Ensayo Sobre Las Causas de La Muerte de Jesús
Ensayo Sobre Las Causas de La Muerte de Jesús
Ensayo Sobre Las Causas de La Muerte de Jesús
CAMPUS QUICHÉ
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
OCTAVO SEMESTRE
TRABAJO SOCIAL
¿QUIÉN FUE JESÚS DE NASARETH? VIDA Y OBRA
SECCION: I
LIC: OSCAR ANTONIO SALVADOR AJANEL
TEMA:
INTEGRANTES: CARNÉ
Justificación.....................................................................................................................i
I. MARCO TEÓRICO...................................................................................................1
1. CAUSAS DE LA MUERTE DE JESÚS..............................................................1
1.1 Jesús y la expulsión de los vendedores del templo..........................................1
1.2 La muerte violenta de Jesús en la cruz para perdón de los pecados...............1
1.3 Jesús y el ambiente religioso, una constante persecución...............................2
1.4 Jesús el hombre perseguido.............................................................................4
1.5 Jesús es enjuiciado por el poder religioso y las autoridades políticas..............5
II. Hipótesis................................................................................................................7
III. Análisis..................................................................................................................8
IV. Conclusiones.........................................................................................................9
V. Recomendaciones..............................................................................................10
VI. Bibliografía..........................................................................................................11
Justificación
Cabe destacar que, para los fariseos, sumos sacerdotes y doctores de la ley; los
pobres, leprosos, publicanos, pecadores, prostituta eran los pecadores de aquella
sociedad. Por lo tanto, Jesús chocó y prácticamente rechazo el sistema judío de la
época, ya que él busca la justicia, paz y equidad en esa sociedad, pero tristemente a
Jesús le mataron por la vida que llevó y por la misión que cumplió, lo que indicaba Dios.
También al ubicarse desde abajo, desde lo despreciado y no desde el poder. Pues
Jesús es un ejemplo a seguir, ya que mediante las parábolas nos da a entender como
es el reino de Dios y como debemos de actuar ante cualquier situación de la sociedad.
Si nos enfocamos desde la teología Jesús murió por nosotros y por nuestra salvación,
por ende, debemos de tener la capacidad de comprender y reflexionar, para seguir el
camino del bien y servir a los marginados u oprimidos, ya que como futuros
trabajadores sociales debemos de buscar metodologías que permite a las personas o
grupos metas de las comunidades tener una mejor comprensión de lo que estamos
hablando, así cumplir con la misión que Jesús vino a enseñarnos. Como también dejar
que Dios actué sobre nosotros, para que nuestras actitudes sean de bien y no causarle
daño a los demás.
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I. MARCO TEÓRICO
Según pagola, “atacar el templo era atacar el corazón del pueblo judío, pues era el
lugar donde habitaba dios, era lo sagrado lo que no se podía tocar”. La acción de Jesús
sin duda fue un gesto hostil de protesta que lo lleva tener un arrebato profético porque
veía como los religiosos se vestían y vivían con grandes lujos a costa de los
campesinos. Además, el templo se fue convirtiendo en fuente de poder y de negocio de
los fariseos y maestros de la ley.
En los escritos neo testamentarios y sobre todo los paulinos se encuentra la visión de
la muerte de Jesús por los pecados del mundo. San Pablo en la carta a los romanos
relata refiriéndose a Jesús, “a quien Dios exhibió como instrumento de propiciación por
su propia sangre… para mostrar su justicia, pasando por alto los pecados cometidos
anteriormente” (Rom 3, 25). Y en la carta a los gálatas afirma que; “maldición se hizo a
sí mismo para librar a todos los hombres de la maldición” (Gal 3,13). También San Juan
y San Pedro utilizan en muchos de sus textos, la muerte de Jesús para perdón de los
pecados.
Durante muchos siglos el cristianismo ha sostenido que Jesús vino a rescatar al
mundo del pecado. Así lo afirma el jesuita Carlos Domínguez:
“Un Dios que entrega y abandona a su Hijo y un Hijo que se hace obediente hasta la
muerte y muerte de cruz (Flp 2, 8). Mediante esta reparación, y tan sólo mediante ella
según la interpretación más extendida, se logra la plena expiación y el perdón de los
pecados y se alcanza la anhelada reconciliación de todos los hijos con el Padre”.
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Para San Pablo todos los hombres, judíos o no judíos han pecado frente a Dios,
entonces necesitan ser salvados, esta salvación según él se encuentra o se realiza sólo
en Jesús. Sin embargo, la salvación es un término que no se debe entender desde la
parte espiritual nada más, sino más bien desde la integridad de la persona. Es la salud
del hombre, eso implica que el hombre no es un ser dividido, sino un ser integral.
Lógicamente el pecado afecta, no sólo la parte espiritual, sino lo psicológico, lo
corporal, lo social y lo cultural. Por lo tanto, Jesús ofrece una salvación en todos los
sentidos antes mencionados.
Los cuatro evangelios expresan que Jesús de Nazaret se enfrentó fuertemente con
los escribas y fariseos (conocedores y observantes de la ley) y esto provoca una
constante persecución, a lo largo de toda su vida. Jon Sobrino señala que, “Puede
discutirse si Jesús fue un revolucionario, directamente en el orden religioso… lo que
está fuera de discusión es que la predicación y la práctica de Jesús representaron una
radical amenaza al poder religioso de su tiempo, e indirectamente a todo poder opresor,
y que este reaccionó. Jesús fue esencialmente “hombre en conflicto”, y por ello, fue
perseguido”, hasta llegar a la condena de su muerte.
Pikaza confirma esta idea: “El Dios de Jesús no es el Dios de la religión oficial…
Jesús pone en riesgo los fundamentos de la ley (separación nacional, orden social) que
defienden los cumplidores de su tiempo”. Hay muchos autores que ven a Jesús como
un revolucionario e interpretan varios textos bíblicos para señalar que el anuncio del
Reino de Dios, está vinculado al movimiento independiente judío que luchaban contra el
imperio romano.
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Algunas características del Reino de Dios: el Reino de Dios anunciado por Jesús es
para los pobres (Lc 6, 20); el Dios del Reino es Padre de Jesús; el Reino de Dios no es
como los de este mundo que oprimen, explotan y dominan a los pobres (Mc 10, 41-45);
el Reino que 27 anuncia Jesús, no se sirve del dios del poder y del dinero, para explotar
y humillar a los pobres (Mt 6, 24; Lc 16, 13). Los jefes religiosos utilizaban el nombre de
Dios, para oprimir y humillar a los más pobres. El Reino que Jesús revela es, de
cercanía y de ternura. Dios se acerca a los pobres y oprimidos, para liberarlos. Esto
está en contraposición de los intereses de los fariseos y escribas.
José Antonio Pagola relata: “Según los evangelios, Jesús entró pronto en conflicto
con los fariseos. Ellos constituyen, al parecer, uno de los grupos que más se mueve
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entre la gente”32. Pagola sugiere que era, “lógico que Jesús entrara en conflicto con
ellos”33. En este sentido es importante recordar que Jesús era un hombre público, que
le seguían las masas, los pobres, marginados y personas que no eran de la
aristocracia, ni importante para los jefes religiosos. Por eso inmediatamente después
del bautismo y entrando en su ministerio público se ve envuelto en conflicto con ellos.
evangelios. Para Jon Sobrino, “En los evangelios se nombran varios tipos de
responsables de la persecución: fariseos, sumos sacerdotes, escribas, saduceos,
herodianos, aunque desde un punto de vista histórico hay que determinar dónde reside
la responsabilidad fundamental”51. Estos grupos son los que manejan el poder político
y religioso, son la élite del pueblo de Israel y funcionarios públicos del imperio romano.
Sin embargo, es necesario delimitar desde un punto de vista histórico quienes
realmente son los responsables del proceso realizado a Jesús. Pero lo que no se puede
negar, es que Jesús siempre estaba en constante conflicto con los grupos antes
mencionados.
El teólogo Juan Mateo describe que en “los tres evangelios sinópticos se habla de
entrega, rechazo, muerte y resurrección al tercer día”66. Y resalta algunas de las
causas por las que lo persiguen y lo matan: “señala en primer lugar la hostilidad de los
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círculos de poder contra el Hijo del Hombre; el motivo de hostilidad tiene que ver con su
forma de actuar, segundo lugar es el fracaso del poder, que aunque dan muerte a
Jesús, esa muerte no vence sobre la vida”. Lo que se puede vislumbrar en este sentido
que Jesús ha sido fuerte contra el poder de los fariseos y maestros de la ley y con los
romanos ya que creado hostilidad.
Por su parte Bovon resalta algunos de los motivos del Juicio, “Jesús interpreta a su
manera la Ley santa, critica la tradición oral estimada por los escribas y presenta una
nueva escala de valores que sacude con fuerza la situación cómoda del alto clero”. Esto
es un punto en su contra ya que al tomar esta actitud frente a la ley sacra, despierta en
el pueblo una manera distinta de concebir a Dios, relacionada con el orden ya
establecidos en la Torá, esto no sólo lo convertía en un rebelde, sino en alguien
alterador del orden público y religioso.
En este mismo sentido Bovon refiere también que Jesús “Transgrede los tabúes, se
sienta a la mesa con los pecadores, va en compañía de mujeres y conversa con
incircuncisos. Parece a la vez un profeta de calamidades, un predicador del
arrepentimiento y una persona alegre que da gracias a Dios por la belleza de la
creación”69. Por estos motivos se convierte en un peligro para los intereses nacionales
del pueblo de Israel y sobre todo ponía en peligro la religión manejada por los maestros
de la ley.
El teólogo José Ignacio González Faus, refiere algo bien importante al respecto,
“En la condena de Jesús “no se trata tanto de un refinamiento sádico de los jefes judíos,
cuanto de la seguridad de que la Ley, pisoteada por Jesús, le ha vencido”; mucho más
tratándose de un hombre que no pertenece a la casta sacerdotal ni tiene ministerio
alguno”. En este sentido el evangelista San Juan refiere del juicio de Jesús: “nosotros
tenemos una ley y según esa ley debe morir, pues se ha proclamado hijo de Dios” (Jn
19, 7), razón por la cual se convierte en un impostor. Para ellos, es un campesino
insolente y se ha convertido en el hombre más irrespetuoso de la ley y de Dios mismo,
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por lo tanto, tiene que morir como un bandido o malhechor, porque se ha burlado y
pisoteado la ley de Moisés.
II. Hipótesis
Jesús fue un revolucionario que choco con los intereses de los fariseos.
Jesús murió por defender a los pobres, marginados, prostitutas, los que tenían
mala fama y compartió con todos sin discriminación alguna.
Los fariseos eran quienes ejercían el poder sobre el sistema religioso y político
.
Los fariseos eran personas malas porque les causaba mucho daño a los
pobres, prostitutas, enfermos y marginados de aquella sociedad.
III. Análisis
En los últimos años ha habido cierto regreso hacia una visión espiritualista de la
muerte de Jesús. Seguro que todos los que estamos aquí hemos visto la película “La
Pasión” de Gibson. Esa visión tan victimaria y de un Jesús ensangrentado que muere
por nuestros pecados y por lo malos que somos. No creo que sea esa la interpretación
que se extrae de los evangelios. En esta película no se destacan las causas históricas
que le llevaron a la muerte. Hay una total desconexión entre la vida y la muerte de
Jesús. Obvia lo esencial: la muerte de Jesús es consecuencia directa de su forma de
vivir.
Es verdad que Jesús muere por nuestros pecados y para nuestra salvación; que
murió, como se ha dicho, en solidaridad con todos los que han muerto y con los que
también moriremos; que murió en solidaridad con todos los que sufren la violencia y la
injusticia. Esa solidaridad de Jesús fue resaltada por la mejor teología de san Pablo.
Pero no demos un salto demasiado rápido hacia la interpretación teológica sin tomar
en serio las causas históricas de la muerte de Aquel que la Iglesia confiesa como
Salvador del mundo. El Resucitado es el Crucificado pues para llegar a comprender el
misterio de la Resurrección hay que pasar primero por el evento de la Cruz. En esto
estriba la identidad del cristianismo también hoy: no hay resurrección sin cruz.
Jesús no fue muerto por confusión de sus enemigos. Ni los judíos ni los romanos se
confundieron, pues la acción de Jesús, pretendiendo ser primariamente un anuncio del
Reino de Dios, era necesariamente una amenaza contra el orden social establecido, en
cuanto estaba estructurado sobre fundamentos opuestos a los del Reino de Dios. Jesús
no predica un Reino de Dios abstracto o puramente transterreno sino un Reino
concreto, que es la contradicción de un mundo estructurado por el poder del pecado; un
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poder que va más allá del corazón del hombre y se convierte en pecado histórico y
estructural.
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IV. Conclusiones
Desde la perspectiva teológica, se considera que Jesús murió por nuestros pecados
y salvación para toda la humanidad, ya que como seres humanos cometemos errores
día tras día, por ello debemos de pedir perdón por nuestros pecados y perdonar a los
demás. Por lo tanto debemos de enfocarnos en el perdón, estar agradecido por todo lo
que tenemos y cumplir con la misión que Jesús vino a enseñarnos, mediante el servicio
hacia los demás, sin discriminación alguna.
Desde el punto de vista histórico, se percibe que Jesús fue atacado por su actuación
y estilo de vida, ya que defendió a los pobres, prostitutas, enfermos y publicanos, eran
los más afectados y marginados de esa época, por ello Jesús, ataco el sistema religioso
y político de los fariseos, expulsando a los mercaderes del templo y eso genero un gran
conflicto porque los fariseos o los poderosos no les gusto y buscaron un espacio para
causarle la muerte a Jesús de Nazaret.
V. Recomendaciones
Hay muchos autores que ven a Jesús como un revolucionario e interpretan varios
textos bíblicos para señalar que el anuncio del Reino de Dios, está vinculado al
movimiento independiente judío que luchaban contra el imperio romano.
VI. Bibliografía
MESTERS, C. (1983) La misión del Pueblo que sufre, España. Pág. 171
Pág. 44