Resumen Esclavitud en Venezuela

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Esclavitud en Venezuela

ÍNDICE

Introducción……………………………………………………………………………..
3

CAPÍTULO I.…………………………………………………………………………..5

 Realidad Venezolana en la Colonia…………………………………………….5

 Los Cumbes y las Rochelas…………………………………………………….7

 Los castigos y penalizaciones a esclavos en la colonia ………………………..9

 La esclavitud: pionera de una grandiosa economía colonial ………………….11

 Adaptación de los esclavos a la sociedad y los matrimonios…………………..11

 La iglesia y los esclavos, Ideal de libertad, ¿a la vuelta de la esquina?..............12

CAPÍTULO
II…………………………………………………………………………..15

 Hacia La Libertad Legal De Los Esclavos……………………………………..15

 Simón Bolívar, líder abolicionista de la esclavitud…………………………….15

 El inicio del fin…………………………………………………………………17

 Alzamientos esclavistas………………………………………………………...22

 Los hermanos Monagas y su aporte a la abolición……………………………..22

 Ley de la abolición de esclavitud, ¿el verdadero fin? ………………………….23

 Sobre los obstáculos……………………………………………………………24

 Posterior al proceso…………………………………………………………….25

 ¿Y que hay de los que “solían ser


esclavos”?......................................................25

Conclusión……………………………………………………………………..............
.26
Bibliografía
…………………………………………………………………………….28

Anexos………………………………………………………………………………….29

Introducción

La esclavitud es, como dijo el gran Bolívar, “la infracción de todas


las leyes, la violación de todos los derechos.”Sin la igualdad
acaban todas las libertades, todos los derechos; y con la
esclavitud no hay igualdad.

La esclavitud es el estado social definido por la ley y las


costumbres como la forma involuntaria de servidumbre humana
más absoluta. Un esclavo se caracteriza porque su trabajo o sus
servicios se obtienen por la fuerza y su persona física es
considerada como propiedad de su dueño, que dispone de él a su
voluntad.

Desde los tiempos más remotos, el esclavo se definía legalmente


como una mercancía que el dueño podía vender, comprar, regalar
o cambiar por una deuda, sin que el esclavo pudiera ejercer ningún
derecho u objeción personal o legal. La mayoría de las veces
existen diferencias étnicas entre el dueño de esclavos y el
esclavo, ya que la esclavitud suele estar basada en un fuerte
prejuicio racial, según el cual la etnia a la que pertenece el dueño
es considerada superior a la de los esclavos. Es muy raro que los
esclavos sean miembros del mismo grupo étnico que el dueño.

La práctica de la esclavitud data de épocas prehistóricas, aunque


su institucionalización probablemente se produjo cuando los
avances agrícolas hicieron posible sociedades más organizadas
que requerían de esclavos para determinadas funciones. Cuando
apenas se había descubierto Venezuela, ya se requería la mano de
obra esclava, como por ejemplo, para la busca de perlas en las
costas venezolanas.

La obtención de esclavos, a veces requería la conquista de otros


pueblos; sin embargo, algunos individuos se vendían a sí mismos o
vendían a miembros de su familia para pagar deudas pendientes,
en Venezuela una pieza de indias (así se le denominaba a un
esclavo en la época colonial) costaba 300 pesos, aunque el precio
promedio era de 170 pesos; la esclavitud era también el castigo
para aquellas personas que cometían algún delito e incluso el
esclavo podía liberarse de ese status, si por ejemplo, ayudaba y
luchaba en las guerras en beneficio de su patria, en otras
palabras, alistándose en las filas de ejército podría revocársele su
condición esclava.

Observaremos en la investigación que los esclavos de origen


africano y sus descendientes contribuyeron con su trabajo al
desarrollo de la economía del período de la Colonia; y de un hecho
más importante aún, como fue la integración del comercio colonial
al sistema capitalista mundial, pues la esclavitud, considerada
como compra-venta de negros, incentivó la acumulación de
capitales, y a lo largo de los siglos que perduró el tráfico negrero,
las metrópolis europeas principalmente la inglesa, la francesa y la
holandesa reunieron el capital necesario para acelerar su
desarrollo industrial y urbanístico.

El cacao, que se cultivaba fundamentalmente con la mano de obra


esclava, ocasiona en Venezuela un proceso relativamente rápido
de acumulación de capital, iniciado su cultivo con timidez durante
los siglos XVI y XVII y logrado su auge en el siglo XVIII.

Muchos hombres y mujeres pertenecientes a los diferentes grupos


étnicos sometidos a una constante explotación por parte de los
terratenientes-esclavistas y sus instituciones militares y jurídicas,
no aceptaron en forma pacífica los múltiples males que les
ocasionaban tanto el régimen de la esclavitud como los lazos que
los vinculaba con la servidumbre y por lo tanto, pusieron en
práctica un conjunto de acciones, tales como: las fugas, las
rebeliones, insurrecciones, sublevaciones y en algunas ocasiones
la destrucción e incendio de las unidades de producción y otros
optaron por el suicidio para huir de las injusticias a que eran
sometidos. Algunos de estos casos, los observaremos con
mayores detalles más delante de la investigación.

Nos percatamos entonces que existían oposiciones esclavistas,


producto de esto a lo largo de nuestra historia, notamos que
existe un interés por la libertad de dichos esclavos, como es el
caso de Simón Bolívar, y años después en 1854 el presidente José
Gregorio Monagas logró que la abolición de la esclavitud fuese una
medida legislativa que no afectara los intereses de los amos de
esclavos, en donde se iba a indemnizar a estos dueños de los
esclavos.

¿Cómo vivían los esclavos? ¿Qué hacían? ¿Cómo se adaptaban a


la realidad social? ¿Cómo eran castigados, ante sus “malas
conductas”? ¿Cómo se liberaron? ¿De dónde se sacaría el dinero
para la indemnización? ¿Qué pasaría con los ex-esclavos? En fin,
todas estas preguntas y muchas otras, serán respondidas a lo
largo de esta extensa investigación sobre la realidad venezolana
en la Colonia en cuanto a la esclavitud y sus esclavos.

CAPÍTULO I

Realidad Venezolana en la Colonia:

La esclavitud y sus esclavos

Venezuela no fue un país dominado por la institución esclavista,


esto lo podemos confirmar debido al bajo porcentaje de esclavos
con respecto a la población que habitaba la república para la
época.

“Los datos poblaciones aportados por Humboldt nos indican que a


fines del siglo XVIII Venezuela a penas tenía 60.000 (sesenta mil)
esclavos, una cifra pequeña en comparación con los 450.000
(cuatrocientos cincuenta mil) negros y mulatos libres”, ello
evidencia la poca importancia numérica antes señalada; más aún
si la comparamos con la de los países del continente donde la
esclavitud alcanzó mayor auge: Cuba, Brazil y Estados Unidos. “O
si tenemos en cuenta que hacia 1790 había en las indias
occidentales inglesas cerca de 10 por cada hombre libre; en las
francesas 14; y en las holandesas 23”. 2

Acosta Saignes nos comenta que en la colonia, todo dependía de


los esclavos. “Sobre sus hombros recayó el mantenimiento de
aquella sociedad: fueron pescadores de perlas, descubridores de
minas, pescadores, agricultores, ganaderos, fundadores,
trabajadores especializados en las minas, herreros, domésticos,
músicos, barberos, verdugos, soldados, entre otros.”

La colonia venezolana, fue una de pocas que no poseía metales


preciosos ni ningún otro producto codiciado para la época que le
permitiera cierta prosperidad económica, a excepción del auge
cacaotero del siglo XVIII. Muy pronto se desvaneció acá el mito de
“El Dorado” y nuestros colonos tuvieron que pensar en la mejor
manera de fomentar la agricultura.

Tal situación tuvo incidencia en el hecho de que, aun cuando se


necesitara la mano de obra esclava para los oficios agrícolas, los
hacendados tropezaban con la escasez de recursos para llevar
adelante sus propósitos, por tanto, se daba el fenómeno que en
nuestro país, los esclavos fueran cotizados a más bajo precio
respecto al precio de venta al publico en otras colonias,
determinando que la mercancía traída por los tratantes fueran muy
rara vez de óptima calidad. Es importante destacar que en el
negocio negrero, había parámetros para determinar el valor del
producto. Así para que fuese bien cotizado un esclavo debía
poseer determinadas cualidades, se procuraba que gozara de
buena salud, además de ser joven (de 15 a 35 años) y que
poseyera una adecuada corpulencia que le permitiera soportar con
mayor facilidad los duros trabajos a que seria sometido. “De allí
surge el patrón “pieza de indios”, es decir la clasificación que se
hacia para la venta: negros piezas, los que tenían siete cuartas de
altura. Cuando un esclavo no llegaba a tal estatura se completaba
la pieza con la medida de algún niño, si lo había. En caso de ser
todos adultos, se medían las cuartas totales y se dividían por 7
para obtener el número de piezas. Los menores, hasta los 6 años
eran denominados “mulequines” de los 6 a los 12 se les llamaban
“muleques”y de esa edad hasta los 18 “mulecones”.”

El precio de una “Pieza de Indias” era aproximado de los 300


pesos sin embargo en Venezuela las ventas se efectuaban a un
costo promedio de 170 pesos, dándose la modalidad de
adquisición de esclavos fiados (a créditos).También existía la
adquisición de esclavos por medio de trueques, en la Colonia era
muy común el trueque de esclavos por mulas.

La traída de los negros a nuestro País, tuvo lugar a través de


distintos sistemas: al comienzo fue el régimen de licencias, luego
vendría el de asientos y finalmente se impondría el de compañía,
hasta que el 18 de febrero de 1879 se declaró libre el tráfico de
esclavos, sin embargo, se mantenía el negocio ilícito de éstos,
como por ejemplo las arribadas maliciosas y malas entradas, aquí
habría que añadirse la acción de los contrabandistas, quienes
vendían a los hacendados “las piezas” a menor costos.

Actualmente, existe la tendencia a pensar que en la época de la


Colonia todo era pacífico, pero Germán Carrera Damas, evidencia
que esto no era así, con su frase “sentar, como principio, que
bastaba la presencia de un esclavo, para que su lucha, por la
libertad entrase en la línea de la necesidad histórica, podría
parecer a Priori si no estuviese apoyado en nuestro caso, por las
incontables y hasta hace poco escasamente conocidas, rebeliones
de esclavos, ocurridas a todo lo largo de la colonia.”

Una de las expresiones más evidentes de dicha rebelión sería la


huida, que era un acto mediante el cual los negros, enfrentaban el
esclavismo, a pesar, de lo exagerado de las penalizaciones, esta
opción fue adoptada por miles, hombres y mujeres, que prefirían
ser “cimarrones” con todo lo que esto implicaba, a permitir ser
humillado por el sistema esclavista. Los cimarrones llegaron a ser
cerca de 20 mil, entre ellos habían gente explotada no europea:
cumbes, quilombos, mocambos, mambises, rochelas, patucos y
palenques; así eran denominados algunos de los que componían
estas agrupaciones, convivían entre ellos y dando resultado a la
reproducción entre ellos. Como ejemplo, de dicho caso
encontramos la mezcla de negros con indios y con blancos, el cuál
determinará el mestizaje que constituye la base de la población
venezolana. Machado Hernández en su conferencia sobre “La
Función económica de las Razas en la formación del Estado
Venezolano”, ha podido concluir en que: sin el aporte negro y sin el
mestizaje, las sociedades coloniales, no habrían podido
desenvolverse con el vigor con el que se desarrollaron durante
tres siglos. Asimismo comenta que la combinación de negros y
blancos, dan híbridos muy interesantes y de características
superiores.

Desde 1552 hasta 1799, existen múltiples levantamientos e


insurrecciones esclavistas, los cuales evidencian la oposición
permanente que hubo en Venezuela, aparte de estos
levantamientos, existen causas que enmarcaron la abolición
definitiva de la esclavitud por José Gregorio Monagas, pero, ¿a
qué se deben estos levantamientos y oposiciones esclavistas?

Los Cumbes y las Rochelas

Para responder dicha interrogante, recordemos que cuando


algunos esclavos cimarrones no se adaptaban a vivir bajo la tutela
de su propietario, huían definitivamente a las montañas formando
los llamados “cumbes”, donde habitaban en chozas alejadas de la
acción de amos y autoridades. Desde allí bajaban a los caminos y
poblados para asaltar y robar, transformándose en el azote de la
región. Consecuencia de los cumbes, se dieron origen a pueblos, a
lo largo y ancho de la geografía venezolana. Además grupos de
mulatos y negros libres se juntaban, formando las llamadas
“rochelas”. Los repartimientos de negros, que era el sitio de la
hacienda donde tenían sus chozas o bohíos (ellos lo llamaban
bujíos), llegaron a formar con el tiempo importantes centros
poblacionales. Los pueblos negros se formaron en las zonas
costeras y bajas, donde caracterizó el cultivo de cacao, por lo que
se requirió de la mano de obra negra, debido a que éstos eran
fuertes y se adaptaban fácilmente a las tierras cálidas. Por
ejemplo encontramos los Pueblos de Taría, Cabría, Urama y Morón,
en las costas centrales, tuvieron sus orígenes en capellanías de
negros allí establecidas; así como Curiepe, el cual, fue un pueblo
fundado por negros libres. A través de todo el Siglo XVIII se nota
un aumento de los alzamientos de esclavos. Lo más probable es
que este aumento ocurrió debido a una razón económica: el siglo
XVIII es el siglo del Cacao en las provincias que luego
conformaron a Venezuela, más específico en las zonas costeras y
cálidas; es la época que debido al aumento de la producción y
venta del cacao, en los mercados europeos, se requiere más mano
de obra negra en las haciendas. Este requerimiento hace que los
terratenientes criollos compren mayor cantidad de ellos y esto
trae consigo un aumento de la incidencia delictiva entre estas
“clases bajas”, como se les decía, puesto que los esclavos, al
sentirse más fuertes a nivel de números, emprenden acciones que
antes no habían realizado. Es importante recordar, que en ese
mismo Siglo los fugitivos negros de las Antillas, hicieron presencia
en dichas provincias, debido a las ideas francesas de libertad e
igualdad. Además que en 1789 (mismo año que ocurre la
Revolución Francesa), se autoriza el libre comercio de esclavos.
Es por todo esto que a finales del Siglo se producen más
rebeliones y alzamientos. “Los sucesos de Haití también van a
influir en este comportamiento. Por este motivo los dueños de
haciendas elevan sus voces y fomentan la creación de “cuadrillas
armadas”, a fin de proteger sus propiedades y por supuesto, sus
vidas. En 1721 las autoridades reales calculaban en 20.000 los
negros cimarrones en toda la provincia de Caracas y ya en 1786,
José de Castro y Araoz decía que, sólo en los Llanos, había unos
24.000. Según la misma fuente, entre 1794 y 1795 fueron
entregados a sus amos unos 500 cimarrones. ”

La realidad es que desde el principio de la Colonización fueron


muchos los alzamientos de esclavos, pero en la segunda mitad del
Siglo XVIII, factores económicos, sociales e ideológicos incidieron
notoriamente sobre este proceso, haciendo cada vez más difícil el
control sobre las esclavitudes.

Podemos notar entonces, que en toda la historia venezolana en la


época colonial, ocurrieron diversos tipos de revelaciones
esclavas, inclusive eran conocidos como los azotes de regiones,
pero, ¿no existían los castigos a estos grupos?

Los castigos y penalizaciones a esclavos en la colonia

Citemos en principio la sabia frase de Simón Bolívar que dice: "La


impunidad de los delitos hace que estos se cometan con más
frecuencias: al fin llegó el caso en que el castigo no basta para
reprimirla"

Los castigos si existían en esa época, cuando los esclavos huían


estos al ser capturados eran obligados a cumplir penas o castigos
que dependían del tiempo durante el cual el esclavo se mantuvo
alejado de sus obligaciones, por ejemplo, “cuando un esclavo huía
por un período de 4 días o menor, recibía una pena de 50 azotes; si
el esclavo huía por un período de 8 días o menor, el esclavo
recibiría 100 azotes y una calza de hierro de 12 libras en un pie,
por 2 meses; si el esclavo huía por 6 meses, se le aplicaba pena de
muerte; a los esclavos no se les solía aplicar la cárcel, ya que el
tiempo en la cárcel era tiempo de trabajo que el amo perdía, y así
con penas de poco tiempo, pero dolorosas para el mismo.” Se
puede establecer que a partir de 1830 con la separación de
Venezuela de la Gran Colombia las condiciones de los esclavos
sufrieron una drástica decadencia, ya que los esclavos eran más
importantes para Venezuela que para muchos otros países que
conformaban la Gran Colombia, esto se ve reflejado en numerosas
legislaciones, que hacen cada vez más indignante el régimen al
que eran sometidos dichos seres; a partir de 1836, los cambios
que más resaltan son el aumento del máximo de azotes que podría
ser propinado a un esclavo de 29 a 100; se establecieron
numerosas facilidades para que los amos tuvieran cierta libertad
al aplicar las penas que ellos consideraran necesarias para hacer
justicia ante las faltas cometidas por sus esclavos. Este tipo de
penas, eran muy útiles para los amos, ya que de esta manera los
esclavos sentirán cierto remordimiento al intentar huir, y de esta
manera no llegarían a hacerlo, asimismo, recibirían una pena que
los haría sufrir, y además serían obligados a seguir cumpliendo
con sus obligaciones. Incluso hubo casos en los que el esclavo
cometía faltas, como por ejemplo robo o hurto de elementos que
pertenecían a su amo, este era castigado con mutilaciones. Se
puede resaltar que las penas no era el único aspecto que los
presionaba para no huir, a su vez, las autoridades tras lo difícil que
era la captura de los esclavos solían recurrir a la iglesia, para que
estos realicen pronunciamientos estableciendo que los esclavos
que huyeran de sus amos, recibirían maldiciones, y caerían
desgracias sobre los mismos. Pero a su vez, había aspectos que
los instaba a huir de sus amos, entre estos aspectos destacan, la
compra o adquisición por parte del amo de una cantidad de
esclavos significantes para poder realizar un alzamiento, es decir,
cuando los esclavos eran numerosos, se veían respaldados, ya que
veían la posibilidad de ejercer acciones que de ser menos, en
cuanto a cantidad, jamás se hubieran atrevido.

En adición a esto, el Santo Tribunal de la Inquisición castigaba a


cualquiera que cometiese herejía, idolatría, brujería y hechicería.
Los negros esclavos o libres eran los que más las practicaban
para curar enfermos o descubrir ladrones. Para ello utilizaban la
totuma o batea con agua donde se reflejaba la imagen del
culpable. Muchas de estas prácticas realizadas por los negros,
incluían manifestaciones diabólicas, lo cual era castigado por la
Inquisición.

Los negros herbolarios eran los que elaboraban pócimas con


ciertas hierbas, a las que se les atribuía cualidades curativas. Las
prácticas de brujerías de los negros causaban gran impresión. Las
manifestaciones mágico- religiosas de los africanos eran vistas
con asombro y respeto. Por su parte los africanos se
aprovechaban de ello para adquirir poder, aplicando los usos y
costumbres de sus ancestros.

Sin embargo, la población esclava, a pesar de tantas revelaciones,


seguía estando en los campos de trabajo, de ahí la teoría de que la
economía colonial de Venezuela, floreció gracias a la esclavitud.

La esclavitud: pionera de una grandiosa economía colonial

Si es cierto que la economía venezolana se origina en los


repartimientos y encomiendas, pero su desarrollo y estructuración
se debe a la esclavitud. Es solamente cuando se incrementa la
importación de esclavos cuando prosperan las haciendas. Se
calcula que el trabajo de un esclavo equivalía al de cuatro
indígenas.

De la economía agrícola que producía la huerta y la producción de


frutos menores, con los esclavos, se pasa a las haciendas de
cacao, de caña de azúcar, de café, de añil e incluso las mismas
plantaciones de trigo llegan a desarrollarse.
Toda la agricultura es fruto de trabajo esclavo. Tanto así, que
Venezuela se integra al capitalismo comercial gracias al esfuerzo
obligado de estos hombres considerados como piezas. Por esta
razón Juan Liscano ha podido decir: “Del trabajo de esas sombras
crecientes, nacerán las haciendas de cacao, de caña, de café,
nacerá la agricultura de Venezuela. Sus gritos humanos de carne
herida, vejada, sellada por el hierro, lacerada por el látigo, están
en la raíz de nuestra riqueza, son el barro informe del cual
nacieron las fortunas de nuestros “Grandes Cacaos” de la
Colonia”.

No menor importancia van a tener en nuestro desarrollo social. La


religión es otro de esos factores que hacen posible la mezcla de
cultura (transculturación) por aceptación y adaptación de los
grupos esclavos. Las relaciones espirituales, engendraron cierto
espíritu de convivencia que adquirió, a veces, el carácter de
relaciones familiares, cuando las negras esclavas desempeñaban
generalmente el papel de nodrizas de los niños blancos.

Adaptación de los esclavos a la sociedad y los matrimonios

Los reyes españoles tuvieron un gran cuidado, al hacer un criterio


a nivel social en diversas leyes para sus Tierras, que no permitiera
la unión entre ciertas mezclas étnicas, las cuales podrían resultar
perjudiciales a la buena marcha de sus provincias. Sin embargo, la
legislación fue una, y la realidad americana otra.

El mestizaje fue siempre característico en la Colonia, y fue


tomando auge a medida que los blancos, indios y negros se
mezclaran sin mayores problemas, formando así la base piramidal
de distintos componentes pardos.

La verdad era que, vientre esclavo engendraba esclavo y solo el


interés de un padre blanco podía lograr la fácil libertad de este
hijo mulato. En otras palabras, el padre de ese hijo mulato tenía
prioridad sobre otros compradores de pequeños, es importante
destacar, que para obtener la libertad de un esclavo, se debía
hacer una carta que le acreditara tal libertad.

A pesar del interés de las autoridades civiles por mantener ciertas


normas de moralidad, al promover los matrimonios entre esclavos,
evitando así, las uniones ilícitas entre ellos; asimismo, la situación
económica y social en la que se vivía en esa época, obligaba a
dueños de hatos y haciendas a oponerse a la legalización de
dichas uniones. Esto se debía a que si se producía un casamiento
entre esclavos de distintos amos, se planteaba el problema de que
la mujer debía vivir en el mismo lugar donde habitaba el marido, lo
cual influía en el trabajo dentro de las propiedades del amo. En
algunos casos, lo que se hacía era la venta de la esclava al dueño
del marido. En otras ocasiones se daba lo que se denomina
“sonsaque”, mediante el cual el amo de uno de los dos sacaba
arteramente al otro del poder de su dueño, lo cual traía problemas
entre ambos propietarios.

Se habla de que en la colonia, amos poseían esclavos, pero,


¿Quiénes eran los verdaderos dueños de estos grupos o “piezas”?

La iglesia y los esclavos

Ideal de libertad, ¿a la vuelta de la esquina?

En cuanto al papel de la iglesia con respecto a los esclavos, se


podría decir que es muy amplio y diverso, ya que formaban parte
activa en la sociedad como consejero e instructor espiritual, y
además formaba parte activa en la economía de la sociedad;
Entonces al formar parte activa en la economía de la sociedad, era
poseedora de esclavos algunos los adquiría a través de la compra,
mientras que otros los obtenía a través de donaciones.

Había personas que se encargaban de enseñar a los esclavos los


pilares fundamentales de la fe católica, además de los aspectos
fundamentales de dicha religión. A su vez estas personas también
se dedicaban a vigilar sus rezos, festividades y otros actos, con el
objetivo de que dichos esclavos no cometieran actos indebidos,
debido a que incluso en las fiestas religiosas limitadas solo para
los esclavos (la participación en dichas fiestas era tomada solo
por los esclavos) los mismos debían mantener un comportamiento
adecuado debido a que la religión católica establecía cierta
seriedad en cuanto a la compostura de dichos individuos.

Había organizaciones o grupos de negros reunidos con el fin de


ejecutar acciones espirituales temporales y eran regidos bajo el
mando de un santo patrono, y cuyos establecimientos debían estar
regidos y autorizados por el Obispo y el Rey. En dichas cofradías
los negros podían desempeñar diversos cargos; la disponibilidad
de dichos cargos dependía de su condición, es decir, de si eran
libres o esclavos, lo cual implica por ejemplo que un esclavo no
podría desempeñar el cargo de administrados de los bienes de
dicha cofradía, sino que tendría que limitar a realizar trabajos
forzados, ya que los cargos importantes solo podrían ocuparlos los
negros libres. A su vez los negros libres eran obligados a presentar
ante la Real Audiencia una documentación que probara su clase
social, dicha documentación podría contener simplemente un
repaso de sus antepasados (presentar un comprobación
genealógica, que demostrara que no había sangre esclava entre
sus antepasados).

Del mismo modo la iglesia realizaba préstamos a interés, de


esclavos negros con la finalidad de facilitar el progreso en cuanto
al cultivo de las haciendas, dichos préstamos solían hacerse a
través de bienes inmuebles. Cabe destacar que dichos bienes
inmuebles incluían a sus esclavos, lo cual da referencia a que los
esclavos eran empleados como productos u objetos que sus
dueños podían manejar como mejor les parezca. Un aspecto
resaltante de los préstamos que realizaba la iglesia es que dichos
préstamos podrían ser realizados a través de parroquias,
conventos, e incluso cofradías, esto indica que negros libres
colaboraban con la compra de negros esclavos.

Como se percata a través de lo leído, La Iglesia mantenía un


grandioso control sobre los esclavos, sin embargo, las
insurrecciones se hacían inevitables, y se empezaba a observar a
principios del Siglo XIX, una intención de igualdad, de libertad,
Simón Bolívar a lo largo de su vida política y militar, no obvió en
mencionar dichos aspectos, en donde incentivaba a la libertad de
los esclavos y propiciaba la igualdad de clases; a pesar de sus
intenciones, esta realidad no estaba a la vuelta de la esquina, se
urgía un poco más que simples palabras; se requería de
motivación y apoyo. Se necesitaba entonces de alguien que
afirmara que no existe argumento que justifique la continuidad de
este avergonzable aspecto, que diga que sin la igualdad mueren
las libertades, y derechos, y que con la esclavitud no hay igualdad;
que motive a que no se abandonen las relaciones con este tema, y
que se busque la forma de abolir la esclavitud, sin obviar los
derechos de los amos, sancionando una ley justa que conserve los
principios liberales que nos han traído hasta este punto. No fue
sino hasta 1854 que José Gregorio Monagas logró que la abolición
de la esclavitud fuera una medida legislativa que no afectara los
intereses de los amos de esclavos, más bien esta medida convenía
a los mismos. En efecto, la esclavitud se había convertido en
forma anti-económica para los dueños de haciendas, a los cuales
les convenía más comprar libremente la fuerza de trabajo que
utilizaba en sus haciendas que mantener dicha fuerza (esclava).
Por otra parte, estando prohibida la importación de esclavos desde
1810, el crecimiento de la mano de obra esclava era menor que el
aumento de la demanda. Es decir, la esclavitud pasó a ser anti-
económica porque no se podía aumentar la mano de obra esclava
en la misma medida en que crecía la demanda de esclavos. Los
propios dueños de hacienda vieron la conveniencia de sustituir los
esclavos por trabajadores libres.

“Para 1854 todos los esclavos quedaron libres, comprendiendo a


los manumisos, había cerca de 40000 esclavos, la mayoría en las
provincias de Caracas y Carabobo; y para indemnizar a sus amos
se les remuneró cerca de tres millones de pesos. Según el censo
especial de la época 450 esclavos fueron liberados por sus amos
cuando iniciaba la abolición en el congreso y 12500 esclavos con
27000 manumisos quedaron libres (por ley). ”

Durante los cuatro o cinco años que siguieron al de la


emancipación, no se nota ningún cambio social ni político, debido
a la influencia de los nuevos ciudadanos. Muchos continúan
viviendo como peones y colonos en las haciendas de sus antiguos
señores; otros se dispersaron por ciudades y campo; todos van a
confundirse poco a poco con la masa de mestizos que forma la
población venezolana y su gran pirámide social.

CAPÍTULO II

Hacia La Libertad Legal De Los Esclavos

El proceso de abolición legal de la esclavitud se inicia en


Venezuela prácticamente con el movimiento independentista,
pues la Junta de Gobierno creada el 19 de abril de 1810 prohíbe el
14 de agosto de ese mismo año, la introducción y venta de
esclavos en el país. Ya para 1811 se ratifica dicha proposición en
el artículo 202 de la Constitución Federal.

Una de las maneras en ese entonces, para que un esclavo pudiera


ganarse la libertad, sería durante las campañas militares de la
Independencia en donde se ofrecen en diversas ocasiones la
libertad a título individual, que incluso podían ser extensiva a sus
familiares directos, este permiso era para aquellos que se alisten
en el ejército y combatan a favor de la República un determinado
número de años; como lo proclama Simón Bolívar en Carúpano el 2
de junio de 1816 y lo ratifica con mayor amplitud el 6 de julio del
mismo año en Ocumare de la Costa.

Simón Bolívar, líder abolicionista de la esclavitud

Recordemos que Bolívar al arribar en su primera "Expedición de


los Cayos" desde la República de Haití, el Libertador anunció en
Carúpano y luego en Ocumare de la Costa la libertad de los
esclavos negros, al tiempo que les exigía su incorporación a
luchar por la independencia nacional.

Simón Bolívar habla de su objetivo de lograr la libertad. El decreta


la libertad absoluta de los esclavos que estuvieron bajo el yugo
español. Propone cuatro condiciones que deben cumplir todos los
nuevos ciudadanos para servirle a la patria.

La primera condición, es que todos los hombre de catorce a


sesenta años deben cumplir con alistarse en las banderas de
Venezuela para defender a la patria.

La segunda condición, es que todos los ancianos, mujeres, niños e


inválidos no tendrán que ir para el servicio militar, ni domestico ni
campestre.

La tercera, es que aquel que no se defienda ni luche por su


libertad quedara sujeto a la servidumbre.

La cuarta y ultima condición, es que los parientes de los militares


que se defienden por su libertad tendrán el placer de gozar los
derechos ciudadanos y de su libertad.
Sin embargo, estas proposiciones no llegaron a significar la
abolición legal de la esclavitud, la cual siguió existiendo como
institución, tanto en las partes del territorio venezolano libertadas
como en aquellas que permanecían bajo el régimen español.

Posteriormente, el Libertador, con el cargo de Jefe Supremo de la


República en su Discurso de Angostura, el 15 de febrero de 1819,
pide al Congreso reunido en esa ciudad que decrete la abolición de
la esclavitud, pero la decisión del cuerpo legislativo anuncia un
año después, tan sólo su gradual extinción y sin que se perjudique
económicamente a los dueños de esclavos. Inmediatamente
después de la batalla de Carabobo, en 1821, el Libertador, en su
condición de general en jefe del ejército en la que derrotó al
ejército de La Torre, solicitó el 14 de julio de 1821 al Congreso
Constituyente de la Gran Colombia reunido en Cúcuta que
decretase entre otras cosas, “la libertad absoluta de todos los
colombianos al acto de nacer en el territorio de la República.” El
21 de julio siguiente, dicho Congreso, acogiendo lo expresado en
1820 por el Congreso de Angostura y en atención a la mencionada
solicitud de Bolívar, dio una ley que preveía la abolición parcial de
la esclavitud. Para lograr lo último mencionado se establecieron
dos procedimientos que operaban simultáneamente. Por una parte,
se utilizó a lo que se llamó libertad de vientres, en donde todos los
hijos de esclavos (manumisos) nacidos a partir de entonces fueron
declarados libres al venir al mundo, pero hasta su mayoría de
edad, que se fijaba en los 18 años cumplidos, deberían
permanecer entonces al servicio del amo de su misma madre, con
el fin de que éste los preparara, le inculcara y enseñara a trabajar
con el objetivo de que al ser libres cuando alcanzaran su mayoría
de edad pudiesen ganarse la vida como trabajadores; tal era, por
lo menos, la intención del legislador. Por otra parte, se realizaban
en cada provincia una Junta de Manumisión; estas juntas
determinaban al fin de cada año qué esclavos debían ser
libertados (por su edad avanzada o cualquier otra circunstancia),
el proceso de dichas reuniones eran bastante sencillas, “en
principio se establecía un impuesto, que ciertos herederos debían
pagar a un fondo especial administrado, pagándoles su valor a sus
respectivos dueños con los fondos recaudados.”

Se podría resumir entonces las medidas concretas introducidas en


esta ley en cinco amplias y concretas ideas: “1) se ratifica la
prohibición de introducción de esclavos desde el exterior; 2) se
declara la libertad de los hijos de esclavos que nazcan a partir de
la fecha de la emisión de la ley; 3) los dueños de las esclavas
tendrán la responsabilidad de educar, vestir y alimentar a los
manumisos (nacidos libres) quienes, y en compensación,
trabajarán para los amos de sus madres hasta la edad de 18 años;
4) se establece un fondo para la liberación progresiva de quienes
siguen siendo esclavos por haber nacido en esa condición en
fecha previa al decreto. Dicho fondo se constituiría con impuestos
a las sucesiones (herencias); 5) se formarán juntas de manumisión
en cada cabeza de cantón que a fines de cada año, de acuerdo con
los fondos recolectados en el transcurso del mismo y tras pagar a
sus dueños el valor correspondiente, liberaran a los esclavos
seleccionados al respecto.”

Así, la esclavitud entraba en un proceso lento, pero efectivo, que


conducía a su extinción, gracias a las diversas proclamas de
Bolívar, que una vez dijo "El cielo me ha destinado para ser
libertador de los pueblos oprimidos." Podemos percatar además,
que la idea de libertad de Bolívar por los esclavos era bastante
importante en este proceso, inclusive podemos inferir que en parte
el interés de Bolívar por el problema de la esclavitud es reflejo a
su relación con su antigua nodriza que lo cuido de pequeño, pues,
jamás olvidó a Hipólita (así se llamaba), se comprueba, por
ejemplo, en una carta que le envía a su hermana María Antonia,
estando en la ciudad del Cuzco (Perú) fechada el 10 de Julio de
1825, en donde se lee " ... que le des todo lo que ella quiere; para
que hagas por ella como si fuera tu madre, su leche ha alimentado
mi vida y no he conocido más padre que ella ..." Posteriormente,
vemos que cuando Bolívar, hace su último viaje a Venezuela en el
año de 1827, no desatiende a su antigua nodriza, le escribe de
nuevo a su hermana María Antonia, el día 2 de junio de 1825,
señalando que " ... Del dinero que queda en tu poder procedente de
la letra, tendrás la bondad de dar a, Hipólita cuarenta pesos…”12

El inicio del fin

El 2 de octubre de 1830 el Congreso de Venezuela reunido en


Valencia ratificó la ley de Cúcuta, pero haciendo un cambio
significativo en donde se aumenta a 21 años la mayoría de edad
exigida para ser manumitido (liberación de un manumiso) y
situando a que el Estado contribuyera económicamente para
libertar a 20 esclavos por año. Un dato muy interesante es que
para 1839 Venezuela e Inglaterra suscribieron un tratado en el
cual declaraban que iban a abolir para siempre el tráfico de
esclavos y estas naciones se concedían mutuamente el derecho a
que los buques de guerra de cada una pudiesen inspeccionar los
buques de la otra nación, para así comprobar si llevaban negros
sacados de África y destinados a la venta en cualquier lugar de
América; en caso de que los hubiere, el buque era capturado y los
esclavos recuperaban su libertad. De este modo, entre 1810 y
1839 la institución de la esclavitud fue combatida por una parte
aboliendo la trata y persiguiendo a los buques negreros y por la
otra mediante leyes con fines de extinción.

Durante el período de la Gran Colombia, en cuanto a la esclavitud


se refiere, lo más resaltante es el decreto de Bolívar, en el cual se
le va dando eficacia a la ley de Manumisión, con fecha 28 de junio
de 1827. El Libertador, a través de una serie de medidas, mejora
las posibilidades de liberar a los esclavos remanentes. Entre 1821
y 1826 habían sido liberados 300 esclavos aplicando la ley de
manumisión, como se había mencionado con un promedio de 20 a
50 esclavos por año aproximadamente.

A la hora de hacer un balance de lo ocurrido con la esclavitud


hasta 1830, año en que se le da fin a la Gran Colombia, se deben
subrayar las siguientes ideas:

La esclavitud quedó afectada en términos importantes por el


proceso político, militar y social que desencadenó la
independencia. Diversas fuentes colocan el número de esclavos en
1810 entre 60.000 y 80.000. “Para 1830 oscilan entre 19.000 y
42.000. Esta disminución es explicable por la mortalidad natural,
desde 1821, de los esclavos más viejos tras la aprobación de la
legislación acerca de la manumisión. Otro factor en la disminución
es la muerte que por participar en acciones de guerra, se dio
durante la Guerra de Independencia. Finalmente una reducidísima
cantidad logra su libertad a partir de la aplicación de la Ley de
Manumisión. Las cifras de 1830 evidencian que la esclavitud como
institución quedó disminuida en términos cuantitativos.”13
La esclavitud remanente quedó condenada a una desaparición
segura y cercana, aunque por vía de una lenta inquietud. Por un
lado, la eliminación legal de las posibilidades de importación de
esclavos y por otro, la manumisión de los que nacieron a partir de
1821. Los aún esclavos morían paulatinamente y los que nacían
libres, al alcanzar la mayoría de edad, cobrarían plenamente su
libertad.

El balance del período 1810-1830 muestra una actitud variable en


relación con la esclavitud por parte de los criollos en general y de
los propietarios de esclavos en particular. En un comienzo (los
primeros 5 años), se la intenta mantener intacta. Después se le
intenta eliminar lo más rápida y completamente posible (1816-
1819). Finalmente los congresos de Angostura y Cúcuta y la
legislación que los sigue hasta 1830, reconocen una salida a la
situación frente a una oligarquía egoísta y recelosa que trata de
mantener a toda costa una riqueza en forma de mano de obra.

Una vez separada Venezuela de la Gran Colombia, se abre un


período de casi 25 años (1830-1854) en los que la legislación sobre
la esclavitud sufre escasos cambios, ninguno de los cuales es
sustancial. El peso de los esclavistas venezolanos es mayor ahora
en el Parlamento que en el período de la Gran Colombia, por la
sencilla razón de que la esclavitud tenía mayor peso en el
territorio venezolano que en el colombiano y el ecuatoriano.

En el Congreso Constituyente de 1830 los cambios que se hacen a


la legislación colombiana de 1830 son a favor de los amos y no de
los esclavos.

En relación con la manumisión de 1821, los cambios son los


siguientes:

1) Se precisa que quienes naciesen de esclavas a partir de la


publicación de dicha ley deberían servir a sus amos hasta la edad
de 21 años.

2) Los hermanos mayores o ascendientes libres pudieran liberar a


los nacidos libres al hacerse cargo de los gastos de educación,
vestimenta y alimentación. Sin embargo la ley de 1830 especifica
que para que este proceso se diera, dichos hermanos o
ascendientes libres deberían pagar la mitad de su valor en el
mercado como esclavo. Al exigir suma tan acrecida se beneficiaba
definitivamente a los amos. Desde los tiempos de la Colonia, los
esclavos se hacían cargo de su propio sustento en base a la
producción de sus pequeños conucos. De modo que, no era
responsabilidad del amo, en absoluto, encargarse de educar, vestir
y alimentar a los hijos manumisos de sus esclavas. La única
obligación real para los propietarios era cederles el uso de
pequeñas parcelas de tierra que con toda seguridad, no tendrían
un mejor uso en cuanto al latifundio venezolano. De este modo,
todo el servicio que los manumisos debían prestar a los amos de
sus madres (ahora prolongando por 3 años en la nueva legislación)
era un beneficio sin ningún costo para el amo.

3) Se precisa que en la liberación de esclavos se diera preferencia


a los más ancianos y a los más honrados e industriosos. Esta
precisión permitía a los amos liberar en primer lugar a los
esclavos de edad avanzada y en consecuencia, de menor
capacidad productiva y de escaso o virtualmente nulo valor en el
mercado y conservar a la par a los más jóvenes. Con ello, también
garantizaban un comportamiento más ordenado y productivo a los
más rebeldes o poco trabajadores.

Luego de 1830, se continúa evidenciando medidas que favorecían


a los amos esclavistas, en parte por tener un peso político
importante, a pesar de ser la minoría en el gobierno de la
Oligarquía conservadora. En 1835, se decretó que los esclavos que
abrazaran el servicio militar seguirían siendo esclavos; ello
contravenía la legislación impulsada en 1821 en la que, al calor
del proceso de la Guerra de Independencia, se pautaba lo
contrario con el fin de nutrir las filas patriotas. Podemos
demostrar entonces que para ese momento, en donde ya no habían
guerras y batallas, por lo visto ya no se requería de la misma
manera que antes, a militares dentro del ejército, afectando
directamente la libertad de los esclavos en la colonia.

El 23 de mayo de 1836 se aprobó una ley que desmejoraba las


condiciones legales de los castigos a los esclavos, recordemos
que el máximo de azotes permitido a un esclavo fue elevado de 29
a 100, y se incrementaron las facultades de los amos para aplicar
justicia sobre sus esclavos. Fueron reiteradas las maniobras para
tratar de restaurar la esclavitud en Apure y Guayana, zonas en que
la abolición era legalmente incuestionable. A pesar de ello, los
censos de esclavos demuestran la existencia de reducido número
de esclavos en ambas regiones.

En el período 1830-1854 la reacción esclavista de los amos y


propietarios sólo logró que dicho proceso fuera lo más lento
posible y rindiera un mayor beneficio económico a los esclavistas.

La mano de obra libre es cada vez más importante y preferible a la


mano de obra esclava en cultivos como el café. En este cultivo no
es necesaria la mano de obra permanente, consecuencia de esto
se ponen las condiciones para contratar temporalmente peones.
Es importante destacar que se consideró como solución la busca
de obreros en las corrientes inmigrantes de Europa aunque fueron
más las intenciones que el éxito real.

En fin, a medida que pasan los años, los esclavos van


disminuyendo de número por un mero proceso demográfico; van
falleciendo los más ancianos sin que nazcan nuevos que aumenten
filas y van aumentando los manumisos. En 1839 los manumisos
nacidos en 1821 comienzan a cobrar su libertad plena y desde ese
momento, el número total de manumisos tiende a equilibrarse
lentamente. “Entre 1831 y 1854 nacieron 40.000 manumisos y
murieron 27.000 esclavos que encontraron la muerte como parte
de la ruta hacia la libertad”14. Asimismo podemos observar cómo
entre 1830 y 1854, se liberaron a 934 esclavos mediante el empleo
de los impuestos de manumisión, mientras que otros 289 quedaron
libres, empleando testamentos para cancelar de esta forma los
impuestos requeridos. “27.000. Podemos ver como los intereses de
los gobiernos en emplear la fuerza productiva esclavistas y
aprovechamiento de los manumisos, logró determinar la ineficacia
de las leyes de manumisión, evitando el financiamiento de los
fondos de manumisión, con la intención de extender al máximo el
régimen esclavista.

Mediante las cifras antes mencionadas podemos ver como era de


riesgoso el régimen esclavista, podemos ver lo cauteloso,
prudente y prevenido que debió ser este sistema para la magnitud
que llegó a tener, tanto en tiempo como en espacio, además de la
cantidad de personas que se vieron afectadas por esta “doctrina”;
pero podemos observar que aunque tuviera todas las ventajas
posibles, era mucha la gente que se estaba viendo afectada, y la
gente involucrada, por esto en algún momento tenia que llegar a
su decadencia; es así como durante los años de su aplicación se
fueron creando condiciones para su erradicación (de la institución
esclavista). Para fortalecer a dicha institución, los amos tuvieron
que encadenar a este sistema al monetario, estableciendo un
valor monetario para sus esclavos aumenta el uso productivo de
los mismos; es por esto que se estableció una tabla de valores,
entre los aspectos más resaltantes de la misma obtenemos que de
los 39 años en adelante el esclavo se iba devaluando, por esto la
manumisión se vio favorecida, ya que era más ventajoso salir de
una mercancía que se estaba desvalorizando y poseer su
equivalente en metálico para darle un uso más adecuado.

Alzamientos esclavistas

Mientras los esclavos y manumisos restantes, dado el tratamiento


que poseían consecuencia de su condición, daban origen a una
agitación constante que sin dar espacio a mayores pasos para la
insurrección, presumía a su vez costos económicos y políticos. De
esta forma podemos ver como en 1822 se da un alzamiento de los
negros de Curiepe; en 1824 se vio una revuelta de esclavos en
Petare; posteriormente en 1831 se sigue una causa a los de la
hacienda Urbina y los de Tocoraguita; luego en 1832 se descubre
la conspiración de negros en Carayaca; consecutivamente en 1835
son perseguidos en Caucagua los fugados transformados en
asaltantes; seguidamente en 1845 se dan levantamientos de
prófugos en Ocumare. “Los esclavos y manumisos conformaban
una pequeña porción de la población, pero sumada a la población
negra, que observaba con buenos ojos su posible liberación,
oscilaba alrededor del 10%, lo cual en el juego político y social
que no electoral de la época, era un factor de apoyo no repudiado.
Eran escasos los personajes que requerían el mantenimiento de la
institución esclavista, mientras que la mayoría ya hablaba sobre
los mecanismos, el tiempo y las condiciones requerida para la
eliminación de la misma (década de 1940).”15

Los hermanos Monagas y su aporte a la abolición


El ascenso al poder de los hermanos José Tadeo y José Gregorio
Monagas, si bien con apariencia liberal debatible por variadas
razones, variados casos, y variadas evidencias; obviaba a las
nociones conservadoras. La asociación de todas estas
condiciones provocaba que en la década de 1850 hubiera un
contexto cada vez más propicio para la abolición. Es así como
desde 1848 se emprenden investigaciones críticas tanto a la ley
de 1830 como a los procedimientos concretos de manumisión,
como se puede ver con claridad en las observaciones críticas a las
leyes sobre manumisión de 1821 y 1830 expuestas por el
secretario de Interior y Justicia al Congreso de 1849. Para el año
siguiente el mismo secretario solicita una extensión de los fondos
consagrados a la manumisión. El 15 de diciembre de 1850 la
diputación provincial de Maracaibo implanta un impuesto
suplementario en apoyo de la libertad de esclavos. Desde 1851
hasta 1853, se repiten las observaciones y requerimientos del
secretario de Interior y Justicia reclamando cada vez órdenes más
evidentes con el objetivo de acelerar la liberación gradual de los
esclavos tal cual estaba establecido en la ley de 1830.
“Posteriormente el 29 de noviembre de 1851 la diputación
provincial de Barquisimeto destina 10.000 pesos para la libertad
de los esclavos. Luego el 10 de diciembre de 1852 se formula un
convenio de la diputación provincial de Caracas con el fin de que
el Congreso sancione una ley sobre la abolición de la esclavitud;
en el presupuesto aceptado para 1853, se reparten entre las
distintas provincias venezolanas 50.000 pesos con el fin de apoyar
los fondos de manumisión.” Las medidas relacionadas con la
solicitud y otorgar mayores fondos a las juntas de manumisión en
ocasiones no eran reales por los lamentables factores fiscales del
momento, pero iban creando el ambiente para una transformación
cualitativa en la actitud de los organismos competentes en
correspondencia con el problema. Es en este contexto que para
1854 y bajo la imposición del Ejecutivo encabezado por José
Gregorio Monagas, se realizaron en el Congreso una cadena de
apresuradas discusiones que desembocaron en la Ley de Abolición
promulgada el 24 de marzo de 1854 y reglamentada el 30 del
mismo mes.

Ley de la abolición de esclavitud, ¿el verdadero fin?


Mediante esta ley, la esclavitud quedaba abolida y se establecían
las medidas fiscales que iban a originar los ingresos con los
cuales se iba a indemnizar a los amos de los esclavos y a los
acreedores de los servicios faltantes de los manumisos.
Posteriormente, en 1855 y 1856 se introducen transformaciones
varias en el articulado de la ley. Conforme a dichas condiciones, y
según los registros, “12.093 esclavos obtuvieron su libertad y se
dieron 11.285 manumisos que fueron en su totalidad por 4.432.991
pesos, siendo la edad promedio de los afectados por estos
manumisos de 13 años y de 46 años para los liberados.” 15Con el
objetivo de obtener la suma requerida para implementar estas
medidas, se establecieron impuestos suplementarios a los ya
existentes de acuerdo con la ley de manumisión de 1830. “Estos
impuestos representaron, el 10% de los que las rentas provinciales
pagan al tesoro público; un impuesto a parte de 5 pesos por cada
galón de aguardiente; impuesto sobre derechos políticos;
contribución de empleados públicos; derechos de registro;
derechos testamentarios. En 1856 se les adhirió lo proveniente por
impuestos especiales a loterías, sal, licencias por licores y
tabaco. Se convino emitir billetes como pago a los propietarios
que cumplieran con las correspondientes exigencias de
registro.”17 Poco a poco, lo que aparentaba ser un procedimiento
sencillo que permitiría acabar definitivamente el problema, se fue
complicando. Por una parte los propietarios de esclavos o
beneficiarios de los servicios de los manumisos estaban en la
obligación de demostrar mediante los documentos adecuados o
evidencias necesarias, sus derechos y a estos se les debía otorgar
un determinado valor, para así transformarse en un aumento para
la deuda de abolición.

Sobre los obstáculos

Como hubo deficiencias en los documentos probatorios de los


propietarios y una gran restricción en la administración; sumado
con una gran confusión en cuanto a lo que los propietarios debían
cobrar este proceso se extendió durante varios años. A pesar de
los obstáculos antes mencionados, cabe destacar que incluso una
vez que la deuda era reconocida por el estado había un gran
conflicto para hallar el modo de cancelar el monto de la misma,
era como jugar el famoso juego “monopolio” pero sin dinero. La
legislación en cuanto a este proceso, establecía que el estado
debía entregar billetes a los propietarios de esclavos una vez que
se reconocieses y se valoraran los mismos; una vez que los
propietarios obtenían dichos billetes estos esperaban su
exoneración a los impuestos establecidos para tal efecto. Estos
billetes tenían un interés del 3% anual debido a la demora que se
daría para su canje. Como los fondos obtenidos con el
establecimiento de la ley en octubre de 1858 eran limitados, se
establece completar el monto requerido para el pago de la deuda
con cargo al presupuesto.

Al propio tiempo y por las protestas ante los impuestos que dicha
ley creaba se empieza a eliminar buena parte de los mismos a
partir de ese mismo año.

Posterior al proceso

Paralelamente, el deterioro de la situación política (caída de José


Tadeo Monagas, enfrentamiento entre liberales y conservadores,
desencadenamiento de la Guerra Federal) iban creando una
desorganización creciente en la actividad fiscal y en
consecuencia, el pago de la deuda de abolición se hacía cada vez
más inseguro. Es así que en 1860 estalla un conflicto en Guatire
en el que un grupo de emancipados forma desórdenes alegando
que los antiguos amos, ante la falta de pago de la deuda
correspondiente a su libertad, estaban promoviendo la
restauración de la esclavitud. Es un ejemplo patético e irónico de
la situación que se vivía en esos momentos. “Finalmente, en 1865
se incorpora definitivamente la deuda de la abolición a la deuda
nacional consolidada, cobrando un carácter común con las
restantes manifestaciones de la deuda pública y sin contar con
ingresos específicos asignados a su pago.”18 Va a ser pues tras la
tormenta social de la Guerra Federal, que el proceso de la
abolición encuentra su culminación.

¿Y que hay de los que “solían ser esclavos”?

Una vez libres, los ex esclavos pasaron, en la inmensa mayoría de


los casos, a desempeñar actividades de trabajo agropecuario
como peones. No hemos de olvidar las condiciones en que dichos
trabajadores se desenvolvían. Libres legalmente, pero sujetos a
estrictos contratos con hacendados y ganaderos. Controlados por
libretas o pasaportes que limitaban sus movimientos al
cumplimiento de las obligaciones aceptadas en los contratos a
través de los cuales entraban a cumplir su servicio. Endeudados
con frecuencia ante los patronos que les adelantaban dinero, o
con más frecuencia mercancías, en base a un salario mal
remunerado, que les limitaba el pago de las deudas contrarias y en
consecuencia los ataban por largos períodos a sus patronos. Ya
libres los antiguos esclavos van a subir un peldaño en la escala
social para asumir ahora los problemas acumulados de Venezuela.

Conclusión Bibliografía

 ACOSTA, Saignes. Vida de los eslavos negros en Venezuela. Valencia


(Venezuela), 1era edición, 1984. P. 50

 Bolívar, Simón. Escritos del Libertador III Documentos particulares. Tomo II,


P.158.

 BRITO FIGUEROA, F. El problema tierra y esclavos en la Historia de Venezuela.


Caracas, 1985. P.127

 Fundación Polar, Diccionario de historia de Venezuela, tomo II. Tercera Edición,


Caracas: 1997, P. 670

 GIL FORTUOL, José. Historia Constitucional de Venezuela. Volumen IV, Editorial


Cumbre, S.A. México D.F. P.57

 KLEIN.H. S. La esclavitud  africana en América Latina y el Caribe.  Venezuela,


3era Edición 1986. P.221

 LANDAETA, Manuel. La libertad de los esclavos en Venezuela, 4ta Edición,


Caracas, 1995. P.430

 LOMBARDI, JOHN V. Decadencia y abolición de la esclavitud en Venezuela 1820-


1854. Caracas: Universidad Central de Venezuela, 1974 P. 256

 RONDON MARQUEZ, R.A. La esclavitud en Venezuela: el Proceso de su abolición


y las personalidades de sus decisivos propulsores: José Gregorio Monagas y
Simón Planas. 2da Edición P.321.

Páginas Webs:

 http://www.fpolar.org.ve/nosotros/educacional/economia/abolescl.html

 http://www.mipunto.com/venezuelavirtual/000/000/005/008.jsp

Anexos
Ley Declarando Abolida para Siempre la Esclavitud en Venezuela

El Senado y Cámara de Representantes de la República de


Venezuela reunidos en Congreso

DECRETAN:

Art. 1° Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela.

Art. 2° Cesa la obligación legal de prestación de servicios de los


manumisos, quedando en pleno goce de su libertad y sometidos
sólo a la patria potestad o cualquiera otra dependencia de sus
ascendientes como ingenuos.

Art. 3° Se prohíbe para siempre la introducción de esclavos en el


territorio de la República; y los que sean introducidos contra esta
prohibición, bajo cualquier pretexto, entrarán por el mismo hecho
inmediatamente en el goce de libertad.

Art. 4° Los dueños de esclavos serán indemnizados del valor que


éstos tengan por la tarifa, o a juicio de facultativos en caso de
enfermedad, con los fondos destinados o que se destinen al efecto
y en justa proporción, recibiéndose en pago de contribuciones que
por esta ley se establezcan, acreencias contra el fondo de
indemnización.

Art. 5° Se destinan para la indemnización de que habla el artículo


anterior, las cantidades siguientes: 1°, el 10 por ciento con que las
rentas provinciales contribuyen al Tesoro público según la Ley; 2°,
la suma a que monta el impuesto que se establece por tres años
de cinco reales sobre los alambiques de destilar aguardiente y sus
compuestos, cobrándose dichos cinco reales por cada galón de
cuatro y media botellas que mida el alambique; 3°, la suma a que
monta el impuesto que se establece por tres años sobre los
individuos que se expresarán, a saber: cinco pesos anuales los
que tengan la renta requerida para elector, y diez pesos los que
tengan la renta necesaria para ser Diputado provincial,
Representante o Senador; 4°, la suma a que ascienda el subsidio
que se impone por tres años a todos los ciudadanos que reciban
del erario público o de las Rentas Municipales, sueldo, pensión o
comisión cualquiera, de este modo: 2 por ciento de los que gocen
hasta la suma de 800 pesos; 3 por ciento a los de 800 hasta 1.600;
5 por ciento a los de 1.600 hasta 3.000; y 10 por ciento de 3.000 en
adelante; 59, los fondos recaudados y que han debido recaudarse
del ramo de manumisión, conforme a la ley que ha regido hasta
ahora; 6°, la parte que corresponde a la nación de los derechos de
registro, luego que haya cesado el objeto para que fue destinada
por el articulo 38 de la ley de la materia; 7°, el 3 por ciento del
total de los bienes de los que mueren dejando herederos
colaterales; 8°, el 20 por ciento del total de los bienes de los que
mueren dejando herederos extraños; y 9°, los bienes líquidos de
los que mueren y no dejan herederos en grado en que por las leyes
deben sucederles.

* Único. Los individuos que estén comprendidos en más de un


caso de los designados en este artículo, sólo abonarán el
impuesto mayor que corresponda, quedando libres del pago de
toda contribución aquellos individuos que hayan dado la libertad a
sus esclavos desde el día 1° de febrero último hasta la sanción de
esta Ley.

Art. 6° Para la recaudación de estos impuestos y otros actos que


se dirán, se organizarán Juntas superiores en los cantones
capitales de provincia, compuestas del Gobernador que será su
Presidente, del Vicario o Cura párroco más antiguo, del Procurador
municipal y de dos vecinos nombrados por el Poder Ejecutivo; y
Juntas subalternas en las cabeceras de los demás cantones,
compuestas del Jefe político, que será su Presidente, del Cura
párroco, del Procurador Municipal y dos vecinos nombrados por la
Junta Superior.

* Único. Cada una de las Juntas nombrará un Tesorero que tenga


las cualidades de Senador, honradez y probidad, y que dé una
fianza suficiente a juicio de la corporación que le elige, para que
sea el depositario de los fondos designados en esta Ley, que de
ningún modo entrarán en las cajas nacionales, percibiendo el de la
capital de la República el 4 por ciento de la recaudación y los de l
os demás puntos el 10 por ciento.

Art. 7° Todos los demás destinos que se establecen para el


cumplimiento de esta ley, se reputan cargas concejiles por tiempo
determinado.
Art. 8° Publicada que sea esta Ley, se establecerán las Juntas a
que se refiere el artículo 6º e inmediatamente procederán a formar
un censo de todos los esclavos residentes en la provincia, con
expresión de sus dueños, edad y valor. Art. 9° Para la fácil
formación de este censo, los que fueron dueños de esclavos y
éstos, que quedan en el goce de su libertad, tendrán la obligación
de presentarse ante la Junta respectiva dentro del término
perentorio de cuatro meses, corridos desde la publicación de esta
Ley en su respectivo vecindario acompañando los primeros los
títulos que justifiquen su anterior propiedad.

Art. 10. La Juntas se reunirán cada tres meses a pasar un tanteo


de los fondos ingresados, y examinar las cuentas de los
respectivos tesoreros, cuyos resultados comunicarán las Juntas
subalternas a la superior y ésta al Poder Ejecutivo.

Art. 11. Hecho el censo de cada Provincia, se remitirá copia de él


al Poder Ejecutivo para que se forme y publique el general que
comprenda todos los esclavos existentes en la República y quedan
favorecidos por esta Ley, a fin de que llegando la noticia de todas
las autoridades no tenga lugar la doble indemnización por un
mismo esclavo en dos o más lugares diferentes.

Art. 12. En las reuniones de las Juntas, conforme al artículo 10, se


distribuirán los fondos existentes entre los acreedores a prorrata.

Art. 13. Los fraudes de cualquiera clase que se cometan en el


manejo del fondo de indemnización destinado por el artículo 59, se
castigarán con el reintegro de la cantidad defraudada desde uno
hasta diez años de presidio e inhabilitación perpetua para obtener
cargo alguno público; estas penas se aplicarán simultáneamente.

Art. 14. La contribución y fondos a que se refiere el artículo 5° no


podrán ser destinados por ninguna autoridad ni corporación a un
objeto distinto cualquiera que sea la porción que se pretenda
distraer y el fin que se le quiera dar.

Art. 15. El Poder Ejecutivo reglamentará esta Ley y dispondrá lo


conveniente, a fin de que sea ejecutada y que no haya fraude o
abuso alguno, llenando los vacíos que en la práctica se observen;
y dará cuenta anualmente al Congreso, de las cantidades
recaudadas, su inversión nombre de los acreedores, cuáles han
sido satisfechos y lo que se adeude por virtud de la abolición de la
esclavitud en Venezuela.

Art. 16. Se derogan la Ley de 28 de abril de 1848 sobre


manumisión y el decreto de 15 de mayo de 1852 que destina el 10
por ciento al pago de lo que las rentas nacionales adeudan a las
provinciales.

Dada en Caracas, a 23 de marzo de 1854, año 25 de la Ley y 44° de


la Independencia. El Presidente del Senado, RAFAEL HENRÍQUEZ.
-El Presidente de la Cámara de Representantes, J. A. FERNÁNDEZ.-
El Secretario del Senado, J. A. Pérez.- El Secretario de la Cámara
de Representantes, J. Padilla.

Caracas, 24 de marzo de 1854, año 25 de la Ley y 44 de la


Independencia.-Ejecútese.-J. G. MONAGAS.-Por S. E.- El Secretario
de Estado en los Despachos del Interior, Justicia y Relaciones
Exteriores, Simón Planas.

ACOSTA SAIGNES, MIGUEL. Vida de los esclavos negros en


Venezuela. pp. 52

2 ACOSTA SAIGNES, MIGUEL. Vida de los esclavos negros en


Venezuela. pp. 59

GIL FORTUOL, José. Historia Constitucional de Venezuela.


Volumen IV, pp.57

GIL FORTUOL, José. Historia Constitucional de Venezuela.


Volumen IV, pp.58

5 LANDAETA, Manuel. La libertad de los esclavos en Venezuela.


pp.33

Fundación Polar,  Diccionario de historia de Venezuela, tomo III,


pp. 150

BRITO FIGUEROA, F. El problema tierra y esclavos en la Historia


de Venezuela. Caracas, 1985. p.p. 15
LANDAETA, Manuel. La libertad de los esclavos en Venezuela, 4ta
Edición, Caracas, 1995. pp.68

LANDAETA, Manuel. La libertad de los esclavos en Venezuela.


pp.35

GIL FORTUOL, José. Historia Constitucional de Venezuela.


Volumen IV, pp.60

12 Bolívar, Simón. Escritos del Libertador III Documentos


particulares. Tomo II, p. 158.

13 GIL FORTUOL, José. Historia Constitucional de Venezuela.


Volumen IV, pp.61

14 Fundación Polar,  Diccionario de historia de Venezuela, tomo


III, pp. 154

15 LANDAETA, Manuel. La libertad de los esclavos en Venezuela.


pp.36

16 Fundación Polar,  Diccionario de historia de Venezuela, tomo


III, pp. 154

17 Fundación Polar,  Diccionario de historia de Venezuela, tomo


III, pp. 154

18 Fundación Polar,  Diccionario de historia de Venezuela, tomo


III, pp. 154

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