Jill Liddington - Qué Es La Historia Pública PDF
Jill Liddington - Qué Es La Historia Pública PDF
Jill Liddington - Qué Es La Historia Pública PDF
Por Jill Liddington / En Oral History, vol. 30, N°1, (primavera, 2002), pp. 83-93.
Traducción: Nicolás Javaloyes
¿Qué es la historia pública y qué hacen los historiadores públicos? En los últimos años hubo una
explosión de representaciones populares del pasado. Se volvió imposible prender el televisor y no
encontrar la serie A history of Britain, de Simon Schama, o el documental dramatizado Band of
Brothers de Steven Spielberg;1 o encender la radio y no escuchar una discusión sobre la memoria y
los recuerdos. El entusiasmo por la 'historia viva' domina la nación. La serie The 1940s House,
donde una familia contemporánea se ofrece como voluntaria para "revivir" el racionamiento y el
blitzkrieg, fue muy popular. Tanto es así que para la exposición The 1940s House –Museo de la
Guerra Imperial– se hizo una réplica de la casa ubicada en 17 Braemar Gardens, West Wickham
con toda su vulgaridad suburbana –para deleite de hordas de jóvenes estudiantes–. El cierre de la
muestra se postergó dos veces, hasta mediados de 2002.2 Mientras tanto, la revista BBC History,
ofrece 'History to go' e 'History on the Net' y vende más de 50,000 copias al mes.
Sí, “el pasado es un país extranjero”; ellos todavía "hacen las cosas de manera diferente allí"
(Hartley, 1958).3 Pero cada vez más, ya sea en “la historia de tambor y trompeta” de Schama o en
la "experiencia de trinchera" del Museo de la Guerra Imperial4 el pasado popular es presentado
como si estuviera a la vuelta de la esquina, a sólo un dedo de distancia. No hace falta pasaporte ni 1
un viaje tumultuoso; con solo oprimir el botón de TV, hacer clic en el mouse o navegar en History
Channel,5 instantáneamente –y muchas veces con placer– Ud. estará allí.
El pasado, o al menos sus representaciones populares, ahora nos rodean. El pasado significa
negocio. Los productores de radio rastrean sus contactos en busca historiadores que puedan
resumir un tema de investigación en unas pocas frases. Incluso hasta las instituciones académicas
de elite debaten sobre “los historiadores y sus públicos.6 Una institución pionera, el Ruskin
College, Oxford, ofrece una Maestría en Historia Pública, mientras otras instituciones dan cursos
sobre historia aplicada [applied history] o sobre estudios de patrimonio [heritage studies] con un
componente de historia pública.7 Y, por supuesto, la revista Oral History, comprometida con un
amplio número de lectores, ahora tiene su propia sección de Historia Pública.
Entonces, ¿todos somos historiadores públicos ahora? ¿Todos el que se dedican al pasado y
trabajan con público –ya sean visitantes de museos, espectadores de televisión o actos escolares–
es un "historiador público"? ¿Es la "historia pública" un hospitalario paraguas para refugiar a todas
las formas de la historia "popular", ya sea historia oral o "historia de la gente", "historia aplicada"
o "estudios del patrimonio"? La respuesta es probablemente un generoso "sí": dejen que florezcan
mil flores. Y ciertamente, en recientes conferencias, se escuchó a una amplia gama de
practicantes, historiadores orales, educadores de adultos, archivistas de alto nivel, un poco
desconcertados: "Hasta oír la frase ‘historiador público’, no comprendí lo hice toda mi vida. Ahora
tengo una etiqueta”.
Sin embargo, "historia pública" es un concepto resbaladizo. Y la dificultad de un enfoque
ecuménico de mil flores radica, creo, en que la frase se usa en una gama amplia de sentidos –
tanto en Gran Bretaña como a nivel internacional, por parte de profesionales y académicos–, al
punto de ser desconcertante. Y si la "historia pública" es simplemente una nueva titulación de lo
que estábamos haciendo de todos modos, ¿no podemos perder la oportunidad de pensar en lo
que entendemos por "público" y así perder la oportunidad de afinar nuestra propia práctica?
Lo que estoy buscando es aquí para explorar significados y usos generales de la "historia pública",
por parte de profesionales y académicos, inicialmente en comparación con la historia oral.
Entonces, ¿qué significa para los Estados Unidos, luego Australia y finalmente en Gran Bretaña?8
También quiero explorar qué entendemos por "público" (a diferencia de, digamos, "la gente",
“sociedad” o “las masas”), ver cómo teóricos sociales y culturales pueden ayudar; y finalmente
considerar cómo dicha teoría ayuda a la práctica de los historiadores públicos, citando ejemplos
de buenas prácticas que se me han presentado.
Radical History Review, Winter 2001. Courtesy of MARHO, the Radical Historians1 Organization Inc
PÚBLICO Y PRIVADO
Entonces, a partir breve relevamiento sobre la Historia Pública, queda claro que no hay una
respuesta única a la pregunta "¿qué es la historia pública?" o incluso a "¿qué hacen los
historiadores públicos?". Incluso hasta preguntar ¿qué es un historiador?, revela una gran
diferencia entre, por un lado, el Royal Historical Society y el énfasis de Jordanova en una disciplina
académica crítica basada en una networking; y, por otro, énfasis ruskiniano de Rafael Samuel
sobre la democratización de la historia: "todos somos historiadores". La palabra "público" es
quizás aún más resbaladiza. Si pensamos en todos sus usos como adjetivo, las complicaciones se
aclararán: “relaciones públicas” y “publicidad”, pero también “opinión pública”, “interés público”,
“servicio público” y la Public Works Administration de Roosevelt. (Los estadounidenses rodean la
palabra "público" con significados especiales que surgen de un ideal de ciudadanía incrustado en
su Constitución y Carta de Derechos).43 ¿Podemos recurrir a los teóricos culturales en busca de
ayuda? En Keywords (1976), Raymond Williams prestó más atención a "masas" que a "público" 44
historiadores de género han escrito extensamente sobre la masculina “esfera pública” y la
femenina “esfera privada”, pero se centran en la separación de las esferas y no en la historia
pública.45
Para ayudarme, me he dirigido al sociólogo de Frankfurt Jürgen Habermas, aunque parece que
apenas se menciona en la literatura de historia pública.46 Su texto clave aquí, “La transformación
estructural de la esfera pública”, se publicó en alemán en 1962 (aunque no está disponible en
inglés hasta 1989), lo que provoca una leve sensación de distancia. Habermas es uno de los pocos
teóricos sociales que analizan los significados cambiantes asociados a la palabra "público", y sigue
siendo útil para evaluar el consumo popular actual (pero a menudo pasivo) del pasado.
Habermas comienza con la clásica "esfera pública" de ciudad-estado griega de ciudadanos
masculinos libres, que descansa, por supuesto, en la "esfera privada" doméstica, en la que las
mujeres reproducen la vida, los hombres son servidos, y los esclavos trabajan.47 En la Gran Bretaña
del siglo XVIII, los hombres burgueses, informados por boletines de noticias y reunidos de manera
cordial en las cafeterías, y de hecho formaron la "opinión pública", mediante la celebración de un
debate crítico racional sobre temas públicos, tanto políticos como literarios. Pero, argumentó
Habermas, la ampliación democrática de la "esfera pública" en el siglo XIX para abarcar a los
grupos sociales previamente excluidos –en particular a las mujeres y los hombres de la clase
trabajadora– no condujo a un aumento en el discurso público racional y crítico. Más bien, el
desarrollo de los medios de comunicación y la cultura de masas –especialmente las industrias
estadounidenses de televisión, publicidad y relaciones públicas que observó alrededor de 1960–
condujo a la degeneración de la esfera pública: la antigua esfera pública liberal ahora
"reemplazada por la pseudo-pública o farsa". "Mundo privado de consumo cultural", un "público
masivo de consumidores culturales".48 Habermas describe esto claramente:
“Los nuevos medios de comunicación restringen las reacciones de sus destinatarios 10
de una manera peculiar... Les privan de la oportunidad de decir algo y estar en
desacuerdo. La discusión crítica de un público lector tiende a dar paso a los
"intercambios sobre gustos y preferencias" entre los consumidores.”49
Para Habermas, “la gran masa de consumidores cuya receptividad [a la cultura de masas] es
pública […] pero no crítica”,50 queda reducida a exhibiciones en escena [staged displays], con
“publicidad representativa”, a la que el público solo puede responder por aclamación o mediante
la retención de la aclamación; lo que implica una democracia cultural plebiscitaria, en lugar del
discurso crítico razonado activo que caracteriza a la vieja esfera pública.51
Por supuesto, escrito en un contexto de fin de ideología de hace cuarenta años, Habermas está
abierto a las críticas, y recientemente ha revisado sus afirmaciones. Ahora reconoce la “agencia”
de la clase trabajadora, la naturaleza de género de la esfera pública y el poder de resistir de los
públicos más pluralistas.52 No es sorprendente que Habermas siga siendo un escritor clave para un
análisis sutil de la democracia participativa que, como él dice, posee tiene el potencial
emancipador para redimir el consumo pasivo de la "exhibición" de masas.53
Por lo tanto, Habermas nos ayuda a volver a evaluar lo que puede significar "historia pública", en
términos de cómo el sentido público de sus propios pasados puede ser consumido activamente y
debatido críticamente. Nos ayuda a considerar si los millones de nosotros que estamos sentados
en cuartos oscuros frente a la televisión de manera pasiva –las batallas de hombres a caballo de
Schama o un viaje tipo I love 1978 a través de las imágenes de archivo– son parte de un público
activo o simplemente un pseudo público plebiscitario: verdaderos participantes o simplemente
consumidores de historia privatizados.
En gran medida, los comentaristas se han resistido a declarar sobre lo opuesto a la historia
pública: la "historia privada". ¿Por qué? Cualquiera que enseñe en educación superior en Gran
Bretaña reconoce lo que constituye "historia privada"- en las revistas altamente especializadas
que hoy proliferan mucho de lo escrito es resultado –aunque no del todo– de las presiones
acumulativas de la Research Assessment Exercise, una jerarquía fija con su vértice en las revistas
"arbitradas" y con la mayor parte de las publicaciones que por debajo ocupan una tierra de nadie.
Más notas al pie que lectores: pero no importa.54
Sin embargo, desde mi parecer, los académicos no tienen un monopolio sobre la "historia
privada". Hay otras variedades. Algunos historiadores públicos son, sin duda, simplemente
"historiadores privados" disfrazados de astucia: ¿es posible escribir una historia comisionada para
una corporación privada que no esté más cerca de las "relaciones públicas" que de la "historia
pública"?55 Los genealogistas, algunos historiadores familiares o locales, cuyo trabajo no solo
comienza a partir de un interés personal sino que emerge exactamente de ahí: en la historia
privada de un miembro del público, con poca conciencia de las necesidades de audiencias o
contextos más amplios. (Esta sigue siendo un área polémica. ¿Quiénes son los historiadores más
públicos: los historiadores académicos públicamente responsables o los entusiastas practicantes
de base?) 56
11
BIBLIOGRAFIA 17
ASHTON, R; HAMILTON, P. "Streetwise: Public history in New South Wales". Public History Review,
v. 5/6, 1996.7, p.12-3.
BECK, P. "Forward with History: Studying the past for careers in the future". The Public Historian, v.
6, n. 4, 1984, p.49-64.
BENHABIB, S. "Models of public space: Hannah Arendt, the liberal tradition and Jürgen Habermas".
In: LANDES, J. B. (org.) Feminism: The public and the private. Oxford/New York: Oxford University
Press, 1998. p.65-99.
BENNETT, T. The birth of the museum: History, theory & politics. London/New York: Routledge,
1995.
CALHOUN, C. Habermas and the public sphere. Cambridge: MIT Press, 1991.
CANTELON, P. L. "As a business: Hired, not bought". In: GARDNER, J.; LAPAGLIA, P. (org.) Public
history: Essays from the field. Malabar: Krieger Publishing Company, 1999. p. 385-95.
DAVISON, G. "Paradigms of public history". In: RlCKARD, J.; SPEARRITT, P. (org.) Packaging the
past? Public histories. Parkville: Melbourne University Press, 1991. p.4-15.
FRISCH, M. H. "The memory of History". In: BENSON, S. P.; BRIER S.; ROSENZWEIG, R. (org.)
Presenting the past: Essays on history and the public. Philadelphia: Temple University Press, 1986.
p. 5-20.
GLASSBERG, D. "Public history & the study of memory". The Public Historian, v. 18, n°2, 1996
GRELE, R. J. "Whose public? Whose history? What is the goal of a public historian?" The Public
Historian, v.3, n.1, 1981, p. 44-8.
HABERMAS, J. "Further Reflections of the Public Sphere". In: CALHOUN, C. Habermas and the
public sphere. Cambridge: MIT Press, 1991. p. 421-61.
HABERMAS, J. The structural transformation of the public sphere: An inquiry into a category of
bourgeois society [1962]. Cambridge: MIT Press, 1980.
HARTLEY, L. P. The go-between [1953], London: Penguin, 1958.
HEWISON, R. The heritage industry: Britain in a climate of decline. London: Methuen, 1987.
JORDANOVA, L. History in practice. London: Arnold, 2000.
KASS, T.; LLSTON, C. "The Professional Historians Association". In: RlCKARD, J.; SPEARRITT, P. (org.)
Packaging the past? Public histories. Parkville: Melbourne University Press, 1991. p. 217-21.
KEAN, H.; MARTIN, P.; MORGAN, S. (org.) Seeing History: Public history in Britain now. London:
Boutle, 2000.
KELLEY, R. "Public history: Its origins, nature and prospects". The Public Historian, v.1, n°1, 1978.
LANDES, J. B. (org.) Feminism: The public and the private. Oxford/New York: Oxford University
Press, 1998.
LOWENTHAL, D. The past is a foreign country. Cambridge: Cambridge University Press, 1985.
MANDLER, P. The fall and rise of the stately home. New Haven: Yale University Press, 1997.
MORGAN, G. "History on the rocks". In: RlCKARD, J.; SPEARRITT, P. (org.) Packaging the past?
Public histories. Parkville: Melbourne University Press, 1991. p.78-87.
NATIONAL COUNCIL ON PUBLIC HISTORY. A guide to graduate programs in public history. 18
Indianapolis: IUPUI, 1996.
PHAME, P. "Girl historian". In: RICKARD, J. ; SPEARRITT, P. (org.) Packaging the past? Public
histories. Parkville: Melbourne University Press, 1991. p.215-7.
RICKARD, J.; SPEARRITT, P. (org.) Packaging the past? Public histories. Parkville: Melbourne
University Press, 1991.
RITCHIE, D. "When History goes public: Recent experiences in the United States". Oral History,
v.29, n°1, 2001.
ROSENZWEIG, R.; THELEN, D. (org.) The presence of the past: Popular uses of history in American
life. New York: Columbia, 1998.
SAMUEL, R. Theatres of memory: Past and present in contemporary culture (v. 1). London: Verso,
1994.
SCHULZ, C. "Becoming a public historian". In: GARDNER, J. ; LAPAGLIA, P. (org.) Public history:
Essays from the field. Malabar: Krieger Publishing Company, 1999. p. 23-40.
WALLACE, M. "Visiting the past: History museums in the United States". In: BENSON, S. P.; BRIER
S.; ROSENZWEIG, R. (org.) Presenting the past: Essays on history and the public. Philadelphia:
Temple University Press, 1986. p. 137–64.
WILLIAMS, R. Keywords. London: Fontana, 1976.
WINTER, J. "Public history and scholarship". History Workshop Journal, v. 42, 1996, p.169.
WRIGHT, P. On living in an old country: The national past in contemporary Britain. London: Verso,
1985.
19