B.F. Skinner: Teoría Del Conductismo y Condicionamiento Operante

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B.F.

Skinner: Teoría del Conductismo y


Condicionamiento Operante
Skinner es el psicólogo más reconocido dentro de la corriente del conductismo y su teoría ha
sido una de las más influyentes en la Psicología. El conductismo supone que todos los
comportamientos son respuestas a ciertos estímulos en el ambiente, o consecuencias de la
historia del individuo.

Aunque los conductistas generalmente aceptan el papel importante de la herencia en la


determinación del comportamiento, se centran principalmente en factores ambientales. Se
diferencian así de los psicólogos cognitivos, que dan gran importancia a los pensamientos.

Breve biografía
Nacido en Pennsylvania en 1904, Skinner comenzó a trabajar en sus ideas del comportamiento
humano después de obtener su doctorado en Harvard. Sus trabajos incluyen El comportamiento
de los organismos (1938) y una novela basada en sus teorías, Walden dos (1948). Exploró el
conductismo en relación con la sociedad en libros posteriores, incluyendo Beyond Freedom and
Human Dignity (1971).

Como estudiante en el Hamilton College, Skinner desarrolló una pasión por escribir. Intentó
convertirse en escritor profesional después de graduarse en 1926, pero obtuvo poco éxito. Dos
años más tarde, decidió seguir una nueva dirección para su vida; se matriculó en la Universidad
de Harvard para estudiar psicología.

Skinner consideraba el libre albedrío una ilusión y la acción humana como dependiente de las
consecuencias de las acciones anteriores. Si las consecuencias son malas, existe una alta
probabilidad de que la acción no se repita. Por el contrario, si las consecuencias son buenas, es
probable que se repita la acción. Skinner llamó a esto el principio del refuerzo.

Para fortalecer el comportamiento, Skinner utilizó el condicionamiento operante y para estudiarlo


inventó la cámara de acondicionamiento operante, también conocida como la caja de Skinner.

En la década de 1920, Watson había dejado la psicología académica y otros conductistas estaban
empezando a ser influyentes, proponiendo nuevas formas de aprender aparte del
condicionamiento clásico.

La forma de pensar de Skinner era ligeramente menos extrema que la de Watson. Skinner creía
que tenemos mente, pero que simplemente es más productivo estudiar los comportamientos
observables en lugar de los eventos mentales internos.
Introducción al conductismo



John Watson

El conductismo fue el paradigma principal de la psicología entre 1920 y 1950, fundado por John
Watson y basado en la creencia de que las conductas pueden ser medidas, entrenadas y
cambiadas. El conductismo podría resumirse con la siguiente cita de Watson, considerado el
“padre” de esta corriente psicológica:

“Dame una docena de niños sanos, bien formados, para que pueda educarlos, y me comprometo
a elegir uno al azar y adiestrarlo para convertirlo en un especialista de cualquier cosa que yo
pueda escoger: médico, abogado, artista, hombre de negocios, mendigo o ladrón, prescindiendo
de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de su sus antepasados”.

John Watson, Behaviorism, 1930.

Según los principios del conductismo, todas las conductas se aprenden del ambiente en el que
crecemos. Los conductistas no creían en las determinaciones biológicas.
Además, se ocupaban principalmente de las conductas que podían ser observadas y creían que
no había mucha diferencia entre el aprendizaje que tiene lugar en los humanos y el que tiene
lugar en los animales.

¿Cómo empezó el conductismo?


El médico ruso Pavlov fue el primero en estudiar teorías relativas al conductismo en la década de
1890. El condicionamiento clásico pavloviano fue descubierto por accidente, cuando descubrió,
en un experimento sobre la digestión de sus perros, que éstos salivaban cuando él entraba en la
habitación, sin siquiera traer comida consigo.



Pavlov y perro

Para resumir, el condicionamiento clásico implica un aprendizaje que asocia un estímulo


incondicionado que trae por defecto una respuesta en el organismo (por ejemplo, un reflejo) con
un nuevo estímulo, de forma que éste último también conlleva la misma respuesta.


1-El perro saliva viendo la comida. 2-El perro no saliva con el sonido de la campana. 3-Se le
muestra el sonido de la campana junto a la comida. 4-Tras el condicionamiento, el perro saliva
con el sonido de la campana.

Esta teoría fue más tarde desarrollada por Watson (1913), que fue el psicólogo estadounidense
que fundó la escuela psicológica conductista, publicando un artículo llamado “La psicología tal y
como la ve un conductista”. Más tarde, condicionó a un niño para que temiera a una rata blanca.

Thorndike, el psicólogo y pedagogo estadounidense, formalizó el término “Ley de efecto” en


1905. En 1936, Skinner, el psicólogo americano que conforma el verdadero centro de atención
del presente artículo, publicó “La conducta de los organismos” e introdujo los conceptos de
condicionamiento operante y modelado.
El conductismo según Burrhus Frederic Skinner



Fuente: emaze.com.

El trabajo de Skinner tuvo sus raíces en la visión del condicionamiento clásico como algo
demasiado simple como para constituir una explicación completa del comportamiento humano
complejo. Skinner creía que la mejor forma de comprender la conducta humana era comprobar
las causas de una acción y sus consecuencias. Llamó a este planteamiento “condicionamiento
operante”.

El condicionamiento operante tiene que ver con los operantes: acciones intencionales que tienen
un efecto en el ambiente que nos rodea. Skinner comenzó a identificar los procesos que hacían
la ocurrencia de ciertas conductas operantes más o menos probables.

La teoría de Skinner del condicionamiento operante está basada en el trabajo de Thorndike


(1905). Edward Thorndike estudió el aprendizaje en los animales utilizando una caja-puzzle para
proponer la teoría conocida como “La ley del efecto”.

El condicionamiento operante de Skinner

Como hemos dicho, Skinner es considerado el padre del condicionamiento operante, pero su
trabajo está basado en la ley del efecto de Thorndike. Skinner introdujo un nuevo término en la
ley del efecto: el refuerzo. La conducta que es reforzada tiende a repetirse; la conducta que no
es reforzada tiende a extinguirse (se debilita).

Skinner estudió el condicionamiento operante conduciendo experimentos con animales, que


colocaba en una “caja de Skinner”, similar a la caja-puzzle de Thorndike.

Skinner acuñó el término “condicionamiento operante”, que implica cambiar una conducta
utilizando refuerzos dados después de la respuesta deseada. Skinner identificó tres tipos de
respuestas u operantes que pueden seguir al comportamiento:

 Operantes neutros. Son respuestas del ambiente que ni aumentan ni disminuyen la


probabilidad de que la conducta se repita.
 Estas respuestas aumentan la probabilidad de que la conducta se repita. Los refuerzos
pueden ser positivos o negativos.
 Son respuestas que disminuyen la probabilidad de que una conducta se repita; los
castigos debilitan la conducta en cuestión.

Todos hemos experimentado ejemplos de conductas que han sido afectadas por refuerzos y
castigos. Cuando éramos niños, por ejemplo, si hablábamos durante una clase, el profesor nos
mandaba callar. Esta respuesta por parte del profesor constituye un castigo que, al menos
supuestamente, debería debilitar la conducta de hablar con el compañero durante la clase.

Durante la adolescencia, por ejemplo, llevar un determinado estilo o marca de ropa podría ser
reforzado positivamente por los compañeros de misma edad mediante halagos, aceptación social
o simplemente algún gesto amable. Esto refuerza y hace que sea más probable que se repita la
conducta de llevar puesta una ropa de marca determinada.
El refuerzo positivo



Investigadoras con caja de Skinner y paloma.

Skinner demostró cómo funcionaba el refuerzo positivo colocando una rata hambrienta en su
caja de Skinner. La caja contenía una palanca en un lado y la rata, conforme se iba moviendo
por la caja, presionaba accidentalmente a la palanca. Inmediatamente, un gránulo de comida
caía en un pequeño contenedor al lado de la palanca.

Las ratas aprendieron rápidamente a ir directamente a la palanca después de haber estado unas
pocas veces en la caja. La consecuencia de recibir la comida si presionaban la palanca aseguraba
que repitieran la conducta una y otra vez.

El refuerzo positivo fortalece una conducta proporcionando una consecuencia que el individuo
considera recompensante. Por ejemplo, si tu profesor te da dinero cada vez que completas los
deberes, es más probable que repitas la conducta de hacer los deberes en el futuro,
fortaleciendo esta conducta.

Refuerzo negativo

La eliminación de un refuerzo desagradable también puede fortalecer una conducta determinada.


Esto es conocido como refuerzo negativo, porque es la eliminación de un estímulo adverso que
es “recompensante” para la persona o el animal. El refuerzo negativo fortalece la conducta
porque detiene o elimina una experiencia desagradable.

Por ejemplo, cuando tienes dolor de cabeza, tomas una aspirina para aliviarlo. El hecho de que
desaparezca el dolor constituye un reforzador negativo para la conducta de tomar una aspirina,
haciendo más probable que se repita en un futuro cuando tengas dolor de cabeza.

Skinner estudió cómo funcionaba el refuerzo negativo, de nuevo, colocando una rata en su caja
de Skinner y exponiéndola a una corriente eléctrica desagradable que le causaba cierto grado de
malestar. Esta vez, la palanca de la caja hacía que la corriente eléctrica se detuviese.

Las ratas, al principio, presionaban la palanca por accidente, pero al poco tiempo aprendieron a
presionarla para detener la corriente eléctrica. La consecuencia de escapar a la corriente
aseguraba que repitieran la acción cada vez que eran colocadas en la caja o cada vez que
sentían la electricidad.

De hecho, Skinner enseñó a las ratas incluso a evitar la corriente eléctrica encendiendo una luz
justo antes de que la corriente eléctrica apareciese. Las ratas aprendieron pronto a presionar la
palanca cuando la luz se encendía porque sabían que esto evitaría que la corriente eléctrica
fuera encendida.

Estas dos respuestas aprendidas son conocidas como “aprendizaje por escape” y “aprendizaje
por evitación”.

Castigo

El castigo se define como lo contrario al refuerzo, ya que está diseñado para debilitar o eliminar
una respuesta en lugar de aumentar su probabilidad. Es un evento aversivo que disminuye la
conducta que le sigue.

Tal y como ocurre con el refuerzo, el castigo puede funcionar tanto aplicando directamente un
estímulo desagradable, como un shock eléctrico después de una respuesta, como eliminando un
estímulo potencialmente recompensante.

Por ejemplo, descontando dinero de la paga de alguien para castigar conductas indeseables. Es
necesario señalar que no siempre es fácil distinguir entre castigos y refuerzos negativos.

Existen varios problemas a la hora de utilizar castigos, como son los siguientes:

 La conducta castigada no se olvida, se suprime. Esta conducta vuelve cuando el castigo


no está presente.
 El castigo puede provocar un aumento de la agresividad. Puede mostrar que la
agresividad es una forma de afrontar los problemas.
 Los castigos crean miedo que se generaliza a conductas indeseables, por ejemplo, miedo
a ir a la escuela.
 Muchas veces, el castigo no modela la conducta hacia el objetivo deseado. El refuerzo te
dice qué hacer, mientras el castigo sólo te dice qué no hacer.

Modelado de conductas

Otra de las contribuciones importantes de Skinner es la noción del modelado de conductas a


través de la aproximación sucesiva. Skinner argumenta que los principios del condicionamiento
operante pueden ser utilizados para producir conductas extremadamente complejas si las
recompensas y los castigos son efectuados de forma que animan al organismo en cuestión a
estar cada vez más cerca de la conducta deseada.

Para que este resultado se produzca, las condiciones (o contingencias) requeridas para recibir la
recompensa deberían cambiar cada vez que el organismo dé un paso para estar más cerca de la
conducta deseada.

Según Skinner, la mayor parte de la conducta humana (incluyendo el lenguaje) puede ser
explicada como un producto de este tipo de aproximación sucesiva.

Modificación de conductas

La modificación de conductas es un conjunto de terapias o técnicas basadas en el


condicionamiento operante. El principio básico consiste en cambiar eventos ambientales
relacionados con una conducta determinada de una persona. Por ejemplo, reforzar conductas
deseadas e ignorar o castigar las indeseadas.

Sin embargo, esto no es tan simple como suena. Reforzar siempre un comportamiento deseado,
por ejemplo, es básicamente sobornar a alguien.

Existen varios tipos de refuerzo positivo. El refuerzo primario se da cuando una recompensa
fortalece una conducta por sí misma. El refuerzo secundario se da cuando algo refuerza una
conducta porque lleva a un reforzador primario.

Aplicaciones prácticas educativas

En la situación de aprendizaje convencional, el condicionamiento operante se aplica a temas


relacionados con las aulas y el estudio, en lugar de aplicarse a contenidos relacionados con el
aprendizaje.
Respecto a la aplicación educativa del modelado de conductas, una forma simple de modelar un
comportamiento consiste en proporcionar feedback (retroalimentación) respecto a la ejecución
del aprendiz (por ejemplo, halagos, señales de aprobación, ánimos).

Por ejemplo, si un profesor quisiera animar a sus estudiantes a responder preguntas en clase,
debería elogiarlos en cada intento, sin importar si la respuesta es correcta o no. Gradualmente,
el profesor sólo elogiará a los alumnos cuando sus respuestas son correctas y, con el tiempo, tan
solo las respuestas excepcionales serán elogiadas.

Las conductas indeseadas, tales como los retrasos al llegar a clase y dominar las discusiones en
clase, pueden ser extinguidas siendo ignoradas por el profesor, en lugar de ser reforzadas
atrayendo la atención de éste hacia dichas conductas.

Saber que se ha tenido éxito también es importante, ya que motiva los aprendizajes futuros. Sin
embargo, es importante variar el tipo de refuerzo que se proporciona, de forma que la conducta
se mantenga. Esto no es una tarea sencilla, ya que el profesor puede parecer poco sincero si
piensa demasiado la forma en la que debe comportarse a la hora de elogiar a un alumno.

Otras aplicaciones prácticas y evaluación crítica




El condicionamiento operante puede ser utilizado para explicar una gran cantidad de conductas,
desde el proceso de aprendizaje hasta la adicción y la adquisición del lenguaje. También tiene
aplicaciones prácticas, como las educativas que hemos descrito previamente, y en prisiones,
hospitales psiquiátricos y en economía.

En economía, una aplicación conocida del condicionamiento operante es la economía de fichas,


un sistema a través del cual la persona recibe fichas justo después de llevar a cabo una
conducta deseada. Las fichas se coleccionan y luego se cambian por algún objeto significativo
para el individuo.

El uso de investigaciones con animales relativas al condicionamiento operante también plantea la


cuestión de la extrapolación de los hallazgos.

Algunos psicólogos alegan que no podemos generalizar a la conducta humana resultados


concluidos de investigaciones con animales, ya que su anatomía y fisiología es distinta y no
pueden reflexionar sobre sus experiencias ni invocar a la razón, paciencia y memoria como los
humanos.

Iván Pávlov: biografía de este


referente del conductismo
Pavlov hizo posible que apareciese el
conductismo, una importante corriente de la
Psicología.

Iván Petrovich Pávlov fue un fisiólogo ruso muy conocido por sus


experimentos con perros, que dieron lugar a lo que hoy en día se conoce como
condicionamiento clásico. El condicionamiento clásico o pavloviano es el tipo
de aprendizaje asociativo más básico, en el que un organismo responde a un
estímulo ambiental, originariamente neutro, con una respuesta automática o
refleja.

Los descubrimientos de Pávlov se estudian en todas las universidades de


psicología y ciencias de la educación, pues es uno de los temas más
introductorios de ambas carreras, y es uno de los principios básicos del
aprendizaje. En este artículo podrás encontrar la biografía de esta célebre
figura histórica y la explicación de por qué es considerado uno investigadores
más importantes de todos los tiempos. Ganó el Premio Nobel 1904 de Fisiología
o Medicina por sus experimentos con perros.

 Artículo relacionado: "El condicionamiento clásico y sus


experimentos más importantes"

¿Quién era Iván Pávlov?


Iván Pávlov nació Ryazan, Russia. Su padre, Peter Dmitrievich Pávlov, fue un
sacerdote del pueblo, y su madre, Varvara Ivanovna, una ama de casa. De
niño, Pávlov siempre fue un chico activo al que le gustaba pasar horas y horas
en el jardín o pedaleando con su bicicleta. Siempre tuvo una mente curiosa, y
le gustaba el contacto con la naturaleza y los animales. A Pávlov no le
importaba realizar tareas domésticas y cuidar de sus hermanos. De 11
hermanos era el mayor.

A medida que iba creciendo, se planteó seriamente el hecho de convertirse en


sacerdote y formarse en la carrera de teología. Pero durante su adolescencia,
Pávlov comenzó a interesarse por las obras de Charles Darwin e Iván
Sechenov, lo cual le motivó a estudiar ciencias naturales.

En 1870 se matriculó en la Universidad de San Petersburgo para


estudiar física, matemáticas y ciencias naturales. Durante sus años de
universidad, fue influenciado por su profesor de fisiología y decidió que ese era
el camino que quería seguir en la vida. Pávlov siempre fue un estudiante
excepcional y en 1875 se graduó. Después continuó sus estudios de Doctorado
en la Academia de Cirugía Médica para seguir su educación en fisiología.

Los experimentos de los perros


Iván Pávlov es conocido por sus experimentos con perros. Y aunque hoy en día
es una de las figuras célebres de la psicología y la educación, su primera
intención no era la de estudiar el aprendizaje, sino la salivación de los
canes. 

Durante sus experimentos, lo que le llamó la atención era que, tras repetidos
ensayos, los perros segregaban la saliva incluso ante su presencia (la de
Pávlov), independientemente de que le diera de comer o no. Esto ocurría
porque los animales habían aprendido que cuando Pávlov entraba por la puerta
iban a recibir comida en cualquier momento.

A partir de este descubrimiento, el fisiólogo ideó una serie de experimentos en


los que hacía sonar una campana justo antes de entregarle la comida al
perro para medir la producción de la saliva. Pávlov descubrió que una vez que
los canes eran entrenados para asociar el sonido de la campana con los
alimentos, producirían saliva aunque no estuviera presente el alimento. Es
decir, que la campana hacía que se produjera la salivación igual que cuando la
comida estaba presente. El experimento demostró que la respuesta fisiológica
de los perros, la salivación, se había asociado al estímulo de la campana.

Nacimiento del condicionamiento clásico


Pávlov no solo empleo como estímulo la campana, sino que más adelante
utilizó otros estímulos, tanto auditivos como visuales, para producir lo
que llamaba la respuesta condicionada. Sus experimentos son un ejemplo del
condicionamiento clásico, que forma parte de la teoría conductista y, por tanto,
las ideas de Pávlov dejan de lado los procesos mentales para darle especial
importancia a la conducta observable y medible. Y es que sus experimentos
tienen gran importancia para el desarrollo del método científico en psicología,
y permitieron el desarrollo de uno de los modelos teóricos del aprendizaje más
conocidos.

El condicionamiento clásico también es conocido como aprendizaje


estímulo-respuesta (E-R). Para que se produzca el aprendizaje por
asociación, inicialmente se presenta el estímulo incondicionado (EI), que es un
estímulo que de manera automática provoca una respuesta del organismo. En
el caso del experimento de Pávlov, era la comida. La respuesta que este
estímulo provoca en el organismo recibe el nombre de respuesta
incondicionada (RI). La respuesta incondicionada era la cantidad de saliva que
el perro de Pávlov segregaba.
Después es necesario presentar un estímulo neutro (EN), es decir, la
campana en el caso del experimento, que antes de ocurrir el aprendizaje no
produce ninguna respuesta. Ahora bien, cuando este estímulo se presenta en
repetidas ocasiones junto al EI, el estímulo neutro se convierte en estímulo
condicionado (EC), que provoca por sí solo una respuesta similar a la del
estímulo incondicionado. En este caso, lo que ocurre al escuchar la campana
recibe el nombre de respuesta condicionada (RC).

 Artículo relacionado: "Condicionamiento operante: conceptos y


técnicas principales"

Watson hizo popular a Pávlov en Occidente


Pávlov fue pionero en sus descubrimiento del condicionamiento clásico; sin
embargo, sus hazañas tardaron algún tiempo en llegar al mundo occidental,
pues éstos se realizaron en la antigua Unión Soviética. Fue gracias a John B.
Watson que las ideas iniciales de Pávlov se popularizaron en Europa y
América, y dieron pie al desarrollo posterior del condicionamiento
operante o instrumental.

Ambas teorías conforman la teoría conductista, que es considerada un de las


corrientes más destacadas de la psicología. Watson introdujo el
condicionamiento clásico en Estados Unidos donde tuvo gran importancia en el
sistema educativo americano y en la psicología mundial.

Si quieres saber más sobre este autor, puedes visitar este artículo: “John B.
Watson: vida y obra del psicólogo conductista”

Aportaciones para el conductismo


Lógicamente, no hay que menospreciar el trabajo de Watson, que fue
importante porque desarrolló las ideas iniciales de Pávlov y las aplicó a los
seres humanos. De entre las implicaciones más importantes del
condicionamiento clásico es posible destacar:

 Importancia en el desarrollo y tratamiento de algunas patologías:


fobias, ansiedad, etc.
 Ayudó a comprender los procesos de aprendizaje asociativo.
 Gran influencia en el método científico en Psicología.
 Generación hábitos de conducta mediante el refuerzo al ayudar a
desarrollar el condicionamiento instrumental.
 Potenciador de la generalización de los aprendizajes.

Psicología social y relaciones personales

La Teoría del Aprendizaje Social


de Albert Bandura
Analizamos uno de los cuerpos teóricos más
influyentes en psicología social.
Puede que el concepto de "aprendiz" pueda parecer plano y sin matices, pero
lo cierto es que ha evolucionado mucho a lo largo del tiempo. Al fin y al cabo, si
nos ponemos filosóficos, no existen respuestas fáciles para ninguna
pregunta. ¿De qué hablamos cuando hablamos de aprender? ¿El hecho
de llegar a dominar una habilidad o tema es un mérito únicamente nuestro?
¿Cuál es la naturaleza del proceso de aprendizaje y qué agentes intervienen
en este? 

En occidente, lo habitual era considerar al hombre como el único motor


de su proceso de aprendizaje: la idea del hombre en busca de la virtud (con
permiso de la deidad correspondiente). Luego, llegaron los psicólogos
conductistas y revolucionaron el panorama: el ser humano pasaba de ser el
único responsable de su propio desarrollo personal para pasar a ser un trozo de
carne esclavo de las presiones externas y los procesos de
condicionamiento. 

Se había pasado en pocos años de creer en un libre albedrío ingenuo a


sostener un determinismo feroz. Entre estos dos polos opuestos apareció un
psicólogo canadiense que hablaría del aprendizaje en términos más
moderados: Albert Bandura, la mente pensante que hay detrás de la
moderna Teoría del Aprendizaje Social (TAS).
La Teoría del Aprendizaje Social de Albert
Bandura: interacción y aprendizaje
Tal y como hizo Lev Vygotsky, Albert Bandura también centra el foco de su
estudio sobre los procesos de aprendizaje en la interacción entre el aprendiz y
el entorno. Y, más concretamente, entre el aprendiz y el entorno social.
Mientras que los psicólogos conductistas explicaban la adquisición de nuevas
habilidades y conocimientos mediante una aproximación gradual basada en
varios ensayos con reforzamiento, Bandura intentó explicar por qué los sujetos
que aprenden unos de otros pueden ver cómo su nivel de conocimiento da
un salto cualitativo importante de una sola vez, sin necesidad de muchos
ensayos. La clave la encontramos en la palabra "social" que está incluida en la
TAS.

Los conductistas, dice Bandura, subestiman la dimensión social del


comportamiento reduciéndola a un esquema según el cual una persona influye
sobre otra y hace que se desencadenen mecanismos de asociación en la
segunda. Ese proceso no es interacción, sino más bien un envío de paquetes
de información de un organismo a otro. Por eso, la Teoría del Aprendizaje
Social propuesta por Bandura incluye el factor conductual y el factor cognitivo,
dos componentes sin los cuales no pueden entenderse las relaciones sociales.

Aprendizaje y refuerzo
Por un lado, Bandura admite que cuando aprendemos estamos ligados a
ciertos procesos de condicionamiento y refuerzo positivo o negativo. Del
mismo modo, reconoce que no puede entenderse nuestro comportamiento si
no tomamos en consideración los aspectos de nuestro entorno que nos están
influyendo a modo de presiones externas, tal y como dirían los conductistas. 

Ambiente

Ciertamente, para que exista una sociedad, por pequeña que esta sea, tiene
que haber un contexto, un espacio en el que existan todos sus miembros. A
su vez, ese espacio nos condiciona en mayor o menor grado por el simple
hecho de que nosotros estamos insertados en él. 
Es difícil no estar de acuerdo con esto: resulta imposible imaginar a un jugador
de fútbol aprendiendo a jugar por sí sólo, en un gran vacío. El jugador refinará
su técnica viendo no sólo cuál es la mejor manera de marcar goles, sino
también leyendo las reacciones de sus compañeros de equipo, el árbitro e
incluso el público. De hecho, muy probablemente ni siquiera habría empezado
a interesarse por este deporte si no le hubiera empujado a ello una cierta
presión social. Muchas veces son los demás quienes fijan parte de nuestros
objetivos de aprendizaje.

El factor cognitivo

Sin embargo, nos recuerda Bandura, también hay que tener en cuenta la otra
cara de la moneda de la Teoría del Aprendizaje Social: el factor cognitivo. El
aprendiz no es un sujeto pasivo que asiste desapasionadamente a la
ceremonia de su aprendizaje, sino que participa activamente en el proceso e
incluso espera cosas de esta etapa de formación: tiene expectativas. En un
contexto de aprendizaje interpersonal somos capaces de prever los resultados
novedosos de nuestras acciones (de manera acertada o equivocada), y por lo
tanto no dependemos totalmente del condicionamiento, que se basa en la
repetición. Es decir: somos capaces de transformar nuestras experiencias en
actos originales en previsión de una situación futura que nunca antes se había
producido. 

Gracias a los procesos psicológicos que los conductistas no se han molestado


en estudiar, utilizamos nuestra continua entrada de datos de todos los tipos
para dar un salto cualitativo hacia adelante e imaginar situaciones futuras que
aún no se han dado.

Aprendizaje vicario
El pináculo del aspecto social es el aprendizaje vicario remarcado por
Bandura, en el que un organismo es capaz de extraer enseñanzas a partir de la
observación de lo que hace otro. Así, somos capaces de aprender haciendo
algo difícilmente medible en un laboratorio: la observación (y atención) con la
que seguimos las aventuras de alguien. ¿Recuerdas las polémicas que se
desatan periódicamente sobre la conveniencia o no de que los niños y niñas
vean ciertas películas o series de televisión? No son un caso aislado: muchos
adultos encuentran tentador participar en Reality Shows al ponderar los pros y
los contras de lo que les pasa a los concursantes de la última edición.

Nota: un truco mnemotécnico para recordar el aprendizaje vicario del que


habla Bandura es frijarse en las serpientes o "proyecciones" que le salen por
los ojos al señor del videoclip Vicarious, en el que también aparecen muchos
ojos y muchas cosas extrañas.

Un término medio
En definitiva, Bandura utiliza su modelo de la Teoría del Aprendizaje Social para
recordarnos que, como aprendices en continua formación, nuestros procesos
psicológicos privados e impredecibles son importantes. Sin embargo, a pesar
de que son secretos y nos pertenecen sólo a nosotros, estos procesos
psicológicos tienen un origen que, en parte, es social. Es precisamente gracias
a nuestra capacidad de vernos a nosotros mismos en la conducta de los demás
por lo que podemos decidir qué funciona y qué no funciona. 

Además, estos elementos del aprendizaje sirven para construir la personalidad


de cada individuo:

"La Teoría de la Personalidad de Albert Bandura"

Somos capaces de prever cosas a partir de lo que les pasa a otros, del mismo
modo en el que el hecho de vivir en un medio social nos hace plantearnos
ciertos objetivos de aprendizaje y no otros. 

Por lo que respecta a nuestro papel como aprendices, está claro: no


somos ni dioses autosuficientes ni autómatas.

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