Enfermedades Del Sistema Circulatorio
Enfermedades Del Sistema Circulatorio
Enfermedades Del Sistema Circulatorio
La insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca es una afección directa del corazón, que consiste en el bombeo
insuficiente de sangre.
Sucede cuando las bombas alojadas en el corazón, que están encargadas de distribuir sangre
al resto de los órganos, comienzan a fallar. Lo que produce una acumulación de sangre en los
pulmones y en las venas.
Los síntomas son distintos dependiendo de qué lado del corazón deja de bombear. En el caso
del lado izquierdo, este va asociado con la sangre que va a los pulmones. Por lo que si falla la
persona presenta disnea o dificultad para respirar. Y en el caso del lado derecho, hablaríamos
del bombeo al resto de las venas sanguíneas. Causando así la hinchazón de la venas,
arritmias cardíacas la retención de liquido e hinchazón en las extremidades y abdomen.
Lo que se conoce como miocardio, son los músculos del corazón encargados del bombeo de
sangre. El paro cardíaco ocurre cuando las arterias coronarias se obstruyen y producen
la muerte del tejido muscular.
La obstrucción puede estar generada por coágulos de sangre o colesterol. Dando como
resultado, que el tejido cardíaco no reciba suficiente oxígeno, muera y se ponga rígido, siendo
incapaz de contraerse y bombear sangre.
En casos extremos se recurre a una cirugía de corazón abierto para destapar las arterias
bloqueadas.
La hipertensión arterial
La hipertensión arterial es tal vez la más frecuente entre las enfermedades del sistema
circulatorio. Esta caracterizada por el aumento en la presión sanguínea, y ocurre más que
todo en personas de edad avanzada. Siendo más frecuente en hombres que en mujeres.
Los niveles de presión arterial normal van de 120/80 mm/Hg, significando 120 mm/Hg de
presión sistólica y 80 en presión diastólica. Siendo la presión sistólica y diastólica, la máxima y
la mínima presión ejercida en las arterias respectivamente. Ambas evidenciadas durante el
proceso de bombeo y contracción del corazón. Por lo que si los niveles de presión son
superiores a los normales, se considera hipertensión arterial.
El tratamiento para la hipertensión consiste en un control y un monitoreo constante de
la presión. Una vez detectada, hace falta mantener hábitos saludables para su
prevención y control. Como por ejemplo, una dieta balanceada; ejercicio constante;
peso corporal adecuado; abandono de hábitos nocivos como el cigarrillo y la ingesta
de medicamentos que normalicen los niveles de tensión arterial. La aterosclerosis
La aterosclerosis consiste en la obstrucción de las arterias por los niveles elevados de
colesterol. Lo que ocasiona el endurecimiento y la pérdida de elasticidad en las mismas. Y por
ende, el flujo sanguíneo deja de ser óptimo, generando hipertensión, ataques cardíacos, fatiga
muscular y en casos severos la muerte.