2.1.2. Semiótica, Memoria, Narrativa y Análisis Del Discurso
2.1.2. Semiótica, Memoria, Narrativa y Análisis Del Discurso
2.1.2. Semiótica, Memoria, Narrativa y Análisis Del Discurso
Barthes (1964: 43) afirma que el signo se compone de un significante (cuyo plan es
el de la expresión) y un significado (cuyo plan es el de contenido). Así como toda reacción
es respuesta a una acción, en la comunicación - y pienso que no solo la humana - todo
contenido proviene de una expresión. El autor también indica la existencia de, en cada plan,
una forma y una sustancia. Los aspectos emotivos o ideológicos corresponderían a la
sustancia de contenido, mientras que la organización formal de los significados entre sí
sería una forma de contenido. Y así, mediante nomenclaturas y clasificaciones, explica la
existencia de una “función-signo”:
“Las lenguas, al cambiar los signos, también modifican las ideas que
ellos representan. Las cabezas se forman sobre los lenguajes, los pensamientos
toman el tinte de los idiomas. Sólo la razón es común, el espíritu, en cada lengua,
tiene su forma particular; diferencia que bien podría ser en parte la causa o el
efecto de los caracteres nacionales; y lo que parece confirmar esta conjetura es
que en todas las naciones del mundo la lengua sigue a las vicisitudes de las
costumbres, y se conserva o se altera como ellas." (Rousseau apud DERRIDA,
1986: 215-216)
Derrida discurre sobre una paradoja por la imposibilidad del concepto de signo no
poder superar la oposición de lo sensible y lo inteligible.
En el aspecto psicológico, Gombrich sostiene que los signos son intraducibles. Para
el autor, incluso las palabras - tema que mucho interesa en esta investigación - rara vez son
traducibles. “Todos los símbolos funcionan dentro de una compleja red de matrices y
elecciones potenciales que tal vez pueda explicarse hasta cierto punto, pero nunca
traducirse por sus equivalentes exactos, a menos que una feliz casualidad nos proporcione
uno.” (GOMBRICH, 1969: 140-141)
Traendo esta discusión al tema central, el arte, hay dos artistas que han pensado en
esa relación del signo y su potencial de representación. Julio Plaza comenta la transición
del arte “tradicional” para el actual, en que el arte entra en el signo, al paso en que la
función poética (estética) ya no es privilegiada. “El pasaje del mundo de las cosas para el
mundo de los signos caracteriza esta producción. El universo de los signos ofrece una
variedad mayor que la de los objetos y un costo mínimo, de ahí poderse caracterizar esta
situación intersemiótica, al paso en que en los mensajes intervienen signos de diversas
fuentes” (PLAZA, 2006: 395)
“A passagem do mundo das coisas para o mundo dos signos caracteriza esta produção. / O
universo dos signos oferece uma variedade maior que a dos objetos e urn custo mínimo, dal
poder-se caracterizar esta situação intersemiótica, a medida que nas mensagens intervêm
signos de diversas fontes. (PLAZA, 2006: 395) [MINHA TRADUCAO; RODAPÉ]
El otro artista que lo discute es Fernando Cocchiarale, que piensa que la producción
contemporánea va por un camino invertido: “viene distanciando progresivamente
significante y significado, hasta el límite de una simbolización aparentemente tan subjetiva
que puede sugerir una resistencia a toda forma de mediación por la palabra”.
“vem distanciando progressivamente significante e significado, até o limite de uma
simbolização aparentemente tão subjetiva que pode sugerir uma resistência a toda forma de
mediação pela palavra.” (COCCHIARALE, 2006: 217) [MINHA TRADUCAO;
RODAPÉ]
Volpato afirma que “el vínculo entre conciencia e imaginación colectiva pasa por la
memoria”(65) y sostiene la importancia de recuperar la memoria colectiva, “no sólo con
referencia a una disonancia entre las percepciones sobre ‘quién soy’ y ‘quiénes somos’,
sino también impulsando una nueva forma de percepción para las brechas de comparación
de identidad que busca la activación de un conjunto de respuestas sociales, antes que
culturales, frente al grupo. (2018: 19). El autor también habla del recuerdo como
reconstrucción de los hechos individuales:
14 - narrativa
BARTHES, Roland [et al.]. Análise estrutural da narrativa. Petrópolis/RJ: Vozes,
2011.
p. 24: Estruturalmente, a narrativa participa da frase, sem poder jamais se reduzir a uma
soma de frases: a narrativa é uma grande frase.
p. 26: A teoria dos níveis fornece dois tipos de relações: distribucionais (se as relações
estão situadas em um mesmo nível), integrativas (se elas estão estabelecidas de um nível ao
outro). Segue-se que as relações distribucionais não bastam para dar conta da significação.
Para conduzir uma análise estrutural é necessário, pois, em primeiro lugar distinguir muitas
instâncias de descrição e colocar estas instâncias numa perspectiva hierárquica
(integratória).
15 - discurso derrida
DERRIDA, Jacques. La escritura y la diferencia. Barcelona: Anthropos, 1989.
p. 386-387: Pero hay muchas maneras de estar atrapados en este círculo. Son todas más o
menos ingenuas, más o menos empíricas, más o menos sistemáticas, están más o menos
cerca de la formulación o incluso la formalización de ese círculo. Son esas diferencias las
que explican la multiplicidad de los discursos destructores y el desacuerdo entre quienes los
sostienen.
16 - discurso barthes
BARTHES, Roland [et al.]. Análise estrutural da narrativa. Petrópolis/RJ: Vozes,
2011.
p. 22-23: O próprio discurso (como conjunto de frases) é organizado e que por esta
organização ele aparece como a mensagem de uma outra língua (langue), superior à língua
(langue) dos linguistas: o discurso tem suas unidades, suas regras, sua ‘gramática’: além da
frase e ainda que composto unicamente de frases, o discurso deve ser naturalmente o objeto
de uma segunda linguística: (...) a retórica.