Los Comuneros - de Los Tumultos A La Organización de Masas PDF
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en quinto lugar, el aumento de los impuestos viene a frenar el comer-
cio inter - regional y la produccion artesanal, actividades estas que ha-
bian adquirido un relativo desarrollo y que distinguian a la comarca
antandereana de otras del Virreinato.
La insurrecion comunera tuvo su propia dinamica: en la primera
fase, que va de marzo 16 a abril18 de 1781, (objeto del presente capi-
tulo), se produce ellevantamiento de la mayoria de pueblos de la region
santandereana, la convergencia de diversas fuerzas sociales en el pro-
yecto insurreccional y la organizacion de una milicia con una jefatura
centralizada.
A. LAS CAUSAS DE LA REBELION.
(2) Phelan, John. "EI auge y la cafda de los criollos en la audiencia de Nueva Gra-
nada, 1700-1781" en boletfn de historia y antiguedades de la Academia Co-
lombiana de Historia, Vol. LIX, No. 697 - 698, Bogota 1972, p. 611.
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zones se explica la participacion de una faccion de la elite terrate-
niente - burocrata de Santafe ~en la rebelion comunera e igualmen-
te la censura de este mismo grupo social a los procedimientos de
Gutierrez de Pifieres. En este personaje y en la Real Audiencia, el
Virrey Florez delego el desempeiio de los asuntos de su competen-
cia des de el 11 de agosto de 1779, tan pronto tuvo conocimiento
de la declaracion de guerra a Inglaterra; seguidamente, el 26 del
mismo mes paso a Cartagena a hacerse cargo de la jefatura militar
de esta plaza.
Una de las primeras medidas fiscales del Regen te Visitador fue la del
29 de mayo de 1780: por ella se aumento en todo el Nuevo Reino
dos reales en cada libra de tabaco y en cada botija de aguardiente.
Esta disposicion es importante tenerla en cuenta, no tanto por ha-
ber afectado a los consumidores, sino porque parece ser que gene-
ro el alza en los precios constantes de los remates de arrendamien-
to de ambos productos, ocasionando asi, un serio menoscabo econo-
mico a los sectores acaudalados cuyos miembros eran generalmente
los que estaban en condiciones de tomar en arriendo las administra-
ciones de las rentas estancadas. En cuanto a la zona santandereana es
dificil saber en cuanto crecieron en terminos reales los remates, de-
bido a que no se cuenta con una suficiente estadfstica economica
que permita construir un in dice de inflacion para dilucidar en que
medida y que parte del reajuste corresponde al alza natural provo-
cada por la inflacion, y ademas, que otra parte al arbitrio del Esta-
do con su politica fiscal. De todas maneras los incrementos en los
remates de las rentas de tabaco, aguardiente (ver grafico 1) y tam-
bien alcabala, se constituyeron en un poderoso motivo para que la
elite de la region participara en el alzamiento; tal como 10 veiamos
en capitulo anterior, este grupo social ejercia una verdadera mono-
polizacion de los empleos de las rentas estancadas.
91
en sus transacciones comerciales. Sin embargo, la Corona sostenfa
que no existfa aumento sino simple mente la escisi6n de dos grava-
menes que se cobraban bajo una misma denominaci6n (3).
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Fuentes I AHN. Aguordiente de Santander, T.t. H.lr. - 160V.; T.7. ff.456 r- 6 6 v.,
Aguordiente de aovcc c. T.6. ff. 538r.- 634;
Notorio 2" de a090to. T.150. f. 329r.
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ciones se realizaban en minima escala y comprendian productos co-
mo tabaco, algodon, quina y cacao. Fuera de estas actividades se
contaba con un relativo desarrollo de la produccion artesanal tex-
til.
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funciones productivas, y con equipos y tecnicas mas avanzadas que
los de la produccion propiamente indi'gena" (6).
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dos azotes afectaron los sectores sociales mas pobres del Socorro,
habida cuenta que el parroco oficio de limosna el 950/0 de apro-
ximadamente 1.100 entierros (11). Dato que no se puede tomar
como el total de la mortandad debido a que solamente hace rela-
cion de los muertos del perirnetro urbano; portal motivo, no nos
parece exagerada la cifra de 6.000 muertos que sefiala el cronista
Joaquin de Finestrand apoyandose en estimacion hecha par el
Procurador general de la Villa del Socorro (12). En el mismo afio,
coadyuvo a hacer mas dramatica la situacion la escasez de numera-
rio y de carne. Asimismo, la perdida por el verano de las cosechas
de tabaco en el Socorro y en las jurisdicciones vecinas (13).
(13)AHN Tabacos, T.35 ff. 101r. y 130r. Empleados publicos, Miscelanea, T. 15.
f. 3.r.
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cial de la hoja; yen la segunda fase, que qued6 definitivamente or-
ganizada en 1778, el gobierno colonial se hizo directamente cargo
de la administraci6n de la renta al pasar a controlar la producci6n
y el comercio (16).
(16 )Gonzalez, Margarita. "El estanco colonial del tabaco" en Cuadernos Co-
lombianos No.8, Ed. Leal6n, Medellin 1975, pp. 637 - 682.
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En forma violenta se reprimio el cultivo del tabaco en la region
santandereana. El 13 de febrero de 1779, el juez sub - delegado de
rentas del Socorro, Salvador Plata, promulgo un decreto dando a
conocer las penas con que se castigarfa a los defraudadores; algu-
nas de estas sanciones fueron:
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rrey Florez que con la anuencia del Alcalde de Mogotes Miguel
Sandoval, los vecinos habian puesto en fuga a los guard as del taba-
co. Agregaba tam bien que allf no se respetaban las recientes dispo-
siciones sobre el cultivo y el comercio de la hoja, y que "no cono-
cen Rey ni respetan justicia ... solo veneran y reconocen dos Al-
caldes pedaneos de entre ellos mismos. Tienen Teniente Corregi-
dol' que solo una vez los ha visto, y en ella concibio tal miedo
que no se ha atrevido a volver ... " (22).
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Guayana, con el fin de tener fuerzas suficientes para llevar a efecto
los designios que premeditaban, los cuales no son de ahora, como
se piensa, y 10 acredita suficientemente la copia que acompafio ba-
jo el numero 2, por 10 cual se advierte, que Alcover fue de Santafe
a la Guayana desde el afio de 1778, en cuyo tiempo ya buscaban
auxilios los socorranos para poner en ejecucion sus criminales in-
tentos de sublevarse" (24).
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promover los tumultos. Tal cuestion, que provenia del malestar
que todos los sectores sociales experimentaban con la imposicion
de las medidas gubemamentales, resalta no solo en las declaracio-
nes de algunos protagonistas del levantamiento, sino que tambien
se percibe en el desarrollo de la primera fase de la insurreccion.
Fue Salvador Plata quien mas insistio en que para iniciar el alza-
mien to se habia realizado un pacta previo entre los voceros de di-
versos grupos sociales. Una de las varias referencias es la siguiente:
"Sabemos muy bien las conferencias que tuvo sobre esto (Berbeo),
mucho antes de la primera conspiracion (la del 16 de marzo de
1781); y su mismo tfo carnal de Berbeo, Cristobal Martin, se ha
jactado publicamente, despues del perdon , que a el (Berbeo) se Ie
debe la quita de Barlovento, pues con los Ardila convoco a la gente
con ese fin" (26).
100
consagra con el rango de capitanes generales de la empresa insu-
rreccional.
(29)Ibid, T. 18. ff', 362v., 386r., 399r.v.; T.6. ff,239r.,.241v.; AHN,.Juicio§ Cri-
minales, T.34. f. 454v.
101
diversa indole entre las gentes de los poblados de la region que
"concurren a los mercados seman ales de la Villa del Socorro y tie-
nen mucha conexion de parentesco en ella" (30). De ahi que una
vez que se lograba el levantamiento de un poblado, parte de sus
habitantes se daban cita en las parroquias vecinas para colaborar en
la agitacion , Al respecto se conoce que gentes del Socorro, Simaco-
ta, San Gil y Chima, participaron en los tumultos de varios pobla-
dos, y asimismo, delegaciones de los municipios vecinos al Socorro
se hicieron presentes en los principales motines que acaecieron en
la Villa.
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militar delegada por los comunes (mayores detalles en el punto
D. 1. de este capitulo). Este rasgo distingue al movimiento insu-
rreccional de las Villas santandereanas puesto que los tumultos de-
sembocan en la constitucion de un mando unico y un ejercito de
masas que tuvo como objetivo la toma de Santafe y la suplanta-
cion de las autoridades reales. En otras regiones del Nuevo Reino
no se corrio igual camino porque falto la articulacion tactica de
los levantamientos, perc esto no quiere decir que en ultima instan-
cia no se orientaran hacia los mismos objetivos politicos.
103
cion a que los pobres se dedicaban a la industria de tejidos y por-
que estos usaban el hilo y el algodon como moneda (33). Como
complemento a esta decision se dispuso que el Corregidor y Justicia
Mayor de la provincia de Tunja, Jose Maria Campuzano, debfa
trasladarse al Socorro y San Gil para hacer conocer esta dispensa
y para fijar de nuevo el Edicto y el Arancel de la exaccion del de-
recho de Armada de Barlovento, asf como para investigar en secre-
ta el origen de los disturbios y sus autores. EI Regente Visitador
estaba convencido que can la concesion otorgada al sector artesanal
y can las diligencias de Campuzano, era suficiente para aplacar las
protestas; par ella, 4 dfas mas tarde dicta una nueva medida fiscal:
se trataba de la Instruccion para el cobro del Gracioso Donativo es-
tablecido par real Cedula del 17 de agosto de 1780, para costear
la guerra de Espana contra Inglaterra; a los ricos se les obliga a pa-
gar dos pesos y a los pobres uno.
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Aunque no se puede probar por exacta precision quien fue el autor
de la Cedula del Pueblo, hay datos que hacen suponer que en su
olaboracion intervinieron el Marques de San Jorge y Fray Ciriaco
de Archila. De todas maneras los versos contribuyeron a fortalecer
la rebelion, por cuanto le dieron un sustento ideologico al movi-
miento y clarificaron los objetivos de lucha. El pasqum que recibio
tambien el nombre de Nuestra Cedula, la Santfsima Gaceta y el Su-
perior Despacho, interpretaba los motivos de la protesta de los co-
munes: La desigualdad entre espafioles y criollos, la misera situa-
cion del indigena y la opresion fiscal. Nuestra Cedula manifiesta
una afirrnacion de la nacionalidad porque deja traslucir un lengua-
je anticolonial y un deseo de autonomfa:
" A mas de que si estos dominios tienen
Sus propios duefios, senores naturales.
Por que razon a gobemarnos viene
De otras regiones malditos nacionales?
De esto nuestras desdichas nos provienen,
Y asf, para excusar fines fatales,
Unamonos, por Dios, si les parece,
Y veamos el Reino a quien le pertenece".
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Si te resuelves por pura caridad
A usar de los consejos referidos
Y marchas como digo a esta ciudad,
Yo te juro que nos veras rendidos,
Pues aunque por la fuerza de la lealtad
A tu frente nos halles prevenidos;
Las arm as blancas en tf no cortaran
Y los fusiles mojados estaran" (34).
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b) Otras de las "voces falsas" de amplia circulacion eran las que colo-
caban en duda la legitimidad del gobiemo colonial; estas tuvie-
ron una amplia gama de contenidos.
A los esclavos se les decia que habfa una Cedula Real que los
declaraba libres pero que era ocultada por los espafioles.
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de Berbeo, quien el d ia anterior comando la organizacion para re-
sistir la supuesta invasion del Corregidor, y quien manifesto a Isi-
dro Molina el deseo de ser proclamado por el cornun (37).
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De los elegidos, solamente Salvador Plata acepto posesionarse por
obra de la presion de las masas. Su designacion no respondio a una
ingenua equivocacion de los comunes, sino a una medida tactica
que pretendia comprometer, 0 al menos inutilizar, al personaje
mas adinerado y de mayor poder politico de toda la comarca. Un
pasquin que se conocio el dfa 26 de mayo ratifica esta afirmacion.
Textualmente decfa:
No te de cuidado Plata,
que bien amarrado estas,
como no te desates
no haya miedo que te vas
ya te conocemos Plata
la traicion que habeis de hacer
el oficio que te dimos siempre 10 tuviste en poco
que vos Plata hagais cosa buena,
ninguna esperanza queda (39).
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La politica antipopular de la iglesia se hizo sentir en los primeros
tumultos cuando los clerigos trataron de disolverlos en procesio-
nes, misas, amonestaciones, amenazas de excomunion y suplicas.
En Simacota el17 de marzo el mot in conto con la interferencia de
una procesion ; el 30 de marzo en el Socorro, el sacerdote Joaquin
de Arrojo, al tiempo que se agigantaba el tumulto, salio con el San-
t isimo Sacramento e intimido a los feligreses con amenazas de exco-
munion ; en Confines, el 10. de abril, el parroco amonesto infruc-
tuosamente a los amotinados para que no atacaran los estancos; el
cura de Oiba, Filiberto Estevez, al pasar el ejercito del comun
rumbo a Puente Real, los insto a devolverse por "amor de Dios";
los sacerdotes de Puente Real cuando vieron sitiada la poblacion
fueron a los campamentos de los rebeldes a disuadirlos de su empe-
no; en Zipaquira el 15 de mayo, a la par que estalla el tumulto, sa-
le a la plaza el Arzobispo acompafiado de varios clerigos rezando el
rosario (41).
110
atendiendo las exhortaciones del sacerdote Arrojo, pero salio luego
de terminada la platica a unirse a los que habian continuado con
la protesta callejera. El mismo dia, como Arrojo y otro compaiiero
persistieron en interferir el mot in, el pueblo furioso los apedreo
mientras gritaba: [Mueran que Dios perdona!
111
La legitimizacion religiosa de la insurreccion tambien se exteriori-
za en que los jefes del ejercito del comun recibieron como trata-
miento adicional el calificativo de capitanes "cristianisimos y ca-
ritativos". Se revela del mismo modo en los tumultos, donde se es-
cucharon gritos tan polarizados como "muera el mal gobiemo y
viva la fe de Jesucristo"( 45). De otro lado es de tener en cuenta
que las masas oprimidas conservaron los ejemplares de la Cedula
del Pueblo - que tam bien fue Hamada Sant isima Gaceta - como
un simbolo politico-religioso, "apenas hab ia hombre que no lleva-
se su Cedula en las faltriqueras, algunos se vier on en el mismo Zi-
paquira que la conducfan pendiente del rosario en lugar de los san-
tos evangelios ... "( 46).
(47)Ibid, f. 43r.v. /
112
cesaria y por esta razon con las primeras victorias desperdicio sus
energias en celebraciones jubilosas ... "(49).
(50)Finestrand, J. Op.cit, p.
113
aspecto es que el Consejo de Guerra se arrogo poderes judicia-
les: "era el tribunal de las causas, en donde se trataban las que-
jas, y se conocia de apelacion sin atender a la Real Audiencia
para estos actos de jurisdicciont'(Bz]. Dado su escaso perfodo
de vida, parece que en este tribunal solo se ventilaron asuntos
pen ales y de manera incompleta, porque una vez se firmaron
las capitulaciones, la justicia real se hizo cargo de los litigios en
curso. De todas maneras, por los procesos que se conocen se ob-
serva que cada capitan de los pueblos insurrectos tenfa tambien
calidad de juez; por razon de esta investidura avocaba la investi-
gacion de los delitos que se comet fan en su respeetiva parroquia.
Conclufda 10 que ahora se denomina como la etapa instruetiva,
el proceso era remitido al Supremo Consejo de Guerra (53).
(53)BNC, Comuneros, T.6. if. Br-v., lOr., l4v.; T.3.ff. 242r., 244r.
(55)Ibid, f. 34r.-v.
114
dos en los poblados. De esta manera ejercio una vigilancia se-
lectiva para garantizar el predominio a los sectores acaudala-
dos del comun en la direccion politica militar del movimien-
to.
(57)Ibid, T. 6. f. 26r. -v ,
115
vera vigilancia de los elementos anti - insurreccionales y la 0-
cupacion militar de la Villa de Giron que era opuesta a la su-
blevacion ,
Cuando las tropas se desplazaron a Santafe, el S. C. G. envio
sustitutos para que acompafiaran a Berbeo (58).
Por el total de los aspectos sefialados se puede concluir que
en el movimiento de los comuneros el S. C. G. surgio como
un organismo de gobiemo paralelo al de la autoridad colonial.
Tal entidad insurreccional fue la maxima expresion de la So-
berania del comun en oposicion a la soberan ia del Monarca.
Es desde este angulo que el poder del Cornun es revoluciona-
rio, por cuanto que los protagonistas del alzamiento, sin cono-
cer las teorias anti-absolutistas, afirmaron especialmente en la
practica la Soberan ia del Pueblo. De otro lado, la nocion de
Soberania del Comun tambien se manifiesta en las ideas: A-
firma Salvador Plata que hubo una peticion del Comun al Ca-
bildo del Socorro, encaminada a que esta corporacion decla-
rara bajo juramento, si estaba a favor del Rey 0 del Comun(59).
En este mismo sentido, es significativa la respuesta aprobato-
ria del S.C.G., a la peticion formulada por Antonio de Molina,
Procurador del comun socorrano, en ella reclamaba el nom-
bramiento de un administrador de la renta de aguardiente,
con la advertencia que la persona elegida no quedaba obligada
para con el Rey, "pues este en las circunstancias presentes es-
ta suspenso y aim muerto por el comun "> (60). Y tambien es
trascendente que existan evidencias concretas que confirmen
la negacion de la Soberania del Rey por parte del sector so-
cial pauperrimo , es ilustrativo el altercado del 13 de mayo en-
tre el alcalde de Oiba y el alfarero Antonio Pabon: el primero
recrimino al segundo en nombre del Rey, y este 10 desafio en
nombre del Cornun , de encime Ie grito que era un Alcalde de
mierda (61).
(61)Ibid, f. i i-.
116
propias aspiraciones e intereses. Es decir, que hubo un incues-
tionable acuerdo de combatir a la autoridad espanola, pero en la
convulsion del levantamiento, cada sector social vefa delante de
sf otro horizonte: De un lado las masas oprimidas guiadas por
su instinto buscaban y esperaban su redencion social, y de otro
los sectores acaudalados temian por la perdida de su hegemonfa
polftica y economica.
TABLA 6.
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Los terratenientes se comprometieron con la insurreccion desde
un primer momento, otra cosa es que hayan deslindado sus ac-
tos y los de la plebe, y que igualmente hayan actuado a la sorn-
bra de varios jefes naturales de baja extraccion, con quienes
manten ian un estrecho nexo derivado de relaciones economicas,
de amistad y de parentesco. Los terratenientes no solamente se
aprovecharon de tales vinculos para lograr su aceptacion entre
los sectores oprimidos, sino que a la vez maquinaron para lograr
su predorninio en los puestos de mando del alzamiento. Es
cierto que los capitanes terratenientes 0 las capas medias santan-
dereanas, otorgaron en secreto los llamados instrumentos de Ex-
culpacion, en los que declararon fidelidad al Rey y en los que
advirtieron que aceptaban los cargos militares unicamente por
salvaguardar sus bienes y sus vidas. Pero hay suficientes elemen-
tos para aseverar que estos documentos no constituyeron otra
cosa que un pretexto de los terratenientes para esconder su posi-
cion polftica ante la Corona: No se debe olvidar que la clase do-
minante santandereana era duramente golpeada por las medidas
fiscales y que no podia permanecer impasible ante el empuje
subversivo de amplios sectores sociales. Es mas,-la pasividad
tampoco .les conven ia, puesto que participando "en la subleva-
cion estaban en mejores condiciones de controlar el movimien-
to; control que debe entenderse como encaminado a defender
sus intereses ante el gobiemo colonial y ante la propia plebe 0
"canalla," y no a resguardar los de la Corona como trataron de
hacerlo creer en los documentos de Exculpacion. Desvirtua tam-
bien la supuesta participacion forzosa de los elementos acauda-
lados, la actitud que adoptan luego de hacerse al comando de la
rebelion, puesto que en lugar de ser consecuentes con 10 que ha-
b ian consignado en los documentos de Exculpacion, demues-
tran el mas denodado empefio por hacer derrumbar la autoridad
espafiola. Empuje inicial de la capa dominante que termino ex-
tinguiendose por el caracter de revolucion social que las masas
oprirnidas imprimian a la lucha. Y el movimiento comunero se
escinde: A un lado quedo el pueblo desheredado, quiza con mas
descontento que el que traia al empezar la lucha, al otro lado
quedaron los nobles y adinerados de Santander, Tunja y Santa-
fe , con el embeleco de las capitulaciones y al acuerdo de unirse
de inmediato a la autoridad colonial en la tarea de desmovilizar
y pacificar a sus ex-aliados.
118
Mes de mayo: En misiva dirigida a Berbeo decia: "Cuando reci-
bf su carta, no estaba en esta su casa por ciertas urgencias que
tam bien me obligaron a suplicarle me relevara, y ciertamente 10
sent! por lograr de su compafiia; pero siendo el asunto propia-
mente de todos, por ningun termino puedo desentenderme, por
cuya razon he deliberado hacerle este propio con quien le remi-
to veinte pesos por ahora, para 10 que se ofreciera en el viaje de
Santafe , sin olvidarme en 10 adelante de otra semejante, 0 ma-
yor concurrencia, para 10 que me tendra presente, deseandole
un feliz exito. .. Tambien le prevengo que si los capitanes de
esta Villa me quisieran ocupar en algun empleo no les admito,
solo que sea por V.M. "(62).
Mes de junio: Es elegido capitan y ratificado por el comun (63).
Mes de septiembre: En carta al alcalde del Socorro afirmaba:
"A la presente nos hallamos notificados y con la obligacion de
comandar la gente que esta sobre las armas para resistir la inva-
sion de los mogotes que con su caudillo Galan nos tiene amena-
zados ... (64).
Mes de octubre: Cuando entregaba el titulo de capitan a las au-
toridades sefialaba: "Admit! unicamente par libertar mi vida y
mi hacienda ... (65).
(63)Ibid, T. 3. f. 18r.v.
(65)Ibid, f. 344r.
119
secreto y luego abiertamente a los jefes de la plebe, est os en
ejercicio de su calidad de capitanes volantes y de.su influencia,
lograban el respaldo de sus iguales para la aceptacion y aclama-
cion como capitanes de los vecinos "principales" de cada pue-
blo (u cornun). Es decir, que antes de cada eleccion , los nom-
bres de quienes deb ian ocupar los cargos ya se conocian, a los
agitadores Q capitanes volantes, solo les correspond ia efectuar
la postulacion e incitar a la aclamacion por parte del comun de
la respectiva parroquia. A esta misma conclusion llego P. Car-
denas Acosta - quien tambien hizo un exhaustivo estudio de
las fuentes primarias -, la expresa cuando comenta la elec-
cion de los capitanes de Zipaquira: "En observancia de la
practica establecida por los jefes de los comuneros, desde los
principios del movimiento, de indicar ellos mismos los nom-
bres de los capitanes de cada ciudad, pueblo 0 lugar, para que
el publico los aclamase, y aprobar luego por el comandante
General 0 por el Supremo Consejo de Guerra los nombra-
mientos aparentemente hechos por los comunes, designo Ber-
beo a los senores don Cosme Damian de Espinosa, don Ber-
nardo Romero, don Ubaldo Macias y don Francisco Riafio,
y ordeno a los capitanes Ignacio Tavera y Marcelo de Ardila
para que convocasen al punto el comun de la parroquia, a
efecto de que los aclamase solemnemente para capitanes de
Zipaquira ... "(66).
b.Otra forma de elegir capitanes era la realizada directamente
por el SCG (0 sus miembros) en virtud de la autoridad que Ie
concedio el cornun ellS de abril. Los 6 capitanes que compo-
man el supremo organismo eran de extraccion elitista, de ahf
que su politica en el sentido de la eleccion 0 ~atificacion de
capitanes, haya estado dirigida a robustecer la ingerencia de
su grupo en la direccion del movimiento.
El comun siempre aparecio en los t itulos conferidos como el
responsable de his designaciones; tal hecho se percibe en la
declaracion del terrateniente y capitan de Velez, Jose Jacinto
Florez, quien en el momento de entregar el documento co-
mentaba 10 siguiente: "Hago solemne presentacion del titulo,
a mi conferido; y a los demas que en el se registran; y aunque
de dicho titulo, aparece, habersenos comunicado a pedimen-
to del cornun dicha capitarna, no es asi, porque la dicha no-
mina fue hecha par los capitanes de las referidas Villas; y no
a pedimento del cornun , de esta ciudad, como se supone, y
aunque admiti dicha capitan ia, fue a fuerza de violencia y te-
mor con que me impidieron, como se deja ver por las boletas
de precepto ... " (67).
(66)Cardenas Acosta, P. Op.cit.,T.l. p. 299
(67)BNC, Comuneros, T. 5. 336r.
120
TABLA 7
2. Juan Fran-
cisco Berbeo Chitaraque Vicente Francisco Calvo
Carare Jose Ramon Escobar
Santafe Nomina completa
Zipaquira Nomina completa
121
prana designacion tambien provino del favor popular y del
respaldo de sus protectores, con quienes rompen luego de la
firma de las capitulaciones. Del mismo grupo social era Jose
Antonio Galan y Juan Agustin Serrano, designados capitanes
en el transcurso del levantamiento por su arrojo y capacidad
militar. EI otro capitan de esta ala revolucionaria del comun
era Miguel Sandoval, electo por el pueblo de Mogotes en los
momentos en que se preparaba una segunda marcha hacia
Santafe ,
TABLA 8
122
Dichos mecanismos apuntaron a redoblar el control de la cla-
se dominante en el mando politico - militar de la insurrec-
cion, y adernas a frenar el acceso a los puestos de direccion
del ejercito de individuos pertenecientes a los sectores socia-
les pobres 0 plebeyos.
123
como deposito de las armas de los comunes. No fue adquirida
par los sublevados sino que se entre en posesion de ella, debido
a que estaba en pleito por nulidad en el remate hecho al capitan
de Charala Pedro Nieto (71).
Hay que distinguir entre las fuerzas militares del cornun que se
presentaron en Zipaquira y las que se mantuvieron en los pue-
blos sublevados. Esta racionalizacion de los combatientes era
iniciativa de Berbeo, Monsalve y Rosillo, los mas destacados
miembros del SCG, a estes jefes les parecio conveniente que en
la region liberada quedaran varios miles de soldados organizados
con una estructura militar igual a las tropas que se dirigieron a
ocupar a Santafe, para garantizar la normalidad economica de la
region, obviar gastos y prevenir alguna reaccion de los elementos
opuestos al movimiento 0 un avance militar realista por sus es-
paldas (73). Buena dernostracion de la capacidad of ens iva de las
tropas que se quedaron en el area epicentro de la protesta, es el
asalto victorioso a Giron el 29 de mayo de 1781, en esta opera-
cion participaron 4.000 soldados.
124
marca y Boyaca, bajo el mando de Ambrosio Pisco (74). Estas
fuerzas, a su vez, estaban compuestas por tropas de infanteria y
caballeria. El porcentaje de estas ultimas era de un tercio del to-
tal (75). Todo el ejercito se agrupaba en "Compan ias" que osci-
laban entre 25 y 100 soldados (76).
(75)Ibid, p. 292
125
carcel publica, por todo rigor, y de ello nos den pronta cuenta
para su castigo ... (78).
(80.)Ibid, T. 1. p. 289
(81)BNC, Comuneros, T. 2. ff. 213r. - 214r.
(82)Ibid, T. 6. f. 28r.
126
Segun estas cifras el ejercito comunero acampado en Zipaquira,
estaba gobernado por 689 oficiales y 1.600 suboficiales.
127