Lectura 2. Análisis de AVD
Lectura 2. Análisis de AVD
Lectura 2. Análisis de AVD
El ser humano es un ser activo por naturaleza que ocupa su tiempo en actividades encaminadas
a responder sus necesidades y deseos.
Las personas se realizan a través de sus ocupaciones en interacción constante con el ambiente, de
ahí la importancia de la realización de actividades que sean significativas y gratificantes para ellas.
La salud y la ocupación están vinculadas porque la pérdida de salud disminuye la capacidad para
comprometerse en la actividad.
En este caso deberemos de adaptar la actividad teniendo en cuenta las características individuales
de cada caso, sus motivaciones, gustos e intereses.
Las actividades de la vida diaria (AVD) son un conjunto de tareas o conductas que una persona
realiza de forma diaria y que le permiten vivir de forma autónoma e integrada en su entorno y
cumplir su rol o roles dentro de la sociedad.
Varían entre las actividades que son más fundamentales para la supervivencia como la
alimentación, hasta algunas tareas más complejas del autocuidado personal e independencia vital,
como hacer la compra, cocinar o usar el teléfono. Así mismo todas las actividades relacionadas con
el ocio, el tiempo libre y el esparcimiento, y aquellas relacionadas con el ámbito laboral.
Todas las personas realizan las AVD en un grado, forma e importancia que varía de un individuo a
otro, con una gran influencia de su cultura.
Antes de planificar las actividades que vamos a realizar con la persona dependiente intentaremos
definir y conocer las características de éstas:
Tipo de actividades:
- Son universales
- Están ligadas a la supervivencia y condición humana, a las necesidades básicas de cada individuo.
- Están dirigidas a uno mismo
- Se realizan cotidianamente y de forma automática
- Alimentación
- Aseo
- Baño
- Control de esfínteres
- Vestido
- Movilidad personal
- Sueño y descanso
- Educación
- Trabajo
- Ocio
- Participación en grupos
- Contactos sociales
- Viajes
- Deportes
Cada ocupación pone en juego una serie de habilidades o destrezas humanas fundamentales, que
son necesarias para la realización de las diferentes actividades la vida diaria. La imposibilidad de
llevarlas a cabo por uno mismo, puede estar condicionado por un déficit cognitivo-conductual,
tanto como por déficits motores.
La dificultad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria está directamente relacionada con
el grado de afectación de los componentes de ejecución. Veamos a continuación algunos de los
déficits que podemos observar en personas en situación de dependencia:
A nivel cognitivo:
Alteraciones en memoria, procesos atencionales, orientación de tiempo, espacio y persona,
capacidad de aprendizaje, secuenciación de acciones, planificación y organización de tareas,
capacidad de iniciar y finalizar una tarea…
A nivel psicopatológico:
La persona debe ser estimulada para realizar las AVD de la forma más independiente posible. Por
ello alentar a la persona en situación de dependencia a realizar la actividad por sí mismo debe ser
prioritario.
Es fundamental apoyar el nivel de ocupación de la persona teniendo en cuenta los problemas que
aparecen en cada enfermedad y en cada fase de esta.
Veremos una serie de estrategias que nos pueden ayudar a mantener la autonomía, siempre
dependiendo de las diferentes afectaciones a nivel cognitivo, psicopatológico y/o motor que
podamos encontrar:
• Modificación del entorno: adaptando los diferentes espacios en función de las necesidades y el
grado de deterioro.
Tanto las personas con discapacidad como sus cuidadores deben conocer que existen recursos que
pueden seguir dando continuidad a su recuperación y que fomenten el ocio y las actividades de
esparcimiento.
Es importante entender y aprender a disfrutar del tiempo libre como medio para sentirse mejor,
prevenir enfermedades, aumentar la creatividad y proporcionar una mejor calidad de vida.
Para ello debemos aprender a organizar el tiempo libre de forma adecuada para que resulte
provechoso.
Conlleva mayor beneficio si las actividades de ocio se comparten con otras personas, ya sean
familiares, amigos, compañeros, etc…
- No proporcionar ayudas o apoyos que no necesiten por el tipo o fase de la enfermedad
- Dar tiempos de tranquilidad y relajación tanto para el cuidador como para la persona
con discapacidad.
- Buscar y realizar actividades de ocio y tiempo libre más motivadoras y participativas para
el usuario.
- Estar en contacto con asociaciones o centros para personas con discapacidad, que
puedan proporcionar asesoramiento en las diferentes etapas.