Juez de Vigilancia y Juez de Ejecución
Juez de Vigilancia y Juez de Ejecución
Juez de Vigilancia y Juez de Ejecución
Introducción
La prisión es el castigo más severo que puede imponerse a una persona que vive
en un régimen democrático. Se trata de un castigo que implica perder, al menos
temporalmente, el ejercicio de derechos ciudadanos tan relevantes como son la
libertad de tránsito, el derecho a votar y ser votado, el derecho al trabajo, el
derecho a la libertad de asociación, entre otros. También significa una restricción
enorme a derechos como el de libertad de expresión, derechos de reunión y
derecho a la privacidad. Si una democracia es un régimen que busca garantizar la
libertad e igualdad de los ciudadanos, la cárcel es claramente una excepción.
-El título VII, con 28 leyes se denomina De los delitos y penas de aplicación.
Que se trate bien a los presos; que los alcaides y carceleros no reciban dones en
dineros, ni en especie. Se trata de prevenir la corrupción y proscribirla, y ordena
un trato humano de los prisioneros.
"Discurso sobre las Penas" influyo por su enorme valor, para que hubiera cambios
en las legislaciones penales de sus tiempos se apuntaban no solo normas para el
mejoramiento de las prisiones sino también principios para la organización del
trabajo penal y la enseñanza de oficios.
Reglamento para las cárceles en la ciudad de México, de donde se
destaca:
e). -Se creaba una Comisión de Cárceles del Ayuntamiento, para su vigilancia y
organización.
Los delitos más frecuentes eran los asaltos en despoblado, por lo difícil de los
caminos; y en la ciudad los robos que padecían los ciudadanos. Se debió en gran
parte a la falta de una buena policía preventiva, ya que la poca que existía estaba
desorganizada. De gran ayuda fueron los “serenos”, especie de policía auxiliar que
trabajaba de noche
La Acordada está compuesta por una fuerza de 2,500 elementos (la mayoría
honorarios, no cobraban) y funcionó este Tribunal hasta 1812. Juzgó a 62,900
delincuentes, de los cuales 888 fueron ajusticiados; 19,410 sentenciados a prisión;
1,729 azotados y 1,280 murieron en prisión. La cárcel de la Acordada fue la mejor,
y buena parte de su presupuesto de egresos, provenía de los impuestos a los
barriles de pulque.
Separan a los presos:
Reglamento de prisiones.
humanos de los reclusos, así una costumbre europea que llego a nuestro país,
entre muchas otras, fue la deportación de presos a lugares remotos, alejados de
poblaciones.
Artículo 23.- Para la abolición de la pena de muerte queda a cargo del poder
administrativo el establecer a la mayor brevedad el régimen penitenciario. Entre
tanto, queda abolida para los delitos políticos, y no podrá extenderse a otros casos
más que al traidor a la patria en guerra extranjera, al salteador de caminos, al
incendiario, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación o ventaja, a los
delitos graves del orden militar y a los de piratería que definiere la ley
Competencias en general
El Juez de Vigilancia tendrá atribuciones para hacer cumplir la pena impuesta,
resolver los recursos referentes a las modificaciones que pueda experimentar con
arreglo a lo prescrito en las Leyes y Reglamentos, salvaguardar los derechos de
los internos y corregir los abusos y desviaciones que en el cumplimiento de los
preceptos del régimen penitenciario puedan producirse.
Competencia específica
a) Adoptar todas las decisiones necesarias para que los pronunciamientos de las
resoluciones en orden a las penas privativas de libertad se lleven a cabo,
asumiendo las funciones que corresponderían a los Jueces y Tribunales
sentenciadores.
e) Resolver por vía de recurso las reclamaciones que formulen los internos sobre
sanciones disciplinarias.
g) Acordar lo que proceda sobre las peticiones o quejas que los internos formulen
en relación con el régimen y el tratamiento penitenciario en cuanto afecte a lo
derechos fundamentales o a los derechos y beneficio penitenciarios de aquéllos.
La competencia para conocer de las quejas de los internos por pérdida, extravío o
deterioro de sus objetos o enseres personales durante el traslado, o por no
haberse recibido en el Centro penitenciario de destino alguno o algunos de dichos
objetos, retenidos en el Centro de procedencia, o en solicitud de devolución de los
gastos del transporte de aquéllos cuando ya han sido cargados en la cuenta de
peculio del recluso, corresponde al Juez de Vigilancia Penitenciaria bajo cuya
jurisdicción se encuentre el Centro de procedencia.
i) Autorizar los permisos de salida cuya duración sea superior a dos días, excepto
de los clasificados en tercer grado.
Juez de Ejecución: Es el encargado de supervisar que la sentencia se cumpla en
los centros penitenciarios con apego a la ley y los derechos humanos. Antes el
Poder Judicial no tenía la responsabilidad de dar seguimiento a lo que ocurría una
vez que se dictaba sentencia.
Puede cambiar los términos de la sentencia, por ejemplo, disminuirla por buena
conducta y decidir sobre las solicitudes de liberación anticipada.
Conclusión
La historia de la prisión en México, al igual que el resto del mundo se encuentra
ligada al horror, al sufrimiento y a la constante violación de los derechos humanos
de los reclusos, así una costumbre europea que se extrapoló a nuestro país, entre
muchas otras, fue la deportación de presos a lugares remotos, alejados de
poblaciones; en México a partir de 1860 se practicó el traslado penal de rateros y
vagos a Yucatán, y posteriormente al Valle nacional –valle de la muerte- en
Oaxaca, entre otras formas de deportación, y fue hasta 1905 que en un decreto
del General Porfirio Díaz, se destinó a las Islas marías para el establecimiento de
una Colonia Penitenciaria dependiente del Gobierno Federal.
Época antigua: En estas épocas existían penas privativas de la libertad, las cuales
eran compurgadas en lugares conocidos como cárceles, dichos lugares no eran
más que calabozos infestados de gusanos, enfermos de lepra y en ocasiones de
animales salvajes como leones y panteras, esto para crear en los presos una
especie de terror psicológico.
Bibliografía
Ley Orgánica 1/1979, de 26 de septiembre, General Penitenciaria.
CARRANCÁ Y RIVAS, Raúl, Derecho Penitenciario, Editorial Porrúa, México,
2011.
ÁLVAREZ RAMOS, Jaime, Justicia Penal y Administración de Prisiones.
Editorial Porrúa, México, 2007.