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Economicas H

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En cuanto a su crecimiento se ve afectado ya que no existe una recaudación de impuestos por

parte de este sector. Las leyes tributarias son ineficientes en este aspecto, porque día con día
sigue incrementando la informalidad, no se presta la atención suficiente para poner en marcha
algún regulamiento de este sector. Y que permita contribuir al país, ser legal y llevar la
contabilidad de cada uno de ellos, para que sean tomados en cuenta para un mejor crecimiento.

Consecuencias
Algunas de las consecuencias más comunes de la economía
informal son las siguientes:

 Pérdida de ingresos en impuestos por parte del Estado.


 Retraso en los proyectos de modernización laboral del
país.
 Generación de empleos en negro, lo cual trae
problemas de adaptación social para el empleado.
 Limitación del crecimiento económico y PBI de un
país.
Por su parte, el director de Fedesarrollo, Leonardo Villar, destacó otras grandes
consecuencias que tiene la informalidad para la economía del país:

 Genera empleos de baja calidad


 Reduce la base impositiva
 Actúa como competencia desleal
 Congestiona los servicios públicos sin contribuir a su financiación
 Bajos salarios11
 Baja productividad1213
 Bajos ingresos del Estado,14 por lo que queda sin recursos para proporcionar servicios
como educación o sanidad
 Falta de atención médica11 y de pensiones15 para los trabajadores
 Mayor índice de enfermedades de los trabajadores, ya sea por las condiciones
laborales insalubres, el estrés o la pobreza16
 Riesgo de despido del trabajador informal sin indemnización y sin derecho al subsidio
de desempleo17
 Menos formación de los trabajadores, porque proporcionar formación a sus empleados
beneficia a la empresa a largo plazo, mientras que las empresas informales tienen un
horizonte de corto plazo18
 Dificultad de la empresa informal para acceder a financiación privada o ayudas
públicas13
 Competencia desleal5 a los trabajadores y empresarios de la economía formal, que
ven mermados sus ingresos, en ocasiones hasta tal punto que no tienen más remedio
que pasarse a la informalidadEs
así como el comercio informal afecta a
nuestro desarrollo económico debido a que no se encuentra
regulado por la ley, lo cual  indica que existe claramente
la evasión fiscal, reduciendo con ello el capital del gobierno
para la construcción y  reparación de infraestructura pública,
que irónicamente también es utilizada por todos los
comerciantes, incluso los informales,  para realizar sus
actividades laborales, por lo que se reconoce el uso de
infraestructura a la cual ellos no aportaron  para su desarrollo

 Reflexión
 El fenómeno de la informalidad abraza no sólo toda clase de actividades, sino toda
clase de países, regiones y ciudades, sólo se diferencia entre estos por la forma
como es llamada, desde economía informal hasta economía de aproximación. En
cualquier parte del mundo sus características son similares: no registro en las
estadísticas oficiales, no pago de impuestos, baja productividad, movilidad y, en
general, su intercambio y mercadeo en efectivo. Se estima que la informalidad en el
mundo mueve cerca de 9 billones de dólares, lo que equivale a una economía como
la de los Estados Unidos, algo verdaderam n

 ente significativo. 
 s cierto, como lo afirma el sector de grandes empresarios, que la informalidad es
una limitante, tanto para el crecimiento económico como para el recaudo de
impuestos del Gobierno. Pero no se menciona que también afecta algo que cada vez
más se considera como un gran freno al desarrollo, la productividad de la economía.
Pero estos no son ni los únicos problemas, ni los más serios. 

 La realidad es que amplios sectores de trabajadores ejercen sus labores en contextos


precarios, lo que no solo es causa de graves problemas sociales sino que, además, es
un claro reflejo de serias e injustas brechas existentes en sociedades como la
colombiana, donde no se cumple con el principio básico de una democracia:
garantizar los derechos económicos, sociales, políticos y ambientales de todos los
habitantes del país. En otras palabras, donde grandes sectores del país ven como
algo muy lejano el principio de igualdad de oportunidades para todos. Este
problema no se resuelve únicamente volviendo el sector formal más atractivo, como
plantean aquellos que tienen una visión simplista y que ignoran la realidad de la
desigualdad y de la pobreza de grandes sectores del país.

La informalidad no es una elección, los que se acogen a esas condiciones laborales


no lo hacen por voluntad propia, ellos no eligen estar en escenarios poco favorables
para obtener lo mínimo para vivir. La población que se ha identificado dentro de la
informalidad, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), son
aquellas personas con niveles de educación baja que en 80 por ciento viven en el
campo –donde los pocos grandes empresarios evaden la ley laboral– y un 43,7 por
ciento en las zonas urbanas.
En América Latina, las mujeres se ven más perjudicadas que los hombres con tasas
de empleo informal de 54,3 por ciento frente al 52,3 por ciento, respectivamente, y
en el caso más grave, tres de cada cuatro jóvenes y adultos mayores, están
empleados en el sector informal. ¿Tomaron voluntariamente esta decisión de ser
informales estos millones de trabajadores?

No puede negarse, como lo plantean los grandes empresarios, que para aquellos
informales que han logrado superar la barrera de la pobreza, una flexibilización de
las normas para pasar al sector formal ayudaría a ampliar este ramo que tributa y
tiene mayor productividad. Tal como lo expresan Florence Bonnet y Vicky Leung:
“no todos los trabajadores informales son pobres, (pero) la pobreza es tanto una
causa como una consecuencia de la informalidad”. La pregunta de fondo es
¿cuántos son? Según la OIT, en el mundo hay 2.000 millones de personas en el
sector informal, y Colombia, comparada con la región de las Américas, presenta una
tasa mayor de informalidad, 48,9 por ciento frente a 40 por ciento, respectivamente.
Una cifra que alarma, pero no asombra, ya que esta tendencia se ha perpetuado hace
varios años. Lo que sí preocupa es que en el centro de la discusión no se dimensione
que este problema no radica en una elección propia porque esto invisibiliza y agrava
la situación.

Mientras no haya garantías para la población, mientras no se garantice a la mayoría


del país la satisfacción de las necesidades básicas, no se puede demonizar la
informalidad, porque es por medio de la economía del rebusque que estas personas
logran generar sus ingresos. De nuevo, debe recordarse que el mayor porcentaje de
la población, 36 por ciento, se define como vulnerables, es decir aquellos que
superaron la línea de pobreza, pero que rápidamente pueden volver a caer en la
pobreza. ¿Por qué se ignora permanentemente la existencia de este grupo de
colombianos, sobre representados en la informalidad?

El desafío para Colombia implica darle una visión de largo plazo a esta realidad de
grandes masas de trabajadores para que se supere esta trampa de pobreza.
Establecer controles contra el trabajador informal o sus consumidores con el fin de
desincentivar este sector, son medias que se quedan cortas para resolver el
problema. Es necesario enfocarse en aumentar los niveles de educación para que la
población se pueda insertar al mercado laboral formal con mayor facilidad, así
como, incentivar, tanto a los microempresarios como a los grandes empresarios a
promover condiciones de trabajo decente para sus empleados. Y sobre todo,
establecer controles en el sector agropecuario, pues es allí donde se encuentran
índices elevados de informalidad. Para cumplir estos objetivos, además, es
necesario que la gente comience a alzar la voz por este gremio, ya que como se
encuentra en la informalidad, no tienen un actor que los organice o los represente.

Ser simplista frente a la realidad de la gran informalidad del trabajo en Colombia no


solamente es equivocado, sino que puede impedir que se empiecen a tomar esas
decisiones críticas para reducir las profundas injusticias que prevalecen en este país.
Decisiones que solo generarán resultados en el mediano y largo plazo, pero que
deben empezar a implementarse de inmediato.

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