El Boro Como Nutriente Esencial

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EL BORO COMO NUTRIENTE ESENCIAL.

PARTE I: ASPECTOS FISIOLÓGICOS Y DINÁMICA EN SUELO

AUTOR:
Antonio L. Alarcón Vera
Dpto. Producción Agraria. Área Edafología y Química Agrícola. ETSIA. Universidad Politécnica de Cartagena

De infoagro.com.

1. ESENCIALIDAD.

El boro como elemento químico fue descubierto en 1808 por Gay Lussac y Thenard. Es un metaloide, con propiedades
intermedias entre metales y no metales. El hecho de que el boro se encuentra como elemento mineral integrante de algunas
plantas fue puesto de manifiesto por Wittstein y Apoiger en 1857. En 1895, Jay señaló que este elemento estaba repartido
universalmente por todas las plantas. Bertrand, en 1912, ya señaló el empleo de sales de boro para mejorar el rendimiento de los
cultivos. Bien es cierto, que inicialmente el boro se identificó como elemento venenoso para las plantas, debido a los efectos
negativos causados al ser aplicado.

El primer científico que señaló la posibilidad de su esencialidad fue Mazé, en 1914. Pero fue Warington en 1923 quien primero
demostró su esencialidad. La aceptación final del boro como elemento esencial se debe a Sommer y Lipman, en 1926. En 1931,
Brandenburg descubrió que el corazón podrido de la remolacha se debía a una deficiencia de boro, y desde entonces se han ido
descubriendo gran variedad de cultivos que pueden quedar gravemente afectados por una carencia de este elemento.

El boro es un micronutriente esencial para plantas vasculares, diatomeas y algunas especies de algas verdes. No parece ser
esencial para hongos y bacterias (con la excepción de cianobacterias), tampoco lo es para animales. Parece que los
requerimientos de boro se hacen esenciales de forma paralela a la lignificación y diferenciación xilemática de los integrantes del
reino vegetal.

2. EL BORO EN LA PLANTA.

2.1. Absorción y transporte.

El boro es absorbido por las plantas principalmente bajo la forma de ácido bórico H3BO3 no disociado, fundamentalmente
mediante los mecanismos de flujo de masas (65%) y difusión (32%). Aunque parece que en alguna extensión se absorbe de forma
activa como anión borato B(OH)4-, el proceso de absorción es inicialmente pasivo (por difusión en el espacio libre), seguido
después de una absorción activa en el espacio interno. Aunque todo esto no está muy claro, el componente activo parece ser
relativamente pequeño y puede depender de la variedad cultivada o de la cantidad de boro asimilable presente.

El boro es relativamente poco móvil en el interior de las plantas, y los contenidos son superiores en las partes basales respecto a
las partes más altas de las plantas, especialmente si el boro está en exceso. El ritmo de transpiración ejerce una influencia
decisiva sobre el transporte de este elemento hasta las partes altas de la planta, en caso de deficiencia, los contenidos en los
tejidos más jóvenes decrecen rápidamente. Se admite que, más que un elemento móvil o inmóvil en el interior de la planta, el boro
es transportado vía xilema, pero se retransporta con dificultad vía floema (al igual que el calcio, si bien es cierto que es más móvil
que éste), con lo que no emigra desde las hojas hasta los nuevos puntos de crecimiento (frutos, meristemos, hojas en formación,
etc.), donde existe la necesidad de un suministro regular de éste y todos los nutrientes.

Todo esto podría explicar la acumulación de boro en los tejidos más viejos y también en las puntas y márgenes de las hojas,
aunque también podría constituir un mecanismo de defensa de algunas especies contra su efecto tóxico.

Por tanto, la acumulación del boro en hoja va a depender del contenido del suelo en boro asimilable, del flujo de savia en el xilema
y del ritmo de transpiración.

2.2. Fisiología del boro. Funciones.

Las funciones fisiológicas del boro no están todavía aclaradas totalmente. Su papel en el metabolismo vegetal, quizá sea el más
desconocido de todos los nutrientes esenciales, pese a ser el micronutriente que mayores concentraciones molares presenta, al
menos en dicotiledóneas, cuyos requerimientos en boro son muy superiores a monocotiledóneas.

El boro actúa siempre con valencia III, por lo que no interviene en ningún proceso redox en el interior de los vegetales. No se ha
encontrado formando parte de ningún sistema enzimático, aunque sí puede actuar como modulador de actividades enzimáticas.
También se ha demostrado que en casos determinados, puede ser parcialmente sustituido por germanio, aluminio o silicio.

Todo lo anterior no quiere decir que no desempeñe funciones biológicas esenciales para la planta, como a continuación veremos,
el boro desempeña un papel esencial en el transporte de azúcares, en la síntesis de sacarosa, en el metabolismo de ácidos
nucleicos, en la biosíntesis de carbohidratos, en la fotosíntesis, en el metabolismo proteico, en la síntesis y estabilidad de las
paredes y membranas celulares, etc.

2.2.1. Elongación de raiz y metabolismo de ácidos nucléicos.

Un aspecto general de la deficiencia en boro es el mal desarrollo de los tejidos meristemáticos, tanto a nivel de raíz como de los
brotes. Los primeros síntomas reflejan dificultades en la división y desarrollo celular. Las células se dividen pero la separación no
se produce correctamente, con lo cual se presenta un desarrollo incompleto e irregular de las hojas, que aparecen distorsionadas,
y una falta de elongación de los entrenudos.

A nivel de raíz, el boro es requerido primeramente para la elongación de las células, y posteriormente para la división de las
mismas.

Un efecto de la deficiencia de boro es la inhibición de la síntesis de ADN y ARN. La alteración en la síntesis de ARN puede
deberse a la esencialidad del boro en la síntesis de bases nitrogenadas como el uracilo. De esta forma los ribosomas no se
pueden formar y en consecuencia, la síntesis de proteínas es afectada adversamente. Este proceso es fundamental en los tejidos
meristemáticos radicales, que cesan su división celular, apareciendo las raíces más cortas y abollonadas.

2.2.2. Metabolismo de glúcidos.

El boro también juega un papel importante en la utilización y en la distribución de los glúcidos dentro de la planta. La deficiencia de
boro provoca una acumulación de azúcares en los tejidos. Se cree que el boro facilita el transporte de azúcares a través de la
membrana formando un complejo azúcar-borato. También ha sido demostrada la intervención directa del boro en la síntesis de
sacarosa (donde se precisa uracilo) y almidón. Así por ejemplo, la remolacha azucarera presenta unos niveles de azúcar mucho
más elevados si está correctamente nutrida en boro.

2.2.3. Formación de las paredes celulares. Lignificación.

El boro es necesario para la síntesis de las pectinas. Se puede observar que las paredes celulares presentan los más altos
contenidos en boro (hasta el 50% del boro total de las plantas), principalmente complejado bajo la configuración cis-diol.

La deficiencia de B provoca un oscurecimiento de los tejidos debido a una acumulación de compuestos fenólicos. En esta
situación se ve impedida la oxidación de compuestos polifenólicos que conduce a la síntesis de lignina, por lo que las paredes
celulares quedan debilitadas. La acumulación de compuestos fenólicos produce necrosis del tejido.

Tallos rajados, acorchados o huecos, son síntomas macroscópicos evidentes de una alteración de la síntesis de paredes celulares
ocasionada por deficiencia de boro. A nivel microscópico se observan paredes celulares de mayor diámetro y con mayor cantidad
de material parenquimatoso, existe una mayor concentración de sustancias pécticas y acumulación de calosa que bloquea el
transporte vía floema.

2.2.4. Metabolismo de fenoles, auxinas y diferenciación de tejidos.

La deficiencia de boro se asocia con alteraciones morfológicas y cambios en la diferenciación de tejidos, similares a los inducidos
por niveles bajos o excesivos de AIA. Pero parece más probable, que las interacciones entre boro, AIA y la diferenciación de
tejidos, sean una consecuencia de los efectos causados por el boro sobre el metabolismo de fenoles, los cuales se acumulan ante
una deficiencia del elemento. Ciertos fenoles no sólo son inhibidores de la elongación de la raíz, si no que también inducen
cambios morfológicos similares a niveles anormales de AIA.

En cualquier caso, el boro interviene en el metabolismo de las auxinas. Los tejidos deficientes en boro presentan, por lo general,
una excesiva acumulación de AIA que provoca una clara inhibición del crecimiento. De la misma manera la deficiencia de boro
provoca una reducción en la síntesis de citoquininas.

2.2.5. Procesos de transporte.

El uracilo, que como hemos visto precisa boro para su síntesis, es el precursor de la UDPG (uridin glucosa difosfato), que es un
coenzima esencial en la formación de sacarosa, principal forma de transporte de los azúcares. Si se inhibe su síntesis, se ve
afectada la translocación de los asimilados formados en las hojas.

Se comentó con anterioridad que la carencia de boro también puede conducir a la formación de calosa, compuesto cercano a la
celulosa que puede obturar los tubos cribosos, afectando el transporte por el floema. Igualmente interviene en la actividad ATP-
asa, fundamental en los procesos de transporte iónico, así pues, el boro juega un papel esencial en los procesos de transporte de
los productos asimilados. Plantas deficientes en boro, dificultan enormemente el transporte del calcio.

2.2.6. Estabilidad de la membrana celular.


El boro tiene una influencia directa en la actividad de componentes específicos de la membrana celular, y por tanto es esencial
para la estabilidad de la misma. En situaciones de deficiencia de boro, el plasmalema, membrana externa del citoplasma de las
células de la raíz, se altera perjudicando la asimilación de fósforo, potasio y otros nutrientes.

2.2.7. Absorción y utilización de fósforo.

La absorción de fósforo se ve enormemente dificultada en las plantas deficientes en boro. Plantas con poco fósforo necesitan más
boro que aquellas bien dotadas en fósforo. El boro es esencial en procesos metabólicos donde interviene el fósforo:

• Síntesis de ácidos nucleicos (ARN y ADN), básicos para la síntesis proteica, donde los fosfatos son constituyentes. El
papel esencial del boro en la síntesis de ácidos nucleicos ha sido puesto de manifiesto desde hace mucho tiempo.
• Actividad ATP-asa, que cataliza el paso de ATP (adenosin trifosfato) a ADP (adenosin difosfato), liberando así energía.
• El boro también regula el metabolismo de los ésteres fosfatados. La deficiencia de boro provoca una acumulación de
fosfatos inorgánicos y un descenso en el contenido de fósforo orgánico. Se sintetizan menos fosfolípidos,
constituyentes básicos de la membrana celular, lo que explica los desórdenes observados en la organización de la
estructura celular.

Además, el boro desempeña un importante papel en el desarrollo de las micorrizas, estando plenamente demostrada la
importancia de éstas en la asimilación del fósforo.

2.2.8. Otras funciones del boro.

Desempeña una función esencial en la polinización y cuajado de los frutos. Mejora el tamaño y la fertilidad de los granos de polen
y tiene un importante papel en la germinación del polen y el crecimiento de los tubos polínicos. Las aplicaciones de boro mejoran
la apetencia de los insectos polinizadores (abejas) por las flores, ya que resulta aumentado el nivel de néctar y se acorta la
longitud del tubo de la corola, mostrándose las flores más atractivas para las abejas.

También una correcta nutrición en boro facilita resistencia a gran número de enfermedades fúngicas, bacterianas, diversas virosis
e incluso a insectos, al parecer por que el boro promueve la síntesis de leucocianidina que actúa como sustancia inmunológica.
También a factores climáticos (resistencia a daños causados por heladas).

Se ha visto como la deficiencia de boro provoca un aumento de cinco veces la cantidad de nicotina en la planta de tabaco. De
forma similar, una correcta nutrición en boro aumenta los niveles de vitamina C y carotenos en la planta.

3. EL BORO EN EL SUELO.

Es el único microelemento no metálico. Predomina en rocas sedimentarias, debido a que es un elemento que se encuentra en
cantidades importantes en el agua de mar (es el doceavo elemento en cantidad en el agua marina).

El boro asimilable para las plantas viene a coincidir con la proporción de este elemento que es soluble en agua caliente. El boro
total de los suelos se encuentra bajo cuatro formas:

• Formando parte de minerales silicatados: prácticamente inasimilable por las plantas.


• Presente en la disolución del suelo.
• Adsorbido por arcillas (principalmente tipo mica) e hidróxidos de hierro y aluminio. Esta adsorción alcanza su máximo a
pH 8-9.
• Ligado a la materia orgánica, de la que es liberado progresivamente por los microorganismos.

El contenido de boro total en el suelo varía de 2 a 200 ppm, del cual la mayor parte no es asimilable por las plantas, generalmente
la cantidad de boro total que puede hallarse de forma asimilable es inferior al 5%. Esto es debido a que es un componente habitual
de los minerales del grupo de la turmalina, granitos y otras rocas eruptivas, muy resistentes a la meteorización. En estos minerales
el boro sustituye al silicio en las estructuras tetraédricas.

En la disolución del suelo, el boro se encuentra bajo la forma no disociada de ácido bórico H3BO3, o como anión borato B(OH)4-.
En las condiciones de pH de los suelos, la forma predominante es la no disociada, como ácido bórico, por esta razón, el boro
puede ser lavado fácilmente del perfil del suelo, sobre todo a pH<7. La segunda forma aumenta su presencia a pH más elevado y
se encuentra adsorbida sobre arcilla (ilitas) y óxidos e hidróxidos de hierro, aluminio y magnesio.

+
B(OH)3 + 2H2O <--> B(OH)4- + H3O

A pH<7, domina la forma H3BO3, a medida que el pH supera el valor de 7, la concentración de B(OH)4- aumenta. Este
anión es adsorbido por arcillas e hidróxidos de Fe y Al, con mayor fuerza a medida que aumenta el pH, hasta encontrar un máximo
de adsorción a pH 9.
Por esta razón, la disponibilidad del boro disminuye con la elevación del pH y fuertes encalados en suelos ácidos también pueden
inducir su deficiencia. Si bien es cierto que para valores de pH>9, debido al antagonismo con los OH-, desciende la fuerza de
adsorción del anión borato.
De esta forma, en zonas húmedas el boro es fácilmente lavado del perfil del suelo, mientras que en regiones áridas puede
acumularse hasta niveles tóxicos en las capas superficiales.

Las condensaciones entre los ácidos carboxílicos de los coloides orgánicos y el ácido bórico en condiciones de pH ácido o neutro,
pueden incluso resultar más estables que las uniones con los hidróxidos de hierro y aluminio y de esta forma pueden constituir las
principales reservas de boro en muchos suelos agrícolas.

Resumiendo, el boro asimilable (extraíble con agua caliente) consiste básicamente en ácido bórico, y representa una pequeña
cantidad respecto al boro total (entre 0.1 y 3 ppm). Los suelos arenosos, con textura ligera, contienen generalmente menos boro
asimilable que los suelos arcillosos, además el boro es fácilmente lavable de los suelos de textura ligera. Existe también una
estrecha correlación entre el contenido en materia orgánica y la cantidad de boro asimilable presente en un suelo. El boro
asimilable está preferentemente concentrado en las capas superficiales de los suelos bien drenados, donde está íntimamente
ligado a la materia orgánica.

Los síntomas de carencia de boro se presentan a partir de unos niveles críticos en el suelo, los cuales dependen de muchas
condiciones (cultivo, climatología, pH del suelo, etc.). Se estima que este nivel crítico de boro asimilable es 1 ppm para suelos
calizos (fuerte adsorción del ión borato a arcillas, óxidos e hidróxidos debido al elevado pH), 0.8 ppm para suelos arcillosos
(retención de boro en arcillas), 0.5 ppm en suelos francos y 0.3 ppm en suelos arenosos (aunque en estos suelos el boro es
fácilmente perdido mediante los procesos de lixiviación).

La corrección de la deficiencia de boro en suelos es relativamente fácil como después veremos, sin embargo hay que prestar gran
atención a no rebasar los límites de toxicidad (sobre 5 ppm de boro asimilable) que se encuentran muy cerca del nivel crítico.

PARTE II: SÍNTOMAS, DIAGNÓSTICO Y CORRECCIÓN EN CULTIVOS.

1. EL BORO EN LA NUTRICIÓN Y LA FERTILIZACIÓN DE LOS CULTIVOS.

El boro juega un importante papel en la fertilización de las plantas, teniendo necesidades particularmente elevadas cuando el
crecimiento en peso de las hojas es más alto y durante la floración y cuajado de frutos. El contenido en boro de los órganos
reproductivos (anteras, estilos, estigmas, ovarios) es especialmente alto. El boro también tiene un importante efecto positivo en el
cuajado de frutos y el proceso de formación de semillas.

Además, se constata que los suelos con tendencia a mostrar deficiencias de boro son mucho más extensos que para cualquier
otro micronutriente, pudiendo abarcar unas ocho millones de hectáreas.

1.1. Factores que afectan a su disponibilidad.

Los efectos de la deficiencia de boro sobre los rendimientos y la calidad de las cosechas, es un hecho conocido desde hace
mucho tiempo. Los principales factores susceptibles de influir sobre la aparición de la carencia de boro son:

• Las reservas del suelo en boro: en general son bajas en los suelos de textura gruesa y pobres en materia orgánica. Los
suelos más susceptibles de mostrar deficiencias en boro son los formados sobre rocas ígneas en regiones de elevada
pluviometría.
• El pH del suelo: la asimilabilidad del boro disminuye a medida que aumenta el pH del suelo. Este hecho hace que los
suelos calizos sean propensos a mostrar deficiencias en boro, y más si existe un exceso de arcilla, debido a la fuerte
adsorción del ión borato.
• La humedad del suelo: las lluvias fuertes pueden lavar el boro del perfil del suelo, sobre todo en suelos ácidos y de
textura gruesa. Asimismo períodos prolongados de sequía favorecen la fijación de este elemento pasando a formas no
disponibles, en este aspecto tienen gran importancia la ralentización que sufren los procesos de descomposición de la
materia orgánica debido al descenso de la actividad microbiana en suelos secos.
• Una fuerte temperatura e intensidad luminosa: elevadas temperaturas y una fuerte intensidad luminosa acentúan los
síntomas de deficiencia de boro. Las exigencias en boro son inferiores en presencia de intensidades luminosas bajas.
• Las interacciones con otros elementos nutritivos: las fertilizaciones nitrogenadas en grandes cantidades atenúan los
excesos de boro, ya que disminuyen la absorción de boro por las plantas. Del mismo modo, una elevada fertilización
nitrogenada podría inducir una deficiencia en boro. Otros estudios muestran una sinergia entre las absorciones de boro
y fósforo, potasio, calcio y magnesio, estando estos macroelementos en cantidades no excesivas. Por el contrario,
potasio, magnesio, hierro y molibdeno a elevada concentración ejercen un antagonismo en la absorción de boro.

Un exceso de boro puede limitar la absorción de potasio y magnesio. Mención especial merece su estrecha interacción con calcio,
dentro de unos rangos óptimos de ambos nutrientes, se comportan como sinérgicos, pero valores deficientes o en exceso de uno
de ellos, afecta negativamente la dinámica nutricional del otro. Hay que destacar que elevadas concentraciones de calcio, pueden
provocar la precipitación de borato cálcico y la coprecipitación de boro con carbonato cálcico.
De esta manera estamos ante potenciales carencias de boro si disponemos de pH elevado en el suelo, existe escasez de materia
orgánica o el suelo está excesivamente seco o encharcado.

1.2. Síntomas de deficiencia.

Están siempre relacionados con las principales funciones del boro. Aparecen síntomas internos a nivel celular y vascular:

• Proliferación de células deformadas.


• Degeneración de tejidos meristemáticos y de membranas celulares.
• Acumulación de compuestos fenólicos en las vacuolas. Descenso de actividad de enzimas oxidantes.
• Incremento de la actividad ascorbato oxidasa en hojas.
• Acumulación de nitratos y menor contenido de proteínas en citoplasma.
• Aparición de zonas fibrosas.
• Desarrollo anómalo de vasos conductores.
• Disminución del contenido en azúcares en frutos y tubérculos.

El boro, al no desplazarse fácilmente desde las hojas basales, presenta síntomas externos inicialmente en las partes jóvenes de la
planta:

• Reducción del crecimiento terminal, con muerte de la yema terminal, los brotes axilares se estimulan produciendo ramas
axilares o mueren igualmente, los entrenudos se acortan. Como resultado se obtiene una característica forma
abotonada o de roseta terminal y un aspecto arbustivo o encogido de la planta.
• Las hojas jóvenes se ven deformadas, más o menos rizadas, gruesas, quebradizas, pequeñas y curvadas hacia adentro,
con nervios asimétricos, y a veces toman unos tonos oscuros, azul-verdosos o marrones y mueren.
• Los pecíolos y los tallos son más gruesos y se hacen fibrosos y frágiles. La planta presenta una apariencia encogida.
• Desarrollo de zonas necróticas y acuosas en tejidos de almacenamiento.
• Aparición de grietas y hendiduras en los pecíolos, en los tallos y algunas veces en los frutos y tubérculos.
• Alteración en la formación de flores y frutos. Aparición de frutos deformados, en cítricos crece la relación corteza / pulpa
de forma exagerada.
• Aparición de superficies escamosas y zonas acorchadas, con aparición de cavidades en frutos y tubérculos, síntomas
similares a la deficiencia cálcica.
• Alteración en la germinación del polen y formación desuniforme de frutos. A veces aparecen frutos partenocárpicos,
pequeños y de escasa calidad comercial, esto ocurre, por ejemplo, en vid. Las semillas presentan una más baja
viabilidad.
• Las raíces se espesan, a veces se hacen más finas y débiles, y presentan las puntas necrosadas, deteniéndose el
crecimiento.

Los cultivos presentan sensibilidades diferentes a la deficiencia de boro, incluso cultivares diferentes de una misma especie. Entre
los cultivos más exigentes en boro citar las plantas con aprovechamiento de sus raíces (remolacha, nabo, zanahoria), apio, coliflor,
brócoli, col, algodón, cacahuete, clavel, crisantemo, rosal, girasol, vid, manzano, peral, aguacate, café, olivo, eucalipto. La mayor
parte de las monocotiledóneas muestran unos requerimientos de boro inferiores, a excepción de maíz y sorgo.

Como enfermedades características de deficiencia de boro destacar el mal de corazón de la remolacha (heart rot) o la médula
acuosa de los nabos (water core), o el pedúnculo agujereado de la coliflor (holow stem).

1.3. Diagnóstico de la nutrición de boro en las plantas.

La deficiencia de boro ocurre en un rango de cultivos y condiciones climáticas, mucho más extenso que cualquier otro nutriente y,
probablemente incide más que cualquier otro micronutriente en la calidad y rendimiento de las cosechas.

En numerosas especies los síntomas de deficiencia son inferiores a 15-20 ppm de boro en hoja, los contenidos normales y no
excesivos se sitúan en 20-100 ppm y los síntomas de toxicidad aparecen generalmente a partir de 200 ppm, aunque puede
manifestarse con cantidades inferiores en especies menos tolerantes al exceso de boro. La tabla 1 muestra estos niveles foliares
para diferentes especies de cultivo.

En general puede esperarse una deficiencia de boro con niveles inferiores a 30 ppm en hoja o cuando la relación entre el
contenido en hojas jóvenes y el contenido en hojas viejas es bastante inferior a la unidad. Lo que sí resulta evidente es que en
caso de deficiencia las partes apicales presentan contenidos inferiores que las partes basales de la planta.

Los contenidos de boro son mayores en hojas que en tallos. El boro tiende a acumularse en los márgenes de las hojas, con
contenidos cuatro veces superiores que en las hojas enteras.

El boro total de los suelos, determinado por extracción de HCl en caliente con fusión alcalina, varía de 2 a 200 ppm, pero su
utilidad a efectos de diagnóstico es baja. La extracción con agua hirviendo es la admitida como método de determinación del boro
asimilable de suelos, después de haber utilizado un gran número de reactivos extractantes. Fue puesta a punto inicialmente por
Berger y Truog en 1939, extracción con agua hirviendo en relación suelo/agua de 1:2, siendo la duración de la extracción de 5
minutos por reflujo y filtración posterior. Este método da las mejores correlaciones entre el boro extraído y el absorbido por las
plantas.

El boro soluble en agua hirviendo varía en general de 0.1 a 3 ppm. El umbral de los síntomas de deficiencia está sobre 0.7-1 ppm,
aunque este valor depende mucho de la textura y pH del suelo y de la sensibilidad del cultivo en cuestión.

1.4. Síntomas de deficiencia en cultivos de interés.

1.4.1. Tomate.

La deficiencia de boro en tomate provoca hojas jóvenes más finas y frágiles, muestran un característico tono crema pálido,
márgenes con una tonalidad púrpura, desarrollan lesiones necróticas con o sin presencia de clorosis, se encorvan hacia adentro,
posteriormente se tornan marrones, el color de los extremos palidece y mueren. Con una deficiencia más grave estas hojas
jóvenes se deforman, son quebradizas y parcialmente cloróticas y presentan zonas insuficientemente desarrolladas, muriendo los
ápices de crecimiento. Los pecíolos primarios y secundarios tienden a colapsar. Las hojas maduras amarillean mostrando una
tonalidad anaranjada en los márgenes.

Los pedúnculos de los ramilletes son cortos y gruesos y generalmente sin producción, o si la tienen con frutos agrietados, con
superficies acorchadas y con una maduración desigual. Los frutos sufren pardeamientos internos. Debido a la degeneración de los
tejidos conductores, los tallos también se muestran engrosados, débiles, quebradizos y con lesiones suberosas.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 1-1.5 Kg/Ha de Boro o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro.

1.4.2. Pepino.

En estados de deficiencia las plantas muestran entrenudos cortos, las hojas jóvenes quedan deformadas, arrugadas y
encorvadas, terminando por morir al mismo tiempo que los puntos de crecimiento se tornan necróticos. Algunas de las hojas
maduras toman forma de copa, se muestran quebradizas y muestran manchas cloróticas. Las líneas amarillas de la piel del fruto
se muestran acorchadas, viéndose la calidad de la cosecha severamente afectada.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 1-2 Kg/Ha de Boro o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro.

1.4.3. Pimiento.

La deficiencia de boro conlleva una clorosis general de hojas jóvenes con brillo característico del follaje. Las hojas nuevas se
distorsionan con muerte de los puntos de crecimiento y botones florales.
Amarilleamiento de los extremos de las hojas maduras que gradualmente se extiende por los márgenes, y los nervios principales
se tornan color marrón, síntoma que es claramente visible al poner la hoja a contraluz.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 1-2 Kg/Ha de Boro o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro.

1.4.4. Melón.

En plantas de melón deficientes en boro la yema terminal no puede expandirse. La calidad del fruto se ve severamente afectada.
Los frutos carentes en boro muestran un menor dulzor.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 1-1.5 Kg/Ha de Boro o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro.

1.4.5. Cítricos.

Presenta síntomas foliares con clorosis en la base de la hoja que deben ser confirmados por no ser muy característicos. Los
primeros síntomas suelen ser manchas traslúcidas en hojas jóvenes, los nervios engrosan, se agrietan y toman apariencia
acorchada. Las hojas jóvenes tienden a enrollarse, pierden su brillo característico y se secan los ápices. En pecíolos y algunas
ramificaciones pueden aparecer exudaciones gomosas.

Los frutos permanecen de pequeño tamaño, duros y muestran típicas formaciones gomosas en el exterior y en el interior cerca del
eje central, con manchas pardas en la pulpa. La piel es extremadamente gruesa y el contenido en zumo es escaso. Existe una
caída general de frutos jóvenes, por lo que el rendimiento se ve seriamente afectado. Las semillas se muestran escasamente
desarrolladas y la cáscara de la semilla suele ser de color oscuro y estar seca.

Tratamiento: aplicaciones al suelo 15-30 g/árbol de Boro, o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro fuera del período de floración.

1.4.6. Manzano.

Los síntomas de deficiencia de boro se pueden ver en ramas, flores y frutos, aunque no existe ningún tipo de clorosis foliar. La
corteza de las ramas desarrolla una necrosis interna y termina por secarse. La fructificación de las ramas afectadas es escasa y
con frutos deformados. De la base del tejido muerto se suelen desarrollar yemas laterales que generan brotes de entrenudos muy
cortos, la superficie de la corteza es irregular y se suele agrietar y desprenderse parcialmente.
En condiciones de deficiencia de boro la floración y la fructificación se reducen de forma considerable, existiendo caída prematura
de frutos jóvenes. El fruto muestra puntos y manchas acorchados externos e internos, también piel rugosa y agrietada. Sufren
pardeamiento una vez cortados de forma mucho más rápida que los frutos normales. Los síntomas pueden confundirse con una
deficiencia de calcio (“bitter pit”), aunque en este último caso las manchas acorchadas tienen un característico sabor amargo,
ahora bien, una deficiencia de boro puede ser causa indirecta del “bitter pit”, al ocasionar una mala asimilación del calcio.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 15-50 g/árbol de Boro, o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro desde que las yemas están
hinchadas a caída de pétalos y al inicio del desarrollo del fruto.

1.4.7. Aguacate.

Existe una muerte gradual de los puntos de crecimiento apicales y también de los axilares. Hay malformaciones en las hojas que
toman una forma lanceolada, se arrugan y presentan manchas necróticas. Los nervios central y principales se parten por el envés
de la hoja y se suberifican. Las ramitas jóvenes se pueden hinchar y mostrar bolsas internas de corcho. El cuajado del fruto se ve
severamente afectado.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 10-30 g/árbol de Boro, o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro.

1.4.8. Vid.

En viña los síntomas típicos de deficiencia de boro son una clorosis intervenal en forma de mosaico desarrollada a partir del
margen de la hoja, con posterior secado y caída de ésta. Las clorosis suelen tomar una coloración pardo rojiza, llegando los
nervios a adquirir la misma tonalidad, abarquillándose la hoja. Las puntas de los zarcillos mueren. Los entrenudos son cortos, con
internodos engrosados y a veces con lesiones necróticas, muerte de yemas apicales y desarrollo de brotes axilares.

Los racimos presentan un reducido número de bayas debido a la pérdida de flores, con formación de elevado número de granos
muy desiguales. Los granos son pequeños, sin semillas a causa de una defectuosa polinización. El cuajado es muy deficiente y a
menudo los granos muestran lesiones interiores acorchadas.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 3-10 Kg/Ha de Boro o aplicaciones foliares al 0.05% en Boro antes o después de la floración.

1.4.9. Clavel.

El primer síntoma de deficiencia de boro en clavel suele ser la aparición de gran número de cálices partidos y de botones florales
abortados. A veces, el aborto no ocurre pero presentan muy pocos pétalos que terminan secándose con el estilo muy
pronunciado.

Las hojas se encorvan y pueden llegar a romperse por el punto de inserción al nudo. Se desarrollan manchas rojas a lo largo de
los nervios centrales en el envés de las hojas jóvenes, que posteriormente se extienden al haz y necrosan. Estas hojas
generalmente muestran forma de cuchara con las puntas dentadas. Las hojas maduras pueden desarrollar manchas de tonalidad
violeta. A menudo los brotes laterales superiores se muestran finos y muy ramificados. Los entrenudos son cortos y los tallos
acortados resultan finos y débiles. En resumen, la deficiencia de boro en clavel afecta gravemente la producción de botones
florales y la calidad de los que prosperan.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 1-2 Kg/Ha de Boro o aplicaciones foliares al 0.03% en Boro.

1.4.10. Rosa.

La deficiencia de boro en rosal se manifiesta con hojas deformes, pequeñas, alargadas y con los márgenes aserrados de forma
irregular. Existe una característica pérdida de la dominancia apical que conlleva a una múltiple ramificación de los pedúnculos que
están deformados.

Los pétalos pueden mostrar los bordes aserrados y pigmentación irregular. Las flores aparecen con un aspecto desgreñado y con
los colores más pálidos, así las rosas rojas a menudo aparecen con una tonalidad rosa. Bajo una deficiencia grave aparecen zona
necróticas en los puntos de crecimiento y en los botones florales.

Tratamiento: aplicaciones al suelo de 1-2 Kg/Ha de Boro o aplicaciones foliares al 0.03% en Boro.

1.5. Corrección de la deficiencia de boro.

Períodos estivales excesivamente secos, a continuación de inviernos o primaveras lluviosos, son propensos para la manifestación
de los síntomas de deficiencia de boro.

Existen numerosos abonos boratados utilizados para el suministro de boro a los cultivos: bórax (Na2B4O7·10H2O), tetraborato
sódico (Na2B4O7 o Na2B4O7 · 5H2O), pentaborato sódico (Na2B10O16 · 10H2O), solubor (Na2B8O13 · 4H2O), ácido bórico (H3BO3),
colemanita (Ca2B7O11 · 5H2O), etc. Los boratos de sodio son la fuente clásica de aporte de boro, pero son utilizados en
aplicaciones al suelo, el ácido bórico y el solubor también pueden ser utilizados en aplicaciones foliares al 0.05-0.1% en boro, a
causa de su mayor solubilidad y compatibilidad con la mayor parte de los productos pulverizados, sobre todo para aumentar la
floración y el cuajado de frutos.

La fertilización boratada, frecuentemente se practica mediante incorporación de este elemento a los abonos principales.

La dosis aplicada a los suelos varía entre 0.3 y 3 Kg de boro por Ha, dependiendo de la sensibilidad y edad del cultivo, el tipo de
suelo, la climatología, grado de deficiencia, localización de la aplicación, etc. Pero hay que ser cautos, ya que con facilidad se
puede pasar de situaciones de deficiencia a situaciones de toxicidad. De ahí que sea de extrema importancia que la aplicación sea
uniforme. Tampoco deben aplicarse fertilizantes boratados en contacto directo con las semillas, debido al riesgo de toxicidad.

El mejor momento de aplicación dependerá de diversos factores, tales como el régimen local de lluvias, la capacidad de retención
del boro en el suelo, estado fenológico, grado de deficiencia del cultivo, etc.

1.6. Exceso de boro.

El boro puede llegar a ser tóxico para numerosas plantas con contenidos poco superiores a aquellos juzgados como correctos.
Algunas especies muestran síntomas de toxicidad en cuanto los niveles superan las 200 ppm, incluso con contenidos claramente
inferiores para el caso de dicotiledóneas. La relación de los contenidos tóxicos con los normales es claramente menor para el boro
que para los demás elementos nutritivos.

Por encima de 5 ppm de boro extraído con agua hirviendo en suelo, pueden presentarse síntomas de toxicidad por boro. La
toxicidad por boro también puede inducirse por contaminación industrial.
Los síntomas de toxicidad consisten en una necrosis progresiva de las hojas que empieza por un amarilleamiento de las
extremidades y de los bordes de las hojas, que progresa con quemaduras entre los nervios laterales hacia la nervadura central y
evoluciona con un oscurecimiento y posterior necrosis, cayendo las hojas prematuramente. En general, las monocotiledóneas
muestran necrosis en los ápices de las hojas, mientras que en las dicotiledóneas la necrosis es tanto apical como marginal.

Los cultivos se clasifican en tres categorías por orden de tolerancia creciente al exceso de boro:

• Cultivos más sensibles: agrios, melocotonero, fresa, viña, higuera.


• Cultivos semitolerantes: cebada, alfalfa, zanahoria, maíz, patata, lechuga, tabaco, tomate.
• Cultivos tolerantes: nabo, remolacha, algodón, alcachofa, espárragos.

Bien es cierto que, en general, los rendimientos de los cultivos sólo se ven severamente afectados cuando los síntomas de
toxicidad son extremadamente graves, quizá el hecho de que el boro se concentre en ápices y márgenes de hojas, actúe a modo
de mecanismo de autodefensa, teniendo una baja incidencia sobre el crecimiento.

Los suelos en los que puede presentarse el exceso de boro son aquéllos derivados de los sedimentos marinos, los suelos de
regiones áridas y semiáridas o los suelos derivados de una roca madre rica en boro. Si además se riega con aguas demasiado
ricas en boro, o se aplican grandes cantidades de compost urbano, estaremos promoviendo síntomas de toxicidad. Por encima de
0.5 ppm de boro en el agua de riego ya pueden existir problemas para los cultivos sensibles a su exceso, si bien es cierto que
plantas tolerantes pueden soportar contenidos sensiblemente superiores. La tabla 2 muestra los niveles de tolerancia al contenido
en boro del agua de riego para diferentes especies de cultivo, ahora bien, estos valores habría que replantearlos en función de la
pluviometría de la zona y del manejo del drenaje efectuado en el cultivo.

Otra particularidad interesante de resaltar es que por lavado, la planta puede perder hasta el 80% del boro de sus hojas en
algunas especies. De esta forma, la planta se autodefiende contra una toxicidad.

1.7.Síntomas de toxicidad en cultivos de interés.

1.7.1. Tomate.

La toxicidad por boro en tomates se manifiesta como un amarilleamiento y posteriores lesiones necróticas en los extremos de las
hojas maduras, las cuales se curvan hacia adentro. Finalmente toda la hoja se curva y muere. La parte superior de la planta
generalmente permanece verde mientras que la mitad inferior está totalmente de color marrón dorado. Los extremos de las
hojuelas del cáliz del fruto se tornan de color grisáceo, se curvan y se secan.

1.7.2. Pepino.

Desarrollo de un característico tono amarillo oro en los márgenes de las hojas maduras, posteriormente los síntomas se pueden
extender a hojas jóvenes. Si la toxicidad continúa, los márgenes afectados se amplían, desarrollan manchas necróticas, se
marchitan y el tejido muere, permaneciendo un borde amarillo oro entre el tejido verde y la parte muerta. Las hojas se arquean
debido a que el tejido interior continúa desarrollándose. Las hojas jóvenes a menudo son más pequeñas de lo normal y aparecen
pocas flores femeninas. Los síntomas podrían confundirse con una toxicidad por amonio.

1.7.3. Pimiento.
Las hojas muestran un reducido tamaño, con zonas acorchadas en los márgenes, pudiendo llegar a afectar el rendimiento de los
frutos, si bien con concentraciones de boro muy elevadas.

1.7.4. Cítricos.

Aparecen lesiones cloróticas en las hojas que se extienden desde el ápice hasta las zonas marginales. Estos síntomas son
seguidos de manchas necróticas en ápice y márgenes.

1.7.5. Frutales.

A menudo existe un amarilleamiento y un chamuscado de los extremos de las hojas. Se acelera la maduración pero desciende la
calidad postcosecha.

1.7.6. Vid.

Zonas amarillas, y a veces rojizas, se extienden desde los márgenes de las hojas. Aparecen numerosos puntos necróticos, y si la
toxicidad es severa, toda la hoja se torna amarilla y muere. Se detiene el crecimiento de los bordes foliares, no alcanzando las
hojas su tamaño normal y adquiriendo forma de paraguas. También queda inhibida la germinación del polen y aparecen granos
partenocárpicos.

1.7.7. Flores.

Aparecen características lesiones cloróticas y necróticas en los ápices y a lo largo de los márgenes de las hojas viejas.

2. BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.

BERGMANN, W. 1992. Nutritional Disorders of Plants. Gustav Fischer. Verlag Jena.


JONES Jr, J. B. 1998. Plant Nutrition Manual. CRC Press LLC. Boca Ratón. Florida.
MARSCHNER, H. 1986. Mineral Nutrition in Higher Plants. Academic Press, Inc., New York.
MENGEL, K. & KIRKBY, E. A. 1987. Principles of Plant Nutrition. 4th Edition. International Potash Institute, Berna. Suiza.
REUTER, D. J. & ROBINSON, J. B. 1997. Plant Analysis: an Interpretation Manual. 2ª Ed. CSIRO Publishing. Australia.

Tabla 1. Interpretación de los niveles foliares de boro para diferentes cultivos.

NIVELES FOLIARES (ppm)


CULTIVO
DEFICIENCIA NORMALIDAD TOXICIDAD

Abedul <15 30-60

Abeto <12 15-30

Acacia <10 15-35

Aguacate <15 40-100 >250

Albaricoque <20 20-60 >90

Alcachofa <30 40-150

Alfalfa <20 30-80 >200

Algodón <15 25-80 >200

Almendro <25 30-65 >85

Altramuz <10 20-60 >800

Anacardo <40 60-80

Apio <20 30-60 >400

Araucaria 15-30

Arroz <5 10-25 >100

Avellano <25 30-75 >100

Avena <5 5-20 >40

Azalea <20 20-100 >200


Banana <10 20-80 >300

Boniato <15 30-150

Brócoli <20 30-100

Cacahuete <20 25-60 >230

Cacao <10 25-70

Cafeto <25 40-100 >200

Caña de azúcar <2 4-20 >400

Caqui 50-80

Casuarina 30-60

Cebada <5 5-20 >40

Cebolla <20 25-70

Cedro 25-45

Centeno <8 10-15

Cerezo <15 20-60 >150

Ciruelo <20 25-60 >80

Cítricos <20 30-100 >250

Clavel <20 30-100 >700

Coco <12 20-40

Col <20 30-60

Coles de Bruselas <15 25-90

Coliflor <15 20-80 >100

Colza <20 30-60

Crisantemo <20 30-100 >250

Cyclamen 25-60

Espárrago <20 40-100 >200

Espinaca 40-80

Eucalipto <30 40-120

Frambueso <15 20-70 >200

Fresa <25 25-50 >125

Fresia 30-100

Garbanzo <20 25-50 >200

Geranio <20 30-180 >400

Girasol <30 40-150 >500

Gladiolo 25-60 >300

Grosellero <10 20-40

Guisante <15 20-100 >200

Haba <20 35-80 >300

Haya 30-70

Helecho 25-60

Hibiscus <30 40-80


Higuera <15 50-140 >300

Hydrangea <20 20-50

Impatiens 50-60

Ixodia 50-60

Jengibre <20 60-140 >275

Judía <20 20-55 >150

Kenaf 15-25

Kiwi <20 30-60 >100

Lechuga <20 25-60

Leucadendron 12-20

Lino <15 25-60 >290

Litchi 25-60

Lúpulo <20 25-60

Maíz <5 5-35 >80

Maíz dulce <7 10-60 >100

Mandioca <15 30-60 >140

Mango 30-100

Manzano <20 25-60 >70

Melocotón <15 20-60 >100

Melón 30-80 >900

Mostaza <20 >80

Nabo <15 40-80

Nogal <20 35-200 >300

Olivo <15 20-150 >250

Olivo <14 20-150 >185

Orquídea 20-100 >400

Palma <12 15-25

Papaya <20 20-60

Pastos en general <10 15-50 >60

Patata <20 30-65 >180

Pepino <20 30-100 >300

Peral <15 25-50 >80

Petunia 20-50 >400

Pimiento <20 30-100

Pino <10 15-60 >170

Pistacho <80 120-150

Poinsettia <20 30-100 >200

Protea 15-25

Rábano <20 25-150

Remolacha <25 30-100 >250


Roble <10 20-50

Rosa <30 30-60 >400

Rye-grass <3 3-5 >50

Sandía <25 30-80

Schefflera <20 25-60

Sésamo <35 50-125

Soja <10 20-80 >100

Sorgo <7 15-100 >150

Tabaco <15 25-100 >250

Té <12 15-80

Tomate <15 30-100 >200

Trigo <5 5-20 >40

Vid <25 30-70 >150

Zanahoria <20 30-80 >250

Zinnia <15 25-70

Tabla 2. Tolerancia relativa de diferentes cultivos al contenido en boro (mg/l) en las aguas de riego.

CULTIVOS NIVEL CULTIVOS NIVEL CULTIVOS NIVEL


HORTÍCOLAS CRÍTICO FRUTALES CRÍTICO EXTENSIVOS CRÍTICO

Zarzamora 0.5 Limonero 0.4 Cacahuete 1.3

Pimiento 1.3 Pomelo 0.5 Avena 1.5

Calabaza 1.4 Aguacate 0.6 Maíz 1.7

Guisante 1.9 Naranjo 0.7 Trigo 1.8

Rábano 2.0 Albaricoquero 0.8 Cebada 1.8

Tomate 2.1 Melocotonero 0.8 Girasol 2.5

Patata 2.4 Cerezo 0.8 Tabaco 2.9

Pepino 2.4 Níspero 0.9 Trébol dulce 2.9

Zanahoria 2.5 Caqui 1.0 Sorgo 3.0

Lechuga 2.6 Higuera 1.0 Alfalfa 3.5

Coliflor 2.7 Vid 1.0 Veza 3.5

Col 2.7 Manzano 1.1 Remolacha 3.6

Apio 2.7 Peral 1.1 Algodón 3.8

Nabo 2.8 Nogal 1.1

Alcachofa 2.8 Ciruelo 1.1

Melón 2.9 Olivo 1.8

Cebolla 3.0 Palmera 3.8

Haba 3.2

Espárrago 4.0

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