Wickham La Otra Transición: Del Mundo Antiguo Al Feudalismo.
Wickham La Otra Transición: Del Mundo Antiguo Al Feudalismo.
Wickham La Otra Transición: Del Mundo Antiguo Al Feudalismo.
El concepto de fin de antigüedad, significa cosas diferentes, pero todas coexisten por igual.
Los modos de producción son construcciones ideales. La base económica, consiste en uno o
más modos de producción en una jerarquía de dominación; las diversas estructuras se
organizan en compleja relación con ella. La formación social feudal corresponde al modo de
producción feudal y así todo.
Normalmente el modo de producción dominante es aquel que tiene los vínculos más estrechos
con el estado; si otro modo va a ser dominante en la formación, y sin embargo no ha ocupado
del estado, tenderá a socavarlo, y la forma del estado tenderá a la larga a cambiar de manera
acorde, a menudo de lentamente, como resultado de la lucha de clases. Una sociedad
dominada por el modo de producción feudal, la formación social feudal, punto en que los
estados europeos occidentales eran feudales, no exactamente sus economías; y el estado
feudal llegó a ser una consecuencia del desarrollo social después de que el modo feudal llegó a
ser dominante.
El bajo imperio, denominado estado de Diocleciano, de finales del siglo xiii en adelante es el
triunfo final del estado romano. El cultivo dependiente se realizaba en este momento a través
de los tenentes, organizado mediante el modo de producción feudal. Ciertamente aún había
muchísimos esclavos, pero esos esclavos sabían transformados entre mentes, y de este modo
controlaba la tierra y su propio proceso de productivo. Hay un incremento de tenentes libres
(coloni), con niveles de dependencia personal muy considerables, y grandes terratenientes de
los siglos iv y cinco contaron con ellos de modo creciente. La fuente de dominante de
extracción del excedente N bajo imperio no es la renta, sino el impuesto.
La tributación era la base del estado y elemento clave en todo el sistema económico, tener
impuesto aún se recaudaba a través de la ciudad es por separado. Otros medios de explotación
tienden a coexistir y su correlación es de crucial importancia. La importancia de la recaudación
de impuestos era cuantitativa y cualitativa. El elemento básico era un impuesto sobre la tierra,
a menudo denominado annona, pasado sobre el haría de tierra que un hombre poseía. Otros
impuestos, en concreto la collatio lustralis sobre la propiedad de los comerciantes y una
variedad de derechos de tránsito y aduanas, eran en sí mismos altos, pero representaban una
minúscula proporción de los ingresos imperiales. El impuesto sobre la tierra se impuso
igualmente a la toda propiedad de tierra, y en algunas provincias el importe pudo establecerse
sobre la fertilidad. Los propietarios senatoriales, burócratas y eclesiásticos estaban exentos de
frecuentes tributos suplementarios. La annona se tributaban especie, al menos hasta
comienzos del siglo V cuando su organización se alteró y comenzó a cobrarse de nuevo en oro
en su mayor parte. El impuesto de la tierra se cobraba al principio directamente a todos los
agricultores libres, o a sus Señores si los agricultores eran esclavos. En el siglo V se generalizó
tal pago de impuestos a través de los propietarios, en vez de los poseedores, de la tierra. El
impuesto se estableció sobre todo los grandes propietarios de la tierra, y ellos no paraban
renta. El impuesto o es equivalente a más de dos veces la renta. Los Señores del siglo VI
conservaban menos de la mitad del excedente. La cantidad relativa de tributación varia, si bien
después de Diocleciano fue siempre alta. La tributación coexistió con otros modos, pero
pronto tuvo más peso que ellos. El impuesto, y a través de él el estado, llegó a dominar la
estructura completa de la economía. Las relaciones sociales de producción estaban alineadas
no con los intereses del Señor, sino con los del estado. Esto muestra el interés del estado en
atar los campesinos a la tierra. El estado intentado ejercer un control sobre la mayor parte del
estrato de campesinos sometidos. Este impuso prestaciones de trabajo. En el modo esclavista,
todo los modos explotadores pre capitalista se basan en la agricultura campesina; el proceso
productivo del campesinado, e incluso sus fuerzas productivas.
El estado necesitaba todo el dinero. Tenía mucho donde gastarlo: el ejército, en primer lugar y
lo más obvió (por las invasiones germánicas); también la vasta burocracia central y provincial;
además el aprovisionamiento o de las grandes ciudades del imperio; muchas obras públicas; y
gastos extraordinarios como las reservas de verano para aliviar el hambre. Un factor unificador
en la historia de la Roma tardía, es que la mayor parte de la cultura de la élite medieval de
época temprana recibe en la órbita de la iglesia, que era ya la mayor institución terrateniente
en occidente después del propio estado.
El imperio había sido siempre una estructura celular basada en las ciudades y su territorio. Los
municipios imperiales de la primera época en teoría eran soberanos, con su propio senado
local y mecanismos de recaudación de impuestos, y con sus propias aristocracias locales y
programas públicos de construcciones y patriotismo local. Diocleciano y sus sucesores
regularizaron parcialmente e incrementaron vastamente los impuestos que cobraban tales
élites urbanas. Los miembros de la curia, los curiales o decuriones, aún quedan los
responsables de la recaudación de impuestos, y tenían que garantizar los impuestos no
recaudados. El imperio era grande; el estado no podía recaudar la mayor parte de los
impuestos sino mediante oficiales civiles. Al final, sólo sobrevivió el nivel de la ciudad.
La particular vulnerabilidad del modo antiguo está en su relación con la propiedad privada de
la tierra, en este caso el modo feudal. El estado proporciono una considerable riqueza a
quienes lo controlaban, no podía hacerse mucho con esta riqueza, salvo colocarla en la tierra.
Si sus tierras eran grandes, sus intereses privados besaban más que sus intereses públicos. Los
ricos comenzaron a evadir sistemáticamente la tributación. En el siglo V, las invasiones
bárbaras dieron a la aristocracia occidental una elección política entre los dos polos de la
contradicción: por un lado, el estado romano y su patronazgo, que cada vez hacía más y más
costoso cuando más ejército se lanzaban contra la amenaza de los bárbaros y menos costoso
cuando los ejércitos perdían territorios; por otro lado la posibilidad de quedar únicamente con
la base dada por la propiedad en el contexto de los estados sucesores germánicos de reciente
formación. La guerra y la tributación eran los aspectos principales del imperio.
Los aristócratas que va bien impuestos eran los protagonistas, pero no los únicos. El
campesinado no podía tener mucha simpatía por el estado tardorromano. Pero todavía las
resultaba imposible tener una concepción de cómo podría ser la vida sin él.
La clave está contenida en el crecimiento del patrocinio privado. Los campesinos estaban
comenzando a entrar en las clientelas de los vecinos ricos para evitar el tener que pagar los
cada vez más crecientes impuestos. En el Código Teodosiano, se detalla este proceso; los
terratenientes que ofrecen tal patrocinio tienen que pagar los impuestos impagados, y la
relación se hace inútil. La tributación obliga a los hombres, a huir hacia los bárbaros o hacia los
bcaude. Obliga al pobre a entregar su propiedad al rico a cambio del patrocinio, y a ser
recibido como Tenentes; peor aún, entonces se encuentran con que todavía están sujetos a
impuestos. Actúan así en la suposición de que sus patronos o Señores van a ser
suficientemente poderosos, dentro del estado o fuera de él, para evadir estos impuestos. El
pago de la renta es para muchos campesinos preferible al pago de impuestos. Los beneficios
del estado nunca habían justificado el peso los impuestos a los ojos de los campesinos, mil
hacía tampoco para los Señores. La evasión impuestos se extendió; la máquina imperial
comenzó a verse privada de recursos. También aumento la propiedad de la tierra gran escala,
en parte mediante la extensión del patrocinio, incrementándose así las posibilidades de
evasión de impuestos. Resultó un círculo vicioso, una involución fatal del estado.
Casi todos los estados de accidentes en el 500, recaudaron impuestos. Tal tributación tuvo
éxito en la medida de la fuerza interna de los reinos afectados. El ejército constituía la principal
partida de gasto para el estado tardorromano, fuera de Italia casi la única partida realmente
importante. El establecimiento político de cada estado germano supuso que formaban el
ejército, y estos nuevos ejércitos estaban basados en la tierra. El gasto principal del estado fue
suprimido un solo golpe. La tributación fue aquí inmediatamente sustituida por la renta.
La tributación siguió siendo esencial para los primeros estados sucesores germanos. Colon
ejército separado de la tributación del gobierno central, el proceso se hizo más marginal.
Los obispos intentan lograr la exención para sus ciudades, y los Abades hicieron otro tanto
para sus monasterios. Las vidas de Santos del siglo vii subrayaron no sólo la creciente
tributación éxito a la cólera de los Santos, sino cualquier tributación. Los merovingios, eran
fuertes e impusieron tributos mientras pudieron. Pero no pudieron ocultar el hecho de que la
tributación no tenía ningún otro propósito más que el exagerado enriquecimiento de los reyes;
así se explica su pérdida de legitimidad. El ejército se estableció en la tierra; la administración
era rudimentaria conforme a los niveles romanos; las vastas tierras fiscales que controlaba a
los reyes eran suficientes para sus necesidades cotidianas. El impuesto sobre la tierra se
convirtió simplemente en una parte los recursos del fisco, los merovingios los concedieron
indiferentemente.
El modo antiguo coexistió con el modo feudal en los años 300 a 700. El impuesto y la renta uno
destinado el poder público distante, el otro a un señor más inmediato, aunque a menudo
ausente. Las relaciones del campesino con el estado y el Sr. Eran fundamentalmente
diferentes, en los niveles de la propiedad y las finanzas, y también de lealtad, interés y
obligación. Ambos modos coexistieron en la misma formación social, el modo dominante se
trasladó del antiguo al feudal.
La fuerza explotadora en el estado romano fue el poder público; el status fue importante
precisamente en cuanto que regulaba el acceso a este poder y así a los recursos de la
tributación. Categorías más directamente vinculadas solo a la riqueza eran extremadamente
imprecisas; fue la red de títulos oficiales, las categorías más útiles para el estado, lo que
estratifico la sociedad aristocrática. La complicada terminología utilizada para la posesión de
oficios y la jerarquía senatorial la época tardorromana habían desaparecido. El status de
convirtió en algo sin sentido cuando se separó de la propiedad de la tierra, y la propia de la
tierra trajo consigo un estatus independiente de la intervención real. El cambio puede
expresarse simplemente en términos materiales: un funcionario del siglo iv, a menos que fuera
excepcional y personalmente rico, conseguía más de su cargo en términos de riqueza y estatus
que de la propiedad de la tierra.
El siglo V fue el momento en que se rompió el poder del estado sobre las relaciones de
producción. A partir de aquí la propiedad privada de la tierra ya no fue medio para conseguir
poder, fue el poder mismo.
Las guerras inclinaron la balanza al desafiar la dirección del estado. El estado tenía menos
ventajas para la aristocracia como protector y fuente de beneficios, y su hegemonía ideológica,
como el núcleo natural e inevitable de actividad política, fue cuestionada. Como la posesión de
la tierra era ya el elemento más sólido en la sociedad romana, la aristocracia pudo refugiarse
en ella. Con la aristocracia vacilante, el campesinado tuvo también la oportunidad de
reaccionar, apuntalando las acciones u omisiones de la aristocracia; fue ante todo un problema
político y militar.
Los estados que siguieron que no estaban basados en la tributación, como el estado lombardo
en Italia y el estado carolingio en Francia eran totalmente diferentes, esencialmente basados
en la propia de la tierra en lugar de la imposición de tributos, con relaciones respecto a su
aristocracia y campesinado crucialmente diferentes. Todo lo que permaneció fueron valores e
imágenes. Cuando finalizó la tributación, las ciudades actuaron como centros sólo por motivos
ideológicos. La aristocracia también pudo elegir seguir viviendo en las ciudades y centrar sus
rivalidades políticas en un escenario urbano, pero sólo eligió actuar así en algunas zonas de
occidente en Italia, sur de la Galia, su rey y este de España.
El estado carolingio se basaba en la tierra, como ocurría con las clases superiores; el poder
económico personal de un noble carolingio se encontraba así exactamente en la misma base
que el de su rey. El único camino de los reyes para poder ejercer su poder era obtener y
confiar en la lealtad de la aristocracia; tenía que comprarla. Pero el estado perdió cada vez más
tierra, y por tanto más poder. Se puede añadir que perdió al mismo tiempo sus lazos con el
campesinado, puesto que las obligaciones militares tendían a limitarse a las clientelas
aristocráticas. Cuando la aristocracia perdió su interés por el estado, este simplemente
desapareció.
Es posible, que el principal grupo social que se benefició de la caída del estado romano y la
transición a la sociedad feudal fuera campesinado. No fue la aristocracia romana, los nuevos
estados germánicos tenían sus propias aristocracias étnicas. El campesinado estaría mucho
mejor, los mecanismos de extracción del excedente en los siglos vii y viii fueron menos eficaces
que en el siglo iv. El cobro de la renta del imperio estaba condicionado por el hecho de que el
impuesto se llevaban gran parte el excedente. Los campesinos conservaron más para ellos
mismos. La no insignificante clase de los propietarios campesinos, que habían sobrevivido las
guerras y al patrocinio del siglo V, se encontró con que se les exigía muy poco excedente; a
cambio de ello, los francos y los visigodos, al menos, esperaban que sirvieran en sus ejércitos.
El modo feudal en globo a todo los primitivos tenentes medievales, libres o no libres, que
pagaban la renta o hacían prestaciones de trabajo. Cuando los romanos abandonaron el modo
de esclavista, pasaron directamente a los tenentes que pagaban renta. En los comienzos del
período medieval, el trabajo era raro y generalmente insignificante. Por entonces había del
huevo muchos esclavos en la tierra, gracias a las guerras de los siglos v y vi, pero la mayor
parte de ellos eran simplemente tenentes y tampoco debían realizar prestaciones de trabajo.
Se dice que las villas merovingias de los siglos vi-vii tenían reservas cultivadas directamente
por esclavos. Estas reservas pudieron representar e incluso una débil su pervivencia del modo
esclavista. En las áreas donde la prestación de trabajo fuera la o desconocida, el status del
esclavo era sólo una categoría legal, si bien comportaba rentas más pesadas; en el período
carolingio fue innecesaria, y desapareció durante los siglos ix-x.
Los Tenentes de la temprana edad media en realidad debieron defender con más frecuencia
de los coloni tardorromanos y de los campesinos libres que de los esclavos. El sistema fue sino
más claro de que las clases no productivas de Europa estaban comenzando a descubrir de
nuevo como extraer todo el excedente del campesinado. Podría verse como uno de sus
resultados un periodo de crecimiento que en tanto que se expresaba en consumo de artículos
de lujo, con frecuencia fue conseguido sobre todo a expensas de campesinado.
En los siglos vii y viii, el estado protegía lo generales y sus ejércitos, a expensas de las
aristocracias civiles locales; estas últimas perdieron así su papel independiente en beneficio de
los nuevos subordinados del estado que eran en principio más seguros, y de hecho más útiles.
El campesinado, con una organización colectiva y una identidad más fuerte que la existente en
gran parte de occidente, a menudo resistió largo tiempo los intentos de la aristocracia de
convertirse en sus Señores, por mucho que les estuvieran agradecidos por protegerles contra
la tributación. Todas estas diferencias ayudaron al estado a mantener su fuerza el momento de
crisis. Las guerras duraron largo tiempo. A poco civiles se les dio la oportunidad de explotar la
situación, de hecho esta capacidad esencialmente política de explotar la situación en su propio
beneficio fue la razón más evidente para la supervivencia del estado bizantino en oriente. En
efecto, el fracaso del feudalismo en el siglo vii en oriente detuvo su desarrollo durante muchos
siglos.
Una de las claves del modo antiguo es la relación ciudad campo, con la ciudad fortalecía por
sus poderes fiscales. Pero en los siglos vii y viii la sociedad urbana de Bizancio se colapsó. En
gran parte, el precio pagado por la supervivencia del estado a expensas de las aristocracias
civiles, la base de la vida urbana. Los supervivientes se concentraron en Constantinopla, el
imperio había llegado a ser una ciudad estado gigantesca concentrada allí. La base de la
imposición de tributos del estado bizantino centralizado se ajusta con bastante facilidad a un
modelo más oriental. Estos estados, como el romano y el bizantino, tenía que el problema de
equilibrar la imposición de tributos con la propia de la tierra. El alejamiento en la ciudades se
justificaría simplemente por el paso de un sub tipo a otro del modo tributario. La
descentralización del imperio a través de la ciudad es debe verse más como una pre suposición
básica en el análisis de su desintegración final, algo que en el contexto euroasiático parece que
fue realmente inusual. Los imperios de Asia a este respecto tuvieron una estabilidad más
grandiosa, pues las dinastías reemplazan a las dinastías a lo largo del tiempo. El accidente,
Europa se enfrentó con las degradaciones, pero también las posibilidades, del feudalismo.