Apremio y Ejecutivo
Apremio y Ejecutivo
Apremio y Ejecutivo
1. Definición.
La ejecución como fase posterior a la de conocimiento, es definida por Couture como “el procedimiento
Hay que tomar en consideración, que la doctrina reconoce que las sentencias propiamente ejecutables son
Vale recordar que las sentencias declarativas pretenden la declaración de un derecho, y a través de ella se
constata o fija una situación jurídica, en tal sentido no pretende más que simplemente declarar un estado
de incertidumbre; las constitutivas además de declarar un derecho, pretender crear, modificar o extinguir
un estado jurídico, y las de condena además de ser declarativas imponen el cumplimiento de una
Es entonces, mediante los procesos de ejecución que se hace patente el carácter coercible que la sentencia
tiene. Ahora se da también el caso que la ejecución no deriva de una sentencia, por lo consiguiente se
hace necesario seguir otro proceso de conocimiento, que es previo al propiamente denominado de
ejecución, tal es el caso de los denominados títulos ejecutivos contractuales que dan origen al juicio
ejecutivo, en donde el deudor puede durante la fase declarativa, oponer sus excepciones.
Así como en nuestro medio, en otras legislaciones ha habido dificultad para la ubicación de los procesos
de ejecución. Los juicios ejecutivos contienen cierta dificultad, ya que en realidad son procesos
Guasp indica “la clave para diferenciar exactamente entre procesos de cognición y proceso de ejecución,
se halla, pues, más que en el nombre legal, en la esencia natural de cada figura: un proceso en el que
existen, con carácter normal y no excepcional, alegaciones contradictorias de las partes que son valoradas
por el Juez en una resolución sobre el fondo, no será un proceso de ejecución, sino un juicio declarativo;
opuestamente, un proceso que no admita esta clase de actividades alegatorias, o solamente las prevea
como incidentes anormales que desvían de su verdadero cauce, será un proceso de ejecución, cualquiera
En el medio procesal guatemalteco se ha cometido el error de considerar a los juicios ejecutivos como
procesos de ejecución, no obstante su naturaleza cognoscitiva, contrario a la vía de apremio que sí es una
auténtica ejecución.
3. Naturaleza jurídica.
Chiovenda, citado por Mauro Chacón, indica que “el proceso ejecutivo en un inicio era un proceso de
formas simplificadas, cuya competencia estaba designada a jueces especiales y destinado al ejercicio de la
acción ejecutiva”.
Por cuanto que la ejecución de las sentencias es una actividad propia del juez, haciendo efectiva la
condena judicial, no se duda en afirmar que la naturaleza de los juicios ejecutivos es de índole procesal.
Como lo indica Couture citado por Aguirre Godoy, “en algunos casos el derecho admite que los
particulares convengan o estipulen algo que equivale virtualmente a una sentencia de condena. El título
ejecución”.
No hay que olvidar también que el título con que se promueve una ejecución no opera por sí mismo, ya
que resulta obligadamente de la calificación que el juez hace acerca de su suficiencia y llenar los
requisitos exigidos por la ley y sólo mediante esa decisión judicial se tramita un proceso de ejecución.
4. Tipos de ejecución.
Los procesos de ejecución están contenidos en el Libro Tercero del Código Procesal Civil y Mercantil,
Decreto Ley 107, y en el orden tratados en el, se encuentra la vía de apremio, que es la verdadera
ejecución forzada y en tal sentido es la forma típica u ordinaria de ejecución, a la cual en doctrina se le
convierte en un juicio sumario de abreviada cognición, al que se le aplican las disposiciones de la vía de
apremio en lo que fueren atinentes. Contiene además las ejecuciones especiales que según el tipo de
obligación pueden ser de dar, hacer, no hacer y otorgamiento de escritura pública, a las cuales en doctrina
se les denomina ejecuciones satisfactiva y transformativa. Finalmente contiene la ejecución de sentencias,
Por el enfoque dado a la presente Tesis, solo se analizará lo concerniente a los procesos ejecutivos en vía
procesos de ejecución ya no es posible admitir la ejecución directa sobre la persona del deudor, aceptando
solamente la ejecución patrimonial, y en nuestro medio tal afirmación está contenida en la Constitución
Política de la República en su Artículo 17 último párrafo, al establecer que “No hay prisión por deuda”,
pero a lo cual existen algunas excepciones, como el caso de la negativa a prestar alimentos que nazca en
virtud de sentencia o convenio, al igual que en los casos de quiebra fraudulenta o culpable. Couture señala
ley, constituyen lo que podría llamarse formas penalizadas del juicio civil”.
Los sistemas jurídicos aceptan como requisitos para que pueda existir un proceso de ejecución los
siguientes: la acción ejecutiva, el título ejecutivo y el patrimonio ejecutable, de los cuales haré una breve
relación a continuación:
6. Acción ejecutiva.
reconocido, el cual generalmente se hace a través de la sentencia que contiene el derecho reconocido, y
por lo tanto solo se limita a la posibilidad de oponer excepciones nacidas con posterioridad a esta, sin
dejar de considerar por supuesto que también la pretensión ejecutiva puede entablarse en virtud de una
La ejecución en cualquier proceso judicial, constituye la última etapa del procedimiento judicial, y tiene
como objeto dar cumplimiento a la sentencia definitiva que ha dictado el juez o tribunal competente.
7. El título ejecutivo.
De la Plaza, citado por Aguirre Godoy, manifiesta que “en cuanto al proceso de ejecución, las
pretensiones del actor han de fundarse en un título que, por su sola apariencia, dispense de entrar en la
fase de discusión y presente como indiscutible, al menos de momento, el derecho a obtener la tutela
modo más o menos perfecto, con propósito de reparar una violación de determinadas obligaciones por el
En el sistema procesal civil guatemalteco, la ley taxativamente enumera los documentos que traen
aparejada la ejecución, y el juez antes de librar el mandamiento ejecutivo, analiza el mismo y solo
En los distintos sistemas jurídicos, existe consenso en cuanto a que, no existe la posibilidad de iniciar un
proceso de ejecución sin que documentalmente se demuestre, por lo menos que permita indicar cierto
indicio del derecho que se pretende hacer valer y tal como lo manifiesta Alsina, citado por Aguirre
Godoy, “el título ejecutivo es el instrumento autónomo para la realización práctica del derecho que puede
ser una sentencia, un reconocimiento extrajudicial o un acto administrativo, y de ahí que las leyes
procesales distingan, regulándolos por separado, entre ejecución de sentencia, juicio ejecutivo y de
apremio”.
Según la doctrina, el título ejecutivo puede ser, convencional, administrativo, judicial y extrajudicial.
El convencional se basa en el reconocimiento hecho del deudor a favor del acreedor de una obligación
que es cierta y exigible, cuyos efectos se asemejan a los de la sentencia. El administrativo, se circunscribe
al cobro de ciertos créditos, verbigracia impuestos y multas. Ahora bien, en relación a los títulos
judiciales y extrajudiciales, desde el punto de vista formal, no tienen absolutamente nada de diferencia y
son las leyes las que les dan cierta diferenciación por el procedimiento de ejecución, tal el caso de nuestro
8. Patrimonio ejecutable.
Se puede inferir que la existencia real de un patrimonio ejecutable se convierte en uno de los presupuestos
indispensables para toda ejecución, ya que no tendría ningún objeto iniciar o proseguir con un proceso de
ejecución si no se cuenta con bienes embargables que sean suficientes y que puedan ser objeto de
El Código Procesal Civil y Mercantil, tomando en consideración ese supuesto, cuida este aspecto en
cuanto a considerar en el Artículo 589 lo siguiente: “No procede la caducidad de la instancia en los
siguientes casos: ... 3º. En los procesos de ejecución singular que se paralicen por ausencia o insuficiencia
de bienes embargables al deudor....” y es en función de ello que puede concluirse que en nuestro medio,
para plantear un proceso de ejecución, no es requisito indispensable que el deudor tenga bienes que le
Otro aspecto importante de considerar es que en nuestro sistema procesal, no se detalla un orden en
cuanto a los bienes que pueden ser objeto de embargo, concretándose únicamente a establecer los bienes
Mercantil establece en los Artículos 301, que “El acreedor tiene derecho a designar los bienes en que
haya de practicarse el embargo...” y el Artículo 306 establece los bienes que no pueden se objeto de
adquisición de ellos.
9. Elementos de la ejecución.
En cuanto a los elementos personales de la ejecución que son los que más interesan dentro de esta
a. Ejecutado.
Es el deudor moroso a quien se embargan los bienes para venderlos y hacer el pago con su producto al
b. Ejecutante.
Es el acreedor que promueve y lleva a sus últimas consecuencias pecuniarias un juicio ejecutivo contra un
deudor moroso.
c. Ejecutor.
1. Consideraciones generales.
Haciendo uso del método deductivo, que me permite ir abordando los temas que sustentan la parte
medular de la presente tesis, toca ahora tratar en forma breve lo relativo a la vía de apremio, para lo cual
tocaré los puntos que tienen relación directa con el fondo de éste trabajo.
que únicamente sirve a ésta Tesis de soporte científico, más no por ello dejaré de restarle importancia,
debido a que acá se mencionan aquellos títulos ejecutivos a los cuales se les atribuye eficacia jurídica
privilegiada y que abren esta vía, y para ésta Tesis interesa específicamente lo relativo a los convenios
2. Definición.
Para una adecuada comprensión, se hace necesario indicar lo que debe comprenderse por el término
ejecución, el cual para Cabanellas, “es la efectuación, realización, cumplimiento, acción o efecto de
ejecutar o poner por obra una cosa.” Mientras que por el término apremio considera que “es el
mandamiento del juez, en fuerza de la cual compele a uno a que haga o cumpla alguna cosa.”
Decreto Legislativo 2009, y aparece regulado por primera vez en el ámbito procesal guatemalteco en el
Código Procesal Civil y Mercantil vigente, cuyo propósito es que se acuda directamente a la realización
de los bienes del deudor, siempre que la ejecución se base en títulos a los cuales se les atribuye eficacia
jurídica privilegiada.
En ese orden de ideas, la vía de apremio se refiere a ejecución de obligaciones dinerarias estableciendo
como condición que la obligación sea líquida, exigible y de plazo vencido. Líquida en el sentido que no
esté sujeta a liquidación previa; exigible es decir, que sea de plazo vencido, y en el caso de las
3. Los títulos que permiten que se promueva la ejecución forzosa, y de acuerdo al Artículo 294 del
c. Créditos hipotecarios;
e. Créditos prendarios;
juicio, debido a que interesa determinar en donde caben estos en materia de juicios orales sobre
alimentos.
Es de hacer notar que en esta clase de procesos de ejecución, aunque se trate de una ejecución forzosa, la
ley permite la interposición de excepciones, pero dentro de ciertos límites. Por ejemplo, la ejecución de
sentencias, sólo admite las excepciones nacidas con posterioridad a la misma y en los demás títulos
enumerados en el párrafo anterior, las excepciones que se admiten son aquellas que destruyen la eficacia
del título y que se fundamenten en prueba documental, tal como lo establece el Artículo 296 segundo
Es importante señalar cuál es el origen de la distinción entre la vía de apremio y el juicio ejecutivo, y
aunque no es aplicable al sistema guatemalteco, vale la pena que se conozca, pues a la luz del derecho
uruguayo, parafraseando a Couture, se puede decir que el acreedor puede disponer de un título con fuerza
La diferencia entre ambos, estriba fundamentalmente en el tiempo en que la sentencia se hace efectiva,
pues los títulos con fuerza ejecutoria son aquellos cuyo cumplimiento se pide dentro de los noventa días
de dictada la sentencia, o bien cuando por virtud de cláusula accesoria al contrato de prenda o hipoteca, o
por virtud de disposición expresa de la ley, se hayan renunciado o suprimido los trámites y términos de la
vía ejecutiva. En este caso el procedimiento consiste simplemente en la tasación y venta de los bienes
embargados. Ahora bien, cuando el acreedor no dispone de un título ejecutorio sino de un título ejecutivo,
es cuando un pequeño y nuevo proceso se cierne dentro del juicio ejecutivo, por lo que será necesario
escuchar las razones del deudor, mediante excepciones o recursos, todo ello de acuerdo a los distintos
procedimientos procesales, se recibe la prueba de los extremos de hecho controvertidos y por último se
dicta sentencia ejecutiva, a la que nuestro Código Procesal Civil y Mercantil en su Artículo 330 le
denomina sentencia de remate. Además de ello el Artículo 334 del mismo cuerpo legal, determina que esa
De acuerdo al análisis anterior, se infiere que es la sentencia de remate dictada en un juicio ejecutivo la
Es importante reafirmar que nuestro Código Procesal Civil y Mercantil, no hace ninguna distinción entre
los títulos en vía de apremio y los del juicio ejecutivo, simplemente se le atribuye a unos eficacia jurídica
privilegiada, los cuales por la certeza jurídica que les inviste permiten la vía de apremio, permitiendo
Cabe entonces preguntarse, a qué se debe que el legislador haya investido a esta clase de títulos ejecutivos
con especial certeza jurídica y cuál fue el criterio aplicado por el legislador al otorgarle a los títulos en la
vía de apremio eficacia jurídica privilegiada en contraposición de los títulos que fundamentan el juicio
ejecutivo, que tal como lo indiqué anteriormente, el Código Procesal Civil y Mercantil, no indica cuál sea
la diferencia esencial de unos con relación a otros, lo que permite responder a priori que fue por criterios
En función que lo que interesa determinar en este trabajo de investigación, que es lo relativo a los
convenios celebrados en juicio, y estrictamente los que se refieren a los celebrados en materia de
alimentos, es que me permito tratar en este apartado únicamente algunas consideraciones sobre el título
enumerado en el Artículo 294 numeral 7º del Código Procesal Civil y Mercantil, que se denomina
Este tipo de convenios nacen o se derivan de la conciliación a que hace referencia la norma genérica del
Artículo 97 del Código Procesal Civil y Mercantil, el cual estable que “Los tribunales podrán, de oficio o
a instancia de parte, citar a conciliación a las partes, en cualquier estado del proceso. Si las partes llegan a
un avenimiento se levantará acta firmada por el juez o presidente del Tribunal, en su caso, por las partes o
sus representantes debidamente facultados para transigir y por el secretario. A continuación se dictará
resolución declarando terminado el juicio y se mandará anotar de oficio el acta, en los registros
respectivos”. Y hablando estrictamente del juicio oral, el Artículo 203 de la ley procesal citada establece
“en la primera audiencia, al iniciarse la diligencia, el juez procurará avenir a las partes, proponiéndoles
fórmulas ecuánimes de conciliación y aprobará cualquier forma de arreglo en que convinieren, siempre
En ese apartado indicaré, groso modo la estructura que siguen los procesos en vía de apremio, ya que
como lo indiqué al inicio de este capítulo, sirve de soporte científico a la presente Tesis.
a. Demanda.
El esquema de este tipo de demandas es exactamente el mismo que para cualquier otro tipo de procesos,
por lo tanto hay que observar lo que para el efecto determinan los Artículos 61 y 106 del Código Procesal
Civil y Mercantil. Lo que no es necesario en este tipo de procesos es el ofrecimiento de la prueba, ya que
prueba, sin duda alguna por la previsión de una posible oposición del ejecutado.
El Código Procesal Civil y Mercantil en su Artículo 297 establece que: “Promovida la vía de apremio, el
Es de hacer notar que en esta clase de procesos si la obligación estuviere garantizada con prenda o
hipoteca, no es necesario el requerimiento ni el embargo, por lo que de una vez señala día y hora para el
remate, previa tasación o fijada la base para el remate, ordenándose la venta de los bienes embargados, lo
que debe anunciarse en el Diario Oficial y en otro de los de mayor circulación. Además de ello se
anunciará la venta por edictos fijados en los estrados del Tribunal y si fuere el caso en el Juzgado menor
El Código Procesal Civil y Mercantil, identifica el título con la obligación, es decir, que ésta debe estar
notificación previa al deudor ya que son medidas cautelares y el plazo para que el ejecutado se oponga,
Puede indicarse que el embargo es una de las instituciones más importantes del proceso ejecutivo y en
relación a su naturaleza jurídica, que ha sido muy discutida, Guasp indica, que “la verdadera naturaleza
jurídica del embargo se deduce sin dificultad, que es un acto procesal y, más precisamente, un acto de
instrucción que se refiere a un proceso de ejecución, dentro del que integra, en unión de la realización
forzosa, la categoría de tales actos instructorios. Y en relación a la finalidad del embargo se puede afirmar
que, es facilitar al juez, bienes de carácter físico que le permitan realizar su decisión”.
Nuestro ordenamiento jurídico, en base a la ampliación de la función del Notario, puede encomendársele
a el, la realización del requerimiento y del embargo, siempre que el ejecutante lo pida, lo que permite que
se realice de una forma más ágil e inmediata, ya que lo normal es que se realice por medio de un
El procedimiento relativamente es sencillo, ya que el ejecutor requerirá de pago al deudor, lo que hará
constar por medio de razón puesta a continuación del mandamiento. Si el pago no se hiciere en el acto del
requerimiento, se procederá a practicar el embargo. El problema se genera cuando no existen bienes que
se puedan embargar y también que ya se tiene como una práctica procesal que el Ministro ejecutor
(normalmente el oficial notificador del juzgado), solo se presenta a la dirección a requerir de pago más no
a practicar ningún tipo de embargo, aún cuando la misma resolución lo faculta para poder hacerlo.
Para Osorio “el embargo en su acepción procesal, se llama preventivo cuando tiene por finalidad asegurar
los bienes durante la tramitación del juicio; y ejecutivo, cuando su objeto es dar efectividad a la sentencia
pronunciada.”
c. Excepciones.
De acuerdo a como opera la oposición en la práctica procesal, se le concede al ejecutado audiencia por el
término de tres días, dentro del cual puede hacer valer las excepciones que destruyen la eficacia del título
y se fundamenten en prueba documental, con lo que se busca que el ejecutado trate de entretener el
proceso.
Las excepciones que se hagan valer en la oposición, se tramitan por el procedimiento de los incidentes, y
el auto que las resuelve, en el supuesto de declararse procedentes, no es apelable, es decir, termina con la
discusión sobre la oposición, sin ninguna posibilidad de ulterior recurso. Lo que sí permite el recurso de
apelación es el auto que no admite la vía de apremio y el auto que aprueba la liquidación.
No hay que olvidar al tocar este tema, que los títulos ejecutivos pierden su fuerza jurídica, lo que puede
d. Tasación y remate.
Debe entenderse la tasación, según Osorio, como “el avalúo o justiprecio de los bienes, mientras que el
las partes han convenido de antemano en el precio que ha se servir de base para el remate, o bien si se
trata de bienes inmuebles, podrá servir de base a elección del actor, el monto de la deuda o el valor fijado
en la matrícula fiscal.
Cuando la tasación se lleva a cabo, no tiene más finalidad que fijar la base por la cual saldrán a subasta
pública los bienes. Esta subasta debe llevarse a cabo con la intervención del juez.
Durante el remate se puede dar el caso que se haga valer el derecho de tanteo. Según lo que establece el
Código Procesal Civil y Mercantil en el Artículo 316, “Durante el remate y antes de fincarse, pueden
ejercer el derecho de preferencia por el tanteo, en el siguiente orden: los comuneros, los acreedores
Si se diera el caso que no se presentaran postores (interesados) al remate, se puede señalar nuevas
audiencias cada vez por un diez por ciento menos del setenta y cinco por ciento del valor de la subasta. En
este caso el ejecutante tiene también derecho de pedir que se le adjudiquen en pago los bienes objeto del
Ahora bien, si se tratara de bienes consistentes en dinero en efectivo o en depósitos bancarios, no se lleva
la subasta, sino que se impone la adjudicación forzosa, y estando firme el auto que apruebe la liquidación
Es la última etapa del procedimiento ejecutivo y tal como quedó establecido, habiendo sido realizado el
remate, el juez señala al ejecutado el término de tres días para que otorgue la escritura traslativa de
dominio, si éste incumpliera, el juez, en rebeldía del obligado la otorga de oficio, nombrando para el
Finalmente habiendo sido otorgada la escritura traslativa de dominio, el juez mandará dar posesión de los
bienes al adjudicatario, para lo cual fija un término que no exceda de diez días, bajo apercibimiento de
1. Consideraciones generales.
En realidad este juicio consta de dos fases o etapas, una que es puramente cognoscitiva y que finaliza con
una sentencia denominada de remate, y la otra es propiamente la vía de apremio, por lo que sin realizar un
análisis profundo del mismo claramente se puede apreciar que este juicio consta de dos etapas.
En este punto me adelanto para hacer mención de la interrogante contenida en la definición del problema
estableció, ¿cuál es la razón jurídica fundamental por la que la mayoría de juzgados de Familia en el
municipio de Guatemala del departamento de Guatemala, a los convenios celebrados fuera de juicio oral
de fijación de pensión alimenticia (con el oficial conciliador), les atribuyen el carácter de títulos
ejecutivos que se ventilan en la vía ejecutiva, es decir en la denominada común, y no en la vía de apremio,
tal y como se ventilan los convenios celebrados dentro de juicio en esa misma materia?
El juicio ejecutivo en el Código Procesal Civil y Mercantil, está contenido dentro de los procesos de
ejecución, pero sin desconocer la fase declarativa que se desenvuelve hasta la concreción de la sentencia
(de remate), al cual le son aplicables todas las disposiciones de la vía de apremio.
2. Definición.
Guasp, indica que debe entenderse por esta clase de juicio “aquel proceso de cognición común, pero
sumario por razones cualitativas, que está destinado a satisfacer pretensiones dotadas de una fehaciencia
legalmente privilegiada”.
Alsina, indica en relación como se concibe en el sistema argentino al decir “que el juicio ejecutivo
comprende tres fases; 1º. Preparación de la ejecución, intimación y embargo 2º. El juicio propiamente
dicho que comprende la citación del deudor, oposición de excepciones, prueba y sentencia; y 3º.
Normalmente el juicio ejecutivo, se utiliza para hacer valer deudas dinerarias, aunque también puede
darse para obligaciones no dinerarias, obligaciones de hacer, no hacer y también para la obligación de
El Artículo 327 del Código Procesal Civil y Mercantil establece la procedencia del juicio ejecutivo, al
enumerar los títulos ejecutivos en virtud de los cuales procede, pero no siendo objeto de este trabajo
desarrollar en qué consiste cada uno de ellos, me circunscribo a tratar únicamente el enumerado en el
inciso 7º. el cual indica que se refiere a “Toda clase de documentos que por disposiciones especiales
En realidad se trata de una norma abierta que permite la posibilidad de poder encuadrar cualquier
disposición que se halle en leyes especiales y que se refiera a documentos a los cuales la misma ley les
atribuye fuerza ejecutiva. Tal es el caso que contiene el Artículo 630 del Código de Comercio, el cual
establece: “El cobro de un título de crédito dará lugar al procedimiento, ejecutivo...”, el cual se refiere al
A diferencia de la vía de apremio que indica que los títulos pierden su fuerza ejecutiva a los 5 años si la
obligación es simple, y a los 10 años si hubiere prenda o hipoteca; en los juicios ejecutivos no hay que
atenerse estrictamente a lo indicado en el Artículo 328 segundo párrafo del Código Procesal Civil y
Mercantil el cual indica que “Los títulos enumerados en el Artículo anterior –327 que abre al juicio
ejecutivo- pierden su eficacia ejecutiva en los mismo casos previstos por el Artículo 296”, en cierta forma
resulta falso, ya que en el caso de los títulos ejecutivos que abren al juicio ejecutivo pierden su eficacia a
los 5 años, por el hecho que el otro plazo de 10 años que se menciona solo opera para las obligaciones
que están garantizadas con prenda o hipoteca, por lo tanto no se podrían hacer valer en juicio ejecutivo
sino en la vía de apremio, atendiendo al Artículo 294 incisos 3º. y 5º. del Código Procesal Civil y
Mercantil.
4. Títulos ejecutivos
El proceso ejecutivo se encuentra regulado en el artículo trescientos veintisiete (327) del Código Procesal
Civil y Mercantil, y procede cuando este se promueve en virtud de alguno de los siguientes títulos: - Los
- Los documentos privados suscritos por el obligado o por su representante y reconocidos o que se tengan
- Acta notarial en la que consta el saldo deudor que existiera contra el deudor de acuerdo con los libros de
- Los títulos de capitalización que sean expendidos por entidades legalmente autorizadas para poder
operar en el país.
- Toda clase de documentos que por disposiciones especiales tengan fuerza ejecutiva, se establezca que
a. Demanda.
Esta es exactamente igual para el caso de la ejecución en la vía de apremio, para lo cual debe observarse
b. Mandamiento de ejecución.
Opera en igual forma que en la ejecución en la vía de apremio, con la diferencia que se le da audiencia al
ejecutado por un plazo de cinco días para que se oponga o haga valer sus excepciones.
También es importante señalar que en la vía de apremio, la ley procesal no manifiesta nada sobre la
oposición del ejecutado, y solo se manifiesta sobre la admisión de las excepciones que el ejecutado puede
hacer valer dentro del plazo de tres días, cuyo trámite es el mismo que señala la Ley del Organismo
Judicial para los incidentes, mientras que en relación a la oposición del ejecutado en el juicio ejecutivo,
tiene un trámite especial, el cual el Artículo 331 del Código Procesal Civil y Mercantil establece que “si
el ejecutado se opusiere, deberá razonar su oposición y, si fuere necesario, ofrecer la prueba pertinente...
Si el demandado (lo correcto debiera ser ejecutado) tuviere excepciones que oponer, deberá deducirlas
todas en el escrito de oposición... El juez oirá por dos días al ejecutante y con su contestación o sin ella,
mandará a recibir las pruebas, por el término de diez días comunes a ambas partes, si lo pidiere alguna de
ellas o el juez lo estimare necesario. En ningún caso se otorgará término extraordinario de prueba”.
El Artículo 330 del cuerpo legal que se analiza, establece: “Si el ejecutado no compareciere a deducir
oposición o a interponer excepciones, vencido el término el juez dictará sentencia de remate, declarando
si ha lugar no a la ejecución”.
Es de hacer notar que el trámite para la oposición e interposición de excepciones dentro del juicio
ejecutivo, no es un trámite incidental, sino un trámite propio del juicio ejecutivo, en el cual no se habla de
audiencias; así también le ley no indica en qué plazo se dicta la sentencia, por lo que se debe recurrir al
Artículo 142 de la Ley del Organismo Judicial el cual indica: “... Las providencias o decretos deben
El ejecutado puede tomar varias actitudes, ya que una vez despachada la ejecución y llevado a cabo el
interponer excepciones, lo que se toma como una aceptación del reclamo, teniendo el juez que dictar
reclamada y las costas que se hayan causado, si fuera este el caso se da por terminado el procedimiento.
También puede suceder que el ejecutado no comparezca a deducir oposición o a interponer excepciones.
En este supuesto, transcurridos los cinco días para que se oponga el ejecutado y sin que este lo haga, el
juez dicta sentencia de remate, y para ello no es necesario que se acuse la rebeldía, ya que el juez de
En igual forma puede darse el caso que el ejecutado presente simple oposición, con el entendido que
debe razonar dicha oposición, introduciendo elementos de hecho que pueden ser suficientes para que el
título sea declarado ineficaz, para lo cual obviamente debe aportar prueba.
deduciéndolas todas en el mismo escrito, sin hacer la distinción entre excepciones previas o perentorias.
Con esto se reafirma la teoría analizada anteriormente de que el juicio ejecutivo consta de una etapa
Y como última actitud del ejecutado, puede darse el caso que el ejecutado haga levantar el embargo, y
para ello puede consignar dentro del mismo proceso la cantidad reclamada más un diez por ciento para
d. Recursos.
El único recurso que cabe en el juicio ejecutivo es la apelación, y se limita exclusivamente contra el auto
que deniegue el trámite de la ejecución, la sentencia y el auto que apruebe la liquidación. Ello en razón
que dentro de esta clase de juicio, cabe el juicio ordinario posterior, en donde sí puede hacerse valer toda
El trámite para la apelación en segunda Instancia es sumamente breve y de acuerdo al Artículo 334 del
Código Procesal Civil y Mercantil establece: “El tribunal superior señalará día para la vista dentro de un
término que no exceda de cinco días, pasado el cual resolverá dentro de tres días, so pena de
responsabilidad personal”.