Iglesia de Efeso
Iglesia de Efeso
Iglesia de Efeso
Estas iglesias no eran las únicas, fueron escogidas porque reunían ciertas
condiciones y características especiales representativas del futuro desarrollo de
la Iglesia a lo largo de toda su historia, desde el día de Pentecostés hasta la
Segunda Venida de Cristo.
Las cartas deben ser interpretadas desde los puntos de vista histórico, pastoral
y práctico con aplicación inmediata para las iglesias de Asia en su momento, asi
como una aplicación profética donde se proyectan las siete etapas a lo largo de
la historia de la Iglesia, que culminan con las dos etapas finales de las iglesias
de Filadelfia y Laodicea donde personifica la Iglesia actual.
Su ambiente estaba lleno de materialismo, porque era una ciudad muy rica, y
era muy inmoral (en el templo de la diosa Diana habían prostitutas sagradas).
A pesar de todo este ambiente contrario, allí se levantó una iglesia cristiana.
Los candeleros son las iglesias. El Señor anda en medio de la Iglesia. Jesucristo
durante su ministerio terrenal El prometió en Mat. 18:20.: "Porque donde
están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de
ellos"'
Leamos Apo 2:2-3, qué dice? Bien, Así era la Iglesia Apostólica de
Efeso: una Iglesia de arduo trabajo misionero y evangelístico, que evangelizó a
casi todo el mundo conocido.
Una iglesia que reconocía y honraba a los verdaderos apóstoles y obreros del
Señor, pero que rechazaba a los obreros fraudulentos, y los llamó mentirosos, y
San Pablo los llamó "perros".
Una Iglesia que trabajaba duramente por amor al Señor, y que aborrecía las
obras de los nicolaítas. Esto se lee en Apocalipsis 2:6.
¿Que nos quiere decir esto? Conquistar la gente o sea, la política y las
elecciones en la iglesia favoreciendo candidatos para pastores, oficiales.
Esta iglesia de Efeso, que representa la Iglesia Apostólica, recibe diez alabanzas
del Señor, que se leen en Apocalipsis 2:1-7
Esta única condición censurable fue suficiente para echar a perder todo lo
bueno que tenía esta iglesia. Perder el primer amor es perder el amor, pues,
hay uno solo, el primero y el único, el de Dios derramado en nuestros
corazones.
Uno puede ir perdiendo y aun perder el primer amor sin darse cuenta. Este
proceso va conduciendo a la persona a no dar a Cristo la preeminencia en todas
las cosas, hasta hacerle caer, rechazar y apostatar.
Perder el primer amor es abandonar el amor por Jesús, es alejarse del trono de
la gracia, es hacer su obra solo por rutina.
Por esto, el propio Apóstol Juan, que vivió y ministró en Efeso antes y después
de su destierro en Patmos, ya anciano, repetía a esta Iglesia: "Hijitos, amaos
los unos a los otros".
Esta iglesia no se arrepintió, y todo lo bueno que tenía, lo perdió. Fue quitado
su candelero de su lugar.
La Iglesia puede volver de nuevo al paraíso abierto por Cristo para sus fieles.