JurisprTSJ Derogatoria Art 35 LeydeAmparo 01

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SALA CONSTITUCIONAL

Magistrado Ponente: PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ


 
Consta en autos que, el 24 de noviembre de 2003, la ciudadana ANA
MERCEDES BERMÚDEZ, titular de la cédula de identidad nº 2.797.589,
mediante la representación de los abogados Carlos Alberto Barrero
Hernández y Carlos Enrique León Buitrago, con inscripción en el
Inpreabogado bajo los nos 79.966 y 81.171, respectivamente, intentó, ante
la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas, amparo constitucional contra la decisión que dictó el 27 de
agosto de 2003, el Juzgado Duodécimo de Primera Instancia en funciones
de control del mismo Circuito Judicial Penal, para cuya fundamentación
denunció la violación a sus derechos a la defensa y a la propiedad que
acogieron los artículos 49.1 y 115 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela.
El 2 de diciembre de 2003, la Sala n° 5 de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas juzgó sobre la
pretensión que fue interpuesta y la declaró inadmisible.
El 10 de diciembre de 2003, la referida Corte de Apelaciones remitió el
expediente de la causa al Tribunal Supremo de Justicia, Sala
Constitucional, para la consulta de Ley.
Luego de la recepción del expediente de la causa, se dio cuenta en Sala por
auto del 18 de diciembre de 2003 y se designó ponente al Magistrado
Pedro Rafael Rondón Haaz.
 
I
DE LA PRETENSIÓN DE LA PARTE ACTORA
1.                La representación judicial de la parte actora alegó:
1.1           Que, “…a la orden de la Fiscalía 25° del Ministerio Público de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, se encontraban
los siguientes efectos patrimoniales: vehículo de uso particular con las
siguientes características: Marca: Chevrolet, Modelo: Corsa, Color: Rojo,
Placa: ABE 62U, Serial 8Z1SC216WV310405, Tipo: Sedán (5 puestos), Año:
1998 y la cantidad de DOS MILLONES QUINIENTOS MIL BOLÍVARES CON
00/100 (Bs. 2.500.000,00), otrora pertenecientes al ciudadano LENÍN
JESÚS ADRIÁN BERMÚDEZ, hoy occiso, (…) e hijo legítimo de (su)
representada; Correspondiendo los derechos de propiedad de dichos bienes
en titularidad, por vía de sucesión, a su madre ANA MERCEDES
BERMÚDEZ, nuestra representada, razón por la cual proce(dieron) mediante
escrito de fecha siete (7) de Julio de 2003, a solicitar ante ese Despacho
Fiscal la entrega de dichos bienes (…). Paralelamente a (su) solicitud, la
ciudadana KETY DOMINGA SÁNCHEZ (…), presentó ante el mismo Fiscal,
otra solicitud requiriendo los mismos efectos patrimoniales, argumentando
la existencia de una relación concubinaria entre ella y el de cuyus (sic) lo
cual la legitimaba para tal solicitud”.
1.2           Que, “…en función de la disyuntiva presentada respecto de los
bienes, la ciudadana KETY DOMINGA SÁNCHEZ, (…) solicitó ante Juzgado
de Control de (esa) Circunscripción Judicial la entrega de los patrimoniales
que se encontraban a la orden de la vindicta pública y que forman parte del
caudal hereditario, aunado que (sic) los mismos no son objetos
imprescindibles para la investigación penal”.
1.3           Que “…se puede observar la violación al Principio de la Competencia
Judicial, toda vez que se eleva la dilucidación de un asunto suceroral ante
un Juez Penal, siendo el Juez 12° de Control del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, quien conoció de la solcitud de la
ciudadana KETY DOMINGA SÁNCHEZ y ante quien compare(cieron), previa
notificación, en representación y defensa de los legítimos intereses y
derechos de (su) representada, en fecha veintiuno (21) de Agosto de 2003 a
audiencia oral donde se decidiría la entrega de efectos patrimoniales otrora
pertenecientes al ciudadano LENÍN JESÚS ADRIÁN BERMÚDEZ, no obstante
la consideración de que la audiencia celebrada era atípica dentro del
proceso penal, ya que se estaba ventilando un asunto de naturaleza
sucesoral en un tribunal Penal incompetente para conocer de la materia en
vez de ventilarse ante la Jurisdicción Civil”.
1.4           Que “…la ciudadana KETY SÁNCHEZ, no probó los elementos
esenciales para la existencia de la comunidad concubinaria (…); al
contrario, desvirtuando la existencia de la comunidad concubinaria que
legitime la procedencia de su reclamo, en la referida audiencia oral, (esa)
representación judicial consignó ante el Juez 12° de Control antes referido,
Título de Únicos y Universales Herederos que fuere solicitado por dicha
ciudadana (Kety Sánchez), por ante el Juzgado Octavo de Primera Instancia
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de (esa) Circunscripción Judicial, el cual
en decisión emanada, en fecha veintiocho (28) de Julio de 2003, rechazó el
petito de dicha ciudadana y ratificó en forma expresa la condición de única
y Universal Heredera de (su) representada Ana Bermúdez, como madre del
de cuyus (sic), en virtud de las pruebas presentadas por la misma
solicitante (Kety Sánchez)”.
1.5           Que, durante la celebración de la audiencia que se celebró ante el
Tribunal de Juicio se pudo apreciar, de la declaración de la ciudadana
Kety Sánchez, que “…no cumple con el requisito establecido en el artículo
119 ordinal 2 del Código Orgánico Procesal Penal, referido al hecho de
haber hecho vida marital con el de cuyus (sic) por más de dos años, lo que
significa que no puede ser considerada víctima en el proceso, en vista que,
según declaración propia durante dicha audiencia no cumplía con el
elemento de tiempo establecido en dicha norma”.
1.6           Que, “…no obstante, la anterior declaración y los documentos
públicos (Títulos de Únicos y Universales Herederos) presentados por (esa)
representación judicial, pruebas contundentes y definitivas, para rechazar
la condición de titular del derecho de propiedad alguno, éstas fueron
absolutamente obviadas, en evidente imparcialidad (sic), procediéndose al
momento de dictar sentencia, a entregar sin más, los efectos patrimoniales
del ciudadano LENÍN ADRIÁN BERMÚDEZ, a la ciudadana KETY DOMINGA
SÁNCHEZ, con lo cual se ha causado grave daño a (su) representada al
violarse los derechos fundamentales al debido proceso, a la propiedad, a la
Justicia y a la Igualdad que le son inherentes, a quien literalmente se le ha
despojado de los bienes que por ley le pertenecen, por formar parte de la
herencia dejada por su legítimo hijo, no habiendo ningún otro ascendiente ni
cónyuge llamado a heredar”.
1.7           Que “…el Juez Duodécimo de Control del CJP del Área Metropolitana
de Caracas en la oportunidad de la celebración de la audiencia oral, obvió
la legitimidad de (esa) representación judicial para acudir a la audiencia
oral, descalificándo(los) como representantes de la ciudadana Ana
Bermúdez, bajo el alegato de falta de cualidad por insuficiencia de poder
presentado, siendo que el poder que (les) fuera conferido por (su)
representada, tiene facultades expresas para defender sus derechos,
acciones e intereses, y para gestionar ante cualquier instancia referente a la
sucesión hereditaria de su legítimo hijo LENÍN JESÚS ADRIÁN BERMÚDEZ,
hoy de cuyus (sic) (…)”.
1.8           Que “…el de cuyus (sic), no tenía cónyuge ni descendientes y que sólo
dejó como ascendientes a su madre, la ciudadana ANA MERCEDES
BERMÚDEZ, quien es (su) representada, por imperio de la norma legal antes
establecida, la herencia le corresponde a ésta y nunca a la ciudadana KETY
DOMINGA SÁNCHEZ, quien actualmente tiene la posesión sobre los bienes
de la herencia dejada por el de cuyus (sic), producto de una sentencia
írrita”.
 
2.                Denunció:
La violación a los derechos a la defensa y a la propiedad que establecen los
artículos 49.1 y 115 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por cuanto el Juez Duodécimo de Primera Instancia en
funciones de Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, el 27 de agosto de 2003, “actuando fuera de su competencia en
función de la materia, vista la naturaleza sucesoral de lo debatido en
audiencia oral”, otorgó la posesión de los bienes que conformaban la
herencia dejada por su hijo, y a la cual tenía derecho por ser la única y
universal heredera la accionante Ana Bermúdez, a la ciudadana Kety
Sánchez.

3.      Pidió:
“…PRIMERO: Deje sin efecto la decisión emanada del Tribunal Duodécimo
del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, de fecha 27
de agosto de 2003, (…) en donde se le adjudica la posesión de los bienes de
la herencia del de cuyus a la ciudadana KETY DOMINGA SÁNCHEZ, antes
identificada.
 
SEGUNDO: Que se restituya los derechos y garantías inherentes a (su)
representada, que fueron violados por la referida decisión”.
 
II
DE LA COMPETENCIA DE LA SALA
Por cuanto, con fundamento en los artículos 266, cardinal 1, 335 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 35 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales y la
Disposición Derogatoria, Transitoria y Final, letra b), de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, esta Sala declaró su competencia para
el conocimiento de las apelaciones y consultas respecto de las sentencias
que, en materia de amparo constitucional, dicten los Juzgados Superiores
de la República, salvo el caso de las que pronuncien los Juzgados
Superiores en lo Contencioso Administrativo. Y por cuanto, en el caso de
autos, la consulta fue elevada respecto del fallo que expidió, en materia de
amparo constitucional, la Sala n° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, esta Sala se declara
competente para la decisión de la consulta en referencia. Así se decide.
        
III
DE LA SENTENCIA OBJETO DE CONSULTA
Los sentenciadores del acto decisorio que está sometido a consulta fallaron
sobre la pretensión de amparo en los términos siguientes:
“…al haber transcurrido el lapso exigido por la norma contenida en el
artículo 19 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales por disposición de la sentencia 7 de fecha 1° de febrero
de 2000, caso José Amando Mejía, dictada por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, sin que el Accionante hubiere dado
cumplimiento a lo ordenado en el despacho saneador librado, DECLARA
INADMISIBLE la acción de amparo intentada por los ciudadanos Doctores
CARLOS ALBERTO BARRERO HERNÁNDEZ y CARLOS ENRIQUE LEÓN
BUITRAGO, Abogados en ejercicio de este domicilio, inscritos en el
Inpreabogado bajo los números 79.966 y 81.171, a favor de la ciudadana
ANA MERCEDES BERMÚDEZ”.
IV
MOTIVACIÓN PARA LA DECISIÓN
1.      Como punto previo, esta Sala pasa a la interpretación del artículo 35
de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, el cual dispone:
 
“Artículo 35.- Contra la decisión dictada en primera instancia sobre la
solicitud de amparo se oirá apelación en un solo efecto. Si transcurridos
tres (3) días de dictado el fallo, las partes, el Ministerio Público o los
procuradores no interpusieren apelación, el fallo será consultado con el
Tribunal Superior respectivo, al cual se le remitirá inmediatamente copia
certificada de lo conducente. Este Tribunal decidirá dentro de un lapso no
mayor de treinta (30) días.”
 
La consulta que se dispone en el artículo que se transcribió, a diferencia
del recurso de apelación, es una institución procesal por la cual el superior
jerárquico del juez que emitió una providencia, en ejercicio de la
competencia funcional de que está dotado, se encuentra habilitado para la
revisión o examen oficioso, esto es, sin que medie petición o instancia de
parte, de la decisión de primera instancia. La competencia funcional del
superior que conoce de la consulta opera de pleno derecho, porque no
requiere de una petición o de un acto procesal de la parte para el
conocimiento, en alzada, del asunto. Así, la consulta suple la inactividad
de la parte en cuyo favor ha sido instituida cuando ésta no interpone
apelación.
Así mismo, en la disposición legal que se transcribió se recogió el recurso
de apelación, el cual integra la garantía general y universal de
impugnación que se reconoce a quienes han intervenido o están
legitimados para la intervención en una causa para la obtención de tutela
a favor de un interés jurídico propio, con el fin de que el juez de grado
superior revise y corrija los defectos, vicios o errores jurídicos del
procedimiento o de la sentencia, en que hubiere incurrido el a quo.
El establecimiento del doble grado de jurisdicción tiene un vínculo
estrecho con el debido proceso y el derecho de defensa, ya que busca una
protección plena de los derechos de quienes acuden al aparato estatal, en
busca de justicia, como forma de garantía de una recta administración de
la misma.
Ahora bien, los expedientes que se remiten en consulta, contienen
decisiones en relación con las cuales se presume, por falta de apelación,
que todas las partes están conformes. Además, se observa que en la
aplicación histórica de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales por parte de la Corte Suprema de Justicia y,
ahora de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, la
consulta ha constituido, más que una garantía, una limitación al principio
de economía procesal.
En efecto, es evidente que las causas en consulta recargan en forma
significativa los ya muy abultados deberes del Poder Judicial y, con ello,
estimulan retardos procesales, en cuanto restan tiempo y esfuerzo para el
conocimiento de otros procesos en los cuales sí existe controversia o
disconformidad. Al respecto, resulta relevante que, en la mayoría de los
casos, las sentencias objeto de consulta se confirman porque se determina
que fueron pronunciadas conforme a derecho, como hacía presumir, ab
initio, la falta de apelación.
Con la acumulación de causas en consulta pendientes de decisión, se
contraría el precepto del artículo 26 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela que garantiza el derecho “a obtener con prontitud
la decisión correspondiente” y a una justicia “expedita, sin dilaciones
indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles” y el del artículo 27
eiusdem que garantiza, para el amparo, un procedimiento breve, no sujeto
a formalidad y capaz de garantizar el restablecimiento inmediato de la
situación jurídica infringida. Y es que, según el artículo 257 de la Carta
Magna: “El proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la
simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un
procedimiento breve, oral y público...”. Resulta evidente que, por muy bien
que el legislador diseñe los procesos, a la luz de este imperativo
constitucional, ellos no ofrecerán la garantía de instrumentos idóneos para
la realización de la justicia si se acumulan en los archivos judiciales sin
que haya una posibilidad real, material, de su tramitación a tiempo, a
causa de su elevado número.
Los valores de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
propios de un Estado de Derecho y de Justicia, que se acogieron en
normas como las que se citaron, imponen la revisión de las normas infra y
pre constitucionales que impidan u obstaculicen la garantía de una
justicia con las características que describe el Texto Constitucional.
En la actualidad, es un hecho notorio que el Sistema de Justicia presenta
un serio problema de insuficiencia de recursos, ante el gran cúmulo de
asuntos que tiene pendientes de atención. La carga de trabajo del Poder
Judicial, junto a la falta de capacitación continua, bajos salarios y escasez
de recursos -problemas todos estos a cuya solución está abocado este
Tribunal Supremo de Justicia como cabeza del Sistema de Justicia-,
limitan la posibilidad de que se imparta una justicia expedita, eficiente,
pronta, completa y adecuada para los justiciables.
En este sentido, se observa que la norma derogatoria de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela dispone:
“Única. Queda derogada la Constitución de la República de Venezuela
decretada el veintitrés de enero de mil novecientos sesenta y uno. El resto
del ordenamiento jurídico mantendrá su vigencia en todo lo que no
contradiga esta Constitución”.
 
Así, con la entrada en vigencia de la Constitución, se produjeron efectos
derogatorios respecto del ordenamiento jurídico preconstitucional
contrario a sus normas. La consecuencia de tales efectos es que el
ordenamiento jurídico preconstitucional, que contradiga las normas de la
Constitución, se considera tácitamente derogado, y mantienen vigencia
solamente los preceptos que no estén en contradicción con la
Constitución.
Los artículos 26, 27 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela expresan:
“Artículo 26. Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e intereses,
incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de los mismos y a
obtener con prontitud la decisión correspondiente.
El Estado garantizará una justicia gratuita, accesible, imparcial, idónea,
transparente, autónoma, independiente, responsable, equitativa y
expedita, sin dilaciones indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.
 
Artículo 27. Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales
en el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aun de
aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente en esta
Constitución o en los instrumentos internacionales sobre derechos
humanos.
El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público,
breve, gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente
tendrá potestad para restablecer inmediatamente la situación jurídica
infringida o la situación que más se asemeje a ella. Todo tiempo será hábil
y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro asunto.
La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por
cualquier persona, y el detenido o detenida será puesto o puesta bajo la
custodia del tribunal de manera inmediata, sin dilación alguna.
El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno, por la
declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías
constitucionales.
Artículo 257. El proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la
simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán un
procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia por la
omisión de formalidades no esenciales.”
(Subrayado añadido).
 
La Sala considera, después de un cuidadoso análisis del asunto y de la
observación, a través del tiempo, de las circunstancias que fueron
expuestas, que la consulta a que se refiere el artículo 35 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, tal
como se razonó, antagoniza con lo que disponen los artículos 26, 27 y 257
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por lo que se
declara que ella, la consulta, fue derogada por la disposición Derogatoria
Única de la Constitución vigente. Así se declara.
Cabe destacar que nuestro legislador ha ido suprimiendo la consulta en
materias sensibles, incluso de orden público, por cuanto ha estimado que
la garantía del recurso, sin necesidad de que se supla la voluntad del
justiciable, es suficiente para la protección de los altos intereses cuya
tutela le ha sido confiada. Así, fue eliminada la consulta en materia de
divorcio y separación de cuerpos que existía en el Código de Procedimiento
Civil derogado (artículo 557) y lo fue también en materia penal general y de
Salvaguarda del Patrimonio Público, en la transición del Código de
Enjuiciamiento Criminal y la Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio
Público (en materia de procedimiento) al Código Orgánico Procesal Penal.
Esta tendencia también se aprecia en el artículo 5.5 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia, que se refiere a “las apelaciones contra las
sentencias de amparo constitucional” contra decisiones en materia de la
acción de reclamo a que la disposición se contrae, con lo cual eliminó, en
forma tácita, la consulta de tales fallos.
Es pertinente poner énfasis en que, con la eliminación de la consulta, no
se limitó el acceso a la justicia –en alzada- a los particulares, pues éste se
garantiza a través de un medio o instrumento procesal idóneo de
impugnación de las decisiones de primera instancia como es el recurso
ordinario de apelación.
A través de dicho recurso, se mantiene incólume el derecho al recurso ante
Juez o Tribunal Superior que establecen los artículos 49.1 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y, con mayor
amplitud, el artículo 8, inciso 2, letra h) de la Convención Americana
Sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), sin menoscabo de la
integridad del principio del doble grado de jurisdicción. En efecto, la norma
supranacional –que se incorpora, con rango constitucional a nuestro
ordenamiento jurídico, de conformidad con el artículo 23 de la
Constitución- reza:
“Artículo 8. Garantías Judiciales.
1. (...)/2. (...). Durante el proceso, toda persona tiene derecho, en plena
igualdad, a las siguientes garantías mínimas: / (...) h) derecho de recurrir
del fallo ante juez o tribunal superior (...).” (Subrayado añadido).
 
Por su parte, el artículo 49.1 constitucional dispone:
“Artículo 49. El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones
judiciales y administrativas; en consecuencia:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en todo
estado y grado de la investigación y del proceso. Toda persona tiene
derecho a ser notificada de los cargos por los cuales se le investiga, de
acceder a las pruebas y de disponer del tiempo y de los medios adecuados
para ejercer su defensa. Serán nulas las pruebas obtenidas mediante
violación del debido proceso. Toda persona declarada culpable tiene
derecho a recurrir del fallo, con las excepciones establecidas en esta
Constitución y la ley.”
(Subrayado y destacado añadidos).
 
Por cuanto la presente declaratoria de derogatoria tácita se formula por
primera vez por este Tribunal Supremo de Justicia, no se aplica en el caso
de autos y, en salvaguarda de los intereses de quienes tienen causas de
amparo pendientes ante esta Sala y ante otros tribunales constitucionales
de la República, en protección al derecho a la tutela judicial eficaz que la
Constitución garantiza a todos los justiciables y en respeto, por último, a
la confianza legítima que tienen éstos en la estabilidad de las decisiones
judiciales, la Sala ordena la publicación de la presente decisión en la
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela y no aplicará –ni
lo hará ningún tribunal del país- este criterio a las causas que se
encuentren pendientes en las circunstancias que se expusieron en el
presente fallo, sino luego del transcurso de treinta (30) días posteriores a
dicha publicación –en aplicación analógica del lapso que dispone el
artículo 267.1 del Código de Procedimiento Civil-, para que, dentro de ese
período, las partes manifiesten su interés en que la consulta que esté
pendiente se decida. En el caso de que las partes no concurran, se remitirá
el expediente al tribunal de origen mediante un auto, ya que quedará
definitivamente firme la decisión que hubiere dictado. Así se declara.
 
2.      En el caso de autos, la defensa de la ciudadana Ana Mercedes Bermúdez demandó
amparo contra la decisión que dictó, el 27 de agosto de 2003, el Juez Duodécimo de
Control del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas y denunció la
violación de los derechos de su representada a la defensa y a la propiedad, ya que el
referido Juez otorgó, mediante el fallo en cuestión, la posesión de los bienes que conforman
el acervo hereditario que dejó el hijo de la quejosa, a la ciudadana Kety Dominga Sánchez.
La Sala n° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana
de Caracas, que conoció en primera instancia de la demanda de amparo, el 26 de noviembre
de 2003 dictó un auto mediante el cual ordenó a la defensa del demandante la consignación,
en un lapso no mayor de 48 horas contadas a partir de la debida notificación, de copia
legible y debidamente certificada de la decisión que fue objeto de impugnación, por cuanto
las copias con las cuales acompañó la demanda de amparo, era totalmente ilegible (f. 30).
El 26 de noviembre de 2003, la referida Corte de Apelaciones libró las respectivas boletas
de notificación a los representantes judiciales de la quejosa y el 27 de noviembre del mismo
año, quedaron notificados (f. 34). El 2 de diciembre de 2003, la Sala n° 5 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas declaró
inadmisible la pretensión de amparo porque los accionantes no cumplieron con lo que fue
ordenado en el auto que dictó esa instancia el 26 de noviembre de 2003.
El artículo 19 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales
dispone:
“Artículo 19. Si la solicitud fuere oscura o no llenare los requisitos exigidos
anteriormente especificados, se notificará al solicitante del amparo para
que corrija el defecto u omisión dentro del lapso de cuarenta y ocho (48)
horas siguientes a la correspondiente notificación. Si no lo hiciere, la
acción de amparo será declarada inadmisible”. (Subrayado añadido)
 
Concuerda esta Sala con la apreciación del a quo en el sentido de que los
demandantes no dieron cumplimiento a lo que se ordenó en el auto que se
expidió el 26 de noviembre de 2003. Por ello la demanda que se examina
devino inadmisible a tenor de lo que preceptúa el artículo 19 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales antes
transcrito. Así se declara.
 
 
V
DECISIÓN
Por las razones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala
Constitucional, administrando justicia en nombre de la República por
autoridad de la Ley, CONFIRMA la decisión que fue objeto de consulta que
dictó la Sala n° 5 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, el 2 de diciembre de 2003 y declara
INADMISIBLE la demanda de amparo que interpuso la representación
judicial de la ciudadana ANA MERCEDES BERMÚDEZ contra el Juzgado
Duodécimo de Primera Instancia en funciones de Control del referido
Circuito Judicial Penal.
 
 
Publíquese, regístrese y devuélvase el expediente. Publíquese en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. Remítase copia a todos
los Jueces Rectores y Presidentes de Circuitos Judiciales Penales de la
República para que distribuyan, a su vez, copias entre todos los jueces de
las circunscripciones y circuitos a su cargo quienes deberán ofrecer
información respecto de esta decisión en las carteleras de los tribunales a
su cargo y destáquese como información en el sitio web de este Tribunal
Supremo de Justicia, como medio auxiliar de divulgación de su actividad
jurisdiccional. Ofíciese según lo ordenado.
 
 
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas,  a los 22 días del mes de
junio  de dos mil cinco. Años: 195º de la Independencia y 146º de la
Federación.
 
 
La Presidenta,
 
 
 
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
El Vicepresidente,
 
 
JESÚS EDUARDO CABRERA ROMERO
 
Los Magistrados,
 
 
 
 
 
PEDRO RAFAEL RONDÓN HAAZ
Ponente     
 
…/

 
 
 
LUIS VELÁZQUEZ ALVARAY
 
 
FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO LÓPEZ
 
 
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
 
 
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
 
 
                   El Secretario,
 
 
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
 
PRRH.sn.ar.
Exp. 03-3267

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