Pentecostes 2020
Pentecostes 2020
Pentecostes 2020
Diocesis de Texcoco
Pastoral Juvenil
Introducción
Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso,
que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas
lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de
ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse. Había en Jerusalén
hombres piadosos, que allí residían, venidos de todas las naciones que hay
bajo el cielo.
Significado de la Palabra Pentecostés.
1. ¿Que don perfecciona la virtud de la fe y enseña a juzgar rectamente todas las cosas creadas para
ver en ellas la huella de Dios?
3. ¿Quién iluminado por este don veía a todas las criaturas como hermanos suyos en Cristo?
5. Con este don el espíritu santo perfecciona los actos de la virtud y la prudencia.
VARETICALES
1.- Es un don filial propio de los hijos que se sienten amparados por su Padre.
5. Este santo enseña que el don de la sabiduría su mayor objetivo es el mismo dios en primer
lugar.
6. Cual es la plegaria de los hombres que el espíritu santo nos facilita mediante el don de la
Piedad.
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4 3
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SOPA DE LETRAS
S D E W W R V M K I D Q P F M S Q W Ñ
J W X E S P I R I T U S A N T O D B P
K L A U D W G O L Ñ W M Z Y E T K Ñ A
Z M R Ñ E R B M U D E S N A M H S F I
G T R D O L A A H J E Q L M P C M R A
W O L A D Z E X K A G Q I N S O D I P
K Q F D A B E N I G N I D A D N F G P
Z W S I D M B C F J G H K E P T T Ñ A
X T W T I H N K L Ñ S H S P V I Z U Z
D L K S N E R O C V M T L D G N R P I
I G U A I D W Ñ Q H K L Z G W E U S L
V S P C M F G P L A W H S O G N H O F
H J A W A N M Q H J A T L Ñ E C F T I
A P I K G B O Ñ A L E G R I A I L U P
G W Y T N Y Q B L Ñ A T G F X A Q R X
F R L B O N D A D N S K Q P R F R J Ñ
G C V B L S D F D H S G E S T F J I S
ENCUNETRA LAS 10 DIFERENCIAS
Lectio Divina
De Pentecostés
DOMINGO DE PENTECOSTÉS
LECTIO DIVINA
(Para tener en cuenta: Prepara el lugar donde vas a orar con un altar sencillo pero digno,
con alguna tela o mantel, pon también la Sagrada Escritura y una vela, veladora o cirio,
esto de acuerdo a tus posibilidades, lo más importante es preparar tu persona para este
encuentro con Dios a través de su Palabra)
1. INVOCA
Prepárate para este rato de oración con la Palabra de Dios. En la oración, sobre todo, hay que
dejar al Espíritu que nos diga su mensaje de vida. Luego, podremos responderle según lo que Él
mismo nos haya inspirado.
Invocamos al Espíritu: Ven, Santo Espíritu.
Oxigena mi sangre
al ritmo de la Palabra
para que no me muera de aburrimiento.
Sopla fuerte, limpia el polvo,
2. LEE LA PALABRA DE DIOS (Hech. 2,1-11) (Qué dice la Palabra de
Dios)
Contexto litúrgico
Celebramos hoy la solemnidad de Pentecostés o la venida del Espíritu sobre la
Virgen María y los apóstoles, además de a los primeros cristianos que se
convirtieron en ese mismo día, según nos relata el libro de los Hechos de los
apóstoles.
Contexto bíblico
Pentecostés era en Israel la fiesta de la cosecha de los cereales. Se celebraba
50 días después de la Pascua (penta significa cinco. Pentecostés = cincuenta
días). También celebraba el pueblo hebreo la fiesta de la Alianza, pactada
entre Dios y el pueblo en el Sinaí por mediación de Moisés. Su síntesis es el
primer mandamiento: Amarás al Señor tu Dios… También se llamaba la Fiesta
de las Semanas (7 por 7 días después de Pascua). Lucas relata en los Hechos
el advenimiento del Espíritu a los 50 días de la Pascua.
Comentario:
Hoy, día de Pentecostés, traemos un comentario de la primera lectura, en vez
del Evangelio, porque narra el suceso de la venida del Espíritu Santo sobre la
Iglesia con estilo simbólico y sugerente.
Según nos lo cuenta Hechos, al principio estaban todos juntos, reunidos, los
discípulos y amigos de Jesús. Se apoyaban mutuamente, rezaban juntos,
compartían su tiempo, recordaban a Jesús.
Pero todavía no habían salido a anunciar al mundo el Evangelio, la buena noticia.
Jesús les había enviado a predicar, pero antes debían esperar el don de Dios, el
regalo de Dios.
La lectura describe la llegada del Espíritu con imágenes impactantes: el ruido
del viento, lenguas como de fuego sobre sus cabezas, predicación en múltiples
lenguas a todos los pueblos… Son símbolos. No debemos pensar que aparecieron
físicamente unas llamas voladoras, ni que les chamuscaron la coronilla a los
Apóstoles y sus compañeros.
No hay que leerlo literalmente, sobre todo por una razón: A nosotros nunca nos
ha pasado que vengan llamas del cielo sobre nuestras cabezas, ni nos hemos
puesto a hablar en inglés, francés o alemán así de repente, sin estudiar ni nada.
Si lo leemos literalmente sería tan sólo una escena pintoresca del pasado, que
no tendría que ver con nosotros.
Pero no, lo que les sucedió a los Apóstoles y demás discípulos es lo mismo que
le sucede a todo cristiano. Las primeras comunidades recibieron el regalo de
Dios, el Espíritu Santo. Todos los cristianos recibimos el Espíritu en el bautismo,
en la confirmación, incluso en cada eucaristía se invoca al Espíritu sobre la
comunidad reunida.
¿Qué hizo el Espíritu en los primeros discípulos? Les dio valentía, les dio fuerza
y valor para anunciar, para predicar. Antes estaban ellos juntos, pero sin salir al
mundo. El Espíritu les empujó con fuerza a cumplir a misión que Jesús les había
dado. También a nosotros el Espíritu nos da la fuerza para cumplir con nuestra
misión de cristianos. Estamos llamados a vivir como cristianos en todas las
circunstancias de la vida: en la familia, en el trabajo, en los estudios, con los
amigos, en voluntariados, aficiones, etc.
Pero no siempre es fácil. A veces ser cristiano está mal visto, a veces es cansado,
a veces cuesta ser fiel al mensaje de Jesús. A veces es más cómodo no ser
honrado, no ser sincero, no ser coherente, no ser responsable.
El gran mensaje de Jesús no es que tenemos que esforzarnos en ser perfectos
como Dios lo es, en alcanzar a Dios (¿recordamos la torre de Babel?). El gran
mensaje es que Dios mismo se ha esforzado para venir a nosotros. Nos ha dado
a su Hijo; y su Hijo nos dio toda su vida, por amor, hasta morir en la cruz;
resucitó y nos da nueva vida a todos. Y por último, Dios nos regala su Espíritu,
se regala a sí mismo, y habita en nosotros.
Nos dice la lectura que «se llenaron todos de Espíritu Santo». El Espíritu Santo
es Dios mismo que llena nuestras vidas, que se da todo, que nos ama, que nos
quiere dar su fuerza para ser cristianos, su alegría ante la vida.
Dios ama apasionadamente a la humanidad y quiere comunicar su amor a todos
los hombres y mujeres. Dios se nos da del todo, esperando que nosotros, si
queremos, lo acojamos.
El Espíritu viene y transforma nuestra vida. ¡Pero atención! ¿Cómo actúa el
Espíritu Santo?
En una ocasión, un chico que acababa de recibir la confirmación, comentaba que
su catequista le había dicho que el Espíritu le iba a transformar por dentro, pero
que él, en el momento de la confirmación, no había sentido nada. Quizá se
imaginaba una especie de energía, eléctrica o mágica, que lo inundase, como un
cosquilleo o emoción; quizá recordaba la escena de la Biblia, con el viento recio
y las llamas de fuego. Quedó desilusionado porque esperaba que Dios actuase
como se actúa en los espectáculos, de forma inmediata, evidente, clara,
sorprendente. Pero el Espíritu Santo actúa como en la vida real.
—Tú eres ahora un joven —, le dije—, y tu cuerpo está creciendo.
—Sí, claro.
—¿Lo notas en este momento?
—Pues no.
—Y sin embargo es verdad. Y no sólo tu cuerpo, también tu mente se está
haciendo adulta poco a poco, vas aprendiendo cosas, vas creciendo, vas
cambiando. ¿Lo notas en cada momento?
—No.
—Pero no deja de ser cierto. Dentro de nosotros mismos, de nuestro cuerpo,
de nuestra alma, pueden pasar muchas cosas que no notamos, pero que son
reales, y a la larga son las definitivas, porque definen nuestra vida.
Así actúa el Espíritu, como una ayuda, una fuerza, una energía real que nos
inunda, pero que no se deja ver. Sólo a la larga podemos constatar que
realmente ha estado ahí, actuando, transformándonos, enriqueciéndonos.
El mensaje de la fiesta de hoy nos ha de llenar de ilusión. El cristianismo es una
forma de vida distinta, nueva alternativa a lo que nos suele presentar la
sociedad. Cree en el amor, en la esperanza, en la fe, cree profundamente en el
ser humano, porque el ser humano, si quiere, está lleno de Dios, lleno de su
Espíritu.
No podemos callarnos este mensaje tan inmenso, estamos llamados a anunciarlo
y a vivirlo con intensidad para que los demás nos vean y puedan decir: «Mirad
cómo se aman: ¡son cristianos¡»
5. CONTEMPLA
A Jesús en el gesto de darnos s Espíritu de amor, perdón y paz, para ser
enviados en su nombre.
A ti mismo, para ver cómo te sientes invadido por el Amor y la fortaleza de su
Espíritu.
6. ACTÚA
¿A qué me compromete esta Palabra de Dios que he oído, leído, contemplado,
compartido y orado?,
Dios lo mando a nosotros como jóvenes para hacer la encomienda que tenían
los mismos apóstoles ir a evangelizar a demás jóvenes y compartirles la viva
imagen de Cristo ya que nosotros siendo santos delante de DIOS podemos
ayudar y traer con los jóvenes al señor que nos hizo santos y en estos tiempos
de pandemia no podemos salir a las calles pero al igual ir los apóstoles hablaron
en diferentes lenguas según el espíritu les daba nosotros podemos hacer lo
mismo no me refiero a hablar en idiomas que nosotros no conocemos sino la
utilización de las diferentes redes sociales y plataformas que tenemos a nuestra
disposición para hacer la diferencia en el mundo hay que compartir a nuestro
señor y salvador
Canción
Hermanos como hemos visto en este día solemnísimo les pido compartir
mensajes de Cristo en cada una de nuestras redes sociales algo referente a los
dones frutos y carismas que él espíritu santo nos da en pentecostés
Oración
Oremos:
Espíritu de Dios,
desciende sobre
nosotros, sobre
nuestras familias
y sobre el mundo
entero; quita la
incomprensión,
la impaciencia, la
discordia y en su
lugar infunde la
comprensión, la
paciencia y la
armonía. Amén
Anexo
Coronilla al
Espíritu Santo
Credo de los apóstoles:
Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. Creo en
Jesucristo, su único
Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo; nació
de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado,
muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre,
todopoderoso; desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu
Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los
pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
Gloria: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio ahora y
siempre por los siglos de los siglos. Amén.
Don de temor de Dios: Ven, oh Espíritu de Temor de Dios, reina sobre nuestra
voluntad, y ayúdanos a estar siempre dispuestos a sufrir cualquier mal en lugar de
pecar.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de piedad: Ven, oh Espíritu de piedad, ven a morar en nuestros
corazones para poseer y santificar todos los afectos.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de fortaleza: Ven, oh Espíritu de Fortaleza, y danos fuerza,
consistencia y victoria en las batallas contra nuestros enemigos espirituales.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de ciencia: Ven, oh Espíritu de la Ciencia, sé el Maestro de nuestras
almas y ayúdanos a practicar tus enseñanzas.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de inteligencia o entendimiento: Ven, oh Espíritu de Intelecto,
ilumina nuestras mentes con la luz de la verdad eterna y llénala de pensamientos
santos.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de consejo: Ven, oh Espíritu del Consejo, haznos dóciles a tus
inspiraciones y guíanos en el camino de la verdad.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra" Don de la sabiduría: Ven, oh Espíritu de sabiduría, sobre la faz de la tierra,
infúndenos tu amor y gusto por las cosas del Cielo.
Repetir 7 veces: "Padre Santo, en el nombre de Jesús, envía tu Espíritu a renovar la faz de
la tierra"
Agradecimientos.