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TRANSFORMAR LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD

EN FEMENINO

Maria Clara Lucchetti Bingemer

Introducción  ..........................................................................................................  3
1  El feminismo, sus aportaciones y sus límites  ...........................................  5
2  La entrada del feminismo en la Iglesia  ...................................................  10
3  El cristianismo y el cuerpo femenino  .......................................................  16
4  El cuerpo femenino: cuerpo eucarístico  .................................................  21
5  La fuerza transformadora de la mística femenina  .............................  25
Conclusión  ..............................................................................................................  29
Notas  ..........................................................................................................................  30
Para saber más y profundizar  ...........................................................................  31
Preguntas para la reflexión  .............................................................................  32
La autora participó en la inauguración del curso de Cristia-
nisme i Justícia 2017-2018. En este cuaderno se recoge
parte del contenido de aquella ponencia inaugural.

Maria Clara Lucchetti Bingemer es profesora de Teología en la Pontificia Universidad Católica


de Río de Janeiro y decana del Centro de Teología y Ciencias Humanas de la misma universi-
dad. Miembro del consejo editorial de la revista Concilium. Ha publicado varios artículos y libros
sobre Dios, sobre el papel de las mujeres en la evangelización y en la Iglesia y sobre el diálogo
interreligioso.

Edita: Cristianisme i Justícia Roger de Llúria, 13 - 08010 Barcelona


Tel.: 93 317 23 38 - E-mail: info@fespinal.com - www.cristianismeijusticia.net
Imprime: Ediciones Rondas S.L. - Depósito Legal: B 26054-2018
ISBN: 978-84-9730-429-0 - ISSN: 0214-6509 - ISSN (virtual): 2014-6574
Impreso en papel y cartulina ecológicos - Dibujo de la portada: Roger Torres
Edición: Santi Torres Rocaginé - Corrección del texto: Cristina Illamola y Pilar de la Herrán
Maquetación: Pilar Rubio Tugas - Noviembre 2018

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INTRODUCCIÓN

La cuestión de la mujer y de lo femenino vuelve a escena, tanto en


el mundo secular como en el eclesial. ¿Será porque las mujeres es-
tán asumiendo papeles destacados en un mundo convulso, violento y
movedizo? ¿Será porque el papa Francisco vuelve sobre el tema una
y otra vez? ¿Será por el recién creado grupo de trabajo sobre el dia-
conado femenino? Sea cual sea el motivo, en este momento, cuando
el mundo, como un todo, se encuentra inmerso en la violencia, afron-
tando tantos problemas económicos, políticos y sociales, se percibe
la sensación más o menos extendida de que la mujer puede ser una
protagonista importante en los procesos de cambio.

En lo que atañe a la Iglesia, ocurre trataremos de examinar la crítica de


algo parecido. Reiteradamente se ha dos feministas: una estadounidense,
escuchado al papa hablando de la im- Camile Paglia; la otra búlgaro-france-
portancia de lo femenino y de la mujer. sa, Julia Kristeva.
En sus pronunciamientos en el Vatica- La segunda parte de nuestra re-
no, en sus viajes, es habitual percibir flexión incidirá más directamente so-
cómo el pontífice valora a la mujer y bre la mujer en la Iglesia. Ahí veremos
lo femenino en la vida de la Iglesia, la una discriminación secular contra la
teología y la pastoral. mujer que es ontológica y de la cual
Por eso empezaremos nuestra re- derivan todas las demás: la discrimina-
flexión exponiendo algunos puntos ción de su cuerpo. Veremos que es una
que nos parecen importantes sobre el cuestión difícil de superar, pues una no
camino del feminismo, ya con varias puede desprenderse de su propio cuer-
décadas de historia, y la situación en po. Pero también veremos que, en ese
la que se encuentra hoy, tanto dentro mismo cuerpo, la mujer encuentra re-
como fuera de la Iglesia. En esta línea, cursos y oportunidades para superar el
3
machismo que la discrimina. Recurri- halla nuestra contribución para el de-
remos a la Biblia y a las palabras que bate actual que, más que un mero tema,
usa para significar el cuerpo femenino resulta ser una cuestión vital.
y, a su vez, confrontaremos nuestro Para concluir, trataremos de presen-
pensamiento con el de Julia Kristeva tar una teología no tanto a partir de tex-
para constatar cómo el feminismo de- tos, sino con el testimonio de dos místi-
safía hoy a la teología. Y, finalmente, cas contemporáneas quienes, desde sus
reflexionaremos sobre la configuración experiencias, apuntan hacia el potencial
del cuerpo que enraíza lo femenino en femenino de transformación de la rea-
el centro del misterio cristiano. Ahí se lidad y de engendramiento del futuro.

4
1  EL FEMINISMO, SUS APORTACIONES Y SUS LÍMITES

Es innegable que el feminismo fue una revolución positiva para las


mujeres. Subrayar la subordinación de la mujer en una sociedad pa-
triarcal, cuestionar los papeles que le fueron atribuidos secularmente
y estimularla a luchar por sus derechos ha sido y es innegablemente
algo muy valioso. Y, aunque hoy podamos tejer algunas críticas a la
configuración antitética del feminismo de la «primera ola» –con sus
reivindicaciones algo radicales, su lenguaje un tanto antimasculino y
sus propuestas antifamiliares, volcado casi exclusivamente hacia lo
laboral y los salarios–, lo cierto es que hoy no podríamos estar aquí,
reflexionando sobre la aportación de lo femenino a la sociedad y la
Iglesia, si no fuera gracias a la revolución feminista.1

Sin embargo, pese a todo lo positivo de que las mujeres vuelvan a dedicar-
que ha traído, llegando incluso a for- se exclusivamente al papel de madre,
mar una escuela de pensamiento en la pero yo no estoy de acuerdo con esas
sociedad actual2 y una escuela teológi- feministas. Desde el final de la déca-
ca en la Iglesia,3 el mismo feminismo, da de 1960, hay una depreciación de
al releerse, descubre algunos puntos quien quiere ser madre y mujer. Para
críticos en el sistema de pensamiento mí el feminismo es la lucha para con-
que ha creado e, incluso, en el impac- seguir oportunidades iguales para las
to que ha tenido en la sociedad. Como mujeres. O sea, remover cualquier
ejemplo, podemos citar la reflexión de obstáculo que perturbe el avance en
Camile Paglia, una conocida feminista la educación superior y en el mercado
estadounidense quien, en una entrevis- de trabajo. El feminismo debería esti-
ta concedida en Brasil, afirmó: «Mu- mular elecciones y ser abierto a deci-
chas feministas de mi generación se siones individuales. Las feministas se
opusieron con fervor a esa tendencia equivocaron al exaltar a la mujer pro-
5
fesional como más importante que la La filósofa parece insinuar que hay una
mujer madre y esposa. Una generación dimensión del feminismo que es extre-
entera de profesionales americanas ha madamente narcisista y que hoy se está
postergado la maternidad y cuando fi- mostrando con más vehemencia.
nalmente ha decidido embarazarse, no
ha podido encontrar compañero o ha
tenido problemas de fertilidad». Una música hecha
Y sigue: «El feminismo no viene de singularidades
siendo honesto sobre la realidad bioló-
gica que las mujeres tienen que enfren- Esta crítica también la secunda otra
tar si quieren unir maternidad a am- feminista, no estadunidense, sino eu-
biciones profesionales. En este caso, ropea, Julia Kristeva, una psicoanalista
la naturaleza entra en conflicto con el búlgara radicada en Francia. Su re-
idealismo moderno de la igualdad se- flexión sobre la mujer, parte de su pro-
xual. Las feministas aseguraron a las pia experiencia, lo que la lleva a desa-
mujeres que habría tiempo suficiente rrollar los temas tópicos de una manera
para poder tener hijos más tarde, con muy diferente a lo que es usual en el
40 o 50 años, después de alcanzar el feminismo. Además, su discurso y su
éxito profesional. ¡Cuánta ignorancia visión sobre el ser mujer en el presente
científica! Hace mucho tiempo que sa- y en el futuro se centra bastante en la
bemos que los riesgos para la madre y singularidad del sujeto en permanente
para el niño son más grandes cuando interacción, a veces conflictiva, con la
se tiene más de 35 años. Según la pers- alteridad.
pectiva médica, la mujer es más fértil En otras palabras, el feminismo de
y tiene más facilidad para criar los hi- Kristeva no está centrado tanto en las
jos cuando está en la década de los 20 mujeres en tanto que sujeto colectivo
años. Ser madre o padre a esa edad es universal ni tampoco en las mujeres
bastante diferente a serlo a los 40». militantes, raramente célebres, sino
Y concluye: «La infelicidad que que va más allá para ir a encontrarlas
muchas mujeres sienten hoy provie- en su singularidad y subjetividad, lo
ne en parte de la incertidumbre sobre cual les impide ser seres de lenguaje.
quiénes son y sobre lo que quieren en Sobre eso tiene palabras dolorosa-
esta sociedad materialista, volcada ha- mente verdaderas: «el efecto mujer en
cia el estatus, que espera que la mujer nuestras sociedades supone una cierta
se comporte como hombre y aún sea relación con el poder y el lenguaje, o
capaz de amar como mujer». quizás con el poder del lenguaje; no
Camille Paglia añade que las mu- poseerlos, sino ser el soporte mudo que
jeres descargan sus frustraciones sobre los excede».
los hombres, culpándolos por todo, Kristeva está convencida de que «si
exigiendo que cambien, que piensen una mujer tiene algo que perder, son
y actúen como mujeres, reduciendo apenas sus cadenas», pero, al mismo
su protagonismo. Eso –según Paglia– tiempo, considera imposible ser una
«hace que las mujeres retrocedan y las «summa» sobre el «segundo sexo»,
debilita, psicológica y afectivamente». como defiende Simone de Beauvoir,
6
quien habla en nombre de «todas las del modelo masculino, el mimetismo
mujeres». Según la psicoanalista, ahí de la acción constante en relación con
se comete el mismo error que cuando las generaciones anteriores a la nuestra,
se creyó poder hablar y actuar en nom- trae la violencia como un mecanismo
bre de «todos los hombres», «todos los fruto de un patrón familiar de subordi-
proletarios» u otra comunidad cual- nación y de un no cuestionamiento de
quiera. Prefiere hablar de su sexo como las imposiciones masculinas.
«una música hecha de singularidades, La primera gran violencia de la cual
de disonancias, de contrapuntos más es víctima la mujer empieza en la edu-
allá de los acordes fundamentales». cación. Esta se suma a la denominada
Al leer a estas dos feministas con- «feminización de la pobreza», como
temporáneas, vemos que el feminismo ocurre en los países empobrecidos de
respondió a algunas inquietudes de las América Latina, donde este fenóme-
mujeres que no tenían derecho a voto no es una realidad muy presente. Una
ni a participar en el mercado de trabajo persona pobre, si además es mujer, lo
o en el espacio público. Proporcionó es doblemente:4 pobre debido a su con-
más oportunidades para las mujeres. dición femenina, que se agrega a su
Sin embargo, la lectura crítica de toda condición marginada, haciendo su vida
esa trayectoria que viene haciéndose aún más compleja y difícil. Así «de
desde hace ya muchas décadas no pa- cada 10 personas pobres en el mundo,
rece ser unánimemente positiva. 7 son mujeres. Más de 60 millones de
Muchas mujeres reaccionaron y de- niñas no van a la escuela y más de 500
jaron el ámbito doméstico para partici- millones de mujeres no saben leer ni
par del espacio público codo con codo escribir».5 Ante esta realidad, miles de
junto al hombre, deseando ser dueñas niñas que desean aprender a leer, es-
de su propia vida. Sin embargo, la vi- cribir y ambicionan educarse necesitan
sión machista y patriarcal, cuyo deseo luchar para ir a la escuela y cambiar así
es dominar y controlar a las mujeres, se su destino.
interpone continuamente con ese mo- La violencia contra las mujeres es
vimiento de liberación. Los cambios una de las violaciones a los derechos
que resultan de esa acción femenina humanos más sistemáticas y extendi-
han sido difíciles de aceptar y en mu- das que existen. Está arraigada en es-
chas sociedades se ha traducido en un tructuras sociales construidas sobre la
aumento de la violencia contra la mujer. dominación de género más que en ac-
ciones individuales; trasciende límites
de edad, socioeconómicos, educativos
Violencia contra las mujeres y geográficos, afecta a todas las so-
ciedades y es un obstáculo importante
Un análisis de la situación de la mujer para eliminar la inequidad de género y
a nivel mundial nos lleva a percibir que la discriminación de modo global.
existe la llamada «violencia de géne- Ante este panorama más bien som-
ro», un hecho cultural y social que con- brío, uno siente la tentación de desa-
cibe a la mujer como inferior al hom- nimarse: tantos años de lucha, tantos
bre. La introyección de la superioridad avances en múltiples campos, tantas
7
mujeres que han destacado en el con- dres de las víctimas del tráfico de per-
texto de una inmensa lucha para poder sonas, en México y Brasil.
decir su palabra, para visibilizarse en Segundo: La unión de las mujeres
el espacio público... Y, sin embargo, para recuperar la vida y la memoria de
los datos siguen siendo abrumadores los que se fueron o de los que siguen
porque revelan una discriminación que presentes y son víctimas del autorita-
no logra terminar, ni apenas disminuir. rismo, la represión y el crimen organi-
zado provoca la adhesión de otros, que
se unen a sus movimientos y hacen
Y a pesar de todo… crecer la comunión. Así, por ejemplo,
a las madres argentinas se sumaron
Sin embargo, creo que no ha sido su- otras «locas» y «locos» que asumieron
ficientemente valorada la capacidad su causa –incluso religiosas que, junto
de resistencia y de creatividad que las a ellas, fueron igualmente presas, tor-
mujeres han demostrado para contra- turadas y asesinadas.6
rrestar todo aquello de lo que son víc- Tercero: El arte y la literatura son
timas. Los ejemplos son innumerables. poderosas aliadas de las mujeres pues
Parece que las mujeres van aprendien- ayudan a llevar al público su drama y
do que la solidaridad entre ellas puede su dolor. Sobre el caso de Argentina,
ser un poderoso elemento de libera- hay numerosas publicaciones, científi-
ción. Y hay hechos que lo demuestran. cas o de divulgación, así como varias
Tanto es así que hay casos de colecti- películas, entre las cuales cabe desta-
vos de mujeres que se han visibiliza- car La historia oficial de Luis Puen-
do introduciéndose en una sociedad zo, con Norma Aleandro en el papel
golpeada por toda suerte de injusticias principal, que ha marcado una época.7
y violencias, una semilla portadora y Sobre el caso de las mujeres de Cala-
transformadora de vida. ma, en Chile, hay un bellísimo docu-
Resumiría esta multitud de aporta- mental del realizador chileno Patricio
ciones positivas en estos tres puntos: Guzmán, en el que entrevista a algu-
Primero: Hay que notar que algu- nas mujeres y muestra la belleza del
nas mujeres ocupan el espacio públi- desierto en contraste con el dolor pro-
co a partir de banderas muy privadas, fundo y la valentía de estas. Sobre las
como por ejemplo su maternidad, don- mujeres de Brasil, hay escritos como
de incluyen además todos los lazos fa- el de la periodista Eliane Brum, quien
miliares. La maternidad les da fuerzas ha entrevistado a numerosas madres de
para agarrarse a la vida aun cuando víctimas del tráfico de drogas. Sin ol-
parece imposible, y para desafiar a los vidarnos de películas de ficción como
poderes establecidos. Golpean puertas Tropa de élite de José Padilha.
cerradas, claman ante el silencio cul- Transformar el dolor en sufrimien-
pable, sin resignarse a que la muerte to fecundo, la violencia en don, el te-
tenga la última palabra. Aquí mencio- rror en belleza poética y artística es
namos, por ejemplo, a las Madres de la algo que esos colectivos femeninos nos
Plaza de Mayo, en Argentina; al grupo muestran en un mundo tan golpeado y
Mujeres de Calama, en Chile; a las ma- enfermo por la violencia como el nues-
8
tro. Muestran que la vía de transforma- e incluso milenios se ha limitado la
ción de la realidad pasa por sacar vida presencia de la mujer, es posible pasar
de la muerte, belleza de la violencia; a la esfera pública y tener impacto para
que pasa por alimentar a otros, nutrir al concienciar y transformar. Precisa-
pueblo, desde sus cuerpos y corazones mente ahí es donde enlazamos nuestra
heridos. Y que, desde la esfera de lo reflexión sobre el poder transformador
privado, donde durante muchos siglos de lo femenino en la Iglesia.

9
2  LA ENTRADA DEL FEMINISMO EN LA IGLESIA

El aire fresco de la emancipación femenina en el Occidente cristiano,


en general, y en América Latina, en particular, no sopló inicialmente
desde las Iglesias. Fue desde el propio proceso laico de secularización
y en el seno de luchas muy concretas y profanas (voto, salario, jornada
laboral, sexualidad, derechos del propio cuerpo) cuando la mujer fue
«evadiéndose» del espacio doméstico privado en el que se encon-
traba confinada para emprender el camino hacia el espacio público,
actuando en las estructuras sociales, en la política y en la producción
económica y cultural.

La emergencia y el reconocimiento de hoy no es posible pensar sobre Dios, la


la mujer en el mundo cristiano no tiene revelación y la fe –esto es, hacer teolo-
más que cinco décadas. Después del gía– sin tener en cuenta la contribución
gran evento del Concilio Vaticano  II, femenina. Autoras como Elizabeth Jo-
la voz femenina empezó a hacerse oír hnson y Lisa Cahill, entre otras, en Es-
más, reivindicando la ocupación de es- tados Unidos; o Nuria Martínez-Gayol
pacios dentro de la Iglesia y haciéndo- y Cettina Militello, en Europa; o Virgi-
la efectiva. Ya sea asumiendo la coor- nia Azcuy e Ivone Gebara, en América
dinación de comunidades a distintos Latina, son figuras relevantes al pensar
niveles por el cuestionamiento de la y exponer la inteligencia de la fe.
imposibilidad de acceder al ministerio
sacerdotal reservado a los hombres, ya
sea por el camino de producción de Más allá de Dios Padre
una reflexión teórica sobre la experien-
cia religiosa y los contenidos doctrina- En Estados Unidos, la teología femi-
rios de la fe cristiana desde su propia nista postuló cuestiones sobre el len-
perspectiva de mujer, el hecho es que guaje patriarcal acerca de Dios, en la
10
línea de las recriminaciones antipater- terior (Gn 1,26-27), como si fuera un
nales y antiautoritarias del movimiento mismo y único relato, la creación se
feminista de los años 60 y 70. Esa teo- interpreta en el sentido de una rela-
logía denunciaba la concepción patriar- ción jerárquica entre ambos sexos. La
cal sobre Dios y el lenguaje que desde mujer es creada después del hombre,
ahí se generaba. La reflexión teológica a partir de él y para él. De ahí surge
feminista ofrecía entonces un «adiós una dependencia ontológica, biológi-
al patriarcado», la operación mistifi- ca y sociológica de la mujer y –peor
cadora que atribuía valor universal al aún– la concepción de que solamente
macho, olvidando la importancia no el ser humano de sexo masculino es
solamente de la mitad de la humanidad teomorfo (tiene la forma, la imagen, de
que es mujer, sino también de toda per- Dios). Esta tipología, con su desarrollo
sona en su unicidad y totalidad. En la en toda la teología posterior, establece
sucesión histórica y hermenéutica, esa lo que Borresen llama «sexología teo-
actitud práctica y cognitiva otorgaba lógica».
peso y espacio a lo masculino en tanto Elizabeth A. Johnson reconoce que
que paradigma mayor del ser humano. el hablar sobre Dios moldea y orienta
Entraba entonces en acción una nueva la vida no solo de las comunidades de
hermenéutica de lo femenino también fe, sino de toda la comunidad social.
en el campo teológico, una hermenéu- Lo que podemos decir de Dios no es
tica que denunciaba la imposición de neutral, sino que tiene sus efectos po-
la ecuación: «Dios es macho, entonces sitivos o negativos en la sociedad. El
el macho es Dios». discurso patriarcal y androcéntrico so-
Más allá de Dios Padre es el signi- bre Dios ha promovido una penetran-
ficativo título de la obra con la que, a te exclusión de la mujer en el campo
principios de los años 70, Mary Daly público y una subordinación de esta
declaró la imposibilidad de una conci- a la imaginación y necesidades de un
liación entre cristianismo y antipatriar- mundo diseñado principalmente por
calismo y proclamó la instauración de hombres. Elizabeth A. Johnson sostie-
un nuevo y diferente simbolismo reli- ne que, en la Iglesia, dicha exclusión se
gioso. El padre «asesinado» por el fe- produce en todos los campos: credos
minismo es el modelo del ser y del ac- eclesiales, doctrinas, oraciones, siste-
tuar patriarcales con el que el hombre mas teológicos y litúrgicos, patrones
se ha identificado en nombre de Dios. espirituales, visiones de la misión y
Kari Elizabeth Borresen, a su vez, también en el orden, liderazgo y disci-
critica la antropología teológica de dos plina de la Iglesia.
maestros de la Iglesia, san Agustín y
santo Tomás de Aquino, al sostener
que la concepción de la civilización Teología feminista y opción para
occidental y cristiana es marcadamen- los pobres
te androcéntrica. Es decir, uniendo los
dos relatos bíblicos de la Creación de Pero, si bien las teólogas europeas cons-
la humanidad, el Javista (Gn 2,18-24) truyeron su pensamiento siguiendo en
y el Sacerdotal, de composición pos- algunos aspectos a las estadounidenses,
11
pero distanciándose de ellas en otros, nace inseparable de la opción por los
en América Latina la teología feminista pobres y resulta constitutiva de su con-
tuvo otras características. Su fecha de figuración. Y fue así como una nueva
nacimiento se encuentra alrededor del solidaridad empezó a darse en Améri-
año 1968, cuando la conferencia de ca Latina: la de las mujeres teólogas
Medellín releía el soplo de la inespera- con las mujeres pobres de las comuni-
da primavera del Concilio Vaticano  II dades de base. Las primeras se auto-
en clave de inseparabilidad entre anun- comprendían en tanto que portavoces
cio evangélico y lucha por la justicia. de las últimas y responsables de la re-
Los tres marcos de Medellín –la cuperación de sus derechos.
concienciación de que evangelizar en Como fruto de todo este inicio de
América Latina supondría una inclu- camino surgió una disposición a repen-
sión de la dimensión de opresión e in- sar todos los grandes temas teológicos
justicia presentes en el continente; el desde la óptica de las mujeres. Se bus-
pensar teológico sobre la fe, haciéndo- caba una teología con rostro, con alma,
se inseparablemente del análisis de la con configuración de mujer, una pers-
realidad atravesada por la injusticia; la pectiva femenina de la teología, en la
aglutinación de las bases comunitarias que se destacara la importancia de re-
que leían la conflictividad de la vida descubrir las expresiones femeninas de
a la luz de las Escrituras para produ- Dios. Ahí empieza un fecundo y sólido
cir nuevos hechos transformadores– momento con publicaciones de muje-
abrieron caminos y puertas para que la res teólogas, cuyo objetivo es revisitar
elaboración del discurso teológico en- y repensar los grandes tratados de la
contrara un nuevo sujeto como punto teología dogmática, y la misma Biblia,
de partida: los pobres y marginados del a partir de su experiencia y sentir.
continente. Por un lado, la teología de las mu-
Así, en los años 70, las mujeres jeres latinoamericanas se autopercibió
latinoamericanas empezaron a aven- como seguidora de la teología femi-
turarse por los meandros del quehacer nista estadounidense, sin la cual no ha-
teológico a partir de la fuerte interpe- bría encontrado el camino abierto para
lación de los pobres y la opción por legitimar su itinerario. Sin embargo,
ellos que se iba cuajando en la iglesia identificaba igualmente una distinción
latinoamericana. En parte, su mirada y importante en su forma y contenido: no
sus oídos se volvían hacia sus herma- se movía primordialmente impulsada
nas del norte que venían abriendo la por la lucha por la igualdad y la batalla
discusión sobre la posibilidad de pen- antitética contra el machismo. Al con-
sar y hablar «más allá de Dios Padre» trario, luchaba para construir un discur-
y del patriarcalismo dominante en la so inclusivo, donde la diferencia por el
teología. Echar a andar una teología hecho de ser mujer era un dato consti-
que las incluyera como productoras y tutivo e integral desde un principio.
no solamente como consumidoras lo La manera de nombrar esa etapa del
veían como un fuerte y bello desafío. proceso evitaba la palabra «feminismo»
Sin embargo, la teología latinoameri- o «feminista», pues deseaba distanciar-
cana desde la perspectiva de la mujer se del tono reivindicativo y antagónico
12
de la teología hecha en otras latitudes. Con el paso de los años y después
Se daba preferencia a expresiones como de la crisis en la que entró la Teología
«teología desde la óptica de la mujer», de la Liberación durante el pontificado
«teología hecha por mujeres» o «teolo- de Juan Pablo II (1978-2005), para las
gía a partir de la mujer». nuevas generaciones de teólogas esta-
En esa misma línea iban las tesis ba claro que una teología de remien-
doctorales y trabajos académicos de dos, de reciclaje de lo antiguo, sin dar
todo tipo. En el área de la teología sis- lugar al parto de lo nuevo que ansiaba
temática, se trabajaba la relación de Je- por venir a la luz, ya no era posible.
sús con las mujeres, el rostro maternal Entonces, en la Teología Feminista
de Dios Padre, el pensar de una Iglesia –que ahora ya no temía darse ese nom-
incluyente que tomara a la mujer como bre–, se pretendió formular preguntas
sujeto productor de bienes simbólicos fundamentales que cuestionaran la es-
y no como consumidora pasiva. Una tructura misma del pensamiento teo-
Iglesia alegre y participativa. lógico elaborado hasta ese momento.
Ese modo de hacer teología perma- Ya no se trataba de una teología desde
nece hasta nuestros días. Y no es algo la óptica o la perspectiva de la mujer
aislado del quehacer teológico feme- presentada como añadidura o como ca-
nino mundial. Encuentra afinidades pítulo aparte de la teología oficial, que
en término de trasfondo con algunas era lo que habían hecho hasta ahora los
teólogas europeas de la misma gene- teólogos hombres, sino de una teología
ración y se mueve entre los conceptos que cuestionaba al conjunto de la teo-
clave de reciprocidad y relacionalidad, logía dominante, patriarcal y machista.
siempre buscando la interlocución con
los teólogos hombres y con la comu-
nidad teológica como un todo. La rei- Ampliar la Teología
vindicación de este tipo de teología ya de la Liberación
no se alineaba con un feminismo de la
primera ola, cuya principal lucha era De este modo, las mujeres teólogas
por la igualdad, sino con el feminismo latinoamericanas se dispusieron a dia-
que luchaba por otro derecho: el de- logar con las autoras que habían con-
recho a la diferencia y a la afirmación sagrado nuevos métodos de trabajar
de la mujer como diferente, deseando con la Biblia, con la Revelación, con
ser diferente. Así es como esa teología el dogma. Y, sobre todo, siguieron los
–en diálogo incluso con obras de mu- pasos que su primordial pertenencia
jeres de otras áreas del saber– recalca –la Teología de la Liberación (TdL)–
la identidad de la mujer como «otra», ha dado.8 En cuanto la TdL ensancha
«distinta» del hombre, y que quiere se- su abanico de intereses hacia otros te-
guir siéndolo, incluso en la manera de mas más allá de los estrictamente so-
sentir y de pensar a Dios, produciendo ciales, económicos y políticos, y em-
otra teología del feminismo que se au- pieza a trabajar sobre ecología, cultura,
tocomprendía más en dependencia con crisis de la modernidad, género, raza y
la teología hecha desde el paradigma etnia, la teología feminista latinoame-
de la igualdad. ricana encuentra en la perspectiva de
13
género un ángulo más adecuado desde finirá el salto que la teología feminista
donde construir su reflexión y su dis- está dispuesta a dar: «hablar de Dios y
curso. Es decir, no se pierde en abso- de la cuestión de género es hacer una
luto la perspectiva de inclusión de los doble afirmación: en primer lugar, es
que están al margen de la sociedad y afirmar que lo que decimos de Dios
del progreso. Al contrario, esa proble- está conectado a nuestras experiencias
mática sigue, quizás más que nunca, históricas, a nuestra vivencia; después,
desafiando e interpelando a la teología. que nuestra misma idea de Dios, así
Los pobres que constituían los sujetos como nuestra relación con él/ella o con
teológicos por excelencia de la teolo- su misterio, viene marcada por lo que
gía latinoamericana de los años 70 y llamamos “construcción social y cultu-
80 ahora quedan identificados como ral del género”».
«excluidos». Pero esos «excluidos» de De este modo, las luchas más pro-
todo beneficio traído por el progreso y piamente feministas, tan presentes en la
el bienestar ahora tienen unos rostros teología occidental y también en Amé-
más diversificados que antes y forman rica Latina en el campo de las ciencias
un mosaico de riqueza mucho mayor y sociales y humanas, empezaron a inte-
más complejo que, a su vez, desafía la resar igualmente a las teólogas. Temas
teología en múltiples direcciones. como la corporeidad, la sexualidad, la
Ivone Gebara, una de las gran- moral, con todas sus candentes y deli-
des responsables de las elaboraciones cadas cuestiones sobre los derechos re-
formuladas en esta nueva etapa, afir- productivos y todo lo que concierne a
ma que «la Teología de la Liberación la moral cristiana en cuanto al misterio
que ofrece una visión más colectiva del cuerpo humano (sus funciones, su
de Dios y enfatiza la naturaleza social vocación, su misterio creado por Dios)
del pecado, no alteró la antropología y pasaron a configurar la agenda de la
la cosmología patriarcales en las cua- teología feminista latinoamericana. En
les se basa el cristianismo». Con ello, ese campo, hay que reconocer que las
entendemos que la autora quiere que teólogas protestantes avanzaron más
la lucha por la liberación social, eco- que las católicas, sobre todo debido a
nómica y política, con la que la TdL la diferente estructura eclesiástica que
pretendía colaborar con la aportación enmarca el trabajo teológico de las dos
de una palabra específica y diferente, confesiones.
no contempló ni alcanzó con su es-
fuerzo otras exclusiones, igualmente
necesitadas de liberación, como, por Teología ecofeminista
ejemplo, la opresión de la mujer, la ex-
clusión sexual y de género, así como A destacar también la apertura del área
las raciales y étnicas. ecofeminista, que se dio por todo el
Por consiguiente, sería necesario continente.9 La apertura y la atención
un nuevo paso, un salto de calidad en a esa nueva área interdisciplinaria de
otra dirección, a fin de lograr esa libe- reflexión ha permitido a la teología fe-
ración que la mitad de la humanidad minista latinoamericana dialogar con
espera. Así es como Ivone Gebara de- toda la reflexión ambiental; esto es,
14
con la filosofía, las ciencias sociales, el feminismo significa el fin de todas las
derecho ambiental, etc. Sin duda, es un formas de dominación, la teología no
área que promete un gran crecimiento puede estar fuera de él. Y menos aún,
futuro. la teología feminista, que sigue hacién-
Toda la reflexión sobre la ecología dose en clave de liberación de las todas
en cuanto a derechos de la Tierra y de formas de opresión y de lucha por los
la naturaleza va de la mano de la re- derechos no respetados. Entre las cues-
flexión sobre los derechos de la mujer tiones que atañen a este nuevo momen-
en tanto que forma de opresión aún to de pensar teológicamente sobre lo
vigente y presente en la sociedad y en femenino, resulta central la cuestión
la Iglesia. En la medida en que el eco- del cuerpo.

15
3  EL CRISTIANISMO Y EL CUERPO FEMENINO

En el quehacer teológico, la reflexión teológica sobre el cuerpo sexua-


do de la mujer es y tiene que ser siempre un tema importante para la
teología feminista y la reflexión sobre el género. En un universo donde
la corporeidad visible es macizamente masculina, la mujer entra como
elemento perturbador. Y esa «perturbación» se da, más que nada, a
través de su corporeidad que, al ser «otra» que la del hombre, expresa
y señala la experiencia de Dios, pues piensa y habla sobre Dios de
una manera distinta y propia. El cuerpo femenino es la condición de
posibilidad del camino por el cual la mujer viene a ser una interpelación
importante cuando se habla de espiritualidad, mística y teología. Este
cuerpo ha sido muchas veces fuente de la discriminación que la propia
mujer sufrió y sufre en la Iglesia.

La reflexión teológica sobre este tema propia constitución corpórea, lo cual


va constatando que una de las fuentes no es exclusivo del cristianismo, sino
más importantes de la discriminación de otras muchas religiones.
contra las mujeres dentro de la Iglesia
se relaciona con algo más profundo y
mucho más serio que simplemente la Un cuerpo bajo sospecha
fuerza física, la formación intelectual
o la capacidad de trabajo. La Iglesia Como parte del hito de esta discrimina-
todavía es fuertemente patriarcal, y el ción corporal, hay una asociación muy
patriarcalismo subraya la superioridad fuerte –en el terreno teológico– con el
del hombre no solamente por un bies hecho de que la mujer sea considera-
intelectual o práctico, sino por lo que da responsable de la entrada del peca-
llamaríamos «un bies ontológico». Es do en el mundo, y de la muerte como
decir, las mujeres son oprimidas por su consecuencia del pecado. Eso, que fue
16
incluso denunciado oficialmente por el tual (por el acceso a los estudios y a la
papa Juan Pablo II en su carta apostó- formación), contra la injusticia profe-
lica Mulieris Dignitatem, permanece al sional (intentando mostrar capacidad
fondo de buena parte de la situación de y especializándose), ¿qué se hace con
la mujer en la Iglesia. Por eso, las ex- la propia corporeidad? ¿Debe negarse?
periencias místicas de numerosas mu- ¿Eludirse? ¿Ignorarse en su enriquece-
jeres fueron muchas veces vistas con dora diferencia?
desconfianza y sospecha, con la severa
y estricta vigilancia de varones encar-
gados de controlarlas y exorcizarlas. Fecundidad, sexualidad,
Múltiples y riquísimas experiencias apertura…
místicas de mujeres verdaderamente
agraciadas por Dios con comunicacio- Julia Kristeva, que no es teóloga, ni
nes espirituales muy íntimas permane- mucho menos cristiana o creyente, nos
cieron ignoradas en un universo donde ofrece alguna pista cuando valora la
las vías de divulgación estaban en ma- fecundidad que caracteriza a la mujer
nos de unos pocos y donde casos como como inseparable de su sexualidad. Y
el de santa Teresa de Ávila son las ex- lo hace no solamente desde la filosofía,
cepciones que confirman la regla. la sociología o el psicoanálisis que es
A lo largo de la historia de la Igle- su campo de trabajo, sino también des-
sia, la mujer fue mantenida a una pru- de las artes y la literatura mística. Co-
dente distancia de lo sagrado y de todo menta que la mujer tiene una belleza y
cuanto lo rodea, así como de la liturgia, un poder que vienen de su fecundidad:
de los objetos y espacios rituales, y de «Las mujeres tuvieron desde siempre
la mediación directa con Dios. Todo una percepción íntima, germinal y cí-
eso, evidentemente, requiere un cuerpo clica de la belleza renaciente de todo lo
«puro» y la desconfianza de si la mujer que está vivo porque ellas las llevan en
realmente lo posee es enorme. A pesar su vientre fecundo». En este sentido, la
de todos los avances y progresos en la corporeidad femenina acompañaría la
participación de la mujer en múltiples configuración de la naturaleza con sus
niveles de la vida eclesial, aún sigue ciclos, en su vitalidad, en su explosión
pesando sobre ella el estigma de ser la de vida y de alteridad.
seductora inspiradora de miedo, fuente Kristeva reflexiona igualmente so-
de pecado para la castidad del hombre y bre algo que caracteriza al cuerpo fe-
el celibato del clero. Entre la mujer y el menino: su apertura a la fecundación,
misterio, difícil y raramente se recono- que es igualmente apertura al infinito.
ció y legitimó una sintonía en términos Este sentido ya viene contemplado en
de la «alta» mística de las experiencias la palabra hebrea nekeva que significa
más profundas de Dios, relegándola al ‘receptáculo’, ‘espacio abierto’, ‘inte-
campo de las devociones menores. rior’. La corporeidad femenina abierta,
Este dato resulta bastante terrible receptiva, disponible a la fecundación
y demanda una reflexión muy seria en y a la entrada y a la acogida amorosa
el seno de la Iglesia. Pues, si es posible del otro es algo que intriga profunda-
luchar contra la discriminación intelec- mente a la pensadora búlgaro-francesa
17
al reflexionar sobre lo femenino y la hasta la experiencia de la transcenden-
mujer. Desde la teología, su pensa- cia y del sentimiento religioso.
miento nos desafía entonces a mirar En la etapa actual de la civilización
qué dice sobre ello la Escritura, fuente en la que vivimos, la pasión maternal
de la Revelación. de la Genitrix permanece como prototi-
Con precaución, puede usarse el po del eslabón amoroso. La maternidad
término neqēbāh (nekeva) para refe- no es, pues, una fatalidad o un destino,
rirse a las mujeres, aunque el término el único destino biológico de la mujer.
oficial en singular es ’iššāh (ischa).10 Menos todavía una incómoda carga
La gran diferencia está en que el pri- que impide el desarrollo personal. Pero
mero se utiliza más para referirse a la la fecundidad y la «perforación» del
hembra de los animales, aunque tam- cuerpo femenino sí deviene la perpetua
bién a los humanos, en cuanto macho oportunidad de vivir una pasión y de
y hembra. En el Pentateuco, especial- mantenerse abierta a la alteridad.
mente la tradición sacerdotal prefiere Kristeva critica muchísimo cómo
este término para enfatizar el aspecto la actual sociedad y la cultura de nues-
de reproducción en la diferenciación tro tiempo brindan escasa atención a
de géneros. Los diccionarios bíblicos, la maternidad en cuanto potencial de
en general, identifican nekeva en la ex- construcción imaginativa y elabora-
plicitación de lo que sería la hembra en dora. Porque, si se valora solamente la
el sentido de «abierta», «perforada». biología y lo social, y la libertad sexual
En suma, nekeva es la hembra tanto de y la igualdad, seremos «la primera ci-
humanos como de animales. vilización que carece de un discurso
Desde ahí, Kristeva desafía y, a sobre la complejidad de la vocación
nuestro entender, inspira a la teología maternal».
al defender la importancia de la aper- Ese discurso no puede perderse
tura fecundable del cuerpo femenino porque tiene la capacidad de propor-
y la pasión maternal como un discur- cionar a las personas una madurez
so que no puede perderse pero que de capaz de enfrentar cualquier situación
hecho se encuentra un poco ignorado porque se fundamenta en un amor ma-
en Occidente. Es la pasión maternal la yor que cualquier otra fuerza. Un amor
que moldea y configura al sujeto hu- que acoge, que recibe, que hospeda, no
mano. Por eso, la imagen de la mujer sobre una prótesis fálica o narcisista,
embarazada la fascina, y más concre- sino por la donación y la sublimación,
tamente la imagen de la «Anunziata» que hace posible la vida del otro, y
que escucha la palabra del Arcángel también su creatividad en un mundo
y siente que de su cuerpo germina el de singularidades plurales.
«no todavía otro» que ya es un rubor
de amor. La nekeva, perforada, abierta,
tuvo su vacío penetrado y llenado por Mirar María en otra clave
el otro, por la otra vida, por la vida del
otro, de un otro que forma ahora una Por eso, uno de los elementos de la fe
unidad con ella. Desde ahí, la teología cristiana que inquieta profundamente a
puede descubrir repercusiones que van una mujer como Kristeva –y que nunca
18
debería arrinconarse cuando se trata de en cuerpo y alma, donde la muerte ca-
pensar lo femenino en clave cristiana– rece de poder alguno sobre su persona.
es la Mariología, o el misterio de Ma- La muerte conectada al pecado ha
ría, la madre de Jesús. Según ella, en sido el calvario y la fuente de discrimi-
los dogmas marianos, hay razones pro- nación para generaciones de mujeres
fundas para que la Iglesia vuelva la mi- que cargaron con el peso de ser here-
rada hacia María de Nazaret en clave deras de Eva y de haber introducido el
diferente –de reflexión y profundidad– pecado en el mundo. María es Inma-
y no solamente desde las devociones y culada, la sin pecado y, por lo tanto, la
la piedad. Esta última demuestra con muerte no tiene poder sobre ella. Eso
solidez la fuerza simbólica de la madre pertenece mucho más a la tradición es-
de Jesús. Los innumerables santuarios piritual cristiana que a los Evangelios,
marianos que hay en todo el mundo, extremadamente sobrios al respecto y
congregan a millones de devotos, mu- muy discretos al sugerir los misterios
chas más personas que cualquier otro de la Infancia y de la vida pública, en-
acontecimiento. tre los cuales está presente la Madre
Kristeva va más allá: afirma que, en de Jesús. Otras teólogas contemporá-
última instancia, el cristianismo está neas han pensado muy profundamente
fundado sobre lo femenino. Jesús, el el misterio de María identificándola
Hijo de Dios Encarnado, es «el nacido como nuestra hermana en la comunión
de una mujer». Y Kristeva, entre crítica de los santos.
y maravillada, recordando su Bulgaria Pero, para Kristeva, la enorme im-
natal y la fe católica y ortodoxa de su portancia radica en la relación de Ma-
amado padre, dice: «Cristo, el Hijo del ría con su hijo Jesús, siendo anterior a
hombre, solamente es humano por na- él en su humanidad, pero posterior por
cer de madre». Aunque llegado a este su divinidad, y virgen y madre simul-
punto choca con el intento del dogma táneamente. Así se convierte en matriz
de separar a María del género humano para una red de otras relaciones ricas y
sustrayéndola del pecado. Ahí, Kris- complejas: la de Dios con la humani-
teva comparte una de las mayores di- dad, la del hombre con la mujer, la del
ficultades de las mujeres –incluso las hijo con la madre, etc.
católicas y, quizás, sobre todo las más En esa lectura mariológica hay in-
letradas y conscientes–, sin miedo a in- dudablemente muchos peligros para la
cluirlo en su reflexión. reflexión sobre la corporeidad femeni-
Y sigue destacando el hecho de que na y maternal, que, a lo largo de la his-
María no presenta dos connotaciones toria, ha sometido a las mujeres –que
constitutivas de la humanidad: el ejer- no son inmaculadas, ni vírgenes ni ma-
cicio de la sexualidad, siendo virgen, dres simultáneamente, que tienen hijos
y la ausencia de pasaje por la muerte, muy humanos, los cuales, cuando las
ya que la tradición cristiana afirma que preceden en la muerte, provocan un do-
no murió, sino que se «adormeció». La lor más profundo que cualquier otro– a
piedad mariana, sobre todo la oriental, manipulaciones y discriminaciones te-
proclama la dormitio Maria. Y la fe ca- rribles. Sin embargo, coincidimos con
tólica la venera como «asunta» al cielo la pensadora en que, después de la Vir-
19
gen, con la barrida que dio la secula- dores que hoy la mujer puede aportar
rización al pensamiento occidental, la al mundo y a la Iglesia es la maternidad
maternidad sigue careciendo hoy de un –no estrictamente biológica–, que se
discurso fuerte. Y este es necesario, ya da a partir de la corporeidad femenina,
que uno de los elementos transforma- toda ella eucarística.

20
4  EL CUERPO FEMENINO: CUERPO EUCARÍSTICO

Con la emergencia de las mujeres en los espacios públicos y ecle-


siales, podemos ver que han introducido una nueva manera de vivir
la experiencia de Dios y de reflexionar sobre ella, elaborando nuevos
aspectos de la espiritualidad cristiana, que enriquecen el conjunto de
la comunidad de fe.

Las mujeres tenemos una mane- pueden evocar y comunicar experien-


ra de experimentar y de hablar sobre cias espirituales que frecuentemente
nuestras experiencias espirituales que resultan más difíciles de expresar para
es inseparable de nuestros cuerpos. los varones. Nos referimos, por ejem-
Presentamos y hacemos visible nuestra plo, a la experiencia de sentirse esposa
propia corporeidad cuando hablamos de Cristo, de vivir el matrimonio es-
sobre el misterio de Dios, introducien- piritual, o a la experiencia central de
do una novedad en la comprensión de ser fecundada por el Espíritu de Dios,
la vida espiritual y de la acción del Es- dando nuevo cuerpo al Verbo hecho
píritu de Dios en el mundo. Además carne y mediando siempre de nuevo el
de eso, este mismo misterio de Dios, misterio de la Encarnación dentro del
que afecta y configura la corporeidad mundo.
sexuada de las mujeres, revela otros Es evidente que, en la historia del
aspectos de su identidad que dan un cristianismo, muchos hombres también
aporte inestimable al Pueblo de Dios. vivieron esta experiencia de un modo
Uno de los más importantes que profundo y bello. A menudo aparecen
acabamos de mencionar es –nos pa- hombres que han liberado su dimen-
rece– la dimensión eucarística consti- sión femenina, su «anima» en su rela-
tutiva del cuerpo femenino. A través ción con Dios. Muchos de esos místi-
de su misma corporeidad, las mujeres cos y directores espirituales han usado
21
una variedad de recursos lingüísticos y te la posibilidad física de comprender
metáforas para referirse al ser humano y realizar la divina acción eucarística.
como interlocutor de Dios, como por Durante todo el proceso de gestar, dar
ejemplo «alma», que es más bien una a luz, proteger y nutrir la nueva vida,
palabra femenina; o la experiencia de tenemos el sacramento de la Eucaris-
tomar leche del pecho del Salvador, etc. tía, el acto divino por excelencia, que
Sin embargo, a pesar de que la ex- acontece una y otra vez.
periencia de Dios en toda su belleza Algunos podrían ver aquí una clara
y radicalidad se ofrece a toda criatura llamada a proseguir con la discusión
humana, en el cuerpo femenino tiene sobre el futuro del ministerio ordena-
algunos elementos más evocadores y do para las mujeres, pero no es nuestra
otras analogías simbólicas particular- intención en este momento. Lo que in-
mente poderosas. Por ejemplo, hay tentamos decir es que, quizás debido a
una dimensión de la vida cristiana en su vocación eucarística expresada cor-
la que las mujeres emergen como su- poralmente, las mujeres estén llamadas
jetos privilegiados: la identificación de a reinventar y recriar, en el interior del
su corporeidad con el sacramento de la Pueblo de Dios, nuevas maneras de vi-
Eucaristía. Son las expresiones preci- vir el servicio y el ministerio perma-
sas que se emplean en la práctica sa- nente, ordenado y tradicional, tal como
cramental, términos tales como «tran- ha existido hasta ahora.
sustanciación» y «presencia real», que
significan que el cuerpo y la sangre
del Señor, bajo las especies del pan Un Dios madre que alimenta
y del vino, son dados al pueblo como
alimento y bebida. Parece que eso de- El cuerpo femenino, fuente de tanta
viene constitutivamente posible en el sospecha y prejuicios a lo largo de la
cuerpo femenino. historia, es un camino poderosamente
iluminador e inspirador para la teolo-
gía sacramental durante nuestros tiem-
Pan partido y compartido pos cambiantes y movedizos, dado que
presenta nuevos paradigmas más allá
Alimentar a otros con el propio cuerpo de las siempre presentes cuestiones de
es la vía suprema que Dios mismo ha género. Por ejemplo, desde hace mu-
elegido para estar definitiva y sensible- cho tiempo, la imagen de Dios como
mente presente en medio de su pueblo. madre que alimenta y nutre a sus hijos
El pan que partimos y compartimos, con la leche de su pecho está muy la-
que confesamos ser el cuerpo de Jesu- tente en la tradición espiritual y místi-
cristo, nos refiere al gran misterio de su ca de la Iglesia.
Encarnación, muerte y Resurrección. Este hecho simbólico y teológico
Es su persona dada en alimento; es de los cuerpos de las mujeres no per-
su vida corporal hecha fuente de vida manece solo en el ámbito personal,
para los cristianos. sino que también tiene implicaciones
Antropológicamente, las mujeres comunitarias y políticas. El hecho de
son aquellas en cuya corporeidad exis- tener un cuerpo eucarísticamente con-
22
figurado supone un impacto sobre cada te para esas mujeres que son madres
uno de los hechos y movimientos que biológicas y vivieron la experiencia
las mujeres realizan, y, muchas veces, del embarazo, del parto y la lactancia,
una influencia pública efectiva. Aun sino también para esas mujeres que lo
cuando expone en el espacio público experimentaron tanto biológica como
su característica más privada, como la simbólicamente.
capacidad de dar vida y todos los as- Todo el drama de la salvación está
pectos de la maternidad, el cuerpo fe- presente en las palabras y gestos de
menino puede crear un impacto ético Jesús: «Tomad y comed. Esto es mi
y político de suma importancia. Con- cuerpo… Esto es mi sangre… Por vo-
cretamente, esto queda patente en los sotros», (Mt 26,26). Y sigue presente
casos antes mencionados de las madres y activo en los cuerpos de las mujeres.
de Argentina, Chile, Brasil... El cuerpo femenino, que es extensivo
y se multiplica en otras vidas y en las
vidas de otros, que se da a sí mismo
Artesanas del futuro como comida y nutre con su carne y
sangre las vidas que ha concebido, es
La carne y la sangre de Jesucristo son el mismo cuerpo que se gasta y mue-
alimento para el pueblo, pero la fuente re arando la tierra, trabajando en las
última de este alimento es el Padre que fábricas y en las casas, removiendo
entrega a su Hijo para que el pueblo cacerolas y limpiando pisos, hilando,
no tenga más hambre ni tristeza, sino tejiendo, cosiendo y lavando ropa, or-
que esté nutrido y lleno de vida. Por lo ganizando reuniones, liderando luchas
tanto, si el niño simboliza la humani- y dirigiendo cantos. Es el cuerpo de
dad que, con ardiente deseo, se vuelve la mujer, eucarísticamente dado para la
hacia el Creador clamando por el pan vida de los demás, real y físicamente
de la vida, los seres humanos y espe- distribuido, comido y bebido por aque-
cialmente las mujeres que amamantan llos que –como hombres y mujeres de
niños están soportando la terrible –y mañana– seguirán la misma lucha de pa-
seguramente dolorosa– responsabi- ciencia y resistencia, dolor y valor, ale-
lidad de traer a la existencia la nueva gría y placer, vida y muerte.
generación humana. Ellas son las arte-
sanas del futuro y responsables de la
continuidad de la vida en su sentido Acto de entrega y amor
más profundo. He aquí por qué el real
significado de la capacidad física de las Partir el pan y distribuirlo, estar en co-
mujeres de amamantar con su pecho es munión con el cuerpo y la sangre del
un tema de extrema vulnerabilidad y, Señor hasta que Él venga nuevamente,
al mismo tiempo, de profunda belleza. significa para la mujer de hoy, aun en
Por otro lado, es algo que remite a una medio de las más miserables y negati-
compasión calificada y también a for- vas situaciones, reproducir y simboli-
mas de acción ética y política que no zar en la sociedad y en la comunidad
son meramente privadas. Creemos que creyente el acto divino de entrega y
esto es cierto no solo biológicamen- amor, de forma que el pueblo pueda
23
crecer y la plenitud de la vida pueda mo destino eucarístico, llamado a abrir
celebrarse en la fiesta de la liberación un nuevo camino, un posible futuro,
verdadera y final. de forma que este acto sacramental
Las mujeres alrededor de toda la pueda convertirse progresivamente en
tierra comparten con sus hermanas la una presencia real, reconocida, creída,
mis-ma vocación sacramental, el mis- acreditada y vivida.

24
5  LA FUERZA TRANSFORMADORA DE LA MÍSTICA
FEMENINA

La transformación del mundo y de la Iglesia en femenino se producirá,


pues, por la capacidad constitutiva de la mujer de desear darse, entre-
garse y ser vida para muchos. Este deseo ha configurado la vocación
de muchas mujeres místicas que vivieron y murieron eucarísticamen-
te, y que reflexionaron y escribieron sobre eso. Leyendo los escritos de
Teresa de Ávila, Catalina de Siena, Teresita del Niño Jesús... pueden
encontrarse abundantes ejemplos de lo que aquí afirmamos.

Hay otras tantas mujeres anónimas que exiliada en Londres, ardía en deseos
no han dejado por escrito reflexiones de dar su cuerpo eucarísticamente para
sobre sus experiencias, pero lo que es- alimentar a otros, entrando en la Fran-
criben estas –las místicas– puede ayu- cia ocupada para realizar una misión
dar a iluminar y reforzar lo que viven y peligrosa. Ella creía que la verdadera
hacen aquellas. Presento, por lo tanto, santidad lleva al deseo de entregar el
dos místicas del siglo xx, no latinoa- propio cuerpo y vida para alimentar a
mericanas, sino europeas, judías que todos los hambrientos y necesitados
hicieron un encuentro con Dios dentro del mundo: «Es la muerte espiritual,
o fuera del cristianismo. que es igualmente una operación cor-
poral. El hombre se da a sí mismo para
alimentar las criaturas de Dios». Si
Simone Weil Dios es el único y verdadero alimento
deseado y real para los seres humanos
Filósofa y mística, es una mujer que en el mundo, entonces aquellos que
nunca fue madre en sentido biológico. están llenos de Dios deben alimentar a
Al final de su corta vida de 34 años, otros con su cuerpo y vida.
25
A pesar de no haber comulgado la finca del escritor católico Gustave
jamás –porque no aceptó bautizarse Thibon, cerca de Marsella. Ella ex-
hasta el momento de su muerte–, Si- plica esos sentimientos en términos
mone Weil estaba profundamente ena- claramente eucarísticos: «La fatiga de
morada de la Eucaristía y desarrolló mi cuerpo y mi alma es transformada
una mística eucarística coherente con en alimento para un pueblo que tiene
la totalidad de su vida, de un radicalis- hambre». Y continúa: «Deberíamos
mo impresionante. Actualmente, uno pedir que seamos transportados en
de los mayores expertos en su pensa- Cristo y Cristo en nosotros. Pedir que
miento, el filósofo francés Emmanuel Dios transforme nuestra carne en la
Gabellieri, ha dicho que esta mística carne de Cristo de forma que podamos
eucarística weiliana no tiene paran- ser comestibles por parte de todos los
gón en la historia del cristianismo, afligidos». Y aun después: «Si el traba-
desde Catalina de Siena, cuyos textos jo de cultivo del suelo me hace adelga-
ella leyó en Marsella juntamente con zar, mi carne realmente se convierte en
el sacerdote dominico francés Joseph grano. Si el grano sirve para la hostia
Marie Perrin. de la comunión, mi carne se convier-
Weil buscó siempre realizar este te en carne de Cristo. Quienquiera que
don radical de sí a través de la vida cultive la tierra con esta intención debe
real. Además de eso, no creía que fuera convertirse en un santo».
suficiente con ofrecer sus capacidades Durante ese tiempo, Simone Weil
y energías intelectuales. Necesitaba hablaba con frecuencia con el sacerdote
sentir en su cuerpo el sello y el dolor dominico P. Perrin y acudía a menudo a
de la oblación. Durante el año en el que la iglesia de los dominicos en Marsella,
trabajó en una fábrica como obrera, donde pasaba horas contemplando el
ofreció su cuerpo a la dureza y al dolor Santísimo Sacramento. Es notable ob-
del pesado trabajo de los hornos side- servar que, trabajando en los campos,
rúrgicos hasta sentirse marcada por el ella experimentaba el mismo misterio
hierro candente de la esclavitud. Esta que adoraba en el altar. Así escribió
experiencia consumió su juventud y la a Perrin: «Mi corazón está transpor-
dejó para siempre marcada con la señal tado, para siempre, espero, en el San-
de la cruz. Además, esta experiencia tísimo Sacramento expuesto en el al-
estaba configurada por un amor que la tar». No hay ahí solamente adoración
llevó a acercarse a los obreros, a com- o amor espiritual por la Eucaristía, sino
partir sus vidas, sus angustias, su can- una verdadera identificación que confi-
sancio, sus esperanzas, para, a partir de guró su persona y su vida, de acuerdo
ahí, repensar su condición y encontrar a este sacramento y a todo lo que este
caminos para transformar la opresiva significa.
condición del trabajo moderno. Esto explica claramente el violento
Le ocurrió lo mismo con su trabajo deseo que tiene Weil de dar su vida, de
en el campo, donde experimentó una ofrecerla en la guerra, un deseo que la
intensa consolación espiritual junta- invadió y la atormentó en sus últimos
mente con la fatiga corporal que sintió momentos. Se sentía llamada a esto
durante la estación de la vendimia en y el hecho de no poder realizarlo –el
26
General de Gaulle, jefe de la Resisten- esta petición como si fuera pronuncia-
cia francesa, no la autorizó a entrar a da con una fe perfecta.
la Francia ocupada– la llevó al borde Padre, puesto que tú eres el Bien y
de la desesperación. Ella sentía que su yo soy lo mediocre, arranca de mí este
vida solo tendría sentido dentro del ar- cuerpo y esta alma para hacer de ellos
quetipo de ese don, si la compartía con algo tuyo, y no dejes subsistir en mí,
las víctimas de la guerra que se esta- eternamente, más que este arranca-
ba librando en aquel momento. Entre miento mismo, o bien la nada.
sus últimos escritos, hay uno que re-
presenta la culminación de su mística
eucarística, el denominado «La loca Etty Hillesum
oración» [«La folle prière»], cuyo ra-
dicalismo tiene muy pocos preceden- Joven judía de 27 años, formada en
tes en la historia de la mística cristiana. derecho y psicología, durante el inicio
Vale la pena la siguiente cita, pese a su de los años 40 y en plena ascensión
longitud, por la importancia del conte- nazi, vivía en Ámsterdam una vida li-
nido que encierra: bre como ama de llaves y amante de
un hombre de 62 años. Un día conoció
Padre, en el nombre de Cristo, concé- a Julius Spier, discípulo de Jung, y se
deme esto. convirtió en su compañera intelectual
Que este cuerpo se mueva o se in- y amante. Spier, judío y hombre de
movilice, con una flexibilidad o una fe, le mostró el camino de la oración.
rigidez perfectas, en conformidad inin- Al abrirse a la oración, Etty empezó
terrumpida con tu voluntad. Que este a vivir experiencias místicas fuertes y
oído, esta vista, este gusto, este olfato, profundas, que confesó por escrito en
este tacto, reciban la huella perfecta- los diarios y cartas que dejó. Escribió
mente exacta de tu creación. Que esta menos que Simone Weil y sus escritos
inteligencia, en la plenitud de la luci- tampoco son tan elaborados como los
dez, encadene todas las ideas en con- de la filósofa ya que Etty no se con-
formidad perfecta con tu verdad. Que sideraba una intelectual. Aunque ini-
esta sensibilidad experimente con la cialmente era agnóstica, reencuentra el
mayor intensidad posible y en toda su Dios de Israel con inmensa profundi-
pureza todos los matices del dolor y la dad y su vida pasa a quedar configura-
alegría. Que este amor sea una llama da por sus experiencias interiores. La
absolutamente devoradora de amor a enorme riqueza de estas le permite ex-
Dios por Dios. Que todo sea arranca- perimentar alegría y paz en medio de
do de mí, devorado por Dios, transfor- los horrores del nazismo.
mado en sustancia de Cristo, y dado a Esa vida interior la llevó a tomar
comer a los desdichados cuyo cuerpo la decisión de no escapar al campo de
y cuya alma carecen de toda clase de concentración y a la deportación, tal y
alimento. como podría haber hecho y presentarse
Padre, realiza esta transformación voluntariamente en el campo de Wes-
ahora, en el nombre de Cristo. Y aun- terbork, para «ayudar a Dios y salvar
que lo pida con fe imperfecta, satisface su pueblo». En Westerbork –campo de
27
selección, antecámara de la solución fi- que cristianos –eucarísticos– para
nal de Auschwitz–, se convirtió en «el expresar sus deseos al final de su úl-
corazón pensante de estas tiendas de timo diario, fechado el 12 de octubre
campaña... El corazón pensante de todo de 1942: «Partí mi cuerpo como pan y
el campo de concentración». Su alma lo compartí [...] ¿Y por qué no?, esta-
antigua, de más de mil años y heredera ban hambrientos y sentían falta de eso
de una larga y preciosa tradición espi- por tanto tiempo...». Y termina su dia-
ritual, encontró allí su máxima expre- rio con las siguientes palabras: «Qui-
sión. Entregada sin reservas al servicio siera ser un bálsamo derramado sobre
de su pueblo, su deseo crecía incesante- tantas heridas». A partir de ahí, solo
mente y lo expresaba con términos que escribirá algunas cartas a los amigos
nos recuerdan a Santa Teresita del Niño que se quedaron atrás y se dedicará a
Jesús.11 Westerbork, microcosmos des- derramar ese amor que le llena el pe-
de el cual su corazón compasivo y su cho sobre todos los que están sufrien-
deseo de donación alcanzan los límites do en el campo y, posteriormente, en
del universo, apenas le basta. El 2 de el traslado a Auschwitz y en el propio
octubre de 1942 escribe: «...Me gusta- campo de exterminio.
ría estar en todos los campos a través El testimonio de Etty Hillesum re-
de Europa [...] no deseo mi seguridad, suena hoy intacto y más elocuente a oí-
quiero ser, en cada lugar, una pequeña dos de nuestros contemporáneos. Edu-
parcela de fraternización con aquellos cada bajo la libertad del Espíritu que
que llamamos enemigos. Quiero com- sopla donde quiere, enseña a cuidar del
prender todo cuanto sucede, me gusta- Dios descubierto en el interior de cada
ría transmitir a todos aquellos que yo uno para poder afrontar las adversida-
pueda alcanzar, –y yo sé que son nume- des de la realidad y cargar compasi-
rosos– mi manera de ver el mundo». vamente sobre sus débiles hombros el
Libre espiritualmente como siem- dolor de los demás para hacerlo suyo y
pre, no dudará en usar términos más «ayudar a Dios» a redimirlo.

28
CONCLUSIÓN

Esas dos mujeres por sí solas explican con sus experiencias lo que he-
mos reflexionado a través de estas páginas. Su experiencia espiritual
no las ha paralizado ni alienado, al contrario: las impulsó a responder
a grandes urgencias y a los desafíos de su tiempo con una creatividad
que solo el Espíritu alcanza.

Son mujeres libres y conscientes en cu- na humanización. Amigas de la vida


yas vidas se perciben rasgos de banderas son también las madres de Calama, de
que el feminismo presentará avant la let- Plaza de Mayo y de las favelas de Río,
tre. Pero, igualmente, se dejan llevar por caminando juntas la travesía del dolor
el deseo de Dios y la compasión por los de la cruz hacia la alegría de la Pascua.
seres humanos. Y así van más allá del Esa es la vocación de toda mujer y la
feminismo y de cualquier otra corriente gran contribución que lo femenino trae
de pensamiento o ideología, ya que la con su apertura vital: creer más en la
transformación que realizan viene del vida que en la muerte y no temer dar
Espíritu de Dios que sopla por doquier. su vida para que eso se haga realidad;
Paradójicamente, su entrega y su habitar su cuerpo perforado y dividi-
reflexión son testigos del futuro, ya que do, para que haya vida para todos en
abren caminos allá donde la humani- este violento mundo, amenazado por la
dad puede avanzar hacia su total y ple- destrucción y lleno de desafío.

29
NOTAS

1. Hay controversias sobre qué se entiende por 4. La pensadora estadounidense, Diane Pearce,
Primera ola del feminismo. Según la cronolo- introduce este concepto en su artículo publica-
gía de los estudios europeos, el feminismo se do en 1978. Para ella, la feminización de la po-
origina en la Ilustración, si se considera que breza es un proceso que se desarrolla cuando
fue en el Siglo de las Luces cuando la polémi- las mujeres que carecen del apoyo del marido
ca sobre la naturaleza de la mujer y la jerar- o compañero deben asumir la responsabilidad
quía de sexos, también llamada la polémica fe- del cuidado y bienestar de sus hijos.
minista, se planteaba en términos diferentes a 5. Atlas de la Alfabetización del Instituto de Es-
los siglos anteriores. El feminismo nace como tadística de la UNESCO (UIS).
un nuevo discurso crítico que utiliza, precisa- 6. Temporelli, Clara Maria (2016). Amigas de
mente, las categorías de la filosofía que le es Dios, profetas del pueblo. Barcelona: Cristia-
contemporánea, con autores como Rousseau, nisme i Justícia, Cuaderno, nº 199.
entre otros. Según algunos estudios estadouni- 7. La historia oficial (1985) es una película ar-
denses, la primera ola se refiere al movimiento gentina histórico-dramática dirigida por Luis
feminista que se desarrolló en el Reino Unido Puenzo y protagonizada por Norma Aleandro,
y Estados Unidos a lo largo del siglo xix y Héctor Alterio, Chunchuna Villafañe y Hugo
principios del siglo xx. La cronología europea Arana. El guión es de Puenzo y Aída Bortnik.
habla en cambio de una segunda ola, también La película ganó muchos premios naciona-
llamada feminismo liberal sufragista, centra- les e internacionales, entre ellos, en 1986, el
do en el derecho al sufragio y a la educación. Óscar a la mejor película de habla no inglesa
En este texto, seguimos la nomenclatura esta- –por primera vez en la historia del país, pues
dunidense por considerarla la influencia más la segunda fue El secreto de sus ojos–, y el
directa sobre la emergencia de la mujer en la Globo de Oro a la mejor película de habla no
contemporaneidad. Cf. https://es.wikipedia. inglesa para Argentina, el segundo después
org/wiki/Primera_ola_del_feminismo. Último del que obtuvo La mujer de las camelias. Es
acceso: 2 de abril de 2018. la única película argentina que obtuvo ambos
2. La teoría feminista es la extensión del movi- galardones.
miento feminista –conjunto de reivindicacio- 8. Arriesgamos aquí esta interpretación dejando
nes prácticas que abogan por los derechos claro que es nuestra lectura de los hechos. No
iguales del hombre y la mujer– en el discurso necesariamente implica un consenso amplio
teórico, imaginario o filosófico. Esta escuela en toda la comunidad teológica sobre la mar-
de pensamiento se centra en comprender la cha del proceso de la teología feminista.
naturaleza de la desigualdad de género, sus 9. Ecofeminismo es un término originalmente
raíces y desdoblamientos. Se ejerce en una «creado» en 1974 por Françoise d´Eaubonne,
variedad de campos, por lo que deviene una feminista francesa, y simboliza la síntesis de
escuela de pensamiento multidisciplinaria. ambientalismo (o ecología) y feminismo.
Cf.  https://es.wikipedia.org/wiki/Feminismo. Más tarde se aplicó a la raíz del Movimiento
Último acceso: 2 de abril de 2018. Chipko en India y al Women´s Pentagon Ac-
3. La teología feminista es una escuela teológica tion en Estados Unidos. Esta teoría busca el
que busca, por un lado, más espacio para las fin de cualquier forma de opresión, relaciona
mujeres en la religión y en la Iglesia. Por otro, conexiones entre las dominaciones por raza,
repensar la reinterpretación del imaginario y género, clase social, naturaleza del otro –la
el lenguaje machista con respeto a Dios y a mujer, el niño, el joven, el indio–. Se identi-
los conceptos del pensamiento teológico y del fican varios ecofeminismos según el acento
cuerpo doctrinal y moral de las religiones ins- que pongan en las causas de la dominación
titucionalizadas. ya sean históricas, simbólicas, casuales, lite-

30
rarias, políticas, religiosas, étnicas..., y buscan no me bastaría. Desearía anunciar al mismo
igualmente una convivencia sin dominante ni tiempo el Evangelio en las cinco partes del
dominado, donde haya complementación y mundo, y hasta en las islas más remotas... Qui-
nunca explotación. siera ser misionera, no solo durante algunos
10. El término zākār (zakar) significa ‘macho’ y el años, sino haberlo sido desde la creación del
término neqēbāh (nekevah) significa ‘hembra’. mundo y seguir siéndolo hasta la consumación
11. «Quisiera recorrer la tierra, predicar tu nom- de los siglos...». de Lisieux, Teresa (2017).
bre, y plantar sobre el suelo infiel tu cruz glo- «Manuscrito autobiográfico» en Obras com-
riosa. Pero ¡oh, Amado mío!, una sola misión pletas, Madrid: BAC, p. 228.

PARA SABER MÁS Y PROFUNDIZAR

Bingemer, Maria Clara (1990). O segredo feminino do mistério, Petrópolis: Vozes.


Bingemer, Maria Clara (2007). Cuerpo de mujer y experiencia de Dios, Buenos Aires:
San Benito.
Daly, Mary (1974). Beyond God the Father. Toward a Philosophy of Woman’s Libera-
tion, Boston: Beacon Press.
Gebara, Ivone; Bingemer, Maria Clara (1988). María, mujer profética, Madrid: Paulinas.
Gebara, Ivone (1988). Teologia Ecofeminista, São Paulo: Olho d´água.
González Faus, José I. (2008). Etty Hillesum: una vida que interpela. Santander: Sal
Terrae.
Hillesum, Etty (2007). Una vida conmocionada. Diario 1941-1943. Barcelona: Anthropos.
Kristeva, Julia (2004). Historias de amor, Madrid: Siglo XXI de España Editores.
Kristeva, Julia (2013). Seule une femme, París: L’aube.
Ruether, Rosemary R. (1994). Gaia and God. A feminist theology of earth healing,
Nueva York: Orbis.
Weil, Simone (2003). El conocimiento sobrenatural, Madrid: Trotta.
Weil, Simone (2009). A la espera de Dios, Madrid: Trotta.

31
PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN

1. ¿Qué aportaciones del feminismo corroboro en mi vida diaria y en qué


materias considero que todavía queda camino por recorrer?

2. La autora habla en un momento dado de «transformar el dolor en sufri-


miento fecundo, la violencia en don, el terror en belleza poética». En cierta
forma nos está hablando de resiliencia. ¿Cómo nos reponemos al sufri-
miento? ¿Cómo podemos las mujeres tomar el dolor que nos ha causado
la Iglesia como institución en muchos momentos de la historia y convertirlo
en semilla de cambio para construir una Iglesia más inclusiva y más justa?

3. ¿Cómo es mi imagen de Dios? ¿Masculina? ¿Femenina? ¿Por qué?

4. ¿Qué interrogantes me sugieren las ideas recogidas en el cuaderno sobre


la teología feminista?

5. Escribía Santa Teresa de Jesús en Las moradas que los sentimientos que
acompañan las experiencias místicas repercuten también en el cuerpo.
¿El cuerpo –propio y ajeno– ha formado parte de mi espiritualidad, de mi
experiencia de Dios, o es un elemento que miro con «sospecha y prejuicios»
como dice Maria Clara Lucchetti Bingemer?

6. ¿Cómo nos puede ayudar una espiritualidad más corporeizada para res-
ponder a las urgencias y a los signos de los tiempos?

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Cristianisme i Justícia (Fundación Lluís Espinal) es un Centro de Es-

www.cristianismeijusticia.net
tudios creado en 1981, promovido por la Compañía de Jesús de Cataluña.
Agrupa un equipo de profesores universitarios y especialistas en teología
y en diversas ciencias sociales y humanas interesados por el cada vez
más indispensable diálogo fe-cultura-justicia.

Los Cuadernos Cristianisme i Justícia (CJ) presentan reflexiones de los


seminarios del equipo del centro y trabajos de sus miembros y colaboradores.
Pueden descargarlos en: www.cristianismeijusticia.net/es/quaderns
Últimos títulos:
195. J. LAGUNA, Pisar la luna. Escatología y política; 196. M. GONZÁLEZ
MARTÍN, De la hostilidad a la hospitalidad; 197. J. FLAQUER, Islam. La
media luna... creciente; 198. CRISTIANISME I JUSTÍCIA, TERESA CRESPO (ed.),
El trabajo: presente y futuro; 199. C. M. T EMPORELLI, Amigas de Dios,
profetas del pueblo; 200. VARIOS AUTORES, Nuevas fronteras, un mismo
compromiso; 201. J. I. GONZÁLEZ FAUS, Inhumanos e infrahumanos;
202. J. CARRERA, L. PUIG, Hacia una ecología integral; 203. J. SANZ,
Cómo pensar el cambio hoy; 204. J. BOTEY, A 500 años de la Reforma
protestante; 205. X. CASANOVAS, Fiscalidad justa, una lucha global; 206.
A. ARES, Hijos e hijas de un peregrino; 207. J. MoRERA, Desarmar los
infiernos; 208. J. I. GONZÁLEZ FAUS, El Silencio y el Grito; 209. VARIOS
AUTORES, ¡Despertemos!; 210. J. LAGUNA, Acogerse a sagrado; 211. C. M.
L. BINGEMER, Transformar la Iglesia y la sociedad en femenino

La Colección Virtual está formada por cuadernos que, por su extensión,


formato o estilo, no hemos editado en papel pero que tienen el mismo
rigor, sentido y misión que los Cuadernos Cristianisme i Justícia (CJ).
Pueden descargarlos en: www.cristianismeijusticia.net/es/virtual
Últimos títulos:
7. J. L. I RIBERRI, Diez barcas varadas en la playa; 8. D. MOLLÀ, Reflexiones
sobre «espiritualidad de trabajo» en tiempos de precariedad; 9. A. A RES
M ATEOS, Inmigración y nuevas encrucijadas. Cómo ser profeta en un
mundo diverso; 10. AA.VV., ¿Qué nos jugamos? Reflexiones para un año
electoral; 11. J. I. GONZÁLEZ FAUS, Romeros de América; 12. P. TORRES,
Retiro en la ciudad; 13. C. M. TEMPORELLI, Vidas entregadas: Teresa de
Jesús Ramírez y Dorothy Stang; 14. J. I. GONZÁLEZ FAUS, Economistas
profetas

Tiraje: 46.000 ejemplares N. 211, noviembre 2018

La Fundació Lluís Espinal envía gratuitamente los cuadernos CJ.


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