Cómo Escribir Un Guion para Una Obra de Teatro

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Cómo escribir un guion para una obra de

teatro
En este artículo: Crear ideas para tu historia Decidir la estructura de la obra Escribir la obra
de teatro

Tienes una idea para un guion de obra de teatro, tal vez una muy buena. Quieres expandirla
hasta convertirla en una trama cómica o dramática, pero ¿cómo? Aunque es posible que
quieras abocarte de lleno a la escritura, tu obra de teatro será mucho más sólida si dedicas
mucho tiempo a planificar tu historia antes de empezar tu primer borrador. Una vez que
hayas hecho una lluvia de ideas para tu historia y un boceto de tu estructura, escribir la obra
de teatro parecerá una tarea mucho menos abrumadora.

Parte 1

Crear ideas para tu historia

Decide la clase de historia que quieres contar. Aunque cada historia es diferente,
la mayoría de obras de teatro se dividen en categorías que ayudan al público a
comprender cómo interpretar las relaciones y eventos que ven. Piensa en los
personajes que quieres escribir y luego considera cómo quieres que se desarrollen
sus historias.

o ¿Tendrán que resolver un misterio?


o ¿Pasarán por una serie de eventos difíciles a fin de lograr un crecimiento
personal?
o ¿Madurarán haciendo una transición de una inocencia infantil a una
experiencia sofisticada?
o ¿Se embarcarán en un viaje, como la peligrosa travesía de Odiseo en La
Odisea?
o ¿Llevarán el orden al caos?
o ¿Superarán una serie de obstáculos para lograr un objetivo?

Haz una lluvia de ideas de las partes básicas de tu arco narrativo. El arco
narrativo es la progresión de la obra a través del principio, el medio y el final. Los
términos técnicos para estas tres partes son exposición, tensión dramática creciente
y resolución, y siempre vienen en ese orden. Independientemente de cuán larga sea
tu obra o cuántos actos tenga, una buena obra de teatro desarrollará las tres piezas
de este rompecabezas. Toma notas sobre cómo quieres darle cuerpo a cada una de
ellas antes de sentarte a escribir tu obra.

Decide lo que tiene que incluirse en la exposición. La exposición da comienzo a la obra


proporcionando la información básica que se necesita para seguir la historia: ¿cuándo y
dónde se lleva a cabo esta historia? ¿Quién es el personaje principal? ¿Quiénes son los
personajes secundarios, incluyendo el antagonista (la persona que presenta el conflicto
central para el personaje principal), si lo tienes? ¿Cuál es el conflicto central que estos
personajes enfrentarán? ¿Cuál es el clima de esta obra (comedia, drama romántico,
tragedia)?

Haz la transición de la exposición a la tensión dramática creciente. En la tensión


dramática creciente, los eventos se desarrollan de una forma que hace que las
circunstancias sean más difíciles para los personajes. El conflicto central se
esclarece a medida que los eventos elevan más y más la tensión del público. Este
conflicto puede ser con otro personaje (el antagonista), con una condición externa
(la guerra, la pobreza, la separación de un ser querido) o consigo mismo (tener que
superar sus propias inseguridades, por ejemplo). La tensión dramática creciente
culmina en el clímax de la historia; el momento de más alta tensión, cuando el
conflicto llega a un punto crítico.

Decide cómo se resolverá el conflicto. La resolución libera la tensión del conflicto


culminante para terminar el arco narrativo. Puede tener un final feliz, en donde el
personaje principal obtiene lo que quiere; un final trágico, en donde el público
aprende algo del fracaso del personaje principal; o un desenlace, en el que todas las

Comprende la diferencia entre argumento e historia. La trama de tu obra de


teatro está compuesta del argumento y la historia; dos elementos discretos que
deben desarrollarse juntos para crear una obra de teatro que retenga la atención del
público. El novelista inglés E. M. Forster definió la historia como lo que sucede en
la obra; el desarrollo cronológico de los eventos. Por otro lado, puede pensarse en el
argumento como la lógica que enlaza a los eventos que se desarrollan a lo largo de
la trama y que los vuelven emocionalmente poderosos. Este es un ejemplo de la
diferencia entre ambos:

o Historia: la novia del protagonista terminó con él. Luego, el protagonista


perdió su trabajo.
o Argumento: la novia del protagonista terminó con él. Afligido, él tuvo una
crisis emocional en el trabajo que dio como resultado que lo despidieran.
o Debes desarrollar una historia que sea cautivadora y que mueva la acción de
la obra lo suficientemente rápido como para retener la atención del público.
Al mismo tiempo, debes mostrar cómo las acciones están vinculadas
casualmente a lo largo del desarrollo del argumento. Así es como haces que
al público le importen los eventos que están ocurriendo sobre el escenario.

Desarrolla la historia. No puedes intensificar la resonancia emocional del


argumento hasta que tengas una buena historia. Responde las siguientes preguntas
para hacer una lluvia de ideas para los elementos básicos de la historia antes de
darles cuerpo con tu escritura:

o ¿Dónde se lleva a cabo la historia?


o ¿Quién es el protagonista (el personaje principal) y quiénes son los
personajes secundarios importantes?
o ¿Cuál es el conflicto central con el que estos personajes tendrán que lidiar?
o ¿Cuál es el "incidente incitante" que da inicio a la acción principal de la obra
y lleva al conflicto central?
o ¿Qué les sucede a los personajes al lidiar con este conflicto?
o ¿Cómo se resuelve el conflicto al final de la historia? ¿Cómo impacta esto a
los personajes?

Profundiza la historia con el desarrollo del argumento. Recuerda que el


argumento desarrolla la relación entre todos los elementos de la historia
mencionados en el paso anterior. Al pensar en el argumento, debes tratar de
responder a las siguientes preguntas: ¿Cuáles son las relaciones entre los
personajes?

o ¿Cómo interactúan los personajes con el conflicto central? ¿A quiénes les


impacta más este conflicto y cómo les afecta?
o ¿Cómo puedes estructurar la historia (los eventos) para hacer que los
personajes necesarios entren en contacto con el conflicto central?
o ¿Cuál es la progresión lógica y causal que hace que cada evento lleve al
siguiente, construyendo un flujo continuo hacia el momento culminante y la
resolución de la historia?

Parte 2

Decidir la estructura de la obra

Empieza con una obra de un solo acto si eres nuevo en la escritura de obras de
teatro. Antes de escribir la obra, debes tener una idea de cómo quieres estructurarla.
Una obra de un solo acto transcurre directamente de principio a fin sin ningún
intermedio y es un buen punto de partida para personas que sean nuevas en la
escritura de obras de teatro. Ejemplos de obras de un solo acto son El retablo de las
maravillas de Miguel de Cervantes y La boda de los pequeños burgueses de Bertolt
Brecht. Aunque una obra de un solo acto tiene la estructura más simple, recuerda
que todas las historias necesitan un arco narrativo con exposición, tensión dramática
creciente y resolución.

o Debido a que las obras de un solo acto no tienen intermedios, requieren


escenarios y cambios de vestuario más simples. Mantén simples tus
necesidades técnicas.

No limites la longitud de tu obra de un solo acto. La estructura de un solo acto no


tiene ninguna relación con la duración de la obra. Estas obras pueden variar
ampliamente en duración, siendo algunas producciones de hasta solo 10 minutos y
otras de más de una hora.
o Los "flash dramas" son obras de un solo acto muy cortas que pueden durar
desde unos segundos hasta alrededor de 10 minutos. Son muy buenos para
presentaciones teatrales comunitarias o de la escuela, así como para
competencias específicamente para este tipo de obras. Lee El niño que
quería estar solo de César de León como un ejemplo de un "flash drama".

Permítete escenarios más complejos con una obra de dos actos. La obra de dos
actos es la estructura más común en el teatro contemporáneo. Aunque no hay una
regla para cuánto debe durar cada acto, en general estos duran alrededor de media
hora, dándole al público un descanso con un intermedio entre ellos. El intermedio le
da al público tiempo para ir al baño o simplemente relajarse, pensar en lo que ha
sucedido y discutir el conflicto que se presentó en el primer acto. Sin embargo,
también le permite al equipo realizar cambios considerables al escenario, los
vestuarios y el maquillaje. Los intermedios generalmente duran alrededor de 15
minutos, así que haz que los deberes de tu equipo se mantengan razonables para esa
cantidad de tiempo.

o Para obtener ejemplos de obras de dos actos, lee Hölderlin de Peter Weiss o
Retorno al hogar de Harold Pinter.

Adapta el argumento para que encaje en la estructura de dos actos. La


estructura de dos actos cambia más que solo la cantidad de tiempo que tiene el
equipo para realizar ajustes técnicos. Debido a que el público tiene un descanso en
el medio de la obra, no puedes tratar a la historia como una sola historia fluida.
Debes estructurarla en torno al intermedio para dejar al público tenso y en ascuas al
final del primer acto. Cuando regresen del intermedio, deben involucrarse de nuevo
en la tensión dramática creciente de la historia.

o El “incidente incitante” debe ocurrir a alrededor de la mitad del primer acto,


después de la exposición de fondo.
o Sigue al incidente incitante con múltiples escenas que aumenten la tensión
del público, ya sea dramáticas, trágicas o cómicas. Estas escenas deben
avanzar hacia un punto de conflicto que terminará el primer acto.
o Termina el primer acto justo después del punto de más alta tensión en la
historia hasta ese momento. El público se quedará queriendo más en el
intermedio y regresará ansioso para el segundo acto.
o Empieza el segundo acto en un punto más bajo de tensión que el punto en el
que dejaste el primer acto. Debes hacer entrar al público suavemente de
regreso a la historia y su conflicto.
o Presenta múltiples escenas en el segundo acto que aumenten lo que está en
juego en el conflicto hacia el clímax de la historia, o el punto de más alta
tensión y conflicto, justo antes del final de la obra.
o Relaja al público hacia el final con la tensión dramática decreciente y la
resolución. Aunque no todas las obras de teatro requieren un final feliz, el
público debe sentir que la tensión que has construido a lo largo de la obra se
ha liberado.
Modera el ritmo de argumentos más largos y complejos con una estructura de tres
actos. Si eres nuevo en la escritura de obras de teatro, es posible que debas empezar con
una obra de uno o dos actos, porque una obra completa de tres actos puede mantener al
público en sus asientos durante dos horas. Se requiere mucha experiencia y habilidad para
montar una producción que pueda cautivar a un público por tanto tiempo, así que es posible
que debas poner la mira en algo más pequeño al principio. Sin embargo, si la historia que
quieres contar es lo suficientemente compleja, una obra de tres actos podría ser tu mejor
opción. Tal como la obra de dos actos, la obra de tres actos permite cambios considerables
en el escenario, el vestuario, etc., durante los intermedios entre los actos. Cada acto de la
obra debe lograr su propio objetivo narrativo:

o El primer acto es la exposición: tómate tu tiempo para introducir a los


personajes y el trasfondo. Haz que al público le importen el personaje
principal (el protagonista) y su situación para asegurar una fuerte reacción
emocional cuando las cosas empiecen a salir mal. El primer acto también
debe presentar el problema que se desarrollará a lo largo del resto de la obra.
o El segundo acto es la complicación: lo que está en juego para el protagonista
aumenta a medida que el problema se vuelve más difícil de navegar. Una
buena forma de aumentar lo que está en juego en el segundo acto es revelar
un trozo importante de información cerca del clímax del acto. Esta
revelación debe infundir duda en la mente del protagonista antes de que
encuentre la fuerza para abrirse paso a través del conflicto hacia la
resolución. El segundo acto debe terminar con desaliento y los planes del
protagonista en ruinas.
o El tercer acto es la resolución: el protagonista supera los obstáculos del
segundo acto y encuentra una forma de llegar a la conclusión de la obra.
Toma nota de que no todas las obras tienen finales felices; el héroe puede
morir como parte de la resolución, pero el público debe aprender algo de
ello.
o Algunos ejemplos de obras de tres actos incluyen El especulador de Honoré
de Balzac y Yerma de Federico García Lorca.

Parte 3

Escribir la obra de teatro

Haz un boceto de los actos y escenas. En las dos primeras secciones de este
artículo, hiciste una lluvia de ideas para el arco narrativo, el desarrollo de la historia
y el argumento, y la estructura de la obra. Ahora, antes de sentarte a escribir la obra,
debes plasmar todas estas ideas en un boceto ordenado. Para cada acto, expón lo que
sucede en cada escena.

o ¿Cuándo se introducen los personajes importantes?


o ¿Cuántas escenas diferentes tienes y qué sucede específicamente en cada
una?
o Asegúrate de que los eventos de cada escena lleven a la siguiente para lograr
el desarrollo del argumento.
o ¿Cuándo necesitarías cambios de escenario? ¿Cambios de vestuario? Toma
este tipo de elementos técnicos en consideración al hacer un boceto de cómo
o Dale cuerpo al boceto escribiendo la obra. Una vez que tengas el boceto,
puedes escribir tu obra verdadera. Solo plasma el diálogo básico en la página
primero sin preocuparte por cuán natural suene o cómo se moverán los
actores alrededor del escenario o cómo realizarán sus interpretaciones. En el
primer borrador, simplemente debes "poner blanco sobre negro", como dijo
el escritor francés Guy de Maupassant.

Trabaja en crear un diálogo natural. Debes darles a los actores un guion sólido
de forma que puedan recitar las líneas en una forma que parezca humana, real y
emocionalmente poderosa. Grábate leyendo los diálogos de tu primer borrador en
voz alta y luego escucha la grabación. Toma nota de los puntos en los que suenes
como robot o demasiado elegante. Recuerda que, incluso en las obras teatrales
literarias, los personajes tienen que sonar como personas normales. No deben sonar
como si estuvieran dando discursos sofisticados cuando estén quejándose sobre su
trabajo sentados a la mesa.

Permite que las conversaciones se vayan por la tangente. Cuando estás hablando
con tus amigos, rara vez te ciñes a un solo tema con una concentración enfocada. Si
bien en una obra teatral la conversación debe conducir a los personajes hacia el
siguiente conflicto, debes permitir pequeñas distracciones para hacer que se sienta
realista. Por ejemplo, en una discusión sobre por qué la novia del protagonista
terminó con él, puede haber una secuencia de dos o tres líneas en la que los
hablantes discutan sobre cuánto tiempo habían estado saliendo en un principio.

Incluye interrupciones en el diálogo. Incluso cuando no estamos siendo groseros,


las personas nos interrumpimos en conversaciones todo el tiempo, incluso si es solo
para expresar apoyo con un "Lo entiendo, amigo" o un "No, tienes toda la razón".
Las personas también se interrumpen a sí mismas cambiando de rumbo dentro de
sus propias oraciones: "Yo solo… Quiero decir, en realidad no me importa conducir
hasta allá un sábado, es solo que… Escucha, simplemente he estado trabajando muy
duro últimamente".

o Tampoco tengas miedo de usar fragmentos de oraciones. Aunque nos


enseñan que nunca debemos usar fragmentos en la escritura, los usamos todo
el tiempo cuando hablamos: "Odio a los perros. A todos".

Agrega acotaciones. Las acotaciones les permiten a los actores comprender tu visión de lo
que se está desarrollando en el escenario. Usa cursiva o corchetes para distinguir las
acotaciones del diálogo hablado. Si bien los actores usarán su propia licencia creativa para
dar vida a tus palabras, algunas direcciones específicas que puedes dar son:

o Entradas de conversación: [silencio largo e incómodo]


o Acciones físicas: [Silas se pone de pie y camina de un lado a otro
nerviosamente], [Margarita se muerde las uñas]
o Estados emocionales: [Ansiosamente], [Con entusiasmo], [Recoge la
camiseta sucia como si le repugnara]

Reescribe el borrador tantas veces como sea necesario. No vas a dar en el clavo
con el primer borrador. Incluso los escritores experimentados tienen que escribir
varios borradores de una obra antes de estar satisfechos con el producto final. ¡No te
apresures! Con cada pasada, agrega más detalles que ayuden a darle vida a tu
producción.

o Incluso a medida que agregues detalles, recuerda que la tecla de suprimir


puede ser tu mejor amiga. Como dice el periodista estadounidense Donald
Murray, debes "cortar lo malo para revelar lo bueno". Retira todos los
diálogos y eventos que no agreguen resonancia emocional a la obra.
o El consejo del novelista estadounidense Elmore Leonard también aplica para
obras teatrales: "Trata de quitar la parte que los lectores tiendan a omitir".

Consejos
 La mayoría de las obras teatrales están ambientadas en épocas y lugares específicos,
así que sé consistente. Un personaje en los años 30 podría hacer una llamada o
enviar un telegrama, pero no podría ver televisión.
 Revisa las fuentes al final de este artículo para encontrar el formato correcto para
obras de teatro y seguir las pautas establecidas.
 Asegúrate de siempre mantener la acción en movimiento. Si al realizar una
presentación olvidas un diálogo, ¡invéntate uno! A veces, ¡hasta es mejor que el
diálogo original!
 Lee el guion en voz alta a un público pequeño. Las obras de teatro están basadas en
las palabras, y ese poder o la falta de este se vuelve rápidamente obvio al hablarlas.
 No dejes la obra en un lugar secreto. ¡Trata de hacer que sea notorio que eres
escritor!
 Escribe muchos borradores, aun cuando estés satisfecho con lo primero que
escribas.

Advertencias
 El mundo teatral está lleno de ideas, pero asegúrate de que tu enfoque sobre una
historia sea original. Robarte la historia de alguien más no solo es inmoral, sino que
es casi definitivo que te atraparán.
 Protege tu trabajo. Asegúrate de que la página del título incluya tu nombre y el año
en que escribiste la obra, precedidos por el símbolo de derechos de autor.

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