La Expropiacion Forzosa en Venezuela
La Expropiacion Forzosa en Venezuela
La Expropiacion Forzosa en Venezuela
“Ezequiel Zamora”
Carrera: Derecho
La Expropiación
Forzosa
Bachilleres
Gutiérrez Milagros
El derecho privado: es aquel que se encarga de regular las relaciones entre los
particulares, las cuales son planteadas en su propio nombre y beneficio. Se trata de una
rama del derecho constituida por el derecho civil y el derecho mercantil, entre otras.
Derecho público: es la parte del ordenamiento jurídico que regula las relaciones entre
las personas o entidades privadas con los órganos que ostentan el poder público cuando
estos últimos actúan en ejercicio de sus legítimas potestades públicas (jurisdiccionales,
administrativas, según la naturaleza del órgano que las ejerce) y de acuerdo con el
procedimiento legalmente establecido, y de los órganos de la Administración Pública entre
sí. El derecho público cumple con un conjunto de ramas encargadas de áreas específicas
para cada problemática, en este caso hablaremos del derecho administrativo.
Conforme a esto, se puede decir que son tres los elementos que la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV) estipula: utilidad pública o interés general;
sentencia firme; y pago oportuno y justo de la indemnización (art. 115 ejusdem).
Fue Napoleón quien, en Ley de 1810 precisó las fórmulas procesales de defensa de la
propiedad inmueble frente a los desapoderamientos que originaban las obras públicas,
diseñando por primera vez la expropiación forzosa. Actuó como un liberal radical, forzando
al Congreso de Estado a que preparasen una Ley cuyas ideas centrales habían de ser la
máxima desconfianza hacía la Administración. Por eso no vi otra solución que la de no
permitir la cesión forzosa de la propiedad, sino por sentencia judicial recaída en un proceso
de naturaleza civil.
Con el tiempo la ley de Napoleón sufrió cambios y modificaciones. Quedo en sus
manos la transparencia de la propiedad, tras la simple constatación del cumplimiento de los
trámites precisos para el efecto traslativo se produjese, pero sin poder de anulación.
La expropiación tiene su origen desde los conquistadores hasta los caudillos militares
en el siglo XIX (1801-1900).
Para finales del siglo XIX era difícil lograr convencer que empresas extranjeras
invirtieran en Venezuela por la anarquía que existía por medio de decretos ejecutivos.
El uso del poder político para acumular fortunas personales tiene vigencia en la
Venezuela de 1920 y durante todo el siglo XIX utilizando la distribución de la propiedad
para ganar apoyo político.
Con la reforma agraria impulsada en 1960 por Rómulo Betancourt se le quita la tierra a
los que sembraban y se les entregan a los amigos del partido lo cual causó un daño terrible.
Situación que en la actualidad también se ha presentado. Se emitían títulos supletorios en
todos los tribunales sin ningún tipo de control.
Así tenemos entonces que, los sujetos que intervienen en este proceso son:
En primer lugar, para que pueda haber expropiación válida es necesario que exista una
auténtica y adecuada causa expropiandi.
“Sólo por causa de utilidad pública o de interés social, mediante sentencia firme y
pago de justa indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier clase
de bienes”.
Por su parte, La LECUP establece en su artículo 3 que “Se considerarán como obras
de utilidad pública, las que tengan por objeto directo proporcionar a la República en
general, a uno o más estados o territorios, a uno o más municipios, cualesquiera usos o
mejoras que procuren el beneficio común, bien sean ejecutadas por cuenta de la
República, los estados, del Distrito Capital, de los municipios, institutos autónomos,
particulares o empresas debidamente autorizadas”.
De las normas transcritas se evidencia entonces que no puede considerarse como causa
de utilidad pública o social aquella que solo beneficie a algún administrado en particular o
un grupo reducido de estos, pues entonces se desnaturalizarían los propósitos insertos en la
justificación.
El Justiprecio o justo precio constituye una indemnización por la pérdida de los bienes
y derechos expropiados, y es un elemento esencial de la expropiación, que diferencia esta
de la confiscación, en la que hay pérdida de la propiedad del particular pero no existe
indemnización.
El justiprecio debe suponer una compensación íntegra por la pérdida patrimonial que el
expropiado experimenta. Debe contener un valor suficiente como para sustituir lo
expropiado acorde al valor real, que, en principio, es el de mercado. No obstante, la
legislación urbanística establece unos valores objetivos, en atención a ciertas pautas, que
suelen alcanzar resultados inferiores al mercado. El momento al que se atiende para
calcular el valor de sustitución debe ser la fecha en que se produzca la iniciación del
expediente de justiprecio, y a partir de ese momento, no se valoran las mejoras realizadas
por el expropiado, a menos que sean imprescindibles para la conservación de la cosa
expropiada.
2. El valor establecido en los actos de transmisión, realizados por lo menos seis (6)
meses antes del decreto de expropiación.
3. Los precios medios a que se hayan vendido inmuebles similares, en los últimos doce
(12) meses contados a partir de la fecha de elaboración del avalúo.
Una vez dictado el decreto de expropiación, los afectados, en inicio, quedan vinculados
y están obligados a transmitir los bienes al Estado, como se manifestó con anterioridad,
bien sea de forma amigable o posterior a un procedimiento de expropiación, que será de
tipo judicial, el cual se inicia luego del referido decreto en caso de ausencia de arreglo
amigable.
El propietario del bien expropiado, que no fuere utilizado para la obra de utilidad
pública o interés social que motivo su expropiación, tendrá derecho a readquirirlo por el
mismo precio por el cual se lo adquirió el ente expropiarte, sin perjuicio de las acciones que
pudieran corresponderle al expropiado por los daños y perjuicios que la expropiación
injustificada le ocasionó.