Cuentos Latinoamericanos
Cuentos Latinoamericanos
Cuentos Latinoamericanos
del siglo XX, de la mano del chileno Baldomero Lillo y de la del uruguayo Horacio Quiroga. El primero
escribió cuentos de mineros (Sub terra, 1904) y el segundo, historias de la jungla, entre los que destaca
Cuentos de la selva, publicado en 1918. Combinó un enfoque de carácter regional, entrelazando la
naturaleza primitiva con los seres humanos, desarrollando descripciones de fenómenos psicológicamente
extraños en unos cuentos de misterio poblados de alucinaciones. Posteriormente, llegarían los escritores
del “boom latinoamericano” que consiguieron ampliar las fronteras del nuevo mundo literario.
Para hablar de los cuentos latinoamericanos del siglo XX, es necesario conocer a los escritores que
desarrollaron el arte de la narración breve; personas a quienes honramos por hacernos disfrutar un
género tan exquisito. Entre ellos están: Edmundo Valadés (1915 - 1994), Inés Camelo Arredondo (1928 -
1989), Juan Rulfo (1917 - 1986) Julio Cortázar (1914 - 1984), Jorge Luis Borges (1899 - 1986), Julio
Ramón Ribeyro (1929 - 1994), Juan Emar (1893 -1964), Oscar Alfaro (1921 - 1963), Manuel Mejía Vallejo
(1923 - 1998), Virgilio Piñera Llera (1912 - 1979), Horacio Quiroga (1878 - 1937), entre otros célebres
escritore
Cuento venezolano
Cuentistas venezolanos
Escribir un cuento
1.
1
Recolecta ideas para tu cuento. La inspiración puede aparecer en
cualquier momento. Lleva contigo una libreta (cuaderno) a donde quiera que
vayas para poder anotar las ideas que se te ocurran.
3
Encuentra inspiración en personas reales. Si tienes problemas en
entender o encontrar cualidades para tus personajes, mira hacia tu vida.
Puedes tomar atributos de gente que conoces o de desconocidos que cruzas
en la calle.
4
Conoce a tus personajes. Para que una historia sea creíble, los personajes
deben ser creíbles y auténticos. Conseguirlo puede ser una tarea muy difícil
pero hay algunas estrategias para crear "gente real" para incluir en tu
historia.
o Escribe una lista titulada con el nombre de tu personaje y
escribe todos los atributos que se te ocurran, desde su posición en la
orquesta hasta su color favorito. Conoce todo lo que puedas acerca de tus
personajes, desde cuál es su motivación central hasta cuáles son sus
comidas favoritas. ¿Hablan con un acento particular? ¿Tienen alguna
singularidad en su manera de hablar? No incluirás esta información en la
historia pero cuanto más sepas, más vida tendrán tus personajes, para ti y
para el lector.
o Asegúrate de que las personalidades de tus personajes no
sean perfectas. Todos los personajes necesitan tener alguna falla, algunos
problemas, imperfecciones o inseguridades. Puede parecerte que a nadie le
gustaría leer una historia sobre alguien con defectos o debilidades, pero
sucede todo lo contrario. Batman no sería Batman si no fuera un sociópata al
límite.
o La gente puede identificarse con personajes con problemas
porque eso es algo realista. Cuando intentes encontrar los puntos débiles de
tus personajes, no necesariamente debes darles un conflicto enorme o
bizarro (aunque si quieres puedes). Para la mayoría de tus personajes,
trabaja con aspectos que ya conoces. Por ejemplo, el personaje puede tener
ataques de ira, tenerle miedo al agua, ser solitario, fumar demasiado, etc.
Todo esto podrás utilizarlo para llevar tu historia más allá.
5
Limita la amplitud de tu historia. Una novela puede transcurrir a lo largo de
millones de años e incluir múltiples tramas secundarias, varios escenarios y
muchos más personajes. El evento principal de un cuento debe suceder en
relativamente poco tiempo (días o minutos) y no será posible desarrollar con
efectividad más que una trama, dos o tres personajes y un escenario. Si tu
historia se extiende por sobre esto estarás más cerca de una nouvelle o
una novela.
6
Decide quién contará la historia. Hay tres tipos de narradores para contar
una historia: Primera persona (yo), segunda persona (tú) y tercera persona
(él o ella). En primera persona, es el personaje quien cuenta la historia; en
segunda persona el lector es un personaje de la historia; en tercera persona,
hay un narrador por fuera de la historia. El narrador de segunda persona casi
nunca se utiliza.
o Ten en cuenta que los narradores de primera persona solo
pueden decir lo que saben (que puede estar condicionado por lo que ven por
ellos mismos o por lo que otros le cuentan), mientras que el narrador de
tercera persona puede bien saber todo y además puede meterse en los
pensamientos de cada personaje o limitarse a lo que observa.
o También puedes mezclar y unir. Por ejemplo, puedes cambiar
de un narrador de primera persona en un capítulo a un narrador de tercera
persona en otro, o incluso más de un narrador de primera persona. Un
ejemplo excelente de esto es el cuento "Rashōmon" de Akutagawa
Ryūnosuke[1], que luego se convirtió en una película con el mismo nombre,
realizada por Akira Kurosawa.
7
Organiza tus pensamientos. Una vez que hayas preparado los elementos
básicos de tu historia, puede serte útil el hacer una línea de tiempo para
marcar qué pasará y cuándo pasará.
8
Comienza a escribir. Dependiendo de cuánto hayas esbozado la trama y
tus personajes, la escritura real puede consistir simplemente en elegir las
palabras adecuadas.
9
Comienza con estilo. La primera página (algunos dirían la primera oración)
de cualquier escrito debe ganar la atención del lector de inmediato y hacer
que quiera saber más.
10
Sigue escribiendo. Antes de terminar tu historia, casi con seguridad tendrás
algunos imprevistos. Debes atravesarlos para tener éxito. Dedica un tiempo
para escribir todos los días y ponte como meta escribir al menos una página
por día. Incluso si desechas lo que has escrito en esa jornada, has estado
escribiendo y pensando en la historia, y eso te beneficiará a largo plazo.
o Considera la posibilidad de participar en grupos de escritura o
actividades. Una muy buena actividad para los escritores de todo tipo es el
"Mes Nacional de Escribir Novelas" o "NaNoWriMo" [2] (en el Área de la Bahía
de San Francisco, Estados Unidos). Cada año, del 1 al 30 de noviembre,
tienes la tarea de escribir una novela de al menos 50.000 palabras. La
calidad y la brillantez no están en juego; el objetivo es el acto de escribir.
Échale un vistazo al enlace en la sección de referencias para obtener mayor
información.
11
Deja que la historia se escriba sola. A medida que desarrollas tu historia,
puedes decidir llevar el argumento hacia otro lado diferente del que pensaste
en un comienzo o cambiar sustancialmente un personaje o sacarlo
directamente de la historia. "Escucha" a tus personajes para ver si te piden
hacer o decir otra cosa y no te preocupes por alterar tus planes si esto
mejora la historia.
Parte2
Editar el cuento
1.
1
Revisa y edita. Cuando hayas terminado de escribir, ve hasta el principio y
corrige los errores mecánicos, lógicos o semánticos. En general, asegúrate
de que la historia fluya y que los personajes y sus problemas sean
presentados y resueltos apropiadamente.
3
No te rindas. Puede ser frustrante tener problemas para escribir. Puedes
quedarte sin impulso, enojarte con los personajes, o sentirte triste o culpable
porque un personaje que te gustaba ha muerto.
4
¡Lee! Nada puede ayudarte más a escribir un buen cuento que leer buenos
cuentos. Presta atención al estilo y a cómo el autor saca provecho de la
brevedad del texto.