La Noción de Género en La Lingüística Sistémico Funcional y en La Lingüística Textual
La Noción de Género en La Lingüística Sistémico Funcional y en La Lingüística Textual
La Noción de Género en La Lingüística Sistémico Funcional y en La Lingüística Textual
LINGÜÍSTICA
Guiomar Ciapuscio
Argentina
Resumen
This article presents a general critical review of the concept of genre in two
contemporary perspectives
in linguistics characterized by their theoretical and empirical contributions to the field:
Systemic Functional Linguistics and Text Linguistics. The concept of genre is
fundamental to current linguistics, while it also represents an important challenge to
diverse theoretical perspectives due to its intrinsically complex nature. Even if the
different theoretical frameworks discuss the issue of genre, it is rare to find an
"interschool dialogue" that would draw distinctions, make comparisons and arrive to
conclusions that may enlarge our knowledge in this field. The paper is divided in two
sections: the first compares and summarizes the main coincidences and differences
referred to epistemological origins and general theoretical principles of Systemic
Functional Linguistics and Text Linguistics. The second explores the concept of genre in
both, based on the analysis of representative examples. The main purpose of this
comparison is to advance some conclusions that may illuminate the theoretical and
empirical elements privileged by both schools, and to attempt an explanation of the
reasons that guide such preferences.
Key Words: Genre, text typologies, systemic functional linguistics, textual linguistics.
INTRODUCCIÓN
"The theory on which this description is based, systemic theory, follows in the
European functional tradition. It is largely based on Firth´s system–structure
theory, but derives more abstract principles from Hjelmslev and owes many
ideas to the Prague school. The organizing concept is that of the ‘system’,
which is used essentially in Firth´s sense of a functional paradigm but
developed into the formal construct of a ‘system network’" (Halliday, 1994:
xxvi).
Las lenguas son conjuntos de opciones para construir significados y acciones. Este
postulado básico es compartido y tematizado por ambas orientaciones, aunque con
diferentes acentos. Halliday (1994) lo presenta, en primer término, como un rasgo
caracterizador del sistema:
2. La noción de género
He anticipado que la preocupación por la temática del género ingresa en las dos
corrientes en distintos momentos de su evolución. Si bien en los antecedentes de la
LSF pueden encontrarse trabajos pioneros sobre el tema (Mitchell, 1975), los
desarrollos que pueden ubicarse en la LSF como teoría consolidada son los trabajos de
Hasan (1984, 1989), Ventola (1987), Threadgold (1989), entre muchos otros. La
inclusión de este concepto generó discusiones interesantes en el seno de la escuela,
especialmente en relación con la categoría del registro; sin embargo, desde la
publicación de Martin (1992), en que se incluyeron comentarios críticos a las
propuestas de Hasan, el tema fue adquiriendo una centralidad creciente, al punto
de convertirse, primero, en uno de las principales controversias internas y, luego, en
parte principal de lo que se presenta como una nueva teoría (la Teoría del Registro y
del Género, R>, en el marco de la Escuela de Sydney). En la LT, en cambio, la
preocupación por definir los géneros y construir sistemas de ordenamiento de los
mismos –tipologías– fue un aspecto central y constitutivo desde los inicios de la
disciplina: el anhelo de definir los tipos de textos (Ciapuscio, 1994, 2003) se consideró
indisolublemente unido a la tarea de desentrañar la naturaleza del objeto –el texto–.
De modo que el número de trabajos y la variedad de enfoques es significativamente
mayor en esta línea que en LSF.
Dada la imposibilidad de ofrecer un tratamiento exhaustivo del tema y a fin de brindar
cierta penetración en la concepción de género de la LSF y la LT, focalizaré la exposición
en una vertiente "clásica" y una "innovadora" en cada una de las dos corrientes.
Para presentar las contribuciones de la LSF a los estudios lingüísticos sobre géneros, es
preciso introducir de manera más detallada algunos aspectos de la teoría de base, en
la cual se sustentan –con mayor o menor fidelidad– las dos líneas que he
seleccionado dentro de esta escuela, debido a la relevancia de sus aportes a la
temática: la propuesta formulada por Hasan, centrada en el "Potencial de Estructura
Genérica", y la "Escuela de Sydney" que plantea una reformulación importante del
modelo de contexto.
Como es sabido, la propuesta de Halliday (1989, 1994) supone una correlación
esencial entre la organización lingüística y los aspectos contextuales: para este autor
las opciones de significado que configuran el sistema lingüístico se organizan en tres
componentes principales que denomina metafunciones. Se trata del componente
ideacional (representación de la realidad), interpersonal (formas representacionales
de la relación entre los interactuantes) y el textual (que regula la organización de los
significados ideacionales e interaccionales en el texto). Este modelo del lenguaje o del
texto se relaciona de manera "natural" con la organización del contexto de situación.
Para Halliday (1989) existe una relación sistemática entre las categorías de la situación
y las del sistema semántico: en términos generales el campo está reflejado en los
significados experienciales del significado del texto, el tenor en los significados
interpersonales y el modo en los significados textuales. Una noción adicional
es esencial en la teoría y ha dado lugar a ciertos desacuerdos entre seguidores de esta
escuela: la noción de registro8. Si bien hay desplazamientos desde las formulaciones
iniciales, incluyo a continuación una caracterización que refleja la concepción actual:
Para Halliday la noción de registro permite dar cuenta de la relación entre los textos y
los procesos sociales: se trata de un concepto semiótico de orden superior que
subsume el de género. Según afirma Leckie–Tarry (1993: 30):
"He (Halliday) employs "genre" in a more limited sense, in the sense which
has been common in literary discussions in the past. He sees "generic
structure" not as the embodiment of the text as social process, but as a
single characteristic of a text, its organizational structure, "outside the
linguistic system". It is one of three factors, generic structure,
textual structure and cohesion, which distinguish text from non text, and as
such can be brought within the general framework of the concept of register
(Halliday, 1978: 145). (...) In other words, for Halliday, genre is a lower
order semiotic concept: register the higher order semiotic concept, thus
subsuming genre".
"la variable campo puede tener los valores de "alabar" o "reprochar"; el tenor
puede llevar a una elección entre "padres–a–hijos" o "empleador–a–
empleado" mientras que el modo puede ser "hablado" o "escrito". Dado que
cualquier miembro de un par de opciones puede combinarse con cualquier
miembro de otro par, a continuación, tenemos algunas de las
posibles configuraciones:
Así cada una de las combinaciones posibles es una CC, es decir, un conjunto de valores
específicos que realizan el campo, el tenor y el modo. La noción de configuración
contextual permite realizar predicciones sobre la estructura del texto, en el sentido
de que la combinación específica de los valores del contexto de situación motiva la
aparición de determinados elementos en la estructura textual. A partir del análisis
exhaustivo de dos fragmentos de conversaciones de compra Hasan propone la noción
de Potencial de Estructura genérica que, expresado en términos sencillos, reúne los
factores decisivos de la estructura genérica de un texto: qué elementos deben ocurrir;
qué elementos pueden ocurrir; dónde deben ocurrir; dónde pueden ocurrir, cuán
frecuentemente pueden ocurrir (Hasan, 1989: 64). Se trata de una concepción de los
géneros como procesos, con componentes ordenados de manera secuencial,
pero también con posibilidades de iteración, opcionalidad y dominio de orden. Así, para
el género que trata, propone el siguiente Potencial de Estructura Genérica:
G: greeting; SI: sale initiation; SE: sale enquiry; SR: sale request; SC: sale
compliance; S: sale; P: purchase; PC: purchase closure; F: finis.
• SE es opcional;
• SE puede ocurrir en cualquier lugar siempre que no preceda a G o a SI y en tanto
no siga a P o a PC o F;
• SE puede ser iterativo.
– Los corchetes con la flecha curva { } indican que el grado de iteración de los
elementos dentro de los corchetes es igual; si SR ocurre dos veces, entonces SC debe
ocurrir dos veces, etc.
Un GSP (Potential Generic Structure) es una afirmación condensada de las condiciones
bajo las cuales un texto se considera apropiado para determinada configuración
contextual. Se trata de un dispositivo poderoso, en la medida que permite realizar
predicciones acerca de las posibles estructuras que pueden realizarlo en textos
concretos. Por otra parte, muestra cómo la unidad estructural de un texto se
vincula directamente con los valores de las categorías de contexto. Puede observarse
en esta caracterización la concepción de Halliday sobre los géneros, como estructuras
organizativas características de determinados textos. Sin embargo, Hasan (1989)
lleva a cabo un paso adicional: procura vincular el concepto de género con la noción
más global de la teoría: el contexto cultural. En efecto, las
configuraciones contextuales específicas derivan su significación en última instancia de
sus relaciones con la cultura a la que pertenecen. La relación no es directa y se
explica a partir del siguiente diagrama:
"In these terms, as a level of context, genre represents the system of staged
goal–oriented social processes through which social subjects in a given
culture live their lives"
"We use the term genre in this book to refer to different types of texts that
enact various types of social contexts (…) For us a genre is a staged, goal–
oriented social process. Social because we participate in genres with
other people; goal–oriented because we use genres to get things done;
staged because it usually takes us a few steps to reach our goals" (Martin &
Rose, 2003).
Esta caracterización permite afirmar que, a pesar de las fuertes divergencias en los
aspectos relacionados con la teoría de base y el lugar otorgado en uno y otro planteo a
la noción de género, subsiste una coincidencia esencial que es la que se refiere a su
carácter secuencial, de extrema relevancia en la propuesta de Hasan (1984, 1989). La
organización en etapas de los géneros tiene antecedentes tanto en el contextualismo
británico –especialmente el trabajo de Mitchell (1975)– como también en la
tradición norteamericana de los estudios sobre narraciones de experiencias personales
(Labov & Waletzky, 1967; Labov, 1972). Estos trabajos también
repercutieron tempranamente en la LT, lo cual puede verse en los análisis pioneros de
Van Dijk (1980) sobre la estructura esquemática –las superestructuras– de la
narración y la argumentación.
Las descripciones genéricas que provienen de las distintas direcciones dentro de la LSF
emplean el aparato conceptual de base, especialmente en sus
dimensiones lexicogramaticales y textuales. Además, los trabajos de la Escuela de
Sydney han abierto nuevas perspectivas en algunos aspectos de la teoría clásica, como
por ejemplo, la Teoría de la Valoración (Appraisal) para profundizar el estudio de la
dimensión interpersonal de los textos.
En términos generales, puede afirmarse que los trabajos empíricos de esta corriente
han proporcionado detalladas descripciones de géneros individuales, en las que se
explicitan las distintas etapas de la estructura esquemática, sus funcionalidades y las
realizaciones lingüísticas esenciales vinculadas con las dimensiones del registro: el
campo, el tenor y el modo. Un ejemplo reciente lo constituye la obra de Martin y Rose
(2003) en la cual son analizados y descriptos con un importante grado de detalle tres
géneros de la lengua escrita, a partir de las categorías tradicionales y novedosas de la
teoría: la función ideacional, la conjunción, la referencia a los participantes, el
flujo informativo, la organización textual y la valoración o negociación de actitudes. Sin
pretensión de exhaustividad, puede afirmarse que las investigaciones empíricas sobre
géneros en esta escuela, centrados en una inmensa mayoría en lengua inglesa, se han
consagrado especialmente a géneros narrativos y conversaciones de mercado (Hasan,
1984, 1989), a géneros propios de contextos laborales y educacionales (Christie &
Martin, 1997) y del ámbito de la ciencia y la técnica (entre otros, Halliday & Martin,
1993; Martin & Veel, 1998). Ventola (1992, 1994, 1998) ha realizado importantes
aportes al conocimiento de géneros académicos, incluyendo
problemáticas interlingüísticas e interculturales, también en lo relativo a la escritura en
inglés por parte de hablantes no nativos.
Hacia mediados de los años ochenta los intentos de construir tipologías y caracterizar
los géneros se habían desplazado desde un interés fuertemente teórico, orientado a
explicar el objeto y generar sistemas o tipologías deductivas para ordenar textos y
agruparlos en categorías, hacia un propósito teórico–descriptivo, que intentaba
capturar los rasgos esenciales de los textos concretos, ordenarlos y categorizarlos con
el sustento de la teoría. De este modo se intentaba garantizar la "aceptabilidad
empírica" de la tipología y se evitaba la frecuente colisión entre las categorías teóricas
y la realidad textual. Por otra parte, la unidad texto se concibe como una entidad
compleja, que re úne distintos niveles de análisis; en esa línea, Brinker (1988) ofrece
una definición que denomina "integral": "El término texto describe una sucesión
limitada de signos lingüísticos, que es coherente en sí y que en tanto una totalidad
señala una función comunicativa reconocible" (Brinker, 1988: 17).
En esta definición se presentan como relevantes los aspectos lingüístico–gramaticales
y los funcionales; los primeros, se estudian a partir de las nociones de coherencia
gramatical (los procedimientos de cohesión) y coherencia temática (tema textual y
despliegue secuencial); los segundos, a partir de una reformulación de la teoría de los
actos de habla, extendida al nivel del texto y de la inclusión de un complejo concepto
de "situación". Consecuentemente, la definición de clase textual (= género) incorpora
esa complejidad:
Nivel 1. Funcionalidad
Funciones principales
Expresarse
Contactar
Informar
Dirigir
Producir efectos estéticos
Nivel 2. Situacionalidad
Situación de actividad
Organización social de las actividades en ámbitos comunicativos
Medio/canal
Número de interlocutores
Papeles sociales de los interactuantes
Situación contextual
Máximas comunicativas
Esquemas de formulación específicos del género
Particularidades estilísticas
CONCLUSIONES
Intentaré ahora, como cierre de este trabajo, extraer algunas conclusiones de la
comparación realizada. Resulta evidente que las coincidencias en las
procedencias epistemológicas generales de la LSF y la LT y las consecuentes
"convicciones profundas" compartidas –la perspectiva funcional, la de las lenguas
como repertorios de elección, la inclusión de los aspectos sociales y culturales como
factores determinantes en las teorizaciones– explican la relevancia que tiene la noción
de género en ambas corrientes. A mi juicio, las divergencias se deben, por un lado, al
diferente estatus ontológico de la LSF y la LT y, por el otro, a las disímiles influencias
teóricas en aspectos particulares y a la persistencia de determinadas tradiciones de
investigación. Respecto del estatus ontológico, la LSF ha sido por largo tiempo una
teoría con un cuerpo central de conocimientos compartido; en la LT, en cambio, desde
su etapa fundacional hasta la actualidad coexisten distintos enfoques teóricos sobre
el objeto de estudio, que es, en última instancia el que otorga unidad a la escuela. En
cuanto a las influencias teóricas particulares, las diferencias resultantes son
especialmente perceptibles en el énfasis dado a los aspectos lingüístico–gramaticales,
el tratamiento de las nociones vinculadas con el contexto y la funcionalidad y la
consideración de la dimensión histórica y el contraste interlingüístico en los
estudios aplicados.
En la LSF se ha podido apreciar la tensión generada por la incorporación y discusión de
la categoría de género dentro de un marco teórico ya establecido. La propuesta
"clásica", manteniendo una firme adhesióna los principios y categorías establecidas,
intenta una imbricación coherente de esta noción en la interrelación texto–contexto:
concibe los géneros como entidades complejas, conformadas por variables
contextuales, semánticas y estructurales. Sin embargo, el énfasis para capturar la
esencia de los géneros se coloca en la noción de Potencial (Potencial
Semántico Específico del Género y Potencial de Estructura Genérica) y su despliegue
en constituyentes –entendidos como pasos– de carácter obligatorio u opcional. La
Escuela de Sydney asigna al género un carácter teórico diferente: se trata de una
categoría contextual, relativa al aspecto cultural, definida como "propósito social" que
se realiza a través del registro en lenguaje (textos). En este sentido, su índole
categorial es homogénea (estrictamente contextual), si bien se percibe en las
formulaciones cierta oscilación hacia la inclusión de aspectos lingüístico–textuales.
Comparte con la posición clásica la importancia atribuida a la secuencialidad de
constituyentes prototípicos.
Los desarrollos empíricos de la LSF se destacan por el grado de detalle en lo que se
refiere a los aspectos léxico–gramaticales, a partir de su examen y categorización
según las nociones provistas por la teoría de base y también de las nuevas
contribuciones provenientes de la perspectiva de la Appraisal. En general, las
investigaciones, realizadas mayoritariamente sobre textos en inglés, se han
concentrado en descripciones de géneros individuales, propios de contextos
institucionales, educativos y laborales. La Escuela de Sydney, por su parte, emprende
estudios sobre el parentesco de géneros, considerando simultáneamente las
dimensiones tipológicas y topológicas. En términos generales puede afirmarse que las
perspectivas son mayoritariamente sincrónicas.
La LT surge con la preocupación por definir los géneros y establecer una tipología, de
manera que se trata de una preocupación constitutiva de esta corriente. La noción de
género es objeto de debate en cuanto a su naturaleza teórica y a los modos de
abordarlo; las finalidades son teóricas y descriptivas. En LT puede constatarse una
gran diversidad –producto de la constitutiva controversia teórica en esta
línea– respecto a los modos de definir los géneros. Desde mediados de los años
ochenta, tanto las posiciones clásicas como las más recientes proponen un concepto de
género complejo, explicable solo a partir de una variedad de dimensiones. Los modelos
cognitivocomunicativos más actuales tematizan la realidad cognitiva de los esquemas
genéricos y subrayan su llenado y distribución desigual en la comunidad
lingüística, dado que son adquiridos de acuerdo con las experiencias comunicativas.
Los esquemas genéricos son fenómenos de carácter ideal y naturaleza prototípica y
pueden plasmarse de manera relativamente variada y particular en las instancias
genéricas. Además los géneros pueden concebirse con distinto grado de abstracción,
según el punto de vista del hablante o el analista.
En los primeros tiempos de la LT, las descripciones de diversos géneros se realizaban
con el propósito esencial de arribar a tipologías y dilucidar la naturaleza de los textos;
actualmente, los esfuerzos se dirigen a estudios de géneros individuales, en
muy variados contextos cotidianos e institucionales; hay una marcada tendencia al
contraste interlingüístico y al estudio de la evolución diacrónica.
Como se afirmó más arriba, la mayoría de las divergencias en el tratamiento de los
géneros de las dos corrientes pueden explicarse si se consideran algunos antecedentes
disciplinares de estas corrientes, la ubicación de los centros principales de
investigación, la formación y campo de trabajo de los
investigadores (monolingüe/plurilingüe) y las tradiciones de investigación (influencia
de la dimensión histórica; énfasis en distintos campos de aplicación). En la LT es clara
la persistencia de tradiciones de investigación relevantes de Europa Central: la antigua
filología, por un lado, y la lingüística histórica por el otro; en LSF domina la
preocupación lingüístico–gramatical y sincrónica, heredera de una visión
sistémicoestructuralista aún vigente. La impronta del giro cognitivo y el énfasis en los
procesos textuales son sensiblemente más fuertes en LT. Sin embargo, también se han
podido constatar ciertas coincidencias entre enfoques particulares de ambas
corrientes: esencialmente en la conceptualización compleja de la categoría, el carácter
ideal y "potencial" de los esquemas genéricos19 así como su vinculación con
laexperiencia social y comunicativa.
NOTAS
1
Este artículo es una versión ampliada de la contribución presentada en la "Primera
Conferencia Regional Latinoamericana de Lingüística Sistémico–Funcional", organizada
por el Departamento de Inglés de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Nacional de Cuyo, del 8 al 10 de abril de 2004, en Mendoza, Argentina.
2
Si bien la Lingüística Textual cuenta con importantes representantes en otros países
europeos (Francia, Italia, Dinamarca, por ejemplo), me refiero en este trabajo
exclusivamente a su orientación principal, de habla alemana.
3
Por ejemplo, en Argentina, se cuenta con grupos de investigación en LSF que se
ocupan de textos en lengua española, por ejemplo, en la Universidad Nacional del Sur,
en la Universidad Nacional de San Luis y en la Universidad Nacional del Comahue.
4
Las traducciones de las citas del alemán son de la autora.
5
Recientemente, la definición del concepto de función se ha desplazado del centro–
hablante hacia la interacción completa: se comprende como "el papel del texto en la
interacción" (Heinemann & Viehweger, 1991: 148).
6
Más adelante se brindan especificaciones sobre los aspectos contextuales –
involucrados en la definición de género– que dan cuenta de las diferencias
internas dentro de la escuela.
7
Como se verá en el tratamiento de la noción de género, la Escuela de Sydney postula
que también el contexto es un componente formado por estratos o capas.
8
La noción de registro (también variedad) fue formulada dentro del contextualismo
británico, a partir de la obra de Firth, y está emparentada con el concepto de estilos
funcionales, acuñado por la Escuela Lingüística de Praga.
9
{ = }: introduce subconstituyentes, ( ): el elemento es opcional, .: el
constituyente tiene la propiedad de iteración, · : indica más de una opción en la
secuencia, ˆ: indica el orden entre los constituyentes; el constituyente ubicado delante
del símbolo precede al ubicado detrás del símbolo.
10
Nombres representativos de esa línea son Eggins, Christie, Veel y White, entre otros.
Para más detalles, ver el artículo de Eggins y Martin (2003) recientemente aparecido
en Revista Signos.
11
Otro punto de disidencia importante lo conforma la elaboración por esta escuela de
una línea de trabajo vinculada con el componente interpersonal que se denomina
Teoría de la Valoración; ver por ejemplo, Martin (1997).
12
Los puntos de desacuerdo son numerosos y la polémica alcanzó decibeles
importantes en algunos escritos, ver especialmente Hasan (1995).
13
En versiones iniciales el modelo incluía un nivel superior, el de la ideología, que
también suscitó numerosas críticas y desacuerdos; ver Martin (1997).
14
El influyente trabajo de Isenberg (1987), cuya conclusión plantea el "dilema
tipológico", puede interpretarse como una bisagra entre las dos perspectivas teórico–
metodológicas que se exponen aquí.
15
Temática que está presente en LSF, especialmente en los trabajos de Hasan (1989).
Más recientemente la dimensión cognitiva de los géneros ha sido focalizada en los
trabajos de Saukkonen (2003). Para este autor, el género es "a dichotomous
concept which is a seamless whole, a cognitive–semantic schema, and is realised as an
actual text (...)" Saukkonen (2003: 402).
16
Como "valores" de las categorías pueden considerarse –por ejemplo, para la clase
"número de los interlocutores"– alternativamente los rasgos: comunicación diádica
(limitada a dos interlocutores); y comunicación de grupos, comunicación de masas.
17
Dada la vastedad de los estudios disponibles, me limito a mencionar solo algunas
referencias con afán meramente ejemplificativo.
18
Importantes reflexiones teóricas sobre la evolución genérica proceden de
investigadores formados en la escuela de Tübingen, como B. Schlieben–Lange,
W. Österreicher, P. Koch, J. Kabatek, quienes elaboraron el concepto de "Tradiciones
discursivas", planteado en los trabajos pioneros de Coseriu (1962).
19
El término de esquema es usado de manera general, para referir a su concepción
cognitiva en LT y estrictamente estructural en LSF.
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