Bien Jurídico de La Vida y El Homicidio Simple PDF
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1. INTRODUCCION:
Nuestro sistema jurídico se inicia interesándose por los principales derechos fundamentales de la
persona individual, los que vienen a constituir la vida, la integridad física o mental y la salud, de los
cuales nacen y se ejercitan los demás como la libertad.
Qué, nuestra carta política y el código civil, siguiendo la ideología inmersa en la declaración universal
de los derechos humanos (1948), el pacto internacional de derecho civiles y políticos (1966) y la
convención americana de derechos humanos (1969), comienza señalando que en primerísimo lugar
toda persona natural tiene derecho a la vida y a su integridad psicofísica y corresponde a la sociedad
jurídicamente organizada (estado) protegerla. En ese sentido, el corpus juris penale no puede ser
indiferente a aquella ideología adoptada en todo estado democrático de derecho, apareciendo
como los principales y primeros bienes jurídicos a proteger, la vida y después la integridad física y
psicológica de la persona individual.
Esta situación se fundamenta en la posición doctrinaria que plantean lo siguiente : si bien es cierto
el ejercicio del derecho a la vida, a la integridad física o mental y los demás derechos, corresponde
al hombre, individual o colectivamente considerado; su garantía, defensa y puesta en práctica
pertenece al estado, pues solo el dispone en forma efectiva de los resortes para su protección. Por
lo demás, protegiéndoles se protege así mismo y garantiza su supervivencia.
La persona individual es el pilar central del sistema jurídico, constituyéndose al mismo tiempo en su
principal valor; en consecuencia, ya nadie discute que merece por ello su preferencial protección.
Aquí es importante destacar que cuando se alude al derecho a la vida, nos estamos refiriendo tanto
a la vida independiente como a la dependiente, y cuando nos referimos a la integridad física y mental
de la persona, automáticamente estamos aludiendo a la salud.
Entendemos como bien jurídico a todo aquel interés social que se constituye en presupuesto
necesario para el normal desenvolvimiento de la persona humana en sociedad. “los bienes jurídicos
son tales no porque el legislador los considere merecedores de protección jurídica, sino porque son
en si presupuestos indispensables para la vida en común”.
Una vez que el legislador considera que determinados bienes deben ser protegidos o tutelados
por el derecho, tipificándolos mediante una ley, automáticamente se convierten en bienes
jurídicamente protegidos.
En las conductas tipificadas bajo el membrete de delitos contra la vida, no hay mayores problemas
para identificar el derecho a la vida humana como el bien jurídico protegido. Esta es la fuente de
todos los demás bienes tutelados; sin ella no tendría sentido hablar de derecho y mucho menos de
la vida misma. En otros términos, el derecho a la vida constituye el bien jurídico de mayor
importancia, no solo porque el atentado contra el es irreparable, sino porque es también la
condición absolutamente necesaria para sentir su grandeza y disfrutar de los restantes bines.
3. HOMICIDIO SIMPLE
1. TIPO PENAL
El tipo básico del homicidio aparece como el primer delito especifico regulado en el código
sustantivo, se encuentra tipificado en el articulo 106 de la siguiente manera:
“El que mata a otro será reprimido con pena privativa de libertad no menor de
seis ni mayor de veinte años.”
Para nuestro sistema jurídico vigente, la condición, cualidad o calidad del titular del bien jurídico
“derecho a la vida” no interesa para catalogar como homicidio simple una conducta dolosa dirigida
a aniquilarla. Aquel puede ser un genio, un idiota, la miss Perú, un deforme, un enfermo, un recién
nacido, un anciano, un orate, etc. El hecho punible aparece y se sanciona drásticamente, debido a
que el derecho a la vida humana independiente es el bien jurídico que a la sociedad jurídicamente
organizada le interesa proteger en forma rigurosa de cualquier ataque extraño.
A fin de evitar confusiones, se precisa que cuestiones diferentes son el bien jurídico y el objeto
material sobre el cual recae la acción delictiva del agente. En efecto, en el homicidio simple, el bien
jurídico es, como ya se preciso, el derecho a la vida humana independiente, mientras que el objeto
material del delito es la persona humana naturalmente sin vida contra la que se dirigió el ataque y
se produjo el resultado letal.
3. TIPICIDAD OBJETIVA
El tipo legal de homicidio simple indica de manera indeterminada al sujeto activo, agente o autor,
al comenzar su redacción señalando “el que (…)”. De modo, se desprende o interpreta que autor
del homicidio básico puede ser cualquier persona natural. Constituye un delito común o de
dominio, pues para ser sujeto activo no se necesita reunir alguna condición o cualidad especial, ya
sea que actúe por el mismo o valiéndose de terceros, de medios mecánicos o animales.
En los casos de omisión impropia, el sujeto activo solo puede ser quien está en posición de garante
respecto del bien jurídico lesionado. Si en el caso concreto no puede determinarse que el sujeto
tenía la posición de garante sobre el fallecido, resultara imposible atribuirle el resultado letal a título
de omisión.
Al prescribir el tipo penal la expresión “(…) a otro “se entiende que sujeto pasivo puede ser también
cualquier persona natural y CON VIDA desde el momento del parto hasta su muerte debidamente
determinada. Se exceptúa a los ascendientes, descendientes, conyuges o concubinos del agente,
quieres solo son sujetos pasivos del delito de parricidio.
El sujeto pasivo tiene que ser una persona con vida. El que procura la muerte de un cadáver
creyéndole vivo, de ningún modo puede ser imputado el hecho ilícito de homicidio simple.
La conducta típica del homicidio simple consiste en QUITAR LA VIDA DOLOSAMENTE A UNA
PERSONA, sin la concurrencia de alguna circunstancia atenuante o gravante debidamente
establecida en el código penal como elemento constitutivo de otra figura delictiva. Si bien en el tipo
penal no se hace referencia a la forma de aniquilar la vida de otro, se entiende que puede ser por
acción u omisión, en este último supuesto será de aplicación el artículo 13 del código penal que
regula la omisión impropia. Siendo así, se concluye que detrás de una omisión delictiva debe existir
una norma de mandato (establece un deber de garante ), caso contrario, la conducta es atípica. Ello
ocurre, por ejemplo, cuando un medico de guardia nocturna dolosamente no atiende aun paciente
herido de bala con la finalidad que muera desangrado, dado que éste es el causante de su divorcio.
“lo determinante es que el sujeto activo se encuentra en una posición de garante frente a la muerte
del sujeto pasivo”. Vale decir, se encuentra con el deber jurídico de actuar para evitar el resultado
dañoso no querido por el orden jurídico.
Para calificar el delito de homicidio simple resulta irrelevante determinar la modalidad empleada
por el agente, así como los medios utilizados (revolver, cuchillo, golpe de puño, etc.) para consumar
el hecho punible. Se trata de aquella clase de delitos que en la doctrina se denominan “tipos
resultativos o tipos prohibitivos de causar”, en los cuales la ley se limita solo a prohibir la producción
de un resultado sin determinar la clase del comportamiento típico. Son tipos de injusto que no
especifican el modo, forma o circunstancia de ejecución, dado que se limitan a exigir la producción
de un resultado sin indicar como o de que modo debe arribarse a dicho resultado. Aquí, los motivos
o móviles por los que actúa el agente no cuenta, salvo que sean insignificantes o inexistentes. En
cuyo caso, se convierte el homicidio en agravado, comúnmente conocido como asesinato.
Lo único que se exige es la idoneidad del medio para originar el resultado dañoso. No obstante, las
formas, circunstancias y medios empleados devienen en importantes al momento de imponer la
pena al homicida.
El articulo 106 constituye el tipo básico del homicidio de donde se derivan otras figuras delictivas
que han adquirido autonomía legislativa y sustantiva propia al haber sido reguladas en forma
especifica y con determinadas características (asesinato u homicidio calificado, parricidio,
infanticidio, etc.).
En este extremo entra a tallar la moderna teoría de la imputación objetiva para resolver los
problemas que eventualmente pueden presentarse para el juzgador en un caso concreto. Esta teoría
sostiene que para atribuir o imputar responsabilidad penal a un sujeto se requiere que su acción u
omisión haya creado un riesgo no permitido jurídicamente, o aumentado un riesgo jurídico y
normalmente permitido, trayendo como consecuencia el resultado letal.
4. TIPICIDAD SUBJETIVA:
Para configurarse el homicidio simple es requisito sine qua nom la concurrencia del dolo en el
actuar del agente. El dolo exige el conocimiento y voluntad de realizar las circunstancias del tipo
objetivo, es decir, el sujeto activo debe actuar con conocimiento de dar muerte a su victima y querer
hacerlo.
Es admisible el dolo directo, dolo indirecto y el dolo eventual. El dolo directo presupone el gobierno
de la voluntad. En él, las consecuencia que el agente se ha representado mentalmente fueron
voluntariamente buscadas y queridas. El autor quiere matar emplea el medio elegido y mata.
En el dolo indirecto se producen consecuencia que son necesaria al resultado querido directamente.
Además del resultado deseado, el autor se representa la generación de otro, porque esta
inseparablemente unido al primero. Aquí es conocido el ejemplo de la bomba colocada para matar
al jefe de estado (resultado querido directamente), cuya explosión mata, al mismo tiempo, a los
acompañantes (consecuencia necesaria que no forma parte del propósito original ). El autor quiere
matar al jefe de estado, pero, al mismo tiempo, se representa que con su acción matara
necesariamente a sus acompañantes y, frente a esa representación, actúa.
En el dolo eventual se requiere, además de la previsibilidad del resultado como posible, que el autor
lo haya aceptado o lo haya ratificado. El agente, a pesar de representarse la muerte como posible,
no se detiene en su actuar, continua su acción hacia ese resultado, en definitiva, lo acepta. Asume
una actitud temeraria. Asume una conducta que viene desarrollando, pero en lugar de evitarlo, lo
acepta y asume.
5. CONSUMACION
Entendemos que existe consumación de un hecho punible cuando el sujeto activo da total
cumplimiento a los elementos constitutivos descritos en el tipo penal. En ese sentido, el homicidio
simple alcanza su consumación cuando el agente, actuando dolosamente, ha puesto fin a la vida
del sujeto pasivo. Esto es, haya agotado el verbo matar.
Aun cuando el tipo penal se refiere en forma singular al agente, es perfectamente posible la
participación de varios sujetos en la comisión de hecho criminal. En estos casos, aplicando la teoría
del dominio del hecho se diferenciará entre autores y participes (ya sean en nivel primario o
secundario). Para ello se tendrá en consideración lo prescrito en los artículos 23,24 y 25 del CP.
6. TENTATIVA
De acuerdo con el articulo 16 del código penal sustantivo, existe tentativa cuando el agente
comienza la ejecución de un delito que decidió cometer, pero no lo consuma. De modo que al ser
el homicidio simple un hecho comisivo de carácter doloso y de resultado necesariamente lesivo, LA
TENTATIVA ES POSIBLE. Ejemplo: Juan Quispe premunido de un revolver calibre 38 ingresa al
domicilio de Panfilo Perez con la intención de darle muerte, pero cuando se disponía a disparar fue
reducido con un golpe de palo de escoba en el cráneo por Rudecinda Marquez, domestica de Panfilo
Perez, quien al ver el peligro en que se encontraba su empleador con cuidado y a espaldas del agente
actuó, evitando de ese modo la comisión del homicidio.
7. PENALIDAD
Al verificar la consumación del homicidio, de acuerdo al tipo penal en hermenéutica, al sujeto activo
se le impondrá una pena privativa de la libertad no menor de seis ni mayor de veinte años. La pena
variara de acuerdo con la forma, modo, circunstancias y grado de culpabilidad con que actuo el
autor, todo ello probado durante un debido proceso penal.