Capítulo III Uncion de Enfermos
Capítulo III Uncion de Enfermos
Capítulo III Uncion de Enfermos
PRINCIPALES PRESUPUESTOS:
La constitución conciliar Sacrosanctum Concilium, señala algunos de los aspectos llamados
a ser renovados en la liturgia del sacramento de la unción de enfermos: “Además de los
ritos separados de la unción de enfermos y del viático, redáctese un rito continuado, según
el cual la unción sea administrada al enfermo después de la confesión y antes de recibir el
viático”. “Adáptese, según las circunstancias, el número de las unciones y revísense las
oraciones correspondientes al rito de la unción, de manera que respondan a las diversas
situaciones de los enfermos que reciben el sacramento”.
El papa Pablo VI firma la constitución apostólica Sacram Unctionem infirmorumy por la
que se determinan algunos cambios que afectan a la materia, forma y celebración del
sacramento:
puede usarse aceite de oliva o vegetal (debidamente bendecido)
se simplifica el número de unciones (en caso de necesidad, basta hacer una sola
unción)
la oración que acompaña a las unciones debe recitarse una sola vez, se refiere a los
diversos efectos del sacramento y a la acción del Espíritu y se inspira enteramente
en el texto de Santiago 5,15. En el Ritual, dicha oración consta de dos partes, que
van separadas por la respuesta de la comunidad.
La “gravedad” de la enfermedad ha de juzgarse, según dicen los “Praenotanda”, “sin
ninguna clase de angustia”. Los “Praenotanda” están más atentos a una celebración del
sacramento que ayude a una mayor purificación interior; las “Orientaciones” se fijan
especialmente en la relación del sacramento con la enfermedad corporal, tratando de
diferenciar lo que es remedio de la medicina y efecto del sacramento, sin que ello signifique
una independencia entre ambas ayudas.
Tipos de celebraciones relacionadas con la pastoral de los enfermos:
1. Visita y comunión de los enfermos.
2. Rito de unción fuera y dentro de la misa.
3. Administración del Viático dentro y fuera de la misa.
4. Rito continuo de Penitencia, Unción y Viático.
El rito puede celebrarse en casa del enfermo, en el sanatorio, en la misma iglesia si se trata
de enfermos que pueden hacerlo así o en otro lugar conveniente. El ministro del sacramento
es el sacerdote (presbítero u obispo), correspondiendo al párroco y sus colaboradores
ejercerlo de forma ordinaria; pueden participar varios sacerdotes en la administración del
sacramento, lo cual contribuye a destacar la colegialidad del presbiterado y la importancia
que la Iglesia da a su oración en favor del enfermo.
Después de un saludo a los presentes y una invitación a participar en el acto litúrgico, se
hace un acto penitencial (salvo que el penitente se haya confesado antes), al que sigue la
liturgia de la Palabra. Esta primera parte de la liturgia puede terminar con una letanía u
oración de los fieles, que podría también hacerse en otro momento del rito, y con el rito de
imposición de manos que el sacerdote hace en silencio y que pueden hacer a la vez los
sacerdotes que le acompañan. Después de la “liturgia del sacramento”, el rito concluye con
el rezo de la oración dominical y la bendición a los presentes. El momento central del rito o
“liturgia del sacramento” se compone de estos actos: la bendición del óleo, en el caso en
que sea preciso hacerlo, o, de forma ordinaria, una oración de acción de gracias sobre el
óleo bendecido; la unción que se hace al enfermo en la frente y en las manos (en caso de
necesidad, basta una sola unción en la frente o en otra parte conveniente del cuerpo),
pronunciando una sola vez las palabras que acompañan a la unción y, finalmente, una
oración, que admite diversas fórmulas según las circunstancias, pidiendo por la salud
espiritual y corporal del enfermo. La bendición del óleo de los enfermos, que “se hace
normalmente en la misa crismal que celebra el obispo en el día de Jueves Santo”. La
oración Emitte de bendición del óleo destaca en la tradición litúrgica romana por su
antigüedad y su pervivencia en los diversos sacraméntanos; es una epíclesis, en la que se
pide la curación de toda enfermedad y la santificación de todo el ser humano,