Flexagonos

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Flexágonos

Érase una vez, como dicen los cuentos, en 1939 un joven licenciado en matemáticas por
la Universidad de Cambridge (Inglaterra), llamado Arthur H. Stone y contando 23 años
de edad, se traslada a Estados Unidos con una beca de postgrado en la Universidad de
Princeston.

Arthur se encontró con que las carpetas que traía de Inglaterra no se adecuaban al formato de
folios Americanos, mucho más grandes, así que decidió hacer tiras de papel y arreglar este
problema.

Con las tiras de papel sobrantes, y de forma descuidada, las fue doblando haciendo triángulos
regulares (equiláteros). Con esta tira de triángulos, los plegó consiguiendo un hexágono y al cruzar
los triángulos primero y último se unen sobre el lado contrario, como se hace con la banda de
möbius, descubrió el primer flexágono y el principio de toda una teoría topológica.

¿Que es lo que había descubierto Arthur Stone? ¿Qué son los flexágonos?

En primer lugar se dio cuenta que el hexágono construido es móvil, es decir, se podía flexar
(flexionar o doblar), y en segundo lugar, y el descubrimiento más importante, es que al doblarlo
adecuadamente se obtenía una cara distinta a la
anterior y, si seguía doblando se iban descubriendo el resto de caras de forma cíclica hasta volver a
la posición inicial.

Por lo tanto teníamos un objeto plano con sus dos caras visibles que era capaz de ocultar en su
interior otras caras y, sin deformar el objeto.

Esa misma noche Stone se preguntaba si se podrían hacer flexágonos con un mayor número de
caras ocultas, y pegó dos tiras de papel iguales a las que tenía para el primer flexágono, de esta
manera tenía el doble de triángulos que antes y una tira demasiado larga, las dobló sobre sí misma y
le quedó la tira como en el flexágono simple de tres caras, y volviendo a construir el flexágono como
lo hiciera la primera vez, obtuvo de nuevo un flexágono pero esta vez con seis caras dos visibles y
cuatro ocultas. Es decir, ahora tenemos una figura plana llamada hexágono regular, que tiene dos
caras por ser un objeto plano, pero en total tiene seis caras, lo que deja entonces cuatro caras ocultas.
Y de esa manera Stone obtuvo el flexágono de seis caras.

Fiexágonos cuadrados (de 4 y de 8 caras), pentagonales, hexagonales (de 3 y de 6 caras) y flexatubos,


hechos por los alumnos de 4 de ESO.

Este primer objeto era un hexágono regular y por la combinación de palabras flexar o doblar y
hexágono lo llamó:

FLEX-HEXAGON = FLEXAGON
(FLEXAR-HEXÁGONO = FLEXÁGONO)
Construcción del trihexaflexágono

Al día siguiente mostró su hallazgo a sus compañeros y enseguida todos en la universidad se


quedaron enganchados y, durante algún tiempo se convirtió en un pasatiempo muy popular, empezó
a aparecer flexágonos por todos los rincones de Princeston, en las clases, la cafetería y por todo el
campus. Todos los estudiantes y profesores creaban su propio diseño del flexágono.

Hasta que la Universidad decidió crear el Princeton Flexagon Committee (Comité de


Flexágonos de Princeton), compuesto por Stone y algunos compañeros entre los que se encontraban
Bryant Tuckerman (matemático), Richard P. Feynman (físico) y John W. Tukey (estadístico).

Este comité, consiguió crear nuevos modelos de flexágonos, con múltiples caras y diferentes
polígonos, pentágonos, cuadrados, etc. Además de crear modelos matemáticos para la construcción
de flexágonos y, de explicar como aparecen las caras ocultas de los flexágonos.

Con la creación de nuevos flexágonos de diferentes formas de polígonos regulares o con


polígonos regulares iguales pero con distinto número de caras y las mismas características, se
designó una nueva nomenclatura, y así pasó el flexágono de tres caras a ser el trihexaflexágono por
ser un hexágono de tres caras, y el flexágono de seis caras pasó a ser el hexahexaflexágono, y así con
todos los del tipo hexagonal.

De esta manera a todos estos objetos con estas características se les llama genéricamente
flexágonos y en particular, por ejemplo, el flexágono pentaflexágono si se trata del flexágono
formado por caras pentagonales y que tiene cinco caras, dos visibles, por supuesto, no olvidamos que
es un plano, y tres caras ocultas.
Llegamos entonces, a que los flexágonos se incorporan a las matemáticas dentro de la rama de la
topología.

Podemos observar en la siguiente ilustración como una tira de papel con tres torciones es el proceso
a seguir para construir el trihexaflexágono, que no es otra cosa que la banda de moebios, aunque
normalmente estamos más acostumbrados a estudiarlo con solo dos torciones. Y que la estudiamos
en topología.

Bryant Tuckerman a su vez desarrolló un método para descubrir la secuencia que siguen las caras de
los hexaflexágonos (flexágonos con forma de hexágono), basado en niveles de triángulos, donde
cada cara está en contacto a otras dos, la anterior y la posterior. Así tenemos un nivel para el
trihexaflexágono, dos niveles para el hexahexaflexágono, tres niveles para el dodecahexaflexágono,
y así sucesivamente.

Este método se denomina TUCKERMAN TRAVERSE


El trihexaflexágono con un sólo nivel (un sólo triángulo) muestra el camino para descubrir el
sentido en que aparecen las caras.

El hexahexaflexágono muestra dos niveles de triángulos.

El dodecahexaflexágono con tres niveles de triángulos.


Y así sucesivamente.

Siendo:

Donde ”t” es el nº de niveles de triángulos necesarios para desarrollar el mapa de


n = nº de caras del flexágono.

“v” es el nº de veces que se pasan todas las caras hasta llegar a la posición inicial.

El dodecahexaflexágono tiene doce caras y es un tipo especial de hexaflexágono creado utilizando


una cinta doble de papel. Siguiendo este método, Tuckerman llegó a hacer un modelo de 48 caras.

Los flexágonos se popularizaron a mediados de los años 50 gracias a la labor divulgativa de Martin
Gardner, con la publicación de varios artículos en pasatiempos matemáticos de la revista Scientific
American. El primero apareció en el número de diciembre de 1956 con el título "Flexágonos". En
concreto trataba sobre los hexahexaflexágonos, y publicó otro sobre los tetraflexágonos, en mayo de
1958.

Primer libro de matemáticas de puzzles y juegos de Martin Gardner.

Flexágonos para trabajar en el aula.


Vamos a trabajar los hexaflexágonos. Empecemos por el principio como Arthur.
Aquí tenemos un trihexaflexágono, si usamos una tira y un hexahexaflexágono si pegamos las
dos tiras. Para hacer un trihexaflexágono necesitamos nueve triángulos equiláteros más uno diez para
pegarlo con el primero y cerrar el hexágono.

Este sería el mapeo a seguir para obtener la cara del hexágono con el mismo número.

Veamos como es esto; un hexágono regular se descompone en seis triángulo equiláteros, para
obtener tres hexágonos (tres caras), necesitamos 6·3=18 triángulos, como contamos los triángulos
por ambas caras solo necesitamos la mitad, nueve y uno más que se pega (se une) al primero para
poder cerrar el hexágono.

El la siguiente imagen se muestra un modelo de trihexaflexágono preparado para cortar y


pegar. Se deben pegar las dos partes, es decir, tenemos la parte de alante y de atrás. Doblando los
triángulos como se muestra al principio de este artículo, podemos obtener las tres caras como se ve
en la imagen.
Fidel Santana en las XXVIII jornadas (febrero de 2009) de la SCPM Isaac Newton mostrando los
flexágonos que ha trabajado con sus alumnos.

Para hacer el hexahexaflexágono necesitamos el doble de triángulos, porque tenemos el doble


de caras, así que serían 6·6=36 triángulos, pero igual que antes, como los triángulos los contamos
por las dos caras serían solo la mitad 18 + 1 = 19, uno más como antes para poder pegarlo con el
primero y cerrar el hexágono.
Veamos como construimos el hexahexaflexágono. Tenemos la tira de papel con los 19
triángulos, que se pueden obtener de una sola tira de papel o uniendo dos trihexaflexágonos, es decir,
uniendo dos tiras de 10 triángulos, como pegamos dos triángulos, no son 20 sino 19 ya que dos
triángulos se pegan haciendo uno, y solo usamos 18 y uno más para pegar el primero y el último de
los triángulos para cerrar el hexágono.

Envolvemos la tira de triángulos sobre si misma (ver la imagen), quedándonos una tira de
triángulos como el trihexaflexágono y con esta hacemos el hexahexaflexágono siguiendo los
movimientos del trihexaflexágono.

Con los alumnos de 4º ESO he trabajado los flexágonos hexagonales, cuadrados, pentagonales
y flexatubos, todo esto fuera del horario escolar, más como una actividad recreativa que académica.
Sin embargo, me han demostrado que con la manipulación de estos objetos, desde un punto de vista
geométrico, han aprendido más que en toda la clase de geometría.

Los alumnos construyen los polígonos regulares aplicando los conceptos básicos de
geometría; ángulos, triángulos, razones trigonométricas, cálculo de superficies, descomposición de
polígonos regulares, etc. Lo mejor es que lo único que necesitan son tiras de papel, y pueden obtener
los flexágonos sin necesidad de instrumentos de medida, únicamente estimando, otra herramienta
muy importante en matemáticas, y además con gran precisión.

Por lo tanto, creo que los flexágonos son un instrumento muy valioso para el estudio de la
geometría en la ESO.

No es necesario que estén incluidos en el currículo oficial de la materia, simplemente es un


elemento más que nos aporta comprensión de una parte muy importante de las matemáticas, y que
pueden utilizarse como un instrumento al igual que una regla, un transportador de ángulos, los
ordenadores, etc.

Los flexágonos, como ya he dicho, se trabaja con una materia prima que no aporta gastos ya
que se utilizan tiras de papel. Estos objetos además del componente académico, tienen más
aportaciones; como el de la creatividad, manipulación y un componente lúdico, que hace que los
estudios de geometría sean más entretenidos.

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