LIBRO ESPECIAL
DE MENSAJES
del
Rev. William Marrion Branham
Primer Tomo
CONTENIDO
La Señal��������������������������������������������������������������������������1
Desesperación���������������������������������������������������������������89
Tres clases de creyentes��������������������������������������������155
El futuro Hogar del Novio celestial
y la Novia Terrrenal������������������������������������������������229
Escogiendo una Novia�����������������������������������������������345
La unión invisible de la Novia de Cristo�����������������399
LA SEÑAL
LA SEÑAL
Domingo, 1 de septiembre de 1963, A.M.
Tabernáculo Branham
Jeffersonville, Indiana, E.U.A.
B uenos días a todos. Feliz de estar en el servicio del
Señor, en esta mañana, de vuelta otra vez. No sabía-
mos si íbamos a volver o no, pero el Señor proveyó un
camino, y nos volvimos para el servicio de hoy.
2. Ahora, estamos esperando grandes momentos hoy,
esta mañana, en la lección de la escuela dominical, en la
Palabra. Y esta noche será un servicio de sanación nueva-
mente, con el servicio de Santa Cena que le sigue.
3. Ahora, tenemos una dedicación de un bebé, creo que...
El Hermano Neville me estaba diciendo que alguien trajo
a su bebé para ser dedicado. Si pueden traer el bebé en
este momento, entonces. Y nuestro hermano permanecerá,
o alguno de ellos, en el órgano o el piano, uno. Y enton-
ces traigan al bebé. Vamos a tener un servicio dedicatorio,
para que podamos entrar, lo más rápido posible, a la Pala-
bra.
4. Porque nos gusta colocar la Palabra. Eso es lo princi-
pal, dar nuestro tiempo exactamente a la Palabra del Se-
ñor. Por lo tanto, estamos muy agradecidos por la oportu-
4 Rev. William Marrion Branham
nidad de reunirme con ustedes hoy aquí, en este servicio.
5. Debo haberme equivocado. Eso está bien hermana,
pensé que había. Tal vez sea sólo un error. Está bien. Aho-
ra, muchas gracias de todos modos. Creo que ha llegado a
través de otra persona, a través de otra persona, y lo hizo
un poco difícil.
6. Ahora, ¿todo el mundo se siente bien? [La congrega-
ción dice: “Amén” – Editor] ¡Alabado sea Dios!
7. Oh, sí, aquí está el pequeñito. Lo siento. Está bien,
puede venir anciano. [“Sí señor” – Dice el anciano - Edi-
tor].
8. Bueno, ¡qué dos bellas niñas, pequeñas niñas de ojos
marrones! ¿Eh? Eso es bonito. ¿Cuál es su nombre? Jenni-
fer Lee. ¿Cuál es su apellido? Serept. ¿De dónde es usted,
hermana Lee? Versailles, Illinois. Qué bueno.
9. Ahora bien, en la Biblia... Ahora, por lo general bau-
tizan a los niños. No creemos en bautizar a los niños por-
que no han pecado aún, ellos son demasiado jóvenes, pero
creemos en la dedicación de los niños al Señor. Ahora el
anciano y yo pondremos las manos sobre la pequeña bebé,
Jennifer. Muy bien, vamos a inclinar nuestras cabezas. Pa-
dre Celestial, en esta mañana te traemos esta niña llamada
Jennifer a Ti, la madre y sus seres queridos la han traído
por un largo camino para ser dedicada al Señor. Sabemos
que Tú pusiste Tus manos sobre estos pequeños en Tu día
y dijiste: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impi-
dáis; porque de los tales es el reino de los cielos.” Ahora
te la entregamos para una vida de servicio en el nombre de
Jesucristo. Amén.
10. ¿Cómo se llama la otra niña? Connie Lynn. Muy bien,
pequeña Connie. Eres un poco pequeña. Oh, ¿tienes mie-
do? Oh, madre, me temo que eso no va a funcionar. Muy
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bien, vamos a inclinar nuestras cabezas. Señor Jesús, la
madre trae a esta pequeña Connie a nosotros esta mañana
en el servicio dedicatorio al Todopoderoso. Le diste a esta
niña para criar y ella la está trayendo a Ti con la hermana
pequeña. Ruego, Padre celestial, que Tú seas misericor-
dioso. Bendice a la familia, bendice a la niña mientras po-
nemos las manos sobre ella en el nombre de Jesucristo. La
entregamos a Ti para una vida de servicio. Amén. Dios los
bendiga y bendiga a sus pequeños hijos.
11. Vaya, ¡tenemos muchos pequeños bebés ahora! ¿Cómo
se llama el niño pequeño? Joel Watson, Joel Lee Watson.
¡Qué buen muchacho! Grandes ojos azules. ¿De dónde
son ustedes? De Georgia. Pensé que eran del sur. Bueno,
¡Hola! Se trata de un pequeño y agradable chico de Geor-
gia ¿Eh? Muy bien, señor. Eso está muy bien, él también
puede hablar, ¿verdad? Vamos a inclinar nuestras cabezas.
12. Padre Celestial, te traemos este querido niño pequeño
que la madre y el padre traen aquí. En lo que respecta a su
unión, les diste este niño a criar y ellos lo están trayando
de nuevo a Ti. Qué bella escena sería, al igual que Ana,
de edad avanzada, quien oró por un hijo y Dios le dio al
niño y lo trajo de vuelta a la casa de Dios en dedicación.
Señor, que este niño venga a ser tu siervo, que el padre
y la madre sean bendecidos y tengan salud y fuerza para
criarlo, que viva una vida larga y feliz y sea tu siervo. Lo
encomendamos a Ti en el nombre de Jesucristo. Amén.
(¡Dios te bendiga!). Háganlo un hombre de bien. Tal vez
otro pequeño profeta como Samuel.
13. Ahora, aquí hay dos niños buenos, ¡Oh! ¿Tres de
ellos, entonces? Bueno, es toda la familia. ¿Cómo te lla-
mas? Michael. ¿Y el tuyo es? Paul. ¡Qué buenos nombres!
¿Y el tuyo? Deborah. Eso está muy bien. Michael, Paul y
6 Rev. William Marrion Branham
Deborah. ¿Cuál es tu apellido? Ellis. Bueno, eso es una
muy buena familia, les digo. Ustedes saben, cuando veo
pequeñitos así, siempre me lleva de nuevo a cuando yo
era un niño pequeño. Y ahora, como dice el viejo refrán,
ustedes saben, “Te pisan los pies ahora y tu corazón más
tarde.” Pero no creo que así será cuando los dedicamos
al Señor. Tenemos una responsabilidad aquí y Dios la ha
colocado en sus manos. Él hizo un predicador de ti. Yo
siempre he dicho sobre mujeres predicadoras, ustedes sa-
ben, pero cada madre es una predicadora; aquí está su con-
gregación, vean, para criar estos pequeñitos bien mientras
que el papá trabaja. Y tienen una responsabilidad. Dios los
bendiga a ambos. Tienen una familia hermosa.
14. Nuestro Padre Celestial, venimos con el pequeño Mi-
chael, parece ser el primogénito, y ponemos nuestras ma-
nos sobre él en dedicación a Jesucristo. Esta familia trae
a sus pequeños porque Tú los pusiste bajo su cuidado y
saben que son insuficientes sin Tu ayuda, así que traen su
pequeña familia para dedicarlos. Ahora te doy al pequeño
Michael aquí, para Ti, para una vida de servicio en el nom-
bre de Jesucristo. Asimismo ponemos las manos sobre el
pequeño Paul y dedicamos su vida a Jesucristo, para una
vida de servicio para la gloria de Dios. Y a la pequeña De-
borah, ponemos las manos sobre ella, Padre, en la dedica-
ción, conmemoración de Jesucristo, que puso Sus manos
sobre los niños pequeños; dijo: “Dejad que vengan a mí,
no se lo impidáis.” Que la vida de esta niña sea bendecida
en el Reino de Dios. Bendice al padre y la madre, y que
puedan vivir una vida larga y feliz, y ver a sus hijos en el
servicio de Dios. Te pedimos esta bendición para la glo-
ria de Dios. Los dedicamos en el nombre de Jesucristo.
Amén. ¡Dios te bendiga! ¡Dios te bendiga! Son una buena
La Señal 7
familia. Sí.
15. Bueno, ¿ustedes saben qué pienso? Las niñas peque-
ñas son más bonitas ahora que lo que solían ser cuando
era un niño pequeño. Sí señor. ¡Qué grandes ojos bonitos!
¿Cómo se llama? Joanna. ¿Y su apellido? Blair, Joanna
Blair. Usted que la está mirando a ella, ¿no es ella una
muñeca? Y ¿cómo estás Joanna? ¿Un poco tímida? Toma
la mano de papá. Cosita preciosa. Vamos a bajar la cabeza.
Nuestro Padre Celestial, esta familia Blair que ha tenido
este regalo en su unión, esta pequeña Joanna, y sabemos
que los días son malos cuando Satanás está en todas par-
tes para acosar, especialmente estas niñas; y ellos saben
que no son suficientes para criarla bien y la quieren criar
bien para ser tu sierva, para criar esta niña para honrar-
te. Y ahora la traen en dedicación a Ti. Ponemos nuestras
manos sobre ella en el nombre de Jesucristo, al dedicar a
la pequeña Joanna Blair al Reino de Dios, para la gloria
de Dios. Amén. Que Dios los bendiga, Hermano Blair, el
Señor esté con ustedes.
16. Buen días, señor. ¡Qué buen muchacho es este! ¡Hola!,
¿cómo estás? Bueno, te ves mejor cuando te das la vuelta
por aquí. Sí señor. Tienes una cabeza bonita y rostro para
ir con ella, ¿eh? Daniel Mark. ¿Y su apellido? Harden,
Cardin, Daniel Mark Cardin. ¿Es usted de por aquí, her-
mano Cardin? ¿De dónde es? Del estado de Nueva York.
Un Yankee, claro. Bueno, eso es un gran estado. Tengo al-
gunas personas que viven allí, mi tío vive en Plattsburgh.
Oh, yo he disfrutado mucho en Nueva York. Iré para allá
para mi próxima reunión en la Iglesia de Piedra, en el Es-
tado de Nueva York. Muy bien, ahora, su nombre es Mark,
¿dice usted? Daniel Mark. ¡Qué niño hermoso! Vamos a
inclinar nuestras cabezas.
8 Rev. William Marrion Branham
Señor Jesús, te traemos al pequeño Daniel Mark, en
17.
la dedicación de su vida que se ha dada en las manos del
padre y de la madre para criar a este niño en el temor de
Dios. Y ellos saben que son insuficientes, por lo que lo van
a traer a Ti, Señor, para que Tú bendigas su vida. Y ahora
que sabemos que el día que vivimos es malo, y vemos
estas pequeñas personas, y simplemente no sabemos lo
que les depara mañana, pero sea lo que sea, los confiamos
en Tus Manos. Ponemos las manos sobre este pequeño
muchacho y dedicamos su vida a Ti, para una vida de ser-
vicio en el Reino de Dios. En el nombre de Jesús, oramos.
Amén. Dios le bendiga hermano. El es un niño hermoso.
Y que te bendiga a ti pequeño Mark.
Tráiganlos, tráiganlos,
Sácalos de los campos del pecado,
Tráiganlos, tráiganlos,
Traigan los pequeños a Jesús.
18. ¡Eso es maravilloso! Gracias hermana. ¿Cuántos ha-
bían aquí el domingo? Oramos por ellos el domingo pasa-
do. ¿Quiénes sienten los resultados y sienten que ustedes
están curados? Levanten la mano por los que oramos. Oh,
vaya, mire aquí, prácticamente todos ellos.
19. [El hermano Neville dice: “¡Aleluya! ¿No es maravi-
lloso? ¡Alabado sea Dios! He estado escuchando sobre
eso toda la semana” – Editor] Sí, señor, yo también. Sólo
quiero estar sentado, escuchando.
20. Miren, algo está ocurriendo, que yo les hablaré más
adelante. Es glorioso y maravilloso, y hablaremos de eso
en otro encuentro, usted saben, en algún momento. Está
empezando a tener lugar, y estamos muy agradecidos por
La Señal 9
ello.
21. He estado en Kentucky, como hago cada año, paso por
allí. Algunos de mis amigos están allí. Y no es del todo
para cazar ardillas, y ustedes lo saben. Por lo tanto, esta-
mos teniendo un tiempo glorioso, y estamos agradecidos
al Señor.
22. Me tengo que ir ahora, tengo que ir a casa después de
esta reunión. Y luego voy a estar de vuelta aquí, después
de un tiempo, e iré a Nueva York para una reunión, y si
podemos tener la oportunidad de hacer una parada, vamos
a estar contentos de tener otra reunión aquí en el Taberná-
culo.
23. Entonces, tengo que volver, yendo a Shreveport. Y
luego volvemos a casa. Y el objetivo es estar aquí durante
las vacaciones, si el Señor lo permite, traer la familia de
nuevo. Entonces quiero... entonces mi reunión surge en
Phoenix en enero. Es la reunión anual allí para los hom-
bres de negocios cristianos. Y de una semana o diez días
antes de eso, yo voy a tratar de alquilar esa gran… Las
personas del Nombre de Jesús; solía ser el hermano Gar-
cía, y el hermano hispano tenía un grande y maravilloso
lugar allí. Acaban de construirlo. Tendrá capacidad para
varias miles de personas -nuevo- y su congregación es
muy pequeña. Me dijeron que lo podía alquilar en cual-
quier momento que quisiera.
24. En lugar de tomar una panorámica, alrededor del valle,
de iglesia en iglesia, creo que voy a concentrarme en una
sola gran reunión, grande, vean ustedes, y luego tenerla
allí.
25. Entonces podemos alquilar el templo. Vamos ahora
para averiguar si se puede, y entonces tener la convención
de Empresarios Cristianos. Entonces, hasta que el extran-
10 Rev. William Marrion Branham
jero se mejore, vamos a tratar de establecer reuniones por
el Sur, para enero, febrero y marzo, a través de las tierras
del sur. Entonces, debido a que, si empezamos ahora y
entramos a África… Vean, este tiempo de Navidad para
ellos, es el cuatro de julio. Vean, es lluvioso y malo, no se
puede entrar allí en ese momento. Por lo tanto, el mejor
momento para ir allí, es más tarde.
26. Entonces queremos empezar, si podemos, en Noruega,
y bajar alrededor del mundo, y trabajar para África, para
terminar allí, si el Señor lo permite.
27. Pero oren por nosotros ahora. Y los amamos, ustedes
lo saben. Por lo tanto, estamos esperando mucho más
abundantemente de lo que podríamos hacer o incluso pen-
sar que el Señor haga.
28. Y creemos que esta noche habrá un gran servicio de
sanidad, creo que habrá un... Voy a hablar sólo un poco,
porque tenemos la comunión esta noche. Será por unos
veinte o treinta minutos, y luego vamos a tener la línea de
oración, e inmediatamente después de eso vamos a tener
la comunión.
29. Le invitamos a quedarse con nosotros, estaremos en-
cantados. No tenemos una comunión cerrada. Es para cada
creyente, cada creyente.
30. Antes de leer la Escritura, me pregunto, si inclinamos
nuestros rostros por un minuto. Voy a pedir a mi buen ami-
go, el hermano Lee Vayle, si él nos dirige en una palabra
de la oración, para que Dios bendiga Su Palabra. Hermano
Vayle, ¿quiere hacer eso por nosotros? [Hermano Vayle
ora.] Amén.
31. Ahora, solemnemente, reverentemente, nos acercamos
a la Palabra. Deseo leer hoy del libro del Éxodo, capítulo
12. Y les pido que lean todo el capítulo 12 esta tarde antes
La Señal 11
de la Santa Cena esta noche; porque aquí en el versículo
11 leemos de la preparación para el viaje y la comunión
antes del viaje. Y queremos acercarnos a esto muy reve-
rentemente. Ahora, el verso 12 del capítulo 12:
Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto,
y heriré á todo primogénito en la tierra de Egipto, así de
los hombres como de las bestias: y ejecutaré mis juicios
en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová.
Y la sangre os será por señal en las casas donde vo-
sotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no
habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la
tierra de Egipto.
32. Que el Señor bendiga Su Santa Palabra. De esta por-
ción quiero tomar el texto para hoy, una sola palabrita de
cinco letras: Señal. ¡Señal! Deseo poner el énfasis de esta
lección de escuela dominical sobre la palabra señal. La
Biblia nos dice aquí: “Y la sangre os será por señal.” Y
queremos usar la palabra “señal.”
33. Ahora, yo tengo apuntado aquí muchas Escrituras, y
trato de cuidar el tiempo con el reloj. Y sabiendo que no
los veré ahora por un tiempecito, y ¿cómo sabremos si
esta no es la última vez que algunos de nosotros estaremos
aquí juntos?
34. Por eso nos conviene estudiar lo más serio posible. Yo
sé que es difícil, pero el Señor ahora nos ha concedido un
día muy hermoso para este culto; pues tratemos de con-
centrar nuestras mentes en todo lo que decimos para que
entonces, si hay algo que el Señor quiere que usted sepa,
pues le sea dado. No estamos parados aquí solamente para
ser vistos. No venimos aquí para que los demás vean qué
clase de ropa traemos, etc., sino venimos con un sólo pro-
pósito: Para oír la Palabra, la Palabra viniendo a nosotros.
12 Rev. William Marrion Branham
Deseamos la Palabra que procede de Dios porque sola-
mente la Palabra permanecerá; es la única cosa útil, lo úni-
co que nos puede ayudar.
35. Somos una gente moribunda. Todos los seres humanos
están rumbo a la eternidad. Y tenemos este tiempo de la
vida para decidir acerca de cuál camino vamos a tomar.
Y la carretera está delante de nosotros, podemos tomar el
lado que queramos escoger. Así trató Dios con Adán y Eva
y así trata con nosotros también.
36. Debemos acordarnos de esto: Sea lo que fuere que ha-
gamos, y no importa cuán prósperos lleguemos a ser en
esta vida, sin Cristo perdemos completamente todo.
37. Si Él es el TODO, entonces seríamos una gente muy
necia en no aceptarlo; y apreciarlo. No solamente acep-
tarlo, pero llegar a algo más grande que eso. Después que
usted lo obtiene, no vaya a colocarlo sobre la mesa; es
algo que debe ser puesto en operación. Sería como ir don-
de el médico para obtener medicina, luego almacenar esa
medicina. Si usted va para obtener la medicina, tómela.
Si usted tiene algún mal y esta medicina es para aliviarle,
entonces tome lo que el médico le da, y solamente en la
manera que él indicó que fuese tomada; porque a veces
solamente unos cuantos minutos pueden causar un gran
cambio en el resultado. Y ¿cómo sabemos si en esta situa-
ción hoy, un solo minuto en su decisión puede determinar
su destino eterno? Tome la medicina exactamente como
Él se la da.
38. La Señal. “Y la sangre os será por señal.” Ahora, pri-
meramente, ¿qué es una señal? Es una palabra que usamos
diariamente y especialmente aquí en América. El diccio-
nario dice que una señal es “una muestra que un precio
honrado ha sido pagado.” Vean, que la tarifa o el precio
La Señal 13
requerido ha sido pagado. Por ejemplo, el precio del bole-
to en el ferrocarril o en un autobús. Usted paga el precio
y le dan una muestra o boleto, y entonces aquella muestra
no puede ser usada en ninguna otra parte más que con
esa compañía ferrocarrilera, y es una señal para con ellos
que usted ha pagado el pasaje. Es un boleto y no lo puede
utilizar en otra cosa. No funciona en otro ferrocarril, sólo
funciona en ese; y eso es una Señal.
39. Aquí en donde hemos leído, Dios está diciendo a Is-
rael: “La sangre del cordero es una señal para ustedes.”
El cordero herido fue para Israel la señal requerida por
Jehová, tuvo que ser la sangre. Dios hizo una señal y se la
dio a Israel, y ninguna otra señal servía, ninguna otra señal
podía ser reconocida. Para el mundo esto es necedad, pero
con Dios es la única manera; la única cosa que Él requiere
es aquella señal. Tiene que estar allí. Y usted no puede
obtener la señal hasta que el precio haya sido pagado, y
entonces usted posee la señal, la cual le concede el privi-
legio de un pase libre.
40. “Y veré la sangre, y pasaré de vosotros.” ¡Qué tiempo!
¡Qué gran privilegio es conocer que uno trae por dentro
el pase! “Cuando veré la sangre, pasaré de vosotros.” Esa
es la única cosa que Él reconocerá. No hay ninguna otra
cosa que puede tomar su lugar, no hay sustituto; ninguna
denominación, ni ninguna otra cosa puede tomar su lugar.
Dios dijo: “Veré únicamente eso.” No importaba cuán jus-
tos eran, ni cuán buena gente eran, ni cuánta educación te-
nían, o cómo se vestían; la señal es la única cosa. “Cuando
yo vea la señal, entonces pasaré de vosotros.”
41. La sangre era la señal que lo requerido por Jehová,
había sido cumplido, había sido hecho. La sangre fue la
señal. La vida... Dios había dicho: “Porque el día que de
14 Rev. William Marrion Branham
él comieres, morirás”; y ahora había una vida puesta en
sustitución por la vida del creyente. Dios en Su miseri-
cordia aceptó un sustituto en el lugar de la persona que
había pecado. Cuando Su hijo se había corrompido con
el pecado de no creer la Palabra, entonces Dios, que es
rico en misericordia, hizo un sustituto; y eso consistió en
que algo tenía que morir en su lugar, ninguna otra cosa
serviría. Por eso fue que las legumbres y frutas de Caín no
sirvieron: tenía que ser una vida con sangre. Entonces la
vida habiendo salido del sacrificio, ahora la sangre era la
señal de que el mandato de Dios había sido cumplido.
42. Ahora, ¿qué requería Dios? La vida. Y la sangre mos-
traba, era la señal, que la vida había sido ofrecida. La san-
gre mostraba que algo había muerto, el requisito de Dios
de que la vida había sido dada, y la sangre había sido de-
rramada. Ya la sangre era la señal de que la vida ya no
estaba. La vida del animal del cual Dios había dicho que
debía ser tomada, era la sangre que representaba la Señal.
¿Ven?
43. Ahora, el creyente adorando se identificaba con su sa-
crificio por medio de la señal. Ahora no deseo poner mu-
cho énfasis en estas cositas en las cuales nos podríamos
quedar el tiempo completo, pero nos es necesario explicar
esto: El creyente tenía que ser identificado con su sacrifi-
cio. ¿Ven?
44. Si únicamente fue un sacrificio ofrecido allá afuera…
Pero él tenía que identificarse con su sacrificio y, en par-
ticular, tenía que poner sus manos sobre el sacrificio para
así identificarse con él. Luego la sangre era puesta donde
él podía pararse debajo de la sangre, la sangre tenía que
cubrirlo a él; entonces era la señal de que él se había iden-
tificado como culpable y había probado que un sustituto
La Señal 15
inocente había tomado su lugar. ¡Qué cuadro tan hermoso
de uno siendo redimido! El requisito de la santa justicia
de Dios había sido cumplido. Dios había dicho: “Ahora
demandaré tu vida.” Luego cuando el individuo había pe-
cado y el sustituto inocente había tomado su lugar… Y fue
un animal de sangre, no alguna legumbre o fruta (man-
zana, durazno, etc.) Eso debiera aclarar absolutamente la
doctrina de la simiente de la serpiente para que todos lo
pudieran ver. Fue sangre; y esta sangre no podía derivarse
de la fruta, sino de un sustituto inocente, y la vida había
sido ofrecida en su lugar; y la sangre era el símbolo que la
bestia había muerto, y la sangre había salido.
45. Y ahora, el que adoraba, en cuanto se aplicaba la san-
gre, mostraba que él estaba identificado en la redención
porque se estaba identificando con el sacrificio, conectán-
dose con el sacrificio, y la sangre representaba la Señal.
¡Qué hermoso! ¡Qué cuadro ese! Es un tipo perfecto de
Cristo, exactamente. El creyente hoy en día está bajo la
sangre derramada, identificado con el Sacrificio. ¡Es un
cuadro tan perfecto! Cómo Cristo, no siendo un animal…
Ahora, el animal murió, el más dócil entre los animales:
la oveja. Cuando Dios quiso representar a Cristo, lo repre-
sentó con la oveja. Y cuando quiso identificarse a Sí mis-
mo, lo hizo con el ave: una palomita. Y la paloma es el ave
más inocente y más limpia de todas las aves; y el cordero
es el animal más inocente y puro de todos los animales.
46. Luego, cuando Jesús fue bautizado por Juan, la Biblia
dice que él vio el Espíritu de Dios descendiendo como
una paloma sobre Él; por consiguiente, si hubiera sido un
lobo o cualquier otro animal, la naturaleza de la paloma no
hubiera podido mezclarse con la naturaleza del lobo, etc.,
únicamente podía mezclarse con la naturaleza del corde-
16 Rev. William Marrion Branham
ro; y esas dos naturalezas se unieron y pudieron estar en
acuerdo. ¿Puede entender usted ahora la predestinación?
Él ya era un cordero cuando llegó. Era un cordero. Había
nacido como cordero y había sido criado como cordero.
47. Y ese es el único Espíritu puro y verdadero que puede
recibir la Palabra, que puede recibir a Cristo. Los demás
hacen el esfuerzo por obtener el Espíritu, y poner el Espí-
ritu de Dios sobre un lobo (malvado, corajudo, buscador
de pleito); pero no permanecerá. El Espíritu Santo toma
Su vuelo. No lo hará.
48. ¿Qué hubiese sucedido si la paloma al bajar, en vez
de un cordero hubiese encontrado cualquier otro animal?
Hubiese rápidamente alzado vuelo. Pero cuando halló
aquella naturaleza con la cual podía mezclarse, entonces
entró y se unieron como uno. Ahora, la paloma guió al
cordero; y note usted, que lo guió al matadero. El cordero
fue obediente a la voluntad de la paloma. Sea donde sea
que fuere, el cordero estaba dispuesto a ir.
49. Pero, ¿qué tal hoy cuando Dios nos guía hacia una
vida de rendición completa y servicio a Él? Me pongo a
pensar si a veces nuestro espíritu no se pone rebelde, y en
eso dudamos si en verdad somos corderos. Un cordero es
obediente, sacrifica sus propios deseos y no reclama lo
suyo. Al cordero le quitan toda su lana, la única cosa que
tiene propia, y no dice nada. Sacrifica todo lo que tiene.
Así es el cordero. Da todo lo que tiene y todo lo que es; y
así es un verdadero cristiano: Sacrifica todo lo que tiene,
no teniendo ningún amor de las cosas de este mundo, an-
tes da todo lo que tiene a Dios.
50. Ahora, Cristo era el Cordero Perfecto. Allá en Egipto
cuando mataron al cordero natural y la sangre fue apli-
cada en el poste de la puerta, fue una señal; ahora, ¿qué
La Señal 17
significaría la sangre de este cordero? Es la señal que no-
sotros somos muertos a nosotros mismos e identificados
con nuestro Sacrificio. ¿Ve usted? Entonces el Cordero (la
sangre) y la persona son identificados juntos, el Sacrificio
y el creyente. Usted es identificado en su vida por medio
de Su Sacrificio y eso lo hace a usted ser lo que es. En-
tonces la sangre fue la señal de identificación porque la
sangre identificaba que el individuo había herido y acep-
tado el cordero, y había aplicado la señal a sí mismo, y
no tenía vergüenza. A él no le importaba quién lo veía,
sino más bien quería que todos lo vieran. Y la sangre fue
puesta en tal lugar que todo aquel que pasaba podía ver la
señal. Muchos quieren ser cristianos pero lo quieren hacer
en secreto para que nadie sepa que son cristianos. Y los
asociados con quienes se rodea, algunos de ellos piensan,
“bueno yo quiero ser un cristiano, pero yo no quiero que
fulano de tal lo sepa.” Ahora, eso no es cristianismo. El
cristianismo despliega su señal públicamente en la ofici-
na, en la calle, cuando se presentan los problemas, en la
iglesia y en todas partes. La sangre es la señal, y la señal
tiene que ser aplicada, porque de otra manera el Pacto no
es efectivo. La sangre era en aquellos días una señal o una
identificación, identificando que el individuo había sido
redimido.
51. Ahora, ellos ya eran redimidos antes de que algo suce-
diera. Ellos aplicaban la sangre por FE. Antes de que suce-
diera el hecho, la sangre fue aplicada por fe, creyendo que
sucedería. Antes de que la ira de Dios pasara por la Tierra,
la sangre tenía que ser aplicada. Era demasiado tarde para
aplicar la sangre cuando la ira ya había caído. En eso hay
una lección muy profunda. Antes que sucedió... Porque
viene el tiempo cuando no se podrá obtener la Sangre de
18 Rev. William Marrion Branham
Vida.
52. El cordero fue herido en el atardecer, después de haber
sido guardado por catorce días. Entonces fue herido y la
sangre fue aplicada en el tiempo del atardecer. ¿Lo entien-
de? La señal no existía hasta el tiempo del atardecer. Y
este es el atardecer de la edad en que vivimos. Este es el
atardecer para la Iglesia. Este es el atardecer para mí. Este
es el atardecer para mi Mensaje. Ya estoy muriendo, me
voy, me estoy mudando. Y este es el atardecer del Evan-
gelio.
53. Hemos venido a través de justificación, etc., pero este
es el tiempo cuando la SEÑAL tiene que ser aplicada. El
domingo pasado les anuncié que tenía algo para hablarles,
esto es. Es el tiempo cuando ya no podemos jugar con
esto. Tiene que ser puesto por obra. Si se va a hacer, tiene
que hacerse ahora, porque podemos ver que la ira está a
punto de pasar por la Tierra. Y todo lo que no está bajo la
Señal, perecerá.
54. La sangre lo identifica a uno. Ahora note, la vida del
animal no podía volver sobre el ser humano. Cuando la
sangre fue derramada, entonces la vida salía, desde luego,
porque era una unidad; y cuando la sangre salía, la vida
siendo algo aparte de la sangre... Ahora, la sangre es la
química de la vida, pero la vida es algo aparte de la sangre;
pero también, a la misma vez, la vida está en la sangre;
y la vida del animal no podía volver sobre el individuo.
Cuando él derramaba la sangre del cordero, tenía que
aplicar la química porque la vida había salido y no podía
volver sobre el ser humano, porque la vida del animal no
tiene alma. El animal no sabe que está desnudo y no tiene
conocimiento de pecado, y por eso es un ser viviente, pero
no es un alma viviente. Entonces la vida del animal no
La Señal 19
podía volver sobre la vida humana porque no había alma
en aquella vida.
55. Ahora, hay una vida, una sangre, una vida, un alma
en la vida. El alma es la naturaleza de la vida, y por eso
no tenía ninguna naturaleza en particular porque era un
animal. Entonces la sangre era una señal que la vida había
sido ofrecida; pero en este lugar tan glorioso, bajo este
Pacto, hay una diferencia entre la sangre y la vida. La se-
ñal para el creyente en este día es el Espíritu Santo. No es
una sangre o una química, sino el Espíritu Santo de Dios.
Esa es la señal que Dios requiere de la Iglesia en este día.
Dios tiene que ver esta Señal, la tiene que ver en cada uno
de nosotros.
56. Luego mientras vienen apareciendo las sombras del
atardecer y la ira está a punto de ser derramada de lo alto
sobre todas las naciones impías, y sobre los incrédulos im-
píos, sobre los que profesan pero no tienen ninguna pose-
sión sobre estas cosas. Y yo he procurado abrir mi enten-
dimiento y vivir entre todo esto para conocerlo bien antes
de decir estas cosas.
57. Ahora, estamos viviendo en las sombras y la ira está
lista para caer; y Dios está requiriendo una señal, y eso
siendo que usted mismo haya recibido Su señal: el Espíri-
tu Santo. Esa es la única manera y la única señal que Dios
tomará en cuenta, porque es la Vida literal de Jesucristo
volviendo al creyente.
58. La vida del animal no podía volver y por eso la sangre
tenía que ser aplicada al poste arriba de la puerta para que
todo aquel que pasara por en frente de aquella casa supiera
que había una señal de sangre en aquella entrada, la señal
de que una vida había muerto en aquella casa. ¡Amén!
Así tiene que ser con cada creyente sellado con el Espíritu
20 Rev. William Marrion Branham
Santo hoy día: la señal que la Sangre derramada del Cor-
dero, aquella Vida que estaba en el Cordero, ha vuelto, y
le ha sellado públicamente para que todo aquel que lo ve o
que le habla en la calle, pueda saber que la Sangre ha sido
aplicada y la señal de la Vida que estaba en la Sangre, está
sobre él, y entonces está seguro de que NO recibirá la ira.
Y sólo eso, no membresías, no Señor.
59. La vida del animal no podía volver sobre el creyente
porque era un animal, y solamente hablaba de una con-
ciencia, mostrando que vendría un Sacrificio Perfecto.
Y ahora, ¿cómo podría haber un sacrificio más perfecto
que el mismo Dios haciéndose expiación? Cuando Dios
se hizo carne y Su misma Sangre creadora fue la única
manera en que la Vida de Dios podía volver, porque todos
nosotros nacimos por el sexo, entonces la vida que tene-
mos es del mundo; y esa vida no permanecerá porque ya
es una cosa juzgada y condenada. No se le puede poner un
parche. No hay manera de emparcharla, ni de aparejarla;
no hay manera de mejorarla, tiene que morir. Ese es el
único requisito: Tiene que morir. Y el sustituto, la Vida de
Jesucristo, tiene que entrar en usted, y eso es el Espíritu
Santo, la señal de Dios de que usted ha aceptado la Sangre
de Su Hijo Jesucristo.
60. En los días de Lutero y Wesley fueron enseñados a
creer en la química de la sangre; pero éste ya es el último
día cuando se requiere la señal, y así se forma la unidad
completa para el rapto. ¿Lo puede ver? Agua, sangre y
espíritu son los pasos sucesivos cuando un niño nace. En
un nacimiento normal, la primera cosa que aparece es el
agua; la segunda cosa es la sangre, y después la vida. Del
cuerpo de nuestro Señor Jesucristo vino agua, sangre, y
vida. Y la Iglesia entera, la Novia completa, ha sido for-
La Señal 21
mada por justificación, santificación y el bautismo del Es-
píritu Santo, lo cual es la señal. Como dice en Hebreos 11:
“Todos estos que anduvieron para acá y para allá cubier-
tos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados,
maltratados, etc.” Y todas estas cosas que hicieron... “Sin
embargo, no fueron perfeccionados sin nosotros.”
61. Y la Iglesia en este día, que ha recibido la señal del
bautismo del Espíritu Santo, que la Sangre ha sido derra-
mada y que el Espíritu Santo está sobre la Iglesia, “sin
nosotros, ellos no pueden resucitar pero están dependien-
do de nosotros.” Porque Dios prometió que tendría esta
Novia, y alguien estará allí en aquel día. Yo no sé quiénes
serán, pero alguien la recibirá. Yo soy responsable por una
sola cosa y eso es predicarla. Es negocio de Dios cuidar de
la simiente predestinada. Todos estarán allí juntos, el uno
con el otro: la edad del agua, la edad de la sangre y ahora
la edad de la señal del Espíritu Santo.
62. Y recuerde, Israel vino a través de muchas cosas pero
fue en la tarde cuando la señal fue requerida. No fue en la
mañana, ni en la preparación de los catorce días de guar-
dar el cordero. Israel sabía que algo venía. Así también
supo Lutero que algo venía, Wesley lo supo, también Fin-
ney, Knox, Calvino. ¡Pero ahora aquí está! Ellos supieron
que llegaría el día cuando la Columna de Fuego regre-
saría a la Iglesia, supieron que vendría el tiempo cuando
estas cosas sucederían; pero no vivieron para verlo, sin
embargo lo anticiparon. Israel supo que algo venía, pero
fue en el tiempo de la tarde cuando la sangre del cordero,
la señal, fue colocada sobre la puerta. Ahora, sin embar-
go, el cordero ya había sido exhibido. Ha sido el cordero
desde el principio. Fue el Cordero en el tiempo de Lutero,
en el tiempo de Wesley, pero ahora es el tiempo de la se-
22 Rev. William Marrion Branham
ñal, cuando cada casa tiene que ser protegida por la señal.
Cada casa de Dios tiene que ser cubierta por la señal. To-
dos los que están por dentro tienen que ser cubiertos por
la señal.
63. La casa de Dios es el Cuerpo de Jesucristo. Y por me-
dio de un Espíritu somos todos bautizados en esta señal y
llegamos a ser una parte de ella, porque Dios dijo: “Cuan-
do vea esta señal pasaré de vosotros.” ¡Qué hora tan mara-
villosa en la que estamos viviendo ahora! La sangre iden-
tificaba al creyente porque la vida había salido, y no podía
volver, y por eso había la necesidad de la química; tenía
que tener una especie de pintura, de sangre, una química
para mostrar que la vida había salido.
64. Pero ahora el Espíritu mismo es la señal. El Espíritu
Santo mismo es la señal. Ya no es la sangre. La Sangre
fue derramada en el Calvario, eso es cierto, pero la sangre
regresó a los elementos de los cuales había sido formada,
del alimento que Él había tomado. Pero fíjese bien, dentro
de la célula de sangre había una vida que daba ánimo a la
célula. Siendo una química, no tenía vida propia y por eso
no podía moverse. Pero cuando la vida entró en la quími-
ca de la sangre, entonces se formó la célula; se formó su
propia célula, y luego célula tras célula. Y luego fue un
Hombre, y aquel Hombre era Dios —Emmanuel— en la
carne. Pero cuando aquella vida volvió a la química. Pero
la señal es el Espíritu Santo sobre la Iglesia, y así ellos ven
a Cristo.
65. Y así tiene que ser, porque una mujer y su marido lle-
gan a ser uno. Son uno sólo. Y así también sucede con la
Novia y Cristo porque llegan a ser UNO SOLO. El minis-
terio de la Novia y el ministerio de Cristo son el mismo.
Recuerde: “En el primer tratado, oh Teófilo, he hablado de
La Señal 23
todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar (y
continúa haciendo).”
66. Su muerte no puso fin a Su obra. No señor. Él volvió
otra vez. No una tercera persona, sino la MISMA persona
volvió en la forma del Espíritu Santo para continuar la
obra; y todavía continúa, dice el libro de los Hechos. Je-
sucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Esa es la
señal. Esa es la muestra.
67. Cuando Pedro y Juan pasaron por la puerta del templo
“la Hermosa” y allí estaba un hombre quien había sido
cojo desde el vientre de su madre; y Pedro dijo: “Ni tengo
plata ni oro, mas lo que tengo te doy. En el nombre de Je-
sucristo de Nazaret: levántate y anda.”
68. Entonces viendo la constancia de Pedro y de Juan, sa-
bido que eran hombres sin letras é ignorantes, se maravi-
llaban, y les conocían que habían estado con Jesús. ¿Ve
usted? La señal estaba desplegada: “Mas lo que tengo te
doy.” Viendo un pobre hermano cojo allí en la calle, y
ellos con la misma vida que estaba en Cristo: “...mas lo
que tengo...” “En mi nombre lanzaréis demonios.” No es:
“Yo lanzaré,” sino: “vosotros lanzaréis.” “Si dijereis a este
monte...” No dice: “Si yo dijere.” “Si dijereis a este mon-
te…” ¡Hermano, la hora está a la mano, cuando la señal
necesita ser desplegada! La vemos y sabemos que esta-
mos cerca del fin. Ha habido toda clase de mensajes para
mostrar señales y maravillas, pero ahora volvemos para
ver lo que tiene que hacer la Iglesia: La señal tiene que ser
desplegada. “Cuando viere la sangre, pasaré de vosotros.”
Ninguna otra cosa servía. Tiene que ser la sangre.
69. Ahora, el Espíritu Santo es nuestra señal de Dios. Una
vez me vino a visitar un hermano bautista, un gran teólo-
go y un hombre de mucho estudio y de carácter muy fino;
24 Rev. William Marrion Branham
él me dijo: “Hermano Branham, usted habla del Espíritu
Santo. Pues eso no es nada nuevo, nosotros lo hemos en-
señado a través de las edades. Nosotros hemos recibido el
Espíritu Santo.”
70. Le pregunté: “¿Cuándo lo recibió usted?” Respondió:
“Cuando creí.” Ya yo sabía que esa era la teología bautis-
ta: Que la persona recibe el Espíritu Santo cuando cree.
71. Entonces le dije: Pablo dijo en Hechos 19, a un grupo
de bautistas, un ministro bautista (un convertido de Juan),
estaba probando por la Biblia que Jesús era el Cristo…
Cuando andaba en las regiones superiores llegó a Éfeso y
encontró ciertos discípulos y les dijo: “¿Habéis recibido
el Espíritu Santo después que creísteis?” Le respondieron:
“Ni aun sabemos si hay un tal Espíritu Santo.” Entonces
le preguntó que cómo habían sido bautizados. Y ellos no
habían sido bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo,
el Cordero sacrificado; no estaban identificados con Él en
lo absoluto, solamente creían. Era como la medicina alma-
cenada que no había sido administrada. Pablo les mandó
que fueran bautizados de nuevo en el Nombre del Señor
Jesucristo. Y cuando cumplieron esto, entonces llegó la
Señal sobre ellos y fueron identificados por las obras y las
señales del Espíritu Santo: hablaban en lenguas, profeti-
zaban, y exaltaban a Dios. Fueron identificados con Su
Sacrificio.
72. El Espíritu Santo es nuestra identificación, es lo que
nos identifica como cristianos. No es el ser miembro de tal
o cual iglesia, no es nuestro entendimiento de la Biblia; lo
que en verdad cuenta no es cuánto sabe usted de la Biblia,
sino cuánto sabe acerca del Autor de la Biblia, y hasta
qué grado vive el Autor en usted. Lo que usted muestra
al mundo no es su propia vida, porque usted se considera
La Señal 25
muerto, y la señal es lo que vive en usted y no es su propia
vida, sino ÉL.
73. Pablo dijo: “La vida que ahora vivo...” Él vivía una
vida distinta de lo que vivía antes: “...mas vive Cristo en
mí.” Allí está la señal de identificación que Dios requie-
re. Identificado con nuestro Sacrificio: La Vida de nuestro
Salvador en nosotros, el Espíritu Santo. Y eso es una señal
positiva. No puede haber otra señal.
74. ¡Ay, ay, ay, si usted simplemente pudiera captar este
pensamiento! Si yo tuviera el poder de vocabulario en este
día para expresar y colocar en su alma (que está por den-
tro); no sus oídos, sino su alma; entonces usted podría ver
la garantía de esto. Y además, lo deja a uno tan tranquilo.
75. ¿Qué tal si usted hubiera cometido algún crimen y le
hubieran de juzgar en un tribunal federal, y usted sabe que
si le hallan culpable, entonces morirá, ya sea por vía de
la silla eléctrica, la cámara de gas o la horca (depende del
castigo)? Usted bien sabe que es culpable y tiene que mo-
rir si no obtiene algún buen abogado para representarle,
que le pueda librar. Usted desearía obtener la ayuda del
mejor abogado; y teniendo este abogado usted se sentiría
mucho más tranquilo; pero todavía quedarían algunas pe-
queñas dudas en cuanto a si este abogado podría cambiar
la mente del juez y la del jurado. Usted se pondría a pensar
si este abogado tan sabio e instruido en la ley, podría cam-
biar las cosas; si él podría defender su caso y probar que
usted merece vivir.
76. Pero en vista de toda su autoridad y el discurso tan
elocuente que él haría, y la impresión que él haría, y la
impresión que tendría para con el jurado y el juez; usted
aunque estaría un poco más tranquilo, todavía habría la
pregunta en su mente: “¿Lo podrá hacer?”
26 Rev. William Marrion Branham
77. Pero en este caso, el juez mismo es también nuestro
abogado. Dios se hizo hombre. No hay ningún otro aboga-
do que pueda hacer esto, no podremos hallar uno: Moisés
y la Ley, ni tampoco los profetas, ninguno podía librarnos.
Entonces el Juez se hizo el jurado, el abogado y también
el juez, y tomó en sus propias manos la justicia de Su ley y
él mismo pagó el precio. ¿Cuánto más seguros podríamos
estar? Y luego mandó de nuevo sobre nosotros Su vida
como testigo que lo ha aceptado. ¡Qué seguridad! “Aun-
que ande en valle de sombras de muerte, no temeré mal
alguno; porque Tú estarás conmigo.”
78. Él fue nuestro Juez, Jurado, y también Abogado. Él
defendió nuestro caso. Fuimos hallados culpables por Su
misma ley, pero luego Él mismo vino y tomó el lugar de la
persona culpable, eso fue en el Santuario. El llevó el peca-
do sobre Sí mismo y murió y pagó el precio derramando
Su sangre; luego mandó Su propia señal: Su propia vida.
79. Entonces todo queda perfectamente concluido. El caso
está despedido. Ya no hay pecado para con el creyente.
¡Oh Dios, ten misericordia! Si la gente no puede ver eso...
que ya el caso está disuelto. “El que oye mi Palabra y cree
al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a
condenación, mas pasó de muerte a vida.” Con eso queda
despedido el caso. No hay caso.
80. Y entonces con la seguridad de la señal aplicada,
cuando la muerte comience a tocar en la puerta, no tendrá
ningún dominio. Sí, la señal es aplicada. Y únicamente
se reconoce la señal. ¿Ve usted? Él hizo aquello para que
así la señal pudiese venir. La Señal era la vida de Dios. Y
cuando Dios hizo al primer hombre, lo hizo un hijo; y el
hijo fue tan corrupto que escuchó a su esposa en vez de
escuchar a Dios, y la mujer escuchó al diablo en vez de es-
La Señal 27
cuchar a su esposo. Y cuando hicieron esto se hallaron en
una corrupción tan tremenda hasta que se desarrolló una
contaminación. Él sabía que cuando ellos hicieran eso,
pues, entonces tendrían que traer hijos al mundo. El fruto
del árbol en medio del huerto, no debía ser tocado, pero
cuando ya ellos saborearon este fruto, entonces trajeron
aquel pecado sobre sí mismos y, por consiguiente, todos
los hombres que nacieron de allí en adelante nacieron en
el pecado.
81. No había salida. Pero luego Dios bajó. Había una sola
manera de traer al hombre de nuevo a Dios, y esa era de
restituirlo como hijo; pero, ¿cómo lo podía hacer cuando
Su propia ley lo había condenado ya? Entonces el Padre
mismo llegó a ser como uno de nosotros. Ese es el Cor-
dero genuino. Ese es el propósito que tenía desde el prin-
cipio. Por eso fue identificado el cordero en el Huerto del
Edén, sabiendo que vendría el tiempo cuando el cordero y
la palomita se unirían, cuando estarían juntos, y Él sabía
que sería entonces cuando todos estaremos unidos. Él es-
taba dispuesto a sacrificarse de tal manera.
82. Ahora la señal ya podía ser aplicada, y ya no somos
ajenos ni extraños pero somos hijos e hijas de Dios. Am-
bos, Adán y Eva, la mujer y el hombre unidos, son hijos e
hijas de Dios en Cristo Jesús por medio de Su gran Sacri-
ficio.
83. Y además, para que no pueda haber error, la simiente
de esta vida que tiene que ser sembrada en la tierra (este
cuerpo, el cual es una simiente perecedera), y luego la
vida. Si es una vida pervertida en la simiente, entonces
perece juntamente con la simiente. Pero Él puso en la si-
miente: vida eterna y la identificó como Suya, para traerla
de nuevo en la resurrección; y nada se perderá. ¿Me he
28 Rev. William Marrion Branham
hecho claro?
84. La simiente ya no puede perecer porque está cubierta
con la Vida: la Señal. Esa Vida cubre el cuerpo, el alma, la
persona, y es una señal del Espíritu Santo que todo lo que
está bajo esa señal pertenece a Dios. “Cuando yo viere la
señal, pasaré de vosotros.” Es una señal positiva.
85. El Espíritu Santo es nuestra señal; por eso cuando us-
ted recibe el Espíritu Santo, usted ha pasado de muerte a
vida. Eso es todo lo que hay que hacer, ahora la Vida ya
está en usted y usted no puede perecer.
86. La Biblia dice: “Cualquiera que es nacido de Dios, no
hace pecado”, porque él no puede pecar, la simiente de
Dios... ¡Amén! La simiente de Dios permanece en Él, y
cómo puede pecar cuando el Dios puro está en él.
87. Cuando el hombre está en un Dios impecable, ¿cómo
puede pecar? No importa lo que ha hecho, la sangre lo cu-
bre. Él ahora ya es una nueva criatura. Sus deseos y aspi-
raciones ahora son celestiales porque ha sido manifestado
como un grano de trigo. Sus deseos no son los de antes.
Y él lo demuestra. Usted dice: “Pues, yo creo todo eso.”
¿Y usted allá todavía pecando? No señor. Usted ha sido
engañado. No puede demostrar nada, solamente la señal.
88. Israel fue mandado a permanecer bajo la sangre hasta
que llegara la orden de marchar. “¡No se salgan debajo
de la sangre!” Ya una vez debajo de aquella sangre, esta-
ban sellados. “No dejen este lugar.” Se quedaron allí hasta
que sonaron las doce de la noche y sonaron las trompetas.
Cuando las trompetas sonaron y también las bocinas de
cuernos de carnero, entonces salió cada uno con sus pro-
visiones camino a la tierra prometida.
89. Así también es cada hombre y mujer que está lleno
del Espíritu Santo, tal persona está sellada y libre de toda
La Señal 29
maldad y daño; su vida despliega lo que él es. Dondequie-
ra que él camina, cual sea su negocio, con quien sea que
hable, ya sean mujeres u hombres, lo que sea, allí está la
señal. ¡Amén!
90. Cuando llega al asunto de la muerte: “No temeré mal
alguno; porque Tú estarás conmigo.”. Allí está aquella
Señal. En cuanto a la resurrección, ÉL ESTARÁ ALLÍ,
porque Dios le resucitará en el Día Postrero, así dijo Jesús.
“Cuando viere la sangre (la señal) pasaré de vosotros.”
91. Recuerde, si aquella señal no se desplegaba, aun el pac-
to quedaba anulado. Correcto. El pacto quedaba inválido.
Si no había señal, no había pacto. La señal representaba el
pacto. Dios hizo un pacto con ellos. Sí señor. Pero la señal
tenía que ser... Pero el pacto no era efectivo si la señal no
estaba desplegada. Puede ser que hubo muchos judíos que
dijeron: “Mire, yo no tengo sangre sobre mi puerta, pero
quiero mostrarle algo: Yo soy judío circuncidado.” Eso no
significaba nada. “Cuando yo viere la sangre, CUANDO
VIERE LA SEÑAL.” Ustedes pueden decir: “Yo soy…
bautistas… presbiterianos… metodistas” (o lo que usted
quiera ser), pero: “Cuando yo viere la señal.”
92. Usted dice: “Pero yo soy un creyente. Mis padres fue-
ron miembros de esta iglesia y yo he sido miembro aquí
desde niño.” Mire, ¡eso no significa NADA! Yo no miento
ni robo, ni hago esto ni aquello. Eso no significa NADA.
93. “Yo pertenezco al Tabernáculo Branham, yo hago esto
y aquello; yo creo todita la Palabra.” Aquellos judíos po-
dían decir: “Yo creo a Jehová.” Si fuera cierto hubieran es-
cuchado el Mensaje de la hora. Tenían muchos mensajes,
pero este era el Mensaje de la hora. ¡Yo creo el Mensaje
de la hora!
94. La sangre fue aplicada en el atardecer. Pudieron ha-
30 Rev. William Marrion Branham
ber dicho: “Pero yo soy un judío.” La gente hoy día dice:
“Yo soy cristiano. Yo le puedo mostrar mi registro de ser
miembro desde hace mucho. Yo quiero que usted me diga
cuándo fue que robé algo o cuándo fue que cometí un
adulterio, o estas otras cosas. Muéstreme un solo ejem-
plo.” Eso no significa NADA. No importaba cuan perfec-
cionista era, el pacto era nulo, no era efectivo el pacto.
95. Usted dice: “Pero yo soy un estudiante bíblico.” A mí
no me importa lo que usted sea. Sin ese pacto la ira de
Dios está sobre usted. ¡Correcto! Él ya le ha alcanzado. Ya
verá usted, sus pecados le alcanzarán.
96. ¿Qué es pecado? Incredulidad. Usted no ha creído el
Mensaje, no ha creído la Palabra. ¡Usted no ha creído al
testigo de la misma señal, y eso que hasta se ha identifica-
do en nuestro medio! Y si usted no cree eso... No importa
cuánto usted lo duda, tiene que ser aplicada. Usted puede
decir: “Yo lo creo, yo lo creo. Yo creo que es la verdad. Yo
lo acepto como la verdad.” Todo eso está muy bien, pero
tiene que ser aplicada.
97. Allí estaba un judío mezclando la sangre, mientras la
oveja sangraba, diciendo: “Esto es Jehová.” Y allí estaba
el sacerdote diciendo: “Sí señor, yo creo que eso es la ver-
dad.” Pero sobre su misma casa no había sido aplicada.
Él no quería identificarse con aquel grupo, no señor, con
aquellos fanáticos con la sangre sobre la puerta. Él no que-
ría esa identificación. No importaba su puesto de sacerdo-
te, ni cuánto sabía de la Palabra, ni su vida tan impecable,
ni sus obras, ni cuánto había dado a los pobres, ni cuánto
había sacrificado.
98. Pablo dijo “Si yo diera mi cuerpo para ser quemado
como sacrificio, y diera todos mis bienes para alimentar a
los pobres, si tuviera fe como para mover los montes, etc.;
La Señal 31
y si hablase en lenguas como hombres y ángeles, y todas
estas otras cosas; todavía soy nada hasta que la señal haya
sido aplicada.” Hasta que esa señal… de eso es que he
estado hablando hoy, el amor. Ahora, hasta que esto es no
es aplicado, yo soy nada.
99. A mí no me importa. Puede ser que usted echó demo-
nios, o que sanó a los enfermos con su oración de fe, pue-
de ser que usted hizo todas estas cosas, pero si esta señal
no está presente, usted está sujeto a la ira de Dios. Puede
ser que usted sea un creyente. Puede ser que usted se pare
en el púlpito y predique el Evangelio. “Muchos vendrán
a mí aquel día y dirán: Señor, Señor, ¿no profetizamos en
Tu nombre (predicamos en tu nombre)? ¿No he echado
fuera demonios en Tu nombre?” Esto abarca metodistas,
bautistas y pentecostales. Jesús dijo: “Nunca os conocí.
Apartaos de mí, obradores de maldad.”
100. Pero cuando yo viere la señal, pasaré de vosotros. Esto
es el requisito de Dios para esta hora. El Mensaje del tiem-
po de la tarde es de aplicar la señal. Satanás nos ha tira-
do toda clase de falsificaciones como eso de estrechar la
mano, las evidencias, pero OLVÍDESE DE TODO ESO.
LA HORA HA LLEGADO CUANDO LA SEÑAL MIS-
MA, no algún tipo de falsificación, ni algo manufacturado
o sustituido, nada; la hora ha llegado cuando la señal mis-
ma se está identificando en nuestros medios y está proban-
do que Él es el mismo Jesús ayer, hoy y por los siglos. Y
está correctamente con la Palabra.
101. La señal tiene que ser aplicada. El hombre que dice
que tiene la señal y niega esta Palabra, ¿pues qué de él?
Eso no se puede hacer. La señal tiene que estar presente.
Cuando yo... “La sangre os será una señal.” Ahora el Es-
píritu Santo, la Vida que estaba en la sangre, es la señal.
32 Rev. William Marrion Branham
Este es el tiempo. El Espíritu Santo es la señal. El caso
está concluido. Sí señor.
102. Ahora recuerde, no importa lo que usted es, o cuán
bueno es, o cuántas veces ha saltado, o a cuántas iglesias
ha pertenecido, o cuántas obras buenas ha hecho; todo eso
no significa nada si la señal no ha sido aplicada. Este es el
tiempo del atardecer.
103. Eso fue suficiente en los días de Lutero, en los días de
Wesley, pero ahora ya no sirve. Sacrificando el cordero
fue suficiente en aquel entonces para todos aquellos que
murieron antes de que fue aplicada la sangre. Eso fue di-
ferente, sí señor. Ellos partieron con buena conciencia. Ya
habían sido juzgados, si eran predestinados, les tocó; si no
eran, pues entonces no. Así es.
104. Dios justifica a quien quiere y tiene misericordia de
quien quiere y condena a quien quiere. Él es Dios. Eso es
todo. Él tiene misericordia sobre el que tiene misericordia
y condena al que quiere condenar. Un judío podía probar
infaliblemente por medio de la circuncisión que él era un
creyente. Muchos hombres fundamentalistas pueden to-
mar esta Biblia y decir: “Yo soy un creyente. Y Jesucristo
dijo que por fe somos salvos. Entonces yo soy un creyen-
te, pero eso del bautismo del Espíritu Santo es un dispa-
rate.” Ahora, evidentemente la señal no está aplicada. No
importa cuánto más él cree, el pacto es nulo. Igualmente
con la circuncisión del judío. Él podría decir: “Yo soy ju-
dío, ¿por qué tengo que hacer como aquellos fanáticos?”
105. Y allá en la calle estaba Moisés gritando: “Ha llegado
el Mensaje del atardecer. Dios ha dicho: Sucederá que al
fin de los catorce días, juntarás la congregación y mata-
rán al cordero, la congregación entera de Israel lo mata-
rá. Pondrán sus manos sobre él, identificándose así con el
La Señal 33
cordero, y la sangre será puesta sobre los postes y sobre
el dintel de la puerta; y cuando yo viere la sangre, pasaré
de vosotros, porque es la señal de que habéis aceptado la
muerte del cordero que yo he provisto.”
106. Allá, entonces, la sangre fue la señal. Hoy día el Espí-
ritu es la señal: “Y seréis bautizados con el Espíritu Santo
no muchos días después de esto.” Y cuando la sangre fue
derramada, la señal fue enviada en el Día de Pentecostés
como un viento recio que corría. Eso fue el tema de todos
los apóstoles.
107. “¿Recibisteis el Espíritu Santo después que creísteis?”
108. “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el
nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y reci-
biréis el don del Espíritu Santo (lo cual es la señal).”
109. “De cierto, de cierto os digo, el que oye mi Palabra, y
cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá
a condenación, mas pasó de muerte a vida.” Allí lo tiene
todo.
110. Cuando aquella iglesia judía se desvaneció, entonces
entraron los gentiles con aquella perversión y ahora Él
viene para tomar una reliquia de los gentiles, un pueblo
para Su Nombre, la Novia. ¿Ve usted lo que digo? ¿No lo
enseñan así las mismas Escrituras? Si la señal no estaba
desplegada, entonces el Pacto no era efectivo. Tiene que
ser desplegada, porque si usted dice que cree, y no vive
conforme a las instrucciones en la Palabra, eso muestra
que usted no cree. Aunque usted fuera circuncidado, aun-
que pertenezca a la iglesia, aunque sea bautizado y haga
todas estas cosas, no obstante eso no es la señal. Es el
Espíritu Santo.
111. Este hombre tan intelectual (como yo estaba relatán-
doles hace poco) continuó hablándome y dijo: “Hermano,
34 Rev. William Marrion Branham
Abraham creyó a Dios y le fue atribuido a justicia. Ahora
¿qué más podía hacer el hombre que creer a Dios?”
112. Le dije: “Eso es correcto, doctor. La Biblia dice que él
creyó a Dios. Usted está correcto. Hasta donde usted ha
llegado está correcto.” Los doce espías que fueron a ver
la tierra de Canaán, por todo el tiempo que fueron ade-
lante, estaban ganando terreno; pero cuando llegaron a la
frontera, entonces fue cuando rechazaron todo. Ustedes
los bautistas están correctos hasta donde llegan; pero ¿han
recibido el Espíritu Santo desde que han creído? Recuer-
de, Dios reconoció la fe de Abraham; él creyó a Dios y le
fue atribuido a justicia. Eso es correcto. Pero luego Dios
le dio el sello de la circuncisión como una señal. Le fue
una señal. No fue que la circuncisión de la carne tuviera
algo que ver con su alma, pero le fue simplemente una se-
ñal que Dios había reconocido su fe. Y Él ahora nos da la
señal del Espíritu Santo mostrando que nos ha reconocido
como creyentes. La Biblia dice: “Arrepentíos, y bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para per-
dón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.
Porque para vosotros es la promesa…” ¿Ve usted la cosa
ahora?
113. No importaba cuán infaliblemente podían probar los
judíos que ellos eran circuncidados, lo importante era que
la señal tenía que ser desplegada. Si no se desplegaba, en-
tonces el pacto quedaba nulo. Y es la misma cosa hoy día.
No importa lo que usted hace o cuán elocuentemente pue-
de explicar la Biblia; puede ser que usted sea un estudian-
te bíblico, puede ser que usted diga: “Yo soy un creyente.”
Y todo lo demás, pero antes de todo eso se requiere la
señal.
114. Un estudioso de la Biblia… Usted dice: “Hermano
La Señal 35
Branham, aquel hombre es un hombre bueno. A mí no me
importa lo que alguien diga, usted no hallará a un hombre
mejor; yo nunca le he visto hacer algo malo en toda mi
vida.” Eso no tiene nada que ver con las cosas de Dios.
Hay UN SOLO requisito y usted ni puede cumplir con
el requisito, como tampoco podían poner la sangre en el
dintel de la puerta sin que muriera el cordero. Y la sangre
era una muestra positiva de que el cordero había muerto.
No hubo nada manufacturado, él simplemente murió.
115. Y el Espíritu Santo es una señal positiva que su Corde-
ro murió y que usted ha recibido sobre sí mismo la señal
porque Su propia vida está en usted. No hay nada manu-
facturado en cuanto a esto. No hay nada de personifica-
ción. Simplemente está allí y usted lo sabe y también lo
sabe el mundo. La señal está allí. No importa cuán buena
sea la persona; puede ser un estudiante bíblico o miembro
de una iglesia denominacional o una cabeza denominacio-
nal; puede ser la jerarquía misma de Roma. Sea quien sea,
eso no hace nada.
116. Cualquier estudiante bíblico sabe que Israel fue un tipo
de la Iglesia, cuando iba en su viaje a la tierra prometida.
Pero cuando llegó el tiempo del atardecer, y estaban ya
para salir de viaje, hubo UN SOLO requisito. No impor-
taba cuán buen judío había sido, cuán bien había cuidado
sus siembras y cosechas, cuán bien había cuidado del ve-
cino, cuánto había hecho, cuán buen miembro había sido,
cuántos diezmos había pagado; todas estas cosas estaban
bien, y estaba bien que fuera un buen hombre y bien re-
conocido entre su gente; pero sin la señal de la sangre, él
pereció. ¡Amén!
117. Oh, que Dios me ayude tanto en lo presente aquí como
también en las cintas para hacer que esto se entienda bien.
36 Rev. William Marrion Branham
No le hace lo que usted haya hecho, ya sea la predica-
ción del Evangelio, el lanzamiento de demonios, el hablar
en lenguas y todas las demás manifestaciones; pero sin la
señal... Usted me dice: “¿Puedo hacer estas cosas sin la
señal?” Pablo dijo que sí. “Aunque yo hable en lenguas
como los hombres y los ángeles; aunque reparta entre los
pobres cuanto poseo, mi cuerpo para ser quemado en sa-
crificio, aunque tenga la fe para mover montañas y demás
cosas; no soy nada.” No vaya usted a confiar en esas co-
sas. Es la señal lo que en verdad cuenta. No importa cuán
bueno usted ha sido o cuánto ha hecho, cuando la ira de
Dios sale, únicamente reconocerá la señal. La señal mues-
tra que el precio requerido ha sido pagado. Y el precio que
fue pagado fue la vida del Señor Jesucristo, y Él dio Su
Vida, y ahora Su Espíritu vuelve sobre usted como una
señal que usted ha recibido; y usted ahora carga la señal
por doquier, día y noche, no solamente el domingo sino
todo el tiempo. Usted tiene la señal. “La sangre os será por
señal.”
118. Usted dice: “Yo todavía creo. Yo soy un creyente.”
Eso está bien; pero si rechaza la señal, ¿cómo va ser un
creyente cuando la señal habla en contra de usted? La se-
ñal habla en contra de su testimonio. Estudioso de la Bi-
blia, buena persona, miembro de una iglesia, lo que sea
usted, no significa nada. Puede ser que su padre es un pre-
dicador y su madre pudo haber sido una santita. Todo es
muy bueno porque ellos tendrán que dar respuesta de sí
mismos. Como he dicho, la gente trata de hacer de Jehová
un abuelito gordo que ni tiene buena mente. Creen que Él
tiene muchos nietos como “Ricky” y “Elvis”, y que en es-
tos no hay ningún mal. Así no es nuestro Dios. Él no tiene
nietos. ¡Él es un PADRE! Usted tiene que ser renacido.
La Señal 37
Él no es insensible y gordo, sino un Dios de juicio. La
misma Biblia dice que Su ira es terrible. No vaya usted a
echar de menos a Dios y luego algún día esperar que Él le
lleve al Cielo con todo su pecado. Si así hiciera las cosas,
entonces hubiera pasado por alto todos estos casos. Usted
creerá Su Palabra o perecerá. Cuando usted cree Su Pala-
bra, la Señal estará sobre usted.
119. La muerte estaba a punto de caer sobre Egipto en
aquella noche, podía caer en cualquier momento; era un
tiempo muy temible. Todas sus ceremonias, todos sus días
de fiestas y ayunos... Dios les había visitado, y les había
mostrado Sus grandes maravillas y señales. Y ahora ¿qué
es eso? Detengámonos aquí por un momento. Dios les ha-
bía mostrado Su gracia. Les había dado oportunidad. Ellos
no lo podían rechazar. Decían: “Pues no hay nada en eso.
Todo eso es una tontería. Lo que en verdad sucedió es que
allá en las montañas hubo una explosión de lodo y por eso
se ha vuelto rojo el mar.” Entonces vino el granizo, luego
las ranas. Dios había preparado un lugar y había colocado
Su Palabra en la boca de un profeta; y lo que el profeta de-
cía, eso se cumplía. Y ellos vieron estas cosas, no podían
negarlo. Todo lo que Moisés hablaba, eso mismo recibía
de Dios porque únicamente hablaba la Palabra de Dios.
Dios le había dicho: “Yo te haré un Dios.” Moisés les fue
un Dios. Ellos no conocían, así que Él dijo: “Tú serás por
Dios, y Aarón será tu profeta.” ¿Ve usted? “Tú serás como
un Dios; porque yo tomaré tu voz y contigo crearé. Yo
hablaré y el pueblo no podrá negarlo porque allí estará.
Lo que tú digas, sucederá. Yo te mostraré aquellas cosas.”
Y Egipto vio estas cosas. Ellos vieron esto al tiempo del
atardecer.
120. Él les mostró su bondad, y también les mostró que
38 Rev. William Marrion Branham
la podía quitar. Les mostró Su sanidad. Los magos y los
imitadores trataron de hacer la misma cosa, esos siempre
se encuentran, allí estaban Janes y Jambres; pero cuando
llegó al verdadero reto, ellos no pudieron hacerle frente a
Moisés. Siguieron la cosa por un tiempo, pero dentro de
poco se manifestó su necedad. Y ¿no dice la Biblia que
la misma cosa sucederá en los últimos días? “Así como
Janes y Jambres resistieron a Moisés, pero su insensatez
fue hecha manifiesta, así también será en el fin.” Allí está.
“Hombres de mentes pervertidas, réprobos en cuanto a
la verdad.” Pueda ser que ellos tengan enormes iglesias
con esto y aquello tan bonito, pero la hora por fin llegará.
Entonces quédese firme con la señal. Eso es lo que Dios
quiere que hagamos. Manténgase con Su Palabra. No se
mueva de allí. Así nos manda la Biblia.
121. La muerte estaba hiriendo la Tierra. Ya Dios les había
mostrado tanto Su misericordia así como también Su po-
der, las señales y maravillas. Ahora, detengámonos aquí
por un momento para recordar lo que Él ha prometido que
sucederá en los últimos días. Puede ser que a nosotros
también nos conviene un inventario. Él había hecho todo
esto y sin embargo todavía ellos no deseaban arrepentirse
ni tampoco creer el Mensaje del día; todavía no querían
hacerlo. Aunque había sido desplegado en plena vista, y
había sido claramente mostrado. Y cuando usted ve tales
cosas sucediendo, eso es una señal de un juicio muy cerca,
a la mano. El juicio seguirá tales cosas. Siempre ha sido
así. Y esto hoy día no será ninguna excepción. El juicio
siempre sigue a la gracia. Cuando la misericordia ha sido
despreciada, entonces solamente queda el juicio. Siempre
lo seguirá.
122. Ahora, todo acontecimiento espiritual es una señal
La Señal 39
de Dios. Tenga cuidado y fíjese en eso. Fíjese bien: Todo
acontecimiento espiritual, todo lo que sucede, es una se-
ñal. Nosotros no estamos aquí únicamente por casualidad.
Estas cosas no suceden accidentalmente. Todo es una se-
ñal. ¡Es una señal para huir rápidamente al lugar de segu-
ridad!
123. Noé fue una señal para su generación. Elías fue una se-
ñal para su generación, así como Juan el Bautista fue para
la suya. Todo así... El Mensaje de la hora es una señal.
Fíjese bien y vea lo que está haciendo, es una señal. Todo
tiene un significado.
124. Esta clase de Mensaje no podía venir en ningún otro
tiempo. No podía venir en el tiempo de Lutero, ni en el
tiempo de Wesley, ni tampoco en el tiempo pentecostal.
No podía ser así. Nunca ha pasado algo de esa manera.
Sin embargo estaba prometido en la Biblia. Estamos en el
fin. No podía venir este Mensaje sino hasta este tiempo;
y está aconteciendo ahora como una señal. Y ¿cuál es la
señal? ¡Oh, mis hermanitos y hermanitas, asegúrense bajo
la señal, pero pronto! No vaya a aceptar ningún sustituto.
No haga eso. No imagine nada. Usted debe quedarse allí
hasta que sepa por cierto que la señal ha sido aplicada.
Quédese hasta que la mente que estaba en Cristo se en-
cuentre en usted. Quédese hasta que todas las boberías del
mundo hayan desaparecido, y Él sea únicamente el deseo
completito de su corazón. Entonces usted sabrá que algo
ha sucedido.
125. Jesús dijo: “Estas señales seguirán a todos los que
creen.” No dijo que seguirían a los creyentes manufactu-
rados, sino a los creyentes. ¿Ve usted? Ahora no queremos
tomar ningún riesgo; esto se tiene que hacer. El Mensaje
de la hora es una señal para las iglesias y aun para la gente.
40 Rev. William Marrion Branham
¿Están captando todo esto? Ojalá que cuando oigan esta
cinta, hagan igual, cuando se oiga en distintas partes del
mundo. Fíjese bien.
126. La señal de la hora está aquí. Hay una señal que tiene
que ser aplicada. Esto no podía venir en ningún otro tiem-
po. Fíjese bien en la preparación de Dios para aquel tiem-
po, y como ya sabemos, la Biblia dice que todas aquellas
cosas sucedieron como ejemplos para nosotros. Cuando
Dios estuvo listo para juzgar a Egipto, primeramente hizo
una preparación. ¿Qué fue lo que hizo allá en la primera
vez? Ahora, recuerde que Él nunca cambia Su orden.
127. La primera vez mandó un profeta con un Mensaje, esa
fue la primera cosa que hizo en cuanto a la preparación de
Su pueblo: les mandó un profeta con un Mensaje. La si-
guiente cosa que hizo fue mandar una Columna de Fuego
para identificar al profeta. Luego la tercera cosa que man-
dó fue la señal. Eso es correcto. Y ¿para qué fue la señal?
Para certeza. Primero fue Su profeta con el Mensaje. Él
se identificó con Su profeta por medio de la Columna de
Fuego; luego mandó la señal. Y así el creyente podía es-
tar bajo la sangre, significando que él aceptaba la muerte
de este sustituto (en su lugar), y la sangre era la señal de
que el creyente había escuchado el Mensaje, creía en la
Columna de Fuego, y aceptaba el sustituto que Él había
provisto. Ahora estaba bajo la química de la misma sangre
de la vida que fue entregada por ti.
128. ¡Oh, qué cosa tan perfecta! Usted entonces está bajo la
sangre, ahora usted está bajo el Espíritu Santo. Usted ya
cree el Mensaje del día, usted cree en el poder de la Co-
lumna de Fuego, usted cree estas cosas. Pero únicamente
creyendo estas cosas, no es suficiente; estando en la pre-
sencia de todo esto, no es suficiente; haciendo así, sola-
La Señal 41
mente se vuelve uno peor, porque el pecado, pues, está en
aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace. Esos son los
creyentes fronterizos.
129. Jesús habló de la misma cosa en Hebreos, capítulo 6:
“Porque es imposible que los que una vez fueron ilumina-
dos y gustaron el don celestial, y fueron hechos partícipes
del Espíritu Santo, y asimismo gustaron la buena Palabra
de Dios, y las virtudes del siglo venidero, y recayeron,
sean otra vez renovados para arrepentimiento crucifican-
do de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios... Y tuvieron
por inmunda la sangre del testamento, en la cual fueron
santificados.” (Allí tiene la química -santificados- no es la
señal).
130. La sangre no es la señal hoy día, sino más bien la
VIDA. La vida no podía estar como señal en aquellos
tiempos porque era sangre de animal; la señal allá enton-
ces era la química: tenían que tener sangre literal aplicada
en el poste de la puerta; pero ahora es el Espíritu Santo.
Probaremos esto dentro de unos momentos. La señal es
la VIDA. Su propia vida ya no existe porque usted está
muerto y su vida ya no está. Usted está escondido en Dios
por Cristo y sellado allí por el Espíritu Santo. La mente
que estaba en Cristo, está ahora en usted; y Cristo, la Bi-
blia y la Palabra son todos la misma cosa.
131. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.” Y así hace que usted, la Palabra y
Cristo sean la misma cosa. “Si estuvierais en mí, y mis pa-
labras estuvieran en vosotros, pedid todo lo que quisierais,
y os será hecho.”
132. ¿Ve usted? El colocó el poder en los labios de Moisés
para presentar allí y HABLAR. Y cuando habló, entonces
vinieron las ranas. Habló y las ranas huyeron. Habló y vi-
42 Rev. William Marrion Branham
nieron pulgas. Habló y las pulgas huyeron. ¡Amén! Enton-
ces fue requerida la señal para todo Israel. De todo Israel
fue requerido esta señal: “Cuando viere la señal, pasaré de
vosotros.” ¡Hermano, pero qué seguridad!
133. Israel saliendo de Egipto fue el tipo del original que
vemos hoy. Egipto representaba la Iglesia e Israel repre-
sentaba la Novia. Así como Israel salió de Egipto, de la
misma manera sale la Novia de la Iglesia. ¿Ve usted? Por-
que tiene que haber algo de donde puede salir; tiene que
salir de algo. Entonces sí fue un tipo.
134. La Iglesia está en Egipto, allá en el mundo y en el pe-
cado, y a ellos no les importa nada en cuanto a la señal;
ellos ni siquiera lo creen. Pero Israel amaba la señal, por-
que para ellos era la salvación. ¡Oh, hermanos, esto nos
debiera hacer que…! Debiera hacer que nuestros corazo-
nes… ¡Iglesia, no vaya a fallar en este punto! No deje us-
ted que se le ponga el sol. No vaya a reposar ni de día ni de
noche; no vayan a confiar en la suerte, hijos, eso no servirá
nunca. No servirá. ¡Usted tiene que tener la señal!
135. Usted dice: “Pues yo creo. Sí, yo creo el Mensaje.”
Eso está bien, pero usted tiene que tener la señal. Taber-
náculo Branham, ¿me oyen? usted tiene que tener la señal
desplegada. Sin la señal, todo lo que usted pueda creer
es en vano. Pueda ser que usted viva una vida sin tacha;
usted escucha la Palabra y va a la Iglesia y trata de vivir
bien. Eso está bien, pero no es todo.
136. “Cuando yo viere la sangre.” Esa es la señal. Y la señal
hoy día no es… Ahora, allá en aquel día Él tenía que ver la
química porque la vida ya había salido del animal; pero en
este caso estamos hablando de Su propia Vida que estaba
en la sangre. Y la química únicamente era un signo o señal
de santificación, pero la Vida misma es la señal. Porque
La Señal 43
sin la circuncisión, sin la señal, uno ni siquiera está bajo el
Pacto. La cosa entera funciona en armonía. Si usted dice
que está circuncidado solamente a la Palabra, entonces us-
ted creerá la Palabra. Y si usted cree la Palabra, entonces
la señal tiene que venir, porque la Palabra misma dice:
“Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nom-
bre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis
el don del Espíritu Santo.”
137. Ahora fijémonos en las preparaciones que hizo para Su
pueblo, que estaba en camino a la tierra prometida. Prime-
ramente, Él había preparado una tierra para Su pueblo. Y
estas preparaciones únicamente eran para aquellos que ya
eran predestinados para aquella tierra prometida. Correc-
to. Y Su manera de hacerlo fue que envió un profeta con
un Mensaje, identificó a este hombre y su Mensaje con la
Columna de Fuego, y luego les dio una señal para asegu-
rarles que todo esto estaba correcto. Correcto, eso fue su
consolación.
138. Entonces Israel saliendo de Egipto fue el tipo. Un tipo
de la Iglesia saliendo de las denominaciones. Ahora, yo no
me refiero a todas las denominaciones… Me refiero a la
Novia propia. Muchos de los grupos independientes son
iguales o aún peores en algunos casos, que las denomi-
naciones que dejaron. Yo estoy hablando aquí de la Señal
aplicada. La Señal está de acuerdo con toda Palabra. Así
en verdad tiene que ser porque la Señal es la Palabra. La
Señal es la Vida que estaba en la Palabra. Jesús dijo: “Mis
Palabras son Espíritu y son vida.”
139. Cuando Moisés comenzó su ministerio allá en Israel
con grandes señales, Israel de repente se juntó en Gosén,
de todos los extremos de la tierra de Egipto. Estaban vol-
viendo de donde habían salido porque sabían que algo es-
44 Rev. William Marrion Branham
taba por suceder. ¡Qué tipo tan perfecto!
Ellos vinieron del Este y el Oeste
De lejanas tierras vinieron
(Ustedes han oído la canción)
Para cenar con el Rey, a cenar como su invitado
¡Cuán bendecidos son estos peregrinos!
Contemplando el rostro santificado,
Encendido con el amor divino;
Bendecidos partícipes de su gracia,
Como joyas en su corona a brillar.
Oh, Jesús viene pronto,
Nuestras pruebas serán entonces terminadas.
Oh, ¿y si nuestro Señor, en este momento viene
Para aquellos que están libres de pecado.
Oh, entonces habría que traer alegría,
O la tristeza y gran desesperación?
Cuando nuestro Señor en gloria viene,
Nos encontraremos con Él en el aire.
Tenemos que desplegar la Señal. “Yo le resucitaré en
140.
el día postrero.” Ciertamente. Estamos en el día del fin. La
gente pues se reunió en Gosén y estaban listos porque sa-
bían que algo estaba por suceder. Fíjese usted en los patos
cuando es tiempo de una tempestad, y verá que se juntan.
Es igual con las abejas y todos los demás animales. Hay
un cierto instinto que los atrae. El Espíritu Santo atrae a
la gente. Cuando llegó el tiempo para derramarse la ira de
Dios, allí venían dos patos: macho y hembra, allí venían
dos gansos: macho y hembra, allí venían dos caballos,
macho y hembra; algo les estaba atrayendo, fue la pre-
La Señal 45
destinación. Los demás perecieron. ¡LOS DEMÁS PERE-
CIERON! Pero aquellos que sintieron aquel tironcito para
entrar, ellos sabían que aquel arca había sido preparada,
era una señal que venía una lluvia. ¡Ellos sabían que venía
una lluvia! No importaba la apariencia de las cosas alre-
dedor ni tampoco los pensamientos de las demás gentes,
ellos sabían que por dentro algo les decía: “Métanse en el
arca, pero pronto, porque ese es el único lugar de seguri-
dad porque Dios ha preparado un profeta.” Él mandó el
arca como señal y lo importante era estar en el arca porque
la lluvia venía. Entraron todos los animales en el arca de
dos en dos. Ellos entraron sin importarle lo que hacían los
demás. Y todos los que estaban por fuera de aquel arca
perecieron. Todo aquel que no estaba bajo la señal de la
sangre, pereció. Y todo aquel que no está bajo la señal del
Espíritu Santo, PERECERÁ. No importa cuán bueno sea,
ni cuán buen miembro sea, hubo muchos así en los días de
Noé y también en los días de Moisés, pero el hombre que
negaba aplicar la sangre como señal, perecía.
141. Todo aquel que no entró al arca pereció. Todo aquel
que no entra en Cristo, porque Él es el Arca... Primera de
Corintios 12, dice: “Porque por un Espíritu somos todos
bautizados en un cuerpo…” Por un Espíritu, no la igle-
sia, por un Espíritu, no las denominaciones, por el Cuerpo
Místico de Jesucristo, por un Espíritu, E-S-P-I-R-I-T-U,
somos todos bautizados en este CUERPO.
142. Entonces la señal está sobre la puerta porque usted está
en Cristo y Él fue Aquel que como sacrificio suyo tomó su
lugar en el juicio; y cuando Dios ve eso, entonces no pue-
de hacer nada. Usted está completamente seguro porque
Dios y Cristo son la misma Persona. El Espíritu fue hecho
carne y habitó entre nosotros y allí está Dios en Sí mismo;
46 Rev. William Marrion Branham
y ustedes son Sus propios hijos e hijas en Su Cuerpo.
143. Entonces no es la química, sino el Espíritu. “Yo pasaré
de vosotros.” Ellos vinieron de todas partes a través del
país de Egipto y se juntaron todos en aquel lugar para que
así pudiesen estar bajo esta señal. Vienen hoy de los meto-
distas, pentecostales, luteranos, bautistas, presbiterianos y
todo lo demás, para estar bajo la señal. Y es exactamente
como fue allá entonces. Allí estaba la Columna de Fuego,
y de repente uno le dijo al otro, y éste al otro, y aquel
al otro, así vinieron todos. Cuando vieron las señales de
Dios, entonces supieron que el juicio estaba a la mano.
Entonces el profeta dijo: “Yo he oído de Dios: Habrá cier-
tamente una señal. Matarán un cordero y pondrán la san-
gre sobre la puerta y eso será la señal porque la muerte
pasará por la Tierra.”
144. Déjeme decirles hoy, como Su siervo, si la señal no
se encuentra en la puerta hay una muerte espiritual que
pasará, y todas las iglesias están en camino al Concilio
Mundial de Iglesias. Todas las iglesias regresarán al ca-
tolicismo, y únicamente aquellos que son genuinamente
renacidos, son los que se quedarán fuera de este movi-
miento.
145. Recuerde, no le salvará su denominación pentecostal
porque ellos también ya están dentro de esta cosa y están
muertos, han perecido ya; Le han crucificado de nuevo,
han regresado y Le han puesto por fuera; pero Él está bus-
cando la señal. Su error estuvo en que confiaron única-
mente en el hablar en lenguas. No vaya usted a confiar en
el hablar en lenguas ni en ninguna otra cosa, mas deje que
se manifieste la señal. Deje que la Persona de Jesucristo
-Su misma Vida- esté en usted. No sea una cuestión de
circuncidar esto o aquello sino su ser entero, porque usted
La Señal 47
y Cristo son UNO. Cristo está en usted y Su Vida se mani-
fiesta a través de usted.
146. Ahora, venían de todo Egipto. Y fíjese, por cuanto ve-
mos lo que hicieron ellos y vemos el tiempo aproximándo-
se, nos es mandado hacer igual. ¿Sabía usted eso? Fíjese
lo que dijo el profeta en Hebreos 10. Y comenzamos con
el verso 26 del capítulo 10 del libro de Hebreos. Vamos a
ver. Sí, señor. Capítulo 10 de Hebreos, verso 26:
Porque si pecaremos voluntariamente después de ha-
ber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda
sacrificio por los pecados,
sino una horrenda expectación de juicio, y hervor de
fuego que ha de devorar a los adversarios.
El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos
o de tres testigos muere irremisiblemente.
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que
pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre
del pacto, en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al
Espíritu de gracia? (Lo cual vino de la sangre).
147. Ministro, miembro, hombre bueno, hombre moral, o
sea, usted quien fuere, usted sabiendo que Dios le ha li-
brado de los cigarros; y ustedes las mujeres, saben que les
ha librado de esa ropa inmunda y el cabello corto y las
otras cosas que hacían; pero luego si usted da la media
vuelta y hace afrenta y tuviera por inmunda aquella sangre
del pacto, la cual le santificó y le ha traído hasta aquí; así
como los espías, si ellos hubieran llegado a la frontera y
hubieran mirado a la tierra prometida y luego hubieran di-
cho: “Pues sabemos que allí está, pero los obstáculos son
demasiados. Parecemos langostas.” Ellos perecieron en el
desierto. Fueron creyentes fronterizos.
148. No llegue usted hasta aquí diciendo: “Yo creo el Men-
48 Rev. William Marrion Branham
saje.” Usted tiene que obedecer al Mensaje. Métase en
Cristo. Usted dice: “Hermano Branham, yo creo todo lo
que usted dice.” Eso es magnífico, pero eso solamente es
leer el Mensaje. Tome el Mensaje en su corazón, que usted
tiene que tener la señal. Necesita que la misma Vida que
estaba en Cristo esté en usted. “Cuando viere eso, enton-
ces pasaré de vosotros.”
149. A medida que vemos las grandes señales del tiempo
del fin sobre la Tierra hoy, sabemos que son correctas.
Ahora fíjese bien, yo he esperado por esto por muchísi-
mo tiempo, para darles este Mensaje. ¿Ve usted? Usted ha
visto las señales del tiempo del fin, y yo les he predicado y
les he mostrado estas cosas por medio de todo lo que dijo
Cristo. ¿Es la verdad? Ustedes son testigos de esto. En
este tiempo del fin ya no veo nada que falte por cumplirse.
Usted dice: “¿Y qué de la marca de la bestia?” Todo aquel
que rechaza al Espíritu Santo ya está marcado por la bes-
tia, el castigo vendrá más adelante.
150. Ahora Israel, cuando sonaban las trompetas en el año
del jubileo, todo hombre… ¿Se fijó usted cómo leyó Cris-
to allí? Únicamente leyó la mitad de la profecía porque
solamente la primera parte era para aquel tiempo. ¿Ve us-
ted? “El Espíritu del Señor Jehová es sobre mí, porque me
ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a
los abatidos... A proclamar el año de la buena voluntad de
Jehová.” El no leyó lo demás; colocó el rollo en su lugar,
porque eso era para este tiempo. El únicamente leyó una
parte, lo que era para Su día.
151. Ahora, esto es lo que va a hacer en este tiempo, esto es
lo que está diciendo por medio de Su Espíritu a la Iglesia
hoy día. Ahora es la hora apropiada, ahora es el tiempo.
¡Oh, pueblo, recíbanlo! ¡RECÍBANLO!
La Señal 49
152. Por todos lados vemos las grandes señales del tiempo
del fin. En la naturaleza vemos las señales que nos avisan
que el tiempo está a la mano. En cuanto a la Iglesia, vemos
las señales: Ella está condenada. El tiempo está a la mano
y la Iglesia está allá en el mundo. Vemos las señales en los
cielos, sobre las aguas y en las naciones, por todos lados,
en el sol, la luna, las estrellas. Vemos la señal del tiempo
del fin: El Espíritu Santo volviendo entre la gente.
153. Como fue en los días de Lot, así como el Espíritu Santo
obró por medio de aquel cuerpo, lo cual fue Dios manifes-
tado en CARNE, es como Dios se manifestaría en Su No-
via en este día mostrando la misma señal. Jesús dijo que
sería la misma cosa en los últimos días. Nosotros vemos
eso ahora, la misma Columna de Fuego, y aun la ciencia
ha tomado Su fotografía. Vemos, pues, que las señales del
tiempo del fin están a la mano. Sabemos que estamos en el
fin. Y luego, viendo eso, si usted lo cree... Si usted no me
cree a mí, crea en la señal, crea la Palabra, porque ambas
le hablan de lo que yo le estoy diciendo.
154. Si no fuera la verdad entonces no habría vindicación.
Dios nunca responde a una mentira, Él habla según Ver-
dad. Y estas palabras son testimonio de que les estoy di-
ciendo la verdad. Estas palabras son las que dan testimonio
del Mensaje que predico. Y el Ángel que apareció sobre el
río aquel día, dijo: “TU MENSAJE SERÁ EL PRECUR-
SOR DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO.” Pues
las obras mismas, si usted no puede creer que aquel Ángel
dijo la verdad, entonces crea a las obras, porque la misma
Biblia dice que estas cosas sucederán en el tiempo del fin;
ellas son las que dan testimonio, ellas hablan más fuerte
que mis palabras o las palabras de cualquier otro, porque
son Sus Palabras, ellas dan testimonio del tiempo.
50 Rev. William Marrion Branham
155. Nosotros vemos las grandes y horribles señales sobre
la gente, y las señales del tiempo sobre la Tierra: Angus-
tias entre las naciones. Vemos a Israel en su propia tierra
de nuevo, con la bandera con la estrella de David de seis
puntas, la insignia más antigua del mundo. Ahora ella es
una nación y tiene su propio gobierno; está en la Liga de
las Naciones y también en la unión de las Naciones Uni-
das; tiene su propia moneda y todo.
156. Jesús dijo, “De cierto os digo, que no pasará esta gene-
ración, sin que todas estas cosas acontezcan.” Y recuerde
esto: La misma noche en que Israel fue hecha una nación,
esa fue la misma noche cuando me llegó el Ángel del Se-
ñor. Eso es la verdad.
157. Entonces aquí estamos en estos días finales y todo
está señalando la verdad. ¡Yo no les he mentido, sino más
bien les he dicho la verdad! Dios ha testificado que les
he dicho la verdad. Ahora recuerden: Yo soy su hermano,
un hombre igual como usted, pero alguien tenía que traer
esto, alguien tenía que decirlo. Esto no fue por preferencia
mía sino que fue Él quien formuló todo. Yo les he dicho
la verdad y luego Él ha testificado que realmente fue la
VERDAD. Entonces nosotros vemos estas cosas sobre la
Tierra en estos días. ¡Oh, hermanos, ésta es la última hora!
¡Cúbrase con la señal cuanto antes! O mejor dicho, métase
en la señal. Métase en la señal.
158. Nosotros podemos ver los avisos y señales del tiempo
del fin que nos amonestan: El tiempo está a la mano. ¡Oh,
tome esto solemnemente: Debemos amarnos los unos a los
otros! ¡Oh, hermanos, debemos estar tan unidos en amor!
Nunca hable usted mal de otro. Si alguien comete un error,
entonces usted inmediatamente ore por él. Estamos unidos
en este Evangelio juntamente con Dios.
La Señal 51
159. Nosotros somos hermanos y hermanas. Viva usted
piadosamente. Vivan ustedes, las hermanas, como hijas
de Dios. Y ustedes, hermanos, vivan como hijos de Dios.
Vivan vidas amorosas, benignas, humildes. No permita
usted que la malicia entre en su mente. Si le llega a tocar
en la puerta de la mente, despídala desplegando su señal,
y usted continúe directamente hacia delante. Diga: “Yo
estoy bajo la Sangre.”
160. Recuerde, hubo muchas mujeres aquella noche pasan-
do por las casas diciendo: “Mira, María, Juana, Panchita,
salgan fuera, vamos a celebrar una fiesta.” Les respondían:
“Oh, no. Estoy bajo la sangre. Estoy bajo la señal para
quedarme. Mi amor es para con mi Hacedor. La muerte
anda por la Tierra esta noche.”
161. La muerte está en la Tierra hoy día, el juicio está a
punto de caer. Bombas atómicas y de hidrógeno, y toda
clase de desastres, están reservadas para las naciones. Y
Dios está moviendo Su Iglesia y mostrándole a todos…
Ya hemos guardado el cordero por mucho tiempo, viendo
lo que Él ha estado haciendo y fijándonos en Su naturale-
za, pero ahora ¡la señal tiene que ser aplicada! Eso es lo
único. “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere
del Agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de
Dios.”
162. Debemos amarnos los unos a los otros. Los creyentes
se deben separar de las cosas del mundo. Ahora, no vayan
a tomar esto así ligeramente. Y ustedes que lo escuchan en
las cintas: ustedes, tanto las mujeres como los hombres,
escuchen bien. Si usted en alguna ocasión me ha creído,
pues entonces créame ahora. La hora ha llegado cuando
debemos dejar de pelear el uno con el otro. Crea usted el
Mensaje de la Biblia. Crea en Jesucristo; y ame y honre
52 Rev. William Marrion Branham
y respete el uno al otro. Hombres tengan respeto para sus
esposas, respeto para sus hogares. Aparejen sus hogares,
porque, recuerden, esta tierra prometida fue para el hogar
entero, no solamente para uno más que otro; trajeron todo,
el hogar completo. Debemos amarnos el uno al otro; y los
creyentes se deben separar del mundo.
163. Ahora note usted: Ellos no se reunían solamente para
hablar acerca del Mensaje, sino más bien se reunían para
aplicar la sangre, para aplicar la señal. ¡Eso es lo que us-
ted tiene que hacer! Ahora, al pastor, el Hno. Neville, esta
congregación, encargados, diáconos y demás hermanos:
el tiempo ha llegado cuando debemos poner a un lado
todas las tonterías del mundo. Es tiempo de poner todo
a un lado. Nosotros ya hemos visto suficiente para estar
verdaderamente convencidos. La señal tiene que ser apli-
cada, porque sin ella, usted perecerá. El único recurso es
perecer. No se reúnan para solamente decir: “Yo lo creo.”
Métase debajo de la señal. Porque por un Espíritu somos
todos bautizados en el Cuerpo de Jesucristo. Todos crean
con todo el corazón.
164. Él no era responsable por ninguno que no estuviera
debajo de la señal. Lo importante es creerlo. Métase deba-
jo de la señal. En Israel no se reunieron a decir: “Vamos
todos a marcharnos a Gosén. Vamos a darnos una vuelta a
Gosén. Usted vaya en su camello, y nosotros llevaremos
la carreta de bueyes para así llevar con nosotros a la fa-
milia de Joneses y también los Goldberg e iremos todos a
Gosén. Y ¿sabe usted? Moisés predicará hoy.”
165. Así no fue como sucedió. No señor. La cosa era estar
bajo la sangre. No fue asunto de hablar de ello, sino me-
terse bajo esa señal. Pudo haber sido así: Alguien dijo:
“¿Sabe usted, hermano Goldberg? Yo verdaderamente sé
La Señal 53
que eso es la verdad. Sr. Lavinsky, ¿usted cómo ve la si-
tuación?”
166. —“Pues yo creo que es la mera verdad. Yo vi el mismo
poder de Jehová Dios que hablaba. Yo vi aquellas ranas
salir de la tierra. Y sé que no sucedió hasta que lo había
dicho Moisés. Y sé que eso es Jehová Dios.”
167. —“Ahora, todo eso es magnífico. ¿Es usted circunci-
dado?”
168. —“Sí señor.”
169. —“¿Es usted un creyente?”
170. —“Sí señor.”
171. —“Entonces cuando usted oyó al pastor Moisés aquel
día decir: ‘Usted tiene que estar bajo la sangre porque Dios
dijo que la sangre es una SEÑAL.’ ¡ES UNA SEÑAL! No
importa cuánto usted cree, o cuánto es circuncidado, eso
es el Pacto que Dios dio a Abraham. Por cierto, ese es el
pacto, pero usted tiene que estar identificado bajo la san-
gre, porque esa es la señal. Porque Él dijo: ‘Cuando yo
viere la sangre, entonces pasaré de vosotros’.”
172. Ahora, eso es para un israelita o cualquiera. Esto es
para un denominacional y también para el que no perte-
nece a denominaciones. Como quiera que sea, usted tiene
que venir por medio de la Sangre; ya sea metodista, bau-
tista, presbiteriano, pentecostales, sin denominación, o lo
que sea; esto es para individuos y usted tiene que identi-
ficarse bajo la Sangre. Y no vaya únicamente a hablar de
esto, sino recíbalo. ¡Escúcheme, escúcheme, escúcheme
en el Nombre del Señor! Usted tiene que venir bajo la
Sangre.
173. Él no fue responsable por ninguna persona que no es-
taba identificada bajo la Sangre. Dios había hablado claro
en cuanto a esto: Que todo aquel que no estaba bajo la san-
54 Rev. William Marrion Branham
gre, perecería. Usando Sus Palabras yo digo: ¡Todo aquel
fuera de Cristo, perecerá!
174. “Y ¿cómo puedo entrar en Cristo?” Primera de Corin-
tios 12: “Porque por un Espíritu…” No por una estrechada
de manos, ni por un registro en los libros, ni por una deno-
minación (eso es lo que están tratando de hacer; y puede
ser que tengan éxito); sino: “Por un Espíritu somos todos
bautizados en un cuerpo.”
175. “Mas aun, si nosotros o un ángel del cielo os anunciaré
otro evangelio del que os hemos anunciado (dice Pablo),
sea anatema.”
176. Eso es el Mensaje. Entre usted en Cristo. Ahora, fíjese
bien. Cualquier persona que no estaba bajo la señal, Dios
no era responsable por ella. Y Dios no es responsable hoy
por ninguna persona, ya sea pequeño o grande, popular o
no, rico o pobre, libre o esclavo, varón o hembra; Él no
es responsable por nadie que no está bajo el Pacto de la
Señal. EL NO es responsable. Usted dice: “Pero Señor, yo
hice esto, yo lancé demonios y prediqué el Evangelio.”
177. “Os digo que no os conozco de dónde seáis; apartaos
de mí todos los obreros de iniquidad.” El únicamente re-
conoce la SEÑAL. Si me escuchan digan: ¡AMÉN! En-
tonces ahora ya sé que está sobre ustedes.
178. El otro día cuando estaba yo allá en el bosque, con los
nenes. Pasaron como dos días y no hice ni un solo disparo.
Se preguntaban qué me pasaba. Él me dijo: “Pon esto so-
bre ellos.” Dijo: “Tienes que hablar conmigo sobre esto.”
179. Ahora, esta cosa está sobre usted y Él no reconocerá
nada menos que el Pacto del Espíritu Santo, y usted no
puede recibir este pacto sin que sea salvo, santificado, y
luego bautizado en el Cuerpo. Puede ser que usted tenga
una imitación y se pueda sentir bien y hasta hablar en len-
La Señal 55
guas, y saltar y bailar en el Espíritu, pero eso no tiene nada
que ver con el asunto. ¡ESCUCHE ESTO en el Nombre
del Señor! Dios no reconocerá esas cosas, porque aun los
paganos y las brujas hacen eso. Usted dice: “Pero yo soy
instruido, yo hago esto y aquello.” A Dios no le importa
cuán instruido es usted, el diablo también es instruido. Él
ÚNICAMENTE reconoce la señal. Eso es el Mensaje de
la hora, es el Mensaje de este día, es el Mensaje de este
tiempo. En el Nombre de Jesucristo, recíbalo.
180. No vaya a aceptar algún sustituto, algo que el diablo le
ofrezca; como por ejemplo un amor engañoso para hacer
que un hombre ame a otra mujer que no sea su esposa, o
viceversa, la esposa con otro hombre, una cosa deshon-
rosa. Eso no es el amor genuino. Eso es del diablo. Eso
es obra de él, es algo que él procura darle en lugar de lo
genuino. Es muy común oír decir: “Hoy todo me ha ido
tan mal. Me voy a comprar un litro de licor y olvidarme de
todo esto.” Eso es muerte. ¡Dios es vuestro gozo y vuestra
fuerza! ¡Conociendo el Mensaje, la Verdad; bautizado en
el Nombre de Jesucristo! “¡Él es mi todo, y en Él encuen-
tro todo de lo que necesito!” Allí está nuestra fortaleza.
181. “Mi socorro viene de Jehová.” Ustedes cristianos, bus-
quen su alegría y felicidad en Él. En Él también hallarán
la fortaleza. En Él está mi paz, mi alegría, mi amor y mi
vida.
182. El Pacto era la señal sobre la puerta. No importa quién
sea usted, Él no es responsable por usted si no está bajo
esta señal. Y recuerde: La familia completa estaba reuni-
da. ¡Ay hermano! Pueda ser que usted diga: “Pues mi papá
es un ministro.” “Mi hermano es... Mi pastor es…”
183. Todo eso puede que sea la verdad, pero ¿qué de usted?
Y también recuerde: Solamente estaban seguros cuando la
56 Rev. William Marrion Branham
señal había sido aplicada. Si un hombre estaba aquí bajo la
señal y su hijo estaba allá al otro lado de la calle, el hijo no
tenía esperanza, él perecería, pero el papá sería salvo. O
si el hijo estaba aquí bajo la señal y el papá allá, entonces
sería el papá quien perecería. Sólo la señal los protegía:
“Cuando viere yo la señal, entonces pasaré de vosotros.”
¡Eso es lo único!
184. Usted dice: “Pero mi hijo es predicador.” Y ustedes las
madres dicen: “Yo tengo el mejor hijo o hija, le digo la
verdad, ellos son los hijos más perfectos; tienen al Espíri-
tu Santo por dentro y tienen tanto amor y son tan obedien-
tes; yo nunca he visto cosa semejante.” Y ¿qué de usted,
mamá?
185. Entonces usted dice: “Pues Hno. Branham, mi mamá
es la mujer más amable. Yo sé de verdad que si ella mu-
riera se iría al Cielo. Ella en verdad tiene la señal.” Pero,
¿qué de usted, hermanita? La familia entera tiene que ser
traída aquí bajo la Señal. Cuando la Señal es desplegada,
entonces la familia completa tiene que estar bajo esa San-
gre de la Señal.
186. ¿Están cansados? Terminaré en unos minutos. Podría
terminar ahora y comenzar de nuevo hoy en la noche, pero
si pueden esperar un rato más, trataré de avanzar. Quiero
decir esto ahora de la manera correcta, porque creo que
ahora, mientras están bajo la unción, sería mejor recibirlo.
187. Solamente cuando la Señal está siendo mostrada. En-
tonces, ustedes padres y madres, yo sé bien cómo se sien-
ten ustedes. Yo también tengo hijos, y cae sobre mí la res-
ponsabilidad. Hoy me estoy predicando a mí mismo. Yo
tengo hermanos y una hermana y demás seres queridos; y
yo quiero verles salvos a ellos también. Pero recuerde, sin
la muestra de la señal, perecerán. Para ellos no habrá la
La Señal 57
resurrección. Es la verdad. Perecerán. Solamente cuando
la señal es mostrada.
188. Ahora fijémonos en el capítulo 2 de Josué. Allí encon-
tramos a Rahab la ramera gentil, quien creyó. Ahora, ella
era una creyente, y toda su familia tenía que estar en la
casa bajo aquel cordón de grana: la señal. Si no estaban
allí, perecerían. Ellos habían oído de la ira de Dios. Ha-
bían oído de las maravillas y señales que Dios había mos-
trado entre Su pueblo, y así lo tuvieron que recibir. Dios
estaba enviando Su Ángel para destruir. Ellos conocían
esto. Y Josué fue este ángel. Ellos estaban alineados, así
como también está alineada cada nación del mundo hoy
día para recibir el juicio de Dios.
189. Ahora, esta ramera había oído la verdad. “La fe es por
el oír.” Ella dijo: “El país entero está agitado por razón
de ustedes.” Eso es la verdad. Ahora ella había honrado a
los espías que habían sido mandados para ver la Tierra y
hacer los preparativos. Y les dijo: “Yo bien sé que el Dios
de ustedes es el Dios Verdadero, y he oído cuán grandes
cosas ha hecho. Yo conozco lo que Él ha hecho en los
otros países donde ustedes han pasado. Y veo que los que
Le aceptan son salvos, y los que no Le aceptan perecen.
¡Yo quiero vivir!”
190. Ahora, note usted, Jericó había oído lo que Dios estaba
haciendo pero no querían recibir la advertencia. Y no hay
una sola denominación en este país o en cualquier otro,
que no ha oído lo que Dios está haciendo, pero no quieren
aceptar la advertencia. En aquel tiempo Sus grandes ma-
ravillas y señales habían sido mostradas. Él había traído
Su pueblo por el Mar Rojo en tierra seca. Causó la crea-
ción de ranas, piojos y pulgas que entraron en el aire. Los
creó por medio de Su Palabra a través de Su profeta. Esas
58 Rev. William Marrion Branham
cosas no eran secretos. Ellos conocían estas cosas. Y Ra-
hab dijo: “Yo oí esas cosas, y no quiero perecer con estos
incrédulos; no señor.” Ella sabía que el juicio tenía que se-
guir estas cosas porque todo estaba así alineado. Entonces
los espías le proveyeron una ruta de escape.
191. La gente de Jericó indudablemente creía que su propia
denominación tan grande podía resistir la ira de Dios. Y
asimismo están pensando hoy día: “Seguramente Dios no
obrará así.” Así también le dijo Satanás a Eva: “Segura-
mente Dios no os matará.” Pero sí lo hará, porque así lo
dijo, y eso es Su Palabra. Sí señor. “El que no naciere de
nuevo…” “Y estas señales seguirán a todos aquellos que
han sido renacidos.” “Y por esto conocerán todos que sois
mis discípulos.”
192. Ahora, ¿qué sucedió? ¡Las bocas fueron tapadas!
“Aquí no va haber ningún avivamiento. Nuestra deno-
minación no cooperará con tales cosas. No soportaremos
esa clase de tontería en nuestra vecindad. Yo les prohíbo
a todos ustedes asistir a aquella Iglesia.” Eso fue allá en
Jericó; y estaban alineados con los demás que recibirían
el juicio de Dios. Pero tuvo que haber alguien allí con un
grabador para así preservar el Mensaje para la simiente
predestinada. Llegaron allí a la casa de Rahab y le pusie-
ron unas cintas. Ella convirtió su casa en una iglesita para
recibir el Mensaje. Todavía es así. Y a pesar de todos los
inconvenientes, el Mensaje llegó a la simiente predestina-
da. No sabemos cómo les llegó, pero la cosa es que llegó.
Y eso fue para que los justos no tuvieran que perecer jun-
tamente con los injustos.
193. Dios también está cuidando de eso hoy día. De alguna
manera esto entra. No sabemos cómo y aunque ellos no
cooperan, pero todavía hay simiente predestinada. Cual-
La Señal 59
quiera que conoce algo de la Biblia, sabe que aquella ra-
mera fue predestinada. La Biblia dice que ella no pereció
con aquellos que no creyeron. Cierto. Ella creyó el Men-
saje de la hora, y consecuentemente Dios le dio una señal
por medio de Sus mensajeros. Le dijeron: “Toma un cor-
dón de grana y cuélgalo de tu ventana. Y recuerda: Si tú no
dejas el cordón puesto allí (por el cual hemos escapado)
entonces nosotros no estamos obligados a este juramento.
Y también: si tú estás allá afuera y no aquí en esta casa
donde está colgada esta señal, tampoco seremos responsa-
bles.”
194. “Ahora mira, Rahab, tú anda y busca todos los pre-
destinados en esta ciudad. Trae a tu mamá y a tu papá.
Nosotros ya hemos experimentado esta expiación allá en
Egipto, y sucedió que todo lo que teníamos que no estaba
bajo la señal, pereció. Ahora te estamos encomendando
esto y es una señal. Y te digo en el Nombre del Señor que
es la misma cosa. Si tú lo cuelgas… Ahora yo conozco al
mensajero, quien a la vez es el Ángel de la ira de Dios -Jo-
sué- el mensajero de destrucción de Dios. Yo lo conozco
bien y él sabe que tiene que haber una señal. Tú cuelga eso
de allí y te aseguro que servirá.”
195. Entonces Dios comenzó a obrar. Lo que no estaba en
aquella casa, perecería, mas todo aquel que estaba por
dentro viviría. Y hoy día nos sirve el mismo juramento:
“No te dejaré perecer con aquellos quienes no creen el
Mensaje.”
196. Ahora ella había oído, las obras maravillosas se ha-
bían obrado, y ella las creía juntamente con sus pocos fa-
miliares; y eran los únicos de toda aquella ciudad. Ahora
¿ve usted cuán poquitos serán? Apenas uno aquí y otro
por allá. Una sola familia saldrá de un Estado. ¿Es la ver-
60 Rev. William Marrion Branham
dad? Ahora hay que hablar rectamente, y tenemos que ver
cómo fue la sombra para entonces conocer cómo será la
realidad. Su poder ya había sido mostrado. El juicio estaba
pendiente. Ellos tenían que creer para así no perecer con
los demás. Ahora, estos mensajeros entraron allí y capta-
ron la simiente predestinada, y ella creyó. Ella entonces
usó su casa como una iglesia donde podía recibir estos
mensajeros. Desde luego no los dejaban entrar en las igle-
sias. ¡No señor!
197. Y no le dejarán entrar a usted tampoco. Lo botarán
simplemente al mencionar algo sobre esto. Estos mensa-
jeros reunieron a todos los que podían creer en aquella
ciudad, bajo la señal allí en la casa de Rahab. Eso es exac-
tamente lo que debemos hacer nosotros hoy día. Si usted
desea la salvación de algún ser querido, entonces le con-
viene meterlo cuanto antes.
198. Cuando la ira de Dios destruyó aquella ciudad tan
grande, la señal que colgaba de la ventana de la casa de
Rahab guardó aquella casa firme, porque la señal esta-
ba sobre su casa; pero el resto de la ciudad se derrumbó.
¿Qué fue? Josué, fue el mensajero de Dios.
199. Dios mismo reconoció el Mensaje de Su mensajero.
¡AMÉN! Eso lo probó, lo probó. Ellos reconocieron el
Mensaje. Él reconoció el Mensaje de Su mensajero. Y
cuando el resto de la ciudad estaba en ruina completa, allí
estaba el cordón de grana pegado a la casa de Rahab, y
todas las demás estaban desbaratadas.
200. Entonces entraron los ángeles de destrucción y destru-
yeron todo lo que había en la ciudad hasta que no quedaba
nada. Uno sacó de la ciudad unas cositas y él tuvo que
perecer juntamente con sus cosas (lo que había sacado de
aquella denominación). Destruyeron todo por completo.
La Señal 61
“Maldito delante de Jehová el hombre que se levantara y
reedificare esta ciudad de Jericó. En su primogénito eche
sus cimientos, y en su menor asiente sus puertas.” Dios
maldijo aquella ciudad que rechazó el Mensaje de gracia
y misericordia. Ellos pensaban que estaban en una condi-
ción segura.
201. Mucha gente hoy día piensa así: “Yo pertenezco a la
iglesia, entonces estoy muy seguro.” No crea usted tales
tonterías. “La sangre os será por señal.” Hoy día el Espí-
ritu nos es la señal, o sea la Vida que estaba en la sangre.
Ahora vea esto: La misma señal que utilizaron en Egipto,
ahora Dios la empleó de nuevo en el caso de Jericó. Josué
era un perfecto tipo de Cristo, quien fue fiel en cuanto
a la señal que sus mensajeros habían predicado. Cuando
llegaron a Jericó, Josué les dijo: “No toquen aquella casa
de Rahab, ni nada de lo que contiene. Esa casa es reserva-
da para Dios.” ¡AMÉN! Ella era una gentil, una ramera,
una mujer de la calle, pero sucedió que oyó la Palabra y
creyó, y entonces aplicó la señal. No importa cuán metido
esté usted en el pecado, ni tampoco lo que ha hecho; eso
no tiene nada que ver. Aplique usted la Señal porque es
para usted. Si usted siente algo conmoviéndole el corazón,
entonces quiere decir que la Señal es para usted. Aplique
usted la Señal.
202. Ahora, el nombre “Josué” significa “Jehová el Salva-
dor”. El Nombre “Jesús” tiene el mismo significado. Él
es el Salvador. Entonces Josué cuando pidió razón a sus
mensajeros, le dijeron: “Hemos obedecido tus mandatos.
Hubo una mujercita que hallamos y cuando le pusimos las
cintas, entonces hallamos que ella creía, y le dijimos que
todos aquellos que se congregaran bajo aquella señal roja
podían escapar de la destrucción. Nosotros hemos predi-
62 Rev. William Marrion Branham
cado esto. Ahora ¿honrará usted este Mensaje, Josué?”
—“Yo os mandé para que hicieran así.” Amén. Entonces
sucedió que Dios honró el mensaje, y la casa no se cayó.
203. Luego cuando Josué dio la señal para la destrucción de
la ciudad y fueron para sacar a Rahab, allí estaba juntamen-
te con sus familiares y toditas sus posesiones. ¡AMÉN!
Todas sus posesiones estaban aseguradas en la casa. Ellos
ni siquiera tuvieron que asomarse por la ventana. Podían
leer tranquilamente las Escrituras mientras afuera rugía la
batalla. Ahora, después de esto, ella fue novia de un Ge-
neral del ejército israelita y luego fueron a vivir por allí
cerca de Belén donde les fue dado un terreno. Y ella parió
un hijo muy famoso, y su hijo fue padre de otro hijo muy
famoso, quien a su vez fue padre de otro hijo muy famo-
so, y así hasta que llegó el Gran Hijo Famoso. Eso es la
verdad. La ramera Rahab, por cuanto creyó al mensajero y
aplicó la señal, su casa fue guardada, pues de otra manera
hubiera perecido.
204. Escúcheme bien ahora: Usted que dice que lo reco-
noce hoy día, todos aquellos bajo la señal allá en Egipto
fueron salvos; todos aquellos bajo la señal en Jericó fue-
ron salvos; y todo aquel bajo la Señal de hoy también será
salvo. El cordero inmolado fue un tipo de Jesucristo. En
Hebreos 13:20, la sangre de Jesucristo es llamada el tes-
tamento sempiterno (traductor). ¿Por qué no fue llamada
“testamento eterno”? Porque no es eterno. Cuando seamos
redimidos, entonces allí se anula. El testamento enton-
ces es sempiterno, lo cual significa que es para un cierto
tiempo, y nunca habrá otro. Cuando el tiempo se termine,
ya no necesitaremos el testamento; pero hasta que no se
termine el tiempo necesitaremos el testamento. Ahora re-
cuerde, Hebreos 13:10-20: “Un testamento sempiterno.”
La Señal 63
205. La promesa de Dios sellada por Su misma Sangre nos
libra del pecado. Amén. No hay pecado en Él. Adórele y
muestre usted en su vida Su poder prometido. El pueblo
de Dios según el Pacto que es sellado por la Sangre y por
la Señal, tiene el Espíritu de Jesucristo, y por consiguien-
te: “El que en mí cree, las obras que yo hago también él las
hará.”
206. Despliegue usted el Pacto. Testamento significa “pac-
to.” El Nuevo Testamento es el Nuevo Pacto. El Antiguo
Testamento es el Pacto Antiguo en el cual la vida del cor-
dero no podía volver a morar en el creyente; pero en el
Nuevo Testamento, el cordero fue el Cordero de Dios,
cuya Vida sí puede venir a posar sobre nosotros. Ahora,
las dos cosas son Sangre y Vida. En el Nuevo Testamento,
la Sangre es Vida. La Vida viene de la Sangre del Cordero,
el cual es el Nuevo Testamento (Pacto), y Dios dijo: “Des-
pués de aquellos días escribiré mi Ley en las tablas de
carne de sus corazones; no sobre las tablas de piedra, de la
sangre de corderos.” No sería como antes. “Ahora tengo
la sangre lista.” Ahora ¿qué dice allí que debemos hacer?
“Sino que ahora es sobre las tablas de vuestros corazo-
nes,” el Pacto del Espíritu que Él habría de hacer con el
pueblo; y en este Pacto se desplegaba Su poder. (San Juan
14:12). El Nuevo Testamento, Nuevo Pacto, Nueva Vida,
muestra que Jesús ha cumplido todo requisito exigido por
Dios para volvernos a ser verdaderamente hijos e hijas de
Dios bajo la Sangre, donde ya no hay condenación.
207. Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay
para los que están en (no para los que apenas lo están
creyendo, sino los que están en) Cristo Jesús, los que no
andan conforme a la carne, sino conforme al espíritu.”
208. Y “mi Palabra es Espíritu.” ¿Verdad? Oh, como pudie-
64 Rev. William Marrion Branham
ra tomar un texto de eso y estar un par de horas más, pero
lo miraremos por encima. ¿Ven?
209. Entonces ya no hay condenación, son libres de pecado,
libres de los cuidados del mundo. Y ¿a quién se refiere
eso? A todos aquellos que por un Espíritu han sido bauti-
zados en UN Cuerpo, y a éstos la Sangre del Cordero ha
sido aplicada. El Dios del Cielo los ha aceptado y Su Vida
está en ellos, y son hijos e hijas de Dios.
210. Su carácter es el carácter de Dios. ¿Qué es entonces?
¿Una simple tontería? ¡No señor! Dios es un Dios de jui-
cio. Él es uno con el cual todo tiene que ser correcto y bien
alineado. Nada menos que eso servirá. Y por consiguiente,
ese es el carácter del creyente porque él es del carácter de
su Padre.
211. La vida fue tomada para obtener la sangre; la sangre
fue aplicada y la vida no podía volver sobre el creyente
porque era vida de animal; pero entonces, cuando eso ya
fue superado, no fue meramente un ser humano sino un
súper-súper-súper- ser humano. Y ahora eso hace del ser
humano que cree, no simplemente un ser humano, sino un
hijo e hija del Dios de la súper-súper-súper-súper-súper
vida; y eso: cuando la Vida que estaba en Él vuelve a mo-
rar en usted y lo cambia, de un pecador que ama las cosas
del mundo, o de un miembro de la iglesia, o de un ser de-
nominacional, a un cristiano renacido, lleno del Espíritu,
y la Vida de Dios saliendo de usted como chispas que pro-
ceden del yunque, mientras usted camina lleno de virtud,
amor, gentileza y el mismo Espíritu Santo moviéndose y
hablando a través de usted. ¡Oh, hermano! Allí tiene el
cuadro completo. Y ¿entonces qué? Escuchando el Men-
saje, contemplando la Columna de Fuego, y teniendo la
bendita seguridad de haber pasado de muerte a vida. En-
La Señal 65
tonces no hay condenación ninguna. Y si nuestro corazón
no nos reprende, entonces tenemos nuestras peticiones.
Pero si hay pecado en nuestro corazón y nos reprende,
entonces ni nos conviene pedir. Primero hay que ser libre
del pecado, y la única manera de hacer eso es estar en Él.
Cristo es el único lugar en donde podemos estar comple-
tamente libres del pecado.
212. Recuerde: La Sangre del Pacto no es reconocida sin
la Señal. ¡No le es posible! Usted dice: “Pues yo he sido
santificado, etc.”, pero eso no es la Señal. El Espíritu es la
Señal, el Espíritu de Cristo sobre usted. Créalo así. Ahora
fíjese bien: La Palabra nos asegura de una promesa porque
ella misma es la promesa. La Palabra es la promesa y, ade-
más, la Palabra es Dios. La Palabra es nuestra y nosotros
llegamos a ser la Palabra y la Palabra llega a ser nosotros.
213. “Si estuvieseis en mí, y mis palabras estuviesen en vo-
sotros...” Entonces nos convertimos en una gran familia.
Entonces la Palabra nos asegura porque llega a ser una
parte de nosotros. ¡Qué texto tan tremendo! Nos asegura
una promesa.
214. La Señal es una muestra de que el pago ha sido hecho
o que ha sido aceptado. Ahora, usted no puede obtener el
boleto o señal del ferrocarril hasta que no pague el precio,
y la única manera de pagar el precio es simplemente pa-
garlo. Y ¿cómo se hace? Créalo, acéptelo.
215. Obediencia completa a la Palabra de Dios le dará de-
recho a la señal. No es obediencia parcial hasta donde su
denominación le permite, sino obediencia completa. Obe-
diencia total hacia la Palabra, la cual es Cristo, le trae a
uno adentro de Cristo.
216. Ahora, ¿cómo sería si usted estuviera todo en Cristo
menos los pies o las manos? Lo que más frecuentemente
66 Rev. William Marrion Branham
sucede es que todo está dentro, menos el corazón. ¿Ve us-
ted? El corazón todavía está en el mundo. Pero nosotros
no hacemos eso. Obediencia completa lo une a usted con
la Palabra. Usted la cree completamente y está enteramen-
te EN usted, y usted ve que la Palabra está obrando a tra-
vés de usted. Usted no es uno que se enreda con todo el
alboroto. Usted ya es un cristiano. No importa qué dicen
los demás, eso nunca le tocará a usted porque usted está
seguro en Cristo. Cuando la muerte llega por allí tocando
a la puerta, no lo puede retener. Y ¿por qué? Únicamente
es pasando de aquí para allá.
217. La vejez no significa nada porque ya hemos pasado de
tiempo y estamos en la eternidad. Usted ahora está en Él y
Él es Eterno. No tiene importancia si usted es joven, ma-
yor de edad o anciano, bajito, gordo, flaco, feo, bello. Esas
cosas no importan nada. Usted ya no se preocupe por estas
cosas porque ya ha pasado de eso. Usted está muerto y su
vida está escondida en Dios por medio de Cristo, y está
sellado allí por el Espíritu Santo, caminando en Cristo. Lo
único que usted puede ver es Cristo y por Él se guía. Hace
mucho cantábamos un corito: “Llena cada día mi camino
con amor, Permíteme caminar cada día con la palomita
celestial, Permíteme seguir todo el tiempo con un himno y
un rostro gozoso.”
218. Mi petición es: Permite que yo sea un hermano. Per-
mite que yo sea un ejemplo vivo de lo que Cristo dijo que
un hombre debiera ser. Permite que sea un hermano a cada
hermano y a cada hermana. Permite que yo sea un minis-
tro a los ministros, un ejemplo entre ejemplos. Permíteme
mostrar al mundo que esta Palabra es Cristo; y la única
manera de hacer eso es entrar en Él, porque ni yo ni usted
lo podemos hacer solos; pero deje que la Palabra y usted
La Señal 67
sean UNO, entonces la Palabra misma se manifestará y
usted será una epístola viva de Cristo Jesús, cuando Él
tiene control completo de usted para así hacer que toda la
Palabra cuadre. Cuando algo sucede y uno lo quiere hacer
de tal manera. Pero usted dice: “No, no, yo no creo eso.”
Eso muestra que todavía no está completamente en la Pa-
labra.
219. Ahora, fíjese bien: Obediencia completa a toda la Pa-
labra de Dios nos da derecho a la señal. Entonces cuando
oramos, tenemos que tener la señal para presentar junta-
mente con nuestra oración. Si usted dice: “Señor, yo he
orado pero verdaderamente no he, pues tú sabes...” Vale
más que se pare allí y vaya y obtenga la Señal, porque la
Señal es lo que Él reconoce.
220. Cuando oramos tenemos que presentar la Señal: “Se-
ñor te he obedecido completamente; me he arrepentido
de mis pecados y siento que me has perdonado; he sido
bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo, y el Espíritu
Santo está sobre mí. Ahora yo tengo necesidad de ciertas
cosas para Tu gloria. Señor, pido estas cosas ahora, y sé
que son mías.” Entonces usted sabe que ya los tiene. Todo
queda concluido. Usted dice: “Yo pido esto, o aquello. Yo
lo necesito y lo quiero para Tu gloria.” Entonces Él sim-
plemente se lo da y usted sabe que es suyo.
221. Así es con nuestros hijos, simplemente aplicamos la
Sangre. ¡Créalo! Eso es todo. Ahora bien. Entonces ¿qué
hace Él? Cuando usted tiene que presentar la Señal junta-
mente con su oración, eso muestra que usted ha llegado a
la obediencia completa, a toda la Palabra de Dios. Cuando
usted recibió la Señal, eso mostró que usted había obede-
cido toda la Palabra y que usted y la Palabra son UNO.
222. Entonces usted únicamente está pidiendo por lo que
68 Rev. William Marrion Branham
usted es. Usted sabe que si yo le digo a esta mano: “Mano,
obedéceme; ve y tráeme ese pañuelo,” pues lo hace. ¿Por
qué? Porque es parte de mi ser. Cuando usted y la Palabra
lleguen a ser UNO, entonces TODA promesa (¡Gloria a
Dios!), TODA PROMESA ES SUYA, porque la Palabra
le obedece. Entonces usted quiere tener cuidado de lo que
hace, no querrá meter su mano al fuego solamente para
ver si lo puede hacer. No, no, así no se hace. Pero si hu-
biera algo en el fuego que tuviera que rescatar, entonces
el fuego me obedecerá. Queremos tener cuidado de lo que
hacemos, por eso es que el Espíritu Santo dio estos dones
escasamente (usted sabe lo que quiero decir), porque un
verdadero siervo de Dios no se pone a exhibir esto vana-
mente. Eso sería hacer un espectáculo.
223. Cuando oramos presentamos la señal y eso muestra
que hemos obedecido completamente. Pablo nos dice que
“la sangre habla.” Ahora, cualquiera sabe que la sangre
misma no puede hablar, porque es una química. ¿Es cier-
to? ¿Cuántos saben eso? Ahora ¿cuántos saben que la san-
gre sí habla?
224. Y Jehová dijo a Caín: “¿Dónde está Abel tu hermano?”
Dijo: “Su sangre clama de la tierra en contra de ti.” Amén.
¿Es cierto? Su Sangre está hablando. ¡Aleluya! Dios Dijo:
“¿Qué pasó con él?” Y él respondió: “No soy yo guarda de
mi hermano.” Y él le dijo: “¿Qué has hecho? La voz de la
sangre de tu hermano clama a mí.”
225. Era una señal. Era una señal que había sido muerto. Su
sangre estaba clamando en contra de su hermano. Ahora,
si usted entiende eso en Génesis 4:10, comience a leer He-
breos 12:24. Dice así: “Y a Jesús el Mediador del nuevo
pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de
Abel.”
La Señal 69
226. Ahora, Abel era un hombre justo y murió inocente-
mente porque estaba firmemente respaldando la verdadera
revelación que había recibido.
227. Él dijo: “Su sangre me está clamando.” La sangre jus-
ta de Abel clamaba en contra de Caín, pero la sangre de
Jesucristo no sólo clama sino también redime. Amén. Nos
hace hijos e hijas, y nos esconde de la ira de Dios. ¿Ve
usted? La sangre de Abel no podía esconder a Caín; pero
la Sangre de Cristo, sí.
228. Entonces, si usted es un Caín que ha sido un persegui-
dor de la Palabra, y diciendo que los días de los milagros
han pasado, y ha dicho que estas cosas son tonterías, en-
tonces clame a Dios. La sangre de Jesucristo clama para
usted por perdón si usted únicamente lo acepta. ¡Cómo
quisiera que nos pudiéramos quedar en eso por un rato!
229. Crea usted para la seguridad, luego aplique… Ahora
¿puede ver? Aquí está por lo que usted quiere creer: us-
ted desea su propia seguridad, usted entonces crea por su
propia seguridad; y luego aplique la señal para la familia
entera. Dice: “Y ¿cómo puedo hacer eso?” ¡Reclámelo!
Cuando sirvió para usted, usted y la Palabra fueron UNO.
¡AMÉN! ¿No puede ver usted que sirve para ambos? Us-
ted y la Palabra son uno, y luego aplique eso a sus hijos,
aplíquelo a sus familiares, como hizo Rahab.
230. Ella aplicó la señal a su papá y a su mamá; la aplicó a
sus hermanos y hermanas, y así los reunió a todos bajo la
señal. Aplíquelo usted y diga: “Señor, voy a rescatar a mi
hijo. Voy en busca de mi hija, la estoy reclamando. Sata-
nás, déjala. Yo vengo por ella para aplicarle mi señal. Oh,
Espíritu Santo que mora en mí, rescata a mi hija. Voy por
ella ahora con Tu unción sobre mí.” Así sucederá.
231. Eso es lo que hicieron allá en Egipto y también en Je-
70 Rev. William Marrion Branham
ricó. Si desean leer otro: Hechos 16:31. Pablo le dijo al
centurión, “Cree (que yo soy el Mensaje de la hora). Cree
en el Señor Jesucristo y serás salvo tú, y tu casa.”
232. ¿No dice así? Crea usted para su casa. “Tráelos todos
bajo la señal.” Ahora, usted ha visto al Dios del Cielo
obrar un milagro, antes que venga el juicio. Entonces le
preguntó: “¿Lo crees?” El centurión respondió: “Sí. ¿Qué
puedo hacer?”
233. —“Levántate y bautízate.” Pablo lo llevó allí y lo bau-
tizó, y le dijo: “Ahora cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo, tú y tu casa.”
234. ¿Qué debo creer? Cree en el Señor Jesucristo junta-
mente con toda tu casa. Aplica la señal a tu casa. Luego
que hemos aplicado la señal a la casa, ¿qué debemos ha-
cer? Botar toda la basura que se halla en la casa, todas
las faldas cortas, los pantalones cortitos, las barajas, los
cigarros, la televisión, etc., bote todo eso para la calle. Eso
es si va a aplicar la señal. No podemos tolerar tales cosas.
¡No señor! Tire todo eso para fuera: Los bailes, y fies-
tas, la música mundana, los periódicos inmundos y todo
lo demás que sea del mundo, bótelo por la puerta. Diga:
“Vamos a limpiar esta casa.” Así como hizo Jacob cuando
le dijo a su esposa y a los demás: “Laven su ropa, boten
esos dioses.” ¡Amén!
235. ¿Sabe usted lo que dijo Josué antes de entrar en la tie-
rra prometida? Les dijo: “Laven sus vestiduras, y no lle-
guen a sus mujeres; prepárense, porque dentro de tres días
cruzaremos el Jordán.” ¡Amén! Él estaba preparándose,
estaba aplicando la señal. ¡Amén! Eso es. Aplique la se-
ñal, créala. Deje que sus hijos, su familia y sus seres que-
ridos vean esto en usted. Correcto. Ciertamente tomará su
efecto. Entonces apliquemos la señal en oración, con con-
La Señal 71
sideración, creyendo. Hay que aplicarla con tanto amor
hasta que usted sabe que la cosa esperada va a suceder.
Aplíquela con confianza, creyendo que esto va a ayudar.
Cuando usted le habla a su hijo, a su esposo o esposa, o
algún ser querido, crea que tendrá que permanecer allí, y
diga: “Señor, los he reclamado, son míos, y Te los estoy
entregando ahora mismo.” Aplique la señal y traiga a su
derredor ese ambiente que no los dejará que se escapen. Si
usted en verdad tiene la señal, entonces tiene a su derredor
un Espíritu de poder, de modo que cuando usted salga a
la calle, la gente reconozca que usted es un cristiano. An-
helarán que usted les hable. Le creerán su palabra y cual-
quier cosa que usted diga, lo aceptarán como la verdad.
Aplique la señal y luego ande en esa luz. Reclame su casa.
236. ¡Hágalo ahora mismo porque éste es el tiempo del
atardecer! Usted ha estado escuchando esto por mucho
tiempo. Ya es el tiempo del atardecer, es ya tiempo de vo-
lar. Uno de estos días la ira será derramada y entonces
pueda ser que ya sea demasiado tarde. Aplique la señal
con confianza.
237. Si quieren leer eso, lean algo aquí, la Escritura que
tengo anotada para esto es Efesios 2:12. Efesios 2:12 dice
así, que no servimos a obras muertas sino a un Dios Vivo
con obras vivas. ¡Amén! Obras vivas y señales vivas.
¿Cree usted en señales vivas? También lea Hebreos 9:11-
14. Obras vivas, señales vivas. Aplique eso. No los credos
muertos. “Pues yo voy a llevar mi hijo acá a tal o cual
iglesia para que ponga su nombre en el libro.”
238. Un joven cristiano de un carácter muy fino vino el otro
día y fue bautizado. Su madre dijo después: “Mi deseo
era que te hubieras ido a una iglesia más grande para ser
bautizado.” Él no quería los credos muertos, etc. Nosotros
72 Rev. William Marrion Branham
no servimos a los credos muertos y dioses muertos. Ser-
vimos más bien a un Dios vivo, cuya Sangre fue derrama-
da y ahora la Señal ha sido aplicada a nosotros para que
también podamos vivir. Sí señor. No vaya usted a servir a
algún credo muerto. Ellos hasta niegan que existe tal cosa
como la señal.
239. Dicen además, que los días de los milagros han pasa-
do y que no hay tal cosa como el Bautismo del Espíritu
Santo. ¿Por qué querrá una persona unirse con tal cosa?
No haga eso, sino más bien aplique la señal, luego sirva
al Dios Viviente con señales y obras vivas. Señales para
sanar los enfermos, levantar a los muertos, predecir co-
sas del futuro, hablar en lenguas, interpretar, y que sea
perfecto cada vez; profetizar diciendo que tal o cual cosa
sucederá, mostrando señales en los cielos y en la Tierra,
señales y maravillas. ¡Amén!
240. Hablemos exactamente lo que dice la Biblia, sirviendo
al Dios Viviente. Apliquemos la señal. No vaya a aquellas
iglesias muertas para servir a esos credos muertos, porque
ellos ni siquiera creen en las señales, pero nosotros que
creemos (amén) sabemos... Ellos dicen: “No hay señales
para hoy. Todo eso es una tontería. Lo que ellos predican
allí es pura bobería. No existe tal cosa. Pues ustedes, nues-
tras mujeres, no tienen que cuidarse en cuanto a su vesti-
do.” Pero SÍ tienen que tener cuidado, porque la Biblia así
lo enseña. “Y ¿qué del cabello largo?” Porque así dice la
Biblia. Esa es la diferencia entre ellos y nosotros. “No to-
car, no palpar, no probar.” Él es Dios. En verdad significa
algo. Ahora, ellos piensan que esto es locura, pero para
nosotros que creemos y conocemos la verdad, sabemos
que es Su presencia Viva, porque trae los mismos resulta-
dos como cuando Él estuvo aquí sobre la Tierra.
La Señal 73
241. Ellos dicen: “Aquella gente se imagina ver una Co-
lumna de Fuego.” Oh no, no es así. Nosotros no nos ima-
ginamos nada. También creyeron que Pablo se lo imaginó.
Los egipcios creyeron que Israel también se lo imaginó;
pero sin embargo eso los llevó a la tierra prometida. “Je-
sucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” Hebreos
13:8.
Conociendo que es Su presencia viva, porque Él obra
igualmente en este Espíritu. Ahora, si la cosa ya se hubiera
convertido en algún credo o denominación, entonces sa-
bríamos que no es correcto. ¿Correcto? Si yo les hubiera
guiado a algún credo u otra cosa, hubiera sido enviado por
alguna denominación, pero lo que les traigo no son cre-
dos y no les estoy enseñando denominacionalismo, sino la
Palabra de Dios, lo cual es el poder de la resurrección de
Jesucristo manifestándose, no solamente para mí sino para
todo aquel que lo quiera.
242. Usted es mi hermano. Yo no soy un grande y usted
un pequeño; todos somos pequeños en Cristo. ¿Ve usted?
Somos todos Sus hijos pequeños y no sabemos nada de lo
que en verdad debemos saber. Él nos deja saber según Su
Voluntad, y estamos agradecidos por lo que conocemos de
Sus bendiciones. Y yo no tengo esto para mí mismo úni-
camente, mi deseo es compartirlo con ustedes. Quiero que
usted entre en esto; y quiero que usted reciba esta Señal.
243. Ahora muchos de ustedes ya lo han recibido, pero para
aquellos de ustedes que no lo han recibido... ¿Ve usted?
También estoy hablando por cinta, usted entiende, y mu-
chos... Ahora, tampoco digo que todos nosotros aquí en el
Tabernáculo hemos salido, pero probablemente miles de
miles oirán la cinta; es un ministerio en sí mismo, como
allí en Jericó donde alguien entró con una cinta. Quere-
74 Rev. William Marrion Branham
mos captar toda simiente predestinada cuando la cinta en-
tre porque la ira viene.
244. Ahora, conociendo que es la presencia del Dios Vi-
viente, prueba que Dios le ha levantado según Su Pala-
bra prometida. “Un poquito y el mundo no me verá más
(Jericó, Egipto, no me verán más), sin embargo vosotros
me veréis porque YO (pronombre personal) seré con vo-
sotros. Yo soy la Señal. Mi resurrección es la Señal. Las
obras que yo hago me identificarán en vosotros. Así como
fue en los días de Lot, así también será en los días de la
Venida del Hijo del hombre, cuando el Mensaje de la tarde
salga, porque habrá Luz en el atardecer. En el tiempo del
atardecer entonces será cuando las luces se encenderán.”
245. ¡Oh, gloria a Dios! Esto hace sentirme con poder, rom-
per ejércitos y saltar murallas. ¡Habrá Luz en el atardecer!
Correcto. El profeta lo dijo. “Ahora yo seré con vosotros.
Estaré en la Edad de Lutero y en la Edad de Wesley y tam-
bién en la Edad Pentecostal, pero en el tiempo del atarde-
cer habrá Luz.” Las denominaciones decaerán; y entonces
será cuando la Señal será aplicada. Y todos estos que han
sido honestos y verdaderos creyentes a través de todas las
edades... Sin nosotros no son perfectos, pero con noso-
tros… es como, por ejemplo, la cabeza tiene que ir para
llevar los pies, las manos, el corazón, la boca. ¿Ve usted?
La cabeza tiene que ir.
246. Estamos en el tiempo como cuando la señal fue aplica-
da sobre el dintel de la puerta y sobre los dos postes. “Mas
cuando yo viere la sangre por señal, pasaré de vosotros.”
247. (Avanzaré ahora, sólo nos quedan unos 5 a 10 minutos
y terminaré).
248. Prueba que Dios lo resucitó de la muerte. Él está vi-
viendo entre nosotros hoy día. Aquel “YO” es Cristo, y
La Señal 75
aquel “YO” está con nosotros hasta la consumación, lo
cual quiere decir, “hasta el fin del mundo”; y eso es según
la promesa de Su Palabra. Él prometió: “Las obras que yo
hago, también vosotros las haréis.” Esto no es una tontería
para nosotros, sino más bien la Señal. Aceptamos Su San-
gre santa del sacrificio que nos da la vida -la Señal- como
un sello de Su promesa. Efesios 4:30.
249. ¿Y no contristéis la sangre? No, así no dice. “No con-
tristéis al Espíritu Santo de Dios con el cual estáis puestos
bajo el Pacto.” Guardados por la señal; porque el Espíritu
Santo es el Sello. Cuando algo está sellado vale más que
no lo trate de romper; y además, el sello de Dios no se
puede romper. “No contristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual estáis sellados para el día de la redención.”
(Cuando el cuerpo será levantado). Es una señal que la
simiente ha germinado con vida eterna, “ZOE,” mi propia
vida, “y yo lo resucitaré en el día postrero.” Y a medida
que usted avanza tiene la confianza que la vida de Cristo
está en usted y usted en Él; porque por UN Espíritu somos
todos bautizados en UN Cuerpo, y sellados allí por el Es-
píritu Santo (entre creyentes como estos) hasta el día que
Jesús venga por nosotros. ¡Oh, hermano, aplique la Señal!
Eso es lo que significa para nosotros.
250. Esperamos que el Sacrificio nos dé vida, y así lo hace;
entonces nos da la Señal y nosotros aplicamos la Señal (el
Sello), siendo participantes (¡Qué glorioso!), siendo bauti-
zados por este Espíritu (singular) en ese Cuerpo Mítico…
(¿Habré dicho esa palabra bien? ¿Mítico? Místico), Cuer-
po Místico. (¿Ven? El Espíritu Santo está aquí diciéndo-
me: “Lo estás diciendo mal.” Un tonto como yo. Pero Él
dice: “Estás diciendo eso mal.” Yo lo llame mítico y es el
Cuerpo Místico de Jesucristo).
76 Rev. William Marrion Branham
251. Ahora, no necesitamos de una educación, necesitamos
más bien al Espíritu Santo. Eso puede ser de tropiezo para
algún educador en alguna parte, ojalá lo entienda bien. El
Espíritu Santo está aquí ahora mismo; aquí está en el púl-
pito y también allí en la congregación. Es Él.
252. Y en Él no hay muerte ni tristeza, ni agotamiento de
fuerza, ni pecado, ni enfermedad. En Él no hay muerte.
Nosotros estamos en Él. Si Satanás le trata de ofrecer al-
guna enfermedad, tome usted su Señal y aplíquela para
que él vea que usted es un producto comprado por Jesu-
cristo. La Señal significa que su pasaje está pagado. Él
le dice: “Cuando mueras estás perdido.” Diga usted: “Tú
estás equivocado. Yo soy un producto adquirido, y tengo
la Señal.”
253. Y ¿qué es la Señal? Él conoce bien lo que es la señal,
usted no lo va a engañar en eso. Ahora puede ser que us-
ted consiga un pleito con algunos de estos predicadores
en cuanto a lo que es la Señal, pero el diablo sabe bien lo
que es. Él tuvo unos dos o tres encuentros con la Señal y
se encontró en problemas (la tentación). El diablo sabe de
qué está usted hablando. Muéstrele Su señal y él huirá.
254. Entonces ¿qué es? Es un producto sellado. Él no puede
quebrar ese Sello e introducir algo allí que no es correcto.
Dígale al diablo: “¡Quita las manos de allí! ¡Yo estoy se-
llado!” Oh, hermano, un producto sellado. Sí señor. Usted
es redimido.
255. Mantenga la Señal sobre su fe inmovible en Su pro-
mesa. Entonces fíjese cómo huye el diablo. La oración del
justo, obrando eficazmente, puede mucho.
256. Para esto es la Señal. Satanás está allí para tentarle. Él
también estaba presente en Egipto para tentar. Y allá en
Jericó cuando Rahab colocó aquel cordón allí en su ven-
La Señal 77
tana, me imagino que muchos de los soldados se rieron a
carcajadas diciendo: “Mira aquella mujer tan loca, ya ni
piensa bien. Mira lo que tiene colgando allí. ¿Has visto
una locura como esa? El pastor aquí de nuestra iglesia,
el Dr. Fulano de Tal, dijo que eso no tiene ningún signifi-
cado.” Pero SÍ tenía significado, porque un mensajero de
Dios trajo el Mensaje y le dijo que hiciera eso.
257. ¿No se imagina usted los egipcios en el tiempo de
Moisés? Puede ser que decían: “Mira esos fanáticos tan
locos poniendo sangre allí sobre la puerta. Ahora sí les
va a costar para lavar eso; y siendo una casa tan bonita y
costosa también. Y esa sangre pintada allí tiene un olor tan
feo. Eso sí va a ser horrible por unos cuantos días. Eso no
tiene ningún significado, así nos dijo el santísimo clérigo
Fulano de Tal.” Pero sí tenía significado. Y ahora tiene un
significado para nosotros que creemos. Recuerde esto: La
fe inmovible que usted tiene en esta Palabra de Dios.
258. Ahora usted ya no es como Eva, ya no es como al-
gunos que dudan todo y vacilan ante Satanás. Usted más
bien retiene firme toda la Palabra de Dios. Vea esto: Eva
dijo: “Pues mira, el Señor dijo.” Pero Satanás entonces le
interrumpió: “Pero fíjate, el Señor seguramente no hará
algo así con una persona tan amable como tú. Oh, tú eres
tan bella, Él no te hará eso.” Pero sí lo hizo porque así lo
dijo.
259. Usted me puede decir: “Pero mi papá era un ministro
y yo he sido un ministro por…” Eso no me importa nada,
sin la Señal usted está perdido. Sin la Señal, la ira de Dios
está sobre usted. Él dijo que obraría de tal manera, y ASÍ
SERÁ. Eso pone fin al asunto. “Pues yo creo que los días
de los milagros han...” Está bien pero Él dijo que no es así.
“Yo soy el mismo ayer, hoy, y por los siglos.” Eso es exac-
78 Rev. William Marrion Branham
tamente lo que Él prueba que es. Ahora nosotros sabemos
que así es; ellos no lo creen, pero nosotros sí lo creemos y
sabemos que es la verdad.
260. Ahora, estando en esta condición, llegamos a ser parte
de la misma Palabra y luego colocamos la Señal (el Espí-
ritu) sobre la promesa: “Yo soy Jehová tu Sanador.” Tome
usted la Señal y colóquela sobre la Palabra, sobre su fe
inmovible en la Palabra, y el diablo huirá; porque eso es
lo que lo corre, porque en él no hay nada de eso.
261. Cómo quisiera dar aquí un testimonio de las cosas que
he visto suceder en estas semanas pasadas. Usted sabe que
Juan dice que si todo lo que Jesús hizo se hubiera escrito,
los libros no cabrían en el mundo. Ahora si se escribiera
detalladamente todo lo que Él ha hecho en el ministerio
que me ha dado, no cabrían los libros aquí en esta plata-
forma, las cosas que he visto que Él ha hecho. Él ha tenido
más éxito en mi ministerio que el que tuvo en el Suyo.
Ahora entiendan esto: Él ha tenido más éxito. No es un
éxito mío. ¡OH, GLORIA, ALELUYA! Él ha tenido más
éxito en Jeffersonville, Indiana, que el que tuvo en Naza-
ret. Correcto. Y ahora fíjese en aquella ciudad tan perversa
y luego en esta ciudad tan perversa. ¡AMÉN! ¡GLORIA!
Pues no pudo obrar maravillas allá, pero aquí sí las pudo
hacer. Al fin y al cabo pudo entrar aquí. Aquí pudo hacer
la Obra. Ahora, puede ser que tuvo que traer la gente de
otras partes pero de todos modos hizo la obra. Entonces
tuvo más éxito aquí mismo que el que tuvo en Capernaum
y en Nazaret. Él ha hecho mayor cantidad de maravillas
aquí en este Tabernáculo que las que hizo en Su ministerio
entero sobre la Tierra. Eso es correcto. Él lo ha hecho.
262. Ahora ¿qué del resto del mundo? ¡Oh, hermano, eso
es lo que Él ha hecho! Y recuerde, Él es Quien ha hecho
La Señal 79
estas cosas. Nunca he dicho que las hice yo, porque yo no
he hecho nada. Yo únicamente le he amado tanto y me he
rendido y he hablado de lo que Él me ha dicho, y el Espí-
ritu Santo trató también con la otra persona y ella también
creyó lo que Él estaba diciendo; entonces Él hizo la Obra.
¡Si Él pudiera conseguir solamente que todos creyéramos!
¿Qué haría Él ahora mismo si consiguiera que todos cre-
yéramos? No quedaría una sola persona enferma en todo
este lugar. Si Él consiguiera que todos creyeran, todo se
acabaría.
263. Mantenga su Señal sobre su fe inmovible que está en
Su Palabra prometida, entonces el diablo huirá. (Ahora sí
vamos a terminar ya). Dios en una ocasión dio otra señal
en el mundo, y fue el arco iris. ¿Se acuerdan? Él siempre,
siempre se ha quedado fiel a esa señal, porque la dio como
una señal. A través de estos miles de años, Él nunca ha
fallado en desplegar aquella señal. ¿Correcto? ¿Por qué
pues? Porque Él la dio y la respeta. Él le dio al mundo
una señal por la cual dio a entender que jamás destruiría el
mundo con una inundación. Y desde aquel día, Él siempre,
siempre, ha desplegado Su señal.
264. Hay ciertos elementos en el aire que forman el arco
iris para que cuando llueva y luego salga el sol, entonces
se vea el arco iris. El sol seca el agua de la tierra, entonces
Él puso el arco iris para probar que nunca jamás caerá su-
ficiente agua sobre la Tierra para destruirla. Ese es Su pac-
to, es una señal; porque Él dijo: “Les doy esto por señal.”
Él respetó Su señal en los días de Noé, y todavía lo mues-
tra. Él respetó Su señal en Egipto y en Jericó, y todavía la
respeta hoy día. Él para siempre respeta Su señal cuando
es desplegada. A través de estos miles de años, se ha agra-
dado en desplegar esa señal. Nunca se olvida de ella. No
80 Rev. William Marrion Branham
importa cuánto cambia el mundo, el arco iris todavía está
allí. Él respeta la señal.
265. Así también ahora respeta Su señal. No importa cuán-
to cambia la Iglesia, o cuánto cambia esto o lo otro, Dios
todavía respeta Su señal, y únicamente Su señal. Con esto
nos muestra que Él nunca falla en respetar lo que ha hecho
y lo que ha dicho. (Nosotros aceptamos eso o, cuando me-
nos, yo así lo acepto). Él también espera que nosotros des-
pleguemos Su señal sobre nuestra fe en cuanto a Satanás
y todas sus sectas incrédulas y denominaciones. Nosotros
creemos que Su promesa es verdadera y que Él hará lo que
prometió hacer.
266. Allí está la Iglesia. Con razón no podemos ni llegar a
la primera base en estas cosas, como dicen por allí. (Per-
donen la expresión tan común). Con razón no progresan,
sino regresan a las denominaciones para fabricar un pue-
blo pulido y vestido bonito, educados intelectualmente,
que nunca progresa. Y eso a razón de lo que despliegan:
“Yo soy metodista.” “Yo soy presbiteriano.” Y eso es todo
lo que son.
267. Pero los creyentes toman la Señal; y lo que Jesús co-
menzó en Galilea, continúa haciéndolo ahora por medio
del desplegamiento de la señal del Espíritu Santo que aho-
ra se encuentra sobre la Iglesia. Porque no fueron los he-
chos de los apóstoles, sino los Hechos del Espíritu Santo
en los apóstoles; y eso fue la Señal, porque la Biblia dice
que tuvieron que darse cuenta de Pedro y Juan (cuando
pasaron por la puerta llamada “La Hermosa”) viendo que
eran hombres ignorantes, pues seguramente que tenían
una gramática muy mala y probablemente no podían dife-
renciar ni conocían todas las matemáticas de las Escritu-
ras; pero aquellos tenían que reconocer que habían estado
La Señal 81
con Jesús. Ellos habían desplegado la señal porque el mis-
mo Espíritu que estaba sobre Él antes de Su crucifixión,
estaba sobre ellos después de la resurrección. ¡AMÉN!
268. En Hebreos 13:8 dice: “Jesucristo es el mismo ayer,
hoy y siempre.” De esta manera es que sabemos que Él
vive. ¿Por qué? ¿Cómo es que sabemos que Él vive? ¡Por-
que vive! Nosotros sabemos que Él vive. Es porque somos
como Él, y nosotros estamos en Él. Él dijo: “Porque yo
vivo, vosotros también viviréis.” En Apocalipsis: “Y el
que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos
de siglos.”
269. Ahora, si nosotros morimos a nosotros mismos y so-
mos hechos vivos en Él, entonces estamos vivos por siglos
de siglos. Su vida en nosotros es como la vida de cualquier
otra cosa, sencillamente muestra lo que Él fue, y así se
muestra “el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.” Ahora
¿cómo puede alguien negar esto? ¿No puede ver usted las
obras muertas? Sirva pues al Dios vivo por el pacto sem-
piterno de la vida que estaba en la Sangre de Jesucristo.
270. Ahora, Él está desplegando la señal de Su gracia, Su
amor. Ahora, si no aplicamos esta Señal, y ésta en verdad
es la Señal... Ahora, ¿qué es una señal? La señal es una
muestra de una deuda que ha sido pagada, el precio reque-
rido ha sido pagado. El precio de nuestra salvación fue la
muerte. ¿Ve usted? Y nadie sino Cristo pudo pagar esta
deuda. No pudo ser pagada con el espíritu de una denomi-
nación, ni con el espíritu de un Papa, ni el espíritu de cual-
quier hombre o santo; sino que el Espíritu de Jesucristo
sobre la Iglesia es una señal que la deuda ha sido pagada
y que Él ha cumplido todo requisito que Dios requería, y
nosotros y Él somos UNO.
271. Por esto sabemos que Él vive. ¿Cómo conocemos que
82 Rev. William Marrion Branham
estamos vivos? Porque Él vive. Y sabemos que estamos
vivos porque somos como Él, y estamos en Él. Él dijo:
“En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Pa-
dre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.”
272. Aplique usted la Señal de Su resurrección, conociendo
que así como Él fue resucitado para nuestra justificación,
también nos ha resucitado juntamente consigo mismo. Y
ahora estamos sentados en lugares celestiales en Cristo Je-
sús bajo el compañerismo de la Señal.
273. Cuando los israelitas estaban sentados allí en sus ca-
sas y todo el alboroto en las calles, ellos no tenían de qué
afanarse, lo único de lo que se tuvieron que preocupar fue
que la sangre estuviera sobre la puerta; y esa es nuestra
única preocupación hoy. Amigos, el juicio está a la mano,
y ustedes bien saben que está muy cerca. ¡Esté usted se-
guro que la señal está desplegada! Y la señal es el Espíritu
Santo, porque por UN Espíritu somos así hechos parti-
cipantes de Su gloria. Estamos ahora en nuestra última
marcha hacia la tierra prometida.
274. ¿Le aman? ¿Creen ustedes la Señal? ¿Cuántos quisie-
ran decir ahora mismo: “Oh, hermano Branham, ore por
mí, que yo esté bajo la Señal”?
275. Ahora, con sus cabezas inclinadas:
276. Señor Jesús. Oh Ser Benigno, cuando el mundo estaba
en pecado y nadie podía ayudar, Dios en misericordia mos-
trando por un tipo que verdaderamente venía una señal,
que podía quitar el pecado, no solamente cubrirlo, pero lo
podía quitar; entonces Jesús vino en el tiempo oportuno
y Él derramó la Sangre, Su propia Vida, produciendo así
una expiación para nuestros pecados, y luego presentán-
dose de nuevo en la forma del Espíritu Santo, lo cual es
ahora una Señal que guardará a la Iglesia hasta Su Venida.
La Señal 83
Porque el apóstol Pedro dijo: “Porque para vosotros es la
promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están
lejos; y para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”
277. Señor, por Tu gracia y por Tu ayuda, yo reclamo a todo
aquel que oyere este Mensaje. Yo los reclamo para Dios.
Ruego, oh Señor, que tanto los que están aquí en esta ma-
ñana como también aquellos que lo oigan por la cinta, y si
hay una simiente en alguna parte que es predestinada para
oír la Palabra de este último día, que ellos vengan ahora
mismo dulcemente y humildemente, y se entreguen al pie
de la Cruz como trofeos de la gracia de Dios que los ha
llamado, y que entonces sean llenados con el Espíritu San-
to, y desplieguen la Señal de la Vida de Jesucristo en Su
resurrección por todo el tiempo que los dejes aquí sobre la
Tierra. Concédenos esto, Señor.
278. Señor, pueda ser que no pronuncié estas palabras co-
rrectamente, y si así fue, entonces ruego que el Espíritu
Santo tome esas palabras y las presente como debieran
ser, para que la gente entienda y sepa que fue sin malicia.
Déjales saber que el amor es para corregir y que también
sepan que es por razón de la hora en que estamos viviendo
y la proximidad de la Venida del Señor. Vemos las grandes
luces rojas intermitentes por todo el mundo, avisándonos
que el tiempo está a la mano. Que el pueblo reciba el Espí-
ritu Santo en este día. Ruego estas cosas y presento ahora
esta gente a Ti, en el Nombre de Jesucristo. Deja que nos
sea una señal por todo el tiempo que vivamos, lo cual pro-
metiste que sería, y ahora nos es fácil pedir esto porque así
lo prometiste, y yo sé que así será. Rogamos todas estas
cosas en el Nombre de Jesús. Amén.
279. Ahora, con nuestras cabezas inclinadas, y creyendo
en fe, yo he orado por ustedes con todas mis fuerzas, sa-
84 Rev. William Marrion Branham
biamente y sinceramente. Fíjense en esto: Yo sé bien que
ustedes saben que es por medio de los diezmos y las ofren-
das de ustedes por lo cual yo vivo. Es por razón del res-
paldo de ustedes aquí en la Iglesia que yo tengo a quiénes
predicar. Es su amor, sus “amenes”, su compañerismo, y
sus palabras buenas allá entre el mundo de donde ustedes
vienen, de los distintos Estados a través del país; son sus
palabras que ayudan a llevar el Mensaje. Son ustedes, y
nosotros somos, partícipes juntamente con Cristo en esto,
somos hermanos y hermanas, y Él es nuestro Rey. Yo les
amo a ustedes. Donde yo estoy, allí es donde anhelo que
ustedes estén. Manejo a través de la nación para hablarles
en unos dos o tres cultos. Anhelo congregarme con uste-
des aquí el domingo por la mañana, yo les amo. Siempre
les he amado. A veces tengo que hablar duro, pero es sim-
plemente para corregir; es porque les amo.
280. No quiero que a ustedes les pase por alto. No debe
pasar eso. Ahora muy dulce y humildemente, con todo lo
que está en su corazón, de allá, en lo más profundo, acép-
telo. Diga: “Señor Jesús, en este momento quita todo lo
que está en mí que no es semejante a Ti; quita de mí todo
mi orgullo, todo lo que está en mí, toda la basura, la incre-
dulidad; todo eso lo renuncio y lo boto. Y deja entonces
que el dulce Espíritu Santo de Dios baje en mí como una
palomita. Yo quiero vivir eternamente, oh Señor; y quiero
que me ayudes en estos momentos. Concédemelo ahora.”
281. Mientras usted está orando, vamos a cantar suavemen-
te este himno: “Le Amo.” Y recuerde, esto viene por el
amor, porque Él es Amor. Tengo mis manos sobre estos
pañuelos que han puesto aquí porque puede ser que los
recojan antes del culto de la noche.
La Señal 85
Yo le amo, Yo le amo,
Porque Él a mí me amó;
Y me compró la salvación,
Allá en la Cruz.
Yo le amo, yo le amo,
Porque Él a mí me amó;
(ahora rinda su vida)
Y me compró la salvación,
Allá en la Cruz.
Ámele, ámele, ámele por lo que Él ha hecho por usted.
282.
Todo es por razón del amor. Amor produce la obediencia;
el amor produce el noviazgo, el amor produce el matrimo-
nio; y esa es la meta que estamos prosiguiendo: La Cena
de las Bodas del Cordero. Puedo oír a mi Salvador que me
llama diciéndome que me ama a mí también.
Yo le amo, Yo le amo
(Ahora, con todo su corazón, ¿siente usted algo muy
283.
dulce que está penetrando su corazón? Es el Espíritu San-
to).
Porque El a mí me amó;
Y me compró mi salvación,
Allá en la Cruz.
Levanto mis manos juntamente con la congregación
284.
y con esta música. Si yo he pecado o he hecho alguna
cosa mala... Estoy orando ahora mismo por usted y por
mí. Si yo he hecho alguna cosa mala, mis manos hacia Ti,
Señor, significan que estoy arrepentido. Mis manos hacia
86 Rev. William Marrion Branham
Ti, Señor, significa que no lo quise hacer; y Señor, sé que
estoy muriendo. Yo tengo que salir de este mundo en una
forma física, y Te quiero encontrar. Mis manos alzadas
significan: Tómalos Señor, y lléname del Espíritu, y de-
rrama sobre mí la Señal de Tu amor: el Espíritu Santo, lo
cual me hará vivir dulcemente y benignamente; y me hará
vivir la vida que estaba en Cristo para que así mi corazón
arda por otros, y que yo no repose ni de día ni de noche
tratando de traer a todo aquel que pueda. Seré como los
mensajeros que entraron en Jericó e iré a toda persona que
me es posible y tratar de persuadirles a venir bajo el Pacto
de la Sangre -la Sangre del Cordero- que así ellos puedan
recibir la señal. La sangre purifica y el Espíritu es la Señal
que la Sangre ha sido aplicada. El Espíritu es la Señal que
la Sangre ha sido aplicada. El Espíritu no puede venir has-
ta que no se aplique la Sangre; pero una vez que la Sangre
ha sido aplicada, entonces el Espíritu es una Señal que
regresa a usted mostrándole que su fe y la Sangre ha sido
aceptada y su pasaje está pagado. ¡Su pasaje está pagado!
Todo está concluido, el caso queda cerrado. Usted es un
cristiano. Usted es un creyente. Cristo está en usted y us-
ted está en Cristo.
Yo le amo, yo le amo,
Porque El a mí me amó;
Y me compró la salvación.
Allá en la Cruz.
Con sus corazones inclinados ante Dios, aquí está el
285.
pastor con sus palabras de despedida. Recuerden el culto
de la noche, un culto de sanidad. Vengan temprano. Em-
pecemos a las siete para yo estar en el púlpito a las siete
La Señal 87
y media. Luego vamos a celebrar la Santa Cena también.
¡Vengan! Por la tarde, manténganse en el mismo Espíritu.
No deje que este mensaje se aparte de usted. Recuerde:
NUNCA DEJE QUE ESTE MENSAJE SE APARTE DE
USTED. “La sangre os será por señal que la vida fue sacri-
ficada.” ¿Ve usted? “Y cuando yo viere la sangre, pasaré
de vosotros.” El Espíritu Santo es la Señal que la Sangre
ha sido aplicada a su corazón, es la Señal que la Sangre ha
sido aplicada. Si nunca ha sido aplicada, entonces la Señal
no llegará. Si entienden digan “¡Amén!” La Sangre tiene
que ser aplicada y luego viene la Señal; es pues una Señal
que la Sangre de redención ha sido aplicada y su pasaje
está pagado. Dios les bendiga.
Notas
DESESPERACIÓN
DESESPERACIÓN
Domingo, 1 de septiembre de 1963, P.M.
Tabernáculo Branham
Jeffersonville, Indiana, E.U.A
Sólo creed, sólo creed;
Todo es posible, sólo creed.
Sólo creed, sólo creed;
Todo es posible, sólo creed.
P ermanezcamos de pie con nuestras cabezas inclina-
das. Señor Jesús, estamos solamente creyendo. Tú
nos has dicho que solamente creyéramos, y ahora cree-
mos. Te damos gracias y alabanza por lo que ya hemos
escuchado y visto. Estas cosas ayudan a anclar nuestra fe.
Te agradecemos por esta nueva oportunidad de ministrar
para aquellos que tienen necesidad. Ruego ahora, oh Dios,
que nos concedas las cosas de las cuales tenemos necesi-
dad en esta noche, según Tu promesa. Pedimos esto en el
Nombre de Jesucristo. Amén. Estamos muy contentos en
esta noche por este privilegio de regresar al Tabernáculo
una vez más con el Evangelio del Señor Jesús resucitado.
Llegué un poquito tarde. Tuve un caso especial de emer-
gencia, de Michigan, ahora mismo. ¡El Señor hizo una
obra maravillosa por nosotros! Él conoce todas las cosas
y pone todo en su lugar. Uno no tiene que contarle nada;
92 Rev. William Marrion Branham
Él, sabe, ¿ven? Él sabe exactamente qué hacer. Estamos
sumamente agradecidos. Esa gente viajó todo el día para
llegar aquí. Estamos muy agradecidos.
2. No se olviden de los cultos durante la semana: el miér-
coles, el domingo en la mañana y en la noche. Si Ud. se
encuentra por aquí, estoy seguro que el hermano Neville
estaría agradado en tenerlo en el culto. Oren por mí mien-
tras sigo mi camino a otras partes. Espero estar muy pron-
to de regreso.
3. Quiero agradecer a cada uno su bondad y los recuer-
dos de todo lo que han hecho por mí. Un hermano de una
iglesita en Georgia, acaba de enviarme un traje nuevo. Esa
gente… es maravilloso. Quería también agradecer a esa
familia en Kentucky, donde me hospedaron la semana pa-
sada cuando estuve de vacaciones; y todo lo que el Señor
hizo a nuestro favor allá, vimos su maravillosa mano, lo
que Él hizo.
4. Ahora, confiamos que muy pronto los veremos nueva-
mente a todos cuando viajemos hacia Nueva York, donde
tendremos las reuniones. Eso es en la Iglesia Stone con
el hermano Vick, comenzando, creo que el día 12 de no-
viembre. Llegaremos aquí unos días antes; luego pasare-
mos por aquí otra vez cuando vayamos hacia Shreveport,
Louisiana, para estar con el hermano Jack Moore. Eso es
para la semana del Día de Acción de Gracias. Todo esto
está en los anuncios que aparecen en la cartelera allá atrás.
Luego, después de Navidad esperamos estar con algunos
de los hermanos del Sur. Y estaremos en enero en Phoenix,
Arizona.
5. Estamos esperando algunas llamadas de otros países
para preparar así el campo para las campañas. Están tra-
bajando en eso ahora mismo. Durante este último mes el
Desesperación 93
hermano Borders ha mantenido correspondencia con al-
gunos hermanos para preparar una gira mundial, la cual
comenzaremos tan pronto como todo esté listo; pero tene-
mos que esperar mejores condiciones.
6. Allí asisten a los cultos tantas personas que sería im-
posible meterlos a todos en un edificio. Tenemos que
sentarlos en el suelo. A veces es increíble la multitud que
asiste. A veces han asistido hasta 500,000 personas. Eso
es medio millón de personas en una sola reunión, no el
total de personas que han asistido durante cierto número
de días, sino durante una sola reunión. Por lo regular los
evangelistas cuentan la gente dando el total de los que han
asistido durante seis semanas. ¿Usted ve? Pero me estoy
refiriendo a los que asisten a una reunión en un solo día.
A veces no hay ni como sentarlos y entonces tienen que
sentarse en el suelo. Por eso tenemos que ir cuando no sea
tiempo de lluvia. Y esa pobre gente sentada ahí… Yo he
visto a mujeres sentadas en tal forma, con su cabello todo
despeinado, y aun siendo personas de buen vestir; y allí
permanecían durante todo el día en medio de una fuerte
lluvia. Sentados ahí y estando lloviendo, con relámpagos
y truenos y la tormenta soplando, sin embargo permane-
cían allí juntas unas a otras, esperando hasta que oráramos
por ellas. Ahora, Dios honra esa clase de fe. Él lo hace.
7. Usted tiene que hacer algo para obtener la honra de
Dios. ¿Usted ve? Usted le muestra... La gente que obtiene
todo regalado, todo fácil, pues no tiene que hacer nada
por ello. ¿Usted ve? Usted debe… el regalo es gratis, pero
usted debe...
8. Eso parece, ustedes saben, como dicen: “El que nace
con la cuchara de plata en la boca, (ustedes lo han oído) no
tiene aprecio por nada.” Pero cuando tenemos que hacer
94 Rev. William Marrion Branham
un esfuerzo, entonces apreciamos el valor de las cosas.
9. Ahora, Uds. que están grabando esto en cintas... Yo
creo que el mensaje de esta mañana (La Señal) ha sido el
más sobresaliente de todo mi ministerio. Ha sido el men-
saje más extraordinario de todo mi ministerio. Algún día
les contaré cómo llegué a recibirlo. Yo sé que por varios
meses todas las cosas iban progresando hasta llegar a ese
mensaje en particular; todo estaba subiendo hasta llegar a
ese punto, al tiempo de coronación. ¿Uds. ven?
10. Estoy seguro, o más bien, confío que entendieron lo
que significa la Señal. La Señal es la prueba que la sangre
ha sido aplicada y que el precio requerido por Dios, Jesús
lo pagó al derramar Su propia sangre. Él hizo eso. Luego,
de Su Vida vino el Espíritu Santo. Y cuando la sangre es
aplicada a Ud., el Espíritu Santo es la Señal de que el pre-
cio de usted ha sido pagado. Dios entonces lo ha recibido,
y esa es la Señal. Recuerden: ¡Esa es la Señal!
11. Ahora, hay mucha gente que no saben lo que es esa
Señal. ¿Ven? Y tenemos que predicarlo como que nadie
supiera lo que es, para que de esa manera todos lo entien-
dan. Es igual a como predicamos la Salvación, tenemos
que predicar de tal manera como que fuese para todos,
pero sabemos que no lo es. Tenemos que predicar la Sani-
dad Divina como si fuese para todo el mundo, sin embar-
go sabemos que no es así. Jesús vino para salvar a todos
aquellos cuyos nombres estaban en el Libro de la Reden-
ción antes de la fundación del mundo. Él solo vino para
salvarlos a ellos. Quienes son ellos, yo no sé. Pero la cosa
es que nadie podría tener fe si no predicamos que es para
“cualquiera”; y esa es la verdad porque nadie puede venir
sin que Dios lo haya llamado. Eso es la verdad.
12. Entonces hay mucha gente que no será salva, sabemos
Desesperación 95
eso. Dios conoce antes de la fundación del mundo, que
ellos no serían salvos. Hay muchos que no serán sanados,
muchos no serán sanados. Ellos no lo pueden captar, no
saben lo que es. Muchos sí lo serán. Pero nosotros pre-
dicamos que es para todo el mundo, porque no sabemos
quiénes son esas personas; simplemente no lo sabemos.
Por eso es “cualquiera.” Pero muchos no pueden captar
esa fe.
13. Y es igual con esta Señal. La Señal es algo de lo cual
hemos hablado desde el principio, pero ahora es el tiempo
de la manifestación de la Señal, ¿ven?
14. A veces hemos dado lugar… los luteranos le han dado
lugar a recibir la Palabra, aceptando al Señor Jesucristo
como Salvador personal. Los metodistas decían “cuando
te alegras lo suficiente hasta el punto de gritar, eso es.”
Los pentecostales dicen “habla en lenguas, entonces lo
tienes.” Pero hallamos que todos estaban errados. La Se-
ñal es la Señal. Es usted y Cristo como uno solo. ¿ven? Es
su vida en usted, obrando su vida a través de usted. Y es
para el rico, para el pobre, o para cualquiera que lo reciba.
15. Recuerden: Cuando Ud. va a la compañía de ferroca-
rril y compra su pasaje, eso tiene un precio. Digamos que
cuesta cincuenta centavos para viajar en el tren de aquí a
Charlestown, Indiana; cuesta cincuenta centavos. Ahora,
la compañía tiene un boleto que le da a Ud. al comprar su
pasaje. Ahora, digamos que alguien va y compra su pasaje
por cincuenta centavos. Ellos le dan un boleto que le otor-
ga el derecho de subir a ese tren y viajar hasta su destino,
donde sea que el tren vaya. Eso es un boleto.
16. Ahora, en este caso la sangre fue el boleto. La sangre
tenía que ser literalmente aplicada, porque la química era
todo lo que tenían, pues era sangre de animal, de corde-
96 Rev. William Marrion Branham
ro. Entonces la vida que estaba en la sangre salía al de-
rramarse la sangre; y esa vida no podía regresar sobre el
creyente porque era vida animal; pero esto señalaba (de
la buena conciencia) que venía un sacrificio perfecto. Y
para que fuese perfecto, el Juez, el Dios del Cielo, llegó a
ser ese sacrificio. Él solo fue Juez, Abogado y Jurado. Él
llegó a ser el Sacrificio y cuando Su Vida salió, lo cual era
DIOS... Aquí vemos la Palabra donde dice que “les daré
Vida Eterna”; y en el griego (sé que estoy hablando entre
hombres instruidos, pues veo aquí a dos o tres) la pala-
bra ZOE significa “la propia Vida de Dios.” Entonces “les
daré (ZOE) mi propia Vida.”
17. Dios y Cristo son el mismo.
18. Entonces la Vida que estaba en Cristo es el Espíritu
Santo, no una tercera persona, sino la MISMA Persona en
la forma del Espíritu Santo, lo cual viene sobre Ud. como
una señal de que su vida y su pasaje están pagados. Ud.
ha sido aceptado. Hasta que no llegue la Señal a Ud., no
le es permitido viajar por esa carretera. Ud. no está per-
mitido estar en la línea del autobús. Hasta que no obtenga
su boleto, a Ud. no le es permitido viajar; a Ud. no le es
permitido ni entrar hasta que no pueda mostrar su señal.
Ese boleto o señal es su pasaje. Y ahora en esto se muestra
que la sangre ha sido derramada y luego aplicada a Ud.,
el precio ha sido aplicado a usted, y Ud. tiene el boleto,
mostrando que la sangre ha sido aplicada a Ud. y Ud. es
aceptado. ¿Lo entienden? ¡Oh, qué cosa!
19. No hay una evidencia determinada en particular. Usted
dice: “Pero hermano Branham…”
20. Yo capto eso de sus mentes. Ud. dirá: “¿Cómo sabré?”
21. Mire esto: ¿qué era Ud.? Y ahora ¿qué es Ud.? Así
es como Ud. lo sabrá. ¿Qué era Ud. antes que esta Señal
Desesperación 97
fuese aplicada? Y ahora ¿qué es Ud. después que ha sido
aplicada?
22. ¿Cuáles eran sus deseos antes, y cuáles son sus deseos
ahora? Entonces Ud. sabrá si la Señal ha sido aplicada o
no. Y estas otras cosas automáticamente le siguen. ¿Ve
Ud.? No es asunto de decir que las lenguas son la eviden-
cia. Ahora, por ejemplo, si yo compro un par de zapatos,
la lengüeta del zapato no es el zapato, pero es algo que
viene con el zapato, viene con el zapato. ¿Ve? Esto es muy
semejante a la Señal. La Señal es Cristo, pero el hablar en
lenguas, echar fuera demonios, predicar y cuantas cosas
más, todo eso es la evidencia, está ahí, cierto, pero eso no
es la Señal misma. Es un don de esto.
23. Si Ud. me dice: “Hermano Branham, yo quiero que
Ud. venga,” pero en lugar de yo ir, le mando a Ud. un
regalo; ese no soy yo, sino mi regalo. Las lenguas son un
don del Espíritu Santo no el Espíritu Santo mismo, sino un
don del Espíritu Santo.
24. Y el diablo puede imitar cualquiera de esas cosas; pero
el diablo no puede ser el Espíritu Santo. El diablo puede
imitar cualquier don, pero no puede ser el Espíritu Santo.
Y el Espíritu Santo es la Señal mostrando que la sangre ha
sido aplicada, porque el Espíritu sigue a la sangre desde el
Libro de la Redención. ¿Lo ven? Ese fue el propósito de
su venida. Eso es lo que Él siguió en cada edad. En cada
edad el Espíritu ha seguido para asegurar que fuese ma-
nifestado y para que “ellos no fuesen perfeccionados sin
nosotros.”
25. Y ahora el Espíritu Santo completo visita a la Iglesia
manifestando a Dios en carne humana; igual como hizo
antes de la quema de Sodoma, lo cual fue un tipo. Él apa-
reció a Abraham.
98 Rev. William Marrion Branham
26. Todas las cosas que no había hecho a través de las eda-
des de la Iglesia, ahora las está haciendo, volviéndonos
a la Palabra, porque todos los mensajes tienen que estar
conectados con toda la Palabra. Y en los últimos días los
Siete Sellos han sido abiertos para reunir todas las cosas
que habían sido pasadas por alto en él, y así juntar todo
esto en un solo Cuerpo –la Novia; porque todos aquellos
que vivieron en esas edades no podían ser perfeccionados
sin que esta Iglesia (la Novia de los últimos días) fuese
perfeccionada, y así perfeccionarlos a ellos; y entonces
todos juntos ser raptados.
27. La Señal, Jesucristo, el Espíritu Santo, está entre no-
sotros. Debemos reverenciarlo. No podemos humillarnos
suficientemente. Quitándose los zapatos o arrodillándose
no sería suficiente, no sería satisfactorio, pero una vida
produciendo el fruto del Espíritu.
28. Ahora, ¿qué es el fruto del Espíritu? Amor, gozo, paz...
¿se acuerdan de esta mañana? Él, en preparación, envió
al mensajero con el Mensaje, y después de enviar al men-
sajero con el Mensaje, envió la Columna de Fuego como
vindicación. Luego envió la consolación. Ud. sabía que
era correcto le trajo paz; tenemos paz para con Dios por
medio del Señor Jesucristo.
29. Ahora, en esta noche oraremos por los enfermos y tam-
bién tendremos la Santa Cena. Queremos que se queden
para la Santa Cena. Dentro de treinta o cuarenta minutos
habremos terminado de predicar y estaremos listos para la
Santa Cena. Mañana siendo el día del Trabajo, entonces
pueden reposar. Estos son nuestras intenciones, pero no
sabemos cómo será. Quiero que entiendan bien eso. Hoy
en la mañana les dije que no vendré aquí muy seguido,
y por esa razón el mensaje fue de dos o tres horas; pero
Desesperación 99
apenas fue suficiente tiempo para comenzar, y pensé con-
tinuarlo en esta noche, pero fue demasiado tremendo. No
sé si la gente lo captó o no. Ojalá que sí lo hayan enten-
dido por todas partes. Ojalá que hayan hecho una buena
grabación para que esto corra y sea conocido.
30. Yo creo que de todos los mensajes que he predicado,
éste ha sido absolutamente ordenado por Dios, exceptuan-
do, por supuesto, los Siete Sellos como comisión directa
de Dios y otras cosas, lo cual es directamente la Palabra
de Dios, pero hablando de los mensajes predicados regu-
larmente, yo creo que ése era, que ése era el necesario para
seguir a los Siete Sellos. Ahora fíjense bien en lo que ha
salido después de los Siete Sellos: “La unión de la gen-
te”, “Señales unidas”, “La Luz roja parpadeando en los
últimos días”, la señal de las mujeres procurando ser más
bellas, también lo que harían los hombres. Hay todas estas
señales del Espíritu Santo guiándonos. Luego llegamos a
la coronación de todos esos Mensajes desde los Siete Se-
llos; y llegamos a eso en esta mañana al ver “La Señal.”
Y en esto podemos ver nuestra condición y es para exa-
minarnos y ver si en verdad estamos en fe. El Señor les
bendiga.
31. Ahora, antes de abrir la Biblia o de orar por los enfer-
mos... Hoy en la mañana preguntamos por cuántos ora-
mos el domingo pasado que han sido sanados, que han
sido sanados durante la semana, y casi todos levantaron la
mano, eso fue en la reunión del domingo pasado. Eso es
algo. Uds. entienden. Es algo que estoy captando para mí
mismo.
32. Hubo una hermana muy fiel que vino de Chicago, la
hermana Peckenpaugh, una cristiana de primera clase. Y
ella trajo a un niño, a quien los médicos no pudieron diag-
100 Rev. William Marrion Branham
nosticar lo que tenía. Estaba tan mal de sus pulmones o
algo, que ni podía ir a la escuela. Era un caso muy grave.
Inmediatamente después del Mensaje, el Espíritu Santo
le habló a ese niño, lo llamó y le declaró su condición y
también su sanidad. Luego durante esta semana lo lleva-
ron nuevamente al médico, el cual dijo que el niño tiene
pulmones nuevos. ¿ven? Pulmones nuevos. Y nosotros lo
sabemos porque los padres del niño llamaron aquí al Ta-
bernáculo para que se anunciara a Uds.
33. Ahora, Dios, el Creador, puede fabricar pulmones
nuevos. Yo sinceramente creo que estamos al mero borde
de algo tan maravilloso que jamás se ha visto en la tierra
desde los días de los Apóstoles; pero solamente será cono-
cido a medida de que... Será tan humilde. Lo que el hom-
bre llama poderoso, Dios lo llama abominación; y lo que
el hombre llama necio, Dios lo llama poderoso. Entonces
¡ponga atención! Será tan humilde que lo pasarán por alto
si no tienen la Señal para examinarlo. ¿Ustedes ven, lo
ven?
34. ¿Quién hubiera pensado que la interpretación de “los
montes saltando como carneros” y “las hojas de los ár-
boles aplaudiendo las manos” era un profeta saliendo del
desierto, el cual fue anunciado por el profeta Isaías 1200
o 712 años antes? Este barbudo, vestido con pieles de ani-
males, no tenía ni un púlpito en donde predicar; excomul-
gado de todas las iglesias, y parado en las riberas del Jor-
dán clamando en alta voz: “Arrepentíos” y llamando a la
gente grupo de víboras, serpientes. Pero eso es lo que Dios
había dicho que cuando él viniera, los montes saltarían
como carneros. Los humildes lo vieron y se gozaron.
35. ¿Cómo podían ellos entender que un gran Mesías que
fue profetizado desde el principio del Libro, en el Génesis
Desesperación 101
que Él vendría, un Salvador? Todos los sacrificios y todos
los profetas lo habían señalado a Él. Luego cuando apa-
reció, parecía ser de nacimiento ilegítimo. El padre ni se
había unido con su madre, supuestamente. Y sin embargo
ésta ya se hallaba encinta con esta simiente, aun antes de
unirse. En ese ambiente fue criado. Y nació en un establo
(como dice la Biblia); lo cual, en aquellos días, era una
cueva en la hendidura del cerro. Me encontré con un lugar
semejante allá en Arizona cuando andaba de cacería; hallé
un establo en una piedra debajo de un cerro. Y así fue el
lugar donde nació Jesús, en una hendidura, en un pesebre
de paja allí en el establo con las vacas y demás animales.
36. Y Él fue criado como el ayudante de un carpintero.
Ahora, ¿cómo podía Éste ser el poderoso Jehová? ¡Pero
ciertamente lo era! ¿Ven? Lo era. Era una Persona rara.
Siendo aún un niño sorprendió a los sacerdotes con Su
conocimiento de la Palabra. ¿Por qué? Porque Él era la
Palabra.
37. Él nunca escribió ningún libro, ni aun escribió una
sola palabra, la única palabra que escribió fue aquella en
la arena, cuando aquella mujer fue acusada de adulterio, y
aun borró esta palabra. El nunca escribió una Palabra ¿Por
qué? Porque Él era la Palabra. Él no tenía que escribir
nada; Su propia Vida la vivía. Él era la Palabra. “Si yo no
hago las obras de mi Padre, entonces no me crean.” ¿Ve
Ud.? “Si yo no hago exactamente lo que la Palabra dice
que debo hacer, entonces yo no soy la Palabra.” Y eso es
lo que Él quiso decir. ¡Él es la Palabra!
38. Entonces prepárense para la oración por los enfermos
y también para la Santa Cena. Estaremos contentos si pue-
den quedarse; si no fuese posible, entonces nos despedire-
mos en seguida.
102 Rev. William Marrion Branham
39. No se olviden de orar por mí y mi esposa, la mujer
más dulce en todo el mundo. Y oren por mis hijos. Yo
los reclamo a cada uno de ellos para el Señor Jesucristo.
Ahora, Rebeca está en esa edad de los diecisiete años y
es una niña muy dulce; doy gracias a Dios por eso. No se
ha contaminado fumando, bebiendo o andando de ociosa,
pero está en esa edad donde no tiene cuidado de nada. No
quiere venir al Tabernáculo y cuando viene se sienta allá
atrás a masticar chicles, y se marcha cuando le place; pero
yo quiero verla llena del Espíritu Santo.
40. Yo quiero ver a José... Quiero que ese muchacho...
Cuando llegue el día en que ya no pueda subir al púlpito,
quisiera tomar esta Biblia que ya está tan usada, dársela y
decirle: “José, hijo mío, quédate con esto.” Luego estaré
listo para subir. Quiero oír un viento soplar, mirar hacia
arriba, alzar la mano y subir. Oremos.
41. Padre Dios, nuestra vida entera está en esto, porque
Tú eres nuestra vida. Ahora, Señor, hay algunos aquí que
tienen esta Señal de la cual he hablado: ellos poseen esta
Señal, y sin embargo están enfermos. Quiero hablar esta
noche sobre algo para animarlos a tomar los derechos que
Dios nos ha dado. Ellos tienen el derecho de derrotar al
diablo. Él ya está derrotado y solamente les está enga-
ñando. Yo los estoy reclamando, Padre. Ahora ayúdame
a hablar la Palabra. Tú, Señor, habla por medio de mí con
estas notas que tengo y las Escrituras que tengo anotadas.
Ruego que me ayudes, Señor, que pueda entrar en la Pala-
bra e inspirar fe a esta gente para la gloria de Dios. En el
Nombre de Jesucristo, oro. Amén.
42. Ahora rápidamente, quiero que abran sus Biblias en
Jeremías, capítulo veintinueve, comenzando con el versí-
culo diez. También leeremos en Lucas el capítulo dieci-
Desesperación 103
séis, comenzando con el versículo catorce. Mientras están
buscando las citas, les anunciaré mi tema. Hablaremos
sobre “Desesperación.” Y Uds. saben lo que son las des-
esperaciones. Bien, leamos Jeremías 29:10
Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilonia se cum-
plieron los setenta años, yo os visitaré, y despertaré sobre
vosotros mi buena palabra, para tornaros a este lugar.
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de voso-
tros (cuán dulce), dice Jehová, pensamientos de paz, y no
de mal, para daros el fin que esperáis.
Entonces me invocaréis, é iréis y oraréis á mí, y yo os
oiré: Y me buscaréis y hallaréis, porque me buscaréis de
todo vuestro corazón.
Y seré hallado de vosotros, dice Jehová, y tornaré
vuestra cautividad, y os juntaré de todas las gentes, y de
todos los lugares adonde os arrojé, dice Jehová; y os haré
volver al lugar de donde os hice ser llevados (otra vez a
Pentecostés).
43. Yo mismo introduje dentro del texto esa última expre-
sión. La Biblia no dice así, pero eso es lo que quiero decir
a la iglesia. Ahora en Lucas dieciséis, comenzando en el
versículo 16:
La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el
reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza a
entrar en él.
44. (“Quienquiera se esfuerza a entrar.” No es cuestión
de entrar fácilmente, antes tiene que haber un esfuerzo)
“Cuando me buscaréis de todo vuestro corazón, entonces
seré hallado.” Y Él prometió regresar y traer a la gente
que había arrojado por toda la tierra (después de los siete
años), otra vez a Jerusalén de donde habían salido. Y lo
hizo exactamente de esa manera. Eso es Correcto.
104 Rev. William Marrion Branham
45. Ahora vamos a hablar sobre “Desesperación” por
unos momentos. Por lo regular se requiere un estado de
emergencia para hacernos llegar a la desesperación. ¡Lás-
tima que tiene que ser así! Pero los seres humanos son tan
perezosos mentalmente que se necesita una emergencia.
Algo llega súbitamente, y cuando así sucede, entonces lle-
gan a un estado de desesperación. Pero la verdad es que al
estar en un estado de desesperación, eso muestra la verdad
de lo que Ud. es. La desesperación muestra de qué mate-
rial es hecho Ud. Por lo regular, ese estado le saca a uno
todo lo bueno que tiene por dentro.
46. En la hora de la muerte, cuando alguien sabe que está
muriéndose, trata de confesar las cosas que ha guardado
como secretos por toda la vida. En desesperación ellos tra-
tan de confesarlo así: “Lleva... esto... y... corrígelo. Anda...
por favor... y... haz... esto.” Eso es en desesperación. De-
bieran haber hecho eso mucho antes y no esperar hasta
esa hora de emergencia. “¿Harás cierta cosa por mí?” La
emergencia produce la desesperación, cuando debiéramos
hacer la cosa sin la emergencia.
47. Ahora hallamos en esta noche que estamos tomando
los símbolos de la Pascua. La Pascua fue tomada en un
tiempo de emergencia, en un tiempo de desesperación.
Ud. puede ver en Éxodo capítulo 12, creo que es el verso
11 del capítulo 12, dice así:
Y así habéis de comerlo: ceñidos vuestros lomos, vues-
tros zapatos en vuestros pies y vuestro bordón en vuestra
mano; y lo comeréis apresuradamente: es la Pascua de
Jehová.
48. La comieron en desesperación. Ellos habían visto la
gran mano de Dios y todas Sus maravillas. Luego habían
pasado debajo de la muestra de la Señal. Y mientras esta-
Desesperación 105
ban bajo la muestra de la Señal, estaban tomando la comu-
nión en desesperación, porque sabían que en ese tiempo
estaba Dios a punto de dejar caer el juicio y era un tiempo
muy peligroso. Era un tiempo cuando todo hombre se es-
taba examinando porque la palabra del profeta no había
fallado ni una sola vez; había probado ser verdadera. Lo
que él decía, sucedía perfectamente tal como lo decía. La
Columna de Fuego todavía estaba.
49. Luego el profeta había anunciado que Dios solamente
pasaría por alto las casas donde estuviera la Señal sobre la
puerta. Y fue en desesperación. Me imagino que cuando
los niños vieron esas alas negras bajar de los cielos, como
humo cayendo sobre la ciudad y gritos en todas las casas,
los niños seguramente se acercaron a sus padres y les pre-
guntaron: “¿Estás seguro que estamos bajo la Señal?”
50. Luego él podía salir a la puerta y mirar allí sobre los
dos postes y sobre el dintel, y decir: “Hijo, lo hemos hecho
según Su Palabra.”
51. “Papá, acuérdate que soy tu primogénito. ¿Estás bien
seguro?”
52. “Yo estoy seguro porque esto es según lo que el pro-
feta nos ha dicho y él tiene la Palabra del Señor. Nos de-
claró lo que Jehová dijo: ‘Cuando viere la sangre, pasaré
de vosotros. Tome cada uno un cordero.’ Ahora, yo les he
reunido a todos vosotros, mis hijos, y sé que tú eres mi pri-
mogénito, y ése es el que está muriendo en todas aquellas
casas, pero aquí está la sangre y eso fue según ASÍ DICE
EL SEÑOR. Por eso te digo, hijo mío, reposa, hijo mío,
reposa con seguridad porque Dios ha hecho la promesa.”
53. “Pero papá, ¿por qué tienes los zapatos puestos? ¿Por
qué tienes la vara en la mano? ¿Por qué tienes el pan en
una mano y el cordero en la otra? ¿Para qué son esas hier-
106 Rev. William Marrion Branham
bas amargas? ¿Por qué las estás comiendo? ¿Por qué estás
sudando?”
54. “Hijo, la muerte está a punto de caer.”
55. ¿Ven Uds.? Esto fue en un tiempo de desesperación.
Ahora yo creo que los días en que estamos viviendo de-
bieran hacer que la Iglesia entre completamente en deses-
peración. Yo creo que desde que fue predicado el Mensaje
de esta mañana, el cual vino de Dios, no de mí mismo;
yo creo que eso debiera haber hecho que la congregación
completa entrara en desesperación. ¡Ya hemos jugado de-
masiado! Ya hemos asistido a la iglesia por demasiado
tiempo. Ahora tenemos que hacer algo. ¿Cómo es que po-
demos ver las señales y maravillas obradas en otros, y qué
de nosotros? Debiera causar un estado de desesperación
para que nosotros tomemos una actitud de determinación
delante de Dios. Las señales de Su venida debieran sa-
cudir a esta congregación completamente, ya que hemos
leído todas estas cosas de la misma Palabra. El Espíritu
Santo nos ha dicho, por ejemplo: “Ve a tal lugar, y tal y
cual cosa sucederá.” No nos diría cuál sería la cosa, pero
sucedería. Vamos a tal lugar y sucede exactamente de esa
manera. Los periódicos lo anuncian, las revistas lo publi-
can y hasta muestran la fotografía. Luego regresamos aquí
y vemos aquellos misterios tan extraordinarios que esta-
ban escondidos en la Biblia, los cuales son abiertos en un
campo nuevo que ni siquiera sabíamos que existía. Y todo
armoniza perfectamente con la venida del Señor Jesucris-
to.
56. Luego a la conclusión de cada mensaje vemos la obra
del Espíritu Santo; lo vemos bajando visible ante la gente,
y hasta hemos tomado fotografías de Él. Hemos visto esto
obrando, mostrando que no es obra de hombre; no es so-
Desesperación 107
lamente algún predicador, no es cierta congregación, pero
es el Espíritu Santo mostrando la misma cosa que mostró
cuando moraba en el Cuerpo del Señor Jesucristo. Ahora
está morando en el Cuerpo de Su Novia. Esto nos debiera
llevar a la desesperación.
57. Toda esa gente vio la mano de Dios. En esa noche de
la Comunión, ellos lo tomaron en desesperación porque
sabían que algo estaba por suceder. Y nosotros también
sabemos que algo está por suceder. Recuerden, La veni-
da del Señor será una salida súbita y secreta. Él vendrá
como ladrón en la noche y se llevará a Su Novia. Y el sólo
pensar que alguien desaparezca de repente, hasta podrían
ser algunos miembros de nuestra propia familia y nosotros
nos hayamos quedado atrás; eso nos debiera llevar a la
desesperación, para que por la gracia de Dios no seamos
dejados atrás. Si hay algo que no quiero… no me dejes,
Señor. Hace pocos días estaba escuchando a Mel Johnson
entonar este himno:
Acuérdate de mí cuando las lágrimas caigan. (Sí.)
Acuérdate de mí cuándo no se hallen los amigos.
Cuando pase este río del Jordán,
Y cuando Tú estés pasando la lista, acuérdate de mí.
58. Y allá en el Libro de la Vida del Cordero, quiero que
aparezca mi nombre. Quiero que se acuerde de mí cuando
sea pasada la lista. Esto me pone a mí en desesperación,
como dijo Pablo “No sea que, habiendo predicado a otros,
yo mismo venga a ser reprobado.” Eso puede suceder. Por
eso desespero, al pensar que después de predicar todos
estos años, ¿podría llegar el momento en que le podría
fallar a Él? ¿Cuál es el siguiente paso? ¿Qué debo hacer
108 Rev. William Marrion Branham
ahora? Y eso me pone en un estado nervioso en cuanto a
qué puedo hacer. Corro a los montes y a los valles. Eso
es duro, porque cuando estoy con la gente, tengo que ser
todo a todo hombre para que de alguna manera pueda ga-
nar a algunos para Cristo, pero con la Señal siempre por
delante. Y luego veo cosas que se aproximan, pero no pue-
do manifestarlas a la gente. Veo distintas cosas y no me
es permitido decirlas. Luego llegan las visiones por las
cuales habrán estado esperando, estarían tan acongojados
si se las digo. Y uno sabe que no debe declarárselas.
59. Luego uno continúa hasta tal punto en las visiones,
hasta que todo parece ser una visión, y uno cae en un es-
tado de nerviosismo. Uno mira y se pregunta: “¿Estaré en
una visión?” Como por ejemplo aquí en esta noche, ¿estoy
en una visión? ¿A dónde estoy verdaderamente parado?
Uno se fatiga demasiado; luego veo cosas acerca de al-
gunas personas que quisiera mejor no saberlas. La gente
que anhela saber estas cosas, no conocen lo que verdade-
ramente les costaría este tipo de ministerio. Ud. no conoce
lo que lo acompaña. Esto me pone en desesperación.
60. “¡Señor, Dios, sé que tendremos que rendir cuenta!”
El Hermano Jack Moore me dijo en una ocasión: “¡Cómo
doy gracias a Dios que no tengo que dar cuenta como lo
tendrá que hacer Ud. allá en el día del Juicio! Dios ha
puesto estas personas en sus manos y Ud. tendrá que dar
cuenta por cada una de ellas. Ud. tendrá que dar cuenta
de su ministerio.” Eso ya hace como quince o quizás die-
ciocho años. Y desde entonces yo he estado en desespe-
ración. ¿Qué haré? Permíteme decir solamente lo que Tú
digas, oh Señor.
61. ¡Permíteme decirles la pura verdad o no decir nada!
Esto me pone en desesperación.
Desesperación 109
62. Luego al ver cumplidas estas señales, como cuando el
Espíritu Santo nos llevó a Arizona y nos reveló estos Se-
llos y luego predicarlos; y también las Edades de la Igle-
sia, las cuales predicamos; y cuando finalizábamos bajó
sobre la pared la Columna de Fuego y se manifestó. Luego
en los Siete Sellos bajó y reveló esto aquí y apareció en el
periódico y en las revistas. Luego entró y tomó los siete
Ángeles de Dios, los siete Ángeles con los siete Mensajes
y lo confirmó exactamente como dice la Biblia. Y durante
este tiempo nos ha traído las señales, destellos del tiem-
po del fin y lo ha traído a la gente y les ha dicho lo que
es; el Señor obrando allí mismo declarando estar presente.
Luego llegar a una culminación como hoy en la mañana y
demandar la Señal sobre cada persona.
63. Ahora, Uds. son mi gente, ustedes son los que amo; a
Uds. y a los que están escuchando la cinta también. Ahora
pueden ver en qué estado de desesperación me pone a mí.
64. Desesperación. Las señales de Su venida debieran sa-
cudir a todo miembro del Cuerpo de Cristo y llevarlo aho-
ra mismo a una gran desesperación en cuanto a nuestra
alma y nuestro bienestar de aquí en adelante. Pues ¿qué
nos aprovechará si ganamos al mundo entero? ¿Con qué
fin estamos viviendo? ¿Con qué fin está trabajando? ¿Por
qué come? ¿Por qué se esfuerza? ¡Para vivir! ¿Y para qué
vive? Para morir. Y ninguno es digno de vivir hasta que no
esté dispuesto a morir. Eso es correcto.
65. Y nosotros vemos tantas sanidades maravillosas que
debieran llevarnos a la desesperación. Si ese niñito... ¿Es
Ud. la hermana Peckenpaugh? ¿Es Ud. la hermana que
trajo aquel niño? Pues aquí mismo está la hermana de
quien estaba hablando. Acabo de mirar hacia el lado y la
vi.
110 Rev. William Marrion Branham
66. Ahora, si Dios puede hacer eso por aquel niño, ¡como
debiéramos entrar en desesperación!
67. Un hombre de New Albany, quizás está aquí en esta
noche, es un buen amigo de mi hermano Roberson. Él tra-
jo un niño aquí y creo que su esposa tuvo cáncer en una
ocasión y fue sanada, y ahora el niño tiene asma y está
muy grave, y él mismo casi tuvo cáncer en la garganta.
Bueno, trajo al niño (sí, allá atrás está). Oramos por él hoy
en la mañana. Es que estaba en desesperación. Cuando la
esposa estaba para morir con el cáncer, él sabía que Dios
la podía sanar. Y si Dios pudo sanar a su esposa, también
puede sanar al hijo. Eso lo pone a uno en desesperación.
Uno tiene que venir. Y cuando uno esté verdaderamen-
te desesperado, Dios le escuchará; pero si Ud. llega de
una manera perezosa ante Dios y no le importa mucho si
le escucha o no, entonces eso es distinto. Ud. dice: “qué
importa;” pero se necesita desesperación para obtener la
respuesta.
68. Yo creo que la razón por la cual no desesperamos es
porque hay gran escasez del amor –del amor de Dios. Yo
pienso que el amor de Dios produce la desesperación. Si
Dios mora en Ud., la Señal morando en Ud., y Ud. ve las
condiciones del tiempo y la gente ahogándose en el peca-
do, la manera como son eso lo llevará a la desesperación.
Yo creo que así sucederá.
69. Ahora, la Palabra nos dice claramente en Gálatas 5:6
que “la fe obra por el amor.” Y la única manera de Ud.
tener fe, es teniendo primero el amor, porque la verdad es
que fe es un incentivo del amor. Incentivo, eso es exacta-
mente lo que es la fe. Es un incentivo para amar. Y si Ud.
no tiene amor, no puede tener fe. ¿Cómo puede Ud. tener
fe en su esposa si no la ama? Y eso es apenas en el sen-
Desesperación 111
tido de amor Phileo. Ahora, ¿qué tal con el amor Ágape
(amor de Dios)? ¿Cómo puede entonces ser si Ud. no ama
a Dios? Si Ud. dice que ama a su esposa y nunca le dice
nada; si nunca se sientan juntos y Ud. no la acaricia ni lo
expresa a ella, y no la besa y no la toma en sus brazos, ni
le dice que es la mejor cocinera en todo el país, y tantas
cosas más que podría decirle, cuán bella es, cuánto le ama,
etc. Si Ud. no hace estas cosas, ella nunca lo sabrá. Esa es
la manera. Si usted la ama, usted lo expresa. Es igual con
Dios. Si le amamos, se lo expresaremos. Nos sentaremos
y le adoraremos y le rendiremos culto. El amor nos impul-
sará a eso.
70. Ahora, ¿qué tal si Ud. tiene algo que hacer por su es-
posa? Pues, Ud. desesperaría por hacerlo. ¿Cómo reac-
cionaría Ud. si algún médico le dice que su esposa tiene
cáncer o tuberculosis y está a punto de morir? Ud. haría
cualquier cosa, porque eso lo llevaría a la desesperación.
Así mismo sucede con esto. Tenemos que tener amor an-
tes de tener fe. Cuando tenemos amor genuino, ¿qué hace
el amor genuino? Lanzará nuestra fe al frente de la batalla
para Dios. El amor genuino hacia Dios, hacia Su Palabra
y hacia Su pueblo, pondrá la fe en acción. El amor tomará
la fe y... “y ven, vamos.” Marchará, porque así funciona el
amor.
71. Juan 14:23 dice: “Respondió Jesús y díjole: El que me
ama, mi palabra guardará.” Ahora, ninguno podrá guardar
Su Palabra sin tener fe en lo que Él dice; por lo cual si
Ud. ama a Dios, entonces guardará Su Palabra. Si Dios
dice: “Yo soy el Señor, tu sanador,” Ud. lo creerá porque
el amor le impulsa a creerlo, porque el amor lo domina
todo. “Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no
tengo amor, entonces no soy nada. Aunque tuviera toda la
112 Rev. William Marrion Branham
fe para mover los montes y no tengo amor, no soy nada.”
El amor lo domina todo porque Dios es amor. Él es un
Dios de amor. Ahora, ¡sí señor! Jesús dijo: “El que me
ama, mi Palabra guardará.”
72. Y nosotros sabemos que es cierto que Dios escucha al
alma desesperada. Todos sabemos eso, pero por lo gene-
ral, necesitamos algo que nos lleve a esa desesperación, se
necesita algo.
73. Hallamos en Santiago 5:16 que la Palabra dice: “La
oración del justo, obrando eficazmente (eso es en deses-
peración) la oración del justo, obrando eficazmente, pue-
de mucho.” Cuando un hombre justo, un hombre bueno,
entra en angustia, o sea anda en el Espíritu (cualquiera de
las dos expresiones son buenas, pero creo que “andar” es
mejor); cuando esa alma entra en desesperación, en an-
gustia, en ruego, obrando en oración eficazmente, alguien
que puede mostrar la Señal, eso obrará algo.
74. Y notemos otra cosa en el mismo versículo de San-
tiago 5:16, dice: “Confesaos vuestras faltas,” o sea, co-
rrigiendo todo y preparándose. “Confesaos vuestras faltas
unos a otros.” No debe haber faltas; debemos pedir que los
demás oren por nosotros. “Confesaos vuestras faltas unos
a otros y rogad los unos por los otros.” Ahí lo tiene. Y
esto se hace con amor, porque el amor significa que “tengo
confianza en ti hasta el punto de confesarte mis faltas; y tú
también puedes confesarme tus faltas. Yo te amo tanto que
oro por ti y tú oras por mí, entonces nos quedaremos así
con la oración eficaz hasta obtener la respuesta.” Eso es
desesperación y es lo que debemos tener todo el tiempo.
75. Vamos a ver algunos ejemplos registrados en las Escri-
turas. Tomaremos otros quince minutos, Dios mediante.
Jacob fue un hombre que en el principio no tenía cuidado
Desesperación 113
de nada. Él llegó a pensar en su propia mente que la pri-
mogenitura significaba todo para él. A él no le importaba
cómo tenía que obrar para obtenerla, la cosa era obtener-
la. Cuando la obtuvo, él pensaba que todo estaba bien,
que todo estaba resuelto porque la tenía. Él recibió a su
hermano cuando éste regresaba con mucha hambre del
campo, donde había estado trabajando con el ganado y
cazando venados. Jacob tenía preparado un potaje (una
preparación de lentejas y otras cosas), el cual era de mu-
cha tentación para un hombre hambriento, sobre todo si
había caminado todo el día. Esaú le dijo: “Estoy a punto
de desmayar, dame de esa comida.”
76. Entonces Jacob le respondió: “Muy bien, te daré de
ella si me juras que me darás la primogenitura.” A él no le
importaba la manera de obtenerla, la cosa era obtenerla,
porque él pensó que al obtener la primogenitura, todo lo
demás estaría bien.
77. ¡PENTECOSTALES, ALLÍ FUE DONDE UDS. FA-
LLARON! Pensaron que porque habían nacido del Espíri-
tu, nacidos del espíritu de Dios, la primogenitura, ya todo
estaba bien. Pero allí es donde todo comienza. ¿Se acuer-
dan del Mensaje titulado: “Escuchadle”? Allí vimos como
un hijo, después de nacer en la familia, es cuando llegaba
a ser reconocido como un hijo. Tenía todos los derechos a
la primogenitura, pero tenía que ser disciplinado y proba-
do. Si no probaba ser un hijo obediente a la voluntad del
padre, entonces no llegaba a ser heredero. No heredaba
nada aunque fuese un hijo, si no se interesaba por la obra
de su padre.
78. Cuando el Espíritu Santo cayó sobre la gente pente-
costal y los dones y demás cosas comenzaron a ser restau-
radas en la Iglesia, pensaron que porque habían nacido del
114 Rev. William Marrion Branham
Espíritu, eso era el fin de todo. Pero hay que ver esto: Hay
la manifestación del hijo. Después que el hijo probaba ser
un verdadero hijo, era llevado a un lugar público donde le
cambiaban el manto y hacían la ceremonia de la manifes-
tación como hijo; y de allí en adelante él era heredero de
todo lo que poseía el padre.
79. Dios hizo lo mismo con Su Hijo en el Monte de la
Transfiguración. Una nube le cubrió y Él fue transfigura-
do y Su vestidura brilló como el sol y una Voz dijo: “Este
es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento, a Él
oíd. Moisés y la ley han fallado, pero este es Él.” Allí fue
manifestado.
80. Ahora, Jacob pensó que teniendo la primogenitura
todo lo demás sería fácil. Igualmente pensó la gente pente-
costal, los cuales comenzaron a organizarse. “La Unidad”,
“Trinitarios” y toda clase de organizaciones. Comenzaron
a pelear entre ellos mismos, probando así que no tenían
en ellos la manifestación de la Señal. Había malicia, envi-
dias, peleas, etc.; pero hasta allí les llegó. Ahora vean, Ja-
cob pensó igual, pero cierta noche, temiendo por su propia
vida, la desesperación le tomó. Pues él se pensó que, “más
allá al otro lado del río, mi hermano está esperando para
matarme.” Vean, que la primogenitura que había obteni-
do, era precisamente lo que causaría su muerte. El mismo
Espíritu Santo que Ud. dice haber recibido, si Ud. no vela,
será Quien le condenará allá en el fin. Correcto. Las mis-
mas aguas que salvaron a Noé, fueron las que condenaron
al mundo. Lo que posiblemente Ud. esté juzgando como
“fanatismo,” puede ser la mera cosa que lo condene allá al
final del camino.
81. Ahora, Jacob sabía que estaba aproximándose al final
de su vida. A él llegó un mensajero diciéndole que su her-
Desesperación 115
mano venía en busca suya con cuatrocientos hombres ar-
mados; entonces sabiendo esto el temor le tomó. Él envió
hombres con corderos, bueyes y ganado, al encuentro de
su hermano, como para hacer un pacto de paz con Esaú.
Después envió otros tantos hombres con más presentes, y
aun envió a un tercer grupo para encontrar a su hermano
en el camino, tratando de apaciguar su ira. Luego pen-
só: “Eso nunca lo detendrá porque él seguramente tiene
mucho más riquezas que yo. Él no necesita esas cosas.”
Entonces tomó a sus esposas y a sus hijos y los envió al
encuentro de su hermano, pensando que seguramente al
ver Esaú a sus esposas y a sus hijos (que eran sus pro-
pios sobrinos y sobrinas), entonces no los mataría. Pero
todavía... Él no podía. ¡Es que Dios sabe cómo lidiar con
un hombre! Jacob cruzó el río, y allí se arrodilló. Ahora
ustedes saben que él había sido un engañador y él era un
Jacob. “Jacob” significa engañador, y eso es lo que él era.
Pero algo tenía que suceder con él. Allí entró en desespe-
ración, ¡ALLÍ, CUANDO ESTABA ENCARANDO LA
MUERTE...! Pueden haber hombres y mujeres sentados
aquí en esta noche, a quienes la muerte esté acercándo-
seles y la única manera por la cual podrán lograr lo que
desean, es viniendo en desesperación, clamando: “¡Tengo
que obtenerlo en esta misma noche! Lo recibo ahora o ya
no tendré esperanza. Mañana será demasiado tarde. ¡Ten-
go que recibirlo ahora mismo!”
82. Cuando Ud. ora por el Bautismo del Espíritu Santo,
la Señal, no vaya a decir: “Bueno, voy a ir allá al frente a
ver qué pasa.” “Señor, este... bueno... pues, estoy tan can-
sado.” ¡Qué cosa! ¡Es mejor que se quede en su asiento,
ni siquiera intente venir así. Si Ud. viene con esta actitud:
“Bueno, voy a pasar por la línea de oración para que me
116 Rev. William Marrion Branham
pongan aceite en la frente, pueda ser que eso me ayude
un poco.” ¡Sería mucho mejor que se quedara sentado allí
donde está HASTA QUE LLEGUE AL LUGAR... HAS-
TA QUE LA IGLESIA COMPLETA LLEGUE A LA PO-
SICIÓN DE ESTAR ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE,
DONDE TIENEN QUE OBTENERLO AHORA MISMO
O PERECER! Entonces Dios llegará a la escena. Se nece-
sita la desesperación para traer a DIOS a la escena.
83. Jacob lloró como nunca y clamó desesperadamen-
te hasta conseguir audiencia con Dios; y cuando por fin
tuvo éxito, luchó durante toda la noche, no fue solamente
por quince minutos, hasta retenerlo en su alma. Y aun con
todo eso, todavía sabía que no tenía la bendición, pero le
fue posible anclarse firme hasta que llegó la bendición. Él
luchó desesperadamente hasta que le llegó la bendición.
Luego cuando Dios llegó a la escena, Jacob clamó en des-
esperación: “¡No te dejaré!” ‘Cuando comenzó a sentir
que la bendición bajaba, no hizo como muchos hacen hoy,
que dicen: “¡Gloria a Dios! Ya lo he recibido.” Allí es don-
de son engañados.
84. Alguien me dijo no hace mucho: “Hermano Branham,
me siento muy bien; fui a orar y algo como un escalofrío
me sacudió.” Bien, eso pudo haber sido Dios. Otro dijo:
“Yo vi una gran luz delante de mí.” Eso también pudo ha-
ber sido Dios, pero no es acerca de eso que estoy hablán-
doles.
85. La Biblia dice en Hebreos capitulo 6: “La lluvia cae
igualmente sobre los justos y los injustos.” Ahora tomen
el trigo y tomen la cizaña y pónganlos en el campo. La
lluvia viene para el trigo, pero así como cae sobre el trigo,
igualmente cae sobre la cizaña, y la cizaña estará tan agra-
decida como lo estará el trigo; pero es la MISMA LLU-
Desesperación 117
VIA. El mismo Espíritu Santo puede caer sobre un incré-
dulo y hacerlo actuar de la misma manera como actuaría
un creyente, pero por sus frutos son conocidos. De eso
estoy hablando. Esa es la Señal.
86. Ahora, Jacob en desesperación, dijo: “Te he tocado y
sé que estás aquí conmigo, pero no te dejaré ir.” Alguno
lo ve, y está bien, y a la primera sensación dan un salto y
se ponen a correr por los pasillos, diciendo: “Lo tengo,
lo tengo, lo tengo.” Oh no, oh no, no. Jacob permaneció
hasta que algo pasó que lo hizo caminar diferente, lo hizo
una persona diferente, porque se quedó hasta que eso pasó
y él pudo… Y la Biblia nos dice que se mantuvo allí has-
ta que venció. Ahora ¿cómo puede un hombre vencer a
Dios? ¡Pero sí es posible para Ud.! Usted lo puede hacer.
Un hombre puede prevalecer sobre Dios.
87. En una ocasión hubo un hombre llamado Ezequías a
quien el profeta de Dios le había dicho: “Así dice el Señor,
tú vas a morir.” Ezequías entonces volvió su rostro hacia
la pared y en desesperación clamó: “¡Señor, considérame!
Yo he andado delante de ti con corazón perfecto, y nece-
sito aun otros quince años.” Eso aconteció después que
Dios le dijo que algo iba a suceder; que iba a morir. Y él,
en desesperación, cambió lo que Dios dijo que haría. En
desesperación lloró amargamente.
88. Jacob se mantuvo firme hasta que le llegó la bendición,
hasta que le fue cambiado su nombre de “un engañador”
a “un príncipe con Dios,” y hasta una nación fue llamada
por su nombre. Sí señor. ¿Por qué sucedió así? Porque
él entró en desesperación. Y al siguiente día cuando se
encontró con Esaú, ya no tenía necesidad de ningún sol-
dado o ayudante. Salió tranquilo a su encuentro. ¿Por qué
sucedió así? Porque desesperó hasta que obtuvo la segu-
118 Rev. William Marrion Branham
ridad. Ahora, manténgase Ud. en desesperación hasta que
obtenga esa seguridad; si no tiene esa actitud, entonces no
venga a pedir la oración; ni tampoco venga al altar. Es-
pérese hasta que sea cuestión de vida o muerte, entonces
algo sucederá. Cierto, en desesperación.
89. Ruth también desesperó en aquella ocasión cuando
estando al lado de Noemí, fue puesta en la disyuntiva de
volver a su pueblo, a todo lo que amaba, a todo lo que ado-
raba, a sus dioses y a su pueblo, o quedarse con Noemí.
¿Qué debía hacer? Entonces se encontró en desesperación
y clamó: “Donde tú vayas, yo iré contigo, donde tú vivas,
yo viviré; donde tú mueras, yo moriré; donde tú seas se-
pultada, allí también seré yo sepultada. Y tu Dios será mi
Dios.” ¡Allí está la cosa! Ella desesperó y Dios la bendijo
y le dio un hijo que se llamó Obed. Luego Obed engendró
a Isaí, y por medio de Isaí vino Jesús. Todo esto sucedió
por causa de la desesperación de ella.
90. Aquella ramera llamada Rahab también se encontró en
desesperación. Ella sabía que la muerte estaba a la puerta
y que ella se encontraba bajo el juicio. Luego en su deses-
peración dijo: “Bien, Uds. son espías, pero yo los escon-
deré, yo haré cualquier cosa, si tan sólo me prometen por
su Dios que mi casa permanecerá.”
91. Ellos le respondieron: “Muy bien, si tomas esta señal,
así será.”
92. Eliezer también se encontró en desesperación cuando
le fue encomendada la responsabilidad de hallar una no-
via para Isaac. Eliezer de Damasco fue un gran hombre y
había hallado gracia con Abraham, el cual también le tenía
suficiente confianza para enviarlo en busca de una esposa,
una esposa idónea y justa, para su hijo Isaac por medio
del cual iba a venir Cristo. Y Eliezer siendo un hombre
Desesperación 119
espiritual sabía lo que esto significaba. Él sabía que una
mujer justa e idónea tenía que ser la esposa de este hom-
bre. Y ahora, ¿cómo la iba a escoger? En aquel momento
de su desesperación cuando llegó a la ciudad, él oró y dijo:
“¡Señor y Dios...!” Así es, cuando Ud. llegue a la desespe-
ración, póngase a orar. Dijo: “¡Señor y Dios, permite que
la primera joven que llegue y le dé de beber al camello y
también a mí, esa sea la que busco.” Él oró en aquel mo-
mento de desesperación.
93. Luego Rebeca, aquella bella joven, llegó y le dio de
beber al camello. Eliezer dijo después: “No detengas mi
viaje.” Ella pues, tenía que tomar una decisión: Irse o que-
darse. Ella fue un tipo de la Novia. ¿Se casaría con un
hombre que nunca había visto? Ahora, eso es algo muy
tremendo. Nunca lo había visto y apenas había oído de él
por medio de su siervo. Ella fue un tipo de la Novia. Uds.
nunca han visto a Cristo, pero escuchan por medio de Sus
siervos como es Él. Venden todo lo que tienen, dejan las
casas y todo lo demás que sea necesario para ir a encon-
trarlo. Y fíjense bien como ella toma esta decisión, siendo
un tipo de la Novia. Dejó su hogar denominacional para ir
a encontrarse con Isaac.
94. Jonás fue echado al mar en el tiempo de una gran tor-
menta y allá se encontraba en lo profundo de la mar y en el
vientre de una ballena. ¡Todas las esperanzas de salvación
se le habían acabado! Pero recordó que cuando Salomón
estaba dedicando el Templo, dijo: “Señor, si alguno llega-
re a estar afligido en cualquier sitio y llegare a mirar hacia
este lugar y orare, escúchale.” Y allá en el vientre de esa
ballena, me imagino que se esforzó por arrodillarse; y él
estaba revolcándose en el vómito de la ballena, y allí oró
en desesperación. Y en esa condición desesperada apenas
120 Rev. William Marrion Branham
contaba con unos pocos respiros de oxígeno en el vientre
de aquel pez, pero con esos pocos respiros, quizás ni sa-
biendo como orientarse, dijo: “Señor, creo que estoy mi-
rando hacia Tu Templo.” Y en aquella desesperación y con
esa escasez de oxígeno, él oró bajo esas circunstancias.
Eso era algo que nunca se había hecho antes, pero él es-
taba desesperado. Él oró y Dios lo mantuvo vivo por tres
días con sus noches, y lo libertó en el preciso lugar donde
tenía que dar su mensaje. Eso fue en desesperación.
95. Anna fue una mujer estéril en la Biblia, la cual an-
helaba tener un hijo. Ella comenzó a ayunar para recibir
su petición, oró y ayunó hasta tal punto que el sacerdote
del templo creyó que estaba borracha. Ella estaba en ese
estado de desesperación. Mientras que las demás muje-
res se preocupaban por la clase de vestido que usaba su
vecina (Uds. saben como es) y hablaban de las cosas que
sucedían allá en la casa, Anna se comportaba diferente;
pues ella estaba en gran desesperación. Ella pasó por en
medio de todas y caminó directamente al altar. Ella había
estado en ayuno y anhelaba le fuese quitado su reproche.
¡Qué distinto sucede hoy día! Hoy casi es un reproche te-
ner un hijo; pero en aquel entonces el reproche consis-
tía en no tener hijos. Y ella se arrodilló y no se preocupó
por la belleza del Templo, ni del sacerdote tan distinguido
que ministraba. Ella estaba muy agobiada, con lágrimas
abundantes bañándole su cara, y estaba CLAMANDO EN
DESESPERACIÓN: “¡Oh Jehová, Dios, dame un hijo!
¡Dame un hijo!”
96. Y noten que ella no era egoísta. Cuando Dios la oyó
y le dio respuesta a su oración, y le dio el hijo, ella se lo
devolvió a Dios. Y por no ser egoísta, por tener esa buena
disposición, Dios le concedió no solamente la respuesta
Desesperación 121
que ella tanto anhelaba, sino que le dio un profeta. Esa fue
una bendición añadida. Nuestro Dios tiene tales bendicio-
nes en abundancia; esas cosas que nos da como añadidu-
ras. No sólo le dio un hijo, sino también un profeta. Y no
había habido visión manifiesta por muchos años en Israel.
Samuel fue el primer profeta que tuvo Israel después de un
lapso de muchos años, y fue por causa de la desesperación
de una madre, quien no le había sido posible tener hijos,
quizás porque estaba en una edad muy avanzada para te-
ner hijos (quizás tenía los sesenta o aun los setenta años),
no obstante ella oró desesperadamente porque QUERÍA
TENER ESTE HIJO. ¿Por qué fue así? Sin duda que Dios
le había hablado.
97. Ud. no entrará en desesperación hasta que Dios no le
hable.
98. ¡Oh, Iglesia! ¡Despiértense y sacúdanse! ¡Pellízquen-
se la conciencia y despierten en esta hora! ¡Tenemos que
entrar en desesperación o perecemos! ¡Algo viene de par-
te de Dios! Yo sé que es ASÍ DICE EL SEÑOR. ALGO
ESTÁ EN CAMINO, POR LO TANTO NOS CONVIE-
NE DESESPERAR. Es asunto de vida o muerte; y si nos
descuidamos, pasará y no lo veremos. Porque ella no fue
egoísta, le fue dado un profeta.
99. La mujer Sunamita tenía un hijo que había venido por
la Palabra que el profeta había hablado sobre ella; y aun-
que era una anciana, así como también su marido, no ha-
bían tenido hijos. Ella había sido muy benigna con este
profeta. Ella sabía que el profeta era un varón de Dios, y
percibía que era un hombre honorable, un hombre genui-
no. Él entraba a su casa aun cuando no estaba su esposo,
y se conducía como un hombre santo. Ella lo había visto
obrar señales y maravillas y había escuchado acerca de
122 Rev. William Marrion Branham
las cosas que habían sucedido con él. Él era un hombre
honorable y santo. Ella le dijo a su marido: “Yo veo que
este hombre que ha llegado aquí a nosotros es un hombre
santo.” Ella como ama de casa sabía que él era un hombre
santo. Por eso ella le edificó una casita aparte para que
él no se sintiera apenado. De esa manera él podía llegar
cuando deseaba y no molestaba a nadie. Le puso allí una
cama y una jarra con agua y demás cosas para que pudiera
lavarse y también agua para tomar. Probablemente man-
daba a la criada o al mozo con el alimento y lo visitaba
durante el día o algo así. Viendo Eliseo que esta mujer
le brindaba tantos favores (y está escrito: “por cuanto lo
hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo
hicisteis”), y que ella honraba a Dios al honrar al profeta,
pues ella veía a Dios en el profeta. Ella no quería ninguna
recompensa. No tenía en su corazón el deseo de ningu-
na retribución. Ella hacía esto solamente porque amaba
a Dios; no lo hizo para alcanzar alguna bendición, sino
simplemente lo hizo porque amaba a Dios.
100. Ahora, Eliseo le dijo a su siervo Giezi: “Ve, pregúntale
si desea que hable con el rey acerca de ella, porque soy
un amigo íntimo del rey. O quizás con el capitán superior
a quien también conozco. ¿Habrá algo que pueda hacer
por ella? Quiero retribuirle algo por la bondad que me ha
brindado. Ella me ha alimentado, me permite descansar y
nos ha sido bondadosa. Ahora ¿qué puedo hacer por ella?”
101. Ella respondió: “No. Yo simplemente habito en medio
de mi pueblo. Nosotros tenemos todo lo necesario para
vivir y no necesitamos nada.”
102. Entonces Giezi le dijo a Eliseo: “Ella no tiene hijos.”
Al terminar Giezi de pronunciar esas palabras, no cabe
duda que el profeta vio una visión, pues dijo: “ASÍ DICE
Desesperación 123
EL SEÑOR, anda y dile que en el tiempo determinado,
como a un año de esta fecha, ella abrazará a un hijo.”
103. Nació pues el hijo. Cuando tuvo como unos doce
años...
104. ¡Imagínense cómo amarían estos ancianos a este hijo,
su único hijo! Cierto día, durante la temporada de la cose-
cha del trigo, estando el hijo con su papá, y seguramente
alrededor del mediodía, me supongo que el sol le afectó
demasiado, porque comenzó a clamar: “Mi cabeza, mi ca-
beza.” Y se enfermó tanto que su papá lo llevó a un lado;
pero fue tal la emergencia que lo mandó con un siervo a
la casa. La madre lo cargó sobre las rodillas hasta el me-
diodía, pero luego murió. Noten: Este era su único hijo, el
cual le había sido dado por Dios mediante la oración y la
Palabra de un profeta con el ASÍ DICE EL SEÑOR. Ella
sabía que algo andaba mal. ¿Cómo fue que Dios le dio ese
hijo y permitió que ella lo amara tanto, y aún siendo que
ella ni lo había pedido...? Además estaba demasiada an-
ciana para tener un hijo. Tuvo que ser la mano de Dios que
lo produjo. Un profeta lo habló. Ahora se hallaba con este
problema tan grave, su único hijo había muerto. Entonces
le dijo al mozo: “Prepárame un asno y camina y no te de-
tengas por nada. Si alguno te estorba en el camino, no le
hagas caso; dirígete directamente al Monte Carmelo. Allá
en una cueva muy escondida está el siervo del Dios Altí-
simo, el que me dijo: ‘ASÍ DICE EL SEÑOR, tú tendrás
un hijo.’ Y ahora yo quiero saber por qué Dios ha hecho
esto.” Por eso le dijo: “Camina directamente y ni te preo-
cupes por revisar el asno, déjalo que corra a toda marcha
hasta llegar.” La desesperación había llegado.
105. El profeta Eliseo se levantó y miró y dijo: “Allá viene
la Sunamita y algo anda mal. Dios no me lo ha revelado;
124 Rev. William Marrion Branham
yo no sé qué pasará.” Le dijo al siervo: “Ve tú a recibir-
la, pero pronto. Algo anda mal.” Ahora, la desesperación
también había tomado al profeta. La mujer ya estaba des-
esperada.
106. ¿Ve Ud.? Los dos se estaban uniendo. Ella quería saber
qué era la Palabra del Señor, y el profeta no sabía cuál era
la Palabra del Señor. ¡Allí lo tienen! uno queriendo saber,
y él otro no lo sabía. La mujer quería saber, pero el profeta
no lo sabía. Dijo: “Dios no me ha revelado el motivo. Yo
no sé qué decirle cuando llegue.” Cuando casi había llega-
do y él levantó las manos y preguntó: “¿Tienes paz? ¿Y tu
marido y tu hijo?” La mujer había llegado al fin de su des-
esperación, porque dijo: “Todo está bien.” ¡Gloria! “Todo
está bien.” Su desesperación había terminado; ella había
hallado al siervo del Señor. Si él no hubiera estado allí,
todavía ella hubiera continuado en desesperación; pero la
cosa es que sí estaba, y por lo tanto dijo: “Todo está bien.”
Eliseo pensó: “¿Qué pasaría?” Ella corrió y cayó a sus
pies. Eso parecía un poco raro. El siervo trató de levantar-
la, pero Eliseo dijo “Déjala. No hagas eso. Algo está mal;
pero Dios no me ha revelado el motivo.”
107. Entonces ella le declaró que el niño había muerto. En-
tonces el profeta no sabía qué hacer. Dijo: “Giezi, toma
mi bordón, con el cual he caminado...” Él sabía que lo
que tocaba era bendecido porque no era él, sino Dios en
él. Eliseo sabía quién era; sabía que era profeta. Entonces
levantó su bordón y dijo: “Giezi, toma esto y anda y ponlo
sobre el niño, y si alguno te hablare, desespérate; no sa-
ludes a nadie, ni respondas nada; prosigue adelante y no
hables con nadie y pon esto sobre el niño.”
108. Pero esto no calmó la desesperación de la mujer. Con
esto no consideró satisfecho el motivo de su viaje. Ella
Desesperación 125
dijo: “Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré hasta
que vayas y ministres al niño.” Entonces Eliseo entró en
desesperación y se puso en camino junto con la mujer. Y
cuando llegaron, toda la casa y todo el patio estaba lleno
de familiares y vecinos llorando y clamando. Ahora, la
mujer había hecho lo mejor que se podía hacer, pues ha-
bía tomado al niño y lo había acostado en la cama donde
Eliseo descansaba. Eso era tan efectivo como el bordón, y
con todo eso el niño no había vuelto a la vida, por lo tanto,
ella sabía que el bordón no le iba a servir. Ella quería algo
distinto. El profeta entró, y ahora él se encontraba en des-
esperación. ¿Y qué podría hacer él? Hallamos en la Biblia
que él caminó de un lado al otro del cuarto, en desespera-
ción. Quizás diría: “Señor, no sé qué otra cosa hacer. Aquí
estoy. Tú me dijiste que le dijera a esa mujer: ASÍ DICE
EL SEÑOR; y sucedió exactamente como le dije, porque
Tú me lo ordenaste. Ahora se encuentra con este problema
tan grave, y yo no sé qué hacer. Aquí está el niño muerto.
Señor, ¿qué puedo hacer?
109. No hay duda que el Espíritu Santo le dijo: “Si Dios
mora en ti, acuéstate sobre el niño.”
110. Entonces él fue y puso sus manos sobre las manos del
niño, su nariz sobre la suya y asimismo su boca sobre la
suya y cuando se acostó sobre él, el niño estornudó siete
veces. La desesperación había llegado a su fin. El niño
volvió a la vida porque la desesperación condujo la madre
al profeta e igualmente condujo el profeta al niño. Y en la
desesperación trajeron a Dios a la escena. Con el amor a
Dios y a su pueblo, este amor impulsó la fe al frente de ba-
talla y así la obra fue consumada. El caso estaba cerrado.
¡Amén! Así funciona la desesperación. Cierto. Ella no lo
iba a dejar.
126 Rev. William Marrion Branham
111. El ciego Bartimeo pensó que Jesús lo pasaría por alto.
Él estaba sentado allí en la puerta, ciego y pedía limosnas;
de repente oyó un ruido: era que Jesús estaba pasando.
Él entonces preguntó: “¿Quién está pasando por aquí?”
Alguien lo apartó a un lado, pero él todavía siguió pregun-
tando: “Por favor, ¿quién está pasando por aquí?”
112. Entonces uno de ellos, quizás una hermana, una de las
creyentes, le preguntó: “Señor, ¿no sabe Ud. quién es el
que está pasando por aquí?”
113. Respondió: “No, pero he oído a algunos diciendo:
‘aquí tenemos un cementerio lleno de muertos, si tú le-
vantas los muertos, ven acá y levanta a éstos.’ ¿Es acaso
éste algún blasfemo?”
114. Ella dijo: “No. ¿Nunca ha oído Ud. acerca del Profe-
ta de Galilea, un joven llamado Jesús de Nazaret?” Dijo:
“No.”
115. “Bueno mire, Ud. sabe que en la Biblia, en nuestros
pergaminos, dice que el Hijo de David sería levantado
para sentarse sobre el trono. ¡Y éste es!”
116. Clamó entonces: “¿ÉSTE ES? ¿ÉSTE ES? ¿Y está pa-
sando por aquí?” Entonces la desesperación lo llevó a cla-
mar con toda su fuerza: ¡JESÚS, HIJO DE DAVID, TEN
MISERICORDIA DE MI!
No me pases, no me olvides, Tierno Salvador.
Otros gozan tus mercedes, Oye mi clamor.
117. Y continuó clamando: “¡Oh, Jesús!”
118. Algunos allí cerca le dijeron: “¡Cállate la boca! Estás
haciendo demasiada bulla.” Pero la cosa era que él esta-
ba desesperado; porque si perdía esta oportunidad, quizás
nunca tendría otra. Y quizás nosotros tampoco tengamos
Desesperación 127
otra oportunidad. Esta muy bien podría ser la última no-
che. Por eso en desesperación, él clamó: “¡OH, JESÚS!”
No le importó quién le dijo que se callara; él siguió cla-
mando igual y hasta más fuerte. Cuando le dijeron que se
callara la boca, eso fue como un estímulo para clamar más
fuerte todavía. ¡Él estaba en desesperación, y nadie lo po-
día detener! Decía: “¡Hijo de David, ten misericordia de
mí!” Y clamaba en desesperación.
119. Entonces el Hijo de Dios, cargando con los pecados
de todo el mundo sobre sus hombros, mientras camina-
ba hacia Jerusalén para ser ofrecido en ese mismo tiempo
como el sacrificio por todo el mundo, de repente se detu-
vo. Había una desesperación. Un clamor desesperado hizo
detener al Hijo de Dios. Entonces Él dijo: “¿Qué quieres
que te haga?”
120. Respondió: “¡Señor, que recobre mi vista!”
121. Le dijo simplemente: “Ve por tu camino, tu fe te ha
salvado.” Eso fue más que suficiente. Cuando la desespe-
ración está a punto de recibir algo, entonces el más míni-
mo contacto hace que la fe lo posea. Él no dijo: “Ahora
vamos a probar. Quédese un momentito por favor. Vamos
a probar si yo puedo ver. Yo no he visto mis manos por
muchos años, vamos a probar si las puedo ver. ¡Yo no veo
nada!”
122. Cuando Jesús dijo: “Tu fe te ha salvado;” eso fue sufi-
ciente. Él quería solamente eso. La desesperación deman-
da algo y cuando ese algo es recibido (no importando cuán
insignificante sea), entonces es creído en el acto, porque la
fe capta cuando la desesperación está presionando.
123. ¿Ve Ud.? Y el amor también se mezcla con eso y lo
trae a la realidad. La desesperación lo hace.
124. El ciego Bartimeo recibió la visión instantáneamente.
128 Rev. William Marrion Branham
125. Pedro estaba muy entusiasmado cierta noche mientras
estaba en el mar, pero de repente entró en desesperación y
comenzó a clamar: “Algo anda mal. Yo veo un fantasma
que camina hacia mí.” Ahora, el barco estaba a punto de
hundirse y él dijo: “Si Tú eres, Señor, entonces manda que
yo vaya hacia Ti caminando sobre el agua.” Y en seguida
se bajó del barco y comenzó a caminar, pero al dar los
primeros pasos, tuvo miedo y comenzó a hundirse, y en
desesperación... Procurando obedecer el mandamiento del
Señor, erró en su ejecución. ¡Ojalá ésta Iglesia capte eso!
El hombre estaba haciendo exactamente lo que Dios le
dijo que hiciera.
126. Ahora, si Ud. como Cristiano en esta noche, Ud. está
plenamente en la línea de su deber, tratando de seguir la
guianza del Espíritu Santo, pero de repente se enferma de
cáncer, o también puede ser de tuberculosis, o quizás sea
la muerte, o lo que sea, pero si esto sucede en la línea
del deber, Ud. tiene el mismo derecho de clamar como lo
tuvo Pedro. “¡Señor, sálvame o pereceré!” Él clamó en
desesperación y una Mano bajó y lo levantó. Y Uds. tienen
el mismo derecho. Pero él exclamó: “¡Sálvame Señor!”
Como dice otro himno:
Él oyó mi clamor desesperado.
Y de las aguas me sacó.
Ahora seguro estoy.
127. Así es cuando uno clama. Cuando una mujer, ya sea la
madre, la abuela o la tía, lo que sea, clama en desespera-
ción, Dios la oye.
128. Luego hallamos que al estar hundiéndose, Dios le oyó.
Él estaba hundiéndose en la línea del deber. Él falló. No
Desesperación 129
importa si Ud. falla; eso no tiene nada que ver; todos fa-
llamos. Somos una falla desde el comienzo. Pero tenemos
ahora a Uno parado cerca de nosotros, Quien con Su Mano
fuerte puede tomarnos y levantamos sobre el agua. Si Ud.
ha cometido un error, algún hombre cometió un error o
una mujer cometió un error, joven o señorita, ¡no se hun-
da! CLAME EN DESESPERACIÓN: “¡Señor, sálvame
o pereceré!” Póngase en desesperación y Dios le oirá. Él
siempre oye al alma desesperada. Esto es lo que estoy pro-
curando hacerles entender.
129. Nuestro amado Señor, Jesús mismo, estando allá en el
campo de la más grande batalla de todo el mundo, en el
Getsemaní, allí clamó en desesperación. ¿Debía tomar los
pecados del mundo o quedarse sobre la tierra con sus ama-
dos discípulos? ¿Qué hacer? Pero fíjense en la humildad;
Él se humilló diciendo: “No se haga mi voluntad, sino la
Tuya.” Se humilló a la Palabra prometida, al Dios de los
Cielos. Noten que luego se apartó un poquito más allá; y
si Él se apartó un poquito más allá, ¿cuánto más allá de-
beríamos nosotros apartarnos? Y noten que las Escrituras
dicen (en el Evangelio según San Lucas) que Él oró más
intensamente. Ahora hermano y hermana, si Jesús tuvo
que orar más intensamente, ¿cuánto más intenso tendre-
mos nosotros que orar? Si Cristo, el Dios del Cielo hecho
carne, tuvo que orar más intensamente, entonces ¿cuánto
más intensamente tendremos que orar nosotros que somos
pecadores salvados por Su gracia? Si esta decisión condu-
jo al Hijo de Dios a la desesperación; ¿qué hará para Ud.
y para mí? Debemos clamar desesperadamente.
130. Dios se ha manifestado en estos últimos días en tal
grado a nosotros por medio de Sus grandes señales y po-
der, que esto debiera ponernos en desesperación. Y Él está
130 Rev. William Marrion Branham
dispuesto a sanarnos y a salvarnos, lo cual debiera llevar-
nos a todos a la desesperación, hasta llegar a la Piedra de
Salud. Correcto.
131. Fíjense bien en esto: Uds. han visto la fotografía de
Florencia Nightingale, en uno de los libros, la cual es bis-
nieta de la Florencia Nightingale que fundó la Cruz Roja.
Ahora ella, la bisnieta, pesaba como veinticinco kilos por-
que el cáncer se la había comido. Ella estaba allá en Lon-
dres, Inglaterra. Le habían transportado desde el África y
allí estaba en Londres. ¡Ella estaba en desesperación! El
hermano Bosworth le había escrito diciéndole: “Nosotros
no podremos ir al África.”
132. Entonces ella respondió por medio de la enfermera y
dijo: “A mí no me pueden ni mover. No puedo hacerlo.” Y
Uds. han visto la fotografía. Tuvimos que ponerle un pe-
queño pedazo de papel porque pensé que alguien pudiese
criticarla si la poníamos así en el libro, su cuerpo estaba
tan expuesto, así que le pusimos una pequeña cosa por
aquí. Ella simplemente tenía una pequeña toalla colocada
a través de sus caderas, pero arriba no tenía nada. Así que
pensamos ponerle un pequeño pedazo de papel ahí, y to-
marle una foto a la fotografía. Mantiene a la gente que no
tiene la posición correcta en su modo de pensar, y a mí no
me criticarán por poner esa foto en el periódico.
133. El doctor dijo: “Ella no puede ser trasladada;” pero
ella supo que yo iba a estar en Inglaterra, entonces pidió
que aunque fuese en una camilla, la llevaran a un avión
y la transportaran a Londres, Inglaterra. Mandaron a un
guardia a nuestro encuentro en el avión, antes de que fué-
semos al Palacio de Buckingham, para que fuésemos a
orar por ella. Ella estaba tan grave que ni pudo hablarme.
Tuvieron que levantar su mano para ponerla en la mía.
Desesperación 131
134. Y algunos de Uds. que han estado en el ejército, saben
que Londres siempre está nublado. Yo me arrodillé cerca
de una ventana para orar. Y las lágrimas le estaban co-
rriendo por la cara; y es difícil pensar que de sus ojos pu-
diesen salir lágrimas. Ella era solamente huesos forrados
de piel; las piernas, en la parte más ancha, no tendrían más
que unos ocho centímetros de espesor; y las venas estaban
contraídas. Yo no me explico cómo podía estar viva. Y allí
tienen la fotografía posterior a la oración. Me arrodillé al
lado de la cama. Ahora, ella estaba en desesperación; y
fuese yo a Inglaterra o no, de todos modos la iban a traer a
Londres.
135. Y cuando llegué allí al hotel, mi corazón estaba tan
angustiado al ver a esa pequeña criatura tan gravemente
enferma, hasta el punto de la muerte, pero con tanta fe.
¡Oré con todo mi corazón! Y cuando comencé a orar, una
palomita vino y se posó en la ventana y caminó de un
lado al otro, arrullando, como hacen las palomas. Pensé
que era una mascota. Ahora, quizás no tendría ni una hora
completa en Londres, porque fuimos directamente del
aeropuerto al hotel; y pensaba que esta era una paloma
doméstica; pero cuándo dije: “Amén” y alcé la cabeza, la
paloma se fue. Y cuando iba a preguntar a los hermanos
si ellos habían escuchado a la paloma, ellos estaban ha-
blando precisamente de eso, y cuando abrí la boca para
hacer la pregunta, lo que salió de mi boca fueron estas
palabras: “ASÍ DICE EL SEÑOR, UD. VIVIRÁ Y NO
MORIRÁ.” Y hoy día está viviendo. ¿Por qué? Porque
hubo desesperación. ¡La desesperación forzó a esta mu-
jer a decidirse con firmeza: sea la vida o la muerte! Y la
desesperación arregló todo para que ella llegase a Londres
al mismo tiempo que llegaba yo, y como una señal, Dios
132 Rev. William Marrion Branham
envió a esa palomita para dar el ASÍ DICE EL SEÑOR.
Ella estaba en desesperación.
136. Otro ejemplo es la hermana Hattie Waldorop de
Phoenix, Arizona. Ella llegó a la primera campaña que tu-
vimos en esa ciudad y venía con la ayuda del médico y de
su esposo. Tenía cáncer en el corazón. Ella había decidido
venir al culto, pero estaba tan grave que ya no podía respi-
rar, la sangre estaba cayendo de nuevo al corazón. El cán-
cer le había comido parte del corazón. Imagínese: ¡cáncer
en el corazón! Ahora, han pasado como dieciséis años,
que eso sucedió, fue para el 1947. Ella le dijo al médico y
a su esposo: “Aun si yo muero estando ya en esa línea de
oración, de todos modos llévenme hasta la plataforma.”
Allí había desesperación. Ahora, ella quedó inconsciente.
Yo no creo que estaba muerta, sin embargo, ella dice que
murió, y bien pudo haber sido de esa manera (por si aca-
so ella llegue a escuchar esta cinta). Ella dice que estaba
muerta. Yo no sé. Me dijeron: “Hay una mujer muerta que
traen en la línea de oración.” Entonces cuando la mujer
llegó, no tenía vida. Y cuando la trajeron, la Palabra del
Señor bajó, impuse mis manos sobre ella y se levantó y se
fue a su casa caminando sola. Eso fue allá en el año 1947,
y hoy día está completamente sana, y sé que cuando llegue
a Tucson, allá estará para recibirme. La desesperación la
hizo que dijera: “Aunque me muera mientras esté en esa
línea de oración, de todas maneras llévenme hasta la pla-
taforma. Si Él sanó a otros, también me sanará a mí.”
137. Ahora, estemos dispuestos. Dejemos que nuestros co-
razones estén llenos de amor en este día, tomemos esto
con seriedad y desesperemos ahora; más adelante puede
ser demasiado tarde.
138. Hubo un hombre llamado Jairo quien tuvo una hija
Desesperación 133
que en cierta ocasión se estaba muriendo. Él era un cre-
yente fronterizo, de esos que creían en Jesús, pero que
tenía miedo de confesarlo abiertamente, porque podían
echarlo de la sinagoga. Pero cierto día el médico le dijo:
“Ahora mismo se está muriendo tu hija.” Entonces fue
cuando entró en desesperación. Ahora, él con la posición
que tenía, no podía ser visto junto con Jesús de Nazaret,
porque entonces perdería su posición de sacerdote. Pero la
verdad es que cuando llegó la emergencia, él fue forzado a
la desesperación. Me lo imagino así: de repente comenzó
a buscar su bata y su gorrita de sacerdote y se las puso
apresuradamente y salió a la calle. Llegó a donde estaba la
multitud en donde la mujer con el flujo de sangre acababa
de tocar el borde de Su vestidura y todos estaban gritando
y alabando a Dios; entonces él entró directamente y dijo:
“Maestro, mi hija está a punto de morir. ¡Maestro, Maes-
tro, mi hija está a punto de morir! Si tan solamente vienes
y pones Tus manos sobre ella, seguramente vivirá.” ¡Qué
cosa! La desesperación, a veces nos impulsa a decir o ha-
cer ciertas cosas; es algo que lo pone a uno en acción. Su
hija se salvó por la desesperación de su padre.
139. Desesperemos, pues, como sucedió con la mujer con
el flujo de sangre. La Biblia dice que ella había gastado
todo su dinero en médicos, y sin embargo ellos no la pu-
dieron ayudar. Sucedió que en la menopausia, ella había
comenzado a sangrar demasiado, hasta que se produjo esa
condición en la cual no había como detener su flujo. Qui-
zás vendieron la granja, los caballos, las mulas y demás
cosas, sin embargo, nada le ayudaba. El sacerdote ya le
había advertido que nunca se acercara a tales cosas; pero
cierto día ella miró hacia abajo, porque vivía en la parte
alta de la ribera, más arriba de donde tenía la granja, y allá
134 Rev. William Marrion Branham
vio un gran gentío congregándose alrededor de un Hom-
bre, y entonces preguntó: “¿Quién es aquel?”
140. Le respondieron: “Ese es Jesús de Nazaret.” En eso
comenzó a desesperar.
141. Ella dijo: “Yo soy muy insignificante, pero si solamen-
te llegare a tocar el borde de Su vestidura, entonces sana-
ré.” Y ella fue allá y pasó por en medio de todos aquellos
críticos, pero cuando llegó al propio lugar, tocó Su vesti-
dura en desesperación. Cuando esto sucedió, Él se volteó
y dijo: “¿Quién me ha tocado?” Y todos negaron haberlo
hecho; pero Él miró detenidamente a cada uno; pues tenía
en Sí un gran don de Dios, y es que Él era Dios. Él halló a
la mujer y le dijo que su flujo de sangre había cesado. La
desesperación la impulsó para hacer eso.
142. Fue la desesperación que impulsó a la reina del Sur a
venir de lejos. Ella había oído que el don de Dios estaba
obrando por medio de Salomón, y fue la desesperación
que la impulsó a venir. Ahora, todos estos fueron seres hu-
manos igual que Ud. y yo. No eran distintos de nosotros;
tenían sus cinco sentidos, bebían, comían y demás cosas
igual como nosotros. Vivían y morían. Eran seres huma-
nos.
143. Y esto forzó a la reina a tal desesperación hasta que
llevó consigo una representación de su reino. Estaba en
tal grado de desesperación que no pensó en los Ismaelitas
que podían robarle mientras estaba cruzando el desierto
de Sahara por noventa días; y esto era andando sobre los
lomos de un camello. En la desesperación decidió ir de
todas maneras. Y cuando llegó, nada le fue oculto a Salo-
món, el cual pudo decirle todo lo que ella deseaba saber.
Ella estuvo en desesperación. Jesús dijo que ella “resuci-
taría en el día del juicio juntamente con esta generación y
Desesperación 135
que ella condenaría a esta generación,” porque Uno más
grande que Salomón estaba presente.” Ella fue en deses-
peración.
144. Ahora, ya para terminar quisiera decir esto: No hace
mucho, estando en la Ciudad de México, vi un caso ge-
nuino de desesperación. Acababa de llegar a la plataforma
donde se había congregado una gran multitud de gente,
muchos de los cuales habían estado esperando desde las
nueve de la mañana hasta casi las diez de la noche. Un
anciano completamente ciego por casi treinta años, había
recibido su vista la noche anterior, y había ido testificando
por toda la ciudad. Esa noche había un montón de ropa y
aun sombreros que habían dejado para que oráramos por
ellos. Era un montón como de un metro de alto por cua-
renta metros de largo; y entre aquel gentío de cuarenta o
cincuenta mil personas, no sé cómo habrían de identificar
a quien correspondería cada pieza; pero entre ellos se arre-
glaron. Y estaba lloviendo fuertemente, y me habían colo-
cado en la plataforma bajándome por medio de una cuerda
por encima de la pared, y así pude llegar a la plataforma.
145. Hay un hermano aquí que hoy llegó del estado de Mi-
chigan, con el cual hace poco estuve hablando del herma-
no Arment, el cual recordamos muy bien. Él se encuentra
en esta noche en las Calles de la Gloria; pero en aquella
ocasión, él estaba presente y se quitó su abrigo y se lo dio
al hermano Jack Moore porque tenía mucho frío, pues él
siendo del sur, y la lluvia en Ciudad México era tan fría.
Entonces el hermano Arment se quedó sin abrigo allí en la
lluvia.
146. Mi hijo Billy Paul llegó y me dijo: “Papá, tienes que
hacer algo, porque hay una mujercita mexicana trayendo
un niñito muerto, el cual murió desde esta mañana; y no
136 Rev. William Marrion Branham
tengo suficientes ayudantes para detenerla.” Ella dijo: “Si
al poner las manos sobre el ciego, recobró la vista, segu-
ramente al poner las manos sobre el niño, le volvería la
vida.” Ella era católica, y no la podían detener. El herma-
no Espinoza ya le había dicho que se nos habían acabado
las tarjetas de oración y tendría que esperar hasta la próxi-
ma noche.
147. Ella dijo: “Mi niño está muerto desde esta mañana y
yo tengo que entrar.” Y la verdad era que ella iba a llegar
con o sin tarjeta de oración. Y había como trescientos ujie-
res para guardar el orden, pero ella se metía por entre las
piernas de ellos, brincaba sobre sus espaldas y corría con
este niño muerto; se caía entre ellos, etc.; pero a ella no le
importaba nada; ella estaba tratando de llegar; estaba des-
esperada. Seguramente Dios le había hablado a su corazón
diciéndole que el mismo Dios que le había dado vista al
ciego, también podía darle la vida a su hijo. ¡Qué cosa!
¡Ella estaba en desesperación! ¡Ella tenía algo por dentro
que hacía arder su corazón!
148. Uds. que están enfermos en esta noche, dejen que eso
mismo arda adentro de Uds. por unos momentos y fíjen-
se en lo que sucederá con esa clase de desesperación. El
mismo Dios que pudo sanar al niñito la otra noche, que
pudo sanar a la mujer con el cáncer, la Señorita Florencia
Nightingale, que pudo sanar a este hombre acá y a cuan-
tos miles más de casos... Él es. Hay evidencias que no se
pueden negar, acerca de muertos resucitados y enfermos
sanados y cuantas cosas más. Si Él es el Dios que pudo ha-
cer esas cosas ayer, también es el mismo Dios que las hará
hoy. Póngase en desesperación, luego verá los resultados.
149. Esta mujer continuaba luchando en aquella desespera-
ción. Le dije al hermano Moore: “Ella no me conoce a mí,
Desesperación 137
ni nunca me ha visto. Ella no sabe quien está acá en la pla-
taforma. Esa mujercita católica no puede hablar una sola
palabra en inglés, ¿cómo puede saber ella quien soy yo?
Vaya Ud. y ore por el niño, y con eso quedará satisfecha y
se irá. Y así no habrá más problema.” Pues había un ruido
grande y continuo. Ella brincaba, y todos comenzaban a
gritar, y corría hasta por sobre los hombros de la gente, y
se caía entre la gente. Así progresaba unos metros, y tra-
taban de sacarla, pero se metía por entre las piernas de las
personas; y todo el tiempo con este niño muerto. Y había
un alboroto. Es que nada de eso le importaba, ella iba a
llegar. ¡Tenía que llegar!
150. ¡No le importaba cuántos obstáculos hubiese, ella iba
a llegar!
151. Ahora, ¿no es muy semejante a la historia de la Su-
namita? La diferencia está en que el caso de la Sunamita
sucedió hace 3500 años, y este apenas sucedió hace unos
siete años. Y puede suceder igual en esta noche, cuando la
misma desesperación caiga sobre el pueblo y lance la fe
y el amor al frente de la batalla para reclamar lo que Ud.
desea, porque es una promesa de Dios, la cual Ud. puede
obtener. Eso es exactamente la verdad.
152. Entonces, siendo yo el evangelista, volví la vista y sen-
tí compasión por esa mujer, pero no tuve desesperación.
Yo volví la vista y pensé: “Bueno, el hermano Moore va a
orar por ella y así todo estará bien.” Entonces volví y con-
tinué hablando: “Como yo estaba diciéndoles acerca de la
fe...” Miré, y en esto vino una visión. Vi a un niñito more-
no, un niño mexicano sin dientes, el cual estaba riéndose.”
Entonces dije: “Esperen un momento. ¡Deténganse!” Su
desesperación forzó al Espíritu Santo a cambiar mi tema y
mi corazón, y me mostró a su niño sentado. Eso trajo el es-
138 Rev. William Marrion Branham
píritu de nuevo. Dije: “Esperen un momento. Traigan acá
el niño.” Allí traían al niño muerto, todo mojado, envuelto
en una cobijita blanca y azul. Ella cayó de rodillas con su
crucifijo y su rosario y comenzó a rezar. Le dije: “Guarde
todo eso. Eso no es necesario.” Entonces se me acercó y
comenzó a gritar: “Padre, padre.”
153. Le dije: “No diga eso, no lo diga. ¿Cree Ud.?” Y el
intérprete se lo dijo en castellano. Ella respondió que sí
creía. Entonces le pregunté cómo era que ella creía. Ella
dijo: “Si Dios pudo darle la vista a aquel ciego, segura-
mente le puede dar la vida a mi hijo.”
154. Amén, la desesperación la llevo a eso. Yo estaba di-
ciendo, “acabo de ver la visión.” Yo dije, “Señor Jesús, vi
una visión de ese pequeño bebe, puede ser que…” en ese
preciso instante empezó a mover sus pies y grito “WHA-
AA!” Y dije: “Sígala al doctor. Tómenle una declaración
escrita de que el bebe había muerto.” El doctor escribió
en su declaración que la respiración del bebe, su corazón,
había parado a eso de las nueve de la mañana en su oficina
a causa de neumonía.
155. Hasta donde yo sé, ese bebe está vivo esta noche en
México. ¿Por qué fue así? Porque la desesperación cayó
sobre el corazón de esa madre, clamando por su hijo. Ella
había visto a Dios sanar los ojos ciegos, y sabía que podía
resucitar también al niño muerto.
156. Es la desesperación, como leímos: “Cuando me busca-
réis de todo vuestro corazón, entonces escucharé.” Y tam-
bién: “La ley y los profetas hasta Juan: desde entonces el
Reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza a
entrar en él.” Uno no dice simplemente: “Dios levántame
por el cuello y méteme.” ¡Uno entra por un esfuerzo, y eso
significa desesperación, porque es algo entre la vida y la
Desesperación 139
muerte!
157. Como quisiera tener suficiente tiempo para otro ejem-
plo. Estaba pensando en estos momentos en una dama que
tomó el camino equivocado, y ella trató muchas veces de
comenzar de nuevo. Y en una ocasión, estando en el al-
tar orando, se levantó y dijo: “Creo que ahora todo estará
bien.”
158. Le dije: “No, no. Quédese.” Después de un tiempo,
de repente comenzó a orar, y luego estuvo orando más y
más fuerte. Y al rato entró en desesperación y dijo: “¡OH,
DIOS, SÁLVAME!” Alcohólicos Anónimos no la pudo
curar, ni ninguna otra cosa le sirvió; pero ahora con sus
ojos negros mirándome, derramando lágrimas, me dijo:
“Algo ha sucedido.” ¡Sí señor! Algo sucedió, porque lle-
gó al punto de la desesperación. ¡Desesperemos nosotros,
porque estamos entre la vida y la muerte! Si Ud. no está en
desesperación, quédese en su asiento; pero si Ud. está des-
esperado, venga y verá que recibirá su petición en cuanto
llegue al frente. Oremos.
159. Vigile por el Reino de Dios en desesperación, y cierta-
mente llegará sobre Ud.
160. Nuestro Padre Celestial, te ruego en el Nombre de Je-
sucristo que tengas misericordia de nosotros, oh Señor. Da
comienzo a una desesperación entre nosotros. Señor Dios,
ten misericordia de nosotros, ésta es mi oración. Permite
que el pueblo te busque en esta noche con desesperación.
Señor, sabemos que estás aquí. Tú eres el mismo ayer, hoy
y por los siglos. Y ahora, estos que en realidad tienen la
Señal, mostrando que han pasado de muerte a vida y han
cambiado de esa vida vieja y mundana a una vida nueva;
la sangre ha sido aplicada y les has dado esa Señal; que
los que están enfermos tomen ahora esa Señal en sus ma-
140 Rev. William Marrion Branham
nos y digan: “Yo soy una posesión comprada por Dios.
Yo estoy en Cristo, y en Él no hay enfermedad. Estoy en
Cristo, y en Él no hay pecado. Estoy en Cristo, y en Él
no hay incredulidad. Yo renuncio a todo lo que el diablo
me ha dicho. Tomo ahora mi Señal, la cual significa: ‘Él,
herido fue por mis rebeliones, molido por mis pecados;
el castigo de mi paz sobre Él; y por Su llaga, fui curado.’
Y ahora estoy seguro que tengo la Señal de que Dios me
ha reconocido, que he sido comprado por la sangre del
Señor Jesucristo. Y aquí en mis manos tengo la Señal de
su muerte, porque Él ha resucitado de nuevo y Él es mío
y yo soy Suyo. Prosigo ahora con fe determinada, que de
esta noche en adelante yo creo en Dios y seré sanado al
llegar al altar, porque he cumplido todos los requisitos,
pues entre las últimas palabras que salieron de Su boca,
están éstas: ‘Si sobre los enfermos ponen sus manos, éstos
sanarán.” Concédelo, Señor. Y que la desesperación baje,
porque lo pido en el Nombre de Jesús. Amén.
Yo puedo, lo haré, yo creo;
Yo puedo, lo haré, yo creo;
Yo puedo, lo haré, yo creo
Que Jesús me sanará ahora.
Oh yo puedo, lo haré, yo creo;
Yo puedo, lo haré, yo creo;
(Solo piense: “¡estoy determinado!”)
Yo puedo, lo haré, yo creo
Que Jesús me sanará ahora.
¿Lo creen? “¡Estoy determinado! Estoy determinado,
161.
por la gracia de Dios, a que nunca me detendré hasta que
Algo me impacte. E iré allá para que impongan las manos
Desesperación 141
sobre mí.”
162. Ahora, Dios nunca nos ha fallado. Y yo creo que el
gran Doctor está cerca ahora. Yo creo al Dios que escribió
la Palabra, yo creo al Dios que hizo el sacrificio, yo creo la
Señal del Dios que nos limpia del pecado en esta noche, la
Señal, Su Propia Vida, está aquí con nosotros. “Yo estaré
con vosotros hasta el fin del mundo. Todavía un poco, y el
mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque
yo estaré con vosotros, aun en vosotros, hasta el fin del
mundo.” ¿Lo creen? Estoy confiando en Él. Y creo que Él
lo hará. ¿Y ustedes?
163. Ahora, tan pronto comienzo eso, veo las visiones apa-
reciendo, amén, grandes visiones del Señor, hablando
grandes cosas. ¡Amén! Si comienzo eso, estaremos aquí
toda la noche. ¿Lo creeremos? ¿Lo creen? ¡Amén! Yo lo
creo con todo mi corazón.
164. Esta damita sentada aquí al lado del Hno. Palmer, es
una extraña para mí. Ella es de Georgia, y está sufriendo
un problema femenino. Si ella cree que Dios la hará estar
bien, Él lo hará. Yo nunca había visto esa mujer en mi
vida, pero ese es el asunto con ella.
165. Esa mujercita, no sé si ella ha escuchado el Mensaje
antes, o no, pero mientras estaba predicando aquí, la vi.
Solo créalo y vea si es correcto. Amén. ¡Si sólo crees! Eso
es correcto.
166. Esta dama sentada aquí detrás con problemas de espal-
da, sufriendo mucho, su nombre es Sra. Wisdom. Si usted
cree con todo su corazón, Jesucristo la hará sentir bien.
Yo nunca he visto esa mujer en mi vida, pero ella está ahí,
sufriendo. Ella está vistiendo un traje amarillo. ¿Es eso
correcto? Correcto. ¿Somos extraños el uno para el otro?
Sí. Correcto. Puede ir a su casa, esté bien. Jesucristo la
142 Rev. William Marrion Branham
hace estar bien. Amén.
167. Otra mujer que tiene eso, problemas de espalda, por
aquí. Ella tiene problemas de espalda. Ella tiene un niño, y
el tiene problemas de la cabeza. Eso es correcto. Sra. Par-
ker, es su nombre. Crea con todo su corazón y Jesucristo
les sanará a ambos. ¡Amén! Somos extraños el uno para el
otro. Eso es exactamente correcto. ¡Amén! Crea con todo
su corazón.
168. Aquí hay un hombre anciano viniendo hacia acá desde
Michigan. Está teniendo problemas con sus oídos. Oh, él
piensa voces, problema espiritual. ¿Es eso correcto? Us-
ted está creyendo que… Yo soy completamente extraño
para usted. Si eso es correcto, levante sus manos, y eso es
lo que esta tomando lugar. Eso nunca más lo molestará.
Jesucristo lo hace estar bien. ¿Creen en el gran Doctor?
169. Yo le hablo a usted, pero, desde Noruega, y usted no
entiende; lenguaje noruego. Está bien, dígale que vaya a
su casa, creyendo, hermana, si sabe como hablarlo. Dígale
que su problema de la cabeza le dejará. Ahora, usted sabe
que no lo conozco. Él está aquí desde Noruega, para que
se ore por él. Regrese, un hombre sano. ¡Amén!
170. ¡Oh! ¡Jesucristo, el mismo ayer, hoy y por siempre!
¿Qué es eso? Es ese Pilar de Fuego. Es el Espíritu San-
to. Es esa Señal, que Jesucristo vive. Y cuando el pueblo,
hace mucho tiempo, lo vió a Él haciendo esas cosas, él
percibió sus pensamientos porque Él es la Palabra. “Y la
Palabra es más aguda que una espada de dos filos, y dis-
cierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Amén.
171. Y vi una corriente de agua intermitente, y ese mucha-
cho viniendo. Él escuchó, y leyó un libro allá, y escribió,
en noruego. Él pudo entender; alguien le habló. Él esta
Desesperación 143
teniendo problemas, pero, si cree con todo su corazón, el
Señor Jesús lo hará estar bien. Él ha recorrido un largo
camino, siendo un pobre muchacho, y eso, tratando de lle-
gar. E impondremos las manos sobre él, en un minuto.
172. ¿Ustedes creen? ¡Amén! ¡Qué maravilloso! ¡Oh! “¡El
gran Doctor está cerca ahora!” Hermana, ¿dónde está esa
Hna. Ungren, y esa otra hermana en el piano? Quiero que
venga rápidamente, si desea, y nos cante una canción, “El
gran Doctor esta cerca ahora, el compadecido Jesús.”
173. Deseo que las personas en este pasillo aquí, que de-
sean que se ore por ellas, amablemente vengan por este
lado aquí, solo un pasillo a la vez. Hno. Neville, haga así
si usted desea. ¿Dónde está el Hno. Capps o alguno de los
cantantes principales? Pedimos al Hno. Ungren, o el Hno.
Capps, o alguien, que venga, para cantar, dirigir esta can-
ción para nosotros si desea. ¿Está el hermano…? ¿Dónde
está alguno de estos hermanos? Correcto. Correcto, sí se-
ñor, eso esta bien. Correcto. ¡Todos en oración!
174. Recuerden, ¡desesperación! ¿Ven lo que hace la deses-
peración? La desesperación le impulsa a usted a través de
los mares. La desesperación le impulsa desde otro estado.
La desesperación le impulsa a usted a donde sea. Un viejo
padre precioso y su hija, con desesperación, trataron de
entrar, de venir, cualquier cosa, y llegar de alguna manera;
y hace unos momentos el Espíritu Santo trajo eso aquí en
la reunión, antes que yo llegara aquí. ¡Oh!
El cántico más dulce alguna vez cantado,
Jesús, bendecido, Jesús.
El gran Doctor esta cerca ahora,
El compadecido…
144 Rev. William Marrion Branham
175. Señor Jesús, concede, oye la oración de tu siervo, Se-
ñor. Oro para que Tú conozcas a cada unos de éstos y los
hagas estar bien, para tu Gloria, en el Nombre de Jesús.
…la Voz de Jesús.
Dulce nota en la canción de serafines,
Dulce nombre en lengua mortal,
Oh, el cántico más dulce alguna vez cantado.
176. Dejen que esos que ahora están desesperados, que en
verdad saben que ustedes van hacer sanos... Solo piense,
hasta donde yo sé, 100% del pasado domingo en la noche,
fueron sanados esta semana.
El compadecido…
177. Vigilen, Él viene. Vea, Él ya le ha sanado a usted. Él
trae su palabra, Él la confirma, Él se hace presente. Nadie
puede hacer esas cosas sin Dios; usted sabe eso. Es una se-
ñal del Mesías, y ustedes saben que yo no soy un Mesías.
178. Así que es Él. Ahora, aquí Él le ha comprobado todo
a usted. Ahora, esto lo debe empujar a usted a desespera-
ción. Debiera de electrificar este lugar y encenderlo hasta
que sea como un fósforo que enciende un barril de pólvo-
ra.
179. ¡Ciertamente! Debiera de explotar la Fe; en amor y
desesperación guiando a todas las personas directamente
hacia el Reino de Dios para creer con todo su corazón. To-
dos ustedes, ¿lo creen ahora? Y ahora, Billy debieras de...
180. Tony mírame un minuto. Yo no te había visto hace
tiempo, pero estas enfermo. Estas sufriendo algo como di-
sentería. Eso es correcto. Se te va a quitar. Se irá de ti. Yo
Desesperación 145
vi esa cosa siguiéndolo mientras él estaba por allí.
181. No hay nada que se pueda esconder de Dios en este
momento. Yo no había visto a Tony por meses-no lo había
visto, me supongo, pero vi que tenía eso. Él no lo sabía,
pero sí lo tenía.
182. Inclinemos nuestros rostros. Que no haya ni un ojo
abierto. Ni un ojo que este mirando. Vamos todos a orar.
Billy Paul o el Hno. Neville, uno de ustedes llamará las
próximas filas a su debido tiempo. Ahora, oremos todos.
Trataremos, ahora...
183. La fila del pasillo del medio se moverá hacia su lado
izquierdo cuando los llamen. Igualmente los del pasillo
del lado izquierdo se moverán hacia su lado izquierdo
cuando sean llamados. El Hno.. Neville los llamará. Aho-
ra, me pregunto si habrá algún hermano que le gustaría
pararse aquí junto a mí y poner sus manos sobre las perso-
nas mientras van pasando. Cualquiera de ustedes mis her-
manos ministros, son bienvenidos a venir y pararse junto a
mí, si así lo quieren hacer. No es una cosa aislada. Ustedes
tienen derecho a orar por los enfermos al igual que yo. Yo
sé que el Espíritu Santo está aquí. Hay algo mal con cual-
quier persona que no crea esto.
184. Correcto, vamos a creer con todo nuestro corazón que
Dios nos va a conceder estas cosas que le estamos pidien-
do. Ahora tengan Fe, no duden.
185. Y todos oremos los unos por los otros. ¿Qué dice la
Biblia? “Confesemos nuestras faltas los unos a los otros;
oremos los unos por los otros.”
186. Estas personas entren a la línea, tan pronto usted sienta
que estas manos lo toquen, salga rápidamente de aquí con-
tento y alabando a Dios porque usted ha sido sanado. Co-
rrecto, todo el mundo en oración mientras el Hno. Capps
146 Rev. William Marrion Branham
dirige este himno.
187. Señor Jesús, ayúdanos ahora, vengo orando en el nom-
bre del Señor Jesucristo para que el Espíritu Santo toque
a cada persona, para que sean sanos ya que seguimos tus
mandamientos de poner las manos sobre los enfermos. Él
dijo que se recuperarán. Lo creemos, Padre, en el nombre
de Jesús.
188. Ahora, todos en postura de oración mientras comenza-
mos a orar. Primeramente ahí hay un niño enfermo... (El
Hno. Branham comienza en la línea de oración).
El cántico más dulce alguna vez cantado,
Jesús, bendecido Jesús.
189. ¿Cuantos de ustedes creen que Dios tiene... están se-
guros en su corazón, con una seguridad sellada, que Dios
contestó su pedido, porque han obedecido su Voz? Ha sido
hecho. Ha sido terminado. Ha sido hecho. Crea con todo
su corazón que es un trabajo terminado.
190. Ahora vigilen esta semana, y cuando regresen nueva-
mente, vigilen lo que sucedió.
191. Me supongo, que la próxima vez que regrese, si Dios
lo permite, estaré dirigiendo la línea de oración de uno de
esos cuartos, en ese cuarto pequeño a donde los llevaré,
vean. Creo que se está desarrolando hora, vean, la hora.
192. Quiero llegar hasta donde pueda traer las personas una
a la vez, trabajar individualmente con ellos, hasta que yo
busque eso y lo encuentre, y así proseguir hacia adelante,
y estaré con ellos todo ese tiempo.
193. Dios los bendiga a todos. Estamos muy contentos de
que ustedes hayan estado aquí. Tienen ustedes... ¿son us-
tedes persistentes ahora? ¿Están en desesperación, la des-
Desesperación 147
esperación que tuvieron para su sanidad? ¿Ha terminado
todo eso ahora, en el Amor, la Fe y Seguridad, de que Dios
hará lo que El prometió hacer? Dios hará. De esos niños
pequeños hay dos o tres en esta noche en silla de ruedas.
Creeremos por ellos, que ellos también serán sanados.
Ellos estarán bien. ¿Lo creen? ¡Amen! Ellos se recupe-
rarán. Ellos tienen que hacerlo. Dios lo dijo. Y estamos
desesperados y lo vamos a creer ahora, que será hecho.
194. Ahora, nuestros servicios envuelven solo una cosa jus-
to después de la otra. Ahora, vamos a despedir de la au-
diencia a los que se tengan que ir. Y a lo que puedo ver son
las 9:52 p.m. Y si usted se tiene que ir, estamos contentos
de que usted estuvo aquí, y queremos que usted regrese
a estar con nosotros. El resto de ustedes después que nos
levantemos, se sentará nuevamente; y los que se han de
ir háganlo lo más calladamente posible. Y seguidamente
después de esto tendremos el servicio de comunión. Si se
pueden quedar están invitados. Si no pueden, que Dios los
Bendiga. Oren por mí. Yo oraré por ustedes. Y recuerden,
mantengan la señal aplicada, y desesperen para llegar al
Reino de Dios. ¡Amén!
195. Ahora vamos a cantar nuestro himno de despedida, si
podemos y... “Toma el Nombre de Jesús contigo”, mien-
tras nos ponemos en pie.
... nombre de Jesús contigo
niño de tristeza y dolor;
y felicidad y tranquilidad te dará
llévala donde quiera que vayas.
Precioso nombre, Oh cuan dulce
esperanza de la tierra y alegría del cielo
Precioso nombre, Oh cuan dulce
148 Rev. William Marrion Branham
esperanza de la tierra y alegría del cielo.
196. Salúdense con las manos unos a otros y digan: “El
Señor le bendiga mi hermano y hermana, peregrinos”
Profundamente, sinceramente, reverentemente. Y amigos
cristianos, unidos en compañerismo, salúdense de mano
a mano, hermanos y hermanas. Dios les Bendiga a todos.
¡Maravilloso!
Yo le amo, yo le amo,
Porque primero Él me amó
y compró mi salvación
en el árbol del Calvario
Hasta que nos encontremos,
hasta que nos encontremos
hasta que nos encontremos en los pies de Jesús
hasta que nos encontremos,
hasta que nos encontremos,
Dios este contigo hasta que
nos encontremos otra vez.
Hasta que nos encontremos,
hasta que nos encontremos,
hasta que nos encontremos en los pies de Jesús;
hasta que nos encontremos,
hasta que nos encontremos,
Dios este contigo hasta que
nos encontremos otra vez.
197. En la dulzura y compañerismo de la gran señal de
Dios, el Espíritu Santo, que Él les acompañe en gran ma-
nera hasta que nos encontremos nuevamente. La gracia
de Dios vaya con ustedes, les aparte de los caminos de
Desesperación 149
la muerte, limpiando su sendero para que siempre vea a
Jesús ante su rostro, y usted no será movido.
198. Padre celestial, te entregamos este servicio y el ser-
vicio de la mañana, estos servicios y lo que fue hecho,
y toda la gloria para Ti, dándote gracias y alabanzas por
salvar las personas, sanar las personas, y por darnos tu
grandiosa gracia que todos vemos. Sálvanos. Te lo agrade-
cemos profundamente. Sé con nosotros desde ahora has-
ta que nos encontremos nuevamente. Acompáñanos en la
comunión. Señor, acompaña a los que estarán manejando
hacia sus hogares. Guíalos en este peligroso día de fiesta,
y que ningún daño y peligro los toque. Lo pedimos en el
nombre del Señor Jesucristo, Amén.
Toma el nombre de Jesús...
(Ahora están todos despedidos)
... con ustedes
como un escudo en cada trampa;
cuando la tentación te rodea
(¿Que haces?)
Solo respira ese Santo Nombre en oración.
¡Nombre precioso, oh cuan dulce!
Esperanza de la tierra y alegría del cielo.
¡Nombre precioso, oh cuan dulce!
Esperanza de la tierra y alegría del cielo.
Reverencia ante el nombre de Jesús,
Postrándonos a sus pies
Lo coronaremos en el cielo como Rey de Reyes,
Cuando se complete nuestro viaje.
¡Precioso nombre, oh cuan dulce!
Esperanza de la tierra, alegría del cielo
¡Precioso nombre, oh cuan dulce!
150 Rev. William Marrion Branham
Esperanza de la tierra, alegría del cielo.
199. Ahora, antes de que se sienten, mientras la multitud
se va aquietando para el servicio de comunión... Si no
estoy errado, ¿no es usted el Hno. Blair, el ministro que
no hace tanto tiempo conocí en Arkansas? Pensé que era
usted aunque no estaba seguro. Usted vino hasta acá para
la dedicación de un niño, uno pequeño en esta mañana.
Yo pensé… ¿No lo conocí a usted hace tanto tiempo en
Hot Spring, Arkansas? Con usted estaba...” Algo estaba a
punto de acontecer y el Espíritu Santo lo predijo. ¿Eso es
correcto? Qué bueno. Yo solo... Yo estaba pensando hace
unos momentos, “Ése es ese hermano.” Estoy tan contento
de que usted este aquí, Hno. Blair.
200. Ahora, le voy a preguntar al Hno. Blair si hace una
oración a Dios para limpiarnos antes del servicio de la
comunión que está por comenzar. ¿Lo haría usted Hno.
Blair? [Hno. Blair ora]. Amen. Cada uno de ustedes se
puede sentar.
201. Y ahora hermana, siempre tocamos en el órgano “Hay
una fuente llena con sangre” eso es correcto. La lectura...
Ahora, si solo nosotros... nos callamos por un momento.
(Hno. Branham habla con una hermana)
202. Bueno. Ahora Hno. Neville leerá el orden de la co-
munión. Y luego, los diáconos vendrán (si hay visitantes
aquí) a cada asiento, y pasarán de pasillo en pasillo mien-
tras venimos y de fila en fila para la comunión.
203. Y ahora, pueden meditar. Recuerden, Israel comió en
desesperación, y a través del viaje no había ni uno débil
entre ellos al finalizar los cuarenta años. Esto también es
sanidad divina. Hno. Neville, Dios lo bendiga.
204. [El Hno. Neville lee 1ra. de Corintios 11:23-32]
Desesperación 151
Porque yo recibí del Señor lo que también os he en-
señado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado,
tomó pan;
y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, co-
med; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced
esto en memoria de mí.
Asimismo tomó también la copa, después de haber ce-
nado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre;
haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria
de mí.
Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y
bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta
que él venga.
De manera que cualquiera que comiere este pan o be-
biere esta copa del Señor indignamente, será culpado del
cuerpo y de la sangre del Señor.
Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así
del pan, y beba de la copa.
Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir
el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí.
Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre
vosotros, y muchos duermen.
Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no se-
ríamos juzgados;
mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor,
para que no seamos condenados con el mundo.
205. Yo tengo en mi mano pan sin levadura (kosher bread),
partido y arrugado, representando el cuerpo de Jesucristo.
A través de su velo rasgado tenemos acceso al más Santo
de los Santos.
206. Nuestro Padre Celestial, este pan ha sido preparado
para representar tu cuerpo quebrado y abatido. Que cada
152 Rev. William Marrion Branham
uno de nosotros mientras lo recibimos, sea como si lite-
ralmente hayamos llevado a cabo ese acto. Que tengamos
nuestros pecados borrados, y obtengamos el acceso al más
Santo de los Santos, para vivir en Tu Presencia en tu futura
Vida, y todos los días que vivamos aquí en la tierra, y es-
tar contigo para siempre en la eternidad. Otórgalo Padre.
Bendice este pan para el propósito que se ha elaborado. En
el Nombre de Jesús, Amén.
207. La Biblia dice, “De igual manera, después que hubo
cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo
pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.” Que
Dios derrame sus bendiciones sobre esto mientras oramos.
208. Señor Jesús, tengo en mis manos la sangre del vino,
el jugo de la uva. Y Padre, es para representar tu precio-
sa sangre que nos limpia, de ahí viene la Señal. Te doy
gracias por eso Padre, y por este símbolo. Tú dijiste: “El
que coma y beba de Ésto tiene vida eterna, y lo resucitare
en el tiempo final.” Te damos las gracias por esta prome-
sa. Y Padre, te pedimos que limpies nuestros corazones,
porque seremos dignos por nuestra fe, sabiendo que no
somos dignos en nosotros mismos, pero nuestra fe no fa-
llará, ahora... aceptando perfectamente la sangre del Señor
Jesucristo. Concédelo Padre.
209. Y santificamos el vino para su propósito destinado.
Que cualquiera que tome de este vino en esta noche, y
coma de este pan, tenga fuerza para el viaje que está por
delante. Concédelo Señor. Que estén saludables y fuertes,
y llenos de tu Espíritu hasta que Jesús venga. Amén.
210. Yo creo que la Comunión es una de las más solemnes,
sagradas, dulces adoraciones que hay en el servicio de la
iglesia. Hay tres cosas que se nos dejaron para hacer, que
son órdenes u ordenanzas. Muchas personas tratan de de-
Desesperación 153
cir: “Yo tengo un clavo original.” “Yo tengo una pieza de
la Cruz.” Pero hay tres cosas que quedan: La Cena del
Señor, el Bautismo, el Lavatorio de Pies, esas son las tres
órdenes que se le dejaron a la iglesia.
211. Y para mí, esta noche fue un momento muy especial
para mí. Mientras me paré aquí y solo mirando; usualmen-
te yo estoy constantemente en oración. Pero esta noche,
mirando las distintas familias, y ver cómo algunas de esas
familias han estado aquí desde que yo era un niño predi-
cador, parado aquí en este piso de aserrín, y yo… algunos
de ellos son nuevos. Pero viendo a los caballeros venir con
sus espositas y familia, y ver cómo se prefieren los unos
a los otros, y lo sagrado de eso, cómo vigilan sus niños;
ver la mujercita con sus manos levantadas, y pienso: “Esa
manita está lavada, y enjugó las lágrimas de los ojos del
bebé.”
212. Y he visto las familias levantarse y he estado en sus
hogares cuando han estado enfermos, y con fiebre, niños;
el Señor Jesús hizo a sus niños estar bien. Los he visto
cuando han tenido problemas en la familia, y el Señor me
ayudó a aliviarlos; los veo felices otra vez. Y pienso cómo
será cuando vayamos a esa Cena de las Bodas. Estoy muy
agradecido de que el Señor me ha permitido ser un amigo
de ustedes y ayudarles. Yo… Para esto estoy aquí.
213. Y yo pienso, cuánto tiempo, cuántos años han pasado;
yo comencé a predicar alrededor del 1930, y eso es casi
treinta y dos años para mí ahora, treinta y dos años que he
estado predicando. Y todas las luchas y las pruebas, y pa-
rece que cuando venimos aquí está todo olvidado. ¿Ven?
Parece que hay algo sobre la Comunión que quita todas
las torceduras de las cosas, tomando la Comunión. Dios
les bendiga.
Notas
TRES CLASES DE
CREYENTES
TRES CLASES DE CREYENTES
Domingo, 24 de noviembre de 1963, P.M.
Tabernáculo Branham
Jeffersonville, Indiana, E.U.A.
I nclinemos nuestros rostros. Con los rostros inclinados
y nuestros corazones, me pregunto cuántos desearían
ser recordados en oración, que simplemente levantarían
la mano, dirán: “Señor, acuérdate de mí, ¡Oh Señor!” Hay
muchas peticiones aquí, los pañuelos están sobre el púl-
pito.
2. Amado Padre Celestial, nuevamente estamos con-
gregados esta noche, bajo este techo, donde tantas veces
te has encontrado con nosotros, y nos has expresado Tu
amor; a la vez queriendo expresarte humildemente nues-
tro amor y gratitud, por lo que has hecho por nosotros. Y
en esta noche venimos nuevamente, Señor, como un pue-
blo necesitado, porque siempre tenemos necesidad de Ti.
Y mientras estemos aquí sobre la tierra, sabemos que ése
será el clamor, pues estamos en una batalla. Y estamos…
La batalla arrecia, y Tú prometiste y dijiste de cómo el
enemigo estaría como un león rugiente. Él anda suelto en-
tre la gente, y podemos verlo en todas partes; como un
león rugiente devorando lo que puede, porque sabe que su
158 Rev. William Marrion Branham
tiempo es corto. Pero tenemos —nosotros tenemos un—
un Padre que cuida de Sus pequeños, y acudimos a Ti con
nuestras peticiones en esta noche, Señor. Te rogamos que
las concedas.
3. Y estos pañuelos aquí, Padre, significa que hay perso-
nas enfermas en alguna parte, y están clamando y necesi-
tándote, y creyendo en Ti, al ejercer su fe aquí al enviar
estos pañuelos. Dios, concede que cada uno sea sano.
4. Vimos Tu magnífico Poder, Señor, hace apenas unos
momentos allí en el cuarto, restaurándole perfectamente
la memoria a un niño que la había perdido. Vemos Tu gran
poder, vez tras vez, sacando enfermedades y revelando los
secretos del corazón, discerniendo a las personas, y co-
locándolas en orden. Te damos las gracias, Señor Dios,
porque eso es más de lo que puede hacer un hombre. Eso
va más allá de lo que cualquiera de nosotros pudiera sa-
ber; cómo es que puedes revelar la propia causa, y qué lo
provocó, y el porqué es así. Ése eres Tú, Padre. Y sabe-
mos que: “La Palabra escudriña el corazón y discierne los
pensamientos y la intenciones de corazón”, por lo tanto, te
agradecemos por esto.
5. Y ahora, Señor, creemos que la gente teniendo sus ros-
tros inclinados, están meditando en estas cosas, y ése es
el Espíritu Santo que está hablándoles. Y concede la res-
puesta a cada una de sus peticiones. Salva, en esta noche,
a los que pueden ser salvos, Señor. Los perdidos, que pue-
dan entrar y ser salvos.
6. Estamos muy agradecidos al ver allí ese arrume tan
grande de ropa mojada, sabiendo que la tumba ha sido
abierta, y los pecados del viejo hombre han sido sepul-
tados, para muchos de ellos. Y por esto te doy gracias,
Padre. Y concede que caminen en novedad de Vida el res-
Tres clases de creyentes 159
to de sus días. En el Nombre de Jesucristo lo pedimos.
Amén.
7. El Señor les bendiga, les conceda respuesta a la peti-
ción que tenían en el corazón.
8. Ahora, creo que Billy dijo que el hermano Wheeler
tenía un bebé. ¿Será cierto? ¿Me habré equivocado en eso,
para que fuera dedicado, o alguna otra cosa, o una de-
dicación? [El hermano Neville dice: “Creo que hay tres
o cuatro bebés”.—Ed.] Muy bien. Si los trajeran ahora,
nos daría mucho gusto; si los ancianos pasan adelante,
para poner las manos sobre los pequeños, en un servicio
de dedicación. Y trataremos de ser breves. Y queremos a
estos pequeños, los cuales quieren venir al Señor Jesús,
que desean traer sus—sus pequeñas joyas que Dios les ha
dado. Siempre tratamos de darles esta oportunidad, pues
no sabemos lo que el mañana traerá.
9. Mi mamá me decía: “No dejes para mañana lo que se
puede hacer hoy”. Eso es cierto, porque uno no sabe lo
que el mañana traerá, pero sabemos Quién posee el maña-
na; eso es lo importante. Nosotros sabemos Quién posee
el mañana.
10. Hermano Weeler, el Señor Dios le bendiga. Y ésta es
la hermana Weeler. Realmente estoy feliz de conocerla. Y
yo… es para mí un gran privilegio, me parece que es la
primera vez, hasta donde sé, que la veo. Y ésta es su bebé.
¿Cómo se llama? [La hermana Weeler dice: “Carlena Re-
beca”.—Ed.] Carlena Rebeca. Pues, qué linda niña, no
pudiera ser más bonita. Miren, la pequeña Carlena Rebeca
Weeler.
11. El hermano Wheeler es uno de nuestros diáconos aquí
en la iglesia, y Dios les ha bendecido la unión con esta pe-
queñita. Creo que tienen, hasta donde sé, otras dos niñas,
160 Rev. William Marrion Branham
¿no es así? [El hermano Wheeler dice: “Tres”—Ed.] Otras
tres niñas. Y tengo entendido que son damas realmente
finas, y, por lo tanto, oro que Dios haga que Rebeca sea
como las demás. ¿Ven? Y entonces eso será de satisfac-
ción para Uds., ¿no es así? Es la verdad, pues ellas son
niñas muy dulces.
12. No sé si me permita que la cargue o no, pero si no,
pondremos las manos sobre ella. ¿Te gustaría venir acá
conmigo, Rebeca? ¿Quieres que te cargue? Eso está muy
bien. ¡Qué niña tan bonita!
13. Inclinemos ahora nuestros rostros.
14. Bondadoso Padre Celestial, estamos parados aquí
frente a esta diácono esta noche. Y verdaderamente es un
buen oficio el que tiene, pues un diácono tiene que ser
irreprensible, esposo de una solo mujer, controlando bien
su familia; pues si él no sabe controlar su familia, ¿cómo
podrá controlar la casa de Dios? Y te damos las gracias
de que este hermano ha cumplido estos requisitos, y que
hallamos en él el Espíritu de Dios.
15. Y él trae ahora aquí a su hijita bebé, para que sea de-
dicada. Tú la has puesto en sus brazos para que la críen.
Dios, y cuán agradecidos estamos, de poder decir: El de-
seo de ellos es que ella sea como sus demás hermanas.
Concede, Padre, que esto sea así; y que la niña viva y sea
de gran servicio para Ti Padre. Y ahora, en el Nombre de
Jesucristo, te entregamos a Ti esta bebé para una vida de
servicio. Tenla con salud, fortalecida; que ella viva una
larga vida, hasta que Jesús venga, si es posible. Y enton-
ces, Padre, creemos que ella será criada en la admonición
de Cristo. Y, te entregamos su vida, para una vida de ser-
vicio. Amén.
16.
Tres clases de creyentes 161
17. Dios te bendiga Rebeca. Y Dios le bendiga, hermano
Wheeler y hermana Wheeler. El Señor sea con Uds.
18. ¿Cómo estás? Miren, aquí hay otra niña con una gran
sonrisa en el rostro. Y, ¿cuál es su nombre? [La madre
responde: “Rhonda Renee Coats”.— Ed.] Rhonda Renee
Coats, ¿correcto? ¿Tiene Ud. algún parentesco con Gesse
y ellos, con Gesse Coats? [“No”.] Pensé que… Conocía
algunos Coats aquí de la ciudad. Les conocía bastante
bien, y han—han sido amigos míos por—por mucho tiem-
po.
19. Rhonda, Rhonda Renee. ¿Me pregunto si vendrías
conmigo, Rhonda? Te devolveré inmediatamente a mamá,
tan pronto te entreguemos al Señor Jesús. ¡Miren, es una
dulzura!
20. Ahora inclinemos nuestros rostros.
21. Padre Celestial, estando parados juntos Tu anciano y
yo en esta noche, en acuerdo y en armonía en el Evange-
lio, esta madre trae a esta pequeña Ronda Renee a Ti para
su dedicación. Y Tú la has puesto en sus brazos, para el
cuidado, y lo primero que ella puede hacer es presentarla
de nuevo a Ti. Como dijo Job de antaño: El Señor concede
estas cosas. Y rogamos, Dios, que la guardes a salvo hasta
la hora en que te la has de llevar. Y Dios, concede que
ella viva una verdadera vida Cristiana y sea un ejemplo
a otros, a medida que crece. Bendice su hogar, y que sea
dedicado a Ti, en servicio total, con corazones sinceros. Y
ahora, Dios, te presentamos a la pequeña Rhonda Renee
Coats, en el Nombre de Jesucristo, para una vida de servi-
cio. Amén.
22. ¡Es muy dulce! Dios la bendiga, hermana.
23. ¡Cómo estás! [La hermana dice: “Robert Paul Sham-
mel”.—Ed.]
162 Rev. William Marrion Branham
24. ¿Robert Paul Shane? [“Shammel”.] Shammel.
25. Pues, qué si… Y estás muy pequeño aún, no creo que
puedas quejarte al respecto. No te rías de mí así. Mira
aquí, si es que quiere algo de que reírte. Robert Paul, ¡qué
nombre tan bonito!
26. Inclinemos nuestros rostros.
27. Dios, mientras esta joven viene aquí, para nosotros se-
ría tan sólo una niña. Y ella está entregando su niño (¡Oh
Dios!), para una vida de servicio a Ti. Es el fruto y el re-
sultado de la unión de ellos. Yo te ruego, Dios, mientras
Tu anciano y yo ponemos las manos sobre esta pequeño,
que su vida sea dedicada a Ti. Concede, Señor, que si hay
un mañana, que él lleve el Mensaje que sus padres están
oyendo, Dios. Concédelo. Y te ruego que bendigas sus ho-
gares, y que el niño sea criado en la admonición de Dios,
y sea un discípulo amoroso Tuyo. Lo entregamos a Ti en
el Nombre de Jesucristo. Amén.
28. Pues, él sencillamente es un buen niño. Eso es todo.
Sí señor. ¿No se podría pedir más dulzura, verdad? No
hay nada que pudiera ser más dulce, es cierto, que ese
pequeñito. ¡Es todo sonrisas! ¿Verdad que es dulce? [La
congregación dice: “Amén”—Ed.]
29. Esta es una ocasión en la que mi esposa siente celos
por mi trabajo, cuando cargo esos bebes. A ella le encanta
cargarlos. Y a mí también, pero siempre temo que los las-
time. Ellos son tan, Uds. saben, tan adorables y se ven tan
delicados; pero Uds. saben, en realidad son más resisten-
tes que nosotros.
30. Ahora, les dije que iba a salir… Pues, sólo tengo trein-
ta y cinco minutos; tendré que darme prisa, ¿verdad? Vea-
mos. No es mi intención juzgar mal alguna cosa, ni decir
algo errado, pero me voy a esforzar bastante, porque…
Tres clases de creyentes 163
Uds. saben, después que uno está bien avanzado en el ca-
mino, no somos igual de activos como antes, Uds. saben.
A veces el recorrido se hace difícil, y con dos o tres servi-
cios al día, pues…
31. Y la principal causa son esas visiones. Predicar no me
hace daño. Vaya, me puedo parar aquí todo el día, y no
me molesta; pero yo… Pero solamente con esas visiones,
y cuando la gente está en estas entrevistas, eso es lo que
necesitan. ¿Ven? Por eso es que ellos han venido. Se trata
de algo que no puede ser resuelto simplemente con la im-
posición de manos. Hay que conocer la raíz, el origen de
ello, qué lo causa, qué lo provocó, y luego qué hacer para
salir de allí. Y para eso es que ellos están aquí.
32. Ahora, la reunión comienza pasado mañana en la no-
che… O, no, discúlpenme, es el miércoles en la noche, en
Shreveport, Louisiana. Y si algunos de Uds. tienen amigos
allí en los alrededores, pues, díganles que vengan. Creo
que en el Tabernáculo Vida es donde comienza, a menos
que lo cambien al auditorio al otro lado, si logran obte-
nerlo, el cual les da un poco más espacio para acomodar.
Pero tienen el balcón arriba y la sala grande principal, y
también un nivel por debajo. Entonces, no sé exactamen-
te a cuántos puedan acomodar, pero es… Si se complica,
quizá podamos conseguir el auditorio allí al otro lado, el
cual… No sé tampoco para cuántos tenga capacidad. He
tenido servicios allí, pero no recuerdo. Esta es una con-
vención anual.
33. Hace tres años estuve allá, y dimos inicio a un aviva-
miento en el Nombre del Señor, y desde entonces no ha
terminado. Sigue constantemente, es constante; todo los
días entra gente siendo salva, es bautizada, y así continúan
con el Señor; ministros y demás entran. Y nosotros sólo…
164 Rev. William Marrion Branham
Mientras continúe de esa manera, y yo logre permanecer
aquí, quiero visitarla siempre, y contribuir con mis pocas
palabras y continuar adelante.
34. Ahora, eso comienza el miércoles y termina el domin-
go. El desayuno de lo Hombres Cristianos de Negocios
es… No… olvido el nombre de es hotel… creo que es
el… es llamado… Ellos, ellos les dirán cuando lleguen
allá. Es el desayuno de los Hombres de Negocios.
35. Allí pasamos un tiempo maravilloso con Uds. los hom-
bres de negocios, la última vez allí. El Señor salvó a un
rabino, de la ciudad. Y, ¡oh, no sé cuánto más aconteció!
Fue un tiempo maravilloso en el Señor, allí, predicando
sobre el Pacto de la Sangre. Así que nosotros… Eso es lo
que conocen los judíos; es la sangre. “Sin derramamiento
de sangre, no hay remisión”, ¿Ven Uds.?
36. Ahora entremos directamente a la Palabra, y me esfor-
zaré en cumplir con mi palabra.
37. Y ahora, si es la voluntad del Señor, el domingo des-
pués de la Navidad, si están en sus días festivos y viajando
por ahí, y no está congelada la calle ni nada de eso, pues,
y se encuentran por aquí cerca, pues pasen por aquí. Y
tenemos planes para un servicio aquí el domingo en la ma-
ñana, el domingo después de la Navidad. ¿Cuál es la fecha
entonces? [Alguien dice: “El veintinueve”.—Ed.] Veinti-
nueve, el día veintinueve, y ése es el domingo después de
la Navidad, el día veintinueve. Ahora, si algo ocurre por
lo cual nosotros (cualquier cosa) no podamos tenerla, y
no podemos estar aquí… No conocemos el futuro, Uds.
saben; pero si algo sucede, pues, Uds. que viven en las
afueras de la ciudad, que vienen, como las personas allá
de Memphis…
38. Quería escuchar al hermano Ungren cantar Cuán
Tres clases de creyentes 165
Grande Es Él. Y no lo… ¿Estará él aquí en esta noche?
39. Y, pues, siempre tengo tantas cosas, que no puedo ha-
cerlas todas, no logro hacerlas todas. Dios los bendiga, a
Uds.
40. Ahora, abramos entonces las Escrituras sólo para leer
un poco de la Escritura. Pues si mis palabras fallan, Esto
no. Y luego Dios los bendecirá por haberse quedado, tan
sólo por escuchar Su Palabra. “La fe viene por el oír y el
oír por la Palabra de Dios”. ¿Verdad que sí? Ahora, esta-
ba pensando… Mientras abren en San Juan, el capítulo 6,
comenzando con el versículo 60, y leyendo hasta el 71,
incluyéndolo. San Juan 6:60.
41. Ahora, estaba pensando, mientras miraba por la ven-
tana hace un momento, y contemplando la puesta del sol
y viendo cómo toda la naturaleza tiene una ley. Y cuando
llega el invierno, esa ley, automáticamente, por naturale-
za, hace bajar la savia a las raíces del árbol. Ella se entie-
rra.
42. Como dijo Job: “¡Oh, quién me diera que me escon-
dieses en el Seol, que me encubrieras en el lugar secreto
hasta apaciguarse Tu ira!”. Y pues, eso es: “Que me es-
condieses”. ¿Ven? Él veía la naturaleza, el árbol, la vida
descendiendo a las raíces; hermano Way. “Y permanecer
allí hasta pasar la ira, y luego llamarme y me pusieses pla-
zo”. ¿Ven?
43. La naturaleza tiene una ley. Hay una ley en la naturale-
za; no hay manera alguna de evadirla. Ésa es una ley de la
naturaleza. Y también hay una ley del espíritu; así mismo,
no hay manera de evadir ésa.
44. Hablaba con una pareja esta tarde acerca de cómo no
se puede aniquilar algo totalmente. Los seres humanos no
pueden aniquilar. Ellos pueden destruir, mas no aniquilar.
166 Rev. William Marrion Branham
Y alguien dijo: “Pues ¿qué si toma un pedazo de papel y
lo quema? ¿No lo aniquila?” No señor. Eso sólo separa las
sustancias químicas, el calor del fuego. Eso vuelve direc-
tamente a los gases, a lo que era en un principio. Uno no
puede aniquilar. Y si el mundo durara suficiente tiempo,
esos mismos gases, eso y las sustancias químicas que es-
taban en ese papel, podrían regresar otra vez y de nuevo
ser un pedazo de papel. Así exactamente. Uno no puede
aniquilar; exactamente.
45. Entonces Dios, si nuevamente hay una resurrección
para todo, y no hay aniquilación, entonces habrá una re-
surrección de los justos, seguro, y nosotros tendremos que
volver; asunto terminado. No hay manera alguna de ha-
cerlo, no importa si Ud. es incinerado, si se ahoga, el lugar
donde ocurra, ellos no pueden aniquilar.
46. Sólo recuerden que cada parte de Ud. se encontraba
aquí cuando Dios habló el mundo a existencia. Él colocó
su cuerpo aquí en aquel entonces. Y no hay nada que lo
pueda quitar, excepto Dios. Todo está de nuevo en Sus
manos. ¿Ven? Y ése es el—Aquél, el Creador fue Quien
hizo la promesa, por lo tanto, estamos seguros de que hay
Vida Eterna. Y ahora tenemos la seguridad en nuestro co-
razón, que ahora tenemos Vida Eterna, Vida Eterna que no
puede morir, en nosotros ahora mismo. Muy bien.
47. San Juan 6. Comencemos ahora con el capítulo 6 de
San Juan, y empezando con el versículo 60.
Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es
esta palabra; ¿quién la puede oír?
Entonces sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípu-
los murmuraban de esto, les dijo:
¿Esto os ofende?
¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde
Tres clases de creyentes 167
estaba primero?
Es—es el espíritu… que da vida; y la carne para nada
aprovecha: las palabras que Yo os he hablado, son es-
píritu (ése es Él), y son vida (¿Cómo dijo Él? “Yo soy la
Verdad y la Vida”.)… ellas son espíritu,… ellas son vida.
Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque
Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no
creían, y quién le había de entregar.
Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a
mí, si no le fuere dado del Padre.
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron
atrás, y ya no andaban con él. (“Palabras duras”, ¿ven?
No pudieron soportar).
Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros
también vosotros?
Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de vida eterna.
Y nosotros hemos creído y conocemos que Tú eres el
Cristo, el Hijo del Dios viviente. (¡Oh!)
Jesús le respondió: ¿No os he escogido yo a vosotros
los doce, y uno de vosotros es diablo?
Hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón; porque
éste era el que le iba a entregar, y era uno de los doce.
48. Ahora, si tuviera que titular este tema en esta noche, y
aprovechar en lo que más pueda esa media hora, quisiera
hablar de: Tres Clases De Creyentes.
49. Y con frecuencia he hablado de esto. Y pensé: “Pues
creo que lo predicaré una vez más, en esta tarde”. Así lo
pensé.
50. El primero son los creyentes; los manufacturados; y
los incrédulos. Ahora, ése es un tremendo tema. Pero tan
cierto como estamos sentados aquí esta noche, ese grupo
168 Rev. William Marrion Branham
siempre está reunido. Donde sea que la gente se reúna,
encontramos a ese grupo, y siempre lo hemos encontrado;
y es probable que siempre los tengamos hasta la Venida
del Señor. Y quiero que en esta noche, nos demos cuenta,
mientras hablo de estos tres grupos, y veamos en cuál gru-
po nos encontramos.
51. Ahora recuerden, le estoy hablando aquí tal vez a…
(Esta iglesia de nuevo está completamente llena, todo al-
rededor esta noche, hasta las paredes y corredores), no
obstante, también estoy hablando alrededor del mundo.
¿Ven? En todas las diferentes partes del mundo, estas cin-
tas circulan por ministerios de las cintas.
52. Ahora, quiero hablar acerca de las tres clases diferen-
tes de creyentes. Ahora recuerden, creyentes, mi tema es
creyentes. Uno de ellos es un verdadero creyente, y el si-
guiente es uno manufacturado, y el que sigue es un incré-
dulo. ¿Ven?
53. Ahora, el primer grupo del cual nos gustaría hablar,
es el creyente. Pues pienso que debe ser primero, porque
él es el que verdaderamente cree; es decir, que cree como
creyeron aquí los discípulos. Vamos a usar esta lectura de
la Escritura como ejemplo. Ahora, el primero son creyen-
tes, los creyentes genuinos. “Y la fe viene por el oír, el oír
la Palabra de Dios”, la Palabra de Dios, la cual es Cristo.
¿Ven? ¡Creyentes!
54. Ahora, ¿se fijaron Uds. en la gran afirmación que hizo
este creyente? Ahora, un creyente no tiene que ser una
persona inteligente en la manera que el mundo considera
inteligente. Él no tiene que ser una persona educada en la
forma como estas personas tratan de expresar que uno tie-
ne que serlo; mas no es así. Uno… Este hombre que hizo
esta afirmación, la misma Biblia dice que él era “ignoran-
Tres clases de creyentes 169
te” y “sin letras”. Pedro, realmente él no fue considerado
una persona inteligente.
55. En Isaías 35, dice: “Y habrá allí calzada y camino, y
será llamado ‘camino de santidad’; no pasará inmundo por
él”.
56. Hablaba con uno de los diáconos esta tarde; comentá-
bamos acerca de los nuevos puentes que están construyen-
do, y este nuevo. Le dije: “Hay muchas expansiones hoy
que atraviesan sobre correntosos cuerpos de agua”. Y dije:
“Pero sólo hay una gran expansión que cruza de la tierra
hasta la Gloria”, y es llamada ‘La Calzada del Rey’. Sobre
ésta no pasarán los inmundos”. Correcto. Es una calzada
construida por Cristo nuestro Señor, la expansión que es
hecha desde esta tierra hacia otra Tierra, y el inmundo no
pasa sobre ella.
57. Pedro, esta persona sin letras, de una… Parado cerca,
cuando vio la Palabra del día absolutamente vindicada,
la cual Dios había prometido para ese día, que Uno, se
levantaría y sería un Profeta entre ellos. Y a Simón le fue
difícil creerlo, pues había habido muchas personificacio-
nes de Eso. Mas cuando él vio la Palabra genuina de esa
edad develada, y oírlo identificarlo a Él correctamente,
verdaderamente él quedó convencido de Quién se trataba.
Y fue el que dijo: “Señor, ¿a quién iremos?”, cuando le fue
hecha la pregunta.
58. Cuando se estaban separando las multitudes, entre cre-
yentes, incrédulos y manufacturados, allí mismo estaban
parados los tres, en esa multitud de personas: creyentes,
manufacturados, e incrédulos; hallados aquí en este ca-
pítulo, aquí mismo. Y por cuanto Jesús había hablado las
Palabras en el tono en que lo había hecho, eso había sepa-
rado a Su congregación; no obstante, así tiene que ser.
170 Rev. William Marrion Branham
59. Él era un gran hombre mientras sanaba a los enfermos,
pero cuando llegó a la Doctrina y la profecía, eso fue lo
que separó la cáscara del trigo. ¿Ven? La cáscara sólo en-
vuelve al trigo, no es el trigo. Ella no puede ser usada. No
hay nada en ella; no tiene Vida; es la cáscara, y no puede
permanecer con el trigo. Ella no será heredera con el trigo.
Y entonces tiene que… ahora estamos hablando sólo del
grano, el corazón del grano de trigo.
60. Ahora fíjense, Pedro estaba convencido de que Ése era
el Mesías. Ahora, no tuvo importancia lo que los demás
dijeron. No tuvo importancia lo que los sacerdotes dije-
ron. A Simón Pedro no le importaba lo que decía la igle-
sia. Él mismo estaba convencido.
61. Jesús le dijo, en un lugar donde preguntó: “¿Quién di-
cen los hombres que Soy Yo?”.
62. “Y algunos dijeron: Eres ‘un profeta’, y otros dijeron:
Eres ‘uno de los antiguos profetas resucitado’, y—y eres
‘Moisés’ o ‘Elías’, o alguien”.
63. Él dijo, “Yo te pregunté, ¿qué piensas tú?”
64. Y Pedro dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vi-
viente”.
65. Él dijo: “Bienaventurado eres, hijo de Jonás; Simón, el
hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre. No
lo aprendiste de un libro, ni de un credo, ni del catecismo.
Tú… Mi Padre que está en el Cielo te lo ha revelado”.
Allí está el creyente genuino; la revelación espiritual de la
Palabra. ¿Ven? Y so-… “Tú eres Simón, y sobre esta roca
(tu revelación de Quién soy Yo) edificaré Mi iglesia; y las
puertas de Hades no prevalecerán contra Ella”. ¿Ven?
66. Con razón Simón dijo: “¿A quién iremos?”
67. Jesús se dio la vuelta y dijo: “¿Queréis acaso iros tam-
bién vosotros?”.
Tres clases de creyentes 171
68. Y ellos le respondieron: “Señor, ¿a quién, a dónde ire-
mos? Pues, sólo Tú tienes las Palabras de Vida; Tú eres el
Único”.
69. Pues, no solamente tenía las Palabras de Vida, sino
que Él era la Palabra de Vida. ¿Ven? Él era la Palabra de
Vida, y Simón reconoció esto completamente. Y cuando
lo reconoció, eso fue lo que lo mantuvo firme, porque le
había sido revelado que Él era esa Palabra viviente.
70. Ahora, ése el creyente genuino, cuando es el Espíritu
Santo; no algunos persuadidos por alguna otra persona, o
por alguna otra cosa. Sino que es cuando el Espíritu Santo
le haya revelado a Ud. la propia Palabra, y Ud. vea cla-
ramente la Palabra, vindicada; luego el Espíritu de Dios
llega y entra en esa edad, la palabra para esa edad, y la
hace manifiesta.
71. ¿Cómo pudiera un hombre no haber creído a Lutero
si él hubiera sabido eso? Lutero fue un reformador. El es-
píritu de hombre salió allá para reformar. Con Wesley fue
igual; ellos tuvieron que creerlo. ¿Ven? Ése era el—era el
Mensaje para esa edad de la Iglesia. Era exactamente lo
que ocurría. Eso era lo que debía acontecer; uno tenía que
creerlo.
72. Y aquí nos encontramos, en la Edad de Laodicea. Y
nos ha sido enseñado en la Edad de Laodicea, que Cristo
ha sido sacado de Su iglesia; y aún estaba tocando a la
puerta, tratando de volver a entrar. Entonces cuando ve-
mos esto sucediendo, nos damos cuenta en qué edad esta-
mos viviendo.
73. Y entonces, estamos al fin de la historia del mundo. El
libro ahora se está terminando. La última línea será escrita
allí algún día, y entonces se cerrará, luego el tiempo no
será más.
172 Rev. William Marrion Branham
74. Y se prepara un gran drama. Hay Ángeles en los cie-
los, observando. Uds. saben lo que es un drama. Los acto-
res están listos. Uno los puede ver actuando.
75. Uno puede ver al maligno en su papel. Uno puede ver
al villano del drama, cómo ha entrado en la escena con su
astucia, para engañar.
76. Pero uno también puede ver a la Iglesia raptada, prepa-
rándose. ¡Es una escena grandiosa! Uno puede ver la Pre-
sencia de Dios vindicando y produciendo el gran drama
que está predicho aquí en esta Biblia, listo para su desen-
lace. ¡Qué tiempo en el cual vivir, el tiempo más glorioso!
Los hombres de todas las edades han anhelado este tiem-
po. Los profetas de antaño anhelaron ver esta hora, pero
no fueron tan privilegiados.
77. Ahora, allí había un creyente; por cuanto lo había vis-
to, él lo creyó. “Estamos plenamente convencidos que Tú
eres el Cristo, el Mesías, la Palabra de Dios para este día,
y nosotros creemos eso”. ¿Ven? Ése fue un verdadero cre-
yente.
78. Veamos unos creyentes más, rápidamente, antes de pa-
sar al siguiente personaje. Tomemos al profeta Noé. Cuan-
do él, siendo quizás un granjero, posiblemente lo era en
aquellos días, un granjero. Pero cuando los burladores y
los religiosos de aquel día… La iglesia había menguado y
Dios le habló a Noé, y le dijo a Noé que debería construir
un arca. Noé no discutió eso con Dios. Él lo creyó, que
era la Palabra de Dios y se puso a trabajar rápidamente,
preparando las cosas.
79. Ése es el verdadero creyente; no discute al respecto.
Cuando uno está plenamente convencido, ése es el uno
final. Es igual con cualquiera, con cualquier fe, de la mis-
ma manera, “la fe viene por el oír”. Si Ud. se puede parar
Tres clases de creyentes 173
aquí, a pesar de lo que el médico diga que anda mal con
Ud. (lo cual, el hombre le ha dado el diagnóstico del caso,
y es probable que sepa de lo que habla, hasta donde sus
instrumentos y conocimientos le permite saber), sin em-
bargo, él dice que sólo le espera la muerte. Pero uno ora,
y parado allá, en el futuro, uno pude ver a un hombre o a
una mujer parados allí sanos. Sí, con eso basta; y eso es
suficiente. Uds. recibirán eso con toda seguridad, porque
uno lo cree. Dios lo ha hablado. Uno sabe que así es.
80. Como la damita que al toser vomitó el cáncer, ¿ven?
En su mente no había duda que eso iba a suceder. El cán-
cer había muerto, y se desprendió y tuvo que salir. ¿Ven?
Es así, uno lo cree.
81. Como ese padre que entró allí con su hijito hace unos
momentos. Y él ahora está aquí en algún lugar del edificio.
El niño había sufrido una caída y perdió la memoria. Él no
podía recordar nada. En tan sólo unos momentos, después
de orar, yo le pregunté su nombre. Y me dijo su edad, y
allí se encuentra tan normal como cualquier niño. ¿Ven?
¡Ellos creen! Y cuando Dios dice algo, así tiene que ser.
82. Y Noé le creyó a Dios, y Noé fue considerado un cre-
yente.
83. Daniel, cuando la iglesia estaba en cautividad allá en
Babilonia, Daniel le creyó a Dios. Y no importaba cuánto
ellos dijeran: “Proclamaremos un decreto: No se orará a
ningún otro dios, sino solamente a esta imagen”, de este
hombre santo, o lo que fuera. Daniel no le prestó atención
a eso. Él había oído a Dios, pues él era un profeta, y la
Palabra vino a él. Y cuando el templo fue dedicado, fue di-
cho: “Si algún hombre está angustiado en cualquier parte,
y mirare hacia acá, hacia el lugar santo, y orare, entonces
oirá del Cielo”. Y Daniel le creyó a Dios. Él fue un cre-
174 Rev. William Marrion Branham
yente genuino, y aun los leones no se lo pudieron comer.
Y eso es correcto (¿ven?), él era un creyente. Él tenía algo
real y genuino. Él era un creyente.
84. David, otro creyente; un muchachito desechado.
85. Daniel no se puso del lado de la iglesia moderna, ni
tampoco Noé se puso del lado de la iglesia moderna; de
ninguna manera. Ellos eran creyentes en lo que Dios decía
que era la Verdad. No importaba lo que el mundo moderno
decía, ellos creían que lo que Dios decía era la Verdad.
Ésos son los creyentes genuinos.
86. Igual como hizo Pedro y lo apóstoles, ellos creyeron
que Él tenía la Palabra de Vida y que era la Palabra de
Vida. Yo creo lo mismo hoy. Y toda otra cosa en contra de
Ella es contraria; no es… es muerte. Sólo Esto es la Pala-
bra de Vida, y Cristo es la Palabra.
87. Ahora, David era un muchacho rubicundo. En primer
lugar, es probable que sus hermanos lo trataran mal, por-
que él era pequeño. Él no tenía suficiente tamaño para usar
armadura. Él no podía ir a la guerra, y era muy pequeño y
flaco; y sin embargo, salió allá como creyente.
88. Y estando allá, en el desierto, cuidando de unas—al-
gunas docenas de ovejas que su padre le había encomen-
dado cuidar, con una honda (en una región en donde había
leones y osos, lobos y todo eso), David comenzó a consi-
derar los prados verdes bajo la sombra, y sabía lo que sig-
nificaba para una oveja llegar ahí a esa sombra, y echarse
allí durante ese calor del sol; sabía lo que significaba un
buen trago de agua fría, pues dijo: “Como el ciervo brama
por las corrientes de las aguas, así clama por Ti oh Dios,
el alma mía”. ¿Ven? Él había clamado, orado.
89. Y un día surgió la emergencia, un león agarró una de
sus ovejas, y huyó. Él pensó: “¡Dios me hizo superior a
Tres clases de creyentes 175
ese león!”. ¿Ven? Y tomó la honda, y derribó al león con
una piedrecilla en esta honda. Ahora, si alguien ha visto
un león, uno de esos leones africanos (Esos leones mele-
nudos que existen allí en la Palestina y Asia), sabría lo que
es una bestia de ésas. Cuando un gran rifle Mágnum de
calibre trescientos difícilmente lo derribará, y él lo derribó
con una piedra. Y cuando el león se levantó para perse-
guirlo, lo tomó por la barba y lo mató. Por eso fue que él
sabía de lo que hablaba; él había tenido una experiencia.
Él había probado a Dios, en cuanto a Su Palabra.
90. Y él—él no le temió a Goliat, pues, era un incircun-
ciso; él no era en nada un creyente. Y Goliat salió y lo
maldijo en el nombre de sus dioses.
91. Y Goliat, mucho más grande que él; era un individuo
muy grande, sus dedos median catorce pulgadas. Ahora,
los dedos serían así de largos (¿ven?), dedos de catorce
pulgadas; era un guerrero. Y es probable que la vestidura
de metal que tenía tal vez pesaba trescientas libras, o más
(¿ven?), la cual tenía puesta. El casco, y un gran… proba-
blemente el metal era de pulgada y media, de espesor. Un
gigante inmenso como ese, caminando con una—con una
lanza que se dice medía unos veinte pies. Él cargaba una
lanza de veinte pies en la mano. Ahora, ¿cómo lograría
alguien…? Un hombre así podía levantar una docena de
hombres, y lanzarlos así, mientras le atacaban. ¡Qué tre-
menda oposición!
92. Y allí estaba, parado allí, jactándose, vanagloriándo-
se. Cuando los… parecía que las posibilidades no estaban
a favor (¿ven Uds.?), él dijo: “Vamos… No derramemos
sangre”. Dijo: “Dejen que un hombre venga y pelee contra
mí, y entonces si yo gano, luego todos Uds. me servirán;
y entonces si Uds. ganan, luego nosotros les serviremos a
176 Rev. William Marrion Branham
Uds.”
93. ¿Ven? Cuando el diablo piensa que tiene las posibi-
lidades a favor (¿ven?), es allí cuando le gusta alardear.
Pero él se encontró con el hombre equivocado. Él se en-
contró con el hombre más pequeño de la región; un pe-
queño de hombros encorvados, un individuo de apariencia
rubicunda.
94. Él dijo: “¿Quieren decirme que Uds., siendo el ejército
del Dios viviente, van a quedarse allí parados y permitir
que ese filisteo incircunciso desafíe el ejército del Dios vi-
viente?” ¡Pues, él quedó perplejo por eso! ¿Por qué? ¿Por
qué? Él era un creyente. Los demás eran manufacturados.
¿Ven? Observen, él era un creyente genuino. Él dijo: “Si
Uds. temen, yo iré a pelear contra él”. ¿Ven? ¡Qué tre-
mendo reto para un pequeño como ése! Y pues él era un
creyente, y por lo tanto, hizo exactamente lo que sabía que
Dios haría. Él es…
95. Cuando ese filisteo incircunciso lo maldijo en el nom-
bre de sus dioses, le dijo: “¿Seré acaso un perro?”, porque
salió un muchachito pequeño y flaco como ese. Pues dijo,
“Te levantaré sobre la punta de mi lanza, y te colgaré allá
arriba en el árbol y dejaré que las aves picoteen tu carne”.
¡Oh, vaya! ¡Oh, qué tipo tan horrible era ése!
96. David dijo: “Tú vienes contra mí con espada y lan-
za, con armadura; vienes contra mí en el nombre de un
filisteo. Sin embargo, yo vengo contra ti sin espada y sin
lanza, sin armadura, pero vengo contra ti en el Nombre de
Jehová Dios de Israel”.
97. Allí lo tienen. Ése es el creyente. Ésa es su fortaleza.
Ése es su escudo. Ésa es su defensa. ¡Amén! Ésa debe ser
la defensa de la Iglesia. Para cualquier creyente, Ésa es su
defensa. No importa lo que suceda, lo que el mundo diga
Tres clases de creyentes 177
o cualquier otra cosa, la defensa suya es Jehová Dios de
Israel; no hay más. “El Nombre de Jesucristo es una torre
fuerte, y los justos corren allí y quedan a salvo”. Ésa es
nuestra defensa, Jesucristo.
98. Noten, y cuando aconteció, sabemos lo que sucedió.
David, sin tener dónde pegar excepto ese sólo lugarcito
cuando bajó su protector sobre el rostro. Un lugar al cual
acertar era aquí mismo en su frente. Y antes de que pudie-
ra llegar cerca del gigante, Dios dirigió la piedra al blanco
de muerte, y él mató al gigante. ¿Ven? Dios lo hizo. Aho-
ra, notamos que él fue un creyente.
99. Ahora, otro creyente fue Abraham, y él era de… un
caldeo de la ciudad de Ur. Y él fue llamado a hacer algo
que era… y a creer algo que era totalmente imposible físi-
camente. “Pero él no titubeó con incredulidad ante la pro-
mesa de Dios”, dice Romanos 4, “Más bien se fortaleció
dando gloria a Dios”.
100. Cuando Abraham tenía setenta y cinco años, y su es-
posa sesenta y cinco años, y habían estado viviendo juntos
desde jóvenes. Ella era su media hermana; un joven y una
jovencita. Y así era, ellos había convivido sin poder tener
hijos. Entonces Dios le dijo a Abraham: “Sepárate de los
incrédulos”. Dios siempre llama a una separación. “Sepá-
rate de los incrédulos y camina conmigo, y Yo te he hecho
un padre de muchas naciones. Yo ya lo he hecho”.
101. Y Abraham lo creyó. Ese es un creyente. “¿Cómo lo
vas a hacer, Señor?”, él nunca hizo esa pregunta. Dios dijo
que lo haría y asunto terminado.
102. Cuando pasó el primer mes, y Sara aún… Ella había
pasado ya la menopausia. “¿Algún cambio?”
103. “Ni el más mínimo”.
104. Sin embargo, Abraham continuaba creyéndolo. Vein-
178 Rev. William Marrion Branham
ticinco años más tarde, aún no había cambio, pero Abra-
ham aún seguía creyéndolo. Ése es un creyente. Ése no es
un manufacturado. Ése es un creyente. Veinticinco años
después, Abraham estaba más fortalecido que al principio.
“Él le creyó a Dios y le fue atribuido por justicia”. Ése es
el creyente genuino.
105. Ahora, después de un rato les voy a dar lugar para que
Uds. se escudriñen y vean en qué clase se encuentran.
106. Ahora, ¿qué hizo Abraham? “Tampoco dudó de la pro-
mesa de Dios”, por las imposibilidades.
107. ¿Qué haría un hombre de setenta y cinco años, acom-
pañado de una esposa de sesenta y cinco años, si fueran
al médico y dijeran: “Queremos hacer los preparativos (lo
del hospital), vamos a tener un bebé?” Y luego, veinti-
cinco años después, decir: “Doctor, ¿todavía nos tiene la
reserva en el hospital?”. ¿Ven? ¿Ven?
108. Lo hace a uno actuar raro; las decisiones de uno son
raras para el mundo. Pero es un creyente, no importa cuán
raro parezca. La Biblia dijo que él estaba “Plenamente
convencido que Dios era poderoso para cumplir lo que
había dicho que haría”.
109. Ése debe ser el objetivo de todo creyente en esta tarde.
Dios es poderoso para cumplir toda promesa que Él dijo
que haría. No me importa lo que digan las denominacio-
nes, esas palabras: “Los días de los milagros han pasado,
y que todo esto es telepatía y demás, o lectura de la suerte.
Es…”. A mí no me importa lo que ellos digan. Yo todavía
creo. Si ese rifle está alineado con el blanco, dará en el
blanco. Y yo creo que si un creyente está alineado con la
Palabra de Dios, dará exactamente igual. Si la Palabra de
Dios alguna vez lo prometió, lo hará otra vez. Estoy ple-
namente convencido de eso. Que… Cuando vemos que
Tres clases de creyentes 179
estamos en esta edad cuando eso debe estar aquí; eso debe
suceder aquí. Estas cosas deben acontecer.
110. Por eso es que yo creo que cuando esa Novia sea lla-
mada y elegida, y puesta en el Libro de la Vida, vendrá un
estruendo del Cielo que infundirá un bautismo del Espí-
ritu Santo a tal grado en esa Novia que la levantará de la
Tierra, en gracia de Rapto. Dios lo prometió. No importa
cuánta ciencia, ni cuántos astronautas recluten, ni lo de-
más, ni cuántos millones de millas puedan ver; nada de
eso me importa. Existe un Cielo, y allí hay un Jesucristo
literal que vendrá en la forma corporal para recibir a Su
Iglesia en Sí Mismo. No importa lo anticuada que parezca
ser la historia, aún es la verdad; Dios así lo dijo. Eso es lo
que creen los creyentes.
111. Dios dijo: “Yo soy Jehová quien sana todas tus dolen-
cias. Yo soy Dios y no cambio”. ¡Amén! Y Dios es la Pala-
bra. Y si Dios no cambia, entonces ¿Cómo va a cambiar la
Palabra? ¿Ven? “Yo soy Dios y no cambio”. Así dicen las
Escrituras; Dios mismo lo dijo. Y si Él no puede cambiar,
entonces Él es la Palabra. “En el principio era el Verbo, y
el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. ¡La Palabra
incambiable! “Y el Verbo fue hecho carne y habitó entre
nosotros”. ¡Amén! Sí señor.
112. Dios levantó cuerpos, a través de la historia; Moisés
y Ezequiel y Jeremías, Isaías y a varios Elías, a través de
la historia, en los cuales vino Su Palabra temporalmente.
No obstante, la plenitud de la Palabra se manifestó en este
Hombre Jesucristo. Y, Él fue Dios en la plenitud de la Dei-
dad corporalmente. Allí Él fue hecho carne. Yo creo eso,
toda Palabra.
113. Job, otro creyente.
114. A veces los creyentes son probados; no a veces, ¡cada
180 Rev. William Marrion Branham
vez! “Pues todo hijo que viene a Dios tiene que ser casti-
gado, probado y disciplinado como hijo”. Recuerden, las
pruebas, los caminos polvorientos, el sol candente de la
persecución, pero la lealtad de su corazón golpea ese ma-
terial hasta que esté listo para entrar al molde. Los hijos de
Dios son formados correctamente en Su Palabra, porque
son ejemplos vivientes y la Palabra de Dios vive a través
de ellos. ¿Ven? La prueba viene para sacudirlos, para lle-
varlos hasta lo más profundo, para ver dónde se pararán
Uds. Son probados y todo hijo que viene a Dios es exami-
nado.
115. Job pasó por las pruebas y las tribulaciones. Sus hijos
le fueron quitados; todo lo demás le fue quitado. Vinieron
los miembros de la iglesia, le acusaron de ser un pecador
oculto, e intentaron decir toda clase de cosas contra él; sin
embargo, él no prestó atención a nada de eso. Él sabía que
había cumplido con los requisitos de Dios. Él sabía que no
había necesidad de que Satanás tratara de tentarlo. Él sabía
que ése era el diablo. Y mientras Satanás pudiera hacerle
creer que su enfermedad era obra de su Dios, él tenía a Job
vencido. Pero una vez que Job recibió esa revelación, que
¡no era Dios! Él sólo pasaba por sus pruebas para hacer
algo de él. No era Dios que lo hacía; era Satanás haciendo
eso.
116. Y es igual hoy, él procurará decirle que estas pruebas
y demás, es su Dios tratando de castigarlo a Ud.; no es así,
no señor. Es Satanás haciendo eso, y Dios permitiéndolo,
para llevarlo a Ud. a su temple; para hacerle ver si Ud.
está atado a esta tierra, por los cuidados terrenales, o si sus
tesoros están en el Cielo. “Porque donde estén sus tesoros,
allí estará también Ud.”. Es la verdad. El corazón suyo
está donde estén sus tesoros.
Tres clases de creyentes 181
117. Job, siendo probado, sin embargo dijo: “Yo sé que mi
Redentor vive; y al fin Él se levantará sobre el polvo, y
después de deshecha esta mi piel…”
118. ¿Notaron Uds.? Los gusanos ya estaban en él. Los gu-
sanos de su piel están en Ud. Aunque Ud. esté en un ataúd
sellado, sin aire, o como fuere, sin embargo, los gusanos
ya están allí. Ellos están en Ud., y están dispuestos a ser
llamados a hacer su trabajo en cualquier momento. Acuér-
dense de César, él se descompuso allí mismo en la calle.
Los gusanos se lo comieron, allí mismo en la calle, sus
propios gusanos. Están allí mismo, listos.
119. “Aunque mis gusanos destruyan este cuerpo, aun he
de ver en mi carne a Dios”. ¡Amén! Ud. no lo puede ani-
quilar. A pesar de que los gusanos se la coman, aún apa-
recerá de nuevo. “Al cual veré por mí mismo, y mis ojos
lo verán, y no otro”. Él lo dijo, Job. ¿Por qué? Él era un
creyente. En las pruebas él fue un creyente; en la persecu-
ción él fue un creyente. Él fue un creyente genuino.
120. José, otro creyente, no podía evitar ser lo que él era.
Él era un profeta. Dios lo hizo profeta. Él no quería ser
diferente a sus hermanos, pero era diferente. Dios lo hizo
a él lo que era. Nadie más podía tomar su lugar.
121. Nadie puede tomar el lugar suyo, no importa lo insig-
nificante que sea. Ud. dirá: “Sólo soy un ama de casa”;
nadie puede tomar su lugar. Dios, en Su gran economía, le
ha establecido a Ud. en el Cuerpo de Cristo, al punto que
nadie puede tomar el lugar suyo. Cuánto quisiera ocupar
yo el lugar de Billy Graham, cualquiera de nosotros los
ministros, pero no podemos hacerlo; pero, sólo recuer-
den: Billy no puede ocupar el lugar nuestro. ¿Ven? Todos
tenemos un lugar, algunos somos evangelistas, algunos
profetas, otros maestros, otros pastores o lo que seamos;
182 Rev. William Marrion Branham
algunas, amas de casa; algunos, mecánicos; algunos, agri-
cultores; lo que sea, Dios lo ha colocado a Ud. en su lugar.
¿Ven?
122. José era un profeta. Él no podía evitar que interpreta-
ra sueños. Él no podía evitar que viera visiones. Ahora,
fíjense cuán fiel fue con eso. No importaba que le costara
el compañerismo con sus hermanos, él permaneció fiel,
porque creyó aquellos sueños. Él creyó que el sueño que
tuvo, que todos ellos se postrarían delante de él, así lo ha-
rían los manojos. Eso aconteció porque él lo creyó. Él fue
un creyente genuino. Cómo…
123. Tengo cinco minutos y diez hojas. Fijémonos, ahora,
fíjense, en una Escritura anotada aquí. La mujer…
124. Natanael, él fue un creyente. ¿Verdad que sí? Nata-
nael, cuando vio lo que se llevó a cabo, y eso fue obrado
en él; que Jesús le dijo a él quién era y dijo que era un
“verdadero Israelita”, y que en él “no había engaño”, y le
dijo dónde había estado el día anterior: “Orando debajo
de un árbol”. Él lo vio cuando Felipe lo llamó. Él fue un
creyente.
125. Hubo muchos parado allí que dijeron: “Éste es el espí-
ritu del diablo. El diablo es el que obra sanidad Divina”.
Ese mismo diablo aún no ha muerto hoy. Ellos creen que
el diablo obra la sanidad Divina.
126. Jesús dijo: “Si Satanás puede echar a Satanás, enton-
ces su reino está dividido, y un reino así no puede perma-
necer”. ¿Ven? Satanás dijo, en la… Él no puede hacer eso.
Por lo tanto, Satanás no puede echar a Satanás.
127. Así que Natanael fue un creyente. Y cuando él vio la
Palabra hecha carne, eso vindicó que él era un creyente, él
dijo: “Tú eres; Rabí: Tú eres el Cristo, Tú eres el Rey de
Israel”. Él lo creyó.
Tres clases de creyentes 183
128. Cuando la mujer junto al pozo lo vio, ella lo creyó.
Ella fue una creyente.
129. Cuando el ciego Bartimeo… Cuando una mujer pasó…
130. Y todos estaban clamando, comportándose así. Algu-
nos decían: “Allá hay todo un… Oigo que Tú resucitas a
los muertos. Acá hay un cementerio lleno de ellos, ven y
resucítalos; queremos verte hacerlo”. ¿Ven Uds.? Ese mis-
mo diablo que dijo: “Si eres el Hijo de Dios, manda que
estas piedras se conviertan en pan”. El mismo que vendó
Su rostro con un trapo, lo golpeó en la cabeza, diciendo…
se pasaron el palo, del uno al otro, diciendo: “Pues, si nos
dices quién te golpeó, nosotros te creeremos”. Aquellos
soldados (¿ven?), burlándose de Él. Parecía que todo esta-
ba en Su contra.
131. Pero sólo recuerden: Dios siempre está en la escena.
¿Ven? Él está allí listo, en cualquier momento.
132. Entonces Jesús dijo: “Yo pudiera hablarle a Mi Padre
e inmediatamente me enviaría doce legiones de Ángeles”.
¡Oh, hermano!, ¿qué no haría un solo Ángel? ¿Ven? Pero
noten, Él podía enviar doce legiones a Su orden; pero Él
tenía una obra que llevar a cabo. Él tenía algo que hacer,
Él tenía que pasar por eso.
133. Y Ud. tiene algo que hacer. Dios tiene algo para que
Ud. haga. Puede ser que Ud. sufra algunas angustias y al-
gunos problemas; puede ser que tenga algunas desilusio-
nes, pero, ¿oramos para evadirlas? No. “Señor, ayúdame a
través de ellas, cualquier cosa que sea. Cualquier cosa que
sea, no me permitas escapar de ellas. Si están puestas para
mí, sólo dame gracia para pasar por eso; es todo”.
134. Ahora fíjense, el ciego Bartimeo, él lo supo; porque
se les había dicho: “Éste es aquel profeta de Galilea, Él
es el Hijo de David; nosotros lo creemos”. Algunos de los
184 Rev. William Marrion Branham
creyentes debieron haberle dicho eso. “Nosotros los cre-
yentes sabemos que Él es el… ese Hijo de David”.
135. Y él sabía que si Él era, Él era la Palabra. Y sabiendo
que Él era la Palabra, entonces sabía que Él podía discer-
nir los pensamientos de los corazones; por lo tanto clamó:
“Hijo de David, ten misericordia de mí”. Los incrédulos
estaban gritando esto y aquello, los miembros de iglesia.
Eso para nada detuvo al ciego Bartimeo. Él dijo: “¡Oh,
Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!”.
136. Tal vez Él no podía oírle; pero sabía que él estaba cla-
mando y se detuvo, y se dio la vuelta. Allí había un cre-
yente. Él dijo: “Tu fe te ha salvado”. Amén.
137. Él le dijo eso a la mujer con el flujo de sangre, lo mis-
mo: “Tu fe”.
138. Pues, ella dijo en su corazón: “Si tan sólo puedo tocar
Su manto, seré sana”. “Tu fe te ha salvado”. ¿Ven? Ella
era una creyente.
139. Eso fue lo mismo que salvó a William Dauch, sentado
allí, el otro día, sufriendo un colapso cardíaco total, y un
ataque al corazón; un hombre de noventa y un años de
edad. “Tu fe te ha salvado”. ¿Por qué? Él es un creyente.
140. El reverendo Tom Kidd aquí, incluso entrando en
sus… casi, me supongo, ya en los noventa años, anciano,
o cerca de eso. Y cuando tenía setenta y nueve años, lo
llevaron al hospital con cáncer en la próstata. El médico
dijo: “No tiene esperanza”.
141. Pero cuando entramos aquella mañana, vimos a ese
pequeño patriarca con la manta sobre sus hombros, sen-
tado allí, golpeando el suelo con su bastón, estando casi
fuera de sí. Él le dijo a una anciana que estaba allí (la lla-
mó abuela; la conocía, fue una de sus miembros por años),
dijo: “Te ves tan blanca como la nieve”, estando más allá
Tres clases de creyentes 185
de su razonamiento mental.
142. Sin embargo, cuando el poder de Dios bajó a esa ha-
bitación… Él aún vive esta noche. Eso hace como cuatro
años. Un hombre de casi ochenta años, y aquí está aho-
ra en esta noche, perfectamente sano y bien, del cáncer.
¿Ven? No un creyente manufacturado, ¡sino un creyente!
Eso es, ¡crean! Él tomó a Dios en Su Palabra.
143. Es igual como estaba el ciego Bartimeo. Ciego, pero
sabía que si lograba atraer la atención de Jesucristo, reci-
biría lo que él quería.
144. La mujer sabía que si lograba tocar el borde de Su
manto, ella recibiría lo que lo que ella quería.
145. Tom sabía. Él tuvo fe, que si yo oraba por él, recibiría
lo que él quería.
146. ¿No es ésa la misma fe de la que habló Marta? “Aún
ahora, Señor, lo que Tú pidas a Dios, Dios te lo concederá.
Mi hermano está tendido allá, muerto, lleva cuatro días en
la tumba; pero sólo pídele a Dios y Dios te lo concederá”.
Dijo:
147. “Tu hermano se levantará otra vez”.
148. Y ella dijo: “Sí, Señor, en el día postrero, en la resu-
rrección, él se levantará. Él era un buen muchacho”.
149. Él le dijo: “¡Pero Yo soy esa resurrección y Vida!”
150. “Sí, Señor, yo también creo eso”.
151. “¿Dónde le habéis sepultado?” Con eso tuvo, quedó
concluido. Sí señor.
152. La reina del sur vino entre esa generación de incrédu-
los, es cierto, y se paró allí y creyó que lo que ella veía
era de Dios. La Biblia dice: “Ella se levantará en el día
postrero, con esa generación, y la condenará, porque ella
vino de los confines del mundo para escuchar la sabiduría
de Salomón”.
186 Rev. William Marrion Branham
153. Moisés fue un creyente. A pesar de que lo había in-
tentado intelectualmente, había tratado toda clase de plan
posible, pero no funcionó. Él trató de sacar a Israel; sabía
que había sido llamado a hacerlo. Él lo intentó por la vía
de la matemática; lo intentó por la vía militar; lo intentó
por la vía de la educación. Él lo intentó de todas las for-
mas, mas no funcionó. Pero después él escogió la manera
de Dios.
154. ¿Qué sucedió? Había un Fuego en una zarza allá, cier-
to día, que no se consumía. De allí le habló la Palabra y
le dijo: “YO SOY”. No dijo: “Yo fui, o Yo seré”, “YO
SOY”. Y Él aún es el “YO SOY”. Él es la Palabra, la Pa-
labra Eterna que permanece para siempre.
155. Moisés no dudó. Las dificultades estaban contra él,
todo, la naturaleza estaba contra él, todo estaba en su con-
tra. Pero con un palo torcido en la mano, fue allá y tomó el
mando de toda la nación, la ahogó allá en el Mar Muerto,
y llevó a Israel a la tierra prometida. ¿Por qué? Él le creyó
a Dios. Correcto. Él tenía un…
156. Ése es el creyente. Podríamos permanecer… Miren,
pasé mi media hora en los creyentes.
157. Faltan las otras dos clases. Las veremos rápidamente,
pues de todas maneras no son importantes. No.
158. Luego, en segundo lugar, viene ahora el incrédulo. Ha-
blemos ahora del incrédulo. ¿Qué es lo que hace el incré-
dulo?
159. Vemos que el creyente (¿qué?), acepta la Palabra; en
toda raza, en toda generación, desde Noé, hasta llegar a
hoy. Podríamos tener seis meses de avivamiento allí mis-
mo en eso, presentando los distintos personajes. Ellos
creen. El creyente no cuestiona. El creyente lo cree, sin
importar cómo suena o lo que tengan que decir de Eso los
Tres clases de creyentes 187
demás, o cuán imposible parezca ser.
160. El creyente lo cree; cree ¿qué? La Palabra. No el cre-
do, ¡La Palabra! No la denominación ¡La Palabra! No lo
que algún otro diga, ¡Sino lo que dice la Palabra! Ahora
recuerden, ése es el creyente. El creyente no cuestiona. El
creyente no dice: “¿Cómo será posible? ¡Si me lo expli-
caran!”. Ése es el incrédulo. Ajá. Es el creyente, que, no
importa lo que sea: ¡Si es la Palabra, es la Palabra! Eso es
la verdad”. Ése es el creyente.
161. Ahora el incrédulo. Ahora veamos… Tomemos los in-
crédulos. Nos damos cuenta que andaban bien, siempre y
cuando les dieran palmaditas en la espalda y les llamaran
“discípulos”. Y (ellos) mientas todo les marchaba bien,
estaban bien. Pero cuando este Profeta que ellos conside-
raban un profeta y sabían que lo era, pues podía sanar a
los enfermos y todo aquello, ¿qué hizo Él? Cuando vino la
Verdad genuina y la reprimenda contrario a lo que creían,
ellos no pudieron aceptar la Palabra.
162. Podían aceptar los milagros, y ellos los hacían. Salie-
ron y echaron fuera demonios, predicaron la Palabra, y
aún eran incrédulos. Mateo 10, Él los envió, de dos en
dos, a los setenta, y ellos echaron fuera demonios, de tal
manera que Jesús se regocijó y dijo: “Yo veía a Satanás
como un rayo que caía del cielo”. ¿Lo ven? Ellos echaron
fuera demonios; Judas juntamente con ellos. Aquí vienen
los incrédulos.
163. Pero tan pronto Jesús comenzó a decir que Él era algo,
de que Él era “la resurrección”, Él era “la Vida”. “¿Qué di-
ríais si viereis al Hijo del Hombre que sube a donde estaba
primero?”.
164. “Ahora este Hombre quiere decir que viene del Cie-
lo, eso ya es demasiado para nosotros; no podemos creer
188 Rev. William Marrion Branham
eso”.
165. Él dijo: “¿Qué es? La carne de la que Uds. hablan, para
nada aprovecha; es el Espíritu que vivifica”.
166. Allí lo tienen. El Espíritu vivifica la Palabra; es el Es-
píritu, no el credo. El Espíritu Santo le vivifica a uno la
Palabra, y cobra vida, y allí está, uno lo ve. Por la fe uno lo
ve. Sabe que así es porque la Palabra lo dijo, y el Espíritu
le vivifica a uno la Palabra. Allí lo tienen.
167. Ahora, Él dijo: “¿Qué…?”. Y tan pronto hicimos esto,
nos damos cuenta que los incrédulos, cuando uno dice
algo con lo cual no están de acuerdo, ellos lo abandonan a
uno. “¡Yo no lo creeré!” ¡Oh, se está viendo tanto de eso
en el mundo hoy! Comience y diga algo…
168. Ellos se reúnen. Lo he notado en reuniones, ellos se
reúnen, grandes multitudes, y uno se para y comienza a
decir algo… Ahora, siempre y cuando uno… Y él se que-
da allí, observando, sólo esperando. Y tan pronto uno dice:
“Ahora, Jesucristo se identificó como el Mesías, por cuan-
to Él fue un profeta”, la gota derramó el vaso, se marchan.
Alguien… Y ellos se marchan ¿Qué es? Son incrédulos.
169. Ahora, Uds. dirán: “Ud. está inventando eso”. No es
invento. Estoy diciendo exactamente lo que la Biblia dice
aquí.
170. Ellos eran incrédulos y se marcharon, a pesar de que
eran discípulos; pero eso era contrario a lo que… Ellos
dijeron: “Esto, ¿quién puede creer una cosa como Ésa?”
¿Ven? Ellos eran fariseos y saduceos que habían llegado,
se unieron y vinieron con Él.
171. Porque, observen: “Cuando lo sobrenatural se mani-
fiesta, eso produce tres clases diferentes. Fue el caso en
Egipto. Produjo al incrédulo, al creyente y al manufac-
turado. Produjo las tres clases. Tengo aquí apuntes como
Tres clases de creyentes 189
para seguir y seguir toda la noche, explicándolo, sobre
cómo es. Dondequiera uno lo encuentra, uno ve esos tres.
Siempre es de esa manera (¿ven?), uno los encuentra.
172. Ahora observen, estos setenta, se fueron porque Eso
no cuadraba con lo que ellos pensaban que era lo correcto.
173. A nosotros no nos toca pensar; ¡Es lo que Él dijo! Uno
renuncia a sus propios pensamientos. Uno sólo dice lo que
Él dice. Eso realmente es la confesión. Confesión significa
“decir lo mismo”. Si yo confesare que cierta cosa aconte-
ció, yo diría lo mismo, lo cual aconteció. Eso es una ver-
dadera confesión. “Y Él es el Sumo Sacerdote de nuestra
confesión”. ¿Ven? Decir lo mismo que dijo Dios (¿ven?),
eso lo hace correcto, porque uno sólo está repitiendo la
Palabra de Dios.
174. Ahora noten, los setenta se fueron juntos. ¿Qué hicie-
ron? Y ellos se fueron sólo porque no estaban de acuer-
do. Su sabiduría, su afiliación con la iglesia, significaba
demasiado. Eso era demasiado para ellos, considerar que
este Hombre parado aquí, (al cual todas las demás perso-
nas creían que había nacido ilegítimamente): “Él no tenía
derecho de llamarse Dios. Y, Él tan sólo era un hombre”.
Dijeron: “No te apedreamos por la buena obra que haces,
sino que te apedreamos porque Tú, siendo un hombre te
haces Dios”.
175. Y la Palabra decía que Él era Dios; “Su Nombre será
llamado ‘Consejero’, ‘Príncipe de Paz’, ‘Dios Todopo-
deroso’, ‘El Padre Eterno’”. ¡Sus propias Escrituras que
leían!
176. Y el mismo día en que ellos cantaban el Salmo, el Sal-
mo 22: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desampa-
rado? Contar puedo todos mis huesos”; “Ni un solo hueso
será quebrado”; el propio canto que repetían en el templo,
190 Rev. William Marrion Branham
y allá estaba colgado el Sacrificio, gritando las mismas
palabras que David había dicho ochocientos años antes, y
estaban demasiado ciegos para verlo.
177. Y hoy, el mismo Dios que habló de esta edad, está en
la escena haciendo exactamente lo que dijo que Él haría,
y están demasiado ciegos para verlo. Ésos son los incré-
dulos. Ellos se marchan y dicen: “¡Oh, yo no puedo creer
cosas como Ésas! ¡Nunca había oído de Eso en mi vida!”.
No tiene ninguna importancia lo que Ud. haya oído. La
Biblia dijo que estaría aquí, y Ésa es Su Palabra.
178. Ellos tampoco habían oído de eso, pero de todas mane-
ras aquí estaba. ¿Ven? Ésa es la Verdad. Ellos eran incré-
dulos.
179. Igual como fue Eva, ella era muy religiosa, por su-
puesto; pero ella no creyó la verdadera Palabra. Y ella tuvo
que fabricarse una religión, así que arregló unas hojas de
higuera (¿ven?), pero eso no funcionó. Religión significa
“una cobertura”.
180. Caín hizo lo mismo, Caín no pudo creer que Aquello
fuese lo correcto. Él dijo: “Dios es santo, Dios es puro,
Dios es hermoso. Por tanto, me voy a conseguir flores y
tomaré de las flores y haré un gran altar muy fino, y le
mostraré a Él mi reverencia. Me presentaré ante eso, y
me postraré ante Él y adoraré a Ese Dios. Y pondré flores
sobre el altar, porque (Uds. saben), mi papá y mi mamá
se comieron unas manzana, o sea, frutas, en el huerto del
Edén; y por ese asunto fui sacado. Entonces eso es, regre-
saré por lo hermoso que lo haré. Dios sencillamente no
podrá rechazar mi catedral tan grandiosa. ¡Pues, será una
catedral demasiado grande! La haré tan hermosa que capte
la atención de Dios”. Satanás es quien mora en la hermo-
sura. Eso es exactamente lo que dice la Escritura.
Tres clases de creyentes 191
181. Por eso es que a veces una mujer bonita es una carna-
da de Satanás. Si tan sólo logra atraparla, él puede llevar
más hombres hacia el infierno que con todas las cantinas
en el país. Eso es cierto. ¿Ven? O guapo… con un hombre
muy apuesto que no se pare firme en su lugar como varón
(¿ven?), también él podría llevar a esas mujeres al diablo,
y enviarlas al infierno. Sí señor.
182. Noten, Satanás mora en la hermosura. ¿Qué trató de
hacer allá en el principio? Hacer un reino más hermoso
que el de Miguel; se mudó al norte y se llevó con él dos
terceras partes de los Ángeles.
183. ¿Ven de quién era ese hijo, teniendo esa naturaleza?
Era hijo de Satanás. Seguro, lo era. Miren, él edificó el
altar, y se arrodilló y adoró. Él hizo todo lo que (Caín), lo
que hizo Abel.
184. Pero Abel sabía que no fue eso. Él… Fue sangre lo
que los expulsó. Él sabía que fue por eso. Fue la sangre a
raíz del sexo. Entonces él tomó un animalito, y lo ofreció
sobre una roca, y le cortó el cuello.
185. Observen, Caín, él… Dios le dijo, Él dijo: “¿Por qué
no adoras como tu hermano, y serás prosperado? Te irá
bien si haces eso”. Pero no, él sabía demasiado al respec-
to. ¿Ven? Él rechazó la Palabra original, vindicada. ¡Si
esos no son sus hijos hoy! ¿Ven?
186. Ahora, miren: “Dios había testificado”, dice la Biblia.
Hebreos el capítulo 4, o el capítulo 11: “Dando Dios tes-
timonio de sus ofrendas que era justo”. Dios vindicó su
ofrenda. Dios dio prueba de que eso era lo que Él acepta-
ba; ésa era Su Palabra, Su plan.
187. Y le habló a Caín, dijo: “Haz lo mismo, y vivirás”.
Pero, ¿piensan Uds. que él lo hizo, que iba a poner a un
lado su idea? No señor. Él era un incrédulo, y se marchó.
192 Rev. William Marrion Branham
Es cierto. Caín hizo lo mismo. Nimrod hizo lo mismo. ¡In-
crédulos! Él no creía. Beltsasar, de igual manera, aunque,
o…
188. Nabucodonosor aunque tenía a Daniel como su dios, le
llamó Beltsasar, que era el nombre de su dios; al ver a Da-
niel hacer las grandes obras de Dios. Y entonces Él sabía
que Beltsasar creía… O que Daniel era un dios, entonces
le edificó una imagen, y la levantó allá e hizo que todos
la adorasen, y todo eso. ¿Ven? El reino gentil comenzó
con la adoración obligatoria a un hombre santo, y el reino
gentil termina con la adoración obligatoria a la imagen de
un hombre santo (¿ven?), de la misma manera.
189. Y hubo una escritura sobre la pared, en lenguas desco-
nocidas, en el comienzo del reino gentil, que nadie podía
leer sino ese profeta. Y hay una escritura sobre la pared
hoy, es verdad, “Icabod”, que la gloria de Dios se ha apar-
tado de esas cosas. Y la Escritura está sobre la pared y
puede ser leída por la mente espiritual que cree en cosas
espirituales, la cual ha nacido del Espíritu de Dios.
190. Beltsasar salió y tomó los vasos de Jehová, para beber
vino en ellos. ¿Por qué? Él era un incrédulo. Él pensaba
que era un creyente, pero era un incrédulo. ¿Ven? Eso es,
él descreyó la Palabra.
191. Acab, él era un incrédulo, aunque él actuaba como si
no lo fuera. No, no, él estaba entre los creyentes, pero era
un incrédulo. ¿Qué hizo él? Se casó con una idólatra y
trajo eso, la idolatría, directamente a Israel. Él era un in-
crédulo. Nosotros lo sabemos.
192. Ellos niegan que toda la Palabra de Dios sea verdad.
El incrédulo es… Vean, (recuerden), él es un hipócrita. Y
él sólo actúa así, dice que la cree, pero él la niega. Él dice:
“Pues, cierta parte de Ella está bien”. Pero si no toda es
Tres clases de creyentes 193
correcta, entonces eso lo hace a él un incrédulo. Uno tiene
que creer toda jota y toda tilde y todo lo que Allí dice.
Tiene que ser la verdad. Si ella no es la verdad, si Ud.
dice: “Ahora, yo no creo Eso”, bueno, entonces Ud. es un
incrédulo.
193. Hay un individuo que me dijo, en cierta ocasión, un
ministro, dijo: “A mí no me importa, Sr. Branham, cuán-
tas personas pueda presentar que Ud. dijera que han sido
sanadas; yo no lo creería”.
194. Le dije: “Seguro que no, Ud. no puede creerlo; Ud. es
un incrédulo. No era para Ud., es sólo para los creyentes”.
195. Uno tiene que creerlo. ¿Ven? Y ellos no lo creen. En-
tonces cuando uno ve a una persona de esa manera, bien
habló Pablo de entre los profetas, diciendo que serían “im-
petuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de
Dios; teniendo apariencias de piedad, pero negarán la efi-
cacia de ella (el Poder de la Palabra); a éstos evita”. Fí-
jense, ellos niegan la plenitud de la Palabra, pero en toda
apariencia son muy religiosos. Ellos son incrédulos a la
verdadera Palabra, aunque sea vindicada.
196. Siempre, en cada edad, Dios vindicó la Palabra de es-
tas personas de las que he hablado; Noé, y yendo hasta
Moisés, y todos los profetas, y demás. Dios habló por me-
dio de lo sobrenatural y vindicó la Palabra, y sin embargo,
esa gente le dio inmediatamente la espalda a Eso.
197. Y allí están parados esos discípulos, esos setenta, y
viendo a Jesús obrar las cosas que hizo, y conociendo la
Escritura, y Él diciéndoles que ésa era la edad en que esto
debía acontecer. Y luego cuando Él dijo algo: “¡El Hijo
del Hombre! ¿Qué dirían?” Cuando Él comenzó a decirles
de partir el pan y demás, y continuó contándoles acerca de
grandes cosas espirituales.
194 Rev. William Marrion Branham
198. Entonces ellos dijeron: “¡Oh, dura es esta Palabra!”.
199. Él dijo: “¿Qué diréis entonces si viereis al Hijo del
Hombre, si le viereis a Él subir al Cielo de donde vino?”.
Dijo: “¿Será la carne o será el Espíritu que vivifica?”.
¿Ven?
200. Y entonces ellos se marcharon, dijeron: “¡Oh, Eso!,
no, yo no puedo creer Eso”. ¿Ven? Ellos renunciaron in-
mediatamente a la Palabra. Ésos ni siquiera se quedan
para ver qué ocurre. Ése es el incrédulo.
201. Ellos, entonces ¿qué hacen? Nos damos cuenta que
ellos, que estas personas (estos creyentes, estos supuesta-
mente llamados creyentes, pero con formas de religión),
pues fallan en ver la Verdad de la Palabra de Dios identifi-
cada, porque es contrario a lo que ellos creen. ¿Ven?
202. No tiene ninguna importancia lo que Ud. crea, o lo leal
que Ud. sea, lo religioso que Ud. sea, ni… eso no tiene
ni lo más mínimo que ver. ¿La sinceridad? Pues, eso no
tiene nada que ver. ¡Yo he visto a personas muy sinceras!
He visto a los paganos quemar sus hijos, echarlos a los
cocodrilos; a madres con sus bebés. Eso es más de lo que
haría un Cristiano. ¿Ven? En sinceridad, ellos creen since-
ramente, pero están sinceramente errados.
203. Algunos dicen: “¡Pues, esta iglesia ha perdurado!”. En
eso, Ud. está sinceramente errado, si es contraria a la Pa-
labra. “¡Pues, mire, yo no creo en tal cosa!”. ¡Pero es que
la Biblia dice que así es! ¿Ven? “Yo no creo que tengamos
que hacer Esto”. A mí no me importa lo que Ud. piense
que no tiene que hacer, Dios dijo que tenía que hacerse.
204. “Estas señales les seguirán” ¿Hasta cuándo? “Hasta el
fin del mundo”. ¿A quiénes? “A toda criatura”. ¿Ven? ¡Les
seguirán!, no es ¿tal vez? ¡Ellas le seguirán!
205. Y este Mensaje de la hora que ahora estamos disfru-
Tres clases de creyentes 195
tando, la Presencia de Dios, el día postrero, el tiempo de la
tarde cuando las Luces están brillando, y las cosas que han
sido abiertas, y la Palabra vindicada y comprobada que es
la Verdad; profetizadas, aconteciendo, probado científica-
mente y todo, que es “Jesucristo el mismo ayer, y por los
siglos”; y un hombre sale dándole la espalda a Eso; él es
un incrédulo. Él queda sin esperanzas. Él está entumecido
por el poder de Satanás, hasta haber quedado sin esperan-
zas. Él queda más allá de cualquier esperanza.
206. Ahora, ¿ése es qué? El creyente, es decir, el incrédulo.
Ahora la tercera clase, de la que hablamos, es el manu-
facturado. Ése sí que es algo, ¡el manufacturado! Ahora
recuerden, allí se encontraban todos los tres. Y nos damos
cuenta que ellos obran tal como su padre, Judas.
207. Allí estaba Pedro y los demás apóstoles, creyentes.
Allí estaban los setenta, incrédulos.
208. Y allí estaba Judas, bien aferrado, él era un manufac-
turado. ¿Qué hacen estos? Estos son los que permanecen
hasta que puedan encontrarle algo, una falla. Siempre es-
tán buscando encontrarle una evasiva, viendo cómo se ha-
cen las cosas, para ver si es un truco, si es un engaño. Ellos
están esperando para venderlo. Eso es lo que buscan.
209. El incrédulo, él ni siquiera espera. Él lo ha condenado
y se ha ido.
210. El creyente, sin importar lo que suceda, de todos mo-
dos lo cree porque es la Palabra. Allí están sus tres clases.
211. Ese incrédulo se saldrá a la primera cosa dicha que a
él no le guste. Hermano, él va a mostrar sus colores allí
mismo, él es un incrédulo. Pablo dijo: “Salieron de noso-
tros, porque no eran de nosotros, desde un principio. Ellos
comenzaron con nosotros”. “¡Oh, corríais bien!; ¿qué os
estorbó?” ¿Lo ven? “Salieron porque ellos no eran de no-
196 Rev. William Marrion Branham
sotros”. Cuando éstos ven la Palabra avanzando perfecta-
mente, pues, quieren conseguir alguna clase de truco que
ellos puedan hacer. ¿Ven?
212. Pero los verdaderos creyentes no cuestionan nada.
Está escrito en la Palabra y ellos lo creen, y prosiguen;
así es. Siempre, está escrito. Si no está escrito, entonces
manténgase lejos de eso, sin importar lo que suceda. Tiene
que estar escrito. ¿Ven? Y ellos ven esa Palabra escrita, y
la creen. Y ellos ven a Dios moviéndose por Su Palabra,
ven la hora, el Mensaje, el tiempo, y caminan con Eso.
213. Como dije esta mañana, acerca de Pilato y cómo debe
haber caminado ansiosamente durante la noche, con su
conciencia atormentada, procurando limpiarse. Y él dijo
(¡vaya!), cuando sin duda lo había hablado en voz alta
en la noche diciendo: “Me he lavado las manos toda la
noche, y aún no logro entender. ¿Ven? No están limpias.
Jamás podré ir a encontrarme con Él, tengo Sangre en mis
manos”. ¡Oh, vaya! ¿Ven? Nunca sean culpables de eso.
¿Ven?
214. La tiene en sus manos. Solamente hay una manera en
que Ud. pueda quitársela; eso es aceptarla, correcto, lle-
gue a ser parte de Ella. Para eso es que Ella fue derramada.
215. Ahora, el manufacturado se queda por allí y actúa tan
piadoso como puede, pero en lo profundo de su corazón
él está tratando de descubrir cuál es, cómo es que uno lo
hace. ¡Oh, díganme si el país no está lleno de esa clase
de hipócritas! Seguro. Ése es un Judas, exactamente. Es
el que anda rondando, se hace parte del grupo; él era el
tesorero, ¿ven? Se para por allí, siempre tiene su mano
extendida, buscando dinero. Eso sí lo puede uno notar, él
siempre está buscando el dinero, y tiene su mano extendi-
da para eso. Y él es un manufacturado. Él actúa como un
Tres clases de creyentes 197
creyente, pero en lo profundo de su corazón…
216. Recuerden, él no estaba engañando a Jesús. Después
que se habían ido los setenta, y los creyentes asumieron
su posición, y Él se volvió a los creyentes y dijo: “Aún
hay algo entre vosotros”, pues dijo, “He escogido a doce,
y uno de vosotros es un diablo”. Jesús lo sabía, desde un
principio, porque Él era la Palabra. Él conocía lo secreto
del corazón.
217. ¡Qué difícil fue! Deténganse por un momento. ¡Pién-
senlo bien y profundo, rectamente! ¡Cuán difícil debe ha-
ber sido para Él, caminando allí, y ése hombre llamándole
a Él “Hermano”, y sabiendo todo el tiempo que ése era un
engañador que iba a intentar hacerlo enojar, y que lo ven-
dería por treinta piezas de plata! ¡Cuán difícil debe haber
sido guardarse eso, y ser su amigo al caminar por allí! Él
aun le llamó “amigo”, llamó a Judas Su amigo; “¿No he
estado contigo todo este tiempo?”. Sabiendo eso en Su
corazón, y sin poder decirlo. Él sabía desde un principio
quién era el que le iba a traicionar.
218. Allí está ese manufacturado que sólo espera. Él can-
tará eso, dirá: “¡Oh, yo creo esto y creo aquello, y creo
esto! Pero, oh, sabe, escuché a tal persona diciendo esto y
aquello”. ¡Oh! ¿Ven? Sencillamente es de orejas largas.
219. Un verdadero creyente no oye nada sino la Palabra;
es todo. Él vigila la Palabra. Él no está buscándole fallas;
no nada en busca de trucos. Él le cree a Dios y asunto ter-
minado, y simplemente sigue adelante. ¿Ven? Allí está el
creyente.
220. El incrédulo se harta rápidamente, y no puede perma-
necer para oír ni diez minutos del Mensaje. Él tendrá que
levantarse e irse. Eso es contrario a su credo, y sencilla-
mente no tendrá nada más que ver con eso, así que él se
198 Rev. William Marrion Branham
va.
221. Entonces el manufacturado permanece bien aferrado,
ese Judas. ¿Ven? Ése es el engañador. Ése es el pillo, si me
toca usar tal palabra. Judas, él permanece por allí. Éste es
el tiempo, en algún momento, estos manufacturados lle-
gan a ser muy populares entre la gente. Eso es cierto, es-
tos manufacturados, ¿ven? Algunos son hombres podero-
sos, educados, con doctorados, grandes salarios, tienen de
todo. Algunos son hombres importantes, astutos, tal como
suelen ser los hijos de Satanás.
222. Miren cómo Satanás llegó allí y estuvo de acuerdo con
toda porción de esa Palabra; él solamente espera hallar ese
punto débil en Eva, en el cual pudiera mostrar su poder,
para engañarla, ¡para traicionarla! Ése fue Satanás. Y aquí
encontramos a Satanás en la forma de Judas, en esa edad.
Ése fue Satanás en la primera edad. ¿Cómo era él? Estaba
de acuerdo con la Palabra hasta que llegó a una cosita; está
buscando hallar un lugar donde él pueda usar una debili-
dad.
223. Y eso es exactamente lo que el Judas encuentra hoy. Él
vendrá a la reunión, y observará alrededor hasta que pue-
da encontrar esa pequeña debilidad, en la cual él: “¡Ajá,
allí está! ¡Eso es!”. ¿Ven? “¡Oh, es de esa manera que se
hace!” ¿Ven? Es así exactamente.
224. Muchos de Uds. recuerdan, aquella noche allá, cuando
ese hombre salió a la plataforma. Él pensaba que se tra-
taba de telepatía mental para leer las tarjetas de oración,
y cómo es que pensó que lo había descubierto en ese mo-
mento. Hermanos, él estaba seguro que lo tenía. Y él pasó
aquí. Él pertenecía a una iglesia que no cree en éstos, en
el Evangelio, en el Evangelio completo. Y él subió a la
plataforma. Yo estaba cansado, ya me iban a llevar.
Tres clases de creyentes 199
225. Eso fue en Windsor, Ontario. Estaba allí, justo al otro
lado de los Estados Unidos, directamente desde Detroit, a
Windsor, al gran auditorio.
226. Y este hombre subió allí, con un traje gris, y una cor-
bata roja, un hombre de apariencia inteligente, bastante
inteligente. Él vino a la plataforma. Y yo… Él se acercó.
Y yo le dije: “Bien, sólo déme su mano”. Le dije: “Estoy
cansado, he visto muchas visiones. Déme su mano”. Y en
ningún momento me fijé en el hombre. Y él puso su mano
sobre la mía. Y dije: “Señor, Ud. no tiene nada. Siga su
camino”.
227. Él dijo: “Pues sí tengo algo”.
228. Y yo dije: “Permítame mirar allí”. Le dije: “No, señor,
no hay ni una señal; no, señor, Ud. es un hombre sano”.
229. Él dijo: “¡Vaya y vea mi tarjeta de oración!”.
230. Le dije: “No me interesa lo que Ud. puso en su tarjeta
de oración”. Dije: “Yo no tengo nada que ver con la tarjeta
de oración” sin pensarlo, ¿ven Uds.? Yo estaba cansado y
agotado. Y mi… Pero la gracia de Dios (¿ven Uds.?), aún
estaba allí.
231. Recuerden, si Él lo envía a uno, es Su obligación cui-
dar de uno; no es mía, es Él. Él envió eso. Yo solamente
debo pararme firme por lo que es verdad.
232. Cuando Moisés arrojó su vara y se volvió culebra, y
los magos hicieron lo mismo, ¿qué más podía hacer Moi-
sés sino pararse allí y esperar por la gracia de Dios? Eso es
todo; fue igual. Él llevó a cabo los mandamientos. Y Uds.
bien saben lo que sucedió, ¿no es así? ¿Ven?
233. Este hombre dijo: “Pues” dijo, “sí hay algo. Mire mi
tarjeta de oración”.
234. Le dijo: “Bueno, quizás Ud. tuvo mucha fe y eso lo
hizo”, sin pensar, ¿ven Uds.? Yo había… Sin ni siquiera
200 Rev. William Marrion Branham
prestar atención.
235. Entonces se desabotonó el saco e infló el pecho. Él
dijo: “¡Allí está la cosa!”, a la audiencia. Y pensé: “¿Qué
está pasando aquí?”.
236. Él miró alrededor. Dijo: “¡Allí lo tienen! Dijo: ¿Ven el
truco?”. Ése es el Judas, un hombre religioso, un predica-
dor de una gran denominación. Dijo: “¡Allí está la cosa!
Yo tuve ‘mucha fe’. Ahora él se ha debilitado tanto que
no puede captar la telepatía. ¿Ven? Ya no le llega”. Y en
ese momento dijo: “No es porque yo haya tenido tanta fe”
dijo, “yo puse eso en la tarjeta de oración, y ahora él ya no
puede captarlo, ¿ven Uds.?”. Dijo: “¡Ése es el truco!”
237. Yo pensé: “¿Qué está sucediendo?”. Entonces descen-
dió la gracia de Dios.
238. Le dije: “Señor, ¿por qué ha puesto el diablo en su co-
razón tratar de engañar a Dios?”. ¡Era un Judas moderno!
Le dije: “Ud. es de la iglesia de Cristo…” ¡Discúlpenme!
Pues, ya lo dije. “Ud. es un predicador de la iglesia de
Cristo. Ud. pertenece a la iglesia de Cristo, allá en los Es-
tados Unidos. Y aquel hombre sentado allá con un traje
azul, y su esposa y la esposa de él, sentados allí, se senta-
ron a una mesa anoche con una cosa verde encima, como
un mantel así, y allí se propuso Ud. que esto era ‘telepa-
tía’, y que iban a venir esta noche”.
239. Ese hombre allí se puso de pie. Él dijo: “Esa es la pura
verdad. ¡Dios tenga misericordia de mí!”.
240. Le dije: “Señor, Ud. escribió ‘tuberculosis y cáncer’
en esa tarjeta, y ahora los tiene. Eso ahora es suyo”. Él me
agarró del pantalón, dijo: “Yo no…”.
241. Le dije: “No le puedo ayudar. Pase, eso queda entre
Ud. y Dios. Ud. escribió su perdición allí mismo en su
tarjeta”. Y eso le dio. Ese fue el desenlace.
Tres clases de creyentes 201
242. ¿Ven? Manufacturados, engañadores, tratando de en-
contrar alguna falla en Dios y Su Palabra. Ésos son los
Judas; son ésos. ¿Ven Uds. cómo terminó Judas? ¿Ven
cómo terminó ese individuo? Así sucede con los manu-
facturados. ¿Ven? Manufacturados, oh, a veces altamente
educados, surge un gran reto entre la Palabra y su cre-
do; y cuando sucede; ellos se venden a su denominación,
exactamente como lo hizo su precursor, Judas. Judas se
vendió a su denominación, vendió a Jesús, la Palabra, a su
denominación, y traicionó a Jesucristo después de que él
reclamó ser parte de ello.
243. Ministros muchas veces, reclamando ser siervos de
Cristo, y cuando la Palabra es plenamente identificada
siendo vindicada para ese día, de que es el Mensaje de
la hora, y ellos se venden allí por popularidad, a su deno-
minación; exactamente como hizo Judas, traicionó a Je-
sús, entregándolo a los fariseos y saduceos. Ese espíritu
no muere, por tanto, eso está hoy entre los creyentes, in-
crédulos y manufacturados. ¿Ven? Es exacto, llegó hasta
allí y vendió a Jesús por treinta piezas de plata; y muchos
hombres lo harán hoy por una fuente de ingresos, por cien
dólares adicionales a la semana; es verdad. Niegan al Dios
que está parado entre ellos, que compró sus vidas y que
tiene la plenitud de la Palabra.
244. Y ellos dicen: “¡Oh, esos días de los milagros han
pasado! Oh, Dios no necesita tales cosas como ésas hoy
día”. ¿Ven? “¡Oh, yo creo en Jesucristo, el Hijo de Dios!
‘¡Ave María, madre de Dios, bendita eres entre todas las
mujeres!’”. ¡Todas estas otras cosas que ellos dicen! Y al-
gunos dicen: “Yo creo en el credo de los apóstoles; yo creo
en Dios el Padre, Todopoderoso, Creador de los cielos y la
tierra; yo creo en la santa iglesia católica romana, y todas
202 Rev. William Marrion Branham
estas cosas”.
245. Díganme Uds. cuándo un apóstol haya tenido un credo
como ése. Si los apóstoles tuvieron algún credo, está es-
crito en Hechos 2:38: “Arrepentíos, y bautícese cada uno
de vosotros en el Nombre de Jesucristo, para perdón de los
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. Si entre
ellos hubiera algún credo, fue ése. Ellos no tuvieron nin-
gún credo, fue la Palabra, correcto. Y todavía permanece
igual. Esa es la receta para la cura de la enfermedad del
pecado: “¡Y recibiréis el don del Espíritu Santo!”. “Arre-
pentíos y sean bautizados para perdón de los pecados
(¿ven?), y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
246. Pero ellos se venden, como Judas. Ése es el manufac-
turado. Algunos son gente muy talentosa. Y este manu-
facturado, vigile bien a ese individuo. Ése es el individuo
astuto. Este otro tipo que se ofende rápido y se levanta y
se marcha a la primera frase que no le gusta, no le presten
atención a él; para comenzar, sólo es un incrédulo. Pero
cuando Uds. vean a este individuo, al manufacturado, que
se aferra (¿ven?), ése es el Judas; ése es él.
247. Como grandes talentos. Voy a mencionar nombres
aquí. Lo cual, realmente no debo hacer, pero de todos mo-
dos los voy a mencionar, para que Uds. lo sepan. Como
Elvis Presley, Red Foley, Ernie Ford, Pat Boone, de la
iglesia de Cristo; Red Foley, un diácono en la iglesia de
Cristo; y creo que Ernest Ford es un metodista. Y todas
esas personas con esos talentos, inteligentes, aparecien-
do por la televisión. Y la gente dice: “Mire, ¿no son ellos
religiosos? Ellos cantan himnos”. Eso no significa nada.
¡Engañando al mundo!
248. Y ¿qué ganan con eso? Judas ganó treinta piezas de
plata. Elvis, una flota de Cadillacs, y cien, o doscientos
Tres clases de creyentes 203
cincuenta millones de dólares. O millones de dólares por
sus discos y esas cosas. Pat Boone y los demás, no me
interesa a qué iglesia pertenecen y todo lo demás, ¡eso es
hipocresía! Ésa es una cosa fingida. Eso es sólo una más-
cara. ¡Lo cual, sus vidas prueban que eso no es lo correc-
to! Es cierto.
249. Luego hay aquellos con talentos de grandes organiza-
dores, en la sabiduría mundana. Ellos predican el Evan-
gelio, o eso reclaman; hombres inteligentes, intelectuales.
Escuchen: un hombre que es entrenado en ese campo, él
no es un predicador, es más bien un conferencista. Ése es
el gran problema de hoy, tenemos conferencistas.
250. Jesús nunca dijo: “Vayan y entrénense para hacer
esto”. Él dijo: “Vayan a predicar el Evangelio, y estas se-
ñales seguirán a la predicación”. ¿Ven? ¿Ven?
251. Eso no es instruir a un conferencista que puede pararse
y (¡Oh, vaya!) colocar allí cosas floreadas, hacerlo sentir
como que uno está en la Presencia de un Arcángel. Eso no
es. “Teniendo apariencias de piedad”, ¿ven Uds.? Ése es
un conferencista, no el Espíritu Santo en acción.
252. Un hombrecito que ni se sabe el abecedario, quizá
venga con el Poder de la fe con la Palabra; y hacer al Espí-
ritu Santo obrar cosas de lo cual aquel hombre no conoce,
y que él niega. ¿Ven? Allí lo tienen.
253. ¡Personas extraordinarias! Sí señor. Entonces, son or-
ganizadores. Son prósperos, exitosos, inteligentes en la
sabiduría mundana.
254. Exactamente igual como Satanás lo hizo con Eva,
aquella pequeña mujer indefensa. Él vino directo a ella y
trató de venderle la idea de que sería mucho más sabia de
lo que era, y eso era lo que ella estaba buscando. En vez
de quedarse justo con lo que decía la Palabra, él quería
204 Rev. William Marrion Branham
venderle la idea de que ella sería más sabia, y ella compró
su producto. Y hoy todavía están haciendo lo mismo. “La
sabiduría de este mundo es necedad para con Dios”. Sí
señor.
255. ¡No señor! ¡Oh, hermano! Exactamente lo mismo
por lo cual se vendieron los fariseos, y lo cual hicieron
(¿ven?), por la sabiduría que poseen. No obstante, niegan
la plenitud de la Palabra de Dios.
256. Cuando les ha sido correctamente probada y ha sido
vindicada para ellos, aún intentan encontrar algo y creen
que es un truco. Ellos no están convencidos en sus men-
tes. Ellos no lo pueden creer. Uno puede decirles algo, y
vuelven; uno les dice otra cosa, y vuelven otra vez. Y ellos
sólo… Uno no logra que se les ancle, ¿ven? Y vigílelos;
ellos están esperando el momento, tan sólo una falla, es
todo lo que quieren.
257. Es por eso, que de no haber sido por la gracia de Dios,
todas mis fallas hubieran sido descubiertas, si las tuviera.
¿Ven? Es la gracia de Dios, pues no hay fallas en la Pala-
bra de Dios; sólo el Evangelio puro. Siempre le he dicho,
a cualquiera: si Ud. me ve enseñando o haciendo algo que
no esté exactamente con la Palabra de Dios, venga y dí-
gamelo. Aquí está lo que cubre las fallas que Uds. andan
buscando. Sólo pongan la mirada en Eso y Uds. no verán
fallas, porque no hay fallas.
258. Ahora recuerden, Judas creyó que encontró una. Este
otro individuo creyó que él había encontrado una. Mu-
chas veces, ellos piensan que la encuentran, pero luego se
prueba que no es así. Ésos son los manufacturados, hipó-
critas. Están el noventa y cinco por ciento en la Palabra,
Eva también; pero noventa y nueve con nueve décimas, y
fue esa décima la que causó toda muerte y tristeza.
Tres clases de creyentes 205
259. Ésa es una cosa que condena a la organización y a lo
demás, porque ellos no toman toda la Palabra de Dios.
Ésos son los manufacturados. Hallamos que siempre ha
sido así, pero niegan la verdadera Palabra vindicada. Éstos
siempre han estado en cada generación. Los encontramos
a cada paso, y también son muy religiosos.
260. Ahora, ya casi estoy para terminar, porque ya me he
tomado otra media hora.
261. Nos damos cuenta que Jesús nos ha advertido de estos
postreros días y esta clase de personas, de que ellos serían
tan semejantes a lo verdadero, que engañarían absoluta-
mente a los mismos Elegidos. ¿Cuáles son? Ésos son los
Judas, la gente que alcanza tal altura. Miren, ellos incluso
pueden llorar, gritar, reclamar echar fuera demonios, de
todo; y luego se dan la vuelta y niegan la Palabra. Exacta-
mente. Ellos tienen una apariencia de piedad. Ellos casi…
262. Fíjense hasta donde llegó Judas. El espíritu de Judas
subió a las alturas del Evangelio, hasta el lugar de Pente-
costés. Pero cuando llegó el tiempo de su bautismo en el
Nombre de Jesucristo, y todas estas otras cosas que van
con el bautismo del Espíritu Santo, él se salió; él mostró
sus colores. Y ese espíritu puede vivir en esas denomina-
ciones hasta que llega a esa Verdad, luego ella se echa para
atrás, como el espíritu que está sobre ellos, que precursó
la venida de ellos; así como Juan precursó la Venida de
Jesús.
263. Ahora Ud. dice: “Jesús dijo que serían muy semejan-
tes”.
264. Ahora, “Escogidos”, ésa es la clase que ha tenido su
nombre en el Libro desde la fundación de la Vida, que
creen (o desde la fundación del mundo), que creen toda la
Palabra de Vida. Ésos son los Escogidos.
206 Rev. William Marrion Branham
265. Ahora vigilen a estas personas. Y, digo esto con reve-
rencia y respeto, con amor piadoso; si no es así, yo mismo
necesito un llamado al altar. Fíjense, Jesús dijo que en-
gañarían a los mismos Escogidos. Ahora, ésos no serían
los metodistas, ésos no serían los bautistas; para empezar,
sabemos que ellos son incrédulos. Sino que es la organi-
zación de los pentecostales, que se hicieron parte de esa
denominación, trazaron sus líneas, sin la Palabra; y traza-
ron una línea y establecieron su propia organización, y la
cercaron dejando por fuera la Palabra. Ellos engañarían
a los propios Escogidos, ¡por su semejanza tan perfecta!
Dicen: “Ellos lloran, claman, saltan. Ellos reclaman tener
servicios de sanidad”. Así también con Judas y con todos
los demás. Cuando ellos salieron, que regresaron regoci-
jándose y todo, y hasta tenían sus nombres escritos en el
Libro de la Vida del Cordero.
266. Pero recuerden: la Novia no resucita en ese grupo, Ella
se va en el Rapto.
267. En el Juicio, el tribunal estaba listo: “Y los libros fue-
ron abiertos, de los malvados; y luego otro Libro, que es
el Libro de la Vida, éste fue abierto”, y allí estaba la Novia
para juzgar eso. ¿Ven? ¿Ven? “Otro libro fue abierto, el
cual es el Libro de la Vida”. Eso significa las ovejas a un
lado y los cabritos al otro. Vean, la gente que murió en el
pasado nunca tuvo la oportunidad; ésos son los que serán
separados.
268. Pero ahora fíjense: “Engañarán” a los propios Escogi-
dos, vigile a ese grupo. Ése es aquel grupo que sigue de
cerca: “¡Sí, hermano! ¡Aleluya! ¡Sí! ¡Gloria a Dios!”. Y
en el corazón uno ve el porqué lo están usando a uno; lo
invitan a uno a su iglesia (¿con qué fin?) para atraer una
multitud, para sacarle a cada uno todo el dinero que pue-
Tres clases de creyentes 207
dan. ¿Piensan Uds. que no sé eso? Tal vez ellos piensan
que yo no lo sé, pero sí lo sé.
269. Jesús sabía, desde el principio, quién era el engaña-
dor. ¿Ven? ¿Ven? Pero ¿qué hizo? Él sólo esperó hasta ese
tiempo. Eso es lo que nosotros debemos hacer siempre,
esperar hasta ese tiempo. No se mueva Ud. por su propia
cuenta, espere hasta ese momento.
270. Teniendo apariencia… Y van allí a la par, ése es aquel
grupo engañoso. Vigile a ese engañador, a ese grupo allí;
no al creyente, no al incrédulo, sino a ese manufactura-
do. ¡Oh, hermano! ¿Qué están haciendo? Se entrelazan
allí como la cizaña, hasta que piensan que pueden encon-
trar algo, sacándole a la gente cada centavo que puedan
(¿ven?), y luego amontonándolo en estas grandes organi-
zaciones; las cuales están en completa oposición, y ellos
lo saben. ¿Ven? Ellos lo saben.
271. Y no importa lo que uno diga. Ellos siempre han pre-
venido a su gente antes de que uno llegue: “No oigan eso”.
272. Un hombre tuvo la audacia de pararse allí en Ohio,
justo cuando el hermano Kidd fue sanado, éste salió allá
a la plataforma y dijo: “Miren, el hermano Branham es un
profeta, no cabe duda alguna, cuando está bajo la unción.
Pero miren” dijo, “cuando le deja la unción”, dijo, “no
vayan Uds. a creer su enseñanza, porque está errada”.
273. Y él no sabía, que estando yo en mi habitación, el Se-
ñor me lo reveló. Y fui directamente allí. Y muchos de
Uds. estaban allí. Y dije: “¿Por qué habría de decir un
hombre una cosa como ésa, cuando la Palabra…?” Ahora,
fíjense, yo nunca dije que era profeta; él lo dijo.
274. Y el profeta, la palabra profeta, “vidente” en el An-
tiguo Testa-… Ahora, la versión en el inglés de profeta,
significa “un predicador”. Pero el vidente en el Antiguo
208 Rev. William Marrion Branham
Testamento era un hombre que tenía la “interpretación di-
vina de la Palabra”, y la prueba era que la Palabra venía a
él y veía eso de antemano. Eso era lo que…
275. ¿Y que un individuo diga que un hombre es un profeta,
y luego diga que su enseñanza no es correcta? Si ése no es
un engaño para sacarle el dinero a la gente, entonces ¿qué
será? La hora está cerca cuando esa cosa será expuesta.
Seguro. Pero es esa clase, ese manufacturado, que le da a
uno la palmadita en la espalda y le dice “hermano”, igual
como Judas. Pero recuerden, Él ya sabía desde el princi-
pio, Él aún lo sabe. Sí señor.
276. Recuérdenlo también, todos aquellos que están escu-
chando esta cinta: eso es verdad, Uds. están en una de esas
clases. Eso es exactamente la verdad. Ya vamos a termi-
nar. Toda persona que está aquí presente, toda persona que
escuche esta cinta; y aunque algún día yo tenga que partir
de este mundo, estas cintas aún vivirán. Esa es la verdad.
¿Ven? y Uds. están dentro de una de estas clases. Uds.
tienen que estar en una de ellas; eso es exacto. No pueden
escapar de eso, Uds. están dentro de una de estas clases.
277. ¿Y ahora qué? Identifíquese con algún personaje de la
Biblia que haya creído, donde Ud. creyó la Palabra cuan-
do fue vindicada, como lo he probado en esta noche, que
ha sido la Palabra vindicada, siempre, siempre contraria a
la creencia popular.
278. Si Ud. hubiera vivido en los días de Noé, pues permí-
tame preguntar, ¿qué lado hubiera tomado Ud.?, ¿el lado
de la iglesia o el lado de Noé, el profeta? ¿Ven?
279. Si Ud. hubiera vivido en lo días de Moisés, ¿hubiera
Ud. creído el Mensaje de Moisés después de haber sido
probado y vindicado por Dios? O ¿se hubiera ido Ud. con
Datán, y los demás, que decían: “Tú no eres el único hom-
Tres clases de creyentes 209
bre santo; hay otros que también pueden hacer estas cosas
que tú haces?”. ¿Ven? Ud. tendría que ser alguno, y Ud. lo
es, en esta noche.
280. O ¿hubiera Ud. permanecido con Daniel?; o ¿con la
iglesia que estaba allá en la fiesta que estaba teniendo Na-
bucodonosor? ¿Ven? ¿Hubiera estado Ud. afuera, o hu-
biera Ud. estado en el festín, esa gran cosa que estaban
teniendo?
281. ¿Hubiera permanecido Ud. con Elías, aquel hombre
parado solo, llamado: “Un maniático, un hombre que ha-
bía perdido la razón”, y parado en la cima de algún cerro,
con su cabeza brillando allá bajo el sol, con una vara tor-
cida en la mano, y que los pájaros lo alimentaban (Ajá),
algún maniático? O ¿se hubiera quedado Ud. con los sa-
cerdotes y todos esos allá con Jezabel, y con el resto de
esas mujeres vestidas a la moda? Y Elías parado allá, ¡re-
prendiéndolas, tan duro como podía! ¿A qué lugar hubiera
llevado Ud. a su esposa? Sólo piénsenlo. Sólo imagínese
Ud. mismo en esta noche.
282. En los días de Jesús, ¿hubiera Ud. permanecido con
este Muchacho que no tenía credenciales? Él no tenía afi-
liaciones denominacionales. Le preguntaban: “¿De qué
escuela vienes? No Te tenemos aquí en nuestro registro.
¿Cómo consigues esta sabiduría? ¿Cómo has aprendido si
nosotros no te hemos enseñado estas cosas? ¿De cuál es-
cuela vienes? ¿Eres metodista, presbiteriano o bautista?”.
Él no era nada de eso. Correcto. Él era la Palabra. Eso es
exactamente correcto, hermano. ¿Usted…?
283. O ¿se hubiera puesto Ud. del lado de los fariseos con
la creencia moderna del anciano sacerdote humilde que
aparentaba ser tan bondadoso y amable, y con la organi-
zación que se levantó desde el Concilio de Nicea, o desde
210 Rev. William Marrion Branham
que la organizó Lutero? O ¿en cuál grupo se hubiera en-
contrado Ud.? ¿Hubiera estado Ud. en el…? ¿Con cuál
grupo hubiera estado Ud.? ¿Se hubiera parado Ud. con la
Palabra al verla vindicada y probada ante Ud. de que era
el Mensaje del día, o hubiera Ud. tomado la posición de la
iglesia? Ahora sólo imagínese Ud. mismo en esta noche.
284. ¿Hubiera estado Ud. allí con los apóstoles, cuando
ellos vieron a Jesús y todas estas cosas misteriosas, cuan-
do Él clamó tan fuerte contra esos predicadores, y dijo:
“Uds. son un nido de víboras”? Esos ancianos predicado-
res, sinceros, que estudiaban esa Palabra. Les dijo: “Uds.
no son más que una cueva de ladrones, y Uds. están llenos
de huesos de muertos; Uds. no son más que paredes blan-
queadas”. ¿Ven? “Generación de víboras”. ¿Hubiera per-
manecido Ud. con un Hombre temperamental como ése,
quien se paró allá y reprendió, destrozando? Dijo: “¿Cuál
de Uds. puede acusarme de pecado? Si Yo no hago lo que
el Padre me ha dicho…”
285. Ellos dijeron: “No presten oído, ese Hombre tiene un
espíritu maligno, está loco; Él está demente. Él tiene un
espíritu del diablo. ¿Ven? Ahora, cómo Él hace eso, ése es
un espíritu de adivino que tiene. Uno lo sabe… ¿Qué es
él? Su madre lo concibió antes de casarse con su esposo.
¿Ven? ¿Ven? ¿Por cuál escuela pasó Él? No tenemos ni
tan sólo un registro de que Él haya asistido a la primaria”.
286. Y sin embargo, cuando tenía doce años, Él asombró y
confundió a los sacerdotes, con la Palabra de Dios. ¿Ven?
¿De qué escuela vino? De la escuela de Arriba. ¿Ven?
“Cuando viereis al Hijo del Hombre descendiendo de arri-
ba de donde vino”. ¿Ven? Ésa fue Su escuela.
287. Pero, ¿se hubiera quedado Ud. con los apóstoles, al
lado de un hombre como Ése, cuando llegó el enfrenta-
Tres clases de creyentes 211
miento?
288. O ¿realmente se hubiera marchado Ud. con los se-
tenta, y dicho: “Pues, nos regresamos a nuestra iglesia si
así es como vas a enseñar, diciendo que Tú eres, ‘el Hijo
del Hombre’? Cuando, después de todo, ¿quién eres Tú?
¿Qué eres? Un hombre igual que yo, yo comí Contigo, y
ahora quieres decir que eres algo. Te he observado. Yo he
visto Tus debilidades; te he visto llorar. Te he visto hacer
esto, aquello o lo otro. Yo Te he observado cuando andu-
viste con nosotros por el desierto, y todo eso, Tú sólo eres
un hombre. ¡Y dices que has bajado del Cielo! Eso es de-
masiado para mí”. ¿Hubiera Ud. subido con ellos? O ¿se
hubiera Ud. marchado con los setenta? O ¿se hubiera ido
Ud. con los apóstoles y Cristo?
289. Cuando San Martín trató de llevar a cabo el bautismo
en el Nombre de Jesucristo en la iglesia, cuando intentó
seguir aferrado a las señales y maravillas y a esas cosas,
y que la iglesia católica condenó al hombre y ni siquiera
lo reconoció para nada, y lo echaron, ¿hubiera Ud. per-
manecido al lado del credo católico, o se hubiera parado
con San Martín? Cuando él se negó a poner todas estas
clases de imágenes de personas muertas, y adorarlas, ado-
rar esas imágenes y todo eso; cuando él rehusó los dog-
mas que fueron agregados, él dijo: “¡Que la Palabra sea la
Verdad!”. Entonces Dios lo vindicó con grandes señales y
maravillas, y lo que él predijo llegó a suceder. Y en todo lo
que hizo, él caminó en el Espíritu de Dios y lo comprobó,
y ninguno de esos sacerdotes ni nadie pudo hacer nada al
respecto. ¿Hubiera escogido Ud. su lado y andado con San
Martín, o se hubiera ido Ud. con el credo católico?
290. Ahora, la Palabra; ahora la Palabra de Dios o los dog-
mas de la iglesia están delante de Uds. ¿Podrán Uds. reci-
212 Rev. William Marrion Branham
bir y aceptar los dogmas de la iglesia, o recibir lo que dice
la Palabra?
291. Recuerden, en todas las edades ha sido igual como es
ahora mismo. Siempre hay una creencia popular entre el
pueblo, y siempre ha sido tan sólo un poquito contraria a
la verdadera Palabra. Recuerden, nunca ha sido simple-
mente negarla abiertamente. ¡Oh, no! El anticristo no nie-
ga la Palabra; seguro que no. Él dice que la cree, pero sólo
que no toda como está aquí escrita. ¿Ven? ¿Ven?
292. Satanás le habló a Eva. Eva la creyó toda, menos esa
pequeña cosita que él le dijo. Ellos la toman toda, me-
nos sólo una cosita. Quizá sea lo de “ir a la pila bautis-
mal”, podría ser otra cosa. Uno tiene que aceptarla toda,
tal como está aquí (¿ven?), tal como ha sido dicho Aquí.
Pueda ser que le cause volver a repetir algunas de las pri-
meras obras, pero será sólo como lo dice la Palabra. Ésta
ha sido la trampa de Satanás desde cuando primero la usó
con Eva: descreer sólo una partecita de la Palabra.
293. Y siempre separa a estas tres clases de personas, la Pa-
labra separa a estas personas. En cada edad ha sido de esa
manera. En cada edad que ha habido, ha sido de esa ma-
nera cuando Dios envía algo a la escena y que claramente
lo identifica como Su Palabra.
294. Entonces están aquellos que siguen, que reclaman ser
creyentes, y lo son. Están aquellos que por ninguna razón
vuelven atrás; ellos creen la Palabra. Siempre y cuando
uno permanezca en la Palabra, ellos la creen.
295. Pero cuando Eso viene un poco contrario a lo que
creen, sin importar cuánto lo identifique Dios, ellos dicen:
“Bueno, yo no estoy seguro de Eso”. Ése es el incrédulo.
296. ¿O seguirá Ud. hasta ver que tiene la oportunidad de
decir: “¡Ajá! ¡Aquí lo tienen!”? Un Judas que le enterrará
Tres clases de creyentes 213
el cuchillo a alguien por la espalda, como lo hizo aquél.
“Yo sabía que tarde o temprano eso iba a salir. ¡Allí lo
tienen!”. Ése es el manufacturado. Todo, cada parte de eso
lo vemos en la Biblia.
297. Un muchachito en una ocasión, acá en Kentucky, cria-
do bien adentro en las montañas, él nunca había estado
donde había un espejo. Tenían un pedacito clavado en un
árbol, pero él nunca se había visto. Él vino a la ciudad de
Louisville, según cuentan, y se quedó con la hermana de
su madre. Y ella vivía en una de esas casas elegantes, en
una casa estilo antiguo, cuando entraron a una de las alco-
bas que tenía una puerta con un espejo a lo largo, de arriba
hasta abajo sobre la puerta. ¿Ven?
298. Y cuando el pequeño comenzó a correr por la casa, él
se detuvo. Juanito vio a Juanito. ¿Ven? Y él se rascó la ca-
beza, y Juanito en el espejo se rascó la cabeza. Él se rió, y
Juanito en el espejo se rió. Él brincó, y Juanito en el espejo
brincó. ¿Ven? Él se arrimó allí cerca. Pensó que era otro
niño con el que podía jugar, entonces se acercó allí. En-
tonces le dio un golpecito al vidrio. Él se dio media vuelta,
y sus padres lo estaban observando. Él dijo: “¡Mamá, ése
soy yo!”.
299. Ahora, mírese Ud. en Esto, y ¿cuál es Ud.? Ajá. Ajá.
¿Cuál de estos Juanitos está personificando Ud.? ¿Cuál es
Ud.? ¿Ven? Ud. es uno de ellos.
300. Ése es uno de ellos, uno que se regresaría con la prime-
ra falla que encuentra, lo cual Ud. llama una falla. ¿Ven?
301. Examinen eso con la Palabra y vean si es correcto, si
la Palabra prueba todas las cosas. ¿Ven? Examinen todas
las cosas por la Palabra; Jesús dijo que lo hiciéramos. Sí
señor. “Retened lo bueno”. Esto es exactamente lo que Él
dijo.
214 Rev. William Marrion Branham
302. Mire ahora en el espejo de la Palabra de Dios, en las
otras edades, y vea con cuál de estos tres grupos estaría
Ud. identificado. Ahora sólo piense: Si Ud. hubiera vivi-
do en los días de Noé, si Ud. hubiera vivido en los días
de Moisés, si Ud. hubiera vivido en los días de Jesús, o
en una de ellas, cualquiera que fuera, piense simplemente
con cuál grupo se hubiera identificado Ud. Medite en eso
esta noche.
303. Entonces, en cuanto a ahora mismo. Ahora, sólo pién-
senlo; esto es profundo, y no lo vaya a pasar por alto. Su
condición actual, ahora mismo, le prueba con cuál grupo
se hubiera asociado Ud. allá en aquel entonces. Ahora,
Uds. son sus propios jueces, eso prueba lo que son.
304. Reverendo, ministro, ¿con qué grupo se hubiera aso-
ciado Ud., cuando Jesús hizo aquella declaración que fue
tan difícil de creer? ¿Con cuál? ¿Con cuál? Después que
había sido claramente identificado que Él era la Palabra
(¿ven?), y aun, esa declaración, Ud. nunca había oído algo
así: “el Hijo del Hombre, ¿qué diréis si Él subiera al Cielo
de donde vino?”.
305. Y Ud. pudo haber dicho: “Pero, yo sé dónde nació Él.
Conozco a Su papá, conozco a Su mamá, y ahora nos dice
que Él va a subir al mismo lugar de donde vino”. Eso hu-
biera sido demasiado para Ud., ¿no es así, señor? Ajá. Hu-
biera sido un poquito demasiado para Ud.; Ud. no hubiera
podido digerir Eso. Tal vez sea igual hoy. Entonces mire
en el espejo de la Palabra de Dios y vea dónde está parado
Ud. ¡Oh, engañador de hombres!, nunca vaya Ud. a hacer
eso.
306. Mire, Ud. se encuentra en una de estas clases. En su
condición actual, lo cual (Ud. aquí en esta audiencia visi-
ble y Uds. que estarán en la audiencia no visible a través
Tres clases de creyentes 215
de esta cinta), la condición actual de su mente, después de
oír esta cinta, les prueba a Uds. en cuál clase se encuen-
tran. Eso les dice exactamente en dónde están: si Ud. es un
creyente en la Palabra y se quedará con Ella, o si Ud. se
marcharía o si apagaría esa cinta. ¿Ven? Eso lo demuestra,
por lo que Ud. esté haciendo. Ud. no lo quiere escuchar,
y la apaga, diciendo: “No quiero escuchar Eso”; ése, ése
es aquel incrédulo. ¿Ven? Ud. no se detendrá para exami-
nar y ver si es Verdad o no. ¿Ven? O simplemente anda
rondando por allí procurando hallar alguna falta en Eso;
sabría también entonces dónde Ud. se encuentra; eso se lo
dice.
307. Dios nos ayude a creerlo y a pararnos en Eso, y a ser
leales a Eso y a obedecer la Palabra, porque Él es la Pala-
bra. ¿Lo creen Uds.? [La congregación dice: “Amén”.—
Ed.]
308. Vamos, vamos a orar.
309. Amado Padre Celestial, qué difícil es a veces decir es-
tas cosas, y saber que quizás decenas de millares de perso-
nas oirán esto, por medio de la cinta, a medida que salen
por el país y alrededor por el mundo. No obstante, amado
Dios, es la verdad, esto es muy cierto. Yo oro, Señor: pri-
mero limpia mi corazón. ¡Oh, Señor!, pruébame, examí-
name.
310. Sólo fija Tus ojos en mí, Señor. Soy débil. Yo… Es-
toy cansado, estoy agotado. Tengo la garganta ronca. Mis
labios están algo resecos. Y mi cuerpo se está gastando,
estoy envejeciendo. Y ya no habrá muchas ocasiones más,
Señor, quizás, no muchas salidas del sol, para cuando yo
esté partiendo.
311. Y entonces examíname ahora, Padre. Y si hay algo que
yo esté haciendo mal, y no lo sé, Tú sólo revélamelo, Se-
216 Rev. William Marrion Branham
ñor; Tú muéstrame. Yo estoy dispuesto ahora a corregirlo
todo.
312. Me miro a mí mismo allá en el espejo de la Palabra de
Dios. ¿Dónde me encuentro yo? ¿Veré mi imagen reflejan-
do a Jesucristo? ¿Será ésa la persona que veo reflejada en
el espejo? ¿Veré a uno de los creyentes del Antiguo Testa-
mento, o quizás de los creyentes del Nuevo Testamento?
¿Veré yo un manufacturado? ¿Me veré a mí mismo como
un incrédulo que no se quedaría a escuchar la Palabra, y
antes escogería la idea denominacional? ¿Me veré yo me-
rodeando por allí, buscando encontrar una pequeña falta?
313. Señor, si es así, sólo límpiame, Señor. Permite que mi
corazón esté limpio y puro. Siendo que ésta es mi vida,
Señor, yo, ella… Yo quiero que sea correcta. No hay por
qué hacer esto a medias, si hay una manera de lograr eso
completamente. Yo quiero que sea arreglado correctamen-
te, Padre. No solamente eso, sino que yo estaría guiando
mal a los hombres, y equivocadamente a las mujeres, y a
la gente que amo y que me ama; entonces, yo estaría equi-
vocado.
314. Y Padre, si existiera algo, si en esta noche yo pensara
que alguna iglesia denominacional estuviera en lo correc-
to, o que la mayoría de la gente tuviera la razón; Señor
Dios, ayúdame a ser suficientemente hombre, y ser lo su-
ficiente Cristiano, para admitir mi error y pararme aquí y
enviar estas personas hacia donde yo crea que estuviera
lo correcto. Límpiame, permíteme escudriñar y ver. Pero
cuando se trata de esas cosas, Señor, hasta donde yo alcan-
zo a verlo, tienen esas apariencias y niegan la Palabra; y
uno se lo puede decir, y sin embargo dicen: “Pues, eso no
importa. Eso… Pues Dios no quiere Eso ahora”.
315. Señor, yo creo que Tú eres el mismo Jesús. Eres el
Tres clases de creyentes 217
mismo Dios que siempre has sido; aún eres Dios y no
cambias. Yo creo que esta Biblia es Tu Palabra, y creo que
Tú y Tu Palabra son lo mismo.
316. Y ruego Dios, que nos des de Tu Espíritu Santo para
vivificar la Palabra, para darnos el Poder vivificante; que
algún día cuando la vida llegue a su fin, y hayas terminado
con nosotros, que entonces seamos vivificados y ascenda-
mos al Cielo en donde estábamos, en los pensamientos de
Dios, antes de la fundación del mundo. Dios, concédelo.
317. Perdona nuestros pecados, Padre. Si hubiera hombres
o mujeres aquí, que se encuentran en esa otra clase, que no
sea la de verdaderos creyentes de la Palabra, Dios, limpia
sus corazones. Si hubiera algunos escuchando la cinta, o
que escucharán, oro por la limpieza de sus corazones, que
Tú los limpies, Señor. Yo no quiero verlos perdidos. Dios,
yo ruego que Tú nos ayudes a entender que un mal no
corrige otro mal. Sólo hay una manera de hacerlo, esa es
apartando ambos males, y corregir la cosa. Y oro, Padre,
que nos concedas eso, por Jesucristo nuestro Señor.
318. Con nuestros rostros inclinados, nuestros corazones
inclinados, quiero que se detengan ahora sólo por unos
minutos.
319. Cuando yo vi la visión del infierno, siendo un mucha-
chito, los horrores allí. Bueno, quizás esté errado en esto.
Tal vez haya sido sólo una premonición, es posible, no lo
sé. Pareció que estuve en un lugar; era tan natural.
320. Después, no hace mucho, fue cuando vi la región de
los benditos.
321. Cuando yo estaba en la región de los perdidos, grité:
“¡Oh, Dios, nunca permitas que una persona venga aquí!”
No se puede, no hay lengua que les pueda describir los ho-
rrores allí. No hay manera en que yo pudiera contarles. Si
218 Rev. William Marrion Branham
Uds. creen que existe un infierno ardiente, lleno de fuego
y azufre, ése sería un refrescante prado verde, al lado de
los horrores de esta condición perdida, y de la miseria que
está asociada con ese lugar.
322. Y si yo tratara de hablarles de cosas mucho más allá
del entendimiento de un humano, aún no podría describir
el lugar de los benditos, ¡cuán pacífico! Para jamás mo-
rir; Vida Eterna; ¡en la bendita juventud, y sin pecado ni
ninguna otra cosa! ¡Oh!, sencillamente no hay manera de
describir eso.
323. Aun San Pablo, él dijo: “Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó, ni han subido en corazón de hombre”, uno ni siquiera
puede entender eso; no hay manera de explicarlo, “lo que
Dios ha preparado para aquellos que le aman”.
324. Y ahora, siendo que esto es realmente la verdad, para
los que están aquí y en la congregación no visible, noso-
tros estamos identificados aquí en esta noche, en una de
estas clases. O somos creyentes genuinos… Examinen eso
con la Palabra. Si la Palabra dice cierta cosa, y la iglesia
dice algo diferente, ¿cuál escogería Ud.? Mire en el espejo
de la Palabra de Dios y vea en qué clase se encuentra Ud.
Y si Ud. no lo está en esta noche (para ambos, aquí y en
la congregación no visible), si no están, si Uds. no están
con esa clase creyente, ¿podría yo ofrecer ahora sólo una
oración por Ud., para que entre en ese grupo creyente?
325. Y, ¿le mostrarían Uds. eso, a Dios, con sus rostros in-
clinados, con sus corazones inclinados, sus ojos cerrados,
y delante de Dios? A veces las personas se sienten un poco
temerosas, Uds. saben, de levantar las manos. Temerosos
que el vecino… Pues, no deben sentirse de esa manera,
sino que ellos deben estar dispuestos a permanecer de pie,
y decir: “Yo, yo estoy equivocado; estoy equivocado”.
Tres clases de creyentes 219
326. “El que encubre su pecado no prosperará; pero el que
confiesa su pecado alcanzará misericordia”. ¿Ven? ¿Qué
es pecado? “Incredulidad”, incredulidad en (¿qué?) en la
Palabra.
327. Ahora, si Ud. no está en esa clase, y hay cosas que Ud.
ve en la Biblia que Ud. sencillamente no… En su intelec-
to, Ud. no las puede ver. Ud. sólo… Ud. sabe que la Biblia
lo dice, pero Ud. sencillamente… Ud. no puede entender-
lo, y sin embargo está dispuesto. Diga: “Dios, dame el
entendimiento; yo te obedeceré”.
328. ¿Levantaría la mano y diría: “Recuérdeme, mientras
oramos?” Dios le bendiga. Dios le bendiga. ¡Qué bueno!
¿Ven?
329. Realmente piénselo: “¿Habrá algo en la Biblia que yo
francamente no sé? Yo temo encontrarme en una de esas
otras categorías. Quizás me encontraré con los setenta,
que yo… Sencillamente hay algunas cosas que yo… Es
demasiado difícil que yo entienda cómo es que Dios haría
estas cosas, cómo Él pudo ser, cómo Jesús pudo ser igual.
El porqué de estas cosas, yo no lo entiendo; yo quiero
entenderlo; yo quiero creerlo. Y Dios, ayúdame con mi
incredulidad. Yo quiero ser parte de Eso. Yo quiero ser
partícipe de la Palabra; quiero que Ella more en mí”.
330. “Si permanecéis en Mí, y Mi Palabra permanece en
vosotros, entonces pedid lo que queráis”. San Juan 15. Sa-
bemos que eso es verdad. Miren: “Si permanecéis”, no es
entrando y saliendo, sino, “si permanecéis en Mí”, y Él es
la Palabra, “y Ella permanece en vosotros, entonces pedid
lo que queréis, y os será hecho. Vosotros lo tendréis”.
331. “El que recibe Mis Palabras y cree al que Me ha en-
viado, ha pasado de muerte a Vida”. Pero, ¿podrá Ud. pri-
meramente recibir la Palabra? ¿Puede Ud. recibir la Pala-
220 Rev. William Marrion Branham
bra, la Palabra completa, la plenitud de Cristo? Cristo es
la Palabra ungida. Él es la Palabra, ungida.
332. Cristo significa “el Ungido”, la Palabra ungida para
aquel día, hecha manifiesta, el Salvador, el Redentor. Allá
fue cuando Él había de venir, y Él fue aquella Persona
ungida para tomar ese lugar.
333. Hoy, es el Espíritu Santo en los últimos días, para ha-
cer brillar las Luces del atardecer, restaurando de nuevo la
Fe que ha sido pisoteada a través de las denominaciones;
condenando a las denominaciones y regresando a la Fe
original, con la Fe original de la Biblia; la Biblia original,
creyendo toda Palabra, no agregándole y haciéndole decir
esto y decir aquello. Sólo háblela así como está dicha; y
Ud. querrá creerla de esa manera.
334. ¿Habrá alguno que en ningún momento haya levanta-
do las manos, que le gustaría levantar las manos, y decir:
“Dios, acuérdate de mí”?
335. Dios la bendiga, señora. Dios la bendiga, jovencita.
Dios le bendiga a Ud., a Ud. Muy bien. Dios te bendiga
pequeñito. Dios le bendiga mi hermana. “Yo lo quiero a
Él”. Y que Dios le bendiga, hermana, acá a mi derecha. Y
le bendiga a Ud., allá atrás. “Yo quiero…” Y Dios le ben-
diga, joven. Y a Ud., hermana, por acá. A Ud., hermano,
por este otro lado, el Señor le bendiga. Dios le bendiga a
Ud. allá atrás. “Sólo acuérdate de mí, Señor”.
336. Ahora recuerden, Uds. no están levantando sus manos
a mí; es a Él. Ahora mismo, directamente frente a mí allá
atrás, el Señor ve su mano. Aun si se me pasa, Él la ve. Él
conoce su corazón, Él sabe lo que late allí. Él conoce su
objetivo. Él conoce cuál es su motivo hacia ese objetivo.
Dios le bendiga, hermano.
337. ¿Alguien más? “Yo quiero creer toda la Palabra”. Dios
Tres clases de creyentes 221
le bendiga. Muy bien. Dios le bendiga. “Ayúdame, Señor,
ayúdame”. El Señor ve sus manos. Sí señor. Así es. “Hay
cosas que yo no puedo entender. Yo no quiero ser un in-
crédulo. Aunque no las entiendo, quiero creerlas de todas
maneras. Estoy dispuesto a decir: ‘Señor Dios, heme aquí.
Yo quiero creer. Ayúdame con mi incredulidad, Señor’”.
Dios sea con Ud. Dios le bendiga. Muchas, muchas manos
están alzadas, y aún continúan subiendo.
338. Ud. dirá: “Hermano Branham, ¿ayuda en algo eso?”.
Levante su mano una sola vez, con un verdadero objetivo
sincero y correcto, y vea cómo se siente al hacerlo.
339. Ud. ha testificado que todavía hay una cosita en su
vida, Ud. lo sabe. Hay una cosita, Ud. no quiere que esté
allí, pero está allí de todas maneras. Ud. se pregunta cómo
poder hacerlo. “Y Señor, no permitas que yo sea un Judas.
No permitas que yo siga en un Mensaje, sólo pensando
que algún día una fallita surgirá. ¡Oh, Dios, no yo! Per-
míteme quedarme con Tu Palabra. ¿Ven? O quizás que
yo sea un incrédulo que simplemente piense: ‘Pues, si…
Pues, ¿por qué no lo dicen así los demás?’ ¿Ven? Yo tam-
poco quiero ser así. Yo quiero ser un creyente; deseo serlo.
Yo veo la Palabra de Dios para la hora; yo veo a Dios en
Ella. Y Señor, hazme parte de Esa Palabra, hazme parte de
Ella. Yo quiero ser parte de Ella”. El Señor les bendiga.
340. Ahora vamos a orar. Y toda persona, ore Ud. por sí
mismo, y yo voy a orar por Uds. Uds. saben, un día vamos
a… no vamos a estar juntos aquí, tal vez por un tiempo.
Algunos seremos llevados, y no estaremos juntos. Hay
muchos de nosotros aquí, los cuales estamos envejecien-
do; algunos de nosotros no sabemos; aun los jóvenes mue-
ren. A cualquier edad morimos. Tenemos que ser separa-
dos y esto tiene que ser resuelto. Y Ud. sencillamente no
222 Rev. William Marrion Branham
puede recibirlo allá a medias, Ud. tiene que venir mientras
tiene todas sus facultades.
341. Ud. dice: “Bueno, un poco antes de morir, si puedo
verlo”; no, no haga eso. Puede ser que para ese tiempo
Ud. ni esté en sus cabales. Ud. podría morir antes de llegar
a su casa. En un accidente. Podría morir de un ataque al
corazón. Nosotros no sabemos lo que sucederá; sólo Dios
controla eso. Yo confío que no sucederá así.
342. Estoy viendo personas aun en la parte de afuera, le-
vantando las manos, por la ventana. ¿Ven? Sí, Dios les
bendiga.
343. “Yo quiero estar bien. Yo quiero estar bien”. Y ahora
arreglemos eso, ahora mismo, en este momento. Ud. pue-
de arreglarlo de una vez, y desde lo profundo de su cora-
zón, si en sinceridad Ud. dice: “Señor Jesús, no importa
lo que sea, o lo que otro diga, Tu Palabra será primera en
mi vida. Yo así lo deseo en mi vida. Tú eres la Palabra.
La Biblia lo dijo, y yo creo que la Biblia es la Palabra de
Dios. Y yo sé que los credos y los dogmas, que se le han
inyectado, han convertido eso en un montón de hipocre-
sía. Señor, límpiame de tal cosa, y permíteme ser comple-
tamente Tuyo. Yo alzo mis manos a Ti. Elevo mi corazón
a Ti, mi voz a Ti, mi oración a Ti. Dios, sé misericordioso
conmigo”.
344. Y las manos mías también están elevadas, Señor. Lím-
piame (¡Oh Señor!), de toda incredulidad.
345. Aunque Él tal vez no me dé el Poder de caminar como
Enoc y no tenga que morir; sino que simplemente al atar-
decer dé un paseo y me vaya a Casa con Él; no obstante,
Dios, sí creo que eso va a suceder, porque sé que habrá un
Rapto en el último día, y la obra será acortada.
346. Y Padre, según dice nuestro calendario, treinta y seis
Tres clases de creyentes 223
años más y el trabajo habrá concluido, y Tú tendrás que
venir en algún momento dentro de ese tiempo o ninguna
carne será salva. Y entonces nos es dicho, por los cronólo-
gos y las personas que escudriñan tales cosas, que estamos
absolutamente muchos, muchos años más allá, adelanta-
dos por muchos años. Ellos nos indican, por los calenda-
rios, que estamos muchos más avanzados de lo que dice
allí; quizás nos queden solamente unos quince o veinte
años; yo no sé, Padre. Pero sí sé, aun de acuerdo a nuestro
calendario, que ya casi estamos allí.
347. Veo cómo es que no puede haber esperanza, Señor. Se
aproxima un… Si ellos comienzan a lanzarse esas bom-
bas el uno sobre el otro, Señor, no habrá ningún frente de
batalla. Ellos, ellos se destruirán el uno al otro. Y Señor,
eso está esperando allí, y aun la Biblia dice que los cielos
enteros y la tierra arderán. Dios, yo veo esa hora llegando.
348. Pienso en el asesinato del presidente, y veo a ese otro
hombre malo entrando, sin permitirle al asesino tener
un juicio, y abatirlo, en un homicidio a sangre fría. ¡Oh,
Dios! Uno es tan culpable como el otro. No tienen dere-
cho de hacer eso. La maldad, en nuestra propia nación que
se supone debe ser una nación Cristiana; ¡qué tan pobre
ejemplo somos, Señor, de Cristianos! Perdónanos, Señor,
de nuestros pecados.
349. Ayúdanos (¡Oh, Dios!), especialmente a Tu Iglesia,
aquellos que están bautizados en ese Cuerpo místico de
Cristo. Lo cual: “Es el Espíritu que vivifica”, dijiste Tú.
Y así como el Hijo del Hombre ascendió, así Su Cuerpo
ascenderá; y Él es la Cabeza; Su Iglesia es el Cuerpo. ¡Oh,
Dios! Es la Cabeza que guía al Cuerpo. Permite que el Li-
derazgo de la Palabra guíe al Cuerpo de Cristo. Y permite
que yo sea parte de ese Cuerpo, Señor.
224 Rev. William Marrion Branham
350. Oro por aquellos que levantaron las manos, y todos
aquí presentes, y todos los que están más allá, a través de
las cintas. Señor Dios, oro sinceramente; recíbelos, Señor.
Escudriña Tú sus corazones. Tú sabes lo que ellos son.
Pero, como Tu siervo, yo intercedo por la gente, Señor. Yo
los amo; yo los amo.
351. Y yo sólo trato de hacer esto porque sentí que Tu co-
misión era que yo lo hiciera. Entonces, Padre, heme aquí,
haciendo lo mejor que puedo con… Perdona mis errores
endebles, Señor. Oro para que Tú me concedas fortaleza,
para que yo pueda hacerlo de una manera más clara para
la gente.
352. Ahora sé con nosotros aquí en el tabernáculo, esta no-
che. Fija Tus ojos sobre estos, Señor, aquéllos que han
levantado las manos en el tabernáculo. Escudríñame (¡Oh,
Señor!), y pruébame. Y si en mí hay algún mal, límpiame,
Padre. Concédelo. Limpia esta iglesia.
353. Límpianos a todos, Señor, que la Palabra se encarne
entre nosotros y sea dada a conocer al mundo en este día.
Concédelo Padre. Porque Te lo encomiendo, incluyéndo-
me, y este texto y con esta audiencia, y con Tu Palabra
y Tu Promesa, para la salvación de nuestras almas, en el
Nombre de Jesucristo. Concédelo Señor.
354. Que el Poder de Dios venga sobre nosotros y nos unja,
desde el pastor hasta el conserje, y a toda persona presen-
te. Que el Espíritu Santo venga y tome Su lugar en nuestro
corazón, y tome toda promesa de Dios y nos revele a no-
sotros que Tu Palabra es Verdad. Lo pido en el Nombre de
Jesús.
355. Y mientras tenemos nuestros rostros inclinados...
“Puedo…”, quiero que la organista, por favor, nos dé la
nota de este himno: “Puedo oír a mi Salvador llamando.
Tres clases de creyentes 225
Donde Él me guíe yo le seguiré”. Donde Él me guíe yo Le
seguiré.
…mi Salvador llamando…
(¿Qué es Él? ¡La Palabra!)
Puedo oír a mi Salvador llamando,
Puedo oír a mi Salvador llamando,
(abandone ahora sus dogmas y demás)
Toma tu cruz y sí-…
356. “El que no toma su cruz y viene en pos de Mí, la Pala-
bra, no es digno de ser Mi discípulo”.
Donde Él me guíe,
(de regreso a la Biblia, es a donde Él le guiará)
… seguiré,
Donde Él me guíe, yo le seguiré,
Donde Él me guíe, yo le seguiré,
(¡Ya sea a la pila bautismal, en Su Nombre, o al altar,
357.
para despojarme de mi vergüenza!)
…hasta el fin.
[El hermano Branham comienza a tararear: Donde Él
358.
me guíe yo Le seguiré.]
… A Él por medio de los juicios,
(eso es, ahora mismo)
Yo…
226 Rev. William Marrion Branham
¿De cuál lado está Ud.? ¿Qué ven Uds. al reflejarse en
359.
la Biblia, el espejo de Dios, si estoy siendo juzgado ahora
por la Palabra?
Yo iré con…
“Yo iré con la Palabra, sin importar lo que cueste. Es-
360.
toy pasando por los juicios de Dios. Si tengo que escoger
una de estas posiciones, hazme un creyente, la Palabra en
el fondo”.
…con Él, con Él hasta el fin.
Porque donde Él me guíe, yo…
361. Ahora medítenlo, muy profundamente. “Él me guíe…”
Notas
Notas
EL FUTURO HOGAR
DEL NOVIO CELESTIAL
Y LA NOVIA
TERRRENAL
EL FUTURO HOGAR DEL
NOVIO CELESTIAL
Y LA NOVIA TERRENAL
Domingo, 2 de agosto de 1964
Tabernáculo Branham
Jeffersonville, Indiana, E.U.A.
P ermanezcamos de pie un momento, mientras inclina-
mos nuestros corazones ahora delante de Dios.
2. Nuestro Padre Celestial, estamos en verdad agradeci-
dos por el privilegio de estar aquí hoy reunidos en el Nom-
bre del Señor Jesús. Rogamos que Tú perdones nuestros
pecados, ya que estamos aquí para dirigir nuestra atención
hacia las cosas Eternas y la Vida que está más allá del al-
cance de esto mortal. Ahora rogamos que Tú nos des Tu
dirección, de cómo debemos encaminarnos, qué debemos
hacer en el futuro, y aun ahora en la presencia, para ganar
ese lugar que nosotros estamos... ha sido prometido.
3. Hay muchos que están enfermos y necesitados en la
tierra, y ellos no han completado su jornada. Y nuestro
gran enemigo, no solamente nuestro enemigo, sino Tu
enemigo, ha venido a asediarlos y a detener sus vidas, y a
enviarlos a una sepultura prematura. Y estamos pidiendo
por ellos, hoy, que Tú y Tu misericordia y gracia, Señor,
232 Rev. William Marrion Branham
prolongue sus días hasta el tiempo asignado.
4. Puestos sobre la plataforma, o el púlpito, hay aquí pa-
ñuelos y prendas. Y afuera en los pasillos y alrededor del
lugar, están aquellos en catres, camillas, enfermos y afligi-
dos, de pie en la audiencia con apenas suficiente fortaleza
para estar de pie.
5. Oh Dios Eterno, Bendito, que Tú escuches nuestra
oración esta mañana, a través de la Sangre del Señor Je-
sús; no mirando nuestra iniquidad, sino sabiendo que El se
paró en nuestro lugar, y Él es el que nos está representan-
do para esta oración. Que todos y cada uno sean sanados
para Tu gloria, Señor.
6. Bendice estos pañuelos. Cuando sean puestos sobre
los enfermos, que se recuperen.
7. Y ahora, Padre, mientras esperamos el gran servicio de
sanidad, que creemos seguirá, haznos saber el camino de
Vida, Señor, para que sepamos a través de Tu Palabra qué
debemos hacer. Pues lo pedimos en el Nombre de Jesús.
Amén.
8. Como siempre, éste es considerado uno de mis más
altos privilegios, el estar en la casa de Dios y para hablarle
a Su pueblo. Y ahora yo sé que está muy lleno de gente,
y tengo una lección muy larga. Así que estoy... Yo confío
que estén cómodos, tanto como puedan estarlo, hasta que
terminemos el Mensaje.
9. Ahora, hace calor, pero estamos agradecidos por el
aire acondicionado. Pero, un grupo de este tamaño, no ha-
bría aire acondicionado que pudiera ocuparse de él, ¿ven?,
porque el propio cuerpo de uno es una unidad generadora,
cerca de noventa y ocho grados [Cerca de treinta y sie-
te grados centígrados.-Traductor], y está constantemente
produciendo calor, y sentados muy juntos. Pero yo confío
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 233
que Dios hará que estén tan cómodos como Él pueda.
10. Y cuando estamos aquí, hacemos reuniones como ésta,
yo no haría que vinieran aquí, de ninguna manera, si no
pensara que les ayudaría, si no pensara que les estuviera
haciendo un bien, y que saldrían beneficiados por ello, al
venir. Y además, sabiendo también que no tenemos mucho
tiempo más para hacer esto, que estamos llegando a las
mismísimas horas finales, y yo quiero hacer que cuente
cada momento que pueda para Su Reino. Y ahora estoy
confiando que el Señor Dios nos bendiga mientras nos re-
unimos.
11. Y quiero comentarles, que, ayer estuve yendo a dife-
rentes lugares, anduve viendo algunos de los enfermos y
afligidos, en los moteles, y conocí a algunos de los ge-
rentes esta semana, de algunos de los lugares para comer.
Como, estuve en el Ranch House esta semana, aquí, y el
gerente estaba estrechando mi mano al ir saliendo. Y él
dijo, él me llamó: “Hermano Branham”. Yo me pregunté
cómo me conocía. Y él dijo... Yo dije: “¿Es Ud. el geren-
te?”
12. El dijo: “Soy el propietario”. Así que entonces él dijo:
“Sí, su gente viene aquí a comer, de allá”. Dijo: “Ellos...”
Y yo dije: “Pues, me supongo que le llenan el lugar”.
13. Él dijo: “Señor, ese es uno de los mejores grupos de
gente que yo haya visto”. El dijo: “Son realmente agrada-
bles”.
14. Fui a un motel ayer, para ver a una jovencita con la
cual quería hablar, su papá y su mamá estuvieron presen-
tes, y tuve que ir donde el gerente para averiguar dónde
estaba el cuarto en el que ellos estaban.
15. Él dijo: “¿Y Ud. es el Hermano Branham?” Eso es allá
en los “Oaks”. Y yo dije: “Sí, señor”.
234 Rev. William Marrion Branham
16. Él dijo: “Quiero estrechar su mano”. Él dijo... Él me
presentó a su esposa; una pareja muy agradable. Ellos di-
jeron: “Toda persona en este motel está asistiendo a sus
servicios. Nosotros lo reservamos para ellos”. Y dijeron:
“Rechazamos a todos nuestros otros clientes”. Y yo dije:
“Pues, les agradezco eso”.
17. Él dijo: “Hermano Branham, uno de los mejores gru-
pos de gente que yo haya visto, son las personas que vie-
nen aquí, que asisten a sus reuniones”.
18. Anoche fui adonde un amigo mío, el Sr. Becker acá
abajo, y siempre me gustaron sus emparedados. Él es
tan... Él, yo lo conocí cuando yo era un niño; lo he cono-
cido toda mi vida. Había una pareja sentada ahí de allá del
antiguo lugar, de allá del Hotel Riverside. Así que ellos...
El Sr. Becker dijo: “¿Billy?”
19. Yo dije: “¿Qué pasó, Homer?” Nos conocemos el uno
al otro muy bien. Él dijo: “Yo le doy de comer a toda tu
gente allá”.
20. Algunos doscientos, o algo así, cada domingo, comen
en el “Blue Boar”. Y adondequiera que voy, oigo comen-
tarios de cuán agradables son Uds.
21. Este hombre dijo: “Allá en el Riverview allá”, dijo,
“todo ese lugar está lleno con la gente que está asistiendo
a las reuniones”. Dijo: “Habrá centenares que no podrán
entrar”.
22. Así que, para ser eso, para mí Uds. son la sal de la tie-
rra. Yo estoy tan agradecido de saber que tengo el privile-
gio de predicarle a gente, que aun pecadores y personas...
Yo no digo que estas personas son pecadores, pero quiero
decir personas que, de negocios y demás, que pueden de-
cir que Uds. son gente agradable, y ellos los aprecian en
sus negocios, alrededor de sus lugares. Uds. saben, eso es
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 235
ser salados. Yo aprecio eso, el comportamiento de Uds., la
forma en que Uds. tienen cuidado de las cosas.
23. Yo siempre he dicho: “Si llega uno y no hace, no tiene
el dinero para pagar su cuenta, sólo llámeme”. ¿Ven? Yo
dije: “Haremos algo al respecto”. Y yo dije: “Aliménten-
los siempre, ya sea que tengan o no dinero”. ¿Ven?, cual-
quier cosa que pueda hacerse.
24. Yo siento que Uds. son mis hijos. Uds. son las estrellas
que yo... Si yo llego a tener una cuando llegue allá, Uds.
serán esa joya, la parte que brilla más, en la corona de mi
ministerio. Cuando sea coronado, Uds. serán esa joya.
25. Y les he estado diciendo, en tiempos pasados, sobre
los Siete Sellos, las Edades de la Iglesia, y las cosas que
han estado sucediendo.
26. Y ahora, esta mañana, tengo un tema muy importan-
te. Para mí, es uno de mucha bendición. Espero que los
impresione de la misma manera. Y si tan sólo pudiera yo
traerlo en la inspiración en la que lo recibí, sería maravi-
lloso, pero hacer eso dependerá de Dios.
27. Les he estado diciendo acerca de dónde y qué está su-
cediendo, y vemos todas estas cosas teniendo lugar.
28. Ahora voy a hablar, esta mañana, sobre: El futuro ho-
gar del Novio Celestial y la Novia Terrenal, dónde van
a vivir. Y, porque confío que por la gracia de Dios todos
formamos parte de esa gran economía de Dios.
29. Y ahora yo confío que Uds. tendrán paciencia conmi-
go, tengan sus Biblias, sus lápices, o lo que sea que Uds.
hagan para leer conmigo, porque me voy a referir a mu-
chas Escrituras. Tratando de terminar con suficiente tiem-
po para orar por los enfermos; y yo prometí eso. Uds. han
estado orando durante los últimos momentos, en las salas
y alrededor, por aquellos que están casi imposibilitados y
236 Rev. William Marrion Branham
desahuciados.
30. Y, si el Señor quiere, probablemente tendré otro servi-
cio el dieciséis, quizás sólo oración por los enfermos.
31. Comienzo mis vacaciones ahora. Desde el pasado ene-
ro, he estado viajando, y voy a regresar aquí. Voy a estar.
Llevaré a mi familia a Tucson en la mañana, y luego re-
gresaré para pasar el tiempo aquí en Kentucky, con algu-
nos de mis amigos, cazando, y cazando ardillas, por un
par de semanas, o quizás siete u ocho, diez días, sea lo que
sea, a menos que el Señor me guíe a otra parte. Yo nunca
sé, exactamente adónde va a estar uno; nunca sabemos
eso, porque eso está en las manos de Dios, de Dios nada
más.
32. Ahora, para este gran tema, nosotros... Yo supongo,
que si me tomara mi tiempo en esto, porque uno tiene que
introducir muchas cosas, tomaría semanas. Pero he ano-
tado algunas Escrituras, algunas notas, sólo para ver lo
sobresaliente de ello, de manera que les permita estudiar.
33. Luego pronto, quizás, si el Señor quiere, en octubre,
yo no sé cuándo, pero cuando Él provea, me gustaría tener
unos cuantos días, de constantes reuniones, sobre el ca-
pítulo 12 de Apocalipsis, para relacionarlo con esto aquí.
Oh, yo creo que sería estupendo. Simplemente lo sería.
Sería estupendo ver cómo hizo Él.
34. Entonces, reuniéndonos nosotros ahora, yo dije ano-
che, yo dije: “Uds. saben, cuando yo...” En la mañana,
como cada mañana, yo pienso: “Cuando yo venga aquí,
voy a reconocer a cada uno de mis amigos que esté allí”.
Ahora, ¿cómo voy a hacerlo?
35. El tener aquí conmigo, como mi buen amigo, al Doc-
tor Lee Vayle sentado aquí atrás, su encantadora esposa e
hija. Y al Hermano Roy Borders, y, me parece, al Herma-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 237
no Ruddell , al Hermano Beeler, y al Hermano Palmer, y
al Hermano Jackson. Y, oh, hermanos, los... ¡Esos ama-
dos hermanos de todas y diferentes partes! El Hermano
Anthony Milano, y, ¡oh, adondequiera que uno ve, uno
ve a algún otro hermano! De allá de Arkansas, no pue-
do pensar en sus nombres; el Hermano John, el Hermano
Earl Martin, y el Hermano Blair. Y, oh, simplemente hay...
uno... Es interminable, ¿ven Uds.? Estoy tan contento de
tener un grupo como ese reunido a mi alrededor cuando
estoy enseñando sobre la Palabra de Dios, hombres que
pienso que son hombres valerosos, verdaderos hombres
de Dios.
36. Estoy agradecido por este pequeño tabernáculo. Estoy
agradecido por sus cinco puertas abiertas al público. Cada
puerta... Tenemos cuatro diáconos aquí, hombres llenos
del Espíritu; cuatro síndicos, hombres llenos del Espíritu.
Son dos en cada puerta. Y tiene una puerta doble enfrente,
para los dos pastores, los pastores.
37. Estamos contentos de tenerlos; estamos agradecidos a
Dios por esto. Que Él siempre los bendiga.
38. Ahora queremos ponernos de pie un momento, mien-
tras leemos de Segunda de Pedro, el capítulo 3, y también
del Libro de Apocalipsis 21.
39. Mientras estamos de pie, oh Señor, llena nuestros cora-
zones de alegría debido a la lectura de Tu Palabra, sabien-
do que Jesús ha dicho, que: “Los cielos y la tierra pasarán,
pero Mi Palabra nunca fallará”. Sabemos además que Él
dijo: “Toda Escritura debe ser cumplida”. Y a medida lee-
mos estas cosas, que podamos tener entendimiento de Ti,
de la hora en la cual vivimos. Lo pedimos en el Nombre
de Jesús, el Autor del Libro. Amén.
40. Segunda de Pedro 3:
238 Rev. William Marrion Branham
Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en
ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendi-
miento,
Para que tengáis memoria de las palabras que antes
han sido dichas por los santos profetas, y de los manda-
mientos del Señor y Salvador dado por vuestros apósto-
les;
Sabiendo primero esto, que en los postreros días ven-
drán burladores, andando según sus propias concupis-
cencias,
Y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su adveni-
miento?... (¡Si eso no cuadra con esta mujer incrédula!)
...Y desde el día en que los padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como desde el principio de la crea-
ción.
Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo an-
tiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y
también la tierra, que proviene del agua y por el agua
subsiste,
Por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en
agua;
Pero los cielos y la tierra que ahora existen, están re-
servados por la misma palabra, guardados para el fuego
en el día del juicio y de la perdición de los hombres im-
píos.
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el
Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
Ahora, el Señor no retarda su promesa, según algunos
la tienen por tardanza, sino que es paciente para con no-
sotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos
procedieran al arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche;
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 239
en el cual los cielos y la tierra, con grande estruendo...
pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo
serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay se
quemarán.
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debemos nosotros andar en santa y piadosa ma-
nera de vivir,
Esperando y apresurándoos para la venida del día de
Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshe-
chos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos
nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas
cosas, procurad con diligencia no ser hallados... ser ha-
llados por él sin mancha y sin tacha, en paz.
Y teniendo entendido que la paciencia del Señor es
para salvación; como... nuestro amado... Pablo, según la
sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi... todas
sus epístolas, hablando en ellas de las cosas;... las cua-
les son algunas veces difíciles de entender, las cuales los
indoctos e inconstantes tuerzan… tuercen, como también
las otras Escrituras, para su propia perdición.
Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antema-
no, guardaos, no sea que arrastrados por... error de los
inicuos, caigáis de vuestra firmeza.
Antes bien, creced en la gracia... el conocimiento del
Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta
el día de la eternidad. Amén.
41. Ahora en la Revelación de Cristo, en el capítulo 21,
leo estas Palabras.
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer
cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía
240 Rev. William Marrion Branham
más.
Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, des-
cender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ata-
viada para su marido.
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el ta-
bernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos;
y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos
como su Dios.
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya
no habrá muerte, ni habrá más llantos, ni clamor, ni do-
lor; porque las primeras cosas pasaron.
Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo
hago nuevas todas las cosas... me dijo: Escribe; porque
estas palabras son fieles y verdaderas.
Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el
principio y el fin. Y al que tuviere sed, yo le daré gratuita-
mente de las fuentes del agua de la vida.
El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su
Dios, y él será mi hijo.
42. Oremos de nuevo. Señor Jesús, con semejante prome-
sa y tan severas palabras como Jesús mismo y el apóstol
nos han hablado concernientes a la hora a la cual nos es-
tamos acercando, danos, oh Señor, de Tu dirección, para
que sepamos cómo acercarnos a ella en la forma correcta.
Porque, viene, lo sabemos. Las Escrituras deben ser cum-
plidas, y así será. Y ahora, Señor, pedimos Tu misericordia
de nuevo sobre todos nosotros, mientras estudiamos Tu
Palabra. Sé con nosotros y revélanosla, Señor, pues lo pe-
dimos en el Nombre de Jesús. Amén. Pueden sentarse.
43. Ahora, me pregunto si pudiera haber una forma de
que quizás, tal vez pudieran apagar las luces del auditorio
principal, y sólo dejarlas aquí en la plataforma, lo cual
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 241
probablemente sería mejor, y disminuir un poco la co-
rriente. Casi quemamos un transformador, la otra noche.
Y si el guardián hiciera eso por nosotros, agradeceríamos
que apagaran las luces de abajo, las luces del auditorio
principal. Y entonces pienso que Uds. van a tener suficien-
te espacio para ver, para escribir.
44. Ahora, un tema de nuevo, para anunciarlo, que esta-
mos abordando el tema de: El futuro hogar del Novio Ce-
lestial y ya Novia Terrenal.
45. Ahora como ha sido... Simplemente voy a tener que
hacer esto. Está demasiado caliente aquí arriba, ¿ven? Sí,
señor. Mientras nosotros... Sé que a mi esposa no le gusta
que yo haga eso; pero, eso, quitarme el saco. Simplemente
está demasiado caliente aquí arriba. ¿Ven?, Uds. tienen
aire allí, y simplemente está aislado de una pequeña área
aquí, ¿ven? Ahora, en el futuro, o...
46. En el pasado, más bien, hemos estudiado Los Siete Se-
llos, Las Siete Iglesias. El Hermano Vayle y demás están
trabajando en esos ahora, fielmente, para ponerlos en for-
ma de libro.
47. Y viendo todas estas cosas misteriosas que hemos vis-
to suceder, entonces pienso, después de entender eso, en
la hora en la que estamos viviendo, y la posición; no hay
nadie que quisiera sentarse muy sensatamente y examinar
aquello de lo cual se ha hablado, y qué se ha prometido
que sucederá, y qué ha sucedido, sin que dijera que esas
cosas se han cumplido. ¿Ven? Exactamente lo que Dios
dijo que Él haría, Él lo hizo exactamente al pie de la letra.
¿Ven?
48. Ahora, pienso en esto, que, no sabiendo en qué tiempo
el Señor Jesús podría aparecer, pensé que sería bueno, le
pareció grato al Espíritu Santo que habláramos sobre esto,
242 Rev. William Marrion Branham
entonces; y quizás volver a esto de nuevo, dos o tres ve-
ces, porque no voy a tener bastante tiempo de sobra para
sacar todo esto.
49. Como cuando uno toca un tema que pudiera ser un
poquito de tropiezo para alguien, uno no puede exponerlo
totalmente para que quede claro, entonces uno vuelve otra
vez para tomar el siguiente tema.
50. Y luego más adelante, en la... si el Señor quiere, entra-
remos en los 12 sellos, o no... Perdónenme. El capítulo 12
de Apocalipsis, que se encuentra entre la Venida del Señor
y el final de las Trompetas, y demás. Trataremos de traer
eso de nuevo, para mostrar quién es Satanás, y qué hizo
él, de dónde vino, cuál es su propósito, y cómo fue que su
gran belleza que se le dio causó su caída. Su engaño causó
que cayera; belleza.
51. Luego, cómo es que la imposibilidad para cualquier
hombre que quiere ver eso bien, esa “simiente” de la ser-
piente. Yo haría un reto sobre eso, a cualquiera, ¿ven?,
que quisiera verlo, con sólo absolutamente entendimiento
común. Un niño puede verlo. ¿Ven? Ahora, y llegaremos
a eso más tarde.
52. Ahora, entendemos aquí que estas dos Escrituras... La
razón de que leí el capítulo 3 de Segunda de Pedro, y lo
comparé con Apocalipsis 21, es que ambos aquí están ha-
blando sobre el mismo tema, pero Juan nunca lo escribió
como lo hizo Pedro. ¿Ven? Entendemos que este gran Ho-
gar de la Novia ha de estar aquí en la tierra.
53. Y ahora si Uds. leen, simplemente como el capítulo
21, el capítulo 21 de Apocalipsis, el apóstol dijo aquí, o el
profeta dijo, que: “Vi un Cielo Nuevo y una Tierra Nue-
va”. Suena como que viene una aniquilación.
54. Ahora, la forma en que siempre encuentro mis Men-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 243
sajes es por medio de oración. Estoy en oración y algo me
es revelado. Y yo espero al respecto unos minutos y veo
si está correcto, entonces lo siento más cercano. Y luego
algunas veces sigo esperando hasta que entra a una visión.
Pero cuando comienza a venir, y yo estoy satisfecho de
que viene de Dios, entonces voy a las Escrituras. ¿Ven?,
Esa es, debería de ser la confirmación de toda cosa espi-
ritual que se hace, porque la Biblia es la completa revela-
ción de Jesucristo; ¿ven?, es Su Cuerpo.
55. Y ahora, en eso, quizás encuentro un lugar en las Es-
crituras que no suena exactamente bien, y me preguntaré
al respecto. Nuevamente regreso a estar en oración. Viene
de nuevo. Entonces yo comienzo a examinar mi Escritura.
56. Ahora, nuestra Biblia está escrita en inglés, y las pala-
bras en inglés cambian, todo el tiempo. Por ejemplo, como
dice San Juan 14: “En la Casa de Mi Padre muchas mo-
radas hay”, una morada en una casa. Pues, entonces, uno,
lo que uno hace con eso entonces, es llevarlo al original
y ver qué quería decir Santiago, o regresar al hebreo, o al
griego, de la primera traducción. Y allí dice: “En el Reino
de Mi Padre hay muchos palacios”. Pues, entonces, uno
regresa al tiempo en que los traductores tradujeron para el
Rey James, el reino era llamado, en inglés, una “casa”, y
el rey era el padre sobre sus delegados. Allí está la razón
de que tradujeron: “En la Casa de Mi Padre muchas mo-
radas hay”. ¿Ven? Y luego uno toma esas palabras y uno
tiene que investigarlas.
57. Luego, ¿ven Uds.?, de esa inspiración... Este púlpito
esta mañana, yo digo, ni una sola vez ha sido otra cosa
sino directamente, la Escritura. Así es cómo La Simiente
De La Serpiente y todas estas otras cosas vinieron. ¿Ven?
Por medio de...
244 Rev. William Marrion Branham
58. Y es, en realidad, si un hombre tan sólo leyera y dijera:
“En la Casa de Mi Padre muchas moradas hay”, si uno no
se detuviera para estudiar, orar, uno estaría todo confun-
dido. ¿Ven? Pero tan sólo sigan orando. Dios siempre lo
endereza, si viene de Dios.
59. Ahora, Juan explica el cambio y la ven- ... cómo su-
cede... Él no lo explica, mejor dicho, pero Pedro sí. Juan
solamente dijo: “Vi Cielos Nuevos y Tierra Nueva; los
primeros cielos y la primera tierra pasaron. El mar ya no
existía más. Yo Juan vi la santa Ciudad descender del Cie-
lo, de Dios, dispuesta como una Esposa ataviada para Su
Marido”. Pero, regresamos ahora a Segunda de Pedro para
averiguar, Pedro explica cómo este proceso va a llevar-
se a cabo. Ahora, si Uds. vieran lo que Juan dijo, suena
como que: “Porque los primeros cielos y la primera tierra
pasaron”, aniquilados. ¿Ven?, entonces, eso suena muy
extraño. Así que eso fue lo que me impactó, y comencé
a buscar la palabra: “pasaron”. Y, ahora, pero está claro
que estos dos, apóstoles y profeta, estaban hablando de la
misma cosa.
60. Y ahora, también, en el Libro de Isaías, ahora, Uds.
que quieren anotar estas Escrituras, en Isaías 65:17. Isaías,
hablando del Milenio, aquellos mil años de reposo para el
pueblo de Dios. Isaías habló de él, y él dijo: “Yo... Hubo
un... Todas las cosas primeras habían pasado”, y cómo
edificarán casas, morarán en ellas. Si tuviéramos tiempo...
Quizás simplemente tomemos el tiempo y leamos esto un
momento, Isaías 65, y sólo leamos por unos minutos aquí.
Y aquí está, correcto, para nosotros. Ahora, para comen-
zar, Isaías 65:17.
Y, he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tie-
rra;...
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 245
61. Ahora, Isaías, el profeta, era uno de los profetas que
escribió exactamente toda la Biblia en su profecía. Él co-
mienza con la creación; en el centro de su Libro, como en
el capítulo 40, aparece Juan el Bautista, el Nuevo Testa-
mento; y termina aquí, en su Libro, en el Apocalipsis, en
el Milenio. Hay sesenta y seis libros en la Biblia, y hay se-
senta y seis capítulos en Isaías. Él escribió un comentario
completo.
62. Ahora, nos damos cuenta, aquí ahora él está en el ca-
pítulo 65, un capítulo más, y él habla del Milenio. Fíjense,
cuán hermoso.
...he aquí yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de
la primera cosa no habrá memoria, ni más vendrá al pen-
samiento. (Ha de “pasar”.)
Mas os gozaréis y os alegraréis... aun en las cosas que
yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén
regocijo, y a su pueblo gozo.
Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pue-
blo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, por... ni voz
de clamor.
No habrá más allí niño que muera de pocos días, y...
viejo que sus días no ha cumplido; porque un niño morirá
de cien años, y un pecador de cien años será acusado.
Entonces van a...
Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas,
y van a comer el fruto de ellas.
Y no edificarán para que otro habite, (esto es, su gran-
ja, su hijo quede como heredero de ella, o alguno de sus
herederos)... ni plantarán para que otro coma allí; (ellos
mismos siembran y permanecen allí; ellos tienen Vida
Eterna) ...porque según los días de los árboles serán los
días de mi pueblo, y los míos... mis escogidos disfrutarán
246 Rev. William Marrion Branham
las obras de sus manos.
No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición;
porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descen-
dientes con ellos.
Ahora fíjense, aquí es a donde voy a llegar, después de
un rato.
Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún ha-
blan, yo habré oído.
Y el lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el
león comerá paja como un buey;... el polvo será el ali-
mento de la serpiente. Y no afligirán, o harán mal en todo
mi santo monte, dijo Jehová.
63. ¡Qué promesa, de estos profetas y grandes sabios,
maestros de la Biblia, muy atrás en tiempos antiguos,
viendo este Día glorioso venir!
64. Por medio de estos pasajes, uno pudiera pensar, o ser
guiado, más bien, a creer que todo el planeta, de esta tie-
rra, será destruido: “Yo haré un Nuevo Cielo y Nueva Tie-
rra”, ¿ven?, que los cielos habrán desaparecido y la tierra
habrá desaparecido, aniquilados totalmente. Pero un estu-
dio cuidadoso, y con la ayuda del Espíritu Santo, podemos
ver la Verdad de esto; y en eso vamos a entrar.
65. Sólo son las atmósferas que están alrededor de ella, y
el pecado que hay sobre la tierra, los que serán destruidos.
¿Ven? Ahora, nos damos cuenta que los cielos significa las
“atmósferas de encima”. ¿Ven?
66. 67 ¿Qué hace? Eso entonces, estos cardos, y enfer-
medad, y muerte, y política, y hombres pecaminosos, y
mujeres pecaminosas, y espíritus malos, todos habrán des-
aparecido y habrán sido aniquilados. ¿Ven? Tiene que ser
hecho de esa manera, porque vamos a vivir aquí mismo.
Probaremos eso por medio de la Biblia. Aquí mismo es
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 247
donde viviremos. Ahora fíjense, cardos, gérmenes, todas
las enfermedades y cosas, serán quitadas completamente.
Todo esto, su existencia que está sobre la tierra ahora, sis-
temas hechos por el hombre, política, pecado, toda clase
de espíritus malos con los cuales el mundo está contami-
nado, y todos los cielos aquí sobre nosotros, están conta-
minados con espíritus malos. Ahora vamos a entrar pro-
fundamente y por bastante tiempo, en esto, ¿ven?
67. Todo esto existe en los cielos, o atmósferas, y la tierra
que existe ahora. Esta tierra tiene esas cosas, pero no fue
hecha con ese propósito. El pecado causó que fuera así.
¿Ven? Fue hecha por Dios, el Creador. Pero todo...
68. Y todos nuestros cuerpos, en los que vivimos ahora,
fueron puestos en la tierra cuando Dios la creó, porque
uno salió del polvo de la tierra. Todo fue trazado aquí.
Cuando Dios mismo la creó, Uds. estaban en Su pensa-
miento. Y en Él, el Gran Eterno, estaba el pensamiento, el
cual es Su atributo.
69. Y ahora el pecado causó que todo esto sucediera. Y
Dios, a través de esta edad, está juntando Su material.
70. Satanás todavía está aquí. Ésa es la razón de que todas
estas cosas suceden. Él todavía está aquí, y todas sus fuer-
zas malignas todavía están aquí. Fíjense, por eso es que
la tierra está tan inmunda ahora. Por eso es la suciedad y
las cosas ridículas que ocurren; derramamiento de sangre,
guerra, política, pecado, adulterio, toda clase de inmundi-
cias ocurren, es porque Satanás es el gobernante de esta
tierra y esta atmósfera. Uds. dirán: “¿La atmós-...?” ¡Sí,
señor!
71. Tanto los cielos y la tierra ahora están contaminados
con diablos que pueden acusarnos ante Dios. Jesús está
Allí para interceder por nosotros. ¿Ven? Mientras los acu-
248 Rev. William Marrion Branham
sadores siguen señalando con un dedo: “ellos hicieron
esto, hicieron esto, hicieron esto”, pero la Sangre todavía
cubre. Él vino para redimir a aquellos Elegidos que Él vio
de antemano. Por eso es que está tan inmunda hoy.
72. Aquí, el apóstol, aquí en Segunda de Pedro, el capítulo
2, y el quinto y el... y el quinto y el sexto versículo. Sí, lo
tengo. Él se refiere a tres etapas de la tierra. ¿Ven?, él saca
tres etapas de ella. Fíjense cómo las trae.
73. “El antiguo mundo que proviene del agua”, ahora, ese
fue el mundo antediluviano.
74. Ahora, el que es, el mundo presente en el que vivimos
ahora, lo llamó un “mundo”.
75. “El antiguo mundo que proviene del agua”, Génesis
1:1. Ahora, y el “mundo” que está ahora presente. Y luego,
además, él se refiere a otro: “el mundo que ha de venir”, el
Nuevo Mundo. Tres mundos; tres etapas del mundo.
76. Y fíjense cómo Dios nos pone de manifiesto Su plan de
redención. Oh, esto simplemente estremeció de emoción
mi alma cuando lo vi, cómo Él nos pone de manifiesto
aquí ahora Su plan de redención. Ahora comparen lo que
vemos con nuestros propios ojos. Lo que Dios ha hecho
para redimir a Su mundo, Él ha hecho el mismo plan para
redimir a Su pueblo, pues el incambiable Dios no cambia
en ninguno de Sus planes ni en nada. ¡Qué cosa más glo-
riosa!
77. Cómo Él nos guió a Sí mismo, para tabernaculizar en
nosotros, por medio de tres etapas de gracia; exactamente
como Él ha guiado al mundo en tres etapas, para venir al
mundo. Así como Dios va a venir al mundo después de
que haya pasado por tres etapas diferentes de purificación,
exactamente así es cómo Él viene a nosotros a través de
tres etapas de la gracia. Yo enseñé eso al principio; nunca
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 249
he cambiado, desde entonces. Es la Palabra de Dios.
78. Uno debe de mantener juntos sus tres, sus sietes, sus
doces. La numérica de la Biblia debe correr perfectamen-
te o Uds. tendrán su cuadro todo enredado. Si Uds. no la
pueden entender, sólo sigan orando. Uds. observen, caerá
en su lugar, exactamente. Dios es perfeccionado en tres.
¿Ven?
79. Fíjense, “el antiguo mundo”, el antediluviano; el
“mundo” que está presente ahora; y el que ha de venir.
80. Ahora, la primera etapa a la que Él nos trae... ¿Ven?,
Su plan de redención es exactamente el mismo en todo.
Él utiliza el mismo método. Él nunca cambia. Él dijo, en
Malaquías 3: “Yo soy Dios, y no cambio”. De la manera
en que Él lo hace, por tanto, si Él salvó al primer hombre
que Él haya salvado, por medio de la Sangre derramada de
Uno inocente, Él tendrá que salvar al siguiente; y todo el
que Él salve tendrá que ser de la misma manera.
81. Si Él sanó a un hombre en cualquier momento durante
la jornada de la vida; ya fuera en los días de Jesús, de los
apóstoles, de los profetas, cuando haya sido; cuando se
encuentran las mismas condiciones, Él tiene que hacerlo
de nuevo. Eso es correcto. Él no cambia. Él hombre cam-
bia, los tiempos cambian, la edad cambia, la dispensación
cambia, pero Dios permanece igual. Él es perfecto. ¡Qué
esperanza debería de darle eso a la gente enferma!
82. Si Él sanó alguna vez a una persona, Él tiene que ha-
cerlo de nuevo cuando se encuentran las mismas condi-
ciones. Si Él alguna vez, alguna vez salvó a un hombre,
Él tiene que hacerlo en base a las mismas razones en que
lo hizo la primera vez. Si Él llenó alguna vez a un hom-
bre con el Espíritu Santo, Él tiene que hacerlo en base a
las mismas razones en que lo hizo la primera vez. Si Él
250 Rev. William Marrion Branham
resucitó alguna vez a un hombre de la sepultura, Él tiene
que hacerlo la segunda vez, y toda otra ocasión, sobre el
mismo principio.
83. Él no cambia. ¡Oh, qué esperanza me da eso! ¿Qué
es? No en alguna teoría hecha por el hombre, algo en lo
que grupos de hombres se han puesto de acuerdo; sino Su
Palabra incambiable. Uds. dirán: “¿Es la Verdad?”
84. Él dijo: “Sea la palabra de todo hombre mentira, y la
Mía Veraz”. “Porque los cielos y la tierra pasarán, pero
Mi Palabra nunca fallará”. “Toda la Escritura es inspirada,
por tanto es buena y útil para enseñar”. Y recuerden, que:
“Toda Escritura será cumplida”, todita.
85. Fíjense cómo Dios nos lo pone de manifiesto. ¡Y si
esa no fuera una gran confirmación, una buena... una gran
bendición amorosa de parte de Dios! Cuando veo esto, y
veo eso desde que era un muchacho, la primera vez en que
Cristo haya lidiado conmigo, yo aún he enseñado siempre
esas tres etapas de gracia. Fíjense si no es verdad ahora.
86. Ahora, el primer paso es “arrepentimiento para con
Dios”. Y luego sigue después de eso, es el bautismo en
agua, “bautismo en agua”, “Arrepentíos, y bautizaos en el
Nombre de Jesucristo”. ¿Ven?, sigue el bautismo en agua,
mostrando que el arrepentimiento fue genuino. O, para
“perdonar” nuestros pecados pasados, eso no tiene nada
que ver con pecados futuros. Sólo perdona. “Arrepentíos,
y bautizaos en el Nombre de Jesucristo”. ¿Para qué? “Per-
dón”. El quitar el pecado pasado no tiene nada que ver con
el futuro. Solamente, que su pecado ha sido cortado, lo
que Uds. hicieron.
87. Uds. no se pueden arrepentir por lo que hizo Adán.
Uds. nunca lo hicieron; Adán lo hizo. Uds. sólo reciben
perdón por lo que Uds. hicieron. La vieja naturaleza toda-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 251
vía está allí.
88. Permítanme tomar esta pizarra un momento. Ahora,
aquí está un corazón humano. Ahora, yo no... yo estoy
muy lejos de ser un artista. Aquí está un corazón humano;
y aquí está un corazón humano. Ahora, éste de aquí tiene
una serpiente en él, eso es pecado, aquí él tiene su vida.
Este de aquí tiene una paloma en él, la cual es el Espíritu
Santo, aquí él tiene una Vida. Bueno, éste de aquí, tiene
malicia, odio, envidia; eso es lo que lo está causando, es
este sujeto aquí. Pues, éste de aquí tiene amor, y gozo, y
paciencia; y eso es lo que lo hace, aquí abajo.
89. Ahora, cuando a Uds. se les pide, o se les perdona a
Uds. sus pecados, Uds. sólo han hecho esto, han quitado
eso. Pero la cosa que los hizo hacerlo todavía está allí. Esa
es la vieja raíz del mal; todavía está allí. Fíjense, entonces
Uds. se arrepienten y son bautizados en el Nombre de Je-
sucristo, que Él les perdonó sus pecados. Fíjense.
90. Luego, en segundo lugar, viene la santificación, la cual
pone en orden nuestras mentes para la santidad, para pen-
sar correctamente. Quitó... santificación es una palabra
Griega compuesta, que quiere decir “limpiado y apartado
para servir”.
91. Luego, lo siguiente, viene el bautismo de Fuego y
Espíritu Santo, de manera que Dios pueda habitar en no-
sotros. Y el Fuego de Dios limpia nuestros corazones de
pecado, y pone al Espíritu Santo adentro. Entonces produ-
cimos la misma Vida que Esto produjo, porque Eso está en
nosotros.
92. Fíjense, en el nacimiento natural, cuando una mujer da
a luz a un bebé. La vida natural tipifica la vida espiritual.
Cuando una mujer da a luz a un bebé, en lo natural, lo
primero que sucede es la ruptura del agua, luego sangre, y
252 Rev. William Marrion Branham
luego el espíritu (la vida). Toman al pequeñito y le pegan,
y allí empieza, gritando. Agua, sangre, espíritu.
93. Y ahora cuando un bebé nace en el Reino de Dios, él
viene de la misma manera: agua, Sangre, Espíritu.
94. Ahora fíjense, santificación, la tercera etapa... la se-
gunda etapa de él, limpia la mente; pone el corazón, la
mente del corazón, en orden de santidad.
95. Un hombre puede arrepentirse de pecados y él todavía
está pensando en... Bueno, quizás él es un hombre inmo-
ral, toda mujer de apariencia inmoral que él encuentra, to-
davía está allí. Quizás él es un borracho; cada vez que él
huele el trago, todavía está allí. ¿Ven?
96. Pero luego cuando él es santificado, eso limpia ese de-
seo sacándolo de él. ¿Ven? Quita el deseo de ello. Él toda-
vía puede ser tentado, pero Él quita el deseo de ello. Sin
embargo, él todavía no está bien.
97. Luego, él es bautizado con el Espíritu Santo y Fuego.
Limpiado, quemado, limpiado; y luego puesto en el servi-
cio de Dios. La santificación sólo los aparta para servicio.
98. Y fíjense exactamente cómo vino eso, los mensajes
viniendo. Martín Lutero, justificación; Juan Wesley, san-
tificación; el pentecostal, el bautismo del Espíritu Santo.
Los mensajes, allí es donde no pueden haber más edades
de ello, ¿ven? Estamos en el tiempo del fin. Tres etapas. El
bautismo limpia el corazón con el Espíritu Santo.
99. Qué sorprendente ahora, Él toma el lugar donde he-
mos de habitar, a través del mismo proceso.
100. Ahora, Él ha llamado la Iglesia a través de justifica-
ción, la llamó a través de santificación, luego la llenó con
el Espíritu Santo y Fuego. Y Él la llevó a través de un pro-
ceso, para que Él mismo, el Espíritu Santo mismo, el Hijo
de Dios, pudiera habitar en el corazón humano. Ahora,
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 253
Ella tiene que pasar a través de eso antes de que Él pueda
entrar en Ella.
101. Fíjense, Él hizo con el mundo, donde esa Novia va a
vivir, de la misma manera, Su mismo plan de salvación.
102. Fíjense en el mundo antediluviano. Él, después de que
se había arrepentido, a través de la Novia de ese día, Noé,
Él le dio un bautismo en agua, lo cubrió con agua. Luego,
justificación, mostrando que Él está en camino para llamar
a este mundo caído, a partir del Edén, de nuevo a su res-
tauración.
103. Luego Cristo vino y derramó Su Sangre sobre él, lim-
piándolo y reclamándolo. ¿Ven?, ese es el mundo en el
cual vivimos ahora.
104. ¿Ven cómo Satanás, aquí en las Escrituras, trató de ha-
cerlo a Él romper el plan de Dios para recibirlo, para dár-
selo a Él cuando lo llevó a Él arriba a la montaña, y trató
de dárselo a Él sin la compra de la Sangre?
105. ¿Se fijaron cómo Abraham, cuando ellos trataron de
darle el terreno, él lo compró con cierta cantidad de siclos
de plata, ante el pueblo, como una señal, como testimo-
nio? “Sea hoy manifiesto que he comprado esta sepultu-
ra”. ¿Ven?, ¡la compró! Y Satanás trató de darle a Él el
reino que le pertenece a él ahora. Él trató de dárselo a Él
como un obsequio, pero Él no lo aceptó. Porque es que,
¿ven?, entonces Satanás podría aún tener derecho sobre
eso. Pero, tenía que ser comprado. Amén. Él era la Palabra
en Su plenitud. No lo podían engañar a Él en eso. Luego,
ahora ha de recibir un bautismo de Fuego.
106. ¿Ven?, ahora ha... ¿Qué sucedió? Cristo vino y llamó
a la Iglesia al arrepentimiento, al bautismo en el Nombre
de Jesucristo, para perdón; santificar a la Iglesia; y con el
Fuego de Dios desciende y quema toda la inmundicia, y
254 Rev. William Marrion Branham
viene y habita en el corazón humano.
107. Ahora, el mundo, para ser redimido para esta perso-
na redimida, Él utiliza su mismo método. Él lo bautizó
en agua, después de la destrucción antediluviana. Derra-
mó Su Sangre sobre él, para santificarlo y reclamarlo. Es
Suyo. Satanás trató de decir: “Yo te lo daré a Ti”.
108. Él dijo: “No, señor, Yo lo voy a comprar”. Que sea
como testimonio. Él fue levantado, como señal, de que Él
lo compró. Él lo compró.
109. Pero ahora tiene que pasar por un bautismo de Fuego,
Fuego santo de Dios, que limpia la tierra y los cielos alre-
dedor de ella. Entonces, es comprada para que los redimi-
dos puedan vivir en ella, vivir en ella en paz. Fíjense, el
bautismo de Fuego es para limpiarla de pecado, de enfer-
medad, de gérmenes de enfermedades, de pecadores, del
diablo y todo su grupo. Él ha de ser echado fuera, al Lago
de Fuego. Fuego santo de Dios, desciende de Dios, del
Cielo, y la quema, fíjense, para prepararla para que Dios
more en ella. Porque, Dios, en el Nuevo Mundo que ha de
venir, ha de morar en la tierra. Porque, Uds. dicen: “Dios,
Él mora en el corazón humano”. Pero, Él y la Novia se
vuelven Uno, y ellos van a su Hogar en el Nuevo Mundo.
Y el mismo plan de redención es usado para redimir, a
ambos, al mundo y a las personas que viven en él.
110. ¿Ven?, el corazón tiene que ser limpiado de esa mane-
ra. Antes de que Dios pueda descender en la persona del
Espíritu Santo, el cual es Cristo descendiendo a morar en
el corazón humano, primero tiene que haberse arrepenti-
do. Tiene que ser bautizado en agua, en Su Nombre, para
mostrar a quién pertenece. Luego tiene que ser limpiado
por la Sangre de Jesús.
111. Y entonces el Fuego santo y el Espíritu Santo, de Dios,
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 255
descienden y queman todo el deseo de pecado, toda la na-
turaleza del mundo. “Y, por tanto, el que pecare voluntaria-
mente después de recibir el conocimiento de la Verdad...”
Luego, además la Biblia dice: “es imposible...” “Porque,
un hombre que es nacido de Dios no puede pecar; él no
peca”. No hay manera de que él peque. ¿Cómo puede él
ser un pecador, y un redimido, al mismo tiempo? ¿Cómo
puedo yo estar en la casa de empeño, y fuera de la casa
de empeño, al mismo tiempo? ¿Ven? Oh, Él nos redimió
por medio de Su Sangre; por medio de Su Espíritu Él nos
limpió; y entonces viene a morar en nosotros, la Iglesia.
Ahora, no la denominación; ¡la Iglesia!
112. Fíjense atentamente ahora mientras vemos esto, los
lugares donde hemos de morar. Ahora, el arrepentimiento
antediluviano, entonces, trajo el bautismo en agua. Luego
Cristo vino y derramó Su Sangre sobre ella, para limpiarla
y para reclamarla. Y luego viene, lo siguiente, la destruc-
ción del mundo como está ahora.
113. Todo el pecado que está arriba en los cielos, “él es el
príncipe de la potestad del aire”, él mantiene alejadas (ale-
ja combatiendo) las bendiciones de Dios. Allí llegan rayos
de relámpagos y caen en la tierra, y todo, desde los cielos,
capas de lluvia cortante, y tifones, tif-... tormentas y de
todo, “vienen de arriba”, el cual es Satanás, “el príncipe
de la potestad del aire”.
114. Fíjense, vean cómo Satanás trató de tomarla, como
dije hace unos minutos, por medio de dársela a Jesús sin
comprarla. Entonces, Satanás todavía tiene un derecho,
porque está marcada, ¿ven? Pero Jesús la compra por me-
dio de Su Sangre derramada y la trae de nuevo a su dueño
legítimo. ¿Ven? Así es cómo Él nos compró, por medio de
Su Sangre, cómo compró Él a la Iglesia.
256 Rev. William Marrion Branham
115. Y ahora su bautismo de Fuego la limpia de todos los
gérmenes, todas sus enfermedades, todas las enfermeda-
des, incluso de todas las cosas espirituales; las cuales son
por medio de nosotros, también, lo hace de la misma ma-
nera; para prepararla para que Dios more en ella, en esta
gran edad que ha de venir, la Nueva Tierra. ¿Ven?, Él la
redime de la misma manera en que Él redime a Su pueblo.
Él lo hace todo igual, Su plan de redención. Pues, Él es el
incambiable Dios, siempre lo mismo en Sus planes.
116. Cuánto les he dicho, antes, y les he dado a conocer, y
por todas las edades, que Dios no puede cambiar; lo da a
conocer, en toda forma, por medio de lo mismo.
117. Él lo dio a conocer, Su primer mensaje, en el mundo
antediluviano, por medio de Noé el profeta.
118. Yo estaba hablando con un amado hermano que está
sentado presente conmigo ahora. Ayer, él dijo: “Una cosa
que Ud. dijo, Hermano Branham, que siempre me estre-
meció”. Yo dije: “¿Qué es, hermano?”
119. Y él dijo: “Esto es lo que Ud. dijo:”, y es verdad, “La
minoría, cómo un grupito va a ser salvado en los días de
la Venida”. Y hablamos de cómo Jesús dijo: “Estrecha es
la puerta, y angosto el camino, y pocos serán los que la
hallen”. Ahora fíjese, la Biblia dice: “Como fue en los días
de Noé en los cuales ocho personas fueron salvadas por
agua, así será en la Venida”. Yo dije: “Hermano, Ud. sólo
captó...” Él dijo: “Recuerde, sólo hay ocho personas allí”.
Yo dije: “Ud. sólo captó la mitad del cuadro”.
120. Sin embargo, Noé era un tipo del remanente que es
llevado al otro lado, no el grupo que fue trasladado. Enoc,
un solo hombre, se fue en el Rapto antes de que el diluvio
llegara, mostrando que la Iglesia no entra en la tribulación
o ninguna cosa alrededor de ella. Enoc fue trasladado, un
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 257
solo hombre. Oh, la iglesia puede ser una cantidad; pero
la Novia va a ser un grupo muy pequeño que constituirá
a la Novia. Ahora, la iglesia puede ser una gran cantidad;
pero, la Novia, ¿ven Uds.?, comparen ocho con uno. Ocho
veces menos, será la Novia, que la iglesia.
121. “Y si el justo con dificultad se salva, ¿en dónde apare-
cerá el pecador y el impío?”, ¿aquellos que saben que no
lo deben hacer, y siguen adelante y lo hacen de todas ma-
neras? Aquellos que siguen las reglas de la denominación
en vez de la Palabra, ¿dónde van a aparecer, aun llamados
Cristianos, tomando el Nombre de Cristo?
122. Ahora, perfectamente, Noé era un tipo de aquellos
llevados al otro lado. Recuerden, cuando Noé salió, Cam
estaba con él. El pecado todavía estaba allí adentro. El
pecado pasó al otro lado, a través del arca. Incredulidad,
duda, pasaron al otro lado en el arca, llevadas por encima
del juicio. Pero Enoc fue más alto que el arca, él siguió
adelante entrando a la Presencia de Dios. Pero Noé pasó y
salió, y todavía había pecado; tipo del Milenio, de la con-
dición del mundo.
123. El Milenio no es el fin de él. Todavía habrá tiempo
después del Milenio. El Milenio es un espacio de tiempo;
pero, no la Nueva Tierra. Claro que no. Fíjense, en eso,
llegaremos a eso después de un rato.
124. Ven, la tierra, redimida, regresa a su Dueño original
de nuevo. Quitó... Él se la quitó a Satanás. Él haló, qui-
tándole la tierra a Satanás, así como Él los apartó a Uds.
de Satanás, así como Él le quitó la pequeña mujer junto al
pozo a Satanás. Allí estaba en pie el sacerdote, pensaba él
que estaba con Dios, y él no tenía nada. ¿Ven?
125. Me gustaría dibujarles eso sólo un momento. Ahora,
queremos tener esto bien claro, así que ahora observen
258 Rev. William Marrion Branham
atentamente esta enseñanza.
126. Ahora, éste aquí, aquí está Dios. Dios, el cual es el
Eterno, sin...No hay otro sino El. Pero, en Dios, El tenía
atributos. Ahora, esto aquí representa la Palabra, la Pala-
bra de Dios, la cual se hizo carne y moró entre nosotros en
la persona de Jesús.
127. Ahora éste aquí, este sujeto aquí, lo vamos a hacer así.
Ahora, ésta es llamada la mujer junto al pozo. Este es el
sacerdote, Fariseo. Y donde Uds. ven esto, el pizarrón li-
bre, quiere decir gracia y salvación.
128. Ahora, “En el principio era el Verbo. Y aquel Verbo
fue hecho carne, y habitó entre nosotros”. Las tres eta-
pas. Era un atributo primero, estaba en Dios, que Él pensó
acerca de Sí mismo como ser humano; y eso lo transmitió
a Él abajo para ser Jesús; y ahora, si Uds. van a estar Allí
alguna vez, Uds. estaban con Él entonces. Porque, sólo
hay una forma de Vida Eterna, esa es Dios; y Uds. tenían
que formar parte de Dios en el principio, no lo que Uds.
simplemente escogieron aquí abajo. Él los escogió a Uds.
“Todo lo que el Padre me ha dado, vendrá”.
129. Ahora miren a este sacerdote aquí. Encontramos su
parte inferior, aquí, su vida atrás, detrás de él, su predes-
tinación aquí atrás, es pecaminosa. Aquí está el infierno,
aquí abajo.
130. Ahora, esta pequeña parte aquí, que se parece al piza-
rrón, eso representa su pureza. Él era un sacerdote. Él era
un hombre honorable. Eso representó esto. Él era, tam-
bién, tenía que ser un buen hombre, o no podía ser sacer-
dote. Pero Uds. ven cómo lo obtenía, era un aprendizaje
intelectual.
131. Ahora, esta pequeña mujer, su primera vida, aquí arri-
ba, ella era una prostituta, ella estaba toda manchada. Pero
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 259
muy dentro de ella, aquí, había sólo un poquito de enten-
dimiento. “Sé que cuando el Mesías venga...” ¿Ven? Vean,
eso estaba allí.
132. Fíjense, cuando Jesús vino y manifestó la Palabra, por-
que la Palabra discernió los pensamientos que estaban en
el corazón; como Hebreos 4 dice que lo va a hacer, 4:12,
que Él lo haría. “La Palabra discernió los pensamientos
del corazón”, y Él vino como el Hijo del Hombre, el Pro-
feta. ¿Qué sucedió? Este sacerdote, con sólo aprendizaje
intelectual, dijo: “Es un demonio”, porque eso es lo que su
denominación lo llamó. ¿Qué hizo eso? Él no tenía repre-
sentación, así que lo entenebreció.
133. Pero esta mujercita no tenía nada que presentar; ella
estaba tan inmunda y sucia a más no poder. Pero, fíjen-
se, muy dentro de ella, ella tenía representación, ¿ven? Y,
además, ella estaba esperando que esto se hiciera carne. Y
cuando Él dijo: “Ve a traer a tu marido, y ven acá”. Ella
dijo: “Señor, no tengo”.
134. Dijo: “Has dicho la verdad, porque tienes cinco, y el
que tienes ahora no es tuyo. Has tenido cinco. Con ése son
seis que has tenido”.
135. Ella dijo: “¡Señor!” (No: “Tú eres”, no, “Beelzebú”.)
“Me parece que Tú eres profeta. Ahora, sabemos que el
Mesías, llamado el Cristo, vendrá. Y cuando Él venga, Él
va a hacer esto”. Él dijo: “Yo soy”.
136. Ya no tuvo duda. Uno no tuvo que explicarlo. Ella lo
vio. Ella lo creyó. ¡Y se fue! ¿Por qué? ¿Qué le hizo a
ella? La redimió.
137. Ahora fíjense, Él vino para ser un Redentor. ¿Es co-
rrecto eso? ¿Qué quiere decir redimir? “Traer de regreso”.
¿Por qué no tomó al sacerdote? Él nunca estuvo allá arri-
ba. ¿Ven? Vean, él no tenía representación.
260 Rev. William Marrion Branham
138. Él vino a redimir lo que había caído. En la caída, esto
se enredó, con aquella muchacha; pero Dios la tenía en Su
pensamiento antes de la fundación del mundo, y Él vino
para limpiarla. ¿Ven? Entonces Él... Ella tenía Vida Eter-
na. ¿Ven?
139. Donde, al sacerdote, ¿qué le hizo a él? Lo envió di-
rectamente de regreso a su destino. Para comenzar, él no
tenía nada, sólo un aprendizaje intelectual.
140. Ahora escuche, amigo, si lo único que Ud. tiene sólo
es un aprendizaje intelectual, obtenga algo diferente a eso.
Y Ud. nunca va a poder obtenerlo a menos que Ud. tenga
representación. Por esa razón creo que Uds. vienen del
este y del oeste, del norte y del sur; la Palabra, viviente,
manifestada.
141. Fíjense ahora cómo Él da a conocer Su camino por
medio de Sus profetas, en el principio. El nunca lo ha
cambiado.
142. [Espacio en blanco en la cinta-Traductor] ...salvación.
Él justificó un hombre; lo santificó; envió el Espíritu San-
to y Fuego, y a fuego hizo salir de él el pecado, y habitó
en él, Él mismo.
143. Él hace con la tierra, la cual Él va a usar en un plan de
redención, de la misma manera. Se arrepintió y fue bauti-
zada en agua, en... por Noé. Jesús vino y la santificó, al de-
rramar Su Sangre sobre ella, y la reclamó. Y en la Nueva
Tierra que ha de venir, ha de tener un bautismo de Fuego
santo, para limpiarla de todo demonio, todo germen, toda
enfermedad, todo lo que hay, y hacerla de nuevo. “Vi un
Cielo Nuevo y una Tierra Nueva”.
144. Uno llega a ser una nueva persona. ¡Amén! No sólo
una vieja persona parchada, por medio de unirse a una
iglesia o tratar de voltear una nueva página, sino que uno
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 261
es una unidad completamente nueva. Dios toma al viejo
hombre y lo quema totalmente, con el Espíritu Santo y
Fuego, y viene Él mismo, envía la representación de uno.
“Ninguno puede venir a Mí, si Mi Padre no lo ha traído. Y
todo lo que el Padre me ha dado, vendrá a Mí”. ¿Lo ven?
El mismo plan; la misma manera.
145. Satanás fue... será quitado de la tierra, exactamente
como Satanás fue quitado de Uds. Satanás no puede mo-
lestar; o, él puede tentar, pero él no puede tomar a un Cris-
tiano nacido de nuevo. Pues, Dios, desde la fundación del
mundo, lo vio de antemano, y envió a Jesús a redimirlo,
y la Sangre habla por él. ¿Cómo puede pecar él cuando
ni siquiera puede ser visto por Dios? Él ni siquiera... Lo
único que Él oye es la voz de Uds. Él ve la representación
de Uds. ¡Amén! Eso es verdad. ¿Ven?
146. Por los mismos medios, pues el mundo es uno de Sus
atributos de la misma manera que Uds. son uno de Sus
atributos. El mundo llega a ser uno de Sus atributos, por-
que era el pensamiento de Dios, en el principio. El tener
un mundo, estar en un Trono, ser un Rey, ser un Redentor,
ser un Sanador, esos son Sus atributos.
147. Así como un atributo de Uds. Yo no puedo decir un
“poste” a menos que piense en poste. Yo no puedo decir
“hombre” a menos que piense en hombre. Y cuando pien-
so en hombre, entonces digo “hombre”, el pensamiento es
mi atributo y la expresión es la palabra. ¿Ven?
148. Como Isaías, ¿cómo pudo decir, que: “Una virgen iba
a concebir”? ¿Qué es un pensamiento?
149. Ahora, muchos de Uds. se preguntan cómo esos, ese
discernimiento, viene. Les voy a decir. Vean, es una pala-
bra que yo digo. Y no es mi pensamiento, porque yo no sé.
Yo no estoy consciente con respecto a pensarlo. ¿Cómo
262 Rev. William Marrion Branham
les puedo decir quiénes son y de dónde vienen Uds., cuan-
do no los conozco? ¿Cómo puedo decirles lo que Uds.
hicieron hace diez años, cuando nunca los he visto en mi
vida? ¿Cómo puedo decirles dónde van a hacer y qué van
a hacer dentro de diez años? ¿Cómo conozco el futuro?
Pero es el pensamiento de Alguien más.
150. “Que la mente que estuvo en Cristo esté en vosotros.
Que la mente que estuvo en Cristo esté en vosotros”. Vean,
entonces no son los pensamientos de ested. Son Sus pen-
samientos, a través de usted. Y usted no está expresando
sus propias palabras; usted está expresando las Palabras
de Él.
151. Así es cómo en muchas ocasiones los hermanos se
confunden, sobre la interpretación de lenguas, y cosas.
¿Ven?, ellos dicen cosas que no están correctas, ellos no se
dan cuenta que ese es Satanás. Uds. dicen: “¿En el huerto
de Dios?” Sólo esperen a que terminemos, averigüen si no
es, o no. Las hierbas y el trigo crecen en el mismo campo.
Ambos viven por medio del mismo sol y la misma lluvia.
¿Ven?
152. “Pero, si hubiere uno entre vosotros que es profeta, Yo
Jehová hablaré con él. Y si lo que él dice sucede, entonces
ese soy Yo, ¿ven?, porque él no está expresando lo suyo.
El está expresando Mis pensamientos, Mis atributos de
las cosas que tienen que venir, y Yo usaré su boca para ex-
presarlos por medio de ella. Y después de que él los dice,
tienen que cumplirse. Los cielos y la tierra pasarán, pero
Mi Palabra nunca fallará”.
153. Isaías dijo: “Una virgen concebirá”. No hay más que
decir. Ella va a concebir. Lo que Dios dice, Él lo hace.
154. Oh, dio a conocer, por medio de Sus profetas, todas
Sus manifestaciones, porque son Sus atributos de Sus pen-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 263
samientos expresados.
155. Ahora, aquí estaba, en esta mujercita. Ella era uno de
Sus atributos. ¿Ven?
156. Y allí estaba el sacerdote, representando la Luz. Él lo
había aprendido de la Biblia. Él había aprendido que Dios
era Dios. Él había aprendido que la santidad era correcta.
Él había aprendido que había una ley de Dios. Él lo había
aprendido por causa de una concepción intelectual. Y él
había nacido en el linaje correcto; él era un Levita. Pero
él solamente lo sabía por medio de una concepción inte-
lectual. Y cuando la Luz de la hora... ¿Ven?, él lo apren-
dió por medio de lo que había sucedido, no lo que estaba
sucediendo; ¡lo que había sucedido! Y cuando él se dio
cuenta qué estaba sucediendo, su denominación no dijo
nada acerca de Ello, por tanto él no tenía ninguna repre-
sentación de Ello.
157. Pero aquí estaba el Redentor en la tierra en ese tiempo,
para redimir aquellos atributos de Dios, y ella lo recibió.
Ella nunca lo cuestionó. Ella dijo: “Cuando el Mesías ven-
ga, Él hará esto”, y no había más que decir. Y ella lo vio
ser hecho, así que... Él dijo: “Yo soy el Mesías”, así que
no había más que decir. Ya no lo cuestionaba. Ella sim-
plemente fue, diciéndole a todos los demás: “Venid, ved a
Quién encontré”.
158. Estos procesos nos limpian, un templo para Su lugar
de morada: justificación, santificación, el bautismo del Es-
píritu Santo con Fuego. Eso hace la limpieza de (nuestro)
este templo.
159. Así que, así como la antigua estructura del mundo no
destruyó, por medio de las aguas cuando fue lavado; la
estructura del planeta, la antigua estructura, la... toda la
tierra, todas las cosas que Dios puso en la tierra, no fue-
264 Rev. William Marrion Branham
ron destruidas cuando el primer mundo fue destruido. Y
la Biblia dice que fue “destruido”, pero nunca destruyó la
estructura. Sólo destruyó el pecado y a los pecadores que
estaban en él. La estructura quedó.
160. Pero, ¿ven Uds.?, como justificación, como Uds. los
Bautistas y los Metodistas quieren pensar sobre eso, sólo
justificación, creer y ser bautizado, eso no es suficiente.
Uds. volverán directamente a las cosas del mundo, y se
cortarán el cabello y se pondrán pantalones cortos, y todo
lo demás. ¿Ven?, aún no ha sucedido nada. Uds. sólo vie-
ron hacia atrás y vieron que habían hecho mal.
161. ¿Qué le hizo la justificación al mundo? Nunca le hizo
nada; comenzó de nuevo, con tanto pecado como había
habido. De esa manera lo hace un hombre, y eso es lo más
lejos que llega.
162. De esa manera el gran evangelista, Billy Graham, de-
bería de ver. Él dijo: “Yo voy y tengo treinta mil converti-
dos, regreso en un año y no tengo treinta”. Eso es lo más
lejos que llegaron. ¿Ven? Y, ciertamente, ellos se arre-
pienten. Yo creo que se arrepienten; la mayoría de ellos,
o algunos de ellos, por lo menos. Pero eso no es lo que se
requiere. Lo prueba aquí.
163. Ahora, así que la antigua estructura del mundo no fue
destruida por el agua. El mundo sólo fue lavado. Eso con-
siguió su bautismo. Fue bautizado.
164. Asimismo permanecerá la estructura, aunque sea que-
mada por medio de Fuego. No destruye la tierra, ¿ven?,
sólo destruye el pecado que está en él.
165. Fíjense aquí, algunos de Uds. estudiantes de la Biblia, y
especialmente el Doctor Vayle que está viéndome. Fíjense
en Pedro, en el capítulo 2 de Pedro aquí, capítulo 3, mejor
dicho, él usa la palabra “mundo”, como una palabra griega
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 265
kosmos, la cual significa: “el orden del mundo”. “La tierra
pasará, los elementos ardiendo serán deshechos”. ¿Ven?
No quiere decir que la tierra, el planeta, pasará. Sino que
el mundo, kosmos, la política, los pecadores, los sistemas,
el pecado, la enfermedad, los gérmenes, todo lo que está
errado, pasará. Todo lo que una vez...
166. Dios una vez conmovió los cielos, pero esta vez Él
dijo que va a conmover la tierra, los cielos y la tierra...“ Él
conmovió la tierra”, mejor dicho, “y entonces esta vez Él
conmoverá los cielos”. ¿Ven? “Pues nosotros recibimos
un Reino inconmovible”. Es un Reino Eterno. Observen
cómo él entra en ello.
167. Fíjense aquí, Pedro dijo: “Y ardiendo serán deshechos,
y las obras en ella serán quemadas”, no el planeta. “Las
obras en ella”, las obras del hombre, todos sus políticos
y sus estratagemas, y todas sus denominaciones y estra-
tagemas hechos por el hombre, se irán con ella cuando se
queme.
168. “Y los cielos pasarán con grande estruendo”. ¿Se fi-
jaron aquí? “Los cielos pasarán con grande estruendo”.
¡Escuchen! Toda la tierra estará ardiendo, y encenderá los
gases que están en la tierra y la hará explotar. Eso es exac-
tamente. Hablar... La Biblia dice aquí, Pedro dice: “Y los
cielos pasarán, y la tierra, con grande estruendo”. Seme-
jante explosión la va a sacudir, oh, hermanos, porque tiene
que matar toda enfermedad, todo cardo, toda espina. Todo
lo que haya que hacer, el Fuego lo quemará. Y, recuerden,
no es en su totalidad sólo un fuego literal, también es un
Fuego santo, ¿ven?, que quitará a Satanás y a todos los
suyos, a todos los diablos. “Tanto el cielo como la tierra”,
amén, “pasarán”, matando todos los gérmenes, todos los
insectos, toda vida natural en ella y alrededor de ella, aun
266 Rev. William Marrion Branham
el H2O (el agua) va a explotar. Piénsenlo. ¡Hablar de un
estruendo!
169. Uds. piensan que ese pequeño estruendo aquí en Tuc-
son fue algo, cuando Él abrió los seis Sellos, que estreme-
ció la región de los alrededores, y causó los comentarios.
¡Esperen a que esta tierra reciba su bautismo!
170. Uds. saben, cuando un hombre recibe el bautismo de
Fuego, hay mucho ruido allí alrededor. Ellos piensan que
eso es una vergüenza, el oír gente gritar y clamar de esa
manera. ¡Sólo esperen a que esta tierra reciba su bautis-
mo!
171. Sí, eso la va a explicar... hacer explotar, el H2O, el
agua, pues la Biblia dice aquí en Apocalipsis 21, “y el mar
ya no existía más”, lo hizo explotar. Esto va a cambiar toda
la superficie de toda la tierra. Ella reventará y explotará en
pedazos. Todo lo de afuera, la corteza, y por centenares de
pies abajo de ella, simplemente va a ser completamente
demolida. Las atmósferas, los gases que están en la tierra
ahora, donde ellos se están dando cuenta de estos misiles
que no pueden pasar a través de ella, una gran esfera allá
arriba, muy allá arriba en alguna clase de esfera que hay
toda clase de gases, dicen ellos; y esa reventará. La santa
ira de Dios vendrá sobre ella, ¿ven?, y la va a limpiar,
cambiará toda la superficie.
172. Ahora, muchos de Uds. que quieren anotar esta pa-
labra, la palabra griega, “pasarán”. Viene de la palabra...
Tuve que encontrarla. Yo pensé: “¿Cómo va a pasar este
mundo, y sin embargo vamos a vivir en él?” Pero si Uds.
se fijan, algunos de Uds. que quieren anotarlo, la voy a
deletrear para Uds. Yo no podría pronunciarla: p-a-r-é-r-j-
o-m-a-i. [Número de diccionario Strong 3928-Traductor]
Yo no sé cómo pronunciarla.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 267
173. Ahora, de esa manera, como dije, cuando yo recibo...
Me viene la inspiración para algo, entonces yo regreso a
investigar la palabra. Ahora, aquí, yo no puedo deletrear
la palabra, o no puedo pronunciarla. Pero, en eso, el Señor
aún me ha dado una manera. Voy y averiguo qué significa
esa palabra, entonces lo capto. ¿Ven? Entonces lo capto,
nuevamente. ¿Ven?
174. Los cielos y la tierra pasarán, ahora, esta palabra sig-
nifica: “pasar de una forma a otra”. No significa “aniqui-
lación”, como la palabra del inglés significaría, pasarán,
es aniquilada. Pero la palabra hebrea, o la palabra griega
aquí, no significa pasarán; significa: “el pasar de una cosa
a otra”. Miren, sino, “pasar de una condición”, dice, “a
otra”.
175. Ahora fíjense, Pablo la usó, si Uds. quieren leerla.
Anótenla, lo pueden leer más tarde. En Tito 3:5, Pablo
está usando esta misma palabra, significa regeneración del
hombre, que el hombre ha pasado de pecador a santo, no
es aniquilado totalmente. Cuando un hombre es cambia-
do, no es aniquilado, sino que es una persona cambiada.
Él ha sido cambiado de lo que él era a lo que él es, no es
aniquilado.
176. Jesús usó la misma palabra en Mateo 19:28; ahora, no
28:19. Ahora, 19:28, Él les dijo a ellos: “Vosotros os sen-
taréis conmigo en el Reino de Mi Padre, regenerados”,
¿ven Uds.?, “cambiados”, cuando uno ha sido cambiado.
Él usó la misma palabra.
177. Y Él usó la misma palabra cuando Él dijo, al pollino,
dijo: “Desatad el pollino y dejadle ir”.
178. Dijo la misma cosa en la resurrección de Lázaro:
“¡Desatadle! ¡Cambiadlo! El ha estado atado; ¡dejadle ir!”
179. ¿Qué quiere decir? La tierra será desatada del asimien-
268 Rev. William Marrion Branham
to de Satanás. Será desatada. Será desatada de la política,
será desatada de los sistemas religiosos denominaciona-
les; para ser usada para el Reino de Dios, para establecerlo
aquí en la tierra. Pero siempre y cuando esté en las manos
de Satanás, la política... Satanás el gobernante de la tierra,
él la posee; le pertenecía a él, pero ahora Cristo la ha redi-
mido.
180. En un tiempo, yo era de su propiedad, pero no ahora.
En un tiempo, esa mujercita era de su propiedad, pero no
ahora. ¿Ven?, Él vino para desatar el asimiento de ella. Él
desató el asimiento del pecado, de Satanás, sobre mi vida,
sobre la vida de Uds., y ahora no somos de él.
181. ¿Me han oído decir con frecuencia, en oración, “quita
tus manos de la propiedad de Dios”? ¿Ven? ¡Amén! Ten-
gan fe para reclamar a los suyos. Esos son sus derechos.
“¡Quita tus manos de ella! ¡Quita tus manos de él!” Vean,
la fe lo hará. ¡Oh, hermanos! No aniquilarlo, sino, simple-
mente: “Quita tus manos de él”, para desatarlo, dejarlo ir,
pasarlo. Cambia.
182. La tierra va a cambiar. La política va a cambiar. Las
religiones van a cambiar. Las denominaciones pasarán. La
política pasará. El Reino de Dios será establecido.
183. Leemos en Juan, leemos a Juan en Apocalipsis 6:14,
¿ven?, “se desvaneció como un pergamino”. La Biblia
dice que la... que... Juan dijo: “Yo vi el cielo y la tierra
desvanecerse como un pergamino”. Juan, Apocalipsis
6:14.
184. Jesús dijo: “Los cielos y la tierra pasarán”, o, en otras
palabras, “los cielos y la tierra serán cambiados”. ¿Ven?,
usó esa misma palabra allí mismo de nuevo.
185. No, no es aniquilada. Pues, más tarde, en Apocalipsis
21:2 al 24, él vio a la Nueva Jerusalén descendiendo del
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 269
Cielo, de Dios, y asentándose sobre esta tierra. No quiere
decir que va a ser aniquilada. Los sistemas serán cambia-
dos.
186. Daniel vio la misma cosa. Una Roca hirió al mundo,
fue cortada, no con mano; y toda la imagen de los siste-
mas fue desmenuzada y fueron como tamo de las eras del
verano, y se lo llevó el viento. Y la Roca misma, creció a
ser un gran Monte que cubrió la tierra. Ahora observen ese
Monte, dentro de poco. Ese Monte cubrió la tierra.
187. También, nos damos cuenta aquí, en, también, allí en
Apocalipsis, que dice: “Los Reyes de la Nueva Tierra trae-
rán su honor y gloria a ella”. En la tierra, está asentada...
La Nueva Jerusalén está asentada sobre esta tierra. Vean,
sólo cambió.
188. Usted es el mismo hombre, en estatura, que usted era
cuando Dios lo llamó, la misma mujer. Pero, vean ustedes,
lo que eso hizo, fue una regeneración. La vieja vida pasó.
El viejo deseo ha pasado. Cuando, a usted le solía gustar
tomar, y maldecir, y pelear, y agitarse, y andar por ahí, e
inmoral, esa cosa simplemente murió. ¿Ven? Pero ahora
usted es usado... Entonces usted era instrumento de Sata-
nás; ahora usted está redimido.
189. Y eso es lo que el mundo va a ser, de la misma manera,
redimido, un Cielo Nuevo y Tierra Nueva.
190. Exactamente como usted: “Uno nueva criatura es”. Y
la palabra griega allí, cualquiera sabe, dice: “Uno nueva
creación es”. ¡Amén! Una nueva creación en el mismo
templo viejo. Aleluya. Observen lo que sucede aquí ahora.
¡Glorioso! Muy bien.
191. Ahora nos damos cuenta que esta tierra contendrá a los
reyes de la tierra.
192. Y, nuevamente, en Mateo 5:5, Jesús dijo: “Los mansos
270 Rev. William Marrion Branham
recibirán la tierra por heredad”. No van a, sólo a tener otra
tierra. Simplemente va a ser la misma tierra. Estoy tratan-
do de traerles el plan de redención a Uds., antes, si no toco
nada más, vean. El bautismo de Fuego, en ella, sólo es
para limpiarla y hacerla un lugar apropiado para que Sus
mansos vivan en él. ¿Ven? ¡Oh!
193. Así como nos hizo a nosotros, Su creación, para vivir
en ella. Antes de que Él pudiera entrar en ella, Él tenía que
darnos el bautismo de Fuego; luego el Espíritu Santo entra
y vive, bautismo de Fuego. Entonces, cuando uno recibe
ese bautismo de Fuego, entonces el Espíritu Santo puede
entrar. ¿Qué? A medida lo hace, quema todo lo contrario a
la Palabra, de usted. ¿Ven? No va a creer nada más sino la
Palabra, porque es la Palabra. ¿Ven? ¿Ven? ¿Ven?
194. Ahora, eso es lo que estábamos hablando el otro día,
la evidencia del Espíritu Santo. ¿Ven? La evidencia del
Espíritu Santo es cuando uno puede recibir la Palabra; no
algún sistema, sino tener un claro entendimiento. ¿Cómo
saben Uds. que la Palabra es clara, que la entienden? Ob-
sérvenla vindicarse a Sí misma.
195. “Bueno”, dicen Uds., “yo veo esto hacerlo, y eso”.
Oh, sí, las hierbas viven de la misma manera. ¿Ven?
196. Pero tiene que ser toda la Palabra. Para ser la Novia,
uno tiene que formar parte de Él. Él es la Palabra. ¿Ven?
¿Y qué parte de Él es? La Palabra que ha sido prometida
para este día cuando Él llame a Su Novia. Formar parte de
eso. ¿Lo captan? Ahora, no se pierdan eso ahora. Fíjense.
Y Él la hace un lugar apropiado para vivir por la Eterni-
dad.
197. Fíjense, esto todavía no se refiere a... Este reino del
Milenio, los mil años, no es la Tierra Nueva. ¿Ven?, el rei-
no del Milenio es un reino diferente. A eso es a lo que en-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 271
tramos, el Milenio, pero eso no es la Tierra Nueva, el Cie-
lo Nuevo. No, no. Eso sólo es un lugar de reposo, ¿ven?,
un período de reposo, no es en lo absoluto el Cielo Nuevo
y la Tierra Nueva; porque, vean ustedes, en el Milenio te-
nemos cosas que no entrarían en Eso. Es un tipo del anti-
guo séptimo día, allá en el Edén; el séptimo día, después
de que Él hizo al mundo. El séptimo día, Él reposó en el
Edén, y el Milenio.
198. ¿Ven?, el mundo tiene ahora casi seis mil años, de
edad. ¿Ven? Cada dos mil años ha tenido una destrucción.
¿Ven?
199. Los primeros dos mil, vino el diluvio, y él la bautizó
con (¿qué?), agua.
200. Los siguientes dos mil, Jesús vino a santificarla y a
reclamarla, dejó caer Su Sangre sobre ella, la llamó Suya.
Muy bien.
201. “Vendré otra vez”, ajá, ahora como Rey con Su Reina,
y los segundos dos mil años (¿qué hace Él?), Él viene y da
su período de reposo.
202. Y luego la quema, y la reclama para los Suyos; pone a
los Suyos de nuevo en ella.
203. Y fíjense, no el mundo perfecto, este Milenio, es un
tipo del séptimo día. Luego viene el Juicio del Trono
Blanco. ¿Ven?, todavía tenemos juicio. Todavía estamos
en el tiempo, en el Milenio. Es un día, mil años. Es un
elemento de tiempo. No, no confundan eso con la Tierra
Nueva, ahora, porque no lo es.
204. Uds. pudieran decirme esto. Ahora yo simplemen-
te siento que alguien pudiera decirme esto, que: “Ahora,
Hermano Branham, ¿qué va a hacer ahora? Se le han ago-
tado sus sietes completos. ¿Qué va a hacer ahora? Ahora,
Ud. es un dispensacionalista”. Lo cual soy. Yo creo que
272 Rev. William Marrion Branham
también Dios lo es. Fíjense, fíjense. “Se le agotaron los
tipos de dispensaciones. Pues, si Ud. va a poner algo más
allá de ese séptimo día, ¿cómo lo va a conseguir? ¿Adón-
de va a ir ahora?”
205. Muy bien, les voy a llamar su atención a algo, vean.
¿Ven? No, a mí no, a mí no se me han agotado aún las dis-
pensaciones. Tengo otra Escritura aquí. Y, recuerden, toda
Ella tiene que ser cumplida, todita. ¿Ven?
206. Ahora Uds. dicen: “Hermano Branham, Ud. está tra-
tando de poner algo más allá después de ese séptimo día,
ese séptimo día de reposo [sabbath (sábado)-Traductor]”.
207. Así como Dios hizo la tierra y trabajó seis días, y des-
cansó el séptimo, era sólo un tipo de tiempo, tiempo. Pero
acabo de decir aquí, nosotros llegamos a ser Eternos.
208. “Así que, ¿dónde está su tipo ahora? Ud. dijo que Ud.
es un tipólogo. Así que, Ud., a Ud. se le han agotado los
tipos ahora”. No, no se me han agotado. Averigüemos si se
nos han agotado.
209. Vayamos a Levítico, allá en el capítulo 23 de Levítico.
Ahora quiero que se fijen en Levítico, donde estábamos el
domingo pasado, o el pasado... Esto es lo que me dio la
idea, aquí mismo. El capítulo 23 de Levítico, y el versícu-
lo 26.
210. Ahora recuerden, hay siete días de fiestas. La fiesta
de las trompetas, la fiesta de tabernáculos, la fiesta de la
mecida de la gavilla, la... Todo esto, hay siete grandes días
de fiestas, que sólo eran un tipo de las Siete Edades de la
Iglesia. Y, ¿recuerdan Uds. cuántas semanas había entre la
una y la otra? ¿Ven?, siete semanas entre pentecostés y las
trompetas, las cuales eran las Siete Edades de la Iglesia. Y
había siete días de fiestas, que representan las Siete Eda-
des de la Iglesia. Sigan llevando cuenta de sus números.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 273
211. Dicen: “Bueno, ahora, Hermano Branham, se le agota-
ron. Ud. Tiene sus siete”.
212. Muy bien, tomemos la última fiesta, la cual es la fiesta
de los tabernáculos. Ahora fíjense aquí en el versículo 36.
Siete días ofreceréis ofrendas encendida a Jehová; el
octavo día tendréis santa convocación, (hay otro tiempo
santo que viene) ...santa convocación, y ofreceréis ofren-
da encendida a Jehová; y es fiesta, ningún trabajo de sier-
vos haréis.
213. Ahora tenemos un “octavo día”. Ahora, sólo hay siete
días, pero aquí hablamos del “octavo día”, santa convoca-
ción, convocación. Fíjense: “Ningún trabajo haréis en él”.
El octavo día, es (¿qué?), de regreso al primer día. Pues,
habla de la Eternidad, a medida gira alrededor sin lugar
dónde detenerse. Amén. ¿Lo ven?
214. Fíjense, era también en este octavo día. El último día,
día de fiesta del tabernáculo, fíjense después de eso, des-
pués del último día de fiesta, después de la última Edad de
la Iglesia, después de los últimos siete días completos so-
bre la tierra, después del Milenio, es que viene esta Santa
Convocación.
215. Recuerden, esta es la fiesta de los tabernáculos, taber-
náculos, “lugares de reunión”. ¡Amén! Donde, “En el Mi-
lenio”, dice la Biblia, “edificarán casas; morarán en ellas”.
216. Pero en la Tierra Nueva, Él ya fue y preparó el lu-
gar. Ya está construido. No tenemos nada que hacer con
la construcción de él. Amén. ¡Eterno! ¡Oh, simplemente
me encanta esa Palabra! ¡Oh! Una Santa Convocación, el
octavo día. Lo cual, sólo son siete días. Entonces en el
octavo día, lo cual regresa al primer día de nuevo, regre-
sa directamente al primer día, el octavo día es una Santa
Convo-... Convocación.
274 Rev. William Marrion Branham
217. Fíjense, siete días, sólo tiene que ver con la antigua
creación, tiempo mundial. Siete días, ese es el Milenio,
el día de reposo. Como Dios trabajó seis días, reposó el
séptimo. La Iglesia trabaja seis días, y reposa el séptimo,
pero Uds. todavía están en el elemento del tiempo. Yo no
estoy hablando de lo Eterno.
218. Pero vean, no hay tal cosa como ocho días; uno regre-
sa al primer día de nuevo, ¿ven?, el primer día.
219. El día de reposo habla de la antigua ley, que tenía que
pasar. El guardar un día de reposo, el cual “pasó”, o, he
dicho, “cambió a ser otro”. No pasó; sólo cambió de la
antigua ley, de guardar un cierto día de la semana.
220. Isaías, el capítulo 19, dice, creo que el 28:19, dice:
“Mandamiento sobre mandamiento; un poquito allí, un
poquito allá”. “Retened lo bueno”. “Porque en lengua de
tartamudos y otras lenguas hablaré a este pueblo. Y aquí
está el reposo”. ¿Ven?
221. Uds. entran a la Vida, no guardando un día o una som-
bra. Pablo dijo, allá en Hebreos el capítulo 4. “Guardáis
días y sombras, y cosas como esas; tengo temor de vues-
tra experiencia”. ¿Ven?, nosotros no pasamos a entrar a
ciertos días y órdenes. “Uds. han pasado de muerte a Vida
Eterna”, no días y tiempos. Uds. han pasado a la Eterni-
dad. Esa es la santa convo- ...convocación, convocación,
más bien.
222. Siete días, observen, los cuales “pasan”, o, he dicho,
“cambiarán a ser otro”. Ocho días trata con una nueva
creación, ¿ven?, no una vieja creación. Ocho días es una
nueva creación.
223. Porque, fue en el octavo día en que nuestro Señor resu-
citó de los muertos. Allí está su otra convocación, la san-
tidad; no considerando los días de reposo, en lo absoluto,
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 275
o la fiesta de los tabernáculos, fiesta de esto, y la fiesta de
pentecostés. Jesús resucitó de los muertos, para nuestra
justificación, en el octavo día. Después de los siete días
de reposo, o siete días, Siete Edades de la Iglesia, Jesús
resucitó de los muertos. El octavo día, el cual es una santa
convocación, ¿ven?, el cual es el primer día.
224. ¿Ven?, Uds. han, ya han pasado a través del tiempo, y
cayeron en la Eternidad de nuevo; no guardando días, y
guardando días de reposo; y lunas nuevas, y cosas como
esas. “Mas habéis pasado”, cambiado de forma; no ani-
quilado. ¡Gloria! “Mas pasado de muerte a Vida Eterna”.
¡Oh, lo que la Biblia nos enseña! ¿Ven?, pasado de uno a
otro.
225. Muy bien, “pasado”, el antiguo día de reposo pasó.
Jesús resucitó en el octavo día. Ese era un día solemne,
santo. Y no era un día; porque el día, un tiempo, ya había
terminado. Pasó a la Eternidad. ¿Ven?, volvió directamen-
te al primer día de nuevo. ¿Ven?
226. La Eternidad es como un anillo. Uno no le puede ha-
llar ninguna esquina. Uno no puede hallar ningún lugar
dónde parar en un círculo perfecto. Uno sigue y sigue. No
me importa qué tan lejos vaya uno, uno todavía sigue yen-
do. Uno puede comenzar a ir alrededor así; atravesar el
piso, atravesar la tierra, ir más allá de la tierra, uno todavía
sig...
227. Todas las cosas que fueron creadas aquí abajo, son
pervertidas, no creadas, por Satanás, caerán fuera cuando
la gran campana dorada repique y la Trompeta suene.
228. Y allá atrás en el principio, donde se hizo el poste de
amarre en el Edén, cuando el hombre vino a la tierra y
cayó, un corderito derramó su sangre, que hablaba del
gran Cordero que vendría a derramar Su Sangre. El Calva-
276 Rev. William Marrion Branham
rio levantó la cruz, eso amarró para el Antiguo Testamen-
to; para aquellos que justificó, que lo esperaron. Y en esta
nueva dispensación, en la Venida del Señor, en la Nueva
Tierra, el lazo de salvación (la Sangre, el Poder redimido
del cual estoy hablando, y a través del mismo sistema ha
redimido tanto al hombre como a la tierra), se levantará
directamente a la Eternidad de nuevo. Y el Lago de Fuego
consumirá todo lo que es impío y que no está predestinado
a Ella. ¿Lo ven?
229. Fíjense, el octavo día, Jesús resucitó para nuestra jus-
tificación. El Rey Eterno, con el Reino Eterno para entrar
en él siendo bautizados, a Vida Eterna. No siete días; no
tenía nada que ver con ninguno de los días. Está hablando
de otro, Eterno, que viene; hablando de un tiempo Eterno,
el Mundo del cual estoy hablando.
230. Y, fíjense, después de cincuenta días, o siete días de re-
poso de allí, de nuevo venía otra santa convocación. ¿Qué
sucedió? El Espíritu Santo cayó en el Día de Pentecostés,
en el séptimo día... O, el octavo día, más bien, octavo día,
cayó en el octavo día. Fue siete días de reposo después,
exactamente, después de Su resurrección, ¿ven?; así que
sería siete veces eso nuevamente, trayéndolo directamente
de regreso de nuevo al primer día de la semana, exacta-
mente. ¿Ven?
231. Allí está su santa convocación, no tiene nada que ver
con las cosas literales. Está más allá de eso. Está en el Rei-
no de Dios, con Vida Eterna, con los predestinados que en
verdad nunca comenzaron. Nunca empezó en ningún día.
Uds. no fueron salvados en ningún día. Uds. siempre estu-
vieron salvados. Amén. Jesús sólo vino a redimir eso; pero
Uds. estaban salvados, desde el principio, porque Uds. te-
nían Vida Eterna, para comenzar.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 277
232. Un pez trucha nunca puede ser un pez aguja o un rena-
cuajo. Pudiera estar en la misma agua con él, pero él era,
desde el principio, una trucha. La red solamente lo atrapó,
¿ven?, pero él era eso desde el principio. Allí está esa...
233. Ahora, no se nos han acabado las dispensaciones. ¿No
es así? Estamos en línea con en las Escrituras. Cincuenta
días más tarde, llegó.
234. ¿Ven?, ocho no puede ser contado con la semana.
¿Ven?, no puede ser contado, ocho días en una semana.
Uno no puede hacerlo, ¿ven?, porque sólo hay siete días
en una semana. Cuéntenlos de cualquier forma que quie-
ran. El domingo es el primer día de la semana. ¿Ven?, uno
cuenta siete, luego uno tiene que volver a entrar y comen-
zar de nuevo. Cuenta siete, regresa y lo hace de nuevo.
¿Ven?
235. Y hemos vivido a través de todos estos tipos que hay
aquí adentro, pero, cuando uno llega al octavo, uno sigue
adelante a la Eternidad. Uno no viene por medio de leyes,
y rituales, y órdenes. Uno viene por medio de la predesti-
nación. ¡Amén! ¡Allí está una santa convocación genuina!
¿Ven? Y estamos terminando la séptima edad de la iglesia,
edad de la iglesia, la edad Pentecostal. ¿Lo ven? Estamos
entrando en esa santa convocación. Estamos entrando a
esa verdadera y genuina Eternidad, a donde la Iglesia es
llamada; no a alguna estación, alguna denominación, sino
a la Eternidad con su Rey Eterno. ¿Ven? No lo tenemos en
lo absoluto, no hay tales cosas como días, y cosas, y tiem-
pos. Uno ha pasado a la Eternidad, de donde uno viene.
Uno estaba Allí, para comenzar. ¿Ven?
236. Sí uno tiene Vida Eterna, sólo hay una forma, esa es
Dios, y uno es un atributo expresado. ¿Ven? Si uno... Si
uno no lo es, uno no va a estar allí, de todas maneras. “Nin-
278 Rev. William Marrion Branham
guno puede venir a Mí, si Mi Padre no lo ha traído”. ¿Ven?
Las cuales, “pasan”, todas estas cosas viejas; pero estas
Cosas no, así que habla de Eternidad. El Espíritu Santo
es Eterno. Entonces, uno está en la Eternidad, donde uno
estaba todo el tiempo, pero uno tan sólo ha reconocido qué
sucedió.
237. ¿Ven?, Uds. fueron hechos con un propósito Eterno,
porque Uds. eran la manifestación de un atributo que esta-
ba en Dios, que pensó en Uds. y los expresó; y Él hizo una
tierra para sacarlos de ella, y para hacerlos un ser humano.
Y el pecado llegó y pervirtió Su camino. Uds. vinieron, de
todas maneras, pero Uds. estaban perdidos con el mundo.
Así que Él vino y los redimió, el atributo expresado, y
también redime esta tierra por medio de la misma manera.
Entonces, Su propósito continúa. ¿Ven? ¡Oh! ¡Aleluya!
¡Oh, eso me hace tanto bien, pensar tan sólo en lo que está
por delante!
238. Ahora, en Efesios 1:10, es llamado... Ahora, si Uds.
están anotándolo, Efesios 1:10, es llamado, no una dispen-
sación, no el séptimo día. Es llamado: “El cumplimiento
del tiempo”. Y cuando “el cumplimiento del tiempo” haya
llegado, eso es cuando el tiempo ha sido cumplido. Cuan-
do ya no hay tiempo, entonces uno entra en la Eternidad,
después de que la séptima edad de la iglesia haya pasado,
y ya pasó; la edad de Lutero ya pasó, la edad Metodista
ya pasó, la edad Pentecostal ya pasó. Y ahora uno entra en
(¿qué?) la Eternidad; ya no hay sietes, ya no hay tres, ya
no hay otros. Están en la Eternidad, donde no hay tal cosa
como números, y tiempos, y cosas. ¡Amén! ¡Oh, herma-
nos! ¿Lo ven ahora?
239. O, después de que se ha cumplido el tiempo, todo pe-
cado ha desaparecido, quitado, en el Milenio, en el gran
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 279
Juicio del Trono Blanco. (Un tipo, por el Espíritu Santo.)
Después de que el mundo esté ardiendo y sea bautizado,
su bautismo de Fuego santo del Cielo; todo pecado ha des-
aparecido, todos los gérmenes han desaparecido, todos los
demonios han desaparecido, todas las tentaciones diabóli-
cas han desaparecido, todo mal ha desaparecido. (Un tipo
ahora.) ¿Entonces qué hace Dios? Él se puede asentar so-
bre la tierra, ¿ven?, porque todo pecado ha desaparecido.
240. Esa es la misma cosa que Él hace cuando Él le da a
uno el bautismo del Espíritu Santo con Fuego. Él puede
venir y habitar con uno, y podemos sentarnos en lugares
Celestiales en Cristo Jesús, porque ya estamos en Él. No
“vamos a estarlo”. Estamos ahora sentados en Cristo Je-
sús. ¿Cómo entramos en él? Por un bautismo del Espíritu
Santo. “Por un solo Espíritu somos todos bautizados en
Cristo”, lo cual, lo estamos ahora. No “vamos a estar” en
Cristo; ¡estamos! Él es el gran Rey espiritual sobre el Es-
píritu que está en nosotros, porque estábamos en Él en el
principio.
241. ¿Ven?, Dios, en el principio, cuando Él pensó en Uds.
y pensó en otros así, pensó acerca de Sí mismo de ser
tangible. Esos eran Sus pensamientos. ¿Ven? Así que, Él
expresó Sus pensamientos por medio de Palabra. El dijo:
“Sea”. “Sea”, y fue. “Sea”, y fue.
242. Entonces, después de un rato, Él siguió diciendo “sea”,
hasta que la gente dijo, un día: “¡No hable Dios!”
243. Él dijo: “Ahora les voy a hablar a través de un pro-
feta”. ¿Ven? “De aquí en adelante, Yo les voy a hablar a
través de un profeta”.
244. Y el profeta dijo: “Vendrá; habrá”, y fue, y fue. Y fue,
y fue, ¿ven?, exactamente de esa manera. ¿Lo captan aho-
ra?
280 Rev. William Marrion Branham
245. “El cumplimiento del tiempo” ha llegado después de
que el tiempo se ha cumplido. El pecado desapareció, des-
pués del bautismo del mundo, después de que el bautismo
del mundo lo hace un lugar apropiado; no hay enferme-
dad, no hay gérmenes; no hay espinos, no hay cardos; no
hay muerte, no hay tristeza, no hay angustias; no hay ve-
jez, no hay nada que represente la muerte; no hay nada
errado; todo es correcto; no hay nada natural. ¡Eterno!
246. Entonces, Su atributo es expresado porque estaba allí,
primero, para comenzar. Eso es lo que Él pensó.
247. ¿Y luego qué sucedió? Él puso a Adán y a Eva aquí
en la tierra, y dijo: “Multiplicaos ahora y llenad la tierra”.
Sus cuerpos fueron dispuestos aquí, para que Uds. coman
y produzcan sus cuerpos. Esa es la manera de hacerlo que
Él tenía.
248. Pero el pecado vino e interrumpió Su plan. El tiempo
sigue corriendo, de igual manera.
249. Pero, ¿qué hizo Jesús? Dios descendió y se expresó Él
mismo en la forma de un Hombre, un ser humano; dio Su
vida, en vez de quedarse aquí. Lo cual, Él era el Rey, pero
Él mismo se dio para redimir al resto. ¿Lo captan?
250. Y cuando todo ha terminado, entonces es restaurado
de nuevo, y el propósito de Dios es cumplido. Allí está el
Rey Eterno de nuevo con Sus súbditos Eternos, expresado
en carne humana, exactamente en la manera en que Él lo
tenía; el pecado es quitado; el diablo ya no está; ahora
todo ya está hecho.
251. ¿Qué lo va a hacer? Esta tierra no podría ser ahora
un lugar para que se asiente el Cielo. Mírenla, el pecado.
Tendrá que ser limpiada.
252. Ningún hombre, ninguna persona, ninguna mujer, mu-
chacho, muchacha, no me importa quién sea él, está ca-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 281
pacitado de ir al púlpito, o aun afirmar ser Cristiano, sin
estar lleno con el Espíritu Santo. Uds. no tienen derecho a
la cena del Señor, o a la comunión, el lavamiento de pies,
o a nada, hasta que Uds. han sido limpiados por el Fuego
Santo de Dios.
253. Ningún hombre tiene derecho de predicar a menos que
Ud., como Moisés, se encuentre con Él allá en aquellas
tierras sagradas, con esa Columna de Fuego suspendida
allí, donde él sabe dónde está. ¿Ven?
254. Fíjense cómo, cómo vamos. Después del bautismo de
Fuego del mundo, todos los gérmenes han desaparecido,
lo hace un lugar apropiado entonces para que el Cielo
more aquí en la tierra.
255. Tipo, ahora, de sentarse en lugares Celestiales en Cris-
to Jesús; ha pasado de esto, sucio como lo estaba la mu-
jercita, al atributo expresado de Dios. “Ahora somos Hijos
de Dios”, no vamos a serlos. Somos los atributos de los
pensamientos de Dios. ¿Ven?
256. Ahora Uds. dicen: “Bueno, mire a este sacerdote. ¿No
era él un hijo de Dios?” Probó que no lo era. Él no pudo
reconocer, ¿qué? ¿Dijo él: “Yo creo la Biblia”? Por su-
puesto. Pero él no pudo reconocer la Palabra expresada de
la hora. Él sólo tenía un aprendizaje intelectual de algún
grupo que había estado antes que él.
257. ¡Y es la misma cosa hoy! ¿Ven? Yo sé que eso es fuer-
te, pero es la Verdad.
258. Allí estaba la Palabra, exactamente como fue hablada
para ese día; y, él, a pesar de que era un erudito, a pesar
de que era una persona de renombre, pero él no pudo re-
conocerla. ¿Por qué? No importa cuán erudito fuera él,
cualquier cosa así, él no obstante no tenía representación
de predestinación. ¿Ven?
282 Rev. William Marrion Branham
259. Sólo los predestinados serán los únicos que lo hagan;
sólo pueden ser. Y Uds. sólo pueden hacerlo... Porque, mi-
ren, prueba la predestinación. Porque, si Uds. tienen Vida
Eterna, Uds. tenían que formar parte de Dios en todo tiem-
po, porque Él es el Único que es Eterno. ¿Lo ven? ¡Oh,
hermanos! Piénsenlo.
260. Ahora fíjense qué sucede durante el gran Milenio. Des-
aparecido todo el pecado, el Milenio ahora comenzado, es
tiempo ahora de que el Espíritu Santo tome Su lugar.
261. Así como Él lo hace en nosotros, “pasa de muerte a
Vida”, morando en lugares Celestiales en Cristo, en Su
gloriosa Presencia. Aun la muerte física desaparecerá en-
tonces; así como la muerte espiritual ha desaparecido aho-
ra.
262. No hay tal cosa como muerte espiritual ahora, para
un santo de Dios bautizado. “Aunque esté muerto, vivirá.
Todo aquel que vive y cree en Mí, no morirá”. Toda Es-
critura, debe ser cumplida. ¿Ven? Uds. no pueden morir.
Uds. tienen Vida Eterna. Lo único es, que el Redentor los
ha hecho reconocerlo. Y Uds. siempre fueron Eso, y esa es
la razón de que ven el día en que están viviendo. ¿Cuántos
lo ven? Levanten su mano. ¿Ven? Gracias. ¿Ven? El día en
el que estamos viviendo, Uds. lo reconocen.
263. Ahora, los Metodistas dijeron: “Cuando uno grita, lo
tiene”. Muchos de ellos gritaron y no lo tenían.
264. Los Pentecostales dijeron: “Cuando uno habla en len-
guas, lo tiene”. Muchos hablaron en lenguas, y no lo te-
nían.
265. Miren cómo, toda clase de formas tenían esos Fari-
seos, pero cuando la Palabra fue manifestada, ellos no la
reconocieron. ¿Ven? ¿Ven?
266. Y si Uds. son la Novia, la Novia forma parte del Es-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 283
poso. Y si... El único lugar en que Uds. lo van a recono-
cer alguna vez, es reconocer qué parte de ese Esposo (esa
Palabra) son Uds., o Uds. no pueden reconocer que son la
Novia. ¿Cuántos ven eso? ¿Ven? ¿Ven? Uds. tienen que
reconocer su posición.
267. Uds. no pueden reconocer la de alguien más. ¿Qué si
Moisés hubiera venido con el Mensaje de Noé? Y Noé
formaba parte de él, pero no hubiera funcionado. ¿Qué
si Jesús hubiera venido con el Mensaje de Moisés? No
hubiera funcionado. ¿Ven?, era una edad diferente, era
una profecía diferente, una parte diferente de la Palabra
tenía que ser cumplida allí. Ellos estaban en otro día de la
semana. No, el trabajo del martes no puede ser hecho el
miércoles. Y el del miércoles tiene que ser hecho el miér-
coles. ¿Ven? El sábado tiene que ser el trabajo del sábado.
¿Ven? Y, ellos, ellos estaban reconociendo: “Oh, Moisés,
tenemos a Moisés”.
268. Él dijo: “Si hubiereis conocido a Moisés, me conoce-
ríais a Mí, porque él fue el que de Mí habló. ‘Profeta como
yo levantará Jehová tu Dios’”. ¿Captan la idea? ¡Oh, her-
manos! ¿Ven?
269. Luego Jesús dijo, en Juan 14: “Cuando Él, el Espíritu
Santo, venga, os traerá a la memoria estas cosas, ¿veis?,
os mostrará en qué día estáis viviendo. Y luego, otra cosa
por la cual lo conoceréis a Él, Él os hará saber las cosas
que habrán de venir”, ¿ven?, ¿ven?, directamente de re-
greso a lo profético de nuevo, “cuando Él venga”. ¿Ven?
270. En la Tierra Nueva y los Cielos Nuevos, nunca más
será oscurecida, cuando esta Tierra Nueva ha de venir. El
diablo será atado... Satanás, él todavía está suelto ahora;
él es acusador. Pero en la Tierra Nueva, él será atado y
echado al Lago de Fuego, en este Fuego santo.
284 Rev. William Marrion Branham
271. Entonces, en esta Tierra Nueva, mirémosla ahora por
unos cuantos minutos. En esta Tierra Nueva, los cielos ya
nunca estarán negros otra vez; no, eso es de la maldición,
¿ven? Ya nunca estarán negros otra vez con nubes amena-
zadoras. Los vientos nunca soplarán de nuevo por ella de
esa manera. No. Nunca destrozará los árboles, y destro-
zará las casas, y le dará vuelta a las cosas. Relámpagos y
la ira no saldrá arrojada de Satanás por allí, y matará a un
hombre caminando por el camino, o quemará un edificio.
¿Ven? No, ya no. Ya no habrán tifones que caigan enci-
ma, o tormentas y tornados, y que destrocen casas, y que
maten niñitos, y cosas. Huh uh, ya no habrán. Tratando de
destruir, no habrán allí. Satanás es echado fuera.
272. Quisiera que tuviéramos tiempo ahora. Simplemente
estoy pasando Escrituras, ahora, para que no se nos haga
demasiado tarde. Tengo que orar por los enfermos.
273. Los cielos y la tierra se han encontrado; Dios y el hom-
bre se han reconciliado. Un Edén restaurado ha comenza-
do; ¿ven?, toda la maldición ha desaparecido.
274. Así como, toda la maldición del pecado ha desapareci-
do cuando el Espíritu Santo los acepta a Uds. ¿Ven?, Uds.
no lo aceptan a Él; Él los acepta a Uds., ¿ven?, porque es
el atributo de Dios. ¿Ven?, si es el Espíritu Santo, quiere
decir, el Espíritu de Dios; y es el atributo, el pensamiento
de Dios, el que los ha aceptado porque Uds. fueron orde-
nados para ese propósito. ¿Ven? Sin embargo, Uds. nacie-
ron en pecado; pero Dios tenía ese atributo, y aquí Uds.
mismos se expresaron aquí en la tierra, y Él desciende y
los recoge. ¿Ven?, Uds. están aquí atrás; aquí es donde
Uds. pertenecen. ¿Ven? ¿Ven?, el pecado ha perdido su
poder. Eso es correcto. El deseo por el pecado se ha ido
de sus corazones, cuando el Espíritu Santo entra. Uds. son
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 285
una persona restaurada.
275. Y luego cuando la tierra es restaurada, por la misma
cosa, ya no puede haber maledicencia, no habrá tormen-
tas, no habrá vientos, no habrá tifones, mejor dicho. Uds.
están reconciliados; el hombre y Dios se han encontrado.
La Tierra Nueva será puesta nuevamente en su belleza del
Edén. La Tierra Nueva va a extenderse, ella, después de su
bautismo de Fuego.
276. Sólo piensen, va a incendiarse y se va a quemar. Los
elementos ardiendo serán quemados. Todas las obras en la
tierra se van a quemar. Toda el agua va a explotar; se va
a encender y explotar todo. Todo va a explotar. Volcanes
van a hacer erupción y, a miles de millas en el aire, volará
ardiente lava caliente. Todo germen... El Espíritu Santo
de Dios va a limpiar toda pizca de todo el pecado y todo.
Todo el diablo será atado y echado en el Lago de Fuego,
Fuego consumidor, la ira de Fuego de Dios.
277. No habrá ninguna bestia allí para nuevamente des-
truirlos a Uds. Cuando Uds. caminen por el camino, en
los jardines de flores, no habrá ninguna serpiente allí para
silbarles y morderlos, con su veneno ponzoñoso. ¡Oh, her-
manos! ¿No va a ser maravilloso? Escuchen. Nada de esa
Tierra Nueva será alguna vez amontonada en una lomita
de tierra amarilla, para una sepultura; no habrá ni una de
ellas allí.
278. El hombre y Dios se han unido; la Novia y el Novio.
Los Cielos y la tierra se han abrazado el uno al otro; Dios
ha descendido a morar entre los hombres. Su tabernáculo
está con ellos.
279. Ya no habrá pecado, no habrá tristeza. Nunca habrá
alguna vez una lágrima que caiga de la mejilla de una ma-
dre, por su bebé. Amén. No será así, en esa Tierra Nueva.
286 Rev. William Marrion Branham
No. Está redimida. Le pertenece a Él, y para los Suyos que
fueron redimidos de ella. ¿Ven?
280. Y, miren, Uds. forman parte de esa tierra. ¿Es correcto
eso? Y cuando Él los redimió, Él redimió la tierra con la
misma cosa, y Uds. están juntos de nuevo. Oh, qué tan
más claro podría ser. ¿Ven? Uds. tienen que ser redimi-
dos porque Uds. forman parte de ella. Y si la Sangre no
se derramó sobre Uds., Uds. aún no han sido redimidos;
Uds. no han sido llamados. Luego Él la limpia; esa es la
misma cosa que Él hace en el Fuego. Aun, si la Sangre se
derramó, todavía tiene que ser limpiada con Fuego, eso es
correcto, como lugar de morada para Dios.
281. Dios ya estableció Su morada, potencialmente. El Rei-
no de Dios está en la tierra ahora, en los corazones de Sus
santos. Son Sus atributos a los que Él dio comienzo en el
principio. Ahora Sus atributos están redimidos. ¿Qué está
esperando Él? Redimir la tierra, para establecer Sus atri-
butos en ella, para cumplir exactamente Su plan predesti-
nado. ¿Lo ven?
282. Fíjense, no habrá sepulturas, no habrá lágrimas, nun-
ca, ya no habrá derramamiento de sangre. Nunca va a ser
humedecida por una lágrima o sangre. No. Ya no habrán
guerras. No. No habrán nubes de invierno. No habrá nieve
fría sobre el pecho de ella; ya no va a estar allí sobre ella.
El sol caliente no va, nunca, a quemar su grama. ¡Aleluya!
Aun el desierto va a producir rosas. “El viejo y espinoso
yermo florecerá, un día, como una rosa”, Dios así lo dijo;
cuando ella sea redimida, cuando ella reciba su bautismo
de Fuego. Hay todo tipo de cactos y espinos y de todo allí
ahora, pero a ella le viene un bautismo de Fuego.
283. Así como estaba el hombre, cuando él todavía tenía
odio, malicia y contiendas en él; cuando el bautismo de
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 287
Fuego vino, lo limpió. Ya no hay celos, ya no hay nada;
absolutamente es tan sólo un lugar de morada para Dios.
Y, recuerden, esa es Su delegación que se va a encontrar
con Él allá. ¡Amén! ¡Oh, qué...!
284. Esa no es nada más una historia; esa es la Verdad. Eso
es lo que Dios dijo. Eso es lo que Él ha prometido. A eso
es a lo que va la Novia. “Aun el yermo”, dijo Él, “florece-
rá, será una rosa”.
285. Satanás, el pecado, y los pecadores, han desapareci-
do, para siempre. Ya todo está hecho; la combinó con la
Eternidad. Y todo lo que fue pervertido, ese gran arcángel
que estuvo sentado allí un día, Satanás, que hizo todo este
mal, será destruido. Recuerden Uds., la Biblia dice: “Si
esa alma no hace así como Él lo hizo, dijo que hiciera, Él
aun va a destruir a esa alma”.
286. Pero, ¿ven Uds.?, Él no puede destruirse a Sí mismo
y seguir siendo Dios. Así que, si esa alma es del mundo,
tiene que ser destruida. Pero si es Eterna, con Dios, nunca
tuvo principio, porque forma parte de Dios y nunca puede
ser destruida. ¡Amén! ¡Qué hermoso! ¡Cuán agradecido,
que la Iglesia debería de ver eso!
287. Gente, todo lo que Uds. han hecho está aquí mismo.
Esto es lo que estoy tratando de decir. Estoy omitiendo
parte de ello porque quiero regresar a ello de nuevo.
288. Aun estas cosas, Satanás, los pecadores, han desapare-
cido para la Eternidad; para nunca más ser. Todo... ¿Ven?,
Satanás no puede crear. Si él lo es, él es Dios. ¿Ven? Él
sólo puede pervertir lo que ha sido creado. ¿Ven? Y toda
perversión, pervertimiento, será quitado. Y la muerte es
la perversión de la vida; y cuando la perversión es elimi-
nada, ya no puede haber muerte. La vejez es una señal
de la muerte; y cuando la vejez ha desaparecido, la vida
288 Rev. William Marrion Branham
entra. Todas las señales de perversión y todo lo demás ha
desaparecido. Espinos y abrojos son una señal de pecado,
“maldita será la tierra con ellos”, y son quitados. Las en-
fermedades vinieron, por medio de eso; serán quitadas.
La muerte será quitada. El derramamiento de sangre será
quitado.
289. Nada tocará alguna vez esa tierra excepto santidad, los
Redimidos. ¡Oh, hermanos! Sí. Oh, simplemente me sien-
to tan bien. Dios, y Su creación; y Sus criaturas de esta
creación son redimidos por Su propia Sangre. Limpiados
por Su propio proceso limpiador; ¡Su proceso mata gér-
menes y mata pecados!
290. Como si alguna cosa es esterilizada, la mejor esterili-
zación que hayamos tenido ha sido el fuego. Uds. pueden
tomar cualquier cosa y lavarlo con jabonaduras y todos
estos químicos de los que hablan, aún no está libre. ¡Pero
quémenla Uds. una vez!
291. Y cuando el santo Fuego de Dios esterilice la tierra
con los Químicos; Él ha recogido a Su Novia, la cual pue-
de entrar al Cielo con Él, mientras esto está sucediendo.
Y vuelve sobre la tierra de nuevo, un Cielo Nuevo y una
Tierra Nueva. El frío invierno no la puede lastimar. Los
veranos calientes no la pueden lastimar. Los desiertos flo-
recerán como una rosa. El pecado y los pecadores han des-
aparecido.
292. Dios, y Sus criaturas y creación, están habitando jun-
tos en armonía perfecta. Así como el cielo y la tierra son
esposo y esposa, asimismo es Cristo y la Iglesia, y todos
se encuentran en un gran y glorioso plan de redención y
son traídos directamente al seno de Dios de nuevo. ¿Lo
ven?
293. Y, en la Tierra Nueva, hay una Ciudad Nueva. ¡Oh,
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 289
hermanos! Ahora, escuchen atentamente. No olviden esto.
Que, Jesús dijo, en Juan 14, que Él iría a preparar. “No
se turben vuestros corazones”. Cuando Él se está yendo:
“Tengo una razón para irme. Creísteis en Dios”, dijo Él,
“creed también en Mí”. Ellos no podían ver que Él era
Dios. Dijo: “Creísteis en Dios, ahora creed en Mí. Y voy
a preparar Lugar para vosotros. En la Casa de Mi Padre
muchas moradas hay; en el Reino de Mi Padre muchos
palacios hay”. Cristo está allí, bajo la construcción de esta
Nueva Jerusalén ahora. Ahora escuchen atentamente. No
se muevan. No, no se pierdan esto. Cristo está en el Cielo,
hoy, preparando la Nueva Jerusalén.
294. Así como Dios creó la tierra en seis días, hizo la tierra
en seis días, o seis mil años. Como Él dijo: “No ignoréis”,
leímos en la Escritura, “mil años son un día”.
295. Y Cristo se ha ido y está preparando un Lugar, que ha
estado en construcción por muchos, muchos millares de
años, preparando un Lugar. “Y si me fuere y preparare
Lugar, vendré otra vez, y os tomaré, para que dondequiera
que Yo estoy, vosotros también estéis”. ¡Fíjense en el Re-
dentor y los Redimidos!
296. Quisiera que tuviéramos tiempo ahora. Tengo marca-
do aquí, citando a Salomón: “esta muchacha, la Novia”.
Oh, simplemente tenemos que omitirlo; se está haciendo
demasiado tarde, ¿ven? Llegaré a eso, otra vez. “Cuando
él trata de tomarla, pero ella está comprometida con un
pastor mozo”. Algunos probablemente pensaron que ese
fue un canto que él cantó. Oh, no. Salomón era el heredero
al trono de David, en la tierra, pero mostró que ese reino
tenía que perecer. Era un tipo de Cristo enamorado de la
Novia. ¿Ven?
297. Fíjense que Jesús dijo, Juan 14 ahora: “voy y prepararé
290 Rev. William Marrion Branham
Lugar”.
298. Oh, ¿cómo va a ser? ¿Pensaron Uds. alguna vez aho-
ra, Novia, cómo va a ser? Es preparada y diseñada por el
Arquitecto Divino. ¿Cómo va a ser esa Ciudad? Ahora,
vamos a hablar sobre ella por unos cuantos minutos. El
Arquitecto Divino la ha preparado, la ha diseñado. Y, mi-
ren, Él la ha diseñado con manos tiernas, para Su amada
Novia. ¿Cómo va a ser?
299. ¿Pudieran imaginarse a un hombre casándose con una
esposa, que puede, cómo él edifica y pone cada cosita
exactamente conforme al gusto de ella, exactamente lo
que a ella le gustaría? Amén.
300. Ahora el Arquitecto Divino ha diseñado la Nueva Ciu-
dad, donde Él vivirá con Su Novia, exactamente al gusto
de Ella. Con razón el apóstol dijo: “Cosas que ojo no vio,
oído no oyó, o ni han subido alguna vez en corazón de
hombre”. Veamos si podemos examinarlo sólo por un mo-
mento, ver cómo va a ser.
301. El Arquitecto Divino ha diseñado esto para Su amada.
¿Ven? ¡Oh, qué lugar debe de ser, cuando, Naturaleza Di-
vina, un Arquitecto Divino lo ha diseñado para un atributo
Divino que ha sido Divinamente predestinado por un Dios
Divino el cual es el autor de Vida Divina! ¡Cómo va a ser
esa Ciudad! Piénsenlo.
302. Recuerden, no es el Cielo. Juan dijo: “Yo la vi descen-
der del Cielo”. Va a estar en la tierra. ¿Ven?
303. No que esta tierra va a pasar; es una tierra redimida.
Dios no dijo que Él iba a levantar una nueva generación;
Él va a redimir a la que está aquí. Él no va a levantar una
nueva generación; Él redime a la que ya está aquí. Él no
va a hacer un mundo nuevo; es éste aquí. Él sólo lo va a
quemar, limpiarlo, como Él lo hizo con Uds. Sus planes
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 291
deben de permanecer para siempre. Ahora, miren, va a ser.
304. Recuerden, no va a ser el Cielo. “Desciende del Cie-
lo”. Es un Lugar de morada, un Lugar para morar en él,
para establecer Su habitación. Como, fue Juan, en la isla
de Patmos, aquí en Apocalipsis 21, él la vio “descendien-
do”. Juan vio la Ciudad, “descendiendo del Cielo”, como
una paloma, como él vio.
305. Aquí viene Dios, descendiendo sobre Su tabernáculo
terrenal, Jesús, en el... “descendiendo del Cielo”. Jesús fue
bautizado, fue luego...
306. ¡Cuándo Él se encontró con el profeta! “La Palabra
viene al profeta”. Y Él era la Palabra. Y el profeta estaba
parado allí, negando toda la denominación de ellos, todo.
Y, cuando él vio la Palabra, la Palabra vino directamente a
él.
307. Y el profeta estaba tan asombrado, él dijo: “Yo tengo
necesidad de ser bautizado por Ti. ¿Por qué vienes Tú a
mí?”
308. Él dijo: “Deja, porque así nos conviene (conocemos el
mensaje) que cumplamos toda justicia. Yo soy el sacrifi-
cio; debe de ser lavado”. Él lo dejó.
309. Cuando él subió del agua, él dijo: “Yo vi los cielos
abiertos”. El profeta lo vio. Él vio los cielos abiertos.
310. Y aquí venía, descendiendo del Cielo, una forma de
una Paloma; y una Voz, diciendo: “Esta es Mi parte de la
tierra que Yo he redimido, y de esta parte de la tierra Yo
redimiré el resto de ella, porque Él es Mi Palabra manifes-
tada”. “Y todo el mundo, Yo lo hablé a existencia por Mi
Palabra”, Hebreos 11. “Y Satanás lo ha tenido todo este
tiempo, pero Yo he venido a redimirlo. Una cantidad de él
ha constituido Su Cuerpo, y Yo vengo a morar en él”.
311. Juan dijo: “Yo vi la santa Ciudad, la Nueva Jerusalén
292 Rev. William Marrion Branham
descendiendo del Cielo, como una Esposa ataviada para
su Marido”. ¿Y dónde se asentó? Exactamente como lo
hizo allá; sobre la tierra.
312. Jesús era parte de esa tierra sobre la cual el Espíritu
Santo descendió, (¿es correcto eso?) y se quedó sobre Él
para siempre. Nunca lo puede dejar a Él. Siempre está allí.
Él y Dios son Uno. ¡Siempre tiene que quedarse!
313. Y así que Juan vio la santa Ciudad, la Nueva Jerusalén,
descendiendo como un cometa, o una paloma, descendien-
do del cielo y asentándose sobre toda una tierra redimida,
(¿para hacer qué?) para reclamar todo atributo para lo cual
Él hizo la tierra. Todo hombre que estaba representado en
la Eternidad, y toda mujer, es redimido entonces. Ella ha
sido limpiada y quemada con Fuego.
314. Jesús, en Sus ardientes tentaciones en el desierto, por
cuarenta días. Después de eso, fíjense, estaba listo para Su
ministerio entonces.
315. ¡Piénsenlo, el Espíritu Santo descendiendo sobre la
tierra, Jesús, y esa santa Sangre! Ahora observen, y espero
que yo no entre demasiado profundo para Uds., ¿ven? La
santa Sangre que fue creada por Dios; la Sangre, la Vida,
la creación de Dios. “Jesús era el principio de la creación
de Dios”. ¡Oh! ¿Lo ven? Dios, hecho en creación. Él era
Espíritu. La Biblia dice: “Él es el principio de la creación
de Dios”. ¿Cómo comenzó Él? En el vientre de una mujer.
Lo cuál es, ¿qué? La mujer no es...
316. Así cómo esa gente ciega no puede ver la “simiente”
de la serpiente aquí mismo. ¿Ven? Eva fue puesta aquí
en la tierra, y, antes de que Satanás la tocara alguna vez,
o alguna otra cosa, Dios les dijo a ellos: “Multiplicaos y
llenad la tierra”. Eso es correcto, pero Satanás entra aquí.
Y, si ése era el hijo de Adán, entonces, ¿dónde...?
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 293
317. Adán era un descendiente directo de Dios. Y Uds. sólo
reciben la naturaleza de su padre.
318. Y cuando Uds. nacen de nuevo, reciben la Naturaleza
de su Padre, del Cielo. Y su Padre del Cielo es el atributo
de la Palabra... O, la Palabra es el atributo de su Padre.
Entonces, ¿cómo pueden Uds. negarlo, por una denomi-
nación? ¡Hermanos! Espero que no se pierdan esto. Yo sé
que es de parte de Dios.
319. Jesús. Aquí viene Él, descendiendo; y allí estaba Jesús,
el atributo de Dios.
320. Ahora, “la mujer”, ella. Observen. Dios dijo: “Por
cuanto esto hicieron”, dijo, “pondré enemistad entre tu Si-
miente y la simiente de la serpiente”. ¿Es correcto eso? Y
la mujer no tiene ninguna simiente. ¿Han pensado alguna
vez en eso? Ella tiene un campo, no una simiente. ¿Ven?,
la serpiente ya había colocado su “simiente” allí.
321. Entonces, si la mujer no tiene una Simiente, ella tiene
que permanecer para tener una Simiente.
322. ¿Ven Uds.?, por medio de las relaciones sexuales aquí,
había traído de Satanás, la serpiente, la cual no era un rep-
til; tenía piernas, porque sus piernas fueron quitadas de él.
Ella era la más astuta, la única bestia que coordinaría con
la mujer.
323. La simiente de una bestia no lo haría ahora, y nada
más. Lo han intentado. No funciona. ¿Ven?, la vida de la
simiente de un macho no entra en una mujer hembra. No
lo hace.
324. Pero esa era la cosa más cercana. ¿Ven?, no pueden
encontrar esa especie entre un chimpancé y un hombre.
¿Ven?, cada uno, a medida ha evolucionado hacia arriba,
desde los pájaros, y siguiendo hacia arriba hasta los mo-
nos, y demás, hasta el chimpancé, entonces hay uno “per-
294 Rev. William Marrion Branham
dido”. Ese era la serpiente, no una culebra; se ha perdido
toda forma de ella, porque fue maldecida.
325. Ahora, Dios no maldijo a Adán; él pudiera haber he-
cho la misma cosa, pero Él maldijo la tierra, “espinos y
cardos”.
326. Él no maldijo a Eva, pero dijo que Adán sería su “go-
bernante”. De aquí en adelante, ella no tratará de predicar
ni nada, Adán es su gobernante. “Y todos los días de tu
vida, y con dolor, y traerás tu vida a la tierra”. Pero Él dijo:
“Pondré enemistad entre tu Simiente...”
327. Ahora, ella no tenía simiente alguna, ella nunca la
tuvo, así que, ella tenía que recibir una Simiente de alguna
manera. Dios le dio a ella una Simiente, no por medio de
relaciones sexuales, sino por medio de creación.
328. ¿No pueden ver Uds. gente ciega que esa es la “si-
miente” de la serpiente? ¡Oh, hermanos! Satanás llegó allí
antes que Adán; esa era la “simiente”.
329. Pero ella recibió una Simiente. ¿Qué era? Dios mismo.
“Él era el principio de la creación de Dios”.
330. Ahora fíjense cuando Set nació, o Abel, él era un hom-
bre justo, de su padre. Set es de la misma manera.
331. ¿De dónde vino ese hombre malvado; asesino, menti-
roso? ¿Ven?, ¿ven de dónde vino? Tuvo que ser una “si-
miente”, porque él era una simiente; Caín era un hombre.
332. Oh, ¿en dónde está esa gente ciega? “El dios de este
siglo los ha cegado”. Bueno, con razón, Jesús dijo que
ningún hombre puede verlo. ¿Ven Uds.? Uds. dicen: “¿Por
qué no lo ven?”
333. Jesús dijo una vez, a Su discípulo: “Os es dado cono-
cer el Reino de Dios, mas no a ellos”.
334. Y esa es la razón de que Uds. vienen desde mil qui-
nientas millas cuadradas [Dos mil cuatrocientos catorce
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 295
kilómetros-Traductor], ¿ven? “Os es dado conocer el Rei-
no”. Miren, hombres aun vienen de Sudáfrica y de alrede-
dor, en esta hora tardía cuando la Novia está formada para
entrar en el Reino. Yo simplemente no tengo suficiente
tiempo. Fíjense. Observen ahora, ¿ven?
335. ¿Pueden ver ahora la “simiente” de la serpiente allí,
ven cómo él lo hizo? Es perfecto, ¿ven? Ahora algunos de
ellos dijeron...
336. Ahora, como ese hombre en Tucson el otro día, tra-
tando... Ah, él quizás escuche esta cinta. Pero, si es así,
hombre, quiero decirle algo.
337. Cuando él dijo: “Eva dijo:”, aquí es adonde ellos van,
“‘He adquirido un hijo de Jehová, o un varón de Jehová’”.
Pues, ciertamente. Dios tiene una ley.
338. Miren, tomen Uds. una semilla y siémbrenla aquí en
un campo donde hay trigo, y siembren zarzas allí. A mí
no me importa, el mismo sol y la misma lluvia trae esa
semilla a vida. Dios tiene una ley, y esa ley no puede ser
quebrantada.
339. A mí no me importa si una... la mujer más malvada en
la ciudad y el hombre más malvado, y solteros y de todo,
tuvieran una aventura, y vivieran juntos y dieran a luz a un
niño; ese niño tendría que venir por la ley de Dios, porque
no hay otra manera. Si uno no lo hace así, uno hace a Sata-
nás un creador, y entonces él es un dios. Oh, ¡cuán ciegos
pueden estar! ¿Ven?, la ley de Dios, ciertamente.
340. Si Uds. han tenido un bebé alguna vez, no me importa
si fue Esaú, Jacob, quienquiera que fuera, o alguna per-
sona de mala fama, si fue Judas, tuvo que venir por Dios.
Dios tiene una ley.
341. La Biblia dice: “El sol brilla sobre justos e injustos;
la lluvia cae sobre justos e in...” Hebreos, el capítulo 6, y
296 Rev. William Marrion Branham
dice que: “La lluvia muchas veces cae sobre la tierra, para
regarla, y prepararla para lo que es labrada, Uds. saben,
para hacer vivir; pero los espinos y cardos viven por me-
dio de la misma agua, el mismo sol”. Porque, es una ley
de Dios, para madurar toda semilla, para hacer que toda
semilla se produzca a sí misma.
342. Así que, tenía que producir la “simiente” de la ser-
piente. Y eso nunca le estorbó a Dios; eso cumplió todo
Su plan, lo hizo a Él un Redentor. Cualquier ciego debie-
ra casi ver eso, a menos que esté escondido. “El dios del
mundo” lo ha escondido de Uds. Está tan claro como cual-
quier cosa que Uds. pueden ver. Allí lo tienen. Allí tienen
su “simiente” de la serpiente. Ahora fíjense. Pero: “Jesús
era el principio de la creación de Dios”.
343. ¿Ahora qué hace la mujer? Cuando, el germen viene
del sexo masculino. Ahora, ¿negar eso? La mujer no tiene
vida en ella, en lo absoluto. Ella sólo tiene un pequeño
óvulo, el cual es un campo aquí.
344. Como si Uds. toman un campo y lo aran todo, y le po-
nen un fumigante, y fumigándolo le sacan todos los gér-
menes. Y ni siquiera grama ni nada podría crecer en él; y
luego lo fertilizan de nuevo, siembran un poco de buena
semilla allí. Si el enemigo viene y siembra alguna otra
semilla, la misma ley de Dios madurará a ambas semillas.
345. Pues, Dios no tenía el propósito que eso fuera así,
¿ven? ¿Pero qué sucedió?
346. ¿Ven?, el esperma del macho lleva la hemoglobina, la
cual es la sangre. En la sangre está la vida. Y si Uds. algu-
na vez... Yo lo he observado, en hibridar ganado y cosas
como esas. El Hermano Shakarian y yo lo seguimos de
principio a fin, y los doctores y demás, observando cómo
pasa, los químicos. ¿Ven? Entonces aquí viene el esperma
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 297
de la hembra, lo cual es un montón de óvulos. Aquí viene
el esperma del macho, el cual es un montón de gérmenes.
347. Este no tiene ni un poquito de germen en él. Sólo es un
subproducto del hombre. Así es cómo ella llegó aquí, en
primer lugar, y ella tan sólo es un campo. Hay un óvulo;
tiene el terreno fértil para esta vida. Y esta vida entra y se
arrastra. Allí está un misterio, cómo es que...
348. “Quizás”, dicen Uds., “pues, el primero se encuentra.
El resto de ellos se mueren”. Pues, ¿cómo, quién lo deter-
mina? “Pues, el primero”. ¿Será el que esté enfrente; el
primer óvulo que esté enfrente, y el primer germen? No,
no.
349. Pudiera ser un óvulo; muy atrás, en la parte de atrás,
en medio de la esperma, surgirá un germen e irá a encon-
trarse con él. Muestra que alguna inteligencia determina si
va a ser pelirrojo, pelinegro; si va a ser pequeño, grande;
varón o mujer. ¿Ven? Uno no puede, uno no puede hacer
nada más al respecto; no va a funcionar. Uno los puede
mezclar, y de todo, no hará ninguna diferencia. Dios lo
determina. Y después de un rato, un germencito se meterá
en ese campo, óvulo. Lo que tiene como una colita, en él,
retorciéndose alrededor; se desprende, y allí empieza la
columna vertebral del bebé.
350. ¿Qué es ella entonces? Ella no tiene simiente. Ella tie-
ne un campo para recibir la simiente. Así que el...
351. ¿Ven?, el enemigo salió. Mientras el buen sembrador
salió sembrando buena Simiente; y el enemigo vino detrás
de él, sembrando simiente corrompida. “Pero la lluvia cae
sobre justos e injustos; el sol.” Todo tiene que crecer.
352. Jesús dijo: “Dejadlos crecer juntamente. En aquel día
serán atadas, las cizañas”. Y se están juntando ahora, en
grandes organizaciones; yendo al gran manojo, el Con-
298 Rev. William Marrion Branham
cilio Mundial de Iglesias. ¿Y cuál fue el fin? El ser que-
mado. Pero el grano ha de ser llevado al granero. ¿Ven?
Donde, ambos viven por la misma cosa, la misma agua, la
misma lluvia.
353. Un árbol cítrico, que es un naranjo, producirá, tendrá
qué; producirá en él, si es injertada en él, una granada.
Producirá un limón. Producirá una toronja. ¿Ven? Pero no
será una naranja, pero está viviendo de la misma vida que
el naranjo está produciendo.
354. Denominaciones han sido inyectadas en la Vid. Por-
que si ellos afirman ser “Cristianos”, viven de ella. Caifás
era; Uds. saben lo que él era, y sin embargo él hasta profe-
tizó. ¿Ven? ¿Ven?, ellos viven de ella.
355. Oh, quisiera que pudiéramos tener una semana, que
simplemente pudiéramos estudiar esta cosa, y hacerla tan
clara que Uds. No puedan fallar en verla. Ahora voy a
omitir algunas de estas cosas.
356. Ahora observen. Miren, esas manos diseñaron esto
para Su Amada Novia, la diseña con amor tierno para Su
Novia.
357. Recuerden que el Espíritu Santo descendió en Jesús, el
cual, Jesús era parte de la tierra. ¿Por qué? El germen de
Dios, la Vida de Dios, fue diseñado en el vientre de una
mujer (¿es correcto eso?), la cual era la tierra. Muy bien. Y
luego la Vida de Dios entró, así que: “Él era el principio de
la creación de Dios”. ¿Ven? Y luego esa Sangre de Dios,
que estaba allí por ese germen; cuando fue derramada en
el Calvario, cayó de regreso sobre la tierra. ¿Para qué?
Para redimir a la tierra. Ahora, ha sido justificada; ha sido
santificada; llamada, y reclamada; y ahora ha de recibir su
bautismo de Fuego, y será limpiada para Jesús y Su No-
via.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 299
358. Y Uds. son estas otras partes que son sacadas de esta
tierra. La tierra, Uds. forman parte de la tierra; su cuerpo.
Su alma forma parte de Dios, un atributo de Dios, desple-
gado aquí en la tierra en un cuerpo. El cuerpo ha de ser
redimido.
359. Ahora, el alma es redimida, porque estaba en pecado.
Así que Dios descendió, por un proceso de justificación,
santificación, bautismo del Espíritu Santo, y redimió el
alma de Uds.
360. Y Uds., siendo parte de la tierra, son redimidos por
ella. Uds. están en el proceso ahora. Está creciendo. El
cuerpo de Uds. fue justificado bajo el bautismo de Noé.
¡Amén! Y, su carne, cuando Ello cayó allí. Y la tierra ha de
ser limpiada por Fuego, el lugar donde Uds. vivirán, con
el bautismo del Espíritu Santo; un Lugar de morada para
Cristo y Su Novia, la Nueva Jerusalén.
361. Observen esta Ciudad; la tierra, fija su residencia so-
bre la tierra. Ahora Uds. pueden ver claramente como dije,
el... este cambio, la tierra debe ser cambiada. No puede te-
nerla así. La iglesia no pudiera ir... O, el mundo no podría
continuar, después del Milenio, sin ser cambiado. ¿Ven?
Para tener tal Lugar en él, tendrá que ser cambiado.
362. Así como, nosotros debemos de ser cambiados por Su
santo Fuego, para acondicionar y hacer un lugar para que
Él sea contenido dentro de nosotros; es decir, el Espíritu
Santo.
363. Fíjense ahora, habrá bastante espacio en la Nueva Tie-
rra. Ajá. ¿Ven?, ¡bastante espacio! Será renovada, eso es
verdad, por Fuego, pero ya no va a haber mar. Fíjense, la
Ciudad es de mil quinientas millas cuadradas.
364. Ahora escuchen muy atentamente mientras dibujamos
estas dimensiones. Quiero borrar el pizarrón, un momen-
300 Rev. William Marrion Branham
to.
365. Aquí está una profunda revelación de Dios. Yo simple-
mente pararé. Ninguna de estas otras... Haré mención del
resto de esto, si el Señor quiere.
366. Fíjense ahora la tierra es... Bueno, si Uds. abren en
el Libro de Apocalipsis, pueden ver cómo él lo midió en
codos y estadios. Dos mil trescientos... Así que ahora nos
damos cuenta que la Ciudad mide, “mil quinientas millas”
cuadradas.
367. ¿Saben Uds. hasta dónde llegaría eso? Yo lo medí, esta
semana. Llegaría desde Maine hasta Florida, y desde la
costa del este hasta pasadas seiscientas millas [Novecien-
tos sesenta y seis kilómetros-Traductor], al oeste del Mis-
sissippi. En otras palabras, la mitad de los Estados Uni-
dos, sólo para la Ciudad. Uds. dicen: “No hay espacio”.
368. Cuando el mar haya desaparecido lo habrá, porque
muy cerca de cuatro quintos de ella está en agua. ¿Es
correcto eso? La explosión seca el mar, hace explotar la
tierra. ¡Oh, hermanos! Recuerden, mil quinientas millas
cuadradas, ¡qué ciudad! Y, pero, recuerden, el mar ha des-
aparecido.
369. “Y la anchura y la altura son la misma”. Eso la haría
de mil quinientas millas en esta dirección, mil quinientas
millas en aquella dirección; mil quinientas millas; la lon-
gitud por la anchura por la altura. Mil quinientas millas,
piénsenlo, oro transparente. Y la Ciudad tenía un muro
alrededor de ella.
370. Ahora, ahora, eso no necesariamente significa, por ser
iguales... Dice: “Y los muros y los cimientos eran igua-
les”, eso no necesariamente significa que es un cubo o un
cuadrado. Hay otra medida geográfica, que las dimensio-
nes son las mismas, eso es, una pirámide. Cuadrada, “es-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 301
tablecida en cuadro”, y los muros eran iguales.
371. Permítanme dibujarlo. ¿Ven?, longitud, anchura, al-
tura. Vamos a entrar en algo, con toda seguridad. ¿Ven?
Fíjense, las dimensiones de este ángulo son exactamente
las mismas, todas ellas, la longitud por la altura. Hay otra
medida, la pirámide, que lo prueba.
372. Esto, siendo de esta manera, respondería exactamen-
te a la señal de Enoc en Egipto, la pirámide. ¿Lo haría?
Enoc, antes de la destrucción antediluviana, cuando la
justificación estaba entrando, él produjo una señal, y en
esta pirámide hay siete escalones yendo a la cámara del
rey. Observen en el séptimo escalón, si Uds. han estudiado
alguna vez las dimensiones de la pirámide, qué sale para
llevar al que viene, para introducirlo al rey. Observen de
quién es la estación que está allí, y Uds. verán el día en el
que están viviendo, en la pirámide.
373. Ahora, Dios hizo tres Biblias. Ahora, hay una ense-
ñanza de la pirámide que son tonterías, pero hay una pi-
rámide genuina. ¿Ven? Fíjense. Ahora, Dios, la primera
Biblia... Él hizo tres. Todo tiene que ser en tres.
374. Jesús viene tres veces. Viene, una vez, a redimir a Su
Novia; la siguiente vez, para llevarse a Su Novia; la si-
guiente vez, con Su Novia. ¿Ven?
375. Ahora fíjense cuán hermoso. ¿Ven? Y en esta pirámide
había siete escalones, y luego la cámara del rey. Y noso-
tros estamos en la séptima edad de la iglesia, antes de que
el Rey tome Su Trono. Y, recuerden, la pirámide nunca
tuvo una piedra de corona sobre ella.
376. La primera Biblia de Dios estaba en los cielos, el Zo-
díaco; comienza y continúa por cada edad. Lo primero, al
principio del Zodíaco, es una virgen; así es cómo Él vino,
primero. La última figura en el Zodíaco es Leo el león;
302 Rev. William Marrion Branham
la Segunda Venida. Un poco antes de eso hay unos peces
cruzados, lo cual es la edad de cáncer; en la que estamos
viviendo ahora.
377. Hubo una pirámide después de eso, Enoc, lo cual tes-
tificó exactamente. No tendríamos tiempo para entrar en
ello, pero, algún día, con la ayuda de Dios, les mostraré,
exactamente muestra la dimensión de la hora en la que
estamos viviendo. ¿Ven?
378. Fíjense, pero ahora esta medida geográfica que tene-
mos, cuyas dimensiones son las mismas, no necesaria-
mente significa que tiene que ser un cubo. Fíjense, esto
respondería a la señal de Egipto... o de Enoc en Egipto.
379. En el tiempo de la purificación de la tierra, por me-
dio de su bautismo de Fuego, habrá volcánica, tal como
esta tierra explotando, y empujará hacia arriba un Monte
parecido a una pirámide. ¿Ven? ¡Suficiente espacio para
hacerlo! Toda esta cosa será cambiada. Toda la superficie
será cambiada. ¿Lo captaron? Empujará hacia arriba un
Monte parecido a una pirámide.
380. Esto estaría exactamente con la Palabra si lo hace, lo
cual lo hará. Ahora fíjense, porque, en Isaías 65:25, donde
acabamos de leer, Él dijo. No afligirán, o harán mal en
todo mi santo monte, dijo Jehová.
381. ¡Oh! “¡Todo Mi santo Monte!” Recuerden, siempre es
un “Monte”.
382. Si los muros estuvieran rectos de arriba abajo, la Ciu-
dad sólo pudiera ser vista desde afuera... o desde adentro,
el Trono sólo puede ser visto desde adentro; pero fíjense
que sólo sería visto desde adentro. Pero ahora vemos la
promesa de Isaías 4:5. Simplemente leámoslo.
383. ¿Tienen prisa? No, no tengan prisa ahora. Nosotros es-
tamos en una cosa particular ahora, es demasiado un tiem-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 303
po que Uds. deben entender aquí. Porque, quiero aclarar
esto. Y luego cuando regresemos a ello de nuevo, yo les
mostraré a Uds. entonces donde estamos hablando al res-
pecto, qué, en nuestro siguiente estudio sobre esto, en otra
ocasión.
384. ¡Oh, alabado sea el Señor Jesús! Observen aquí, cómo
las Palabras no pueden fallar. Ahora miren aquí en Isaías.
Lo tengo escrito aquí, si lo puedo encontrar de nuevo, un
momento. Isaías 4:5. Ahora escuchen, él está hablando de
la Venida del Señor, cómo las mujeres serían tan inmora-
les. Oh, él dijo: “Siete mujeres...” Escuchen. Simplemente
leámoslo. Miren aquí. Echarán mano de un hombre siete
mujeres en aquel tiempo, diciendo: “Nosotras comeremos
de nuestro pan... nos vestiremos de nuestras ropas; sola-
mente permítenos llevar tu nombre, quita nuestro opro-
bio.”
385. Ese es el tiempo del fin, donde estamos viviendo aho-
ra; casamiento, divorcio, y prostitución, y lo que sea. En
aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosu-
ra y gloria, ...el fruto de la tierra para grandeza y honra,
...los sobrevivientes de Israel. (¡Cómo sobrevivieron Uds.
a toda esa condenación! ¿Ven?) Y acontecerá que el que
quedare en Sión, y el que es un remanente en Jerusalén,
será... (Veamos.) ...en Jerusalén, será llamado santo; todos
los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes,
¿ven?, En la cual el Señor lave las inmundicias de la hija
de Sión, (recuerden, esa siempre es la Novia, ¿ven?) ...y
purifique la sangre de Jerusalén (ese es el remanente de
los Judíos, más la Novia, ¿ven?) ...y en medio de ella, con
espíritu de juicio, fuego...
386. Ese siempre es el juicio de Dios, cuando Él emite Su
juicio final. Los llama, los justifica, y los trae a redención;
304 Rev. William Marrion Branham
entonces Su juicio cae sobre Uds., y el Espíritu Santo y
Fuego limpia el pecado. Entonces Uds. Son Suyos.
387. Lo mismo hace Él con la tierra, cuando Él la limpia
con Fuego, “y con espíritu de devastación”. Ahora miren.
¡Escuchen! ¿Están listos?
Y creará Jehová sobre toda la morada del monte de
Sión, y sobre los lugares de su convocación, nube de os-
curidad de día, y de noche resplandor de fuego... porque
sobre toda gloria habrá un dosel,
388. “El Señor, en aquel día, sobre la cumbre de ella, creará
un Fuego de Luz que arda sobre el día”. Y sigue adelante y
dice: “Será un albergue, un descanso, un refugio”. Fíjense,
haciendo exactamente lo que habla la Biblia, exactamen-
te. Los muros eran rectos de arriba abajo, Uds. no podrían
verla. Tiene que inclinarse. “Todo Mi santo Monte...” “Él
creará esta Luz sobre este Monte, y será como un dosel”.
Oh, nosotros cantamos ese canto:
Oh, esa Ciudad en el Monte de Sión,
Como un peregrino, sin embargo aun así la amo;
Ahora y a través de esas edades,
Cuando yo llegue a esa Ciudad en el Cerro
¿Ven?
389. Fíjense, el Monte Sinaí fue donde Dios descendió en
la cumbre de él, cuando Él le habló a Israel en una Colum-
na de Fuego. Él descendió en la cumbre de un monte, el
Monte Sinaí.
390. En el Monte de la Transfiguración, cuando Él declaró:
“Este es Mi Hijo Amado; a Él oíd”, Él descendió en una
Columna de Luz y un resplandor brillante, sobre la cum-
bre del monte, delante de Pedro, Jacobo, y Juan. Y, allí, Él
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 305
fue representado con ambos Moisés y Elías; los traslada-
dos, y los muertos resucitados. ¡Gloria!
391. La Nueva Ciudad y la Nueva Tierra; la nueva crea-
ción; la Ciudad en el Cerro, con el Trono en la cumbre de
él. El Trono aquí arriba, en la cumbre; y los moradores,
por todas partes de arriba abajo, en este Monte.
392. Y el muro que está alrededor de esto, tenía doce ci-
mientos. Y cada uno de ellos tenía la piedra del pectoral
que estaba en Aarón, el cual representaba las doce tribus
de Israel.
393. Y, en las puertas, ellos tenían cuatro puertas colocadas
exactamente como el templo en el desierto, como estaba
la tienda en el desierto. Fíjense cada una, tenía a los após-
toles, tres en cada lado, doce apóstoles. Cada... Y tenía
ciento cuarenta y cuatro codos de alto. Ciento cuarenta
y cuatro codos es exactamente doscientos dieciséis pies
[Sesenta y cinco metros con ochenta y cuatro centímetros-
Traductor], siendo cada una de esas grandes piedras casi
veinte pies [Casi seis metros y diez centímetros-Traduc-
tor] de alto, el pectoral en esa puerta, constituyendo ese
muro que estaba alrededor de la Ciudad.
394. Ahora ella, la Ciudad, no descansa en la parte de arriba
del muro, porque una ciudad, mil quinientas millas, no po-
dría hacer eso. Es el muro aquí por el que uno entra, como
las puertas de la antigua Jerusalén. Uno entraba a través
del muro, a eso.
395. Y cada una de estas, tenía los doce cimientos, y cada
una tenía la esmeralda y las diferentes piedras, las cuales
representaban las doce tribus de Israel.
396. Y los apóstoles, cada uno, sobre esa puerta grande
de perla sólida, estaba un nombre de un apóstol. Y, ¿no
dijo Jesús: “Vosotros os sentaréis sobre doce tronos, para
306 Rev. William Marrion Branham
juzgar a las doce tribus de Israel”? ¿Quién se sienta a la
puerta, para juzgar, cuando ellos entran a la Ciudad? ¡Oh,
hermanos! Allí lo tienen. Los reyes de la tierra entrando a
la Ciudad, comparecen ante el juez apostólico, como pro-
metió Jesús. ¡Oh, hermanos!
En este Trono, en la cumbre de ella, a mil quinientas
millas de altura, todo el mundo verá a la Luz del mundo,
Jesús, sentado en el Trono en la cumbre del mundo, en la
cumbre de la Iglesia, en la cumbre del Monte de Sión; el
cual es de mil quinientas millas, la mitad del tamaño de
los Estados Unidos, y se levanta totalmente hasta arriba al
grado que uno puede verlo a Él por todo el mundo, a mil
quinientas millas de altura.
Y por todas partes de arriba abajo aquí, estarán los Re-
dimidos. Allí estarán las casas de oro puro. Habrá aveni-
das, y parques, y jardines. Y el Río de la Vida viniendo,
saliendo del Trono, y corriendo a través de pequeños abis-
mos y, oh, sobre las terrazas. Y el Árbol de la Vida estará
floreciente en cada patio; y dará Sus frutos, doce veces al
año, un fruto cambiado cada mes.
Y los reyes de la tierra entrarán en ella y traerán su
honor. “Y las hojas son para la sanidad de las naciones”,
cuando los reyes están viviendo en paz allá afuera. Cuando
ellos salgan, ellos cortarán un árbol, una hoja así. Como
la paloma volvió, que la ira de Dios había sido calmada,
y trajo la hoja de acebo al arca. Así que cuando el rey se
va, al traer su gloria a la cámara de la Novia aquí en la
Ciudad, le extenderá una hoja a su rey vecino, y, “Esta-
mos en paz para siempre jamás”. ¡Amén! ¡Sanidad de las
naciones! “Todo está resuelto. En un tiempo peleamos por
la sangre el uno del otro, hermano. Y nosotros hemos ama-
do, y gritado; y disparado, y quemado niños, y todo. Pero
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 307
ahora hay paz, la sanidad”. No sanidad de enfermedades;
todo ha sido hecho. ¡Sanidad de las naciones! ¡Amén!
Una Ciudad con el Trono en la cumbre. Apocalipsis
21:23: “Y no necesitan luz, porque el Cordero y el Señor
Dios es su Lumbrera”. ¿Ven? El Señor Dios es esa Colum-
na de Fuego que siguió a los hijos de Israel a través del
desierto. Y Él ha ascendido al Trono, en el de ese Reino
perfecto... cuando el tiempo... “el Reino que Jesús va a
entregarle al Padre, para que Dios sea todo, y en todos”.
Jesús se sienta sobre Su Trono aquí, como nuestro José. Y
el Rey es esa Luz que estará en la cumbre del Monte de
Sión, y Su santa Luz inundará toda la Ciudad. ¡Aleluya!
Mil quinientas millas de altura, y mil quinientas mi-
llas cuadradas, con los paraísos de Dios construidos por
toda esa Ciudad; ¡calles, avenidas! Lean su Apocalipsis
21, vean si no es correcto. ¿Ven?, “No tienen necesidad de
luz allí, porque el Cordero es la Lumbrera”. Y en el Trono
puede ser visto, sentado, a mil quinientas millas.
No sube en línea recta hacia arriba así. Se inclina,
como la pirámide. Si fuera la mitad de la distancia, enton-
ces eso sería como si subiera hacia arriba así, ¿ven Uds.?,
de una ciudad a la otra... ahora si se fijan, desde un lado de
la Ciudad al otro.
Yo podría insertar una cosita aquí si quieren que lo
haga. ¿Notaron el pequeño grupito aquí? Es más o me-
nos esa parte, una circunferencia que ella cubre. Piensen,
desde Georgia, California, a Saskatchewan; desde Kansas,
hasta los límites rocosos de la costa de Maine; eso es lo
que está reunido. Eso es más o menos lo que está repre-
sentado aquí, como mil quinientas millas cuadradas.
Oh, ellos vienen del Este y del Oeste,
308 Rev. William Marrion Branham
Ellos vienen de tierras lejanas;
A festejar con nuestro Rey, a cenar..
(¿El qué? “No sólo de pan vivirá el hombre”. ¡De Pan,
Palabra!)
...a cenar como huéspedes Suyos;
¡Cuán benditos estos peregrinos son!
En el mundo, tengo que decir, nunca he visto gente
como ellos. Oh, contemplando Su santa faz
Radiante con Luz Divina;
Participantes benditos de Su gracia,
Como gemas en Su corona brillarán.
Oh, Jesús pronto vendrá,
Nuestras penas entonces cesarán.
Oh, ¿qué si nuestro Señor en este momento viniera?
397. No falta mucho tiempo. Todo está perfectamente. Geo-
gráficamente, Sodoma, los mensajeros; todo está exacta-
mente en su lugar. ¿Ven? ¿Qué significa eso? Sólo pien-
sen, viniendo a este pequeño Tabernáculo, mil quinientas
millas cuadradas, desde la misma dimensión.
398. ¿Por qué es que Dios pensó así y le importó tanto ese
pequeño lugar de Palestina, ¿ven?, cuando tan sólo es
un pequeño lugar? Pero allí mismo es donde el templo
es asentado. Allí es donde la Nueva Jerusalén surgirá, allí
mismo. “Olivos, el Monte de los Olivos se partirá, par-
te hacia la derecha y a la izquierda”, seguro, cuando ella
empuje hacia arriba desde abajo. No, dicen ellos, que está
separándose empujando así. Está empujando hacia arriba:
“En aquel día cuando Él afirme Sus santos pies sobre el
Monte”. ¡Fíjense, en Su Trono, a mil quinientas millas de
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 309
altura!
399. Recuerden, Satanás trató de tentarlo a Él, una vez, en
la cumbre de un monte. ¿Ven?
400. La Nueva Ciudad tiene doce cimientos, como lo vi-
mos, doce patriarcas; ciento cuarenta y cuatro codos; sien-
do el pectoral de Aarón; doce puertas de perla, el nombre
de los doce discípulos.
401. Jesús está, la Piedra Principal, en el Trono, cuando Sus
santos lo han coronado a Él, “el Rey de reyes, el Señor de
señores”. Y Él es la Piedra Principal.
402. Yo no tengo mi billetera conmigo. Pero si Uds. se fijan
en su billetera, si tienen un billete de un dólar, tienen el
sello de los Estados Unidos; un águila en un extremo, sos-
teniendo las lanzas, el escudo de armas, por así decirlo; y
en el otro extremo, tiene la pirámide, con un ojo que todo
lo ve en la parte de arriba de ella. ¿Ven?, ellos no sabían lo
que estaban haciendo. Y allí está escrito en Latín, y Uds.
se darán cuenta que lo dice, este es “el gran sello”. No sa-
bían lo que estaban haciendo. Tampoco Caifás sabía que
él estaba profetizando.
403. Allí está el Gran Sello. Aquí está, ¿ven?, la Ciudad.
No es sólo un cubo plano así, ¿ven?, sino que se inclina
hacia arriba para que pueda ser vista. Y sobre este santo
Monte del Señor, el Señor descenderá sobre la cumbre de
Su Monte; aquí está Él. Esa es la razón de que la piedra de
corona no fue puesta por Enoc. ¿Ven? Esa es la razón de
que la Piedra de Corona tiene que venir ahora. Y el Monte
será empujado hacia arriba, y será el Monte del Señor.
404. Y aquí adentro morarán los Redimidos. Estas, aveni-
das y grandes autopistas, por así decirlo, parques, y el Río
de la Vida se dirigirá, correrá a través de ella. Y cada casa
será hecha de oro transparente. Y las calles serán hechas
310 Rev. William Marrion Branham
de oro. Y los árboles de Vida estarán allí, y darán doce
clases de fruto. Y los reyes y los hombres de honor de la
tierra traerán su honor y gloria por las puertas. Y las puer-
tas no serán cerradas de noche, porque no hay noche allí.
En esa Ciudad donde el Cordero es la Luz,
En esa Ciudad donde no llega la noche;
Tengo una mansión allá,
que está libre de afanes y preocupaciones,
Oh, yo voy adonde ese Cordero es la Luz.
405. ¿No ven que los pueblos, las ciudades, las casas, las
moradas, están hablando de eso ahora mismo? Todas estas
cosas naturales son una sombra.
406. Tomen una sombra, de lejos, como mi mano. Antes
de que pudiera haber un positivo... o un negativo, tiene
que haber un positivo. Y, ¿ven Uds.?, esa sombra, parece
como que tengo una docena de dedos, pero entonces cuan-
do uno se pone a acercarlas, se enfoca en una, y entonces
la sombra se desvanece en la mano.
407. Y eso es, muchas veces, la gente piensa que hay tres o
cuatro Dioses. Uds. están mirando demasiado atrás en las
primeras reformas. ¿Ven? Vengan acá ahora y, se darán
cuenta, enfoquen hasta que haya Uno. Eso es exactamen-
te.
408. Hay una Novia; no una docena, denominaciones. Sino
una Novia, esos son los Elegidos, de cada... de la tierra
que han sido predestinados a esto, los que pueden recono-
cer su lugar en el Reino.
409. ¡En este Trono, miren, tan alto! La Nueva Ciudad; con
los cimientos; doce puertas; Jesús, la Piedra Principal; los
apóstoles, juzgando; las doce tribus.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 311
410. La pirámide de Enoc no proyecta sombra alguna a nin-
guna hora del día. Yo he estado en Egipto, en las pirámi-
des. Está fijada de tal manera geográficamente, y en las di-
mensiones de esta gran figura geométrica; que, no importa
dónde está el sol, nunca hay una sombra alrededor de la
pirámide. ¿Ven cómo es?
411. Y nunca habrá noche allí. Él en la cumbre del Monte,
la inunda con Su gloria. La Luz de Su Gloria estará allí
siempre. No habrá noche allí. ¡Jesús, la Piedra Principal!
412. Ahora fíjense. Así que, los Redimidos andarán en la
Luz. Nosotros cantamos ahora: “Andaremos en la Luz,
esa preciosa Luz”. Hay algo en nosotros clamando. “Ha
pasado de muerte a Vida”. Es porque eso está esperando.
¿Ven? Eso es lo que es el atributo, lo que sentimos.
413. Verdaderamente, esto es... ¿Están listos? Esta es la
Ciudad que Abraham estaba esperando. ¿Ven? Siendo un
profeta, él sabía que esa Ciudad estaba en alguna parte.
La Biblia así lo dice. Y él dejó la ciudad en la que vivía,
y él fue allá; miren adónde fue, exactamente a donde va a
estar. ¿Ven? “Él estaba esperando una Ciudad Cuyo arqui-
tecto y constructor era Dios”, ¿ven?, siendo un profeta.
414. Jesús se fue a preparar, con las manos Divinas, una
Ciudad Divina; un Arquitecto Divino, para un pueblo
comprado Divinamente, para un pueblo predestinado. Él
se fue a preparar.
415. Abraham estaba esperándola. “Y él profesó que era un
peregrino y un extranjero, porque él esperaba la Ciudad
Cuyo arquitecto y constructor era Dios”. ¡Ese profeta, sa-
biendo que estaba en alguna parte! Juan la vio descendien-
do, pero Abraham pensó que debía de estar en la tierra
en ese momento. ¿Por qué? Él se encontró con Melquise-
dec, el Rey de ella, y le dio a Él un diezmo. “El cual no
312 Rev. William Marrion Branham
tenía padre, o madre. Él no tenía principio de vida o fin
de vida”. Abraham se encontró con Él, y ellos tomaron la
comunión exactamente en el sitio literal donde la Ciudad
será levantada, el santo Monte del Señor, donde los Redi-
midos van a vivir. ¡Oh, hermanos!
416. Ese tiempo simplemente no se detiene. No, estamos en
el tiempo; después de un tiempo nos iremos a la Eterni-
dad.
417. ¡Oh, santo Monte! Habrá calles de oro transparente,
avenidas; y casas, y parques. Si Uds. quieren leer esto,
Apocalipsis 21:18. El Árbol de la Vida estará allí; doce
diferentes clases de fruto, uno cada mes, se dará en él.
La gente que coma estos frutos, cambiarán su dieta cada,
cada mes.
418. Y es de... sólo para los vencedores. ¿Saben eso? No es
para las denominaciones. Uds. dicen: “¿Dice eso en serio,
Hermano Branham?”
419. Vayamos a Apocalipsis 2, sólo un momento, y encon-
trémoslo. Apocalipsis 2:7. Averigüemos ahora si realmen-
te es la Verdad o no. Apocalipsis 2:7 dice así.
Y el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu...
420. Ahora, recuerden, Él no le está hablando a los judíos
ahora. Esta es la Iglesia, los Gentiles.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las
iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”
421. “Sólo vencedores, que vencen a la bestia, vencen
su marca”, eso es Catolicismo, Protestantismo, denomi-
nacionalismo, “que vencen a la bestia, su marca, la letra
de su nombre”. “Él tendrá derecho al Árbol de la Vida, a
entrar por las puertas donde nada inmundo puede entrar
alguna vez”. ¿Ven? Piénsenlo. Ahora, un momento, mien-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 313
tras vamos un poquito más adelante. El Árbol de la Vida
será sólo para los vencedores.
422. Las hojas serán para la sanidad de las naciones. Es de-
cir, los reyes que viven allí adentro, trayendo su honor,
cuando traen su honor y lo ponen delante del Trono de
Dios. Así como el exterior, las diez... las once tribus tra-
jeron, cada una de ellas, un diezmo a Leví, ¿ven? Cuando
ellos traen su honor a la... de la bendecida tierra, en eso,
ellos tomarán del Árbol de la Vida, desprenderán una hoja
de acebo... o una hoja del Árbol de la Vida, y ellos saldrán
juntos. Ya no hay guerra. Todo está en paz. Las hojas son
un memorial, por la sanidad de la nación.
423. El mismo Árbol, no como Adán, él... Había un Árbol
de la Vida en el huerto del Edén, del que él pudiera haber
comido si no hubiera caído. Ese Árbol de la Vida le re-
cordaba a él, todo el tiempo, que su nueva... su juventud
estaba constantemente continuando. ¿Ven?
424. Lo mismo harán las naciones. Las hojas serán para la
sanidad de las naciones; fíjense, no la enfermedad. Uds.
tendrían los mismos derechos que tuvo Adán, como la ho-
... paloma con la hoja de acebo, todo es... cada rey toman-
do una hoja.
425. Fíjense, el Río de la Vida, quizás muchas pequeñas
corrientes formándolo. Ahora, en esta tierra...
426. Voy a terminar en unos cuantos minutos. En esta tie-
rra... O, simplemente voy a parar. Eso es cuántas notas
más tengo, como treinta páginas ahora. Sí. Miren.
427. En esta vida, yo nunca he visto nada tan mitigante
como el estar en las montañas y encontrar, como prediqué
sobre eso la otra noche, esa corriente borboteando, su re-
curso que da vida. Uno estaría cansado y sediento, caería
junto a un buen arroyo; muy abajo adonde los gérmenes
314 Rev. William Marrion Branham
no pueden ir, muy abajo a centenares de pies en la tierra,
está borboteando agua pura, genuina y que da vida. No-
sotros apreciamos eso. Eso es pequeño. Ahora, la tierra
tiene sus muchos arroyos con agua refrescante. Cuando
uno está sediento y moribundo, si uno toma un buen trago
frío de eso, lo ayudará a uno a vivir.
428. Pero miren de dónde viene Este. Del Trono, allí es de
donde obtiene sus recursos que dan Vida. Viene de debajo
del Trono de Dios, donde Dios se sienta.
429. Todo ello, todo lo de esta tierra, esta tierra en la que vi-
vimos ahora; cada uno, ya sea que sea Cristiano o pagano,
tiene templos. ¿Han pensado alguna vez en eso? Iglesias,
todas ellas.
430. Pero Esta no tiene ninguno. La Biblia dice: “Y no ha-
bía templo allí. Pero el Señor Dios y el Cordero es el Tem-
plo de ella”. El Cordero es la Lumbrera. El Cordero es el
Templo. El Cordero es el Trono. El Cordero es la Vida. Él
es ese Templo. ¿Ven?, todos estos templos tienen un obje-
to que ellos están adorando; pero, en esta Ciudad, Él es el
objeto. Él está con Su pueblo. Su Espíritu Luz inunda la
Ciudad pirámide.
431. Como Pedro y Juan, arriba en la cumbre del monte. La
Luz cubrió la cumbre del monte, y una Voz habló, dijo:
“Este es Mi Hijo amado”.
432. En Apocalipsis 21:3 y 4: “El tabernáculo de Dios con
los hombres”. Dios se ha tabernaculizado en el hombre, al
redimirlo, por medio de estos tres procesos. Ahora Dios
va a redimir la tierra y tabernaculizarse en la tierra, con
Sus súbditos de la tierra, a los cuales Él sacó de la tierra.
Y por medio del pecado cayó, pero la... Él tenía que dejar
que continuara. Pero ahora Él envió a Jesús para redimir
esa tierra caída, de la cual formamos parte. “Ni un cabello
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 315
de vuestra cabeza perecerá”. Así lo dijo Jesús. Él dijo: “Yo
lo resucitaré en el día postrero”. ¿Ven? ¿Por qué? Uds.
forman parte de la tierra.
433. Si se fijan, yo hice un pequeño chiste acerca de mi es-
posa diciéndome que yo perdí mi cabello. Yo le dije a ella
que no había perdido ni uno de ellos. Ella dijo: “¿Dónde
están?”
434. Yo dije: “Dónde estaban antes de que los tuviera”.
Donde sea que estaban, una substancia; dondequiera que
estén, están esperándome. ¿Ven? Eso es correcto. Yo iré a
ellos, un día.
435. Este cuerpo viejo, arrugándose y cayéndose, y redu-
ciéndose en los hombros, y con dolores en las rodillas, y
ronco en la garganta. Eso está bien. ¡Uds. pueden sepul-
tarlo en el mar, pero la Trompeta me despertará! Sí, señor.
Vamos a cambiar, uno de estos días. Yo formo parte de
este mundo que es redimido. Uds. están en el mundo, pero
nada del kosmos. Uds. están en un orden diferente, un or-
den redimido.
436. Fíjense: “El tabernáculo de Dios estará con los hom-
bres”. Fíjense: “Las primeras cosas pasaron”. Esta, esta
cosa, pasó. Esto quiere decir que el Cielo ha descendido
a residir con el hombre. ¿Ven? El Cielo y la tierra están
abrazados.
437. Exactamente cuando la Paloma vino sobre parte de
la tierra, la cual era Jesús; Él era el polvo de la tierra, el
hombre. Dios, viniendo de ese pequeño germen de Vida,
por medio del poder creativo. Y esa Sangre que estaba en
esa... La Vida que estaba en esa Sangre ascendió de nuevo
a Dios, pero la Sangre goteó sobre la tierra, para reclamar-
la.
438. Debido a la sangre que fue traída, de la célula ger-
316 Rev. William Marrion Branham
men de Caín, ¿ven?; ahora Él regresa con el poder creati-
vo exactamente como Él hizo con Adán, creando a Adán,
aquí está el Segundo Adán. Y a través del rompimiento de
esa célula allí, donde (pecado) Caín rompió esa célula de
sangre sobre el justo, ¿ven?, ahora esta Célula de Sangre...
Porque, él mató a Abel, pero Abel nació de sexo.
439. Pero Este no nació de sexo. “Era la creación de Dios,
el principio de ella”, y redimió la tierra. Y todo el calcio,
potasa, petróleo, luz cósmica, de lo cual uno está hecho, es
redimido. “Ni un cabello será dañado. Y yo lo resucitaré
en el día postrero”.
440. Entonces, ¿qué? Dios desciende a residir en la tierra.
Lo cual, Él es parte de ella, Su propio cuerpo. Él lo resuci-
tó para nuestra justificación, y somos justificados al creer
eso y aceptar eso. Fíjense en tipos, Jesús llega a ser... En
el tipo, Jesús llega a ser hombre; Dios... o predestinado
a tomar su lugar, para redimirnos, para hacer todas estas
cosas posibles. Fíjense, afuera de sus hermosos muros, de
esta Ciudad.
441. Ahora, ¿captaron “la Ciudad”? ¿Ven?, es un Monte
santo. “Nada afligirá, o hará mal en todo Mi santo Monte,
dice Jehová”. La Ciudad no es un cubo. Es un Monte. Y el
ancho por la anchura por la altura, son iguales, ¿ven?; mil
quinientas millas en esta dirección, mil quinientas millas
en esa dirección, mil quinientas millas por todo en derre-
dor; y mil quinientas millas de altura. Así que simplemen-
te es un gran Monte, como la pirámide, y la Ciudad está
sobre el Monte. ¡Gloria!
442. Allí lo tienen, allí están los paraísos de Dios, la Luz del
mundo, ese Reino perfecto. No el séptimo día; ¡el Eterno!
¿Ven? No el Milenio; ¡la Tierra Nueva! ¿Ven?
443. Mientras está pasando a través del Milenio, está pa-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 317
sando por su proceso santificador, pero todavía debe ser
quemado. ¿Ven? Lo cual, la Sangre redimió a la gente,
ello muestra este memorial que está... el precio está paga-
do, esos mil años. Pero luego tiene que ser limpiado por
medio de Fuego; así como Uds. lo fueron, Sus delegados
de esta Ciudad, la delegación.
444. Así que si Uds. mueren o si viven, ¿qué más da? Si
Él viene hoy, o Él viene en cien años, o mil años, yo sólo
descansaré hasta que venga mi cambio.
445. Así que, ancianos y ancianas, no estén desanimados.
Si Uds. son una representación aquí arriba, en este atribu-
to de Dios; este, Dios; si Uds. lo tienen, si Uds. están re-
presentados aquí, Uds. no pueden... Uds. están en el Eter-
no. Y si Uds. han cruzado de ese séptimo día, al octavo,
entraron al Eterno por el bautismo del Espíritu Santo, Uds.
están incluidos en Este. Ahora, si Uds. sólo están confian-
do en una sensación, o saltando de arriba abajo, o: “Yo
hago esto. Yo guardo mi séptimo día. Yo no como carne”,
y cosas así, eso va a perecer, de todas maneras. ¿Ven? Pero
Este es el Eterno. ¿Ven? Este es el Eterno, la Fiesta des-
pués de la fiesta de los tabernáculos. ¿Ven?
446. La fiesta de los tabernáculos era la última fiesta, la
séptima fiesta. Nosotros estamos adorando ahora bajo la
fiesta de los tabernáculos, la séptima edad de la iglesia.
447. En el Milenio, estaremos bajo la fiesta de los taberná-
culos, de nuevo, en el séptimo día.
448. Pero, luego, después del séptimo día, tenemos una
Santa Convocación, regresamos a lo Eterno. ¿Cómo? Por
el Eterno que vino y nos redimió y nos llevó de regreso,
permitiéndonos reconocer que nosotros formábamos parte
de Esto.
449. ¿Ahora cómo saben Uds. que forman parte? Debido
318 Rev. William Marrion Branham
a que la Palabra de la hora, la promesa del día ¿qué es?
Una restauración de regreso al primer día, al primero. “Y
él restaurará los corazones de los hijos de regreso a los
padres”, trayendo una restauración de nuevo del genui-
no pentecostal, no sensaciones; y manifestará la Luz del
atardecer, el mismo Hijo que se mostró en la Luz de la
mañana, como fue prometido para el día. ¡Amén y amén!
450. ¿Dónde estamos, amigos, dónde estamos? Sólo espe-
rando ahora para hacernos a un lado, para que Apocalipsis
11 pueda ser dado para... a conocer a los Judíos; eso es
correcto, el Rapto viniendo.
451. Observen, afuera de las puertas de los muros, exten-
didos a través de la Nueva Tierra, las naciones morarán
en paz Eterna. Ahora, ¿qué? Los reyes de honor traerán
su gloria a ella. Ningún pecado puede estar allí. Ya no en-
trarán mujeres con cabello cortado a esa Ciudad. Yo les
garantizaré eso. Ya no se usarán pantalones cortos, no se
fumarán cigarrillos. Fornicarios, rameras, o mentirosos,
idólatras, sea lo que fueran, no entrarán en esa Ciudad.
No, todo habrá terminado. El pecado habrá desaparecido.
“Nada que profane su santidad entrará allí”. Eso es lo que
El dijo: “Todo ha pasado, para siempre”.
452. Miren afuera en sus campos y alrededor de sus puer-
tas:
El oso será manso, el lobo será dócil;
Y el león se acostará con el cordero;
Y la fiera del campo, guiada será por un niño;
Cambiado seré de la criatura que soy.
Con esta muerte trabajando en mi cuerpo mortal, la
453.
vejez entrando, yo seré cambiado.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 319
454. ¿Han oído Uds. el canto? “El oso será manso. El lobo
será dócil”. Él no saltará, y se levantará y tratará de matar-
lo a uno. Él caminará con uno por los senderos. ¿Quién va
a heredarlo? Los Redimidos. ¿Quién será? Fíjense, sola-
mente puedo enseñar mis tipos. Fíjese, Hermano Lee.
455. ¿Quién salió a la nueva tierra con Noé el profeta?
Aquellos que entraron con él en el arca. ¿Es correcto eso?
Esos son los que salieron a ella. ¿Ven? Aquellos que entra-
ron con Noé, por su mensaje, fueron los que salieron sobre
la nueva tierra después de su bautismo en agua.
456. Los que entran con Jesús ahora. ¿Cómo entra uno en
Él? Por un solo Espíritu; y Él es la Palabra. Uno llega a
ser parte de Él. ¿Qué parte de Él es uno? La Palabra que
vive de esta hora, reconociendo. Uno va a salir con Él en
el Milenio. Entonces es cuando uno va a salir. Fíjense, no
una nueva generación. ¡Un trasplante! Uds. dicen: “¡Oh,
Hermano Branham!” ¡Oh!
457. Fíjense, si Dios pudo levantar a Elías y llevárselo arri-
ba, hace dos mil quinientos años, para trasplantarlo a la
tierra de nuevo, para ser un profeta para los Judíos, ¡cuán-
to más puede Él hacerlo con la Novia!
458. Después de que Noé salió del arca, fíjense qué se le
dijo a Noé después de que salió del diluvio, exactamente
como fue con Adán antes. Después de que él salió, en la
nueva tierra; dijo: “Multiplicaos y llenad la tierra”, des-
pués de la inundación. Fíjense, “debía ser fructífero, llenar
la tierra”, como Adán en el principio. Ahora Uds. pueden
ver exactamente aquí. Ahora escuchen muy atentamente.
459. Adán debía de “multiplicarse y llenar la tierra”. ¿Es co-
rrecto eso? Noé debía, después de que la nueva, (el mundo
fue destruido), debía de “multiplicarse y llenar la tierra”.
¿Lo captan? Ahora, ¿no pueden ver lo que la “simiente”
320 Rev. William Marrion Branham
de la serpiente es? ¿Qué llenó la tierra? ¿Lo captan? Muy
bien. Ven Uds. ahora cómo Satanás llegó a Eva. Por eso la
muerte ha reinado sobre la tierra desde entonces. Y cielos,
tierra, bestias, atmósfera, todo está maldecido por Dios a
causa de ello. Esa es la maldición, porque Satanás llegó a
esto primero.
460. Jesús vino para redimirlo de regreso al Padre. Para ha-
cer esto, Él llegó a formar parte de ello; como acabo de
repasarlo. Y de ese mismísimo polvo (la parte que Jesús
mismo era) siendo redimido, a través de Él todos los atri-
butos de Dios son redimidos con la tierra.
461. Él era la Palabra hablada. Nosotros que somos redimi-
dos somos parte de Él. Entonces, ¡si tan sólo uno puede
reconocer! ¿Ven?
462. Los Fariseos afirmaban que ellos eran. Pero, Uds. ven
mi primera ilustración, ellos sólo eran eso por medio de
lo intelectual. Ellos no podían reconocer la Palabra cuan-
do fue manifestada delante de ellos. Ellos dijeron: “Este
hombre es un espíritu malo”.
463. Ahora, hoy en día, somos llamados falsos profetas. So-
mos llamados toda cosa sucia que pudiéramos ser llama-
dos, por gente religiosa, ¿ven?, por grandes y talentosos
hombres. ¿Ven?, ellos simplemente no entienden. ¿Ven?
464. Su bautismo en agua no fue suficiente para limpiarla;
tampoco lo es el de ellos. Santificación, de la Sangre, la
trajo de regreso, la reclamó. Pero el bautismo del Fuego la
limpió; como lo hizo con Su Novia. Como justificación,
santificación, bautismo del Espíritu Santo.
465. Nunca prometió levantar una nueva raza, como he
dicho, pero Él prometió redimir a la caída. Aquellos que
eran los predestinados, lo heredan como Él lo ha prometi-
do. Y Él es el Dios incambiable; sabemos eso.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 321
466. Recuerden, Dios tomó a Elías, después del rapto, y
lo trasladó, lo trasplantó otra vez entre la gente, para to-
mar el puesto como profeta entre su gente; muy pronto Él
hará eso. Y lo ha mantenido vivo, estos dos mil quinientos
años. Él ha de aparecer de nuevo.
467. Fíjense otra vez, Él resucitó a Moisés de los muertos.
¿Dónde está su sepultura? ¿Puede alguien encontrarla?
Lean el Libro de Judas. ¿Ven? Satanás... El Arcángel dis-
putando con el arcángel, Satanás, dijo, no se atrevió...“el
Señor te reprenda”, disputando por el cuerpo de Moisés.
Y aquí Pedro, Jacobo y Juan estaban parados allí viéndolo
a él, en el Monte de la Transfiguración, allí mismo en la
tierra donde el Monte va a ser levantado para morar en él.
¿Ven? Y Él vino a redimirlo.
468. ¿Ven?, allí estaba la Iglesia raptada entonces, repre-
sentada; allí estaban aquellos que están dormidos, repre-
sentados. ¿Dónde? En la Ciudad; arriba en la cumbre del
monte. ¿Ven?
469. Estaban Pedro, Jacobo, y Juan, viendo; tres, como tes-
tigos. Estaban Elías, Moisés, y Jesús; como testigos Ce-
lestiales. ¿Ven?
470. Y estaba Moisés, el muerto, había sido resucitado. Es-
taba Elías, el rapto, todavía estaba vivo. Y ambos estaban
representados en este monte santo.
471. Y, Jesús, el Redentor. Cuando Dios, sobre Él así, lo
cubrió, dijo: “Este es Mi Hijo amado”.
472. Recuerden, Jesús dijo, como un día antes de eso, Él
dijo: “De cierto os digo, que algunos de los que están aquí
ahora, no verán la muerte, hasta que hayan visto el Reino
de Dios establecido en poder”.
473. ¿Qué era? Los muertos resucitados y los santos rapta-
dos, juntos, arrebatados juntos para encontrarse con Él en
322 Rev. William Marrion Branham
el aire. Con Dios cubriéndolo a Él, y Jesús parado allí en
esta sombra, diciendo: “Este es Mi Hijo amado, en Quien
tengo complacencia”, el orden del Nuevo Reino. ¡Oh, her-
mano, hermana!
474. La muerte no lo cambia a uno. La muerte sólo cambia
el lugar de morada de uno. ¿Ven?
475. Recuerden, Samuel, cuando él estaba muerto y había
estado sepultado por dos años, él estaba en el Paraíso. Y
la bruja de Endor lo llamó, y Saúl lo reconoció; y ella
lo reconoció, también, y se postró sobre su rostro. Él no
había cambiado, en lo absoluto. Él todavía era el mismo
Samuel, después de haber estado muerto dos años, y él to-
davía era un profeta. Él dijo: “Mañana caerás en batalla, tu
hijo contigo, y para esta hora mañana en la noche estaréis
conmigo”. Y eso es exactamente lo que sucedió.
476. ¿Ven? Y cuando Moisés regresa, y Elías, durante Apo-
calipsis 11, ellos todavía serán profetas. ¡Aleluya!
477. Y más allá, en la Tierra, la Ciudad donde el Cordero
es la Lumbrera, lo reconoceré a Ud., Hermano McKinney.
Yo los reconoceré a Uds., mi gente, mis joyas en la coro-
na. Cuando ellos vengan del este y del oeste, a la Ciudad;
cuando mil quinientas millas cuadradas, ella estará allí, y
la Ciudad construida en cuadro. Cuando Uds. estén allí en
el Monte santo, donde Dios está sobre el Monte, y Jesús
sobre el Trono. Y la Trompeta dorada suene cuando José
sale, para caminar a través del Paraíso, y los hijos de Dios
se postren sobre sus rodillas y lo adoren a Él, sabiendo que
ellos fueron redimidos. ¿Ven? ¡Amén! ¡Aleluya!
Algunas veces me pongo nostálgico por el Cielo,
Y la gloria que Allá veré yo;
¡Qué gozo será ése cuando a mi Salvador vea yo,
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 323
En esa hermosa Ciudad de oro!
Me dirijo a esa hermosa Ciudad
Que el Señor ha preparado...
Isaías dijo, en Isaías 9:6: “Y Su paz y lo dilatado Suyo
478.
no tendrán límite. El principado será sobre Sus hombros;
se llamará Su Nombre Consejero, Príncipe de Paz, Dios
Fuerte, Padre Eterno. Y el principado sobre Sus hombros;
y lo dilatado Suyo y Su paz no tendrán límite”. Aun los
animales están allí. ¡Oh, hermanos!
El oso será manso, y el lobo será dócil;
Y el león se acostará junto al cordero,
Y la bestia del campo, guiada será por un niño;
Pero yo voy a ser cambiado.
479. Yo seré cambiado de esta criatura que soy, cuando ese
Día venga, porque yo voy a esa Ciudad. ¡Yo me dirijo a
esa hermosa Ciudad! Yo siento el Poder redentor en todo
mi corazón ahora.
480. Si esto no es así, entonces he malgastado mi vida; le
he enseñado a otros cosas engañosas. Pero cuando miro
y veo que la promesa que Él hizo de este día, y la veo
vindicada; y miro a esta congregación de mil quinientas
millas cuadradas sentada aquí, una Elegida que ha sido
llamada de denominaciones y razas y credos y cosas, reu-
nidos juntos; a medida que veo a la Palabra vindicándose
Ella misma, yo sé, más allá de toda sombra de duda, las
joyas de mi corona brillarán más que cualquier cosa en el
mundo, en aquel Día.
481. ¡Vendrá un tiempo! Gente, nosotros no nos estamos
reuniendo aquí en vano. Sólo estamos esperando ese tiem-
324 Rev. William Marrion Branham
po. Es muy, muy tarde, pero Jesús aún está muy, muy cer-
ca. Y, Su Gloria, es maravillosa. “Se llamará Su Nombre
Consejero”. Esa Ciudad, ¿pueden verla? Allí es donde la
Novia y el Novio se establecerán, y nunca más...
482. Ahora, si Uds. creen que es maravilloso cuando mane-
jamos centenares de millas para sentarnos aquí y alimen-
tarnos con Su Palabra, lo cual esto sólo es una sombra,
¡qué será cuando vivamos en la Ciudad con Él! Cuando
yo viva como vecino en la casa de al lado de Uds., y cuan-
do comamos de esos árboles, y caminemos en aquellas
calles, cuando subamos por esas calles de oro a la fuente,
que bebamos de la fuente, que entremos en los paraísos de
Dios, con Ángeles cerniendo sobre la tierra, cantando los
himnos, ¡oh, qué Día será ése! Vale la pena todo. El cami-
no parece escabroso, algunas veces se pone difícil, pero,
oh, será tan poquito cuando yo lo vea a Él, tan poquito.
¿Qué van a ser los nombres malos y cosas que ellos han
dicho, qué va a ser eso cuando lo vea a Él en esa hermosa,
hermosa Ciudad de Dios?
483. Inclinemos nuestros rostros.
Me dirijo a esa Ciudad hermosa
Que mi Señor ha preparado para los Suyos;
Donde todos los Redimidos de todas las edades
Cantan “¡Gloria!” alrededor del Trono Blanco.
Algunas veces me pongo nostálgico por el Cielo,
Y sus glorias que Allá veré yo;
¡Qué gozo será ése cuando a mi Salvador vea yo,
En esa hermosa Ciudad de oro!
484. En la isla de Patmos, ¡Juan la vio!
485. Amado Jesús, esta esperanza, mi esperanza está edifi-
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 325
cada en nada menos, Señor. Esa es la madre de mi cora-
zón; esa Ciudad, el gran Rey. Dios, no permitas que ni uno
de los que están aquí perezca, por favor. Que examinemos
nuestras vidas de nuevo, hoy, Señor, esperando la Venida
del Señor. Donde, todos esos Redimidos, allá en ese gran
coliseo en Roma, donde esos Cristianos fueron comidos
por leones, ¡algún día el polvo se abrirá!
486. No habrá cementerios en la ladera de la Gloria. Ningu-
na perilla de puerta tendrá una corona funeral. Ninguna lá-
grima salpicará sobre ella. No, no. No habrá césped amon-
tonado. Ninguna tormenta la golpeará. Todo será glorioso
allá.
487. Ayúdanos, Señor. Si hay uno aquí... que es llamado
a esta Cena de las Bodas del Cordero, estos mil años de
reinado Milenial, y para luego entrar en la Ciudad des-
pués de que la Luna de Miel haya terminado. El Milenio
es simplemente la Luna de Miel. Entonces Ella, la Novia,
toma Su... el Novio lleva a Su Novia al Hogar. Es de Ella.
El Novio de Ella; la Novia de Él. Oh, Él ha ido a preparar
una Casa, desde que Él se comprometió.
488. Que seamos fieles a Él Quien es la Palabra, porque Él
es la Palabra. A pesar de cómo otros tratan de hablarnos
insolentemente, de mantenernos lejos de Ella; Señor, acér-
came más.
Porque algunas veces me pongo nostálgico por el Cielo,
Y su gloria que Allá veré yo;
¡Qué gozo será ése cuando a mi Salvador vea yo,
En esa hermosa Ciudad de oro!
¡El futuro Hogar del Novio y la Novia! Él viene otra
489.
vez… a la Cena de las Bodas; van a ser tres días y medio.
326 Rev. William Marrion Branham
Luego regresaremos otra vez, en el Milenio, en nuestra
luna de miel. Y entonces Él va a poner la Ciudad a plena
vista. Como el novio llevando a la novia a su sorpresa,
¡cómo la noviecita se para allí en asombro mientras mira
su futuro hogar! Y por fe, hoy, Señor, lo vemos más allá.
Va a estar aquí mismo en esta tierra. Tú lo prometiste.
490. Tu Iglesia será completamente redimida, uno de es-
tos días. Y luego Tu mundo será redimido, el resto de las
partículas. Pero primero Tú has redimido a Tu pueblo, sus
cuerpos que fueron compuestos del mundo.
491. Ayúdanos, Dios. Si hay uno aquí que no está exacta-
mente seguro de eso, Señor, que ellos lo reciban en este
momento.
492. Yo sé que ha sido mucho tiempo y caluroso, pero, pue-
blo, no siempre vamos a estar parados aquí. No siempre
seré su pastor. Asegurémonos. “¿Hay alguna manera, Her-
mano Branham?”
493. Sí, llegar a ser parte de la Palabra, parte de la Palabra
de hoy. No pueden ser parte de la Palabra del día de Moi-
sés; esa parte ya ha sido completada, esa era los pies. Es-
tamos en la Cabeza ahora. Este es Cristo. No es el tiempo
de los brazos, allá en Lutero, no. Este es el tiempo de la
Cabeza. Cristo, la Piedra Principal, viene al Cuerpo.
494. Si Uds. no se sienten exactamente bien al respecto,
dondequiera que puedan, levanten su mano sólo para que
yo pueda ver. Que todos los demás mantengan sus rostros
hacia abajo. Dios los bendiga.
495. Digan: “Recuérdeme en oración, Hermano Branham.
¡Yo quiero tanto estar allá! Yo no quiero perdérmelo, Her-
mano Branham. Yo estoy examinándome, estoy haciendo
todo lo que puedo, pero ore por mí ahora, ¿lo hará?” Dios
los bendiga.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 327
Mientras están pensando en ello ahora, simplemente
496.
oren, digan: “Dios...” Está en su corazón. ¿Ven?, si sienten
algo halar, hormigueando en su corazón, eso es lo que es.
Es ese atributo tratando de declararse.
Me dirijo a esa Ciudad hermosa
Que mi Señor ha preparado para los Suyos;
Donde todos los Redimidos de todas las edades
Cantarán “¡Gloria!” alrededor del Trono Blanco.
Algunas veces me pongo nostálgico por el Cielo,
Y las glorias que Allá veré yo;
¡Qué gozo será ése cuando a mi Salvador vea yo,
En esa hermosa Ciudad de oro!
497. Padre Celestial, tómanos ahora, Señor. Permite que el
Gran Pastor, el Gran Pastor Redentor, el Gran Pastor, el
cual dejó la Gloria, sabiendo que algunos de los atributos
estaban perdidos en esos grandes valles de pecado, donde
los lobos y los animales pronto devorarían a esa ovejita;
pero Él dejó los corredores de oro, descendió a la tierra
y fue hecho uno de nosotros, para que Él pudiera decla-
rarnos el amor de Dios. Allí Él los encontró, algunos de
ellos en denominaciones, algunos de ellos en la casa de
mala fama, algunos de ellos en las calles, ciegos, algunos
de ellos en los vallados y en los caminos, pero Él redimió
a todo aquel para lo cual el Padre lo había ordenado a Él
para redimirlo.
498. Y Él nos comisionó, para que viviéramos esta parte
de la Palabra para nuestras edades. Y vemos la gran refor-
ma de Lutero, en esa edad; y de Wesley; y la Pentecostal.
Ahora estamos esperando la Piedra Principal de la Ciu-
dad. Oh, Dios, conocemos la edad y la promesa que se nos
328 Rev. William Marrion Branham
ha dado para este día, cómo Esto ha de ser restaurado de
nuevo. “La Luz del atardecer madurará el fruto de ella. Y
acontecerá que habrá un día que no puede ser día o noche,
que pueda ser llamado, pero al caer la tarde habrá Luz”.
499. Ese mismo y glorioso Hijo de Dios, manifestándose en
carne humana aquí en la tierra, haciendo que la promesa
misma viva exactamente, cegado para los ojos de los Fari-
seos y Saduceos y Herodianos, y demás.
500. Y hoy se repite de nuevo, la Palabra siendo manifesta-
da así como lo fue. La Palabra, conociendo lo secreto del
corazón, exactamente de la manera que fue, como dice
la Escritura, la cual no puede ser quebrantada. Ayúdanos,
Dios, a darnos cuenta.
501. Ayuda ahora a estos que levantaron sus manos. Que
ellos se ciñan un poquito más apretadamente; que se cal-
cen con el Evangelio de la paz; que se pongan toda la ar-
madura de Dios; que se encasqueten el yelmo; que tomen
el escudo de la fe; que marchen hacia adelante, desde hoy
en adelante. Concédelo, Señor.
502. Sólo un poco de tiempo, seremos llamados, entonces
el Rapto vendrá. Sólo un grupito pequeño, como Enoc,
será llevado arriba.
503. Entonces, “el resto de la simiente de la mujer, que
guardan los mandamientos de Dios”, Judíos, “tienen el
testimonio de Jesucristo”, Gentiles, serán cazados como
perros, “y darán su vida por su testimonio”.
504. Entonces, una gran mañana, al comienzo del Milenio,
pues la Luna de Miel empezará.
505. “Y entonces los otros muertos no volvieron a vivir
hasta el final de los mil años”. Luego, al final de los mil
años, hubo un Juicio, mostrando que Cam estaba en el
arca. Y Cam todavía está allí en el remanente. Los que lo
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 329
oyeron y lo rechazaron tendrán que ser juzgados.
506. Ahora, concédelo, Señor, que no seamos considerados
entre ellos, sino que estaremos en el llamado a la Cena de
las Bodas. Porque, sí reconocemos a Jesús entre nosotros
hoy. Vamos a entrar con Él; saliendo fuera del mundo, en-
trando a Él. Permítenos salir caminando en aquella Ciu-
dad, salir con Él.
507. Me estoy envejeciendo, Señor. No tengo muchos
sermones más que predicar. Pero ciertamente estoy con-
fiando en Ti. Estoy buscando esa Ciudad, como mi Padre
Abraham lo hizo. Hay Algo en mí que dice que viene. Es-
toy tratando en todas partes, Señor, de propagar la Luz y
llamarlos. No permitas que ni uno sólo de éstos, Señor...
508. Cuán hermosamente, hace un rato, Tú me revelaste
eso. De la circunferencia de más o menos mil quinientas
millas, sólo uno de aquí y de allá, están juntos hoy, que se
reunieron en un pequeño lugar, esperando que esa Ciudad
aparezca. Profesamos que somos peregrinos y extranjeros.
Somos unos rechazados. Los paganos, el mundo, se ríe,
se burla; las denominaciones religiosas ridiculizan; pero
nosotros no somos movidos por tales cosas. Haznos parte
de la Palabra, Señor, inamovibles. “Acontecerá en los últi-
mos días”. Que seamos nosotros, Señor, que seamos con-
siderados entre ellos. Lo pedimos en el Nombre de Jesús.
Amén.
509. ¿Lo creen? Levantemos nuestras manos así.
Me dirijo a esa Ciudad hermosa
Que mi Señor ha preparado para los Suyos;
Donde todos los Redimidos de todas las edades
Cantarán “¡Gloria!” alrededor del Trono Blanco.
Algunas veces me pongo nostálgico por el Cielo,
330 Rev. William Marrion Branham
Y glorias que Allá veré yo;
¡Oh, qué gozo será ése cuando a mi Salvador vea yo,
En esa hermosa Ciudad de oro!
510. Ahora, si hemos de morar en esa Ciudad juntos, sim-
plemente dense la mano con alguien, digan: “Dios lo ben-
diga, peregrino. ¿De dónde es Ud.? ¿De Louisiana, Geor-
gia, Mississippi? Yo soy peregrino, también. Yo estoy
esperando esa Ciudad”.
511. Estoy esperando esa Ciudad, Hermano Neville. Estoy
llegando muy allá a la ...?... Amén. Hermano Capps, estoy
esperando esa Ciudad, aún, esta noche.
Y sus glorias que Allá veré yo;
¡Qué gozo será ése cuando a mi Salvador vea yo,
En esa hermosa Ciudad de oro!
Oh, El oso será manso, y el lobo será dócil;
Y el león se acostará junto al cordero, oh, sí;
Y la bestia del...guiada será por un niño;
Y cambiado seré, cambiado de esta criatura que soy,
oh, sí.
Oh, habrá paz en el valle para mí algún día;
Oh, habrá paz en el valle para mí. (¡Correcto! ¡Sí!)
Ya no habrá pesar, ni tristeza, ni penas que veré;
Y habrá paz en el valle para mí.
512. Nuestro Rey invisible, esta mañana, será manifestado.
Y no miraré a Bill Dauch de noventa años de edad. Uds.
no me mirarán a mí como de cincuenta. Pero estaré cam-
biado, ese Día.
513. Y cuando la bestia del campo, guiada será por un niño;
514. Pero cambiado seré, cambiado de esta criatura que
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 331
soy.
515. ¿No van a estar contentos? El cabello canoso habrá
desaparecido; los hombros encorvados. Pero belleza, in-
mortal, estarán a Su semejanza, para brillar más que el sol.
¡Oh, maravilloso!
...para mí, oh Señor, yo ruego;
Ya no habrá tristeza, ni pesar, ni penas que veré;
Y habrá paz en el valle para mí.
Para eso estamos aquí. ¿Cuántos de Uds. necesitan for-
516.
taleza para la jornada? ¡Dios nos la conceda! ¿Cuántos de
Uds. están enfermos en su cuerpo, soldados heridos? Una
docena, o más. ¿Creen que Él está aquí, el Rey invisible?
Cosas visibles; las invisibles son manifestadas por medio
de las visibles. Él es el mismo ayer, hoy, y por los siglos,
sólo el cuerpo corporal. Ahora, si éste es Su Espíritu que
ha predicado esto a través de mí, Él hará las obras que Él
hizo cuando Él estuvo aquí. ¡Oh, qué maravilloso!
Me dirijo a la tierra prometida,
Me dirijo a la tierra prometida;
Oh, ¿quién vendrá e irá conmigo?
Me dirijo a la tierra prometida.
Por todas esas amplias y extendidas llanuras
Resplandece un Día Eterno;
Allí Dios el Hijo reina para siempre,
Y disipa la noche.
Oh, me dirijo a la tierra prometida,
Me dirijo a la tierra prometida;
Oh, ¿quién vendrá e irá conmigo?
Me dirijo a la tierra prometida.
332 Rev. William Marrion Branham
Quinientos entraron en el río allá, el primer día que el
517.
Ángel del Señor apareció visible, para vindicar, como Él
lo hizo en el Monte Sinaí, que yo me había encontrado con
Él. Yo entré en el río, y centenares cantando ese mismo
canto para el bautismo. Aquí viene Él, descendiendo, esa
misma Columna de Fuego que Uds. ven allí en la fotogra-
fía; descendiendo, aquí abajo en el río, y dijo: “Como Juan
el Bautista fue enviado para precursar Su primera venida,
este Mensaje precursará la segunda Venida”. ¿Ven? Allí lo
tienen, ¿ven?
Oh, ¿quién vendrá e irá conmigo?
Me dirijo a la tierra prometida.
518. Esa misma Columna de Fuego está aquí con nosotros.
¿Están conscientes de eso? Él nos ha hecho a algunos de
nosotros para una cosa, y a algunos para otra. Si Uds., sin
una sola duda, creen que Él está en medio del edificio, yo
creo que Él se probará a Uds. ¿Los satisfaría? Si no llego
a todos...Van a ser las dos, pero si Uds. ... Es un poquito
después de la una, mejor dicho. ¡Si Uds. creen, que Él
descienda sobre nosotros! ¿Dónde está nuestra fe? ¿Ven?,
Uds. tienen que creer eso. Si no lo dudan, ni un poquito,
va a funcionar.
519. Yo reconozco la Divina Presencia del Ser de Cristo, el
cual es la Palabra. Y la Biblia dice: “La Palabra es... eficaz
que una espada de dos filos, y corta hasta los tuétanos del
hueso, y discierne los pensamientos que están en el cora-
zón, revelando lo secreto del corazón”.
520. Miren. Bueno, yo no sabía esas cosas, hace años. Y
cuando lo dije, no sabiéndolo, miren lo que Él ha hecho.
Él dijo: “Ahora tú tomarás a la gente de la mano, y, no
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 333
pienses nada, sólo habla el atributo que se te dice. Di que
es tumor, sea lo que sea”. Luego dijo: “Acontecerá que no
tendrás que hacer eso”. ¿Ven? ¿Ven? “Discernirá la mis-
mísima cosa que está en ellos”. Hemos tenido toda clase
de imitaciones, sabemos eso, casi para engañar a los Ele-
gidos si fuera posible. Observen cómo el resto de la cosa
va con la Palabra, entonces Uds. sabrán si está correcto o
no. Pero, no obstante, Jesús sigue siendo el mismo ayer,
hoy, y por los siglos.
521. ¿Cuántos hay aquí adentro que están enfermos, y que
saben que no los conozco? Levanten su mano, digan: “Yo
sé que Ud. no me conoce”. Oh, simplemente están, creo,
por todas partes. Lo único que tienen que hacer es tan sólo
creerlo.
Sólo creed, sólo creed,
Todo es posible, sólo creed;
Sólo creed, sólo creed,
Todo es posible, sólo creed.
522. Jesús dijo: “Como fue en los días de Sodoma, así tam-
bién será cuando el Hijo del Hombre será manifestado so-
bre la tierra en el día postrero. Cuando el Hijo del Hombre
será manifestado, o, se manifestará Él mismo en el día
postrero”. Ahora, no en los primeros días, no en los días
de en medio; en el día postrero, ¿ven?, Él manifestaría. Y
ahora estamos en los postreros días. Sodoma está exac-
tamente, todo, los mensajeros, exactamente de la misma
forma.
523. ¿Qué le sucedió al pequeño remanente que fue llama-
do fuera con el grupo de Abraham? Hubo Uno que vino a
estar entre ellos, en carne humana; representado en carne
334 Rev. William Marrion Branham
humana, comiendo con ellos, bebiendo con ellos, el mis-
mo alimento que ellos comían, todo. Él estuvo entre ellos,
comunicó el Mensaje. Luego Él dijo: “Voy a hacer esta
gran cosa”.
524. Y Abraham continuó estudiando: “¿Es ésta? He estado
esperando una Ciudad. ¿Es este el Rey?”
525. Y Él dijo: “¿Por qué dudó Sara esto?” En la tienda,
detrás de Él.
526. Abraham dijo: “¡Señor Dios, Elohim!” Porque, Él dis-
cernió los pensamientos de Sara.
527. Jesús dijo que se repetiría de nuevo cuando Él fuera
manifestado en el día postrero, la Piedra Principal entran-
do en el Cuerpo. Para redimir a los... Esos son los redi-
midos, viniendo a llevarse a los Suyos. Él está aquí con
nosotros.
528. Ahora, sólo hay como una docena de manos, o más,
que fueron levantadas. Yo creo que Dios puede sanar a
cada uno de Uds. Correcto. Yo creo que lo están. Yo no
creo que una persona pudiera realmente estar en un lugar
como este sin... en esta clase de tiempo, y esta atmósfera,
sin saber, sin reconocer algo.
529. Quiero que oren. Quiero que tengan lo que está mal
con Uds., en su corazón, ¿ven?, y luego empiecen a orar,
digan: “Señor Jesús, revela esto. Yo te estoy diciendo a Ti
qué está mal en mí. Y ahora Tú envía Tu Espíritu Santo al
Hermano Branham, para cumplir lo que dijo que es la Ver-
dad, en este Mensaje que él habló hoy acerca de Ti, yo sé
que será la Verdad. Ahora, revélamelo, Señor. Háblame”.
530. Ahora está esparcida, más o menos aquí y alrededor.
Así que sólo oren, y simplemente crean con todo su cora-
zón, que Dios lo va a conceder.
531. Ahora quiero que me miren, y oren. Así como Pedro
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 335
y Juan dijeron: “Míranos”. Él quería algo, y él estaba a
punto de recibirlo. Y Uds. Quieren algo, y creo que están
a punto de recibirlo. Él dijo: “Míranos”.
532. Él dijo: “No tengo plata ni oro; pero lo que tengo te
daré”.
533. Ahora, sanidad, yo no tengo. Eso está todo en Cristo.
Pero lo que tengo, un don de Dios, les doy, fe para creerle
a Él. Ahora, en el Nombre de Jesucristo, cada uno de Uds.
sea sanado. Créanlo. ¿Ven? “¡Si podéis creer!”
534. La señora sentada allí, mirándome. Ella estaba lloran-
do, hace unos minutos, orando. Ella tiene un problema de
la tiroides que la está molestando. No la conozco. Ud. es
una desconocida para mí. Eso es verdad, ¿no es así? Ud.
no es de aquí. Ud. es de Chicago. Sra. Alexander. Si eso es
correcto, mueva su mano. Ahora regrese a Chicago y esté
bien.
535. ¿Qué tocó ella? La misma Cosa que aquella mujer con
el flujo de sangre tocó, el borde de Su manto, no el mío.
536. Aquí está una pequeña señora sentada allí entre la
multitud, si la puedo hacer que me entienda. Ud. que le-
vantó su cabeza de lado. No la conozco. Ud. es una desco-
nocida para mí, pero Ud. está sufriendo con un problema
del estómago. Su esposo está sentado junto a Ud. Él tiene
algo malo con su oído. Su nombre es Czap. Uds. son des-
conocidos para mí. Uds. no son de aquí. Uds. son de Mi-
chigan. Si eso es correcto, muevan sus manos. Regresen a
Michigan, sanados. Su fe los sana. “Si podéis creer, todo
es posible”.
537. La pequeña señora allí con problemas de la garganta,
sentada aquí atrás en el extremo, de Georgia, vestida de
blanco. Regrese, allá a Georgia, sana. Jesucristo la sana.
¿Lo cree?
336 Rev. William Marrion Branham
538. La Señora sentada allí, mirándome, en el extremo del
asiento. Ella tiene problemas de sinusitis. Si ella lo cree,
Dios la va a sanar. Sra. Brown, crea con todo su corazón,
Jesucristo la... Ud. es una desconocida para mí, pero Él la
conoce. Ajá. ¿Lo cree? Levante su mano. Eso es correcto.
539. Acostada aquí en este catre. Díganle que mire hacia
acá. Ella ha estado sufriendo, continuamente. Si la pudie-
ra sanar, lo haría, señor. Yo no puedo sanar. Ella no es de
aquí; viene de muy lejos. Ud. es de Missouri. Sus proble-
mas son internos. Pero si cree con todo su corazón, y no
duda, Jesucristo puede sanarla; y Ud. se puede ir de regre-
so a Missouri, sana, y dar su testimonio. ¿Lo cree? Enton-
ces acéptelo, y tome su catre y váyase a casa. Jesucristo la
sana.
540. ¿Creen Uds.? Esa es la identificación de la Eterna Pre-
sencia del Rey. ¿Lo creen ahora, con todo su corazón?
Ahora, Él ciertamente ha hecho un círculo, alrededor por
todo este edificio. ¿Creen con todo su corazón? ¿Creen
que están en Su Presencia?
541. Ahora, ¿creen Uds. y aceptan de que son uno de la
delegación de este Reino? Levanten su mano. Jesús dijo:
“Estas señales seguirán a los que creen. Si sobre los en-
fermos ponen sus manos, sanarán” Somos el uno el otro;
Uds. forman parte de mí, yo formo parte de Uds.; todos
formamos parte de Cristo. Ahora, juntos, pongamos nues-
tras manos los unos sobre los otros.
542. Aquí mismo, la mujer en el catre se ha levantado, anda
alrededor, va de regreso a casa para estar bien. Amén.
543. Uds. están, todos, sanados, si lo creen. Ahora pongan
las manos los unos sobre los otros, y Uds. son esta parte
de Cristo. Uds. oren por la persona en la que tienen sus
manos puestas, de la manera que Uds. quieran.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 337
544. Señor Jesús, nosotros te reconocemos aquí. Tú eres
nuestro Rey; Tú te identificas entre nosotros. Te damos
gracias por esta Presencia. Y, Señor, Tú dijiste: “Si le di-
jereis a este monte: ‘Muévete’, no lo dudéis; si creéis que
será hecho lo que dijisteis, os será hecho, lo que habéis
dicho os será hecho”.
545. Entonces, en obediencia a este mandamiento, en obe-
diencia a la Palabra de Dios la cual no puede fallar, noso-
tros como delegados Tuyos de mil quinientas millas cua-
dradas, como la Ciudad, le decimos a Satanás, el diablo
derrotado: “Tu fin es el ser quemado. Nosotros somos la
delegación de la Ciudad que es cuadrada, la Ciudad don-
de el Cordero es la Lumbrera. Nosotros somos el atributo
expresado del Dios Todopoderoso, el cual Jesucristo ha
redimido por Su gracia”.
546. Satanás, sal fuera, y sal de toda persona enferma que
está aquí, en el Nombre del Señor Jesucristo. Manos san-
tas que han sido redimidas, porque creen la Palabra y son
atributos del pensamiento de Dios, ahora esas manos están
el uno sobre el otro. Tú no los puede retener más tiempo.
¡Sal fuera, en el Nombre de Jesucristo!
547. Ahora, en el Nombre del Señor Jesús, ahora, Él está
aquí. Su Palabra dice que Él está aquí. La presencia y la fe
de Uds. habla, acerca de, Uds. son uno de la delegación.
Aun toda medida geográfica que podemos mostrar, así es.
¿Pueden Uds. reconocer que Uds. son hijos e hijas de Dios
redimidos? ¿Reconocen que este es su Hogar? Esto es a
donde Uds. van.
548. Por eso vienen aquí, por eso es que vienen a Cristo,
Uds. se están alimentando de Su Palabra. Y si Uds. pueden
tener un tiempo como éste, aquí, sólo por Sus atributos
expresados, ¿qué será cuando entremos en Su Presencia?
338 Rev. William Marrion Branham
¡Oh, será maravilloso! Cada uno de Uds. tiene el derecho
de sanar a los enfermos, de poner sus manos sobre los en-
fermos. Cada uno de Uds. tiene el derecho de bautizar.
549. Si alguien está aquí que no haya sido bautizado en el
Nombre de Jesucristo, la pila está abierta.
550. Esa es la única manera en que Uds. lo van a lograr,
ajá, eso es correcto, es obedecer toda Palabra. Recuerden,
una pequeña fase de la Palabra, en el principio, causó todo
pecado sobre la tierra. Jesús dijo: “El que le quitare una
Palabra a Esto, o le añadiere una palabra a Ella, no entra-
rá”. Su nombre es quitado del Libro, en cuanto él lo hace.
551. Y no hay lugar en la Biblia donde alguien fuera alguna
vez bautizado, en la Iglesia, de otra manera más que en el
Nombre de Jesucristo. Si Uds. no han sido bautizados de
esa manera, más vale que lo hagan.
552. “Oh”, dicen Uds., “no hace ninguna diferencia”. La
hizo para Eva.
553. Satanás dijo: “Oh, ciertamente, Dios, tú sabes que
Dios...” Pero, Él lo hizo. Él así lo dijo.
554. Él le dio a Pedro las llaves del Reino y lo que fue atado
en Pentecostés está atado para siempre. Esa es la razón de
que la Novia apareció en una vista anticipada, la segunda
vez; tiene que haber una Iglesia llamada fuera del día pos-
trero, como lo hubo en el primer día, exactamente. El Ár-
bol ha venido desde sus raíces, subiendo al Árbol Novia,
como lo hizo en aquel tiempo; la obra maestra de Dios de
nuevo, como dije hace dos domingos, para ser llevada a la
Ciudad. Dios los bendiga. “Yo ahora creo”.
555. Satanás está derrotado. Él sabe. Él está en la tierra, él
anda como león rugiente. No falta mucho para que él, oh,
que él esté acabado. Él sabe su tiempo. Él anda como león
rugiente.
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 339
556. Pero, recuerden, el Príncipe de Paz está cerca; el Gran
Divino. El Arquitecto de mi ser, el Arquitecto que me hizo
lo que soy, que los hizo a Uds. lo que son, está aquí. Si
el Arquitecto, el cual sabe cómo armar el edificio, en su
lugar correcto, ¿quién sabe mejor que el Arquitecto? Y Él
está aquí para probar, Él mismo, que Él está aquí.
557. Ahora está basado sobre su fe. ¡Crean, sólo crean!
Me dirijo a esa hermosa Ciudad
Que mi Señor ha preparado para los Suyos;
Donde todos los Redimidos de todas las edades
Cantarán “¡Gloria!” alrededor del Trono Blanco.
Algunas veces me pongo nostálgico por el Cielo,
(cuando esto haya terminado),
Y la gloria que Allá veré yo;
¡Qué gozo será ése cuando a mi Salvador vea yo,
En esa hermosa Ciudad de oro!
558. Recuerden, en la iglesia, esta noche, estarán dando la
comunión. Si están aquí en la ciudad, aún, les gustaría ve-
nir, a nosotros nos gustaría tenerlos. Es una conmemora-
ción de lo que vamos a comer, uno de estos días, con Él.
559. Yo los amo. No sé cómo expresarlo. Creo que Uds. son
la sal de la tierra. Y yo oigo acerca de su comportamiento
afuera entre el mundo, entonces eso me da más confianza
en Uds.
560. Pero, piensen, este grupito, encantadores como lo so-
mos, será disuelto, uno de estos días. Soñaremos con esto.
Pero si da la casualidad que uno de nosotros pasara a me-
jor vida antes de que nos encontremos de nuevo, nosotros
vamos a...
340 Rev. William Marrion Branham
Me encontraré con Uds. en la mañana,
junto a la ribera resplandeciente,
Cuando todas las penas hayan pasado;
Estaré parado junto al portal,
cuando las puertas se abran de par en par,
Al final del largo y agotador día de la vida.
Me encontraré con Uds. en la mañana,
junto a la ribera resplandeciente,
Estoy frecuentemente junto al río,
y, con Rapto, antiguas amistades reanudaré;
los veré a Uds. entonces, los conoceré.
Uds. me reconocerán en la mañana,
por la sonrisa que yo tenga,
Me encontraré con Uds. en la mañana,
en la Ciudad, Ciudad que está construida en cuadro.
561. ¿Lo aman? “¡Hasta que nos encontremos!” Ahora
pongámonos de pie. El Nombre de Jesús lleven consigo,
denos el tono.
562. ¿Lo aman a Él? ¿No es maravilloso Él? ¿Creen que
esto es Verdad? ¿Se dirigen Uds. en esa dirección, por la
gracia de Dios? Hasta que lleguemos allí:
El Nombre de Jesús lleven consigo,
Como escudo contra toda trampa;
Y cuando tentaciones se junten a su alrededor,
Sólo pronuncien ese santo Nombre en oración.
Eso es todo lo que hay que hacer, hasta que los veamos
563.
a Uds. de nuevo. Muy bien.
El Nombre de Jesús lleven consigo,
El futuro Hogar del Novio celestial y ... 341
Hijo de dolores y aflicción;
Gozo y consuelo les dará,
Llévenlo adondequiera que vayan.
Precioso Nombre, ¡oh cuán dulce!
Esperanza de la tierra y gozo del Cielo;
Precioso Nombre, ¡oh cuán dulce!
Esperanza de la tierra y gozo del Cielo.
564. Ahora, tuve que omitir en mi Mensaje. Algún día, si
el Señor quiere, regresaré y tomaré estas “avenidas”, y lo
continuaré, ¿ven?, donde podamos tener más tiempo. Uds.
han estado quejándose de que no nos quedamos suficiente
tiempo. Lo hemos hecho, hoy. Está caluroso. Pero, ahora,
que Dios los bendiga. A mí me gusta ese cantar.
565. Un vecino aquí, dijo, la otra noche cuando ellos apa-
garon el altoparlante de afuera, dijo: “Disfruté tanto del
Mensaje, pero, ¿por qué apagaron esos hermosos cantos,
¿ven?, en la parte de afuera?” Así que, vecino, si está es-
cuchando esta mañana, creo que tenemos los mejores ve-
cinos que hay en Jeffersonville. Estacionamos nuestros
carros delante de sus casas y todo lo demás; ellos no dicen
nada al respecto; nosotros simplemente seguimos adelan-
te. Así que, les agradecemos ahora.
566. ¡Oh, cuán maravilloso es Él! Dios sea con Uds. ahora.
...Nombre, ¡oh cuán dulce!
Esperanza de la tierra y gozo del Cielo.
Hasta que nos encontremos...
Inclinemos nuestros rostros. El Pastor nos despedirá,
567.
en tan sólo unos momentos. ¡Dios esté con Uds.!
342 Rev. William Marrion Branham
...nos encontremos a los pies de Jesús,
(en la gran Ciudad, en el Trono),
¡Hasta que nos encontremos!
¡Hasta que nos encontremos!
Dios sea con Uds. hasta que nos encontremos.
Notas
Notas
ESCOGIENDO UNA
NOVIA
ESCOGIENDO UNA NOVIA
Jueves, 29 de abril de 1965
Hotel Biltmore
Los Angeles, California, E.U.A.
H ay mucha gente enferma, y no puedo atenderlos a to-
dos a la vez. Ciertamente estoy contento de estar aquí
nuevamente esta noche en este hermoso auditorio y entre
este maravilloso grupo de gente. Y estábamos entrando
hace unos momentos, la gente parada en la calle dijo que
no podía entrar. Y yo dije: “Pues quizás les pueda buscar
un lugar”, y no les permitieron pasar. Así que siento mu-
cho que no tengamos suficiente lugar para ellos. Dijeron
que el sótano también estaba lleno, y así que sentimos eso.
Pero estamos contentos de estar aquí y contentos de ver
este buen grupo de ministros, los negociantes, y a las de-
legaciones de distintas partes del país.
2. Tuve el gran privilegio de hablar hoy en la mañana en
el desayuno, lo cual ciertamente considero un honor el po-
der hablar ante gente tan buena. Y estaba en un tema de: El
forro no heredará junto con el trigo. No logré terminarlo,
y no fue culpa del hermano. El trató de persuadir al geren-
te para que nos permitiera quedarnos un poco más, pero
él no quiso. Y Hermano Demos, ciertamente agradezco
348 Rev. William Marrion Branham
eso. Fue muy, muy bueno. Y a cada uno, le agradezco su
bondad. Pero ellos, simplemente no nos lo permitían, en-
tonces tuvimos que cortarlo. Lo abordaré en otra ocasión
para terminarlo. El forro no heredará junto con el trigo.
¿Lo entendieron, Uds. que estaban presentes? Espero que
hubo suficiente para que se entendiera.
3. Ahora, yo sé que en esta noche también hay un panel
[El Hermano Branham se refiere a un panel de preguntas
y respuestas con respecto al bautismo del Espíritu Santo
patrocinado por Los Hombres de Negocio del Evangelio
Completo que fue difundido por televisión en Los Ánge-
les el día que se predicó este Mensaje - Editor], entonces
no quiero retenerlos aquí por tanto tiempo que vayan a
perderse eso, porque ciertamente pienso que eso fue una
bendición para el pueblo Pentecostal, el panel que vimos
la otra noche. Ese grupo de hombres tan bueno y las res-
puestas tan buenas, directas. Me hizo sentir muy bien el
ver eso, y confío que el Señor bendiga eso esta noche, y
quien sea que lo vea, que crea. Esa sería mi oración since-
ra.
4. Y tantos reportes llegando hoy del correo y por llama-
das de tantos que han sido sanados en esta reunión. Me dio
tanto gozo el saber eso. Al ver a la gente enferma… Ese es
mi ministerio. Me pongo aquí a predicar, Uds. saben que
no soy predicador, con ésta, mi gramática de Kentucky-
his, hain’t y todas esas palabras [Modismos de esa región
- Traductor], así que no puedo decir que soy un predicador
moderno de hoy. Yo no podría ocupar ese lugar, porque
no tengo educación. Pero sí me gusta expresarles a otros
lo que conozco al respecto, o lo que siento que conozco
al respecto, cómo es que lo he aprendido, cómo El trata
conmigo.
Escogiendo una Novia 349
5. Él es toda mi vida, todo lo que yo pudiera esperar, y
tanto más de lo que alguna vez pensé... que cuando era
niño, casi no esperaba tener algún amigo sobre la tierra.
Pero ciertamente estoy agradecido hoy por los buenos
amigos.
6. Ahora, para entrar directamente al servicio, abra-
mos para una lectura Escritural. Siempre me gusta leer
la Biblia, porque es la Palabra de Dios. Yo creo eso, y yo
creo que es la Palabra infalible de Dios. Y ahora, yo ten-
go anotadas aquí algunas Escrituras y algunas notas a las
cuales deseo referirme por algunos momentos, quizás por
cuarenta y cinco minutos, y entonces saldremos a tiempo
para ver este maravilloso panel nuevamente esta noche. Y
confío que Dios les siga bendiciendo. Yo sé lo que Uds.
tienen que hacer, y aún debo manejar hasta Tucson esta
misma noche, ¿ven? Así que pueden imaginarse. Es un
viaje de diez horas. Y estoy saliendo para ultramar, y ten-
go que ponerme la vacuna contra la fiebre amarilla, como
prueba, por la mañana con el Gobierno, así que tengo que
ir allá. Tuve que posponerlo el otro día, y ellos ya no van
a aceptar “no” como respuesta. Y me falta una más contra
el tétano y una contra la tifoidea, más los refuerzos.
7. Así que estoy tan agradecido por esta oportunidad, y
esta reunión tan buena que tuvimos antes de la conven-
ción, ciertamente me alegró el corazón. Uds. son un pue-
blo muy bueno, y confío que Dios les bendiga. Y cuando
sea la gran hora... Aquel gran monstruo que está allá, que
se dio vuelta en Alaska hace unos días, nuevamente movió
su cola hoy en la mañana ahí por Washington. Fácilmente
podría dirigirse hacia acá. Y si el Espíritu Santo me dice
algo definitivo...
8. Algunos de Uds. me han estado preguntando al res-
350 Rev. William Marrion Branham
pecto: “¿Va a acontecer aquí Hermano Branham?” Ahora,
yo no sé eso. Yo no sé, y hasta que sepa... Esa es la Verdad.
Yo siempre he deseado ser honesto con Uds., simplemente
no voy a suponer, tomando ideas, o algún… lo que yo crea
o algo así. Cuando yo les diga, será... Bueno, primero Él
tiene que decirme a mí, y luego yo les diré a Uds. Yo sé
que el mundo entero está en una condición temblorosa;
estamos en el tiempo del fin. Pero una cosa que he tratado
de ser...
9. Como estaba diciendo el Hermano Shakarian hoy en la
mañana, de cómo era que él pasaba por la línea de oración
y recogía las tarjetas antes de que la gente llegara, y las
veía y se daba cuenta si yo les decía lo que tenían escrito
ahí. Uds. saben, escriben toda clase de cosas en las tarjetas
de oración, y él simplemente quería ver si estaba correcto.
Y él dijo que de centenares que él había revisado, nunca
había habido una errada. Nunca habrá una errada, ¿ven?,
porque... mientras sea Dios. Si yo llegara a proyectarme
a mí mismo en el asunto, entonces allí mismo está errado
para comenzar. Una niña cuyo padre está sentado aquí hoy
escuchándome, vino a mí hace poco. Ella tuvo un sueño.
Ella dijo: “Hermano Branham, ¿qué significa este sueño?”
10. Yo dije: “Yo no sé, hermana. Tendré que averiguar, si
el Señor me lo dice”. Entonces yo seguí y traté de averi-
guar con el Señor, y Él nunca me dijo nada al respecto. La
niña volvió y dijo: “Bueno, ¿dónde está la interpretación
de mi sueño?”
11. Yo dije: “Ven acá querida, siéntate”. Dije: “Tu padre y
madre son muy buenos amigos míos, ¿ves?, y han venido
desde Canadá y están jubilados, y se han quedado aquí
conmigo. Ellos han creído esto, lo que estoy tratando de
decir, y a sabiendas nunca he dicho nada errado a ninguna
Escogiendo una Novia 351
persona en toda mi vida. Si yo… Yo pienso que sé lo que
significa el sueño, pero hasta que ya (o yo??) mismo vea
el sueño, y que luego Él me diga lo que significa, no puedo
decírtelo. ¿Ves?, si yo invento alguna cosa, puede llegar el
tiempo cuando me necesites entre vida y muerte, y enton-
ces no sabrías si creerme o no
12. Si yo les digo algo en el Nombre del Señor, es verda-
deramente... Ese es Quien me dijo eso. Y hasta la fecha,
de todos estos años, a través y por todo el mundo, nunca
ha estado errado una sola vez, porque... Y ahora Uds. sa-
ben que un ser humano no puede ser así de infalible. Se
requiere el Espíritu de Dios para hacer eso.
13. Y ahora, yo tengo un Mensaje, por el cual yo soy res-
ponsable. Y muchas veces yo he sido considerado entre
la gente (bien, quizás alguien que no se haya sentado a
pensar por un momento), que yo era un... oh, una persona
terrible, que yo no quería a la gente y que siempre la es-
taba hiriendo. Y eso no es así, eso no es así. Yo amo a la
gente. Pero Uds. saben, el amor es correctivo.
14. Si su hijito estuviera sentado ahí afuera a media calle,
y Ud. le dijera: “Júnior, querido, no quiero que estés ahí,
pero… “, y los carros zumbando a su lado, y Ud. lo trajera
a la casa, y él se vuelve a salir. Pues, Ud. debiera corregir-
lo. Si Ud. lo ama, lo hará. Si Ud. tiene que...
15. Si Ud. viera a un hombre flotando en un barquito en el
río, hacia las cataratas, y Ud. supiera que ese barquito se
hundiría cuando llegara a las cataratas, diría Ud.: “Juan,
quizás lo debes pensar un rato. Quizás no sobrevivas” Si
yo sé que no va a sobrevivir, yo casi lo voy a arrancar del
barco, si puedo, porque es el amor el que hace eso.
16. Y ahora, en estos mensajes que yo predico, nunca trato
de inyectar alguna doctrina, o algo más. Eso lo hago en
352 Rev. William Marrion Branham
mi propia iglesia. Pero acá afuera entre hombres y muje-
res que son de distintas denominaciones y distintas ideas,
simplemente trato de exponerlo en una forma moderada y
explicarlo, pero lo suficiente para que si Ud. es nacido del
Espíritu de Dios, yo creo que Ud. entenderá lo que quie-
ro decir entre hombres Cristianos-Metodistas, Bautistas,
Presbiterianos y demás.
17. Ahora esta noche, deseo abrir en Génesis, el capítulo
24, y deseo leer, comenzando con el versículo 12 del capí-
tulo 24 de Génesis.
Y dijo: Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame,
te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia
con mi señor Abraham.
He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas
de los varones de esta ciudad salen por agua.
Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu
cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiera:
Bebe, y también daré de beber a tus camellos; que sea
ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto
conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.
18. Y luego en el Libro de Apocalipsis... Aquello fue en
lo primero de la Biblia, Génesis. Ahora en lo último de
la Biblia, deseo leer en el capítulo 21 de Apocalipsis y el
versículo 9. Sabemos lo que esta Escritura de Génesis...
Lean todo el capítulo si así lo desean. Es Dios enviando
a Eliezer... O Abraham enviando a Eliezer (perdónenme),
para seleccionar una esposa para Isaac. Y salió la hermosa
Rebeca y fue la respuesta perfecta de la oración que aca-
baba de hacer Eliezer, el siervo de Abraham. Ahora, en el
versículo 9 del capítulo 21 de Apocalipsis:
Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían
las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y ha-
Escogiendo una Novia 353
bló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la despo-
sada, la esposa del Cordero.
19. Ahora, deseo tomar como tema para esta noche para
eso: Escogiendo una Novia. Y esto es... Si mi hermano
que está grabando aquí ... Esta es la cinta que Ud. puede
distribuir al público.
20. Y ahora en esto, no significa que estoy hablando so-
lamente a esta congregación que está aquí presente, sino
que estas cintas son enviadas a todo el mundo. Son tradu-
cidas en casi… oh, un gran número de los idiomas, hasta
en las tierras paganas alrededor del mundo. Les enviamos
cintas gratis por medio de una sociedad de la iglesia, y son
traducidas allá en las selvas de África y de la India, y así
estas cintas corren por todo el mundo.
21. Ahora, Escogiendo Una Novia. En muchas de las co-
sas de la vida nos es dada una opción. La misma vía de la
vida es una opción. Tenemos el derecho de escoger nues-
tro propio camino, de escoger nuestra propia manera en
que querremos vivir. La educación es una opción. Pode-
mos escoger si es que vamos a ser educados, o si es que
no vamos a ser educados. Esa es una opción que tenemos.
El bien y el mal son opciones. Todo hombre, toda mujer,
muchacho y muchacha, tienen que escoger si es que van a
tratar de vivir bien o no van a vivir bien. Es una opción. El
escoger es una gran cosa.
22. Su destino eterno es una opción, y quizás en ésta noche
algunos de Uds. tomarán esa opción, de dónde es que pa-
sarán la eternidad, antes de que termine este culto en esta
noche. Habrá una ocasión, que si Ud. le ha dado la espalda
a Dios por muchas veces, habrá una ocasión cuando Ud. le
dará la espalda por última vez. Hay una línea trazada entre
la misericordia y el juicio, y es algo muy peligroso para
354 Rev. William Marrion Branham
un hombre o una mujer, muchacho o muchacha, cruzar
esa línea, porque no hay retorno cuando Ud. ha cruzado
esa línea. Entonces esta noche puede ser cuando muchos
escogerán en dónde es que van a pasar la eternidad sin fin.
23. Hay otra opción que tenemos en la vida, es la compa-
ñera para la vida. Un joven o una señorita entrando a la
vida, tiene la... Le ha sido dado el derecho de escoger. El
joven escoge, la señorita tiene el derecho de aceptar o de
rechazarlo, pero aún es una opción para ambas partes; tan-
to el hombre como la mujer, tienen el derecho de escoger.
24. También como Cristiano, Ud. tiene opciones. Aquí en
América, hasta ahora, Ud. puede escoger a cuál iglesia
desea asistir. Ese es su privilegio Americano, de escoger
a cuál iglesia desea pertenecer. Esa es una opción. Si Ud.
así lo desea, no tiene que ir a ninguna de ellas, pero si Ud.
desea cambiar de la Metodista a la Bautista, o de la Católi-
ca a la Protestante, etc., no hay nadie que le pueda decir o
forzar a que venga a cierta iglesia, esa es nuestra libertad.
De eso se trata nuestra democracia. Todo hombre puede
escoger por sí mismo, la libertad de religión, y esa es una
gran cosa. Que Dios nos ayude a mantenerlo así mientras
podamos.
25. Ud. también tiene la opción de que... Cuando Ud. es-
coge a esta iglesia, en esta iglesia Ud. puede escoger si
Ud. va a escoger una iglesia que le va a guiar a su desti-
no eterno. Ud. puede escoger una iglesia que tenga cierto
credo-que Ud. piense que ese credo es exactamente lo que
desea; o la otra iglesia tiene su credo. Y luego está la Pala-
bra de Dios como una opción. Ud. tiene que escoger. Entre
nosotros hay una ley que no está escrita, la ley de escoger.
26. Yo creo que fue Elías en una ocasión sobre el Monte
Carmelo, después del reto en una gran hora de crisis, a
Escogiendo una Novia 355
la cual casi estamos por llegar ahora mismo. Y quizá sea
para Ud. o para mí esta misma noche, que escojamos esta
opción como la experiencia del Monte Carmelo. Franca-
mente, yo pienso que está aconteciendo por todo el mundo
ahora mismo.
27. Pero pronto llegará la hora cuando Ud. tendrá que es-
coger; y Uds. hombres de sus iglesias denominacionales,
crean esto, que la hora está encima de Uds. cuando ten-
drán que escoger. O Ud. va a entrar en el Concilio Mun-
dial, o, ya no será una denominación. Uds. tendrán que ha-
cer eso, y esa opción viene pronto. Y también es una cosa
peligrosa esperar hasta esa última hora, porque Ud. quizás
pueda recibir algo de lo cual nunca podrá deshacerse. Uds.
saben, hay un tiempo en el que se le puede advertir, luego
si Ud. cruza esa línea de advertencia, entonces queda mar-
cado del otro lado, marcado.
28. Recuerden, cuando llegaba el Año del Jubileo, y el sa-
cerdote salía con su trompeta sonando, que todo esclavo
podía salir libre, pero si alguno rechazaba aceptar su liber-
tad, entonces tenía que ser llevado al templo, a un poste, y
con una lesna le abrían un hueco en la oreja, y entonces él
le servía a su amo para siempre. Y fue puesto en su oreja
como un tipo del oír. La fe viene por el oír. El escuchó la
trompeta, pero no le quiso prestar atención.
29. Y muchas veces hombres y mujeres escuchan la Ver-
dad de Dios, y la ven vindicada y probada de que es la
Verdad, sin embargo no la quieren oír. Hay alguna otra
razón. Hay otra opción que tienen aparte de encarar la
Verdad y los hechos. Por lo tanto, sus oídos pueden estar
cerrados al Evangelio. Nunca más lo oirán. Mi sugerencia
para Ud. es que cuando Dios le habla al corazón, Ud. ac-
túe allí mismo.
356 Rev. William Marrion Branham
30. Elías les dio la opción de que: “Escojan este día a
quién es que van a servir. Si Dios es Dios, sírvanle; pero si
Baal es Dios, sírvanle”.
31. Ahora al ver que todas las cosas naturales son tipo de
las cosas Espirituales, lo cual vimos en la lección de esta
mañana, así como el sol y su naturaleza.
32. Esa fue mi primera Biblia. Antes de que yo leyera al-
guna página en la Biblia, ya conocía a Dios. Porque la
Biblia está escrita en toda la naturaleza, y cuadra con la
Palabra de Dios: cómo es que la muerte, el entierro y la re-
surrección de esta naturaleza, y el sol saliendo, cruzando,
poniéndose, muriendo, saliendo nuevamente-tantas cosas
donde podríamos tipificar a Dios en la naturaleza que te-
nemos que pasar por alto por razón de este Mensaje.
33. Ahora, si lo Espiritual o, si lo natural es un tipo de lo
Espiritual, entonces el escoger una novia en lo natural, es
un tipo de escoger una Novia en lo Espiritual.
34. Ahora es una cosa muy seria cuando vamos a escoger
una esposa, un hombre... porque los votos son “hasta que
la muerte nos separe”. Así es como lo debemos mantener.
Y ese voto se toma ante Dios, que sólo la muerte los ha de
separar. Y yo pienso que debemos... Un hombre que está
en sus cabales que esté planeando para el futuro, que debe
escoger a esa esposa con mucho cuidado; tenga cuidado
de lo que está haciendo. Y una mujer escogiendo a un es-
poso, o aceptando la opción de un esposo, debe tener mu-
cho cuidado en lo que está haciendo, y especialmente en
estos días. Un hombre debe pensar y orar antes de escoger
una esposa.
35. Yo pienso que hoy en día la razón de que hayan tantos
casos de divorcio, aquí en América le ganamos a todo el
mundo en casos de divorcio; le ganamos a todo el mundo.
Escogiendo una Novia 357
Aquí en esta nación hay más divorcios que en cualquier
otra parte, y se supone que es y piensan de ella como que
es una nación Cristiana. ¡Qué reproche, nuestras cortes de
divorcio! Yo pienso que la razón de eso es porque el hom-
bre se ha apartado de Dios, y las mujeres se han apartado
de Dios.
36. Y hallamos que si un hombre orara y si la mujer ora-
ra al respecto, no solamente fijarse en un hermoso par de
ojos, o unos hombros grandes y fuertes, o cosas como
esas, o algún otro afecto mundano, pero que primeramente
se dirigieran a Dios y dijeran: “Dios, ¿es este Tu plan?”
37. Yo pienso que hoy en día hay tanto engaño, así como
en la escuela. Cuando pasan los niños por la mañana, mu-
chos de los niños en la vecindad, mis amigos, pasan y di-
cen: “Hermano Branham, ¿orará Ud. por nosotros? Hoy
tenemos una prueba. He estudiado toda la noche y no pa-
rece que lo puedo entender bien. Ore por mí”. Yo pienso
que cualquier niño de la escuela, si él... y los padres en la
mesa por la mañana, si se dijeran: “Mamá, Juan tiene una
prueba hoy; oremos por él ahora”. Yo pienso que con eso
lograrían más que todo lo que pudieran hacer de alguna
otra manera, o asomarse sobre el papel de otra persona y
copiar. Yo pienso que si se pararan firmes y oraran al res-
pecto…
38. Si estudiáramos lo que estamos haciendo cuando va-
mos a casarnos, cuando escogemos nuestra esposa o nues-
tro esposo, si lo estudiáramos. Un hombre debe orar se-
riamente, porque él podría echar a perder su vida entera.
Recuerden, el voto es: “Hasta que la muerte nos separe”.
Y él podría arruinar su vida al escoger mal. Pero si él sabe
que está escogiendo mal y que se está casando con una
mujer que no es digna de ser su esposa, y de todas mane-
358 Rev. William Marrion Branham
ras lo hace, entonces la culpa es suya. Si como mujer Ud.
toma un esposo, y Ud. sabe que no es digno de ser su es-
poso, entonces esa es culpa suya, cuando Ud. ya sabe cuál
es el bien y el mal. Así que Ud. no debe de hacerlo hasta
haberse rendido totalmente en oración.
39. Lo mismo se aplica al escoger una iglesia. Ahora, Ud.
debe orar por la iglesia donde esté adorando. Recuerden,
las iglesias tienen espíritus. Ahora, yo no deseo ser crítico,
pero me doy cuenta que ya soy un anciano, y algún día
tengo que partir. Y tengo que dar razón en el Día del Jui-
cio por lo que digo esta noche o en cualquier otro tiempo,
y yo... por lo tanto, tengo que ser lo más sincero y estar
plenamente convencido. Pero entre Ud. en una iglesia, y
si Ud. se fija en el comportamiento de esa iglesia-fíjese un
poco en el pastor, y hallará por lo regular que la iglesia se
porta igual que el pastor.
40. A veces me pongo a pensar si no es que recibimos el
espíritu el uno del otro en vez del Espíritu Santo. Uno lle-
ga a cierto lugar donde el pastor es muy radical y por-
tándose así, hallará que la congregación es igual. Yo los
podría llevar a una iglesia donde he visto al pastor pararse,
donde mueven la cabeza de cierta manera. Si se fijan en la
congregación; ellos hacen lo mismo. Un pastor que se tra-
ga cualquier cosa, por lo regular la iglesia hace lo mismo.
Entonces, si yo estuviera escogiendo una iglesia, yo esco-
gería una genuina iglesia Bíblica, fundamental, del evan-
gelio completo, si yo estuviera escogiendo una en donde
poner mi familia.
41. Escoger... yo miré... Los muchachos, el hijo y el yerno
del Hermano Shakarian, me llevaron el otro día para orar
por un joven, un cantante, un joven maravilloso, que aca-
ba de regresar (Fred Barker, ese era su nombre), acaba de
Escogiendo una Novia 359
regresar de un viaje, y me llamaron para decirme que Fred
se estaba muriendo, y luego antes de que yo pudiera en-
trar a la casa, llegó otro mensaje: “Quizás ya esté muerto
ahora mismo”. Y dijeron que sufrió una hemorragia en el
cerebro, y estaba paralizado, y se estaba muriendo; y su
esposa deseaba que yo orara por él.
42. Y yo pensé: “Si trato de llegar por avión, él estará
muerto antes de que yo llegue, y quizás ya esté muerto
ahora mismo”. Entonces llamé rápidamente y hablé por
teléfono con la hermanita, y logramos conectar el teléfono
al oído de Fred. El no podía tragar. Le estaban haciendo
tragar artificialmente. Y cuando oramos por él, él dijo...
¡les hizo señas para que le quitaran aquello de la garganta!
El podía tragar. Los médicos no lo creían, lo sacaron y él
sí podía tragar. Al otro día ya se sentaba.
43. Una iglesia, escogiendo una iglesia.
44. Hace poco recibimos una llamada telefónica, esta ma-
ñana. Un miembro de mi iglesia, que en realidad es una
mujer Bautista de Louisville, murió temprano esta maña-
na. Y mi iglesia, allá en casa, un verdadero grupo de hom-
bres consagrados, se reunieron y fueron a verla antes de
que el director de la funeraria la embalsamara, se pararon
alrededor y oraron por ella hasta que la vida volvió a ella,
y está viviendo esta noche… los ancianos de mi iglesia.
¿Por qué? Ellos han sido instruidos a creer que todo es po-
sible, al venir ante Dios con sinceridad. Así que Ud. tiene
que escoger correctamente.
45. Nuevamente, la clase de mujer que un hombre escoge,
reflejará su ambición y su carácter. Si un hombre escoge la
mujer errada, eso refleja su carácter. Y a lo que él se liga,
muestra claramente lo que está en él. Una mujer refleja lo
que está en el hombre, cuando él la escoge para esposa.
360 Rev. William Marrion Branham
Eso muestra lo que está en él. No importa lo que él diga
por afuera, fíjese con quién se casa.
46. Yo voy a la oficina de un hombre y él dice que es Cris-
tiano; con fotografías vulgares en las paredes, con esa
música mundana tocando; a mí no me importa lo que él
diga; yo no creo su testimonio, porque su espíritu se está
alimentando con esas cosas del mundo. ¿Qué diría Ud.
si él se casara con una corista? o ¿qué si él se casara con
una reina del sexo? ¿O, una bella Ricketta moderna? Eso
refleja; eso muestra lo que él tiene en la mente de lo que
será su futuro hogar, porque él la tomó a ella para criar a
sus hijos, y lo que ella es, así criará a esos hijos. Así es
que refleja lo que está en el hombre. Un hombre que toma
a tal mujer muestra lo que él está pensando del futuro.
¿Podría Ud. imaginarse a un Cristiano haciendo tal cosa?
No señor, yo no podría. Un verdadero Cristiano no andará
buscando tales reinas de belleza y coristas, y reinas del
sexo. El buscará el carácter Cristiano.
47. Ahora, no se puede tener todo. Pudiera haber una mu-
chacha muy bonita, y la otra muchacha quizá sea... su es-
tatura se ve mejor que la de ésta. Y Ud. quizás tenga que
sacrificar una cosa por otra. Pero si ella no tiene la estatura
de una dama, de una mujer, y ella... No importa si es boni-
ta o no, conviene más que Ud. se fije en su carácter, ya sea
bonita o no.
48. Ahora, porque es menester que si un Cristiano va a
escoger una esposa, él debe escoger una mujer genuina-
mente nacida de nuevo. A pesar de cómo se mire, es lo
que ella es, lo que la hace. Y también, eso refleja su propio
carácter piadoso y refleja lo que está en su mente y lo que
habrá en el futuro para su familia, siendo criada por tal
mujer, para los planes futuros para su hogar. Si él se casa
Escogiendo una Novia 361
con una de estas Rickettas modernas, reinas del sexo, ¿qué
puede esperar? ¿Qué clase de hogar podría esperar tener
ese hombre? Si él se casa con una muchacha que no tiene
suficiente moral para quedarse en casa y cuidar de la casa,
pero quiere trabajar en la oficina de otro, ¿qué clase de
ama de casa sería? Tendrán niñeras para los niños y todo
lo demás. Es la verdad.
49. Ahora, no estoy muy inclinado a esta onda moderna
de las mujeres trabajando. Cuando yo vi a estas mujeres
vestidas en uniforme, recorriendo toda esta ciudad en mo-
tocicletas como policías, es una desgracia para cualquier
ciudad que permita a una mujer hacer eso, con tantos hom-
bres desempleados. Eso muestra el pensamiento moderno
de nuestra ciudad; muestra la degradación. No tenemos
que tener esas mujeres haciendo eso. Ellas no tienen nin-
gún negocio haciendo eso.
50. Cuando Dios le dio al hombre una esposa, le dio lo
mejor que le pudo dar aparte de la salvación. Pero cuando
una de ellas intenta tomar el lugar del hombre, entonces
ella es la peor cosa que él pudiera tener.
51. Ahora, eso es correcto. Ahora podemos ver la aplica-
ción Espiritual. Yo sé que eso es malo. Uds. piensan que
es malo, pero es la Verdad. No nos importa cuán malo sea,
tenemos que encarar la realidad. Eso es lo que enseña la
Biblia.
52. Ahora, aquí vemos claramente el plan Espiritual que
Dios tiene para Su futuro hogar con Su futura Novia. Si
un hombre se casa con una reina del sexo, se puede ver lo
que está buscando para el futuro. Si un hombre se casa con
una mujer que no se queda en la casa, se puede ver lo que
él está buscando para el futuro.
53. Y yo, en una ocasión... esto suena terrible, y es que
362 Rev. William Marrion Branham
siento decirlo, y yo... normalmente si siento decir algo,
debo decirlo, y normalmente es la dirección de Dios. Yo
solía ir a comprar ganado con el ganadero con el que tra-
bajaba. Y yo noté que este anciano siempre miraba direc-
tamente en la cara a la vaca antes de ofrecer algún precio.
Luego él le movía la cabeza y la miraba por ambos lados.
Yo lo seguía, lo observaba, y él la miraba de arriba para
abajo. Y si ella se veía bien de estatura, luego él la miraba
en la cara, y a veces meneaba la cabeza y se retiraba.
54. Yo dije: “Jeff, quiero hacerle una pregunta”. El dijo:
“Di pues, Bill”.
55. Y yo dije: “Bueno, ¿por qué es que Ud. siempre le
mira la cara a la vaca?” Dije: “Se ve bien, una vaca bien
pesada”.
56. El dijo: “Quiero decirte muchacho, tú tienes mucho
que aprender”, y lo comprendí después de que él me res-
pondió. Dijo: “No importa cómo esté formada; puede ser
que sea pura carne hasta las patas, pero si ella tiene esa
mirada extraña en la cara, nunca la compres”.
57. Yo dije: “¿Por qué, Jeff?”
58. “Bueno”, dijo, “lo primero es”, dijo, “que nunca se
quedará quieta”. Y dijo: “Lo siguiente es que nunca será
mamá para su becerrito”. Y dijo: “Por ahora la tienen en-
cerrada, por eso está gorda. Si la sueltas con esa mirada
extraña, ella correrá hasta morir”.
59. Y yo dije: “¿Sabe Ud.? Yo he aprendido algo. Yo creo
que eso también se aplica a las mujeres”. Esa mirada extra-
ña, de Ricketta, conviene que te apartes de ella muchacho.
Toda esa cosa azul por encima de los ojos, yo no desearía
eso; yo no creo que eso sea apropiado para un Cristiano.
No importa cuánto dice la televisión y el periódico que
eso es hermoso, es la cosa más horrible y espantosa que he
Escogiendo una Novia 363
visto en toda mi vida.
60. Cuando vi eso por primera vez aquí mismo en la Ca-
fetería Clifton una mañana en un desayuno, vi a algunas
de esas señoritas ahí. El Hermano Arganbright y yo aca-
bábamos de entrar. Y él se había ido para la planta baja. Y
yo miré, y esa muchacha entró. Y yo pensé: “Pues, no sé”.
Nunca antes había visto eso. Era alguna clase de... Oh, pa-
recía estar gangrenado. Uds. saben, como algo muy raro,
no estoy diciendo eso para ser chistoso. Lo estoy diciendo
para... Uds. saben, yo he visto la lepra. Yo soy un misione-
ro. Yo he visto toda clase de rarezas, Uds. saben, de cómo
las enfermedades... Y yo iba a presentarme a la señorita
y decirle: “Yo soy un ministro; yo oro por los enfermos.
¿Desearía que yo orara por Ud.?” Y yo nunca había visto
algo semejante. Y ahí venían dos o tres más entrando, y
yo me hice a un lado y esperé. Y luego vino el Hermano
Arganbright. Yo dije: “Hermano Arganbright”, (puede ser
que él esté presente), yo dije, “¿qué tiene esa mujer?”
61. Y él dijo: “Esa es pintura”.
62. Dije: “¡Pues, oh hermano!”Yo pensaba que la deberían
detener en cuarentena en algún lugar, Uds. saben, para
evitar que todas las demás mujeres se contagiaran.
63. Pero Uds. saben, uno tiene que hacer planes y fijarse
bien y orar cuando uno está escogiendo. Porque vemos por
medio de esto, la Palabra de promesa, que ella, la novia
que un hombre habrá de escoger, va a reflejar su carácter.
Eso refleja lo que está en él. Ahora, ¿podrían imaginarse
Uds. a un hombre lleno del Espíritu Santo que tomara algo
como eso como esposa? Hermanos, yo simplemente no lo
puedo ver. Ahora, quizás yo sea un anciano excéntrico,
pero Uds. saben, yo no puedo entender eso, ¿ven? Noten,
porque eso va a reflejar lo que está en él. Ella le va a ayu-
364 Rev. William Marrion Branham
dar a él a formar su futuro hogar.
64. Entonces ahora mientras cambiamos nuevamente por
un momento al lado Espiritual, y cuando Uds. vean a una
iglesia que está en el mundo, que actúa como el mundo,
anticipando en el mundo, participando del mundo, consi-
derando los mandamientos de Dios como si Él nunca los
hubiese escrito, entonces pueden imaginarse que Cristo no
va a tomar una Novia como esa. ¿Podrían imaginarse Uds.
que Él tomara a la iglesia moderna de hoy como Novia?
No mi Señor, difícilmente puedo ver eso, no.
65. Ahora recuerden, un hombre y su esposa son uno. ¿Se
uniría Ud. a una persona como esa? Si lo hiciera, cierta-
mente defraudaría la fe que yo tuviera en Ud. Y luego,
¿qué tal Dios uniéndose a algo como eso? Una común
prostituta denominacional. ¿Piensan que lo haría? “Te-
niendo la apariencia de piedad más negando la eficacia de
ella”. Él nunca lo haría. Ella debe tener el carácter de Él
en ella. La verdadera y real Iglesia nacida de nuevo debe
tener el carácter que estaba en Cristo, porque el esposo y
la esposa son uno. Y si Jesús sólo hacía lo que le agradaba
a Dios (cumplió Su Palabra y manifestó Su Palabra), Su
Novia tendrá que ser de la misma clase de carácter.
66. Ella de ninguna manera podría ser una denomina-
ción, porque entonces no importa cuánto uno quiera decir:
“No”, ella es controlada por una directiva en algún lugar
que le dice qué hacer y qué no puede hacer, y muchas ve-
ces un millón de millas lejos de la Palabra verdadera.
67. Es una lástima que nos hayamos apartado del verda-
dero Guía que Dios nos dejó para guiar a la Iglesia. Él
nunca envió presbíteros estatales. Él nunca envió obispos,
cardenales, sacerdotes, papas. Él envió al Espíritu Santo
para la Iglesia, para guiar a la Iglesia. “Cuando venga el
Escogiendo una Novia 365
Espíritu Santo, Él os guiará a toda la Verdad, os revelará
estas cosas que os he dicho, las traerá a vuestra memoria,
y os mostrará las cosas que están por venir”. El Espíritu
Santo habría de hacer eso. Ahora, ¡la iglesia moderna odia
eso!, no le gusta. Entonces, ¿cómo podría ella ser la Novia
de Cristo?
68. La gente de hoy en día, al escoger una denominación
moderna, eso sólo refleja su pobre entendimiento de la Pa-
labra. No es mi intención herir, pero es mi intención hacer
que esto penetre lo suficiente para que lo consideren.
69. Yo he casado a muchas parejas, pero siempre me re-
cuerda de Cristo y Su Novia. Uno de los matrimonios que
efectué hace algún tiempo, fue algo sobresaliente en mi
vida. Ya hace algunos años cuando yo era un ministro jo-
ven.
70. Mi hermano trabajaba en la W.P.A., no sé si alguien
aún se acuerda de eso o no, cualquiera que fuera de mi
edad. Y ese era un proyecto del gobierno, y mi hermano
trabajaba como a treinta millas. Estaban escarbando unos
lagos, un proyecto para la conservación.
71. Y había un muchacho que trabajaba allá con él que
era de Indianapolis, como, oh, como a cien millas, arri-
ba de Jeffersonville, donde vivo, o donde vivía. Y había
un... Él le dijo a mi hermano un día, dijo: “Doc., me voy
a casar cuando tenga suficiente dinero para pagarle al mi-
nistro”. Dijo: “Tengo lo suficiente para obtener la licencia,
pero…”, dijo, “no tengo lo suficiente para pagarle al mi-
nistro”.
72. Doc. dijo: “Pues mi hermano es un ministro, y quizás
él… él los pueda casar”. Él dijo: “Él nunca le cobra a la
gente por cosas como esas”.
73. Él dijo: “¿Le preguntas si nos puede casar?”
366 Rev. William Marrion Branham
74. Bueno, esa noche mi hermano me preguntó. Y yo dije:
“Si ninguno de los dos ha estado casado antes, y todo está
bien”.
75. Él dijo... Bueno, que le iba a preguntar. Y yo dije: “Si
así es, dile que vengan.”
76. Entonces cuando llegó el sábado y vino el muchacho...
Siempre ha sido una cosa tremenda para mí poder recordar
esto. Era una tarde lluviosa, y llegó a la casa un viejo carro
Chevrolet que tenía los faros amarrados con alambre. Era
poco tiempo después de haber perdido a mi esposa, y yo
estaba viviendo en dos cuartitos. Y Doc. estaba ahí conmi-
go esperándolos.
77. Y el joven se bajó del carro, y él ciertamente no pare-
cía ser un novio, a mí, ni a nadie me supongo. Sin embar-
go, yo podía comprar un buen par de zapatos por un dólar
y medio, y él traía puesto unos zapatos que estaban muy
acabados, y sus pantalones estaban muy flojos. Y traía
puesta una de estas chamarras de piel. Yo no creo que al-
gunos de Uds. ancianos se acuerden. Parecía que la había
pasado por la lavadora pero sin enjuagarla, y estaba toda
rayada y amarrada de esta manera, de la esquina.
78. Y una señorita se bajó por el otro lado con un, oh,
uno de esos vestidos de cuadritos... Yo no sé. Cometí un
error en una ocasión al decir el nombre de ese tipo de tela,
Gingham, creo que le dicen. Y así que era un... Lo dije
mal otra vez. Siempre lo hago. Y yo dije... Ella se bajó del
carro, y subieron los escalones, y cuando entraron, la po-
brecita, ella... Me supongo que apenas... casi todo lo que
traía puesto era la falda. Casi no traía zapatos. Se había
venido desde Indianapolis pidiendo aventón. El cabello lo
tenía largo por la espalda y trenzado, parecía muy joven.
79. Y yo le dije: “¿Tienes suficiente edad como para casar-
Escogiendo una Novia 367
te?”
80. Ella dijo: “Sí señor”. Y dijo: “Tengo el permiso firma-
do por mi padre y mi madre”. Dijo: “Tuve que mostrarlo
aquí en la corte para obtener la licencia”.
81. Yo dije: “Muy bien”. Dije: “Desearía hablar con Uds.
un poco antes de efectuar este matrimonio”. Ellos se sen-
taron. El joven miraba por todo el cuarto. Le hacía mucha
falta un corte de pelo. Y él seguía mirando por todo el
cuarto. No me estaba escuchando. Y yo dije: “Hijo, quiero
que escuches lo que estoy diciendo”.
82. Dijo: “Sí, señor”.
83. Y dije: “¿Amas a esta muchacha?” Y él dijo: “Sí, se-
ñor, la amo”.
84. Dije: “¿Lo amas tú a él?” “Sí señor, lo amo”.
85. Dije: “Ahora, ¿tienes un lugar adonde llevarla después
de que estén casados?” Dijo: “Sí, señor”.
86. Y yo dije: “Muy bien. Ahora”, dije, “quiero hacerte
esta pregunta. Entiendo que estás trabajando acá en este
proyecto de la W.P.A. “
87. Y él dijo: “Sí, señor”. Eso era como doce dólares a la
semana. Y dije: “¿Piensas que puedes proveerle a ella?” Él
dijo: “Haré todo lo que pueda”.
88. Y yo dije: “Bueno, eso está bien” Y dije: “Ahora her-
mana, ¿qué tal si él no tiene...? ¿Qué tal si él pierde este
trabajo? ¿Qué vas a hacer? ¿Vas a regresar a mamá y a
papá?”
89. Ella dijo: “No señor, me voy a quedar con él”.
90. Y yo dije: “¿Qué tal si tienen tres o cuatro hijos y no
tienen nada que darles de comer, y no tienen trabajo, qué
vas a hacer? ¿La vas a despachar?”
91. Él dijo: “No señor, me esforzaré. De alguna manera
saldremos adelante.”
368 Rev. William Marrion Branham
92. Me sentí muy pequeño, y me fijé que él en realidad la
amaba, y ellos se amaban el uno al otro.
93. Yo los casé. Y luego me puse a pensar adónde es que
la habrá llevado. A los cuantos días le pregunté a mi her-
mano Doc, “¿dónde es?”
94. Dijo:”Ve allá a New Albany”, una pequeña ciudad más
abajo de nosotros. Y allá al lado del río, donde yo tenía
algo de hojalata colocada, adonde iba cada día cuando
era inspector de las líneas, así cuando los demás hombres
descansaban y contaban chistes y cosas, yo me subía a
la camioneta e iba al río y oraba durante ese... y leía mi
Biblia debajo de un gran pedazo de hojalata donde antes
era una fundición de hierro. Allá hay varios vagones de
ferrocarril. Y este hombre había ido allá y tomó uno de
esos vagones y le había abierto una puerta, y había toma-
do periódico y unos “tackey buttons” ¿Cuántos saben lo
que es un “tackey button”? Entonces aquí no hay nadie de
Kentucky. Se forma al tomar un pedazo de cartón y meter-
le una tachuela, o algún palito, y luego empujarlo en el...
ese es un “tackey button”.
95. Entonces los habían puesto por todo eso. Y él había
ido a la fundición y se encontró algo de material e hizo
unos escalones para subir. Y se consiguió unas cajas y con
esas tuvo una mesa. Y un día yo pensé: “Iré allá para ver
cómo les va”.
96. Como unos seis meses antes yo había casado a la hija
de E. V. Knight al hijo de E. T. Slider. E. V. Knight es
uno de los hombres más ricos en todo el Río Ohio. Él tie-
ne grandes fábricas donde fabrican casas prefabricadas, y
otras cosas. Y Slider, E. T. Slider es la compañía de grava
y arena, los hijos de millonarios. Y yo los había casado.
97. Y fui a un lugar y lo ensayamos por unas dos semanas,
Escogiendo una Novia 369
y entraban por un quiosco y se hincaban sobre un cojín, y
toda la pompa y cosas por donde tuve que pasar, tuve que
pasar por todo eso para casar a esa pareja. Y cuando salie-
ron, pues estaban... Esta otra pareja simplemente se paró
ahí en ese cuartito donde teníamos un sofá y una cama
plegable, pero ambas parejas fueron casadas con la misma
ceremonia.
98. Luego un día pensé que iría a visitar a esta pareja rica.
Ellos no tenían que trabajar; sus padres eran millonarios.
Les edificaron una casa fina. Francamente, este E. V.
Knight allá sobre la loma, las perillas de las puertas son de
catorce quilates, en su gran palacio, así que pueden ima-
ginarse en qué clase de hogar vivían. Ellos no tenían que
trabajar. Cada año les daban un Cadillac fino, y eran hijos
únicos. Y tenían todo lo que deseaban.
99. Cuando llegué un día... Ahora, cómo fue que los co-
nocí, uno de sus amigos era un buen amigo mío, y todos
hicimos amistad. Y así es como fue que los conocí cuando
ellos pidieron que los casara. Entonces los fui a visitar.
Y llegué afuera en mi antiguo Ford y me bajé y subí los
escalones. Y me acerqué un poco más de la cuenta y los
pude escuchar.
100. Y en verdad estaban discutiendo. Estaba celoso el uno
del otro. Habían ido a un baile. Ella era una muchacha
muy bonita, y era una de estas reinas de belleza. Se ganó
muchos premios en esa región, y se había ganado algunos
carros y cosas por ser reina de belleza. Y los miré, y uno
estaba sentado en una esquina y el otro en la otra, discu-
tiendo sobre un muchacho con quien ella había bailado, o
de alguna muchacha o algo.
101. Cuando yo llegué, brincaron rápidamente de ambos
extremos y se tomaron de las manos y vinieron caminando
370 Rev. William Marrion Branham
hacia la puerta. Dijeron: “Pues, hola, Hermano Branham.
¿Cómo le ha ido?”
102. Yo dije: “Muy bien. Y ¿a Uds. cómo les ha ido?”
103. Y, “Oh”, dijo él, “yo… nosotros estamos muy conten-
tos, ¿verdad, querida?” Y ella dijo: “Sí, querido”. ¿Ven?
104. Ahora ¿ven?, están aparentando algo que no es real.
Ahora, Ud. no se puede calentar con fuego pintado. Como
algunas de estas iglesias que se esfuerzan por pintar Pen-
tecostés como algo que ocurrió hace mil años o dos mil
años. Ud. no se puede calentar con fuego pintado. Pente-
costés es igual de real hoy como fue entonces, ¿ven? El
fuego aún está cayendo. No es un fuego pintado; es un
fuego real.
105. Así que ahí estaban, ¿ven? Yo no desearía vivir así.
106. “Bueno”, pensé yo, “aplazar la barranca y allá por el
río, allá es donde está la otra pareja”. Yo pensé que un
sábado por la tarde iría allá y ver cómo les iba a ellos. En-
tonces yo estaba sucio de la cara y con pantalones sucios
y con mis herramientas. Y pensé que los sorprendería a
ellos. Y pasé por ahí como que iba buscando aisladores
que habían sido rotos por los rayos o algo, mientras cami-
naba al lado de las líneas telefónicas, los cables eléctricos
al lado del río, y el viejo Chevrolet estaba enfrente, como
un año después de que los había casado, y había una...
La puerta estaba abierta, y los podía oír hablando. Ahora
esto suena como un hipócrita, pero me acerqué lo sufi-
ciente para escuchar y averiguar lo que estaban diciendo.
Me quedé parado ahí, y simplemente quería saber por mí
mismo.
107. Me gusta averiguar y estar seguro de lo que estoy di-
ciendo. Así es como hago con respecto a la Palabra de
Dios. ¿Es la Verdad, o no es la Verdad? ¿Guarda Él Su
Escogiendo una Novia 371
Palabra, o no guarda Su Palabra? Si Él no guarda Su Pala-
bra, entonces no es Dios, ¿ven? Si Él guarda Su Palabra,
entonces es Dios, ¿ven?
108. Entonces yo quería saber cómo les iba a ellos, y me
deslicé por un lado muy quedito. Y lo escuché a él decir:
“Bueno, querida, tenía tantos deseos de conseguirte eso”.
109. Ella dijo: “Mira, querido”, dijo, “este vestido está
bien”. Dijo: “Pues, este está bien”. Dijo: “Agradezco eso,
pero ¿ves?”
110. Me deslicé para poder mirar por la abertura, donde la
puerta estaba abierta ahí en el vagón. Y ahí estaba él sen-
tado, y ella sentada en su regazo, y su brazo alrededor de
ella, y ella con el brazo alrededor de él. Y él tenía uno
de esos sombreros viejos que lo había agujerado y había
hundido la parte de arriba, y ahí había vaciado su paga.
La estaba dividiendo ahí en la mesa. Dijo: “Tanto para co-
mestibles, tanto para el seguro, y tanto para el carro”, y no
podían hacer que cuadraran las cuentas. Y lo que pasaba
era que él había visto un vestido en una vitrina, y lo había
estado mirando por unas dos semanas, y costaba un dólar
y centavos. Él quería comprarlo. Dijo: “Pues, querida, se
te vería tan bonito”.
111. Y ella dijo: “Pero, querido, yo tengo un vestido. Yo en
realidad no lo necesito”.
112. ¿Ven? Y esa reina... y yo me hice para atrás, y luego
me asomé. Podía ver la punta del techo de la otra casa,
y me detuve ahí y observé por unos momentos. Pensé:
“¿Quién es el hombre rico?” Pensé: “Si... Bill Branham,
si tuvieras que escoger, ¿adónde irías?” Por mí, yo no es-
cogería aquello bonito allá sobre la loma, pero tomaría
este carácter acá abajo como una verdadera ama de casa,
alguien que me amara y se quedara a mi lado, alguien que
372 Rev. William Marrion Branham
hiciera el esfuerzo por formar un hogar sin sangrarlo a
uno por completo para adquirir cosas finas, alguien que
estuviera con uno, una parte de uno.
113. Eso siempre lo he tenido presente, de cómo fue aque-
llo. Uno escogió una muchacha bonita; el otro escogió
carácter. Ahora esa es la única manera en que uno puede
escoger. Primero, busque carácter, y luego si Ud. la ama,
bien.
114. Noten, el primer Adán de Dios no tuvo de dónde es-
coger en cuanto a su esposa. No le tocó escoger. Dios
simplemente le hizo una, y a él no le tocó escogerla. Y
hallamos que ella lo desvió a él de la Palabra de Dios. A
él no le tocó orar al respecto. Él no fue como Ud. y yo.
No le tocó escoger. Y a la vez, al hacer eso, ella lo sacó
de su posición correcta de ser hijo de Dios, y lo hizo al
mostrarle una forma más moderna de vivir, algo que en
realidad no deberían haber hecho, pero su carácter mostró
que ella estaba errada; sus motivos y sus objetivos estaban
errados. Y lo persuadió a él por medio de su razonamiento
que la nueva vida moderna que ella había hallado, la cual
era contraria a la Palabra de Dios, era una mejor forma de
vivir.
115. Y cuántas mujeres hoy, e igualmente los hombres,
pueden apartar de Dios a una buena mujer, o pueden apar-
tar de Dios a un buen hombre al tratar de decirle que esta
religión, Uds. muchachos Pentecostales… “Esa religión”,
dicen, “oh, es anticuada; es de antaño. No crean eso”. Le
conviene orar mucho antes de casarse con esa muchacha.
No importa cuán bella sea, lo mismo para un hombre.
116. Ella lo persuadió a que se saliera de la voluntad de
Dios y causó que hiciera algo que no debía haber hecho, y
por medio de eso causó muerte para toda la raza humana.
Escogiendo una Novia 373
Por eso es que la Biblia le prohíbe a ella que enseñe, que
predique, o que maneje la Palabra de Dios de cualquier
forma. Yo sé hermana, muchas de Uds. dicen: “El Señor
me llamó a predicar”. Yo no voy a discutir con Uds. Pero
les voy a decir que la Palabra dice que no lo hagan. “Ella
no enseñará ni usurpará autoridad, más bien estará en si-
lencio”.
117. “Bueno”, dice Ud., “el Señor me dijo que lo hiciera”.
Yo no dudo eso en lo absoluto. ¿Escucharon mi mensaje
la otra noche con respecto a Balaam? Balaam obtuvo la
primera y directa decisión de Dios: “No lo hagas”. Pero él
siguió insistiendo hasta que por fin Dios le dijo que fuera
y lo hiciera. Es posible que Dios le permita a Ud. predicar.
Yo no digo que no. Pero no es de acuerdo a Su Palabra y
plan original, porque ella debe estar “sujeta como también
la ley lo dice”. Cierto. Por lo tanto ella no debe hacerlo.
118. Ahora noten nuevamente cómo es que la novia natural
tipifica a la Espiritual. La Palabra dice que ella fue hecha
para el hombre y no que el hombre fue hecho para ella.
Ahora, voy a hablar sobre el porqué... en unos momentos,
sobre la Novia de Cristo, pero estoy tratando de mostrar-
les la base.
119. La mujer fue hecha para el hombre y no el hombre
para la mujer. Por eso fue que bajo las Leyes antiguas se
permitía la poligamia.
120. Fíjense en David, allá con quinientas esposas. Y la Bi-
blia dice que era un hombre conforme al corazón de Dios,
con quinientas esposas, y Salomón con mil, pero ninguna
de esas mujeres podía tener otro esposo.
121. Obtengan mi cinta sobre Casamiento y Divorcio, que
allá sobre la montaña en Tucson, no hace mucho, yo es-
taba allá orando al respecto. Despidieron a las escuelas
374 Rev. William Marrion Branham
para observar la Columna de Fuego dando vuelta al cerro
y formando un embudo, para atrás y para adelante, para
arriba y para abajo. Personas presentes aquí lo saben, es-
taban allá y lo vieron. Y... cuando Él me dijo la Verdad de
este asunto de casamiento y divorcio. Si hay una idea yen-
do hacia acá y otra yendo hacia allá, tiene que haber una
Verdad en alguna parte. Y después de esos Siete Sellos, El
mostró cuál era la Verdad al respecto.
122. Ahora noten, ella no podía tener sino un solo esposo,
porque la mujer fue hecha para el hombre y no el hombre
para la mujer. Todas esas quinientas mujeres simplemente
formaban la esposa de David. Y era un tipo, cuando Cristo
se siente sobre el Trono en el Milenio, Su Novia no será
una sola persona, pero será formada de millares y milla-
res, la Novia, todos en una. Y David tenía muchas esposas
en lo individual, pero sólo... todas juntas formaban su es-
posa, así como todo el cuerpo de creyentes es la Novia de
Cristo. Porque es ella, la mujer; Él era el hombre.
123. Ahora, nosotros fuimos hechos para Cristo; Cristo no
fue hecho para nosotros. Eso es lo que tratamos de lograr
hoy en día en nuestros libros de texto, tratamos de hacer
que la Palabra, la cual es Cristo, cuadre con nosotros en
vez de hacer que nosotros cuadremos con la Palabra. Esa
es la diferencia.
124. Cuando un hombre escoge a cierta muchacha de una
familia, él no debe basarse en la belleza, por cuanto la
belleza es engañosa, y la belleza (belleza moderna mun-
dana), es del diablo. Oh, puedo escuchar a alguien por allí
decir: “¡Tenga cuidado predicador!” Yo digo que estas co-
sas aquí en esta tierra a las cuales les dicen bellas, son
absolutamente del diablo. Se los probaré. Entonces a la
luz de esta declaración, escudriñemos la Santa Palabra de
Escogiendo una Novia 375
Dios para ver si es correcto o no. Y algunas de Uds. muje-
res quieren ser tan hermosas, vean de dónde viene.
125. En el principio hallamos que Satanás era tan hermoso
que hasta engañó ángeles, y él era el ángel más bello de
todos, Eso muestra que proviene del diablo. Proverbios
dice… Salomón dijo: “Vana es la hermosura”. Correcto.
El pecado es hermoso. Ciertamente, así es. Es atractivo.
126. Quiero preguntarles y decirles algo, y quiero que no-
ten en unos momentos. De todas las especies en el mundo
(aves, animales), hallamos que en la vida animal, en todas
menos la humana, es el macho el hermoso y no la hembra.
¿Por qué es así? Fíjense en el venado, el hermoso ma-
cho con sus cuernos, y la hembrita humilde. Fíjense en la
gallina, la gallinita moteada, y el hermoso gallo con sus
plumas.
127. No hay nada, ninguna hembra, aparte de la mujer, que
pueda ser inmoral. A los animales les decimos perra y
puerca, pero moralmente, tienen más moral que la mitad
de las estrellas de cine que hay acá. Ellos no pueden ser
nada más sino morales. Y la mujer fue la que fue cambia-
da para la perversión. Correcto.
128. ¿Pueden ver a dónde la lleva la belleza? Ahora, por eso
es que hallamos que hoy en día va en aumento la belleza
en las mujeres.
129. Veamos por ejemplo a Pearl Bryan. ¿En alguna oca-
sión han visto su fotografía, supuestamente la más bella
de América? Cualquier muchacha de cualquier escuela
la dejaría en último lugar. ¿Saben Uds. que así debe ser?
¿Saben Uds. que la Biblia dice que así es como va ser?
130. ¿Saben Uds. que en el principio la caída fue producida
por mujeres? ¿Y la caída, en el fin será igual, las mujeres
llegando a posiciones de autoridad y gobernando sobre el
376 Rev. William Marrion Branham
hombre, y demás? ¿Saben Uds. que así dice la Escritura?
¿Saben Uds. que el día que ella se viste con ropa de hom-
bre y se corta el cabello, todas esas cosas son contrarias
a la Palabra de Dios? ¿Saben Uds. que ella representa a
la iglesia? Fíjense en lo que están haciendo las mujeres,
y entonces sabrán lo que está haciendo la iglesia. Eso es
exactamente la verdad.
131. Ahora, ahora eso es verdad tanto como la Palabra de
Dios es verdad. Ninguna otra hembra ha sido hecha de
manera que pueda bajarse a tal grado de vulgaridad como
la mujer. Y sin embargo, a través de eso, habiendo sido he-
cho como... Ella no formaba parte de la creación original.
Todas las demás hembras formaban parte de la creación
original: aves, macho y hembra; animales, macho y hem-
bra; pero en la vida humana, Dios sólo hizo al hombre.
Y de él tomó, y la mujer es un subproducto del hombre,
porque Dios no instituyó tal cosa. Escudriñen las Escri-
turas. Es exactamente la verdad. Dios... No señor. En Su
creación original, ella fue colocada ahí, pero si ella puede
mantenerse correctamente, ¡tiene un galardón mayor aun
que el del hombre! Ella es colocada en un terreno de prue-
ba.
132. Por medio de ella vino la muerte. Ella es culpable de
toda muerte. Pero luego Dios se volvió y usó a una para
traer nuevamente la Vida, por medio de la mujer trajo a Su
Hijo, una obediente. Pero una mala es lo peor que hay. No
hay nada que pueda ser tan bajo.
133. Caín, el hijo de Satanás, pensó que Dios aceptaba
hermosura. Piensa igual hoy. Caín fue el hijo de Satanás.
“Oh, ahora…”, dice Ud. No entraremos en los detalles de
eso, pero simplemente permítanme aclararles eso. La Bi-
blia dice que él era de aquel ser maligno, entonces eso lo
Escogiendo una Novia 377
aclara. Muy bien.
134. Ahora, él era el hijo de Satanás, y él pensaba que al
traer un altar y hacerlo muy bonito, para la adoración, que
Dios tendría respeto de eso. Ellos piensan la misma cosa
hoy. Ciertamente: “Construiremos un gran edificio; ten-
dremos una gran denominación; edificaremos el edificio
más grande y tendremos la gente mejor vestida, los cléri-
gos de más cultura”. A veces Dios está a diez millones de
millas de eso. Correcto.
135. Sin embargo es la iglesia, entonces si Dios sólo respeta
la adoración, la sinceridad, el sacrificio, Caín era tan justo
como Abel. Pero fue por revelación que él entendió que no
fueron manzanas lo que sus padres comieron.
136. Voy a decir algo aquí que no suena bien para que lo
diga un ministro, pero lo voy a decir de todas maneras.
Escucho como otros dicen cosas, entonces yo... contando
chistes. Ahora no lo quiero decir así. Pero yo digo esto: Si
al comer manzanas las mujeres se dieron cuenta que es-
taban desnudas, entonces conviene que repartamos man-
zanas nuevamente. Perdónenme por eso. Pero solamente
para que cambiara... Los tengo tan atados al estar hablan-
do de las mujeres y cosas; quiero que descansen un mo-
mento para lo que viene enseguida.
137. Ahora noten, no fueron manzanas. Sabemos eso. La
iglesia, con sus éxitos en estos últimos días, ha llegado a
ser igual que los demás éxitos humanos; está llegando a
ser científica. Están tratando de hacer una iglesia científica
con la atracción de películas y enormes campanarios. Y es
una lástima que los Pentecostales entraron en esa misma
rutina. Estarían mejor parados allá en la esquina con un
pandero y con el Espíritu de Dios alrededor, pero están
tratando de compararse con los demás porque se han de-
378 Rev. William Marrion Branham
nominado. Eso lo produjo, ¿ven? Las iglesias están tratan-
do de ser científicas. Y recuerden, a medida que el hombre
logra avanzar con la ciencia, él mismo se está matando
cada día.
138. Cuando él inventó la pólvora, fíjense en lo que hizo.
Cuando inventó el automóvil, mata más gente que la pól-
vora. Ahora tiene una bomba de hidrógeno. ¿Qué irá a ha-
cer con eso? Correcto.
139. Y así es la iglesia. A medida que trata de lograr algo
por medio de la ciencia, por medio de planes humanos,
la está apartando más de Dios y sometiéndola más a la
muerte que como estaba en el principio. Eso es correcto.
No escoja a su iglesia del mismo modo en que escogió a
su esposa, ¿ve Ud.? Lo que la ciencia hizo por ella fue una
maravilla, pero sería mejor que no tratara en ese aspecto
con su iglesia. El hizo pinturas, talcos, y todas estas otras
cosas. Escoja el carácter de Su Palabra.
140. Ahora, comparemos la novia natural de hoy con la así
llamada novia de la iglesia de hoy. Comparemos a una
mujer alistándose hoy para el matrimonio, ahora, fíjense
en lo que la ciencia ha hecho para ella. Primeramente sale
con el cabello cortado, con uno de ésos peinados al estilo
de Jacqueline Kennedy, ¿ven?, o algo parecido. Y ¿saben
lo que dice la Biblia? La Biblia en realidad le da al hom-
bre, si él así lo desea hacer, el derecho de divorciarse de
ella si hace eso. La mujer que se corte el cabello es una
mujer deshonrosa. Así dice la Biblia. Correcto.
141. ¿Qué no sabían eso? Oh, sí, yo he predicado demasia-
do en California como para que no supieran eso. Correcto.
No. ¿Qué bien me hace a mí? De todas maneras lo hacen.
Ud. no puede tomar al cerdo y cambiar su… convertirlo
en un cordero.
Escogiendo una Novia 379
142. Noten. Me van a odiar después de esto, pero van a
conocer la Verdad. Comparémosla. Aquí viene ella con
mucha pintura, algo que ella no es, una novia moderna. Si
se lavara la cara, quizás uno correría, lo mataría a uno del
susto al quitarse toda esa cosa. Y así también es la igle-
sia con una fachada pintada, un completo “Máx Factor”
teológico. Ambas tienen puestas una bella falsa fachada,
hermosura hecha por él hombre y no la hermosura hecha
por Dios. En ninguna de las dos hay mucho carácter.
143. Noten, así como Satanás, con lo suficiente para enga-
ñar. Comparen ahora la novia moderna con su... se viste
con pantalones cortos, usa pintura, se corta el cabello, se
viste con ropa que la hace verse como hombre, y escucha
a un pastor que le dice que eso está bien. Él es un engaña-
dor. Él sufrirá por eso en las regiones por venir. Correcto.
Haciendo eso para engañar, para parecer algo que no es.
144. Así es como lo hace la iglesia. Obtienen grandes gra-
dos de educación: D.D., Ph.D., L.L.D., para que puedan
decir: “Nuestro pastor es esto, aquello y lo otro”, quizás
no conociendo más de Dios que lo que un Hotentote co-
noce acerca de las noches Egipcias. Correcto. Teniendo
alguna experiencia teológica y no conociendo ni pizca de
Dios.
145. La iglesia moderna y su pintura teológica, tiene a to-
das sus mujeres con su gloria cortada, por medio de su…
algún pastor Ricky que tienen. Como una Jezabel, si algu-
na vez ha habido una, cabello cortado, pantalones cortos,
pintura, y toda preparada con un gusto teológico. Así está
parada la iglesia. Correcto. Pero su carácter espiritual está
lejos de ser el de una ama de casa que Jesucristo viene a
recibir.
146. Si algún Cristiano se casara con una mujer como esa,
380 Rev. William Marrion Branham
eso mostraría que él ha caído de la gracia. Su gusto de
Dios y su gusto de un hogar, lo que un hogar debe ser, es-
tán lejos cuando él escoge una mujer como esa. No señor,
ella ciertamente no calificaría para el gusto de un Cris-
tiano. Su carácter espiritual está en el extremo más bajo,
muerto en la hermosura denominacional y la codicia del
mundo.
147. Exactamente ahí es donde está parada la iglesia hoy.
Ha vendido a Satanás su carácter dado por la Palabra, para
obtener una religión científica hecha por el hombre, cuan-
do tenía el derecho, como la Iglesia de Dios, de quedarse
con la Palabra de Dios, y tener al Espíritu Santo obrando,
soldando y uniendo el cuerpo con la Palabra y el amor de
Dios. En lugar de eso ella ha vendido su primogenitura,
así como Esaú y ha tomado una denominación que le per-
mite hacer cualquier cosa que ella quiera. Correcto. Sólo
para ser popular como hizo su madre en Nicea, Roma. La
Palabra de Dios. Oh, cómo ha entrado eso en nuestros ran-
gos Pentecostales. Es una lástima, pero así es.
148. Noten por un momento, una monja en la iglesia Cató-
lica. Esa mujer, para llegar a ser monja y tomar el último
velo, ella se ha entregado totalmente a esa iglesia. Ella es
propiedad de esa iglesia en alma, cuerpo y espíritu. Ella
no tiene mente propia. Ya no la puede tener cuando toma
ese último velo. Ninguna mente propia; ninguna voluntad
propia.
149. Vean aquí cómo Satanás hace a sus falsos, semejantes
a la verdadera. La verdadera Iglesia de Cristo, la Novia,
está totalmente rendida a Él y a Su Palabra prometida al
grado que la misma mente que está en Cristo está en Ud.
¡Qué diferencia!
150. Y hallamos hoy que la iglesia moderna, la iglesia mo-
Escogiendo una Novia 381
derna del mundo y también la Iglesia Espiritual, ambas
están embarazadas para dar a luz hijos. Una de ellas ten-
drá un nacimiento denominacional uno de estos días en
el Concilio Mundial de Iglesias, lo cual producirá para el
mundo el anticristo a través de una denominación. Eso
es exactamente la Verdad. Quizás yo no viva para verlo.
Creo que lo veré. Pero Uds. jóvenes acuérdense que escu-
charon a un ministro decir eso, que finalmente terminará
y que esa es la Marca de la Bestia. Cuando formen ese
Concilio Mundial de Iglesias y entonces dará a luz su hijo,
el anticristo.
151. La otra está embarazada con la Palabra de Dios y pro-
ducirá el Cuerpo, el Cuerpo completo de Jesucristo, el
cual es la Novia. El Cuerpo de Cristo aún no está comple-
to. ¿Cuántos saben eso? Un hombre y una mujer son uno.
Y Cristo es un Cuerpo, la Palabra. La Novia tendrá que ser
el resto de ese cuerpo, y los dos juntos forman nuevamen-
te el cuerpo, así como fue Adán en el principio.
152. Un hombre y su esposa son uno. Ahora Ella, la Novia
verdadera, está tan rendida a El que ya no usa su propia
mente, la mente de Él, por supuesto, es Su voluntad, y Su
voluntad es Su Palabra.
153. Ahora fíjense en la así llamada novia, escogida por
el hombre, y comparen la Espiritual con la natural de
hoy: una Jezabel moderna engañada por su Acab, belle-
zas “Máx Factor” y demás. Fíjense en la iglesia, la misma
cosa, pero una prostituta en cuanto a la Palabra del Dios
vivo: grandes denominaciones, grandes edificios, mucho
dinero, grandes salarios, todo rendido. Hombres parados
en los púlpitos, respaldando eso, que todo está bien y
permitiéndoles cualquier cosa. Puro engaño, eso es todo.
Verdaderamente una edad ciega, la Edad de la Iglesia de
382 Rev. William Marrion Branham
Laodicea, exactamente lo que la Biblia dijo que sería.
154. Dijo: “Yo soy rica, soy como una reina, de ninguna
cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desven-
turado, miserable, pobre, ciego y desnudo y no lo sabes”.
Si eso no es “ASÍ DICE EL SEÑOR” de Apocalipsis 3,
entonces nunca lo he leído. Así es ella y no lo sabe. ¡Pién-
senlo!
155. Si Ud. le dijera a un hombre o a una mujer, que estu-
vieran completamente desnudos en la calle, que están des-
nudos, ellos le dirían: “¡No se meta en lo que no le impor-
ta!” Pues, en alguna parte existe una deficiencia mental;
algo les ha fallado en su mente. Y cuando Ud. puede leer
la Palabra de Dios y saber cómo es que se debe portar la
gente, y el bautismo del Espíritu Santo que tenemos hoy,
y la gente… pues, lo miran a uno como que uno estuviera
loco. Ud. les dice que tienen que nacer de nuevo; tienen
que creer la Biblia, le dicen: “Esa fue una fábula Judía de
hace muchos años. ¡Nuestra iglesia tiene la respuesta!”
Desventurados, miserables, ciegos, desnudos, y ni siquie-
ra lo saben. Que...
156. Y la Biblia dice que esa es la condición a la cual llega-
rían. ¿Cómo pudiera un verdadero profeta fallar en verlo?
Yo no sé. Está entrando en todas nuestras iglesias en todos
lados, fíjense, en una tendencia moderna.
157. La antigua ramera y sus hijas de Apocalipsis 17, dando
a la pobre gente miserable y ciega su doctrina de teología,
contraria a la Palabra de Dios. Y se hallaban en ella las
almas de esclavos, de hombres y mujeres de todas partes.
En vez de atraer a la gente... Cristo vindica Su Palabra la
cual atrae a la gente. El no atrae a la gente de las iglesias
que es atraída por las grandes denominaciones y grandes
obras y grandes festejos y cosas finas, pero la Palabra de
Escogiendo una Novia 383
Dios atrae a la Novia de Cristo.
158. Ahora noten, es interesante notar cómo la iglesia trata
de atraer la atención de la gente por medio de túnicas finas
y coros bien vestidos, y mujeres con cabello cortado, y
caras pintadas, y piensan que están suspirando como un
ángel, mienten como un diablo, corren toda la noche en el
baile como... y no piensan nada al respecto. Y piensan que
eso está bien. Eso es hermoso. Pero ¿ven?, ¡eso es falso!
Esa no es la Palabra de Dios. Mientras que la Novia ver-
dadera atrae la atención de Dios por medio de guardar Su
Palabra.
159. Ahora noten, fijémonos en Cristo. Ud. dice: “Ahora,
espérese un momento, ¿qué de esta belleza de que Ud.
habla?” La Biblia dice en Isaías 53:2, que cuando Jesús
viniera no habría hermosura en El para que lo deseáramos.
¿Correcto? No hay hermosura. Si Él hubiera venido en la
hermosura del mundo como Satanás es hoy, la gente se le
hubiera acercado y lo hubieran aceptado así como aceptan
a la iglesia hoy. Le hubieran creído y lo hubieran recibido
así como hacen hoy con Satanás. Ciertamente lo hubieran
hecho. Pero Él no vino en esa clase de hermosura, pero El
siempre viene en la hermosura de carácter. Cristo no era
un gran hombre robusto, fuerte y guapo. Dios no escoge
esa clase.
160. Recuerdo una ocasión cuando un profeta fue para traer
un rey, para ungir como rey a uno de los hijos de Isaí, para
tomar el lugar de otro rey, Saúl. Entonces Isaí le trajo a
su buen hijo mayor, y dijo: “La corona se verá muy bien
sobre su cabeza”.
161. El profeta se alistó para vaciar el aceite sobre él, y dijo:
“Dios lo ha rechazado”. Y Él rechazó a todos hasta llegar
a un individuo, rubio, encorvado de hombros, y le vació
384 Rev. William Marrion Branham
el aceite, y dijo: “Dios lo escogió a él”. ¿Ven?, nosotros
escogemos según la vista, Dios escoge según el carácter.
162. Carácter, nunca ha habido un carácter como el de Je-
sucristo. Vive en El; lo manifiesta a Él. Vemos que es fiel.
No es la hermosura mundana en Él la que atrae a Su No-
via; es Su carácter, el carácter de la Iglesia es lo que busca
Jesús; no los grandes edificios, las grandes denominacio-
nes, muchos miembros. El prometió encontrarse en donde
dos o tres se congregaran, cierto.
163. Ahí es donde el verdadero creyente tiene anclada su
esperanza, en la Palabra de Dios siendo vindicada y ver-
dadera, en lo que es. Escoja por Su Palabra. No un grupo
amante del mundo, ellos odian eso. Con razón ella está
divorciada de Él, porque ella no ha captado Su revelación,
y no la tiene. Él no tiene interés en ella, cómo ella se porta
y lo que hace, y cuánto tenga de estas cosas mundanas; Él
está buscando su carácter, el carácter de Cristo.
164. Ahora, sólo un momento, eso es. Él escoge una Novia
para reflejar Su carácter, lo cual las iglesias modernas de
hoy ciertamente pasan por alto Su programa por un mi-
llón de millas, porque ellos niegan que esto es la Verdad.
Entonces ¿cómo puede ser? Ahora, Él está esperando el
día cuando sea formada esa Novia (Hebreos 13:8), exac-
tamente como era, como era Él. Tiene que ser Su misma
carne, los mismos huesos, el mismo Espíritu, todo igual,
edificado exactamente, y entonces esos dos llegan a ser
uno. Hasta que la Iglesia llegue a ser eso, todavía no son
uno. Él carácter de Él, la Palabra para esta edad, tiene que
ser moldeado; Ella tiene que ser moldeada igual que Él.
165. Ahora concluyendo, deseo decir la razón de haber di-
cho estas cosas, y con eso terminaré.
166. La otra noche, como a las 3:00 de la mañana, fui des-
Escogiendo una Novia 385
pertado. Yo pido que cualquiera me responda esto: ¿Algu-
na vez les he dicho algo en el Nombre del Señor que no
fuera correcto? Siempre ha sido correcto. Dios me libre,
Dios sabe que eso es la verdad. No hay nadie en todo el
mundo, de las miles de cosas que han sido dichas, donde
El haya fallado una sola palabra. Siempre se ha cumpli-
do perfectamente, aun cuando estuve en Phoenix el otro
día, o ya hace como un año, y les hablé acerca ... aquel
Mensaje sobre Señores, ¿Qué Hora Es?, y les dije que me
encontraría con siete ángeles, se encontrarían allá y que
sería la apertura de estos Sellos y que ... Y ahí la revista
Life tenía el artículo de eso, esta gran llama ubiendo en
el aire, treinta millas de alto, veintisiete millas de ancho
y dijeron que no podían comprender lo que era, aún no
saben. Y hombres sentados aquí en este edificio en esta
noche estaban ahí presentes conmigo cuando aconteció,
exactamente como se dijo.
167. El me dijo las cosas que iban a suceder, y ocurrieron
exactamente; cómo se abrieron cada uno de esos Sellos y
relataron los misterios que habían estado ocultos a través
de esas edades de los reformadores, y etc., perfectamente;
cómo era que yo estaba parado arriba de una loma, hom-
bres, dos o tres de ellos están parados aquí hoy, sí, más
que esos. Ibamos subiendo la loma, el Espíritu Santo dijo:
“Levanta esa piedra”. Andábamos de cacería. Me dijo:
“Tírala al aire” y dije: ‘ASÍ DICE EL SEÑOR’. Lo hice.
De ahí vino bajando un pequeño embudo de viento. Y yo
dije: “Dentro de 24 horas Uds. verán la mano de Dios”.
168. Hay hombres sentados aquí ahora mismo, al día si-
guiente como a las 10:00, estando parados ahí, yo dije:
“Prepárense; métanse ahí debajo del carro”, un veterano;
yo dije, “algo está por suceder”. Era un cielo despejado.
386 Rev. William Marrion Branham
Ahí por un enorme cañón, vino bajando y girando un fue-
go del Cielo tan recio como podía rugir, pegó contra las
paredes de esa manera. Yo estaba parado directamente
abajo. Me quité el sombrero, alcé mi cabeza, y llegó como
a tres o cuatro pies, arriba de mí y cortó una hendidura en
la pared así, y explotó y subió nuevamente al aire, y giró
otra vez y bajó tres veces, y hasta cortó la copa de los ár-
boles de mesquite por doscientas yardas
169. ¿Pueden escuchar a esos hombres diciendo: “Amén”?
Ellos estaban ahí cuando sucedió, ¿ven? Y explotó tres
veces. Cuando salieron de debajo de los carros y cosas
y se acercaron, dijeron: “Si eso le hubiera pegado a Ud.,
no habría quedado ni un poco de grasa.” Dije: “No fue…
fue El. El me estaba hablando. Dios habla por medio de
torbellinos, ¿ven?
170. Y ahí estaba presente esa misma Columna de Fuego
que Uds. ven en las fotografías. Y cuando subió, dijeron:
“¿Qué es eso?”
171. Yo dije: “El juicio está azotando la Costa del Oeste.” A
los dos días, casi se hundió Alaska.
172. ¿Ven?, pegó una vez ahí, el primer golpe donde la...
Uno tiene que hacer algo para simbolizarlo. Como cuando
un hombre puso sal en una vasija y la tiró al agua y dijo:
“ASÍ DICE EL SEÑOR, que el agua sea dulce.” Y otra
vez, Jesús tomó agua y la vació en una olla y la convirtió
en vino. Uno tiene que tener algo para simbolizarlo, y eso
fue aquello que subió al aire y bajó, lo que dio comienzo a
ese torbellino.
173. En 24 horas había estremecido ese cerro hasta cortarle
una hendidura. El Reverendo, Sr. Blair, sentado aquí, mi-
rándome, él estuvo ahí y recogió algunos de los pedazos
de aquello, etc. Aquí está Terry Sothmann y los demás pa-
Escogiendo una Novia 387
rados aquí, y Billy Paul, y el Hermano... muchos de estos
otros que están sentados aquí estaban allí mismo presen-
ciándolo, cuando lo cortó. Esto no es algo ficticio, es la
Verdad. Eso no fue allá en los días de la Biblia; es ahora
mismo, ¿ven? Ese mismo Dios que siempre me ha mos-
trado estas cosas, y han llegado a cumplirse exactamente
al pie de la letra. Ni una sola vez han fallado, ahora estoy
jactándome de Él.
174. Hace algunas semanas yo estaba en una visión, y es-
taba parado en un lugar muy alto, y estaba por ver la vista
anticipada de la Iglesia. Y noté que venía de mí. . . Estaba
parado más de esta manera, mirando hacia el Oeste, y vi-
niendo de esta manera había un hermoso grupo de muje-
res, vestidas muy bien, cabello largo arreglado muy bien
atrás, mangas, las faldas bien planchadas, y todas estaban
marchando al compás de un sonido, como de “Firmes y
adelante, huestes de la fe, sin temor alguno, que Jesús nos
ve”. Y mientras pasaban, yo estaba parado ahí y había algo
ahí, algún Espíritu, Dios, y Él dijo: “Allí está la Novia”.
Y yo me fijé y mi corazón estaba contento. Y Ella dio la
vuelta por acá, y pasó por detrás de mí.
175. Después de un tiempo cuando Ella vino de nuevo por
acá, dijo: “Ahora, pasará la vista anticipada de la iglesia
moderna”. Y ahí venía la iglesia de Asia. ¡Jamás había vis-
to un grupo tan inmundo! Ahí venían las iglesias de las
distintas naciones. ¡Se veían horribles!
176. Y yo digo esto porque estoy obligado ante Dios a decir
la Verdad. Y cuando El dijo: “Aquí viene ahora la iglesia
de América en vista anticipada”, si en alguna ocasión he
visto un grupo de diablos, ahí estaba. Esas mujeres estaban
completamente desnudas, con una cosa color gris, como
el color de la piel del elefante, y la estaban sosteniendo
388 Rev. William Marrion Branham
por enfrente y no les cubría la parte de arriba, y estaban
haciendo esta clase de cosas que estos bailes, que estos
jóvenes hacen, el twist y esas cosas y tocando esa clase de
música. Y cuando vi que apareció la Señorita U.S.A., casi
me desmayé.
177. Ahora, esto es: ASÍ DICE EL SEÑOR. Si Uds. creen
que soy Su siervo, créanme ahora. Yo no diría eso por nada
en el mundo; no hay suficiente dinero en todo el mundo
como para hacerme decir eso si no fuera la verdad. Y cuan-
do ella pasó, esa era la cosa más inmunda que he visto.
Pensé: “Dios, considerando lo duro que los predicadores
y nosotros los hermanos hemos trabajado para conseguirte
una Novia, y eso es lo mejor que hemos logrado”. Ella iba
contorsionándose, sosteniendo esto enfrente de ella como
una de estas faldas “hula”, sosteniéndola enfrente de sus
partes, de sus partes bajas, así, bailando y contorsionándo-
se como hacen estos jóvenes en estos programas vulgares
que tienen, contorsionándose. Esa era la Señorita Cristia-
nismo de América.
178. Dios siendo mi testigo, así es como El ve todo esto.
Yo... Casi me desmayé. Pensé que de todo el esfuerzo y la
predicación y la persuasión; todas ellas con cabello corto,
y se estaban contorsionando y bailando, sosteniendo esto
enfrente. Dieron la vuelta a donde yo estaba parado con
este Ser Sobrenatural. No lo podía ver. Podía escuchar que
me hablaba. Estaba a mí alrededor. Pero cuando ellas die-
ron la vuelta hacia acá, tenían... estaban contorsionándose
y riéndose y haciendo de todo, portándose así, sostenien-
do esto enfrente. Ahora, yo parado ahí en Su Presencia
y siendo Su siervo, y de todos mis esfuerzos eso era lo
mejor que podía hacer. Pensé: “Dios, ¿de qué me ha servi-
do? ¿De qué ha servido? Todo el llorar, el pedir, el persua-
Escogiendo una Novia 389
dir y las grandes señales y maravillas y milagros que has
mostrado. Y cómo estuve allí parado y me iba a la casa y
lloraba después de haberles predicado y eso, y ¿de qué me
ha servido? Y luego tener que presentarte algo así como
Novia”.
179. Y mientras estaba ahí mirando, ella pasó, y Uds. pue-
den imaginarse, en la parte de atrás no llevaba nada, sos-
teniendo esto enfrente mientras iba pasando bailando al
compás de este ritmo, estirando así los brazos y piernas en
su ... Oh, era de lo más vulgar como ella se estaba condu-
ciendo, estremeciendo su cuerpo de esa manera.
180. Ahora yo... Ud. dice: “¿Qué significa eso, Hermano
Bránham?” Yo no sé, solamente les estoy diciendo lo que
vi. Y cuando ella pasó de esa manera, yo la miré, y oh, me
sentí mareado. Y me di la vuelta. Pensé: “Dios, yo… yo
estoy condenado. No hay razón de que yo trate... Vale más
dejar esto”.
181. Y Sra. Carl Williams, si Ud. está presente, y ese sueño
que Ud. me relató no hace mucho, que tuvo la otra noche,
que la ha estado molestando, ahí está. El volante ha sido
quitado de mi mano.
182. Luego, pensé que… que vale más olvidarme de todo;
ya no había remedio. Entonces de repente oí que venía de
nuevo. Y viniendo de este lado venía la misma Novia que
se había ido por acá. Aquí venían nuevamente esas damas,
y cada una estaba vestida con el traje típico de donde ve-
nía, como Suiza, Alemania, etc., cada una con esa clase
de vestido, todas con cabello largo, exactamente como las
primeras. Y ahí venían caminando: “Firmes y adelante,
huestes de la fe…” Y cuando pasaron por enfrente del si-
tio de donde observábamos, de repente todo ojo siguió en
esa dirección, y luego se regresaron y continuaron mar-
390 Rev. William Marrion Branham
chando. Y en el momento en que comenzaron a subir di-
rectamente a los cielos, esta otra llegó al borde de un cerro
y se fue para abajo, de esa manera. Estas comenzaron a
marchar directamente a los cielos. Y cuando comenzaron
a marchar, noté que dos muchachas de la parte de atrás,
parecía que pudieran ser muchachas de otro país, como de
Suecia o Suiza, o alguna parte, comenzaron a mirar a los
lados y se les... Yo dije: “ ¡No hagan eso! ¡No pierdan el
paso!” Y al gritar de esa manera, volví en mí en la visión,
parado ahí con la mano extendida de esa manera. Pensé:
“Bueno. . . “
183. Esa es la razón por la cual he dicho lo que he dicho
esta noche. Quiero hacerles esta pregunta: ¿Es más tarde
de lo que pensamos? ¿Será posible que ella ya fue llamada
y escogida, y sellada? Uds. saben, no habrá una persona
demás. ¿Será posible? Oh sí. Oh sí. ¿Se acuerdan de lo
que dije el otro día en el desayuno? En el polen, en la
reproducción de macho y hembra, salen un millón de gér-
menes, salen un millón de huevos, pero uno solo es el que
vive, sin embargo todos son iguales, uno de cada millón.
Cada uno de ellos son la misma clase de huevo, y la mis-
ma clase de germen. Uno de ellos vive, los demás mueren.
Nadie puede decir cuál es el huevo maduro ni nada al res-
pecto. Dios tiene que decidir eso. Si es que va a ser niño o
niña, rubio, moreno, o lo que va a ser, Dios decide eso. No
son los primeros que se encuentran, pero los primeros que
Dios decide. Quizás uno venga de acá y otro... Si alguna
vez han visto Uds. en una probeta cómo es que se juntan.
Yo lo he observado. Dios tiene que decidir eso. Todos son
iguales, pero por medio de elección. El nacimiento natural
es por elección. Dios toma uno de cada millón.
184. Cuando Israel salió de Egipto, camino a la tierra pro-
Escogiendo una Novia 391
metida, eran aproximadamente dos millones. Todos ellos
estaban bajo el amparo del mismo cordero del sacrificio,
de otra manera no hubieran vivido. Todos ellos escucha-
ron a Moisés, el profeta. Todos ellos fueron bautizados
con él en el Mar Rojo. Todas ellas, las mujeres, danzaron
con María a lo largo de la playa cuando Dios destruyó al
enemigo. Todos ellos se pararon al lado de Moisés y lo
escucharon cantar en el Espíritu. Todos ellos comieron del
maná en el desierto, el cual caía del Cielo, maná nuevo
cada noche, lo cual es un tipo del Mensaje. Todos ellos
comieron de allí. Pero de los dos millones, ¿cuántos llega-
ron? Dos. ¡Uno de cada millón!
185. En esta noche hay aproximadamente quinientos mi-
llones de Cristianos en el mundo, contando a Católicos y
demás. Quinientos millones de así llamados creyentes en
el mundo. Si el Rapto ocurriera esta noche, eso significa-
ría, si uno de cada millón fuera la norma, yo no digo que
así es, pero si fuera, entonces en las próximas 24 horas
quinientas personas desaparecerían. Ni siquiera se oiría
de eso. De todas maneras desaparecerá esa cantidad de
los cuales ni siquiera se puede dar cuenta. Entonces pue-
de ser... amigos, nos puede acontecer a nosotros así como
cuando vino Juan el Bautista. Aun los discípulos dijeron:
“¿Por qué dicen las escrituras, porqué dijeron los apósto-
les, o más bien los profetas, por qué dice que primero tiene
que venir Elías para restaurar todas las cosas?”
186. Él les dijo: “Yo os digo que Elías ya vino, y no lo su-
pisteis.”
187. Uno de estos días pudiéramos ser dejados aquí. “¿Qué
del Rapto antes de que comience la tribulación?”
188. “Ya sucedió y no lo supieron”.
189. “Todo el Cuerpo está sellado adentro, sólo es cuestión
392 Rev. William Marrion Branham
de mantener el paso”. No estoy diciendo que así sea; ojalá
no sea así. Pero amigo, cuando si ... hagamos ... Si tene-
mos algún sentir en nuestro corazón esta noche de que
debemos enderezar nuestras vidas, y las cosas que hemos
hecho, permítanme aconsejarlos como un hermano minis-
tro ... Y yo voy a decir esto por primera vez a través del
púlpito. De todas maneras me he extendido más en esto en
esta noche que en cualquier cosa en cualquier otro tiempo
ante el público, porque he gozado de una gran libertad en
estas reuniones. Si Uds. creen que soy el profeta de Dios,
escuchen lo que les he dicho. Si hubiera una pizca de sen-
tir en su corazón, acudan a Dios ahora mismo. Háganlo.
190. Hombre, deténgase por un momento. Fíjese en los cre-
dos a los que sirve. Fíjese en su iglesia. ¿Cuadra todo per-
fectamente con la Palabra de Dios? ¿Ha cumplido Ud. con
todo requisito? Dirá: “Yo soy un hombre bueno”. También
lo fue Nicodemo, y también todos los demás. Eran muy
buenos... ¿Ve?, eso no tiene nada que ver con ello.
191. Y mujeres, quiero que se miren en el espejo, y fíjense
en lo que Dios requiere que haga una mujer, y mírense en
el espejo de Dios, no en el espejo de su iglesia, pero en
el espejo de Dios,. Y vean si su vida califica como Novia
Espiritual de Jesucristo.
192. Ministros, piénsenlo también. ¿Está Ud. buscando la
vía corta aquí para no herir los sentimientos de alguien
más adelante? ¿Haría Ud. esto si no fuera… si lo expul-
saran de la iglesia? Si Ud., mi querido hermano se está
sintiendo así, permítame advertirle en el Nombre de Jesu-
cristo, huya de eso ahora mismo.
193. Y señora, si Ud. no puede cuadrar con los requisitos
de una Cristiana, no como una Cristiana nominal, pero en
su corazón y su vida estar ajustada exactamente como el
Escogiendo una Novia 393
certificado de matrimonio de Dios dice que tiene que ser.
194. Y miembro de iglesia, si su iglesia no es así y no cua-
dra con los requisitos de Dios, de Su Palabra, sálgase de
ahí, y métase en Cristo. Esa es una advertencia solemne.
Nosotros no sabemos a qué hora. Y Uds. no saben a qué
hora, esta ciudad un día estará acá en el fondo de este
océano.
195. “Oh, Capernaum”, dijo Jesús, “que eres levantada has-
ta el Cielo, serás traída hasta el infierno... porque si las po-
derosas obras hubieran sido hechas en Sodoma y Gomorra
aún estarían hasta el día de hoy”. Y Sodoma y Gomorra
están en el fondo del Mar Muerto, y Capernaum está en el
fondo del mar.
196. Tú, ciudad, que dices ser la ciudad de los Ángeles, que
te has exaltado hasta el Cielo y has enviado todas las co-
sas inmundas de modas y cosas, al grado que países ex-
tranjeros vienen hasta acá para recoger nuestra suciedad
para enviarla lejos, con tus finas iglesias y sus campana-
rios y demás, así como lo haces, recuerda, ¡un día, estarás
en el fondo de este mar! Eres un gran panal por debajo
ahora mismo. La ira de Dios está hirviendo debajo de ti.
Por cuánto tiempo más mantendrá Él esta barra de arena
colgando sobre eso, cuando el océano con una milla de
profundidad entrará hasta el Mar Saltón. Será peor que
el último día de Pompeya. ¡Los Ángeles, arrepiéntete!
¡Arrepiéntanse todos Uds. y vuelvan a Dios! La hora de
Su ira está sobre la tierra. Huyan mientras hay tiempo de
huir, y vengan a Cristo. Oremos.
197. Amado Dios, cuando en mi espíritu estoy temblando,
mi corazón está derramando lágrimas de advertencia, con-
cede, oh Dios, que hombres y mujeres no vayan a pensar
en lo que he dicho como un chiste, y que la gente de la
394 Rev. William Marrion Branham
iglesia no piense en esto como algo que fuera prejuicio o
en contra de ellos mismos. Señor, que puedan ver que es
en amor. Dios Todopoderoso, Tú eres mi testigo, que yo
he viajado por toda esta costa año tras año, proclamando
Tu Palabra. Sé mi testigo, oh Dios, que si eso aconteciera
en esta noche, yo he dicho la Verdad. Tú sabes que esta vi-
sión de la Novia es la Verdad. Señor, he tomado Tu Nom-
bre, y he dicho que fue ASÍ DICE EL SEÑOR, y siento
que estoy consciente, Señor, de lo que estoy haciendo.
198. Entonces te ruego Señor, en el Nombre de Jesús, per-
mite que la gente se estremezca esta noche, y que huyan
de la ira que está por venir, porque Icabod está escrito so-
bre las puertas y sobre las naciones. Una marca negra ha
sido puesta encima, el Espíritu de Dios ha sido apartado
contrastándolo, y han sido pesados en la balanza y halla-
dos faltos. La fiesta del Rey Nabucodonosor se ha repeti-
do con borracheras y mujeres medio vestidas, llamándose
Cristianas.
199. Oh Dios del Cielo, ten misericordia de un mundo pe-
caminoso y un pueblo pecaminoso, Señor, como somos en
esta noche. Dios, estoy tratando de pararme en la brecha
y rogar por misericordia Divina, que Tú le hables a esta
congregación esta noche y llames a Tu Novia a atención,
Señor, para marchar, No bajo la señal de algún credo, pero
según el sonido del Evangelio del Señor Jesucristo. Con-
cédelo, oh Dios. Que se sepa esta noche que Tú eres Dios,
y que Tu Palabra es Verdad. Mientras estamos solemne-
mente ante este pueblo, los llamamos a la atención de Tu
Palabra. En el Nombre de Jesucristo, yo ruego por ellos,
Señor.
200. Más allá de cualquier sombra de duda te han visto mo-
verte entre sus congregaciones y decirles lo que estaba en
Escogiendo una Novia 395
su corazón. Y Señor, Tú sabes ahora mismo lo que está
sucediendo. Tú sabes que eso es Verdad, oh Dios. Y yo
te ruego en el Nombre de Jesús, que permitas que el Es-
píritu Santo interceda otra vez Señor, y que saque de esta
audiencia, Señor, a los que están inscritos en el Libro de la
Vida del Cordero. Concédelo, oh Dios, yo te lo ruego con
todo mi corazón.
201. Esta gente, Señor, por supuesto me daría el último cen-
tavo que tuviera para mantener el Mensaje. Harían cual-
quier cosa que pudieran hacer, pero oh Dios, cuando es
cuestión de cuadrar con él y entrar en él, ruego Dios, que
esta sea la noche cuando les premies y derrames Tu Espí-
ritu Santo sobre esta convención. Y que no sea un juego,
o brincar alrededor, ¡pero un llanto y un clamor y un arre-
pentimiento, agarrados de los cuernos del altar mientras
vemos los juicios rugiendo debajo de nosotros esta noche!
Concédelo Dios. Yo oro tan sinceramente como puedo, en
el Nombre de Jesucristo.
202. Mi hermano, hermana, yo no sé qué más decir. Si he
hallado gracia en sus ojos por medio del Poder de Dios; si
Uds. creen que soy Su profeta... Esta es la primera vez que
he dicho eso ante el público, pero siento una advertencia
rara de alguna clase. Yo no soy propenso a esto. Uds. lo
saben. Yo no actúo de esta forma. Yo titubeé en predicar
ese Mensaje y decir esas cosas. Corrí hacia los lados e
hice de todo para evitarlo, pero ya ha sido dicho, y estará
en el Día del juicio como testimonio de que yo he dicho
la Verdad. Eso es ASÍ DICE EL SEÑOR DIOS. ¡Oh, Pen-
tecostales, corran por sus vidas! Huyan a los cuernos del
altar y clamen ante Dios antes de que sea demasiado tarde,
porque la hora llegará cuando clamarán y no funcionará.
Porque Esaú se fue en busca del lugar de su primogeni-
396 Rev. William Marrion Branham
tura, y no lo pudo hallar. Los entrego, oh California, oh
Convención de los Hombres de Negocio del Evangelio
Completo, a quienes amo, por quienes he dejado cosas y
a quienes me he unido de todo corazón, los entrego a Je-
sucristo esta noche. ¡Huyan a Él! Nunca permitan que el
diablo los enfríe en cuanto a esto. Manténganse con esto
hasta que todos estén llenos del Espíritu Santo al grado
que les hará llegar a esta Palabra, hará que Uds. mujeres
se enderecen, hará que Uds. hombres se enderecen. Si Ud.
dice que tiene el Espíritu Santo y no se pone en línea con
la Palabra, es otro espíritu en Ud. El Espíritu de Dios está
en Su Palabra. El Mesiánico-la Palabra ungida. La Novia
debe ser una “Mesías “, la palabra ungida.
203. Pongámonos de pie en el Nombre del Señor Jesucristo.
Si Uds. nunca más oyen mi voz... Pero Dios mediante, en
unas horas me dirijo hacia el África; quizás nunca, vuelva.
Yo no sé. Pero les digo de todo corazón, les he dicho la
Verdad. No he rehuido en declararles todo lo que Dios me
ha dicho que dijera, y lo he dicho en el Nombre del Señor.
204. Es un momento muy solemne. No sé cómo expresarle.
He tratado de apartarme del púlpito tres o cuatro veces, y
no puedo hacerlo. Esta es una hora solemne.
205. ¡Nunca se les olvide! Este es un tiempo en que quizás
Dios esté haciendo Su último llamado. Yo no... algún día
El hará Su último llamado. ¿Cuándo? Yo no sé. ¡Pero les
estoy diciendo, según esa visión, parece que esa Novia
está casi completa! Fíjense en las iglesias nominales en-
trando. Cuando la virgen durmiente vino buscando acei-
te, no lo consiguió. La Novia entró, el Rapto la arrebató.
Mientras salieron a comprar aceite, el Novio vino. ¿Es-
tán dormidos? Despierten rápidamente y vuelvan en sí, y
oremos cada uno como si estuviéramos muriendo en este
Escogiendo una Novia 397
mismo momento, en el Nombre del Señor. Cada uno ore a
su manera.
206. Dios Todopoderoso, ten misericordia de nosotros, Se-
ñor. Ten misericordia de mí. Ten misericordia de todos
nosotros. ¿De qué sirve, no importa lo que hagamos, si
fallamos en estas cosas? Yo me paro aquí y ruego por mi-
sericordia, oh Dios, antes de que esta gran ciudad se hun-
da debajo del mar, y los juicios de Dios barran esta costa.
Yo ruego, Dios, que llames a Tu Novia. Yo ahora te los
entrego en el Nombre de Jesucristo. Amén.
Notas
LA UNIÓN INVISIBLE
DE LA NOVIA DE
CRISTO
LA UNIÓN INVISIBLE DE
LA NOVIA DE CRISTO
Jueves, 25 de noviembre de 1965
Tabernáculo Vida
Shreveport, Louisiana, E.U.A.
C ancelé un viaje de cacería, para así poderle dar ser-
vicio al Señor. Así que es un... Estamos contentos de
estar aquí. Creo, que la última vez que estuve aquí, les dije
a ustedes que cada vez que venimos, hay alguien que fal-
ta. Y si regresáramos el próximo año, y el Señor se tarda,
habrá alguien que falte.
2. Había alguien muy, muy cercano a mí, en corazón y
espíritu. Ese era el Hermano Lyle. Yo siempre tuve una
bienvenida, al entrar, parado allá atrás y escuchando en el
estudio del Hermano Jack, al cuarteto cantando. Ellos es-
tán cantando en Gloria en esta noche. Bueno, una de esas
voces ya está Allá, esperando a las otras tres. Me supongo
que nunca más la escucharé aquí en la tierra. Pero, cierta-
mente estoy ansioso esperando escucharlas otra vez, Her-
mano y Hermana Moore presentes aquí, en aquella Tierra
en donde ellas... nunca serán atenuadas.
3. El Hermano Palmer fue un gran siervo de Cristo. Yo
recuerdo al Hermano Jack decirme de su vida dedicada
402 Rev. William Marrion Branham
a Dios. Ellos trabajaban juntos, como carpinteros. Y de-
cía que él comía su almuerzo, tenía su emparedado en
su mano, comiendo un emparedado y leyendo su Biblia.
¿Ven? El hizo algunas cosas grandes y poderosas, el Her-
mano Palmer hizo. Él fue un buen carpintero, un buen
padre para sus hijos, una familia amorosa. Él los crió a
todos para servir al Señor. Hasta donde yo sé, todos ellos
han sido salvos y llenos con el Espíritu Santo. Y eso es
una gran aportación para cualquier hombre en estos días,
muchachos y muchachas. Pero vean, todo lo que él haya
hecho, no llegaría a nada, hasta que sirva a Dios, a menos
que él sirviera a Dios. Y en esta noche, lo que él ha hecho
aquí en la tierra, sus buenas obras, él se ha ido a su recom-
pensa, para estar con ellas. Dios le dé descanso al alma de
nuestro hermano.
4. Yo sé, que mientras este sea un tabernáculo aquí, y
yo sé que él estará... su voz todavía estará aquí. Ustedes
pueden oírla. La Hermana Anna Jeanne y su hermana, al
tocar el órgano y el piano, cómo ellas nunca tenían que
esperar. El Hermano Palmer sólo se paraba aquí y escogía
la alabanza, y seguía. Ellas la captaban. Y yo nunca... Yo
esperaba con anticipación oírlo dirigir las alabanzas.
5. A sus hijos, a su esposa, y al Hermano Jack, su amigo
íntimo, ellos habían sido amigos por todos estos años; y al
Hermano Brown, y a la Hermana Brown, y a todos uste-
des, tabernáculo, Dios los bendiga. Yo lo extraño también.
Dios dé descanso a su alma noble, hasta que lo encontre-
mos en paz. Inclinemos nuestros rostros.
6. Misericordioso Padre Celestial, sólo hablando de este
gran siervo, lo extrañé, en esta noche, estrechando mis
manos y esa sonrisita graciosa que siempre tenía cuando
él decía: “Dios le bendiga, Hermano Branham”, cuando
La unión invisible de la Novia de Cristo 403
pasábamos por la puerta. Yo sé que él ha subido a Tu Casa,
en esta noche. Así que te pido, amado Dios, que Tú permi-
tas que los frutos, sus obras que lo siguen, sean grandes,
continuando en sus hijos, y su esposa. Pedimos que Tú la
bendigas, Señor. Tú dijiste que Tú serías marido para “las
viudas que eran viudas en verdad”. Te pido por nuestra
Hermana Palmer y por todos los hijos ahora. Yo sé cómo
se siente en ambas situaciones, el perder una compañera y
también perder a mi padre.
7. Así que, Padre, mientras estamos aquí, en esta noche,
pedimos que Tú prepares nuestros corazones, también,
para esa hora. Nosotros no sabemos. Pudiera venir tan
repentinamente como vino la de él. No sabemos cuándo
vendrá, pero sabemos que tiene que venir. Así que pedi-
mos, Dios, que Tú escudriñes cada corazón que está aquí,
en esta noche. Dios, no te olvides del mío. Escudriña el
mío, también, y pruébame. Señor, si hay algo malo en no-
sotros, sácalo. Nosotros queremos servirte. Ese es nuestro
objetivo total, de servirte.
8. Derrama Tu Espíritu sobre nosotros, en esta noche,
y el resto de esta semana. Bendice este tabernáculo con
el nombre del Tabernáculo Vida. Permite que reciba las
bendiciones completas de ese nombre, y sea lleno de la
Vida de Dios, en esta semana, para que cada alma perdida
sea salva, para que cada creyente sea lleno con el Espíritu
Santo, y renueves las esperanzas que están en nosotros,
Señor, otra vez. Pedimos que Tú también sanes a todos los
enfermos y a los afligidos que están entre nosotros. Permi-
te que Tu gran Espíritu Santo esté aquí, Señor, y sane. Y
unja a cada uno para que crea. Concede estas cosas, Padre.
9. Dios, ayúdame ahora. Si me toca, ha sido mi turno
para traer el Mensaje. Yo pido, Dios, que Tú permitas que
404 Rev. William Marrion Branham
la parte humana se haga a un lado. Permite que el Espíri-
tu Santo entre y se mueva sobre nosotros, Señor. Permite
que el Espíritu Santo tome la reunión, Señor. Sabemos que
somos tan insuficientes. Nosotros no pudiéramos hacerlo,
ninguno de nosotros. No reclamamos ser capaces de po-
der hacerlo. Pero, Señor, sabemos que Tú eres capaz. Así
que estamos mirando hacia Ti, Señor. Muévete, Espíritu
de Dios, y cae de nuevo sobre nosotros. Lo pedimos en el
Nombre de Jesús. Amén.
10. Ahora, quiero saludar a cada una de las iglesias que
ahora están conectadas por todo el estado. Estamos en una
conexión telefónica, lo cual es un buen sistema que hemos
podido obtener, a través de nuestro Hermano Pearry Green
de Beaumont, Texas. Y las iglesias, que están siguiendo el
Mensaje completamente, por todos los Estados Unidos,
están conectadas, en esta noche. Enviamos saludos, por
toda la costa del oeste, desde Vancouver hasta Tijuana,
México, por todo San José, Los Ángeles. Todos los gru-
pos allí, los saludamos desde Shreveport. También, hasta
allá en Prescott, Arizona, al grupo que está allí esperan-
do al Señor, les enviamos saludos a ustedes, y a Tucson,
también, Sierra Vista. Allá hasta Nueva York, y por toda
la nación, el Señor los bendiga, a cada uno. Quisiera que
ustedes estuvieran aquí, en esta noche, en este hermoso
estado antiguo de Louisiana, que parece ser un segundo
hogar para mí. Yo...
11. Ustedes saben, allá en Nueva York, ustedes saben, yo
como que me río un poquito de ustedes, de la manera que
hablan. Yo me siento en casa esta noche. Sí. Todos aquí,
ustedes saben, dicen: “Hola, Hermano Branham. Traiga a
la Hermana Branham y a todos sus pequeñuelos y vengan
a vernos”. ¡Oh, hermano! Eso me hace sentir bien. Eso
La unión invisible de la Novia de Cristo 405
es inglés auténtico para mí. Sin despreciar a ustedes en el
este y el norte, y diferentes lugares. Pero, ven, creo que
nací un confederado rebelde y tengo que quedarme de esa
manera. Como que me gusta. Eso es inglés auténtico.
12. Yo estuve en un desayuno de Los Hombres De Nego-
cio, no hace mucho tiempo aquí, y ellos dijeron: “Ahora
nos pondremos de pie y cantaremos el himno nacional”.
Y yo me paré, y canté: “Por mi lejano antiguo hogar, de
Kentucky”. Bueno, para mí, ese era el himno nacional, eso
es todo lo que yo sabía al respecto. Así que, les enviamos
saludos. Y ahora al...
13. Creo que ellos van a tratar de transmitir el desayuno,
también. El desayuno de Los Hombres De Negocio, el sá-
bado por la mañana. El Hermano Green les dirá a ustedes,
él está ahora allá en los micrófonos. Así que él les dirá a
qué hora empieza el desayuno, y a qué hora, cada noche,
se sintonicen. Muy atentamente les damos las gracias.
Oren por nosotros.
14. Ahora, para la asamblea local aquí, y el tabernáculo
del Hermano Jack: sólo les voy a pedir un favor en esta
noche. Siendo que yo voy a dar mi Mensaje de acción de
gracias por toda la nación en esta noche para nuestras igle-
sias locales que están siguiendo el Mensaje, en esto yo tal
vez sea un poquito extenso, y por otra parte, puede ser que
predique algo de Doctrina. Así que, si es así, y si ustedes
no están de acuerdo con eso...
15. Así como yo siempre he dicho respecto a comer pastel
de cereza: que cuando llego a una semilla, yo no tiro el
pastel. Yo tiro la semilla, y continúo comiéndome el pas-
tel.
16. Así que, si sucede que yo mencione algo en esta noche,
yo... Bueno, esa es la razón por la que yo acepté esta invi-
406 Rev. William Marrion Branham
tación esta noche, para estar aquí, para traer mi Mensaje
de acción de gracias a los grupos de alrededor del país, fue
porque el Hermano Jack siempre con toda libertad abre su
puerta y dice: “Predique lo que esté en su corazón”. Así
que yo me siento realmente en casa.
17. Así que, tal vez aquí, en la asamblea local aquí con
el Hermano Jack, pudiera haber ministros y algunas per-
sonas que no estuvieran de acuerdo con la Doctrina. Por
lo general, yo tengo la cortesía de no mencionar doctrina
en el púlpito de un hombre que me ha invitado a venir a
predicar. Así que, después de esta noche, me supongo que
estaré orando por los enfermos y predicando el servicio
regular. Pero pensé avisarles de antemano, que si yo digo
algo que pudiera ser desagradable, bueno, sólo atribúyalo
a mi ignorancia, creo yo, y el no saber más. Y oren por mí.
18. Así que ahora abramos la Palabra a un capítulo aquí.
Yo quisiera referirme a muchos lugares en esta noche,
porque tengo varias Escrituras y pequeñas notas escritas
aquí en una libreta.
19. Yo recuerdo la primera ocasión en la que yo subí a la
plataforma del Tabernáculo Vida, hace veinte años. Yo no
tenía que anotar mis Escrituras y referencias. Yo estaba
entonces veinte años más joven. Pero ahora que he pasado
los veinticinco, así que yo... por segunda vez. Así que yo
tengo... no puedo recordarlo como lo hacía antes. Yo ten-
go que escribir mis Escrituras, y algunas veces hacer notas
breves de algo, u otro, a lo que quiero referirme.
20. Y ahora, el Señor los bendiga mientras leemos la Pa-
labra de Dios, y en el Libro de Romanos, el capítulo 7.
Ahora, quiero enseñar esto como una lección de escuela
dominical.
21. Yo sé que hay gente parada. Y en el tabernáculo, por
La unión invisible de la Novia de Cristo 407
lo general, en Jeffersonville, queremos saludarlos a todos
ustedes también, en esta noche, sabiendo que están conec-
tados allí en el tabernáculo. Y parece como si estuviera en
el tabernáculo, en esta noche, si ustedes estuvieran aquí, la
gente está alrededor de las paredes, está atestado. Ahora,
me supongo que ustedes están en la misma situación, tam-
bién, por toda la gente que está en esa parte de la región,
que viene por el Mensaje.
22. Ahora, vamos a usar esto como una lección de escuela
dominical. Y no está dirigida a nada, a algunas ciertas per-
sonas, o algo; solamente a la Iglesia, al Cuerpo de Cristo
al que estamos tratando de guiar a pensamientos más pro-
fundos y a objetivos más altos, creyendo que la Venida del
Señor Jesús está a la mano. Nosotros creemos eso. Mucho
más, está veinte años más cerca, que lo que estaba la pri-
mera vez que yo vine a Shreveport. ¡Oh, ha pasado tanto
desde ese tiempo! Ahora estamos buscando ansiosamente
la Venida del Señor, en nuestra generación. Yo no estoy
buscando un avivamiento en nuestra generación. Yo estoy
buscando la Venida del Señor, en nuestra generación.
23. Ahora, en Romanos 7. Confiando que ustedes ahora,
tienen sus Biblias abiertas, en todas partes, por todo el
país. Queremos leer detenidamente. Este–este Mensaje
sacado de aquí, parece que es sobre matrimonio y divor-
cio, pero realmente no es. Para mí, es una profecía para la
Iglesia en los últimos días. Leámoslo:
¿Acaso ignoráis, hermanos (pues hablo con los que
conocen la ley), que la ley se enseñorea del hombre entre
tanto que éste vive?
Porque la mujer casada está sujeta por la ley al mari-
do mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda
libre de la ley del marido.
408 Rev. William Marrion Branham
Así que, si en la vida del marido se uniere a otro va-
rón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere,
es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro
marido, no será adúltera.
Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a
la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis unidos
mejor dicho, para que seáis de otro, del que resucitó de
los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios.
Pero mientras estábamos en la carne,...pasiones peca-
minosas que eran por la ley, obraban en nuestros miem-
bros llevando fruto para muerte.
Pero ahora estamos libres de la ley, por haber muerto
para aquella en la que estamos sujetos, de modo que sir-
vamos bajo el régimen del espíritu y no bajo el régimen
viejo de la letra.
24. Y ahora oremos:
25. Amado Dios, acabamos de leer lo que creemos que
es la sagrada Palabra de Dios. Y eso es lo que estamos
creyendo, de que ni una jota o tilde de ninguna manera pa-
sará de Esto hasta que todo sea cumplido. Y creemos que
nuestro Señor nos dijo, en Apocalipsis el capítulo 22, que,
“Cualquiera que quitare una palabra de Ella, o añadiere
una palabra a Ella, su parte sería quitada del Libro de la
Vida”.
26. Y nosotros vemos que, por una representación falsa de
esta Palabra, así como Satanás se la representó falsamente
a Eva, causó que ella dudara una Palabra, echó a toda la
raza humana en un caos caído. ¡Sólo una Palabra!
27. Luego vemos que en medio del Libro, vino nuestro
Señor y Salvador, y Él nos dio esta cita concerniente a
ello. “No tan sólo de pan vivirá el hombre, más de toda
palabra que procede de la boca de Dios”.
La unión invisible de la Novia de Cristo 409
28. Luego la advertencia solemne en el último Libro, de
la Revelación de Jesucristo: “Cualquiera que añadiere una
palabra o quitare una palabra, su parte será quitada del
Libro de la Vida”.
29. ¡Oh, Dios!, sabiendo, viendo cuán frágiles somos, sa-
biendo que estamos caminando en los hilos frágiles de la
vida, de esta vida mortal, sin saber en qué momento va-
mos a ser llamados a responder en lo Alto. Permítenos, Oh
Señor, poner a un lado todo lo que está en nuestros cora-
zones, todo lo que está en nuestras mentes, y mirar direc-
tamente a Tu Palabra, en esta noche, para que Tú vengas y
la interpretes en oráculos vivos. ¡Concédelo!
30. Permite que Tu Espíritu caiga sobre nosotros y unja
la Palabra en nuestro corazón, para que podamos salir de
aquí, en esta tarde, mejores personas que lo que somos
ahora, que podamos tener un discernimiento más detalla-
do de Jesucristo. Concédelo, Señor, que podamos entender
el día en que estamos viviendo, y la preparación de Dios
para Su pueblo en esta hora, este gran tiempo, oscuro, y
crucial, en el que ahora estamos viviendo. Dios, úngenos,
no sólo al que habla, sino también al que escucha. Y, jun-
tos, haz que nuestros corazones tiemblen a Tu Palabra.
“Porque el temor de Dios es el principio de la sabiduría”.
Concede estas cosas, Padre, porque te lo pedimos en el
Nombre de Jesús. Amén.
31. Me gustaría titular estos comentarios que voy hacer
aquí, y algunas Escrituras que me gustaría examinarlas
más detalladamente, si el Señor lo permite, para el Men-
saje de acción de gracias, de la invisible, de: La Unión In-
visible De La Novia De Cristo, La Unión Invisible De La
Novia De Cristo. No suena como un Mensaje de acción de
gracias. Aunque, cualquier Escritura, estamos agradecidos
410 Rev. William Marrion Branham
por toda Ella.
32. Yo estoy agradecido a Dios, de estar viviendo en este
tiempo, de las escenas finales de la historia de este mundo.
Yo no sé. Si yo hubiera tenido que hacer una elección an-
tes de la fundación del mundo, y Dios me hubiera expues-
to todo el programa, y me hubiera dicho: “Yo quiero que
tú prediques. Y ahora, ¿en qué edad deseas ir a la tierra a
predicar?” Yo hubiera escogido esta edad, porque yo pien-
so que esta es la edad dorada.
33. Verdaderamente me hubiera gustado haber estado aquí
durante el tiempo de Su visita a la tierra. Pero, todavía,
yo pienso que ahora mismo es un tiempo más grandioso,
porque es un tiempo en el que Él está viniendo a tomar al
pueblo que Él ha redimido, acercándose a la resurrección
cuando todos los redimidos saldrán. ¡Qué gloriosa opor-
tunidad tenemos, de hablarle a un pueblo moribundo, una
gran hora!
34. Estamos entusiasmados al respecto. Y sabemos que la
historia está terminándose. La historia del mundo pronto
terminará, entonces nosotros vamos a entrar en un nuevo
día, al gran Milenio. Que, como un creyente, yo creo en un
Milenio, un reinado Milenario con Cristo, mil años sobre
la tierra; el retorno físico del Señor Jesús, para tomar a un
pueblo físico, glorificado, por Su Sangre limpiadora.
35. Pablo aquí, está dando una ilustración en nuestras Es-
crituras, acerca de la ley y la gracia, e ilustrándola como
el matrimonio y divorcio. Escasamente se predica sobre
este pasaje, es porque, más o menos, se relaciona como a
matrimonio y divorcio. Pero también se relaciona, a una
porción más grande del matrimonio y divorcio, de cómo él
está tratando de poner en orden aquí, que nosotros, como
una Iglesia, ya no podemos estar casados con el mundo y
La unión invisible de la Novia de Cristo 411
con Cristo al mismo tiempo, y ser legal y lícito al respec-
to, como lo es para una mujer de estar viviendo con un
marido mientras ella tiene un marido vivo. Y yo tengo mi
propia opinión sobre eso, y yo creo que lo que la Biblia
dice es la Verdad.
36. Pero yo creo, también, que es según mis creencias que
eso revela uno de los grandes misterios de profecía. Y yo
espero que el Señor nos ayude esta noche mientras entre-
gamos esto a nuestro pueblo que está esperando por todo
el país.
37. Se dijo en una ocasión… Yo estaba leyendo cuando
estaba escribiendo una nota para esto. Yo no recuerdo
exactamente el libro en el que está, pero estoy seguro que
esto es correcto: que en uno de los libros que yo leí sobre
el Señor Moody, Dwight Moody, en Chicago (tenemos
una gran iglesia escuchando en Chicago, también, en esta
noche), que el Señor Moody, luego de leer Romanos 7,
salió corriendo a la calle y al primer hombre que encontró,
él le dijo: “¿Conoce usted la gracia?” Y el hombre contes-
tó: “¿Gracia, quién?” El Señor Moody dijo: “La gracia de
Dios”.
38. Así que, eso lo emocionó tanto a él cuando vio…
cómo la gracia nos había separado a nosotros de la ley,
y cómo… qué parte la gracia desempeñó. Cualquier cosa
que yo quiera hacer, cuando... Siempre le he dicho a la
gente, que cuando yo cruce la línea, para el otro Lado, me
gustaría pararme y cantar: “¡Sublime gracia, del Señor!,
¡Que a un infeliz salvó!” ¡Gracia, preciosa gracia!, ¡Cono-
cer más de la gracia!
39. “Porque es por gracia que somos salvos; no por lo que
podamos hacer”. Lo que podemos… cualquier cosa que
hacemos, no es contado a nosotros. Gracia es lo que nos
412 Rev. William Marrion Branham
salva. “Por gracia sois salvos, por medio de la fe”.
40. Permítanme añadir a esta Mujer, Gracia. Permítanme
posicionarla en la Biblia; también es llamada la Señora
Elegida, esta Señorita Gracia de la cual yo voy a hablar.
Ustedes saben, la Biblia declara, dice: “A la Señora ele-
gida”. Que, si ustedes se fijan, “elegir” proviene de la pa-
labra “Señora elegida”. Una Señora, entre todas las otras
señoras, fue elegida.
41. Como lo fue la virgen para traer a luz el cuerpo de
Dios, sobre la tierra. Ella fue una mujer elegida. Dios es-
cogió a María.
42. Y, también, Dios ha escogido a una Señora elegida, la
cual es Su Novia. Ella es elegida. Yo espero que seamos
miembros de esa, en esta noche, por todo el mundo, por
toda la nación, mejor dicho.
43. La ilustración aquí, muestra la relación de la Novia
con Cristo, la Señora elegida, y cómo Ella debía de ser
traída a Él, de dónde vendría Ella, y cómo Ella sería traída
a Él. La Iglesia aquí, en la ilustración que nosotros tene-
mos a la vista, es ilustrada por una mujer. Lo cual, una
mujer siempre es un tipo de la Iglesia, porque la Iglesia es
considerada una Novia. Una Novia; Ella es la Novia del
Señor Jesús, el Hijo de Dios.
44. Siempre, si ustedes observan, observen las condicio-
nes y la conducta de las mujeres, y ustedes verán en dónde
está la iglesia.
45. Ahora, esto, algunas de estas declaraciones pudieran
parecer extrañas a algunos de ustedes, pero es comple-
mentario al Mensaje que yo tengo de parte del Señor, el
cual estoy tratando que llegue a las personas. Vean, uste-
des observen todo en lo natural, cómo está desarrollándo-
se, la naturaleza, y obsérvenlo. Cuadra con lo espiritual,
La unión invisible de la Novia de Cristo 413
también.
46. Ahora, si Uds. ven la conducta de las mujeres en el
mundo hoy, observen la conducta de la iglesia mundana
hoy. Sólo observen. Por supuesto, ahora, también está la
conducta de la Novia espiritual, la Iglesia. ¿Ven? Obser-
ven Eso, también. Porque, la natural así llamada, reclama
ser Novia.
47. Ahora, por favor permítanme decirle otra vez a la
asamblea local. No se sientan mal. Yo les estoy hablando a
todos por todo el país, a la que yo pienso que es la Señora
elegida. Así que, si sucede que haya ministros aquí que no
están de acuerdo, bueno, sólo guarden su paz por un ratito.
¿Ven? Fíjense. Sólo escuchen.
48. Fíjense en este carácter. Cuando ustedes ven a mujeres
irse en estampida, sólo haciendo todo lo que ellas quieren
hacer, observen; la iglesia está haciendo la misma cosa.
Fíjense.
49. Pero observen, cuando la Novia espiritual, cuando
Ella empiece a tener un avivamiento, cuando Ella empiece
a regresar y Ella misma alinearse con la Palabra de Dios.
Entonces observen otra vez, ¿ven ustedes?, cómo en las
Escrituras, en ese tiempo, habrá un Mensaje que saldrá
rápidamente para tomar a esa Novia, tomar a esa Mujer,
los Elegidos.
50. Como lo hacen en el mundo, Satanás, el engañador
quién engañó a la primera novia, para que pecara en con-
tra de Dios, por dudar Su Palabra.
51. Y ahora, hoy, mientras miramos a la iglesia natural con
su Evangelio intelectual, yéndose lejos y más lejos de la
Palabra en el evangelio social, nos damos cuenta que las
mujeres del mundo, en las calles, miembros de algo, están
yéndose ellas en la misma atmósfera. Uno no puede de-
414 Rev. William Marrion Branham
cirles. Ellas han perdido todo el sentido común de decen-
cia, la gente lo ha perdido. ¿Ven? Y así es como la iglesia
lo ha hecho. Y uno puede verla yéndose directamente al
concilio ecuménico, tan cierto como lo estoy hablando,
y directo a Roma, tan rápido como puede, ¿ven?, porque
está profetizado. Y allí está ella. Esa es su conducta.
52. Pero por otra parte, observen otra vez a la Iglesia espi-
ritual, cómo ese grupo de gente, llamado a salir, el Elegi-
do, a través de cada avivamiento. En Martín Lutero, suce-
dió de la misma manera, en la Reforma. Sucedió la misma
cosa en el tiempo de Juan Wesley. Sucedió la misma cosa
cuando los Pentecostales empezaron primero. Ellos pusie-
ron a esas mujeres de regreso en línea con la Palabra, y
después ellas se apartaron. Allí va ella otra vez al caos.
Pero entonces en el tiempo que la gente está lista para ali-
nearse, hay un Mensaje que sale, y ellos se alinean con El.
53. Lutero fue el mensajero de un día, de justificación, y
la Iglesia se alineó exactamente con ello, algunos de ellos.
El resto de ellos continuaron adelante. Wesley vino con
santificación, la Iglesia se alineó exactamente con ello.
Pentecostal vino con la restauración de los dones, la Igle-
sia se alineó exactamente con ello, el Elegido de ese día; y
luego se desvaneció, se regresó directamente al denomina-
cionalismo y se salió con el resto de ellos, todos ellos, así
sucesivamente.
54. Ahora, pero se fijaron cuando el pueblo empieza a
tratar de alinearse con la Palabra, allí viene un Mensaje
fresco proveniente de la Palabra de Dios directamente al
pueblo. Y ellos captan ese Mensaje y se alinean cada vez.
Está sólo en... Nosotros tenemos eso.
55. Nosotros tenemos familias. Cada familia aquí está
acostumbrada a eso. A veces todo le irá bien a usted, por
La unión invisible de la Novia de Cristo 415
años. Entonces, de repente, usted entra en una temporada
en donde, como nosotros decimos muchas veces aquí en
el sur: “Cuando le llueve, le llueve en torrentes”, y todo le
va mal. Usted va pasando por un tiempo oscuro. Entonces
hay un amanecer, y luego un tiempo oscuro. Todo va en
continuidad.
56. El profeta, Pablo, aquí está diciendo que una mujer no
puede volverse a casar hasta que su primer marido esté
muerto. Ella no puede volverse a casar mientras que su
primer marido esté vivo; ella, bajo ninguna circunstancia,
en lo absoluto. Ella debe permanecer soltera mientras su
primer marido esté vivo. Y si ella hiciera tal pecado, “ella
será llamada una adúltera”. Yo estoy hablando ahora de
lo natural, para tipificarlo con lo espiritual. Si esta mujer
cometiera tal pecado, entonces ella es marcada como “una
adúltera”, si ella tiene dos maridos vivos al mismo tiempo.
Por lo tanto, ella renunció, por hacer eso, a sus derechos a
Dios y al Cielo, por hacer eso. Seguro que sí. Ella es una
desechada de la economía de Dios, de acuerdo a las Escri-
turas que yo acabo de leer.
57. Así es la iglesia, cuando ella trata de mezclar credo y
denominación con la Palabra de Dios. Ella no puede estar
casada con una denominación, y ser la Novia de Cristo a
la misma vez. Ella tiene que estar muerta al uno o al otro.
La ley lo dice así, aquí. Hay abundancia de leyes en la
Palabra de Dios. Y esa es Su ley, Pablo hablando la misma
cosa aquí. Ella no puede estar casada a una iglesia de cre-
do mundano, y ser la Novia de Cristo, porque (ella) una es
contraria a la otra. Ahora, recuerde. Usted dice: “Bueno,
nosotros creemos esto, pero no creemos Eso”.
58. Si usted está casado con Cristo, Cristo es la Palabra de
Dios. En San Juan, el primer capítulo dice: “En el princi-
416 Rev. William Marrion Branham
pio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. Y el mismo fue hecho carne y habitó entre noso-
tros”. Cristo era la Palabra viviente. Él siempre era la Pa-
labra. Él todavía es la Palabra. Él siempre será la Palabra.
Él era solamente la manifestación de los atributos de Dios,
porque Él era el Hijo de Dios.
59. Y cualquier hijo es el atributo de su padre, y así como
usted estaba en los genes de su padre, en el cuerpo de su
padre cuando él era un joven. Usted estaba en él. Sin em-
bargo, él no podía tener compañerismo con usted, porque
él no lo conocía a usted. Pero entonces, a través de la ce-
mentera de una madre, usted fue traído a la tierra y llegó a
ser la imagen de su padre, entonces él podía tener compa-
ñerismo con usted.
60. Y así también ustedes eran hijos de Dios e hijas de
Dios, antes que aun hubiera una luna, estrellas, o una mo-
lécula. Ustedes eran hijos e hijas de Dios, porque ustedes
solamente son la manifestación física de los atributos que
estaban en Dios en el principio. Porque, solamente hay
una forma de Vida Eterna, y eso eran ustedes antes… no
saben nada al respecto. Ni tampoco ustedes sabían cuando
estaban en su padre terrenal, pero ustedes son manifesta-
dos, también, en la imagen de Él. Ustedes están hechos a
la imagen de Dios, y fueron manifestados para la gloria y
el compañerismo de Dios.
61. Y, por lo tanto, tan seguro como sus genes tenían que
estar en su padre, antes del nacimiento natural de ustedes,
sus genes espirituales tenían que estar en Dios, porque
ustedes son una expresión de los atributos de Sus pensa-
mientos, antes de la fundación del mundo. Correcto. No
hay manera de rodearlo. Correcto. Ahora, ahora nos da-
mos cuenta, entonces, que esa Vida estando en ustedes, la
La unión invisible de la Novia de Cristo 417
Vida de Dios estaba en ustedes, desde antes de la funda-
ción del mundo.
62. Ahora, ustedes no pueden mezclar credo denomina-
cional con la Palabra, porque ellos son muy contrarios, el
uno al otro.
63. Eso es exactamente lo que Satanás trató de hacerle a
Eva con sus concepciones intelectuales. Él dijo que él ad-
mitió que Dios lo dijo, pero él dijo: “De seguro, tú no
morirás”. ¿Ven? Y ellos creyeron eso.
64. Y eso es lo que el credo ha hecho, en esta noche. La
denominación ha separado a la gente de la Palabra de
Dios. ¿Acaso Jesús no dijo cuándo El vino: “Ustedes con
sus tradiciones, han hecho los Mandamientos de Dios sin
efecto para el pueblo”? Y por medio de nuestros credos,
nosotros hemos disociado el compañerismo del Espíritu
Santo para ungir la Palabra de Dios, que ha sido enlazada
para esta generación. Nosotros hemos separado a la gente
así, por denominación, de tal manera que ellos no pueden
tener una oportunidad de verla.
65. Ahora, Dios, Él, en cada generación, Él abre una nue-
va parte de Su Libro. Todo va junto.
66. Así como mi cuerpo fue formado. Se me dijo que em-
pezó en la espina dorsal, pero no todo era espina dorsal.
De allí pasó a costillas, y a los pulmones, y a las manos,
y brazos, y pies, y demás, y resultó ser la persona que yo
soy.
67. Y así Dios fue manifestado en el principio. Y finalmen-
te Él fue… apareció como Jehová, Dios el Padre. Después
El apareció como Dios el Hijo, en Jesucristo. Ahora Él ha
aparecido como Dios el Espíritu Santo. El mismo Dios,
todo el tiempo, tres manifestaciones del mismo Dios.
68. Ahora, nos damos cuenta en esto, que en cada genera-
418 Rev. William Marrion Branham
ción, Dios ha asignado Su Palabra desde el principio.
69. Así como vino la evolución. Así como la primera cosa
que Dios creó, probablemente, fue... Digamos que El creó
la vida botánica, primero. Luego, enseguida, El creó la
vida animal. Luego, enseguida, El creó la vida humana –
algo como una evolución, elevándose más alto.
70. Así ha sido con Dios en Su Iglesia. Justificación bajo
Lutero. Santi–... Eso está sacando a Su Novia ahora. Él
está creando a Su Novia. Justificación bajo Lutero; san-
tificación bajo Wesley; y demás, ¿ven ustedes? Él… la
evolución del Espíritu siendo dado más y más, porque el
Cuerpo se está edificando, llegando a la Cabeza, la cual es
Cristo, el Cuerpo de Cristo.
71. Ahora, Ella, como una mujer, si Ella está casada con
Cristo la Palabra, Ella no puede estar casada con una igle-
sia denominacional al mismo tiempo, porque Ella está
ligada a eso. Ella no puede vivir con ambos maridos al
mismo tiempo. Ellos son contrarios, uno al otro. Uno es
enviado de Dios, el otro es hecho por el hombre, así que
ellos son contrarios. Él dijo: “Toda palabra de hombre sea
mentirosa; más la Mía Verdadera”. Dios dijo eso.
72. Tan contrario uno al otro, como la ley fue a la gracia,
como Pablo está hablando aquí. Uno debe de estar muer-
to, para tener el otro. “Y si ella trata de mezclarlos, ella
será llamada una adúltera”. ¡Oh! Piénsenlo. Nueva York,
Arizona, por toda la nación, ¡piénsenlo! Dios dijo: “Si ella
trata de estar casada con los dos al mismo tiempo, ella será
llamada una adúltera”. ¿Cuál adúltera puede entrar en el
Cielo? ¿Se casaría Dios con una adúltera? Seguramente
que no. Él nos pidió no hacerlo. “Ella será llamada una
adúltera”.
73. Entonces, sus hijos, si ella es una adúltera, sus hijos
La unión invisible de la Novia de Cristo 419
son ilegítimos.
74. ¡Ilegítimos! ¿Ilegítimos a qué? No a la iglesia, pero a
la Palabra. Ella es ilegítima.
75. ¡Qué cuadro de esto aquí en Apocalipsis 3, de la edad
de la iglesia de Laodicea, del último día! ¡Qué grupo tan
ilegítimo! ¡Qué enredo denominacional! Tibios, compor-
tándose desordenadamente y ellos mismos se llaman cris-
tianos, y niegan la Palabra de Dios: “Teniendo apariencia
de devoción, pero negando el poder de Ella”, como el pro-
feta dijo que ellos serían.
76. El matrimonio es la institución más antigua en el mun-
do. El matrimonio fue efectuado primero, e instituido, en
el huerto del Edén.
77. A la mujer se le encomiendan ciertas características
que ella no debe deshonrar. A la mujer se le confía eso.
No hay una criatura en la tierra como una mujer. No hay
hembra de perro, no hay hembra de ninguna clase, que se
le encomiende un carácter como el de la mujer.
78. Una mujer ni siquiera estaba en el principio de la crea-
ción, porque Dios sabía que ella caería. Todas las otras
hembras no podían cometer adulterio. Ella es la única que
puede cometer adulterio. Si ella hubiera sido hecha como
el original, eso hubiera sido contradictorio a la gran sabi-
duría de Dios. ¿Ven? Ella fue hecha un producto secunda-
rio de un hombre.
79. Pero por cuanto ella fue puesta en ese lado, a ella tam-
bién la ha sido dada una encomienda sagrada de parte de
Dios, para redención. Ella tiene características que ella no
debe deshonrar.
80. Si ella las mancha, ella se deshonra por toda la vida.
No importa cuánto ella es perdonada, ella no puede ser
justificada. Yo tocaré eso en un momentito. Tengo unas
420 Rev. William Marrion Branham
Escrituras sobre eso, en unos cuantos minutos. Ella puede
ser perdonada por deshonrarse, pero no puede ser justifi-
cada en esta vida. Siempre está en ella. Fíjense, ahora. A
ella se le ha dado esto. Ella puede ser perdonada, pero no
justificada.
81. Su cuerpo se le es dado a ella, como una encomienda
sagrada de Dios. No a una hembra de perro, ni de pájaro,
ni de otro animal, ni a otra criatura así. No. Ella es la úni-
ca. Por eso, ella es... La razón que es tan sagrado, es que
ella tiene que traer vida en el mundo. Su cuerpo es una
cementera de vida, por lo tanto esa es la razón que a ella
se la da esta sagrada encomienda.
82. Ahora aquí es en donde ustedes pudieran no están de
acuerdo, muchos, de ustedes teólogos. Eso es lo que co-
rrompió a toda la raza humana, ese adulterio en el princi-
pio. Su sementera fue manchada. Ella trajo esos gemelos,
Caín y Abel. Un acto, dos hijos. Escudriñen las Escrituras.
83. Fíjense ahora. Nos damos cuenta que su cuerpo es una
cementera, y por lo tanto, es una encomienda sagrada, no
debe de deshonrar eso. Ahora, yo estoy ustedes hablando
ahora, trayendo esto a una ilustración, para mostrarles a
ustedes en dónde se para la Iglesia. Yo no estoy hablando
de ustedes mujeres. Lo que sean, eso es entre ustedes y
Dios, o ustedes hombres. Sino que yo estoy hablando de
la Iglesia y Cristo.
84. Ahora, esto le es dado a ella, para traer vida, la cual
únicamente Dios mismo puede dar. Su marido pudiera ser
el portador del germen, pero Dios tiene que producir la
vida. Eso es correcto. Tiene que venir. Toda la vida tiene
que provenir de Dios. Cualquier vida tiene que venir de
Dios. Está pervertida, y eso es lo que la hace pecaminosa,
pero la vida tiene que venir de Dios. Él es el Autor de la
La unión invisible de la Novia de Cristo 421
vida. Ahora, ella tiene una sagrada... Una.
85. Yo quiero nombrar tres cosas aquí de las que ella no
debe de apartarse. Ahora, yo estoy hablando… mantengan
a la Iglesia en mente mientras yo estoy hablando esto a la
mujer natural, como Pablo lo está aquí, en el capítulo 7 de
Romanos.
86. Ella tiene una encomienda de virtud sagrada encomen-
dada a ella por el Señor, una cierta virtud. Nada más la
tiene sino una mujer. Correcto. Eso es encomendado a ella
por Dios. Ella no debe de deshonrar esa virtud.
87. Y si ella aun hace algo mal, ella debe de confesar eso
a su marido antes que él la tome a ella, y enmendarlo.
De la misma manera como la iglesia que estaba casada a
la ley, debe de venir también delante de Cristo, antes del
segundo matrimonio. Ella tiene que confesar eso. Si ella
no lo hace, y vive con su marido por diez años y luego lo
confiesa, él tiene el derecho de repudiarla y casarse con
otra mujer. Esa es la Escritura. Fornicación es vivir en in-
mundicia.
88. “José, no temas de recibir a María tu esposa, porque
lo que en ella se ha engendrado es del Espíritu Santo”.
Él quiso dejarla secretamente ¿ven?, después de que ya
se había comprometido con ella. Cuando usted está com-
prometido con ella, por lo que a Dios respecta, usted está
casado con ella.
89. Fíjense ahora. Ella tiene una encomienda sagrada de
virtud que se le ha dado, se le ha encomendado a ella por
el Señor. Dios le dio a ella esa virtud. Así como fue en el
huerto del Edén, ella puede decir, “sí”, o “no”. Ella tie-
ne una encomienda sagrada de feminidad, encomendada
a ella, que no debe romper. La feminidad de la que yo
estoy hablando aquí es su conducta, su carácter alrededor
422 Rev. William Marrion Branham
de hombres. No permitiendo que todo hombre...
90. Miren en estas pantallas y vean a estas estrellas de cine
besándose, y abrazándose, y besuqueándose y todo, con
estas mujeres. Una mujer que hace eso, es de un carácter
malo. Al contrario, ella pudiera ser virtuosa. Pero vean en
su corazón... Cuando, esas glándulas, las glándulas sexua-
les, están en los labios, un hombre que besa a una mu-
jer, él de hecho, potencialmente, cometió adulterio. Las
glándulas sexuales están en los labios de la mujer y en
los labios del hombre. Él pudiera besarla en la mano, eso
no mezclaría sus glándulas sexuales. Pues las glándulas
sexuales están en los labios. Y vemos toda esta tontería,
en el Hollywood de hoy día, con todo este besuqueo y
amoríos con mujeres, y demás, y las niñitas mirando todo
eso. Con razón nuestra moral está podrida, y corrompida,
e inmunda, ¿ven?, porque está puesta delante de los niños.
Correcto. Tiene que ser de esa manera para los últimos
días.
91. Ahora, mantenga a la iglesia en mente. Ella está be-
sando y besuqueándose, y mezclándose en todo menos
con la Palabra; permite al diablo, y a la educación y a las
investigaciones científicas, y demás.
92. Cuando, la educación científica y todo es absolutamen-
te contrario a Dios. Todo el sistema de civilización que te-
nemos ahora es absolutamente anticristo. El sistema edu-
cacional es anticristo. La civilización es anticristo. Es en
contra de Dios. Ud. dice: “¿En contra de la civilización?”
Dios tendrá una civilización, uno de estos días, que no
tendrá nada de muerte asociada en ella. Esta civilización
moderna proviene de Satanás. Yo le probaré eso a Uds.,
si el Señor lo permite, en esta noche, por la Biblia. Todas
estas cosas son de Satanás. Nuestra civilización nueva no
La unión invisible de la Novia de Cristo 423
tendrá nada de esto en ella. Ella tiene esta feminidad sa-
grada.
93. Con razón los hombres actúan alrededor de las muje-
res de la manera que ellos lo hacen, es porque las mujeres
actúan alrededor de los hombres de la manera que ellas
lo hacen. Ella misma se caracteriza aquí afuera usando
pantaloncitos cortos, y apretados, y con ropa de hombres
y cosas, afuera en la calle, contoneándose. No importa lo
que ella diga, ella pudiera ser tan virtuosa para su marido
hasta más no poder, pero, ante los ojos de Dios, “ella es
una adúltera”. “Cualquiera que mira a una mujer para co-
diciarla ya adulteró con ella en su corazón”. Y ella misma
se presentó para ser eso. Y eso es exactamente lo que la
iglesia ha hecho con el mundo.
94. Fíjense. Eso es lo que se le encomendó a ella, virtud
sagrada, feminidad sagrada, y luego maternidad sagrada,
honrar a su marido.
95. Solamente miren hoy. En ciertas ciudades, muchas
ciudades, aun ellos tienen grandes fiestas en lo que es
llamado sociedad, también, miembros de iglesia. Ponen
sus sombreros en el piso, y todos ellos se emborrachan y
echan sus llaves en él. Cada mujer va y recoge una llave
del sombrero, y es con el hombre que ella va a vivir el fin
de semana. ¡Toda clase de fiestas como esas! Lo cual, yo
tengo tanto que decir aquí, si el Señor lo permite, yo no
tengo tiempo de entrar en eso. ¡Tal suciedad!
96. Y la iglesia está en esa misma condición, correcto, co-
metiendo adulterio con todo, y ella no tiene negocios me-
tiéndose. Ella debería quedarse con la Palabra.
97. Los edificios están bien. Los hospitales están bien.
Todas estas otras cosas están bien. Los programas educa-
cionales, eso está bien. Nosotros tenemos que vivir aquí,
424 Rev. William Marrion Branham
tenemos que leer, escribir. Esa es una de las economías.
98. Así como se suponía que nosotros no deberíamos de
habernos puesto ropa, en el principio. Yo predicaré sobre
eso, más adelante en esta semana, si es la voluntad del
Señor. Pero tenemos que usar ropa porque Dios nos dio
ropa. Pero, en el principio, no la necesitábamos. Nosotros
estábamos velados.
99. Ahora ella está velada a su pecado. Ella ni siquiera
sabe que está pecando.
100. Ella estaba entonces por el... Ahora está velada por el
diablo; luego ella estaba velada por Dios. Es la diferencia
en ello.
101. Ahora, nos damos cuenta que a ella se le ha dado esta
encomienda sagrada que no debe romper de feminidad.
Actuar… tener su carácter, criar a sus hijos, ser honorable
a su marido.
102. Ahora en estos días, ellas le ponen más atención a eso
que a nada en el mundo. Uds. deberían sentarse en mi ofi-
cina alguna vez, y ver a hombres traer a sus esposas, en
donde ellas tratan de enmendarse con Dios y confesar de
todos los hombres con los que ellas han vivido, y todo
lo demás, desde que ellas han estado casadas. Oh, usted
dice: “Esos son...” No. Esos son Pentecostales. Los otros
no vendrían. Así que es...
103. Yo estoy hablando de… cómo se puede escapar. Cuan-
do esto se mezcla con el mundo, la iglesia, y con todas las
modas y cosas que tenemos. Ya no estamos como era el
Pentecostal original, tan lejos como el día es de la noche.
Nos hemos desviado en alguna parte, a un caos sombrío
en alguna parte, y perdido.
104. ¡Qué encomienda tan sagrada! ¡Qué responsabilidad
para una mujer! Ahora ven por qué ella es un tipo de la
La unión invisible de la Novia de Cristo 425
Iglesia, la cual tiene la misma responsabilidad. Como una
mujer tiene una responsabilidad sagrada a su maternidad,
a sus virtudes, a su marido, la Iglesia tiene una responsa-
bilidad sagrada a la oración y a la Palabra, y a Cristo, de la
misma manera que la mujer tiene.
105. Y así como una mujer se desvía con otro hombre, así
es cuando la iglesia se va tras estos programas institucio-
nales, y forman programas y escuelas, y demás. Yo no ten-
go nada en contra de ellos. Están bien. Ellos cumplen sus
propósitos. Pero ellos no...
106. Jesús nunca dijo: “Vayan, hagan escuelas”. Él dijo:
“¡Prediquen la Palabra!”
107. Allí es en donde ellos se descuidaron. No hacer insti-
tuciones, hospitales, y demás. Todo eso está bien, pero eso
no es la obligación de la Iglesia. Su obligación es predicar
el Evangelio, pero nosotros hemos hecho todo menos eso.
Y nos hemos desviado, de la misma manera que Satanás
lo hizo, y lo hemos mezclado con algún Evangelio, algo
más, y algo más, hasta que ha llegado a una conglomera-
ción de nada. ¡Corrupción! Aun todo nuestro… todo el
mundo… Observen el curso del mundo.
108. Leyendo en [la revista – Ed.] Selecciones, no hace
mucho tiempo, en donde jovencitas están pasando por
menopausia, y hombres, en el cambio de vida, entre los
veinte y veinticinco años de edad. Ellas están pasando por
la edad mediana. ¡Corrupción!, (¿por qué?) por causa de
la investigación científica del alimento y cosas que han
sacado de las cosas naturales que nosotros las deberíamos
de integrar en nuestro cuerpo. Sólo somos un montón de
corrupción moribunda.
109. Ahora, eso es lo que la iglesia es, también. Ella está en
la misma condición.
426 Rev. William Marrion Branham
110. Ella es un tipo. Ella tiene las mismas virtudes precio-
sas dadas por el Espíritu, a Ella, para preservar el Espíritu
y la Palabra, y nunca cometer adulterio con nada del mun-
do o cualquier cosa. Quedarse virgen a la Palabra, como
una mujer debe quedarse virtuosa a su marido. Es una en-
comienda sagrada, para honrar la Palabra de Su Señor por
encima de todo credo hecho por el hombre, sabiduría, la
denominación que sea. A la Iglesia se le ha dado esa enco-
mienda.
111. Si ellos dicen: “Bueno, mi iglesia...” A mí no me inte-
resa lo que su iglesia crea. Si es contrario a la Palabra de
Dios, ¡apártense de eso!
112. La Biblia dice: “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y
por los siglos”. Marcos 16 dice: “Estas señales seguirán
a los que creen”. Si una iglesia predica diferente que Eso,
ustedes no lo hagan. ¡Ustedes mueran a esa cosa! ¡Nazcan
otra vez, de la Palabra de Dios! “Id por todo el mundo y
predicad el Evangelio a toda criatura”. Así es cuán lejos
tenía que ir. “Estas señales seguirán a los que creen, en
todo el mundo, y a toda criatura que creerá”. ¿Ven cómo
nos hemos alejado de eso? Seguro. Pero ella es responsa-
ble por eso.
113. Pero ahora miren que Hollywood ha quitado de nues-
tras mujeres las cosas virtuosas.
114. Yo estoy aquí mirando a una querida anciana, la Her-
mana Schrader, muchas de las mujeres aquí y atrás, y a la
Hermana Moore acá, las mujeres ancianas que recuerdan
de unos cuantos años atrás. Si sus madres, o aun ellas,
hubieran salido a las calles, de la manera que algunas de
estas mujeres caminan hoy, miembros de iglesia, hubieran
metido a la mujer en una institución por estar demente.
“Se le olvidó ponerse su falda”. Bueno, si eso era demen-
La unión invisible de la Novia de Cristo 427
cia en aquel tiempo, es demencia ahora.
115. Miren, todo el mundo prueba estar demente. Miren los
homicidios y cosas que están sucediendo ahora en el mun-
do. ¡Demencia!
116. Todo está llegando al cumplimiento de Apocalipsis
(tal vez lleguemos a eso esta semana) en donde esas cosas
espantosas… no son naturales; son cosas espirituales que
hacen a la gente gritar a las peñas y a los montes y a todo
lo demás que caiga sobre ellos.
117. La completa demencia total a la cual este mundo en-
trará muy pronto. ¿Ya casi están entrando todas las demás
escrituras que están prometidas para los días postreros?
¡Ya está ahí ahora! Pues, ustedes pueden ver las huellas de
eso. Ahí está. Está marchando allí mismo en la calle, en
las bancas de la iglesia. Demencia total. Haciendo cosas
que un ser humano no pensaría hacer, de ser civilizado.
118. Miren lo que Hollywood le ha hecho a la mujer. Miren
cómo se ha robado las virtudes sagradas de la mujer. Pu-
diéramos seguir, y seguir. Vean, todo esto perdió ella.
119. ¿Cómo lo hizo? Porque había un instrumento sutil lla-
mado la iglesia, como lo hubo allí en el huerto del Edén.
Una persona sutil, el diablo, que entró en la iglesia de la
misma manera que lo hizo en el huerto del Edén, y la me-
tió en ese engaño. Ella está engañada. La mujer piensa…
ella no quiere estar mal.
120. Eva no quiso hacer mal. No fue voluntariamente. Pero
ella... La Biblia dice, en 2 Timoteo, 1 Timoteo 3, “que ella
fue engañada”. Y engañar no es cuando usted voluntaria-
mente lo hace. Es cuando usted es engañado a hacerlo.
121. Y eso es exactamente lo que ha sucedido hoy. Ella ha
sido engañada, por la televisión, por revistas, por estas
personas, todas estas cosas finas que están sacando en las
428 Rev. William Marrion Branham
calles. Muchachas modernas, ellas miran las revistas y mi-
ran las fotografías, ellas miran en las calles, miran los ves-
tidos en las tiendas. ¡Cómo Satanás, ese gran instrumento
del infierno, ha descendido entre la gente y las engañó con
estas cosas! Y la mujer piensa que ella está bien. Y ella
está muerta y no lo sabe. Ella está alejada de Dios. ¿Vie-
ron cómo ella perdió todo esto y cuán sutil fue?
122. Hoy, yo quiero que se fijen. Jesús habló de ello tam-
bién, si a ustedes les gustaría leerlo. Jesús hizo mención
que esta cosa se cumpliría. ¿Sabían ustedes eso? En Sus
últimas horas, poco antes de Su crucifixión. Leámoslo.
San Lucas, el capítulo 23, y solamente por un momen-
to, como una lección de escuela dominical, comencemos
con el versículo 27, creo que lo tengo marcado aquí. Je-
sús yendo al Calvario. Escuchen mientras yo lo leo. Muy
bien. San Lucas 23:27, creo, que es en donde lo tenemos.
Mi nota lo tiene de esa manera. Sí. Aquí está.
Y le seguía gran multitud del pueblo, y... mujeres, las
que lloraban y hacían lamentación por él.
Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jeru-
salén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas
y por vuestros hijos.
Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaven-
turadas las estériles, y los vientres que no concibieron, y
los pechos que no criaron.
123. Piénsenlo; hoy, es una desgracia para ella tener un
hijo. ¿Ven?
Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed so-
bre nosotros; y a los collados: Cubridnos.
Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el
seco, qué no se hará?
124. Hablando del día cuando las mujeres no querrían más
La unión invisible de la Novia de Cristo 429
hijos. Ellas quieren un perro o un gato, o algo como eso,
pero ella ya no quiere hijos. ¿Por qué? “Ella sería una ma-
dre anticuada llena de hijos si ella tiene un hijo”. ¿Ven?
Ella no quiere… Ese es el refrán de Hollywood. No quiere
que su mujer sea una madre anticuada llena de hijos. Así
que ella… él se hará una operación, o ella, uno de ellos,
para evitar tener hijos. Ellos no quieren hijos.
125. Jesús habló de eso. ¿Y qué dijo El? “En ese tiempo
ellos empezarán a clamar que las peñas y los montes cai-
gan sobre ellos”.
126. Ella practicará el control de la natalidad para poder ir
a las fiestas. Ella no quiere ser molestada amamantando a
un bebé. Eso la deformará. Cuando ella está embarazada,
lo hará, eso la deformará. Ella no se verá como solía verse.
Y su marido, lo bastante ignorante, para permitirle hacer
eso. Ella no le dará un hijo.
127. Jesús habló de ello. Y Él dijo, que “Cuando ellos es-
tuvieran haciendo esto, en ese tiempo entonces ellos iban
a clamar que las peñas cayeran sobre ellos”. Es la Venida
del Señor.
128. Ellos pagan grandes cantidades de dinero por gatos, y
perros, para ser madres de ellos. Correcto. Ella debe de ser
madre de algo, porque es una naturaleza dada a ella por
Dios.
129. Yo me fijo… Yo cazo animales grandes. Y una osa en
el otoño, cuando ella ha concebido del oso macho, y en-
tonces tiene sus cachorros que le han nacido. Son cacho-
rros de muy buen tamaño, tal vez pesan cien libras o más.
Ella hace que se vayan para que ellos mismos hibernen,
porque ella va a dar a luz a más cachorros. Ellos nacen en
febrero. La osa no sabe nada al respecto.
130. Ellos nacen en un saquito. Cómo Dios hace que ellos
430 Rev. William Marrion Branham
abran estos saquitos, ellos mismos, pequeños...como sa-
quitos de celofán. Ellos buscan la manera; su madre está
profundamente dormida. Ella no ha comido desde octu-
bre, y esto es febrero. Ellos vienen y se amamantan de ella
hasta la mitad de mayo.
131. Entonces cuando ella ve a sus cachorros, ellos son ca-
chorros de muy buen tamaño, pesan tal vez quince, diez
o quince libras, cada uno. Ellos se amamantaron de ella.
Cómo crea la leche, eso sólo es de Dios. Ella vive de sí
misma, y produce leche para los cachorros.
132. Y entonces si ella no concibe, y no tiene cachorros, va
en busca de esos del año, cachorros del año pasado, y les
sirve como madre todo el verano, porque es un instinto
dado por Dios. Ella tiene que ser madre de algo.
133. Y si una mujer no quiere tener un bebé para su marido,
ella tomará a un perro o a un gato, o algo. Ella tiene que
ser madre de algo. Es su naturaleza. Pero para engendrar
un hijo para su marido, y criarlo para el servicio de Dios,
todo eso está completamente fuera del cuadro de ella. Ella
sería tan desgraciada, si lo hiciera, por su sociedad amante
del pecado de este tipo de mujeres de 1965.
134. Es un cuadro verdadero de una iglesia moderna de
hoy día. Ni tampoco la iglesia moderna, quiere a ninguno
de estos niños aquí de Hechos 2:38 en sus alrededores,
llorando a gritos, gritando, hablando en lenguas. Ella no
quiere a ninguno de ellos armando una gritería, y lloran-
do y gritando: “¡Amén! ¡Aleluya!” Qué va, a tal criatura
la echarían fuera inmediatamente de su denominación. Si
ellos tuvieran una cosa como esa en una de las iglesias,
pues, ellos la echarían fuera rápidamente. “¿Por qué per-
miten ustedes que ocurra tal cosa como esa?”
135. Así que vean ustedes, ella está preñada con algo, por-
La unión invisible de la Novia de Cristo 431
que ella está dando a luz miembros todo el tiempo. Pero
ella no quiere a ninguno de esos llorando a gritos, gritan-
do, hablando en lenguas, Hechos 2:38, pues ella piensa
que ellos son criaturas miserables. Ciertamente la aver-
gonzarían a ella. La arruinarían a ella y a su iglesia de
sociedad científica, educada, ética, a la que ella pertenece
aquí. Ellos la echarían fuera al siguiente concilio. Ella no
puede tener eso. Así que ella no quiere estar preñada con
la Palabra porque esa es la única clase que la Palabra pue-
de dar a luz.
136. Nacida del Espíritu de Dios, tiene el Espíritu de Dios
en ella. No una intelectual, unida a la iglesia, unida a un
credo, cabello cortado, cara pintada; no hay tal cosa como
esa en nuestra Palabra. Ustedes no encuentran eso en la
Palabra de Dios. Ustedes encuentran a una criatura cha-
pada a la antigua, santificada, llena con el Espíritu Santo,
nacida del Espíritu de Dios, llorando a gritos, gritando con
fuerza, clamando, alabando a Dios.
137. Todo eso está fuera del alcance de ella. Ella no quiere
Eso. ¡Oh, no señor! No, seguramente que no. ¿Qué es lo
que hace ella entonces? Ella da a luz a un par de caras pin-
tadas, usando pantaloncito corto; a una sociedad Jezabe-
lina, “gatos” ilegítimos, los llaman, creo que sí. Creo que
los llaman gatos. “Miren a ese gato que va allí”, así dicen,
o algo parecido a eso, ustedes saben.
138. Ella nació, o estaba casada, conectada con su primer
marido, el primer Adán, por Eva la esposa adúltera, la
primera esposa de Adán. Ud. dice: “¿Adúltera?” Seguro
que fue. Pero ¡ah!, ella reclama que este Adán, este pri-
mer Adán, está muerto. “Oh, seguro, él murió hace mucho
tiempo. Yo soy nacida otra vez”, ella dice: “y ciertamente
estoy casada con el Segundo Adán, Cristo, la Palabra”.
432 Rev. William Marrion Branham
139. Ahora, observen lo que ella ama. Observen a su aman-
te. ¿Ustedes quieren ver de quién ella está enamorada? La
Palabra dice esto, pero ella dice: “Mi iglesia dice esto”.
¿Entonces de quién está ella enamorada? ¿Quién es su ma-
rido? Sus propios frutos demuestran lo que ella es. Eso es
exactamente lo correcto. Muestra lo que ella es. Fíjense.
Ella nació primero de Adán, porque ese es su nacimien-
to natural. ¿Ven? Y ella nunca dejó eso. Eso es ser una
amante del mundo. Ella reclama que es nacida la segunda
vez de Cristo. Pero su amante, fíjense, es Adán todavía,
porque ella ama al mundo.
140. Y otra cosa, fíjense qué clase de hijos ella está engen-
drando. Eso dice quién es el papá de ellos, si es el primer
Adán o el Segundo Adán. Si la Iglesia da a luz un hijo
del Segundo Adán, él actúa de la manera que el Segundo
Adán actúa, como ellos lo hicieron en el Día de Pente-
costés. Esos son los verdaderamente genuinos hijos del
Segundo Adán. Eso es correcto. La naturaleza de ellos es
como la de él y de ella. Sí, señor. Sus hijas: caras pintadas,
cabello cortado, usando ropa de hombres, pantalones. La
Biblia le dice que ella “no lo haga”. Ella se corta su cabe-
llo. “Es una vergüenza para ella”. Usted dice: “No hable
sobre eso”.
141. Eso es lo que la Palabra dice. Yo únicamente estoy se-
ñalando la naturaleza. Eso es lo que ella hace.
142. Sus hijos, sus hijos nacidos de ella, dependen en la
educación, la instrucción, en alguna escuela Bíblica, así
llamada, algún gran colegio que supuestamente ha esta-
do por mucho tiempo, empollándolos al estilo de alguna
clase de incubadora. Buscadores denominacionales, re-
ligiosos como Caín, tan ilegítimos a la Palabra como lo
fue Caín; correcto, tan maligno, tan ilegítimo como lo era
La unión invisible de la Novia de Cristo 433
Caín, seguro, buscadores denominacionales. ¿Ven ustedes
lo que es?
143. Dios nunca organizó una denominación. Él siempre ha
estado en contra de ella. Su Palabra está en contra de ella.
144. Pero ellos se aferran a ella, así que ustedes ven lo que
ellas están trayendo. Eso muestra quién es el papá y la
mamá de ellos. ¡Exactamente! ¡Exactamente! Tan ilegíti-
mos como Caín lo era. Esa es la clase de hijo que él trajo
por Eva. Ellos se apartaron de la Palabra, entonces ven lo
que ella produjo. Eso es exactamente lo que la iglesia ha
producido, la misma cosa.
145. Puedo probárselo a ustedes con la Palabra, que de allí
es de donde proviene la educación y la civilización, de
Caín. Eso es exactamente la verdad. Porque ellos recla-
man ser hijos de Dios, pero ellos son un engendro deno-
minacional, eruditos enseñados denominacionalmente, y
todo lo demás. Eso es exactamente la verdad. ¡Sutil, sa-
bio! ¡Qué va! Así era la serpiente, su padre. Predicadores
tan sutiles y científicos como lo era Caín. Eso exactamen-
te la misma cosa. Ustedes dicen: “¿Hermano Branham, es
eso verdad?”
146. Abran a Génesis 4:16 y dense cuenta. Retrocedamos
aquí en Génesis 4:16, por sólo un momento, y ustedes se
darán cuenta cómo sucedió eso.
Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en
tierra de Nod, al oriente de Edén.
Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a
luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la
ciudad del nombre de su hijo, Enoc.
147. Hasta Tubal, desde allí, comenzaron a venir, diseña-
dores de instrumentos, música, y demás. ¡La civilización
vino de Caín! Correcto. Edificando ciudades, instrumen-
434 Rev. William Marrion Branham
tos, hombres científicos provinieron de Caín, la simiente
de la serpiente. Ahora, fíjense en el versículo 25.
Y conoció de nuevo Adán a su mujer,
148. Ahora, él la conoció una vez y ella tuvo dos hijos. Es-
cudriñe la Escritura. Ella tuvo a Caín y a Abel. Un acto, y
dos hijos.
149. Me dijeron no hace mucho tiempo, que eso no po-
día ser, suceder. Tenemos un caso en Hollywood. ¿Ho-
llywood? Tenemos un caso en Tucson ahorita mismo, en
el juzgado. Una mujer dio a luz a un niño de color y a
un niño blanco, a la misma vez. Dicen que ella no puede
hacerlo. Ella puede tener dos simientes fértiles, también.
Lo tienen en corte ahora. Yo sé que las perras lo hacen.
Los animales lo hacen. Y ella llegó allá. El hombre blanco
dijo: “Yo mantendré a mi propio hijo, pero no a él”.
150. Y la mujer confesó. Ella estuvo con su esposo esa ma-
ñana, y con el hombre de color esa tarde. “Y si es en él”,
el doctor dice, “si es en el espacio de veinticuatro horas,
sucederá si hay otra simiente fértil allí”. Y ella lo logró.
151. Y eso es exactamente lo que sucedió aquí. Caín esa...
Satanás, esa mañana, en la serpiente; y Adán, esa tarde.
Cuando ella... Y ella tuvo dos hijos. Ahora, conoció de
nuevo Adán a su mujer (la segunda vez); la cual dio a luz
un hijo,...
152. Recuerden, no hay ningún lugar en la Biblia que diga
que Caín era hijo de Adán. Dice: “Él era del maligno.” No
de Adán, del diablo. Conoció su... la segunda vez, y tuvo
un hijo, y llamó su nombre Set: Porque Dios, dijo ella, me
ha sustituido... (Esa no era la verdadera simiente) ...susti-
tuido otro hijo en lugar de Adán, a quien mató Caín. Y a
Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós: y
entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre del
La unión invisible de la Novia de Cristo 435
Señor.
153. No de la genealogía de Caín, sino de la genealogía de
Set. “Así que Caín es del maligno”. De allí viene la ser-
piente.
154. Ahora, fíjense. La Biblia claramente dice aquí que el
primer marido debe estar muerto. No solamente estar se-
parados, él tiene que estar muerto.
155. Yo acabo de predicar sobre Matrimonio Y Divorcio,
y todos ustedes saben acerca de eso. Ahora, yo no estoy
hablando solamente a esta congregación aquí, sino a toda
la nación. Muy bien. Ahora, ustedes saben lo que sucedió
allá en Matrimonio Y Divorcio. Cuando Los Siete Sellos
fueron abiertos, eso trajo la Verdad genuina de eso.
156. Así que, para estar casado con el Segundo Adán, Cris-
to, la Palabra, usted debe separarse por la muerte, de su
primer marido denominacional, porque no hay ni una de
ellas que pueda tomar toda la Palabra de Dios. Sólo mués-
treme en dónde hay una. “¡Ah!”, dice usted, “la mía”. El
otro fulano dice que la de él, también. Póngalos juntos, y
usted se da cuenta que ustedes dos están mal, tan pronto
que usted se denominó. Lea Apocalipsis 17. Así que uste-
des ven que tienen que estar muertos de esa cosa.
157. Ahora, yo no estoy hablando a esta asamblea local, es-
toy hablando a toda la nación. Usted debe de estar muerto
a su primer marido. Si usted está unido a Cristo y todavía
está casado a una denominación, usted es una adúltera.
Usted es Laodicea.
158. Una Iglesia por toda la nación, nosotros estamos si-
guiendo a Jesucristo, la Palabra. Para estar en la Novia,
usted tiene que volverse a casar con la Palabra de Dios, la
cual es Cristo. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era
con Dios y el Verbo era Dios. Y el Verbo fue hecho carne,
436 Rev. William Marrion Branham
y habitó entre nosotros”.
159. Mientras usted se aferre a las tradiciones denomina-
cionales de hombres, usted es llamado, en la Palabra de
Dios, “una adúltera”. Mientras usted sea un buscador de
credos denominacionales, perteneciendo a una iglesia de-
nominacional que niega la Palabra, usted es “una adúlte-
ra”. Eso es lo que la Biblia dice.
160. Jesús dijo: “Tú no puedes servir a dos dioses a la
misma vez. Tú sirves a Dios o a mamón”. Mamón es “el
mundo”. “El que ama al mundo, o las cosas del mundo,
el amor de Dios ni siquiera está en él”. La Simiente de
Dios no puede estar en él al mismo tiempo que el amor del
mundo está allí. Cuando la Simiente de Dios está obrando
a través de usted, eso es la Palabra de Dios. El amor del
mundo no puede estar allí al mismo tiempo. ¿Ahora, en
dónde está el cabello cortado y los pantaloncitos cortos, y
las caras pintadas? ¿Ahora, en dónde está?
161. Ustedes no pueden ser virtuosos para Cristo, la Pala-
bra de Dios, y servir a una denominación hecha por el
hombre al mismo tiempo. Es contrario a la Palabra. Pablo
dijo aquí: “¿En dónde?” En Romanos 7.
162. Ni tampoco ustedes pueden engendrarles hijos de
Dios, de Su Palabra, a este grupo ilegítimo denominacio-
nal. Ustedes no pueden hacerlo. En la incubadora de us-
tedes no pueden dar a luz a un hijo de Dios Palabra. Yo le
estoy hablando a la iglesia. Pero todavía reclaman ser muy
religiosos. También Caín lo era, el hijo de la prostituta
Eva, muy religioso; edificó altares y ofreció sacrificio, y
pagó sus diezmos, e hizo todo lo que cualquier otro hom-
bre religioso haría. Pero él falló en guardar esa Palabra. El
falló por no tener la revelación.
163. Y la revelación es la única cosa, la revelación de la
La unión invisible de la Novia de Cristo 437
Palabra. ¿Qué es una revelación? Jesús dijo: “Sobre esta
Roca edificaré Mi Iglesia, y las puertas del infierno no pre-
valecerán contra Ella”. Fe es una revelación; porque Fe ha
sido revelada a usted.
164. Abel, por fe ofreció por revelación, ofreció por fe a
Dios un sacrificio más excelente que el de Caín.
165. Caín pensó que ellos comieron manzanas. Todavía tie-
nen esa idea, pero eso no fue. Fue adulterio, la simiente de
la serpiente. Y allá cuando los Siete Sellos se abrieron, lo
declaró y lo probó. Mi libro sobre eso, acaba de salir. Yo
creo que, tenemos mil aquí ahora. Fíjense. Eso es Escritu-
ral, desde Génesis hasta Apocalipsis, en el tiempo del fin,
ambos árboles están llegando a la simiente y ellos mismos
están probándose.
166. Aquí estamos hoy día, Laodicea y la Novia. Tan cla-
ro y hermoso como puede ser en la Escritura, y aquí de-
lante de sus rostros. Ustedes no pueden servir a Dios y a
mamón. Ustedes no pueden ser unos Cristianos virtuosos
creyentes de la Biblia, y asociarse en un asunto denomina-
cional. Ustedes simplemente no pueden hacerlo al mismo
tiempo. Uno tiene que estar muerto para dejar que el otro
viva.
167. Ni tampoco ustedes pueden engendrar hijos de la Pa-
labra de Dios. Ni tampoco puede la iglesia darlos a luz.
Ellos no quieren ninguno de esos niños llorando a gritos,
gritando y hablando en lenguas, y todas esas cosas. Us-
tedes no pueden hacer eso en una iglesia denominacio-
nal. Ellos no lo aceptan a usted. Ellos no los crían de esa
manera. Ellos los llevan y estrechan sus manos y dicen:
“Si usted cree, usted lo tiene. Mientras que usted ponga
su nombre en el libro, eso es todo lo que usted tiene que
hacer”. ¿Ven? Son niños ilegítimos a la Palabra. Todavía
438 Rev. William Marrion Branham
reclaman ser religiosos.
168. ¡Tan preñada con la sabiduría y el conocimiento de
Satanás, ha resultado la iglesia! Ellos envían a su gente
a la escuela, para aprender cómo decir, “amén” correc-
tamente. Ellos aprenden cómo decir todo esto, y ser muy
intelectuales. ¿Qué es? ¡Es la preñez del diablo! ¿Con qué
preñó Satanás a Eva? Con no creer la Palabra, por intelec-
tualidad, por intelecto, y arruinó a toda la creación. Eso
es exactamente lo que ella ha hecho en la Palabra hoy, la
iglesia. Ella misma se preñó con escuelas Bíblicas y cole-
gios, y cosas por el estilo, lectura, escritos, y aritmética, y
ellos saben tanto acerca de Dios como lo que un Hotentote
sabría acerca de un caballero Egipcio. Ellos saben todos
sus credos, sus devocionarios, y todo lo demás, pero no
saben nada acerca de Dios.
169. Ellos saben cuándo la Palabra es vindicada, cuando
Dios habló allá en el pasado y designó Su Palabra a cada
generación a medida que ellos venían. Luego vino Noé, y
él les predicó a esa generación.
170. Ahora, ¿qué si Moisés hubiera venido y dicho: “Cons-
truyamos un arca.”? Él hubiera estado completamente
fuera de lugar. Pero él era un profeta, él tenía la revelación
de Dios.
171. Dios lo vindicó ser la Verdad. El sacó a los hijos, sacó
a Israel, y mostró la Columna de Fuego delante de ellos, y
vindicó al profeta; y dijo exactamente lo que El haría, y Él
lo hizo.
172. Ellos dijeron: “Que no hable Dios. Que hable Moisés,
no vaya a ser que perezcamos”.
173. Él dijo: “Yo ya no les hablaré a ellos de esa manera,
pero les levantaré profetas, y ellos hablarán”.
174. Ahí estuvo Isaías parado allí, dijo: “Una virgen conce-
La unión invisible de la Novia de Cristo 439
birá.” Un hombre como él en un día cuando... ¿Cómo va
a concebir una virgen? “A nosotros un Hijo nos es nacido,
un niño nos ha nacido, un Hijo nos es dado. Se llamara
su nombre Consejero, Príncipe de Paz, Dios Todopodero-
so, el Padre Eterno. Sobre el trono de David su padre, El
reinará y no habrá fin a Su Reino”. ¿Cómo va a ser eso?
Él no sabía. Él sólo habló lo que Dios dijo. Es más allá
de cualquier imaginación intelectual. Es más allá de cual-
quier investigación científica. ¡Es la Palabra de Dios!
175. Ahora nosotros educamos a nuestros estudiantes de
seminario, en toda clase de teología Bíblica y cosas como
esas, teología hecha por hombres. Tiene mucho de iglesia,
exactamente una Laodicea, como Dios dijo que sería. ¡Oh
hermano! Cuando yo miro eso, me hace temblar. ¡Preñada
con concepción intelectual! Usted tiene que ser un gradua-
do de la escuela secundaria antes que Ud. pueda aun en-
trar. Usted tiene que pararse ante un psiquiatra antes que
usted pueda ser ordenado.
176. ¿Pudieran ustedes imaginarse a Pedro, a Santiago y a
Juan ir ante un psiquiatra?
177. ¿Recuerdan que ciento veinte allá arriba, ni siquiera
podían firmar sus propios nombres? ¿Pararse ante un psi-
quiatra, para ver si ellos... si todos sus... si sus reflejos
estaban bien y demás? Ellos tenían un reflejo, pero no era
el de la concepción intelectual o la investigación científi-
ca, era a través del poder de Dios. Cuando los tocó, ellos
no sabían nada que hacer, sino actuar en lo que el Espíritu
Santo les dijo hacer. Ellos no le prestaron atención a nin-
gún intelectual, a lo que la iglesia dijo, y a lo que el sacer-
dote dijo, y a lo que este dijo, o a lo que ese dijo. Ellos se
movieron por el Espíritu; hombres sin temor.
178. Primera de Juan 2:15, Él dijo: “Si amáis al mundo,
440 Rev. William Marrion Branham
o las cosas del mundo, el amor de Dios ni siquiera está
en ti.” ¿Así que cómo puede usted estar preñado con la
Palabra de Dios la cual condena al mundo, condena a Ho-
llywood, condena toda su moda, condena todas estas fies-
tas y alborotos, y a lo que supuestamente ellos tienen en el
nombre de religión? ¡Lo condena! ¿Cómo puede la Pala-
bra preñar a una persona? ¿Cómo puede a una mujer con
cabello corto, cara pintada, usando pantaloncito corto?
179. ¿Cómo puede ir un predicador, aquí a un seminario,
y mirar en Hechos 2:38, y ver que no hay una persona en
la Biblia que alguna vez se haya bautizado en esos títu-
los, y luego continuar diciendo que él está preñado con
la Palabra de Dios? ¡Él les está diciendo una mentira! Él
vendió su primogenitura. Él cometió adulterio en contra
de la misma cosa que él dijo. Él es repudiado y divorciado.
Dios va a tener una Iglesia virtuosa, exactamente, ¡una
Novia!
180. La Biblia dice: “La Palabra no está en ustedes” ¿Así
que qué clase de hijos están ustedes engendrando? Deno-
minacionales preñados. No ha habido muerte para sepa-
rarlos a ustedes de su primer amante.
181. “¿Qué pensarán los Jones si yo lloro y hablo en len-
guas? ¿Qué pensarán ellos si yo me rebautizo?” ¡Qué
tontería! ¿Está usted casado con los Jones? ¿Está usted
casado con la iglesia? ¿O está usted casado con Cristo, la
Palabra?
182. Ahora, por eso es que ella todavía está engendrando
sus hijos. ¿Qué clase de hijos tiene ella? Aquí están algu-
nos de sus nombres que ellos se dan hoy: gatos, beatles,
monstruos, rickys, ricketas, gatos, beatles, esos son miem-
bros de iglesia. Seguro. Todos ellos son sus hijos, hijos de
Caín, los cuales son hijos de la bestia sutil, tan lisonjeros
La unión invisible de la Novia de Cristo 441
a más no poder.
183. Ahora denle una buena mirada por un momento, con
su propio discernimiento espiritual, a su alma. Sólo mi-
ren alrededor. Yo estoy hablando ahora por toda la nación.
Sólo miren por unos cuantos minutos, Ustedes allá en el
Tabernáculo Branham, ustedes en los tabernáculos en la
Costa Occidental, y en Arizona, y en todas las partes que
ustedes estén. Examínense ustedes mismos por unos cuan-
tos minutos. Ustedes dicen: “Ese Mensaje que usted está
predicando, Hermano Branham, está errado”. Examínense
ustedes mismos por un momento. Permitan que el Espíri-
tu Santo escudriñe sus mentes con la Palabra. Estarán de
acuerdo con el Mensaje. Permitan que Cristo, la Palabra
ungida, examine sus propias conciencias. Permitan que
entre en ustedes, vean si eso es correcto o no. Y eso es
sólo una o dos cosas que yo menciono, cuando hay cientos
de ellas.
184. ¿Está de acuerdo la Biblia con que una mujer se corte
el cabello? ¿Cree la Biblia, está de acuerdo con tres bau-
tismos en el “Nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo?”
No hay tal cosa. ¿Está la Biblia de acuerdo con que las
mujeres usen ropa de hombres? Bueno, sólo tomen esas
tres allí, cuando hay cientos más. Escudríñenlo a la Luz de
la Palabra de Dios.
185. Usted dice: “Yo soy un miembro de iglesia.” También
lo era Caín. También lo era Eva. La Biblia predice en los
últimos días, que Laodicea sería igual.
186. Permitan que el Espíritu Santo escudriñe sus concien-
cias, y ustedes estarán de acuerdo con Daniel 5:12, cuando
la reina vino delante de Belsasar, y dijo que ella sabía que
había un profeta, Daniel, que estaba entre ellos, y que él
era uno que resolvía dudas. Permita usted al Espíritu San-
442 Rev. William Marrion Branham
to… Él es el profeta del día… Permítale que entre en su
corazón ahora y examine con la Palabra de Dios, y las du-
das acerca del Mensaje serán todas resueltas. Él resuelve
todas las dudas. Usted se da cuenta, que es exactamente la
Palabra para este día.
187. Usted no puede predicar el mensaje de Lutero hoy.
Eso va con ello, pero eso son los pies. No puede predicar
el de Wesley. No puede predicar el de los Pentecostales.
Estamos mucho más allá de eso. Ellos se denominaron y
murieron. Ellos son el tallo.
188. El tallo salió con la hoja, en la primera condición de
la iglesia. Ahora, eso allí no se mira como el primer grano
que cayó dentro de la tierra, el trigo.
189. Lo segundo que salió, fue el polen. Eso todavía no se
parece al grano. Se parece más a él. Se va acercando más a
la imagen del grano verdadero. Pero las hojas ciertamente
no se parecen al grano que cayó dentro de la tierra. Es un
portador de la Vida que estaba en el grano. ¿Pero qué hizo
él? Se denominó, y de la misma manera que la naturaleza
cuadra con ello, murió.
190. Entonces la Vida corrió hacia arriba para entrar en la
borla. Tiene un montón de pequeñas bolas colgándole, se
parecen a granos en él. Se parece al verdadero grano, pero
no es.
191. Luego entra al forro. ¿Y qué es lo que trae? Un forro.
192. Ahora, usted toma un grano de trigo. Cuando primero
empieza a salir, como dijo Jesús, “Un grano de trigo,” y
usted toma ese trigo y lo abre, lo corta del tallo, lo mira,
y dices: “Tenemos un grano de trigo,” tenga cuidado. Es
exactamente como el grano, pero no hay ni una pizca de
grano allí. Es el forro.
193. Allí están los Pentecostales. Tal como dijo Mateo
La unión invisible de la Novia de Cristo 443
24:24 dice que engañaría a los Elegidos en los últimos
días, si fuese posible. Pero usted quite hoja por hoja. No
tiene ningún grano. El grano está allí atrás. ¿Ven?
194. Y luego la Vida sale de esa denominación, y se mete al
grano. ¿Entonces qué sucede? Cuando el grano comienza
a crecer, y se pone más grande, para que pueda cubrir so-
bre algo, la denominación se aparta de eso. ¿Por qué no
tenemos una denominación de esto? Ellos nunca serán. Es
el grano. No puede ir más adelante. Estamos en el tiempo
del fin. ¿Qué tiene que hacer ahora? Ponerse en la pre-
sencia del sol para ser madurado. Eso es exactamente. La
Palabra siendo madurada en su corazón para traer y vivir
lo que estamos hablando. Sí, señor.
195. Entonces usted no tendrá ya más dudas, si usted per-
mite al Espíritu Santo revelárselo. Como lo que dijo la
reina acerca de Daniel.
196. Usted pudiera decir: “¿Qué tiene que ver todo esto con
acción de gracias? ¿De qué está usted hablando, Hermano
Branham? Ya son un cuarto para las nueve. Usted no ha
dicho nada respecto a acción de gracias”. ¡Qué mensaje
para la ocasión, para mí! Sí, verdaderamente lo es.
197. Los padres peregrinos estaban muy agradecidos por
su nueva manera de vida, habiendo sido separados de an-
tiguas denominaciones inglesas y credo. Ellos podían ca-
sarse con la nueva Palabra ungida para su edad; correcto,
la nueva Palabra ungida para su edad, para su día.
198. Nosotros también podemos estar agradecidos, como
peregrinos, al igual que Abraham, nos hemos separado de
las cosas del mundo, de todos nuestros asociados. Abra-
ham fue un peregrino. Dios nos ha separado de todas las
religiones muertas. Yo le estoy hablando a toda la nación
en estos momentos, de todos los credos muertos. ¿Para
444 Rev. William Marrion Branham
meternos a qué? Nos separó, y nos abrió una nueva tierra,
un nuevo Mensaje para este día.
199. Los Pentecostales se secaron y murieron. Como Lute-
ro, Wesley, y el resto de ellos, no es más que un montón de
iglesias que se han juntado. Todavía hay gente buena allí,
que tiene que salir.
200. ¿Qué hizo Él? Él abrió los Siete Sellos del último
Mensaje. ¿Se fijaron ustedes en eso? Los Siete Sellos. En
los cuales todos los misterios de las siete edades de la igle-
sia estaban sellados con siete sellos. Los reformadores no
tuvieron tiempo para hacerlo en sus días. Ellos no vivie-
ron el tiempo suficiente. Pero esta revelación bendita de
los siete sellos es abierta a nosotros en estos últimos días
procedente de una profecía que me envió para Arizona.
201. Como le pregunté a Dios el otro día: “¿Qué estás ha-
ciendo conmigo aquí en este desierto?”
202. ¿Sabían ustedes que Moisés escribió el Nuevo Testa-
mento... o, el Antiguo Testamento? Seguro que lo hizo.
Los primeros cuatro libros dan las leyes, todo; Génesis,
Éxodo, Levítico, y Deuteronomio. Él escribió el Antiguo
Testamento. Para hacer eso él tuvo que dejar todos sus
asociados y amados e ir a un desierto.
203. Pablo escribió el Nuevo Testamento. Correcto. Él es-
cribió Romanos, y todo el resto de ellos: Hebreos, y Timo-
teo, y demás. Y para hacer eso, él tuvo que separarse e ir
a Arabia a un desierto por tres años y recibir la revelación
de Dios.
204. “Ah,” usted dice: “¿Qué de Mateo, Marcos, Lucas y
Juan?” Ellos fueron escribas que solamente escribieron lo
que Jesús hizo.
205. Pablo se separó, y juntó la Palabra. Correcto. Bueno,
entonces, miren, eso se requirió, y tuvo que ir a un desier-
La unión invisible de la Novia de Cristo 445
to, separado de sus amados…
206. Recuerdan que, “¿Qué Hora Es, Señor?” ¿Cuántos
lo han escuchado alguna vez? Digan: “Amén”. ¿Fue eso
exactamente correcto? Entonces tenemos la revelación en
estos últimos días para el Mensaje del Señor Dios para
reunir a Su Novia. A ninguna otra edad se le ha sido pro-
metido. Es prometido en esta edad. Malaquías 4, Lucas
17:30, San Juan 14:12, Joel 2:38. Esas promesas son exac-
tamente como Juan el Bautista identificándose él mismo
en la Escritura.
207. Jesús mismo se identificó. ¿Qué dijeron ellos? “¡Que
se vaya esa persona! Juan es un hombre salvaje”. La igle-
sia no fue capaz de recibirlo. Ese es el patrón. Ni tampoco
la iglesia lo recibirá hoy.
208. Pero para los Elegidos, Dios está llamando. A los Ele-
gidos, ellos lo saben. Llamando a la Novia virtuosa, la
Palabra, la Iglesia del último día, la Señora Elegida de
nuestro Señor Jesucristo, la Palabra. Si Jesús es la Pala-
bra… ¿Cuántos creen eso? Muy bien. Entonces, la Novia
siempre es parte del Novio, así que la Novia no será una
denominación. Tendrá que ser la Palabra, manifestada,
para ser la Novia de Cristo. Él prometió hacerlo. Él dijo
cómo Él lo haría. Él nunca pierde Su patrón. Él siempre lo
hizo por el patrón. Él lo ha hecho cada vez por el patrón.
Él lo hace otra vez. Llamando a Su Novia virtuosa en los
últimos días. La hermosa Rebeca esperando a Su Isaac.
¡Qué tiempo hermoso!
209. Aquí trae a la vista los dos Libros que van a ser miste-
riosos para ustedes cuando lean el libro de Las Siete Eda-
des de la Iglesia. Hay dos Libros. El Libro de la Vida, uno
dice que usted puede poner su nombre en él que nunca se
borra; el otro dice que Él quita su nombre del Libro de
446 Rev. William Marrion Branham
la Vida. Esto lo trae perfectamente a la vista, aquí. Voy a
detenerme por unos cuantos minutos, tal vez, sobre unas
cuantas notas aquí, y tocar esto antes que terminemos.
210. La vida es una cosa sagrada para Dios, y está registra-
da en un Libro. Dios es el autor de la vida. ¿Ustedes creen
eso?
211. Nuestra vida natural aquí, que tenemos, sólo es una
perversión. De hecho debería ser la vida correcta, para
empezar, pero está pervertida por el nacimiento natural.
En la primera vida, o en su primera unión, usted fue uni-
do en un nacimiento por naturaleza, un acto natural. Fue
un ser humano natural siendo asociado, hombre y mujer
juntos, asociados juntos en un asunto sexual, lo cual trajo
su primera vida aquí, y eso está asociado con pecado y
muerte. ¿Cómo pueden ustedes fallar en ver la simiente de
la serpiente?
212. Cuando ustedes ven a la mujer un producto secunda-
rio; no hay otra hembra como ella, hecha en ese orden,
sabiendo que ella pudiera ser engañada. Dios sabía… Si
Él no sabía el fin desde el principio, entonces Él no era
Dios. Si Él no es infinito… si Él no es... Y Él no puede ser
infinito sin ser omnisciente, omnipresente, sabiendo todas
las cosas, Eternal. Así que Él sabía todas las cosas, y Él
tenía que hacer a esa mujer.
213. El hombre no tenía una esposa. La esposa y el hombre
eran la misma cosa. Él tenía el espíritu femenino y mascu-
lino en él mismo.
214. Él tuvo que separarlo, tomar un producto secundario,
después que toda la creación fue hecha. Ninguna hembra
creada por Dios, en la creación original, puede hacer una
cosa como esa. Ella fue hecha así, para hacerlo. Él sabía
que ella lo haría. Si Él no lo hubiera sabido, Él no era
La unión invisible de la Novia de Cristo 447
Dios.
215. Pero, ven, los atributos que están en Dios tenían que
ser desplegados. Él iba a ser un Salvador. Y para hacer
todo perfecto, de la manera que Él lo tenía, entonces no
podía haber nada que se perdiera. ¡Oh, no sean niños!
Sean hombres y mujeres. Estamos en el fin del camino.
Fíjense.
216. Ahora, era la naturaleza, asociada con muerte. El pri-
mer marido que tenía potestad sobre ustedes, era la natu-
raleza de ustedes por nacimiento natural. Por naturaleza,
ustedes aman al mundo porque ustedes son el mundo, y
parte del mundo. ¿Es correcto eso? Sus deseos eran por
naturaleza, amar al mundo del cual ustedes son una par-
te. Ustedes son una parte de la naturaleza. ¿Creen ustedes
eso? Y eso es la cosa natural de ustedes.
217. Esa es la razón que ustedes tienen que nacer otra vez.
Ustedes tienen que separarse; ustedes tienen que morir a
ese primer marido. Ustedes no pueden vivir con él. Uste-
des no solamente pueden decir: “Bueno, yo lo voy a divor-
ciar, y lo voy a colgar aquí hasta que llegue la ocasión”.
No, señor. ¡No divorciarlo! ¡Él muere! ¡La naturaleza del
mundo tiene que morir! ¡Cada partícula de él tiene que
morir! ¡Usted tiene que ser reunido otra vez, con otra Na-
turaleza!
218. El nombre de su primera naturaleza nació, y fue puesto
en un libro de vida. Todos sus hechos fueron escritos en
él, también. Todo lo que usted hizo bajo esa naturaleza fue
puesto en el libro llamado, el libro de la vida.
219. Ustedes se fijaron, en Daniel, cuando él se acercó “al
Anciano de Días, Cuyo cabello era tan blanco como la
lana. Millares de millares vinieron con Él, para ministrar-
le a Él; la Novia. Y entonces los libros fueron abiertos”.
448 Rev. William Marrion Branham
“Y otro Libro fue abierto, el cual era el Libro de la Vida”.
¿Ven? Ya hay santos allí, la Iglesia, la Novia. “Otro Libro
fue abierto, el cual era el Libro de la Vida”.
220. Ahora, vean, pero cuando usted fue separado de esa
unión, por la muerte espiritual... Su deseo natural es cor-
tarse su cabello. Su deseo natural es usar pantaloncito cor-
to, pintarse su cara. Su deseo natural es ser intelectual, un
hombre inteligente, saber algo mejor que el otro. Eso es lo
que Eva quiso. Esa es la mismísima cosa que ella quiso.
221. Bueno, usted dice: “¿Tú insignificante, pedacito de
predicador, parado allí me va a decir a mí? Yo he recibido
un PhD.” Eso lo hace a usted alejarse más de Dios, cada
vez que usted añade una cosa. ¿Ven?
222. ¿Ven? Correcto. Es la verdad. ¿Ven?
223. Eso es lo que Eva tomó. Ella fue preñada con esa clase
de preñez. Con eso está la iglesia hoy, por medio de las es-
cuelas Bíblicas e intelectuales. Y miren, cada uno está en
desacuerdo uno con el otro; un gran enredo, exactamente
lo que la Biblia dijo, “Babilonia”.
224. La Novia sabe en dónde Ella está parada. Ella son muy
pocos. No habrán muchos salvos; solamente muy, muy,
muy pocos. Usted dice: “Bueno, allí dice ‘miles”. Sí. Pero
ellos han salido a través de los dos mil años, también, de
cada edad de donde Ella salió. Cada...
225. La edad de Lutero y ese grupo; y luego murieron, y
ellos fueron y se denominaron; luego Wesley; luego vinie-
ron los Pentecostales, y demás. Todas las pequeñas ramas
de bautistas que salieron, presbiterianos, metodistas, na-
zarenos, santos peregrinos y demás, ven, todas esas ramas
salieron de allí como la hoja.
226. Pero, recuerden, cuando cayó, y el grano empezó a
madurarse. Ustedes se dan cuenta, que antes que el grano
La unión invisible de la Novia de Cristo 449
pueda madurarse, todo en ese tallo tiene que estar muerto.
¡Aleluya! ¿Pueden ver en dónde estamos parados? La Vida
está en el grano otra vez. ¿Qué es? Exactamente igual al
mismo grano que cayó dentro de la tierra, el mismo Jesús
en la forma de Novia, el mismo poder, la misma Iglesia,
la misma cosa, la misma Palabra. La misma Palabra subió
por todo esto y sale aquí y llega a la cabeza aquí. Y toda
esa Vida que vino a través de allí, levantó a Su pueblo.
Ahora está formándose en una cabeza para el rapto. Estaré
hablando sobre eso mañana por la noche, o la noche que
sigue, una de ellas, si es la voluntad del Señor.
227. Bueno, usted está separado de su primera unión, por
muerte espiritual. Ahora usted es nacido otra vez, o casado
otra vez, por la nueva unión espiritual; no su vida natural
de las cosas del mundo, sino de Vida Eterna. Ese germen
que estaba en usted en el principio, lo encontró a usted.
228. Ahora, su libro viejo se ha ido con su unión vieja. Aho-
ra, su nombre en su viejo, ha sido transferido. Ahora, us-
ted dice: “Quiere decirme usted que mi libro viejo Dios lo
puso en el mar de Su Olvido.” Usted está parado perfecto
delante de Dios.
229. Ahora, su nombre está ahora en el Libro nuevo; no en
el libro de la vida, pero en el Libro de la Vida del Cordero,
lo que el Cordero redimió. No el libro viejo de su unión
natural, pero en su nuevo, como Novia. ¡Aleluya! Su vida
nueva está en el Libro de la Vida del Cordero, su acta de
matrimonio, aleluya, en donde su germen verdadero Eter-
no, desde el principio, se ancla. Ahora usted no sólo es
perdonado, sino que usted es justificado. ¡Gloria! “Justifi-
cado”, Romanos 5:1 dice. Sí. Romanos 5:1 dice: “Siendo
pues justificados por fe”.
230. Busquen la palabra. La palabra no significa perdona-
450 Rev. William Marrion Branham
do. La palabra significa justificado. No significa que usted
es perdonado.
231. Por ejemplo, escuchó que yo me emborraché e hice al-
gunas cosas malas y todo. Entonces usted viene, diciéndo-
me, se dio cuenta que yo no las hice, entonces usted viene,
dice: “Hermano Branham, yo lo perdono”. ¿Me perdona?
Yo no lo hice en primer lugar. ¿Ven?
232. Ahora, si yo lo hice, yo soy culpable. Pero usted pu-
diera perdonarme, y yo no sería culpable. Pero aun así yo
no soy justificado, porque de hecho yo lo hice.
233. Pero la palabra justificado, es como que usted nunca lo
hizo. Amén. Ni siquiera es tomado en cuenta, en lo abso-
luto. ¿Cómo es hecho esto? En el Libro de Dios del Mar
del Olvido, su libro viejo y matrimonio es divorciado y
muerto. Ni siquiera está en las memorias de Dios. Amén.
Usted está justificado. “Por lo tanto siendo justificado”.
Fue acusado. Usted fue acusado. Usted nunca lo hizo, en
primer lugar. La unión vieja está en el Mar del Olvido de
Dios. Usted no estuvo casado con ello, para empezar. Él,
el Novio, llevó la deshonra Él mismo por usted, en lugar
de usted. Él tomó el lugar de usted, porque usted fue pre-
destinado por Él, para estar en Su Novia, antes de la fun-
dación del mundo. Así dice la Biblia. Usted es la Simiente
predestinada.
234. ¿Cómo vino usted a hacer esto? Usted fue engañado
por su primer matrimonio, por su madre adúltera, Eva. No
es culpa de usted. Por su nacimiento natural, usted viene
de acuerdo a Eva, quien cometió adulterio. Esa es la razón
que usted nació un adúltero. Usted es un pecador, para
empezar. Correcto. Usted fue engañado en ello. Usted no
tenía... No es su culpa.
235. Usted nunca lo hizo. Porque, ese pequeño germen que
La unión invisible de la Novia de Cristo 451
estaba en usted, iba a ser usted, antes de la fundación del
mundo. Dios puso su nombre en el Libro de la Vida del
Cordero.
236. Como mi historia del pequeño águila, todos ustedes la
han oído. Una gallina... Un granjero puso una gallina en
una ocasión. Así que él no tenía suficientes gallinas... hue-
vos para poner debajo de la gallina. Así que entonces, él
encontró un huevo de águila, y se lo puso debajo. Cuando
el águila nació, era la gallina más rara que esas gallinas ja-
más habían visto, el pequeño águila la seguía. Y la gallina
hacía: “Clac, clac, clac, clac”.
237. El pequeño aguilucho decía: “Yo no entiendo el soni-
do de esa cosa, pero la voy siguiendo de todas maneras.”
238. Y salieron afuera en el corral de la granja y empezaron
a escarbar en las pilas de estiércol. Y ella hizo: “Clac, clac,
clac”. Esto está bueno. Esto está bueno. Únete a nosotros.
Y esto es lo que...
239. Ese pequeño águila, él no podía comer esa cosa. ¿Ven?
Él solamente seguía a la gallina, porque él no sabía. Él no
sabía qué hacer. Y entonces ella salió allá afuera, cogía
esto o eso. El pequeño águila sólo... tenía que soportarlo,
pero él no sabía cómo hacerlo. Pero él había visto a todas
las gallinas haciéndolo, pero había algo diferente. A él no
le gustaba eso.
240. Así que, un día, la madre sabía que ella había puesto
dos huevos. Así que ella empezó a buscar a ese otro, vo-
lando alrededor, buscando, como el gran Espíritu Santo.
Un día voló sobre el corral de la granja, esa denominación.
Ella miró hacia abajo, y ella vio a su bebé. Ella gritó. Era
la Voz de algo que hizo eco en el interior de él. “¡Oh, eso
suena bien!” ¡Oh! Permita que un verdadero predestinado
nacido del germen, predestinado por Dios, oiga la Palabra
452 Rev. William Marrion Branham
de Dios, es música para él. Él sabe que es la Verdad.
241. Él está cansado de esa cosa denominacional, de todas
maneras: “Únete con nosotros. Ven, vente con nosotros.
Nosotros tenemos una fiesta social. Tenemos esto. Tene-
mos...” Eso no sonaba bien para el pequeño amigo.
242. Ella dijo: “Hijo, tú no perteneces a ese grupo, de todas
maneras. Tú me perteneces a mí. Tú eres mío”.
243. Él dijo: “Mamá, eso suena real. ¿Cómo me voy a sa-
lir?”
244. “Sólo da un salto, yo te agarro”. ¡Ajá! Eso es todo lo
que usted tiene que hacer.
245. La Palabra ungida de Dios, siendo vindicada delante
de todo hombre que ha nacido para ser un hijo de Dios,
con el germen predestinado dentro de él para esta hora, él
verá el Mensaje de Dios tan seguro como hay un Dios en
el Cielo. Martín Lutero lo vio para él. Wesley lo vio para
él. Los Pentecostales lo vieron para ellos. ¿Ahora qué de
ustedes? ¿Ven? Ellos entraron en denominación. Aquí está
la Palabra condenándolo; diciéndoles a ustedes lo que no-
sotros debemos de tener hoy, y exactamente Malaquías 4 y
todas estas otras promesas para la hora. ¿Qué ven ustedes?
¿Qué es lo que están mirando? Amén. Aquí estamos. Las
verdaderas genuinas Águilas oyen. “Mis ovejas conocen
Mi Voz, al extraño no seguirán”.
246. ¿Por qué? Fue puesto allí por predestinación. Ustedes
fueron preordenados a ser un hijo de Dios. Ustedes es-
taban en Dios antes de la fundación del mundo. Ustedes
únicamente son manifestados en este día para Su honor
y gloria. ¿Cómo pueden hacerlo sin honrar Su Palabra?
Sí, señor. Lo cual ustedes son una parte de esa Palabra,
por predestinación. Porque, miren, Dios es la Palabra. ¿Lo
creen ustedes? Bueno, entonces, si... Él siempre fue la
La unión invisible de la Novia de Cristo 453
Palabra. “En el principio era la Palabra”. Y si la Palabra
era Dios, entonces ustedes estaban en Dios. La Palabra, la
parte que ustedes deben desempeñar, estaba en Dios antes
de la fundación del mundo. Él los vio a ustedes. Él los
conoció. Él los predestinó a ustedes a ello.
247. Yo les digo a ustedes, así como esa águila reconoció
esa voz, así lo hace un verdadero Cristiano nacido otra
vez, reconoce la Voz de Dios hablándole por medio de la
Palabra, cuando ellos la ven ungida y vindicada. Miren.
Él miró allá arriba. Él no vio a esa gallina vieja clac, clac
aquí alrededor: “Únete a nosotros y ven aquí. Y ven a
esto, y ven a esto y a eso”. El vio un ser como el que él
quería ser, volando en el aire, gritando libre, allá en las
alturas, por encima de todos los buitres y cosas de la tierra.
¡Aleluya! Él quería ser eso, porque estaba en él el ser eso.
248. Y un hombre que es nacido de Dios, un hijo de Dios,
tiene que tener la naturaleza de Dios. Él tiene que ser como
Dios. Él honra a Dios. Él es parte de la Palabra de Dios.
Y en estos últimos días de esta Novia que está tomando
forma, es exactamente el mismo poder que Él tenía en el
principio, ha pasado a través de estas organizaciones, y
demás, y ha salido para la Novia. No puede ser nada más
que eso.
249. Ellos deberían de haberlo visto, esos judíos en sus
días, cuando ellos lo vieron manifestado allí delante de
ellos, como el profeta dijo que Él era. Él dijo: “Escudriñad
las Escrituras; en Ellas pensáis que vosotros tenéis Vida
Eterna. Ellas son las que testifican de Mí. Si Yo no hago
las obras de Mi Padre, no me crean. Pero aunque no me
crean a Mí, crean las obras que Yo he hecho”.
250. Ellos dijeron: “Nuestros padres comieron maná en el
desierto por cuarenta años. Nosotros sabemos en dónde
454 Rev. William Marrion Branham
estamos parados”.
251. Él dijo: “Y todos están muertos”, eso es, separados
Eternamente. Todos murieron. Solamente había tres, dos
salieron de un millón, de dos millones. Eso es uno de un
millón.
252. ¡Qué cosa!, una inyección, el esperma del varón y de la
hembra, por lo general hay un huevo fértil, hay un huevo,
un germen que es fértil, si alguna vez ustedes lo han visto
en el cruzamiento del ganado. Fíjense. Aquí hay un mi-
llón de huevos; aquí hay un millón de gérmenes; y cuando
ellos son arrojados, para juntarse en el vientre, pasando
a través del tubo y entrando en el vientre, donde ellos se
juntan. Uno de ellos es un huevo. Un millón de huevos;
un millón de gérmenes. Solamente hay un huevo allí fértil.
Solamente hay un germen fértil. Todos ellos están vivos.
Ustedes pueden observar esos pequeños becerritos saltan-
do allí adentro, una partícula que usted pudiera poner en
el palo de un cerillo.
253. Y Demos y ellos están escuchando, en esta noche, y él
recuerda cuando los tomamos. Él me llevó allá, me mostró
cómo funcionaba eso. Probetas, y sólo pone allí adentro lo
suficiente que usted pudiera poner en la punta de un ceri-
llo. Había miles de becerritos y toros allí, pero solamente
uno de ellos puede vivir. ¡Solamente uno de ellos! Y aquí
está un gran montón de ellos, aquí. Y se fija, que uno sale
arrastrándose de entre este aquí, pasa por encima, el ger-
men, viene aquí; y un óvulo viene de entre estos otros
óvulos aquí, y ellos se juntan. Y el resto de ellos mueren.
Sin embargo, ellos están vivos, pero mueren.
254. Porque, hay Algo. Alguien hizo a este fértil, y ordenó
a este otro, también. Es predestinación, mi hermano. Se-
guro. Dios tiene que determinar si va a ser niño o niña, ca-
La unión invisible de la Novia de Cristo 455
bello rojo, cabello negro, o lo que sea. Eso es determinado
por Dios. Más misterioso que el nacimiento virginal, para
mí. Pero, fíjense, el resto de ellos mueren.
255. Hubo dos millones de gente que salieron, cantaron,
gritaron, hicieron todo. Hablaron en... nunca habían ha-
blado en lenguas. Pero ellos gritaron, y dieron gloria a
Dios, y danzaron a lo largo de la orilla del mar, e hicieron
todo lo que el resto de ellos hicieron, pero solamente hubo
dos que entraron a la tierra prometida. Caleb entró, Caleb
y Josué, solamente dos. Eso es uno de un millón. Es uno
de un millón en el nacimiento natural. Cada uno de ellos
tenía la misma bendición. Oh, ustedes Pentecostales, yo
espero que no despierten muy tarde.
256. Uno de un millón. Miren. Se supone que hay quinien-
tos millones de así llamados Cristianos en el mundo hoy.
Si Jesús viniera, solamente habría quinientos que se irían
con Él, entonces, si esa estadística fuera verdadera. Bue-
no, hay más que eso que desaparecen cada día, en todo el
mundo. Ellos no saben nada al respecto.
257. “‘Yo entiendo’, dijeron los escribas, ‘tú sabes que el...’
¿Por qué dicen los escribas que, ‘Elías vendrá primero’?”
Ellos le dijeron a Jesús.
258. Él dijo: “Elías ya vino y ustedes no lo supieron”. ¿Ven?
Él hizo exactamente sólo lo que las Escrituras dijeron que
le iba a suceder a él. ¿Ven? “Así que es menester que el
Hijo del hombre sufra. Bajo...” Ellos no lo reconocieron a
Él. Sin embargo, todos estaban en la iglesia. Todos recla-
maron estar vivos.
259. Usted ponga a un verdadero Cristiano nacido otra vez,
a un verdadero siervo de Dios, que escuche esa Palabra de
Dios, y él saldrá a través de cada denominación, a esa ver-
dadera tierra fértil, por la Palabra, el terreno de siembra.
456 Rev. William Marrion Branham
Él simplemente lo hará. Yo no sé cómo él lo hace. Dios lo
ha ordenado que sea hecho.
260. Usted fue engañado en el principio, por su primer ma-
trimonio. Ahora usted sabe que es la verdad. Como acabo
de decir, el pequeño aguilucho cuando él oyó la Voz del
Novio, él fue a Ella, a la Palabra de Dios, ungida, vindica-
da, para el último día.
261. Noé fue la Palabra vindicada para su día. ¿Creen uste-
des eso? Bueno, su mensaje no funcionará hoy.
262. Moisés fue la Palabra vindicada de su día. ¿Creen us-
tedes eso? No funcionará para ahora. Jesús era...
263. Juan era la Palabra vindicada. ¿Creen ustedes eso? No
funcionaría en los días de Jesús. Seguramente que no. No,
señor. “La ley y los profetas fueron hasta Juan; desde en-
tonces, el Reino del Cielo...”
264. Los apóstoles, esos quienes establecieron la Biblia.
Aquí sale Lutero, en la reforma, sus palabras, eso, su igle-
sia, no funcionará hoy. La de Wesley tampoco. La de los
Pentecostales tampoco. Funcionó en el día de ellos.
265. Pero es otro día. Este es el de la apertura de los Siete
Sellos. Yo sé que suena extraño para ustedes, pero Dios lo
ha vindicado tan perfectamente. No hay pregunta de ello.
¡Tan perfectamente! Yo no estoy desparramando eso aquí
a la asamblea local. Yo estoy hablando al pueblo por toda
la nación. ¿Ve? Usted haga lo que desee hacer.
266. Ahora fíjese en la Palabra ungida de Su día, de la cual
usted es parte, por predestinación. Usted inmediatamente,
como que sabía, cuando oyó eso, usted supo rápidamen-
te que era un águila. Usted también comprendió que no
era una gallina denominacional, para empezar. Usted supo
que había algo mal allí. Hay algo mal, correcto, porque
usted sabe que fue atrapado en eso, en el principio.
La unión invisible de la Novia de Cristo 457
267. Él, el Novio, quitó su vergüenza, “Y la puso en el Mar
del Olvido, por el lavacro del Agua de la Palabra y la San-
gre de Vida”. Eso es lo que la Biblia dice. Su primer ma-
rido con el que usted estaba casado, el mundo; el Novio
ungido, el cual lo pre ordenó a usted, lo ha lavado por el
lavacro del Agua. ¿Por la iglesia? Eso no suena correcto,
¿verdad? Usted pudiera encontrar eso en el almanaque,
pero no en la Biblia de Dios. Por el lavacro del Agua por
la Palabra. ¡En la Palabra! ¿Ve? Por el...
268. Usted está parado completamente justificado, como
que nunca lo hizo en el principio. Este es mi Mensaje a
la Iglesia ahora. Mientras usted.... mientras dejamos de
transmitir, en un minuto. Usted está parado, si usted está
parado en la Palabra de Dios y con la Palabra de Dios,
cada amén, cada jota, cada tilde. ¿En dónde está usted
parado? Yo estoy tratando de decirle a usted, apártese de
esos forros. Y venga aquí al trigo, en donde usted puede
madurarse delante del Hijo. Yo escucho la venida de la
trilladora. Usted está parado completo, justificado, como
que nunca lo hizo en primer lugar. ¡Aleluya!
269. Hablando de una acción de gracias. Yo me siento muy
bien. Yo estoy más agradecido por eso, que por cualquier
otra cosa que yo sé.
270. Ustedes son la Novia pura, virtuosa, sin pecado, del
Hijo del Dios viviente. Cada hombre y mujer que es na-
cido del Espíritu de Dios, y lavado en la Sangre de Jesu-
cristo, y cree toda Palabra de Dios, está como que usted
nunca pecó en primer lugar. Usted es perfecto. ¡La Sangre
de Jesucristo! Cómo puede usted.... si un hombre...
271. Si yo tenía que morir en la mañana, y un hombre tomó
mi lugar, yo no puedo morir por ese pecado. Alguien tomó
mi lugar.
458 Rev. William Marrion Branham
272. Y Jesús, la Palabra, tomó mi lugar. Él llegó a ser yo,
para que un pecador, para que yo pudiera llegar a ser Él, la
Palabra. Amén. Permíteme mantenerme fiel a Ella, no a la
iglesia. A la Palabra. Amén.
273. ¡Oh, esa unión espiritual de Cristo y Su Iglesia!, ahora
cuando la carne está llegando a ser la Palabra, y la Pala-
bra está llegando a ser carne, manifestada, vindicada. Tal
como la Biblia dijo que sucedería en este día, está suce-
diendo día tras día. Qué va, se está acumulando tan rápi-
do, allá en esos desiertos, y cosas sucediendo, que yo no
pudiera aun estar a la par con ello. Nosotros estamos cerca
de la venida de Jesús, para ser unidos con Su Iglesia, en
donde la Palabra llega a ser la Palabra. ¡El llamado del
Espíritu Santo escudriñando los corazones!
274. Ustedes están parados, completos. Ustedes nunca pe-
caron en primer lugar. Dios ni siquiera lo reconoce. Está
en el Mar del Olvido. Ustedes nunca lo hicieron. Ustedes
fueron acusados de ello, por el acusador. Pero realmente,
desde el principio, ustedes estaban predestinados para ser
un hijo e hija de Dios. Ustedes están parados allí, lava-
dos. Y el libro viejo de divorcio ha sido repudiado, y está
muerto, no existe absolutamente aun en la mente de Dios.
275. Ustedes son la Novia virtuosa de Cristo, lavada en la
Sangre de Cristo. El precioso, virtuoso, sin pecado, Hijo
de Dios está parado con una Novia Palabra pura, sin adul-
terio, que Él lavó por el Agua de Su propia Sangre; que
llegó a ser carne y manifestado, para que Él pudiera to-
marlos a ustedes, quienes fueron predestinados en el seno
del Padre, antes del principio, igual como Él fue. Él fue
ese gran atributo de Dios llamado, “amor”.
276. Sean lo que sean, ustedes son siervos de Dios, lo que
Dios quiere que hagan, el lugar que les toca. “Dios puso
La unión invisible de la Novia de Cristo 459
en la Iglesia, a unos apóstoles, profetas, maestros, pasto-
res.” Él puso eso por virtud de Su propia predestinación.
Y ustedes eran eso para empezar.
277. La primera boda de ustedes fue anulada. Ustedes nun-
ca lo hicieron, en primer lugar. Porque solamente hay una
cosa que lo podía hacer, eso sería Dios descendiendo, Él
mismo, y tomó el lugar de ustedes en la forma del Hijo
de Dios, Jesucristo, y los lavó por el Agua, el lavacro del
Agua por la Palabra. La Palabra; ¡no la denominación!
La Palabra los lavó a ustedes. Pero si no permanecen en
el Agua de la Palabra, ¿cómo van a ser lavados? Ustedes
todavía están manchados como estaba Eva. “Oh, amado
Cordero agonizante, Tu Sangre preciosa nunca perderá Su
poder, hasta que toda la Iglesia de Dios redimida sea salva
para no pecar más”.
278. ¿Qué es pecado? Pecado es “incredulidad”. Increduli-
dad en ¿qué? La Palabra; incredulidad en Dios, lo cual es
la Palabra.
279. Pura, inadulterada; ¡oh, aleluya! partiendo pronto para
los cielos; amén; parados listos. Piénsenlo. ¡Sus vestidos
lavados por el Agua de la Palabra ensangrentada! ¡La Pa-
labra llegó a ser Sangre! La Palabra sangró por usted, y
usted está lavado en la Palabra ensangrentada. ¡La Palabra
ensangrentada! La Vida de Dios en la Palabra, y la Palabra
sangró por usted, para que pudieras ser lavado de la sucie-
dad de estas prostitutas, y ser limpiado y santificado por
el lavacro del Agua de la Palabra y hace a su mente y a su
corazón permanecer en Dios y en Su Palabra.
280. ¿Ahora, cómo sabe que eso es verdad? Cuando Dios
desciende y lo vindica y lo prueba.
281. Usted dice: “Bueno, yo no lo creo de esa manera”.
Ellos no lo creyeron en la manera de Jesús, pero Dios lo
460 Rev. William Marrion Branham
probó. Ellos no lo creyeron en la manera de Noé. Ellos
no lo creyeron en la manera de Moisés. Ellos estaban dis-
puestos a tomar la palabra de Balam como un hecho: “To-
dos nosotros somos iguales, así que asociémonos”. “¡Se-
párense!”, dice la Biblia: “de incredulidad”.
282. ¡Aleluya! Ahora fíjense. Ustedes no son solamen-
te eso, pero van a la Boda en el cielo. Y están usando el
anillo de boda de la gracia inmerecida, predestinada, un
anillo de boda de gracia, que no son sus propios méritos.
Dios lo hizo, Él mismo. Él los conoció desde antes de la
fundación del mundo, así que Él les puso a ustedes el ani-
llo matrimonial allí, puso sus nombres en el Libro. ¡Qué
acción de gracias! ¡Aleluya! ¡Alabado sea nuestro Dios!
283. Ahora, ya para terminar, yo diría esto. Todos nosotros
sabemos que la iglesia moderna Pentecostal, en su con-
dición actual, ¡todas las denominaciones juntas!, yo las
pongo a todas ellas en un solo manojo, porque lo están.
Recuerden, Él va a atar las hierbas en un manojo primero,
y quemarlas. Él toma todos los tallos del trigo y lo quema
todo, primero; después Él toma, y viene y recoge a Su tri-
go y se lo lleva al Hogar. Todos ellos están juntándose en
manojos, manojos de metodistas, bautistas, pentecostales,
todos yéndose al Concilio Ecuménico. Eso es todo. Todos
ellos son quemados. ¿Ven?
284. Todos nosotros sabemos que la iglesia moderna, en su
condición actual y su estado actual, no está en condición
para terminar la gran comisión que Dios le dio a la Igle-
sia para este día. ¿Cuántos pentecostales pueden decir:
“Amén”, a eso? Correcto. ¿Ven? Es en...
285. Nosotros somos unitarios, los que creen en dos, trini-
tarios, esto, eso, lo otro, argumentos, riñas. Uno es esto,
y el otro eso y lo otro. Y cada uno de ellos, tienen miedo
La unión invisible de la Novia de Cristo 461
de enfrentarse a la Palabra, llegar a la prueba. ¿Ven? Ellos
saben. Usted puede decirles al respecto; ellos dicen: “Es
por demás. Yo no puedo creer Eso. A mí no me importa lo
que él haga. Yo...” ¿Ven? ¿Ven? ¿Ven? Muestra la mamá
y el papá que usted tiene. Usted pudiera ser algún día un
presbítero estatal. Usted pudiera ser esto, eso, o lo otro.
Vale más que usted sea un hijo de Dios.
286. Ahora, usted sabe que la iglesia no pudiera, la igle-
sia Pentecostal, de ninguna manera, de ninguna manera
pudiera llevar a cabo el Mensaje del último día, en su
condición actual. ¿Pudiera? Pues ni siquiera puede estar
de acuerdo en una o dos palabras en la Biblia. ¿Cómo lo
van a hacer? No lo pueden hacer. Así que, ven ustedes, la
denominación queda fuera. Correcto. Va a ser un pueblo
elegido que está elegido para eso. ¿Ven?
287. Ahora, sabemos, y así que cada uno de nosotros sabe,
que toda la jerarquía de denominacionales, pentecostales
y todos, están muertos; eso es para los cristianos nacidos
otra vez del Mensaje. El primer marido de ustedes está
muerto. Ustedes saben que él está muerto. Dios lo dejó
morir. Está acabado. Toda su ciencia, intelectualidad, edu-
cación, sus modos científicos de las así llamadas escuelas
Bíblicas y cosas, han muerto. ¿Qué ha hecho? Ha separa-
do, Unitarios aquí y trinitarios aquí, y a los que creen en
dos aquí y acá, y aquí, y es un enredo, y ellos se llaman a
sí mismos pentecostales.
288. ¡Qué cosa! Yo fui a ver a un muchacho, el otro día; él
está escuchando en estos momentos. Y a una muchacha,
ella pertenecía a una cierta iglesia. Ella dijo... Yo dije...
Ellos se separaron. Yo dije: “¿Qué es lo que pasa?” Dijo:
“Somos de diferente fe”. Yo dije: “Oh, lo siento. ¿Es usted
Católica?”
462 Rev. William Marrion Branham
289. Ella dijo: “No”. Ella me dijo la iglesia denominacional
a la que pertenecía, una pentecostal.
290. Yo dije: “¿Qué es usted?” Él es pentecostal, también,
pero de otra denominación. ¡Oh!
291. ¿Saben ustedes que la iglesia Católica Romana em-
pezó siendo Pentecostal? ¿Cuántos saben que es verdad?
Requirió dos mil años para llegar en donde está ahora,
ya no toman nada de la Escritura. Nada. Qué cosa, los
Pentecostales, de aquí a veinte años, estarán peor que lo
que ellos están ahora, si continúan de la manera que están
ahora. Qué cosa, seguro. ¿Ven? ¿Qué es? ¿Qué es? Miren
quién es el papá y la mamá de ellos. Permiten a las muje-
res cortarse el cabello. Ellos casi pueden hacer lo que ellos
quieren. “Mientras pertenezcan a esta iglesia, eso es todo
lo que es necesario”.
292. ¡Oh, con razón, con razón la condenación de Dios se
ha acumulado! Dios lo pone delante de sus ojos. Ustedes
cierran sus ojos y fallan en mirarlo. Sí. Cerrando sus en-
trañas de compasión, cuando ven la Palabra verdadera de
Dios y estos Siete Sellos siendo vindicados y probados de
ser así. Y atestiguado en los cielos, por todas las nacio-
nes y en todas partes, por grandes señales y maravillas,
que El prometió que haría, entonces usted se cierra, dice:
“Yo no sé. Es por demás. Yo...” ¿Ven? ¡Oh, hermano! Está
muerto, y no lo sabe. ¡Pecados y transgresiones! Ud. está
muerto. ¡Oh, hermano!
293. Todos nosotros sabemos que la iglesia en esa condi-
ción no pudiera terminar este último día. ¿Cómo pudiera
traer Malaquías 4? ¿Cómo pudiera hacerlo? Ellos ni si-
quiera creen tal cosa. ¿Cómo pudiera creerlo, traer Lucas
17:30? ¿Cómo pudiera traer todas estas otras Escrituras
que están prometidas en estos últimos días? No pudiera
La unión invisible de la Novia de Cristo 463
hacerlo, porque la niega. “Como fue en los días de Lot, así
será en la Venida del Hijo del hombre”.
294. Miren la condición que Lot... que Sodoma estaba, en
ese día. Miren la condición de la iglesia hoy. Miren lo que
le sucedió a Abraham, el Elegido.
295. Miren lo que le sucedió a Lot y a esos allá en Sodoma.
Miren a Billy Graham y a Oral Roberts, a ellos allá entre
esas denominaciones. Miren a la Iglesia elegida de Abra-
ham, sacada.
296. Miren qué clase de señal, que Jesús mismo, el Dios
encarnado parado allí en carne humana. Usted dice: “Ese
fue un ángel”. La Biblia dice que era Dios.
297. Señor Dios, Elohim, parado allí en carne humana, mos-
trando que Él así ungiría a Su Iglesia en los últimos días.
Sería Dios obrando en carne humana otra vez. “Como fue
en los días de Sodoma, así será en la Venida del Hijo del
hombre”. La misma clase de cosa. Ellos lo ven allí mismo
en las Escrituras. ¡Léanlas! “Escudriñe las Escrituras, por-
que a vosotros os parece que en Ellas tenéis Vida Eterna”.
Y Ellas son las que testifican de Esto. ¿Ven?
298. Así que nosotros sabemos que están muertos. Dios los
dejó morir en sus propios programas educacionales, cien-
tíficos, egoístas.
299. Todos los Pentecostales solían hablar de enviar a sus
hijos a la escuela Bíblica, en aquel tiempo cuando el an-
ciano Hermano Loyate, cuando ellos estaban aquí, ellos lo
hubieran echado fuera de la iglesia. “Pero, ¡ah!, ahora es
la cosa más grande. Mi hijo está en la escuela Bíblica”. ¡Él
está cavando su tumba! Así que, ahora, ¿piensan ustedes
que ellos pudieran soportarlo hoy?
300. ¿Piensan ustedes que yo estoy tratando de respaldar
la ignorancia? No lo estoy. Yo les estoy diciendo que hay
464 Rev. William Marrion Branham
una diferencia entre esta edad intelectual en la que vivi-
mos, en donde la iglesia ha sido preñada con ciencia y
todas estas así llamadas “explicaciones” y todo. Ustedes
no pueden explicar a Dios.
301. Bueno, esos sacerdotes tenían a Dios explicado tan
perfecto. Ellos sabían cómo el Mesías iba a venir, pero El
vino tan diferente a lo que ellos habían interpretado. No
fue científico. “¿Cómo podía este Hombre siendo un Hijo
ilegítimo? ¿A dónde fue Él a la escuela? ¿De dónde vino
Su educación? ¿De dónde vino Su enseñanza?”
302. Qué cosa, ¿Tú tratas de enseñarnos a nosotros? Tú na-
ciste en fornicación”.
303. ¿Ven? ¡Oh, qué barbaridad!
304. ¿Ven la misma cosa repetirse otra vez? ¿La ven repe-
tirse otra vez? Todos en la religión científica de ellos, la
religión científica de acuerdo a lo que la escuela Bíblica
de ellos dijo, de esa manera ellos la quieren. “De esa ma-
nera tiene que ser, o no es”.
305. Dios los engaña, en cada ocasión. Siempre viene dife-
rente. Lo hizo en el tiempo de Noé; lo hizo en el tiempo
de Moisés; lo hizo en el tiempo de Cristo; lo hizo en el
tiempo de Juan; lo hizo en el tiempo de los discípulos; lo
hizo en el tiempo de Wesley; lo hizo en el tiempo de Lu-
tero; lo hizo en el tiempo de los Pentecostales; y así lo ha
hecho otra vez. Él no cambia su patrón. Siempre viene en
la misma cosa. Solamente reformadores a través de esas
siete, seis edades, hasta la séptima. Y Apocalipsis 10 dijo,
que en esta hora cambiaría. Y lo hizo.
306. Ahora estamos terminando, al decir esto. Terminar la
gran comisión, ¿cómo pudieran hacerlo ellos? Nosotros
sabemos que están muertos. Dios los dejó morir en su edad
científica, todo, para que Él pudiera ¿hacer qué? Abrir el
La unión invisible de la Novia de Cristo 465
misterio del Séptimo Sello a la Novia no denominacio-
nal. ¿Cómo puede una denominación aceptar esos Siete
Sellos, cuando es absolutamente contrario, la simiente de
la serpiente y todas esas cosas? La totalidad, de los Siete
Misterios completos, es contrario a lo que ellos han sido
enseñados, porque ellos tomaron la enseñanza antigua de
la escuela Bíblica.
307. Y los Siete Sellos de Dios, cuando fueron abiertos en
la montaña, que Dios me deje morir en estos momentos en
este púlpito si Esto no es la Verdad. Y yo les dije de ante-
mano a ustedes, un año y seis meses antes que sucediera,
que Él me dijo, “Ve a Arizona”, y lo que sucedería allá
en el desierto. Y hay hombres sentados aquí, en esta no-
che, que estaban parados allí y presentes, cuando los siete
ángeles descendieron. Y aun la revista, Life, publicó el
artículo de ello. Está allí mismo en el observatorio, todo.
Ahora ellos ni siquiera saben de lo que se trata.
308. Y todo ha sido dicho, aun hasta la destrucción de Ca-
lifornia, que está por venir, y todas estas otras cosas. Y
cómo les dije a ellos en cuántos días sería, cómo sería
cuando este gran terremoto sucedería en Alaska, y que eso
sería el principio de la señal del tiempo, y qué acontecería.
Y exactamente palabra por palabra, lo que Él dijo, nunca
ha fallado una vez. Ustedes nunca la han visto fallar. Y no
puede fallar, porque es la Palabra de Dios. Y cielos y tierra
pasarán, pero Ella no puede fallar”. Correcto.
309. Dios tuvo que abrir esos Siete Sellos, no en una deno-
minación. Yo siempre he estado en contra de eso. Sino,
fuera de la denominación, para que Él pudiera tomar una
Novia, no una novia denominacional. Él no pudiera ha-
cerlo. Eso es en contra de Su propia Palabra. Él abrió esos
siete misterios allí. Eso muestra, trae esas cosas que han
466 Rev. William Marrion Branham
sido escondidas desde la fundación del mundo, para que
pudieran ser reveladas en los últimos días, a los hijos de
Dios. Eso ha sido traído ahora delante del pueblo, para
que ellos lo vean allí, ahora, a esta Novia no denominacio-
nal. ¡Oh, hermano!
310. Allí están sus dos Libros. Uno de ellos es el Libro de
la Vida del Cordero. Su nombre allí, está predestinado.
No puede quitarse, usted por nada puede quitar eso, ¿Ve?,
porque fue pre ordenado para estar allí. Pero en el libro
regular de la vida, se puede quitar eso de allí en cualquier
momento. ¿Ve? Si usted no se arrepiente, es quitado, de
todas maneras, porque usted va aparecer en el juicio. La
Novia ni siquiera aparece en el juicio; se va en el Rapto.
311. Digo esto ya para terminar. Se está haciendo tarde, así
que ya casi son las nueve y media. Y vamos a salir de aquí
a las nueve y media, si es la voluntad del Señor. Con mu-
cha reverencia ahora, escuchen. En una ocasión...
312. Diciendo esto ahora, esto va por toda la nación. En
Nueva York, ahora son las once veinticinco. Allá en Fi-
ladelfia y allí por todos los lugares, esos santos amados
están sentados allí escuchando ahora mismo, en iglesias
por todos los lugares. Allá, en el norte, en el sur, en los
lugares de México, allá en los lugares de Canadá, en to-
dos los lugares. Doscientas millas [321.8 Km. –Trad.] por
todas partes aquí dentro del continente Norteamericano,
casi, personas escuchándolo en estos momentos. Miles de
miles, escuchando.
313. Ese es mi Mensaje para ustedes Iglesia, que están en
una unión, una unión espiritual por la Palabra, que están
muertos a estos maridos viejos. Ustedes son nacidos de
nuevo. No traten de desenterrarlo. Él está muerto. Si us-
ted es un Cristiano nacido otra vez, ese germen pequeño
La unión invisible de la Novia de Cristo 467
que está predestinado en usted, es Palabra viniendo sobre
Palabra, sobre Palabra, sobre Palabra, sobre Palabra, y lle-
ga a la estatura completa de Cristo, correcto, para que Él
pueda venir y tomar a Su Novia. Ahora sólo estamos listos
para una cosa, esa es la Venida del Señor.
314. Allí está su nombre en el Libro de la Vida. El Libro de
la Vida es la Palabra de Dios, porque la Palabra es Dios,
y Dios es la única cosa que es Vida. Así que el nombre
de ustedes estuvo representado en la Biblia, antes que la
Biblia llegara a ser Palabra. Y si ustedes están aquí para
hacer eso, ¿no vindicará esa Palabra? ¿No se vindicará
la Iglesia misma? ¿No lo hará Malaquías 4, y todas esas
otras cosas, perfectamente, perfectamente se vindicará y
mostrará que Eso es lo que es?
315. Cuando Jesús vino, Él dijo: “Si Yo no hago las obras
que están prometidas para que Yo las haga, no me crean”.
¿A cuál de los grupos se unió El? Él dijo: “Todos ellos...
Vosotros sois de vuestro padre, el diablo, y sus obras vo-
sotros hacéis”. ¿Ven, ven?
316. Nosotros estamos en los últimos días, Iglesia. Ese es
mi Mensaje de acción de gracias para ustedes.
317. Ahora, antes de terminar. En una ocasión yo estaba
en el Parque Nacional Glaciar. Todo el día escuchamos,
que ellos tenían un glaciar de fuego que iba a caer en la
noche. Así que la gente estuvo ocupada todo el día, pre-
parando esa cosa, porque iban a derramar ese fuego esa
noche. Ellos pusieron cataratas de fuego líquido, como un
gran glaciar de agua. Pero es... Se miraba como un arco
iris, casi, cuando salía de ese fuego, cayendo de este gla-
ciar. Por todo el parque, mi esposa y yo, y los niños, ca-
minamos todo el día. Queríamos quedarnos para ver esa
exhibición de fuego. Así que se nos había prometido que
468 Rev. William Marrion Branham
la veríamos, y nosotros la presenciaríamos otra vez. Ellos
dijeron que siempre la tenían durante toda la temporada
del verano y demás. Yo dije: “¿Bueno, la vamos a poder
ver nosotros?”
318. Dijo: “Lo prometimos para esta noche. Nosotros he-
mos prometido eso”. Dijo: “Allá están arriba ahorita, pre-
parándola”.
319. ¡Todo se había preparado para el evento! Eso es lo que
está sucediendo en estos momentos. Todo está siendo pre-
parado para el evento, una Iglesia sacada por causa de Su
Nombre, sacando a Su Novia de entre el mundo, de estas
denominaciones, y de todo el mundo, y de la inmundicia y
de las cosas del mundo.
320. Todos, el evento estaba listo. Todos estaban parados
afuera, y ellos dijeron: “Ahora sigan mirando, allá arriba a
la cumbre de la montaña”.
321. Siempre ha venido de esa manera. De esa manera ha
de venir en este tiempo. Siempre viene de esa manera. ¡No
a través de una denominación! Dios nunca usó una deno-
minación, ¡nunca!
322. El reformador sale, él toma la Palabra del Señor. Y
luego cuando él muere, ellos forman una denominación
de ello. Eso es lo que los Pentecostales y todos hicieron.
Cuando los nuevos puntos salieron, todo; exactamente
de esa manera. La cosa sale de esa manera. Una palabra
nueva añadida, entonces ellos edifican una iglesia de ello,
hacen una denominación, ellos mismos se separan. Tenía
que ser de esa manera.
323. Ahora, usted no puede ganarle, usted no puede ganarle
a la naturaleza. La naturaleza cae en la misma rutina, todo
el tiempo: tallo, hoja, borla, y demás, forro, luego el trigo.
324. Ahora fíjense. Todo estaba listo. Todo había sido en-
La unión invisible de la Novia de Cristo 469
cendido y preparado. Y todos estaban parados afuera. Yo
tenía mi cabeza levantada; mi brazo alrededor de mi espo-
sa. Estábamos mirando. Y los niños allí parados, todos es-
tábamos mirando hacia arriba, de esta manera. ¡Hermano!
Era algo, porque lo estábamos esperando. Se nos había
prometido a nosotros.
325. ¡Amén! La Palabra promete esto: “Acontecerá, que
antes que venga el día grande y terrible del Señor, he aquí,
Yo os envió a Elías el profeta. Él tornará los corazones de
los hijos a los padres.” “Y acontecerá que en los postreros
días, Yo derramaré de Mi Espíritu desde lo alto”. “La llu-
via temprana y tardía vendrán juntas en los últimos días”.
Todas estas promesas, a través de las Escrituras, han sido
dadas. Estamos mirando hacia arriba. Mirando a la Novia
verdadera por toda la nación en esta hora, mirando ha-
cia arriba. Iglesia, Él viene, uno de estos días. Tan seguro
como Él vino la primera vez, Él viene otra vez. Tengan
todo listo. Sepárense del forro. Pónganse delante del Hijo.
Manténganse mirando hacia arriba. Estén bajo expectati-
va.
326. De pronto, escuchamos algo desde la cumbre del mon-
te, una voz que descendió por medio de un alto parlante, y
dijo: “¡Todas las cosas están listas!”
327. Entonces este hombre, parado a un lado de mí, dijo:
“¡Que el fuego caiga!” Y aquí viene, derramándose por
toda esa montaña, un glaciar de fuego y lengüetas de fue-
go vivo, un espectáculo para contemplar.
328. Hermano, preparemos todas las cosas, porque uno de
estos días, el Fuego va a caer. Nosotros vamos a subir.
Ahora preparémonos para el tiempo del Fuego que caerá.
Estamos en los últimos días, todos sabemos eso, y esta-
mos listos para la Venida del Señor. La cosa por hacer, es
470 Rev. William Marrion Branham
que usted se separe de todo pecado. Sepárese de cualquier
cosa que se relaciona al mundo. “No ame al mundo o las
cosas del mundo”.
329. “No permita que ningún hombre, por su credo, lo en-
gañe.” Usted quédese directamente en la promesa de Dios,
la Palabra de Dios. Y esa Palabra, si es la Palabra para este
día, Dios la vindica así. Si Él no lo hace, no es la Palabra
para este día.
330. La Palabra que cayó en el día de Pentecostés, no fun-
cionará para este día. No, señor. Eso fue para Pentecos-
tés. Esto es para la Novia, la ida al Hogar de la Novia.
Nosotros tenemos algo diferente. Los Pentecostales repre-
sentaron eso, otra vez. Nosotros estamos en la edad de la
Novia. Como la Palabra de Noé no funcionaría en los días
de Moisés; como la ley de Moisés no funcionaría aquí en
el tiempo de Pablo. Él trató de decirles a ellos: “Ustedes
están muertos a eso, y no pueden tener eso”.
331. Iglesia, ustedes a quienes yo les estoy hablando, en
esta noche, por toda la nación, si se han separado de la de-
nominación y de toda la inmundicia y cosas de este mun-
do, y todas esas cosas que los mantienen en credos hechos
por el hombre y órdenes y cosas como esas, si ustedes se
han separado. ¡Miren hacia arriba! ¡Prepárense! El Fuego
va a caer, uno de estos días. Dios le va a permitir a Él
venir, en un espectáculo para contemplar. ¿Estarán uste-
des listos cuando Él venga? ¿Estarán ustedes listos para
irse arriba con Él, cuando Él venga? El Rapto secreto de
la Novia sobrenatural, “Ella será hecha de lo mortal a la
inmortalidad; será cambiada, en un momento, en un abrir
de ojos. Nosotros que vivimos, que habremos quedado, no
precederemos a los que durmieron”.
332. El otro día, el Día de Armisticio, yo estaba parado allá
La unión invisible de la Novia de Cristo 471
en Tucson. Mi muchachito quería mirar el desfile. Yo es-
taba estudiando, y no tenía tiempo para llevarlo. Yo tenía
muchas llamadas de enfermos y cosas. Así que él dijo:
“Papá, ellos no me llevarán”. Él dijo: “Llévame”.
333. Yo dije: “Muy bien”. El Hermano Simpson, yo pienso
que él está aquí, y su muchachito querían ir. Así que los
metí rápidamente al automóvil y me fui para allá.
334. Me paré allí en una esquina y observaba. Después de
un rato, escuché muy distante, un sonido amortiguando
que venía: “Pom, pom”, los tambores, tocando. Me quedé
parado allí. Yo pensé: “Bueno, estos pequeñitos, en ver-
dad leen todos estos libros acerca del ejército. Verdadera-
mente les gustará eso”. Me fijé, que lo que primero venía
eran los tanques viejos de la Primera Guerra Mundial. Allí
venían, pequeños tanquecitos como esos. Lo que venía
allí en seguida, después de eso, lo que venía en seguida
de eso, fueron los grandes tanques nuevos de la Segunda
Guerra Mundial, el gran tanque Sherman con un cañón en
él. Luego vino lo siguiente, y lo siguiente, y después de un
rato, vinieron las Madres de las Estrellas de Oro.
335. Y luego, después de un rato, vinieron doce veteranos
que quedaban, en todo el estado de Arizona, de la Primera
Guerra Mundial; doce veteranos. Después de eso, vino un
carro alegórico, el soldado desconocido, la crucecita blan-
ca. Allí estaba parado un marinero, un infante de marina,
y un soldado, parado en guardia; una pequeña división en
el carro alegórico. Al otro lado, estaba una madre anciana,
canosa, sentada con un prendedor de estrella de oro pues-
to en ella, una esposa amada llorando, su marido estaba
muerto; un muchachito harapiento, con su cabeza voltea-
da de lado. Su papá fue matado. Y entonces detrás de eso
vinieron más y más y más, y luego el ejército nuevo. Me
472 Rev. William Marrion Branham
quedé parado allí. ¡Qué espectáculo para contemplarse,
pero cuán triste!
336. Yo pensé: “Oh, Dios, uno de estos días yo voy a con-
templar otro espectáculo”.
337. Vendrá un día de resurrección, en el cual, “el primero
será el último, y aquellos que son los últimos, serán los
primeros”. Los profetas de antaño vendrán saliendo, pri-
mero, y ellos verán esa procesión marchando, hacia arriba
en el aire. “Y nosotros quienes estamos vivos y perma-
necemos no seremos delanteros a aquellos que duermen.
Porque la trompeta de Dios sonará, los muertos en Cris-
to se levantarán primero”. Nosotros entraremos en línea
con los que están subiendo, ¡Aleluya! todos a través de
las edades de Lutero, Wesley, los metodistas, los Presbite-
rianos, por todas, hasta la última edad, quienes recibieron
la Palabra en su edad. Dios los bendiga. Tengan todas las
cosas listas, y el Fuego caerá.
338. Inclinemos nuestros rostros por un momento. Me pre-
gunto, en esta audiencia visible, en esta noche, que los he
detenido aquí por... hasta las nueve y media. ¿Hay uno
aquí, hay una docena aquí, cuántos aquí, dicen: “Herma-
no Branham, yo estoy avergonzado de mí mismo, de la
manera que yo he vivido. Yo me he inclinado mucho a la
denominación y al hombre. Yo sé que yo no estoy bien con
la Palabra de Dios. Yo sólo voy a pedirle a usted que ore
por mí, Hermano Branham?” Levanten sus manos. Dios
le bendiga. Dios le bendiga. Solamente miren, allá arriba
en los balcones, y alrededor. Dios lo bendiga. “Yo sé...”
Ahorita, no se avergüence. Miren, no sean.
339. Y allá lejos, por toda la nación, desde Nueva York has-
ta California, de Canadá hasta México, pueblo que se han
juntado en esas iglesias en donde están esos grupitos fieles
La unión invisible de la Novia de Cristo 473
que han creído este Mensaje con todo su corazón. Ellos
han salido, salido de grandes tribulaciones, salido de todas
esas denominaciones. Ellos son gérmenes de Vida. ¿Sien-
ten ustedes una urgencia, en esta noche, como el pequeño
aguilucho, Ustedes al escuchar algo que es un poquito di-
ferente de lo que han oído, pero, sin embargo, en sus cora-
zones saben que es la Verdad? Ustedes allí, hay un pastor
parado allí en alguna parte. Tiene su mano levantada. Yo
voy a orar por usted.
340. Estas cosas no se han hecho en una esquina, amigos.
Recuerden: “Estrecha es la puerta y angosto es el cami-
no, y pocos son los que la hallarán”. No vayan con esa
multitud que está caminando allá, amigos, esa Edad de
la Iglesia de Laodicea. Pudieran brincar, y danzar bajo la
música, tibios. No dijo que estaban fríos como hielo. Dijo:
“Que eran tibios”, esos son los Pentecostales, “y no sa-
ben que son miserables, desventurados, ciegos”. ¿Ciegos
a qué? A la Palabra, a la manifestación de la Palabra, por-
que nunca vino a través de sus organizaciones. Ellos no
pueden recibirla.
341. Y ustedes ministros allá en Tucson, en esta noche, yo
no los hago responsables por eso. Dios los hace. Yo estu-
ve allí por tres años. Yo les dije que no iba a empezar una
iglesia. No lo hice. El Hermano Perry Green la empezó. Y
yo estuve allí por tres años, y ni una vez me invitaron a sus
púlpitos. Yo estuve en Tucson por cerca de tres años. Dios
me llevará del desierto uno de estos días. Este Mensaje
debe de vivir. Y yo traté todo para llegar a ustedes. Yo sé la
razón por la que ustedes lo hicieron. ¿Escuchan? La única
razón por la que ustedes lo hicieron, es que sus denomina-
ciones los echarían fuera. Y ustedes saben, a muchos les
he hablado, allí en el Restaurante Furrs, y ustedes saben
474 Rev. William Marrion Branham
que es la verdad. Vergüenza deberían de tener.
342. ¡Salgan de eso! ¡Sálgase de allí, hermano! Si hay algo
de vida en usted. Usted será como ese pequeño aguilucho
del cual acabo de hablar, escuchará la Palabra de Dios.
Recuerde, va a escuchar esto por la última vez, uno de
estos días. Estamos muy cerca ahora. ¿No vendría usted
en esta noche?
343. Amado Dios, estamos sentados solemnemente ahora,
realmente es un día de acción de gracias, Señor. Yo estoy
agradecido, Señor, de estar viviendo en este día. Este es el
día más grande. Pablo el apóstol anheló ver este día. Los
grandes hombres de antaño anhelaron verlo. Los profetas
anhelaron verlo. Ellos buscaron este día. Abraham bus-
có este día, porque él buscó una ciudad cuyo Artífice y
Hacedor era Dios; está suspendida arriba de nosotros, en
esta noche. Juan vio el Espíritu de Dios descendiendo del
Cielo, dio testimonio, y supo que ese era el Hijo de Dios.
Y piense ahora, Él está escogiendo Su Novia.
344. Querido Dios, por todo el país en dondequiera, habla
a sus corazones. Tú eres el Único que puedes cambiar sus
corazones. Si eso no fue Simiente puesta allí desde el prin-
cipio, ellos nunca lo verán, Señor. Ellos sólo...“El ciego
guiará al ciego. Ambos caerán en el hoyo”, tan seguro así,
porque Tu Palabra dice que lo harán.
345. Ahora, Padre, siendo que vemos por todo el país, al-
rededor del mundo, en África, docenas, docenas por todo
Sur África, Mozambique, por todo el país, pequeñas
asambleas recibiendo estas cintas. Y así esta cinta irá por
veinte y algo de naciones diferentes. Ellos están empe-
zando a verlo y a apartarse, cientos y cientos de ellos. No
se necesitarán muchos, Señor. Entonces cuando el último
miembro sea recibido en el Cuerpo, Cristo vendrá.
La unión invisible de la Novia de Cristo 475
346. Señor Dios, yo le estoy pidiendo a la Novia, en esta
noche, aquellos que yo siento que se han apartado y están
esperando. Permite que ellos mismos se separen de todo
lo del mundo. Ellos deben de ponerse en la Presencia de la
Luz cálida del Hijo de Dios, bañándose en Su Palabra, en
Su amor. Concédelo, amado Dios.
347. Permite que este pueblo aquí, visible, que levantaron
sus manos, en esta noche, docenas de ellos por todo este
gran tabernáculo. Yo pido, Dios, que venga Vida nueva
dentro de ellos. Yo pido, que por toda la nación y aun alre-
dedor del mundo, en donde la cinta será tocada, que ellos
también reciban este Mensaje de acción de gracias y se-
pan, por las insinuaciones y cosas que han sido dichas, lo
que ellos deben de hacer. Yo lo pido, Padre. Concédelo.
Bendícelos. Son Tuyos.
348. Yo sé que es costumbre ahora, Padre, que le pidamos
a la gente que vengan al altar. Yo pido, amado Dios, que
en cada misión, en todas partes en los alrededores, y por
todo el mundo, que ellos vengan al altar: los negros, los
blancos, los amarillos, los cafés, lo que ellos sean; el rico,
el pobre, el indiferente, los mendigos, lo que ellos sean.
349. Los denominacionales, aquellos que se quedan sen-
tados con sus maneras propias y su egoísmo. Oh, Dios:
“Desnudo, miserable, desventurado, ciego y ni siquiera lo
sabe”. Tú lo dijiste que sería de esa manera, y es de esa
manera.
350. Así que yo pido, Padre, que Tú llames a cada Simien-
te, en esta noche. Y por todas partes del mundo que Esto
pueda caer, pueda agarrar a ese pequeño aguilucho que
conoce la Voz de su Señor. Concédelo, Señor. Yo los en-
comiendo a Ti, en el Nombre de Jesús. Amén.
351. Ahora, con sus rostros inclinados, aquí en la audiencia
476 Rev. William Marrion Branham
visible. ¿Habrá algunos aquí que no han sido salvos, que
ni siquiera han dado sus corazones a Dios? ¿No piensa que
debería ser agradecido por lo que Jesús hizo por usted? El
pensar, que usted es un pecador, que es un extranjero para
Dios, y todavía Algo está en su corazón, tocando. ¡Cómo
sabe usted que no es uno de esos pequeños aguiluchos!
Usted está miserable y será miserable hasta que se rinda a
Eso. ¿Por qué no hacer esto una de la más grande acción
de gracias que usted haya tenido, al recibir a Jesucristo
como su Salvador?
352. ¿Vendrá usted aquí y se parará en el altar? Yo oraré con
usted si usted viene; cualquier pecador, hombre o mujer,
muchacho o muchacha, miembro de iglesia o no miembro
de iglesia. Ser un miembro de iglesia no lo hace a usted
un Cristiano. El altar está abierto. Vendrá usted, cualquier
pecador que quisiera venir, recibir al Señor Jesucristo. Le
gustaría verdaderamente dejar...
353. Alguno de ustedes denominacionales que les gustaría
dejar de comer de esa comida de gallina, o de decir que,
“Ustedes pertenecen a esto y está bien”. ¿Verdaderamente
quieren Ustedes saber lo que es el verdadero bautismo del
Espíritu Santo? Vengan, dense cuenta.
354. El altar está abierto. Nosotros estamos listos. Venga,
deje su asiento. Venga y arrodíllese aquí en el altar, este
hermano acaba de venir.
355. “Acción de gracias, ¡Oh Dios!, yo estoy tan agradeci-
do a Ti, pues toda mi vida, yo sabía que había algo, Señor.
Yo nunca he estado satisfecho. Yo he tratado. Yo pensaba:
‘El año que entra, lo haré. La próxima semana, lo haré, la
próxima vez que oiga un llamado al altar. Lo haré, algún
día’. Yo lo aplacé, y lo aplacé. Pero, Señor, yo sé que hay
algo mal en mí. Yo siempre creí que había algo diferente.
La unión invisible de la Novia de Cristo 477
Y ahora Señor, en esta noche, yo estoy agradecido por la
preparación que ha sido hecha por el Hijo de Dios para
que mis pecados, de hecho, mi incredulidad, fuera qui-
tada de mí. Yo vengo, en esta noche, y me arrodillo, para
aceptar la más grande bendición de acción de gracias que
Jesucristo hizo por mí, cuando Él murió por mí en el Cal-
vario”.
356. ¿Vendrá usted? Ahorita hay gente arrodillada aquí, al-
rededor del altar. ¿Por qué usted no se levanta y viene?
Usted lo ha querido hacer. Usted lo ha intentado.
357. Pensando del Hermano Lyle Palmer, nuestro buen,
precioso hermano. Él estaba sentado en el patio, de lo que
yo sé, mirando a su niñita jugar croquet allí afuera, o algo,
y él cayó hacia adelante en la silla, y estaba muerto antes
que él pudiera aun hacer un movimiento. Usted no sabe
la hora en la que se va a ir de aquí. Simplemente usted no
sabe la hora en la que se va. Aun pudiera ser esta noche,
¿así que por qué no venir y arreglarlo ahorita?
358. Vengan, amigos. ¿No puede sentir algo jalándolo a us-
ted? Yo sé que hay muchos de ustedes aquí que deberían
de estar aquí en el altar, y sólo estas seis o siete personas
aquí, no son todos los que están sentados aquí. Ahora, si
usted me cree, y ve aquí en la plataforma, cosas suceder,
créame ahora. Un día mi voz se aquietará. Usted nunca
más la oirá. Usted deseará haber venido.
359. Usted dice: “Pero Hermano Branham, yo he sido un
miembro de iglesia”. No importa lo que usted haya sido.
Así también Nicodemo, era un miembro de iglesia. Así
también Juan, Pedro, Santiago, Pablo, todo el resto de
ellos habían sido miembros de iglesia.
360. Pablo era un miembro de iglesia, hasta que una noche
algo sucedió, fue un día mejor dicho, y él vino. Entonces
478 Rev. William Marrion Branham
él fue cambiado de un miembro de iglesia, a un hijo de
Dios. ¿No vendrá usted? Oh, él fue instruido. Él era in-
telectual. Él sabía que estaba instruido en una de las más
grandes escuelas de instrucción que había, Gamaliel, uno
de los maestros más excelentes que había en el país. Pero
él sabía que necesitaba algo.
361. ¿No vendrá usted? Una vez más le pido. En donde...
Aquí o en toda la nación, yo le pido, en dondequiera que
esté, y en la asamblea que esté usted en esta hora de acción
de gracias. Recuerde, yo he sido grabado aquí; no sola-
mente aquí, sino en el Cielo.
362. Usted sabe que está científicamente probado, que cada
movimiento que usted hace es grabado. Ellos probaron
eso. Recuerde, la televisión probó eso. La televisión no
manufactura la imagen. Usted es la imagen. Solamente
que eso que usted está haciendo, es transmitido en un ca-
nal. Usted está allí, de todas maneras. ¿Ve? Cuando usted
mueve su dedo, ese movimiento va alrededor del mundo.
Cada vez que usted se pone un vestido, su imagen va al-
rededor del mundo. Está en un disco fonográfico. Cada
pensamiento que pasa por su mente está en un disco fo-
nográfico. Y algún día, el disco fonográfico va a dejar de
tocar, va a ser puesto en el álbum.
363. Y luego, va a regresar en el juicio. Allí va a estar usted
con cabello cortado, reclamando ser cristiana. Allí va a es-
tar con pensamientos en su mente, en contra de la Palabra,
y estarán ahí en su mente. Usted no podrá esconderlo. Re-
cuerde, la televisión, la ciencia aun sabe que es la verdad.
Usted allí parada ahorita, sabiendo que usted debería de
estar aquí, recuerde, cuando esto está siendo grabado. En
el Día del Juicio, el mismo pensamiento que está teniendo,
regresará a su mente otra vez. Eso estará grabado. Todo
La unión invisible de la Novia de Cristo 479
el mundo lo verá cuando sea tocado. ¿Por qué el mundo
no...? Mirándola a usted en el Día del Juicio, todos los
ángeles allí.
364. Si tú aquí estás avergonzado de Mí, ahorita cuando tu
imagen está siendo tomada, en el Día del Juicio Yo me
avergonzaré de ti. Porque, Yo ungí Mi Palabra, la envié a
ti. Tú no la creíste. Tú te escondiste detrás de algo”.
365. “Oh”, usted dice: “Yo estoy bien. Yo he hecho esto.
Yo he danzado en el Espíritu. Yo hablé en lenguas”. Tam-
bién los paganos. “Yo grité”. También los paganos. ¿En-
tonces cómo puede usted rechazar la Palabra? ¿Por qué
no? ¿Por qué no vienes a Él ahora? ¿Por qué no, por qué
no? ¿Por qué no vienes a Él ahora? ¿Por qué esperas,
querido hermano? Oh, ¿por qué tardas tanto? Jesús está
esperando para darte, Un lugar en Su Hogar santificado.
¡Ponerte como uno de los miembros de Su Cuerpo! ¿Por
qué no? Oh, pequeño aguilucho, ven ahora. Oh ¿por qué
no vienes?
366. Señor, yo estoy agradecido. Yo estoy muy agradecido.
Acción de gracias a Ti, Señor; no por la comida natural,
aunque también eso. Pero Señor, el tiempo del fin está
aquí. Yo estoy agradecido por esta Comida espiritual, Se-
ñor, la Comida espiritual de los Siete Sellos fue prometida
ser abierta. Usted dice: “Eso será algo diferente”. No, no.
367. Usted no puede añadir una palabra. Y quitar...Ya está
Allí, solamente está escondida. Está sellada. ¿Cuántos en-
tienden eso? Digan: “Amén”. ¿Ve? Usted dice: “Bueno,
eso es un misterio que vendrá”. ¡Oh, no!
368. Ya está escrito. Usted no puede añadir una palabra a
Ella, o quitar una de Ella. ¿Ve? Ya está Allí. Solamente
tiene que ser revelado en los últimos días.
369. ¿No vendrá usted? Vengan ahora, amigos. Si no pue-
480 Rev. William Marrion Branham
den entender, vengan. Arrodíllense, háblenle a Él al res-
pecto. Si yo no puedo hacerlo claro a ustedes, Él lo hará,
porque Él es el que resuelve todas las dudas... en Su mul-
titud santificada. Oh, ¿por qué no vendrá usted? ¿Por qué
no? ¿Por qué no vienes a Él ahora?
370. Recuerde, que se está haciendo una grabación de esto,
no sólo en esta cinta, sino en el gran disco fonográfico de
Dios. Cada uno de ustedes, cada movimiento, al inclinar
su rostro, al inclinar su corazón, cualquier pensamiento
que pasa por su mente, recuerde, que está siendo grabado
en estos momentos en Gloria, y el disco fonográfico va a
ser tocado en el Día del Juicio. ¿Cuál es su decisión? ¡Oh,
cuánto querrá usted que sea cambiada, en ese Día!
371. Yo sólo voy a esperar, porque hay muchos, muchos,
alrededor del altar ahora.
372. ¿Ve? Tal vez uno de ellos, si yo me espero un poquito
más, pudiera ser que salga otro allí, pudiera ser en alguna
parte en Nueva York, pudiera ser en alguna parte en Fi-
ladelfia, allá en California, Arizona. En alguna parte, allí
pudiera haber otro viniendo. Pastor, en dondequiera que
usted esté, no desista el llamar al altar ahora.
373. Puede ser que nosotros nunca veamos otra acción de
gracias. Esta pudiera ser la última, y los discos fonográ-
ficos serán puestos, en esta noche, por la última vez. La
cinta se acabará, uno de estos días. El disco se terminará y
estará en el álbum de Dios. Entonces va a ser tocado otra
vez, sus pensamientos que usted tiene ahora. No diga que
usted no sabía. Usted sabe. “Pero nadie puede venir a Mí,
a menos que Mi Padre lo traiga. Y todos los que el Padre
me ha dado, vendrán”. ¿Vienes a Él?
374. Yo creo, que si yo estuviera sentado allá en alguna par-
te, y tuviera el más mínimo pensamiento, yo vendría aquí
La unión invisible de la Novia de Cristo 481
tan rápido como pudiera. ¿Por qué no? Oh, ¿por qué?
375. ¿Ya terminó? ¿Está seguro de no estar contristando Su
Espíritu ahora? Mantengamos entonces nuestros rostros
inclinados. ¿Está usted seguro que no ha contristado Su
Espíritu? ¿Está usted seguro que ha hecho exactamente
lo que Él le dijo que hiciera? ¿Está usted seguro en estos
momentos? Recuerde que usted nunca pudiera tener otra
oportunidad. Pueda ser que el disco fonográfico se termi-
ne, en esta noche. Esto pudiera ser todo. Esto pudiera ser
la última cinta para usted ¿Está seguro que usted está listo
en estos momentos? Si es así, yo se lo dejo en sus manos,
en el Nombre del Señor Jesús.
376. Ahora mientras el coro está cantando suavemente, yo
voy a orar por estos que están aquí. Yo soy un cristiano
medio raro. Yo creo que Dios tiene que salvar. Yo creo
que Dios tiene que plantar la Palabra. “Yo el Señor”, dice
la Biblia en Isaías “Yo el Señor la he plantado. Yo la rega-
ré, día y noche, no sea que alguien me la arrebate de Mí
mano”. Antes que le pida a alguien que venga alrededor
del altar, con estas gentes, yo mismo quiero orar por ellos.
Inclinemos nuestros rostros.
377. Amado Jesús, yo sólo cité Tu Palabra, que Tu profeta
dijo, y yo sé que las palabras de los profetas son verda-
deras. Y Tú dijiste: “Yo el Señor la he plantado”. Claro,
seguramente, Tú lo pusiste en el Libro de la Vida del Cor-
dero, desde antes de la fundación del mundo. “Yo el Señor
la he plantado, y Yo la regaré, día y noche, no sea que
alguien la arrebate de Mi mano”. Estos, probablemente
Señor, han oído muchas llamadas al altar. Pero Tú todavía
la estás regando, Señor.
378. Aquí están ellos, en esta noche. Permite que ellos sean
liberados, en esta noche, Padre, de todas las cosas del
482 Rev. William Marrion Branham
mundo, de todos los pecados y problemas que están en sus
corazones, y que sensatamente, y reverentemente, en sus
corazones, se entreguen a Tu Palabra, en estos momentos,
y digan: “Señor Jesús, en lo profundo de mi corazón, yo
siempre he creído que había algo para mí, que todavía yo
no había recibido. Aunque yo he tratado, como en la re-
presentación que se ha hecho, en esta noche, de seguir a la
gallina, pero había algo que parecía extraño para mí. No
sonaba muy bien. Pero, en esta noche, yo siento que me
estoy acercando ahora a los brazos de la Palabra viviente.
Yo vengo aquí muy reverentemente, en mi mente cabal.
Yo lo he postrado aquí al lado de este altar. Yo quiero des-
esperadamente salvación, Señor. ¡Estoy tan hambriento!
Yo quiero, Señor, que me tomes en Tus brazos, en esta
noche. No por medio de ninguna emoción, sino por medio
del Espíritu de amor, tómame en Tus brazos, amado Dios.
379. Yo soy Tu hijo. Yo siento que yo soy esa águila de la
que estaban hablando. Agárrame, Señor. Estoy brincando.
Yo me levanté de mi asiento, y me arrodillé aquí. Agárra-
me, Señor. Estoy brincando. Tráeme sobre Tus alas, Se-
ñor, separado de estas cosas del mundo. Permíteme volar
de la inmundicia de este mundo, de mis hábitos malos, de
todas mis tradiciones denominacionales. Permíteme venir
solamente a Ti, amado Dios, para que Tú Santo Espíritu
pueda verter dentro de mí el perdón de todas mis dudas.
Permite que yo, en esta noche, llegue a ser Tu hijo, recién
nacido, y una nueva criatura, en esta noche. Agárrame.
Llévame más allá, del cloqueo de la gallina. Llévame al
nido del águila, para que allí yo pueda ser nutrido por la
Palabra de Dios, hasta que yo sea capaz de volar”.
380. Concédelo, amado Dios. Tómalos. Ellos son Tuyos.
Esta es mi oración sincera, orando por gente moribunda.
La unión invisible de la Novia de Cristo 483
Concédelo, Padre. Yo ofrezco esta oración en favor de
ellos. Para la gloria de Dios, lo pedimos. Ahora, con nues-
tros rostros inclinados.
381. Yo me pregunto, de ustedes, que están arrodillados
aquí alrededor del altar. Muchos de ustedes han reclamado
ser cristianos, pero han sentido que hay siempre algo, por
allí que ustedes no poseían. Ustedes pudieran haber hecho
todos los actos religiosos. Ustedes pudieran haber gritado.
Ustedes pudieran haber hecho todas las cosas. Pudieran
haber danzado en el Espíritu. Ustedes pudieran haber ha-
blado en lenguas. Y nadie puede decir nada malo en contra
de eso. Eso es verdad. Todo eso es bueno. Pero, ven, esos
son dones del Espíritu sin el Espíritu. Si el Espíritu estaba
allí, ese sentir no se sentiría condenado de esa manera.
382. ¿Verdaderamente, ustedes sinceramente, aquí en el
altar, creen en estos momentos, mientras están aquí, que
sólo el acto de darse ustedes mismos, no en una emoción,
pero en fe genuina, sin adulteración, que Dios los recibi-
rá y los nutrirá con Su Palabra hasta que ustedes mismos
sean águilas y puedan volar? Si lo creen, y quieren que
Dios haga eso, levanten sus manos, ustedes que están aquí
alrededor del altar. Dios les bendiga. Cada uno tiene le-
vantadas sus manos.
383. Ahora, permanezcan quietos, yo voy a pedir a hom-
bres consagrados y a mujeres que verdaderamente conoz-
can a Dios...
384. La mayoría de ellos, es muy extraño, parece como que
es de esa manera, en los llamamientos al altar que yo hago,
la mayoría son hombres. Ustedes saben, por lo regular,
son mujeres. Pero aquí son todos hombres. Yo pienso que
hay una mujer aquí en el altar, en esta noche, tal vez dos.
Generalmente son mujeres. Pero de una manera u otra, me
484 Rev. William Marrion Branham
imagino que parece como que las mujeres piensan que yo
estoy en contra de ellas. No estoy, hermana. Tres, creo,
que alguien dijo. Yo no puedo ver aquí por encima del
altar. Muy bien.
385. Algunos de ustedes Cristianos consagrados vengan
aquí y párense conmigo en oración sólo por un momen-
to. En el altar, dondequiera que esté usted, en la plata-
forma, alguien que verdaderamente conozca a Dios, que
sepa cómo pararse aquí sólo por unos cuantos minutos
para orar por ellos, luego despediremos la audiencia. To-
dos sean muy reverentes. No se vaya. Venga aquí y párese
alrededor.
386. Algunos de ustedes, personas que realmente creen que
Esto es la Verdad, de que estamos entrando en otra edad.
Estamos entrando en la Edad del Rapto. Ustedes saben la
iglesia no puede irse en la condición que está, y no puede
mejorarse. Debe de ponerse peor. ¿Cuántos saben eso? Di-
gan: “Amén”. Tiene que ponerse peor. Y no puede seguir
de esa manera. ¿Ven? Tiene que ser Algo, y está movién-
dose en estos momentos, amigo. Está en movimiento, el
movimiento está aconteciendo para la Novia. Eso es la
Verdad. Eso es ASÍ DICE EL SEÑOR.
387. Vengan ahora adelante, Cristianos consagrados que
quieren que en su disco fonográfico se encuentre eso, és-
tos que vienen sinceramente, ustedes que quieran venir y
ofrecer oración con ellos, como sus hermanos y hermanas,
vengan alrededor del altar. Párense aquí alrededor por un
momento para orar. ¿Alguien más quiere venir, pararse
aquí alrededor? Arrodíllense a un lado de ellos. Vayan, us-
tedes hombres alrededor de esos hombres; Ustedes muje-
res. Dulcemente, humildemente, pidan oración por ellos.
Amado Dios, ayuda...
La unión invisible de la Novia de Cristo 485
388. “Yo rindo todo. Yo rindo mi denominación. Yo rindo
mi primera boda. Yo rindo mi primer marido. Yo rindo
todo, Señor”. ...me rindo a Él, Todo a Cristo, yo me entre-
go Quiero serle fiel. Yo me rindo a Él, Yo me rindo...
389. ¿Rinde usted su propia idea? ¿Puede usted rendir sus
propias ideas, a la Palabra de Dios? Todo a Cristo, yo me
entrego Quiero serle fiel. Yo me rindo a Él, Yo me rindo a
Él, Todo a Cristo, yo me entrego Quiero serle fiel.
390. Todos los que creen ahora, en la audiencia, pónganse
de pie. Cantémoslo, juntos, ahora… Yo me rindo... Todos
ustedes ríndanse. ¿Están listos para cantarla ahora? Yo...
Todo a Cristo, yo me entrego, Quiero serle...
391. Ahora, ustedes alrededor del altar, si verdaderamente
se rinden levanten su mano a Él, canten: “Yo me rindo a
Él. Yo rindo la denominación. Yo rindo la denominación.
Yo rindo la iglesia. Yo mismo me rindo. Yo rindo mi idea.
Todo a Ti mi Salvador bendito, yo rindo todo. Todo a Cris-
to...”
Yo me rindo a Él, Yo me rindo a Él,
Todo a Cristo, yo me entrego
Quiero serle fiel.
¿Lo dicen verdaderamente en serio?
Yo me rindo a Él.
Ustedes aquí ahora en el altar. Ustedes aquí que están
392.
alrededor del altar, que han orado. La iglesia ha orado por
ustedes. Ustedes mismos han orado. Ahora solamente hay
una manera que pueden ser salvos, eso es: “Por fe sois sal-
vos, y eso es por gracia”. La gracia de Dios les habló, los
trajo al altar. Ustedes están buscando las bendiciones de
Dios. Están buscando Su Palabra. Están buscando el Espí-
486 Rev. William Marrion Branham
ritu Santo. Ustedes están buscando los favores de Dios. Y
si lo están, y pueden, verdaderamente, con todo su cora-
zón, rendirse. Ahora, no busque alguna emoción. Busque
una Verdad, una Verdad que proviene de su corazón, por
fe. “Señor, yo estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que
Tu Palabra me mande que haga. Yo mismo me rindo, con
todo lo que está en mí”.
393. Si ustedes creen eso con todo su corazón, yo quiero
que se pongan de pie, voltéense y den su rostro a esta igle-
sia, la audiencia, y levanten sus manos, y lo cantaremos
juntos con ellos. “Yo rindo todo lo que está en mí, Dios.
Lo mejor que yo puedo, todo lo que yo soy, yo lo rindo”.
394. Súbanse a esta plataforma aquí, ustedes que están en el
altar. Súbanse aquí a la plataforma, hermanos, aquí arriba,
todos ustedes y hermanos y hermanas.
395. Miren aquí iglesia.
396. ¿Rendir? Sí. Correcto. ¿Rinde usted toditito a Él y a
Su Palabra?
397. Una hermana aquí, de una denominación. Ella dijo:
“Yo pertenecía a una denominación”. No tenemos que de-
cir el nombre. Ella es una empleada allí. Pero ella dijo:
“Hermano Branham, yo quiero salir a la Verdad. Yo quiero
algo más profundo que eso”.
398. Permítanme citar Su Palabra. “Bienaventurados los
que tienen hambre y sed de justicia, porque de ella serán
saciados”.
399. Ahora, ustedes aquí en la plataforma, que acaban de
venir, si están listos para rendir todo lo que son, todo, para
obedecer la Palabra de Dios. Nadie les dijo a ustedes en
esta semana qué hacer. Ahora, si están listos a rendirse
en estos momentos a Él, solamente levanten sus manos,
de esta manera, a la audiencia. Ahora, ustedes aquí en la
La unión invisible de la Novia de Cristo 487
plataforma, cantémoslo juntos ahora: Yo me rindo a Él.
Todos, juntos. Muy bien.
Yo me rindo a Él,
¡Ahora, verdaderamente digan eso en serio!
¿Lo dicen verdaderamente en serio? Digan: “Amén”.
400.
Digan: “Amén”. Una vez más. Diga: “Señor, “escudríña-
me”. “Pruébame”. “Y dame una oportunidad”. “Esto es
todo lo que yo puedo hacer, en esta noche”, “Entregarme
a Ti”. “Tú conoces el hambre de mi corazón”. “Tú sabes
mi deseo”. “Tu promesa fue de cumplir ese deseo.” “Yo lo
acepto ahora.” “Y yo me rindo a Ti”. Todos juntos:
Yo me rindo a Él, Yo me rindo a Él,
Todo a Cristo, yo me entrego,
Quiero serle fiel.
Notas
Notas
Notas