El Camino de Las Lágrimas

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EL CAMINO DE LAS LÁGRIMAS

(JORGE BUCAY)

Estas libro invita a reflexionar sobre las distintas etapas que conlleva la pérdida de algo muy
valioso p de una persona muy valiosa e importante en la vida de una persona o de varias personas
como tal, sobre la necesidad de enfrentarnos a la realidad, de adoptar una actitud positiva,
tratando de hallar el lado enriquecedor del duelo, la pérdida y el dolor como parte imprescindible
de nuestra comprensión del mundo, nuestro crecimiento, nuestra evolución.

El autor Jorge Bucay nos habla de que las personas van madurando conforme van aprendiendo a
manejar las pérdidas de los seres que aman. Haciendo especial énfasis en que, aquél que está
pasando por una separación como hoy me toca a mí sufre más, cuanto más se resiste a soltar a
ese ser y a aceptar que ya no está.

Al respecto dentro del texto leído dice que había una vez un alpinista que estaba escalando una
montaña, al llegar la noche llegó a una saliente donde pudo descansar y dormir, a la mañana
siguiente había caído una nevada tan fuerte que no se veía nada, y aun así continuó escalando. El
tiempo pasaba y no sabía ni cuánto había avanzado cuando de pronto se resbala y se precipita al
vacío, y mientras va pensando que se matará al estrellarse contra la saliente donde había
dormido, de pronto la cuerda se tensa al quedar agarrada de una alcayata, y queda ahí suspendido
de la cuerda en medio de la nada.

Seguir subiendo no había forma, y bajar era imposible, en eso oye una voz interna que le dice:
Suéltate pero él, lejos de obedecer, se aferró aún más a la soga que lo sostenía. Al día siguiente
unos rescatistas encontraron al escalador muerto por el frío, colgado de una soga a menos de un
metro del piso.

Ello nos habla de que muchas veces debemos soltarnos de las cosas que nos atan, soltarnos de
ese sentimiento que nos lastima, y confiar en que tal vez, y conste que sólo digo, tal vez, el mero
hecho de soltarnos nos ofrezca nuevas expectativas y nuevas oportunidades de éxito. En los
casos de la pérdida de un ser amado, hay que aceptar como un hecho, que la vida nos ofrece la
posibilidad de enriquecernos siempre, y que no debemos tomar el vacío como algo doloroso, por
el contrario, debemos considerarlo como algo enriquecedor. Y al respecto cita:
“Mi vida se enriquece cada vez que lleno mi copa, pero también se enriquece cada vez que la
vacío, pues al vaciarla, estoy abriendo la posibilidad de poder volverla a llenar

Ideas y más ideas que estoy leyendo, y que van encaminadas a mitigar el dolor y a aprender a
vivir sin la presencia de ese alguien a quien tanto amas, porque sería injusto decir amaste -en
pasado. Conceptos que trato de asimilar para hacer más llevadero mi tránsito por este
episodio de mi vida, del que nadie se salvara de pasar, y del que debemos aprender cuanto
antes la forma de vivirlo con el menor dolor posible.

Cuando un hijo pierde a su madre, el dolor está presto a ocupar en nuestro corazón el espacio
que ella tenía, por ello hay que saber controlar ese vacío, y tratar de que sea lo más pequeño
posible, para que pequeño sea también el dolor que lo sustituya, hay que aprender a aceptar la
pérdida, aunque dentro de nuestro corazón permanezca por siempre el amor que le tenemos
conjugado en presente a ese ser que, ahora sí, fue tan importante para nosotros. El dolor de la
separación se presenta también cuando las personas se apegan demasiado a las cosas
materiales, llegando a considerarlas imprescindibles para poder sobrevivir.”

Creo que mucho de ello también, hace parte del duelo emocional ya que es un proceso de
adaptación que nos permite restablecer el equilibrio personal que ha quedado alterado por una
pérdida y que las consecuencias emocionales están directamente relacionadas con la el objeto,
persona o personas que hemos perdido y también con el modo en el que se ha producido la
pérdida, como el tiempo de relación, el tiempo en que ese objeto o pertenencia tenía en nuestras
vidas, la intensidad y las circunstancias de esa relación, lo imprevisto de la pérdida, pero siempre
supone un gran dolor, tristeza, desestructuración y desorganización.

A pesar del sufrimiento que causa, el duelo emocional es un proceso necesario y ayuda a
adaptarse a la pérdida, prepara para vivir sin la presencia física de esa persona o personas, y es
fundamental, para conducir correctamente el vínculo afectivo de forma que sea compatible con la
realidad presente.

En este camino interviene, obvio y necesariamente, la elaboración del duelo, que es un trabajo
para enfrentarnos a la nueva realidad, aunque es un trabajo difícil, es un trabajo al que nos hemos
enfrentado durante toda nuestra vida, en grandes o pequeñas proporciones, al crecer vamos
perdiendo un sin número de cosas y personas, desde los amigos y maestros de la infancia, las
escuelas, los empleos, etc., incluso las personas y objetos que aún están con nosotros han
cambiado, y por ende, hemos perdido a esa persona, que fue y que ahora conocemos, convivimos
y aceptamos a la que es. Sin embargo en nuestra educación hemos aprendido que no podemos
vivir sin el otro, pero solo en muy pocas ocasiones, o nunca, nos damos cuenta que no podemos
vivir sin nosotros mismos.

Y aunque suena incongruente toda perdida, otorga una ganancia, que es “un pasaporte para vivir
mejor, un análisis para reestructurar nuestras percepciones erróneas y poder mejorarlas; como el
vivir día a día, con el compromiso visto así: día a día; aprender a desarrollar la habilidad de
desear sin quedarme pegado a este deseo, en aceptar la conexión y la desconexión con las cosas.

“Elaborar un duelo es aprender a soltar lo anterior. Sin embargo, si tengo miedo de las cosas
que vienen y me agarro de las cosas que hay, si me quedo centrado en las cosas que tengo
porque no me animo a vivir lo que sigue, si creo que no voy a soportar el dolor que significa
que esto se vaya, si voy a aferrarme a todo lo anterior, entonces no podré conocer, ni
disfrutar, ni vivir lo que sigue.”

El proceso de duelo siempre nos deja solos, impotentes, descentrados y responsables, pero sobre
todo tristes. La tristeza es normal y saludable, aunque no es placentera, porque significa extrañar
lo perdido, puede generar una crisis, permite luego que uno vuelva a estar completo, que suceda
el cambio, que la vida continúe en todo su esplendor.

A si ves creo que cada tipo de pérdida implica experimentar algún tipo de privación y las
reacciones suelen ser en varias áreas: psicológicas, físicas, sociales, emocionales, espirituales. El
duelo es el doloroso proceso normal de elaboración de una pérdida, tendiente a la adaptación y
armonización de nuestra situación interna y externa, frente a una nueva realidad y que elaborar el
duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no está,
valorar su importancia y experimentar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia.

Creo que el duelo es el doloroso proceso normal de elaboración de una pérdida, tendiente a la
adaptación y armonización de nuestra situación interna y externa frente a una nueva realidad,
elaborar el duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida de lo que no
está, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia,
existen algunas recomendaciones para recorrer el camino de las lágrimas y
Sobrevivir a este pero como el autor dice en su libro:

“Hay que aprender a recorrer este camino, que es el camino de las pérdidas, hay que aprender
a sanar estas heridas que se µproducen cuando algo cambia, cuando el otro parte, cuando la
situación se acaba, cuando ya no tengo aquello que tenía o creía que tenía o cuando me doy
cuenta de que nunca tendré Lo que esperaba tener algún día (y ni siquiera es importante si
verdaderamente lo tuve o no)”

Dentro del proceso de la elaboración del duelo nos enfrentamos con distintas etapas como el
enojo con la persona que se fue y la culpa, por enojarnos, por no haber hecho tal cosa o dejar de
hacerla, con la desolación, que es la verdadera tristeza,

Después de recorrer todo este camino, tenemos que retraernos, darnos cuenta de esta sensación,
la sensación de eternidad de su ausencia, nos damos cuenta de que las cosas no van a volver a ser
como eran y no sabemos con certeza pronosticar de qué manera van a ser y tomo absoluta
conciencia... y siento la sensación de ruina...como si algo hubiera sido arrasado dentro de mí, así
me siento como si de mi interior sólo hubieran quedado escombros y creo que es el momento
más duro del camino.

Asi mismo el libro nos muestra las etapas de un duelo normal que son:

1. Incredulidad: Negación Confusión - Llanto explosivo

2. Regresión: Berrinche - Desesperación

3. Furia: Con el causante de la muerte Con el muero por abandono

4. Culpa: Por no haberlo podido salvar. Por lo que no hicimos Impotencia. Desasosiego

5. Desolación: Alucinaciones Idealización Idea de ruina

6. Fecundidad: Acción dedicada Acción inspirada

7. Aceptación: Discriminación Interiorización

Aunque este debe ser el proceso normal, existes como anteriormente se mencionó, atajos y otros
senderos, que nos obstaculizan la superación de este camino, y es ahí cuando aparecen los duelos
enfermizos.
Otro punto importante es que la persona que vive un duelo tenga ayuda de personas cercanas, lo
difícil es saber cómo ayudarlas, la manera más adecuada es escuchar a la persona, aunque llore,
esa persona lo que necesita en esos momentos la cercanía, la compañía y el afecto. Lo que más
necesita el que está de duelo, es una oreja para poder hablar, un espacio para sentirse débil y un
hombro para llorar.

Como resultado esta obra nos enseña a sobrevivir o a ser fuertes en una de las etapas más
difíciles que todo ser humano pasa por la vida, esta etapa es la perdida de alguien cercano a
nosotros, de un ser querido, ya que sea la muerte de un familiar, la ruptura de una relación, o un
abandono, Jorge Bucay nos da a conocer muchas reflexiones, historias personales que pueden ser
compradas con una de las nuestras, nos da consejos y nos ayuda a aceptar el duelo, que pocos los
saben hacer, es muy difícil darnos cuenta que alguien que solíamos tener o que pensábamos que
lo íbamos a tener siempre, desaparezca de la noche a la mañana. Es muy difícil aceptar una
perdida, el autor dice que aquel está sufriendo una separación sufre más, cuando se opone a
soltar y resignarse en que ya no estará más.

Considero que este libro nos muestra la manera de cómo podemos cambiar el esquema de la
persona que vive un duelo, de reestructurar el patrón de perdida igual a terrible, sino perdida
igual a ganancia, a crecimiento personal, a madurar. Nos lleva al análisis de los diversos duelos
que hemos vivido y superado durante toda nuestra vida y de la forma en que lo hemos logrado,
con nuestros “mapas”, sin embargo, también nos abre al panorama al mostrarnos que nuestros
mapas no son el territorio, que existen otras formar, maneras y caminos que podrían ser más
adecuados.

Considero que es un libro indispensable para el proceso y formación de las personas para que
aprendan a manejar aquellos sentimientos de dolor a la perdida, donde nos enseña a soltar esos
sentimiento que nos duelen a la hora de superar una perdida, más aun cuando esos sentimientos
nos enferman y nos llevan a hacernos daño física, mental y psicológicamente, ya que nos
proporciona el entendimiento del duelo, los procesos, los tipos y las formas de superación de
este, que nos otorgan las herramientas para poder realizar una intervención, psicoterapéutica de
esta índole, además de servir al paciente a comprender su proceso.

Este libro me ayudó mucho a comprender algunos procesos por los que estaba pasando cuando lo
comencé a leer, recuerdo que alguna vez una profesora me dijo cada quien tiene al paciente que
necesita, y ahora comprendo que no solamente es el paciente, sino que aplica para todas las
situaciones de nuestra vida, es por ello que creo, que entre tantas opciones de libros, elegí este,
porque era el que necesitaba en este momento. Gracias al texto comprendí que siempre nos
hemos enfrentado a perdidas, y las hemos superado, aprendí a entender mi duelo, a darme el
tiempo para superar este, y aunque hoy me encuentro en una situación distinta, esta enseñanza
me ayudara a enfrentar los duelos siguiente de manera más adecuada, a buscar las ganancias, y
crecer con esta experiencia también aprender a madurar y saber cómo actuar frente a diferentes
etapas y procesos dolorosos de nuestra vida y en la vida de otras personas.

Además de caer en cuenta de que lo único imprescindible en mi vida soy yo, que solamente no
podría vivir sin mí y con ello a valorarme aún más, a proporcionarme mayor bienestar, para estar
en armonía conmigo misma y con ello aprender a vivir con, sin y a pesar de la perdida, de la
mejor forma posible, y la única responsable de ello soy yo, razón por la que el compromiso
comienza conmigo, sin necesidad de depender de nadie, y aprender a aceptar la llegada y retirada
de personas y objetos.

En conclusión me agrado leer este libro, considero que es una herramienta de gran utilidad para
el crecimiento personal y más aún para las personas que se encuentran en esta situación.

Bibliografía y fuentes bibliográficas

 Bucay Jorge. El camino de las lágrimas. Recuperado de:


http://www.lecturalia.com/libro/5933/el-camino-de-las-lagrimas

 Llama Alatorre Fernando. Punto de Vista / El camino de las lágrimas. lunes 27 de


diciembre 2004. Recuperado de:
https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/125972.punto-de-vista-el-camino-de-
las-lagrimas.html

 Bucay, El Camino de las Lagrimas.pdf. recuperado de:


http://www.ignaciodarnaude.com/espiritualismo/Bucay,El%20Camino%20de
%20las%20Lagrimas.pdf

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