Medios Fisicos

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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD MATIN LUTHER KING


BARQUISIMETO-LARA

MEDI
OS
FÌSIC
OS

SECCION 0402 FISIOERAPIA


ELIZABETH PINEDA
Se puede definir como agente físico terapéutico, un elemento físico natural
como el agua, la luz, o un elemento físico artificial como la electricidad,
cuando es utilizado en el tratamiento de un determinado proceso patológico
o enfermedad.
Un agente físico actúa mediante uno o más tipos de energía que aporta al
organismo y de esta manera influye sobre los procesos biológicos. Puede
contribuir a disminuir el tiempo de evolución, desinflamar, estimular la
regeneración del tejido o disminuir el dolor.
Medicina Física Krussen, la define como una rama de la medicina que
utiliza agentes físicos, como la luz, el calor, el agua y la electricidad, así
como agentes mecánicos, en el tratamiento de las enfermedades; mientras
Molina Ariño planteó que la medicina física estudia ampliamente los
recursos que aportan los agentes físicos no ionizantes (mecánicos,
térmicos y electromagnéticos).1,2 En teoría, se puede referir a cualquier
fenómeno físico como es la presión, el calor, el frío, la electricidad, el
sonido o la luz.

TERMOTERAPIA

Se denomina termoterapia a la aplicación de calor o frío, con el objetivo de


contribuir a la salud. Por supuesto que hay que tener un punto de referencia
y precisar qué se considera calor o frío en fisioterapia; se parte del hecho
de que el organismo humano presenta siempre una temperatura corporal
que se considera normal (36 a 37 ºC) y que es imprescindible para el
desempeño fisiológico del proceso metabólico. Todas las temperaturas que
se sitúan por debajo de la sensación de confort se suelen calificar, en
general, como “frío”, aunque la llamada “temperatura indiferente” se sitúa,
en el agua, entre los 29 y 33 °C, y al aire libre en los 22 °C.

Mecanismos de transferencia de energía térmica

El ser humano se encuentra expuesto a variaciones, tanto de la


temperatura ambiental como interna; al ser un organismo homeotermo,
debe mantener su temperatura interna relativamente constante, cercana a
los 37 ºC. Pero la temperatura corporal no es uniforme en la superficie,
varía entre 29 y 34 ºC, en las diferentes regiones corporales. A cierta
profundidad de la piel, la temperatura se hace uniforme. Constantemente
estamos sometidos a algún nivel de pérdida de calor corporal. Por
radiación se produce el 60 % de la pérdida calórica total, por conducción y
convección el 15 % y por evaporación el 25 %, aproximadamente,
porcentaje que varía con la temperatura ambiental. Los tratamientos
térmicos se basan en estos fenómenos físicos muy bien definidos; se
describen fundamentalmente cuatro mecanismos de transferencia térmica,
estos son: la irradiación, la conducción, la convección y la conversión.
IRRADIACIÓN Es la transmisión del calor (energía en forma de ondas
electromagnéticas) a través del vacío. Es el principal mecanismo de
termólisis del organismo. No solo se produce emisión, sino que se produce
también absorción de radiación electromagnética. El poder absorbente, así
como el poder emisivo de radiación del cuerpo, dependen de su
temperatura, de su naturaleza y de su superficie. Como ejemplos de
métodos de irradiación están las fuentes de calor infrarrojo y los agentes
físicos que integran la luminoterapia como la luz infrarroja, la luz ultravioleta
y el láser de baja potencia

CONDUCCIÓN Es un mecanismo de intercambio de energía térmica entre


dos superficies en contacto. Se produce entre dos áreas de diferente
temperatura, por colisión molecular directa y por desplazamiento de
electrones libres. La energía térmica pasa siempre del sitio de mayor
temperatura al sitio de menor temperatura. Los tejidos del cuerpo humano
presentan, en general, una baja conductividad térmica, se comportan como
aislantes. Las propiedades térmicas de los tejidos dependen, en gran
medida, de su contenido relativo en lípidos, proteínas y agua. Puede
demostrarse que la conductividad térmica varía según el contenido en agua
del tejido. Los tejidos con gran contenido de agua (músculos y sangre),
presentan una mayor conductividad. Si se interpone aire entre un agente
termoterápico y la piel, será difícil la transmisión del calor.

Como ejemplos de tratamientos que se basan en el mecanismo de


conducción están los agentes termo terapéuticos sólidos (arena, envolturas
secas, almohadillas, mantas eléctricas, objetos metálicos calientes, bolsas
de agua caliente, hot packs, etc.), y los semilíquidos (peloides, parafina y
parafango). Además, cuentan en este grupo las aplicaciones de la
crioterapia, como el masaje con hielo, las compresas, las inmersiones, etc.

CONVECCIÓN Consiste en la transferencia de calor que tiene lugar en un


líquido (agua, sangre, etc.). Aunque en los líquidos y gases, una parte del
calor se transfiere por conducción, una mayor cantidad lo hace por
convección. En el cuerpo humano se produce transporte de calor desde la
profundidad hacia la superficie corporal, por conducción y por convección.
El mecanismo convectivo, en el que desempeña un papel fundamental la
circulación sanguínea, actúa a modo de radiación y es la causa principal de
que, a corta distancia de la piel, la temperatura central sea prácticamente
uniforme, por ejemplo: aplicaciones hidroterapéuticas calientes, baños de
vapor de agua y sauna.

Evaporación. Es un mecanismo termolítico, variante de la convección,


consistente en una transferencia de calor corporal por la vaporización del
sudor y del agua de los pulmones, durante la espiración. Es un mecanismo
imprescindible frente a temperaturas externas elevadas. Las pérdidas por
evaporación (a través del sudor) aumentan linealmente, conforme la
temperatura ambiental supera los 30 ºC, lo que produce una sudación
activa. Para esto las personas poseen más de 2 millones y medio de
glándulas sudoríparas, sometidas al control colinérgico. El sudor, al pasar
de fase líquida a gaseosa, absorbe la energía térmica necesaria de la
superficie cutánea; por cada gramo de agua que se convierte en vapor a 30
ºC, se absorben 0,58 kcal (2,425 J), y se produce enfriamiento. El cuerpo
humano puede llegar a producir de 10 a 15 L/día de sudor, especialmente
durante el ejercicio físico intenso.

CONVERSIÓN Es la transformación de otras formas de energía en calor.


Ejemplo de esta son los ultrasonidos donde la energía mecánica acaba
degradándose, como consecuencia del rozamiento y la viscosidad del
medio, produce fricción y se transforma en calor; otro ejemplo es la
aplicación de diatermia (corrientes o campos eléctricos de alta frecuencia),
donde la energía electromagnética desarrolla corrientes inducidas dentro
de organismo, que producen calor desde la profundidad hacia la superficie.

Precauciones y contraindicaciones en la aplicación de calor


 Estas precauciones y contraindicaciones son válidas para cualquiera
de las fuentes de calor que se utilizan a diario en la especialidad.
 Es importante tener cuidado en zonas de pérdida o trastornos de la
sensibilidad de la piel, así como vigilar la aparición de dolor durante la
aplicación.
 Está contraindicado en los tejidos con irrigación inadecuada, tampoco
cuando exista tendencia al sangramiento.
 No aplicar en zonas donde existen procesos malignos, por la
posibilidad de diseminación.
 No aplicar en procesos inflamatorios en fase muy aguda, ni durante
procesos febriles.
 No aplicar en pacientes con trastornos cardio-vasculares
descompensados.
 No debe aplicarse calor sobre las gónadas, ni sobre el feto en
desarrollo. La exposición al calor del abdomen grávido puede ser
causa de anomalías funcionales y retraso mental para el futuro bebé.
 Se debe eliminar todo contacto con objetos metálicos durante el
tratamiento,
 por lo que es adecuado ubicar al paciente sobre silla o camilla de
madera.
 Tampoco aplicar en pacientes con implantes metálicos en la zona del
tratamiento.
 Es importante retirar los lentes de contacto antes de la aplicación, por
constituir núcleos de calor, así como evitar el calentamiento de
cualquier tipo de prótesis con elementos metálicos.
 En el caso de las saunas y baños de vapor, deben estar indicadas bajo
supervisión médica, para evitar complicaciones como el síncope por
calor, que ocurre por fallo de los mecanismos termolíticos y constituye
una urgencia médica.
 No se debe aplicar sobre zonas de crecimiento óseo en niños.
 Se debe elegir la modalidad termoterapéutica que caliente más rápido
el sitio de la lesión, sin sobrepasar los niveles de tolerancia en los
tejidos circundantes. Hay que conocer la distribución de la temperatura
que producen los dispositivos de calentamiento que se utilizan.
 No se ha comprobado que la exposición a radiación dispersa pueda
causar trastornos en los fisioterapeutas, pero se plantea que la
intensidad de la exposición prolongada se debe mantener por debajo
de 5 a 10 mW/cm2.
 Tomar precauciones cuando se aplica termoterapia en pacientes con
edades extremas de la vida, ya que puede haber una respuesta del
aparato vascular del paciente: puede ser todavía inmaduro o puede
tener cambios severos degenerativos.

TERMOTERAPIA SUPERFICIAL

Bolsas y compresas calientes: Las bolsas y las compresas calientes son


elementos terapéuticos muy utilizados popularmente, con múltiples
variantes de confección, transfieren calor por el mecanismo de
conducción, aunque también se produce algo de convección y de
irradiación.

Se aplican a una temperatura de 71 a 79 ºC y se envuelven en toallas


para que la mantengan; se aplican entre 15 y 20 min, pero a los 5 min
deben ser retiradas para evisar el estado de la piel. En todos los casos se
calienta, fundamentalmente, el tejido subcutáneo.

La almohadilla caliente nunca se aplica por menos de 10 min. El


tratamiento debe ser entre 20 y 30 min, se consigue un aumento de la
temperatura de 3 ºC en tejidos superficiales y de 1 ºC en músculos y
articulaciones. En la primera aplicación siempre debe revisarse el estado
de la piel luego de los primeros 5 min de aplicación o antes si el paciente
siente sensación de quemadura.

Un eritema muy intenso y moteado es signo de alarma por parálisis


capilar, que puede abocar en quemaduras o dejar manchas en la piel.

Una vez que son retiradas del agua, pierden rápidamente temperatura.
Algunas de las variedades pueden calentarse también en un horno
microonda. El calor “seco” puede elevar más rápido la temperatura
corporal que el calor húmedo, pero tiene menor capacidad de
penetración.

• Se ha demostrado que el uso del calor no afecta el resultado posterior


del ejercicio, en cuanto a fuerza o potencia muscular

Parafina

La parafina es una mezcla de alcanos (ozoquerita), que se encuentra en


la naturaleza y en los residuos de la destilación del petróleo. Su estado
natural es sólido. La que se utiliza en fisioterapia debe ser blanca,
inodora, insípida, y sólida. Se emplea con puntos de fusión de 51,7 a 54,5
ºC, en un recipiente con termostato que la mantiene en su temperatura de
fusión.
Cuando no se utiliza parafina de bajo punto de fusión, que es la apropiada
en la fisioterapia, es imprescindible la adicción de aceite mineral a 6 ó 7
partes para reducir su punto de fusión y evitar quemaduras. Cuando se
realiza la mezcla correcta se mantiene líquida de 42 a 52 ºC.

Método de inmersión. Se introduce la zona a tratar entre 6 y 12 veces,


formándose capas sucesivas, luego se recubre con una bolsa plástica y
tela durante 10 a 20 min. Es el método menos utilizado en la práctica.
Tiene que tener la máxima atención del paciente para que no ocurran
lesiones. Posee la desventaja del riesgo de contaminación del resto de la
parafina, una vez que el paciente introduce el miembro a tratar.

Cada inmersión no debe superar en extensión a la anterior, y el nuevo


borde de parafina no debe ponerse en contacto con la piel para evitar
molestias. Durante la inmersión no se debe movilizar el segmento para
evitar la fractura de la capa de parafina.

Método de inmersión mantenida: se realizan 3 ó 4 inmersiones en el baño


de parafina y luego se introduce el miembro en la parafina y se deja
durante 20 a 30 min. Es el método menos utilizado por los riesgos de
molestias y menor tolerancia del paciente. Produce una elevación
significativa de la temperatura en las estructuras de las pequeñas
articulaciones de la mano y el pie.

Método de embrocaciones o pincelación. Con una brocha se aplican


alrededor de 10 capas durante el mismo período. Luego hay que tapar
toda la zona de tratamiento para que se mantenga la temperatura durante
el tiempo de tratamiento Antes de la aplicación, debe lavarse la zona con
agua y jabón, y luego con alcohol. Por la velocidad a que la parafina se
enfría y pasa nuevamente a su estado sólido, el profesional que la aplica
debe ser muy hábil, para aprovechar el tiempo y tener un mayor
rendimiento.

Al final de la aplicación, se retira toda la parafina; esta se recupera en el


recipiente o baño. El área tratada debe lavarse nuevamente

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