Pentecostes 2020

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Pentecostés

Subsidio para realizar en casa

Diocesis de Texcoco
Pastoral Juvenil
Introducción
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso,
que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas
lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de
ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén
hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay
bajo el cielo.
Significado de la Palabra Pentecostés.

Cincuenta días después del domingo de resurrección, celebramos la


venida del Espíritu Santo, este día se llama PENTECOSTËS. Dios,
envió su Espíritu sobre los apóstoles para darles fuerza y ayudarlos
a anunciar su mensaje.
Con la llegada del ESPÍRITU SANTO nació la Iglesia, el grupo de
personas que creen en Jesús.
En este sentido, Pentecostés, no es una fiesta autónoma y no puede
quedar sólo como la fiesta en honor al Espíritu Santo. Aunque
lamentablemente, hoy en día, son muchísimos los fieles que aún
tienen esta visión parcial, lo que lleva a empobrecer su contenido.
La fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante
del año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de
vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de
Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.
Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua
es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la
Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además,
siempre está presente entre nosotros, inspirando nuestra vida,
renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio
de la realidad que nos corresponde vivir.
Los símbolos que representan Pentecostés son: PALOMA, LENGUAS
DE FUEGO, VIENTO. El color rojo de la fiesta son todos presencia
del ESPÍRITU SANTO.
Origen de la celebración de
Pentecostés
Los judíos celebraban una fiesta donde daban gracias por las
cosechas, 50 días después de la pascua. De ahí viene el nombre de
Pentecostés. Después, el sentido de la celebración cambió por el
dar gracias por la tablas de la Ley entregada a Moisés.
En esta fiesta recordaban el día en que Moisés subió al Monte Sinaí
y recibió los mandamientos de la Ley y enseñó al pueblo de Israel
lo que Dios quería de ellos. Celebraban así, la alianza del Antiguo
Testamento que el pueblo estableció con Dios, como un
compromiso para vivir según sus mandamientos.
La gente venía de muchos lugares al Templo de Jerusalén, a
celebrar la fiesta de Pentecostés.
En el marco de esta fiesta judía es donde surge nuestra fiesta
cristiana de Pentecostés. El libro de los Hechos coloca la efusión del
Espíritu Santo sobre los apóstoles. (Hch 2 1.4). A partir de este
acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta
cristiana de primera categoría.
Tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que
estuvo en el nacimiento de la Iglesia. Siempre estará presente entre
nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e
impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos
corresponde vivir.
Los Dones del
Espíritu Santo
LOS DONES DEL ESPIRITU SANTO

 El don de sabiduría da un conocimiento amoroso de Dios, de


las personas y de las cosas creadas por la referencia que hacen
a Él. Solo se llega al conocimiento de Dios por medio de la
santidad y es, precisamente el Espíritu Santo, el que pone este
conocimiento al alcance de las almas sencillas que aman a Dios.
Este don está íntimamente unido a la virtud de la caridad a la
cual perfecciona que proporciona un conocimiento de Dios y de
las personas y dispone a las personas para poseer «una cierta
experiencia de la dulzura de Dios»., Santo Tomás de Aquino
enseña que el objeto de este don es el mismo Dios en primer
lugar y, también, las cosas de este mundo en cuanto se
ordenan a Dios y de Él proceden.

 El don de entendimiento proporciona un conocimiento más


profundo de los misterios de la fe dándole una mayor
penetración en los grandes misterios sobrenaturales. Es un don
que se concede a todos los cristianos pero para que se
desarrolle es necesario vivir en gracia de Dios y poner empeño
en crecer en la santidad personal. Perfecciona la virtud de la
fe. Este don es sumamente útil para los teólogos para que
puedan penetrar en lo más profundo de las verdades que Dios
ha revelado y, posteriormente, deducir las virtualidades
contenidas en ellas mediante el razonamiento teológico. Según
dice Santo Tomas gracias a este don Dios es entrevisto aquí
abajo más fácilmente para quienes reciben este don, si bien los
misterios de la fe persistan rodeados de una cierta oscuridad.

 El don de ciencia facilita al hombre comprender lo que son las


cosas creadas como señales que llevan a Dios. Perfecciona la
virtud de la fe y enseña a juzgar rectamente todas las cosas
creadas para ver en ellas la huella de Dios. El Espíritu
Santo hace percibir al hombre la sabiduría infinita, la
naturaleza, la bondad de Dios. San Francisco de Asís,
iluminado por este don, veía en todas las criaturas, incluso a
seres inanimados o irracionales, a hermanos suyos en Cristo.

 El don de consejo es el don mediante el cual el Espíritu


Santo perfecciona los actos de la virtud de la prudencia, es
decir, a la elección de los medios que se deben emplear en cada
situación. No solo en situaciones en las que se han de tomar
grandes determinaciones sino también en los detalles más
pequeños de una vida corriente. El don de consejo es de gran
ayuda para mantener una recta conciencia. Catalina de
Siena tuvo este don en grado extraordinario ya que fue la
mejor consejera y brazo derecho del papa Gregorio XI al que
convenció para que regresase de Aviñón a Roma en contra de
las ideas de algunos cardenales. También disfrutó de este
don santa Teresita del Niño Jesús ya que desempeñó la tarea
de «maestra de novicias», para la que se requiere experiencia
y madurez, en plena juventud.

 El don de piedad tiene por objeto fomentar en la voluntad un


amor filial hacia Dios, al que considera como Padre, y un
especial sentimiento de fraternidad para con los hombres por
ser hermanos e hijos del mismo Padre. Dios quiere ser tratado
con entera confianza por sus hijos los hombres, siempre
necesitados. El Espíritu Santo enseña y facilita a las personas
mediante este don, el trato confiado de un hijo para con su
Padre. Por esta razón, la plegaria favorita de los hombres para
con su Padre Dios es la que les enseñó Jesucristo: «Padre
nuestro que estás en los cielos...». Este don perfecciona la
virtud de la fe.

 El don de fortaleza lo da el Espíritu Santo a las almas que


necesitan vencer los obstáculos y poner en práctica las
virtudes. Jesucristo prometió a sus apóstoles que serán
revestidos por el Espíritu Santo de la fuerza de lo alto. Este don
refuerza la virtud del mismo nombre, la fortaleza,
dándole resistencia y aguante frente a cualquier clase de
peligros y ataques y una acometida fuerte del cumplimiento del
deber a pesar de los obstáculos y dificultades que encuentre.
Este don se pone especialmente de manifiesto en los mártires,
pero también en la práctica heroica y callada de las virtudes de
la vida ordinaria que constituyen el «heroísmo de lo pequeño».

 El don de temor de Dios es un temor filial, propio de hijos que


se sienten amparados por su Padre, a quien no desean ofender.
Según Santa Teresa de Jesús que ante tantas tentaciones y
pruebas que el hombre ha de padecer, Dios nos da dos
remedios: «amor y temor». «El amor nos hará apresurar los
pasos, y el temor nos hará ir mirando adonde ponemos los pies
para no caer». Sin embargo no son buenos todos los temores.
Está en temor mundano de los que temen, sobre todo, a las
desventajas sociales y a los males físicos y huyendo de las
incomodidades cuando sospechan que ser fiel cristiano pueden
causarles ciertas contrariedades. En este caso están
predispuestos a abandonar a Cristo y a la Iglesia. De aquí
vienen los respetos humanos. Existe otro temor, el temor
servil que hace al hombre apartarse del pecado por miedo a las
penas del infierno. Puede ser bueno para las personas alejadas
de Dios, ser su primer paso de conversión y el comienzo del
amor. Como escribió San Juan Evangelista, el que teme no es
perfecto en la caridad El santo temor de Dios es el don del
Espíritu Santo que tuvo, junto con todos los demás, el alma de
Jesucristo, de la Virgen y el que tuvieron las almas santas. Este
don es consecuencia del don de sabiduría y su manifestación
externa.
CRUCIGRAMA
HORIZONTALES

1. ¿Que don perfecciona la virtud de la fe y enseña a juzgar rectamente todas las cosas creadas para
ver en ellas la huella de Dios?

2. Se llega a este don de Dios por medio de la santidad.

3. ¿Quién iluminado por este don veía a todas las criaturas como hermanos suyos en Cristo?

4. Este don proporciona un conocimiento más profundo de los misterios de la fe.

5. Con este don el espíritu santo perfecciona los actos de la virtud y la prudencia.

6. Que santa decía que Dios nos ha redimido en amor y temor.

VARETICALES

1.- Es un don filial propio de los hijos que se sienten amparados por su Padre.

2. ¿Qué santa tuvo el don del consejo en un grado extraordinario?

3. Este don refuerza la virtud del mismo nombre.

4. Este don tiene como prioridad fomentar un amor filial en la voluntad.

5. Este santo enseña que el don de la sabiduría su mayor objetivo es el mismo dios en primer
lugar.

6. Cual es la plegaria de los hombres que el espíritu santo nos facilita mediante el don de la
Piedad.
5
1

4 2
5 6

4 3

3
SOPA DE LETRAS

ESPIRITU SANTO BONDAD


AMOR MANSEDUMBRE
ALEGRIA FIDELIDAD
PAZ MODESITA
PACIENCIA CONTINENCIA
LONGAMINIDAD CASTIDAD
BENIGNIDAD FRUTOS

S D E W W R V M K I D Q P F M S Q W Ñ
J W X E S P I R I T U S A N T O D B P
K L A U D W G O L Ñ W M Z Y E T K Ñ A
Z M R Ñ E R B M U D E S N A M H S F I
G T R D O L A A H J E Q L M P C M R A
W O L A D Z E X K A G Q I N S O D I P
K Q F D A B E N I G N I D A D N F G P
Z W S I D M B C F J G H K E P T T Ñ A
X T W T I H N K L Ñ S H S P V I Z U Z
D L K S N E R O C V M T L D G N R P I
I G U A I D W Ñ Q H K L Z G W E U S L
V S P C M F G P L A W H S O G N H O F
H J A W A N M Q H J A T L Ñ E C F T I
A P I K G B O Ñ A L E G R I A I L U P
G W Y T N Y Q B L Ñ A T G F X A Q R X
F R L B O N D A D N S K Q P R F R J Ñ
G C V B L S D F D H S G E S T F J I S
ENCUNETRA LAS 10 DIFERENCIAS
Lectio Divina
De Pentecostés
DOMINGO DE PENTECOSTÉS
LECTIO DIVINA
(Para tener en cuenta: Prepara el lugar donde vas a orar con un altar sencillo pero digno,
con alguna tela o mantel, pon también la Sagrada Escritura y una vela, veladora o cirio,
esto de acuerdo a tus posibilidades, lo más importante es preparar tu persona para este
encuentro con Dios a través de su Palabra)

1. INVOCA
Prepárate para este rato de oración con la Palabra de Dios. En la oración, sobre todo, hay que
dejar al Espíritu que nos diga su mensaje de vida. Luego, podremos responderle según lo que Él
mismo nos haya inspirado.
Invocamos al Espíritu: Ven, Santo Espíritu.

Ven, Espíritu Santo, llévate lejos todas las hojas secas


te abro la puerta, y todas las flores marchitas
entra en la celda pequeña de mi propio corazón.
de mi propio corazón,
llena de luz y de fuego mis entrañas, Ven, Espíritu Santo,
como un rayo láser opérame acompáñame en esta aventura
de cataratas, y que se renueve la cara de mi vida
quema la escoria de mis ojos ante el espejo de tu Palabra.
que no me deja ver tu luz. Agua, fuego, viento, luz.
Ven, Espíritu Santo. Amén. (A. Somoza)
Ven. Jesús prometió
que no nos dejaría huérfanos.
No me dejes solo en esta aventura,
por este sendero.
Quiero que tú seas mi guía y mi aliento,
mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz.
Te necesito en mi noche
como una gran tea luminosa y ardiente
que me ayude a escudriñar las Escrituras.

Tú que eres viento,


sopla el rescoldo y enciende el fuego.
Que arda la lumbre sin llamas ni calor.
Tengo la vida acostumbrada y aburrida.

Tengo las respuestas rutinarias,


mecánicas, aprendidas.
Tú que eres viento,
enciende la llama que engendra la luz.
Tú que eres viento, empuja mi barquilla
en esta aventura apasionante
de leer tu Palabra,
de encontrar a Dios en la Palabra,
de encontrarme a mí mismo
en la lectura.

Oxigena mi sangre
al ritmo de la Palabra
para que no me muera de aburrimiento.
Sopla fuerte, limpia el polvo,
2. LEE LA PALABRA DE DIOS (Hech. 2,1-11) (Qué dice la Palabra de
Dios)
Contexto litúrgico
Celebramos hoy la solemnidad de Pentecostés o la venida del Espíritu sobre la
Virgen María y los apóstoles, además de a los primeros cristianos que se
convirtieron en ese mismo día, según nos relata el libro de los Hechos de los
apóstoles.
Contexto bíblico
Pentecostés era en Israel la fiesta de la cosecha de los cereales. Se celebraba
50 días después de la Pascua (penta significa cinco. Pentecostés = cincuenta
días). También celebraba el pueblo hebreo la fiesta de la Alianza, pactada
entre Dios y el pueblo en el Sinaí por mediación de Moisés. Su síntesis es el
primer mandamiento: Amarás al Señor tu Dios… También se llamaba la Fiesta
de las Semanas (7 por 7 días después de Pascua). Lucas relata en los Hechos
el advenimiento del Espíritu a los 50 días de la Pascua.

(A continuación está el texto bíblico, pero de preferencia quien tenga la


Biblia que se lea directamente de ella)
Lectura de la Palabra de Dios/Hechos de los Apóstoles, 2, 1-11
1.Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.
2.De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento,
que llenó toda la casa donde estaban, 3.y aparecieron unas lenguas como de
fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. 4.Todos
quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas,
según el Espíritu les concedía que se expresaran. 5.Estaban de paso en Jerusalén
judíos piadosos, llegados de todas las naciones que hay bajo el cielo. 6.Y entre
el gentío que acudió al oír aquel ruido, cada uno los oía hablar en su propia
lengua. Todos quedaron muy desconcertados 7.y se decían, llenos de estupor y
admiración: «Pero éstos ¿no son todos galileos? ¡Y miren cómo hablan! 8.Cada
uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa. 9.Entre nosotros hay
partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, del
Ponto y Asia, 10.de Frigia, Panfilia, Egipto y de la parte de Libia que limita con
Cirene. Hay forasteros que vienen de Roma, unos judíos y otros extranjeros, que
aceptaron sus creencias, 11.cretenses y árabes. Y todos les oímos hablar en
nuestras propias lenguas las maravillas de Dios.»" Palabra de Dios/Te
alabamos Señor.

Comentario:
Hoy, día de Pentecostés, traemos un comentario de la primera lectura, en vez
del Evangelio, porque narra el suceso de la venida del Espíritu Santo sobre la
Iglesia con estilo simbólico y sugerente.
Según nos lo cuenta Hechos, al principio estaban todos juntos, reunidos, los
discípulos y amigos de Jesús. Se apoyaban mutuamente, rezaban juntos,
compartían su tiempo, recordaban a Jesús.
Pero todavía no habían salido a anunciar al mundo el Evangelio, la buena noticia.
Jesús les había enviado a predicar, pero antes debían esperar el don de Dios, el
regalo de Dios.
La lectura describe la llegada del Espíritu con imágenes impactantes: el ruido
del viento, lenguas como de fuego sobre sus cabezas, predicación en múltiples
lenguas a todos los pueblos… Son símbolos. No debemos pensar que aparecieron
físicamente unas llamas voladoras, ni que les chamuscaron la coronilla a los
Apóstoles y sus compañeros.
No hay que leerlo literalmente, sobre todo por una razón: A nosotros nunca nos
ha pasado que vengan llamas del cielo sobre nuestras cabezas, ni nos hemos
puesto a hablar en inglés, francés o alemán así de repente, sin estudiar ni nada.
Si lo leemos literalmente sería tan sólo una escena pintoresca del pasado, que
no tendría que ver con nosotros.
Pero no, lo que les sucedió a los Apóstoles y demás discípulos es lo mismo que
le sucede a todo cristiano. Las primeras comunidades recibieron el regalo de
Dios, el Espíritu Santo. Todos los cristianos recibimos el Espíritu en el bautismo,
en la confirmación, incluso en cada eucaristía se invoca al Espíritu sobre la
comunidad reunida.
¿Qué hizo el Espíritu en los primeros discípulos? Les dio valentía, les dio fuerza
y valor para anunciar, para predicar. Antes estaban ellos juntos, pero sin salir al
mundo. El Espíritu les empujó con fuerza a cumplir a misión que Jesús les había
dado. También a nosotros el Espíritu nos da la fuerza para cumplir con nuestra
misión de cristianos. Estamos llamados a vivir como cristianos en todas las
circunstancias de la vida: en la familia, en el trabajo, en los estudios, con los
amigos, en voluntariados, aficiones, etc.
Pero no siempre es fácil. A veces ser cristiano está mal visto, a veces es cansado,
a veces cuesta ser fiel al mensaje de Jesús. A veces es más cómodo no ser
honrado, no ser sincero, no ser coherente, no ser responsable.
El gran mensaje de Jesús no es que tenemos que esforzarnos en ser perfectos
como Dios lo es, en alcanzar a Dios (¿recordamos la torre de Babel?). El gran
mensaje es que Dios mismo se ha esforzado para venir a nosotros. Nos ha dado
a su Hijo; y su Hijo nos dio toda su vida, por amor, hasta morir en la cruz;
resucitó y nos da nueva vida a todos. Y por último, Dios nos regala su Espíritu,
se regala a sí mismo, y habita en nosotros.
Nos dice la lectura que «se llenaron todos de Espíritu Santo». El Espíritu Santo
es Dios mismo que llena nuestras vidas, que se da todo, que nos ama, que nos
quiere dar su fuerza para ser cristianos, su alegría ante la vida.
Dios ama apasionadamente a la humanidad y quiere comunicar su amor a todos
los hombres y mujeres. Dios se nos da del todo, esperando que nosotros, si
queremos, lo acojamos.
El Espíritu viene y transforma nuestra vida. ¡Pero atención! ¿Cómo actúa el
Espíritu Santo?
En una ocasión, un chico que acababa de recibir la confirmación, comentaba que
su catequista le había dicho que el Espíritu le iba a transformar por dentro, pero
que él, en el momento de la confirmación, no había sentido nada. Quizá se
imaginaba una especie de energía, eléctrica o mágica, que lo inundase, como un
cosquilleo o emoción; quizá recordaba la escena de la Biblia, con el viento recio
y las llamas de fuego. Quedó desilusionado porque esperaba que Dios actuase
como se actúa en los espectáculos, de forma inmediata, evidente, clara,
sorprendente. Pero el Espíritu Santo actúa como en la vida real.
—Tú eres ahora un joven —, le dije—, y tu cuerpo está creciendo.
—Sí, claro.
—¿Lo notas en este momento?
—Pues no.
—Y sin embargo es verdad. Y no sólo tu cuerpo, también tu mente se está
haciendo adulta poco a poco, vas aprendiendo cosas, vas creciendo, vas
cambiando. ¿Lo notas en cada momento?
—No.
—Pero no deja de ser cierto. Dentro de nosotros mismos, de nuestro cuerpo,
de nuestra alma, pueden pasar muchas cosas que no notamos, pero que son
reales, y a la larga son las definitivas, porque definen nuestra vida.

Así actúa el Espíritu, como una ayuda, una fuerza, una energía real que nos
inunda, pero que no se deja ver. Sólo a la larga podemos constatar que
realmente ha estado ahí, actuando, transformándonos, enriqueciéndonos.
El mensaje de la fiesta de hoy nos ha de llenar de ilusión. El cristianismo es una
forma de vida distinta, nueva alternativa a lo que nos suele presentar la
sociedad. Cree en el amor, en la esperanza, en la fe, cree profundamente en el
ser humano, porque el ser humano, si quiere, está lleno de Dios, lleno de su
Espíritu.
No podemos callarnos este mensaje tan inmenso, estamos llamados a anunciarlo
y a vivirlo con intensidad para que los demás nos vean y puedan decir: «Mirad
cómo se aman: ¡son cristianos¡»

Un dato importante es que, cuando el Espíritu santo llegó, los apóstoles y


la Santísima Virgen estaban en una casa. Nosotros ahora en este tiempo de
COVID-19, estamos en nuestras casas y por ahora no podemos salir a pregonar
con gozo a Dios y a su Palabra, la alegría inmensa de la resurrección, pero
hagámoslo con los nuestros con los que están más cercanos y esperemos con
paciencia, con alegría para salir físicamente y pregonar el amor de Dios. Después
de esto que vivimos nuestra vida no puedes ser la misma, nosotros debemos
cambiar y ser transformados por el Espíritu santo.

3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)


¿Qué supone el Espíritu en mi vida de fe? ¿Me doy cuenta que el Espíritu
constituye todo lo que el Padre y Jesús me regalan? ¿Cómo dejo que el Espíritu
Santo actúe en mi vida?, ¿Mis pensamientos, palabras y acciones reflejan que el
Espíritu santo vive dentro de mí?
En el Espíritu está su Amor, su iluminación, su animación y motivación. En el
Espíritu está la gracia y la fortaleza, donación del Padre y de Jesús. En el Espíritu
está el perdón, la superación de los miedos y el coraje para dar testimonio del
Evangelio. Sin el Espíritu Dios queda lejos, Cristo pertenece al pasado, el
Evangelio es letra muerta, la Iglesia una mera organización, la misión una
propaganda, el culto una evocación y el obrar cristiano una moral de esclavos.
Pero con el Espíritu, el cosmos es exaltado y gime hasta que dé a luz el Reino.
Cristo resucitado está presente, el Evangelio es potencia de vida, la Iglesia
comunión trinitaria, la autoridad servicio liberador, la misión un nuevo
Pentecostés, el culto memorial y anticipación, y el obrar humano queda
divinizado (Hazim, metropolita ortodoxo, Upsala 1968).

4. ORA (Qué le respondo al Señor)


Le abro las puertas de mi ser al Espíritu. Para que Él me transforme en lo más
íntimo. Que me dé el fuego y el coraje de ser testigo suyo en todos los
momentos y lugares.
CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser,
que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de
los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi
guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser
siempre dócil a vuestras santas inspiraciones.
¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de
vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al
Espíritu Santo Santificador. Amén

5. CONTEMPLA
A Jesús en el gesto de darnos s Espíritu de amor, perdón y paz, para ser
enviados en su nombre.
A ti mismo, para ver cómo te sientes invadido por el Amor y la fortaleza de su
Espíritu.
6. ACTÚA
¿A qué me compromete esta Palabra de Dios que he oído, leído, contemplado,
compartido y orado?,

NOTA: es muy importante compartir la experiencia personal de la Palabra de


Dios, así que consideren unos 10 o 15 minutos para oír a los demás miembros
de la familia y para que ellos escuchen la experiencia de ustedes. El tiempo varía
de acuerdo al número de personas que comparten. La duración de la Lectio es
por lo regular de 60 minutos, es decir, una hora completa.
Reflexión
Hoy en este día celebramos la llegada del espíritu santo que CRISTO nos
prometió cuando dijo “les conviene que yo me valla por qué si no me voy no
vendrá el consuelo y si me voy yo se los enviaré “San Juan 16.7

En los apóstoles este espíritu santo lo recibieron en forma de lenguas de fuego


y nosotros lo podemos apreciar mediante cada uno de los dones, frutos y
carismas que él nos trae

Dios lo mando a nosotros como jóvenes para hacer la encomienda que tenían
los mismos apóstoles ir a evangelizar a demás jóvenes y compartirles la viva
imagen de Cristo ya que nosotros siendo santos delante de DIOS podemos
ayudar y traer con los jóvenes al señor que nos hizo santos y en estos tiempos
de pandemia no podemos salir a las calles pero al igual ir los apóstoles hablaron
en diferentes lenguas según el espíritu les daba nosotros podemos hacer lo
mismo no me refiero a hablar en idiomas que nosotros no conocemos sino la
utilización de las diferentes redes sociales y plataformas que tenemos a nuestra
disposición para hacer la diferencia en el mundo hay que compartir a nuestro
señor y salvador

Canción

Ven santo espíritu – Jesed

Hermanos como hemos visto en este día solemnísimo les pido compartir
mensajes de Cristo en cada una de nuestras redes sociales algo referente a los
dones frutos y carismas que él espíritu santo nos da en pentecostés
Oración

Oremos:
Espíritu de Dios,
desciende sobre
nosotros, sobre
nuestras familias
y sobre el mundo
entero; quita la
incomprensión,
la impaciencia, la
discordia y en su
lugar infunde la
comprensión, la
paciencia y la
armonía. Amén
Anexo
Coronilla al
Espíritu Santo
Credo de los apóstoles:
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació
de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre,
todopoderoso; desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Gloria: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y
siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Don de temor de Dios: Ven, oh Espíritu de Temor de Dios, reina sobre nuestra
voluntad, y ayúdanos a estar siempre dispuestos a sufrir cualquier mal en lugar de
pecar.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de piedad: Ven, oh Espíritu de piedad, ven a morar en nuestros
corazones para poseer y santificar todos los afectos.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de fortaleza: Ven, oh Espíritu de Fortaleza, y danos fuerza,
consistencia y victoria en las batallas contra nuestros enemigos espirituales.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de ciencia: Ven, oh Espíritu de la Ciencia, sé el Maestro de nuestras
almas y ayúdanos a practicar tus enseñanzas.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de inteligencia o entendimiento: Ven, oh Espíritu de Intelecto,
ilumina nuestras mentes con la luz de la verdad eterna y llénala de pensamientos
santos.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de consejo: Ven, oh Espíritu del Consejo, haznos dóciles a tus
inspiraciones y guíanos en el camino de la verdad.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de la sabiduría: Ven, oh Espíritu de sabiduría, sobre la faz de la tierra,
infúndenos tu amor y gusto por las cosas del Cielo.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra"
Agradecimientos.

Hermana María de los Ángeles


Diego Santos
Jesús Ríos
Igiel Salas
Dante Ramírez
Equipo E y F EDIPAJ Texcoco
Pastoral Juvenil Diócesis de Texcoco
Diócesis de Texcoco

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