Infeccionesrespiratorias Todas
Infeccionesrespiratorias Todas
Infeccionesrespiratorias Todas
Página 137
9 Infecciones
respiratorias
M. Macedo, S. Mateos
Clasificación
Según la localización encontramos las IR altas, que son las que afectan
al tracto respiratorio superior, y las IR bajas, es decir las que afectan al
tracto respiratorio inferior. De acuerdo a la etiología podemos hacer
dos tipos de clasificaciones: a) por un lado se distinguen las infec-
ciones bacterianas, virales, parasitarias y fúngicas; b) por otro lado es
clásico diferenciarlas en específicas, es decir aquellas infecciones que
son causadas por un agente en particular, como la tos convulsa o tos
ferina o coqueluche (causada por Bordetella pertussis), la tuberculosis
(causada por Mycobacterium tuberculosis), la difteria
(Corynebacterium diphteriae), e inespecíficas que son ampliamente las
más frecuentes.
a) Según la etiología
– Bacterianas, virales, parasitarias.
– Específicas, inespecíficas.
b) Según la localización:
– Altas.
– Bajas.
Nos referiremos, en este capítulo, exclusivamente a las infecciones
bacterianas y virales clásicamente denominadas inespecíficas.
Etiología
Salvo raras excepciones, los agentes etiológicos son virus. Los virus
más frecuentemente in-volucrados son Rinovirus, Coronavirus,
Parainfluenza y Adenovirus; menos frecuentemente Virus Respiratorio
Sincicial (VRS) y Enterovirus. Dependiendo de las series estudiadas, las
proporciones de cada virus varían, pero en general Rinovirus son los
agentes más frecuentes. Debido a dificultades diagnósticas,
probablemente la frecuencia de Coronavirus está subes-timada pero
se sabe que tiene un rol importante en la etiología del resfrío común.
En cuanto a Adenovirus, algunos tipos (1, 2, 5, 6) se asocian a cuadros
inespecíficos como el resfrío común, mientras que otros tienen
tendencia a causar cuadros más específicos (ej.: 3 y 7- fiebre
faringoconjuntival; 8 - queratoconjuntivitis). Influenza virus afecta la
mucosa nasal en el curso de infecciones que afectan simultáneamente
otros sectores del tracto respiratorio, incluso el tracto inferior. Sin
embargo, las reinfecciones con un mismo tipo de virus Influenza
pueden manifestarse como resfrío común sin fiebre y permiten al virus
diseminarse rápidamente entre personas susceptibles.
Epidemiología
La vía de ingreso es respiratoria. Los virus se diseminan por contacto
directo con secreciones infectadas, mano a mano o a través de
fomites, y posteriormente son inoculados en la mucosa nasal o
conjuntival; la inoculación en la mucosa oral es una ruta menos
efectiva. Esta vía de diseminación es la más frecuente para la mayoría
de los virus respiratorios, y explica la alta tasa de ataque en contactos
familiares. Por aerosoles: ha sido documentada esta forma de
transmisión para Influenza virus, pero se presume que puede ocurrir
también con Rinovirus y Enterovirus.
El resfrío común suele ocurrir con mayor frecuencia en los meses
fríos del año, pero cada virus tiene su propia incidencia estacional
(figura 1). Rinovirus predomina en otoño y primavera; VRS aumenta a
mitad del invierno; Coronavirus aumenta al final del invierno y
primavera. Esto sugiere un fenómeno de interferencia entre los
distintos virus que aún no es claro. En cuanto al rol del clima y la
temperatura, se cree que por un lado las bajas temperaturas
aumentan el hacinamiento de personas en espacios cerrados
favoreciendo la diseminación; por otro lado, los cambios en la
humedad ambiental relativa alteran la viabilidad viral, por ejemplo
Rinovirus tiene mayor viabilidad cuando la humedad es de 40% a 50%,
mientras que Influenza y Parainfluenza virus persisten viables en
aerosoles habiendo baja humedad ambiental relativa.
Figura 1. Distribución estacional de los virus respiratorios
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 139
Patogenia
El período de incubación es de uno a cuatro días. La replicación viral se
produce en las células ciliadas del epitelio nasal y la nasofaringe. La
viremia no es frecuente, salvo para Enterovirus. La eliminación del
virus aumenta al tercer o cuarto día de infección y suele desaparecer
al quinto; en niños el período de eliminación puede ser más
prolongado. La infección es limitada por los mecanismos locales de
inmunidad. Los síntomas, que suelen hacerse más prominentes luego
del quinto día de enfermedad y desaparecer hacia el décimo día, se
deben a edema e hiperemia de la mucosa y destrucción de células
epiteliales.
Manifestaciones clínicas
Dependiendo del agente etiológico, el contacto previo con el mismo
agente o agentes anti-génicamente relacionados y el estado
inmunológico del huésped, la presentación clínica es variable. El
espectro de signos y síntomas comprende aumento de las secreciones
mucosas con corrimiento nasal u obstrucción nasal, edema
inflamatorio de la mucosa, estornudos, odinofagia, congestión
conjuntival. Puede haber síntomas sistémicos: fiebre (siempre de bajo
grado), mialgias, cefaleas, tos seca, afonía, etc.
Diagnóstico etiológico
Debido a la diversidad de agentes que pueden causar rinitis (recordar que
estos agentes poseen más de un tipo antigénico, algunos incluso, como
Rinovirus, poseen cientos) y a la levedad del proceso, el diagnóstico
etiológico es engorroso y costoso. Si se desea realizarlo con fines
epidemiológicos, la muestra que se prefiere es el aspirado nasofaríngeo
(ANF) fundamental-mente en niños pequeños, pero el hisopado
nasofaríngeo es una alternativa aceptable, y es la muestra más utilizada
en adultos. El cultivo es el método directo de elección para todos los virus
respiratorios. Los métodos directos rápidos (inmunofluorescencia) son en
general menos sensibles que el cultivo; muestran mayor utilidad para VRS
que para otros virus. La serología solo sirve con fines epidemiológicos, ya
que el diagnóstico es retrospectivo y se requieren sueros pareados para su
correcta interpretación.
Tratamiento
Es una infección leve y autolimitada que no requiere tratamiento
específico, además de que no se dispone de fármacos antivirales para
la mayoría de estos virus. Los antivirales antivirus Influenza se
reservan para personas de riesgo de enfermedad grave durante los
períodos de epidemias. El tratamiento es, por lo tanto, sintomático. Es
importante recordar que en el curso de la infección, y muy
frecuentemente en etapa de resolución, las características del
corrimiento nasal van cambiando debido a la acumulación de células
muertas y otros detritus. Esto no debe hacer pensar en una infección
bacteriana sobreagregada o en la agravación del cuadro, por lo que no
tendrá efecto ningún otro tipo de tratamiento, especialmente el uso de
antibióticos.
Prevención
La principal medida es limitar el contacto con personas infectadas. Se
dispone de vacunas para algunos de estos virus, ej.: Influenza y
Adenovirus, por lo tanto previenen una mínima cantidad de casos. La
posibilidad de obtener una vacuna que proteja contra Rinovirus es muy
remota debido a la gran cantidad de serotipos de este virus y a que no
se ha demostrado inmunidad cruzada entre ellos.
140 TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA
FARINGITIS Y AMIGDALITIS
Es una infección frecuente, tanto en niños como en adultos.
Etiología
La mayoría de las faringoamigdalitis son virales, pero, a diferencia de
lo que ocurre con la rinitis, también puede ser de etiología bacteriana
y es especialmente importante diferenciar unas de las otras.
Faringitis viral
Los agentes virales más frecuentes así como los síndromes clínicos a
los que se asocian, se muestran en el siguiente cuadro. La afección
faríngea puede ser primaria o presentarse en el curso de otra infección
respiratoria o sistémica.
Faringitis bacteriana
Streptococcus pyogenes (Streptococcus betahemolítico del grupo A) es
el principal agente bac-teriano de faringitis. Otros estreptococos beta-
hemolíticos agentes de faringitis son los de los grupos C, G y F de
Lancefield.
La faringitis estreptocóccicas debe ser diferenciada de las de otra
causa ya que puede tener complicaciones supurativas y no
supurativas.
Otras bacterias que causan faringitis con menor frecuencia:
Arcanobacterium hemolyticus, Neisseria gonorrhoeae,
Corynebacterium ulcerans, Micoplasma pneumoniae.
Epidemiología
Estas infecciones ocurren durante todo el año pero tienen su pico de
incidencia en otoño y primavera. El grupo etario más afectado y el de
mayor riesgo de complicaciones es el de 5 a 15 años. La trasmisión se
produce por vía respiratoria por contacto estrecho persona a persona.
Manifestaciones clínicas
El período de incubación es de dos a cuatro días. El cuadro más
característico está dado por la instalación abrupta de odinofagia
acompañada de fiebre, cefalea y malestar general. En niños son
frecuentes las náuseas, vómitos y dolor abdominal. Los signos más
destacados son edema, enrojecimiento e hiperplasia linfoide a nivel de la
faringe posterior, hiperplasia amigdalina, exudado amigdalino blanco
grisáceo, adenomegalias cervicales dolorosas. Si bien esta signo-
sintomatología es sugestiva de faringitis bacteriana, también puede
deberse a causas virales, y por este motivo nunca puede realizarse el
diagnóstico etiológico únicamente sobre la base del cuadro clínico. Por
otra parte, un cuadro respiratorio alto que carezca de estas manifes-
taciones raramente corresponderá a una faringitis bacteriana. La infección
faríngea aguda es de resolución espontánea; la fiebre desaparece en tres
a cinco días y el resto de los síntomas y signos suele resolverse en el plazo
de una semana. Como veremos entonces, el único motivo por el cual se
justifica el tratamiento antibiótico es la prevención de las complicaciones.
En los casos en que la cepa de S. pyogenes que causa una faringitis u otra
infección produce toxinas eritrogénicas, puede producirse escarlatina. Se
trata de un eritema difuso y puntiforme que se acompaña de enantema
característico que afecta el paladar y la lengua.
Complicaciones
Hoy en día son poco frecuentes debido al advenimiento de la antibioticoterapia.
a) Complicaciones supuradas. A nivel local, pueden producirse
abscesos o flemones pe-riamigdalinos, abscesos retrofaríngeos. Por
extensión directa del germen: otitis media, sinusitis, mastoiditis,
linfadenitis cervical supurada. Otras complicaciones supuradas,
como infecciones del sistema nervioso central, son
extremadamente raras.
b) Complicaciones no supuradas (secuelas postestreptocócicas): fiebre
reumática y glomeru-lonefritis.
142 TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA
GLOMERULONEFRITIS (GN)
Es una enfermedad inflamatoria del glomérulo renal que sigue a las
infecciones faríngeas o cutáneas causadas por cepas pertenecientes a
un limitado número de serotipos de S. pyogenes, llamadas cepas
nefritogénicas. Se manifiesta por edema, hipertensión arterial,
hematuria y proteinuria. A diferencia de la FR, S. pyogenes no es el
único agente capaz de causar GN, sino que otras infecciones también
pueden originarla. La causa de la lesión renal no es clara, pero
también en este caso se aboga por la hipótesis del daño autoinmune.
Se han descrito similaridades antigénicas entre constituyentes
bacterianos y el tejido renal humano, y se han encontrado
inmunocomplejos depositados en nódulos subepiteliales.
Diagnóstico etiológico
El principal objetivo, como hemos dicho, es diferenciar las infecciones
causados por virus de aquellas causadas por S. pyogenes; eventualmente,
frente a fuertes sospechas clinicoepidemio-lógicas, puede ser necesario
identificar causas bacterianas específicas (ej.: difteria, gonococcia) para
las cuales existe tratamiento. El “gold standard” para el diagnóstico de
faringitis bacteriana es el exudado faríngeo. Nos enfocaremos en la
investigación de S. pyogenes. De todos modos, el diseño del estudio tal
como lo describiremos permite la detección de otros Streptococcus y
Aracanobacterium. La toma de muestra se realiza mediante hisopado de
las amígdalas; no es necesario utilizar medios de transporte, ya que S.
pyogenes es altamente resistente a la deseca-
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 143
Tabla 1.
1. Susceptibilidad a la bacitracina* S
2. Prueba de PYR +
3. Susceptibilidad a Trimetoprim-sulfametoxazol** R
4. Prueba de CAMP +
* Prueba de baja sensibilidad si se utiliza aisladamente.
* Streptococcus del grupo A y del grupo B son intrínsecamente resistentes a este antibiótico,
a diferencia de otros Streptococcus.
PYR: Pyrrolidonyl arylamidasa.
Test rápido
positivo Considerar al paciente portador de S. pyogenes y
no realizar pruebas adicionales.
negativo Grupo de riesgo Realizar exudado faríngeo.
(grupo de alto VPP)
Grupo de bajo riesgo No realizar estudios adicionales
(grupo de alto VPN)
VPP: valor predictivo positivo; VPN: valor predictivo negativo
Serodiagnóstico
Los individuos que cursan infecciones por S. pyogenes desarrollan
anticuerpos contra diferentes antígenos de la bacteria. Los más comunes
son: antiestreptolisina O (AELO), anti DNAsa B, antiestreptoquinasa y
antihialuronidasa. Los anticuerpos AELO pueden utilizarse para realizar el
diagnóstico restrospectivo de una infección por S. pyogenes. Estos
anticuerpos no son útiles en el diagnóstico de la faringitis aguda, ya que su
elevación comienza a observarse luego de la resolución, incluso
espontánea, de esta infección. En cambio, la seroconversión en el título de
AELO contribuye a aclarar el diagnóstico en pacientes con cuadros
sugestivos de secuelas postestreptocócicas, en los cuales el antecedente
de faringitis no es evidente.
Tratamiento
Debido a que el objetivo principal es prevenir las complicaciones
supuradas y las secuelas no supuradas, el grupo antibiótico de primera
elección es el de las penicilinas (penicilina G sódica, penicilina
benzatínica, ampicilina, amoxicilina), ya que ha demostrado prevenir
efectivamente la FR. En los pacientes alérgicos a penicilina, se opta
por eritromicina u otros macrólidos. El tratamiento con estos
antibióticos (salvo con azitromicina) debe tener una duración de 10
días, aún cuando el paciente ya no presente síntomas, como es
habitual. Otras alternativas eficaces incluyen cafalosporinas de
primera y segunda generación. Sin embargo, no son convenientes
debido a su costo y a que, al ser de mayor espectro antimicrobiano,
afectan la flora normal y favorecen la selección de resistencia.
Incidencia
Enfermedad frecuente de la primera infancia, representa el 15% de todas
las IRA en los niños. La incidencia máxima se observa durante el segundo
año de vida y la mayor parte de los casos se produce entre los tres meses
y los tres años de edad. Predomina en el sexo masculino.
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 145
Etiología
El virus Parainfluenza 1 es la causa más frecuente, el tipo 3 suele ser el
segundo en frecuencia. Los brotes epidémicos causados por virus Influenza
A y B pueden determinar un porcentaje significativo. Solo en un 5% de los
casos puede ser causado por VRS. Las infecciones por Adenovirus pocas
veces se asocian con crup, aunque la laringitis suele ser una manifestación
habitual en las infecciones producidas por estos virus. Las manifestaciones
más caracteristicas de la enfermedad fueron asociadas al virus
Parainfluenza 2, sin embargo el porcentaje total de casos de crup
provocado por éste es menor que el asociado a los tipos 1 y 3. Este
fenómeno se debe a que los virus tipo 2 son menos frecuentes en la
comunidad y los brotes epidémicos provocados por este virus son poco
frecuentes. De todos los agentes mencionados, solo Parainfleunza tipo1 y
el virus Influenza A se asocian con epidemias. En la era prevacunal el
sarampión se asociaba con un crup severo y complicado.
Epidemiología
Los patrones epidemiológicos reflejan principalmente los patrones
estacionales. El virus Parainfluenza 1 tiene su máxima incidencia
durante el otoño y parecería provocar brotes epidémicos año por
medio. Lo brotes en invierno o principios de la primavera se asocian
más frecuentemente a Influenza A o B.
Manifestaciones clínicas
Inicialmente la infección viral compromete el tracto respiratorio superior,
conductos nasales, nasofaringe, posteriormente se propaga por la vía
canalicular descendente para afectar todos los niveles del aparato
respiratorio. Los signos clásicos de estridor, disfonía y tos perruna resultan
principalmente de la inflamación de laringe y tráquea, sin embargo en la
mayoría de los pacientes se objetiva un compromiso pulmonar. La
obstrucción y por ende la inflamación son máximas a nivel subglótico, este
área representa la porción menos distensible de la vía aérea, dado que
está rodeado por cartílago cricoides con un estrecho anillo anterior y
lámina cuadrangular posterior más ancha, ”anillo de sello”. Estos hechos
se agravan en los niños pequeños dado que en ellos las paredes de la vía
aérea son relativamente distensibles, es pro-bable que los factores
anatómicos contribuyan a la mayor gravedad de este cuadro en niños
preescolares. El diámetro de la laringe y la glotis es relativamente
pequeño y la inflamación de las mucosas determina mayor grado de
obstrucción. La resistencia de la vía aérea es un parámetro sumamente
sensible, incluso a cambios poco marcados del diámetro de la vía. La
resistencia al flujo aéreo está inversamente relacionada con la cuarta
potencia del radio del la vía. La membrana mucosa también se encuentra
relativamente más laxa, así como más vascularizada, y el anillo
cartilaginoso es menos rígido, la obstrucción nasal y el llanto pueden
agravar el estrechamiento dinámico de la vía aérea del niño. La
enfermedad se manifiesta durante el anochecer generalmente luego de
una tos leve de varios días de duración, acompa-ñada o no de odinofagia y
rinorrea serosa. Los niños infectados por Influenza y Parainfluenza suelen
tener fiebre de entre 38º y 40º; en la infección por VRS la fiebre suele ser
más baja. La instalación del crup puede estar anunciada por la presencia
de disfonía y una profundización de la tos, habitualmente seca con un tono
metálico (perruno). Aparecen polipnea, tirajes altos, estridor laríngeo
inspiratorio, roncus y sibilancias. Una característica distintiva es su curso
fluctuante. El cuadro puede mejorar o agravarse clínicamente en el curso
de una hora. La mayoría de las veces dura entre tres y cuatro días, aunque
la tos puede persistir. El diagnóstico es clínico, el asilamiento viral se
discutirá más adelante, si bién no es recomendable realizar
procedimientos invasivos para no alterar al niño y agravar el cuadro.
146 TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA
Tratamiento
Es sintomático. Siendo una enfermedad de etiología viral, los
antibióticos no tienen efecto alguno.
EPIGLOTITIS
Es una infección grave de la laringe supraglótica que resulta en edema
epiglótico con la con-siguiente obstrucción laríngea. A diferencia de la
laringitis, suele ocurrir en niños mayores de dos años; también puede
ocurrir en adultos. Su etiología es bacteriana.
Etiología
Su principal causal es Haemophilus influenzae tipo b. Desde que se
utiliza la vacuna contra este germen, han disminuido dramáticamente
las infecciones invasivas que produce, dentro de las cuales se
encuentra la epiglotitis. Son causas menos frecuentes: Streptococcus
pneumoniae y otros Streptococcus, S. aureus, H. influenzae no
encapsulado, H. parainfluenzae.
Manifestaciones clínicas
La sintomatología es de instalación brusca. Se presenta con odinofagia,
fiebre elevada, disfagia y dificultad respiratoria por obstrucción de la vía
aérea que domina el cuadro y causa estridor. El niño se presenta con
aspecto tóxico. Cuando se asocia bacteriemia el cuadro es de muy mal
pronóstico. En el adulto la presentación es menos brusca pero igualmente
severa.
Diagnóstico etiológico
El germen puede aislarse de muestras de secreciones respiratorias del
sector supraglótico y de hemocultivos en caso de bacteriemia.
Tratamiento
Es una emergencia pediátrica. Además del tratamiento de soporte
para eliminar la obstrucción, se requiere tratamiento antibiótico.
Profilaxis
La principal medida profiláctica es la vacunación anti-Haemophilus
influenzae tipo b. Frente a los casos de enfermedad confirmada, se
adiministra rifampicina durante cuatro días a: 1) todos los contactos
familiares cuando hay niños menores de cuatro años en el hogar; 2)
compañeros de escuela y maestros del caso índice; 3) el paciente
antes de otorgar el alta hospitalaria para prevenir la reintroducción del
germen en el hogar.
Epidemiología
La OMA es una enfermedad de lactantes y niños pequeños, la máxima
incidencia se produce entre los 6 y los 18 meses de edad. A los tres años
la mayoría de los niños han sufrido al me-nos un episodio, y hasta la mitad
han sufrido una OMA recidivante (tres o más episodios). Entre los factores
que influyen en la frecuencia de OMA se incluyen la alergia a antígenos y
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 147
Etiología
La microbiología de la OMA se ha documentado por cultivo del líquido
del oído medio obte-nido mediante aspiración con aguja.
Streptococcus pneumoniae (aislado con mayor frecuencia en todos los
grupos etarios) seguido por Haemophilus influenzae no tipo b, son
responsables de por lo menos el 90% de las OMA. Moraxella
catarrhalis es el tercer agente en frecuencia, dando cuenta del 3% al
20% de las infecciones. Otros agentes menos frecuentes: H. influenzae
tipo b, Staphylococcus aureus, Streptococcus pyogenes, Chlamydia
pneumoniae, bacilos gramne-gativos. Rol de los virus respiratorios
(VRS, Rinovirus, Adenovirus, Enterovirus, Influenza virus, Parainfluenza
virus): pueden inducir o prolongar la infección por alterar los
mecanismos celulares de defensa.
Patogenia
Para comprender la patogenia de la OMA hay que tener en cuenta que la
enfermedad afecta a un sistema constituido por partes contiguas: orificios
nasales, nasofaringe, trompa de Eus-taquio, oído medio, antro y celdas
aéreas de la mastoides. El oído medio recuerda a una caja aplanada, la
pared lateral comprende la membrana timpánica y la pared interna incluye
las ventanas oval y redonda. Las celdas aéreas mastoides están detrás y el
orificio de la trompa de Eustaquio se encuentra en la porción superior de la
pared frontal. La trompa de Eustaquio conecta el oído medio con la
nasofaringe posterior y su tercio lateral está situado en el hueso y es
abierto. En el lactante, la trompa es más corta y proporcionalmente más
ancha que en el niño mayor; las porciones óseas y cartilaginosas forman
una línea relativamente recta, mientras que en el niño mayor forman un
ángulo más agudo. Estas diferencias pueden predisponer a la enfermedad
precoz y repetida en algunos lactantes. La trompa de Eustaquio
desempeña al menos tres funciones importantes respecto al oído medio:
protección del oído frente a las secreciones nasofaríngeas, drenaje hacia la
nasofaringe de las secreciones producidas por el oído medio y ventilación
para igualar las presiones del aire dentro del oído medio. La disfunción de
la trompa debido a factores anatómicos o fisiológicos parece ser el factor
más importante en la patogenia de esta infección. La secuencia más
probable de eventos en la mayoría de los episodios comprende una
anomalía previa (debido por lo general a una IRA alta viral) que da lugar a
la congestión de la mucosa respiratoria y la consecuente obstrucción de la
mucosa tubárica que ocasiona la obstrucción de la porción más estrecha
de la trompa o istmo; la obstrucción provoca una presión negativa en el
interior del oído medio, con formación de derrame. Las secreciones del
oído medio se acumulan en consecuencia, si después de produ-cirse la
obstrucción tubárica existen bacterias patógenas en el oído medio que
colonizan la nasofaringe, los microorganismos se multiplican y producen
una infección supurada aguda.
Manifestaciones clínicas
La enfermedad se presenta con otalgia, hipoacusia, fiebre, anorexia,
vómitos, diarrea. Cuando ocurre perforación de la membrana
timpánica se observa otorrea.
Diagnótico etiológico
El diagnóstico etiológico de la OMA plantea un problema, ya que el
único procedimiento adecuado es la timpanocentesis (la obtención de
fluido del oído medio mediante la punción de la membrana timpánica).
Debido a que es un procedimiento agresivo, no se justifica realizarlo
en todos los casos. Por este motivo, la mayoría de las veces el
tratamiento antimicrobiano es empírico. Para conocer la epidemiología
local en cuanto a la etiología y la susceptibilidad antibiótica de los
agentes etiológicos, es necesario realizar estudios periódicamente y en
base a ellos ir adecuando la terapéutica adecuada.
Tratamiento
La implementación de tratamiento antibiótico en la OMA es motivo de
discrepancias. Por un lado puede ser una enfermedad benigna de
resolución espontánea sin tratamiento. Por otro lado puede evolucionar a
complicaciones severas. Con el fin de disminuir la prescripción antibiótica
en aquellos casos en que no sea necesario, en algunos países como
Holanda se ha adoptado el criterio de observar a los niños con OMA,
siempre que sean mayores de dos años y muestren un buen estado
general. En caso de que la sintomatología persista o se agrave en el curso
de las siguientes 24 hs a 48 hs, entonces se comienza el tratamiento. Sin
embargo, en muchos otros países se mantiene la práctica de administrar
siempre antibióticos, como es el caso de nuestro país. Como ya hemos
dicho, la elección de los antibióticos apropiados se realiza en cada medio
teniendo en cuenta la susceptibilidad local de los gérmenes.
Mientras que S. pneumoniae presenta en el mundo un creciente
grado de resistencia a penicilina, un estudio realizado en nuestro país
en los años 1999 y 2000, mostró que la ma-yoría de las cepas de este
germen son susceptibles a ese antibiótico, y las que no lo son suelen
presentar resistencia intermedia y raramente absoluta. Igualmente la
incidencia de resistencia a eritromicina es muy escasa. Por el
contrario, se observa casi un 20% de resistencia a trimeto-
prim/sulfametoxazol. Algo similar ocurre con H. influenzae; la
producción de betalactamasas por cepas locales es reducida, al igual
que en el resto de América Latina, mientras que tiende a aumentar en
el resto del mundo. En este mismo estudio, la susceptibilidad a
azitromicina fue de 100%, y algunas cepas mostraron resistencia a
Trimetoprim, pero en escasa proporción. De acuerdo a estas
consideraciones, las recomendaciones para el tratamiento antibiótico
de la OMA son las siguientes:
• El tratamiento de elección es amoxicilina a altas dosis (90
mg/kg/día) por la posibilidad de cepas de S. pneumoniae de
sensibilidad intermedia. En ese caso, esta dosis es suficiente para
alcanzar concentraciones del antibiótico en oído medio superiores a
la CIM del microorganismo.
• Como tratamientos alternativos, frente a no respuesta al
tratamiento, puede plantearse amoxicilina-clavulánico o
cefalosporinas de segunda o tercera generación, por la posibili-dad
de H. influenzae productor de betalactamasas. Los macrólidos
también constituyen una alternativa en pacientes alérgicos a
penicilina. De optarse por macrólidos es de preferencia la
claritromicina, ya que alcanza mejores concentraciones en el fluido
del oído medio que azitromicina, que se concentra preferentemente
en el espacio intracelular. Trimetoprim: como hemos visto, en
nuestro país así como en otras partes del mundo, la resistencia
aumenta gradualmente por lo que no debe utilizarse de primera
elección. Finalmente, se encuentra en estudio un nuevo antibiótico,
la telitromicina perteneciente a la familia de los macrólidos, que
parece tener buena actividad frente a bacterias grampositivas
multirresistentes.
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 149
Inmunoprofilaxis
Se han desarrollado diversas vacunas contra S. pneumoniae. En el
mercado mundial existen dos vacunas: una conjugada heptavalente,
que es efectiva en niños menores de dos años, comprende serogrupos
de la mayoría de las cepas productoras de OMA y disminuye la por-
tación nasofaríngea, pero no está disponible en Uruguay; otra 23-
valente polisacarídica, que por no ser conjugada no es efectiva en
niños menores de dos años y no disminuye la portación nasofaríngea
del germen, por lo que mantiene la posibilidad de infección del oído
medio. Se está estudiando en la región la posibilidad de elaborar una
vacuna conjugada que contenga los serotipos más prevalentes. Por
otro lado, debido a que las infecciones virales pueden contribuir al
desarrollo y mantenimiento de la OMA, la vacunación contra el virus
Influenza puede disminuir la posibilidad de OMA.
OTITIS EXTERNA
Es la infección del conducto auditivo externo. Debido a la anatomía de este
sector del oído, se trata de una infección localizada de piel que presenta
como factores de riesgo la humedad, el calor y la maceración. Sus
principales agentes son Pseudomonas aeruginosa, Staphylococcus aureus.
El diagnóstico etiológico puede realizarse con mayor facilidad que en la
OMA, ya que consiste en el cultivo del exudado del conducto auditivo
externo, pero debe tenerse en cuenta que este es un sitio normalmente
contaminado con flora de la piel, por lo que su interpreta-ción debe
realizarse con precaución. El tratamiento consiste en la aplicación tópica
local de antibióticos durante una semana. Entre los agentes
farmacológicos disponibles para uso local y de acuerdo a la etiología,
puede optarse por: macrólidos, fluorquinolonas, aminoglucósidos, ácido
fusídico, bacitracina, cloranfenicol, etc.
SINUSITIS AGUDA
Es la inflamación de la mucosa de los senos paranasales de menos de
cuatro semanas de evolución. Es una afección frecuente en niños y
adultos.
Etiología
Más del 70% de los casos de sinusitis aguda adquirida en la comunidad se
deben a los mismos agentes que causan OMA: S. pneumoniae, H.
influenzae no encapsulado y M. catarrhalis. Otros agentes bacterianos que
pueden causarla son S. pyogenes y otros Streptococcus, S. aureus y con
mucho menor frecuencia anaerobios. Chlamydia pneumoniae y
Mycoplasma pneumoniae parecen contribuir escasamente. Los virus están
involucrados en una minoría de los casos.
En sinusitis nosocomial secundaria a trauma craneal o intubación
nasotraqueal participan otros agentes y muy frecuentemente es
polimicrobiana. Participan bacilos gramnegativos (P. aerugionosa,
Klebsiella pneumoniae, Proteus spp., Enterobacter spp, otros), S.
aureus y anaero-bios.
150 TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA
Manifestaciones clínicas
Son variables según la edad. Los síntomas más comúnmente
observados son tos y corrimiento nasal, pero puede acompañarse de
fiebre, cefaleas frontales que aumentan con la posición declive, dolor a
nivel de los senos, odinofagia, halitosis.
Diagnóstico etiológico
Al igual que para la otitis media, la obtención de una muestra adecuada
para estudio bac-teriológico requiere de procedimientos invasivos, la
aspiración sinusal, que por lo tanto se realiza únicamente en casos
seleccionados. La práctica de realizar cultivos de nasofaringe en pacientes
con sinusitis, presumiendo que las secreciones obtenidas representan a las
sinusales, no es recomendada. Numerosos estudios han demostrado que
los gérmenes recuperados a partir de estas muestras no corresponden a
los presentes en los aspirados sinusales.
Tratamiento
Los antibióticos son el pilar fundamental del tratamiento de la sinusitis
aguda. Debe tenerse en cuenta que el diagnóstico clínico de sinusitis
aguda es en ocasiones difícil de realizar, y como hemos visto, el
diagnóstico microbiológico se realiza en una minoría de casos. Para
evitar el uso innecesario y excesivo de antibióticos, el médico debe
tener en cuenta la probabilidad de que el paciente padezca una
sinusitis aguda para decidir cuáles pacientes serán tratados. El
siguiente esquema ilustra una guía útil.
Patogenia
No se ha investigado la patogenia de la BA para todos los agentes
causales. Durante la in-fección, la mucosa traqueobronquial se
encuentra hiperémica y edematosa, las secreciones bronquiales son
importantes. La destrucción del epitelio respiratorio puede ser extensa
en algunas infecciones como por Influenza y ser mínima en otras,
como los resfríos por Rinovirus. Es probable que la gravedad de la
enfermedad aumente por exposición al humo del cigarrillo y
contaminantes ambientales. Algunos estudios epidemiológicos apoyan
la idea de que las infecciones bronquiales agudas recidivantes
desempeñarían un papel en el desarrollo de la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (EPOC), al provocar junto con el cigarillo daño
permanente.
Manifestaciones clínicas
Se presenta con tos inicialmente seca, luego productiva, con
expectoración inicialmente mucosa que con los días se hace
mucopurulenta. Puede haber roncus. A la auscultación pleuropulmonar
puede haber estertores secos (roncus, gemidos o sibilancias),
estertores sub-crepitantes. No hay signos de consolidación
pleuropulmonar. Los adultos pueden presentar fiebre en la BA causada
por Influenza, Adenovirus y M. pneumoniae, no es frecuente cuando se
asocia a Coronavirus y Rinovirus.
Tratamiento
No existe tratamiento específico, la mayoría de los pacientes se recuperan
sin incidentes. El tratamiento es sintomático con antitermoanalgésicos,
ambiente húmedo (si bien no existen pruebas de que esto abrevie el curso
de la enfermedad, mejora los síntomas). La tos irritativa y paroxística
puede causar molestias considerables y dificultar el sueño. Aunque la
supre-sión de la tos puede aumentar el período de estado y favorecer la
sobreinfección bacteriana secundaria, el empleo prudente y supervisado
de antitusígenos (como la codeína) puede aliviar los síntomas. No deben
utilizarse anihistamínicos porque desecan las secreciones y los
expectorantes son ineficaces. Los antibióticos no abrevian la duración de
la enfermedad ni disminuyen la incidencia de las complicaciones
bacterianas, por lo cual no deben usarse en el tratamiento inicial de la BA.
El hecho de que a veces los pacientes con episodios reci-
152 TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA
BRONQUIOLITIS
Es una enfermedad viral del tracto respiratorio inferior que aparece en
los dos primeros años de vida.
Epidemiología y etiología
La bronquiolitis muestra un patrón estacional definido con un aumento
anual de casos en invierno hasta comienzos de la primavera, este patrón
refleja la actividad de su agente principal, el VRS. Es una enfermedad
frecuente durante el primer año de vida con una tasa de ataque entre los 2
y 10 meses de vida. Es más frecuente en varones con una relación 1.5 a 1.
Son factores de riesgo para esta enfermedad la edad, especialmente en
los primeros meses de vida, madre adolecente, hacinamiento, el número
de hermanos. Según datos del Centro Hospitalario Pereira Rossell los
ingresos hospitalarios por bronquiolitis representan el 34% en los meses
de invierno, del 41% que representan en conjunto todas las IRAB. En 1999,
con la finalidad de mejorar la calidad de la atención hospitalaria de los
niños con IRAB y la eficiencia del uso de los recursos asistenciales, se
implementó una estrategia que se denominó “Plan de invierno”. La misma
se basó en la utilización de pautas de atención, diagnóstico y tratamiento.
En esa oportunidad se estudiaron 226 niños con bronquiolitis obteniéndose
diagnóstico etiológico en el 71.6% de ellos, siendo el VRS el agente aislado
con mayor frecuencia (81%) coincidiendo con los datos internacionales. El
segundo agente identificado fue Influenza (6%).
Fisiopatología
La patología de la bronquiolitis se concentra en el epitelio respiratorio. El
virus se replica inicialmente en el epitelio de tracto respiratorio superior,
pero en el lactante pequeño suele extenderse con rapidez hasta la vía
aérea inferior. La inflamación temprana progresa rápi-damente a la
necrosis y luego se desprende. Como la resistencia al flujo aéreo se
relaciona inversamente con el cubo del radio, esta inflamación y el edema
hacen que las luces pequeñas de los lactantes sean particularmente
vulnerables a la obstrucción. Los tapones de material necrótico pueden
obstruir total o parcialmente las pequeñas vías aéreas. La constricción del
músculo liso no parece ser importante en la obstrucción, razón por la cual
no parecen mejo-rar con beta2 agonistas. En zonas periféricas a los sitios
de obstrucción parcial el aire queda atrapado por un mecanismo valvular.
Este hecho determina hiperinsuflación. En zonas con obstrucción total se
producen zonas de atelectasias. Una respuesta inmune anormal puede
contribuir en la patogenia de la bronquiolitis y a la hiperreactividad
posterior de las vías aéreas como se observa en algunos niños,
fundamentalmente en aquellos que requirieron interna-ción. Algunos
autores sugirieron que la IgE, la histamina y una respuesta celular
anormal, desempeñan ciertos papeles en el desarrollo de la enfermedad.
Los lactantes con IRAB por VRS presentaban IgE contra VRS e histamina en
las secreciones nasofaríngeas con mayor frecuencia y en títulos más
elevados que lactantes que tenían sibilancias por otras causas. La cantidad
de IgE e histamina se correlacionó con la severidad del cuadro clínico.
Otros mediadores se encontraron vinculados en la patogenia como el
leucotrieno C4. Estos estudios sugieren que las sibilancias en un lactante
con una IRAB en especial por VRS, pueden ser el resultado de una
supresión alterada de la respuesta inmune celular o pueden ser
aumentadas por ella. Entonces puede seguir una producción exagerada de
IgE y otras respuestas celulares que evocan los mediadores de la
inflamación de la vía aérea y el broncoespasmo. Estos hallazgos
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 153
Manifestaciones clínicas
Al inicio tos, rinitis serosa. Prodromo de uno a siete días, es común la
fiebre, habitualmente leve, el compromiso del tracto respiratorio inferior
aparece en dos a tres días con polipnea, irritabilidad, somnolencia, tos
sibilante, emetizante, cianosante, aleteo nasal, quejido inspi-ratorio
(obstrucción). A la auscultación, sibilancias y se observan tirajes.
Algunas de las complicaciones pueden ser agudas, como apnea,
sobretodo en recién na-cidos, hipoxemia grave, paro hipóxico. Dentro
de las crónicas, un 75% de los pacientes que han requerido internación
presentarán episodios recidivantes de broncoespasmo.
NEUMONIA AGUDA
La neumonia es una enfermedad inflamatoria del parénquima
pulmonar de etiología infeccio-sa, puede ser causada por bacterias,
virus, hongos o parásitos. Es una enfermedad frecuente. La frecuencia
relativa de cada agente etiológico varía de acuerdo a muchos factores,
tales como la edad del paciente, la existencia de enfermedades
asociadas y el contexto en que se adquiere la infección (comunidad,
hospital, residencia de ancianos), entre otros. Así mismo estos factores
influyen en la clínica, la radiografía, la selección del tratamiento, la
evolución, las complicaciones y el pronóstico de la enfermedad. Se
caracteriza por fiebre, sintomatología respiratoria variable y la
aparición de infiltrados en la radiología. Por lo tanto esta entidad es de
diagnóstico clínico, radiológico y evolutivo.
En las edades extremas de la vida su incidencia es mayor que en el
resto de la población y es en estos pacientes en quienes tiene
consecuencias más graves. Representa un problema relevante en
salud pública, tanto en sus aspectos sociales como económicos:
elevada morbi-mortalidad, altas tasas de hospitalización, estadía
hospitalaria prolongada, costos elevados. Ante la dificultad diagnóstica
para establecer una etiología en la mayoría de los casos, en las últimas
décadas se han utilizado clasificaciones en base a las características
clínicas y al tipo de población afectada. Según las pautas propuestas
por la Asociación Americana de Tórax (ATS - 2000) se distinguen tres
grupos.
1. Neumonia aguda comunitaria (NAC): en este grupo deben
diferenciarse las poblaciones según edad (niños y mayores de 65
años), comorbilidad como insuficiencia cardíaca con-gestiva (ICC),
EPOC; y factores modificadores de la enfermedad, entendiendo por
tales aquellas condiciones que incrementan el riesgo de infecciones
por patógenos específicos (S. pneumoniae resistente a penicilina,
bacilos gramnegativos, Pseudomonas).
2. Neumonia aguda intrahospitalaria: se considera aquella producida
en pacientes ingresados luego de 72 hs o en pacientes que luego
del egreso nosocomial inician los síntomas hasta el séptimo día del
alta.
3. Neumonia en inmunodeprimidos: un subgrupo especial comprende
los pacientes con SIDA, en tratamiento quimioterápico u otra
inmunodepresión, en donde los agentes responsables del proceso
son diferentes.
Etiología
Nos centraremos brevemente en los microorganimos responsables de
la NAC. La distribu-ción y frecuencia de los agentes son muy diversas,
según el lugar donde se realiza el estudio y la metodología diagnóstica
empleada; pese a ello en la mayoría de las series se mantiene a S.
pneumoniae como la primera causa, seguido en frecuencia por H.
influenzae, Mycoplasma
154 TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA
Patogenia
En ausencia de enfermedad los mecanismos de defensa pulmonares
normales mantienen estériles las vías aéreas infraglóticas. En este
punto debemos recordar que los pacientes fu-madores y bronquíticos
crónicos suelen estar colonizados por flora orofaríngea por debajo de
la glotis. El desarrollo de una neumonia implica un defecto en las
defensas del huésped, la virulencia del agente patógeno o de un
inóculo microbiano importante. La vía de llegada de los
microorganismos al parénquima pulmonar es por vía canalicular
descendente por microaspiraciones o a través de material
aerozolizado, por ejemplo por un estornudo (virus respiratorios,
Mycobacterium tuberculosis) (ver figura 2)
Para que los microorganismos alcancen el parénquima pulmonar deben
sortear una serie de barreras anatómicas y mecánicas, el sistema inmune
humoral y celular y la actividad fa-gocítica. La mucosa nasal contiene
epitelio cilíndrico ciliado y células productoras de moco
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 155
Figura 3.
Figura 4.
Diagnóstico etiológico
El laboratorio de microbiología juega un papel esencial en el
diagnóstico etiológico de neu-monia. La etiología polimicrobiana es
frecuente cuando las neumonias son de origen aspi-rativo, con
predominancia de anaerobios o mixtas. También es frecuente en las
neumonias intrahospitalarias, especialmente en las asociadas a
ventilación mecánica. La capacidad del laboratorio de obtener un
diagnóstico microbiológico depende de varios factores.
a) Del tipo de muestra: las obtenidas por procedimientos invasivos
(lavado broncoalveo-lar, cepillado bronquial, lavado bronquial y
aspirado endotraqueal) son mejores que la expectoración,
contaminada con flora bucal y no siempre representativa de la
infección pulmonar.
b) De la calidad de la muestra: que provenga realmente del tracto
respiratorio inferior con escasa contaminación con flora bucal, lo
que es especialmente importante en la expec-toración.
c) Del agente etiológico: las neumonias causadas por bacterias
aeróbicas presentan mayor porcentaje de confirmación que
aquellas producidas por bacterias fastidiosas o que no se
desarrollan en medios de cultivo convencionales y que requieren
métodos serológicos para el diagnóstico (Mycoplasma pneumoniae,
Chlamydia pneumoniae y Legionella pneumo-phila).
d) Del transporte rápido y oportuno al laboratorio: una muestra de
expectoración debe ser sembrada en los medios de cultivos
adecuados idealmente antes de dos horas de obtenida, de lo
contrario deben utilizarse medios de transporte adecuados.
e) De la capacidad del laboratorio para reconocer una buena muestra
y de establecer criterios de rechazo cuando la calidad no es
aceptable. Es importante tener presente que entre 30% y 50% de
las NAC persisten sin diagnóstico etiológico incluso cuando se
efectúan esfuerzos en utilizar medios de cultivo adecuados e
implementación de extensos pro-tocolos serológicos y de técnicas
de biología molecular; procedimientos con los que no cuentan en
general los laboratorios de diagnóstico. Esto es especialmente
importante en neumonias neumocócicas, en las que algunas series
informan hasta un 45% de cultivos de expectoración negativos.
Hemocultivos
Se deben solicitar cada vez que exista sospecha de neumonia adquirida en
la comunidad, ya que S. pneumoniae es el principal agente etiológico y
entre un 15% y 25% de las neumonias
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 159
Tratamiento
El tratamiento de las neumonias bacterianas debe ser precoz y
orientado a la etiología probable, pero dado que esto rara vez se
conoce con certeza, es habitual iniciarlo en forma empírica según la
frecuencia de los agentes mencionados, y en base a la epidemiología
de la resistencia antibiótica local. Los antibióticos más usados son los
betalactámicos, son anti-bióticos bactericidas.
Penicilina G: es activa contra la mayor parte de cepas de S.
pneumoniae de nuestro medio, por lo que exceptuando las infecciones del
sistema nervioso central, la gran mayoría de las enfermedades
neumocócicas pueden ser tratadas con penicilina. Cuando S. pneumoniae
es de sensibilidad intermedia (CIM entre 0,1 y 2 mg/l) la dosis de penicilina
debe ser mayor (150.000 a 250.000 UI/Kg/día) o administrarse cefotaxime
o ceftriaxona. Como S. pneumoniae es la causa más frecuente de la NAC
típica, la penicilina sigue siendo el antibiótico de elección en ellas. Los
factores de riesgo que hacen sospechar sensibilidad disminuida de S.
pneumoniae son: edad mayor de 65 años, inmunodepresión, haber
recibido betalactámicos en los tres últimos meses, vivir en casa de salud,
mal medio socioeconómico, abuso de alcohol.
Aminopenicilinas (ampicilina y amoxicilina): son igualmente activas
contra S. pneumoniae sensible y de sensibilidad intermedia. Para la
administración oral se prefiere amoxicilina que se absorbe mejor. Muchas
cepas de Staphylococcus spp., H. influenzae, K. pneumoniae, E. coli, M.
catarrhalis (productoras de betalactamasa) actualmente son resistentes a
aminopenicilinas, por lo que no se recomienda su uso empírico cuando se
sospecha que la infección está causada por esos gérmenes. La asociación
con un inhibidor de la betalactamasa (ácido clavulánico o sulbactam)
recupera la actividad de las aminopenicilinas frente a la mayoría de las
cepas citadas. Las cefalosporinas de tercera generación son las
cefalosporinas con mayor actividad contra bacilos gramnegativos.
Ceftriaxona y cefotaxime son las más activas contra cocos grampositivos,
con excepción de Enterococcus spp. y Listeria monocytogenes.
Ceftazidime tiene actividad antipseudomona pero es poco activa contra S.
aureus y otros cocos.
Los macrólidos (eritromicina, claritromicina, azitromicina), están
indicados cuando hay sospecha de NAC por “gérmenes atípicos”. Por
no alcanzar concentraciones séricas suficientes, los macrólidos no
deben usarse si hay sospecha de bacteriemia, ni tampoco en pacientes
con enfermedad moderadamente severa o grave.
Bibliografía
• Behrman RE, Kliegman RM, Harbin AM. Nelson Tratado de Pediatría.15ª ed. Mejico. Interamericana,
1997.
• Brown PD, Lerner SA. Neumonia adquirida en la comunidad. The Lancet (Ed. Esp.) 1999; 34 (3) 174-
181.
• Donowitz GR., Mandell GL. Neumonia aguda. En Mandell, Douglas y Bennett. Enfermedades
infecciosas. 1997: 682-98. Ed.Panamericana.
• Douglas Campbell G. Commentary on the 1993 American Thoracic Society. Guidelines for the treatment
of communitary-acquired pneumonia. Chest.1999;115-14S-18S
• Gorbach SL, Barlett JG, Blocklow NR. 2ª ed. Saunders, Phyladelfhia, 1999. Infections of the lower
respiratory tract. En: Forbes B, Sahm D, Weissfeld A, Bailey&Scott´s Diagnostic Microbiology. Ed Mosby.
10th edition 1998.
• Josua P. Metlay, Richard Sculz, Yi-Hewei Li, et al. Influence of ege on symptoms at presentation in
patients with community acquired pneumonia. Arch Intern Med 1997; 157:1453-1459.
TEMAS DE BACTERIOLOGÍA Y VIROLOGÍA MÉDICA 161
• Katz SL, Gershon AA, Hotez PJ. Krugman Enfermedades Infecciosas pediátricas. 10ª ed. España:
Harcourt, 1999.
• Ministerio de Salud Pública. Estadísticas en salud. Edición 1998.
• Murray PR and Washington JA. Microscopic and bacteriologic analysis of expectoirated sputum. Mayo
Clin Proc 1975; 50: 339-44.
• Yungbluth M. The laboratory diagnosis of pneumonia: The rol of the community hospital pathologist.
Clinics in Laboratory Medicine 1995;15:209-34.
• Bisno AL, Gerber MA, Gwaltney JM, et al. Practice guidelines for the diagnosi and management of grou
A streptococcal pharyngitis. Clinical Infectious diseases 2002;35:113-25.
• Haidan A, Talay SR, Rhode M, Sriprakash KS, Currie BJ, Chatwal GS. Pharingeal carriage of group C
and group G streptococci and acute rheumatic fever in an Aboriginal population. Lancet
2000;356(9236):1167-9.
• Lopardo HA, Vidal P, Sparo M, Jeric P, Centron D, Facklam RR et al. Six-month multicenter study on
inva-sive infections due to Streptococcus pyogenes and Streptococcus dysgalactiae subespecie
equisimilis in Argentina. J Clin Microbiol 2005;43(2):802-7.