10 - Cuadernos de Etnomusicología PDF

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Dossier “Las músicas populares

y el periodismo: Ejemplos desde


España, Portugal y Brasil”
Zósimo López, Pedro Nunes y Fernán del Val
(coordinadores)

Otoño 2017
Una introducción a los estudios sobre periodismo
musical
ETNOMUSICOLOGÍA Zósimo López, Pedro Nunes y Fernán del Val 99

JORNADAS SIBE 2017 Mediatización de las controversias estéticas en la


LOSING MY RELIGION: ESPIRITUALIDAD, RELIGIÓN Y prensa musical: Rockdelux y la escena indie
MÚSICA POPULAR Héctor Fouce 119
Yolanda Criado 2
II JORNADAS INTERUNIVERSITARIAS DE Rolling Stone edição brasileira (1972) – cena carioca e
ETNOMUSICOLOGÍA ESPAÑOLA Y LATINOAMERICANA: jornalismo musical
RETOS Y HORIZONTES Cléber Sberni Junior 141
Katerine Zamora Caro 5
UN ESPACIO PARA EL ESTUDIO DE LAS MÚSICAS O jazz no Diário de Lisboa na década de 1920
POPULARES URBANAS EN EL 66 FESTIVAL INTERNACIONAL Mariana Calado 163
DE MÚSICA Y DANZA DE GRANADA
Elena María Moreno Martínez 9 Vedetas precisam-se: o papel da revista rádio e
ESCRIBIR SOBRE MÚSICA: ROLES, ESPACIOS Y RETOS DEL televisão na criação de novos intérpretes em
PERIODISMO MUSICAL. JORNADA IASPM-ESPAÑA Portugal no início da década de 1960
Héctor Fouce 13 João Ricardo Pinto 183
MUSIC, NATION AND REGION IN THE IBERIAN PENINSULA:
(RE)SOUNDING HISTORY, IDENTITY AND HERITAGE O papel da imprensa na reconstrução de memorias
IBERIAN MUSIC STUDIES SYMPOSIUM televisivas
Diego García Peinazo 17 Sofia Vieira Lopes 211

TESIS Música e política na revista Mundo da canção no


Tesis doctoral: Discursos, identidades y transgresión en la período revolucionário português (1974-1976)
música popular española (1980-2010): el caso del glam Hugo Castro 241
rock y sus variantes. Autora: Sara Arenillas Meléndez
Diego Motta Álvarez 20 Confrontos e debates: interpretações sobre a história
Tesis doctoral: Música callejera en Madrid: entre el arte y da música popular no Brasil
el ruido. Autor: Flavio Sousa Luã Ferreira Leal 268
Héctor Fouce 22
Periodismo musical: el concepto indie en la prensa
ETNOLECTURAS musical especializada. Estudio de la revista Rockdelux
Asier Leoz 291
Reseña: Christopher Doll. 2017. Hearing Harmony: Toward
a Tonal Theory for the Rock Era
Datos de los autores 318
Sergio Lasuén 24

ENTREVISTA
Luis Torrejón, técnico de grabación: “El ingeniero de Equipo
grabación es el hombre que inicia y termina una Dirección: Teresa Fraile Prieto y
grabación” Eduardo Viñuela Suárez
Sergio Araya Alfaro 27
Equipo editorial: Fernán del Val, Gonzalo Fernández
INVESTIGACIÓN Monte, Llorián García Flórez, Rubén Gómez Muns, Isabel
Llano Camacho, Susana Moreno Fernández, Mariló
Antonio Pérez Olea como compositor de documentales: Navarro, Sara Revilla Gútiez, Maria Salicrú-Maltas
las últimas obras del director de cortometrajes
(1974-1978) EDITA: SIBE Sociedad de Etnomusicología
Diana Díaz González www.sibetrans.com
42
Alerce, la otra música…un correlato en tiempos de CONTACTO: [email protected]
dictadura
Sergio Araya Alfaro 68

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Losing my religion: espiritualidad, religión y música popular


Encuentro SIBE 2017
Universidad de Cantabria, 15 y 16 de diciembre de 2017

Yolanda Criado

En el mes de diciembre la SIBE ha En este encuentro, el punto de partida ha


celebrado un encuentro en la ciudad de sido la idea de que la modernidad, lejos de
Santander invitando a los investigadores a aminorar las manifestaciones religiosas y
abordar, desde los parámetros espirituales, lo que ha hecho ha sido
metodológicos de la Etnomusicología, las diversificarlas. Por eso se ha puesto de
manifestaciones que tienen que ver con lo manifiesto cómo la dimensión espiritual y
religioso y con los fenómenos que están al trascendental se puede manifestar en la
lado de ellas. La propuesta era relacionar música pop, el new age o el rock y por ello
todo ello con las prácticas musicales tanto son temas que deben ser tratados por la
en el ámbito de las músicas tradicionales comunidad científica.
como en el de las populares.
En esta dirección se dirigieron las
Como comunicadores y oyentes durante comunicaciones del viernes que, tras la
los días 15 y 16 de diciembre han asistido un acogida y presentación de las Jornadas por
total de cuarenta científicos de diversas parte de los organizadores, Julio Arce y
universidades, como la Complutense de José Santos, comenzaron con una sesión
Madrid, la Universidad de Oviedo, la plenaria y cuatro mesas temáticas. Desde
Autónoma de Barcelona, la Universidad de el Music Archive of Finland, el doctor Antti-
Valladolid, la Universidad de Sevilla, la Ville Kärjä abrió el encuentro con una
Universidad de Granada, así como interesante e inspiradora conferencia en la
investigadores del panorama internacional cual realizó un recorrido sobre cómo se
procedentes de países como México o produce la mitificación de la música, con el
Chile. objetivo de analizar las conexiones que
existen entre lo sagrado y lo popular. Para
El sugerente título que ha dado nombre a ello, Kärjä propuso cuatro perspectivas
las Jornadas ha sido Losing my religion: diferentes: el origen, la autonomía, el
espiritualidad, religión y música popular y la estrellato y el concepto de autenticidad. La
organización de los dos días que ha durado importancia que lo sagrado tiene en la
el encuentro ha sido llevada a cabo por el construcción de la identidad ha llevado al
Aula de Música de la Universidad de investigador a reconceptualizar lo popular
Cantabria y el Grupo Complutense de y a profundizar en la mitificación que se
Músicas Populares. El lugar, el Paraninfo produce en el contexto musical. Al analizar
de la Universidad de Cantabria en el centro lo popular a través de lo sagrado, este
de Santander.

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estudioso ha encontrado puntos de Montes, que se centró en el Festival


conexión que invitan a repensar lo popular. Castlefest. En cuanto a los procesos
transculturales y la migración en las
comunidades religiosas actuales, mesa
moderada por Ruth Piquer, se expusieron
temas como el repertorio de las iglesias
otavaleñas Unidos en Cristo, el repertorio
de la congregación de la IERE en Valencia o
el sonido de la Iglesia Philadelphia y la
transformación de la música Pentecostal
gitana.

Una de las mesas temáticas de las Jornadas en la El sábado por la mañana la conferencia
Universidad de Cantabria plenaria sobre trascendencias y música
popular comenzó con la idea de la
Posteriormente, comenzaron las mesas flamenquización del flamenco. Eduardo
que abordaron diversos temas. En primer Iglesias, profesor de la Universidad
lugar, se estableció un diálogo entre lo Complutense y ponente invitado por la
tradicional y lo espiritual. Seguidamente, organización, diferenció ambos conceptos
varios investigadores debatieron sobre la planteando la problemática de su estudio
idea de performance en contextos desde un punto de partida alejado de las
religiosos y espirituales, y en las sesiones ideas preconcebidas del flamenco para
posteriores se analizó el poder de algunos mostrar finalmente cuál de los dos
ritos, así como sus implicaciones en el conceptos es el que opera en lo
trance. La primera mesa de la tarde, trascendente. Terminó con la definición de
inaugurada por Eulalia Febrer, invitaba a la cultura musical bajo la perspectiva de que
reflexión sobre la capacidad de la danza y la cultura no crea identidad, sino que la
la música para la meditación, en este caso identidad es creada por las personas.
meditación en movimiento que hace llegar
a los bailarines a un estado más allá de lo
cotidiano. La idea del trance y la gestión de
la fiesta popular fue desarrollada también
en la comunicación de Eulàlia Durán,
estableciendo una relación entre las raves y
las fiestas de Sant Antoni de Viana en
Palma de Mallorca. En ambas fiestas se
consigue un estado alterado de conciencia
a través, entre otras cosas, de la música
que las acompaña. La escena conocida
como Pagan Folk y su relación con el Conferencia plenaria
imaginario medieval también tuvo su de Eduardo Iglesias (UCM)
espacio en la comunicación de María

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Las comunicaciones de la mañana siguieron


en esta línea, centrándose en la expresión y
religiosidad del flamenco y también en el
repertorio sefardí de las sinagogas en
Marruecos y sus sinergias entre lo religioso
y lo popular. En las siguientes sesiones se
abordó el paso de todas estas
manifestaciones religiosas a los medios de
masas bajo la idea de paso del púlpito a la
pantalla, tanto en películas de animación,
en los vídeos subidos a YouTube como en Emisión en directo de La Riproposta
el modelo virtual. de Radio Clásica

Como apuesta para la divulgación de las El debate sobre identidades y


Jornadas, este año se ha contado con el posmodernidad cerró las mesas temáticas
apoyo de Radiotelevisión Española, que del encuentro, que finalizó con la asamblea
emitió en directo desde el patio del de la SIBE, en la cual se aprobaron los
paraninfo de la Universidad de Cantabria el presupuestos, se analizó la situación de la
programa La Riproposta de Radio Clásica. revista Trans y se aprobó como sede para la
Aquí, Yolanda Criado entrevistó al director celebración del Congreso SIBE de 2018 la
de las jornadas, Julio Arce, y al director del Universidad de Oviedo.
Aula de Música de la Universidad de
Cantabria, Pepe Santos, así como a tres de
las investigadoras presentes en el
congreso. Además, fue el momento para la
presencia de la música en directo con la
participación de músicos representantes
de la música tradicional y popular de
Cantabria.

Ponentes, organizadores y participantes


compartiendo un momento de ocio
durante las Jornadas

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II JORNADAS INTERUNIVERSITARIAS DE ETNOMUSICOLOGÍA


ESPAÑOLA Y LATINOAMERICANA: RETOS Y HORIZONTES
Universidad de Valladolid, 27 de octubre de 2017

Katerine Zamora Caro

Las II Jornadas Interuniversitarias de los avances de su proyecto doctoral El


Etnomusicología española y latinoamericana: Archivo de Folklore de la Sección Femenina
retos y horizontes se celebraron el viernes en Segovia: procesos de tradición oral,
27 de octubre de 2017 en la Facultad de contexto y difusión. Sanz expuso una
Filosofía y Letras de la Universidad de aproximación al contexto durante la
Valladolid. Coordinaron este evento Susana recopilación, así como los criterios que
Moreno Fernández, de la Universidad de guiaron este trabajo, además de una
Valladolid (UVA), y Ruth Piquer revisión de algunos textos y fichas que
Sanclemente por la Universidad acompañan las casi 300 transcripciones de
Complutense de Madrid (UCM). música de tradición oral del fondo
segoviano. Su exposición se centró en
Este segundo encuentro congregó a aspectos como la divulgación y el manejo
estudiantes de grado, máster y doctorado del repertorio a través de coros, danzas y la
de la UVA y la UCM en un espacio propicio impresión de cancioneros.
para la difusión y discusión de trabajos de
investigación etnomusicológicos en curso. El segundo bloque de la mañana estuvo
Las primeras jornadas tuvieron lugar en dedicado a los géneros y escenas
abril de 2016 en la Universidad transnacionales. Katerine Zamora (UCM)
Complutense de Madrid y versaron sobre comunicó los progresos en su investigación
las nuevas perspectivas en la investigación doctoral El circuito de la música de gaita
etnomusicológica. colombiana entre Madrid, Bogotá y Montes
de María, centrándose en los aspectos
En esta ocasión, la inauguración corrió a metodológicos que resultan de trabajar un
cargo de las doctoras Ruth Piquer tema cruzado por la migración, las
Sanclemente y Susana Moreno Fernández, cuestiones de identidad y las escenas
y las diez sesiones se dividieron en cuatro musicales. Esta investigación se enfoca en
bloques en torno a las siguientes líneas: la escena transnacional de música de gaita
músicas tradicionales y folk; géneros y colombiana, tomando como unidad de
escenas transnacionales; etnomusicología análisis la red alrededor de un grupo de
audiovisual; y música y rituales. gaita colombiana en Madrid y los grupos
con los que mantiene comunicación en
En el primer bloque de las sesiones,
Bogotá y Montes de María en Colombia.
músicas tradicionales y folk, Víctor Sanz
Se conjuga el modelo que Rice presenta en
Gómez, doctorando por la UCM, presentó
Toward the Remodeling of Ethnomusicology

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(1987) con el concepto de escena (Bennett (UVA) con su documental Una


y Peterson, 2004) para describir los aproximación en La Nave: aproximación
enclaves alrededor de la música en las etnográfica, un trabajo que registra las
actuales condiciones de globalización. actividades del proyecto “La Nave del
Seguidamente a la exposición de los Teatro Calderón”, de Valladolid, en el que
aspectos metodológicos, se presentaron Sandra García es a la vez participante.
algunos vídeos del trabajo de campo sobre Documenta tanto su experiencia en este
la gaita colombiana en Madrid en el que se taller de creatividad de diferentes
apreciaron grupos de gaita que forman una expresiones artísticas como las del resto de
red social bastante interconectada y que participantes. Algunas cuestiones que
mantiene lazos con las escenas de Bogotá formaron parte de su intervención fueron
y el Caribe colombiano. precisamente los desafíos de abordar la
labor de investigador documental-
En esta misma línea sobre géneros y participante-editor.
escenas musicales, la intervención de
Marina Arias Salvado (UCM) cerró la En esta misma línea de investigación sobre
mañana con Y se formó la Gozadera: etnomusicología audiovisual, los
diálogos (pan-)latinos en YouTube. Este profesores Raquel Jiménez Pasalodos y
trabajo explora los símbolos de identidad Matías Isolabella (UVA), hicieron una
latina en los circuitos comerciales contextualización sobre su trabajo
presentes en la canción de reguetón y salsa documental De la tierra a la música. Un
La Gozadera1, lanzada en 2015 por el dúo proyecto sobre la tradición de las ta'rīja-s,
Gente de Zona con la colaboración de Marc tambores de cerámica típicos de
Anthony. Arias realiza un análisis en cuatro Marruecos. Este instrumento está
niveles (música, letra, videoclip y análisis de vinculado a diferentes contextos musicales
los comentarios de YouTube), mediante el y rituales de la cultura islámica, como un
cual examina la transculturación en los símbolo de su identidad. Particularmente
géneros de reguetón y salsa, música e las ta'rīja-s se emplean en rituales que
identidad latina y los intereses de las pertenecen al ámbito de lo femenino y por
audiencias de estos géneros musicales lateralidad a los niños, quienes viven su
considerados mainstream. Además, se lleva infancia en el espacio social de sus madres.
a cabo una reflexión sobre el concepto de El trabajo de Jiménez e Isolabella se centra
“latinidad” alimentando un valioso aparato en la relación entre las fuentes históricas,
teórico que trazan nombres como el de las prácticas contemporáneas y las
Kattari (2009), que trata el tema de la experiencias individuales de las mujeres
latinidad o panlatinidad en la salsa. con este instrumento en el Marruecos
actual. Examinan las persistencias y los
Las sesiones de la tarde giraron en torno a cambios en el proceso de producción, los
la línea de etnomusicología audiovisual y imaginarios asociados al instrumento al
fueron abiertas por Sandra García Pindado igual que el uso en contextos musicales. La
riqueza visual del corto preparado para
1
vídeos disponibles en YouTube

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esta presentación puso sobre la mesa la presentando este último como una ruptura
relevancia del trabajo audiovisual para la de sus componentes. Un tema que
comprensión de procesos culturales y su alimentó el debate y que llevó al análisis de
valor para la musicología. ambos conceptos llegando a concluir que
“fiesta” y “espectáculo” en la actualidad
Las sesiones de la segunda parte de la investigativa musicológica no son
tarde estuvieron dedicadas a música y necesariamente términos contrapuestos,
rituales con la participación de cuatro sino que obedecen muchas veces a las
ponentes de la Universidad de Valladolid y transformaciones sociales de fiestas
la Universidad Complutense. tradicionales o a la sacralización del
entretenimiento. Esto último está presente
Julia Escribano (UVA) exhibió el trabajo El
en muchos elementos del espectáculo y
repertorio popular religioso de la Semana de
aparece cotidianamente en el discurso de
Pasión en las áreas rurales del suroeste
los mass media, solo por mencionar un
soriano: transcripción, ordenación y análisis
ejemplo, con las etiquetas de ídolo y fan o
musical, fundamentado en el material
fanático, las cuales resultan tan familiares.
musical y la información obtenida gracias al
trabajo de campo sobre el canto popular Jeris Grace Rosado (UCM) expuso una
religioso de la Semana de Pasión llevado a interesante disertación sobre La música en
cabo en diversas áreas rurales del suroeste las iglesias otavaleñas: Unidos en Cristo y Rey
de la provincia de Soria. Debido a los de Reyes, donde explicó las practicas
cambios sociales y los procesos de cambio musicales dentro de iglesias evangélicas
producidos en las últimas décadas del siglo conformadas en su mayoría por
XX, se propone realizar una etnografía que ecuatorianos de la región de Otavalo
permita conocer cómo era la celebración asentados en Torrejón de Ardoz y Lavapiés
de la Semana Santa y su música antes de en la Comunidad de Madrid, y el uso de un
los cambios producidos por la modernidad, repertorio musical en la construcción y
labor que resulta a su vez imprescindible reafirmación de su identidad. Entre sus
para comprender su desarrollo en el conclusiones muestra que, entre varios
contexto actual. factores que contribuyen a la cohesión
social, el que más relevancia ha tenido en la
Gustavo Domínguez comunicó los
constitución de estas iglesias ha sido la
resultados de su trabajo de fin de máster
lengua kichwa, aunque paradójicamente
de la UCM La fiesta como espacio de
acentúa las diferencias entre los grupos
cohesión. El caso de Mompox y las
etarios que asisten al culto. La mezcla y
procesiones de Semana Santa. Para esta
fusión de géneros como el sanjuanito, el
ponencia se presentó un estado del arte
tinku y el huayno son elementos comunes
sobre las investigaciones de la Semana de
del tópico andino en ambas iglesias.
Pasión y, específicamente, las de Colombia
Finalmente se destaca que la música es el
en relación con la Semana Santa en
elemento a través del que se representan,
Mompox. Domínguez contrapone el
concepto de fiesta al de espectáculo,

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se reconstruyen y se reafirman como Referencias bibliográficas


pueblo otavaleño-cristiano.
Bennett, Andy, y Richard Peterson. 2004.
Cerró está intensa jornada sobre música y Music Scenes Local, Translocal, and Virtual.
rituales la intervención del doctorando Nashville: Vanderbilt University Press.
Leonardo Díaz Collao (UVA), con la
Kattari, Kim. 2009. «Building Pan-Latino
presentación de un estado del arte sobre la
Unity in the United States through Music:
música mapuche titulada Hacia una revisión An Exploration of Commonalities Between
de las investigaciones etnomusicológicas Salsa and Reggaeton». Musicological
sobre música mapuche. Díaz registra Explorations.
investigaciones etnomusicológicas sobre el
mundo mapuche realizadas desde los años Rice, Tim. 1987. «Toward the Remodeling
of Ethnomusicology». Ethnomusicology 3:
70 del pasado siglo hasta llegar a los
469-488. doi:10.2307/851667.
estudios del año 2010. Además, realiza un
análisis de los enfoques y las circunstancias
sociopolíticas que motivaron estos
trabajos, lo que exhibe gran cantidad de
trabajos de tipo organológico y (por las
condiciones de desplazamiento a las que se
ha visto sometido este pueblo indígena de
Chile y Argentina) un giro hacia el estudio
de prácticas musicales en el contexto
urbano. En contraste, se encuentran muy
pocos estudios sobre la música en el
contexto ritual y, según Díaz, en algunas de
ellas es discutible su orientación
etnomusicológica.

La clausura de las jornadas estuvo a cargo


de sus organizadoras, que agradecieron a
todos los ponentes su participación, así
como a los asistentes entre los que se
encontraban los profesores de la
Universidad Complutense, Victoria Elí
Rodríguez y Julio Arce Bueno, y de la
Universidad de Valladolid, Raquel Jiménez
Pasalodos y Jaime Vidal.

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UN ESPACIO PARA EL ESTUDIO DE LAS MÚSICAS


POPULARES URBANAS EN EL 66 FESTIVAL INTERNACIONAL
DE MÚSICA Y DANZA DE GRANADA
Granada, 20-22 de octubre de 2017

Elena María Moreno Martínez

En el contexto cultural y académico del 66 Este "Taller de Musicología", que superó el


Festival Internacional de Música y Danza de número de matrículas estimado
Granada, la Universidad de Granada ha inicialmente, contaba con unos ponentes
organizado entre los meses de marzo y de primera línea: Bob Davis y Steve Parker,
noviembre de 2017 una nueva edición de profesores de la Universidad de Leeds
sus "Cursos Manuel de Falla". Como parte Becket (Londres), Franco Fabbri, de la
de dichos cursos, y aprovechando la Universidad Estatal de Milán, Sergio
conmemoración de los 65 años del Lasuén, profesor del Conservatorio
nacimiento y de los 15 de la muerte de Joe Profesional de Música de Lucena, y Philip
Strummer, el "Taller de Musicología: Tagg, profesor de la Universidad de
Analizando músicas populares urbanas" ha Liverpool que, a pesar de encontrarse
tenido lugar durante el penúltimo fin de enfermo, quiso estar presente por
semana de octubre, ofreciendo una videoconferencia. A ellos se sumaría
perspectiva integradora de las músicas también Esa Lilja, profesor de la
populares urbanas en los estudios Universidad de Helsinki y presidente de las
musicales y, a su vez, hospedando un NIMiMS. Todo ello estuvo coordinado por
encuentro de la NIMiMS1 (Network for the Fernando Barrera, profesor de la
Inclusion of Music in Music Studies). Ésta Universidad de Granada.
es una red formada por profesionales y
docentes que, estimando que el estudio
estandarizado de la música a menudo se
aleja de la música en sí, propone tomar
conciencia de ello y no perder de vista que
la música es el objeto que nos ocupa y la
razón de ser de nuestra decisión de hacer
de ella nuestra profesión. Se trataba, por
tanto, de un curso dedicado al arte de la
calle, orientado a estudiar esas músicas
que forman parte del interés común.

1
http://nimims.net

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El punk de The Clash y Joe Strummer sirvió analítica de Philip Tagg a través de
como nexo de unión entre ponencias. En interesantes ejemplos tomados de la
su entrevista al coordinador del curso, música de cine e italiana, girando en torno
Canal Sur Radio preguntaba: "¿Realmente a figuras, entre otras, como las del
Joe Strummer merece un homenaje así? — cantautor (palabra cuyo origen también
Sí, —contestaba Fernando Barrera, —para fue objeto de estudio durante la ponencia)
cualquier persona del mundo a la que le Fabrizio de André o los compositores de
dijesen que es únicamente una figura cine Dimitri Tiomkin y Ennio Morricone.
reconocida del punk y parte del grupo The
Clash sería suficiente, pero quedarnos ahí Bob Davis, que comenzaba su primera
es decir muy poco; Joe Strummer fue intervención diciendo “The sound is what
mucho más que eso". Y es que para grupos really catches people”2, propuso, durante
de artistas granadinos como los 091, que un interesante workshop con ejemplos
habían hecho verdaderos esfuerzos para ir musicales tomados del punk de The Clash,
a Madrid a ver a The Clash en concierto adoptar el rol de detectives cuando se
anteriormente, la llegada de Joe Strummer trata de escuchar música, en analogía al
a la Granada de los 80 supuso una trabajo que un detective privado realiza
auténtica revolución creativa y musical. El cuando recrea los hechos para comprender
vínculo del artista con la ciudad de Granada lo que ha ocurrido en un caso por resolver.
sería tan íntimo que trascendería los límites Así, se planteaban cuestiones como ¿por
de lo artístico, entablando lazos de amistad qué a veces los productores quieren a un
con personas como Antonio Arias y Gabriel determinado intérprete y no a otro? ¿quién
Contreras (al que el propio Joe apodó hace posible que el sonido esté mezclado
como “Mad Doc”), cuyas vivencias tuvimos de forma equilibrada? ¿nos paramos a
la oportunidad de escuchar en persona, pensar en cuántas personas y cuántos
como colofón final del curso. elementos son necesarios para conseguir
un buen producto final? Para Davis, la
Para sus organizadores, este taller suponía capacidad de escucha, unida a la capacidad
un verdadero triunfo, dado que ha sido el de ver el sonido a través de los
primero en las 48 ediciones de los Cursos analizadores de espectro, constituye una
Manuel de Falla que se dedica condición indispensable para estudiar y
íntegramente a las músicas populares valorar la calidad de las músicas que
urbanas, con la premisa de ofrecer a los escuchamos.
asistentes unas herramientas básicas para
poder trabajar con este tipo de músicas, Steve Parker, también profesor titular de
tarea que no se antoja sencilla si tenemos Leeds Becket y productor e ingeniero que
en cuenta la enorme diversidad existente ha trabajado con artistas de primer nivel
en este ámbito. como los Rolling Stones, focalizó su
intervención en el trabajo realizado con
Franco Fabbri, miembro de la NIMiMS y
profesor de la Università Statale di Milano, 2
“El sonido es lo que realmente capta la atención
introdujo al alumnado a la metodología de la gente”.

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músicos en un estudio profesional, y entrenar la capacidad auditiva de manera


animando a todos los presentes a observar lúdica, cultural e integradora. Todo ello
con detalle las diferencias de calidad trabajado a través de una gran variedad de
sonora entre versiones grabadas con ejemplos musicales tomados entre
equipos domésticos y versiones grabadas y distintos estilos y épocas de música
trabajadas en estudio. De esta manera, popular urbana.
ayudó a la audiencia a comprender la
importante labor del ingeniero de sonido,
cuyo trabajo en el estudio, además de
marcar la diferencia, es dedicado,
minucioso y preciso.

Philip Tagg, una de las figuras más


reconocidas en cuanto al estudio de
músicas populares urbanas se refiere y
referente actual para muchos docentes e
investigadores, no quiso perder la
oportunidad de compartir sus ideas con el
Sergio Lasuén, profesor, músico y alumnado e hizo el esfuerzo de participar a
compositor con el que tenemos la inmensa pesar de haber salido recientemente del
suerte de contar en nuestro país, demostró hospital. A través de una conexión por
cómo es posible realizar un acercamiento a videollamada, expuso su metodología
asignaturas del curriculum musical como la analítica (anteriormente ya presentada por
Armonía y el Análisis a través de las Fabbri) a través de ejemplos audiovisuales
músicas populares urbanas. Lasuén supo creados por él mismo y ofreciendo muy
captar en todo momento la atención del amablemente el acceso a materiales de
alumnado, ofreciendo una clase magistral desarrollo propio como fuentes útiles de
auténtica, participativa y muy instructiva, información4.
en la que pudimos también conocer la
El encuentro de la NIMiMS brindó a los
herramienta en cuyo desarrollo trabaja
asistentes la oportunidad de conocer no
incansablemente y que hoy en día
sólo las ideas y propuestas de esta red, sino
constituye un valioso recurso en sus clases
también a Esa Lilja, presidente de esta
y en las de otros muchos docentes:
organización, docente e investigador cuyo
Armonía Aplicada3, una aplicación web que
campo de estudio lo sitúa como uno de los
ofrece la posibilidad de aprender Armonía
4
Estos recursos están disponibles en:
3
armoniaaplicada.com http://tagg.org/ptavmat.htm

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mayores referentes actuales en el estudio En definitiva, el "Taller de Musicología:


de la armonía en el heavy metal. A través Analizando músicas populares urbanas",
de ejemplos tomados de su propio libro5, organizado de manera impecable en
Theory and Analysis of Classic Heavy Metal cuestiones logísticas y con mucha ilusión y
Harmony, dio a conocer una pequeña parte firmeza en sus ideales, entusiasmó a los
de dichas investigaciones. asistentes no sólo por tener como objeto
de estudio las músicas populares urbanas,
Junto a todos estos magníficos ponentes músicas que forman parte de nuestra vida
tuvimos la oportunidad de escuchar una cotidiana y de nuestra memoria, sino
serie de breves comunicaciones en torno a también por la ecléctica variedad, cercanía
Joe Strummer y otras músicas populares y calidad profesional y humana de sus
urbanas, de la mano de jóvenes ponentes. Este curso ha supuesto, sin lugar
investigadores que fueron invitados para a dudas, un paso más en la inclusión de
compartir sus reflexiones y objetos de estas músicas en la formación musical
estudio: Irene Chicharro, Manuel Segura, nuestro país, un ámbito de trabajo en cuya
Ugo Fellone y Marco Antonio de la Ossa. validez creemos cada vez más docentes y
profesionales de la música.

5
Libro disponible para su descarga en el siguiente
enlace: https://helda.helsinki.fi/handle/10138/19430

NÚMERO 10 – OTOÑO 2017


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ISSN: 2014-4660

ESCRIBIR SOBRE MÚSICA: ROLES, ESPACIOS Y RETOS DEL


PERIODISMO MUSICAL. JORNADA IASPM-ESPAÑA
Universidad Complutense de Madrid, 20 de octubre de 2017

Héctor Fouce

Cuando el famoso dinosaurio del cuento, que fuese tenido en cuenta eran el acceso
ahora convertido en un ser digital de preferente a los músicos, la capacidad de
naturaleza musical, se despertó, los estar en todos los lugares en los que
intermediarios todavía estaban allí. Cuando pasaban las cosas (y poder contarlas) y una
a inicios del siglo Internet eclosionó, los ingente colección de discos, producto en
profetas anunciaron que había llegado el parte del esfuerzo personal y, a partir de la
fin de los odiosos gatekeepers, aquellos entrada en la profesión, de una relación
personajes que apelaban a sus especiales profesional con las discográficas que se
posiciones profesionales, a sus disputaban los escasos espacios
conocimientos o a su prestigio acumulado informativos y opinativos sobre música.
para decidir quién llegaba a los medios y a
las industrias culturales. Ahora, casi dos Motti Regev explicó que si el rock se
décadas después, nos hemos dado cuenta convirtió en su momento en un
de que nunca los intermediarios habían movimiento cultural de peso fue, en buena
sido tan poderosos y omnipresentes. medida, gracias al trabajo de los
Facebook, Google, Twitter… son el periodistas musicales. Estos fueron los que
escenario de nuestros sueños y nuestras crearon el vocabulario, los mecanismos de
pesadillas. clasificación, las etiquetas y géneros; los
que divulgaron los nombres de los grupos,
Ahora ya no existen gatekeepers: estamos explicaron sus sonidos, trazaron
en la era de los influencers. Pero aceptar el genealogías y delinearon influencias; los
cambio de términos no implica eliminar la que explicaron por qué una blasfemia en el
realidad que refieren: el exceso de escenario por parte de Jim Morrison o una
información hace necesario que alguien interpretación distorsionada del himno
filtre la ingente cantidad de contenidos. norteamericano desde la guitarra de
Spotify te ofrece todo el bagaje musical de Hendrix tenían un cierto sentido en su
un siglo de música grabada: pero también contexto cultural. Y, sumando todos estos
proporciona los atajos para salir de ese rasgos, crearon el panteón de rockeros
tupido bosque en forma de listas y ilustres, el canon de discos que era
recomendaciones. necesario conocer (y adquirir), las prácticas
que eran necesarias para ser reconocido y
Y, en la era del algoritmo, un quijotesco triunfar. Del mismo modo que los estados
personaje permanece: el periodista nación se apoyan, en buena medida, en las
musical. Hace décadas, las armas que hacía comunidades imaginadas que nacen con la

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prensa escrita (tal y como ha explicado música popular. En nuestra era del acceso
Benedict Anderson), la prensa musical creó inmediato a la música, ese rol legitimador
a los hijos del rock and roll (como dijo es más poderoso que antes: los oyentes ya
Miguel Ríos). conocen cómo suena, pero eso no significa
que manejen las categorías necesarias para
comprenderla y evaluarla ¿Es el trap la
modernidad máxima o la enésima música
de quinquis que seduce a los burgueses?
¿Es el indie mera distinción cultural en
plena crisis de las clases medias? Dar
respuesta estas cuestiones, construir el
sentido social de lo que sucede
musicalmente, sigue siendo la labor del
periodista musical. Que cuenta, frente a la
competencia del académico como
intérprete, con la posibilidad de apelar a su
Fernán del Val (centro) y Ruth Piquer (derecha), subjetividad para sustentar sus datos.
presidente y secretaria de IASPM España, junto al
ponente Motti Regev Una necesaria revisión del sentido del rock
pasa por ajustar cuentas con el escaso
El periodismo musical se ha hecho precario papel que se ha reconocido a las mujeres
como toda la profesión en España. Ahora en este campo, como postularon Ruth
existen cientos de blogs que compiten con Piquer, María Martín Consuegra y Patricia
las revistas. ¿Hacen estos blogs periodismo Godes en un diálogo intergeneracional. Si
musical? ¿O son simplemente espacios para en el rock las chicas estaban encasilladas
el alarde personal, para airear los muchos en el rol de groupie, ese mismo papel se les
conocimientos, los contactos privilegiados, asignaba cuando accedían al backstage
el acceso a zonas VIP? Una de las ventajas como periodistas. No estaban allí por la
de ser periodista musical en la era música, no accedían debido a su interés en
analógica era el acceso a la música: los el fenómeno cultural: iban a hacerse con
oyentes accedían al discurso de los los favores de machos dominantes. O eran
periodistas, a sus razonamientos, objeto de deseo o eran condenadas a la
clasificaciones y críticas, pero no tenían irrelevancia. En otras jornadas recientes,
acceso a la música en sí misma. El disco Isabel Valdés contaba la anécdota de que
estaba en poder del periodista y la un día llegó a hacer una entrevista y, tras
rotundidad de su discurso era lo que nos presentarse, le preguntaron ¿Cuándo llega
empujaba a comprar un disco u otro. Como el periodista de El País? Las mujeres no
fans de la música la única forma de cuentan, no pesan, no se ven. Como señaló
escuchar aquello que estaba por salir era la Godes, se las tolera cuando son jóvenes y
radio; pero era sobre todo la prensa escrita divertidas, la guinda del pastel, pero, como
(y más tarde el audiovisual) donde se
construían los discursos que legitimaban la

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en tantos ámbitos de la cultura, cuando publicar contenidos no ligados a la agenda


maduran son arrinconadas. de la industria musical. Las noticias se
equiparan a las novedades: se informa del
último disco, de la nueva gira. De ahí nacen
las entrevistas y, si hay suerte, algún
reportaje o informe que revisa la
trayectoria de un músico o un grupo.
Ligado a esta agenda, el interés del propio
periodista choca con la creciente necesidad
de los medios, en un entorno digital, de
lograr tráfico, apelando al máximo posible
de lectores. La conversación recuperó
algunas ideas del libro Música de mierda, en
De izquierda a derecha, Ruth Piquer, Patricia Godes el que Carl Wilson explora el mundo
y María Martín Consuegra. musical de Celine Dion como excusa para
sumergirse en la complejidad del gusto y
Por eso es tan importante reivindicar el
de la crítica. “La audiencia es mi respuesta
papel de mujeres como Mercedes
a las críticas” aseguró la cantante
Arencibia, directora en su momento de la
canadiense. Muchos años antes, Elvis
edición española de Liberación y después
Presley anunciaba desde la portada de un
de Mundo Joven. O de Berta Yebra,
disco que 50 millones de fans no pueden
aguantando el paso con Popular 1 desde los
estar equivocadas. Y, sin embargo, la crítica
80. O de la mordacidad de Julie Burchill en
musical se empecina en crear un espacio
New Musical Express o Caroline Coon desde
impermeable al gusto de la mayoría. El
International Times y los arranques del
canon crítico remite a un gusto educado,
punk. Con más mujeres en el periodismo
sofisticado y capaz de ser argumentado.
musical se pondría coto a los juicios
Pero quizás el poder de la música, como
estereotipados y a los comentarios
arte popular, está en otro lugar: no tanto
machistas que pueblan los medios.
en la calidad de la composición según
Siempre que se evite caer en otro
parámetros musicales ni en su capacidad
estereotipo, avisaba Godes: no se trata de
para articular identidades, sino en dar
que haya mujeres en la prensa para que se
expresión a deseos, realidades y
escriba sobre mujeres. Se trata de que haya
experiencias que los oyentes no logran
una visión de la realidad, en su diversidad y
verbalizar pero que reconocen como
complejidad, desde una mirada femenina.
propios en las canciones. Wilson, como
Fernando Navarro, periodista de El País, antes Simon Frith, suscribe esta idea. Tras
radiografió la situación del periodismo una larga disquisición sobre el gusto como
musical en los medios generalistas a espacio de conflicto y distinción, quedó en
preguntas de Héctor Fouce. Buena parte el tintero la conclusión a la que el crítico
de la conversación giró en torno a la americano llega tras su viaje por los
dificultad que tienen los medios para territorios musicales de su aborrecida

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Celine Dion: quizás el poder de la crítica, en


un mundo en el que cada ciudadano tiene
acceso a expresar su opinión musical, ya no
resida ni en su acceso privilegiado ni en su
gusto educado, sino en ofrecerse como
espacio para comprender al otro, para
explicar las motivaciones que hacen que a
gente tan diferente de uno mismo le
interesa una música. Dice Wilson que una
crítica más pluralista debería poner menos
énfasis en defender nuestras elecciones y
más en comprender las razones del
disfrute ajeno, con todo el desorden y el
temblor que genera, para mostrar lo que
esa música es para mí e invitarte a
compararlo con lo que significa para ti. Esta
es mi historia. ¿Cuál es la tuya?

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MUSIC, NATION AND REGION IN THE IBERIAN PENINSULA:


(RE)SOUNDING HISTORY, IDENTITY AND HERITAGE.
IBERIAN MUSIC STUDIES SYMPOSIUM
Universidad de Cambridge, Reino Unido, 22 y 23 de junio de 2017

Diego García Peinazo

Si para Homi K. Bhabha (2010: 11) “los entre sus miembros con destacados
orígenes de las naciones, como los de las expertos internacionales en este objeto de
narraciones, se pierden en los mitos del estudio, como Salwa el-Shawan Castelo-
tiempo, y recién alcanzan su horizonte en Branco (Universidade Nova Lisboa), Susana
el ‘ojo de la mente’”, el acto de contar, Moreno Fernández (Universidad de
mediante una reseña, acerca de un Valladolid), Cassandre Balosso-Bardin
congreso sobre música, identidades y (University of Lincoln), Samuel Llano
construcción nacional, implica (University of Manchester) o Matthew
necesariamente algo de nación y narración Machin-Autenrieth (University of
de quien rememora, a través de estas Cambridge). Éste último, a cargo de la
líneas, lo que fue un extraordinario coordinación general del evento en la
encuentro. Entre el 22 y el 23 de junio de icónica ciudad universitaria británica, ha
2017 tuvo lugar, en la Faculty of Music de la publicado recientemente el trabajo
University of Cambridge, el Simposio Flamenco, Regionalism and Musical Heritage
Music, Nation and Region in the Iberian in Southern Spain (2017).
Peninsula: (Re)Sounding History, Identity
and Heritage. En él se dieron cita un
heterogéneo grupo de investigadores de
distintas áreas de conocimiento
procedentes de países europeos y de
Estados Unidos, incluida la presencia de
portugueses y españoles que desarrollan
su actividad académica en la Península
Ibérica o en Reino Unido. La voluntad de
dicho encuentro fue abordar cómo músicas
simbólicamente vinculadas a lo territorial,
en diferentes contextos históricos,
culturales y estilísticos, son parte
importante tanto en la construcción de
discursos nacionales y regionales como en
la proyección y articulación de dinámicas
patrimoniales. El comité científico contó

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En el caso específicamente español y en lo mayor cuando acometemos, tal y como


que a la disciplina musicológica se refiere, indica el título del simposio, “Nation and
cabe mencionar que la producción region”, siendo este último término,
académica de los últimos años ha atendido “región”, pertinente en lengua inglesa
a temáticas referidas a música, identidad, pero problemático en el contexto español,
nacionalismos y construcción de la idea de por sus implicaciones históricas y
España a lo largo de los siglos XIX y XX sociopolíticas. Esta situación, por un lado,
desde metodologías de la historia cultural, se relaciona con la naturaleza poliédrica de
la politología, la semiótica, los Popular los nacionalismos subestatales en España;
Music Studies o los Cultural Studies, entre a su vez, atestigua la diversidad y amplitud
otros. Valga citar, aun a riesgo de realizar del objeto de estudio y, por tanto, el reto
un reduccionista y sumarísimo estado de la de acotarlo en el marco de un congreso
cuestión –habría que tener en cuenta un internacional, cometido que fue, sin
sinfín de consideraciones para no caer en embargo, resuelto muy satisfactoriamente.
dicho reduccionismo, desde temporales a
aspectos de prácticas y géneros musicales Los ejes temáticos que estructuraron el
locales en contextos territoriales congreso se centraron tanto en aspectos
específicos sujetos a lo “glocal”–, algunas consolidados en el objeto de estudio como
publicaciones colectivas, como Creación a metodologías emergentes: música,
musical, cultura popular y construcción territorio, políticas culturales y patrimonio,
musical en la España contemporánea especialmente en repertorios relacionados
(Alonso et al, 2010), Discursos y prácticas con el flamenco y el fado –entendiendo
musicales nacionalistas (1900-1970) (ed. también éstos, más allá de las músicas
Ramos López, 2012), Made in Spain: Studies tradicionales y en el marco de la
in Popular Music (eds. Martínez y Fouce, hibridación, como prácticas vinculadas a la
2013) o trabajos monográficos sobre la World Music, tal y como apuntó Susana
construcción de la idea de la música Moreno en su comunicación sobre Dulce
española en Francia durante el primer Pontes–, pero también otras músicas y
tercio del siglo XX, como Whose Spain? prácticas musicales locales que devienen
Negotiating “Spanish Music” in Paris, 1908- músicas “glocales” en Portugal y España o
1929 (Llano, 2013). Música y nación –ya se proyectos de investigación como
vincule al flamenco, a las músicas HERITAMUS; músicas populares urbanas,
académicas, populares urbanas o las discursos nacionales y transnacionales en
músicas tradicionales/locales de distintas negociación con nacionalismos sub-
comunidades autónomas objeto de una estatales; territorialidad y fronteras
instrumentalización política durante “líquidas” a través de los intercambios
determinados periodos de la historia musicales; poder y nacionalismos musicales
contemporánea del país– ha sido y es, en en España y Portugal durante la primera
efecto, un tema de abundantes debates en mitad del siglo XX, desde la propaganda de
la musicología española, si se prefiere, Estado hasta la auralidad o la acción de las
tema “fetiche”. La complejidad es aún tecnologías de grabación en dichos

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discursos, siendo analizadas desde el Referencias bibliográficas


campo emergente de los Sound Studies; o
el flamenco desde la hibridación y los Alonso, Celsa et al. 2010. Creación musical,
discursos de autenticidad. Todo ello, cultura popular y construcción nacional en la
enmarcado por dos keynotes España contemporánea. Madrid: ICCMU.
magistralmente desarrolladas por Salwa el-
Bhabha, Homi K. (comp.). 2010. Nación y
Shawan Castelo-Branco, reputada
narración: entre la ilusión de una identidad y
etnomusicóloga del INET-Universidade
las diferencias culturales. Buenos Aires:
Nova Lisboa y Francisco Cruces Villalobos,
Siglo XXI.
catedrático de antropología de la UNED,
que versaron sobre territorialidad, Llano, Samuel. 2013. Whose Spain?
patrimonialización y construcción sonora Negotiating “Spanish Music” in Paris, 1908-
del Alentejo (Portugal) y sobre las nociones 1929. Oxford: Oxford University Press.
de intimidad, participación e intercambios
expresivos a través de la interpretación Machin-autenrieth, Matthew. 2017.
musical colectiva, respectivamente. Flamenco, Regionalism and Musical Heritage
in Southern Spain. Farnham: Routledge.
Tras la clausura del congreso, el pianista
Daniel Jordan (University of Cambridge) Martínez, Silvia y Fouce, Héctor (eds.).
interpretó “Almería” de la Suite Iberia 2013. Made in Spain: Studies in Popular
(1909) de I. Albéniz, así como el Hommàge Music. New York: Routledge.
à Debussy (1920) y la Fantasia Baetica (1919)
Ramos López, Pilar (ed.). 2012. Discursos y
de Manuel de Falla, demostrando la
prácticas musicales nacionalistas (1900-
apuesta de esta universidad británica por la
1970). La Rioja: Universidad de La Rioja.
integración de estudios de interpretación
musical y musicológicos en un mismo
espacio universitario. Del encuentro cabe
resaltar la actitud reflexiva y dialógica de
los y las investigadoras que se dieron cita
para abordar la “cuestión nacional” (o, si
se prefiere, plurinacional, de las
nacionalidades o de los nacionalismos sub-
estatales) en las músicas simbólicamente
narradas como portuguesas y españolas.
Los debates e intercambios, tanto en los
turnos de preguntas como en las pausas
para el café, propiciaron un enriquecedor y
renovado estado de la cuestión, que a
menudo deviene, para el caso que nos
ocupa, casi una cuestión de estado(s).

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Tesis doctoral:
"Discursos, identidades y transgresión en la música popular
española (1980-2010): el caso del glam rock y sus variantes"
Autora: Sara Arenillas Meléndez. Universidad de Oviedo

Diego Motta Álvarez

El pasado 11 de septiembre tuvo lugar en la aspectos generales del glam internacional,


Universidad de Oviedo la defensa de la especialmente el anglosajón. Una vez
tesis doctoral de Sara Arenillas Meléndez, hecho esto, nos encontramos con una
dirigida por la Dra. Celsa Alonso. El cronología en la que se muestra cómo el
principal objetivo de este estudio es fenómeno glam se adaptó a España, así
analizar el fenómeno del glam rock y sus como la biografía de los distintos grupos
variantes en España. que serán objeto de análisis en la tercera y
última parte del trabajo.
Para realizar este análisis, la autora tomó
como referencia los trabajos de Philip En esta tercera parte, Arenillas explica que
Auslander y Van M. Cagle. El primero el glam rock tuvo una aparición minoritaria
aborda el glam desde los estudios sobre en la década de los setenta en España
performance, mientras que el segundo se dentro de la escena rock nacional gracias a
centra en la condición del glam como grupos como Burning o Brakaman. En la
subcultura y la relación entre éste y el pop siguiente década aparecerán discursos
art de Andy Warhol. Otros trabajos, como ligados a una mayor transgresión en
el de Theo Cateforis sobre la new wave, términos de género. Así, nos encontramos
Matthew Bannister sobre la música y el con figuras como Tino Casal, La Orquesta
fenómeno indie o el de Lawrence Mondragón, Almodóvar & McNamara o
Grossberg sobre la inautenticidad de la Paco Clavel. Dentro de la escena heavy,
posmodernidad, sirvieron a la autora para grupos como Bella Bestia y Sangre Azul
analizar los procesos de hibridación que el también se vincularon al género. A partir
glam experimenta en España. Para el de los noventa encontramos referencias
estudio de la articulación de las identidades como Los Bichos, Babylon Chat y
de género se utilizaron, entre otros, los Circodelia, adaptando el glam estos dos
trabajos de Judith Butler, Victor Seidler y R. últimos dentro de la vuelta al rock clásico
W. Connell. que tuvo lugar en torno al año 2000. Por
último, la autora analiza grupos como
Se trata de un trabajo con una estructura Glamour to Kill o Nancys Rubias, quienes
tripartita. La primera sección busca la recogen el legado de los ochenta,
definición del glam como género musical, y hibridando el rocanrol revival del glam con
para ello su autora reflexiona sobre los

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la electrónica, el sintetizador, el pop y el El tribunal, compuesto por Santiago Fouz-


punk. Hernández (Durham University), Eduardo
Viñuela (Universidad de Oviedo) y Silvia
En las conclusiones del trabajo Arenillas Martínez (Universidad Autónoma de
reconoce dos rasgos que definen al glam: Barcelona), alabó la rigurosidad, la
el énfasis en la parte performativa de la capacidad de síntesis mostrada y la
música (la teatralidad) y el juego con las innovación y originalidad del tema de
identidades de género a través de la estudio, otorgándole así el título de
utilización de elementos (visuales y doctora con la máxima calificación.
musicales) atribuidos al sexo opuesto.
Además, afirma que lo que sucedió en
España fue una adecuación de las
estrategias básicas del glam (uso de
elementos femeninos, énfasis en la
performance y el espectáculo teatral, la
sensibilidad camp, el dandismo, el queer,
etc.) al contexto particular nacional,
entendiendo el glam como parte del canon
del rock y el pop anglosajón e hibridándolo
con las tendencias propias de cada
momento.

De izquierda a derecha, la directora Dra.


Celsa Alonso, el Dr. Santiago Fouz-Hernández,
la nueva doctora, la Dra. Silvia Martínez
y el Dr. Eduardo Viñuela.

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Tesis doctoral:
"Música callejera en Madrid: entre el arte y el ruido"
Autor: Flavio Sousa. Universidad Autónoma de Madrid

Héctor Fouce

La música en la calle ha sido objeto de negociación entre ayuntamiento, vecinos y


controversia en muchas ciudades del músicos para lograr un estatuto legal que
mundo. Por una parte, los músicos aportan supere la actual situación. El anterior
color al paisaje urbano y facilitan la única equipo municipal había obligado a los
experiencia musical de muchos músicos a pasar un examen para lograr la
ciudadanos. Pero los vecinos se quejan del autorización y había limitado severamente
ruido y de las aglomeraciones; más las posibilidades, al prohibir la
recientemente, muchas voces reclaman amplificación y la percusión. El nuevo
que la música callejera es un ingrediente equipo municipal pretende cambiar la
más de los procesos de gentrificación de situación, pero lo hace en un distrito centro
los centros de las ciudades globales. Pero habitado por vecinos que sienten que la
esas mismas sensibilidades políticas apelan presión turística está convirtiendo sus
a la libertad de expresión para defender la calles en una permanente atracción y no en
decisión de cualquier músico para hacer de un lugar para vivir.
la calle un escenario.
El mérito del trabajo de Flavio Sousa es que
Buena parte de estos conflictos, aborda la situación evitando
localizados en la ciudad de Madrid, son maniqueísmos, trazando el mapa de la
abordados en la tesis doctoral de Flavio complejidad del asunto. En primer lugar,
Sousa, presentada en septiembre de 2017 aborda lo que significa la música en la calle
en el Departamento de Antropología Social para los mismos artistas, cómo estos la
de la Universidad Autónoma de Madrid y conciben como una experiencia musical
dirigida por Paloma Gómez Crespo. El con identidad propia y no como una mera
tribunal estuvo compuesto por Juan situación transitoria mientras se buscan
Ignacio Robes (UAM), Sara Sama (UNED) y mejores condiciones (acústicas y
Héctor Fouce (UCM) y otorgó a la tesis el laborales). Y se detiene a delinear el
sobresaliente cum laude al alcanzar la problema del espacio público cuando este
unanimidad. es cruzado por el sonido: si bien una calle
es un lugar común, la música que se hace
Flavio Sousa ha hecho un seguimiento en ella invade los espacios privados de las
etnográfico de los músicos de calle en casas y genera tensiones. No es lo mismo
Madrid en busca del significado de esta ser un paseante que puede detenerse o
práctica cultural. Lo interesante del trabajo evadirse de una música que ser el vecino
es que se realizó mientras tenía lugar la

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encadenado a las melodías que suben de la


calle hasta su cuarto de estar.

La tesis doctoral, que hace uso del sonido y


de las fotografías como herramientas
complementarias del análisis, debería ser
un instrumento para llegar a un
entendimiento entre las partes en
conflicto. Ejemplifica la capacidad de
ciertos trabajos académicos para modelar
nuestro espacio común. Si en una
democracia las decisiones deben tomarse
tras la discusión de puntos de vista
convenientemente informados, cabe
esperar que esta tesis sea una herramienta
que permita que la música callejera en
Madrid alcance un estatus legal que ponga
en paridad su importancia como fenómeno
cultural y su capacidad para construir
ciudad, atendiendo a las diferentes
necesidades e intereses de vecinos,
visitantes y músicos.

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Reseña:
Christopher Doll. 2017. Hearing Harmony: Toward a Tonal
Theory for the Rock Era. University of Michigan Press. 330 pp.
ISBN: 978-0-472-07352-8.

Sergio Lasuén

En Hearing Harmony: Toward a Tonal Theory el autor consigue que incluso de sus
for the Rock Era, Christopher Doll presenta planteamientos más complejos se derive
una propuesta de análisis armónico una utilidad práctica, alguna idea que
específico para músicas populares permita enriquecer nuestra escucha.
1
urbanas . No siente la necesidad de tomar
como punto de partida los conceptos En los dos primeros capítulos Doll
sobre los que se asienta el análisis cuestiona conceptos teóricos básicos,
armónico tradicional; incluso cuando utiliza profundizando en aspectos como la
algún término normalizado, examina su función armónica —potenciando su
idoneidad en el contexto en el que trabaja capacidad predictiva hasta el punto de
hasta el punto de reformular o matizar su diferenciar el cuarto grado, por ejemplo,
significado. Su enfoque, por tanto, se entre predominante y subdominante
adscribe a una visión diacrónica del estudio dependiendo de su resolución en una
de la armonía tonal, creando una dominante o en la tónica, respectiva-
terminología específica para el estudio de mente—, el concepto de centro tonal —en
la armonía en el rock. detrimento de la tonalidad— o la
ampliación de lo que la teoría tradicional
No es un libro divulgativo: la complejidad y relaciona con los dominantes secundarios
alcance del objetivo prefijado requiere mediante la utilización de prefijos —hyper
conocimientos previos por parte del lector. e hypo— que le permiten predicciones de
No obstante —y esta es quizás una de las segundo orden. Mención aparte merece lo
mayores virtudes de este libro—, no olvida que el autor califica como rogue
en ningún momento la experiencia sonora, dominants2, dominantes sin sensible muy
la música real. Este interés por la escucha habituales en el rock en estructuras como
se plasma, por un lado, en la gran cantidad ♭VI ♭VII I. Considerar ese ♭VII como un
de temas musicales en los que fundamenta acorde de intercambio modal del área de
cada una de sus propuestas. Por otro lado, ‘subdominante menor’ no tendría mucho
sentido en este contexto. Así, su
1
Doll entiende el término «Rock Era» en un sentido
2
amplio, identificándolo con las músicas populares Otros autores utilizan términos equivalentes a
urbanas en Estados Unidos y Reino Unido desde los rogue dominant. Entre ellos se podrían citar modal
años cincuenta hasta nuestros días, sin ningún dominant y rock dominant (O'Donnell 2005), aunque
prejuicio estético dentro de este periodo. este último se usa también con otras acepciones.

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consideración como rogue dominant surge reconocibles, generalmente cromáticas,


como una alternativa coherente con el que conforman un patrón determinado con
papel que Doll otorga a las funciones implicaciones armónicas, a pesar de que las
armónicas. fundamentales de los acordes finalmente
utilizados para armonizarlas difieran de una
canción a otra. Es un concepto
aparentemente complejo que en el libro
queda bastante claro gracias a un esfuerzo
de sistematización mediante la utilización
de un gran número de ejemplos.

Los dos últimos capítulos son quizás los


más personales. Las temáticas que
abordan ya constituyeron una parte
fundamental de la tesis doctoral de Doll,
pero el paso de los años le ha permitido
ampliar su visión e implementar un
discurso mucho más accesible para el
lector, sin perder un ápice de rigor (más
bien al contrario). Una explicación
pormenorizada excedería las pretensiones
de esta reseña, pero quizás sea obligado al
menos mencionar, por su candente
actualidad, el concepto de ambiguity. La
repercusión que presumiblemente va a
tener Hearing Harmony se pudo ya
En el tercer capítulo se muestran las
vislumbrar en el último congreso de la
peculiaridades de numerosos patrones,
Society of Music Theory, que tuvo lugar el
estructuras o progresiones armónicas
pasado mes de noviembre en Arlington. En
mediante la utilización de una cantidad
una sesión titulada Tonality in Rock,
ingente de ejemplos de diferentes épocas y
coordinada por Nicole Biamonte (McGill
estilos.
University) en la mañana del 3 de
El capítulo siguiente supone uno de los noviembre, tres de las cuatro ponencias
mayores avances respecto al discurso que versaban precisamente sobre la
3
ambigüedad tonal . En una de ellas,
el propio autor mantenía en su tesis
doctoral (Doll 2007), al prestar una titulada Double-Tonic Complexes in Rock
atención especial y sistematizar la armonía 3
Además de la citada en esta reseña, las otras dos
de temas donde las fundamentales de sus ponencias sobre cuestiones relacionadas con la
acordes se basan en la escala pentatónica ambigüedad tonal fueron Multi-Centric Complexes in
Rock y Multimodality and Tonal Ambiguity in Rock’s
menor. Asimismo, profundiza en lo que él Aeolian Progression, pronunciadas respectivamente
llama meta-schemas, líneas melódicas por Mathew E. Ferrandino (University of Kansas) y
Mark Richards (Florida State University).

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Music, las dos primeras citas que aparecen según la cual «sometimes the chords got to
en el documento gráfico utilizado por el be an obsession…». Hearing Harmony
profesor de la Universidad de Oregón Drew demuestra que esta obsesión por los
Nobile pertenecen precisamente al sexto acordes no es exclusiva de Lennon, ya que
capítulo del libro que estamos reseñando4. parece evidente que al menos su autor la
comparte. No se sabe hasta qué punto
En otro orden de cosas, sería interesante puede ser algo contagioso.
destacar que el proceso de revisión de este
libro ha sido más largo de lo habitual (el
primer manuscrito data de 2013). Esto ha
permitido que un gran número de Referencias bibliográficas
especialistas en análisis en músicas urbanas
Doll, Christopher. 2007. Listening to Rock
haya trasladado sus sugerencias al autor.
Harmony. (Tesis doctoral). New York:
Aunque no hay cambios sustanciales en la
Columbia University.
versión definitiva, sí que se pueden anotar
algunos detalles concretos que de alguna Nobile, Drew. 2017. "Double-Tonic
manera pulen definitivamente un libro al Complexes in Rock Music" (SMT 2017
que acompaña, además, una cuidada Presentation). academia.edu.
encuadernación5. https://www.academia.edu/12545160/Doubl
e-Tonic_Complexes_in_Rock_Music
Hearing Harmony supone la culminación de
[Consulta: 17 de noviembre de 2017).
un recorrido personal de Christopher Doll
que comenzó incluso antes del inicio de su O'Donnell, Shaugn. 2005. "On the Path:
formación musical cuando, a los trece años Tracing Tonal Coherence in Dark Side of
—tal y como cuenta el propio autor al the Moon". En Speak to Me: The Legacy of
comienzo de la introducción—, despertó Pink Floyd's Dark Side of the Moon, ed.
su curiosidad una respuesta de John Russell Reising, 87-103. Burlington, VT and
Lennon en la que hacía referencia a los Aldershot, UK: Ashgate.
acordes de "In My Life". Desde entonces,
este proceso se ha ido plasmando en
numerosos artículos, así como en su tesis
doctoral.

La sección de agradecimientos del libro se


abre con una cita textual de John Lennon,

4
Dicho documento se puede consultar en el perfil
personal del profesor Nobile en academia.edu:
https://www.academia.edu/12545160/Double-
Tonic_Complexes_in_Rock_Music (Nobile 2017).
5
Para esta reseña se ha utilizado la versión con tapa
dura. Existe otra con tapa blanda, disponible por
algo menos de la mitad de precio, así como una
versión para Kindle.

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Entrevista con Luis Torrejón, técnico de grabación:

“El ingeniero de grabación es el hombre que inicia


y termina una grabación”

Sergio Araya Alfaro

Hablar de Luis Alberto Torrejón Torrejón irremediablemente, surgió como referente


(Santiago, Chile, 1936) en el ambiente de la obligado la figura de don Luis –como uno
industria discográfica nacional es hablar suele llamar en un acto de máxima
literalmente de “palabras mayores”, pues deferencia y respeto a quien no siendo el
su nombre no sólo remite a alguien vigente que iniciara la historia de las grabaciones
en la industria desde el año 1959 –lo que de música en Chile– lograra, sin
evidencia una experiencia transversal en proponérselo, instalarse como el
sistemas de registro musical por seis verdadero pionero de una actividad que
décadas–, sino también por ser dueño de atraviesa la industria cultural como es la
un impresionante y llamativo récord: música grabada.
ostentar más de 110.000 registros
fonográficos certificados1. Sin embargo, más allá de circunstancias
anecdóticas y apreciaciones personales, lo
En efecto, cada vez que entrevisté a un realmente importante a nuestro modo de
músico o técnico de grabación cuya época ver –y eso queda reflejado en las
activa se sitúe en las décadas 60 o 70, respuestas que bien pueden considerarse
una declaración de principios– es el hecho
1
En palabras del propio entrevistado, la revista que Luis Torrejón inconscientemente
Studio Sound le hizo llegar dicha información vía fax asigna al oficio de registrar música un
en fecha no precisada en esta conversación.

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carácter epistemológico en tanto fuente de Ya, correcto. Estudié en el Colegio


conocimiento válida para estructurar el Sagrados Corazones de Valparaíso la
relato historiográfico de un período primaria, y la secundaria en el Liceo
determinado. Eduardo de la Barra. Los estudios
universitarios los hice en la Universidad
Con esos antecedentes, una calurosa tarde Federico Santa María.
de enero nos dirigimos a Torrejón
Estudios2, el estudio de grabación que ¿Qué estudios realizó en la universidad?
conserva desde hace más de veinte años
en la calle Santa Victoria, pleno centro de En el fondo soy un egresado de ingeniería
Santiago, y en un alto a la revisión de un electrónica. Aparte de unos meses, no, dos
registro reciente, nos dimos a la tarea de años que hice especialidad en la
conocer en primera persona su dilatada Universidad Católica y, a su vez, unos
trayectoria. cursos que hice en la Escuela de Electrónica
en la Armada de Chile cuando estuve en la
Armada, porque también estuve en la
Armada. Mira, todo porteño se precia de
tener algunas cosas típicas: haber
estudiado en el Liceo Eduardo de La Barra,
haber pertenecido a la Universidad de
Playa Ancha o la Universidad Federico
Santa María, haber estado en la Armada y
haber jugado por el Wanderers3.

Precisamente iba a señalar a Wanderers.


Don Luis, por favor cuéntenos quién es En [las divisiones] juvenil e infantil jugué
usted y cómo llega a ser considerado por por el Wanderers, en la época que estaba
muchos el principal actor en la industria un entrenador de apellido Pérez. El
discográfica chilena entrenador nuestro era un cuartelero de la
sexta compañía de bomberos. Después, ya
No sé si principal, pero…a ver. Mi nombre
me gradué en la parte electrónica y me
es Luis Torrejón, Luis Alberto Torrejón. No
dediqué a eso. Me retiré del fútbol después
sé qué otra cosa más decir, los grados
que estaba en la actividad. Y el año 1959,
universitarios, mis estudios...
cuando yo estaba en la Armada de Chile,
Por ejemplo ¿Qué estudios tiene, cuál es su gané un concurso e ingresé a ella, donde
formación? estuve trabajando casi 4 años en el sub-
departamento de electrónica. Hasta ahí
llegó un personaje que era una especie de

2 3
Anteriormente denominado Sonotec, cuando era El Club de Deportes Santiago Wanderers es un
propiedad de Antonio Zabaleta, cantante melódico equipo de fútbol profesional representativo de la
integrante en la década del 60 del dúo Los Red ciudad de Valparaíso y que milita actualmente en la
Junior y de posterior carrera solista en los años 70. Primera División A del fútbol chileno.

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promotor de las compañías, hablemos de nuevamente por 2 meses y a la tercera vez


electrónica y RCA Víctor, que estaba en mi licencia definitiva por pérdida del valor
Santiago, en la calle Vicuña Mackenna4, militar (ríe).
todavía me acuerdo. Carlos Paniagua se
llamaba este hombre, y él fue al sub-
departamento de electrónica, llevando
varios personajes. Entre ellos me contactó
a mí y me preguntó si yo quería venirme a
la RCA Victor a trabajar. Y, bueno, el sueño
de uno es tener mejores aspiraciones ¿no?
En la Armada se ganaba un sueldo bajísimo.
Cincuenta y nueve escudos era mi sueldo;
bajísimo comparado con el resto. De ahí el
año 1959 me vine a la RCA Victor a
presentarme para dar una especie de
certamen, esos típicos exámenes que
Fachada actual de Matías Cousiño 150, donde se
hacen de respuestas positivas y negativas y ubicaban los estudios de RCA Victor. En el sexto piso
obviamente que yo había recién salido de del mismo edificio, se encontraban los estudios de
la Escuela Electrónica de la Armada, estaba Radio Minería, lo que potenciaba el vínculo natural
más o menos bien preparado en todo que existía entre la industria del disco y la radio como
principal canal de difusión en los años 60 y hasta
sentido, no digo que sea un mago ni nada,
mediados de la década del 70 (Fotografías del autor).
pero había dominado todo el tema de la
electrónica. Me fue bien, quedaron ¿Así de convencido estaba?
impresionados y me llevaron al laboratorio
para que yo me viniera al Laboratorio de la Cuando llegué a la RCA Victor me llevaron
RCA Victor, a la parte electrónica, con con el jefe de personal, él era muy amigo o
Carlos Hamanns, que era el ingeniero en compadre, como se dice, con el gerente de
jefe de la RCA. Ya era presidente de la discos y a él le impresionaba el certamen
compañía RCA Victor un señor que se que yo había dado siendo que
llamaba Julio Ríos. De ahí yo regreso a la era simple. Me llevó a hablar con él y ahí yo
Armada y pido permiso. Porque lo que empecé en discos sin tener idea, si yo era
hacen en la Armada es que tú no puedes electrónico. Me lleva a la fábrica de discos y
salir, pedir permiso para ir por 3, 4 días. No, ahí veo prensas hidráulicas, vi cómo
tienes que pedir permiso sin goce de estaban haciendo los discos, me llevan a
sueldo antes de salir. Lo que hice, pedí 2 conocer un poco y fui al segundo piso
meses y me vine a trabajar y lo renové donde tenía su gerencia el señor Héctor
Urbina y me dijeron: "usted se va a trabajar
4
La avenida Vicuña Mackenna es una de las con nosotros". Ahí ya no supe más, yo
principales arterias de la capital, tiene carácter pensé que iba al laboratorio, pero no fue
residencial e industrial y recorre varias comunas de así. Quedé en la fábrica de discos. Y al mes
norte a sur. En el denominado paradero 1, en el
número 3333, se ubicaban las instalaciones de la y medio yo, como era electrónico, me iba
discográfica RCA Victor.

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hacer cargo de la mantención de todos los Correcto. Teníamos en la RCA Victor cuatro
equipos, y al mes y medio viajé al estudio micrófonos...
de grabación que tenía la RCA en la calle
Matías Cousiño 150 y fuimos al sexto piso. ¡Sólo cuatro micrófonos!
Le hacía mantención a los equipos. Estuve
Eran cinco en realidad, pero realmente
en mantención uno 15 a 20 días. De
había uno que no valía la pena, dinámico,
improviso, el técnico de grabación que se
que se usaba para el bajo. Dos micrófonos
llamaba Atilio Rizzo –un italiano que no era
Neumann M49, un 77DX que era RCA y un
técnico de grabación en realidad– no vino a
44DX, de los que se usaban en las radios.
la grabación de un coro. Y ahí el gerente
Esos micrófonos teníamos, y con esos
me pregunta si me atrevo a grabar. En ese
cuatro micrófonos grabé durante diez
momento hice mi primera grabación.
años. Todo lo que se grabó, toda la Nueva
¿Esa fue su primera grabación, el coro? Ola6 se hizo con esos cuatro micrófonos,
considerando que grabé con conjuntos,
No, no recuerdo con quién la hice porque con orquestas de quince músicos y con la
después ya no paré nunca más. Grabé. Y Orquesta Sinfónica, con coros, cuarenta
bueno, terminé ese día como a las cuatro músicos.
de la madrugada de grabar todo. Y de ahí
para adelante no paré. Ahora, yo tengo una ¿De cuántas pistas estamos hablando don
actitud que posiblemente a la gente le Luis?
gustó: yo no soy impositivo ni nada, sino
No, una pista no más.
que soy de la idea que el músico debe ser
un amigo nuestro. Ahí me hice autodidacta ¡Una pista!
y empecé a estudiar sonido. Estamos
hablando del año 1959, en el mes de julio Monoaural, era todo monoaural. Lo que sí
probablemente. había que hacer era grabar y no
equivocarse. Ni uno equivocarse, ni los
Imagino, entonces, que había mucho músicos. Ahora, ahí venía el detalle de
ensayo y error en ese minuto, aunque quién graba en Chile. Bueno, se habla
cuando conversamos con don Fernando mucho del director de orquesta, el director
Mateo5 él señaló que mucho espacio para artístico, de producción, qué sé yo. En este
ensayo y error no había. En ese sentido caso, en Chile, lo único que se encontraba
¿cómo se enfrenta usted a esto tan nuevo en el estudio, y siempre fue así, era yo y el
pero donde, dadas las circunstancias, tenía técnico, y los músicos. El que decidía al final
que sacar un producto terminado como es
una grabación, un disco? 6
Movimiento musical surgido en Chile hacia fines de
la década del ´50 con marcado carácter imitativo del
5
Técnico electrónico iniciado a los 12 años como twist y el rocanrol. Tremendamente mediático, tuvo
radio-controlador en una radioemisora de la ciudad un fuerte impacto en la juventud, siendo apoyado
de Curicó. Presente en la industria discográfica por los sellos discográficos con la publicación de
nacional desde comienzos de la década del 70 hasta singles promocionales cada semana, factor
el año 1985, es el continuador del trabajo iniciado en indicativo tanto de su difusión como del
1959 por Luis Torrejón. comportamiento de la industria discográfica.

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era yo. Si usted escucha todo lo que está que le enseñaran a la gente no tanta
grabado…En Inglaterra confirmaron hace acústica. Bueno, depende del área de la
más de 10 años que yo había grabado en parte de sonido que quisieran enseñar. Lo
treinta años más o menos 11.646 long plays; que es grabación en el concepto básico,
estamos hablando de más de cien mil clásico, eso es ingeniería musical, no es
títulos. No tenía ni idea que había grabado otra cosa. A ver, qué pasa…la crítica
tanto. Ahora, recién, hace menos de tres musical tiene que dominar todas las partes
años me empecé a dar cuenta de lo que del sonido y obviamente lo acústico, que es
hice, porque los músicos, ellos me lo dicen. un dominio mayor. En Dusseldorf,
Hace poquito que me hizo un Alemania, son 9 años de estudio, o sea, 5
reconocimiento la SCD7, el lunes pasado, el años para terminar la carrera y después 4
lunes 11, por lo que yo aporté a la música. años más de postgrado para la parte de
Creo que sí, puede ser que haya aportado, ingeniería musical. El ingeniero musical que
pero yo no me considero…yo soy de muy sale de ahí yo lo puedo hacer, yo lo he
bajo perfil, no me hago problema. hecho: ya sea diseñar instrumentos
musicales, trompetas, trombones;
Pero es indudable que usted tiene una hacerlos, diseñar, no grabar solamente.
importancia tremenda en la industria Finalmente, acá se ha confundido que el
discográfica chilena. Puede resultar un ingeniero en grabación o técnico en
poco azaroso como usted lo cuenta, de grabación es un perillero no más, que está
una manera muy casual, pero también en los controles.
existe una forma de trabajo que no es
menor. Haber grabado con una cantidad ¿Puede profundizar ese punto?
impresionante de músicos y una
diversidad de música, y haber mostrado Acabo de leer una entrevista a Fernando
una tremenda capacidad de adaptación, a Montes8 hablando de mí como “el mago de
mí me parece que no es un tema menor. las perillas”. Bueno sí, yo muevo las
perillas, son controles que uno hace. Pero
No, claro. En el momento no había una hay que tener un conocimiento más allá,
carrera universitaria en tecnología del hay que saber música, pero la música de
sonido como lo hubo después. Yo revisé el uno tiene que ser...a ver, a una tendencia
año 1965 el primer prospecto de estudio de más física. Hay algo que se llama física o la
la Universidad Austral de Valdivia, lo revisé llaman música física, o la física de la música
porque cuando me lo mandaron a mí yo más que ser músico. Segundo, tener el
era supuestamente un personaje. Lo revisé talento… sí, pero tener sensibilidad como
y di unos consejos, unas sugerencias para músico para poder grabar, porque si no, no
tiene sentido.
7
La Sociedad Chilena del Derecho de Autor, es una
Corporación de Derecho Privado sin fines de lucro
que administra los derechos autorales de músicos e
8
intérpretes. Fue fundada en 1987 por los propios Cantante perteneciente al movimiento de la Nueva
artistas en reemplazo del antiguo Departamento Ola y que al momento de esta entrevista se
del Pequeño Derecho de Autor administrado en ese encontraba grabando su última producción en
momento por la Universidad de Chile. Torrejón Estudios.

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muy… en la [Universidad Técnica Federico]


Santa María enseñan eso, a ser un tipo
disciplinado y a ser obcecado como se dice.
Entonces yo tengo que estudiar estos
sonidos y dominar el tema, y para eso, en
muchos casos, por ejemplo, yo llegué de un
viaje que hice a Alemania. Hice un
postgrado en Alemania en ingeniería
musical justamente. Allá se hace mucho
más caso a los créditos, lo mismo que tú
estás haciendo. A uno que graba ni siquiera
lo consideran en las carátulas, es muy poco
acá. Afuera no, se considera todo. Pero
como RCA Victor era una compañía
internacional, tenía que reportar a la casa
matriz en Estados Unidos todas las
personas que intervinieron en la grabación,
y obviamente iba yo. De ahí sacó lo que me
explicaban ellos, la revista inglesa Studio
Sound, la información para decir que yo
Santa Victoria N° 151, en la comuna de Santiago: grabé once mil y tantos long plays, yo no
fachada de la casa donde funciona desde hace tenía idea. Pero ellos lo sacaron de ahí,
veinticinco años Torrejón Estudio porque en todas estoy yo. Ahora, en
(Fotografía del Autor).
Europa se respeta mucho el crédito, quién
Personalmente creo que existe un factor hizo tal cosa, el músico, la carátula.
importante al momento de sentarse
Bueno, eso está asociado directamente
detrás de una mesa de grabación, que es el
con el tema de los derechos de autor.
tema de la sensibilidad. ¿Usted toca algún
instrumento? ¿Tiene alguna formación Correcto, bueno ahí hay un detalle que es
musical? ¿Cómo llega a ese punto? medio filudo acá…

Sí, claro, pero soy malo, toco piano normal, En Chile siempre ha sido complicado el
como cualquier persona. derecho de autor.

Pero imagino que eso le permitió tener en Claro, en otros países, en todo el mundo se
cierta forma un criterio al momento de respeta. Acá no. Se considera…fíjate qué
grabar. De partida, no todas las personas divertido, le dan derecho de autor a quien
tocan “piano normal”, como usted señala. diseña la carátula del disco, le dan derecho
de autor a todos los músicos que
Lo que pasa conmigo es que yo toco un
participan, que tocan un tema, ellos
instrumento, pero a su vez empecé a
reciben el 3,5% de derecho de autor…
grabar y empecé, bueno, yo soy un tipo

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Por derechos conexos… grabar, correcto. Si lo vamos a grabar


tenemos un compositor que escoge el
Claro, por derecho conexo. Toda la gente, tema. Músicos que van a tocar los
el que diseña la carátula también, pero al instrumentos: trompetas, trombón,
técnico no. Inclusive me hicieron un guitarra, etc. Y tenemos un arreglador y un
reconocimiento en la SCD, que es la director de orquesta. Todos ellos reciben
Sociedad de Derecho de Propiedad derecho de autor, son todos reconocidos.
Intelectual, pero he recibido del presidente Perfecto, para quién la vamos a grabar,
Álvaro Scaramelli una invitación y yo creo para un cantante, el cantante también
que no era necesario, pero él lo explica: recibe los derechos, todo. Él es el popular
“todos los años nosotros en la SCD ¿no? el conocido. Y el hombre que decide
hacemos una cena anual”. Y agrega: grabar también, todo está en ese contexto,
“siempre hacemos un homenaje a distintas pero no se considera que para grabar
personas que han participado, o han hecho necesitan el estudio de grabación. Cuando
posible o colaborado en la música nacional, vienen a grabar, estamos hablando de
por ende, queremos hacerle un grabaciones como deben ser, no la
reconocimiento”, y dice muy claro: “es en grabación solamente de computación, en
este contexto solamente”. O sea, yo no el sentido de un cuartito y uso de
pertenezco a la gente, olvídate. Yo lo computador que simula en esas
entendí así. Hubo un momento en que grabaciones de plástico, o sea, simulan
pensé no ir, por respeto a los músicos, los trompetas, trombones, todo. Está muy
artistas. Yo siempre digo, el bien, pero le quitan la mitad de los
reconocimiento mío es más de la gente, armónicos a la canción.
soy amigo de todo el mundo. Grandes
amigos como Valentín Trujillo9, con el que Ese aspecto me parece relevante
hemos trabajado, pero ellos son un ¿podemos ampliar la idea?
reconocimiento más que nada, más que
títulos, etc. Entonces, bueno, estoy en la Todas las grabaciones digitales, y lo digo
Biblioteca Nacional, creo que en un archivo como electrónico, elimina la mitad de los
de la Universidad Católica, en la armónicos de una edición musical, de una
Universidad de Chile. Pero no es tanto los canción, lo que sea. Si tengo tres voces,
títulos, no, entonces es eso. Voy a hacer tengo que pensar en una cuarta armónica.
una aclaración, o una reflexión en realidad: Si hay dos voces, una tercera armónica,
¿cuál es la función que tiene el ingeniero de eso. Y yo tengo que captarlo, tengo que
grabación? captar eso, ésa es la verdad. Ahora, indica
lo que tiene que hacer el ingeniero, tiene
¿Cuál es la función según su experiencia? que saber y no leer. El otro día estábamos
grabando con Fernando Montes y le dije a
El ingeniero de grabación es el hombre que Fernando Otárola, su arreglador10: “Nunca,
inicia y termina una grabación. Vamos a

9 10
Pianista y compositor de dilatada trayectoria en el Guitarrista y arreglador presente en la escena
medio local. local desde la década del 60.

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pero nunca, excepto una vez, grabé con la a Fernando Otárola, que hizo los arreglos
Orquesta Sinfónica en el estudio Splendid11 para esta última canción de Fernando
el Concierto de Aranjuez”. Eso fue para el Montes, le dije “viejo, la próxima vez trae
Estudio Rojo de Estados Unidos, no para un padrón, pero no grabemos por
acá. Había 46 músicos, y esa vez les pedí no secciones, para entender lo que vas a
grabar porque estaba de vacaciones, pero hacer”. Tuve que meterme, porque uno
me llamaron. Paré y les dije “no, en 10 días tiene que prácticamente fabricar ideas,
más". Primero me mandan las partituras, conceptos y sensaciones. Porque la música
me mandan el padrón ¿no? el padrón de la es eso.
grabación. Porque así estudio, sé en lo que
me voy a meter, porque mi concepto es Don Luis, a propósito de lo mismo, me
que quien graba tiene que entender qué es llama muchísimo la atención el
lo que está grabando, entender la letra y acercamiento y la perspectiva que usted
aún más meterse en el contexto del tiene de algo muy técnico como una
cantante y si no es el cantante, la orquesta. grabación. Sin duda su visión está
atravesada por el tema de la sensibilidad,
En mi opinión existe un tema de el criterio, el corazón. Y aquí está la
sensibilidad expuesto ahí. pregunta de oro, ¿Cómo llega a grabar con
una persona que es tanta pasión como
Exactamente. Mira, la esposa de Fernando Violeta Parra? ¿Cómo fue grabarla? ¿Cómo
Montes me vio grabar a mí, yo estaba fue esa experiencia?
masterizando qué sé yo, los planos; que
sube, que baja, aproximo, y me dice “usted Todo lo que yo he grabado, siempre he
disfruta grabar”. No me había dado cuenta hecho lo mismo. A ver…el otro día me
que disfrutaba, porque yo me pongo muy llegó un mensaje de Gloria Simonetti,
nervioso, la presión me sube. Pero eso es lo Ginette Acevedo, el Pollo Fuentes12, todos
que tiene que ser, tengo que saber música, me hablan como si yo fuera un artífice en el
pero más que saber leer y ser un erudito, inicio de sus carreras. Creo que no, no he
un compositor… No, tengo que saber hecho nada, lo que sí hago es…para mí
tocar un instrumento, de acuerdo, pero ellos son amigos. Se lo dije a Doménico
tener la tesitura completa del instrumento, Modugno13. Él venía con un grupo de
eso es lo que tengo que conocer como periodistas: “ustedes quédense afuera por
ingeniero. favor”, y a Doménico le digo “tú acá no
eres el artista famoso, acá eres uno más del
Perfecto, entiendo ese punto. equipo. Yo quiero que tú te metas en el
tema y yo te voy a sacar partido. Nada
El que se sienta acá (señala su puesto)
más”.
tiene que conocer la tesitura de todos los
instrumentos. Recalcaba hace un rato que 12
Cantantes melódicos de gran popularidad en los
años 60 y 70. José Alfredo “Pollo” Fuentes se
mantiene activo con presentaciones en vivo.
11 13
Antiguo estudio de grabación ubicado en el centro Cantautor italiano nacido en 1928, de gran
de la comuna de Santiago, en el subterráneo de popularidad a nivel mundial y ganador del Festival
Catedral 1029. de San Remo en 1958.

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¿Y esa premisa funcionó con Violeta Parra? El cantante es como un actor. El cantante
es un actor completo. La diferencia es que
Violeta era una mujer muy sencilla, una tiene que escucharlo la gente y lo va a
mujer de un carácter muy introvertido, que escuchar en un disco, no como un actor
tenía muchas amarguras adentro, una cosa que lo ven en el escenario, tiene todo su
explosiva. Ahora, yo lo entiendo, porque es cuerpo. No, acá es sólo la voz, sólo escucha
la típica persona creativa, es una tremenda su voz. Pero con la voz tengo que hacer reír
pero tremenda compositora, una mujer o llorar a una persona, dependiendo del
que creaba. Muchas cosas se llevó con su tema. Violeta era muy sensible y muy fácil
partida…grabé muchas cosas con ella, de manejar, por lo menos conmigo. Nunca
pero nunca… (piensa unos segundos) ella hubo ningún problema.
entraba al estudio y me decía “Luchito,
aquí vengo”. Inclusive en el último long Probablemente está ese factor humano
play hay cuatro temas que grabamos de los que usted involucraba en una grabación,
doce... más allá del aspecto técnico.

¿Se refiere a Las últimas composiciones?14 Sí, de la relación, claro. Era amigo de todo
el mundo, para mí eran todos amigos. O
Claro, grabamos... grabó ella sola con su sea, había una amistad por esa disposición,
instrumento, porque los demás, todos se pero Violeta era de ésos, como lo fue
pelearon. Yo intentaba administrarlos a Rolando Alarcón, Víctor Jara15 también.
todos, pero no, era una tendencia enojarse. Dicen que eran muy complicados afuera.
"Oye, tenemos que sacarle partido a esto, Que eran muy difíciles, decían los músicos.
por favor", entonces había momentos de Conmigo no, éramos un equipo. Yo soy el
ese tipo. Los últimos los grabó ella sola menos importante, aquí la voz tuya, tu
porque los tipos no querían venir. Y vino interpretación es lo que nos interesa. Lo
sola, porque había que terminar el disco. mío no importa. Eso pasa con los músicos,
Como “La jardinera”, “Gracias a la vida” y con los artistas; que tengan sus momentos
otros, los hizo ella porque había que de explosión, de tristeza, pero yo me limito
terminarlos. Nunca tuvo problemas de a colaborar. Yo siempre digo que soy un
afinación, era muy segura. A lo más le modesto colaborador.
pedía interpretación. Como es ella, cantaba
con sobrecogimiento. Don Luis ¿Cómo vivió usted ese proceso
que tuvo la industria del disco en Chile,
Claramente eso funcionó entonces. que se vio bastante interrumpida por el
golpe militar? Quiero ir un poco más allá, a
la parte tecnológica. ¿Cómo fue pasar de
un formato, de una manera de grabar a
14
“Las últimas composiciones” corresponde al
último registro realizado por la artista nacional el
15
año 1966 y publicado por el sello discográfico RCA Rolando Alarcón y Víctor Jara –junto a Violeta
Victor. Contiene las canciones más reconocidas de Parra– forman parte del movimiento nacido el año
la autora, entre ellas “Gracias a la vida”, “Run run se 1965 en “La peña de los Parra” conocido como
fue pa’l norte” y “Volver a los 17”. Nueva Canción Chilena.

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una instancia mucho más masiva y (piensa unos segundos) no ha habido


doméstica, como fue la aparición del músico, excepcionalmente un chico que
casete? ¿Cómo ve usted eso en lo aprendió mucho, que es muy buen músico,
personal? que es Toly Ramírez. Vicente Bianchi es
otro caso excepcional. Generalmente el
Todos los cambios tecnológicos son músico toca su instrumento, pero no se
normales, tienen que venir. O sea, así como preocupa de la física del instrumento;
aparece el mundo digital, el mundo digital cómo van las notas, las sensaciones, toca
se debe exclusivamente –soy electrónico, no más. Ése es el problema.
así que entiendo– y entiendo el
computador por dentro, un software, un
sistema operacional, etc. En la Armada
hacía la mantención de la Baquedano y el
crucero O´Higgins16, radares, ecosondas,
sonares, teletipos. Ahí usábamos
procesamientos digitales de señales
normales y los pulsos digitales son pulsos
cuadrados y simplemente lo limitan a dos: 1
y 0. Ahora, variantes hay muchas para
combinar, eso es todo. El gran problema de
lo digital es que modifican –y aquí viene el
detalle– y lo dije en Inglaterra, habían 8 o 7
ingenieros diferentes, gente de audio, con
la MCI17 . Ellos querían que compráramos
una MCI. No, yo quiero una consola
simétrica, electrónicamente simétrica, o
sea que mi entrada sea balanceada y mi Multipista análoga MCI, modelo JH24 utilizada en
salida sea balanceada, aquí no vamos a las décadas del 60 y 70 por la dupla Luis Torrejón-
Fernando Mateo (Fotografía del Autor).
grabar videos, vamos a grabar música.
¿Qué pasa? En el video perfectamente Y ese sentido, hoy con toda la tecnología
puedo “farrearme”18 dos megas y no se mediante ya sea de un punto de vista
nota tanto, o sea porque la vista, comparativo o si pudiera hacerlo
objetivamente tiene menos peso, menos, realmente ¿Existe algo que usted hubiera
digamos remanencia visual que el oído, ése hecho de una manera distinta o de una
es el tema que uno tiene que dominar. manera diferente? Estamos hablando de
Siempre la batalla mía hasta el día de hoy… que antes lo recursos eran limitados…
porque yo escucho la música de los años
16
Naves de la Armada de Chile puestas en 70 o 60 y, de acuerdo a los recursos, a las
funcionamiento en 1944 y 1937 respectivamente. disponibilidades técnicas de las que usted
17
Torrejón se refiere a la grabadora multipista
análoga correspondiente a esa marca. habla, yo encuentro que los discos suenan
18
“Farrearse” es un término que en Chile se utiliza increíble.
coloquialmente como sinónimo de “malgastar”.

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Son un cuerpo armónico. Armónicamente grandes, calurosas, de 300 volts, 400 volts.
están completos. Hoy existen consolas de 120 volts, de 50,
60 volts. Hacen la misma función que el
Sí, es una cosa redonda por decirlo de otro, pero no es análoga, entonces uno
alguna forma, que suena muy bien y que puede digitalmente controlar niveles pero
uno lo puede escuchar en un muy buen no meterse en la música, la música es
equipo de sonido o en una radio entrar sonidos, entrar simétricamente y
cualquiera y no se aprecian grandes salir simétricamente, eso es fundamental
cambios. ¿Cómo se pude entender eso para que no pierda armónicos. El digital
suponiendo que la tecnología nos lleva a qué hace: es todo desbalanceado y la mitad
un mejoramiento continuo? del pulso, eso es todo. Por más que actives
el ancho de banda no sirve, es lo mismo.
No, claro, lógico.
Don Luis, adivino un poco la respuesta,
Pero, hoy día, está eso que usted dice muy
pero tengo que hacer la pregunta igual.
certeramente, que lo digital elimina
¿Hay algo que a esta altura de su carrera o
armónicos, le quita un poco de
trayectoria le gustaría o falte por hacer?
sensibilidad, le quita un poco de
¿Quizás trabajar con algún grupo o músico
humanidad a la música.
determinado, algún tipo de música?
Técnicamente… a ver yo, como músico,
En una oportunidad quise grabar… hubiera
como ingeniero musical, tengo que
sido lindo grabar con Pavarotti, pero
aprender a rescatar de la gente que toca
falleció, entonces no pude haber grabado
instrumentos, que graba, el máximo de
con él, a mí no me llaman muchas cosas así.
fidelidad posible. El único sistema hasta el
Lo otro es Julio Iglesias, pero no pude
momento que se ha mejorado mucho
grabar porque estaba en la Radio Bio Bio y
porque antes las mesas, las consolas eran a
la idea era que yo fuera a Los Ángeles a
válvula, había hasta transistores e inclusive
grabar, pero no, no fui. (Piensa) Pero no,
ni siquiera transistores. El ideal es que
alguien especial no tanto. Mira, toda
fuera válvulas ¿por qué? Porque las válvulas
persona, artista –cualquiera– entra en un
tienen mayor ventaja de dinámica, la
estudio, le decía el otro día a Fernando
música necesita dinámica, con respecto al
Mateo, “mira Fernando ¿sabes qué pasa?
transistor, al integrado, al chip. Entonces
Que el artista viene y esto es un mundo
las consolas se compactan en este caso y el
para él, cada disco es un mundo". “Oye,
sonido análogo, hablemos así, es lo más
esto va a sonar, me voy a hacer popular
asemejado al natural. Yo tengo que tomar
qué se yo, más a uno que es nuevo”. Entrar
algo que es natural y llevarlo hasta línea de
a un estudio de grabación a hacer un disco
medios o soportes naturales, y lo único
que va a ser tocado en la radio… Entonces
natural que es más cercano es el sistema
eso no se puede hacer de otra forma; es
análogo. Se han mejorado los
como mi afán o exageración por la
amplificadores, las consolas, las válvulas,
perfección, para al menos hacer las cosas
que antes había que trabajar con fuentes
bien. Yo no digo que hago maravillas, es

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que queden bien hechas. Siempre le digo a Uno que grabé con Arturo Gatica22, otros
los cantantes, a los músicos, “esto es un que no recuerdo muy bien. Grabé, hice
disco hijo, tú vas a pasar, vas a morirte y como cuatro o cinco discos en vivo. Como
esto va a quedar. Y que no se diga que te dije, yo era un tipo que estaba siempre
suena mal, que desafinó, que tiene un en el estudio, de las nueve hasta las cinco
error”. No, entonces siempre buscamos el de la mañana.
detalle.
¿Le llamaba la atención algo de la música
Hizo grabación en vivo19 también, ¿no? nueva que está sonando hoy de los
músicos chilenos?
Muchas, todas las grabaciones que hice en
el estudio de grabación desde el año… ¿tú Sí, algunas cosas son interesantes, pero lo
dices en vivo con público? que veo es una tendencia. Siempre critico
un poco eso. Antiguamente nosotros
Exacto. tocamos un tema de la década del 60
comparado con un tema de la década de
No soy muy amigo de hacerlas, pero hice
ahora, hay una tremenda diferencia en
un Festival de la Guinda20 que había en esos
cuanto a la calidad del tema, que
años, en Curicó, otro en Valdivia. En una
armónicamente está bien construido, con
oportunidad casi voy a Viña21, pero fui yo el
secuencias melódicas, está construido con
que no quiso ir. Ese año fue el único año
cuatro giros melódicos. Hoy en día
que el festival comenzó en enero, y yo pedí
prácticamente no hay estilos melódicos, lo
los equipos para tenerlos por lo menos 10
que hay es una tendencia en una melodía,
días antes. Unos cuatro días antes me
hay un giro y mucho ritmo. Hoy en día todo
avisaron que los tenían listos, pero no, dije
es ritmo, porque es la tendencia de hoy día,
yo no voy, porque yo pienso mucho en el
mucho ritmo, mucho. La pregunta es
riesgo que se corre. Fue muy comentado
¿cuánto va a durar eso? Cuando nosotros
en las revistas eso… (ríe)
grabábamos la idea era que esto durara
¿Y algún disco en vivo que haya grabado para siempre, y parece que el tiempo me
que le traiga buenos recuerdos, de los dio la razón. Creo que es lo que iba a
clásicos chilenos? mencionar antes: el éxito nuestro o mejor
dicho, a ver, la satisfacción nuestra o la mía
por lo menos –no sé si los demás lo
sentirán así– es que en un momento que
19
El concepto “en vivo” se utiliza acá como uno está en la casa y su señora canta el
sinónimo de “en directo”, no como técnica de tema o la radio lo toca, quien sea, están
grabación.
20
Durante los años 70 y 80 surgieron diversos tocando una melodía porque la
festivales comunales en todo Chile que se aprendieron del tema que habían
realizaban en época estival y cuyo nombre estaba
asociado a un aspecto característico de la zona
22
donde se realizaban. Algunos sobreviven hasta hoy. Cantante chileno de gran popularidad construida
21
Torrejón se refiere al Festival Internacional de la en base a un repertorio folclórico y el canto
Canción de Viña del Mar, nacido en 1960 como un latinoamericano. Es el hermano mayor de Luis
símil del Festival de San Remo realizado en Italia. Gatica, bolerista de fama internacional.

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escuchado, nada más, pero la diferencia es según me explicaron después, que él


que yo lo grabé, participé en la creación de grababa un tema en cuatro horas más o
eso, entonces ¿Cuánta gente escucha menos. Eso se demoraba, grabando en
“Gracias a la vida”? es lindo, porque yo hice pista. No le gustaba parchar, o pinchar
eso y se dio a conocer. Las cosas que hizo como le decían. En ese tiempo ya se
Rolando Alarcón, “El cigarrito” de Víctor pinchaba la cinta análoga, pero a él no le
Jara; no sé, hay mucha grabación, cientos gustaba eso, le gustaba la orquesta
de grabaciones, muchas populares. completa, era el concepto tradicional de
orquesta, como debe ser. Yo lo interrumpí,
Presumo entonces que más de una vez entonces pregunta “qué pasa, quiero
ejerció el rol de productor musical. escuchar”. Bueno, revisé la cinta, le
marqué el punto y el bajo, que tenía que
Casi hacíamos nosotros de productor.
hacer un Do y un Mi, hizo un Fa, y le digo
Como le digo, no había nadie. Yo grabé el
“ahí está”. Entonces el tipo se da vueltas y
90% de mi tiempo solo, con los músicos y
le dice a los demás: “este ingeniero me
yo. Venía el director de un sello o de una
para las veces que quiera, este sí es un
orquesta, preguntaban si podíamos grabar
ingeniero”. En cuatro horas, grabamos
tal cosa y se iban, siempre fue así. Entonces
nosotros seis temas, y él en cuatro horas
uno hacía toda la parte de grabación, de lo
grababa un tema.
demás se encargaban ellos, yo no me iba a
meter en las carátulas, por ejemplo. Eso Harta diferencia
fue casi una cosa común, o yo la estimaba
común al menos. Mucha. Porque lo iba parando. Y aquí viene
el uso de la multipista. Los músicos vienen,
¿Siempre fue igual, en todos los lugares en hacen una toma en una y graban en un
que grabó? canal, en otro canal y los mismos músicos
tocan otro y venimos mañana, oye las
Yo grabé en Alemania con Bert Kaempfert,
trompetas pongámoslas pasado mañana, y
y había 13 ingenieros y 9 personas; una
van así, eso no es lógico. Por eso le digo,
consola de 48 canales, todo impecable.
como le decía a Parquímetro23 y como le
Están grabando adentro con su orquesta y
dije a Fernando Otárola, “es tu grupo el
9 personas, pero todas tienen un papel ahí:
que esta acá y yo grabo en multipista todo
director musical, director de orquesta, en
separado, pero la gracia es que después tú
fin. Seis ingenieros, yo era el cuarto. Yo me
mezclas”. Es una facilidad para poder
grabé, ellos me grabaron y decían hagamos
mezclar bien, pero todo lo que es la
esto, nada más y me dejaban las máquinas
armonía del grupo tocando, la amalgama...
de grabar. Pero había un detalle: yo grabé,
hicimos una toma, la primera toma. Vamos Eso no se puede volver a repetir.
en el compás 14 o 16 e interrumpo la
grabación. Yo hablo un poco de alemán y
dije (habla en alemán). Ahora, se lo dije a
Bert Kaempfert y me da la impresión, 23
Apodo del trombonista Héctor Briceño, músico de
sesión de destacada trayectoria en el medio local.

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Claro, si van separado no tiene nada no Yo aproximadamente dije un 70% de


tiene nada. esa es la cosa, eso actualmente tecnología y un 30% de músico.
tiene que estar así esa es mi posición, no es Mayormente tiene que tener sensaciones,
ninguna otra. Yo admiro lo digital todo lo tener sensibilidad. Después los chicos me
que quieran, pero en la música…no se sacaban en andas. En el caso mío yo creo
metan con eso, porque no es correcto, o que pongo un 50%-60% de tecnología y un
sea si uno quiere hacer digital bueno 40% en la música. Había una periodista que
hágalo, en la parte electrónica los tenía la revista Ritmo25. Comentaba ella que
electrónicos, los ingenieros decimos que si me escuchaba silbar una melodía,
este sistema nuevo digital es discreto seguramente iba a pegar esa canción,
porque no es una cosa complicada, lo porque me acordaba de la canción, cosa
análogo sí que es complicado, un que era difícil, porque yo grababa una
instrumento toca una nota y te sale la canción, grababa y vamos a otra, ¿no?
orquesta, tercera, segunda armónica. Eso Inclusive le explicaba a la chica que,
es. haciendo un master, no uso compresor,
uso el expansor, para que me ayude a los
Don Luis, un poco para terminar: me matices mínimos y que hizo el cantante y
quedo con la sensación de que esa marca suba un poquito, pero el resto lo hago
que le informan a usted de Inglaterra de manualmente, todo. Así que los solos, los
haber grabado 11 mil discos está dada no acercamientos al micrófono, la presencia
solamente por un tema de sensibilidad cuando habla encima y cuando se aleja lo
suya respecto de lo que, del músico que hago yo. Obviamente, cuando hago una
tiene al frente que está tocando respecto toma yo mismo, siendo la misma
de la tesitura de la cosa como más técnica grabación, grabamos la siguiente distinta,
de la música sino además de que usted porque las reacciones mías van a ser
maneja la parte técnica desde adentro y distintas. Pero sí, tienen el calor. Yo les
me parece que conjuga muy bien esos dos digo a veces “mira, toca viejo, ¿pero hasta
mundos, me parece que conjuga una parte qué hora grabamos? hasta que perdamos
muy técnica con una parte que requiere el conocimiento. Mira, graba, toca y
muchísima sensibilidad y lo maneja en la cuando a mí se me paren los pelos ahí está,
medida adecuada ¿estoy errado? ésa es la toma, ahí está, llegaste, te
metiste, interpretaste, cantaste, ésa es
No, está bien, es que mira yo, me han
muy buena”. Siempre hago eso, y se lo
preguntado en una oportunidad en la
digo a todos los músicos.
Universidad de Chile, en la Escuela de
Tecnología del Sonido24, en la Escuela de
Música me dijeron, "cuánto es el
porcentaje de música que debe saber un
técnico y cuánto de técnico en tecnología". 25
Revista cuyo nombre oficial era Ritmo de la
juventud y que se editó en Chile en las décadas 60 y
70. Constituyó el apoyo más explícito a la llamada
24
Torrejón se refiere al Departamento de Nueva Ola y en general a los cantantes chilenos de
Tecnología del Sonido la época.

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Bueno, claramente eso es un síntoma del


compromiso suyo al nivel emotivo con el
trabajo.

Sí, sí… emotivo, exactamente. Pasión, no


sé cómo le quieran llamar.

Claramente existe pasión en mi opinión.

Sí, eso.

Don Luis, muchísimas gracias por esta


conversación. En realidad, más que una
conversación, ha sido una verdadera clase
la que me ha dado. De verdad, estoy muy
agradecido.

N. del Autor: esta conversación se llevó a cabo


el 22 de enero del 2016 y constituyó una de las
fuentes primarias consideradas para la
investigación conducente a la obtención del
grado de Magister en Musicología
Latinoamericana en la Universidad Alberto
Hurtado, titulada “Aproximación a la industria
discográfica en Chile 1973-1989: nuevas
prácticas, nuevas escuchas”.

Transcripción: Catalina Carrillo – Ivette


Rapaport.

Fotografías: Claudia Vidal (excepto donde se


indica)

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Antonio Pérez Olea como compositor de documentales: las últimas obras


del director de cortometrajes (1974-1978)

DIANA DÍAZ GONZÁLEZ

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palabras claves: Nuevo Cine Español, cortometrajes, música


audiovisual, documentales, Antonio Pérez Olea.

Keywords: New Spanish Cinema, short films, audiovisual music,


documentaries, Antonio Pérez Olea.

Cita recomendada:
Díaz González, Diana. 2017. “Antonio Pérez Olea como compositor de
documentales: las últimas obras del director de cortometrajes (1974-1978)”.
Cuadernos de Etnomusicología. Nº10. <URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)

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ANTONIO PÉREZ OLEA COMO COMPOSITOR DE DOCUMENTALES:


LAS ÚLTIMAS OBRAS DEL DIRECTOR DE CORTOMETRAJES (1974-1978)

Diana Díaz González

Resumen

Antonio Pérez Olea (Madrid, 1923-2005) fue un destacado director de


documentales, con una amplia producción en diferentes formatos, destacando
sus cortometrajes desde 1963, en los que el compositor explora las
posibilidades de la banda sonora en el discurso audiovisual. En este artículo
completamos estudios anteriores sobre las creaciones de Pérez Olea en este
género de obras, para valorar el desarrollo de las estrategias compositivas que
emplea el realizador, de 1974 a 1978, como director de cortometrajes
documentales. En este lustro, Pérez Olea cierra este tipo de producciones con
El libro profético (1975), Vendimiando un paisaje (1976), Goya, perro infinito
(1977), Galicia, primer cuadrante (1978) y A partir de Olimpia (1978), que son
los títulos en los que nos centraremos en esta investigación.

De este modo, profundizamos en los temas que Pérez Olea trata en


documentales de inspiración artística y la continuidad de su serie “Estilos y
provincias”, para la difusión de la geografía española, en documentales de
tema paisajístico y humano. Para ello, tenemos en cuenta la labor de Pérez
Olea también como director de fotografía en esta selección de obras con
guiones especialmente valorados en su momento de creación. Con todo,
ofrecemos una interpretación de los procesos creativos de Pérez Olea, que
ponemos en relación con las partituras que se conservan de algunas obras en
el legado familiar y la documentación de archivo, sobre todo de expedientes de
rodaje e informes de censura ministeriales. Asimismo, esto nos permitirá
aportar información acerca de las productoras cinematográficas de la época, en
relación a las propuestas empresariales del propio director madrileño, para
asegurar la distribución de sus documentales, hasta la década de 1980.

Palabras clave: Nuevo Cine Español, cortometrajes, música audiovisual,


documentales, Antonio Pérez Olea.

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Abstract

Antonio Perez Olea (Madrid, 1923-2005) was an outstanding director of


documentaries with an extensive production of different formats films,
highlighting short films since 1963, in which he explored the possibilities of the
soundtrack in audiovisual discourse. In this article, we complete previous
studies on Perez Olea’s short films, to investigate the compositional strategies
developed by the director, from 1974 to 1978. In those years, Perez Olea
directed El libro profético (1975), Vendimiando un paisaje (1976), Goya, perro
infinito (1977), Galicia, primer cuadrante (1978) and A partir de Olimpia (1978).
They are his last short documentaries. We will focus on them in this research.

In this way, we delve into Perez Olea’s artistic-inspired documentaries and the
continuity of his “Estilos y provincias” series, for the dissemination of Spanish
geography, in a human and landscape sense. Thus, we consider Perez Olea’s
work in the direction of photography and scripts. Perez Olea’s scripts were well
considered in his time. However, we propose assessments of Perez Olea’s
creative processes, relating to scores in the family legacy and the archival
documentation, considering filming and censorship reports. In addition, we
provide information about film producers, in relation to the Madrilenian director
business initiatives, to ensure the distribution of his documentaries, until the
1980s.

Keywords: New Spanish Cinema, short films, audiovisual music,


documentaries, Antonio Pérez Olea.

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Breves coordenadas biográficas y creativas del autor


El lustro que estudiamos en esta investigación, de 1974 a 1978, supone
la conclusión de los trabajos de Antonio Pérez Olea (Madrid, 1923-2005) como
director de cortometrajes documentales, en la línea de su actividad en la
década anterior de 1960, que es tiempo de producción y de formación del
director y compositor1. Recordemos que Pérez Olea obtuvo en la Escuela
Oficial de Cinematografía (EOC) los títulos de Director de fotografía y de
Sonido en 1954, además de sus estudios en el Centro Sperimentale di
Cinematografia (CSC) de Roma, donde en 1959 se tituló en Cámara. Allí
recibió lecciones del compositor italiano Angelo Francesco Lavagnino (1909-
1987), que entonces se había especializado en música de cine –incluyendo el
género del documental–, a partir de la composición de la banda sonora de la
película The Tragedy of Othello (1952), protagonizada por el propio Orson
Welles. Paralelamente, Pérez Olea realizó sus estudios musicales en el Real
Conservatorio de Música y Declamación de Madrid, donde ya en 1947 recibió
el Diploma de Primera Clase como profesor de Armonía. Pérez Olea se formó
también en dirección orquestal, en el Conservatorio Nacional de Música de
París durante el curso 1955-1956 –a través de la Section Spéciale des
Étrangers–, aunque finalmente se orientó hacia la composición.
En esos años sabemos que Pérez Olea asiste además a las clases de
composición del Curso Internacional de Música Española de Santiago de
Compostela, al menos en su cuarta edición, tras la fundación en 1958 de esta
iniciativa para la difusión de la música española, bajo dirección de Óscar Esplá
y con nombres de la talla de Federico Mompou, Joaquín Rodrigo o Xavier
Montsalvatge en el claustro de profesores, de quienes Pérez Olea recibiría
magisterio. Por entonces, Pérez Olea había recibido ya los primeros
reconocimientos como compositor, fuera también del campo audiovisual, por su
Suite de cantos, Premio de Música “Ciudad de Barcelona” en 1958, para
colecciones de danzas o canciones de carácter popular. Con toda probabilidad,
esta fue su obra musical aparte del cine de mayor calado, para voz y orquesta,

1 Esta investigación se enmarca en el proyecto Músicas en conflicto en España y


Latinoamérica: entre la hegemonía y la transgresión (siglos XX y XXI) (HAR2015-64285-C2-1-
P).

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entre otras piezas para canto y acompañamiento, y otras páginas en formato


de cámara (Pérez Gutiérrez, 1998).
Según nuestras pesquisas, Pérez Olea se decidió por la vía musical
académica, tras obtener el título de Profesor de Composición por el Real
Conservatorio Superior de Música de Madrid en 1978, para acceder por
oposición al claustro del centro poco tiempo después. Así, en octubre de 1982
se encontraba en fase de concurso oposición, ya ocupando una plaza como
interino de profesor de Armonía en este conservatorio2. De este modo, su
actividad se orienta a la vida académica, avalada por la labor cinematográfica
del compositor internacional, como señalaba Joan Padrol (1982), al referirse a
sus trabajos musicales y de dirección para coproducciones italianas,
americanas e incluso alemanas del cine español, además de la edición de
bandas sonoras como Noche de verano en LP por la CAM (Creazioni Artistiche
Musicali) italiana en 1962.
No obstante, comprobamos que su actividad profesional para el cine y la
televisión se extendió a la década de 1990, sin abandonar los trabajos como
documentalista, al frente de la fotografía y la banda sonora, hasta el
cortometraje Ríos de Luz –sobre los sistemas de producción de energía y las
centrales hidroeléctricas de la empresa Iberdrola–, que cierra además el
catálogo compositivo de Pérez Olea, dirigido por José Antonio Ramos
Terrados, en 1995. No en vano, como recogiera Padrol (1982), Pérez Olea
defendió el género de cortometraje documental, en el sentido de que, a
diferencia del cine, le permitía al autor “expresar en diez minutos una cosa” (p.
49).
Con todo, de 1974 a 1978 Pérez Olea firma sus últimos cortos
documentales como director, compositor, encargado de la fotografía y guion,
completando esta línea de su actividad que tratamos en anteriores estudios
(Díaz, 2018, en prensa). Así, en este artículo profundizamos en los siguientes
títulos: El libro profético (1975), Vendimiando un paisaje (1976), Goya, perro
infinito (1977), Galicia, primer cuadrante (1978) y A partir de Olimpia (1978),

2 En octubre de 1982 Pérez Olea solicita al Ministerio acreditación como responsable de guion,
dirección, música y fotografía de una selección de documentales: La Alpujarra (Un mundo
inquieto), El bajo Aragón, Galicia, primer cuadrante, Tormes y Tiétar (El río que no cesa), La
vejez luminosa y Viaje al país cubista, para presentar en dicho concurso. (Archivo General de
la Administración, AGA (3),121,36/04951).

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valorando posibles conexiones con anteriores obras de Pérez Olea en el


análisis de los recursos empleados por el compositor audiovisual. Para la
distribución de estos documentales, Pérez Olea extendió su colaboración con
el productor José Esteban Alenda, iniciada en el marco de la Cooperativa
Cinematográfica Olimpia3, con En Madrid de 5 a 7: cortometraje de 1964
dirigido por Emilio M. Ayuso, con música y fotografía a cargo de Pérez Olea. La
etapa de la cooperativa Olimpia alcanza, al menos en el catálogo de Pérez
Olea, hasta Mundo Romano, cinta de 1973, si bien existen evidencias en los
expedientes de la Junta de Calificación y Apreciación de Películas que
demuestran que en 1975 aún seguía activa la Cooperativa, bajo presidencia del
propio Antonio Pérez Olea4.
La colaboración del director con José Esteban Alenda en este formato
de obras siguió a partir de 1974 para la distribución, pero bajo el nombre de
Cinematografía Aplicada a la Industria (Ciaplind), facilitando así la continuación
de los trabajos de Pérez Olea como director y compositor de cortometrajes
documentales. De este modo, Pérez Olea solicitaba ya en 1973 el registro de
Ciaplind como empresa independiente, realizando La Torre de Babel, uno de
los documentales más valorados del catálogo del director madrileño, que sin
embargo todavía se produjo vinculado a la Cooperativa Cinematográfica
Olimpia. Así, Ciaplind, con Pérez Olea como director propietario, aparece
inscrita en el Registro de Empresa Cinematográfica del Ministerio de
Información y Turismo con el número 368, como sucesora de la cooperativa
Olimpia, y en la rama dedicada a documentales industriales.
Paralelamente, en la década de 1970 se difunden los trabajos previos de
Pérez Olea en el género de obras que nos ocupa, a través de José Esteban
Alenda Distribución, aunque no de manera demasiado amplia en el territorio
español, según los certificados de exhibición de películas en los fondos

3 La Cooperativa Cinematográfica Olimpia aparece inscrita en el Registro Oficial de


Cooperativas del Ministerio de Trabajo (Dirección General de Promoción Social. Sección de
Cooperativas), con el número 11547, y se dispone su encuadramiento en la Unión Nacional del
Cooperativas de Industriales, en fecha de 30 de mayo de 1964. En el momento de su registro
se recogen los siguientes nombres y cargos, que se observa rotan en años siguientes, a
excepción del cargo del Presidente: José Antonio Ramos Terrados (Secretario de la Junta
Rectora), José Esteban Alenda (Presidente), Antonio Pérez Olea (Tesorero), José Menéndez
Ayuso (Vocal). En 1966 se incorporan Emilio Menéndez Ayuso (Secretario) y Diego Gómez
Sempere (vocal).
4 Véase AGA (3),121,36/04256.

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ministeriales. Con toda probabilidad, uno de los cortos más visionados de


Pérez Olea fue Torre de Babel, S.A., reconocido con la Espiga de Oro en el
Festival de Valladolid en 1974, suponiendo una crítica irónica a organizaciones
de tipo capitalista, mientras en los expedientes se valoraba “una obra con
mínimos elementos y máximas intenciones (…) [que] nos remite a la realidad
bíblica, con todos sus significados y sentidos”5. Otros documentales a destacar
en cuanto a su difusión, según nuestra labor de archivo, serían los de tipo
paisajístico: Tormes y Tiétar (El río que no cesa) (1967) y La Alpujarra, un
mundo inquieto (1968)6.

A partir de Olimpia: arte y crítica social


Los temas de inspiración artística se imponen en el catálogo de cortos
documentales de Pérez Olea, también de 1974 a 1978, en buena parte por
influencia de su esposa, Lore María Meyer, historiadora del arte, quien colabora
como ayudante de dirección en este tipo de obras desde 1963, nacidas por
iniciativa de Pérez Olea, a diferencia de otros documentales de su catálogo,
bajo dirección de Guillermo F. Zúñiga, Antonio José Betancor o Jesús Rubiera,
en el caso de la década de 1970. Es curioso que, entre los documentales de
corto formato estudiados hasta la fecha, dirigidos por Pérez Olea, solo Mundo
romano (del año 1971, según nuestra última revisión de expedientes) sufrió
modificaciones singulares debido a la censura en este caso de guion, debido a
la insistencia en los efebos y los textos latinos seleccionados que se
consideraron propugnadores de la homosexualidad, lo que la Comisión de
Apreciación consideró, en su sesión de 7 de octubre de 1970, “algo totalmente
recusable”7.
De manera similar, La luz y la sombra (1971) acogió otra pequeña crítica
de la comisión el mismo año, solicitando suprimir la expresión “mujeres y
efebos” del guion. El documental La luz y la sombra propone un recorrido por

5 Fuente: AGA (3),121,36/04189. Torre de Babel S.A está disponible para su visionado en
https://www.youtube.com/watch?v=wobnpCO8YdM&t=319s [Consultado por última vez, en 25
de octubre, 2017].
6 De Torre de Babel, S.A. se expidieron licencias oficiales en 1973, 1976 y aún en 1981. De

Tormes y Tiétar, en 1973 y 1981; y La Alpujarra, un mundo inquieto tuvo varias tiradas de
copias en 1969, 1976 y 1981. En ese último año localizamos nuevas licencias de exhibición
para otros documentales que se destacan en el catálogo: La luz y la sombra (1971) y Rías y
ramblas (1968).
7 Véase AGA (3),121,36/05057.

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diferentes estilos arquitectónicos en España en un estudio intelectual y plástico


de una diversidad de monumentos –de Madrid a Granada y pasando por León
o Burgos–, a partir de la idea del claroscuro según el uso de la luz en la parte
fotográfica del documental, a cargo igualmente de Pérez Olea.
En lo que respecta a la protección oficial de la obra del director, hay que
señalar una merma en las subvenciones de cortometrajes como A partir de
Olimpia, ya en 1974. Hasta ese año, la labor de documentalista de Pérez Olea
era reconocida por la entidad ministerial con ayudas nunca inferiores al treinta
por ciento; siendo el máximo de ayuda para este tipo de obras de un cincuenta
por ciento del coste total de la película según la legislación de 1964 8, cuyos
efectos en la producción española ha estudiado entre otros Santiago Pozo
(1984). A este respecto, se comprueba que documentales de Pérez Olea que
estudiamos en anteriores investigaciones, como Bajo Aragón, La Vejez
luminosa o Mundo romano, recibieron el treinta por ciento de ayuda tras
rectificar la comisión su baremo a petición del propio director. Sin embargo,
Pérez Olea tuvo que hacer frente a reducciones en las ayudas bajo la nueva
normativa ministerial para la protección del cine español de 1971 9, con el
retraso en los pagos y el confusionismo de la aplicación de esta normativa,
según recogen autores como el crítico José María Caparrós (1983).
En el catálogo de Pérez Olea, estas cuestiones quedan de manifiesto en
la producción de documentales como A partir de Olimpia10, que profundiza en
las representaciones del desnudo femenino en la pintura a partir del cuadro
Olympia de Édouard Manet, y los cambios sociales y políticos que se vinculan
a la evolución de los derechos de la mujer, valorando relaciones estéticas y
sociales hasta mediados del siglo XX.

“Olimpia” no es el primer desnudo de la pintura mundial, ciertamente, pero sí la primera


vez que un desnudo no se acompaña de pretextos bíblicos, alegóricos o mitológicos. Y
coincide –en el año 1865– con las formas más virulentas de reclamación por la mujer de
sus plenos derechos civiles.

8 Orden Ministerial de 19 de agosto de 1964. Capítulo V. “Películas de Interés Especial”.


9 Capítulo V de la Orden Ministerial de 12 de marzo de 1971, para el régimen de subvención
para películas de corto metraje.
10 A partir de Olimpia también está disponible en el canal de YouTube dedicado a Pérez Olea

creado por sus familiares. Véase http://youtu.be/sjwniC9SiSE. [Consultado por última vez, en
30 de octubre, 2017].

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A partir de Olimpia el desnudo femenino sufre los tratamientos más dispares, unas veces
de acuerdo con los movimientos de liberación de la mujer, otras veces indiferentes o
incluso contrarios al mismo. Y esa marcha paralela o divergente de la mujer en el Arte –a
través de su desnudo– y en la Vida –en su proceso reivindicativo–, desde entonces
hasta nuestros días, es el objeto primario del documental.
Secundariamente, pero no menos importante, es la mostración de la evolución del
concepto “desnudo” en el último siglo del arte pictórico 11.

Pérez Olea recibió el permiso de rodaje de A partir de Olimpia el 12 de


junio de 1976, siete meses tras su solicitud, con el habitual aplazamiento de la
concesión de los beneficios de la subvención hasta realizarse la película, según
determinaba el Artículo 37 del Capítulo V de la orden mencionada de 1971. Del
mismo modo, la Comisión de Apreciación de Guiones se reservó la
confirmación de la autorización del guion hasta la presentación de la película, al
considerar que “del texto no se desprende con detalle la clase de cuadros
objeto del reportaje”; lo que movió al director a solicitar una aclaración al
negociado, si bien en la documentación no se observa relación de obras para
las imágenes, aparte de la referencia a una “cuidadosa selección de
reproducciones artísticas de los propios libros cuyos textos han servido para la
documentación del guion literario. El número de libros seleccionados supera el
centenar”12. Meses adelante, Pérez Olea insistía en que el documental se
acogiera a las normas de protección vigentes en la fecha de permiso de
rodaje13, tras enviar en diciembre de 1977 la primera parte de la documentación
del cortometraje, y a la espera de enviar la primera copia standard 14. Esto, tras
haber solicitado una prórroga de seis meses para completar el rodaje 15, debido
a la dificultad de conseguir todos los documentos gráficos, lo que retrasaría la
entrada en montaje y sonorización16.

11 Sinopsis del guion del documental A partir de Olimpia, conservado en AGA (3),121,36/05210.
12 Consúltese AGA (3),121,36/05210.
13 Entonces entraba en funcionamiento el Real Decreto 3071/1977, de 11 de noviembre, por el

que se regulaban determinadas actividades cinematográficas, y que disponía, en su artículo


13.3 que “las películas españolas de corto metraje, acogidas al régimen de subvenciones,
recibirán una cantidad igual para todas ellas, a cuyos efectos se fijará en los presupuestos del
fondo de protección a la cinematografía una cifra global anual que no podrá exceder del cinco
por ciento de los mismos” (Boletín Oficial del Estado (BOE), nº 287, de 1 de diciembre de 1977,
pp. 26420-26423).
14 Carta de Pérez Olea al Negociado de Producción, en fecha de 10 de enero de 1978.
15 Carta de Pérez Olea al Negociado de Producción, en fecha de 10 de abril de 1977.
16 En los datos finales de A partir de Olimpia destaca el uso de los estudios Sincronía para

efectos y locución, y de los estudios de rodaje Truca, además de los nombres habituales en el

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Con todo, la gestación de A partir de Olimpia fue particularmente


dificultosa hasta que se concluye en 197817, teniendo además en cuenta las
reducciones del guion previo que localizamos en los archivos18. No en vano,
Pérez Olea decidía, por primera vez en su carrera, imponer un recurso tras
serle notificada la valoración de la subvención de la cinta, en palabras del
director, “en demanda de una mejor y más justa estimación de los valores
cinematográficos –culturales y técnicos– de dicha producción”19. En este
documento, Pérez Olea, defiende su rigor estético, emotivo y técnico en su
dilatada labor de documentalista, para el ámbito de la exhibición comercial, con
un ajuste honesto de los datos finales, mientras defiende las características y
necesidades del director de este tipo de obras audiovisuales:

El cortometraje no puede ser estimado cada vez más como un subproducto y obligado
por ello a ser desarrollado en lugares no profesionales –salas particulares de montaje,
música de archivo, locuciones en “cassette”, colaboradores no profesionales, etc, etc…–
porque, aparte del perjuicio producido a las empresas profesionales de cada ramo y el
deterioro de la propia moral profesional se determina una caída vertical de calidad y
eficacia que no puede ser nunca finalidad de un Organismo dependiente de un Ministerio
de Cultura20.

Finalmente, la Subdirección General de Empresas Cinematográficas


rectificó la valoración previa de 1 punto; de manera que, según la Subcomisión
de Valoración Técnica, reunida el 23 de octubre de 1978, resolvió estimar el
recurso y conceder al documental una subvención de 2 puntos, con cargo al
Fondo de Protección al Cine Nacional. A partir de Olimpia se aceptó para su

trabajo de documentalista de Pérez Olea, que fueron EXA, para la sonorización, y Madrid Film
para el montaje. En el equipo técnico aparecen también colaboradores habituales del director:
Manuel Amigo en la producción y José Salcedo a cargo del montaje.
17 Incluso, localizamos proyectos inacabados como A punta de lápiz, documental sobre el

dibujo infantil, para el que Pérez Olea pidió en febrero de 1978 una prórroga de rodaje de un
año, debido al tiempo y costes de la sonorización que le ocupaban, por entonces, A partir de
Olimpia y Galicia, primer cuadrante. (AGA (3),121,36/05248).
18 Revisamos el guion para el cortometraje que sirvió de base para diseñar el comentario en off,

y sobre el que Pérez Olea realizó reducciones y modificaciones (Madrid: Jomar, 1975). Puede
consultarse el fondo registrado en la Biblioteca Nacional de España (BNE), T/49288.
19 La memoria puede consultarse en el expediente de la película, en AGA (3),121,36/05210.
20 Ibídem.

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visionado en salas comerciales y únicamente para mayores de 16 años,


siguiendo el artículo 14 de la Orden Ministerial de 7 de abril de 1978 21.
En nuestro análisis, comprobamos que el comentario se impone, con la
voz femenina en off, en la banda sonora, a través de una crítica al puritanismo
social a partir del cuadro de Manet. Según los expedientes, Pérez Olea
simplificó elementos de la banda sonora y redujo la duración total del
cortometraje (de un metraje de 420 a 385) para ajustar la diferencia de costes
respecto al presupuesto inicial22. Estas cuestiones se desprenden del guion
musical conservado, que Pérez Olea firma en enero de 1978, según el
manuscrito en el archivo familiar23. Este documento, aunque incompleto, señala
hasta 14 temas que el compositor habría proyectado inicialmente para un
piano. Como se muestra a continuación, nosotros identificamos hasta cinco
temas que se desarrollan en la banda sonora y que parten del guion musical
conservado. Tengamos en cuenta que el piano es instrumento protagonista de
la banda sonora de otros documentales importantes de Pérez Olea, según
hemos estudiado, como El Río que no cesa (Premio Nacional de Turismo,
1966), utilizando el compositor, en ambos, técnicas extendidas. No en vano, el
sonido del piano forma parte de los recuerdos familiares, como nos relató la
hija del realizador, Mónica Pérez Olea.

En el piso familiar de Telémaco 26 [Antonio Pérez Olea] tenía un piano Cussó color
granate de media cola de estudio con el que no tocaba, sino que probaba melodías que
componía para las películas, Por entonces, aún tenía en Goya 11, en casa de su
madre, un piano de media cola, [en] un piso en el cual podía tocar sin molestar a
vecinos, sin ser molestado por su familia (éramos 3 niños pequeños en un piso muy
pequeño), ni ser oído; yo creo que eso le daba la posibilidad no solo de concentrarse
sino de ensimismarse, de inspirarse. Más tarde compró un piano eléctrico Hohner que
tuvo primero en Villamantilla (en su finca) y luego en Telémaco.

En A partir de Olimpia, el piano sostiene un continuo sonoro a través de


la música, que se ajusta al diálogo. Pérez Olea lleva esto a cabo por medio del

21 Orden por la que se dictan normas de aplicación y desarrollo del Real Decreto 3071/1977, de
11 de noviembre, por el que se regulan determinadas actividades cinematográficas (Boletín
Oficial del Estado (BOE), nº 93, de 19 abril de 1978, pp. 9022-9026).
22 Como dato, señalar que el coste total del documental fue de 761.840 pesetas.
23 Agradecemos la colaboración de Claudio Pérez Olea para poder acceder a los manuscritos.

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desarrollo libre de los temas, difícil de reconocer, debido además a la labor


posterior de montaje (véase tabla en el Anexo).

Figura 1. Primer tema de A partir de Olimpia, al inicio del documental.

Figura 2. Tema 5 de A partir de Olimpia (minuto 5:04).

Se trata de música incidental en la que predominan los ritmos


sincopados y a contratiempo, que aportan ligereza a la banda sonora, teniendo
además en cuenta las anotaciones del compositor: “todo un poco en ritmo de
tren”. Esto conecta con el desenlace del documental, para el que se inserta el
ruido del traqueteo de un tren, mientras Pérez Olea crea efectos dinámicos a
través del movimiento de cámara. Pensamos que el material que el compositor
utiliza en los minutos 1:49 y 5:04 tendría también esta función cinética (véase
tabla en el Anexo), de manera que el piano imita el sonido del tren, siguiendo
Pérez Olea las mismas ideas que en otro de sus documentales, Viaje al País
Cubista (1972). A su vez, observamos un uso recurrente del primer tema, ya
sea en su aparición inicial (figura 1), o bien variado y de forma fragmentada,
teniendo en cuenta que en su desarrollo llega a confundirse con el quinto tema
que identificamos con apoyo de la partitura (figura 2).

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Figura 3. Tercer tema de A partir de Olimpia (minuto 0:54).

Figura 4. El “tema de París”, de Ninette y un señor de Murcia.

Igualmente, cabe destacar el tercer tema que identificamos en el


documental (figura 3), por su similitud con el “tema de París” del carrillón
(véase figura 4) en la banda sonora de la película Ninette y un señor de Murcia
(Tito’s Films, 1965), dirigida y protagonizada por Fernando Fernán Gómez. En
el largometraje, el carrillón era el París del amor, para envolver escenas íntimas
y la llegada de Andrés a la capital francesa (Díaz, 2017). En A partir de
Olimpia, el tercer tema al que nos referimos, también repetitivo y sinuoso, se
presenta en bloques que emplean imágenes de cuadros del impresionismo
francés. La selección de pinturas apoya por los temas, elementos de la imagen,
su técnica, estilo o el contexto de creación las ideas que expone el texto, que a
su vez es apoyado por la música, en ocasiones de forma emotiva y en
contrapunto a la imagen, como en caso del tema 4, que se genera a partir de
un motivo cromático descendente mientras acentúa los contrastes de registros
(véase figura 5 y tabla en el Anexo).

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Figura 5. Motivo inicial del tema cuarto, de A partir de Olimpia (minuto 4:23).

Figura 6. Tema segundo, de A partir de Olimpia (minuto 0:24).

Un retrato psicológico de Goya a través de sus pinturas


El documental Goya, perro infinito se rodó de marzo a octubre de 1977
de manera discontinua, según se obtenía el material original para los rodajes,
los envíos a laboratorio para el primer montaje y un cambio de título, que la
Comisión de Guiones aceptó en junio, tras la solicitud de rodaje de este
cortometraje en 1975, con el título original Del vivir de Goya24. Pérez Olea
justificaba este cambio para evitar dificultades en el Registro de la Propiedad
Intelectual, por similitud del título con la obra El vivir de Goya de Eugenio d’Ors
–obra por otro lado significativa para la elaboración del guion–, y en relación a
“una de las secuencias principales del documental, que ha motivado incluir en
el comentario una frase del poeta Pablo Neruda, “herramienta, perro infinito””25.
Con todo, parece que la selección de obras de Francisco de Goya para este

24
Goya, perro infinito está disponible en http://youtu.be/m8iqU8lEUZg. [Consultado por última
vez, en 15 de noviembre, 2017].
25 De este modo, aclaraba Pérez Olea que en el nuevo título sugerido del documental, Goya,

perro infinito, no se encerraba ningún significado peyorativo; sino al contrario, como una “frase
de sublimación poética”. (Fuente: AGA (3),121,36/05210).

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trabajo fue, una vez más, la razón principal que se argumenta para prolongarse
el rodaje, pues Pérez Olea solicita en abril una prórroga de 6 meses por la
dificultad de acceder a coleccionistas particulares, “a fin de aportar nuevos
elementos iconográficos en un film de este pintor, bien por exigencias de guion,
bien por difusión de obras de su catálogo prácticamente olvidadas”26.
Así, Goya, perro infinito presenta un comentario basado en textos de
Alexander Gottlieb Baumgartens, Eugenio d’Ors, Wyndham Lewis y Francis
Donald Klingender sobre el artista zaragozano; si bien Pérez Olea concibió este
documental sobre los cuadros de Goya como testimonio de la propia vida del
pintor, con la idea de hacer un examen psicoanalítico dentro de las teorías de
Sigmund Freud y de Herbert Marcuse27.

Su tosquedad rural [dice Pérez Olea sobre Goya], confrontada de continuo con la
hipocresía cortesana, la burguesía pseudopolitizada y el amorfismo popular determinan
una vida atormentada, reprimida y una obra de arte en cierto modo malograda. Su
catarsis final tuvo lugar y tiempo mucho antes de su muerte, en sus “pinturas negras”,
que es una genial intuición del inconsciente humano que el psicoanálisis iba a poner de
manifiesto casi un siglo después28.

También en Goya, perro infinito el guion que firma Pérez Olea es la


referencia para la selección y montaje de imágenes y la creación de la banda
sonora, con el uso del piano y de dispositivos electrónicos, buscando variedad
de timbres y efectos sugestivos por parte del espectador29. En este sentido, la
hija del director, Mónica Pérez Olea, valoraba, en declaraciones para la autora
del presente artículo, la labor del guionista en la producción de documentales.

Hacía horas de investigación literaria y se metía en los temas a fondo; le recuerdo


leyendo y estudiando, y luego escribiendo, con su máquina de escribir, a veces hasta
las tantas de la noche, en el comedor. Él mismo redactaba las voces en off de sus

26 Consúltese la documentación que conserva la caja correspondiente a la signatura AGA


(3),121,36/05210.
27 Goya, perro infinito se reconoce por la comisión de visionado con la valoración de 3 puntos

para la subvención, en marzo de 1978, con lo que sería uno de los documentales más
valorados por el organismo oficial, de los estudiados en esta investigación.
28 Extracto de la sinopsis del guion de Goya, perro infinito, en AGA (3),121,36/05210.
29 En la ficha técnica destaca, además de los estudios habituales, la sala de montaje regentada

por el famoso productor (y futbolista) Elías Querejeta, para el montaje que comprende el copión
imagen y cuatro bandas sincrónicas de sonorización y asistencia a mezclas.

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documentales que, como pueden oírse, son fruto del estudio y de la creatividad de los
temas expuestos (Goya, cubismo, avantgardismo, sobre el rol de las mujeres […]).

La cinta se estructura en tres bloques, titulados “El Muñeco y la Corte”,


“El Hombre y la Barrabasada” y “La Catarsis”. En el primer bloque, una
variedad de planos de escenas infantiles de pinturas de Goya, combinadas con
otras escenas costumbristas como La riña en el Mesón del Gallo (1777) se
identifican con las vivencias que marcarían al propio artista en su etapa infantil,
logrando la entrada afectiva del espectador en el relato (Colón, Infante del
Rosal y Lombardo, 1997), a través de las gradaciones del tempo del piano, el
uso expresivo del silencio, y el ruido de ladridos y el viento, de carácter
diegético al aproximarse a las vivencias del Goya niño desde el interior de la
imagen.
Hay que destacar dos cortes para subrayar la referencia al pintor
Francisco Bayeu, valedor de Goya, y sobre todo la llegada de éste a Madrid
(minuto 2:17), donde difícilmente Goya debió encajar, según el guion, entre la
nobleza y flamenquería. Pérez Olea reconoce la represión interna de Goya –al
que trata en segunda persona en el texto–, en pinturas candorosas de
ingenuidad aparente, en especial El Pelele (1791-1792), con planos detalle que
se combinan con una música de carácter infantil por su timbre y ligereza, pero
que logra un efecto opresivo, por el perfil circular de la melodía y la ruptura
armónica. Hasta el terror de las primeras pinturas negras, que introduce la
imagen solo con el ruido del viento, muy efectivo, antes de la presentación del
segundo bloque.
En “El Hombre y la Barrabasada” (desde el minuto 3:48) se percibe un
oscilador para ampliar el sonido. También hay dos cortes de la banda sonora
con función narrativa: en el minuto 5:11 para introducir una música de carácter
improvisado, casi a modo de tocata, que contrasta en el registro agudo, y que
luego recupera los diseños del final del primer bloque, acorde con el guion que
subraya la aprobación de Goya como pintor del rey: “¿De verdad es un triunfo
verse pintor obligado del muñeco que aspira a ser hombre, sino del hombre
que ha conseguido hacerse muñeco?” Los ladridos que se funden con la
música aportan también unidad entre bloques. El otro corte en el minuto 6:37
marca la parte del guion dedicada a la duquesa de Alba, con barridos de

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cuadros populares mientras la banda sonora tiende hacia un continuo sonoro


buscando nuevos timbres.
El último bloque de “La Catarsis” (minuto 7:43) desarrolla esa idea del
continuo sonoro que combina con sonidos diegéticos de las escenas de los
cuadros como El Entierro de la sardina, por tanto, en la línea de otros
documentales previos de Pérez Olea, como Viaje al País cubista (1972). Así,
encadena de nuevo la música de final del primer bloque, que identifica con el
mundo infantil; aquí mientras se refiere al hijo y nieto de Goya en la locución
(minuto 4:40). El discurso sonoro se rompe en el 9:57 para encaminar el final
de la cinta, con la integración del sonido del sintetizador, osciladores y voces
manipuladas de rezos, además del ruido manipulado del ladrido del perro, en
una síntesis casi liberadora del discurso.

Experimentación sonora para un documental de tema bíblico


En la misma línea, Pérez Olea recorre en El Libro profético con su
cámara ilustraciones mozárabes, a través de zoom y panorámicas, que sirven
de soporte visual a los Comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana, en
una extractada exposición del Apocalipsis de San Juan, intercalando tres
comentarios a dichas ilustraciones, para situarlas estilística e históricamente30.
Para ello, el director emplea una selección de miniaturas de códices del Beato
de Fernando I y Sancha (Beato de Facundus) y Beato de Liébana, del siglo XI.
El Libro profético, que terminó de rodarse en noviembre de 1976, fue valorado
positivamente por la Comisión de Apreciación de películas, que le concede una
subvención de hasta 5 puntos, según la Orden mencionada de 1971 31. La
banda sonora destaca en esta selección de obras por su variedad tímbrica, de
texturas y estilos en la parte musical, que fluyen en breves secciones de hasta
dos minutos, como apoyo narrativo al guion de tema bíblico, y en una práctica
en la que Pérez Olea muestra su versatilidad compositiva, como apreciamos en
otros documentales de la década de 1960. A diferencia de los cortos anteriores,

30 Disponible en http://youtu.be/vFDbG8PSuXE. [Consultado por última vez, 15 de noviembre,


2017].
31 En su informe de 11 febrero de 1977, los miembros de la comisión reflejan valoraciones

considerando El libro profético “muy buen documental, serio y perfectamente exportable”.


También se valora como “buen documental, con gran interés y realizado con meticulosidad”.

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no destacan aquí elementos cíclicos y se subraya el carácter libre en el


desenvolvimiento de la banda sonora, de manera experimental.
De este modo, Pérez Olea emplea en la banda sonora un piano,
instrumentos de percusión incluyendo batería, de metal destacando la
trompeta, el sintetizador y con toda probabilidad también osciladores. Además,
en el minuto 1:54 introduce música de órgano para ilustrar las labores de copia
de los pergaminos. En este punto conviene anotar que, hasta donde hemos
investigado, solo los documentales Camino a la música contemporánea (1973)
y La luz y la sombra (1971) de los dirigidos por Pérez Olea, en formato breve,
incluirían música preexistente; en el segundo caso, para la variedad de estilos y
periodos de la arquitectura en el recorrido que presentan las imágenes del
documental, a través de danzas populares del siglo XV, música del
renacimiento español y un cuarteto de Boccherini del Archivo del Palacio Real.
En El Libro profético observamos varios recursos del compositor
audiovisual, que valoramos en anteriores documentales como Rías y ramblas
(1968), en cuanto al tratamiento del sonido de instrumentos tradicionales para
la búsqueda de efectos sonoros con fines descriptivos y narrativos, en este
caso buscando, con la trompeta, identificaciones sonoras con elementos que
subraya el guion, de forma que nos adelanta la visualización de los mismos,
como el cordero divino y las voces angelicales (a partir del minuto 3:00).
Asimismo, introduce música de jazz con la ampliación de la banda de
instrumentos eléctricos (minuto 4:03), con la versatilidad que el compositor ya
mostraba en obras como La Vejez luminosa (1971), pero en este caso para
acentuar el ritmo paralelamente al contenido del guion, sobre los juicios divinos
del Apocalipsis. También la percusión se amplía en el minuto 6:44 para apoyar
con sonoridad orientalizante las viñetas mozárabes de las imágenes. Aunque a
destacar es la sección del minuto 8:15 sobre las mujeres del Apocalipsis,
donde la cuerda manipulada se suma a los efectos sonoros también con fines
descriptivos y afectivos.

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El retrato paisajístico y humano en los cortometrajes de Pérez Olea


Pérez Olea completa también este lustro la serie de documentales de
“Estilos y provincias”, que ya se valoraba positivamente en la década de 1960
en cuanto a la selección geográfica, para difundir los atractivos naturales y
turísticos de lugares menos transitados en la pantalla32. Este era el caso de
cortometrajes como Bajo Aragón, sobre tierras de Teruel, o Románico y
romántico (ambos de 1969), este último grabado en Soria y su provincia 33.
Vendimiando un paisaje (1976) es el documental número seis de la serie
“Estilos y provincias” que dirigió Pérez Olea34, dentro de la línea quizá más
tradicional del género del documental, como señalan Llinás y Riambau (1996).
En Vendimiando un paisaje, el realizador propone un recorrido personal por
tierras de Ciudad Real en el que la idea fundamental es la conexión de los
elementos del paisaje (naturaleza, hombre y arquitectura). En este sentido, la
música en la banda sonora tiene la función principal de dar continuidad al
discurso, de una manera similar a A partir de Olimpia, aunque inédita en los
documentales de esta serie, si bien el guion, como en anteriores obras, tiende
a organizarse en breves vectores según la localización en distintas zonas
geográficas, que indican las pausas de la voz en off, mientras la parte musical
se desarrolla sin cortes bruscos tras los títulos del documental.
Pérez Olea logra esto a través de dos estrategias compositivas: el
manejo de una variedad de instrumentos tradicionales y eléctricos que le
permite renovar los colores tímbricos según cada sección (destacando
melódicamente el fagot) y el uso insistente del piano (y el carrillón) con ritmos
agitados. Esto se produce a partir del minuto 0:30, cuando la visión del paisaje
se amplía paralelamente a la intensificación del ritmo musical, lo que responde
a la idea del guion, del poder de la combinación de los elementos paisajísticos
en el espacio. Este procedimiento observamos que se vuelve a utilizar a partir

32 Existen dudas acerca de la fecha de Ceres-K, quinto documental de la serie, centrado en


Cáceres, que tendremos que resolver, pues este cortometraje aparece fechado en el catálogo
de la Filmoteca Española en 1971, y en otras fuentes en 1974.
33 En cuanto a Románico y Romántico, el informe de censura valoró positivamente que “como

pocas veces ocurre, no se trata del clásico documental turístico español, hecho a lo largo de un
viaje en coche, con fotografías que más tarde se empalman a como dé lugar, sino que hay un
estudio previo del tema, realizado con intención y cuidado”. (Informe de censura del guion, en
AGA (3),121,36/04998).
34 Disponible en http://youtu.be/AJAaIFHGKuk. [Consultado por última vez, 15 de noviembre,

2017].

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del minuto 9:39, dando así un carácter cíclico al documental, como es habitual
en las prácticas de Pérez Olea como compositor audiovisual. No en vano,
Vendimiando un paisaje se cierra con el mismo material musical de los títulos,
destacando en esta parte el violonchelo, la flauta, el piano y la guitarra en la
instrumentación.
La versatilidad del compositor queda patente una vez más en esta obra,
en la que también se observan procedimientos de identificación (Kassabian,
2001), en la parte del documental dedicada al Siglo de Oro español, primero
con el protagonismo de las cuerdas para ilustrar con carácter arcaizante
imágenes de Montiel, Villanueva de los Infantes y Villamanrique (minuto 7:51),
y después con las llamadas de la trompeta con aire españolizante a propósito
de las balconadas de Almagro (a partir del 8:38), anticipando al espectador a la
referencia de la tradición taurina en el guion y la fotografía.
Con Galicia, primer cuadrante se cierra la serie de “Estilos y
provincias”35. El documental obtuvo un accésit en los Premios Nacionales de
Turismo para películas de corto metraje en 1978, siendo este el último
reconocimiento del autor en certámenes nacionales, tras anteriores premios
otorgados por el Sindicato Nacional del Espectáculo y del Ministerio de
Información y Turismo. En Galicia, primer cuadrante Pérez Olea vuelve a la
provincia que había retratado en Rías y Ramblas (1968), donde recorría parte
de la provincia y pueblos costeros de La Coruña, hasta el cabo Finisterre. Su
rodaje se prolongó hasta marzo de 1978, para lograr el ambiente invernal que
recoge el final de esta cinta, donde un viajero se escapa de la ciudad para
buscar, en los rincones más olvidados de la provincia de Lugo, “la verde
verborrea de su paisaje y el aislamiento feliz en su compartimentada geografía.
E intenta comprender por qué sus habitantes se ensueñan con los encantos de
la fantasmal “gran ciudad””36.
Galicia, primer cuadrante fue valorado por la Subcomisión de
Clasificación como un “documental correcto y expresivo” para las salas
comerciales, en julio de 1978. Sin embargo, a diferencia de otros documentales
de la serie, se le concede solo 1 punto de subvención; por lo que Pérez Olea

35 Disponible en http://youtu.be/5qjd9785hcI. [Consultado por última vez, 15 de noviembre,


2017].
36 Extracto de la sinopsis del guion de Pérez Olea para Galicia, primer cuadrante (en AGA

(3),121,36/05248).

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volvió a presentar recurso contra la resolución de la Dirección General de


Cinematografía. Para ello, emplea los mismos argumentos que para la revisión
de la ayuda para A partir de Olimpia, pero la comisión no aprecia esta vez su
petición, argumentando que “la película no contiene valores cinematográficos
suficientes para estimar el recurso interpuesto”37.
Al igual que en Vendimiando un paisaje, como en anteriores
documentales de la serie, en Galicia, primer cuadrante no hay un desenlace
específico, sino que lo importante es el trayecto por diferentes zonas
geográficas lucenses, que determinan las secciones del documental. En este
caso, la banda sonora recupera procedimientos experimentales que el
compositor había utilizado en obras anteriores, como la música concreta de
Rías y ramblas (1968), recordando las obras de Pierre Henry de la década
anterior, también aquí para reforzar la crudeza de la labor de labranza (minutos
3:39-4:38). No obstante, la combinación de instrumentos, medios electrónicos,
ruidos naturales y la voz humana en la banda sonora de Galicia, primer
cuadrante, pensamos que no alcanza el interés de otros trabajos audiovisuales
de Pérez Olea, como el cortometraje mencionado, Rías y ramblas. Esto,
aunque en el documental de 1978 el sonido grabado, además de cumplir una
función descriptiva paralelamente a las imágenes, añade información a la parte
visual en algunos puntos, como adelantándose al guion para recrear de forma
imaginaria el escenario de una romería (a partir del minuto 5:53). Asimismo, se
denotan recursos en el guion que el realizador solía llevar a cabo en la
preparación de documentales como La Vejez luminosa (1971), en cuanto a la
realización de entrevistas a los lugareños.
En la banda sonora de Galicia, primer cuadrante lo principal es la
utilización de tres temas de carácter popular que se combinan para dar
continuidad al discurso sonoro, siguiendo las ideas de A partir de Olimpia, de
manera alternada o junto con los ruidos ambientales. En la parte musical se
aprecia una manipulación del timbre de los instrumentos que, con toda
probabilidad, conectan con la tradición folclórica gallega, como a través de la
introducción del birimbao en el acompañamiento. En el archivo familiar se
conserva una partitura manuscrita del guion musical que, aunque sin fechar,

37En comunicado de la Subdirección General de Empresas Cinematográficas, en fecha de 12


de diciembre, 1978.

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comprobamos que no corresponde con la versión definitiva, en tanto que en el


documental se reduce el número de temas, mientras algunos se modifican,
igual que su ordenación para la obra audiovisual.
De este modo, Pérez Olea utiliza un tema inicial (véase figura 7) que
recupera en la mitad de la obra, a partir del minuto 5:24. El segundo tema se
presenta en el minuto 1:40 (figura 8) y vuelve a escucharse fundido con el ruido
en el minuto 4:37. Existe un tercer tema que consideramos el tema principal
(véase figura 9), el cual aporta especial continuidad al discurso; incluso
reaparece al final de la obra, sobre el sonido del birimbao, que se convierte en
otro elemento cíclico de la banda sonora. Este tema se incluye además en el
minuto 8:24 tras una ruptura que hay que destacar en el discurso sonoro, con
la introducción (en apenas 40 segundos) de una música en estilo bossa donde
las bocinas de los barcos, con las imágenes del puerto, se simulan con
instrumentos tradicionales, siguiendo también prácticas de Pérez Olea en
anteriores documentales.

Figura 7. Tema inicial de Galicia, primer cuadrante.

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Figura 8. Tema segundo de Galicia, primer cuadrante.

Figura 9. Tema principal de Galicia, primer cuadrante.

Conclusiones finales
El lustro de 1974 a 1978, en el que Pérez Olea completa su labor de
dirección de cortometrajes documentales, supone así la continuación de
trabajos de la década de 1960 en este género de obras, para la exploración del
compositor de los recursos de la banda sonora. También en estos años se
imponen sus documentales de inspiración plástica, que sirven al realizador
para tratar diversidad de temas artísticos, sociales y culturales. En ellos
destaca la selección de imágenes que trabaja con medios mínimos, mientras
prevalece el uso de primeros planos y detalle, y movimientos verticales y de
zoom de cámara, para introducir al espectador en las escenas de las propias
ilustraciones, mientras capta la expresividad de los personajes de Goya o las
cualidades técnicas de la pintura moderna en A partir de Olimpia, que sin duda
fue uno de los trabajos más laboriosos de Pérez Olea. Pensamos que la falta
de apoyo oficial y las dificultades económicas y temporales que llevaron a la
reducción de este proyecto, pudieron influir, con el desánimo del director, en el
cierre de su etapa como director de cortometrajes documentales en 1978.

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También esto se dejó sentir en otros de sus títulos de tema paisajístico y


humano, a pesar de la particularidad de Vendimiando un paisaje, y de Galicia,
primer cuadrante, que seguía el modelo de Rías y ramblas, aunque quizá con
cierto agotamiento en la utilización de los recursos sonoros del compositor
audiovisual.
Del compositor se destaca su versatilidad en este lustro, para transitar
por diferentes estilos mientras practica estrategias para aportar continuidad al
discurso desde la banda sonora. A este respecto, recurre a estrategias de
documentales anteriores, aún de manera novedosa, como en el montaje de A
partir de Olimpia. También en esta selección de obras de Pérez Olea se
impone el piano, solo y de manera experimental, o con otros instrumentos y
dispositivos electrónicos, con la misma idea de ampliar los efectos sonoros. Los
guiones, que firma Pérez Olea, son el germen del discurso audiovisual, y a sus
textos, de calidad probada, se subordina el trabajo fotográfico que dirige el
madrileño, así como su música, buscando identificaciones sonoras en el
sentido más amplio, como en la banda sonora de documentales como Galicia,
primer cuadrante, con el que el director concluye su serie “Estilos y provincias”
en 1978.

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Anexo. A partir de Olimpia: la música en el montaje del documental

Minutos Bloques (guion) Música Fotografía Observaciones


en bso
0:00 Títulos Tema 1 Olympia (No se contemplan)
0:24 Tema 2 Olympia de Modulador de tono en la música. La fotografía
Una crítica al (figura 6) Manet tiende a seguir el ritmo musical en diferentes
puritanismo: Olympia se encuadres.
0:54 “desnuda de pretextos” Cuadros de Fotografía que destaca el desnudo femenino.
Tema 3 Goya, Degas, Logra fluidez y correspondencia entre texto,
etc. ritmo musical e imágenes.
1:49 El escándalo: la mujer Piano percusivo (destaca mensaje de guion). Las
quiere ser protagonista, Tema 1 Cuadros de miserias e instintos del hombre en una sociedad
no objeto Manet machista industrial.
2:00 La mujer en el entorno Tema musical y desarrollo. Planos detalle:
social y personal: nuevas Tema 3 Manet, Monet, profundiza en estudios de la figura femenina y su
dimensiones críticas Renoir, Degas sensualidad, y la integración social de la mujer.

3:07 El deseo de realización Recupera 1:49 en el piano y amplía desarrollo.


personal de la mujer Tema 1 Renoir, Degas Prevalecen planos detalle con movimientos
verticales de cámara.
3:37 Tema y desarrollo. La ruptura del fauvismo:
El amor: la mujer legítima Tema 1 Van Gogh, apoya el texto (división del papel de la mujer en
y la hetaira Degas, Rouault el amor, 4:03)
4:23 Contrapone imágenes del postimpresionismo y
Paraísos antirrepresivos Tema 4 Gauguin, naif. La armonía disonante apoya el texto en
Rousseau contrapunto a imágenes de isleñas.
5:04 La mujer en la pintura y Acordes en cascada (igual que 11:18). Tema.
los cambios tecnológicos Tema 5 Seurat, Léger Titubeos de cámara (zoom). Puntillismo,
cubismo.
5:30 Tema. La mujer como adorno en el estudio
Las obligaciones Tema 3 Matisse, Derain, artístico: fauvismo. Cubismo analítico: la
domésticas Braque percepción de la forma cambia: la mujer pierde
sensualidad.
6:12 El exotismo y erotismo de Sorolla, Romero Contraste de sonoridad: desarrollo, técnicas
la mujer española a de Torres, extendidas (golpeo) simula una guitarra (refuerza
través de los artistas Tema 4 Nonell, Picasso guion). La reinvención de la mujer en el cubismo
(“el carácter dislocado del ser”)
7:20 Cambios económicos y Bonnard, Van Desarrollo del tema musical. Los nabis: la vida
sociales, y liberación Tema 2 Dongen moderna y nueva burguesía; se simplifican las
sexual formas.
8:34 Modigliani, Puvis Desarrollo del tema. Modigliani y su estilo propio
Modigliani y la mujer Tema 1 de Chavannes (deformación de figuras).
9:07 Tema 2 (Varios), Munch Desarrollo; armonía disonante, efecto estático:
Los conflictos internos de las reflexiones internas (texto) Selección plástica
la mujer: temores de la de diversos estilos.
9:31 represión y la libertad Tema 1 Picasso, Desarrollo (igual que 10:20). La visión surrealista
Kirchner, Munch y agresiva de la mujer: tragicismo.
10:25 Tema 1 Miró, Duchamp, Tema y desarrollo. Se acelera el tempo de la
La visión del “macho” Boccioni música y voz en off. Los mundos interiores del
surrealismo, el futurismo.
11:38 El camino de la (Tren) Varios (mitad El ruido se introduce sin cortes.
11:51 independencia y libertad Tema 1 siglo XX) Tema y desarrollo (retoma 10:25).

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Alerce, la otra música…un correlato en tiempos de dictadura

SERGIO ARAYA ALFARO

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palabras claves: rescate, casete, industria, tecnología, dictadura.

Keywords: rescue, cassette, industry, technology, dictatorship.

Cita recomendada:
Araya Alfaro, Sergio. 2017. “Alerce, la otra música…un correlato en tiempos de
dictadura”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10. <URL> (Fecha de consulta
dd/mm/aa)

Esta obra está sujeta a la licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0


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ALERCE, LA OTRA MÚSICA…UN CORRELATO


EN TIEMPOS DE DICTADURA

Sergio Araya Alfaro

Resumen

Sólo la profunda convicción ideológica y personal de Ricardo García permitió


que quien había estado detrás de gran parte de la industria discográfica y la
radiotelefonía local hasta ese momento pudiera, en plena dictadura, dar vida a
su proyecto más ambicioso y con el que iba a trascender definitivamente en la
historia de la música popular chilena: la creación del sello discográfico Alerce.
Esta instancia llegaría a cobrar especial relevancia no sólo por ser uno de los
puntales de la reactivación de la industria que había sido silenciada por la
dictadura tras el golpe militar de 1973, sino también por la puesta en valor que
haría del movimiento denominado Canto Nuevo en un escenario adverso y
controlado, generando con ello los espacios necesarios para lo que su
fundador denominara “la otra música”. De esta manera, Alerce –de la mano de
nuevas tecnologías de registro y reproducción domésticas masificadas por la
política económica de la dictadura- se transformaría en un verdadero cronista
de época por medio del registro de una banda sonora que llegaría a ser un
factor fundamental en el proceso del retorno a la democracia.

Palabras clave: rescate, casete, industria, tecnología, dictadura.

Abstract

Only the ideological, personal and deep conviction of a man called Ricardo
García, who until times of dictatorship had been behind an important part of the
recording industry and local radio broadcasting, allowed him to found a record
label –Alerce– which would make him go down in the History of Chilean Popular
Music definitively. Alerce would be especially important because it became one
of the actors that made the reactivation of the recording industry possible after
the coup of September 1973. Besides, Alerce staged –against all odds,

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including absolute control of mass media by the authorities- the style named
Canto Nuevo and other alternative musical trends not supported by the official
media which García called “the other music”. Thus, Alerce –along with new
recording technologies and home playing mass distributed by the economic
policy of dictatorship- became a real “story teller” through a sound track and
would become a gravitating matter in the process of return to democracy.

Keywords: rescue, cassette, industry, technology, dictatorship.

Introducción y aspectos metodológicos


Uno de los factores relevantes al momento de abordar la presente
investigación –principalmente por constituir el sello discográfico Alerce un
objeto de estudio y sujeto histórico plenamente vigente en el mercado
discográfico local– fue el levantamiento de información que permitiera
complementar en más de una forma lo referido hasta ese momento tanto en la
prensa escrita como en artículos y textos académicos, configurando de esta
manera “la otra parte” de la historia de un sello discográfico tan relevante como
éste y que debía ser necesariamente consignada en pos de una mayor
objetividad. Esto, sobre todo, si consideramos que logró sobrevivir a pesar de
surgir en un período crítico de la industria y del consumo de música grabada y
enfrentar una férrea competencia con multinacionales que dominaban el
mercado local en ese momento, varias de las cuales posteriormente se
fusionaron o definitivamente desaparecieron del mercado discográfico 1.
Para ello, se hizo evidente –a la vez que necesario– el recabar aquellos
antecedentes que pudieran aportar quienes habían formado parte del
organigrama de Alerce Producciones Fonográficas en cualquiera de sus etapas
de producción y registro, las cuales, como establece la presente investigación,
abarcan desde el casete y el vinilo hasta el soporte digital del disco compacto
(CD) y la descarga online2.

1 Ejemplo de ello lo constituye la desaparición de CBS Records -adquirida por la firma Sony
Corporation of America en 1988-, EMI –en el año 2011, al ser comprada por Citigroup y
vendida posteriormente al grupo francés Vivendi- y la aparición de conglomerados como
Bertelsmann Music Group (BMG) en el año 1987.
2 En la actualidad prácticamente todo el catálogo de Alerce Producciones Fonográficas está

disponible en el sitio www.portaldisc.com

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De esta manera, fueron invitadas a participar de este proceso aquellas


personas que han estado ligadas históricamente a los procesos de producción
de Alerce. Aun cuando no está la totalidad de los protagonistas, la riqueza de
los testimonios entregados –creemos– constituye en buena medida el eje
discursivo no sólo del organigrama de la discográfica en tanto empresa, sino
que además refleja en gran medida el espíritu al que supo dar forma su creador
–Ricardo García– al punto de transformarlo en el slogan de la compañía: “La
otra música”.
En la siguiente tabla aparecen en orden cronológico las personas que
fueron entrevistadas para la presente investigación y que constituyeron una
fuente relevante para la construcción y complemento de este relato.

Nombre Cargo Período de Actividad

Registro de fonograma
Rudy Wiedmaier Músico, productor y compositor
“Amigo imaginario” (1987)

Promoción 1988 – 1992


Viviana Larrea
Dirección Ejecutiva 1992 a la fecha

Marisol González Administración y Ventas 1988 a la fecha

Músico
1988 – 1990

(Distribución de registros
fonográficos editados en
forma independiente con la
Amaro Labra
agrupación Sol y Lluvia)

Director de Comunicaciones
1991 - 2000
Promoción y Difusión

Encargado de Proyectos
Claudio Gutiérrez 1992 – 2007
Especiales

Mónica Larrea Directora de Arte 1992 a la fecha

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De los “Espacios de Representación de la Música en dictadura 1973-1989”


En relación a la configuración del mapa “Espacios de Representación de
la Música durante la dictadura 1973-1989” inserto en el presente artículo (ver
anexo), creemos pertinente señalar que, a nuestro modo de ver, constituye un
efectivo ejercicio para poner en discusión o al menos relativizar un concepto
que a nivel local ha sido construido –e instalado– desde los medios de
comunicación en los últimos treinta años –principalmente escritos– y
denominado “apagón cultural”, instancia que aludiría a una escasa y/o nula
actividad artística durante la dictadura militar instaurada en Chile a partir del 11
de septiembre de 1973.
En términos metodológicos, la construcción del mapa se realizó
considerando principalmente las siguientes variables:

a) La información aparecida en revistas y diarios de la época con la


programación o cartelera semanal.
b) El testimonio de músicos que participaron en dichas actividades.
c) El testimonio de asistentes a los recitales o presentaciones.
d) El propio conocimiento del autor de algunos espacios referidos.

En ese sentido, dicho mapa devela no sólo un circuito estable –y real–


para la música en vivo que desde mediados de los años 70 abarcó varias
comunas de la Región Metropolitana3. Si consideramos que mucha de la
música que se generó en dictadura responde performativamente a la figura del
cantautor o a una sonoridad más vinculada a lo acústico o electroacústico, es
menester señalar que por su dinámica de ensayos necesitaba de espacios
reducidos que eran frecuentemente compartidos con otras disciplinas como el
teatro, la danza, la poesía y talleres gráficos, entre otras4. Esto evidencia un
entramado cultural multidisciplinario que frecuentemente se replicaba en lo que

3 Las principales –además de la comuna de Santiago, que aglutinaba la mayor parte de los
espacios para la música en vivo- serían las contiguas a ésta, es decir, Recoleta,
Independencia, Maipú, Providencia, Ñuñoa, Macul y San Miguel.
4 A mediados de los años 80 era común encontrar en el casco histórico de Santiago antiguas

residencias de dos o más pisos subarrendadas para estos efectos.

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hemos denominado “Espacios de Representación de la Música durante la


dictadura 1973–1989”.
Existe. por lo demás, un detalle que propició en ese momento no sólo la
existencia, sino también la permanencia de este circuito: la medida restrictiva
implementada por la dictadura militar denominada “toque de queda”5. Esta
instancia, que acotaba en términos horarios la circulación o libre tránsito de la
ciudadanía e incluso del transporte público, implicó que las comunas aledañas
al centro de la capital –en un afán genuinamente estratégico– generaran sus
propios focos de creación y difusión de su música, ampliando con ello el radio
de acción de los músicos y sus propuestas. Esto significó en la práctica que las
autoridades tuvieron que diversificarse en múltiples focos de tensión y atención,
puesto que cada espacio o escenario representaba finalmente una instancia
ideológica y, en consecuencia, una amenaza para la estabilidad del régimen
militar.
Como veremos en el presente artículo, este circuito o mapa de la escena
anti-dictatorial representa además el modo más eficiente en que circuló la
música proscrita, la que supo –en complicidad con la masificación del casete
experimentada hacia fines de los años 70 y comienzo de los 80– no sólo
entregar eficientemente un mensaje dirigido a la recuperación de un sistema
democrático de gobierno, sino también educar en cierta forma a una
generación huérfana de una sonoridad inmediata previa a la instauración de la
dictadura. Ambas instancias –creemos– hubieran sido imposible sin su
existencia.

La reconfiguración de una industria


En el presente artículo abordaremos el desarrollo experimentado en
Chile por el sello discográfico Alerce en su etapa probablemente más
significativa, esto es, el período comprendido entre los años 1976 y 1990. Con
una presencia en el medio local que sobrepasa los cuarenta años, Alerce
constituye un referente más que significativo no sólo por el contexto social y
político en que nace y se desarrolla como sello discográfico, sino también por
los artistas que llegaron a formar parte de su catálogo. Develar su accionar

5 Esta medida de control y vigilancia estuvo vigente hasta 1987.

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interno aparece entonces como uno de los objetivos, y para ello apelaremos –
entre otras instancias– al testimonio de sus protagonistas, entre los cuales
destacan principalmente ejecutivos y músicos, elementos a la postre
indispensables al momento de estructurar una suerte de relato que dé cuenta
de la forma en que Alerce llegó a representar una verdadera trinchera para el
canto de autor en plena dictadura.
En ese sentido, nos permitiremos como punto de partida el siguiente
parangón: al igual que en la historia relatada por Darnell Martin en la película
Cadillac Records (Estados Unidos, 2008), donde el director cuenta ágilmente el
surgimiento del blues en la ciudad norteamericana de Chicago en la década de
1950, y la relevancia que éste llegó a tener en la industria discográfica y
cultural estadounidense, el nacimiento en Chile del sello discográfico Alerce,
fundado por Ricardo García en el año 1976 6, está dado principalmente por el
afán de rescate y puesta en valor de lo que su creador llamó “la otra música”,
concepto que debemos entender –valga la redundancia– desde la alteridad y
como elemento constitutivo de identidad. Hacemos esta analogía porque
creemos que a partir de esa premisa –cargada ciertamente de una clara
ideología de izquierda en plena dictadura militar– es posible entender el legado
de un hombre determinante en la industria discográfica nacional de los últimos
cincuenta años en prácticamente todas sus etapas de producción. De igual
manera, es tan válido como necesario señalar que el proyecto de una
discográfica se contextualiza a partir de los intereses y motivaciones más
personales de Ricardo García.
Efectivamente, ya con la experiencia de haber realizado una labor
importante en la radiotelefonía local en los años 50 y representando una suerte
de ideólogo detrás de la Nueva Canción Chilena7, podemos observar
principalmente a partir de esta última instancia que el ideario de García está
atravesado por el concepto bolivariano de “la Patria Grande”, que motivaba a
dicho movimiento y que –tal como a los músicos que lo integraron– a él le
interesa sobremanera construir, pero siempre desde lo identitario.

6
Su verdadero nombre era Juan Osvaldo Larrea García, pero optó por un seudónimo, práctica
común en la industria musical de la época.
7 Movimiento con marcado sentido americanista y de rescate por los valores y luchas de las

clases desprotegidas de Latinoamérica, representadas en su música y que reconoce en Violeta


Parra su punto de inicio en el plano local.

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Probablemente haya sido la convicción de que la música es el sonido de


una época lo que en cierta forma gatilló en Ricardo García “el hacer cosas”
desde la música. Cercano en su juventud a diversas disciplinas artísticas desde
la praxis8, finalmente es desde la gestión y la administración de recursos que
sus ideas y proyectos se verán consolidados. De esta manera, y dueño de una
probada experiencia en todos los aspectos que involucraba en esos momentos
una producción musical, García –con recursos mínimos y según propia
confesión “con dinero sólo para pagar treinta o cuarenta horas de grabación”
(Osorio 1996: 27) – contacta a Carlos Necochea –integrante del grupo Los
Curacas– y decide grabar a los conjuntos Chamal y Ortiga, dando por iniciadas
las actividades de un sello discográfico que marcaría varios hitos en la industria
local durante la dictadura e incluso en el proceso de retorno a la democracia,
siendo probablemente el más importante el hecho de representar una suerte de
resistencia cultural y evidentemente política mientras el país estaba sumergido
en la experiencia autoritaria de una dictadura militar.
Esta resistencia cultural, atendiendo a la labor desarrollada por García
en buena medida desde los afectos, bien podría entenderse como una
“metáfora de algo poético frente al embate mercantilista de las
multinacionales”, según señala Amaro Labra, músico fundador de la agrupación
Sol y Lluvia y ejecutivo del sello en la década de los 909. Esto resulta
particularmente interesante si consideramos que hasta el año 1973 el disco en
tanto objeto físico estaba considerado desde la industria como un agente
cultural –apoyado incluso desde el Estado– y el sobre o funda que lo contenía,
un soporte conceptual a la vez que publicitario, instancia que indudablemente
potenciaba y retroalimentaba el funcionamiento de la industria.

8 Había incursionado en su juventud en la literatura y la pintura, logrando cierta relevancia a


nivel local.
9 Entrevista realizada por el autor del artículo el 16 de diciembre del 2016.

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1.- Arriba: pequeña muestra de la producción en casete que grafica el cruce


de la Nueva Canción Chilena y el Canto Nuevo, origen de Alerce. Abajo: álbumes que
contienen carátulas originales, representativas de gran parte de la producción del sello.
(Archivo Alerce – Fotografías del autor)

Con el afán primigenio de rescatar el legado de la mencionada Nueva


Canción Chilena, pero consciente de que el contexto histórico, político y social
era otro, el sello Alerce cobijaría con propiedad al movimiento que el propio
García denominaría “Canto Nuevo”. Este movimiento, musicalmente y en tanto

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práctica, “se situaría en torno a la continuación y restauración de una tradición


entendida como democrática, en oposición a un presente marcado por el
autoritarismo” (Osorio 2011: 257) y se emparentaría con su antecesor por
medio de una sonoridad marcadamente latinoamericana, pero a diferencia de
aquél –en términos de registro y difusión– estaría asociado a un nuevo soporte
cuya existencia e importación se vería beneficiada grandemente por la
economía de libre mercado impulsada por el régimen militar: el casete
compacto.
El cierre de las plantas prensadoras de discos, la censura a los sellos y
la quema o destrucción de matrices supuso un cambio en el paradigma cultural
asociado hasta ese momento a los discos en cualquiera de sus formatos. De
esta manera, y en medio de la masiva práctica del copiado doméstico de cintas
iniciada a comienzos de la década de los 80 con la aparición en el mercado del
casete, Alerce –en forma paulatina– no sólo restituye desde los contenidos el
carácter cultural de un determinado registro sonoro10, sino también su sentido
cultual cuando su público objetivo accede al original, obligando a su resguardo
–incluso preservación– cuando esto sucede.
La circulación de música regrabada tanto pública como privada que
surge con el casete –y quizás aquí radica su mayor peso social y político–
prontamente permitirá la reactivación de un “nosotros” en plena dictadura, es
decir de un sujeto colectivo extraviado en los primeros años del golpe militar.
Esa sensación de compartir un sentimiento y de instalarlo socialmente desde
un “nosotros” posibilitará que el gran público –tal como había sucedido con
“Venceremos” o “El pueblo unido” en tiempos de la Unidad Popular 11– haga
suyas canciones emblemáticas en la lucha por el retorno a la democracia,
como “A mi ciudad”12 o “En un largo tour”13.

10 Se entenderá tácitamente durante la dictadura el concepto de cultura como un conocimiento


o actividad que posibilita y/o favorece la reflexión y la crítica.
11 Coalición de partidos de izquierda determinante en el triunfo de Salvador Allende en las

elecciones presidenciales de 1970.


12 Compuesta por Luis Le Bert, voz principal de Santiago del Nuevo Extremo e incluida en el

disco homónimo publicado por Alerce el año 1981. https://youtu.be/mTn_naBDi6I


13 Compuesta por Amaro Labra, vocalista de Sol y Lluvia y cuya primera versión está incluida

en el disco Canto + Vida, editado en forma independiente el año 1980 y distribuido por EMI
ODEON. Una segunda versión aparece en + Personas, editado en 1988 por EMI ODEON.
Ambas producciones hoy pertenecen al catálogo de Alerce. https://youtu.be/4oOWghSh3_Q

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Esa suerte de cooperativismo social, es rescatada precisamente por


Viviana Larrea –actual directora de Alerce– cuando señala:

A mí me importa mucho decir que el sello Alerce, la discográfica, existe porque hay
artistas también, entonces el valor de los músicos y cantantes no se puede dejar afuera
y nosotros no habríamos sido nada si alguien no hubiese estado cantando y hubiese
sido necesario registrar eso. Entonces, yo creo que fuimos muy importantes por eso,
porque pudimos registrar y conservar una memoria, pero están los artistas que fueron
muy importantes y cómo ellos se vincularon y se trabajaba en una especie de núcleo 14.

Respecto de la denominación del nuevo movimiento de cantautores –


también conocido en algunos círculos como “Canto Joven”–, el propio García
se encargaría en su momento de señalar las diferencias que a su juicio
presentaba esta nueva música en una entrevista publicada el año 1981:

Cuando yo escucho a Ortiga o a Santiago del Nuevo Extremo, siento que hay algo
distinto, un sonido diferente. Nuevo también es el tiempo en el cual se desarrolla esta
creación: nuevas condiciones, nuevas experiencias. Hay formas y tratamientos que no
podrían haber existido antes del 7315.

Aun cuando García no profundiza respecto de las “nuevas formas y


tratamientos”, podemos inferir que estamos en presencia de un sujeto
históricamente bien situado, que conoce su propio contexto. Ahora bien, en
relación al formato casete, digamos que éste representó en ese momento una
verdadera revolución, pues generaría a poco de aparecer en el mercado
nuevas formas de escuchar la música, y con ello nuevas prácticas. Una de las
más importantes, sin duda, sería la forma de sociabilizar por medio de una
determinada audición.

14
Entrevista realizada por el autor el 24 de septiembre de 2014.
15
La Bicicleta, nº11, abril-mayo, 1981, pp.14-16.

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2.- Equipo modular (3 en 1), marca Electra, modelo indeterminado. Este dispositivo
de reproducción y grabación revolucionó la forma de consumo
y escucha de la música a comienzos de los años 80.
(Fotografía: gentileza Nayive Ananías)

Este último factor resultaría determinante, y dada la condición de


regrabable en dispositivos de uso doméstico, el casete jugaría un papel
decisivo en la circulación de todo tipo de música, lo que sería particularmente
ventajoso más que para el catálogo de Alerce para sus objetivos en términos
de rescate de un determinado tipo de música. Esta circulación efectiva y
eficiente otorgaría al formato casete –impensadamente, es lo más probable– el
carácter de proscrito y subversivo al propagar propuestas y discursos
contrarios al régimen militar. Esto se llevaría a cabo principalmente por medio
del copiado doméstico favorecido por la importación de un dispositivo en
particular: el equipo de sonido modular, conocido por el público consumidor
como “tres en uno”16.
Al respecto, Ricardo García grafica en cierta medida el paisaje en el que
se insertaba la industria discográfica en ese momento:

16 Este equipo contaba con tocadiscos, radio, reproductor y grabador de cintas. Es importante
señalar que en un afán por “tener” la música de su interés, los usuarios también recurrían a la
regrabación enfrentando físicamente un reproductor y un grabador, sistema que captaba el
ruido ambiente, dando como resultado final un producto de mala calidad. En ese sentido, el qué
y el cómo adquirieron una singular importancia al momento de experienciar el fenómeno de la
escucha.

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Sin embargo, el receptor real es mucho más amplio. Cada disco de Alerce llega a
grupos más o menos grandes, interesados particularmente en el folklore y la música
nuestra, y se regraba en casetes que, a su vez, llegan a otros grupos. Esto es bueno
para la difusión pero malo para nosotros17.

Sin embargo, el año 1979 la firma japonesa Sony pondría en el mercado


mundial un nuevo reproductor de música que revolucionaría definitivamente el
acto de la escucha: el walkman18. Este dispositivo representaba en una primera
instancia el rompimiento del espacio físico que debía recorrer el sonido entre
los parlantes y el auditor, determinado hasta ese momento por la radio y el
tocadiscos. Por otra parte, el concepto asociado al nuevo reproductor era el de
“música portátil”, y su audición se realizaba exclusivamente por medio de
audífonos, lo que suponía una escucha privada. Esto resulta particularmente
relevante, pues por primera vez en dictadura una acción privada podía evadir
eficientemente –aun en espacios públicos– el control y la censura de las
autoridades de turno, otorgando de paso el carácter de subversivo tanto al
soporte (casete) como a la nueva forma de escuchar música (el personal
estéreo).

3.- Izquierda: Imagen que refleja fielmente la práctica del copiado doméstico en los años 80, en
este caso del disco homónimo de la banda Congreso, editado por EMI en el año 1977.
Derecha: Versión remozada del dispositivo Walkman de la firma japonesa Sony, que incluye
radio AM/FM y que fuera comercializada en Chile a partir de mediados de los años 80.
(Colección del autor y Verónica Cárdenas - Fotografía del autor)

17
La Bicicleta, nº11, abril-mayo, 1981, pp.14-16
18En Chile sería conocido como “personal estéreo”, nombre asociado principalmente a la
marca nacional IRT (Industria de Radio y Televisión) https://youtu.be/szC13xdDnoU

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Extrapolando esta instancia, podemos señalar que el casete constituyó


un soporte que posibilitaba la “intervención” de un original y con ello daba
origen a uno nuevo por medio de “compilados” que respondían básicamente al
gusto personal de quien los realizaba, instancia que otorgaba una presencia
privada y efectiva exponencialmente muy superior a cualquier selección de
canciones programadas en una radioemisora o las existentes comercialmente
en el mercado. Respecto de la importancia que llegó a tener el nuevo formato,
el musicólogo Juan Pablo González refiere:

Patentada por Philips en 1963 para la grabación de la voz hablada, la casete se


masificaría a fines de los años setenta a partir de las mejoras de sonido producidas por
el uso de la cinta de cromo y el sistema Dolby. De este modo, la casete adquirió
diversas formas de uso con nuevos equipos reproductores al alcance de muchos. Esto
aumentó el acceso a la música grabada, compensando en parte el descenso en la
calidad sonora que representaba la cinta ante el vinilo. En otras palabras, se cambiaba
calidad por cantidad (2017: pp. 9-30).

En este contexto es que Alerce se hace cargo y vehicula


inteligentemente la entrega de un paisaje sonoro a una generación que, en
cierta forma, había crecido huérfana de referentes inmediatos en lo musical, y
pone a su disposición una parte de la historia política, social y económica por
medio del legado de la Nueva Canción Chilena, reeditando parte de su
catálogo, permitiendo de esta forma una continuidad discursiva respecto de la
identidad latinoamericana que había sido fracturada por el golpe militar de
1973.
En ese sentido, podemos señalar que surge como un ente aglutinador
desde la periferia cultural una instancia que podemos denominar o entender
como “circuito de representación de la música en dictadura”, y que se refiere a
los espacios que propiciaban la reflexión respecto del momento histórico que
vivía el país, fueran éstos peñas, campus universitarios o barrios determinados.
El carácter reflexivo y crítico generado al interior de dichos espacios se
vería reforzado por las versiones de muchas de las canciones emblemáticas de
la Nueva Canción grabadas por quienes constituían la nueva escena musical
de la cantautoría. Consideramos esto como otra singularidad de la relevancia

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de Alerce, en tanto se opone a lo que Attali asevera cuando señala que “la
grabación significa la muerte de la representación” (1995: 72-122).
Precisamente, el encuentro que se produce entre la audición de música
grabada y la retroalimentación efectiva que se daba en las actuaciones en vivo,
genera un constructo estético –visual y sonoro– desde la música popular que
no estaba al alcance de la política represiva de la dictadura. Esto resulta
significativo si consideramos que el mismo Attali plantea que el manejo y la
estética de la música popular “implica o permite un control político para imponer
normas sociales” (1995: 72-122).
Si algo caracterizó el trabajo de Ricardo García fue la capacidad para
categorizar los movimientos musicales de su época tanto como la puesta en
valor de determinadas “ideas-fuerza” que llegaron a constituir verdaderas
directrices en la producción de Alerce. Así, podemos establecer una
continuidad en su línea discursiva que va desde la lejana Nueva Ola19 en los
años 60 hasta el propio Canto Nuevo en la década siguiente, instancia que
refleja la agudeza y capacidad estratégica de su mentor al instalar incluso en
los medios oficiales un movimiento claramente anti-dictadura, utilizando sus
propios parámetros y referencias.
Efectivamente, es importante señalar en este punto que la dictadura tuvo
desde un comienzo un carácter higienizante y depurador. En ese contexto, se
planteaba una remoción de los paradigmas económico, político y social donde
“lo nuevo” jugaba un papel fundamental. En ese escenario, el Canto Nuevo no
sólo logró protagonismo en la televisión –aún en desarrollo pero constituida
como medio oficial de la dictadura y controlado por ella–, sino que desde su
presencia en los diversos rankings20 de la época colaboró activamente en la
rearticulación y reactivación de la industria fonográfica local, que había sido
objeto de silenciamiento por parte del régimen militar.
Esta forma de instalar una forma de producción discográfica en el
mercado tendría incluso una resonancia post-dictadura cuando Alerce abre sus
líneas de producción a segmentos esencialmente juveniles y con sonoridades

19 Movimiento juvenil con fuerte carácter imitativo basado principalmente en los bailes de moda
de la época -el rocanrol y el Twist- y cuyo repertorio estaba dado en gran medida por el
cancionero italiano de música ligera de los años 60.
20 En general las listas de preferencias publicadas por la prensa escrita eran entregadas por los

programadores de las distintas radioemisoras, la mayoría de las cuales estaba intervenida o


controlada por el régimen militar.

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ligadas definitivamente al rock21. De ese tiempo datan los conceptos “el


verdadero rock chileno” y “el sonido de los suburbios”, como ideas que
refuerzan el sentido del rescate, en este caso asociado a bandas y propuestas
que no estaban en la línea de acción de las multinacionales22. En ese sentido,
digamos que la opción de Alerce por la crudeza del sonido proveniente del
formato entregado por el rock clásico –guitarra, bajo, batería, voz– se sitúa en
las antípodas de las multinacionales, que privilegian una sonoridad
marcadamente pop; es decir, pulcra, liviana y que incorpora definitivamente al
sintetizador como actor protagónico en la construcción de esa sonoridad. La
opción de Alerce entonces supone una genuina forma por traspasar ciertos
límites impuestos por los medios y la propia industria. No obstante, en el caso
de la discográfica dirigida por García favoreció su sobrevivencia y reinvención
en momentos en que los cambios que suponía el fin de una dictadura y el
retorno a un sistema democrático de gobierno permitían avizorar entre otras
cosas, la implementación de políticas culturales desde el Estado que
propiciaran una televisión y una prensa nacional donde primara un sentido
crítico y reflexivo respecto de lo sucedido en el país en el período 1970–1990,
con miras principalmente a lo que en líneas generales se entendía como
“reconstrucción nacional”. Siendo la música y fundamentalmente su proceso de
registro el sujeto/objeto histórico del que Alerce se hace cargo, podemos
señalar que la discográfica en su accionar se constituye a sí misma como una
fuente o correlato histórico en un período determinado especialmente sensible,
a la vez que se yergue como una estructura epistemológica en tanto permite
una forma o modo de conocimiento o aproximación a dicho período.

21 Géneros como el rap, el punk y el hip-hop fueron los principales beneficiados por esta
iniciativa.
22 Discográficas como RCA, Sony o EMI ocuparon el rótulo de “Rock Latino” o “Nuevo Pop”

para referirse a la nueva escena musical juvenil del Chile de los años 80.

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5.- Logo original de Alerce, tallado por un artista


desconocido en madera nativa y que se encuentra en las
actuales oficinas del sello, en calle Los Navegantes 2197,
comuna de Providencia. (Colección Sello Alerce –
Fotografía del autor)

6.- Abajo. Izquierda: carátula del fonograma correspondiente a la banda sonora de la


denominada “Campaña del No” y que simboliza el término de la dictadura militar en Chile.
Derecha: imagen de la cinta master de la mencionada producción, encontrada en
dependencias de Alerce en noviembre del año 2015. (Archivo Sello Alerce – Fotografía del
autor)

En efecto, Alerce realiza en ese sentido un levantamiento de fuentes


desde la oralidad que suponen las diversas instancias de representación de la
música durante la dictadura, y a partir de eso genera una puesta en valor de la
relevancia de lo cotidiano, instancia que se verá reflejada principalmente en el
acto de sociabilizar en diferentes espacios. En ese sentido, es válido señalar
que la actividad realizada por el sello discográfico en cierta forma exacerba
desde una perspectiva ontológica el valor de la vida en momentos
particularmente álgidos y que apuesta por una recuperación de los espacios

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por medio de una sonoridad que habita en la memoria. Esto lo podemos ver
reflejado explícitamente en la imagen corporativa del sello, del que el propio
García señala:

Hoy día el sello cuenta con un amplio catálogo en el cual se destacan las grabaciones
de nuevos intérpretes del Canto Nuevo y reediciones de algunos de la Nueva Canción.
Por esto, el logo del sello nos muestra un árbol caído y otro que se levanta,
simbolizando el renacimiento del canto popular 23.

De igual manera –dado el modus operandi de la discográfica– es posible


inferir que Alerce nunca se vio a sí mismo como una “fábrica de éxitos” 24, sino
que a partir de lo señalado anteriormente, más bien se siente con la obligación
de registrar el correlato histórico de una época desde la música. En esa
perspectiva es que se hace cargo de “modos de hacer música” que finalmente
se categorizan bajo diversos rótulos como “canción social”, “canción protesta” o
“música con contenido”, todos los cuales apuntan definitivamente a lo mismo: a
remover consciencias, o mejor aún, a crear una consciencia histórica.

7.- Producción La fuerza de un pueblo en formato casete, prueba fehaciente


del sentido del rescate y de educación presente en el catálogo de Alerce.
(Archivo Sello Alerce – Fotografía del autor)

23 La Bicicleta, nº11, abril-mayo, 1981, pp.14-16


24 Esta instancia se refleja incluso en el hecho de que el sello nunca contó –incluso en la era
del registro digital- con singles promocionales, constituyendo las propias producciones en su
totalidad el elemento de difusión, instancia que dejaba en manos y criterio de los
programadores radiales la canción a difundir.

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La pregunta es ¿de quién o quiénes? ¿Cuál es el radio de acción o el


público objetivo de Alerce? Sin duda alguna –y esto es otra impronta de
Ricardo García– el segmento juvenil es la gran apuesta del sello que se
materializa por medio del Canto Nuevo, como antes lo fuera la Nueva Ola o la
propia Nueva Canción. Existe en el fundador del sello una marcada e
interesante tendencia –además de un absoluto convencimiento– por otorgar al
“sujeto juventud” un peso histórico específico. Será precisamente ese
segmento generacional el llamado a generar los cambios sociales y políticos
que hacia fines de la década del 70 comienzan a ser demandados por los
sectores más populares. Señalemos que el protagonismo del segmento
juventud se verá fuertemente apoyado y propiciado por el uso del antes
mencionado casete, básicamente porque ese segmento ha tenido
históricamente un acercamiento natural a la tecnología.

8.- Imagen que sintetiza no sólo una práctica, sino también el cruce definitivo
de la tecnología y la industria cultural por medio de dos elementos que revolucionaron aspectos
de la vida doméstica tan simples como escribir o escuchar música y en el que se vio inserta
la industria discográfica nacional post-dictadura.
(Fotografía del autor)

Y he aquí que surge otro elemento distintivo de la producción de Alerce:


gran parte de su catálogo se conforma y da especial importancia a “la canción”
como forma musical25, la que actúa como soporte de textos que se alejan del

25Aun cuando reedita obras representativas de formato mayor o distinta a la canción como la
Cantata Santa María de Iquique, interpretada por Quilapayún, y La fuerza de un pueblo,
Documental Sonoro 1973-1989.

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mensaje unívoco, dando lugar a una intertextualidad que actúa muchas veces
desde un lenguaje metafórico e incluso poético que no sólo logra sortear la
censura sino instala un proceso reflexivo en el auditor, el que –en palabras de
Chartier– está lejos de ser un “oyente disoluto”; vale decir, alguien que sólo
accede a una escucha desde la entretención, escucha que en palabras de
Szendy sería “distraída y por ende irresponsable” (2003, 145), dadas las
circunstancias políticas del momento. Alerce, por tanto, provee los elementos
necesarios y perfila la existencia de un sujeto activo, que conoce y se involucra
con la música que escucha, vinculando esa audición con pensamientos
políticos, filosóficos e históricos.

9.- Arte original de la edición realizada por Alerce de la Cantata Santa María de Iquique,
compuesta por Luis Advis en el año 1969 e interpretada por Quilapayún,
y que fuera editada originalmente en 1970 por el sello JotaJota.
(Archivo Sello Alerce - Fotografía del autor)

Esa misma canción es la que opera como elemento de denuncia, pero


también como factor responsable de una cohesión social que unifica espacios
desmembrados a partir del golpe de 1973 y controlados por la dictadura. Por
otra parte, la existencia de un público social e históricamente situado permitirá
ciertamente, el surgimiento –al menos en una facción importante de la juventud
de la época– de un sujeto comprometido con los procesos políticos y sociales
experimentados por el país en esos momentos. Este sujeto actuará desde el

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margen y constituirá una suerte de disidencia. De igual manera –aun cuando la


utilice– ese sujeto no estará condicionado por la tecnología cada vez más
presente y llamativa que paulatinamente irá marcando presencia desde lo
cotidiano –sobre todo en los medios de comunicación– por medio de una
publicidad que se tornará paulatinamente tan agresiva como amable con el
público cautivo.
En ese sentido, digamos que el “sujeto juventud reflexivo” es ajeno a la
moda que impone el nuevo modelo económico y se instala como su propio
parámetro, generando con ello un modo social e instalando el sentido de lo
colectivo, factor a la postre fundamental al momento de cooperar en el
derrumbe de la dictadura militar. Señalemos entonces que el “sujeto-joven-
reflexivo-demandante” pondrá especial énfasis en el cambio, y que Alerce será
–en gran medida– el responsable de sonorizar ese proceso, en una actitud
absolutamente consistente con lo que planteara su fundador años antes al
señalar que la música es el “sonido de la Historia”26.
En efecto, digamos que al catálogo de Alerce pertenece una de las
canciones más emblemáticas compuestas en dictadura y que es un reflejo de
la intertextualidad antes mencionada. La previamente referida “A mi ciudad”
constituye un verdadero crisol donde confluyen diversos sentimientos y estados
de ánimo que resignifican sentimientos como la melancolía y el lamento, tan
propios hasta ese momento de la llamada canción melódica o música
romántica, género del que ciertamente Alerce no se hace cargo. Al respecto, el
musicólogo Juan Pablo González en su estudio sobre la ciudad de Santiago en
dictadura a partir de una construcción desde la música popular y cuya lectura
recomendamos ampliamente, señala:

A diferencia del lamento del tango o del bolero, que es individual y amoroso, el lamento
de la canción a Santiago es un lamento colectivo, que es performado y exorcizado
desde el cuerpo del que canta y el cuerpo del que la escucha. (2017: pp. 9-30)

26
En estricto rigor éste sería el nombre del programa a emitir probablemente por la extinta Radio
Corporación.

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10.- Ejemplos de cancioneros que era


posible encontrar tanto en el comercio
establecido como informal en la década de
los 80 en Santiago. Todos ellos
consideraban diversos estilos o géneros
musicales, reflejando claramente los gustos
del público consumidor. (Fotografía del
autor)

Cabe entonces preguntarse: ¿Cómo opera una banda sonora en la


construcción de un paisaje sonoro en el Gran Santiago durante los 80? Es
indudable que uno de los factores relevantes –que bien podríamos señalar
como punto de apoyo y/o verdadero brazo extendido de Alerce y en general del
cantautor– es la figura del cancionero. Esta publicación en formato revista –e
incluso más pequeño– contenía letras de canciones y los acordes básicos para
ser interpretadas generalmente en guitarra27 y funcionaba básicamente como
un ayuda-memoria.
De esta manera, la oralidad inherente a una determinada canción se
veía asegurada por la representación o puesta en escena de la que era objeto
principalmente en poblaciones y barrios populares, donde su función pareciera
estar dada por la recuperación de espacios. En ese contexto la revista La
Bicicleta –a diferencia de otras publicaciones que sólo entregaban el
cancionero como tal– cumplió un papel fundamental al establecer un diálogo
entre las muchas demandas de los sectores populares y la realización de
entrevistas a diversos representantes nacionales y latinoamericanos del medio
artístico, científico e intelectual, transformándose en una especie de trinchera
donde descansaba gran parte de la contracultura, perfilando de esta manera un
lector exigente y con opinión. Para concluir esta idea, digamos que tanto la
figura del cancionero como el casete que se copiaba domésticamente 28 forman

27 Aun cuando eventualmente se consideraran números especiales dedicados a instrumentos


como el charango y la quena, sonoridades particularmente llamativas para la juventud de la
época.
28 En estricto rigor no podríamos referirnos a “pirateo” por cuanto esta nueva práctica –

denominada “copia social” por el autor George Yúdice- no considera el lucro como objetivo,
sino más bien el compartir una experiencia sonora.

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parte del sentido de lo colectivo en el que la discográfica Alerce nace, crece y


se desarrolla.
Efectivamente, el sello funciona en ese momento en espacios vivos 29,
donde se alternan la literatura, la danza y el teatro en conjunto con otras
disciplinas, como talleres de filosofía y arte gráfico. El concepto de “lo vivo” es
significativo si lo situamos en el contexto de una dictadura, pues actúa como un
agente motivador y de evidente contraste. Esto se verá reflejado principalmente
en las carátulas de discos y casetes. En ellas es posible apreciar una gráfica
que –probablemente haciendo un guiño a la estética presente en el catálogo de
la discográfica DICAP30– enfatiza el uso de colores primarios aun cuando el
contenido de las canciones tenga un halo reflexivo, intimista o definitivamente
melancólico o nostálgico. La importancia de la gráfica a color de los
fonogramas editados por Alerce, radica precisamente en que simboliza la
esperanza, en oposición a un blanco y negro como símil del duelo o la situación
dramática que vivía Chile en esos momentos y que, sin embargo, no impidió
que la música hablara por sí misma.

21.- Carátula del casete de Santiago del Nuevo Extremo “A mi ciudad”,


que incluye la canción homónima, verdadero himno para la juventud de los años 80.
Fuente: www.discogs.com (accesado en enero del 2017)

29 Una de las actividades recurrentes la constituía el espectáculo “La gran noche del folclore”,
instancia tanto musical como política realizada generalmente en el Teatro Cariola, ubicado en
el barrio San Diego.
30 Originalmente llamado Jota Jota (JJ), estaba administrado por el Partido Comunista de Chile.

El diseño de prácticamente la totalidad de los discos editados por DICAP estuvo a cargo de los
hermanos Antonio y Vicente Larrea.

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Otro punto de inflexión en el catálogo de Alerce lo constituye la edición


de música infantil, y esto básicamente porque lo transforma en un sello que se
permite abrir sus posibilidades de permanencia en el mercado apelando a un
target que le ha brindado beneficios económicos sostenidos en el tiempo 31.
Contrario a esta experiencia, sin embargo, es la conformación de Allegro, una
división de música tropical que definitivamente no tuvo repercusión alguna y
que hoy es señalada por Viviana Larrea como un fracaso rotundo y un intento
de Ricardo García por consolidar “nuevos canales de ventas”32.

32.- Carátula del fonograma Rondas de Gabriela Mistral y otras canciones para niños
en formato casete.
(Archivo Sello Alerce – Fotografía del autor)

Las diversas instancias que hemos visto hasta ahora nos informan de
una absoluta coherencia entre el slogan del sello y su forma de operar, pues
evidencia un sentido o interés en un corpus identitario desde el rescate mucho
antes que desde lo comercial. En ese sentido, y tal como hemos manifestado
en el presente texto, no es arriesgado señalar que Alerce no es un sello que

31 El fonograma Rondas de Gabriela Mistral y otras canciones para niños constituye quizás el
mejor ejemplo al haber sido editado a través del tiempo en todos los formatos (casete, vinilo,
disco compacto y descarga en línea).
32 Entrevista realizada el 07 de diciembre del 2016.

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busque –en el transcurso de su historia- la canción hit33, sino que actúa como
un agente fundamental en el registro de un paisaje sonoro marginado y
perseguido por el poder. El interés por el éxito comercial recién se vislumbrará
en la década siguiente cuando se incorporan al equipo de trabajo el músico
Amaro Labra y Claudio Gutiérrez, estudiante de Publicidad que asume el cargo
de Product Manager, concepto indisociable del modelo económico del libre
mercado34 en el que operan los sellos transnacionales.
Con el retorno a un sistema democrático de gobierno apenas iniciada la
década del 90, Alerce continuó siendo un observador de los procesos sociales
principalmente porque el modelo impuesto por el régimen militar se vería
reflejado en lo que el músico Amaro Labra denomina “tres dictaduras”35, las
que estarían reflejadas en los ámbitos social, político y económico. Esta última
afectaría directamente a la discográfica cuando una multinacional intenta
adquirir su marca y toda su producción, intentando probablemente abolir o
restringir el proyecto inicial al menos en sus aspectos más emblemáticos.
Y he aquí que surge un elemento distintivo del sello creado por Ricardo
García: si bien es cierto Alerce funciona hasta finalizados los años 90
logísticamente con un organigrama similar al de cualquier empresa, el factor
humano juega un papel determinante que impide actuar y pensar la actividad
discográfica sólo desde una perspectiva comercial pues es básicamente un
“experimento familiar”36, y como tal requiere de un espacio amplio donde
primen los afectos. Esta instancia en gran medida se traduciría en una cercanía
permanente entre los directivos del sello y los músicos totalmente ajena al
sentido jerárquico esperable en una producción musical.
En efecto, Alerce se caracterizó por generar espacios amplios para el
actuar de quienes conformaban su catálogo, adecuándose no sólo a sus
necesidades o requerimientos sino también respetando las ideas o conceptos
que los músicos intentaban plasmar en el arte o carátulas de los discos y
casetes. El hecho de dejar en mano de las bandas la producción musical de

33 El interés por el éxito comercial estará orientado casi exclusivamente a las bandas de rock,
hip-hop y rap entre otras.
34 La incorporación de Gutiérrez supone un pequeño giro en la forma de trabajo cuando entre

otras variables considera la participación de personal externo –puntualmente un fotógrafo– en


la producción gráfica de los discos.
35 Entrevista a Amaro Labra realizada el 16 de diciembre del 2016.

36 Idem.

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sus proyectos es otra prueba de la horizontalidad que primaba al interior del


sello.
No obstante, la ausencia de un productor musical –figura esencial y
determinante en el proceso de grabación en cualquier discográfica– afectaría
negativamente a muchas producciones que no lograron reflejar con fidelidad la
propuesta sónica de sus intérpretes37. En el caso de Alerce, esta función
recayó muchas veces en los propios artistas, cuya experiencia en ese plano al
momento de grabar era muy poca o ninguna, dando como resultado en más de
una ocasión producciones deficientes en términos sonoros e incluso estéticos,
quedando acotada su puesta en valor al plano del registro.
¿Constituye esto en verdad una falencia o es simplemente el reflejo de
un modo de concebir la música y sus modos de producción? Quizás desde esa
perspectiva –vale decir, un recelo evidente respecto de una visión
estrictamente comercial en contraposición a una coherencia a ultranza con una
convicción personal y posición política– debamos entender que alguien
especialmente visionario como Ricardo García soslayara el hecho que uno de
los músicos con mayor presencia radial a comienzos de los años 80 como lo
fue Miguel Piñera, no formara parte del catálogo de Alerce38.
Esto probablemente se vea reforzado por el hecho de que el
mencionado músico en ese momento era resistido por muchos de los
protagonistas que conformaban la nueva escena de la cantautoría albergada
por el sello, principalmente por sus cuestionados recursos como músico, el
pertenecer a una familia con tradición demócrata-cristiana –situación compleja

37 La industria discográfica local registra en su historia nombres relevantes en la producción


musical. Entre ellos se cuentan Luis Urquidi, Camilo Fernández, Rubén Nouzeilles, Jorge
Oñate, Antonio Contreras, Domingo Vial y Alejandro Lyon, todos los cuales incidieron
favorablemente en el sonido e incluso en el repertorio de los artistas con quienes trabajaron. En
Alerce, un ejemplo de producción deficiente es el de Compañero de Viajes, banda que en vivo
lograba una performance altamente energética y cuyo único registro oficial posee una
sonoridad más bien pareja, carente de matices y de la fuerza proyectada por la agrupación en
sus actuaciones en vivo.
38 En entrevista publicada por el sitio www.rebeldelautaro.blogspot.com (accesado en junio del

2015), Mario Navarro, el entonces dueño del Café del Cerro –epicentro de la movida musical
capitalina en dictadura- señala que Miguel Piñera “doblaba la convocatoria de cualquier otro
artista” que se presentara en su local. La popularidad que Piñera ostentaba en ese momento lo
llevaría incluso al Festival de Viña del Mar el año 1983, ya en ese momento el evento por
definición más popular y masivo del medio local y latinoamericano, del que Ricardo García
había sido su animador durante ocho años en la década del 60.

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dado el ambiente polarizado de la época–, y hacer gala de un oportunismo


pocas veces visto en el medio local39.
Otra forma de abordar esta situación es entender a cabalidad que –
probablemente desde lo implícito pero innegablemente apegado al concepto
que aquí subyace– Alerce se hace cargo de “cantores” y no de “cantantes”,
categoría en la que podemos situar al mencionado Piñera. La diferencia, según
se plantea en la publicación La Bicicleta, parece sustancial tanto como
perentoria:

El canto, a diferencia de la canción -término que remite a una pieza única de creación
individual-, se refiere al acto de cantar y no al producto en sí. Canto popular, entonces,
es una especie de gran canción, difícil de segmentar y aislar en canciones, que reúne a
muchas voces, difíciles también de ser individualizadas. El término cantor refuerza esta
idea pues nos recuerda el oficio popular de cantar y transmitir la tradición musical de un
pueblo o comunidad40.

Tal como hemos señalado, el plano esencialmente afectivo en el que se


desarrolló siempre la relación entre el sello y los artistas y que era privilegiada
por quienes dirigían la discográfica, resultó ser una muestra de lo que Amaro
Labra denominó “un experimento familiar”, el que podemos inferir desdibujaba
inconscientemente la esperable jerarquización existente en todo organigrama
empresarial. Debemos señalar que aún en este modelo de gestión, subyacía –y
aún subyace– una estructura que Viviana Larrea no duda en calificar como
“rígida”41, lo que en cierta forma estaría refrendando lo que hemos planteado
en el presente texto.
Con todo, Alerce –ya sea desde la experimentación en tanto modelos de
gestión, desde el terreno afectivo o incluso desde las convicciones personales
que su fundador supo traspasar a su entorno más cercano hasta transformarlo
en un verdadero legado– logró instalarse y proyectarse en el tiempo –
adaptaciones mediante– como su propio parámetro en medio de una industria
que vería modificados sus paradigmas en términos de producción en su más

39 Su disco debut –también el más exitoso, “Fusión Latina”- fue grabado el año 1982 para el
sello RCA Victor, e incluye, además del éxito “Luna llena” -original del grupo Agua- algunas
canciones de su autoría y versiones de “El albertío” y “Casamiento de negros” de Violeta Parra,
“Los momentos” de Eduardo Gatti y “Los pasajeros” de Julio Zegers.
40
La Bicicleta, nº 11, abril-mayo, 1981, pp. 14-16.
41 Entrevista realizada el 07 de diciembre del 2016.

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amplio sentido, devolviendo al registro fonográfico –y probablemente sea éste


su principal legado– el carácter cultural y cultual extraviado en medio de la
experiencia autoritaria de la dictadura.

Conclusiones
A la luz de lo expuesto en el presente texto, podemos señalar a modo de
conclusión que el profundo conocimiento que Juan Larrea García –Ricardo
García para efectos de esta investigación– poseía respecto de la industria de la
música en el medio local tuvo un afortunado calce con diversos factores
devenidos de la experiencia autoritaria que significó en Chile la implantación de
una dictadura como forma de gobierno a partir de septiembre de 1973. De esta
manera, el surgimiento del sello discográfico Alerce en el año 1976 constituye
una verdadera puesta en valor de diversos significantes con profundo arraigo
en una ideología de izquierda que, mutados en su forma por el cruce
experimentado con elementos tecnológicos, se instalan de una forma que les
permite constituirse en su propio parámetro.
Con la drástica remoción de los paradigmas político, social y económico,
a partir de mediados de los años 70 se configuraría un nuevo escenario para la
industria de la música cuando ésta lograra salir del receso producto del cierre
de plantas, incautación y quema de matrices iniciado por las nuevas
autoridades. En ese contexto, la experiencia de García –aquilatada como
locutor, animador productor y disc-jockey– y sus convicciones más profundas
permitieron que asumiera el desafío de registrar y producir música siempre
desde la premisa del rescate, consolidando con ello la paulatina reactivación de
la industria fonográfica local y –lo más importante– en los espacios generados
y otorgados por una dictadura que controlaba prácticamente todos los medios
de comunicación.
Dueño de una singular capacidad para categorizar la música y propiciar
su circulación y puesta en valor por medio de verdaderos slogans o “ideas-
fuerza”, García –apoyado por un férreo círculo cercano– no sólo vería
transformarse en realidad quizás su proyecto más ambicioso; también –al
registrar tanto un discurso abiertamente político como una estética sonora–
estaría construyendo un correlato historiográfico. Junto con ello –en particular
con el denominado movimiento Canto Nuevo– cumpliría el rol de educar a una

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nueva generación desde la música, entregando referentes de una historia


reciente en un escenario ciertamente adverso. En otras palabras, por medio de
un paisaje sonoro, Alerce compartía con la juventud de la época –segmento
etario conocido en profundidad por García– una tradición democrática en medio
de una experiencia autoritaria.
Sin duda, y aunque a la distancia parezca una ironía, fueron las políticas
de expansión económica del régimen militar y las leyes del libre mercado los
principales aliados de Alerce. De esta manera, la creciente importación de
artículos electrónicos –en especial los relacionados con la reproducción de
música– permitiría la masificación del casete, dispositivo que revolucionó la
forma de experimentar la música y que sería altamente efectivo en el sentido
de permitir una circulación de la música proscrita por la dictadura a través de la
escucha privada y portátil asociada al dispositivo walkman o personal estéreo.
Aun cuando el funcionamiento de Alerce estaba dado por una estructura
de empresa –lo que conlleva implícitamente una planificación para abordar un
mercado determinado– primaría hasta la muerte de su fundador –junio de
1990– el sentido de lo afectivo en el modo de producir música. Esto traería
como consecuencia principal el no considerar aspectos fundamentales en lo
que hasta ese momento se podía entender como “jerarquización del proceso
de producción musical”, y que dicen relación con la ausencia de la figura del
productor musical o elementos de promoción como los denominados singles o
videoclips. Lo anterior, no obstante, resultaba a todas luces consistente con la
política del sello al operar desde el rescate antes que desde un sentido
comercial y, aún hoy, podría parecer inoficioso analizarlo si consideramos que
muchas de las multinacionales contemporáneas de Alerce –incluso las que
intentaron adquirir el sello– hoy no existen.
Con todo, resulta innegable la relevancia de la discográfica Alerce en la
historia reciente nacional y que abarca los últimos cuarenta años. Es
particularmente interesante la forma en que un hombre –dueño de una
particular sensibilidad y absolutamente visionario y experimentado en las lides
musicales– supo dar forma a un ideario donde primaba el sentido de lo
americano, y creó –desde la alteridad– un correlato historiográfico con marcado
sentido identitario.

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Bibliografía
Chartier, Roger. 1996. Escribir las prácticas (Foucault, de Certeau, Marin). Buenos
Aires: Ediciones Manantial SRL.

González R., J. 2017. “A mi ciudad: escucha crítica en la construcción simbólica del


Santiago de 1980”. Revista Musical Chilena,70 (226), pp. 9-30.

Osorio, Javier. 2011. “La Bicicleta, el Canto Nuevo y las tramas musicales de la
disidencia. Música popular, juventud y política en Chile durante la dictadura, 1976-
1984”. Revista A Contra Corriente, 8(3), 255-286.
http://www.ncsu.edu/acontracorriente/spring11/articles/Osorio.pdf [Consulta: enero,
2015].

Osorio, José (ed.).1996. Ricardo García, un hombre trascendente. Santiago: Pluma y


Pincel.

Szendy, Peter. 2003. Escucha. Una historia del oído melómano. Barcelona: Ediciones
Paidós Ibérica S.A.

Yúdice, George. 2007. Nuevas tecnologías, música y experiencias. Barcelona:


Editorial Gedisa S.A.

Entrevistas realizadas por el autor


 Marisol González: administrativa Sello Alerce; Santiago, 7/12/2016.
 Viviana Larrea: directora Sello Alerce; Santiago, 7/12/2016.
 Mónica Larrea: diseñadora y encargada de plataformas digitales Sello
Alerce; Santiago, 7/12/2016.
 Amaro Labra: músico y ex ejecutivo Sello Alerce, 16/12/2016.
 Claudio Gutiérrez: ex Product Manager Sello Alerce, 17/1/2017.
 Rudy Wiedmaier: músico y productor, 28/2/2017.

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Anexo

Gráfica representativa de parte del circuito musical en Santiago durante la dictadura.


Diseño: Felipe Infante P.

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Una introducción a los estudios sobre periodismo musical

ZÓSIMO LÓPEZ, PEDRO NUNES Y FERNÁN DEL VAL

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Cita recomendada:
López, Zósimo; Nunes, Pedro y del Val, Fernán. 2017. “Una introducción a los
estudios sobre periodismo musical”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10.
<URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)

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UNA INTRODUCCIÓN A LOS ESTUDIOS SOBRE PERIODISMO MUSICAL

Zósimo López, Pedro Nunes y Fernán del Val.

Ya por 1982, el musicólogo Phillip Tagg en sus “Assignment and


Dissertation Tips” afirmaba que existía la necesidad de completar ciertas áreas
de los Popular Music Studies. Partiendo de esa idea este número de Etno-
Cuadernos de etnomusicología muestra la importancia de completar, no sólo
algunas áreas de dicho campo de estudio, sino también ciertas áreas
geográficas con estudios científicos sobre músicas populares fuera del mundo
angloparlante.
Una de esas áreas, como se puede inferir si es que el lector ha llegado
hasta aquí, es la del periodismo musical. La popularidad de la música popular
(disculpe la cacofonía) existe porque existe una sociedad industrializada y esto
conlleva adivinar que en dicha sociedad existe una comunicación social, que en
muchos casos, descansa en los grupos de comunicación y en los medios de
comunicación de masas. Uno de los agentes participantes en el proceso de la
comunicación de masas es el periodista. Es este profesional el encargado de
descubrir la noticia, de llegar a la historia, de construir el relato y (usando el
medio de comunicación correspondiente) llegar al ciudadano para informarle.
La polémica (si es que la hay) surge cuando el periodista, haciendo gala de su
humanidad, comienza a plasmar su subjetividad en detrimento de la
imparcialidad esperada y su entusiasmo (o el de un superior en la redacción)
hace que el lector se vea persuadido.
Este es el gran poder que tiene el periodista y sobre todo el periodista
especializado: la autoridad para guiar a la persona en su desconocimiento
sobre la realidad… en este caso, musical. Incluso se puede proponer que los
medios de comunicación afectan de forma prescriptora al consumo de la
música popular en directo, pudiendo primar la inclinación hacia unos géneros
musicales en detrimento de otros (López 2016: 332) y, con ello, también
favorecer la comunicación sobre algunos artistas, locales de ventas de
soportes musicales (casi no se puede hablar de tiendas de discos), tiendas de
instrumentos musicales, locales de música en directo, etcétera… Para tener

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una idea del poder historiográfico que puede llegar a tener un periodista, serán
las hemerotecas futuras las que fijen imágenes y sonidos en el imaginario
colectivo ya que son los profesionales de la información los que cincelan una
rica, y a su vez obsolescente, iconografía y mitología popular (López 2016:
334) en el mármol de la memoria por medio de artículos, entrevistas, crónicas
de conciertos, noticias y demás géneros periodísticos. Se da una convergencia
en un punto del dominio de este tema, el del periodismo musical, cuando una
persona alberga un conocimiento vasto y suficientemente articulado sobre la
música y su comunicación a la ciudadanía y esto viene dado, habitualmente,
por un periodista que se especializa en música o bien por un musicólogo con
formación y/o dotes para la comunicación. Sea lo que fuere, se convierte en un
prescriptor, una autoritas capaz de influir en una toma de decisión de compra
de una canción, de un disco, de una entrada de un concierto… capaz de influir
en nuestro conocimiento, gusto y crítica. Es por ello que el oficio del crítico
musical es indispensable para un mundo en el que el “ruido” a veces es la
banda sonora de nuestro consumo de música.
Partiendo de esta semblanza, podemos afirmar que los estudios sobre
músicas populares han analizado el papel de la crítica musical desde una
perspectiva simbólica, entendiendo que los críticos musicales son uno de los
agentes fundamentales en la producción del valor de las obras artísticas, en la
legitimación de unos géneros musicales sobre otros y en la elaboración de
jerarquías del gusto. Los críticos actúan como exegetas, como creadores de
discursos sobre el rock (Frith 1981: 177). Esta definición de los críticos
musicales está influida por algunas corrientes teóricas de la sociología del arte,
que han analizado el papel de los críticos de arte en general. Autores como
Pierre Bourdieu (1995) o Howard S. Becker (2008) han reivindicado que la
creación o producción artística es un proceso colectivo, no individual, en el que
participan los artistas, pero en donde hay que tener en cuenta diversas
variables sociales, económicas y políticas, así como a todo el conjunto de
agentes que forman parte de ese mundo del arte o campo artístico, y que
intermedian en su creación, producción, difusión y consumo.
Así, los juicios sobre el arte están basados en una serie de parámetros
que establecen unos agentes, en especial los críticos de arte, que son quienes
ayudan a desentrañar la calidad de las obras (Becker 2008: 161). Para

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Bourdieu los críticos cumplen una función primordial dentro de los campos
desde el punto de vista de la producción de una creencia en el valor de la obra
de arte. Los críticos son aquellos que generan una creencia simbólica en ese
objeto y lo consagran (Bourdieu 1995: 339), lo que a su vez también repercute
en su valor económico, ya sea generando una reputación para el artista,
descubriendo nuevos talentos u orientando las elecciones de los consumidores
(Bourdieu 2003: 181).

Periodismo, música popular y subculturas: el caso anglófono.


Algunas de las ideas expuestas por Pierre Bourdieu han sido aplicadas
en diversos trabajos sobre la crítica rock anglosajona (Regev 1994, 2007;
Lindberg et al 2005, 2006; Appen y Dohering 2006; Schmutz 2005) si bien
hasta mediados de los años noventa el estudio académico de la crítica rock, y
de las músicas populares en general, estuvo influido también por la perspectiva
neogramsciana (en términos de Regev 2002) o subculturalista. A grandes
rasgos esta perspectiva entendía el rock como una música de resistencia frente
al capitalismo, y su creciente institucionalización era entendía como una
pérdida de autenticidad por parte del género, viendo a los medios de
comunicación como un riesgo para la integridad de las subculturas. Ejemplo de
ello es el seminal estudio sobre el punk de Dick Hedbige (2002), quien se
mostraba muy crítico en ese trabajo con el papel que la prensa jugaba en el
desarrollo de las subculturas. Hedbige consideraba que los medios
manipulaban la idiosincrasia de las subculturas para mostrarlas al gran público,
creando el pánico moral (Hedbige 2002: 118).
Frente a esos postulados los trabajos de Regev (1994) o Sara Thornton
(1995) reivindicaron una aproximación bourdiana al estudio de las músicas
populares, cambiando el prisma de análisis: no había que entender la
legitimación del rock como un proceso de cooptación, sino de
institucionalización. Así, Thornton explicaba que los medios de comunicación
son esenciales para las escenas musicales ya que ayudan a crear, clasificar y
distribuir el conocimiento cultural, realizando funciones como el etiquetar
escenas o clasificar géneros (Thornton 1995: 151).
Diversos estudios sobre la prensa musical han seguido esa línea
bourdiana de estudio, sobre todo a la hora de analizar la labor de la prensa

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musical en los años sesenta y setenta en Inglaterra y Estados Unidos, y en


cómo esa prensa comenzó a entender el pop-rock como una forma artística a
la altura del cine o la literatura (Regev 2013; Lindberg et al 2005). Estos
trabajos han examinado la labor de la crítica en la creación de discursos sobre
la música popular, en la creación de criterios evaluativos y en la definición de
qué grupos o discos pueden ser juzgados como arte dentro del pop-rock.
Regev (1994: 86) explica que para que un producto cultural sea reconocido
como forma artística, debe cumplir una serie de requerimientos:

1. La obra cultural debe contener, de alguna manera, cierta autenticidad,


ser genuina, o estéticamente sofisticada, así como algún sentido
filosófico, emocional, psicológico o social.

2. El significado y la forma de la obra son producto de una entidad creativa


(normalmente un sujeto), cuyo espíritu y verdad interna están impresos
en ella.

3. Esa entidad creativa que ha producido la obra lo ha hecho a partir de un


compromiso con esa “verdad interna”, y no a partir de cuestiones
utilitarias o consideraciones prácticas. Es la idea del arte por el arte.

Y quien ha definido el rock en esos términos son, sobre todo, los críticos
musicales, esto es

un numeroso grupo de críticos, académicos y seguidores de la música popular que


sostienen la creencia de que la música de los Beatles, Bob Dylan, los Rolling Stones o
Jimi Hendrix - por nombrar algunos de los ejemplos más obvios- son arte auténtico, no
menos auténtico de lo que pudiera ser cualquier otra forma de música seria. Durante
los últimos veinticinco años esta intelligentsia del rock ha estado reivindicando que la
música rock - entendida como un tipo de música popular- debe ser reconocida como
una forma de arte (Regev 1994: 86).

La revista que se cita como clave en ese proceso de legitimación del


rock es Rolling Stone, que aparece en 1967 en Estados Unidos. Esta revista
dio al rock un tratamiento serio, y lo conectó con los nuevos valores de la
juventud, siendo central en el campo de la crítica musical:

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las ideas de Bourdieu sobre la manera en que la cultura es legitimada son


particularmente ciertas en el caso de Rolling Stone, es la publicación de música popular
que busca de una forma más clara la legitimación de algunos músicos... Rolling Stone
ha tenido el poder de consagrar la música popular siguiendo la terminología bourdiana
(Jones y Featherly 2002: 20).

Pero ¿de dónde surge la idea de legitimar al rock como forma artística?
Gudmundson et al (2002) señalan la influencia de la crítica de cine, el arte folk
y la alta cultura, así como algunas tesis de la Escuela de Frankfurt y de
escritores como Tom Wolfe y Hunter S. Thompson. Para los investigadores
nórdicos la crítica de rock es producto de una mezcolanza propia de los años
sesenta, en la que aparece un nuevo tipo de intelectual a caballo entre las
vanguardias, el arte pop, lo camp y la utopía contracultural (Gudmundson et al
2002: 43). Junto a periodistas como Dave Marsh, Greil Marcus o Lester Bangs,
diversos trabajos apuntan a la labor de Ralph J. Gleason, Nat Hentoff (Jones y
Featherly 2002: 22 y 23) o John Landau (Frith 1981: 159), entre otros. Aparte
de cuestiones propias del campo, otros autores (Frith 1981; Peterson 1990;
Regev 2002) apuntan a que este proceso de legitimación del rock va en
paralelo a la aparición de la juventud como concepto, a la mejora en los niveles
educativos, a la legitimación de la cultura popular desde otros campos (cine,
jazz, arte pop) y a cambios en la estructura social: Bourdieu (1995) ya señalaba
que las revoluciones en los campos artísticos se producían cuando nuevos
grupos sociales entraban en ellos. Desde esa perspectiva hay que entender
que legitimar el rock era, al fin y al cabo, legitimar el gusto de toda una
generación, la de los babyboomers, quienes formaban parte de lo que se ha
llamado las nuevas clases medias o nueva clase (Gouldner 1979; Lash 1990).
En el fondo la lucha por la legitimación del rock, y de la cultura popular en
general, ha sido la lucha por legitimar un nuevo tipo de gusto estético.
Aparte de la evolución histórica de la crítica y de sus elaboraciones
ideológicas, los analistas de la crítica rock también han analizado a la crítica
desde la óptica weberiana del “grupo social”. Jones (2002) coincide con Appen
y Dohering (2006) al caracterizar a los periodistas y críticos musicales como un
grupo homogéneo, formado por jóvenes de raza blanca, de entre unos 20 y 40
años, con un nivel educativo alto (carrera universitaria). La idea de la crítica

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musical como grupo social homogéneo se ha plasmado en diversos estudios


sobre el canon del pop rock (Appen y Dohering 2006; Schmutz 2005; Val,
Pérez Colman y Noya 2014): estas investigaciones han profundizado sobre
cómo existe un canon musical compartido por los críticos, un canon en el que
se reproducen esos rasgos socioeconómicos; los grupo escogidos suelen estar
formados por hombres de raza blanca, y ligados a escenas de clase media,
estando apenas representadas las mujeres, los sujetos de otras razas ni las
escenas ligadas a las clases bajas (heavy metal, hip-hop…).

El rock como forma cultural legítima: el crítico en los países no


anglófonos.
Como hemos visto, la mayor parte de los trabajos académicos sobre la
crítica, y sobre músicas populares en general, se han centrado en el caso
anglosajón, existiendo una ausencia de estudios sobre crítica musical fuera de
esa tradición (Nunes 2010: 43), aunque poco a poco los trabajos sobre crítica
musical fuera del contexto anglosajón han comenzado a florecer (Varriale 2014,
2015; Rudent 2000; Nunes 2010; Venrooij and Schmutz 2010, Val Ripollés
2017a, 2017b). Uno de los autores que mejor ha sentado las bases para una
sociología de la crítica musical en países no anglófonos es Motti Regev. Para
este autor (2007: 318) el pop-rock es una música asumida ya por todas las
culturas occidentales, aunque en ella se produce un diálogo entre los aspectos
formales y estéticos del género (el sonido y la instrumentación eléctrica, las
técnicas de grabación en estudio, la influencia de los estilos del pop-rock
global) y determinados elementos culturales autóctonos (las temáticas de las
letras, la lengua en la que se canta, el uso de músicas o sonidos locales). A
grandes rasgos, en casi todos los productos culturales actuales confluyen
elementos autóctonos y foráneos, disipando las fronteras nacionales, cuestión
a la que Regev ha bautizado como “cosmopolitismo estético”, esto es, el hecho
de que la construcción de las culturas nacionales en la actualidad esté basada
en gran medida formas de arte de origen extranjero, como la música rock o el
cine, produciéndose una hibridación entre elementos culturales locales y
extranjeros. (Regev 2007: 319).
El proceso de asimilación del rock por parte de cada cultura, su
autenticación como música local, o nacional, se produce a partir del desarrollo

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de una serie de elementos. El primero es el establecimiento de un “aparato de


producción de sentido, que defienda la idea del rock como arte” (Regev 1992:
10). Y quien juega ese papel, como ya hemos visto, es la crítica musical, que
se encarga de traducir a las coordenadas culturales locales el conocimiento
acumulado sobre el pop-rock, su mitología y su historia, generando así una
explicación y una justificación sobre la importancia del rock, no sólo a nivel
internacional, sino como una forma cultural autóctona (Regev 2007: 325). A
partir de estas ideas Val Ripollés (2017a: 4) apunta a que en los países no
anglófonos los críticos de rock cumplen varias funciones:

1. Establecer un habitus rockero: diseminar los conceptos a partir de los


que valorar la música, explicar la historia del rock, quiénes son los
grupos y discos canónicos, los momentos clave de esa comunidad…

2. Legitimar esa música como una forma artística válida, siguiendo el


patrón anglófono.

3. Legitimar esa música como un producto cultural autóctono. Para que sea
una forma artística válida ha de ser una forma artística autóctona. El
pop-rock nacional no puede ser simplemente una copia del pop-rock
anglosajón. Los grupos musicales de cada país tienen que enraizar esa
música con la cultura local. El crítico por un lado exige esa hibridación, al
tiempo que la valora.

Los trabajos de Regev han sido de gran influencia en el desarrollo de


estudios sobre crítica musical fuera del contexto anglosajón, si bien algunos
autores han problematizado algunos de los postulados de Regev. Por ejemplo,
los estudios de Lindberg et al (2005, 2006) sobre la prensa musical en los
países nórdicos sostienen que en el caso nórdico la crítica rock ha dialogado
con el legado de la prensa anglófona, siguiendo sus patrones pero adaptándolo
a su realidad (Lindberg et al 2006: 260), si bien se observa que los críticos no
siempre han defendido que los músicos utilicen su lengua natal, a diferencia de
lo señalado por Regev. En Noruega, por ejemplo, se han dado diversos
debates acerca de qué idioma utilizar en el rock, noruego e inglés, si bien en
general los críticos entienden que es una elección estética que depende de

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cada grupo (Lindberg et al 2006: 259). Los trabajos de Nunes (2010) sobre el
rock en Portugal también muestran cierta tolerancia de la prensa portuguesa
con el uso del inglés. También sobre Portugal, Paula Guerra ha observado que
la crítica musical ha estado demasiado obnubilada por las novedades
anglosajonas, dejando de lado la promoción del producto local (Guerra 2013:
91).
Los diversos estudios comparativos realizados por Schmutz et al (2005)
sobre crítica musical también han problematizado algunas de las afirmaciones
de Regev. Los trabajos de estos autores han estado dedicados a la importancia
de la música en la prensa cotidiana, dejando de lado la prensa especializada.
Aunque Regev ha señalado que el rock se legitima a través de los discursos
del arte autónomo, Venrooij y Schmutz (2010) analizan los discursos
empleados por los críticos en periódicos de EE.UU., Alemania y Holanda, en la
evaluación de discos, concluyendo que estos utilizan una combinación de
criterios artísticos y populares, si bien existen diferencias entre países ligadas a
cuestiones como la rigidez de la estructura social o el sistema educativo. De
hecho, el rock progresivo, género muy ligado a la idea del rock como arte, es
un género despreciado por gran parte de la crítica musical (Venrooij y Schmutz
2010: 398). A su vez estos autores coinciden con Lindberg et al (2006) al
mostrar que la presencia de periodistas musicales en prensa cotidiana es una
forma de legitimar ese subcampo del periodismo especializado.
El problema de los trabajos de estos investigadores es que
sobredimensionan el papel de la prensa cotidiana, dejando de lado a la prensa
especializada. De igual forma ligan el uso de un discurso de alta cultura o de
cultura popular a variables como la estructura social, el sistema educativo o la
posición de ese país en el mercado cultural global pero, como reconocen, no
abordan las cuestiones que tienen que ver con el propio campo cultural: el
grado de profesionalización del campo, el bagaje educativo de los críticos, la
autonomía del campo con respecto a presiones externas… (Venrooij and
Schmutz 2010: 401), cuestiones que ayudarían a profundizar mejor en la
caracterización de los críticos.

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El gatekeeping del gusto y su la relación con la industria musical.


Algunos estudiosos de la crítica pop-rock atribuyen al periodista musical,
sobre todo en su vertiente como crítico, un papel de gatekeeper del gusto, al
seleccionar los artistas sobre los cuales se debe escribir, y contribuir así a la
formación del gusto de los consumidores y a la creación de una comunidad
selectiva de oyentes, convertidos ellos mismos en creadores de opinión a
través de su gusto por determinados géneros y estilos musicales propuestos
por el crítico (Hirsch 1972/1990; Shuker 1994, Nunes 2010, 2011). Tal
supuesto parte de la noción de gatekeeping propuesta por Kurt Lewin (1947)
que aplica al periodismo en las diferentes fases de la edición de una noticia. El
gatekeeping es el proceso a través del cual las ideas y la información son
filtradas antes de ser publicadas en un medio de comunicación de masas. Este
proceso se da en diferentes fases del proceso de construcción de una noticia,
ya sea en el momento en el que el periodista selecciona sus fuentes de
información, o cuando el editor decide qué asuntos van a ser tratados y
publicados.
En contrapunto a este abordaje, otros autores se han centrado en la
relación de los periodistas musicales con la industria fonográfica. Desde el
punto de vista de la industria, el periodismo musical se sitúa en una posición
algo ambivalente. Por un lado, los periodistas musicales están en una posición
de doble dependencia: por un lado, de las discográficas, que hacen posible o
facilitan el acceso a los materiales periodísticos (artistas, conciertos, discos y
otros materiales de promoción) y, por otro, de los lectores, que son los que
aseguran las ventas del periódico o revista. A su vez, los periodistas, en cuanto
que productores / mediadores culturales, tienen que articular la tensión
generada por esta doble dependencia, gestionando la relación entre lo
comercial y lo artístico en la música pop. Además, por su finalidad, el periodista
pertenece en primer lugar a otra industria −la prensa escrita− y a una
organización profesional −la cabecera para la cual escribe.
La simple asunción de que el crítico de música está alineado, o bien con
la industria, o bien con el artista, o bien con el público, es replicada por ciertos
autores (Stratton 1983; Shuker 1994) que ven, antes, una correcta, pero no
siempre explícita, complementariedad entre el periodista, el lector y la industria:

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Al enfatizar la importancia de los aspectos no económicos de la producción musical,


ellos [los periodistas/críticos] estimulan la discusión “cultural” como, por ejemplo, cuál
es el valor estético de diferentes piezas musicales. Este tipo de discusión hace
disminuir, en el consumidor, la consciencia de los condicionantes económicos bajo los
cuales los sellos discográficos operan. Simplificando, los consumidores se hacen
menos conscientes de las necesidades de los sellos discográficos en vender su
producto, en el contexto del capitalismo (Stratton 1983: 295).

Para Stratton (1982, 1983), la prensa musical debe saber resolver la


tensión entre arte y capitalismo para poder ser legitimada junto con el público.
Es por esa razón que la prensa musical, funcionando al igual que la radio,
como correa de transmisión de la industria, reivindica su independencia o
incluso muestra una oposición en relación a esta. De ahí surge la ilusión de que
el arte (valorado por periodistas y críticos) es independiente de sus modos de
producción capitalista. Stratton afirma también que las ideologías subyacentes
al periodismo musical cumplen una función (ideológica) de separación de la
prensa, sobre todo en su función de crítica musical, en relación a la industria
musical. El discurso ideológico de la crítica de música popular, en toda su
diversidad, empatiza, por regla general, tanto con el artista como con el lector,
en la creación de una percepción de independencia en relación a las
discográficas (Stratton 1982). A fin de sobrevivir como empresa rentable, la
prensa musical tiene, pues, que anclar la tensión entre capitalismo y arte para
el consumidor de música. Tal tensión es visible en los discursos de la crítica del
rock, especialmente en la oposición, sugerida por Stratton, entre la “emoción” y
la “intrusión del análisis”:

sugerí que la intensidad del énfasis en la “emoción” para definir calidad es tan grande
que no permite la intrusión de análisis (…) Sugiero que es posible invertir esta frase y
sugerir que es el miedo de la intrusión de análisis, en verdad al miedo del capitalismo,
que exige el énfasis en la emoción (Stratton 1983: 281).

El núcleo de la cuestión es que los criterios para definir lo que es un


buen disco, siendo generados en oposición a los valores de la industria
musical, también dependen de ella y no estarían ahí si no tuvieran ese valor
esencial de oposición. Estos criterios resuelven, en el fin del proceso de
producción, el problema de la música en lo que se refiere a arte y en lo que se

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refiere a las mercancías. Al celebrar el “arte” (como lo no racional, emocional)


en la música popular, los críticos de música revisten el producto de la
credibilidad necesaria para ser vendido como tal.
De esta manera, en contraposición a la idea según la cual el periodismo
es independiente de la industria musical, algunos trabajos sugieren que los
periodistas desempeñan su labor, en la mayor parte de las veces, en beneficio
de la industria musical (Frith 1981; Stratton 1982; Reynolds 1990; Negus 1992;
Toynbee 1993). Tanto los periodistas como los sellos discográficos comparten
un mismo interés en mantener a los consumidores de música al corriente de los
lanzamientos más recientes. Los estudios centrados en la industria musical no
dejan mucho espacio para la autonomía del periodismo, poniendo el énfasis en
los mecanismos de cooptación llevados a cabo por los sellos en relación a los
periodistas (Chapple y Garofalo 1977; Frith 1981; Negus 1992). Negus
menciona las estrategias llevadas a cabo por los departamentos de promoción
en las casas discográficas con el objetivo de promover a sus artistas. Tales
estrategias incluyen identificar al crítico correcto para escribir sobre un artista
determinado, estableciendo un contacto personal y socializando:

de forma idéntica al equipo de promoción [publicitaria], el promotor de prensa intenta


sensibilizar a la comunidad periodística para con un artista (…) En el momento en que
el material del artista está listo para ser lanzado, el promotor de prensa sabrá a quien le
gusta un artista en particular y quién podrá escribir la pieza o la crítica más interesante
e influyente (Negus 1992: 120).

Klein (2005) sostiene que, debido a un conjunto de restricciones, los


críticos de música acaban muchas veces por desempeñar para la industria un
papel de majorete o animador más que de gatekeeper. Entre esas
restricciones, ella menciona la relación profesional entre la revista y los sellos
discográficos que podrán comprar publicidad dentro de la misma; las
restricciones de espacio que llevan el descenso de críticas negativas; la
relación con el artista y el papel del publicista que identifica el crítico correcto a
quién enviar copias del nuevo lanzamiento. Pero también sugiere que los
críticos pueden influenciar en las decisiones del sello en relación a ciertos
artistas (Frith 1981; Klein 2005).

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Mientras que muchos autores apuntan al poder de la industria musical


en controlar la agenda de la prensa (Frith 1981; Breen 1987; Reynolds 1990;
Savage 1991; Negus 1992; Toynbee 1993; Shuker 1994) otros proponen un
estudio de la relación más centrado en la prensa musical y en sus estrategias
de gestión de esa relación (Forde 2001). Aunque Negus sugiera que la prensa
musical está controlada por los sellos, es también notable que su perspectiva
privilegia el punto de vista de los promotores de prensa y de los agentes de
publicidad en detrimento del punto de vista del periodista. El nexo indisoluble
entre la prensa y la industria musical es incuestionable pero, más allá de tal
asunción, es importante averiguar cómo esa dependencia es vivida en la
relación profesional que se establece entre ambas partes. En su investigación,
centrada en las relaciones entre periodistas y promotores de prensa, Forde
(2001) sostiene que dicha relación no será necesariamente unívoca, ni siquiera
completamente determinista. Al contrario, Forde sugiere que existe una
relación compleja de dependencia mutua, caracterizada por complacencia,
compromiso y resistencia en ambos lados de la relación. El producto de esas
relaciones es más imprevisible del que el sugerido en estudios previos.

Los artículos de este número


Los ocho artículos que componen este número abordan diferentes
aspectos de la prensa musical en el contexto ibérico y suramericano,
ofreciendo un conocimiento que va más allá de esa realidad en países como
España, Portugal y Brasil, ofreciendo nuevos ángulos de abordaje sobre el
tema.
El artículo de Mariana Calado se centra en el caso particular del jazz en
Portugal en la década de los años veinte del siglo XX y de su cobertura en la
prensa, en el caso concreto del periódico Diário de Lisboa. Una correcta
ambivalencia en la atención a aquel estilo musical se nota en la frecuencia de
noticias sobre jazz y la valorización del mismo. Se establece, pues, una
distinción importante entre la atención dada a un determinado universo musical
y el sentido del discurso acerca del mismo. En el caso del jazz en el Diário de
Lisboa, parece haber una estrategia dualista por parte del periódico de reseñar
los eventos relacionados con un estilo que se hace popular en Portugal en
aquel periodo pero, por otro lado, está el hecho de excluirlo de las críticas de

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música a la vez que es objetivo de valoraciones despreciativas en reportajes y


artículos.
El artículo de Hugo Castro aborda las relaciones entre música y política
centrándose en la revista Mundo da Canção. La prensa musical que se
posiciona políticamente con unos valores ideológicos (de izquierda) en contra
del Estado Novo es un terreno por explorar en los estudios sobre la música
popular en Portugal. A través del trabajo realizado, en el que se cruza el
análisis del discurso en la revista con el testimonio de colaboradores y ex-
directores de la publicación, es posible comprender el contexto político y
profesional en el cual surge la revista, así como sus implicaciones en la línea
editorial y en el discurso sobre música en dicha publicación. Un discurso en el
que se observa una relación entre algunos géneros musicales y determinadas
ideologías políticas, como en el caso de los cantautores o de los grupos
regionales de raíz tradicional, entendidos como verdadero arte popular, al
tiempo que la canción ligera y el “nacional-cançonetismo” eran criticados por
estar desprovistos de contenido revolucionario
En el caso de los textos de Sofia Lopes y de João Ricardo Pinto
encontramos un abordaje a la prensa musical en su relación con otros medios
de comunicación en un contexto particular: el Portugal de las décadas de los
sesenta y setenta, todavía marcado por el impacto del Estado Novo y por una
proximidad entre la cobertura de la música en la prensa y la televisión estatal y
su importancia como espacio para la visibilidad de los músicos. Poniendo el
énfasis en la cobertura de la prensa sobre dos eventos televisivos de
naturalezas distintas, pero de innegable impacto en la proyección de la música
hecha en Portugal −el talk-show Zip-Zip en 1969 y el Festival RTP de la
Canción en 1975− el artículo de Sofia Lopes nos lleva a pensar en el papel de
la prensa escrita simultáneamente como fuente de información privilegiada
para la reconstitución de aquellos dos eventos y como filtro ideológico para la
comprensión de los mismos. De este modo, el texto sugiere cuestiones de
ámbito metodológico sobre el importante papel de la prensa musical como
fuente de información, identificando el papel del periodista como constructor de
opinión y gatekeeper, y reconociendo que la construcción de la realidad a
través del discurso periodístico conformado por valores ideológicos es un

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terreno movedizo para el investigador, que lo obliga a adoptar una postura


crítica con esa fuente de información.
El artículo de João Ricardo Pinto, por otro lado, se centra en la estrecha
relación entre la prensa escrita y la televisión en la divulgación de nuevos
artistas. Centrándose en el caso de la revista Rádio e Televisão y su papel en
la proyección de nuevos artistas que ganarían visibilidad en el concurso
televisivo Vedetas Precisam-se, emitido en el inicio de la década de los
sesenta, Pinto presenta el estudio de caso como un ejemplo del papel de la
prensa en tanto que creadora de flujos musicales, al mismo tiempo que nos
aporta luz sobre las sinergias entre los diferentes medios de comunicación que
integraban la industria del entretenimiento en aquel periodo. La exposición de
artistas en un ecosistema mediático que incluía, en departamentos no
estancos, la radio, la televisión y la prensa se hizo fundamental para el éxito de
estos.
El artículo de Luã Ferreira Leal se centra en el trabajo de tres críticos
musicales en el contexto de Brasil de las décadas de 1960 y 1970, en concreto
en la importancia que tuvieron en las interpretaciones sobre la modernidad a
través de los libros que publicaron sobre música popular brasileña. Abordando
temas como la época de oro y los pioneros de la música popular brasileña, y el
destino de las escuelas de samba, estos críticos, convertidos en historiadores
no-académicos al publicar estas obras, establecen cuadros importantes de
interpretación de la música popular y de sus relaciones con la política en un
periodo marcado por el golpe militar de 1964, contribuyendo de esta forma en
la discusión acerca de la música popular e integrándola en un debate público
más amplio acerca de la idea de modernidad. De este modo, el artículo apunta
a cuestiones importantes acerca, no solo del papel del periodista de música en
el espacio público, sino también de su estatuto en función del soporte del
discurso utilizado (prensa escrita y/o libro).
El artículo de Cléber Sberni Junior se centra en la edición brasileña de la
revista de música Rolling Stone en el periodo de 1971 a 1973 y en su papel en
la divulgación de una emergente escena rock carioca que compartía los ideales
transnacionales de la contracultura, así como de una proximidad con la música
popular brasileña. Asumiendo que la publicación formaba parte de esa escena
musical, el autor nos presenta el discurso, promovido por un equipo joven, de

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valorización de las prácticas de los grupos y artistas conectados a la escena,


sobre todo a través de las actuaciones en directo. Integrando reseñas de
conciertos y el seguimiento regular de las actividades de los artistas
conectados a la escena, la revista funcionaba como una especie de portavoz,
certificando la legitimación del rock en el mercado de bienes simbólicos del
Brasil de aquel momento. El artículo plantea así cuestiones interesantes acerca
del papel de la prensa musical y su conexión con escenas y movimientos
musicales y su impacto en la evolución de los mismos.
En cuanto a los trabajos en castellano, firmados por Héctor Fouce y
Asier Leoz, ambos giran en torno al mismo objeto de estudio, la revista musical
Rockdelux, si bien ambos parten de perspectivas diferentes, resultando dos
textos complementarios que iluminan diversos aspectos sobre el periodismo
musical en España. En ambos casos nos encontramos con trabajos de gran
rigor metodológico que ponen de manifiesto la utilidad del análisis documental
al realizar este tipo de estudios.
El texto de Leoz aborda una tarea ardua y compleja: la de definir un
género o escena como es el indie. Para ello Leoz aporta un ingente trabajo
documental en torno a la revista Rockdelux, analizando su papel como ideóloga
de dicha escena. En este sentido el trabajo de Leoz está en clara conexión con
las teorías de Thornton (1995) en torno al papel de la crítica musical como
generadora de etiquetas. El trabajo de Leoz profundiza en esa cuestión,
aportando una reflexión novedosa: las etiquetas muchas veces escapan al
control de la revista que las generó, produciéndose la paradoja de que la propia
revista se desmarque de una escena que en su momento aupó.
El trabajo de Leoz también es de gran interés ya que confirma una
afirmación realizada por Frith (1981) tiempo atrás: la de que el papel de la
prensa musical es eminentemente ideológico. Mientras que otros medios, como
la radio y la televisión, pueden tener mayor influencia en la venta de música, la
labor de la prensa influye en cómo hablamos y evaluamos la música popular.
Una revista como Rockdelux, a pesar de no tener una gran tirada, se ha
convertido en un referente básico dentro del campo musical, y su línea editorial
y su defensa de determinadas escenas ha tenido un enorme peso en dicho
campo.

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Al hilo de estas cuestiones, el trabajo de Héctor Fouce viene a completar


la visión de dicha revista. Este artículo aporta, de fondo, una interesante
reflexión sobre la relación entre la crítica musical y los contextos históricos. Si
durante los años noventa, años de bonanza económica en España, el indie fue
una escena legitimada, en parte, por las clases medias españolas (de las
cuales se nutre en gran medida el periodismo musical), al tiempo que otras
escenas, más politizadas, como el rock urbano, eran ignoradas por estos
críticos, la llegada de la crisis económica ha modificado la forma en la que se
evalúa la música más hedonista. En los últimos años en España estamos
observando cómo una parte de la crítica musical está “politizando” sus criterios
evaluativos, rechazando el apoliticismo de la escena indie y abriéndose a
géneros con mayor contenido social como el rap, el punk o el rock urbano. Este
proceso abre un interrogante, para futuras investigaciones, en torno a la
relación entre música y política, que algunos autores han empezado a
desbrozar (Val Ripollés 2017a).
Partiendo de esa reflexión Fouce problematiza la labor del crítico
musical entendiéndolo como un mediador clave en un espacio de gran
importancia, como es el de la esfera pública. Desde ahí Fouce analiza, a partir
de un número recopilatorio de la revista Rockdelux, cómo se han tratado temas
conflictivos en la misma, y de qué manera su periodismo ha sido capaz, o no,
de introducir los debates de cada época dentro del mundo musical.

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ISSN: 2014-4660

Mediatización de las controversias estéticas en la prensa


musical: Rockdelux y la escena indie

HÉCTOR FOUCE

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palabras claves: Indie; Rockdelux; prensa musical; mediatización;


controversias.

Keywords: Indie; Rockdelux; music press; mediatization;


controversies.

Cita recomendada:
Fouce, Héctor. 2017. “Mediatización de las controversias estéticas en la prensa
musical: Rockdelux y la escena indie”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10.
<URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)

Esta obra está sujeta a la licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0


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MEDIATIZACIÓN DE LAS CONTROVERSIAS ESTÉTICAS EN LA PRENSA


MUSICAL: ROCKDELUX Y LA ESCENA INDIE

Héctor Fouce

Resumen

Este artículo propone un análisis del número 300 de la revista Rockdelux, que
ofrece un balance de las tres décadas de existencia de la revista. RDL ha
tenido un papel fundamental en la consolidación de la escena indie en España
y esta escena ha sido objeto de debate por su incapacidad de dialogar con los
problemas de su tiempo, por mantener una actitud esteticista y ajena a lo
político. El análisis busca encontrar cómo construye RDL su discurso en
relación a su contexto histórico, social y político.

Palabras clave: Indie; Rockdelux; prensa musical; mediatización;


controversias.

Abstract

This paper provides an analysis of the issue 300 from the music magazine
Rockdelux that offers a balance of the three decades of the magazine. RDL had
an important role in the indie scene in Spain. Now this scene is under scrutiny
because of its supposed inability to stablish a dialogue with its time’s problems.
It has being accused to keep an aesthetic attitude foreign to political questions.
The analysis seeks to find in which ways the magazine discourse deals with its
historical, social and political context.

Keywords: Indie; Rockdelux; music press; mediatization; controversies.

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Introducción. Una prensa musical indie


No es posible entender la manera en la que el mundo musical se
organiza sin tener en cuenta su naturaleza mediatizada: las categorías,
etiquetas y valores que las audiencias usan se crean en una interacción
dinámica entre estas y los medios, configurando mundos de sentido que
estructuran comunidades de oyentes.
Uno de los géneros musicales en el que el papel de la prensa musical es
fundamental es el indie: el discurso del género apela a una vertiente artística
que requiere de la validación de los críticos, al tiempo que se desea apelar a un
público minoritario pero entendido (a la sazón, un público informado que lee a
los críticos). No es casualidad que sea un género que se asocia a las clases
medias educadas y a las clases creativas. La experiencia del indie está
fuertemente mediatizada por la prensa musical (Cruz 2015, Lenore 2014) y, en
la actualidad, por las redes sociales, que vehiculan la manera de informarse de
las generaciones más jóvenes (Casero 2012)
El medio por excelencia que articula la escena indie en España es
Rockdelux. Sus portadas, críticas y rankings tienen enorme importancia para
definir quién está en la escena y para articular la jerarquía dentro de ella, y sus
categorías y etiquetas proporcionan a los oyentes herramientas para el análisis
y la evaluación de las bandas que escuchan.
En los últimos años se ha venido discutiendo la relación entre el indie y
la crisis política y social que desde 2008 azota al país. Críticos como Lenore
(2014) han afirmado que el género impide la participación política y el
desarrollo de una conciencia social al apelar meramente a valores estéticos y
escapistas, y de generar un discurso elitista que excluye todo estilo ligado a las
clases populares. De este modo, las clases medias que escuchan indie
configuran un mundo simbólico anglófilo, irónico y escapista que impide todo
diálogo con otros grupos sociales. Faltas que comparte RDL, puesto que es la
publicación que articula este mundo de sentido.
Este artículo busca presentar evidencias que sustenten o contesten
estas acusaciones, tomando como objeto de estudio el número 300 de RDL,
que ofrece una panorámica de sus tres décadas de existencia. Analiza los
asuntos que el número aborda, su universo de referencia, la manera de apelar
al lector y los valores que moviliza.

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Mediación y mediatización
Entender la música popular es ser capaz de manejarse en el amplio mar
de sus contradicciones. Estas habilidades son necesarias para ser un oyente o
un fan, para ser un músico o un productor, para manejar una discográfica o una
tienda de discos. Pero, sobre todo, son necesarias para manejarse como
periodista musical: fans, artistas, productores o gentes de la industria tienen
que manejar esa contradicción a través de sus prácticas cotidianas. Pero los
periodistas musicales deben además construir un discurso. No sólo realizan
acciones, sino que necesitan argumentarlas y defenderlas a través de las
palabras. De alguna manera, están obligados profesionalmente a cuestionarse
día tras día las lógicas de valoración, producción, consumo e intermediación
que el resto de los mencionados simplemente ejecutan.
Escuchamos la música que nos gusta, pero desde una mirada más
amplia en realidad escuchamos (y hacemos) la música que somos capaces de
consumir, aquella que por razones de tiempo, espacio, capacidad económica o
capital cultural se nos ha revelado y ante cuyos códigos reaccionamos con
naturalidad (o domesticando nuestra extrañeza). Valoramos una canción por lo
que nos dice, por cómo nos hace sentir: le damos un valor práctico, le
permitimos expresar nuestros sentimientos y emociones, aunque sea de
manera vicaria. Pero esas canciones han llegado a nosotros no solo
impulsadas por la ambición comunicativa de un artista, sino también por la
ambición de hacer dinero de diversos agentes económicos (lo que no impide
que estos también hagan valoraciones estéticas de la música). Escuchamos
aquí y ahora canciones que intensifican la vivencia del presente, pero al tiempo
construimos nuestra memoria y nos insertamos en una tradición (Frith, 2001)
Este mundo de contradicciones se hace más palpable cuando nos
enfrentamos a él desde la posición del periodista musical. Una de la boutades
más citadas sobre música es aquella de Zappa que defiende que “hablar de
música es como bailar de arquitectura”. No es cierto. Hablar de música es una
parte intrínseca del hecho musical. Como oyentes, defendemos unas músicas y
despreciamos otras, hacemos constantes juicios de valor sobre lo que
escuchamos y creamos nuestro mundo social en base a opiniones compartidas
sobre las canciones que nos gustan, las que aborrecemos o las que
simplemente nos dejan indiferentes. Como ha explicado Arendt, necesitamos

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dar forma expresiva a la experiencia para hacer emerger un mundo que pueda
ser compartido con los demás.

Para nosotros, la apariencia, algo que ven y oyen otros al igual que nosotros,
constituye la realidad. Comparada con la realidad que proviene de lo visto y oído,
incluso las mayores fuerzas de la vida íntima, las pasiones del corazón, los
pensamientos de la mente, las delicias de los sentidos, llevan una incierta y oscura
existencia hasta que se transforman, desindividualizadas, como si dijéramos, en una
forma adecuada para la aparición pública. La más corriente de dichas transformaciones
sucede en la narración de historias y por lo general en la transposición artística de las
experiencias individuales (Arendt, 1993: 59).

La fuerza de la música popular radica en su dimensión social. Cabe


argumentar que esta dimensión no es solo patrimonio de la música popular,
sino también de la música culta. La esfera pública que ha descrito Habermas
(1994) nace, precisamente, en los salones burgueses en los que se discute
sobre literatura y música. Sólo después se configura a la manera en la que
ahora la concebimos, como un espacio de intermediación entre las
preocupaciones ciudadanas y las decisiones del gobierno democrático.
Esa esfera pública es un espacio de diálogo y de desencuentro. Frente a
ciertas visiones de la esfera pública que enfatizan su dimensión de espacio de
consenso, es necesario enfatizar la dimensión creativa del desencuentro y del
disenso. Recurriendo de nuevo a Arendt, (1993: 66-67)

La realidad de la esfera pública radica en la simultánea presencia de innumerables


perspectivas y aspectos en los que se presenta el mundo común y para el que no cabe
inventar medida o denominador común… Sólo donde las cosas pueden verse por
muchos en una variedad de aspectos y sin cambiar su identidad, de manera que
quienes se agrupan a su alrededor sepan que ven lo mismo en total diversidad, sólo allí
aparece auténtica y verdaderamente la realidad mundana. (…) El fin del mundo común
ha llegado cuando se ve sólo bajo un aspecto y se le permite presentarse únicamente
bajo una perspectiva.

Esta dimensión conflictiva de la esfera pública es fundamental para


entender el periodismo musical. Como señala Frith (2001) recordando su
experiencia de crítico de rock, esta es una práctica que es un imán para recibir
cartas de odio cuando se critica a un artista o un estilo, ya que “al «poseer»

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una determinada música, la convertimos en una parte de nuestra propia


identidad y la incorporamos a la percepción de nosotros mismos.
El periodismo musical, y en especial el crítico musical, tiene la obligación
de explicitar el origen de sus juicios de valor. ¿Por qué este disco merece ser
escuchado? ¿Por qué este artista está sobrevalorado? ¿A qué otras canciones,
estilos o géneros recuerda este nuevo tema? La prensa musical es el ámbito
en el que los juicios de valor se articulan de la manera más clara (Frith 2001).
La visión idealizada de la música popular se basa en una conexión
directa entre alguien que hace una canción para expresar un estado de ánimo y
otra persona que escucha la música y la hace suya para hacerla expresar su
propias emociones, aspiraciones o conflictos. Hay mucho de la herencia
romántica en esta visión, pero es sabido que la música popular (como todas las
manifestaciones culturales en nuestra época) responden a un proceso de
mediación en el que intervienen diferentes actores. Muchas canciones nacen
como puros productos enfocados al mercado (desde los clásicos el Tim Pan
Alley, las producciones de Phil Spector o la Motown o las modernas
composiciones de Rihanna o Katy Perry, como ha relatado en detalle Seabrook
(2017), y otras nacen de forma distraída y cobran forma en el proceso de
ensayos, grabación de maquetas y reproducción en directo. Pero en ambos
casos las canciones circulan a través de tecnologías, procesos sociales y
decisiones económicas que articulan la relación entre músicos y oyentes de
manera compleja y diversa en función tanto de la naturaleza de los músicos
como de las audiencias (Negus 2005).
Entre estos procesos de mediación está el periodismo. Buena parte de
las cosas que creemos saber y que forman parte de nuestro bagaje no nos han
llegado a través de la experiencia directa, sino de forma mediada. Entre la
realidad, a menudo alejada de nosotros, y el conocimiento opera una tupida red
de medios de comunicación cuya labor es precisamente realizar esa labor en
intermediación entre una realidad compleja y distante y unos públicos, una
mediación de un tipo peculiar a la que llamamos mediatización.

Por mediatización entendemos la dinámica de participación de los sujetos sociales en


el entorno virtual de los flujos mediáticos deslocalizados, donde adquieren recursos
cognitivos y simbólicos que, una vez apropiados y territorializados en procesos

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intersubjetivos —en los que son mediadores los amigos, la familia, la educación, las
redes sociales— entran a formar parte de los materiales de los que se sirven esos
sujetos para formar sus identidades y sus modelos cognitivos, éticos, estéticos,
políticos. (Peñamarín 2008: 63)

Es decir, la mediatización es un ciclo en el que interaccionan individuos,


colectivos y medios de comunicación: estos proveen imágenes, discursos y
explicaciones en torno a eventos que pueden estar sucediendo en cualquier
lugar del mundo a individuos ubicados en un tiempo y un lugar concretos. Y
estos individuos utilizan estos conocimientos para elaborar los discursos con
los que interaccionan a nivel social: las experiencias de los grupos sociales
alimentan a los propios medios a la hora de crear nuevos textos.
Es obvio que la tarea de mediatización ha cambiado al modificarse el
entorno comunicativo en el que vivimos. Antes de la explosión de internet, los
medios de comunicación tenían una clara posición de control sobre el acceso a
la realidad: decidían qué fragmentos de lo que estaba aconteciendo llegaba al
conocimiento común en función, idealmente, de sus valores noticiosos y filtrado
por unos condicionantes profesionales (la objetividad, la equidistancia). Los
medios actuaban como gatekeepers, porteros que abrían o cerraban la puerta
a los sujetos sociales, asuntos o perspectivas que competían por abrirse paso
hacia unos espacios o tiempos limitados. Conscientes de su poder, los medios
tradicionales fueron jugando con sus audiencias (Aladro 2013). En el nuevo
entorno digital esta posición de dominio se ha modificado: una amplia mayoría
de ciudadanos está en condiciones de producir sus mensajes y hacerlos
circular en la red. Aunque lo cierto es que la abundancia de contenidos
presentes en internet ha generado la necesidad de nuevos gatekeepers que
pongan orden, encuentren o jerarquicen la información, de modo que han
aparecido nuevos intermediarios y procesos de mediatización más poderosos
pero más invisibles para los usuarios (Pariser 2017).
¿Qué objetivo tiene la mediatización del periodismo musical? No existe
una gran tradición de análisis del periodismo musical, y tampoco de la prensa
cultural en su sentido más amplio. Una de las primeras monografías sobre el
tema aseguraba que el fin del periodismo cultural es “conocer y difundir los
productos culturales de una sociedad a través de los medios masivos de

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comunicación” (Tubau 1982). Es decir, se acepta, de manera poco crítica, que


el rol del periodismo musical es meramente dar a conocer las novedades
generadas por las industrias culturales. De forma más ambiciosa, Rivera (1995:
6) propone que el periodismo cultural es

aquél que refleja idealmente las problemáticas globales de una época, satisface
demandas sociales concretas e interpreta dinámicamente la creatividad potencial del
hombre y la sociedad −tal como se expresa en campos tan variados como las artes, las
ideas, las letras, las creencias, las técnicas…

Aunque este no es el lugar para hacerlo, se hace necesario cuestionar


cuáles son los objetivos del periodismo cultural como paso previo para analizar
la naturaleza y la dinámica de la esfera pública cultural. Como he señalado en
otro trabajo (Fouce y Pedro 2017), una esfera pública cultural en la que las
grandes cuestiones sobre el poder, el cambio social o la identidad están
ausentes de la discusión no puede generar un periodismo cultural que vaya
más allá de la discusión estética. Por muy virulentas que sean las polémicas en
torno a un disco o un artista, tienden a tener un reducido alcance social y
temporal. Sin embargo, la cultura necesita ser un espacio en el que las
cuestiones sociales circulan y articulan controversias para trascender los muy
reducidos límites del entorno cultural y convertirse en mecanismo de cambio
social (Álvarez 2015).

Indie, clases creativas y política


Una de las discusiones de más largo alcance generadas en el mundo
musical español reciente ha tenido en su centro la evaluación del indie. Este
género musical se consolida en los años 90 apelando a la independencia,
entendida tanto a nivel productivo (rechazo a las discográficas y los canales de
divulgación establecidos) como estética (al margen de los gustos de la
mayoría, con canciones ruidistas y cantadas en inglés y un rechazo a la
estética glamurosa de las estrellas del pop y el rock). Lo que nace como una
reacción a la consolidación de la Movida en el mainstream se ha ido
convirtiendo en una escena que alimenta una pujante red de festivales, con

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artistas capaces de llenar pabellones deportivos como Vetusta Morla, Love of


Lesbian, Izal o Iván Ferreiro (Val Ripollés y Fouce 2016).
El debate nace a raíz de la publicación del libro de Víctor Lenore Indies,
hípsters y gafapastas (2014). Lenore, que había sido un actor importante de la
escena desde el sello Acuarela, el fanzine Malsonando y, sobre todo, la revista
Rockdelux, acusaba al indie de ser “la banda sonora de la clase dominante”.
Caracterizaba al género por el individualismo y el consumismo, la incapacidad
de establecer proyectos comunes escudándose en el uso generalizado de la
ironía y el elitismo. Lo acusaba también de ser clasista, de ser un tipo de
música creado y escuchado únicamente por las clases acomodadas que
disponen de un capital cultural que, admitía, es cada vez más fácil de conseguir
en la era de internet. Esta abundancia cultural se contrapone con una realidad
de escaso capital monetario: los consumidores de indie formarían parte de
esas clases creativas que trabajan en sectores como la cultura, el diseño o los
medios de comunicación, marcados tanto por la envidiada informalidad de las
prácticas laborales como por la precariedad financiera. “Escribo para una
revista de lujo y vivo al borde la miseria, decía una redactora en un ataque de
síntesis” (Lenore 2014: 123).
Esta crítica al indie nace del choque cultural que el 15M supone para
buena parte de las clases medias españolas, tremendamente afectadas por la
crisis económica que arranca en 2008. Responde a un despertar de la
conciencia política que está en la base de la ocupación de las plazas en 2011,
la aparición de Podemos al año siguiente y, sobre todo, el éxito de las
candidaturas municipalistas en las elecciones de 2015. Tal y como hemos
analizado en otros trabajos (Val Ripollés y Fouce 2016, Fouce y Val Ripollés
2017) el género ha experimentado un giro hacia lo político: grupos como
Vetusta Morla o Niños Mutantes, y más recientemente Los Planetas, han
publicado discos cuyas letras tienen una lectura política.
Reconocer esta nueva centralidad de lo político implica asumir la falta de
contenidos de este tipo en las producciones del género anteriores a la crisis. La
aparición de una nueva generación de cantautores de forma coetánea a la
primera encarnación del indie (cuando aún era un género minoritario, ruidista y
con las canciones en inglés) fue saludada de forma irónica y despectiva (véase
Val Ripollés y Fouce 2016). El concepto de independencia manejado desde los

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inicios del género enfatizaba más el control artístico que las cuestiones
relativas al modo de producción. La idea original de música independiente tenía
que ver con crear un circuito alternativo desde el que hacer circular nuevas
formas de entender lo social, a la manera del hardcore de Fugazi o Minutemen
(Lenore, 2014: 129). Si bien es cierto que buena parte del indie español fue
hecho circular desde discográficas independientes, no existe un mensaje
alternativo (en términos sociales o políticos) vehiculado a través de sus
canciones.

RockDeLux, una longeva aventura editorial


Rockdelux nace en 1994 recogiendo el testigo de la revista Rock
Espezial. “El parto en noviembre fue traumático y el recién nacido no gustó a
algunos, pero con los años fue madurando hasta convertirse en el referente
actual como único medio musical serio de pago en papel”1 (RDL 300: 1984).
Este enunciado ignora y ningunea a su competidora Ruta 66, que surge de
forma paralela y también con su equipo fogueado en Rock Espezial.Los inicios
de la revista reflejan el esfuerzo por construir una línea editorial clara. En su
evaluación del año 1985 afirman:

La revista cumplía su primer año con una amalgama poco clara, diseño incluido (con
algunas páginas totalmente ilegibles), de contenidos entre la posmovida, el clasicismo
rock, el mainstream de grandes nombres, el metal más convencional y el intento por
reflejar algunas de las propuestas más novedosas e interesantes de aquí y de allí. […]
La línea editorial de Rockdelux estaba todavía en construcción.

La revista nace cuando la Movida está agotándose y comparte en esos


primeros años con la escena de la música popular nacional el rumbo errático
en busca de nuevas propuestas buscando “alejarse de “horterismo de la
postmovida”. Un repaso a la selección de mejores discos del final de los
ochenta muestra a las claras la atención a las nuevas bandas indie que
comenzaban a sonar en EEUU y Reino Unido (The Smiths, REM, Dinosaur Jr,
Pixies). Cuando, ya en los noventa, aparezcan grupos indie nacionales, la

1
En las siguientes páginas se harán numerosas alusiones a los contenidos del número 300 de RDL.
Puesto que el resumen de cada año año ocupa una página y estas están ordenadas de forma
cronológica, referiré directamente al año en el mismo texto en lugar de añadir la referencia que no haría
sino complicar la lectura.

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revista dará cumplida cuanta de sus logros hasta el extremo de crear una
publicación exclusivamente dedicada al género: Factory se editó entre 1994 y
2000. Este esfuerzo por dar noticia del indie nacional tras años de línea
editorial poco clara han identificado RDL con la escena. Uno de los directores,
Juan Cervera, explicaba así esta vinculación:

La escena indie de los noventa se sobrevaloró bastante. Nosotros lo hicimos, está


claro. Dedicamos un espacio a bandas que tal vez no lo merecían, que no nos
gustaban ni a nosotros. Pero también pienso que era necesario sobrevalorarla. Si no,
las bandas realmente buenas que han quedado de todo aquello, ¿hubieran seguido
tocando o lo hubieran dejado? Los Planetas, por ejemplo. A menudo tocaban mal,
apenas ensayaban… Un desastre, pero supieron pulir sus carencias y ahora son
absolutamente respetados. Creo que es una etapa que había que pasar. Bien, ya l a

hemos pasado (Entrevista a Juan Cervera, cit. en Leoz 2015: 460)

Para seguir de cerca la nueva escena, RDL apostó por reclutar a los
autores de los fanzines que estaban al tanto de la escena: las lágrimas de
Macondo, Malsonando y Kool’zine. Para Lenore, que venía firmando como
Víctor Malsonando en el fanzine:

Rockdelux se estropea cuando nos contratan a los tres de Malsonando. En el 91,


Rockdelux tenía una línea estupenda: abierta, ecléctica, con música negra, atenta a
cualquier cosa mínimamente alternativa… Se empezó a estropear cuando
desembarcamos nosotros sin saber escribir, sin cultura musical y sin más criterio que el
esnobismo. Porque la falta de cultura y la arrogancia van de la mano. Es un cóctel
clásico (Lenore en Cruz 2015: 808).

En el actual momento de revalorización de las aportaciones y excesos


del indie, este apoyo de RDL es fuertemente criticado. Uno de sus
colaboradores habituales en la época, Blas Fernández, afirmaba: “En la música
española, desde los años 60, no ha habido escena tan sobrevalorada por la
crítica como el indie. ¿Qué culpa tienen Rockdelux y Radio 3? Mucha”
(Fernández en Cruz 2015: 809). Mikel López Iturriaga, que dirigía la sección
musical de El País de las Tentaciones, otra publicación que apostó en su
momento por el indie, señala que

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Cierta revista tuvo un influjo nefasto sobre este movimiento, sobre todo en sus inicios.
Una patulea de criticastros onanistas se dedicaron a sentar cátedra sobre lo que valía y
lo que no, y lo peor es que los grupos y sus seguidores se lo creyeron. Qué dirán sus
colegas, qué dirán sus fans más cerriles, qué dirá el Rockdelux… (López Iturriaga en
Gil 1998: 36).

A pesar de todas estas declaraciones de allegados y competidores, la


dirección de RDL rechaza ser identificada como una revista de la escena:

Cuando alguien hace esa acusación lo único que demuestra es, o bien que no conoce
Rockdelux, o bien que no la entiende, así de claro. Sí es posible que buena parte de
nuestro público se identifique a sí mismo como indie, sobre todo aquel que creció con
la revista en los años noventa, cuando prestamos mucha atención a la escena
independiente, porque en ella sucedían algunas de las cosas más interesantes de la
época. Pero revista indie... Es totalmente ridículo ¡Yo detesto el indie! Es una etiqueta
que odio, por reduccionista, tópica, infantil... (Carrillo, cit. en Leoz 2015: 14).

Asier Leoz, en su tesis doctoral sobre la revista, demuestra que esa


apuesta por el indie existió, pero es capaz de ir más allá de críticas y
descalificaciones para dar una explicación:

Rockdelux ha articulado un discurso acerca de la escena indie española de los


noventa, y que ese discurso está motivado por la búsqueda de nuevos valores
musicales que la revista lleva a cabo al principio de esa década que den un relevo a
una etapa que se considera en la revista creativamente agotada, además de viciada
por la servidumbre del periodismo musical a la industria (Leoz 2015: 462)

Todo este debate no tendría sentido fuera de una controversia más


general en torno a los valores del indie y a su influencia en el contexto musical
español en los lustros previos a la crisis. Se critica el apoyo de RDL a la escena
porque esta se valora como algo pernicioso: elitista, anglófila, clasista,
escapista, individualista y consumista. Demasiadas críticas para demostrarlas
en un solo artículo; centraremos en análisis en la cuestión del escapismo y la
incapacidad conectar con lo político. Un rasgo que, lejos de ser patrimonio del
indie, fue una característica general de la cultura española entre los años de la
Transición y el estallido del 15M (Martínez 2012, Val Ripollés 2017).

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“El indie partió de una clase media con nula conciencia colectiva” explica
Nacho Vegas, protagonista de la escena. “Aunque algunas bandas contaban
entre sus miembros con gente comprometida políticamente de manera
bastante activa, ello nunca se reflejaba en las letras… Cuando se me ocurrió
mencionar el tema [la lucha por la oficialidad del asturiano que conectaba con
las reivindicaciones de la izquierda] mis compañeros me interrumpieron al grito
de “Panfleto”, “Panfleto” (en Lenore 2014: 15-16). Para sus críticos, el indie
supone “una derrota política, una rendición ante las dinámicas de consumo que
hacen la vida más insípida, individualista y aburrida” (Lenore 2014: 31). El
ansia de distinción, la necesidad de sentirse espacial a través del consumo
cultural especializado y a la última, implicaría necesariamente la incapacidad
para actuar en común con otros diferentes, de reaccionar ante las injusticias y
el desprecio hacia las masas. “Cuando consideras que acercarte a una
manifestación contra la guerra es signo de aborregamiento quizá el problema
es que tu necesidad de sentirte especial es más fuerte que tu antimilitarismo”
(Lenore 2014: 86).
RDL hizo balance de sus contenidos en su número 300, publicado en
noviembre de 2014. En este número, más extenso de lo normal, dedicaba una
página a analizar cada uno de los años de andadura de la revista. ¿Cómo se
entrecruza la experiencia musical con su contexto histórico cuando RDL
propone una revisión de sus 30 años de historia? ¿Pretende conectar los
problemas globales y las demandas sociales con las obras musicales, como
proponía Rivera como objetivo del periodismo cultural, o simplemente da
cuenta de las novedades y de la sucesión de estilos y tendencias? Un análisis
de la revisión histórica de RDL, de la mano de sus propios redactores y
directores, nos permitirá, por un lado, comprobar si esas conexiones con la
criticada ideología indie están presentes y, por otro, ver de qué manera
entiende RDL su rol como publicación cultural.

RDL 300: tres décadas de música popular en perspectiva


La historia se vive hacia delante pero sólo cobra sentido al contarla hacia
atrás. Damos sentido a los hechos que han pasado al narrarlos, al generar
relaciones causales y correlaciones. Y contamos nuestro pasado desde el
presente, desde el individuo que somos en la actualidad, con intereses, puntos

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de vista y prioridades diferentes a los que teníamos cuando sucedieron


aquellos hechos y con la desmemoria selectiva activada. Conocemos además
qué hechos sucedieron a los que estamos narrando, lo que nos permite dar un
sesgo a nuestro relato para conectar o hacer desparecer las relaciones entre
hechos anteriores y posteriores.
Atender a la historia de RDL contada año a año nos permite
precisamente reconstruir el relato que la revista hace de sus 30 años de vida:
permite a la revista justificar sus cambios y mudanzas, dar sentido a la
cobertura de ciertos temas en su contexto, conectar estilos, obras y artistas con
su contexto temporal. La propuesta de análisis es sencilla, a partir de esta
premisa de que las narraciones dan sentido a la historia de una manera
interesada desde el presente del enunciador. ¿Qué ha pasado en el mundo en
estos 30 años que merezca la pena reseñar para RDL? ¿Qué ha sucedido en
España? Y, cerrando un poco más el foco, ¿qué ha pasado en el mundo de la
música? Es decir, qué eventos, personajes o situaciones contribuyen a dar
sentido a la música que ha sonado en estas tres décadas en las páginas de
RDL.
La mayor parte del resumen de cada año está dedicada a
personalidades musicales, estilos emergentes y discos señalados. Cada año se
hace balance de quiénes ocuparon las portadas, de los discos del mes, de
grupos debutantes y de fallecidos ilustres, así como se recuerdan los discos del
año según la revista. Hay, como es esperable, atención detallada a los
momentos de cambio de la revista y a sus proyectos paralelos, desde el
concurso de maquetas a la publicación de Factory.
En el repaso a la historia de RDL no hay mención alguna a hechos
históricos de naturaleza no musical hasta 2001. “El cine y la literatura nos
hicieron creer que vivíamos en estaciones orbitales y viajaríamos a Júpiter,
pero los atentados del 11 de septiembre a la Torres gemelas y al Pentágono
nos hicieron dar de bruces contra el suelo”, proclamaba la entradilla. No hay
mención alguna a Reagan o Thatcher, a la Perestroika y la caída del muro de
Berlín, al nacimiento del euro, al Nuevo Laborismo de Tony Blair. 2003 es “el
año de la invasión de Irak” (con más detalles a nivel nacional) y hay que
esperar una década más para encontrar otra referencia histórica: al final de la
página dedicada a 2011, un pequeño párrafo se abre con “la revista se hizo eco

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de otros prismas de la realidad: hubo espacio para debatir sobre Wikileaks y el


15M”, para a continuación enumerar diversos escritores y dibujantes que
produjeron novedades ese año.
La conexión de la música con la realidad española tampoco es reseñada
de forma extensa: en 2003 se dedica todo un párrafo, en posición central, a
reseñar que “el No a la guerra tomó las calles y se hizo bien presente en la gala
de entrega de los Goya”, para continuar señalando la implicación de ciertos
músicos del entono angloparlante (Dixie Chicks, Massive Attack o Springsteen)
en las protestas. En este contexto sorprende que se dedique un extenso
párrafo final de 2004 a recordar que “en el número de marzo Rockdelux se
posicionó políticamente contra el Partido Popular, ante las inminentes
elecciones, tras ocho años de prepotencia e intolerancia en el gobierno”. El
texto recuerda a las víctimas del 11M y el intento de manipulación informativa
por parte del gobierno de Aznar. La sorpresa no viene sólo por la inclusión del
asunto en la memoria de la revista, sino por el mismo hecho de que se llegase
a producir en su momento.
En 2009 hay otra breve mención a la realidad española al traer a la
memoria que “aquel 2009 el gobierno Zapatero aprobó el anteproyecto de la
Ley Sinde, estéril y muy polémico intento por combatir la piratería con el cierre
de webs. La pelotera se arrastraría años y los resultados siguen siendo nulos”.
Y en 2014, año final de la recopilación, RDL hace una referencia a la situación
catalana: “Cataluña quiere votar (pero no puede). El nacionalismo es la forma
más perniciosa de política, pero la falta de diálogo es su triunfo definitivo”,
anuncia antes de anticipar un conflicto “sin solución a corto plazo”. Llama la
atención que no aparezcan menciones a algunos momentos de importancia,
como la entrada de España en la CEE en 1986, las Olimpiadas y la Expo de
1992 o, más recientemente, la crisis financiera o el 15M (igualado en
importancia a Wikileaks en una línea ya citada más arriba).
Se puede argumentar que la revista meramente se hace eco de
cuestiones musicales y que no hay espacio para hacer una cronología de
eventos históricos. Pero ¿cómo entender las canciones de los Smiths fuera del
contexto del thatcherismo? ¿Cómo dar sentido al discurso del brit-pop sin
mencionar los aires de cambio generados por la llegada al poder del Nuevo
Laborismo de Blair? Hay menciones al brit pop en cada año entre 1994 y 1997,

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y en 1998 el texto se abre con una referencia a Pulp para reconocer que ese
año “las portadas de RDL tuvieron regusto a teína… Manu Chao y Beastie
Boys fueron los únicos en alterar el monocromatismo británico en las
cubiertas”. Llama la atención la desconexión entre la producción musical y su
contexto político en una revista tan declaradamente anglófila como RDL.
La revisión del contexto productivo de la música (tecnologías,
discográficas, salas, festivales) es más extensa: arranca con el cierre del
templo de la Movida Rock Ola en 1985 y se cierra con la referencia a la
irrupción del streaming como formato de consumo preferente de la música.
Sobre las discográficas, se menciona el auge de la independientes en 1985, el
conflicto entre RCA y los grupos indies en 1996 y se recuerdan los informes
sobre las discográficas indies que celebraban sus primeras décadas o lustros
en 1999.
La escena del directo se narra con más detalles: en 1984 se menciona
que “por aquel entonces no se prodigaban las visitas de artistas
internacionales” antes de dar la lista de visitantes extranjeros. Al año siguiente
se hacen eco del cierre de la sala Rock Ola. En 1994 se menciona la apertura
de la sala Nitsa Club y el Sónar y el “auge de los minifestivales” que, en 1996,
se hacen grandes: “La idea del festival de gran formato empieza a arraigar”,
mencionando el Espárrago Rock, Bam, WOMAD, Pirineos Sur, FIB, Festimad y
Doctor Music, con un apunte a la “burbuja festivalera 1.0”. Esa escena de
festivales ya es central en 2008: se reseña la publicación ese año de un
reportaje en dos partes en el que los directores de los festivales evalúan la
escena. Varios señalan “la entrada de dinero público como un grave problema”;
esta reflexión sobre un problema estructural contrasta con la atención prestada
a “las críticas hacia las políticas agresivas de Sinnamon, organizadores del
Summercase” a los que se acusa de “prácticas neoliberales conservadoras”. Es
llamativo que un asunto de alcance local sea el que haga aparecer conceptos
políticos tan rotundos en un contexto marcado por la concentración de la
producción musical en manos de unas pocas empresas, que no se vuelve a
mencionar. Del mismo modo, la centralidad del dinero público en la escena de
la música en directo en España no será mencionada ni antes (cuando los
bisoños ayuntamientos democráticos lanzaron los cachés ofreciendo conciertos
gratis de los artistas punteros) ni después (cuando, después de 2008, la crisis

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afectó fuertemente a los gobiernos locales y las programaciones musicales se


vieron perjudicadas).
La tecnología que ha revolucionado la música en estas tres décadas
tampoco tiene un lugar central en la historia musical de RDL. No se menciona
la sustitución del vinilo por el CD en los 80, pero si la aparición de una nueva
tecnología y sus consecuencias: en 1999 “el mp3 y la crisis de la industria
discográfica estaban al caer”. En 2006 se hacen eco de que “la era digital se
iba acelerando por momentos y MySpace triunfaba como medio de difusión
musical y de nueva bandas” señalando el caso de los británicos Artic Monkeys
que “se estrenaban a lo grande con el disco de debut más vendido, gracias a la
red social y el intercambio de mp3”. No será hasta 2013 en que las menciones
a la tecnología aparezcan de nuevo: ese año el texto se abre con “Hola
streaming, adiós CD”, para luego recordar la publicación de sendos informes
sobre el futuro de la industria discográfica y Spotify. En esta acelerada revisión
del cambio tecnológico no hay menciones a Napster, la Digital MIlenium
Copyright Act y las batallas legales entre discográficas y consumidores,
Creative Commons, Itunes o YouTube.
Más allá de las referencias a la crisis de la industria musical que
aparecen en la segunda mitad del periodo de la cronología, se mencionan en
1987 las “ocurrencias recaudatorias” de la SGAE de Teddy Bautista “décadas
antes del infame canon digital” (nunca mencionado después, como tampoco los
escándalos en SGAE que llevaron a la detención del propio Bautista) y en 2012
la entradilla enfatiza “la nefasta subida del IVA, letal para la cultura en general
y la música en particular, y puntilla para una industria agonizante, abatida por el
todo gratis”.
Más allá de la política, ¿hay espacio para recoger los problemas sociales
y las luchas de los grupos minoritarios? ¿Se explicitan representaciones de
raza o clase? ¿Se hace mención a las identidades de las mujeres o los gays
como grupo social diferente? Al fin y al cabo, las políticas de la identidad han
impulsado buena parte de las luchas en las últimas décadas. En 1986, se
recuerda que desde la portada el grupo de rock Ilegales proclamaba que “todas
las mujeres son unas putas” y se recogían algunas declaraciones que es
probable que la revista no se atreviera a publicar hoy. La presencia de nombres
femeninos es constante en la revista, aunque las relaciones de poder

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relacionadas con el género apenas se problematizan: en 2005 Víctor Lenore


discutía con MIA sobre “el cariz abiertamente misógino de algunas de las
canciones” de reggaetón que la artista defendía. En 2013 RDL publicaba una
“detallada respuesta” a un extenso y provocativo reportaje que publicó la
revista Diagonal sobre machismo en el indie. Los gays, cuya visibilidad arranca
en la Movida, sólo son mencionados a raíz de una visita ampliamente reseñada
de Rufus Wainwright que escenificó “la crucifixión del Mesias Gay” en 2005.
No hay apenas menciones a los conflictos de la identidad negra a pesar
de que desde 1986 se menciona reiteradamente el hip hop, que es descrito en
un informe del año siguiente como “nuevo pop para teenagers negros”. Se
recuerda el informe sobre Public Enemy en 1988, titulado Black panters in rap y
que incluía la traducción de algunas canciones. Se mencionan también que “en
la guerra entre raperos de Estados Unidos tocó a Notorious Big morir de un
balazo” en 1997. En otros años se hace mención a la música africana al calor
del estallido de la world music, con especial atención a Cuba el año de
Buenavista Social Club y a Mali, que en 2013 es objeto de un reportaje que
“ponía el dedo sobre la creatividad en un país sometido a una intolerable
represión”.
Las drogas, que tan asociadas suelen estar a las diferentes subculturas
musicales, reciben una única mención irónica para contraponer el éxito del
tema de The Verve “Drugs don’t work” y la eclosión de diferentes géneros
ligados a la electrónica. Considerando que estas décadas son las de la
epidemia de la heroína (y el SIDA), de los yuppies y la cocaína, del éxtasis
ligado a las raves y a la no mencionada ruta del bakalao, esta ausencia es
llamativa. No hay mención alguna a relaciones de clase social, más allá de una
referencia marginal a la universidad “Si en 1995 ibas a la universidad, una de
las preguntas que quizás te hicieron fue ¿y tú de quién eres? ¿De Oasis o de
Blur?”

Conclusiones. Política para una juventud desmovilizada


Asier Leoz (2015: 471), en su estudio sobre la revista, considera que
esta es un “prescriptor reticente”: que “ejerce una autoridad pero no lo
expresa”. Su autoridad deriva de dos conceptos: “el criterio”, que remite tanto a
la selección temática como en la forma de aproximarse a los temas y en su

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estilo de escritura, y la “relevancia histórica; el hecho de que los juicios y


vaticinios que se hacen desde la revista soporten el paso del tiempo y se
cumplan” (Leoz 2015: 470). Eso permite calificar a RDL como prensa musical
formativa, citando el estudio pionero de Luis Gutiérrez Espada (1976).
Jordi Biancotto (cit en Leoz 2015: 472), colaborador de la revista,
valoraba RDL en su blog como “la ventana hacia una noción adulta del rock,
reflexiva, sin el embelesamiento hacia el star system que profesaban otras
publicaciones, y con una imagen de independencia respecto a la industria.
Tratando al rock como un objeto cultural, no como un fenómeno juvenil”. Se
asume el concepto de cultura de manera no problemática, como el conjunto de
las producciones culturales a las que se atribuye un valor estético, creativo e
innovador. La idea de alternativa, de novedad, de progreso y de vanguardia, la
necesidad del cambio constante hacia un futuro, recorre el balance de estas
tres décadas.
Es una idea de la cultura ligada al modelo romántico del genio creativo y
bastante alejada de formulaciones que ligan lo cultural a la vida cotidiana, como
las de Hall (1989) o Williams (1982), o a su contexto de producción y consumo
en la sociedad capitalista. La afirmación de Biancotto (cit. en Leoz 2015: 473)
de que sin RDL España sería “un país con una cultura de música popular más
desordenada, deficiente y frívola” parece asumir que la aproximación de RDL a
la música es la opuesta, pero, de nuevo, asume los conceptos de manera no
problemática, como si lo opuesto a la frivolidad sea el criterio estético o la
valoración histórica y no su conexión con las experiencias cotidianas, los
problemas sociales y los cambios globales. Como veíamos más arriba, un
periodismo cultural de calidad sería, precisamente, el que es capaz de conectar
los textos culturales con los problemas y debates de su tiempo: en este sentido,
el resumen que RDL ofrece de su trayectoria no muestra su línea editorial
inserta en esas coordenadas.
El análisis del balance de las tres décadas de RDL hecho por la propia
revista deja clara una visión de la autonomía del arte que ha caracterizado la
cultura española desde los años de la Transición. La mayoría de los estilos
musicales que se han sucedido en estas tres décadas han dejado de lado las
temáticas políticas y sociales: las que no lo han hecho, desde el rock urbano al
rock radikal vasco, han sido marginadas por los medios (Val Ripollés 2017).

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Resulta por tanto difícil compartir la visión de Santi Carrillo, uno de los
directores de la revista, cuando afirma que “nuestra editorial busca la
independencia para sintonizar con individuos con gusto y criterio; es una idea
personalizada, selectiva, no clasista y finalmente, política” (Carrillo, cit. en Leoz
2015: 470). El énfasis en la personalización del gusto, frente a su sentido
social, impide lo que Arendt llama “aparición” en el espacio público. El gusto
queda reducido a una mera elección personal. La música, según el discurso de
RDL, no puede entrar a formar parte de las discusiones en la esfera pública
puesto que queda reducida al disfrute individual, ajeno a las circunstancias
históricas.
RDL asume la misión de poner orden en la amplia oferta de discos y
conciertos que las industrias culturales ponen en circulación. Lo hace con
criterio propio, pero asumiendo un rol conservador, un rol en el que la misión de
la prensa cultural es ordenar y poner en valor los productos culturales. Si bien
ocasionalmente se detiene a evaluar asuntos de política internacional o
nacional o el contexto económico y tecnológico en el que se producen los
discos, no considera que su misión sea interpretativa. No se trata de usar la
música para dar sentido al momento histórico o a las identidades, ni de hacer
que estas expliquen una determinada producción musical. El suyo es un
mensaje esteticista en el que la música transmite sensaciones y sobre todo
recrea el universo interior de sus creadores, más allá de hacerse eco de las
condiciones históricas en las que se produce este mensaje. La mediatización
que propone RDL pretende ser meramente estética, ignorando las fuertes
connotaciones políticas, en tanto relaciones de poder, de los procesos de
canonización y exclusión (Wilson 2014)
En tanto la revista apostó fuertemente por el indie en la década de su
consolidación y expansión, los valores del género y los de la revista están
ligados y ambos responden, sin pretenderlo, a las condiciones históricas de su
momento: un momento en el que lo político no tuvo apenas presencia en la
vida cotidiana de las clases medias, un momento de desmovilización y de falta
de crítica social que sólo se ha revertido cuando las largas fauces de la crisis
han atrapado a las clases medias. Un momento en el que la música, como el
campo de la cultura en general, se replegó sobre si misma, produciendo una
esfera pública mutilada. Más allá de las valoraciones estéticas, la aparición de

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temas políticos en géneros musicales tradicionalmente ajenos a la crítica social


ha generado una esfera pública de mejor calidad, una mediatización más
dinámica y una democracia de mejor calidad y con una banda sonora capaz de
establecer diálogo con su contexto.

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ISSN: 2014-4660

Rolling Stone edição brasileira (1972) – cena carioca e


jornalismo musical

CLEBER SBERNI JUNIOR

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palvras-chave: Música – história e jornalismo musical, bandas de rock.

Keywords: Music – history and music journalism, rock bands.

Cita recomendada:
Sberni Junior, Cleber. 2017. “Rolling Stone edição brasileira (1972) – cena
carioca e jornalismo musical”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10. <URL>
(Fecha de consulta dd/mm/aa)

Esta obra está sujeta a la licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0


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ROLLING STONE EDIÇÃO BRASILEIRA (1972) – CENA CARIOCA E


JORNALISMO MUSICAL

Cleber Sberni Junior

Resumo

O artigo tem por intuito descrever e analisar a revista Rolling Stone editada no
Brasil entre dezembro de 1971 e janeiro de 1973, originalmente uma
republicação traduzida do periódico em circulação nos Estados Unidos desde
1967. Especificamente, o artigo pretende analisar a forma como a revista
integrou a cena do rock carioca, ao promover e registrar a atividade musical,
colaborando para a difusão do rock. Sediada no Rio de Janeiro, a publicação
dava visibilidade a uma movimentação de grupos de rock iniciantes e artistas
que compartilhavam da valorização da contracultura e do diálogo com o rock e
a MPB. Fica evidente que a revista fazia parte da cena musical que ela mesma
ajudava a fomentar, evocando momentos, valorizando experiências e eventos
musicais, reclamando espaço para o rock e atuando na construção de
legitimidade para o estilo. Rolling Stone contava com textos originais e serviu
de suporte para a atuação de jovens jornalistas, sendo importante nas
trajetórias desses profissionais. O corpo editorial foi encabeçado por Luiz
Carlos Maciel e Ezequiel Neves e contou com a colaboração de jornalistas,
artistas e artífices da cena cultural e musical brasileira. Entre as bandas que
eram atuantes no Rio de Janeiro e que tiveram destaque pela publicação
estão: O Terço; A Bolha; Módulo 1000; O Faia; Paulo, Cláudio e Maurício; Sá,
Rodrix & Guarabyra; entre outros. O início dos anos 1970 registrou marcante
movimentação jovem transnacional influenciada pela contracultura, cujo ideário
circulava via música, livros e publicações. Podemos identificar neste momento
histórico, o desenvolvimento do mercado de bens simbólicos no Brasil,
impulsionando tanto a indústria fonográfica, como o mercado de jornais e
revistas. É, neste contexto, que Rolling Stone esteve nas bancas, destinada ao
público jovem e com perfil de revista especializada, tratando de informações e
notícias da movimentação em torno do rock e contracultura.

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Palvras-chave: Música – história e jornalismo musical, bandas de rock.

Abstract

Rolling Stone Brazilian Issues (1972) – Rio’s music scene and music
journalism

The aim of this paper is to describe and analyze the Rolling Stone issues
published in Brazil between December 1971 and January 1973, based on the
original U.S. magazine in circulation since 1967. More specifically, the goal is to
assess how the magazine looked at Rio’s rock scene while promoting and
keeping record of the musical activity at the time, thereby helping to
disseminate rock. With its headquarters located in Rio de Janeiro, the
publication gave visibility to incipient rock bands and artists that placed a high
value on the counterculture and the dialog with rock and MPB (Brazilian Popular
Music). Notably, the magazine was part of the music scene it fostered, evoking
moments, valuing experiences and music events, making room for rock, and
helping establish the authenticity of the genre. Rolling Stone published original
texts and provided a support base for young journalists, playing an important
role in their careers. The editorial staff was headed by Luiz Carlos Maciel and
Ezequiel Neves, but journalists, artists, and artisans from the Brazilian cultural
and musical scenes also lent a hand. Some bands that performed in Rio and
were thrust into the limelight by the magazine included O Terço, A Bolha,
Módulo 1000, O Faia, Paulo, Cláudio & Maurício, Sá, Rodrix & Guarabyra,
among others. The early 1970s witnessed an impressive transnational youth
movement influenced by the counterculture, whose ideology was reflected in
music, books, and publications. It was then that the market for symbolic goods
arose in Brazil, spurred both by the recording industry and by the market for
newspapers and magazines. This was the context in which Rolling Stone was
inserted when it hit the newsstands in Brazil. It was a specialized magazine for
the younger public that provided information and news about rock and
counterculture.

Keywords: Music – history and music journalism, rock bands.

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Introdução: A Rolling Stone edição brasileira


O historiador Marcos Napolitano afirma que, no início da década de
1970, com a crise dos festivais da canção promovidos pelas redes de televisão
e o cerceamento da criação musical pela censura, que se intensificada neste
momento, “a música jovem, o pop e o rock” tornaram-se importantes
tendências do mercado musical brasileiro. Segundo o autor, a partir do
“Tropicalismo, diga-se, o pop e o rock passaram a fazer parte, inclusive, dos
vários idiomas musicais que caracterizavam a música brasileira” (2014: 179).
Neste momento, na hierarquia cultural da sociedade brasileira, a MPB (Música
Popular Brasileira)1 chega dotada de alto grau de reconhecimento junto às
parcelas de elite da audiência musical, mesmo que segmentos do meio
intelectual não compartilhassem “desta valorização cultural excessiva”. A MPB
neste momento consolidava a sua “vocação de ‘popularidade’”, articulando
aspectos da “cultura política nacional-popular com a nova cultura de consumo
vigente após a era do ‘milagre econômico’, entre os anos de 1968 e 1973”
(Napolitano 2002: 2).
Podemos identificar neste momento histórico, um amplo
desenvolvimento do mercado de bens simbólicos no Brasil, impulsionando
tanto a indústria fonográfica, como o mercado de jornais e revistas. É, neste
contexto, que Rolling Stone esteve nas bancas, destinada ao público jovem
tratando de informações e notícias da movimentação em torno do rock e
contracultura, mantendo espaço para os artistas identificados com a MPB, bem
como para o cenário em que se desenvolvia o rock na cidade do Rio de
Janeiro.
A Rolling Stone editada no Brasil entre dezembro de 1971 e janeiro de
1973, surgiu originalmente como uma republicação traduzida do periódico em
circulação nos Estados Unidos desde 1967 e que até hoje está em atividade,
presente em edições traduzidas em diversos países. Os estilos musicais
predominantes em suas páginas eram o rock de língua inglesa (produzido nos
1O conceito de MPB, para Marcos Napolitano, é impensável sem a ideia de uma cultura política
marcada pelo nacional-popular de esquerda. “A busca de uma expressão que fosse, ao mesmo
tempo, nacional e cosmopolita, popular e sofisticada marcou a gênese da MPB ‘moderna’, em
meados dos anos 1960, tornando-a o centro da reorganização da própria tradição musical
brasileira. [...]. Esses dilemas foram vividos sob o signo de escolhas que pareciam
autoexcludentes, e estiveram presentes como um todo: tradição e ruptura, engajamento e
vanguarda, nacionalismo e cosmopolitismo, populismo e revolução, folclore e erudição, cultura
popular e indústria cultural” (2006: 126-127).

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Estados Unidos e Inglaterra), o rock produzido no Brasil e a MPB de influência


tropicalista.
Os parâmetros que norteiam as linhas editorias e referências culturais e
musicais de Rolling Stone estão ligadas ao universo da contracultura que, no
Brasil, mistura-se ao clima tenso dos anos de recrudescimento da ditadura
militar no início da década. A edição brasileira possui um vínculo forte com uma
cultura estrangeira, sinalizando para uma cultura jovem mundializada, mas por
outro lado, é possível também afirmar que as edições de Rolling Stone
apresentam um extenso mapa da cena musical identificada com o rock e a
contracultura no Rio de Janeiro do início da década de 1970.
Sediada no Rio de Janeiro, a publicação era distribuída para todo o
Brasil, vendida em bancas de jornal das principais cidades do país 2. Impressa
em papel-jornal a revista tinha suas páginas ilustradas por farto material gráfico
e fotográfico, e em seu momento inicial, a revista chegava às bancas
quinzenalmente com uma tiragem que totalizava 25.000 exemplares, depois da
edição número 14, em meados de 1972, a publicação passa a ser um periódico
semanal, com a tiragem diminuída para 10.000. Ao todo, foram veiculadas 37
edições3, que traziam artigos originais que abordavam temas locais, e textos
traduzidos da Rolling Stone norte-americana que tratavam de grupos e artistas
do rock internacional, e bem como da movimentação jovem ao redor do mundo.
Em Rolling Stone a produção musical é abordada em seus diversos
aspectos e a publicação repercute a música em seus processos de criação,
produção e circulação, mesmo não desenvolvendo e sistematizando uma
crítica musical centrada em elementos técnico-musicais. Como título
especializado, o papel desempenhado por Rolling Stone vai além da
publicação de textos e notícias sobre o rock, MPB e contracultura. Sua atuação

2 A revista chegava até as bancas pela empresa Fernando Chinaglia Distribuidor, portanto com
a utilização de aparatos formais de distribuição; além de possuir vendedores informais que
circulavam por pontos do Rio de Janeiro para vendê-la.
3 Com 37 edições, o número zero saiu em dezembro de 1971, como exemplar promocional, em

busca de possíveis anunciantes. A ele, seguiram mais 36 edições regulares e comercializadas


em bancas de jornal. Atualmente o conteúdo integral dos exemplares de Rolling Stone podem
ser consultados na internet pelo Projeto Pedra Rolante – Hemeroteca Digital Rolling Stone
Brasil, que pode ser acessada pelo endereço eletrônico: https://www.pedrarolante.com.br/ .

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aponta para a promoção das atividades da cena musical carioca e de seu


circuito musical.
Como afirmamos a pouco, Rolling Stone contava com textos originais e
serviu de suporte para a atuação de jovens jornalistas, sendo fundamental nas
respectivas trajetórias desses profissionais. O corpo editorial é formado por
Luiz Carlos Maciel como editor e Ezequiel Neves é o redator. Joel Macedo, que
atua durante boa parte da existência da publicação como correspondente no
exterior, a partir de dezembro de 1972 será o responsável pelo departamento
de jornalismo. A então estudante de jornalismo Ana Maria Bahiana é a
assistente do editor, e Lapi tem as funções de diretor de arte e ilustrador, as
fotografias ficaram a cargo de Geraldo Melo. O jornalista Okky de Souza,
recém-chegado de uma temporada na Inglaterra, fazia a tradução dos textos de
autores estrangeiros publicados em Rolling Stone. Jefferson “Dropé” Tomassi
faz o papel de repórter volante, além de ajudar na distribuição da revista e
venda nas ruas, bem como na realização de serviços operacionais. Quanto à
direção editorial, teremos, para toda a sua curta existência a manutenção da
dupla editor e redator.
A este processo de formação do grupo inicial, podemos acrescentar
ainda outra lista extensa, volátil e oscilante de colaboradores, que contava com
Tárik de Souza, José Emílio Rondeau, Jamari França, Maurício Kubrusly,
Álvaro Cardoso Gomes, Walda Menezes, Monica Hirst, Carlos Gouveia,
Therezinha Russo, Cláudio Lysas, Fernando Lemos, Carlos Ferreira, Paulo
Machado, Ronaldo Tapajós, Carlos Alberto Sion, Théo P. Drummond, Affonso
Seabra, Ibanez Filho, Peninha Schmidt, Ademir Lemos e Marinaldo Guimarães;
como também artistas e escritores como Capinam, Paulo Coelho, José Simão,
Odete Lara, Chacal, Hélio Oiticica e Antônio Bivar; e, ainda, músicos como
Gabriel O’Meara, Jorge Mautner, Luiz Carlos Sá e Zé Rodrix. Esta longa lista
indica uma aproximação da revista com os artífices da cena cultural e musical
brasileira do princípio da década de 1970.
Uma análise da publicação nos permite apreender que a atuação
coletiva do grupo de jovens jornalistas envolvidos com a publicação, revelava
ações e ideias em torno de um objetivo comum, qual seja, a valorização do
rock produzido por aqui e a sua divulgação. Assim Rolling Stone servira de
suporte para a atuação desses jovens jornalistas, e a publicação serviu – além

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de seus objetivos de informar e promover – de experiência e laboratório de


projetos, e foi fundamental nas respectivas trajetórias desses profissionais,
forjando assim uma rede de jornalistas com história e ideias compartilhadas.
Observamos que a experiência de Rolling Stone foi importante tanto para os
projetos coletivos do grupo – vide o Jornal de Música4, sucessor de Rolling
Stone – quanto para as trajetórias individuais desses jornalistas junto à
imprensa periódica de grande alcance.
Ao acompanharmos a atuação dos jornalistas e artífices do circuito
cultural presentes nas páginas da publicação, podemos perceber e observar
elementos da própria especificidade da cena musical atrelada ao rock no Rio
de Janeiro no início da década de 1970. Assim, as atuações do periódico e dos
jornalistas revelam afinidades, e até um comprometimento para com artistas
identificados com a cena rock.
Segundo Jeder Janotti Junior, a ideia de cena musical 5 pode ser
entendida como uma série de práticas musicais que se desenvolvem em um
tempo e espaço urbano específicos, articulando-se como processos sociais
que envolvem produção, consumo e circulação de músicas. Essa produção
musical, identificada como cena, está atrelada ao jornalismo e à crítica musical
(2012: 7).
A relação estabelecida entre a cena e o jornalismo musical revela
elementos que se articulam, e tanto o periódico quanto os jornalistas que nele
atuam, são fundamentais na produção de formas de divulgação e na
constituição de uma rede de informações, atuando decisivamente na
constituição da referida cena musical. Assim periódicos e jornalistas vão
construir apreciações musicais e contribuirão para a constituição dos
referenciais que servirão de parâmetros para a diferenciação e identificação dos
membros da própria cena.

4 Com perfil independente e constituído a partir de uma gestão coletiva a publicação chega às
bancas em novembro de 1974, encartado na revista mensal colecionável Rock a História e a
Glória, ambos criados por Tárik de Souza, Ezequiel Neves e Ana Maria Bahiana. A publicação
possuía, assim, uma dupla personalidade, e durou três anos. Com características de título
especializado em música, possuía longos textos e entrevistas. No Jornal de Música, a cena
nacional tinha um peso grande, com matérias, resenhas de discos e entrevistas, trazendo
ainda perfis de artistas emergentes, lançamentos independentes, shows e cartas dos leitores.
5 Os pesquisadores brasileiros Jeder Janotti Junior e Felipe Trotta utilizam-se dos referencias

do canadense Will Straw e a ideia de cenas musicais nos estudos sobre música e
comunicação.

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Felipe Trotta aponta que podemos utilizar a ideia de cena musical como
uma “porta de entrada para um determinado conjunto de questões que
gravitam em torno da musica”, que não está restrita a sonoridade, mas
incluindo toda a ambientação e os elementos que a cercam (2013: 59). Assim,
a ideia de cena “opera, então, como agente da conformação de um espaço
relativamente fechado de repertórios compartilhados e de circuitos de gostos
que se tornam distintivos”. (2013: 63).
Dessa maneira, os textos publicados em Rolling Stone sinalizam os
rumos da cena musical em torno do rock no Rio de Janeiro no início dos anos
1970, mais especificamente os eventos ocorridos no ano de 1972, já que a
publicação encerra as suas atividades em janeiro de 1973. Além disso, a revista
acompanhou e divulgou a influência do rock sobre a produção musical brasileira,
abarcando em seus textos esse processo, flagrando assim, a incorporação de
referências mundializadas e cosmopolitas ao panorama musical brasileiro.

Rock no Rio de Janeiro: um cenário musical no início da década de 1970


Uma caracterização do panorama musical do Rio de Janeiro no início da
década de 1970 identificado com o rock, pode ser aberta pelas considerações
do produtor Carlos Alberto Sion na matéria “Rock à brasileira”6 publicada em
Rolling Stone. Colaborador da revista, Sion é um ativo produtor e agitador
cultural, e acaba por se tornar uma das figuras-chave no processo de
divulgação e profissionalização do rock7, e comenta na revista movimentação
em torno desse estilo musical:

No princípio de 71 o panorama da música pop no Rio se caracterizava por uma série


de grupos isolados, todos com uma consciência já formada de que necessitavam partir
para seus próprios trabalhos porque já era tempo de mostrarem que não eram
simplesmente grupos de yê-yê-yê como a caretada costumava chamar. Eram raros os
elementos desses grupos que transavam entre si e não havia uma perspectiva imediata

6 A matéria de Rolling Stone é apresentada na forma de um diálogo entre Paulo Machado,


integrante da banda Sociedade Anônima, e o produtor Carlos Alberto Sion.
7 Carlos Alberto Sion foi então o produtor responsável por organizar concertos e eventos

musicais, depois de perceber o desgaste que os bailes provocavam nas bandas, que ansiavam
em mostrar novos trabalhos para além do protocolar repertório de rocks e pop. Sion tem a
percepção, nesse momento, de que existe uma movimentação em torno do rock, e passa, a
partir de meados de 1971, a produzir espetáculos de rock. De forma gradativa, foi ocorrendo a
adesão de grupos e de espaços, e Sion se tornaria um dos “mais importantes realizadores de
eventos ligados ao rock” no Rio de Janeiro naquele momento (Rodrigues 2014: 271).

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de começarem um trabalho em conjunto, pois os empresários (trambiqueiros e


mafiosos pela própria natureza) se dispunham a interromper este processo fomentando
a rivalidade entre os grupos (Sion, Machado 1972: 20).

Sion assinala um momento difícil, mas com sensíveis melhoras em


relação à situação anterior, quando os grupos de rock eram confundidos com
os grupos de yê-yê-yê8. Entre as dificuldades enumeradas está também a
ausência de um trabalho estabelecido profissionalmente, tanto na organização
e produção dos eventos, como na atividade musical. Essa fala demarca
territórios e afirma diferenciações entre as bandas apoiadas e divulgadas nas
páginas de Rolling Stone. Assim, essa movimentação em torno do rock tem os
seus primeiros contornos apresentados, e a revista vai se dedicar a
acompanhar de perto a trajetória dos artistas ligados ao estilo musical e
identificados com a contracultura, que se apresentam no circuito carioca.
As atividades das bandas tiveram uma ampliação, proporcionada pela
organização de eventos pelos novos produtores, como Sion e Marinaldo
Guimarães, e outros leques de atuação serão abertos, pois até aquele
momento, as apresentações dos grupos de rock estavam quase que restritas
aos bailes em clubes sociais e auditórios de escolas, sem nenhuma produção e
infraestrutura mais elaborada, denotando certo improviso e amadorismo.
A maior exposição das bandas, a partir daquele momento, vai
paulatinamente abrir também as portas dos teatros, incrementando assim a
visibilidade e alargando o circuito musical de atuação dos grupos de rock.
O primeiro show coletivo que reuniu os grupos da cena do rock do Rio
de Janeiro teve como objetivo a arrecadação de fundos para o Instituto Villa-
Lobos9. Participaram os grupos Fenda, A Bolha, Sociedade Anônima, O Terço
e Módulo 1000, e acabou por render bons resultados, e segundo Sion: “Daí pra
frente o negócio cresceu paca e foi necessário arranjar um lugar que
acomodasse o público que ia se formando e aumentando”, e o local

8 Referência ao refrão yê-yê-yê da canção She Loves You dos Beatles, no Brasil também
existe a identificação com o programa de televisivo transmitido entre 1965 – 1968 pela Rede de
Televisão Record, Jovem Guarda, que teve como expoente Roberto Carlos. A expressão yê-
yê-yê designa artistas e grupos musicais identificados com rocks e canções mais melódicas e
açucaradas, além de versões para português de sucessos do rock internacional.
9 Segundo Nélio Rodrigues o primeiro show realizado por Sion foi o concerto para arrecadar

fundos para o conservatório. Foram realizados dois dias de apresentações, em maio de 1971
nos auditórios do antigo prédio da UNE (União Nacional dos Estudantes) na praia do
Flamengo, local em que o conservatório estava instalado naquele momento (2014: 272).

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disponibilizado para dar prosseguimento às ações foi o auditório do Museu de


Arte Moderna (MAM) no Rio de Janeiro (Sion, Machado 1972: 20).
A Rolling Stone trazia comentários sobre esta movimentação,
informando com texto de Ronaldo Tapajós que o MAM “vivia um clima festivo
de efervescência criativa (...) e happenings realizados por artistas plásticos
contando com a colaboração de vários conjuntos ligados”. Os grupos “ligados”
eram exatamente os identificados com o rock, A Bolha, Módulo 1000 e o trio
Paulo, Cláudio e Maurício. As apresentações funcionavam como parte de um
happening10 e também procuravam neste momento um diálogo com as artes
plásticas (Tapajós 1972: 7).
Segundo o músico Paulo Machado, esses eventos chegaram a reunir
até três mil pessoas nos auditórios do MAM. O produtor Carlos Alberto Sion
afirma que a organização dos eventos envolvia os integrantes das bandas e o
produtor, e funcionava em sistema de cooperação e divisão de tarefas, com os
lucros divididos entre os grupos que participavam da atração. Com essa
estrutura de funcionamento, ocorreram apresentações musicais de, entre
outros, O Terço; A Bolha; Sociedade Anônima; Módulo 1000; Sá, Rodrix &
Guarabyra; Milton Nascimento e Som Imaginário; Paulo, Cláudio e Maurício
(Sion, Machado 1972: 20).
Com o desenvolvimento dessas atividades e sua paulatina aceitação por
parte do público, ocorre um acúmulo de experiência e trabalho, levando a uma
maior frequência nos eventos e melhora na organização, o que dará maior
expressão aos grupos ligados a cena de rock do Rio de Janeiro. Porém, até
então, as apresentações em teatros e espaços alternativos não se constituíam
frequentes, e os bailes em clubes sociais eram uma maneira encontrada para
garantir dinheiro, constituindo-se, muitas vezes, como o verdadeiro ganha-pão
de algumas das bandas de rock.
O grupo A Bolha, é um exemplo sintomático dessa situação. O conjunto
começa as suas atividades ainda em 1965, quando respondia pelo nome The
Bubble. Na década de 1970, já como A Bolha, segue as tendências do rock
internacional, abarcando em seu repertório rock psicodélico, hard rock e rock

10 As apresentações estavam calcadas no sucesso do evento artístico Orgramaurbana de


Flamarion e Luis Otávio Pimentel, com a participação de Hélio Oiticica, e apresentação do
percursionista Naná Vasconcelos (Tapajós 1972: 7).

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progressivo. Em relação aos LPs, a banda tem uma discografia restrita a dois
álbuns, embora tenha lançado uma série de compactos ao longo de sua
carreira sem atingir repercussão comercial.
No artigo publicado em Rolling Stone “A Bolha: o rock no terceiro
mundo”, de Fernando Lemos e Cláudio Lysias, as apresentações musicais são
abordadas, destacando certa leitura pessimista em relação à cena rock no Rio
de Janeiro:

Rock por aqui sempre foi BARRA PESADA. Os pais eram contra, os clubes eram
contra, os empresários ditavam as regras, cerceavam a moçada. Os conjuntos não
podiam fazer os sons deles, era só o que os empresários queriam. [...]. Em 1971 pintou
mais alguma coisa (Teatro Ipanema, Teatro Teresa Raquel 11, Guarapari, Concertos),
mas ainda é pouco. BARRA PESADA (Lemos, Lysias 1972: 15).

Esta passagem expressa uma carga pessimista e crítica em torno da


cena musical do rock no Rio de Janeiro. Lemos e Lysias afirmam que o rock
“sempre foi BARRA PESADA”, denotando descrédito e desaprovação ao estilo
musical. Em seguida elencam oposições gerais contra os grupos musicais que
pretendiam se dedicar ao rock, destacando as categorizações negativas quanto
ao trabalho dos empresários pelo “cerceamento” das atividades de criação
artística das bandas e o direcionamento das atividades das bandas para os
bailes como forma de sobrevivência.
Essa descrição negativa em relação aos empresários, e as relações
econômicas que mantinham os grupos, também são comentadas por Carlos
Alberto Sion, que os qualifica como “trambiqueiros e mafiosos pela própria
natureza”. Segundo o produtor, esses “empresários – que não eram
empresários e sim camelôs – só queriam saber de grupos que cantassem no
mais puro inglês dos sucessinhos do hit parade” (Sion, Machado 1972: 20).

Os grupos que se vendiam a esse preço eram roubados descaradamente. Por


exemplo: Nas festas em subúrbios que eram as que rendiam mais [...] os conjuntos
ficavam sempre com a menor parcela da grana. [...]. O mercador aí valia mais que a

11
O Teatro Teresa Raquel, inaugurado em 1971, teve uma importante participação no circuito
musical do período. Em seu palco, tocaram Gal Costa, Novos Baianos, A Bolha, e outros.

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mercadoria e isso malandro é o maior absurdo que pode existir (Sion, Machado 1972:
20).

A perspectiva negativa em relação aos empresários desdobra-se na


atividade dos grupos de rock, direcionados aos bailes nos clubes sociais, que
até então eram as mais assíduas e lucrativas, embora sujeitassem às bandas
às condições impostas pelos empresários, e também às limitações em relação
ao repertório.
Em relação aos bailes, Fernando Lemos e Cláudio Lysias tecem várias
críticas, apontando como problemas a desaprovação do público em relação às
criações musicais próprias e o rock cantado em português, dificuldades de
infraestrutura e organização, lembrando que os próprios membros do grupo
montaram toda a aparelhagem de som durante a tarde, pois a banda não
possuía uma equipe para o serviço (Lemos, Lysias 1972: 15). Mas depois de
todas as objeções emendam:

Aí veio A Bolha: o baile começou. Primeiro timidamente – homens dançando com


homens, mulheres com mulheres, cada grupo de um lado do enorme salão. [...] O baile
pegou fogo: o salão cheio de pares dançando. DANÇANDO. O conjunto tocando forte,
música deles meio perdidas no meio dos rocks bons de dançar. [...]. Bom de dançar e
bom de ouvir. A Bolha é um bom conjunto de rock. Nos bailes é difícil ouvir o
verdadeiro som d’A Bolha, mas já dá pra sentir. Em Cascadura, um grupo de pessoas
ficou em volta do conjunto parado o tempo todo. Curtindo um som. Uma curiosidade de
quem está sendo apanhado de surpresa, não de quem está ouvindo pela primeira vez.
Viva a curiosidade! (Lemos, Lysias 1972: 14).

Nas descrições dos autores, a banda é bem vista e elogiada, e A Bolha


é considerada como uma boa banda de rock. Os jornalistas também lançam
olhares sobre o comportamento do público, que é caracterizado como curioso,
mas que fundamentalmente está ali para se divertir e dançar. O texto também
deixa transparecer diversos preconceitos que vão além dos bailes, mas
relacionados com a classe social do público que os frequenta, ironizando e
caricaturando o ambiente e o comportamento dos seus frequentadores.
No artigo os colunistas fazem uma interessante oposição entre o baile e
o show, entendidos como espaços de apresentações musicais muito distintos
entre si, exatamente por demandarem do grupo repertórios e comportamentos

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diferentes. Nos bailes, existe a necessidade protocolar de apresentar a faixa de


sucesso dos grupos do rock internacional. Nos shows existe a possibilidade de
serem apresentadas de forma mais direta as músicas da banda. Os autores
apontam: “Show, para eles já é outra jogada: tocam o que querem, o público é
ligado, acompanha A Bolha há muito tempo. Mas um show bom custa a pintar”
(Lemos, Lysias 1972: 14).
Os eventos são muito distintos e para observarmos as disparidades
entre baile e show, e entre os seus respectivos públicos e repertórios,
pontuamos os comentários dos membros de A Bolha, que afirmam que o
público dos bailes: “[...] não entendia nada. Queriam ver a gente tocando
Hendrix, Rolling Stones, qualquer coisa, menos músicas nossas. Queria
dançar, tirar sarro” (Lemos, Lysias 1972: 15).
O artigo expõe a situação da banda e seus projetos, sinalizando as
dificuldades de afirmação de um trabalho artístico próprio e autoral. Nas
entrelinhas do texto, aparece um quadro desfavorável para A Bolha – e, por
extensão, aos grupos de rock – na produção de um trabalho artístico autoral,
esbarrando nas atividades dos bailes e nas dificuldades de aceitação de um
repertório novo por parte do público.
Essa questão – dos bailes e seu público, e da apresentação do
repertório autoral – também é tratada no texto “Módulo 1000 nas Bocas”12, de
Carlos Ferreira, porém, os membros do grupo possuem uma visão diferente,
embora em sincronia com alguns aspectos observados pelos músicos de A
Bolha, os integrantes do Módulo 1000 afirmam:

Precisamos aceitar ainda contratos de bailes em clubes, não que tenhamos


preconceito contra bailes, embora limite a criatividade do músico, mas a atitude do
público que vai aos bailes é alienada e passiva, não se ligam no conjunto nem no som
– apenas uma minoria – querem somente música para dançar (Ferreira 1972: 17).

Essas passagens de Rolling Stone apontam para as condições em que


os músicos identificados com o rock produziam suas atividades e a circulação
de seu trabalho artístico, apontando que as bandas estavam atreladas às
apresentações ao vivo, e que os artistas dividiam suas carreiras entre os bailes

12 A matéria conta com depoimentos dos integrantes do Módulo 1000.

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nos subúrbios do Rio de Janeiro, além de apresentações em teatros ou


espaços alternativos.
Está explícito que o trabalho dessas bandas é apoiado pela Rolling
Stone, e que o público está sendo informado e cativado. Mas, por outro lado, a
leitura da revista consegue deixar clara a dificuldade de afirmação do rock
autoral como estilo musical naquele momento. Assim, ao longo da publicação
de Rolling Stone, observamos a existência de um comprometimento quanto à
ampliação da audiência para garantir uma visibilidade das bandas de rock, e
também alimentar e ajudar o construir o circuito musical. Essa atuação significa
um apoio e adesão ao projeto das bandas de rock, assim como apoio aos
produtores e espaços envolvidos, de modo que a valorização da cena musical
é uma das causas advogadas por Rolling Stone.
A ampliação de espaços para apresentações musicais, tanto em boas
condições para os músicos, quanto para proporcionar o aumento do público,
são assuntos do pequeno texto “Um Mecenas, pelo amor de Deus”, assinado
pelo músico Zé Rodrix e impresso na capa de Rolling Stone, e que se inicia nos
moldes de uma fábula:

Meus amores; na antiga Grécia apareceu um dia um senhor muito rico, calmo, muito
rico, sábio, riquíssimo, de grande visão, cheio de ouro: chamava-se Mecenas. Um dia,
em viagem pelo mundo descobriu, com grande prazer da rapaziada da contra-cultura
da época, que habitava os mais estranhos lugares, o grande valor da arte popular, dita
de contestação. Mecenas mandou descer alguns dos menores sacos de ouro do lombo
de seus andarilhos e resolveu patrocinar um lugar onde os músicos e artistas, que
estavam, por assim dizer, em meio às fezes das portas fechadas, puderem trabalhar e
serem vistos em paz, já que estar em paz é condição precípua do ser humano (Rodrix
1972: 1).

Depois de articular os elementos que compõem sua fábula recheada de


alegorias, Rodrix retorna para a sua realidade, e, falando do Rio de Janeiro,
cita positivamente o Teatro Teresa Raquel como um bom exemplo de
satisfação dos anseios de um artista. Porém, o foco do texto aborda a
necessidade de mais espaços em que os artistas pudessem se apresentar,
sem fazer concessões e sem vulgarizar sua produção. No texto, podemos
perceber o tom crítico sobre as condições dos músicos em relação aos

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espaços disponíveis para apresentações, que são consideradas precárias e


longe do ideal. Em suas palavras, o espaço não deveria permitir que houvesse
restrições aos músicos, e deveria abrir-se aos mais diversos estilos musicais,
garantindo espaço para “tudo o que se faz no Brasil”, sem “preconceito de
caretice ou qualidade ou raiz” (Rodrix 1972: 1).
Em dezembro de 1972, um empreendimento desse tipo, conforme os
anseios e o clamor de Zé Rodrix é aberto, com a reinauguração no Rio de
Janeiro, do Teatro da Lagoa, agora sob a direção do produtor e empresário
Marinaldo Guimarães. O texto publicado em Rolling Stone, “O Faia e O Terço
no Teatro da Lagoa” – não assinado – diz que o espaço “é um excelente lugar
para se tocar”, com uma infraestrutura para bandas e público e, flagra a
apresentação das duas bandas no local. O autor identifica que o conjunto O
Faia está inibido com o tamanho e a amplitude do espaço, mas “com o mesmo
senso de sempre, e um som maneiro e marcante e a amplificação numa boa”,
O Faia faz uma apresentação elogiada. (sem autoria 1972: 7).
O artigo informa que O Faia tem um repertório de composições próprias
tocadas em suas apresentações; e comenta a expectativa dos membros do
grupo, de que essas canções pudessem ser gravadas. No mês anterior, artigo
de Ana Maria Bahiana já tratava das expectativas da banda em relação à
gravação de suas músicas.

Depois desses seis meses de apresentações quase contínuas, O Faia está cheio de
planos pra partir pra várias. O plano maior mesmo é a gravação de um disco, que eles
consideram fundamental para a complementação do seu trabalho. O disco confere um
certo status ao artista, facilita muito as transas de divulgação, eles dizem, e, além
disso, é o melhor meio de mostrar a mais gente o trabalho e o som do grupo (Bahiana
1972: 9).

No texto a questão da inserção das bandas de rock na indústria


fonográfica aparece desdobrada em dois pontos: em primeiro lugar, o “disco
confere um certo status ao artista”; e, em segundo, o disco é identificado como
o “o melhor meio de mostrar a mais gente o trabalho e o som do grupo”. Estas
são questões que podem caracterizar boa parte das bandas da cena musical
carioca, e aproximam O Faia e os grupos de rock da cena musical, sinalizando

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para as dificuldades do processo de profissionalização da atividade das bandas


e as difíceis relações entre artistas e gravadoras.
A gravação do disco é uma referência para o trabalho de O Faia, assim
como é também para as bandas iniciantes da cena musical do rock do Rio de
Janeiro. No texto de Bahiana publicado em Rolling Stone, existe a afirmação de
que o disco qualifica o trabalho do artista, colocando-o num patamar superior,
servindo quase que como uma chancela da indústria fonográfica e, por
consequência, um tipo de legitimação da produção musical.
Para além da questão do disco como legitimador da obra do artista, ele
tem a importante função de promover a circulação da obra musical que,
materializada em um compacto ou LP, pode ser levada a diversos locais,
adquirida pelo público e servir ainda para radiodifusão, constituindo-se como
um vigoroso veículo. Para os músicos de O Faia, o disco é entendido como
uma possibilidade de ser ouvido para além do circuito do Rio de Janeiro.
A necessidade de profissionalização dos grupos de rock, o acesso do
público às mídias e ao disco são assuntos presentes nas páginas da revista, e
parte do compromisso da Rolling Stone está exatamente em preencher etapas
deste processo, abrindo um canal de divulgação da produção do rock. Nestes
termos, Bahiana quer dar aos artistas de O Faia maior visibilidade, já que
enfatiza os anseios e desejos da banda em gravar. A impressão que fica é que
o disco é, tanto para a autora como para o grupo, algo fundamental para a
carreira da banda.
Assim, a atuação da revista em promover a atividade das bandas
também funciona como forma de interpelar a indústria fonográfica e defender
os projetos das bandas identificadas com a cena carioca. A Rolling Stone se
coloca como parte da cena musical, apresentando uma cumplicidade para com
grupos e artistas.
Entre as bandas que se dedicam ao rock em uma linha purista tendo
como referência o hard rock e rock progressivo – bandas como O Terço,
Módulo 1000 e A Bolha – sem um diálogo musical maior com a MPB, podemos
observar trajetórias fonográficas assimétricas, não muito regulares, formando
uma tímida discografia que acaba não gerando um mercado vigoroso. Assim,
ao observarmos a carreira dessas bandas, identificamos que a indústria
fonográfica não vai aderir ao projeto, e o rock produzido no início da década de

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1970, no Brasil, terá uma existência marginal em relação ao mercado. E como


não gravam, ou gravam de maneira muito esparsa, essas bandas não vendem.
Porém, isto não quer dizer que os grupos de rock absolutamente não gravam.
Entretanto, ao contrário do que poderíamos dizer sobre a década de 1970 e o
vigor e desenvolvimento da indústria fonográfica no país, neste momento, estes
grupos de rock estão mais restritos ao universo de apresentações musicais em
teatros e bailes no Rio de Janeiro, do que inseridos na indústria fonográfica.
Em relação ao universo de apresentações musicais, retomamos os
artigos citados de Rolling Stone – “Um Mecenas, Pelo amor de Deus” e “O Faia
e o Terço no Teatro da Lagoa” – que devem ser observados segundo o
desenvolvimento da cena musical e a constituição do circuito. Em relação ao
Teatro da Lagoa e a ampliação do circuito musical, apontamos como relevante
a atuação do produtor e empresário Marinaldo Guimarães, diretor do espaço e
empresário da banda Módulo 1000, que vai realizar também a produção do
emblemático evento O Dia da Criação.
Na Rolling Stone Ezequiel Neves descreve com muita empolgação O
Dia da Criação, concerto de rock ao ar livre realizado no estádio municipal de
Duque de Caxias13. Segundo o colunista durante muitas horas várias bandas
se revezaram no palco em apresentações musicais: Ruy Maurity Trio; Fagner;
Paulo, Cláudio e Maurício; Liverpool Sound; Grão; O Terço; O Faia; Módulo
1000; Lena Rios; Os Brazões; Jorge Melo; Sá, Rodrix & Guarabyra; Diana &
Stu. A recepção do jornalista ao concerto é extremamente positiva, qualificado
como “uma festa de purificações onde as vibrações eram as melhores
possíveis” (Neves 1972: 2).

Acho que seria muito bom lembrar o velho ditado: “água mole em pedra dura, tanto
bate até que fura”. Isso a respeito das coisas que estão no ar. Estão pintando
transações maneiríssimas e a gente tem de acender muita vela pra que tudo caminhe
como tem caminhado. Digo isso porque o verão de 73 será uma sucessão interminável
de festas. A garotada terá, finalmente, sua estação de música e boas vibrações. Digo
isso porque outro dia passei mais de quinze horas num clima pura festa, campo aberto

13O evento não ocorreria na zona sul e nem na cidade do Rio de Janeiro, porém numa das
regiões onde ocorriam os bailes aos finais de semana, e que tanto eram combatidos pelos
grupos.

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e graminha verde, ouvindo as pessoas fazendo música, transando com elas e vivendo
de um modo que eu não via há muito tempo. Eu sei, bem no fundo da cuca e do
coração, que tudo isso de bom que eu passei, foi apenas uma amostra do que está
para acontecer em vários pontos desse país. Sei disso porque a garotada está louca
para se encontrar, pra se juntar e comungar, pra curtir um som legal longe de grilos e
paranoias (Neves 1972: 2).

Por si só, o encontro entre jovens em um espaço aberto, que pudesse


produzir uma identificação ao vivido nos grandes festivais de música da Europa
e dos Estados Unidos, já garantia o sucesso para O Dia da Criação. O
resultado positivo sinaliza para um feito importante, um concerto reunindo
várias bandas, e que congregaria o público jovem identificado com o rock.
O Dia da Criação é pode ser observado como uma amostra significativa
da atividade dos artistas identificados com o rock. O evento é emblemático
porque aproxima o público do Rio de Janeiro aos artistas e grupos noticiados
nas páginas da Rolling Stone, e pode ser considerado um marco para a cena
musical do rock. Mas a marca maior é a celebração e a concretização de um
sonho dos envolvidos e a geração de um tipo de pertencimento, em que
produtores, público e artistas se encontravam em contato direto com a sua
república livre de Woodstook, em Duque de Caxias.

Considerações Finais: Rock e Indústria fonográfica


As atividades de Rolling Stone vão muito além de difundir e promover o
rock através de resenhas, matérias e reportagens. O objetivo da revista é
construir um discurso que divulgue a produção da cena musical carioca
identificada com o rock, assumindo assim uma postura de engajamento nesta
causa.
Fiel ao seu perfil, com a incorporação de referências mundializadas e
cosmopolitas, e tendo o rock como linguagem musical e atitude, a atuação de
Rolling Stone funciona em uma relação de cumplicidade para com grupos e
artistas da cena rock do Rio de Janeiro. Sediada na cidade e tendo a
proximidade espacial e acesso aos eventos e artistas, pode-se observar todo
um quadro afetivo neste sentido. Também podemos averiguar essa assertiva
na forma como a publicação interpela a indústria fonográfica, defende os

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projetos das bandas, cobre e valoriza trajetórias, eventos e artistas, assim


como o apoio aos produtores e espaços envolvidos identificados com a cena.
O discurso produzido por Rolling Stone valoriza o rock produzido pelas
bandas da cidade, procurando dar uma maior visibilidade para os conjuntos
iniciantes, que sempre são incentivados em seu processo de
profissionalização. O mesmo ocorre com as bandas em atividade a maior
tempo. Esse discurso, muitas vezes, era dirigido aos agentes e produtores das
gravadoras, como também direcionados ao público interessado e aos grupos
participantes da cena que muitas vezes participavam como objeto de matérias
de Rolling Stone, mas também como autores de artigos. Assim, a própria cena
musical tinha no periódico um verdadeiro porta-voz, e seu objetivo é a
legitimação do rock enquanto gênero no mercado musical e artístico brasileiro.
Mesmo que o mercado de bens simbólicos atravesse um momento de
afirmação e desenvolvimento no país, e a indústria fonográfica viva um
momento de expansão e segmentação, o rock não vai ser absorvido pelo
mercado e não obtém um respaldo mais efetivo da indústria fonográfica,
levando em comparação, sobretudo a MPB, ambos destinados ao público
jovem.
Márcia Dias Tosta, em Os Donos da voz – Indústria fonográfica brasileira
e mundialização da cultura, afirma que é necessário observarmos alguns
fatores para caracterizarmos as particularidades do processo de expansão da
indústria fonográfica brasileira no início da década de 1970, são eles: a
consolidação das gravadoras e do mercado fonográfico; o advento do LP como
principal suporte de música vendido e em processo de substituição dos
compactos; a presença significativa música estrangeira nas paradas de
sucesso; e a articulação da indústria cultural em diferentes mídias para a
construção da carreira dos artistas. E é neste momento que as gravadoras
constituíram elencos estáveis com os nomes hoje clássicos da MPB, artistas
como Chico Buarque, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Gal Costa, Maria Betânia e
tantos outros. E podemos observar que a consolidação do mercado fonográfico
está em sincronia com a afirmação da MPB como um produto cultural
valorizado, ocupando lugar de destaque na hierarquia cultural brasileira,
identificada com a modernidade e o refinamento cultural (2008: 59).

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Assim, gravadoras como Odeon, Philips, Som Livre, Continental vão


formar estes elencos estáveis “que vendam discos com regularidade”, o que
pode ser mais seguro e mais lucrativo do que investir no mercado de sucessos
que, necessita ser “constantemente alimentado e, por mais que utilize fórmulas
consagradas, não tem retorno totalmente garantido” (Dias 2008: 61).
Essas gravadoras citadas por Dias vão se aproximar e contratar artistas
e grupos identificados com a MPB, por outro lado, as relações entre os artistas
de rock da cena musical do Rio de Janeiro e essas gravadoras – assunto
abordado pela publicação – mostram um quadro desfavorável aos artistas de
rock que não vão além de uma tímida produção fonográfica naquele momento.
As criações musicais e trajetórias artísticas de grupos como O Terço14,
Módulo 1000 e A Bolha, que se rendiam mais fortemente às influências
internacionais e seguiam o rock progressivo e hard rock, tinham presença
garantida nas páginas de Rolling Stone. Divulgar esta produção no início dos
anos 1970 é também embrenhar-se pelas trilhas do rock que, nesta década,
ainda seguiria por caminhos marginais ao mainstream fonográfico, destinado a
plateias específicas e fechado em um público “ligado”.
Quando olhamos para as principais gravadoras em atividade e os
lançamentos de bandas de rock, podemos considerar tal produção como
setorizada e periférica em relação aos eixos principais de atividade da indústria
fonográfica brasileira. Assim, tendo em vista que a consolidação de um elenco
era fundamental para as gravadoras, e na medida em que o rock não era
prioridade dessas empresas, a movimentação das bandas em busca de um
contrato e do lançamento de seus discos se tornava difícil. Mais difícil ainda era
manter uma carreira com lançamentos constantes.
Nesse cenário, é possível afirmar, por exemplo, que o conjunto Módulo
1000 acaba não empolgando a Odeon15, e a banda gravará pela Top Tape,
através da influência de seu empresário Marinaldo Guimarães, e da

14 Nélio Rodrigues informa que o grupo foi formado no final da década de 1960, com a junção
de artistas que atuavam em várias bandas do Rio de Janeiro. O primeiro álbum foi o homônimo
O Terço (Forma-Phonogram, 1970), em 1972 participam das gravações do álbum Vento Sul de
Marcos Valle (Odeon, 1972) (Rodrigues 2014: 264 - 267).
15 A banda já havia lançado um compacto simples pela gravadora em 1970, e após

contribuírem com duas músicas na coletânea Posições (Odeon, 1971), a gravadora decide não
investir em um LP.

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proximidade deste com Ademir Lemos, produtor da pequena gravadora


carioca. Assim, é lançado em 1972, o álbum Não Fale com Paredes.
Em 1973, portanto depois do fim de Rolling Stone, a gravadora
Continental investirá no segmento jovem, e até mesmo em artistas com
estreitas relações com o rock. A gravadora brasileira lança o primeiro álbum de
A Bolha, Um passo a frente, além do segundo de O Terço, o homônimo O
Terço. Naquele momento, a gravadora não possuía um casting voltado à
música jovem e tratou de formá-lo16.
Mesmo levando em consideração sua curta existência, a leitura dos
textos de Rolling Stone apresenta atividades das bandas de rock, e relatam as
dificuldades de sobrevivência desses grupos, muitos deles iniciantes e sem
uma carreira estabelecida. Os grupos divulgados na publicação nem sempre
tinham discos gravados, assim parte do trabalho da revista é o de promover
esses grupos.
No caso das bandas observamos que a circulação de suas obras
musicais dependia principalmente de apresentações ao vivo, e para a
divulgação dessas atividades, e de outras dos grupos, a Rolling Stone dava
toda a atenção. Ainda que o desprestígio social, cultural e da indústria
fonográfica permaneça, existe um volume maior da atividade das bandas e a
criação de espaços em que os grupos podem apresentar o trabalho
desenvolvido de maneira mais adequada. Por outro lado, a leitura da
publicação aponta certo amadorismo na atividade desses grupos que alçavam
uma inserção no mercado musical nos primeiros anos da década.
Por fim, destacamos que a curta trajetória da revista é marcada pelo seu
perfil atuante, divulgando as bandas de rock e compartilhando afinidades com
elas. Assim, podemos afirmar que a revista também acaba por fazer parte da

16Em 1973, a Continental lança os álbuns fonográficos: Novos Baianos F.C., terceiro LP da
banda, depois do sucesso de Acabou Chorare (Som Livre, 1972); Ou Não, do compositor
Walter Franco, destaque do VII Festival Internacional da Canção (1972); o álbum coletivo Meu
Corpo, Minha Embalagem, Todo Gasto na Viagem – O Pessoal do Ceará: Ednardo, Rodger e
TeThy, do trio de jovens compositores, e que trazia músicas de Fagner, também destaque do
VII Festival Internacional da Canção; Todos os Olhos, de Tom Zé, segundo disco do
compositor pela gravadora, que ainda editaria mais dois álbuns do artista; o álbum Paulo
Bagunça e a Tropa Maldita, do grupo homônimo, um dos precursores da cena de música black
e soul music no Rio de Janeiro. E ainda, o álbum de estreia do grupo Secos & Molhados. A
banda inicia com o projeto de João Ricardo, português radicado no Brasil, junto a Gerson
Conrad, e depois Ney Matogrosso. O grupo e seu primeiro álbum torna-se rapidamente um
estrondoso sucesso de público, crítica e vendagens.

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cena musical que ela mesma ajuda a construir. Integrando o circuito, a Rolling
Stone procurou dar visibilidade a uma movimentação influenciada por
elementos cosmopolitas e mundializados, valorizando o rock, buscando
conquistar um público para o estilo, que no início da década de 1970, possuía
poucos adeptos no país.

Bibliografia
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Dias, Márcia Tosta. 2008. Os Donos da Voz: Indústria Fonográfica Brasileira e


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culturais”. Intercom – Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da
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Não assinado. 1972. “O Faia e O Terço no Teatro da Lagoa”. Rolling Stone, 33: 7.

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internacional para el estudio de la música popular, 4: 1-12.

_________. 2006. “A historiografia da música popular brasileira (1970 – 1990): síntese


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Tapajós, Ronaldo. 1972. “Apesar de tudo, Milton”. Rolling Stone 04: 7.

Trotta, Felipe. 2013. “Cenas Musicais e Anglofonia: sobre os limites da noção de cena
no contexto brasileiro”. In Comunicações e territorialidades: Cenas Musicais, ed. Jader
Janotti Junior, 63-84. Guararema: Anadarco.

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ISSN: 2014-4660

O jazz no Diário de Lisboa na década de 1920

MARIANA CALADO

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palvras-chave: Jazz, imprensa periódica, crítica musical, cultura


musical portuguesa década 1920.

Keywords: Jazz, periodical press, music criticism, Portuguese


musical culture in the 1920’s.

Cita recomendada:
Calado, Mariana. 2017. “O jazz no Diário de Lisboa na década de 1920”.
Cuadernos de Etnomusicología. Nº10. <URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)

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O JAZZ NO DIÁRIO DE LISBOA NA DÉCADA DE 1920

Mariana Calado

Resumo

Neste artigo, analiso a repercussão que o jazz teve no Diário de Lisboa ao


longo da década de 1920. A partir da publicidade a clubes, teatros e outros
locais de diversão e de alguns comentários em notícias e artigos, observo os
termos em que o jazz, e as jazz-band, são referidos e qual a opinião pública
que é veiculada sobre esta música. O Diário de Lisboa era um jornal da capital
(mas vendido e lido noutras partes do país), dirigido a um público culto e com
acesso aos espaços onde se tocava jazz, sendo por isso um órgão de
comunicação relevante para o estudo da recepção do jazz neste período. Ao
longo do artigo, serão também considerados outros periódicos de forma a
enquadrar a opinião formada sobre jazz numa corrente estética e ideológica.

De um modo geral, a crítica musical que se publicava no Diário de Lisboa


(assim como noutras publicações de características semelhantes) incidia na
revisão de concertos sinfónicos e de câmara e de espectáculos de ópera. A
sua recolha e estudo, pela periodicidade com que era publicada, permite traçar
e conhecer a vida musical da capital, seus intervenientes e como estes eram
recebidos. Porém, permite olhar apenas para uma parcela da actividade
musical da cidade, já que muitos espectáculos não chegavam a ter eco na
imprensa. Desta forma, questiono também que tipo de recepção era reservada
a espectáculos de jazz no Diário de Lisboa.

Palvras-chave: Jazz, imprensa periódica, crítica musical, cultura musical


portuguesa década 1920.

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Abstract

In this article, I analyze the reception of jazz in the newspaper Diário de Lisboa
during the 1920’s. I examine how the music jazz and the jazz-bands were
quoted in advertisings to clubs, theaters and other places of recreation and in
some comments in news and articles. Diário de Lisboa was a newspaper
published in the capital (but sold and read all over the country) aimed to a
cultivated public that had access to the places where jazz was played. For that
reason, it’s a newspaper appropriated to the study of the reception of jazz in this
period, but other newspapers are also considered to situate the writings about
jazz in an aesthetic and ideological current.

In general, the music criticism published in Diário de Lisboa (as in other


periodicals similar to this one) reviewed opera and symphonic and chamber
concerts. Their study allows us to a better understanding about the musical life
in Lisbon, about who promoted and played in the concerts and how these were
received. However, it gives us just a portion of the music activities in the city,
because several concerts and shows weren’t reviewed. Therefore, I also inquire
how were the jazz concerts received in Diário de Lisboa.

Keywords: Jazz, periodical press, music criticism, Portuguese musical culture


in the 1920’s.

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Na alocução proferida no Rio de Janeiro em 1922, António Ferro 1


descreve a década que então se iniciava como uma época em plena mudança
de costumes e gostos, na qual a Arte e a vida se interligavam para a criação de
um novo mundo. Ferro faz uma apologia da vida urbana e moderna, plena de
liberdade ainda que cheia de ilusões, da qual o jazz-band, como as ruas
iluminadas e frenéticas de movimento, é símbolo.
O jazz tinha chegado à Europa com a I Guerra Mundial e instalou-se
rapidamente nos principais centros urbanos, como Paris, Londres e Berlim,
onde propagavam clubs, music-halls, dancings e cabarets. As transformações
sócio-económicas e culturais que ocorreram após a guerra, assim como um
maior estímulo ao consumo e ao lazer, foram factores que contribuíram para a
rapidez com que o jazz se difundiu. Também as digressões de músicos de jazz
norte-americanos desempenharam um papel na afirmação do género no gosto
europeu (Martins 2006: 36). Verificou-se um cenário semelhante em Lisboa.
Tocado em espaços públicos de lazer, difundido pelas estações de rádio que
começavam a surgir, cultivado em ficção pela mão de escritores como António
Ferro, Mário Domingues e Reinaldo Ferreira, recriado pelas artes plásticas
(como se pode ver em capas coloridas de revistas como ABC ou Ilustração), o
jazz e as jazz-band faziam cada vez mais parte da vida lisboeta nos anos 1920.
Porém, como é que este novo género musical era recebido na imprensa
periódica?
Neste artigo, procuro observar como é que o jazz era entendido e
discutido na época em que chega ao país, tomando a imprensa periódica como
objecto de estudo, em particular o jornal Diário de Lisboa. As notícias a
espectáculos, a publicidade paga por empresas, teatros e sociedade de
concertos, as crónicas de opinião e a crítica musical e de teatro que diversos
periódicos desta época publicam, tornam a imprensa periódica uma fonte rica
para o conhecimento da vida artística de um espaço e tempo. Seleccionei o
Diário de Lisboa para estudo por ser um título lançado na época em análise,
com rubricas regulares de crítica de teatro e de música, e por ser um jornal que
tinha como público alvo a classe média burguesa, “público culto da capital”

1Escritor e jornalista. Viria a ser dirigente do Secretariado da Propaganda Nacional, mais tarde
denominado Secretariado Nacional da Informação, do regime ditatorial do Estado Novo.

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(Tengarrinha 2006: 212), a mesma que poderia frequentar os locais de


diversão e lazer onde se escutavam as jazz-band. Embora o trabalho se centre
essencialmente no Diário de Lisboa, alguns artigos de opinião publicados
noutros jornais e revistas coevos, localizados no decorrer da investigação que
tenho desenvolvido no âmbito da minha tese de Doutoramento, serão também
usados porque considero servirem de comparação e complemento à visão
sobre jazz que é transmitida pelo Diário de Lisboa.
O Diário de Lisboa foi publicado entre 1921 e 1990. Demarcava-se por
um jornalismo imparcial, aberto a diferentes correntes políticas e estéticas
(Tengarrinha 2006: 211). Graficamente, distinguia-se de outros jornais
contemporâneos como o Diário de Notícias e O Século, por ter páginas com
menos colunas e menos preenchidas, dando-lhe uma aparência mais limpa e
moderna. Dedicava-se à publicação de notícias locais (essencialmente
referentes a acontecimentos ocorridos em Lisboa), nacionais e internacionais,
assim como a assuntos de carácter cultural. Colaboravam com o jornal um
círculo de jornalistas, escritores e intelectuais que escreviam crónicas e artigos
de opinião, e personalidades do meio artístico que se ocupavam da crítica
literária, musical e dramática. A partir de finais de 1926 passa a incluir uma
rubrica de cinema, com resumo e comentário aos filmes em exibição. Publicava
ainda algumas entrevistas a personalidades de vários meios, reportagem
desportiva e de tauromaquia, secção de mundanismo, com o relato da
assistência elegante em teatros e festas, e publicidade aos mais variados
produtos e espectáculos. Na época em análise, na secção “Música” do Diário
de Lisboa encontram-se notícias e programas de concertos a realizar, alguns
artigos de opinião sobre a música em Portugal, algumas entrevistas
(geralmente curtas) com intérpretes em destaque ou promotores de concertos,
e, sobretudo, crítica a espectáculos de ópera e a concertos sinfónicos e de
câmara. Os artigos e entrevistas que não são assinados seriam da autoria de
membros da redacção do jornal, as críticas e outros textos de opinião eram da
responsabilidade de colaboradores externos, que geralmente acumulavam a
escrita para a imprensa com outra profissão. Nos primeiros anos do Diário de
Lisboa, várias figuras do meio artístico português colaboravam nesta secção de
música. Os que mais se destacaram pela regularidade com que escreviam
foram Oliva Guerra, pianista e poetisa, que começou a colaborar com o Diário

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de Lisboa logo no ano do seu lançamento, Luís de Freitas Branco, compositor


e professor do Conservatório Nacional, que lhe sucedeu, e Francine Benoît,
pianista, professora de música e compositora, que, por sua vez, substituiu
Freitas Branco no cargo de crítica musical a partir de 1927. De um modo geral,
estas críticas comentam concertos, descrevendo o ambiente da sala e o
comportamento do público, exercendo um juízo de valor sobre as obras
escutadas, evocando sensações que a sua escuta provoca e enumerando as
faculdades técnicas e interpretativas dos músicos que as executaram,
observando se estes foram ou não bem sucedidos. Naturalmente, a ênfase
dada a estes parâmetros varia, podem nem ser considerados pelo autor do
texto, dependendo sempre daquilo que foi pertinente apontar do espectáculo e
do estilo e objectivos de quem escreve (e não são características só da crítica
musical do Diário de Lisboa, correspondem ao modelo geral da estrutura e da
função da crítica de música neste período).
O Diário de Lisboa foi consultado em formato digital no site da Fundação
Mário Soares2. Consultei todos os números, do primeiro, de 7 de Abril de 1921,
ao final de 1929, tendo procedido à recolha das referências a jazz e jazz-band
que encontrei nas suas páginas. As recolhas feitas dizem respeito a entradas
de notícias, artigos diversos e publicidade. Foram usados dois critérios para
organização e análise de conteúdo das referências extraídas – segundo a
tipologia de texto (notícias e publicidade por um lado, artigos, opinião e crítica
musical/teatro por outro), e segundo a avaliação que é feita do jazz, dividida
entre visões positivas ou negativas. Como se verá, os dois critérios acabam por
coincidir.
Durante o processo de levantamento das referências a jazz no Diário de
Lisboa, surgiu um padrão: ainda que a actuação de jazz-bands fosse
anunciada, após a sua realização raramente se encontram comentários. De
facto, numa primeira abordagem, ou seguindo uma abordagem que olhe
sobretudo para crítica musical ou teatral, poder-se-ia concluir que, na idade do
jazz-band, para usar a expressão de António Ferro, o jazz está praticamente
ausente das páginas do Diário de Lisboa. Ao contrário do que tinha expectado,
não existem referências a concertos ou espectáculos de jazz nas secções de

2 Entretanto, a coleção completa do Diário de Lisboa digitalizado está disponível no site


http://casacomum.org/cc/diario_de_lisboa/.

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crítica. Pelo contrário, as referências a jazz situam-se maioritariamente em


notícias e em anúncios às actividades de clubes, restaurantes e hotéis, pois é
sobretudo nestes espaços que o jazz era tocado. Ao longo da década de 1920,
com especial incidência entre 1917/18 e 1926, no eixo da Avenida da
Liberdade, Restauradores e Chiado, abriram novos espaços de divertimento
nocturno, para os quais se generalizou a designação de clube (proveniente do
termo em inglês, club). Eram espaços de encontro de sociedade e de diversão,
onde se dançava, jantava e jogava. Segundo descrição de Cecília Vaz (2008:
44), o salão destes clubes servia simultaneamente de dancing e de
restaurante, com as mesas dispostas à volta de um espaço central para os
pares dançarem e com um pequeno palco numa das extremidades onde se
posicionavam os músicos. A sala de jogo estava, geralmente, separada deste
salão. Embora seja difícil caracterizar quem frequentava estes espaços,
segundo a mesma autora é certo que nele se reuniam pessoas provenientes de
diferentes classes sociais, à excepção de “operários e da pequena burguesia
afectada pela inflação” (Vaz 2008: 51). Artistas, escritores, políticos, jornalistas,
banqueiros, burguesia endinheirada, velhos aristocratas e novos-ricos, aos
quais se juntavam estrangeiros, contavam-se entre essa clientela, à procura de
uma vida de ócio de acordo com o modelo proveniente do centro da Europa.
O clube moderno era, portanto, um “(…) local cosmopolita e bem
frequentado (…) aberto até altas horas, animado com música moderna – o
jazz, onde se dançavam as últimas modas exuberantes.” (Vaz 2008: 5).
Também restaurantes, teatros, cinemas e hotéis, e algumas associações de
bairro3, possuíam orquestras próprias que tocavam música de dança, como
fox-trot, charleston ou shimmy, géneros muito influenciados pelas “polirritmias
sincopadas do jazz” (Veloso 2010: 649). Importa esclarecer que o jazz que é
difundido na Europa nas primeiras décadas do século XX está sobretudo
associado a géneros de dança. Só mais tarde se desenvolveu como género
musical autónomo, com mais espaço à improvisação solística e ao contraponto
(Ferreira 2012: 92). Na imprensa periódica portuguesa era genericamente

3 Uma nota breve no Diário de Lisboa, 18/4/1929, sobre a inauguração da instalação eléctrica
da Sociedade Filarmónica Euterpe de Benfica, informa que se realizarão dois bailes,
“abrilhantados com jazz-band.”

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designado por jazz-band, termo que também identificava o conjunto


instrumental que actuava nestes clubes, restaurantes e hotéis.
A partir das referências a jazz nas notícias e anúncios recolhidos,
consegue-se constituir uma parte da geografia dos locais que, em Lisboa,
tiveram nalgum momento orquestra de jazz. Segundo o levantamento feito,
tocava-se, ouvia-se e dançava-se ao som das jazz-band no Avenida Parque,
no Avenida Palace Club e no Salão Alhambra, do Parque Mayer, no Ritz Club
(mais tarde, Palace Dancing), no Tivoli’s Dancing, no Bristol Club, no
Restaurante Carlton, no Café Tavares, no Clube dos Patos, no Salão Foz e no
Grande Hotel de Itália (este, no Monte do Estoril). Como exemplo, o Café
Tavares anunciava que os chás-dançantes, que decorriam todas as quintas-
feiras e sábados, teriam o acompanhamento de duas orquestras com jazz-band
(DL, 21/11/1925); no Teatro do Ginásio, “três jazz-band abrilhantarão os
grandiosos bailes” (DL, 13/2/1926); para o Avenida Parque publicitam-se “Jazz-
band – Animações – Fantoches” (DL, 6/7/1928). Outros estabelecimentos,
como o Club Maxim’s, são também publicitados nas páginas do Diário de
Lisboa, e possivelmente teriam orquestras de jazz, mas não são feitas
referências à actuação das mesmas. O destaque que a publicidade dá à
presença das jazz-band evidencia o papel que estas tinham na atração de
clientela para os estabelecimentos, porém, os dados são insuficientes para
formar um perfil das formações, sendo poucos os textos de publicidade ou de
notícias que identificam o nome da orquestra ou dos seus músicos. Ainda
assim, pelas entradas recolhidas, sabe-se que a orquestra do Professor Milú
tocava no Avenida Parque (em Junho 1924), a Pan-American Jazz-Band no
Ritz Club, Navarro dirigia duas orquestras no Tivoli’s Dancing (DL, 15/2/1926),
a Jazz-Band de Augusto Costa tocava no Parque Mayer (DL, 4/10/1926), no
Club dos Patos actuava a Jazz-Band Patos, no Salão Foz e Bristol Dancing, a
Foz Melody Band4, no Grande Hotel de Itália há referência à presença do

4 Segundo breve publicada no Diário de Notícias, em 1928 a Foz Melody Band realizou uma
digressão de dez concertos em África. “Regressou de África, onde fez uma brilhante tournée, o
conhecido grupo musical «Foz Melody Band», composto pelos professores Lopes da Costa
(violinista), Armando Silvério (pianista), Francisco Furtado (trompete), Rodrigo Valério
(saxofone), António Moreira (trombonista de varas) e António Navarro (jazz-bandista). A
trounée durou dois meses e meio e abrangeu Luanda, Lourenço Marques, a Beira e Lobito,
realizando ao todo dez concertos e tendo tomado parte em várias festas e bailes. O magnífico
grupo teve vantajosos contratos, um dos quais para Paris, mas preferiu voltar de novo para o
Foz onde, no próprio dia do seu regresso, de novo se exibiu com grande prazer do público e

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Sexteto Jazz-Band Vieira Pinto (DL, 14/11/1927 e 22/7/1929) e a The Lisbon


Sonora Jazz (DL, 22/10/1928). Não deixa de ser curioso o número de
orquestras que adoptavam o nome em inglês, talvez como forma de
aproximação ao modelo e às origens anglófonas do género musical praticado.
No estudo realizado sobre as ilustrações de agrupamentos de jazz-band
por artistas como Emmerico Nunes, Stuart Carvalhais, Almada Negreiros e
Bernardo Marques, Ferreira (2012) observa que os conjuntos de
instrumentistas representados têm estruturas semelhantes, o que parece
indicar que essa seria a formação típica de orquestra. Predominavam os
conjuntos que incluíam percussões (bombos, pratos e caixa de rufos), o piano
e o banjo são representados ao longo de toda a década, mas o violino e o
contrabaixo encontram-se sobretudo em ilustrações feitas até 1925,
provavelmente por serem instrumentos que deixaram de ser usados nestas
formações. A partir de 1925, começam a surgir representações de trompetistas,
trombonistas, clarinetistas e saxofonistas. Um artigo de anúncio ao filme Fátima
Milagrosa, de Rino Lupo, em exibição no cinema Olímpia, foi a única referência
que localizei na qual os membros de uma orquestra de jazz, e respectivos
instrumentos, são identificados. O texto abre com informação sobre a música
que acompanhará a projecção do filme: “Com partitura adequada por
Guilherme Ferreira, violino-director do Olímpia-Orquestra-Jazz e pelos distintos
artistas Alberto Fernandes (pianista), José de Sousa Pinto (saxofone),
Francisco Furtado (trompete), António Moreira (trombone de varas), Francisco
Fonseca (contrabaixo) e António Lopes (jazzband).” (DL, 28/7/1928). “Jazz-
band” de António Lopes significaria aqui a bateria.
Verifica-se uma maior predominância de anúncios às orquestras na
altura do Carnaval e no início da época de Verão, o que vem a confirmar o que
é observado por Vaz sobre a sazonalidade das actividades dos clubes
nocturnos e outros estabelecimentos similares. Por exemplo, em finais de Julho
de 1923 anunciava-se assim a inauguração do programa de Verão do Teatro
de S. Luiz: “Desde as 8h30 haverá no Jardim de Inverno concerto por jazz-
band e completo serviço de refrescos.” (DL, 30/7/1923); a abertura da

merecidos aplausos. Os concertos em África abrangeram música ligeira e música clássica,


sendo todos os programas selecionados com o melhor critério artístico.” (16/1/1928)
Possivelmente, o baterista António Navarro era o mesmo que dirigia as orquestras que em
Fevereiro de 1926 tocavam no Tivoli’s Dancing.

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temporada de Verão no Avenida Parque com “Grandioso concerto pela


orquestra excêntrica jazz-band dirigida pelo professor Milú.” (DL, 16/5/1924); ou
a publicidade aos bailes de Carnaval no Tivoli’s Dancing, que prometia “serviço
de baile permanente – Feéricas iluminações – Todas as danças modernas por
duas orquestras jazz-band sob a direcção de Navarro” (DL, 15/2/1926).
Também se nota um decréscimo do número de referências a jazz na
publicidade destes clubes ao longo da década, o que pode ter várias
explicações: um desinvestimento dos clubes no anúncio das orquestras, que
deixam de ser novidade (uma vez que estão sempre presentes), em detrimento
de outros divertimentos e vedetas, e a diminuição do número de clubes e
dancings abertos após 1926.5
A divisão das referências a jazz entre notícias/anúncios à actuação de
jazz-band e comentários/opinião sobre o jazz em artigos, evidente no Diário de
Lisboa, parece-me ser reflexo do dualismo em que o jazz é pensado e avaliado
nesta época. Por um lado, os termos em que as jazz-band são anunciadas
transmitem uma boa experiência da fruição da música, por outro, os breves
comentários e opiniões sobre jazz difundem uma visão negativa da prática e
escuta do jazz e de todo o ambiente a ele associado. Note-se que, na
publicidade, a informação de que uma jazz-band irá actuar tem a mesma
função que a promessa de iluminação exuberante ou a ementa do restaurante:
é um factor de diferenciação em relação a outros estabelecimentos. Desta
forma, as jazz-band são apresentadas como sinónimo da “alegria” e da
“animação” que também se anunciavam. O objectivo é chamar público para o
clube ou hotel, pelo que os termos em que o jazz-band é designado são
sempre positivos: o jazz-band é “belo” ou “magnífico”, a orquestra “excêntrica”,
os concertos “esplêndidos” e o ambiente que cria é sempre de festa. Tal lê-se,
por exemplo, na descrição de uma noite no salão do Grande Hotel de Itália, no
Monte Estoril:

5Na tese de mestrado sobre os clubes nocturnos modernos em Lisboa, Vaz (2008) constata
que a instauração da Ditadura Militar em 1926 e a aplicação de leis de controlo do jogo
contribuíram para o encerramento de vários estabelecimentos.

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Eram nove e meia da noite quando, ontem, nas salas do Grande Hotel de Itália, o jazz-
band rompeu com as primeiras notas de um fox frenético. / Como por magia dezenas
de pares encheram o espaço reservado a dança entre mesas rodeadas por gentis
rostos. / Aos sons estrídulos da orquestra veio juntar-se a dissonância de outros
instrumentos, fornecidos pela gerência aos convivas, tendo levado ao auge a alegria e
animação (DL, 14/11/1928).

Os jantares à americana e os chás-dançantes, com jazz-band, eram


habituais neste hotel, e eram anunciados e descrito na secção de
“Mundanismo” do Diário de Lisboa, por vezes com a enumeração de
personalidades que marcaram presença.
Dois artigos estabelecem o tom em o jazz é entendido pelos redactores
do Diário de Lisboa, e que se encontra no lado oposto das sensações que são
descritas nos exemplos acima mencionados. No primeiro é relatado o suicídio
de um violinista, em Nova Iorque: “Preferindo morrer a ofender a arte – O jazz
leva ao suicídio um músico de nome”, lança o cabeçalho da notícia de 20 de
Maio de 1922. É contada a história de um violinista, despedido do restaurante
onde trabalhava e incapaz de arranjar novo emprego porque em todos os
restaurantes e cafés onde se apresenta é-lhe pedido que toque jazz para
entreter os clientes, o que ele recusa fazer. O jornalista atribui ao jazz a culpa
pela situação de desemprego e consequente miséria e desespero em que o
músico se viu, e o desfecho trágico da história permite-lhe (e ao leitor) reflectir
na ameaça que o jazz representa para a arte, para os músicos e para a
sociedade. O segundo artigo informa que em algumas igrejas norte-americanas
começaram a tocar hinos cristão em ritmo de jazz como forma de atrair mais
fiéis aos serviços religiosos. A iniciativa estaria a ser bem-recebida, mas é
rejeitada pelo redactor do artigo que termina o artigo questionando “estaremos
em vésperas do juízo final?” (DL, 11/8/1925) De facto, embora fosse associado
a um estilo de vida moderno e urbano (como fica patente na palestra de
António Ferro mencionada no início do artigo), parece ser consensual entre
cronistas que colaboravam com o Diário de Lisboa (e outros autores) conotar o
jazz com malefícios e vícios, sendo frequentemente colocado em oposição à
ideia de civilização, de uma conduta moral e da “boa música clássica” (DL,
8/8/1928). Nesse sentido, num artigo publicado por ocasião de uma série de
concertos de Johann Strauss em Lisboa, Herculano Levy opõe a música de

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dança moderna das jazz-band à tradição musical dos salões vienenses e


denuncia o jazz como um “estupefaciente” que adormece séculos de civilização
e a aliena, acreditando que seria necessária uma nova expansão da valsa para
salvar os salões cultos, tomados de assalto pelas jazz-band. (DL, 16/11/1927).
Noutros periódicos encontram-se exemplos que coincidem com o que é
assinalado no Diário de Lisboa. No conjunto, expõe posições que me parecem
resultar de tentativas de compreender e traçar as origens do género musical,
mas que se enquadram no que pode ser considerado uma perspectiva
generalizada e racista sobre a natureza primitivista da população negra (Veloso
& Mendes 2010: 650). Os textos recorrem a estereótipos culturais e descrevem
as primeiras práticas de jazz num meio de desordem, em nada semelhante às
práticas musicais europeias, onde impera a ordem e a harmonia. Na revista
ABC, o autor de “Como nasceu o Jazz-Band” começa por aventurar a tese de
que foi um português do Minho (região afastada dos centros urbanos do país) o
responsável pelo nascimento do jazz, mas admite igualmente a possibilidade
de a música ter tido origem em África e chegado à América do Norte com os
escravos levados para as plantações da Virgínia do Sul:

Numa aldeia de pretos, com os clássicos macacos e batuques, com um trombone e


algumas pistolas roubadas aos brancos, organizavam-se constantes festas. O preto-
chefe esmurrava o bombo indígena, o preto guerreiro disparava as pistolas, bufafam os
macacos sobre as palmeiras (…) e todos os outros pretos bailavam e cantavam
demoniacamente (ABC, 14/10/1926, citado por Martins 2006: 56).

Já na revista Ilustração Portuguesa, em “A propagação do jazz-band”,


Ferreira de Castro explica que o jazz transitou dos cabarets norte-americanos
para a Europa no final do conflito mundial, tendo sido recebido “(…) primeiro
com frieza irónica, quase depreciativa, depois com franco aplauso”, mas define-
o também como “música selvagem” e primitiva, à qual falta a delicadeza da
música erudita, “(…) a languidez de um minuete de antanho, a plástica rítmica
duma pavana (…).” E acrescenta, “[n]ão tem o jazz-band a harmonia da música
civilizada: o jazz-band é uma gama de ruídos díspares, heterogéneos (…).”
Apesar de tudo, Castro entende o fascínio que os ritmos e a sua sonoridade

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“impulsiva” e “impetuosa” provocam em quem o escuta (Ilustração Portuguesa,


19/1/1924).
Enquanto símbolo da vida urbana, o jazz também é colocado em
oposição a um ideal de tradição e pureza, relação que é explorada num artigo
do Diário de Lisboa sobre uma peça de teatro em estreia em Paris. A peça em
questão, “A viola e o jazz-band”, de Henri Duvernois e Robert Dieudonné, usa
os dois instrumentos como metáforas desses dois mundos distantes: a viola,
representada pela personagem Estela, simboliza o espírito da aldeia, a
constância de acções e a verdade; o jazz-band, encarnado pela personagem
Martina, figura a metrópole, deformada, manipuladora e perversa. “A viola é o
sentimento tradicional, a nota sincera, a harmonia do coração eterno, a
verdade vibrante… O jazz-band é a moda que deslumbra e passa, do que atrai
com o seu aspecto excêntrico, do que encarna a sedução artificial e louca da
vida da cidade…” (DL, 9/10/1924). As peripécias de enganos entre as duas
personagens femininas e uma personagem masculina poderia terminar em
tragédia, mas, no final, a “viola” acaba por triunfar sobre a falsidade do “jazz-
band”, desfecho natural no qual o bem é recompensado e o vício vencido.
Julgo que a pertinência deste artigo sobre uma peça que não chegara aos
teatros lisboetas se justifica por o texto estar relacionado com um assunto de
actualidade e com implicações morais, discutido na imprensa e imaginado pela
literatura e pelo cinema ao longo da década de 1920. O final da peça, que o
título do artigo exalta – “a viola triunfa sobre o jazz-band” – está também em
concordância com as aspirações de vários articulistas, que antecipam a queda
do gosto pelo jazz. No artigo de opinião anteriormente mencionado, Levy
aguarda que as valsas consigam recuperar espaço nos salões; A. C., nas
crónicas semanais do Jornal do Comércio e das Colónias, declara o charleston
uma “tolice” que indispõe quem o escuta (30/1/1927) e prevê como inevitável a
morte do jazz-band (16/2/1927); e, já em 1934, num artigo assinado por “Mi
Menor” da revista Ritmo afirma-se que o jazz está em “agonia” e sem
capacidade de renovação (10/10/1934).
O jazz e o ambiente urbano interligam-se perfeitamente e, como os táxis
que circulam por Lisboa e os gramofones que se vendem, aquela música
coloca a cidade a par de outras capitais europeias (DL, 8/8/1928). Com o jazz,

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as cidades tornam-se espaços de delírio. Numa reportagem sobre as noites de


Madrid, Artur Portela fascina-se com o ambiente que se vive:

Dez, vinte mil pessoas que não dormem, que se agitam nos cafés, que desce às
«fondas», cigarras de Agosto de infernal barulho; notas soltas de jazz-band, que
electrizam os nervos das mulheres, em sinuosidades serpentinas, como se elas
participassem daquela música de loucura, e os seus passos teclassem ritmos, e os
seus braços sentissem acordes de emoção, e os seus corpos, que a seda despe,
tocados de harmonia, fossem a própria alma dos instrumentos, delirantes e alucinados
(DL, 8/12/1923).

Numa escrita insinuante, sente-se o erotismo do movimento das


multidões, do toque dos corpos, dos aromas e dos sons que se espalham no ar
quente, propagados pelas guitarras, pelas vozes e pelo jazz-band, que
inundam os sentidos e potenciam a violência.
Num outro artigo do Diário de Lisboa é evocado o papel do jazz-band na
configuração da cidade moderna (13/7/1927). Félix Correia estabelece as
diferenças entre os clubes de bairro e os clubes modernos da Baixa, e dessa
forma desenha um perfil da sociedade lisboeta, estando novamente sugerido a
oposição entre moral e imoral abordado na peça de teatro de Duvernois e
Dieudonné.

O club do bairro dá o namorico – e às vezes vai até ao casamento. É discreto – nas


modas, nas danças, nos penteados, na linguagem. / O club da Baixa é, quanto muito, o
«flirt». Mas, as mais das vezes, é menos do que isso – em matéria de relações entre os
bípedes de ambos os sexos. / O club do bairro é o divertimento pacato, familiar, o da
Baixa é a esturdia, a orgia, a loucura, o jazz-band. Nele vive o delírio, e muitas vezes a
tragédia (DL, 13/7/1927).

O clube moderno é, assim, um local de tentações, de jogo, frequentado


por mulheres à procura de marido rico, de bebida e muitas ilusões, povoado de
sonhos de amor e dinheiro, mas que, chegada a luz crua da manhã, se
desfazem. O jazz-band contribui para compor o ambiente, fazendo por isso
parte da trindade que, segundo Correia, melhor define estes clubes: a mulher,
a dança e o champanhe.

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Como mencionado no início do artigo, não foram localizados


comentários a espectáculos de jazz nas rubricas de crítica de música ou de
teatro do Diário de Lisboa. Nem mesmo a apresentação em Portugal da revista
Black Follies, pela companhia Revue Nègre, em inícios de 1928, abriu uma
excepção. No Diário de Lisboa encontrei apenas alguma publicidade e duas
notícias breves na secção de notícias de teatro a anunciar o espectáculo. O
texto, da autoria de membro da redacção do jornal ou, muito provavelmente,
submetido pela empresa Loureiro-Braga, proclama o sucesso e o
acontecimento único que este representa, e menciona a imprevisibilidade, a
visão sarcástica, a sensação afogueante e a expressividade do espectáculo
(DL, 2/1/1928 e 4/1/1928).
A permanência em Lisboa da revista Black Folies foi das mais longas da
digressão europeia que realizou (Martins 2006: 67), num sucesso que
ultrapassou o esperado, inclusivamente pela empresa Loureiro-Braga, que, lê-
se numa notícia breve no Diário de Notícias, lamentava não poder prolongar o
contrato (7/1/1928). Ao contrário do Diário de Lisboa, o Diário de Notícias
mostrou mais interesse pelo espectáculo, em parte devido a António Ferro que
escreve para o jornal uma longa crítica ao mesmo. Segundo ele, só se pode
entender verdadeiramente o jazz, e espectáculos como este, conhecendo bem
a cultura negra norte-americana, o Harlem, a escrita de Carl van Vechten ou as
representações de dançarinos de jazz do pintor mexicano Corravubias (que,
por sinal, ilustram o texto). Ferro apresenta-se, assim, como a pessoa mais
capaz para comentar as Black Follies por possuir as referências que lhe
permitem entender e apreciar melhor o espectáculo. Considera que os
números que compõe a revista não são demasiado excêntricos para quem não
está familiarizado com o género: “Em Black Follies, exceptuando o número das
bananas, tudo se pode ver sem repugnância e sem combate.” Sobre as
interpretações, aplaude o cantor do número “Ay! Ay! Ay!” 6 e destaca a energia
e a maleabilidade estonteante dos bailarinos, mencionando em particular Boby
Yons e Boby Vincent e Louis Douglas, este imparável e quase mágico nos

6 A canção terá tido algum sucesso, sendo referido como um dos êxitos da cantora que actuava
no clube Bal-Tabarin Montanha: “A distinta e formosa coupletista Amélia Vasquez tem marcado
um extraordinário sucesso com as suas lindas e castiças «Jotas Aragonezas» e com os seus
finíssimos couplets cheios de graça e ternura. As canções Ay, Ay, Ay e Duchese já andam
correndo Lisboa, tão bem caíram no ouvido do público que as aplaude todas as noites.” (DL,
9/9/1929)

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movimentos que executa. Ferro espanta-se: “Chega a parecer, às vezes, que


ele vai malabarizar os seus braços, as suas pernas, a sua cabeça inverosímil.
Braço para aqui, perna para ali, a cabeça para acolá. Tudo desatarraxado e
tudo regressando a seu lugar, instantaneamente.” (Diário de Notícias,
4/1/1928)7
Ainda que se encontrasse ausente da crítica do Diário de Lisboa, o jazz
era reconhecido por quem escrevia nessa secção. Na critica à opereta Cló-cló,
de Léhar, Artur Portela observa que a obra em cena oscilava entre temas de
peças anteriores do compositor e “ritmos modernos”, descrevendo o primeiro
acto como “alegre e vivo tanto na orquestra como no palco. Sem abusar de
sons estralejantes de jazz-band.” (DL, 8/12/1925). Na crítica ao Concertino
para piano e orquestra de Honneger, em primeira audição em Portugal,
Francine Benoît considera-a uma obra prima pela construção harmónica e os
jogos de timbres, e identifica o acorde final, súbito e estridente, no qual
sobressai o trombone, como um elemento de jazz: “O papel primacial do Jazz –
um trombone de varas de timbre fanhoso, todos o sabem, no final é uma nota
de ironia a esconder melancolias.” (DL, 28/12/1928). Apesar de não ser comum
a escrita de crítica musical a espectáculos de agrupamentos de jazz, é de
Benoît a outra crítica a um concerto de jazz de que tenho conhecimento nesta
década. Foi publicado em A Informação, jornal com o qual colaborou durante o
Verão de 1926. Nesse ano, Benoît já escrevia para o Diário de Lisboa, mas os
artigos de Agosto e Setembro foram enviados para o outro jornal (não me foi
possível determinar o que a levou a trocar temporariamente o Diário de Lisboa
por A Informação).

Rufo de caixa, paulitos tremelicados, sons metálicos secos e mordazes, buzina,


bombo, assobio, gritos e guinchos que nem são riso, nem zanga, nem protesto, nem
afirmação, eis o jazz!... alegria contemporânea (…). / Quem lhe resiste? É escuro como
o breu, tem grossos lábios vermelhos salpicados de roxo, dentes de luz e olhos de
lume e enverga casaca negra orlada de guizos (A Informação, 1/9/1926).

A crítica descreve um ambiente vivo e cheio de cor, mas que ridiculariza


os intervenientes e a música. A aparência dos músicos é caricaturada, fazendo

7Apesar de se encontrar esta crítica ao espectáculo no Diário de Notícias, não era comum a
escrita de crítica a espectáculos de jazz neste periódico.

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lembrar a ilustração de Emmerico para a capa da edição de 1 de Março de


1927 da revista Ilustração8, e a sonoridade da música é descrita exaltando o
ruído provocado pelos instrumentos e vozes, parecendo-me que a autora não
compreendeu bem a música que escutou. Não se afasta muito da descrição do
já citado texto da secção de Mundanismo sobre uma festa no Grande Hotel de
Itália em que são mencionados os sons estridentes e as “dissonâncias” da
orquestra jazz e dos instrumentos distribuídos pelos convivas (DL, 14/11/1928).

Conclusão
As diversas referências a jazz recolhidas no Diário de Lisboa ao longo
da década de 1920, transmitem imagens antagónicas que revelam as posições
contrárias em que o jazz é discutido. A associação do jazz a um ambiente
imoral, primitivo e desordenado opõe-se, naturalmente, a um ideal de
moralidade, erudição e ordem, encontrados na música clássica ocidental. Mas
o que esta divisão me parece propor é que a receção do jazz no Diário de
Lisboa espelha um confronto entre modernidade e tradição, contraste que se
materializa nas diferenças de conteúdo e discurso dos anúncios à actuação de
agrupamentos e dos comentários e opiniões sobre o género musical em
artigos. Músicos que formam jazz-band e empresários de restaurantes, clubes
e outros espaços onde estas se apresentam publicitam em termos positivos a
música, destacando a sua alegria – o objectivo é transmitir uma imagem de
modernidade, diversão e liberdade e, claro, atrair público. Mas, por outro lado,
escritores, cronistas e jornalistas que colaboram com o Diário de Lisboa (e
outros periódicos também consultados) transmitem opiniões depreciativas
sobre a música, o que me parece poder ser interpretado como uma reacção às
mudanças de costumes e comportamentos que influenciam a sociedade
lisboeta desta época, da qual o jazz – o novo género musical – é um dos
símbolos.
A ausência do jazz das secções de crítica musical e de teatro pode ser
percebida tendo em conta a natureza do jazz e a natureza do próprio jornal.
Nesta época, o jazz é essencialmente música de dança, executada em
espaços de lazer e diversão, em contextos de festa e convívio social, sendo

8A revista está digitalizada pela Hemeroteca Municipal de Lisboa e pode ser consultada no site
da Hemeroteca Digital.

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ouvida para ser dançada. Poder-se-á considerar que é um género de música


que não é ainda entendido como obra de arte, passível de ser escutado e
apreciado enquanto objecto artístico sujeito a uma apreciação estética. A
recepção crítica de Black Follies por António Ferro corresponde a esta posição,
mas, note-se, tratou-se de um espectáculo consensualmente designado de
revista, por uma companhia na qual avultavam nomes relevantes do meio, em
digressão, e que se apresentaram num teatro, requisitos comuns ao grosso da
crítica publicada na imprensa diária desta época. Por outro lado, a crítica de
música era um espaço circunscrito a um circuito de teatros e salas da capital,
das quais se destacavam o teatro de S. Carlos, o Coliseu, o Teatro S. Luís, o
Teatro do Ginásio, o Teatro da Trindade, o salão do Conservatório, a Liga
Naval, e a concertos que requeriam uma atitude de escuta concentrada na
música e no palco por parte do crítico. É por isso um espaço de distinção e
categorizadora de géneros musicais. A revista e a opereta, por exemplo,
géneros de espectáculo músico-teatral, como a ópera, mas considerados mais
populares, são excluídos da secção de música e aparecem sempre na secção
de teatro, sendo, de um modo geral, comentados pelo crítico de teatro do jornal
(no caso do Diário de Lisboa, Artur Portela). Parece-me que esta
hierarquização também permite entender por que é que os espectáculos de
jazz estão ausentes do Diário de Lisboa.
Contudo, este afastamento dos cronistas de música em relação ao jazz
cria um círculo vicioso que afectou e condicionou a recepção de jazz em
Portugal. Martins observa:

Enquanto que nos restantes países europeus, desde a década de 20, apareceram
artigos de análise musical e sociológica sobre o fenómeno Jazz, assinados por músicos
eruditos de renome internacional – o que permitiu o rápido esclarecimento do público,
clarificando a posição deste em relação à própria música, favorecendo a produção e
promoção de músicos intérpretes/compositores de música Jazz –, em terras lusas
foram necessários 25 anos até que surgisse alguém interessado em divulgar a
«verdadeira música de Jazz» (Martins 2006: 62)9.

9 Martins está a referir-se a Luiz Villas-Boas que, primeiro através de um programa sobre jazz
na Emissora Nacional, em 1945, depois com a escrita de crónicas no suplemento de Rádio
Mundial, de O Século, em 1946, e por fim com a fundação do Hot Club de Portugal, na mesma
altura, contribuiu decisivamente para a implementação do jazz e compreensão do género em
Portugal. (cf. MARTINS 2006).

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Como foi sendo mencionado, o tipo de textos que surgem na imprensa


periódica em Portugal ao longo da década de 1920 sobre jazz apresentam
visões negativas e depreciativas sobre a música, associando-a a condutas
imorais e aos malefícios da sociedade, ou descrevendo a música em tons
caricaturais, exaltando o burlesco e a bizarria, sempre em contraponto com a
música erudita. Ou seja, não ajudam os leitores a compreender melhor aquela
música nova. Mas também é possível que a falta de conhecimento que os
músicos que formavam as jazz-band tinham da cultura, linguagem, técnica e
espírito requeridos para tocar jazz tenha condicionado a recepção da música
entre os articulistas mencionados e os críticos de música.

Com as barreiras estruturais, morais, sociais e culturais que dominavam a sociedade


portuguesa dos anos 20, é compreensível que os portugueses tivessem produzido uma
música inspirada no Jazz dos EUA embora não tenha passado de mera experiência
que, acusando a onda «louca» americana, não conduziu ainda à verdadeira
assimilação da música Jazz em Portugal (Martins 2006: 87).

Quem lhe resiste, perguntava Benoît… Provavelmente poucas pessoas


lhe ficavam indiferentes e, apesar das diferenças de tratamento, torna-se
evidente que o jazz marcou esta época. Repare-se, contudo, que no total das
edições do Diário de Lisboa consultadas, o número de referências ao jazz
encontradas é pequeno. Tal poderá ser mais um indicador de como o jazz foi
recebido com um certo “desinteresse” e “desprezo” (Martins 2006: 63),
reforçando a perspectiva de que será nas décadas seguintes que se assiste à
verdadeira implementação do jazz em Portugal.

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Bibliografia
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Tengarrinha, José. 2006. Imprensa e opinião pública em Portugal. Coimbra: Minerva


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Vaz, Cecília. 2008. Clubes nocturnos modernos em Lisboa: sociabilidades, diversão e


transgressão (1917-1927). ISCTE. https://repositorio.iscte-iul.pt/handle/10071/1265
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Portugal no século XX, Salwa Castelo-Branco (dir), 649-659. Lisboa: Círculo de
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___. 16/2/1927. “Dia-a-dia – Jazz-Band”. Jornal do Comércio e das Colónias: 1.

Benoît, Francine.1/9/1926. “Jazz-Band”. A Informação: 3.

Castro, Ferreira de. 19/1/1924. “A propagação do jazz-band”. Ilustração Portuguesa:


77-78.

Diário de Lisboa – 1921-1929

Diário de Notícias – Janeiro 1928

“Mi Menor”. 10/10/1924. “A agonia do jazz”. Ritmo, quinzenário de música: sem


numeração

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Vedetas precisam-se: o papel da Revista Rádio e televisão na


criação de novos intérpretes em portugal no início da década
de 1960

JOÃO RICARDO PINTO

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palvras-chave: Imprensa escrita, concursos musicais, Vedetas


Precisam-se, Rádio e Televisão, media.

Keywords: Written press, musical contests, Vedetas Precisam-se,


Rádio e Televisão, media.

Cita recomendada:
Pinto, Joâo Ricardo. 2017. “Vedetas precisam-se: o papel da Revista Rádio e
televisão na criação de novos intérpretes em portugal no início da década de
1960”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10. <URL> (Fecha de consulta
dd/mm/aa)

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VEDETAS PRECISAM-SE: O PAPEL DA REVISTA RÁDIO E TELEVISÃO NA


CRIAÇÃO DE NOVOS INTÉRPRETES EM PORTUGAL NO INÍCIO DA
DÉCADA DE 1960

Joâo Ricardo Pinto

Resumo

Até ao início da década de 1960 a imprensa escrita, especialmente a que se


dedicava de uma forma mais evidente ao mundo do espetáculo,
desempenhava um importante papel na divulgação do trabalho desenvolvido
por músicos, produtores musicais, editoras discográficas, entre outros. A
publicação de notícias, críticas, entrevistas, ou reportagens ligadas ao campo
musical, foram importantes não só por dar a conhecer a atividade em torno da
música, como também por permitir o acesso a informação que não surgia
noutros meios de comunicação.

Na década de 1950 a imprensa escrita ganharia maior visibilidade ao organizar


concursos musicais com base em intérpretes que já tinham as suas carreiras
consolidadas, como por exemplo, o concurso das Rainhas da Rádio e da
Televisão por parte da revista Flama.

Contudo, a organização do concurso Vedetas Precisam-se, por parte dos


responsáveis da revista Rádio e Televisão, que teve como principal objetivo
encontrar novos intérpretes, foi um marco importante. Embora não sendo o
primeiro evento competitivo organizado pela imprensa escrita, foi o primeiro em
que se procurou criar novos artistas.

Deste modo, a organização do concurso Vedetas Precisam-se em 1961,


redefine o papel da imprensa escrita no meio mediático, ao tornar-se criadora
de fluxos musicais. Embora o concurso fosse apenas o primeiro passo para
atingir o objetivo pretendido, pois não era possível criar vedetas sem a
colaboração de outros meios de comunicação, como por exemplo a rádio,
televisão ou a indústria discográfica, este foi um evento que permitiu que
jovens desconhecidos do mundo artístico tivessem a oportunidade de pisar os

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principais espaços de espetáculos portugueses, bem como estarem presentes


nos diferentes meios de comunicação, ou seja, tornarem-se vedetas.

Palavras chave: Imprensa escrita, concursos musicais, Vedetas Precisam-se,


Rádio e Televisão, media

Abstract

Until the beginning of the 1960s the written press, especially that dedicated to
the world of the show, played an important role in the dissemination of the work
developed by musicians, musical producers and record companies, among
others. The publication of news, critiques, interviews, or reports related to the
musical field were important not only for making known the activity around
music, but also for allowing access to information that did not show up in other
media.

In the 1950s the written press gained visibility by organizing musical contests,
such as the competitions of the Rainhas da Rádio e da Televisão organized by
Flama magazine, around interpreters who had consolidated careers.

However, the organization of the Vedetas Precisam-se contest, which aimed


was to find new interpreters, by those responsible for the publication of Rádio e
Televisão magazine, was an important moment of change. Although it was not
the first competitive event organized by the written press, this was the first
attempt to create new artists.

Thus, the organization of the Vedetas Precisam-se contest in 1961 redefines


the role of written press, which becomes a creator of musical flows. Although
the contest was only the first step towards achieving the desired goal, which it
was not possible without the collaboration of other media, such as radio,
television or the record industry, this was an event that allowed unknown
youngsters to perform in the main spaces of Portuguese shows, as well as to be
present in the different media; in others words, to become vedetas.

Keywords: Written press, musical contests, Vedetas Precisam-se, Rádio e


Televisão, media.

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O ambiente político em Portugal no início da década de 1960, foi em


grande medida um reflexo do que foram as duas décadas anteriores,
caracterizadas pela ambiguidade entre o ambiente político ditatorial vigente,
fechado sobre si mesmo, e os movimentos políticos e culturais vindos do
exterior.
A abertura do ponto de vista político sentida em vários países europeus
com o fim das ditaduras na década de 1940, como por exemplo Itália (1943),
França (1944) ou Alemanha Ocidental (1945), bem como o crescente
incremento das relações entre diferentes países, desenvolveu um crescente
sentimento de construção de um projeto europeu supra nacionalista (Meneses
2009: 374).
Em sentido contrário, Portugal continuava sob um regime político que
procurou fechar-se ainda mais, sem, contudo, ignorar o novo contexto europeu,
como evidencia o facto de em 1948 ter sido membro fundador da Organização
Europeia de Cooperação Económica (OECE). Esta opção política revela que se
desejava um Portugal enquadrado no novo contexto europeu, mas não
permitindo que a democratização sentida em grande parte da Europa Ocidental
se tornasse numa realidade em Portugal, atitude que Filipe Meneses refere
como uma “evolução gradual de uma aceitação de parceria com o resto da
Europa” (ibid.).
Embora fosse uma tarefa complexa pela sua ambiguidade,
operacionalizada através da proibição e do medo de represálias por parte da
Polícia Internacional e de Defesa do Estado (PIDE), tinha, contudo, a seu favor
o facto de no único país com quem fazia fronteira, Espanha, também vigorar
um regime político ditatorial.
Embora o sistema político procurasse mostrar uma grande solidez
através da propaganda política, os sinais de rutura começaram a tornar-se
mais evidentes no final da década de 1950. A popularidade de Humberto
Delgado como candidato à presidência da república, e a carta do Bispo do
Porto, dois incidentes verificados em 1958, são demonstrativos do desejo de
mudança política em Portugal no final da década de 1950; uma democratização

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que só se viria a verificar a 25 de abril de 1974 com o fim do Estado Novo 1.


Ao contrário do que se verificava com o movimento de autonomização
das ex-colónias iniciado ainda antes da IIª Guerra Mundial, formalizado com a
Declaração sobre a Concessão de Independência aos Países e Povos
Coloniais da Organização das Nações Unidas (ONU) assinada a 15 de
dezembro de 1960, Portugal envolve-se numa guerra colonial, o que revela o
seu isolamento relativamente aos restantes países europeus não só
relativamente ao processo de descolonização, como de democratização.
No que diz respeito à atividade musical António Ferro2, uma figura
central na definição do que foi a política cultural nas duas primeiras décadas do
Estado Novo (Raimundo 2015), aplica à música a sua “política do espírito” que
se apoiada em três pilares: o uso da cultura como meio de propaganda; a
conciliação das velhas tradições com a modernidade; e o estabelecimento de
uma cultura popular nacional.
Esta foi a sua base ideológica enquanto diretor do Secretariado Nacional
de Informação, Cultura Popular e Turismo (SNI)3, entre 1933 e 1949, e viria a
ser a base da sua atuação enquanto diretor da Emissora Nacional de
Radiodifusão4 (ENR), entre 1941 e 1949, no que à música diz respeito.
Neste sentido procurou

imprimir um novo dinamismo às emissões, afirmando que o <<dogma da boa


radiodifusão>> deveria ser <<não aborrecer, nunca aborrecer>> [mas fomentar] o
aparecimento de <<vedetas da rádio, servidas por boas orquestras de variedades, que
sejam companheiras prediletas dos radiouvintes>> (Silva 2010: 1084).

Este desejo, que partia da vontade de criar música feita em Portugal


com base nos modelos internacionais, teve como respostas a criação do
Gabinete de Estudos Musicais (GEM) em 1942, da Orquestra Típica
Portuguesa (OTP) no ano seguinte, e do Centro de Preparação de Artistas da

1 Nome dado ao regime político ditatorial que vigorou em Portugal entre 1933 e 1974.
2 Responsável pelo aparelho de propaganda nas primeiras décadas do Estado Novo.
3 O Secretariado da Propaganda Nacional (SPN), criado em 1933, passa a designar-se

Secretariado Nacional de Informação, Cultura Popular e Turismo (SNI) em 1944.


4 Criada em 1935 como um serviço público, conhecida por Emissora Nacional (EN), foi a

estação de rádio estatal ao longo de todo o Estado Novo.

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Rádio5 (CPAR) em 1949 que, dirigido por Mário Mota Pereira6, foi responsável
pelas vozes que viriam a ter grande notoriedade na década de 1950 e 1960, no
âmbito da música ligeira (Moreira 2010) ou nacional-cançonetismo (César
2010).
O CPAR organiza em 1958 o I Festival da Canção Portuguesa, que teve
lugar no Cinema Império (Lisboa), na noite de 21 de janeiro. Cerca de dois
anos e meio mais tarde, a 1 de junho de 1960, a ENR e o SNI organizaram o II
Festival da Canção Portuguesa (RTV, 11 de junho de 1960), que se realizou no
Coliseu do Porto, tendo a terceira edição lugar no Casino Peninsular da
Figueira da Foz nos dias 20 e 21 de agosto de 1961. Esta última foi o início de
um intercâmbio entre o Festival da Canção Portuguesa e o Festival da Canção
Espanhola.
No ano em a ENR, realiza III Festival da Canção Portuguesa, a televisão
inicia-se na organização pela primeira vez de um concurso em torno da música,
o Iº Concurso de Canções Ligeiras, que refere no regulamento o facto de um
dos prémios a ser atribuído ser “a apresentação pela RTP no Concurso
Internacional da Canção Ligeira da Eurovisão em 1961”. Porém, tal não se
verificou. Entre outras razões terá estado o facto de a Radiotelevisão
Portuguesa (RTP) ainda não dispor do videotape7, formato no qual as
participações deveriam ser enviadas para o certame internacional.
No que à organização de concursos em torno da música diz respeito, a
imprensa escrita, especificamente a revista Flama, organizou o concurso
Rainha da Rádio em 1950 e 1955, ao qual se veio a juntar a Rainha da
Televisão em 1960 e 1964.
Todos os concursos referidos, fossem centrados na criação ou na
performação musical, tiveram como intérpretes vedetas já consagradas.
5 Em diferentes trabalhos este é designado por Centro de Preparação de Artistas, ou ainda
como Centro de Preparação de Artistas da Emissora Nacional, como referência à rádio no qual
estava integrado. “Surgido em 1947 e reativado em 1954, o centro foi dirigido sucessivamente
pelo professor Mário Mota Pereira, pelo maestro Belo Marques e pelo maestro e compositor
Joaquim Luís Gomes” (Santos 2014: 254).
6 Mário Mota Pereira (1909-1969) chefiou a Secção de Música Viva da ENR nos anos 30, tendo

sido diretor CPAR aquando da sua criação em 1947.


7 Aparelho que permitiu gravar som e imagem numa fita de Mylar coberta, de um modo

uniforme, por material magnetizável, normalmente óxido de ferro, cuja retenção deverá ser por
um período o mais dilatado possível, teoricamente infinito, na qual se faz o registo das
múltiplas pistas de sinal de vídeo, assim como de áudio, pista auxiliar, pista de comando e pista
de timecode. (Henriques 1993: 137). O primeiro videotape lançado comercialmente foi o VR-
1000 pela firma Ampex Corporation, em 1956.

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Contudo, no início da década de 1960, mais precisamente em 1961, surge a


organização de um concurso, Vedetas Precisam-se, por parte da revista Rádio
e Televisão (RTV) que, segundo os organizadores, tinha como objetivos
encontrar “novos nomes, novas vozes e novos rostos que trouxessem para a
música portuguesa novos êxitos com um interesse renascido entre
espectadores e ouvintes”, (RTV, 3 junho de 1961).
Estes objetivos parecem ter sido o mote para que a RTV organizasse
um concurso de âmbito nacional dividido em duas eliminatórias e uma final,
momentos em que os concorrentes se apresentaram perante um júri que
avaliou as interpretações de sucessos musicais já sobejamente conhecidos,
em importantes espaços públicos de espetáculos, como veremos mais à frente.
Embora o concurso Vedetas Precisam-se não tivesse tido a participação
direta da rádio ou da televisão na sua organização, a final foi emitida
simultaneamente por ambos os meios de comunicação em direto. Para além da
importância deste momento, os media referidos parecem ter tido um importante
papel para que o concurso atingisse um dos seus objetivos, ou seja,
transformar os vencedores do concurso em vedetas.
A organização de um concurso com os objetivos referidos parece apoiar-
se na vontade de alterar o panorama musical no que aos intérpretes diz
respeito. Deste modo, importa conhecer quais as motivações que levaram à
sua organização; o porquê de ter sido a imprensa escrita a ter essa iniciativa;
qual o papel da rádio, da televisão e da indústria discográfica na criação de
vedetas; e quais os resultados da sua realização.
Estudar um acontecimento que procurava intervir num campo cultural
mais alargado, ao pretender criar “novas vozes”, remete-nos para importância
da partilha de elementos na indústria do entretenimento como a tendência para
a concentração da ocupação, a convergência industrial e a sinergia cooperativa
(Deaville 2011). Assim, para estudar o concurso Vedetas Precisam-se será
impreterível assumir a partilha de elementos na indústria cultural associada à
música, que se desenvolve num ecossistema mediático definido pelas relações
entre os diferentes meios de comunicação: cinema, rádio, televisão e imprensa
escrita.
Centrado a análise na imprensa escrita importa não só referir o seu
papel como divulgadora, seja através da publicação de eventos, seja pela

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publicação de notícias e entrevistas em torno de temáticas associadas ao


mundo do espetáculo, bem como o seu papel analítico através da publicação
da crítica em torno da música.
Neste sentido, para além do enquadramento político, importa
compreender a relação entre a imprensa escrita e os restantes meios de
comunicação no que à música diz respeito. Analisar as suas dinâmicas e
interações como um processo que inclui práticas de experimentação, o
aperfeiçoamento contínuo das estratégias estéticas ou de programação, bem
como outros fatores culturais mais abrangentes (Forman 2012:7).
A revista organizadora deste concurso, a RTV, tem início no dia 8 de
setembro de 1956, quatro dias após o início das emissões experimentais de
televisão em Portugal. Publicada semanalmente, esta é uma continuação da
revista Rádio Nacional, que iniciou a sua publicação a 1 de agosto de 19378 e,
tal como a sua antecessora, era propriedade da Empresa do Jornal de
Comércio e das Colónias. A sua antiga designação, Rádio Nacional, passa a
ser usada para um suplemento inteiramente dedicado à programação televisiva
e radiofónica.
A mudança de nome não se tratou de uma coincidência. Para além dos
já regulares artigos de opinião, notícias, ou outros formatos jornalísticos
dedicados principalmente ao campo radiofónico ou às programações dos
diferentes espaços de espetáculos públicos, passa a incluir no seu editorial
temáticas associadas ao campo televisivo, seja do que acontecia em Portugal
seja relativamente a estações de televisão congéneres estrangeiras. Tal facto é
revelador da importância do advento da televisão nas mudanças verificadas ao
nível da imprensa escrita, o que se expõe nas relações de dependência
editorial.
Entre 1956 e 1964 a publicação da revista RTV pode ser dividida em
quatro fases:
 1ª fase - de setembro de 1956 a 13 de abril de 1957 – fase em que a
revista é dirigida por Diniz Bordallo Pinheiro, e que corresponde à fase
das emissões experimentais de televisão em Portugal.

8 Substituindo o então Boletim Mensal da ENR.

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 2ª fase - de 13 de abril de 1957 a 28 de fevereiro de 1959 – fase a que


corresponde o início das emissões regulares de televisão em Portugal (7
março de 1957) e ao início de funções de Fausto Lopo de Carvalho
como diretor da revista (13 de abril de 1957). A 27 de dezembro do ano
seguinte esta função é assumida por Domingos Mascarenhas. Este
período é caracterizado pela existência de uma rubrica radiofónica
designada como “suplemento falado”, iniciativa da RTV, emitido
semanalmente na Rádio Renascença, e mais tarde também na Voz de
Lisboa.
 3ª fase – 28 de fevereiro de 1959 a 1 de dezembro de 1962 – período
que se caracteriza pela alteração da imagem da publicação, que
acontece três vezes (28 de fevereiro de 1959, 3 de setembro de 1960 e,
11 de março de 1961), pela ocupação das capas com imagens das
principais vedetas associadas à música, à rádio, à televisão e ao
cinema, bem como pelo aumento do número de páginas. Domingos de
Mascarenhas deixa a direção da revista a 30 de maio de 1959, e
Caetano de Carvalho assume essa responsabilidade na edição seguinte
6 de junho. Esta fase caracteriza-se também por uma maior organização
da revista, que passa a editar rubricas fixas como por exemplo: Discos
(mais tarde intitulada Discos Novos), Vamos ao Cinema, Actualidades
TV, Melodias de Sempre (mais tarde Êxitos da Canção), Música e
Bailado, Panorama Literário, Tenha Opinião – Seja um Crítico,
Bastidores, Comentários TV, Espetáculos do Mundo, entre outras.
 4ª fase – a partir de 1 de dezembro de 1962 –Caetano de Carvalho
mantém-se como diretor até 9 de fevereiro de 1963, data em que Fausto
Lopo de Carvalho volta de novo a assumir a direção da revista. Assume
uma nova imagem e surgem duas rubricas de opinião: Música da
responsabilidade de Joly Braga Santos, e Câmara 3 assinada por Mário
Alves, críticos de música e de televisão, respetivamente. Mantêm-se as
rubricas Êxitos da Canção, Espetáculos do Mundo, Discos Novidades
(antiga rubrica Discos Novos), Tenha Opinião, entre outras e surgem
como novidades Ondas, Quadrante, Televisão (de Viriato Pimentel que
mais tarde assume a redação da rubrica Diário, passando esta a ser

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escrita por Miguel Serrano e posteriormente por Artur Portela Filho),


Lumiar e Cª (de Rolo Duarte), Antena da Europa, Parque Mayer (de
Francisco Nicholson), TV dia-a-dia, Aniversários das Vedetas, etc.

Deste modo podemos afirmar que a organização do concurso Vedetas


Precisam-se aconteceu na terceira fase da revista RTV, a qual é caracterizada
pela aposta bastante evidente nas vedetas da época.
Este facto é muito evidente nas capas da revista, pois desde a primeira
capa totalmente ocupada com uma vedeta associada à música, Madalena
Iglésias a 19 de fevereiro de 1959, muitas outras se seguiram, como por
exemplo:
Simone de Oliveira 28 de fevereiro de 1959
Maria José Valério 21 de março de 1959

Deolinda Rodrigues 11 de abril de 1959


1959

Saudade dos Santos 6 de junho de 1959


Susana Prado 13 de junho de 1959

Guilherme Kjölner 20 de junho de 1959


João Maria Tudela 6 de agosto de 1960
Shegundo Galarza 20 de agosto de 1960
1960

Trio Odemira 1 de outubro de 1960


Maria de Lurdes Resende 26 de novembro de 1960
Maria de Fátima Bravo 10 de dezembro de 1960

Paula Ribas 11 de fevereiro de 1961


Gina Maria 8 de julho de 1961
1961

Rui de Mascarenhas 5 de agosto de 1961

Maria de Fátima Bravo 9 de dezembro de 1961


Filipe de Brito 20 de janeiro de 1962
Eugénia Lima 21 de abril de 1962

Manuel Fernandes 28 de abril de 1962


1962

Márcia Condessa 26 de maio de 1962


Amália Rodrigues 21 de julho de 1962

Francisco José 4 de agosto de 1962


Fernanda Maria 29 de setembro de 1962

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Se no que diz respeito às capas da revista RTV existiu uma evidente


aposta na imagem das vedetas com carreiras já consagradas, o concurso
Vedetas Precisam-se vai em sentido contrário, como referi, procurando
“descobrir novas vocações entre os nossos jovens que queiram vencer” (RTV,
9 de dezembro de 1961).
Esta alteração que se traduziu na organização de um concurso centrado
de novos intérpretes musicais parece ter-se verificado pela ausência de uma
estrutura que tivesse como objetivo a renovação do panorama musical
associado à música ligeira. Desde o final da década de 1940 que este papel
era assumido pelo CPAR. Contudo, a ida do seu responsável, Mota Pereira,
para o Brasil fez com que perdesse a centralidade que teve aquando da sua
origem, o que permitiu à imprensa escrita ocupar esse espaço no início da
década de 1960. Tal facto redefiniu a organização das relações entre os
diferentes campos associados à indústria musical. A rádio parece entrar num
processo decrescente relativamente à sua posição, não só pela iniciativa
Vedetas Precisam-se por parte da RTV, como pelo aparecimento da televisão
que foi gradualmente fortalecido a sua posição, tanto ao nível da disseminação
musical como na origem de novas categorias musicais a partir de meados da
década de 1960. Uma redefinição dos papéis na indústria musical.
A primeira menção ao concurso Vedetas Precisam-se, que se pretendia
de âmbito nacional, é feita na capa revista organizadora do concurso a 3 de
junho de 1961, onde se lê: “Vedetas Precisam-se (Uma oportunidade só para
novos que queiram vencer)”.
Na notícia intitulada Chamada Geral, publicada na mesma edição da
revista, é referido que “a Televisão, a Rádio, os palcos são sorvedoiro contínuo
de talentos que um dia surgem do nada, se materializam e conquistam as
simpatias do grande público e os seus melhores aplausos”. Se por um lado
esta afirmação mostra o desejo de criar vedetas “que surgem do nada”, por
outro lado revela que esta iniciativa procurava contar com a colaboração de
outros meios de comunicação, bem como com a contribuição de outros
espaços de espetáculo fora do campo dos media, como veremos mais adiante.
Na edição seguinte, a 10 de junho, que refere o grande interesse que o
anúncio do concurso suscitou, é noticiado que o primeiro prémio será um

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contrato com uma das boîtes9 da capital. Também procura motivar os mais
jovens a inscreverem-se no concurso: “Se julga ter vocação para cançonetista,
cantor ou cantora, e se quiser tentar a sorte, basta ser jovem e querer vencer”.
A 17 de junho, volta o tema do concurso Vedetas Precisam-se com a
indicação de que a meia-final do Norte será realizada no Casino de Espinho, a
do Sul no Restaurante Concha (Praia das Maçãs), e a final na “mais elegante
boîte de Lisboa”, sem mencionar qual. Na semana seguinte, são apresentados
os objetivos do concurso:

apresentar alguns nomes com reconhecido valor para o <<music-hall>> português;


contribuir para a valorização do nosso mundo artístico, dando oportunidade a vários
jovens artistas de se aperfeiçoarem atuando, lado a lado, com os bons artistas que,
incontestavelmente a televisão e a rádio nacionais possuem nos seus elencos habituais
(RTV, 24 de junho de 1961).

A data de publicação das bases10 do concurso e dos boletins de


candidatura é anunciada a 22 de julho de 1961, para a semana seguinte, e fica
a saber-se que o programa passou a contar com a colaboração do popular
programa de Armando Marques Ferreira e António Miguel, Meia-Noite11 do
Rádio Clube Português (RCP), que viria a ter um importante papel na sua
divulgação, como refiro mais à frente.
No dia em que são publicadas as bases do concurso e os boletins de
candidatura, a 29 de julho de 1961, ficamos também a saber que a Tágide12
receberá a meia-final do Sul do país (anteriormente tinha sido anunciada a sua
realização no Restaurante Concha), bem como a final. São ainda prometidos
aos concorrentes melhores classificados os seus primeiros contratos no
mesmo espaço público de espetáculo. É ainda feita uma referência ao facto da
editora discográfica Alvorada também querer patrocinar o concurso,

9 Nome dado aos estabelecimentos comerciais noturnos, predominantemente com música ao


vivo, onde se ia para ouvir música e dançar.
10 Termo usado na época para regulamento.
11 Programa do Rádio Clube Português, iniciado em outubro de 1959, com produção de

Armando Marques Ferreira e António Miguel (Flama, 13-10-1961).


12 Situada no Largo da Academia Nacional das Belas Artes (Lisboa) foi, durante algumas

décadas do século XX, uma reputada discoteca e em simultâneo um prestigiado restaurante.


Neste passaram artistas de renome internacional, tais como Mireille Robert e Charles
Aznavour.

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possibilitando aos quatro primeiros classificados a gravação em disco das


canções que fossem um êxito.
A lista de concorrentes vai sendo publicada ao longo de várias edições
da revista. A partir destas podemos concluir que a 12 de agosto eram 75, na
semana seguinte 135, a 26 de agosto eram já 189, a 2 de setembro 265, e a 9
do mesmo mês 385. Na última lista publicada, a 16 de setembro, eram 468 os
aspirantes a vedeta.
A 12 de agosto, é noticiado o desejo de colaboração do letrista Artur
Machado, que propôs oferecer letras para fados ou canções para os quatro
primeiros classificados. No dia 26 do mesmo mês é anunciado de que Márcia
Condessa oferece contratos profissionais aos dois melhores fadistas (homem e
mulher) para atuarem na sua casa típica, que tinha o seu nome.
Segundo noticiado a 9 de setembro de 1961, o semanário Ondas, de
Barcelona, refere este concurso como sendo um bom exemplo pelo tipo de
prémios que proporciona aos vencedores, por não atribuir prémios monetários.
Como descrito no regulamento os prémios eram a possibilidade de terem
contratos firmados pela gerência da Tágide (7º ponto), e a possibilidade de
gravar para a etiqueta Alvorada (8º ponto).
A 23 de setembro é feita uma grande reportagem sobre as eliminatórias
já realizadas, e uma semana depois, a 30 de setembro, a capa da revista é
totalmente dedicada a Alfredito de Viana, um dos concorrentes apurados no
Casino de Espinho. O júri da eliminatória do Norte foi formado por Manuel
Rodrigues (presidente da direção da Casa da Imprensa), Elisa de Carvalho
(diretora do Jornal Feminino), Fialho de Oliveira (em representação do diretor
da revista RTV, Caetano Carvalho, ausente devido a doença), Paula Ribas
(cançonetista) e Nóbrega e Sousa (compositor) (RTV, 30 de setembro de
1961).
É ainda na edição de 30 de setembro que são apresentadas as
eliminatórias do Sul, que se iriam iniciar passadas duas semanas. A 14 de
outubro são anunciadas as datas das eliminatórias referidas, entre os dias 27 e
30 de outubro, não na Tágide como tinha sido noticiado, mas na Casa da
Imprensa em Lisboa. Esta eliminatória teve a inscrição de 456 concorrentes.
Na capa da edição de 18 de novembro de 1961, é anunciado o Pavilhão
dos Desportos como local para a final, e numa notícia, no interior da mesma

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edição, é anunciada a data de 9 de dezembro para a sua realização. No dia 25


do mesmo mês encontramos os nomes dos concorrentes selecionados para a
final, divididos pelas seguintes categorias de “atividades artísticas”:

Cançonetistas:
 Noite de Luar - por Mário Tavares13
 Beija-me Muito – Rui Inglês
 You’ll Never Know - por Mário Ochoa
 Tudo ou Nada – por Eduardo Manuel
 Around the World - por Alberto Fortes
 Mamã – Tony Navarro
 Adios España – por Nuno da Câmara
 Siboney – por Maria Antunes Fiúza
 Ontem e Hoje – por Maria Odette
 La Compañera – por Alfredito de Viana
 La Novia – por João Calheiros
 Sanza Nisciuno - por José Paulo
 Saudade de Amor – Lia de Frias
 Balada Triste – Pedro Macedo
 La Pachanga - por Maria Morena
 Te Diró - por Victor Silva

Fadistas
 Belos Tempos – Manuel Rodrigues
 Foi Deus – Arminda Mendes
 Saudade, vai-te embora – por Natalina José
 Fado da Mouraria – por Armando de Andrade

Conjuntos
 Nunca Mais - pelo conjunto Os Três Menos Um
 As Czardas - pelo Trio Harmonia

13Embora seja apresentado como cançonetista antes da final, na edição de 16 de dezembro,


após a final do concurso surge enquadrado no grupo de concorrentes na categoria de fado.

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Acordeonistas
 Albino Ramos Faísca

Para além das categorias dos prémios previstos às quais me dedico


mais à frente, importa salientar não só o facto de os cançonetistas serem
separados dos fadistas, como os primeiros serem em número muito superior
quando comparados com os primeiros.
As constantes referências ao concurso Vedetas Precisam-se evidenciam
a importância dada ao evento pela revista organizadora ao fazer deste um
assunto quase constante, não só ao longo do período de divulgação e inscrição
dos concorrentes, bem como durante a realização das duas eliminatórias.
Conforme referi anteriormente, várias referências ao concurso fazem
subentender que existia por parte dos responsáveis da RTV o desejo de
colaboração de outros meios de comunicação, assim como de vários espaços
públicos. Caso houvesse alguma dúvida a este respeito, na legenda da capa
da RTV de 16 de dezembro de 1961 (figura 1) podemos ler:

Os vencedores do concurso VEDETAS PRECISAM-SE-1961, com Maria de Lurdes


Resende, madrinha dos novos artistas. Um Êxito que não pertence, apenas, à RÁDIO
E TELEVISÃO, mas ao programa MEIA-NOITE, de António Miguel e Armando Marques
Ferreira, aos discos ALVORADA14, ao Restaurante Típico de MÁRCIA CONDESSA 15 e
ao dinâmico empresário da TÁGIDE, Campos Ferreira (RTV, 16 de dezembro de
1961).

Estas palavras demonstram a relevância das relações entre as várias


entidades envolvidas para o sucesso do concurso, como a imprensa escrita, a
rádio, a indústria discográfica (edição e distribuição) e os espaços públicos de
espetáculos. Embora a televisão não tenha sido referida neste agradecimento,
14 A etiqueta Alvorada, inicialmente conhecida por Melodia, era uma empresa da propriedade
da empresa portuense Rádio Triunfo, Lda., que já existia na primeira metade do Séc. XX.
Contudo, foi em 1957 que publicou o seu primeiro disco de 45 rotações.
(http://www.museudofado.pt/noticias/detalhes.php?id=119) (Consultado a 5 junho de 2017)
15 Casa comercial situada na Praça da Alegria (Lisboa) propriedade da fadista Márcia

Condessa, que se tornou num ponto de referência nos circuitos de exibição de fadistas. Para
além das atuações da proprietária, passaram por este espaço artistas como Celeste Rodrigues,
Alcindo Carvalho, Teresa Nunes, Alfredo Marceneiro, Fernando Farinha ou Beatriz da
Conceição. (http://www.museudofado.pt/personalidades/detalhes.php?id=250) (Consultado a 5
junho de 2017)

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esta também é reconhecida pelos organizadores como tendo tido um papel


importante para que os objetivos do concurso fossem atingidos, como é
afirmado na notícia “Seis Jovens foram os vencedores do Concurso Vedetas
Precisam-se – 1961”, da mesma edição da revista:

Aproveitamos esta oportunidade para agradecer e saudar quantos trabalham no


telejornal. Dois nomes queremos destacar: Manuel Figueira, chefe da Divisão de
Noticiários e Desportos, e Vasco Hogan Teves, chefe de redação. Para Melo Pereira
(que não é do Telejornal) uma palavra: os concorrentes depois de cumpridos os seus
primeiros contractos estão à sua disposição. E eles – e nós – contam consigo e com o
patrocínio da Radiotelevisão Portuguesa (RTV, 16 de dezembro de 1961).

Embora não seja afirmado de uma forma direta os vencedores do


concurso foram entrevistados naquele que era o mais importante noticiário da
RTP, o Telejornal, conforme faço referência mais à frente. Pelas palavras
transcritas também podemos concluir que havia o desejo de possibilitar aos
intérpretes atingir o estatuto de vedeta. Depois de cumprido o papel por parte
da imprensa escrita era agora a vez da televisão dar a conhecer os novos
intérpretes, ou se quisermos, de os dar a conhecer ao grande auditório
televisivo. É neste contexto que Melo Pereira, assistente de produção de
programas de variedades e fados e posteriormente Chefe da Secção de
Programas Musicais e Ligeiros da RTP, é referido.
Este facto é revelador das sinergias que existiam entre a imprensa
escrita e a televisão, mas não só. A rádio, a indústria discográfica e os espaços
públicos de espetáculos também tiveram o seu papel no apoio dado ao
concurso, conforme referi. O que expõe um ecossistema mediático no qual
circulavam produtos culturais em que cada um tinha um papel definido, e no
qual quando algum dos seus elementos falhava era substituído por outro, como
se terá verificado na procura de novos intérpretes até então realizada no
âmbito radiofónico.
Não tendo a RTP por vocação a procura de novos intérpretes nem novo
reportório musical, o que só se veio a alterar a partir de 1964 com a
organização do Festival da Canção Portuguesa, de todos os elementos que
faziam parte do campo mediático para além da rádio, a imprensa escrita parece
ser aquela que estava em melhores condições de preencher esse espaço.

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A indústria discográfica ainda num sistema muito incipiente e


dependente das editoras estrangeiras alimentava-se essencialmente da
atividade musical da rádio (Losa 2009:113) e de alguns concursos em torno da
música como viria a acontecer com o concurso em análise.
O cinema vivia um período de crise no que diz respeito à produção de
cinema. Mesmo já tendo sido posto em causa (Cunha 2016) o ano de 1955
ficou conhecido como o “ano zero” por não ter sido realizada qualquer longa-
metragem.
Para além dos fatores já referidos relativamente a outros meios de
comunicação, já existia uma proximidade entre a imprensa escrita e a
televisão, não só pela publicação da programação ou dos cupões para
participação em concursos televisivos, como pela constante publicação de
notícias e reportagens em torno dos programas e das vedetas, sejam nacionais
ou internacionais, que marcaram presença nos ecrãs de televisão.
Esta proximidade foi importante pois os responsáveis da revista RTV
sabiam antemão que podiam contar com o apoio da televisão. O facto de a
RTP ainda se encontrar numa fase expansionista, procurando fazer chegar o
sinal de televisão a todo o território nacional, encaixa de uma forma bastante
evidente com o desejo de atribuir ao concurso Vedetas Precisam-se uma
projeção nacional. Este facto evidencia a importância da transmissão
simultânea da final pela rádio que permitiu que o som do espetáculo chegasse
a zonas do país onde o sinal de televisão ainda não era uma realidade.
Mais do que razões políticas, a organização do concurso Vedetas
Precisam-se, terá sido importante para a imprensa escrita em geral, mas em
particular para a revista RTV, um momento de afirmação no campo mediático.

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Figura 1: Capa da revista RTV, 16 de dezembro de 1961.


(imagem cedida pelo Núcleo Museológico e Apoio ao Serviço Público da RTP)

A imagem anterior mostra-nos a capa da primeira edição da RTV


publicada após a realização da final, publicada a 16 de dezembro de 1961.
Esta totalmente dedicada ao concurso Vedetas Precisam-se mostra uma
fotografia dos vencedores ao lado da madrinha da iniciativa, Maria de Lurdes
Resende, e dá a conhecer a avaliação da realização do concurso por parte dos
organizadores ao afirmar que será “um êxito muito difícil de esquecer”.
Para além do relevo dado pela capa, a existência de três notícias sobre
o mesmo reforça a relevância deste evento para a revista organizadora: “Na
Hora da Final de uma Grande Iniciativa”, “Esperança & Nervos” e “Seis Jovens
foram os vencedores do Concurso Vedetas Precisam-se – 1961”.
Relativamente à primeira notícia citada esta relata a presença de
“artistas consagrados lado a lado com novos artistas e com muitos outros
jovens com vocação e com vontade de vencer”. Como artistas consagrados
estiveram presentes na final Maria de Lourdes Resende, Simone de Oliveira,
Mara Abrantes, Fernanda Peres, Marinela (rainha da Rádio de Moçambique),
António Calvário16, Artur Ribeiro, Fernando Manuel17 (fadista), Filipe de Brito,
trio Os Celtas, Carmen de Juan (bailarina), José Merino, Roger Normand

16 Referido como Rei da Rádio da Metrópole.


17 Apresentado como fazendo parte do elenco da Casa Típica de Márcia Condessa.

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(cantor, compositor e ator de cinema francês) e Nadia Gamal (bailarina e


vedeta do cinema egípcio).
A segunda notícia mencionada “Esperança & Nervos” é consagrada a
alguns pormenores dos bastidores ao longo das horas que antecederam a final,
e as páginas centrais são preenchidas com a última notícia referida “Seis
Jovens foram os vencedores do Concurso Vedetas Precisam-se – 1961”, na
qual são anunciados os vencedores de uma final que durou cinco horas, e que
foi acompanhada por uma orquestra formada por músicos da Orquestra Ligeira
de EN, que foi dirigida pelo maestro António Melo. Também informa que o júri
da final foi formado por Elisa de Carvalho (diretora do Jornal Feminino), Manuel
Paião18 (compositor), Nóbrega e Sousa (compositor), Manuel Rodrigues
(presidente da direção da Casa da Imprensa); e Fialho de Oliveira (em
representação do diretor da revista RTV, Caetano Carvalho19), conforme é
noticiado na legenda de uma fotografia do júri publicada a 16 de dezembro20.
Numa descrição do que foi a final do concurso, a mesma notícia informa
o reportório interpretado, bem como os finalistas, que não coincidem na
totalidade com os nomes anunciados no dia 25 do mês anterior. Sem que seja
dada qualquer explicação não surge o nome do nome do acordeonista Albino
Ramos Faísca, e é acrescida uma referência à interpretação de Avoglio Bbene
pelo cançonetista Sérgio Mendes.
Embora tenham sido anunciados prémios em diferentes “atividades
artísticas”, como apresento na lista dos finalistas anunciados, na verdade foram
atribuídos os seguintes prémios:
 Prémio do Disco: Maria Antunes Fiúza
 Prémio do Music-Hall: Maria Morena e Victor Silva
 Prémio do Fado: Natalina José e Armando de Andrade
 Grande Prémio de Popularidade: Alfredito de Viana

18 Substituiu a cançonetista Paula Ribas ausente por ter um contrato inadiável nos estúdios do
Porto da RTP.
19 Ausente devido a doença.
20 No dia 9 de dezembro é referido que o júri seria formado por Caetano Carvalho (diretor da

revista RTV), Manuel Rodrigues (presidente da direção da Casa da Imprensa), Elisa de


Carvalho (diretora do Jornal Feminino), Paula Ribas (cançonetista) e Nóbrega e Sousa
(compositor).

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O facto de no regulamento não existir qualquer referência à atribuição de


prémios específicos, embora nos Boletins de Candidatura ser pedido que os
concorrentes coloquem o “Género Artístico” revela alguma indefinição quanto à
forma de atribuir a vitória no concurso. Esta ambiguidade é reforçada pelo facto
de em novembro terem sido anunciados prémios diferentes daqueles que viram
a ser atribuídos menos de um mês depois.
Outro aspeto importante é a ausência de qualquer esclarecimento
relativamente aos prémios e como estes foram atribuídos. Não existe nenhum
esclarecimento quanto aos critérios de avaliação, nem quanto à diferença entre
o Prémio do Disco e o Prémio do Music-Hall, embora saibamos que este termo
de origem britânica, em Portugal parece ter sido usado para definir espetáculos
de variedades.
Relativamente às canções interpretadas por parte dos vencedores na
final, não existem qualquer outra referência, para além dos títulos21. Também
não é dada qualquer informação relativamente ao reportório nas eliminatórias,
pelo que, não é possível concluir se na final foram interpretadas as mesmas
composições que na fase anterior. Contudo, é curioso a referência que existe
na notícia “A Grande Final”, em que é pedido que

para além do número que apresentarão oficialmente na final, os concorrentes


[deverão] fazer-se acompanhar de outros números (música para piano) na hipótese
do júri achar conveniente ouvir o candidato noutras interpretação (RTV, 18 de
novembro de 1961).

Esta citação leva-nos a acreditar que o reportório interpretado pelos


concorrentes, nas diferentes fases do concurso, foi da sua inteira
responsabilidade. Este facto associado à omissão de qualquer referência ao
reportório no regulamento, reforça a ideia de que o concurso se centrou apenas
nos intérpretes. Esta poderá ser uma justificação para a ausência de qualquer
preocupação editorial, por parte dos responsáveis da revista, em informar o
nome dos autores dos “números” presentes, tanto na final como nas
eliminatórias.

21Para que não houvesse repetição da informação coloquei os títulos na lista dos finalistas
anunciados a 25 de novembro, embora como referi, estes só tenham sido dados a conhecer a
16 de dezembro.

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Este aspeto dota o reportório apresentado de um interesse acrescido,


pois ao ser escolhido pelos concorrentes, mesmo que tenha passado pela
avaliação por parte da censura, o que é provável que se tenha verificado,
mostra o conhecimento que existia da música na época.
Deste modo o facto de grande parte do reportório apresentado na final
ter sido música vinda do exterior, ou seja, tratar-se de sucessos internacionais,
com exceção dos fados, evidencia a influência da música estrangeira junto dos
jovens portugueses no início da década de 1960. Para além disso revela não
ter existido qualquer preocupação por parte dos responsáveis da organização
do concurso relativamente a uma questão que preocupava o poder político, os
movimentos culturais vindos do exterior, que, como vimos, procuravam ser
travados pela aposta na criação musical com base em música de cariz rural e
tradicional portuguesa (Moreira 2012; Silva 2010; Vieira 2010; Abreu 2010).
No dia imediatamente a seguir à final todos os vencedores dos vários
prémios atribuídos foram entrevistados nos estúdios da RTP para o Telejornal
(Cádima 1996), e alguns apresentaram-se na Tágide e no Restaurante Típico
de Márcia Condessa.
Embora existisse a convicção de que o concurso Vedetas Precisam-se
tivesse sido importante, existia a consciência de que ainda faltava percorrer um
longo caminho até que o objetivo de criar vedetas fosse realmente atingido.
Este facto é revelado no acompanhamento noticioso que a RTV fez ao longo
de meses relativamente ao percurso profissional de cada um dos vencedores:
 Alfredito de Viana, Natalina José e Armando Andrade apresentaram-se
no dia 18 de dezembro de 1961, no Coliseu dos Recreios, na Grande
Noite do Fado, promovida pela Casa da Imprensa, ao lado de Maria
Clara, Hermínia Silva, Artur Ribeiro e outros consagrados (RTV 23 de
dezembro de 1961).
 Victor Silva aparece nos ecrãs da televisão, conforme se pode ler na
notícia “Um dos Vencedores de <<Vedetas Precisam-se>> na TV”, a 31
de março de 1962.
 A 21 de julho de 1962, é a vez da revista anunciar que “Maria Fiúza se
estreou-se no programa televisivo Canções na Feira”. Informa ainda que
já esteve na ENR.

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 Na mesma linha, a 28 julho de 1962, somos informados de que Armando


Andrade e Victor Silva, “Dois Vencedores de <<Vedetas Precisam-se>>
na Televisão”, participaram no programa Canções na Feira. Armando
Andrade foi mesmo uma estreia. A participação de Victor Silva não se
tratou propriamente de uma estreia, pois o cantor já tinha surgido nos
ecrãs de televisão no programa Eleitos da Quinzena.
 Dos participantes que venceram nas Vedetas Precisam-se, Natalina
José foi a primeira a ser individualmente capa da revista RTV. Foi na
edição de 15 de setembro de 1962, na qual também ficamos a saber
que ingressou com êxito nos elencos musicais da televisão, e que
estava a atuar no Casino do Estoril. Esta nova vedeta volta a ser notícia
a 22 de setembro de 1962, no artigo intitulado “Natalina José Não
Acreditava... Mas Aconteceu”, na qual se pode ler: “volvidos apenas
alguns meses, tornou-se numa cançonetista a sério. A sua dupla estreia
na TV – nos programas musicais <<Canções na Feira>> e na opereta
<<Romance na Serra>> - foi verdadeiramente auspiciosa, assegurando-
lhe merecida continuidade, nos estúdios do Lumiar”
 No mês anterior, a 24 de novembro de 1962, o Trio Harmonia, que como
referi embora não sendo premiado participou na categoria de conjunto,
obteve um honroso prémio internacional: o primeiro lugar entre 507
concorrentes de 32 países, no Concurso Internacional de Harmónicas,
em fita gravada, realizado em Trossingen, na Alemanha. Em 1963
voltam a ser notícia por duas vezes. A primeira, em 5 de outubro de
1963, que refere o facto de este trio ter conquistado o título máximo no
Campeonato Mundial de Estrasburgo; e a segunda, editada a 2 de
novembro de 1963, salienta o primeiro lugar conquistado no Concurso
Internacional de Harmónica Bocal, e ainda a vitória absoluta no
Campeonato Mundial realizado em França, onde estiveram
representados 25 países.

O percurso musical dos concorrentes que saíram vitoriosos do concurso,


descrito ao longo de meses na revista RTV, mostra que o objetivo de criar
“novos nomes, novas vozes e novos rostos” terá sido cumprido, o que é

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mesmo afirmado numa notícia dedicada a Victor Silva, “Um dos vencedores de
<<Vedetas Precisam-se>> na TV”, publicada a 31 de março de 1962. Também
mostra, uma vez mais, a importância da presença dos novos intérpretes nos
diferentes meios de comunicação, bem como nas principais salas de
espetáculos nacionais.
Passado um ano após a realização de Vedetas Precisam-se é editado
um EP22 (Alvorada AEP 60514) com canções acompanhados pela Orquestra
de João Nobre, gravadas por quatro dos vencedores do concurso.

Figura 2: Capa (esquerda) e contracapa (direita) do EP da Alvorada com o número de


catálogo AEP 60514 (1962) (imagens cedidas por João Carlos Callixto).

 Natalina José interpreta Assim Não Quero (letra de João Nobre e música
de Aníbal Nazaré);
 Victor Silva interpreta Jamais Saberei (letra e música de Victor Silva);
 Maria Fiúza interpreta Maria Bonita (letra de Aníbal Nazaré e música de
João Nobre);
 Armando Andrade interpreta Não a Conheço (letra de Arlindo Conde e
música de José Ramos).

22Extended Play (EP) é o nome dado a um disco que contém entre quatro e seis faixas. Ou
seja, maior que um Single (duas faixas) e menor que um Long Play (LP) que geralmente tem
entre dez e doze faixas.

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O lançamento deste trabalho discográfico, que decorreu com a presença


dos intérpretes no estabelecimento comercial de discos Melodia (Lisboa), é
anunciado na RTV a 8 dezembro de 1962, numa notícia que refere a
importância da revista organizadora do concurso afirmando que “Como vêem,
são quatro jovens com provas dadas e confiantes em triunfar e atingir o lugar
que um dia eles sonharam – a RÁDIO E TELEVISÃO tornou possível” (RTV, 8
de dezembro de 1962).
Deste modo é cumprida a promessa feita por parte da indústria
discográfica de patrocinar o concurso através da gravação em disco dos quatro
primeiros classificados, a que me referi anteriormente.
Embora se trate de um disco com intérpretes vencedores do concurso
Vedetas Precisam-se, as canções gravadas não foram as que cada um destes
apresentou na final. Este facto revela, por um lado, que não se pretendia
divulgar o concurso em si, e por outro, que ao contrário do que se verificou com
o reportório no concurso, todas as canções eram de autores portugueses.
Assim, fica demostrado, uma vez mais, que a preocupação era dar a maior
visibilidade possível aos intérpretes.
Para além da canção composta pelo Victor Silva, um dos vencedores do
concurso, e da letra de Arlindo Conde, um empresário ligado à música, todos
os outros nomes já eram conhecidos pelo seu trabalho como autores. Contudo,
é importante referir que todas as canções eram originais e foram escritas com o
propósito de serem gravadas num EP. Para além de cumprir uma promessa,
este trabalho discográfico permitiu às “novas vedetas” terem a sua primeira
participação num disco. Se por um lado era importante para os novos artistas,
por outro, era a afirmação de que a revista RTV tinha atingido o seu objetivo de
criar vedetas, o que lhe terá sido importante para a sua afirmação no mercado
editorial.

Considerações finais
Depois da importância da rádio na década de 1940, e do início das
emissões televisivas na segunda metade de década seguinte, a organização
do concurso Vedetas Precisam-se por parte da revista RTV, mostra que a partir
do início da década de 1960 a imprensa escrita passa a ter um papel ativo na
criação de fluxos (Williams 1974; Thussu 2007) musicais. Este facto associado

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ao advento da televisão em 1956, veio redefinir o campo mediático em Portugal


associado à música.
A rádio, que ditou as regras ao longo de cerca de 15 anos partindo da
aplicação da “política do espírito” que António Ferro imprimiu à música pelo
trabalho que desenvolveu na ENR, viu no advento da televisão uma ameaça
pois esta foi-se tornando cada vez mais importante nas carreiras dos artistas.
Porém, foi a imprensa escrita que, num período em que CPAR foi perdendo
fulgor, viria a substituir o papel da rádio na criação de novos artistas.
A televisão, embora fosse assumida como uma ameaça à rádio, neste
período não tinha por vocação a criação de novos artistas, embora tenha
desempenhado um importante papel como amplificador de fenómenos
associados ao vedetismo, como fica demonstrado no concurso em análise.
Embora o objetivo do concurso tenha sido atingido, pois conseguiu
“descobrir novas vocações entre os nossos jovens que queiram vencer” (RTV,
9 de dezembro de 1961) e torná-los vedetas, este não foi responsável por
qualquer alteração do ponto de vista musical. Isto é, tanto as canções usadas
pelos concorrentes ao longo do concurso, que se tratavam de sucessos já
sobejamente conhecidos, como as canções que gravaram, que tiveram por
base modelos rotineiros, não trouxeram qualquer novidade ao nível da
linguagem musical.
Se no concurso foram interpretados temas musicais sobejamente
conhecidos, no disco que surgiu do concurso foram gravadas canções com
base em modelos já rotineiros, tanto no que se refere à canção ligeira como ao
fado-canção, conforme podemos verificar pela audição dos temas musicais
gravados em disco.
Deste modo, podemos concluir que o concurso Vedetas Precisam-se
não trouxe nada de novo ao nível da linguagem musical, mas foi importante por
permitir o acesso a uma carreira musical a “jovens que queiram vencer” e por
alterar o papel da imprensa escrita no campo mediático associado à música, ao
assumir a organização de um concurso do qual surgiram alguns dos mais
importantes intérpretes no panorama musical na década de 1960 e seguintes,
como ficou evidenciado.
Assim, podemos afirmar que põe a descoberto a importância da relação
entre os vários meios de comunicação, pois no início da década de 1960 já não

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bastava ter sucesso num concurso, ou meio de comunicação para se ser uma
vedeta. Era de facto importante manter uma grande assiduidade nos media,
não só pela necessidade de mostrar constantemente o seu trabalho, como pelo
facto de nem todos os meios de comunicação chegarem a todo o território
nacional, como por exemplo a televisão ou mesmo a imprensa escrita que
estavam mais presentes nos centros urbanos. A rádio, seja na transmissão em
direto seja com recurso ao disco, terá tido um papel fundamental ao fazer
chegar as novas vozes a espaços onde de outra maneira seria impossível.
Uma rede mediática onde cada um dos seus elementos tinha um papel definido
embora, como pretendo demonstrar, os seus papéis não eram estanques. A
organização por parte da RTV do concurso Vedetas Precisam-se é prova disso
mesmo ao ocupar o espaço até então do CPAR na procura de novos
intérpretes.

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junho de 2017)

Revista Flama
13 de outubro de 1961 (Ano XVIII, nº 710)

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Revista RTV
11 de junho de 1960 (Ano III, nº 197)
3 de junho de 1961 (Ano V, nº 248)
10 de junho de 1961 (Ano V, nº 249)
17 de junho de 1961 (Ano V, nº 250)
24 de junho de 1961 (Ano V, nº 251)
8 de julho de 1961 (Ano V, nº 253)
22 de julho de 1961 (Ano V, nº 255)
29 de julho de 1961 (Ano V, nº 256)
12 de agosto de 1961 (Ano V, nº 258)
26 de agosto de 1961 (Ano V, nº 260)
2 de setembro de 1961 (Ano V, nº 261)
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16 de setembro de 1961 (Ano VI, nº 263)
23 de setembro de 1961 (Ano VI, nº 264)
30 de setembro de 1961 (Ano VI, nº 265)
14 de outubro de 1961 (Ano VI, nº 267)
18 de novembro de 1961 (Ano VI, nº 272)
25 de novembro de 1961 (Ano VI, nº 273)
2 de dezembro de 1961 (Ano VI, nº 274)
9 de dezembro de 1961 (Ano VI, nº 275)
16 de dezembro de 1961 (Ano VI, nº 276)
23 de dezembro de 1961 (Ano VI, nº 277)
31 de março de 1962 (Ano VI, nº 291)
28 de julho de 1962 (Ano VI, nº 308)
15 de setembro de 1962 (Ano VII, nº 315)
22 de setembro de 1962 (Ano VII, nº 316)
24 de novembro de 1962 (Ano VII, nº 325)
8 dezembro de 1962 (Ano VII, nº 327)
5 de outubro de 1963 (Ano VIII, nº 370)
2 de novembro de 1963 (Ano VIII, nº 374)

Discografia
Sem título. 1962. Alvorada - AEP 60514

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ISSN: 2014-4660

ISSN: 2014-4660

O papel da imprensa na reconstrução de memórias televisivas

SOFIA VIEIRA LOPES

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palvras-chave: Televisão, Zip-Zip, Festival RTP da Canção, Memória,


Gatekeeping.

Keywords: Television, Zip-Zip, RTP Song Contest, Memory,


Gatekeeping.

Cita recomendada:
Lopes, Sofia. 2017. “O papel da imprensa na reconstrução de memórias
televisivas”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10. <URL> (Fecha de consulta
dd/mm/aa)

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O PAPEL DA IMPRENSA NA RECONSTRUÇÃO


DE MEMÓRIAS TELEVISIVAS

Sofia Vieira Lopes

Resumo
Quando nos deparamos com um objecto de estudo que combina som e
imagem – a música num programa de televisão – mas quase todas as
gravações estão irremediavelmente perdidas, pensamos que também o nosso
trabalho está comprometido. O ânimo regressa no momento em que
percebemos que a imprensa nos pode ajudar não só a reconstruir essas
memórias, como a resgatar aquilo que ficou omisso na emissão televisiva.

Este artigo tem como objectivo demonstrar a importância de publicações


periódicas de naturezas distintas na reconstrução de memórias musicais em
Portugal no final da década de 1960 e início da década de 1970,
nomeadamente as revistas Flama, Rádio e Televisão, Nova Antena e Plateia,
bem como os jornais Diário de Lisboa, Diário Popular, A Capital e O Século. O
primeiro exemplo debruça-se sobre os artigos publicados acerca do talk-show
Zip-Zip, emitido pela televisão pública (RTP) entre Maio e Dezembro de 1969,
cujas gravações se encontram perdidas, que permitiram reconstruir os
alinhamentos do programa no que concerne à música ali performada.

O segundo exemplo analisa o modo como a imprensa tratou um dos programas


de maior importância nas cenas televisiva e musical em Portugal – o Festival
RTP da Canção – um concurso anual realizado com o objectivo de escolher a
representação portuguesa no Festival Eurovisão da Canção, nomeadamente o
acompanhamento à edição de 1975.

Em ambos os casos, as publicações periódicas permitiram reconstruir


memórias visuais e musicais. Estas publicações são essenciais para analisar e
compreender as diversas posturas e valores relativos ao papel da música na
televisão e na sociedade portuguesas..

Palvras-chave: Televisão, Zip-Zip, Festival RTP da Canção, Memória,


Gatekeeping.

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Abstract

When we come across a subject of study that combines sound and image – the
music in a television show – but all recordings are irretrievably lost, we would
think that our research work could be jeopardized. When we realize that press
can help us to reconstruct lost that uplift us. Press can help us to restore which
was hidden by television broadcast and lost in time, supporting our knowledge
about these television objects.

This paper wants to demonstrate the significance of press reconstructing


musical memories in Portugal at late-1960s and early-1970s, namely the role of
the magazines Flama, Rádio e Televisão, Nova Antena and Plateia, and the
daily newspapers Diário de Lisboa, Diário Popular, A Capital and O Século. The
first example is focused on the articles about the talk-show Zip-Zip, broadcast
by public television (RTP) between May and December of 1969, whose
recordings are permanently lost. Press articles allowed us to rebuild the show’
schedules and its music. Press is also fundamental to analyze the values about
the role of music in the television and about the role of music in the society. In
the second example I analyze how press followed the 1975 edition of the RTP
Song Contest – one of the major television shows held annually to choose the
Portuguese entry at Eurovision Song Contest. In both cases, press allowed us
to recreate visual and musical memories, and enabled us to understand
distinctive values about music in Portuguese society.

Keywords: Television, Zip-Zip, RTP Song Contest, Memory, Gatekeeping.

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Introdução
No momento em que se começa a delinear um trabalho de investigação
centrado na relação entre música e televisão, pensar-se-á que uma parte
essencial do trabalho partirá da análise das imagens. A sua observação seria a
metodologia principal para investigar a música transmitida através da televisão.
Porém, quando a realidade nos surpreende com o contrário, que metodologia
poderemos adoptar? Como poderemos analisar a música transmitida pela
televisão sem ter acesso às imagens e ao som? De que forma a imprensa nos
poderá ajudar a compreender um objecto etnográfico de natureza audiovisual?
Depois de resolvidas as questões metodológicas, surgem outras: como
poderemos reconstruir memórias televisivas através da pesquisa na imprensa
periódica? De que forma esta poderá colmatar a inexistência de fontes
primárias? Qual a sua importância na reconstrução de discursos sobre música
durante as décadas de 1960 e 1970? São estas as questões de partida para
este artigo que pretende demostrar a importância da imprensa na investigação
sobre som e imagem, tanto na reconstituição de memórias como no acesso
aos discursos criados em torno destas. Este artigo parte de duas experiências
de investigação ocorridas durante dois períodos distintos, tentando responder a
algumas ansiedades encontradas no momento em que o investigador se
depara com a impossibilidade de acesso às fontes.

Estado da arte
A relação entre a música e a televisão em Portugal é ainda um terreno
pouco explorado. Os trabalhos de investigação que a abordam estão em
desenvolvimento, existindo muitos aspectos por explorar. Neste âmbito,
destacam-se os trabalhos de Pinto (no prelo; 2012) e de Cravinho (2013;
2013b; 2013c; 2014; 2015) que apresentam abordagens etnomusicológicas. O
primeiro diz respeito à presença musical nos primeiros anos do canal de
serviço público de televisão – RTP, à época Radiotelevisão Portuguesa – no
período entre 1956 a 1964. Devido à inexistência de imagens gravadas nestes
sete primeiros anos de emissões televisivas, esta pesquisa teve de recorrer à
análise de publicações periódicas para mapear intérpretes e reconstruir os
repertórios emitidos pela televisão. Esta investigação termina precisamente na
data em que entrou em funcionamento a tecnologia que permitiu proceder à

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gravação das emissões televisivas – a videotape. O segundo trabalho explora a


presença do jazz na programação da RTP, como parte integrante de um
trabalho mais amplo acerca deste género musical.
Por outro lado, o trabalho de Cunha (2011) sobre o cinema em Portugal,
quando aborda aquele que também foi transmitido pela RTP1, fornece algumas
pistas acerca da música transmitida durante os primeiros quinze anos da
“televisão pública”2.
Sendo escassos os trabalhos neste âmbito, destaco o estudo que
realizei relativamente à presença da canção de intervenção na televisão
durante a ditadura em Portugal3. Neste trabalho (Lopes 2012), sublinho o papel
pioneiro do programa Zip-Zip (RTP, 1969) na televisão portuguesa enquanto
espaço único para a divulgação da canção de protesto num período marcado
pela censura. O primeiro estudo de caso abordado neste artigo baseia-se
precisamente nesta investigação, realizada no âmbito do Mestrado em
Ciências Musicais – Etnomusicologia (NOVA/FCSH). No que respeita ao
programa Zip-Zip, e tratando-se de uma análise mais lata e de carácter
antropológico, é importante considerar o trabalho publicado por Simões (2011).
Por seu turno, e tratando-se de investigações no âmbito da componente
noticiosa da televisão, os trabalhos de Cádima (1996; 1997; 2001; 2010) são
fundamentais para a compreensão dos pressupostos que nortearam as
decisões no seio da RTP durante o Estado Novo sem, porém, nos fornecerem

1 O autor dá exemplos dos filmes emitidos pela RTP entre 1957 e 1974, dos quais se
destacam, entre outros, A Canção de Lisboa, Chaimite ou O Pai Tirano. Também o trabalho de
Pinto (no prelo) faz referência ao cinema emitido pela RTP, destacando a sua importância
enquanto meio de transmissão de repertórios.
2 É de salientar que a RTP foi até 1976 uma Sociedade Anónima de Responsabilidade Limitada

com uma parte pertença do Estado Português e o restante capital dividido entre as emissoras
particulares de radiodifusão e o público (que poderia adquirir acções a cargo de várias
instituições bancárias), detendo o alvará de serviço público de televisão. Até 1968 só existiu um
canal de televisão. O segundo canal passou a emitir a partir de 25 de Dezembro, baseando-se
em grande medida na repetição de programas do 1.º canal. A RTP, que hoje contempla 8
canais de televisão, 6 de rádio e plataforma online só se tornou pública no ano de 1976, com o
Decreto-Lei 189/76 que aprovou o seu estatuto. (Teves 2007).
3 Após a Revolução de 28/05/1926, e até à Revolução de 25/04/1974, vigorou em Portugal um

regime ditatorial governado inicialmente por uma Ditadura Militar (1926–1932). Em Julho de
1932, o então Ministro das Finanças, Salazar, ascende a chefe máximo do Governo e aprova a
nova Constituição (1933) que sustenta o regime - Estado Novo. Após um acidente que o
incapacitou de exercer as suas funções (Setembro de 1968), Salazar é substituído por Caetano
que governou o país até à Revolução de 1974. Este último período ficou marcado por algumas,
mas muito tímidas, mudanças políticas e sociais, criando uma sensação de maior abertura do
país. Por essa razão, foi denominado “Primavera Marcelista”; no entanto, este período não
passou de um “Outono” do regime.

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dados relativamente a outros géneros televisivos e em particular à presença


musical neste meio de comunicação.
Noutro âmbito, destacam-se as publicações de Nunes (2010; 2010b;
2012) que nos oferecem dados importantes para a compreensão do papel da
imprensa enquanto mediador de discursos ideológicos e de gosto. O seu
trabalho de investigação dedicado à imprensa musical em Portugal, antes e
após a revolução de 1974, é fundamental para compreender a função de uma
imprensa especializada que assume o papel de “gatekeeper do gosto” (Nunes
2012). É importante ter em consideração as noções veiculadas pelo autor
quando refere que ““Gatekeeping” é o processo através do qual as ideias e as
informações são filtradas antes de serem publicados num canal dos media…”
(Nunes 2012:98). Os jornalistas seleccionam os artistas sobre os quais
escrevem, contribuindo para “(…) a formação do gosto do consumidor e para a
criação de uma comunidade selectiva de ouvintes, eles próprios tornados
“opinion-makers” pela fruição de determinados géneros e estilos musicais
propostos pelo crítico.” (ibidem.).
No que concerne ao papel dos meios de comunicação durante o período
revolucionário, destaco a publicação colectiva de Rezola e Gomes (2014) que
oferece uma abordagem às mudanças operadas nos media após a revolução
de 1974, facultando dados relativos à imprensa e à televisão, assinalando uma
“(…) “obsessão”, que logo após o derrube da ditadura o novo poder
demonstrou, pelo domínio da comunicação social”, quando “(…) uma das
medidas mais aclamadas do Programa do Movimento das Forças Armadas [foi]
a consagração da liberdade de expressão e pensamento, [porém] rapidamente
são criados novos sistemas de controlo da comunicação social.” (Rezola e
Gomes 2014:9).
O Festival RTP da Canção e o seu papel enquanto mediador de
identidades, ao qual dedico a minha actual investigação, é um tema ainda
pouco explorado. O meu trabalho é alicerçado nas premissas de Bohlman
(2011) relativamente ao Festival Eurovisão da Canção e tem em consideração
o trabalho colectivo editado por Tragaki (2013) que nos faculta uma abordagem
etnomusicológica ao concurso europeu, incluindo um artigo dedicado ao caso
português (Teixeira e Stokes 2013). No que concerne ao concurso português,
as publicações são escassas e, por essa razão, destaco o artigo que publiquei

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baseado na análise dos discursos veiculados pela imprensa relativamente à


participação de Portugal no Festival Eurovisão de 1969 (Lopes 2015). É ainda
de referir o trabalho de Mangorrinha (2014) que apresenta uma panorâmica do
Festival a partir da imprensa periódica.

Contextualização
O primeiro exemplo apresentado neste artigo diz respeito ao programa
Zip-Zip, o primeiro talk-show da televisão portuguesa. Estreado em Maio de
1969, este programa aparece na senda de uma tímida mudança política, e
consequentemente na televisão, verificada a partir de Setembro de 1968 com a
mudança de Chefe de Estado. Entre 1933 e 1974 Portugal viveu sob o jugo de
um regime ditatorial, muito próximo das ditaduras alemã, italiana e espanhola.
Governado até 1968 por António de Oliveira Salazar, o Estado Novo baseou a
sua política na limitação das liberdades fundamentais, nomeadamente da
liberdade de reunião e de expressão, na existência de uma polícia política e de
censura, entre outros mecanismos políticos, sociais e persecutórios que
superintendiam diversas áreas da vida quotidiana. Com o objectivo de controlar
aquilo que passava para a esfera pública, o regime operava dois mecanismos
de censura: a censura prévia e a censura a posteriori. Simultaneamente, os
processos de auto-censura e de “contorno” à censura, através do uso de
recursos estilísticos como a metáfora, eram mecanismos basilares nos
processos de criação artística e jornalística. Os vários sectores da rádio estatal
- Emissora Nacional4 - e da televisão5 eram constituídos essencialmente por
elementos da confiança do regime que operavam os mecanismos censórios
sem que a censura do Estado tivesse uma intervenção tão estrita como a que
actuava na imprensa. Ao contrário do esperado e do que acontecia com a
censura prévia das publicações periódicas e da componente noticiosa da
televisão, o processo de controlo de conteúdos na televisão, principalmente
nos “programas de variedades”6, era operacionalizado pelos próprios
funcionários. Não se verificando uma política propagandística definida, cabia
aos funcionários o papel de avaliar aquilo que era passível de ser transmitido

4 Com emissões desde agosto de 1935.


5 Emissões experimentais deste setembro de 1956.
6 Classificação émica utilizada pela RTP na grelha de programação anual (Anuários RTP).

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pela televisão. Já na componente noticiosa, principalmente a partir do início do


conflito armado nas então colónias ultramarinas7, o exame era escrupuloso
atendendo a pressupostos propagandísticos e de controlo de informação. A
passagem para o uso da videotape e a consequente preferência pela emissão
de programas em diferido, em detrimento do directo, possibilitou um maior
controlo de conteúdos, nomeadamente no momento da pós-produção.
As emissões experimentais de televisão iniciaram-se em 1956 sob a
desconfiança de Salazar que não via aqui uma ferramenta propagandística.
Esta constante suspeita, atestada por Cádima (1996), parece revelar que, ao
invés de ver na televisão um meio de aproximar o governante àquele que é
governado, tal como fez o seu sucessor, Salazar via porém algo pernicioso e
permeável às influências estrangeiras. Como refere Cádima, Caetano é um
“(…) político radicalmente diferente do seu antecessor no que diz respeito à
predisposição e disponibilidade explícita para a instrumentalização da
televisão...” (Cádima, 1996:207). A verdade é que, até 1968, e contrariamente
ao que acontecia com a rádio estatal, a televisão não foi gerida enquanto
ferramenta propagandística, resultado da inexistência de uma política
concertada. Convém ainda lembrar que, devido à parca cobertura da rede
eléctrica nacional e da rede de TV, a televisão chegava apenas aos centros
urbanos, sendo suplantada pela rádio fora destes.
Assim, a entrada de Caetano como chefe de governo (Setembro 1968)
significou uma mudança de postura relativamente à televisão. Cádima explica
que

(…) a verdade é que ao tempo de Marcelo Caetano a RTP é explícita e assumidamente


um “instrumento” de acção política propagandística (…) sobretudo a partir de meados
dos anos 60, tem já um impacto significativo no campo dos media no plano nacional,
quer pela cobertura da RTP quer pela audiência. (Cádima 2010:6-7).

Apresentando uma visão mais cosmopolita relativamente aos media,


Caetano nomeou Ramiro Valadão como presidente da administração da RTP,

7 A denominada Guerra Colonial, conflito armado nas então colónias portuguesas, iniciou-se na
Índia em Fevereiro de 1961, estendendo-se a Angola no mesmo ano, à Guiné Bissau em 1963
e a Moçambique no ano seguinte, consumindo importantes recursos económicos e humanos.
Decorreu ininterruptamente até à Revolução de 1974 e culminou na independência destas.

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incumbindo-lhe a tarefa de a modernizar e de a utilizar como meio para


propagandear a almejada mudança social e política. Porém, se por um lado as
mudanças foram demasiado tímidas, a renovação operada neste meio foi
pontual. É neste contexto que surge o programa Zip-Zip. Seguindo o modelo
dos talk-shows que Caetano tinha visto na televisão americana, este programa
deu voz e imagem, durante nove meses (entre Maio e Dezembro de 1969),
àquilo que a imprensa apelidou de “nova música portuguesa” 8 (Flama,
22/08/1969) e aos intérpretes e autores cujas preocupações sociais e políticas
eram expressas essencialmente na clandestinidade. Infelizmente, estas
imagens desapareceram dos aquivos da RTP devido, maioritariamente, à
escassez de recursos e à consequente reutilização das fitas magnéticas.
A 25 de abril de 1974 um golpe de estado militar pôs fim a quarenta e
oito anos de ditadura em Portugal. A tão desejada democracia enfim chegou,
mas marcada por avanços, recuos e lutas de poder entre as diversas facções
políticas. Quase um ano após a revolução, realiza-se a XII.ª edição do Festival
RTP da Canção (FRTPC). Organizado anualmente pela RTP desde 1964, o
então Grande Prémio TV da Canção Portuguesa teve, desde a sua primeira
edição, o objectivo de encontrar o representante português no Festival
Eurovisão da Canção. Com uma estreita relação com os sistemas de produção
musical da rádio, com o Teatro de Revista9 e com a indústria fonográfica, este
concurso visou "(...) estimular a produção de canções de nível internacional
que possam competir com canções de outros países no certame
internacional..." (Regulamento FRTPC 1967), “(...) estimular a produção
nacional de canções e incentivar o aparecimento de novos compositores e
autores.” (Regulamento FRTPC 1971). No entanto, após a revolução, este
concurso foi considerado reaccionário; um símbolo da ditadura e dos seus
ideais. Por essa razão, em 1975 o concurso quase não se realizou. Todavia,
sabendo do impacto em termos de audiência que o Festival Eurovisão 10 tinha

8 São ainda usados como sinónimo, tanto pelos produtores do programa como pelos
participantes e jornalistas, os seguintes conceitos émicos: “balada”, “nova balada” e “forma de
canto renovada” (Flama, 11/07/1969)
9 Género musico-teatral, emergente em Lisboa a partir de meados do Séc. XIX (Rebello 2010:

1248-1253).
10 O Festival Eurovisão da Canção é organizado anualmente, desde 1956, pela União Europeia

de Radiodifusão (ou EBU) com o objectivo de colocar em competição os diversos países


parceiros desta plataforma de comunicação (que não têm de ser necessariamente países

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desde o seu início, considerou-se que a Europa deveria conhecer através da


música as mudanças que se operavam em Portugal. Nos arquivos da RTP não
existe qualquer registo desta edição. Sobrevivem apenas as edições
fonográficas11 conservadas por alguns coleccionadores, os poucos documentos
no arquivo de microfilmes da RTP e alguns artigos na imprensa. Nesta edição,
as preocupações políticas e sociais marcaram o conteúdo das letras das
canções concorrentes e as ansiedades democráticas ficaram bem patentes no
sistema de votação adoptado onde cada autor elegeu a representante
portuguesa no Festival Eurovisão. Tal como no Zip-Zip, a inexistência de
imagens gravadas dificulta a sua análise. O acesso ao que terá sido o
resultado sonoro só é possível através das gravações comerciais realizadas
após o concurso, sempre com a salvaguarda das respectivas diferenças
interpretativas, qualidade sonora e circunstâncias de gravação. Assim, a
análise deste objecto de estudo tem sido realizada em parte a partir dos
discursos veiculados pela imprensa onde os autores assumem posturas mais
ou menos críticas, assumindo orientações políticas e ideológicas vincadas.
Deste modo, num contexto marcadamente politizado, importa escrutinar as
visões mais ou menos engajadas acerca das canções e do próprio concurso.

Objectivos
Compreendendo as lacunas na pesquisa realizada em Portugal acerca
destes objectos, das problemáticas a eles associadas e, por conseguinte, desta
metodologia, é objectivo deste artigo lançar as bases para discussão do papel
da imprensa na reconstrução de memórias televisivas. Tendo em consideração
que a pesquisa etnográfica acerca do passado é sempre mediada pelos
interlocutores (Bohlman 1997), importa aqui reflectir acerca do papel dos
jornalistas – muitas vezes anónimos – na construção de memórias, observando
até que ponto as suas opiniões enformadas por pressupostos ideológicos
podem influenciar a percepção das práticas musicais realizadas no passado e
às quais só temos acesso a partir destas fontes secundárias. Debate-se a
forma como a imprensa pode contribuir para a reconstrução de memórias

europeus). Desde a sua primeira emissão, este concurso congrega milhares de milhões de
espectadores em todo o mundo.
11 Estes fonogramas foram editados em diferentes formatos, dependendo da editora: EP,

Single e King Single.

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visuais e sónicas, servindo de mediador entre o passado e o presente.


Pretende-se dar um contributo para o debate acerca dos problemas
metodológicos inerentes a uma pesquisa etnomusicológica do passado,
recorrendo ao legado de Bohlman (1997) e propondo formas possíveis para
ultrapassar os obstáculos inerentes.
Como anteriormente referido, no contexto português o debate acerca do
papel da imprensa no acesso a memórias de carácter visual e sónico é
incipiente. É fundamental debater o modo como fontes inusitadas poderão ser
ferramentas cruciais para a pesquisa etnográfica de objectos de estudo
audiovisuais. Na impossibilidade de aceder às fontes primárias, são estas que
nos permitem mapear não só os acontecimentos e os produtos sonoros, como
as escolhas, interpretações, valores e lentes pelas quais foram vistos. Tendo
em conta o seu papel enquanto “opinion makers”, esta análise permite, ainda
que com as devidas limitações, observar pontos de vista que terão sido
partilhadas por um público mais vasto, mapeando-se comunidades de gosto. A
inexistência de uma política de preservação dos arquivos históricos
audiovisuais que tem marcado as diversas administrações do canal público de
televisão português e os diversos governos fez com que se perdessem
diversos documentos de valor inestimável. Hoje a sua reconstituição só é
possível através dos depoimentos daqueles que participaram e da imprensa
que mais ou menos sistematicamente os acompanhou. Desta forma, com base
em dois exemplos concretos, parte-se da análise das publicações periódicas
para compreender o papel da imprensa na reformulação de memórias: 1) a
cobertura do programa Zip-Zip (RTP, Maio a Dezembro de 1969); 2) a XII.ª
edição do Grande Prémio TV da Canção Portuguesa (Fevereiro de 1975).

Metodologia
Os dois exemplos que aqui se apresentam correspondem às pesquisas
em periódicos de tiragem nacional de natureza distinta e em períodos
diferentes. Para o primeiro exemplo, as pesquisas foram feitas na Hemeroteca
Municipal de Lisboa nos meses de Março e Agosto de 2011 (Flama e A
Capital), no Arquivo do Núcleo Museológico da RTP durante o mês de
Fevereiro de 2011 (Rádio e Televisão e Nova Antena) e na plataforma online

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do periódico Diário de Lisboa12. Fez-se uma pesquisa exaustiva das


publicações, recolha de informação, de imagens e respectivo tratamento.
Assim, este primeiro estudo de caso baseia-se na consulta das publicações
semanais Flama, Nova Antena e Rádio e Televisão e dos jornais diários A
Capital e Diário de Lisboa de 1969 e do primeiro trimestre de 1970.
No segundo caso, a pesquisa foi realizada na Hemeroteca Municipal de
Lisboa, durante os meses de Novembro e Dezembro de 2016 nos jornais de
tiragem diária Diário Popular e O Século e nas revistas Flama e Plateia, nos
períodos compreendidos entre Janeiro e Agosto de 1975. A pesquisa no Diário
de Lisboa foi feita através da plataforma online, nos números publicados no
mesmo período.
Estas recolhas distam num período de seis anos: a primeira diz respeito
a um programa de televisão transmitido em 1969 e a segunda à edição de
1975 do FRTPC; a primeira foi realizada no âmbito da minha dissertação de
Mestrado, defendida em Junho de 2012, e a segunda decorre da pesquisa
ainda em curso para a realização da tese de Doutoramento em Ciências
Musicais – Etnomusicologia13. Esta distância temporal é importante em
diversos sentidos. Por um lado, permite compreender a forma de actuação da
imprensa em dois períodos históricos distintos, pré e pós revolução; por outro,
possibilita reflectir acerca das diferentes preocupações que nortearam as
análises e a forma como estas podem enformar as interpretações dos diversos
acontecimentos.
É importante referir que não presenciei nenhum dos acontecimentos. O
meu acesso a estes é feito a partir de fontes documentais e dos depoimentos
recolhidos nas entrevistas etnográficas realizadas.

Discussão
A revista Nova Antena (NA), publicação semanal da RTP, da Rádio
Renascença e do Rádio Clube Português, iniciou a sua publicação em 1968,
sucedendo à revista Antena. Não sendo uma publicação especializada no
âmbito musical, ao longo dos anos 1960 foi uma das publicações que
periodicamente abordou assuntos relacionados com a música, dentre outros

12 Website http://casacomum.org/cc/diario_de_lisboa/
13 Financiada pela FCT – Fundação para a Ciência e Tecnologia.

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tópicos. A NA aparece inicialmente com uma postura muito positiva


relativamente à novidade que o Zip-Zip configurava na grelha da RTP. Numa
escrita um tanto romanceada, compara a estreia deste programa aos avanços
na astronomia conseguidos pelo regresso da Apolo-10 que coincidiu
exactamente com o dia da estreia do programa, enfatizando a hodiernidade,
dinamismo e “irrequietude” da equipa produtora. As primeiras reportagens aqui
publicadas oscilam entre o entusiasmo e uma postura mais crítica
relativamente à instável qualidade do programa. Uma das críticas mais
recorrentes é ao desempenho do público que se entendia “não servir o
programa”. Há que ressalvar que este foi o primeiro programa semanal da
televisão portuguesa transmitido com presença do público no auditório. Apesar
da censura e dos cortes realizados na pós-produção, este programa destacou-
se também pela novidade a esse nível, possibilitando uma interacção entre o
que acontecia em palco e a reacção espontânea do público que transbordava
para os telespectadores. Num tom um tanto jocoso, a NA chega mesmo a
facultar-nos uma caracterização deste: “(…) alguns candidatos a artista e o
novo tipo “herói de bairro lisboeta” que costuma frequentar os sete cafés que
se estendem entre o Saldanha e o Marquês de Pombal” (14/07/1969). É
interessante o destaque dado ao que a NA caracteriza como “valor humano”
dos convidados e à importância dada àqueles que de outra forma não teriam
voz na televisão nem chegariam a um público tão vasto. Ao longo do tempo, os
textos vão escasseando e vão dando lugar às fotografias, destacando os
convidados musicais em detrimento dos restantes. Assim, passamos a ter
acesso a pouco mais do que as curtas legendas que as acompanhavam, uma
vez que a opinião do autor aparecia raras vezes e em pequenas notas. Os
dados recolhidos ao longo desta pesquisa não permitem chegar a uma
conclusão acerca desta opção editorial. No entanto, face à actuação da
censura e da polícia política que ao longo das emissões do Zip-Zip foram
apertando o cerco, não só ao próprio programa como aos vários intérpretes
que nele actuaram14, posso supor que esta preferência pela imagem poderá ter
sido uma estratégia para contornar os bloqueios da censura.

14 Em entrevista (16/05/2011), Francisco Fanhais relatou que, após a participação no Zip-Zip, a


polícia política passou a seguir de perto, a interferir e mesmo a proibir as suas actuações ao
vivo.

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Ilustração 1 - Manuel Freire no Zip-Zip. Nova Antena, 01/09/1969.

A publicação semanal Flama iniciou a sua actividade em Fevereiro de


1937 e publicou o último número a 02/09/1976. A partir desta revista dedicada
às actualidades nacionais foi possível aceder a artigos e a fotografias relativas
tanto ao Zip-Zip e aos seus bastidores, como aos artistas nele presentes. O
destaque dado aos bastidores parece ser uma estratégia para criar uma
proximidade entre o público e os intervenientes. Apesar do conteúdo fotográfico
ser na sua maioria a preto-e-branco, as imagens presentes nas capa e
contracapa eram muitas vezes dedicadas ao Zip-Zip e editadas a cores, o que
nos permite reconstituir pormenores aos quais nem os telespectadores
puderam ter acesso através da emissão15. Nesta publicação, os artigos
dedicados ao que se considerava ser “o primeiro programa válido da RTP”
(18/07/1969) não foram publicados com a mesma regularidade da Nova
Antena. Porém, os artigos apresentam mais conteúdo escrito e assentam sobre
uma série de valores que, veladamente, se mostram contrários ao regime. Esta

15 Relembro que desde o seu início e até 07/03/1980, a RTP emitiu a preto-e-branco. Depois do
início das emissões a cores, estreadas no XVII.º Festival RTP da Canção, muitos
telespectadores possuíram durante muito tempo receptores a preto-e-branco.

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revista, publicada pela Juventude Escolar Católica16, é um caso interessante


merecedor de um estudo mais aprofundado, tendo em conta o contexto da sua
publicação e os ideais veiculados através das matérias relacionadas com o Zip-
Zip. À música presente no Zip-Zip atribuem-se valores como a não
artificialidade, a espontaneidade, a não alienação do público, a crítica, a
heterogeneidade e a novidade, considerando-o um mecenas e um contributo
fundamental para a “renovação da música portuguesa”. Entende-se a televisão
como educadora e como meio para despertar as audiências alienadas. Muitas
das canções interpretadas no Zip-Zip reflectiam as preocupações sociais e
políticas de uma geração que se via arrastada para a Guerra Colonial, uma
preocupação também latente nas vertentes católicas progressistas. Verifica-se
que, apesar de vários artigos terem uma visão muito positiva do programa e
abordarem estas questões ideológicas, em determinadas circunstâncias o
crítico não se absteve de o julgar17. Referindo-se à música, a Flama reflecte
sobre questões de censura, ainda que use um eufemismo para a denominar –
veto, debatendo o que considera ser injusto:

Permite-se (e muito bem) que as letras das canções em outras línguas tragam
mensagens de protesto, revolta, amor ou sonho com uma força desusada. As palavras
usadas são muitas vezes rudes, fortes, para dar força, por contraste artístico, a um
estado de alma, ou para reproduzir, em toda a sua violência, o sentimento do choque
desejado. Pois bem, não se permite que os nossos cantores de baladas utilizem um
expressionismo aos outros concedido. Este um exemplo, entre diversos, de um tipo de
alienação. Não se faz, como é óbvio, a apologia do obsceno, mas apenas se pretende
reagir contra uma falsa noção de pudor que é pior do que a obscenidade em si, que é,
pelo menos, muito mais doentia.” (Flama, 18/07/1969).

A entrevista a José Nuno Martins (22/08/1969), responsável pela


selecção musical do Zip-Zip, foi importante para que o público pudesse aceder
aos valores que nortearam as suas escolhas. Recorrendo a intérpretes/autores

16 A Juventude Escolar Católica foi um organismo da Acção Católica Portuguesa (instituída em


1935). Ao longo das décadas de 1960 e 1970, “A vontade de intervenção social e política
alastra a cada vez maiores sectores da Igreja, atingindo praticamente todos os organismos da
Acção Católica” (Rosas e Brito 1996:137-139). As diferentes tomadas de posição de um grupo
de católicos – considerados progressistas – reflectem-se quer através da imprensa, quer
através de acções que o distanciam do regime, da sua política colonial e das suas
arbitrariedades.
17 Sob o pseudónimo O Crocodilo.

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que actuavam nos circuitos universitários, muitas vezes clandestinamente, e


muitos deles colegas de José Nuno na Faculdade de Letras de Lisboa,
demonstra-se uma postura contrária aos valores políticos e estéticos
veiculados pelo regime através da Rádio e da Televisão, o que a partir de 1969
passou a ser denominado como “nacional-cançonetismo”18.
Por outro lado, as entrevistas com músicos como Adriano Correia de
Oliveira, José Jorge Letria e Francisco Fanhais acerca das suas participações
no programa deram o mote para a discussão acerca da música em Portugal,
divulgando uma música com componente crítica, aquilo que se apelidava de
“renovação da música portuguesa”. Uma das entrevistas a Fanhais, publicada
pela Flama, é introduzida por um texto que nos reporta para uma ideia de
consciência colectiva, transmitida através das canções:

A sua voz, as suas canções, a sua presença simpática facilmente encontram aceitação
num meio que anseia por consagrar reais valores. Padre Fanhais procura, nas baladas
que interpreta, transmitir as esperanças das pessoas, o seu dia-a-dia – esse um novo
factor para explicar o êxito obtido. (18/08/1969).

Na semana seguinte, a Flama publica uma entrevista mais extensa a


Fanhais que esclarece os seus objectivos, explicando de que forma concilia a
sua actividade de sacerdote com a escrita de canções: “Para mim cantar é
dizer, em música, texto, poemas, letras. Não quaisquer textos, mas aqueles
que ajudam as pessoas a tomar consciência, que levam os outros a libertar-
se.” (22/08/1969). No rescaldo da participação de Adriano Correia de Oliveira
no Zip, a Flama publica uma entrevista onde se discute o reflexo desta
participação na sua carreira musical. Adriano aproveita esta visibilidade para
explicar: “O que eu pretendo fazer, honestamente, tentar um caminho, que não
seja o único, de renovar a música portuguesa, dando às pessoas algo mais que
as “chachadas” alienatórias que por aí se cantam.” (Flama, 11/07/1969).

18 Conceito veiculado pelo jornalista João Paulo Guerra no suplemento A Mosca do Diário de
Lisboa (César 2010).

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Ilustração 2 - Luís Andrade - realizador (de costas) e Carlos Cruz - apresentador (ao telefone)
no processo de pós-produção do Zip-Zip. À direita o aparelho de videotape. Flama, 24/10/1969.

As críticas semanais publicadas no Diário de Lisboa (DL) e assinadas


pelo crítico de televisão Mário Castrim oferecem-nos um relato mais ou menos
detalhado acerca da música no programa. Recebendo-o muito
entusiasticamente, Castrim afirmou que o Zip-Zip trazia “duas horas vivas
numa TV morta” (27/05/1969). Porém, não se coibiu de tecer críticas à falta de
planeamento ou às oscilações qualitativas, mas reconhecendo sempre o seu
papel enquanto mediador de discursos alternativos àqueles que eram
veiculados pelo regime. É ainda no suplemento juvenil do DL que João Paulo
Guerra utiliza pela primeira o conceito de “nacional-cançonetismo”, referindo-se
à música veiculada pelos sistemas de produção da rádio nacional que
branqueava quaisquer preocupações de carácter social ou político. A “nova
canção portuguesa”19, transmitida pelo Zip-Zip, assumia assim uma postura
contrária aos valores “oficiais”. Transmitida para uma audiência de milhões de
telespectadores, deu voz e corpo, pela primeira vez, a uma corrente até então
clandestina.
A revista Rádio e Televisão, semanário de espectáculos, iniciou
actividade com o início das emissões experimentais da RTP em 195820. A

19 Conceito émico utilizado pelos autores e intérpretes ao longo do programa e reproduzido


amiúde pela imprensa analisada.
20 Vide Pinto (no prelo).

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cobertura ao Zip-Zip foi bastante regular apresentando rúbricas de crítica 21 que


o posicionaram num polo oposto ao dos restantes programas de variedades,
afirmando que o “Zip-Zip não nasceu para pactuar com a rotineirice dos
programas de variedades do Lumiar” (31/05/1969). Publicou antevisões,
reportagens feitas nos dias de gravação do programa, dando destaque aos
bastidores, entrevistas com os artistas e apresentadores. Esta estratégia
possibilitou que os leitores pudessem ter acesso àquilo que não conseguiam
através da emissão televisiva, criando em torno do Zip-Zip uma narrativa que
se estendeu no tempo e através de diversos meios de comunicação, numa
espécie de transmedia storytelling (Jenkins 2011). Foram ainda publicadas
diversas fotografias que nos permitem reconstruir visualmente o programa. Por
outro lado, as opiniões dos telespectadores aqui publicadas deram ênfase às
comunidades de gosto que se começavam a delinear, sendo outra plataforma
de interação entre o público e o programa, alargando um dos principais
pressupostos do Zip-Zip. É interessante um artigo que debate o problema da
popularidade fémera (hoje tão actual) gerado pelo programa (30/08/1969) que,
pela primeira vez, deu voz e uma face a personagens dos mais varidados
grupos sociais e tempo de antena a problemas diversos que até então não
tinham espaço na esfera pública. Como podemos verificar no artigo publicado
pela Flama: “O grande êxito do programa será colocar os portugueses dos
nossos dias em contacto com a vida, sem espartilhar a imagem desta atrás das
espessas muralhas das convenções, de um doentio parece mal e de uma falsa
decência.” (18/07/1969).

Ilustração 3 - Francisco Fanhais no Zip-Zip. Rádio e Televisão, 26/07/1969.

21 Rúbrica anónima intitulada Telecrítica.

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Por seu turno, no jornal diário A Capital é possível aceder ao discurso do


crítico de televisão Correia da Fonseca. Aqui encontramos um conceito que
marcou a música presente no Zip-Zip: “música de raizes portuguesas”
(27/05/1969). Logo no primeiro programa, com a participação de Adriano
Correia de Oliveira que interpretou uma canção de “origem alentejana” e outra
“inspirada em temas açoreanos” (ibidem), fica estabelecida a afinidade com o
movimento da canção de protesto que se vinha a desenhar desde o início da
década de 1960 e encontrava no “aproveitamento de materiais folclóricos”
(ibidem) as bases para construção de uma “nova música portuguesa”22.
O programa durou apenas nove meses na grelha da RTP. O cerco da
censura que cada vez mais se apertava em torno do programa, dos seus
produtores e dos intérpretes que aqui se mostraram ao grande público e
encetaram uma actividade regular, fez com que os produtores decidissem que
o programa terminaria a 29 de Dezembro de 1969.
As publicações analisadas não só resumem o que aconteceu nas várias
edições do programa como permitem que este se estenda no tempo, para além
dos 90 minutos de emissão pela RTP todas as Segundas-feiras. A imprensa
criou um conjunto de narrativas paralelas, perpetuando a sua memória o que
nos permite hoje aceder aos valores a partir dos quais foi analisado pelos
jornalistas. O Zip-Zip e os intérpretes que aí actuaram foram vistos pelo prisma
da modernidade, da evolução, da liberdade e da consciência contra a
alienação. Haverá certamente uma ligação com a revista Mundo da Canção,
iniciada precisamente em Dezembro de 1969, onde se “Criticava implicitamente
o sistema político ao desvalorizar os géneros musicais dominantes nos meios
de comunicação e que eram controlados pelo aparelho do Estado, caso da
rádio, da televisão e da imprensa. (Nunes 2012:105). Como podemos hoje ler
no website dedicado a esta revista, a Mundo da Canção surgiu “com o
objectivo de lutar contra o cançonetismo apodrecido e ajudar a construir uma
canção diferente” (Avelino Tavares, director da MC, no website23), o que se
constata logo na capa do primeiro número, dedicada a Francisco Fanhais. A
MC continuou a dar destaque a uma “música com palavras carregadas de

22 Vide Côrte-Real (2010).


23 http://mundodacancao.pt/historial-mc/revista-mc/

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sentido” (ibidem.), estendendo no tempo os valores trazidos à esfera pública


pelo Zip-Zip.
Temos, deste modo, acesso àquilo que foi emitido pela RTP, às
decisões dos seus agentes, assim como à teia de valores a eles associados.
Como José Nuno Martins afirmou: “Estou profundamente empenhado em
contribuir para a renovação da música portuguesa e creio que as baladas são a
via indicada.” (Flama, 22/08/1969). Se através das matérias publicadas e das
fotografias podemos reconstruir o programa e a música aí executada, através
das entrevistas aos produtores e aos cantautores podemos aceder aos valores
que pautaram a sua concepção.

Ilustração 4. Fialho Gouveia, Raul Solnado e Carlos Cruz - apresentadores e produtores do


Zip-Zip. Contracapa da Flama, 06/06/1969.

O segundo exemplo abordado neste artigo é dedicado a um dos


programas de maior importância nas cenas televisiva e musical em Portugal –
o Festival RTP da Canção, concurso anual organizado pela RTP, com o
objectivo de escolher a representação portuguesa no Festival Eurovisão da
Canção. A atenção dedicada a este programa pela imprensa desde a sua
primeira edição reflecte a posição privilegiada que durante várias décadas
ocupou em Portugal. Tal como anteriormente referido, a edição de 1975 esteve
em risco de não se realizar. O vínculo ao regime que no ano anterior fora
deposto fez com que fosse olhado com desconfiança tanto pelas chefias da
televisão como pelos autores e intérpretes. Todavia, e apesar desta aparente
rejeição, a sua importância na divulgação de canções e, consequentemente,

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dos valores inerentes à criação musical poderá ter sido um motivo para que
efectivamente fosse realizado, ainda que em moldes muito diferentes das
edições anteriores: ao contrário do habitual, os compositores e letristas
concorrentes foram convidados; o usual júri distrital foi substituído por um júri
unicamente constituído pelos autores participantes que escolheu a vencedora;
no final da votação, os autores puderam proferir uma declaração de voto que
foi posteriormente publicada na imprensa (Flama, 16/02/1975); as canções não
foram emitidas em directo, mas em diferido nos dois canais da RTP, em três
períodos de emissão; apenas a votação foi emitida em directo no dia
15/02/1975. É curioso observar que, ao contrário do habitual, o regulamento
tem uma data posterior à do programa, o que espelha bem o processo
revolucionário em que se vivia, pautado pela ideia que o documentário sobre a
ocupação da Herdade Torre Bela tão inequivocamente revela: “Não devem
estar à espera que legalmente saia um decreto a dizer que vocês podem
ocupar. Vocês ocupam e a lei há-de vir.”24. As imagens desta edição do
Festival desapareceram dos arquivos da RTP, desconhecendo-se a razão. A
imprensa da época possibilita-nos uma reconstrução deste programa e as
gravações comerciais feitas a posteriori ajudam-nos a reconstituir esta memória
musical. Todavia, tal como Rezola e Gomes (2014) salientam, é necessário ter
em consideração que “Os meios de comunicação social são [neste período
pós-revolucionário] sucessivamente acusados de contribuírem para ampliar o
clima de instabilidade que se vivia, sendo evidente a sua elevada politização.”
(2014:12). Deste modo, a sua análise tem invariavelmente de considerar estas
limitações, tendo em conta o seu papel instrumental.
Como me relatou Carlos Guerreiro, um dos intervenientes na canção
Alerta! da autoria do GAC25, as diferenças entre a interpretação televisiva e a
gravação em disco podem ser gritantes, o que acarreta muitas restrições à
análise. Esta canção, composta muito tempo antes do concurso, excedia os 3

24 Documentário de 1977 da autoria de Thomas Harlan. “A propriedade da herdade da Torre


Bela pertencia à família real de Bragança. A herdade fora ocupada a 23 de abril de 1975, tendo
sido posteriormente criada uma cooperativa.”
(http://media.rtp.pt/memoriasdarevolucao/acontecimento/ocupacao-da-herdade-torre-bela/)
25 O GAC – Grupo de Acção Cultural – Vozes na Luta. Colectivo de cantores, com ligações à

UDP, formado a 01/05/1974 por iniciativa de José Mário Branco que actuou em centenas de
sessões de canto livre por todo o país (Guerreiro e Roxo 2010).

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minutos regulamentares impostos pela EBU26 e, na impossibilidade de cortar


alguns versos e comprometer a mensagem política que transmitia, foi decidido
que seria cantada ao dobro da velocidade. A reconstrução desta performance
fica assim unicamente ao critério da nossa imaginação.

Ilustração 5 - Duarte Mendes - vencedor do Festival RTP da Canção de 1975.


Capa da Flama, 16/02/1975.

Neste período pós-revolucionário, a canção de intervenção foi utilizada


enquanto arma de luta e de educação democrática (Côrte-Real 2010). Nas
matérias publicadas, a imprensa destaca a heterogeneidade (Diário Popular)
das canções que, sendo mais ou menos militantes, assentam numa linha
comum – a revolução. Porém, ao ler os artigos, percebemos que na verdade o
autor considera que as canções não apresentam alternativa estética àquelas
que foram apresentadas neste certame antes da revolução. Acusações à falta
de democracia dentro de um concurso realizado por convite e votado apenas
pelos autores e não pelo público, acusações à falta de renovação da sua
estrutura e à falta de renovação das estruturas musicais e líricas são

26 European Broadcast Union.

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recorrentes neste jornal. O mais extenso comentário é dedicado à canção


Alerta! que considera poder ser uma “bofetada na Eurovisão” (Diário Popular,
14/02/1975), o que denota algum favoritismo e, consequentemente, uma linha
política. A utilização de adjectivos como pomposo e despropositado para
caracterizar o concurso dos anos anteriores, marcado pelos vestidos compridos
e smokings, contrasta com a informalidade pretendida nesta edição que
deveria mostrar o “aqui e agora”27, mas que acabou por falhar nesta
concretização. Citando José Mário Branco, O Século, explica que esta edição
falhou no uso da canção como “luta do povo”, referindo que “a canção é uma
arma e eles não sabiam” (17/02/1975) e que a politização não significou uma
melhoria na qualidade do Festival.

Ilustração 6 - José Luís Tinoco - autor, Duarte Mendes - intérprete e Pedro Osório -
orquestrador, vencedores do XII.º Festival RTP da Canção. Diário Popular, 17/02/1975.
(fotografia cedida pelo website https://festivaiscancao.wordpress.com/)

No Diário de Lisboa, para além da habitual crítica de Castrim que


acerrimamente criticou a falta de originalidade e de arrojo das canções, foram
ainda publicados diversos artigos que defendiam ou criticavam a canção do
GAC principalmente por esta não ter sido originalmente composta para o
programa e já ser conhecida do público. Posicionavam-se a favor da canção de
Sérgio Godinho aqueles que a consideravam a única que efectivamente
denunciava os recuos políticos e a manutenção de um status quo anterior à

27Expressão recorrentemente utilizada nas várias reportagens feitas pelos periódicos Diário
Popular e Flama quando reflectem acerca do papel da música enquanto meio para denunciar o
que acontecia na sociedade portuguesa.

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revolução. Ambas as posições criticavam a canção vencedora por ter uma


mensagem considerada “frouxa” e que mostrava que em Portugal nada tinha
mudado. Apensar das diferentes opiniões, uma é comum: considerava-se que
os compositores escreveram como se ainda existisse censura em Portugal.
Este leque de opiniões, formuladas a partir de diferentes engajamentos
políticos mas com um objectivo comum, é demonstrativo dos antagonismos
que um ano após a revolução de Abril já se percebiam. Demostra as diversas
posturas políticas mais ou menos radicais que se desenhavam na sociedade
portuguesa e que simbolizam as lutas de poder que marcaram o PREC28.

Ilustração 7 - Maria Elisa e José Nuno Martins - apresentadores da edição de 1975 do Festival
RTP da Canção. Diário Popular, 17/02/1975.

A Flama considera que este programa “feito em mangas de camisa e


sem vedetismos” apresentou “intenções políticas não conseguidas”. Dá grande
destaque a José Mário Branco e fala não só dos objectivos políticos (“e não
artísticos”) da participação do GAC como das suas intenções relativamente ao
papel da música na nova sociedade democrática. Nos vários artigos publicados
antes e depois de 15 de Fevereiro, a caracterização feita a este que foi desde o
seu início o maior show da televisão portuguesa passa por adjectivos como
“velho” e “medíocre”, sem quaisquer alternativas à “realização burguesa”,
“demagógica”, “entorpecedora” e “pseudo-cultural” do período ditatorial. Na
verdade, seis anos volvidos e uma revolução depois, a caracterização agora
feita é exactamente igual às que encontramos entre 1964 e 1974.
28PREC - Período revolucionário em curso, decorrido entre a Revolução de 25/04/1974 e a
contra-revolução de 25/11/1975, incluindo o denominado “Verão Quente” de 1975.

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As matérias publicadas no matutino O Século e na revista semanal


Plateia diferem na linha editorial. Enquanto O Século apresenta uma
reportagem aparentemente “neutra”, sem grandes juízos de valor, a Plateia
opta por dar voz não só aos intérpretes e autores participantes como a autores
que anteriormente tinham concorrido ao Festival. Considerando que a
representação portuguesa na Eurovisão é “fraca”, esta revista forja
comunidades que comungam opiniões relativamente à música na televisão,
disseminando o seu modo de pensar. É a partir desta revista que temos acesso
a um maior número de imagens deste FRTPC.

Ilustração 8 - Painel de jurados (e também autores) do Festival RTP da Canção de 1975.


Plateia, 25/02/1975

Considerações finais
Paul M. Hirsch considera que os críticos são “gatekeepers autónomos”
ou “consumidores sub-rogados” que servem como “líderes de opinião para o
seu círculo de leitores” (apud Fenster 2002:83). Para este autor, o crítico
expressa a sua opinião pessoal e autónoma acabando por suscitar efeito na
opinião dos leitores. Porém, sabemos que não é assim. Como vimos, as
interpretações são enformadas por questões políticas e ideológicas. Os
investigadores que se seguiram argumentam que à formulação de Hirsch
faltava a dimensão das indústrias culturais e que esta imagem de
imparcialidade e credibilidade influenciou erroneamente as audiências nas
questões do gosto (Stratton apud Fenster 2002:88). Fenster chama a atenção
para o facto de estes críticos e jornalistas não serem independentes seja em

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termos laborais, seja em termos ideológicos, e para o facto de assumirem uma


posição social e uma visibilidade privilegiadas. Apesar de se reportar aos
críticos de Rock, é possível aplicar os pressupostos de Fenster aos exemplos
aqui descritos: “As posições discursivas dos críticos funcionam tanto enquanto
membros da audiência que são, presumivelmente semelhantes aos seus
leitores, como enquanto oradores de uma posição de perícia e de autoridade
que os diferencia dos mesmos” (Fenster 2002:84).
A partir desta análise, foi possível atestar a importância da imprensa
como meio de reconstrução de memórias de natureza histórica, social, visual e
musical, destacando-se o valor destes documentos históricos no trabalho
etnográfico, bem como o papel dos diversos agentes enquanto intervenientes
directos nesta reconstrução. Colmatando a inexistência de imagens televisivas
gravadas, é a partir das matérias publicadas nos periódicos que podemos
mapear intervenientes e performances. Ficam, contudo, por apurar as razões e
pressupostos ideológicos para o desaparecimento destas imagens.
Como Klein afirma, “a crítica cutural tem sido reconhecida por conferir
um status ao objecto que avalia” (2005:1). Deste modo, é de suma importância
o seu papel enquanto mediador de valores acerca da música, destacando-se o
papel dos jornalistas e críticos enquanto opinion makers e influenciadores de
opiniões e gostos. Ainda que com as devidas limitações, proporciona-nos o
acesso aos discursos e valores dos músicos e da audiência. Tanto no período
marcado pela ditadura como no período pós-revolução, os valores associados
à música transmitidos por estes profissionais permitem-nos posicionar não só
aqueles que escrevem como os próprios objectos televisivos e musicais,
traçando linhas de interpretação daquilo que poderá ter sido a recepção dos
programas. Desta forma, pelo seu papel na escolha dos intérpretes veiculados
pelo Zip-Zip, José Nuno Martins assume-se enquanto “gatekeeper do gosto”,
funcionando como filtro e como catalisador para um conjunto de músicos
associados a determinada linha ideológica. Por outro lado, os músicos, através
dos jornalistas, assumem também esse papel, criando em torno deles próprios
e daqueles que partilharam os mesmos valores estéticos e ideológicos uma
comunidade de gosto. Simultaneamente, importa destacar o papel dos
jornalistas e dos críticos, nomeadamente o papel de Mário Castrim.
Conhecendo a biografia deste crítico e sabendo da sua postura ideológica

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contrária ao regime, é importante igualmente compreender o seu papel também


enquanto “gatekeeper do gosto”, influenciador de opiniões, que em grande
medida terá contribuido para a associação destes programas a uma linha mais
politicamente engajada.
Estes profissionais são a face visível de um conjunto de pessoas que
partilha os mesmos valores, assumindo assim simultaneamente o papel de
influenciadores e de influenciados e conferindo o que Travis (1990) considera
“a sense of legitimacy” (apud Klein 2005:2). A construção destas narrativas
valorativas em torno do Zip-Zip, do Festival RTP da Canção e da música aqui
interpretada enformaram os discursos do público não só na época em que
foram publicados, como hoje enformam a visão dos investigadores, afigurando-
se como uma das fontes principais para construção do conhecimento em torno
destes objectos. Nunes (2012) considera que no jornalismo musical da década
de 1980, “a ideologia política tornou-se numa ideologia da estética que
sustentava agendas de gosto.” (2012:107). Pelo contrário, pelo que aqui
observámos nas décadas de 1960 e 1970, o jornalismo era marcadamente
político e os pressupostos estéticos tinham um pendor vincadamente
ideológico. No entanto, e apesar do seu enorme valor como fonte para a
investigação e enquanto meio para posicionar os comportamentos expressivos
nos seus contextos, o investigador nunca deve perder de vista o carácter
subjectivo destas fontes. Deve constantemente lembrar-se que a construção do
passado é feita de escolhas, de discursos e de silêncios. As etnografias do
passado esbarram com as limitações interpretativas tanto do investigador como
o investigado, acrescendo o carácter maleável da memória. Nos dois contextos
estudados, os valores políticos são de suma importância e nunca poderão ser
perdidos de vista quando procedemos à análise dos dados. As escolhas e os
discursos são construídos a partir de uma teia de valores que define a lente
com que os acontecimentos são vistos e nos chegam. A interpretação do
investigador, enformada também pelos seus próprios valores, assenta assim
num constante assumir de escolhas e num permanente exercício de escrutínio.

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Bibliografia

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ISSN: 2014-4660

ISSN: 2014-4660

Música e política na revista Mundo da canção no período


revolucionário português (1974-1976)

HUGO CASTRO

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palvras-chave: Mundo da canção, revolução dos Cravos, ideologia


política, canção revolucionária.

Keywords: Mundo da canção, Carnation Revolution, politics,


revolutionary song.

Cita recomendada:
Castro, Hugo. 2017. “Música e política na revista Mundo da canção no período
revolucionário português (1974-1976)”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10.
<URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)

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ISSN: 2014-4660

MÚSICA E POLÍTICA NA REVISTA MUNDO DA CANÇÃO NO


PERÍODO REVOLUCIONÁRIO PORTUGUÊS (1974-1976)

Hugo Castro

Resumo

Este artigo foca a relação entre música e política na revista Mundo da Canção,
durante o período revolucionário português, entre 1974 e 1976. Fundada no
Porto em 1969 e publicada até 1985, esta foi a primeira publicação portuguesa
especializada na música popular, demonstrando um forte cariz político através
da publicação de artigos de opinião, entrevistas, letras de canções e
publicidade a fonogramas. Não obstante, as mudanças ocorridas durante a
Revolução dos Cravos, iniciada a 25 de Abril de 1974, e a consequente
politização de vários sectores da sociedade portuguesa, tiveram impacto na
revista. Neste artigo, verifica-se como o fervor revolucionário e, sobretudo, o
confronto ideológico entre partidos associados à esquerda e extrema-esquerda
revolucionária - e aos quais pertenciam a maior parte dos colaboradores da
revista - foram vividos no seio do corpo redatorial, resultando em mudanças na
direção e numa aberta disputa ideológica transposta para as páginas do Mundo
da Canção. Partindo de entrevistas e depoimentos de colaboradores e ex-
diretores da revista, assim como da análise aos números publicados entre 1974
e 1976, tenho como principal enfoque o desenvolvimento do intenso debate
ideológico acerca do papel da arte e, sobretudo, da canção de protesto e
revolucionária no contexto revolucionário português. Tendo em conta os
dinamismos e transformações das práticas musicais da canção de protesto,
analisam-se os efeitos deste debate na escolha de intérpretes, repertórios,
estilos e discursos musicais veiculados pela revista.

Palvras-chave: Mundo da canção, revolução dos Cravos, ideologia política,


canção revolucionária.

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ISSN: 2014-4660

Abstract

This article focuses on the relationship between music and politics in the
magazine Mundo da Canção, during the Portuguese revolutionary period,
between 1974 and 1976. Founded in Porto in 1969 and published until 1985,
this was the first Portuguese publication specialized in popular music,
demonstrating a strong political focus, through the publication of opinion
articles, interviews, song lyrics and publicity to phonograms. Nonetheless, the
changes that occurred during the Carnation Revolution, which began on April
25, 1974, and the consequent politicization of various sectors of Portuguese
society, had an impact on the magazine. In this article, I deal withe the
revolutionary context and, above all, the ideological confrontation between
parties associated with the left and the revolutionary extreme-left - and to which
most of the magazine's collaborators belonged - resulting in changes among
collaborators and in an ideological dispute transposed to the pages of the
magazine. Based on interviews and testimonies of contributors and former
directors of the magazine, as well as the analysis of the issues published
between 1974 and 1976, my main focus for this article is the development of the
intense ideological debate about the role of art and, in particularly, the role of
revolutionary song during the Portuguese Revolution. Taking into account the
dynamics and transformations of musical practices in this period, I analyze the
effects of this debate on the choice of interpreters, repertoires, styles and
musical discourses conveyed in the magazine

Keywords: Mundo da canção, Carnation Revolution, politics, revolutionary


song.

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ISSN: 2014-4660

Breve historial do Mundo da Canção antes da Revolução dos Cravos


(1969-1974)
O jornalismo musical centrado na música popular em Portugal apenas
teve início nos finais da década de 1960, com a publicação da revista Mundo
da Canção1. Considerada a primeira publicação periódica especializada na
música popular, o MC é apontado como pioneiro duma fase embrionária de
afirmação do jornalismo musical em Portugal (Nunes 2010:996). Criada em
1969 no Porto por Avelino Tavares e publicada até 1985 num total de 67
números2, a revista atravessou vários períodos conturbados da vida política e
social portuguesa; nomeadamente, os últimos anos do designado Estado Novo
(1969-1974), o período da Revolução dos Cravos (1974-1976), e o período
pós-revolucionário e de transição democrática (desde 1976,
aproximadamente). No plano musical, estes três períodos corresponderam a
várias fases dinâmicas de configuração das práticas musicais em Portugal,
sobretudo nos meios de produção e divulgação, no surgimento de novos
intérpretes e na renovação estética de domínios e géneros musicais explorados
pela revista, com particular destaque para as canções mais ou menos
conotadas com aspetos políticos.
Até ao 25 de Abril de 1974, data do golpe militar que dá início à
Revolução dos Cravos, a revista MC demonstrou um cariz político de oposição
à ditadura aliado a uma disposição estética que privilegiou correntes musicais
de contestação, tanto nacionais como internacionais. Como é referido por Félix,
o periódico tornou-se fundamental para o “debate em torno da música popular
portuguesa e da sua renovação” (Félix 2010:833), estando em várias fontes
mencionada pelo importante papel no que diz respeito à inovação de uma
perspetiva jornalística sobre música (Nunes 2012; Vasconcelos e Sousa 2016).
Como é recorrentemente referido nos editoriais dos primeiros números
publicados, os objetivos da revista passavam pela divulgação de música

1
Ao longo deste artigo adoto a designação MC para me referir à revista Mundo da Canção. Como refere
o jornalista Viriato Teles e mais tarde colaborador na revista, MC era o “(nome abreviado da revista,
sugerido pelo publicitário António Rolo Duarte no início dos anos 70, que acabou por tornar-se no petit
nom pelo qual a publicação passou a ser conhecida)” (Teles, 2005:21)
2
Neste artigo foco-me sobretudo nos números da Mundo da Canção publicados entre 1974 e 1976: Nº
39 (1974); Nº 40 (Novembro, 1974); Nº 41 (Fevereiro, 1975); Nº 42 (Maio, 1975); Nº 43 (Setembro,
1975); Nº 44 (Janeiro, 1976); Nº 45 (Abril, 1976); Nº 46 (Setembro, 1976); Nº47 (Dezembro, 1976)

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portuguesa em que estivessem implícitos aspetos de transformação e


renovação musical, cujo conteúdo era considerado importante e significativo
para a juventude portuguesa, principal destinatária da revista. Através da
publicação de artigos de opinião, entrevistas, biografias, letras de canções e
publicidade a fonogramas, a revista caracterizou-se por um discurso centrado
na reflexão em torno da renovação da música popular portuguesa, com
particular destaque para a divulgação de novos intérpretes, tais como José
Afonso, Adriano Correia de Oliveira, José Mário Branco, Sérgio Godinho, José
Jorge Letria, Manuel Freire, Francisco Fanhais, entre outros associados ao
movimento da balada e da canção de protesto; tendo sido durante algum tempo
o único periódico de divulgação de novos valores que personificavam correntes
e estilos musicais considerados alternativos no panorama musical português.
Sobretudo a partir de finais da década de 1960, coincidente com uma aparente
abertura do regime ditatorial, a proliferação e divulgação de um conjunto de
intérpretes que corporizavam uma certa contestação política nas canções era
já extensível a outros meios de comunicação, como sucedia nos programas
televisivos Riso & Ritmo e Zip-Zip ou nos programas de rádio PBX, Página 1 e
Tempo Zip. A estes juntavam-se algumas pequenas editoras discográficas
como a Orfeu de Arnaldo Trindade e a Sassetti, cujos métodos inovadores e
investimento foram essenciais para a produção fonográfica de novos
intérpretes dentro do género3. O surgimento do MC neste período não estará
assim desligado de uma certa corrente de crítica ao regime que era visível
noutros meios de comunicação e encetada por um conjunto de agentes mais
ou menos politizados e conscientes.
Não obstante, no MC esta tendência alastrava-se a outros géneros
musicais, sobretudo associados a movimentos de renovação da música
popular em contextos internacionais, como na música de origem anglo-
saxónica, francófona e hispânica. Até 1974 a revista publicou artigos de
opinião, reportagens e letras de canções de diversos intérpretes e grupos
estrangeiros de diferentes domínios e origens, chegando mesmo a dar
destaque de capa a vários destes. Assim, apesar da primazia pela música

3
Para mais informação, consultar as dissertações de Mestrado de Lopes, Sofia Vieira (2012) acerca do
programa televisivo Zip-Zip; e Castro, José Hugo Pires (2012) sobre a produção fonográfica deste
período

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portuguesa, a revista incluía conteúdos esteticamente versáteis, atravessando


vários géneros e estilos que iam desde a folk, o jazz ou o pop/rock. Este aspeto
é assumido pelo fundador e editor Avelino Tavares, que refere que a principal
intenção da revista sempre foi “(…) a divulgação de música de qualidade, fosse
qual fosse a sua origem” (entr. Tavares 2017). Tendo tido a experiência de
viver e estudar em França antes de criar a revista, Avelino Tavares refere que
embora houvesse espaço e destaque para êxitos internacionais como os
Beatles, Rolling Stones, Moody Blues, Pink Floyd, entre muitos outros, era
evidente que a revista tinha um papel secundário na divulgação de artistas
estrangeiros ligados ao universo do pop/rock. Para o editor, no plano da música
internacional, a revista acabou por cumprir sobretudo um papel relevante na
divulgação em primeira mão de vários músicos estrangeiros, sobretudo de
origem francófona e hispânica, onde se incluíam nomes menos conhecidos do
público português, como George Brassens, Jean Ferrat, Melanie, Patxi Andión,
entre muitos outros. A incorporação de vários escritores, críticos, jornalistas e
músicos no quadro redatorial da revista, assim como colaboradores no
estrangeiro, visava a possibilidade de corresponder a certas expetativas de um
público jovem ao qual se apelava à participação e interação com os conteúdos
publicados. Mário Correia - um dos primeiros colaboradores e que viria a
assumir a direção da revista já após a Revolução – refere que a juventude de
muitos dos colaboradores (Mário Correia afirma que tinha 17 anos quando
integrou a revista) refletia-se também na divulgação de vários intérpretes e
grupos internacionais que se pautavam por uma certa irreverência (entr.
Correia 2017). Já para Viriato Teles (2005), jornalista e mais tarde colaborador
na revista, existia uma estratégia dentro da revista que, face à censura que
visava grande parte das publicações e dos órgãos de comunicação em
Portugal, procurava iludir a polícia ao articular “formas de expressão [que] eram
particularmente incómodas para o regime vigente” através da “(…) publicação
dos êxitos mais populares da música anglófona (…), no meio das quais se
misturavam as canções com cabeça, tronco e membros dos nossos melhores
criadores” (Teles 2005:20-21). Embora Mário Correia refira os Doors e outros
grupos associados ao movimento hippie como parte da sua rede pessoal de
interesses no campo da música nesse período, ele refere que o primeiro artigo
que escreveu para a revista foi sobre Bob Dylan, cujas canções tinham sido

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usadas em contextos de contestação ao cumprimento do serviço militar nos


Estados Unidos e consequente participação na Guerra do Vietname (entr.
Correia 2017). A referência a músicos e canções que num plano internacional
tinham subjacente uma carga política de contestação às guerras é, para Mário
Correia, importante no sentido em que permitia fazer passar a imagem de
contestação à “guerra interna” [Guerra Colonial4] em que Portugal estava
envolvido:

(…) a maneira de um jovem de 17/18 ou 19 anos no Mundo da Canção se afirmar era


através da canção anti-Vietname. E porque é que a guerra do Vietname é fundamental
para nós? Porque não era fácil ser-se contra a Guerra Colonial, não era cómodo
mostrar-se que era contra. De maneira que servir-se do movimento hippie e das
canções anti-draft era uma maneira de gritar contra a Guerra Colonial (…) Da Espanha,
por exemplo, começam a chegar [canções] e a música latino-americana entra em
Portugal por via da Espanha e começam a chegar também obviamente as canções
anti-guerra civil. Portanto, aqui aproveitámos também muitas cantigas de
posicionamento contra a guerra do Vietname e contra a Guerra Civil Espanhola para as
pormos ao serviço da nossa guerra. (entr. Correia, 2017)

Dessa forma, é reconhecido que o papel jornalístico no seio da revista ia


para além da divulgação musical, centrando-se sobretudo numa linha de
orientação que colocava a canção de índole interventiva como central, apesar
da presença de outros domínios da música popular. Tal é notório desde os
primeiros números da revista, embora Avelino Tavares refira que nunca existiu
uma política ideológica orientadora quanto aos conteúdos a serem publicados
(entr. Tavares 2017). De facto, tanto Mário Correia como Vieira da Silva
(músico e colaborador na revista, mais tarde diretor) admitem que apesar do
corpo redatorial não vincar uma posição política firme, praticamente todos
tinham em comum o facto de não gostarem do regime e se mostrarem contra a
Guerra Colonial (entr. Silva 2017; entr. Correia 2017). Mário Correia afirma que
os elementos mais velhos, nos quais se incluíam o fundador Avelino Tavares, o
chefe de redação José Viale Moutinho e o colaborador Jorge Cordeiro, tinham

4
A Guerra Colonial foi um dos aspetos mais contestados do regime ditatorial português. Teve início em
Angola em 1961 e estendeu-se depois às restantes colónias portuguesas em África (Moçambique,
Guiné-Bissau e Cabo Verde), opondo as forças militares portuguesas aos movimentos de libertação das
colónias, tendo durado cerca de 13 anos, até 1974

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já uma consciência política que pode explicar a presença constante de músicos


portugueses e estrangeiros cujas canções demonstravam um caráter político
de resistência e se inseriam na linha de “nova música”, não obstante nem todas
serem consideradas “de qualidade”:

Nessa altura produziu-se alguma coisa má, oportunista, mas foi uma enxurrada, aquilo
que chamámos nós no Mundo da Canção a nova canção portuguesa; de 71 a 74 houve
ali uma série de edições, aquilo nem era música ligeira, nem de intervenção, nem nova
canção, aquilo não era nada. Agora, surgiram coisas boas, claro que sim. (entr.
Correia, 2017)

Por outro lado, desde o início da publicação, a revista assumiu uma


postura fortemente crítica dos domínios comerciais do fado, da canção ligeira
ou do designado nacional-cançonetismo5, comumente conotados com os
desígnios das políticas culturais do Estado-Novo, sendo esta atitude
considerada por Avelino Tavares uma das afirmações políticas mais veementes
ao regime. Sobretudo em relação ao nacional-cançonetismo, a posição do MC
convergia com a de outros agentes que de forma análoga desprezavam o
género pela sua inocuidade e vazio de conteúdo, pelo que a mera crítica
irónica aos intérpretes e canções constituía por si uma afronta ao regime, ou
melhor, às expressões culturais abrigadas pelo regime, tal como refere Vieira
da Silva: “Nunca se fez qualquer «perseguição» ao então chamado nacional-
cançonetismo e ao fado, mas estivemos sempre atentos e muitas vezes críticos
em relação a tudo o que se considerava vazio de conteúdo ou alienante em
relação à realidade que se vivia nessa época” (entr. Silva 2017). Em relação ao
fado, Mário Correia refere que embora houvesse a noção de que existia fado
para além do que era “institucionalizado” pelo regime, era indispensável
demonstrar que existia uma associação com o regime:

5
O termo nacional-cançonetismo foi cunhado pelo jornalista João Paulo Guerra em 1969 e remete para
um conjunto de intérpretes e compositores associados à Emissora Nacional, controlada pelo Estado, tais
como Artur Garcia, Tony de Matos, Simone de Oliveira e Madalena Iglésias e que representavam uma
parte substancial dos tops de vendas de discos em Portugal. O termo sugere sobretudo um caráter
depreciativo e conotado com o regime ditatorial, encontrando-se estética e ideologicamente no
extremo oposto aos intérpretes associados com a renovação da música popular portuguesa (César
2010:901).

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Se vocês repararem, nas páginas do Mundo da Canção era um zurzir no fado e na


Dona Amália [Amália Rodrigues]. Era um desporto que praticávamos com muito afinco
(risos). Porquê? Não era propriamente ser contra a Amália e contra o fado. (…) A
própria revista trazia muitas vezes temas afadistados que eram contra o regime, mas
passava-se a ideia que estava identificado com o regime e era-se contra! (entr. Correia
2017)

Assim, é também mencionada a necessidade de mostrar que existia algo


diferente do nacional-cançonetismo e do fado no panorama musical português.
O privilégio dado a intérpretes e canções cujo ênfase residia no significado do
texto e na potencialidade poética é enaltecido, pelo que a dada altura não eram
só as canções e intérpretes associados à intervenção política e social que
mereciam destaque. Como exemplo, a dada altura, a revista passou a
incorporar repertório que era apresentado no Festival RTP da Canção, no qual
se apresentavam anualmente os maiores nomes da canção ligeira portuguesa,
mas onde começavam nos últimos anos a surgir canções que, para o MC, se
afastavam dos cânones do nacional-cançonetismo com que o Festival estava
conotado. Entre outros, eram referidos sobretudo os poemas de Ary dos
Santos e as interpretações de Fernando Tordo, Paulo de Carvalho e Duarte
Mendes, que representavam, segundo Mário Correia “um paradigma diferente
do que se via no Festival (…) e efetivamente o Festival era algo importante
num país de fado, de folclore, eh pá, de coisas cinzentão” (entr. Correia 2017).
Em relação à importância e ao significado político da revista num
período de ditadura e em que a censura (designada de Exame Prévio) e a
polícia política (PIDE/DGS6) exerciam a sua atividade repressiva e
examinadora sobre praticamente todos os órgãos de comunicação, um dos
episódios mais mencionados atualmente é o da apreensão pela PIDE do nº 34,
datado de Março de 1973. A capa mostrava os discos recém editados dos
músicos José Mário Branco Margem de Certa Maneira, José Afonso Eu Vou
Ser Como a Toupeira, José Jorge Letria Até ao Pescoço, o disco coletivo de
José Niza e António Gedeão Fala do Homem Nascido e do poeta Mário Viegas
Palavras Ditas. Para a revista, a importância destes discos e sobretudo dos
intérpretes era notória, com várias referências já feitas nos números anteriores,
mas sobretudo pelo papel de “canção significante” inscrito nestes discos e no
6
Polícia Internacional de Defesa do Estado / Direção Geral de Segurança

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facto de os intérpretes representarem o rumo que a canção portuguesa deveria


seguir. A partir desse episódio, as consequências da apreensão deste número
fizeram-se sentir sobretudo no maior controle por parte da polícia sobre os
conteúdos da revista, que passaram a ser enviados previamente aos serviços
de censura, exigindo de Avelino Tavares uma certa estratégia de ludibriação
durante as negociações com os agentes da censura acerca do que poderia ou
não ser publicado (entr. Tavares 2017).
Apesar de existirem argumentos que apontam para uma possível
politização da revista antes da Revolução, tanto Avelino Tavares como outros
membros da revista (Mário Correia e Vieira da Silva, por exemplo) não
apontam nesse sentido, referindo antes que essa politização, tal como noutros
setores da sociedade portuguesa, só se torna assumida após o 25 de Abril de
1974, como iremos verificar mais à frente neste artigo.

Contexto histórico e político e as práticas musicais durante a Revolução


dos Cravos (1974-1976)
O golpe militar de 25 de Abril de 1974, organizado pelo Movimento das
Forças Armadas (MFA), pôs fim a um regime ditatorial de quarenta e oito anos,
dando início a um período revolucionário que durou cerca de dois anos e que
ficou conhecido como Revolução dos Cravos. O poder político, inicialmente
assumido por um conjunto de militares organizados numa Junta de Salvação
Nacional e, posteriormente, por seis Governos Provisórios7, desde logo
empreendeu várias mudanças estruturais na política e sociedade portuguesa8.
Entre 1974 e 1976, data das primeiras eleições legislativas, sucede-se um
período de fortes convulsões sociais e políticas, marcado pela ampla adesão e
participação popular e que ficou conhecido como Processo Revolucionário em
Curso (PREC), durante o qual ocorrem um conjunto de iniciativas políticas e

7
Os Governos Provisórios eram nomeados pela Junta de Salvação Nacional e compostos por militares,
independentes e membros de partidos políticos de diferentes orientações ideológicas, com destaque
para o Partido Comunista Português (PCP), o Partido Socialista (PS) e o recém-criado Partido Popular
Democrático (PPD), este representando a ala mais liberal
8
Entre as principais mudanças, destacam-se: o fim da censura ou Exame Prévio e consequente liberdade
de expressão nos meios de comunicação e na vida privada; a extinção da polícia política; o regresso dos
exilados políticos e refratários; a libertação dos presos políticos; e a legalização e direito à constituição
de partidos políticos.

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populares, destacando-se a criação de inúmeras comissões de trabalhadores e


moradores e o questionamento da propriedade privada (Varela 2013).
Desta forma, a pluralidade partidária e a participação popular na vida
política do país contribuiu para a relevância do debate ideológico, entre
reformas sociais quase sistemáticas e disputas de programas partidários de
diferentes orientações politicas. Este aspeto torna-se aqui particularmente
relevante no sentido em que vários músicos associados à canção de protesto
assumem a ligação a partidos políticos, sobretudo ao PCP ou a organizações
de extrema-esquerda. O contexto revolucionário impulsionou a proliferação de
várias organizações ligadas à extrema-esquerda, algumas formadas ainda
antes da revolução, decorrentes da clivagem ocorrida no PCP após o conflito
sino-soviético em 1963. De caráter sobretudo maoísta e trotskista, estas
organizações procuraram um papel político mais relevante, principalmente na
propaganda e mobilização para a atividade revolucionária, encetando esforços
para que o golpe seguisse a via da democracia popular, do socialismo e da
“ditadura do proletariado” (Accornero 2009), ao mesmo tempo assumindo o
desencanto e a rutura ideológica com o PCP que defendia uma via pró-
soviética, intensificada durante o PREC (Cardina 2011). A preponderância do
PCP no alinhamento pela via soviética e a influência junto de sindicatos,
organizações populares, meios de comunicação e, sobretudo, dos Governos
Provisórios, tornavam-no alvo primordial dos partidos mais moderados da
esquerda e de direita, assim como da extrema-esquerda que o acusavam de
revisionismo. Entre os principais partidos legalizados ou recém-criados no
espetro da esquerda revolucionária, residiram algumas das principais disputas
ideológico-partidárias que caracterizaram uma parte significante do debate
político em torno da forma como deveria ser conduzida a Revolução9.
Os valores revolucionários e a disputa ideológica estenderam-se a vários
movimentos artísticos e culturais, sendo particularmente visíveis nas práticas

9
Entre estes, destacam-se a União Democrática e Popular (UDP), criada em Dezembro de 1974 e que
defendia a reconstrução do partido comunista; e a organização maoísta Movimento Reorganizativo do
Partido do Proletariado (MRPP), criada em 1970 e com uma base de apoio maioritariamente estudantil.
Após o 25 de Abril, o MRPP adotou uma posição de reserva quanto aos desígnios revolucionários do
golpe de Estado, considerando que a situação do país era de uma ditadura militar, posicionando-se
contra as posições políticas do PCP e combatendo a sua influência no poder governativo. A posição
radical defendida pelo MRPP teve como consequência a suspensão da atividade política do partido
durante o PREC e a perseguição e prisão de vários dos seus membros, entrando igualmente em
confronto com outras organizações de extrema-esquerda.

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musicais da canção de protesto. A nova conjuntura política e social do país


veio legitimar ainda mais o papel político da canção de protesto e dos músicos
durante o período revolucionário10. A partir dos materiais musicais existentes e
da produção fonográfica deste período é possível verificar que, embora alguns
destes intérpretes tivessem mantido o carácter lírico das canções criadas
durante o período ditatorial, muitos deles atualizaram o repertório tendo como
referência os aspetos políticos e ideológicos que permearam o contexto
revolucionário. A criação de canções indicativas da orientação política dos
cantores e em que muitas das letras eram reflexo do momento revolucionário,
fizeram surgir várias referências a temáticas tais como a luta entre classes,
ocupação de terras e empresas, reforma agrária, independência das colónias,
entre outras; sendo que os contextos performativos e os meios de
comunicação como a rádio, televisão e imprensa escrita foram também
reconfigurados e a programação passou a ser dominada pelo contexto
revolucionário e, acima de tudo, pelo novo repertório de canções então criado
(Côrte-Real 1996). Desta forma, as práticas musicais da canção de protesto
terão servido, em grande parte, de mediadoras da participação pública,
assumindo um papel de destaque na sociedade portuguesa e no ambiente
político revolucionário.
Embora uma das características tenha consistido na organização
coletiva de músicos e outros agentes como forma de associar a música a
aspetos ideológicos consonantes com os valores revolucionários, a criação de
estruturas mais ou menos alinhadas partidariamente prolongou o confronto
político entre músicos. Por exemplo, o Colectivo de Acção Cultural (CAC),
criado logo a 30 de Abril, foi inicialmente formado pelos mais proeminentes
intérpretes associados à canção de protesto, tais como José Afonso, José
Mário Branco, Adriano Correia de Oliveira, Luís Cília, Fausto, entre outros. O
coletivo apresentou-se através de um comunicado11, durante o Iº Encontro

10
Um dos aspetos mais salientados da evidente ligação entre a música de protesto e os valores que
enformaram o Golpe de Estado está na escolha de duas canções, E Depois do Adeus de Paulo de
Carvalho e Grândola, Vila Morena de José Afonso, como senhas militares para o início do golpe militar.
Em particular, a canção Grândola, Vila Morena ainda é atualmente considerada um dos maiores
símbolos da Revolução dos Cravos.
11
Com objetivos claros de unificar e organizar o papel dos músicos no contexto revolucionário e apelar à
participação nos movimentos democráticos e populares, este comunicado foi assinado por dezoito
músicos, poetas e jornalistas. Assumindo-se como “um grupo de trabalhadores culturais” aludiam à

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Livre da Canção Popular realizado no Pavilhão dos Desportos no Porto a 6 de


Maio e no qual atuaram pela primeira vez juntos vários destes intérpretes.
Porém, poucas semanas depois tornaram-se notórias as divergências
ideológicas e partidárias, com o abandono de todos os membros afetos ao
PCP, tais como José Jorge Letria, Adriano Correia de Oliveira e Luís Cília; e,
posteriormente, de membros não-alinhados partidariamente, tais como José
Afonso, Francisco Fanhais e Vitorino, que não se reviam nas teses que
caracterizavam o grupo e que passaram a atuar em várias atividades
revolucionárias, como greves, ocupações e comícios de organizações ligadas à
extrema-esquerda. Mais tarde, o coletivo criaria o Grupo de Acção Cultural
«Vozes na Luta» (GAC), tornando-se uma base de apoio da UDP. Tanto o
GAC como outros grupos diretamente associados a organizações partidárias,
como, por exemplo, o Coro Popular «O Horizonte é Vermelho» - suportado pelo
MRPP - constituíam o braço musical das organizações partidárias, recorrendo
a repertório baseado sobretudo em marchas, hinos e recolhas de música
tradicional portuguesa. Com uma estrutura semelhante à de um partido, no
qual os músicos assumiam o papel de militância, estes grupos reivindicavam o
papel da música no desenvolvimento de uma “verdadeira cultura popular
democrática e revolucionária” e afirmavam através de comunicados e
cancioneiros12, que o revisionismo do PCP era extensível à música, sendo
vulgares as acusações de que os meios de comunicação estavam dominados
por canções afetas ao PCP, consideradas suportes da burguesia e
desvirtuadas de significado revolucionário.
Por outro lado, José Jorge Letria passou a fazer parte de uma comissão
civil na Emissora Nacional, encarregue de elaborar uma programação musical
que correspondesse às “exigências da nova realidade social e política” (Letria
1978:79) e cuja iniciativa se traduziu na criação de um programa radiofónico
transmitido ao vivo, intitulado Canto Livre e por onde passaram dezenas de
músicos portugueses e estrangeiros, sobretudo afetos ao PCP.

“contribuição que a canção e a música popular podem dar ao desenvolvimento democrático e popular”
e propunham, através do trabalho cultural coletivo e em particular através da música e das canções
populares, “lutar pelas reivindicações do povo trabalhador e do movimento democrático popular”,
colocando-se assim ao lado do MFA e fazendo o apelo à integração de “todos os trabalhadores culturais
anti-fascistas, anti-colonialistas e anti-imperialistas”.
12
Ver, por exemplo, Cadernos de Canto Popular, s.a. 1975

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O MC na Revolução – o debate ideológico


A atividade do MC logo após o 25 de Abril foi sintomática do contexto
revolucionário que o país vivia. Como refere Vasconcelos e Sousa, entre Maio
de 1974 e Maio de 1976 a revista sofreu uma “explosão ideológica”, na qual o
combate político passou a ser constante e ofuscando, em parte, a própria
música (Vasconcelos 2016). Os primeiros números publicados após o 25 de
Abril são representativos, por um lado, das discussões políticas e ideológicas
acerca do papel da arte e da própria revista no contexto revolucionário; por
outro lado, e que será discutido mais à frente, acentuam o protagonismo
generalizado do dos intérpretes e da canção política, agora apresentada num
contexto de liberdade e de agitação social.
Avelino Tavares explica que, perante a situação que se vivia no país
durante aquele período, era normal ocorrerem estas discussões no seio da
revista, realçando porém que o papel dele sempre foi pautado pela crença na
liberdade de opiniões e que o MC não deveria nunca promover qualquer tipo de
censura (entr. Tavares 2017). Desta forma, percebe-se a intenção de transpor
o debate interno que se viveu no seio redatorial para as páginas da revista.
Como refere Mário Correia, logo após o 25 de Abril, tanto o diretor António
José Fonseca como um pequeno núcleo de colaboradores da revista,
assumiram de forma aberta uma linha pró-maoísta, aproximada do MRPP, que
deveria passar a ser a base de orientação do MC (entr. Correia 2017). Logo no
primeiro número após o 25 de Abril, o diretor publica um editorial intitulado MC
– Construir uma revista popular em que assume a necessidade de autocrítica
e, recorrendo a citações de Mao Tsé-Tung, refere que o papel da revista até
então tem sido de servir os reacionários e “contrária aos objectivos
revolucionários das classes trabalhadoras e operários” (Fonseca 1974:3-4).
Explicando os antagonismos que o separam do restante corpo redatorial, o
diretor acusa a redação de estar distante das massas populares a quem a
revista se deve dirigir, deixando antever a proximidade da maior parte dos
redatores ao PCP. Anuncia depois a necessidade de reestruturação da revista,
que deverá ter novos objetivos, reforçando a posição de que o MC deve estar
ao serviço dos trabalhadores e dos valores revolucionários, servindo como
forma de construção de uma “verdadeira arte popular” (Fonseca 1974:3-4). Por
outro lado, no mesmo número, Mário Correia assina um texto em que recorda o

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papel do MC durante a ditadura, lembrando o combate e desafio que a revista


assumiu durante esse período, não deixando também de aludir “Aqueles que
dizem que nunca falaram de certo nome porque ele era «cortado». Aqueles
que colaboravam com o sistema e que agora coleccionam documentos da
revolta e cantarolam «Grândola»” (Correia 1974:6). No mesmo sentido escreve
Vieira da Silva, que critica os últimos meses do MC, apontando a uma certa
complexidade dos conteúdos da revista e ao afastamento dos leitores que,
para ele, devem agora colaborar diretamente para a revista cuja linguagem se
pretende que seja agora simples, direta e acessível (Silva 1974a:10).
Já em Novembro de 1974, António José Fonseca e Octávio Silva
publicam um longo texto intitulado Mário Correia: um miserável provocador,
onde admitem a divisão ideológica irreconciliável no seio do corpo redatorial e
no qual acusam Mário Correia e Vieira da Silva de “revisionistas” e
“reaccionários” por não aceitarem a orientação “progressista” da revista.
Fazendo referência a reuniões do corpo redatorial, nas quais ficaram assentes
as saídas de António José Campos e Vieira da Silva, os autores explicam a
linha ideológica que pretendiam para o MC:

Partindo do reconhecimento de que toda a actividade do MC foi reacionária, isto é,


contrária aos interesses das classes trabalhadoras, exigimos que a revista passasse a
ser um trabalho colectivo ao serviço dessas classes, ajudando-as nas suas tarefas de
momento que conduzirão à Revolução Democrática e Popular que lhes dê a posse dos
meios de produção e as liberte definitivamente da opressão capitalista (Fonseca e
Silva, 1974:6)

Para Vieira da Silva, os novos métodos e critérios da revista seriam


impossíveis de tolerar, sendo que os autores afirmam que Vieira da Silva seria
capaz de admitir para os conteúdos da revista “(…) canções que, não sendo
entendidas pelas massas nem lhes servindo em nada para a sua luta de
libertação, podem vir a ajudá-las indirectamente” (idem), fator que para eles era
visto como sinal inequívoco de revisionismo. Ao mesmo tempo, acusam Mário
Correia de traição e falta de coragem, por este ter inicialmente aceitado
colaborar no futuro da revista, e depois se ter recusado a alinhar nas suas
propostas. Mário Correia responde que, por aceitar os princípios do marxismo-
leninismo, não poderá pactuar com as “bacoradas da extrema-esquerda” e

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receia que o MC se torne um órgão do MRPP que passaria a estabelecer as


normativas para a canção revolucionária. António José Fonseca e Octávio Silva
consideram tratar-se de “conteúdo extremamente reacionário e provocatório”,
advogando serem eles os proponentes de uma “revista progressista colocada
ao serviço da literatura e da arte popular” e acusando Mário Correia e Vieira da
Silva de pretenderem “apoderar-se do controlo da revista” e de quererem
“impor a linha contra-revolucionária ao serviço do capitalismo”. Por fim, apelam
à vigilância dos leitores do MC que apelidam de “sinceros defensores da
imprensa progressista” para que denunciem e repudiem Mário Correia,
terminando numa posição de força: “Não entregamos a direcção da revista a
reaccionários confessos, não deixaremos passar em claro a traição que
procuram consolidar” (Fonseca e Silva 1974:27).
Não obstante este debate13, Avelino Tavares tomou a decisão de afastar
os membros conotados com o MRPP e entregar a direção da revista a Mário
Correia e Vieira da Silva, sendo que o último tornar-se-ia diretor até que Mário
Correia regressasse do serviço militar, que entretanto tinha integrado, o que
viria a acontecer já em 1976. A política editorial da revista passou então a
realçar a necessidade de colaboração e participação dos leitores em relação
aos conteúdos publicados. Como refere Vasconcelos e Sousa: “Em plena
Revolução, o MC pugnava, assim, por uma maior aproximação entre jornalistas
e leitores, procurando que fossem estes (…) a ter o maior poder de decisão no
jornalismo que se fazia em Portugal.” (Vasconcelos e Sousa 2016:42). Em
todos os números (e nas próprias reportagens e artigos) repetiram-se apelos às
críticas, opiniões e sugestões dos leitores, assim como à necessidade de
transmissão da revista a outras pessoas. No mesmo sentido, os editoriais
passaram a focar cada vez mais a importância do papel do público e a solicitar
que os leitores os informassem acerca das atividades das coletividades e do
papel cultural destas nas várias regiões do país. A polémica em torno da
orientação ideológica e partidária do MC não esmoreceu todavia, como é

13
Meses depois deste debate, já no nº42 publicado em Maio de 1975, surgem os primeiros comentários
de leitores ao que entretanto sucedeu. Como exemplo, o leitor E. Marques Pinto critica o MC, referindo
que o mesmo parece “condenado a tornar-se uma revista ainda menos popular que era”, acrescentando
que a disparidade de ideias no seio do corpo redatorial contribuiu para o decréscimo de qualidade e
acentuou o conflito de ideologias de tendências esquerdistas que opõs fações radicais a fações
reformistas, sendo que, neste caso, é o leitor que sofre as consequências.

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explícito no editorial do nº46, datado de Setembro de 1976, já após o fim do


processo revolucionário. Como se lê neste editorial, não assinado e com o
título de Para que o leitor responda:

Somos acusados por vários leitores de fazer a apologia de um ou outro partido político.
Uns dizem que o MC é um órgão oficioso da UDP. Outros afirmam que pretendemos
impor a linha do PCP. Teremos de dizer abertamente que aqui dentro nem todos temos
as mesmas ideias (e ainda bem). Que nenhum daqueles (ou de outros) partidos nos
encomendou fosse o que fosse em relação a esta revista. Para lá das opções que cada
um de nós fez, todos procuramos realizar uma publicação que recuse o passado, que
ajude (a nós também) a avançar para um futuro diferente do que tivemos no passado
(e de que ainda temos grandes vestígios neste presente). Não pretendemos, pois, fazer
um MC defensor de ideais da direita (para isso já existem alguns jornais e outras
edições). Isso não. E quem deseje que o façamos, será melhor desistir, porque bateu a
porta errada (s.a. 1976:3)

À distância temporal em que nos encontrámos, e de acordo com as


entrevistas realizadas neste âmbito, esta mesma ideia de existência de
diferentes posturas ideológicas e posicionamento partidário é confirmada,
sendo no entanto realçado que embora a seleção de conteúdos pudesse estar
em sintonia com linhas programáticas de partidos políticos, apenas era
assumido que a revista não sugeria um alinhamento monopartidário e nunca
adotaria uma apologia de direita.
A seguir, exploram-se as consequências destas mudanças na revista,
analisando sobretudo os conteúdos relacionados com as práticas musicais até
ao fim do processo revolucionário.

O MC na Revolução – Música e Política


O debate ideológico protagonizado na revista logo após a revolução
deixou antever algumas particularidades quanto aos conteúdos que vieram a
ser publicados durante o PREC, tanto nas escolhas editoriais como nos
discursos veiculados. Aqui considero que a revista acabou por cumprir uma
função apaziguadora e crítica em relação aos discursos provenientes da
extrema-esquerda acerca da necessidade de uma “verdadeira arte
revolucionária”, isto é, o MC procurou enunciar canções politicamente
empenhadas, cujo conteúdo fosse apelativo dos valores revolucionários mas

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sem o extremar de posições quanto aos caminhos que a arte e a cultura


deveriam tomar durante o processo revolucionário. Este aspeto é realçado por
Vieira da Silva, ao afirmar no editorial do seu primeiro número enquanto diretor,
em finais de 1974:

A canção será analisada segundo o seu tema e a maneira como ele nos é dado. Não
querendo reduzir o seu valor àquilo que diz, mas tendo também em conta o modo
como diz. O que quer dizer que consideramos a canção (como qualquer produto
artístico) um todo corrente no qual não podemos separar a forma e o conteúdo (Silva
1974b:3-4)

Desta forma, o diretor é premente em esclarecer que o papel da revista


não é o de “fazer a revolução”, nem usar “truques publicitários ou palavras de
ordem pseudo-revolucionárias” mas sim o de procurar “mostrar caminhos e
ideias para a emancipação popular” sem, no entanto, procurar assumir o papel
de instrumento de vanguarda e doutrinação (Silva, 1974b:4). A revista acabou
mesmo por descentralizar o foco na música popular, acrescentando como
tópicos de intervenção o cinema, o jazz e a poesia, embora estes fossem
domínios já frequentemente explorados. Porém, não deixa de ser notório o
cariz político que enforma também os conteúdos destes domínios e sobretudo
pela veiculação de discursos críticos acerca da necessidade de
descapitalização das atividades artísticas e de a arte colaborar na revolução
democrática popular.
Em contraste com o que vinha sucedendo nas capas anteriores ao 25 de
Abril, em parte dominadas por diferentes géneros musicais e intérpretes
estrangeiros, as capas publicadas durante o PREC foram demonstrativas da
associação entre a canção popular e o momento que se vive em Portugal.
Entre capas com intérpretes já reconhecidos no campo da canção popular
portuguesa como José Afonso ou Luís Cília, o MC começou por publicar logo
no primeiro número após o 25 de Abril14 o comunicado do já referido CAC

14
Este primeiro número inclui ainda um artigo de Jorge Lima Barreto intitulado Reflexões sobre Jazz e
Democracia e publica uma série de artigos de notícias retiradas de outros órgãos de comunicação social,
em que se destacam uma entrevista a José Mário Branco; um pequeno texto provocatório publicado no
Jornal de Notícias sobre Amália Rodrigues; um artigo de opinião sobre a necessidade de as rádios
portuguesas estarem ao serviço da revolução; e uma reportagem sobre o já referido I Encontro Livre da
Canção Popular.

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(imagem 1), afirmando a identificação da revista com os propósitos do coletivo


que pretendia demonstrar a necessidade da cultura e da música em se
mostrarem ao serviço da Revolução. Não obstante a dissolução do CAC e
transformação em GAC, a inclusão do comunicado como capa da revista era
demonstrativa dos valores partilhados com o coletivo. Por outro lado,
conhecidas as implicações do recém-formado GAC com a extrema-esquerda e
apesar de estes constituírem para a crítica um dos projetos mais ativos
musicalmente e de sucesso na ligação entre a música popular e o conteúdo
político, foram raras as referências a este grupo no MC. Até ao fim do PREC o
GAC só seria mencionado através de uma referência elogiosa a propósito da
participação de José Mário Branco - um dos principais impulsionadores do
grupo - no Festival RTP da Canção de 1975, dando especial destaque de capa
à letra da canção Alerta (imagem 2). Neste caso, a revista publicou um
pequeno trecho de uma entrevista do músico à revista Flama, e explica a
decisão de publicar a letra da canção na capa, como é referido numa breve
nota a acompanhar a notícia:

NA CAPA: A canção ALERTA do Grupo de Acção Cultural Vozes na Luta, apresentado


por José Mário Branco no passado festival da R.T.P. A única canção que não quis ser
cantiguinha para festivais, mas antes aproveitou a oportunidade de falar claramente. A
única canção que foi um alerta no meio de umas tantas palavras com música à espera
de uma viagem ao estrangeiro (MC 42 1975:27).

A revista acabou mesmo por publicar algumas das letras das canções
mais popularizadas e politizadas deste grupo, tais como A Cantiga é Uma Arma
ou Aos Soldados e Marinheiros, embora sem qualquer referência ao grupo,
mas apenas a José Mário Branco, que surge como autor e intérprete das
mesmas.

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Imagem 1 – Capa MC nº39 (1974) Imagem 2 – Capa MC nº42 (Maio, 1975)

Tal como é referido por Nunes, nesse período, a maior parte dos
colaboradores da revista estão associados à ideia do gate keeper e opinion
maker contribuindo, através das escolhas de conteúdos, para a formação do
gosto do leitor (Nunes 2012). De resto, a publicação das letras de canções
continuou característica da revista, sendo mesmo notório o reforço desta
secção que ocupa uma parte substancial dos conteúdos publicados. Este
aspeto torna-se relevante no sentido em que a escolha das letras a serem
publicadas passa a ser apreciada sobretudo pelo conteúdo político, embora
com referências aos critérios de avaliação da qualidade das mesmas, tal como
aconteceu na já referida letra de Alerta. Embora nos primeiros números seja
possível de notar a intenção da revista em publicar algumas letras de canções
que tinham sido, de uma forma ou de outra, visadas pela censura durante o
período da ditadura, tais como: Ronda do Soldadinho e Engrenagem de José
Mário Branco; Vampiros e A Morte Saiu à Rua de José Afonso; Boi Ascencional
de José Jorge Letria; A Bola, Resiste e Exilio interpretadas por Luís Cília;
Jornada de José Gomes Ferreira e Fernando Lopes-Graça; e Que Força é
Essa de Sérgio Godinho; estas canções eram agora publicadas lado a lado
com repertório mais politizado e indicativo das referências ideológicas que
gravitava a atividade musical de grande parte dos cantores, tais como: Só de
punho erguido de José Jorge Letria; Os pontos nos iis e Liberdade de Sérgio
Godinho; Viva o Poder Popular de José Afonso, entre muitas outras. Desta

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forma, não deixa de estar presente uma certa conotação partidária na escolha
de canções publicadas, como nos casos de Avante Camarada, canção que
havia sido escrita por Luís Cília já em 1964 e interpretada por Luísa Basto,
naquela que foi uma encomenda expressa do PCP num período ainda de
combate à ditadura e que, no novo contexto revolucionário (e ainda
atualmente), surgia como uma das canções mais associadas ao partido. Da
mesma forma, era publicada a letra do hino A Internacional, escrita por Eugene
Pottier e adotada como hino oficial por praticamente todo os partidos da
esquerda política, embora a tradução de Neno Vasco reproduzida pelo MC se
tratasse da versão adotada como hino oficial do PCP.
Por outro lado, o editorial que marca o 1º aniversário da Revolução
sugere uma reflexão e a necessidade de uma atitude perante o novo repertório
que estava a ser criado durante o contexto revolucionário. Tal como já foi aqui
referido, a hegemonia do repertório da canção de protesto foi extensível a
vários meios de comunicação neste período, levando as editoras que
representavam domínios então estagnados e marginalizados, como a canção
ligeira e o fado, a encetar estratégias para a gravação de repertório que
refletisse uma essência revolucionária nesses domínios (Castro, 2012). Este é
um aspeto que se torna particularmente revelador de alguns critérios que
moldavam a escolha de conteúdos, sobretudo na publicação e crítica de novo
repertório e discos. O editorial do nº42 do MC é premente ao revelar o
oportunismo de muitas das canções surgidas neste período e da importância
de as distinguir de canções que demonstraram na prática uma “verdadeira
forma de lutar ao lado do povo”. De forma ainda mais contundente, o editorial
apontava a necessidade de denunciar o oportunismo comercial do surgimento
de novo repertório:

Temos que ter a serenidade suficiente para aceitar os que demonstrarem na prática
que querem verdadeiramente lutar ao lado do povo. Mas teremos que ter também a
coragem firme de denunciar cada mentira por mais suave que seja. Recusemos as
cantiguinhas cheias de truques, com letras que nada dizem, ou repetem esquemas
aprendidos à pressa para bem vender os discos. (MC 1975:3)

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A esta crítica editorial às canções pretensiosamente políticas e afetas


aos valores revolucionários que proliferavam um pouco por todo o país, não
deixa de ser interessante notar que o MC abria espaço para as críticas
exteriores, mesmo visando a produção musical dos próprios membros da
revista. Tal é o caso do músico Vieira da Silva que, sendo diretor interino da
revista nesse período, editou um single com as canções Os lobos: eles estão aí
(uma canção crítica daqueles que espalhavam o “medo do comunismo”) e O
povo há-de vencer, cujas letras foram publicadas no MC juntamente com dois
pequenos comentários que haviam sido publicados nos periódicos O Jornal e
Expresso, respetivamente sobre cada uma das canções. Nestes artigos lê-se, a
respeito da primeira:

Mais um triste exemplo do tipo de música que tem inundado o mercado discográfico
português autodenominando-se «canto de luta» e que não é mais do que parte de um
novo nacional-cançonetismo, camuflado com cravos vermelhos e sabor a liberdade
(MC 1975:20)

A segunda canção é igualmente publicada juntamente com a crítica do


jornalista Pedro Pyrrait ao disco, que escreve:

(…) depois de escutado o disco, chega-se à conclusão que, caso não tenha cuidado,
Vieira da Silva arrisca-se a contribuir para a contra-revolução. Porque o mau gosto e a
demagogia estão sempre do lado da contra-revolução. Um disco que é um excelente
exemplo daquilo que tenho vindo a chamar de «nacional-intervencionismo» (idem).

Da mesma forma, as críticas aos discos recebidos tem como principal


referencial a análise da função da música junto das massas populares. Como
exemplo, a análise de Mário Correia a discos de José Jorge Letria, Ruy Moura
Guedes, Som Dois ou mesmo dos Supertramp, é dominada pelo discurso
acerca do papel que a música editada deve ter no contexto revolucionário, com
opiniões concretas acerca da validade ou não destes discos para a luta
revolucionária, sendo que, para Mário Correia, claramente nenhum destes
cumpre essa função. Pelo contrário, a análise aos discos dos três últimos
reveste-se de referências diretas em relação à inocuidade deste repertório,
considerado nestes casos, pelo autor, como “tipicamente pequeno-burguês”.

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Por outro lado, a crítica a José Jorge Letria ao single com as canções Cartas
na Mesa e Lisboa 73 é sobretudo contundente em relação ao facto de este
achar que o cantor “continua a falar das massas sem se ligar às mesmas”, isto
é, o repertório é visado por não acompanhar o momento revolucionário e por
não cantar ainda “com a autêntica voz do povo” (Correia 1975b: 23), aspeto
que iria no entanto ser redefinido no seguinte trabalho Lutar, Vencer.
Quanto aos artigos de opinião, é necessário realçar que estes passam a
estar enformados pelo discurso de necessidade de reconfiguração social e
histórica da música popular em Portugal e do seu papel no processo
revolucionário. Escritos em grande parte por Mário Correia, o autor destaca o
ensaio intitulado Música folclórica: achegas para um estudo como um dos
artigos mais importantes publicados neste período (entr. Correia 2017).
Desmistificando o papel da ditadura fascista na construção de uma visão
deturpada e estática do “verdadeiro folclore popular” e culpando os sistemas
capitalistas e a cultura burguesa pela “castração e desfiguração da arte
popular”, Mário Correia acusa a exploração comercial a que o folclore esteve
sujeito, culpabilizando o uso de “meia dúzia de acordes folclóricos” nas formas
de criação musical nos domínios do fado e do nacional-cançonetismo pela
perpetuação da alienação em relação às práticas musicais folclóricas (Correia
1975a). Correia advoga assim a necessidade das raízes da arte popular, aqui
personificadas nas práticas musicais do folclore português, conterem as bases
de “uma arte musical popular verdadeiramente revolucionária” e assim “apoiar
as entidades e associações culturais (…) no sentido de preservar a liberdade
criadora do povo (…) e de a tornar um veículo de participação colectiva ligado
à verdadeira educação e cultura” (Correia 1975a). Consequentemente, a
revista procurou dar também destaque à atividade de pequenos grupos
regionais que atualizaram e politizaram o repertório e, como indica Pedro
Nunes, contribuindo para a reprodução de ideologias de discurso acerca da
música popular e do seu papel no contexto revolucionário de Portugal (Nunes
2012). Tal sucedeu, por exemplo, com a divulgação da atividade do Grupo
Coral do Sindicato Mineiro de Aljustrel, por essa altura já bastante solicitado em
eventos dedicados à música tradicional, mas também de atividade política,
sobretudo associados ao PCP, tendo para tal criado um conjunto de canções
de índole revolucionária. Por outro lado, nota-se a ausência de referências a

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grupos conotados com a atividade partidária da extrema-esquerda, como o já


mencionado Coro Popular «O Horizonte é Vermelho», cuja atividade se remetia
quase em exclusivo ao suporte musical e artístico do MRPP, deixando de
alguma forma antever que o papel deste partido no contexto político português
era inconciliável com os preceitos da revista.
Ainda assim, o MC colaborou na organização de concursos e Encontros
da canção popular, tais como o 1º Encontro da Canção Popular em Ílhavo ou o
1º Festival Amador de Canto Livre em Águeda. Desta forma, para além do
trabalho de divulgação e em consonância com as diretrizes de orientar a revista
para a arte popular e em colaboração com os leitores, a revista procurou
também a promoção de novos valores na música popular portuguesa, através
destes Encontros cujos objetivos passavam pelo incentivo à “produção de
canções que falem dos problemas reais dum povo” (s.a. 1975:25).
Por fim, outra das características que fizeram parte desta nova versão
do MC diz respeito ao maior interesse tanto na publicação de letras como de
artigos sobre os protagonistas da canção de protesto internacional. Em
particular, e quase sempre com a assinatura de Mário Correia, foram publicado
neste período vários artigos e letras de canções sobre alguns dos maiores
nomes do movimento da nueva canción da América Latina, tais como os
chileno Victor Jara e Violeta Parra ou o uruguaio Daniel Viglietti, mas também
da canção política e folk nos EUA, com particular destaque para Pete Seeger
ou Woody Guthrie; e a canção de protesto em Espanha, que era agora também
popularizada e divulgada nos meios de comunicação, como por exemplo nas já
referidas sessões de Canto Livre da Emissora Nacional. Assim, o MC era por
esta altura o periódico que mais destaque dava aos movimentos internacionais
da canção política. No entanto, já a partir de 1976, embora o foco se
mantivesse na música de índole política e social e existissem outros domínios
que nunca foram desprezados (como o Jazz que manteve sempre uma secção
própria dentro da revista), o MC voltou a dar destaque à produção musical de
diversos domínios como o pop/rock internacional e os êxitos da música anglo-
saxónica como, por exemplo, os Rolling Stones.

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Conclusões
A atividade da revista MC durante o período revolucionário português
(1974-1976) caracterizou-se pela veiculação de práticas musicais conotadas
com os valores revolucionários que se viviam no país, constituindo um caso
ímpar na divulgação de expressões musicais que assumiam a intervenção
política e social. Sendo este um período marcado pelo debate ideológico que
afetava sobretudo organizações partidárias ligadas à esquerda e extrema-
esquerda política e, em particular, que opunha o PCP a partidos maoístas, o
MC foi, e à semelhança do que acontecia noutros setores da sociedade
portuguesa, palco de uma disputa interna que contribuiu para o extremar de
posições que originou uma disputa pela direção da revista entre duas alas, uma
afeta ao PCP e outra ao MRPP, resultando na saída dos membros da última.
As consequências desta disputa verificaram-se sobretudo nos discursos
de que a revista deveria cumprir uma função de aproximar o leitor, sem
procurar impor ou validar escolhas quanto aos conteúdos a serem publicados.
Embora nesse período o MC se tivesse demarcado de posições e referências
partidárias quanto aos conteúdos divulgados, a política editorial validou
posições ideológicas de promoção de ideais conotados com a esquerda
revolucionária, sem no entanto assumir uma posição doutrinária acerca do
papel que a revista deveria ter no desenvolvimento da cultura popular. Apesar
da veiculação de discursos de promoção de uma “verdadeira arte popular”,
promovendo e divulgando grupos regionais dedicados à atividade musical de
raiz tradicional, não deixa de ser notória a ausência de referências a intérpretes
ou grupos musicais que, por essa altura, conjugavam a atividade musical com
a atividade partidária, sobretudo no campo da extrema-esquerda. Porém, a
revista manteve um importante papel na divulgação e crítica de intérpretes já
reconhecidos nos domínios da canção de protesto portuguesa e estrangeira,
conotados com diferentes ideologias partidárias. Assim, e em continuidade com
o período anterior à Revolução, o MC destacou-se abertamente na divulgação,
através da publicação de letras, entrevistas e artigos de opinião, de um
conjunto de intérpretes e canções que estavam associados à renovação da
música popular portuguesa e que no contexto revolucionário primavam por um
repertório renovado e condizente com os valores da Revolução, tais como José
Afonso, Luís Cília, José Mário Branco, Fausto, Sérgio Godinho, entre outros.

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Da mesma forma, a revista encetou a divulgação de intérpretes e movimentos


artísticos centrados nas práticas da canção de protesto e da folk em contextos
internacionais, com particular destaque para a América Latina, EUA e Espanha.
Por outro lado, a revista adotou, desde a sua formação, uma postura
crítica de certos domínios musicais considerados alienantes, como a canção
ligeira ou o nacional-cançonetismo, desprezando o oportunismo de vários
intérpretes que encetaram a criação de canções que, apesar de sugerirem uma
forma consonante com a defesa de valores democráticos e da revolução
popular, eram consideradas desprovidas de conteúdo revolucionário e criadas
com propósitos comerciais. Desta forma, é possível afirmar que o MC procurou
neste período expor criticamente novos discos e repertório, avaliados pelo
conteúdo político e relevância no contexto revolucionário, aspetos que se
sobrepuseram em parte a critérios estéticos para os conteúdos publicados.

Entrevistas
Correia, Mário (2017), Entrevista realizada por Hugo Castro, 10 de Janeiro (Sendim)

Silva, Vieira da (2017), Entrevista realizada por Hugo Castro, 18 de Junho (via email)

Tavares, Avelino (2017), Entrevista realizada por Hugo Castro, 31 de Janeiro (Porto)

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ISSN: 2014-4660

Confrontos e debates: interpretações sobre a história da


música popular no Brasil

LUÂ FERREIRA LEAL

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palvras-chave: cultura popular, historiografia, música popular, crítica


musical.

Keywords: popular culture, historiography, popular music, musical


criticism.

Cita recomendada:
Leal, Luâ. 2017. “Confrontos e debates: interpretações sobre a história da
música popular no Brasil”. Cuadernos de Etnomusicología. Nº10. <URL>
(Fecha de consulta dd/mm/aa)

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CONFRONTOS E DEBATES: INTERPRETAÇÕES SOBRE A HISTÓRIA DA


MÚSICA POPULAR NO BRASIL

Luâ Ferreira Leal

Resumo

Este texto aborda interpretações sobre os "caminhos" da música popular no Brasil nas
décadas de 1960 e 1970. Como ponto de partida, assumo a seguinte hipótese:
jornalistas dedicados à crítica musical promoveram interpretações sobre a
modernização enquanto escreviam a história da música popular brasileira. Os livros de
José Ramos Tinhorão, Sérgio Cabral e Ary Vasconcelos, três jornalistas convertidos à
condição de historiadores não acadêmicos, exemplificam modos de explicar processos
de formação social a partir de narrativas sobre as "origens" da música popular. Os
primeiros livros desses autores sobre história da música foram Panorama da Música
Popular Brasileira (Livraria Martins Editora, 1964) de Vasconcelos, Música popular –
Um tema em debate (Saga, 1966) de Tinhorão e As escolas de samba: o quê, quem,
como, quando e por quê (Fontana, 1974) de Cabral. Naquele contexto histórico,
marcado pelo golpe militar de 1964, debates sobre a música popular brasileira
envolviam a demarcação de posicionamentos estéticos e políticos. Integrantes de uma
mesma geração, Ary Vasconcelos (1926-2003), José Ramos Tinhorão (1928) e Sérgio
Cabral (1937) vivenciaram transformações políticas e sociais no Brasil e traduziram as
reflexões sobre a mudança social em seus textos sobre os "pioneiros", a "época de
ouro" da música popular e o destino das escolas de samba.

Palvras-chave: cultura popular, historiografia, música popular, crítica musical.

Abstract

This paper discusses interpretations about "pathways" of popular music in


Brazil in the 1960's and the 1970's. As startpoint, the hypothesis is that
journalists dedicated to musical criticism promoted interpretations of the
modernization while writing the history of Brazilian popular music. The books of
José Ramos Tinhorão, Sérgio Cabral and Ary Vasconcelos - three journalist
converted to condition of non-academic historians - exemplified ways of explain
processes of social formation from the narratives of music popular’s “origins”.

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The authors’ first books about history of music were Panorama da Música
Popular Brasileira ("Outlook of Brazilian Popular Music, publishing company
Livraria Martins Editora, 1964) by Vasconcelos, Música popular – Um tema em
debate ("Popular Music - A theme under debate", publishing company Saga,
1966) by Tinhorão, and As escolas de samba: o quê, quem, como, quando e
por quê ("The samba schools: what, who, how, when and why", publishing
company Fontana, 1974) by Cabral. In that historical context, during which the
military coup of 1964 took place, debates on Brazilian popular music
encompassed demarcations both of aesthetical as well as of political positions.
Members of the same generation, Ary Vasconcelos (1926-2003), José Ramos
Tinhorão (1928) and Sérgio Cabral (1937) experienced political and social
transformations in Brazil and translated reflexions about social change in their
writings about the “pioneers”, the “golden age” of popular music, and the future
of the samba schools.

Keywords: popular culture, historiography, popular music, musical criticism.

Durante as décadas de 1950 e 1960, o tema da modernização era


preponderante nos debates sobre os rumos para o desenvolvimento econômico
e social do Brasil. Nesse horizonte intelectual, a música popular passou a ser
tratada como elemento relacionado a processos sociais mais abrangentes. A
proposta do artigo é acompanhar as interpretações sobre a história da música
popular dos jornalistas-historiadores Sérgio Cabral, Ary Vasconcelos e José
Ramos Tinhorão, em seus respectivos livros de estreia. Suas ideias sobre
música popular estiveram relacionadas a um diagnóstico da formação da
sociedade brasileira e dos equívocos que limitariam as alternativas para o
futuro.
Na história das ciências sociais no Brasil, os estudos sobre indústria
cultural e cultura de massa sofreram certo desprestígio quando comparados a
outros temas. Havia um "relativo silêncio" (Ortiz 1991) no ambiente acadêmico
sobre a reorganização do mercado de bens simbólicos nas décadas de 1960 e
1970. Contudo, na historiografia não acadêmica proliferaram diversos estudos
que serviram como referências aos estudos de historiadores profissionais que

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adotaram música popular como objeto a partir da década de 1980. Sobretudo


com a escrita de ensaios que priorizaram a análise das letras das canções
(Baia 2011), a pesquisa universitária sobre música popular rompeu com esse
"relativo silêncio"1. A imprensa, devido às lacunas propiciadas pelos poucos
espaços de reflexão nos ambientes universitários sobre o mercado de bens
simbólicos em plena transformação a partir da década de 1960, era o lugar
privilegiado para quem conjugava os papeis de críticos de música e de
historiadores.
Os sons sobre uma indústria cultural em formação retumbavam fora dos
circuitos acadêmicos. Ponto de partida recorrente na história das ideias sobre
música popular brasileira, o debate intitulado "Que caminho seguir na música
popular brasileira" foi publicado no sétimo número da Revista Civilização
Brasileira, edição referente a maio de 1966. O texto transcrito conta com
intervenções de Flávio Macedo Soares, Caetano Veloso, Nelson Lins e Barros,
José Carlos Capinan, Gustavo Dahl, Nara Leão e Ferreira Gullar, com
mediação de Airton Lima Barbosa, fundador do Quinteto Villa-Lobos em 1962.
A heterogeneidade do perfil dos participantes indica a relevância desse debate:
o poeta Gullar, os compositores Capinan e Caetano Veloso, a cantora Nara
Leão, o cineasta Dahl, além de Nelson Lins e Barros, cuja trajetória intelectual
será tratada a seguir. Antes de "Que caminho seguir na música popular
brasileira", a Revista Civilização Brasileira havia publicado, no terceiro número
em 1965, o "Confronto: música popular brasileira", um conjunto de entrevistas
de Tinhorão, Edu Lobo e Luiz Carlos Vinhas concedidas a Henrique Coutinho.
"Que caminho seguir na música popular brasileira" ganharia nova
camada de sentido com sua republicação no primeiro número da Arte em
revista em 1979. O debate sobre música popular brasileira foi apresentado
como exemplo das tensões existentes entre três vertentes. De um lado, a
“postura nacionalista defensiva, preservadora dos gêneros ‘autênticos’",
direcionada ao “congelamento” e à “manutenção das conformações musicais

1A institucionalização dos departamentos de música, a criação de periódicos especializados e


de associações de pesquisa – como International Association for the Study of Popular Music
(IASPM), fundada em 1981, e Associação Nacional de Pesquisa e Pós-Graduação em Música
(ANPPOM), em 1988 –, os debates da etnomusicologia e seus desdobramentos nos estudos
de música popular são alguns indícios dos novos espaços de circulação e de produção de
ideias desde a década de 1980.

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tradicionais”, de outro, a postura representada por Flávio Eduardo de Macedo


Soares Régis e Nelson Lins e Barros como “teóricos” do engajamento político,
defensores da premissa de que a “adesão de compositores universitários e de
extração pequeno-burguesa” não comprometeria a brasilidade, mensurada pela
vinculação às causas populares, da canção. Por fim, opondo-se a ambas as
correntes, que seriam sedimentadas por “pressupostos nacionalistas”, haveria
a postura tropicalista de Caetano Veloso em defesa da autonomia artística,
contra o engajamento pela instrumentalização política da canção. Essa
tipologia proposta pela Arte em revista ajuda a compreender como, no final da
década de 1970, o debate sobre a música popular continuava a reverberar. O
mercado fonográfico no Brasil havia sido significativamente reconfigurado e, de
maneira geral, a indústria cultural estava assentada em novas bases devido à
modernização tecnológica ocorrida durante os governos autocráticos desde
1964. No mesmo número inaugural da Arte em revista, havia um balanço de
outros confrontos prementes na década de 1960: “Uma estética da fome”, de
Glauber Rocha, “A poesia concreta e a realidade nacional”, de Haroldo de
Campos, “Manifesto Música Nova" e o “Anteprojeto do Manifesto do CPC”2.
Nelson Lins e Barros, em seus textos dispersos em várias revistas, foi
um importante analista que conjugava a análise da situação de dependência
cultural com o panorama musical brasileiro. No ano de seu falecimento, Sérgio
Cabral escreveu um necrológio que serve de balanço de suas atividades
culturais, publicado na Revista Civilização Brasileira, número referente a
setembro e novembro de 1966. A Lins e Barros foi atribuída relevância como “o
primeiro a denunciar a predominância do jazz no novo tipo de samba surgido
em fins da década de 1950” (Cabral 1966: 266).
Foram publicados, entre 1962 e 1964, dois artigos de Lins e Barros na
revista Movimento e doze na Arquitetura, todos relacionados a um dilema
central que definia seus textos: como a música brasileira poderia permanecer
autêntica, com qualidade artística, mas sempre próxima ao povo? (Souza 2002:
101). Na revista Movimento, edição de outubro de 1962, o artigo "Música

2A União Nacional dos Estudantes (UNE) organizou e manteve em funcionamento o Centro


Popular de Cultura (CPC) de dezembro de 1961 a março de 1964. O CPC contava com
departamentos como o de Teatro, o de Cinema e, a partir de 1962, o de Música, formado por
Nelson Lins e Barros, Carlos Castilho, Carlos Lyra, Sérgio Ricardo e Geraldo Vandré.

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popular e suas bossas" traz sua interpretação sobre os polos de produção.


Dominada pelos centros urbanos, a música popular comercializada é difundida
pelas gravadoras e cadeiras de rádio e televisão, mas encontra resistências "no
interior do Nordeste", espaço social "ilhado do resto do país, sob uma cultura
feudal estagnada, com um cancioneiro popular medieval”. As culturas locais,
devido a processos sociais, culturais e políticos, inevitavelmente estariam
submetidas aos grandes centros, uma vez que não poderiam os temas
folclóricos competir com a música comercializada: “com raras exceções, os
temas folclóricos só chegam a público, em pouquíssima quantidade, através
dos compositores da classe média”. Por esse motivo, "expressão das classes
pobres e negras", a “música autêntica regional” tenderia a desaparecer graças
à importação de música consumida pela alta classe média, a "chamada bossa
nova e pela música de massa de rock-baladas e boleros". Grande centro
urbano, e capital da República até 1960, o Rio de Janeiro aparece no
argumento de Nelson Lins e Barros como polo de irradiação da música
"hermética" das elites e da comercial, a qual seria dominada pelos Estados
Unidos (Lins e Barros 1962).
Enquanto escreviam suas interpretações sobre o processo de formação
da música popular, Sérgio Cabral, José Ramos Tinhorão e Ary Vasconcelos
circulavam suas ideias sobre o tipo de modernização da sociedade brasileira,
em diálogos com intelectuais como Nelson Lins e Barros. A escrita sobre
história da música, naquele contexto, era conformado por um estilo de ensaio
histórico amparado por farta documentação, que incluía fontes diversas como
entrevistas, recortes de jornal, relatos de viajantes e material literário. A partir
da década de 1960, os três autores publicaram seus livros de estreia como
historiadores não acadêmicos da música popular, após longa experiência na
imprensa. Pela Livraria Martins Editora, Ary Vasconcelos publicou dois volumes
do Panorama da Música Popular Brasileira em 1964. A coletânea de ensaios
Música popular – Um tema em debate de José Ramos Tinhorão foi publicada
pela editora Saga em 1966 e As escolas de samba: o quê, quem, como,
quando e por quê, de Sérgio Cabral, pela editora Fontana em 1974.
Ao escreverem sobre o passado, teceram diagnósticos do presente e,
em algumas ocasiões, estabeleceram prognósticos, ou seja, esses três
autores, convertidos em autoridades sobre música popular, estavam

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interpretando um país em mudança nas dimensões políticas, culturais e


econômicas. Os arquivos particulares dessas autoridades incontestáveis, cuja
notoriedade está escorada pela abrangência do material utilizado para a escrita
dos livros, pela longevidade da produção e pela proximidade com o tema
estudado, foram incorporados a instituições responsáveis pela guarda da
história e memória da música popular: em 2000, o acervo de Tinhorão foi
adquirido pelo Instituto Moreira Salles (IMS) e, em 2007, o Museu da Imagem e
do Som (MIS) do Rio de Janeiro recebeu a doação de Cabral. As formulações
dessa geração encontrou anteparo em instituições situadas no Rio de Janeiro
como o Museu da Imagem e do Som (MIS)3 e a Fundação Nacional de Artes
(Funarte).
Nascido em Santos, no estado de São Paulo, José Ramos Tinhorão
começou sua carreira na imprensa como copidesque do Diário Carioca, um
jornal que havia promovido alterações na linguagem como o uso do lead. Em
1958, Tinhorão foi contratado pelo Jornal do Brasil e, três anos depois, foi
convidado por Reynaldo Jardim a escrever uma série sobre música popular
brasileira. Logo no início de sua carreira nesse jornal, pesquisou na Biblioteca
Nacional e no Gabinete Português de Leitura alguns temas para o “Caderno de
Estudos Brasileiros”. Durante a década de 1970, escreveu a coluna "Música
Popular" do Jornal do Brasil e, a partir da década seguinte, passou a se dedicar
a escrita dos seus livros, depois ingressou no Programa de Pós-Graduação em
História da USP em 1998 (Lamarão, 2008). Até 1982, quando acabou seu
contrato com o Jornal do Brasil, Tinhorão teve uma longa trajetória com várias
funções na imprensa como copidesque, jornalista, articulista e editor de
diferentes periódicos como os jornais Correio da Manhã, O Jornal, Última Hora,
Tribuna da Imprensa, Jornal dos Sports e Veja. Sua obra pode ser
compreendida a partir de três eixos: o primeiro diz respeito à expropriação da
cultura popular pelas camadas médias nos núcleos urbanos; o segundo aborda

3 O MIS foi fundado no âmbito das comemorações do IV Centenário de fundação do Rio de


Janeiro em 1965, durante o mandato de Carlos Lacerda como governador da cidade-estado da
Guanabara. Instalado em um prédio remanescente da I Exposição do Centenário da
Independência do Brasil de 1922, o Museu da Imagem e do Som teve um grupo de avaliação
para aquisição de seus primeiros arquivos: o espólio do Augusto Malta, fotógrafo contratado
pela Diretoria Geral de Obras e Viação do Distrito Federal responsável para registrar as
metamorfoses no tecido urbano em decorrência das reformas realizadas no Rio de Janeiro no
início do século XX, e a musicoteca de Henrique Foréis, o radialista e compositor conhecido
como Almirante.

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as origens da música urbana e o circuito de trocas culturais entre diferentes


classes sociais e grupos étnicos no Brasil, além da relação entre espaços de
sociabilidade nas cidades e desenvolvimento tecnológico; por fim, o terceiro
eixo é um conjunto de estudos sobre intercâmbios culturais entre Europa,
América e África, as origens dos gêneros matriciais (a modinha, o lundu e os
“sons dos negros”) e de festejos populares (a congada, por exemplo), o papel
da imprensa e da literatura como fontes para a escrita da história da música
popular.
Foram publicadas em 1966 duas compilações de seus ensaios: A
província e o naturalismo, pela editora Civilização Brasileira no âmbito da
"Coleção Temas, Problemas e Debates", e Música popular – Um tema em
debate. A partir da década de 1980, seus livros publicados em Portugal são
marcados pela extensa bibliografia e pela pesquisa documental em acervos
portugueses como o Arquivo Nacional da Torre do Tombo, a Biblioteca da
Ajuda e a Biblioteca da Academia Real das Ciências de Lisboa. Por meio de
auxílio de membros do Partido Comunista Português, a Editorial Caminho
desde 1988 se tornou um dos principais meios de divulgação de suas
pesquisas sobre intercâmbios culturais (Lorenzotti 2010).
Sérgio Cabral iniciou sua carreira no Diário da Noite em 1957 e, dois
anos depois, se transferiu para o Jornal do Brasil, tornando-se responsável
pela cobertura do carnaval do Rio de Janeiro em 1960, pelas rondas na cidade,
cobertura de casos de polícia, eventos e festas em clubes. Em 1961, foi
convidado por Reynaldo Jardim para escrever uma coluna semanal intitulada
“Música naquela base”, no recém-criado “Caderno B”, suplemento do Jornal do
Brasil. Publicada às quintas-feiras, a coluna dedicava uma página inteira à
crítica especializada em música popular, Tinhorão colaborava com a
bibliografia da música popular brasileira, um esboço de sistematização dos
ensaios, artigos e livros dedicados ao tema. Em 22 de dezembro do mesmo
ano, o primeiro artigo da coluna “Primeiras lições de samba”, com o título "Da
Serra da Favela ao Morro da Favela: em matéria de samba a primeira
umbigada é o baiano quem dá”, foi publicado no Jornal do Brasil pela dupla
Tinhorão e Cabral.
Após a greve de jornalistas em outubro de 1962, Cabral foi demitido e
passou a trabalhar na companhia de energia Light até ser contratado pelo

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Diário Carioca e, posteriormente, pela sucursal carioca da Folha de S. Paulo.


Os grevistas reivindicavam aumento dos salários e a readmissão dos
jornalistas demitidos por prestarem solidariedade à greve dos trabalhadores
das gráficas. Para denunciar a “prepotência” dos donos dos jornais cariocas, foi
divulgado o manifesto “Os jornalistas ao povo”. No saldo final da greve, foram
demitidos 80 trabalhadores dos periódicos Jornal do Brasil, O Globo, O Dia e A
Notícia. O intervalo de Cabral fora das redações foi por causa do acordo
estabelecido entre os donos de jornais para não contratarem jornalistas
grevistas; Prudente de Moraes Neto, então diretor da companhia de energia
Light, convidou Cabral para trabalhar porque sabia que sua situação financeira
estava bastante irregular.
No final da década de 1960, quando já havia regressado às atividades
na imprensa nos jornais Folha de S. Paulo e Última Hora, Cabral colaborou
para a fundação do Pasquim, ao lado de Tarso de Castro, Jaguar e Sérgio
Porto. Devido ao fechamento de espaços para a crítica nas principais
redações, a imprensa alternativa foi um foco de resistência após o golpe de
1964. Para o primeiro número do Pasquim, em junho de 1969, o jornalista
Ibrahim Sued foi entrevistado por Sérgio Cabral. Esse periódico inovou na
linguagem jornalística com as entrevistas quase sem serviço de copidesque, as
dicas em “notinhas curtas”, o uso exagerado de chavões, a construção de
textos sem pauta, as “frases-lemas", as colaborações dos leitores e a sinonímia
como recurso eufemístico. A prisão de seus redatores em novembro de 1970
provocaria a tomada de uma nova imagem para o jornal, pois o jornal da
boêmia de Ipanema seria alçado ao status de maior voz de resistência à
censura na imprensa brasileira. Após a saída de Tarso de Castro, Sérgio
Cabral assumiu como editor até sua transferência para a Editora Abril, quando
Jaguar ocupou o posto (Braga 1991:42). Em 1972, Cabral foi convidado para
se tornar editor da revista Realidade da Editora Abril, por isso passou a
trabalhar em São Paulo. Quando decidiu retornar ao Rio, ainda sem vaga em
redações, foi convidado para produzir discos. Logo depois, conseguiu conciliar
o trabalho no mercado fonográfico com a atividade na imprensa quando
escreveu para a coluna “Esquema Carioca” no Diário de Notícias.
Colaborador na seção “Um Pouco de Jazz” no jornal O Globo em 1943,
Ary Vasconcelos teve ampla participação na imprensa escrita – trabalhou nos

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periódicos O Jornal (1957 a 1963), Jornal do Commercio (1961 a 1967), O


Globo (1967 a 1970), Querida (1969 a 1971), Última Hora (1976 a 1977) –,
como roteirista de programas radiofônicos – nas emissoras Tupi e Tamoio – e
jurado ou membro de comissões organizadoras de festivais – as duas primeiras
edições do Grande Concerto de Jazz (1955 e 1956), I Festival da Penha
(1957), Festival Internacional da Canção (FIC) (1966), II FIC e I Festival
Nacional de Música Popular Brasileira (1967), III FIC, II Festival Estudantil de
Música Popular Brasileira e I Bienal do Samba (1968), III Concurso de Músicas
Carnavalescas (1969). No intervalo de 21 anos, publicou Panorama da Música
Popular Brasileira, pela Livraria Martins Editora em 1964, Panorama da Música
Popular Brasileira na Belle Époque pela Livraria Santanna e Raízes da Música
Popular Brasileira (1500-1889), pela Livraria Martins Editora em convênio com
o Instituto Nacional do Livro e Ministério da Educação e Cultura, ambos os
livros em 1977, a biografia Luís Pistarini, um bandolim esquecido, edição do
autor em 1983, Carinhoso etc.- História e inventário do choro, pela Gráfica do
Livro em 1984 e A nova música da República Velha, novamente uma edição do
autor em 1985.
No Museu da Imagem e do Som (MIS), foi chefe da Musicoteca,
idealizador do Conselho Superior de Música Popular Brasileira, instaurado em
1966, e assessor da Direção. Com discos de sua coleção particular, organizou,
apoiado pelo MIS, 11 long plays entre 1965 e 1975, como “Carmen Miranda” e
“Noel Rosa”, ambos de 1965, e “Pequena História do Samba”, de 1968. Em
1970, a Orquestra Odeon, sob produção de Ary Vasconcelos, foi convidada
para executar as composições de Almirante no LP “Um Almirante comanda o
carnaval” da gravadora Imperial. Entre 1974 e 1975 recebeu a indicação para
se tornar assessor do MIS e, responsável pelo setor de música popular, buscou
investimento para a compra do Arquivo Jacob do Bandolim, obtido junto a
Companhia Souza Cruz, além de organizar a “Semana Jacó do Bandolim”. Foi
nomeado membro do Conselho Estadual de Cultura do Estado do Rio de
Janeiro, após a fusão com o Estado da Guanabara, em 1975, pelo Governador
Faria Lima. No ano seguinte, assumiu o cargo de assessor do Instituto
Nacional de Música, órgão vinculado à Funarte. Segundo o seu curriculum
vitae publicado no livro Panorama da Música Popular Brasileira na Belle
Époque, texto que serviu de fonte para as informações acima apresentadas,

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havia uma série de livros planejados, entretanto não publicados: A Época de


Ouro da Música Popular Brasileira, A Música Popular Brasileira na Fase do
Rádio, A Moderna Música Popular Brasileira e História do Carnaval do Rio de
Janeiro.
Dos variados trabalhos publicados a respeito dessa geração, uma
síntese referente a Tinhorão pode ser aplicada, apesar das diferenças de estilo
e de narrativa, a Cabral e a Ary Vasconcelos: em suas leituras sobre cultura
popular, em um "momento de intensa fermentação musical", persistiria o eixo
dicotômico formado pelo "produto autenticamente brasileiro", como o samba, e
o "produto estrangeiro ou importado", como o rock (Contier 1989: 81-82).
Nascidos em 1926, 1928 e 1937, respectivamente, Ary Vasconcelos, Tinhorão
e Sérgio Cabral eram jovens com idade entre 24 e 13 anos quando Oneyda
Alvarenga publicou em 1950 a primeira edição em português do seu livro
Música Popular Brasileira, lançado em espanhol pela editora mexicana Fondo
de Cultura Económica no âmbito da coleção "Tierra Firme" em 1947. Oneyda
nasceu em 1911, na cidade de Varginha em Minas Gerais.
Em 1935, com a criação da Discoteca Pública Municipal, se tornou a
primeira diretora desse órgão subordinado ao Departamento de Cultura da
Prefeitura de São Paulo. No ano seguinte, sua monografia Cateretês do Sul de
Minas Gerais foi premiada ao ser apresentada como trabalho de conclusão do
curso de Etnografia e Folclore ministrado por Dina Dreyfus. No mesmo ano de
publicação de Música Popular Brasileira pela Editora Globo, organizou o
Catálogo Ilustrado do Museu Folclórico, sob responsabilidade da Discoteca
Pública Municipal. Segundo sua análise, o "Samba urbano" era "filho do Rio de
Janeiro", onde desceu o morro e foi para a cidade por causa do carnaval. No
entanto, era necessário diferenciar o "samba de salão" e o "samba-canção",
"espécie que é perigosa e cai frequentemente na mais franca banalidade
açucarada", como gêneros comerciais. A conversão da atividade cultural em
comércio de unidades de produtos musicais seria, para Oneyda e também para
os autores tratados neste trabalho, a chave para a compreensão dos processos
que ameaçavam a música popular no Brasil.

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A preservação da autenticidade

A geração de produtores, jornalistas e críticos de música nascida entre o final


da década de 1920 e o início da década de 1940 foi alçada à condição de
representantes oficiais defesa da cultura popular com forte atuação nas
instituições culturais criadas para esse propósito (Fernandes 2010). A
institucionalização de determinadas versões da história da música popular
ocorreu devido ao trabalho de escrita e de pesquisa de jornalistas que, ao
"transformarem fatos em notícias, gente comum em personalidades, elegendo
com sua pena o que era digno ou não de se tornar assunto na imprensa"
(Garcia 2015), divulgaram suas descobertas nas colunas de jornais, criticaram,
elogiaram ou produziram discos e se inseriram em órgãos para preservação
como o Museu da Imagem e do Som ou a Funarte na condição de intelectuais
organizadores da cultura popular.
Os livros de estreia de Vasconcelos, Tinhorão e Cabral marcaram a
conversão desses jornalistas para o papel de historiadores situados fora dos
espaços acadêmicos. Essa condição influenciou certamente a forma de
escrever, pois, acostumados a redigir para o grande público leitor de jornais e
revistas, as linhas da história da música redigidas por eles se diferenciam da
modalidade praticada no âmbito universitário. O conjunto de referências e a
abordagem dos problemas permitem o estabelecimento de comparações entre
os textos, mas a principal chave analítica é o engate dessa geração com o de
uma linhagem intelectual que havia se estabelecido anteriormente.
Ao se afiliarem (Said 1983) a uma tradição, intelectuais criam relações
de sentido com o universo de referências e com o público para o qual os textos
foram escritos, recepção que, por seu caráter difuso, dificilmente pode ser
controlada. Desse modo, é possível refutar a análise a respeito da vida
intelectual que aparentemente sempre recomeça do zero no Brasil ou que “o
apetite pela produção recente dos países avançados muitas vezes tem como
avesso o desinteresse pela geração anterior, e a consequente descontinuidade
da reflexão” (Schwarz 1987: 30). Ao contextualizar a circulação de ideias, pode
ser abordado o modo de construção das ligações entre grupos de intelectuais
que prolongam determinadas formas de pensar um conjunto de processos
sociais. Também a concepção desse texto fica distante de uma concepção que

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aborda a análise das intenções de cada autor e a constituição de um "projeto"


plenamente sob controle dos intelectuais, pois “todo ato social – e a produção
de uma ideia é um ato social – fica ao mesmo tempo aquém e além das
intenções de quem o realizou” (Santos 1978: 34).
Em comparação com as anteriores, a geração que chegara aos 30 anos
entre as décadas de 1950 e 1970 tinha um horizonte de possibilidades que
contava com instituições culturais, espaços nos órgãos de imprensa, colunas
especializadas em música popular, e a ampliação do mercado editorial. Desse
modo, foram prolongadas interpretações inicialmente propostas pelos livros dos
autores da “primeira geração”: O cabrocha: meu companheiro de “farras” [1931]
de Jota Efegê; Samba: sua história, seus poetas, seus músicos e seus
cantores [1933] de Orestes Barbosa; Na roda de samba [1933] de Vagalume; O
Choro: reminiscência dos chorões antigos [1936] de Alexandre Gonçalves
Pinto. A Funarte, a partir do final da década de 1970, lançou um conjunto de
livros que retomavam a tradição de escrita da história da música popular com a
série “MPB reedições”.
Os sucessores da "primeira geração" de historiadores da música popular
urbana, cronistas e memorialistas, obtiveram êxito ao oficializar o choro e o
samba como gêneros nacionais. Há uma série de continuidades que permitem
o estabelecimento de uma linhagem intelectual de tradição interpretativa de
Tinhorão, Cabral e Vasconcelos com esses autores que publicaram seus textos
na década de 1930. "Não eram vinculados a órgãos oficiais ou universidades,
não tinham formação acadêmica ou educação musical erudita”, mas a “primeira
geração era formada por homens do jornal e do rádio”, cuja “paixão pelas
coisas brasileiras expressava-se numa ânsia de preservação, não raro
materializada em impressionantes arquivos guardados e organizados com rigor
enciclopédico" (Paiano 1994: 63). Cronistas da música popular, também
relataram em seus textos o cotidiano e a boêmia da cidade do Rio de Janeiro,
deixaram “o registro escrito de suas experiências em torno da música popular
urbana, vividas, sobretudo, no cotidiano da boêmia, das festas, serestas, rodas
musicais informais” (Moraes 2006: 121-122).
Desde a década de 1950, os debates sobre a mudança social e a
modernização estavam no cerne do pensamento social, entendido como
conjunto de fabulações que sustentam e são sustentadas por ideias e valores

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portados por determinado grupo de intelectuais, sobretudo porque prevaleciam


os discursos sobre um país em desenvolvimento. A primeira edição de Música
popular – um tema em debate, publicado em 1966 assim como A província e o
naturalismo, marca a estreia de Tinhorão, até então jornalista reconhecido por
sua crítica sobre música popular, no circuito de autores que se tornariam
autoridades. Enquanto a primeira edição foi publicada pela editora Saga, a
segunda, revista e aumentada, entrou na lista de publicações da JCM Editores
em 1969, ano de lançamento de O samba agora vai...a farsa da música popular
no exterior. A capa da primeira edição, sob responsabilidade de Maria Luísa
Campelo, recebeu o desenho de um tamborim e as palavras "bossa nova =
jazz", "escolas de samba", "carnaval", "samba-canção", "choros" e "música de
barbeiros'. Sem autoria, o texto da quarta capa destaca como o livro pretendia
suscitar polêmicas:

José Ramos Tinhorão, jornalista e estudioso da música popular (primeiras lições de


samba, Caderno B do Jornal do Brasil, 1961-1962), realiza neste livro a primeira
tentativa de interpretação sociológica de temas de cultura popular. Nele o autor indica
um sentido de ascensão social na evolução da música popular e nas escolas de
samba, acusa os artistas eruditos e a classe média de apropriação da cultura popular,
e explica a filiação jazzística da bossa nova, pela alienação de toda uma geração de
um bairro novo: Copacabana. Popular pelos temas, o livro – que pela ousadia de
interpretação se destina a provocar polêmica – é elaborado em nível crítico que o
tornará obrigatório a todos que procuram uma perspectiva brasileira para a visão de
problemas nacionais. Música popular – um tema em debate é lançado pela Saga com a
certeza de que se trata de obra indispensável à bibliografia (aliás magra) dos estudos
de cultura popular. E particularmente da música popular brasileira.

Na orelha, com o título "Justo lançamento", um breve texto indica que


Música popular – um tema em debate foi "marcado por um fato raro, no campo
do livro de ensaio, no Brasil: o sucesso incontestável". E define a publicação
como "livro-texto de caráter universitário, por servir plenamente a quantos se
aprofundam não só na história da música popular brasileira, mas também na
interpretação sociológica brasileira". No Rio de Janeiro, a música do “bairro
novo” Copacabana expressaria as contradições de uma sociedade de classes,
pois, na interpretação de Tinhorão, em processo semelhante ao jazz nos
Estados Unidos, a história do samba carioca é a da ascensão social contínua

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de um gênero de música popular. A grande questão, neste livro de estreia, é o


rompimento da tradição devido ao afastamento do samba, música urbana de
país subdesenvolvido, de suas origens populares. Esse é o fundamento da
crítica do autor aos bossa-novistas: "um grupo de moços, entre 17 e 22 anos,
rompeu definitivamente com a tradição, modificando o samba no que lhe
restava de original, ou seja, o próprio ritmo" (Tinhorão 1969: 55).
Embora não cite o título do livro Panorama da música popular brasileira,
Tinhorão afirma que “o estudioso de música popular Ari Vasconcelos situou
precisamente essa nova fase de comercialização do samba” com o lançamento
de "Copacabana", de João de Barro e Alberto Ribeiro, pela gravadora
Continental em 1946, com "Dick Farney cantando em português com a
entonação de cantor americano...". Desse modo, a análise articula o "processo
de alienação das novas camadas de população surgidas no Rio de Janeiro"
com a modificação na "fisionomia da cidade", o que também alterou a
"estrutura social" revelada nas letras dos sambas que anteriormente tratavam
de favelas e malandros. Como o autor entendia a alienação das classes
médias urbanas? Estilizada pela "semicultura das camadas médias", a música
das camadas mais baixas teria sofrido alterações em suas características
rítmicas: "a incompreensão total de que a conquista da universalidade, em
cultura, tal como a dos mercados estrangeiros, em comércio, só se verifica com
a transformação do país numa potência, gerou o monstro". A esse trecho, na
segunda edição, foi acrescentada uma nota:

a tese exposta neste capítulo [intitulado "'Evolução' do samba é ascensão social"],


originalmente publicado sob a forma de um artigo em fins de 1965, foi posteriormente
desenvolvida num amplo estudo sobre as várias tentativas de colocação da música
brasileira no mercado internacional e publicado no livro intitulado O samba agora vai...a
farsa da música popular no exterior (Ibidem: 61).

Os pioneiros e a época de ouro


Em 1965, a Associação Brasileira dos Produtores de Disco (ABPD) foi
fundada como organização corporativa das gravadoras, o Brasil se associou ao
Sistema Internacional de Satélites (Intelsat) e foi criada a Empresa Brasileira de
Telecomunicações (Embratel), dois anos depois houve o início das atividades
do Ministério das Comunicações (Ortiz 1991:117-118). Também em 1967, a

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ABPD já estava atuando como grupo de pressão para aprovação da lei de


incentivo fiscal e o lançamento do selo “Disco é Cultura” (Paiano 1994: 197).
Dados estatísticos de mercado, disponibilizados pela ABPD, comprovam o
crescimento das vendas de discos entre 1965 e 1979 de 5,5 milhões de
unidades para 52,6 milhões. Nesse período, empresas organizadas
internacionalmente passaram a atuar no mercado do disco do país e houve
registro de crescimento contínuo das vendas devido à lei de incentivos
promulgada em 1967 (Vicente 2008).
Apesar da escassez do vinil, devido às crises do petróleo, houve a
retomada do crescimento do mercado fonográfico a partir de 1974 com o
“boom do samba”. Os primeiros lançamentos de alguns desses artistas
ocorreram na década de 1960, no entanto apenas alcançariam grande sucesso
na década seguinte. Clara Nunes lançou “A voz adorável de Clara Nunes” pela
EMI-Odeon e Beth Carvalho com LP “Beth Carvalho” pela Copacabana em
1966; Martinho da Vila lançou o compacto duplo “A voz do samba” pela
Continental em 1969; João Nogueira com o LP “João Nogueira” pela Odeon e
Alcione com o compacto simples “Figa de Guiné/O sonho acabou” pela
PolyGram em 19724. O livro As escolas de samba: o quê, quem, como, quando
e por quê foi publicado em 1974 pela editora Fontana. Ao delinear a cartografia
das escolas de samba no Rio de Janeiro, o autor estabelece, em sua
interpretação, quais as condições sociais para a formação da "Deixa Falar":

4 No mesmo ano de lançamento do primeiro LP de Cartola, em 1974, Jota Efegê noticiou no


jornal O Globo, na matéria "Donga, tradição do samba, vai reaparecer no seu primeiro LP", a
proposta da gravadora Marcus Pereira lançar uma “homenagem” a Donga, com produção de
Sérgio Cabral e Pelão: “remanescente da autêntica velha guarda, um dos primeiros (talvez o
primeiro em afirmativa absoluta) a apresentar na velha Europa com Pixinguinha e outros
companheiros a música do povo do Brasil”, “Donga, o sambista de muita autenticidade, aluno
de uma verdadeira escola de samba que existiu na tradicional Rua do Peu, aluno aplicado das
fessoras Tia Amélia e Tia Perciliana, esta a mãe do saudoso João da Baiana, vai ter, agora,
ainda que um pouco tarde, a homenagem que lhe estavam devendo” (Efegê 2007: 175-177).
Além dos jovens sambistas, como Martinho da Vila e Beth Carvalho, nascidos em 1938 e 1946,
a “velha guarda” e fundadores de escolas de samba pela primeira vez conseguiram lançar LPs.
Ao lado de Carlos Cachaça, Clementina de Jesus, entre outros, Cartola gravou o LP “Fala
Mangueira” pela Odeon em 1968, mas somente em 1974 lançaria seu LP individual pela Discos
Marcus Pereira. Dona Ivone Lara gravou “Sambão 70”, pela Copacabana em 1970, também
em 1974 participaria da coletânea “Quem samba fica” da Odeon e do LP “Samba minha
verdade, minha raiz”. Em 1973 e 1974, Mano Décio da Viola lançaria, respectivamente, o LP
“Mano Décio da Viola” pela Metalúrgica e “Capítulo maior da história do samba” pela Tapecar.
Com a Velha Guarda da Portela, Monarco gravou em 1970 “Portela passado de glória” pela
RGE, em 1974 seria lançado seu LP individual pela Continental (Autran 2005).

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a primeira escola de samba só poderia ter nascido mesmo no bairro do Estácio de Sá.
Ou pelas redondezas. É que por ali [...] vivia uma comunidade de ex-escravos e
descendentes deles responsável, entre outras coisas, pelo nascimento do samba
carioca (Cabral 1974: 21).

Para cada escrita da história, há um processo de preenchimento do


sentido atribuído ao passado. Os modelos cronológicos organizam os
elementos da cultura popular diferenciando um momento de esplendor – a
idade de ouro – de períodos de desmantelamento da ordem “matricial e
independente”, pois “o destino historiográfico da cultura popular é [...] sempre
renascer das cinzas” (Chartier 1995). No texto final de As escolas de samba,
Cabral, intitulado “Para onde vão?”, afirma que as agremiações carnavalescas
do Rio de Janeiro "não morreram nem morrerão", apesar da classe média,
"com aquela capacidade de esculhambar tudo em que se mete", ter começado
a transformá-las (Ibidem: 149). Havia, provavelmente, uma tentativa de Cabral
se contrapor a Tinhorão na seção final do último capítulo da seção “Problemas”
de Música popular – Um tema em debate da primeira edição: “Por que morrem
as escolas de samba” era encerrado com uma análise a respeito daquilo que
foi denominado como “O fim das escolas”.
No nono capítulo de Música popular, intitulado “‘Evolução’ do samba é
ascensão social”, Tinhorão aborda a “música das camadas mais baixas” que foi
“estilizada pela semicultura das camadas médias” (Tinhorão 1969: 59). Era
uma densa crítica aos consumidores de Bossa Nova, pois “num país
subdesenvolvido, como o Brasil, essa fase de febre de ascensão social dos
filhos das camadas médias chega a ser” a um só tempo dramático, “pelo
esforço” com boas intenções, e cômico, “quando observado de um ponto de
vista sociológico dialético”. No décimo primeiro capítulo, “Um equívoco de
Opinião”, o espetáculo “Opinião”5 aparece na argumentação como “exemplo
desse instante de apropriação da cultura popular”, processo também conferido
nos desfiles das agremiações carnavalescas do Rio de Janeiro, pois

5 No espetáculo “Opinião”, os representantes do popular eram João do Valle, simbolizando o


sertanejo nordestino, e Zé Ketti, o sambista do morro carioca. O morro “(favela + miséria +
periferia dos grandes centros urbanos industrializados)” e o sertão “(populações famintas,
manipuladas pelo imaginário conservador, o messianismo religioso - catolicismo + culturas
afro-brasileiras - e o mandonismo político local - coronelismo)” foram lugares de memória da
canção engajada na década de 1960, os espaços sociais que sofreram os efeitos de
mitificação (Contier, 1998).

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Armadas as arquibancadas nas Avenidas Presidente Vargas e Rio Branco, a classe


média tomou os seus lugares (o povo fica de longe, assistindo de pé) e começou a
bater palmas para o show de cultura popular que ajudava a institucionalizar com o seu
entusiasmo estético (Ibidem: 72).

“O povo dos morros e subúrbios”, escreveria Cabral em As escolas de


samba, livro publicado oito anos depois, “perdeu o direito de ver seus vizinhos
desfilando, uma vez que as arquibancadas tomaram toda a extensão do desfile
e o ingresso mais barato nunca é menos que vinte por cento do salário mínimo”
(Cabral 1974: 152)6. No prefácio da segunda edição de Música Popular. Um
tema em debate, Tinhorão informa ao público leitor que o livro “não precisou de
qualquer modificação substancial” porque “em apenas três anos [de 1966 a
1969], muito daquilo que se avançava como tese ou previsão já foi comprovado
na realidade” (Tinhorão 1969: 11). Por esse motivo, “a Apresentação da
primeira edição [...] foi respeitada, uma vez que (infelizmente), nem aos menos
na parte que se refere à sobrevivência do latifúndio, os acontecimentos
ofereceram matéria para mudanças de contexto”.
Em seu Panorama da música popular brasileira, livro publicado em dois
volumes pela Livraria Martins Editora em 1964, Ary Vasconcelos critica a
escassez de documentação e de bibliografia sobre música popular brasileira.
Em comparação permanente com o jazz nos Estados Unidos, o autor indica
que as lacunas na escrita da história da música popular decorrem do pequeno
cuidado com a preservação de catálogos, discos, suplementos musicais e
fotografias indispensáveis para escrever a história. O primeiro volume foi
dedicado à chamada "fase primitiva" enquanto o segundo corresponde à "fase
de ouro", demarcada entre 1927 e 1946 quando surgem as "obras-primas da
música popular brasileira" (Vasconcelos 1964: 24). Por facilitarem o registro do
canto dos "profissionais da boa voz", vitrolas elétricas e discos deram início à
"fase de ouro", que sucedeu à "fase antiga, primitiva ou heróica". Se os
pioneiros tiveram a importância de sedimentarem uma tradição de canto, a

6 Em sua síntese, “aqueles primeiros anos da década de 1960 foram, realmente, bem confusos
para as escolas de samba. Foram os anos em que as escolas assumiram definitivamente a
posição de principal atração do carnaval carioca, com o seu desfile sendo transmitido pela
televisão, com a instalação das arquibancadas pagas e com o aparecimento de milhares de
turistas para verem o desfile (Cabral 1974: 152).

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chamada "fase moderna", teve início quando surgiram sociedades


arrecadadoras como a União Brasileira de Compositores e houve aumento da
influência americana, como no já citado exemplo do lançamento de
"Copacabana" com a "entonação de cantor americano” de Dick Farney.
Apesar de adotarem a história social do jazz como exemplo da boa
preservação da memória da música popular, Cabral, Vasconcelos e Tinhorão
assumiam grande preocupação com a americanização da música popular
brasileira. As classes médias no Brasil seriam responsáveis pela deturpação da
autenticidade e pelo pequeno cuidado para a preservação. "Quem encontrar
um disco de jazz em algum baú, tenha ele dez, vinte, trinta, quarenta ou
cinquenta anos, pode estar certo que sua identificação não apresentará
trabalho maior", avisa Vasconcelos, mas quem tiver interesse em

um disco de música de popular brasileira seja de que época for, mesmo dispondo de
uma boa biblioteca especializada – e ela se reduz a seis ou sete livros que abordam
aspectos da mesma e a seis ou setes capítulos de obras não especializadas... – não
conseguirá saber nada além do que está no rótulo (Ibidem: 9).

Esse circuito de ideias em um período de transformações sociais e


políticos era propício aos confrontos e debates sobre os rumos da música
popular brasileira. Por um lado, havia a reconfiguração do mercado de bens
simbólicos; por outro, a música popular urbana passaria a ocupar um lugar
privilegiado nos modos de contar a história do Brasil. A passagem da “fase de
ouro” (1927-1946) para a “fase moderna”, no Panorama da Música Popular
Brasileira, é explicada pelo seguinte trecho: “a música que era, até então, uma
arte praticada mais por amor do que por dinheiro e que quase nada rendia ao
compositor senão o prazer de expressar-se artisticamente”, segundo a
mitificação operada por Vasconcelos, “começou a tornar-se um bom negócio”
(Ibidem: 25).
Em sua “Introdução ao debate”, Tinhorão em Música Popular. Um tema
em debate define o processo analisado como de expressão do samba, que “em
pouco tempo passaria ao domínio de profissionais da classe média”. O gênero,
portanto, teria uma semelhança em relação ao jazz: “a história do samba
carioca é, assim, a história da ascensão social contínua de um gênero de

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música popular, num fenômeno em tudo semelhante ao do jazz, nos Estados


Unidos” (Tinhorão 1969: 20). No segundo capítulo, da seção “Problemas”,
“Rompimento da tradição, raiz da bossa nova”, o autor aponta como a Bossa
Nova representaria o “afastamento definitivo do samba de suas origens
populares” (Ibidem: 35).
Havia um esforço dessa geração por construir as bases de uma
historiografia, pois “do nada – mais justamente – do quase nada, temos que
tirar a História da Música Popular no Brasil” (Vasconcelos 1964: 10). “De
alguns discos antigos, de recortes de jornais e revistas, de um ou outro livro, ou
capítulo de livro” deveriam os historiadores encontrar as fontes para pesquisa.
O “Preâmbulo” no primeiro volume do Panorama da Música Popular Brasileira
explicita a posição de Ary Vasconcelos a respeito das condições de escrever a
história da música popular no Brasil:

Estamos praticamente na estaca zero. Uma “História da música Popular Brasileira”,


como deveria ser feita, como todos os seus problemas esclarecidos, é tarefa que
jamais poderá ser empreendida. A precária documentação existente foi quase
completamente destruída. Preciosos catálogos e suplementos de discos se perderam;
discos se quebraram ou foram usados para confeccionar vasos de flores; fotografias
não foram batidas ou, quando o foram, destruídas (Ibidem: 9).

Cabral em As escolas de samba, por sua vez, logo em suas páginas


iniciais indica a quem faz referência tanto na dedicatória, “este livro é uma
homenagem a Martinho da Vila e Paulinho da Viola, legítimos herdeiros dos
sambistas do Estácio Sá” (Cabral 1974: 9), como na primeira fotografia, cuja
legenda informa: “o autor entrevistando Cartola e Carlos Cachaça, em
Mangueira”. Além da pesquisa essencialmente bibliografia e nos arquivos
pessoais de discos e livros, Cabral adotou como método o conjunto de
entrevistas com os “bambas”. No texto de apresentação, escrito por Lúcio
Rangel, a autoridade de Cabral como especialista é contrastada com a de
Augusto de Campos, autor de “O Balanço da Bossa e outras bossas”, cuja
segunda edição também foi lançada em 1974:

Sérgio Cabral sabe de tudo e comove com os verdadeiros criadores da música popular,
os autênticos, um Cartola ou um Nelson Cavaquinho, como comoveu com um Heitor

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dos Prazeres e o imenso Pixinguinha. Não é como aquele crítico paulistano,


“cultíssimo”, que escreveu 357 páginas sobre... “bossa-nova”, crente que descobrira a
pólvora e o mistério que rodeia a nossa música popular. “Para quem o comprar (o livro
de tal crítico), o prejuízo será exatamente de Cr$ 47,00”, avisou aos incautos o lúcido
Tinhorão (apud Cabral 1974: 8).

Conclusão
Os textos possuem modos de existência, sempre estão enredados em
circunstâncias específicas, o contexto de produção definido pelo tempo e pelo
lugar, ou seja, estão no mundo, não são etéreos (Said 1983: 35). Em comum,
entre todos os textos analisados, o esforço de periodização, o que define,
sobretudo nos livros de Ary Vasconcelos, uma "era de ouro", e um encontro
com "pioneiros" do samba a partir de narrativas sobre a formação cultural
escorada em fontes variadas. Esboçar uma tipologia acerca da produção
desses autores limitaria a compreensão dos textos como artefatos culturais de
um determinado período histórico, que expressam, a seu modo, relatos e
interpretações para se pensar a cultura no Brasil. Seus esforços classificatórios
promoveram critérios para definir um conjunto de expressões musicais
definidas pelos adjetivos "popular" e "brasileira". Ao evitar o esboroamento do
passado pela valorização de determinados compositores e intérpretes, esses
autores expressaram, de certo modo, formas de organização de sínteses a
respeito do que é nacional e de como encontrar o “povo" brasileiro.

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Periodismo musical: el concepto indie en la prensa musical


especializada. Estudio de la revista Rockdelux

ASIER LEOZ AIZPURU

2017. Cuadernos de Etnomusicología Nº10

Palabras claves: Periodismo, música, indie, independiente.

Keywords: Journalism, music, indie, independent.

Cita recomendada:
Leoz, Aiser. 2017. “Periodismo musical: el concepto indie en la prensa musical
especializada. Estudio de la revista Rockdelux”. Cuadernos de
Etnomusicología. Nº10. <URL> (Fecha de consulta dd/mm/aa)

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PERIODISMO MUSICAL: EL CONCEPTO INDIE EN LA PRENSA MUSICAL


ESPECIALIZADA. ESTUDIO DE LA REVISTA ROCKDELUX

Asier Leoz Aizpuru

Resumen

El artículo que aquí se presenta tiene a la crítica musical especializada como


eje. La investigación se centra en la revista musical barcelonesa Rockdelux,
con 33 años de trayectoria. Entre 1990 y 2000, la revista sostuvo un discurso
acerca de la escena musical indie española. Lo que se propone en este artículo
es detectar el modo en que ese concepto de indie aparece y deja de hacerlo en
la revista durante esa década.

Palabras clave: Periodismo, música, indie, independiente

Abstract

Music criticism is the object of study of the paper given here, which is focused
on the specialized music press, on Rockdelux, a Spanish musical magazine
from Barcelona, which is still being published today after 33 years. From 1990
to 2000, this magazine maintained a discourse about the Spanish indie music
scene. My research analyses all the issues published in that period to reveal
how the term indie appear and vanish from the magazine during the decade.

Keywords: Journalism, music, indie, independent.

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Rockdelux: historia e identidad


La revista mensual Rockdelux inició su andadura con ese nombre en
noviembre de 1984. Desde entonces, ha publicado 364 números, once por año,
además de números especiales por aniversarios. Pero el punto inicial de este
recorrido está en octubre de 1974, cuando se publica en primer número de
Vibraciones, primera antecesora de Rockdelux. Ya entonces puede advertirse
en la revista dirigida por el periodista Ángel Casas -hasta entonces especialista
en música en la Fotogramas- el anhelo que persigue Vibraciones y heredará
Rockdelux diez años después: el de promover un periodismo musical
profesional en España. En aquel primer editorial de Vibraciones Casas acusa a
la prensa musical española existente de ser un mero vehículo promocional de
las compañías, incapaz de ejercer un periodismo crítico, por su “pueril amor de
fan” y sus errores de documentación.

Hartos de malas traducciones del Melody Maker1, de vacías elucubraciones


de despacho sobre tal o cual interprete aureolado, de páginas y páginas
emborronadas con pueril amor de fan, de ruedas de prensa vergonzosas
[…] el público apiñado en torno a los conciertos y a los discos se merece
una información mejor, más directa, menos convencional y un trabajo crítico
infinitamente más responsable (Casas 1974: 3).

Vibraciones fue la revista que cubrió esa carencia de profesionalidad


que lastraba a la prensa musical española. Pese a los voluntariosos intentos de
Disco Exprés, que el periodista José Manuel Costa define en 1979 como “una
revista de rock cargada de una sana y abierta subjetividad, cuyo único fallo era
el énfasis sectario en que apoyaba sus opiniones” (Costa 1979: 32). En su
esencial estudio Historia de la joven prensa musical, Luis Gutiérrez Espada la
define como la primera revista que “no intenta mitificar ni alienar provocando
una corriente consumista” (Gutiérrez Espada 1976: 52). Ambos aspectos, el
rigor en el modo de ejercer la profesión periodística musical, y desligarse del
apoyo de las compañías discográficas, fundamentan los principios editoriales
de Vibraciones en la misma medida en que lo harán en Rockdelux años

1 Semanario musical británico fundado en 1926 y considerado de gran importancia por su


trayectoria y labor crítica. En el año 2000 de fusionó con otra cabecera de referencia en el
Reino Unido: New Musical Express.

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después. Hay gran similitud en el mensaje de los editoriales de Vibraciones y


los que Rockdelux publique en décadas posteriores, especialmente desde
1987, cuando se incorpora a la dirección Santi Carrillo.
Vibraciones estableció las secciones que haría suyas Rockdelux en el
futuro. Sus 64 páginas tenían como eje un reportaje central, alrededor del cual
se distribuían noticias musicales, reseñas de discos y crónicas de conciertos,
además de tiras de cómic y una sección de correo.
Vibraciones dejó de editarse en 1981. Antes, en 1975, uno de sus
fundadores, Miguel Riera, puso en marcha la revista El Viejo Topo, cumpliendo
su deseo de editar una revista de contenido político. La posterior marcha de
Ángel Casas a la televisión dejó tocada a la revista, que pudo seguir adelante
durante un tiempo bajo la dirección de Jordi Beltrán, aunque acuciada por la
nula rentabilidad económica. Vibraciones intentó superar la situación haciendo
virar los contenidos hacia la literatura, con el propósito de hacer una revista
cultural más abierta. Sin embargo, las ventas se desplomaron y dejó de salir en
mayo de 1982.
Mientras tanto, el equipo de colaboradores casi al completo publicaba
Rock Espezial. La nueva revista se proponía ser la voz de su tiempo, como lo
había sido Vibraciones en los 70, años de rock progresivo. En su caso, la
diversidad artística llegada con la recuperación de las libertades tras el
franquismo y que terminaría recibiendo el nombre de la Movida o la Nueva Ola,
sería el asunto en el que fijarse. Con su director, Damián G. Puig, volcado en
otros proyectos -como había sucedido antes en Vibraciones- llegó el momento
de dar un nuevo paso en Rock Espezial, una revista que no había logrado
conectar con el lector aficionado al rock duro, y en cuyo equipo existía la
sensación de haber descuidado demasiadas nuevas tendencias musicales. En
octubre de 1984 se editó el número 38 y último de Rock Espezial. El editorial
anuncia el final de una cabecera y el principio de otra, invitando al lector a
comprar la nueva el próximo mes (Sin firma 1984: 5). Pese a salir con
deficiencias de formato, diseño e impresión (Mordoh 2014: 18), Rockdelux se
proponía dar continuidad al legado de Vibraciones y ampliar su arco de estilos.
Hay dos épocas en la trayectoria de Rockdelux. La primera, desde
noviembre de 1984 hasta marzo de 1986. La segunda, desde entonces hasta
hoy. En 1986, uno de los colaboradores, Francesc Fábregas, accede a la

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dirección de la revista y funda, junto con otros dos colaboradores, Francesc


Vaz y Santi Carrillo, la editorial Ediciones RDL/Rockdelux S.L., dando fin a
años de inestabilidad editorial -hasta cuatro editoriales se habían sucedido en
la edición de esta cabecera y sus antecesoras: Iniciativas Editoriales S.A., Base
Editorial, Crisis Editorial y Grupo GIESA- y abriendo una etapa en la que la
revista será editada siempre por la misma empresa, fundada por tres de sus
colaboradores.

Tras unos inicios dubitativos, 1986 fue el año del cambio en Rockdelux,
tanteando una nueva línea editorial que fue consolidándose poco a poco.
Abrirse a todo tipo de músicas fue la consigna a seguir: lo mejor del pop
británico y el rock norteamericano, sí, pero también lo más selecto de la
música negra, el nuevo country, la world music… (Carrillo 2014: 30).

La revista que nos ocupa se propone fomentar una actividad


periodística profesional, documentada y remunerada, evitando en lo posible las
injerencias de la industria musical. Además, ha construido su identidad por la
vía del desmarque. Así como Ángel Casas hablaba en Vibraciones de los
errores de documentación de otros, Rockdelux destacaba en sus páginas las
erratas que detectaba en otras revistas o periódicos. Esto le valió
desencuentros con otros medios y sus responsables, empezando por un
enfrentamiento enconado -y ya superado- con los responsables de Ruta 66,
revista surgida de una escisión de Rockdelux en 1985, y siguiendo por la
prensa generalista como El País. Revistas como Man, Primera Línea, aB y
Mondo Sonoro, emisoras de radio como RNE y la SER, programas de
televisión y aparatos de la industria como la SGAE, AFYVE o los Premios
Ondas, han sido objeto de mordaces comentarios por parte de la revista.
Esa vía del demarque explicará precisamente el modo en el que
palabras como indie dejarán de ser habituales en Rockdelux a partir de
mediados de los noventa. Es justo entonces cuando otros medios comienzan a
incorporar artículos sobre el indie nacional para referirse a una escena musical
que advierten como novedad en España. Un ejemplo claro es el primer
especial de El País de las Tentaciones sobre el asunto. En octubre de 1994, el
suplemento dedica un primer y extenso reportaje al indie nacional titulado “El

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virus indie se extiende por España” y firmado por Carlos Marcos. El periodista
atisba la llegada de algo relevante en la música pop española.

Los lugareños no dan crédito. Desde la primavera, sus tranquilas


costumbres se han visto alteradas por cientos de amantes del ruido. Visten
desaliñados, con camisetas de sus grupos preferidos y viajan para ver la
nueva agitación de bandas españolas, el llamado rock alternativo (Marcos
1994: 18).

El reportaje de El País sale justo el mismo mes en el que Rockdelux


publica su editorial más duro acerca de la escena indie, titulado “La hoguera de
las vanidades”, sobre el que se volverá más adelante. Se han recogido en esta
investigación muchos textos en los que Rockdelux descalifica a El País, con
expresiones como “geriátrico intelectual de referencia” (Sanz 1994b: 3) o
“flagrante falta de criterio” (Cruz 1995a: 19). Nando Cruz, uno de los
colaboradores con mayor cantidad de textos publicados en Rockdelux en la
época estudiada, recuerda aquella tensión entre la revista en la que trabajaba y
los demás medios como una “batalla de listos contra listos”, que obligaba a
Rockdelux a cuidar al extremo la calidad de su información (entrevista a Nando
Cruz, septiembre de 2013).

Lo indie

Si existe un móvil detrás de los que entendemos por “indie”, ese es el del
inconformismo, la voluntad de hacer de la vivencia del arte algo más
personal y puro que el tradicional círculo mercantil de la industria del ocio y
la cultura: la fabricación y el posterior consumo de la obra acabada
(Blánquez y Freire 2004: 11).

Los libros que se han dedicado a la música indie en nuestro país, como
Teen Spirit, de viaje por el pop independiente, lo definen como inconformismo.
Esteve Farrés describe la escena indie española como un iceberg que,
deseando ser relevo a la Movida, se hundía por su propio peso pero, “tras
desvanecerse toda esperanza de infiltrarse en la industria”, apuntó, ya en los
2000, a una nueva forma de entender la obra musical, ligada a ese

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presupuesto de inconformismo (Farrés et al 2004: 432). La española fue una


escena descentralizada, causada por la eclosión paralela de diversas
pequeñas escenas musicales que tuvieron lugar en otras tantas regiones
españolas en los noventa. Cruz la disecciona en las escenas locales de
Santurce, Madrid, Burlada, Albacete, Granada, Bembibre, San Sebastián,
Gijón, Zaragoza, Barcelona, Sevilla, Bullas, Getxo y Mallorca (Cruz 2015: 7-14).
Pero, como escena, la indie española no participa de la idea de escena local
que Cohen estudia acerca del rock de Liverpool, en el que contextualiza una
escena musical dentro de un área geográfica determinada, subrayando la
importancia de la cultura local en el desarrollo de las escenas La autora
atribuye además a la escena rock de Liverpool características sonoras propias
derivadas del acento de las personas de la zona y del entorno local (Cohen
1991: 241). No es el caso de la escena indie española, en la que las diversas
escenas locales apenas entraron en contacto unas con otras, más allá de una
gira itinerante llamada Noise Pop Tour 92, organizada por el sello leonés
Elefant, y que reunió a cuatro bandas de Madrid, Asturias, Cataluña y Aragón
con pocas similitudes en cuanto a estilo, sonido o influencias (Pons 1993: 65).
La escena indie española de los 90 se identifica con el adjetivo
translocal que emplean Bennet y Petterson (2004: 228-229) al describir los
tipos de escenas. La clasificación de ambos autores propone tres: local,
translocal y virtual. Descartado el concepto de escena local descrito por Cohen,
una como la española, que se genera en diversos puntos geográficos del país y
cuyas bandas, seguidores y promotores encuentran su punto de encuentro en
festivales como el Noise Pop Tour y, a partir de 1995, el FIB o Festival
Internacional de Benicàssim, se corresponde con lo que Bennett y Petterson
describen en esa categoría. En los primeros años noventa, difícilmente se
puede hablar de escena virtual cuando Internet no ha llegado, pero sí de una
escena translocal similar a la que se da en EE. UU. con la escena Riot Grrrl.
Los fanzines, aún con su distribución precaria e irregular, conectan mediante
sus artículos y entrevistas a una serie de grupos de estilos musicales dispares,
pero con una querencia común -en aquel momento inicial- por el ruido como
credo estético (Farrés 2004: 44). No queda claro si la escena indie española se
consolidó realmente o si solo fue el punto de partida de algunos grupos que se
hicieron fuertes por caminos musicales muy diferentes (Surfin’ Bichos y La

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Buena Vida, por ejemplo, con gustos e influencias completamente distintos)


pero en este artículo se habla de escena indie española porque así es como se
refirieron a ella los medios especializados y, en concreto la revista Rockdelux.
De cualquier modo, sería un error identificar la escena indie con un
género musical concreto porque el indie, “a diferencia del reggae, el rockabilly,
el heavy metal, el hard rock el jazz, el hip hop, el country o el soul, es una
etiqueta multigenérica y multiforme” (Pérez de Ziriza 2017: 8). Pablo Gil
identifica el término indie con independiente y sostiene que “música
independiente es toda aquella que se hace al margen de intereses comerciales
o de cualquier otro tipo, tal y como el grupo quiere realmente hacerla, de
manera creativa y sin ninguna intromisión” (Gil 1998: 15), lo que obviamente no
puede limitarse a un estilo concreto sino a la naturaleza heterogénea que
defiende Pérez de Ziriza. Tampoco Oakes hace distinciones entre los
conceptos indie e independiente. Considera que la cultura independiente va
más allá de un mero patrón estético, que lo independiente es una corriente
creativa que funciona en los márgenes del mainstream o mercado de masas y
que tiene sus bases en el eclecticismo, la apertura de mente y el sentimiento
de comunidad (Oakes 2009: 12-13). Por eso, el lema DIY (Do It Yourself o
hazlo tú mismo) heredado del punk británico, encaja plenamente con el anhelo
de crear mediante la autogestión, empleando para ello los propios medios y
poniendo de manifiesto un vacío en el mercado. Los músicos, escritores y
editores amateurs que trabajan al margen de la industria siguen buscando
formas nuevas de expresar su arte. Su labor se centra, como sostiene Spencer,
en el proceso en sí, no en la promesa de fama o un status de celebridad
(Spencer 2008: 11).
Por su parte, Sellers afirma que el término indie se le puede aplicar a
cualquier artista mientras se sienta independiente, al margen de que opere en
un sello pequeño o grande (Sellers 2007: 10). Similar argumento esgrime
Moore al subrayar que las subculturas del rock alternativo se han definido a sí
mismas en términos de independencia comercial y autonomía, mediante la
mencionada ética del DIY (Moore 2005: 5). No hay, en el discurso de estos
autores, validación alguna del indie como género musical.
Por otro lado, si el espíritu independiente se define por no aceptar que
se ponga en cuestión la libertad creativa del artista -por las condiciones del

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sello discográfico en el proceso de creación, grabación o difusión, por ejemplo-,


nada indica que esa libertad no exista en los grandes sellos y tampoco la
garantiza en los pequeños. David Hesmondhalgh, tras analizar los casos de los
sellos independientes británicos Rough Trade y One Little Indian, concluye que
el papel que jugaron algunas multinacionales como EMI, Sony y BMG en su
relación con estos sellos en los 80 fue de gran importancia para que pudiesen
desarrollarse como lo hicieron y dar a conocer a algunos de los grupos
puntales del indie británico. Hesmondhalgh afirma que los sellos indies no
dejan de serlo cuando se asocian a una multinacional porque entiende el
concepto de indie como una forma de enfocar el hecho artístico y la libertad del
creador. Recalca además que, pese a la imagen que el indie pueda tener –
menos burocracia, mayor contacto con la cambiante diversidad de la música en
la calle y los clubs–, las compañías indies esconden, no pocas veces,
conductas más explotadoras que las grandes (Hesmondhalgh 1999: 6).
Coincide con él Ogg, Afirma que muchos de los sellos independientes
británicos que han conservado esa imagen de independencia a través del
tiempo sobrevivieron en realidad gracias a alianzas con multinacionales (Ogg
2009: 1).
Debemos por tanto aproximarnos al concepto indie admitiendo que
alberga un componente profundamente personal y que trazar divisorias entre
sellos grandes y pequeños sirve de poco. Es obvio que el desarrollo
tecnológico alcanzado después de los citados estudios se adapta a la filosofía
DIY (Spencer 2008: 332), por lo que tampoco el indie como concepto puede
acotarse temporalmente ni tampoco dejar de tener validez hoy, cuando Internet
permite a los músicos hacerse cargo de su obra en todas las fases del proceso.
Sin embargo, la escena indie española, o lo que así se dio en llamar, sí
comporta una acotación temporal de acuerdo con el discurso de Rockdelux.
Por eso, el análisis abarca exclusivamente la década de los noventa, siguiendo
la línea apuntada por Nando Cruz, Esteve Farrés, Javier Blánquez, Juan
Manuel Freire y Pablo Gil, entre otros. Todo ellos, por otro lado, fueron
colaboradores regulares de Rockdelux.

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Corpus y metodología
El corpus de esta investigación lo componen todos los números de
Rockdelux desde enero de 1990 hasta diciembre del 2000, 121 en total.
Además, se estudian los 25 números de una revista subsidiaria de Rockdelux:
Factory. Esta revista se editó con periodicidad trimestral de 1994 a 2000 como
un apéndice para documentar una efervescencia independiente “que insinuaba
unos modos y unas actitudes vitales más acordes con las nuevas generaciones
musicales” (Carrillo 2000: 5). Rockdelux editó también una revista anual
llamada Dancedelux dedicada a la música electrónica y que se publicó de 1996
a 2006. No se ha tomado en consideración esta revista por lo específico de su
contenido.
La investigación que se presenta en este artículo pretende dilucidar si
la revista analizada, Rockdelux mantuvo en la década de los 90 un discurso
centrado en la escena indie española como asunto, y de qué modo acudió al
término indie en sus artículos a través de la década. Para ello, la metodología
empleada ha sido el seguimiento del término en las revistas seleccionadas. Se
han elegido para el análisis los editoriales, entrevistas, reportajes y resúmenes
anuales de las dos revistas estudiadas, además de portadas. El estudio se ha
completado mediante entrevistas personales a sus autores para contextualizar
lo que en su día se presentó como texto impreso.
Rockdelux se confecciona mediante los textos de sus redactores y
colaboradores, que pueden llegar a sumar cien en cada número. Esto obliga a
establecer unos criterios de selección. Se ha elegido a los autores por su cargo
de responsabilidad y por la cantidad de textos publicados en las dos cabeceras.
Esta discriminación nos lleva a elegir siete autores. Los cuatro primeros son:
Santi Carrillo (director de Rockdelux desde 1987 hasta hoy) y Juan Cervera
(redactor jefe de Rockdelux desde 1987 hasta hoy), Xavier Cervantes (jefe de
redacción de Factory de 1996 a 2000), y Nando Cruz (coordinador de
redacción de Rockdelux de 1994 a 1995 y de Factory de 1995 a 1996). A ellos
se suman otros tres autores que no ocuparon cargos de responsabilidad, pero
publicaron gran cantidad de textos de una página o más en Rockdelux y
Factory, además de editoriales: Jesús Llorente, Gerardo Sanz y Félix Suárez.
En cuanto a los editoriales, algunos de ellos van sin firma, pero las entrevistas
personales aclaran que es el redactor jefe quien los escribe en esos casos. Por

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tanto, en los escritos de los siete autores elegidos se condensa el discurso de


Rockdelux sobre la música de su tiempo.
Se ha tomado la decisión de no diseccionar el análisis en apartados. El
análisis de un texto lleva con frecuencia a otros que permiten comprender y
contextualizar mejor el anterior. Así, al profundizar en el contenido de un titular
de portada, un editorial o un resumen anual, se ha optado por incorporar
aquellos textos que aludan al mismo asunto y permitan comprender mejor el
discurso. Los cuadros que se muestran a continuación presentan los textos
seleccionados.

Ilustración 1: Resúmenes anuales. Fuente propia.

Ilustración 2: Editoriales. Fuente propia.

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Ilustración 3: Entrevistas y reportajes. Fuente propia.

Análisis
En Rockdelux, la portada se compone de la imagen de un artista
alrededor de la cual se sobreimpresiona el titular principal, haciéndole
referencia, y también otros titulares de menor tamaño a modo de sumario. La
palabra indie no aparece más que dos veces en el titular de portada en el
periodo estudiado, ambas en 1995. En el número 117 (marzo), la entrevista al
grupo Belly se anuncia así: “Cuando ruge la marabunta indie…” En octubre de
1995 (número 123) la portada anuncia un reportaje sobre festivales británicos.
El titular es Festivales “indies” [sic], En el interior se mantienen las comillas. En
el número 101 (octubre de 1993). La frase Informe de festivales alternativos
anuncia un reportaje interior sobre los festivales británicos de Reading,
Glastonbury y Phoenix. El reportaje se titula así: “Confusión alternativa,

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Indieland live!”. Será la primera de las menciones en Rockdelux a la cuestión


indie como algo basado en la fantasía o la ensoñación.
Sin dejar a un lado las portadas de Rockdelux, las palabras indie e
independiente sí aparecen en titulares secundarios de algunas portadas,
anunciando reportajes en el interior. El primer caso es de 1993 (nº 102,
noviembre). El informe sobre el festival Barcelona Acció Musical se anuncia
mediante la frase El festival de la independencia. Un año después, el número
112 (octubre de 1994) denota la distancia crítica de la revista respecto al
concepto indie. Un amplio reportaje sobre los festivales británicos de Reading y
Phoenix se anuncia con la palabra indie-gestión. El interior confirma esta visión
negativa de los festivales bandera de la independencia musical británica.

Mucho humo, sí. Pero no lo bastante espeso para esconder la medianía de una
programación escasamente resolutiva trufada, principalmente en el stage Melody
Maker, de nuevas promesas que no lo son ni siquiera en potencia (Sanz 1994d: 11).

Como veremos, 1994 es un año de importancia en el discurso de


Rockdelux acerca del indie. El editorial más duro con la escena nacional –“La
hoguera de las vanidades”, de Xavier Cervantes- se publica en ese mismo
número 112, también la una ácida reseña a cargo del mismo autor del disco del
grupo valenciano Los Canadienses (Los Canadienses, Subterfuge 1994), en la
que Cervantes propone al oyente “poner en marcha el detector de plagios”
(Cervantes 1994b: 54).
Durante 1995 no aparece el término indie en las portadas de
Rockdelux. Vuelve a hacerlo en marzo de 1996 (número 128), pero como parte
de una campaña publicitaria. Hasta marzo de 1998 Rockdelux prescinde casi
completamente de texto en portada, solo sobreimpresiona la relación de
artistas de los que se habla en cada número. En mayo de 1998 (número 152),
la revista comienza a narrar en pasado la historia del indie español con un
reportaje distribuido en tres números: La edad del indie. Se volverá a esta pieza
más adelante. Se anuncia en portada de los números 152, 153 y 154. El
primero de ellos (número 152, mayo), incorpora la frase La gira Noise Pop 92
mencionando el evento que Rockdelux, como veremos, considera fundacional
de la escena.

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En 1999 Rockdelux hace un compendio de lo sucedido en la década.


La serie Agitando los 90 se distribuye a lo largo de diez números de ese año y
se compone de diez reportajes de Gerardo Sanz, Luis Lles y Nando Cruz
dedicadas a la música electrónica, al hip hop, al indie rock y a la world music.
Por otra parte, en diciembre, el capítulo correspondiente se detiene en la
historia del sello discográfico madrileño Subterfuge, cosa que se adelanta en
portada con la frase “Subterfuge, una década de memoria independiente”. Será
la última vez que la palabra indie o independiente aparezca en la portada de
Rockdelux en el tiempo fijado. Y no lo hará hasta muy recientemente: en el
número 364 (septiembre de 2017) David Saavedra encabeza así su entrevista
a The National: “…uno de los grupos de referencia en el indie rock del presente
siglo” (Saavedra 2017: 10). La frase denota que el término vuelve a tener
significado para la revista, tras años desparecida -desde 1999-, debido al
“hartazgo que producía su sobreexposición en otros medios” (entrevista a Juan
Cervera 2013a). Fueron muchos los artistas en portada de Rockdelux que
operaban en sellos independientes, como Yo La Tengo, Dinosaur Jr., Christina
Rosenvinge, Chucho, La Buena Vida, Fugazi, Tortoise, Migala, Astrud,
Devendra Banhart, Refree y Nacho Vegas, pero no acompañados del término
indie.
En cuanto a Factory, la revista asociada presenta una portada similar.
Se compone de una fotografía sobre la que se coloca un titular alusivo. Al lado
de la imagen aparece en un faldón vertical la relación de asuntos tratados. La
palabra indie no aparece nunca en portada, sí lo hace independiente, pero en
casos aislados. El nº 3 de (julio de 1994), incorpora la palabra independiente a
la portada, aunque alude al cine. En el nº 18 (abril de 1998) un informe sobre
los sellos Dischord y Wurlitzer Jukebox se anuncia así: “independencia sin
mancha”. Se repite el término en el número siguiente (nº 19, julio) que anuncia
en portada un reportaje sobre el sello Munster Records con la frase “15 años
de independencia discográfica”. El nº 25 y último de Factory (enero de 2000) es
un especial que resume los noventa y lista lo más relevante. Incluye un
cuestionario a 35 protagonistas de la escena independiente española, desde
responsable de sellos y salas hasta músicos y profesionales de los medios. La
pieza se anuncia así: “La opinión de los protagonistas de una década: lo mejor
y peor según la escena independiente”. El interior refrenda el discurso según el

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cual la escena independiente española pertenece a una década y desparece


con ella.
Cronológicamente, son los resúmenes anuales de Rockdelux los
primeros que dan muestra de la búsqueda de nuevos horizontes musicales. En
los textos recogidos en los primeros noventa hay alusiones a la vejez en un
sentido negativo; expresiones como dinosaurio, fósil y jurásico aparecen con
frecuencia al hacer referencia a los artistas que habían dominado
musicalmente los 80 y que la revista ya no considera válidos. Rockdelux
emprende los 90 haciendo un amplio resumen de la década anterior de (“Los
80 en 50 discos”, abril de 1990) y colocando el disco Blues de la frontera de
Pata Negra (Nuevos Medios, 1988) en lo más alto. Para entonces, la revista se
había mostrado identificada con la pujante independencia británica
norteamericana y norteamericana, representada por The Smiths, R.E.M. y
Pixies, y había tratado con dureza a algunos de los artistas dominantes en los
grandes mercados. También había tratado en sus editoriales la industria
musical en España, con reflexiones sobre fusiones entre sellos. La cabecera
manifiesta su atención hacia la música negra, el hip hop y la world music, sin
dejar de lado el flamenco, como constata el especial resumen de los 80. En
enero de 1990, el resumen anual se titula “Black power & tercera edad”, y es
elocuente sobre el panorama musical español: “…el pop rock nacional está
renqueante: demasiados esquemas establecidos” (Cervera 1990: 4).
Comenzada la nueva década, la incorporación de nuevos colaboradores
contribuye a que Rockdelux pueda orientar su foco, además, a una embrionaria
escena descentralizada que se va gestando en España y que no tiene nombre
identificativo. Se llamará indie tiempo después. Destaca en estos grupos la falta
de reconocimiento hacia los artistas consolidados, en sintonía con la revista. Su
amateurismo, lejos de ser un defecto, es un soplo de aire fresco para la revista
frente a lo que considera “cada vez más formal, cómodo, previsible y poco
rebelde” (Cervera 1991: 4) en la música española.
En 1990 (nº 67, septiembre) se publica la primera entrevista con uno de
los grupos fundacionales (lo dirá Rockdelux años más tarde) de la escena
indie: Surfin’ Bichos. El periodista define la música de la banda como “el rock
con más nervio que se manufactura en España” (Fernández 1990: 9), y. Su
disco La luz en tus entrañas lo edita Subterfuge. La presencia de artistas

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vinculados a sellos independientes como éste aumenta a lo largo de los


próximos años.
En 1991 llega la primera entrevista a Penelope Trip. El asturiano será
considerado en Rockdelux el principio y el fin de la escena indie en España,
aunque en 1991 no haya tal nombre. José A. Pérez destaca las “guitarras
ruidosas y melodías naifs. Tiene la malicia de lo primerizo y sabe a Velvet 2 y a
Jesus & Mary Chain (Pérez 1991: 9). Terminado el año, el resumen aúpa a los
vascos Negu Gorriak a lo más alto de la lista y se subraya, siguiendo la línea
del año anterior, que “los grandes del rock nacional están prácticamente en la
últimas” (Cervera 1992: 4). Es, además, el año en que se arranca el festival
Noise Pop 92 en la sala Garatge de Barcelona. El evento reúne a cuatro
bandas: El Regalo de Silvia, Usura, Penelope Trip y Bach Is Dead. La crónica
de Gerardo Sanz aplaude la iniciativa del sello independiente leonés Elefant y
considera que los grupos participantes “orean el ataúd de la escena rock
nacional” (Sanz 1993a: 3). Aún no se utiliza la palabra escena para referirse a
lo que está empezando a gestarse, tampoco indie. El redactor valora la
propuesta escénica de los cuatro grupos, aun admitiendo carencias de
instrumentales y vocales, y aplaude la querencia que muestran por The Velvet
Underground y Joy Division.
Será el propio Sanz quien, en junio, escriba lo que en su opinión aporta
la hornada de nuevos grupos que cataloga dentro de lo que él llama Spanish
Sonic Noise, título del editorial: “La gira Noise Pop 92, refrendó la (previsible)
conversión del rock mainstream nacional en un parque jurásico que alberga
fosilizados a (casi) todos los especímenes alumbrados por Ia Movida. Y sirvió
de acicate para la agitación independiente, que promete ser -al fin- uno de los
ítems distintivos en futuros análisis de la década en curso” (Sanz 1993b: 3). La
etiqueta comienza a tener forma, asumido que el concepto de ruido o noise es
parte de aquello en lo que la revista cree capaz de renovar la música en
España y que mainstream, concepto asociado al mercado de masas, es algo a
lo que es bueno enfrentarse. A la hora de resumir 1992, el concierto Noise Pop
92 será el más destacado del año. La apertura del reportaje hace referencia al
envejecimiento del mercado y pone en valor a los grupos jóvenes pese a su

2 The Velvet Underground

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falta de experiencia. Es este reportaje el que incorpora por primera vez el


concepto de indie en la música española: “…son Penelope Trip los que se
ponen a la cabeza del recién estrenado indie rock nacional […] unos jóvenes
que, luchando contra su amateurismo […] han sido los tres mejores de un año
que entierra definitivamente el rock mainstream de los dinosaurios surgidos de
la movida” (Cervera 1993: 4). La metáfora vuelve a estar presente un año
después, en enero de 1994: “Cuando los dinosaurios -del pop estatal-
dominaban la tierra, el acné ruidista de una nueva generación larvaba […] una
alternativa que, a pesar de mimetismos y referencias excesivamente evidentes,
ya ha dado muestras de una entidad incuestionable” (Cervera 1994: 3).
Interesante, llegados a este punto, la primera objeción que aparece
sobre los grupos que conforman la escena: el mimetismo y lo evidente de las
referencias. En menos de un año (octubre de 1994) serán esos los males que
Rockdelux no perdonará en unos textos de particular dureza, pero comenzando
el año se perdonan todavía. En cuanto al ruido, la entradilla lo asocia al acné,
es decir, a la adolescencia. El “acné ruidista”, que en enero de 1994 se ve
como el motor de una necesaria renovación, no será considerada de forma tan
positiva solo unos meses después. Gerardo Sanz, entusiasta con la escena
hasta poco antes, presenta así en Factory al grupo Paperhouse: “en castellano
y mucho más lento, más personal, más intimista, más… maduro. El inglés y el
ruido se van” (Sanz 1994c: 52). Participan de su opinión los músicos
entrevistados: “¿por qué tanto ruido si se pueden hacer canciones preciosas
sin pisar el pedal3 como un poseso?”. Es octubre de 1994, momento, como se
ha explicado, en el que El País y su suplemento El País de las Tentaciones
comienzan a dedicar espacio al indie nacional.
Pese a que Rockdelux mantiene su confianza en algunos de los grupos
que había apoyado, especialmente Penelope Trip, 1994 recibe los textos con
mayor carga crítica hacia la escena, a la que se empieza a referir empleando
entrecomillados. Es de nuevo Gerardo Sanz quien, en el editorial del nº 109,
comienza a mostrar un manifiesto escepticismo hacia la escena: “…cada vez
que uno se encuentra con algún actante de la "escena" -término correcto, una
de sus acepciones señala: manifestación en que se descubre algo de

3 De distorsión

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aparatoso, teatral y, a veces, fingido…” (Sanz 1994a: 3). En el número 112


llega el editorial de Xavier Cervantes que más crítico se muestra con el asunto.
En “La hoguera de las vanidades”, el redactor advierte a los grupos de que el
apoyo de la revista no es incondicional: “El mimetismo es el peor mal de la
independencia noisera española […] el gran problema sigue siendo el mismo:
el plagio como modus operandi […] se acabó la condescendencia…”
(Cervantes 1994a: 3). Un año después, Nando Cruz entrevista a los andaluces
Lagartija Nick. Eric Jiménez arremete contra la imagen idílica de los sellos
independientes: “A mí quien más me ha robado durante toda mi carrera han
sido las independientes; no me han dicho que existían derechos editoriales ni
derechos de autor” (Jiménez en Cruz 1995a: 32).
Otra cuestión de importancia en el relato de Rockdelux sobre la escena
indie española es la falta de ambición que detecta en los grupos. Cuando
Esteve Farrés entrevista en 1995 al grupo Syba en Factory les afea ensayar
“muy de tarde en tarde” y “no haberse movido para buscar un contrato” (Farrés
1995: 54). El grupo había sido la revelación del concurso de maquetas
Rockdelux, por lo que la revista muestra su decepción. En 1996, el director lo
expresa en su editorial de septiembre:

extintos casi por completo los últimos de los grandes nombres de la movida
madrileña […] tristemente no ha existido un recambio optimizante que
trascienda más allá de unas pretensiones amateurs o caseras. Es cierto
que hubo una ligera conmoción con la escena indie, pero, curiosamente, las
propias aspiraciones –o limitaciones– de estos grupos parecen tan efímeras
como caprichosas: unos años de rock’n’roll y después a ejercer de
abogados, notarios o lo que les toque por tradición familiar. Y así no parece
posible dar el salto (Carrillo 1996: 19).

La de Santi Carrillo es una reflexión sobre el papel de Rockdelux en los


90 como indiscutible impulsor de la escena indie española. Su concurso de
maquetas fue el modo de que grupos emblemáticos de tal escena como Los
Planetas, Nosoträsh o Penelope Trip tuviesen visibilidad. Pero, mediada la
década, se advierte un disgusto por ese “medio estrellato con el que la última
escena de grupos españoles parece contentarse”. Aquello por lo que apostó
Rockdelux como relevo de los 80 muestra la misma desidia que se advertía en

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aquellos. Los grupos emergentes a principios de los 90 y que, tras


consolidarse, firman contrato con discográficas grandes reciben las
felicitaciones de la revista. Lo suscribe Cervantes en el nº 127 (1996), en el que
defiende que El Niño Gusano y Penelope Trip vayan a firmar con RCA: “Antes
de levantar la voz en defensa de la integridad independiente para condenar a
quienes han claudicado ante el perfume del papel bancario…” (Cervantes
1997: 33). El redactor no hace sino reforzar una línea de pensamiento que ya
se había plasmado antes. La independencia no se pone en compromiso por
tener mejores vías de promoción y distribución. En ese mismo número 127 se
había llevado a portada a Los Planetas, un grupo que, desde que quedó en
segundo lugar en el concurso de maquetas de 1993, siempre había contado
con reseñas positivas por parte de la revista. Es precisamente Cervantes quien
destaca el salto que el grupo ha dado sin mermar por ello el interés que la
revista transmite por su música:

Fueron casi los primeros en brincar de la lista maquetera a los papeles con
membrete multinacional. Dieron un saltito, apenas impulsados por la inercia
morbosa de unos estribillos, y ahora ya les preparan un trampolín para que
Alejandro Sanz no se sienta tan solo en la cima. Pero que no tiemble el
valle de las maravillas : los de Granada siguen sudando la camiseta a rayas
(Cervantes 1996: 4).

1997 comienza con un diagnóstico pesimista en el resumen anual.


Xavier Cervantes firma “Y nos crecieron los enanos”. Emplea la metáfora que
usó Gerardo Sanz en 1993 cuando, deslumbrado por el concierto Noise Pop
92, esperaba que la nueva hornada de grupos hiciera que “al inmovilista circo
del establishment nacional le crezcan (y mucho) los enanos” (Sanz 1993a: 3).
Cervantes certifica, cuatro años más tarde, que la escena no ha dado tanto
como esperaba: “No es que la carpa del circo independiente se haya
desplomado sobre nuestras cabezas, pero el paso del tiempo ha hecho de las
suyas…” (Cervantes 1997: 33). El redactor deposita sus esperanzas en el
grupo asturiano Manta Ray, el único “con suficiente enjundia como para
trascender más allá del corralillo hispano”, y se lamenta de que grupos muy
defendidos en Rockdelux no tengan “ambición ni ganas de trascender,
dedicarse a la música no es más que un entretenimiento para hacer más

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llevadera la post-adolescencia”. En lo positivo, Cervantes menciona lo que


parece anticipar un renacer del hip hop en España, lo que se confirmará en
años posteriores con la amplia cobertura que dará la revista al género.
Además, ya está en circulación -desde 1996- la revista anual Dancedelux, que
Rockdelux edita con una mirada decidida hacia la pujante música electrónica.
Si la irrupción de Penelope Trip había sido considerado en Rockdelux
el comienzo de la escena indie en España, su disolución en 1997 comporta el
final4. Muchos textos de Rockdelux y Factory transmiten esta idea, a la que
contribuye otro hecho: el éxito masivo que logra Dover, un grupo del sello
Subterfuge, que vende 500.000 copias de su segundo disco, Devil Came To
Me. El grupo madrileño no es bien tratado en Rockdelux. Su querencia por el
hard rock clásico norteamericano -género prácticamente inexistente en la
revista- hace a su música ser calificada de “rock garrulo” por Joan Pons quien,
en su resumen de enero de 1998, se refiere a la banda como “un grupo,
digamos, alternativo” (Pons 1998: 54). Pons, que participa de la lectura de
Cervantes un año antes, se refiere al asunto Penelope Trip como “la disolución
más llorada de la temporada”, tras la que vaticina que “los horizontes del rock
alternativo estatal (popularidad, ventas, continuidad…) siguen siendo inciertos”.
El diagnóstico sobre una escena terminada toma cuerpo en Rockdelux
en 1998. La revista edita un extenso reportaje titulado “La edad del indie” en
tres partes (números 152, 153 y 154) que reúne veinte textos de sus principales
colaboradores: Gerardo Sanz, Xavier Cervantes, Nando Cruz, Joan Pons,
Ricardo Aldarondo, Anna Ramos, Esteve Farrés, Jesús Llorente, Ramón Llubià
y Marc Llorens, a los que se suma Luis Calvo, fundador del sello Elefant.
Añade Xavier Cervantes al conjunto un detallado repaso cronológico a lo que
ha dado de sí la escena indie española desde 1992 -sitúa el comienzo en la
edición del disco Politomanía de Penelope Trip- hasta ese momento, verano de
1998. Del reportaje se desprende con claridad que la escena indie española es
algo terminado. Los textos centran su atención en aspectos como la falta de
magnetismo de los grupos (Llorente 1998: 51) y rasgos estilísticos obsoletos
como el ruidismo y el inglés (Farrés 1998: 50). La apertura de la serie de
reportajes es elocuente. Sanz habla de “los restos del naufragio”.

4 Penelope Trip fue el último grupo participante en el concierto Noise Pop 92 que en
disolverse.

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¿Dónde estabas tú en el 92? […] la primera añada significativa de lo que no


tardamos en identificar como revuelta indie. Casi seis años después, es
hora de recapitular, de rescatar los restos del naufragio (Sanz 1998: 50).

Lo que había tenido su kilómetro cero en el festival Noise Pop 92


terminaba con un compendio de los momentos importantes y un censo de
grupos y sellos. En los textos, la palabra indie no se utiliza o se utiliza con
carácter humorístico.
Había sucedido antes: en el número 113, de noviembre de 1994, el
reportaje acerca de la música independiente en España se anuncia así en la
portada: “Diccionario de indie estatal, todo a cien”. El discurso de Rockdelux
sobre un indie nacional termina en el momento en que los responsables de la
revista dejan de publicar Factory, orientada a esas formas musicales en su día
novedosas. Factory, que no esconde en su nombre el homenaje a uno de los
sellos principales de la música independiente británica, Factory Records, deja
de editarse en abril del 2000. Los argumentos de Santi Carrillo al explicar por
qué que Factory deja de salir a la calle apuntan a una escena independiente
nacional terminada.

Ha llegado el momento de hacer oficial el adiós de la revista. ¿Los motivos?


[…] la certeza de que aquel boom indie pasó definitivamente a mejor vida
(Carrillo 2000: 5).

El reportaje “La edad del indie” se completa con una lista de los 20
mejores discos de dicha escena presentados por fecha de publicación y una
relación de las 50 mejores canciones del indie nacional, ordenadas por orden
alfabético de los artistas. Ambas permiten hacerse una idea de cuáles eran los
grupos y sellos que Rockdelux censaba como relevantes en la escena que
daba por terminada.

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Ilustración 4: Los mejores discos de la edad del indie (1998). Fuente propia.

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Ilustración 5: 50 canciones de la edad del indie (1998). Fuente propia.

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Conclusiones
Tras un repaso detallado a diez años de edición, el análisis arroja
algunas conclusiones que aquí se condensan. Rockdelux es una revista nacida
del deseo de promover un periodismo musical de calidad y profesionalizado en
España con su antecesora Vibraciones como referente. Incorpora a sus
contenidos, además de entrevistas y reportajes a las estrellas del pop y rock
internacionales, miradas a escenas locales consolidadas como la del flamenco
o embrionarias en nuestro país, como el hip hop y la electrónica. Al filo de la
década de los 90, un indiscutible anhelo de ir por delante como revista crítica le
lleva a considerar a los artistas de los 80 caducos y sus fórmulas agotadas, y a
buscarles un relevo en músicos jóvenes que no cuentan para las grandes
discográficas ni los medios masivos. Arremete con dureza contra lo que
representan los 80, a diferencia de su inmediata antecesora Rock Espezial, al
tiempo que celebra e impulsa la llegada de bandas nuevas que no los tienen
entre sus referentes. Sin dejar de dedicar espacio a la música negra y de baile
ni a la world music, se especializa en los grupos y sellos que proponen formas
diferentes a las tradicionales de hacer música. Muestran escasa pericia
instrumental, pero tienen formas diferentes de componer, tocar y grabar, lo que
hace a Rockdelux albergar esperanzas de un relevo generacional en la música
española. Manifiesta su apoyo a estas bandas y sellos que comienzan a formar
una escena descentralizada. Sin embargo, en el intervalo de dos años (1992-
1994) la esperanza se diluye por la falta de ambición algunos de los nuevos
grupos, su escaso interés en contar historias en sus canciones y un parecido
demasiado grande con la forma, que no el fondo, de los artistas extranjeros a
los que admiran.
Rockdelux, que no ha dejado de incluir en sus páginas información
sobre una gran diversidad de música, pierde paulatinamente interés en la
mayoría de aquellos grupos que parecían aventurar un cambio relevante en la
música pop nacional y muestra su decepción. Al tiempo que incluso los medios
generalistas muestran su interés en lo que llaman indie, la revista se desmarca
de ello y dedica espacio a relatar en tiempo pasado el principio y fin de tal
escena, que sitúa entre 1992 y 1997. Cercano otro cambio de década -y de
siglo- las miras de la revista irán en direcciones ya transitadas, como la música
electrónica, cuyo espacio amplía en sus páginas, sin dejar de seguir la

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trayectoria de los escasos artistas de la escena independiente española que a


su juicio superan la exigente prueba del tiempo.

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Dossier “Las músicas populares y el periodismo:


Ejemplos desde España, Portugal y Brasil”

DATOS DE LOS AUTORES

Mariana Calado é Doutoranda em Ciências Musicais Históricas, da FCSH-UNL, com um


projecto de investigação que incide no estudo das problemáticas e poderes da crítica
musical na imprensa periódica portuguesa entre 1919 e 1945. Realizou mestrado na mesma
faculdade com a tese “Francine Benoît e a cultura musical em Portugal: estudo das críticas e
crónicas publicadas entre 1920’s e 1950” (2011). É bolseira de doutoramento da FCT
(referência SFRH/BD/112598/2015).

Hugo Castro é Licenciado em Antropologia pela FCTUC (2006) e Mestre em Ciências


Musicais – variante de Etnomusicologia pela FCSH-UNL (2012), com uma dissertação que
abordou a produção fonográfica da canção de protesto em Portugal nas décadas de 1960 e
1970. Atualmente é bolseiro no terceiro ano do Programa de Doutoramento FCT “Música
Como Cultura e Cognição” no INET-md da FCSH/NOVA, onde desenvolve trabalho de
pesquisa sobre os temas da música, revolução e política em Portugal no contexto da
Revolução dos Cravos.

Héctor Fouce es profesor en el departamento de Periodismo y Nuevos Medios de la


Universidad Complutense de Madrid. Es Doctor en Periodismo y Master en Propiedad
Intelectual. Ha sido crítico musical en LaNetro.com y catedrático de etnomusicología en el
Conservatorio Superior de Música de Aragón. Ha hecho estancias de investigación y
docencia en las universidades de Colorado State (EEUU), Cambridge (Reino Unido), Urbino
(Italia) y Roskilde (Dinamarca). Entre sus trabajos destacan los libros El futuro ya está aquí
(Velecío, 2007) y Made in Spain: studies in popular music (Routledge, 2013).

Cleber Sberni Junior é doutor em História e Cultura Social (2011 – 2015) pela Universidade
Estadual Paulista Júlio de Mesquita Filho (UNESP-Franca/ Brasil) com a tese Imprensa e
música no Brasil: Rock, MPB e contracultura no periódico Rolling Stone – 1972.

Luã Ferreira Leal é Doutorando no Programa de Pós-Graduação em Sociologia no


IFCH/Unicamp e mestre pela mesma instituição. A dissertação “Compassos e descompassos:
a música popular e o tempo da tradição”, financiada pela Capes, aborda a dupla vinculação
de José Ramos Tinhorão, Ary Vasconcelos e Sérgio Cabral como críticos de música e
historiadores não acadêmicos. Desde 2015, realizo a pesquisa de doutorado intitulada “O
'popular' na pauta da Academia Brasileira de Música”, financiada pela Fapesp.

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Asier Leoz Aizpuru nació en Bilbao en 1970 y es profesor e investigador en la Universidad de


Deusto en San Sebastián, donde se doctoró en 2015. Está adscrito al departamento de
Comunicación de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Deusto y está especializado
en radio, medio en el que es colabora desde 1995 de la mano del grupo EITB, y en el que
centra su labor docente e investigadora.

Sofia Vieira Lopes é investigadora e doutoranda em Etnomusicologia no INET-md, na FCSH-


NOVA, com um projecto financiado pela FCT: "Em Playback" - o Festival RTP da Canção e a
produção musical em Portugal (1964-2014). É licenciada e Mestre em Ciências Musicais –
Etnomusicologia (FCSH-NOVA), com a dissertação: "Duas horas vivas numa TV morta": Zip-
Zip, Música e Televisão no preâmbulo da democracia em Portugal. Foi bolseira da FCT (BII) no
INET-md, no projecto A indústria fonográfica em Portugal no Séc. XX. Desenvolve trabalho de
investigação em torno do Festival RTP da Canção, Música e Media e Indústrias musicais.
Destacam-se as publicações: Pistola e Lopes, 2013; Vieira Lopes, 2016; Vieira Lopes, 2015 e
2015a. Leccionou História da Música, Formação Musical, Classe de Conjunto e integrou a
Direcção Pedagógica em diversos Conservatórios.

Zósimo López Pena es profesor en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).


Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Santiago de Compostela. Doctor en
Comunicación e Industrias Creativas por la Universidad de Santiago de Compostela. Su línea
de investigación se centra en la industria de la música en directo en Galicia y su
comunicación. Participa en la "Rede GALABRA de Estudos na Cultura" como colaborador
externo https://redegalabra.org/

Pedro Nunes es doctor en Film and Media Studies por la Universidad de Stirling. Ha sido
profesor del departamento de Ciências Sociais e de Gestão de la Universidade Aberta y
profesor adjunto de la Escola Superior de Artes e Design de Caldas da Raínha, Instituto
Politécnico de Leiria. Actualmente es investigador integrado del Instituto de
Etnomusicologia de la FCSH-UNL desde 2006. Ha investigado y publicado sobre periodismo y
crítica musical, la industria discográfica en Portugal y sobre culturas y movimientos juveniles.

João Ricardo Pinto é Doutorando em Ciências Musicais (etnomusicologia) na Faculdade de


Ciências Sociais e Humanas – Universidade Nova de Lisboa (dissertação: A produção musical
nos primórdios da televisão em Portugal: 1956-1964); desde 2004 mestre em Ciências
Musicais (etnomusicologia) pela mesma instituição (dissertação: Marchas Populares de
Lisboa: a performação musical na identidade bairrista); desta investigação surgiu a
publicação “A vertente musical nas Marchas Populares de Lisboa” na revista cumpliCIDADE
(2007); bolseiro de doutoramento pela Fundação para a Ciência e Tecnologia (FCT) e
Investigador Colaborador do Instituto de Etnomusicologia - Centro de Estudos em Música e
Dança (INET-MD).

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Fernán del Val es doctor en Sociología (UCM), y es autor del libro Rockeros insurgentes,
modernos complacientes: un análisis sociológico del rock en la Transición (1975-1985)
Actualmente es investigador postdoctoral en la Universidad de Porto (Portugal). Sus
investigaciones y publicaciones giran en torno a cuestiones como las músicas populares, la
juventud, la crítica musical y la política. Participa en diversas sociedades académicas, siendo
actualmente presidente de la rama española de la IASPM (International Association for the
Study of Popular Music) y vocal de la SIBE (Sociedad de Etnomusicología).

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