La Auditoría Basada en Riesgos
La Auditoría Basada en Riesgos
La Auditoría Basada en Riesgos
Para comprender de manera adecuada lo antes expuesto, cabe recordar que los riesgos del negocio
resultan de eventos, circunstancias, acciones o inacciones que podrían afectar de manera adversa la
capacidad de la entidad para lograr sus metas y ejecutar estrategias. Desde el punto de vista de la
auditoría de los estados financieros, el entendimiento profundo de los riesgos del negocio incrementa la
posibilidad de identificar riesgos de declaración material errónea. En otras palabras, contribuye a que el
auditor efectúe tareas tendientes a mitigar el riesgo de no detección eficaz y eficientemente.
Es importante destacar ahora la relevancia que conlleva para el auditor el conocimiento que debe tener
del negocio de su cliente, así como del ambiente en que este opera. Según el Modelo COSO de control
interno, el pilar del marco integrado es precisamente ese ambiente de control.
Un adecuado conocimiento del negocio permitirá al auditor enfocarse en los riesgos apropiados, que son
precisamente los que tienen un impacto significativo. En tal sentido, y de acuerdo con la Norma
Internacional de Auditoría (NIA) 315, un riesgo significativo es aquel, cuya importancia requiere una
consideración especial del auditor, en virtud de la valoración de su incorrección material. En otras
palabras, lo significativo del riesgo se halla directamente relacionado con el concepto de materialidad. La
identificación de los riesgos significativos, entonces, requiere del profundo conocimiento del negocio del
cliente. No es posible que un auditor identifique, primero, y valore, después, un riesgo significativo si no
conoce el negocio. Práctica habitual en la profesión es que un mismo auditor realice sus tareas para
clientes que operan en diferentes sectores o industrias. Un enfoque basado en riesgos no debería admitir
la aplicación de tal práctica, debido a lo complejo que resultaría para el auditor comprender los riesgos
significativos de rubros diferentes (por ejemplo, una empresa de consumo masivo y una entidad del
sector público poseen características totalmente distintas).
¿CÓMO SE APLICA EN LA PRÁCTICA?
Tanto para el desarrollo de la auditoría externa como para el de la interna, la auditoría basada en riesgos
sigue un proceso similar. Inicialmente requiere identificar los riesgos existentes, sin tomar en cuenta su
magnitud o lo significativo que sean. Ello posibilitará la consideración de un espectro amplio de eventos,
los cuales serán evaluados para determinar su tratamiento.
En segunda instancia, es necesario analizar la importancia de los riesgos A tal efecto, para cada riesgo
identificado en la etapa inicial, el auditor debe tomar en cuenta su probabilidad e impacto, una parte clave
del proceso de significativos. Luego, el auditor deberá establecer las respuestas al riesgo a desarrollar.
Para la auditoría externa de estados financieros, tales respuestas al riesgo están claramente definidas en
la NIA 330. Si bien los preceptos indicados en dicha norma son parcialmente aplicables a las auditorías
de procesos o internas, es importante que el auditor pueda identificar qué procedimientos llevar a cabo a
fin de administrar los riesgos evaluados. Las pruebas sustantivas son claros ejemplos de medidas de
respuesta al riesgo por parte de los auditores. No obstante, y esto debe enfatizarse, no es la única
respuesta posible. La teoría afirma que el riesgo jamás puede eliminarse, sino que se pueden aplicar
respuestas tendientes a mitigar, evitar, aceptar y transferirlo.
En particular, la NIA 330 advierte que el auditor de estados financieros debe diseñar y aplicar
procedimientos de auditoría, cuya naturaleza, momento de la realización y extensión (alcance) deben
estar basados en los riesgos valorados de incorrección material (errores) en las afirmaciones sobre los
estados financieros, y que respondan a tales riesgos. Tales respuestas al riesgo, clasificadas, según lo
estipulado sobre las acciones que se toman para mitigar, evitar, aceptar o transferir el riesgo, suelen
diferenciarse entre procedimientos sustantivos (pruebas de detalle y sustantivas) y pruebas de controles.
Una combinación de ambas, de acuerdo con la metodología de auditoría que se defina e implemente,
podrá contribuir de manera adecuada a enfocarse en los riesgos significativos identificados en el curso de
la auditoría.
Para cada riesgo identificado en la etapa inicial, el auditor debe considerar probabilidad e impacto. Luego,
establecerá las respuestas a desarrollar”.
CONCLUSIONES
La auditoría basada en riesgos permite fortalecer el desarrollo de la práctica, proporcionando a los
profesionales una herramienta moderna para centrar los esfuerzos en aquellos aspectos realmente
relevantes. De alguna manera, este tipo de auditoría plantea un nuevo paradigma: si el auditor dirige su
atención solo a las transacciones, actividades o saldos con importancia crítica, podrá efectuar pruebas
selectivas y procedimientos precisos, dirigidos a aspectos específicos que sumen valor a su trabajo y
cliente.
Sin lugar a dudas, en esta época en la que la tecnología se encuentra al servicio de la comunidad, las
herramientas informáticas ayudan a que los auditores puedan desempeñar sus tareas de un modo más
eficiente, desde automatizar el análisis de bases de datos hasta cruzar información relevante para
presentar los datos de forma apropiada. El análisis de los resultados derivados de la aplicación de la
auditoría basada en riesgos contribuye a que el auditor desarrolle un trabajo de calidad y sea un buen
apoyo para que su cliente, el auditado, tome decisiones de un modo más apropiado y preciso.