Historia Del Rosario (Autoguardado)

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EL ROSARIO

Dentro del culto a la Santísima Virgen María no podemos


dejar fuera la devoción del Santo Rosario.

La palabra “rosario” viene del latín que significa guirnalda


de rosas, siendo que la rosa es una de las flores utilizadas
para simbolizar a la Virgen María.

Si se preguntara cuál objeto específico es el más


característico de un católico, seguramente que el Rosario
fuera el más destacado. Muy frecuente es la escena de la
viejita pasando las cuentas de su rosario en un banco de la
iglesia, o el rosario grande colgado del cinturón de un monje
y, más recientemente, el rosario colgando del espejo
retrovisor del carro de algún devoto de la Virgen.

Lamentablemente, a partir de la década de los años 1960,


decayó la devoción del Rosario, cosa que sucedió también
con la devoción a la Santísima Virgen María. Pero
recientemente ha cambiado esta tendencia: el Rosario ha
resurgido, por así decirlo: está “de moda”.
Introducción
Según el Diccionario Mariológico, 1986.
El Dios te salve María ya se encontraba en el Misal Romano
desde el año 650 como oración o antífona en la Misa del
cuarto Domingo de Adviento.
Desde el año 1100 al 1200 ya el rezo del DIOS TE Salve
María, es frecuente en muchos países y personas que no
pueden rezar los 150 salmos o salterio, y lo reemplazan
con esta oración Mariana.
Ya desde el año 1483 se extendió por muchos países la
Santa María, Madre de Dios, al Dios te Salve, pero fue hasta
el 1569 que el Papa Pio V, prescribe a todo el mundo rezarlo
como esta hoy. Y es así como esta oración queda como algo
muy propio de los católicos.
El rezo del santo Rosario ha tardado mucho en formarse tal
y como ahora lo conocemos. No fue ideado en un momento
concreto, sino que es fruto de una larga evolución. Una
evolución que aún no ha concluido.
Orígenes
Todo comenzó, probablemente, en el siglo X. En el año 910
se fundó la Orden Cluniacense. Ésta le dio una gran
importancia a la oración coral comunitaria. Quería que sus
abadías fuesen un anticipo de la Jerusalén celestial, en la
que los santos y los ángeles están continuamente cantando
alabanzas a Dios e intercediendo por todos los seres
humanos (cf. Ap 5,9; 14,3; 15,3). Por ello distinguieron entre
dos tipos de monjas y monjes: los dedicados a la oración
coral (que rezaban al día unos 150 salmos, dependiendo de
las circunstancias litúrgicas) y los dedicados al trabajo
manual. Éstos últimos solían ser personas sencillas e
iletradas que se ocupaban de la cocina, la portería, la huerta
u otros oficios. Pero era preciso que también orasen. Por
ello algunos de estos monjes ‒y monjas‒ comenzaron a
rezar individualmente 150 Padrenuestros al día, en lugar de
los 150 salmos que rezaban los que asistían a la oración
coral. Esta piadosa costumbre se fue difundiendo no sólo
entre los cluniacenses, sino también entre otras
comunidades religiosas, y entre sacerdotes y laicos.

San Bernardo de Claraval


En el siglo XII, la Orden Cisterciense (fundada en 1098) le va
a dar una gran importancia al culto a la Virgen María. Tanto
es así, que casi todas sus abadías fundadas por ellos llevan
el nombre de una advocación mariana. Su principal
teólogo, san Bernardo de Claraval (1090-1153), difundió
mucho la devoción a María como Madre, más que como
Reina (que era lo normal desde el siglo V). Es él quien
inventó el título de «Nuestra Señora»: de tal forma que
María va dejando de tener la imagen de «la Señora feudal»
y pasa a ser «Nuestra Señora», es decir, «Nuestra Madre».
Pues bien, en este contexto, las monjas y los monjes
cistercienses van a reemplazar en el Rosario algunos
Padrenuestros por Salutaciones de la Virgen María. Todavía
no se había creado la oración del Avemaría, sino que se
rezaba sólo su primera parte, la Salutación del ángel,
tomada de Lc 1,28-33: «Dios te salve María, llena eres de
gracia, el Señor es contigo»y algunos le añadían la segunda
parte del saludo: «Bendita tú eres entre todas las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre».
A lo largo del siglo XIII se va extendiendo la costumbre de
rezar tres cincuentenas de Salutaciones, es decir, 150
Salutaciones, en lugar de 150 Padrenuestros. Se crea así el
«Salterio de María». Y se va a añadir el nombre de «Jesús»
al final de la Salutación del Ángel. Además, es en esta época
cuando comienza a generalizarse el uso de «contadores»,
es decir, de rosarios, para poder llevar la cuenta de las
Salutaciones que se van rezando.

El Rosario y las órdenes mendicantes


En el siglo XIV las Órdenes mendicantes (Franciscanos,
Dominicos, Carmelitas y Agustinos, fundados, junto a sus
ramas femeninas, en la primera mitad del siglo XIII), van a
difundir el rezo del Salterio de María en sus predicaciones y
entre los laicos que ellos acompañaban espiritualmente.
Sobre todo lo difundieron en la zona ribereña del Rin, la
zona renana, donde en el siglo XIII se había desarrollado el
movimiento espiritual de las beguinas, que eran mujeres
piadosas que vivían en comunidad, con una espiritualidad
mística muy profunda, la cual fue el núcleo de donde surge
en la primera década del siglo XIV la mística renana del
Maestro Eckhart (ca. 1260-ca. 1327) y otros dos dominicos
discípulos suyos: Juan Tauler (ca. 1300-1361) y el beato
Enrique Susón (ca. 1295-1365). Pero la espiritualidad de las
beguinas cayó bajo la sospecha de herejía, por lo que un
medio de reconducir a aquellas mujeres fue inculcándolas el
rezo del Salterio de María.
Dado que la mística renana fue también sospechosa de
herejía, surgió hacia 1380 otra corriente espiritual:
la Devotio Moderna, que proponía, básicamente, una
oración sencilla y metódica y la meditación de los pasajes
del Evangelio. En este contexto encajaba muy bien el
sencillo y metódico rezo del Salterio de María. Pues bien, es
entonces cuando en ciertas abadías cartujas de la zona
renana, se van a añadir al final de cada Salutación del Ángel
una coletilla que ayude al orante a meditar un pasaje de la
vida de Jesús. Por ejemplo: «… y bendito es el fruto de tu
vientre, Jesús, que nació en Belén». O «… que murió en la
Cruz». Y, así, se va extendiendo la costumbre de añadir a
cada una de las 150 Salutaciones una terminación diferente
sobre Jesús. Hubo diversos modos de hacerlo.
Parece que es a comienzos del siglo XV cuando se crea
el Avemaría completo, añadiendo la segunda parte: «Santa
María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora
y en la hora de nuestra muerte. Amén». Y es así como poco
a poco se va conformando el rezo del Rosario que todos
conocemos, en el que se combina el recitado de Avemarías
y la meditación de pasajes de la vida de Jesús y su Madre.
En 1470 el dominico fr. Alain de la Roche ‒o Alano de Rupe‒
(1428-1475), funda en Douai (ciudad del norte de Francia,
cercana a la zona renana) la Cofradía del Salterio de la
Gloriosa Virgen María. Sus principales objetivos eran:
difundir la devoción al Rosario, crear un ambiente de
espiritualidad mariana entre sus cofrades y pedir la
intercesión de la Virgen. Pues bien, inspirado en Alain de la
Roche, el prior de los dominicos de Colonia (ciudad situada
en la zona renana) creó en 1475 la primera Cofradía del
Rosario. Ésta tuvo tanto éxito entre el pueblo fiel y las
autoridades civiles y eclesiásticas, que rápidamente
comenzaron a fundarse Cofradías del Rosario en otros
conventos dominicos, pasando a ser responsabilidad de la
Curia Generalicia de la Orden de Predicadores (Roma) en
1485. Desde entonces serán los dominicos los grandes
difusores del Rosario, aunque también lo hicieron muchos
otros religiosos, laicos y sacerdotes.
Cuatro factores: es muy sencilla, se puede rezar individual o
comunitariamente, anima a meditar los Evangelios y ayuda
a pedir correctamente lo que necesitamos
Hay cuatro factores que contribuyeron al éxito de esta
oración: es muy sencilla, se puede rezar individual o
comunitariamente, anima a meditar los Evangelios y ayuda
a pedir correctamente lo que necesitamos. Gracias a esto
último, la Iglesia cree que el rezo del Rosario contribuyó a
que sucedieran muchas acciones milagrosas, como
curaciones, conversiones, la liberación de ciudades sitiadas
o el apaciguamiento de fenómenos naturales como
terremotos, tempestades, erupciones volcánicas o
tsunamis.
Tratando de integrar el rezo del Rosario en la espiritualidad
dominicana, en esta época comienza a identificarse a santo
Domingo con el Rosario. Y, pasado el tiempo, surgió la
conocida tradición de que la Virgen María entregó a este
santo un rosario, pidiéndole que propagara esta oración por
el mundo entero; considerando así a santo Domingo el
fundador del Rosario.
San Pío V y el rosario
En el siglo XVI hubo un acontecimiento muy importante: la
victoria en la batalla de Lepanto (1571), en la que la armada
cristiana venció a la turca, que era muy superior. La clave la
encontramos en que el Papa san Pío V (1504-1572) pidió a
los fieles cristianos que rezaran el Rosario para que María
intercediera. Como consecuencia de esta victoria, en 1573
el Papa Gregorio XIII (1502-1585) instituyó la fiesta de la
Virgen del Rosario el primer domingo de octubre.
Posteriormente esta fiesta pasó al 7 de octubre, día de la
batalla de Lepanto.

Además, san Pío V fijó el modo de rezar el Rosario. Éste va a


constar de tres grupos de 5 misterios. Los primeros son
los gozosos que invitan a meditar los pasajes más
importantes de la infancia de Jesús. Después están los
misterios dolorosos, sobre la pasión de nuestro Señor. Y por
último están los misterios gloriosos, en los se medita la
resurrección del Señor y otros acontecimientos posteriores.
En cada misterio se rezan un Padrenuestro, diez Avemarías
y un Gloria mientras se medita un pasaje de la vida de Jesús
o de María. Básicamente, es una oración en la que se repite
rítmicamente el Avemaría. Esto nos ayuda a «sintonizar»
nuestro corazón con el corazón de la Virgen, para que ella
nos conduzca hacia su Hijo.
El Rosario Perpetuo
Durante los siglos XVII y XVIII se difundió mucho el rezo del
Rosario entre el pueblo fiel. En 1629 el dominico fray
Timoteo Ricci (1579-1643) creó el Rosario Perpetuo. Para
ello repartió 8.760 tarjetas (correspondientes a las 8.760
horas que tiene un año solar), para que en cada hora del
año hubiese alguien rezando los quince misterios del
Rosario. Fue tan bien acogido que en algunas ciudades
tuvieron que repartirse varios grupos de tarjetas, porque los
solicitantes sobrepasaban con mucho el número de 8.760.
Con el apoyo de los Papas, el Rosario Perpetuo fue
difundido por Europa y las tierras de misión.
Tras la Revolución Francesa (1789) y las siguientes
revoluciones liberales del siglo XIX, la Iglesia sufrió un
cataclismo: perdió su influencia pública, le arrebataron sus
posesiones y, sobre todo, intentaron desplazarla como
referente moral ante la sociedad. Valores tan evangélicos
como la libertad, la fraternidad y la igualdad fueron
asumidos por los revolucionarios, y el marxismo acusó a la
Iglesia de ser el «opio del pueblo». Como consecuencia de
este ambiente anticlerical, las Órdenes religiosas fueron
expulsadas y se pusieron muchas trabas a los sacerdotes.
Rosario Viviente
Ante esta situación, el pueblo fiel encontró su refugio
espiritual en las devociones. Una de las principales fue el
rezo del Rosario. La joven seglar Paulina Jaricot (1799-1862),
tomando como referencia el Rosario Perpetuo ‒que apenas
se rezaba ya por estar desfasado‒ ideó el Rosario Viviente,
pensando sobre todo en las clase obrera. Consistía en crear
grupos de 15 personas en los que cada una se
comprometiese a rezar, al día, un misterio del Rosario. Así,
cada grupo rezaba un Rosario completo al día. Otro objetivo
del Rosario Viviente era apoyar espiritual y
económicamente a las misiones, siendo el precursor de
las Obras Misionales Pontificias. Este rezo se extendió muy
rápidamente por Europa, y los dominicos se implicaron
mucho en su difusión.
No es extraño que en dos apariciones de la Virgen el Rosario
sea un elemento central: en Lourdes (1858) la Virgen pide
expresamente que se rece el Rosario y en Fátima (1917) la
propia Virgen se llama a sí misma «Nuestra Señora del
Rosario». El Papa León XIII (1810-1903), viendo la
importancia que tiene esta oración, le va a dedicar once
Encíclicas. En la primera (1883) declara octubre como mes
del Rosario.
Llegado el siglo XX, en 1908, los dominicos de la Provincia
de Toulouse crean la peregrinación anual del Rosario a
Lourdes en octubre. Es, actualmente, la peregrinación anual
más multitudinaria a este santuario.
Como consecuencia del estallido de la Segunda Guerra
Mundial, nace en Bélgica la Cruzada del Rosario. Promovida
generalmente por dominicos, ha empleado diferentes
plataformas de evangelización: misiones populares,
fraternidades, revistas, programas de radio y televisión…
En 1948 el P. Patrick Peyton (1909-1992) fundó en Estados
Unidos el Apostolado del Rosario en Familia, y se difundió
por el mundo. Su lema era: «La familia que reza unida,
permanece unida». Se apoyaba en programas de radio de
gran difusión y en una serie de películas: Los Misterios del
Rosario, que los promotores proyectaban para dar a
conocer el Rosario en Familia.
Equipos del Rosario
En el Concilio Vaticano II (1962-1965) la Iglesia supera la
mentalidad tridentina y se abre a la sociedad
contemporánea, propiciando profundos cambios
espirituales. A resultas de ello, en 1967 se crean los Equipos
del Rosario por iniciativa del dominico francés fray Marie-
Bertrand Eyquem. Este movimiento tiene un fuerte carácter
apostólico y ecuménico. Los equipos están formados por 15
personas, en los que también se admiten a no católicos.
Además de comprometerse cada miembro a rezar un
misterio del Rosario al día (como ya se hacía en el Rosario
Viviente), se reúnen una vez al mes en la casa de uno de los
miembros para orar en común, invitando a otras personas a
participar.
Pero la sociedad fue cambiando mucho y rápidamente.
La Revolución del 68 trajo una mentalidad nueva que
rompió con los valores tradiciones. Y tras el derrumbe del
comunismo soviético en los años 1990-1991, y el gran
desarrollo de las comunicaciones (TV, Internet, telefonía…),
llegó la Posmodernidad, donde la globalización y los valores
consumistas se han acabado imponiendo.
Misterios luminosos
Y así llegamos al siglo XXI. Es tanto lo que la sociedad está
cambiando, que la Iglesia ha de modernizar el culto mariano
para hacerlo asequible a la persona actual. En este sentido,
el Papa san Juan Pablo II (1920-2005) además de promover
mucho el rezo del Rosario, introdujo cinco nuevos misterios:
los luminosos, que versan sobre la vida pública de Jesús.
Pero queda aún mucho por hacer para difundir en la
sociedad esta importante oración, sobre todo entre los
jóvenes. ¿Hay que explicarla mejor?: sin duda. ¿Hay que
introducir en ella algunos cambios?: probablemente, pero
con mucho cuidado, no vaya a ser peor el remedio…
Roguemos a María para que nos ilumine.
Fuentes. Fray Julián de Cos, O.P.
Dominicos.
Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición
del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su
"Bula" de 1 569. ... Virgen, es un modo piadosísimo de
oración, al alcance de todos, que consiste en ir
repitiendo el saludo que el ángel le dio a María;
interponiendo un Padre nuestro, entre cada 10 ave María, y
tratando de ir mediando los pasajes de la vida de Nuestro
Señor
ORACIONES AÑADIDAS AL ROSARIO.
En Fátima la oración que el ángel les enseño a los niños: ho
Jesús mío, perdona nuestros pecados y lleva al cielo a todas
las almas, en especial a las más necesitadas de tu
Misericordia.
Las letanías: en Loreto se comenzó a cantar estas
jaculatorias o títulos dados a la santísima Virgen María.

LIBROS PARA LEER: JOSE MARIA ESCRIBA DE BALAGUER,


OBRAS COMPLETAS.
SANTO ROSARIO. EDICION CRITO HISTORICA.

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