejemplo,
el museo o la exhibición es en un edificio histórico antiguo
—donde regularmente las condicio- nes meteorológicas son
muy diferentes a los tiempos en que se construyó—; además,
la presencia de un número grande de visi-
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

tantes tiene un impacto importante en la temperatura de la


habita- ción. La influencia de la humedad del ambiente en los
objetos pue- de resumirse en la tabla 7.4.
Tabla 7.4
Influencia crítica de la humedad relativa en piezas de arte
Humedad Humedad
Consecuencias
Pieza óptima crítica
negativas
(% HR) (% HR)
Vidrio especial, <20 >25 Degradación de fotos,
metales, fotos y corrosión de minerales
minerales
Material fotográfico 20-40 >50 Corrosión
Metales 40-45 >60 Corrosión
Papel, textiles y vidrio 45-55 <35 Cambios irreversibles en
la forma. Turbiedad del
vidrio
Madera 55-65 <40 Hinchazón, contracción o
>70 fractura de la madera
Piedra <45 >55 Pérdida de color
Materiales orgánicos <50 >65 Formación de moho
Fuente: Wernecke y Wernecke (2014).

La capacidad de las paredes del edificio de almacenar


calor y humedad a lo largo del año también debe
considerarse, pues pue- de causar condensación en las
paredes interiores detrás de las pin- turas u otros objetos
cercanos a la pared. Como consecuencia, la formación de
moho puede ocurrir en lugares que no son visibles. Por lo
tanto, es indispensable monitorear la humedad y la tempera-
tura en estas posiciones críticas y considerarlo en control del
clima de la habitación.
No existe un estándar en las condiciones climáticas
dentro de las salas de museos y exhibiciones, pues el clima
óptimo depen- de de varios factores como el estado estructural
del edificio, el aisla- miento de la humedad y temperatura, así
como los materiales que constituyen las obras de arte, tanto
orgánicos como inorgánicos.
Los materiales orgánicos son higroscópicos, por lo que
cede- rán o absorberán humedad hasta estar en equilibro con la

257
humedad del aire que los rodee. Si la humedad es baja, al ceder
humedad pue- den cuartearse e incluso fracturarse; por el
contrario, si el aire es muy húmedo, absorberán humedad hasta
hincharse y deformarse.

258
elisa tejeda zacarías

Por otro lado, los materiales inorgánicos que suelen


estar presente en exhibiciones de arte son muy variados, van
desde vi- drio y cerámica hasta metales y minerales. Los
materiales que tienen de forma natural un contenido de sal
pueden sufrir eflores- cencia cuando el aire es muy seco. Este
fenómeno consiste en que las sales contenidas en el material
son arrastradas a la superficie por la humedad contenida en el
objeto al cederla éste al ambiente; la humedad se evapora y
las sales se cristalizan. Los metales sufren de corrosión si la
humedad es muy alta, mientras que los pigmen- tos se
desvanecen y se pierde el color de las obras.
A pesar de que una sala tenga aire acondicionado,
fluctua- ciones de temperatura en el exterior pueden causar
condensación o al menos aumento en la humedad en la parte
interna de las pa- redes exteriores del edificio. Resulta frecuente
la necesidad de un control adicional de las condiciones
climáticas en regiones cerca- nas a las obras, para lo que se
utilizan sensores remotos de tempe- ratura o sensores miniatura
(generalmente capacitivos); además se monitorea la humedad
en la sala. Con estos dos parámetros es posible calcular la
humedad en los alrededores cercanos de las pie- zas. Es
importante mencionar que el equipo de medición de las
condiciones climáticas en la sala no debe interferir con la impre-
sión estética de los objetos que se exhiben.

La humedad en los museos


La misión de un museo es colectar, preservar, estudiar, exhibir y
esti- mular la apreciación y el conocimiento avanzado de objetos
entre tanta gente como sea posible, en el presente y en el futuro,
en busca de ins- pirar y enriquecer espiritualmente a las personas.
Los museos y bibliotecas deben adecuarse ambientalmente a
tres suje- tos: al edificio que alberga las colecciones, a los visitantes
y a las colecciones mismas. Sobre los edificios pueden tomarse en
cuenta las consideraciones hechas en este libro sobre los materiales
de construcción; de los usuarios se habló en la sección El hábitat
humano y la humedad del capítulo 6. En cuanto a las colecciones,
mantener condiciones ambientales estables es fundamental para su
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Los primeros museos eran húmedos y no contaban con


sistemas de calefacción ni de aire acondicionado, como el British
Museum de Lon- dres (fundado en 1759) o el Louvre de París
(que data desde 1793). Un ambiente adverso provoca procesos
químicos, mecánicos y biológicos de deterioro. El contenido de
humedad en su interior podía ser tan alto que durante las noches,
dentro de un museo, se recolectaban hasta mil litros de agua del
vapor atmosférico que se condensaba en los muros. Las
temperaturas internas podían ir desde cerca de 0°C en el invierno
a más de 20°C en el verano, con consecuencias en el deterioro del
edi- ficio y de las colecciones, por el estrés térmico.
Iniciado el siglo XX se llegó a la conclusión de que
humedades rela- tivas (hr) de 50% eran las más adecuadas para
las colecciones, con un margen de +5%. Las hr por debajo de
20% o por arriba de 70% generan deterioro; las primeras
provocan agrietamientos y contracción de los ma- teriales, y las
segundas expansión y propician la presencia de corrosión,
hongos, esporas y bacterias. Por ejemplo, en bibliotecas y
hemerotecas que son vulnerables por el carácter higroscópico
del papel, una hr de 75% tiene un efecto corrosivo del triple
que una de 50%.
Desde luego, no son los mismos los requerimientos
ambientales para coleccione temporales, permanentes, bodegas o
talleres de restau- ración de los museos.
Debe considerarse, además, que el transporte de humedad en
el aire fundamentalmente se da por convección, pero dentro de
los objetos por capilaridad, aunque la humedad también puede
ejercer daño sobre superficies impermeables.
La deformación de la madera, por ejemplo, con hr menores a
30% es lineal, entre 30 y 75% es casi constante, pero por arriba
de 75% es exponencial; además, oscilaciones de hr de +5%
provocan fatiga gra- dual, pero de +10% puede generar grietas
cíclicas y de +20% grietas definitivas.
Incluso hay tipos de vidrios —los llamados alcalinos inestables
— que presentan delicuescencia; es decir, que las sales de que
están hechos tienden a disolverse en el vapor de agua atmosférico
(hr de 6% para el hidróxido de sodio, 32% para el cloruro de
calcio, 44% para el carbonato de potasio, 91% para el carbonato
de sodio).
El problema del salitre en sitios costeros se da por transporte
de la humedad por capilaridad del exterior al interior del edificio,
donde una hr menor provoca evaporación de las superficies al aire
y condensa- ción de la sal previamente licuada en el interior de
los muros. Se puede disminuir el problema controlando las
fuentes externas de humedad.

259
elisa tejeda zacarías

Riesgos altos de distintos objetos o materiales


Objeto Humedad relativa
Edificio Mayor a 70%
Riesgo biológico Mayor a 75%
Riesgo químico en 0 a 30% y mayor a 70%
celulosa
Vidrio inestable Mayor a 40%
Sales higroscópicas Mayor a 70%
Pinturas sobre lienzos Hongos, mayor a 70%
Pinturas sobre lienzos Agrietamientos, menor a 70%
Pinturas sobre lienzos —

Valores adecuados de HR para distintos objetos y materiales


Objetos o materiales Humedad relativa
Textiles 30-60%, con fluctuaciones menores a
20%
Madera 40 a 60%, con temperaturas de 10 a
30°C
Pinturas 40-55%, con fluctuaciones menores a
10%
Esculturas de madera 40-55%, con fluctuaciones menores a
10%
Trabajos sobre papel 45-55%, con fluctuaciones menores a
20%
Esculturas de bronce 30-60%,sin importar las fluctuaciones
Negativos
35%, con fluctuaciones menores a 10%
fotográficos blanco y
negro

En zonas áridas, o en el centro de grandes ciudades donde


ocurren altas temperaturas y bajas humedades, aparece además el
riesgo de in- cendios al interior de los museos.
En el mercado pueden encontrarse humidificadores y
deshumidifi- cadores que consumen energía eléctrica, pero antes de
usarlos hay que agotar las técnicas pasivas de climatización:
ventilación y orientación adecuadas, aberturas para captar el sol,
materiales higrofóbicos o hi- groscópicos —según se busque secar o
humedecer el ambiente—, entre otros. Debe buscarse que los
museos reduzcan su huella de carbono y consuman menos
combustibles fósiles.
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Efectos de la humedad en los instrumentos musicales


Se pueden analizar de acuerdo a los materiales que componen
a cada instrumento. Es posible clasificarlos en tres categorías:
ins- trumentos de madera (instrumentos de cuerdas),
instrumentos metálicos (instrumentos de viento) o con partes
metálicas e ins- trumentos con piel (tambores y otros
instrumentos de percusión).
• Instrumentos hechos a base de madera. La madera
consta principalmente de tres grupos de compuestos
químicos: celulosa, polilosa y lignina. Los primeros
dos son com- puestos higroscópicos, mientras que el
tercero no lo es tanto. En general, el comportamiento
de la madera bajo la influencia de humedad es
determinado por la celulosa. Las cantidades de agua
absorbidas por las células que componen la
celulosa determinan los cambios di- mensionales de
la madera. Cuando la madera está en equilibrio con
la humedad del aire de sus alrededores, puede que
ceda o adquiera humedad. Entonces, las con- diciones
ambientales a las que se encuentra expuesta
determinan el contenido de humedad y, además, s
tiene la habilidad de cambiar los mecanismos de
fractura de la
madera: de frágil a dúctil.
Es claro que la cantidad de humedad presente
en la madera cambia sus propiedades estructurales,
de donde resulta evidente que cambiará también sus
propiedades acústicas; sin embargo, la descripción
de la acústica de la madera requiere, además,
información acerca del tipo de madera, desde la
germinación de la semilla hasta el crecimiento del
árbol, envejecimiento de la madera y propiedades
anatómicas.
A pesar de que el comportamiento de la madera
rela- tivo a los cambios de humedad es bien conocido
y puede modelarse fácilmente, es difícil establecer
especificaciones absolutas para el cuidado y

261
almacenamiento de instrumen- tos musicales hechos
principalmente con este materal.
• Instrumentos de metal o con piezas de metal. Los
metales más utilizados en la fabricación de
instrumentos musica- les son hierro, acero, cobre y
sus aleaciones, plata y plo-

262
elisa tejeda zacarías

mo y sus aleaciones. El principal efecto de la


humedad que presentan las piezas metálicas es la
corrosión.
La combinación de metal y madera es frecuente en
instrumentos musicales y probablemente la más común
sea la combinación de madera y acero. El deterioro
entre el metal y la madera puede presentar síntomas
tanto fí- sicos como químicos, para evitar cuestiones de
corrosión es preferible un ambiente seco; sin embargo,
la celulosa de la madera cederá la humedad que
contiene al ambien- te y puede presentar
deformaciones. Si la celulosa tiene exceso de agua, las
reacciones de corrosión pueden ocu- rrir con cualquier
metal que esté en contacto con ella.
Existen productos que evitan la corrosión en
meta- les, pero son dañinos para la madera.
• Efectos de la humedad en instrumentos con piel. Varios de
los instrumentos de percusiones, como tambores o
timbales, pueden tener parches (las caras que se
golpean) hechos de piel o cuero. Estos materiales son
sustancias orgánicas, por lo que son altamente
higroscópicas; la cantidad de hume- dad que contienen
determina su estructura física.
La humedad atmosférica a la que estén
expuestos estos instrumentos determinará la cantidad
de agua que contengan, por lo que va a influir en su
peso. Además, los cambios de humedad provocan la
deformación de la piel, lo que repercute directamente
en su afinación, pues la tensión del parche es la que
permite afinar el ins- trumento. La piel que presentan
debe estar tratada ade- cuadamente para que no sea
sensible a los cambios de humedad; si no está
preparada adecuadamente será más sensible a ello.
Cabe mencionar que las condiciones de humedad
dependerán del tipo de piel y del tipo de cura- ción
que presenté ésta en los instrumentos. En general, si
se expone a humedades relativas muy altas, la piel se
hinchará en incluso puede llegar a presentar hongos
o moho; si la humedad relativa es muy baja, la piel y
cue- ro ceden humedad al ambiente y se vuelven
más rígidos, por lo que aumentará la tensión en éstos
y pueden llegar a presentar cuarteaduras o grietas.
Capítulo 7 | la humedad atmosfériCa, la industria y las artes

Preguntas y problemas
• ¿En cuáles de los objetos de su vida cotidiana ha
obser- vado los efectos claros de las variaciones de
la humedad atmosférica?
• Indague cuáles son las condiciones de temperatura
y humedad óptimas para minimizar el deterioro de
una acuarela pintada en el Renacimiento.
• En la sala de un museo al nivel del mar se tienen 30
°C de temperatura y 5% de humedad relativa; se
pretende incrementar la humedad a 50%, si la sala
mide 8 x 8 x 3 m, ¿cuánta agua habría que evaporar
en la sala para al- canzar ese valor de HR?
• Un laboratorio de productos médicos debe trabajar
a condiciones controladas de humedad y
temperatura. Se requiere que la presión de vapor
sea igual a la presión de vapor sobre la piel de un
humano sano (temperatu- ra de 33 °C y HR de 100
). ¿Cuál debe ser ese valor de la presión de vapor?
• En un taller fabril todas las mañanas amanecen
mojadas las piezas metálicas, pero no así las de
madera, explique qué pasa en ese recinto si no se
les agrega agua como para que se mojen las piezas.
También explique el por qué la madera no amanece
mojada.

Para saber más


Ankersmit, B. y Stappers, M.H.L. (2017). Managing Indoor Climate
Riskc in Museums. Suiza: Ed. Springer, 327pp.
Camuffo, D. (1998). Microclimate for Cultural Heritage. EU: Elsevier
Science. Ciprian, R., y Lehman, B. (2009). Modeling Effects of Relative
Humidity, Moisture, and Extreme Environmental Conditions on Power
Electronic Performance.
San Jose, CA: ieee Energy Conversion Congress and Exposition.
Wernecke, R., y Wernecke, J. (2014). Industrial Moisture and Humidity
Measurement. A Practical Guide. Weinheim, Alemania: Wiley.
Young, L., y Cauvain, S.P. (2000). Bakery Food Manufacture and
Quality: Water Control and Effects. Oxford: Blackwell Science.

263
Zhang, W.; Lee, F.C., y Chen, D.Y. (2000). Integrated EMI/Thermal
Design for Switching Power Supplies. ieee Power Electronics
Specialists, 1: 47-52.

263
La humedad en la atmósfera. Bases físicas, instrumentos
y aplicaciones, de Adalberto Tejeda Martínez, con la
colabo- ración de Irving Rafael Méndez Pérez, Norma
Catalina Ro- dríguez y Elisa Tejeda Zacarías, fue
editado en la Dirección General de Publicaciones de la
Universidad de Colima, avenida Universidad 333,
Colima, Colima, México, www. ucol.mx. La edición
se terminó en diciembre de 2018. En la composición
tipográfica se utilizó la familia Veljovic Book. El
tamaño del libro es de 22.5 cm de alto por 16 cm de
ancho. Programa Editorial: Alberto Vega Aguayo.
Gestión administrativa: María Inés Sandoval Venegas.
Diseño de portada: Miguel Ángel Ávila García.
Diseño de interiores y cuidado de la edición: Myriam
Cruz Calvario.
El presente libro aborda temas como la atmósfera, el agua, la
tempe- ratura y la humedad del aire desde un enfoque básico y, de
manera formal, la termodinámica del aire húmedo, además de
dedicar un capítulo a los instrumentos de medición, desde los más
antiguos hasta los más modernos. Enlista las fórmulas más útiles
para los cálculos de la humedad y otras variables relacionadas,
como el punto de rocío, los flujos de humedad planta-animal-
atmósfera, los efectos de la humedad en la salud y en el bioclima y
hábitat de los humanos, la relación de la humedad atmosférica con
las industrias alimentaria, del papel, textil y farmacéutica, y también
se comentan sus efectos en dos tipos de instalaciones emblemáticas
de la evolu- ción cultural: las plantas industriales y los objetos
artísticos.

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