Avelino Brena - Frente Al Bicentenario

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AVELINO C.

B R E N A
MIEMBRO DE LA SOCIEDAD DE HOMBRES
D E L E T R A S D E L URUGUAY Y DE LA
ASOCIACION URUGUAYA DE ESCRITORES

Frente al
Bicentenario
de Maldonado
LA T O R R E DEL V I G I A

MALDONADO
1957

. ... ,
AVELINO C. BREN A
MIEMBRO DE LA SOCIEDAD DE HOMBRES
D E L E T R A S D E L URUGUAY Y DE LA
ASOCIACION URUGUAYA DE ESCRITORES

Frente al Bicentenario
de M a l d o n a d o

MALDONADO
1957
LA TORRE DEL VI GI A
RADIODISERf ACION ES PRONUNCIADAS A
REQUERIMIENTO DE Ct W 51 RADIO MALDONADO»
EN LOS MESES DE ENERO Y FEBRERO DE 1957, Y
RECONSTRUIDAS PARA ESTA EDICION.
Plaza San Fernando de Maldonado con la estatua de
nuestro Procer máximo Gral. José Gervasio Artigas y
una vista de la, centenaria Iglesia de San Fernando.
A Manera de Preámbulo
E stas R ad io d isertacio n es, no fuer<#> p ro n u n c ia d a s con la
idea de ser luego tra s la d a d a s al libro. No pensam os en ello, e n ­
tonces. Sólo d esp u és d e realizad as, am igos in te le c tu a le s —y
p ro p ia m e n te m ald o n ad en ses ferv orosos— , nos se ñ a la ro n la c o n v e ­
n ie n c ia de im p rim irla s h a sta com o P ro g ra m a de la C onm em oración,
o de una C onm em oración, que a ú n cu an d o a p rim e ra v ista p u e d a
p a re c e r denvasiado costosa, no lo es si se co n sid e ra el in te ré s to ­
ta l q u e el G o b iern o de la N ación, ra d ica d o en los tre s P o d e res del
E stado, tie n e en q u e ese M useo histórico, que es M aldonado, y ese
g ran d io so sitio de T u rism o q u e es todo su D e p a rta m e n to , a d q u ie ­
ran , de una vez por todas, el e sp le n d o r a que spn a cree d o res.

Adenvás se nos d ijo que estas R ad io d isertacio n es, p o r t<*


que tie n e n de e x p re sió n h istó rica , deb ian se r co n sid e ra d as com o u n
trib u to de vida p e rm a n e n te a la C onm em oración B ic e n te n a ria.

Si la realizació n de un P ro g ra m a com o el que a g ra n d e s


trazo s —y en u n a lig era im p ro v isa ció n —. dejam o s trazad o en e sta s
R ad io d isertacio n es, se h u b ie ra p ro y e cta d o y com enzado con tie m ­
po, u rg ién d o lo p o r todos los m edios, todo él h u b ie ra sido fá c ilm e n te
llev ad o a térm in o , sino en todo, en g ra n p a rte , y h u b ie ra sido sin o
to ta lm e n te concluido por lo m enos p a rc ia lm e n te realizado. Y ta n to
él com o las obras h ech as o por co n cluirse, se ría n ob ras del B ic e a -
te n a rio , llev ad as a cabo p a ra c o n m e m o ra rlo y ob ras que h a b ría n q u e ­
d ado ahí, a la e sp ectació n p ú b lica de n a cio n ales y e x tra n je ro s , com *
u n a e x p re sió n d el corazón, la m en te y la ca p a c id ad de los M al-
d o n a d e ise s. en fech a que ta n h o n d a m e n te les llega al alm a.

T ra n s c u rrie ro n alg u nos m eses; se hos e x tra v ia ro n algunos


a p u n te s de los u tilizad o s fre n te al R adiom icrófono; los comentarios
llegados h asta n osotros in flu y e ro n p a ra que nos d e cid iéram o s a v e r ­
terlo s en el libro; y com o en las c in tas del R a d io im p reso r no s e
« o n serv an las ra d io im p resio n es, según se nos inform ó, nos d e c i­
dim os a d arn o s a la ta re a p re su ro sa de re h a c e r lo p erd id o y d e
e o m p letar, con algunos d o cum entos in te rca lad o s, la ra d io e x p o si-
ción de algunos tópicos.

P u e d e discu lp ársen os, pues, lá form a de d ise rta c ió n qt#e


m u e stra .! e sta s p áginas; y tam b ié n lo lig e ra m e n te que tocam os los
d iversos tem as, so b re todo te n ie n d o e:i c u e n ta q u e e sta o b ra es.
e n el fondo, ap en as un esbozo o b o sq u ejo de lo q u e nosotros lla­
mamos^ ta l vez con excesivo énfasis y escasa m odestia, n u e s tra s
dos g ran d es o b ras so b re M aldonado: dos gruesos vo lú m en es in ti­
tu lad o s M aldonado H istórico y dos gru eso s v o lúm enes in titulados
Sem blanzas M aldonadenses, o b ras éstas ambas, en las que p réte»-
d'pjnos J&acer desfilan e i ftíaidonado de sus doscientos afóos.
Frente a la Coninemoración Bicentenaria
C.W51 Radio M aldonado, magnífico esfuerzo de dedica­
ción y de inteligencia, de Enrique Lamaison, que dejó en él su vida,
y cuya bandera de alto idealismo recogieron con abnegación y v a­
len tía, su distinguida esposa, sus esforzados hijos, y ese magnífico
¿Radiolocutor que tanto es y promete, Elbio Presno Isnardi, h a que­
rido que nosotros dictáram os algunas Radioconferencias sobre la
conmemoración del Bicentenario que se avecina, y nos h a ofrecido
—a fin de facilitar n uestra labor—, recojérnoslas en nuestra propia
casa. Nosotros, que siempre hemos sido reacios al exhibicionismo;
que hemos sentido como una necesidad superior a las exigencias
del am biente ,1a retracción en la que se forja la personalidad del
estudioso y el m editativo, no hemos podido negarnos a este recla­
mo, y no hemos podido dejar de decir que sí cuando siempre en oca­
siones s'emejantes hemos dicho, que no. Hay situaciones en las que
¿todo cede an te los circunstancias que determ inan el m antenim iento
de un'propósito. Nosotros estamos en u na de ellas. Diógenes, que
repudiaba el patriotism o, sufrió sudor de sangre cuando vió a su
Patria, Grecia, bajo el yugo de M acedonia; y Cicerón que repudia­
ba ql César, m ás de una vez debió doblar su orgullosa cerviz ante
las excelencias de las disposiciones del soberano. -Y no es por nin­
guna aberración o anom alía, que procedemos así, sino por espíritu
^de trabajo ordenado y eficaz, y por exigencias de la investigación a
^ondo que realizamos, y del perfeccionamiento constante que procu-
jam os. No se puede estar en todo, cuando se ab arca mucho; ni en­
tregarle a lo menos im portante el tiempo, precioso, que no alcanza
para lo sumo. Además, Cicerón dice "aberrare dies scribendo", y
nosotros somos de los que se divierten escribiendo tranquilos.
Por tratarse de nuestra Ciudad y de nuestro D epartam ento,
en los que nacimos y vivimos? donde se formó n u estra niñez y des­
pertó a los efluvios de la vida nuestra juventud; donde junto a la
rígida formación p atern a y m aterna, la Escuela Ramírez despertó
nuestras primeras alas y nos impulsó, luego, a abrirlas en la Univer­
sidad y a desplegarlas en el mundo; donde siempre hemos guar­
dado y cultivado y m antenido tantos inolvidables afectos que nos
arraigan a su suelo como’ la hiedra al muro; donde están, en vida o
en muerte, tantos a quienes quisimos y cüya memoria veneramos.'
no era, no es, posible, desechar la tribuna que se nos ofreció, ni ester
o tra más severa y m ás perm anente hacia la que se nos em puja >
a la que subimos.
Por eso estamos aquí, salidos >de nuestro reíugio, y aquí nos
tienen nuestros distinguidos conterráneos, con un legajo de apuntes
írente al Radiomicrófono, cóm odam ente sentados, sintiendo, trému­
los de emoción, que junto al Radiorreceptor están los hijos de Enri­
q u e Lamaison y el brillante Elbio Presno Isnardi, pendientes de nues­
tras palabras y nuestros conceptos; -y detrás de él y de ellos, un Ra-
dioauditoric heterogéneo de hombres y mujeres, de estudiantes y pro­
fesores, de jóvenes y viejos, al que m ás que el prestigio del confe­
rencista interesa el tem a que trata, y tanto como éste, el juicio que
un femandino va a expresar sobre un tópico ya señalado por la dis­
cordia, y m arcado por una evidente desorientación del momento.
Frente a la Conmemoración del Bicentenorio, pues, vamos a erguir-,
nos, por unos momentos, p ara expresar nuestro pensamiento.

SOBRE LA FECHA DE LA CONMEMORACION BICENTENARIA


Desde luego, la fecha del Bicentenario es 1957. Y por ninguna
razón su conmemoración debe postergarse. No obstante la autora-,,
d ad histórica y jurídica de nuestra eximia conterránea, la doctora
Florencia Fajardo Terán, la del Profesor Alfredo Chiossi, etc., 1754,
m ás que 1755, no es sino un "intento de fundación", y ni siquiera
eso: una preparación, una etapa, un depósito momentáneo de seres
y cosas, para la Fundación; intento que no sólo se concretó en un
Tugar distinto —ese sí elegido p ara tal fin—, sino que no tuvo otr©
ctlcance que el de depositar allí aquellas gentes mientras no se
Tesolviera en definitiva. Tampoco aquello íué una fundación dé
Pueblo, y menos del Pueblo que querían las Reales Ordenes. Y h asta
podría sostenerse que no fué esa la intención de José Joaquín de
Viana: la intención acuciada por la Corte Española y diferida du­
rante tanto tiempo por el Gobernador de Montevideo, que no
d ab a con el lugar apropiado ni veía que por allí pudiera establecerse
Pueblo alguno, ni tenía recursos para cumplir la fundación.
Para sostener y dem ostrar que el intento de población de 1754
■© 1755,. no es el momento inicial de la fundación de la Ciudad d*
fren te al b ic e n t e n a r io de M ALDONADO IX

Maldonado, existen muchos argum entos que nosotros desarrollam os


con profusión en nuestro libro MALDONADO HISTORICO, del que
por lo menos uno de sus dos nutridos volúm enes esperam os que
pueda aparecer —junto con otro de SEMBLANZAS MALDONA-
DENSES—, antes del Bicentenario. P ara eso trabajam os desde hace-
un año, sin conocer el descanso.
NUESTRAS PRIMERAS IMPRESIONES EN MATERIA DE LA
CELEBRACION DEL BICENTENARIO
a) La Ausencia de la Autoridad Municipal.
A nte todo, corresponde decir que estando y a en el año* del
Bicentenario, y a poco m ás de seis m eses del mismo, poco o casi
n ad a se h a hecho. El Concejo D epartam ental designó un a nutrida
Comisión a la qu© encomendó cuanto con la celebración del Bicen­
tenario se refiere, y ío hizo hace alrededor de dos años, es decir:
con suficiente tiempo p ara program ar los actos que con él se rela­
cionan. Pero no le dictó normas, no le dió recursos, ni posteriorm en­
te vigiló su actuación. Su primer error, fue, pues, ése: confiar en la
-Comisión y luego desinteresarse de todo, cosa que ni debió ni pudo
hacer, porque esa conmemoración es acto privativo de la A utoridad
Municipal —Junta y Concejo—, im plícitam ente contenido en su po­
testad. No pudo ni debió desprenderse de él, y menos desentender­
se de él. La Comisión debió sólo ser asesora, con un plazo p a ra pro­
gram ar lo que considerara viable. Transcurrido él —con lct toleran­
cia que el Concejo considerara prudente—, debió intervenir, com­
peler a actuar, y si hubiera sido del caso, debió volver sobre sus p a ­
sos designando nueva Comisión asesora, o comenzar a actuar, des­
de luego confeccionando un program a de actos sobre el que la Jun­
ta debió tener intervención. No se hizo ni un a cosa xii otra. Y se'
continúa en esa situación.
b) La Comisión y el Comité.
La Cjomisión designada por el Concejo, nombró su Comité
Ejecutivo y tam bién se desentendió del cometido que se le confió.
El Comité eligió autoridades, realizó un acto que en vez de aplaudido
h a sido criticado —porque se dice que fué realizado a espaldas del
pueblo, y por ende sin su participación—, y luego, ante las prime­
ras dificultades, desapareció de la escena.
c) La composición de la Comisión y del Comité.
En cuanto a la constitución del Comité Ejecutivo del Bicenjtpna-
rio, corresponde expresar diversos conceptos. En primer luga: au to -
14 AVELINO BREÑA

ridad, instituciones públicas y privadas, y pueblo, evidentemente se


durm ieron en constituirlos, y continúan dejándo pasar el tiempo, sin
decidirse a actuar, como si la enorme responsabilidad que asum ie­
ron no los preocupara. Estos cuerpos de programación y de ejecu­
ción, necesitan de un largo tiempo previo p ara poder programar,
preparar y ejecutar con efectividad, cuanto un acto de e sta n atu ­
raleza reclama: concepción de la obra a realizar; gestiones oficiales
a n te el Consejo Nacional, an te el Parlamento, an te la J u n ta y ef
Ejecutivo D epartam entales; a n te la Comisión Nacional de Turismo,
la Comisión Nacional de Educación Física, los Concejos Departa^
m entales de todo el País, los Entes Autónomos y Servicios Descen­
tralizados, la Universidad, los Liceos de toda la República, la Co­
misión Nacional de Monumentos, el Instituto Histórico y Geográfico,
el Museo Histórico Nacional, los dem ás Museos Públicos y Privados,
la Asociación Rural del Uruguay, la Prensa toda del País; ante el
Comercio y la Industria; y an te un centenar de personalidades de
arraigo en el País, que tengan alguna vinculación con Maldonado,
etc., etc. Todo ello es preciso, es necesario, es imprescindible, rea­
lizarlo, si se quiere por lo menos hacer algo al diapasón de lo
que las circunstancias reclaman; o de lo que han hecho en iguales
•o parecidas conmemoraciones otros Departam entos u otras Ciudades.
Corresponde decir que, para nosotros, la domposición de la
Comisión, así como la del Comité, es inobjetable. No hay uno sók>
de sus com ponentes que no esté bien en ella, o erf'el cargo que en
el Comité se le confirió. Pero debió completarse. Faltan algunos
M aldonadenses —nosotros calificamos así no sólo a los hijos de
Maldonado, nacidos en el Departamento, sino, también, a los vincu­
lad o s a él por obras y hechos que les h ayan dado una carta de ciu­
d adanía "sui generis", a la consideración local—, y desde luego,
representantes con el título de tales, da las diversas poblaciones del
Dparlamento, porque el Bicentenario, como lo demostraremos, es un
acto que afecta no sólo a la Ciudad de Maldonado, sino a todo ©1
Departamento.
Se podría decir que entre los componentes del Comité —y con
m ás razón de la Comisión, que es más numerosa—, hay personas que
puede considerarse que representan a las distintas poblaciones. Fue
ra de que ello no sería totalm ente cierto, tampoco es exacto, por­
g u e la representación es un acto positivo que exige la voluntad de
un elector, y cualesquiera de esos Pueblos podría decir, con razón,
■que a ellos no se les consultó y que por lo tanto no se consid%>
x a n .representados desde que no confirieron formalmente ese come­
tido. '
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 1S

d) La personalidad de los Miembros del Comité.


Dijimos que la nominación de los Miembros de la Comisión
y del Comité, es inobjetable: Inobjetable en cuanto a la persona de
c a d a uno de ellos. El Profesor, Escritor e Historiador, R. Francisco
Mazzoni, Presidente Honorario del Comité, es, sin duda, la prim era
figura intelectual del D epartam ento; el personaje que en el primero
y segundo cuarto de siglo h a hecho, m ás por éste, desde el Liceo, la
C átedra, el Libro, las Conferencias, las Tribunas, las Revistas, los
Diarios, los Periódicos, las investigaciones de Archivos y las búsque­
das y recolecciones de cosas de inmenso valor p a ra los Museos del
D epartam ento. Escritor, historiador y catedrático de diversas m ate­
rias, con estudios exhaustivos sobre ellas, su fam a y a trasciende las
fronteras de la Patria, constituyendo un a gloria m aldonadense. Elbio
Rivero, e3 otro personaje ’de M aldonado. Hijo de la C iudad de San
Fernando, es un digno descendiente de aquel gran caballero y afa­
m a d o . profesional, tam bién femandino, que se llamó Don M anuel
Rivero, y de e sa ilustre dam a, que se llam a Doña Carm en Moreno,
verdadera joya nonogenaria de nuestra Ciudad. Médico distingui­
do, herm ano de Médicos y de A bogados que h an honrado y honran
al Departamento, p a ra juzgarlo b a s ta con leer ese hermoso folleto
que sobre su actuación política, puede decirse que sin divisa, h an
escrito como homenaje, sus correligionarios, y recordar el otro ho­
menaje departam ental que hace pocos años lo consagró hijo dilec­
to de M aldonado, y héroe de la M edicina y de la Caridad. Está, pues
Rivero, bien e : el puesto de Presidente c]A C om té, que desem peña.
La Profesora Elodia Montañés y el Escribano Juan Serra Tur. son
los Vice Presidentes de Honor. No se pudo elegir dos nombres con
m ás destacados antecedentes de fervor y d e ’ acción m aldonadense
que estos dos que dejam os referidos, ni dos personalidades fem an’-
dinas más dignas de e sta consagracia. Elodia fué, desde niña, u n a
llam arada en constante ascenso y esplendor. Lo mismo podemos
decir del Vice Presidente, Escribano Juan Senra Tur, distinguido c a ­
ballero, brillante intelectual, historiador respetado y actor de pri­
m era fila, en cuanto se relaciona con el fomento y prestigio de la
Ciudad fernandina; apasionado investigador, desde casi niño de
las cosas del terruño, y un guía valiosísimo p ara quienes n ecesita­
ron de su consejo sereno, seguro y autorizado, en todo: en lo jurídico
y en lo adm inistrativo; en lo social y en lo intelectual, de Julia Ro­
dríguez de De León, e sa otra brillante mujer m aldonadense, M aes­
tra eximia y d am a de ponderados quilates, a quien b a s ta oiría,
enfocando problemas de cualquier orden p a ra convencerse de
AVKLINO BREÑA

Que se está frente a una mujer de excepcionales dotes intelec­


tuales, capaz de d estacarse con ribetes .propios y extraordinarios,
entre las primeras mujeres del País. Angellie Lafferranderie de
Caravalla, es otro don primoroso de nuestea Ciudad. Brillante in­
telectual y profesional, pone alas en su3 herm osas páginas lite­
rarias, en sus brillantes discursos y en sus epístolas que, por la
perfección del fondo y de la forma, detienen el pensamiento y
fijan la atención. El Padre A gatángel de Federación, es toda
una eximia personalidad civil, adem ás de ser un Religioso lla­
m ado a los más altos designios. Cultor de la Historia, lo es, tam­
bién, de cuanto se refiere al progreso y engrandecimiento de Mal-
donado. El Ingeniero Isaac Morón, es también, todo un personaje;
un profesionali destacadísim o, un Profesor brillante, un organizador
de esos que dejan, por donde pasan, huellas profundas, m arcadas
en el suelo, en el libro y la revista, para que sirvan al mismo tiempo
que de señal de realización y de conquista, de rastro por donde
cam inen sin titubeos quienes le sucedan, p ara avanzar por rumbos
ciertos. Y por último —creo que no omitimos a ninguno—, Alfredo
Chiossi, Profesor, Conferencista destacado, e Historiador brillante,
y a herm osa realidad y promisora esperanza.
Con este Comité se podría haber ido muy lejos, si se le hu­
biera orientado, o estimulado, o ayudado en alguna do las cien for­
m as que caben en una conmemoración de las proporciones de la
que nos ocupa. Todavía se puede hacer mucho si Se decide ¡y co­
mo no hacerlo!, a trabajar a fin de que la celebración bicentenaria
no quede deslucida. Nosotros sabem os que en cualquier obra de
trascendencia se presentan muchos obstáculos y que hay que luchar
contra muchos inconvenientes. La lucha, significa trabajo, y éste con­
quista. Por considerarlo así, Hércules llam aba tPakiajos a sus haza­
ñas y Alejandro obtenía sus victorias. Eso es lo que queremos para
el Comité del Bicentenario: que reaccione, que se rehaga, que se
imponga y que triunfe.
Claro que pudo haber otros; que debió incluirse a otros, es­
tuvieran radicados o no en Maldonado, en representación de las
clases viejas, realm ente representativas de la Ciudad y del De­
partamento; a valores intelectuales, morales, profesionales e indus­
triales como Gregorio y Fulgencio Gutiérrez, Doroteo Canale, Jaime E.
Pou, Juan Alegre, Antonio Támmaro, Antonio ZanOni, Gonzalo y Gil­
berto Acosta Viera, Manuel D. Machado y Cal, Otton L. y Tomás
G. Breña, Francisco Tasscmo, Rómulo y Guillermo Muño* Zeballos,
Edison Camacho, Meco Costa, Manuel Rivero, María y Erna Bumett,
Sra. Seijo de Macchiavello, Avelina Borda, Jo9é C hiossi los hermanos
Lamaison, los Gaggioni, Sinforiano Montañés, José Botello, Diego
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO

Boiello. Laureano Alonsopérez, José Luis Miranda, Pascual G allas,


Raúl Gorlero, Román Bergalli Gorlero, Héctor Alberto Gerona, Dr. Lis-
«irfmi, Juan Rodríguez. Eses. Marta, M ontañés, Fajardo y Schiavone.
Mauricio Litman, Ing. Jones Odriozola, Jacinto P. M ontañés, la doc­
tora Batista, Virgilio y René Delgado, los A bdala, los Romero y otros
que escap an a n u estra memoria. ¿Qué esos personajes, ta n hon­
dam ente vinculados a M aldonado, habrían desnaturalizado con su
número al Comité? Bueno, pero constituirlos entonces en Comisión
Asesora, por ejemplo.
¿Cómo no habrían de prestar su concurso valioso y representa­
tivo, por ejemplo, los brillantes historiadores m aldonadenses Atilio
C assinelli y Florencia Fajardo Terán, que, al igual que Mazzoni, son
realm ente glorias de M aldonado; los doctores Luis A. E. Esleían
B oca y Héctor Corleto Amb*osoni. em inentes personajes vinculados
por sus cargos de orden jurídico-judicial, el uno, y de orden m édico
y licecá, el otro, a los m ás encum brados puestos de la judicatura,
la medicina, y la enseñanza, departam entales; Florencio Collazo y
l a Dra. Ligia B. de Collazo, personajes de lo m ás encum brados; José
«Gregorio Goicoechea, de Pan de Azúcar, que tiene u n a extraordina­
ria actuación magisterial; los tres Figueredo: Alvaro, Ricardo Tell y
'Ricardo Leonel. verdaderas glorias de la literatu ra M aldonaense,
uruguaya y am ericana; Raúl M ontañés, inmenso Poeta y laureado
payador; 1¡a escritora Bosso, que y a brilla no o b stan te su juventud;
don Alberto Murissich, Francisco Solazar. Victoriano Suárez. Carlos
E siades. todos ellcs personajes de prim era agua, a igual que Maxi­
miliano Montañés, que Juan Ramión Csuzado, que Alberto Odizzio,
que el Escribano Marta, que el Dr. Pedro P. Berro, que Victoriano
Piada, profesionales del m ás alto quilate; Juan José Chiossi Savoia,
& quien, cuando se le lee, en páginas de historia, o de periodismo, o
se cam bia palabras y conceptos con él, deja la sensación de que y a
es algo muy serio, y de que e stá en camino de serlo mucho m ás?
Es brillante y activo, destacado, desde niño, y desde joven consa-
grado al igual que su herm ano Agredo, ai investigaciones relativas
a la historia de Maldonado, en especial sobre los arcanos de la
C iudad fem andina, y sobre el prestigio de lo jurídico adm inistrativo
del Departam ento. Ginés Cairo Medina, gran Profesor, gran realiza­
dor, gran caballero, hecho p a ra volar alto y ejecutar grandes obras
sociales e intelectuales; el R. P. Juan Bautista de Mogliano, Sacei*-
dote, Escritor e Historiador, cu y a obra de nutrido m aterial histórico-
religioso de M aldonado, estamos esperando con verdaderas an-
sias porque sabem os de lo que es capaz su brillante personalidad,-
el Escribano Francisco M esa Borrallo, enraizado con dos grandes y
viejas familias fernandinas, a quien no conocemos mucho no obs*
AVELINO C BREÑA

tan te ser de los grandes amigos de sus mayores, pero de quien,


nos e stá "soplando” aquí Presno Isnardi, que es toda un a autori­
d ad y todo un caballero; Adolfo Alonso Lussich, brillante ex-edil,
destacado "gentlem an" y nieto de aquel viejo gran señor de Mal-
donado Don Antonio D. Lussich, genio poético, genio arborístico y
genio náutico, a quien en to d a América y en Europa, se recuerda
y se reverencia; y el M aestro Juan Rodríguez y su señora esposa
y gran M aestra Erna Núñez, y el Dr. Giuria, y el General Sán­
chez de la Fuente y los Guerra y los Borrallo y los Fernandez Izmendi
y los Cuervo, Cavallo, Servente, Fossem alle, Costa; Jaurena, Nieves,
Murissich, Díaz, Iriondo, Fígoli, Mauricio Litman, Mata, Soria Amorín,
Pascual G aitas; de la Fuente, Edye, Bousquets, Guillermo y Félix de
N ava, y los Gorlero, y los Bergalli, y los Requena Muñoz, y los Gor­
lero Requena, y los Mantozzi, y los Fajardo, y los Fígoli, y los Pérez

—entre ellos Higinio que aun radicado en A rtigas vive soñando con
su Maldonado; y Alberto Rodríguez, gran soñador y evocador de
seres y cosas de su ciudad fernandina; y los Casela, y los Hernán­
dez, y los Vignale, y los Orliz, y los Díaz, y los Tassano, y los Re-
themias, y los Tardáguila, y cientos otros m ás que forzosamente tie­
nen que escapársenos en una evocación a la ligera de nombres que
e stá n en el corazón y en la mente de todos como figuras represen­
ta tiv a s y queridas de la Ciudad Fernandina y del Departamento
de Maldonado.
Habría que haberse movido más, y con más anticipación, p ara
que n ad a escape a la conmemoración bicentenaria. Haberse mo­
vido más y sin dejar escapar a nadie como obligado tributo a
M aldonado que y a extendió las alas, y que ahora sí nadie podrá
detenerlo en su ascenso cada día mayor. Una lista de nombrés
representativos de Maldonado, realizada por el Comité y en alguria
forma incorporada a sus Archivos, habría sido un lindo homenaje
a los vivientes. Para eso Mazzoni, ayudado por media docena de
sus amigos habría sido el indicado.
Se nos dice que Mazzoni no'quiso aceptar la presidencia efec­
tiva, y que se mantuvo inconmovible en esa negativa. Pero sea lo
que fuere, se le debió haber obligado a ejercerla. El h a venido
siendo, y es, la representación auténtica del real y efectivo Mcrl-
donado. Lo h a vivido y sentido con pasión de enamorado, en sus
cosas del pasado, y lo h a venido dirigiendo y orientando, en las
del presente, a cuya juventud intelectual formó desde la Cátedra Li-
ceal, primero; desde la Dirección Liceal, después; y por últimd,
h a s ta estos momentos, desde las Páginas del Libro, del Periódico y
de la Revista. ¿•
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO

Todos los miembros del Comité son Capaces de ejercer con


honor y con gloria ese cargo. Pero si h a y un puesto en la C iudad
T ernandina que ñadí© puede disputarle a Mazzoni, es el de e s ta
Presidencia. Por natural derivación de consideraciones, fueron bien
puestos, pensam iento y acción, en la personalidad ilustre de este
Pontífice M aldonadense. Y hoy, an te su renuncia, ninguno d8 los
otros Miembros encuentra el camino que parece haberse llevado
con él el Profesor Mazzoni.
Esa es, por lo tanto, una de las fallas de la constitución del'
Comité. La otra, es la exclusión —que tal vez se considere que
no existe—, de los representantes auténticos de ca d a una de las
poblaciones del D epartam ento, no representación al dedo, sino re­
presentación solicitada por el propio Comité, a c a d a Población, a
fin de que se sintiera vinculada ella a la conmem oración que ta m ­
b ié n le alcanza.
Una tercera, sería la no integración del Comité con las A uto­
ridades D epartam entales. El Presidente del Concejo D epartam en­
tal, el Presidente de la Junta Departam ental, el Jefe de Policía, etc.,
debieran figurar en el Comité. C ada uno de los O rganism os que
Tepresentan: Correos, UTE, ANCAP, etc., etc., siempre tienen algo
que decir, en estas conmemoraciones. A unque h a y a algunos per­
sonajes oficiales en el Comité, no están los representantes, como
tales, de las A utoridades municipales, judiciales, jefaturiales, d e
Instrucción Pública y Universitarias. No b a s ta que h a y a algunos
funcionarios de las mismas. Debieran estar sus titulares: el Presi­
d en te del Concejo junto al Juez Letrado D epartam ental; el Jefe
de Policía y el Inspector de Escuelas junto al Director del Liceo De­
p artam en tal. También personas representativas de todas las Ciu-
^dcfdes, Pueblos y Regiones del D epartam ento y de sus centros
culturales.
Lo mismo puede expresarse de la Prensa, de la Radio, de los
grandes Clubes, de los grandes Centros Sociales, etc., etc.
Por lo que sea, esa brillante pléyade de intelectuales que com­
ponen el Comité del Bicentenario, no se reúne; no actú a como de­
biera; se deja venir encim a la m ontaña de la conmemoración. Esta­
mos en enero del año del Bicentenario. Nos falta menos de ocho
meses, y se puede decir que no h a hecho n a d a h a s ta hoy, n ó
■obstante haber sido designado el Comité en m ayo de 1955.
Pero con esas fallas, o sin ellas, lo cierto es que el Comité’ se h a
dejado venir el Bicentenario encima, y no trabaja. No h a hécho
.nada y parece que no p en sara hacer nada, según lo h a venido
diciendo Radio M aldonado, y con ella la prensa local y la monté-
videana. Vale decir: no se mueve. Tampoco, puando se reúne,.,
nos d á una información d etallad a de lo hecho y de lo proyectado.,
información que es indispensable que el Pueblo conozca, sea para
aprobarla, sea para discutirla, sea en su casó para censurarla, co-
rrigiendo errores o_ presentando sugerencias de cosas recesarías y
olvidadas.
En una conmemoración como la que se nos avecina, que ta n to
nos afecta, el pueblo quiere saber qué es lo que se hace. Y a e sta
a ltu ra de las cosas, quiere tam bién saber qué es lo que se ha hecho
y lo que se piensa hacer.
En segundo lugar, la A utoridad Municipal, parece haberse des­
interesado de cuanto con esa Comisión se relaciona, olvidando que.'
e s ella —el Concejo y la Junta—, la obligada y principal respon­
sable de la conmemoración bicentenaria, y que no puede dejar de
colaborar con la Comisión, de impulsarla, y h a sta de com pelerla,
p a ra que la conmemoración del Bicentenario no resulte frustrada,
o desm erecida, como parece que v a a ser.
EL PROGRAMA DE LA CONMEMORACION
Un acontecim iento como el que vamos a celebrar, requie­
re la confección de un Programa oficializado, que no sólo no h a sidc-
hecho público, sino que no se vé que h a y a obras en plena realiza­
ción, que lo denuncien. Se comenzó con un acto no propio, y como-
fué fustigado, con razón, se detuvo el impulso realizador, sin que eí
Comité se h a y a detenido a pensar que es del hombre el "humanum-
errare est", y que no yerra sólo el que nad a hace. A pocos meses,
d e la fecha a conmemorarse, el pueblo, la prensa, la radio, no sabe.-
n a d a de lo que se va a hacer; y de todos los Miembros de la Comi­
sión y del Comité con quienes se habla, se recoje la impresión del
desgano conque se ve la indiferencia de quienes están obligados cc:
actuar, y la decepción que en algunos se manifiesta. ¡Pero es que
así no puede continuarse! ¿Es que acaso vamos a dejar que llegue
el Bicentenario, sin ofrecerle nad a como conmemoración? Con bue­
n a voluntad, vamos a anotar en su acervo la inauguración de la
Escuela San Martín, que el magnánimo espíritu de Roger Balet h a
hecho construir; la inauguración, que hay que lograr, de esa m ara­
villa del Molino Velázquez, luego de Fossemale y Zanoni, y la m ara­
villa que "a pulmón" e stá erigiendo el Club Deportivo, ejemplo de
lo que pueden realizar los corazones bien puestos; y unas pocas ar­
terias, con la denominación de Avenidas, entre las que algunas y a
e stá n concluidas, y otras están en espera de su conclusión. Pero
e so no basta, y ni siquiera forma parte del programa de hechos y
FRENTE A L B IC E N T E N A P .ÍO DE M ALDONADO 21

■ractos, que debe darnos a conocer el Comité, y sino él, la Comisión, y


s i no ésta, el Concejo D epartam ental, que y a es hora de que tom e
-cartas e n el asunto.
EL BICENTENARIO ES TANTO DE LA CIUDAD CAPITAL DEL
DEPARTAMENTO. COMO DE TODO ESTE
El Bicentenario no e stá solam ente relacionado con la C iudad
"Fernandina, sino con todo el Departamento. Eso y a lo hemos expre­
s a d o más de u na vez, y lo dem ostrarem os en nuestro MALDONADO
HISTORICO. Cuando s© fundó la Ciudad, M aldonado no ex istía
•como Departamento. Era sólo u na de las ta n ta s Regiones del País:
la del Este, con algunos Puestos Militares y de Estancias. Los
^Brioso, entre otros, estaban con sus ranchos en la costa del Lago
del Sauce antes que llegara el primer grupo colonizador a estab le­
cerse entre la Laguna del Diario y -la Sierra de la Ballena, el C a­
mino Real que la atrav esab a por lo de Lussich y el Mar. Tam bién
estab an los M aldonado que dieron denom inación al lugar: "De este­
lado de la Sierra de los M aldonado", "Del otro lado d© la Sierra de
los Maldonado", se decía. Recién después de su fijación en 1755.
se comenzó a destacar a M aldonado. Y cuando en 1757, se fundó
.la Ciudad, se estableció la prim era granítica base de la Pobla­
ción y del futuro Departam ento. Ppr eso afirmamos nosotros —y lo
«demostramos en nuestro libro referido—, que ,el Bicentenario de la
fundación de la hoy Ciudad fernandina comprende, tam bién, a todo
•el Departamento, o mejor dicho: a la Región del Este, incluyendo
c Rocha, Minas y Treinta y Tes, lim itada al Sur y Est© por el Río
d e la P lata y el O céano Atlántico, y al Norte y el Oest© por el
Arroyo Solís Grande, Sierras de M aldonado y de Minas y el Río
Cebollatí. (Planos de 1792).
Dijimos qu© eso es así, y lo es en verdad. C ada una de las po­
blaciones del D epartam ento tiene una fecha fundacional, específi­
ca; pero en el año 1757, lo que s© creó fué una población cabeza,
en la Región del Este y a delim itada en el concenso virreinal y Iue-
-go gubernam ental, no obstante no tener ningún núcleo poblacio-
nal. El Puesto Militar de Maldonado, y el núcleo poblacional, ta n to
cuando e'l depósito de José Joaquín de Viana, en 1754, entre la La­
g u n a del Diario y la Sierra de los M aldonado —luego de la Ba­
llena—, como cuando, trasladándolo, fundó la población en la altu ­
ra en que hoy persiste nuestra C apital, fueron establecidos com o
puntos centrales de un a Región a la que iban a servir, a la q u e
en realidad sirvieron, y región que si entonces no era consideradas:
un Departamento —porque en aquel tiempo no los h a b ía en la Ban-
» A VELINO BREÑA

d a Oriental de los C harrúas—, lo fue más tarde cuando en 1816


se efectuó la primera división, aunque desde ese 1757- a 1880 h a y a
sufrido algunos desmembramientos: primero, de Minas que compren­
d ía a Treinta y Tres, y luego de Rocha, que dió una pequeña parte
a Minas, hoy Lavalleja.
Insistimos: M aldonado como primer núcleo poblacional de la
Región del Este, del País— región que andando los años fué el De­
p artam en to de M aldonado surgido de la primera división del territo­
rio oriental en Cabildos o D epartam entos—, fué fundado para ser
centro del mismo; p ara resguardar el Puerto que en la Región existía,,
y p a ra ser centro de aprovisionam iento de las fuerzas que allí se or­
ganizaban, o que por allí p asab an o se ab astecían por tierra y mar.,
en sus actuaciones sobre Río Grande. Este tópico, de por sí tan im­
portante lo demostram os acabadam ente en uno de nuestros libros
— Maldonado Histórico —, libros que dijimos, apuram os para que
pu ed an ser publicados, por lo menos en el primero de sus volúme­
nes, en la fecha del Bicentenario.
RADIO Y PRENSA, DOS MAGNIFICOS COLABORADORES DE LA
CONMEMORACION. A LOS QUE HAY QUE TENER EN CUENTA
Lo primero que h a tenido el Comité —y corresponde destacar­
lo—, es la colaboración, solicitada o no, del diario 'Tunta del Este"
y de la Radio Maldonado.
Nosotros hemos venido siguiendo sus artículos y sus irradia­
ciones, expresados siempre con manifiesta buena voluntad y sim­
p atía, por la obra a realizarse. El Escribano M. Belino Gadea y la
Poetisa María Amalia Páez Núñez. desde el Punta del Este, nos han
parecido dos espíritus fervorosos, sin hesitaciones y plenos de in­
teligencia, en la captación y el comentariado de los preliminares
p a ra la conmeñmoración bicentenaria.
Nosotros mismos venimos publicando en ese diario, desde les
primeros días de enero, una serie de artículos llam ando ia aten ­
ción sobre la inportancia qu© tiene el Bicentenario, y la necesidad
de que no s© pierda más tiempo sin hacer algo; sin reunirse el Co­
mité y la Comisión; sin intervenir el Concejo y la Junta Municipal;
sin que se nos haga saber el program a que se va a desarrollar, etc.,
etc., porqu© dijimos y repetimos más de una vez, no solo eí Bicen­
tenario exige algo digno de tan fausto acontecimiento, sino que
debe, además, aprovechársele para realizar obras d© recordación,
y de fomento, que pasado él costará mucho llevar a cabo.
Lo mismo ha venido haciendo, desde esas mismas columnas,
Elbio Presno Isnardi, llamado a brillar como un serio valor periodís­
tico y de Radio, de Maldonado.
FREN TE A L B IC E N T E N A R IO DE M A I jD O N A D O 23

Los henncmos Lamaisóit, y el nom brado Presno Isnardi, igual­


m ente desde Radio Maldonado, h an sido verdaderos adalides, lu­
chando p ara lograr que se h a g a algo y bien, y p a ra que despierten
a la acción, de u na vez por todas, el Comité, la Comisión y las Au­
toridades Municipales, an tes de que sea tarde p a ra poder hacer al­
go digno de tan extraordinaria fecha.
Pero evidentem ente a am bos órganos de publicidad, el Comi­
té los tiene abandonados. No les d á información y cuando uno se
la reclam a, se le contesta que el Comité no se m ueve y que por
ende, no h ay n a d a nuevo que decir.
Escriba Vd. nos dijo Belino G adea, que el diario e s tá a sus ór­
denes; hable Vd. agregó Enrique Lamasión, que Radio M aldonado
irá a recibirle las disertaciones a su casa.
Hoy, todo eso se e stá haciendo. Pero no es eso sólo lo que nos­
otros insinuamos. Pretendemos que en alg u n a forma se honre, se
estimule, se exalte a estos dos órganos de la C iudad Fernandina,
que son dos verdaderas glorias nuestras; y que de algún modo se
les exprese el amplio reconocimiento de las poblaciones todas del
D epartam ento por el esfuerzo de realización que significan, por el
honor que sobre el D epartam ento reflejan, y por la obra de cultu­
ra que e stán llevando a cabo. Nosotros venimos, desde hace años,
asistiendo a u na especie de no reconocimiento de lo que son y
significan estos dos órganos de reflexión diaria de la vida departa­
m ental, que debieran llenam os de orgullo, y a los que estam os obli­
gados a ayudar y a imponer. Y no vemos que nadie se tom e e s a
preocupación. Sin embargo, todos debiéram os tomárnosla. Diarios,
sólo hay en uno que otro D epartam ento. La m ayor p arte de éstos
—casi todos—, no los tienen, porque cu estan mucho y rinden poco
económicamente. No se debe, pués, criticarlos porque no son tan
perfectos cual se desea. La crítica está bien, pero primero' h a y que
ponerle el hombro a las cosas. Y desde luego, mirar con sim patía el
tremendo esfuerzo de todo orden que significa crearlos y luego
mantenerlos.
TODAVIA ALGO MAS SOBRE DIARIO 'PUNTA DEL
ESTE" Y SOBRE "RADIO MALDONADO"
Dijimos antes —y volvemos a insistir aquí—, que corresponde
afianzar, como una gran conquista —que esa sí, y Radio M aldonado,
son obras dignas de presentar en el Bicentenario—, la existencia
del diario "Punta del Este".
¿Cómo, entonces, no destacar entre todoa los órganos periodísti-
24 AVELINO C. BREÑA

eos, a nuestro diario que con ta n ta abnegación y sacrificio dirige e l


Escribano Martiniano Belino Gadea? Insistimos: el Punta del Este es
un diario departamental, vale decir: un ave rara en nuestro País
donde los Departam entos, en general, salvo muy pocas excepcio­
nes —un a o dos, en Salto y Paysandú—, no tienen sino uno que
otro sem anario, de sacrificado m antenim iento. Belino Gadea, con
u n a extraordinaria fuerza de buena voluntad, y un gran sacrificio,
e s tá dispensándonos el honor, a los M aldonadenses, de mantener­
nos un diario: eso que nadie, por m ás localista que sea y por más
recursos que tenga, se anim a a hacer, en casi ninguno de los otros
diecisiete D epartam entos de lo que llamamos el Interior del País.
¿Y cómo contem plam os los M aldonadenses ese enorme y significa­
tivo esfuerzo de este extraordinario personaje n uestro?' ¿Lo ayuda­
mos en algo? ¿Lo estim ulam os? ¿Le demostram os siquiera que lo
comprendemos? No; lo hostigamos, lo estorbamos, lo criticamos; y
no lo ayudam os ni siquiera suscribiéndonos a su órgano periodísti­
co, nuestro órgano. El Comité que vé eso, que tiene que verlo, que
diariam ente utiliza gratuitam ente sus páginas obteniendo todo lo
que quiere, de la buena voluntad del dueño y Director, y de su Re-
dactora, casi la mujer orquesta del diario —esa extraordinaria María
A m alia Páez Núñez, redactora, cronista, correctora y Directora efec­
tiva porque el Escribano Belino G adea atiende la Dirección desde
la C apital —, ¿piensa hacer algo para asegurar que el "Punta del Es­
te" subsista? ¡Señores! Todos tenemos un compromiso con el dia­
rio "Punta del Este". ¡Señores! Todos a cumplir con él: primero,
procurando imponerlo, luego haciendo que no h a y a un sólo hogar
en el Departamento que no lo reciba, un sólo M aldonadense, dentro
y fuera del Departamento, que no lo lea y que no lo prestigie. Es un
diario que como todas las cosas, tiene sus defectos, porque adolece
de recursos; pero es susceptible de perfeccionamiento, si se le estimu­
la. Hay que preocuparse de él, hay que ayudarlo, hay que prestigiar­
lo. Es muy fácil criticar. Pero mucho más difícil es hacer. Para que ei
“Punta del Este" sea un gran diario, que a todos satisfaga, hay
que ponerle hombros a la em presa de hacer que produzca. Después
todo puede marchar como por sobre rieles. Ahí tiene el Comité mu­
cho que hacer ¿Ha hecho algo en tal sentido? Sin embargo ayudar
a hacer del "Punta del Este" un gran diario localista, departam en­
tal, podría ser una magnífica obra determ inada por la celebración.
del Bicentenario. Maldonado, que en 1873 y a tuvo el mejor periódico
de la República, que sirvió durante casi un decenio de a lta tribu­
n a a la intelectualidad de todo el Departamento, podría volver a
tener, en el "Punta del Este" —con ese o con otro título— , una gran.
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 25

-tribuna que hoy m ás que nunca necesitarían tan to nuestros presti­


giosos profesores liceales, nuestros historiadores, nuestros científi­
cos, como nuestros intelectuales y nuestra juventud.
Y lo que se dice de la Prensa local departam ental, h ay que de­
cirlo de Radio M aldonado. Esta es el esfuerzo magnífico, de un alto
espíritu que debe ser recordado con adm iración y cariño, porque
dió el paso temido que h a s ta entcnces nadie se h ab ía anim ado a
dar. Cuando Enrique Lamaison lo hizo, muchos rieron-, otros critica­
ro n ; nadie ayudó. Pero la Radio fue poco a poco imponiéndose,•• y
ese Instituto —y a herm osa y fecunda realidad—, que día a día nos
dá, al minuto, el panoram a mundial, americano, uruguayo y m aldo­
nadense; que es constante e invalorable cátedra de cultura en el
m ás amplio sentido, vale decir: en él de las ciencias, las letras y
las artes, hoy es algo tan vinculado al progreso y al bienestar d9
M aldonado, que no se concibe que pudiera no existir. Pero algo h a y
que hacer por ella, dentro y fuera del Comité, en el Bicentenario
Algo que por lo menos exprese el reconocimiento oficial del Comité
h acia la benéfica actuación que este órgano de publicidad h a te ­
nido y tiene dentro y fuera del Departam ento.
PERSONAJES MALDONADENSES QUE NO PUEDEN SER
OLVIDADOS EN ESTA CONMEMORACION
En una conmemoración como la que vam os a celebrar, no pue­
den ser olvidados —por lo que en alguna forma hay que recordar­
los—, los personajes que desde el descubrim iento de M aldonado,
h a s ta la fecha, han vinculado sus nombres a la historia de esta re­
gión. Nosotros, en nuestro Maldonctdo Histórico y en nuestras
Sem blanzas M aldonadenses 1e s rendimos privadam ente, co­
mo hijo de Maldonado, el tributo de nuestra recordación personal.
Pero la Comisión, el Comité, la M unicipalidad, nos parece que es­
tá n obligados a hacer algo público en su recuerdo.
PERIODICOS Y PERIODISTAS DEL PASADO QUE RECLAMAN LA
ATENCION DEL COMITE
Lo que decimos de las personas, lo aplicamos a la Prensa De­
partam ental. M aldonado tuvo en 1873 un periódico bisem anal "El
Departamento", que fué el primero, en el orden del tiempo, qu^ nació
en el D epartam ento entonces comprensivo del de Rocha; y que en
el orden de la im portancia, fué el m ás afam ado de los periódicos
del Interior y el m ás considerado por la prensa capitalina. Lo edi1-
ta b a la Im prenta de su mismo nombre ubicada en la ca sa de Jorge
Morrison, que antes fué del empresario de Diligencias, Teodoro Fer-
AVELINO C. BREÑA

nández, en la calle San Fernando, h o y ..........................; lo regentee


b a Agustín de la Cruz Carduz, em parentado con los A costa Viera
y lo dirigía Ruperto Fernández que era el Oficial 1? de la Jefatu
raí Política y de Policía, y al mismo tiempo el Presidente de la Jun
ta E. A dm inistrativa. A veces lo reem plazaba en la Dirección —po
enferm edad o ausencia—, el Secretario de la Junta, Elias López De
vincenzi. Ambos eran dos figuras intelectuales destacadísim as, bri
liantes y organizadoras, con capacidad como para parangonarse cor
cualesquiera de las lum breras de aquella verdadera época de ore
de la intelectualidad uruguaya. Fernández, tenía el verdadero de
minio del Periodismo, y no fallaba en nada. Su periódico puede de
cirse que era perfecto, cosa que luego no ha acontecido con nin­
guno de los muchos otros q u e'tu v o Maldonado, todos ellos revisa
dos hoja por hoja, en sus colecciones, por nosotras. Fernández, qus
no aparecía en el periódico como su Director —en reaiidad no ap a
recia ningún Director—, lo cuidaba como a una joya, y todos los
que escribían en él —desde luego el nombrado Devincenzi—, eran
personas bien preparadas y apuestas, con dominio intelectual del
fondo y de la forma, que sabían, sin error, lo que hacían y lo que
decían. Por eso sus- editoriales eran frecuentemente reproducidos c
com entados por la prensa capitalina de entonces, en la que brilla­
b an José Pedro y Carlos M aría Ramírez, Julio Herrera y Obes, Fran­
cisco Bauzá, José Cándido Bustam ante y otros grandes señores dej
pensam iento y de la pluma. Pero, adem ás, Fernández y Devincen­
zi fueron dos grandes m aldonadenses; fueron dos magníficos lucha­
dores por todo lo nuestro: por la grandeza y el esplendor del Mal-
donado que Fernández y Devincenzi, así como los Jefes Políticos y
de Policía de aquella época Justo R. Pelayo y Honorio P. Fajardo,
llevaron siempre sobre su. corazón dedicándose por entero a sacar
a nuestro Departam ento del m arasmo en que yacía. Ambos lo re­
presentaron en el Parlamento.
Maldonado h a m antenido por simple negligencia, a estos cua­
tro grandes m aldonadenses, en el más completo olvido, pero el Co­
m ité debe reivindicarlos, logrando, por lo menos, que cuatro de las
calles de las ciudades fernandina y Carolina, lleven sus nombres.
En 1874 apareció en la ciudad de Maldonado —durante sólo
pocos meses de ese año— "El Porvenir", periódico sem anal que no
tuvo gran trascendencia.
En 1881 apareció "El Eco del Pueblo", en San Carlos, que di­
rigió Agustín de la C. Carduz y en el que escribía Elias L. Devi-
cenzi. Desapareció en 1883.
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 27

"El Conciliador" surgido en 1885, bajo la dirección de Braulio de


N ava —y que tuvo vida hasta 1899—, fué otro caracterizado órgano»
periodístico de nuestra^ Ciudad, en el que, adem ás de su propieta­
rio y Director escribía —casi se puede decir que dirigiéndolo—, el
gran periodista y eximio p oeta Alcides De María, que a la sazón
desem peñaba aquí el cargo de Oficial l9 de la Jefatura, cargo al que
luego agregó —al igual que Ruperto Fernández y que Elias L. De­
vincenzi—, el de Presidente de la Junta E. A dm inistrativa.
En San Carlos, existieron entre 1878 y 1888, varios periódicos:
"El Carolino", "El Popular", "El Eco del Pueblo" —que fué u n a pro­
longación, puede decirse, de "El D epartam ento '—, "La Juventud",
"El Plata", "La C am paña", "La Voz del Sud", 'El Independiente", 'El
ciudadano", "La Defensa" y 'El Municipio". Fueron todos periódicos
de vida efím era,' pero todos ellos, al igual que los dos primeros, ac­
tuaron como elem entos de lucha y de cultura y por ende de pro­
greso departam ental y local.
A esos Periódicos, en especial a "El Departamento", y a los que
en San Carlos y M aldonado vinieron después, con divisa o sin ella,
h a y que recordarlos en alguna forma. Desde luego h ay que darles a
algunas de las calles de las C iudades de M aldonado y de San C ar­
los, su nombre. En cuanto a loa otros —a los del siglo presente, h ay
que lograr sus Colecciones—, cosa que con gran lucha y m uchas
dificultades estam os haciendo nosotros, p a ra que convenientem en­
te encuadernadas, v ay an a enriquecer, como verdaderos tesoros
de inapreciable valor, las Bibliotecas de las ciudades Fernandina y
Carolina, que deberán organizarse en forma definitiva, no estando
dem ás saberse que en la Biblioteca Nacional, desgraciadam ente, ni
están todos esos periódicos, ni h ay u n a sola Colección com pleta ni
cosa parecida, de ninguno de ellos, como acabam os de constatarlo
revisándolas todas.
A todo estos diarios los consideramos —y de cad a uno de
éllos damos la debida referencia—, en nuestra obra Maldonado His­
tórico. Y a sus Directores les consagram os el correspondiente estu ­
dio en nuestra otra obra Semblanzas M aldonadenses.
EL HOMENAJE A NUESTROS HISTORIADORES
El tiempo —le tenem os miedo a su usurpación, y por eso de­
searíam os volar, tocando sólo apenas, como el roce de unas sutiles
alas, los diversos tópicos relacionados con el Bicentenario—, no nos
permite extendernos mucho. Pero algo debemos expresar. Mien­
tras hablam os, fijamos la v ista en Presno Isnardi y en los herm anos
■28 AVELINO C . BREÑA

Lamaison, que nos miran atentos, y con el gssto les preguntamos:


¿ b asta ya? Y como nos dicen que sigamos, continuam os arrem etien­
do. En primer término ¿ha pensado la Comisión en lo que debemos a
los historiadores y escritores que desde mediados del Siglo pasado Se
han venido ocupando de dilucidar el proceso formativo ^e Maldo­
nado desde el Descubrimiento del Río de la Plata, hasta nuestros
días? ¿Y en lo que les estam os obligados? Ellos han sido, én el
decir de O ctavio Amadeo hablando de los 'grandes Argentinos, el
encaje de.ero con el que los M aldonadenses nos presentam os ante
las generaciones actuales y las del porvenir para mostrarles nues­
tra solvencia moral: José F. O tega en su Descrición de un Viaje a
.Maldonado (en "El Conciliador" de diciembre de 1889). Ruperto
Fernández, Elias L. Devincenzi, Américo Pinios Márquez, Julián O.
Miranda, Carlos Seijo, Horacio Arredondo, Femando Capurro, Juan
Giuria, Carlos Páez Montero, R. Francisco Mazzoni, Mariano Cor­
tés Arteaga, Benjamín Sierra y Sierra, Florencio Martínez Bula, Home­
ro Martínez Montero, Atilio Cassinelli, Florencia Fajardo Terán, Al-
íre-do Chiossi Savoia y algunos m ás que en este instante de recor­
daciones precipitadas escapan a nuestra memoria, han escrito —y
•algunos continúan escribiendo—, páginas hermosas de investiga­
ción o de exaltación literaria, que nos han venido dando, y m ante­
niendo, el prestigio de una honrosa tradición y el enccmto de es­
pléndidas descripciones.
Obsérvese que nos hemos referido a los que podríamos calificar
de "M aldonadenses" (hijos de Maldonado, o personas muy vincu­
ladas a él), no a nuestros historiadores generales —rioplatenses,
brasileros o españoles—, entre los cuales hay muchos como H. D.,
por citar un ejemplo, o como Francisco Bauzá y O restes Araújo, etc.,
p ara agregar dos más, a quienes mucho les debe tanto la cultura
histórica como la geográfica del Departamento de Maldonado.
También a nuestros Historiadores, pues, el Comité le debe un
homenaje. La Historia, es una forma, más que ae recordación y es­
tudio del pasado, de lucha por el porvenir. En ese sentido Se d esta­
caron dentro del Departamento: Elias L. Devicenzi con su Monogra­
fía, de 1880, sobre Maldonado y Ruperto Feinández, con su folleto
sobre "Minas de Maldonado". Después de ellos vinieron: Carlos
Seijo, con una serie de libros de extraordinario interés y valor sobre
cosas del Departamento; Américo Pintos Márquez, con sus trabajos
sobre Historia Lobera de Maldonado (1894 y 1895), "Punta del Este
(1921), Maldonado (1930) y diversos otros estudios que lo constitu­
yeron, con Ruperto Fernández, Elias L. Devicenzi y Julián O. Mira11-
da, en. uno de los más grandes cronistas del Departamento; Francis-
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 2»

co Piria» con sus diversos estudios sobre cosas de M aldonado, y entre'


ellos, Riquezas desconocidas del Uruguay; Mariano Cortés Arteaga,
brillante autor de diversos trabajos sobre M aldonado; R. Francisco
Mazzoni, con sus num erosas publicaciones sobre Historia de M aldo­
nado, que h ab rá que recojer en el libro, cosa que en hom enaje a.
M aldonado debería hacer el Comité; Atilio Cassinelli, con su M al-
donado en el Siglo XVIII (1955), y una serie de magníficos artículos
■que e stá publicando en el Suplemento de "El Día"; la doctora Flo­
rencia Fajardo Terán, fecunda y brillante autora de obras históricas
sobre Maldonado., San Carlos y Rocha; Heraclio Pérez Ubici, histo­
riador y conferencista, brillante, fecundo y bien docum entado, y Al­
fredo Chiossi Savoia, con sus hermosos trabajos sobre personas y
cosas de M aldonado, que lo están destacando mucho y que lo lle­
varán muy lejos. Y otros más que van en nuestro "Maldonado
Histórico".
Y fuera del D epartam ento: O restes Araujo, y una docen de
otros historiadores afam ados como Horacio Arredondo, que se han
ocupado, con brillantez, de M aldonado.
RECORDACION DE NUESTROS ANTEPASADOS MAS CERCANOS
Otro de los números que a nuestro juicio correspondería
que tuviera en cuenta el Comité, es el de la recordación, en un ho­
menaje digno, de los grandes M aldonadenses desaparecidos en el
presente siglo. El acto podría realizarse en cad a uno de los dos Ce­
menterios de las Ciudades de M aldonado y San Carlos. La evoca­
ción podría ser d e'lo s allí inhum ados y de los inhum ados en otros
lugares. Una cerem onia civil no tendría por qué excluir la celebra­
ción de una ceremonia religiosa coetánea o independiente. Nuestros
grandes an tep asad o s se sentirían a gusto en sus tum bas al verse
evocados con unción y reconocimiento, por quienes les han suce­
dido, en eMiempo, con honor e hidalguía. Y nosotros mismos nos sen­
tiríamos más enaltecidos con esa expresión de reconocimiento y
amor hacia quienes nos precedieron en la vida y a quienes hubiéra­
mos querido ver junto a nosotros en un aniversario ta n lleno de
gloriosas sugerencias. Y si el Comité no lo hiciera, ¿por qué no
tom an sobre sí ese cometido los Párrocos de M aldonado y San
Carlos?
LA RESTAURACION DE LOS MONUMENTOS
Muy poco —casi n a d a —, se h a hecho en lo que se refiere
a la restauración de nuestros Monumentos. La Restauración del Mo­
lino de Velázquez, que luego fué de Fossemale y m ás tarde de Za-
noni, es algo, pero e stá muy lejos de ser el todo. Falta mucho: falta:
restaurar la Torre del Vigía, la C achim ba del Rey, el C uartel de
Blandengues, su preciosa Capilla; las Baterías de la C osta y las de
la Isla Gorriti, etc., etc. Y hay que erigir otros Monumentos, a los
que más ad elan te nos referiremos.
Estas reparaciones, o reconstrucciones en su caso, o restau ­
raciones de edificios o construcción de orden recordatorio, etc.,
y a fueron en 1944 motivo de nuestros Proyectos presentados? al Se­
nado de que formábamos parte.
Tomamos de la pág. 367 del tomo 177 del Diario de Sesiones
del Senado:
"El señor Senador doctor Avelino C. Breña, presenta con ex­
posición de motivos un proyecto de ley por el que se dispone que
to d a persona o institución, que compre para revender o exportar,
m ontes de árboles m aderables, e sta rá obligada a ceder al precia de
costo, a los industriales en el Departamento, todos los árboles
que necesiten p ara su industria, y se crea un impuesto a dicha indus­
tria con destino a la adquisición, reparación o restauración de los edi­
ficios históricos y de lugares panorámicos. —A la Comisión de Ha­
cienda. 3 (El proyecto y exposición de motivos son los siguientes:) EX­
POSICION DE MOTIVOS. De regreso de un viaje a Maldonado, y
entre las observaciones que como legislador he hecho, considero
conveniente destacar la que se relaciona, con la explotación de los
bosques de eucaliptos y pinos, principalmente, que se realiza en
la zona Sureste de la República.
Ningún señor Senador ignora que toda la costa, general­
m ente arenosa, del Sureste de nuestro País, desde Montevideo has­
ta la desem bocadura del arroyo M aldonado en el Río de la Plata,
está cubierta de espesos y extensos bosques de pinos y eucaliptos,
con una antigüedad que, en algunos casos, alcanza a los cincuen­
ta años, como acontece con las plantaciones de Burnett y Lussich,
aún cuando los primeros eucaliptos plantados en nuestro país, no
lo fueron precisam ente en Maldonado, ni son los atribuidos a dos
hermanos, los Toscanos, que tenían su residencia en los alrede­
dores de la ciudad fernandina, a inmediaciones del antiguo Cemen­
terio, sobre el camino carretero que una la Ciudad con Las Delicias.
Esos montes que contienen decenas de millones de árboles,
representan un considerable esfuerzo de los propietarios de las tie­
rras inadecuadas para toda otra explotación, y un incruento sacri­
ficio, porque fueron plantados en un medio inhóspito, en lucha per­
manente contra la esterilidad del suelo y las inclemencias de Iqs
vientos que después de quemarle las hojas y destrozar las peque­
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 31

ñas e indefensas plantas, las sepultaban bajo las arenas movedizas


que las corrientes marítim as arrojan de continuo a nuestras playas.
Algunas veces, a las inclemencias del tiempo se sum aba la
incomprensión y la ignorancia de los hombres. Don Enrique Burnett
—que fué uno de los grandes plantadores de árboles en el Uruguay, y
que por ello fué prem iado con M edalla de Oro, al igual que Duran-
deau y Lussich, por el Gobierno de Batlle y Ordoñez— al que presta­
b a sus luces de gran realizador el Ministro de Industrias, de enton­
ces, doctor Eduardo ACevedo—, me refirió hace años, que en cierta
ocasión en que descan sab a solazándose de haber vencido las furias
de la naturaleza, después, de haber replantado diez veces, sobre los
m édanos movedizos, un millar de pequeños eucaliptos, vió que se
acercaba a él, por entre las hileras de las plantas, arrancándolas y
oliéndolas, uno de sus viejos amigos y vecinos, capitán del Ejército,
quien, como hablando consigo mismo, decía: "Pucha que yuyo ge-
diondo".
Transcurrieron los años. Los terrenos cubiertos de bosques con­
tuvieron las aren as que en algunos casos —como ocurrió en Mal-
donado—, y a esta b a n escalando y cubriendo las casas de los al­
rededores, después de haber sepultado, entre otras, el rancho de
Curbelo, frente al Médano G rande—, fueron perdiendo, gracias a la
acción de ram as, hojas y raíces, su movilidad característica; aum en­
taron su valor; contribuyeron a las arcas fiscales con im puestos que
fueron fijándose sobre los precios que oscilaron de cero pesos a 50
pesos, para saltar luego a 100 y a 1000, constituyendo así u n a v erda­
dera fuente de riqueza nacional y de trabajo p a ra m illares de obre­
ros.
El ejemplo de Doroteo G arcía y de Durandeau, en M onte­
video, y de Lussich y Burnett acá, fué seguido por otros muchos,
siendo luego raro que quien poseía algún arenal no se sintiera in­
clinado a poblarlo de pinos y eucaliptos, m ás que por otra cosa p a ra
detener la movilidad de las arenas y poner u n a n o ta de colorido y
de creación sobre la superficie árida y desierta de los m édanos blan­
quecinos.
Así fueron formándose los grandes bosques, que hoy son
motivo de turismo y de adm iración p a ra nacionales y extranjeros
que acuden a nuestras playas. Y de trabajo y orgullo p ara nosotros.
Y aquí viene lo que interesa destacar: Esos bosques, prin­
cipalm ente de pinos y eucaliptos, están siendo explotados in ten sa1
m ente en la actualidad. La escasez de bodegas p a ra el transporté
-de m aderables, hace cotizables, a rem uneradores precios, los trortcós
y ram as de esos árboles que si h a sta ayer poco o n ad a valían, hoy
en nuestro país y en el extranjero son utilizados p ara leña, p ara m a­
deras de muebles, p ara m aderas de construcción, y para pulpa de
papel. Para ésto último se, lleva a la República Argentina cuanto
produce Uruguay en pinos. No puedo dar datos exactos de cuan­
to se exporta con destino a ese país, ni el precio que se paga, por­
que no he tenido tiempo de consultar esos rubros con la A duana,
pero puedo afirmar que se tr a ta de muchos miles de toneladas, y de
precios que oscilan alrededor de los cinco pesos la tonelada en pier
vale decir: por cad a árbol y medio o por cada dos árboles. I
Esta exportación, totalm ente imprevista, me plantea a mí
dos problemas. Uno es el de rescatar algo de ella como compensa­
ción al D epartam ento que más la suíre, por la destrucción momen­
tánea que esa ta la de árboles de exportación y de explotación lu­
crativa, o excepcionalmente rem uneratoria, produce en sus m aravi­
llosas florestas.. En ese sentido, considero que esa expltación debe
ser grav ad a con un pequeño impuesto cuyo producido total se des­
tine a la adquisición, conservación y restauración de los edifi­
cios históricos y lugares panorámicos del D epartam ento que la su­
fre.
El otro problema, es el que esa exportación de m aderas ha
planteado a los aserraderistas de Maldonado.
En los bosques de la ciudad de Maldonado, existen cuatro
Aserraderos que en épocas normales dan ocupación a más o menos
diez hombres cada uno, y cuyos Aserraderos trabajan más de un mi­
llón de tablas de primera calidad, tablas que yo he visto utilizadas
en el Hotel G atás, de Punta del Este, en la construcción d© muebles,
puertas y ventanas del mismo.
Se trata de una industria, pues, que se instaló en Maldonado
cuando fracasaba la recolección de resina. L03 árbolés no tenían-
valor alguno, porque ni p ara leña se les cortaba. Esa industria co­
menzó a cortar árboles y a industrializarlos p ara tablas de encofra­
do, para m adera de muebles, etc., y los talleres utilizados en esa in­
dustrialización exigieron, para llenar tal fin, la erección de construc­
ciones, y la instalación de lds correspondientes maquinarias. Dos
de esos Aserraderos, hoy tienen clausurados sus talleres, a la espera
de tiempos más propicios. Los otros no pueden continuar trabajan­
do. Además de los contratos de v en ta de los árboles p ara servir ‘la
exportación, hay allí los acaparadores de montes en cuyos contra­
tos rige siempre la cláusula, p ara mí leonina —y por consiguiente
nula adem ás de inconstitucional—, de no vender a otros ningún.
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 33

árbol m ientras el referido acaparador no term ine el corte de los


bosquea contratados. Eso h a creado a los aserraderistas un a situa­
ción insostenible. No tienen m adea p a ra industrializar, y claro está,
tienen que dejar sin trabajo a sus operarios. Si no íuera por la co­
m entada buena voluntad del doctor G iuriá —uno de los dirigentes
adm inistradores de la Sociedad Pinares de M aldonado—, que les
proporciona los indispensables pies de árboles, tam bién esos dos
Aserraderos habrían cerrado sus puertas a esta hora. Conviene des­
tacarlo, porque es uno de los pocos hombres que m iran su riqueza
como fuente de trabajo p a ra los obreros.
Considero que sem ejante situación h ay que rem ediarla; que
h ay que acudir en socorro de los industriales aserraderistas y de sus
obreros, con el instrum ento de la ley que los defienda contra el mo­
nopolio de la acaparación, y a que no es posible pensar en que los
perjudicados exijan justicia por la vía de la interpretación judicial
de la ley. Y a ello, tam bién, tiende el proyecto de ley que estoy fun­
dando: a~ obligar a todo propietario vendedor de m ontes, en el País,
a proporcionar a la industria de la m adera, el m aterial que é s ta n e­
cesita p ara su desarrollo normal, con fijación de precios p a ra que su
efectividad se a u n a realidad ineludible. M ontevideo, abril 24 de
1946. Avelino C. Breña.
Proyecto de Ley
Artículo l 9 — Toda persona o institución, que compre p a ra re­
vender o exportar, montes de árboles m aderables, e sta rá obligada a
ceder, al precio de costo, a los industrializadores en el D epartam en­
to, todos los árboles que necesiten p a ra su industria. A tal efecto
no se exigirá a dichos industriales otro com probante que el del p a ­
go de la respectiva Patente.
Art. 2? — La exportación de m aderas estará su jeta a un im­
puesto de cincuenta centesimos la tonelada.
A igual im puesto e sta rá su jeta la m adera que por los A serra­
deros se industrialice en el País.
Art. 3 El im puesto que se recaude por la exportación y por
la industrialización de m adera, se d estinará a la adquisición, re­
paración o restauración de los edificios históricos, y de los lúga-
res panorámicos que existan en el respectivo Departam ento, a jui­
cio del Ministerio de Instrucción Pública.
Art. 4» — Los contraventores a las disposiciones de la presen­
te ley, aeran castigados con multa de un peso por to n elad a de ma-
aera cortada o negada, que se aplicará inexorablem ente.
34 AVELINO C. BBENA

Art. 59 — Las disposiciones de e sta ley tendrán efecto desde


el l9 de abril de 1944.
Art. 69 — El Poder Ejecutivo reglam entará la presente ley. Mon­
tevideo, abril 24 de 1944. Avelino C. Breña

LA NECESIDAD DEL MUSEO DE MALDONADO, Y DE LOS


MUSEOS DE CADA POBLACION DEL DEPARTAMENTO
La C iudad de M aldonado, como C apital del Departam ento —y
c a d a una de sus otras Poblaciones: San Carlos, Punta del Este, Pan
de Azúcar y Aiguá—, deben tener su respectivo Museo Público, sea
Municipal, sea Liceal, sea de cualquier Institución social. Maldo­
nado y San Carlos y a los tuvieron a fines del siglo pasado. En la
ciudad Fernandina, cuando Elias L. Devicenzi y Ruperto Fernán­
dez organizaron en el local de la Junta E. Administrativa su famo­
s a Biblioteca, organizaron tam bién, junto a ella y como parte de
•1a misma, el Museo. Ambos fuéron adm irados y comentados elogio­
sam ente por cuantos visitaron nuestra Ciudad. San Carlos, siguió,
de inmediato, el ejemplo.
Hoy, existen en una y otra Ciudades, Museos privados,- y des­
de luego m uchas valiosas Colecciones que el día en que se orga­
nice en forma, con sensación de definitiva permanencia, escrupu­
losam ente vigilado, el Museo Público en cad a población —en espe­
cial en la fernandina y en la Carolina—, irán a engrosar sus vitrinas
y a destacar su importancia. Entre esas Colecciones, hay varias
famosas: la de R. Francisco Mazzoni —de por sí sola Museo—; y la de
Antonio D. Lussich; la del Dr. Ernesto Seijo —tam bién de por si
Museo—; la de Enrique G. Burnett; el magnífico Herbario de Don
Juan Gorlero, que fué exhibido, com entado y premiado en la Ex­
posición Nacional de 1895; y otras más.

LA CONMEMORACION Y LA NECESIDAD DE ESTABLECER EL


MUSEO MARITIMO ENRIQUE G. BURNETT
En nuestro Radiocomentario anterior, nos ocupamos de algu­
nos tópicos relativos al Bicentenario que se nos avecina. Nos detu­
vimos algo sobre la discutida fecha en que recae la fundación, in­
clinándonos por la del año 1757. Afirmamos que esa fecha, y por
ende, el Bicentenario, se refieren a la Ciudad, como al Departam en­
to de M aldonado que entonces comprendía la v a sta región tendida
entre el Río de la Plata, el Océano, la jurisdicción de Montevideo
FRENTE A L B IC E N T E N A R iO DE M ALDONADO 35

que comprendía a Canelones y llegaba, p a ra unos, h asta el arro­


y o Solís G rande (Plano de 1772), y p a ra otros h a s ta la Sierra de
los M aldonado/y todo Río G rande y San Pedro, en el Brasil.
Nos referimos a la constitución de la Comisión del Bic.entenario,
sobre la cual expresam os diversos conceptos, considerándola des­
de el punto de v ista de las personalidades que la constituyen y,
como cuerpo de program ación y de ejecución obligado a actuar en
connivencia con la A utoridad Municipal —Concejo y Junta—, a fin
de que la conmemoración bicentenaria no reulte frustrada o des-
iñferecida. Reclamamos de la Comisión un recuerdo vivo p ara los Pe­
riodistas, Historiadores y Escritores, que desde m ediados del siglo p a ­
sado se han venido ocupando en dilucidar cuanto se relaciona con
el proceso formativo de M aldonado. Y, por último, nos referimos a
la prensa, a la olvidada Prensa de M aldonado —fernandina y Caroli­
n a—, que tanto luchó por e'l engrandecim iento del D epartam ento
y que tuvo ejem plares magníficos, como "El D epartam ento", diri­
gido por los cerebros poderosos de Ruperto Fernández y Elias L. De­
vincenzi, y como "El Conciliador" dirigido por Don Braulio de N ava
con la cooperación intelectual, valiosa, del ilustre p o e ta y escritor
Alcides De María.
Aquí nos ocuparemos de la necesidad que tiene' el -D eparta­
mento de que en su Capital, exista un Museo Marítimo.
No im porta que exista de hecho —aunque no oficializado, y
por ende no público—, el Parque que proyectam os como obra del
Comité p ara el Bicentenario, Parque que debe denom inarse, Enrique
G. Burnett. Puede existir, igualmente, el Museo Marítimo Enrique G.
Burnett, porque este ilustre M aldonadense merece que n uestra Ciu­
dad le rinda los máximos homenajes. Que M aldonado debe poseer
su Museo Marítimo, no h ay duda alguna. Tiene la mejor ubicación
p a ra ello. Y tam bién tiene los mejores m ateriales a m ano y le: m ás
llam ativa historia marítim a. Para ese fin, aquí e stán los restos de los
m ás grandes naufragios ocurridos desde la fundación de M ontevi­
deo y Maldonado, y éste fué el centro de actuación —puede decir­
se— de Enrique G. Burnett y Antonio Lussich, los grandes pione­
ros del Mar, en nuestro País, y los dos que m ás se ocuparon en vin­
cularse con los Naufragios ocurridos en el Río de la Plata. Lussich
escribió su libro Naufragios Célebres, en 1892, que aún cuando no
-es una obra exhaustiva en la m ateria, describe adm irablem ente
una docena de ellos, en los que le tocó a c tu a r con su Flota de sal-
vaiaje. Burnett no escribió nada, pero actuó durante muchos años
— m ás de medio siglo—, en todos ellos, dejándonos muchos recuer­
36 A V F LINO C . BREÑA

dos de los mismos y m uchas descricionas que corresponsales de


la prensa del Río de la P lata le tomaron e hicieron públicas. Ade­
m ás, Enrique G. Bum eli, posee, en la ciudad, una aparente casa de
llam ativo estilo inglés, que íué al mismo tiempo que su hogar —
Burnett, casó aquí con una M aldonadense—, su Museo de cosas de-
M aldonado, especialm ente marítim as, y su Observatorio con el res­
pectivo Semáforo a banderas y luces, para comunicarse con los Bu­
ques ingleses que llegaban al Puerto o p asab an de largo. Esa casa,
con su extenso terreno, sería apropiadísim a para ei Museo Maríti­
m o qus proyectamos. Y no consideramos que sería difícil legrar
d e sus sucesores, hijos de M aldonado todos eiios, y distinguidísi­
m a gente, que donaran ese inmueble con destir o ai Museo Maríti­
mo —el inmueble y cuanto de monumental conservan—, sujeto, cla­
ro está, a condiciones resolutorias. En vida de Don Enrique, más ae
u n a vez conversamos con él al respecto; y m ás de una vez, obtuvi­
m os expresiones favorables acerca de nuestras indicaciones sobre
destino departam ental ae su Parque y de su edificio. ¿Por qué el Co­
m ité no procura consolidarlas, y en caso negativo, en el que nc
creemos, no procura adquirirlas? Hay muchas formas de hacerlo.
Insistimos sobre lo y a dicho, Don Enrique hizo construir hace
m ás de medio siglo su edificio en el que vivió y nacieron todos sus
hijos. Es un hermoso "specimen" de arquitectura inglesa, que a to­
dos llam a la atención por la sencillez y pureza de sus líneas y la
gracia de su conjunto. Está bien ubicado; se m antiene fuerte; ío ro­
d ean espacios suficientes como p ara construir en ellos cuanto se
considere necesario a un destino nacional o municipal cualquiera,,
q u e quisiera dársele en el futuro: el de Museo Marítimo, por ejem­
plo. ¿Por qué no se solicita, de la sucesión, su donación al Esiado.
o se le pide al Estado la adquisición o expropiación, o la efectúa
por su cuenta la Autoridad Municipal? El Museo Burneti cabría allí
perfectamente. La Sucesión posee muchas piezas de Museo, recogi­
das y conservadas por aquel gran Señor del Mar y de ios Bosques,
que nos trajo de la rubia Albión un espíritu de inconmensurable
realización, de salvación ciudadana, de grandiosidad panorámica
c a d a día mayor, junto con una bondad inmensa, una distinción
inolvidable y un amor por lo nuestro hecho a prueba de abnegación
y sacrificio. Los hijos y ios nietos de Don Enrique, como le llam ába­
mos, estam os seguros que no excitarían en proporcionarlo todo pa­
r a un Museo que llevara el nombre de aquel gran Maldonadense.
siempre que se les garantizara que las cosas se harían bien y con
"total seguridad. Ese Museo Marítimo, totalmente independiente del
Museo Mazzoni —que también, hace años preconizamos—, sería
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 3T

u n a hermosa y valiosa joya p a ra la C iudad fernandina. De otros


Museos podrían obtenerse piezas relacionadas con las costas Mal­
donadenses, con los Naufragio en ellas ocurridos, con sus A re n a o s,
sus Bosques, sus Cerros, sus Sierras, sus Arroyos, sus Lagos y su s
Lagunas. El Museo Burnett podría tener un carácter prim ordialm ente
marítimo. Se podría llevar allí el casco serni enterrado de la B arca
Juan Fernández, y los de otros Barcos sepultados en las aren as d e
la costa, y desde luego cuanta pieza pudiera obtenerse, v in cu lad a
a M aldonado y propia p ara un Museo Marítimo como sería el q u e
proponemos.
En vida de Don Enrique Burnett, m ás de u n a vez conversam os
con él sobre este tópico que h a lla b a en aquel recio varón de m ar y
tierra, resonancias magníficas. De esas conversaciones relacionadas-
con su extraordinaria personalidad, h a y en los diarios m ontevidea­
nos de la época, y en la prensa: local, m ás de u n a plasm ación tipo­
gráfica. Con el Museo —aunque a su m odesto espíritu le p a re c ía
ur, honor desm esurado— , estaba de acuerdo. Con la donación d e
todas sus piezas de carácter m onum ental, tam bién. ¡Qué poco cos­
ta ría realizar e sa obra! Y aún cuando costara mucho, habría q u e
realizarla ocurriendo p a ra ello al Estado, al Concejo D epartam en­
tal. a la Comisión Nacional d© Turismo, a la Comisión N acional de
"Monumentos, a los Concejos D epartam entales y M unicipalidades
de toda la República, en especial al de la Capital; a los Museos»
nacionales, municipales y privados; a los hijos de M aldonado y a
las personas am igas de esta privilegiada región m uchas de las cu á­
les tienen sus anaqueles y sus bolsillos prontos p a ra concurrir con.
vellosas piezas, y con dinero, a la realización de un a obra de e s t a
naturaleza, reclam ada y exigida p ara ser llevada a cabo de u n a
vez, y de inmediato, por este M aldonado destinado a ser, en bre­
ve, lo que siempre se pensó que sería, la segunda gran C iudad de
la República, y sin duda alguna, una de las tres m ás históricas que
■tiene el País.
EL MUSEO ERNESTO SEIJO
Y un tercero, en este orden de lo m useai o museístico, sería la a d ­
quisición, en la forma que fuere, del predio, la casa señorial y el Mu­
seo, del Dr. Ernssio Seijc, conocidos por Loreiey, sobre el Camino m a-
cadam izado a San Carlos. Cuantos lo visitan, dicen de éi que es to d o
una maravilla; que honra a M aldonado, y que debe ser oficializa­
do para que lo cobije el concepta de Monumento Nacional, y lo pro­
teja. Hay m uchas formas de llegar a ello: la donación- a u n a enti­
dad fernandina que la ley debiera crear a proposición del Comité
del Bicentenario, p ara preservar, con carácter de Servicio Descentran
ae A V ELIN O C. BREÑA

lizado, todo el patrim onio de Museos y Monumentos que tiene ei


D epartam ento; la adquisición, en la forma que fuere, que no en­
contraría resistencias en la familia Seijo, máxime si a ese Museo
se le diera, como debiera dársele, el nombre de su fundador el Dt^
Ernesto Seijo.
La Comisión debe intervenir p ara lograr que ese Museo sea una
d e las adquisiciones con que se celebre la conmemoración del Bi­
centenario. ¿Cómo? Como sea. Por todos los medios y todas las:
formas. El País, el Estado, el Municipio ¿no quieren hacer de Mal-
donado el primer rincón turístico de la República? Pues a asegurar,
de inmediato, ahora, con motivo del Bicentenario, o por lo que fue­
re, las cosas que son en él, como en todos los Países de todos los-.
C ontinentes, los grandes motivos de atracción turística.
EL PARQUE ENRIQUE G. BURNETT
El Bicentenario no debe hallar al Parque de Enrique G. Burnett.
— ta n vinculado a la historia de M aldonado puesto que fué en él
donde tuvieron lugar, sino las primeras las más efectivas plantacio­
nes que salvaron a M aldonado de su total ruina—, ni en el deplora­
ble estado de abandono que hoy tiene, ni en la calidad de posesión-
privada, abandonada, que la caracteriza hasta el momento. Ya n o
es de los Burnett, que lo cuidaban con particular esmero, por lo que
h a y que adquirirlo antes que su actual propietario, Francisco Real,
in ten te fraccionarlo.
En cuanto al Parque Burnett, cabria decir mucho: todo lo que
todos sabem os respecto a sus comienzos a fines del Siglo XIX; a
las luchas sostenidas por Burnett contra las inclemencias de la na­
turaleza, y mismo contra la ignorancia de los hombres, y hasta cier­
ta m aldad de las Autoridades. Ese Parque —todavía lugar de en­
sueños y de leyendas—, magestuoso en su abandono y soberbio
en su inmensidad, es un jalón que no debe ser perdido en la topo­
grafía de la Ciudad fernandina,• una página de su historia y de
la del Departam ento, que constantem ente debe ser enseñada: a
los niños en las Escuelas; a los jóvenes en las aulas liceales; y a
todos, en general, en las hojas de los diarios y revistas, en las p á ­
ginas del libro y en las audiciones recordatorias o conmemorati­
vas de la Radio. Eso y a h a sido hecho en páginas de la prensa dia­
ria, semanal, y en el libro, por grandes M aldonadenses como Ame-
rico Pintos Márquez y R. Francisco Mazzoni, entre otros. Y eso de­
be continuar haciéndose porque 1$ís grandes obras y los grandes
hombres, deben ser continuam ente recordados para emulación y
estímulo de las generaciones actuales y venideras.
Claro está que pensando en estas dos espléndidas obras, de
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 39

ta n fácil y tá n im puesta realización en el año del Bicentenario, que­


p a preguntar qué h a hecho el Comité del mismo p a ra lograr, a n te s
de setiembre, su realización.
EL MUSEO R. FRANCISCO MAZZONI
Otro tópico a considerar, es el M useo MazzonL Valiosísimo apor­
te a la cultura y a la historia del D epartam ento, está evidentem ente
y a en marcha. Pero corresponde concretarlo. Mazzoni, ciudadano
dilecto del D epartam ento, h a realizado con él u n a obra cumbre,
que inm ortalizará en la historia su nombre, tanto como lo e stá n
inmortalizando sus magníficos trabajos publicados sobre Historia,
Arqueología, Cerámica, etc. El lo tiene pronto, ordenado, clasifica­
do, espléndido, pero su enrt reg a al uso público, a la devoción p ú ­
blica, a la consagración y la veneración públicas, debe ser u n a de
las realizaciones del Comité del Bicentenario, Comité al que, aú n
cuando h a y a sido instituido —y desd© luego bien constituido, con
valores locales de prim era ag u a—, no h a y que dejar solo. El Con­
cejo D epartam ental, la Junta .Departamental, los Sub Concejos, los
Liceos, las Escuelas, el Comercio, las Industrias, los Particulares, la
Prensa D epartam ental, las Radios, etc., deben aportarle su concur­
so a fin de que su obra sea com pleta y por lo tanto digna de la
conmemoración que se v a a efectuar.
Que el'Profesor''M azzoni, lo dona, o lo inaugura y m antiene,
m ientras viva —que muy larga vida le deseam os—, entonces no
h ay problema. Que el Profesor Mazzoni lo cede a la M unicipalidad,
bajo ciertas condiciones en |re las cuales puede estar la de que lle­
ve su nombre; la de asegurar su supervivencia "in sécula seculo-
rum", la de mantenerlo bajo su dirección m ientras su organizador
viva; la de percibir —porque ese Museo le h a costado, adem ás de
muchos sacrificios mucho dinero, y tal vez Mazzoni no se a hombre
de fortuna—, alguna renta vitalicia; etc., etc., pues a hacer lo qu©
él quiera, darle lo que él quiera, y todavía, agradecerle efusiva­
m ente su obra que p ara los M aldonadenses no hay dinero que la
pague.
A obtener, pues, del Concejo D epartam ental, del Parlam ento,
de la Comisión Nacional de Conservación de Monumentos Históri­
cos, de la Comisión Nacional de Turismo, de la Industria y el Co­
mercio del Departamento, y de un centenar de M aldonadenses de
fortuna, los cien mil pesos que sean necesarios p ara e sa adquisi­
ción. Y realizada ella, desgájese del Comité un a Comisión con el
cometido de ensanchar el local y de obtener: en la Ciudad, en el
Departamento, en Montevideo y h a sta en A rgentina, nuevas pie-
40 AVELINO C. BREÑA

zas p a ra el mismo, y desde luego, to d as las que sea posible de las


qu© han sido sacad as de nuestra C iudad y de ia de San Carlos, y
adornan Museos oficiales y privados en nuestro País y en el ex­
tranjero. ¿Qué a lo que de aquí se h a sacado, echarle galgos?
Pues es no conocer lo que frecuentemente se hac© en los gran­
des Museos del Mundo; Hay m uchas piezas que no interesan en
u n Museo y que son canjeadas por otras, o cedidas, y mismo do­
n ad as. Hay otras que se considera de obligación moral y museís-
tica, volver a su lugar de origen —cuando en él h a y a un bien or­
ganizado Museo que' las reclam a—, sobre todo si son piezas que de
ese lugar se substrajeron o que se maladquirieron.
EL NOMENCLATOR DE CALLES, CAMINOS. ETC., DE
MALDONADO. SAN CARLOS. PAN DE AZUCAR, PUNTA
DEL ESTE. Y EN GENERAL DE TODO EL DEPARTAMENTO
Un nuevo tópico a considerar por el Comité del Bicentenario,
es, a nuestro juicio, el Nomenclátor de las Calles, Camines, etc.,.de
las poblaciones de Maldonado: Nomenclátor ds Calles, de Cami­
nos y de otras cosas, vale decir: de Arroyos, Cerros, Sierras, Cuchi­
llas, Pasos, Islas, Abras, Peñascos, Valles, Hondonadas, 'Lagos,
Lagunas, Puntas, Ensenadas, Pueblos, etc., Todos ellos deben te­
ner. adquirir, u oficializar, sus denominaciones en ia celebración del
Bicentenario. En todos ellos interesa ver qué. son, qué significan,
por qué se les destaca.
En uno de los artículos publicados en el "Punta del Este", pre­
guntábam os si había pensado la Comisión del Bicentenario en dar­
le a Maldonado, vale decir: a todasv'l&s poblaciones del D eparta­
mento, una nom enclatura de esa extensión, que extraiga del olvido
m ás injustificado y los exponga al conocimiento y consideración
de! presente y dei porvenir, los nombres de personajes del mayor
merecimiento departam ental. Y agregábam os, como justificativo
de nuestra preocupación, que la conmemoración del nacimiento a
la vida y por lo tanto de la entrada en la Historia, de la Ciudad
de San Fernando, como Capital del Departam ento y como Depar­
tam ento mismo —aún cuando entonces no llevara esa calificación—,
se presta a las mil maravillas para realizar esta obra exigida por
el pasado y por el presente, y debida por los M aldonadenses a sus
grandes antecesores. El Pueblo, dijimos, está a la espera de los
festejos proyectados y a proyectarse para el Bicentenario: por lo
que el crée que se hará, y porque todavía, a esta altura del año,
no conoce el programa. Autoridades Departamentales y Naciona­
les, periodistas e historiadores, así como cuantos sienten amor( y
consideración por las cosas del pasado, y quieren el prestigio y el
FREN TE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 41

engrandecim iento del D epartam ento que los vió nacer, o al cual
e stán vinculados por diferentes lazos, sienten, como u n a necesidad
ineludible, la recordación de quienes, desde rem otos tiempos, de­
jaron sus nombres vinculados a la Historia del D epartam ento, his­
toria que precisam ente en estos m om entos es necesario recordar
y hacer conocer a las generaciones presentes y futuras.
¿Cómo, por- ejemplo, no darle de u n a vez por todas a P u n ta
del Este, u na nom enclatura apropiada al centenar de calles y av e­
nidas, y a bien y definitivamente trazadas, que tiene, y a todos sus Ba­
rrios? En verdad, uno s© siente cohibido, después de haber exal­
tado tanto a P unta del Este, al tener que d ar direcciones de calles
y avenidas distinguiéndolas con números o referencias al chalet
de A. o de B., etc. Eso pudo tener su explicación an tes —y ni siquie­
ra antes, porque en 1891 hubo un Proyecto de nom enclatura de ca ­
lles p ara Punta del Este—, pero hoy es un a remora.
Y el momento m ás apropiado p a ra salir de.- ella, es e sta con?
memoración bicentenaria que en breve, dentro de este propio año
.se conjugará con la conmemoración quincuagenaria de la Fun­
dación de Punta del Este. Ahí tienen, pues, ei Comité del Bicen-
ienario, y el del Cincuentenario de Punta del Este, algo que deben
emprender
Insistimos: En todas las poblaciones del D epartam ento, h ay un
nexo con algunas personalidades del p asado —¿y por qué no del
presente?—, y la región, siendo este año del Bicentenario el m ás a
propósito y ei más indicado p ara recordarlas dándoles sus nom­
bres a Calles, Avenidas, Caminos, lugares panorám icos, etc., etc.,
así como para oficializar, dándoles padrón fijo, a diversas denomi­
naciones de cosas m onum entales de la naturaleza: cerros y arroyos,
cañadas y pasos, lagunas y gruta?, peñascos y promontorios, cue­
vas, etc., etc. Ese debe ser, finalizábamos diciendo, primordial co­
m etido del Comité del Bicentenario, y un cometido que lo preocupe
totalm ente, y lo obligue.
Veamos algunos nombres que, p ara nosotros, deben merecer el
honor de la recordación popular. Los dam os así, al £¿gsar, sin preo­
cupam os de que algunos, muy pocos, estén y a incorporados al No­
m enclátor de calles de las Poblaciones fernandina, Carolina, pan-
deazuqueña y puntaesteña; y de caminos, etc., del Departam ento.
Juan Díaz de Solís —p ara algunos ¡cuidado con m enoscabarlo!,
-asesinado por ios Indígenas en el Arroyo Solís G rande—, fué el des­
cubridor del Puerto de Maldonado, por ende de la región, y aún cuan­
do no hubiera caído aquí, aquí estuvo, por aquí pasó, por aquí ancló
sus naves y aquí desembarcó; en nuestras costas posó sus plan*
42 AVELINO C. BREÑA-

tas —la primera planta de hombre europeo, o del Viejo Mundo, que
se asentó en tierra uruguaya—; comió de nuestros peces y de nues­
tras focas, y se extasió contemplando las bellezas de nuestras cos­
tas, de nuestras arenas, de nuestros arroyos, de nuestras lagunas,
de nuestros bosques y de nuestras montañas. A Solís —personifi­
cam os en él a to d a su Expedición—, e sta tierra, estas islas, e sta s
puntas, estos cerros, estas aguas y estos horizontes con sus pues­
tas de sol de ensueño, no igualadas por la de ningún otro País, ni
siquiera por las de Ñapóles detrás de su Golfo y de su Vesubio, de
ben haberle parecido reales maravillas, y deben haber dejado en
su espíritu una de las m ás grandes impresiones hasta entonces reci­
bida en el Nuevo Mundo, sem ejante a la que aún hoy, produce Río
de Janeiro a quienes vienen de Europa; o Santos a quienes van des­
de aquí hacia ella. No im porta que antes que él, en 1509 h ay a p a ­
sado por aquí otro. Ese pasó, no se detuvo. Tai vez después de ver
tantos Peñascos, tan tas Islas, ta n ta s Costas, o de sufrir algunas
"bordejadas" que lo alejaron de las Islas de Lobos, pasó frente cr
nuestra Punta, del Este y a nuestra Isla Gorriti, y a nuestro Puerto,
sin verlos.
¿Cómo no darle, pues, su nombre a algo vivo de lo nuestro; a
u n a Avenida importante —no a uno m odesta calle como lo es la que
hoy lo lleva—, que a cad a paso lo recuerde como vinculado a nues­
tra Ciudad, o como al primer M aldonadense y al primer uruguayo?
T a José Joaquín de Viana ¿cómo no recordarlo en el Bicente-
naxio de la Ciudad que él fundó? A él y a Pedro de Cevallos. Aquí
—tanto aquí como en San Carlos, o en San Carlos más que aquí—,
h ay que darle el nombre de éste a una de sus Avenidas. Y como
a esos dos, a tantos otros relacionados con el descubrimiento y la
Conquista: con las Invasiones Jnglesas que por aquí pasaron d ete­
niéndose; con las luchas por la Independencia; con ios Gobiernos
Nacional y Departamental, con la Representación D epartam ental
en el Parlamentó; con el Periodismo; con las ciencias, las letras y
las artes; a José y Benito Brioso, que fueron de ios primeros poblado­
res, como Puesteros o lo que fuere, de las Estancias del Rey, entonces
una sola, y que habitaron de uno y otro lado de la Sierra de la Balle­
na; a ios hermanos Maldonado, que estuvieron antes que los Brioso,
poblando estos parajes y dando con ello su nombre a dicha Sierra,
primitivamente conocida por Sierra de los Maldonado; al Pirata Mo-
reau, así tal cual era y sigue siendo conocido, que aquí, en la Pla­
y a de Las Delicias, donde h asta ahora existen los Lavaderos de
Turba de los Herrera Vega, tuvo sus grandes galpones de corambre,
y sobre la costa, tal vez donde Don Manuel Rivero tuvo su casa de
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 4S

Las Delicias, o Don Manuel Delgado, la suya, construyó sus Forti­


ficaciones que fueron las prim eras del Puerto de M aldonado; al In­
geniero Francisco Cardoso, delineador en 1757, de la Ciudad. Y
en una. m irada retrospectiva, ligera, sim plem ente niemorista
y del momento —porque el Micrófono no d á tiempo p a ra consultas
refrescatorias— ¿cómo no hom enajear en fecha ta n significativa a
Rafael Pérez del Puerto, personaje de tan grandes dimensiones en
los albores de M aldonado y San Carlos, y el primer Ministro de la
Real Hacienda, en aquellos días, lleno de probidad y educación;
a Tomás Pérez, caído en la Batalla de San Carlos cuando los In­
gleses de Pophan intentaron tom arla —como días an tes habían he­
cho con M aldonado—; al Capitán Agustín Abreu, tam bién caído ,en
1806 cuando sustituyó, en lo m ás encarnizado de la lucha, al nom­
brado Tomás Pérez; al Teniente Coronel José Moreno, que asum ió
el mando en aquella terrible carnicería, siendo él quien, en ta n com­
prometida contienda, pactó con el enemigo la entrega del Pueblo,
pero con el compromiso, por parte de los Ingleses, de respetar la
vida de los pobladores, su religión, y sus haciendas; a Fray Manuel
Amenedo de Montenegro, personaje eximio, que fundó y conclu­
yó la Iglesia de San Carlos; que fué un destacad o hombre d¿ pen­
sam iento y acción en la vida social, política y adm inistrativa, de
la Villa Carolina, cuya jurisdicción y po testad es defendió comó n a ­
die, y cuya vida- pública y privada fué un ejemplo de corrección y
de hidalguía; al Padre de la Patria, José Gervasio Artigas, que y a tie­
ne aquí su Monumento y que en breve h ab rá de tener' su gran Bule­
var, y a Juan Antonio Lavalleja, Manuel Oribe y Fructuoso Rivera, los
Libertadores; a Manuel Francisco Artigas, quien en las cam pañas por
la Independencia, fué el Jefe de las fuerzas de M aldonado; a José
Allegrini y José Rosso (Los Toscanos), quienes en 1876, hicieron
los primeros ensayos de plantaciones de pinos p ara contener las in­
vasiones de las arenas que cercaban a la Ciudad por el Sur, el Este
y ei Oeste, como todavía se vé; a Martín Pascual, el de la llam ativa
quinta de frutales cerca de La Barra, m aravilla del tiempo^ aquel; al
gran Francisco Aguilar, que fué un verdadero precursor, en tantas
cosas y de ta n diverso orden, y que fué de los primeros extranjeros
de gran fortuna que la invirtieron en nuestra Ciudad, sin que lo
am ilanara n ad a de lo tanto que entonces se oponía al fomento de
la Ciudad fernandina; a otro M aldonadense em inente, Secretario
de la A sam blea de la Florida, Felipe Alvarez Bengochea, el ilustre
abuelo de nuestros amigos, los fernandinos Artigas y Colón Bengo­
chea; a Carlos Darwin, de quien dice R. Francisco Mazzoni, después
de relatar su pasaje por M aldonado y su e sta d a durante diez sema-
44 AVELINO C. BREÑA

ñas en el Hotel de la familia Cuervo (esq. N. O. formada por 18


de Julio y Florida), que "Es de esperarse, sin embargo, que d ía
llegará en que s© le tribute ai hombre que h a hecho primero que
nadie un estudio y una pintura psicológica de nuestra zona, y nos
ha difundido en el mundo entero con buen nombre, un hom enaje
que alcance, sino a sus méritos, a dem ostrar que no es fácil el ol­
vido ingrato en los m aldonadenses" (Senda y Retobo de Maldonado.
pág. 162) y a un centenar más que merecen y esperan ese homenaje.
En nuestro Maldonado Histórico dedicamos un capítulo a recor­
d a r a todos los M aldonadenses que trabajaron, distinguiéndose, y
por ello reflejando gloria sobre el Departam ento; y en nuestro libro
Semblanzas Maldonadenses, procuramos no omitir a ninguno, p a ra
que el Bicentenario encuentre sus memorias exaltadas por quienes
ni los olvidaron, ni y a nunca más podrán olvidarlos.
En 1946, «siendo Senador, presentam os al Cuerpo de que formá­
bam os parte, un Proyecto per el cual se dá diversos nombres a C a­
lles y Caminos de Maldonado. Lo tomamos del Diario de Sesiones
de ese año y a continuación lo reproducimos, más que n a d a p ara
que se vea que esa preocupación viene de lejos, de tan lejos que
más de una vez afloró en los periódicos fernandinos del primer de­
cenio y siguientes de principios de siglo.
PROYECTO DEL SENADOR AVELINO C. BREÑA, SOBRE
DENOMINACION DE CALLES Y CAMINOS, DE MALDONADO
"Artículo 1?) Dáse los nombres siguientes a las calles y caminos
del departamento de Maldonado, que a continuación se indica:
a) LEONADO OLIVERA, ai trozo de camino m acadam izado exis­
tente entre el kilómetro 106, —unión del carretero que v a a Porte­
zuelo con el que va de Pan de Azúcar a Piriápolis—, h asta el Puente
sobre el arroyo del Potrero que vierte aguas de la Laguna del Sauce
en el Río de la Plata; b) ANTONIO BOLOGNA, al trozo de camino
que pasando por ia Granja de éste, en las inmediaciones dei Cerro
Pelado, va del Carretero de Montevideo a Maldonado (almacén de
Castro García), hasta encontrar el Camino m acadam izado qu5 ve:
de Maldonado a Punta Ballena; c) ENRIQUE BURNETT, a ia calle
Tres de Febrero, de la ciudad de Maldonado, que pasa por la casc
de ésle y termina en ei Camino macadamizado a Las Delicias; a)
ANTONIO CAMACHO, a la calle Garzón; e) ANTONIO D. LUSSICH,
al trozo de Camino macadamizado que arranca del Puente del Arro­
yo Potrero, hasta la Avenida Artigas en la ciudad de Maldonado;
f) JOSE CAVALLO, al Camino macadamizado que parte de la Ave-
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 45

nída Artigas y concluye en el Hotel de La3 Delicias, en la p lay a del


mismo nombre; y g) RODOLFO RODRIGUEZ, a la calle San Carlos.
Montevideo, m ayo 15 de 1946. Avelino C. Breña
EXPOSICION DE MOTIVOS DEL PROYECTO
ANTERIORMENTE REFERIDO
Este proyecto tiende a rendir hom enaje a personalidades del
Departam ento de M aldonado que, por sus méritos y virtudes, y po#
su actuación en el Departamento, se h an hecho dignas de la cónsi-
deración pública.
LEONARDO OLIVERA es una figura relevante del escenario n a ­
cional. Hijo de Maldonado, fué en las luchas por ia Independencia
el Señor del Este, como s-:. ie h a llamado, y el alm a ael movimien­
to encabezado por Ar Sigas y continuado luego por Lavalleja, Ori­
be y Rivera. Un iibro precioso titulado LEONARDO OLIVERA, EL
SEÑOR DEL ESTE, de CESAR PINTOS DIAGO nos lo m uestra como
u na figura realm ente extraordinaria a la que se le debe, en gran
parte, la independencia del País. Ese título, su vinculación con
M aldonado y sus posesiones en el Rincón que lleva su nombre, pre­
cisam ente extendidas sobre todo ese trozo de Camino m acadam i­
zado, justifican el hom enaje que M aldonaao le debs y que en tal
sentido proyectamos.
ANTONIO BOLOGNA, fué, en M aldonado, el hombres que im
plantó, desarrolló e impuso la Granja. Primero la organizó en sus
propiedades, luego ia organizó en las de cad a uno de los hijos, y
después enseñó a quienes quisieron ser granjeros, la forma de a c ­
tuar. G racias a él tiene M aldonado en m ateria granjera lo que las;
Playas del Este 1© reclaman. Fué don Antonio Bologna en ese y
otros sentidos uno de los hombres más progresistas? de M aldona­
do, y por ello uno de los m aldonadenses más queridos y adm i­
rados.
Justo es, pues, que se le dé su nombre al trozo de Camino que
p a sa por frente a su establecim iento. Es un honor que él merece-
y que todo M aldonado está de acuerdo en qu© se le debe discer­
nir.
ENRIQUE G. BURNETT. Era como Bologna, uno de los patriarcas
de Maldonado. Fué Cónsul inglés en la capital fernandina; salvó a
Maldonado de las arenas, con sus grandes plantaciones de pinos
y eucaliptus cuando esos árboles n a d a prometían y cuando su cul­
tivo era dificilísimo y por ende costoso. Baste decir que en su Par­
que debió insistir en más de una ocasión en p lan tar ocho o diez,
veces los mismos árboles a fin que un día prendieran y cre­
cieran.
46 AVELINO C. BREÑA

Para lograr, por ejemplo, la obtención de eucaliptus de flores


rojas q u e él trajo d e Australia,, tuvo que pasar, después
de varios años de infructuosos intentos, por la acción de un in­
cendio que al quem ar las p lan tas que no crecían hizo que estas
revivieran y se desarrollaran. Los vientos, las arenas movedizas,
y mismo la ignorancia de los paseantes, destruían las plantacio­
nes de Burnett pero éste insistía. Un conocido Militar de aquel en­
tonces, muy amigo de Burnett, cad a vez que p a sa b a por los mé­
danos de éste le arrancaba y tirab a las frágiles plantitas de eu­
caliptus, exclamando: "¡Pucha yuyos gediondos!" Hasta la Munici­
palidad que concedía terrenos arenosos a todos los que los que­
rían —hace treinta años a nadie interesaban—, ie negaba a él esos
terrenos por el sólo hecho de que estaba encaprichado en hacer­
los producir bosques.
Fué, adem ás, un guía apreciadísimo para la navegación en el
Río de la Plata, en épocas en que Maldonado estab a casi inco­
municado —por la distancia y la falta de fáciles medios de co­
municación—, con la capital de la República y con las otras ciu­
dades.
Merece como pocos, ^el homenaje recordatorio no sólo de Mal-
donado, sino de todo el País.
ANTONIO CAMACHO, fué en su tiempo la primera persona­
lidad de Maldonado. Inspector de Escuelas en el Departamento,
dirigió en tal forma la enseñanza primaria en él, qu.e sus Escuelas
resultaron ser m encionadas más de una vez en los Anales de
la Enseñanza Primaria, como modelos en su género. Fué el orien­
tador de una generación que hizo época y que reconocía en
él las más excelsas virtudes del mentor intelectual, así como una
extraordinaria personalidad de hombre de ciencias y letras. N a­
turalista como Arecnavaleta, fué amigo y colaborador de éste; y
ta n grande era su sabiduría en lo que en aquel tiempo se llam a­
b a Historia Natural, que un día Eduardo Acevedo, entonces Rec­
tor de la Universidad, al ofrecerle una C átedra en ésta, le dijo:
J'Me gustaría verlo en una polémica con Arechavaleta; ten g o -la
impresión de que usted sabe tanto como él." -
En Maldonado, cuando no había ni profesores, ni bibliotecas,
ni profesionales, él junto a José Dodera y Rodolfo Rodríguez, e sta ­
bleció un Centro de estudios, gratuito, para formar Profesores
■de Enseñanza Primaria con el fin de suplir la escasez de éstos y
de reemplazar a los Maestros D epartam entales que erar, en to n ­
ces los que enseñaban en muchas Escuelas. Fuera de las horas de
O ficina y de Escuela, Camacho, Dodera y Rodríguez, prepararon
•» FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 41

u n a brillante generación de Maestros y M aestras, que al ir a dar


sus pruebas o exám enes, a Montevideo, despertaban el interés de
los Examinadores por la hondura y la bastedad de sus conocimientos.
En ese Centro de estudios —absolutam ente gratuito—, C am a­
cho d ictaba todas las m aterias que resultaban difíciles p a ra Do­
dera y Rodríguez, a la vez que dirigía a éstos.
Merece este insigne educacionista, profesor universitario y n a ­
turalista, el hom enaje que todo M aldonado quiere que se le rinda.
ANTONIO D. LUSSICH. Todo el País conoce su nombe y estim a
su obra. Poeta nativista, escritor, hombre de em presas náuticas,
plantador de árboles en regiones antes inhospitalarias converti­
das hoy, gracias a sus esfuerzos y desvelos en los maravillosos bos­
ques de Punta Ballena y Portezuelo, don Antonio Lussich fué uno
de los grandes volores del país y un caballero adm irable, a quien
todos conocían y reverenciaban.
Tuvo por M aldonado verdadera pasión e hizo cuanto estuvo
en sus manos, por su florecimiento. Su ca sa y sus bosques, fueron
siempre durante m ás de medio siglo, centro de atracción de cuanto
personaje llegaba a nuestro País, y continúan siéndolo. Se puede
decir que aquí vivió; y aquí en sus bosques quiso ser inhumado.
Sus barcos fueron durante muchos años casi el único medio
de transporte entre Montevideo y M aldonado, y está dem ás decir
que en ellos, los pobres nunca pagaron el transporte.
Al camino que proyectamos darle oficialmente su nombre, y a
lo',designa con él todo Maldonado.
JOSE CAVALLO, fué un soñador de grandes em presas. Vió
en M aldonado y en su Puerto —cuando nadie y a creía ni en el
uno ni en el otro—, lugares llam ados a gran porvenir, y alzó en
sus playas un gran Molino; en sus costas un valioso Muelle de
em barco y desembarco, y luego, en pleno funcionamiento su in­
dustria, adquirió un lujoso Barco p ara el transporte de m ercade­
rías y pasajeros entre M aldonado y Montevideo; y le puso "Mal-
donado". Además, estableció un gran Comercio aquí y en San Carlos.
El Presidente Cuestas, el 98, le hizo construir por entre los are­
nales que llegaban mismo h a s ta la ciudad, el Carretero que es
hoy herm osa A venida arbolada que une la C iudad con la P laya
de Las Delicias. Cavallo a su personal le construyó viviendas y le
suministró al precio de costo sus productos, cosa que tam bién faci­
litaba en la misma forma a los pobres de M aldonado. | Era común ver­
lo a la m esa de sus obreros participando de la comida de éstos que
personalm ente vigilaba. Fué uno de os primeros pioneros de la in­
dustria molinera en la zona del Este, un gran señor y un caballero.
G racias a él volvió a desarrollarse y a prosperar aquí, la agri­
cultura, en especial la triguera, que colocaba en su Molino cuanto
producía. Tiempos calam itosos p ara el País, hicieron fracasar su
empresa. Alejado del Departamento, demolidos^ sus edificios de
Las Delicias por estar entre la Rambla y el Mar, Don José Cavallo,.
pasó sus últimos años, pobr© y arruinado, pero con el corazón y
la mente puestos en las playas del Este, en las que creyó como
pocos, y a las que am ó como ninguno.'
M aldonado le debe este hom enaje y es natural que le pon­
g a su nombre al Camino que p ara su industria y a su solicitud le
construyó el Gobierno, de Juan Lindolfo Cuestas.
RODOLFO RODRIGUEZ, fué el compañero de Camacho y de
Dodera en la dirección de la Enseñanza Primaria en Maldonado y
en el Centro de Estudios, gratuitos, p ara la formación de Maestros
y M aestras en una época en que todo eso era difícil y costoso.
Profesor liceal más tarde, sus C átedras se distmguiron por la sa­
biduría y la com petencia pedagógica del profesor que fué, además,
un caballero, y con Camacho y Dodera un prestigioso plantador de
árboles en los arenales desiertos de Maldonado.
Ninguno de los nombres que dejo consignados levanta la m ás
mínima resistencia en el Departamento. Al contrario, todo él los;
exalta. Además, tienen el culto reverencial de ia población fernan­
dina que tuvo en ellos a sus más destacados exponentes.
Montevideo, m ayo 15 de 1946. Avelino C. Breña:
PALABRAS DEL SENADOR AVELINO C. BREÑA SOBRE '
LEONARDO OLIVERA
La figura de Leonardo Olivera, volvió a ocupar nuestra aten ­
ción en el Senado, el 4 de enero de 1946:
"Señor Breña. — Pido la palabra.
Señor Presidente: desde hace algunos años s© viene realizando
en la ciudad de Montevideo y en algunas ciudades del interior de
la República un movimiento tendiente a prestigiar la erección de
un monumento público al Coronel Leonardo Olivera, gran guerrero
y gran patriota.
Esa Comisión ha obtenido del Poder Ejecutivo la presentación,
a consideración del Parlamento, de an proyecto prestigiando la
erección de ese monumento.
Se ha logrado y a una cantidad importante de dinero para cos­
te a r los gastos del monumento, y en estos momentos se piensa
realizar un gran festival en el cual se cree que se obtendrá el. saldo
de lo que va a costar el monumento y a encomendado al escultor
Belloni.
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 49

El proyecto del Poder Ejecutivo fué discutido en la C ám ara de


R epresentantes y parece, según los datos que se me h a dado,
que fué aprobado por unanim idad. Creo, adem ás, que yq. pasó ai
Senado.
Señor Presidente: Está en el Senado.
Señor Breña. — Como es un asunto que no v a a dar lugar a
discusión, porque está en el espíritu de todos los señores Senado­
res la justicia de la erección de ese m onum ento que y a fué acor­
dado hace m ás de medio siglo por el Parlamento de entonces, p e ­
diría que se le diera, en e sta sesión, la preferencia que se pudie­
ra, y si fuera posible que se tra ta ra en primer término.
Señor Haedo. — Que se declare grave y urgente.
Señor Breña. — Me parece muy bien. Que se declare grave
y urgente y que se considere en primer término en la sesión d e
hoy.
Dejo formulada moción en ese sentido.
(Apoyados).
Señor Regules. — Dejo constancia de que espero que este pro­
yecto se vote sin discursos, p ara poder seguir con la orden del día.
Señor Presidente. — Se v a a votar la moción form ulada por
-el señor Senador Breña.
(Se vota: Afirmativa). .
—Tiene la p alab ra el señor Senador Haedo.
Señor Haedo. — Era p afa hacer una moción similar a la que
h a formulado el señor Senador Breña, considerando que corres-'
ponde votar sin m ayor dem ora el monumento a Leonardo O livera,
puesto que es acto de pura justicia hacia ese hidalgo y p atrio ta,
arquetipo de la rebeldía oriental, que llenó de gloria a u n a de
las páginas m ás im portantes de la historia militar de la República,
y a que Rincón, Sarandí y aún Ituzaingó, no pueden concebirse
sin la acción fulgurante y bizarra de Leonardo O livera con la con­
quista de los baluartes de Santa Teresa.
Era lo que d eseab a m anifestar en nombre del sector naciona­
lista.
(Apoyados).
Señor Presidenie. — De modo que se tra ta rá este proyecto
en primer término en la sesión de hoy.
Léase.
(Se lee):
Señor Presidente. — En 1? discusión general.
—Se v a a votar si se aprueba.
(Se vota: Afirmativa).
50 AVELINO C. . BREÑA

Señar Regules. — Formulo moción p ara que en la discusión


particular se suprim a la lectura de los artículos.
(Apoyados).
Señor Presidente. — Se v a a votar si se aprueba la moción
formulada.
(Se vota: Afirmativa.
En discusión el artículo l 9.
—Se v a a votar si se aprueba.
(Se vota: Afirmativa.
En discusión el artículo 2
—Se v a a votar si se aprueba.
(Se vota: Afirmativa.
El otro artículo es de orden.
Q ueda aprobado el proyecto en primera discusión general y
particular.
Señor Haedo. — Formulo moción para que se suprima la se­
gunda discusión.
(Apoyados).
Señor Presidente. — Se va a votar si se aprueba la moción
formulada.
(Se vota: Afirmativa.
Q ueda sancionado el proyecto y se comunicará al Poder Eje­
cutivo."
*
NUEVO PROYECTO DEL SENADOR BREÑA SOBRE PERSONAJES
MALDONADENSES
Tiempo después, siempre en el Senado de 1946, volvemos a
insistir sobre estos nombre, y agregam os otros. En el Diario de
Sesiones de ese año, se dice:
El eñor Senador don Avelino C. Breña, presenta con exposi­
ción de motivos un proyecto de ley, por el cual se dá aiversos nom­
bres a calles y caminos del Departamento de Maldonado.
A la Comisión de Constitución y Legislación.
(Los antecedentes son los siguientes):
Artículo Io. — Dáse los nombres siguientes a las calles y ca­
minos del Departam ento de Maldonado, que a continuación se
indica:
A) Leonardo Olivera, al trozo de Camiño Carretero existente
entre el kilómetro 106, unión del carretero que va a Portezuelo con
el que va de Pan de Azúcar a Piriápolis h a sta el Puente sobre el
Arroyo del Potrero que vierte aguas de la Laguna del Sauce en
el Río de la Plata;
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 51.

B) Antonio Bolog1^ , al trozo de cam ino que pasando por la


•granja de éste, en las inmediaciones del Cerro Pelado, v a del C a­
rretero de Montevideo a M aldonado (almacén de C astro García),
h a s ta encontrar el C arretero que v a de M aldonado a Punta Balle­
na;
C) Enriq u e G. Burnett, a la calle 3 de Febrero de la C iudad de
M aldonado, que p a sa por la c a sa de éste y term ina en el carre­
tero o ram bla Claudio Williman;
D) Antonio Camacho, a la calle Garzón;
E) Antonio D. Lussich, al trozo de Camino C arretero que arran­
c a del Puente del Arroyo Potrero, h asta la A venida Artigas en la
ciudad de Maldonado;
F) José Cavallo, al Carretero que parte de la A venida A rti­
gas y concluye en el Hotel de Las Delicias, en la p lay a del mis­
in o nombre;
G) Rodolio Rodríguez, a la calle San Carlos;
H) General Gervasio Burgueño, a la calle Montevideo; e
I) Silvestre Umérez, a la calle Isla Gorriti.
Avelino C. Breña
EXPOSICION DE MOTIVOS DEL PROYECTO
ANTERIORMENTE REFERIDO
Este proyecto tiende a rendir hom enaje a personalidades del
"Departamento de M aldonado que, por sus méritos y virtudes, y
por su actuación en el D epartam ento se han* hecho dignas de la
consideración pública. Repetimos aquí, sobre algunos de esos M al­
donadenses, lo que allí expresamos:
Leonardo Olivera es un a figura relevante del escenario n a ­
cional. Hijo de M aldonado, fué en las luchas por la Independen­
cia, el señor del Este, como se le h a llamado, y, ei alm a aquí del m o­
vimiento encabezado por A rtigas y continuado luego por Lavalle-
ja, Oribe y Rivera. Un libro precioso titulado Leonardo Olivera,
el señor del Este, de César Pintos Diago, nos lo m uestra como una
figura realmente extraordinaria a la que se le debe en gran parte,
ia independencia del país. Ese título, su vinculación, con M aldo­
nado y sus posesiones en el Rincón que lleva su nombre, preci­
sam ente extendidas sobre todo ese trozo de camino carretero, jus­
tifican el hom enaje que el País le debe y que en tal sentido pro­
yectamos.
Antonio Bologna. Fué, en Maldonado, el hombre que implan-
ló , desarrolló e impuso la granja. Primero la organizó en sus pro­
y> AVELINO -C. BREÑA

piedades, luego la organizó éñ las de cad a uno de los hijos, y des­


pués enseñó a quienes' quisieron ser granjeros, la forma de actuar.
G racias a él tiene M aldonado en m ateria granjera lo que las pla­
y as del Este le reclaman. f\ué don Antonio Bologna en ese y otros
sentidos uno de los hombres más progresistas de aquella región,
y por' ello uno de los m aldonadenses m ás queridos y admirados^
Justo es, pues que se le dé su nombre al trozo de camino que
p a sa .por frente ce su establecimientos. Es un honor que él merece
y que todo M aldonado e stá de acuerdo en que se le debe discernir^
Enrique G. Burnett. — Era, como Bologna, uno da los patriar­
ca?, .de Maldonado. Fué Cónsul inglés en la capital fernandina^
salvó a M aldonado de las arenas, con sus grandes plantaciones de
pinos y eucaliptos cuando esos árbol© n ad a prometían y cuando-
su cultivo era dificilísimo y por ende costoso. Bast9 decir que en su
Parque , debió insistir en más de una ocasión en plantar ocho o-
diez veces los mismos árboles p ara que un día prendieran y cre­
cieran. Para lograr, por ejemplo, la obtención de eucaliptos d9 flo­
res rojas que él trajo de A ustralia, tuvo que pasar, después
de varios años de infructuosos intentos, por la acción de un in­
cendio que al quem ar las plantas hizo que estas revivieran. Los
vientos, las arenas movedizas, y mismo la ignorancia de los p a ­
seantes destruían las plantaciones de Burnett, pero éste insistía.
Un conocido Coronel de la Nación, muy amigo de Burnett, cada
vez que p asab a por los m édanos de éste le arrancaba y tirab a
las frágiles plantitas de eucaliptos exclamando: "¡Pucha yuyos ge-
diondos!" Hasta la M unicipalidad que concedía terrenos arenosos
a todos los solicitantes —hace treinta años nadie los quería—, le
negaba a él esos terrenos por el sólo hecho ae que estaba enca­
prichado en hacerlos producir bosques.
Fué, además, un guía apreciadísimo para la navegacción en
el Río de la Plata en épocas en que Maldonado estab a casi inco-
muniedo —por la distancia y la falta de fáciles medios de comu­
nicación— con la capital de la Repúblicas y con las otras ciu­
dades. ,
( . Merece, como pocos, el homenaje recordatorio no sólo de Mal-
dongdo, sino de todo el País'
^ Antonio Camacho. Fué en su tiempo la primera personalidad
d^l Departamento. Inspector de Escuelas en Maldonado, orientó en.
tal forma la enseñanza primaria en él, que sus escuelas resultaron ser
mencionadas más de una vez en los Anales de la Enseñanza Pri­
maria, como modelos' en su género. Fué el .orientador de una gene­
ración que hizo época- y qué reconocía en él las más excelsas vir-
FREN TE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 3»

tudes del mentor intelectual, así como u n a extraordinaria perso­


n alidad de hombre, de ciencias y letras. Natü'ralista como Are-
chavaleta, fué amigo y consejero de éarte: y tatl grande era su s a ­
biduría en lo que entonces, se llam ab a H istoria Natural,; que ün
-día Eduardo Acevedo, entonces Rector de la Universidad, al oír©-’
cerle una cáted ra en ésta, le dijo: "Me ¿justaría verlo en u n a po­
lém ica con A rechavaleta; tengo la ■impresión d é "qué'-listed sabé
"tanto como él". . ., ; '•
En M aidonado, cuando no h ab ía profesores, - ni 'bibliótecás/rii
profesionales, él, conjuntam ente con José-Dodera y ftb&olfó Rodríguez,
establecieron un cen tro 'd e estudios gratuitos,'1p a r a 1formar 'Profesb-
Tes de Enseñanza Prim aria con el fin ¡de suplir l a 1escasez de éstos
y de reem plazar a los m aestros departam entales qué eran 'enton­
ces los que dictab an la enseñanza. Fuerg de l a s ‘'horas dé; oíiíñ- .
n a y d9 escuela, Camacho, Dodera \Y*-.^odrígue¿r'lí)reí5OTártjri';' triiét.
brillante generación de maestros y m aestras,* q i^ ’'a i% á ‘ ddr:í !stiS
pruebas o exámenes, á Montevideo, 'despertaban^' el1'iníefé^/dé1: ios
exam inadores por la hondura y la v a ste d a d d g ^ ^ 'x o n o c im ie iito á .
' En ese centro de estudios —absolutam ente grottoito^-, Gama*
cho dictaba todas las m aterias que resuitabafíy^ifípii@spcp:CTra Do­
d e ra y Rodríguez, a la vez que dirigía á éstos., ,/¿- v-;víÍ : v.^,s'v
Merece este insigne educacionista, profesor uni^fjrslíarío. y n a ­
turalista, el hom enaje que todo M aldqnqdo . quiér©' ^^cjií'.le.: M
Antonio D. Lussich. Todo el país conoce su, nombre y estim a'áu-
obra. Poeta nativista .escritor, hombre de erapresqs ^áutica?,,:.^^fi-'
ta d c r de árboles en las regiones an tes inhospitalaria? c o n v ^ tj.^ s
hoy, gracia a sus esfuerzos y desvelos en los'm aravillosos,J^osques
de Punta Ballena y El Portezuelo, Don Antonio D. LussichJué .urjo,de
los grandes valores del país y un caballero adm irable a^quien.- to ­
dos conocían, y reverenciaban. .. ■■«.
Tuvo por M aldonado verdadera p a s ió n 'e hizo cuanto estuvo ■
en sus manos por su florecimeinto. "! .. .
Sus barcos fueron durante muchos años ‘casi el único ''media
de transporte entre Montevideo y Maldonado, y está" dem ás decir
que en ellos, los pobres nunca pagaron el transpórte.
Al camino que proyectam os darle oficialmente su nombre,, y a
ío designa con él todo Maldonado.
José Cavallo. Fué un soñador de grandes em presas. Vió en
M aldonado y en su puerto —cuando nadie an tes creía ni en el
uno ni en el otro—, lugares llam ados a gran porvenir; y alzó en sus
p layas un gran Molino, en sus costas un valioso Muelle de em bar­
co y desembarco, y luego, en pleno funcionamiento su industria*
K4 AVELINO C . BREÑA

adquirió un lujoso Barco potra el transporte de mercaderías y p a ­


sajeros entre M aldonado y Montevideo, al que lé puso "M aldonado"-
fundó, adem ás, un gran Comercio en M aldonado y San Carlos.
El presidente. C uestas, el 98, le hizo construir por entre los are-
.nales que llegaban' mismo h asta la ciudad, el carretero que es hoy
herm osa avenida arbolada que une la ciudad con la Playa de Las-
Delicias. En el Molino trab ajab an gran cantidad de operarios, Ca-
vallo les construyó viviendas y les sum inistraba a precio de costc
sus productos que también^ facilitaba en la misma forma a los po­
bres de M aldonado. Fué uno de los primeros pioneros de la indus­
tria molinera en la zona del Este, un gran señor y un caballero.
(Gracias a él se desarrolló en la zona rural de M aldonado la agri­
cultura, en especial la triguera, que colocaba en su Molino cuan­
to producía. Tiempos calam itosos p ara el país, hicieron fracasar su
; empresa. Alejado del D epartam ento, Don José Cavallo pasó sus
: últimos ja ños, pobre y arruinado, pero con el corazón y la mente
puestos en -las playas del Este, en las que creyó como pocos. -
M aldonado le debe este homenaje y es naturlal que le ponga
su, nombre al Camino que p ara él se construyó.
Rodolfo Rodríguez, fué el compañero de Camacho, y de Do­
dera en la Dirección de la Enseñanza Primaria en Maldonado y
en el Centro de Estudios gratuitos p ara la formación de maestros-
}y m aestras e n -u n a época en que todo eso era difícil y costoso.
Profesor liceal más tarde, sus cátedras se distinguieron por la sa­
biduría y la competencia pedagógica del profesor que fué, ad e­
más, un caballero, y con Camacho y Dodera, un prestigioso plan­
tador de árboles en los arenales desiertos de Maldonado.
Ninguno de los nombres que dejo consignados levanta la m ás
mínima resistencia. Todos, por el contrario, merecen y tienen el
' culto reverencial d© la población fernandina que tuvo en ellos a
sus más destacados exponentes.
. El Genercd Gervasio Burgueño, fué una destacadísim a figura
militar, de la cual la ciudad y el Departamento de Maldonado se
enorgullecen. Fué para Maldonado Un vecino estimadísimo, per­
sonaje influyente y caballero sin tacha. Cuando en tiempos de
Latorre y en la Jefatura del Coronel Giménez, sicarios de un cau­
dillo enemigo? capitanejo de Pan de Azúcar, llegaron h asta la puer­
ta de su casa para asesinarlo, la población de Maldondo se con­
movió toda, y aún hoy allí se enseña al turista, la casa en la
eme personalmente hizo frente a los asaltantes hiriendo a dos de
^ lo s. La puerta de la casa m uestra todavía el orificio de las b a ­
FRENTE A L B IC E N T E N A R JO DF. M A L D O N A D O 55

las y las señales del esfuerzo hecho por las an cas de los caballos
de los a saltan tes p a ra derribarla. Saltó el, pasador, Se quebró el
m aderam en de pino, pero no pudo ser derribada. De él, dice ''-Tra­
dición Blanca" (Año I, N9 5, marzo de 1944), lo siguiente: -''Nació
en el Departam ento de Canelones, el 19 de julio de 1810, siendo
su padre el coronel Tomás Burgueño, que se cubriera de gloria en
los campos de Las Piedras, Sarandí e Ituzaingó. Siendo aú n m uy
joven pidió u n a plaza en las filas del Batallón de Cívicos m ere­
ciendo el grado de. Alférez. Al producirse la invásión del G enerql
Oribe, Burgueño con Bemardino Olid, a g ita n los Departamentos,
de Maldonado, Rocha y Minas, plegándose de inm ediato a aquel
con un fuerte contingente de 900 hombres. Desde entonces, eso's
dos jefes, se presentan unidos fraternalm ente en todos los mom en­
tos de su vida. Fué ascendido a Teniente Coronel en 1843, acom ­
pañando a Oribe en el Cerrito, distinguiéndose por-su valor y por ,
; la calidad de las misiones especiales que siempre llevó a cabo con
feliz éxito. Peleó con denuedo en Corrales contra los legionarios
de Garibaldi, en P unta de la Sierra contra las av an zad as del Ge­
neral Riveras y las tropas de Simón Martínez, habiendo sido, herido*
luego en el asedio dé M aldonado, m ientras’ in teg rab a con Befñar-
dino Olid y bajo el m ando del G eneral JuanBarrios-una fuerza vo­
lante. Batióse con las fuerzas de Venancio Flores, junto a los mu­
ros de Montevideo, y, vencedor en la lucha, garantió y respetó
la vida de los prisioneros. Incorporado Urquiza al ejército sitia­
dor, confió la vanguardia a Burgueño y Olid; en, la terrible b a ta lla
de India Muerta, ellos dos fueron los que iniciaron el a ta q u e con
una carga heroica contrariando las órdenes del general en jefe que
tem ía el empuje de Rivera. En 1846, estando sitiado Rivera en Mal-
donado, Burgueño solicitó de su jefe el perm iso . necesario p a ra
auxiliar con víveres a su antiguo amigo en las circunstancias crí­
ticas porque atrav esab a, lo que no le im pedía cumplir con le a lta d
sus deberes de Militar en los sangrientos com bates contra el propio
Rivera. C elebrada la paz en 1851, Burgueño fué designado Co­
m andante Militar de M aldonado y Minas, cargo que desem peña­
b a cuando se produjo la revolución de César Díaz. Al ocurrir el
episodio final de dicha revolución en Paso de Quinteros, Burgueño
y Olid, interpusieron su influencia p a ra evitar los fusilamientos dis­
puestos, logrando salvar la vida de losé Cándido Bustamante, M a­
nuel Pagóla, Juan Manuel de la Sierra, Pedro Saa, Feliciano Gon­
zález, Coronel Isidro Cam ón, C om andante Evia, C apitán Eusebio
Latorre, Ciríaco Burgos, Pedro Zás, Mauricio Zaballa, Celestino Za­
mora, Antonio Pedemonte, Miguel A ntuña, Clodomiro Lezama,
TO ' AVE LINO C. BREÑA

'Ellis y otros. Ascendido a Coronel en 1855, íué nombrado jefe po­


lítico de M aldonado, .donde realizó u n a administración ejemplar.
Bajo el Gobierno de Berro, fué nombrado Jefe de Estado Mayor
del Ejército en. cam paña, e intervino en los com bates de Pastoreo,
Pedernal, Don Esteban y Paso del Soldado, producidos en la guerra
de Flores. Iniciada la revolución de Aparicio, y encontránose pre­
so en Montevideo, logró evadirse y llegar a Buenos Aires; desde
allí partió p ara desem barcar en e l' Buceo incorporándos al ejér­
cito blanco.. Mandó la vanguardia del general Muniz, en la b a ­
ta lla del Sauce y luego ocupó el puesto de Jefe del Estado Maycjjr».
h asta la paz de abril dél 72. Fué en aquella época cuando el ge­
neral Osorio mandó ofrecer al Coronel Burgueño el auxilio de la
g ente que tenía a sus órdenes, con tal de que los revolucionarios, en
caso de vencer,, cedieran el puerto de la Coronilla, y una parte
de nuestro .territorio a la dinastía de los Braganzas, recibiendo
de Burgueño. el indignado rechazo de tai proposición. Terminada
la guerra, se retiró a su hogar, h a sta la revolución Tricolor, de la
que formó parte. Concluida ésta, fué nombrado Jefe de Policía de
Canelones, a cuya, iniciativa se debe el actual edificio que ocupa
la Jefatura e Intendencia de dicho Departamento. Ocupó también
el cargo de C om andante Militar de Canelones, y San José. En 1890,
integró como Vocal, el 2° Directorio, dei Partido. Y ese mismo año
fué ascendido a General d© Brigada. En ei año 1892 fué nombrado
Ministro del Superior Tribunal Militar, cargo que ocupaba a su fa­
llecimiento, ocurrido el 24 de setiembre de 1900. Innumerables do­
cumentos expedidos por el Gobierno de Pereyra, por el Ministro An­
tonio de las Carreras, por el Ministro José M. Montero (hijo), y por
los Generales Ignacio Oribe, José Brito del Pino y Andrés A. Gó­
mez, dem uestran cómo supo cumplir con sus deberes, este extra­
ordinario servidor.
El Profesor Silvestre Umérez, no sólo fué un gran maestro en
la Enseñanza Primaria y director, por concurso de la célebre Es­
cuela Ramírez, de la ciudad de Maldonado, sino también un gran
prcísscr de Secundaria en Maldonado, primero, y en Montevideo,
después. Los primeros profesionales universitarios salidos d& ia
ciudad de Maldonado, fueron sus discípulos y se puede decir que
gracias a los estudios de agrimensor y dé ingeniero, que Umerez
había realizado en España y a los de maestro de tercer grado que
hizo en Montevideo, ■se pudo pensar en Maldonado, en preparar
—desde luego gratuitamente—, a aquellos alumnos más av en ta­
jados, que como Fernando Rebolledo, Angel Cuervo, Servando Mier
FREN TE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO '5?

"Velázquez, Antonio Fígoli, etc./h iciero n allí, con Umérez, Benedetti


C am acho y otros, sus primeros cursos de Secundaria p a ra luego
crctuar con brillo en el país cómo profesionales de la m edicina''.

OTROS ILUSTRES MALDONADENSES QUE ESPERAN EL


HOMENAJE FERNANDlNO
Pascual Gaitas, Mauricio Liiman, Laureano Alonsopérez y
José Pizomo Scarone, e stán entre los ilustres, M aldonadenses, su-
pérstites, los tres primeros. Pero los cuatro viven en el corazón del
pueblo M aldonadense y hacen -vibrar sus fibras. No se puede afir­
m ar que los cuatro son inmensos. La prim acía en el desarrollo lle­
no de luchas y dificultades de la nu^va gran C iudad Balnearia
que está al N orte,,Noreste y Noroeste de Punta del Este, ss le d e­
be a Don Pascual G attás. Por lo que ha hecho m eracería al igual
que Burnett, Lussich, y Piria, un monumento. Un día; el Barrio pun-
taesteñ o de La Pastora se llam ará Barrio Pascual G aiiás, y lle-
■vará con orgullo ese nombre. O tro día se le dará- el nombre
de Mauricio Liiman. al Barrio Paine Beachs o al Cante GrilL Lo
mismo se h ará con los Barrios de San Rafael a los que se les d e­
nom inará Laureano Alonsopérez y José Pizzor^o Scarone.
Otros personajes, igualm ente destacados, deben com pletar esa
enumeración, d a d a a la ligera, frente a un 'Radiomicrófono an te el
•que, como hemos dicho, ni se puede titubear ni se puede detener á
pensar, y ni se puede revisar páginas o consultar libros para: hacer
la enumeración perfecta.
En nuestro libro SEMBLANZAS MALDONADENSES, irán todos,
con su respectiva semblanza.
A Antonio Cam acho que y a tiene su calle én la Ciudad, le con­
sagram os en el Senado otro Proyecto, cuyo articulado y Exposi­
ción de Motivos, reproducimos a continuación.

TROYECTO DEL SENADOR AVELINO C. BREÑA. POR EL CUAL SE


DA EL NOMBRE DE ANTONIO CAMACHO A UNA ESCUELA DEL
DEPARTAMENTO DE MALDONADO
Art. 1. — Ei Consejo Nacional de Instrucción Primaria y Nor­
mal, dará el nombre de Antonio Camacho a una de las Escuelas
•de la Ciudad de San Carlos ,en el D epartam ento de Maldonqdo.
Art. 2. — Comuniqúese, etc.
Montevideo, mayo 13 de 1946 Avelino C. Breña
AVELINO C. BREÑA

EXPOSICION DE MOTIVOS
Días pasados presenté al Senado un proyecto por el cual se
d a b a a diversas calles de la ciudad de M aldonado nombres de dis­
tinguidas personalidades que actuaron en ella, algunas en las es­
feras públicas y otras en las actividades privadas. Entre esos nom­
bres figuraba el del sabio Don Antonio Camacho quien en el De­
partam ento de M aldonado desem peñó durante muchos años la
Inspección de Escuelas.
.Fujidando aquel- proyecto en e sta parte, decía yo: ANTO­
NIO CAMACHO, fué en su tiempo la primera personalidad del
D epartam ento. Inspector de Escuelas en él, orientó en tal for­
m a la enseñanza primaria, que sus escuelas resultaron ser
m encionadas m ás de una vez en los Anales de la Enseñanza
Primaria, como modelos en su género. Fué el orientador de
una generación que hizo época y que reconocía en él las m ás
excelsas virtudes del mentor intelectual, así como una extraordi­
naria personalidad de hombre de ciencias y letras. N aturalista co­
mo A rechavaleta, fué amigo y consejero de éste y ta n grande era
su sabiduría en lo que entonces se llam aba Historia Natural, que
un día Eduardo Acevedo, entonces Rector de la Universidad, al
ofrecerle u na cáted ra en ésta, le dijo: "Me gustaría verlo en una
polém ica con A rechavaleta; tengo la impresión de que usted sabe
tan to como él".
En Maldonado, cuando no había ni profesores, ni bibliotecas,
ni profesionales, él, José Dodera y Rodoflo Rodríguez establecieron
un centro de estudios gratuito, p ara formar Profesores de enseñan­
za primaria con el fin de suplir la escasez de éstos y de reemplazar
a los m aestros departam entales que eran entonces los que dicta­
ban la enseñanza. Fuera de las horas de oficina y de escuela, Ca­
macho, Dodera, y Rodríguez, prepararon una brillante generación
de maestros y m aestras, que al ir a dar sus pruebas o exámenes,
a Montevideo, despertaban el interés de los examinadores por la
hondura y la vastedad de sus conocimientos.
En ese centro de estudios —absolutam ente gratuitos—, Cam a­
cho d ictaba todas la m aterias que resultaban difíciles para Dode­
ra y Rodríguez, a la vez que dirigía a éstos.
Merece este insigne educacionista, profesor universitario y na­
turalista, el homenaje que todo Maldonado quiere rendirle”.
Hoy he sabido que la Junta Departam ental de Maldonado,
recogiendo esa idea por la que vengo bregando desde hace mu-
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M A LD O N A D O m

chos años, h a resuelto darle> ese nombre a la continuación, hacia


el mar, de la calle José Dodera.
No entro a considerar la elección de calle hecha por la Junta
de Maldonado. En aquel proyecto yo había propuesto otra calle
que considero m ás propia en una ciudad en que no había necesi­
dad de retacear el curso de una de sus calles a la denominación
qué"'se le h abía dado.
Pero como la resolución e stá dictada, pienso que por el mo­
hiento no h ay porque modificar las cosas.
Considero, en cambio, que M aldonado —más el Departam ento
que la cap ital'd el mismo—, debe extender su homenaje a este gran
director escolar al que debe mucho, no sólo en cuanto a la efec­
tividad de la labor directiva educacional e instructiva que realizó,
sino tam bién en lo que respecta a su desarrollo intelectual. Ese
homenaje puede y debe ser el de darle su nombre a una Escuela
de la principal de las ciudades M aldonadenses: San Carlos. Así
lo proyecto, seguro de que el Parlam ento querrá honrar en esa for­
ma a quien honró como pocos al departam ento de Maldonado.
Montevideo, m ayo 13 de 1946. Avelino C. Breña
OTROS MALDONADENSES QUE TAMBIEN DEBEN
SER RECORDADOS
Pero hay otros muchos personajes M aldonadenses dignos del
nomenclátor de las calles, etc., de la Ciudad o del Departamento,
a quienes debemos rendir el hom enaje de nuestra gratitud:
A José Pedro Ramírez, Representante en 1874, por Maldonado,
y fundador de la Escuela Ramírez, p ara la cual dió sus dietas, y
luego costeó de su peculio particular la conclusión del edificio que
todavía tenemos aquí y mostram os como un orgullo de la Ciudad
y del Departam ento; a Heraclio C. Fajardo, insigne hijo de San
Carlos, y en su tiempo uno de los m ás afam ados poetas urugua­
yos; a Avelino Estades, otro gran poeta carolino; a Eugenio Pérez
Aquino, nuestro querido bardo, lleno de amor a inspiración por los
seres y las cosas de Maldonado: Senador por nuestro D epartam en­
to, y Periodista durante toda su vida, cuya plum a ágil y gallarda
llenó las páginas de la prensa local dejándonos en ellas recuerdos
memorables; a Américo Pintos Márquez, gran historiador m aldona­
dense; a Ruperto Fernández, que siendo Presidente de la Junta E. Ad­
ministrativa, y Oficial Primero de la Jefatura, en 1873, se desvivió
por el progreso y el engrandecimiento de Maldonado; fundó el pri-
<0 AVELINO C. BREÑA ]

mer periódico de Maldonado, su primer Biblioteca y su primer Mu­


seo; fué en 1881, Diputado por Maldonado, y era una mentalidad,
digna de ser pu esta en parangón con las más destacadas de aque-
"lia época de grandes escritores, periodistas e historiadores. "El De-
partam ento "fué un periódico considerado por ia prensa capitali-l
n a como uno de los m ás im portantes del Interior —sino el más im­
p o rtan te—, y por la do la C apital, un gran órgano periodístico, c u - ;
yes editoriales eran comentados con frecuencia-en los diarios Mon-!
tevideanos; a Elias L. Devicenzi, que en el periodismo, en la Bi-¡
blioteca y en el Museo, de Maldonado, constituía el binomio con
Ruperto Fernández. Como éste, Devincenzi fué todo un personaje ]
cuyos estudios estadísticos eran citados como ejemplares, en Mon­
tevideo- a Braulio de Nava, que durante una larga decena de años,
fué director de su periódico sem anal "El Conciliador", y que era el tL
po perfecto del gran señor; a Alcides de María, que fué Qficial l9 de
la Jefatura y redactor de "El Conciliador", y que dejó una gran
opinión de sus talentos y sus virtudes en ei M aldonado de fines
del siglo pasado; a Venlura Alegre, y a con recuerdo en la Nomen1
d a tu r a de calles de la Ciudad; a. EíanislaoQonzález, que fué, todo
un personaje en el M aldonado de principios de siglo, y a quien por
nuestra iniciativa —o mejor dicho, por nuestra propaganda perio­
dística—, se le recordó dándole su nombre a nuestro 'y a célebre
Bosque Municipal; a Pedro Risso, que encendió y mantuvo vivo,
durante muchos años y con gran sacrificio, el prestigio de Balnea­
rio de Salud, de Punta del Este; a Carlos Seijo, que fué de los pri­
meros en escribir sobre San Carlos —d9 donde era oriundo—, y 1
sobre Maldonado, destacándose por sus investigaciones históricas
y por sus m agistrales descriciones de hombres y cosas del Depar­
tam ento, así como por su producción pictórica que haría honor a '
cualquier artista; al Dr. Ernesto Seijo, que nos dejó, juntó a un norm
bre esclarecido, un Loreley que es un monumento geográfico, y dentro
de él un Museo de cosas históricas que valen mucho por lo que sig­
nifican; a Julián O. Miranda, fernandmo ilustre, que fué uno d9 los
grandes personajes de ia época, cuya obra histórica, literaria y poé­
tica, se inspiró siempre en seres y cosas de Maldonado; a Manuel Z.
Delgado, que fué un gran señor y quien nos dió el primer Centro So­
cial; a Manuel Rivero, que fué un gran caballero y un gran profe­
sional; a Silverio Acosta Viera y a Orosmán Acosla Viera, que con.
Eugenio Pérez Aquino fueron brillantes poetas maldonadenses, co­
mo lo son Raúl M ontañés y María Amalia Paez Núñez, Ludbiana
y la Sra. de Orosco, entre otros; a Anacleto Dufor y Alvarez, que
fué un ilustre jurisconsulto y un eximio periodista; a Antonio Mu-
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO

sor, a María Cuello de Maquiavello, a Florentina Defferrari de Cuer-


▼o. a Carolina Savoia, a Clotilde Burgueño. a Palmira Carbone, y a
Atc&ui Borda que con Silvestre Umérez. fueron de los grandes
Maestros de fines del Siglo XIX y principios del XX; a Francisco Bo­
nilla. que fué en Pan de Azúcar uno de los primeros y más afa­
mados Vitivinicultores, cuando eso era en U ruguay apenas un sue­
ño previsto por Francisco Aguilar. y luego realizado por Federico
yidiela, y otros, entre quienes hay que destacar a Francisco Piria;
cr éste, que fué un apasionado p o r’M aldonado; que escribió libros
sobre sus cosas, y que fundó un Balneario famoso en América, y
junto a él un Puebla llam ado a tener gran esplendor; al Filántropo
Alvar¡za, de San Carios, que dejó allí, en vida que es cuando re­
sulta más difícil —y bien caro que U costó, en su vejez—, su es­
pléndido Hospital; a Gonzalo Acosta Viera, gran Maestro, gran Pro­
fesor liceal, gran periodista, director y redactor de m ás de un
periódico m aldonadense; gran caballero y gran lingüista cuyas
opiniones en m ateria lexicográfica son dignas de un Gámez Marín.
¿Y cómo olvidar a Pedro Podestá. el gran Vicario de la inau­
guración del nuevo Templo, extraordinaria figura sacerdotal y po­
lítica del Departam ento, afam ado orador sagrado, Poeta, periodis­
ta, escritor, Vicepresidente repetidas veces de la Junta Económico
Administrativa, Presidente otras tantas de la Comisión D eparta­
m ental de Instrucción Primaria y alm a de la conclusión del Tem­
plo y de su alhajam iento? ¿ Y al gran Arzobispo Mons. Mariano
Soler, ilustre carolino, cumbre intelectual en su tiempo, de las m ás
afam adas de América, periodista, escritor, historiador, legislador y
sabio de primerísimo orden, a quien el célebre Pontífice León. XIII
discernió su representación en determ inado acto internacional, des­
tacándolo así por sobre todos los grandes eclesiásticos de aquel
tiempo?
¿ Y a Juan José Muñoz. Melchor R. Maurente y Casimiro Xi-
menez, que fueron junto con los grandes personajes Justo R. Pelayo
i G®rzón' la ílor y n a ta de los Jefes Políticos y de Policía
ae Maldonado?
Y al Pr. Román Bergalli, el Médico filántropo y probo
enamorado de nuestra Ciudad, que completó con Don A ntonio Ga-
macho y Don José Dodera el grupo de Profesores que aquí funda­
ron, en la Escuela Ramírez, el Liceo gratuito de M aldonado p ara
Pnim? r awMontevide° alumnos universitarios? Médico de
f °'t Miembro de la Junta E. A dm inistrativa y de la
misión D. de Inetruccion Primaria, adem ás de ser un sabio, fué-
un gran plantador de árboles; a Juan B. Servante, e! primer Ge­
rente del Banco de la República en nuestra. Ciudad; Diputado por
el Departamento, y un gran m aldonadense que perm anentem ente
actuó desesperándose por hacer algo útil por M aldonado y sus hi­
jos; al escritor y conferencista Juan Pedro Ortega, que con los Her*
manos Bonilla, Sancho y Compañía, fueron los m aestros de la agri­
cultura que no logró extenderse y perm anecer no obstante los sa­
crificios de los Sansinena con su gran Regente o Administrador
al frente, por cien factores distingos no siempre atribuíbles a los mal­
donadenses, entre los cuales corresponde an o tar el empobrecimien­
to del País por obra de los Partidos Políticos que durante más de
medio siglo —el mejor medio siglo de su historia—, lo mantuvieron
en la guerra civil, en el motín reiterado, y en la dictadura legali­
zada o no, pero al fin dictadura civil o militar que en todo, y en
especial en la industria y el comercio, m antenía la indecisión y el
sobresalto.
A la Escuela de Pan de Azúcar hay que ponerle el nombre del
Dr. Juan Antonio Magariños Cervantes, que fué quien logró que
ella se creara al discutirse en 1868 el Presupuesto; y a otras de
e sa población hay que ponerles los nombres de Gregorio Gutiérrez1
y Palmira Carbone, que fueron el alm a de todas ellas. ¿Y cómo ol­
vidar el nombre del Maestro Manuel B. Miranda, que se puede de­
cir rotó por casi todas las Escuelas del Departamento, dándole a
Pan de Azúcar, como se lo dieron Francisco Piria, los Hermanos Bo­
nilla y los señores Sancho'y Compañía, lo mejor de su extraordi­
naria vida? Y en esta enumeración de grandes figuras de Pan
de Azúcar no se puede dejar de recordar —aunque y a lo haya si­
do por el Pueblo Pandeazuquense, al fundador del Pueblo, don Fé­
lix Lizarza, fundador y alm a del mismo, ni a Mons. Jacinto Vera que
en misión por Maldonado, San Carlos y Pan de Azúcar, dejó en ese
Pueblo la vida, en un cuarto de Hotel, todavía venerado; ni a tres
figuras del am biente intelectual de dicho Pueblo, que son glorias de
la literatura uruguaya con resonancias en toda América: Ricar-
do Tell Figueredo, Alvaro Figueredo y Ricardo Leonel Figueredo;
ni a los afam ados maestros José Joaquín Goicoechea y Héctor N.
Goicoechea. que descollaron como pocos en la enseñanza m agiste­
rial y que como pocos, aún hoy, reciben en cuanto se los vé o se
los oye, el homenaje admirativo de alumnos, profesionales o no, y
del pueblo de Maldonado entero que sabe conservar en su corazón
•el recuerdo emocionado de sus grandes benefactores, y la nece­
sidad espiritual de gritarlo a su paso. ¿Y al Dr. Eusebio Gerona, Mé-
■sdico y Juez de Paz, Jefe o ascendiente de muy numerosa familia d&-
FREN TE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO GS

grandes personajes; y al Escribano Héctor A. Gerona, Ministro del,


Interior y de Relaciones Exteriores, codificador, orador y conferen­
cista; y al Escribano Orliz Ballardo, distinguido historiador y gran
Pandeazuquense, y al Dr. Humberto Colistro, gran Médico, y a Don
Juan Oiyartaguerre, gran profesional y caballero; y a Félix Núñez.
etc., etc.
Y repito que dejo citados sólo algunos grandes nombres; pero
-que no omito a ninguno ¡oh dulcísim a van id ad de querer hacer la s
cosas bien! en mi libro SEMBLANZAS MALDONADENSES.
XA CONCURRENCIA DE LAS POBLACIONES DEL DEPARTAMENTO
A LA CELEBRACION DEL BICENTENARIO
Porque así lo quiere Radio M aldonado, volvemos a ocuparnos
hoy del Bicentenario de la C iudad fernandina y del Bicentenario
d e todo el Departamento. Vale la p en a insistir sobre ésto porque
p arece que aún no h a sido bien comprendido; y si lo h a sido, no
parece que ni en M aldonado, ni en San Carlos, ni en P unta del
Este, ni en Pan de Azúcar, ni en Aiguá, ni en Piñápolis, Solís, José
Ignacio, Garzón, etc., se le h a y a dado la im portancia que el he­
cho en sí tiene en todo el D epartam ento y por ende, en cad a u n a
de esas regiones. ¿Qué aceptando tal criterio, habría que compren­
der a Rocha, y h asta al hoy D epartam ento de Lavalleja? ¡Pues
claro que sí! ¿Y qué inconveniente h a y en- ello? Desde luego nin­
guno: l9) porque las cosas son como son; y 2°) porque cuando a
cad a región le llegue el mom ento de un a conmemoración espe­
cífica, de u na solemnización de carácter pueblerino, diríamos, hai-
b rá que vincular las dos fechas: la primitiva, que tiene ese c a ­
rácter genériGO a que aludimos, y la circunstancial, que ten d rá
Tina vinculación, específica.
De la clara comprensión de aquella protasis y de e sta apó-
dasis, debe salir un m ás claro sentido de lo que vam os a conm e­
morar, o de lo que y a estam os conmemorando, porque algo —no
m uy acertado, o con no mucho sentido—, se hizo a fines del año
pasado en Punta Ballena, y porque estamos y a por celebrar: la
reconstrucción o restauración del viejo y querido Molino y A ta ­
hona o Tahona, de Velázquez, primero, y luego de Fossemaüe y
de Zanoni, al correr del tiempo, y la inauguración do la Escuela
de Roger Balet, que esas dos construcciones sí, ta n to la un a como
la otra, son cosas propias p ara u na celebración con gloria y honor
d e un hecho ta n fundam ental en la vida de M aldonado como lo
s s la celebración de su Bicentenario.
Y entonces, si las cosas son como nosotros creemos y deci-
«4 AVELINO C. BREÑA

mos, h ay que pensar que cad a población del Departamento, con­


curra con algo particular, sea realizado o practicado en su propio
solar o en el nuestro, pero de adhesión al hecho Bicentenario, nues­
tro pero tam bién de ellas. Algo, es u n a expresión amplísima, una
indeterm inación en la que cabe lo mucho o lo poco, lo valioso o
lo mísero. El costo, aquí no preocupa. Lo que vale, lo que inte­
resa, es la adhesión: la forma contentiva de la substancia. Q ue­
remos que en esa conmemoración esté M aldonado entero, no con
banquetes o beberajes —que eso es cosa vieja, p asad a de moda,
sin sentido y h a sta denigrante—, sino con algo efectivo p ara el Pue­
blo, que al fin y a la postre, es el que nos preocupa y p ara el
que todos trabajam os en una u otra forma, y a que el Pueblo es
la Patria. Hay que vincular, no disgregar; unir, no separar, y d a r
en todo un sentido de igualdad y de Iraternidad que e stá en la
esencia del hecho bicentenario que vam os a conmemorar.
San Carlos, por ejemplo, puede y debe ofrecerle algo nuevo
al Bicentenario. ¿Algo qué? Pues, un edificio público, una Aveni­
d a que podría denominarse Bicentenario de Maldonado, un Mo­
num ento a Abreu, o a Pérez del Puerto, etc., etc. Lo mismo deci­
mos do Punta del Este, Pan de Azúcar, etc.
Para estas cosas nunca es tarde. Nosotros, a veces, casi so­
bre las cosas, hemos conseguido la realización de algo que en ver­
dad era necesario.' Un-discurso nuestro, en el Senado, determinó
la rápida ejecución de una obra que interesaba al Departamento.
Veámoslo. Lo tomamos del Diario de Sesiones del Senado del 15 de
noviembre de 1^44.
DISCURSO PRONUNCIADO POR EL Sr. SENADOR BREÑA. CON
MOTIVO DE UN IMPORTANTE PROYECTO DE LA INTENDENCIA
MUNICIPAL DE MALDONADO. SOBRE CAMINOS EN P. DEL ESTE
Sr. Breña: Pido la palabra. F altan muy pocas sesiones den­
tro del actual período ordinario, y es de presumir que en las ex­
traordinarias que se celebre, no se v ay a a tratar sino asuntos de
gran urgencia.
Hay, sin embago, un asunto que yo creo que es bastante ur­
gente como para que sea tratado antes de quo el Parlamento en­
tre en receso.
Se me ha informado que fué elevado a la A samblea General
un proyecto de la Intendencia Municipal de Maldonado, destina­
do a obtener que lá C aja de Ahorro Postal conceda un nuevo prés­
tamo de $ 180.000.00, con el interés del 5 y medio por ciento anual,,
y una amortización mínima acum ulativa del uno por ciento an u al
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 65

destinado a la reconstrucción de la carretera que parte de Píne


Beach, del camino que une a M aldonado con Punta del Este, y con­
duce h asta el Parque Municipal Estanislao González.
Se trata, señor Presidente, de un cam ino en las ad yacencias
del Balneario P unta del Este.
Digo nuevo préstam o, porque en el fondo viene a ser u n a am ­
pliación del de $ 412.000.00 que las leyes de 16 de diciembre de
1938 y de 16 de octubre de 1941, autorizaron con destino a la cons­
trucción de u na red de veinte y tan to s kilómetros de carreteras en
la parte sur de la ciudad de M aldonado.
Esos primitivos préstamos fueron invertidos totalm ente en los
diversos caminos de hormigón que todos los señores Senadores h a ­
brán tenido la ocasión de recorrer en sus viajes por aquella pri­
vilegiada región de nuestro país.
El servicio de interés y amortización de ese préstam e de
$400.000.00, según se me h a informado, se realiza con to d a regu­
laridad, tan to que el producido que se obtiene actualm ente, perm i­
tirá cancelar ese préstam o con b a sta n te anticipación al tiem po que
se h ab ía previsto.
Es evidente, señor Presidente, que la aplicación de ese prés*
tamo está transform ando aquella herm osa pero to d av ía estéril zo­
n a en un verdadero jardín marítimo. P unta del Este, es y a uno de
los grandes balnearios del mundo y tal vez el m ás hermoso. No
creo exagerar al hacer e s ta afirmación, porque los conozco a to­
dos, y en verdad, comparándolos con el nuestro, nunca he en­
contrado, ni" siquiera en el Brasil, n a d a que lo pueda superar.
La península, las islas, las distintas playas, el bosque, hab i­
tad o y transitado, el Parque Estanislao González, el arroyo Mal-
donado destinado a ser u na m aravilla turística y y a un espléndi­
do sitio de recreo; la ciudad de M aldonaso con sus m onum entos
históricos y sus bellezas panorám icas; P unta Ballena, Bosque Lus­
sich, la ciudad de San Carlos, el Placer, La Barra, M anantiales, la
red de carreteras que unen entre sí esos puntos de gran interés p a ra
el turista, hacen de P unta del Este un lugar que y a no es sólo de
veraneo sino tam bién de solaz, durante las otras épocas del año.
Todo cuanto por esa privilegiada región de n u estra República, h a ­
gamos, pues, e sta rá bien hecho. Todo cuanto facilitemos su de­
sarrollo, resultará en evidente beneficio, del engrandecim iento del
país.
En este momento, señor Presidente, P unta del Este necesita
con urgencia perfeccionar sus carreteras de hormigón, am pliándo­
las con pistas p ara jinetes y p a ra ciclistas, y arborizándolas con­
C6 AVELINO C. BREÑA

venientemente; y de modo perentorio, necesita reconstruir ese tro­


zo de camino a que me he referido, que se encuentra realm ente
en m alas condiciones, en situación, casi intransitable, y que uni­
rá, por entre bosques preciosos, a Punta del Este con ese Parque
Estanislao González, conocido por "El Bosque", que desde hace
años es obligado sitio de recreo en las tardes estivales.
Ese trozo de camino carretero —lo conocen todos los señores
Senadores—, es hermoso, pero está intransitable. Hace años que
se le viene rem endando, pero eso hoy no basta. Requiere no sólo
que se reforme su pavim ento, sino que se le amplíe y se le adose
u n a pista p a ra jinetes y otra p ara ciclistas, a fin de que el trán ­
sito diferenciado resulte con la propiedad que corresponde a vías
de comunicación de esa naturaleza. La financiación está bien es­
tudiada: tan bien, que prom ete que ese préstam o de S> 180.000.00,
se cancelará, como el anterior, en menos tiempo del convenido,
porque las entradas así lo perm iten y el interés es módico, inferior
al de los préstam os primitivos.
Todos .los señores Senadores han tenido ocasión de confirmar
las m anifestaciones que estoy haciendo, porque seguram ente en
sus viajes a Punta del Este, no han dejado de visitar el hermoso
Parque Municipal que está unido a Punta del Este por la carretera
que se tra ta de reformar, adosándole pistas para ciclistas y p ara
jinetes. ■*
Para este nuevo préstamo, está en el expediente respectivo el
informe favorable del Tribunal de Cuentas, el también informe fa­
vorable de la C aja prestam ista, y el consiguiente de la Junta De­
partam ental de Maldonado. Con eso, quedan contempladas las
disposiciones constitucionales y legales: el artículo 256 de la Cons­
titución y el numeral 6 del artículo 19 de la ley de Gobiernos De­
partam entales.
No hay, en el informe del Tribunal de Cuentas, y en el de la
Junta de Maldonado, sino pequeñísimas modificaciones, que estoy
sguro que la C ám ara de Diputados, donde radica en este momen­
to el proyecto, las obviará con gran facilidad, porque con esas mo­
dificaciones está de acuerdo la propia Intendencia de Maldonado.
Existe, además, verdadero interés de otro orden, de orden so­
cial, diré, en que esos trabajos se comiencen cuanto antes, de in­
m ediato si es posible. La estación, veraniega se nos vine encima.
Probablemente, este año se hará sentir intensamente con b astan te
anticipación a otros años. El turismo, en especial el extranjero que
debemos procurar, atraer y afincar, tiene que sentirse incómodo
con ese obligado camino casi totalm ente intransitable.
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 6T

Además, en Punta del Este, como todos los Sres. Senadores


saben, existen una gran can tid ad de obreros dedicados a la cons­
trucción. En estos momentos, se construye alrededor de un cen te­
nar de casas e n M aldonado y sus adyacencias, en las que esos
obreros trabajan.' Pero to d as esas construcciones que se realizan
en la s playas del Departam ento de M aldonado, están organizadas
de tal m anera, que los trabajos terminan generalm ente en el m es
d e enero, porque los propietarios quieren tener sus casas dispo­
nibles p ara habitarlas, aprovechando así la estación veraniega.
Ese personal, en número de varios centenares, que se ocupa
en dichas construcciones, queda generalm ente todos los años en
ei mes de diciembre, sin trabajo, y el que se realizará en e s ta ca ­
rretera, permitiría a esa gente que tiene que vivir y, por consi­
guiente, que comer, pagar su alquiler y realizar otros gastos nece­
sarios, continuar —durante los m eses del verano en que el tra b a ­
jo en las construcciones se paraliza—, con ocupación facilitándose­
le así, su medio de vida.
Ese trozo carretero, que y a cu en ta con gran cantidad de años,
está en condiciones realm ente intransitables no solam ente p ara
vehículos, sino tam bién p a ra ciclistas y peatones. Tiene el incom
veniente de que el bosque y a h a extendido su ram azón sobre el c a ­
mino y hace entonces, más estrecha aún, si cabe, la senda por la
cual se transita.
La Intendencia Municipal de M aldonado, con m uy buen senti­
do, h a proyectado am pliar ese trozo de camino, reformando ia pis­
ta actual que quedará como central, y agregándole a los costados
una pista p ara ciclistas y otra p a ra jinetes.
Claro está, que se trata de un trabajo de gran importancia, que
totalmente no se puede realizar en la estación veraniega que y a
■sstá muy cercana; pero se puede comenzar a realizar algunos tra­
bajos sin que se interrum pa el tránsito de esa v ía forzosa y casi
obligada p ara el turismo de Punta del Este. En la estación inver­
nal se podría continuar con el perfeccionamiento de ese camino,
en la forma que lo h a proyectado la Intendencia de M aldonado.
Sí, como he dicho, señor Presidente, con la afluencia de turis­
tas cesa el trabajo en las obras de construcción, de P unta del Este,
hay que crear nuevo trabajo. En estos momentos se están term i­
nando numerosos edificios en toda la zona com prendida entre Pun­
ta Ballena, la ciudad de M aldonado y la costa a tlá n tic a de ufto
y otro lado del Arroyo Maldonado. El personal que en ellos tra ­
b aja va a quedar sin ocupación, durante el verano, y por ende,
.sin medios de vida p ara sus hogares, en toda e sa estación. Y eso
AVELINO C, BREÑA

no puede ni debe ser. Tenemos que proporcionarle ctro trabajo su­


plem entario. M ientras los pudientes pasearán su privilegiada situa­
ción económica por las costas del Este, los trabajadores no ten ­
d rán ni siquiera el pan p ara llevar a sus hogares. No es ésto sen­
siblería. Siempre h a ocurrido así en Punta del Este. La llegada def..
turismo, la afluencia de bañistas, significa para los obreros que en
to d a esa zona trabajaron durante el año, su privación de trabajo-
Q uedan sin él, h a s ta que comienza la estación invernal en la que
recién se d á principio a las nuevas construcciones que vuelven a _
ocuparlos. Eso no puede continuar así, repito. Es un régimen de
trabajo desquiciador que es preciso encausar reglam entándolo. Se
tr a ta de centenares de obreros que representan miles de personas­
e n el desam paro por falta de una política adecuada, o de una re­
glam entación que permita al obrero de la construcción tener per­
m anentem ente su trabajo normal asegurado, sin recargos V’ sin la­
gunas.
Ese trabajo se lo conquista el obrero por su sola acción. Lo me­
nos qué debe hacer el Estado es velar para reglamentario en forma'
d e que se desarrolle normalmente, y de que, si es posible, no le faite­
a n ningún momento del año.
Pafa resolver el problema en esta ocasión, habría que .dar rá­
p id a sanción al proyecto de ley, que me ocupa. Las obras a rea­
lizar comenzarían, entre una y otra cosa, a mediados de diciembre.-
Se haría por este año, sólo ia pista para vehículos, y durante
e l verano se trabajaría, para no m olestar al turismo, en las otras dos
pistas.
Para otro año habría que pensar en reglamentar las construc­
ciones fijando por ejemplo plazos de iniciación de las mismas y
otras cosas por el estilo para que el personal de la construcción
no se sienta desam parado y sin trabajo durante los meses de pla­
yas. Esa reglam entación puede, en gran parte, dictarla la inten­
dencia de Maldonado, a la que sé bien inspirada y activa.
El proyecto, vino primeramente al Senado y pasó después a la:
C ám ara de Diputados. Hace alrededor de un mes que está en esa-
ra m a del Cuerpo Legislativo y tno sé, no obstante la urgencia del
mismo, que se hay a tomado todavía medidas para su pronto des­
pacho.
Yo rogaría a la Presidencia, que se sirviera interesarse ante la.
C ám ara de Diputados, para que ese proyecto tuviera el más rápido
-andam iento posible, a fin de que antes de entrar en receso el Par­
lam ento, s.e pueda considerar por aquél y por este Cuerpo.
Era lo que deseaba expresar.
FREN TE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO

Señor Presidente: ¿El señor Senador d esea que pase la versión,


taquigráfica de sus p alab ras a la C ám ara de Diputados?
Señor Breña: Sí, Señor Presidente. Hago moción en ese sentido.
(Apoyado).
Señor Presidente: Se vá a votar la moción del señor S enador
Breña.
(Se vota: Aíirmativa).
O tro discurso del Senador Breña sobre otro Camino de Punta del Este
Otro camino necesario, fué de inm ediato herm oseado, a raíz d e
u n llam ado de atención nuestro.
En el Senado de 1946, al ocuparnos de otras obras públicas d e i
D epartam ento de M aldonado, dijimos:
"El tercer punto a que quería referirme se relaciona con la: am ­
pliación del camino carretero que une a la localidad de Punta d el
Este con el famoso paseo turístico conocido por Bosque M unicipal
y denominado Parque Estanislao González.
Ya el año pasado tuve ocasión de referirme a un proyecto d a
la Intendencia de M aldonado que me pareció venía m uy bien es­
tudiado y financiado, p a ra lograr que ese trozo que hoy resultar
•casi intransitable, tuviera pistas de ciclistas, de jinetes, y enjardina­
dos, facilitando así el trófico y el tránsito.
Señor Baille Pacheco: Ese camino h a sido arreglado.
Señor Breña: El camino h a sido arreglado n a d a m ás que en lo
•que se relaciona con el pavim ento primitivo, pero no h a sido en san ­
chado, ni h a sido realizado el proyecto de enjardinado y de pistas,
■que presentó la Intendencia de M aldonado. El proyecto e stá en Icr
C ám ara de Representantes: la financiación me pareció, entonces»
que era de facilísima realización.
La financiación que se dió a los otros caminos que se constru­
yeron por entre los arenales, dió un resultado ta l que en vez d© los
veinte años que se h ab ía previsto p a ra la recuperación del c a ­
pital y los intereses que su construcción dem andó, hoy, transcu­
rridos apenas seis años y a casi e stá el capital amortizado. Eso m e
permite pensar, tam bién, que esa financiación propuesta p a ra es­
ta ampliación o mejoram iento de ese trozo de verdadera im portan­
c ia que existe entre Punta del Este y el Bosque Municipal, será;
también bien realizada, y amortizado el capital que en ella se em ­
pleará, en muy pocos años. Como es un asunto que tam bién se re­
laciona con el Ministerio de O bras Públicas, ruego al señor Minis­
tro de O bras Públicas tenga en cuenta mis palabras".
70 AVELINO C. BREÑA

MALDONADO Y SU RAMBLA COSTERA


En el arreglo de la Ram bla Costera, tiene ‘el Comité un motivo
de gestión rápida y eficaz. Se v a a hormigonar, sin necesidad, el
tram o primitivo de la Rambla. Y como es, más angosto que el nue­
vo, quedará un adefesio. Sin em bargo se ha dejado de lado no obs­
ta n te nuestra propaganda realizada en el diario Punía del Este, ei
arreglo de muretes, veredas y cordones en esa Rambla. El Comité
debiera interesarse por la suspensión del cambio de afirmado y por
la rápida construcción de las aceras a uno y otro lado de am bas
Ram blas, de los cordones pertinentes y de los muros. Se ofrecería,,
con ello, al Bicentenario, un a obra magnífica
En marzo de 1946 nos referimos a ella desde el Senado. Enton­
ces dijimos:
"Deseo referirme por separado a tres asuntos que se relacionan
con el Ministerio de O bras Públicas, y como se encuentra presenté
el señor Ministro del ramo, me voy a permitir solicitarle quiera con­
sagrarle la mayor atención posible. Uno de ellos se relaciona con
el trozo de carretera, que existe entre la playa Las Delicias y Punta
del Este. Por -ley del 24 de diciembre de 1944, se resolvió am pliar
y ensanchar ese trozo de camino, porque las necesidades turísticas
lo exigían y porque en dicho trozo se originaron más de una vez si­
tuaciones difíciles por el intenso tránsito y el intenso tráfico que
por allí se realiza. Por e sa ley se destinó la cantidad de $ 200.000
p a ra ensanche y enjardinado, para pistas p ara ciclistas y para ji­
netes, etc., pero al realizarse los estudios y al pensarse en la ini­
ciación de los trabajos, las autoridades del ramo se dieron cuenta
de que la cantidad votada, y aún acrecida de pesos 50.000 de im­
previstos, no alcanzaba p ara ia totalidad de las obras y entonces
se resolvió construir trozos de m ás o menos las tres cuartas partes
de los que se habían tenido en cuenta én el primer momento. Eso
tiene el inconveniente de que seguram ente no se va a realizar el
trozo definitivo por mucho tiempo, causándole a playas im portantes
de Maldonado ingentes perjuicios. La playa de Las Delicias, que es
un a de las más hermosas de la zona Este del Departamento, se ha
visto privada desde hace muchos años del concurso del Estado para
que ella alcanzara el éxito y el perfeccionamiento que su bondad
exigiría. Si este trozo de ensanche de carretera se va a limitar has­
t a una de las diagonales que unen a Maldonado con la carretera
i que va a Punta del Este, el resto difícilmente se va a realizar. En
el vecindario de Maldonado y en el de Punta del Este existe una
^verdadera preocupación por ese pequeña trozo que tal vez será de
-<los kilómetros que quedaría sin ensanche y que se podría pavi­
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 71

m entar con una cantidad que no alcanzaría en ningún caso a los


$ 100.000, según los datos que se me h a proporcionado, can tid ad
exigua que bien vale la p en a que el Estado la ten g a en cu en ta p a ra
cuando se trate el presupuesto, o por medio de u n a ley especial,
que aporte esos recursos a fin de que la obra se realice en su to ­
talidad.
Deseo que la versión taquigráfica de mis p alabras pase al se­
ñor Ministro de O bras Públicas y le ruego a este Secretario de Es­
tad o que le consagre la consideración debida."
EL MUELLE DE LAS DELICIAS
Otra obra que M aldonado reclam a —y que h a s ta tiene vincula­
ción con su historia—, es el arreglo defintiivo del Muelle de Las De­
licias. Es el que q ueda de la m edia docena que an tes hubo; es uno
de los pocos motivos de turismo de todas las estaciones, que tiene
e intenta fomentar M aldonado; y es u n a obra a la que y a el Minis­
terio de O bras Públicas, a nuestro pedido desde el Senado y la Pren
sa, le consagró su concurso". — -
En 1946 volvimos a referirnos a él e n ^ l Senado. Dijimos entonces:
"En esa p lay a de Las Delicias h ay un muelle que fué construi­
do por un particular de gran em presa, el señor losé Cavallo. Ese
muelle que e stá frente al m ar abierto, varias veces h a sido destrui­
do parcialm ente por las tem pestades oceánicas. En vida del señor
Cavallo, cuando él tenía allí su gran Molino, la reconstrucción se
hizo por él mismo, con sus recursos; y en m ás de un a ocasión tam ­
bién se efectuó con recursos que nosotros proporcionamos. Ultima­
m ente el Estado realizó cón ese muelle obras de m ucha im portan­
cia, pero no fueron efectuadas con el criterio que la posición del
mismo frente al mar abierto habría exigido en los técnicos; ej_ma-
deram en, en lugar de colocarse enfrentando las olas, se colocó
en sentido inverso, y eso facilitó el trabajó de destrucción. Ese m ue­
lle, hace algunos meses, fué destruido en una parte importante. No
sé a cuanto puede ascender la reconstrucción, pero creo que no se­
ría nunca un a cantidad que excediera de dos o tres mil pesos, su­
m a exigua si se tiene en cuenta que éste es un muelle de interés
p ara los turistas y adem ás ,de interés y de vida p ara unct can tid ad
de pescadores que hacen del mismo el lugar de su em presa. Es tan
visitado y solicitado este muelle por los turistas, que diariam ente,
desde Punta del Este van a pescar gran can tid ad de personas ,y
sem analm ente van expresam ente de Montevideo, a efectuar allí sus
reuniones y sus trabajos de pesca, decenas de turistas.
Yo le ruego al señor Ministro de O bras Públicas, que sé que
72 AVELINO C. BREÑA

y a se h a interesado por la reconstrucción, que tenga en cuenta mis


p alab ras que son no solam ente las de un Senador e hijo de Mal-
donado, sino tam bién en este caso, la expresión, el pensar y el sen­
tir de toda la población de la ciudad de Maldonado.
Con las obras realizadas por los Técnicos del Estado, se resolvió
jpor fin y en definitiva! el problema de la estabilidad del Muelle
a ú n frente a los m ayores temporales. Lo que hay que hacer, ahora,
e s concluirlo; vale decir; encabezarlo —obra de muy poco costo—
arrancar los peligrosos parales de hierro, sueltos que quedaron allí
por obra de la destrucción de los temporales de p asad as épocas
—también obra de escaso costo—; colocarle la escalera de la pun­
t a del Muelle que hace muchos años un tem poral se llevó— que
debe estar cerca—; y la escalera de subida al Muelle, y por último
ponerle las Barandas que faltan.
Esa es obra que el Comité —con s,u autoridad—, debe em pe­
ñarse p a ra que se haga, de inmediato. Es obra que llam ará la a te n ­
ción; que M aldonado necesita; que costará poco, y que puede ter­
m inarse para las fiestas del Bicentenario.
MALDONADO Y EL MUSEO VOLANTE
Sería una obra digna del Bicentenario.
En 1946, presentamos en el Senado el siguiente Proyecto.que
tornamos del Diario de Sesiones. Dice así:
"El referido señor Senador, presenta con exposición de motivos
un proyecto de ley, por el que se crea el Instituto del Museo Volan­
te sobre medios de transporte propio, dstinado a recorrer constante
y perm anentem ente el país, en función de una ensenanza objetiva.
A la Comisión de Instrucción Pública.
El Proyecto y exposición de motivos son los siguientes: PRO­
YECTO DE LEY:
Artículo 1° — El Ministerio de Instrucción Pública organizará
sobre medios de transporte automotrices, propios, una muestra de
"Museo V olante”, destinada a ser exhibida en todos los núcleos de
población esparcidos en la República.
Ari. 2° — El "Museo Volante" constará de varias salas, todas
ellas orientadas más que a hacer conocer valores artísticos, cien­
tíficos o literarios, a desarrollar el espíritu 'de trabajo .en el hombre
y la mujer campesinos, haciéndolos, más interesados en su labor
diaria y más hacendosos; a elevar su nivel profesional, cultural y
social; a facilitarles medios y formas de aprendizaje diario; a des­
pertar vocaciones, aptitudes, voluntad de perfeccionamiento en sí
mismos y en lo que realizan, etc.
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 73

Art. 39 — Como expresión del contenido del artículo anterior,


el "Museo V olante" llevará perm anentem ente en sus recorridos, un
cuerpo de profesionales especializados en las industrias agropecua­
rias, y en aquellas m anufactureras que sea conveniente fom entar
-en la cam paña. E nseñarán a construir sus viviendas, de piedra o
d e ladrillo, con techo de paja, pisos de portland, ds colores, m ade­
ras de eucalito o de montes naturales, pozo suficiente de a g u a po­
ta b le junto a la cocina o dentro de ella, jardines, huertas, galpones,
m uebles toscos, ropas, piezas de m ontar, cam as, colchones, cubre­
cam as, alfombras, vasijas de arcilla cocida y de lata, hilados de
lan a y algodón, trabajos con esos hilados, diversificación - y pre­
p arad o s de alimentos, etc., etc.
Árt. 4° — El "Museo Volante" se detendrá en los centros po­
b lad o s de las zonas rurales, todo el tiempo que considere conve­
niente, y anunciará, con la debida antelación, su visita a aquellos
lugares en los que los pobladores no estén agrupados en pueblos,
perm aneciendo también allí, el tiempo que considere necesario
para la efectivización de su magisterio, social.
Art. 59 — El Ministerio de Instrucción Pública constituirá con
les inspectores de Escuela y los Profesores de Escuela, jubilados,
que deseen prestar su concurso a esta cruzada social del "M useo
V olante", un Centro de Cultura Agraria, destinado a orientar y a
asesorar cuanto con el "Museo V olante" se relacione.
Art. 69 — Destínase a la organización del "Museo Volante", y
•a su perm anente financiación y funcionamiento, un fondo de un
.millón de pesos, que se formará así:
A) Una contribución del Banco de Seguros del
ÍEstado, por una sola vez de 200.000pesos ................ $ 200.000
B) Una idem delBco. de la Repúb., de ................ " 200.000
C) " " A.N.C.A.P., de .......................... " 200.000
D) " " ' Banco Hipotecario .................... '' 200.000
E) " " " Frigorífico Mac., de ................... " 50.000
• •E) " " de la Municip. de Montevideo .. " 50.000
G) " " " las Municipalidades de los li­
torales e interior, en conjunto, de '' 100.000

$ 1 . 000.000
Art. — El Museo Volante" proporcionará a quienes lo so­
liciten, a precio de costo que procurará por todos los medios se a
el más bajo posible, todos aquellos útiles, herram ientas, semillas.
74 AVELINO C. BREÑA

p lan tas y dem ás cosas que sean necesarios p ara cualquier perfec­
cionamiento industrial que el modesto poblador del campo desee
im plantar.
Y prestigiará an te las instituciones de crédito del país, la con­
cesión de créditos a aquellas personas que deseando establecer
alguna industria m anufacturera, cultivo no común, etc., h a y a de­
m ostrado condiciones p ara su implantación.
Art. 8° — El Poder Ejecutivo reglam entará la presente ley.
Montevideo, octubre 10 de 1946. Avelino C. Breña”.
EXPOSICION DE MOTIVOS: Este proyecto no necesita mucha
fundamentación: se fundam enta sólo.
La población de las ciudades de los litorales, y de un modo es­
pecial, la de las zonas rurales, necesita .que el Estado realice, cuan­
to antes, dos obras fundam entales: le eleve su nivel cultural, ge­
neral, y le proporcione trabajo estimulador.
Esa población que h a sta hoy h a vivido vegetando, y a no quie­
re continuar así, se siente fracasada, entorpecida, decepcionada,
sin voluntad, sin horizontes, sin energías.
Consecuencia de eso es ese fantástico fenómeno de una cen­
tralización en nuestra capital, que h a hecho de ésta un ejemplo úni­
co de macrocéfalismo excepcionql.
Más trabajo y trabajo alentador. Nuestra juventud, tanto de
las poblaciones como de las zonas rurales, cuando ha ido a la es­
cuela y ha cursado todos sus estudies, sale con aspiraciones que en
el medio en que actú a no puede realizar, y a jorque le es hostil Jya
porque no tiene medios, ni orientadores.
Este proyecto le dá todo eso. D espertará en todos, hombres y
mujeres, jóvenes y viejos, patronos y empleados, un ansia de su­
peración, de ser y de hacer algo más, de mejorar su vida, de pro­
ducir más y con medios más perfectos, de ensayar vuelos en el
trabajo y en la producción, de diversificar ésta, etc., etc.
Cuando un profesor enseñe a hacer un lazo, una carona, un co­
jinillo, un par de riendas, herramientas, útiles de trabajo, ladrillos,
piezas de arcilla y de la ta con simples recipientes, muebles con
m aderas de montes, cojinillos con simples cueros de consumo o
de epidemia, hilados con las lanas de los cueros de consumo o de
epidemia —por la que al productor no se le pag a nada o casi nada—;
ponchos' y cobertores con esos hilados caseros, colchas con pieles
de animales silvestres; etc., etc., todos los espectadores saldrán en­
sayando algo; y si ese profesor, en lecciones sucesivas se apresta
a continuar la enseñanza a aquellos que se anoten para un curso
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 75

de tres, cuatro o cinco días, los resultados tendrán que 3er indu­
dablemente apreciables.
Hay que partir del punto de vista de que en el cam po se h ace
poco y se tra b a ja mal, porque nadie se h a ocupado de u na efectiva
enseñanza, propia de ese medio.
El "Museo V olante'', m ientras no se enfrente al problem a de la
enseñanza industrial en las escuelas (o mientras no se h a g a efec­
tivo), y aún después ae ello, llenará un vacío cuya existencia todos
reconocemos.
Ya es extraordinario lo que se h a venido logrando con esos
"Museos V olantes" sobre vías férreas, que concibió y realizó el alto
espíritu intelectual del Ingeniero O tam endi, aunque y a en 1874 fué
idea de los hombres de entonces.
El recuerdo de esas exposiciones, perm anece vivo en todos
aquellos que a ellas asistieron.
Pero eso no basta. Eso b a sta rá p a ra las poblaciones a las que
llega el ferrocarril.
Pero h ay que hacer algo por aquellas, otras pequeñas y humil­
des, distribuidas a lo lejos de las líneas ferrocarrileras y p a ra los
dispersos pobladores de las zonas rurales que son, tal vez, los m ás
necesitados de sugerencias de producción, p a ra la explotación de
sus propios establecimientos.
Si e stá suficientem ente constatado el fenómeno, a) de la dis­
minución del número de los establecim ientos rurales y b) de la dis­
minución alarm ante de la producción rural, h ay que procurar por
todos los medios, darle a la población cam pesina lo que ella nece­
sita p ara que se sienta cóm oda en el medio hostil en qus actúa.
Uno de esos medios lo proporcionará la acción orientadora y
tenaz de estos "Museos Volantes'' en los que yo tdnto creo y de
los que mucho espero.
Y es ta n simpático, p ara todos, que su financiación proyecta­
da tengo la certeza de que no será resistida.
Montevideo, octubre 10 de 1946. Avelino C. Breña".
NUEVAMENTE SOBRE LA FORMA DE ACTUAR DEL COMITE
lam bién en nuestras dos p asad as radioconversaciones, nos re­
ferimos a la obra actu an te o visible, del Comité del Bicentenario,
y dijimos y repetimos allí, que no obstante la solvencia moral de
sus componentes, continúa sin exteriorizarse ni en la Radio, ni en la
Prensa, ni en la Tribuna, ni en los Salones. En éstos, lo que se oye
ct menudo, por Miembros de ella y por personas extrañas a ella,
AVELINO BREÑA

es que no se mueve, que no logra reunirse, que no hace nada. Y


■aún más: que existe en ella un espíritu de decepción, de inconfor­
midad, de desaliento, de reconvención y de am argura, que sobre­
pasa. todo comentario. Dicen que se dice que nadie colabora, que n a ­
die ayuda, que nadie se preocupa y que a M aldonado h ay que dar­
l e . . . .no sé qué, en vez de Fiestas conmemorativas.
Aún cuando el concepto parece muy exagerado, en verdad ni
la Autoridad comunal —en este caso el Concejo Departam ental y
l a Junta, por que ambos tienen la obligación de actu ar a e sta al­
tu ra del año—; ni la propia Comisión, han encarado la celebra­
ción del Bicentenario con la atención y la decisión que el caso re­
quiere. Si en realidad la Comisión se sintiera fracasada e impo­
tente p ara llevar adelante su obra, entonces no le quedaría sino,
rápidam ente, un camino: el de presentar renuncia colectiva, o des­
integrarse, con renuncias particulares, fundando una, o las otras,
enérgicam ente, paira salvarr esponsabilidades. Pero eso hay que
hacerlo, sin dolor y sin pena. Hay que hacerlo sin excitacio­
nes, de inmediajto, para así dejar en libertad de acción al ejecu­
tivo municipal sobre el cual debe actuar y a rápidam ente y sin con­
tem placiones, el cuerpo deliberativo municipal, principal .y sin d u d a
único gran responsable de la m ala conducción conque, sea por lo
que fuere, están siendo llevados los trabajos de la celebración del
Bicentenario. La Municipalidad, así; se vería enfrentada a una res­
ponsabilidad inmensa, de esas que recoge la Historia para proyec­
tarla como signo de incapacidad y de impotencia, ante las futuras
generaciones. Y no es que seamos ni pesimistas ni escépticos. *
Nos sentimos muy Jejos de ser demoledores: no e^tá eso ni en
nuestro espíritu, ni en nuestra acción. Si alguna divisa simple nos pu­
diera corresponder, sería "¡Arriba! ¡Adelante!". Creemos en el ser
humano, hombre o mujer, como expresión de una economía divina
en la que está, en ia que debe estar, el progreso, el engrandeci­
miento, la victoria. Y por eso estam os lejos, en estos y otros co­
mentarios, periodísticos y radiales sobre Maldonado y sus cosas, de
.revivir y representar aquel espíritu de la tradición romana, incle­
m ente y sanguinario o incomprensivo y arrebatador, que Julio Ce­
sa y Catón diversifican: el uno cuando busca ia paz en la cle­
mencia y en la dulzura, y el otro cuando no concediendo en nin­
gún terreno nada, crea una doctrina inflexible y fría que le h ará
preferir el suicidio a la compasión del vencedor. Nosotros quere­
mos que se hag a algo, que sq luche por algo, que se obtenga algo.
Hermanos, decía San Agustín Clemente, con arrebatos que pare-
frente A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 77

cían de San Pablo: com batam os, sabiendo que la batalla es inmi­
nente y que la victoria es nuestra.
Queremc* p ara el Comité, y p a ra cad a uno de sus Miembros,,
sean los actúales o los venideros, esa m anera de actu ar o de h a ­
cer una redlización, a que se refiere Littré hablando de la obra de
arte, o del arte mismo, que es una forma de expresión; o e sa rea­
lización del ideal, o e sa practicidad de lo teórico, o e sa habilidad,
de lo práctico, que nos a b a ja de n u estra incomprensión y de nues­
tro orgullo y nos hace actuar realizando el aforismo de que quien
no avanza retrocede, o el de que si no se in te n ta vencer, se está
vencido. Somos como Rodó, enam orados de la acción y del porve­
nir, pero de esos enam orados que. conocen y veneran el p a sa d o
sin desasirse del presente; y que como el autor de Motivos de Pro­
teo tom a hechos y" hombres, orientaciones y teorías, y sin desvir­
tuarlos, les saca lo que tienen de bueno y los proyecta sobre un
porvenir mejor en el que creemos y por el que luchamos. Como
Rodó, pensam os que todo está en nosotros, y que ninguno de nos­
otros, en ningún caso, ag o tará el pozo del alm a constantem ente lleno
y abierto a las perspectivas de un infinito ca d a día mayor. ¿Por­
qué por lo tanto, entregarnos ante los primeros obstáculos, a n te
los primeros fracasos? Hércules llam aba trabajos a sus hazañas,,
y todos los días procuraba, aún en las derrotas, realizar nuevos.
¿Cómo pues, dentro y fuera del Comité, esperar que se nos dé todo,
y gritar, como se grita dentro de él, que de M aldonado no se
puede esperar n ad a p ara realizar el milagro de la conm em ora­
ción? Para la Comisión, frente a la Comisión, recogem os esta gran
inquietud y adoctrinam os esta gran esperanza: perseverar, actuar,
organizar, reconstruir, luchar, vencer
Hay, como lo dice el poeta, un vestigio de ensueño, un atisbo'
de pensam iento, un principio de acción y una seguridad de triun­
fo, en cad a esfuerzo de la voluntad dirigido hacia la consecución
del ideal. Esa energía que todos llevamos dentro de nosotros mis­
mos y que en el espíritu de Ariel fecunda cuanto toca, desarrolla,
como quiere Rodó, la plenitud de nuestro ser y nos proyecta, co­
mo un haz de luz que todo lo aclara y lo ilumina, sobre el pano­
ram a con que soñamos y al que aspiramos. Pensam iento en ac­
ción, es frecuentemente ideal realizado, h a dicho alguien. M eta ra ­
cional a que aspira una voluntad realizadora, es m e ta alcanzada,
debe haberlo dicho otro. ¿Por qué, pues, Elbio Rivero, Juan Serra:
Tur, Fray A gatángel, y tantos otros espíritus superiores de la Co­
misión del Bicentenario, se h an de entregar en las primeras, y h an
de producirnos u na decepción que significa, al mismo tiempo, para
ellos una derrota?
LA MAS EFECTIVA FORMA DE CONMEMORACION BICENTENARU^
Y ahora, volviendo del pensam iento a los hechos, un concepto
que y a nosotros enunciam os en la primera y segunda radioconver-
sación: En el. Bicentenario hay une conmemoración, vale decir: una
recordación. Pero como el hecho es de tanto relumbrón y de tan-
com entada exaltación, tiene, o debe tener, una especial trascenden­
cia. Hay, pues, que aprovecharla, para sacarle a Pueblo, Autori­
dad Comunal, Gobierno Nacional y Parlamento, las obras que Mal-
donado necesita y reclam a desde hace años, para que de una vez
—y siquiera en ésto—, deje de ser la "salva paupertas", la pobreza
cruel, de que nos h abla Fabricio; y de la histórica Capital, no siem­
pre bien comprendida por los de arriba ni siempre bien presentada
por los de abajo, se pueda decir lo_que dijo A llarragarray de Pelle-
grini, repitiendo la frase de Enrique de Valois: "No creíahios que
fuera tan grande!
MALDONADO Y EL MONUMENTO A LOS CHARRUAS
La raza extinguida pero no domeñada; la que pisó primero que
ninguna otra, estas costas; o ia que en ella se formó por parejas
escapadas de otras tribus que bien pudieron ser los Pre Incas o
los Pre Mayas, debe ser recordada de un modo particular entre nos­
otros, como ya lo h a sido en otras partes, con un Monumento que
la presente a las generaciones actuales y futuras, tal como vivió
en nuestras Playas y en nuestros Bosques, y tal como la tenemos
plasm ada en nuestra Historia y en nuestra Epopeya Indígena por
el verbo inflamado del máximo Poeta uruguayo, Juan Zorrilla de
San Martín.
OTROS MONUMENTOS
Tenemos que levantar un Monumento a Díaz de Solís, el Descu­
bridor vdel Río de la Plata, y el primer hombre Blanco que posó aquí
sus plantas. Debimos haberlo hecho para el Bicentenario tendiéndo­
nos en línea de b atalla hasta conseguirlo. Eso debió haberse hecho
antes, aunque puede hacerse ahora o después. También reclaman su
Monumento José Joaquín de Viana, el fundador, y Enrique G. Bur­
nett, el arboricultor, los tres en nuestra Ciudad; Agustín Abreu y
sus bravos capitanes José Martínez y José Moreno, en los alrededo­
res de San Carlos, donde cayeron los dos primeros, asumiendo el
m ando el tercero, para no dejar caer indefensa a la Villa, en la ba­
FRENTE A L B IC E N T E N A B IO DE M ALDONADO 7Í>

ta lla que Españoles, Carolinos y M aldonadenses libraron en 1806,


cuando invadieron los Ingleses de Pophan, y después de apoderar­
se de M aldonado m archaron sobre San Carlos; y el Pbro. Amone­
do, que fué el coloso de su tiempo y la encarnación del espíritu
autonómico de su tiempo h asta hoy conservado y laten te entre
los Carolinos; Francisco Piria, en Piriápolis y Antonio Lussich, en
P unta Ballena; Mariano Soler en San Carlos y Pedro Podestá en
M aldonado.
CANCHAS DE DEPORTES. CAMPOS DE AVIACION Y CENTROS

HIPICOS
Todo eso lo tenemos en am bas ciudades: la fernandina y la ca ­
rlina; y en las que están por ser ciudades: P unta del Este, Pan de
Azúcar y Pirápolis. Y lo que aún no h a cobrad»? cuerpo definitivo,
está por cobrarlo: el Centro Hípico, por ejemplo. Hay que ir a él
perqué se quiera o no, es u na institución reclam ada por el Turis­
mo nacional e internacional que lo complace y significa progreso.
Las C anchas de Deportes y los Campos de Aviación, tienen y a prin­
cipio de realización en todos los centros rurales. A lgunas y a son
entidades formidables, que nos honran. Otros e stán luchando por
imponerse.
TEATROS CUBIERTOS Y TEATROS AL AIRE LIBRE
Ya tenemos los primeros. El Teatro Progreso, de San Carlos,
es un obra magnífica que honra a los Carolinos. F alta el de Mal-
donado reem plazado por salones de Clubes, que no son ni suficien
ternente grandes ni suficientemente cómodos p ara ta l destino. H ay
que hacerlo. ¿Cómo? Como se hacen todas las obras, com enzán­
dolas y luego poniéndoles el hombro; como e s tá haciendo, desde
hace años, el regio Club Deportivo de' M aldonado, y a en conclu­
sión, y como h a comenzado a hacerlo el no menos im portante Club
Urú.
RECONSTRUCCIONES QUE DEBEN EFECTUARSE EN LOS
MONUMENTOS HISTORICOS DE MALDONADO
Como toda conmemoración involucra una reconstrucción, sea
mental o material, en ésta del Bicentenario hay que efectuar re­
construcciones de construcciones históricas: Reconstrucción del
Cuartel de Blandengues, o de Dragones, y de las Baterías de la
Guerra Grande; Reconstrucción de las Baterías Españolas de toda
la costa de la Bahía, desde P unta del Este a P unta Ballena, y de
las de la Isla Gorriti, p a ra lo cual el Comité debe procurar que se-
h a g a efectivo el decreto que m anda devolver los Cañones indebi­
ro AVELINO C. BREÑA

dam ente trasladados a la Fortaleza de S an ta Teresa, en la que es­


tá n sobrando muchos de ellos; Restauración de los Templos de las*
cudades de M aldonado y San Carlos; erección de monolitos, o lo
q u e fuere, en los lugares donde fué la B atalla de San Carlos con­
tr a las tropas inversoras inglesas, y donde cayeron los valientes
Jefes de la resistencia, C apitanes Abreu y Morán; creación del Mu­
seo Marítimo en la casa de don Enrique G. Burnett; oficialización
de los Museos Mazzoni y Seijo, en los lugares en que actualmente
existen, previa adquisición, en uno y otro caso, de los respectivos
inmuebles; apertura de los subterráneos de las calles 25 d© M ayo
y 18 de Julio, correspondientes al Cuartel de Blandengues; coloca-
cón de Placas de bronce llam ativas, en todos los lugares históri­
cos, o panorámicos, o por alguna particularidad, monumentales;
denominación de las calles y lugares de la Ciudad de M aldonado
y sus alrededores, >a ju sta d a a los acontecimientos históricos, o a
la destacad a personalidad de ilustres maldonadenses; Reconduc­
ción o Restauración de la Cachim ba— o Pozo del Rey como primi­
tivamente se le llamó—; este Pozo o Cachimba o m anantial, es otro-
de los Monumentos D epartam entales, específicamente fernandinos,
que debe merecer la atención del Comité. Desde el Diario "Punta
del Este", y a más de una vez nos referimos a ella. Está en un es­
tado de abandono impresionante, pero es de fácil restauración. Y"
^hay que restaurarla. A ella s© ha venido asom ando el Maldonado de
dos siglos de existencia, y en eila el Bicentenario debe ver a uno
de los Monumentos más típicos de nuestra Historia
LA PROTECCION NACIONAL O LEGAL DE NUESTROS
MONUMENTOS
En nuestras obras El Código de lo Monumenicd. y Justificación
y Comentarios del Código de lo Monumental, consagramos a este
tópico cuanto el mundo está reclam ando desde hace más de me- •
dio siglo a los turistas, para preservar lo monumental, y defini­
mos qué es lo que debe entenderse por este calificativo, y qué
cosas comprende. Desde luego comprende todos los edificios his­
tóricos.
Aquí sólo intreesa expresar que el Comité debe apresurarse a'
obtener del Parlamento una ley que declare bienes privados pro­
tegidos por el Estado, todos los que tengan carácter museístico e
histórico, existentes en el Departam ento de Maldonado, o fuera de
él en poder de particulares, siempre que se refieran a cosas del
"mismo o hayan sido substraídos de él.
Hay que salvar algunas construcciones que nos quedan y h a y
FRENTE A L B IC E N T E N A R IO DE M ALDONADO 81

que inventariar todo lo de valor histórico que existe dentro y fuera


del Departamento, pertenciente a él. Mazzoni — ¡cuándo no d eb ía
ser él!—, h a venido luchando como un león, desde hace decenas
de años, p ara ubicar, restaurar, inventariar, etc., lo que se sabe
donde e stá y en poder de quien existen tan to s recuerdos del Mal-
donado antiguo. Claro e stá que el eminente Profesor, con sólo e sa
preocupación llevada constantem ente al libro, h a afirmado esos re­
cuerdos en poder de quienes los poseen, y en cierto sentido los h a
inmovilizado. Pero eso, con ser mucho, no b asta. H ay que inven­
tariarlos, ponerlos bajo la tutela del Legislador, y vigilarlos. Esa
es un a de las cosas que, de inm ediato, debe hacer el Comité.
LA GRAN USINA DE AGUA POTABLE Y DE REGADIO DEL LAGO
DEL SAUCE. SOBRE EL LOMO DE LA SIERRA DE LA BALLENA
Y un tercer Proyecto —del centenar de Proyectos que presen­
tam os al Cuerpo durante los cuatro años de actuación que tuvii
mos en el Senado—, sobre provisión de a g u a potable y de reg a­
dío, continúa inadvertido. Se tr a ta del establecm iento de u n a Usi­
n a de A gua en la cima de la Sierra de la Ballena, que extraiga del
Lago del Sauce el precioso líquido p ara beber y p a ra regar, y por
Cañerías que pueden ser construidas en el mismo M aldonado, coni
sus materiales, a bajo costo, llevarlo a todos los Balnearios de Mal-
donado, incluso a las Ciudades fernandina, Carolina, pandeazuque-
ñ a y puntaesteña.
Dicho Proyecto dice así:
USINA DE AGUAS EN LA BALLENA
Artículo 1? — El Poder Ejecutivo, por medio de sus Oficinas téc­
nicas, realizará, de inm ediato, los estudios pertinentes p a ra in sta ­
lar en la cumbre m ás apropiada de la Sierra de la Ballena, Depar­
tam ento de M aldonado, u na USINA DE AGUAS a tom arse de la
Laguna del Sauce, que su rta de ellas a M aldonado, P unta del Es­
te y sus playas, Barra, M anantiales, San Carlos, Pan de Azúcar, Pi-
riápolis y sus playas circunvecinas, Portezuelo y P unta Ballena.
/ Art. 2° Efectuados los estudios, el Poder Ejecutivo proyec­
tará la réalzación de esa obra y su financiación.
Art. 3? — En los estudios a realizarse, las oficinas técnicas de
la referencia se expedirán acerca de la posibilidad de utilizar las
aguas de dicha ag u n a p a ra el riego de las regiones por donde p a ­
sen las cañerías de distribución.
M aldonado, febrero 5 de 1956. ‘ Avelino C. Breña"
AVELINO C. BREÑA

EXPOSICION DE MOTIVOS
El problem a del abastecm iento de ag u a a las Playas del Este
tPiriápolis, Portezuelo, Maldonado, Punta del Este, San Rafael, Pla­
cer, Barra y M anantiales), así como a las poblaciones de Pan de
Azúcar, San Carlos y M aldonado, no e stá resuelto. Desde hace
años se viene perfeccionándolo pero no se concluye de resolverlo.
Y no se resolverá mientras no se dé don la fuente de extracción que
se a inagotable. El sistem a de pozos sem isurgentes que en todos
esos puntos se h a venido construyendo, no resuelve, en general,
el problema. El de Punta del Este no bastó. Hubo que unir los ra ­
m ales de distribución, con el de M aldonado. El resultado fué am ­
pliar enorm em ente la producción de ag u a que durante dos años
surtió suficientem ente a las dos localidades. Pero y a este año se
empezó a sentir la escasez del agua. La gran afluencia de turistas
este año a dichas playas y las ciento cincuenta nuevas edificacio­
nes que en ellas se construyó el pasado año, aum entaron en tal
forma el consumo, que éste y a hace pensar en que la producción
de ag u a en un par de años más, será totalm ente insuficiente.
A prever esa desagradable y perjudicial contingencia —ta n to
p a ra nuestra población como p ara nuestro prestigio turístico en el
exterior—, tiende el proyecto que me ocupa. Hay que darle a to­
d a s nuestras playas, toda el ag u a corriente que necesitan en la
actualidad y la que puedan necesitar en el futuro, que se descuen­
ta realm ente promisor p a ra ellas. Y h ay que resolver ese proble­
m a de u na vez por todas.
Ya hace algunos años, un legislador de los prestigios parla­
mentarios del doctor Aureliano Rodríguez Larreia, presentó un pro­
yecto, con tal fin, que no he logrado localizar en los archivos del
Parlam ento, pero que he de encontrar en breve. Se previa enton­
ces lo que y a preocupa hoy. Preocupa y alarm a, porque si Viniera
un verano largo y caluroso, —que en cualquier año puede llegar­
nos—, seguram ente M aldonado y todas sus playas del Este, van a
carecer de agua. — Maldonado, febrero 5 de 1946. Avelino C. Breña".
CREACION DEL AVIARIO NACIONAL
O tra de las grandes y efectivas realizaciones a que debe abo­
carse, de inmediato, el Comité —y p ara la que sin duda alguna
obtendrá el concurso de los Gobiernos Municipal y Nacional, el de
la Comisión Nacional de Turismo, etc.—, es la creación de un
Aviario en Maldonado, único, en el País, d© gran significación y
trascendencia, obligado número constitutivo o complementario del
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 83

program a turístico de Uruguay, en especial de las costas del Este,


hermoso, llam ativo,' interesante. Ese Aviario y a lo proyectam os
en el Senado de 1946. He aquí el Poryecto presentado entonces:
"Artículo l9 — C réase en la Laguna del Sauce, en la del Dia­
rio y en el Rincón de San Rafael, del departam ento de M aldona­
do, el Aviario Nacional.
El Aviario de la referencia, e stá destinado a contener y fomen­
ta r toda clase de aves, en especial las indígenas.
Art. 29 — A los efectos de e sta ley, declárase de utilidad pú­
blica la adquisición por convenio o por expropiación, de las tierras
<jue circundan las lagunas de la referencia, y el Rincón de San Ra­
fael.
Art. 39 — La adquisición de inm uebles p a ra el Aviario Nacio­
nal, así como su establecim iento y adm inistración se efectuarán
con los recursos provenientes de un impuesto del uno por ciento
sobre el valor de las construcciones de la Zona B alnearia del Este,
y del uno por ciento del valor de enajenación de los inm uebles
existentes en dicha zona. Este impuesto deberá ser de cargo del
vendedor y afectará to d a operación de com praventa realizada a
partir del l 9 de enero de 1946.
Art. 49 — Una Comisión de tres miembros, designada por el
Parlamento, el Poder Ejecutivo y la M unicipalidad de M aldonado;
tendrá a su cargo los cometidos de e s ta ley:
Art. 59 — El Poder Ejecutivo reglam entará la presente ley.
Avelino C. Breña".
EXPOSICION DE MOTIVOS:
Todos los países se vienen preocupando en estos últimos tiem ­
pos de proteger, en sus territorios, fauna y flora) indígenas y de com­
pletarlas con los ejem plares exóticos que pueden ‘ser -aclimatados.
Congresos y conferencias internacionales, desde el de El Cairo, en.
1937 a las de París, en 1934; Sociedad de las Naciones, en 1932; del
C aribe en 1940, y Montevideo en 1953, insisten en que cad a país
se preocupe, de modo especial, de la protección de e sa fauna y
flora. En los volúmenes que estamos dedicando a Comeniarios del
<üódigo de lo Monumental, mostram os cuanto en el mundo se e s tá
haciendo sobre este tópico y cuánto la doctrina .reclam a que se
continúe realizando.
En nuéstro país algo se h a flecho en m ateria de fauna, pero
es poco. Otros países de América, se nos h an adelantado y acen­
tú a n cada día m ás su ritmo.
?4 AVELINO C. BREÑA

Un distinguido naturalista, el Sr. Elias Lamas, mira esta nues­


tr a fauna indígena desde el punto de vista del interés turístico. Y
destaca lo que en Brasil se hace y se h a visto, sobre el particular..
"Quines, dice, visitan la tercera ciudad del Brasil —Porto Ale­
gre—, la populosa capital del próspero Estado "gaucho" de Río
G rande do Sul, no pierden oportunidad de adm irar un bello espec­
táculo en el espacioso y moderno parque Farroupilha. Me refiero
al Aviario Municipal, que reúne un£t buena parte de la extra­
ordinaria avi-fauna acu ática y de ribera del gran país vecino. Allí
en pintoresca promiscuidad viven y procrean como en su propio*
"habitat", hermosos ejem plares de Herodias Egretta (garza blan
ca grande), Egretta Candidísim a (garza blanca chica), Hinsanpo-
tus elanurus (tero real), Butorides Striata Cyanurus (mirasol grande),
Gallinago Paraguia (becacina), Fúlica Lencoptera, (gallineta), Tana-
talus Americanus (juan grande), Sterna Hirundinces (gaviotin), chau­
n a Torquata (chajá), Kechophorus (macá), Aramus Scoiopaceus (ca--
rau), Plegadis G uarauna (bandurria), y otras especies que escapan
a la memoria. Y agrega:
"Como prestándole un adecuado marco, este criadero artificial
de aves acuáticas está situado en las proximidades de la e sta tu a
al gaucho riograndense donada por la colectividad uruguaya co­
mo homenje fraterno, en ocasión dei centenario de la guerra de los
Farrapos. Marginan el criadero descrito los grandes lagos del am ­
plio parque poblado de carpas, peces que sirven de alimento fres­
co a aquellas especies ictiófagas, adem ás de los pescados que
se extraen diariam ente dei estuario del G uayba que circunda la
moderna y progresista capital de Río Grande do Sul. La Munici­
palidad de Porto Alegre vende ejemplares jóvenes a quienes de­
sean adornar sus jardines con estas esbeltas aves ornamentales.
"También he visto anidar y procrear estas variedades de aves .
en la "Villa dos Pássaros", propiedad del destacado ornitólogo Dr_
Raúl Jordán ae M agailaes, en la p laya de Sao Vicente, cercana a
la panorám ica ciudad paulista de Santos. Esto prueba que las
garzas y otras especies silvestres se ad ap tan y reproducen perfec­
tam ente en cautividad, siempre que se les proporcione un ambiente
adecuado a sus costumbres arborícoras. La suntuosa quinta cons­
tituye el lógico orgullo de los santistas y un motivo especial de tu­
rismo. Ella reúne en sus am plias y cómodas instalaciones a una
de la colecciones de pájaros más completas del mundo, donde hay
muchos cientos de ejemplares, no solamente del Brasil, sino de di­
versos países, aún de los más lejanos y exóticos. Colección particu­
l a r que se la quisieran para sí más de un zoológico bien dotado.
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO «5

porque existen en la "Villa dos Pássaros", variedades rarísim as,


m uy difíciles de obtener.
"Otro detalle que nos dem uestra cómo el Brasil se preocupa p o r
divulgar el conocimiento de su estupenda fauna nacional, es el
.siguiente: he encontrado en plena carretera entre las m ontañas del
tram o de Petrópolis a Terezópolis, en el Estado de Río de Janeiro,
enormes jaulones con vistosas colecciones de las m ás bellas varie­
d ad es de aves de ese país y he visto a las especies de rap iñ a y
sariem as cautivas, alim entándose con serpientes y culebras. Eso>
lo hacen p ara el público, p ara que a n te tales dem ostraciones
prácticas, se com penetre de todo el beneficio que prestan a la hum a­
nidad esas especies itiófagas. No se h a podido tornar fotografías que
expongan gráficam ente este esfuerzo de la organización tu rística
brasileña, en cooperación con la Sec. C aca e Pesca, porque en aq u e­
llos días invernales, la esp esa niebla a esa altu ra de 800 a 900 me­
tros, me lo impidió.
"El Gobierno del Brasil, previendo que la colonización trae a p a ­
rejad a la rápida extinción de la fauna indígena, se h a apresurado^
a crear extensas reservas n atu rales p a ra los anim ales silvestres,
con áreas am plísim a en el propio "h ab itat" de las distintas espe­
cies; la única m anera de conservarlas sin degeneraciones a través
del tiempo. Así nacieron: el Parque de Itatáais con 11.943 h ectáreas,
Iguazú con 80.000 hectáreas, Se^ra dos Orgaos con 14.500 hectá'reas,
situado en el marco central del Dedo des Deus en Terezópolis, eL
gran parque nacional Aimoré en la sierra del mismo nombre, el de
Monte Pascoal en Bahía. Y así están surgiendo otros m ás en pre­
paración y estudio.
"Como perdida en los cerros del famoso Triángulo Mineiro, en
el camino entre Cambuquir'a y Pogos de C aldas, encontré u n a pe­
queña población denom inada M achado que constituye °tro modelo
del tem a que nos ocupa; la aplicación de le* fauna como medio d a
a traer y recrear al turista. En una avenida enjardinada h ay insta­
ladas llam ativas pajareras abiertas, en forma de casitas p ara co­
m odidad de las aves silvestres que allí acuden en band ad as,
especialm ente por la m añana y a últim as horas de la tard e q u e
es cuando un em pleado de la M unicipalidad les ’ distribuye ia ali­
mentación a base de granos, en los comedores colocados en dichosr
chalecitos.
"Las sariem as (Cristata-Líneo) aves serranas eximias corredorasr
entre peñas y breñales es una de las m ás ariscas de la fauna am e­
ricana. Sin em bargo en Beapendy, otrora fam osa ciudad del S ur
de Minas Geraes, edificada en un bosque de exquisitas yaboticabas»
AVELINO C. BREÑA

he visto a estas cariám ides ta n dom esticadas que siguen al tra n ­


seúnte y se dejan acariciar cuanto quieran.
"En la plaza principal de la ciudad de Río G rande hay un lago
y u na fuente donde viven en com pleta libertad distintas especies..
"Al igual que en la paradisíaca isla de P aquetá "a ilha dos
am ores" como la denominó el rey Juan VI, situ ad a en la b ahía de
G u an ab ara y en Sao Lorengo, estación de aguas medicinales det
Estado de Minas Geraes, ululan los renegridos cuervos en p le n a
"rúa" sin que nadie los moleste. Son asiduos clientes de los ho­
teles p ara los residuos de comida. Allí no existe la to n ta supers­
tición de que son aves de mal agüero y h a sta los niños las respetan
y las quieren.
"Son estos los pequeños grandes detalles que encantan y atraen
al turista, dejando un grato y perdurable recuerdo. Es indudable
que nuestros herm anos del Norte saben sacar partido, de este v a ­
lioso tesoro que les h a brindado la naturaleza con to d a prodigali­
dad. Nosotros debiéramos em ularlos porque nuestra fauna tam bién
es m uy rica, teniendo e n cuenta la escasa extensión territorial del
Uruguay. Más, debiéram os incorporar toda la escala zoológica de
nuestra fauna indígena, aplicánddla como elem ento de .turismo
complementario de las bellezas naturales de nuestra tierra. La
m ateria prima es gratis, el costo de su instalación y mantenimiento-
moderado, y su efecto extraordinario si sabem os presentarla en un
marco adecuado, a la vez que difundimos su conocimiento y el
bien que nos re p o rta n ' las m ás interesantes especies autóctonas-
Al m argen de las carreteras y playas donde hubieran aves, mamí­
feros, peces y h a sta reptiles en exhibición, allí se formará u n a
p a ra d a forzosa del ómnibus y automóviles, porque los anim ales
silvestres ejercen una gran atracción sobre los habitantes de las
ciudades". (Sup. de "El Día". N<? 583).
Algo igual se ha hecho en la República Argentina. En Buenos
Aires sobre la costa del Río, entre Ia hermosa Rambla C ostanera
y la ciudad, las gxandes lagunas que allí aún no han sido rellena­
das, han permitido crear un gran aviario que es la admiración de
los turistas y el gozoso entretenim iento de los habitantes de la
populosa urbe que diariamente se vuelcan sobre la Rambla referida.
Estas consideraciones bastan para fundam entar el proyecto de
que se trata. El' puede ser considerado un capítulo del CODIGO
DE LO MONUMENTAL que estamos estructurando y que dentrc
de muy breve tiempo presentarem os al Senado, pero como no obs­
ta n te la urgencia de proteger rápidam ente todo lo MONUMENTAL
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 87

—dentro de lo cual entran fauna y flora—, la sanción de ése Código


dem orará algún tiempo por su im portancia y su originalidad, nos
adelantam os a esta protección de las aves indígenas que no de­
m andará mayores gastos ni exigirá presupuestos ni otra exclusión
que la permisión de caza. Todo se reduce a traslad ar a ese am ­
biente los ejem plares que sean necesarios, y a vigilarlos p a ra que
s© aclimaten, se sientan cómodos y se reproduzcan. Algunos bos­
ques de p lan tas indígenas, algunas lagunas artificiales, alg u n a
canalización, etc., son obras que dem andarán m uy poco costo. Ese
que dem anden e stá financiado en forma justa, apropiada y no
gravosa.
Y protegiéndola y organizándola en la forma propuesta, no
sólo nos pondremos a tono con nuestros vecinos, sino que cumpli­
remos un reiterado pedido y un a reiterad a resolución de los dis­
tintos Congresos y Conferencias Internacionales que nos ¡uígjen
para que realicemos algo en el sentido proyectado.
Esa fauna avícola, será sin duda alguna, u na preciosa nota d e
atracción p ara el turismo, que h a hecho de las p lay as del Este,
uno de sus lugares privilegiados.
Montevideo, abril 8 de 1946. Avelino C. Breña"
LOS BARRIOS OBREROS EN EL BICENTENARIO
Una nota sim pática, en la conmem oración Bicentenaria, sería
la de hacer algo por los varios Barrios Obreros no sólo de la C iudad
Fernandina, sino, tam bién, de los de las dem ás C iudades del De­
partam ento: de las C iudades y de los Pueblos. ¿Ha pensado en
eso, el Comité? ¿Ha pensado obtener, con ta l fin, el concurso pecu­
niario del Instituto de Viviendas 'Económicas que de seguro contri­
buirá con im portantes sum as p ara u n a obra ta n vinculada a él,
ta n sim pática y de ta n ta trascendencia?
ALGUN CONCURSO, EN OBRAS PUBLICAS. DE LOS BANCOS
¿Tampoco pensó obtener p ara alguna de sus obras indispen­
sables en esas Ciudades y Pueblos, el concurso del Banco de Se­
guros? ¿ Se les h a pedido, a todos los otros Bancos, a los oficiales!
y a los privados, algún concurso en dinero o en obras? Pues éste
sería el momento, la ocasión, la oportunidad de solicitarles ese con­
curso. Si no pedimos no se nos d a rá nada; pero si nos decidimos
a realizar alguna obra chica o grande, b arata o costosa, la ayudql
no hay por qué m irarla con escepticismo. Todos contribuyen cuando
las cosas se hacen bien: con decencia, con orden, con com petencia.
88 AVELINO C. BREÑA

ALGO SOBRE PUNTA BALLENA E ISLA GORRITI


A estas dos m aravillas de la naturaleza, el Bicentenario debe
hallarlas en la plenitud de su m onum entalidad.
También, refiriéndonos a este tópico, dijimos en el "Punla del
¡Este" que en medio del esplendor que ofrecen al veraneante y al
turista, P unta del Este y sus Playas, llam a la atención el: abandono
to tal, desde el punto de vista panorámico y edilicio, que ofrecen
iPunta Ballena y la Isla Gorriti. Eso, en el precitado órgano, lo refe­
rimos a la A utoridad Municipal. En e sta audición, hoy lo recor­
dam os al Comité del Bicentenario. También a esos dos prodigios
d© la N aturaleza, les alcanza el Bicentenario. Por ellos pasaron y
e n ellos se detuvieron los Descubridores. Sobre los arenales d»3 la
costa m aldonadense y sobre la Punta del Este —se la llam ara o
no Cabo de S an ta M aría—, los M aldonadenses1 realizamos cuanto
estuvo en nuestras manos: levantam os villas, plantam os árboles e
hicimos, en los unos y en la otra, no cuanto debimos, porque aú n
m antenem os enterradas sus cuatro Baterías, pero sí algo de lo que
pudimos. Pero no aplicamos el mismo criterio ni a la Isla Gorriti
ni a Punta Ballena. En la Isla Gorriti, no b a sta con la plantacipn
de los pinos que el Gobierno —dueño de las Islas—, comenzó a
hacer bajo la Intendencia Municipal de Juan Gorlero, y continuó
luego hasta nuestros días. Tampoco b a sta con la especie de Pa­
rador —p ara casos de aislam iento temporario con Punta del Este—,
que se construyó en ella, ni con el Muelle que hace un cuarto de
siglo, construyó un Batallón de Ingenieros —bajo la Jefatura de
un amigo nuestro, el Cnel. Adolfo Pedemonte—, Muelle al que en el
primer temporal que sobrevino, cubrieron las aguas y las arenas.
No sabemos qué tiene proyectado respecto a esa Isla en su Plan
Urbanístico de M aldonado y su ^ Playas, el Arquitecto Jones Odrio-
zola, pero debe ser algo serio. Sin embargo, hay que hacer algo
más: hay que poblarla. Allí hacen falta grandes hoteles, precisa­
m ente los grandes Hoteles de que carece hoy Punta del Este, y sin
los cuales no habrá nunca, ni aquí ni en ningún lado, ese turismo
■gastador y productor, por el que ta n ta preocupación en pensa­
miento y palabra, demuestran las Autoridades Nacionales y las De­
partam entales. Y allí se necesita algo más: desde luego todo
aquello que reclam a una Isla maravillosa a pocas centenas de
metros de uno de los grandes Balnearios del Mundo, en el mismo
gran Puerto de Maldonado, Isla que tiene una historia cuatricen-
ten aria tan interesante, y cuyas Baterías, de la época de la funda-
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 89

ció n de M aldonado, yacen aú n hoy —y así tem em os que las


-encuentre el Bicentenario— , en el m ás completo abandono.
Y de los Cañones que aun existen enterrados en las calles d e
la Ciudad, ¿se h a acordado el Comité? Y de los otros, los varios
C añones que fueron sacados de M aldonado y de P unta del Este,
p a ra ser indebidam ente trasladados a Santa Teresa, y que nuestra
M unicipalidad reclamó cuando el despojo, logrando que el Go­
bierno resolviera que fueran devueltos al lugar del que fueron sa c a ­
dos, ¿se h a acordado la Comisión y h a procurado que, de inm ediato,
sin pérdida de tiempo, sean traídos por quien los llevó, y colocados
•en sus baterías? El Bicentenario debe encontrar esos C añones en
su sitio propio. Hay, pues, que traerlos. Traerlos o hacerlos traer
por quien dispuso que los llevaran, que eso es lo que m anda el
precitado decreto gubernativo.
¿Ha pensado el Comité que preside Rivero en algo efectivo,
p a r a mostrarlo en el Bicentenario a M aldonado entero y a los
millares de forasteros que nos visiten sobre nuestras costas?
En Punta Ballena, el abandono es casi total. Don Antonio Lus-
-sich, por lo que fuere, no afectó la Punta, con sus fam osas planta­
ciones de to d a clase de árboles. La dejó tal cual la n atu raleza la
"había creado: soberbia en su configuración y en su desnudez; en
su altura superior a la de P unta del Este; en los panoram as sin
paran g ó n que desde ella se ofrecen al ojo del gustador de bellezas,
panoram as que son m ás amplios, m ás hermosos, m ás atrayentes
que lo que la naturaleza costera ofrece desde cualesquiera d|e los
otros destacados puntos de la costa m aldonadense, porque abarca,
sin la expresión de máximas lejanías, los panoram as de todos los
puntos cardinales, desde los cerros, las sierras, las islas, los puer­
tos, las ensenadas y las infinitas lejanías del inconm ensurable mar.
Su gruta, famosa, yace en el m ayor abandono. Ha dejado de
.ser sitio obligado de "pasar", de los vecinos de M aldonado y de los
■Juristas, p ara ser infecto y reprensible lugar de repugnancias. Por
•sobre el lomo de su Sierra, proyectam os hace años, siendo Senador,
una C arretera que arrancando del Abra de Perdomo, term inara en
la Punta, donde un Parador, o una Glorieta, con agua, bancos y
otras comodidades, perm itiera al Turista, aún m ediante peaje, p a sa r
-allí días u horas, con la necesaria comodidad. Los vaivenes cié la
política paralizaron ese Proyecto tan necesario y tan propio de
u n a región turística como la nuestra. ¿Ha pensado en su actu ali­
zación el Comité, del Bicentenario? ¿Ha pensado en lo que signi­
ficarían, de día y de noche, cientos, miles, de automóviles corrienda
90 AVELINO C. BREÑA

por sobre la cumbre, por sus altibajos, en una extensión de varios


kilómetros? Esa clase de Caminos, es muy común en el extran­
jero; en Brasil, en Estados Unidos, en Italia, en Suiza, etc., por
ejemplo. Hoy mismo, el cruae de la Sierra por el Camino macadcs-
mizado que une a Montevideo con Punta del Este, es todo un es­
pectáculo. Lo será más, cuando por sobr*e la cumbre se pueda llegar:
por un lado a la Punta de la Ballena; por el otro, h a sta el A bra de
Perdomo, y luego, atravesando ésta, continuar por sobre la Sierra
de C arapé h asta Minas. Eso, todo «eso, vendrá algún día. Algo de
ello y a lo proyectam os desde el Senado en 1946.
LA NECESIDAD DE LA BIBLIOTECA PUBLICA MALDONADENSE
También es necesario, imprescindible, que nuestra Ciudad, al
igual que cad a u na de las otras Poblaciones del Departamento—,
ten g a su Biblioteca: u na Biblioteca que sea pública y que esté pre­
sen tad a en forma, no sólo de buena organización y vigilancia, sino
de constante crecimiento, a fin de que se m antenga al diapasón de
las necesidades del Departamento, y desde luego, de la localidad.
M aldonado y a tuvo su gran Biblioteca Municipal que en 187J
comenzaron a organizar el Oficial Primero de la Jefatura, Ruperto
Fernández, y el Secretario de la Junta E. Administrativa, Elias L_
Devincenzi. A quella Biblioteca fué famosa.
En u na de nuestras colaboraciones anónim as dél diario "Punta
del Este", dijimos a principios de 1957: "Al igual que los mencionados
M useos Mazzoni, Marítimo y Burnett, y Seijo, todos con organiza­
ción y vida propias, fácilmente obtenibles con independencia de la
m unicipalidad y de la política o politiquería, Maldonado debe tener,
en el Bicentenario, su Biblioteca Popular. Ya la tuvo —y de gran,
im portancia—, en 1879, bajo la sabia organización de aquel binomio
famoso en el despertar del M aldonado de 1873 a 1883, constituido
"por las extraordinarias personalidades de Ruperto Fernández y
Elias L. Devincenzi, a cual m ás grande. Presidente el primero y Se­
cretario el segundo de la Junta E. Administrativa, ambos, actuando
de consuno en 1882., habían logrado tener en una de las alas del
edificio sede dei actual Concejo y de la Junta, una gran Biblioteca,
p ara la cual Julián O. M iranda y Juan S. Viera, estaban organiza­
dos, en Montevideo, con el cargo de solicitar, obtener y remitir
donaciones de libros de toda clase que luego las Diligencias de
Teodoro Fernández, Brito y Patrocinio Fernández, o los barcos: ve­
leros "Patriota", "Argos" y "General Flores"; vapores "No hay Otro",
"Sirius" y "Fortuna"; Patachos "Maldonado" y "Estrella del Este";
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 9r

Goleta "Pastora"; y B alandra "Esperanza", traían y entreg ab an ,


gratuitam ente, contribuyendo así, ellos tam bién, a la formación de
aquella institución que fué, en el orden del tiempo la prim era or­
ganizada en el Interior, y en el de la im portancia, la segunda de la
República.
De e sa Biblioteca se conserva algo en el Liceo D epartam ental;
algo debe haber en poder de ese otro m ago m aldonadense R. Fran­
cisco Mazzoni, etc., pero el resto, lo grande, se perdió en los prés­
tam os incontraloreados después de la ausencia de Ruperto Fernán­
dez y Elias L. Devincenzi. De niños, e sa Biblioteca la vimos en sus
grandes anaqueles hechos por Clauser. De jóvenes, casi niños, m ás
de una vez la consultam os. De hombres sabem os e n poder de quié­
nes e stá n cientos y cientos de sus volúmenes, con el sello que De­
vincenzi en persona, al revisar ca d a uno de los libros que llegaban
les colocó. Su primer Bibliotecario fué ese fantástico Devincenzi;
m ago de la ilustración, de la organización, de las estadísticas citadas
y com entadas como algo nunca igual hecho por nadie, ni en Uru­
guay ni fuera de él. El segundo, fué Don Ruperto Fernández, a i
igual que Devincenzi otro m ago del orden y la sabiduría.
Muchos de sus libros e stán totalm ente perdidos, porque sus
hojas arrancadas y reem plazando al pasto, se u sab an en las letri­
nas de la ciudad. Pero otros pueden ser recuperados aún. Sabe­
mos de quien habría aportado los suyos, y que luego, al ffetirarse,
se los llevó an te ©1 y a visible despilfarro. Estos desde hace tiem p a
están siendo revisados por nosotros; y de quien es su dueña, y
hemos obtenido la prom esa que los donará en mem oria de su Es­
poso, cuando se organice en la C iudad de San Fernando de M aldo­
nado, esa Biblioteca Popular que nosotrps preconizamos; que nos­
otros iniciaremos; que debe llam arse Biblioteca Popular Elias L. De­
vincenzi, y que la Comisión del Bicentenario debe preocuparse de
poner en movimiento, de inmediato.
También debe preocuparse, de inmediato, el Comité, de obte­
ner que el Concejo D epartam ental dé rápido andam iento a la dona­
ción que de su Biblioteca, y de una fuerte cantidad p a ra instalarla,
h a ofrecido hacer Don Laureano Alonsopérez. Eso h ay que apresu­
rarse a recogerlo y a ponerlo en andam iento.
¿Dónde debería establecerse la Biblioteca? Eso lo diremos en
esta o en otra disertación, según el tiempo, cuando nos ocupemos
del Cuartel de Blandengues. ,Desde y a puede y debe pensarse que
el viejo pero hermoso edificio de la lu n ta y el Concejo, puede ser­
vir p ara ese fin —p ara ese y otros fines—, cuando se erija —natu-
AVELINO C. BREÑA

talm en te que en otro lugar—, el Palacio Municipal del que y a se


habla.
SAN CARLOS Y SU PRIMERA BIBLIOTECA
San Carlos tuvo la primera Biblioteca m aldonadense. ¿Por qué*
pues, no reactualizarla con motivo del Bicentenario? Ahí tiene el
Com ité otra de sus obras fáciles.
El 22 de setiem bre de 1876, la Comisión Auxiliar E. Adminis­
trativ a de San Carlos, publicó en la prensa el siguiente aviso:
"Estando dispuesto por Testam ento de D. Pantaleón Soscw la
fundación de una Biblioteca p ara los habitantes de e sta Villa, la
Comisión Auxiliar de acuerdo con las facultades que le han sido
conferidas por el Testador, convoca ai pueblo para una reunión
general que tendrá lugar el jueves 28 del corriente, en el local del
Teatro, con el objeto de que tome la participación que le co­
rresponda".
A e sta idea de Biblioteca, que según Elias L. Devincenzi fué
la prim era qug hizo camino en el Departamento, le consagramos
■en nuestro Maldonado Histórico, los debidos comentarios.
EL CUARTEL DE BLANDENGUES
Hace un cuarto de siglo, proyectamos la reconstrucción del an­
tiguo Cuartel de Blandengues, de la Ciudad. Lo tom ábam os a nues­
tro cargo, y lo destinábam os: a Escuea Pública una ptrrte; otra a
Museo y Biblioteca; otra a Capilla (reconstrucción de la primitiva);
etc., etc. Sólo pedíamos la expropiación de toda la Manzana, y su
transferencia a ios efectos de asegurar ia realización y continuidad
de la obra, y luego su aseguram iento total y definitivo. El Proyecto
se encarpetó en la Junta. El gran Marfimano R. Chiossi se deses­
peraba porque se le diera andamiento a este y a otros de nuestros
Proyectos que con él habíam os concebido. Pero nada logró hacerse.
EL BICENTENARIO Y LA REALIZACION DEL PLAN URBANISTICO
DEL ARQUITECTO JONES ODRIOZOLA
Ya dijimos, en el diario "Punía del Esie" y io repetimos en esta
disertación, —ligera como un vuelo de pájaros en las m añanas de
prim avera—, que no queríamos interferir, ni menos molestar, con
nuestros comentarios sobre las obras del Bicentenario, en los tra­
bajos del Comité. Queremos, sí, decirle, que desde el tendido, mas
que desde el toril, lo estamos mirando, no con ojos de críticos sino
con ansias de colaboradores de afuera, qug todos los M a l d n a d e n s e s
debemos serlo.
Dijimos, también, que el Comité está muy bien organizado í
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO

presidido, pero que tiene, sobre las espaldas, un formidable peso,


que es preciso, como en el caso de A tlas, llevarlo con honor a
destino so pen a de que aplaste. Y ese es nuestro temor. Teme­
mos que no sea posible hacer todo lo que h ay que hacer, en el
tan corto espacio de tiempo que queda.
En el 'Tunta del Este" dijimos, hace días, que a e sta altura
del año, la Comisión todavía no h a comenzado a hacer público ni
su program a de'acción, ni las conquistas que y a tiene que poseer
en su haber. Y preguntábam os, por ejemplo ¿qué se h a hecho p a ra
legrar que de una vez por todas se lleve a la práctica el fataosfo
¡cómo no h a de serlo tratándose de un u rbanista de sus garras!
Plan urbanístico del Arquitecto Jones Odriozola? Por lo que de él
se h a dicho —mismo por el propio primer Presidente del Comité
del Bicentenario, se trata de un magnífico trabajo de arquitectura
urbanística que hace honor al m ás destacado profesional. Pero ese
trabajo que y a está concluido —y si no lo e sta h a y que contem­
plarlo en lo que e sté —, qus resuelve diversos problem as de enorme
valor edilicio, en especial p ara P unta del Este, Isla Gorriti, La Ba­
rra, Punta Ballena, etc., etc.; qu© reírejará honor, gloria, trabajo
y prosperidad p ara M aldonado, y que no puede ser deslegajcvlo
del enorme expediente de proyectos y realizaciones del Com ité
del Bicentenario, ni siquiera se menciona.
Para nosotros M aldonado siempre fué y seguirá siendo como
aquella tierra de la Ilíada que tem b lab a de emoción y de gozo al
experim entar en su corteza el contacto de las p lan tas de los Dioses-
Dijimos m ás de una vez en Prensa y Radio, que no debe llegar
el Bicentenario sin que el Plan Urbanístico de M aldonado esté en
franco camino de realización. Más aún: sin que esté realizado en
todo aquello que signifique replanteo en el terreno, m ostrándose que
v a a tener comienzo, aunque acontezca como en aquel 1879 con la
inauguración de los trabajos del Ferrocarril entre P unta del Este y
Cebollatí, por la Empresa aquí representada por nuestro sordo Du-
puy, ta n señorial y tan inteligente, inauguración en la que fueron
hechos algunas muestras de excavasiones y terraplenes, pero que
no pasó —por razones atendibles—, del beberaje y los discursos,
conque se la conmemoró.
jSe dice qué no hay tiempo! Ya lo sabem os; pero eso debió
agitarse antes, por la A utoridad Adm inistrativa D epartam ental;
por la Comisión Nacional de Turismo, a la que no le vemos los pies,
en una conmemoración de e sta naturaleza que en las Playas y
Pueblos de M aldonado tanto debiera afectarla; y por el propio Co-
AVELINO BREÑA

mité del Bicentenario. Y si no se agiió antes, hay que agitarlo hoy,


a n te s de que llegue y pase como las luces y como las sombras,
como las nubes y como las aves, en eV decir del Poeta, ese m om ento
cumbre de la Historia Nacional, que a todos entusiasm a, enfervo­
riza y predispone p ara las grandes realizaciones; y al que hay que
sacarle, p ara Maldonado, el máximo. Nuestra historia fernandina
—tanto como la D epartam ental—, e stán llenas de grandes Proyec­
tos a partir, principalmente, de 1873, proyectos que estuvieron a
punto de cuajar, pero que no lo lograron por diversas razones, y
entre ellas, porque les faltó garra de ataq u e y de perseverancia
a sus autores, a nuestros legisladores y al propio pueblo —feman-
dino y carolino—, que recién en 1883 se decidió a levantarse en
Cabildo Abierto p ara exigir, con empeño, de los Poderes Públicos,
mejoras y franquicias p ara darle vida a nuestro Puerto del que y a
en 1860 y tantos dijo José F. Ortega, que con una simple escollera
de una milla, en la Boca Chica, resutaría uno de los mejores puertos
del Mundo. ¡Qué esa garra no nos falte a nosotros, a todos, Comité,
A utoridades y Pueblo,, p ara presionar a los Gobiernos D epartam en­
tal y Nacional, a la Junta D epartam ental y al Parlamento, no sólo
p ara que nos den dinero, —que hay que saber lograrlo por todos
los medios propios—, sino p ara que hagan las obras que el País y
el Departamento, tienen proyectadas y requieren para esta privi­
legiada región de la República!
XA NAVEGACION DEL ARROYO MALDONADO HASTA EL LAGO
DEL SAUCE Y SALIDA AL RIO DE LA PLATA
Tampoco se menciona otro de nuestros grandes Proyectos de
Senador, tan. elogiado por los componentes del Cuerpo en el que
nos tocó actuar. Nos referimos al Proyecto que tiende a hacer
navegable el Arroyo M aldonado hasta unirlo con el Lago del Sauce,
para lo que hay que hacer volar las rocas de la desem bocadura
en el Océano, construir Puentes levadizos, profundizarlo h a sta cer­
ca del Lago del Sauce; agregarle un canal utilizando los arroyuelos
que hay entre ambos, y luego canalizar la desem bocadura en el
Río de la Plata, para que puedan entrar por un lado y salir por
el otro, barcos y yachts. Esa facilísima obra de Ingeniería, produ--
ciría adem ás del consiguiente beneficio turístico, el enriquecimien­
to de toda esa zona de bajos campos, inservibles en grandes
extensiones situadas a un lado y otro de las márgenes del arroyo,
por ser fácilmente inundables, los que con los rellenos de la cana­
lización y las compuertas, colocadas en la desem bocadura oceánica,
.se tornarían en magníficos campos de agricultura de fácil riego.
FRENTE AL BICENTENAK j O DE MALDONADO 95

Decía nuestro Proyecto:


Artículo 1? — H abilítase el arroyo M aldonado p ara hacerlo
navegable en su trayecto entre la L aguna del Sauce y su desem ­
bocadura en el océano.
Artículo 2® — El Poder Ejecutivo por medio del Ministerio de
O bras Públicas realizará a los fines del artículo anterior los esta­
dios necesarios, y de inm ediato procederá a la realización de los
trabajos pertinentes.
Artículo 3° — El m aterial resu ltan te del dragado y remoción
de tierra será depositado en las orillas del arroyo a los efectos del
levantam iento y nivelación de sus márgenes.
Artículo 4? — A los fines de fer financiación de esta obra; se crea:
a) Un impuesto del cinco por ciento (5%) anual sobre el valor de
aforo p a ra la Contribución Inmobiliaria de los Inm uebles de
una y otra ribera h a s ta u n a profundidad de cinco kilómetros,
exceptuándose la p la n ta u rb an a de la ciudad de San Carlos;
lo) Un impuesto del cinco por ciento (5%), a cargo del vendedor,
sobre la diferencia entre ©1 precio de aforo y el de la en ajen a­
ción, de todo inmueble que se enajene en la Zona B alnearia
del D epartam ento de M aldonado, la que estará delim itada así:
Al Sur y Este el Río de la Plata y el océano; al O este, e ' amo-'
yo Solís; y al Norte u n a línea que arrancando de dicho arroyo
a la altu ra del camino carretero que v a a M ontevideo v a y a a
encontrar el camino que une q¡» M aldonado con San Carlos;
este camino h a s ta el Paso del arroyo M aldonado; la parte sur
de este arroyo h a sta su desem bocadura en el océano; y del
otro lado del arroyo una faja de tres kilómetros contados
desde la costa oceánica; y
c) Un impuesto, o patente, del uno por ciento del valor de ta s a ­
ción de to d a em barcación con apostadero en la Barra de
Santa Lucía, Puerto de Montevideo, Puerto del Buceo, Piriá-
polis y P unta del Este, d estin ad a al sport marítimo, quedando
exceptuados los botes, chalanas y em barcaciones destinadas
exclusivam ente a la pesca, por profesionales de la misma, y,
en general, to d a em barcación cuyo valor de tasación sea in­
ferior a los mil pesos.
^•Artículo 5° — El Poder Ejecutivo reglam entará la presente ley.
Montevideo, m ayo 24 de 1946. Avelino C. Breña".
EXPOSICION DE MOTIVOS
No h ay duda alguna de que uno de los puntos m ás pintorescos
y de m ayor porvenir de la República —y de América—, es el p a ­
raje conocido por Barra del Arroyo Maldonado. Las1 alturas de -un
lado y otro de esa Barra, dominando la inm ensidad azul del O céano;
las islas de Lobos al frente con su gigantesco faro; Punta del Este
a«tm lado y a un paso, con sus playas y a famosas en el mundo,
algunas de las cuales se extienden sobre el Océano, h asta dicha
Barra; las playas- en pleno florecimiento que existen del otro lado
del arroyo h a sta la P unta de losé Ignacio, los frondosos bosques
de pinos y eucaliptos que van desde la ribera occidental del arroyo
M aldonado h asta la inm ensa Playa de M aldonado tendida entre
Punta del Este y Punta Ballena en una extensión de 15 a 20 kiló­
metros; Punta Ballena, misma, con sus p lay as y sus bosques; la
Laguna del Diario; la Sierra de la Ballena que algún día veremos
transform ada en uno de los más hermosos miradores que ostente
América; el Cerro Pelado; la Laguna del Sauce hoy constituida en
puerto p ara hidroaviones; el Cerro Pan de Azúcar, el del Betete, la
S ieña de las Animas, el valle del Pan de Azúcar, con sus arroyos
y sus serranías, prestan a toda esa privilegiada zona costera def
departam ento de M aldonado—, y en especial a Punta del Este, la
Barra y Punta Ballena, un encanto difícilmente superable. Nos decía
hace algunos años don Francisco Piria —incansable viajero—, que
salvo Río de Janeiro y Ceylán, no había en el mundo nada com­
parable a nuestras costas del Este; y que ellas, frente a las de
esos dos países, debían ser consideradas superiores por la bonan-
cjibilidad del clima que las Race mucho más preferidas por el
turista.
Son muy herm osas nuestras costas marinas, nuestras m ontañas
que se abalanzan sobre el mar; nuetros arroyos y lagunas que en
ese mar desembocan; nuestras praderas verdegueantes, nuestros
bosques indígenas y nuestras florestas artificiales. Pero eso no
b a sta para que en realidad sean nuestras playas eso que dice un
afiche del más grande Hotel de Nueva York: las más encantadoras
del mundo. Hay que agregarle todos los días algo a la belleza
natural para ponerla al alcance de la mano; para enriquecerla
más, .si cabe, para profundizar en .extensión, en matización, en di­
versidad y en intensidad, cuanto la naturaleza pródiga nos h a
proporcionado.
A eso tiende este proyecto, complemento de una serie —de la
cual muchos ya hemos presentado al Senado—, que hemos dedicada.
FRENTE AL BICENTENABIO DE MALDONADO 97

al embellecimiento y engrandecim iento de las Playas del Este, de


las Florestas del Este y de las Serranías del Este.
Procura darle la vida que a gritos reclam a uno de los extremo»
de la gran Región Balnearia del Este, extremo que lo constituye
todo el curso del arroyo M aldonado desde su desem bocadura en
el Océano h a sta las vecindades de las nacientes de la C añada de
Silva qüe desem boca en la Laguna del Sauce, verdadero, inmenso
y hermoso lago existente en las faldas de la Sierra de Lussich, o
de la Ballena, entre bosques, serranías y el mar.
En todo el curso de ese arroyo M aldonado, como en las m ár­
genes de la Laguna del Sauce, poco o n ad a se h a hecho. Tam bién
poco o casi n ad a se h a hecho en ese espléndido mirador marítimo,
que es la Barra del arroyo M aldonado. En la desem bocadura del
arroyo en el océano, a inm ediaciones de Punta del Este, se acaba)
de construir un costoso puente que unirá este balneario con los de
la Barra y M anantiales. Servirá él, así, a aquella olvidada y pin­
toresca región, y será un eslabón m ás en la futura gran ram bla
costanera que partiendo de Montevideo tendrá que unir, tarde o
temprano, todas las playas del sur y este de la República, h a s ta
confinar con el Brasil. Pero eso no basta. Ese arroyo M aldonado
necesitará —cuanto antes mejor—, p ara embellecerlo como sitio
de turismo, p ara que resulte fácilmente navegable, y p ara que sea
posible utilizar como tierra de regadío los millares de hectáreas
que bordean sus m árgenes, algunas obras de importancia. S erá
necesario, por ejemplo, construir un muro de contención no de Jas
aguas propias del arroyo que son dulces y por lo tan to fertilizan­
tes, sino de las aguas salitrosas que las crecientes del océano y los
vientos huracanados que soplan del mismo, introducen en el cauce;
del arroyo h a sta desbordarlo en inmensas extensiones, esterilizando,
millares de hectáreas de campo que de otro modo serían aptísim as
p ara la ganadería y la agricultura granjera. Lástim a que el Puente
no h ay a sido concebido y construido con la idea de la posible na-
vegabilidad del arroyo sobre el cual fué tendido.
Desde hace muchos años se viene pensando en el aprovecha­
miento de las tierras bajas —en gran parte estérales—, que existen
a un lado y otro del arroyo Maldonado. Campos semi perdidos
para la ganadería y totalm ente perdidos p ara la agricultura, po­
drían ser, fácilmente, preciosas tierras de regadío con sólo evitar
que las ag u as del océano, por la acción de las pleam ares y de los
vientos del sur y del este, penetren en el arroyo, detengan sus
aguas y les entremezclen las suyas saladas y por lo tanto esteri­
lizadoras.
AVELINO C. BREÑA

El costo de ese muro de contención, con sus com puertas que


faciliten e\ em balsam iento de las aguas cuando convenga, y la
navegación, no pueden ser extraordinarios, mucho más si se tiene
en cuenta que el puente, que en la actualidad se e stá terminando,
co stará alrededor de $ 150.000. Pero es el caso que ese mismo
puente, con algún refuerzo y algunas modificaciones, podría ser
ese muro de contención. Tendría éste, —como tiene que tenerlas el
puen te—, sus compuertas, las que tendrían que ser construidas p ara
contener la presión de las ag u as del arroyo, cuando se quisiera
elevar su nivel, y p ara impedir, en determ inados días, la en trad a
de las aguas del océano. Esas aguas, por su relativa m asa, no
exigirían u n a extraordinaria resistencia.
Es fácil calcular —y seguram ente y a h a sido calculado—, tanto
el volumen normal de aguas del arroyo en su descenso al mar,
como el de las crecientes extraordinarias provocadas por las llu­
vias; y por consiguiente, es fácil determinar las características que
tendría que tener el puente convertido en muro de contención.
La tendencia de todos los países —como lo demostraré en breve
en la exposición de motivos de un proyecto de extraordinaria tras­
cendencia que sobre los bañados del Este estoy preparando—, es
la de transform ar la m ayor extensión posible de tierras en terrenos
de regadío, y la de rescatar, por consiguiente, la m ayor extensión
posible de esas tierras a los esterales y a las lagunas. Nuestro país,
con el feliz ensayo de regadío de Solís, y a h a entrado por ese ca­
mino y debe seguirlo. El Rincón de San Rafael y el Rincón de los
Píriz, exigen la contención de las aguas saladas del océano y la
utilización de las tierras costaneras p ara los productos de granja,
que, cad a día con m ayor perentoriedad, exigen los balnearios de
Punta del Este, Barra, M anantiales, San Rafael y Maldonado.
En un futuro que no hay por qué creer muy lejano, la navega­
ción por el arroyo M aldonado se h ará h a sta dicha Laguna, y por
é s ta h a sta el mar, en un trecho que desde el punto de vista del
comercio, de la industria y del turismo, será una m aravilla m ás
de las que Uruguay ofrece a sus pobladores y a los extranjeros
que nos visitan.
Navegación de barcos de cabotaje, de yates Y de lanchas mo­
toras, por entre los fértiles campos de cultivo, promisoras granjas,
cerros, abras, bosques y quebradas, será una cosa fantástica y
tengo la certeza de que eso un día se hará, porque ni es imposible,
ni es difícil, y porque el país lo necesita p ara m antener y acrecen­
ta r su prestigio de país de turismo, de país de industrias, de país
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 99

de trabajo, que día a día se supera p a ra Realizar sus propios des­


tinos y set considerado con honor en el concierto de los países
civilizados del orbe.
Cuando eso se ha©a, cuando se pueda salir de P unta del Este
embarcado, entrar por la barra del arroyo M aldonado, p a sa r por
las puertas de San Carlos, a tra v e sa r las m agnificencias del A bra
de Perdomo, internarse en la Laguna del Sauce, salir por su des­
em bocadura al m ar y por ese lado regresar a P unta del Este, o a
Piriápolis, o a Solís, Floresta, A tlán tid a y Montevideo, tendrém os que
les balnearios m ás solicitados de la República y de América: Piriá­
polis, Punta Ballena, Solís, Las Delicias, P unta del Este, San Rafael,
Barra y M anantiales, serán verdaderas m aravillas y nuestro paÍ9
uno de los más solicitados por el turism o del mundo.
Si a eso se le agrega: la ram bla costanera que debe unir a
Montevideo con P unta del Este; u na carretera puram ente de turis­
mo, de no muchos kilómetros, que partiendo del A bra de Perdom o
vaya por la cumbre de la sierra h a s ta Punta Ballena; el parcela-
miento y población de Isla Gorriti, del Cerro de Pan de Azúcar, del
Cerro de Betete y de la Sierra de las Animas, el cuadro (quedaría
completo, y no habría en el mundo n a d a que lo superase.
Esta obra, no será u na labor de Romanos. Es fácil, es sencilla;
y si se quiere, poco costosa. Tampoco h ay por qué pensar en su
total construcción de inmediato. Se puede y se debe proceder p o r
petrtes. Habría que comenzar por hacer sa lta r las rocas que obs­
truyen la desem bocadura del arroyo M aldonado.
Son varias grandes rocas subm arinas con u n a altura o profun­
didad, entre 14 y 20 metros. Hay días, en el verano, en los que e sa
tarea sería muy fácil y de escasísimo costo.
Eso perm itiría la navegación de lanchas en un buen curso del
arroyo, h a sta la ciudad de San Carlos. Después h abría que modi­
ficar el puente p ara que fuera m ovible y resistiera la colocación de
compuertas que en determ inados mom entos perm itieran el lev a n ta ­
miento de las aguas del Arroyo, y en otros im pidieran la e n tra d a
de las del Océano. Luego habría que dragar el arroyo, cerrar san­
gradores y levantar, poco a poco, las riberas. Más tarde se iría a
la canalización p ara profundizar la- actu al C añ ad a de Silva y pro­
longarla h asta dicho arroyo.
Esta obra es evidente que un día será hecha. La reclam an el
turismo, la ganadería, la agricultura, la granja, las industrias, etc.
Comencémosla nosotros. Será u n a labor digna de un a generación
abnegada como la nuestra, constantem ente ten d id a en esfuerzos y
en sacrificios, hacia el porvenir. Montevideo, m ayo 24 de 1946.
Avelino C. Breña."
100 AVELINO C. BREÑA

Corresponde decir aquí, que esa canalización —por lo menos


en la últim a p arte del Arroyo hasta su desem bocadura en el O céa­
no—, íué proyectada, en 1879, por el concesionario Carlos Martín.-
p a ra el transporte dg la Sal de las Salinas que después de en­
say ad as en Punta del Este, mandó construir por el Ingeniero Ale­
jandro Ferraresso, en el Rincón de San Raíael, sobre la costa me­
ridional del Arroyo Maldonado.

MALDONADO Y SU MERCADO MUNICIPAL

El Bicentenario nos va a encontrár sin el Mercado Municipal-


Desde 1955 se e stá hablando de él, con insistencia, pero no vemos,
que n ad a se adelante. Sin em bargo es algo por el cual debió h a ­
berse movido briosam ente el Comité, porque es una necesidad
im postergable de nuestra Ciudad.
En 1946, desde nuestra Banca de Senador, abordam os con ca­
rácter general el tem a. Del Diario de Sesiones del Senado, de ese-
año, tomamos el Proyecto, con su Exposición de Motivos. Dice así;:
Proyecto de Ley con Exposición de Motivos del Señor Senador
Avelino C. Breña, por ei cual se realizará en la capital de la Repú­
blica, con fines de propaganda para la intensificación de la pro­
ducción agraria, una gran Exposición que durará treinta días.
Artículo 1® — El Poder Ejecutivo por intermedio de los Minis­
terios de Industrias y de G anadería y Agricultura, organizará a la
m ayor brevedad posible, en la C apital de la República, una gran
exposición agraria, de carácter nacional, eh la que estará re­
presentado, en las diversas manifestaciones de su producción e
industrialización, todo cuanto con el Agro se relacione.
Artículo 2® — Como el objeto de la Exposición a que se refiere
el artículo anterior será el de conocer en todas sus manifestaciones
las formas de explotación agraria en el país, a efecto de sopesar
su rendimiento y conveniencias, corregir sus defectos y orientar
los cultivos ganaderos, agrícolas y granjeros, el Poder Ejecutivo
tom ará todas las medidas necesarias para que la Exposición re­
sulte el verdadero reflejo del panoram a agrario nacional.
A tal efecto el Poder Ejecutivo queda investido de las faculta-^
d e s discrecionales que considere del caso para hacer efectivo en
forma el cometido que le confiere la presente ley.
Artículo 3® — La Exposición durará treinta días, y los exposi­
tores que lo deseen podrán vender en ella los artículos que expu­
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 101

sieren, a cuyo efecto se les declara exonerados de todo gasto,


im puesto y tram itación oficial.
Artículo 4® — El Poder Ejecutivo reg lam en tará la presente ley.
Montevideo,, m ayo 30 de 1946. Avelino C. Breña".
EXPOSICION DE MOTIVOS
Nuestro país —al igual que los dem ás de A m érica—, e s tá p a ­
san d o por u na e ta p a excepcional de su vida, en la que, se puede
decir, que no h ay n a d a de lo que se produce en él —o se pu ed e
producir—, que no te n g a un a ráp ida y rem uneradora colocación
e n el extranjero. Esta etap a no es de un m om ento sino que, según,
los estudios m ás aceptados, de uruguayos y extranjeros, d u rará
muchos años, y tal vez no ten g a término. Hay crisis de alim entos
en el mundo: no tanto por la desorganización de la producción
■agraria que ocasionó la guerra, sino porque la hum anidad e n te ra
se ha despertado, y a grandes pasos, al logro sin sacriíicíos de
sus derechos que en m ateria de bienestar físico se traducen en
exigencia de alim entos sanos y confortables, vivienda a p ta, vesti­
m enta apropiada, m edicina eficaz, tratam ien to médico de preven­
ción y de curación, etc., etc.
Las dos últim as grandes guerras trajeron, en medio de sus
horrores y desastres eso; y eso coloca al mundo productor en
un a situación deficitaria de la que le será casi imposible salir.
El mismo standard de vida que s© n o ta en nuestro país, tiende
a elevarse, y lo lograremos si nos preocupam os de producir m ás y
mejor. Igual cosa acontece con los dem ás países de América.
Esa crisis de alim entos exige u na intensificación de la produc­
ción. Para lograr ese desiderátum en nuestro país, h ay que hacer
entrar por los ojos necesidades y conveniencias, métodos modernos
de producción y procedimientos nuevos. En un a palabra: organizar
exposiciones.
En nuestro país hemos realizado ensayos parciales —podríamos
decir—, de exposiciones. Y corresponde agregar que' en general,
las que se relacionan con la producción agraria han sido debidos
al esfuerzo privado, con ligera contribución del Estado.
En el pasado mes, dictam os dos leyes destinando peque­
ñas sum as p ara exposiciones en dos localidades del interior: Do­
lores y Soriano. Pero eso no b a s ta evidentem ente. Hay que efectuar
un esfuerzo mayor que abarque todo lo agrario y que ten g a reso­
nancia nacional y mundial.
Hay —y habrá por muchos años—, escasez de carne, trigo,.
102 AVELINO C. BREÑA

maíz, etc., etc., en casi todos los países. El fenómeno que en. mate*
ria de carne se nota ahora en Estados Unidos, no h ay porque creer,
racionalm ente, que no se d ará en el próximo añó y en los que le
seguirán. Según las informaciones recientem ente llegadas de dicho
país, el "D epartam ento de Agricultura dió a conocer un informe en
el que pronostica que los abastecim ientos de carne p ara la pobla­
ción norteam ericana en 1946 habrán de disminuir probablem ente
en 1.000 millones de puntos de racionamiento con respecto a las
existencias y a inadecuadas de que se dispuso en el año en curso.
Esa será la consecuencia de la escasez de forraje y cereales y de
los recientes aumentos en los precios máximos del alim ento p ara eí
ganado.
' En el año próximo los abastecim ientos de carne de todas las
clases de Vacuno, cerdo, oveja y carnero, habrán de ser inferiores
a los de 1945, y el referido informe señala que las Agentas de carne
a los precios del mercado negro aum entaron en m ayo a pesar del
m odesto aum ento lpgrado en la producción en la tem porada de
pim avera, y de que los grandes establecimientos frigoríficos conti­
nuaron siendo superados en las ofertas de ventas de carne que llega
a los principales mercados del país.
La m atanza de anim ales y las v entas de carne en el mercado
negro continúan, pese al program a oficial de contralor de carne e sta ­
blecido p ara frenar esas operaciones ilegales. El D epartam ento de
Agricultura expresa que en la sem ana últim a los precios de la
carne en los m ercados han sido, según la m ayoría de los frigorífi­
cos entre 75 centavos y un dólar por encim a de los precios límites
oficiales p ara las 100 libras. Esta h a sido la situación desde la se­
gunda sem ana del program a de contralor de la m atanza que se puso
en vigor en abril.
El informe calcula que la producción de carne en el añoi actual
será de unos 22.900 millones de libras menos que en la producción
record de 1944. Se estim a que las exportaciones de carne en 1945
superan en 1.200 millones de libras las totales del año anterior,
pero aún así estarán considerablem ente por debajo de las 2.500
millones de libras em barcados en 1943".
En m ateria de trigo acontece lo mismo que con la carne.
Europa, que importó menos de cuatro millones de toneladas
de trigo el año anterior a la guerra, necesitaba 15.400.000 toneladas
de la cosecha de este año. Asia y Africa que normalmente impor­
tan 2.400.000 toneladas han necesitado casi once millones de to­
neladas.
En conjunto los países necesitados han pedido 32.000.000 de
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 103

toneladas de trigo, este año, en vez de su normal importación de


13.000.000 de toneladas. Los países con excedentes (principalmente
Estados Unidos y C anadá) pueden proveer 24.000.000 de toneladas
an tes del final de la cosecha de este año, pero al, mundo le. fa lta rá
todavía 8.600.000 de toneladas de sus necesidades mínimas.
Mientras ese déficit de alim entos no llegue a los distintos mer­
cados del mundo, h ab rá en los necesitados un peligrosísimo déficit
de nutrición.
Los expertos dicen que el ser hum ano necesita por lo menos
2.200 calorías por día. El ciudadano ordinario de los1Estados Unidos
consumía m ás de 3.200 calorías por día. En la India h ab ía por lo
menos 55.000.000 de habitantes de ciudades, viviendo con u ñ a
ración de 960 calorías.
En la zona francesa de A lem ania la ración era de 940 calorías,
en la inglesa de 1.000 y en la am ericana de 1.275, mientras en ,1a
rusa exa de 1.300 a 1.500. Los alem anes caían muertos por la s
calles. Más, un oficial del gobierno m ilitar de los Estados Unidos
explicaba de e s ta m anera la relación de calorías habida: sobre 700
calorías un hombre puede perm anecer vivo guardando cam a y: con
un calor adecuado. Sobre 1.000 calorías él podía cam inar un poco
por la calle, y sobre 1-300 podía realizar trabajos livianos.
El econom ista británico Sir Arthur Salter dijo: 10 millones de
alem anes en la zona británica consiguen promedio de sólo 1.014
calorías diarias, lo cual es dem asiado p a ra que usted pueda morir
rápidam ente y muy poco p ara que usted te n g a larga vida.
En nuestros viajes por el mundo hemos visto m uchas grandes
exposiciones: im as de carácter nacional, y de carácter internacional
otras. Y en todas hemos sacado la impresión —com partida en
general—, de que, no obstante el enorme costo que ellas tenían
que significar, resultaban un gran negocio p a ra el país que las
realizaba.
En A rgentina el Presidente Perón en su discurso del 1° de junio
de 1946 sobre el contenido popular de la Revolución que lo tiene
por jefe, señaló "que si la Argentina es capaz de duplicar el valor
de la producción y duplicar el consumo interno, logrará coloca*
dentro del país el 70 por ciento de esa producción y exportar un
30 por ciento.
Todos1 los países están respondiendo a este clamor universal
de m ás y mejor producción agraria.
En Inglaterra, se a c a b a de crear la Federación de Productores
Agrícolas, que tendrá carácter internacional.
El representante de C uba declaró que la producción agrícola
104 AVELINO C. BREÑA

e ra hoy m ás vital que en cualquier momento de la historia de la


civilización, pero urgió que no se perdiera de vista la necesidad de
expandir los m ercados m undiales de productos agrícolas. Sin esta
expansión —declaró—, todos los esfuerzos de la Federación termi­
narán en un trágico fracaso. La resolución por la cual se establece
la Federación Internacional de Productores Agrícolas, fué aprobada
por unanim idad, firmándola los delegados de las 13 naciones re­
presen tad as en la conferencia: A ustralia, Bélgica, C anadá, Dina­
m arca, Francia, Holanda, India, Luxemburgo, Nueva Zelandia, No­
ruega, Rodesia, Reino Unido y Estados Unidos. O tros 18 países en­
viaron Observadores a e sta conferencia.
El Consejo provisional de los países signatarios estará en funcio­
nes por el término de un año. La afiliación a la Federación quedará
abierta p ara cualquier organización o combinación de organizacio­
nes, a las que la Federación reconozca como nacionalm ente repre­
se n tativ as de los productos agrícolas primarios.
Las finalidades de la Federación son: 1°) Promover el bienestar
de todos los que viven del producto de la tierra y asegurarles el
m antenim iento de una remuneración adecuada y estable; 2°) Me­
diante intercambio de informaciones e ideas, descubrir el interés
m utuo, con el fin de adoptar una acción coordinada; 3?) Fomentar
la eficiencia de la producción, el proceso y la venta de los produc­
tos agrícolas; y 4°) Proporcionar ay u d a y dar consejos a las orga­
nizaciones internacionales, tales como la Organización de Alimen­
tos y Agricultura de las Naciones Unidas, en los asuntes que afecten
los intereses o el bienestar de los ^productores agrícolas primarios.
En estos momentos Suecia —que es el país europeo que pro­
m ete una más rápida recuperación de su vida nacional desquiciada
por la guerra—, está organizando la más grandes de las Exposiciones
Agrícolas h a sta hoy celebradas en aquel país, exposición que pro­
m ete alcanzar resultados extraordinarios y llam ar la atención ha­
cia el mismo, de todos los mercados consumidores de productos
y m aquinarias agrarias del mundo. Las crónicas que desde Esta­
do Unidos transmiten las agencias periodísticas, nos hacen cono­
cer la magnificencias de esa organización. Esta exposición, dicen
"cuyo recinto será el hipódromo de Solvalla, se está organizando
por la Federación Agrícola de Suecia, en relación con su tradicio­
nal Ruenión Agrícola Nacional, que este año cumple un siglo.
Se enseñarán en la exposición las últimas novedades y pro­
gresos en el terreno de la m aquinaria agrícola, la cría de ganado,
la genética vegetal, los edificios de granjas, etc.| Habrá tam bién
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 103

e n ella una interesante sección histórica , que ilustrará el gradual


•desarrollo agropecuario en Suecia.
Se expondrán 400 de las mejores vacas dei país que represen­
tarán tres razas v acunas econocidas: la sueco-fngia, la roja y b la n ­
c a y la serrana sin cuernos. También se expondrá 400 caballos, 300
cerdos, 300 ovejs, etc.
Se dedicará especial atención a la industria lechera. Entre los
•expositores se encuentra n a d a menos que 200 em presas de produc­
tos lácteos, que dispondrán de un local de exposición de una su-
perficié de 1.500 m2.
Como consecuencia del rápido progreso de la industria g a n a ­
dera, h a aum entado considerablem ente el rendim iento del g anado
sueco desde m ediados del Siglo XIX. | El peso de carne es ah o ra su­
perior en 25 por ciento por v aca y el rendim iento de leche casi h a
doblado en el mismo período. En 1945 las vacas suecas producían,
como término medio, 3.605 kilogramos de leche por tres, con un
contenido de grasa de 3.82 por ciento, o sea de unos 138 kgs. de bu-
tirina. Puede mencionarse tam bién que, de 1870, el número de va--
•cas en Suecia h a aum entado de 500.000 a 1.700.000. | En los dos pri­
meros años de la últim a guerra se produjo un descenso muy con­
siderable, como resultado de dos m alas cosechas consecutivas.
Como no íué posible obtener del extranjero alim entos p ara el g a­
nado, miles de vacas y cerdos tuvieron que ser sacriíicados. Ahora,
sin embargo, e sta reducción h a quedado prácticam ente compen­
sad a. La ganadería h a llegado a ser la ram a m ás im portante de
ia agricultura sueca produciendo actualm ente la m itad del rendi­
m iento total.
La sección de m aquinaria será m uy representativa.! Las em ­
presas suecas de m aquinaria m ostrarán los tipos m ás recientes de
■sus tractores, segadoras,, sistem as de riego artificial, etc.
En una sección "educativa" especial, los visitantes podrán es­
tudiar los úTtimos resultados de las investigaciones prácticas en
genética vegetal, y cría de ganado, familiarizándose con nuevos
inventos y métodos que perm itirán proceder a una ulterior racio­
nalización de la agricultura.
También será erigida en la exposición un a granja ultram oder­
n a con sus dependencias, donde todo, desde el establo h a sta el
equipo de cocina, será del tipo m ás moderno.
350.000 agricultores son miembros de la Cooperación Agrícola Sueca
- La Federación Agrícola de Suecia, que es la organización cen­
tral del movimiento económico cooperativo de la agricultura sue­
.06 AVELINO C. BREÑA

ca, cuenta con el apoyo de unos 350.000 agricultores, cifra extraor­


dinariam ente elevada, en vista de que el número de granjas suecas
de más de 5 acres (2 hectáreas), sólo alcanza a 300.000. E stán.afi­
liadas a la Federación 15 organizaciones filiales, que venden pro­
ductos de la industria lechera, carne, cereales, huevos, etc.. E§tas
organizaciones tiene un total de 875 mil miembros y un volumen
de ventas conjunto anual de 1.600 millones de coronas (U.S.$|400
millones).
Los m ataderos ofrecen un buen ejemplo de la extensa racio­
nalización que h a podido aplicarse merced a esta colaboración se­
gún norm as cooperativas. En lugar de miles de pequeñas carni­
cerías con un equipo insuficiente y que trabajen en muchos casos
en condiciones poco higiénicas, existen ahora 30 y ,ta n to s m a ta ­
deros en Suecia, con equipo moderno y gran capacidad de rendi­
miento, que perm ite un a operación económica y una mejor utili­
zación de los subproductos.”
En Estados Unidos, se e stá celebrando actualm ente una de la s
reuniones de la llam ada Conferencia de las Naciones Unidas so­
bre Alimentación y Agricultura, la que según las crónicas asum e
los caracteres de un hecho moralm ente reconfortador y auspicioso
en el m ás alto grado, y a que con ella se procura y espera inducir
a los países poductores de artículos alimenticios a aum entar su
producción en la certeza de que tendrán mercados asegurados p ara
ese aum ento por muchos años.
La primera reunión de esa Conferencia realizada en W ashing­
ton en junio de 1943 expresó su convicción de que era realizable
el ideal de un mundo libre de miseria, con abundancia de alimen­
tos sanos y adecuados p ara la salud y el vigor de todos los pueblos.
"Jamás —consignaba en uno de sus pasajes el texto de su de­
claración inicial—, h a habido alimentos en cantidad suficiente para
m antener la salud de todos los pueblos, situación que*no está jus.
tificada ni por la ignorancia hum ana, ni por la inclemencia de la
naturaleza. La producción de alimentos debe aum entarse mucho
más, y a ahora sabem os qué medios deben emplearse p ara lograrlo.
M as ésto requiere iniciativa y voluntad firme de parte de cada go­
bierno y de cada pueblo". ' ,
Sigue expresando la declaración que la causa primordial dei
hambre y la m ala nutrición es la pobreza. ¡ Inútil es producir ma­
yor cantidad de alimentos si no se organiza racional y lógicamen­
te su consumo. "Se impone —consignaba el documento en forma
te x tu a l^ , la expansión de toda la economía mundial, si deseamos
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 10T

crear poder adquisitivo suficiente como p ara permitir a todos m an­


tener un régimen alimenticio adecuado”.
Y como enunciación del program a a desarrollarse p ara alcan ­
zar tal "desiderátum ” se consignaba, después, que la m ayor cantidad
de alimentos que era necesario producir, podrá poner al alcance
de todos los países, m ediante el aumento de la actividad indus­
trial, la eliminación de la explotación hum ana, el fomento del co­
mercio nacional e internacional, la metodización adm inistrativa,
nacional e internacional de igual m anera, de las inversiones y de
la moneda, y el m antenim iento del equilibrio económico de c a d a
uno de los países y del mundo entero".
En el Estado de Texas existe la "Texas Pan-American Associa-
tion" con oficinas en 114 T ast Tight Street Fort W erth, Texas, que
es una agrupación de hombres de negocios deseosos de prestar su
colaboración en el m ejoram iento de am istad y relaciones comer­
ciales entre las naciones de la América L atina y los Estados Uni­
dos.
Esta Asociación e stá haciendo arreglar p a ra la celebración de
una exposición comercial que se llam ará "The Inter-American Tra-
de Exposition and Conference", y que ten d rá lugar del 6 al 12 d®
octubre de este año.
Per medio de sus Embajadores en W áshington, los Gobiernos
de la América Latina han sido invitados p a ra concurrir a la expo­
sición, y p ara que ellos, a su vez, inviten a entidades particulares
p a ra que éstas por su parte envíen m uestras. La Asociación h a
pedido a la Inter-Americar Develerrem Comission, que h a g a llegar
a las Comisiones Nacionales la súplica de que ellas se interesen
porque los Gobiernos respectivos y entidades particulares h ag an
arreglos para participar en la exposición m encionada que se cele­
brará en la ciudad de Tor Warth.
Tor Worth extiende un a invitación a todos los productores y
m anuíactores de todas las naciones am ericanas p a ra que exhiban
sus productos tan to naturales como m anufacturados en su Exposi­
ción y Conferencia de comercio Interam ericano del 6 al 12 de oc­
tubre en el im ponente Coliseo y Auditorio "Will Roges".
No h a habido hasta ahora un lugar común de reunión donde
los manufactureros y hombres de negocios de la América puedan
discutir y encabezar sus negocios privados en u n a escala inter­
americana. Esto se aplica a los negocios inter latino-am ericanos
así como a los de dichos países y los Estados Unidos de Norte
América.
La Exposición y Conferencia de Fort W arth d ará a los hombres
AVELINO C. BREÑA

•de negocios de los dos C ontinentes una oportunidad p ará que esta­
blezcan contacto de muturo provecho. También les proporcionará la
oportunidad de estudiar y encauzar con toda franqueza sus proble-
,mas com erciales y de sugerir la resolución de los mismos.
Fort W arth es u na ciudad indudablem ente bien a d a p ta d a p ara
actu ar como anfitrión de tal Exposición y Conferencia por estar si­
tu ad a sobre las principales líneas aéreas, ferrocarrileras, y carre­
teras, y se encuentra adem ás entre las costas del Atlántico y Pací­
fico, siendo por lo mismo fácilmente accesible del Sur, del Norte, del
O riente y del Occidente.
Forth W arth es suficientemente grande para acomodar bien a
gran número de visitantes que asistan a la Exposición y Conferen­
cia. Sus hoteles son hermosos y modernos, los cuales cuentan con
facilidad p ara la celebración de banquetes y de bailes con esplen­
der y elegancia. Es una ciudad de magníficos teatros, y variadas ca­
pacidades recreativas con hermosos parques y jardines y magnífi­
cas iglesias y escuelas.
Fort W arth, aunque tiene tendencias industriales, no está en
com petencia con ninguna de las grandes industrias de Norte o Sud-
américa.
Los hombres de negocios y em presas que vengan a participar
en la Exposición y Conferencia de Forth W arth podrán cerciorarse
de que no encontrarán ni discriminación ni favoritismo desalenta­
dores.
Forth W arth no está muy rem ota do la frontera de un gran ve­
cino de h abla española y Nh a comprendido por muchos años los be­
neficios de las relaciones del Buen Vecino. | Muchos de sus habitan­
tes hablan español y algunos de sus establecim ientos cuentan con
apartam entos especiales para tratar con cientes de países latino­
americanos. Por último, todos los niños que asistan a la escuela han
recibido en ella por varios años clases de español.
Les comerciantes que Se interesan en participar en la exposi­
ción pueden pedir informes detallados sobre quioscos y otros aspec­
tos do este evento al Gerente General, Asociación Panam ericana
de Texas,, C ám ara de Comercio, Forth Warth 2, Texas, E.U.A.
Otra, institución norteamericana,, la Sección Estadounidense del
Consejo Interamericano de Comercio y Producción, suscribió el 22
de abril de 1946 una declaración de principios en la que luego de
expresar que el bienestar y la seguridad de todos requiere una' es­
tructura firme ae paz internacional, y que la base sobre la cual
está estructurada y ha de elevarse, es la realización y el logro en
todas partes, de mayores niveles de vida, dice que el incremento
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO

de la producción es el requisito primordial para la ocupación y el


consumo, de los cuales depende la elevación de los niveles de la
vida.
El incremento de la producción de bienes y servicios útiles
el requisito primordial p ara lograr un elevado nivel de ocupación
y consumo, de los cuales depende un alto stan d ard de vida. El
logro de un m ayor standard de vida sólo puede basarse en la labor
dura e inexorable por parte de los mismos pueblos que lo desean.
Los standards de vida máximos sólo pueden lograrse por m e­
dio del comercio internacional.! Los standards de vida en los di­
versos países variarán am pliam ente según la capacidad de alcan ­
zar dicho incremento de la producción por medio de la eficaz uti­
lización y aprovecham iento de ios recursos y técnicas disponibles-
En la m edida en que tales recursos y técnicas falten, los pueblos-
de cualquier país sólo podrán lograr su stan d ard de vida máximo-
si com plem entan su propia productividad aprovechando la de otros..
Este recurso de aprovecham iento ventajoso de la productividad cle-
otros países constituye la base y justificación de todo comercio in­
ternacional."
En cuanto a Inglaterra, Francia, Rusia, Bélgica y España, y a
-sabemos los esfuerzos que e stán realizando p ara reorganizar su
producción alim enticia que resulta totalm ente insuficiente p a ra su s
poblaciones.
Nuestro país tiene que realizar un gran esfuerzo p ara aum en­
tar y perfeccionar sus medios de producción y de industrialización.
Tiene que hacerlo de inm ediato y debe hacerlo seguro del éxito.
Lo que gastem os en tal sentido será dinero colocado a un altísimo
interés. Además, mejoraremos nuestras iuentes de producción,-
crearemos trabajo; nos independizaremos en muchqp artículos del
extranjero; abriremos nuevos m ercados y levantarem os nuestro ni­
vel general dentro y fuera del país.
No hace mucho, el D epartam ento de A gricultura de los Esta­
dos Unidos dió a publicidad un informe referente al déficit de ali­
mentación en el mundo.\ Según él, Europa continental necesita im­
portar en un año 18 millones de toneladas de alimentos, no p ara
subvenir a las necesidades normales de sus distintos países, sino
para remediar las más aprem iante. G ran Bretaña, p ara m antener
sus actuales racionam ientos —que no son de holgura—, necesita
en igual término 5 millones de toneladas de cereales, 1.750.000 to ­
neladas de azúcar y 1 millón de toneladas de otros productos.
El panoram a es similar en otrosp aíses europeos en los que la
AVELINO BREÑA

producción disminuyó en un 20 por ciento, y en loa que las necesi­


dades de consumo se h an acrecentado en un porcentaje igual.
En China, se necesita actualm ente 2.000.000 de toneladas de
arroz y de trigo. En las Filipinas existe un evidente déficit de pro­
ducción arrocera. India necesita importar un millón de toneladas
de arroz y trigo. El Norte de Africa —an tes exportador de artículos
alimenticios—, necesita dos millones de toneladas de cereales.
Nuestro país h a quedado retrasado en esos esfuerzos. Debemos
hacer algo por ponernos al diapasón de las circunstancias, y ese
algo es —como primer paso—, una bien organizada exposición n a­
cional, en la que exhibamos el panoram a agrario del país con sus
defectos, sus lagunas, sus excelencias y sus posibilidades. Tiende
a eso el proyecto que dejamos motivado.
Montevideo, m ayo 30 de 1946. Avelino C. Breña".
HOTELES PARA LA CIUDAD
* Este es el momento de darle vida hotelera a nuestra Ciudad.
En m ateria de Hoteles, se h a hecho algo plausible en los últimos
años. Pero falta hacer mucho más. Necesitamos más Y mejores
Hoteles. Desde luego necesitamos el gran Hotel que el Banco de
Seguros tiene proyectado construir en diversas Ciudades y de las
cuales y a hay varias que lo poseen. ¿Por qué no se presiona a los
Directores del Banco p ara que nos erijan aquí el Hotel que Maldo­
nado necesita y reclama. No un Hotel de varios pisos, sino de dos
plantas. No un Hotel de lujo, sino un Hotel, amplio, cómodo, lim­
pio y barato, que atraig a gente y no que la corra; que prestigie
a la ciudad y que proporcione trabajo. ¿Y por qué no lograr otros
para San Carlos y Punta del Este?
OTRAS CABRAS DE NECESARIA REALIZACION EN ÉL
BICENTENARIO
a) Nombres a las calles, caminos y avenidas, de las poblaciones
y del Departamento, con sus respectivas chapas;
b) Gráficas de direcciones en todo el Departamento.
c) Reconstrucción del Camino que sube a la cumbre del Cerro de
las Animas y rehabilitación en ella, del Pabellón Nacional;
d) E statua de Artigas sobre el Cerro de las Animas;
e) Construcción de un Paradero y de su acceso desde el Abra de
Perdomo, en kx Punta de la Sierra de la Ballena;
f) Monumento a los grandes plantadores de árboles en Maldonado,
personalizados en Enrique G. Burnett y Antonio D. Lussich.
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 111

UN REMOZAMIENTO DE LA CIUDAD
Y claro está, el Bicentenario, no debe encontrarnos con la Ciu­
d a d hecha un adefesio, con sus calles llenas de baches y de hierbas,
con sus inmuebles sin aceras em baldosadas y sin muretes y cordo­
nes; con sus edificios sin arreglar y sin blanquear y pintar; con
sus Avenidas sin concluir.
EL PERFECCIONAMIENTO. POR LEY GENERICA, DE LOS TITULOS
DE PROPIEDADES MODESTAS DE INMUEBLES
EN EL*DEPARTAMENTO
Es otra cosa que tendría que hacer el Comité, aprovechando la
im portancia del asunto y el fervor que en todos provoca la conm e­
moración Bicentenaria. Ya lo intentam os nosotros, desde el Senado.
T u é nuestro primer Proyecto de Senador, y dice así:
'PROYECTO DE LEY
Artículo 1® — ^Siempre que se trate de inmuebles urbanos de
titulación deficiente, pertenecientes a personas consideradas caren­
tes de todo otro recurso, mismo cuando sean em pleados u obreros
con sueldo inferior a cien pesos m ensuales, las M unicipalidades por
intermedio del respectivo asesor jurídico, iniciarán a petición escrita
del propietario —o de uno de ellos cuando sean varios—, el perfec­
cionamiento de dicha titulación.
Artículo 2? — La tramitación a que se refiere el artículo ante­
rior, será gratuita, se h ará en papel simple, e sta rá ex en ta de to d a
clase de estam pillas, no devengará costas ni costos, y no d a rá de­
recho a quienes en ella intervengan a reembolsos de ninguna
especie.
Artículo 3® — En los juicios que con ta l fin’se inicien, la defen-
suría de ausentes, la desem peñará, con la m ism a gratuidad el Mi­
nisterio Público.
Articulo 4® — El mismo beneficio del artículo 1°, y en la misma
forma de los artículos 2° y 3°, se acuerda a los m odestos propieta­
rios de las zonas suburbanas y rurales, cuando el inmueble que
posean con deficiente titulación, ten g a un aforo inferior a dos mil
pesos para el pago de la Contribución Inmobiliaria, y sea to ta l­
m ente ocupado por ellos.
Artículo 5® — Comuniqúese, publíquese, etc. Avelino C. Breña".
112 AVELINO C. BREÑA

EXPROPIACION DE LA CASA Y DEL PARQUE QUE FUERON DE


DON ENRIQUE G. BURNETT, Y DESTINO: DE LA 1? A MUSEO NAU­
TICO. Y DEL PARQUE, A PARQUE PUBLICO CON LA DENOMI­
NACION DE ENRIQUE G. BURNETT
Se nos h a informado que el Parque erigido con tantos sacri­
ficios y tanto amor a M aldonado, por Don Enrique G. Burnett, h a
sido vendido por la Sucesión, por explicables razones de orden su­
cesorio y condominial ,y que lo mismo e s tá por acontecer con su:
hermoso Chalet. Se nos ocurre entonces, que el Comité, la Comi­
sión, las Autoridades Municipales, deHieran —p ara evitar los pe­
ligros de un parcelam iento, y las modificaciones, o lo que fuere,
del edificio—, ir a la Expropiación de una y otra cosa, reactuali-
zando, o de otro modo cualquiera, el Proyecto que en 1946 pre­
sentam os al Senado, p ara lograr ese fin. Ese Proyecto, con su Ex­
posición de Motivos: dice así:
PROYECTO DEL SENADOR AVELINO C. BREÑA, POR EL CUAL SE
DECLARA DE UTILIDAD PUBLICA. Y SE EXPROPIAN LA CASA Y
EL PARQUE VECINO OUE FUERON DE DON ENRIQUE G. BURNETT.
EN LA CIUDAD DE MALDONADO. DESTINANDOSE: LA CASA JL
MUSEO NAUTICO, Y EL PARQUE A PARQUE PUBLICO CON LA
DENOMINACION DE PARQUE BURNETT.
Art. I9) Declárase de utilidad pública la expropiación de la:
C asa y del Parque que pertenecieron a Don Enrique G. Burnett, en
la ciudad de Maldonado, y téngase a ambos inmuebles como MO­
NUMENTO NACIONAL.
Art. 2°) El P. E. procederá de inmediato a la expropiación o
adquisición, por convenio, de los inmuebles de ia referencia, y a su
restauración; y destinará: el edificio a MUSEO NAUTICO, y el Par­
que, a Parque Municipal, con la denominación de PARQUE BUR­
NETT, el que será abierto al público.
Art. 3°) El P. E. gestionará de la Sucesión 3um eii la donación-
de las Colecciones de diferentes objetos que poseía aquel, las que
serán exhibidas en una sala que se denominará "SALA ENRIQUE
G. BURNETT, y en la que junto al retrato de esta insigne persona­
lidad de la colonia británica en el Uruguay, se colocará, en cuadro,
la biografía del mismo.
Art. 49) Las autoridades, en el D epartam ento de Maldonado,
facilitarán la búsqueda y extracción de todos los elementos que
resulten indicados para ser exhibidos 'en el Museo Náutico.
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 113

Art. 5°) Establécese una ta s a del cinco por mil del valor de
las construcciones, aplicable a los planos de edificación de la Zona
Balnearia del Departam ento de M aldonado, d estin ad a exclusiva­
m ente a la adquisición de los inm uebles de la referencia, a su a d ­
ministración, restauración y mejoramiento, y a la formación y sos­
tenim iento del MUSEO NAUTICO.
Art. 6°) Créase, con igual destino y con el de la adquisición,
y restauración de inmuebles históricos y lugares panorám icos, un
impuesto del 5 por mil aplicable a los enajenantes de inm uebles
ubicados en la Zona B alnearia del D epartam ento de M aldonado.
Art. 7°) Se considerará. ZONA BALNEARIA DEL DEPARTA­
MENTO DE MALDONADO, a los efectos de e s ta ley, la que e stá
al Sur del Camino carretero que v a de M ontevideo h a s ta encon-
t|p r el Camino que une a M aldonado con San Carlos, este cam ino
h a s ta el Paso del Arroyo M aldonado, la p arte sur de este Arroyo
h a sta su desem bocadura en el Océano, y del otro lado del Arroyo,,
u na faja de tres kilómetros contados d e sd e la co sta océanica.
Art. 8°) Com étese a u n a Comisión honoraria constituida por
el Profesor R. FRANCISCO MAZZONI, el Sr. AUGUSTO SAGRISTA,
el Sr. PLACIDO COSTA, el Sr. MANUEL PLADA y la Prof. ELODIA
MONTAÑES, la organización del Museo de la referencia y la restau ­
ración del edificio y parque precitados. El Intendente Municipal
de M aldonado formará parte de la Comisión y la presidirá.
El P. E. por medio de sus oficinas, facilitará a dicha Comisión,
el personal y medios que é sta considere necesarios p ara .llevar a
efecto su cometido.
Art. 99) El im puesto que por e sta ley se crea en el artículo
6?, se aplicará a las enajenaciones efectuadas a partir del primero
de enero del corriente año.
Montevideo, marzo 22 de 1946. Avelino C. Breña".
EXPOSICION DE MOTIVOS
La necesidad de proteger los edificios y dem ás construcciones
históricas del D epartam ento de M aldonado —y en general las de
todo el País—, no escap a al criterio de ninguna, persona Tampoco
escapa la necesidad que día a día se hace m ás evidente de pre­
servar los paisajes y dem ás cosas de la naturaleza que despierten
un interés especial. En el CODIGO DE LO MONUMENTAL, que en
breve presentaré al Senado, y en los tres o cuatro tomos de CO­
MENTARIOS DEL CODIGO DE LO DOCUMENTAL, que lo acom ­
pañan, muestro y dem uestro lo que en los pueblos m ás cultos se
114 AVELINO C. BREÑA

viene haciendo sobre este tópico, y lo que debemos hacer en nues­


tro País, que, por lo dem ás, desde hace algún tiempo se viene preo­
cupando por la tu te la de lo histórico y de lo artístico, presionado
por lo que sobre tal m ateria se dice ün día si y otro tam bién, des­
de lo prensa y desde el Parlamento.
En M aldonado —como y a lo expresé en la Exposición de Mo­
tivos de otros proyectos presentados al S en ad o ,'h ay que proteger
un a serie de construcciones de carácter histórico. A las entonces
enum eradas, agrego hoy las que son motivo de este proyecto, el
Parque Burnett y la Casa de Burnett; Parque y casa que tienen un
valor de historia,, que aún cuando no remoto, interesa al País. Ese
Parque fué el feliz intento de aquel caballero británico que se
llamó Enrique G. Burnett, quien desem peñando el puesto de Vice
Cónsul inglés en M aldonado, edificó el hermoso edificio que du­
ran te casi medio siglo le sirvió de residencia, y construyó sobre
los arenales inhóspitos que día a día avanzaban am enazando lcr
herm osa ciudad fernndina, el Parque que todo M aldonado conoce
por Parque Burnett.
No fué Don Enrique G. Burnett el primer plantador de pinos y
eucaliptos en Uruguay. Tampoco lo fué en Maldonado. En Monte­
video le precedieron Don Tomás T5mkinson, Don Doroteo G arcía y
Durandeau.j En Maldonado, dos italianos conocidos por los Tosca-
nos. Pero fué Burnett quien dió impulso a las plantaciones, y el pri­
mero que lo hizo no con fines de adorno —como García, Duran-
deau—, sino como Los Toscanos, con el de contener y fertilizar los
m édanos movedizos que día a día crecían am enazadores y estiri-
lizantes sobre la costa de Maldonado. Por esa obra se le otorgó-
hace cuarenta años, una M edalla de Oro por el Ministerio de In­
dustrias y otra por la M unicipalidad de Maldonado; y por esa obra
y por los servicios prestados a la navegación —y por consiguiente
a la Armada Inglesa—, el Rey de Inglaterra le concedió el honor
m ás insigne que se otorga q un ciudadano inglés: el de la Conde­
coración de Oficial del Imperio Británico, que lo convierte por ello en
Miembro del Imperio, y por aquella obra la ciudad de M aldonado
venera su memoria.
De aquel Parque y de aquellos pinares plantados y cultivados
con una paciencia benedictina en medio a la hostilidad de la na­
turaleza y a la de los vecinos que se los arrancaban y destruían
considerándolo un loco, salieron esos bosques de pinos y eucalip­
tos, que constituyen una de las maravillas de Maldonado; que han
resultado una extraordinaria fuente de riqueza y de trabajo en los
últimos años, y que hoy son los que contribuyen a dar extraordí-
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 115

nario valor a las tierras de la zona costera de M aldonado que por.,


•su esterilidad hace veinte años se regalaban, y que hace diez se
-compraban a cien pesos la hectárea,, pagándose hoy por a lg u n a
fracción de ellas m ás de ochenta mil pesos la hectárea.
La Casa del Sr. Enrique G. Burnett, es u n a linda construcción,
d e altos y bajCs, en el estilo de las c a sa s de cam po inglesas.
Tuvo siempre, en los altos, el Mirador al mar, y en él el Sem á­
foro que servía al Sr. Burnett p a ra com unicarse con los buques que
p a sa b a n por nuestras costas. La consideram os de lo m ás indicado
y apropiado p a ra MUSEO NAUTICO: por haber pertenecido a di­
cho señor, por tener esa vinculación con el mar, y por e sta r den­
tro de un terreno amplio y cómodo como p a ra poderse exhibir en
él todo m aterial náutico.
En las p layas de M aldonado todavía existe mucho material
náutico fácil de extraer, y todo él, como es natural, histórico. El
Museo que allí,se establezca, será u n a cosa im portante en la v id a
tu rística de las Playas del Este, y por consiguiente un motivo de
■atracción de forasteros. También será un Centro de Cultura, que
no tiene el país en esa clase de m anifestaciones, y que, bien or­
ganizado, contribuirá a resolver el problem a fundam ental de n u e stra
M arina M ercante.
La financiación de este proyecto destinado a recuperar, en bre­
v e plazo, todo lo histórico que posee M aldonado, a restaurarlo y j
■a hacerlo revivir, es fácil, sencilla y no gravosa. Todo sale de la-'*
fastuosa edificación de Villas en la Zona B alnearia .y del extraor-
dinariQ enriquecimiento logrado por las personas que por circuns­
tan cias en absoluto ajenas a sus hechos han percibido cantidades
fc^ulosas por lo que no les costó n a d a o casi nada. Fracciones de
•arenales que fueron com pradas a medio centésimo, y un cuarto de
centésim as el metro, hace 20 años, se venden hoy a 10, 20, 30 y^
43 pesos el metro.
El nombramiento de un a Comisión —y nom bram iento por el
Parlam ento—, se impone. Hay que , hacer las cosas con quienes
"más amor y autoridad tienen p ara ello. Mazzoni, Costa, Sagristá, i
Piada y Elodia M ontañés son las personas indicadas p ara eilo. La*
Comisión es honoraria, explicablem ente. Todos ellos, son jubila­
dos de la Nación y fervorosos m aldonadenses. Tienen autoridad
moral y com petencia técnica p ara el cargo.
Entendemos que no se necesita n ad a m ás p ara considerar fun­
dado el proyecto que nos ocupa. 1
Maldonado, marzo 22 de 1946. Avelino C. Brena.
AVELINO C. BREÑA

ALGO MAS SOBRE LA ZONA BALNEARIA DE MALDONADO, Y


CREACION DE LA ZONA BALNEARIA DE URUGUAY
Otro de nuestros Proyectos presentados en 1946 al Senado de
que formábamos parte, crea la Zona Balnearia de Uruguay com­
prensiva, como es natural, de toda la costa riopjatense y oceánica
del Departam ento de Maldonado. Dice así:
PROYECTO DEL SENADOR AVELINO C. BREÑA POR EL CUAL,
A LOS EFECTOS IMPOSITIVOS CONSIGUIENTES, SE CREA LA
ZONA BALNEARIA DEL URUGUAY COMPRENSIVA DE PLAYAS,
BOSQUES, CAMPIÑAS Y MONTAÑAS QUE DAN SOBRE EL RIO DE
LA PLATA Y EL OCEANO ATLANTICO; SE FIJA SUS LIMITES, Y
SE GRAVA: LAS EDIFICACIONES QUE EN ELLA SE REALICE, Y
LAS ENAJENACIONES DE SUS INMUEBLES, CON UN IMPUESTO
DESTINADO EXCLUSIVAMENTE A EMBELLECIMINETO DE LA
MISMA."
Art. 19) Créase la ZONA BALNEARIA DEL URUGUAY, la que
tendrá por límites: al Este, el Arroyo de Carrasco hasta; él camino
Maldonado, al Norte una línea formada por este Camino h asta en­
contrar la falda de la Sierra do las Animas, esta falda h a sta el Cerro
d e las V entanas, de aquí una línea hasta el Cerro de los dos Her-'
manos, de aquí una línea h a sta la Estación José Ignacio, de aquí
la línea del Camino carretero a Rocha, Castillos, Fortaleza de S anta
Teresa y Chuy; al O este, la frontera con el Brasil, y al Sur, el Río
de la Plata y el Océano Atlántico.
Art. 2°) Las edificaciones que se efectúen dentro de esa zona
estarán sujetas a planos sometidos a las respectivas Municipali­
dades, los cuales, adem ás de los impuestos que los gravan; d eb e-.
rán llevar un tim bre. correspondiente al cinco por ciento del valor
real de la construcción efectuada, timbre que se denominará Zona
Balnearia del Uruguay.
Art. 3°) Las enajenaciones de inmuebles de la Zona B alearia
del Uruguay, quedan obligadas a pagar el impuesto del uno por.
ciento del valor real de las operaciones de venta que havan reali­
zado, desde el 1° de enero de 1946, o realicen en el futuro.
Este impuesto lo cobrará el Escribano autorizante de Id escri­
tura, m ediante un timbre de los referidos en el artículo 2° que bajo
su responsabilidad profesional colocará en el testimonio que ex-''
pida.
Art. 4°) El producido de los impuestos referidos en los artícu­
FRENTE AL BICENTENARIO DE MALDONADO 11T

los 2° y 3? se verterá en un a cuenta especial que llevará la Con­


taduría G eneral de la Nación. C ontra e s ta cu en ta sólo se podrá
girar por el Ministerio de H acienda a favor de las respectivas Mu­
nicipalidades y por el importe que a ca d a u n a com peta, cuando
é sta s —con la intervención de la Inspección Nacional de H acien­
d a —, proyecten realizar obras de embellecimiento de la precitada
Zona Balnearia.
Art. 5°) El P. E. reglam entará la presente ley.
Avelino C. Breña
EXPOSICION DE MOTIVOS
Está en el espíritu de todos la necesidad de hacer todos los
d ías algo m ás por el turismo en nuestro País. Como ese turismo
'actualm ente se desplaza h acia nuestras P layas fam osas en el m un­
do por su clima, sus aguas y sus bellezas, es preciso dedicar a e s­
ta s playas preferente atención.
Naturalmente, dentro del moderno concepto de Playa, en ten ­
demos la costa m arítim a y cuanto en ella despierta el interés ex-
cursionístico del turista: bosques y m ontañas.
Nuestro País es privilegiado en am bas-eosas. Por eso tam bién,
nuestras Playas son ta n solicitadas y prom eten ser, en un futuro
que día a día vislum bramos m ás cercano, uno de los centros de
atracción mundial más concurridos en la estación veraniega.
Sobre nuestras costas, nosotros tenem os m ontañas, cerros,
serranías, valles y praderas, realm ente encantadores Hay que co­
nocer, como las conocemos nosoflros, la Sierras de la Animas, el
Cerro Betete, el Cerro Pan ^ie Azúcar, los de Piriápolis, las sierras
de Carapé, las de Garzón, las de José Ignacio, etc., para poder de­
cir de sus bellezas verdaderam ente m aravillosas aún no directa­
m ente gozadas pop el hombre por el difícil acceso a sus cumbres y
hondonadas. Pero tiempo vendrá —y a estam os dentro de él—, en
que todo eso será como en Europa, en Brasil, y A rgentina, cru­
zado por caminos de fácil acceso. Entonces surgirán en ellas, por
doquier, como allá surgen, las rientes construcciones m ontañosas
de que están cuajadas las serranías españolas, suizas, italianas y
francesas; las m aravillosas selvas alem anas, austríacas, húngaras,
checoeslovacas, norteam ericanas y los encantadores ríos canadien­
ses, yugoeslavos, etc.
Se h a pensado en nuestro país, más de una vez, desvincular
.18 AVELINO C. BREÑA

la adm inistración de nuestras Playas, del gobierno departam en­


tal p ara darles m ayor jerarquía e impulso, psro se tropieza con los
derechos que en m ateria de gobierno de los D epartam entos la Cons­
titución acuerda a las M unicipalidades. Este Proyecto procura lle­
nar la necesidad constatada, sin interferir en la esfera de los dere­
chos de las Municipalidades.
Este proyecto no es •todo lo que se necesita, pero es algo de
lo mucho que poco a póco habrá que ir contemplando.
La fijación de límites es un poco arbitraria. No puede ser de
otro modo. Es susceptible de modificaciones, extendiendo o acor­
tando la zona, según sus bellezas.
Desde luego que no queremos gravar sino lo que \g llega al
propietario por obra extraña a sus esfuerzos. La valorización por
el esfuerzo que las autoridades nacionales efectúan para atraer a
esas regiones riqueza de todo género, es obra realizada al margen
del esfuerzo dei propietario por mejorar su bien. Este, en gran par­
t e de esa Zona Balnearia, ha multiplicado varias veces su valor de
u n día para el otro, por causas ajenas al propietario. Es natural,
pues, que el Estado, en prosecución o fomento de esa política de
valorización y atracción turística, perciba algo del ingente bene­
ficio, para ser aplicado a ia Zona Balnearia del respectivo Depar­
tam ento.
Ese es el fundamento do este Proyecto que no es sino uno de
.la serie que al fomento del Turismo en la República, tenemos es­
tructurados y prontos para presentar al Parlamento.
Avelino C. Breña
Y PARA FINALIZAR
Repetimos: para nosotro?, el Bicentenario no sólo debe conme­
morarse con celebraciones oficiales y privadlas, como y a comenzó
a hacerse er> Punta Ballena. Esas celebraciones, claro está, forman
parte de la conmemoración, pero de ésta es lo que menos interesa.
Lo principai^aoy, no es el simple canto al recuerdo, sino las reali­
zaciones que lo comprendan, lo exalten y lo perpetúen. Y eso se
consigue con obras materializadas; con construcciones, con recons­
trucciones, con restauraciones. Los Banquetes, los Certámenes —que
también deben realizarse—, pasan o dejan poco. Lo otro queda,
permanece, estimula; y —debemos decirlo frente a una constatación
de siglos que nos rebaja y nos destruye—, nos adentra en esa reque-
tecom entada corriente turística de progreso que nos hace aparecer
FRENTE.» AL BICENTENARIO DE MALDONADO

como segundones incapaces, llevados de la rienda por Punta del


Este o conducidos a la zaga por San Carlos.
Y para concluir con estas radioconversaciones cuyo único fin
h a sido el de llevar alguna inquietud a Pueblo y A utoridades, reite­
ramos nuestro pensamiento: querem os que ni A utoridades ni Pue­
blo, fracasen en la conmemoración dfe los 200 años de la fundación
del primer centro poblado de una región que tenía por lím ites n a­
turales, cuando los Españoles de Buenos Aires se ocuparon de ella,
el Río de la P lata y el O céano A tlántico al Sur y el Este; las Sierras
de M aldonado al Oeste, y al Norte, un indefinido númüero de sierras
y serranías que llegaban h a sta el Brasil, zona de Indios y de Ma­
melucos que con sus tropelías sobre nuestras Estancias y nuestrasr
haciendas, ló lim itaban por e ste punto cardinal. v
La fecha, pues, no p asará "sin pena ni gloria", como h a dicho ese
brillante valor nuevo de las letras y el periodismo m aldonadense,
que ^e llama Elbio Presno Isnardi en uno de los últimos ejem plares
del diario "Punta del Este". Pasará, sí, pero debe p asar con alegría y
con gloria, porque la Comisión del Bicentenario hará, debe hacer,
cuanto necesario fuere, pora que todos veam os esa fecha como el
penacho blanco de Enrique IV, señalando, en el futuro, el punto
cumbre de un despertar del pueblo m aldonadense a cad a día m a­
yores y más grandes destinos.


I N D I C E

C a rá tu la ....................................................................................................................................* • 1
La T o rre del V igía: F o to g ra fía ........................................................................................ 3
M aterial del L ibro ......................................................... ..................................... .................. 5
P la z a de San F e rn a n d o de M aldonado. con el M onum ento a A rtig as y las
to rre s del T em plo al fondo ....................................... r .............................................. 7
A M anera de P re á m b u lo ....................................................................................................... 9
C ontenido del L ibro ............................................................................... ............................. 11
F re n te a la C onm em o ració n B ic e n te n a ria ..................................................................... 11
Sobre la fech a de la C on m em o ració n B ic e n te n a ria ................................................. 12
N u estras p rim e ra s im p resio n es en m a te ria de la C eleb ració n d e r B ic e n te n a r io 13
a) La A usencia de la A u to rid a d M u n icipal ......................................................... 13
b) La* C om isión y el C om ité .................................................... ................................. 13
c) La com posición de la C om isión y d el C om ité ................................................ lo
d) La p erso n alid ad de los M iem bros del C om ité ................................................ 15
E l P ro g ram a de la C onm em oración ................................................................................ 20
E l B icenten ario es ta n to de la C iudad C ap ital del D e p a rta m e n to , com o de
todo éste ............................................................................................................................... 21
Radio y P rensa, dos m agníficos co lab o rad o res de la C onm em oración, a los
que hay que te n e r en c u e n ta ..................................................................................... 22
Todavía algo m ás sob re e l "D ia rio P u n ía del E ste" y sobre "R ad io ''M al-
donado" ................................................................................................................................. 23
P erso n ajes m ald on ad en ses q u e no p u e d e n ser olvidados en esta C onm em o­
ració n ........................................................................................................................................ 25
Periódicos y P e rio d ista s del pasado, q ue re c la m a n la a te n c ió n d el C om ité 25
El H om enaje a n u e stro s H isto ria d o re s ............................................................................ 17
R ecordación de n u e stro s A n tep asad o s m ás cercan o s .............................................. 29
L a k e sta u ra c ió n de los M o num entos ............................................................................ 29
P ro y ecto del A u to r sob re re sta u ra c ió n y ad q u isició n de. M on u m en to s H is­
tó rico s ............. *.......................................................... .......................................................... 33

La necesidad del M useo de M aldonado y de los M useos de cada población


del
#
D ep artam en to ............................................................................................................. 34
La C onm em oración y la n ecesid ad de e sta b le c e r ^1 M useo M arítim o E n riq u e
G’. B u r n e tt.............................................................................................................................. 34
El Museo E rnesto Seijo ........................................................................................................ 37
El P a rq u e E n riq u e G. B u rn e tt ......................................................................7T............ 33
El M useo R. F ran cisco M azzoni ....................................... ... ............................... 39
El N om enclátor de Calles, Cam inos, etc. de M aldonado, San C arlos, l?an de
A zúcar, P u n ta del Este, y, en g en eral, de todo el D e p a r t a m e n t o .............. 40
P royecto del Sen ad o r A velino C. B reñ a sobre el n o m e n c lá to r de Calles y
Cam inos de M aldonado .............................*................................ ................................. 44
Pá«r.

a) L eo n ard o O liv era .................................................................................................... 45,


b) A ntonio B ologna ...................................................................................................... 45
c) E n riq u e G. B u rn e tt ................................................................................................ 45 y 4^
d) A ntonio C am acho .................................................................................................... 46 y 47
e) A ntonio D. Lussich 47
f) José C avallo .............................................................................................................. 47 y 4#
g) Rodolfo R odríguez ............................................................................................ >. . . 45
P a la b ra s del S enado r A velino C. B reñ a sobre L eo n ardo O livera ..................... 4K
"Nuevo P ro y e c to del S e n a d o r A velino C. B reña, so b re p erso n a jes m a ld o n a­
den ses .................................................................................................................................... 50.
^Exposición de m otivos del p ro y ecto a n te rio rm e n te referid o ............................. 51
L eon ard o O livera ............................................................................................................... 51
A ntonio B ologna ............................................................................................................... 51 y 52 .
E n riq u e G. B u rn e tt ' ......................................................................... ................................ 52*
A n to n io C am acho 52 y 53
A n to n io D. L ussich .......................................................................................................... 53^
Jo sé C avallo ....................................................................................................................... 53 y 54'
R odolfo R odríguez ........ .................................................................................................. 54r
G erv asio B u rg u eñ o ......................................................................................................... 54-55-5<T
S ilv estre U m erez ............................................................................................................. 56 y 5 T
O tros ilu stres m aldo n ad en ses que e sp e ra n el horr.<enaje fern an d in o ............. 5T"
P ro y e c to del S en ad o r A velino C. B reñ a, p o r el cual se da el n om bre de A n ­
to n io C am acho a u n a escu ela del D e p a rta m e n to d e M aldonado ............. 5T
^Exposición de M otivos del P ro y e c to a n te rio rm e n te re fe rid o .................................. 5&
O tro s m ald o n ad en ses q ue ta m b ié n deben ser reco rd ad o s ....................................... 59»
L a c o n c u rre n c ia de las poblaciones del D e p a rtam en to a las C elebraciones del
B ic e n te n a rio ........ .......................................... .................................................................. 6£
D iscurso p ro nu nciado po r el Senador A velino C. B reña, con m otivo de un im ­
p o rta n te P ro y ecto de la In te n d e n c ia M unicipal de M aldonado, sobre Ca­
m inos en P u n ta del Este ................................................ ........................................... ^
O tro discurso del S enador *B reña, sobre otro C am ino de P u n ta del Este . . . 6 S*
M aldonado y su R am bla C ostera .................................................................*................. 70*
E l M uelle de Las Delicias .................................................................................................. 71
M aldonado y el M useo V olante ....................................................................................... 72
N uev am en te, sobre la fo rm a de a c tu a r del Com ité ....................................... 75
La m ás efectiv a fo rm a de C onm em oración B icen ten aria .................................. 7lfc
M aldonado y el M onum ento a los C h arrú as ............................................................. 7ff
O tros M onum entos ................................................................................................................. 781
C an ch as de D eportes, Cam pos de A viación y C entros H ípicos ............................. 79»
T eatro s C ubiertos y T eatro s al A ire L ibre ................................................................ 7»
R econstrucciones que deben efectu arse en los M onum entos Históricos de
M aldonado ......................................................................................................................... 7»
L a .protección nacional, o legal, de nuestros M onum entos ..................................
Pág.

La g ra n U sina de A gua P o ta b le y el R egadío del Lago del Sauce, so bre el


lom o de la S ie rra de la B allen a ............................. ............................................. 81
C reación d el A viario N acional ............................................................................................ 82
Los B arrio s O brero s en el B ic e n te n a rio . . ..................................................................... 87
A lgún concurso, en obras públicas, de lo s-B an co s ................................................... 87
Algo sobre P u n ta B allena e Isla G o rriti ...................................................................... 88
L a necesidad ¿le la B iblioteca P ú b lica M aldo naden se ........................................... 90
San Carlos y su P rim e ra B iblioteca ................................................................................ $2
El C u a rte l de B lan den gu es .................................................................................................. 92
El B icen ten ario y la realizació n del P la n U rb an ístico del A rq u ite c to Jo n e s
O driozzola .............................................................................................................................. 92
La N avegación del A rro y o M aldonado h a sta el Lago del S auce y salida al
Río de la P la ta .................................................. ............................................................. 94
M aldonado y su M ercado M unicipal 100
H oteles p ara la ciudad ............................................................................................................. 110
O tras o b ras de n ecesaria realización en el Bicentenario» ............................... ......... 110
Un re m o zam ien to de la C iudad ............................................................................................ 111
El P e rfe c c io n am ie n to , por ley g en érica, de los T ítu lo s de P ro p ie d a d e s m o ­
d estas de in m u eb les en e l D e p a rta m e n to ............................................................. 111
E x p ro p ia c ió n de la Casa y del P a rq u e que fu e ro n de don E n riq u e G’. Bua>
n e tt, y d e stin o : de la Casa, a M useo N áutico, y del P a rq u e a P a rq u e
P úb lico , con la d en o m in ació n de E n riq u e G.B u r n e tt ........................................ 112
Algo m ás sobre la Zona B a ln e a ria de M aldonado, c o m p ren d id a en la Zona
B a ln e a ria de U ru gu ay , y C reación de ésta ...................................................... 116
C onsideraciones fin ales ............................................................................................................. llg


E ste lib ro se te rm in ó de im p rim ir
en los T alleres G ráficos “Im p reso ra
P u n ta del E ste S. A .” .
M aldonado

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