El Trabajo Social Comunitario

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EL TRABAJO SOCIAL COMUNITARIO

El trabajo social comunitario tiene relación con las acciones realizadas dentro


de una comunidad en particular para promover la transformación positiva de la
misma. La relevancia de esta acción deriva del hecho de que la existencia de una
comunidad constructiva es fundamental para el desarrollo de las naciones.

Actualmente en muchos contextos se habla de aumentar el capital social, que


corresponde al capital real de las naciones: sus habitantes. El PIB (conocido
también como producto interior) de cada país es medido por el progreso social, y
este indicador incluye no solo la posibilidad de que las personas vivan con
estándares altos de calidad de vida, sino también más indicadores de civilidad.

Cuando se habla de civilidad o civilización, no se está ante una utopía. Más bien
se trata de encontrar dentro del progreso tecnológico y económico rasgos de una
sociedad tolerante y respetuosa de las diferencias, que sepa abordar los
problemas desde la perspectiva del bien común.

Más allá de la tecnología, el desarrollo de las ciencias en pro de un desarrollo más


humano debe tener asidero en disciplinas que tengan que ver con este saber y lo
desarrollen. Es en este sentido que las disciplinas que tienen como objeto de
estudio al ser humano (como las ciencias sociales y humanas) son las
protagonistas.

Como señala María José Escartín, especialista en esta disciplina, sin el desarrollo
del trabajo social no existiría el legado histórico y el acervo científico que permitan
mejorar las intervenciones sociales y hacerlas cada vez más pertinentes y
replicables, en términos de buenas prácticas y para generar estudios que permitan
entender mejor el fenómeno.

No es de extrañar que, siendo una disciplina tan joven, no se tenga un nivel de


desarrollo alto que permita superar las barreras de lo cultural para hacer posible la
réplica de las intervenciones exitosas en diferentes naciones y comunidades. Sin
embargo, dado que son ciencias humanas, se entiende que su identidad y
fundamentos aún están en construcción.

Es así que tiene mucha importancia conocer cómo se constituyen las bases del
trabajo social comunitario, nuevos enfoques, cómo se incluyen los nuevos
enlaces, cómo son las redes sociales y los voluntarios. Persigue el desarrollo
integral que debe surgir por encima del aspecto económico y global, y que solo
parece posible con la participación comunitaria.
Historia

Los primeros trabajos sociales

El trabajo social comunitario tal como se conceptualiza actualmente ha tenido


muchas variantes. Se define como la intervención social en el mismo terreno de la
comunidad, pero aún es un campo con fundamentos que hacen entrar en
polémica no solo a sus defensores ciudadanos no profesionales, sino a los
profesionales formados en estas disciplinas.

Existen referencias conocidas de trabajo social comunitario desde 1817 y 1860 en


Estados unidos e Inglaterra respectivamente, con las organizaciones llamadas
Pueblos cooperadores de Robert Owen y Charity Organization Society.

La primera fue creada por la fundación New Harmony con la intención de hacer
que la vida de industrias y fábricas se convirtiera en una vida más humana y sin
diferencias de clases sociales. La segunda fue una organización de caridad
privada que tenía como objetivo disminuir la pobreza de los obreros ingleses.

En 1884 se crearon los movimientos de los establecimientos, que intentaban


educar a los adultos en Londres a través de jóvenes. La intención era enfrentar a
estos últimos a la sociedad y enseñarles los verdaderos problemas y necesidades
de la misma.

Su misión

El bienestar

Según lo refieren varios estudios, desde 1900 hasta 1930 aproximadamente se


desarrollaron iniciativas importantes con respecto al trabajo social y comunitario.

Ejemplo de ello fueron los consejos de planeamiento de la comunidad, cuya


finalidad fue enfrentar el problema de la migración europea en EEUU. También
destacan las cajas comunitarias, que buscaban subvencionar los distintos
proyectos de ayuda y bienestar.

Según señalan diversas fuentes, ya desde los años 30 empezaron a establecerse


las primeras escuelas de trabajo social. Uno de los primeros países fue Colombia
y el objetivo era ofrecer al migrante posibilidades de formarse para poder enfrentar
el ámbito laboral con cierta preparación en oficios.
Institucionalización

Estas iniciativas se combinaron con las de organismos internacionales como la


Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización de
las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).

El objetivo fue generar programas que tuviesen un asidero más estructurado y


perdurable en el tiempo para poder ayudar a otros al tiempo que se mejoraba la
infraestructura y los fundamentos.

No fue sino hasta 1962 cuando el trabajo comunitario fue aceptado como campo
de práctica del trabajo social gracias a la Asociación Nacional de Trabajadores
Sociales Norteamericanos. Desde entonces ha sido denominado como desarrollo
comunitario, organización de la comunidad e intervención comunitaria.

Siempre ha existido la necesidad de atender igualmente a las minorías en cada


sociedad, como usuarios objetivo o poblaciones en situaciones de riesgo. Luego
de varios años esta necesidad se institucionalizó y estructuró de forma más
concreta.

Características

– El trabajo social comunitario se caracteriza por estar enmarcado dentro de la


concepción de disciplina social y humana.

– Se caracteriza también por tener una formación empírica y también práctica.

– Es imprescindible conseguir que la sociedad se involucre; si no, no puede haber


integración social.

– Está apoyado en valores sociales y humanistas, centrados en la persona y


posicionados a partir del respeto por la dignidad del ser social.

– Se caracteriza por ser responsable, se basa en la empatía  y en la convicción de


que la ética debe ser lo que dirige la práctica del trabajador social comunitario. Así
lo señala Cristina De Robertis, trabajadora social.

– A través del trabajo social comunitario debe comprenderse que las comunidades
tienen los recursos necesarios para atender sus propias necesidades.

– Se puede dar en distintas esferas: local, estatal o nacional, e inclusive


combinando estos escenarios entre sí.
– Ninguno de los efectos positivos será posible si no se cuenta con la
característica más importante: la presencia del voluntariado, lo cual es una
condición de disposición humanitaria.

Funciones

El trabajo social comunitario busca el bienestar social de la población. Intenta que


desde la misma población se genere el análisis de la situación y la búsqueda de
soluciones a los problemas que aquejan a la comunidad, a través del empleo de
sus propios recursos.

Entre las funciones principales destaca crear espacios y procesos que sirvan para
potenciar los recursos y habilidades de las personas que conforman la comunidad.
La idea de esto es que desde la propia comunidad salgan las distintas opciones
para desarrollarse integralmente sin que haya exclusión.

Puede decirse que su objetivo fundamental es lograr coexistir en paz, respetando


la dignidad del otro y garantizando los derechos cívicos que están establecidos.

Esta meta es factible desde la visión ética de convivir y coexistir, y no solo incluye
a las sociedades o naciones en franca guerra, pues este es un objetivo general
que se ha convertido en prioritario dada la cada vez más ausente ética social en el
mundo.

Metodología

Como toda disciplina social, el trabajo social comunitario tiene que seguir una
metodología que permita replicar y hacer posible estratégicamente la prosecución
de objetivos.

Se debe hacer énfasis en la utilización de técnicas que vayan en función de que la


comunidad participe, se integre, reconozca y descubra sus propios recursos, y
pueda movilizarlos hacia el logro de su desarrollo.

La metodología del desarrollo de la Comunidad, como también se le llama a esta


intervención, está conformada por los siguientes aspectos:

– Estudio de la realidad,

– Plan de actividades.

– Ejecución o acción social.


– Posterior evaluación de lo ejecutado

En este sentido, Niévès Herranz y Elena Nadal, especialistas en el área de


Trabajo Social, proponen una metodología que incluye las siguientes fases:

Fase I

Toma de contacto.

Fase II

Estudio e investigación diagnóstica.

Fase III

Planificación.

Fase IV

Ejecución.

Fase V

Evaluación.

Estas fases o aspectos deben estar inmersos en una metodología macro que
responde a los siguientes fundamentos teóricos: el análisis sistémico, el diálogo, la
comunicación y elaboración de un plan conjunto.

Lo anterior es lo que va a hacer posible que se movilicen los esfuerzos desde


dentro de la comunidad, contando siempre con el apoyo del trabajador social
comunitario pero en función del objetivo propio de la comunidad.

Lo que exigen las políticas sociales

En primer lugar, cualquier trabajo social comunitario debe buscar restaurar la


ciudadanía haciendo conscientes a los grupos sociales de que deben reconocerse
como ciudadanos con deberes y derechos, y así restablecer sus derechos sociales
y cívicos.

Por otro lado, a través del trabajo social comunitario es necesario movilizar y
restaurar el vínculo social. Todo esto se debe realizar teniendo como base una
especie de “contrato” de intervención social, en el que la comunidad habilita al
trabajador social a que intervenga en sus asuntos.
Ejemplos

En diversos ámbitos comunitarios se pueden desarrollar trabajos sociales. Por


ejemplo, existen programas de salud que cubren necesidades específicas de esta
área o programas de vivienda para personas que se encuentran en emergencia
por algún evento, desastre natural o situaciones de calle.

Uno de los ejemplos más típicos trabajo social comunitario en Estados Unidos son
las casas dispuestas para ayudar a personas afroamericanas y latinas que viven
en los suburbios; de esta forma se busca disminuir la segregación de estos
grupos.

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