Caperucita y Las Aves

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CAPERUCITA Y LAS AVES

Aquel invierno fue robar sus ganados y intenso frío. Pero,


más crudo que de su trigo. además, la
ordinario y el situación de todos
-Son más que
hambre se hacía los vecinos de la
nosotros -dijeron
sentir en la aldea no podía ser
los hombres-.
comarca. Pero eran más grave: sus
Tendríamos que
las avecillas quienes enemigos habían
solicitar el envío de
llevaban la peor logrado entrar y se
tropas que nos
parte, pues en el hallaban dedicados
defiendan.
eterno manto de a robar todas las
nieve que cubría la -Pero es imposible provisiones.
tierra no podían atravesar las
hallar sustento montañas nevadas;
pereceríamos en el De pronto, un grito
camino de esperanza
Caperucita Roja, -respondieron resonó por todas
apiadada de los algunos. partes: un
pequeños seres escuadrón de
atrevidos y cosacos envueltos
hambrientos, ponía Entonces Caperucita en sus pellizas de
granos en su le habló a la paloma pieles llegaba a la
ventana y miguitas blanca, una de sus aldea, poniendo en
de pan, para que protegidas. El fuga a los
ellos pudieran avecilla, con sus atacantes.
alimentarse. Al fin, ojitos fijos en la
perdiendo el temor, niña, parecía
iban a posarse en comprenderla. Tras ellos llegó la
los hombros de su Caperucita Roja ató paloma blanca, que
protectora y un mensaje en una había entregado el
compartían el cálido de sus patas, le mensaje.
refugio de su casita. indicó una dirección Caperucita le tendió
desde la ventana y las manos y el
lanzó hacia lo alto a animalito,
Un día los la paloma blanca. suavemente, se
habitantes de un dejó caer en ellas,
pueblo cercano, que con sus últimas
también padecían Pasaron dos días. fuerzas. Luego,
escasez, cercaron la La niña, angustiada, sintiendo en el
aldea de Caperucita se preguntaba si la corazón el calor de
con la intención de palomita habría la mejilla de la niña,
sucumbido bajo el abandonó este
mundo para
siempre.

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