Jurar o Prometer
Jurar o Prometer
Jurar o Prometer
I. INTRODUCCIÓN
Página 1
II. EN BUSCA DE UNA DEFINICIÓN
2151 La reprobación del juramento en falso es un deber para con Dios. Como
Creador y Señor, Dios es la norma de toda verdad. La palabra humana está de acuerdo o
en oposición con Dios que es la Verdad misma. El juramento, cuando es veraz y
Página 2
legítimo, pone de relieve la relación de la palabra humana con la verdad de Dios. El
falso juramento invoca a Dios como testigo de una mentira.
2152 Es perjuro quien, bajo juramento, hace una promesa que no tiene intención
de cumplir, o que, después de haber prometido bajo juramento, no mantiene. El perjurio
constituye una grave falta de respeto hacia el Señor que es dueño de toda palabra.
Comprometerse mediante juramento a hacer una obra mala es contrario a la santidad del
Nombre divino.
2155 La santidad del nombre divino exige no recurrir a él por motivos fútiles, y
no prestar juramento en circunstancias que pudieran hacerlo interpretar como una
aprobación de una autoridad que lo exigiese injustamente. Cuando el juramento es
exigido por autoridades civiles ilegítimas, puede ser rehusado. Debe serlo, cuando es
impuesto con fines contrarios a la dignidad de las personas o a la comunión de la
Iglesia.
Página 3
En cambio a lo expuesto, promesa en hebreo es Omer (dicho, promesa) y dabar
(palabra, promesa) y en griego epangelía, el cual es un término legal que denota una
citación, de epa, “sobre” y Angello “proclamar, anunciar”, significaba también un
compromiso de hacer o dar algo, una promesa. Por lo tanto, prometer significaba
comprometerse a dar más tarde. Se trata de una institución importante para la
convivencia humana, por ser un “modo fundamental de asumir empeños y obligaciones
respecto a una o más personas que son conscientes de ello” (Kramer).
Una de las primeras problemáticas que afrontamos ante el uso del juramento es
la secularización. En una sociedad secularizada no se acepta a Dios como instancia
trascendente, que vigila con su venganza el mantenimiento de la obligación aceptada o
la veracidad de la cuestión en sí. Esto ha relativizado el valor del juramento en sí.
Página 4
lo que significaba para un judío el juramento. Aquel que juraba en falso o deshacía un
juramento ya hecho, quebrantaba la fe jurada y esto era tipificado como delito de falso
testimonio. El perjurio estaba estrictamente prohibido en la Ley Mosaica como uno de
los pecados más odioso contra Dios y contra el prójimo.
V. EL JURAMENTO MASÓNICO
Es evidente que en masonería no hay unidad de ritos, pero en general, todos han
tenido y tienen juramentos. Esta tradición deviene ya de los Antiguos Deberes de la
masonería operativa. En estos documentos se recogían normas que regulaban el
exclusivo arte de la construcción en unos tiempos en los que la transmisión de los
conocimientos no era fácil. Por regla general estos documentos están escritos en clave
de religiosidad cristiana medieval, comenzando frecuentemente con una invocación
religiosa, e incluso plegaria, de obligada recitación a veces para los masones dentro de
las Logias. En cuanto a su temática de la parte histórica de los manuscritos, aunque
variada, existe cierta preferencia, constatada en varios documentos, por la construcción
del Templo de Salmón. Aunque no faltan tampoco alusiones a otras construcciones tales
como la Torre de Babel, o relacionadas con personajes del mundo gnóstico, como
Hermes Trimegisto. A la vez, la sociedad gremial de los constructores tenía santos que
la protegían, por ello, la referencia al santoral es una constante en esta documentación.
Por último, los documentos constan de un juramento ineludible en la preservación del
secreto. Esto dotaba a estos documentos de un envoltorio histórico, místico e iniciático,
que aspiraba a convertirse en una regla de vida o código para aquel que se adentraba en
el gremio de la construcción. En definitiva eran sus responsabilidades, deberes y
principios de carácter ético-moral por los que los miembros del gremio se regían.
Página 5
juramento se pronuncia sobre la Biblia, en nombre de Dios y de San Juan, pero
igualmente sobre las herramientas de la Francmasonería. Si lo traicionara, el ingresante
deberá responder ante Dios, el día del juicio final. El juramento determina la condición
preliminar indispensable para la comunicación de los secretos. En efecto, nada será
revelado bajo cualquier forma que sea, bajo la pena de castigos corporales abominables.
De tal forma, ese secreto no podrá ser compartido mas que con otros masones
ingresados.
El asunto de las penas en los juramentos, fue visto por algunos masones con
cierto recelo. Esto provocó cierta problemática en el seno de la UGLE, hasta el punto
que el 11 de junio de 1986, la Gran Logia Unida de Inglaterra votó la moción de
modificar el ritual, la penalidades fueron retiradas del juramento y asignadas a otra parte
del ritual.
Página 6
“Nosotros condenamos singularmente y declaramos nulos los juramentos impíos y
culpables por los cuales aquéllos que ingresando en esas sociedades, se obligan a no
revelar a ninguna persona lo que ellos tratan en las sectas y a condenar a muerte los
miembros de la sociedad que llegan a revelarlo a los superiores eclesiásticos o laicos
¿Acaso no es, en efecto, un crimen el tener como un lazo obligatorio un juramento, es
decir un acto debido en estricta justicia, que lleva a cometer un asesinato, y a
despreciar la autoridad de aquellos que, teniéndola carga del poder eclesiástico o civil,
deben conocer todo lo que importa a la religión o a la sociedad, y aquello que puede
significar un atentado a la tranquilidad?”.
Tanto la ceremonia como los juramentos que en ella se realizan han ido
cambiando. En el Régulateur, por ejemplo, hay un punto de ruptura con el sistema
operativo, pero se mantiene aún este tono esa herencia de los modos macabros. Promesa
que hace el recipiendario en el grado de Aprendiz en el Régulateur:
"Juro y prometo, sobre los Estatutos Generales de la Orden, y sobre esta espada
símbolo del honor, ante el Gran Arquitecto del Universo, guardar inviolablemente todos
los secretos que me serán confiados por esta Respetable Logia, así como todo lo que
habré visto hacer o escuchado decir; nunca escribirlos, grabarlos, ni burilarlos, si no he
recibido el permiso expreso, y de la manera que podrá serme indicada. Prometo amar a
mis Hermanos, socorrerles según mis facultades; prometo además atenerme conforme a
los estatutos y Reglamentos de esta Respetable Logia. Consiento, si fuera perjuro, a
tener la garganta cortada, el corazón y las entrañas arrancadas, el cuerpo quemado y
reducido a cenizas, y mis cenizas lanzadas al viento y que mi memoria sea en
execración a todos los Masones! ¡Que el G.·.A.·.D.·.U.·. me ayude"
Página 7
referencias masónica tales como “Le Sceau Rompu” de 1745, o Le Macon Demasqué de
1751 o aún en algún otro ritual de 1758 como “Element de la maconnerie”.
Willermoz dará un paso más en 1765 con respecto a esta frase de "prometo ante
el Gran Arquitecto del Universo" lo cual tendrá cierta fecundidad dentro del Régimen
Rectificado, y será recogido, como nos indica Rene Guilly, por el Gran Oriente de
Francia, en la edición de su primer ritual el Régulateur du Maçon.
VII. CONCLUSIONES
El jurar o no jurar en masonería era una problemática esencial entre los masones.
Si no hubiera habido una flexibilización del juramento, muchos candidatos a la
iniciación no hubieran podido conciliar su fe con la francmasonería. Por esta razón, esta
Página 8
cuestión planteo una diatriba en la antigüedad que desafió a los miembros de la Orden a
buscar vías que fueran motivos de unión y no de desencuentro.
Esa actitud de nuestros hermanos mayores es una lección histórica que nos
legaron y que tiene plena vigencia y actualidad para nosotros.
BIBLIOGRAFÍA
Página 9